Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’OSSERVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum Año XLVII, número 48 (2.442) EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Ciudad del Vaticano 27 de noviembre de 2015 XI viaje apostólico de su pontificado Mensajero de paz y de reconciliación Visita de Francisco a Kenia, Uganda y República Centroafricana El Papa escogió para el primer viaje por este continente tres países azotados en forma distinta por las desigualdades sociales, la corrupción y la violencia religiosa. Su papado ha puesto un énfasis firme en las «periferias», tanto existenciales como geográficas, y ha escogido sus viajes con cuidado, visitando a países más pequeños como Albania, Sri Lanka, Bosnia, Filipinas, Ecuador y Bolivia. Y llegando desde Cuba a un centro de poder, como Washington. En los tres grandes continentes exhortó a su Iglesia a ser maestra de ternura, oasis de esperanza y hospital de campaña. Le faltaba África. Un viaje de altísimo riesgo, pero necesario para el Papa que, según sus propias palabras, va a África «como mensajero de la paz». Con su mera presencia en África, el Papa dará su mejor mensaje de respuesta a la violencia: el diálogo. Francisco, visitando Kenia, Uganda y la República Centroafricana, está predicando con su propia persona que la paz es posible, a través de la reconciliación y del diálogo interreligioso. Siguiendo con el programa el Papa Francisco visitó este viernes muy temprano el barrio pobre de Kangemi, en Nairobi, donde mantuvo un emotivo encuentro con algunos de sus habitantes, entre ellos ancianos y niños. En su discurso, Francisco habló de la sabiduría de los barrios populares y enumeró algunos de los principales problemas a los que se enfrentan. «El camino de Jesús comenzó en las periferias, va desde los pobres y con los pobres hacia todos». No es la primera vez que Francisco manifiesta su predilección por los pobres: «En verdad, me siento como en casa compartiendo este momento con hermanos y hermanas que, no me avergüenza decirlo, tienen un lugar preferencial en mi vida y opciones. Estoy aquí porque quiero que sepan que sus alegrías y esperanzas, sus angustias y tristezas, no me son indiferentes». Era necesario hundir los pies en la sabana africana para comprender integralmente la fuerza de la Laudato sì’. «No puede haber una renovación de nuestra relación con la naturaleza, sin una renovación de la humanidad misma. En la medida en que nuestras sociedades experimentan divisiones, ya sea étnicas, religiosas o económicas, todos los hombres y mujeres de buena voluntad están llamados a trabajar por la reconciliación y la paz, el perdón y la sanación» dijo el Papa. El Papa inicia la segunda etapa de su viaje apostólico en África Un árbol para el futuro GIOVANNI MARIA VIAN Francisco concluye hoy su estancia en Kenia con la visita a un barrio pobre de Nairobi, un encuentro multitudinario con jóvenes en un estadio deportivo y con los obispos del país, tras lo cual partirá en avión hacia Uganda para iniciar la segunda etapa de su viaje por África. Muy temprano por la mañana ha hecho un recorrido en el barrio de Kangemi, que acoge el pequeño taller donde confeccionaron todos los ornamentos usados durante estos días. Un signo universal y arraigado en las tradiciones africanas como es plantar un árbol fue el gesto con el cual el Papa Francisco eligió inaugurar su primer viaje en el inmenso continente, en una Nairobi sobre la cual poco después, mientras llegaba la noche, cayó una densa lluvia que mojó con abundancia el olivo que acababan de plantar. En Kenia esta costumbre, fácilmente comprensible, está difundida sobre todo entre los jóvenes que culminan un ciclo escolar, como símbolo de apertura hacia el futuro. Así, plantando un arbolito destinado sobre todo a las futuras generaciones, un «elocuente signo de esperanza», el Pontífice quiso expresar la confianza en Dios para que sostenga los esfuerzo de los que trabajan por «cultivar una sociedad solidaria, justa y pacífica», en Kenia y en toda África. Lo puSIGUE EN LA PÁGINA 6 L’OSSERVATORE ROMANO página 2 viernes 27 de noviembre de 2015, número 48 En el Ángelus el Papa contrapone la lógica de Cristo a la mundana que utiliza las armas del miedo, el chantaje y la manipulación Con la fuerza de la verdad Y pide paz y prosperidad para las tierras del continente africano que visita del 25 al 30 de noviembre decir: «Tú estás ahí. ¡No te olvides de mí!». Ante las muchas laceraciones en el mundo y las demasiadas heridas en la carne de los hombres, pidamos a la Virgen María que nos sostenga en nuestro compromiso de imitar a Jesús, nuestro rey, haciendo presente su reino con gestos de ternura, comprensión y misericordia. «La lógica mundana se apoya en la ambición, la competición, combate con las armas del miedo, del chantaje y de la manipulación de las conciencias»; por el contrario, la «del Evangelio se expresa en la humildad y la gratuidad, se afirma silenciosa pero eficazmente con la fuerza de la verdad». Lo dijo el Papa en el Ángelus del domingo 22 de noviembre, hablando de la solemnidad de Cristo Rey a los numerosos fieles presentes en la plaza de San Pedro. Queridos hermanos ¡buenos días! y En este último domingo del año litúrgico, celebramos la solemnidad de Cristo Rey. Y el Evangelio de hoy nos hace contemplar a Jesús mientras se presenta ante Pilatos como rey de un reino que «no es de este mundo» (Jn 18, 36). Esto no significa que Cristo sea rey de otro mundo, sino que es rey de otro modo, y sin embargo es rey en este mundo. Se trata de una contraposición entre dos lógicas. La lógica mundana se apoya en la ambición, la competición, combate con las armas del miedo, del chantaje y de la manipulación de las conciencias. La lógica del mismo». Pero paradójicamente la Evangelio, es decir la lógica de Je- verdad de Jesús es la que en forma sús, en cambio se expresa en la hu- de burla le lanzan sus adversarios: mildad y la gratuidad, se afirma si- «A otros ha salvado y a sí mismo no lenciosa pero eficazmente con la se puede salvar» (v. 31). Si Jesús hufuerza de la verdad. Los reinos de biese bajado de la cruz, habría cedieste mundo a veces se construyen en do a la tentación del príncipe de esla arrogancia, rivalidad, opresión; el te mundo; en cambio Él no puede reino de Cristo es un «reino de justi- salvarse a sí mismo precisamente para poder salvar a los demás, porque cia, de amor y de paz» (Prefacio). ¿Cuándo Jesús se ha revelado rey? ha dado su vida por nosotros, por ¡En el evento de la Cruz! Quien mi- cada uno de nosotros. Decir: «Jesús ra la Cruz de Cristo no puede no ha dado su vida por el mundo» es ver la sorprendente gratuidad del verdad, pero es más bonito decir: amor. Alguno de vosotros puede de- «Jesús ha dado su vida por mí». Y cir: «Pero, ¡padre, esto ha sido un hoy en la plaza, cada uno de nosofracaso!». Es precisamente en el fra- tros diga en su corazón: «Ha dado caso del pecado —el pecado es un su vida por mí, para poder salvar a fracaso—, en el fracaso de la ambi- cada uno de nosotros de nuestros ción humana, donde se encuentra el pecados». triunfo de la Cruz, ahí está la gratuidad del amor. En el fraSi Jesús hubiese bajado de la cruz caso de la Cruz se ve el amor, este habría cedido a las tentaciones amor que es gratuidel príncipe de este mundo to, que nos da Jesús. Hablar de potencia y de fuerza, para el cristiano, Y esto, ¿quién lo entendió? Lo significa hacer referencia a la potencia de la Cruz y a la fuerza del amor entendió bien uno de los dos ladrode Jesús: un amor que permanece nes que fueron crucificados con Él, firme e íntegro, incluso ante el re- llamado el «buen ladrón», que le suchazo, y que aparece como la reali- plica: «Jesús, acuérdate de mí cuanzación última de una vida dedicada do llegues a tu reino» (Lc 23, 42). Y a la total entrega de sí en favor de la este era un malhechor, era un cohumanidad. En el Calvario, los pre- rrupto y estaba ahí condenado a sentes y los jefes se mofan de Jesús muerte precisamente por todas las clavado en la cruz, y le lanzan el de- brutalidades que había cometido en safío: «Sálvate a ti mismo bajando su vida. Pero vio en la actitud de Jede la cruz» (Mc 15, 30). «Sálvate a ti sús, en la humildad de Jesús, el L’OSSERVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum Al término de la oración mariana el Pontífice habló de su viaje a África y recordó la beatificación en Barcelona de los capuchinos asesinados en España durante la guerra civil. hermanas, EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt GIOVANNI MARIA VIAN director subdirector Ciudad del Vaticano [email protected] www.osservatoreromano.va amor. Y esta es la fuerza del reino de Cristo: es el amor. Por esto la majestad de Jesús no nos oprime, sino que nos libera de nuestras debilidades y miserias, animándonos a recorrer los caminos del bien, la reconciliación y el perdón. Miremos la Cruz de Jesús, mireLa majestad de Jesús no nos oprime, mos al buen ladrón y digamos todos sino que nos libera de nuestras debilidades juntos lo que dijo el y miserias buen ladrón: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». Todos juntos: «Jesús, acuérdate de mí cuando ses: las familias, grupos parroquiales, llegues a tu reino». Pedir a Jesús, asociaciones. En particular saludo a cuando nos sintamos débiles, peca- los de México, Australia y Paderdores, derrotados, que nos mire y born (Alemania). Saludo a los fieles de Avola, Mestre, Foggia, Pozzallo, Campagna y de la Val di Non; así como a los grupos musicales —que he escuchado— y que celebran a santa Cecilia, patrona del canto y la música. Después del Ángelus, que os oigan, porque tocáis bien. El próximo miércoles inicio el viaje a África, visitando Kenia, Uganda y la República Centroafricana. Os pido a todos que recéis por este viaje, para que sea para todos estos queridos hermanos, y también para mí, un signo de cercanía y amor. Pidamos juntos a la Virgen que bendiga a estas queridas tierras, para que allí haya paz y prosperidad. [ Ave María...] Os deseo a todos un feliz domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto! TIPO GRAFIA VATICANA EDITRICE L’OSSERVATORE ROMANO don Sergio Pellini S.D.B. Giuseppe Fiorentino Ayer, en Barcelona, fueron proclamados beatos Federico de Berga y veinticinco compañeros mártires, asesinados en España durante la feroz persecución contra la Iglesia en el siglo pasado. Se trata de sacerdotes, jóvenes profesos en espera de la ordenación y hermanos laicos pertenecientes a la Orden de los Frailes Menores Capuchinos. Encomendemos a su intercesión a los numerosos hermanos y hermanas nuestros que desgraciadamente también hoy, en diferentes partes del mundo, son perseguidos a causa de la fe en Cristo. Saludo a todos los peregrinos, llegados de Italia y de diferentes paí- director general Servicio fotográfico [email protected] Publicidad: Il Sole 24 Ore S.p.A. Redacción System Comunicazione Pubblicitaria via del Pellegrino, 00120 Ciudad del Vaticano Via Monte Rosa 91, 20149 Milano [email protected] teléfono 39 06 698 99410 Tarifas de suscripción: Italia - Vaticano: € 58.00; Europa (España + IVA): € 100.00 - $ 148.00; América Latina, África, Asia: € 110.00 - $ 160.00; América del Norte, Oceanía: € 162.00 - $ 240.00. Administración: 00120 Ciudad del Vaticano, teléfono + 39 06 698 99 480, fax + 39 06 698 85 164, e-mail: [email protected]. En México: Arquidiócesis primada de México. Dirección de Comunicación Social. San Juan de Dios, 222-C. Col. Villa Lázaro Cárdenas. CP 14370. Del. Tlalpan. 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La ocasión fue, el viernes 20 de noviembre, la audiencia en la sala Regia con los participantes en el congreso organizado por la Congregación para el clero, precisamente para recordar el quincuagésimo aniversario del Vaticano II. El cardenal prefecto Beniamino Stella, al saludar al Pontífice, explicó que los trabajos tratan «de recoger los numerosos frutos de la reflexión conciliar, para comprenderla cada vez mejor, profundizarla y enriquecerla, a la luz de las experiencias y de la vida de muchas Iglesias particulares de todo el mundo». Señores cardenales, queridos hermanos obispos y sacerdotes, hermanos y hermanas: Dirijo a cada uno un cordial saludo y expreso un sincero agradecimiento a usted, cardenal Stella, y a la Congregación para el clero, que me invitaron a participar en este congreso, a los cincuenta años de la promulgación de los decretos conciliares Optatam totius y Presbyterorum ordinis. Os pido disculpas por haber cambiado el primer proyecto, que consistía en que yo vaya a vuestro con- de los presbíteros desde el momento del ingreso en el seminario, trabajando para que se promuevan y se cuiden las vocaciones, y puedan culminar en la vida de santos sacerdotes. El camino de santidad de un sacerdote comienza en el seminario. Desde el momento que la vocación al sacerdocio es un don que Dios concede a algunos para el bien de todos, quisiera comUn buen sacerdote es un hombre que partir con vosotros algunas reflexiones, conoce la propia historia y ha precisamente a partir aprendido a hacer las paces con ella de la relación entre los sacerdotes y las demás personas, siguiendo el n. 3 de greso, pero habéis visto que no ha- Presbyterorum ordinis, donde se enbía tiempo e incluso aquí llegué con cuentra como un pequeño compendio de teología del sacerdocio, tomaretraso. No se trata de una «nueva evoca- do de la Carta a los Hebreos: «Los ción histórica». Estos dos decretos presbíteros, tomados de entre los son una semilla, que el Concilio de- hombres y constituidos en favor de positó en el campo de la vida de la los mismos en las cosas que miran a Iglesia; en el curso de estos cinco Dios para ofrecer ofrendas y sacrifidecenios han crecido, se convirtieron cios por los pecados, moran con los en una planta frondosa, ciertamente demás hombres como hermanos». Consideremos estos tres momencon alguna