APRENDIZAJE COLABORATIVO ORIENTADO A LA FORMACIÓN DE INVESTIGADORES CON CAPACIDADES PARA EMPRENDER PROYECTOS INTERDISCIPLINARIOS Juan Carlos Villa Soto Tania Romero López Norma Blazquez Graf INTRODUCCIÓN El objetivo de este trabajo de carácter teórico fue identificar procesos del aprendizaje colaborativo que sea importante promover en los programas docentes que están orientados a la formación de personal en investigación con capacidades para colaborar en grupos multidisciplinarios dedicados a estudiar problemas complejos desde un enfoque interdisciplinario; para cumplir con dicho propósito, en este trabajo se consideran cuatro factores que son relevantes en el proceso formativo antes referido: 1) la descripción de los aspectos que caracterizan la dinámica de trabajo en los grupos multidisciplinarios; 2) la identificación de los obstáculos para el trabajo de equipo, resaltando los observados en el análisis de los estilos de colaboración de los grupos multidisciplinarios que han participado en el Diplomado de Actualización Profesional en Investigación Interdisciplinaria (DAPII) del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (VillaSoto, Blazquez y García, 2013); 3) el análisis de las pautas metodológicas que siguen dichos grupos para estudiar un problema conceptualizado como sistema complejo desde el enfoque interdisciplinario desarrollado por García (2006) desde la epistemología genética y 4) el reconocimiento de los aspectos del aprendizaje colaborativo que son medulares para aprender a trabajar en equipo. Con base en la articulación de estos factores se busca establecer criterios para aprender a trabajar en equipo, que corresponden con los requerimientos del proceso de 1 formación en investigación orientado a desarrollar capacidades para estudiar problemas complejos desde una perspectiva interdisciplinaria. Aspectos que caracterizan la dinámica de trabajo en los grupos multidisciplinarios Con respecto a la dinámica de trabajo de los grupos de investigación interdisciplinaria, Lyall y Meagher (2007) señalan que los proyectos con este enfoque comprenden un proceso de interacción muy intenso; asimismo, afirman que dichos equipos necesitan ser más reflexivos y requieren de una discusión más vigorosa, con posturas flexibles, respecto de los que emprenden proyectos disciplinarios o multidisciplinarios. En el reporte de los trabajos seminales sobre el tema presentados en la Conference on Understanding Interdisciplinary Teamwork1 se indica que los aspectos clave de la dinámica de los grupos de investigación interdisciplinaria son: a) la tarea, referente a la consecución de objetivos específicos, b) el perfil del equipo, en cuanto a tamaño, género, disciplinas y experiencia, entre otros aspectos, y c) el proceso de integración, asociado con las formas de colaboración, los estilos de liderazgo y la comunicación (Lee, 1997). Una de las ideas centrales de este reporte es que el conflicto cognitivo, la posible incompatibilidad entre las concepciones previas de los alumnos respecto de los nuevos significados aportados por el grupo de trabajo es intrínseco a la actividad de los equipos que realizan investigación interdisciplinaria, pues la interdependencia de las relaciones de trabajo crean mayores oportunidades para su ocurrencia. La explicación del conflicto cognitivo como parte del proceso de re-equilibraciones de las estructuras cognitvas es uno de los fundamentos teóricos del aprendizaje cooperativo, en el que se advierte que cuando se incorpora nueva información, ésta entra en conflicto con la estructura cognitiva previa, produciendo un desequilibrio o conflicto cognitivo (Moruno, Sánchez y Zariquiey, 2011). 1 El interés de estudiar los factores sociales y cognitivos que pueden favorecer la colaboración de los grupos multidisciplinarios que abordan problemas complejos desde un enfoque interdisciplinario tuvo un gran impulso desde mediados de la década de los noventa. Al respecto, destacan los trabajos del National Institute for Science Education (NISE) fundado por la National Science Foundation (NSF) que congregó a expertos sobre el tema en la Conference on Understanding Interdisciplinary Teamwork en noviembre de 1997. 