L`O S S E RVATOR E ROMANO

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L’OSSERVATORE ROMANO
EDICIÓN SEMANAL
Unicuique suum
Año XLVII, número 50 (2.444)
El jubileo
del concilio
EN LENGUA ESPAÑOLA
Non praevalebunt
Ciudad del Vaticano
11 de diciembre de 2015
En cada diócesis el próximo domingo 13 cada obispo abrirá la Puerta santa
Un Año santo para vivir la misericordia
GIOVANNI MARIA VIAN
Al concluir el Concilio, para poner de relieve las decisiones del
Vaticano II y difundirlas en toda
la Iglesia, Pablo VI quiso que desde el 1 de enero al 29 de mayo de
1966, fiesta de Pentecostés, en las
diócesis del mundo se celebrase
un jubileo extraordinario.
Cincuenta años después, su actual sucesor, hijo del Concilio incluso siendo por motivos de fecha
de nacimiento el primer Papa que
no participó en el mismo, ha
abierto otro Año santo, que por
más de un motivo es extraordinario.
Extraordinario lo es en cuanto
que no está comprendido en los
habituales períodos temporales,
pero aún más por la voluntad de
Bergoglio de relacionarlo de modo explícito a la misericordia,
central en el Evangelio y en los
jubileos. Y luego no tanto por la
circunstancia de desarrollarse simultáneamente en las diócesis del
mundo, como por la anticipación
de su apertura en el corazón de
África.
El primer jubileo ordinario después del Concilio se celebró en
1974 primero en el mundo y luego
en Roma, pero nunca un Pontífice había abierto una Puerta santa
fuera de su diócesis.
Como en circunstancias muy
distintas Bonifacio VIII convocó el
primer Jubileo interpretando la
expectativa del pueblo cristiano,
así una vez más el Papa Francisco
percibió y supo captar la necesidad de los fieles, juntamente con
el de muchísimas mujeres y hombres que tal vez no logran encontrar su sitio en los límites de la
Iglesia visible: «La Iglesia —dijo
en la primera audiencia general
del Jubileo— tiene necesidad de
este momento extraordinario.
No digo: es bueno para la Iglesia este momento extraordinario.
Digo: la Iglesia necesita este momento extraordinario», para hacer
«visibles los signos de la presencia y de la cercanía de Dios».
La misericordia, ante todo, que
está en el corazón del Evangelio e
impulsa a los cristianos a salir de
sí mismos para ser testigos de
Cristo. Como lo ha mostrado
Bergoglio, sorprendiendo a todos
y venciendo alguna resistencia, al
abrir la Puerta santa en la catedral de Bangui e inaugurando el
Jubileo para las diócesis centroafricanas, flageladas por la pobreza
y la violencia. Recordando esa
anticipación y siguiendo el ritual
que se remonta a Alejandro VI,
aún más sugestivo en su sencillez,
el Papa ha abierto la puerta de
SIGUE EN LA PÁGINA 3
A los padres de las escuelas católicas
Apertura de la Puerta santa
Primera audiencia general del Año santo
Valores que no se negocian
Como el buen samaritano
Lo que a Dios más le gusta
PÁGINA
PÁGINAS 4 Y 5
PÁGINA 12
Cuidado de la casa común
«Fiat lux: Iluminar nuestra casa común», fue el evento que sorprendió a más de cien mil personas la noche del
martes en el Vaticano. Se trata del primer espectáculo de luces e imágenes que se realizó sobre la fachada y la cúpula de la basílica de San Pedro con motivo del inicio del Jubileo de la misericordia. El espectáculo se basa en la encíclica del Papa Francisco Laudato si' sobre el cuidado de la casa común y coincide con la conferencia del COP21 de
París.
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A la
COP21
viernes 11 de diciembre de 2015, número 50
de París el Papa pide opciones valientes por el bien de la familia humana
Cambios climáticos y pobreza
Y recuerda los cincuenta años de la reconciliación entre la Iglesia de Roma y la de Constantinopla
Todos tenemos necesidad de conversión:
lo recordó el Papa Francisco en el
Ángelus del domingo 6 de diciembre,
caracterizado por el fuerte llamamiento
lanzado por el Pontífice a los
participantes en la cumbre sobre el
clima en París.
Queridos hermanos
¡buenos días!
y
hermanas,
En este segundo domingo de Adviento, la liturgia nos pone en la escuela de Juan el Bautista, que predicaba «un bautismo de conversión
para perdón de los pecados» (Lc 3,
3). Y quizá nosotros nos preguntamos: «¿Por qué nos deberíamos
convertir? La conversión concierne a
quien de ateo se vuelve creyente, de
pecador se hace justo, pero nosotros
no tenemos necesidad, ¡ya somos
cristianos! Entonces estamos bien».
Pensando así, no nos damos cuenta
de que es precisamente de esta presunción que debemos convertirnos
—que somos cristianos, todos buenos, que estamos bien—: de la suposición de que, en general, va bien así
y no necesitamos ningún tipo de
conversión. Pero preguntémonos: ¿es
realmente cierto que en diversas situaciones y circunstancias de la vida
tenemos en nosotros los mismos sentimientos de Jesús? ¿Es verdad que
sentimos como Él lo hace? Por
ejemplo, cuando sufrimos algún mal
o alguna afrenta, ¿logramos reaccionar sin animosidad y perdonar de
corazón a los que piden disculpas?
¡Qué difícil es perdonar! ¡Cómo es
difícil! «Me las pagarás»: esta frase
viene de dentro. Cuando estamos
llamados a compartir alegrías y tristezas, ¿lloramos sinceramente con
los que lloran y nos regocijamos con
quienes se alegran? Cuando expresamos nuestra fe, ¿lo hacemos con valentía y sencillez, sin avergonzarnos
del Evangelio? Y así podemos hacernos muchas preguntas. No estamos
bien, siempre tenemos que convertirnos, tener los sentimientos que Jesús
tenía.
La voz del Bautista grita tambiénhoy en los desiertos de la humanidad, que son —¿cuáles son los desiertos de hoy?— las mentes cerradas
y los corazones duros, y nos hace
preguntarnos si en realidad estamos
en el buen camino, viviendo una vida según el Evangelio. Hoy, como
entonces, nos advierte con las palabras del profeta Isaías: «Preparad el
camino del Señor, allanad sus senderos» (v. 4). Es una apremiante invitación a abrir el corazón y acoger la
salvación que Dios nos ofrece incesantemente, casi con terquedad, porque nos quiere a todos libres de la
esclavitud del pecado. Pero el texto
del profeta expande esa voz, preanunciando que «toda carne verá la
salvación de Dios» (v. 6). Y la salvación se ofrece a todo hombre, todo
pueblo, sin excepción, a cada uno
de nosotros. Ninguno de nosotros
puede decir: «Yo soy santo, yo soy
perfecto, yo ya estoy salvado». No.
Siempre debemos acoger este ofrecimiento de la salvación. Y por ello el
Año de la Misericordia: para avanzar más en este camino de la salvación, ese camino que nos ha enseñado Jesús. Dios quiere que todos los
hombres se salven por medio de Jesucristo, el único mediador (cf. 1
Tim 2, 4-6).
Por lo tanto, cada uno de nosotros está llamado a dar a conocer a
Jesús a quienes todavía no lo conocen. Y esto no es hacer proselitismo.
No, es abrir una puerta. «¡Ay de mí
si no anuncio el Evangelio!» (1 Cor
9, 16), declaraba san Pablo. Si a nosotros el Señor Jesús nos ha cambiado la vida, y nos la cambia cada vez
que acudimos a Él, ¿cómo no sentir
la pasión de darlo a conocer a todos
los que conocemos en el trabajo, en
la escuela, en el edificio, en el hospital, en distintos lugares de reunión?
Si miramos a nuestro alrededor, nos
encontramos con personas que estarían disponibles para iniciar o reiniciar un camino de fe, si se encontrasen con cristianos enamorados de Jesús. ¿No deberíamos y no podríamos ser nosotros esos cristianos? Os
dejo esta pregunta: «¿De verdad estoy enamorado de Jesús? ¿Estoy
convencido de que Jesús me ofrece y
me da la salvación?». Y, si estoy
enamorado, debo darlo a conocer.
Pero tenemos que ser valientes: bajar
las montañas del orgullo y la rivalidad, llenar barrancos excavados por
la indiferencia y la apatía, enderezar
los caminos de nuestras perezas y de
nuestros compromisos.
Que la Virgen María, que es Madre y sabe cómo hacerlo, nos ayude
a derrumbar las barreras y los obstáculos que impiden nuestra conver-
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GIOVANNI MARIA VIAN
director
Después de la oración mariana el
Papa se dirigió a los fieles presentes en
la plaza de San Pedro con estas
palabras
Queridos hermanos y hermanas:
Sigo con gran atención los trabajos de la Conferencia sobre el cambio climático que se celebra en París,
y me viene en mente una pregunta
que hice en la encíclica Laudato si':
«¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?» (n. 160).
Por el bien de la casa común, de todos nosotros y de las generaciones
futuras, en París todo el esfuerzo debe dirigirse a la mitigación de los
impactos del cambio climático y, al
mismo tiempo, a hacer frente a la
pobreza para que florezca la dignidad humana. Las dos opciones van
juntas: mitigar los cambios climáticos y hacer frente a la pobreza para
que florezca la dignidad humana.
Oremos para que el Espíritu Santo
ilumine a todos los que son llamados a tomar decisiones tan importantes y les dé el coraje de mantener
siempre como criterio de elección el
mayor bien para toda la familia humana.
Mañana se celebra el quincuagésimo aniversario de un acontecimiento
memorable entre católicos y ortodoxos. El 7 de diciembre de 1965, la
víspera de la conclusión del Concilio
Vaticano II, con una declaración común del Papa Pablo VI y el patriarca
ecuménico Atenágoras, se eliminaban de la memoria las sentencias de
excomunión intercambiadas entre la
Iglesia de Roma y la de Constantinopla en 1054. Es realmente provi-
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don Sergio Pellini S.D.B.
Giuseppe Fiorentino
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sión, es decir, nuestro camino hacia
el Señor. ¡Sólo Él, Jesús, puede realizar todas las esperanzas del hombre!
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dencial que ese gesto histórico de reconciliación, que ha creado las condiciones para un nuevo diálogo entre ortodoxos y católicos en el amor
y la verdad, sea recordado justo en
el comienzo del Jubileo de la Misericordia. No hay auténtico camino
hacia la unidad sin pedir perdón a
Dios y entre nosotros por el pecado
de la división. Recordemos en nuestras oraciones al querido patriarca
ecuménico Bartolomé y los demás
jefes de las Iglesias ortodoxas, y pedimos al Señor que las relaciones
entre católicos y ortodoxos siempre
se inspiren en el amor fraterno.
Ayer, en Chimbote (Perú), fueron
beatificados Michael Tomaszek y
Zbigniew Strzałkowski, franciscanos
conventuales, y Alessandro Dordi,
sacerdote fidei donum, asesinados por
odio a la fe en 1991. La fidelidad a
estos mártires en el seguimiento de
Cristo nos dé fuerza a todos nosotros, pero sobre todo a los cristianos
perseguidos en diferentes partes del
mundo, para dar testimonio valiente
del Evangelio.
