54/63 T E R C E R A D E C A D A Salida de la Delegación Mexicana a los IX Juegos Centroamericanos en Kingston, Jamaica 1962 Nombres de algunas integrantes que aparecen en la fotografía: Pilar Roldán, Bertha Chiu, Olga Parellón Moreno, Rosa del Moral Escamilla, Lourdes Roldán, Gloria Sánchez, Imelda Espinosa, Elvira Aracen, Martha Bravo, Esperanza Girón, Ivonne Rojano D E C A D A S 1 9 3 3 - 2 0 0 3 T E R C E R A 54/63 D E C A D A S I E T E 88 Lic. Herminio Ahumada 1953-1954 Profr. Antonio Estopier 1954-1959 Lic. Alfonso García G. 1959-1960 Gral. José de Jesús Clark 1960-1966 En busca de la sede olímpica En los primeros días de 1954, el primer mandatario Adolfo Ruiz Cortines aceptó la renuncia que le presentó el abogado Herminio Ahumada, y designó al profesor de educación física, Antonio Estopier, como nuevo presidente de la Confederación Deportiva Mexicana. En una reunión de trabajo que se celebró a mediados de febrero el comité organizador de los Juegos Panamericanos de 1955 informó que el Gobierno Federal había entregado 8 millones de pesos para el comité organizador. Y se destacó que era necesario contar con la colaboración de la CDM y del Comité Olímpico Mexicano para alcanzar los objetivos propuestos en el programa de la competencia. El 7 de marzo de 1954, Ruiz Cortines inauguró en el estadio de Ciudad Universitaria los VII Juegos Centroamericanos y del Caribe (doce países con mil 356 deportistas), en los que México —con Joaquín Capilla al frente— tuvo una brillante participación, con 125 medallas, de las cuales 48 fueron de oro, 43 de plata y 34 de bronce. Cuba ocupó el segundo sitio con 66 preseas (28 de oro), y Venezuela fue tercera con 53 metales, pero sólo 14 de oro. Cumplido el compromiso regional, la Confederación Deportiva Mexicana anunció las normas generales para la integración del comité organizador de los segundos Panamericanos. Los juegos ocurrirían en marzo de 1955, y la CDM envió ejemplares de esas disposiciones a los países comprometidos para este certamen. A fines de 1954, nuevamente Joaquín Capilla emocionó a la afición deportiva mexicana cuando ésta se enteró, aquí, que el extraordinario clavadista se había proclamado bicampeón del campeonato nacional abierto de Estados Unidos. En trampolín Capilla venció a Robert Clotworthy y a Donald Harper, mientras que en plataforma a Jim Harrison y a Gary Tobian. M E X I C A N A A principios de 1955, el secretario de Educación Pública, licenciado José Ángel Ceniceros, nombró jefe de la delegación mexicana a los Panamericanos al presidente de la CDM, Antonio Estopier, quien, según algunos diarios de la época, “ha tenido mejor desempeño que Herminio Ahumada en la Confederación”. El 8 de marzo, una noticia sacudió al deporte: murió en un accidente de aviación el empresario potosino Jorge Pasquel, uno de los mecenas del béisbol. Al día siguiente hubo luto en el recién remodelado parque Delta, ahora del IMSS, en el partido que la selección de México venció 7-0 a los Gigantes de Japón. Pero los Juegos Panamericanos, máxima competencia continental, ya estaban a la vuelta de la esquina... Y sólo el “Ratón” Macías opacó el panorama panamericano. El 9 de marzo, en el Cow Palace de San Francisco, California, venció por nocaut en el undécimo round al tailandés Chamren Songkitrat, para adueñarse del cetro mundial gallo de la NBA, que estaba vacante. El popular “Ratón”, que había representado a México en los Juegos Olímpicos de Helsinki, ya era campeón... y el pueblo se le entregó. El presidente Ruiz Cortines inauguró los Juegos Panamericanos el 12 de marzo en el estadio universitario, donde Joaquín Capilla marchó a la cabeza como abanderado del conjunto nacional en el desfile de delegaciones y, ya en la competencia, éste repitió su doble triunfo de Buenos Aires. La delegación mexicana obtuvo 18 medallas de oro, 12 de plata y 29 de bronce y rescató en casa, ante su público y en sus nuevas instalaciones deportivas, un honroso tercer lugar, sólo debajo de Argentina y Estados Unidos, que ahora sí tomó en serio la justa deportiva y se impuso abrumadoramente con 177 medallas (81-58-37). Clark Flores y Antonio Estopier, presidente y secretario de la Comisión Permanente de los juegos, participaron en el IV Congreso Deportivo Panamericano para pedir la reforma a la carta fundamental de la competencia, y para elegir la siguiente sede, que fue otorgada a la ciudad de Cleveland, Estados Unidos. En la reunión, el estadounidense Avery Brundage, presidente del Comité Olímpico Internacional, elogió la labor realizada por Clark Flores en pro del deporte mexicano, y recalcó que éste hizo durante su gestión de cinco años mucho más de lo que pudieron lograr otros dirigentes en el último cuarto de siglo. Aseguró que los Panamericanos de México fueron la mejor justa que se había celebrado, a la fecha, en América Latina. 