mahora: un recorrido por su historia.

Jacinto González Gómez
Catedrático de Geografía e Historia en el IES
Bachiller Sabuco
INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES
MAHORA: UN PASEO POR SU HISTORIA
UNA HISTORIA OLVIDADA
‫ماعورة‬
MAHORA
MAHORA: UN PASEO POR SU HISTORIA
-TOPONIMIA Y ESCUDO
-PREHISTORIA E HISTORIA
ANTIGUA
-MAHORA EN LA EDAD MEDIA
-EN EL MARQUESADO DE VILLENA
-MAHOREÑOS EN LA EMPRESA DE
INDIAS
-SIGLO XVI Y XVII: IGLESIA Y
CONVENTO.
-IMPUESTOS Y PRIVILEGIOS
-MAHORA EN EL SIGLO XIX: LAS
GUERRAS CARLISTAS
-MAHOREÑOS EN LA GUERRA DE
CUBA
-NOTICIAS CONTEMPORÁNEAS
-LAS BRIGADAS INTERNACIONALES
-LOS ÚLTIMOS AÑOS
TOPONIMIA
El topónimo Mahora desciende del
árabe Nāʻūra “noria” tras la
sustitución de la N por M, cambio
fonético inusual que encontramos
esporádicamente en los arabismos,
incluso en posición inicial de sílaba.
Robert POCKLINGTON
TOPONIMIA IBÉRICA, LATINA Y ÁRABE DE
LA PROVINCIA DE ALBACETE
AL-BASIT, Número 55, Páginas 111-167 Albacete 2010
TOPONIMIA
Asín Palacios, en cambio, quiso partir de la
raíz árabe «mājūra “taberna”», forma que
no aparece en los diccionarios, pues sólo
encontramos mājūr (sin la -a final), palabra
moderna que quiere decir “cabaret,
prostíbulo, burdel” (Corriente), o “tienda de
vinos, antro, orgía” (Kazimirski). No se trata
de una raíz adecuada para crear un
topónimo rural, ni es probable que
existiera en el hispano-árabe.
TOPONIMIA
Del mismo origen, pero ya con N-, son
las antiguas formas nahora, naora,
alnagora y nabora, antecedentes de las
voces actuales noria y ñora, los cuales
demuestran como el resto de este
préstamo léxico coincide exactamente
con la estructura fónica del topónimo
Mahora.
‫‪NA'URA‬‬
‫‪MAJURA/MAJUR‬‬
‫ناعورة‬
‫ماخورة‪/‬ماخور‬
PREHISTORIA E
HISTORIA ANTIGUA
Los datos más antiguos los aportan los fragmentos de las itálicas cerámicas
campanienses hallados en el Corral de Piqueras (Golosalvo) con un fragmento de
borde de la forma 22, y en Casa de Villarallo de Mahora un fragmento de borde de
la forma 21 (LAMBOGLlA 1954). Los platos argénteos de Abenglbre, como ya se
señaló en el catálogo de la exposición "Los Iberos" (1983), han de atribuirse más
bien a una imitación de los platos de pescado de la cerámica campana -cuyas
decoraciones de palmetas imitan- que a producciones del siglo V o IV a JC. como
en un principio se pensó (MARTINEZ SANTA·OLALLA 1934, p. 163).
A partir pues de ese siglo I a JC.
hemos de suponer el comienzo de la
consolidación del poderío romano
en esta zona de la provincia,
iniciándose la romanización de
muchos de los yacimientos ibéricos
existentes en ella. Así, entre los
yacimientos que han proporcionado
materiales
Ibero-romanos
se
encuentran en Mahora los que
vemos en los mapas que siguen:
Sanz Gamo, R. (2009); "Un recorrido por los antiguos caminos de la Mancha albacetense (entre íberos y romanos)", en Alaxarch.
Revista de estudios de la Manchuela (documento en linea).
En Mahora se encontraron en superficie
materiales ibéricos y romanos en La
Cabezas; Casa de la Matosa, con un
mediano bronce de Galieno (COHEN, V,
p. 407, n. o 66A); Casa de Villaralfo; y
Mahora. Aquí, en el núcleo urbano y en la
calle de San Roque, los hermanos Terol
hallaron en 1945 (SANCHEZ JIMENEZ
1947) una sepultura de incineración con
objetos de vidrio romanos estudiados en
otra comunicación en este Congreso. La
urna de Incineración es Ibérica, con
borde exvasado formado por un grueso
baquetón,
asas
cuatripartitas
y
decoración rojo vinoso muy perdida de
bandas, líneas y arcos secantes.
La cubría como tapadera un plato de
terra sigillata subgálica forma DRAG 32
(SANZ GAMO 1982, p. 114) con marca
CRVCVR y fechada en el siglo I-II d JC., al
que corresponden el resto de los
materiales hallados
CONCLUSIÓN
Los yacimientos conocidos con
materiales ibéricos tienen dos
áreas
bien
definidas
de
localización: en torno a las actuales
poblaciones de Madrigueras y
Mahora, donde se ha observado la
existencia de una importante zona
nuclear en torno al paraje
denominado El Cabezo de los Silos
con asentamientos en pequeñas
elevaciones a su alrededor. La
segunda área se centraliza en torno
a Fuentealbilla y la posible
explotación del manantial de agua
salada hoy en el núcleo urbano.
Existen finalmente yacimientos
dispersos.
Los asentamientos romanos localizados
se sitúan en llanura frente al castellum
que
formarían
algunos
núcleos
ibéricos. No existen indicios de
fortificaciones,
y
sí importantes
elementos de interacción como son los
indicios de una red viaria señalada en
algunos de los textos citados al
principio de este estudio, y con el río
Júcar como gran vía de penetración
cultural. Observando la figura 1, se
aprecia la densidad de yacimientos
existentes junto al cauce del río, los
localizados junto al Cabriel, y
finalmente dos zonas de hallazgos
próximas a los cauces intermitentes del
Valdemenbra y Abengibre,
MAHORA SE HA EDIFICADO
SOBRE UN CEMENTERIO
ROMANO
UNA NECRÓPOLIS ROMANA
DEL SIGLO I DESPUÉS DE
CRISTO
La necrópolis romana de
Mahora nos es conocida
gracias a un hallazgo
fortuito en la C/ San Roque
de esta ciudad hacia los
años cuarenta. Los
materiales recogidos
fueron depositados en el
Museo de Albacete sin que,
hasta hoy, se hubiera
realizado ningún estudio
de conjunto sobre ellas. Los
datos del hallazgo
proceden de los informes
redactados por Sánchez
Jiménez en aquel
momento.