Saludo a todos vosotros, los peregrinos llegados de Italia y otros países —hay muchas banderas—, especialmente el coro litúrgico de Milherós de Poiares y los fieles de Casal
de Cambra, Portugal. Saludo a los
participantes en el congreso del Movimiento de compromiso educativo
de Acción Católica, los fieles de
Biella, Milán, Cusano Milanino,
Neptuno, Rocca di Papa y Foggia;
los miembros confirmados de Roncone y los que se preparan para la
confirmación de Settimello, la banda
de Calangianus y la Coral de Taio.
Os deseo a todos un buen domingo y una buena preparación para
el inicio del Año de la Misericordia.
Por favor no os olvidéis de rezar por
mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!
Tarifas de suscripción: Italia - Vaticano: € 58.00; Europa (España + IVA): € 100.00 - $ 148.00; América
Latina, África, Asia: € 110.00 - $ 160.00; América del Norte, Oceanía: € 162.00 - $ 240.00.
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número 50, viernes 11 de diciembre de 2015
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El Pontífice rinde homenaje a la Inmaculada ante la embajada de España
Redescubrir en la Virgen «la misericordia divina»
El dogma de la Inmaculada
Concepción de la Virgen María fue
proclamado por el Papa Pío IX, el 7
de diciembre de 1854 mediante la
bula Ineffabilis Deus: «Declaramos y
definimos, que es doctrina revelada
por Dios, la que sostiene, que la
beatísima Virgen María en el primer
instante de su Concepción, por
singular gracia y privilegio de Dios
Omnipotente y en previsión de los
méritos de Jesucristo, Salvador del
género humano, fue preservada de
toda mancha de pecado original».
Tres años después, en 1857, el mismo
Papa levantó el monumento a la
Inmaculada Concepción.
Fue desde los balcones de la
Embajada de España que el
Pontífice bendijo el monumento.
Desde entonces, cada año el día de
esta solemnidad, se le confiere el
honor al personal de la embajada de
España de colocar a los pies de la
Virgen la primera ofrenda floral. En
su discurso el Pontífice afirmó: «Fue
España, la nación, que por sus reyes
y por sus teólogos, trabajó más que
nadie para que amaneciera el día de
la proclamación del dogma de la
Concepción Inmaculada de María».
El pasado 8 de diciembre de nuevo
el palacio Monaldeschi, que alberga
la sede de la embajada de España
ante la Santa Sede, fue testigo de
primera mano de la devoción
mariana y de la oración que el Papa
Francisco compuso especialmente
para la ocasión.
Antes de dirigirse a la basílica de
Santa María la Mayor para rezar
frente a la imagen de la Salus populi
Romani, el Papa se detuvo durante
treinta minutos para saludar a la
multitud que lo acompañaba,
dedicando una atención especial a
los enfermos presentes en la plaza.
A continuación publicamos la
plegaria que Francisco le recitó a la
Inmaculada, a la que siguieron las
letanías durante las cuales el Papa
permaneció con la cabeza baja
orando frente a la Virgen.
Virgen María,
en este día de fiesta por tu
Inmaculada Concepción
vengo a presentarte el homenaje de fe
y de amor del pueblo santo de Dios
que vive en esta ciudad y diócesis.
El Papa pronuncia la oración en la Plaza de España en Roma para el tradicional acto de veneración de la Inmaculada Concepción de María
Vengo en nombre de las familias,
con sus alegrías y fatigas;
de los niños y de los jóvenes,
abiertos a la vida;
de los ancianos, llenos de años
y de experiencia;
de modo especial vengo ante ti
de parte de los enfermos,
de los encarcelados,
de quienes sienten más difícil
el camino.
Como Pastor vengo también
en nombre de cuantos han llegado
desde tierras lejanas en búsqueda
de paz y de trabajo.
Bajo tu manto hay lugar para todos,
porque tú eres
la Madre de la Misericordia.
Tu corazón está lleno de ternura
hacia todos tus hijos:
la ternura de Dios, que en ti se ha
encarnado y se ha hecho nuestro
hermano, Jesús, Salvador de todo
hombre y de toda mujer.
Mirándote,
Madre nuestra Inmaculada,
reconocemos la victoria de la divina
Misericordia sobre el pecado
y sobre todas sus consecuencias;
y se enciende de nuevo en nosotros
la esperanza de una vida mejor,
libre de la esclavitud,
rencores y miedos.
Hoy, aquí, en el corazón de Roma,
sentimos tu voz de madre
que llama a todos
a ponerse en camino hacia esa Puerta,
que representa a Cristo.
Tú dices a todos:
«Venid, acercaos confiados;
entrad y recibiréis el don de la
Misericordia;
no tened miedo,
no sintáis vergüenza: el Padre os
espera con los brazos abiertos para
daros su perdón
y acogeros en su casa.
Venid todos a la fuente de la paz
y de la alegría».
Te agradecemos,
Madre Inmaculada,
porque en este camino de reconciliación
tú no nos dejas caminar solos,
sino que nos acompañas,
estás cerca de nosotros
y nos sostienes en toda dificultad.
Que tú seas bendita,
ahora y siempre, Madre.
Amén.
El jubileo
del concilio
VIENE DE LA PÁGINA 1
San Pedro, a la cual seguirán en
Roma y en las diócesis del mundo la apertura de otras muchísimas Puertas santas.
En el fondo está el Vaticano II,
inaugurado por Juan XXIII y concluido por Pablo VI en el signo
de la misericordia.
Fue precisamente Montini, el
único predecesor recordado por
Francisco en la homilía inaugural
del Jubileo, quien resumió el sentido del Concilio con la parábola
del samaritano, imagen por excelencia de la misericordia.
El Vaticano II fue un encuentro, dijo, «un verdadero encuentro entre la Iglesia y los hombres
de nuestro tiempo», que permitió
a la Iglesia salir de las «aguas poco profundas que durante muchos
años la habían recluido en sí misma», mientras que el cristianismo
«parecía perder cada vez más su
fuerza creativa», como escribió
Benedicto XVI.
El Papa, seguido por su predecesor que acababa de abrazar en
el atrio de la basílica, fue el primero en cruzar la Puerta santa. Y,
después de esperar y saludar de
nuevo a Benedicto XVI, Francisco
se encaminó a rezar ante la tumba de Pedro, apoyándose en el
báculo de Pablo VI con la cruz de
Cristo.
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viernes 11 de diciembre de 2015, número 50
Con ocasión de los cuarenta años de la Asociación de padres de las escuelas católicas
Valores que no se negocian
Educar a los hijos es un deber y un derecho irrenunciable
«Nunca negociéis los valores humanos
y cristianos de los cuales sois testigos».
Lo recomendó el Papa Francisco a los
miembros de la Asociación de padres de
las escuelas católicas (Agesc), a quienes
recibió en audiencia el sábado 5 de
diciembre, por la mañana, en la sala
Clementina, con ocasión del
cuadragésimo aniversario de su
fundación.
Queridos hermanos y hermanas:
Con gusto os doy la bienvenida a
todos vosotros, representantes de las
Asociaciones de padres de las escuelas católicas, con ocasión de los cuarenta años de vuestra fundación. Estáis aquí no sólo para confirmaros
en vuestro camino de fe, sino también para expresar la verdad del
compromiso que os caracteriza: el
compromiso, libremente asumido, de
ser educadores según el corazón de
Dios y de la Iglesia.
Hace poco tuvo lugar un importante Congreso mundial organizado
por la Congregación para la educación católica. En esa ocasión destaqué la importancia de promover una
educación a la plenitud de la humanidad, porque hablar de educación católica equivale a hablar de lo humano, de humanismo. Exhorté a una
educación inclusiva, una educación
en la que haya lugar para todos y no
seleccione de forma elitista a los destinatarios de su misión.
Es el mismo desafío que hoy se os
presenta a vosotros. Vuestra Asociación está al servicio de la escuela y
de la familia, dando su aportación
en la delicada tarea de tender puentes
taurarlo. Tender puentes: ¡no existe
un desafío más noble! Construir
unión d0nde avanza la división, generar armonía cuando parece tener
éxito la lógica de la exclusión y de
la marginación.
Como asociación eclesial, vosotros
bebéis del corazón mismo de la Iglesia la abundancia de la misericordia,
que hace de vuestro trabajo un servicio cotidiano a los demás. Como padres, sois depositarios del deber y del
derecho primario e irrenunciable de
educar a los hijos, ayudando en ese
sentido de manera positiva y constante a la tarea de la escuela. Os corresponde a vosotros el derecho de
requerir una educación conveniente
para vuestros hijos,
una educación integral y abierta a
En la educación tiene que
los más auténticos
valores humanos y
haber lugar para todos y no seleccionar
cristianos. Os code forma elitista a los destinatarios
rresponde a vosotros también hacer
de su misión.
que la escuela esté
a la altura de la
misión educativa
entre escuela y territorio, entre escuela y que se le ha confiado, en especial
familia, entre escuela e instituciones ci- cuando la educación que propone se
viles. Volver a dejar espacio al pacto manifiesta como «católica». Pido al
educativo, porque el pacto educativo Señor que la escuela católica nunca
se ha arruinado, porque el pacto
dé por descontado el significado de
educativo está roto, y debemos res-
En un momento en el que la crisis
este adjetivo. En efecto, ser educaeconómica se hace sentir con todo
dores católicos hace la diferencia.
Y entonces debemos preguntar- su peso también en las escuelas connos: ¿cuáles son los requisitos que certadas, muchas de las cuales se ven
hacen que una escuela pueda llamar- obligadas a cerrar, la tentación de
se verdaderamente católica? Este los «números» se hace presente con
puede ser un buen trabajo a realizar más insistencia, y con ella la del depor vuestra asociación. Vosotros saliento. Pero a pesar de todo os reciertamente lo habéis hecho y lo hacéis; pero los resulLa escuela debe marcar la diferencia con
tados nunca se alcanzan una vez para
la calidad formativa, no se puede
siempre. Por ejemconvertir en un «parche»
plo: sabemos que la
escuela católica debe transmitir una
cultura integral, no ideológica. Pero, pito: la diferencia se hace con la ca¿qué significa esto concretamente? O lidad de vuestra presencia, y no con
también, ¿estamos convencidos de la cantidad de los recursos con los
que la escuela católica está llamada a que se es capaz de trabajar en la reafavorecer la armonía de la diversidad? lidad. La calidad de vuestra presen¿Cómo se puede hacer realidad esto cia, allí, para tender puentes. Y me
en concreto? Se trata de un desafío gustó que usted [se dirige al presipara nada fácil. Gracias a Dios exis- dente], al hablar de la escuela, haya
ten, en Italia y en el mundo, muchas hablado de los niños, de los padres
experiencias positivas que se pueden y también de los abuelos. Porque los
conocer y compartir.
abuelos tienen su misión. No descarEn el encuentro que tuvo con vo- tar a los abuelos que son la memoria
sotros en junio de 1998, san Juan Pa- viva del pueblo.
blo II recordó la importancia del
Nunca negociéis los valores huma«puente» que debe existir entre es- nos y cristianos de los que sois testicuela y sociedad. Que nunca se os gos en la familia, en la escuela, en la
olvide la exigencia de construir una sociedad. Dad generosamente vuescomunidad educativa en la que, jun- tra aportación para que la escuela
tamente con los docentes, los divercatólica nunca se convierta en un
sos agentes y los estudiantes, voso«parche», o en una alternativa insigtros padres podáis ser protagonistas
nificante entre las diversas instituciodel proceso educativo.
nes formativas. Colaborad a fin de
No estáis fuera del mundo, sino que la educación católica tenga el
vivos, como la levadura en la masa. rostro de ese nuevo humanismo del que
La invitación que os dirijo es senci- se habló en la Asamblea eclesial de
lla pero audaz: sabed marcar la dife- Florencia. Comprometeos a fin de
rencia con la calidad formativa. Sabed que las escuelas católicas estén verencontrar modos y caminos para no
daderamente abiertas a todos. Que el
pasar desapercibidos tras los bastiSeñor, que en la Sagrada Familia de
dores de la sociedad y de la cultura.
