Lapassade, G. y Lourau, R. (1981). Las tres formas de la intervención sociológica. En Claves de la sociología (J.L. Cano, Trad. 3ra. ed.). España: LAIA. Pp. 223-233. GEORGES LAPASSADE / RENÉ LOURAU L CLAVES DE LA SOCIOLOGÍA 1111 EDITORIAL LAJA BARCELONA. 198 1 ~ditions 41 La edición original francesa fue publicada por Seghe d e París, con el título Clefs pour la sociologie Traducción de José Luis Cano Cubierta de E nrie Satué Primera edición , octubre, 1973 Segunda edición, marzo, 1974 Tercera edición: marzo, 1981 © by ~ditions Seghers, 197 1 Propiedad de esta edición .incluidos la traducción y el diseño d e la cuhiL·rta ): EDITORIAL LAIA, S. A.. 1974 Constitución , 18-20, Barcelona- 14 Impreso en Romanya / Valls Verdaguer, 1 · Capellades / Barcelona Depósito legal: B. 7.402- 1981 ISBN, 84-7222-237-3 Printed in Spain tNDICE Introducción Nacimiento de la sociología El modo de producción . Tres nive les de análisis y de intervención El mercado de la sociología Bibliografía 7 12 17 .. ¡~ 21 23 l. HISTORIA, METODOS, TECNICAS Antes y después de la Revolución Francesa l. Antes de 1789 . 2. Después de 1789 Bibliografía De los mé todos a las técnicas l. Un método de intervención presociológica: la teoría de la gestión administrativa de las empresas 2. Un aná lisis de la burocracia . 3. Dos métodos de interpretación 4. La encues ta. La encues ta-intervención y el socianálisis S. El oficio de sociólogo Bibliografía Marxismo y Freudomarxismo l. El método marxis ta 2. El freudomarxis mo Bibliografía . II. 27 29 34 44 45 48 48 SJ.556C 63 65 65 72 76 MODO DE PRODUCCióN DE LA SOCIEDAD Modo de producción y contradicciones sociales . 1. ¿Qué es un modo de producción? . 2. El modo de producción precapitalista . 81 82 83 277 3. El modo de producción asiático (MPA) 4. El problema del tránsito de un modo a otro S. El modo de producción capitalista (MPC ) Bibliografía Clases sociales y lucha de clases Bibliografía . El Estado y la revolución Bibliografía . Ideologías, comunicaciones, contracultura l. Medio y mensaje 2. La contracultura Bibliografía . 84 86 87 94 97 102 103 110 111 119 125 129 III. TRES NIVELES DE ANALISIS Y DE INTERVENCióN El análisis de grupo . l. Elton Mayo y las relaciones humanas 2. Moreno y la sociometría . 3. Kurt Lewin y la dinámica de grupo . 4. Sartre y la dialéctica de los grupos Bibliografía . El análisis organizacional . l. La noción de organización 2. Una descripción del modo de producción capitalista 3. Del análisis de grupo al análisis de las organizaciones 4. La dinámica de la organización S. El control organizacional 6. ¿Hacia la metaburocracia? Bibliografía . El análisis institucional . l. El concepto de institución 2. El institucionalismo en la actualidad 3. Las contrainstituciones . Bibliografía . Las tres formas de la intervención sociológica l. La intervención psicosociológica 2. La intervención organizacional 3. La intervención socianalítica Bibliografía . 278 133 133 135 136 144 151 153 154 156 159 168 173 184 186 189 189 200 210 221 223 225 228 231 233 IV. EL MERCADO DE LA SOCIOLOGtA ¿Quién vende? . l. Demanda y encargo 2. Organización de la investigación ¿Quién compra? . l. El Tercer Mundo y la etnología 2. La ciudad . 3. La empresa 4. La escuela . El Estado-sociólogo Crítica del método de los indicadores sociales . Dos sociologías Bibliografía. Conclusió n . 237 238 240 243 244 251 255 261 267 267 269 271 273 279 11. LAS TRES FORMAS DE LA INTERVENCiúN SOCIOLúGICA Desde sus comienzos, la sociología se ha definido romo un proyecto de intervención. Como se ha visto, la ambición de Augusto Comte era fundar una terapéutica de la sociedad enferma, que él denominaba sociatría. Pero este proyecto fue letra muerta durante mucho tiempo. Sin lugar a dudas, hemos risto a algunos prácticos ocuparse de la miseria social para proponer a continuación ciertas mejoras. Incluso Durkheim propuso una recomposición del sistema social sobre la base de un nuevo corporativismo . Algunos sociólogos ofrecieron sus servicios alos gobernantes, algunos a ntropólogos trabajaron con los administradores civiles en las colonias, en lls protectorados, y hasta se ha visto a alguno de tstos administradores civiles convertirse