LA CAMPAÑA DE LA BREÑA Andrés Cáceres formó un ejército de guerrilleros, casi todos indígenas, tuvo el Brujo de los Andes que enfrentarse a epidemias de tifus que disminuyó la cantidad de sus soldados, también a tropas leales al peruano Arnaldo Panizo que fueron derrotadas en la batalla de Acuchimay. Su zona de influencia estuvo en el Valle del Mantaro iniciándose la Campaña de la Sierra. El batallón chileno Buin fue derrotado en Canta el 26 de junio de 1881 en Sangrar, las tropas de Estanislao del Campo fueron derrotadas en Pucará el 5 de febrero de 1882. El 9 de julio de 1882 Cáceres vence a las tropas chilenas y las guerrillas vencen al chileno Ignacio Carrera en Marcavalle y Concepción. Las tropas norteñas dirigidas por Miguel Iglesias triunfan en la batalla de San Pablo el 13 de julio de 1882. EL GRITO DE MONTÁN A pesar de esta victoria Iglesias en Montan (Cajamarca) proclamó la necesidad de la paz convocando a un Asamblea legislativa en Cajamarca que lo proclamó Presidente Regenerador el 25 de noviembre de 1882 siendo reconocido por los chilenos que ya no resistían los constantes ataques guerrilleros. El 10 de julio 1883 se produjo la última batalla de la guerra en la Libertad en un lugar llamado Huamachuco, los guerrilleros estaban ganando la batalla pero la falta de municiones los condenó a la derrota, el chileno Gorrostiaga triunfó y los heridos fueron asesinados, el Coronel Leoncio Prado fue capturado vivo y ejecutado en el lugar. En el colmo de la traición Lizardo Montero nunca quiso entregar las armas que pudieron haber dado la victoria a Cáceres y ante la cercanía de los chilenos huyo a Bolivia entregando -ahora sí - la presidencia a Cáceres ya que ambos no habían reconocido a Iglesias como presidente. El 20 de octubre de 1883 se firmó el tratado de Ancón firmado por Jovino Novoa por Chile y José Antonio Lavalle por Perú, se acordó la entrega del territorio de Tarapacá a Chile, Tacna y Arica serían entregados a Chile por 10 años y luego se realizaría un plebiscito para determinar a quien correspondería estos territorios, el país ganador le daría 10 millones de pesos al perdedor. Un protocolo establecería las características del plebiscito y la forma de pago. Las consecuencias de la guerra fueron fatales para el Perú ya que perdimos Tarapacá y posteriormente Arica, desapareció la escuadra peruana, no teníamos crédito en el exterior, la destrucción de las industrias y las haciendas azucareras, la pérdida total del guano y el salitre. El Perú va tener que levantarse de la nada y empezar de nuevo. Los chilenos al tomar territorio peruano y boliviano dejaron a los ingleses el control del salitre apareciendo Jhon North conocido como el rey del salitre lo que permitió a Inglaterra el control de casi todas las actividades económicas de la región. CRONOLOGÍA DE LA GUERRA LA CAMPAÑA NAVAL Y GRAU May Jul. Ago. Set. Oct. El “Huáscar” y la “Independencia” llevan a Arica al presidente Prado con refuerzos de guerra (20) / Ley del empréstito nacional de diez millones ( sólo se consiguió poco más de un millón de soles 1,052,716.37). El empréstito fue suscrito principalmente por personas de escasos ingresos; los capitalistas y demás personas adineradas no respondieron como se esperaba (20) Combate naval de Iquique, El “Huáscar” de Grau hunde a la "Esmeralda" de Prat, pero la “Independencia” se hunde en la persecución a la “Covadonga” (21). El gobierno boliviano presenta al ministro norteamericano en la Paz, Newton Pettis, una propuesta de mediación, gestionando luego Pettis una fórmula transaccional que resultó infructuosa (15). Correrías del “Huáscar”, captura del transporte chileno “Rímac” por el “Huáscar” y la “Unión”, apresando todo un escuadrón y su armamento (23). Antes y después de esa fecha la acción del “Huáscar” reducía a la impotencia a la escuadra chilena. Grau es ascendido al grado de contralmirante, pero sigue comandando el “Huáscar”. El senado rechaza el proyecto del ministro Quimper de impuesto al capital (3). Combate naval de Angamos. Muerte de Grau y pérdida del “Huáscar” (8). 