PERIÓDICO - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

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EL LABERINTO,
PERIÓDICO
Cn raes 8 rs.—Tres íd. 40.—Seis ¡«I. 5tí.—Un año 70.—El número
surtió 5 reales.
N . ' M. TOMO I.—JUEVES 1(> l.E MAYO 18 4.
Boix , Editor, calle de Carretas, n ú m . 8 .
MI Mt'Bll'lWK Klü
Un mes 10 rs.—Tivsiil. 28 —Seísiil. M.—Un año 110.—Suscríbete
en hi« principales librerías dtl reino corresponsales de la casa.
su opinión de los falso* rumores que el vulgo habia os de MI santidad , el rey de España y la señoría de Veneparcido , y harto español p.ira ceder á: exigencias, cuy cia , D. Juan de Austria , el cual, con aquel denuedo1
término era imposible calcular. Este v ;ij»; val ó al ilustn propio de su esclarecida estirpe , de ÍU juventud y de
embajador el capolo cardenalicio, y oí placer de traía sus hazañas en las guerras de Granada , persiguió á la••n Madrid á los muchos y esclarecidos ingenios que, poi armada enemiga sin tregua ni descanso. Tuvo la gloria
aquellos tiempos , empezaban á enriquecer nuestra li le descubrirla, en la mañana del 7 de octubre, en las boteralura. Fue de estos Cervantes . que rogresó-á Itali cas ilc Le junto , y durando el sangriento combate descon Aquaviva , en ciudad de familhr ó camarero , car- de el medio dia hasta el anochecer, con ímpetu y obsti40 no humilde on aquellos tiempo* . habiéndolo ante nación por ambas partes , lograron lag armas cristianas
que él ejercido I). Diego Hurtado de Mendoza , D. Fran la mas señalada victoria naval que cuentan los anales.
cisco Pacheco y otros, que. pinosos de protección y en
Cervantes hallábase enfermo, á bordo de la galera
CERVANTES Y HVH O KHAN. señan/.», p.'is-iban á Italia en busca de ricas prebendas < Marquesa ; pero ni esta circunstancia , ni el mandato do
de gloriosos Inurelos.
los capitanes , niel consejo de sus enmaradas , fuero»
Al siguiente año de 1360. confederáronse España bastantes á contener su espíritu guerrero. Peleó en el
Mucho ha tardado el mundo en saber con certeza Vcnecia y Hgma para reconquistar In isla de Chipie, qu sitio de mas riesgo , alcanzando lomar el estandarte reat
de Egipto , aunque á costa de tres arcabuzazos que recuál es el pueblo feliz que vio nacer al ilustre , y, hasta
cibió , dos en el pecho y otro cn la mano izquierda , queel fin délos siglos , célebre Migunl de Cervnntes. El emlu quedó manca , romo señal constante de su noble arpeño de los eruditos ha conseguido, en nuestros dias, desrojo , mostrándola después en el resto de su vida, cou*
cubrir , que este insigne ingenio fue bautizado cn la parnotable orgullo , y repitiendo, como'JVrencio, qiie «ef
roquial de Sta. Maria la Mayor de Alcalá de Henares, á 9
soldado mas bien parece muerto en la batalla que libre
de octubre de 15V7, con lo cual quedan desvanecidas
en la fuga.» 1). Juan de Austria, por este hecho glolas pretensiones de Madrid, Toledo, Sevilla, Esquivias,
rioso , le acrecentó tres escudos al mes sobre su paga,
Lucena , Alcázar de S. Juan y Consuegra , que solicitan
nlinaria.
todavía tan elevada gloria. Si hemos de dar crédito á
la respetable opinión del erudito marques de Mondejar,
Hallóse en la expedición de Túnez , y militó en las
el origen de Curvantes es preclaro c ilustre, siendo su fabanderas del hijo de Carlos V, recorriendo todas las ciumilia una de las mas antiguas que han ennoblecido el
lades de Italia y Sicilia hasta el año de 1575, en que,
reino de Galicia. Esto no obstante, grande fue la poviendo cuan escaso premio recibían sus señalados serbreza de su padre, y no menor la humildad con que
vicios , decidió regresará España , trayendo cartas en
pasaron los primeros años de su vida el mas ameno de
que al rey y sus secretarios lo recomendaban muy parnuestros escritores, su hermano Rodrigo y sus dos herticularmente para el mando de una compañía , el ilustre
manas. ¡Triste y misterioso decreto del poder omnipodon Juan , testigo de sus hazañas , y el duque de Sesa,
tente, que castiga, con la miseria y abandono, á los que
virey de Sicilia. Embarcóse en la galera llamada el Sol,.
son en la tierra su oías perfecto dechado , asi como con compañía de su hermano Rodrigo , que también halocó su mano poderosa en los desiertos de América árbia servido como soldado en Italia , y de otros caballeboles que solo brotan bálsamo , sí los hiere el hacha desos y militares distinguidos ; pero, atacados en alta mar
trozadora!
por tres bajeles turcos de la escuadra de Arnaute MamiT.
De 1568 son los primeros versos conocidos de Cerspocialmcnte por una de veinte y dos bancos que man.
vantes, con ocasión de las exequias que, en la iglesia de
daba el arráez DalíMami , renegado griego , después de
las Descalzas Reales, hizo la villa de Madrid, por la maloun combate tenaz y desigual en que se distinguió Cergrada reina doña Isabel de Valois. Su afición á la poesía
antes, hubieron de rendirse estos desgraciados , siendata de mas antiguo: desde sus mas tiernos años, habien- el gran turco Selim II , fallando á la fe de los tratados, Jo llevados á Argel y tratados como cautivos.
do asislidoá las representaciones del célebre farsante Lope hiibia invadido ; lucha incesante que existia entonces enCupo Cervantes, en el repartimiento, áDalí, el cual,
de Rueda , era vehemente su inclinación á las obras de tre la cristiandad , á cuyo frente se hallaba el poderío de como viese las cartas de recomendación que sobre sí.
invención y remedo , y sin limites su pasión á los ver- España , y el mahometismo que aspiraba á dominar en llevaba , redújolo á durísimo trato y sumisión , esperansos , pasión desgraciada que hubo de conservar toda su el Mediterráneo. Mandaba la escuadra española en Ná - do que por ser persona principal lograría subido c imvida.
polcs , el esclarecido D. Alvaro de B;izan , primer mar- portante rescate. Pero el cautivo, que en su ingenio conSin embargo, túvole la opinión pública, en su siglo, ques de Sta. Cruz , el cual tenia á sus órdenes al famo- fiaba tan solo, intentó desde el primer dia escaparse, lopor buen poeta , habiendo sus obras merecido el aplau- so capitán Diego de Urbina , del tercio de D. Miguel de cual pudo muchas veces verificar, si su ánimo noble no
so general , encomios y premios. Julio Aquaviva , que Moneada. Cervantes , cuyo iinpelu marcial no le" dejaba le impusiese el deber de salvarse con sus compañeros
mas tarde fue cardenal, hallábase en Madrid, á fines sosiego en la quietud del reposo clerical de Roma, al es- ó con ellos padecer. Descubierto varias veces y arrosde 1568 , con encargo de Pió V , de dar el pésame á Fe- ruchar nuevas de tan noble expeilic'on , sentó plaza de trandocon serenidad las consecuencias de sus tentalivasT
lipe II por la muerte del príncipe D. Carlos , y , según imple soldado , según la usanza de los tiempos , en la tuvo la dicha de que sus amos, tan severos con los dese cree , con instrucciones reservadas para solicilaMTa- ompañía del famoso Urbiua. Como tal , sirvió á las ór- mas cautivos, solo con él no lo fuesen, siendo asi qu»
vores deseados por la sania Sede ; misión, por ambos ob- denes de Colona, haslaque, en 1371, fue nombrado para mas tarde fue cautivo del rey Azan , el mas cruel de los
elos, desagradable al rey, demasiado digno para vindicar la alta dignidad de generalísimo de las fuerzas reunidas bajaes de Argel, el cual, contentándose con tenerlo bien»
RBNIHKV
Cervantes y sus obras, por 0. Jacinto de S.das Y Quimba.—
Motín contra Esquilache, art. 1.", por I). Cayetano llosoll.—
Espatolino (novela), por la señorita Avellaneda.—Todo Madrid en San Isidro, por II. Antonio flores.—Poesía, por la
señorita Avellaneda
V i a j e a T o l e d o , p o r l>. J. d e l P e r a l . —
R e v i s t a de l a Q u i n c e n a , por I). Antonio F e r r a r del Itio.—
Estatua en veso de Velazquei, por el seílor Piquer.—Boletín
bibliográfico •
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EL LABERINTO.
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custodia Jo , solía decir que como tuviese bien guardado solvencia, en el cual se le abonaron, por su salarie,j los idiomas , y sus gracias en los labios de todo homal estropeado español, tendría secura su capital, sus ciento dos mil maravedís que equivalen á tres mil rea- bre de mediano gusto.
les vellón. En este y otros encargos visitó casi todos los
Concluiremos estos apuotes , dando una nota de las
cautivos y sus bajeles.
Los padres de Cervantes!, afanándose en vano por pueblos de Andalucía, de cuyas costumbres se muestra principales ediciones de las obras de Cervantes , trabajo curioso para los aficionados , y que queremos evitar
acudir á rescatar á su querido hijo, de quien habían re- tan profundo conocedor.
La quiebra del mercader Freiré de Sevilla, por cunuestros lectores.
cibido nuevas , empeñaron el patritnonio.de sus hijos y
—El ingenioso hidalgo D. Quijote de la Mancha. Malos dotes de las dos hijas doncellas; pero este caudal yo conducto había enviado fondos de su recaudación
•:'l, Juan de la Cuesta 1605. perg. en 4."
no bastó para rescatar al ilustre estVopeado, y sí fue á Madrid, ocasionó á Cervantes muchos disgustos, su- drid,
Primera edición del primer tomo de esta admirable
solo suficiente para dar libertad á su hermano Hodrigo en friendo prisiones, apremios y persecuciones, de que por
novela , tiene doce hojas preliminares , 316 de testo, y
1577, quien regresó á España y trabajó activamente por fin salió bien y fue declarado inocente.
rescatar á Miguel. El padre de Cervantes murió sin el
Desde 1598 hasta 1602, faltan dalos para conocerlos el índice. Existen dos ediciones hechas con la misma
•consuelo de ver á su hijo, pero dejando muy adelanta- sucesos de servantes, y este vacío es tanto mas doloroso fecha, en el mismo tamaño y por el mismo impresor;
bas las pretensiones para el rescate; su viuda y su hija cuanto que en estos años, ocurrió su célebre encarcela- pero no es difícil distinguirlas: en la primera dice el título
doña Andrea, se presentaron, en 1579, á los PP. Gil y miento de la Mancha, y empezó á escribir el inmortal con privilegio: en la segunda hoja dice de un lado tapa, y
Bella , de la santa y sublime orden de los Trinitarios. á Quijote. Suponen unos que, comisionado para apremiar del otro testimonio de las erratas. En la segunda á las pa<iuiencs tanto debela cristiandad, entregándoles 300 á los vecinos morosos de Argamasilla, por ciertos atrasos labras con privilegio siguen estas : de Castilla , Aragón
•ducados, 250 de la primera , y 50 de la segunda , para de diezmos, le atrepellaron estos, hubo él de defenderse y Portugal.
<]ie con ellos á su llegada á Argel, para donde salían con y le pusieron ellos, por término de tanto arrojo, en la
Ambas ediciones son escaias: y buscadas un ejem•objeto de redimir cautivos, procurasen la libertad del cárcel. Creen otros que su prisión fue motivada por ha- plar de la primera, unida á la segunda parte publicada
ilustre Cervantes.
berse aprovechado, con perjuicio de los vecinos, de las en 1615 ha sido vendida en Loudres por 42 libras esterLos redentores, entre los cuales fue el mas caritativo agua6 del Guadiana , para las elaboraciones de la fabrica linas osean 4200 reales.
y empeñado el P. Gil, lograron, en 19 de setiembre de de talUres y pólvora de que estaba encargado , y por úl- i Esta primera parte ha sido reimpresa en Valencia
1580, rescatar á Cervantes por 500 escudos de oro, y timo, algunos suponen que fue de esta prisión causa al- por Pedro Patricio Mey en 1605, y en la segunda en casa
una gratificación de 9 doblas. Regresó este á España gún chiste con que quiso festejar á una doncella del To- del mismo impresor en 1616.
>rovisto de una extensa información, de la cual consta boso, de lo cual se mostraron ofendidos sus amigos y pa- i La cuarta edición de la primera parte ha sido publiÍa honradez , valor y virtud del cautivo , y los muchos rientes, trabándose asi una pendencia de esas á que er; cada en Lisboa en 1605; la sexta en Bruselas en 1607.
—El Ingenioso hidalgo tí. Quijote de la Mancha. Mariesgos que pasó en Argel por salvar á sus compañero: ¡Cervantes aficionado. Consérvase en Argamasiila , sin
que de ello existan pruebas ningunas , la tradición de drid. Juan de la Cuenta. 1608 perg. eu 4."
•de infortunio.
Hallábase á la sazón Felipe II en víspera 4v entrar que, en la casa llamada de Medra no, estúvola cárcel don- I Esl» edición ha sido muy corregida y enmendada , y
•en Portugal, y en el ejército que le abrió el peso, man- I de «luengos dias y menguadas noches» pasó el autor de" ha servido para varias hechas en Bruselas y Milán , es
la mas estimada
(lelos curiosos. Hay algunos ejemplares
-dado por el duque de Alba, servia Rodrigo Cervantes. A Quijote.
a
unirse con él y militar bajo tan gloriosas banderas, corEn 1603 se presentó Cervantes, requerido porlos con con la 2. parte de Avellaneda , impresa en Tarragona
rió el manco de Lepanto, que, embarcándose mas tarde tadores, en Valladolid, donde estaba la corte , y en don por Fel. Robcito, 1614.
en Lisboa, se hal!ó en la expedición de las Islas Terceras, de el fatuo é imperioso Duque de Lerma lo trató con me i —Segunda parte. Madrid.a J. de la Cuesta. 1615.
|
Primera edición de la 2. parte.
otra vez á las órdenes del ínclito marqués de Sta. Cruz. nosprecio.
Aficionóse mucho Cervantes á Portugal y sus moraPor aquellos años se ocupaba de escribir la obra qu( ! —Primera y segunda parte del ingeniosa D. Quijote.
dores, contribuyendo sin duda á tanta inclinación, no so- ha inmortalizado su nombre , y los que aseguran qu< Barcelona, Leb. Matheoad, 1617-2 Vol. 8.°
Primera edición en que la que hayan sido impresas
lo el dulce trato de nuestros vecinos, sino también las gra- aquel libro no produjo ningún cambio en las costum- |
cias de sus hijas. De ellas una favoreció con su amor al des- bres , por no existir ya afición á los libros de andantes ambas partes en el mismo pueblo. Es rara , pero poco
graciado español, en quien tuvo , por aquellos tiempos, caballeros , no será mal que noten la fecha de 1602, er estimada.
antes del año de 1583, una hija natural, que se llamó doña que D. Juan de Silva y Toledo hizo imprimir su Histo- I —Vida y hechos del ingenioso hidalgo D. Quijote de la
Isabel de Saavedra , la cual no se separó de su padre, ni ria de D. Polifemo de Boecia. La afición á esta clase de li- Mancha. London, Jonson. 1738. 4 vols. en 4 °
cuando este estuvo casado con otra que su madre. Fue bros era general , y en manos del vulgo corrían las i Hermosa edición adornada con estampas de Vertuc
toda su vida uno de los encomiadores mas entusiastas obras, de que • con tanto donaire, se burla Cer- y Vander Guchs.
de la ilustre nación portuguesa, como puede en especial vantes.
—La misma vida del ingenioso D. Quijote. En Haya,
verse en el tercer libro de Pérsiles.
A principios de 1605 empezó la publicación de P. Gusse. 1741.
En este mismo año de 1583, después de haber he- Quijote, dedicado al duque de Bejar. El duque , á pesar ; —La misma. Amslerdam 1755. 4 vol. 8.
cho un viaje en Mostagán y Oran, de orden de sus ge- de sus altas prendas, otorgó, con gran dificultad, a Cer- ; Estas dos ediciones por muy buscadas por los dibunerales, compuso la Galatea, que primera de sus vantes el honor de que lo inmortalizase en su obra jos de Solkema que las hermosean.—(El mismo editor
obras que vio la luz pública, publicóse á fines de 1584. que, hasta para hacerles merced, es difícil obtener el be- P. Gosse ha impreso en el Haya en 1739, las novelas del
mismo autor , 2 vol 8. ° )
'Créese, con bastante probabilidad de acierto, que, bajo el neplácito de los favorecidos de la fortuna.
j
—El ingenioso hidalgo D. Quijote de la Mancha, nuemombre de Galatea, quiso pintar á Doña Catalina de
Esta obra , que mas tarde ha sido y es ahora , y se.Palacios Salazar y Vozmediano , con quien poco después rá por los siglos , el encanto del mundo , fue recibi- va edición corregida por la real Academia Española. Macontrajo esponsales, y que, con el nombre de Eli-iio, se da , no solo con indiferencia , sino que hasta su título drid, Joaquín lbarra, 1788. 4 vol. 4. °
•piuló á si mismo. En 1586, recién casado, con algunos fue objeto de burla. Conociéndolo asi , compuso CerEsta edición es una joya de nuestra tipografía ; enribienes do su mujer en Esquivias, si bien no con bastantes vantes el Buscapié, sátira ingeniosa y delicada, en que, quécela una vida de Cervantes y una análisis do su.nopara vivir holgadamente, vino á Madrid, con el fin de aparentando criticar el Quijote , dnba ó sus ignorantes vela por Vicente de los Ríos. En París se vendió en 1841
darse á conocer como escritor y poeta. En todas las obras lectores explicaciones , para que entendiesen obra tan un ejemplar de esta obra en 225 francos.
quo por aquellos tiempos se publicaron , la Auslriada de maravillosa. La opinión pública varió completamente, y
—La historia de D. Quijote, con anotaciones, índices
Itufo , el Jardín espiritual de Padilla , el Cancionero de desde entonces fue este libro objeto de la atención del y varias lecciones, por D. Juan Boule. London 1781, 3 vol.
Maldonado, la Filosofía cortesana moralizada de Barros,mundo todo , y su autor de la envidia y persecución de en 4. °
la Casa de la Memoria de Espinel,, y otras varias , hay los demás autores sus contemporáneos.
Esta edición es curiosa por la explicación de los idio
versos de Cervantes, á la usanza del siglo, ó elogios de
Desde el año de 1606 hasta el fin de sus dias , vi- lismos y refranes de la obra.
su mucho mérito y fama.
