8 de diciembre de 2015 Nº 93 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Las crisis vuelan a nueve mil metros, por Luís Bassets 1 Terrorismo y lenguaje, con París al fondo, por Jesús A. Núñez Villaverde 3 La paradoja de Quebec: menos independentista, menos canadiense, por Andrés Ortega 5 ¿Deuda global temible?, por Manuel Suárez-Mier 6 Pese a la inseguridad, es imprescindible proteger a los refugiados 8 Venezuela: Una amenaza en ciernes para la estabilidad regional 9 Peter Hakim: Latinoamérica dividida y enemistada sería débil en una economía global y cada vez más competitiva 11 8. La movilización financiera multilateral de China, por Erik Berglöf 15 9. La montaña rusa de las materias primas, por Carmen Reinhart 17 1. LAS CRISIS VUELAN A NUEVE MIL METROS, POR LUÍS BASSETS Es una cuestión estadística. Diariamente levantan el vuelo más de 100.000 aviones en todo el mundo. De los 7.300 millones de habitantes que tiene el planeta, cada día se suben al avión 4,5 millones. Pocos, comparativamente, pero suficientes para la aparición de riesgos y novedades inquietantes. Podemos imaginar, a ojo de buen cubero, que en cualquier momento hay al menos un millón de terrícolas sentados a nueve mil metros de altura, en estado de sobrevuelo, una novedad radical en la historia de la humanidad que introduce factores hasta ahora imprevisibles, sobre todo en el capítulo de la seguridad. Nada más natural que las grandes crisis, sobre todo cuando adquieren forma violenta, en vez de afectar exclusivamente a los humanos en su estado natural, pie en tierra, conciernan también a esta población volante y sobre todo a los vehículos aéreos en los que se desplazan, convertidos en armas de ataque o en objetivos militares. El caso más reciente ha sido el del vuelo de la compañía rusa Metrojet que trasladaba el pasado 31 de octubre a 224 pasajeros rusos desde la localidad balnearia egipcia de Sharm el Sheij hasta San Petersburgo, interrumpido por una explosión de origen todavía desconocido sobre el Sinaí. La tesis más plausible es la del ataque terrorista, mediante un artefacto explosivo introducido antes de partir. Lo abona la peligrosidad de esta península egipcia en la que el yihadismo luce sus enseñas como si fuera una provincia o wilaya del Estado Islámico (ISIS en sus siglas en inglés). Reino Unido ha suspendido todos los vuelos a Sharm el Sheij y está repatriando a los 20.000 turistas británicos que estaban en la zona, actitud en la que le están siguiendo otros países europeos. Rusia y Egipto, en cambio, rechazan la teoría del atentado por razones muy 1 Pagina 2 de 20 comprensibles. Si es obra del ISIS significa un revés militar y político para Putin, pues se trataría de la respuesta exitosa a los bombardeos sobre Siria en apoyo del dictador Bachar El Asad. También para el presidente egipcio Al Sisi es una pésima noticia que ataca una de las mayores fuentes de ingresos como es el turismo y precisamente en la localidad más conocida y prestigiada que es Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo. Combatir al ISIS es incompatible probablemente con dejar abierta una plaza turística como Sharm el Sheij La explosión de una crisis en el aire no es una novedad. La guerra global contra el terror, declarada por Bush, empezó propiamente en 2011, como respuesta a los atentados del 11-S, cuando cuatro aviones secuestrados por militantes de Al Qaeda fueron utilizados para atacar las Torres Gemelas y el Pentágono. Tampoco es una novedad la aparición de relatos contradictorios y manipulados, que a veces no terminan nunca de aclararse, sobre la autoría de los atentados o incluso sobre su carácter, como sucedió el 11-M con los atentados de los trenes de Atocha, en los días anteriores a las elecciones generales de 2004. En la administración de Bush hubo todo un intento de vincular la autoría del 11-S con Sadam Husein mediante la fabricación de pruebas falsas sobre la vinculación del dictador iraquí con Al Qaeda y hoy todavía circulan versiones delirantes que atribuyen los atentados a la CIA e incluso a Israel. Veremos si ahora también se instalan dos versiones de los hechos, al estilo de lo sucedido con el avión de Malaysia Airlines en sobrevuelo sobre Ucrania alcanzado por un misil el 17 de julio de 2014, cuyo disparo Moscú atribuye al Gobierno de Kiev y el gobierno de Kiev a los rebeldes apoyados por Moscú; algo que no se puede descartar, visto que las nuevas guerras, asimétricas, híbridas, con profusión de medios electrónicos y gran protagonismo de la propaganda y de los medios, también generan nuevos y dispares relatos, que terminan convirtiéndose en parte de la contienda misma. Guerra y turismo nunca han rimado y menos cuando se solapan incluso territorialmente gracias a las facilidades de comunicaciones y transportes. Quienes más habían sufrido hasta ahora esta sangrienta incompatibilidad eran los turistas europeos y americanos, pero ahora alcanza a los rusos, justo en el momento en que Moscú se compromete, por primera vez desde la guerra de Afganistán (1979) en una intervención armada de apoyo al régimen dictatorial de Bachar el Asad, enemigo acérrimo del ISIS. El califato yihadista no tan solo elimina o margina a las minorías religiosas y destruye el patrimonio arqueológico que atrae al turismo internacional, sino que concibe el espacio donde domina como una tierra sagrada y prohibida a todos los extranjeros que no sean musulmanes sunitas. Combatir al ISIS es probablemente incompatible con mantener abierta una plaza turística como Sharm el Sheij. El avión accidentado o abatido sobre el Sinaí es un símbolo muy exacto de la avería en la globalidad Rusia se está embarrando en una guerra en Siria que se funde con las anteriores lanzadas por Estados Unidos en Irak y Afganistán. Cada golpe que reciba, y el avión puede ser el primero y más doloroso, suscitará una reminiscencia de la derrota sufrida en Afganistán. Moscú tuvo allí su Vietnam, como Estados Unidos ha tenido su doble repetición del síndrome de la derrota en Irak y Afganistán que le conduce a evitar ahora el enfrentamiento en Siria con una especie de antiterrorismo con mando a distancia. De ahí que el avión accidentado o abatido sobre el Sinaí sea un símbolo muy exacto de la avería en la globalidad que significa la crisis de dimensiones todavía desconocidas abierta en Oriente Próximo y que tiene su epicentro en Siria e Irak, una Pagina 3 de 20 especie de Vietnam global, donde los combatientes califales pretenden la victoria definitiva sobre Occidente. Fuente: Nota publicada el 8 de noviembre en el periódico español El País y disponible en el sitio web: http://internacional.elpais.com/ 2. TERRORISMO Y LENGUAJE, CON PARÍS AL FONDO, POR JESÚS A. NÚÑEZ VILLAVERDE Para muchos de sus habitantes y para millones de visitantes (y también para los que nunca la han pisado, pero sueñan con hacerlo algún día) París es una palabra llena de connotaciones positivas. Pero ahora, hasta que vuelva a recuperarse del trauma sufrido el pasado 13 de noviembre, evoca inevitablemente todo lo contrario. Así, en un apresurado repaso por las palabras que estos días se están asociando a la ciudad, cabe destacar las siguientes: Terrorismo En este caso no puede haber ninguna duda sobre la naturaleza de lo ocurrido: ha sido un golpe indiscriminado contra población civil, con el fin de provocar un cambio en la actitud del gobierno francés (implicado militarmente en Magreb, Sahel y Oriente Medio). Pero conviene volver a recordar que no existe una definición consensuada a nivel internacional sobre ese término, lo que permite que sea usado frecuentemente para designar a los enemigos políticos (tal como, por ejemplo, hace en Egipto el golpista Al Sisi al tratar a los Hermanos Musulmanes como terroristas). El terrorismo es un rasgo que define nuestro mundo y, desgraciadamente, no cabe imaginar que haya forma alguna de eliminarlo a medio plazo. Nos afecta a todos pero, como nos recuerda nuevamente el Global Terrorism Index 2015, de los once países en los que se produjeron el pasado año más de 500 muertes por atentados terroristas, no hay ninguno del mundo occidental. El 78% de todas las víctimas mortales (32.658) se registraron en Afganistán, Irak, Nigeria, Pakistán y Siria. Miedo/temor No