nuestro patrimonio es la tierra procesos alternativos de

NUESTRO PATRIMONIO ES LA TIERRA
PROCESOS ALTERNATIVOS DE PRODUCCIÓN
CAFETERA Y RECUPERACIÓN DEL PATRIMONIO VIVO
EL CASO DE ASOAPÍA
JULIANA HINCAPIÉ NARANJO
COORDINADORA DE LA ESPECIALIZACIÓN
MARTHA NUBIA BELLO ALBARRACÍN
Trabajo de grado presentado para optar al título de Especialista en Acción sin
Daño y Construcción de Paz
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
DEPARTAMENTO DE TRABAJO SOCIAL
BOGOTÁ, 2011
"Los hombres cambian, y el cambio viene como una pequeña brisa
que agita las cortinas al amanecer,
viene como el discreto perfume de las flores silvestres,
escondidas en la hierba."
John Steinbeck.
CONTENIDO
Introducción..................................................................................................................... 4
Justificación..................................................................................................................... 5
Objetivos ......................................................................................................................... 5
Metodología .................................................................................................................... 5
1. Contexto histórico de la región en la que se encuentra Asoapía ................................ 6
1.1. Contexto local........................................................................................................... 6
1.2. La crisis del café en Colombia. Marco histórico ....................................................... 9
2. Análisis de ASD-CP en el caso de Asoapía .............................................................. 14
2.1. Nuevos tiempos, viejas ideas (estrategias para salir de la crisis)........................... 14
2.2. Identificación de los procesos a fortalecer en Asoapía. ......................................... 16
2.3. Conectores, divisores y capacidades para la paz. ................................................. 17
3. Herramienta de diagnóstico para evaluar los procesos de Asoapía a la luz del
enfoque de ASD-CP. ..................................................................................................... 18
3.1. Lista de chequeo .................................................................................................... 18
Bibliografía .................................................................................................................... 20
INTRODUCCIÓN
Es innegable la importancia del trabajo asociado en las comunidades campesinas
colombianas, donde, a falta de respuestas efectivas del Estado y de políticas públicas
claras, es necesario buscar distintas maneras de asegurar la supervivencia, no sólo en
lo relativo al conflicto armado, sino también en lo que tiene que ver con la seguridad
alimentaria y la comercialización de los productos agrarios.
Este trabajo es un estudio del caso de Asoapía, una asociación de cultivadores de café
cuyos inicios están marcados por la necesidad económica, pero cuya continuidad sólo
ha sido posible gracias a los proyectos productivos que se han gestionado y apoyado
colectivamente.
En la primera parte se analizará el contexto local del municipio de Apía, Risaralda, y el
contexto histórico del café en dicho municipio, desde 1950 hasta la actualidad,
abordándolo desde los diferentes cambios en la forma de siembra y comercialización,
lo que permitirá ubicar a la Asoapía y a la Agropecuaria Orgánica Tatamá dentro de las
lógicas globales del mercado, sin perder de vistas las lógicas generadas localmente.
En la segunda parte, con base en el contexto histórico del café en el municipio de Apía,
se hará un acercamiento a los elementos que permiten hacer un análisis con base en el
enfoque de Acción Sin Daño y Construcción de Paz (de ahora en adelante ASD-CP)
para resaltar aquellos elementos que el proyecto de recuperación de las Buenas
Prácticas Agrícolas (de ahora en adelante BPA) no ha abordado.
En la tercera parte se hará una descripción de la experiencia de Asoapía, en la que se
analizará la información a partir de los conocimientos adquiridos en la Especialización,
es decir, más allá del recuento histórico, se describirán las potencialidades y
debilidades de la Asociación en lo que respecta a la ASD-CP, para su posterior
análisis. También se hará una descripción de los elementos que el proyecto de Asoapía
no ha abordado en términos de ASD-CP y se resaltarán los divisores y conectores, con
el fin de establecer cuáles son las capacidades locales para la paz que se evidencian
en el proceso que ha desarrollado la Asociación hasta el momento.
La última parte es una lista de chequeo, que será entregada a la Asociación como
herramienta de verificación para evaluar los procesos que se están llevando a cabo
hasta el momento y diseñar nuevos proyectos. Esta lista de chequeo está basada en
herramientas a las tuve acceso en el curso de la especialización y tiene el propósito de
verificar si el enfoque de ASD-CP está presente en los proyectos de Asoapía.