—Viila de D. Quijote. Madrid, lbarra, 1782. 4 volvió Cervantes en Madrid ; en 1609 en la calle de la MagEn los teatros de la corte representáronse , por enton- dalena , á espaldas de la duquesa de Pastrana , poco des- e n 8 a°
2. Edición de la Academia.
ces, los Tratos de Argel, la Numancia, la Batalla naval, pués detrás de nuestra señora de Loreto ; en 1610 en la
—La
misma. En Madrid por la viuda de lbarra, 1787.
la Casa de los celos, y otros dramas de Cervantes que calle del León ; en 1614 enla calle de las Huertas , y
3. a edición de la Academia , con la introducción
fueron recibidos con mucho aplauso, á pesar del escaso en 16l6 otra vez en la calle de León , esquina á la de
mérito que á nuestros ojos tienen. Aunque la gran Tur- Francos. En todos estos sitios padeció mucho de pobre- de RÍOS.
—La misma, nueva edición , con nuevas notas , con
quesa, la Jerusalen, la Amaranta, el Bosque amoroso, laza y abandono , desatendido de los poderosos , y enviÚnica y la Bizarra Arsinda, del mismo autor, fueron bien diado de los que mas honra y provecho hubiesen alcan- nuevas estampas, con nuevo análisis, y con la vida de*
recibidas, parece que la mas admirada, por aquella épo- zado en protegerlo. Solo el conde de Lemos , poderoso autor, nuevamente aumentada por D. Juan Antonio Peca, fue una titulada la Confusa. Mas de treinta dramas señor , natural de Galicia , fue constante favorecedor de llicer. Madrid , Sancha, 1797. 5 vol. en 8. °
Es esta una de las mejores ediciones del Quijote.
escribió, llevado no solo del afán de gloria, sino de la Cervantes , sin que los consejos de la envidia y los es—La misma , Madrid, Imprenta Real, 1797, 6 vol.
necesidad de cumplir con las obligaciones de su estado. torbos de la maledicencia, bastasen á entibiar su pro—La misma , corregida de nuevo id. por Pelhcer.
Tero, era tan escasa la recompensa, que su pobreza no tección. Pero duele ver á Villegas y otros ingenios de
-disminuía. Vióse precisado, en 1588, á abandonarlas aquel tiempo, acusar de ignorante y mil escritor al ilus- Madrid, Sancha 1798.—1800. •
—La misma Bossange et Masson. 1814. 7 vol. en 18.
comedias, y trasladarse á Sevilla, como comisario del tre autor del Quijote , haciendo una mofa constante de
—D. Quijote de la Mancha. Madrid 1819. 5 vol. en
proveedor general de las armadas y flotas de Indias. No su respetable ancianidad.
habiendo conseguido gracia ninguna del rey, pues este
Cervantes empleó el resto de sus dias en escribir ! octavo.
empleo subalterno era debido á la protección del provee- sus novelas , en las que hay mucha invención y gracia;
Cuarta edición de la Academia ; contiene muchas
dor Guevara, solicitó, citando en su abono veinte y dos la segunda parle del Quijote , para oscurecer la gloria | notas y comentarios, y la vida de Cervantes por D. Mar4iños de buenos servicios, sus heridas y cautiverio, la que quiso quitarle el personaje encubierto con el nom- jtin Fernadez de Navarrete.
contaduría del nuevo reino de Granada, la de las galeras bre de Avellaneda ; el canto de Caliope ; el viaje al Par- ¡ —El mismo , edición en miniatura , enteramente á la
de Cartajeua , el gobierno de la provincia de Soconuzco, naso , y por fin su Pérsiles y Segísmunda , que es, en última corregida y publicada por la Real Academia Es•en Guatemala, ó el corregimiento de la ciudad de la Paz, verdad, digno de ser mas conocida de los literatos y es- pañola. París en la imprenta de Jutes Didol 1827.—Ediacogiéndose, según su expresión, «al remedio á que los tudiosos.
ción de mucho gusto y objeto de extremada curiosidad,
perdidos se acogen, que es el pasarse á las Indias, refugio
Con gran serenidad y calma murió el sábado 29 de hecha bajo la dirección y á expensas del señor D. Joay amparo de los desesperados de España.» Le fue negada abril de 1616.
quín María de Ferrer.
esta gracia, aunque se le mandó que pidiese destino en
—El mismo , segunda edición en miniatura , por don
Miguel de Cervantes , orgullo de los españoles , adEspaña , sin que haya jamas obtenido otra merced nin- mirado de los extranjeros, menospreciado por sus con- Joaquín María de Ferrer. París, en la imprenta de J. Diguna del gobierno que el encargo de recaudar las tercias temporáneos , y deificado por la posteridad , es un ejem- dot, 1832 , con una portada grabada y lindas viñetas.
y alcabalas que debían á la Real Hacienda algunos mo- plo mas de la injusticia , ignorancia y ceguedad de los
Hermosa edición , mas estimada todavía que la anterosos.
hombres que dejan morir de hambre al mismo , cuya rior , debida igualmente al budi gusto y bolsillo del seEn 1593 presentó sus cuentas, y obturo finiquito de estatua veneraran mas tarde. Sus obras están en todos ñor de Ferrer.
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EL LABERINTO.
—D. Quijote de la Mancha , comentado por D. Diego
Glemencin. Madrid 1833. 7 vol. 4. °
Estos excelentes comentarios son, no solo un estimado trabajo, filológico , sino un cuadro exacto de las
costumbres de España en tiempos de Cervantes.
—Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes. Madridi
Juan de la Cuesta , 1613.
El señor Salva decia en 1828 , que no conocía en
España ni un solo ejemplar de esta primera edición de
las novelas. En París , no obstante , hay varios.
—Novelas ejemplares. Madrid , por Juan de la Cuesta, 1614.
Segunda edición poco común.
—Novelas ejemplares. Pamplona. 1611.
—La misma , Pamplona. Nic. de Assiayn. 1617.
—La misma , Bruselas. 1614.
—La misma , Milán. 161o. en 12. °
Novelas ejemplares. Madrid. Antonio de Sancha , 1783. 2 vol. en 8. °
—La misma , Madrid , 1822. La primera impresa en
España que contiene la tía finyida , novela publicada
por primera vez por García de Arrieta en 1814.
—Los trabajos de Pérsiles y Segismunda. Historia septentrional. Madrid. Sánchez , 1781. 2 vol. 8. °
—La misma , Madrid. Sánchez , 1802.
—Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados; por Mig. de Cerv. Saav.—Madrid, viuda de Alonso Martin, 16l5: pérg. en 4. °
Un ejemplar de esta edición , hoy muy rara , ha sido
vendido en Londres, por 6 libras esterlinas ó sean 30
duros.
—Comedias y entremeses de Mig. Cerv., Madrid 1749
2 vol. en 4. ° —Edición rara.
—Viaje al Parnaso. Publícanse ahora de nuevo una
trajedia y una comedia inéditas del mismo Cervantes,
aquella intitulada Numancia; esta el trato de Argel. Madrid , Sancha , 1784. en 8.°
—Los seis libros de la Galatea.—lié aqui las mas notables ediciones de esta obra.
Madrid, 1584.
Alcalá, por Juan Gradan, 158b.
Valladolid, 1617.
Barcelona, 1618.
París, 1611.
Madrid, Sancha, 1784.
Estas son las mas importantes ediciones hechas en
español de las obras de Cervantes. De ellas se deduce, con
cuánlu afán han han sido buscadas y reimpresas en todos los puntos de Europa. Nada diremos de las traducciones que son muchas de estos inimitables libros , que
no han despertado todavía la afición de ningún editor,
para ser reunidos en una sola edición esmerada y correcia.
Para estos apunlcs nos hemos valido do los catálogos de Salva , de Laserna Santander , Brunet y otros
biblófllos , al mismo tiempo que de nuestros propios
recuerdos, que es imposible ser español, amar las letras,
y no recoger con avidez cuanto dice relación con las
obras inmortales de Miguel de Cervantes Saavedra.
JACINTO DE SALAS Y QIIKOGA.
HISTORIA.
ARTICULO
I.
El reinado de Carlos IÍI tan benéfico para España , tan propicio á las artes de la paz, y en todo
género de glorias tan fecundo y memorable, no dejó
de experimentar, sobre todo en sus principios, contrariedades y borrascas que sobresaltando el ánimo
de aquel rey, fueron causa de que en lo sucesivo
procediera á veces con mas rigor del que á su bondadosa índole convenia. I no de los acaecimientos
mas curiosos de este tiempo fue el que sirve de epígrafe al presente artículo, la conmoción del pueblo
madrileño el año 1766; mas como quiera que las
causas que la produjeron solo pueden deducirse de
conjeturas mas ó menos fundadas, tendremos que
apuntar antes algunos pormenores que guardan cierta cojaexiou con el asunto, aunque para ello sea
preciso retroceder á época mas distante.
Muerto Fernando VI sin sucesión en 1739, pasó la corona de España á su hermano Carlos, soterano de las Dos Sicilias. ¡Nuestra nación podia com-
Anterior
185
pararse entonces á las mas florecientes: las ciencias Felipe V , y queriendo dejar memoria duradera «V
y las artes, el comercio y la agricultura, cuantos su advenimiento, hizo merced á los naturales del
elementos constituyen el
el po<
poder y la dicha de un es- Principado y á los pueblos de Aragón y de Castilla
tado, habían recibido prodigioso acrecentamiento; y del descubierto en que se hallaban en el pago dft
| mientras cundía por fo fífflfopa toda el incendio de contribuciones. Llegado que hubo á la Corte, se enla guerra, mientras Francia si- lamentaba de las der- teró prolijamente de la situación del reino, examinórotas de sus ejércitos, del destrozo de sus naves y las personas que le rodeaban y alzó el destierro al
de la pérdida de importantes posesiones arrebata- marqués de la Ensenada, permitiéndole fijar en Madas en Quebec por la prepotencia inglesa; reposá- drid su residencia. Con estas generosidades pretenbamos nosotros entre las dulzuras de la paz, y sur- día captarse desde luego el alecto de sus vasallos.
INo eran estos insensibles á los favores del buen
caban sin zozobra alguna los mares cuarenta y nueve navios y veinte y una fragatas con que contaba |monarca, mas tampoco daban enteramente de maá la sazón nircstra marina. Tan lisonjeros resultados no á sus recelos, antes bienios concibieron mayores
se debian principalmente al bello sistema de neu- al ver que por colocar en el ministerio de Hacientralidad planteado y sostenido con invencible tesón da al marqués de Squilace ó Esquiladle, como
por el buen Fernando; príncipe moderado, pruden- decimos nosotros, napolitano de nación y muy
te y justo, que logró comunicar á la nación el sosiego querido del rey, se exoneraba de aquel empleo
en que vivia, redimirla de los quebrantos padecidos, al conde de Valparaíso. Esto bastó para que comeny merecer el renombre de padre de sus vasallos. ' zasen á correr entre el vulgo hablillas y murmuracioCuan grande fuese el sentimiento de estos por nes, y para que se cobrase á la persona del marqués
tan temprana pérttMi-, no es menester encarecerlo; mayor ojeriza que á ningún otro, porque el pueblo
pero se aumentaba 8»t tristeza á medida que el te- español no quiere ver extranjeros en sus deslinos,
mor, nuncio siempfttr de desastres, iba ganando los vengándose asi de ellos por el injusto desprecio con
ánimos, y representándoles entre confusos nublados que le tratan.
el cuadro d¡; lo futuro. Recordaban uno á uno los
Ciertamente militaban en favor de esta resolubeneficios de que eran deudores á aquel monarca: ción razones de mucha fuerza, y á falta de otrascontemplaban embebecidos los monumentos artísti- bastaba la de que para cargos de esta especie debe
cos que legó á la posteridad su munificencia, y ha- valerse el poder de personas de su confianza; y clacian partícipes de sus elogios al fiel ministro Carva- ro es que el nuevo Soberano no conociendo á Valjal y al célebre marqués de la Ensenada; al prime- paraíso, naturalmente debía inclinarse al lado del
ro porque había fallecido sin desmerecer del favor extranjero. Por esta vez sin embargo reprimieron
de su soberano, y al segundo porque vivia aun to- los ánimos su disgusto, aguardando á que nuevoslerando la amargura de su desgracia. Pasando lue- sucesos justificaran sus sospechas ó desarmasen su
go á consideraciones mas profundas, examinaban el oculto enojo; mas por desgracia los que fueron sogran principio en que cimentó Fernando la política breviniendo, dado que muchos de ellos se juzgaban
de su gobierno, el de la mas estricta neutralidad, y inconsideradamente, parece que concurrieron á conno hallaban elogios bastantes con que ensalzarlo; citar de propósito las pasiones.
pues decían «pie si la Francia hallando infructuosas
El primero y principal tuvo lugar en el siguientodas sus tentativas, procuró una vez introducirse te año, y es célebre en la historia con el nombre de
en el sagrado de su conciencia , supo responderla pacto de familia. Era una alianza ofensiva y defendignamente deponiendo á su director espiritual el siva entre España, Francia y las Dos Sicilias, en
padre Jtáhago; y (pie si Mister Keen, el embajador virtud de la cual formaban causa común estas poinglés, tocó para ponerle de su parte cuantos resor- tencias y prometían rechazar la agresión que expetes le sugirió su astucia, tampoco recibió mas que de- rimentasen de cualquiera otra. Carlos se dejó llevar
saires: de suerte (pie en la actual contienda que tenia demasiadamente en esta ocasión del afecto que á su
divididos los esfuerzos é intereses de las demás na- familia profesaba, pues por mas naturales y necesaciones, solo España aparecía independiente y noble. rios que sean siempre los vínculos de las dos nacioPor ultimo descendiendo al punto principal en nes que divide el Pirineo, por mas temores que insque ahora se ocupaban, cada cual aducía sus razo- pirase la ambición inglesa respecto á nuestros dones para venir á demostrar que el nuevo rey em- minios de América, á la sazón semejante pacto
prendería diverso rumbo. Quién sostenía que la inac- equivalía á una declaración de guerra, y la guerra
ción que le obligo á observar como rey de Ñapóles ninguna ventaja podia proporcionarnos, cuando por
en 174:2 la escuadra inglesa del Mediterráneo, le el contrario eran tantas y tan palpables las que déhabía infundido un odio mortal á la Gran Bretaña; la pacífica neutralidad nos resultaban. La consequién por el contrario afirmaba que á consecuencia cuencia inmediata de esta resolución era que ó prodel servicio que le prestó mas adelante el ministro vocásemos ó fuésemos provocados á la lid con la
inglés Pitt, descubriéndole el plan fraguado para Gran Bretaña; y en efecto, á poco tiempo viéronse
arrebatarle la corona de España, se habia converti- en grave riesgo los galeones del ]\uevo Mundo con
do á favor de aquella potencia y enemistádose con los tesoros que conducían á nuestros puertos; hulos Borbones: y los mas reputaban como siniestro bimos de invadir el vecino Portugal sin fruto alguagüero el desprecio con que trató á su buen herma- no, y perdimos dos posesiones tan importantes como la Habana y Manila, donde los vencedores puno cuando no solo se negó á acceder al tratado de
dieron saciar su ambición de riqueza y gloria.
alianza de Italia, sino que seducido indudablemente
por las lisonjas de la corte francesa, prefirió su
La paz concluida en 1763 entre los Borbones
unión á las ventajas que la de España le prometía. é Inglaterra nos restituyó las anteriores conquistas
Suele ser el pueblo muy sagaz en escudriñar los á trueque de ceder la Florida, la bahía de Panzasecretos del porvenir, mas también se manifiesta ex- cola y ciertos derechos exigidos por el inglés que
cesivamente obstinado en sus opiniones, dejándose dieron después motivo á contestaciones desagradallevar casi siempre del instinto de la costumbre. Asi bles. Los que habían manifestado inquietudes por
en el presente caso creía cifrada la felicidad de Es- lo futuro, los descontentos y los que codiciaban alpaña en la persona de Fernando V I , y su ciega gún aplauso por el acierto en sus pronósticos, coadhesión á este monarca le preocupaba de antemano menzaron nuevamente á sembrar especies que si
por el pronto no influían en la tranquilidad públicontra la conducta de su sucesor.
Puestas en orden las cosas decapóles, y arre- ca, podían ocasionar mas adelante discordias y alglada la sucesión de su corona, dióse á lávela Car- teraciones; sin embargo de que el rey sabia neutralos III para España y desembarcó sin contratiempo lizar el mal efecto de todos estos contratiempos y
alguno en el puerto de Barcelona, Allí restituyó á acallar las quejas de los que los deploraban restalos catalanes algunos de los fueros "Suprimidos por bleciendo el crédito de la nación v creando iustitii-
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186
EL LABERINTO.
Enterarse la plebe del bando y pronnnpir en
«iones que sirviesen como de hase á su futura pros- redecilla ó eolia , sombrero redondo , comunmente
peridad y engrandecimiento. Fundo la lotería á l>e- lamado gacho, y cupa larga que bajaba hasta los mprecaciones y denuestos parecían cosas muy natuales; pero fijar al punto un pasquín en la puerta
«eficiode los hospicios y otros establecimientos piade Guadalajara con terribles amenazas al ministro,
dosos; sociedades patrióticas ó d<* amigos del país
arrancarlo inmediatamente la justicia, obstinarse el
n i las principales ciudades del reino para el cultivo
paisanaje en vestir como antes y los alguaciles en co«le los estudios científicos é industriales; academias
ger gente, llevarlos a l a cárcel, sacar multas y remilitares para la instrucción de los cadetes en Cádiz,
cortar las capas que no estaban arregladas á la meBarcelona, Oran y Ceuta, y un colegio de artillería
dida propuesta, eran amagos de otro golpe futuro
«Mi Segovia que ha dado en todos tiempos olieiales
mas ruidoso y formidable.
sobresalientes en tan noble arma.