habría una victoria más relevante para Daesh que conseguir que el temor y el miedo nos paralicen o nos hagan renunciar a nuestros valores y principios. Es prioritario que volvamos a Pagina 4 de 20 recobrar la normalidad de nuestras vidas diarias, asumiendo incluso que una sociedad abierta no puede librarse de esa amenaza, salvo que se militarice a unos niveles incompatibles con nuestra forma de entender la vida. Pero también es fundamental que los gobernantes no caigan en la tentación de generar un alarmismo innecesario (como el propagado por el primer ministro francés al referirse a la posible utilización de armas químicas o biológicas), aprovechando para recortar los derechos y libertades que nos definen como sociedades democráticas y Estados de derecho, con la inalcanzable promesa de una seguridad absoluta. Estado Islámico Sabemos que Daesh (así como al-Qaeda y otros grupos yihadistas) es una amenaza bien real, con capacidad y voluntad para matar a quienes no se subordinan a su delirante dictado, sobre todo en sus feudos principales, pero también en nuestros países. Pero, como premisa inicial para aspirar a derrotarlo algún día, conviene que afinemos en los conceptos que les asignamos. Su fantasmagórico califato será sin duda desmantelado (como ya antes ha ocurrido con los proclamados en Nigeria, Malí o Somalia), pero hasta que eso llegue deberíamos eliminar de nuestro vocabulario la idea de que se trata de un Estado, por mucho que su alucinación les haga verse como tal. Del mismo modo, tampoco es Islámico, en la medida en que no representa a ese amplio y complejo mundo que va desde Indonesia hasta Mauritania, abarcando un total de 57 Estados que se integran en la Organización de la Conferencia Islámica. Por la misma razón, no cabe referirse a sus combatientes como soldados, ni a su brazo armado como un ejército. Daesh es un grupo insurgente que lleva a cabo indistintamente acciones terroristas, insurgentes y de combate convencional. Guerra En un mundo mediático en el que también se habla de guerra contra el cáncer o contra las drogas resulta tentador emplear la misma expresión para responder a la amenaza yihadista. El debate suscitado en estos días (igual que ocurrió ya tras el 11-S) quedaría clausurado si hoy – tras adoptar una estrategia exclusivamente militarista en Afganistán y en Irak durante más de una década– al-Qaeda y los talibán hubieran sido eliminados y si ambos países fueran Estados funcionales. Pero la triste realidad nos muestra un panorama totalmente distinto, lo que nos debe llevar a concluir que, si bien es necesario activar un componente militar en la respuesta, no se logrará nunca terminar con Daesh (ni con los demás yihadistas) a través de operaciones militares. Lo máximo que se puede lograr por esa vía es descabezar un grupo o desmantelar sus capacidades en un momento determinado; pero si la respuesta no asigna el protagonismo principal a los instrumentos políticos, sociales y económicos (y hasta ahora eso no ha ocurrido ni en lo que respecta a nuestros propios países ni, mucho menos, a los del marco árabomusulmán) poco podemos esperar nuevamente del despliegue militar que va tomando cuerpo ante nuestros ojos. Aniquilar/desmantelar Francia será “implacable” dicen sus gobernantes, mientras los rusos hablan de “exterminar” a los terroristas. Aunque puedan resultar expresiones comprensibles para François Hollande (intentando recuperar un cierto grado de popularidad y cerrar el flanco por el que el Frente Nacional le resta votos sin descanso) y para Vladimir Putin (con un 89% de popularidad según acrecienta su perfil militarista); ambos saben que el objetivo está fuera de su alcance. En primer lugar, porque saben que no hay solución militar contra Daesh. Además, porque, metidos en el escenario militar, también saben que sin tropas terrestres no será posible, ni siquiera, Pagina 5 de 20 desmantelar su actual capacidad. Y dado que ninguno está dispuesto a meter a sus soldados en un avispero de tal naturaleza, solo les queda encontrar algún improbable o indeseable aliado local –sean soldados iraquíes, milicias chiíes iraquíes, Hezbolá, pasdarán iraníes o incluso soldados leales a Bashar al-Assad. Y ninguna de esas opciones parece ni operativa ni recomendable, salvo que queramos seguir jugando con un fuego que nos volverá a quemar de inmediato. Alianza/Coalición única Más recientemente comienza a insinuarse la creación de una alianza o coalición única para luchar contra Daesh. Llevados por ensoñaciones infundadas ya hay quien ve en los bombardeos que Moscú y París han llevado a cabo en estos últimos días (que necesitan un cierto grado de comunicación bilateral para evitar accidentes o esfuerzos duplicados) la recreación de una coalición como la que se conformó en su día contra la Alemania nazi. Basta con pensar mínimamente en las diferencias que separan a Rusia, Estados Unidos, Francia, Irán, Arabia Saudí y Turquía (y tantos otros hoy presentes militarmente en la zona), para hacernos una idea inmediata sobre la imposibilidad de tal alianza. El único elemento común podría ser la derrota de Daesh (y aún eso resulta muy aventurado, a la luz de tanta permisividad como la que encuentran los yihadistas en la región) y eso no basta para ir mucho más allá. Por cierto, ¿Y España? Ah, sí; en campaña electoral. Fuente: Artículo de opinión publicado en el portal del Real Instituto Elcano el 23 de noviembre de 2015 y disponible en el sitio web: http://www.blog.rielcano.org/ 3. LA PARADOJA DE QUEBEC: MENOS INDEPENDENTISTA, MENOS CANADIENSE, POR ANDRÉS ORTEGA Veinte años después del segundo referéndum (con una pregunta muy complicada) que estuvo a punto de sellar la ruptura entre Quebec y Canadá (lo ganó la permanencia tan sólo por el 50,82%), la situación ha cambiado. El independentismo se ha reducido a un 31%-34% (un 37% entre los francófonos), lo que no es poco cuando, además, los soberanistas ganan repetidamente las elecciones provinciales, aunque ya han dejado de pedir nuevos refrendos. Pero a la vez, el sentimiento de pertenencia a Canadá de los québécois también se ha reducido. Es lo que el politólogo André Lecours, que recientemente estuvo en Madrid, en el Real Instituto Elcano y en Barcelona, llama “la paradoja de Quebec”: “Aunque el independentismo en Quebec es mucho menor que hace 20 años, al mismo tiempo los quebequeses se sienten menos canadienses que nunca”. La ignorancia mutua ha aumentado. Tiene sus explicaciones, aunque ninguna unívoca. El orgullo de ser canadiense en el conjunto del país está en un 87%, y en Quebec en un 70%, el más bajo de Canadá, y se reduce a un 66% entre los francófonos frente a un 90% entre los anglófonos de la provincia, según una encuesta de 2013 publicada recientemente. En cuestión de aprecio a los símbolos (la Carta, la bandera y el himno nacional, etc.), la diferencia es aún mayor. Para empezar, este independentismo se vio impulsado por unas reformas constitucionales en los 80 que no dieron satisfacción a Quebec, lo que lleva a pensar a algunos observadores canadienses que una reforma constitucional mal llevada puede ser peor que ninguna a la hora de alimentar este tipo de independentismo. A la vez, añade Lecours, “la federalización de Canadá ha debilitado el sentimiento canadiense”, en general. Tampoco ha tenido completo éxito en términos identitarios propios el hecho de que la educación esté totalmente en manos del Pagina 6 de 20 gobierno quebequés, y el uso de los símbolos por éste. Pero a la vez, para Lecours y otros, el sistema federal, con un amplio poder y autonomía fiscal (80%) de las provincias, incluido Quebec, hace que la opción independentista haya perdido una parte de su atractivo. Ha habido asimismo un cambio económico: en 1961 un 45% de las empresas en Quebec eran de propiedad extranjera, otro 45% anglófona, y menos de un 10% francófona. Ya en 2003, según un estudio, el 63% del empleo en Quebec estaba bajo control francófono, el 24% anglófono y el 13% extranjero. Pesa también la opinión del Tribunal Supremo tras aquel referéndum que llevó a la famosa Ley de Claridad (obra de Stéphan Dion, el nuevo ministro de Asuntos Exteriores), que exige para otro referéndum una pregunta clara y un resultado claro, aunque no lo cifra. Alain Miville