54/63 Los Panamericanos, aquí D E C A D A D E P O R T I V A T E R C E R A C O N F E D E R A C I O N 89 T E R C E R A 54/63 D E C A D A S I E T E 90 D E C A D A S 1 9 3 3 - 2 0 0 3 Además, informó que el COl había otorgado a nuestro país la “Copa Olímpica” por la excelente organización de los juegos. Dicha distinción la recibió el presidente de la República, Adolfo Ruiz Cortines. Y si el “Ratón” Macías había paralizado a nuestro país antes de los Panamericanos, el 15 de junio en Los Ángeles, California, lo volvió a hacer, pero ahora en diferente forma. Macías perdió lo invicto en la pelea de revancha ante Nate Books, quien le fractura la quijada en el tercer asalto. Lloró el “Ratón”... y ¡lloró todo un pueblo! Por otra parte, la CDM celebró el 20 de julio una reunión urgente de los miembros de sus federaciones, para comenzar los preparativos de los equipos que irían a competir en la XVI Olimpiada de Melbourne, Australia, del 22 de noviembre al 8 de diciembre de 1956. En agosto el profesor Estopier anunció un “Plan de 15 meses” para la mejor selección y preparación de los elementos mexicanos que irían a las Antípodas. El 8 de agosto, en un comunicado de la Presidencia de la República, se decretó que, por falta de seguridad en las carreteras y por la considerable potencia que han venido desarrollando los automóviles, México no organizará la sexta edición de la Carrera Panamericana. “No más muertes en territorio nacional”, se subrayó. “Ni de pilotos ni de imprudentes aficionados y pobladores en general”. Y otra mala noticia en ese mes: en el Congreso Olímpico celebrado en París, siete ciudades presentaron su solicitud para ser consideradas sede de los Juegos Olímpicos del año 1960: Bruselas, Budapest, Detroit, Lausana, México, Roma y Tokio. En la lucha final, Roma venció 35 votos a 24 a la capital japonesa. México tendría que esperar... El triunfo de Capilla Mientras tanto, el secretario de Educación Pública, José Ángel Ceniceros presidió la ceremonia de apertura de los terceros Juegos Juveniles, inaugurados el 18 de marzo de 1956, con la participación de 1,949 atletas que integraban las 30 delegaciones de las entidades federativas y la ciudad de México. El senador Manuel Guzmán Willis precedió a los contingentes en el desfile de honor. En ese 1956, el deporte mexicano registró dos hechos llamativos e importantes: en agosto, luego de 15 años en la Liga Mexicana, por fin se coronaron los Diablos Rojos del México, guiados por el manager Lázaro Salazar. Asimismo, fue el adiós del ídolo del fútbol: Horacio Casarín. Se fue sin ceremonias ni lágrimas. En un partido ante el Atlas, a finales de temporada, se fracturó la clavícula derecha, salió del juego, y se fue también del fútbol... M E X I C A N A T E R C E R A Voleibol. Equipo del Distrito Federal en San Luis Potosí, 1956 54/63 D E P O R T I V A D E C A D A C O N F E D E R A C I O N 91 Por lo que respecta al trabajo de los organismos deportivos, se buscó incrementar la base deportiva del país, pero se descuidó la preparación de los atletas representativos del país. Pasó el tiempo y no fue sino hasta octubre de 1956, ya con los juegos encima, que se empezó a hablar de la delegación olímpica a Australia. En un principio se afirmó que la delegación mexicana estaría compuesta sólo por 25 deportistas y no se enviaría a boxeadores. Entre los nadadores sobresalían Eulalio Ríos y Walter Ocampo, y el grupo de clavadistas, encabezado por Joaquín Capilla —ya con dos medallas olímpicas en su haber—, estaban su hermano Alberto, Juan Botella, Gilda Aranda y Blanca Luz Barrón, que entrenaban con Mario Tovar. También se dijo que el equipo de pentatlón moderno, integrado por José Pérez Mier, Antonio Almada Félix, David Romero Vargas y Sergio Escobedo, “estaba seguro”. Asimismo, que se preparaban intensamente los remeros Roberto Retolaza, del club España, y George Roesler, del Antares, en el lago de Tequesquitengo. Finalmente, el día 10 de octubre, en las oficinas de la CDM, se hizo el anuncio oficial: “A Australia irán representantes de atletismo, ciclismo, esgrima, levantamiento de pesas, lucha, natación, pentatlón moderno, remo y tiro”. En total, 33 plazas: 25 deportistas, y el resto entrenadores y dirigentes. Estos, encabezados por el profesor Estopier y por el coronel Francisco Valero Recio, quien llevó la representación oficial del Comité Olímpico Mexicano, que dirigía Marte R. Gómez. T E R C E R A 54/63 D E C A D A S I E T E 92 D E C A D A S 1 9 3 3 - 2 0 0 3 El Melbourne olímpico se vistió de gala aquel 22 de noviembre de 1956. Iniciaban los juegos de la XVI Olimpiada... Desfilaron 5 mil atletas de 69 países inscritas. Y ya en la competencia, Joaquín Capilla obtuvo —7 de diciembre— para México la medalla de oro en clavados de plataforma, al vencer en estrujante final a los estadounidenses Gary Tobian —por sólo tres centésimas de punto— y Richard Connor. El clavadista mexicano recibió varios homenajes por su hazaña olímpica y el profesor Antonio Estopier lo felicitó por su ejemplar trayectoria en el deporte mundial. Posteriormente, la Confederación Deportiva Mexicana organizó una sesión especial para entregar al campeón un trofeo y el reconocimiento de los deportistas de México a su gran campeón olímpico. Meses después, del júbilo olímpico vendría el tormentoso año de 1957 en la vida nacional... Año de luto nacional En enero se dio una gran satisfacción para miles de mexicanos aficionados al fútbol: el equipo Guadalajara dejó de ser el “ya merito” al obtener su primera corona en la competencia mexicana. Asimismo, en marzo, cambió casi por completo el Consejo Directivo de la Confederación Deportiva Mexicana. Por unanimidad fueron elegidos Gonzalo Aguilar, vicepresidente; Ernesto Grobet Palacio, tesorero; Carlos de Anda, comisario; Fernando Díez Barroso, vocal; licenciado Luis Ugalde, asesor jurídico; y Joaquín Soria Terraza, secretario. El comité técnico lo integraron Javier Ostos, Antonio Isse Núñez y Raúl Ibarra Zapata. El profesor Estopier fue confirmado presidente. El 15 de abril sucedió un hecho impactante que estremeció de dolor a nuestro pueblo: la muerte del actor y cantante Pedro Infante, el llamado “Ídolo de Guamúchil”, el recordado “Pepe el Toro”, el artista que había sido chofer, boxeador, soldado, vago, charro, cura, motociclista