trufas del desierto3 - Finca Torrecillas eco retreat

Martes 10.03.15
LA VERDAD
NUESTRA 3
TIERRA
Un ensayo en la Red Natura
con el desarrollo sostenible
en el punto de mira
La finca ecoturística
Torrecillas se suma al
cultivo de estos
hongos y prepara un
‘show cooking’ con
recetas antiguas
:: PEPA GARCÍA
Turmas cultivadas por el grupo de Micología-Micorrizas de la Facultad de Biología. :: UMU
Cultivo del micelio de la turma en una
placa de laboratorio de la UMU. :: UMU
El de Murcia fue el
primer equipo del
mundo capaz
de cultivar la turma
Los requerimientos
de agua son cruciales
para que la simbiosis
dé sus frutos
El grupo de la Facultad
de Biología creó una
‘spin-off’ para la
comercialización de
la planta micorrizada
cuentran silvestres en la Región, son hongos simbiontes
e hipogeos –crecen bajo tierra– y con un ciclo biológico
muy complejo que se desconocía cuando la UMU inició
sus investigaciones. «Era un
hongo sin domesticar del que
desconocíamos cómo se reproducía, las condiciones de
la planta hospedante, los suelos que requería,... Una información que nos permitió luego imitar las condiciones en
laboratorio para cultivarlo»,
detalla Asunción Morte, que
insiste en que este tipo de
hongos son los más difíciles
de cultivar.
Ahora, con la técnica controlada y la patente del medio de cultivo adecuado –han
recurrido a Paco de Lara, co-
Paco de Lara filetea una negrilla (‘Picoa
lefebrei’) para probarla. :: F. MANZANERA / AGM
propietario de la finca ecoturística Torrecillas, en la cara
sur del Parque Regional El Valle-Carrascoy, para que les cediera suelo en el que se reproducían de forma natural estos hongos–, comercializan
las plantas micorrizadas a través de la ‘spin-off’ Thader Biotechnology, una empresa de
base tecnológica creada en
2007 desde el grupo investigador y cuyos beneficios reinvierten, en parte, en nuevas investigaciones.
Un mercado por surtir
Emiratos Árabes, Marruecos,
Irán, Israel, Argentina, Catar
o Portugal son solo algunos
de los países que han recurrido a esta empresa para poner
en marcha plantaciones de
trufa del desierto, de la que la
producción actual apenas cubre el 20% de la demanda,
cuantifican. Equipos a los que
los investigadores de la UMU
también asesoran en el manejo de la plantación.
Actualmente, Thader Biotechnology está suministrando planta a la empresa de Caravaca Desert Truffles, que
tiene proyectado crear una
plantación de 30.000 ejemplares y que se dedica a la comercialización de distintas
variedades de estas trufas para
alimentación.
«Ya llevan plantados
10.000», constata Morte, que
asegura que lo más complicado del proceso de domesticación del hongo fue reprodu-
cir los Herlianthemum. «Germinaban muy bien, pero a los
dos meses se morían y no sabíamos por qué. Además, el
crecimiento del micelio y la
biomasa del hongo era muy
lento, por lo que hemos tenido que estimularlo», desgrana una de las investigadoras
principales. «Ambas especies
se necesitan. Cuando hemos
germinado la planta y tiene
raíces secundarias, se le inocula el hongo y, si el sustrato
es el adecuado, coloniza la
planta –se micorriza–». Además, aclara tienen que darse
unas condiciones concretas
de estrés hídrico para que el
hongo sea imprescindible para
el Helianthemum, pues le
ayuda a captar agua y nutrientes muy insolubles en el suelo como el fósforo y el nitrógeno. Por su parte, el hongo,
que no puede degradar la materia orgánica, recibe el 20%
del carbono que la jarilla produce en la fotosíntesis.
