Vínculo parental y convivencia pacífica en jóvenes de la Ciudad de Toluca Erika Robles Estrada [email protected] Aída Mercado Maya [email protected] Hans Oudhof van Barneveld [email protected] María Magdalena del Ángel Antonio [email protected] Norma Elena Martínez Martínez [email protected] Facultad de Ciencias de la Conducta Resumen El vínculo parental es un tema que ha sido estudiado desde la teoría del apego de Bowlby (1980, 1998, 2001), centrado preferentemente en niños o mujeres como un elemento de convivencia favorable, de tal manera que objetivo de esta investigación fue comparar el vínculo parental por estado civil y edad en varones de la ciudad de Toluca. Se utilizó el Instrumento de Vínculo Parental (Parental Bonding Instrument, PBI) de Parker, Tupling y Brown (1979). La aplicación se llevó a cabo en instituciones de educación superior de manera colectiva. La estadística que se utilizó fue media y t de Student. La media mayor fue en la subescala Cuidado. En la comparación por estado civil hubo diferencias significativas, los solteros consideraron la existencia de mayor frecuencia de las subescalas de sobreprotección y cuidado, mientras que por edad los más jóvenes son los que presentaron una media más alta en cuidado. Esto datos muestran que continuar con el estudio del vínculo en varones brinda aproximaciones a la comprensión del cómo viven el apego con sus figuras parentales y cómo éste puede incidir en la promoción de la convivencia pacífica en el núcleo familiar. Palabras clave: apego, vínculo, convivencia, varones, jóvenes Introducción De acuerdo con la teoría de Bowlby (2000), existe una tendencia natural de los seres humanos a establecer relaciones íntimas y estables con personas determinadas, la cual comienza desde los primeros meses de vida y se evidencia en las diversas formas que el niño tiene para obtener y mantener la proximidad con una figura significativa, estableciéndose así la ligadura Madre-Hijo, la cual es el resultado de un conjunto de pautas de conducta características, en parte preprogramadas, que se desarrollan en el entorno corriente y que tienen el efecto de mantener al niño en una relación estrecha principalmente con la figura materna, a la cual se le denomina vínculo, que es la ligadura emocional característica del mundo mental, en el que se distinguen tres áreas: intrasubjetiva o intrapsíquica, intersubjetiva o interpersonal y transubjetiva o que trasciende a lo social (Bernstein, citado por Lartigue, 1994). Los vínculos maternos no positivos como protección excesiva, dominancia, culpa y angustia por la maternidad, pueden ser propiciadores de diversas patologías, tal como lo señala Gómez, Gutiérrez y Morales (2013). De hecho ya Bowlby (1998), había hipotetizado antes, que diversos problemas relacionados con la personalidad e incluso problemas sociales tienen su raíz en la forma como se ha establecido el vínculo con las figuras parentales, en especial con la figura materna. En lo que respecta a la relación entre el apego y los problemas sociales, Pinzón y Pérez (2014), encontraron en su estudio llevado a cabo con hombres y mujeres de Veracruz, México, una relación entre la violencia conyugal sufrida y un estilo de apego deteriorado. De igual manera Amar y Berdugo (2006), indagando los vínculos de apego en niños víctimas de violencia intrafamiliar en niños de Barranquilla, Colombia, encontraron que: (…) aquellos que son víctimas de la violencia activa perciben mayor inaceptación por parte de sus cuidadores principales que los víctimas de la violencia intrafamiliar pasiva, hecho que se relaciona con una marcada búsqueda de reafirmación de su valía en otras figuras, sean estos sus amigos u otros adultos (…). Desde esta perspectiva, se considera que un vínculo positivo favorece un adecuado desarrollo del ser humano, y por lo tanto una convivencia pacífica, no solo entre padres e hijos, tal y como lo señala Puerta de Klinkert (2002, p. 56): Cuando los niños tienen un vínculo de apego seguro con sus padres están en capacidad de ampliar su confianza hacia las personas que los cuidan y posteriormente al resto de las personas…estos niños tienden a ser más sociables, a poseer sana autoestima, actitud de afirmatividad y empatía (…). El estudio del vínculo entre un niño con su cuidador primario es básico no solo como un elemento de salud individual, sino también como una base para la salud de la sociedad y las implicaciones positivas que esto conlleva. Con base en estos elementos teóricos, se plantea la presente investigación, como a continuación se detalla. Método Objetivo Comparar el vínculo parental por estado civil y edad en varones de la ciudad de Toluca. Participantes Se trabajó con 181 participantes, el criterio de inclusión que se manejó fue que todos tuvieran el sexo masculino. En cuanto a las características de los participantes, el 59.3% tenían entre 19 y 21 años y 40.1% entre 22 y 24. En el estado civil 57.1% eran solteros y 42.3% casados. Respecto al nivel educativo 68.7% con licenciatura y 31.3 con preparatoria. Instrumento Se utilizó el Instrumento de Vínculo Parental (Parental Bonding Instrument, PBI) de Parker, Tupling y Brown (1979) que mide la percepción de la conducta y actitud de los padres en relación con el sujeto en su infancia y adolescencia, hasta los 16 años, es decir una especie de historia de las relaciones de apego. Contiene 25 reactivos tipo Likert distribuidos en dos escalas 1. Cuidado (12 ítems) que se refiere por un lado a la