de tránsito, pobre, millonario, violinista, indígena, parrandero. Hijo respetuoso, pícaro, ingenioso, divertido y, sobre todo, enamorado. Infante regresaba de Mérida, Yucatán, con destino a la ciudad de México, en uno de sus aviones de la compañía Transportes Aéreos Mexicanos. El aparato, que en su interior llevaba una excesiva carga de pescado acababa de despegar y terminó precipitándose en el patio de una casa, matando a una mujer y a su pequeño hijo. Falleció también el resto de la tripulación, el copiloto Víctor Manuel Vidal Lorca y el mecánico Marciano Bautista. Días después, el 3 de junio, vino una buena nueva para el deporte: Rosa María Reyes y Yolanda Ramírez llegaron a la final del prestigioso torneo tenístico de Wimbledon, pero fueron derrotadas por la británica Shirley Plummer y la estadounidense DalINDE Hard. M E X I C A N A Pero días después, otra noticia. Esta, mejor: el 23 de agosto, catorce humildes chiquillos de Monterrey, dirigidos por el manager César Faz, conmocionaron al país al proclamarse campeones en el undécimo Campeonato Mundial de Ligas Pequeñas de béisbol, en Williamsport, Estados Unidos. En el juego final, ante el equipo La Mesa, de Arizona, Ángel Macías lanzó juego perfecto en la blanqueada de 4-0 sobre los chamacos estadounidenses. El éxito trajo a los “Pequeños Gigantes” muchas emociones: el presidente Dwight Eisenhower los recibió en la Casa Blanca; aquí, en Los Pinos, hizo lo propio el presidente Ruiz Cortines, y el 30 de agosto, en una apoteósica recepción en Monterrey, que aún se recuerda, más de cien mil personas los vitorearon en el desfile por las calles citadinas. Por otra parte, la Confederación Deportiva Mexicana y el Comité Olímpico Mexicano ofrecieron su apoyo a la ciudad de Chicago, una vez que Cleveland había renunciado a realizar la tercera edición de los Juegos Panamericanos. Además, las agrupaciones nacionales confirmaron que del 2 al 14 de diciembre serían celebrados en Caracas, Venezuela, los VIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, a los que nuestro país había dispuesto enviar una delegación numerosa, pese a que el presidente Ruiz Cortines aun no era un convencido del deporte. Incluso, el doctor Manuel Sandoval Vallarta fue el que inauguró el 23 de noviembre los Juegos Juveniles, en el deportivo Plan Sexenal. Días antes, el 6 de noviembre, nuestro país se sumió en el desconsuelo. Hubo luto nacional. El popular Raúl “Ratón” Macías fue derrotado en el Olympic Auditorium de Los Ángeles, California por el francés Alphonse Halimi, en pelea de unificación del cetro mundial gallo. La transmisión radiofónica fue un verdadero martirio para los millones de mexicanos que estuvieron pendientes del combate. Golpe a golpe, round a round, la superioridad del argelino naturalizado francés fue mayor y suficiente; la decisión fue mero formulismo. Lágrimas, dolor, frustración... atrás quedaba la frase: “Todo se lo debo a mi manager y a la virgencita de Guadalupe”. En el otoño de 1957, las posiciones en el mundo estaban claramente definidas: se inició la llamada “Guerra fría”. Y las dos superpotencias mundiales: Estados Unidos y la Unión Soviética, compitieron franca y abiertamente para demostrar al mundo cuál de los dos sistemas, capitalismo o comunismo, era el más conveniente para la humanidad. 54/63 Y, de pronto, un nuevo y gran sobresalto... La noche del sábado 27 de julio, todo transcurría en paz. La mayoría de mexicanos dormía plácidamente, pero a las 2.40 horas del domingo, un temblor oscilatorio de más de 7 grados Richter, proveniente de las costas de Guerrero, despertó y llenó de pánico a los capitalinos. El famoso Ángel de la Independencia, situado en la enorme columna del Paseo de la Reforma, estaba segundos después en el suelo, con las alas rotas... la ciudad habían perdido el sueño. D E C A D A D E P O R T I V A T E R C E R A C O N F E D E R A C I O N 93 T E R C E R A 54/63 D E C A D A S I E T E 94 D E C A D A S 1 9 3 3 - 2 0 0 3 Ante la imposibilidad de enfrentarse abiertamente en el campo de batalla, lo cual representaba entrar en una franca y temible tercera guerra mundial, una singular competencia dio inicio el 4 de octubre: la carrera por la conquista del espacio. El primer triunfo fue para los soviéticos: el lanzamiento de su primer satélite artificial, al que le siguió años después el viaje al espacio de la perrita “Laika” y, posteriormente el primer cosmonauta que orbitaría la Tierra: Yuri Gagarin. Pero todos esos avances rusos fueron sobrepasados en 1969, cuando el estadounidense Neil Armstrong pisó, en “un gran salto para la humanidad” la superficie de la Luna. De vuelta al deporte mexicano, en la asamblea celebrada a mediados de diciembre, Antonio Estopier comunicó a los presidentes de todas sus agrupaciones que el patrimonio de la Confederación ascendía a 250 mil pesos, y precisó que el Consejo Directivo pondría en práctica en 1958 un programa de actividades que le permitiría aumentar su capital. El deporte, esencial: ALM Terminaba, pues, ese tormentoso 1957, de triunfos y sinsabores; de sorpresas y desencantos... Pero surgió una ilusión: en 1958, se estimó, las cosas mejorarían. El licenciado Adolfo López Mateos, quien fungía como secretario de Trabajo en el gobierno de Ruiz Cortines, había sido postulado por el Partido Revolucionario Institucional como candidato a la presidencia de la República. En su campaña electoral, López Mateos sostuvo la tesis de que el deporte era esencial para el desarrollo de la juventud mexicana. Y bajo esos promisorios