Circunstancias del hallazgo
Las primeras noticias datan del día 26 de noviembre de 1945 en que, por medio
de dos escritos, el Comisario Provincial de Excavaciones de Albacete comunica al
Comisario General de Madrid y al Gobernador Civil de la Provincia el hallazgo,
en Mahora, en una propiedad de los Sres. de Terol, de ciertas piezas que podrían
tener interés arqueológico.
El 13 de diciembre el Comisario Provincial informa de nuevo de su visita,
efectuada el 9 de diciembre, al lugar del hallazgo detallando en qué había
consistido éste. Se trataba de dos sepulturas: la 1ª de ellas contenía una urna
cineraria ibérica, un plato de térra sigillata, un vaso de vidrio y un ungüentario. La
2ª Contenía fragmentos de un vaso de barro y dos ungüentarios, uno de ellos muy
fraccionado.
Se estimó que el yacimiento «que reputamos como ibero-romano» era de
dificilísima explotación dado su emplazamiento sobre el que se levantan hoy
diversas construcciones urbanas. También informa haber pedido a los Sres. de
Terol la donación de las piezas al Museo.
El 20 de septiembre del siguiente año se redactan nuevos informes sobre otros
hallazgos de objetos arqueológicos en el mismo lugar. En esta ocasión se trataba
de 2 urnas de vidrio; dos ungüentarios y trozos de una vasija de barro de otras dos
sepulturas de incineración.
MAHORA SE LEVANTA SOBRE UN CEMENTERIO ROMANO
Este mismo día los Sres. Terol hicieron entrega de todos los
objetos descubiertos en su propiedad, como donación al Museo
de Albacete.
Además de los mencionados hallazgos, se tiene noticia de que,
dos años antes de estos sucesos, se halló otra sepultura de la
que se extrajeron «cascos» de un vaso de barro y otros dos
ungüentarios. Además se supo que hacia 1912-15 habían
aparecido en las cercanías restos de otras vasijas, que no se
conservan y que, hacia 1925 se hallaron, a 30 ó 40 m. de la
bodega, dos grandes ánforas cuyo paradero se ignoraba.
Como podemos ver, la necrópolis de Mahora se encuentra hoy
bajo construcciones urbanas y, aunque algunas de las
sepulturas han sido destruidas, creemos que la mayor parte
de ella se encuentra aún intacta bajo estas construcciones .
A pesar de ello podemos obtener cierta información de los
materiales depositados en el Museo y de los informes citados.
Los materiales proceden, por tanto, de varias
sepulturas, todas ellas de incineración, que agrupamos
de la siguiente manera:
Sepultura n.° 1:
— urna cineraria pintada
— plato de térra sigillata
— vaso de vidrio
— ungüentarlo de vidrio
Sepultura n.° 2:
— fragmentos de vaso de barro (no se conservan)
— 2 ungüentarios (uno de ellos muy fraccionado que
no se
conserva)
Sepultura n.° 3:
— 1 urna de vidrio
— 1 ungüentarlo de vidrio
Sepultura n.° 4:
— 1 urna de vidrio
— 1 ungüentario
— fragmentos de una vasija de barro (paradero
desconocido)
— 2 ungüentarios (paradero desconocido)
COMUNICACIONES: LA VÍA HERAKLEA
A nivel de comunicaciones habría que considerar la vía
Heraklea, aunque algo alejada de la población de
Mahora. Para enlazar con ella parece ser que existía una
vía desde Segóbriga a Valeria e Iniesta que penetraba en
la provincia de Albacete por Cenizate, cerca del
yacimiento de Los Villares. Después continuaría en línea
recta hacia Valdeganga cruzando el Júcar por Puente
Torres y, desde allí, iría a Chinchilla (Saltigi) para
enlazar con la vía Heraklea). Esta vía pasaría a unos
pocos metros al E. de Mahora. Los yacimientos de esta
zona tendrían, por tanto, una comunicación directa con
la provincia de Alicante y, desde allí, con la zona
ampuritana a través de la vía Heraklea. En dirección
contraria se podría comunicar, por esta misma vía, con
la zona andaluza.
Conocemos, a través de las gentes del lugar, la
existencia de un camino que llaman «carril cruzado»,
hoy en día en desuso, que viene de la provincia de
Cuenca por Villamalea, entrando en Albacete por
Cenizate, Navas de Jorquera y Mahora para, desde aquí,
cruzar el río por Valdeganga en Puente Torres. Este
carril no atraviesa ninguna de las poblaciones actuales y
cercanos a él se encuentran una serie de yacimientos de
los que, sin duda, en época romana constituiría la vía de
comunicación con la vía Heraklea, ya que su trazado
coincide con el de la citada vía. Es el caso de los
yacimientos de Cerro de las Cabezas, Villares de la
Matosa y Corral de Villaralto.