Nazaret creció en edad, sabiduría y
No despertando clamores, no con
gracia (cf. Lc 2, 52), acompañe vuesproyectos adornados con retórica.
Sabed distinguiros por vuestra cons- tros pasos y bendiga vuestro comtante atención a la persona, de mo- promiso de cada día.
Gracias por este encuentro, grado especial a los últimos, a quien se
ve descartado, rechazado, olvidado. cias por vuestro trabajo y por vuesSabed haceros notar no por la «fa- tro testimonio. Os aseguro mi rechada», sino por una coherencia cuerdo en la oración. Y vosotros,
educativa radicada en la visión cris- por favor, no os olvidéis de rezar
por mí.
tiana del hombre y de la sociedad.
número 50, viernes 11 de diciembre de 2015
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página 5
En el mensaje para la Jornada de las vocaciones el Pontífice recuerda que la llamada de Dios nace y crece en la Iglesia
Todo comienza con una mirada
Toda llamada en la Iglesia tiene su
origen en la «mirada compasiva de
Jesús». Lo recuerda el Papa en el
mensaje para la LIII Jornada mundial
de oración por las vocaciones, que se
celebra el 17 de abril de 2016, cuarto
domingo de Pascua.
La Iglesia Madre de las vocaciones
Queridos hermanos y hermanas:
Cómo desearía que, a lo largo del
Jubileo Extraordinario de la Misericordia, todos los bautizados pudieran experimentar el gozo de perte- Iglesia y, después de madurar en su
necer a la Iglesia. Ojalá puedan re- seno, nos concede una vocación esdescubrir que la vocación cristiana, pecífica. El camino vocacional se haasí como las vocaciones particulares, ce al lado de otros hermanos y hernacen en el seno del Pueblo de Dios manas que el Señor nos regala: es
y son dones de la divina misericor- una con-vocación. El dinamismo ecledia. La Iglesia es la casa de la mise- sial de la vocación es un antídoto
ricordia y la «tierra» donde la voca- contra el veneno de la indiferencia y
el individualismo. Establece esa coción germina, crece y da fruto.
Por eso, invito a todos los fieles, munión en la cual la indiferencia ha
con ocasión de esta 53ª Jornada sido vencida por el amor, porque
Mundial de Oración por las Voca- nos exige salir de nosotros mismos,
ciones, a contemplar la comunidad poniendo nuestra vida al servicio del
apostólica y a agradecer la media- designio de Dios y asumiendo la sición de la comunidad en su propio tuación histórica de su pueblo santo.
En esta jornada, dedicada a la
camino vocacional. En la Bula de
convocatoria del Jubileo Extraordi- oración por las vocaciones, deseo invitar
a todos los fieles a asumir su
nario de la Misericordia recordaba
las palabras de san Beda el Venera- responsabilidad en el cuidado y el
ble referentes a la vocación de san discernimiento vocacional. Cuando
Mateo: misereando atque eligendo los apóstoles buscaban uno que ocu(Misericordiae vultus, 8). La acción pase el puesto de Judas Iscariote,
misericordiosa del Señor perdona san Pedro convocó a ciento veinte hernuestros pecados y nos abre a la vi- manos (Hch. 1, 15); para elegir a los
da nueva que se concreta en la lla- Siete, convocaron el pleno de los discímada al seguimiento y a la misión. pulos (Hch. 6, 2). San Pablo da a TiToda vocación en la
Iglesia tiene su origen en la mirada
Conversión y vocación son como las dos
compasiva de Jesús.
Conversión y vocacaras de una sola moneda
ción son como las
y se implican mutuamente a lo largo
dos caras de una sola moneda y se imde la vida del discípulo misionero
plican mutuamente
a lo largo de la vida
del discípulo misionero.
to criterios específicos para seleccioEl beato Pablo VI, en su exhorta- nar a los presbíteros (Tt 1, 5-9). Tamción apostólica Evangelii nuntiandi, bién hoy la comunidad cristiana está
describió los pasos del proceso evan- siempre presente en el surgimiento,
gelizador. Uno de ellos es la adhe- formación y perseverancia de las vosión a la comunidad cristiana (cf. n. caciones (cfr. exhort. ap. Evangelii
23), esa comunidad de la cual el dis- gaudium, 107).
cípulo del Señor ha recibido el testiLa vocación nace en la Iglesia. Desmonio de la fe y el anuncio explícito de el nacimiento de una vocación es
de la misericordia del Señor. Esta in- necesario un adecuado «sentido» de
corporación comunitaria incluye to- Iglesia. Nadie es llamado exclusivada la riqueza de la vida eclesial, es- mente para una región, ni para un
pecialmente los Sacramentos. La grupo o movimiento eclesial, sino al
Iglesia no es sólo el lugar donde se servicio de la Iglesia y del mundo.
cree, sino también verdadero objeto Un signo claro de la autenticidad de
de nuestra fe; por eso decimos en el un carisma es su eclesialidad, su capaCredo: «Creo en la Iglesia».
cidad para integrarse armónicamente
La llamada de Dios se realiza por en la vida del santo Pueblo fiel de
medio de la mediación comunitaria. Dios para el bien de todos (ibíd., 130).
Dios nos llama a pertenecer a la Respondiendo a la llamada de Dios,
la comunidad y compartieron lo que
el Señor había realizado por medio
de ellos (Hch 14, 27). Los misioneros
están acompañados y sostenidos por
la comunidad cristiana, que continúa
siendo para ellos un referente vital,
como la patria visible que da seguridad a quienes peregrinan hacia la vida eterna.
Entre los agentes pastorales tienen
una importancia especial los sacerdotes. A través de su ministerio se
hace presente la palabra de Jesús
que ha declarado: Yo soy la puerta de
las ovejasà Yo soy el buen pastor (Jn
10, 7.11). El cuidado pastoral de las
vocaciones es una parte fundamental
de su ministerio pastoral. Los sacerdotes acompañan a quienes están en
buscan de la propia vocación y a los
que ya han entregado su vida al servicio de Dios y de la comunidad.
Todos los fieles están llamados a
tomar conciencia del dinamismo
eclesial de la vocación, para que las
comunidades de fe lleguen a ser, a
ejemplo de la Virgen María, seno
materno que acoge el don del Espíritu Santo (cf Lc 1, 35-38). La maternidad de la Iglesia se expresa a través de la oración perseverante por
las vocaciones, de su acción educativa y del acompañamiento que brinda a quienes perciben la llamada de
Dios. También lo hace a través de
una cuidadosa selección de los candidatos al ministerio ordenado y a la
vida consagrada. Finalmente es ma-
el joven ve cómo se amplía el horizonte eclesial, puede considerar los
diferentes carismas y vocaciones y alcanzar así un discernimiento más
objetivo. La comunidad se convierte
de este modo en el hogar y la familia en la que nace la vocación. El
candidato contempla agradecido esta
mediación comunitaria como un elemento irrenunciable para su futuro.
Aprende a conocer y a amar a otros
hermanos y hermanas que recorren
diversos caminos; y
estos vínculos fortalecen en todos la
comunión.
La maternidad de la Iglesia se expresa
La vocación crece
a través de la oración perseverante
en la Iglesia. Duranpor las vocaciones
te el proceso formativo, los candidatos
a las distintas vocaciones necesitan conocer mejor la comunidad eclesial, dre de las vocaciones al sostener
superando las percepciones limitadas continuamente a aquellos que han
que todos tenemos al principio. Para consagrado su vida al servicio de los
ello, es oportuno realizar experiencias demás.
apostólicas junto a otros miembros de
Pidamos al Señor que conceda a
la comunidad, por ejemplo: comuni- quienes han emprendido un camino
car el mensaje evangélico junto a un vocacional una profunda adhesión a
buen catequista; experimentar la la Iglesia; y que el Espíritu Santo reevangelización de las periferias con fuerce en los Pastores y en todos los
una comunidad religiosa; descubrir y fieles la comunión eclesial, el discerapreciar el tesoro de la contempla- nimiento y la paternidad y maternición compartiendo la vida de clausu- dad espirituales:
ra; conocer mejor la misión ad gentes
Padre de misericordia, que has enpor el contacto con los misioneros; tregado a tu Hijo por nuestra salvaprofundizar en la experiencia de la ción y nos sostienes continuamente con
pastoral en la parroquia y en la dió- los dones de tu Espíritu, concédenos cocesis con los sacerdotes diocesanos. munidades cristianas vivas, fervorosas
Para quienes ya están en formación, y alegres, que sean fuentes de vida frala comunidad cristiana permanece terna y que despierten entre los jóvenes
siempre como el ámbito educativo el deseo de consagrarse a Ti y a la
fundamental, ante la cual experi- evangelización. Sostenlas en el empeño
mentan gratitud.
de proponer a los jóvenes una adecuaLa vocación está sostenida por la da catequesis vocacional y caminos de
Iglesia. Después del compromiso de- especial consagración. Dales sabiduría
finitivo, el camino vocacional en la para el necesario discernimiento de las
Iglesia no termina, continúa en la vocaciones de modo que en todo brille
disponibilidad para el servicio, en la la grandeza de tu amor misericordioso.
perseverancia y en la formación per- Que María, Madre y educadora de Jemanente. Quien ha consagrado su sús, interceda por cada una de las covida al Señor está dispuesto a servir munidades cristianas, para que, hechas
a la Iglesia donde esta le necesite. fecundas por el Espíritu Santo, sean
La misión de Pablo y Bernabé es un fuente de auténticas vocaciones al serviejemplo de esta disponibilidad ecle- cio del pueblo santo de Dios.
sial. Enviados por el Espíritu Santo
desde la comunidad de Antioquía a
Vaticano, 29 de noviembre de 2015
una misión (Hch 13, 1-4), volvieron a
Primer Domingo de Adviento
L’OSSERVATORE ROMANO
número 50, viernes 11 de diciembre de 2015
páginas 6/7
En memoria del concilio
En la solemnidad de la Inmaculada el Papa abre la Puerta santa de la basílica vaticana
Como el buen samaritano
«Al cruzar hoy la Puerta Santa nos
comprometamos a hacer nuestra la
misericordia del buen samaritano».
