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EL DÍA, domingo, 24 de enero de 2016
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¿FUEIMOVARD el nombre de
un territorio de la realeza guanche,
situado en los actuales términos de
Arico, Fasnia y Güímar? 6/7
del domingo
revista semanal de EL DÍA
Palacio de Bellas Artes de La Habana en 1954.
ADN CANARIO EN LA BIENAL
DEL CARIBE (LA HABANA, 1954)
Texto: Jaime García García (doctor en Geografía e Historia) y Jaime Alberto
García González (graduado ADE y máster MBA)
E
sta II Bienal Hispanoamericana de Arte venía a recalcar la importancia de una
muestra artística que discurrió entre mayo y septiembre de 1954 en el Palacio de Bellas
Artes de La Habana, el cual acogió más
600 obras representantes del mundo
iberoamericano en sus diferentes facetas (arquitectura y urbanismo,
escultura, grabado, cerámica, dibujo
y pintura), con una importante dotación económica en dólares y pesetas
para los galardonados. Es preciso
resaltar la participación canaria, que
envió una muestra de obras de los considerados mejores representantes de
la plástica isleña.
La prensa cubana (Diario de La
Marina), la nacional (ABC) o la canaria (El Día, La Falange o Diario de Las
Palmas, entre otros) se hicieron eco
de este acontecimiento, que había tenido un precedente en Madrid (1951)
y proseguiría en Barcelona (1955), y
pretendía extenderse hacia otros países próximos: República Dominicana, Venezuela o Colombia.
Franco, Fulgencio Batista y Leónidas Trujillo (máximos exponentes del
autoritarismo político en España,
Cuba y República Dominicana, respectivamente) representaron la cara
amable de la política del arte, que pretendía dotar a este último de un medio
de acercamiento social, aunque su
carencia de verosimilitud era palpable. Poder y arte, en una simbiosis acomodaticia, utilizaron igualmente la
figura de Martí como parte del acontecimiento, dentro de un contexto político y económico de equilibrio inestable, ya que, mientras la mayoría de
la población vivía en condiciones de
miseria, las estadísticas colocaban a
Cuba en cuarta posición respecto al PNB
per cápita en Iberoamérica, lo cual venía
a reflejar las abismales diferencias entre
pobres y ricos.
Esta Bienal sirvió de base para otra
muestra, basada en una selección de
300 obras (pinturas y esculturas), en
Ciudad Trujillo (República Dominicana),
bajos los auspicios de la embajada española, encarnada en la persona del marqués de Merry del Val. Este evento había
sido convenido tras la visita y entrevista con Franco en Madrid del expresidente Leónidas Trujillo (1891-1961),
contando con el visto bueno del general Batista, sin olvidar que los marqueses de Villaverde –hija y yerno de
Franco– sirvieron de vínculo en su visita
a La Habana.
La visita de Leónidas Trujillo a España y su estancia en varias ciudades
–Madrid, Vigo y Barcelona entre
otras–, auspiciada por el ministro de
Asuntos Exteriores español de entonces, Martín Artajo, no sólo tendría un
marcado acento político y econó-
mico, sino igualmente de intento de
influencia en el ámbito cultural
hispanoamericano. Ambos jefes de
Estado sellaron este marco de buenas
relaciones con la firma de acuerdos bilaterales.
La prensa, nacional y canaria, recogió
en sus páginas la ascendencia canaria del dirigente dominicano, al igual
que la participación de la colonia canaria en Cuba en diversos actos de
exaltación al evento. El abuelo del ilustre visitante fue el canario José Trujillo y Monagas, que desempeñó altos
cargos en los cuerpos de Policía y de
Sanidad Militar durante la administración española de la isla; su padre
era el diputado dominicano José Trujillo Valdez, según datos suministrados por el Archivo de Acialcazar de la
República Dominicana.
La distribución de los galardones
Los medios de comunicación recogieron en sus páginas la larga lista de
premiados, y aunque no apareció el
nombre de ninguno de los represen-
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EN PORTADA
tantes canarios sus obras fueron muy
ponderadas por su aportación a los
movimientos de vanguardia y a los
diversos estilos y propuestas artísticas. Los artistas españoles galardonados
tuvieron la oportunidad de recoger su
recompensa económica –el dólar se
cambiaba por entonces a 38,95 pesetas– en un acto celebrado el Instituto
de Cultura Hispánica de Madrid, el 30
de enero de 1955.
A grandes rasgos, la distribución de
galardones, en sus primeros puestos
fue la siguiente:
a) En la Sección de Arquitectura y
Urbanismo: Gran Premio de la Bienal
Hispanoamericana de Arte (100.000
pesetas), para el arquitecto cubano
Alfonso Rodríguez Pichardo, por su proyecto del Palacio de Bellas Artes y Museo
Nacional; y premio de 50.000 pesetas del Ministerio de Educación Nacional de España al arquitecto español
Ramón Vázquez Molezún, por su
proyecto del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid.
b) En la Sección de Escultura: Gran
Premio de Escultura de la Bienal
(100.000 pesetas), al escultor español
José Clará; y premio de 3.000 dólares
al escultor cubano Teodoro Ramos
Blanco.
c) En la Sección de Grabado: Gran
Premio de Grabado de la Bienal
(25.000 pesetas), al artista cubano Carmelo González; y premio de 1.500 dólares al grabador español Julio Prieto Nespereira.
d) En la Sección de Arte Cerámica:
Gran Premio de la Bienal (25.000 pesetas), al ceramista español José Llorens
Óscar Domínguez.
“Revolver”.
Colección particular.
Madrid
Manolo Millares.
“Pictografía” (1954)
Colección particular.
Las Palmas
Artigas; y premio de 1.000 dólares al
ceramista español Antonio Cumella
Serret.
e) En la Sección de Dibujo: Gran Premio de la Bienal (25.000 pesetas), al
artista español Carlos Pascual de Lara; y premio de 1.500 dólares al creador español Francisco Domingo.
g) En la Sección de Pintura al Agua
y al Pastel: Gran Premio de la Bienal
(25.000 pesetas) al artista español
Manuel Humbert; y premio de 1.500
dólares al autor inglés residente en Cuba
Glyn Jones.
h) En la Sección de Pintura: Gran Premio de la Bienal (100.000 pesetas), al
pintor español Godofredo Ortega
Muñoz; y Gran Premio cubano a la obra
de un pintor (3.000 dólares) al artista
español Joaquín Sunyer.