signos, los deportistas no fallaron. Primero, los pequeños peloteros de Monterrey repitieron lo que nadie había hecho: ser bicampeones en Williamsport. Sólo Ricardo Treviño sobrevivió de la novena campeona el año anterior. Y si el manager César Faz ya no contaba con el brazo de Ángel Macías, ahora su lanzador estelar era Héctor “Malita” Torres, hijo de Epitacio. Triunfos de 11-0 sobre el Pearl Harbor, 11-5 al Dariel de Connecticut; y 10-1 al Kankanee, dieron el cetro a los pequeños. Y, nuevamente, la euforia se apoderó de los regiomontanos. Como sucedió en todo el país cuando un equipo mexicano logró su primer punto en una Copa del Mundo de fútbol. Ello sucedió en junio, en el campeonato celebrado en tierras suecas: México igualó 1-1 con Suiza, con gol de Jaime Belmonte. Ni las derrotas 3-0 ante Suecia y 4-0 frente a los húngaros minimizó aquello que había tardado años: nueve partidos mundialistas y sólo derrotas. Cuando López Mateos tomó posesión de la presidencia de México, el 1 de diciembre de 1958, confirmó su firme decisión de fomentar por todos los medios posibles las actividades M E X I C A N A Días antes, en un acto multitudinario, el todavía presidente Ruiz Cortines inauguró el 15 de octubre la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca, una de las grandes aportaciones de su gobierno a la juventud mexicana. Así se cristalizaba el esfuerzo del tapatío Jesús Martínez “Palillo”, cómico de sátira política, amante de las Chivas del Guadalajara, que en múltiples ocasiones, en las carpas, pedía y ¡exigía! al gobierno una unidad deportiva para los capitalinos y no el basurero, foco de infección, que eran esas 285 hectáreas. Ese día, todos los dirigentes del deporte federado reconocieron el esfuerzo del primer mandatario (Ruiz Cortines) por dar a éste el impulso que tanto anhelaron los fundadores de la CDM. En la asamblea de diciembre, Víctor Luque Salanueva fue nombrado vicepresidente de la Confederación Deportiva Mexicana. Y en el informe de actividades, su presidente, Antonio Estopier, estimó que esta agrupación se vería beneficiada por el gobierno del presidente López Mateos, quien se había pronunciado en favor del deporte. También dijo que se continuaba preparando a los equipos para la justa regional en Caracas y para los Panamericanos de Chicago. Más cambios en la CDM Llegaría, pues 1959... Y, una vez más, cambios en el gobierno y cambios en la dirigencia del deporte nacional. En enero nuestro país pudo acaparar la mayoría de premios en los octavos Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en Caracas. Sin la presencia de la poderosa delegación cubana, que no asistió por los acontecimientos conocidos: el triunfo de la Revolución, la huída de Batista y el ascenso de Fidel Castro al poder, México copó el medallero gracias a los triunfos obtenidos en atletismo, natación y tenis, con 132 metales: 53 de oro, 37 de plata y 42 de bronce. Le siguió Venezuela con 102, con 36 metales áureos, y Puerto Rico con 36. Y al regreso de la delegación de Sudamérica, en la Confederación Deportiva Mexicana se registró el cambio de mando. El jefe del Ejecutivo designó el 15 de abril como nuevo titular al ex atleta velocista y abogado, Alfonso García González, en sustitución de Antonio Estopier, quien continuó al frente de la Dirección de Educación Física. Posteriormente, en los terceros Juegos Panamericanos, celebrados en Chicago, en agosto de 1959, García González fue el jefe de los 225 atletas, mientras que en los congresos de 54/63 deportivas. Además, dejó ver que pronto llamaría a colaborar con él al ya famoso dirigente, el general José de Jesús Clark Flores. D E C A D A D E P O R T I V A T E R C E R A C O N F E D E R A C I O N 95 T E R C E R A 54/63 D E C A D A S I E T E 96 D E C A D A S 1 9 3 3 - 2 0 0 3 la Organización Deportiva Panamericana se designó como asesores especiales a José de Jesús Clark Flores, de México, y a Julio Illescas, de Guatemala. Por lo que toca a las competencias destacó el triunfo del clavadista Álvaro Gaxiola, en la plataforma; el del gimnasta Francisco José Álvarez; la victoria en florete de Pilar Roldán, así como las coronas de los tenistas: en dobles Antonio y Gustavo Palafox, y Yolanda Ramírez y Rosa María Reyes, y en mixtos con Yolanda y Gustavo Palafox. Para México fueron 29 medallas (6 de oro, 11 de plata y 12 de bronce). Y, como era de esperarse, también significó un triunfo el hecho de que el general Clark, en la sesión plenaria de la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA), fuera elegido sucesor de Douglas Roby, en el cargo de presidente. Y para aumentar el gozo de los mexicanos, el tapatío José Becerra arrebató al francés Halimi el título mundial gallo, el 24 de octubre, en Guadalajara. La venganza por lo sucedido al “Ratón” estaba consumada... y más cuando meses atrás, el 28 de febrero, inesperadamente Raúl Macías había anunciado su retiro tras vencer a Ernesto Parra, en la Arena Coliseo. El retorno del general A un año de asumir el mando de la CDM, el 25 de abril de 1960 renunció a la presidencia del organismo Alfonso García González, quien se enfilaría a su carrera política, llegando a ser el primer gobernador de Baja California Sur. Para sustituirlo, por fin, el presidente López Mateos nombró titular al general José de Jesús Clark Flores, quien se había desempeñado en ese cargo de 1948 a 1952, y que conocía muy a fondo la problemática del deporte nacional. José de Jesús Clark Flores, militar, ingeniero, político y dirigente deportivo, que había estado en el ostracismo durante el