Lo dijo el Papa Francisco durante
la misa, celebrada en la plaza
de San Pedro el martes 8 de diciembre
por la mañana, solemnidad de la
Inmaculada, con ocasión de la apertura
del jubileo extraordinario.
Antes de atravesar la Puerta santa de la
basílica vaticana, el Pontífice en la
homilía recordó las palabras de Pablo VI
pronunciadas 50 años antes
en la conclusión del Concilio Vaticano II.
En breve tendré la alegría de abrir la
Puerta Santa de la Misericordia. Como
hice en Bangui, cumplimos este gesto,
a la vez sencillo y fuertemente simbólico, a la luz de la Palabra de Dios que
hemos escuchado, y que pone en primer plano el primado de la gracia. En
efecto, en estas lecturas se repite con
frecuencia una expresión que evoca la
que el ángel Gabriel dirigió a una joven muchacha, asombrada y turbada,
indicando el misterio que la envolvería:
«Alégrate, llena de gracia» (Lc 1, 28).
La Virgen María está llamada en primer lugar a regocijarse por todo lo que
el Señor hizo en ella. La gracia de Dios
la envolvió, haciéndola digna de convertirse en la madre de Cristo. Cuando
Gabriel entra en su casa, también el
misterio más profundo, que va más más
allá de la capacidad de la razón, se
convierte para ella en un motivo de alegría, motivo de fe, motivo de abandono
a la palabra que se revela. La plenitud
de la gracia transforma el corazón, y lo
hace capaz de realizar ese acto tan
grande que cambiará la historia de la
humanidad.
La fiesta de la Inmaculada Concepción expresa la grandeza del amor
Dios. Él no sólo perdona el pecado, sino que en María llega a prevenir la culpa original que todo hombre lleva en sí
cuando viene a este mundo. Es el amor
de Dios el que previene, anticipa y salva.
El comienzo de la historia del pecado
en el Jardín del Edén desemboca en el
proyecto de un amor que salva. Las palabras del Génesis nos remiten a la experiencia cotidiana de nuestra existencia personal. Siempre existe la tentación de la desobediencia, que se manifiesta en el deseo de organizar nuestra
vida al margen de la voluntad de Dios.
Esta es la enemistad que insidia continuamente la vida de los hombres para
oponerlos al designio de Dios. Y, sin
embargo, también la historia del pecado se comprende sólo a la luz del amor
que perdona. El pecado sólo se entiende con esta luz.
Si todo quedase relegado al pecado,
seríamos los más desesperados de entre
las criaturas, mientras que la promesa
de la victoria del amor de Cristo encierra todo en la misericordia del Padre.
La Palabra de Dios que hemos escuchado no deja lugar a dudas a este propósito. La Virgen Inmaculada es para
nosotros testigo privilegiado de esta
promesa y de su cumplimiento.
Este Año Extraordinario es también
un don de gracia. Entrar por la puerta
significa descubrir la profundidad de la
misericordia del Padre que acoge a todos y sale personalmente al encuentro
de cada uno. Es Él el que nos busca.
Es Él el que sale a nuestro encuentro.
Será un año para crecer en la convicción
de la misericordia. Cuánto se ofende a
Dios y a su gracia cuando se afirma sobre todo que los pecados son castigados por su juicio, en vez de destacar
que son perdonados por su misericordia (cf. san Agustín, De praedestinatione
sanctorum 12, 24) Sí, así es precisamen-
te. Debemos anteponer la misericordia
al juicio y, en cualquier caso, el juicio
de Dios tendrá lugar siempre a la luz
de su misericordia.
Que el atravesar la Puerta Santa, por
lo tanto, haga que nos sintamos partíci-
pes de este misterio de amor. Abandonemos toda forma de miedo y temor, porque no es propio de quien es amado;
vivamos, más bien, la alegría del
encuentro con la gracia que lo transforma
todo.
Hoy, aquí en Roma y en todas las
diócesis del mundo, cruzando la Puerta
Santa, queremos recordar también otra
puerta que los padres del Concilio Vaticano II, hace cincuenta años, abrieron
hacia el mundo. Esta fecha no puede
ser recordada sólo por la riqueza de los
documentos producidos, que hasta el
día de hoy permiten verificar el gran
progreso realizado en la fe. En primer
lugar, sin embargo, el Concilio fue un
encuentro. Un verdadero encuentro entre
la Iglesia y los hombres de nuestro tiempo.
Un encuentro marcado por el poder
del Espíritu que empujaba a la Iglesia
a salir de las aguas poco profundas que
durante muchos años la habían recluido en sí misma, para reemprender con
entusiasmo el camino misionero. Era
un volver a tomar el camino para ir al
encuentro de cada hombre allí donde
vive: en su ciudad, en su casa, en el
trabajo...; dondequiera que haya una
persona, allí está llamada la Iglesia a ir
para llevar la alegría del Evangelio y
llevar la misericordia y el perdón de
Dios. Un impulso misionero, por lo
tanto, que después de estas décadas seguimos retomando con la misma fuerza
y el mismo entusiasmo. El jubileo nos
estimula a esta apertura y nos obliga a
no descuidar el espíritu surgido en el Vaticano II, el del samaritano, como recordó el beato Pablo VI en la conclusión
del Concilio. Que al cruzar hoy la
Puerta Santa nos comprometamos a hacer nuestra la misericordia del buen samaritano.
Una puerta abierta de par en par para
«entrar» en el abrazo de la misericordia del Padre y «salir» hacia los demás con el espíritu del buen samaritano. A través de esta Puerta santa de la
basílica vaticana —abierta por el Papa
diez minutos después de las 11 del
martes 8 de diciembre— pasarán miles
y miles de peregrinos hasta el 20 de
noviembre de 2016, día en el que concluirá el jubileo extraordinario.
El primero en cruzarla fue el Papa
Francisco, seguido de otro peregrino
de excepción, el Papa emérito Benedicto XVI. Comenzó con esta imagen
única —dos Papas que atraviesan la
Puerta santa— el primer jubileo de la
era digital, que llegó en tiempo real a
todas las partes del mundo no sólo a
través de la televisión, sino también y
sobre todo a través de las fotocámaras,
tablets, smartphones interconectados a
la red global. Millones de personas
vieron el acontecimiento gracias a la
transmisión en vivo de mundovisión
con el uso de tecnologías que han asegurado la más alta calidad de las imágenes jamás logradas para una celebración papal.
Un jubileo inaugurado con el signo
del afectuoso abrazo entre el Papa y
su antecesor. Poco después Francisco
presidió el rito de la apertura de la
Puerta santa, en esencia lo que instituyó Alejandro VI para el Jubileo del
1500, aunque agilizada y simplificada a
través del uso de la lengua italiana en
lugar del latín. A diferencia de los precedentes, el rito tuvo lugar al final de
la misa, celebrada en presencia de más
de cincuenta mil fieles que habían llegado a la plaza de San Pedro desde
las primeras horas de
una mañana neblinosa. Todo se desarrolló
de manera ordenada y
sin
inconvenientes
gracias al gran y discreto sistema de seguridad puesto en marcha para la ocasión.
Precedido por el
canto de los salmos
121 y 122, el Papa, de
pie ante la puerta, recitó la fórmula del rito
de apertura: «Esta es
la puerta del Señor»,
fueron sus primeras
palabras, seguidas de
las
invocaciones
«Abridme las puertas
de la justicia» y «Por
tu gran misericordia
entraré en tu casa, Señor». En silencio, luego, subió las escaleras,
abrió la Puerta santa y
se detuvo a rezar en el
umbral. Después fue
el primero en entrar
en la basílica vaticana,
seguido por Benedicto
XVI,
los cardenales,
obispos, los demás
concelebrantes y representantes de religiosos y laicos. Por último se dirigió
al altar de la Confesión —no antes de
estrecharle la mano al Pontífice emérito— mientras el coro cantaba el himno
del año santo Misericordes sicut Pater.
Aquí impartió la bendición y se cantó
la Salve Regina.
La oración del Ángelus en la plaza de San Pedro
«No se puede entender que un verdadero
cristiano no sea misericordioso, como no
se puede entender a Dios sin su
misericordia. Esa es la palabra-síntesis
del Evangelio». Lo subrayó el Papa
Francisco el martes 8 de diciembre al
mediodía, recitando el Ángelus con los
fieles presentes en la plaza de San Pedro.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y feliz fiesta!
Hoy, la fiesta de la Inmaculada nos
hace contemplar a la Virgen que, por
singular privilegio, ha sido preservada
del pecado original desde su concepción. Aunque vivía en el mundo marcado por el pecado, no fue tocada por
él: María es nuestra hermana en el sufrimiento, pero no en el mal ni en el
pecado. Es más, el mal en ella fue derrotado antes aún de rozarla, porque
Dios la ha llenado de gracia (cf. Lc 1,
28). La Inmaculada Concepción significa que María es la primera salvada
por la infinita misericordia del Padre,
como primicia de la salvación que
Dios quiere donar a cada hombre y
mujer, en Cristo. Por esto la Inmaculada se ha convertido en icono sublime de la misericordia divina que ha
vencido el pecado. Y nosotros, hoy, al
inicio del Jubileo de la Misericordia,
queremos mirar a este icono con amor
confiado y contemplarla en todo su
esplendor, imitándola en la fe.
En la concepción inmaculada de
María estamos invitados a reconocer la
aurora del mundo nuevo, transformado por la obra salvadora del Padre y
La Misericordia es la síntesis del Evangelio
del Hijo y del Espíritu Santo. La aurora de la nueva creación realizada por
la divina misericordia. Por esto la Virgen María, nunca contagiada por el
pecado está siempre llena de Dios, es
madre de una humanidad nueva. Es
madre del mundo recreado.
Celebrar esta fiesta comporta dos
cosas. La primera: acoger plenamente
a Dios y su gracia misericordiosa en
nuestra vida. La segunda: convertirse
a su vez en artífices de misericordia a
través de un camino evangélico. La
fiesta de la Inmaculada deviene la fiesta de todos nosotros si, con nuestros
«síes» cotidianos, somos capaces de
vencer nuestro egoísmo y hacer más
feliz la vida de nuestros hermanos, de
donarles esperanza, secando alguna lágrima y dándoles un poco de alegría.
A imitación de María, estamos llamados a convertirnos en portadores de
Cristo y testigos de su amor, mirando
en primer lugar a los que son privilegiados a los ojos de Jesús. Son quienes
Él mismo nos indicó: «Tuve hambre y
me disteis de comer, tuve sed y me dis-
teis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis,
enfermo y me visitasteis, en la cárcel y
vinisteis a verme» (Mt 25, 35-36).
La fiesta de hoy de la Inmaculada
Concepción tiene un específico mensaje que comunicarnos: nos recuerda que
en nuestra vida todo es un don, todo
es misericordia. Que la Virgen Santa,
primicia de los salvados, modelo de la
Iglesia, esposa santa e inmaculada,
amada por el Señor, nos ayude a redescubrir cada vez más la misericordia
divina como distintivo del cristiano.