Canarias en la Bienal
En esta Bienal representaron a
nuestras islas con sus obras los artistas José Aguiar, Óscar Domínguez, Juan
Guillermo, César Manrique, Manolo
Millares y Felo Monzón, de los cuales sólo los dos últimos residían en Canarias en el momento de la celebración
de la cita. Eva Fernández, aunque lo
intentó, no pudo participar a causa de
diversos problemas a la hora del
transporte de sus obras.
César Manrique (1920-1992) acudió
con su obra Bodegón de la figura románica, fechada en 1953, ya que en el mes
de noviembre de dicho año había inaugurado una exposición individual en
Arrecife, en los salones del Cabildo Insular de Lanzarote, donde mostró una
serie de obras realizadas en la isla
durante el anterior verano, entre las
cuales había una segunda versión del
citado bodegón que envió a La Habana.
En la misma defendía no sólo su propia identidad como artista, sino también la raíz geográfica de la misma, en
base a su ideario, que sostenía que cualquier lugar de la tierra sin fuerte tradición, sin personalidad y sin suficiente
atmósfera poética estaba condenado
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EN PORTADA
a morir, en la línea de la continua tradición y experimentación plástica,
extendida en una línea de creación multidisciplinar en libertad, como llegó
a afirmar en su obra Lanzarote. Arquitectura inédita, publicada en 1974, de
la cual se hizo una segunda edición
en 1988 por el Cabildo Insular de Lanzarote.
A partir de 1954 sus obras van cargándose de sugerencias de la piel volcánica de la isla de Lanzarote, que
reforzó en esta Bienal, dado que afirmaba que de los paisajes de su tierra
no tomaba la arquitectura, sino el sentido dramático de los mismos y su esencia.
José Aguiar (1895-1976) compartía
con Vázquez Díaz una amplia sala y
sus obras rivalizaban en calidad y estilo,
contraponiendo maneras de captar una
realidad interna propia de cada creador. Aguiar exponía una fila de frailes trapenses, religiosos que constituían una metáfora de la espiritualidad, a la vez que un documento psicológico; autorretratos espléndidos con
predominio de luces. Aireaba dos extensos murales de composición propia de
la pintura moderna, con desnudos de
ámbitos paradisíacos. Junto a ellos, versiones florales y animales marinos
(mariscos), para contemplarlos con éxtasis, por su colorido y esmalte. Motivos florales de los que hablaba en una
misiva con fecha 19 de julio de 1953,
además de algunos proyectos sobre figuras de hombre (105x85), por si decidía enviarlos a la Bienal de La Habana,
como finalmente hizo. Antes no tenía
claro si sus obras, por fin, serían admitidas en el evento de referencia (desnudo grande, un florero, un par de naturalezas muertas, un autorretrato y
alguna obra más).
Era fiel su idea en cuanto a la política del arte cuando afirmaba: “Me he
planteado la posibilidad de acabar el
cuadro de dos desnudos que tengo
empezado; pero no sé. Hoy por hoy
la consigna es: observar, hacer febrilmente, con frenesí de ejecución y de
concepción, y callar; no darle demasiada importancia a estas peripecias
de la política y de la moda” (Santana,
1984: 77).
Óscar Domínguez (1906-1957), cuya
existencia atravesaba una de sus facetas más negativas, realizó por esta
época sus obras más serenas. Acudió
con tres: Naturaleza muerta, “Minotauro y la novia y Revólver fantástico,
paradigma pleno de simbolismos
freudianos que expresaba un estado
Portada del
Catálogo de la II
Bienal
Hispanoamericana
de Arte, La Habana,
1954
BIBLIOGRAFÍA
Monografías
-AA.VV. (2005). César Manrique. Pintura
(1958-1972)). Valencia: Generalitat Valenciana e
IVAM, pág. 247.
-ABAD, A. (1991). Aguiar, en Biblioteca de Artistas Canarios (nº 4). Santa Cruz de Tenerife: Consejería de Cultura y Deportes del Gobierno de
Canarias, pp. 98 y 132.
-ALMEIDA CABRERA, O. (2004). Juan Guillermo
Rodríguez Báez, en Biblioteca de Artistas
Canarios (nº 44). Santa Cruz de Tenerife : Consejería de Cultura y Deportes del Gobierno de
Canarias (SOCAEM), pp. 76, 133 y 141.
-MORENO GALVÁN, J. Mª. (1970). Millares.
Barcelona: Gustavo Gili.
-CASTRO, F. (1978). Óscar Domínguez y el surrealismo. Madrid: Cátedra, pág. 69
de genuina espontaneidad, una especie de tormento inmovilizado en el paisaje. Formaban parte de una etapa
esquemática caracterizada por ser la
depuración del estilo picasiano y
constituir una liberación de su influencia. Eran composiciones con colores
armonizados y predominio de símbolos
relacionados con obras de triple
trazo.
En referencia a Manolo Millares (19261972), mostró una opinión crítica
nada benévola en sus intervenciones
en todos los actos culturales de
relieve de su época (recitales de poesía, conferencia y exposiciones, entre
otros), propios o ajenos. Envió sus cuadros a esta II Bienal Hispanoamericana
con una clara intrusión en la técnica
de un nuevo material, la arpillera, que
produjo un cambio definitivo en su trabajo y concluía su dispersión anterior,
favoreciendo su espíritu indagador. En
este evento presentó tres obras pertenecientes, también, a su ciclo de Pictografías: Aborigen de los Guayres (1951),
Aborigen de Balos (1953) y Pintura canaria (1953). En ellas presentaba a las arpilleras como metáforas de la piel que
envolvía a las momias guanches, y por
esta época simplificaba radicalmente
su pintura, con vestigios de la inspiración de la cultura aborigen.
Juan Guillermo Rodríguez Báez
(1916-1968) mostró en sus primeros
dibujos y pinturas vistas urbanas
tomadas en ligeros apuntes, preparatorios para el cuadro final. Su pintura se fue ordenando, perdiendo lige-
-GARCÍA GARCÍA, J. (2010). La participación
canaria en las Bienales Hispanoamericanas de
Arte (Madrid, 1951; Barcelona, 1955). Actas del
I Congreso de Historia del Periodismo Canario.
La Laguna, Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, pp. 524-539.
-JIMÉNEZ JAEN, M. (1989). Felo Monzón. Las
Palmas de Gran Canaria, Síntesis Canaria, La Caja
de Canarias, pp. 38, 57 y 58
-MANRIQUE, C. (1988). Lanzarote, arquitectura inédita”. Lanzarote: Cabildo Insular.