VIA ROMANA DE CHINCHILLA (SALTIGI) A ZARAGOZA
(CAESAR-AUGUSTA) (Francisco Coello 1893. Itinerario de Antonino)
Ceán Bermúdez, en su conocido Sumario de las antigüedades romanas, señala la
existencia de puente de aquella época en Torres, cerca de Valdeganga, el del
Júcar, precisamente al N. de Chinchilla, y aunque, Cornide, en sus Apuntes
sobre el Itinerario, no cree romano dicho puente, tampoco expresa las razones
en que se funda. En cambio, Lozano, en su Bastitania y Contestania, señala
vestigios de camino romano que, desde Alpera, se dirige, por Carcelén y
Pozo-Lorente, al citado puente de Torres. El camino que describo debía ir, casi
rectamente, desde el pie occidental de los altos de Chinchilla al puente
mencionado, pasando al lado de El Algibe, que acaso recuerde alguno de los
que existíais en las calzadas antiguas de varias comarcas, cerca de Los
Tinajeros, que se cita, desde época remota, como punto de paso frecuente, y
no lejos de Valdeganga; en la ermita de San Bartolomé de esta villa se hallan
lápidas romanas, según la conocida, obra de Hübner, Corpus Inscriptionum
Latinarum. Cruzado el Júcar, seguiría, también casi rectamente, hasta Iniesta,
pasando entre Mahora y Golosalvo y entre Navas de Jorquera y Cenizate,
para llegar á Ledaña ó sus inmediaciones, ya en la provincia de Cuenca,
donde se completan las 32 millas desde SÁLTICI
MAHORA
EN LA EDAD MEDIA
- Tierra de nadie, terreno de en medio.
- Zona despoblada
- Ocupación con pequeñas aldeas o alquerías
musulmanas
- Hasta que no se consolida la dominación
cristiana las zonas de la llanura no prosperan.
- A partir del siglo XV se inicia un lento
crecimiento de las aldeas ligadas al territorio de
“los Manuel” (empieza el señorío con el hijo de
Fernando III y hermano de Alfonso X) al que
seguirá el también Infante, D. Juan Manuel.
- Esta zona entrará de lleno en las disputas entre
nobleza y monarquía de los siglos XIV y XV. Juan
de Pacheco, Marqués de Villena jugará un
importante papel de respaldo a Juana “La
Beltraneja” frente a Isabel la Católica.
En el año 711, una minoría musulmana, integrada por
bereberes norteafricanos, llegó a la Península. Los musulmanes
organizaron administrativamente el territorio, primero con el
Emirato y después en el Califato. Durante la época califal
Mahora debió pertenecer a la circunscripción provincial de
Kunka. Con la disgregación del Califato de Córdoba y la
formación de los primeros reinos de Taifas, Mahora pasaría a
formar parte del Reino de Toledo, este reino controlaba un
territorio que corresponde prácticamente a la zona que hoy
forma Castilla La Mancha y sobre la que en aquellos tiempos
se configuraba la diócesis eclesiástica toledana.
CONQUISTA Y REPOBLACIÓN:
Entre 1211 y 1242 se logró la reconquista de casi toso el
territorio de la actual provincia de Albacete. La
Reconquista cristiana de esta zona de la provincia de
Albacete empezaría en 1211-1212, en una campaña
emprendida por Alfonso VIII. Las primitivas acciones
bélicas de Alfonso VIII fueron secundadas por las
mesnadas concejiles de un poderoso municipio medieval,
Alarcón, que se apoderó antes de 1217 de la totalidad de
las comarcas de La Roda y Casas Ibáñez. Los más seguro es
que todos estos territorios conquistados, con sus
respectivos castillos pasaran a la dependencia territorial
de Alarcón, el municipio castellano más fuerte de la
comarca y que había intervenido muy directamente en
la conquista, ya que allí partieron las huestes de
Alfonso VIII.
Lo más posible es que la repoblación de todo este territorio lo
efectuaran gentes procedentes de Alarcón, después de la batalla de la
Navas de Tolosa (16 de Julio de 1212), cuando se había pacificado esta
región y habían aminorado las actividades defensivas de los
musulmanes. El Fuero de Cuenca y más tarde el de Alarcón serían
las piezas fundamentales para el redoblamiento cristiano de esta
comarca, que estaría en su mayor parte despoblada, excepto los
castillos de la ribera de Júcar (Alacalá del Júcar, Jorquera…).
En 1243, Alonso X recorta la expansión del alfoz de Alarcón,
donando Jorquera, Alcalá y todos los territorios de la ribera del
Júcar a D. Pedro Núñez de Guzmán. En 1250 se crea el Obispado de
Cartagena, al que Alfonso X concedió dichos territorios, que
anteriormente pertenecían a la diócesis de Cuenca. El monarca quería
delimitar administrativamente el Reino de Murcia, partiendo de los
límites eclesiásticos, e intentando hacerlo mucho más grande que los
territorios reales de la auténtica conquista de 1243.
ESTADO DE JORQUERA Y
MARQUESADO DE VILLENA
Así en los años inmediatos a la Reconquista, Mahora, aldea de Jorquera,
estaba comprendida dentro del Reino de Murcia. Mahora fue una pequeña
población más que, al ser reconquistada, pasó al poderío del Marquesado
de Villena. El más favorecido en el reparto de tierras fue el infante Don
Manuel, hijo de Fernando III el Santo y hermano de Alfonso X. Entre otros
títulos y mercedes recibió el de adelantado del reino de Murcia y el Señorío
de Villena, que abarcaba un territorio que se fue ampliando con gran parte
de las actuales provincias de Alicante, Albacete, Cuenca y Murcia.
Estas tierras de D. Manuel, más tarde Señorío de Villena, después
Marquesado de Villena, tenían una personalidad propia. El señorío gozó de
verdadera independencia política, convirtiéndose de hecho en casi un
Estado independiente dentro de Castilla, ejerciendo una autoridad casi
soberana.
Este territorio creó unas instituciones propias para su gobierno:
Las Ordenanzas (de 1380)
La Hermandad General de todas las poblaciones del Marquesado de (de
1386).
Las Juntas, que actuaban como una especie de Diputación provincial de
los tiempos actuales.
Heredero del infante D. Manuel fue su hijo, D. Juan Manuel, que
consiguió los títulos de príncipe y duque de Villena, otorgados por
Alfonso IV y Pedro IV de Aragón. Fue un gran escritor y buen
aficionado cinegético ( en su “libro de la caza” cita con detenimiento
distintos lugares de la provincia de Albacete que entonces
pertenecían a su señorío-Estado de Jorquera, riberas del Júcar...).
Los territorios de estas comarcas, como pertenecientes al señorío de
Villena, pasaron por todas las vicisitudes medievales de éste, a través
de los diferentes titulares del señorío: los descendientes de D. Manuel
hasta Dña. Juana Manuel, esposa de enrique II de Castilla, por lo que el
señorío pasó a ser tierra de realengo.