de Chêne recuerda que de 107 países que han logrado la independencia desde principios del siglo pasado, solo 28 lo han hecho por referéndum. Y de estos, 22 por mayorías superiores al 90%. Únicamente Malta y Montenegro lo hicieron por tan sólo un 55%. La división de la sociedad de Quebec en dos (en la cual el 77% son francófonos y comparten un sentimiento de pertenencia a lo que consideran una nación) en 1995 puede haber contribuido a dar ese paso atrás. Cuentan también otros factores. Como el hecho de que una juventud más independentista en Quebec en 1995 no implica necesariamente que los jóvenes en la actualidad sigan siéndolo. A estos jóvenes de hoy en todo Canadá, Quebec incluido, les importa menos el sentimiento de pertenencia, pues miran sus posibilidades profesionales de una forma cada vez más globalizada. Y los jóvenes de hace 20 años se han vuelto más cautos con la edad, en una sociedad envejecida. Es, por otra parte, difícil calibrar si el hecho de la co-oficialidad del francés con el inglés a nivel federal, introducida por Pierre Trudeau en 1969, ha tenido alguna influencia real. Cuenta asimismo la inmigración en un país crecientemente multicultural. Cada año, recuerda también Miville de Chêne, entran en Quebec (de 8,3 millones de habitantes) 50.000 inmigrantes, o un millón en 20 años, muchos de los cuales no se identifican ni con Quebec ni con Canadá. Esto explica en parte la sociología del distanciamiento de una idea de Canadá. Aunque su “federalismo abierto”, con compartimentos estancos, según Lecours ha reducido las fricciones, según otros observadores los casi 10 años de primer ministro del conservador Stephen Harper han alejado a muchos quebequeses de una idea de Canadá que querían más progresista en términos de derechos civiles, protección del medio ambiente y de protección social, algo que también ocurre con el nacionalismo escocés frente al conservadurismo inglés. Quizá esto cambie con el nuevo gobierno del liberal Justin Trudeau que es, como su padre, de una familia quebequesa mixta. Como dijo Heráclito, “todo fluye, nada permanece”. Fuente: Artículo de opinión publicado en el portal del Real Instituto Elcano el 8 de diciembre de 2015 y disponible en el sitio web: http://www.blog.rielcano.org/ 4. ¿DEUDA GLOBAL TEMIBLE?, POR MANUEL SUÁREZ-MIER Entre las muchas causas que se mezclaron para detonar el inicio de la Gran Recesión en 2008, de la que el mundo no se ha recuperado cabalmente, el endeudamiento excesivo de gobiernos y/o particulares jugó un papel estelar, sobre todo en las naciones desarrolladas. De ese desastre financiero hay muchos culpables, sobre todo el banco central de EE.UU. —el Sistema de la Reserva Federal, el Fed— por su contribución a crear una burbuja crediticia gigantesca en bienes raíces, que se agravó con su enorme déficit externo financiados con ahorros del resto del mundo, en especial de China. Pagina 7 de 20 Dos paradojas marcaron esta debacle. La primera fue que no se extendió a los mercados emergentes que asimilaron la lección de sus reiteradas crisis de los años noventa, todas ellas con un componente importante de deuda excesiva, por lo que desde entonces evitaron endeudarse y acumularon crecidas reservas internacionales. La segunda fue que la Gran Recesión se combatió con aún mayor endeudamiento y con políticas monetarias súper laxas que continúan hasta nuestros días, sobre todo en Europa y Japón, pues la incipiente pero continua recuperación de la economía de EE.UU. hizo que el Fed suspendiera sus compras de pasivos el año pasado, y se apreste a iniciar la elevación de tasas de interés el mes próximo, según varios analistas. El desendeudamiento, factor indispensable para normalizar una situación como la descrita, se ha dado en algunos segmentos —el sector privado de EE.UU.— y países —Argentina, porque no le prestan y Arabia Saudita porque no necesita— pero en general ha seguido creciendo y en muchos casos, como el de China, de forma alarmante. Para evitar que la Gran Recesión contagiara a los mercados emergentes, sus gobiernos emprendieron políticas de gasto deficitario anticíclico sustentadas en más deuda y creación de dinero con el fin de estimular la demanda doméstica y remplazar las exportaciones como el principal motor para lograr rápido crecimiento económico. La fórmula funcionó para China, pero trajo consecuencias no previstas de gravedad pues su alucinante crecimiento disparó su demanda por materias primas, lo que creó una bonanza en los países productores, como Brasil y Venezuela, que sintiéndose ricos se gastaron ese maná del cielo pero además se endeudaron. El crecimiento hacia adentro en China estimulado por una deuda pública y privada que creció de casi 80% del PIB desde 2007 para alcanzar un nivel de 240% del PIB, se invirtió en infraestructura y vivienda, que muchos consideran desperdiciosa, y donde la productividad de la mano de obra fue menor que en el sector exportador. El resultado lo estamos viendo en una veloz desaceleración de la economía china y en el colapso en los precios de materias primas, con los consecuentes apuros en los países productores que hoy están en franca recesión pero con niveles de deuda elevados, lo que limita la posibilidad de adoptar políticas fiscales anticíclicas. Los expertos no se ponen de acuerdo si China entrará en una recesión prolongada y profunda pero pienso que su actual situación es notablemente parecida a la de Japón antes que explotara la burbuja en bienes raíces en 1991, que lo ha tenido en un virtual estancamiento que dura casi cinco lustros, a pesar de enormes déficit públicos que hoy lo hacen el país con mayor deuda total: ¡400% del PIB! ¿Y cómo le va a México en este escenario? La caída en los precios de materias primas afectan negativamente a algunos sectores, como petróleo y cobre, al igual que a las finanzas públicas que siguen muy petrolizadas, pero por fortuna el país se halla en una situación macroeconómica sólida, con una deuda total a PIB menor al 90%. Además, el Banco de México cuenta con reservas internacionales y posibles créditos de contingencia por 250 mil millones de dólares, una inflación controlada y un tipo de cambio consolidado, que en las últimas semanas fluctuó entre 16.35 y 16.69. Fuente: Manuel Suárez-Mier es Profesor de Economía de American University en Washington, DC. Este artículo de opinión fue publicado en el portal electrónico del Instituto El Cato el 6 de noviembre de 2015 y se encuentra disponible en el sitio web: http://www.elcato.org/ Pagina 8 de 20 5. PESE A LA INSEGURIDAD, ES IMPRESCINDIBLE PROTEGER A LOS REFUGIADOS Los gobiernos no deben permitir que los recientes ataques en París y atentados similares en otros lugares socaven la responsabilidad de proteger a los refugiados de todo el mundo, dijo hoy Human Rights Watch. La preocupación de que un pequeño número de extremistas militantes puedan tratar de aprovechar el movimiento de grandes grupos de refugiados no debe desviar a los gobiernos de su responsabilidad de protegerlos. Human Rights Watch publicó 10 principios básicos que los gobiernos pueden utilizar para hacer frente a la crisis mundial de los refugiados. Estos principios se caracterizan por subrayar la importancia de aumentar, en lugar de reducir, la protección global de los refugiados en un momento de inseguridad. “Sembrar el miedo a los refugiados es exactamente el tipo de respuesta que buscan los grupos como ISIS”, dijo Iain Levine, director ejecutivo adjunto de programas de Human Rights Watch. “Sí, los gobiernos deben poner orden en el procesamiento de los refugiados y descartar a los extremistas militantes, pero ahora más que nunca, también tienen que apoyar a las personas desarraigadas de sus hogares por ideologías de odio y ayudarles a encontrar una protección real”. Algunos gobiernos de la Unión Europea (UE) – entre ellos Eslovaquia, la República Checa y Polonia - han tratado de vincular los atentados de París a la crisis de refugiados en Europa, pidiendo un mayor escrutinio, la reanudación de los controles fronterizos y mayores restricciones a los solicitantes de asilo. Otros líderes de la UE, como la canciller de Alemania, Angela Merkel, el presidente de Francia, François Hollande, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se