II CONGRESO “TRABAJO, ECONOMÍA Y SOCIEDAD” Fundación 1º de Mayo – CCOO 21, 22 y 23 de octubre de 2015 – Madrid "EVOLUCIÓN RECIENTE DE LA TASA DE COBERTURA DE LOS DESEMPLEADOS" Doctor José Francisco Bellod Redondo Grupo de Investigación “Economía, Territorio y Medio Ambiente” de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) [email protected], www.jfbellod.blogspot.com Resumen: La extraordinaria duración e intensidad de la crisis económica ha dado lugar a tasas de desempleo históricamente altas y a niveles de protección social dramáticamente reducidos. El nivel de protección de los desempleados depende de dos variables: la “tasa de cobertura” y el importe medio de las prestaciones obtenidas. Tanto la tasa de cobertura de los desempleados como el importe medio que estos perciben del SEPE, se han ido reduciendo conforme se alargaba la duración de la actual crisis, que data de 2007 (año de la implosión de las “hipotecas subprime”). En esta comunicación ofrecemos una cálculo alternativo a la “tasa de cobertura” oficial del SEPE, ya que entendemos que aquella está sobreestimada y ofrece una idea maquillada e idílica del verdadero nivel de protección social. También ofrecemos una estimación del importe medio de las prestaciones que están percibiendo los desempleados, tanto en términos nominales (euros/mes) como en términos reales (descontando el efecto de la inflación). Según nuestros cálculos la tasa de cobertura se sitúa en un 42% frente al 58´5% declarado por el SEPE en julio de 2015. Según nuestros cálculos los desempleados perciben actualmente un ingreso medio nominal de 744 € mensuales (equivalente a 601€ a precios constantes de 2005), lo cual supone en términos reales la prestación de menor cuantía desde 1996. Introducción: evolución reciente del PIB. La intensidad y duración de la actual crisis económica está poniendo a prueba en España el sistema de protección social Como se demuestra en el Gráfico 1, construido con datos de la Contabilidad Nacional Trimestral (INE), si comparamos la actual crisis (iniciada en 2007, con la implosión de las “hipotecas subprime” en USA y la “burbuja inmobiliaria” en España) con la crisis anterior (años 1992 y 1993), observamos que la actual crisis es mucho más intensa (nivel de contracción del PIB) y duradera (número de trimestres). En la crisis de los años 1992 y 1993 sólo hubo 4 trimestres con crecimiento interanual negativo y la mayor caída del PIB fue del -2´5% (1993:T1). La crisis que ahora parece finalizar, ha acumulado 16 trimestres de crecimiento negativo, y la mayor contracción (2009:T2) fue mucho más intensa: el -4´3%. 1 Se aprecia en ese mismo gráfico que la economía española ha sufrido dos recesiones desde 2008 y aunque los datos de coyuntura económica del INE parecen indicar que el final de la crisis puede estar próximo, aun se ciernen sobre la economía española notables incertidumbres que impiden lanzar las campanas al vuelo1. Gráfico 1 PIB trimestral: tasa interanual 5,0 3,0 -3,0 -5,0 20 11 TI I 20 13 TI V 20 06 TI I 20 08 TI V 20 01 TI I 20 03 TI V 19 91 TI I 19 93 TI V -1,0 19 96 TI I 19 98 TI V 1,0 -2,5 -2,5 -4,3 Fuente: Contabilidad Nacional Trimestral (INE) y elaboración propia. Breve descripción de nuestro sistema de protección a los desempleados. Trasciende el objetivo de esta comunicación examinar en profundidad el sistema español de protección social a los desempleados. Sobre dicha materia existen guías oficiales exhaustivas y una amplia bibliografía. Por eso nos limitaremos a recordar algunos elementos que son clave para el análisis que deseamos desarrollar. Grosso modo puede afirmarse que el sistema español de protección a los desempleados está integrado por diversas fuentes de renta que se pueden agrupar en dos grandes familias: a) prestaciones contributivas y b) prestaciones no contributivas. Son “prestaciones contributivas” aquellas cuyo origen radica en el derecho adquirido por el trabajador por el hecho de haber cotizado a la Seguridad Social durante un tiempo determinado. Por el contrario, las “prestaciones no contributivas” tienen un origen “solidario” o “asistencial” y nacieron para evitar situaciones de miseria cuando el trabajador no podía acceder a las “prestaciones contributivas”. Este catálogo de prestaciones tiene dos características muy relevantes a efectos de nuestro estudio: a) su limitación temporal (no duran siempre) y b) su limitación cuantitativa (su importe se reduce con el paso del tiempo). Para evitar que