-SANTANA, L. (1984). José Aguiar. Las Palmas
de Gran Canaria: Edirca S.L.
Artículos en publicaciones seriadas (revistas,
prensa, ...)
- BAQUERO, G. “La inauguración de la II Bienal Hispanoamericana de Arte”,en Diario de la
Marina, La Habana, 18 de mayo de 1954, p. 4.
reza y espontaneidad y, según algunos críticos, sus colores eran muy vivos
y parisinos, y en su manera de compartimentar el espacio había a menudo
ecos del constructivismo cerebral de
Torres García, por lo que esta Bienal
acogió una pintura vanguardista y costumbrista, en la que primaba el paisaje.
La obra de Felo Monzón (1910-1989)
implicó cierta polémica la ruptura sistemática y continua del arte tradicional
y por el inconformismo social del pintor (militante socialista desde 1929).
Concurrió a la Bienal con dos obras:
Peces núm. I y Peces ortogonales,
obras que constituían una síntesis desde
el punto de vista temático y artístico,
donde la rigurosa composición geométrica fundía sus componentes en
un solo plano. Sus peces ortogonales
representaban figuras ancladas en la
rigidez geométrica, como si la gradual
desaparición de toda figuración fuera
lenta y los ritmos intentaran contener
las figuras, con cromatismo y ritmos
geométricos.
Como colofón, José Martí (1853-1895),
cuyo centenario sirvió de impulso al
acontecimiento de esta Bienal, fue un
personaje considerado por algunos autores como el ser más completo que ha
dado la historia de Cuba, apoyado en
su ascendencia canaria por parte
materna: Leonor Pérez Cabrera, nacida en Santa Cruz de Tenerife el 18
de diciembre de 1828 y que fallecería
en La Habana el 19 de junio de 1907.
Martí siempre destacó la contribución
- CABAÑAS BRAVO, M. Leopoldo Panero y las
Bienales Hispanoamericanas de Arte, en Revista
de Estudios astorganos, 2012, (3), 31, 183-208.
- CAMPOY, A. M. “Declaraciones del general
Batista para ABC”, en ABC (Edición Andalucía),
9 de julio de 1954, pág. 1.
- GARCÍA GONZÁLEZ, J. A. “Martí en la génesis de una revolución (Cuba, 50 años después)”. La Prensa, Revista semanal de El Día, Editorial Leoncio Rodríguez, Grupo de Comunicación El Día, 26 de diciembre de 2009, pp. 1-5.
Sin autoría
- “La II Bienal Hispanoamericana de Arte en
La Habana”, ABC, Madrid, 31 de julio de 1953.
- “Obra de César Manrique en la II Bienal Hispanoamericana de Arte en La Habana”, Falange,
Las Palmas de Gran Canaria, 10 de abril de 1954,
pág. 2.
de los canarios en el desarrollo económico y social de la isla, como
argumentó en su artículo Los isleños
en Cuba (1892).
Conclusiones
Cuba era el claro ejemplo de una
sociedad de prosperidad limitada, donde
el bienestar de sus habitantes se
hallaba ligado a la exportación del azúcar, cuyas ganancias no se revertían
en la isla sino que iban a parar a manos
de los norteamericanos.
El arte de la política en esta Bienal
fue un espacio que jugó con intereses
que derivaron hacia un fin último: el
poder y su conservación. La política
del arte intentó hacer creer en el cultivo de la mente, el recreo de los sentidos o el aumento de la sensibilidad,
en un entorno de apariencias y quimeras. Batista tomó el ejemplo de
Franco en la Bienal de Madrid; Leónidas Trujillo se sumó al evento por
sus buenas relaciones con ambos
personajes.
Un acontecimiento de esta naturaleza no podía dejar de lado a los artistas isleños, donde las obras de César
Manrique y Óscar Domínguez abanderaron la expedición canaria, integrada
en la delegación española. Las obras
de arte emigraron a la par que las ideas.
Por otra parte, los cubanos forjaron en
torno a la figura de Martí un ideal nacional, un héroe al que rendir culto en base
a su doctrina y por su ideología revolucionaria, que les impulsaba hacia la
libertad y la independencia.
- “Premios de la II Bienal de La Habana”, El
Día, Santa Cruz de Tenerife, 29 de mayo de 1954,
p. 1.
- “El Generalísimo Trujillo, descendiente de
canarios”, Falange, Las Palmas de Gran Canaria,
4 de junio de 1954, p. 1
- Los Marqueses de Villaverde en La Habana”,
El Día, Santa Cruz de Tenerife y Falange y Diario de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria,
23 y 24 de junio de 1954, p. 1
- “Clausurada en un acto solemne en el Palacio de Bellas Artes la II Bienal Hispanoamericana”. Diario de la Marina, La Habana, 11 de septiembre 1954, p. 1.
- “Inauguración en Ciudad Trujillo de una muestra de la II Bienal Hispanoamericana”, El Día, Santa
Cruz de Tenerife, 6 de noviembre de 1954, p.
5.
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domingo, 24 de enero de 2016, EL DÍA
INVESTIGACIÓN
EN PORTADA
TURISMO
Juan Mari Arzak
(Óleo sobre lienzo de 100 cmx100 cm)
Nació en 1942 en San Sebastián y a los 10 años se mar-
chó a estudiar a El Escorial (Madrid). A los 19 años empezó sus estudios en la Escuela de Hostelería de la casa
de Campo de Madrid, tras lo cual hizo varias prácticas en
el extranjero (restaurante Sandersens, en París, Girarder,
en Suiza, etc.) para volver al restaurante de su familia en
1966 y empezar a hacerse cargo del mismo. En 1974 le otorgan el Premio Nacional de Gastronomía al mejor cocinero, el primero de una larga serie de reconocimientos, entre los que se hallan también el Premio al Mejor Restau-
rante (desde 1985 en varias ocasiones), o el Gran Premio
del Arte de la Cocina como mejor cocinero de Europa, otorgado por la Academia Europea de Gastronomía. En 1976
asistió a la primera mesa redonda de gastronomía, organizada por la entonces recién nacida revista Club Gourmets, la cual, en 1983 y en 1984, lo reconoció como mejor cocinero de España y mejor restaurante de España, respectivamente. La intervención en dicha mesa de Paul Bocuse, por entonces uno de los cocineros más importantes del mundo, llevó un par de meses a Juan Mari Arzak
(junto a su buen amigo Pedro Subijana, chef del Akelarre) al restaurante de Lyon que regentaba el afamado chef
para profundizar en la ‘nouvelle cuisine’ francesa. De ahí
la base del movimiento de la Nueva Cocina Vasca, de la
cual Juan Mari Arzak se convirtió en uno de los principales
representantes, junto a Subijana, y que se desarrolló en
la década siguiente, universalizando la cocina de su tierra e innovándola sin perder la raíz. Actualmente está reconocido como uno de los más importantes y premiados
cocineros del mundo.