JUSTIFICACIÓN
Considero que es necesario entender las dinámicas de las comunidades campesinas
desde la premisa de que éstas son colectivos cuyos sujetos han sido tradicionalmente
excluidos y cuyas relaciones están marcadas por una asimetría, lo que les hace
vulnerables frente a aquellos en el ejercicio del poder, partiendo de eso, y de los
conceptos de patrimonio como “huella material que se ha constituido como referente
común”, y territorio como “construcción social e histórica que concreta el conjunto de
condiciones que determinan niveles calidad de vida”, podría empezar a estructurarse
un enfoque de ASD-CP, orientado hacia los campesinos y que tenga en cuenta su
modo de vida y su relación con la tierra.
Para este caso particular, además, es necesario considerar que los campesinos que
conforman la asociación son caficultores, propietarios de la tierra que trabajan y
habitan, de modo que esta se constituye, no solo en su patrimonio vivo, sino también
su patrimonio económico.
OBJETIVOS
Establecer un relato que permita entender la configuración de Asoapía en el contexto
histórico, político, económico y social del municipio, evidenciando las razones que
llevaron a los caficultores de la zona a insertarse en procesos productivos relacionados
con las buenas prácticas agrícolas.
Explorar hasta dónde puede llegar la influencia de Asoapía, con sus propuestas sobre
autonomía alimentaria y buenas prácticas agrícolas, en la vida cotidiana y en los
procesos de reelaboración patrimonial de las personas asociadas a la cooperativa.
Desarrollar una lista de chequeo que permita verificar si los enfoques de ASD-CP están
siendo utilizados en el planteamiento y evaluación de los procesos productivos de la
asociación.
METODOLOGÍA
Para este ejercicio de sistematización se utilizaron dos tipos de fuentes. Primero, las
bibliográficas, que permitieron establecer el contexto en el que se desarrolla el proyecto
productivo de Asoapía, haciendo una revisión del Archivo del municipio y de los
archivos de la Asociación. La segunda fuente es el diario de campo, que comprende
observaciones en el sitio, visitas a las fincas y entrevistas a los miembros de la
Asociación y a otros habitantes del municipio.
La información recopilada se utilizará en el ejercicio de desarrollar, basada en lo
aprendido durante el transcurso de la especialización, una lista de chequeo que permita
establecer las posibilidades de hacer uso del enfoque de ASD-CP en los procesos y
proyectos productivos de la asociación.
1. CONTEXTO HISTÓRICO DE LA REGIÓN EN LA QUE SE ENCUENTRA
ASOAPÍA
1.1. CONTEXTO LOCAL
Apía es un municipio montañoso de la Cordillera Occidental Colombiana, compuesto
por una cabecera municipal y 45 veredas. Tradicionalmente, su economía depende del
cultivo de café, que puede sembrarse en casi todo el territorio que comprende el
municipio (existen fincas cafeteras en 44 de las 45 veredas mencionadas). En los
últimos años se han extendido los cultivos de plátano y granadilla, más que todo en las
zonas en las que el cultivo de café no es posible o no produce la rentabilidad necesaria.
Vista general de Apía (cabecera municipal y zona rural).
La propiedad de la tierra está mayoritariamente constituida por parcelas de pequeños y
medianos propietarios dedicados a la agricultura y de tradición cafetera. “Es Apía por
tradición un pueblo cafetero, si se tiene en cuenta que desde la llegada del Padre
Guzmán, este sacerdote fomenta en gran manera el cultivo del café y, siguiendo el
ejemplo del Cura Santandereano, Francisco Romero, impone en el confesionario a sus
feligreses la obligación de sembrar cafetos en sus predios. En la actualidad hay 4.600
hectáreas cultivadas en café, de las cuales 600 son cafeteras tecnificadas*, gracias a
las campañas emprendidas por el Comité de Cafeteros”1.
Si bien la caficultura es la actividad productiva predominante, la falta de estabilidad en
los precios del grano ha hecho necesario que los campesinos busquen diversificar sus
medios de subsistencia, lo que se hace posible gracias a la geografía del municipio. “La
diferencia de alturas, que van desde los 1.000 metros sobre el nivel del mar en su parte
más baja, hasta los 4.150 metros en el Cerro de Tatamá, hace posible que el Municipio
pueda tener una agricultura potencial y activa, apta para los cultivos de clima cálido,
medio y frio”2. De este modo, al cultivo de café se le han agregado otros productos a
diferentes escalas; en la zona cálida, por ejemplo, se ha extendido el cultivo de plátano
y en la fría el cultivo de granadilla.