No se puede entender que un verdadero cristiano no sea misericordioso, como no se puede entender a Dios sin su
misericordia. Esa es la palabra-síntesis
del Evangelio: misericordia. Es el rasgo fundamental del rostro de Cristo:
ese rostro que nosotros reconocemos
en los diversos aspectos de su existencia: cuando va al encuentro de todos,
cuando sana a los enfermos, cuando se
sienta en la mesa con los pecadores, y
sobre todo cuando, clavado en la cruz,
perdona; allí nosotros vemos el rostro
de la misericordia divina. No tengamos miedo: dejémonos abrazar por la
misericordia de Dios que nos espera y
perdona todo. Nada es más dulce que
su misericordia. Dejémonos acariciar
por Dios; es tan bueno el Señor, y perdona todo.
Que por intercesión de María Inmaculada, la misericordia tome posesión
de nuestros corazones y transforme toda nuestra vida.
Al término de la oración mariana el
Pontífice saludó a los diversos grupos de
peregrinos.
Queridos hermanos y hermanas:
Os saludo a todos con afecto, especialmente a las familias, los grupos parroquiales y las asociaciones. Dedico
un pensamiento especial a los miembros de la Acción católica italiana que
hoy renuevan la adhesión a la asociación: os deseo un buen camino de formación y servicio, siempre animado
por la oración.
Esta tarde iré a Plaza de España,
para rezar a los pies del monumento a
la Inmaculada. Después me dirigiré a
Santa María la Mayor. Os pido que os
unáis espiritualmente a mí en esta peregrinación, que es un acto de devoción filial a María, Madre de Misericordia. A Ella confiaré la Iglesia y toda la humanidad, y en modo particular la ciudad de Roma.
Hoy ha cruzado la Puerta de la Misericordia también el Papa Benedicto.
¡Enviamos desde aquí un saludo, todos, al Papa Benedicto!
A todos os deseo una buena fiesta y
un Año santo fecundo, con la guía y la
intercesión de nuestra Madre. Un Año
santo lleno de misericordia, para vosotros, y de vosotros hacia los demás.
Por favor, pedid esto al Señor también
para mí, pues tengo mucha necesidad.
¡Buen almuerzo y hasta la vista!
La misa, celebrada precisamente en
el día en el que hace cincuenta años se
clausuraba el Vaticano II, se introdujo
de manera significativa con la lectura
de algunos fragmentos de las cuatro
constituciones conciliares —Dei verbum,
Lumen gentium, Sacrosanctum concilium
y Gaudium et spes— y de dos fragmentos de dos decretos Unitatis redintegratio sobre el ecumenismo y Dignitatis
humanae sobre la libertad religiosa.
Durante la liturgia fue llevado en
procesión el evangeliario de la misericordia —preparado especialmente para
el jubileo— y colocado sobre el mismo
trono que en las sesiones del concilio
se ponía en el altar de la Confesión.
Numerosos los sacerdotes concelebrantes, además de los arzobispos,
obispos, prelados de la Curia romana
y cincuenta y cinco cardenales. Entre
los prelados, los arzobispos Fisichella
y Ruiz Arenas, respectivamente presidente y secretario del Consejo pontificio para la promoción de la nueva
evangelización, encargada de organizar
el jubileo.
Los cantos fueron interpretados por
la Capilla Sixtina junto con el coro
guía «Mater Ecclesiae» y el del Pontificio Instituto de música sacra.
Junto con el cuerpo diplomático
acreditado ante la Santa Sede se encontraban los arzobispos Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado, y Gallagher, secretario para las Relaciones
con los Estados.
Cinco las delegaciones oficiales presentes: de Italia, Bélgica, República de
San Marino, República Checa y de
Alemania.
Por la tarde, a las 18, a los pies de
la estatua de San Pedro, el arzobispo
Fisichella dirigió el rezo del rosario en
la plaza. Inmediatamente después comenzó la representación «Fiat lux:
Illuminating our common home», una
proyección en la fachada y la cúpula
de la basílica de imágenes tomadas
por algunos grandes fotógrafos del
mundo e inspiradas en la misericordia,
la humanidad, la naturaleza y el cambio climático. (nicola gori)
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L’OSSERVATORE ROMANO
viernes 11 de diciembre de 2015, número 50
La conferencia de prensa en el vuelo de regreso de África
Sorpresa africana
Durante el vuelo de Bangui (República Centroafricana) a Roma, al final de su XI viaje apostólico internacional a África, el Papa Francisco
mantuvo un encuentro con los periodistas a bordo del avión en una
conferencia introducida por el director de la Oficina de prensa, padre
Federico Lombardi. Publicamos la
traducción del coloquio.
(Bernard Namuname) En Kenia usted ha conocido a las familias pobres
en Kangemi. El mismo día fue al estadio Kasarani, donde se encontró con los
jóvenes. ¿Qué ha sentido al escuchar
sus historias? Y, ¿qué se debe hacer para poner fin a la injusticia?
Sobre este problema he hablado
al menos tres veces de manera enérgica. En el primer encuentro de los
Movimientos populares en el Vaticano; en el segundo encuentro de los
Movimientos populares, en Santa
Cruz de la Sierra, en Bolivia, y también en otras dos ocasiones: en la
Evangelii gaudium, un poco, y luego
con claridad y fuerza en la Laudato
si’. No recuerdo las estadísticas y por
eso les pido que no publiquen las
estadísticas que diré, porque no sé si
son verdaderas, pero he oído... Creo
que el 80% de la riqueza del mundo
está en manos del 17% de la población. No sé si es verdad, pero si no
es verdad es acertado, porque así es-
lía—, el Señor reprochaba siempre al
pueblo, al pueblo de Israel —pero es
palabra que aceptamos y adoramos,
porque es Palabra de Dios—, la idolatría. Y la idolatría se da cuando un
hombre o una mujer pierde «el carnet de identidad», su ser hijo de
Dios, y prefiere buscarse un dios a
su medida. Este es el
comienzo. A partir de
ahí, si la humanidad
La idolatría se da cuando un hombre o
no cambia, continuarán las miserias, las
una mujer pierde «el carnet de
tragedias, las guerras,
identidad», su ser hijo de Dios,
los niños que mueren
y prefiere buscarse un dios a su medida
de hambre, la injusticia... ¿Qué piensa este porcentaje que tietán las cosas. Si alguno de ustedes ne en sus manos el 80% de la riqueconoce esta estadística, le ruego que za del mundo? Esto no es el comulo diga para ser más correcto. Es un nismo, esta es la verdad. Y la verdad
sistema económico donde el centro no es fácil de ver. Le agradezco que
es el dinero, el dios dinero. Recuer- haya hecho esta pregunta, porque es
do haber encontrado una vez a un la vida.
gran embajador, hablaba francés
—no era católico— y me dijo: «Nous (Mumo Makau) Me gustaría saber
sommes tombés dans l’idolâtrie de l’ar- cuál ha sido el momento más memoragent». Y si las cosas siguen así, el ble para usted de este viaje a África.
mundo continuará así. Usted me ha ¿Volverá pronto a este continente? Y
preguntado lo que sentí con los tes- ¿cuál es su próxima meta?
timonios de los jóvenes y en KangeEmpecemos por el final: si las comi, donde hablé también claramente
de los derechos. Sentí dolor. Pienso sas van bien, creo que el próximo
en cómo la gente no se da cuenta... viaje será a México. Las fechas aún
Un gran dolor. Ayer, por ejemplo, no son precisas. En segundo lugar:
he ido al hospital pediátrico, el úni- ¿Volveré a África? Bueno, no sé...
co de Bangui y del país. En terapia Soy anciano y los viajes son cansaintensiva no tienen instrumentos pa- dos. Y la primera pregunta: ¿Cuál
ra el oxígeno. Había muchos niños ha sido el momento [que más me ha
desnutridos, muchos. Y la doctora impresionado]? Pienso en la mucheme dijo: «La mayor parte de ellos dumbre, en la alegría, en la capacimorirán, porque tienen malaria, gra- dad para celebrar, para hacer fiesta
ve, y están desnutridos». El Señor con el estómago vacío. Para mí,
—pero no quiero hacer una homi- África ha sido una sorpresa. He pen-
sado: Dios nos sorprende, pero tam- de transición, y ella hará las elecciobién África nos sorprende. Muchos nes; pero buscan la paz entre ellos,
momentos... La gente, la multitud. la reconciliación, sin odio.
Se sienten visitados. Tienen un gran
sentido de la hospitalidad. En las (Philip Pulella) En Uganda ha dicho
tres naciones que he visitado, he vis- que la corrupción existe en todas parto que tenían este sentido de acogi- tes, y también en el Vaticano. ¿Qué imda, porque se sentían felices por ser portancia tiene la prensa libre y laica
visitados. Luego, cada país tiene su en la erradicación de esta corrupción,
propia identidad. Kenia es un poco donde quiera que se encuentre?
más moderna, desarrollada. Uganda
La prensa libre, laica y también
tiene la identidad de los mártires: el
pueblo ugandés, tanto católico como confesional, pero profesional —poranglicano, venera los mártires. He que la profesionalidad de la prensa
estado en los dos santuarios, el an- puede ser laica o confesional, lo imglicano primero, y luego el católico; portante es que sean de verdad proy la memoria de los mártires es su fesionales, que las noticias no sean
tarjeta de identidad. El valor de dar manipuladas— para mí es importanla vida por un ideal. Y la República te, porque la denuncia de las injustiCentroafricana: el deseo de paz, de cias, de las corrupciones, es un buen
reconciliación y perdón. Hasta hace trabajo, porque dice: «Allí hay cocuatro años han vivido católicos, rrupción». Y a continuación, el resprotestantes y musulmanes como ponsable tiene que hacer algo, hacer
hermanos. Ayer he
ido a los evangélicos,
que trabajan muy
La profesionalidad de la prensa puede
bien, y luego vinieron
a misa por la tarde.
ser laica o confesional, lo importante
Hoy he ido a la mezes que sean de verdad profesionales
quita, he rezado en la
mezquita; también el
imán ha subido al
«papamóvil» para dar
la vuelta por el pequeño estadio. un juicio, hacer un tribunal. Pero la
Son los pequeños gestos, lo que prensa profesional tiene que decirlo
quieren, porque hay un grupito que, todo, sin caer en los tres pecados
me parece, es cristiano o se llama más comunes: la desinformación
cristiano, que es muy violento. No —decir la mitad y no decir la otra
he entendido bien esto... Pero no es mitad—; la calumnia —la prensa que
el Isis, es otra cosa. Y ellos quieren no es profesional: cuando no hay
la paz. Ahora habrá elecciones; han profesionalidad, se ensucia al otro
elegido un Estado de transición, han con verdad o sin verdad—; y la difaelegido el alcalde [de Bangui], esta
SIGUE EN LA PÁGINA 9
Señora, como presidente del Estado
número 50, viernes 11 de diciembre de 2015
L’OSSERVATORE ROMANO
página 9
Diálogo con los periodistas
VIENE DE LA PÁGINA 8
mación, que es decir las cosas que le
quitan la reputación a una persona,
cosas que en este momento no hacen
algún daño, pero tal vez cosas del
pasado... Estos son los tres defectos
que socavan la profesionalidad de la
prensa. Pero necesitamos profesionalidad. Lo justo: la cosa es así, así y
así. Y sobre la corrupción, ver bien
los datos y decirlos: sí, hay corrupción aquí, por esto, esto y esto...