gobierno de Ruiz Cortines, era nuevamente el hombre fuerte de la Confederación. Y, a la brevedad, también lo sería del Comité Olímpico Mexicano. Ya lo era, asimismo, de la ODEPA y como vicepresidente del COI. Durante la ceremonia de toma de posesión en la CDM, celebrada el 26 de abril de 1960, Clark Flores dijo que se proponía realizar un trabajo acorde con el crecimiento que registraba el país. Y apuntó que para lograrlo necesitaba contar con el apoyo de todas las federaciones y de los organismos comprometidos en el fomento deportivo nacional. El 8 de junio, en la ceremonia de promoción del reconocimiento a los auténticos valores deportivos, Clark Flores entregó a la esgrimista olímpica Pilar Roldán el trofeo “Carro de la Victoria”, por haber sido designada la mejor deportista de 1959. A la breve pero M E X I C A N A En julio, nuevamente noticias del extranjero causaron la alegría de los aficionados: Rafael “Pelón” Osuna y el estadounidense Dennis Ralston, resultaron campeones del afamado torneo tenístico de Wimbledon. Osuna era el primer mexicano en llegar a esas alturas. Por su parte, la Confederación concluyó el entrenamiento de los atletas que figurarían en la XVII Olimpiada de Roma. Y poco antes de su salida, programada para el 19 de agosto 1960, Clark Flores anunció que la delegación la integraban 91 personas, entre las cuales estaban 71 eran competidores, 8 entrenadores, y el resto, directivos. En esos Juegos Olímpicos en la urbe italiana, el clavadista Juan Botella fue el único que consiguió para México un lugar en el podio: una medalla de bronce, en trampolín de tres metros. Una sola presea, pero nuestros deportistas regresaban, como ha sucedido desde 1932, con metal en las alforjas. Los resultados apenas fueron aceptables; sin embargo, el general Clark Flores, quien figuró como jefe de la delegación nacional, no escondió la verdad y afirmó más tarde, en su informe oficial, que no pudo lograrse más de lo que se esperaba —conociendo el nivel de competencia— de nuestros atletas, y ante los escasos resultados habría que luchar mucho para aumentar la calidad para, en un futuro, aspirar a tener mejores resultados en las competencias internacionales. El martes 27 de septiembre de 1960, mientras algunos políticos y oportunistas se preparaban para felicitar en su día de cumpleaños al presidente Adolfo López Mateos, éste se encontraba demasiado ocupado. Temprano, desde el balcón principal de Palacio Nacional, se dirigió al pueblo y anunció la expropiación y nacionalización de la industria eléctrica, que si bien aún no llegaba a todos los rincones del país, era vital para la vida y desarrollo de la nación. En noviembre, el Presidente de la República puso en marcha los segundos Juegos Deportivos del Distrito Federal, en la Magdalena Mixhuca, acompañado de veinte mil espectadores que aplaudieron estrepitosamente a los atletas que desfilaron llevando como abanderada a la exitosa esgrimista Pilar Roldán. Poco tiempo después renunció el titular de la nueva Federación Ecuestre reconocida por la CDM, Arias Sánchez. Esta agrupación vivía infinidad de problemas por la división de sus miembros. 54/63 emotiva ceremonia, efectuada en el auditorio de la Confederación, asistieron los principales dirigentes del deporte y sus compañeros deportistas. D E C A D A D E P O R T I V A T E R C E R A C O N F E D E R A C I O N 97 T E R C E R A 54/63 D E C A D A S I E T E 98 D E C A D A S 1 9 3 3 - 2 0 0 3 En la Asamblea General de la CDM, a fines de año, Clark Flores aseguró a los miembros de su Consejo Directivo y a los presidentes de las federaciones que se habían cumplido algunos de los objetivos señalados por él cuando se hizo cargo de la presidencia de la Confederación, pero que faltaba mucho por hacer para responder plenamente al compromiso contraído con el primer mandatario, Adolfo López Mateos, de dar a las actividades deportivas un impulso sin precedente en la historia del país. Entre otros puntos principales de su informe de labores, Clark Flores mencionó la publicación del calendario único del deporte, que contenía el programa nacional, dividido en tres secciones: iniciación deportiva, eventos competitivos y de promoción y recreación. Año de euforia deportiva Carismático, sonriente, aclamado principalmente por las mujeres, López Mateos no dejó de estar atento al devenir deportivo, como sucedió cuando se presentó, en enero, en el espléndido autódromo de la Magdalena Mixhuca para ver a su gran amigo y protegido, el joven Ricardo Rodríguez, de escasos 19 años, ganar en cuatro categorías. En febrero de 1961, el general Clark Flores presentó al Ejecutivo, para su aprobación, el programa de trabajo que habría de realizar en el transcurso del año la Confederación Deportiva Mexicana. La respuesta del mandatario fue generosa, pues, además de autorizarlo, dio su apoyo moral y económico a las actividades de este organismo, que comprendían también el plan de promoción atlética y varios cursos de capacitación para entrenadores. López Mateos encargó a la CDM que organizara, en este período, los sextos Juegos Juveniles Nacionales. Posteriormente, el jefe del Poder Ejecutivo acordaría la participación de México en los décimos Juegos Centroamericanos y del Caribe, la presencia de un equipo en el décimo Campeonato de Pentatlón Moderno, y la asistencia de deportistas en los segundos Juegos Infantiles y Juveniles Centroamericanos, que iban a celebrarse en El Salvador. Asimismo, afinar los preparativos del dual meet de natación y clavados, entre nuestro país y la Florida. Durante