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EL LIBRO DE SALMOS
El propósito del libro de los Salmos es, proporcionar
poetas para la expansión de la alabanza, adoración y
confesión a Dios. Es decir, que en éste libro usted
encontrara los ideales del amor, la piedad y la comunión
con a Dios, tambien el dolor que causa el pecado, cuando
se esta buscando la perfección del alma y el espíritu,
porque caminar en la oscuridad sin ningún temor, no se
puede guarda la lámpara de al fe, pues sin la obediencia a
la ley de Dios, no se puede encontrar con la delicia de su
comunión y la de su humildad, sino estará bajo la vara de
la corrección, y la maldad y la iniquidad triunfaran en la
tormenta.
Éste hermoso libro contiene ciento cincuenta cánticos y
poemas espirituales que son usados en cultos devocionales
por la Iglesia de todas las épocas. Tambien fue usado
como himnario durante el segundo templo.
Así que los temas predominantes en los salmos son la
oración y la alabanza, que cubren una gran variedad de
experiencias religiosas. Además, son citados en el Nuevo
Testamento. Y llamados los Salmos de David, porque él
fue el autor de un gran número de ellos.
Su autor
Todavía no se ha determinado quien haya sido el autor de
todos los salmos; es probable que el nombre atribuido a
los “salmos” se refiera al recopilador más no, al autor.
Aunque el autor de éste libro se los atribuyen a David:
pero algunos estudiosos de la biblia después de haber
examinado varias veces las Escrituras han llegado a la
conclusión que no todos le corresponden a David, sino que
existen otros autores como los hijos de Coré: el 12, a Asaf:
el 1, probablemente tambien Hageo, Zacarías, Emán, Etán,
Moisés, Esdras y Salomón: tuvieron parte en ellos, y el
resto, si es anónimo.
¿Pero qué contiene éste libro? Contiene cánticos, poemas
y oraciones, todos nacidos de la experiencia de una
comunidad que ama y adora a Dios. Porque un buen
adorador, toma la palabra para dirigirse a Dios, compartir
las experiencias y las aspiraciones más profundas del
alma: Por esto, no mescla las palabras de la biblia con la
música mundana, ni imita a los artistas del mundo
pecador, sino que le canta a Dios a través de sus luchas,
esperanzas, triunfos, fracasos y hasta por su rebeldía, pero
sabe que la gratitud comienza con el arrepentimiento;
tambien usa el clamor que surge por la enfermedad,
pobreza, el exilio, la injusticia y toda suerte de
calamidades y miserias que afectan su alma.
Por está razón, Jesús utilizó los Salmos durante su
ministerio. Y de ejemplo, tenemos la tentación de Satanás
cuando se encontraba en el desierto (Mateo 4:6; Salmo
91:11-12) o en las enseñanzas del Sermón del Monte
(Mateo 5:7; Salmo 18:25; Mateo 5:35; Salmo 48:2; Mateo
7:23; Salmo 6:8). Además, su evangelio relatan sus
últimas palabras en la cruz, allí, Él citó dos veces
los Salmos (Mateo 27:46; Salmo 22:1; Lucas 23:46 y
Salmo 31:5).
Así que través de la historia, los Salmos han servido de
inspiración tanto para la comunidad judía y la cristiana.
Por esto el pueblo de Israel dio expresión a su fe
entonándolos en el templo de Jerusalén, y el judaísmo los
hizo parte esencial del culto en la sinagoga. La iglesia los
adoptó tal como estaban y, al recibirlos, los incorporó a la
fe cristiana dándoles un sentido cristocentrico. Por las
expectativas mesiánicas, originalmente centradas en el rey
de la línea de David, y fue identificada con Jesucristo
(Hechos 2.30).
Por ello, el libro de los Salmos, recopila el regreso del
exilio de Babilonia, y su base esta en las antiguas
colecciones, y incluye los salmos que datan de un período
de más de seis siglos, desde los albores mismos de Israel
hasta la era postexílica; además, fue el himnario que
utilizaron los judíos durante la reconstrucción del templo
de Jerusalén, conocido como el Segundo Templo, después
del exilio en Babilonia. Ahora el nombre del libro en
hebreo, es “tejilim” y en plural es “tejila”, que significa
"cántico de alabanza". Pero en castellano es "Salmos" que
se deriva de la Vulgata, donde recibe el nombre de Liber
Psalmorum o "Libro de los salmos". Pero el latín, lo toma
de la Septuaginta (LXX), que significa Psalmoi o "Cantos
para instrumentos de cuerda", aunque solo unos pocos se
identifican en el texto hebreo, como "mizmor”. En otras
ocasiones se le da el nombre de "Salterio", que es un
derivado del griego, psalterion, que es instrumento de
cuerdas o "lira" que se usaba en la antigua Grecia para
acompañar el canto.