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domingo, 24 de enero de 2016, EL DÍA
Texto: Francisco Castellano Cabrera
L
a palabra Imobac/Imobach
es una antigua voz guanche que se encuentra recogida por primera vez en los
acuerdos de las paces del
Valle del Bufadero de 1464, para referirse al mencey de Taoro como gran
rey, o posiblemente a su condición de
noble y heredero principal de la
realeza guanche. Posteriormente,
aparece recogida con distintas grafías
en varios documentos(1), uno de los
cuales señala repartimientos de tierras y aguas en terrenos del valle y/o
barranco de Tamadaya, en Arico, del
que sacamos la hipótesis para ubicar
la posible existencia de un territorio
Imovard en esta zona concreta de la
isla(2), ya que el ilustre escritor e investigador Antonio Rumeu de Armas nos
confirma que Imobad no es el nombre de un rey, sino el topónimo de una
comarca dependiente del menceyato de Taoro(3). Igualmente, el
investigador Francisco P. De Luka nos
dice que quizás Imovard estaba
situado entre los menceyatos de
Abona y Güímar, y que ocuparía un
espacio entre ellos, que posiblemente constituyó un territorio autónomo, es decir, un archimenceyato(4,5). Un lugar estratégico para una sociedad que basaba su economía en la ganadería y al que Sabino
Berthelot señala como un área ocupada por un grupo importante de
población, seguramente refiriéndose
también a una jerarquía social, ya que
la riqueza del ganado determinaba la
división de clases, constituyendo
los ganaderos la clase noble.
Una banda de terreno que, posiblemente, hasta la época de la conquista
de la Isla tenía una importancia vital
para el sustento y desarrollo socioeconómico de sus pobladores, un
área Imobac. Por tanto, con estos datos,
ya podemos establecer una franja de
territorio que situamos en los actuales municipios de Arico y Fasnia y las
antiguas comarcas de Agache y Chimaje (actualmente El Escobonal). Un
espacio desde Las Cañadas al mar que
trataremos de analizar para intentar
explicar por qué tanta consideración
por parte de los primitivos habitantes de Tenerife.
Si bien las divisorias entre los
menceyatos de Abona y Güímar son
confusas, para Luis Diego Cuscoy los
límites coinciden con las comarcas
naturales(6). Así que, fijando este territorio objeto de estudio como una gran
comarca natural, es lógico pensar que
IMOVARD: ¿NOMBRE DE
UN TERRITORIO DE LA
REALEZA GUANCHE?
este archimenceyato confinara en su
parte noreste, barranco más al norte
o más al sur, con la vertiente de la ladera
de Güímar. En cuanto al límite por el
sur, trazaremos la línea que nos
marca el cauce del Barranco de Tajo,
con la montaña Centinela y la Punta
de Abona como referencia en la costa (puntos situados en el Porís de
Abona). Una comarca con unos impresionantes barrancos de cumbre a
mar que, además de proporcionarles
cuevas para viviendas, corrales y cementerios, les abastecían de alimentos y agua en charcos y eres(7). Además, estamos describiendo un territorio –Arico y Fasnia– rico en recursos acuíferos por la gran cantidad de
fuentes y nacientes que alberga,
que facilitaba, junto con la existencia de rutas de paso, caminos, sendas y la red de veredas la posibilidad
de una trashumancia vertical permanente desde su litoral hasta el
mismo menceyato de Taoro. Asentamiento y movilidad trashumante de
ganado que se podía mantener todo
el año gracias a la abundancia de plantas forrajeras y, sobre todo, a la presencia de la vital agua en todas
estas rutas de costa a cumbre(8,9).
Estos barrancos también les proporcionaban otro sustento importante
para la alimentación y actividad socioeconómica de esa época: miel y cera.
Había millares de abejares salvajes,
de donde sacaban la miel para con-
BIBLIOGRAFIA
Le Canarien – Manuscritos, transcripción y traducción/Berta PicoEduardo Aznar-Dolores Corbella/Instituto de Estudios Canarios
Historia de Nuestra Señora de Candelaria/Fray Alonso de Espinosa/Goya
Ediciones
Descripción de las Islas Canarias/L.Torriani/Goya Ediciones
Historia de la conquista de las siete Islas de Canaria/Fr. J. de Abreu
Galindo/ Goya Ediciones
Historia del Pueblo Guanche, Tomo I, II y III/ Juan Bethencourt Alfonso
(Edición anotada por Manuel A. Fariña González)/Francisco Lemus Editor
Historia natural de Canarias/Sabino Berthelot/Goya Ediciones
La Conquista de Tenerife 1494-1496/Antonio Rumeu de Armas/ Instituto de Estudios Canarios
Una vista del
término municipal
de Arico, en cuyos
dominios pudo
situarse Imovard.
sumir y la cera para labrar los renombrados panes de cera(10). La producción era tan importante que ya fray
Alonso de Espinosa, estando en la playa
de Abona, nos describe que: “También aparecía en estos tiempos, veinte
años antes que la Isla se conquistase,
gran cantidad de cera blanca en
panes, en un puerto cerca de aquí, que
por esto le llaman el Puerto de la Cera”
(11).
Unos barrancos que en esta región
desembocan en una costa más plana,
rica en moluscos y pescado, con unos
puertos-refugio seguros, como la
bahía del Porís y la ensenada de Abades (Arico), y con unas montañas en
las cercanías que podían ser usadas
como atalayas(12). Dichas montañas
les servirían, asimismo, para señalizar lugares de referencia, generalmente en la costa, y también como
torres vigía para observar a los barcos que se acercaban y avisar de los
acontecimientos mediante hogueras
y toques de bucio.