el mes de agosto, la Confederación Deportiva Mexicana participó activamente en la organización de los Campeonatos Centroamericanos infantiles y juveniles de natación, en los cuales el equipo nacional ganó 8 de las 15 pruebas del certamen y rompió tres récords del área. En el Distrito Federal, mientras tanto, López Mateos inauguró los primeros Juegos Infantiles Interprimarios, en los que participaron 80 mil pequeños competidores, desde la etapa M E X I C A N A Por su parte, el brasileño Adhemar Ferreira, campeón de salto triple de las justas olímpicas de 1952 y 1956, contratado especialmente por la Confederación, impartió varios cursos de atletismo a los equipos seleccionados para competencias internacionales. En los primeros días de septiembre se reunieron los directivos de la CDM para escuchar la grabación de un mensaje del Primer Mandatario, destinado a los jóvenes inscritos en la segunda Carrera de la Unidad Nacional, que saldrían de seis ciudades del interior para traer el fuego simbólico de la Revolución, a los sextos Juegos Juveniles Nacionales, que serían inaugurados el 24 de septiembre. Ese día, López Mateos los inauguró en la Ciudad Deportiva, y en medio de la algarabía popular, desfilaron 2 mil 692 atletas participantes. Veinte días después, el Presidente de la República inauguró los terceros Juegos del Distrito Federal, organizados también por la Confederación. Equipo de Voleibol del Distrito Federal, Campeonato de Primera Fuerza, 1956 De izquierda a derecha: Francisca González Olivia Luna Juanita Malagón Cenobia Castillo Ana Aceves Ema Zayas Hilda Martínez Concepción García Aída Martínez Olga García Hildeliza Rodríguez Si las flamantes instalaciones de la Ciudad Deportiva eran escenario de importantes certámenes deportivos, irónicamente, su gran promotor, el cómico Jesús Martínez “Palillo”, era inhabilitado como actor por el resto de su vida, debido a un sketch en el Lírico, en el que se refería a la ciudad de México como “a esta ciudad uruchurtescamente limpia”. De sobra era conocida la campaña de moralización emprendida desde 1952 por Ernesto P. Uruchurtu, regente de la ciudad. Incluso, Pérez Prado tuvo que salir por un largo tiempo del país, en razón de que el gobierno tomó a mal su versión de mambo del himno nacional, amén de que la música de don Gabilondo Soler, “Cri-Cri” también estuviera 54/63 inicial. Asimismo, el equipo mexicano, patrocinado por la CDM, ganó el dual meet de natación ante el representativo estadounidense de Florida. D E C A D A D E P O R T I V A T E R C E R A C O N F E D E R A C I O N 99 T E R C E R A 54/63 D E C A D A S I E T E 100 D E C A D A S 1 9 3 3 - 2 0 0 3 vetada en las escuelas públicas, “por procaz y perturbador de las sanas conciencias”. Clark Flores se anotó un gran éxito el 11 de noviembre: anunció la creación del Instituto de Capacitación para Entrenadores de todas las ramas deportivas, que patrocinarían la propia Confederación y las Secretarías de la Defensa Nacional y Marina. El presidente de la CDM consideró que con ese centro se iba a dar un fuerte impulso al deporte amateur nacional, y reiteró que tendría como única misión la preparación de los técnicos mexicanos, tan necesarios para la iniciación y formación de atletas de excelencia en todo el país. En la Asamblea Ordinaria celebrada el 23 de diciembre, el presidente de la CDM anticipó que esta agrupación realizaría durante 1962 un intenso plan de trabajo, que bien podría extenderse incluso a los tres años siguientes, por la expectativa de la preparación de los equipos destinados a las competencias centroamericanas, panamericanas y olímpicas. Asimismo, informó a los presidentes de las federaciones que la Confederación había reconocido como entidades deportivas a la Universidad Autónoma de México y al Instituto Politécnico Nacional. El deporte, a niños y jóvenes A partir de 1962, otro de los esfuerzos dedicados por la Confederación Deportiva Mexicana, fue el mejoramiento técnico de los atletas representativos. Y ese trabajo tuvo una especial resonancia en los undécimos Juegos Centroamericanos y del Caribe, inaugurados el 11 de agosto en Kingston, Jamaica. La delegación nacional conquistó 89 medallas, entre las que figuraban 37 de oro. Víctor Luque, representante de la CDM, estimó que este triunfo se debía absolutamente a la buena preparación y disciplina de nuestro conjunto deportivo. Venezuela ocupó el segundo sitio con 58 preseas, en tanto Cuba, que regresó a la escena deportiva del área, terminó atrás con 57 metales. Días antes, en junio, México participó en la Copa del Mundo de fútbol, en Chile. Y obtuvieron su primer triunfo en un mundial: 3-1 sobre Checoslovaquia, ya calificada. Antes se perdió por 2-0 ante Brasil y 1-0 frente a España, para quedar eliminados. Asimismo, en los primeros días de junio, el caballista Rubén Uriza —oro y plata en la justa olímpica de Londres ’48— recibió de manos del presidente López Mateos el trofeo “Caballería de México”, como triunfador de las pruebas selectivas ecuestres. Poco antes, en Sacramento, California, 26 miembros de la Asociación Ecuestre habían ganado competencias de salto a conjuntos hípicos de Estados Unidos y Canadá y resaltaban su condición de campeones. M E X I C A N A T E R C E R A Frontenis. Parque Deportivo Venustiano Carranza 54/63 D E P O R T I V A D E C A D A C O N F E D E R A C I O N 101 La Confederación Deportiva Mexicana contrató a Lloyd “Bud” Winter, uno de los más destacados entrenadores norteamericanos de atletismo, para que diera conferencias y un curso de adiestramiento a