las prestaciones puedan suponer un desincentivo a la aceptación de ofertas de trabajo, tiene un carácter limitado en el tiempo, cumplido el cual la prestación se agota y el desempleado tiene que acogerse a una prestación de menor cuantía o 2 simplemente queda en situación de desprotección. Así, la “prestación por desempleo” tiene una duración que depende del tiempo de cotización acumulado por el desempleado pudiendo obtenerse del SEPE una prestación de duración máxima equivalente a 720 días para aquellos trabajadores que hayan cotizado 2.160 días o más, al cabo de los cuales puede acogerse, si reúne las condiciones objetivas, al “subsidio de desempleo” con una duración que varía según las citadas condiciones. Actualmente la “prestación por desempleo” tiene una cuantía equivalente al 70% de la cuantía cotizada durante los 6 primeros meses de disfrute y del 50% en los restantes, con un importe máximo mensual equivalente al 225% del IPREM2, es decir 1.198 € mensuales. Por su parte, el “subsidio de desempleo” tiene un importe de 426 € mensuales. El mero transcurso del tiempo aboca al trabajador desempleado a unos ingresos cada vez menores e incluso nulos, al pasar de las “prestaciones contributivas” a otras de menor cuantía (las “no contributivas”) e incluso quedar sin derecho a ninguna. Esta circunstancia es de especial relevancia en los momentos actuales: en 2007 comenzó la desaceleración de la economía española, han trascurrido ya 7 años y las previsiones indican que, pese a la aceleración del PIB en el primer semestre de 2015, probablemente sufriremos un elevado nivel de desempleo en los años venideros. Dicho esto, estamos ya en condiciones de discutir con detalle en el apartado siguiente una variable ampliamente utilizada en el debate político y social cuando se habla del nivel de protección de los desempleados: la “tasa de cobertura”. La Tasa de Cobertura como indicador de protección social. La “Tasa de Cobertura” es el indicador oficial más habitualmente utilizado para evaluar el grado de protección de los trabajadores desempleados. Es elaborado mensualmente y divulgado a través del “Boletín de Estadísticas Laborales” del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Su cálculo responde a la siguiente expresión: Tasa Cobertura = Total beneficiarios ⋅100 Parados registrados con exp eriencia + Eventuales agrarios con subsidio (1) Los datos empleados en la expresión (1) proceden del sistema SISPE, dependiente del Sistema Público Estatal de Empleo (SEPE, antes INEM): esta herramienta informática permite integrar información procedente de los servicios autonómicos de empleo. Conviene hacer algunas consideraciones. En primer lugar, para su cálculo se compara el número de “beneficiarios” (desempleados que obtienen alguna prestación, contributiva o no) con el número de “desempleados registrados con experiencia laboral previa”. De ahí deviene su primera deficiencia como indicador de protección social: no tiene en cuenta toda la población susceptible de ser protegida (todos los desempleados) sino solo aquella que reúne los requisitos jurídicos aprobados por el Gobierno. Concretamente excluye a la población desempleada sin empleo anterior ya que no puede haber cotizado 3 (estudiantes o amas de casa que se incorporan al mercado de trabajo), así como a los desempleados no registrados como demandantes de empleo en el SEPE. ¿Por qué no considerar “población desempleada necesitada de protección” a aquellos que bien por ser estudiantes, bien a causa de la extraordinaria duración de la crisis, aún no han logrado cotizar los 360 días que como mínimo exige la legislación vigente? ¿Y por qué no considerar “población desempleada necesitada de protección” a aquellos parados que, por cualquier razón, desisten de mantenerse inscritos en el SEPE? Como es sabido, el desempleo registrado es un indicador “sesgado a la baja” del verdadero volumen de desempleo, que se mide mediante la Encuesta de Población Activa (EPA). Numerosos trabajadores desempleados desisten sistemáticamente de registrarse en el SEPE como demandantes de empleo o, una vez inscritos, no realizan los trámites necesarios para continuar registrados. Este fenómeno se acentúa en los periodos críticos tal y como se aprecia en el Gráfico 2: en ese gráfico hemos reflejado la evolución del número de desempleados registrados (SEPE) y el número de desempleados estimados (EPA). Se aprecia que hay una importante brecha entre ambas variables, brecha que además