El siguiente mapa de uso de la tierra, hecho por la CARDER (Corporación Autónoma
Regional del Risaralda) entre los años 2006-2007, refleja cómo se estructura la
distribución de los distintos tipos de cultivo en la zona rural de Apía.
1
Naranjo López, Gerardo. Apía a través de la Historia. Pp. 4. *La tecnificación hace referencia al uso de
plaguicidas y fertilizantes.
2
Naranjo. Op Cit. Pp. 4.
Sin embargo, la diversificación de los cultivos no es una idea nueva. En la caficultura
tradicional se mezclan los cultivos de café con los llamados “cultivos transitorios,
localizados dentro de la zona cafetera; en las partes alta y baja se produce plátano,
maíz, fríjol, arracacha y yuca, básicamente, pero estos cultivos apenas alcanzan para
abastecer el consumo de la familia campesina y un poco la de la región”3. Esta
diversidad permite un mejor manejo del control de plagas y asegura un porcentaje de
alimento a las familias.
Así pues, en este momento, y llevados por la necesidad, los campesinos apianos
están retomando las maneras tradicionales de ordenar el cultivo del café, haciendo uso
de los conocimientos heredados para asegurar la subsistencia e insertándose poco a
poco en otros mercados agrícolas, especialmente el de la producción de plátano, que
es una planta que crece en casi todo el territorio municipal y cumple la doble función de
hacer sombríos en los cafetales y de ser un producto que puede venderse en escalas y
tiempos diferentes a los del café, permitiendo así obtener beneficios por la venta de
otros productos y estabilizando las economías familiares para que éstas no dependan
exclusivamente de los resultados de la cosecha cafetera.
Además, desde hace algunos años, y gracias a las campañas de educación que se han
venido desarrollando en el municipio, se ha iniciado la reforestación de territorio con
árboles nativos, involucrando a los campesinos en el proceso mediante el cultivo de
árboles frutales y madereros nativos de la zona. De este modo, al tiempo que se
realizan las tareas de reforestación, se busca dar otras opciones rentables a los
campesinos, ya que si bien los árboles que forman parte de la reforestación no
reemplazan la producción cafetera, sirven para afianzar la auto-sostenibilidad de las
fincas, dando lugar a procesos de autonomía alimentaria en pequeña escala.
1.2. LA CRISIS DEL CAFÉ EN COLOMBIA. MARCO HISTÓRICO
Entre los años cincuentas y setentas, la disponibilidad de tierras y mano de obra, el
mercado de postguerra en expansión y los altos precios de venta del grano lograron
que el café se expandiera más allá de las haciendas de Cundinamarca, Santander y
Tolima, a zonas de reciente colonización. Sumado a esto, la producción de las zonas
tradicionalmente cafeteras del país se vio afectada por La Violencia, a lo que José
Antonio Ocampo le atribuye la baja en la producción de café durante estas décadas
(Especialmente entre 1950-1960)4. En ese momento se empieza a afianzar el
desarrollo productivo del eje cafetero, que, alejado geográficamente de los grandes
centros de conflicto, se convirtió en un lugar de llegada para muchas familias que huían
de la violencia que azotaba el territorio nacional.
Esta expansión de la frontera agrícola, originada por el “vaciamiento” de algunos
lugares por La Violencia, propició el aumento de las zonas cultivables del café. Daniel
Pécaut habla de estos pequeños y medianos caficultores como el colchón que
amortiguó la caída de la producción del café, debido al envejecimiento de las plantas
3
4
Ídem. Cursiva propia.
Ocampo, José Antonio. Historia Económica de Colombia. Pp. 285
en las zonas tradicionalmente cafeteras y al fenómeno de desplazamiento interno
anteriormente descrito.5
Entre 1950 y 1960, hubo una preocupación del gobierno nacional por las reiteradas
advertencias de muchos sectores exportadores sobre los bajos índices del producto
más importante del país, no obstante, al considerar el aumento de las zonas de cultivo,
se hizo un llamado a la comisión de la CEPAL-FAO, que manifestó la necesidad de
modernizar el sector cafetero. Entre sus conclusiones sobresale la afirmación de que el
sector era poco competitivo, ya que requería mucha mano de obra en el secado y en la
primera clasificación del grano. La comisión también hizo énfasis en la ausencia de
trazado en los cafetales, la poca aplicación del sistema de germinadores y almácigos6,
e incluso destacaron, de manera positiva, el uso de los cultivos de yuca y maíz que se
intercalaban con los cafetos y que ayudaban al sostenimiento de la hacienda cafetera.