La poesía hebrea
Es bueno señalar, que la poesía lírica gozó de gran
popularidad en todo el antiguo Oriente. Pues existen
numerosos ejemplos de este género literario y como
venían de Canaán (los músicos y cantores gozaban de
fama internacional), tambien de Egipto y Mesopotamia. Es
evidente la contribución que hizo Israel al mundo cultural
de su tiempo.
Es por esto, que la poesía israelita abunda en la Biblia.
Como ejemplo tenemos el Cántico de Moisés (Éxodo 15)
y el Cántico del pozo (Números 21:17-18), el Cántico de
Débora (Jueces 5) y el Lamento de David a la muerte de
Saúl y Jonatán (2 S 1:19-27). Así mismo, la Biblia se
refiere a antiguas colecciones poéticas de las que
solamente se conservan fragmentos, como “El libro de las
batallas de Jehová” (Números 21:14) y “El libro de Jaser”
(Josué 10:13 y 2 S 1:18). Pero la mayor parte de la obra
poética del antiguo Israel la tenemos en el libro de Salmos.
Ahora el estilo de la poesía hebrea no se semeja al nuestro.
Porque sus estructuras son similares a las de los otros
pueblos semitas de la antigüedad. Pero de todas las formas
peculiares al género poético hebreo, el "paralelismo" que
es la más fácil de reconocer en la traducción del
castellano. Así que la estructura paralela era una de las
formas favoritas de crear en esa belleza literaria. Porque la
poesía hebrea carece de rima; en su lugar, el paralelismo
ofrece una especia de "rima de ideas".
Los tres paralelos
En el primero: tenemos el paralelismo sinónimo, que
consiste en expresar dos veces la misma idea con palabras
distintas, como en esta escrito en el Salmo 15:1, Jehová,
¿quién habitará en tu Tabernáculo? ¿Quién morará en tu
monte santo?
En la segundo: se encuentra el paralelismo antitético, que
se establece por la oposición o el contraste de dos ideas o
imágenes poéticas; según el Sal 37:22: “Porque los
benditos de él heredarán la tierra y los malditos de él
serán destruidos”.
Y en la tercero: Esta el paralelismo sintético, que se da
cuando el segundo miembro prolonga o termina de
expresar el pensamiento enunciado en el primero,
añadiendo elementos nuevos, como figura en el Salmo
19:8: “Los mandamientos de Jehová son rectos: alegran el
corazón; el precepto de Jehová es puro: alumbra los
ojos”.
Pero a veces, el paralelismo sintético presenta una forma
particular, que consiste en desarrollar la idea repitiendo
algunas palabras del verso anterior. Entonces suele
hablarse de paralelismo progresivo, como en el caso de
Salmo 145:18: “Cercano está Jehová a todos los que le
invocan, a todos los que le invocan de veras”.
Sus géneros literarios
Obviamente que al leer atenta y detenidamente cada
Salmo, pone de relieve las características, formas y
contenido; ya que permiten clasificarlos en grupos, de
acuerdo con su género literario. Por otra parte, la
identificación de estos géneros es muy importante para
comprender los salmos adecuadamente.
Es por ello, que se puede distinguir el Salterio con sus
categorías, ejemplo: los himnos, utilizados en la alabanza
a Dios (8; 15; 19:1-6; 24; 29; 33; 46; 47; 48; 76; 84; 93;
96-100; 103-106; 113; 114; 117; 122; 135; 136; 145-150).
Pues en esta categoría se incluyen dos subtipos de salmos:
los himnos de entronización, que celebran a Dios como
Rey de toda la creación (47; 93; 96-100), y los cantos de
Sión, que expresan la devoción a Jerusalén y su santuario
(46; 48; 76; 84; 87; 122).
Tambien están los lamentos o súplicas, que son peticiónes
individuales, o de auxilio por alguna aflicción física o
moral (3-7; 9-10; 12-14; 17; 22; 25; 26; 28; 31; 38-39; 4143; 51; 54-59; 61; 63; 64; 69-71; 77; 86; 88; 94; 102; 109;
120; 130; 139-143), o colectivos, cuando todo el pueblo
implora ayuda en momentos de una calamidad nacional,
tales como una sequía, una epidemia o una grave derrota
militar (44; 60; 74; 79; 80; 83; 85; 90; 123; 125-126; 129;
137).