Continuaba á la sazón en el ministerio de EstaCon efecto el pueblo tomó ya la resistencia por
fo don Ricardo Wall, que cu tiempo de Fernanpunto de honra, y llegó su resolución hasta el extrelo V I hahia sucedido en este destino á don José
mo de formar unas ordenanzas con fecha 12 de marCarvajal, ya difunto, como hemos insinuado: el cual
zo cu que se establecía la insurrección como una ley,
A) porque realmente no aprohase la conducta polítiy se prefijaban las bases con que debia llevarse á caca del monarca, ó porque ambicionase mayor indubo. Es este documento tan peregrino, que no resisj o del que tenia al presente, ó en fin, por no intiríamos á la tentación de trasladarlo aquí, si no fuedisponerse con los que se contemplaban agraviados,
se ya bastante conocido y los límites de este escrito
resolvió hacer dimisión del ministerio. Opúsose el
lo consintieran. Las personas que componían el parrey á ello; mas fueron sus instancias tantas, y tan
tido insurgente tomaban el nombre de cuerpo erigido
«ficaz el artificio de inflamarse aparentemente los
por el amor español en defensa de la patria; su diviojos y suponerse afectado de continuos vértigos, I
sa era la ley divina, el rey D . Carlos III y el bien
que al cabo accedió el rey á su solicitud , dándole
de la patria; sus fines abolir y quitar ciertos sunetos
permiso para retirarse á Granada. Entró en su puesperjudiciales á la monarquía. Fijábase la señal que
to el marqués de Grimaldi, genovés, antiguo emdebia preceder al levantamiento; aconsejábanse los
bajador de nuestra corte cu la de Francia , y muy
medios conciliatorios, y si estos no bastaban, se perprotegido del marqués de la Ensenada en otro tiemmitía usar desde los mas suaves hasta los mas áspo. De ambos se. dice que renovando la pasada
peros y violentos; se prescribía el secreto bajo
amistad, proyectaron derribar á Esquiladle: mas
juramento, prometiendo, caso de que los contra-que no pudieudo lograrlo, asi por el alecto que el
rios encarcelasen á alguno, mantener sus hijos,
rey le tenia, como por el crédito de, que gozaba con
mujer, madre, y de mas familia, para que el temor
1
algunos de, los cortesanos , hubieron de renunciar á
alones. Contra esta y el sombrero tenia espccial- no los acobardase; condenabas; á ser pasado por
su propósito hasta ocasión mas oportuna. Con e s nente Esquiladle una aversión irresistible; á 1 las armas al que cometiese una acción de villato eran ya dos extranjeros los que al lado del niortM-dad daban á lapersona aspecto poco garboso, pue¡ no; se ordenaba que si el rey no accediese á los ruejiarca entendían en la dirección de los negocios.
m hombre envuelto en la capa y con el gacho mi gos del pueblo y tuviese éste que hacer la justicia por
Los debates ocurridos por entonces con motivo
ido hasta las cejas ap'ua-t conservaría similitud < su mano, no quedase vida alguna de los traidores
<le la restitución de la colonia del Sacramento á los
orina humana: mas las prescripciones relalnas á lo: que aconsejaban á S. M.; que á ningún otro vecino
portugueses, y la inesperada cesión que hizo de ella
rajes siempre llevan en si alguna cosa de ridículo, se le perjudicase en lo mas leve, y se abonaran los
el ario ()!> el ministro Grimaldi, asi como los disturno ser (pie con ellas se traten de enmendar vicios da ríos que necesariamente se hiciesen para excitación
bios movidos en Méjico á causa de la alteración del
') abusos perjudiciales. Apareció pues el I I de mar- de los ánimos, prohibiéndose continuar en aquel
sistema de impuestos en América, comenzaron á
'.o de I7(W¡ un real decreto expedido en el Pardo cuerpo á todo el que cometiese escándalos; y finalatizar el fuego que ocultamente se alimentaba. La
mente se mandaba pedir la cabeza del marqués de
IOII'I cual prohibía S. M. el us;> del sombrero r<
explosión sin embargo no se verificó basta el siguienlondo y capa larga, el gorro y l¡i redecilla en pase» Esquiladle, y en caso de ser cómplice suyo, la del
te a fio.
público . y mandaba a1 propio tiempo que se llevase marqués de Griuialdi. Principios eran estos que mosEra el pueblo de Madrid honrado y pundonoro- sombrero de tres picos y cabriolé ó capingo!, y e traban bien á las claras lo que se seguiría.
so , aman! 1 de su rey, como lo habian sido sus caso de gastar capa que no llcgiise al suelo con un
Varios días trascurrieron sin otra novedad notaabuelos, celosa observador de sus cnslumhrcs, y •liarla. Los infractores eran multados con seis
ble: acercábase la Semana Santa, y era de presumir
enemigo por consigiiieul'*. d;> todo el que, intentara loce ducados , y con pena de destierro si -reincidía que, llamada la atención del pueblo hacia las festivicercenar h libertad que miraba como vinculada en por segunda vez.
dades de la iglesia, no llegaría á turbarse el sosiego
ellas. Su natural franqueza y docilidad contribuían
de la corte. Del mismo modo se pasó la mañana
al pacífico carácter que forma una de s;is principadel domingo de Ramos, que este año cajo en el 2 5
les alabanzas; paro en vengar los agravios y defende marzo; mas serian las cinco de la tarde cuando
der su honor cuando* se creía ultrajado, mostrábase
el oficial de la guardia del cuartel de inválidos, siresuelto y valiente , á veces soberbio y cruel en detuado entonces en la plazuela de Antón Martin, r e masía. El marqués de Esquiladle desempeñaba ahoparó en un hombre que con sombrero gacho y cara los ministerios de Hacienda y Guerra, y estaba
pa larga se paseaba sosegadamente. Acercóse á él y
encargado ademas del ramo de industria pública
le dijo:—paisano ¿no sabe Vd. la orden deS. M?—
policía de la corte y todos los pertenecientes al ré¿a sé, respondió el embozado.—Pues ¿por qué ñola
gimen interior, ilabia hecho en estos últimos reforobedece I d. y se quila eso?—Porque no me da la gamas muy útiles y acertadas, tales como el alumbrana, replicó nuevamente sin turbarse. Llamó el ofido y limpieza de las calles de Madrid, que no pucial á los soldados; salieron estos; el paisano tiró
dieron menos de elogiar todas las personas sensata
de una espada que llevaba oculta y se fue hacia ellos,
é ilustradas: mas por otia parle, y casi al propii
ydando al mismo tiempo un silbido, acudieron en
tiempo, concedió un privilegio de monopolio para e
su auxilio y con armas unos treinta hombres que allí
abasto, que encareciendo el precio de los comescerca estaban emboscados: lo cual visto por los soltibles, fue muy mal recibido de las clases menestedados y el jefe, juzgaron conveniente retirarse al
rosas. Pagóse sin duda únicamente de los aplausos,
cuartel y dejarles el campo libre.
y viendo cnánti disgustaban al rey muchos de nuesEsta puede decirse que fue la señal del levantatros usos, resolvió llevar adelante el espíritu innomiento.
Formados los paisanos en ala, se dirigieron
vador, tratando de acomodar el traje nacional á
la
calle
de Atocha arriba á los gritos de ¡viva el
moda de otras partes y al gusto de sus ideas. ]\<
rey,
viva
España y muera (Esquiladle! Detenían
sabia cuánto arriesgaba en semejante determinación,
á cuantas personas encontraban, obligándolos á
ni conocii que la animosidad de sus contrarios torepetir sus voces, á desapuntar los sombreros si
niaria este pretexto para derribarle.
los llevaban de picos, y á incorporarse con ellos paEl traje del pueblo madrileño á la sazón se
ra que aumentasen el tumulto. De esta suerte lle*«^imponía de chaqueta larga , chupa , calzón
garon á la plaza Mayor, donde reunidos con otro
media de lana ó hilo , zapato sin hebilla en lo
grupo que desde la plazuela de la Cebada venia dangeneral, el pelo atado, ó sujeto mas bien con
do los mismos gritos, tomaron la puerta entonces di-
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EL LABERINTO.
187
cha de Guadalajara. Encontráronse allí con el d u que de Mcdiuaceli, que como caballerizo mayor del
rey, venia de palacio con su coche: llegáronse á él
y le dijeron que era menester volviese á palacio á decir al rey que el pueblo pedia la cabeza de Esquilache; y aunque el duque mostró alguna repugnancia,
tuvo qii» condescender y dar al punto la vuelta, seguido de mi inmenso gentío que á cada pas;> se acrecentaba.
-.:>»•
INo se hahia dado hasta ahora seíial alguna di'
agresión por parte de los amotinados, ni se creía que
osasen apelar á las armas para el logro de sus intentos: asi que SÜ contentó el rey con venirse, inmediatamente de la casa de campo donde estaba cazando, y con dar orden á los guardias de corps y á
los guardias españolas y walonas, tínica tropa que
había en Madrid, para que no hiciesen uso de la fuerza. Oída la comisión deMedinaceli, respondió que se
aquietase á los amotinados con buenas razones y se
les diese alguna esperanza con que entretenerlos, para ver en este tiempo lo que debía hacerse. Ocupaban ya la plaza de Palacio mas de tres mil personas
que sin temor á la guardia, ni reparo al lugar en
que se hallaban, proseguían gritando con ahinco,
puliendo la vida de Esquiladle, y desfogando su furor en palabras injuriosas: tanto, que fue menester
cerrar la puerta del real alcázar: y viendo que no cesaba, sjno que por el contrario iba aumentando*' cada vez mas el griterío, salió el duque de Arcos, capitán de guardias de corps, y en nombre del rey les
dijo que se tranquilizaran y retirasen, que lo que pidiesen se les otorgaría: á lo cual replicaron todos á
uu tiempo con las voces de ¡viva el rey y muera E s -
Sin embargo pasáronse tranquilamente las pri- aprobándolo todos, sacó papel y tintero, y leyó á
meras horas del siguiente dia : discurría el popula- poco rato las condiciones siguientes:
cho por las calles, y todos con sombrero de tres pi1 .* Que salga desterrad) de España el marqués
cos, aunque muchos con armas, otros con palos y ile Esquiladle con toda su familia.—2. a Que salgan
piedras, de las que pudieron hacer suficiente acopio asimismo de la corte los guardias walonas.—5.*
»n la plaza Mayor, que, á la sazón se estaba empe- Que hayan de STespañoles los ministros de S. M .
lrando. Confiados quizá en que el rey les daría al- — 4 . a Que el pueblo vista segnn su costumbre.
guna satisfacción, permanecieron al principio silen- !—a." Que se quite la junta del abasto y se pongan
ciosos, mas viendo los principales puntos ocupados los víveres por obligados.—'>." Que se bajen los.
en hostil apariencia por la tropa, volvieron á los gri- comestibles, y salga S. M. para dar palabra de.
tos d''| dia anterior y á ponerse los sombreros ga- cumplirlo.
chos, que era como enarbolar nuevamente la banOyó el concurso estos capítulos con grande aldera de la discordia. Esta disposición tan poco lisongazara y muestras de beneplácito, y tomándolos ef
jera d" los ánimos vino á exasperarse por una imprupadre . se dirijió á palacio para presentárselos af
dencia de los walones, cuyo carácter de extranjeros
rey. Todos esperaban impacientes el resultado, cuanlos hacia también bastante odiosos á los amotinados.
do á poco tiempo volvió el mismo padre diciendo
Un piquete que hahia inmediato al arco de Palacio
que S. M. otorgaba cuanto pedían ; mas que no
hizo fuego sin saberse con qué motivo, y cayeron dos
juzgaba prudente dejarse ver de sus vasallos en e!
mujeres, una muerta y otra herida. Acometiólos la
estado de alteración que los ánimos experimentaban:
plebe furiosamente; se apoderaron del soldado á
(juc fue mostrar una desconfianza de que necesariaquien creyeron autor de estas desgracias, le mataron
mente debía ofenderse el pueblo; si bien reflexionaá pedradas, y no sabiendo cómo saciar su ('olera,
do el caso detenidamente, no estaba demás tanta
llevaron arrastrando su cadáver por la rail»* Mayor y
cautela, en primer lugar porque no era fácil conopuerta del Sol, y por las calles de la Montera y de
cer aun. siendo tan fútil á primera vista, el verdadero
Carretas. A la entrada de esta última había otro pidesignio de la conmoción, y después por el carácter
quete de walones, los cuales sa mantuvieron quiede esta y por el inmenso número de personas que
tos á pesar del triste espectáculo que tenian delante
la componian , entre las cuales se hallaban las masy de los insultos que se les dirigían; mas no.fueron
bajas de la plebe, y hasta las mujeres de la galera,
tan sufridos otros que estaban en la plaza Mayor,
á quienes se había dado suelta sin duda para que
pues al ver la inhumana complacencia de aquella
hiciesen bullo en el motín, y con sus gritos alentaturba, dispararon sus fusiles, y en un instante se
sen á la muchedumbre.
vieron destrozados y dispersos. Uno murió allí misCuando mas acalorados estaban los revoltosos,
mo, y su cuerpo fue arrastrado hasta la puerta de
Toledo donde intentaron quemarle: dos que iban salieron por las calles tres alcaldes de corte con vaquilachc !
huyendo perecieron en la calle de las Fuentes, y otros rios alguaciles y un escribano, y fijaron carteles en
Cansados ellos mismos de, tanto escándalo, fue- dos al entrar en la plazuela de Santo Domingo. En el que mandaba el rey se rebajase dos cuartos en pan,
ron saliéndose de la plaza, y se repartieron en cua- cuartel de la de Herradores acontecieron también des- tocino, aceite y jalwm , que eran los artículos nías
drillas para recorrer todos los barrios y calles de, la gracias. Felizmente se habían precavido hasta ahora subidos, pues el pnn valia á doce cuartos, la libra
capital, l'n tropel de mas de mil personas se enca- estos desastres, pero una vez sucedidos, no era fácil de tocino a veinte, y el aceite y jabón á diez y ocho;
minó á la casa del ministro su enemigo, que estaba preveer á qué numero llegarían.
mas esta rebaja lejos de satisfacer al pueblo, se tual iiu de la calle de las Infantas, y era la Humada de
vo por muy mezquina; y como la energía de las palas Siete chimeneas. Fortuna fue del buen murqués
Sobresaltóse el rey con la nueva de tales ocur- siones en tales casos no permite expresarse por indino hallarse casualmente en ella, pues estaba de cam- rencias, porque no esperaba tanto furor y atrevi- cios, sino por obras , hubo algunos tan insolentes,
po, y tan ajeno de lo (pie pasaba, que cuando llegó miento del paisanaje; y como quien se ve cercano que á vista y paciencia de los alcaldes arrancaron
á la puerta de Alcalá y se enteró de la causa del ino- á un grave riesgo, acudió al punto á oír el dicta- los carteles y los hicieron trizas.
tiu.toinó la Ronda adelante,según afirman algunos, men de sus consejos y de varios personajes que
Esto encendió la cólera del rey, é irritó sobrey á buen paso se metió en palacio por la entrada del si- habían reunido en el palacio. La primera resolumanera
á varios de sus consejeros que andaban hascampo del Moro: el pncMo sació su rabia allanando ción fue despachar correos para que sin demora vita
entonces
indecisos y aun temerosos. El duque de.
su casa y llevándose lo que encontraron de comer niesen los regimientos que estaban mas próximos á
Arcos
.
capilan
de guardias de corps de la compapues aunque intentaron pegarla fuego, desistieron la capital: y por si el pueblo se daba á partido buede tan mala idea y se contentaron con hacer pedazos namente, se determinó después que saliesen á tran- ñía española, y el conde de Priego, coronel der
todas las vidrieras. Esta misma suerte tuvieron la del quilizarle dos sugetos que mereciesen su confianza. guardias walouas. opinaron (pie debía llevarse todo
marqués de Grimaldi, que habitaba en la calle de En su consecuencia fueron elegidos el duque de A r - á sangre y fuego . y sujetar al pueblo con las arSau Miguel, y la del Sr. Rojas, obispo de Cartage- cos y el de Medinaceli, que en efecto salieron por mas: voto nada extraño en el conde, que ademas de.
na y gobernador d ú Consejo, que la tenia en fren-] la cali»? Mayor hasta la puerta del S o l , escoltados ser francés, hablaba como resentido de his ultrajes
hechos á su cuerpo, y asi no pareció tan vituperable
te de las monjas de Santo Domingo el Real.
por un piquete de guardias de corps. Ambos p r o como el del duque: pero á todos venció la templanRoto una vez el freno de la obediencia, no per- curaron calmar la irritación de los ánimos con blan- za del marqués de Sarria, coronel de guardias espadona el populacho ni aun las cosas que le son mas das palabras y promesas de que S. M. les concede- ñolas, el cual con prudentes razones , y con poner
útiles: y asi acordándose de los faroles del alumbrado ría cuanto pidiesen; mas al poner por condición que delante de los ojr>s los males que acarrea mi rigor
comenzaron á quebrarlos todos, diciendo que no ha- dejasen pasar tres dias, no pudieron proseguir ha- extemporáneo, desbarató los argumentos de aquellos
bía de quedar ni aun aquel recuerdo del traidor na- blando: el innumerable auditorio que los escuchaba é hizo renacer en el pecho del rey sus sentimientos
politano; solo respetaron los que tenia en su man- comenzó á dar voces de desaprobación que los obli- generosos.
zana la casa del duque de Medinaceli, que á este se- garon á retirarse.
Salió pues S. M. á uno de los balcones de pañor miraban todos con particular afecto. Luego qm
\ iendo ineficaz este medio, se apeló á otro mas lacio, después de haber ordenado que se dejase e n llegó la noche se proveyeron de hachones con que ingenios.). Había en el convento de San Gil un fa- trar en la jdaza á todo el mundo, y fue tal el genalumbrare?. Deteuian á cuantos coches encontraban moso misionero publico llamado el padre Cuenca, lió, que con ser aquel sitio tan anchuroso, quedó
y metían dentro las luces para reconocer quién iba de gran prestigio para con el pueblo. Este se en- mucha genle fuera. El padre Cuenca se colocó en
en ellos, obligando á desapuntar los sombreros á todo cargó de apaciguar el motín, y con un crucifijo en otro balcón inmediato con un papel en la mano , y
el mundo, aun á los cocheros y lacayos. Halláronse la mano, una soga al cuello, y en la cabeza una co- haciendo seña para que callasen, pues todo era viuna vez con el embajador inglés, y queriendo dar rona de espinas, se asomó á un balcón que caía vas y confusión y aclamaciones, quedó la plaza en
sin duda un testimonio público de sus opiniones, junto á la puerta de Guadalajara. Prestóle atención el mayor silencio. Leyó entonces el papel, que era
prorumpierou en aquel dicho vulgar de ron todo el " populacho; mas, al ver el rumbo que daba á sndis- leí de las peticiones, y el rey las aprobó todas en almundo guerra, y paz con Inglaterra, culo cual se- curso: «déjese de predicarnos, padre, le dijeron, ta voz, prometiendo ademas que se bajarían cuatro
guramente anduvieron mas que políticos, oportu- «que somos cristianos por la gracia de Dios, y lo que cuartos en cada libra de los mencionados artículos,
nos. Al fin por lo avanzado de la noche y por el can- pedimos es cosa justa.» Y ario entonces de tono para cuyo cumplimiento empeñó su real palabra. D c sancio del día determinaron recogerse, y cada cual se 1 religioso , y les manifestó que iría á hablar con "¡r los estreñios de alegría á que se entregó con csencaminó á su casa con firme propósito de no aban- 1 rey si le «leeian lo que solicitaban ; lo cual oído! [e motivo aquel inmenso auditorio seria tan prolijo
donar la empresa, á menos que el monarca no die- por uno (pie en el hábito parecía clérigo , contestó como imposible. Las voces de ¡viva el rey! repetise oidos á sus clamores.
que él extendería la pf'tieion'. si lo tenían á bien ; y das una y cien veces con indecible entusiasmo: lo*
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188
Sus caballos, atados á los troncos de los vecinos ver las muecas y los melindres de esa mozucla á
:i¡tlausos expresados por cada cual á su manera, los
sombreros volando por el aire en la mas extraña con- árboles, acompañaban con agudos y prolongados re- quien llama su esposa.
—fíraccio di ferro tiene razón: el buen capitán
tusión; todas aquellas almas entregadas á uu mismo linchos la viva conversación que sostenían sus amos;
pero sobre lodos aquellos sonidos, mas ó menos in- está embrujado por esa chica, y hombres como nosafecto, todos aquellos rostros explicando una misma
ratos, dominaba la solemne voz del Océano, digna otros no obedecen á quien j a no sabe mandar ni
idea; filialmente aquel movimiento universal y aquel únicamente de hacerse oir en el seno de aquella [(ni en sí mismo.
interminable griterío debian infundir tanto mayor agreste soledad.