Hacia los sesentas, las prácticas agrícolas del café estaban determinadas por el poco
cuidado del suelo y ningún trazado en el cultivo del café, donde crecían plantas que
germinaban espontáneamente. Las variedades que se cultivaban (Típica, Maragogipe y
Bourbon) son de talla alta y poco rendimiento; para su abono se utilizaba la pulpa del
café con algunos químicos fertilizantes de la época, podándose de vez en cuando junto
con los árboles que les daban sombrío. Las técnicas modernas, que empezaron a
implementarse en las grandes haciendas cafeteras, además de mano de obra intensiva
y capital, requerían de montaje: pesticidas, abonos químicos, trazado claro del los
cafetales y desyerba racional7.
“Para superar el atraso tecnológico de la primera actividad productiva del país, en la
década del sesenta la Federación Nacional de Cafeteros puso en marcha, por medio
del servicio de asistencia técnica y extensión rural implantado en todos los
departamentos cafeteros, una gran campaña de asistencia técnica, educación de los
agricultores y crédito subsidiado para difundir las nuevas técnicas de cultivo, producto
de casi veinte años de investigaciones del Centro Nacional del Café, Cenicafé. El
aumento de las densidades de siembra, la utilización de semillas mejoradas (de
variedad caturra), la siembra de los cafetales en curvas de nivel, regulación y
disminución progresiva del sombrío y la utilización sistemática de abonos químicos
eran los elementos básicos de esta 'revolución verde'”8.
El siguiente cuadro muestra los cambios en los cultivos de café en la región de
Antioquia, zona a la que corresponde el municipio de Apía, durante la segunda mitad
del siglo XX; el crecimiento de las fincas cafeteras fue particularmente acentuado en
esta región. Los cambios en los tipos de cultivo son un reflejo de las políticas de la
Federación, que impulsaba el aumento de la cantidad de cafetos sembrados por finca.
5
Pécaut, Daniel. Orden y Violencia.
Recipiente en el que se siembran las semillas antes de hacer la plantación.
7
Arango, Mariano; Aubad, Rafael; Piedrahíta, Jaime. Bonanza de precios y transformaciones en la
industria cafetera. Antioquia. 1975-1980. Pp. 44.
8
Capítulo VII. En Ocampo, José Antonio (editor). 1987. Historia económica de Colombia. Bogotá: Siglo
Veintiuno Editores. Pp.287.
6
Periodo de
Café
Caturra con
Siembra
Tradicional
semisombra
1965 y antes 100
1965-1968
91.4
8.6
1968-1971
86.6
7.6
1971-1973
25.7
38.8
1973-1975
28.8
41.1
1975-1977
15.6
62.2
1977-1978
7.7
47.3
1978-1980
4.7
55.7
9
*tomado del cuadro de Arango .
Caturra a la
Sombra
2.5
3.9
13.7
7.9
24.9
28.2
Caturra
sol
3.3
31.6
16.4
14.2
20.1
11.4
al
También en la década del sesenta, la Federación lanzó un programa de modernización
de técnicas del café (fertilizantes, insecticidas, mecanización de algunos procesos,
como despulpado, trilla, etc.) propiciando el crecimiento del café moderno en
plantaciones de menor tamaño. En el siguiente cuadro se muestran los cambios en el
tipo de cultivo de 1945-1984.
Año
Café
tradicional
1945-1949
1950-1954
1955-1959
1960-1964
1965-1969
1970-1974
1975-1979
1980-1984
569
669
799
877
909
885
755
624
Café moderno
10
68
220
385
Producción en
millones
de
sacos
de 60 Kg. (café
verde)
6.1
6.3
6.5
7.4
7.8
7.7
9.3
13.0
Sin entrar a analizar otros datos, como la productividad de los árboles o del área
sembrada, es fácil notar que la tendencia es hacia una mayor tecnificación, que,
inevitablemente, cambió las costumbres de los caficultores colombianos, quienes,
hasta ese momento, mantenían cierto equilibrio entre el suelo poco usado (así no se le
cuidara “apropiadamente” según estándares) y los cultivos propios.