2 En este sentido el reporte antes referido coincide con O’Donnell, Adams y Sharon (2005), en que el conflicto es inescapable, pero también necesario para el funcionamiento de los equipos que enfrentan el reto de desarrollar conocimiento y entendimiento compartido en una tarea enfocada en resolver problemas complejos. Obstáculos para el trabajo de equipo en investigación interdisciplinaria Respecto a la descripción de los obstáculos que enfrentan los grupos multidisciplinarios para realizar un trabajo de equipo en investigación interdisciplinaria es importante referir en primer lugar algunos de los principales estudios realizados sobre este tema y posteriormente, a la luz de dichos trabajos, analizar los problemas que presentaron los grupos multidisciplinarios del DAPII para construir de manera colectiva el proyecto de investigación. Entre los obstáculos potenciales para la colaboración en esfuerzos interdisciplinarios, en el reporte de la Conference on Understanding Interdisciplinary Teamwork se mencionan: la dificultad para compartir la visión de la tarea; asimetría por la situación profesional de los integrantes, la cual establece jerarquías que se pueden duras y blandas, “subjetiva” versus “objetiva”, y respecto a los métodos cuantitativos o (Lee, 1997). Klein (2005) (quien también participó en la citada Conferencia de 1997) amplió el panorama sobre los múltiples problemas que se han identificado en los equipos de trabajo interdisciplinario, algunos derivados de la territorialidad disciplinaria. Con base en estos antecedentes, Villa-Soto, Blazquez y García (2013) realizaron un estudio sobre los estilos de colaboración de los grupos multidisciplinarios del DAPII, en los que participaron personas con escolaridad, edad y trayectorias profesionales diferentes. Este trabajo se basó en la aplicación de cuestionarios a los diplomantes sobre la percepción del trabajo de grupo; se les solicitó que evaluaran la eficacia de su equipo en relación a los siguientes tópicos: a) comunicación, b) cooperación, c) estilo para establecer acuerdos y d) cumplimiento de los acuerdos. Asimismo, se indagó su opinión sobre la comprensión cabal de la tarea del grupo concerniente a la elaboración 3 de la propuesta de un proyecto de investigación desde un enfoque interdisciplinario y del compromiso asumido por el grupo para realizarla. Para caracterizar los estilos de colaboración, se examinó la calificación que dio el alumnado a los tópicos del cuestionario y la forma en que los grupos cumplieron la tarea. Entre los resultados presentados en dicho trabajo destaca la observación de que algunos integrantes de los grupos multidisciplinarios, generalmente los de mayor escolaridad y trayectoria académica, buscaban imponer su visión sobre la forma de elaborar el proyecto de investigación, a expensas del aprendizaje grupal, y establecer una relación jerárquica en el equipo; esto suscitó resistencias para la colaboración e incluso rupturas. En el presente trabajo se retoma el análisis de estos resultados; una conclusión adicional es que si bien la relación jerárquica en estos equipos se puede atribuir a la asimetría en la trayectoria profesional de los integrantes y a la territorialidad puede explicar como resultado de un proceso que los autores de esta investigación denominamos emergencia de posturas jerárquicas. La postura jerárquica consiste en atribuir a una relación asimétrica la dificultad de establecer acuerdos. Esta surgió cuando los integrantes de un grupo buscaron superar las divergencias tratando de acreditar mayor conocimiento, en vez de reconocer aportaciones desde conocimientos diferentes. Es importante señalar que dicha postura no fue promovida necesariamente por las personas con mayor trayectoria académica. Se observó que cuando se atribuye la dificultad de establecer acuerdos a la relación asimétrica (en cuanto a grado académico o trayectorias profesionales) se ofrecen argumentos buscando establecer una preeminencia disciplinaria, lo que expresa cierta “territorialidad disciplinaria” o un “chauvinismo disciplinario”. Empero, el proceso antes descrito no resulta de una supuesta relación jerárquica entre disciplinas ni de trayectorias académicas diferentes sino de una forma de trabajo en la que se busca la preeminencia entre perspectivas, en lugar de la conjunción de visiones para la construcción colectiva del marco epistémico. 