Durante el siglo XIV y primera mitad de XV, las tierras de esta
comarcas eran tierras del señorío o Marquesado de Villena. El 12 de
septiembre de 1445, Juan II concedía el título de “ marqués de
villena” a D. Juan Pacheco, el cual al ser nombrado “ maestre de
Santiago” cedería el Marquesado a su hijo, D. Diego López de Pacheco.
En la guerra de sucesión a la corona, al tomar el marqués el partido de
la Beltraneja, en contra de los Reyes Católicos se enemistaron. El 28 de
febrero de 1480 se firmaron las capitulaciones definitivas entre el
Marqués y los Reyes Católicos ( las tierras de Mahora siguieron siendo
del Marqués). Heredero del infante D. Manuel fue su hijo,
Todos los territorios del antiguo Marquesado de Villena que
pasaban a realengo se convirtieron en un vasto corregimiento
que se llamó “ Gobierno del Marquesado de Villena”, con la
capital en Chinchilla. Desde entonces este territorio formó
verdaderamente una provincia de la España moderna y siguió
celebrando sus juntas periódicas.
A todo lo largo de la Edad Moderna, Mahora seguiría siendo
un territorio de señorío, propiedad del Marqués de Villena.
En 1513 los marqueses de Villena hacen una concordia con el
concejo y vecinos del estado de Jorquera por la que los señores
eximían a los vecinos del pago de las alcabalas a cambio de la
propiedad de varias dehesas. En 1536, PAULO III expedía dos
bulas aprobando la concordia celebrada entre el Obispo de
Cartagena y el Marqués de Villena acordando que éste y sus
sucesores
cobrarían
perpetuamente
a
cambio
de
comprometerse a reparar las iglesias del territorio.
Durante el periodo moderno Jorquera constituía un señorío
jurisdiccional perteneciente al Marquesado de Villena, conocido
como Estado de Jorquera.
Según las Relaciones Topográficas de Felipe II, Jorquera y su estado
pertenecía al Obispado de Cartagena pero no al Reino de Murcia;
territorialmente formaba parte de la provincia de Cuenca dentro del
Reino de Castilla, judicialmente era cabeza de corregimiento dentro
la Chancillería de Granada y en cuanto a la demarcación
eclesiástica, Jorquera representaba la cabeza del Arciprestado
perteneciente al Obispado ya mencionado, cuyo centro se hallaba en
la Catedral de Murcia.
Según las Relaciones Geográfico-Históricas de Tomás López de finales
del siglo XVIII. Este señorío estaba constituido por los siguientes
pueblos: Abengibre, Alborea, Casas de Ibáñez, Casas de Motillexa,
Fuente Albilla, Golosalbo, Jorquera, Las Navas, Mahora, Pozo
Lorente, Villamalea, Valdeganga, Zenizate; y las caserías:
Bohormate, Casas de Juan Núñez, Casa Valiente, Serradiel, Campo
Albillo.
MAHOREÑOS EN LA
EMPRESA DE INDIAS
Hay dos mahoreños destacados en la empresa de Indias, ambos del
siglo XVIII, destacados por Joaquín Molina Cantos (Albaceteños en la
Empresa de Indias. Diputación de Albacete 1992).
Pedro Cuesta (1718-1751) , jesuita natural de Mahora. Ingresó en el
colegio toledano de la Compañía a la edad de 18 años. Realizó sus
primeros votos en abril de 1738 y, en orden a la santa obediencia, llegó a
las misiones de la provincia de Paraguay en noviembre de 1747,
pasando a Santiago de Chile en abril de 1748. Falleció a los 33 años de
edad en Arauco (Chile) en vísperas de la festividad de Santa Teresa de
Jesús del año 1751.
Fray Bartolomé Picazo (1735-1787), franciscano natural de Mahora,
tomó el hábito en Santa Ana del Monte (Custodia de San Pascual,
Murcia) en 1755; se iknscribió en las misiones de la provincia de San
Gregorio, presidiendo la expedición el padre Selles (1759). Era corista al
unirse a esta expedición y una vez en el archipiélago filipino se le
destinó a la provincia de Camarines, en la misión de Salog (Monte
Isaroc), y en los pueblos de Canamán, Bula, Manguirín, Minalabag y
Quipayo. Fue elegido definidor y presidente del convento de San
Francisco del Monte. Murió en la enfermería de Naga a los 33 años.
-SIGLO XVI Y XVII:
IGLESIA Y
CONVENTO.
El templo de la Asunción de Mahora
El templo de la Asunción de
Mahora quizá se levantó
bajo el patronazgo del
Marqués de Villena, cuyas
armas aparecen en las
bóvedas del cuerpo del
templo. No disponemos de
ningún dato sobre la
construcción
de
este
edificio, pero es muy
posible que los canteros
que
aquí
trabajaron
estuvieran cercanos a los
que hacían lo propio en
Jorquera.
No hay documentación, de
momento, sobre los artífices
que pudieron trabajar en este
templo durante el siglo XVI,
pero los canteros, como es
habitual, debieron ser vascos y
cercanos a la obra de San Juan
Bautista de Albacete, al menos
en los primeros tramos del
templo. Los dos hacia los pies
ofrecen otros detalles de mayor
elegancia renacentista
apreciable en la magnífica
bóveda del sotocoro, casi plana,
y en los accesos al coro
plenamente renacientes.
La fábrica de este templo tiene dos partes
perfectamente diferenciadas. De un lado, la
cabecera, más baja y de distinta ejecución;
de otro, el cuerpo del templo. El primero
lo constituye un espacio cuadrado con
bóveda estrellada más una cabecera
ochavada de tres paños, todo con
contrafuertes
exteriores
con
bolas
decorativas en la cornisa. La nave ofrece
una mayor anchura y una cronología
posterior. A los pies hay un coro alto, quizá
del siglo XVIII.