maestros y alumnos de la Escuela de Educación Física. Por su parte, el general Clark Flores, siempre interesado en la promoción de las competencias infantiles y juveniles como fuente productiva de futuros deportistas, cerró los preparativos de los undécimos Juegos Infantiles Nacionales y de los sextos Juegos del Distrito Federal, que inauguró el presidente de la República, en el mes de septiembre. En agosto, mientras tanto, en la cancha de arcilla del Deportivo Chapultepec, se escribió una gran historia en el tenis. Se venció por primera ocasión, tras 14 enfrentamientos, a la poderosa escuadra de Estados Unidos. Rafael “Pelón” Osuna y Antonio “Potrillo” Palafox fueron los protagonistas. Posteriormente vencieron 4-1 a Yugoslavia, y 3-2 a Suecia, antes de viajar a Madras, India, para doblegar a los locales 5-0 y llegar, ¡por vez primera en la historia, a la final de la Copa Davis!, ante la invencible escuadra de Australia, integrada por Neal Fraser, Rod Laver y Roy Emerson, que dibujaron un contundente 5-0. Por otra parte, en San Luis Potosí, el doctor Jaime Torres Bodet, secretario de Educación Pública, inauguró el 5 de octubre los sextos Juegos Juveniles Nacionales, organizados por la Confederación Deportiva Mexicana. En esta competencia concursaron 3 mil 500 atletas en 18 disciplinas. Y en la ceremonia respectiva el funcionario aseveró que México estaba creciendo deportivamente, debido al entusiasmo con el que las instituciones del ramo fomentaban la cultura física y el deporte como práctica común en la niñez y la juventud. T E R C E R A 54/63 D E C A D A S I E T E D E C A D A S 1 9 3 3 - 2 0 0 3 La promoción del deporte en el país era intensa, pero un nuevo golpe se abatió sobre el automovilismo, y el deporte en general se cubrió de luto: Ricardo Rodríguez, amigo personal de López Mateos, y que había maravillado a la misma gente de la Fórmula Uno, por su audacia, temeridad y habilidad al volante, murió el sábado 1 de noviembre al estrellar su Lotus a la salida de la curva peraltada del autódromo de la Magdalena Mixhuca, previo al Gran Premio de México, que se celebró al día siguiente. Días después, en diciembre, en la asamblea de la CDM, Clark Flores informó a sus asociados que formaría un cuerpo nacional de dirigentes, ya que existía la probabilidad de organizar los XIX Juegos Olímpicos de 1968, en la ciudad de México. Y anunció que ya había solicitado la sede deportiva al Comité Olímpico Internacional. Puestos de pie, los presidentes y delegados de las federaciones dedicaron un fuerte aplauso a su titular como testimonio a la iniciativa que habría culminar con la realización de esa competencia. La victoria en Baden Baden 102 Bajo ese tenor, 1963 sería un año crucial para el deporte de México. Lleno de ilusiones... El general Clark Flores, titular de la Confederación y del Comité Olímpico Mexicano, fue designado por el COl como su representante en los sextos Juegos Panamericanos, que se celebraron del 20 de abril al 5 de mayo, en San Paulo, Brasil. Días antes, el Primer Mandatario abanderó a la delegación mexicana, y nombró como jefe de la misma a Clark Flores. Y ya en las pruebas, nuestro país ocupó un decepcionante octavo sitio, con sólo 25 medallas en los juegos: 2 de oro (por el maratonista Fidel Negrete y la pareja en mixtos de tenis de Yolanda Ramírez y Francisco Contreras), 8 de plata y 15 de bronce, atrás de Estados Unidos, Brasil, Canadá, Argentina, Cuba y Uruguay. Por esta decepcionante actuación en Sao Paulo, el presidente de la CDM anunció la reorganización total del deporte mexicano, eliminando sistemas y, sobre todo, a personas arraigadas en los principales puestos federativos, “por un trabajo nulo”. El Consejo Directivo de la CDM dispuso el 4 de junio que los entrenadores egresados de su Instituto de Capacitación Deportiva (ICD), colaborasen con el Instituto Politécnico Nacional en la preparación de los grupos de competencias del plantel. Además, el general Clark Flores fue reelecto presidente del Comité Olímpico Mexicano, el 12 de julio, para el período 1963-1967. También fueron reelegidos Víctor Luque, en la vicepresidencia, Raúl Ibarra, en la secretaría general, y Joaquín Soria Terrazas, en la tesorería. M E X I C A N A Pero la posibilidad de que los juegos de la XIX Olimpiada fueran en nuestro suelo seguía teniendo prioridad en las acciones. Y el 1 de octubre le fue presentada al Presidente de la República, Adolfo López Mateos, la muestra deportiva que sería enviada a Baden Baden, Alemania, como argumento de las gestiones que realizaba el titular de la CDM y el COM para obtener la sede de la justa de 1968. Clark Flores, como titular de la CDM y en representación del Ejecutivo, clausuró ese día los séptimos Juegos Juveniles Nacionales, celebrados en la ciudad de Puebla, y felicitó a los 5 mil 400 atletas que compitieron en 18 disciplinas deportivas. Y, el 19 de octubre, por fin, nuestro país fue sacudido por una grata noticia: el Comité Olímpico Internacional concedió a la ciudad de México la sede de la XIX Olimpiada de 1968, durante la votación de sus miembros reunidos en Baden Baden, Alemania. De acuerdo con el cómputo realizado, México recibió 30 votos, Detroit 14, Lyon 12, y Buenos Aires 2. Factor decisivo en esta victoria latinoamericana fue el prestigio, el imán de un hombre, de un genuino deportista, quien poco antes había sido aclamado y a quien se le tributaron honores como gran estadista durante la gira hecha por la vieja Europa. Homenajes y honores que repercutieron en todo el mundo y que situaron al pujante México en