hoja seca, pero sobre todo con muchas flores y frutos que tos: «tomados de entre los hombres», embellecen a la Iglesia de hoy. Re- «constituidos en favor de los hombres», corriendo el camino realizado, este presentes «en medio de los demás congreso ha mostrado esos frutos y hombres». ha sido una oportuna reflexión ecleEl sacerdote es un hombre que sial sobre el trabajo que queda por nace en un determinado contexto huhacer en este ámbito tan vital para la mano; allí aprende los primeros valoIglesia. ¡Aún queda trabajo por ha- res, asimila la espiritualidad del puecer! blo, se acostumbra a las relaciones. Optatam totius y Presbyterorum or- También los sacerdotes tienen una dinis fueron recordados juntos, como historia, no son «hongos» que surlas dos partes de una única realidad: gen improvisamente en la catedral el la formación de los sacerdotes, que día de su ordenación. Es importante distinguimos en inicial y permanen- que los formadores y los sacerdotes te, y que para ellos es una única ex- mismos recuerden esto y sepan tener periencia de discipulado. No por ca- en cuenta esa historia personal a lo sualidad, el Papa Benedicto, en ene- largo del camino de la formación. El ro de 2013 (Motu proprio Ministro- día de la ordenación digo siempre a rum institutio), dio una forma con- los sacerdotes, a los neo-sacerdotes: creta, jurídica, a esta realidad, atri- recordad de dónde habéis sido llabuyendo también a la Congregación mados, del rebaño, no os olvidéis de para el clero la competencia sobre vuestra madre y de vuestra abuela. los seminarios. De este modo el mis- Esto lo decía Pablo a Timoteo, y lo mo dicasterio puede comenzar a digo también yo hoy. Esto quiere deocuparse de la vida y del ministerio cir que no se puede ser sacerdote pueblo. Pero si tú tienes una enfermedad, si eres neurótico, debes ir al médico. Al médico espiritual y al médico clínico: te darán pastillas que te harán bien, los dos. Pero, por favor, que los fieles no paguen la neurosis de los sacerdotes. No tratar mal a los fieles; cercanía de corazón con ellos. Nosotros sacerdotes somos apóstoles de la alegría, anunciamos el Evangelio, es decir la «buena noticia» por excelencia; no somos ciertamente nosotros quienes damos la fuerza al Evangelio —algunos lo piensan—, pero podemos favorecer o crear dificultad en el encuentro entre el Evangelio y las personas. Nuestra humanidad es la «vasija de barro» en la que custodiamos el tesoro de Dios, una vasija que debemos cuidar para transmitir bien su precioso contenido. Un sacerdote no puede perder sus raíces, sigue siendo siempre un hombre del pueblo y de la cultura que lo han engendrado; nuestras raíces nos ayudan a recordar quiénes somos y de dónde nos ha llamado Cristo. Nosotros sacerdotes no caemos desde lo alto, sino que somos llamados, llamados por Dios, que nos toma de «entre los hombres», para constituirnos «en favor de los hombres». Me permito una anécdota. En la diócesis, hace años... No en la diócesis, no, en la Compañía había un buen sacerdote, bueno, joven, dos años de sacerdocio. Y entró en un período de crisis, habló con el padre espiritual, con sus superiores, con los médicos y dijo: «Me marcho, no puedo más, me marcho». Y pensando en estas cosas —yo conocía a su madre, gente humilde— le dije: «¿Por qué no vas a ver a tu madre y hablas de esto?». Y fue, pasó todo el día con su mamá y volvió cambiado. La mamá le dio dos «bofetadas» espirituales, le dijo tres o cuatro verdades, lo puso en su lugar, y siguió adelante. ¿Por qué? Porque fue a la raíz. Por creyendo que uno fue formado en un laboratorio, no; comienza en la familia con la «tradición» de la fe y con toda la experiencia de la familia. Es necesario que la misma sea personalizada, porque es la persona concreta la que está llamada al discipulado y al sacerdocio, teniendo en cuenta en cada caso que sólo Cristo es el Maestro a quien se sigue y se imita. Me gusta recordar en este contexto ese fundamental «centro de pastoral vocacional» que es la familia, iglesia doméstica y primer y fundamental lugar de formación humana, donde puede germinar en los jóvenes el deseo de una vida concebida como camino vocacional, que se ha de recorrer con compromiso y generosidad. En la familia y en todos los demás contextos comunitarios —escuela, parroquia, asociaciones, grupos de amigos— aprendemos a estar No es normal que un sacerdote en relación con personas concretas, nos deesté con frecuencia triste, no hace bien jamos modelar por la ni al sacerdote ni a su pueblo relación con ellos, y llegamos a ser lo que somos también gracias a ellos. Un buen sacerdote, por lo tanto, ello es importante no borrar la raíz es ante todo un hombre con su pro- de la que procedemos. En el seminapia humanidad, que conoce la pro- rio debes hacer la oración mental... pia historia, con sus riquezas y sus Sí, cierto, esto se debe hacer, aprenheridas, y que ha aprendido a hacer der... Pero ante todo reza como te las paces con ella, alcanzando la se- enseñó tu mamá, y luego sigues aderenidad profunda, propia de un dis- lante. Pero siempre la raíz está allí, cípulo del Señor. La formación hu- la raíz de la familia, como aprendiste mana, por lo tanto, es una necesidad a rezar siendo niño, incluso con las para los sacerdotes, para que apren- mismas palabras, comienza a rezar dan a no dejarse dominar por sus lí- así. Y así irás adelante con la oramites, sino más bien a fructificar sus ción. talentos. He aquí el segundo pasaje: «en Si un sacerdote es un hombre pa- favor de los hombres». cificado sabrá difundir serenidad a En esto hay un punto fundamensu alrededor, incluso en los momen- tal de la vida y del ministerio de los tos difíciles, transmitiendo la belleza presbíteros. Respondiendo a la vocade la relación con el Señor. No es ción de Dios, se llega a ser sacerdote normal en cambio que un sacerdote para servir a los hermanos y a las heresté con frecuencia triste, nervioso o manas. Las imágenes de Cristo que con mal carácter; no está bien y no SIGUE EN LA PÁGINA 4 hace bien, ni al sacerdote ni a su página 4 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 27 de noviembre de 2015, número 48 En medio de los hombres aparte. El sacerdote está para estar en medio a la gente: la cercanía. Y tomamos como referencia para el me permito, hermanos obispos, tamministerio de los sacerdotes son cla- bién nuestra cercanía de obispos a ras: Él es el «Sumo Sacerdote», del nuestros sacerdotes. ¡Esto es también mismo modo cercano a Dios y cerca- para nosotros! Cuántas veces escuno a los hombres; es el «Siervo», chamos lamentos de los sacerdotes: que lava los pies y se hace cercano a «Bah, llamé al obispo porque tengo los más débiles; es el «Buen Pastor», un problema... El secretario, la secreque siempre tiene como objetivo la taria, me dijo que está muy ocupaatención del rebaño. do, que ha salido, que no puede reSon las tres imágenes que debe- cibirme antes de tres meses...». Dos mos contemplar, pensando en el mi- cosas. La primera: Un obispo siemnisterio de los sacerdotes, enviados a pre está ocupado, gracias a Dios, peservir a los hombres, a hacerles lle- ro si tú obispo recibes una llamada gar la misericordia de Dios, a anun- de un sacerdote y no puedes recibirciar su Palabra de vida. No somos lo porque tienes mucho trabajo, al sacerdotes para nosotros mismos y menos toma el teléfono, llámalo y dile: «¿Es urgente? ¿No es urgente? ¿Cuándo, vienes ese No son filántropos o funcionarios, los día...», así se siente cercano. Hay obispos sacerdotes son padres y hermanos. La que parecen alejarse paternidad de un sacerdote hace mucho de los sacerdotes... bien Cercanía, al menos una llamada telefónica. Esto es amor de padre, fraternidad. Y nuestra santificación está estrecha- otra cosa. «No, tengo una conferenmente relacionada con la de nuestro cia en tal ciudad y luego debo hacer pueblo, nuestra unción a su unción: un viaje a América, y después...». tú eres ungido para tu pueblo. Saber Pero, escucha, el decreto de resideny recordar que fuimos «constituidos cia de Trento aún está vigente. Y si para el pueblo» —pueblo santo, pue- tú no te ves capaz de permanecer en blo de Dios—, ayuda a los sacerdotes la diócesis, renuncia, y da vueltas a no pensar en sí mismo, a ser auto- por el mundo haciendo otro apostoridad y no autoritarios, firmes pero lado muy bueno. Pero si tú eres no duros, alegres pero no superficia- obispo de esa diócesis, residencia. les, en definitiva, pastores, no fun- Estas dos cosas, cercanía y residencionarios. Hoy, en ambas lecturas de cia. Esto es para nosotros obispos. la misa se ve claramente la capaci- El sacerdote es tal para estar en medad que tiene el pueblo de alegrarse, dio de la gente. cuando se restaura y se purifica el El bien que los sacerdotes pueden templo, y en cambio la incapacidad hacer nace sobre todo de su cercanía de alegrarse que tienen los jefes de y de un tierno amor a las personas. los sacerdotes y los escribas ante la No son filántropos o funcionarios, expulsión de los mercaderes del tem- los sacerdotes son padres y hermaplo por parte de Jesús. Un sacerdote nos. La paternidad de un sacerdote debe aprender a alegrarse, nunca de- hace mucho bien. be perder la capacidad de ser alegre: Cercanía, entrañas de misericorsi la pierde hay algo que no está dia, mirada amorosa: hacer experibien. Y os digo sinceramente, tengo mentar la belleza de una vida vivida miedo a las rigideces, tengo miedo. según el Evangelio y el amor de Los sacerdotes rígidos... ¡Lejos! ¡Te Dios que se hace concreto también a muerden! Y viene a mi mente la extravés de sus ministros. Dios que presión de san Ambrosio, del siglo IV: «Donde hay misericordia está el espíritu del Señor, donde hay rigidez están sólo sus ministros». El ministro sin el Señor se hace rígido, y esto es un peligro para el pueblo de Dios. Pastores, no funcionarios. El pueblo de Dios y la humanidad toda son destinatarios de la misión de los sacerdotes, a la cual tiende toda la obra de la formación. La formación humana, intelectual y espiritual confluyen naturalmente en la formación pastoral, a la que aportan instrumentos, virtudes y disposiciones personales. Cuando todo esto se armoniza y se une a un genuino celo misionero, a lo largo del camino de toda la vida, el sacerdote puede realizar la misión que Cristo le confió a su Iglesia. Por último, lo que nació del pueblo, con el pueblo debe permanecer; el sacerdote está siempre «en medio de los demás hombres», no es un profesional de la pastoral o de la evangelización, que llega y hace lo que debe —tal vez lo haga bien, pero como si fuese una profesión— y luego se marcha para vivir una vida VIENE DE LA PÁGINA 3 nunca rechaza. Y aquí pienso en el 45), hoy vamos en busca de ellas, confesionario. Siempre se pueden para encontrar nuevo impulso y nueencontrar caminos para dar la abso- vos instrumentos para la misión que lución. Acoger bien. Pero algunas el Señor nos confía. veces no se puede absolver. Hay saUna cosa que quisiera añadir al cerdotes que dicen: «No, de esto no texto —¡disculpadme!— es el discerte puedo absolver, márchate». Este nimiento vocacional, la admisión en no es el camino. Si no puedes dar la el seminario. Buscar la salud de ese absolución, explica diciendo: «Dios joven, salud espiritual, salud matete ama inmensamente, Dios te quiere rial, física, psíquica. En una ocasión, mucho. Para llegar a Dios hay mu- apenas nombrado maestro de novichos caminos. Yo no te puedo dar la cios, en el año ’72, fui a llevar a la absolución, te doy la bendición. Pe- psicóloga los resultados del test de ro vuelve, vuelve siempre aquí, así personalidad, un test sencillo que se cada vez que vuelvas te daré la ben- hacía como uno de los elementos del dición como signo de que Dios te discernimiento. Era una buena muama». Y ese hombre o esa mujer se jer, y también una buena médica. marcha lleno de alegría porque ha Me decía: «Este tiene este problema encontrado el icono del Padre, que pero puede continuar si sigue así...». no rechaza nunca; de una forma o Era también una buena cristiana, pede otra lo abrazó. ro en algunos casos inflexible: «Este Un buen examen de conciencia no puede». —«Pero doctora, es muy para un sacerdote es también esto: si bueno este muchacho». —«Ahora es el Señor volviese hoy, ¿dónde me bueno, pero debe saber que hay jóencontraría? «Donde está tu tesoro, venes que saben inconscientemente, allí estará también tu corazón» (Mt no son conscientes de ello, pero per6, 21). Y mi corazón, ¿dónde está? ciben inconscientemente el hecho de ¿En medio a la gente, rezando con y estar psíquicamente enfermos y buspor la gente, rodeado de sus alegrías can para su vida estructuras fuertes y sufrimientos, o más bien en medio que los defiendan, y poder así seguir de las cosas del mundo, de los nego- adelante. Y marchan bien, hasta el gocios terrenos, de mis «espacios» momento en que se sienten bien esprivados? Un sacerdote no puede te- tablecidos y allí comienzan los proner un espacio privado, porque está blemas». —«Me parece un poco rasiempre o con el Señor o con el pue- ro...». Y la respuesta no la olvido blo. Pienso en los sacerdotes que he conocido en mi ciudad, Un sacerdote no puede tener un espacio cuando no había secretaría telefónica y privado, porque está siempre o con el dormían con el teléfoSeñor o con el pueblo no en la mesa de noche, a cualquier hora que llamase la gente, ellos se levantaban a dar la unción: nadie moría sin los nunca, la misma del Señor a Ezesacramentos. Ni siquiera en el des- quiel: «Padre, ¿usted no ha pensado canso tenían un espacio de privaci- por qué hay tantos policías torturadad. Esto es celo apostólico. La res- dores? Entran jóvenes, parecen sanos puesta a esta pregunta: ¿dónde está pero cuando se sienten seguros, comi corazón?, puede ayudar a cada mienza a manifestarse la enfermesacerdote a orientar su vida y su mi- dad. Esas son las instituciones fuertes que buscan estos enfermos