en sociógos. Pero estas acciones de los sociólogos no constituían nunca lo esencial de la disciplina. Los sociógos seguían siendo teóricos o investigadores que bajaban sobre un «terreno » para hacer progresar 1conocimiento. A lo largo de este período la psicología se hacía tervencionista. El ej emplo más ilustre es el del icoanálisis, que es primero una terapéutica , antes ser una teoría general del hombre . Con Freud el psicólogo se define fundamentalente como un práctico, como lo eran ya los psi·atras. Lo mismo sucede a partir de 1905 con la 223 psicotécnica: otro médico, A. Binet,· inventa el test. Lo que hasta entonces no era más que una práctica de laboratorio, un instrumento de verificación, pasa a convertirse en un medio de intervención del psicólogo en los procesos de formación (por la orientación) y en los procesos de la producción (por la selección). Más adelante, ya lo hemos dicho, el descubrimiento de las relaciones humanas en la industria concierne también a los psicólogos. Lewin, teórico de la investigación activa, es asimismo un psicólogo de formación y de vocación. Así pues, la noción de intervención, por sus orígenes, sus hipótesis, sus mé todos y sus técnicas, está vinculada en un principio al oficio de psicólogo. Esta proposición sigue siendo válida en la actualidad. Tal como la definiremos, los que practican la intervención en las organizaciones sociales son generalmente psicólogos convertidos en psicosociólogos. ¿Qué hacen? Digamos a título provisional que su trabajo se parece a una terapéutica social: de acuerdo con la petición de un <<cliente» colectivo, se pondrán en marcha técnicas que facilitarán un cierto cambio, suprimiendo ciertas dificultades (en las comunicaciones, las relaciones humanas, etc.). Los psicólogos inventaron la técnica de la intervención de la misma forma que inventaron la técnica del cuestionario. Los sociólogos adoptaron la práctica de la encuesta; pero siguen reticentes, o simplemente indiferentes, y en ocasiones incluso hostiles, ante las técnicas de intervención. Y estas reservas, estas resistencias, exigirían ya un análisis. Un psicólogo, Max Pages, ha propuesto un análisis: muestra que los sociólogos retienen la noción de investigación <<pura » oponiéndola a la investigación aplicada, y que este tabú, que protege la 224 pureza del acto, está ligado al miedo sociológico de la sociedad. Ahí tenemos una reducción psicológica. La debilidad efectiva de la corriente intervencionista en la sociología, su aislamiento, están asimismo ligados a la ambigüedad del proyecto. ¿De qué se trata realmente y qué se pretende hacer? Responde Pages: mejorar las relaciones interindividuales. Pero la sociedad no sólo está hecha de relaciones interhumanas; la sociología no puede reducirse a la interpsicología. ¿Qué se pretende hacer? Ciertamente reformar la sociedad. En este punto el sociólogo responde que la solución se encuentra al nivel de la sociedad global, y que hoy en día no s~ conoce una intervención programada, llevada por expertos, al nivel de todo el sistema social, por ejemplo, al nivel de un Estado. La única acción conocida hoy a este nivel es política: es la acción del Estado, de los revolucionarios o de los reformistas. No obstante, quizá no sea imposible preparar una ,concepción sociológica de la intervención conservando los hallazgos en materia de psicosociología y sociología organizacional. J. La intervención psicosociológica Se tiende demasiado a ver en Lewin un fundador de una dinámica de grupos que se reduciría a la ciencia experimental de los pequeños grupos. Por el contrario, después de haber estudiado el campo del grupo aborda los problemas del campo social, en el que la intervención psicosociológica en bs estructuras reales ocupa el lugar de la experimentación en el laboratorio. Se entiende por intervención psicosociológica una serie de actos realizados 225 por un equipo de psicosociólogos ante la demanda de un «cliente», cuyo cliente puede ser una organización social o incluso, en algunos casos, un Estado, un gobierno. La primera intervención psicosociológica fue la que efectuó Kurt Lewin en 1943 a petición de los poderes públicos americanos, para cambiar las «costumbres alimentarias» de las amas de casa y de las familias americanas en período de guerra y de escasez. El objetivo de la intervención es facilitar los cambios que se juzguen necesarios. El medio consiste en la encuesta llevada a cabo entre la población interesada, luego la comunicación de los resultados de esta primera encuesta a esta población en el transcurso de reuniones en grupos, de asambleas generales (procedimiento denominado del feedback). Veamos ahora cómo presenta Max Pages las modalidades de la intervención. Hay que partir del funcionamiento psicosocial de la empresa: problemas de coordinación entre servicios llamados funcionales y servicios llamados de ejecución, problemas ligados a la incomprensión de las políticas de la empresa, o a su interpretación en sentidos divergentes: jefes que no acaban de aceptar sus nuevos papeles, métodos de mando que no se adaptan al contexto social, mecanismos de contratación inadecuados, de formación, de promoción, de remuneración ... Todos estos problemas interesan a la empresa en tanto que es un conjunto de grupos sociales (grupos de trabajo como los de servicios o talleres, sindicatos, sociedades, asociaciones patronales, clubs, partidos políticos). El funcionamiento psicosocial de la empresa es el funcionamiento de cada uno de estos grupos y sus relaciones mutuas. Como se ve, la empresa (o la escuela, el liceo, el hospital) puede 226 definirse como un grupo (o un «grupo de grupos»). La dinámica de grupo no es, o no es sólo, una dinámica de los pequeños grupos; también es una dinámica social que incide en estos «grupos » que constituyen las empresas, las organizaciones sociales, las instituciones. ¿Cómo se realiza una intervención? M. Pages distingue tres etapas: una fase de toma de conciencia ; una fase de diagnóstico ; una fase de acción. La fase de toma de conciencia «consiste en localizar dificultades sociales desconocidas hasta entonces. En el est ado de la toma de conciencia estas dificultades se perciben todavía en una forma parcelaria, no se ligan unas con otras». La fase de diagnóstico es aquella en cuyo transturso el grupo (es decir, en este caso, la empresa) cdescubre la existencia de una compleja red de causas que actúan sobre el funcionamiento del grupo Jsus dificultades». La fase de acción es aquella en cuyo transcurso cen una empresa se fija nuevos objetivos a una fun'ón, se reforma el organigrama, se establecen coités o comisiones de enlace, se adoptan posturas respecto a nuevas normas que rijan las actitudes del rsonal de los servicios entre SÍ». Además, la internción supone unas técnicas. Especialmente: a) Las encuestas, realizadas a través de inter'ús o de cuestionarios, y que suponen el informe alos interesados. b) Las investigaciones sobre las comunicaciones las estructuras ; Pages proporciona en este punto nos ejemplos: las investigaciones sobre las diferencias de per227 cepción de los objetivos y de los papeles dentro de los grupos de trabajo; el estudio sistemático de los obstáculos en la comunicación a lo largo de un circuito de trabajo que reúne diferentes operaciones convergentes en una toma de decisión única (por ejemplo, incorpora· ción de un artículo nuevo en un almacén); el estudio de las opciones sociométricas dentro de un grupo. e) La organización de las comunicaciones: or· ganización de reuniones para examinar el resultado de una encuesta, y, en consecuencia, amplia parti· cipación de los miembros de la empresa en la in· tervención. 2. La intervención organizacional Hoy. en día algunos sociólogos reanudan por su cuenta la idea psicosociológica de la intervención, de la misma forma que habían ya tomado de la psi· cosociología las técnicas de la encuesta, del cuestionario, de la entrevista. Para estos sociólogos «in· tervencionistas», una intervención es una encuesta de larga duración llevada a cabo en un terreno social determinado y a petición de un «cliente». La práctica sociológica mediante las encuestas definía una «población» que constituía su terreno: los jóvenes, por ejemplo, o las personas de edad, los estu· diantes de medicina ... Se pretendía captar, merced a una vía cuantitativa, a veces cualitativa, «Opiniones», «actitudes», algunos «problemas sociales•, como por ejemplo la droga, las prácticas religiosas, las opciones políticas. Por el contrario, el objeto de la intervención so- 228 ciológica no es ya una «población» en el sentido estadístico del término, sino un conjunto práctico como e) de una organización de producción, una administración pública. Esto es lo que hace el sociólogo de las organizaciones. Se suministran cuestionarios, se organizan reuniones de discusión, se inician conversaciones individuales y colectivas. Pueden reconocerse aquí algunos rasgos de la intervención psicosociológica. Procediendo de esta forma, no sólo se sacan a la luz opiniones, actitudes y motivaciones, sino estructuras y relaciones de poder. El objetivo de la intervención organizadora podría consistir en provocar lo que Michel Crozier denomina una crisis en frío para facilitar cambios organizacionales. Por otra parte, los sociólogos de la organización insisten más bien en los cambios en el organigrama, es decir, en la estructura formal del conjunto práctico, mientras que los psicosociólogos relacionistas tenderían a insistir sobre todo en los cambios obtenidos al nivel del sociograma, es decir, de las estructuras informales. Los psicosociólogos intervencionistas han publicado ya un número bastante elevado de estudios en los que enuncian sus hipótesis de base. Describen asimismo sus técnicas. Por el contrario, los sociólogos de la organización son muy discretos en este sentido. Hay que leer entre las líneas -por así decirlo- de sus informes de encuestas y de sus obras, si se quiere reconstituir su metodología y su tecnología. Se ve entonces que utilizan fundamentalmente y como prerrogativa los procedimientos de la encuesta por cuestionarios, pero con una preocupación más «clínica» que la que asiste a los encuestadores habituales. Se sirven asimismo de las hipótesis de la sociología de las organizaciones, elaboradas mu229 chas veces para estudiar las administraciones, y que se utilizan luego para la investigación activa en otros conjuntos prácticos tales como las empresas. 1 Por último, mientras que el psicosociólogo ex· presa de buen grado sus sentimientos, lo que él mismo siente durante la intervención, su contratransferencia relacional, el sociólogo intervencionista, por el contrario, no se pone en tela de juicio, no dice lo que ha experimentado cuando actuaba sobre el terrer'lo. Puede considerarse que existe un tipo de ,intervención denominada organizacional. Puede asimismo oponerse este trabajo a prácticas sociológicas más antiguas tales como el estudio de los documentos, la investigación puramente teórica, o la verificación de las teorías mediante las encuestas, la explotación de las estadísticas, y la cuantificación de los resultados. Este trabajo de intervención sigue siendo, no obstante, minoritario en la profesión. Y cuando se lleva a cabo se mantiene muy discreto respecto a los problemas de la práctica sociológica. Con la intervención instituciona l hallaremos, por el contrario, la preocupación, constante en los psicosociólogos, de analizar su propio interés persona l en el progreso de la intervención. l. Existe una acepción más amplia del término • interven· ción• en los medios de la sociología. Se tiende a denominar •in· tervención• a todo acto sociológico productor de cambios socia· les reales o posibles, es decir, al conjunto de la sociología aplicada. Sob•·c esta definición, demasiado amplia, se elaboró el proyecto del Coloquio de la Sociedad francesa de Sociología para el año 1971. La noción de intervención que desarrollamos en este libro es en cambio más estricta y está vinculada a la teoría lewiniana (y maoísta ... ) de la investigación activa. 230 3. La intervención socianalítica El análisis institucional en situación de intervención es el socianálisis. Hay intervención socianalítica cuando se reúnen las operaciones siguientes: l. El análisis de la demanda, que comprende el encargo oficial del staff-cliente (dirigentes de la organización), su demanda implícita desviada con relación a l encargo, u oculta tras el encargo, y la demanda del grupo-cliente compuesto de los miembros y usuarios de la organización. El conjunto del staff-cliente y de los grupos que componen el grupocliente es el colectivo sobre el que incide la intervención. Es el campo de intervención, a condición de que se le sumen las determinaciones de lugar y de tiempo de la sesión o las sesiones socianalíticas. 