—Calla, líaleno! he oido ruido.
júbilo, cuanto mas lamentables eran las desgracia?
—Quiá ! es el viento que retoza con las hojas.
La luz rojiza de la hoguera reverberando en el
—Hablemos mas bajo, camaradas!...por masque
ocurridas y mas fundado el temor de que se entpe- verde lustroso de los árboles, esparcia una claridad
¿iass una luí sangrienta. Carlos no vio en aquel piie-j tornasolada sobre aquellas figuras humanas, que pre- tgais, el diablo me Heve si no es cierto que oigo
blo la implacable ferocidad del tigre sino la índole ¡eulaban entonces un no sé qué de fantástico: y cuan- ;alopar un caballo.
1
generosa del león, y se mostró sensible á espectáculo o vigorizada la llama por los soplos del viento , que —Yo nada percibo, teniente.
—>'i yo.
tan interesante. Con tan dulces momentos hace ol- «cabria camino al través del ramaje, se elevaba s ú —Ni yo.
bitamente
en
oscilante
columna,
sus
reflejos
da
un
vidar el cielo á los príncipes las amarguras de su
—Vamos! será aprensión. Os digo pues, comdorado sanguíneo rodeaban aquellas cabezas carac«lcsliuo.
jaiieros, que yo mismo , que conozco á Espatolino
terísticas
con
una
aureola
singular,
á
la
vez
brillante
Y ciertamente en el punto á que liabia llegado
liacc diez y seis años; que he hecho mi carrera á
fúnebre.
<»1 levantamiento, no liabia sino motivos para lisonUna gran bota de esquisito vino de Gcnsano cir- sus órdenes y que le quiero como....vamos! mas
jeáis?. Kl populacho que con tanta audacia habia da- culaba de mano en mano , pero las frecuentes liba- que á nadie en el ntui:do! esta es la verdad: pues
<lo el gritodc rebelión, (pie creia justas sus pretcnsio- ciones no interrumpían el animado diálogo.
bien , yo mismo estoy enojado con él al ver su connes, vulnerado su honor y sus intereses compro— Repito , cantaradas, decia uno que parecía de ducta insensata, y por.el alma de mi abuela que si
metidos, trocaba de pronto en pacíüca alegría por mas edad que los otros, repito que aquel hombre se ha íubiese previsto los males que nos habían de venir
una mera palabra del rey sus resentimientos; y el vuelto distinto de lo que era. ¿Cuándo, hasta el pre- con esa mozuela de los ojos de paloma , la hubiera
soberano que con diversos pretextos se habia nega- sente, se le habia visto mandarnos ó una expedición hecho, mal su grado, tomar un baño en las aguas del
Averno la noche en que á sus orillas fue entregada
do antes á las exigencias de un motín, hacia ya im-arriesgada y quedarse muy seguro entre cuatro pa- á mi custodia.
posible toda discordia accediendo á ellas. Un recelo redes?
—Bien dicho teniente, Fulmine] nosotros no n e —V luego, observó moviendo la cabeza un mozo
•quedaba sin embargo que no podian menos de abride fisonomía atrevida , vendrá muy satisfecho á r e - ceiitamos hembras.
gar cuantos pensasen con discreción: el pueblo h a —Y si alguna viene ha de ser patrimonio común.
clamar la mejor parte del botin. Esa es una injustilúa conseguido una verdadera victoria; el poder su— cia, teniente Roberto, y 110 debes consentirla.
¡ Mala peste me mate si consiento en que tenga
cumbia después de haber hecho ostentación de su
—Silencio, Hale no \ (1) dijo el teniente, que e n para sí solo el capitán esa linda calandria de la vo¿
Tuerza; este quedaba en el concepto de vencido, 3 el mismo que habia hablado primero. El suele apa- tan dulce! Pues qué! no somos todos hijos de Eva?
—Eres un mentecato, Irla chioma: [1) siempre
aquel como triunfador. La alianza pues que de est¡ recerse cuando menos se le espera , y ademas tiene
nueva situación resultaba no podia ser duradera unas orejas que recojen los sonidos á dos leguas di estás delirando por las mujeres.
—Toma! como que saben asaltarnos con mas haporque el uno adquiría la superioridad y aun e distancia.
bilidad
que nosotros á los pasajeros. Para ellas r o Bah!
repuso
con
osadía
Baleno:
ahora
estar;
prestigio de que el otro se despojaba, rellexione
que indudablemente se ocurrirían al monarca y ¡i muy calientito bajo las sábanas, haciendo arrumaco bar veinte corazones es lo mismo que nada. Por vida
ile Baco! La capitana sobre todo tiene un no sé
sus consejeros; en cuyo caso se; apresurarían, sino á aquella muñequilla de alfeñique que ha encontrad! qué... vamos! me ablanda el corazón como una
no
sé
en
donde.
Por
mi
parle
no
tengo
aprensión
del
retirarla palabra dada, porque semejante inconseprivilegio de sus oídos, y repito que 1.0 debemos breva cuando me Hecha por casualidad aquellos ojos
cuencia 110 cabía en el ánimo de Carlos, al menos darle u¡ la menor parle en el holin de esla noche. El que, no sé por qué, me hacen acordar siempre de
iiianifeslar cierta indiferencia y rencor que excilarial provecho pertenece exclusivamente á los que arros- los sueños que yo tenia cuando era niño y me dormía en los brazos de mi madre.
-otra vez la desconfianza de los vencedores.
traron el peligro.
—Ja! Ja! que risa, cantaradas! Este pobre Irta
Las calles de la capital ofrecían en la noche d<
—Baleno habla como un Salomón, dijoolro; aquel
*2\ un aspecto enleranientcopiicslo al de la anterior picaro á quien IR apagué el resuello para siempre de chioma dá en lo sentimental como Oeeliio linceo en lo
¿los hombres con hachas encendidas y las mujeres co un solo golpe en la cabeza , me disparó un pistoletazo heroico. Vamos, hijos mios, ¿queréis improvisar un
palmas cu las manos celebraban entre alegres can á quema ropa : aquí está este que no me dejará men- idilio y un poema?
—Yo no entiendo esas ciencias, digo solamente
«•iones y vivas su triunfo. La corle empezaba á 01 tir, (añadió extendiendo su brazo izquierdo , herido
que la capitana es inmunda criatura.
y
ensangrentado):
todos
hemos
padecido
,
cual
mas,
.con disgusto el incesante clamoreo del vulgo: des
—Cá! tengo yo una pastora en Capranica qu<»
pues veremos cómo la imprudencia de esla suscil cual menos, lo bastante para merecer el bolín sin valu por diez capitanas.
que nadie nos lo cercene.
nuevos escándalos y disturbios, y cómo el jubilo
— V yo pasaré este invierno en jMontelconc con
— S a n r / u e delta Madonna]
Si brocoio di ferro ( Ü )
aclamaciones se cambiaron al siguiente día en I un ha recibido un rasguño, mirad mi frente parlidu una moza calabresa que no tiene igual en todo el
y enemigo estruendo.
mundo conocido.
como una calabaza.
—Pues yo opino como Irla chioma. que no se
CAYETANO ROSKLL.
—A mí me mataron mi caballo; mi pobre cadebe
permitir que haya entre nosotros ninguna hemballo pié di cerco] (3) aquellos malditos gigantes
que hablaban una lengua que jamas habia oído yo bra como propiedad de uno solo.
—Opina como mejor te plazca , lo que es yo r e sino á las aves nocturnas.
nuncio
mis derechos. ¿Para que diablos sirve «na
I2SPATOMNO*
—Voto á bríos! ¿qué tenéis que decirme délos
contratiempos de esta empresa, «t mi que mas que mujercilla como una caña? Me atengo á la posadeninguno he trabajado por su éxito? Amigos, c o - ra del Águila en Fiumesino: aquella si que merece
IX.
nozco que es muy justo que no cedamos á criatu- que u a liombre se deje embrujar por ella y haga tanra humana ni la menor parte de nuestros dere- tas locuras como Orlando.
Dejando á nuestra heroína continuar su viaje en chos; pero ¿cómo impedir que él atienda á su con—Pero en fin, cantaradas! ¿que diremos al capitán respecto al botin?
•compañía del complaciente Píetro, nos trasportare- veniencia antes que á la justicia?
mos por algunos minutos á las selvas magestuosas,
—Está dicho teniente: que no queremos darle ni
Tu, Roberto il Fulmine, ( i ) tu eres quien debes
<l¡:e hemos descubierto con vista de águila desde uno decirle que no consentimos en ser despojados de un paolo, porque quien no trabaja no come, como
dijo Moisés.
<le los extremos de la mezquina población de Porto lo que nos corresponde.
—¡Bonito es el capitán para recibir la ley de —Calla animal! no lo dijo Moisés, que fue San PaVA cielo después de descargar una escasa lluvia vosotros! ahorcaría del árbol mas alto al primero blo
<Mitrc estrepitosas centellas y multiplicados relámpa- que le dijese—negros ojos tienes. ¡Voto á Júpiter!
—San Pablo ó Moisés, poco importa; asi lo dijegos , se iba despejando gradualmente. Las negras es un gusto oir como charláis cuando él está a u - se Júpiter: el caso es que antes me dejaré sacar ios
nubes impulsadas por el viento, se alejaban con len- sente, y apenas le veis hinchar las narices os vol- ojos que un solo paolo de mi parte de botin.
titud tendiéndose, á manera del luctuoso dosel de véis mudos como el mismo silencio.
—¡ Bravo! ¡ Viva Baleno! S í , compañeros, que se
mi inmenso catafalco , sobre las espumosas olas del —Calla t u , Occliio linceo, (o) que siempre ha- quede el capitán holgando con su paloma, mientras
turbulento m a r , y algunas estrellas comenzaban á ces el papel de observador. Le repetábamos, es nos repartimos el botin, como se estuvo mientras
aparecer diseminadas por aquella parte del firma- verdad, porque era valiente de los pocos; pero lo conquistamos.
mento que cubría con su manto azul oscuro el verde ya todo se ha cambiado. ¿Por qué no ha ¡do con nos—Todos estáis mas borrachos que el mismo Baco.
.amarillento de las seculares encinas de Js'ettuno , sen- otros á la expedición de esta noche? Hace muchas El capitán no se estuvo holgando ni con palomas
sible ya á la triste influencia del Otoño.
semanas que no le gusta otra ocupación que la de ni con buitres. Olvidáis que salió al amanecer del
último dia para.... no sé á punto fijo para donde:
El rayo acababa de abatir algunos de aquellos gipero claro está que se ocupaba en algún negocio
gantes de la vegetación y sus míseras ruinas servían
importante. El capitán fue y volvió en un dia;
<le alimento á una grande hoguera, al redcJor de la {V Relámpago.
(2' Braxo de hierro.
cual formaban círculo catorce ó quince hombres, que
(3) Pies de ciervo.
alteraban con sus discordantes voces el grave silencio
(i) // Fulmine: el rayo.
tic aquel lugar solitario.
(i) Pelo erizado.
(5) Ojo de linee.
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El, LABERINTO.
189
mas acaso cuando salimos á la expedición todavíaiique con ellos van algunos individuos de lai casa de Be- odo su esplendor cuando concluyeron aquella ope—
no se¿hallaba en Porto d' Anzio. ¿Habia de volverse nedctti. Como se juzgarán seguros en atención al ación.
gran número de criados que debe formar su escolta,
Disipados los vapores del vino con la frescura de
dos, vo(o al diablo
—Silencio, maledetto occhio linceo! Alzas la voz es de suponer que no llevarán un equipaje desprecia- a mañana, y los cuidados de la codicia con la gene—
como si tuviese la atmósfera paredes de, mármol. Yo ble ; pero el botin en tales casos es lo de menos. Se >sa renuncia que el jefe habia hecho de sus derehe dicho que el capitán no debe tomar nada del botin, trata de hacer prisioneros á señores de la mas alta líos á una parte del botin, paseábanse satisfecho*
calcgoiía, cuyo rescate será proporcionado á su im- os bandidos por las umbrosas alamedas de la selva,
y lo sostendré.
—Asi se habla! ¡Viva braccio di ferro'. La bota, portancia. He dispuesto para ellos un retiro seguro, ualquicra que los hubiese visto entonces difícilmcndesde el cual podrán comunicarse con sus deudos pa- ; adivinaría su odiosa profesión; y al oírles hablar
camamila. Bebo por tu salud , valeroso.
ra tratar de su redención, sirviéndoles de emisarios ilegremente de sus amorosas aventuras, se les podría»
—Gracias, teniente.
los labradores de las cercanías, que ignorarán sin em- ornar por jóvenes y ricos labradores que iban ó vol— .
—Yo brindo por Espatolino!
—Habéis oído, camaradas? Irla chioma brinda bargo el lugar de su residencia. Todo lo he previsto, ian de alguna fiesta campestre. Solamente su trajir
y tengo lomadas las mas sabias disposiciones pura lodia desmentir aquella inducción inspirando sospor el capitán.
burlar las que acaso adoptará el gobierno, estimula- echas de su verdadero destino.
—Hazle tú la razón , occhio linceo.
—Con mil amores. Bebo por el invencible Espa- do por las familias de los cautivos; a las que no le queY sin embargo, como la mayor parte de ellosdará otro remedio que enviarnos con voluntad ó sin •stabnn en la flor de la juventud y eran de buena pretolino ! '
ella , algunos talegos de oro, ó preparar los honores encia, aquel traje semi-inílílar con sus puntas dt—Mentecato!
fúnebres á sus ilustres parientes.
:aprichoso, estaba muy ajeno de prestarles un aspec—Calla! yo voy á proponer otro brindis
Si, amigos mios: lodo está ya prevenido como o feroz ó repugnante. Llevaban todos pantalones de
—Camaradas! bebo por el exterminio de todos los
mejor conviene al buen éxito de tan ventajosa em- año verde oscuro, chalecos encarnados con botones
cobardes que deshonran nuestra ilustre banda.
presa; y antes que termine el dia, que ya comienza e plata, y chaquetas del mismo color que los panta—Yr de los traidores!
á iluminar las nubes por el lado del Este, debemos lones, adornadas en las costuras con trencillas tic s e —En nuestra cuadrilla no hay traidores.
jdejar á Porto d' Anzio. ¿Quien sabe, añadió con una da. Ceñíales la cintura una canana de cuero bien
—Tampoco hay cobardes.
Una voz, que no se supo de que boca habia par- jcmociou que quiso vanamente disimular, quien sabe abastecida de cartuchos, cerrada por delante con un»
tido , dejó oir estas palabras.—Lo es Espatolino ! 'si no es esta la última expedición que emprenderé- lancha de plata: ¡il lado izquierdo veíase brillar el
Todos los bandidos se estremecieron, y por un jmos juntos? ¿Quién me asegura que seré siempre mango de ébano de un gran cuchillo do monte, y
movimiento maquinal tendieron al rededor miradas vuestro jefe? Por si el destino tiene decretada nues- les colgaba á la espalda una ligera mochila con las
temerosas. Un ligero ruido se hizo oir en el silencio tra separación, quiero que algunos hechos atrevido? rosas mas indispensables á la vida nómada que pro—
que siguió á la atrevida declaración de aquella voz graben en vuestro corazón mi memoria, y tan firme Tesaban.
incógnita, y una figuru alta y magestuosa apareció me hallo en este empeño que después que demos diSus sombreros altos y cónicos, tenían por adornochosa cima á la presente empresa, pienso proponeros un ^alónalo de plata, y algunos llevaban adema*
entre las ramas.
—¡Es él! dijeron quince ecos que formaron uno. otra de lus mas atrevidas que jamas hayan figurado una medalla de la Virgen del mismo metal. Notába—¡Viva el valiente Espatolino! csclamó su defen- en la vida de los hombres célebres de nuestra pro- c también que todos seguían la moda que existe aun
fesión.
sor Occhio linceo.
Mitre nuestros andaluces, de llevar en los bolsillos de
—Viva! repitió Irta chioma.
Estos ejemplos dejará Espatolino al que después sus chaquetas ricos pañuelos de seda de la India, con
as puntas descubiertas, y asimismo asomaban por'
Los otros bandidos se miraron dudosos, pero tenga la satisfacción de mandaros.
al ver junto á si el formidable jeff, todos se pusieLos bandoleros que no podían comprender Ir as faldriqueras del chaleco primorosas tabaqueras,
ron en pié diciendo con trémulo acento—¡Viva!
que acababa de decir Espatolíno sóbrela posibílida le oro puro algunas, otras de concha artístiiamente—Y bien compañeros! Cómo se ha salido de la de una separación entre él y ellos, sino con referen- trabajadas, y muchas de plata cincelada. Completabaempresa?
cia al descontento que imprudentemente habían mu- aquel arreo pintoresco *ina gruesa cadena de oro que
—Perfectamente, capitán, respondió Roberto tar- ]infestado respecto á su conducta, se miraron unos les cruzaba el pecho, sosteniendo un silbato igualmente de oro: algunos llevaban también magníficos
tamudeando. Algunas heridas se han recibido, ,á otros confusos y casi conmovidos.
porque los malditos extranjeros iban bien armados y
—No te decia yo que lodo lo oiría aunque estu- relojes, y ninguno armas de fuego, pues eran estasse defendieron como leones.
viese á dos leguas de distancia? dijo en voz baja Ro- parte integrante del arreo délos caballos, que p e r tenecían sin excepción á la mejor rnza napolitana.
—Mayor es la gloria de ese modo, valeroso Ro- berto.
berto. ¿Y que tal el botin?
—Teniente, respondió Biilcno á quien habían sid
Tan solitarias eran las selvas de Nettuno que po—
—Es considerable: os esperábamos parn... para ungidas aquellas palabras: todos hemos hecho ma dian permanecer en ellas sin ningún temor aun en
repartirlo. Nadie le ha tocado todavía.
en hablar de ligero, y yo esloy tan arrepentido qu mitad del dia: asi fue que lejos de apresurarse á ga—Ya conozco vuestra disciplina, amigos míos: de buena gana me dejaría cortar la lengua antes que nar sus guaridas, quedáronse muy tranquilamente á 1»
pero te autorizo á ti, Roberto, para que presidas volver á injuriar á nuestro buen capitán. ¡Viva E s - sombra de la verde bóveda, disponiendo un almuerzoel repartimiento, apenas aparezca o I sol que ya se patolíno!
refrigerante con sus respectivas provisiones. Cad»
viene á mas andar detras de las cortinas del oriente.
—Viva! respondieron con verdadero entusiasme cual sacó de la mochila la parte comestible que e n Dividid como buenos hermanos los despojos de los los bandidos.
cerraba; abrióse la bota de vino que quedaba en unextranjeros....
Espatolíno apretó la mano á todos uno por uno caballo que al parecer no habia servido sino para l l e —A quienes el Padre Eterno tenga en su gracia, dirigiéndoles palabras lisonjeras; mas recobrando se- var aquella carga, y en medio de la mas espansiva
capitán.
alegría celebraron su banquete rústico, brindando re-guidamente su gravedad.