La tecnificación de la tierra es un proceso en donde se elimina el sombrío10 y los
cafetales con densidades bajas de producción, y se cambia a condiciones
agroecológicas más estrictas, como el control de plagas con plaguicidas y la utilización
9
Para ver el proceso de tecnificación en las distintas regiones de Antioquia, véanse los cuadros 8, 9, 10,
y 11 del capítulo IV: superficie cafetera en Arango, M. Op Cit. Pp. 49-56.
10
Son aquellos árboles frutales y platanales que, intercalados con los árboles de café, disminuyen el
impacto que tienen los rayos solares sobre las hojas de los mismos cafetos.
de abonos químicos, lo que provoca ciclos productivos cada vez más cortos, diferentes
al modelo tradicional en donde las condiciones agroecológicas son menos exigentes al
existir una variedad de cultivos, además del café, como los árboles frutales (naranjos,
limonares, cacaoteros, palos de mango, entre otros) que conforman sombríos, y una
baja productividad en ciclos largos11.
Tras la reforma constitucional (Ley 1° de 1968), que descentralizó administrativamente
el gobierno, bajo la presidencia de Carlos Lleras Restrepo; la agilización en el
otorgamiento de tierras a aparceros y arrendatarios por intermedio del INCORA y el
acuerdo de Chicoral en 1972 que reguló dichas medidas en el otorgamiento de tierras y
créditos, coincidieron con el alza en la producción del café moderno gracias al esfuerzo
de cultivadores privados. Si bien este análisis se basa en el caso antioqueño, tiene
como fin presentar a grandes rasgos lo que pasó en la mayoría de las zonas
caficultoras del país.
Como los precios se mantuvieron estables entre 1974-1975 y 1978-1979, aumentó el
crecimiento de las áreas sembradas, junto a la disminución de los cultivos de
subsistencia primaria campesina (como el fríjol, la yuca el plátano, etc.). De este modo,
la “revolución verde” de la Federación Colombiana de Cafeteros eliminó casi por
completo las técnicas tradicionales de cultivo y cambió radicalmente el paisaje cafetero,
su ecosistema y el modo de vida de los caficultores.
Durante las bonanzas de los años setentas y ochentas, fueron pocos los caficultores
que no cedieron a la tentación de sembrar cafetos “hasta en la cocina”12, eliminando así
la diversidad de cultivos que aseguraba su alimentación y autosostenibilidad.
Bajo la administración de Alfonso López Michelsen, con su política “La bonanza para
los cafeteros”, se triplicaron los precios internos entre 1975 y 1976. Esto, sumado a las
nuevas facilidades crediticias otorgadas por medio del Banco Cafetero, generó la
renovación de los cafetales y de la siembra.
La inserción de la “Variedad Colombia”13 ayudó en esa lógica del aumento de las
exportaciones, en detrimento de las variedades Arábigo y Caturra. Las políticas de la
Federación Nacional de Cafeteros, en cuanto al aumento de la producción de café para
satisfacer las cuotas exportadoras, llevaron a una situación en donde el campesino
relegó la siembra de otros productos por un beneficio mayor, con la confianza en que
todo lo demás se encontraría en el mercado del pueblo.
Pero la baja de los precios, la acumulación del grano, la sobreproducción y la poca
rentabilidad obtenida en la venta del mismo, se sumó a la broca, porque la variedad
Colombia presentaba resistencia a la roya, pero la broca, recién llegada al país y
desconocida por los campesinos, se convirtió en una plaga incontrolable. Los
11
Guhl, Andrés. Café y cambio de paisaje en la zona cafetera colombiana, 1970-1997. Pp. 32.
Entrevista a Libia Hincapié. Notas de Campo.
13
Variedad de café que produce grandes cantidades de fruto, para cultivarse no necesita de sombrío, es
más resistente a la roya pero altamente propenso a la broca.
12
campesinos, sin dinero para comprar pesticidas y sin sombrío para un control natural,
se fueron a la quiebra.