afectuosidad, contención emocional, empatía y cercanía, y por otro, la frialdad emotiva, indiferencia, negligencia, y 2. Sobreprotección (13 ítems) que apunta al control, sobreprotección, intrusión, contacto excesivo, infantilización y prevención de la conducta autónoma. Procedimiento La aplicación se llevó a cabo en instituciones de educación superior de manera colectiva, se les proporcionó una carta de consentimiento informado indicando el uso confidencial de los datos para fines académicos. Procesamiento La estadística que se utilizó fue media, desviación estándar y t de Student. Resultados De acuerdo con los hallazgos, los participantes de manera general, consideraron que a veces vivieron el Cuidado por parte de su madre desde su infancia hasta los 16 años. En cuanto a sobreprotección la media puntúo entre nunca y a veces. Tabla 1. Media de las subescalas de Cuidado y Sobreprotección Subescala M DS Cuidado 2.12 .38 Sobreprotección 1.66 .49 Los hombres solteros a diferencia de los casados, refieren que entre a veces y casi siempre haber vivido Cuidado y entre nunca y a veces Sobreprotección. Tabla 2. Comparación de Cuidado y Sobreprotección por estado civil Solteros Subescala t Sig. Cuidado 8.84 Sobreprotección 6.93 Casados M DS M DS .00 2.31 .27 1.31 .30 .00 1.96 .37 1.19 .42 Los más jóvenes refieren que entre a veces y casi siempre se presentó el Cuidado, a diferencia de los participantes de mayor edad Tabla 3. Comparación de Cuidado y Sobreprotección por edad 19-21 Subescala t Sig. Cuidado 3.34 Sobreprotección 1.02 22-24 M DS M DS .001 2.20 .36 1.40 .30 .30 1.69 .48 1.62 .49 Discusión De acuerdo con lo encontrado en esta investigación el vínculo parental es escencial para el desarrollo humano y las futuras relaciones que se establecen en la vida adulta. Al respecto Martínez y Pía (2005), señalan que el sistema comportamental del apego ha sido hipotetizado como fundamental para la sobrevivencia del niño, pues busca las condiciones de seguridad con sus cuidadores especialmente bajo las condiciones de amenaza Respecto a las escalas de Cuidado y Sobreprotección, la primera es la que refleja la existencia de un vínculo con connotaciones más positivas. Parker et al. (1979), enfatizan que el primero apunta en mayor medida a la cercanía y contención, mientras que el segundo a la distancia afectiva o bien contacto excesivo que el cuidado. De tal manera que esto revela en mayor medida, evidencia de vínculo favorable entre el hijo y su madre, ya que como señala García (2002), un individuo que se siente seguro puede explorar lejos de la figura de apego (conducta de exploración); en cambio cuando está ansioso, cansado o enfermo siente la necesidad de la proximidad (Conducta de apego). Esto se reflejó también en las comparaciones, los hombres solteros, a diferencia de los casados obtuvieron una media mayor justamente en la escala Cuidado. Asimismo, hubo diferencia por edad, en los participantes más jóvenes también se observa una más alta en esta subescala. Es probable que la edad sea en ambos casos un factor determinante, considerando que el instrumento está centrado en los recuerdos que se tienen hasta los 16 años; y como puede observarse las edades de los participantes se acercan más a esta etapa del ciclo vital. Allen y Land (citados por Pardo, Pineda, Castillo y Castro, 2006, p. 290) señalan que en la adolescencia “el sistema de apego juega un papel integral en las relaciones”. No obstante, encontrar una explicación concreta sobre estos resultados, no es tarea fácil, ya que como mencionan Solomom & George (citados por Pardo, Pineda, Castillo y Castro, 2006, p. 290) “El apego es un constructo que no puede ser observado directamente, por esta razón se debe inferir a partir de los comportamientos del individuo”. Cabe concluir que, estos hallazgos, dan cuenta de la importancia de estudiar el vínculo parental en la edad adulta, así como la búsqueda constante de nuevas explicaciones. Referencias Amar J. y Berdugo, M. (2006). Vínculos de apego en niños víctimas de la violencia intrafamiliar. Psicología desde el Caribe, 18, 1-22. Bowlby, J. (1998). El apego y la pérdida-1 El apego. Barcelona: Paidós. _________ (2001) Una base segura. Aplicaciones clínicas de una teoría del apego. Barcelona: Paidós. García, P. (2002). La angustia materna ante la separación: desde el recuerdo infantil hasta el vínculo actual. (Tesis Doctoral inédita). Universidad Iberoamericana. México. D.F. Gómez, B., Gutiérrez, M. & Morales, V. (2013). Vínculo entre la madre el niño obeso. Revista electrónica de Psicología de Iztacala, 16 (4), 1180-1213. Lartigue, T. (1994). Guía para la observación del Vínculo Materno-Infantil durante el primer año de vida. México: Universidad Iberoamericana. Martínez, C. y Pía, M. (2005), La evaluación del apego en el adulto: Una revisión, Revista Psykhe, 14(1), 181-191. Pardo, M. E., Pineda, S., Carrillo, S. y Castro, J. (2006). Análisis Psicométrico del Inventario de Apego con Padres y Pares en una muestra de adolescentes Colombianos. Revista Interamericana de Psicología, 40 (3), 289-302. Parker, G. Tupling, H. & Brown, L. (1979). A parental Bonding Instrument, British Journal of Medical Psychology, 52, 1-10. Pinzón, B. K. y Pérez, M. A. (2014). Estilos de apego: mujeres que sufren violencia conyugal. Psicología y salud, 24 (1), 65-75. Puerta de Klinkert, M. (2002). Resiliencia. La estimulación del niño para enfrentar desafíos. Buenos Aires: Lumen Humanitas
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