—Asi sea, Roberto. Decia, pues, que repartieseis
petidas veces por el capitán y por el éxito feliz de la—Camaradas! añadió: proceded sin demora
con equidad esas riquezas, y que os dispongáis todos repartimiento del botin, y luego vuélvase cada cual expedición propuesta.
para una expedición importante y próxima.
su respectivo albergue. Apenas las sombras comienAcalorados todos por el vino; pero ninguno en»
—Y' vos capitán
¿qué queréis del botin?
cen á enlutar nuevamente la tierra, nos reuniremo: estado de embriaguez, se despidieron muy avanzado»
—Nada, amigos mios: todo lo que habéis con- todos en la aldea de Nettuno, en la hostería qu< el dia, para encaminarse á sus respectivas habitado—
quistado os pertenece.
conocéis.
nes.que todas estaban por aqueltas cercanías; maser»
Entonces el victor que resonó, y que los ecos de
Alejóse apenas concluyó estas palabras, y los ban el momento de salir de la selva dejóse oir desde con—
la selva devolvieron dilatadamente, fue tan espontá- doleros le victorearon mientras pudo escucharlo: siderable distancia el agudo sonido de un silbato.—
neo como sincero.
Luego comenzaron á reconvenirse recíprocamen Silencio! dijo Roberto: alguno de los nuestros viene—No os decia yo, murmuraba en voz baja occhio te, queriendo cada cual quedar exento del delito co hácia este sitio y desea saber si hay amigos en él.
linceo frotándose las manos en señal de alegría, que mun.—Tu fuiste el primero que hablaste mal d
—El mismo sonido se repitió, y entonces Roberto
el capitán era todo un hombre? Ya veis lo que hace, nuestro incomparable capitán: t u , Baleno , que tie- respondió con otro igual: quedándose inmóviles los
mentecatos, codiciosos!
nes la lengua mas ligera que una muger.
bandidos percibieron primero confusa y después d i s —Calla, parlanchín , yo nunca he dicho nada ma—Voto al diablo! tu dijiste que no se ocupab tintamente el ruido de un caballo, que según podi».
lo contra el: bien sabia que era la generosidad en mas que en hacer muecas á su monuela.
inferirse se acercaba á carrera tendida.
persona
—No fui yo sino hrnecio di ferro.
—Alguna novedad ocurre , dijo braccio di ferro ~
—¡Viva Espatolino! ¡viva el rey de las selvas! r e —Mientes , que fue el teniente.
—Guardad lodos silencio camaradas: ¿no escupetían los bandidos tirando al sirc sus sombreros.
—¿Quién dice tal? ¿Quién se atreve á calumniar cháis que bien bate el suelo ese caballo? no p u e —Gracias, compañeros, gracias, respondía Espato- me? gritó el utlético cnlabrés remangándose las man de ser otro que Vento rápido.
lino; pero prestadme atención porque se trata de una gas de la chaqueta, y haciendo patente la vigorosa
—El ahizan de Espatolino?
gran empresa. He estado en un lugar en donde he musculatura de sus brazos.
—El mismo: yo apostada cien escudos contraconferenciado con el teniente Stéfano, que manda
—Todos estábamos borrachos, como dijo con razón uno.
aquella fraccion'de nuestra banda que ha vagado al- occhio linceo: E a , camaradas. no hay que habla
Roberto no se engañaba. Espatolíno se lialló muy
gunos días por las inmediaciones de Civita Vecchia, y mas de eso. El capitán Espatolino es todo un hom pronto al fíenle de sus camaradas. Iba vestido come
que ahora se díríje con tanta prisa como precaución bre, y todos le estimamos por lo que vale. La snrstí ellos, con la sola diferencia de que en vez del somhacia un sitio mas conveniente. Escuchad, amigos Madonna nos le conserve y vamos á repartir el botin brero llevaba una gorra de piel de búfalo con anchomios: se trata de reunir toda nuestra fuerza en l;i
— Vello, camaradas. Con justicia, como bueno galón de plata, y que ocupaba el lugar del cuchillo de
Somma, pues sabemos por Lappo, jefe de la compa- hermanos, según nos mandó Espatolino.
monte un magnílico puñal con empuñadura de oro.ñía posesionada de dicha montaña, que los poderosos
Procedióse en efecto á la repartición que se veri Su rostro estaba ligeramente encendido por la vio•yandes de Spada deben salir de Temí para Spoleti, y ficó sin desorden ni disputa , y el dia brillaba ya con lencia de la catrera, pero notáboscle en las faccio—
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190
EL LABERINTO.
nes una excesiva alteración, y su voz cuando se dejó iernas si doy un paso cu busca de esa bruja inal- nosotros quince el dinero ofrecido, todavía era buen
bocado el de cada uno.
»>ir pareció á los bandidos ronca y trémula.
dita.
—Yo no sé que se hayar puesto precio á otra ca—Es preciso partir al instante.
—Bien dicho, camarada! Vayase al infierno la fu—Como! adonde? preguntó Roberto sorprendido. gitiva y buen viaje. ¡Atreverse aquel bribón á decir- beza que á la de Espatolino.
—A Roma!
nos que moriríamos todos, si era preciso, por sah ar—Cabalmente: y el gobierno ofrece ademas com—A Roma! Corpo delta santísima Madonna] la ó vengarla! Que muera ¿\ con su locura endemo- pletísimo indulto á aquellos de su cuadrilla que le
niada, y que dé gracias de que no le volviese á entrar entreguen.
i A Roma decís!—A Roma!—En mitad del dia?
—Esa seria una infamia, Giacomo.
—Por San Paolo! ¿qué me importa el dia?—Pero en el cuerpo, con una bala, la indigna proposición que
—Una infamia muy útil á todos los que desean
ío decís de veras , capitán?—Sí, voto al diablo: iré la tenido la insolencia de dirigirnos: pues no faltaba
;i Roma, iré al mismo infierno si es preciso.—Dios mas sino que quince hombres como nosotros nos con- gozar sin zozobra las riquezas adquiridas, teniente
«ios libre, capitán! pero en fin, entiendo que que- virtiésemos en perros para seguir la pista á una liebre! Roberto.
—Es verdad.
Teis decir que nos conviene cambiar de lugar sin Voto á brios! que no se como hcp.idido escucnarle!
•alejarnos de Roma.—En Gensano... en Riccia...
—Y nada mas fácil por otra parte.
— Te desbocas mucho, braccio di ¡erro: pon mas
;faso en Frascati ó en Tívoli... respondió con dis- cuidado en lo que dices.
—Calla , Giacomo, que me da vergüenza oírte.
tracción el jefe: ¡qué sé yo donde la encontraré!
—Eres muy delicado Irla Chioma.
—Vé á dar consejos á quien te los pida, occhio
pero la buscaría aun cuando fuese preciso penetrar linceo, yo digo y hago cuanto me viene al magín , y
—En fin , camaradas; continuad manifestando
hasta la misma Roma por entre los ejércitos del Im- por vida dcBaco que estoy cansado de obedecer, y de vuestra opinión. Dos han votado ya á favor de la properio.
hoy mas ni por el mismo san Paolo doblaré la rodilla. puesta de bravio di ferro, que opina debemos ir á reu—No os entiendo, capitán : ¿Será que e?a? mal—Compañeros! para pasar la vida acatando capri- ñirnos con Lappo.
—Yo soy del mismo dictamen.
ditas familias de los Spadas y los Benedetli en vez de chos de un cualquiera, mas valia acatar los del rey.
—Ya son cuatro por ese partido.
ir á Spoletise hayan dirijido hacia la capital?..
— Por supuesto: ¿para qué seguir esta vida por
—Y cinco conmigo.
—¡Que carguen mil demonios con los Spadas y mas tiempo? Ricos estamos todos, camaradas, y me—Yo digo que solo nos toca obedecer al que es
los Benedetli, gritó con tremenda voz Espatolino. nos malo me parece hacernos hombres de bien que
Es ellal ella que acaso será víctima de su impruden- continuar siendo bandidos con tan poco provecho y nuestro jefe todavía.
—Occhio linceo está por la obediencia: es un voto.
cia, y de aquellos feroces magistrados ante los cuales tantas humillaciones.
—Dos con el mió.
1a liarán comparecer como reo: ¡ á ella mas pura
—Nadie está mas cansado que yo de mi oficio; pero
— Tres; porque pienso lo mismo.
que la luz! Todos moriremos, pero moriremos ma- ahora no es tiempo de hablar de eso, sino de obedecer
—Son tres con Irta Chioma.
tando : opóngansenos las huestes dominadoras de la al que todavía es nuestro jefe.
—Cuatro con el mió.
-tierra! venga el mismo Napoleón en persona!. Y
—Obedécelo tu en buen hora, corazón de gallina:
sabré arrancarle mi querida , aun cuando la escon- yo me emancipo, y hoy mismo marcho á rennirme con
—Pues yo digo que solo nos conviene dejar esta
diese dentro de su mismo corazón.
infame vida indultándonos.
Lappo en la montaña.
—¿De qué modo?
—Un sordo murmullo semejante al de las olas
—Pues bien, yo iré contigoá donde nos espera el
—l^el modo que ha indicado Giacomo.
cuando empiezan á sentir los soplos de la tempes- capitán, Occhio Lniveo.
—Traidor! ¿Quieres entregar á tu jefe?
tad, se levantó de entre los bandoleros; pero equi— Y yo también: antes de desobedecerle debemos
—Calla, occhio linceo; no reconozco por jefe á
vocándose Espatolino sobre el origen de aquella agí despojarle del mando: mientras esto no se haga es
tacion, creyó que sus subditos participaban de su nuestro jefe, y no tenemos facultad de negarnos al un loco.
sentimientos.
—Opino lo mismo.
cumplimiento desús órdenes.
—Sois unos infames!
—Marchemos, amigos mios, les dijo: ella salii
—Si tenemos, voto al diablo! y solo tu, Irla chio—Eres un cobarde!
hace algunas horas, pero tengo esperanzas de qu ma, tu que siempre has sido un mentecato, pudieras
—Señores, al orden, ó voto á Júpiter que empie•podremos alcanzarla : es imposible que pueda soste- respetar la autoridad de un loco.
ner una marcha continua y precipitada : antes qui
—Repite lo que has dicho corpo di dio! te probaré zo á romper cabezas.
nuestros caballos se rindan á la violencia del galope si soy ó no mentecato.
—Di tu opinión , teniente, y déjate de amenazas.
tío faltarán otros con que reemplazarlos en el ca
—Digo que al veros tan revoltosos é insolentes, co— Ea, camaradas! orden! no se trata de echar bamino.
nozco que solo Espatolino puede mandaros.
ladronadas, sino de tomar una resolución.
—Lo que es á mi no tendrá ese gusto. Adiós, «miEl murmullo se iba acrecentando rápidament
—II fiiininti ha dicho la verdad. Pido que se recojos, discutid cuanto queráis: yo salgo ahora mismo
pero Espatolino se hallaba demasiado preocupado jan votos.
para poder comprenderle.—Este truje no nos con
— El mió es que marchemos todos á reunimos con para la Somata.
—Buen viaje braccio di ferro.
viene para viajar con la luz del dia, les dijo: dejad Lappo, y que abandonemos ú su suerte al insensato
—Aguarda, yo te acompaño.
las escopetas, no nos faltarán en ninguna parte: ves- Espalolino.
—Y yo también.
líos todos de labradores, llevando ocultamente cada
—Soy de la misma opinión.
—Y yo.
uno un par de pistolas y un buen cuchillo de monte.
— ¿Y tu, Baleno?"
—Ea , ya somos cuatro.
En seguida á caballo todos! Tú, braccio di ferro,
—¿A que viene preguntarlo7 haré lo que hagan
—Cinco conmigo.
dirígete á Tívoli con cuatro de los nuestros; búscala los valientes, y por el ánima de mi madre que lo
—Pues bien, á caballo.
v-n todas las hosterías, y si la encuentras condúcela que mas deseo es dejaros á todos, y pasar mi vida
—A caballo; abur los que se quedan.
al momento á Porto d'Anzio. Los otros diez que sal- tranquilamente con mi Calabresa : á bien que no nos
—Aguardad : Lo mando yo.
gan, sin ir juntos, para Gensano: allí me encontrarán faltaría que comer.
—Por hoy, teniente , no estamos de humor de
en la casa que conocéis; y desde allí, si no la encon—Toma! si bastase con desearlo yo te juro, á fé
tramos, marcharemos á Frascati, á Albano... á todos de Roberto, que hoy mismo tomaba las de Villadie- obedecer.
los pueblos de las inmediaciones de Roma, y á Roma go y me iba muy contento á gastar mis escudos con
—Picaros, traidores!
;
imisma si nuestras pesquisas son infructuosas. Ea, mi pobre mujer á quien no veo hace diez años, y
—No grites, Roberto ü fulmine, que no te oyen ya.
camaradas! andar ligeros: desdichado de aquel que ,con mis chiquituelos que ya serán tan altos como yo.
—Quedamos diez solamente!
sea tardo en obedecerme 1
—Y bien ! ¿qué hacemos?
—Y quién telo impide?
—He dicho ya : ir en busca...
Dijo, y veloz como un relámpago desapareció | —Quién?... Por vida de ¡..¿creéis que la justicia
—De la capitana , bien dicho, Giacomo !
me
dejaría
tranquilo?
entre los remolinos de polvo que levantaba su brioso
—De la capitana n o , del capitán.
corcel, cuyos resoplidos se oian distintamente á pesar
-—Compra tu indulto.
—Pero...
del ruido de su carrera.
—Costaría mucho.
—Yo quiero el indulto.
—Quiá! un medio conozco yo por el cual todos
Entonces comenzó entre los bandidos un bullí—
—Yo también: á cualquier precio.
seriamos indultados, sin gastar un paolo.
«io«o debate.
—Y* yo, voto al diablo, y caiga quien caiga.
—Esto es demasiado, camaradas! dijo el incorre—¿Cuál es? dilo.
—Pensad como queráis ; pero vivo yo no tengible Baleno; el capitán está loco de remate, y mas
—En vez de dar dinero le recibiríamos.
locos que él seremos nosotros si nos prestamos á tan
—¡Cómo! esplícate, Giacomo; tu hablas poco, pe- dreis el placer de vender la vida de vuestro capiinauditas extravagancias.
ro bien. Siempre que abres la boca es para decir co- ta;i. Corro á buscarle, y le diré vuestra caritativa
y leal intención.
—lié aquí en lo que han venido á parar las gran- sas extraordinarias.
—Voy contigo, occhio linceo.
des empresas con que nos lisonjeaba hace poco! ex—Gracias por la lisonja, teniente; pero lo que di—Esperad , yo también iré.
damó Roberto. ¡En enviarnos á correr tras una mu- go ahora es muy sencillo. Para alcanzar el perdón y
—Bravo, teniente! eres un héroe!
jer, que se le ha escapado según parece , para darle recibir ademas una gratificación, hay mas que servir
—Todos lo somos! yo voy también.
una prueba de lo mucho que le ama !
al gobierno!
—¡Viva il balenol ¿qué decís los demás?
—Qué malvadas y qué pérfidas son todas las hijasj —Servir al gobierno?.... nosotros?—no te en—Yo... lo que diga Giacomo. '
de Eva! añadió con plañidero acento Irla chioma.¡ tiendo á fé mía.
—Giacomo! acaba de resolver.
¿Quién había de creer tanta ingratitud en aquella' —Eres un poco torpe, Baleno. El gobierno desea
—Proponer una cosa no es imponerla por ley:
criatura que parecía un cordero? ¡ Huir de un hom-! mucho ver bailar en el aire á cierta persona.
t>re que la idolatra!
j —A todos nosotros, vive Dios! sino sabes mas que si todos os decidís por la obediencia os seguiré.
—Así! eso se llama volver por su honor. Deje¡ Maldita sea tal idolatría! dijo otro : por ella h e - eso adelantado estás, Giacomo.
mos de exponernos á un riesgo inminente, y sin uti—A todos, bien lo creo; pero solamente uno tie- mos á aquellos locos correr en busca de Lappo.
lidad de ningún género.
ne apreciada su cabeza, y á fé que no puede quejarse Buena les espera! Lappo es el amigo mas fiel de
—No seré yo por cierto; que se me sequen las de que la estimen en poco: aun repartiendo entre Espatolino, y cuando sepa la mala partida que le
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EL
a
•Bien dicho: hoy tiene Baleno un talento atl— ti la. En cualquier época del año en que se traspasa u n
lian jugado, los pondrá por racimos del árbol mas!
"onda, una confitería ó una lonja He ultramarinos, s^
*' nace mención importante de esc privilegio, y se dice
dito qne por allí se encuentre. Treinta y siete hom-' miradle.
— \ caballo , señores, á caba'.lo!
bres están en la Somina , y todos á cual mas leales .
«tanto por la tienda y tanto por el puesto de S. Isidro.»
—Todos á Gensaño , pues fímeció di ferro que Con la anticipación que hemos dicho y con la mayor estonque obedecemos ?
Tivoli ha tomado otro rumbo.
—Sí, está dicho; pero soy de parecer que nos debía i r
crupulosidad se divide el terreno, se tiran líneas, se tra—A Gensaño, está entendido: casa del Silenzio- zan cuadros, mas ó menosgrandes,se reparten los pues'(Apliquemos con el capitán y le hadamos conocer
so; vestidos de labradores.
tos, y empiezan los vendedores á conducir tapices, lien:nweslro descontento.
zos y enseres; pero esto ya pertenece á la historia de los
—Sin escopelas.
—liso es-muy justo , Balcno.
bastidores, y ahora nos conviene ser profanos para no
—Con un par de pistolas.
—KJuién le hablará?
perder la ilusión cuando se descorra la cortina el día IV
—Y
el
cuchillo.
—Kl teniente.
por la tarde.
—Abur
.
pues,
hasta
Gensano.
:—No, sino Baleno, que tiene la lengua mas
Indudablemente los dias grandes se conocen por las
—Hasta (icnsüiio, c.imaradas.
-suelta.
vísperas pequeñas, y el furor gastronómico del 15 dne
G . 1>E AVHI.I.ANEDA,
( l
—-Convenido! Ea pues, á efectuar las órdenes
mayo, se advierte bien en el ayuno forzado del IV, e
recibidas. De hoy en adelante ó no obedeceremos,
que no hay fonda surtida , ni confitería que no esté des[Se continuará.)
mantelada , ni géneros de ultramar en los ultramarinos,
<MIO «e nos mandarán cosas luu vergonzosas.
ni servicio en los cafés, ni aguadores de agua dulce (de
botijo), ni naranjeras , ni... nada en fin porque todo se
ha embargado para S. Isidro... Todo , señores , todo está
en S. Isidro. Acuérdense Yds. de Lot, y escarmienten en
cabeza ajena ; no hay que volver la vista atrás porque
Madrid está desierto , y antes que la soledad les dé tristeza , sálganse al campo por cualquiera délas puertas ó
portillos que dan al Manzanares , y si es posible por la
de Segovia ; pero la de Toledo y los portillos de la Vega,
S. Vicente y Gíhmon, pueden servir también'para el
caso.