4 Pautas metodológicas para la investigación interdisciplinaria El propósito de conjuntar visiones es un aspecto sustantivo del estudio de problemas sociales conceptualizados como sistemas complejos a partir de la metodología desarrollada por Rolando García desde la epistemología genética. Es importante señalar que desde una perspectiva constructivista el sistema complejo no es un objeto de estudio que está dado, sino que es construido con base en las conceptualizaciones de las y los investigadores desde el marco epistémico que define tanto las preguntas de investigación cómo los procesos que considera significativos analizar (cf. García, 2006, 47). Existen dos principios básicos de un sistema complejo: el primero es que su estructura, determinada por las interrelaciones de los diversos procesos que lo componen, funciona como una “totalidad organizada”. El segundo es que estos procesos, que cumplen determinadas funciones en el sistema, presentan mutua dependencia, se dice que son interdefinibles. La explicación del funcionamiento del sistema complejo proporciona las bases para responder a las preguntas de investigación. Esta forma de trabajo exige la articulación de conocimientos disciplinarios diferentes y no la búsqueda de supremacía de una perspectiva particular, pues el riesgo es que una postura de imposición conduce a visiones parciales o incluso reduccionistas. La exigencia de que la investigación interdisciplinaria se realice necesariamente por grupos multidisciplinarios se fundamenta en esta metodología, la cual comprende: 1) fases de diferenciación disciplinaria, que exige un sólido conocimiento especializado y 2) fases de integración, en la formulación teórica de relaciones de interdefinibilidad de procesos heterogéneos, correspondientes a diferentes dominios y, por tanto, susceptibles a estudiarse desde disciplinas específicas. Se requiere del trabajo de grupo porque la densidad de procesos interrelacionados exige no sólo la contribución del conocimiento disciplinario de los integrantes del equipo, sino una alta reflexividad para que estos re-examinen los procesos a la luz de su articulación con procesos de otro nivel de organización, esto en el curso de las sucesivas modelizaciones del sistema complejo que se emprenden para explicar su funcionamiento y su evolución como 5 totalidad organizada. De acuerdo con el propio Rolando García (cf. 1994, 106) los integrantes de estos grupos deben construir un marco epistémico común, el cual consiste en una visión compartida del problema de investigación y afinidad en la jerarquía de valores. Para lograr lo anterior es necesario que los integrantes del grupo multidisciplinario posean habilidades específicas de cooperación. Bases del aprendizaje colaborativo para la formación de grupos multidisciplinarios en investigación interdisciplinaria En este estudio se examinaron las bases del aprendizaje colaborativo que está enfocado en aprender a trabajar en equipo con el propósito de proponer las adecuaciones que requiere este proceso para que los programas de formación en investigación interdisciplinaria susciten tanto la adquisición de habilidades y competencias que permite la construcción colectiva de proyectos en equipos multidisciplinarios, como el aprendizaje de las pautas metodológicas de diferenciación e integración antes descritas. Este análisis se basa fundamentalmente en los estudios realizados por Bernaza y Lee (2005) sobre aprendizaje colaborativo, así como en los resultados del programa “Cooperar para aprender y aprender a cooperar” (CA / AC) reportados por Pujolàs y Lago (2011), los cuales se basan en los trabajos seminales realizados por Johnson y Johnson en la década de los noventa2. Los trabajos de Bernaza y Lee (2005) son relevantes para esta investigación porque se centran en el análisis del aprendizaje colaborativo en el posgrado, siendo que el proceso formativo en investigación interdisciplinaria se cumple en dicho nivel de estudios. Asimismo, resulta interesante revisar la implementación del aprendizaje colaborativo conforme al modelo CA / AC, pues éste permite que los participantes dominen competencias que, de acuerdo con la experiencia del DAPII, son relevantes 2 Véase por ejemplo: Johnson, Johnson y Holubec (1999). . 