innisterio hacia el Señor. conscientes: la policía, el ejército, el El Concilio ha dejado a la Iglesia clero... Y luego muchas enfermeda«perlas preciosas». Como el comer- des que van surgiendo y que todos ciante del Evangelio de Mateo (13, nosotros conocemos». Es curioso. Cuando me doy cuenta de que un joven es demasiado rígido, es demasiado fundamentalista, no me da confianza; detrás hay algo que él mismo no sabe. Pero cuando se siente seguro... Ezequiel 16, no recuerdo el versículo, pero es cuando el Señor dice a su pueblo todo lo que ha hecho por él: le salió al encuentro al nacer, luego lo vistió, contrajo matrimonio... «Y más tarde, cuando te has sentido segura, te has prostituido». Es una regla, una regla de vida. Ojos abiertos sobre la misión en los seminarios. Ojos abiertos. Confío en que el fruto de los trabajos de este congreso —con tantos relatores autorizados, provenientes de regiones y culturas diversas— se podrá ofrecer a la Iglesia como útil actualización de las enseñanzas del Concilio, dando una aportación a la formación de los sacerdotes, los que están y los que el Señor querrá donarnos, para que, configurados cada vez más con Él, sean buenos sacerdotes según el corazón del Señor, no funcionarios. Y gracias por la paciencia. número 48, viernes 27 de noviembre de 2015 L’OSSERVATORE ROMANO página 5 La conclusión del congreso mundial sobre la educación católica con la presencia del Papa Cuestión de corazón El sábado 21 de noviembre, por la mañana, se reunieron con el Papa en el aula Pablo VI, representantes de las 210.000 escuelas católicas, las 1.900 universidades y de otras instituciones católicas y eclesiásticas de educación superior encargadas de la formación de 60 millones de estudiantes en todo el mundo. Un ambiente festivo que ha congregado a todas las variadas realidades escolares y educativas del mundo católico y con el que se concluía el congreso mundial sobre «Educar hoy y mañana: Una pasión que se renueva». Entre los asistentes no sólo cancilleres, rectores, profesores y directores, sino también investigadores, estudiantes, padres, personal administrativo y representantes de las organizaciones del ámbito escolar y universitario. El encargado de introducir el encuentro fue el cardenal Giuseppe Versaldi, prefecto de la Congregación para la educación católica, quien explicó cómo los debates han mostrado «una gran variedad de experiencias según nuestros países de origen». Esta variedad, que contribuye a la belleza de la Iglesia, «se ha manifestado durante las intervenciones pero también durante las reuniones informales que son la riqueza oculta de un congreso mundial». En su saludo al Papa —presente en la fase conclusiva del encuentro— el cardenal recordó que educar es amar. De hecho, el testimonio de grandes santos educadores y educadoras «continúa enseñándonos que la educación es una cuestión de corazón». No es sólo conocimiento, sino que «es también experiencia de relación; es principalmente vida que se transmite, recibe y comparte; es una forma de cercanía propia del amor». El purpurado también destacó cómo la educación es un diálogo. En este sentido, las escuelas y universidades católicas quieren ser «casa abierta para acoger a todos con su cultura y sus creencias, para ofrecer a todos un proyecto educativo que se centra en Jesucristo, y para confrontarse con los diferentes tipos de conocimiento con el fin de buscar la unidad y la verdad última del hombre y de la creación». Y, añadió, la educación es servir. De hecho, enseñar es «servir a la búsqueda de la verdad, de la belleza, de lo que es justo y bueno. Quien enseña sale de sí mismo para ponerse al servicio de los jóvenes». Por su parte, el arzobispo Angelo Vincenzo Zani, secretario del dicasterio, resumió las conclusiones del congreso. Recordó que la Congregación ha seguido muy de cerca el trabajo de los organismos internacionales, en particular la UNESCO, donde «se reflexiona sobre los problemas del mundo y se elaboran las perspectivas globales de la educación». El prelado destacó que junto con todas las instituciones educativas católicas repartidas por todo el mundo, «también nosotros queremos contribuir a la consecución de los objetivos de la UNESCO y de los demás organismos mundiales». Después, monseñor Zani anunció que el dicasterio ha establecido una colaboración más estrecha con la escuela de alta formación «Educar al encuentro y la solidaridad» (EIS), constituida en los últimos meses en la Libre Universidad María Santísima Asunta (Lumsa) de Roma. Esta escuela tiene entre sus objetivos «promover la investigación científica en colaboración con universidades y centros académicos especializados de diferentes países». El arzobispo recordó también la constitución reciente por parte del Papa Francisco de la fundación Gravissimum educationis. Uno de los principales objetivos de la nueva organización es la «promoción de la investigación, estudios y publicaciones sobre el pensamiento de la Iglesia en materia de educación y cultura católica en las escuelas y universidades», así como «el apoyo a eventos internacionales de carácter científico». En su intervención, el jesuita Antonio Spadaro, director de la «Civiltà Cattolica», dijo que la Iglesia «es muy consciente del hecho de que la educación incide sobre el progreso», destacando la importancia del avance digital en la educación y en sus desafíos. La tecnología, añadió, no es «un conjunto de objetos moder- nos y a la vanguardia. Es parte de la acción con la que el hombre ejercita su capacidad de conocimiento, libertad y responsabilidad». Esto introduce hoy importantes desafíos educativos. En particular, el jesuita indicó tres: la forma de concebir el tiempo de la inteligencia conectiva; la capacidad de hacer preguntas sobre el significado de la investigación; la interioridad en el tiempo de la interactividad. También intervino el padre Pedro Aguado, superior general de las Escuelas pías y presidente de la comisión de educación de la Unión de superiores y superioras generales, que trazó una síntesis del congreso. Fueron tres las preguntas que se le hicieron al Papa. Roberto Zappala, director del Instituto Gonzaga de Milán, preguntó qué es lo que hace que una institución sea verdaderamente cristiana. El hermano Antonio Ojeda, profesor de la Universidad de Málaga, en referencia a la cultura del encuentro, le preguntó lo que esto significa para los sujetos que participan en la promoción de la educación. Por último, la hermana Pina Del Core, decana de la facultad de ciencias de la educación del Auxilium de Roma, le interrogó sobre cuáles son los desafíos que se les presentan a los educadores, en los tiempos de la «tercera guerra mundial en pedazos» y qué tipo de aliento se debe ofrecer a todos los educadores que se dedican con pasión a su misión tan delicada. Entre los asistentes al cardenal Grocholewski y Kovithavanij. Los cantos fueron interpretados por el coro del Instituto Juan Merlini de Viterbo y la música de la orquesta sinfónica juvenil Sanitansemble, del barrio Sanità de Nápoles, integrada por 40 miembros de 10 a 20 años y un coro de 55 adultos, conducidos por el maestro Paolo Acunzo. L’OSSERVATORE ROMANO página 6 viernes 27 de noviembre de 2015, número 48 El secretario de Estado sobre la visita del Papa a África Las religiones juntas contra la violencia Cuando el Papa Francisco toque por primera vez suelo africano «no podrá no tener en los ojos y en el corazón» las «imágenes horribles» de los 147 estudiantes asesinados en Kenia en el mes de abril y de los jóvenes masacrados en París el 13 de noviembre. Y seguramente renovará el llamamiento «que hace continuamente a los seguidores de todas las religiones, a no usar el nombre de Dios para justificar la violencia»: se mostró convencido de ello el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, en la entrevista concedida al Centro televisivo vaticano a pocos días del inicio del viaje del Pontífice al continente. El purpurado acompañará al Papa a Kenia y a Uganda, pero no a la República Centroafricana, porque tendrá que viajar a París para participar en la Cop21. Al responder a las preguntas de Alessandro Di Bussolo, el cardenal recordó al respecto las palabra del Papa en el Ángelus del domingo 15 de noviembre, cuando explicó que matar en nombre de Dios «es blasfemar. Por lo tanto, no es una forma de alabar a Dios, sino de ofender de forma gravísima el nombre de Dio y su amor por nosotros, y a Dios mismo». De aquí «el llamamiento a hacer de las religiones» lo que ellas «son y deben ser, es decir, agentes de bien, constructoras de reconciliación, de paz, de fraternidad en el mundo de hoy, en un mundo ya desgarrado por tantos conflictos de diversa naturaleza». Y «hacerlo juntos —continuó—, me pa- rece un punto importante. Hoy las religiones deben encontrar el modo de trabajar juntas, de colaborar juntas para ayudar a la humanidad a ser cada vez más fraterna y solidaria. Todo esto a través, sobre todo, del diálogo interreligioso». A la sucesiva constatación del entrevistador de que África constituye una periferia del planeta, el cardenal Parolin respondió recordando cómo al Pontífice le interesan de manera especial los temas de la encíclica Laudato si’ y del discurso a las Naciones Unidad sobre la defensa del medio ambiente y la lucha contra la exclusión. Temas, añadió, «que en definitiva son parte de la enseñanza tradicional de la doctrina social de la Iglesia, al menos a partir de León XIII, y luego aplicados a las diversas situaciones que se han ido presentando». Los mismos, continuó el secretario de Estado, «encontrarán una particular resonancia en el continente africano», donde «se dará un fuerte mensaje» a fin de que nadie deje «de luchar contra la pobreza, contra la exclusión», y de asegurar «una vida digna, una vida que respete la dignidad de seres humanos y de hijos de Dios de las poblaciones de África». Presentación del viaje del Pontífice En África el abrazo de la misericordia No es sólo el primer viaje del Papa Francisco a África, sino también la primera vez que Jorge Mario Bergoglio toca el suelo del gran continente. Una meta tan deseada como complicada en la presentación que hace del mismo una crónica diaria que habla de violencia, guerra, odio y divisiones. Ante todo esto, al que es su 11° viaje internacional, el Papa quiere llevar el abrazo de la misericordia. Un abrazo que hable de perdón, paz, diálogo y reconciliación. A pocos días del viaje (25-30 de noviembre) a Kenia, Uganda y República Centroafricana —serán, así, diecinueve los países visitados por el Pontífice— el director de la Oficina de prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, presentó, el jueves 19 de noviembre, el programa del mismo. Un calendario que, no obstante la crítica situación en la República Centroafricana, se mantiene animado por la firme voluntad del Pontífice de visitar esa tierra atormentada por la guerra civil y, además, de abrir precisamente en la capital Bangui, con un gesto de grandísima fuerza espiritual, la Puerta santa. El Papa, invitado por los presidentes de los tres países y por las Conferencias episcopales locales, seguirá los pasos de los Pontífices que lo han precedido: Pablo VI, que en 1969 fue a Uganda para consagrar el santuario de Namugongo, y Juan Pablo II, que en sus numerosos viajes al continente estuvo tres veces en Kenia (1980, 1985, 1995) y una vez en la República Centroafricana (1985). Diecinueve los discursos previstos —casi todos en italiano, además de dos en inglés, uno en francés y uno en español, con traducción en las lenguas locales— durante una visita con etapas muy intensas, con casi un día y medio dedicado a cada uno de los tres países, en cuyas capitales el Papa Francisco eligió moverse siempre en papamóvil descubierto, o sea con coches no blindados. Un árbol para el futuro VIENE DE LA PÁGINA 1 so de relieve el Papa mismo en el discurso de respuesta a la muy cordial bienvenida del presidente Uhuru Kenyatta, ante las autoridades y el cuerpo diplomático, e inmediatamente elogió al país del cual es huésped por la ejemplaridad de su proceso democrático. El objetivo es construir una sociedad multiétnica, justa e inclusiva, en una nación que Bergoglio definió ante todo joven, y que, por lo tanto, debe saber invertir en los jóvenes. Pero también caracterizan a Kenia la belleza y la abundancia de los recursos naturales, aspectos que llevaron al Pontífice a hacer mención de la grave crisis ambiental, a pocos días de la conferencia de París, donde la Santa Sede estará representada por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, que para llegar a tiempo a la capital francesa tendrá que abandonar el viaje papal en Uganda. En el centro de la última encíclica, que ha suscitado interés más allá de los ambientes católicos, la cuestión de la relación con la naturaleza pone a cada ser humano ante la responsabilidad de custodiar toda la creación y su belleza, para trasmitirlas íntegras a las generaciones futuras. Estos son valores «profundamente arraigados en el alma africana» dijo el Papa Francisco. Y, en un mundo que en lugar de proteger prefiere explotar «nuestra casa común», esta convicción debe llevar a modelos de desarrollo responsables. Una vez más el Pontífice repitió que hay «una clara relación entre la protección de la naturaleza y la construcción de un orden social justo» y que, por lo tanto, la renovación de la relación con el medioambiente pasa por la renovación de comunidad misma. Por esto es necesario combatir la pobreza, de la cual nace la desesperación que alimenta la violencia y el terrorismo. Son estos los «enemigos de la paz y la prosperidad» dijo Bergoglio a las autoridades del país y a los representantes diplomáticos, que unas quince veces han interrumpido con aplausos su primer discurso en tierra africana. Y antes de la gran misa en el campus de la universidad y del encuentro con el clero y los religiosos, un