Allí en aquella altura, á la orilla derecha del Manzanares, verán Vds. un punto blanco, destacado de una
masa negra y compacta, que se agita en derredor suyo,
como si quisiera conmoverle por sus cimientos y arastrarle en su incesante torbellino: el fondo negro es una masa
<tí©3©
inmensa de cabezas (algunas de ellas rubias); el punto
blanco que se eleva sobre ellas dirigiéndolas su voz con
Que entrase la parteen el todo, ni tendría gracia 1 Señor, alegrémonos, resucilóel Señor, alegrémonos., un esquilón desentonado, es la ermita de S. Isidro. El dia
ni novedad, porque todo el mundo lo sabe asi; menos nurió S. Isidro Labrador el dia l o de mayo de 1130, IV por la tarde va mucha gente á la ermita; pero el
los valencianos que comen cordero EN loma/e y van á p i- »ues tengamos una romería lodos los años para celebrar pueblo bajo que es el que dá entonación á esos cuadros,
seo EN sombrero ; sin dejar por eso de tener esperanza se aniversario... Pues á S. Isidro! pues á S. Isidro...! no asiste ese dia, la clase media tampoco; aquello es un
Decididos como estamos á tomar las cosas en su ori- pasco aristocrático. Los vendedores no hacen negocio, y
CON Dios...en que nadie entienda esa confusión de preposiciones ; que la parte fuese mayor que el todo seria ;en, y á seguir á los protagonistas do nuestro teatro nosotros no queremos alzar el telón hasta el dia del santo
cosa de ver y podria pasar al panteón del movimiento malítico-descriptivo , desde que se empiezan á vestir en jor la mañana; hasta entonces ni grita el confitero, ni
continuo y del punto en el espacio: pero aun eso admitía JUS camerinos, haremos la vista gorda, qvie á fuer de itiarbola su bandera el fondista , ni llama parroquianos
su distingo y su absolute negó, etc.; aquí.lo que hace fal- miopes que somos no es muy fácil, mientras el Monte- ú vendedor de los frasquetes, ni humean las cocinas de
ta es que nos estrechemos iodos un poco para que todos pío da'-dinero sobre alhajas á los que han de almorzar en campaña... nisuena, en fin la hora'del movimiento. Aque•podamos estar reunidos en la prader.i de S. Isidro el día S. Isidro, y tomaremos la historia con diez dias de anti- lo es la cueva de S. Martin, pálida , fría , inerta, hasta
l o de mayo. Unos por ir, otros por no dejar de ir, y yo cipación , acompañando á los fondistas y á los confiteros pue vá un charlatán á subir los fondos. Hasta que el santo
por seguir mi costumbre , de escribir las costumbres de á casa de su señoría, el regidor encargado de dar los su sacude las polainas, y es fama que lo hace todos los años,
puestos en la pradera, liste acontecimiento es mas grave (con cuya metáfora, porque algo ha de ser, se indica
mis conciudadanos, todos vamos alia.
de lo que á primera vista parece , y en el reparto se ob- la lluvia en ese dia) no hay nada bueno. Muchos pasan
serva un rigoroso escalafón. La mayor parle de los lico- la noche del IV en la ermita y otros van únicamente a.
Todos los cojos van á Santa Ana
ristas , confiteros y demás gentes que venden sus géne- ver como está puesto el campo, para determinar si han
yo también voy con mi pata galana.
ros en U ermita del santo, tienen un privilegio especial de ir al dia siguiente ; disculpa propia de almas vergonY como aqui no es santa que es santo
para colocnrse en tal ó cual sitio, privilegio que pasa de zantes que en vez de decir:—Voy porque me gusta y voltambién yo voy como uno de tatito...(s)
padres á hijos, inherente al establecimiento, y que se veré mañana , aunque no hago falla , dicen siempre que
Pero la S que se aguante
porque en plural no es consonante.
van por compromiso; v siguen renegando de la diversión
hasta el año siguiente. Pero hay tal delirio en Madrid por
Y este verso que erró el camino
esa romería que unos salen de Madrid antes de amanecer,
puede volverse por donde vino;
otros no se acuestan para ir mas temprano , otros van y
pues si le sigo h;iré una cosa
vienen tres ó cuatro veces al dia, y el resto se entrega
que no sea ni verso ni prosa.
Hágase el milagro y hágalo
i á la comilona y á la francachela.
el diablo.
Hombres quiero yo que no principios, dicen los cosmopolitas políticos; lo que equivale á decir: vengan deslinos y llámenme corregidor ó jefe político, y alcalde de
casa y corte, ó juez de primera instancia tanto me da. (l
c-n verdad , y entre paréntesis, os digo que si las revoluciones no lian de producir mas que nomenclaturas, y se
lia de sacrificar una nación porque las autoridades se llamen asi ó asá, asando del mismo modo todas, no lo entiendo...) Pero... susl señor fiscal de imprenta, no hay
que saborearse con el corretaje porque yo no paso adelante.
Diviértame yo á todas horas, que es lo que importa,
v sírvame de excusa S. Juan ó la Magdalena, es igual, hl
corazón humano lo que quiere es broma y jarana sin que
escentif.-v. l.ínsi
Dos aspectos enteramente distintos tiene la crniila
el día del santo patrón ; y aunque la transición de ellos
¡ofrece otro bastante nuevo también, con la ayuda del
'jilguerillo y del aura de abril para el de la mañana, y con
ja bota y el Valdepeñas para el de la tarde, vamos á
¡examinar los dos.
Son (eran ó serán , no sean vds. tan materiales) Lis
cinco de la mañana , y un viento suave sopla , soplaba
ó soplaría , bajo los arcos de la puerta de Segovia , que
arroja (ya me fije en presente) inmenso gentío , como
si en el casco de la población se temiese algún terremoto , alguna.explosión de polvorín, ó algún pronunciamiento político, que como terremotos no tienen nada que
pedir. Seria una ftregiutla necia de esas que merecen
oidos sordos, y si el refrán dijese orejas, estaría bien d¡vi7 ni voló en este asunto. Nació ¡traspasa las mas veces con los demás enseres de la tien 'cho ; seria, repito^ tan ridiculo preguntar adonde s»
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EL LABERINTO.
192
«lirige esa gente, cómo ignorar el camino que conduce á, ar desde allí el animado panorama que se desenvuelve ástica plegaria del numeroso gentío que invade la sana morada de los que dejaron de existir , leyendo con
nuestra vista.
la ermita de S. Isidro, cuando sise descargase una botella
La capilla de S. I>idro , proyecta su sombra en la istúpida carcajada y lúbrieos aullidos los elocuentes
de Luidcn en la cuesta de la Vega habían du sentirla chispa
eléctrica los que venden en la pradera. Y esto no lo di- radera , y los rayos del sol que se escapan por los lí- 'pitaflos de aquellos sepulcros. Únicos testigos de que
go por darla de físico, pues cuando mucho, probaria mites del edilicio , atraviesan los líquidos de diferentes os que alli moran fueron ayer lo que hoy son, los que
afición á los juegos de manos , sino para dar una idea olores que de trecho en trecho se encierran en mul- serán mañana con ellos en la silenciosa mansión de los
de la masa compacta de gentes que e.i ancha procesión tud de vasos cristalinos , que el vulgo llama fr.isquc- nuorlos.
y por distintos caminos van lomando por asallo la altu- es del santo ; apellido que lleva cuanto allí se vende
V nosotros nos hi estremecido siempre tan insora citada donde se eleva la capilla que, á expensas del
lente contraste, y n> liemos podido evitarnos la amarga
marques de Valera, se fabricó cu 1721 sobre las ruinas
rcllexion que a-ab.imos de hacer. Quisiéramos por lo
de la que se hizo en 1528 por la emperatriz doña Isatanto que cu ese dia de pura bacanal y estrepitosa orgia,
bel ; porque allí dio el santo con la ahijada , y brotó
no estuviese franca la entrada del campo santo ; quisiéun manantial de agua purísima. Y para que no se me
ramos que no se turbase el silencio de sus moradores,
llame plagiario, declaro que eso no es mió, sino que lo
que se les dejase descansar en paz en su último asilo.
dice asi la tradición. Tres puentes de piedra, con mas,
Pero todo eso lo deseamos alli; aquí queremos continuar
los de madera que se improvisan ese dia , atraviesan el
nuestra fiesta , separándonos todo lo posible de la manManzanares, y saliendo por la puerta de Segovia es presión del silencio. Y ^ntes de alejarnos de la capilla nos
ciso tomar por el de ese nombre ; pero para los que csllegaremos á beber el agua del pozo del santo con toda
tan en el secreto de lo que es ese rio , para los que co
la fé que inspira la siguiente décima , que está grabada
nocen la buena fé de sus arenas, todos son excusados.
sobre el pilón, aunque escrita como verán nuestros lecCon zapato de tela no, pero con bota se puede atravetores :
sar impunemente el Manzanares, que como arenal, no
Olt ahijada tan divínn , que según la liistori.i enseña
hay nada que pedirle; pero como rio debe su fama á
sacaslrs agua de peña , prodigiosa y cristalina ;
una docena de poetas pagados... de sus orillas, que no
lu (l) l.ibiu al rauil.il inclina y bebe de su dulzura
tienen nada que envidiar á las mas anchas; le sucede
«¡lie S. Isidro asentir.», que si con fé la bebieres
lo que á las mantillas de nuestras manólas, que entre las
y calentura trajeres, volveres sin d l e n t u r a .
dos franjas se comen el tafetán. Pero ganemos nosotros la
Entronizados de nuevo en la montaña mas elevada de
orilla derecha del Manzanares, y sea á pie enjuto como
nquel lugar, y bajo el cielo azul y siempre sereno de ]¡>
el ejército de Israel, aunque no haya un Moisés que nos secapital de España, dilataremos la vista por la alfombra:
pare el agua, y lo (lemas no importa ; á fé á fé que para
inmensa de gente, que embriagada de alegria , bebe,
probar lo que hemos dicho basta recordar que hace años
canta, corre, juega, y en confuso torbellino se agolpa á
se hundió un puente de tablas, condenado desde enla entrada dt; las fondas, no con el objeto de almorzar,
tonces , que al asno muerto , etc., etc., y lejos de ahoque eso es problemático, sino con el de decir después
garse ninguna, de las muchas personas que cayeron
que almorzó en S. Isidro. Capricho que no tiene precio;
rio, todos salieron puros y limpios, menos los que
pero que siempre se paga muy caro, porque los mozos
rompieron la cabeza del golpe.
que
allí sirven son mas fisonomistas que Lavatter; .y.
Los alquiladores de coches, tartanas, calesas, carsaben que cuando un caballero, ó uno que va de levita, .
ros Y hasta de confesonarios con ruedas, desempeñan
tiene todo el arrojo'suficiente para entrar con dos (2) ó •
un papel muy importante en estos dias; el calesín somas señoras en un merendero , y valga por lo que valga .
bre todos es el héroe de la función; los caleseros son
la palabrilla, no se ha de asustar aunque la cuenta de
los protagonistas de la fiesta. El dia 15 de mayo no se
lo que les sacaron para almorzar pase de 1,000 rs. Y de- siente la" falta de caminos de hierro; cada calesín es
claro que no me he equivocado en los ceros, sino que
un vapor; los carruajes no corren, vuelan, todos marmil reales el dia de S. Isidro son menos que mil ochavos
chan unidos, y casi saltan unos sobre otros sin el mono
en otro cualquier dia del año. El que piensa almorzar en .
contratiempo. Pero todos se detienen apenas pasan e
S. Isidro ylleva dos onzas de oro en el bolsillo, cree que
rio; la tropa que está allí para cerrarles el paso no es 1.
se ha dejado el dinero en su casa. Alli se reputa el cobro
que los impide llegar hasta la ermita : la masa impeneorno género numismático, la plata no corre y Solo circula
trable de gente, la primer línea de los vendedores que
pie de la ermita se abre un hondo valle de frondosa el oro: allí, bajo cuatro palos torcidos cubiertos por un .
se atrincheran á un cuarto de legua escaso de la ermita espesura , y el astro del dia , que difícilmente penetra
es el obstáculo invencible que encuentran los caleseros] por el luf Iroso follaje de los arbusto , ilumina con gra- tapiz viejo se admira el nunca bien ponderado personaje
para seguir adelante con sus viajeros, á quienes desue ciosa coquetería diferentes familias improvisadas ó legí- del primo. El PBIMOIÜ ese tipo curioso que sino se publilían sin piedad, y de quienes no se cuidan si les sale otro timas , que tendidas sobre la verde yerba se disponen á ca en los Españoles pintados por si mismos es porque lo
marchante para el retorno, lin aquella confu'ion es d¡- almorzar , ó á disponer el almuerzo. Las alturas de este traen y le llevan de primada en primada sin darle <d
ficií volver en el mismo coche si no se paga adelantada delicioso valle están coronadas por las tapias exteriores ¡tiempo de que se retrate ni aun »' daguerrotipo ; pero yo •
la vuelta ; si se paga imposible ; pero á nosotros no de un cementerio, y el eco sordo de las campanas que le he cogido descuidado, en una de vsus acciones mas frenos corre prisa volver á Madrid , y ahora solo tratamos repican en la ermita , la alg.izira de los que venden, y cuentes, que es la de dar dinero, Y s*>y » permitirme un;»,
de ganarla cuesta para subirnos á una altura y obser- el sordo rumor de los qn? compran , IK> di'ja o!r la s.-ir- ligera digresión, con pennis» <le '" fisiólogos.
La persona que trae al mundo la misión de hacer el
primo, puede ser alta, baja , delgada , gorda , elegante ó
facha; generalmente está en el último caso. Sino canta,
sino baila , sino ríe, sino habla, sino sabe saludar, si es
un estafermo en fin, tanto mejor; la sociedad, que
tieue repartidas sus con'nbuciones, por una rigorosa es -
Anterior
tad'slica , justifica así la que le impone al infeliz qua debe ñas, b s sigu¿ cu.m lo van de tiendas, es el encargado dcsu estancia en el gran mundo, á su airoso manijo pira Incer los preparativos pjra las comidas de campo;, y
llevar La mano al bolsillo, y derretir el dinero qu2 por su
(l) Si es l.i lujnte Ij <|uj aplica el labio , ¿ iiuién es e¡ que se
desgracia le concedió la fortuna. El acompañi al café á eui-.t
de l:i liebre ?
las señoras mas elegantes y mas bonitas, las lleva al ain - (i) Kn lle^in lu á ihu , recüie cu ilijuiera el titulo <\cbuen amigo:
brgú en tiempo do miscaras, las di el brazo en las vorbj- •n premio ik- tresgin.i l.i «rm cruz te iniperlur^uble.
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El. LABERINTO.
195
H.ista las doce «leí dia se mantiene el cuadro á la mis- cosa que pasma. Entonces suelen cantar la siguiente:
como todas le hablan y todas le adulan á la vez, con-i
vida el mismo á los amantes, instándoles por Dios ;'• que ma altura con corta diferencia que tenia á las seis de la
De S. Ui.lro vengo ,
vayan porque «el solo no puede con todas.» Estos q-icl mañana. Los elegantes abandonan las "fondas, dando el
y lie mcrendao ;
no esperan otra co.*.a, acceden; le dejan que se acer-' brazo á las hermosísimas madrileñas, que va no pueden
mas «le cuatro quisieran
<|ue á todas indistintamente, y después que lia soltado la I sufrir ni el polvo de la pradera , ni el roce continuo de
lo que á ful>rao.
mosca... después que lia hecho el primal... le endosan la cesta de provisiones que lleva la ineiieslrala para teA sohr.io cordero,
ilorc
gallinas,
con admirable destreza... el brazo de la mamá. Pero aun ner motivo de desocupar la bota do vino, que su marido
unos pavos en «aisa ,
yu esto cifra el su gozo, aun cardando con la. buena se- 1cnarbola á la punta de un enorme garrote , que probay pastas linas.
ñora siguen en pie lasilusiones di-I mocito (que es la voz blemente, merced al mosto y á la policía , obrará al dia
técnica); porque la astuta vieja, la Intrépida mamá le di- siguiente en un proceso criminal, de los muchos que se
En fin , y para dar fin á este artículo, el dia 15 de
ce:—Venga vd. ac.'i don fulanilo (el don y el ilo consti- forman de resultas de esa romería. Son tantas las quituyen el primo), que esos muchachos son unos troneras meras y las palizas co:i que termina el dia del santo, mayo forma una época tal en Madrid , que ademas de
y don fular.ito. va lleno de orgullo, riéndose en su inte- que si se diera un indulto para los presos por heridas y ser una fiesta en la que nadie trabaja, no hay una perrior del mal pipel que lian hecho los otros, dejándole pa- asesinatos en S. Isidro, las cárceles y los presidios que- sona siquiera que no piense con (ios meses de anticigar á él solo. Desgraciadamente ese tipo se va haciendo dariail medio desalquilados. Desde esa hora empieza el pación en el dia de S. Isidro. Llega la romrria, y no
telón supletorio, y á las dos de la tarde es enteramente hay criado de servicio tacaño, doncella de labor que no
• í-ada dia mas raro '. Maldita civilización!
sea espléndida , jornalero que no derrita allí los jornales de una semana , ni nadie en fin que no gaste en
S. Isidro mas de lo que puesc Yo me acuerdo de un
año que me quedé dormido en la pradera, y vi en sueños condensarse los vapores vinosos, y aparecer entre
ellos una matrona , vestida de lulo y con una bolsa en
la mano, en la que se leía: CAJA VE AHORROS... Y no
sé rnas, porque tne dispertaron diciéndorr.e: VA F.&
TARDE.
AMONIO FLORES.
nueva la reunión. Un panorama distinto en un todo del len la otra , llena de torraos y -.las.is para rrga'ar á sus
<lé la mañana se ofrece á la vista <U;I espectador. Ahora
• •con mas razón nos subiremos al punto mas elevado po•.sible; perqué los toros deben verse de lejos.
Crece la confusión , crece el gentío,
el polvo aumenta y el calor abrasa;
en vino tinto se ha tornado el rio
y el hombre y la mujer beben sin tasa;
pero Baco, sereno, grave y frió
oslo les dice, cuando entre ellos pasa :
—Tú crees, borracho, que borracho estás,
v eso es hidropesía nada mas.
A S. M. LA REINA
D O Ñ A IVIAJUfl. C R I S T I N A D I BOBBOKT. ( » )
ha fliojVi xrract
per [nrsi yalrte
tí'un lubhfo tntuac$
bistiíjiw von hu.
Tal vez tenga razón el dios beodo ,
yo desde la montaña en alta popa ,
la cuestión miro de distinto modo:
para mi la pradera es una copa
donde la gente que empinó de codo,
se agita entre el licor celia una sopa ;
y... como a! verso acusan de embustero
dorirlo rn prosa y :'i mi gusto quiero.
Ml'.TASTASIO.
Si abunda el sentimiento,
«i el entusiasmo inspira ,
i>\ elevado acento
no templo yo la lira :
vibran sus cuerdas dóciles
y ecos del alma son.