Después del auge en la producción y venta del café, vinieron las crisis sucesivas
provocadas por las plagas del cultivo (broca, roya, palomilla y gorgojo) y la incapacidad
de los caficultores para enfrentarse a la situación se hizo evidente. Esto, sumado a la
baja en los precios de venta del café colombiano en el mercado mundial, empobreció a
los pequeños y medianos propietarios de tierras que derivaban su sustento del
monocultivo del café, afectados, no solo por la caída de los precios, sino también
porque en el sistema de cultivo avalado por la Federación se dejó de lado la
multiplicidad de cultivos como mecanismo de control ambiental para evitar las plagas y
como medio de subsistencia para las familias cafeteras.
Los efectos de la crisis económica empezaron a sentirse a finales de la década de los
setentas e inicios de la de los ochentas. Por un lado, las reservas internacionales de
Colombia empezaron a disminuir; el alto costo de la vida, debido a la devaluación de la
moneda frente al dólar y a una política de protección que permitió el contrabando
financiado por efecto de la “Bonanza Marimbera”14, socavaron el sector cafetero que
empezó a perder peso como motor del desarrollo del país. Si bien la caficultura de
exportación era imagen internacional, los campesinos se hundieron en las deudas por
préstamos que no pudieron pagar.
En esta fotografía se pueden apreciar diferentes tipos de cultivo de café (con y sin sombrío).
14
La “Bonanza Marimbera” hace referencia a una época en que el comercio ilícito en Colombia tenía por
producto principal la marihuana.
2. ANÁLISIS DE ASD-CP EN EL CASO DE Asoapía
2.1. NUEVOS TIEMPOS, VIEJAS IDEAS (ESTRATEGIAS PARA SALIR DE LA
CRISIS).
Durante los años noventa, la crisis cafetera aumentó y muchas familias quebraron por
completo. El alto costo de la producción, sumado al bajo precio de venta y a la
incapacidad para pagar los créditos obtenidos llevaron a muchos pequeños y medianos
caficultores a la ruina y, en muchos casos, a la pérdida de las tierras.
En 1995, con el propósito de experimentar una opción económica viable, algunos
caficultores apianos empezaron a incorporar cultivos orgánicos en sus terrenos. Su
idea se consolidó hacia 1998, cuando este tipo de cultivo se extendió a varias fincas, lo
que se hizo posible gracias al auge en el precio de venta del café orgánico en el
mercado internacional y a que se constituyó la Agropecuaria Orgánica Tatamá, una
compra de café con los certificados necesarios para recibir, almacenar y vender en el
mercado mundial la producción de las fincas dedicadas al cultivo de cafés
especiales*15.
El aumento de los precios de venta del café orgánico que se registró desde finales de
los años noventa16 produjo un rápida expansión de los cultivos que cumplían con los
requisitos para obtener el certificado de “Orgánico”; a saber, cultivos en los que todo el
trabajo de siembra, control, cosecha y pos-cosecha se hace manualmente, sin recurrir
a químicos para fertilizar los suelos o controlar las plagas. Controlando la limpieza del
despulpado, secado y beneficio del café, este tipo de cultivo requiere una mayor
inversión que en ese momento, se compensaba con el precio de venta del producto.
Sin embargo la apertura económica, a inicios de los años noventa, provocó la caída de
los pecios del café orgánico y muchos de los cultivadores que habían hecho el esfuerzo
de retomar las buenas prácticas agrícolas quebraron y se vieron obligados a utilizar,
nuevamente, el sistema de cultivo con fertilizantes y pesticidas avalado por la
Federación Nacional de Cafeteros17.
15
Entrevista a Francisco Herrera y Diego Gómez “Siglo”. * Café especial hace referencia a los distintos
tipos de café que están certificados de acuerdo con su calidad.
16
(1997-2001) Índices de precio de venta del café, Federación Nacional de Cafeteros.
17
La permisividad en el uso de fertilizantes y pesticidas se evidencia en las cartillas educativas que la
Federación da a los campesinos.
Finca cafetera. En esta fotografía se pueden apreciar distintos tipos de cultivo: café, maíz y árboles
frutales. La diversidad de cultivos contribuye a la sostenibilidad de las familias.
En el año 2005 se fundó Asoapía18, con el fin de integrar completamente a los
campesinos en el proceso de comercialización de sus productos (en particular del café)
y estimular el desarrollo de sus parcelas haciendo uso de los avances técnicos y el
conocimiento tradicional para obtener un mejor rendimiento y una producción más
limpia. Actualmente, la asociación cuenta con más de 250 miembros, cuyas fincas
producen varios tipos de café especial: café “Orgánico”, café “FLO” y café “Practices”19.