1 EL VIAJE DE PRADO Y LA DICTADURA DE PIÉROLA Nov. Se inicia la segunda gestión hacendaria de Químper, sin la interferencia del Congreso (1 )/ Heroica resistencia de la débil guarnición de Pisagua al mando del coronel Isaac Recavarren y del general boliviano Pedro Villamil (2)/ El presidente boliviano general Hilarión Daza se detiene en la quebrada de Camarones y regresa luego a Arica sin querer combatir (16)/ Esta noticia llega a las tropas aliadas y contribuye a la dispersión de parte de las fuerzas bolivianas y de algunas unidades peruanas, en el combate de Dolores o San Francisco, que terminó con la victoria chilena (19)/ Triunfo peruano en Tarapacá: infantería contra las tres armas chilenas, infantería, caballería y artillería. Sin embargo, al retirarse a Arica, se perdió, definitivamente Tarapacá (27). Dic. Llegada a Arica del ejército triunfante en Tarapacá, después de una penosa marcha (18)/ Viaje del Presidente Prado a Europa (18)/ Golpe de Estado de Piérola, que asume el mando como" Jefe Supremo de la República" (23)/ Tropas bolivianas en Tacna desconocen a Daza. Después asume la presidencia el general Narciso Campero. 1880 Ene. Arreglo de Piérola con la Casa Dreyfus, de modo totalmente favorable a ella. Por otro lado, los Comisionados Rosas y Goyeneche (que habían sido reemplazados por Sáenz) firmaron contrato con el "Crédito Industrial" para la comercialización del guano y el salitre. LA CAMPAÑA DEL EJÉRCITO REGULAR Y BOLOGNESI Mar. Ruptura del Bloqueo de Arica por la "Unión", a cargo del Comandante Manuel A. Villavisencio (17)/ Combate de Los Ángeles (Moquegua). Triunfo chileno (22). Abr. Acción del guerrillero tacneño Gregorio Albarracín en Locumba (1)/ Creación de la "Junta Central Administradora de Fondos para la Guerra con Chile" (1)/ Autorización militar chilena para que los capitalistas extranjeros (Peruvian Guano y Dreyfus) extrajeran guano del territorio ocupado/ Primer bombardeo del Callao por la escuadra chilena, encargada del bloqueo del puerto. May. Batalla de Tacna o de "Alto de la Alianza". Derrota aliada. Las tropas bolivianas al mando de Campero se retiran definitivamente de la guerra (26). Jun. Asalto y toma de Arica por los chilenos. Inmolación de Bolognesi, Ugarte y numerosos héroes peruanos (7). DE LAS MILICIAS URBANAS A LAS GUERRILLAS ANDINAS CACERES Jul. Durante el bloqueo del Callao, la escuadra chilena perdió el barco Loa por acción de un torpedo(3). Ago. En Chancay un torpedo voló la corbeta chilena Covadonga. (13). Oct. 1881 Ene Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Set. Desembarco en Chimbote de la depredadora Expedición Lynch (10). Cupo de guerra a la hacienda Palo Seco; no pago y destrucción de ella (12). Duraron dos meses más en el norte esas expediciones vandálicas/ Infructuosas negociaciones de paz en Arica a bordo de la corbeta norteamericana Lackawana entre Perú, Bolivia, Chile y EEUU (22, 25 Y 27). Batalla de San Juan y saqueo de Chorrillos (13). Batalla de Miraflores (15), Ocupación de Lima por tropas chilenas "escogidas" (17). Una "junta de notables" eligió a García Calderón Presidente de la República (22). Instalación del gobierno de García Calderón en la Magdalena (12). Envío de la Expedición Letelier a Junín y Huánuco para "exterminar por completo a las partidas de montoneros". Lynch es designado jefe del ejército de ocupación (17). Pacto Federal entre Bolivia y Perú (gobierno de Piérola): firma de dos protocolos sentando las bases para una Federación (11 )/ Victoria de los guerrilleros canteños en el combate de Sangrar (26). Instalación de la Asamblea de Ayacucho. En ella Piérola renuncia a la Dictadura, pero es nombrado Presidente (28 y 29). Paralelamente, instalación del Congreso de Chorrillos (10), que ratifica a García Calderón como Presidente, Memorándum del ministro norteamericano en el Perú, Hurlbut, dirigido a Lynch, planteando una fórmula de paz (24). Desarme de los gendarmes del gobierno de García Calderón (5). 