es creciente a partir de 2008 entre ambas categorías de desempleados3. Actualmente los datos de la EPA indican la existencia de 5.149.000 desempleados4, mientras que el SEPE arroja un total de 4.046.276 desempleados5, es decir una diferencia de 1.102.724 personas (un 21´4% menos). Además los desempleados “sin empleo anterior” ascienden actualmente a otras 358.165 personas, y su exclusión del cómputo reduce entre un 6% y un 8% el número de personas computadas en el denominador de la fórmula (1). Por la forma en que está diseñada la fórmula (1), el denominador de la fracción está sistemáticamente infravalorado y, por esa razón, el cálculo oficial de la “tasa de cobertura” está sistemáticamente sobreestimado, ofreciendo una imagen de protección social muy superior al real. Gráfico 2 Desempleados según EPA y SEPE (miles de personas, medias trimestrales) 7.000 6.000 5.000 4.000 3.000 2.000 1.000 EPA 20 15 20 14 20 13 20 12 20 11 20 10 20 09 20 08 0 SEPE Fuente: EPA, Boletín de Estadísticas Laborales y elaboración propia. 4 Para evitar este sesgo y ofrecer una información más verídica del grado de protección social de los desempleados, hemos realizado un cálculo alternativo que responde a la expresión (2) y que hemos denominado “Tasa de Cobertura Alternativa EPA”: Tasa cobertura alternativa EPA = Total beneficiarios ⋅ 100 Parados según E.P. A. (2) ¿Cuáles son las diferencias con la fórmula (1)? Conceptualmente, el numerador de la fórmula (2) es idéntico al de la fórmula (1). La fórmula (1) está calculada con datos mensuales. Sin embargo la fórmula (2) está diseñada para datos trimestrales ya que algunos de los datos necesarios, los procedentes de la EPA, sólo están disponibles con esa periodicidad. Como el dato “total de beneficiarios” es publicado mensualmente, lo hemos trimestralizado mediante una sencilla operación aritmética: hemos imputado a cada trimestre natural la media aritmética de los beneficiarios de los meses comprendidos en él. Aparte también hemos anualizado la serie “total de beneficiarios” por un procedimiento análogo al anterior: el dato anualizado está disponible en el Cuadro 1, así como los del primer y segundo trimestres de 2015, lo cual nos permite tener una percepción de más largo plazo de forma sencilla. En el denominador de la fórmula (2) hemos incluido a todos los desempleados existentes según la Encuesta de Población Activa (EPA), elaborada trimestralmente por el INE. Hemos corregido así la “tasa de cobertura oficial” al considerar que la población susceptible de protección social está compuesta por todos los desempleados que potencialmente pudieran solicitarlo, independientemente de consideraciones jurídicas restrictivas. En el Cuadro 1 ofrecemos el dato de desempleados – EPA, anualizados por el propio INE así como los dos últimos trimestres disponibles. Los datos resultantes de aplicar la fórmula (2) se ofrecen en el Cuadro 1 y en el Gráfico 3, donde comparamos la evolución de la “Tasa de Cobertura Oficial” (SEPE) y la “Tasa de Cobertura Alternativa” (EPA). Puede apreciarse que contrariamente al discurso oficial, la caída en el porcentaje de desempleados protegidos comienza nada más iniciarse la crisis económica (2007) y es dramática: en el tercer trimestre de 2007 alcanza un máximo de 79´2% y desde entonces ha decrecido hasta llegar al 42´4% actual, el valor mínimo de todo el periodo considerado. Sin embargo, según la “tasa de cobertura” oficial en la actualidad el nivel de protección sería muy, superior: el 58´5%, lo que supone una diferencia de 16´1 puntos. 5 año Cuadro 1 Tasas de Cobertura (datos en medias anuales/trimestrales y porcentajes) Tasa de cobertura Desempleados Beneficiarios EPA Oficial (SEPE) Alternativa (EPA) 2001 1.099.570 1.904.400 56,2 2002 1.196.892 2.171.125 58,0 2003 1.206.676 2.267.175 57,7 2004 1.262.373 2.233.525 59,7 2005 1.295.060 1.933.550 62,0 2006 1.330.429 1.840.900 64,9 2007 1.421.478 1.846.100 69,5 2008 1.814.630 2.595.900 71,8 2009 2.681.217 4.153.500 75,4 2010 3.042.734 4.640.100 78,4 2011 2.845.652 5.012.700 70,7 2012 2.942.061 5.811.000 65,8 2013 2.865.153 6.051.100 62,3 2014 2.542.977 5.610.400 58,8 2015q1 2.369.327 5.444.600 55,9 2015q2 2.182.753 5.149.000 55,0 Fuente: Boletín de Estadísticas Laborales y elaboración propia. 57,7 55,1 53,2 56,5 67,0 72,3 77,0 69,9 64,6 65,6 56,8 50,6 47,3 45,3 43,5 42,4 Gráfico 3 Tasas de Cobertura 78,4 80,0 75,0 75,4 71,8 70,7 65,8 70,0 65,0 62,3 69,9 64,6 60,0 58,8 65,6 55,0 55,9 55,0 43,5 42,4 2015q1 2015q2 56,8 50,0 50,6 45,0 47,3 40,0 45,3 35,0 30,0 2008 2009 2010 2011 Tasa oficial (SEPE) 2012 2013 2014 Tasa alternativa (EPA) Fuente: Boletín de Estadísticas Laborales y elaboración propia. 