La llegada a la Madurez En la Nueva España Para fines del siglo XVI, el gobierno español de Nueva España se había organizado de manera clara. El virrey era la autoridad mayor como representante del rey; las Audiencias, integradas por tres jueces cada una, y localizadas en la Ciudad de México, en Guadalajara y en Durango, vigilaban sus actos y lo sustituían cuando hacía falta. A nivel local, los corregidores se encargaban de administrar las diferentes provincias en representación del virrey y de cobrar los tributos. Por otro lado, las ciudades de españoles tenían sus cabildos y los pueblos de indios su gobernador y su cabildo. Las autoridades locales defendían los intereses de los vecinos, que muchas veces se enfrentaban a los intereses del gobierno virreinal y de la Corona. A su vez, el gobierno de Nueva España quedó dividido en seis grandes regiones. En el centro estaba la región de Nueva España propiamente dicha, gobernada directamente por el virrey desde la Ciudad de México; al occidente estabula región de Nueva Galicia, que tenía su propia Audiencia y gobernador en Guadalajara; al norte, las regiones de Nueva Vizcaya, con capital en Durango, Nuevo León, gobernada desde Monterrey, y Nuevo México, con capital en Santa Fe (hoy en EUA). Al sur, existía la Gobernación de Yucatán, cuya capital era Mérida. Chiapas no pertenecía a Nueva España sino a la Capitanía General de Guatemala. Los diferentes funcionarios y órganos de gobierno de cada provincia vivían en una constante rivalidad y con frecuencia se enfrentaban abiertamente en los tribunales o ante el Consejo de Indias (el organismo que gobernaba todas las colonias americanas desde España, e incluso ante el rey en persona). Aunque estos conflictos dificultaban el gobierno, convenían mucho a la Corona, pues impedían que ninguna persona o grupo acumulara suficiente poder para convertirse en una amenaza a la autoridad del rey.
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