2 Nov. 1882 Ene. Feb. Abr. May. Jul. Ago. Dic. García Calderón y su canciller Gálvez son tomados prisioneros (6). Luego de su expatriación, asume la Presidencia Montero (15)/ Dimisión de Piérola, después de haber sido desconocido por Montero, Cáceres y De la Torre, jefes de la fuerzas del sur, del centro y del norte (28). Sale de Lima Lynch al mando de 3,000 hombres para luchar contra Cáceres (1). Días después salió a reunírsele el coronel Gana con 1,500 hombres (9), Luego, regresan ambos dejando al coronel del Canto a cargo de la operación 1. Acción victoriosa de los guerrilleros de Comas contra los chilenos (2)/ Victoria de Cáceres en Pucará contra las tropas de del Canto (5). Ni Letelier, ni Lynch ni Gana, ni del Canto acaban con Cáceres. /Entrada de Cáceres en Ayacucho, luego de vencer al coronel rebelde Panizo de Acuchimay. El general Miguel Iglesias, jefe del norte, proclama la necesidad de tratar, con Chile (Instalación del Congreso de Arequipa (22). Se ratificó a García Calderón y a Montero y se eligió Segundo Vice-Presiciente a Cáceres. Derrota en Sunampe de un batallón chileno por guerrilleros iqueños (5). Combates ganados por peruanos en Marcavalle y Pucará, así como en Concepción (9)/ En el norte, victoria peruana aunque efímera en el combate de San Pablo (13). En el norte, Iglesias lanza "el grito de Montán", para tratar la paz con Chile (31). Instalación de la Asamblea Legislativa del Norte en Cajamarca (25). Por Ley del 30 de diciembre se estableció el Congreso de Cajamarca ("Asamblea de Montán"). Allí se designó a Iglesias como "Presidente Regenerador de la República". 1883 May. Consejo de guerra convocado por Cáceres que decide la retirada al norte, dada la magnitud de las divisiones chilenas dirigidas contra sus fuerzas (20). Jul. Derrota peruana en Huamachuco (10). Como acostumbraba, el enemigo "repasó" -ultimó- a los heridos. El coronel Leoncio Prado y los demás prisioneros fueron fusilados, Oct. Firma del Tratado de Ancón (20). Días después tuvo lugar la ocupación de Arequipa por los chilenos, en abril del siguiente año el pacto de tregua entre Chile y Bolivia, en junio el reconocimiento del Tratado por Cáceres y, en agosto, la desocupación total del Perú por los chilenos. LAS NEGOCIACIONES DE PAZ, LA INTERVENCION IMPERIALISTA y EL TRATADO DE ANCON Dado el carácter de esta sección que abarca toda la guerra, la cronología tiene que empezar varios años atrás, repitiendo algunas veces fechas consignadas en secciones anteriores. 1879 Jun. El gobierno boliviano presenta al ministro norteamericano en La Paz, Newton Pettis, una propuesta de mediación gestionando luego Pettis una fórmula transaccional que resultó infructuosa (15). 1880 Oct. Conferencia de Arica: Chile. Perú, Bolivia y EEUU a bordo de la corbeta norteamericana Lackawana, Resultó infructuosa por la intransigencia chilena (22, 25 y 27). 1881 May. El ministro norteamericano en el Perú, Chrístiancy, envía dos memorandos a su gobierno planteando un protectorado sobre el país, o la anexión a Estados Unidos (4 y 17). Desde principios de año Garfield había reemplazado a Hayes en la Presidencia de los EEUU. Su Secretario de Estado desde marzo era Blaine que había reemplazado a Evarts. Jun. Christiancy reconoce el gobierno de García Calderón (26). Jul. A fines de este mes Hurlbut sustituye a Christiancy. Ago. Carta de Huribut a Lynch planteando la paz sin cesión territorial. El ministro norteamericano en Chile, Kilpatrick desmiente a Huribut/ El ministro norteamericano en Francia, Morton -nombrado por Blaine- comunica al Departamento de Estado que el Presidente de Francia Grévy condenaba "las pretensiones extravagantes de Chile así como las condiciones de paz" (11). La razón del interés de Morton residía en que una empresa suya se había asociado con el "Crédito Industrial y Comercial" en un convenio para el apoyo de García Calderón por EE.UU. / En carta pública al canciller de Piérola, García y García, Hurlbut desconoce y ataca a Piérola (12). 