EL PULSO VENOSO YUGULAR Y LA PRESIÓN VENOSA CENTRAL VALORACIÓN DEL PULSO VENOSO YUGULAR 1. CONCEPTO La presión que hay en las venas yugulares (PVY) equivale a la presión en la aurícula derecha (presión venosa central, PVC). Su equivalente en el lado izquierdo sería la presión de enclavamiento pulmonar (PCP, equivalente a la presión en la aurícula izquierda) que se mide con el catéter de Swan-Ganz. A su vez, la presión de las aurículas durante la diástole, en ausencia de obstrucción en las valvas auriculoventriculares, es igual a la presión del ventrículo correspondiente. La vena yugular externa permite estimar la presión media de la aurícula derecha, y la yugular interna la presión y la morfología de sus ondas (es por tanto, más relevante). La vena yugular externa es una columna de sangre estática (no pulsátil), cuya altura máxima permite estimar la presión en la aurícula derecha media, midiéndose en centímetros de elevación respecto al ángulo esternal de Louis (entre el manubrio y cuerpo esternal, que está a unos 5 cm de la aurícula derecha), siendo habitual encontrarla inmediatamente sobre la clavícula con el tronco a 30º. Que se corresponde con unos 3 cm por encima del ángulo esternal (lo que equivale a unos 8-9 cm de H2O) Figura 1. Inspección de la presión venosa yugular (PVY); Figura 2. Estimación de la presión venosa central (PVC) Aunque la evaluación de la morfología del PVY puede exigir un mayor entrenamiento y experiencia, la simple medida de la presión venosa yugular puede ser de gran utilidad (Figura 3). Se medirá con una regla milimetrada que se apoya verticalmente sobre el ángulo de Louis (unión entre el manubrio y cuerpo esternal) y un lápiz en posición horizontal que apuntará al final de la onda de pulso, que nos marcará su altura en centímetros (cm). Lo normal es que sea inferior a 3 cm. Cuando se hace la lectura de la presión venosa, conviene reseñar la posición del paciente. El Internista.es │ Http://www.Elinternista.es 1 No obstante, la distensión de la yugular externa no siempre indica elevación de la presión auricular, pues en ocasiones una válvula venosa en su trayecto hace que este más distendida incluso con presiones bajas. Una sencilla maniobra de “vaciar” la vena mediante compresión digital suave, de arriba abajo, manteniendo un dedo en cada extremo visible de la vena. Si al liberar uno de los dos dedos la vena se llena de abajo a arriba indica que la presión esta elevada, y si lo hace de arriba abajo, no tiene relevancia clínica. También se puede medir la presión venosa central estimando la altura sobre el ángulo esternal a la que se aprecian las ondas a y v del pulso venoso yugular interna, siendo la causa más frecuente de elevación de la presión venosa el aumento de la presión diastólica ventricular. 2. VALORACION DEL PULSO VENOSO YUGULAR (PVY) El pulso venoso yugular (yugular externa) se explora observando el latido de la vena yugular interna derecha inmediatamente lateral a la carótida con l paciente en decúbito supino, la cabeza en posición neutra e inclinando el tórax unos 30-45º (para apreciar mejor el pulso venoso se suele hacer a 60º o incluso sentado o en pie si tiene la PVY elevada, y a 15-30º si la tiene baja, pudiendo ser útil la presión abdominal suave para evidenciarlo en estos casos. Figura 3. Valoración de la presión venosa yugular El aumento de la presión venosa yugular se debe a alguna de estas tres circunstancias: 1. Fallo de bomba del ventrículo derecho; 2. Dificultad del llenado ventricular derecho; 3. Patología tricúspide. El reflujo hepatoyugular (más correctamente el abdominoyugular) se explora ejerciendo presión firme durante al menos 10-15 segundos sobre el centro del abdomen del paciente que respira normalmente, evitando que haga valsalva. En personas sin enfermedad no hay elevación evidente o esta es muy leve solo al iniciar la compresión, mientras que se considera que la prueba es positiva si la PVY se eleva visiblemente durante la compresión, se mantiene los 10-15 segundos y cae más de 4 cm al terminar de comprimir. La causa más frecuente de reflujo abdominoyugular es la insuficiencia cardiaca derecha, secundaria a elevación de las presiones diastólicas del ventrículo izquierdo. El signo de kussmaul consiste en un aumento de la presión venosa yugular con la inspiración (en condiciones fisiológicas disminuye, pues al haber presiones negativas en el tórax durante la inspiración, la sangre acumulada en las venas yugulares es atraída hacia la aurícula derecha. Este signo puede aparecer en cualquier fallo diastólico derecho grave, ya que el exceso de volumen sanguíneo que alcanza las cavidades derechas en inspiración produce un marcado aumento de su presión, siendo muy característico de la pericarditis constrictiva, de la cardiomiopatía restrictiva y del infarto del VD. El Internista.es │ Http://www.Elinternista.es 2 VALORACIÓN DE LA PRESIÓN VENOSA CENTRAL 1. CONCEPTO La medición de la presión venosa central consiste en hacer una medición de la presión existente en la vena cava o en la aurícula derecha, en cm de agua. Para ello, se introduce un catéter central a través de la vena yugular interna o subclavia y cuyo extremo más distal debe llegar como mínimo a la última porción de la vena cava o aurícula derecha, y mediante una regla graduada en cm en la que se introduce suero fisiológico, conectada al catéter mediante un sistema nos permite medir la presión en cm de agua que existe en la vena cava o en la aurícula derecha. 