Después, un periodista que sea un
verdadero profesional, si se equivoca, pide perdón: Creía, pero luego
me he dado cuenta de que no. Y así
las cosas van muy bien. Es muy importante.
(Philippine De Saint-Pierre) Hoy
más que nunca sabemos que el fundamentalismo religioso amenaza a todo el
planeta. Ante este peligro, ¿cree usted
que los líderes religiosos deben intervenir más en el campo político?
cos, y entró. Y luego, de cómo ha
entrado ella, no estoy seguro, pero
creo que no me equivoco si digo
—pero no estoy seguro— que fue él
quien la presentó como una mujer
que conocía el mundo de las relaciones comerciales. Trabajaron y, cuando se terminó el trabajo, los miembros de dicha comisión, que se llamaba COSEA, permanecieron en algunos puestos en el Vaticano. Vallejo Balda, lo mismo. Y la señora
Chaouqui no siguió en el Vaticano
porque había entrado para la comisión y después no se quedó. Algunos dicen que se enfadó por esto,
pero los jueces nos dirán la verdad
sobre sus intenciones, cómo lo han
hecho... Para mí [lo que ha salido]
no ha sido una sorpresa, no me ha
quitado el sueño, porque han hecho
ver precisamente el trabajo que se
inició con la Comisión de Cardenales —el «C9»— para investigar la corrupción y las cosas que no funcionan. Y aquí quiero decir una cosa
—nada que ver con Vallejo Balda y
Chaouqui, sino en general, y luego
vuelvo, si usted quiere—: la palabra
Si intervenir en el campo político
significa «hacer política», no. Que
haga de sacerdote, pastor, imán, rabino: esta
es su vocación. Pero se
Se hace política indirectamente predicando
hace política indirectamente predicando los
los valores, los valores verdaderos, y uno
valores, los valores verde los mayores valores es la hermandad
daderos, y uno de los
entre nosotros
mayores valores es la
hermandad entre nosotros. Todos somos hijos
de Dios, tenemos el
mismo Padre. En ese sentido, hay «corrupción» —lo ha dicho uno de
que hacer una política de unidad, de los dos kenianos—. Trece días antes
reconciliación y —es una palabra que de la muerte san Juan Pablo II, en
no me gusta, pero tengo que usarla— aquel Via Crucis, el entonces cardede tolerancia, pero no sólo toleran- nal Ratzinger, que había dirigido el
cia, sino también convivencia, amis- Via Crucis, habló de las «miserias de
tad. Es así. El fundamentalismo es la Iglesia». Fue el primero en deuna enfermedad que se da en todas nunciar esto. Luego muere el Papa
las religiones. Los católicos tenemos durante la Octava de Pascua —esto
algunos; no algunos, sino muchos, era el Viernes Santo—, muere el Papa
que creen que tienen la verdad abso- Juan Pablo II, y él fue elegido Papa.
luta y van adelante ensuciando a los Pero en la misa pro eligendo Pontifice
otros con la difamación y la calum- —él era el decano— habló de lo misnia, y hacen mal, hacen mal. Y digo
esto porque es mi Iglesia, también
nosotros, todos. Y se debe combatir.
El fundamentalismo religioso no es
religioso. ¿Por qué? Porque falta
Dios. Es idolátrico, como es idolátrico el dinero. Hacer política en el
sentido de convencer a estas personas que tienen esta tendencia, es una
política que tenemos que hacer nosotros, líderes religiosos. Pero el fundamentalismo que termina siempre
en una tragedia o en delito es una
cosa mala, pero hay un poco de esto
en todas las religiones.
(Cristiana Caricato) Mientras nosotros
estábamos en Bangui esta mañana se
celebraba en Roma una nueva audiencia del proceso a cargo de mons. Vallejo
Balda, a Chaouqui y a los dos periodistas. Le hago una pregunta que nos
han hecho muchas personas. ¿Por qué
estos dos nombramientos? ¿Cómo ha sido posible que, en el proceso de reforma
que usted puso en marcha, dos personas de este tipo hayan podido formar
parte de una comisión, la COSEA?
¿Cree que ha cometido un error?
Creo que se cometió un error.
Mons. Vallejo Balda entró por el
cargo que tenía y que ha tenido hasta ahora. Él era secretario de la Prefectura para los Asuntos Económi-
mo, y nosotros lo elegimos por su libertad para decir las cosas. Desde
entonces está en el aire del Vaticano
que allí hay corrupción, hay corrupción. Sobre este juicio, yo he dado a
los jueces las acusaciones concretas,
porque lo que importa para la defensa es la formulación de los cargos. No he leído las acusaciones
concretas, técnicas. Hubiera querido
que esto terminase antes del 8 de diciembre, por el Año de la Misericordia, pero creo que no podrá ser, porque quisiera que todos los abogados
de la defensa tengan el tiempo para
defender, que haya total libertad de
defensa. Así es como fueron elegidos
y toda la historia. Pero la corrupción
viene de lejos.
(Cristiana Caricato) Pero usted, ¿qué
pretende hacer?, ¿cómo piensa proceder
para que estos episodios no se repitan?
Yo doy gracias a Dios de que no
esté Lucrecia Borgia... No sé, continuar con los cardenales, con la co-
misión para hacer limpieza... Gracias.
(Néstor Ponguta) Me gustaría hacerle
una pregunta en particular. Es un argumento específico que tiene que ver con
un cambio político en América Latina,
incluida Argentina, su país, en el cual
está ahora el señor Macri, después de
12 años de «kirchnerismo», y está
cambiando un poco... ¿Qué piensa de
estos cambios?, ¿de cómo la política latinoamericana está tomando una nueva
dirección, en el continente del que usted
mismo proviene?
He escuchado algunas opiniones,
pero verdaderamente, en este momento, de esta geopolítica no sé qué
decir, de verdad. De verdad que no
lo sé. Porque hay problemas en varios países en esta línea, pero yo
realmente no sé por qué o cómo empezó; no sé por qué. De verdad.
Que haya varios países latinoamericanos en esta situación de un poco
de cambio, es cierto, pero no sé explicarlo.
(Jürgen Baez) El sida es la principal
causa de muerte entre los jóvenes africanos. Usted se ha reunido con niños
seropositivos y ha escuchado un testimonio conmovedor en Uganda. Sin embargo, usted ha dicho muy poco sobre
este tema. Sabemos que la prevención es
fundamental. También sabemos que los
preservativos no son la única forma de
detener la epidemia, pero sabemos que
es una parte importante de la respuesta. ¿No es hora quizás de cambiar la
posición de la Iglesia en este sentido?
¿De permitir el uso de preservativos
para prevenir más infecciones?
La pregunta me parece demasiado
reducida e incluso parcial. Sí, es uno
de los métodos; la moral de la Iglesia se encuentra —pienso— en este
punto ante una perplejidad: ¿Es el
quinto o el sexto mandamiento?
¿Defender la vida, o que la relación
sexual esté abierta a la vida? Pero
este no es el problema. El problema
es más grande. Esta pregunta me hace pensar en la que una vez le hicieron a Jesús: «Dime, Maestro, ¿es lícito curar en sábado?». Es obligatorio curar. Esta pregunta, sobre si es
lícito sanar... Pero la desnutrición, la
explotación de las personas, el trabaSIGUE EN LA PÁGINA 11
L’OSSERVATORE ROMANO
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viernes 11 de diciembre de 2015, número 50
COMUNICACIONES
Colegio episcopal
Audiencias pontificias
Monseñor Ariel Edgardo Torrado Mosconi, obispo de Nueve de Julio (Argentina)
Monseñor Pablo Modesto González Pérez, obispo de Guasdualito (Venezuela)
Monseñores J. Víctor Aguilar Ledesma y Herculano Medina Garfias, auxiliares de Morelia (México)
Monseñor Luis Albeiro Cortés Rendón, auxiliar de Pereira (Colombia)
RENUNCIA:
El Papa ha aceptado la renuncia al
gobierno pastoral de la diócesis de
Nueve de Julio (Argentina) que
monseñor MARTÍN DE ELIZALDE,
O.S.B., le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del
Código de derecho canónico.
Le sucede en el gobierno pastoral de
la diócesis el coadjutor, monseñor
ARIEL EDGARD O TORRAD O MOSCONI.
Martín de Elizalde, O.S.B., nació
en Buenos Aires el 23 de octubre de
1940. Recibió la ordenación sacerdotal el 9 de enero de 1971. Juan Pablo
II lo nombró obispo de Nueve de
Julio el 6 de julio de 1999; recibió la
ordenación episcopal el 14 de septiembre sucesivo.
Ariel Edgardo Torrado Mosconi
nació en Veinticinco de Mayo, diócesis de Nueve de Julio, el 18 de
enero de 1961. Recibió la ordenación
Lutos en el episcopado
—Monseñor ANTONIO TROYO
CALDERÓN, obispo titular de Burca, auxiliar emérito de San José
(Costa Rica), falleció el 1 de diciembre. Había nacido en Cartago (Costa Rica) el 18 de octubre
de 1923. Era sacerdote desde el 30
de noviembre de 1947. El Papa
Juan Pablo II lo nombró obispo
titular de Burca y auxiliar de San
José de Costa Rica el 27 de agosto de 1979; recibió la ordenación
episcopal el 21 de septiembre sucesivo. El Santo Padre aceptó su
renuncia a la función de auxiliar
de dicha sede el 13 de julio de
2002.
—Monseñor RICARD O GUÍZAR
DÍAZ, arzobispo emérito de Tlalnepantla (México), falleció el 4
de diciembre. Había nacido en
México el 26 de febrero de 1933.
Era sacerdote desde el 26 de octubre de 1958. Pablo VI lo nombró obispo titular de Nona y auxiliar de Aguascalientes el 30 de
mayo de 1970; recibió la ordenación episcopal el 24 de agosto sucesivo. Juan Pablo II lo nombró
obispo de Atlacomulco el 3 de
noviembre de 1984 y lo promovió
a arzobispo de Tlalnepantla el 14
de agosto de 1994. Benedicto XVI
aceptó su renuncia al gobierno
pastoral de dicha sede el 5 de febrero de 2009.
sacerdotal el 17 de noviembre de
1990. Benedicto XVI lo nombró obispo titular de Vico de Pacato y auxiliar de Santiago del Estero el 22 de
noviembre de 2008; recibió la ordenación episcopal el 13 de diciembre
del mismo año. El Papa Francisco lo
nombró obispo coadjutor de Nueve
de Julio el 12 de mayo de 2015.
de Roma. Ha sido vicario parroquial, responsable de la Oficina diocesana de evangelización y de catequesis, coordinador diocesano de
pastoral familiar, párroco, vicario
episcopal, miembro del colegio de
consultores y profesor en el seminario de Morelia.