3 Set. Protocolo de Chimbote, firmado por Huribut y el canciller de García Calderón, Gálvez (20). En él se concede a EEUU una concesión para establecer un depósito de carbón en el puerto de Chimbote. Ella sería una base para operaciones mayores. Por otro lado, Blaine auspiciaba a una "Compañía Peruana", formada en EEUU. que acogía los supuestos derechos multimillonarios ($ 1,200'000,000) de Cachet y Landreau sobre las utilidades del guano/. Decreto de Lynch prohibiendo a los peruanos ejercer actos de gobierno -salvo los municipales- en territorios ocupados por Chile, e intimando en una carta a García Calderón para que cese su gobierno 128) Copia de esta comunicación le dirigió a Hurlbul. Ambos la rechazaron. Dic. Piérola, que, había dimitido el 28 de noviembre, se entrevista en Lima con Lynch (3) Nombrado por Blaine llega a Lima Trescott (22). En este mes, Frelinghuysen reemplaza a Blaine, su enemigo político; en setiembre había sido asesinado el Presidente Garfield, que fue reemplazado por Arthur. 1882 Feb. Protocolo de Viña del Mar entre Trescott y el canciller chileno Balmaceda (11). Allí se especificaba la pretensión chilena sobre Tarapacá y, por lo menos temporalmente sobre Tacna y Arica. Abr. Entrevista de Trescott con Montero en Huaraz. Ago. El "grito de Montán" de Iglesias, que será apoyado por el enemigo. Oct. Como respuesta al ultimátum chileno, transmitido y apoyado por el nuevo ministro norteamericano en Chile Logan, García Calderón firma un protocolo sobre las condiciones de paz (11). 1883 Ene. García Calderón rompe negociaciones con Logan (19) Intento de mediación colectiva del cuerpo diplomático en Lima, por iniciativa del ministro norteamericano en el Perú (22). May. Convenio preliminar de paz, que luego se establecerá definitivamente en Ancón, firmado por el chileno Novoa y los representantes de Iglesias, Castro Zaldívar y Lavalle. Tratado de Ancón (20). Oct. 1882 Desde Inicios de febrero de 1882, cuando las fuerzas chilenas obligaron al Ejército del Centro a una desastrosa retirada, la sierra central soportaba la ocupación chilena. Mientras el general Andrés Avelino Cáceres reorganizaba sus mermadas fuerzas en Ayacucho, en el valle del Mantaro las guerrillas indígenas hacían frente a las fuerzas invasoras con más audacia que recursos. Empero esa resistencia heroica no podía sostenerse indefinidamente. Los pueblos del centro reclamaban el apoyo de Cáceres y sus huestes y el caudillo serrano comprendía que demorar su retorno podía provocar la desmoralización de las guerrillas indígenas. En cuanto consideró que las fuerzas organizadas en Ayacucho estaban en condiciones dé emprender campaña, ordenó iniciar la movilización rehaciendo el camino hacia Huancayo. Corría el 1° de junio de 1882. LA ESTRATEGIA DE LA CONTRAOFENSIVA Las fuerzas de Cáceres rehicieron la ruta de Huanta, Acobamba y Huancavelica y se acantonaron en Izcuchaca, donde establecieron su cuartel general. Allí, Cáceres trazó el plan estratégico para el asalto al valle del Mántaro. El plan de Cáceres buscaba encajonar a las fuerzas chilenas en el valle del Mantaro para después aprovechando su desplazamiento disperso, batirlas por separado. Para su implementación, las fuerzas peruanas deberían lanzar un ataque simultáneo contra tres objetivos vitales, fragmentándose en tres columnas operativas. La primera, al mando del coronel Máximo Tafur, debería marchar por las alturas del flanco oeste del valle del Mantaro, describiendo un extenso arco por encima de Llocllapampa y Chacapalca, para atacar La Oroya. Su objetivo era destruir el puente que