“La Asociación de Cultivadores de Apía –Asoapía- es una organización colectiva sin
ánimo de lucro, formada mayoritariamente por pequeños productores quienes no
dependen de trabajo contratado sino que realizan las labores con su trabajo y el de su
familia. La asociación es controlada democráticamente por sus propios miembros,
quienes regularmente son convocados a asambleas, reuniones y capacitaciones”20.
La Asociación propone a los campesinos volver a sus viejas prácticas agrícolas
(sembrando variedades de café que requirieran la utilización de sombríos, sementeras,
plaguicidas, fertilizantes y abonos naturales) y abandonar las prácticas sugeridas por la
Federación Nacional de Cafeteros, con el fin de enfocar sus productos hacia un
18
Asociación de Cultivadores de Apía.
Éstas definiciones hacen referencia a los certificados otorgados por las organizaciones encargadas de
verificar la calidad de los productos cultivados con altos estándares agrícolas, Orgánico para BCS ÖkoGarantie, FLO para FLO-Fairtrade y Practices para C.A.F.E Practices(Starbucks).
20
¿Quiénes Somos? Tomado de los estatutos de Asoapía.
19
mercado distinto, que se fija más en la calidad del producto y paga un “precio justo”21
por él. Al mismo tiempo, la Agropecuaria Orgánica Tatamá, afiliada a Asoapía, se
encarga de comercializar el café producido por los campesinos cuyas parcelas se
ajustan a los requerimientos internacionales y, en conjunto con la asociación, promueve
las buenas prácticas agrícolas, el uso racional de los suelos y la autosostenibilidad de
las granjas.
Teniendo en cuenta el papel de la asociación en el contexto apiano, y las posibilidades
de crecimiento que ésta puede tener, considero que se hace necesario analizar el
funcionamiento de Asoapía a la luz del enfoque ASD-CP, para plantear una
herramienta de diagnóstico (lista de chequeo) que permita evaluar y/o implementar los
enfoques de ASD-CP en los proyectos de la asociación.
2.2. IDENTIFICACIÓN DE LOS PROCESOS A FORTALECER EN ASOAPÍA.
Los miembros de Asoapía son campesinos propietarios de sus fincas y si bien el
elemento común que los ha llevado a incursionar en el mercado de los cafés especiales
es la necesidad de obtener un mejor precio por su producción de café, también han
desarrollado, gracias a los procesos educativos y de capacitación, un interés por la
conservación ambiental a través de las Buenas Prácticas Agrícolas.
Muchos de éstos campesinos habitan la tierra junto con sus familias, pero es necesario
aclarar que estas familias son de composiciones diversas, hay entre ellos madres
cabeza de familia, personas de la tercera edad que ahora viven solas, familias
“tradicionales”, jóvenes que se encargan de las fincas y cuyos padres trabajan a
destajo en otros lugares, entre otros. De este modo, dado que los habitantes de las
fincas tienen distinto oficios y que éstas están habitadas de maneras distintas, el
manejo del cultivo también se hace diferencialmente, es decir, no siempre los
encargados del cultivo del café ocupan el mismo lugar en el núcleo familiar.
Asoapía ha intentado impulsar y fortalecer programas, haciendo uso de apoyos
económicos de diferentes tipos tales como: Proyecto MIDAS, Fondo Emprender,
Acción Social, entre otros con propuestas de fortalecimiento de la infraestructura y de
mejoramiento de la calidad de vida. Al estar asociados con la Agropecuaria Orgánica
Tatamá, los campesinos miembros de Asoapía tienen la garantía de que si su producto
es adecuado a los estándares de los cafés especiales, podrán comercializarlo a un
precio más alto que el del mercado normal.
Para fomentar el constante mejoramiento de los estándares de calidad, la asociación
ha hecho énfasis en la capacitación constante de sus miembros en diversos temas
21
Las valoraciones sobre los precios justos han empezado a variar por la crisis económica internacional,
pero, en general, proponen que al campesino se le entregue directamente un porcentaje específico del
precio de venta final del café.
relacionados con las buenas prácticas agrícolas, entre ellos, la recuperación de las
formas y usos tradicionales del cultivo y el mantenimiento adecuado de la
infraestructura necesaria para tener una producción limpia y autonomía alimentaria; a
saber, uso adecuado de las fuentes de agua, uso de composteras para producir el
abono a partir de los desperdicios orgánicos de cada finca, mantenimiento de
pequeños animales como cerdos, conejos y gallinas para contribuir a la sostenibilidad
de las familias.