2. COMO MEDIRLA Para medir la PVC (que mide la presión de llenado del ventrículo derecho) conectamos la luz distal de una vía venosa central a un suero presurizado. Utilizamos la luz distal y no otra porque esta luz es la única que llega hasta la unión de la vena cava superior con la aurícula derecha, que es la cámara cardíaca contigua al ventrículo derecho y, por tanto, el lugar desde donde mejor se detecta la presión con que la sangre llega al ventrículo derecho desde la aurícula derecha. Visión mediante radiografía de tórax de la correcta colocación del extremo distal del catéter venoso central para medición de la PVC, siendo la posición más adecuada en vena cava superior, tercer espacio intercostal. El Internista.es │ Http://www.Elinternista.es 3 Los valores normales en la aurícula derecha oscilan entre 0 y 5 cmH2O, mientras que en la vena cava superior entre 6 y 12 cmH2O. Esto es importante a la hora de la interpretación de la cifra obtenida en la medición por que dependerá de la localización donde se encuentre la PVC. Del mismo modo es importante asegurarse de la correcta posición del paciente, cerciorándose de la correcta localización del nivel con la aurícula derecha. 3. LIMITACIONES DE LA PVC La presión que hay en el ventrículo derecho, que a su vez está en íntima relación con la existente en el resto de cámaras cardíacas, determina el volumen sanguíneo movido por el corazón y, en consecuencia, el volumen sanguíneo circundante por todo el cuerpo. Por tanto, la PVC nos informa de la cantidad de sangre sistémica, pudiéndonos alertar así de situaciones de hipovolemia o hipervolemia. Sin embargo, hay factores que influyen en dicha presión que complican esta interpretación del parámetro. No siempre el volumen de retorno venoso se corresponde con la presión del ventrículo derecho. La presión de éste puede verse influenciada por la presión intrapleural (que puede aumentar en patologías como el hemotórax, neumotórax o quilotórax, o en situaciones de ventilación mecánica). Esta presión puede hacer que, erróneamente, el valor de la PVC aumente. La PVC se ve también influenciada por el aumento de la presión abdominal, que produce un aumento del retorno venoso y, como consecuencia de éste, un aumento de la PVC. Además, ciertas patologías cardíacas como la insuficiencia ventricular, infarto agudo de miocardio o pericarditis pueden también modificar su valor. Por tanto, en todas estas situaciones no podemos realizar una relación directa entre la PVC y el volumen sanguíneo sistémico, de modo que para valorarlo necesitamos más parámetros. En general, el aumento de la PVC (valor por encima de 12 mmHg), significa: 1) Aumento del retorno venoso debido a estados que causan hipervolemia; 2) Función cardíaca deprimida; 3) Taponamiento cardiaco; 4) Hipertensión Pulmonar; 5) PEEP; 6) Vasoconstricción, y la disminución de la PVC (valor por debajo de 6 mmHg), significa: 1) Reducción del retorno venoso e hipovolemia; 2) Pérdida del tono venoso por vasodilatación (sepsis) 4. INTERPRETACIÓN DE LA PVC Para poder obtener datos más precisos al medir la PVC tenemos fijarnos en su curva, que nos alerta de ciertas patologías cardíacas y arritmias. En la curva de la PVC de un sujeto sano se pueden distinguir cinco ondas que se corresponden con las distintas fases del ciclo cardíaco. La onda a se relaciona con la contracción auricular, la onda c, con el cierre de las válvulas auriculoventriculares y el paso de la sangre de la aurícula al ventrículo, la onda x, con la relajación de la aurículas tras su vaciado, la onda v, con el llenado de las aurículas durante la contracción, y la onda y con el llenado auricular inicial. El Internista.es │ Http://www.Elinternista.es 4 Tal y como se aprecia en la imagen, la onda de PVC se correlaciona con las ondas del ECG puesto que las ondas R, S y T se producen durante la sístole o contracción auricular, y las ondas P y Q durante la diástole o relajación auricular. La sístole: comprende la contracción isovolumétrica, la eyección y la relajación isovolumétrica del ventrículo. En el ECG la sístole