2. La autogestión de la intervención por el colectivo-cliente: horarios, número de sesiones, ligazón entre las sesiones de análisis y las demás actividades cotidianas, orden del día, programa, distribución en eventuales subgrupos de análisis, demandas especiales al staff-analítico (grupo de socianalistas), modalidades de pago del staff-analítico. Se analizan los obstáculos a la autogestión de la sesión, sus límites evidentes o no, y se revelan determinaciones institucionales ocultas. 3. La regla de «decirlo todo» o de libre expresión. Se trata de reconstruir en las sesiones lo no-dicho <<institucional », los rumores, los secretos de la organización, las filiaciones sociales. No faltan los obstáculos, las imposibilidades para que se lleve a cabo esta reconstrucción completa; se los analiza en cuanto reveladores de la estructura institucional y del no-saber que gobierna las organizaciones. 231 4. La elucidación de la transversalidad de las filiaciones positivas y negativas, de las adscripciones positivas o negativas a los numerosos grupos, categorías, ideologías y otras particularidades que vienen a negar la pertenencia común a la organiza· ción. Las particularidades de filiación y de adscrip· ción atraviesan la organización, pues el sistema social global, la estructura de la sociedad dividida en cla· ses, se refractan en la unidad microsocial de la organización. Si la institución es lo que reproduce las relaciones sociales dominantes en el seno de una organización o de una colectividad, el análisis de la transversalidad no puede sino chocar con resis· tencias, reveladoras de las relaciones que los acto· res mantienen con las instituciones de su transfe· rencia institucional. S. La elaboración de la contratransferencia institucional, o análisis de las respuestas que el staff· analítico (o el socianalista, si trabaja solo), dan a la transferencia institucional del cliente colectivo. Al sociólogo, psicosociólogo, socianalista, les cuesta reconocer sus intereses personales en el objeto estudiado (intereses afectivos, ideológicos, políticos). Las resistencias a este reconocimiento forman parte del objeto de conocimiento; entran en el campo de análisis. 6. La construcción o elucidación de los analiza· dores. Se entiende por analizador aquellos elemen· tos que, debido a las contradicciones de diverso tipo que introducen en la lógica de la organización, ex· presan las determinaciones de la situación. Por ejem· plo, un subgrupo desviado, merced a su presencia, o por su razonamiento, o su acción, incita a otros miembros o subgrupos del colectivo a expresarse (o a ocultar algunas cosas), a ejercer presiones, verbi· 232 gracia una represwn reveladora de las relaciones de poder real. Se trata aquí de analizadores «naturales». Por el contrario, los ejemplos de operaciones reveladoras de la estructura institucional que se han mencionado en los parágrafos precedentes, constituyen analizadores construidos en beneficio del dispositivo socianalítico de intervención, que es el analizador experimental de base. 2 BIBLIOGRAFtA La intervención en el análisis de grupos: A.: La Psychologie sociale, textes fondamentaux. Dunod, París, 1965. FONDATION ROYA UMONT: Le Ps ycho-Sociologie dans la cité. PAGES, M.: La Vie affective des groupes . Dunod, París, 1970. L~vv, La intervención en el análisis organizacbnal: CRoZIER, M.: La Société bloquée, Le Seuil, París, 1970. LEVY, A.: Op. cit. La intervención en el análisis institucional: lAPASSADE, G.: L'Arpenteur, une intervention sociologique, I'Epi, París, 1971. 2. Los conceptos de demanda, encargo y autogestión son bien de origen sociológico. Los de libre expresión, de trans\'trsalidad, de transferencia y contratransterencia institucionales preceden del psicoanálisis, de la ps icosociología y de la psicote· rapia institucional, la cual extrajo de Pavlov el concepto d e analizador. 1más 233
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