cruza el Mantaro, para cortar la retirada de las fuerzas chilenas, que presumiblemente tratarían de replegarse hacia Lima. La segunda la comandaría, el coronel Gastó y, marchando por las cumbres del flanco este del valle debería caer sobre Concepción. Su objetivo era aniquilar la guarnición chilena allí emplazada. La tercera columna estaba constituida por el grueso de las fuerzas del Ejército del Centro y la comandaba el general Cáceres en persona. Su misión consistía en atacar frontalmente las posiciones enemigas de Marcavalle y Pucará, empujando al ejército chileno hacia el norte donde, cortada su retirada en La Oroya, sería posible aniquilarlo. "Todas las guerrillas de uno y otro lado del valle del Mantaro, señala Cáceres en sus Memorias, cooperarían a las operaciones del Ejército". 4 Cáceres contaba con 1,800 efectivos regulares, de los cuales unos 50 marcharon rumbo a Concepción. Otra pequeña fracción se encaminó a La Oroya y el grueso permaneció en Izcuchaca esperando el inicio de las acciones. Terminaba junio y estaba decidida ya la fecha del asalto simultáneo. Ésta se desencadenaría el 9 de julio. LA SITUACIÓN EN EL CAMPO CHILENO Las fuerzas chilenas que ocuparon la sierra central ascendía a 3,586 efectivos de artillería, caballería e infantería, siendo el grueso de los soldados combatientes fogueados en dos años de campaña, desde los campos del sur hasta San Juan y Miraflores. El cuartel general de las fuerzas de ocupación se había instalado en Huancayo, y los continuos asaltos guerrilleros contra las guarniciones aisladas habían obligado al mando chileno a acortar las líneas, concentrando a sus hombres en los centros poblados. Se vivía una situación de zozobra, agudizada por la continua intercepción de las líneas de comunicación y las emboscadas guerrilleras contra los convoyes de bastimentos que agravaban la carencia de víveres. Adicionalmente, una epidemia de tifus había causado 237 defunciones y mantenía postrados a otros 473 hombres, a los que se sumaban las 73 bajas reconocidas, provocadas por los ataques guerrilleros. La situación era crítica y el mando chileno resolvió reconcentrar sus fuerzas abandonando Huancayo para instalarse en Tarma. PUCARA, MARCAVALLE Y CONCEPCION Por razones que se desconocen, las fuerzas del coronel Tafur asaltaron La Oroya antes de tiempo, el 2 de julio. Ellas iban reforzadas por las guerrillas de Chacapalca. Por añadidura, la misión que debían ejecutar –volar el puente sobre el río Mantaro para cortar la vía de escape a las fuerzas invasoras– fracasó, dada la encarnizada resistencia chilena. Sin conocer este resultado adverso, el resto del plan de Cáceres prosiguió su realización. La fuerza del coronel Gastó asaltó Concepción el 9 ju1io a las 4 de la tarde. Se esperó hasta esa hora a fin de no comprometer en el combate a los concurrentes a la feria dominical del lugar. En el asalto intervinieron protagónicamente las guerrillas de Comas, Concepción, Apata y Andamarca. Al iniciarse el ataque, la guarnición allí acantonada defendió la plaza viéndose obligada luego a replegarse al convento que les servía de cuartel. En torno a éste se combatió durante 18 horas, pasando la lucha por diversas alternativas que alcanzaron su culminación cuando las fuerzas guerrilleras penetraron en el convento a través de dos forados abiertos en las paredes. Para entonces, y siguiendo las instrucciones del general Cáceres de no comprometerse innecesariamente, las fuerzas regulares se habían retirado del campo de batalla al agotárseles las municiones. El asalto final fue, pues, realizado exclusivamente por los guerrilleros, a las 9 de la mañana del día 10. En Concepción fue exterminada la guarnición íntegra, cayendo 76 soldados chilenos, 3 cantineras y un niño. Entre los muertos se encontraban varios descendientes de la aristocracia chilena. Quizá ello explique la conmoción que esta acción provocó en Chile. Ese