Ecos que amor enciende,
ecos que el alma emite,
toda alma los comprende,
todo eco los repite;
y es hoy mi humilde cántico
la voz de una nación.
¡ Asaz en su abandono
gozóse el hado injusto,
y en el excelso trono
miró al ángel augusto
•entre la regia púrpura
llorando su orfandad...!
En el olvido se hunda
tan fúnebre memoria;
•que el solio que circunda
de Cristina la gloria,
•solo acoge benévolo
votos de lealtad.
Y amor tan solo rige ,
•con leyes de clemencia ,
<ló la virtud dirige ,
dó'reina la inocencia,
y son g'oriosos subditos
los hijos de Guzman.
Ellos renuevan hora
los recuerdos eternos
de tu bondad , señora!
madre! te adoran tiernos:
reina! te aclaman férvidos:
bella! culto te dan.
Efectivamente, la atmósfera se condensa cada vez
'mas , y no diré yo que con el polvo y el tufo de los
"borrachos se forma lodo, porque eso ni yo mismo lo
•creería ; pero es una verdad que el vino de los innumerables pellejos que pasan desde los carros al cuerpo,
•del bebedor , estoes, al alambique humano, se con-'
densa en forma de vapor sobre las hojas de los árboles, por ejemplo , y destila luego gota á gota; refutando
<le una manera indirecta aquello de que es impasible
que el olmo dé peras.
Las tintas bucólicas de la mañana han desaparecido;
el jilguerillo que se mecía en las ramas, cantando sobre
los infinitos almuerzos que allí se improvisaron, se ha conocios, con mis lujo y mas aquel que unos usías , es
•visto precisado á emigrar del campo, porque la bola
y las chaquetas descansan ya sobre las ramas que é
•destinara para svi nido. Confuso y perdido vuela de aquí
para allá sin adivinarla causa de aquel tumulto, ni la
•densidad de aquella atmósfera, sobre la cual se sostiene sin esfuerzos, pero que no puede cortar con sus tiernas alas; y mas r!e un cohete, de los muchos que allí
se disparan , le detiene en su carrera.
Los calaveras, que son fruta del tiempo en ese dia,
•pasan la tardo tirando al aire las botellas del licor, que
aparentaron beber, y vuelven á Madrid, con el paraguas
abierto, aunque no llueva ni haga sol, guarnecido de
•campanillas de barro y cuernos de idem ; pues son las
dos cosas mas esenciales de la fiesta. No se puede decir
tque se viene de S. Isidro sin presentar una campanilla
|
del satilo , ó un cuerno; ademas es preciso ofrecer dulces á los amigos que se quedan en Madrid, y la manóla
G. G. DE AVELLANEDA.
•tiene todo su placer en venir cargada como un burro
con eswto estuvo al alcance de los cincuenta ó mas
(l) Estos versos fueron escritos para la función regia con que
¡pesos fuertes que se gastó alli con la generosidad caraccelebró el Liceo de esta corle ei fausto regreso de S SI. la augura
reina madre. Una involuntaria equivocación que padeció la aulCKt
terística de esa clase que está agonizando ya , y que
respecto al dia en que d»l)ian entrar en la prensa, fue causa de
-siempre ha tenio «nos humos, unos arranques, y un aquel,
que no pudieran incluirse en el cuaderno que reunió otras com•que ya \ Ver una pareja de manólos con su calesín desposiciones, consagradas al mismo ohjelo por algunos socios de IJ
forrro, un santo de barro en una mano, una campana
sección literarra.
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EL LAuERUNTO.
194
Venganza tan rara como peregrina de los realistas I pobre, para comer, pero come raras veces, porque
raras veces le pagan ; y lo desea el rico , porque creo
toledanos!
Un estandarte, un pendón de seda , y varios pen- que ha de figurar mao que siendo independiente;
dones que están viendo pasar la procesión , constitu- constituyéndose en criado del público: empleo quiere
yen el todo de esta solemnidad , que en manera al- I hombre de talento . y abandona sus estudios , y stv
ARTICULO
II.
guna merece la pena de que se camine veinticuatro leja de escribir comedias, y de redactar obras útiles,
para ocupar una silla en un ministerio, para andar
La c ilicza ilc un sanio en Repica.=EI perro en lnjlal<Tra.=Monu- leguas solo por verla. ¡Qué diferencia entre estas
incnlo de Toledo.=Karsu» en las procesiones.=Judas con capa procesiones y los antiguos edificios que la ciudad en- por las bibliotecas con una escalera al homb/o, como
prestada.=Los sayones nacionales.=l,as cadenas del silio de cierra !
si fuera á recibir á los reyes magos, ó para ir á r e Granada.=l!il>lioleca del Arxoliispo.—I~i Inclusa y su porle'o.
presentar la España', en clase de agregado ó secretaSan Juan de los Reyes es un templo digno de
=Arlilirio de Ju.iiie1n.--.Lo5 empleados tontos.=Los malos poet a s . : ^ ! lollelo de M. Parehappc.=Varias causas de locura.= gran atención. La llaman particularmente los infini- rio de embajada, á países donde no se acuerdan de
que España existe, hasta que salimos con tal emba-iDiversas clases de locos.
tos grillos y cadenas cogidos á los moros en las guer- jada. Sin embargo, si aquí no hubiera mas empleaEstando en Bélgica tuvimos ocasión de ver la ras de Granada, los cuales están enclavados en las dos que los que tienen talento. no se arruinaría el
cabeza de piedra de un santo , obra de gran méri- paredes exteriores del edificio para perpetua memo- Erario; pero es el caso que los tontos también quieto , que un Belga aficionado á las artes compró ria. Un jefe político hubo en Toledo que mandó ar- ren empleo, y que generalmente son los tontos los
por diez reales, cuando visitó á Toledo: y en uno rancar algunas para ponerlas entre los guardacanto- que le obtienen con preferencia: asi es que en España
de los famosos cuadros que hay en los claustros de nes del paseo , como se acostumbra en tales sitios : á hay muchísimos cnpleados tontos, sin que por esto
la Catedral, falta un pedazo que representaba un muchos les parecerá una profanación el hacer tan se crea que no hay también muchísimos tontos que
perro, y que un inglés cortó con su cortaplumas. poco aprecio de semejante monumento de antigüe- no son empleados. Esta es una de las locuras predoAsi desaparecen en detall todas nuestras antigüe- dad ; pero un jefe político no tiene obligación de minantes del país: las jaulas de estos locos son las
saber apreciar las cosas antiguas... le basta con saber oficinas: la política es otra locura ; las jaulas de los
dades para mayor baldón de nuestra patria!
Nosotros aconsejaríamos á quien quisiese ver gobernar al uso moderno... como pregonan los libri- políticos son los cafés. Allí es generalmente donde les
da la vena.
con atención las infinitas bellezas que Toledo encier- tos para escribir cartas y memoriales.
En la biblioteca del arzobispo hay obras interera (si bien de la mayor parte de ellas solo se conserEl mal es, que como de una locura nacen mil, y.
van ruinas), que no eligiese para visitar esta ciu- santes v curiosas. Sobrt los estantes se ven los retracomo
un loco hace ciento , y como media docena dedad la época de semana santa. Como el domingo tos de sesenta y seis escritores célebres , y dos escrihombres
que saben escribir comedias, son emplea-^toras.
La
vista
de
estas
señoras
nos
convenció
de
que
de Ramos se cubren los altares, no pueden admirarse infinidad de pinturas y esculturas del mayor es antigua en España la manía de algunas que pu- dos, y no las escriben , salen seiscientos á escribirlas*,
mérito : el f/ran monumento que ponen en la cate- diendo coser camisas buenas, Mlcannn versos malos. que lo mejor que pudieran hacer era ni escribirlas^,
La inclusa participa del asco que se nota en todas ni leer las que ya^ están bien escritas, puesto que 1
dral , es magnífico, pero no sorprende en manera
alguna á los que hayan visto los de otras iglesias las casas y establecimientos de la ciudad. El número ellos no las han de entender siquiera. Las jaulas de
metropolitanas de España, tales como Sevilla , Va- de párvulos, aunque no es excesivo, demuestra sin estos debían ser las escuelas de primera educación,,
lencia , etc. En los oficios se nota dignidad y deco- embargo que por falta de nacidos no se ha de acabar pero lo son los teatros de la corte: á bien que los
ro , pero como falta capilla de música, y cuanto en la generación toledana ; habría unos ochenta , entre teatros son también jaulas de los concurrentes que
tiempos mas felices para aquella iglesia contribuía niños y niñas; número mas que suficiente para tan asisten á ver tales obras, pues se duda cuáles son mas
á darles realce, en el dia se hacen aun con mas escasa población , y en que tanto iluminan los senti- locos, si los que las escriben ó los que las ven con
tanta calma.
pobreza que en muchos templos (Je Madrid; y por mientos religiosos y las ideas timoratas.
En Francia nen'.m de publicar un opúsculo Mr.
lo que atañe á las procesiones nada hemos visto
El torno eslá dispuesto de manera, que al dejar
mas ridículo si se exceptúan la del Corpus en Va- en él un chiquillo, suenen una infinidad de campani- Parehappe, hablando de las causas de que proviene
lencia y la de S. Fermín en Pamplona. Y es llega- llas, que cayendo sobre la almohada de la cama del la locura , y presentándolas por el orden siguiente.
El exceso de la bebida , dice, que es la primera y
do el tiempo de que las autoridades hagan conocer portero, le obligan á levantarse soñoliento, asustado
á algunos pueblos fanáticos, que el culto que se y en calzoncillos para recoger un hijo del prójimo... la mas común de todas.
Los cambios repentinos de fortuna siguen á b
debe dar al Supremo Hacedor, ni consiste en llevar ¡Cuántas malas noches le costará ni pobre portero
delante de su custodia gigantones de cartón que el que otros las hayan pasado buenas!
primera.
asusten á los chiquillos, ni se excita la devoción con
Seria de desear que se adoptasen para la Lctancia
La tercera es el miedo.
disciplinantes que entre azote y azote se meten en los biberones aspirantes . como hemos visto en alguLa cuarta el amor; lo cual prueba evidentemenlas tabernas de la carrera á remojar la garganta. Estas nas inclusas del extranjero, especialmente en Fran- te que se le atribuyen ¡il Dios ciego aun mayor núfarsas lejos de excitar el entusiasmo religioso con- cia é Inglaterra: esto es nías provechoso para los mero de locuras de las que le pertenecen... y á fé
tribuyen a ridiculizar los misterios de nuestra religión, párvulos, y mas económico para los estableeimicn- que no son pocas!
tan altamente sublime y consoladora.
11os, pues ni se necesitan tantas nodrizas, ni cada
Debo V. casarse ron una andaluza de ojos árabes,
La procesión que llaman de los armados sale una tiene que alimentar á tres niños, como ahora capaces de hacer pecar á un santo.' Su padre esdueñ»
de media Serranía de Ronda: cuarenta mil duros h-,
el viernes Santo por la tarde. Los armados son sucede.
El Tránsito, Santa María la Blanca, el mo- ha de dar en dote á la muchacha: peto el tirano pahasta veinte mozos de pelo en pecho, con medias
y calzón corto de seda, tonelete de holandilla ne- numento de Padilla , el hospital de afuera , Santo dre sube que l;\ vida de V. no es muy arreglada, que
gra , coraza y casco de hierro. El jefe lleva su Tomé , y el artificio de Juanelo. son cosas todas dig- pasa V. la noche jugando y perJicndo , que tiene V.
lanza al aire: si la apoya un momento en el suelo, nas de la particular atención del viajero. Hablando de un desafio cada semana... y como el buen hacendado
debe pagar, según costumbre, el refresco para dicho artificio, que c¿ una obra empezada con el in- andaluz no quiere un yerno quimerista que exponga
los otros. Figúrense nuestros lectores si el tal tento de subir el agua del Tajo hasta la grande altura á dejar viuda á su hija á un dos por tres , se la niega
jefe no irá pensando mas en su lanza, que en la del Alcázar: y como conste de infinidad de palos cru- á V. por esposa. Se vuelve V. loco , le encierran en
muerte y pasión de nuestro Señor Jesucristo. Si- zados, multitud de ruedas, goznes, caños, vasos, el Nuncio... ¿Se dirá que se ha vuelto V. loco por
guen los pasos, que son unos grupos de figuras de cubos y otras menudencias, sin contar la fábrica de amor? Nada de eso. V. se ha vuelto por la pérdida
tamaño natural. Si el escultor que las hizo era de ladrillo, y los arcos, compuso Quevedo los versos repentina de fortuna, (el dote de los 40.000 del pico);
y esta es la segunda causa del buen Mr. Parchappe.
Toledo les aconsejaríamos á sus paisanos que lo siguientes:
Le da á V. calabazas su amada... Trata V. de
nieguen á pies juntillas por el honorcillo de su
ahogar
la pesadumbre en una ponchera... Se empaís y por el del arte.
Vi el artificio espetera ,
borracha
V. un dia y otro dia... una noche y otra
pues con tantos cazos pudo
En el primer paso vá Moisés con las tablas de
noche...
hasta
que pierde Y. el juicio... ¿Se ha vuelmover el agua Juanelo
la ley: pero es un figurón tan estrafalario el dichoto
V.
loco
de
amores?...
Ni pensarlo. La locura d i como si fueran columpios.
so Moisés, que necesitada para compañero un Famana de la bebida... primera causa de Mr. Par—
Flamenco
dicen
que
fue
raón como el del teatro del Circo. Viene en
chappc...
y sorbedor de lo puro:
seguida la cena. Cada apóstol tiene su manto de
Aun nos falta una quinta causa. Esta es el amor
muy
mal
con
el
agua
estaba
diverso color, y un letrero que indica el Santo á
patrio. Mr. Parchappe nos dice que de 1.000 locos,
que en tal trabajo la puso.
que pertenece ; pero este año debió estar de pri¿81 lo están por excesos en 1» bebida.
sa el sacristán que les servia de ayuda de cáma141 por reveses de fortuna.
Nos
dirigimos
en
seguida
al
Nuncio,
•
casa
de
ra , porque el manto de Judas se le puso á San
04 p T amor,
3Iateo... Infamia atroz la de ponerle á un hombre locos.' Confesaremos ingenuamente que lo peor que
ti por patriotismo.
de bien la capa de un picaro... aunque para eso á un hombre puede sucederle no es ir á Toledo, sino
Los restantes por diversas causas.
hay en Madrid muchos picaros con capa de hombres que le lleven, y harto se sabe lo que el público enNosotros añadiremos,
de bien, y vaya lo uno por lo otro. Ya los hombres tiende por llevarle á uno á Toledo ó á Zaragoza.
1 por escribir folletos sobre la locura.
no se distinguen por el traje, pues tal vez bajo una Nosotros no somos tampoco de los que imaginan que
Ademas disminuiremos el número de los del amor
mala capa hay un buen bebedor, asi como bajo en Toledo exista el hospital mayor de locos de Esuna buena capa suele haber un mal ministro.
paña, puesto que creemos qi:e la mayor casa de patrio, pues en España mueren poces locos por patriotas, aun cuando haya muchos patriotas que hagan
Viene detrás el paso de los azotes. Este grupo Orates es España misma. Esa empleomanía general infinitas locuras.
que
se
nota
aquí
en
todos
tiempos
y
bajo
todo
sisteofrece una circunstancia tan curiosa como original,
Involuntariamente nos hemos separado de nuesy es que el año de 1824 vistieron de milicianos nacio- ma de gobierno, ¿cJmo calificarla sino con el nombre tro objeto, y ya nos vamos perdiendo en el asunto,
nales á los sayones, como para mayor escarnio de locura, y de locura remátala' A^uí desea empleo
VIAJE A TOLEDO.
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EL LABERIJNTO.
195
«omo nos perdió en el Alcázar el cabo de la montera se apaga en los aires el eco de la fúnebre campana ronco estuvo el distinguido artista, por lo que hubo
de los cantos religiosos que entona el sacerdote de suprimirse el dúo de bajo y tiple del segundo ac<le pellejo.
Pasamos á ver el interior del Nuncio, y el pri- sobre el sepulcro de los primeros mártires de la in-| to. Frecuentes y justos aplausos alcanzó el señor
mer huésped que se ofreció á nuestra curiosidad, dependencia española, se alza como por encanto un Unanue, quien cantó su parte con extremada maesfutí un poeta. Ño nos causó tanta extrañeza verle altar en cada esquina , é inundan los chiquillos las tría , y mereció ser llamado á las tablas con entuMí, como nos la causa ver á otros compañeros suyos alies, y piden para saciar su golosina , poniendo siasmo, repitiendo el aria, que le valía tan lisonjera
en el café de Sólito... Un poeta en una casa de Orates por ¡ntercesora á la Cruz de mayo. Tal vez hayan | distinción, con mas energía que la vez primera.
está en su elemento, como el pez en el agua. El recordado mis lectores que dos días después se cum- Una pieza en un acto, traducida ó arreglada del
tal había llenado las paredes de versos, disparata- plían 23 años de la muerte del prisionero de Santa francés , no merece en nuestro dictamen ser detedos, es claro, como escritos por un loco, pero no Elena, que trece años antes y en el mismo dia cre-| nidamente analizada; asi es que consagraremos muy
tari malos como ¡os que se publican en algunos yó tomar posesión en Bayona del trono de España ¡pocas líneas al Peluquero en el baile, traducción heé Indias, por renuncia de nuestros reyes. Entre es- jeha por D. Antonio María Segovia á fines de 183D
periódicos de literatura de esta Corte.
Otro se nos presentó con marcial continente y tas ocurrencias y estas memorias han recibido las ó á principios de 1840. Ignoramos si fue presenta•«on un aire de satisfacción que regocijaba. Este es aguas del bautismo en la capilla real dos hijos dej da entonces á alguna de las empresas teatrales: en
Joco de familia: su padre fue loco, y loco fue su África, y han anunciado que verían la luz del mun- tal caso grave fue su error en no admitirla, pues
abuelo; es decir que todo su abolengo ha sido de- do Id Juventud española, el Arlequín, el Clamor en la simple lectura se conoce que es pieza de éximente , pero qne dementes y todo ha ido perpe- público, y que resucitarían el Espectador y el Eco, | to seguro ; juguete cómico recomendable por su limientras exhalaba el sesudo Corresponsal su último gereza , por los chistes que lo amenizan, y por lo
tuando la raza : para esto estaban en su juicio.
suspiro
á impulsos de ignorada dolencia. Con la ex- correcto del lenguaje; divertida farsa, exornada
En el tercer cuarto habia un loco por amores.