6 para la formación en investigación interdisciplinaria, la cual implica conjunción de conocimientos desde la construcción de un marco epistémico común. Las competencias que se destacan en el programa CA / AC son comunicativas, tales como argumentar, escuchar, aceptar y realizar críticas constructivas; colocarse en el lugar del otro de forma empática; respetar opiniones distintas a las propias, así como sociales, por ejemplo, practicar el diálogo y la negociación para resolver conflictos. Bernaza y Lee (2005, 3) conciben el aprendizaje colaborativo como “un proceso de construcción social en el que cada profesional aprende más de lo que aprendería por sí mismo, debido a la interacción con otros miembros de su comunidad profesional”. Es importante señalar que el proceso que describen estos autores corresponde al contexto escolar, con la doble finalidad de que los alumnos logren “ser expertos en el conocimiento del contenido” y desarrollen “habilidades de trabajo en equipo”. Una primera adecuación del aprendizaje colaborativo en los programas de formación en investigación interdisciplinaria, es que dicho proceso también incluya el propósito de aprender a integrar conocimientos para construir de manera colectiva tales proyectos. Esto ubica los objetivos del aprendizaje colaborativo en un contexto mixto, escolar y de investigación, que es propio de los programas de posgrado. Este cometido adicional, se corresponde con el interés central de que la colaboración permita conjuntar visiones, lo que evita una dinámica de toma de decisiones basada en la preeminencia de opiniones. El triple propósito del aprendizaje colaborativo en “el contexto mixto”, que consiste en desarrollar habilidades de trabajo en equipo, ser experto en el conocimiento del contenido y aprender a integrar conocimientos, resulta concomitante, pues la forma de trabajo diseñado para cumplir con uno de estos objetivos debe conducir de manera coherente a la consecución de los otros dos. De este modo, se puede considerar el objetivo de desarrollar habilidades de trabajo en equipo como el punto de partida para analizar las características que debe cumplir el aprendizaje colaborativo en este tipo de programas docentes de posgrado. De acuerdo 7 con Bernaza y Lee (2005, 6) el alumnado debe aprender a “negociar, criticar, dialogar, tomar decisiones en conjunto, respetar las opiniones de los demás, cumplir las normas de trabajo grupal, asumir posiciones éticas y de responsabilidad social, etcétera”. Un criterio medular para logar el aprendizaje colaborativo es la formación de grupos heterogéneos en relación a los conocimientos, habilidades, valores, género, edad, experiencia laboral y profesiones de sus integrantes. Esta diversidad da ocasión a que se exprese lo que Vygotski (1979) denomina zona de desarrollo próximo3. Empero, en el contexto de la formación en investigación interdisciplinaria, la heterogeneidad de los grupos adquiere un valor adicional al de establecer un ambiente de aprendizaje óptimo, siendo el atributo central la diversidad formativa de sus integrantes, es decir, el carácter multidisciplinario del equipo. A partir de precisar los objetivos del aprendizaje colaborativo para formar personal en investigación interdisciplinaria, se justifica analizar los factores que incrementan la cooperación en el trabajo en equipo, considerando que este proceso formativo no solo se debe orientar a potenciar los aprendizajes individuales, con base en la colaboración, incluyendo la adquisición de las propias habilidades para trabajar en equipo, sino que también ha de promover la adquisición de capacidades de integrar conocimientos de diversos dominios disciplinarios para explicar procesos complejos. Asimismo, el análisis conjunto de estos factores permitirá definir con mayor precisión la forma de trabajo de equipo que requiere la formación en investigación interdisciplinaria. Una de los factores más importantes que suscita el aprendizaje colaborativo es la interdependencia positiva entre el alumnado, la cual consiste en el interés que cada persona muestra respecto de la adquisición de conocimientos de sus compañeros. Lo 3 La zona de desarrollo próximo se define como “la distancia entre el nivel de desarrollo real del niño, determinado por la capacidad de resolver problemas de manera independiente, y el nivel de desarrollo potencial, determinado por la capacidad de resolver problemas bajo la orientación de un adulto o en colaboración con pares más capacitados” (Vygotsky, 1979, 133). 