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¿La señal de la cruz es bíblica?
¿Cuál es su significado?
¿Deben los cristianos hacer la
señal de la cruz?
Pregunta:
¿La señal de la
cruz es bíblica?
¿Cuál es su
significado?
¿Deben los
cristianos hacer
la señal de la
cruz?"
La práctica de hacer la señal de la cruz tiene
gran prominencia en la Iglesia Católica
Romana, pero también es practicada entre los
ortodoxos orientales y los episcopales.
Episcopal
La historia de la señal de la cruz tiene su origen en un pasado tan
lejano como Tertuliano, el padre y escritor de la iglesia primitiva que
vivió entre los años 160 a 220 d.C. Tertuliano escribió, “En todos
nuestros viajes y movimientos, en todas nuestras salidas y llegadas,
al ponernos nuestros zapatos, al tomar un baño, en la mesa, al
prender nuestras velas, al acostarnos, al sentarnos, en cualquiera
de las tareas en que nos ocupemos, marcamos nuestras frentes con
el signo de la cruz.”
Según lo registra Tertuliano, esta costumbre se
implantó aproximadamente 60 años después de la
muerte del último de los apóstoles, el apóstol San
Juan. Lo que nos indica que ellos no lo practicaban.
Originalmente, se trazaba una pequeña cruz en la
frente con el pulgar o un dedo.
Mientras que es difícil señalar exactamente cuando
fue que se cambió el trazo de la pequeña cruz en la
frente a la moderna práctica de trazar una larga cruz
desde la frente hasta el pecho y de hombro a
hombro, lo que si sabemos es que este cambio
ocurrió por el siglo XI d.C., cuando el Libro de Oración
del Rey Enrique menciona una instrucción de “marcar
con la santa cruz los cuatro lados del cuerpo.”
Los católicos encontraron la justificación para la señal de la cruz
en cuatro puntos:
1). En sus muchos años de tradición eclesiástica.
2). En Apocalipsis 7:3. «No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que
hayamos sellado a los siervos de nuestro Dios en sus frentes».
3). En Apoc. 9:4. «Y les fue mandado que no hiciesen daño a la hierba de la tierra, ni a
ninguna cosa verde, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tienen el sello de
Dios en sus frentes».
4). En Apoc.14:1. «Y miré, y he aquí un Cordero estaba en pie sobre el monte de Sión, y
con Él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de su Padre escrito en sus frentes».
En los dos primeros pasajes, «el sello de Dios en sus frentes
representa las cualidades de carácter», que se ha ido reproduciendo
poco a poco conforme al carácter de su Creador, Cristo Jesús.
En cuanto al cuarto punto: «y con Él ciento cuarenta y cuatro mil, que
tenían el nombre de su Padre escrito en sus frentes».
Se nota que hay una estrecha relación entre el sello, el que lo
recibe, y el Nombre Divino.
Los nombres, aplicados a los 144.000, representan:
1) El Dueño: los 144.000 pertenecen a Dios. Han sido consagrados
para Dios, obedeciendo Su Voluntad, como se hace en el cielo. (Ver
Mat.6:10).
2) El carácter del Dueño: los 144.000 reflejan plenamente la
imagen de Jesús. (Ver Apoc.13:17), donde la marca de la bestia y el
nombre de la bestia se relacionan estrechamente.
Por tanto, estos pasajes que hablan de una señal en la frente,
y el Nombre del Padre escrito en sus frentes, son para
protección del juicio de Dios, para los obedientes, más no para
colocarse la señal de la cruz en la frente sin tener en cuenta lo
que representa.
¿A quienes se colocaba la «señal» en la frente en
la visión de Ezequiel?
Eze.9:4-6. «y le dijo Jehová: Pasa por medio de la ciudad, por medio de
Jerusalén, y pon una señal en la frente a los hombres que gimen y que
claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de
ella. 5 Y a los otros dijo a mis oídos: Pasad por la ciudad en pos de él, y herid;
no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. 6 Matad viejos, jóvenes y
vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno; mas a todo aquel sobre
el cual hubiere señal, no llegaréis; y habéis de comenzar desde mi santuario.
Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del
templo».
En la visión, la señal era sin duda literal, pero su significado atañía plenamente al
carácter. El mensajero no debía prestar atención a la alcurnia o posición, sino
sólo debía poner la señal a quienes gimieran por la pecaminosidad que
prevalecía y se mantuvieran alejados de ella. (de la pecaminosidad).
2Ti.2:19. «Mas el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el
Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el
nombre de Cristo».
Lo siguiente es extraído del C. B. A. Este “fundamento” es la
inmutabilidad de la naturaleza y del carácter divino como se revelan en
las Escrituras. La iglesia, que es el resultado de la gracia de Dios y el
objeto de su máximo cuidado, finalmente triunfará porque Dios no
anulará sus promesas ni dejará de guiarla. Ella descansa sobre un
fundamento seguro.
Sello. Gr. sfragís, “sello” para confirmar, autenticar o certificar. Dios ha
deseado desde la creación de¡ mundo proporcionar un firme motivo de
confianza a los que manifiestan una verdadera lealtad al sendero que él
estableció. Ser sellado con la aprobación de Dios es lo máximo que el
hombre puede aspirar y alcanzar. A los seres humanos que son “sellados”
Dios les ha prometido la protección de legiones de ángeles y el consuelo
y el aliento de la presencia divina. Además, los hombres pueden estar
seguros ahora de que las normas sobre las cuales Dios basa su aprobación
son las mismas que hubo en los tiempos bíblicos. La obra del sellamiento
continuará mientras los seres humanos tengan la oportunidad de aceptar
la salvación.