Afortunadamente, en esta comarca
encontramos topónimos y puntos concretos que nos evidencian que el territorio contaba con sitios dedicados a
distintas ceremonias: enterramientos,
celebraciones sociales, rituales religiosos y festejos. En este sentido, seguramente la Montaña Santa (Fasnia),
Magua (Las Ceras) y La Centinela (Porís
de Abona), auténticos parajes naturales, pudieron haber tenido un gran
Los Guanches-vida y cultura del primitivo habitante de Tenerife-/Luis
Diego Cuscoy/Instituto de Estudios Canarios
La Cueva de las Mil Momias/A. Tejera, D. Galloway y J. Fco. Delgado/Editorial Herques
Religión y Mito de los antiguos Canarios/Antonio Tejera-Marian Montesdeoca/Artemisa Ediciones
La Religión de los Guanches/Antonio Tejera Gaspar/Editor: Jose Luis
Concepción
El Menceyato de Abona/Juan Francisco Delgado/Centro de la Cultura
Popular Canaria
Costumbres del Pueblo Guanche/ Raúl E. Melo Dail/Editorial Benchomo
Aculturación y etnicidad-El proceso de interacción entre guanches
y europeos (Siglos XIV-XVI)/Sergio Baucells Mesa/Instituto de Estudios
significado. Así, cerca de la montaña
de Fasnia nos encontramos con el
Barranco de Herques, al que Viera y
Clavijo (1762) describe como uno de
los más ricos de la isla desde el punto
de vista arqueológico al descubrirse
en él más de mil momias. Es ahí donde
nos encontramos con una cueva con
cuerpos momificados, posiblemente
pertenecientes a la nobleza guanche,
no sólo del mencey de Güímar, sino
también de los demás menceyatos,
pues Abreu Galindo nos reseña que
“Al rey, donde quiera que moría, lo
habían de llevar a su sepultura, donde
tenían sus pasados”(13).
Transcribiendo a I. Schwidetzky
(1963), podemos afirmar que la gran
riqueza de ganado del menceyato de
Abona y, por ende de esta zona
objeto de estudio, debió de haber dado
a los pobladores del mismo una categoría social que parece quedar demostrada por la frecuencia con la que
se practicaba la momificación (mirlado)(14). Asimismo, Francisco P.
De Luka nos comenta que es muy probable que toda esta comarca perteneciera y fuera habitada por individuos ennoblecidos perteneciente a
menceyatos distintos al de Güímar(15).
Siguiendo con otra montaña y su
significado, tenemos que la toponimia identifica al espacio de Magua con
un lugar donde se realizaban prácticas religiosas relacionadas con los antiguos ritos de fertilidad, bautismo e
iniciación, seguramente concernientes con las harimaguadas o
sacerdotisas. La presencia aún en la
actualidad de un gran tagoror(16) y
de un charco que contiene agua
todo el año, nos delata la celebración
de un importante acontecimiento
social, donde posiblemente las novicias (maguadas) eran presentadas en
sociedad después de un rito bautismal(17,18). También otro punto que
podemos identificar como lugar de
celebración de un ritual es el Llano
del Bailadero, al poniente de esta montaña Magua. Los bailaderos (baladeros) suelen encontrarse con más frecuencia en áreas manifiestamente pastoriles y, por consiguiente, en ellos
se realizaban ritos pastoriles que tenían por finalidad propiciar a la
divinidad para que enviara la lluvia.
“Cuando habían menester agua o
tenían alguna necesidad, tomaban las
ovejas y cabras (…) y allí las tenían
balando”(19,20).
También, probablemente en la playa de Abona, cerca de La Centinela,
la otra montaña referente de este territorio, se celebrase la ceremonia más
Canarios
Antonio Rumeu de Armas- Mar y tierra (artículos de prensa 1946-1999)
Los enamorados de la Osa Menor-navegación y pesca en la protohistoria
de Canarias-/Rafael González Antón-Mª del Carmen del Arco Aguilar/Museo
Arqueológico de Tenerife
El topónimo genérico Erques y otras voces relativas al pastoralismo
canario/Francisco P. De Luka
Jorge Grimón: Los Mogotes, Abona y Los Cristianos-/ Leoncio Afonso
Topónimos Guanches/Francisco García-Talavera
Estudio Demográfico de la Población Guanche de Tenerife/ Conrado
Rodríguez-Martín
Historia de Arico/ Domingo Martínez de la Peña y González/Iltre. Ayuntamiento de la Villa de Arico
Pág. web: Tagoror de Historia y Tradiciones
p7
EL DÍA, domingo, 24 de enero de 2016
importante de la sociedad guanche:
las reuniones anuales de cada reino
con el objetivo de celebración de Juntas y Cortes generales, en medio de
fiestas que duraban nueve días, amenizadas con luchas, carreras, bailes y
banquetes (beñesmer/beñesmen)
(21), y donde posiblemente adorasen
con candelas a una diosa(22). Igualmente, la importancia que tuvo esta
zona-territorio objeto de análisis la
puede corroborar la presencia en la
misma de uno de los primeros cronistas,
fray Espinosa, quien nos relata con un
“yo lo vide” acontecimientos en la playa
de Abona y en los Altos de Arico(23).
Lo que puede demostrar, por un
lado, la supuesta importancia de
este territorio y, por otro, que los guanches en esta parte de la isla siguieron
con sus usos y costumbres después
de la Conquista.
Señalaremos por último que reconstruir con fidelidad el hábitat y costumbres de los primitivos habitantes
de la isla es complicado, pues toda aseveración en estos temas de la historia prehispánica de Canarias se ve difuminada por la oscuridad y dudas que
existen debido a la escasa e inexacta
información que consta y a que los
primeros cronistas empezaron a relatar los hechos bastantes años después
de que ocurrieran, con la desventaja
añadida del desconocimiento de la lengua autóctona. Pero coincido con el
investigador Francisco P. De Luka
cuando afirma que el territorio que
hemos descrito era una zona estratégica antes de la Conquista y que no
era de extrañar la propiedad de la misma por parte de la nobleza isleña(24).
M
Notas:
(1) Ymovard, Imobade, Imobad, Imovad, Imobaden, Imobar, …
(2) “(…) unas tierras y aguas entre el reino de Guymar y entre el reino
de Abona, en un valle que se dice la ta. de Ymovard”. (Serra Rafols,
E. (1978), véase Datas de Tenerife nº 514-29 y nº 514 y 569)
(3) “Desde luego, Imobad no es el nombre de un régulo (…), sino el
topónimo definidor de un distrito o comarca del valle taorino” (Antonio Rumeu de Armas/La Conquista de Tenerife, véase pág. 210/ Instituto de Estudios Canarios).
(4) Francisco P. De Luka/ El Topónimo genérico Erques y otras voces
relativas al pastoralismo canario.