Aunque evidentemente el templo se
construyó
bajo
las
directrices
del
goticismo, la sensación espacial interna nos
apunta hacia un claro clasicismo. Al cuerpo
del edificio se le añadieron diversas capillas
en el siglo XVIII; especialmente importante
es la situada en el lado del evangelio, con
grandes escudos de estuco plenamente
barrocos.
En Mahora la parroquia
de la Asunción, gótica, de
nave única, cabecera de
principios del siglo XVI,
cubierta
con
bóveda
nervada, y ábsides de tres
paños; el cuerpo es de tres
tramos
cubiertos
con
bóvedas estrelladas góticas,
y el coro alto está sostenido
por tres arcos del siglo XVIII;
en el segundo tramo la
capilla barroca del Rosario,
con cúpula sobre pechinas;
la torre, de los siglos XVI y
XVIII, tiene forma de prisma
y remate octogonal; y la
portada está rematada
con un arco del siglo XVIII.
Iglesias de nave única cubiertas con
bóveda de crucería (con cabecera plana
o cabecera ochavada)
- San Sebastián, de Munera
- Santa María de la Asunción, de Lezuza
- Santa María de la Asunción, de Yeste
- Santa María de la Asunción, de Letur
- San Martín, de La Gineta
- Santa María de la Asunción, de
Jorquera
- La Asunción, de Mahora
- Santa María de la Asunción, de Tobarra
Juan Bautista de Herrera fue un platero importante de la
primera mitad siglo XVII, cuya actividad profesional
primero en Córdoba tuvo como ámbito Andalucía Central,
para después avecindarse en la ciudad de Murcia, desde
donde trabajó para el extenso territorio que de esta última
dependía.
De esa forma y desde entonces siempre en Murcia ciudad contrató, a
continuación, en 1629 una custodia para la pedanía local de Alguazas,
dando dibujada antes la traza, así como una cruz parroquial para Mahora,
villa albaceteña a la sazón del reino y la diócesis, obra que el platero
haría a satisfacción y debió gustar a tenor de otras encargadas años
después.
1629-II-6 Contrata hacer una custodia de plata sobredorada para la
parroquia de Alguazas para fin de marzo de este año, según dibujo en un
papel aprobado por el párroco, dándole la plata necesaria y el dinero
para la obra, que será a tasación por el obispado.
Intercalado está el contrato el día cuatro en dicha localidad con las
condiciones Rdo. (A.H.P.M; S., 1778. ff. rotos).
-IV-21 Junto con Juan Castro, asimismo platero y como estantes en
Murcia ciudad, contrata en ella hacer una cruz de plata para la iglesia
de la Asunción de Mahora en Albacete, con piezas quebradas de la cruz
vieja que fue robada y se halló después, pagando las hechuras. Rdo.
(A.H.P.M., S. 2100, ff. 169-170 v.).
RELACIONES Y DICCIONARIOS
Tomo V Madrid 1826
Mahora: Villa á cuatro leguas de Albacete, sita en un
llano, al N. y en el estado de Jorquera. En tiempo de
los moros se llamó Majoa, fué mayor su población
que la de hoy y fué destruida por aquellos.
Corresponde á la diócesis de Cartagena y partido
judicial de Casas de Ibañez ,de donde dista tres
leguas. Consta de 412 vecinos y 1,072 habitantes.
Tiene una parroquia ,un estanco y un convento que
fué de frailes. En 1844 entraron en quinta 85 jóvenes
de 18 á 24 años. Pagó por contribución directa
24,343 rs. y 13,899 por indirecta. Cosecha al año
3,000 fanegas de trigo, 4,000 de cebada, 1,800
arrobas de vino, y 250 libras de azafrán, cuyo valor y
el de los frutos menores ascienden á 286.900 rs.
Carece de industria.
En el Diccionario Geográfico de España del año 1.848, Pascual Madoz describe a
Mahora así:
"Villa con Ayuntamiento en la provincia y Audiencia Territorial de Albacete (4 leguas),
partido judicial de Casas Ibáñez (3 leguas), Capitanía General de Valencia (22 leguas),
Diócesis de Cartagena, cuyo Obispado reside en Murcia (24 leguas); situada en una llanura
muy pedregosa, goza de buena ventilación y clima sano, siendo las enfermedades más
comunes las inflamatorias; tiene 328 casas; la consistorial con cárcel y graneros del pósito,
cuyo fondo consiste en 28 fanegas de trigo, un edificio que fue granero de tercia, dos posadas,
dos hornos de pan cocer, un pozo de buenas aguas que aprovecha el vecindario para beber y
demás usos domésticos; un hospital sin más rentas que unos cortos censos, escuela de
instrucción primaria frecuentada por 50 alumnos a cargo de un maestro dotado con 1600
reales; otra de niñas a las que asisten 30 discípulas, y la maestra percibe la dotación de 500
reales; una ermita (San Roque), una iglesia parroquial (La Asunción de Nuestra Señora),
servida por un cura, dos beneficiados patrimoniales y un enclaustrado; un cementerio
situado al norte de la villa en posición que no ofende a la salubridad pública; en las afueras de
la población y como a distancia de unas 400 varas, se ve un convento que fue de
Franciscanos Descalzos, su estado es tan deplorable, que casi no ofrece a la vista más que un
montón de ruinas.
TÉRMINO: Confina al norte con Navas de Jorquera, al este con
Golosalvo, al sur con el río Júcar y al oeste con Madrigueras y Motilleja;
dento de esta circunferencia, se encuentran varios manantiales, un pozo
para guardar nieve, el Caserío de Pajarón, 7 casillas con sus tinadas para
guardar ganado y otros 7 albergues llamados hornillos (por su figura
redondeada) con corrales para el mismo fin.
TERRENO: Llano, con alguna cañada, en la parte más inmediata al
pueblo, es fuerte y de buena calidad; lo restante, mediano, y aún parte de
ínfima clase; comprende varios pinares de propiedad particular; pasa el
río Júcar a distancia de una legua, formando la línea divisoria del sur; en
su orilla izquierda hay un molino titulado de Bolinches, y un batán; a las
inmediaciones de estos artefactos, se encuentra una barca que
proporciona el paso.