firme llamamiento en favor de la necesidad y la urgencia del diálogo entre los cristianos y entre las religiones surgió del encuentro con algunos líderes religiosos. La amistad y la comprensión entre las religiones no son «un lujo»: esto, en efecto, el mundo lo «necesita cada vez más» repitió el Pontífice, recordando las masacres que ensangrentaron Kenia. Porque el Dios «a quien buscamos servir es un Dios de la paz» y su nombre santo «no debe ser usado jamás para justificar el odio y la violencia». L’OSSERVATORE ROMANO número 48, viernes 27 de noviembre de 2015 página 7 El Papa Francisco en Kenia Para vencer el miedo De nuestro enviado MAURIZIO FONTANA Después de un viaje de más de cinco mil kilómetros, sobrevolando el Mar Mediterráneo atravesado en sentido inverso por miles de personas desesperadas y en busca de futuro, el Papa está en África. La visita tan deseada y querida con todas las fuerzas, comenzó el miércoles 25 de noviembre. Ahora el continente, a menudo periferia explotada en sus recursos, es el centro de un mundo que, desfallecido y asustado por las violencias y el odio, espera un mensaje de esperanza. La escalada de terror y miedo sembrada por los fundamentalistas del ISIS el pasado 13 de noviembre en París y prolongada el viernes sucesivo con el ataque terrorista en un hotel de Bamako, en Malí, es sólo la más reciente y evidente expresión de la «guerra mundial en fascículos» denunciada en más de una ocasión por el Pontífice. Y en ese contexto ya adquiere un valor altamente simbólico la primera etapa del viaje, Kenia, donde aún está vivo el recuerdo de la terrible matanza que tuvo lugar hace pocos meses en la universidad de Garissa. Era el 2 de abril, y ciento cincuenta jóvenes fueron asesinados por el grupo islamista de Al Shabaab. Hoy todos esperan del Pontífice una palabra de consuelo y de apoyo. El lema de la visita es, no por casualidad, «Sed fuertes en la fe, no tengáis miedo». El décimo primer viaje internacional del Papa Francisco toca uno de los continentes históricamente más lacerados por el cinismo de quienes, recordó él mismo hace pocos días, dicen no querer la guerra y en cambio la alimentan con el criminal comercio de las armas. Como en la República Centroafricana, meta final del itinerario pontificio, donde una sangrienta guerra civil, después de tres años, ha llevado a la población a condiciones extremas. Y el Papa llega por primera vez a este continente precisamente para ser mensajero de paz, de diálogo y de reconciliación; para dirigirse a los pobres, a los que sufren, a los marginados que en esta parte de la tierra, tan maravillosa como atormentada, tienen su casa. Idealmente el Pontífice lleva consigo el texto de la Laudato si’: en la encíclica, en efecto, con sus referencias al cuidado compartido de nuestra casa común, a la tutela del bien de la creación y de la dignidad de cada hombre, a la atención a los pobres y a los excluidos y a la importancia del diálogo entre las religiones, se puede encontrar la agenda del itinerario pontificio en el corazón de África. Y tal vez sea providencial que los últimos días de este viaje coincidan con el inicio de la Conferencia internacional sobre los cambios climáticos, la Cop21 de París, donde los «poderosos» de la tierra estarán llamados a decidir qué planeta dejar en herencia a las generaciones futuras. Y acerca del futuro el Papa hablará sobre todo a los jóvenes africanos. Un futuro que se debe construir a partir de la sabiduría de los ancianos —tesoro que aún se considera, afortunadamente, como algo precioso en la cultura del continente—, pero sobre todo en la fuerza de la fe y en la capacidad de misericordia. Superando las divisiones, las luchas del pasado y del presente en nombre de un destino común que se debe construir en la paz. Por ello el diálogo con las confesiones cristianas y con las demás religiones será una de las claves de este viaje. Así como el aliento a una Iglesia joven y en crecimiento, llamada a confrontarse con una realidad difícil, a ser protagonista en la reparación de las divisiones y en sanar las muchas contradicciones del continente. Después de más de seis horas y media de vuelo, el Papa Francisco aterrizó en el aeropuerto de Nairobi poco después de las 16.30 (hora local). En el lugar lo acogieron el presidente Uhuru Kenyatta, el cardenal John Njue, los obispos kenianos y un grupo de fieles en representación de las tres etnias locales —los kikuyus, los masai y los kamba— que lo homenajearon con una primera entrega de sus sonidos, cantos, colores y entusiasmo, que lo acompañarán en toda la visita. Después de firmar el libro de honor en el pabellón presidencial el Papa se dirigió a Casa de Gobierno para la ceremonia de bienvenida. Anteriormente, como es costumbre durante los vuelos de ida, había saludado a los periodistas presentes a bordo, agradeciéndoles «la presencia y el trabajo». Así, estrechó la mano a uno por uno y recibió algún pequeño regalo. Entre ellos un libro de poesías de detenidos argentinos. Al recibirlo, comentó: «Seguramente habrá también algún amigo mío». A quien le preguntaba si temía por la propia incolumidad, respondió con una broma: «Más que las personas me dan miedo los mosquitos». Pasando luego al sector delantero del avión, el Pontífice quiso dar las gracias y saludar a los miembros de la tripulación de Alitalia. Al comandante, que le prometió que haría lo que sea para permitirle realizar también la etapa centroafricana del viaje, Francisco respondió: «Yo quiero ir a Centroáfrica, si no lo lográis, dadme un paracaídas». En Kenia —donde aún se viven las consecuencias de años de violencia, de corrupción, de divisiones étnicas y políticas— la alegría es tan grande como lo ha sido la espera. Los días pasados, el obispo Alfred Rotich, Ordinario militar para el país, dijo: «Con la visita del Papa es como tener el mensaje de Jesucristo renovado, como tener el sonido de los tambores que transmiten la palabra que resuena en toda África». Y a todos los cristianos africanos, no sólo a los ugandeses, Francisco, en la segunda etapa de su viaje, presentará el ejemplo de los mártires de Namugongo, católicos y anglicanos, unidos por ese «ecumenismo de la sangre» que aún hoy es de dramática actualidad en muchas partes del mundo. «Vosotros seréis mis testigos», dice el lema de la visita al país de Carlos Lwanga y de sus compañeros. Por último, la República Centroafricana. La capital Bangui, herida y sangrante, quiere convertirse en el corazón de la esperanza. En el logo de la visita hay una canoa acompañada por las palabras «Pasemos a la otra orilla», imagen cercana al imaginario africano que se identifica con el «construyamos puentes y no muros» repetido en más de una ocasión por el Pontífice. Aquí, el mundo se puede encontrar y mirar a los ojos. Podrá hacerlo ante una puerta abierta. Con un gesto simbólicamente estremecedor, en efecto, la tarde del 29 de noviembre, primer domingo de Adviento, el Papa Francisco abrirá la Puerta santa del Jubileo para los fieles centroafricanos. Porque el mundo tiene inmediata necesidad de perdón y de misericordia. L’OSSERVATORE ROMANO número 48, viernes 27 de noviembre de 2015 páginas 8/9 Durante la misa en Nairobi el Papa invitó a cuidar de los ancianos y a recibir a los niños como una bendición En el campus de la universidad de Nairobi, el Pontífice celebró la misa el 26 de noviembre, por la mañana, en presencia de una gran multitud de fieles. Publicamos una traducción de la homilía pronunciada por el Papa en italiano. La salud de la sociedad depende de las familias por la sabiduría de los ancianos y con un gran amor por los niños. La salud de cualquier sociedad depende siempre de la salud de sus familias. Por su bien, y por el bien de la sociedad, nuestra fe en la Palabra de Dios nos llama a sostener a las familias en su misión en la sociedad, a recibir a los niños como una bendición para nuestro mundo, y a defender la dignidad de cada hombre y mujer, porque todos somos hermanos y hermanas en la única familia humana. En obediencia a la Palabra de Dios, también estamos llamados a oponernos a las prácticas que fomentan la arrogancia de los hombres, que hieren o La Palabra de Dios nos habla en lo más profundo de nuestro corazón. Dios nos dice hoy que le pertenecemos. Él nos hizo, somos su familia, y Él siempre estará presente para nosotros. «No temas», nos dice: «Yo los he elegido y les prometo darles mi bendición» (cf. Is 44, 2-3). Hemos escuchado esta promesa en la primera lectura de hoy. El Señor nos dice que hará brotar agua en el desierto, en una tierra sedienta; hará que los hijos de su pueblo prosperen como Las familias cristianas tienen esta misión la hierba y los sauces especial: irradiar el amor de Dios y difundir frondosos. Sabemos que las aguas vivificantes de su Espíritu esta profecía se cumplió con la efusión del Espíritu Santo en Pentecostés. Pero también la vemos cumplirse dondequiera que el Evange- degradan a las mujeres, no cuidan a los lio es predicado y nuevos pueblos se ancianos y ponen en peligro la vida de convierten en miembros de la familia los inocentes aún no nacidos. Estamos llamados a respetarnos y apoyarnos de Dios, la Iglesia. Hoy nos regocijamos porque se ha mutuamente, y a estar cerca de todos los que pasan necesidad. cumplido en esta tierra. Gracias a la Las familias cristianas tienen esta mipredicación del Evangelio, todos nosotros hemos entrado a formar parte de la sión especial: irradiar el amor de Dios y difundir las aguas vivificantes de su gran familia cristiana. Espíritu. Esto tiene hoy una importanLa profecía de Isaías nos invita a mi- cia especial, cuando vemos el avance de rar a nuestras propias familias, y a dar- nuevos desiertos creados por la cultura nos cuenta de su importancia en el del egoísmo y de la indiferencia hacia plan de Dios. los demás. La sociedad keniata ha sido abunAquí, en el corazón de esta Universidantemente bendecida con una sólida dad, donde se forman las mentes y los vida familiar, con un profundo respeto corazones de las nuevas generaciones, Itinerario del Papa en su viaje pastoral al continente africano (AFP) hago un llamado especial a los jóvenes de la nación. Que los grandes valores de la tradición africana, la sabiduría y la verdad de la Palabra de Dios, y el generoso idealismo de su juventud, los guíen en su esfuerzo por construir una sociedad que sea cada vez más justa, inclusiva y respetuosa de la dignidad humana. Preocúpense de las necesidades de los pobres, rechacen todo prejuicio y dis- criminación, porque —lo sabemos— todas estas cosas no son de Dios. Todos conocemos bien la parábola de Jesús sobre aquel hombre que edificó su casa sobre arena, en vez de hacer- lo sobre roca. Cuando soplaron los vientos, se derrumbó, y su ruina fue grande (cf. Mt 7, 24-27). Dios es la roca sobre la que estamos llamados a construir. Él nos lo dice en la primera lectura y nos pregunta: «¿Hay un dios fuera de mí?» (Is 44, 8). Cuando Jesús resucitado afirma en el Evangelio de hoy: «Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra» (Mt 28, 18), nos está asegurando que Él, el Hijo de Dios, es la roca. No hay otro fuera de Él. Como único Salvador de la humanidad, quiere atraer hacia sí a los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares, para poder llevarlos al Padre. Él quiere que todos nosotros construyamos nuestra vida sobre el cimiento firme de su palabra. Este es el encargo que el Señor nos da a cada uno de nosotros. Nos pide que seamos discípulos misioneros, hombres y mujeres que irradien la verdad, la belleza y el poder del Evangelio, que transforma la vida. Hombres y mujeres que sean canales de la gracia de Dios, que permitan que la misericordia, la bondad y la verdad divinas sean los elementos para construir una casa sólida. Una casa que sea hogar, en la que los hermanos y hermanas puedan, por fin, vivir en armonía y respeto mutuo, en obediencia a la voluntad del verdadero Dios, que nos ha mostrado en Jesús el camino hacia la libertad y la paz que todo corazón ansía. Que Jesús, el Buen Pastor, la roca sobre la que construimos nuestras vidas, los guíe a ustedes y a sus familias por el camino de la bondad y la misericordia, todos los días de sus vidas. Que Él bendiga a todos los habitantes de Kenia con su paz. «Estén firmes en la fe. No tengan miedo». «Porque ustedes pertenecen al Señor». Mungu awabariki! (Que Dios los bendiga). Mungu abariki Kenya! (Que Dios bendiga a Kenia) Con los representantes religiosos el Pontífice reitera que el diálogo ecuménico no es un lujo y recuerda las matanzas terroristas que han ensangrentado Kenia Nunca más odio y violencia en el nombre de Dios La segunda jornada del viaje en Kenia comenzó con el encuentro ecuménico e interreligioso que se desarrolló en la sede de la nunciatura apostólica de Nairobi, el jueves 26 de noviembre por la mañana. A continuación una traducción del discurso pronunciado por el Papa en italiano. Queridos amigos: Les agradezco su presencia esta mañana y la oportunidad de compartir con ustedes estos momentos de reflexión. Deseo dar las gracias, de modo particular, a monseñor Kairo, al arzobispo Wabukala y al profesor El-Busaidy por las palabras de bienvenida que me han dirigido en nombre de ustedes y de sus respectivas comunidades. Siempre que visito a los fieles católicos de una Iglesia local considero importante el poder reunirme con los líderes de otras comunidades cristianas y tradiciones religiosas. Espero que este tiempo que pasamos juntos sea un signo de la estima que la Iglesia tiene por los seguidores de todas las religiones y afiance los lazos de amistad que ya nos unen. En realidad, nuestra relación nos impone desafíos e interrogantes. Sin embargo, el diálogo ecuménico e interreligioso no es un lujo. No es algo añadido u opcional sino fundamental; algo que nuestro mundo, herido por conflictos y divisiones, necesita cada vez más. En efecto, nuestras creencias