Conoce el Señor a los que son suyos:
Ver Num.16:5.
Todos los que lealmente aceptan los principios del
gobierno de Dios, pueden estar seguros de la
promesa divina de que ni el hombre ni el demonio
pueden arrebatarlos de su mano, como lo dijo Jesús
en (Juan 10:28).
Podemos confiar en Dios; las condiciones que
presenta para la vida eterna son inmutables. Por
esto nadie tiene nunca motivo para perder su fe en
la palabra divina. Los que están dispuestos a
testificar fielmente por Dios aquí en la tierra,
pueden tener la confianza de que Dios los recordará
en el cielo. (Ver 2Ti.2:12).
Los que son sellados en sus frentes deben:
«Apártese de iniquidad» o sea de Injusticia.
Gr. afístemi, “estar lejos de”. (Ver Mat.7:23; Isa_52:11;
1Cor. 6:1718; 1Ped.1:15-16).
El apóstol destaca la inevitable consecuencia de una
plena entrega a la voluntad de Dios.
El miembro de iglesia que así procede, aborrecerá el
mal como Cristo lo detestó.
El sello de Dios nunca puede descansar sobre un ser
humano impuro.
Dios nunca aprobará nada que no sea una entrega
completa a los principios de su gobierno.
Los que llevan el sello de la aprobación divina serán
para el mundo ejemplos de una forma superior de vida;
revelarán un carácter que refleja la integridad moral de
Dios.
«Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el
nombre de Cristo».
Es decir, los que han elegido ser llamados “cristianos” (ver
Hech.11:26). En los días de Pablo llevar el “nombre de
Cristo” era una abierta invitación a la persecución y la
burla como lo dice (Hech.15:26).
El cristiano deseará expresar su entrega a la forma de
vida dispuesta por Cristo, pues estima que la aprobación
del cielo está por encima de la de los hombres.
Nota: Por tanto, estos textos expresan todo lo contrario a
lo que enseña la iglesia Católica con relación a la facilidad
con que imponen la señal de la cruz en la frente de sus
adeptos, sin importar la vida que lleven.
En las bases de su contexto, no hay
razón para creer que cualquiera de
los versos prescriban el ritual de la
señal de la cruz, sino más bien, una
vida de consagración plena hacia la
voluntad de Dios expresada en Su
Santa Ley, registrada en
(Éxo.20:3-17).
Es la señal externa de la obra interior de
sellamiento realizada por el Espíritu Santo.
Dentro de esa Ley ¿Qué mandamiento
establece la «señal» entre Dios y su pueblo?
Eze.20:12,20 «Y les di también mis SÁBADOS que fuesen por SEÑAL entre mí y ellos,
para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico. 20 «y santificad mis SÁBADOS, y
sean por SEÑAL entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios».
Éxo.31:12-17. «Habló además Jehová a Moisés, diciendo: 13 Habla tú a los hijos de
Israel, diciendo: Ciertamente vosotros guardaréis mis SÁBADOS: porque es SEÑAL entre mí
y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.
14 Así que guardaréis el SÁBADO, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto
morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella alma será cortada de en
medio de su pueblo. 15 Seis días se hará obra, mas el día séptimo es SÁBADO de reposo
consagrado a Jehová; cualquiera que hiciere obra el día del SÁBADO, ciertamente morirá.
16 Guardarán, pues, el SÁBADO los hijos de Israel: celebrándolo por sus generaciones por
pacto perpetuo: 17 SEÑAL es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días
hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó, y reposó».
Y para que no quede dudas de que el sábado no era la señal
solamente para el pueblo de Israel, Gálatas 3:26-29 dice:
«porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, 27 porque todos los
que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. 28 Ya no hay
judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos
vosotros sois uno en Cristo Jesús. 29 Y si vosotros sois de Cristo, entonces
SIMIENTE DE ABRAHAM SOIS, Y HEREDEROS CONFORME A LA PROMESA».
La Biblia claramente dice que la «señal» del pueblo de Dios no es la
«señal de la cruz» en la frente, sino la observancia del «sábado», durante
toda la vida de la iglesia, no solamente aquí en la tierra, a. Testamento, y
N. Testamento, sino también durante toda la eternidad. (Ver Apoc.21:5;
Isa.66:22,23).
Hebreos 8:10 dice: «Porque éste es el pacto que haré con la casa de Israel,
después de aquellos días, dice el Señor: PONDRÉ MIS LEYES EN SUS MENTES, y sobre
sus corazones las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por
pueblo».
En el siglo XVI, uno de los dogmas centrales de la
Reforma Protestante fue la sola Escritura, donde se
estipuló que cualquier práctica que no se ajustara a la
Escritura fuera desechada.
Los reformadores ingleses creían que el usar la señal de la
cruz debía de ser dejado a cada individuo, como fue escrito
en el Libro de Oración del Rey Enrique VI “....el arrodillarse,
santiguarse, juntar las manos, golpearse el pecho, y otros gestos, pueden ser
usados, o dejados, según sirva a la devoción de cada hombre, sin culparle.”
Los protestantes generalmente veían esta señal como
una tradición que carecía de bases en la Escritura, o
aún como idolatría, y por esa razón fue abandonada
por la mayoría.
Desafortunadamente mucha gente simplemente hace
los movimientos del ritual de persignarse sin un
conocimiento del porqué lo hacen.
Un análisis final de la señal de la cruz, es que de ninguna
manera es requerida de los cristianos, porque como
vimos claramente, no es una instrucción que proceda de
la Palabra de Dios.
Y Jesús dijo en Mat.15:9: «Pues en vano me honran, Enseñando
como doctrinas, mandamientos de
Hombres».