han mostrado más moderados. Han rechazado confundir a los atacantes de París con los que huyen de la violencia en Siria y otros países que generan refugiados. Mejorar la coordinación entre los gobiernos de la UE para hacer que el proceso de entrada en la misma sea más ordenado y menos caótico beneficiaría a los solicitantes de asilo, disminuiría la participación de los contrabandistas y ayudaría a mejorar la seguridad, señaló Human Rights Watch. Sembrar el miedo a los refugiados es exactamente el tipo de respuesta que buscan los grupos como ISIS. Sí, los gobiernos deben poner orden en el procesamiento de los refugiados y descartar a los extremistas militantes, pero ahora más que nunca, también tienen que apoyar a las personas desarraigadas de sus hogares por ideologías de odio y ayudarles a encontrar una protección real. En Estados Unidos, la mayoría de los gobernadores del país - 30 hasta el 18 de noviembre 2015 - han declarado que tratarán de oponerse o suspender la acogida de refugiados sirios en sus estados. Pero el presidente Barack Obama ha reiterado su compromiso de admitir a 10.000 refugiados sirios en el próximo año y describió la propuesta de algunos de crear una prueba de religión para la admisión de refugiados como vergonzosa. En lugar de jugar según las reglas impuestas por los grupos extremistas y hacer de los refugiados los chivos expiatorios, los gobiernos deben reafirmar los principios de protección de los refugiados sobre la base de sus derechos humanos internacionales y las obligaciones del derecho de los refugiados, así como la compasión y la decencia, recomendó Human Rights Watch. Los 10 principios básicos publicados por Human Rights Watch incluyen instar a los gobiernos a nunca devolver a los refugiados a la amenaza de daños graves, evaluar las Pagina 9 de 20 solicitudes de asilo de manera justa y no bloquear a los solicitantes de asilo ni interferir en su derecho a solicitar asilo. Los procedimientos establecidos para evaluar las solicitudes de asilo de personas que llegan al territorio de un gobierno, así como las capas de escrutinio de los programas de reasentamiento de refugiados de los gobiernos, están diseñados para excluir de la protección a cualquiera que haya cometido graves crímenes de guerra, crímenes no políticos o crímenes de lesa humanidad. Excluir a estas personas de la protección para los refugiados es una obligación legal de los gobiernos bajo la Convención Internacional de los Refugiados. Los controles de seguridad son a menudo una parte de los sistemas de asilo y los programas de reasentamiento de los gobiernos. Estos controles pueden tomar meses o incluso años. Las autoridades deben comprometer recursos suficientes a ese cribado, para que pueda llevarse a cabo de manera eficiente y rápida para garantizar que la protección sea proporcionada de manera adecuada a los que más la necesitan, dijo Human Rights Watch. “A medida que avanzan los esfuerzos para llevar a los responsables de actos despreciables de violencia ante la justicia, tenemos que permanecer atentos para evitar culpar a los refugiados”, dijo Levine. “Los líderes políticos no deben caer en la trampa tendida por los extremistas que fomentan la división y la desconfianza, sino más bien mostrar coraje y determinación para proteger a aquellos que han sido desarraigados por las ideologías del odio”. Fuente: Nota de Prensa publicado en el portal electrónico de Human Rights Watch ((HRW) el 20 de noviembre de 2015 y disponible en el sitio web: https://www.hrw.org/ 6. VENEZUELA: UNA AMENAZA EN CIERNES PARA LA ESTABILIDAD REGIONAL El progresivo deterioro político, institucional y socioeconómico de Venezuela puede derivar en una crisis generaliza en el país, que las elecciones legislativas del 6 de diciembre incluso acabaría profundizando. De ocurrir, Venezuela pasaría a transformarse en una amenaza para la estabilidad regional. Todo apunta a que la crisis política puede acabar siendo también institucional y que la economía camina por la cuerda floja: en realidad no ha estallado únicamente porque hay elecciones legislativas a la vista. De hecho, el régimen sostiene que el ajuste vendrá tras los comicios. Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, ha señalado que el desequilibrio de la economía corre el riesgo de ir acompañado, en breve, por inestabilidad política: “Preocupa mucho que después de las elecciones legislativas del próximo 6 de diciembre se agregue a los problemas de la economía una crisis política institucional de enfrentamiento de poderes, que no se logre construir los consensos necesarios. Tenemos que ver cómo van a leer el resultado de las elecciones tanto el Gobierno como la oposición porque sus distintos grupos pueden entrar en conflicto, no se trata de bloques homogéneos. Y además falta observar la reacción que tendrá el sector privado porque si bien estamos ante un quiebre histórico creo que se trata de un ciclo que no será rápido ni libre de costos”. La vía venezolana hacia el colapso venezolano El cocktail venezolano, por lo tanto, empieza a ser explosivo se mire por donde se mire. En primer lugar, Venezuela es una sociedad fracturada y polarizada donde el rival es enemigo antes que alternativa. Pagina 10 de 20 Las elecciones legislativas pueden provocar que el país se sumerja, además, en un choque de trenes institucional entre un presidente chavista y una Asamblea donde la primera minoría sería opositora. Leonel Fernández, Representante Especial de la misión de acompañamiento electoral de la UNASUR, ha alertado de que “sería muy útil que pueda producirse un diálogo político porque al final en democracia se requiere tener gobernabilidad. Lo que se requiere, tal vez, es que haya un mediador. La polarización es un componente emocional y la única forma de superarlo es la búsqueda del elemento en común. Señaló que con la descalificación del que piensa distinto no se logra nada y recomendó “buscar maneras de ir bajando el tono”. En segundo lugar, el país carece de un liderazgo con capacidad de encauzar las tensiones y con fortaleza para afrontar la actual coyuntura. Nicolás Maduro está lejos de ser respetado por los propios chavistas y mucho menos es un presidente legítimo para los opositores. Maduro carece de la magia que poseía Hugo Chávez y ya en enero pasado, Luis Vicente León, director de Datanalisis, recordaba que el presidente enfrenta su peor momento de popularidad, con una aprobación de tan solo 22,6% según una encuesta de su firma consultora: “Es una encuesta que muestra un deterioro muy severo en la percepción del país sobre la economía, y ya se ve claramente el costo político sobre la evaluación de gestión del presidente”. Y en tercer lugar, la deriva autoritaria y represiva del régimen chavista está tensionando a la sociedad. Como prueba: las detenciones de Leopoldo López, Antonio Ledezma y Manuel Rosales. El último incidente, el asesinato de Luis Manuel Díaz profundiza aún más la deriva violenta y autoritaria. “Yo sí pienso que la oposición puede ganar. Ahora, cómo va a administrar ese triunfo el Gobierno, ahí está el problema. Quieren presentar la alternancia democrática como un delito. El chavismo no se da cuenta de que fracasó en su intento de imponer su modelo. La única salida posible de los venezolanos es aceptar nuestra complejidad, superar la mediocridad que representa la polarización. No hay posibilidad de hacer país si no contamos los unos con los otros. Se equivocan los que creen que la historia es un interruptor y que vamos a volver a 1998, antes de que Chávez llegase al poder”, señala Alberto Barrera en el diario El País. Esta golpea a la sociedad, en especial a las clases medias (desabastecimiento) y hasta las clases populares vía inflación. Venezuela es el país con mayor inflación del mundo (cerrará 2015 con una subida de precios en torno al 150%, muy por delante de Ucrania, que no llegará al 40%) así como el que se ve afectado por una mayor recesión económica (la caída del PBI será de en torno al 7%) y un desabastecimiento que ronda el 50%. El régimen lleva un quinquenio de retraso a la hora de poner orden en la economía. Primero por al enfermedad de Chávez (2011-12), luego por la muerte del líder bolivariano y las elecciones presidenciales (2013) y en 2014 por la oleada de protestas opositoras. En 2015 el régimen optó por medidas paliativas antes de por llevar a cabo un ajuste en toda regla porque había elecciones. Y mientras eso ocurría, la economía no deja sino de dar señales de decadencia: desde que en 2006 el país creció al 9,4% la ralentización (2007, 2008) y la crisis (2009, 2010, 2014 y 2015) se han ido sucediendo. La economista Tamara Herrera apunta que “hay una alta probabilidad de que vayamos hacia una hiperinflación sea cual sea la discusión sobre el nivel. Venezuela tiene todos los ingredientes que han llevado a la hiperinflación a otros países: un shock de oferta muy Pagina 11 de 20 importante, políticas de corte populista, inflación creciente, la falta del más mínimo respeto por la noción de equilibrio fiscal y financiamiento del gasto con creación de dinero”. Además, el Estado se ha quedado sin recursos para atender las crecientes exigencias sociales y calmar la situación. La cotización del petróleo venezolano cerró la semana pasada a 34,46 dólares por cada barril de crudo. Se trata del precio más bajo para el crudo venezolano desde diciembre de 2008, cuando tocó un piso de 28,2 dólares por barril en medio de una profunda crisis económica global. Venezuela, quinto exportador mundial de crudo, produce alrededor de 3 millones de barriles de petróleo diarios y exporta unos 2,5 millones, en su mayor parte a Estados Unidos y China. El petróleo proporciona más del 90% de las divisas que recibe el país y financia buena parte del presupuesto nacional. Un problema regional en ciernes Y como colofón, Venezuela parece una evidente penetración del narcotráfico que en caso de llegar a ser un Estado colapsado y sin recursos no haría sino empeorar. En estas circunstancias, Venezuela puede transformarse un problema para la estabilidad regional. Una Venezuela colapsada afectaría a todos sus vecinos (Colombia y Brasil en especial) ya que se transformaría en una plataforma ideal para el crimen organizado, el narcotráfico (los cárteles mexicanos) y un lugar propicio para el crecimiento y desarrollo de las mafias que ya copan el estado chavista. De hecho, el secretario de Estado adjunto de EE.UU. para Narcóticos y Seguridad Internacional, William Brownfield, señaló a comienzos de 2015 que “desde hace más de diez años, ha habido pruebas de que ciertos individuos dentro del Gobierno de Venezuela han sido corrompidos o penetrados por organizaciones narcotraficantes”. Brownfield llegó a afirmar que, a lo largo de la última década, “las organizaciones de narcotráfico han visto a Venezuela como una oportunidad” debido a “la interrupción de cooperación entre el Gobierno venezolano y otros Gobiernos en la región” en la materia. “Durante más de diez años, hemos visto las pruebas de esto, a medida que el rastro de los radares aéreos y marítimos demostraba un número sustancial de vuelos sin licencia desde Venezuela a otras regiones”, concluyó Brownfield. Así pues, la deriva actual venezolana, de no detenerse, puede acabar con Venezuela sumida en un estado fallido, o pseudo fallido, lo cual se convertiría en un problema de alcance regional, de difícil solución y acompañado de un fuerte coste, y no solo material. Fuente: Nota informativa publicada el 26 de noviembre de 2015 en el portal informativo Infolatam, disponible en el sitio web: http://www.infolatam.com/ 7. PETER HAKIM: LATINOAMÉRICA DIVIDIDA Y ENEMISTADA SERÍA DÉBIL EN UNA ECONOMÍA GLOBAL Y CADA VEZ MÁS COMPETITIVA ¿Cuáles dinámicas, positivas y negativas, prefiguran la actual América Latina? Es un momento especialmente difícil para gran parte de América Latina. Después de casi una década de sólido desempeño económico en toda la región, dando lugar a una evidente reducción de la pobreza, de la desigualdad, que ha expandido la clase media, casi todos los países han caído en un desplome económico y enfrentan una recesión y un estancamiento prolongado. Estos retrocesos (que en la mayoría de los lugares resultan de variadas combinaciones de mala Pagina 12 de 20 gestión económica y de la desaceleración de la demanda china en cuanto a las exportaciones de materias primas de América Latina) han contribuido a debilitar la confianza pública en los gobiernos, y esto hace más difícil los actuales ajustes de política que pretenden una recuperación. En muchas naciones brotan graves crisis de gobernabilidad. Las encuestas muestran calificaciones de desaprobación extremadamente altas para presidentes, partidos políticos y legislaturas. Aunque el gobierno democrático ha demostrado, hasta ahora, ser notablemente resistente en la mayoría de países, la democracia y el Estado de Derecho se han debilitado peligrosamente en varias naciones, mientras que niveles récord de violencia criminal aparecen en la vida cotidiana de otros muchos. Para empeorar más las cosas han ocurrido escándalos de corrupción muy publicitados que involucran a funcionarios públicos de alto rango y a líderes empresariales. Sin embargo, también encontramos buenas noticias. La mayoría de los gobiernos comprenden y están llevando a cabo los ajustes y medidas de reforma necesarios para revitalizar las economías y elevar las tasas de crecimiento. En varios países las instituciones judiciales están trabajando de manera más eficaz que lo habitual para investigar y perseguir la corrupción, mientras que la ciudadanía en general está exigiendo a los gobiernos mayor rendición de cuentas y servicios públicos de mayor calidad. A diferencia de otras regiones del mundo, América Latina permanece, en gran medida, en paz, libre de los conflictos armados, tanto internamente como hacia el exterior. En tal sentido, resulta alentadora la perspectiva de que, para el próximo año, las negociaciones que tienen lugar en Cuba entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC podrían terminar con medio siglo de guerra interna en la república andina. La reconciliación entre Cuba y Estados Unidos, por supuesto, es otro avance prometedor que cierra el capítulo de un largo período de hostilidades bilaterales. Solo en muy pocos casos, como en el enfrentamiento entre Venezuela y Colombia, existen hostilidades directas, pero en ninguno de ellos se espera una escalada peligrosa. ¿Cómo son actualmente las relaciones entre los países de la región? Actualmente la mayoría de los gobiernos de América Latina están muy centrados en sus problemas internos, mirando hacia adentro, no hacia la región. Están absortos en el naufragio de la economía, los considerables desafíos de gobernabilidad y la difusión de la delincuencia y la corrupción. Países como Brasil, Venezuela y Chile, que no hace mucho tiempo fueron más allá de sus fronteras para construir alianzas políticas y comerciales regionales, están obligados a dirigir su atención hacia el frente interno. Junto con las economías de América Latina, la mayoría de las iniciativas hacia una mayor integración se han estancado. Las naciones de la región con los problemas más profundos, entre las que se encuentran Haití, Venezuela, Honduras, Guatemala y Cuba, no están recibiendo todo el apoyo que necesitan de los países vecinos. ¿Cuáles vínculos entre países o bloque de países de la región constituyen meras relaciones intra-regionales y cuáles esbozan cierta integración? Los esquemas de integración de América Latina parecen en su mayoría envejecidos e ineficaces, en parte debido a que cada país se centra principalmente en la búsqueda de su propia agenda nacional. Sin duda los gobiernos de la región no están proporcionando el liderazgo necesario para perseguir iniciativas regionales. El grupo de seis países de Mercosur se ha vuelto disfuncional. Sus miembros no están de acuerdo, fundamentalmente, en las estrategias comerciales y de política económica, y las economías de los tres miembros principales del Pagina 13 de 20 grupo (Brasil, Argentina y Venezuela) están profundamente angustiadas por las escasas oportunidades de pronta recuperación. Los inmensos desafíos políticos y de seguridad que enfrentan casi todos los países de América Central, agravados por una amplia desconfianza entre los gobiernos, han vuelto difíciles las iniciativas de cooperación en el istmo. El esquema de integración económica más prometedor de América