y prácticas religiosas influyen en nuestro modo de entender nuestro propio ser y el mundo que nos rodea. Son para nosotros una fuente de iluminación, sabiduría y solidaridad, que enriquece a las sociedades en las que vivimos. Cuidando el crecimiento espiritual de nuestras comunidades, mediante la formación de la inteligencia y el corazón en las verdades y en los valores que nuestras tradiciones religiosas custodian, nos convertimos en una bendición para las comunidades en las que viven nuestros pueblos. En las sociedades democráticas y pluralistas como la keniata, la cooperación entre los líderes religiosos y sus comunidades se convierte en un importante servicio al bien común. Desde esta perspectiva, y en un mundo cada vez más interdependiente, vemos siempre con mayor claridad la necesidad de una mutua comprensión interreligiosa, de amistad y colaboración para la defensa de la dignidad otorgada por Dios a cada persona y a cada pueblo, y el derecho que tienen de vivir en libertad y felicidad. Al promover el respeto de esa dignidad y de esos derechos, las religiones juegan un papel esencial en la formación de las conciencias, infundiendo en los jóvenes los profundos valores espirituales de nues- tras respectivas tradiciones, preparando buenos ciudadanos, capaces de impregnar la sociedad civil de honradez, integridad y una visión del mundo que valore a la persona humana por encima del poder y del beneficio material. Pienso aquí en la importancia de nuestra común convicción, según la cual el Dios a quien buscamos servir es un Dios de la paz. Su santo Nombre no debe ser usado jamás para justificar el odio y la violencia. Sé que está aún vivo en sus mentes el recuerdo de los bárbaros ataques al Westgate Mall, al Garissa University College y a Mandera. Con demasiada frecuencia, se radicaliza a los jóvenes en nombre de la re- ligión para sembrar la discordia y el miedo, y para desgarrar el tejido de nuestras sociedades. Es muy importante que se nos reconozca como profetas de paz, constructores de paz que invitan a otros a vivir en paz, armonía y respeto mutuo. Que el Todopoderoso toque el corazón de los que cometen esta violencia y conceda su paz a nuestras familias y a nuestras comunidades. Queridos amigos, este año se celebra el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, en el que la Iglesia católica se ha comprometido con el diálogo ecuménico e interreligioso al servicio de la comprensión y la amistad. Deseo reafirmar este compromiso, que brota de nuestra convicción en la universalidad del amor de Dios y en la salvación que Él ofrece a todos. El mundo espera justamente que los creyentes trabajen junto con las personas de buena voluntad, para afrontar los numerosos problemas que afectan a la familia humana. Mirando hacia el futuro, imploremos que todos los hombres y las mujeres se consideren hermanos y hermanas, pacíficamente unidos en y a través de sus diferencias. Recemos por la paz. Les agradezco su atención y suplico a Dios Todopoderoso que les conceda a ustedes y a sus comunidades la abundancia de sus bendiciones. L’OSSERVATORE ROMANO página 10 viernes 27 de noviembre de 2015, número 48 A su llegada a Kenia el Pontífice invita a promover modelos de desarrollo más justos y equitativos Miedo y pobreza alimentan el terrorismo El primer discurso del Papa Francisco en Kenia, el miércoles 25 de noviembre por la tarde, fue pronunciado en inglés durante el encuentro con las autoridades y el Cuerpo diplomático en el «State house» de Nairobi. A continuación la traducción en español. Señor presidente, miembros del gobierno y autoridades civiles, distinguidos miembros del cuerpo diplomático, hermanos obispos, señoras y señores: Estoy muy agradecido por la afectuosa bienvenida que me han ofrecido en esta mi primera visita a África. Le agradezco, señor presidente, sus amables palabras en nombre del pueblo de Kenia. Deseaba mucho estar entre ustedes. Kenia es una nación joven y vibrante, una sociedad de gran diversidad, que desempeña un papel significativo en la región. En muchos aspectos, su experiencia de dar forma a una democracia es compartida por muchas otras naciones africanas. Al igual que Kenia, ellas también están trabajando para construir, sobre las bases sólidas del respeto mutuo, el diálogo y la cooperación, una sociedad multiétnica que sea verdaderamente armoniosa, justa e inclusiva. La suya es también una nación de jóvenes. Espero encontrarme con muchos de ellos estos días, hablar con ellos y poder alentar sus esperanzas y aspiraciones para el futuro. Los jóvenes son la riqueza más valiosa de una nación. sus mayores, valores que son el corazón y el alma de un pueblo. Kenia ha sido bendecida no sólo con inmensa belleza, en sus montañas, en sus ríos y lagos, en sus bosques, sabanas y semidesiertos, sino también con la abundancia de recursos naturales. Los keniatas No puede haber una renovación de tienen gran aprecio por estos dones recibinuestra relación con la naturaleza, sin dos de Dios, y son couna renovación de la humanidad misma nocidos por su cultura de la conservación, lo cual les honra. La grave crisis ambiental que Protegerlos, invertir en ellos y ten- afronta nuestro mundo exige cada derles una mano es la mejor manera vez más una mayor sensibilidad por que tenemos para garantizarles un la relación entre los seres humanos y futuro digno de la sabiduría y de los la naturaleza. valores espirituales apreciados por Tenemos la responsabilidad de No puede haber una renovación de nuestra relación con la naturaleza, sin una renovación de la humanidad misma (cf. Laudato si’, 118). En la medida en que nuestras sociedades experimentan divisiones, ya sea étnicas, religiosas o económicas, todos los hombres y mujeres de buena voluntad están llamados a trabajar por la reconciliación y la paz, el perdón y la sanación. La tarea de construir un orden democrático sólido, de fortalecer la cohesión y la integración, la tolerancia y el respeto por los demás, está orientada primordialmente a la búsqueda del bien común. La experiencia demuestra que la violencia, los conflictos y el terrorismo que se alimenta del miedo, la desconfianza y la desesperación nacen de la pobreza y la frustración. En última instancia, la lucha contra estos enemigos de la paz y la prosperidad debe ser llevada a cabo por hombres y mujeres que creen en ella sin temor, y dan testimonio creíble de los grandes valores espirituales y políticos que inspiraron el nacimiento de la nación. Señoras y señores, la promoción y preservación de estos grandes valores se confía de un modo especial a ustedes, dirigentes de la vida política, cultural y económica de su país. Esta es una gran responsabilidad, una verdadera vocación al servicio de todo el pueblo de Kenia. El Evangelio nos dice que aquellos a quienes mucho se les ha dado, mucho se le exigirá (cf. Lc 12, 48). Con este espíri- transmitir a las generaciones futuras la belleza de la naturaleza en su integridad, y la obligación de administrar adecuadamente los dones que hemos recibido. Estos valores están profundamente arraiLa tarea de construir un orden gados en el alma africana. En un mundo democrático sólido está orientada a la que, en vez de protebúsqueda del bien común ger, sigue explotando nuestra casa común, estos valores deben inspirar los esfuerzos de los líderes nacionales para pro- tu, les animo a trabajar con integrimover modelos responsables de de- dad y transparencia por el bien común, y fomentar un espíritu de solisarrollo económico. daridad en todos los ámbitos de la En efecto, existe una clara rela- sociedad. Yo les exhorto, en particución entre la protección de la natura- lar, a preocuparse verdaderamente leza y la construcción de un orden por las necesidades de los pobres, las aspiraciones de los jóvenes y una social justo y equitativo. justa distribución de los recursos naturales y humanos con que el Creador ha bendecido a su país. Les aseguro el compromiso constante de la comunidad católica, a través de sus obras educativas y caritativas, por ofrecer su contribución específica en estas áreas. Queridos amigos, me han dicho que aquí en Kenia es una tradición que los escolares jóvenes planten árboles para la posteridad. Que este signo elocuente de esperanza en el futuro y la confianza en que Dios acompaña su crecimiento, los sostenga en sus esfuerzos por cultivar una sociedad solidaria, justa y pacífica, en este país y en todo el gran continente africano. Les doy las gracias una vez más por su cálida bienvenida e invoco sobre ustedes y sus familias, y sobre todo el amado pueblo de Kenia, abundantes bendiciones del Señor. Mungu abariki Kenya! Que Dios bendiga Kenia. número 48, viernes 27 de noviembre de 2015 L’OSSERVATORE ROMANO página 11 Lo recuerda el Papa en el encuentro con el clero, religiosos y seminaristas en Nairobi Seguir a Jesús es sinónimo de servir a los demás El jueves 26 de noviembre, por la tarde, en el campo de deportes de la «St. Mary’s School» de la ciudad de Nairobi, el Papa mantuvo un encuentro con el clero, los religiosos y seminaristas. Dejando a un lado el texto preparado, se dirigió a los presentes de forma espontánea en español, tras una breve introducción en inglés. V. Tumisufu Yesu Kristu! (Alabado sea Jesucristo) R. [Milele na Milele. Amina] (Ahora y siempre. Amén) Muchas gracias por su presencia. Me gustaría mucho hablarles en inglés, pero mi inglés es pobre. He tomado nota y quisiera decirles tantas cosas a todos ustedes, a cada uno, pero me da miedo hablar y preferiría hacerlo en mi lengua madre. Mons. Miles hará el traductor. Gracias por su comprensión. Cuando se leía la Carta de san Pablo me tocó: «Estoy firmemente convencido de que aquel que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús» (Flp 1, 6). El Señor nos ha elegido a todos, y Él comenzó su obra el día que nos miró en el bautismo y el día que nos miró después cuando nos dijo: si tenés ganas vení conmigo. Y bueno, ahí nos metimos en fila y empezamos el camino, pero el camino lo empezó Él, no nosotros. En el Evangelio leemos de uno curado que quiso seguir el camino y Jesús le dijo: «no». En el seguimiento de Jesucristo, sea en el sacerdocio, sea en la vida consagrada, se entra por la puerta, la puerta es Cristo, Él llama, Él empieza, Él va haciendo el trabajo. Hay algunos que quieren entrar por la ventana. No sirve eso. Por favor, si alguno ve que un compañero o una compañera entró por la ventana, abrácelo y explíquele que mejor que se vaya, y que sirva a Dios en otro lado, porque nunca va a llegar a término una obra que empezó Jesús por la puerta. Y esto nos tiene que llevar a una conciencia de elegidos: «yo fui mirado», «yo fui elegido». Me impresiona el comienzo del capítulo 16 de Ezequiel: Eras hijo de extranjeros, estabas recién nacido y tirado. Yo pasé, te limpié y te llevé conmigo (cf. vv. 6-9). Ese es el camino, esa es la obra que el Señor comenzó cuando los miró. Hay algunos que no saben para qué Dios los llama, pero sienten que Dios los llamó. Vayan tranquilos, Él les hará comprender para qué los llamó. Hay otros que quieren seguir al Señor pero con interés, por interés. Acordémonos de la mamá de Santiago y Juan: «Señor te quiero pedir que cuando partas la torta le des la parte más grande a mis dos hijos. Uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Da la tentación de seguir a Jesús por ambición: ambición de dinero, ambición de poder. Todos podemos decir: «Cuando yo empecé a seguir a Jesús ni se me ocurrió eso». Pero a otro se le ocurrió y poco a poco te lo sembró en el corazón como una cizaña. En la vida del seguimiento de Jesús no hay lugar ni para la propia ambición, ni para las riquezas, ni para ser una persona importante en el mundo. A Jesús se lo sigue hasta el últi- mo paso de su vida terrena, la cruz. Después Él se encarga de resucitarte, pero hasta ahí, andá vos. Y esto se los digo en serio, porque la Iglesia no es una empresa, no es una ONG, la Iglesia es un misterio, es el misterio de la mirada de Jesús sobre cada uno, que le dice: «vení». Queda claro, el que llama es Jesús. Se entra por la puerta, no por la ventana, y se sigue el camino de Jesús. Evidentemente que Jesús cuando nos elige no nos canoniza, seguimos siendo los mismos pecadores. Yo les pediría, por favor, si hay acá algún sacerdote o alguna religiosa, o algún religioso que no se sienta pecador, que levante la mano. Todos somos pecadores, yo el primero, después ustedes, pero nos lleva adelante la ternura y el amor de Jesús. «Aquel que empezó la buena obra en ustedes la continuará y la completará hasta el día de Jesucristo». Eso nos lleva adelante, el que empezó el amor de Jesús. ¿Ustedes se acuerdan en el Evangelio cuándo lloró el apóstol Santiago? ¿Se acuerda alguno, o no? ¿Y cuándo lloró el apóstol Juan? ¿Y cuándo lloró algún otro apóstol? Uno solo nos dice el Evangelio que lloró, el que se dio cuenta que era pecador, tan pecador era que había traicionado a su Señor, y cuando se dio cuenta de eso, lloró. Después Jesús lo hizo Papa. ¿Quién entiende a Jesús? Un misterio. Nunca dejen de llorar. Cuando a un sacerdote, a un religioso o religiosa se le secan las lágrimas algo no funciona. Llorar por la propia infidelidad, llorar por el dolor del mundo, llorar por la gente que está descartada, por los viejitos abandonados, por los niños asesinados, por las cosas que no entendemos, llorar cuando nos preguntan: ¿Por qué? Ninguno de nosotros tiene todos los porqué, todas las respuestas a los porqué. Hay un autor ruso que se preguntaba por qué sufren los niños, y cada vez que yo saludo a un niño con cáncer, con tumor, con una enfermedad rara —como se llaman ahora— pregunto: ¿por qué sufre este niño? Y yo no tengo respuesta para esto, solamente miro a Jesús en la cruz. Hay situaciones en la vida que solamente nos llevan a llorar mirando a Jesús en la cruz y esa es la única respuesta para ciertas injusticias, para ciertos dolores, para ciertas