Asimismo, advierte Morte,
aunque necesita poca agua, el
aporte entre agosto y septiembre es «crucial» para que la turma dé sus frutos. «Este año esperamos una buena cosecha»,
avanza Morte, que considera
que el panorama de las trufas
del desierto es muy prometedor. «A la trufa del desierto le
falta el ‘marketing’ de la trufa negra, que nos lleva 200
años de ventaja, para que este
cultivo respetuoso con el medio ambiente se extienda
como el de otros hongos».
MURCIA. Preocupado por sacar adelante su proyecto de ecoturismo en la Finca Torrecillas,
el ingeniero técnico agrícola,
especialista en paisajismo, y
copropietario de la finca, Paco
de Lara, sigue explorando las
92 hectáreas de su propiedad
para conocer al milímetro los
valores naturales, culturales y
etnográficos que atesora.
Fruto de este esfuerzo para
conseguir su empeño –que se
convierta en un negocio sostenible que garantice la conservación de este valioso espacio y genere empleo y riqueza a nivel local–, De Lara
detectó en la cara sur del Parque Regional El Valle-Carrascoy la presencia de trufas del
desierto, tanto de negrillas o
chivatos de la turma (‘Picoa
lefebrei’) como la turma (‘Terfezia claveryi’). El destino y
el afán de este amante de la
naturaleza por sacar adelante
su proyecto, contra viento y
marea, le llevó hasta Asunción
Morte y el grupo de Micología-Micorrizas de la Facultad
de Biología de la UMU.
Ahora, después de que los
investigadores analizaran el
ADN de estos hongos silvestres recolectados en Finca Torrecillas para saber a qué variedad pertenecían, la colaboración de Paco de Lara con la
investigación ha permitido a
los investigadores de la UMU
avanzar en su trabajo –cogieron tierra de la finca para sacar adelante el cultivo de las
cistáceas hospedadoras de las
trufas del desierto– y ahora
planean continuar la colaboración con una plantación experimental de 300 ejemplares de ‘Terfezia claveryi’ (la
otra variedad, aunque más sabrosa y con más antioxidantes, de momento, no es rentable pues sus frutos son muy
pequeños), que se llevará a
cabo el próximo mes.
Además, la idea es, dadas
las condiciones idóneas del terreno en el que se emplaza la
finca, realizar «silvicultura
turmera», explica Morte, para
mejorar las condiciones de las
plantas silvestres que ya hay
e incrementar su producción.
«Es la historia hablando, un
testigo vivo del pasado».
Paco de Lara y la investigadora Asunción Morte
planifican la próxima plantación. :: FRAN MANZANERA / AGM
El equipo de la UMU liderado por Mario Honrubia
no deja de profundizar en
el estudio de estos hongos
simbiontes. Así, explica
Morte, «ahora estamos estudiando los genes implicados en la tolerancia al
estrés hídrico», clave de la
simbiosis entre las dos especies. En concreto, la investigación profundiza en
el conocimiento de las
acuaporinas –proteínas de
las membranas celulares
capaces de transportar
agua– y ver si están implicadas en la fructificación
del hongo. Esta investigación podría permitir futuras aplicaciones a otras especies vegetales, más útil
si cabe ante el previsible
descenso de las precipitaciones. «Si conseguimos
controlar que molécula
señal desencadena la formación del hongo a nivel
molecular... ¡Vamos!», exclama con emoción Asunción Morte.
Mientras que la producción
de trufas del desierto sale adelante y el proyecto empresarial de De Lara avanza lo suficiente para poner en marcha el establecimiento hostelero que ha proyectado, Finca Torrecillas acogerá unas jornadas para dar a conocer este
«sabroso y exquisito producto», describe De Lara antes de
que nos lo dé a probar en crudo y lo podamos constatar.
En torno a la Semana San-
ta, celebrará un ‘show cooking’ con las trufas del desierto como producto estrella y
con ‘Las recetas de la abuela
María Luisa’, un recetario heredado de su bisabuela y que
atesora más de 1.000 platos
con productos de la tierra y
elaborados al método tradicional, «con leña y mucho cariño». Una actividad, confirma De Lara, que ha cautivado al público extranjero que
reside en la Región.
TOLERANCIA
A LA ESCASEZ
DE AGUA