2.3. CONECTORES, DIVISORES Y CAPACIDADES PARA LA PAZ.
-
CONECTORES
Los intereses económicos, que son los que motivan inicialmente la vinculación a la
asociación pueden considerarse tanto conectores como divisores, ya que dependerán
siempre de si se resuelve la prevalencia del bienestar común o individual.
El proceso de recuperación del tejido social que ha surgido a raíz de la asociación y las
implicaciones positivas que esto tiene, tanto a nivel del bienestar individual como del
colectivo, es otro de los conectores que puede apreciarse en el proceso de Asoapía.
Otro conector es la recuperación del patrimonio vivo, a través de los procesos de
recuperación de los sistemas tradicionales de cultivo y de la restauración de la visión
asociativa campesina que era tradicional en la zona.
-
DIVISORES
El no tener en cuenta las diferencias las diferencias educativas, etáneas, de género, de
composición de los núcleos familiares, entre otros, puede resultar en una debilidad al
momento de plantear y ejecutar los proyectos.
La ubicación geográfica de las tierras en las que están ubicadas las fincas hace parte
de un corredor estratégico hacia el pacífico colombiano, por este motivo, los
campesinos de la zona pueden verse obligados a vender o abandonar sus tierras en
algunos casos. Esto, evidentemente, puede poner en peligro el funcionamiento de la
asociación y la ejecución de sus proyectos.
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CAPACIDADES PARA LA PAZ
Al ser una organización en proceso de consolidarse, Asoapía tiene la posibilidad de
ampliar su espectro e incluir nuevos miembros, pero para esto necesita fortalecer su
esquema organizativo de modo que le sea posible usar sus elementos conectores sin
verse afectada por los elementos divisores. La capacidad de la asociación para crecer
y aumentar su número de miembros, dependerá de la manera en la que se constituya a
partir de sus fortalezas y logre hacer que sus postulados de buenas prácticas agrícolas
y recuperación del patrimonio permeen en la comunidad en general y no sólo en los
miembros de la asociación.
3. HERRAMIENTA DE DIAGNÓSTICO PARA EVALUAR LOS PROCESOS DE
ASOAPÍA A LA LUZ DEL ENFOQUE DE ASD-CP.
3.1. LISTA DE CHEQUEO
Pregunta
¿El proyecto tiene en cuenta factores
importantes para la identidad, como la
1 pertinencia religiosa, el género, el grupo
etáneo y el nivel educativo?
¿Se tuvieron en cuenta los intereses
2 individuales de acuerdo con las diferencias
identitarias?
¿Al diseñar el proyecto se tuvieron en
cuenta las relaciones con los vecinos?
¿Para la ejecución del proyecto se
4 diseñaron opciones de acuerdo con las
diferencias entre los grupos familiares?
3
¿El proyecto se presentó a miembros de la
5 comunidad que no son miembros activos
de la asociación?
Si la respuesta anterior es afirmativa, ¿Se
6 tuvieron en cuenta sus observaciones
respecto al proyecto?
¿Para la ejecución del proyecto se tiene
7 planeado hacer uso de los recursos
humanos locales?
¿El proyecto tiene en cuenta las iniciativas
de educación y recuperación del medio
8 ambiente que se están desarrollando
paralelamente con el mismo?
¿El proyecto se está desarrollando de la
9 mano con otras iniciativas de desarrollo
local sostenible y cuáles?
Sí
No
Observaciones
Pregunta
¿El sistema de evaluación del proyecto fue
10 concertado con los miembros de la
asociación?
¿El proyecto permite o coopera para la
11 restitución de derechos del individuo y el
colectivo?
Para diseñar el proyecto ¿se tuvieron en
12 cuenta las características geográficas de la
zona de ejecución?
Al diseñar el proyecto ¿se tuvieron en
13 cuenta las dificultades relacionadas con un
posible cambio climático?
¿Existen planes de emergencia para
enfrentar los imprevistos relacionados
14
tanto con el conflicto como con la
naturaleza?
Sí
No
Observaciones
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