situaciones de la vida. San Pablo le decía a sus discípulos: «Acordate de Jesucristo, acordate de Jesucristo crucificado». Cuando un consagrado o una consagrada, un sacerdote se olvida de Cristo crucificado, ¡pobrecito!, cayó en un pecado muy feo, un pecado que le da asco a Dios, que lo hace vomitar a Dios, el pecado de la tibieza. Queridos sacerdotes, hermanas y hermanos cuiden de no caer en el pecado de la tibieza. Y bueno, y ¿qué otra cosa les puedo decir que les pueda dar mensaje de mi corazón a ustedes? Que nunca se alejen de Jesús. Esto quiere decir que nunca dejen de orar: «Padre, pero a veces es tan aburrido orar, uno se cansa, se duerme». Dormite delante del Señor. Es una manera de rezar, pero quedate ahí, delante del Señor, rezá, no dejes la oración. Si un consagrado deja la oración, el alma se seca como esos higos ya secos, son feos, tienen una apariencia fea. El alma de una religiosa, de un religioso, de un sacerdote que no reza, es un alma fea. Perdón, pero es así. Les dejo esta pregunta: ¿Yo le quito tiempo al sueño, le quito tiempo a la radio, a la televisión, a las revistas, para rezar o prefiero lo otro? Ponerse delante de Aquel que empezó la obra y que la está terminando en cada uno de ustedes, la oración. Y una última cosa que les quisiera decir, antes de decirles otra. Es que todo el que se dejó elegir por Jesús es para servir, para servir al pueblo de Dios, para servir a los más pobres, los más descartados, los más humildes, para servir a los niños y a los ancianos, para servir también a la gente que no es consciente de la soberbia y del pecado que lleva dentro, para servir a Jesús. Dejarse elegir por Jesús es dejarse elegir para servir, no para hacerse servir. Hace un año más o menos hubo un encuentro de sacerdotes —las monjas se salvan— y durante esos ejercicios espirituales, cada día había un turno de sacerdotes que tenían que servir a la mesa, algunos de ellos se quejaron: «No. Nosotros tenemos que ser servidos, nosotros pagamos, podemos pagar para que nos sirvan». Por favor, no diga eso en la Iglesia. Servir, no servirse de. Bueno esto es lo que les quería decir, que sentí todo de golpe cuando escuche esta frase de san Pablo, confiado en que «Aquel que empezó la buena obra en ustedes la continuará y la completará hasta el día de Jesucristo». Me decía un cardenal, mayor, un año más que yo, que cuando él va al cementerio donde ve misioneros, misioneras, sacerdotes, religiosos, religiosas que han dado su vida, él se pregunta: ¿Y por qué estos no los canonizan mañana, porque pasaron su vida sirviendo? Y a mí me emociona cuando saludo después de una misa, a un sacerdote, una religiosa que me dice: «hace 30, 40 años que estoy en este hospital de niños autistas, o que estoy en las misiones del Amazonas o que estoy en tal lugar o en tal otro». Me toca el alma. Esta mujer o este hombre entendió que seguir a Jesús es servir a los demás y no servirse de los demás. Bueno les agradezco mucho. Pero qué Papa maleducado que es éste ¿no? Nos dio consejos, nos dio palos y no nos dice gracias. Yo les quiero decir, lo último que les quiero decir, «la frutilla de la torta». Quiero darles gracias a ustedes. Gracias por animarse a seguir a Jesús. Gracias por cada vez que se sienten pecadores. Gracias por cada caricia de ternura que dan a quien lo necesita. Gracias por todas las veces que ayudaron a morir en paz a tanta gente. Gracias por quemar la vida en la esperanza. Gracias por dejarse ayudar y corregir, y perdonar todos los días. Y les pido, al darles gracias, que no se olviden de rezar por mí, porque yo lo necesito. Muchas gracias. Al final del encuentro el Santo Padre añadió la siguientes palabras: Les agradezco el buen rato que pasamos juntos, pero yo tengo que salir por esta puerta porque están los niños enfermos de cáncer y quisiera verlos a ellos y darles una caricia. A ustedes les agradezco mucho, y ustedes, los seminaristas, que no los nombré pero están incluidos en todo lo que dije, y si alguno no se anima por este camino, da tiempo, busque otro trabajo, cásese y haga una buena familia. Gracias. página 12 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 27 de noviembre de 2015, número 48 COMUNICACIONES Colegio episcopal Monseñor Rafael Sandoval, obispo de Autlán (México) RENUNCIAS: El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis de Esmirna (Turquía) que monseñor RUGGERO FRANCESCHINI, O.F.M.CAP., le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del Código de derecho canónico. Ruggero Franceschini, O.F.M.CAP., nació en Saltino di Prignano sulla Secchia, diócesis de Reggio EmiliaGuastalla (Italia), el 1 de septiembre de 1939. Ingresó en la Orden de Frailes Menores capuchinos, donde recibió la ordenación sacerdotal el 11 de agosto de 1963. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Sicilibba y vicario apostólico de Anatolia el 2 de julio de 1993; recibió la ordenación episcopal el 3 de octubre sucesivo. El mismo Papa lo promovió a arzobispo de Esmirna el 11 de octubre de 2004. El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la archieparquía de Przemyśl-Varsovia de los bizantinos (Polonia) que monseñor JAN MARTYNIAK le había presentado en conformidad con el canon 210 § 1 Lutos en el episcopado —Monseñor JORGE SCARSO, O.F.M.CAP., obispo emérito de Patos de Minas (Brasil), falleció el 28 de octubre. Había nacido en Módica, diócesis de Noto (Italia), el 13 de agosto de 1916. Era sacerdote desde el 28 de junio de 1942. Pablo VI lo nombró obispo titular de Gemelle di Numidia y auxiliar de Patos de Minas el 29 de noviembre de 1967; recibió la ordenación episcopal el 25 de marzo de 1968. El Papa lo nombró obispo de Patos de Minas el 28 de diciembre del mismo año. Juan Pablo II aceptó su renuncia al gobierno pastoral de la diócesis el 8 de enero de 1992. —Monseñor JOHANNES MARIA TRILAKSYANTA PUJASUMARTA, arzobispo metropolitano de Semarang (Indonesia), falleció el 10 de noviembre. Había nacido en Solo, archidiócesis de Semarang, el 27 de diciembre de 1949. Era sacerdote desde el 25 de junio de 1977. Benedicto XVI lo nombró obispo de Bandung el 17 de mayo de 2008; recibió la ordenación episcopal el 16 de julio sucesivo. El Santo Padre lo promovió a arzobispo de Semarang el 12 de noviembre de 2010. del Código de cánones de las Iglesias orientales. nación episcopal el 29 de abril sucesivo. Jan Martyniak nació en Spas, eparquía de Sambir-Drohobych de los ucranianos (Ucrania), el 20 de junio de 1939. Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1964. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Vardimissa y auxiliar del Ordinariato para los fieles de rito greco-católico residentes en Polonia el 20 de julio de 1989; recibió la ordenación episcopal el 16 de septiembre sucesivo. El mismo Papa lo nombró obispo de la entonces eparquía de Przemyśl de rito bizantino-ucraniano (Polonia) el 16 de enero de 1991 y lo promovió a arzobispo de PrzemyślVarsovia, al crear dicha sede el 24 de mayo de 1996. El Papa ha aceptado la renuncia a la función de auxiliar de la archidiócesis de Detroit (Estados Unidos) que monseñor FRANCIS R. REISS, obispo titular de Remesiana, le había presentado en conformidad con los cánones 411 y 401 § 1 del Código de derecho canónico. El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Angoulême (Francia) que monseñor CLAUDE DAGENS le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del Código de derecho canónico. Claude Dagens nació en Burdeos el 20 de mayo de 1940. Recibió la ordenación sacerdotal el 4 de octubre de 1970. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Vulturara y auxiliar de Poitiers el 3 de julio de 1987; recibió la ordenación episcopal el 20 de septiembre sucesivo. El mismo Papa lo nombró coadjutor de la diócesis de Angoulême el 15 de junio de 1993. Pasó a ser obispo de dicha sede el 22 de diciembre de 1993. El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Dourados (Brasil) que monseñor RED OVINO RIZZARD O, C.S., le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del Código de derecho canónico. Redovino Rizzardo, C.S., nació en Bento Gonçalves, diócesis de Caxias do Sul, el 12 de abril de 1939. Recibió la ordenación sacerdotal el 9 de julio de 1967. Juan Pablo II lo nombró obispo coadjutor de la diócesis de Dourados el 3 de enero de 2001; recibió la ordenación episcopal el 25 de marzo del mismo año. Pasó a ser obispo de dicha sede el 5 de diciembre sucesivo. El Papa ha aceptado la renuncia a la función de auxiliar de la diócesis de Elbląg (Polonia) que monseñor JÓZEF WYSO CKI, obispo titular de Precausa, le había presentado en conformidad con los cánones 411 y 401 § 1 del Código de derecho canónico. Józef Wysocki nació en Jartypory, diócesis de Drohiczyn, el 17 de octubre de 1940. Recibió la ordenación sacerdotal el 13 de junio de 1965. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Precausa y auxiliar de Elbląg el 6 de abril de 1989; recibió la orde- Francis R. Reiss nació en Detroit el 11 de noviembre de 1940. Recibió la ordenación sacerdotal el 4 de junio de 1966. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Remesiana y auxiliar de Detroit el 7 de julio de 2003; recibió la ordenación episcopal el 12 de agosto del mismo año. EL PAPA HA NOMBRAD O: —Arzobispo de Esmirna (Turquía) al padre LORENZO PIRETTO, O.P. Lorenzo Piretto, O.P., nació en Mazzé, diócesis de Ivrea (Italia), el 15 de diciembre de 1942. Ingresó en la Orden de Frailes Predicadores, donde recibió la ordenación sacerdotal el 4 de agosto de 1966. Obtuvo la licenciatura en teología en Bolonia y el doctorado en filosofía en la Universidad de Turín. Inició su ministerio en Italia como profesor y maestro de novicios. En 1983 fue trasladado a Turquía donde fue profesor de italiano y latín en la Universidad de Marmana, en Estambul; superior de una comunidad dominica en la misma ciudad; vicario provincial de la Orden para Turquía; párroco y vicario general del vicariato apostólico de Estambul. —Arzobispo de la archieparquía de Przemyśl-Varsovia de los bizantinos (Polonia) a monseñor EUGENIUSZ MIROSŁAW POPOWICZ, hasta ahora obispo titular de Orreacelia y auxiliar de dicha sede. Eugeniusz Mirosław Popowicz nació en Człuchów, eparquía de Wrocław-Gdańsk, el 12 de octubre de 1961. Recibió la ordenación sacerSIGUE EN LA PÁGINA 14 Audiencias pontificias EL PAPA HA RECIBID O: Jueves 19 de noviembre A los obispos de la Conferencia episcopal de Alemania, en visita «ad limina Apostolorum»: —Monseñor Herwig Gössl, obispo titular de Balecio, auxiliar de Bamberga. —Monseñor Gregor Maria Hanke, obispo de Heichstätt. —Monseñor Karl-Heinz Wiesemann, obispo de Espira, con el auxiliar, monseñor Otto Georgens, obispo titular de Gubaliana. Malliana, y monseñor Michael Gerber, obispo titular de Migirpa. —Cardenal Karl Lehmann, obispo de Maguncia, con el auxiliar, monseñor Udo Bentz, obispo titular de Sita. —Monseñor Gebhard Fürst, obispo de Rottenburg-Stuttgart, con los auxiliares: monseñor Johannes Kreidler, obispo titular de Edistiana, y monseñor Thomas Maria Renz, obispo titular de Rucuma. —Monseñor Karl Heinz Diez, obispo titular de Villa del re, auxiliar de Fulda. —Monseñor Friedhelm Hofmann, obispo de Würzburg, con el auxiliar, monseñor Ulrich Boom, obispo titular de Sulletto. —Monseñor Manfred Grothe, obispo titular de Ippona Zárito, administrador apostólico de Limburgo. —Monseñor Matthias König, obispo titular de Elicroca, y monseñor Hubert Berenbrinker, obispo titular de Panatoria, auxiliares de Paderborn. —Monseñor Stefan Hesse, arzobispo de Hamburgo, con el auxiliar, monseñor Hans-Jochen Jaschke, obispo titular de Tisili. —Monseñor Ulrich Neymeyr, obispo de Erfurt, con el auxiliar, monseñor Reinhard Hauke, obispo titular de Fiumepiscense. —Monseñor Heinz Josef Algermissen, obispo de Fulda. —Monseñor Gerhard Feige, obispo de Magdeburgo. —Monseñor Stephan Burger, arzobispo de Friburgo en Brisgovia, con los auxiliares: monseñor Bernd Joachim Uhl, obispo titular de —Monseñor Norbert Trelle, obispo de Hildesheim, con los auxiliares: monseñor Nikolaus Schwerdtfeger, obispo titular de Fussala, y monseñor Heinz-Günter Bongartz, obispo titular de Bonusta. —Monseñor Franz-Josef Hermann Bode, obispo de Osnabrück, con el auxiliar, monseñor Johannes Wübbe, obispo titular de Ros Cré. —Al cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Múnich y Freising, con SIGUE EN LA PÁGINA 14 número 48, viernes 27 de noviembre de 2015 L’OSSERVATORE ROMANO página 13 La Misa diaria del Pontífice El camino de la paz Que el mundo vuelva a encontrar el camino de la paz «precisamente a las puertas de este Jubileo de la misericordia». Es el grito lanzado por el Papa Francisco en la misa que celebró el jueves 19 de noviembre, por la mañana, en la capilla de la Casa Santa Marta. «Jesús lloró», afirmó inmediatamente el Papa Francisco en la homilía, relanzando las palabras del pasaje evangélico de san Lucas (19, 4144). Cuando, en efecto, «se acercó a Jerusalén», el Señor «lloró al ver la ciudad». ¿Por qué? Es Jesús mismo quien responde: «¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos». Así, pues, Él «llora porque Jerusalén no había comprendido el camino de la paz y había elegido la senda de las enemistades, del odio, de la guerra». «Hoy Jesús está en el cielo, nos mira» —recordó el Papa Francisco— y «vendrá entre nosotros, aquí sobre el altar». Pero «también hoy Jesús llora, porque nosotros hemos preferido el camino de las guerras, la senda del odio, la senda de las enemistades». Todo esto se comprende aún más ahora que «estamos cerca de la Navidad: habrá luces, habrá fiesta, árboles luminosos, también pesebres... todo apariencia: el mundo sigue declarando la guerra, declarando la guerra. El mundo no ha comprendido la senda de la paz». E incluso, dijo el Pontífice, «el año pasado hemos conmemorado el centenario de la Gran guerra». Y «este año otras conmemoraciones en el aniversario de Hiroshima y Nagasaki, sólo por nombrar dos de ellos». Y «todos se lamentan» diciendo: «¡Qué historias horribles!». Recordando su visita al cementerio militar de Redipuglia, el 13 de septiembre de 2014, en el centenario de la primera guerra mundial, el Papa confesó que había vuelto a pensar en las palabra de Benedicto xv: «masacres inútiles». Masacres que han provocado la muerte de «millones y millones de hombres». Sin embargo, añadió, «aún no hemos comprendido el camino de paz». Y «no acabó allí: hoy, en los telediarios, en la prensa, vemos que en algunos sitios hay bombardeos» y escuchamos que «eso es una guerra». Pero «por todas partes hoy hay guerra, hay odio». Lucha cotidiana Llegamos incluso a consolarnos diciendo: «Sí, hubo un bombardeo, pero gracias a Dios murieron sólo veinte niños». O sino decimos: «No murieron muchas personas, muchos fueron secuestrados...». De esta forma «también nuestro modo de pensar se convierte en una locura». En efecto, se preguntó el Pontífice, «¿qué queda de una guerra, de esta que estamos viviendo ahora?». Quedan «ruinas, miles de niños sin educación, tantos muertos inocentes: ¡muchos!». Y «mucho dinero en los bolsillos de los traficantes de armas». Es una cuestión crucial. «Una vez —recordó el Papa— Jesús dijo: “No se puede servir a dos señores: o Dios o las riquezas”». Y «la guerra es precisamente optar por las riquezas: “Fabricamos armas, así la economía se equilibra un poco, y seguimos adelante con nuestros intereses”». Al respecto, afirmó el Papa Francisco, «hay una palabra fea del Señor: “¡Malditos!”», porque «Él dijo: “¡Benditos los constructores de paz!”». Por lo tanto, los «que causan la guerra, que provocan las guerras, son malditos, son delincuentes». Una guerra, explico el Pontífice, «se puede justificar —entre comillas— con muchas, muchas razones. Pero cuando todo el mundo, como sucede hoy, está en guerra —¡todo el mundo!