día fue convertido en el Día del Recluta, cuando los soldados juran fidelidad a la bandera; el equivalente a la conmemoración de la epopeya del Morro de Arica, para el Perú. El grueso del ejército chileno debió abandonar Huancayo el 9 de julio, pero esa madrugada atacó el Brujo de los Andes. Sus fuerzas contaban con el refuerzo de las guerrillas de Acoria, Colcabamba, Huando, Acostambo, Pillichaca, Izcuchaca, Pampas, Pazos, Tongos, Huaslbamba y otras comunidades. Al despuntar el alba la guarnición chilena de Marcavalle fue sorprendida por un violento ataque que la obligó a replegarse en desbandada hasta Pucará, donde se trabó un segundo combate. Nuevamente, la resistencia chilena fue aplastada, replegándose los restos del destrozado batallón Santiago hacia Huancayo. Una legua antes de llegar a su destino, los sobrevivientes fueron recibidos por el grueso del ejército chileno, movilizado por el coronel Estanislao del Canto, en auxilio de sus tropas comprometidas en cuanto supo del inició de la ofensiva cacerista. Del Canto temía un nuevo asalto peruano, por lo cual difirió la salida de sus tropas hasta el día siguiente. El 10 abandonó Huancayo encaminándose hacia el norte y entrando a Concepción ese mismo día en la tarde. El espectáculo que las fuerzas en repliegue encontraron era dantesco; ante él, el jefe chileno ordenó tocar a degüello, ocupándose sus fuerzas de enterrar a sus camaradas caídos y de fusilar a todo poblador que encontraban a su paso. Concepción fue totalmente incendiada e igual suerte corrieron Matahuasi, San Lorenzo, Ataura y otros pueblos sobre los cuales se cebó la venganza de los fugitivos. En toda su ruta, las fuerzas chilenas dejaron una estela de sangre, desolación y muerte. El repliegue continuó hasta Tarma, mientras las fuerzas de Cáceres seguían a la columna enemiga en retirada. Cuando las fuerzas chilenas ocuparon Tarma, Cáceres tuvo la oportunidad de aniquilarlas, pero el temor de destruir la población lo contuvo. Decidió entonces sitiarlas, esperando a que la escasez de recursos les obligara a reemprender la marcha. El plan de Cáceres se frustró cuando a la medianoche del 17 las fuerzas chilenas rompieron el cerco huyendo sigilosamente protegidas por la oscuridad. Una densa neblina facilitó su propósito. El fracaso de las fuerzas encargadas 5 de volar el puente de La Oroya les permitió atravesar el Mantaro, salvándose de su total aniquilación. Cuando Cáceres llegó a La Oroya, el puente ya había sido dinamitado. Impotente las vio instalarse en la otra orilla, a esperar a las fuerzas acantonadas en Cerro de Pasco para reemprender la marcha a Lima. En todo su trayecto, la columna fugitiva fue hostilizada por las guerrillas de Huarochirí, pero finalmente llegó a la capital. Allí estaba a salvo. BALANCE DE LA CAMPAÑA Pese a que Cáceres no logró su propósito de aniquilar a la División del Centro, la contraofensiva de julio de 1882 fue un resonante éxito. Las fuerzas chilenas sufrieron bajas equivalentes al 20% de su efectivo total y abandonaron un cuantioso botín de armas, municiones, bastimentos, recursos pecuniarios y estandartes enemigos, desencadenando una ola de entusiasmo indescriptible en la región y una crisis política de proporciones en Chile, donde desde la caída de Lima se consideraba la guerra definitivamente concluida. El presidente chileno, Domingo de Santa María llegó incluso a proponer el desalojo de Lima. Cáceres consideraba entonces posible recuperar la capital. Pero el heroico apoyo del campesinado no bastaba. Poco después las disensiones en el seno de la clase dominante peruana, alimentadas por el movimiento secesionista de Iglesias, frustrarían definitivamente sus expectativas. LOS PATRIOTAS IQUICHANOS Instalados en Huanta, los chilenos no se atrevieron a pasar a Ayacucho sino hasta cuando tuvieron la certeza de que Cáceres había evacuado esa ciudad, trasladándose a Andahuaylas. Eran