empieza con el QRS y termina con la onda T. La diástole: se refiere al llenado ventricular. En el ECG los eventos tempranos de la diástole siguen la onda T y los eventos tardíos se acercan al QRS. PVC normal Onda (fase Del Ciclo Cardíaco) Onda a : Fin diástole Onda c : Inicio Sístole Onda v : Fin sístole Onda x : Mitad sístole Onda y : Inicio de diástole Evento Mecánico Contracción auricular Contracción Isovolumétrica Llenado sistólico de la aurícula Relajación auricular, colapso sistólico Comienzo del llenado ventricular: Colapso diastólico ■ Onda “a”. Se produce por la contracción de la aurícula derecha (onda "a" de auricular), responsable de la fase de llenado activo ventricular. Se debe al reflujo existente durante la contracción, de manera que cuanto mayor sea ésta, mayor será el reflujo. Expresa por tanto, el aumento de presión que se debe a la contracción auricular, y tiene lugar al final de la diástole ventricular, poco antes del primer ruido (comienza antes del primer tono y alcanza su cúspide coincidiendo con el mismo) y del pulso arterial. La onda a (y el seno x) desaparecen en la fibrilación auricular por no existir una contracción ni relajación auricular eficaz. Recuerda! La onda a “en cañón” rítmica aparece cuando el impulso eléctrico no nace en el nodo sinusal, sino en el nodo AV. La onda a “en cañón” arrítmica aparece cuando existe disociación AV (las aurículas tienen un ritmo y los ventrículos otro independiente). Unas ondas a aumentadas o grandes se deben a un aumento de la resistencia al llenado del VD, como ocurre en la estenosis tricuspídea, en la hipertensión pulmonar, la estenosis pulmonar o la hipertrofia del VD. El grado máximo de resistencia acontece cuando la válvula tricuspídea está cerrada mientras que la AD se contrae, y entonces aparecen las “ondas a cañón”. Estas ondas pueden ser irregulares o arrítmicas (en la disociación auriculoventricular que se produce, por ejemplo, en el bloqueo auriculoventricular completo o en las taquicardias ventriculares) o bien regulares o rítmicas en ritmos de la unión AV (como en la taquicardia por reentrada intranodal). El Internista.es │ Http://www.Elinternista.es 5 ■ La onda descendente o el Seno x. Es un seno profundo que sigue a la onda "a" (vertiente descendente de la onda "a") y que expresa el descenso de presión que ocurre durante la relajación auricular (diástole auricular). En su génesis también influye la fase de contracción isovolumétrica ventricular, durante la cual desciende el anillo tricúspide. A veces, este seno se ve interrumpido por una pequeña cresta, cresta "c", debida seguramente al abombamiento de las válvulas tricúspides hacia la aurícula durante dicha fase y al impacto del pulso carotídeo contiguo. El seno "x" es la onda dominante en el pulso venoso y es la responsable del característico colapso sistólico del pulso venoso. En la pericarditis constrictiva el seno x suele aumentar (por el descenso del suelo auricular derecho durante la sístole ventricular), pero el seno x es la onda predominante en el taponamiento cardiaco. Este puede disminuir en la dilatación y disfunción del VD y suele estar ausente o invertido (Especialmente en su segundo componente) en la insuficiencia tricuspídea y en la fibrilación auricular (como la aurícula no se contrae, tampoco se relaja). Curva normal del PVC ■ La rama ascendente de la Onda "v" se debe al llenado de la AD que tiene lugar por la llegada de sangre desde las venas durante la contracción ventricular, es decir, con la tricúspide cerrada. Un onda v grande “onda sístole venosa” es típica de la insuficiencia tricuspídea, apreciándose en casos avanzados en los que la válvula de la vena yugular se hace incompetente, incluso llegando a producirse un movimiento sistólico del lóbulo de la oreja o una sacudida de la cabeza. En la comunicación interauricular también puede apreciarse un modesto aumento de la onda v. ■ Tras iniciarse la diástole ventricular y al abrirse la válvula tricúspide, la sangre súbitamente pasa de la AD al VD, apareciendo la descendente y (colapso diastólico), que suele ser menos profundo que la descendente x. Un seno enlentecido (atenuado o pequeño) sugiere obstáculo al llenado del VD, como en la estenosis tricuspídea o algunos mixomas auriculares. Por el contrario en la insuficiencia tricuspídea, siguiendo a la onda v grande hay una descendente rápida y profunda. En la pericarditis constrictiva ocurre un descenso rápido y profundo con ascenso rápido de la línea basal (la calcificación pericárdica que dificulta la relajación hace que cuanto aumenta un poco el volumen intraauricular, su presión aumenta de forma desproporcionada, esto es, sólo está afectada la parte inicial de la diástole a diferencia de la miocardiopatía restrictiva), y constituye la onda