(5) Seguramente en época de la Conquista este territorio Imobac era
gobernado por la nobleza del menceyato de Taoro encabezada por su
mencey. Los cronistas primigenios (Espinosa, Torriani y Abreu
Galindo) coinciden en que los menceyatos de autenticidad probada
fueron cuatro: Adeje, Abona, Güimar y Taoro, y todos reconociendo
el dominio y superioridad al rey Imobac de Taoro. Los territorios de
estos cuatro menceyatos más poderosos tenían la peculiaridad de unirse
en Las Cañadas, y Bethencourt Alfonso nos aclara que “no existía la
propiedad privada ni tampoco era del rey la tierra, sino de la nobleza
o del común” (Ob. Cit. Tomo II, véase pág. 233). Posiblemente el mencey de Taoro y su corte de nobles se trasladaban por este territorio Imobac teniendo en el epicentro a Icor como morada, pues “cuando el rey
mudaba morada o hacía jornada (porque de invierno vivía en la costa
del mar y en el verano la tierra adentro), iban con él los más ancianos
de su casta” (Fray Alonso Espinosa, véase pág. 42, y ver también fray
Abreu Galindo, pág.293).
(6) Luis D.Cuscoy/Los Guanches- Vida y cultura del primitivo habitante de Tenerife-/Instituto de Estudios Canarios
(7) Se pueden encontrar más de cuarenta barrancos en la franja AricoGüimar. Destacando en la zona de Arico-Fasnia los espectaculares barrancos de: Herques/Erques, Tamadaya, Icor, Tajo y el Río de Arico.
(8) El ganado, especialmente cabrío, constituyó la principal fuente
de alimentación de los guanches.
(9) Otra evidencia de zona transitada es la aparición de concheros
en todas estas rutas, que nos revela la importancia de este molusco
(lapas) en la alimentación de los antiguos pobladores, así como encontrarnos con gran cantidad de grabados, cazoletas, tagorores, fuentes
sagradas y cuevas funerarias
(10) Bethencourt Alfonso nos dice que “La cantidad de miel de abeja
que recolectaban debió revestir verdadera importancia, pues eran tanto
los abejares salvajes que a raíz de la conquista constituyeron un arbitrio municipal en la isla” (Historia del Pueblo Guanche-Tomo II, véase
pág. 423)
(11) Se refiere al actual pueblo de Las Eras [sic] (Fray Alonso de Espinosa/Historia de Nuestra Señora de Candelaria, véase pág. 65).
(12) Del mar obtenían considerables recursos: pescado, lapas, pulpos, burgaos, almejas, cangrejos, etc. e igualmente recogían sal en abundancia. En cuanto a su costa, rica en pescados y mariscos, son frecuentes
las menciones desde mediados del siglo XV al puerto del Porís y Abrigos de Abona (Abades), en Arico. Definidos como puertos más seguros y donde era más fácil desembarcar y avituallar los barcos que llegaban a la costa, supuestamente fenicios, cartaginenses, griegos, romanos, berberiscos y europeos. Comentan las crónicas de la preconquista
de las Islas Canarias que, ante la presencia de un barco en el horizonte,
i amigo y compadre –al ser yo padrino de bautismo
de una de sus hijas– Juan José García Hernández,
popularmente conocido por “el Calzones”, tiene
un rico y vasto anecdotario, parte del cual ya se lo he contado a todos ustedes en artículos anteriores.
Hay una que ya les adelanto como primicia, y es que cuando
terminaba una actuación del grupo Elfidio le afeaba y recriminaba su conducta diciéndole: “Coño, Juan, con tres cuartas de vino no parece lo más acertado que salgas al escenario a cantar, pues en el solo que hiciste te oí y vi perfectamente cómo titubeaste y te semitonaste, y el público también se dio cuenta”. A lo que respondía “el Calzones”: “Mira,
Elfidio, para superar el miedo escénico me tengo que empujar dos o tres vasos de vino, pues ni la Guardia Civil me
va a hacer soplar y los últimos puntos que me han quitado
fueron de la cabeza, cuando me la abrí al darle una tremenda
morrada a un tipo que le tocó el culo a mi mujer”.
Elfidio lo hacía para “pincharlo” y hacerlo calentar, porque lo cierto era que “el Calzones” con unos “pelotazos”
tomados momentos antes de su actuación lo bordaba, cantaba como los serafines, incluidos querubines y los tres arcángeles, San Rafael, San Gabriel y San Miguel, siendo todos
ellos en la escala jerárquica superiores a los simples ángeles, vamos lo que en la milicia podría ser un coronel (ángel)
y un general (arcángel).
En su etapa como sabandeño se calcula, más bien por
lo bajo, que pudo haber prendido fuego a cinco o seis mantas, y su “modus operandi” era siempre el mismo: acercándose de noche a su coche, tirando la manta al suelo, y
abriendo la maleta para sacar un trozo de manguera que
metía por el agujero del depósito de la gasolina, rociaba
abundantemente la manta en cuestión y mechero que te
crió, recreando con ello las hogueras de la noche de la víspera de San Juan, aunque estuviéramos en el mes de febrero.
los guanches bajaban de las medianías e iban a la playa, a veces para
luchar para expulsar al invasor y otras para comerciar.
(13) Fray J. De Abreu Galindo (Historia de la Conquista de las siete
Islas de Canarias, ver pág. 300)
(14) Fray J. De Abreu y Galindo, refiriéndose a los entierros en Gran
Canaria nos relata que “A los nobles y hidalgos mirlaban al sol (…) y
los metían en cuevas que tenían diputadas para este efecto” (Ob. Cit.
véase pág. 162)
(15) También los autores del libro “La Cueva de las Mil Momias” en
su página 49 nos señalan lo siguiente: “La cueva debió albergar las momias
de quienes tuvieron bajo su mandato este territorio del Sur a lo largo
de su historia”. En definitiva, era un panteón de los menceyes.
(16) Tagoro/Tagoror: Círculo de piedra seca en forma de corral donde
se reunía el Concejo o Tagoro
(17) Para llevar a cabo el ritual cada reino contaba con charcos o fuentes exclusivamente destinadas al efecto, y defendidas del acceso de
animales (J. Bethencourt Alfonso, Ob. Cit., ver Tomo II pág. 267).
(18) A esto añadiremos que estos charcos sagrados, al igual que tagorores y cuevas funerarias, estaban generalmente situados en lugares
especiales. También señalaremos que los guanches no habitaban en
comunidad, sino apartados en chozas y cuevas.