PRODUCCIÓN: Trigo, geja, centeno, cebada, avena, escaña, güijas,
garbanzos, mucho azafrán, excelente vino, leñas de combustible y
algunas maderas de construcción, buenos pastos con los que se mantiene
ganado lanar, mular, asnal y algo de vacuno; hay caza de perdices y
liebres, y en el Júcar, pesca de barbos y otros peces.
INDUSTRIA: La agrícola, los indicados
molinos y batán, varios telares de lienzos y
paños ordinarios para el consumo de los
habitantes, elaboración de espartos en tomizas y
cordelería, la arriería a la que se dedican
muchos vecinos; hay herreros, alarifes, sastres,
carpinteros y algunos otros de los oficios y artes
mecánicas más indispensables; fábricas de jabón
y de aguardiente.
COMERCIO: Exportación del sobrante de
frutos, en particular trigo, azafrán y vino; de
algún ganado que es muy estimado en el país
por su buena clase, y del esparto elaborado; en
cambio se importa arroz, aceite, frutos y otros
géneros de consumo; hay dos tiendas de
listonería y ropas de todas clases, 3 de abacería
y 4 panaderías.
POBLACIÓN: 330 vecinos: 1.445 almas.
ALGUNAS NOTICIAS Y DATOS DE
INTERÉS ENTRE EL FÍN DE LA
EDAD MODERNA Y EL COMIENZO
DEL SIGLO XIX
CATALOGO DE LOS PROCESOS INQUISITORIALES DEL TRIBUNAL
DEL SANTO OFICIO DE MURCIA
POR JUAN BLAZQUEZ MIGUEL
Antonio López (Franciscano) pasa por el Tribunal por
Místico en 1819 (legajo 2880)
Fernando de Ludena. Procesado en 1596 y condenado a una
multa de 6000 maravedíes por supersticiones (legajos 202225)
José Talavera, Sacerdote queda sin cargos en 1746 después
de ser acusado de superstición (legajo 3733-162)
Catalina, reprendida en 1596 por superstición (legajo 202225)
Martín Gorriz reprendido en 1573 por blasfemias (legajo
2022-7)
Francisco de Ledesma, multado en 1596 por superstición y
blasfemias con 2000 maravedíes (legajo 2022-25)
1765. UNA VISITA REAL EN ALBACETE*
La base de los alimentos la representa
el trigo, el vino y la carne, pero no de
cualquier manera, el trigo debe ser
blanco y del país, el pan blanco era un
lujo impensable para los campesinos
que elaboraban el pan mezclándolo
con otros cereales como el centeno.
El vino, solicitado debe ser “de la
mejor calidad, limpio y enjuto”
representa un total de 2300 litros. Los
pueblos que aportan más vino son
Mahora y Madrigueras.
María Luisa de Borbón,
Infanta y Gran Duquesa de
Toscana, hija de Carlos III,
quien en 1765 pasó por
Albacete camino de Austria.
En cuanto al abastecimiento, la situación de los pueblos es
difícil y cumplen con gran sacrificio lo que se les pide, no les queda
otra, en caso contrario, el teniente de alcalde de Albacete amenaza
con enviar a la tropa militar que acompaña a sus altezas para
castigar a los responsables, aunque en ningún momento los pueblos
tienen un conato de rebeldía, sino todo lo contrario.
Mahora ha sufrido entre sus habitantes las enfermedades y en el
campo el pedrisco que ha mermado las aves y la cosecha de vino.
Madrigueras ha padecido graves enfermedades contagiosas que han
generado muchas muertes y enfermos a los que deben cuidar
saliendo al campo y a los pueblos circundantes a cazar aves, por
ello tienen muy difícil el abastecimiento de las paradas oficiales.
A la vuelta de la comitiva real ambos pueblos ya no pueden
contribuir a enviar vino, los de Mahora dicen que solo les queda
“uno vuelto y vinagre” y los de Madrigueras dicen que el vino que
les queda está “quebrado”.
A Mahora le tocaba contribuir con:
- 300 arrobas de vino de superior
calidad limpio y enjuto
- 100 pares de pichones
- 100 pares de pollos y pollas
- 200 gallinas
- 50 pavos
- caza y pesca, cuanta se pueda
Interior del palacio del Conde de
Villaleal, en el Altozano, lugar
donde pernoctaron la infanta,
María Luisa de Borbón, y la
princesa de Asturias, María Luisa
de Parma, en Albacete
SIGLO XIX
GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
En el siglo XIX, con la llegada de las tropas napoleónicas, los hombres de
la región cooperan en la lucha antifrancesa. En ella tienen lugar
acontecimientos bélicos, en la defensa de los márgenes del río Júcar.
Insertamos a continuación copia de un oficio dirigido desde la villa de
Mahora a los señores Justicia y Ayuntamiento de Albacete. Dice así:
“ En oficio circular comunica la ligera desde Villarrobledo a los pueblos de
esta comarca, se ha hecho saber con fecha de ayer a la justicia de Tarazona,
y esta a la de Hellín, que acaban de llegar varias personas fugitivas, desde
la Mancha Baja, con la noticia de que las tropas francesas que se dirigían a
la Andalucía rechazadas, vuelven por el mismo camino, causando los
mayores males y desgracias; y con estas novedades, por si algunas
reliquias llegasen a lo demás de la Mancha y se internasen más y más
dichas tropas, se exhorta a que todos los que se puedan armar lo
verifiquen y se reunan
en Tarazona para disponer la defensa en los márgenes y puentes del
río Júcar. En esta atención y que todos los pueblos se están armando
para dicho objeto, y en este no haber pertrechos ni armamentos bélicos,
pólvora, ni balas, ha parecido conveniente pasar el presente a V.V. para
que siendo constante y evidente que todos los naturales moradores en
este pueblo están con el mayor celo y energía en conmoción para
defender la Religión Católica, la Patria, y la Monarquía de nuestro
Augusto Fernando Séptimo, dispongan entregar al conductor la
pólvora que lleva encargo y balas si las hay para que así se dirijan a la
reunión que se va a verificar en tarazona; pues en esta administración
no la hay. Dios guarde a V.V. muchos años. Mahora a 8 de junio de
1808. Fernando Ruiz Bolinches, Antonio Varea Villanueva.”
Con la invasión napoleónica se intentó una división de España en
prefecturas, siguiendo el modelo francés, para mejorar la
centralización. Fue proyectada por el afrancesado Juan Antonio
Llorente en 1809 y realizada en 1810. Las tierras de Mahora quedaban
dentro de la Prefectura de Cuenca: Subprefectura de Tarazona de La
Mancha.