EL PAPA
—Obispo titular de Gegi y auxiliar
de Morelia (México) al presbítero
HERCULANO MEDINA GARFIAS.
HA NOMBRAD O:
—Obispo de la nueva diócesis de
Guasdualito (Venezuela) al padre
PABLO MODESTO GONZÁLEZ PÉREZ,
S.D.B.
Pablo Modesto González Pérez,
nació en San Antonio de los
Altos, diócesis de Los Teques, el 30
de junio de 1959. Recibió la ordenación sacerdotal el 26 de julio de
1986. Obtuvo la licenciatura en teología pastoral en la Pontificia Universidad de Salamanca (España).
Ha desempeñado su ministerio como vicario parroquial, párroco en
diversas parroquias, consejero provincial y director del Centro agrícola
«Don Bosco» en la arquidiócesis de
Maracaibo.
S.D.B.,
—Obispo titular de Castulo y auxiliar de Morelia (México) al presbítero J. VÍCTOR ALEJANDRO AGUILAR
LEDESMA.
J. Víctor Alejandro Aguilar Ledesma nació en San Guillermo, arquidiócesis de Morelia, el 5 de abril de
1965. Recibió la ordenación sacerdotal el 10 de diciembre de 1989. Se licenció en pastoral familiar en la
Pontificia Universidad Lateranense
Herculano Medina Garfias nació
en Rincón de Cedeños, arquidiócesis de Morelia, el 27 de noviembre
de 1967. Recibió la ordenación sacerdotal el 15 de febrero de 1996. Obtuvo la licenciatura en doctrina social
de la Iglesia en la Universidad Padre Alberto Hurtado, en Santiago
de Chile. Ha desempeñado su ministerio como vicario parroquial, responsable de la pastoral social diocesana y de Cáritas, director espiritual
y profesor en el seminario arquidiocesano, donde, en el último período,
era ecónomo.
—Obispo titular de Fidoloma y auxiliar de Pereira (Colombia) a monseñor LUIS ALBEIRO CORTÉS RENDÓN,
hasta ahora obispo de Vélez.
Luis Albeiro Cortés Rendón nació
en Quimbaya, diócesis de Armenia,
el 2 de febrero de 1952. Recibió la
ordenación sacerdotal el 8 de diciembre de 1978. El Papa Juan Pablo
II lo nombró obispo de Vélez el 14
de mayo de 2003; recibió la ordenación episcopal el 27 de junio sucesivo.
Erección
de diócesis
Representaciones
pontificias
El Papa ha erigido la nueva diócesis de GUASDUALITO (Venezuela),
con territorio desmembrado de las
diócesis de San Fernando de Apure y Barinas, haciéndola sufragánea de la arquidiócesis metropolitana de Mérida.
El Santo Padre ha nombrado nuncio apostólico en Rumanía a monseñor MIGUEL MAURY BUENDÍA,
arzobispo titular de Italica, hasta
ahora nuncio apostólico en Kazajstán, Kirguizistán y Tayikistán.
La nueva diócesis tiene una extensión de 35.184 km² y cuenta
con una población de 200.000 habitantes. Pastoralmente están distribuidos en catorce parroquias y
son atendidos por nueve sacerdotes diocesanos y cuatro sacerdotes
religiosos. También desempeñan
su misión en esa circunscripción
eclesiástica nueve religiosas. En la
actualidad hay cuatro seminaristas
mayores.
Miguel Maury Buendía nació
en Madrid (España) el 19 de noviembre de 1955. Recibió la ordenación sacerdotal el 26 de junio
de 1980. Benedicto XVI lo nombró
arzobispo titular de Italica y nuncio apostólico en Kazajstán el 19
de mayo de 2008; recibió la ordenación episcopal el 12 de junio del
mismo año. Lo nombró también
nuncio en Kirguizistán y en Tayikistán el 12 de julio sucesivo.
EL PAPA
HA RECIBID O
EN AUDIENCIA:
Jueves 3 de diciembre
—Al primer ministro de Samoa,
Tuilaepa Fatialofa Lupesolial Sailele Mallelegaoi, con su esposa y
el séquito.
—Al cardenal Gerhard Ludwig
Müller, prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe.
—A monseñor David Douglas
Crosby, obispo de Hamilton (Canadá), presidente de la Conferencia episcopal de los obispos católicos de Canadá; con monseñor
Lionel Gendron, obispo de SaintJean-Longueuil, vicepresidente, y
monseñor Frank Leo, secretario
general.
Viernes, día 4
—Al cardenal George Pell, prefecto de la Secretaría de asuntos
económicos.
—Al presidente de la República
de Filipinas, Benigno S. Aquino
III, con el séquito.
—A monseñor Edgar Peña Parra, arzobispo titular de Telepte,
nuncio apostólico en Mozambique.
—Al cardenal João Braz de Aviz,
prefecto de la Congregación para
los institutos de vida consagrada y
las sociedades de vida apostólica,
con el secretario de dicho dicasterio, monseñor José Rodríguez
Carballo, O.F.M., arzobispo titular
de Belcastro.
Lunes, día 7
—A la nueva embajadora de Perú ante la Santa Sede, María Elvira Velásquez Rivas-Plata, con ocasión de la presentación de las cartas credenciales.
—Al cardenal Fernando Filoni,
prefecto de la Congregación para
la evangelización de los pueblos.
—Al cardenal Telesphore Placidus Toppo, arzobispo de Ranchi
(India).
—A
monseñor
Jean-Marie
Speich, arzobispo titular de Sulci,
nuncio apostólico en Ghana.
—Al nuevo embajador de Hungría ante la Santa Sede, Eduard
Habsburg-Lothringen, con ocasión de la presentación de las cartas credenciales.
—A la presidenta de la Conferencia mundial de los institutos seculares (CMIS), Nadège Védie, con
el séquito.
—Al cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo pontificio para
la promoción de la unidad de los
cristianos.
número 50, viernes 11 de diciembre de 2015
L’OSSERVATORE ROMANO
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Sorpresa africana
VIENE DE LA PÁGINA 9
jo esclavo, la falta de agua potable:
estos son los problemas. No nos preguntemos si se puede usar una tirita
u otra para una pequeña herida. La
gran herida es la injusticia social, la
injusticia del medio ambiente, la injusticia que he dicho de la explotación, y de la desnutrición. Esto es. A
mí no me gusta bajar a reflexiones
tan casuísticas, cuando la gente
muere por falta de agua y por el
hambre, por el hábitat... Cuando todos sean sanados o cuando no existan estas trágicas enfermedades que
el hombre provoca, tanto por la injusticia social como para ganar más
dinero —piense en el tráfico de armas—, cuando no se den estos problemas, creo que se podrá hacer una
pregunta: «¿Es lícito curar en sábado?». ¿Por qué se sigue fabricando y
traficando con armas? Las guerras
son la mayor causa de mortalidad.
Yo diría que no pensemos en si es lícito o no curar en sábado. Diría más
bien a la humanidad: Hagan justicia, y cuando todos estén curados,
cuando no exista la injusticia en este
mundo, podremos hablar del sábado.
Unidas, he dicho dos veces esta palabra, tanto aquí en Kenia como en
Nueva York: que su trabajo no sea
un nominalismo declaracionista, que
sea eficaz: que se construya la paz.
Hacen muchas cosas: aquí en África,
he visto cómo trabajan los cascos
azules. Pero esto no es suficiente.
Las guerras no son de Dios. Dios es
el Dios de la paz. Dios hizo el mundo, lo hizo bello, todo bello y luego,
según el relato bíblico, un hermano
mata al otro: la primera guerra, la
primera guerra mundial, entre hermanos. No sé, así me viene. Y lo digo con mucho dolor. Gracias.
(François Beaudonnet) Hoy comienza
en París la Conferencia sobre el cambio
climático. ¿Estamos seguros de que la
Cop21 será el comienzo de la solución?
No estoy seguro, pero puedo decirle que ahora o nunca. Desde la
primera, que creo que fue en Tokio,
hasta ahora, se ha hecho poco, y cada año los problemas son más graves. Hablando en una reunión de
constructivos. Yo tengo la experien- dades que nunca han sido visitadas
cia de la amistad —es una palabra por los Papas. Pero iré a México por
fuerte, «amistad»— con un musul- la Virgen. Después voy a ir a Chiamán: es un dirigente mundial. Pode- pas, en el sur, en la frontera con
mos hablar: él tiene sus valores, yo Guatemala; luego iré a Morelia; y,
los míos. Él reza y yo rezo. Tantos casi seguramente, en el camino de
valores... La oración, por ejemplo. regreso a Roma, pasaré una jornada
El ayuno. Valores religiosos y tam- o menos en Ciudad Juárez. Sobre la
bién otros valores.
No se puede suprimir una religión
No se puede suprimir una religión
porque tenga algunos grupos —o muporque tenga algunos o muchos grupos
chos grupos— de
de fundamentalistas en un momento
fundamentalistas en
determinado de la historia
un momento determinado de la historia. Es cierto: siempre ha habido en la
historia guerras entre religiones, visita a otros países latinoamericasiempre. También nosotros debemos nos, me han invitado a ir en 2017 a
pedir perdón. Catalina de Médicis Aparecida, la otra Patrona de Amérino era una santa. Y la Guerra de los ca de habla portuguesa —porque hay
Treinta años, la noche de San Barto- dos— y, desde allí, se podría visitar
lomé... También nosotros hemos de otro país, celebrar la misa en Aparepedir perdón por los extremismos cida y luego... no sé, no hay plafundamentalistas, las guerras de reli- nes... Gracias.
(Marco Ansaldo) Una crisis de ámbito internacional, que se ha producido
entre Rusia y Turquía, una crisis de la
cual, francamente, no se sentía la necesidad en esta «tercera guerra mundial
por fases» en nuestro mundo, de la que
usted habla. ¿Cuál es la posición del
Vaticano en esto? Pero me gustaría ir
aún más lejos y preguntarle si, por casualidad, usted ha pensado en ir para
los 101 años de los acontecimientos en
Armenia, que se cumplirán en abril del
próximo año, tal como lo hizo el año
pasado en Turquía.
El año pasado prometí a los tres
patriarcas [armenios] que iría: la
promesa está ahí. No sé si se podrá
realizar, pero la promesa está ahí.
Respecto a las guerras: las guerras
vienen por la ambición; las guerras
—no hablo de las guerras para defenderse de un agresor injusto—, las
guerras son una «industria». En la
historia hemos visto muchas veces
que un país, si el presupuesto no va
bien... «bueno, pues hagamos una
guerra», y termina el «desequili-
universitarios sobre el mundo que
queremos dejar a nuestros hijos, uno
de ellos dijo: «¿Pero está usted seguro de que habrá hijos de esta generación?». Estamos al límite. Estamos
al borde de un suicidio, por decir
una palabra fuerte. Y estoy seguro
de que casi la totalidad de los que están
en París en la COP21
Cuando no exista la injusticia en este
son conscientes de esto y quieren hacer almundo podremos hablar del sábado
go. El otro día leí que
los glaciares de Groenlandia han perdido
brio». La guerra es un negocio: un miles de millones de toneladas. Hay
negocio de armas. Los terroristas, un país en el Pacífico que está com¿hacen ellos sus armas? Sí, tal vez prando tierras en otro país para trasalguna pequeñita. ¿Quién les da las ladarse a él, porque dentro de 20
armas para hacer la guerra? Hay to- años ese país ya no existirá... No, yo
da una red de intereses, y detrás de tengo confianza. Confío en que estas
ellos está el dinero, o el poder: el personas hagan algo; porque, diría
poder imperial o el poder coyuntu- que estoy seguro de que tienen bueral. Pero nosotros estamos en guerra na voluntad de hacer algo, y espero
desde hace años y cada vez más: las que sea así y rezo por ello.