(19) Fr. J. de Abreu Galindo, Ob. Cit., véase pág. 294.
(20) En este apartado de los bailaderos añadiremos que reunían una
gran cantidad de ganado para este menester, por lo tanto tenían que
tener cerca un corral (gambuesa *) para guardar tal cantidad de cabras
y ovejas. Y precisamente cerca de este llano del bailadero de Magua,
en la Galga, nos encontramos con unos corrales de grandes dimensiones
en la orografía del terreno.
* Gambuesa: Corral de grandes dimensiones para reunir el ganado
en las apañadas.
(21) “Cuando hacían su agosto y recogían los panes, hacían juntas
y fiestas en cada reino […]” (Fray Alonso de Espinosa/Ob. Cit., véase
pág.39).
(22) Pudiera ser que, al igual que en Candelaria, en los mismos años
también se erigiera en la Playa de Abona un eremitorio sincretizado
en otra Virgen de las Candelas.
(23) “En la playa que dicen de Abona (…) se vían también ordinariamente estas procesiones (…) y esto es tanto verdad, que ahora, en
estos tiempos, personas que las han visto se van a dicha playa y hallan
velas de cera acabadas de apagar, y algunos las han hallado encendidas y pegadas a los riscos, y me enseñaron el lugar y yo lo vide” (Fray
Alonso de Espinosa/Ob. Cit., pág. 65).
Igualmente, refiriéndose a la Piedra de los Valientes en las medianías de Arico nos comenta “Una piedra guijarro está en esta isla en el
término de Arico (…) la cual vide yo” (Fray Alonso de Espinosa/Ob. Cit.,
ver pág. 43).
(24) De la región de Abona, concretamente en Arico y Fasnia, es de
donde nos señala Cuscoy que se tiene la más completa colección de
lanzas de pastor y bastones de mando (añepas). Esto parece indicar,
por un lado, el gran número de pastores que transitabanfavorecidos
por la orografía del terreno, el pasto, el agua, el clima etc., y por otro
una jerarquía social representada por las añepas (bastón de mando llevado por los nobles) **
** Según Luis D. Cuscoy es esta zona donde más bastones de mando
se han encontrado.
“El Calzones”, solista y primer
pirómano de Los Sabandeños...
HUMOR ANTICRISIS
Juan Oliva-Tristán Fernández*
Todo esto a él lo desahogaba, le servía de terapia, se relajaba, pasándosele la calentura, y eso sí, cuando había un
reparto de dinero al día siguiente ya estaba en la tienda de
Félix Rupérez a comprar otra manta, y como compraba tantas hasta Rupérez le hacía una importante rebaja.
Lo de quemar las mantas era para mitigar el mal de Elfidio, que hay que distinguirlo del de amores, que era cuando
una media novieta –de las tantas que tuvo– le daba calabazas, ya que para estos casos recurría directamente a la
morretada al espejo del baño de caballeros del Ateneo, en
cuya su parte alta se hacían los bailes, o en los otros, como
los bailes en verano en las piscinas de Bajamar o en el Recinto,
en donde iba de un desengaño tras otro, y que luego teníamos que volver, cargados como erizos, caminado hasta la
Punta, en donde veraneábamos.
Recuerdo una noche, cuando nos encontrábamos a la altura
de las Barranqueras, que íbamos “el Calzones”, Falo Perera,
Manuel Luis Medina, “el Minuto”, Miguel “el Naripa” y este
narrador, y como ustedes saben allá abajo de ellas se encuentra la playa del Arenal, y hete aquí que “el Calzón” se sienta
en el pequeño murete y entre lágrimas y sollozos se confiesa con el ruinito del “Naripa” (paz descanse) diciéndole:
“Napi, a mí las mujeres me ven y huyen, no les gusto ni
las atraigo, así que he decidido lanzarme de este muro al
vacío”, contestándole “el Naripa”: “Tú no tienes bemoles
para lanzarte”, rematando por último “el Calzones”:
“¿Que no? Aguántame el reloj”.
Los padres de nuestro magnífico rector Antonio Martinón Cejas vivieron una porrada de años en una casa sita
en la plaza del Cristo, frente al Santuario, y eran José María
Matinón Tresguerras y Guadalupe Cejas, y tenían una sirvienta de las montañas llamada María, y un 14 de septiembre,
día del Cristo lagunero, bien temprano, salió de su casa doña
Guadalupe regresando sobre el mediodía a reunirse en su
casa con su esposo, y estando ella ya en el zaguán y para
ahorrarse subir los dos buenos tramos de escalera, le grita
a la sirvienta desde abajo: “María, ¿ya salió el Señor?”, contestánole la “belilla”: “Señora, yo no he oído las campanas”.
Una noche, y en su casa del Camino Largo de La Laguna,
organizó una media cena el catedrático de Derecho Político José María Hernández-Rubio y Cisneros, suegro de mi
buen amigo el abogado Pedro Galván Urzáiz, siendo todos
atendidos por su encantadora esposa, Herminia, y en la
que hizo acto de presencia la Tuna Universitaria, que años
antes había sido invitada a la boda de Fabiola y Balduino.
Allí se comió, se bebió, se cantó y en un determinado momento
tocan en la puerta principal, la abren y ven a un lugareño
fuertote que agarraba al tuno Javier Trujillo Carreño por
la espalda y por todo saludo dice: “Miren, ustedes perdonen, pero es que se les ha caído este tuno desde una ventana”.
Olivaradas. Era un gay tan enano que en lugar de salir
del armario salió de una mesilla de noche.
Y una ciudad tan pequeña que en lugar de metro tenía
medio.
*Pensionista de larga duración
p8
domingo, 24 de enero de 2016, EL DÍA
www.eldia.es/laprensa
Revista semanal de EL DÍA. Segunda época, número 1.016
La gimnasia cerebral
“La memoria se acrecienta
usando y aprovechándose de ella.”
(Juan Luis Vives, 1492-1540)
P
robablemente ya tengas
hecha la lista de objetivos
para este año que se nos presenta. Entre ellos no suele
faltar algún tipo de ejercicio físico. “Apuntarme en el gimnasio (e ir frecuentemente)”, o “empezar a correr todas las mañanas” son
algunos de los ejemplos que no faltan en la lista de propósitos de cada
año. Pero, ¿qué hay de la “gimnasia
cerebral”?