los días postreros del mes de setiembre de 1883 y en ese lapso, ante la hostilidad constante de los guerrilleros, el jefe enemigo Martiniano Urriola despachó varias expediciones punitivas sobre aldeas que encontraron casi deshabitadas, dedicándose sus soldados al robo y a toda clase de tropelías en plan de venganza. La propia crónica chilena, publicada por Pascual Ahumada Moreno, refiere lo que fue la resistencia patriota con detalles que por su patetismo merecen ser recordados siempre, porque ni los chilenos fueron capaces de silenciar la extraordinaria audacia y coraje que en esa lucha mostraron los guerrilleros. Tal por ejemplo, el relato de un hecho singular que aconteció en las alturas del noreste de Huanta. –"A la primera compañía del batallón "Miraflores" –se lee en la citada crónica chilena– le fue ordenado subir con apoyo de los Carabineros a las montañas del noreste. Pero antes de empezar la subida, cuando aún iban estas fuerzas por el valle, principiaron los cholos a hacer algunos disparos. "La compañía seguía avanzando y cuando fue conveniente empezó a subir. A medida que adelantaba iban los cholos retrocediendo... Los cholos se pararon por fin en la cima de un cerro cortado a pico, a donde era casi imposible subir de frente. Desde ahí hacían algunos disparos de fusil, echaban a rodar galgas y tiraban piedras con hondas sobre los chilenos, en medio de una atronadora gritería en que se distinguían estas voces: "¡Jamui, jarnui! Que quería decir: "¡Venid, venid!". Así combatieron en La Breña los temerarios iquichanos, de las alturas de Huaychao, Uchuraccay y otras comunidades en las que el mensaje patriota de Cáceres, lanzado en el idioma quechua ancestral, encontró la acogida que no halló en cambio entre los poderosos, que entonces como siempre se mostraron pusilánimes llegando incluso a la traición, verdad histórica ampliamente documentada, tanto con testimonios peruanos como chilenos. Recién el 30 de setiembre, sabiendo que Cáceres evacuaba su ciudad natal, los chilenos decidieron por fin avanzar sobre ella, llevando en su compañía a los potentados de la región, que no quisieron quedarse en la villa por temor a los guerrilleros. El jefe chileno pernoctó en la hacienda Pongora, donde se oyó a los siervos pronunciar un obligado: "¡Viva el Señor Chile!", frase dramática que describía la ignorancia increíble en la que habían sido sumidos los indios de las haciendas. Finalmente, el 1º de octubre, los chilenos entraron en Ayacucho, donde tampoco faltó el "recibimiento" al que se prestaron algunos "notables", entre ellos el coronel Rocha, quien poco más tarde habría de ser ajusticiado por los guerrilleros. 6 Cuarenta días habría de permanecer en esa ciudad la división chilena, imponiendo un régimen de terror sobre las comunidades del interior, pese a lo cual la resistencia india no cejó un solo instante. Al cabo, al enemigo no le quedaría más alternativa,que optar por la vergonzosa retirada, ante la inminencia de ser aniquilado por la contraofensiva que en ese tiempo proyectó Cáceres desde su cuartel general de Andahuaylas. GREGORIO ALBARRACÍN ALBARRACÍN, Gregorio (Tacna 1812, Chucatamani 1882): Héroe de la Guerra del Pacífico. H. de Melchor Albarracín y Tomasa Lanchipa. Cursó estudios en una escuela primaria de su ciudad natal y luego auxilió a su padre tanto en las labores de la agricultura como en el arrieraje que personalmente conducía para llevar sus productos al altiplano. Pronto alcanzó una situación destacada, y en Tacna cooperó al éxito de algunas empresas políticas encabezadas por el general Ramón Castilla. Ante la declaratoria de guerra formulada por Chile (5-IV-1879), formó el Escuadrón Tacna con 150 jóvenes que costearon sus propias armas y sus cabalgaduras, y cuyo mando asumió con el grado provisorio de coronel. Destacado hacia el S, con la división boliviana que comandaba el presidente Hilarión Daza, aquel