un lugar prominente entre las naciones. Este hombre fue Adolfo López Mateos, llamado el “presidente deportista” de nuestro país. El general Clark Flores, que había viajado con anterioridad a esa población alemana para instalar una magnífica exposición sobre aspectos del deporte mexicano, expresó su más amplio reconocimiento a los integrantes del Comité Olímpico Internacional por esta elección. Y, sobre todo, a su equipo de trabajo integrado por don Manuel Guzmán Willis, Alejandro Carrillo, Eduardo Hay, Josué Sáenz, Marte R. Gómez, Víctor Luque Salanueva, Guillermo Montoya, por citar sólo algunos, que hicieron contagiar a los miembros del COI del “sueño mexicano”. Asimismo, el presidente López Mateos, que había secundado con mucho entusiasmo el proyecto del general Clark Flores para obtener la sede de los Juegos Olímpicos, al conocer el resultado de la votación del COl, expresó que una vez más “se había distinguido el esfuerzo y la creatividad del pueblo mexicano”. 54/63 Un día después de que un grupo de personajes pasara a formar parte como miembros honorarios del Comité Olímpico Mexicano, entre los que figuraban Luis Echeverría Álvarez, Agustín Legorreta y el general Abelardo L. Rodríguez, el secretario de Educación Pública inauguró en julio el torneo Centroamericano de Natación Infantil y Juvenil, en el Auditorio Nacional. D E C A D A D E P O R T I V A T E R C E R A C O N F E D E R A C I O N 103 T E R C E R A 54/63 D E C A D A S I E T E 104 D E C A D A S 1 9 3 3 - 2 0 0 3 En una reunión extraordinaria, celebrada también en Baden Baden, Clark Flores fue designado miembro de la Comisión Ejecutiva del COl, junto con lvon Emil Vind, de Dinamarca. Fue el primer mexicano que formó parte de ese cuerpo. Posteriormente, en la ceremonia de clausura de la reunión y de protesta ante el nuevo compromiso olímpico, encabezada por Avery Brundage, como presidente del COI, el general José de Jesús Clark Flores prometió que no se decepcionaría a ninguno de los países que depositaron su confianza en México. La noticia de la designación de la ciudad de México como sede de los juegos fue recibida con gran júbilo en todo el país. Los diarios dieron a conocer la noticia con grandes encabezados y se despertó una gran euforia deportiva, comercial y social. Sin embargo, poco después, en varias partes del mundo se inició una sistemática campaña en contra de la ciudad de México. Una campaña infundada y la más de las veces mal intencionada, enfocada principalmente a criticar y temer por la altura de la ciudad de México (2,240 metros sobre el nivel del mar). Incluso los italianos protestaban porque aquí no se podía hacer, “aldente”, un buen spaghetti; los ingleses temían que sus atletas se infartaran... De regreso a la capital del país, el 5 de noviembre, satisfecho por el éxito de su gestión, Clark Flores declaró que ya se había conseguido la primera parte del proyecto olímpico. Ahora faltaba trabajar más, tesoneramente, para formar buenos atletas y, sobre todo, contar con dos equipos: uno competitivo y otro de organización. El entusiasmo “olímpico” llenó de trabajo las oficinas de los organismos deportivos: incluso, en varias secretarías de Estado, de inmediato se empezó a hablar de planes y programas. Sin embargo, por un momento todo esto se detuvo. Inesperada y sorpresivamente, se dio a conocer una noticia que conmocionó al país y al mundo: el asesinato de John F. Kennedy, “gran amigo de México”, diría un acongojado primer mandatario, quien declaró por decreto tres días de luto nacional. En efecto, ese 22 de noviembre, en una gira a Dallas, Texas, el presidente Kennedy y su esposa, Jacqueline, viajaban en una limousine y saludaban alegremente a los 250 mil texanos que se hallaban reunidos esa tarde en las principales avenidas de esa ciudad sureña, cuando un disparo certero en la cabeza terminó con la fugaz pero brillante carrera de John Fitzgerald, héroe de guerra, católico, liberal, carismático, hijo de familia adinerada y sonrisa deslumbrante, y con el sueño de millones de estadounidenses. Kennedy murió a la una de la tarde en el hospital Parkland, de Dallas, a la edad de 46 años y, en plena “guerra fría”, la policía acusó a Lee Harvey Oswald de ser el asesino del presidente. Oswald, que se declaró inocente en sus primeras declaraciones, no tuvo un M E X I C A N A Mientras tanto, el trabajo en el deporte continuó aquí y, días después, el 5 de diciembre, Clark Flores designó una comisión encargada de conjuntar los equipos nacionales para los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964. La integraron: Miguel Iglesias, de Coahuila: Alfonso Montaño, de Morelos; Emilio Mendoza, de Baja California, y Salvador Martínez, de La Laguna. También fue nombrada una comisión que seleccionaría a los atletas para la competencia de 1968. La presidieron: Conrado Rodríguez, de Coahuila; Gerardo Alcaraz, de Colima; Fermín Álvarez, de Nayarit, y Modesto Careaga, de Jalisco. Durante la reunión efectuada con este fin, el presidente de la Confederación Deportiva Mexicana manifestó a los asambleístas que había solicitado al gobierno la construcción de un Palacio de los Deportes. Y agregó que sería admitida en la CDM la Asociación de Hockey sobre Hielo, deporte que recibiría un fuerte impulso el año siguiente. 54/63 juicio. Un par de días después, fue asesinado por un oscuro personaje, Jack Ruby. El vicepresidente Lyndon B. Johnson tomó el mando del país. D E C A D A D E P O R T I V A T E R C E R A C O N F E D E R A C I O N 105 106
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