Según la Organización Mundial de
la Salud (OMS), debido al incremento
de la esperanza de vida y a la disminución de la tasa de natalidad, la proporción de personas mayores de 60 años está aumentando más rápidamente
que cualquier otro grupo
de edad en casi todos los
países. De hecho, entre
2000 y 2050, la proporción
de los habitantes del
planeta mayores de 60
años se duplicará, pasando
del 11% al 22%. Hoy en día
se espera que la mayoría
de las personas lleguen a
vivir hasta los setenta
años y más, por lo que esos
años de vida adicionales
pueden ser invertidos en
nuevas actividades. Sin
embargo, hay un factor que
condiciona en gran medida
las posibilidades de realizar estas actividades: la salud física y mental.
En la actualidad, existe
una muy buena concienciación de la población en
cuanto a temas de salud
y cuidado físico. Sin embargo, el cuidado y salud
mental es algo que tradicionalmente
se ha dejado en segundo plano, a pesar
de que las cifras no hablan a favor de
esta tendencia.
Riesgo de demencia
Como bien es sabido, el riesgo de
padecer demencia aumenta con la edad.
Se calcula que entre un 25% y un 30%
de las personas de 85 años o más padecen cierto grado de deterioro cognitivo. En ausencia de un tratamiento
curativo, se hace necesario un abordaje terapéutico multidimensional que
incluye lo que se conoce como la estimulación cognitiva. La fundamentación de la estimulación cognitiva se
basa en dos conceptos principales: la
neuroplasticidad – la capacidad del cerebro para adaptarse a nuevas situaciones
y reestablecer un equilibrio tras una
lesión– y la reserva cognitiva.
A pesar de que existe una cierta
Texto: Atteneri Hernández Torres
(neuropsicóloga.
Directora de Cognitiva,
Unidad de Memoria (Tenerife.)
inconsistencia entre los estudios
sobre el deterioro cognitivo en la edad
adulta y vejez, la comunidad científica avala que existen pruebas bastante
convincentes de que en los países desarrollados tanto los niveles de educación más elevados como los logros profesionales están asociados con una
menor incidencia de la demencia, o
lo que es lo mismo, aquellas personas
con una alta reserva cognitivatienen
menos posibilidades de sufrir un
ciplinar, no farmacológico, dirigido a
optimizar la cognición, la conducta y
la función, no solo a nivel de tratamiento
(personas que sufren un deterioro cognitivo o una demencia) sino, a su vez,
en el plano preventivo. Estas terapias
tratarían, por tanto, de ampliar nuestra reserva cognitiva, nuestro plan de
pensiones cognitivo.
Recientemente, los coloquialmente
llamados “gimnasios cerebrales” han
comenzado a aparecer a lo largo de la
deterioro cognitivo.
península y en nuestras islas. Se trata de espacios de trabajo, grupal o individual, dirigidos por profesionales (neuropsicólogos, logopedas, terapeutas
ocupacionales…) que buscan tratar,
ralentizar, mantener y potenciar
todas las funciones cognitivas (memoria, atención, lenguaje….), fomentando
la autonomía de los usuarios en las
actividades básicas e instrumentales
de la vida diaria, y por tanto, mejorando su calidad de vida. En estos gimnasios cerebrales existen diferentes
grupos de trabajo homogéneos: por
un lado se trabaja con los usuarios la
prevención, y por otro con los grupos
de deterioro cognitivo leve o demencia.
Se trabaja desde una perspectiva clásica, con fichas de papel y lápiz, y material manipulativo en las que se estimulan las diferentes funciones cognitivas, como pueden ser la memoria
La reserva cognitiva, nuestro plan de
pensiones
Durante toda la vida, nuestro cerebro lleva a cabo un plan de pensiones
gracias a nuestra educación, profesión,
inteligencia o nivel de estimulación
cerebral. Esta reserva cognitiva actúa
como factor protector ante una demencia o un deterioro cognitivo. En
otras palabras, a mayor ejercicio
mental a lo largo de nuestra vida, menor
es la posibilidad de sufrir un deterioro
cognitivo, o al menos éste se da a una
edad más avanzada y a un ritmo de
evolución más lento.
Basándonos en esta serie de hallazgos, a finales de la década de los 80
y principios de los 90 comienzan a aparecer las llamadas terapias no farmacológicas de las demencias. Se trata
de un abordaje científico y multidis-
o el lenguaje; y, además, mediante el
uso de nuevas tecnologías, lo que supone en muchos casos un nuevo aprendizaje para los mayores. De esta forma, se consigue ralentizar y mantener el avance de problemas cognitivos, como los problemas de memoria.
Se puede prevenir
Desde una perspectiva integral, la
atención al familiar y a los cuidadores principales de los usuarios con deterioro cognitivo o demencia se hace indispensable. En muchos casos, un psicólogo clínico, mediante la atención individualizada y grupos de apoyo al cuidador, asesora, entrena y apoya a las
grandes víctimas de esta enfermedad.
El objetivo principal de mi artículo
es concienciarles, a ustedes,
a la población que se encuentra en la adultez y vejez sobre
que los problemas de memoria se pueden prevenir.
Los familiares de muchos
de mis pacientes con deterioro cognitivo comenzaron
diciendo esa famosa frase
de “eso es por la edad”, con
la que únicamente se están
engañando a ellos mismos.
Obviamente, al igual que perdemos capacidades físicas
y nuestra piel se arruga, el
cerebro no responde igual
con el paso de los años: estamos más enlentecidos a
nivel cognitivo, nos cuesta
mantener un poco más que
antes la atención o tardamos
un poco más que antes en
aprender. Eso es el envejecimiento normal, que es muy
diferente a los procesos
patológicos de pérdida o
deterioro cognitivo, posibles
preestadios de la demencia.
Acude a un profesional
¿Cómo sabemos si se trata de envejecimiento normal o de un deterioro
cognitivo? Sencillo, acude a un profesional.
Ante la duda, la mejor opción es acudir a un profesional que pueda realizar una exploración neuropsicológica
para que determine si se trata de problemas de memoria derivados del envejecimiento normal o si se trata de un
proceso de deterioro cognitivo. Es
entonces, tras esa valoración, cuando
el profesional podrá orientarnos en el
tipo de estimulación cognitiva que es
necesaria, ya sea a nivel preventivo,
para que esos primeros problemas de
memoria no vayan a más, o a nivel de
tratamiento, para ralentizarlos y estabilizar su evolución.
Tras esto, ¿ya has añadido la gimnasia cerebral como nuevo propósito
para el 2016?