Latina, la Alianza del Pacífico, está igualmente obstaculizado por las tribulaciones internas, económicas y políticas de sus cuatro miembros, aunque estas son considerablemente más leves que las del Mercosur o las de Centroamérica. Del mismo modo, las organizaciones políticas, regionales y subregionales, que se han establecido durante los últimos doce años en América Latina también están fallando. El grupo militante anti-estadounidense y la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA), se han debilitado por la muerte de su carismático líder y fundador Hugo Chávez y por el colapso de la economía de Venezuela. Además, la razón del ALBA se ha debilitado sustancialmente con el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba. La Unión de Naciones del Sur de América (UNASUR), a menudo se promociona como un potencial sustituto latinoamericano de la Organización de Estados Americanos (OEA), aunque todavía no ha demostrado la capacidad necesaria para liderar, incluso de forma mínima, estas crisis regionales como las del colapso de instituciones (públicas y privadas) y la de la economía de Venezuela, así como las crecientes tensiones entre la República Bolivariana y Colombia. Concebida y organizada por Brasil, pero sin un liderazgo efectivo hoy en día, UNASUR carece de autoridad y dirección. Por último, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que reúne a todas las naciones del hemisferio, excepto Estados Unidos y Canadá, en la práctica ha servido solamente como foro o conferencia. ¿Resulta importante y necesario defender y asegurar un horizonte de integración regional? Los argumentos a favor de la integración regional son cada vez más fuertes. Una Latinoamérica dividida y enemistada sería un actor débil en una economía ya global y cada vez más competitiva. Sin una visión más unificada y un enfoque coordinado, el papel potencial de América Latina en la formación de las instituciones globales y de las decisiones internacionales sería cada vez más limitado. Del mismo modo, no podría vencer sus desventajas en las negociaciones con países como Estados Unidos y China, así como con la Unión Europea y otras regiones más integradas. El récord de América Latina en materia de cooperación regional, en las dimensiones económicas y políticas, ha sido decepcionante hasta el momento. La región, por ejemplo, no ha sido capaz de ofrecer soluciones a la profundización de la crisis de Venezuela o a su confrontación fronteriza con Colombia, ni ha encontrado enfoques comunes a los problemas generalizados de las drogas, la violencia y la corrupción. Y en este momento parece poco probable que eso mejore, pues: I. Carece de un liderazgo activo y sostenido de los principales países de la región, en particular Brasil y México. II. No resulta suficiente el incremento sustancial de acuerdos sobre las cuestiones centrales de la gobernanza, el Estado de Derecho, y la gestión económica. La integración también requerirá de la voluntad de las naciones latinoamericanas de moderar sus demandas de soberanía absoluta sobre sus problemas internos para conseguir, por ende, una acción colectiva regional a favor de intereses compartidos. ¿El Mercosur y la Alianza del Pacífico constituyen proyectos de colaboración o de integración, antagónicos? Pagina 14 de 20 Ciertamente, ambos grupos comerciales no colaboran mucho. Al mismo tiempo, no son de ninguna forma antagónicos, y no hay razón para creer que no encontrarán finalmente más oportunidades para la cooperación, y de esta manera comenzar a satisfacer la visión chilena de “unidad en la diversidad”. Por supuesto, los dos grupos están hoy profundamente divididos por políticas económicas divergentes. Los países del Mercosur tienen barreras comerciales mucho más altas, y han firmado menos acuerdos de libre comercio que sus contrapartes de la Alianza del Pacífico. Aun así, existen considerables flujos comerciales y de inversión entre ellos. Aunque los tres países más grandes del Mercosur están en circunstancias mucho peores, los miembros de la Alianza también se enfrentan a desafíos económicos y políticos dolorosos, que pueden forzarlos a lograr una cooperación más estrecha. Sin embargo, también sería posible que, a menos que Mercosur supere su perjudicial inercia, las diferencias entre los dos grupos económicos puedan ampliarse. Si esas sinergias regionales no se consiguen, las naciones de la Alianza del Pacífico podrían ver un futuro más prometedor en su asociación con la Alianza Transpacífica recientemente negociada, que involucra a Estados Unidos, Canadá y a seis naciones asiáticas. ¿Cuáles podrían ser los consensos mínimos, las instituciones y las normas compartidas, que hemos de consolidar para avanzar hacia una América Latina próspera, equitativa e integrada en su diversidad? Aunque no necesariamente compartido con igualdad por todos los países, en América Latina ha surgido un consenso general con respecto a las normas y valores que deben regir una región más integrada. Incluye los conceptos de gobierno democrático, así como la protección de los derechos humanos, el compromiso con la equidad y la inclusión social, y la dependencia de una combinación de mecanismos estatales y de mercado para impulsar el crecimiento económico. Estos estándares, sin embargo, con frecuencia se ignoran o violan activamente en muchos países. Por otra parte, es desalentador que, en general, los gobiernos de América Latina no lleguen a colocar en un mismo nivel la preocupación por intervenciones o violaciones de su soberanía y la búsqueda de mecanismos para proteger y promover ampliamente los reconocidos valores regionales. Esa preocupación puede reflejar amargos recuerdos de las no deseadas y a menudo dañinas intervenciones de Estados Unidos en la región. Pero eso, también se les dificulta a las naciones de América Latina y sus instituciones regionales hacer frente de manera cooperativa y efectiva a las continuas transgresiones contra la democracia, los derechos humanos, la libertad de prensa y otras normas. ¿Sobre qué principios deben desarrollarse las relaciones entre América Latina y América del Norte? ¿Por medio de cuáles metodologías? Hasta ahora nadie ha llegado con una fórmula, principio o marco de políticas para el logro de una relación más constructiva entre Estados Unidos y América Latina. Las ideas básicas pudieran ser las obvias. Ellas incluyen el respeto mutuo, la igualdad de trato, la cooperación en temas de interés común y el apoyo recíproco en los períodos de penuria. Pero esto es muy general y, de acuerdo a las diferentes interpretaciones posibles, no proporciona mucha orientación. Con las enormes diferencias entre los países de América Latina y los cambios en el tiempo de las circunstancias externas e internas de cada uno, no es posible identificar un enfoque común o una metodología que se muestre con efectividad. A medida que la región se ha tornado más diversa, independiente y asertiva, también se ha vuelto mucho más difícil precisar el significado de las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica. Será necesaria una América Latina más unida y cohesionada para revivir el concepto. México y la mayoría de los vecinos cercanos a Estados Unidos en América Central y Pagina 15 de 20 el Caribe, tienen fuertes y estrechas relaciones con la gran nación norteña, con un alto grado de integración económica y demográfica; al tiempo que las naciones de América del Sur están mucho menos entrelazadas con Estados Unidos. La relación de Estados Unidos con América Latina ha evolucionado a un poco más que la suma de sus relaciones con cada país. Cuando los latinoamericanos hablan de la cooperación regional de hoy, por lo general esto significa la cooperación con otras naciones de América Latina, no con Estados Unidos. La mayoría de las naciones de América Latina sabe la importancia del comercio y la inversión de Estados Unidos para sus economías, y está dispuesta a tener relaciones económicas productivas con los norteños. La mayor parte de la región da la bienvenida a Estados Unidos como socio económico y comercial, pero también están creando alianzas con Europa, China y otros países del mundo. Las naciones de América del Sur ya no ven a Estados Unidos con un papel permanente en