Pues son cantos de confianza, en los que se expresa la
certidumbre de la ayuda inminente de Dios (11; 16; 23;
27; 62; 131).
Igualmente como acciones de gracias, expresiones de
gratitud por la ayuda recibida (30; 32; 34; 40:1-11; 63; 65;
67; 75; 92; 103; 107; 111; 116; 118; 124; 136; 138).
Pues estos relatos de historia sagrada, narran las
intervenciones redentoras de Dios (78; 105; 106; 135;
136). Es decir, son Salmos reales, que pueden ser de
diversos géneros, ya que se usaban en ocasiones especiales
de la vida del monarca, tales como su coronación, su boda
o alguna operación militar (2; 18; 20; 21; 28; 45; 61; 63;
72; 84; 89; 101; 110; 132; 144).
Tambien contiene los Salmos sapienciales o didácticos,
que son meditaciones sobre la naturaleza de la vida
humana y de las acciones divinas (1; 37; 49; 73; 91; 112;
119; 127; 128; 133). Los Salmos de adoración y alabanza
(15; 24; 50; 66; 68; 81; 82; 108; 115; 118; 121; 132; 134).
Los Salmos de peregrinaje, que entonaban los peregrinos
camino de Jerusalén o a su regreso de la Ciudad Santa (84;
107; 122).
Los Salmos de género mixto, (36; 40), los acrósticos, que
utilizan estructuras poéticas basadas en el alfabeto hebreo;
y cada verso comienza con una letra sucesiva del alfabeto
(9-10; 34; 119).
Su estructura
En primer lugar, tenemos el Salterio y está dividido en
cinco libros, cada uno termina con una doxología. Pero
hoy estas doxologías se numeran como versículos de un
salmo, pero en realidad son elementos independientes que
cierran cada libro, con excepción del libro V donde esta la
doxología, que cierra toda la colección. Pero la
organización de los libros y las doxologías es la siguiente:
en el libro 1, esta el Salmo 1:1-41:12; la doxología, en el
41:13.
El libro 2, comienza en el Salmo 42:1-72:17; la doxología,
72:18-19 y termina con el colofón 72:20. Luego tenemos
al libro 3, que esta compuesto con el Salmo 73:1-89:51 y
la doxología en el 89:52.
Luego viene el libro 4, compuesto por el Salmo 90:1106:48 y la doxología, 106:48 y finalmente tenemos el
libro 5, con el Salmo 107:1-149:9 y la doxología 150:1-6.
Claro, que éste arreglo posiblemente está hecho a
imitación del Pentateuco: los cinco libros que
corresponden a los cinco rollos de la Ley. Es evidente que
la compilación de los salmos en estas cinco grandes
divisiones es el resultado de un complejo proceso de
composición, lo que explica la repetición de algunos de
ellos, como: el (14 y 53; 40:13-17 y 70; 57:7-11 y 108:1-5;
60:6-12 y 108:7-13).
Así que la numeración de los salmos en el texto hebreo
difiere de la utilizada en las versiones griega (LXX) y
latina (Vulgata). Esta diferencia se debe a que algunos
salmos han sido divididos y otros fusionados. Así, por
ejemplo, los salmos 9 y 10 del hebreo corresponden al
salmo 9 de la versión griega y latina, mientras que los
salmos 114 y 115 de la LXX corresponden al 116 del texto
hebreo. En esta edición, los salmos se citan de acuerdo con
la numeración hebrea.
Los títulos en hebreos
Es bueno saber, que los títulos hebreos de los salmos
contienen diversas informaciones. Ya que hacen referencia
a la persona a quien se atribuye la composición del poema,
en casi la mitad de los casos. Ejemplo: los que se
identifica con el rey David (3-9; 11-32; 34-41; 51-65; 6870; 86; 103; 108-110; 122; 124; 131; 133; 138-145). Otros
con Salomón (72; 127), a Asaf (50; 73-83), a los hijos de
Coré (42; 44-49; 84; 85; 87 y 88), a Etán (89) y a Moisés
(90). Pero hay 49 que su identificación es anónima.
Es por esto, que algunos títulos ofrecen buena información
sobre la música (por ejemplo, “Al músico principal: sobre
Neginot”, 4; 6). Desafortunadamente, el significado del
número en términos técnicos se ha perdido y no tenemos
la idea cómo traducirlo. Como el Masquil (42; 44; 52-55),
el Mictam (16; 56-60) y el Sigaión (7) pues estos parecen
referirse a determinados tipos de salmos. Otros se refieren
a la instrumentación musical, como en el caso de Neginot.