Nosotros creemos que loco lo está ya el hombre posición del Liceo y la función ejecutada en su tea- oportunamente con el atractivo de la caricatura.
tro , y las visitas de S. M. la Reina doña Isabel II á Estuvo bien ejecutada esta pieza, especialmente, por
desde el punto y hora en que se enamora, por
varios cuarteles , bien ha tenido el mundo elegante los señores Valero y Arjona. Al terminarse fue llaconsiguiente ó llevarnos á Toledo á la mayor parte
donde lucir sus galas, y donde matar los primeros
de los que por Madrid paseamos libremente, ó quince días del mes que corre con veloz 6 inaltera- mado á las tablas el señor Segovia; ovación no m e echar á la calle al loco de Toledo. Este infeliz de- ble paso, descontándonos las horas de la vida. Posi- recida en nuestro pobre juicio, porque al traductor
mente hablaba con el mayor entusiasmo de su her- ble es que algunos de mis lectores, distraídos con de una pieza en un acto, por mucho que sea su
mosa ingrata, que tal vez en aquel momento es- tan diferentes recreos, no hayan visitado ninguno mérito, np le corresponden los mismos honores que
taría regocijándose con algún cuerdo
El que se de los tres principales coliseos de Madrid, y, sea han alcanzado García Gutiérrez con El Trovador,
•vuelve loco por amores es el único loco que no dicho en verdad, no han perdido mucho en esta Hartzenbusch con Los Amantes de Teruel, Bretón
•merece lástima. A su lado hay un infeliz, cuyo pri- quincena. De todos modos daremos breve cuenta 'le de los Herreros con El cuarto de hora, Gil y Zarate
mer rasgo de locura se anunció antojándosele cor- las funciones que se han representado, y nuestra t a - con Guzman el Sueno, Zorrilla con La segunda
parte del Zapatero y el Re<¡, Rubí con La Rueda de
larse el pelo á raíz, como lo hizo. Con el cabello rea quedará cumplida.
la. Fortuna, Valladares y Doncel con las Travesuras
•cortado, y sin mas instrumentos que una aguja, se
Bien desearíamos que Madrid se hallara en pun- de Juana. Creemos que el mismo señor Segovia conbordó un gorro griego, con loque consigue tener
to de espectáculos al nivel de otras capitales de E u - venga con nosotros en que El Peluquero en el baile
•su pelo, gorro y peluca, todo en una pieza.
merece aplausos, que deben repartirse con equidad
Otro habia encerrado, el cual estaba furioso: ropa ; mas en su situación actual nos parece hasta entre el traductor y los actores; como también en
quimérico
presumir
que
dos
compañías
de
verso
•asi que nos vio empezó á dispararnos mas desverque es excesiva la distinción de que fue objeto, y
güenzas , que las que estos últimos años le deciar y otras dos de ópera puedan sostenerse en su r e - que en lo sucesivo puede ser justa si aplica á la
cinto sin ocasionar grandes pérdidas á los empresalos periódicos de la oposición al gobierno.
escena las cualidades de escritor que ha desplegado
Otro desgraciado, que deja traslucir la brillan- ríos, á cuyo cargo se hallen. Con los fondos invertido en los periódicos para ser conocido del público con
te educación que debe haber recibido , ha trazado ahora sin cálculo, no dudamos que habría lo sufi- el pseudónimo del Estudiante.
en la pared, con un alfiler, un plan de fortificación, ciente para formar dos compañías completas qu<
satisficiesen las exigencias del mas delicado gusto
Réstanos hablar de dos novedades ofrecidas por
digno de ser estudiado por cualquier ingeniero.
de la Cruz y el Príncipe, Gemma de VerLas mujeres estaban todas encerradas: en To- podrían ser oídos alternativamente cu la capital di la empresa
1
1
ledo encierran á las mujeres locas: en Madrid las España los mas célebres cantantes; se ejecutnrim ÍJ'J J l' Copa de marfil.
Dos veces ha hecho su primera salida en Madrid
dejan ir sueltas por la calle del Carmen , por el Pra- con toda la perfección apetecible las mas difícile
do y á los teatfos: esta es la única diferencia. producciones dramáticas, sin que Maqueara en su re- el señor Lej con la Gemina, una con mas lozanía y
También habia otra por amores: á nosotros nos pa- presentación ninguno de los papeles. Faltan en Ma con voz mas entera; otra con mas estudio y mas conrece que dejándola á esta con el que por la mis- drid tres cosas para sustentar tres teatros con cua- sumado en el arte: entre esas dos épocas lian transma causa está en el departamento de hombres, tro compañías; poetas dramáticos, público y acto- currido ocho años, sí no nos engaña nuestra memoria.
res. Si antes con dos teatros se perdía una obra ori- También lia salido por primera vez al teatro la señora
pronto los veríamos á los dos curados.
ginal entre el inmenso cúmulo de traducciones qu Brizzí en esta ópera con extraordinaria timidez é imSalimos de aquella mansión en extremo contrisla antecedían y subseguían , juzgúese lo que acontados, y el recuerdo de aquellos seres no se apartó tecerá en el dia cuando han de surtirse tres con lo ponderable encogimiento; razón por lo que no puede
en todo el dia de nuestra memoria. Un hombre pri- que á dos no les bastaba. Ocurre por lo general que ser juzgada con tino: si de ella habláramos por lo que
vado de la luz de la razón , puede decirse que no en noche de función en la Cruz, el Príncipe y el hasta ahora hemos visto seria nuestro juicio desfavorapertenece ya á la especie humana! Sin embargo, Circo es tan escaso el número de espectadores en ble; mas como se nos ha dicho que un empresario la
cuántos mas dementes que aquellos son en el mun- cada uno de ellos, que juntos todos apenas pobla- ofrecería una ventajosa escritura si la oyera cantaral
do considerados
Cuántos llevan sus pechos lle- rían los dos tercios de localidades en el teatro me- piano el aria del último acto de la Somnámbula, aguarnos de cruces y placas careciendo aun mas de r a - nos espacioso. Actores hay en la compañía del Cir- damos á que aplique todas sus dotes artísticas á la
zón que los del Nuncio de Toledo... Y por qué? Por- co que no tienen quien les sustituya en la de la orquesta para hablar con conocimiento de causa. La
que las locuras que tienen un éxito afortunado , las Cruz y el Príncipe; y por otra parte en aquella so- señora Campos estuvo bastante bien en el papel de
premia la sociedad, y las que no, las castiga. Ra- lo hay elementos para poner en escena funciones de Gemma, y esperamos que no perdone esfuerzo para
destruir poco á poco la preocupación que suele dozón tiene el que ha escrito que el mismo Napoleón, una clase. De estas leves indicaciones resulta que
minar al público al ver de prima donna á la que haconsiderado hoy dia como un semi-Dios, y á quien entre nosotros con multiplicarse los coliseos, no se
ce pocos años conoció de corista. Santarelli suple su
por do quier se le erigen estatuas—si hubiera vis- multiplican las novedades, pues no crece el catálo- escasa voz con su buen método de canto. Sínico arranto fallidas sus primeras tentativas, habría muerto en go de poetas, ni el de actores qu¿ interpreten sus có numerosos aplausos, especialmente en el dúo del
una casa de locos, y no al pié de la roca de San- obras, ni el del público que las escucha. Por lau- último acto. En suma, Gemma de Vergy en sus tres
ta Elena.
dables que sean los esfuerzos de las empresas y de representaciones ha obtenido un éxito nada mas que
JOAN DEL PERAL.
las compañías, será su vida artificial y ficticia, mien- mediano.
tras no se constituyan de otro modo.
A la época de la dominación de Húngaros y LomA estos inconvenientes que se oponen á la pros- bardos en Italia se refiere el espectáculo trágico del seperidad de los teatros, se agrega en el del Circo la ñor Zorrilla, titulado ¡a Copa de Marfil, y representascasez de su repertorio, pues tiene que limitarse á do en el teatro del Príncipe. Abusando el poeta de
poner en escena traducciones ya muy conocidas, y as maravillosas facullades de su imaginación y de la
Aparece mayo con sus rosadas auroras ó sus ame- que no llaman la atención aun cuando se ejecuten facilidad de escribir versos en todas las situaciones
uas lluvias, matizado de flores , rico de aromas , y con mucho esmero. Poco mas nos queda que decir de la vida, parece haberse complacido en trazar un
saluda á S. M. el rey de los franceses Luis Felipe I: por hoy de este teatro.—Hizo con buen éxito su sombrío cuadro, en que no hay contrastes, bajóla
este recibe á las primeras dignidades de su reino, re- primera salida la señora Valero en las piezas titula- influencia de una afanosa pesadilla; todo es en el horcalca con significativo tono su contestación á las in- das Quiero ser cómico y la Novia impaciente; y le cu- rible y repugnante: nada se encuentra que solace el
sinuaciones de todo un arzobispo de la capital de po mala fortuna á una traducción del señor Doncel espíritu ni brinde recreo á los sentidos. Alboino es
Francia , y dá un magnífico concierto en las Tulle- ;on el título de El .Marido de la bailarina.—Ha vuel- un rey de instintos feroces, codicioso desangre, cruel
rías, mientras se abre la exposición de los produc- o á ponerse en escena El fíelisario, cabalmente al por naturaleza; rey que liba el vino de los festines en
tos de las artes y la industria. Acude el pueblo de cumplirse un año menos un dia de haber obtenido en 1 cráneo del padre de su esposa: Rosmunda es una
Madrid al Campo de la Lealtad, consagrando una ;sta ópera y en el mismo teatro un señalado triun- hiena animada con los atractivos de mujer y vestida
me«nor¡» á las ilustres victimas de 1808; y apenas
el señor Salvatori, para quien fue escrita. Algo con la púrpura de los reyes, se anuncia amando con
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EL LABERINTO.
196
frenesí auno de los capitanes de su esposo; tnn feroz | rido en la última quincena. Visitó la reina doña en que cescriben; y en este número debe contarse muestra en sus amores como en sus venganzas: Ro- jlsabel II en la tarde del dia 14 el antiguo cuartel de se el
MANUAL DE MAD1UD,
dimiro es un capitán de Lombardos audaz en los la Milicia nacional, hoy ocupado por el batallón mocombates, indeciso , imprevisor y cnsi necio en la délo: desgraciadamente por la noche se prendió fue- nuevamente escrito por D. RAMÓN DE MESONERO R O MANOS.
mansion regia, sin que se adviertan en sus acciones la j go en su recinto, y consumieron las llamas todos
Este distinguido escritor, tan dignamente apreciaintrepidez v la vehemencia de un amante : Brenildaljlos adornos con que se habían engalanado los clauses una joven desdichada por su gusto,pues da lugar áj'tros y escalera: fueron víctimas algunos soldados de do del público por los bellísimos cuadros de costumbres que ha trazado con su profunda observación y su
todaslas catástrofes solo por no revelará su enamora-! este fatal suceso,
do Rodimiro que Alboino es supadie, como se lo inLluviosa estuvo la víspera y aun la mañana de lenguaje castizo , publicó ya en 1833 otro Manual de
Madrid, en el que daba á conocer la capital de Espadica al público bien á las claras desde la primera es- San Isidro; mas súbito aclaró el tiempo, y por la ña , bajo su aspecto histórico-lopográftco, estadístico,
cena. Y de esta última observación se deduce que el tarde poblaba numeroso gentío todos los caminos! administrativo y monumental En la edición que ahointerés de la tragedia ha de estar mal sostenido, con- que conducen á la ermita del Santo , prolongando-^ ra publica ha hecho un trabajo enteramente nuevo ; y
tando con tan débil apoyo. En la Copa de Marfil se la romería mas que de costumbre por ser tam- no podia menos de suce'der asi si habia de ser complerealmente no hay protagonista, por serlo alternativa- bién festivo el siguiente dia , notable ademas por una to , porque Madrid ha cambiado mucho desde aquella
mente Alboino, Rosmunda y Rodimiro, cual si por- fiesta campestre aristocrática. Invitada por la exce- época.
Empezando, pues, su tarea , por una rápida resefiaran entre sí por llevarse cada cual la primacía. Mas lentísima señora condesa de Montijo asistió á su]
todos estos lunares de que adolece la última produc- hermosa quinta de Caravanchel la flor y nata de la ña histórica en Madrid desde los tiempos mas remotos basta e) año presente, enriquecida con noticias
ción del señor Zorrilla, los atenúan en gran manera nobleza española. A las dos de la tarde se dispuso un biográficas y cu¡iosas de los madrileños célebres y dp
gracioso
baile
en
el
ameno
bosquecillo
del
jardín,
que
la robustez y lozanía de la versificación, lo correcto
los fueros y blasonc-t, armas y privilegios de la villaj
del estilo y la entonación elevada que se admira en defiende de los rayos del sol su espesa enramada. sigue luego el cuadro físico de. su situación topográalgunos pasajes de la obra. Brillaron en las cuatro Sirvióse después en el salón bajo un espléndido al- fica, extensión, clima, división interior, población y
representaciones de IM Copa de Marfil la señora La- muerzo de fiambres , y á la caida de la tarde termi- caserío, contribuciones y consumos, estadística mermadrid y el señor t atorre: se oyó la tragedia en si- nó tan grato recreo. Entre las personas notables de cantil y de oficios, policía y ornato, aspecto de la calencio y en nuestro dictamen no fue este poco triun- tan escogida reunión se hallaban los señores duques pital y mejoras de que es susceptible, carácter de sus
fo. En las tres últimas noches era escasísima la con- de Osuna, de Medinaceli y de Alba, y el señor conde habitantes, y bosquejo de un dia en Madrid.
Acompaña al fin un Apéndice instructivo de t o de Bresson , embajador de Francia , con su esposa
currencia. La Copa de Marfil no ha gustado.
los
aquellos pormenores que forman el halago y
No nos incumbe hablar en nuestro periódico de
Creemos oportuno anunciar algunas de las prola comodidad de la vida, y que tan difíciles son
ducciones que se preparan en los teatros del Circo, la variación de gabinete, ni aun lo haríamos aun de aprender en un pueblo nuevo, como son las
de la Cruz y el Príncipe. En el Circo Consultarlo cuando nos incumbiese , porque asi nos comprome- indicaciones sobre habitación, alimento, vestido y
con la almohada, ó el Sueño : baile. La favorita, teríamos á escribir un párrafo igual en casi todas servicio, comunicaciones y transportes, audiencias,
curiosidades y espectáculos, terminando con una r á ópera, se estrenará en breve si el señor Confortini las quincenas.
pida ojeada de los usos y costumbres del pueblo de
^
A. F . DEL Río.
es bien recibido en su segunda salida: Las Treguas
Madrid, y una lista alfabética de las calles y plazas
de Ptolemaida , ópera del maestro don Hilarión Escon notas etimológicas de sus nombres.
laba.—Obras dramáticas: Cuidado con las amigas,
Ocúpase taiübicu su autor de indicar algunas medel señor Bretón de los Herreros: La tienda del ftey\
joras
que considera útiles y necesarias ; nosotros juzdon Sancho , del señor Olona : Una Reina no consgamos muy acertadas la mayor parte de ellas , y felipira , del señor Díaz: don Juan de Luna, del secitamos sinceramente al señor Mesonero por el feliz
ñor Amador de los Rios; Al César lo que es del Cétérmino de una obra que tanto trabajo le habrá costasar , del señor Rubí. En la Cruz y el Príncipe: Zamlo escribir, por los infinitos datos que contiene, y por
el orden y la claridad con que oslan presentados.
pa, ópora.—Producciones dramáticas: La princesa
El plano topográfico de Madrid, las lá.nin.is, el padehs Ursinos, del señor Asquerino : Munio Alfonso,
pel y la impresión corresponden a! mérito de la obra.
tragedia de la señorita doña Gertrudis Gómez AveNo nos detenemos á probar la utilidad de este lillaneda : A lo hecho pecho, comedia en un acto de
bro
, porque nos parece excusado; sin embargo, y
don Manuel Bretón de los Herreros.
asusta decirlo, la primera edición ha tardado en venEntre las obrus que han visto la luz pública en
derse once años! Algunos croen que ij Manual de MaMadrid durante, la última quincena , merecen partidrid, indispensable á todo el qui; viva en la capital del
cular mención el Nuevo manual de, Madrid, del sereino, has'a á su minino autor, r:s útil tan solo para los
ñor don Ramón Mesonero R o m a n o s , tan útil para
forasteros, y ese es un error'. No hay quien no necesite -ver alguna de sus páginas diariamente.
loí) naturales como indispensable para los forasteros,
Véndese cu l.is librerías do Cuesta , de llios y de
y la Vida del Lazarillo del Tormén, de la cunl se ha
repartido ya la primera entrega, adornada con preJordán , en la Europea y en la de Monicr, á 2V rs.
ciosos grabados. Nos parecen notables entre las obras
próximas á publicarse la Historia de Felipe II, escriLA VIDA DE L\ZAH1LLO DE TOilMES,
ta por el general don Evaristo San Miguel , y la c o lección de las comedias de Alarcon , dirigiendo tan
CON GUA1IADOS POU AÜTIS'I'AS ESPAÑOLES.
De esta interesante publicación de que hablamoslaudable empresa el señor Hartzenbusch , quien tan
ya en otro lugar, se lia repartido la entrega primera,.
felizmente dio cima á la publicación de las comedias
escogidas de Tirso de Molina. La edición de las de
./
Alarcon será en 4. ° á dos columnas , repartiéndose
una comedia cada semna por el módico precio de
dos reales. De las obras que han visto la luz pública
en el extranjero debe ser citada en primer lugar la
vida del reformador de la orden de la Trapa, debida
á la célebre pluma que derramó las sublimes dotes
de su geni» en las páginas de oro del Genio del
cristianismoy de los Mártires.
Han regresado á Madrid de su viaje á Franc'a
los artistas don Francisco Salas y don Basilio Basili:
por falta de prima donna no les ha sido posible cantar la ópera los Contrabandistas , que habia puesto
(EsUhia en voso de Vclan|uci. por c 1 Sr. Piíjurr, presentada en io
en conmoción al mundo elegante, y que sin duda
se ejecutará en París en este mismo año. Nuestros cxposieiou del Licoo.j
artistas han tenido en los salones de París una brillante acogida, y las señoras condesa de Merlin y
viuda de Aguado, se prestaron noblemente á vencer
lujosamente eslampada, y los grabados son de los metodos los obstáculos que se opusieran al objeto del
jores que huí salido d>.l establecimiento del profesor
viaje de los señores Salas y Ojcda. Este último ha
I). Vicente Cnslclló.
quedado en París, y piensa continuar su viaje artísS'» suscribe c-n Madrid en las lil rerías de Bnm.
tico por Londres, Amsterdam y Viena.
Castillo, Sánchez y Monier; y en las provincias en lasA pesar del movimiento tipográfico qu3 se advierte administraciones de correos.
Se halla en Madrid don Pedro Soler , primer
oboe del teatro de los italianos: según nos infor- cada dia , son pocas las obras que puedan estar boj»
DIRECTOR, D. Antonio Flores.
análisis de l;i etílica; unas que por demasiado ligeman es una maravilla en el arte, y tendremos el el
ras no^Tiereceu ese trabajo , y otras que no habiendo
gusto de oirle en el teatro del Circo.
IMPRESO EN LAS PRENSAS MECÁNICAS
terminado su publicación se h dan cu el mismo caso
Fuerza es ya terminar este artículo , en que he- que las primeras, lljy sin embargo algunas da reco- DE D. IGNACIO BOIX, EDITOR PROPIETARIO.
Ca\U i t C-vcrelas., wim. 8 .
mos procurado reunir lo mas notable que ha ocur- nocida utilidad, y que prestan un gran servicio al pais(
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