la solución de los retos políticos y de seguridad regional. Teniendo en cuenta la enorme asimetría del poder y la riqueza entre Estados Unidos y América Latina, los muchos temas e intereses que los dividen y el recuerdo histórico de los abusos de Estados Unidos, siempre habrá un grado de tensión en la relación, que a veces puede girar hacia la hostilidad y el conflicto. Aunque los recientes esfuerzos de reconciliación entre Estados Unidos y Cuba deben suavizar un poco las relaciones de Estados Unidos con la región, es poco probable que sean suficientes para reformularla. ¿Podrá evolucionar la CELAC hacia un mecanismo de integración regional, capaz además de representar a América Latina en sus vínculos fundamentales con América del norte? Resulta difícil ver a la CELAC como un mecanismo clave para la integración regional o como un actor importante en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina. Es, por supuesto, una organización muy joven e incipiente, que sirve fundamentalmente como un foro público. Es difícil saber si se puede o no convertir en una institución que tenga la capacidad y los recursos para movilizar a los países miembros, construir un compromiso con la unidad y la cooperación regional y, efectivamente, unir esfuerzos nacionales para hacer frente a muchos desafíos de América Latina. Lo que sí, de seguro, requerirá la CELAC para evolucionar en estas direcciones será un compromiso sólido y un fuerte liderazgo de los principales países de la región, que aún no tiene. China ha identificado a la CELAC como un marco institucional útil para la gestión de sus relaciones con América Latina, pero el gigante asiático sigue llevando a cabo la mayor parte de su diplomacia y de sus compromisos económicos sobre una base bilateral. Fuente: Peter Hakim estuvo al frente del Diálogo Interamericano entre 1993 y 2010. Actualmente es su presidente emérito. Hakim es un gran especialista sobre cuestiones hemisféricas, con énfasis en Brasil, y ha testificado más de una docena de veces ante el Congreso de la Unión. Esta entrevista fue publicada en el portal Infolatam el 21 de noviembre de 2015 y se encuentra disponible en el sitio web: http://www.infolatam.com/ 8. LA MOVILIZACIÓN FINANCIERA MULTILATERAL DE CHINA, POR ERIK BERGLÖF El directorio del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo recientemente aprobó la postulación de China para ser parte de él –una postulación que lleva una década en ciernes- y la envió a los gobiernos que lo integran para una aprobación final. Pero la membrecía del BERD es apenas una expresión de lo rápido que crece el papel que desempeña China en las instituciones financieras internacionales del mundo. El interrogante ahora es si China impulsará el cambio en su interior, o viceversa. Pagina 16 de 20 La crisis financiera global sacudió la estructura financiera internacional y atrapó a muchas instituciones fuera de guardia. Es cierto que el Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, había querido implementar una marcada reducción en los años anteriores. Pero también les permitió demostrar su fortaleza. Muchos de ellos –en particular el FMI, pero también el BERD y el Banco Europeo de Inversiones- terminaron demostrando que podían responder de manera flexible y, en consecuencia, lograron mandatos expandidos y más capital. La crisis también minó la legitimidad del G-7 –los países en la raíz del problema- a la vez que revigorizó al G-20. En medio de estas transformaciones, China ganó espacio para impulsar su influencia global –una influencia que está decidida a explotar, a pesar de la resistencia de algunos sectores-. A título de ejemplo, planea usar su presidencia del G-20 en 2016 para promover una agenda ambiciosa. Por cierto, el compromiso internacional chino hoy se está produciendo en una escala y a un ritmo nunca antes vistos. China es miembro de muchas instituciones multilaterales –entre ellas varios actores regionales como el Banco Africano de Desarrollo (BAfD) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- con las cuales está profundizando sus relaciones, especialmente a través de una coinversión en proyectos en todo el mundo. China, por caso, aumentó de manera significativa su compromiso con el BAfD el pasado año a través del Fondo África Creciendo Juntos, de 2.000 millones de dólares. De la misma manera, los fondos de riqueza soberana de China funcionaron como inversores importantes en los vehículos diseñados por la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial y el BERD para incorporar capital institucional de largo plazo a sus proyectos. Uno de estos fondos, SAFE, actualmente es el único inversor en el vehículo del BERD –y China ni siquiera se ha sumado formalmente a la organización todavía. China también está creando nuevas instituciones. El establecimiento del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) acaparó los titulares de todo el mundo a comienzos de este año, no sólo por una fuerte resistencia de parte de Estados Unidos, sino también porque países como Gran Bretaña y Alemania se sumaron de todos modos. China también desempeñó un papel de liderazgo en la formación, junto con sus contrapartes de los BRICS (Brasil, Rusia, India y Sudáfrica), del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), hoy con sede en Shanghái. Luego está el Fondo de la Ruta de la Seda de China, de 40.000 millones de dólares, destinado a respaldar proyectos de infraestructura necesarios para apuntalar la estrategia de “un cinturón, un camino” del presidente Xi Jinping, que apunta a mejorar los vínculos comerciales y de comunicación en toda Eurasia. El Fondo de la Ruta de la Seda, el esfuerzo más ambicioso de China hasta la fecha, hace parecer insignificantes las actividades de las instituciones financieras internacionales más tradicionales, tanto en términos de escala como de rango de actividades. La primera iniciativa del Fondo, la represa hidroeléctrica Karot de 1.650 millones de dólares en Pakistán, conllevará tanto préstamos directos para el proyecto como inversión de capital en la compañía responsable de la construcción de la represa y de administrarla durante 30 años. Tal y como están las cosas, el Fondo de la Ruta de la Seda es unilateral y está ubicado en la misma categoría que el Banco de Desarrollo de China y el conglomerado de inversión CITIC de propiedad del estado. Pero las autoridades chinas han dicho que la institución está abierta para que otros se sumen, aunque eso parece improbable, dada la magnitud del compromiso chino. A pesar del tamaño considerable de los proyectos de inversión de China, los líderes del país hasta el momento se han mostrado relativamente conservadores en términos de innovación institucional. Sin embargo, en el transcurso del año pasado, las autoridades del Partido Pagina 17 de 20 Comunista Chino han debatido una propuesta para una institución multilateral nueva y más experimental pensada para “restaurar el medio ambiente” –es decir, respaldar grandes proyectos destinados a la recuperación de tierras, la purificación del agua y mejoras en la calidad del aire. Hacer despegar una institución de estas características no será tarea fácil, dada la necesidad de una coordinación global para reunir a los potenciales accionistas y de importantes subsidios para hacer viables las inversiones. Pero ese tipo de innovación institucional audaz podría sellar una brecha importante en la arquitectura financiera global, y cementar el liderazgo de China en cuanto al financiamiento de la recuperación ambiental. Mientras tanto, las instituciones chinas están innovando en una escala menor, en tanto encabezan una estrategia más austera y más rápida de financiamiento. Por ejemplo, el presidente inaugural del BAII, Jin Liqun, ha anunciado planes de eliminar algunas de las características más eficientes de las instituciones existentes, como el directorio residente y las restricciones de nacionalidad para la contratación. De todos modos, el creciente papel financiero global de China probablemente no cambie de manera profunda el modo en que operan las instituciones existentes. Por supuesto, de la misma manera que esfuerzos como los de Jin resaltan los defectos de las estructuras existentes, pueden ayudar a inspirar