¿Instrumentos de cuerdas? 4; 6) y Nehilot ¿flautas? 5.
En fin, aparecen precedidos de la preposición “sobre”,
pues parecen ser los nombres de la tonada que se usaba
con determinado salmo: como Ajelet-sahar (Cierva del
amanecer, 22, Alamot (46), Gitit (8; 81; 84), Mahalat (53;
88), Mut-labén (9), Seminit (6; 12). En esta versión
algunos de los nombres de las melodías se han traducido:
como “la paloma silenciosa en paraje muy distante” (56),
“Los lirios” (45; 69), “No destruyas” (57-59; 75).
Ejemplo: la palabra Selah, que aparece 71 ves en
los Salmos, posiblemente significa "alzar" y un interludio
musical.
Los imprecatorios
Estos salmos no se pueden pasar por alto, ya que algunos
resultan duros para el oído cristiano. Porque es cuando el
salmista se encontraba totalmente indefenso y frente a la
maldad, frente a la opresión y la violencia, por eso no
clama al Señor, que es el único que lo puede salvar, sino le
pide a Dios que haga caer sobre sus enemigos los peores
males. Así se unen las súplicas más ardientes y las más
violentas imprecaciones (Salmo 58:6-11; 83:9-18; 109:619; 137:7-9).
Así que las dificultades que plantean estos pasajes son
evidentes, por eso es necesario tratar de comprenderlos y
situarlos en su verdadero contexto. Para ello, es preciso
recordar, que los salmos se formaron bajo el régimen de la
antigua ley, cuando Jesús aún no había revelado que el
mandamiento del amor al prójimo incluye también el amor
al enemigo (Mateo 5:43-48; Romanos 12:17-21). Además,
provienen de una época en la que todavía eran
insuficientes y rudimentarias las ideas sobre la vida más
allá de la muerte y la recompensa reservada a los justos en
la vida eterna, (Salmo 6:5).
En efecto, según las ideas corrientes entre los antiguos
israelitas, las buenas y malas acciones eran recompensadas
en la vida presente, y el malvado debía recibir su castigo
lo antes posible, a fin de que se pusiera de manifiesto que
hay un Dios que juzga en la tierra (Salmo 58:11).
Finalmente, el cristiano no puede dejar de reconocer el
hambre, ni la sed de justicia que se expresan al Señor en
esas súplicas para que se manifieste como Juez justo
(Jeremías 15:15). Porque el amor a los enemigos no
significa indiferencia frente al mal, ni cuando triunfa la
injusticia, la violencia, la opresión, sobre los más débiles,
es cuando
el cristiano puede decir al Señor:
¡Engrandécete, Juez de la tierra; da el pago a los
soberbios! ¿Hasta cuando los impíos, hasta cuando,
Jehová, se gozarán los impío.
Los cánticos de la biblia
En ella se encuentran los cánticos de Moisés, Éxodo 15:118; Deuteronomio 31:30-32:52. Los de María, Éxodo
15:19-21, el canto de marcha de Israel, Números 21:17-20,
el cántico de Débora, Jueces 5:1-31, el cántico de Ana, 1
Samuel 2:1-10, el cántico de recibimiento a David, 1
Samuel 18:7, el canto fúnebre de David, 2 Samuel 1:1727el canto de alabanza (de David), 2 Samuel 22:1-51, el
canto al viñedo del amigo, Isaías 5:1-7, el canto de
regocijo en Judá, Isaías 26, el de Ezequías, Isaías 38:9-20
y el canto I del siervo del Señor, Isaías 42:1-9.
Los himnos de victoria
Estos comienzan en Isaías 42:10-17, con el canto II del
siervo del Señor, Isaías 49:1-7, el canto III del siervo del
Señor, Isaías 50:4-11, el canto IV del siervo del Señor,
Isaías 52:13-53:12, el canto de María el (Magnificat),
Lucas 1:46-55, el himno de Zacarías (Benedictus) Lucas
1:67-79, el canto de los ángeles por el nacimiento de
Jesús, Lucas 2:14, el canto de Simeón, Lucas 2:29-35, la
humillación y exaltación de Cristo, Filipenses 2:6-11 y el
cantos de alabanza al Cordero, Apocalipsis 5:9-10, 12-13.