«fases» son menos cortas y se hacen
más grandes. Y, ¿que pienso? El Va- (Delia Gallagher) ¿Qué tienen que deticano no sé lo que piensa, pero cir el islam y las enseñanzas del profe¿qué pienso yo? Que las guerras son ta Mohamed al mundo de hoy?
un pecado y lo son contra la humaNo entiendo bien la pregunta...
nidad, destruyen la humanidad, son
la causa de la explotación, del tráfi- Se puede dialogar, ellos tienen valoco de personas, de tantas cosas... Se res, muchos valores. Ellos tienen
tiene que parar. En las Naciones muchos valores y estos valores son
gión. Pero ellos tienen valores, se
puede dialogar con ellos. Hoy he estado en la mezquita, he rezado; también el imán quiso venir conmigo a
dar la vuelta al pequeño estadio
donde había muchos que no habían
podido entrar. Y en el papamóvil estaban el Papa y el imán. Se podía
hablar. Como en todas partes, hay
gente con valores, religiosa, y hay
gente que no es así. Pero, ¿cuántas
guerras, no sólo de religión, hemos
hecho nosotros los cristianos? El saqueo de Roma no lo hicieron los
musulmanes. Tienen valores, tienen
valores.
(Marta Calderón) Santidad, sabemos
que va a ir a México. Nos gustaría
saber algo más sobre este viaje y también, dentro de esta línea, de visitar los
países que tienen problemas, si piensa
visitar Colombia o, en el futuro, otros
países latinoamericanos, como Perú.
Usted sabe que, a mi edad, los
viajes no hacen bien. Uno puede hacerlo, pero dejan su huella... De todos modos, voy a ir a México. En
primer lugar para visitar a la Virgen,
porque es la Madre de América. Por
eso voy a Ciudad de México. Si no
fuera por la Virgen de Guadalupe,
no iría a Ciudad de México, según
el criterio de visitar tres o cuatro ciu-
(Mark Masai) ¿Qué dice al mundo,
que piensa que África está sólo desgarrada por guerras y llena de destrucción?
África es una víctima. África siempre ha sido explotada por otras potencias. Desde África llegaban a Estados Unidos y eran vendidos los esclavos. Hay potencias que tratan
únicamente de hacerse con las grandes riquezas de África. No sé, es el
continente tal vez más rico... Pero
no piensan en ayudar al crecimiento
del país, que pueda trabajar, que todos tengan trabajo... La explotación.
África es mártir. Es mártir de la explotación de la historia. Los que dicen que de África vienen todas las
calamidades y todas las guerras, tal
vez no entienden bien el daño que
hacen a la humanidad ciertas formas
de desarrollo. Por eso amo a África,
porque África ha sido una víctima
de otras potencias.
Yo agradezco a ustedes su trabajo.
Ahora viene la comida, pero dicen
que hoy ustedes ayunan, deben trabajar sobre esta entrevista... Muchas
gracias por su trabajo y sus preguntas, por su interés. Sólo les digo que
respondo lo que sé, y lo que no lo
sé, no lo digo, porque no lo sé. No
invento. Muchas gracias. Gracias.
L’OSSERVATORE ROMANO
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viernes 11 de diciembre de 2015, número 50
En la primera audiencia general del Año santo el Papa habla de la misericordia
Lo que a Dios más le gusta
«¿Por qué un Jubileo de la Misericordia?». Ha tratado de
responder a este interrogante la reflexión propuesta por el Papa
Francisco a los fieles presentes en la plaza de San Pedro para la
audiencia general del miércoles 9 de diciembre,
al día siguiente de la apertura del Año extraordinario.
Queridos hermanos
¡buenos días!
y
hermanas,
creación del mundo y
dice que Dios cada
Ayer he abierto aquí, en la basílica día, después de crear
de San Pedro, la Puerta santa del cada cosa —la luna, el
Jubileo de la misericordia, después sol o los animales— dide haberla abierto en la catedral de ce: «Y vio Dios que
bueno».
Pero
Bangui, en Centroáfrica. Hoy quisie- era
ra reflexionar juntamente con voso- cuando hizo al homtros acerca del significado de este bre y a la mujer, la BiAño santo, respondiendo a la pre- blia dice: «Vio que era
gunta: ¿por qué un Jubileo de la Mi- muy bueno». San Ambrosio se pregunta:
sericordia? ¿Qué significa esto?
«¿Por qué dice “muy
La Iglesia tiene necesidad de este
bueno”? ¿Por qué
momento extraordinario. No digo:
es bueno para la Iglesia este mo- Dios está tan contento
mento extraordinario. Digo: la Igle- después de la creación
sia necesita este momento extraordi- del hombre y de la mujer?». Porque
nario. En nuestra época de profun- al final tenía alguien a quien perdodos cambios, la Iglesia está llamada nar. Es hermoso esto: la alegría de
a ofrecer su contribución peculiar, Dios es perdonar, la esencia de Dios
haciendo visibles los signos de la es misericordia. Por ello en este año
presencia y de la cercanía de Dios. Y debemos abrir el corazón, para que
el Jubileo es un tiempo favorable este amor, esta alegría de Dios nos
para todos nosotros, para que con- colme a todos con esta misericordia.
templando la Divina Misericordia, El Jubileo será un «tiempo favoraque supera todo límite humano y ble» para la Iglesia si aprendemos a
resplandece sobre la oscuridad del elegir «lo que a Dios más le gusta»,
pecado, lleguemos a ser testigos más sin ceder a la tentación de pensar
convencidos y eficaces.
que haya alguna otra cosa que sea
Dirigir la mirada a Dios, Padre más importante o prioritaria. Nada
misericordioso, y a los hermanos ne- es más importante que elegir «lo
cesitados de misericordia, significa que a Dios más le gusta», es decir
orientar la atención hacia el contenido su misericordia, su amor, su ternura,
su abrazo, sus caricias.
También la necesaria
obra de renovación de
Lo que a Dios más le gusta
las instituciones y de
es perdonar a sus hijos
las estructuras de la
Iglesia es un medio
a fin de que ellos puedan a su vez
que debe llevarnos a
perdonar a los hermanos
tener una experiencia
viva y vivificante de la
misericordia de Dios
que, ella sola, puede
esencial del Evangelio: Jesús, la Mise- garantizar a la Iglesia ser esa ciudad
ricordia hecha carne, que hace visi- ubicada sobre un monte que no pueble a nuestros ojos el gran misterio de permanecer oculta (cf. Mt 5, 14).
del Amor trinitario de Dios. Cele- Resplandece sólo una Iglesia miseribrar un Jubileo de la Misericordia cordiosa. Si olvidáramos, incluso por
equivale a poner de nuevo en el cen- un momento, que la misericordia es
tro de nuestra vida personal y de
nuestras comunidades lo específico
de la fe cristiana, es decir Jesucristo,
el Dios misericordioso.
Un Año santo, por lo tanto, para
vivir la misericordia. Sí, queridos hermanos y hermanas, este Año santo
se nos ofrece para experimentar en
nuestra vida el toque dulce y suave
del perdón de Dios, su presencia
junto a nosotros y su cercanía sobre
todo en los momentos de mayor necesidad.
Este Jubileo, en definitiva, es un
momento privilegiado para que la
Iglesia aprenda a elegir únicamente
«lo que a Dios más le gusta». Y,
¿qué es lo que «a Dios más le gusta»? Perdonar a sus hijos, tener misericordia con ellos, a fin de que
ellos puedan a su vez perdonar a los
hermanos, resplandeciendo como antorchas de la misericordia de Dios
en el mundo. Esto es lo que a Dios
más le gusta. San Ambrosio, en un
libro de teología que había escrito
sobre Adán, toma la historia de la
«aquello que a Dios más le gusta», to contemplar la misericordia de
cada uno de nuestros esfuerzos sería Dios, pero hay muchas otras necesien vano, porque nos convertiríamos dades urgentes». Es verdad, hay muen esclavos de nuestras instituciones cho por hacer, y yo en primer lugar
y de nuestras estructuras, por más no me canso de recordarlo. Pero hay
renovadas que puedan estar. Pero se- que tener en cuenta que, en la raíz
remos siempre esclavos.
del olvido de la misericordia, está
«Sentir
intensamente
dentro de nosotros la alegría de haber sido encontrados por Jesús, que, como Buen Pastor, ha venido
a buscarnos porque estábamos perdidos» (Homilía en
las Primeras Vísperas del
Domingo de la Divina Mise8 DIC [11.45 AM] Que el Jubileo
ricordia, 11 de abril de
de la Misericordia traiga a todos
2015): este es el objetivo de
la bondad y la ternura de Dios
la Iglesia en este Año santo. Así reforzaremos en nosotros la certeza de que la
misericordia puede contribuir realmente en la edificación de siempre el amor propio. En el munun mundo más humano. Especial- do, esto toma la forma de la búsquemente en nuestro tiempo, donde el da exclusiva de los propios intereses,
perdón es un huésped raro en los de placeres y honores unidos al deámbitos de la vida humana, la refe- seo de acumular riquezas, mientras
rencia a la misericordia se hace más que en la vida los cristianos se disurgente, y esto en todos los sitios: fraza a menudo de hipocresía y de
en la sociedad, en las instituciones, mundanidad. Todas estas cosas son
en el trabajo y también en la familia. contrarias a la misericordia. Los leCierto, alguien podría objetar: mas del amor propio, que hacen que
«Pero, padre, la Iglesia, en este Año, la misericordia sea algo extraño al
¿no debería hacer algo más? Es jus- mundo, son tantos y tan numerosos
que con frecuencia ya no somos ni
siquiera capaces de reconocerlos como límites y como pecado. He aquí
porqué es necesario reconocer el hecho de ser pecadores, para reforzar
en nosotros la certeza de la misericordia divina. «Señor, yo soy un pecador; Señor, yo soy una pecadora:
ven con tu misericordia». Esta es
una oración muy bonita. Es una oración fácil de recitar todos los días:
«Señor, yo soy un pecador; Señor,
yo soy una pecadora: ven con tu misericordia».
Queridos hermanos y hermanas,
deseo que en este Año Santo cada
uno de nosotros experimente la misericordia de Dios, para ser testigos
de «lo que a Él más le gusta». ¿Es
cuestión de ingenuos creer que esto
pueda cambiar el mundo? Sí, humanamente hablando es de locos, pero
«lo necio de Dios es más sabio que
los hombres; y lo débil de Dios es
más fuerte que los hombres» (1 Cor
1, 25).
Tuit del Papa
en Pontifex_es