— es una guerra mundial por fascículos: aquí, allí, allá, por todos lados». Y «no hay justificación. Y Dios llora. Jesús llora». Vuelven, así, las palabras del Señor sobre Jerusalén, que nos recuerda el Evangelio de san Lucas: «¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz!». Hoy «este mundo no es constructor de paz». Y «mientras los traficantes de armas hacen su trabajo, hay pobres agentes de paz que dan la vita sólo por ayudar a una persona, a otra, a otra, a otra». Y realizan esta misión tomando como modelo «un símbolo, un icono de nuestros tiempos: Teresa de Calcuta». En efecto «con el cinismo de los poderosos se podría decir: ¿qué hizo esa mujer? Perdió su vida ayudando a la gente a morir». La cuestión es que hoy «no se comprende el camino de la paz». O sea, «la propuesta de paz de Jesús no fue escuchada». Y «por eso llora mirando Jerusalén y llora ahora». «Nos hará bien a nosotros —dijo como conclusión el Papa— pedir la gracia del llanto por este mundo que no reconoce el camino de la paz, que vive para declarar la guerra, con el cinismo de decir que no se haga». Y, añadió, «pidamos la conversión del corazón». Precisamente «a las puertas de este Jubileo de la misericordia —fue le deseo del Papa Francisco—, que nuestro jubileo, nuestra alegría, sea la gracia de que el mundo vuelva a encontrar la capacidad de llorar por sus crímenes, por lo que causa con las guerras». Invitado por la liturgia del día, Francisco volvió a hablar de la Iglesia y de los peligros que corre cuando se deja vencer por la tentación de la mundanidad: en lugar de ser fiel al Señor, se deja seducir por el dinero y el poder. En la homilía que pronunció durante la misa en Santa Marta, el viernes 20 de noviembre, el Papa puso de relieve cómo «en estos últimos días» la Iglesia nos hizo reflexionar «sobre el proceso de mundanidad, de apostasía que acaba en la persecución». Las Escrituras propusieron para la reflexión «la mundanidad del pueblo de Dios que quería cambiar la alianza con las costumbres de toda la gente pagana». Un cambio, explicó el Pontífice, que conduce al «pensamiento único»; y quien no se adhiere a ello es «perseguido», después de «muchos martirios» y «muchos sufrimientos». Un ejemplo, en las lecturas de los días pasados, se vio en la situación del anciano escriba Eleazar, «que dio ejemplo, hasta el final, de su fidelidad a la ley». En el pasaje tomado del primer libro de los Macabeos (4, 36-37. 52-59) se lee cómo fueron derrotados «estos paganos, este espíritu de mundanidad». Inmediatamente Judas y sus hermanos dijeron: «Nuestros enemigos están vencidos; subamos, pues, a purificar el santuario y a restaurarlo». Así, explicó el Papa, todo el pueblo de Dios se sintió feliz, porque volvió a encontrar «la propia identidad, la de la alianza con el Dios vivo; no la de la mundanidad, que le habían propuesto». Y, destacó, se volvió a consagrar el templo «entre cantos, sonidos de cítaras, arpas y timbales. Todo el pueblo se postró en tierra adorando y alabando al cielo, que les había dado el triunfo... Celebraron la consagración del altar con holocaustos, con alegría y alabanza». Se percibe en estos renglones una «actitud de fiesta». Y, dijo el Papa Francisco, «la fiesta es algo que la mundanidad no sabe ofrecer, no puede hacer», porque «el espíritu mundano nos conduce, como máximo, a vivir un poco de diversión, un poco de ruido»; pero «la alegría sólo viene de la fidelidad a la alianza y no de estas propuestas mundanas». «Lo mismo —destacó el Pontífice— le pasó a Jesús» cuando fue al templo y «empezó a expulsar a los vendedores. Los expulsó a todos, diciéndoles: “Está escrito: mi casa será casa de oración. Pero vosotros habéis hecho de ella una cueva de ladrones”». Es una situación análoga: en el «tiempo de los Macabeos era precisamente el espíritu mundano lo que había ocupado el sitio de la adoración al Dios viviente», y también aquí encontramos «el espíritu mundano», si bien «de otra forma». En ese tiempo, explicó el Papa Francisco haciendo referencia al Evangelio de san Lucas (19, 45-48) que se acababa de leer, «los jefes del temSIGUE EN LA PÁGINA 15 L’OSSERVATORE ROMANO página 14 Colegio episcopal VIENE DE LA PÁGINA 12 dotal el 17 de octubre de 1986. El Papa Francisco lo nombró obispo titular de Orreacelia y auxiliar de Przemyśl-Varsovia el 4 de noviembre de 2013; recibió la ordenación episcopal el 21 de diciembre sucesivo. —Obispo de Angoulême (Francia) al presbítero HERVÉ GOSSELIN. Hervé Gosselin nació en Nantes el 16 de abril de 1956. Recibió la ordenación sacerdotal el 18 de septiembre de 1994, incardinado en la archidiócesis de Rennes. Se licenció en teología moral en el Instituto católico de París. En su ministerio ha desempeñado los siguientes cargos: vicario parroquial; capellán de un centro penitenciario; profesor, director espiritual y ecónomo del seminario interdiocesano de Rennes; y responsable del «Foyer de charité» en la diócesis de Saint-Brieuc. —Obispo de Dourados (Brasil) al padre HENRIQUE APARECID O DE LIMA, C.SS.R. Henrique Aparecido De Lima, nació en Toledo (Brasil) el 28 de julio de 1964. Ingresó en la Congregación del Santísimo Redentor, donde recibió la ordenación sacerdotal el 20 de noviembre de 1999. En su ministerio ha desempeñado los siguientes cargos: vicario parroquial, párroco administrador diocesano de la diócesis de Jardim, viceprovincial de su congregación y, desde octubre de 2014, superior de la provincia redentorista de Campo Grande. C.SS.R., —Obispo de Autlán (México) a monseñor RAFAEL SAND OVAL SAND OVAL, M.N.M., hasta ahora obispo de Tarahumara. Rafael Sandoval Sandoval, M.N.M., nació en Guáscaro, diócesis de Zamora (México), el 10 de abril de 1947. Ingresó en la congregación de los Misioneros de la Natividad de María, donde recibió la ordenación sacerdotal el 2 de julio de 1974. Juan Pablo II lo nombró obispo de Autlán el 4 de enero de 2005; recibió la ordenación episcopal el 9 de marzo sucesivo. —Obispo de San Mateo (Brasil) al presbítero PAULO BOSI DAL’BO. Paulo Bosi Dal’Bo nació en Colatina el 27 de agosto de 1962. Recibió la ordenación sacerdotal el 10 de junio de 2000. Ha sido director de la casa de formación «Nuestra Señora de los pobres», vicario parroquial, párroco, rector del seminario diocesano, presidente de la Organización de los seminarios e institutos filosóficos y teológicos de Brasil y vicario general de la diócesis de Colatina. —Obispo de Porto Novo (Benín) al presbítero ARISTIDE GONSALLO. Aristide Gonsallo nació en Cotunú el 4 de septiembre de 1966. Recibió la ordenación sacerdotal el 27 de diciembre de 1992, incardinado en la archidiócesis de Paraku. Obtuvo el doctorado en teología en la Universidad católica de Angers (Francia). Ha sido profesor en el seminario menor de Paraku, responsa- ble de la reorganización del servicio sanitario diocesano y párroco. —Obispo de Soissons (Francia) a monseñor RENAULD DE DINECHIN, hasta ahora obispo titular de Macrina minore y auxiliar de París. Renauld de Dinechin nació en Lille el 25 de marzo de 1958. Recibió la ordenación sacerdotal el 25 de junio de 1988. Benedicto XVI lo nombró obispo titular de Macrina minore y auxiliar de París el 21 de mayo de 2008; recibió la ordenación episcopal el 5 de septiembre sucesivo. —Obispo de Kribi (Camerún) a monseñor DAMASE ZINGA ATANGANA. Damase Zinga Atangana nació en Nkog Bong, diócesis de Obala, el 9 de diciembre de 1964. Recibió la ordenación sacerdotal el 25 de julio de 1992. Obtuvo el doctorado en teología moral en la Universidad Charles de Gaulle de Lille (Francia). Ha desempeñado su ministerio como rector del seminario menor, vicario general de la diócesis, párroco, responsable nacional para la formación permanente del clero y miembro de la comisión episcopal para la doctrina de la fe. —Obispo de Paramaribo (Surinam) al presbítero KAREL CHOENNIE. Karel Choennie nació en Surinam el 20 de diciembre de 1958. Recibió la ordenación sacerdotal el 30 de septiembre de 1985. Obtuvo la licenciatura en teología pastoral en la Universidad católica de Lovaina (Bélgica). Ha sido párroco en diversas parroquias, vicario episcopal, miembro de la Curia diocesana y vicario general. —Administrador apostólico «sede plena» del vicariato apostólico de San José en Mindoro (Filipinas) a monseñor DAVID WILLIAM V. ANTONIO, obispo titular de Basti y auxiliar de la archidiócesis de Nueva Segovia. David William V. Antonio nació en Nagtupacan, archidiócesis de Nueva Segovia, el 29 de diciembre de 1963. Recibió la ordenación sacerdotal el 1 de diciembre de 1988. Benedicto XVI lo nombró obispo titular de Basti y auxiliar de la archidiócesis de Nueva Segovia el 15 de junio de 2011; recibió la ordenación episcopal el 26 de agosto sucesivo. —Administrador apostólico «sede vacante» de la eparquía de Nyíregyháza (Hungría) para los católicos de rito bizantino, sin carácter episcopal, pero con derogación del canon 164 del Código de cánones de las Iglesias orientales, para su participación en el Consejo de los jerarcas, al padre ÁBEL SZO CSKA, O.S.B.M. Ábel Szocska, O.S.B.M., nació en Vinohradiu el 21 de septiembre de 1972. Ingresó en la Orden de San Basilio Magno, donde recibió la ordenación sacerdotal el 30 de septiembre de 2001. El 16 de febrero de 2008 fue elegido superior provincial de los padres basilianos en Hungría, fue también párroco y, en el último período, protosincelo de la eparquía de Miskolc. viernes 27 de noviembre de 2015, número 48 Nuevo director general del Instituto para las Obras de religión El martes 24 de noviembre, por la mañana, el Papa Francisco visitó la sede del Instituto para las obras de religión (IOR), donde se reunió con el Consejo de superintendencia durante unos veinte minutos, para comunicar el nombramiento del nuevo director general en la persona de Gian Franco Mammì, quien será coadyuvado por Julio Mattietti mientras se deVisita del Papa cide el nuevo vicedirector. Mammì, de 59 años, casado y padre de dos hijas, obtuvo la licenciatura en ciencias políticas en la Universidad de Mesina en 1988. Inició su carrera en el IOR en 1992 como cajero e interventor. En 1998, se convirtió en el segundo a cargo de la oficina de relaciones legales. A en la sede del Istituto para las obras de religión partir del año sucesivo se ocupó de la asistencia a clientes tanto de la Curia romana como en Italia y Latinoamérica. En julio de 2006 fue nombrado responsable de la oficina de adquisiciones y administración y, el 6 de marzo de 2015, vicedirector del IOR. Audiencia pontificias VIENE DE LA PÁGINA 12 los auxiliares: monseñor Bernhard Hasslberger, obispo titular de Ottaba, y monseñor Wolfgang Bischof, obispo titular de Nebbi. —Monseñor Konrad Zdarsa, obispo de Augsburgo, con los auxiliares: monseñor Anton Losinger, obispo titular de Vazi-Sarra, y monseñor Florian Wörner, obispo titular de Gerpiniana. —Monseñor Stefan Oster, obispo de Passau. —Monseñor Rudolf Voderholzer, obispo de Regensburgo. —Monseñor Heiner Koch, arzobispo de Berlín, con el auxiliar: monseñor Matthias Heinrich, obispo titular de Thibaris. —Monseñor Wolfgang obispo de Görlitz. Ipolt, —Monseñor Andreas Kutschke, administrador diocesano de Dresde. Viernes, día 20 —Al presidente de la República de Ucrania, Petro Poroshenko, con la esposa y el séquito. A los obispos de la Conferencia episcopal de Alemania, en visita «ad limina»: —Cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Colonia, con los auxiliares: monseñor Dominik Schwaderlapp, obispo titular de Frigento, y monseñor Ansgar Puff, obispo titular de Gordo. —Monseñor Heinrich Mussinghoff, obispo de Aquisgrán, con los auxiliares: monseñor Karl Borsch, obispo titular de Crepedula, y monseñor Johannes Bundgens, obispo titular de Árd Carna. —Monseñor Franz-Josef Overbeck, obispo de Essen, Ordinario militar, con los auxiliares: monseñor Ludger Schepers, obispo titular de Neapoli di Proconsolare, y monseñor Wilhelm Zimmermann, obispo titular de Benda. —Monseñor Thomas Löhr, obispo titular de Diana, auxiliar de Limburgo. —Monseñor Felix Genn, obispo de Münster, con los auxiliares: monseñor Heinrich Timmerevers, obispo titular de Tulana; monseñor Christoph Hegge, obispo titular de Sicilibba; monseñor Wilfried Theising, obispo titular de Mina; y monseñor Stefan Zekorn, obispo titular de Acque Albe di Mauritania. —Monseñor Stephan Ackermann, obispo de Tréveris, con los auxiliares: monseñor Robert Brahm, obispo titular de Mimiana; monseñor Jörg Michael Peters, obispo titular de Fordongianus; y monseñor Helmut Karl Dieser, obispo titular de Narona. —Monseñor Piotr Kryk, obispo titular de Castra di Marte, exarca apostólico para los fieles ucranianos de rito bizantino residentes en Alemania y en Escandinavia. Sábado, día 21 —Al nuevo embajador de la República árabe de Egipto ante la Santa Sede, Hatem Seif El Nasr, con ocasión de la presentación de las cartas credenciales. —Monseñor Henryk J. Nowacki, arzobispo titular de Blera, nuncio apostólico en Suecia, Islandia, Dinamarca, Finlandia y Noruega. —Monseñor Francesco Follo, observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura (UNESCO). Lunes, día 23 —Al gobernador general de Antigua y Barbuda, Rodney Williams. número 48, viernes 27 de noviembre de 2015 L’OSSERVATORE ROMANO página 15 Misa del Papa en Santa Marta VIENE DE LA PÁGINA 13 plo, los jefes de los sacerdotes y los escribas había cambiado un poco las cosas. Habían entrado en un proceso de degradación y habían convertido en impuro al templo, habían ensuciado el templo». Esto tiene algo que decir también a los cristianos de hoy, porque «el templo es un icono de la Iglesia». Y, destacó el Papa, «la Iglesia siempre —¡siempre!