Pepino de Mar (Holoturoideo) Lucas Rodríguez G. Pepino de Mar (holoturoideo) Los pepinos de mar (holoturoideos, del griego ολοθυριων (holothurion), ‘que se agita totalmente’) son unos animales invertebrados de la familia de equinodermos, como la estrella o el erizo de mar, conocidos por su forma alargada y contorneada, comparada frecuentemente con la de un pepino o una salchicha. El origen de este animal se remonta a la era silúrica, hace unos 400 millones de años y se conocen alrededor de 1250 especies de éste, con distintas características, colores, fisionomías y tamaños (2cm-200cm). Los holoturoideos habitan los lechos marinos de todo el mundo, desde aguas profundas hasta arrecifes coralinos, donde se arrastran y desplazan, algunas especies con la ayuda de pequeños tentáculos en su parte inferior. Su dieta se basa en diminutas partículas de alga marina, plancton y otros animales pequeños, para lo que usa unos tentáculos (entre 10 y 30) alrededor de la cavidad bucal, con los que reúne su alimento. http://www.asturnatura.com/articulos/equinodermos/holoturias.php El pepino de mar ha sido estudiado por científicos de todo el mundo, debido a su accesibilidad, durante largo tiempo, lo que ha resultado en el descubrimiento de características poco comunes, que a primera vista no son perceptibles. Algunas de estas son, por ejemplo, la capacidad de expulsar su sistema digestivo a modo de proyectil, junto con componentes tóxicos al sentirse amenazado, la habilidad de regenerar su sistema digestivo luego de su expulsión, y el endurecimiento de su blanda y frágil piel a modo de defensa. La expulsión, o evisceración, del tracto digestivo del pepino de mar es una compleja respuesta ante las amenazas, que consta de 3 fases, la primera es el ablandamiento de tendones y ligamentos sosteniendo músculos específicos y vísceras gracias a una característica única de los equinodermos de mutabilidad de sus tejidos conectivos controlado por el sistema nervioso, luego viene un fuerte y rápido debilitamiento de las paredes de la cavidad abdominal y de la última parte del tracto digestivo (cloaca), y finalmente la contracción de músculos que completan la ruptura de las uniones debilitadas y la expulsión del sistema digestivo junto a los componentes tóxicos que este contiene, contaminando todo el ambiente que lo rodea, alejando así todo tipo de depredadores. En un marco de aplicación de ésta peculiar habilidad para el beneficio humano, se puede crear un sistema basado en los mismos principios de defensa que emplea el holoturoideo. Éste consistiría, básicamente, en un mecanismo de protección, tanto para recintos privados (casas, tiendas comerciales o similares) como para vehículos, compuesto por el mismo sistema de alarmas utilizado actualmente, a diferencia de que al activarse ésta, el recinto o vehículo violado expele vanililamida de ácido pelargónico, un gas que inhabilita al perpetrador temporalmente, al igual como el pepino de mar lanza químicos tóxicos para contaminar el ambiente, causando ceguera, asfixia leve y ardor intenso de los ojos y vías respiratoria, en resumidas cuentas, imposibilita al criminal de llevar a cabo el hurto y de un escape fácil y expedito. La regeneración del sistema digestivo sigue a la evisceración y es igual de único e importante para el holoturoideo. Este proceso se inicia con el engrosamiento irregular del mesenterio (membrana plegada que recubre la cavidad abdominal), el cual crece en zonas especificas durante unas 3 semanas hasta unirse formando un sólido conducto lineal desde la cavidad bucal hasta la anal. La regeneración se basa en la migración de células, entre ellas neuronas, miocitos, peritoneocitos, linfocitos, hemocitos y toti-potenciales, esparcidas en los tejidos conectivos hacia las zonas de engrosamiento mesenterial donde forman estructuras parecidas a los blastemas que se desarrollan hasta formar un completamente nuevo y funcional sistema digestivo. La capacidad regenerativa del holoturoideo ha sido el hallazgo de mayor importancia que se ha hecho sobre este animal debido a las implicancias que tiene ésta sobre los humanos. Pues el componente de mayor incidencia en el proceso regenerativo del pepino de mar es un gen parecido a la ependimina (glicoproteína encontrada en el sistema nervioso central de la mayoría de los animales) que se encuentra presente en muchos equinodermos con habilidades regenerativas, y en el caso del holoturoideo especialmente en mayor cantidad y disponibilidad, el cual inicia el proceso regenerativo identificando el tipo celular de tejido que ha sido destruido o dañado enviando señales químicas para la organización y distribución de células toti-potenciales, tecnología que podría ser aplicada eventualmente en humanos mediante adaptaciones de estas para lograr su compatibilidad con la genética humana, ayudando así a miles de individuos discapacitados, ya sea por deformaciones o por accidentes, a recuperar o adquirir órganos faltantes. Esquema del proceso de regeneración intestinal del holoturoideo: http://www.bio.davidson.edu/people/midorcas/animalphysiology/websites/2011/Bedoya/holoth uroidea.html Más allá de la evisceración y regeneración del sistema digestivo, el pepino de mar posee una habilidad aún más única, el control de la dualidad mecánica de su piel. Las paredes corporales del holoturoideo están formadas, en su mayor parte, por glicerina y colágeno, y mediante señales neurológicas se produce un cambio iónico, el cual compacta o descompacta las fibras de colágeno, llegando hasta casi licuarse cuando se des-compactan las fibras, pudiendo así pasar por pequeños orificios o esconderse en cavidades inaccesibles para los depredadores. La estructura del holoturoideo, aparte de ser algo único, puede representar un avance tecnológico realmente favorable para el hombre, pues imitando la dualidad de su piel, un material puede ser creado con fibras ordenadas de tal manera que, al momento de aplicarles un cambio iónico mediante impulsos eléctricos, las fibras se reordenan cambiando la contextura, forma o tamaño del material, lo que sería altamente ventajoso para el ser humano, ya que de esta forma tendríamos un material altamente resistente, pero al mismo tiempo manipulable durante el tiempo y fácil de transportar, abriendo una infinidad de posibilidades para el uso de éste. Holoturoideo con sus fibras de colágeno des-compactadas: http://aquaviews.net/explore-the-blue/sea-cucumbers-marine-shapeshifters/ Bibliografía: http://www.bio.davidson.edu/people/midorcas/animalphysiology/websites/2011/Bedoya/holoth uroidea.html http://www.popsci.com/inspired-nature/article/2008-03/hidden-talents-lowly-sea-cucumber http://animals.nationalgeographic.com/animals/invertebrates/sea-cucumber/ http://www.asturnatura.com/articulos/equinodermos/holoturias.php http://tolweb.org/Holothuroidea http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:http://www.sdbonline.org/2010ShortC ourse/MicroscopyResTech-2001.pdf http://link.springer.com/article/10.1111/j.1444-2906.2006.01269.x http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/1755-0998.12147/full
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