8 anterior significa que el logro individual se cumple siempre y cuando los demás alumnos también alcancen sus metas (Pujolàs, 2008, 229). La interdependencia positiva de finalidades es un aspecto crítico en la formación orientada a la investigación interdisciplinaria, pues el objetivo primordial de los integrantes de un grupo multidisciplinario es aprender a construir de manera colectiva un proyecto dirigido a estudiar problemas complejos mediante la integración de conocimientos; la consecución de esta meta es necesariamente un logro compartido. En este caso, los criterios de logro deben estar asociados al aprendizaje de habilidades de colaboración, pero también a la conclusión del proyecto interdisciplinario, en correspondencia con la interdependencia positiva de finalidades, considerada por Pujolàs (2008) como un factor de calidad de los equipos cooperativos. La forma de trabajo de equipo se estructura a partir de la construcción de esta interdependencia positiva, que a su vez resulta de las mediaciones enfocadas en aprender a trabajar en equipo. El carácter recursivo de esta situación establece las pautas para definir las características del aprendizaje colaborativo en el proceso formativo en investigación interdisciplinaria, relativo al liderazgo, la motivación, la responsabilidad, y la solución de conflictos. De acuerdo con Bernaza y Lee (2005, 5) “la interdependencia positiva se logra luego de un proceso de trabajo grupal donde el líder es el problema o la tarea del grupo”. Esto significa la ausencia de un liderazgo individualizado en la forma de un coordinador o algún otro papel de conducción. En las experiencias más recientes del DAPII, en las que se ha establecido una moderación rotativa en los equipos, se ha observado que la toma de decisiones horizontal, en la que prevalece la búsqueda del consenso fincado en el diálogo, se eleva la disposición para cumplir acuerdos. Lo anterior no diluye la responsabilidad de cada integrante del grupo, que es uno de los factores relevantes del trabajo de equipo. Empero, en la formación en investigación interdisciplinaria esta responsabilidad no se establece respecto “de la parte de tarea que les corresponde” (Bernaza y Lee, 2005, 3), como ocurre en el contexto escolar 9 centrado en los aprendizajes individuales, sino que se la identifica con el conjunto de actividades y, de manera especial, con las etapas de diferenciación de la construcción del sistema complejo, las cuales implican trabajo individual que es indispensable para las fases de integración. En las fases de integración, caracterizadas por intensas discusiones ante la confluencia de visiones y conocimientos de personas formadas en diversas disciplinas, resulta crucial la interdependencia positiva, pues las situaciones de colaboración en este contexto conducen a que el conflicto cognitivo, intrínseco a la investigación interdisciplinaria, y los desacuerdos den lugar a lo que Bernaza y Lee (2005, 8) denominan “curiosidad epistémica”, la cual definen como “la motivación a buscar activamente más información concerniente al tema estudiado”. De acuerdo con estos autores, en las situaciones competitivas el conflicto cognitivo no conduce a la curiosidad epistémica sino al enfrentamiento y la derogación de los puntos de vista opuestos. Resulta evidente que el aprendizaje colaborativo contiene los elementos que se requieren para poder superar los obstáculos de la colaboración observados en la formación en investigación interdisciplinaria, tales como la postura jerárquica, la cual parte de una visión de preeminencia y no de conjunción de conocimientos. En consecuencia, la comunicación, otro factor destacado por Bernaza y Lee (2005, 4) en este proceso, también requiere adecuarse a los requerimientos de la formación para investigar desde un enfoque interdisciplinario. Mientras que en el contexto escolar, el intercambio de información y la retroalimentación tienen como propósito mejorar el desempeño de los alumnos y “lograr pensamientos y resultados de mayor calidad” en los programas de formación en investigación interdisciplinaria la comunicación ha de tener el propósito adicional de que los integrantes de equipos multidisciplinarios incorporen los conocimientos disciplinarios de procesos que corresponden a otros dominios, de modo que puedan contribuir a las sucesivas reformulaciones del problema de investigación y del sistema complejo. En todo caso, es necesario retomar la