— experimentará la tentación de la mundanidad y la tentación de un poder que no es el poder que Jesucristo quiere para ella». Jesús no dice: «No, esto no se hace, hacedlo fuera»; sino «vosotros habéis hecho aquí una cueva de ladrones». Y, comentó el Pontífice, «cuando la Iglesia entra en este proceso de degradación el final es muy feo. ¡Muy feo!». El Papa Francisco se centró en este concepto fundamental, haciendo referencia una vez más a las imágenes del Antiguo Testamento donde se ve «al pobre anciano sacerdote» que estaba «allí, débil» y «permitía que sus hijos sacerdotes se corrompiesen». Es un peligro actual. En efecto, dijo el Papa, «en la Iglesia siempre está la tentación de la corrupción». Se cae en ella cuando «en lugar de apegarse a la fidelidad al Señor Jesús, al Señor de la paz, de la alegría, de la salvación», ella «se deja seducir por el dinero y el poder». Como se lee en el Evangelio del día, donde los «jefes de los sacerdotes —estos escribas estaban todos apegados al dinero, al poder— habían olvidado el espíritu». No sólo. «Para justificarse y decir que eran justos, que eran buenos, habían cambiado el espíritu de libertad del Señor por la rigidez». Al respecto, el Pontífice recordó cómo Jesús, en el capítulo 23 de san Mateo, habla precisamente «de esta rigidez de ellos». Se ve que la gente, precisamente como se leía en el pasaje del Antiguo Testamento, «había perdido el sentido de Dios, también la capacidad de alegría, de alabanza: no sabían alabar a Dios porque estaban apegados al dinero y al poder, a una forma de mundanidad». En este punto el Papa siguió analizando la escena evangélica, destacando cómo los jefes de los sacerdotes y los escribas «se enfadaron». Jesús no los expulsa a ellos del templo, sino a los que «hacían negocios, a los especuladores del templo»; sin embargo «los jefes de los sacerdotes y los escribas estaban vinculados a ellos», porque evidentemente recibían dinero de ellos. Existía, dijo el Papa Francisco, la «santa tangente». Y ellos «estaban a pegados al dinero y veneraban a esta “santa”». En el Evangelio se leen palabras muy fuertes y se dice que los jefes de los sacerdotes, los escribas y los jefes del pueblo «buscaban acabar con Él». Lo mismo había pasado en tiempos de Judas Macabeo. «¿Por qué?» se preguntó el Pontífice, explicando la dificultad en la que se debatía quien acabaría con Jesús: «No sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de Él, escuchándolo». La fuerza de Jesús, por lo tanto, «era su palabra, su testimonio, su amor. Y donde está Jesús, no hay sitio para la mundani- dad, no hay sitio para la corrupción». Todo esto habla claro también hoy: «esta es la lucha de cada uno de nosotros, esta es la lucha cotidiana de la Iglesia», que está llamada a estar «siempre con Jesús». Y los cristianos deben estar «siempre pendientes de sus labios, para escuchar su palabra; y nunca buscar seguridades donde hay cosas de otro patrón». Por lo demás, «no se puede servir a dos señores: o Dios o las riquezas; o Dios o el poder». He aquí por qué, concluyó el Papa Francisco, «nos hará bien rezar por la Iglesia, pensar en los numerosos mártires de hoy que, por no entrar en este espíritu de mundanidad, de pensamiento único, de apostasía, sufren y mueren. ¡Hoy!». Y recordando que «hoy hay más mártires en la Iglesia que en los primeros tiempos», exhortó: «Nos hará bien pensar en ellos, y también pedir la gracia» de no entrar nunca «en este proceso de degradación hacia la mundanidad que nos conduce al apego del dinero y el poder». El único tesoro El «único tesoro» de la Iglesia es Cristo, en consecuencia, si ésta coloca su seguridad «en otras realidades», se vuelve «tibia, mediocre y mundana». De ahí que, durante la misa del lunes 23 de noviembre, por la mañana, en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa invitase a repetir «Ven Señor Jesús». «Las dos lecturas de la liturgia de hoy» se apresuró a señalar Francisco refiriéndose a los pasajes del libro del profeta Daniel (1, 16.8-20) y del Evangelio de san Lucas (21, 1-4) «nos hablan de personas necesitadas, especialmente en la tradición de Israel: el forastero y la viuda». Y «el tercer necesitado es un huérfano». «Los forasteros —explicó refiriéndose a la primera lectura— eran estos jóvenes llevados a Babilonia: estaban lejos de sus tierras y habían decidido permanecer fieles a sus tradiciones, a la ley del Señor». Pero «el personaje que acapara mayor atención, en este Evangelio, es la viuda». En la Biblia, afirmó el Papa, «las viudas aparecen muchas veces, muchísimas, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo». La viuda, continuó Francisco, «es la mujer sola que no tiene marido que la proteja; la mujer que tiene que arreglárselas como puede, que vive de la caridad pública». Concretamente, dijo el Papa, «la viuda de este pasaje del Evangelio, que Jesús nos muestra, era una viuda que tenía su única esperanza en el Señor». Y «Jesús, mientras observaba a los que echaban donativos en el templo, vio que ésta había lanzado sólo dos pequeñas monedas y dijo: “Esa pobre viuda ha echado más que todos porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad ha echado todo lo que tenía para vivir”». «Me gusta contemplar en las viudas del Evangelio —afirmó el Papa— la imagen de “viudez” de la Iglesia que espera el regreso de Jesús». De hecho, «la Iglesia es la esposa de Jesús, pero su Señor se ha ido y su único tesoro es su Señor». Y «la Iglesia, cuando es fiel, deja todo a la espera de su Señor. Por el contrario, cuando la Iglesia no es fiel, o no es tan fiel o no tiene mucha fe en el amor de su Señor, trata de arreglárselas con otras cosas, con otras seguridades, más propias del mundo que de Dios». «Las viudas del Evangelio —continuó el Pontífice— nos transmiten un hermoso mensaje de Jesús sobre la Iglesia». Por ejemplo, esa mujer «que salía de Naín con el ataúd de su hijo, lloraba sola». Sí, «la gente la acompañaba con mucho cariño, pero ¡su corazón estaba solo!». Es «la Iglesia viuda que llora cuando sus hijos mueren a la vida de Jesús». También, nos encontramos con esa otra mujer «que para defender a sus hijos se presenta ante el juez injusto y le hace la vida imposible, tocándole a la puerta todos los días para decirle “¡hazme justicia!”». Y «al final» ese juez «hace justicia». Ella «es la Iglesia viuda que reza e intercede por sus hijos». Pero «el corazón de la Iglesia está siempre con su Esposo, con Jesús. Está allá arriba. También nuestra alma, tal y como decían los padres del desierto, se asemeja mucho a la Iglesia», aclaró el Papa. Y «cuando nuestra alma, nuestra vida, está más cerca de Jesús se aleja de muchas cosas mundanas, cosas que no sirven, que no ayudan y que alejan de Jesús». Así «es nuestra Iglesia que busca a su Esposo, espera a su Esposo, espera ese encuentro, que llora por sus hijos, lucha por sus hijos, da todo lo que tiene porque su interés es sólo su Esposo». «En estos últimos días del año litúrgico —sugirió Francisco— nos hará bien interrogarnos sobre nuestra alma: si es como esta Iglesia que quiere Jesús, si nuestra alma se dirige a su Esposo y dice: “¡Ven Señor Jesús! Ven”». Y si «dejamos de lado todas estas cosas que no sirven, que no ayudan a la fidelidad, de la misma forma que los jóvenes de la primera lectura dejaron de lado todos esos manjares que no ayudaban a su fidelidad». «La “viudez” de la Iglesia —explicó el Papa— se refiere al hecho de que la Iglesia está esperando a Jesús, esto es una realidad: puede ser una Iglesia fiel a esta expectativa, esperando con confianza el regreso del marido o una Iglesia no fiel a esta “viudez”, que busca seguridad en otras realidades… la Iglesia tibia, la Iglesia mediocre, la Iglesia mundana». Para concluir el Papa invitó a que «pensemos también en nuestra almas ¿nuestra alma busca seguridad sólo en el Señor o busca otras seguridades que no gustan al Señor?». Así, «en estos últimos días, nos hará bien repetir este último versículo de la Biblia: “¡Ven Señor Jesús!”». página 16 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 27 de noviembre de 2015, número 48 A las poblaciones de Kenia y Uganda Los jóvenes, el mayor recurso Los «jóvenes son vuestro recurso más grande y vuestra esperanza más prometedora para un futuro de solidaridad, paz y progreso». Lo destacó el Papa en un videomensaje difundido en Kenia y en Uganda días previos al viaje pontificio en tierra africana. Publicamos la traducción del mensaje enviado en inglés. Uganda y ofrecer a cada uno una palabra de ánimo. Vivimos en tiempos donde los creyentes de las religiones y las perso- nas de buena voluntad en cualquier lugar son llamados a promover la comprensión y el respeto recíprocos y a sostenerse unos a otros como Queridos amigos: Mientras me preparo para visitar Kenia y Uganda a finales de este mes, envío algunas palabras de saludo y de amistad a vosotros y a vuestras familias. Aguardo con gusto el momento que pasaremos juntos. Voy como ministro del Evangelio para proclamar el amor de Jesucristo y su mensaje de reconciliación, perdón y paz. Mi visita se dirige a confirmar a la comunidad católica en su culto a Dios y en su testimonio del Evangelio, que enseña la dignidad de cada hombre y de cada mujer y nos manda abrir nuestro corazón a los demás, especialmente a los pobres y a los necesitados. Al mismo tiempo deseo reunirme con todo el pueblo de Kenia y de miembros de una única familia humana. Todos nosotros, en efecto, somos hijos de Dios. Entre los momentos culminantes de mi visita estarán los encuentros con los jóvenes, que son vuestro recurso más grande y nuestra esperanza más prometedora para un futuro de solidaridad, paz y progreso. Sé que muchas personas están trabajando duramente para preparar mi visita y les agradezco. Pido a todos que recen para que mi permanencia en Kenia y en Uganda pueda ser fuente de esperanza y de aliento para todos. Para vosotros y vuestras familias invoco la bendición de Dios de la alegría y de la paz. A los fieles de la República Centroafricana Para sanar las heridas «Contribuir a curar las heridas y a abrir un futuro más sereno para África central y para todos sus habitantes»: con este deseo el Papa Francisco se prepara para visitar el país africano. Lo dijo en el videomensaje —difundido a pocos días del viaje— del que ofrecemos una traducción del francés. Queridos hermanos y hermanas de la República Centroafricana: A pocos días del viaje que me llevará a vosotros, os quiero comunicar el gozo que experimento, y también saludaros ya a cada uno de vosotros con un gran afecto, cualquiera que sea vuestra etnia o religión. Será la primera vez en mi vida que iré al continente africano, tan bello y rico por su naturaleza, sus poblaciones y sus culturas; y espero bellos descubrimientos y encuentros enriquecedores. Vuestro querido país vive desde hace mucho tiempo en una situación de violencia e inseguridad de la que muchos de vosotros sois las víctimas inocentes. El fin de mi visita está sobre todo en llevaros, en nombre de Jesús, el ánimo de la consolación y de la esperanza. Deseo de todo corazón que mi visita pueda contribuir, de un modo u otro, a sanar vuestras heridas y a abrir un futuro más sereno para África central y para todos sus habitantes. El tema de este viaje será: «Pasemos a la otra orilla». Es un tema que invita a vuestras comunidades cristianas a mirar con decisión hacia adelante, y animo a cada uno a renovar su relación con Dios y con los hermanos para edificar un mundo más justo y más fraterno. En particular tendré la alegría de abrir para vosotros —un poco anticipadamente— el Año jubilar de la Misericordia, que será para cada uno, espero, la ocasión providencial de un auténtico perdón, para recibir y para dar, y de una renovación en el amor. Voy hacia vosotros como mensajero de paz. Desearé vivamente apoyar el diálogo interreligioso para animar la cohabitación pacífica en vuestro país; sé que eso es posible, porque somos todos hermanos. Os pido rezar por mí. Imploro la ayuda de la Virgen María y os digo hasta pronto. Los tuits del Papa en Pontifex_es 25 NOV [13.19 PM] Mungu abariki Kenya! Que Dios bendiga a Kenia 26 NOV [10.00 AM] Que mi visita a África sea una muestra de la estima de la Iglesia por todas las religiones y afiance nuestros lazos de amistad
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