una reforma. Y el BERD, sin duda, puede beneficiarse de la experiencia china en materia de experimentación y ampliación. Pero el principal objetivo del BAII y del NBD no parece ser transformar el paisaje financiero multilateral, sino agregar capacidad, mostrando a la vez que China puede crear instituciones de última generación. Y en lo que concierne al BERD, la participación de China será menor, al menos al principio; los chinos dicen que están allí para aprender. De hecho, la coinversión con el BERD puede ofrecer a las empresas chinas conocimiento local –y potencialmente hasta protección- mientras exploran nuevos mercados. Por ahora, parece probable que un mayor compromiso en instituciones multilaterales cambie más a China que a las instituciones, aun cuando el poder de voto de China aumente para reflejar mejor sus crecientes aportes. Un análisis más de cerca de las experiencias de instituciones de larga data –inclusive trabajando con grupos de la sociedad civil y promoviendo la titularidad local de las políticas- ayudará a China a pulir su estrategia para el compromiso en África y otras partes. Puede inclusive permitirle a China mejorar su propio modelo de desarrollo. En el más largo plazo, sin embargo, los desafíos de desarrollo que enfrenta China a nivel nacional –particularmente el rápido deterioro ambiental- podrían llevarla a ejercer un papel más transformador y presionar para una innovación institucional a nivel global. Fuente: Erik Berglöf, es profesor y director del Instituto de Asuntos Globales en la London School of Economics, y es ex economista jefe del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD). Este artículo de opinión fue publicado el 23 de noviembre de 2015 en el portal de Project Syndicate y se encuentra disponible en el sitio web: https://www.projectsyndicate.org 9. LA MONTAÑA RUSA DE LAS MATERIAS PRIMAS, POR CARMEN REINHART El súper ciclo global de las materias primas no es un fenómeno nuevo. Si bien los detalles varían, los exportadores de commodities primarios tienden a actuar de la misma manera y los resultados económicos suelen seguir patrones reconocibles. Pero el elemento de previsibilidad en el devenir del ciclo de precios de las materias primas, como sucede con el recorrido de una montaña rusa, no hace que sus giros y vueltas sean más fáciles de tolerar. Pagina 18 de 20 Desde fines del siglo XVIII, se han producido siete u ocho auges de los precios de las materias primas no petroleras, en relación al precio de los productos manufacturados. (La cantidad exacta depende de cómo se definan los altibajos). Los auges normalmente duraron 7 a 8 años, aunque el que comenzó en 1933 se prolongó casi dos décadas. Esa excepción se debió primero a la Segunda Guerra Mundial y luego a la reconstrucción de posguerra de Europa y Japón, así como al rápido crecimiento económico en Estados Unidos. El auge más reciente, que comenzó en 2004 y terminó en 2011, es el que mejor se adapta a la norma. Los colapsos de los precios de los commodities –con altibajos de más del 30%- tienen una duración similar -duran unos siete años, en promedio-. El colapso actual va por su cuarto año, y los precios de las materias primas no petroleras (en relación a los precios de exportación de los fabricantes) cayeron hasta el momento alrededor del 25%. Los auges de los precios de las materias primas están normalmente asociados a crecientes ingresos, posiciones fiscales más fuertes, apreciación de las monedas, caída de los costos de endeudamiento e ingresos de capital. Durante las recesiones, estas tendencias se revierten. Por cierto, desde que comenzó el desplome actual hace cuatro años, la actividad económica para muchos exportadores de materias primas se ha desacelerado notablemente; sus monedas han caído, después de casi una década de relativa estabilidad; los spreads de las tasas de interés se han ampliado y los flujos de capital se han agotado. El impacto de la recesión dependerá, en gran medida, de cómo se comporten los gobiernos y los individuos durante el período de bonanza. Si perciben que las mejoras en sus términos comerciales son permanentes -una visión que gana terreno a medida que suben los precios-, los incrementos del consumo y la inversión tienden a superar las alzas de los ingresos, y crece el apalancamiento público y privado. El riesgo es que cuando la montaña rusa se lanza estrepitosamente hacia abajo, una crisis de deuda hace descarrilar a los mercados. Pagina 19 de 20 Y, de hecho, durante las caídas de los precios de los commodities, las crisis bancarias, monetarias y de deuda soberana tienden a proliferar -y evitar la crisis se vuelve un tema candente para los responsables de las políticas, como queda reflejado en la Perspectiva Económica Mundial más reciente del Fondo Monetario Internacional-. No es casual que el último colapso de los precios de las materias primas, que se produjo desde fines de los años 1970 hasta 1992, coincidiera con más de una década de crisis de deuda soberana en el mundo en desarrollo. Obviamente, esa no fue una recesión común y corriente. Por el contrario, fue el colapso más severo de los precios de los commodities hasta el día de hoy, que se tradujo en un altibajo del 40%. Lo más atípico fue que implicó tres olas de caídas de precios, divididas por respiros de 1-2 años. La primera ola estaba conectada a los esfuerzos de la Reserva Federal de Estados Unidos por controlar la inflación en el otoño de 1979, lo que hizo que las tasas de interés internacionales se dispararan, generando una profunda recesión en Estados Unidos y otras partes. La segunda ola, que comenzó en1985, reflejó un exceso de oferta, ya que muchos exportadores de materias primas salieron simultáneamente en busca de dinero en efectivo, muchas veces en medio de crisis económicas. La tercera ola, de 1989 a 1992, se vio alimentada por la desintegración de la Unión Soviética, lo que causó un colapso de la producción allí. El interrogante ahora es si la crisis actual seguirá una trayectoria similar y si el respiro reciente pronto dará lugar a otra caída. La respuesta reside principalmente (pero no exclusivamente) en China. Si la desaceleración económica de China persiste -como suele suceder con las desaceleraciones que se producen luego de auges de inversión y están alimentadas por sobrendeudamientos-, la caída de las materias primas probablemente continúe, ya que ninguna otra economía es capaz de revertir la escasez de demanda. La expansión económica de Estados Unidos probablemente se desacelere pronto, cuando la Reserva aumente las tasas de interés. Y la reciente recuperación relativamente robusta de Europa quizá sea moderada y esté inclinada a los servicios internos. Es más, en esta etapa del ciclo de las materias primas, las caídas de los precios normalmente se mantienen a la baja. Cuando terminó el auge, muchos exportadores de materias primas ya habían iniciado proyectos de inversión para expandir la producción. A medida que las inversiones empiecen a rendir frutos, la mayor oferta mantendrá una presión a la baja sobre los precios. Y la aversión entendible de muchos gobiernos de economías emergentes en cuanto a tener déficits de cuenta corriente sustancial y persistente los llevará a contrarrestar los precios más débiles de las exportaciones incrementando el volumen de las exportaciones, inclusive si eso hace bajar los precios aún más. Este recorrido de montaña rusa de los precios de las materias primas probablemente no haya terminado aún. Si bien no podemos saber con certeza lo que sucederá, sería prudente que nos preparásemos para otra caída -e hiciéramos lo posible para no estrellarnos. Fuente: Carmen Reinhart es profesora del Sistema Financiero Internacional en la Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard. Este artículo de opinión fue publicado el 19 de noviembre de 2015 en el portal de Project Syndicate y se encuentra disponible en el sitio web: https://www.project-syndicate.org Pagina 20 de 20 Tel: 591 2 2799673 Fax:591 2117326 Calle 21 de Calacoto, Edificio Lydia, Piso 2 Of. 201 La Paz – Bolivia Página Web: www.institutoprisma.org Correo electrónico: [email protected] Edición a cargo de Rodrigo Fernández Ortiz
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