idea de 10 Rolando García de que la formación de los investigadores que requieren los equipos multidisciplinarios para estudiar problemas complejos, no necesita estar centrada en “aprender más cosas” sino en “pensar de otra manera” (García, 1994, 88). Conclusión De acuerdo con la revisión de los estudios sobre el aprendizaje colaborativo, especialmente el orientado a aprender a trabajar en equipo como el modelo cooperar para aprender y aprender a cooperar, se observa que estos ofrecen un marco teórico adecuado para fortalecer programas de posgrado orientados a la formación de personal en investigación con capacidades para estudiar problemas complejos desde una perspectiva interdisciplinaria. El punto de partida que se propone para este fin es adecuar los objetivos del aprendizaje colaborativo, y los factores que lo promueven, a las características del trabajo de equipo en dichos programas docentes, los cuales están orientados a que el alumnado aprenda a integrar conocimientos para construir y realizar de manera colectiva un proyecto de investigación interdisciplinaria. Las principales adecuaciones que se sugieren son: Ubicar los objetivos del aprendizaje colaborativo en un contexto mixto, escolar y de investigación, que es propio de los programas de posgrado. Además de buscar que el alumnado desarrolle habilidades de trabajo en equipo y sea experto en el conocimiento del contenido, se debe incluir el propósito de que aprenda a integrar conocimientos, lo cual se corresponde con el interés central de que la colaboración permita conjuntar visiones, evitando una dinámica de toma de decisiones basada en la preeminencia de opiniones. Cumplir con el criterio de formar grupos heterogéneos para favorecer el aprendizaje colaborativo, privilegiando la diversidad formativa de sus integrantes, es decir, el carácter multidisciplinario del equipo. 11 Establecer mediaciones enfocadas a aprender a trabajar en equipo, promoviendo procesos de descentramiento y de escucha activa, que permitan la construcción de una interdependencia positiva entre el alumnado. Considerar la conclusión del proyecto interdisciplinario de los equipos como un criterio adicional para evaluar la interdependencia positiva de finalidades, de manera que los aprendizajes individuales sólo se consideren un logro en tanto que se cumpla la meta colectiva. Indicar que la responsabilidad de cada integrante del grupo no consiste en cumplir con una parte de la tarea sino con un conjunto de actividades que incluyen fases de diferenciación, de trabajo individual de carácter disciplinario, y de integración, caracterizadas por intensas discusiones ante la confluencia de diversas visiones y conocimientos. En este sentido, la comunicación también debe adecuarse al requerimiento de la formación en investigación interdisciplinaria de que los alumnos transmitan conocimientos disciplinarios con el propósito de que los integrantes de su equipo los comprendan a cabalidad y puedan articular sus propios conocimientos especializados con el estudio de procesos que corresponden a diversos campos científicos. Con base en estas adecuaciones se ofrecen pautas de trabajo que permiten promover capacidades de cooperación, superar los obstáculos a la colaboración y enfrentar el conflicto cognitivo con apertura hacia conocimientos de otras disciplinas. La formación de grupos de investigación sustentada en procesos de aprendizaje colaborativo dirigido no sólo a cooperar para aprender sino también a aprender a cooperar es clave para que éstos estudien los problemas sociales en su complejidad y contribuyan a construir estrategias de acción para resolverlos, incidiendo eficaz y positivamente en la transformación de nuestra realidad. 12 Referencias Bernaza, G. y Lee, F. (2005). “El aprendizaje colaborativo: una vía para la educación de postgrado”. Revista Iberoamericana de Educación, vol. 37, núm. 3. Extraída el 15/VII/2014 desde http://www.rieoei.org/1123.htm García, R. (1994). “Interdisciplinariedad y sistemas complejos”, pp. 85-124. En Leff, E. (comp.). Ciencias sociales y formación ambiental. México: CEIICHUNAM / Gedisa. _(2006). Sistemas Complejos. Conceptos, métodos y fundamentación epistemológica de la investigación interdisciplinaria. Barcelona: Gedisa. Johnson, D. W., Johnson, R. T. y Holubec, E. J. (1999). 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