escuadrón actuó como su vanguardia y en su marcha cumplió arriesgadas misiones de reconocimiento. Llegó a Chaca (12-XI) y a Camarones (14-XI); vio con indignación cómo emprendía su retirada el mandatario aliado, y, unido al ejército peruano, concurrió a la batalla de Tarapacá (27-XI1879). Luego volvió a Tacna. En atención a su conocimiento del terreno, as¡ como a la versatilidad y la audacia de su escuadrón, se le encargó oponerse a la invasión chilena iniciada en el litoral de Moquegua. Hostigó en forma permanente a las fuerzas enemigas, cargando sobre sus avanzadas con tanto ímpetu que pronto se hizo temido; destruyó el destacamento conducido por el comandante Diego Dublé Almeida (1-IV-1880); evitó las emboscadas que los castigados adversarios prepararon para derrotarlo; e incansablemente prosiguió sus operaciones en Sama y Locumba. Intervino luego en la batalla del Alto de la Alianza (26-V-1880) sosteniendo el ala derecha, a órdenes del contralmirante Lizardo Montero. Y aun después de quedar consumada la derrota, a consecuencia de la batalla de Arica, retirose con sus fuerzas a las alturas de Tarata para continuar sus operaciones contra la ocupación extranjera. Durante largos meses mantuvo en alto la resistencia; su figura y sus acciones alcanzaron contornos de leyenda, y se le reconoció como el Centauro de las Vilcas. Pero a la postre concentráronse los esfuerzos enemigos para doblegarlo. Y marchando por la cuesta de Sausini, en las inmediaciones de Chucatamani, cayó en una emboscada (2-X1882). Cerrado ya el cerco, el jefe chileno le pidió que se rindiera. Quizá acudió entonces a su memoria el bizarro ejemplo del coronel Francisco Bolognesi, y altivamente respondió: "Un coronel peruano no se rinde jamás". Revolviose sobre su brioso caballo, con el sable en la diestra y, tras cambiar algunos mandobles, le descargaron en la cabeza dos recios sablazos que le ocasionaron la muerte. A su lado cayó mortalmente herido su hijo, el teniente José Rufino Albarracín Berríos, que aún conservó aliento para abrazarse al exánime cuerpo de su padre. LAS HEROÍNAS Sumaron cientos las heroicas campesinas que prestaron su valioso aporte en la lucha de resitencia patria. En su mayoría, anónimas, pero eternas en la memoria y gratitud de los que recordamos sus hechos. Siguieron ancestrales costumbres al concurrir a la guerra acompañando a sus padres, hermanos, esposos o hijos; y cumplieron múltiples servicios, llegando incluso a portar las armas en los combates. Los documentos del periodo de la Campaña de La Breña al que dedicamos esta nota (febrero – junio de 1882), nos han transmitido los nombres de algunas de aquellas valerosas combatientes. Así, en la hacienda Ruantullo se menciona a Bartola Vásquez, campesina a la que se vinculó con la resistencia de los siervos de ese fundo; capturada por el enemigo, fue torturada y muerta, a finales de febrero. Pocos días después, el 2 de marzo, Candelaria Estrada formó entre los galgueros que al mando de Ambrosio Salazar obtuvieron victoria sobre los chilenos en el paso Huáscar, en las faldas del Sierralumi. El 19 de abril, en la gloriosa acción de Chupaca, holocausto patriota, se inmolaron Rosa Pérez y Valentina Melgar, junto con seiscientos compañeros. Ese mismo día, en los linderos de Sicaya y Chupaca, la resistencia patriota fue protagonizada por la Guerrilla Libertad, que comandó Joaquina Avila de Lindo, hasta rendir la vida. Y cuatro días más tarde tuvo lugar la no menos patética resistencia de la Guerrilla Huancaní, cuyo comando ejerció Leonor Ordóñez, concurriendo en las faldas de Antoshpata, portando en una mano el bicolor nacional y en otra un rejón vengador; cayó prisionera, y fue vejada por el enemigo que quiso obligarla a renegar de su causa; pese a la amenaza de muerte, ella se burló de sus captores, pronunciando un ¡Viva el Perú! antes de morir acribillada a balazos. 7
© Copyright 2024