más llamativa de la enfermedad, así como en otras disfunciones del VD. El hecho de presentar los senos x e y un descenso rápido confiere al pulso venoso de enfermedad constrictiva una morfología en “W”. El Internista.es │ Http://www.Elinternista.es 6 ■ Tras la descendente y, la presión auricular y ventricular asciende lentamente hasta de nuevo aparecer la contracción auricular (onda a). La onda h o meseta diastólica corresponde al llenado ventricular lento (diastasis) entre el seno y y la onda a, siendo llamativa en la pericarditis constrictiva, cardiomiopatía restrictiva y disfunción ventricular derecha grave. En presencia de fallo ventricular izquierdo con hipertensión pulmonar que produce un fallo ventricular derecho e insuficiencia pulmonar y tricuspídeas secundarias, el pulso característico muestra una onda a grade, un seno x disminuido o ausente, una gran onda v y un seno y rápido y profundo AUSENTE DISMINUIDO AUMENTADO a x Fibrilación auricular AD dilatada Fibrilación auricular Insuf. tricuspídea grave VD dilatado E. tricuspídea E. pulmonar Hipertensión pulmonar Taponamiento pericárdico (Pericarditis constrictiva) AD hipertrófica v y Taponamiento cardiaco Obstrucción tricuspídea E. tricuspídea Mixoma AD Insuficiencia tricuspídea Comunicación interauricular Pericarditis constrictiva IC derecha grave I. Tricuspidea grave ─ Onda a: Contracción auricular. Desaparece en FA. Aumenta en E. Tri, HTP, E. pulmonar y en Hipertrofia del VD. ─ Seno x: Descenso de presión por relajación auricular (diástole auricular). Desaparece en FA. Se profundiza en la pericarditis constrictiva y taponamiento cardiaco. Su profundidad disminuye en dilatación y disfunción del VD y puede estar ausente o invertido en la Insuf. Tricuspídea. ─ Onda v. llenado auricular. Aumenta característicamente en la insuficiencia tricuspídea, aunque también puede verse ligeramente en la comunicación interauricular. ─ Seno y: Paso de sangre de la AD a VD (colapso diastólico). Seno pequeño y enlentecido obstáculo en el VD (E. Tri o mixoma auricular). Seno profundo y rápido insuf. Tricuspídea. Descenso rápido y ascenso con morfología en “W” sugiere pericarditis constrictiva. El Internista.es │ Http://www.Elinternista.es 7 5. MONITORIZACIÓN DE LA RESPUESTA A FLUIDOS En pacientes con fracción de eyección mayor del 50% y con una distensibilidad ventricular normal, la PVC podría reflejar los cambios que se producen en la precarga cardíaca, lógicamente analizada en la forma descrita y realizando mediciones continuas en el tiempo. El asumir que existen cifras ideales o valores normales de PVC, puede conducir a una restauración inadecuada de la volemia con las obvias consecuencias. Lo importante es evaluar la variación de la PVC para un paciente determinado y para una cifra específica de PVC, ante la administración de cargas variables de líquidos. Grandes cargas de líquidos pueden producir solamente pequeñas y transitorias variaciones de los valores de la PVC, o pequeños volúmenes pueden generar rápidas, marcadas, persistentes y lógicamente peligrosas elevaciones de la PVC, en cierto tipo de pacientes críticos. Una fracción de eyección menor del 40% hace de la PVC un pobre predictor de la presión de oclusión de la arteria pulmonar, de la presión de final de diástole del ventrículo izquierdo y por consiguiente se convierte en una guía muy errónea para el reemplazo de líquidos. La PVC debe llevarse a los valores necesarios para mantener un adecuado gasto cardíaco, medido o presumido, y no a unos valores preestablecidos que para ciertos pacientes pueden ser muy bajos, pacientes en los cuales por aumento en la complacencia de sus cámaras cardíacas no es posible obtener presiones de llenado elevadas. Por el contrario existen estudios que han mostrado muy claramente cómo puede existir un déficit de volumen de un 20 a 30% a pesar que los valores de la PVC y la presión sanguínea se encuentran dentro de los rangos de valor normal. La PVC debe ser analizada cuidadosamente como un dato más en el manejo del paciente quirúrgico, siempre y cuando se conozcan y tengan en mente todos los factores que la pueden alterar y no como un dato absoluto que deba modificarse hacia una cifra determinada. Algunos estudios han demostrado que las cifras de PVC llegan a valores normales sin que se haya restablecido el volumen intravascular. Otros estudios han concluido que la PVC puede llegar al valor normal con reemplazar solo el 50% del volumen sanguíneo. Estas observaciones implican que la PVC y la presión de oclusión de la arteria pulmonar no pueden ser utilizadas como dato aislado para predecir el volumen sanguíneo en forma precoz después de un shock hemorrágico. El Internista.es │ Http://www.Elinternista.es 8
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