HISTORIA DEL SIGLO XIX: LAS GUERRAS CARLISTAS
En 1836 hubo varias incursiones
de tropas carlistas que recorrieron
la provincia de Albacete. El 15 de
septiembre se unían en Casas
Ibáñez las partidas de Quílez y
Miralles, que venían recorriendo la
provincia desde Caudete, la del
General Gómez (que incendió
parte de la población) y la de
Cabrera. Todo este contingente
siguió en dirección a Albacete
pasando por Jorquera y Mahora.
Según A. Sandoval las fuerzas
carlistas las formaban “unos siete
mil hombres entre la infantería
vasconavarra de Gómez, general
en jefe, y la caballería valenciana y
aragonesa de Cabrera, compuesta
por ochocientos jinetes, incluidas
las tropas que llevasen los
aliados”.
MAHORA
Salimos de Casas Ibáñez y vamos a Mahora. Cerca de Mahora pasa un río que debe ser el Júcar. El
pueblo no tiene mucho que ver. En las afueras se destacan unas ruinas.
Mahora es un pueblo manchego clásico, con hermosas casas, con su portalón y su escudo encima.
Me detengo en la plaza y pregunto a los viejos algo de la expedición de Gómez.
—Eso será para la política —dice un aldeano de gorra y bigote.
—No; es para un periódico de monos. No creo que les convenzo. La gente no sabe nada de la
expedición de Gómez.
—Ahora a los carlistas les llaman facciosos, ¿verdad, usted? —me pregunta uno.
—El faccioso es siempre el enemigo —contesto yo.
—Ahora les llaman agrarios —replica un viejo de anteojos.
No parece que se ponen de acuerdo en cómo se les llama. El hombre de los anteojos recuerda haber
oído que en Sarradiell, en la primera guerra civil, hubo un encuentro entre carlistas y liberales.
Fue el descalabro del general don Francisco Valdés, hombre valiente, que tuvo que batirse con
fuerzas cuádruples a las suyas.
En el pueblo de Mahora mataron los carlistas a varios, y Cabrera debió de quedar
como tipo de hombre templado y valiente, porque de la gente audaz decían los
vecinos:
—Este es un Cabrera.
Recorro las calles del pueblo y veo en las paredes escritos con pintura blanca y
negra varios letreros políticos. Los hay revolucionarios y conservadores, para
todos los gustos.
Uno ha puesto «¡Biba el comunismo!» Otro: «Votar a las izquierdas es votar a
Casas Viejas. ¡No votar! No os fiéis, españoles.» Un monárquico ha escrito: «¡Biba
el clero y el rey XIII! ¡Abajo la República!» Y un amigo de ésta, para completar la
epigrafía, ha fijado esta inscripción: «¡Fuera esos escalabajos cavernícolas!»
UNA CHICA SENSATA
En una plazoleta encontramos a una
mucha-chita que va a la fuente con un
cántaro pequeño.
—¿Quieres que te retratemos y aparecer en
los periódicos?
—Bueno.
—Si se te ocurre algo así como que te
gustaría ser actriz de película o aviadora, lo
dices, para que yo lo escriba.
—No se me ocurre nada —contesta la chica
riendo.
—Veo que tienes más talento que la
mayoría de las cómicas y de las cupletistas.
Si sale bien el retrato, ya mandaremos aquí
el periódico.
ALBACETE
De Mahora partimos para Albacete, adonde
llegamos al anochecer.
Gómez entró en la ciudad el 16 de
septiembre.
Casa-Palacio de los Ruiz de Monsalve
La familia Ruiz emparentó con los
Monsalve que provenían de la aldea de
Mahora en el estado de Jorquera, en la
actual provincia de Albacete.
La casa actual, que está situada en la plaza
cerrando con el edificio del mesón la
esquina noroeste, debió ser construida en
el siglo XVII y los primeros moradores de
que tengo noticia cierta fueron Don Andrés
Ruiz Monsalve, casado con Doña María
Pérez Carrillo, una de las herederas de la
familia Carrillo.
Entre los habitantes más notables de esta
casa podemos citar a Don Domingo Ruiz
Monsalve que fue alcalde en los años 1762,
1765 y 1777.
A oriente, en Mahora resalta el cuartel de la
Guardia Civil, de finales del siglo XVII, una casapalacio con portada y torre; y numerosas casas
nobiliarias con labras heráldicas.
En Jorquera las casas blasonadas, entre las que
sobresale la del Corregidor (1727), y las rejas del
Ayuntamiento, del siglo XVIII.
SIGLO XX
BRIGADAS INTERNACIONALES
XV Brigada Internacional.
El 31 de enero de 1937, se creó en Mahora la XV Brigada Internacional,
compuesta por dos Agrupaciones, la 1ª, o anglosajona, con los batallones
"Lincoln", "British" y "Washington" y la 2ª, o latinoeslava, con los
"Spanish", "Galindo", "Six Février" y "Dimitrov". El mando de la Brigada
fue encomendado al húngaro Janos Galiez "Gal", con el inglés George M.
Nathan como jefe de Estado Mayor, y el yugoslavo Copic como comisario
político. Este último asumió el mando de la Brigada al iniciarse la batalla
del Jarama, el nuevo comisario fue el francés Barthel.
La XV BI recibió su bautismo de fuego en la batalla del Jarama. Llegó a
ella, el 11 de febrero, y se situó en el flanco izquierdo del sistema
defensivo republicano a caballo de la carretera de Morata a San Martín de
la Vega. El "British", que defendía las posiciones de una colina que
llamaron "Suicide Hill", sufrió un duro castigo. En menor medida, el "Six
Février" tuvo que lamentar importantes bajas, mientras el "Dimitrov"
aguantó bien. Contra El Pingarrón se iba a estrellar el "Lincoln" que hasta
entonces había permanecido en reserva. Los intentos de conquistar la
mítica cima se sucedieron, los días 19, 23 y 27. Al final de la batalla
ninguno de sus batallones contaba con más de 200 hombres.
La XII Brigada
Internacional [muchas veces
denominada como Brigada
Garibaldi] fue una de las Brigadas
Internacionales que combatieron en
defensa de la legalidad
republicana contra los sublevados el
17 y 18 de julio de 1936 en la Guerra
Civil Española. La Brigada, a la que
se conoció como Brigada
Thälmann por estar formada
principalmente por ciudadanos
italianos, intervino en numerosas
ocasiones durante la contienda,
especialmente durante
el Contraataque de
Guadalajara (1937) o en la Batalla
del Ebro(1938). En la última fase de
la guerra, ya como una Brigada
Mixta completamente española, fue
renombrada como 12.ª Brigada
Mixta.
Constituyó la segunda Brigada
internacional en ser creada (en un primer
momento, era denominada 2.ª Brigada
Internacional). Fue fundada
En Mahora (Albacete) el día 1 de
noviembre de 1936, con la agrupación de
los batallones
internacionales Garibaldi,Thälmann y Andr
é Marty. Fue puesta al mando del
comandante Máté Zalka (alias, General
Lukács) junto al coronel Bielov (Karlo
Lukanov) como jefe de Estado
Mayor y Luigi Longo como Comisario
político.1 Cuando marchó al frente para
frenar el avance de los militares
sublevados, Longo fue relevado como
Comisario por el comunista
alemán Gustav Regler. En estos primeros
momentos la organización interna era
muy deficiente, y los batallones no
disponían de una auténtica organización
interna, debiendo improvisarse sobre la
marcha cuando se dio la señal de partida
al frente.
Bi Daowen «ejercía de médico, pero era más bien un asceta», por eso este
indonesio de padres chinos, cogió un día su botiquín y se enroló en las
Brigadas Internacionales. Su imagen, posando junto a un coronel búlgaro y
un médico austriaco, en el Centro de Reeducación Física y Profesional de
Mahora, es uno de los testimonios gráficos que acredita la presencia de
brigadistas chinos en la guerra civil española. Una presencia que ha salido a
la luz pública gracias al arduo trabajo de investigación de dos científicos
taiwaneses residentes en Estados Unidos.
Los autores han podido recomponer como si de un rompecabezas se tratase la
historia de este callado médico, que estudió en Holanda y a cuyo Partido
Comunista estuvo muy vinculado. Al parecer llegó a Mahora en septiembre de
1937, con apenas 28 años y trabajó en este centro sanitario que no era un hospital
militar al uso. Los heridos de guerra, sobre todo aquellos que perdían algún
miembro, tenían que enfrentarse además de a su recuperación física, a graves
problemas psicológicos. «Pensaban, acomplejados, que se habían convertido en una
carga para la sociedad, en inútiles parásitos sociales» y les preocupaba qué sería de
ellos al acabar la contienda. Para eso se creó este Centro de Mahora, donde además
de aparatos de rehabilitación se ofrecían cursos para capacitar a los pacientes como
carpinteros, sastres, zapateros o herreros y cursos especiales para los que habían
perdido la vista. El objetivo, dar a los soldados mutilados un medio para ganarse la
vida.
A este hospital fue destinado Bi Daowen, un joven comunista entregado a la
lucha contra al fascismo, tuvo una vida muy azarosa; la guerra española, la
contienda China contra la invasión japonesa, años de trabajos forzados en Praga
y una batalla contra la lepra en su Indonesia natal, son algunos de los capítulos
vitales que escribió este teniente, hombre de pocas palabras, que llegó a España
enviado por la Internacional Comunista.
La historia de Bi Daowen es solo una de las 13 vidas que documenta la
monografía Los brigadistas chinos en la guerra civil, un libro que se acaba de
editar en España gracias al apoyo prestado por el Centro de Estudios y
Documentación de las Brigadas Internacionales (Cedobi) de la Universidad de
Castilla-La Mancha. La obra es fruto de diez años de investigaciones de Hwei-Ru
Tsou y Len Tsou, que recorrieron tres continentes para apaciguar la curiosidad
que les despertó la foto de un soldado oriental en un álbum editado por la
Brigada Lincoln por su 50 aniversario.
Mahora
[MAHORA] (MANCHUELA)
• Gentilicios: mahoreño, manchuego.
MAHOREÑO: r. p. y Vergara, 1933.
• Seudogentilicio: masón.
MASON: r. p. oral: porque hubo varios
masones, incluso en la Dictadura de
Franco; el más antiguo que se conoce,
fue un boticario llamado Gumersindo
Navarro Suquillo. Inf. Motilleja,
Cenizate, Navas de Jorquera.
Otros dictados tópicos:
“Mahora, gente de capa y espada, te
convidan a pasear, pero de comer,
nada.”
R. p. y Navas de Jorquera.
“De Mahora, ni la hora.” Inf.
Madrigueras.
“Ya vienen los de Mahora
con sombrero y con corbata,
y vienen a Golosalbo
a matar a quien les mata.” (=el hambre)
Inf. Golosalvo.
“En Mahora ya vive Cristo,
qué orgullo y qué vanidad,
si en resumidas cuentas
ninguno „tie pa‟ almorzar.”
Inf. Las Eras.
“En El pueblo de Mahora
han puesto electricidad,
pero dentro de él hay un astro
que alumbra mucho más.
Ese astro luminoso,
que en la España tanto brilla,
es don Diego Martínez Conde
Marqués de Villamantilla.”
“Aniguamente en Navas
bebían el agua en cuerno,
los cuernos son de Mahora,
los que los frailes dejaron.”
Inf. Navas de Jorquera.
TENEMOS UNA GRAN TAREA
POR DELANTE. ÁNIMO PARA
REALIZARLA.
MUCHAS GRACIAS POR LA
ATENCIÓN PRESTADA