6 ¿Cuánto cobran los parados? Una segunda deficiencia del indicador “tasa de cobertura” como indicador de protección social es que no nos informa de la “intensidad” con la que se protege económicamente al trabajador desempleado: una misma tasa de cobertura puede corresponder a niveles de protección muy desiguales dependiendo del importe que cobran los desempleados. Ha de tenerse en cuenta que, según se ha comentado antes, la regla general del sistema de prestaciones supone que la cuantía percibida por el desempleado se reduce progresivamente conforme pasa el tiempo llegando por supuesto a agotarse. Además, las prestaciones de naturaleza “contributiva” son de cuantía superior a las de naturaleza “no contributiva”: si la situación de desempleo se alarga en el tiempo el trabajador percibirá prestaciones cada vez menores e incluso cero. Tal y como está diseñada, la “tasa de cobertura” oficial no nos proporciona información alguna al respecto y puede generar la apariencia de un elevado nivel de protección cuando en realidad puede estar produciéndose una empobrecimiento de la población desempleada. No existe una fuente que de forma sistemática informe de los ingresos que los desempleados perciben del Estado. Y sería deseable que existiera, al igual que de forma sistemática el propio Estado calcula la “tasa de cobertura” a pesar de sus deficiencias. Por esta razón hemos procedido a nuestro propio cálculo, comparando el gasto mensual en prestaciones y subsidios del SEPE con el número de beneficiarios que perciben ese gasto. De ese modo podemos estimar mensualmente el cobro que (de media) obtiene un trabajador desempleado. Obviamente hay trabajadores que bien por estar al inicio de su prestación, por proceder de grupos de cotización elevados o bien por percibirla del ámbito contributivo, reciben unos ingresos del SEPE superiores a la media que hemos calculado. Y hay trabajadores que por razones opuestas a las anteriores reciben unos ingresos muy inferiores. En cualquier caso la evolución del importe medio mensual que hemos calculado nos indica la tendencia en los ingresos del conjunto de los beneficiarios. En el Cuadro 2 y en el Gráfico 4 podemos comprobar la evolución media del importe de las prestaciones (contributivas + no contributivas) percibidas mensualmente por los beneficiarios, tanto en términos nominales como en términos reales (a precios constantes de 2005). Entre 1999 y 2009 la prestación media se incrementó tanto en términos nominales como en términos reales y precisamente en 2009 la prestación media registró su valor máximo: 978 euros al mes. Este crecimiento obedecía a dos factores. De una parte a la evolución pro – cíclica de los salarios nominales y reales durante la fase expansiva del ciclo (1999 – 2007) que se tradujo en bases reguladoras y cotizaciones crecientes a la Seguridad Social. En segundo lugar debe tenerse en cuenta que en los primeros años de la crisis hubo una creciente proporción de beneficiarios de prestaciones “contributivas”, ya que se trataba de desempleados de corta duración o con empleo anterior. 7 Gráfico 4 Prestación media a los desempleados euros/mes (base IPC 2005 = 100) 1.100 967 1.000 900 800 841 841 879 978 897 878 898 867 805 849 842 872 884 883 782 700 744 755 753 716 600 667 601 500 400 2005 2006 2007 2008 2009 2010 nominal 2011 2012 2013 2014 junio15 real Fuente: EPA, Boletín de Estadísticas Laborales y elaboración propia. año Cuadro 2 Importe Medio de las Prestaciones y Subsidios a Desempleados Importe medio Gasto total Beneficiarios (euros/mes) IPC (Millones de €) (media anual) Base 2005:100 nominal real 1996 9.428,1 1.342.309 585 751 77,9 1997 8.879,4 1.246.538 594 748 79,4 1998 8.248,9 1.130.051 608 753 80,8 1999 8.009,1 1.051.760 635 768 82,6 2000 8.270,2 1.042.690 661 773 85,5 2001 8.749,9 1.099.570 663 755 87,9 2002 10.924,3 1.196.892 761 835 91,0 2003 11.232,5 1.206.676 776 826 93,9 2004 12.233,9 1.262.373 808 835 96,7 2005 13.065,2 1.295.060 841 841 100,0 2006 14.039,2 1.330.429 879 849 103,6 2007 15.299,7 1.421.478 897 842 106,5 2008 21.047,7 1.814.630 967 872 110,9 2009 31.462,5 2.681.217 978 884 110,6 2010 32.237,9 3.042.734 883 782 112,9 2011 29.995,8 2.845.652 878 755 116,3 2012 31.687,0 2.942.061 898 753 119,2 2013 29.804,8 2.865.153 867 716 121,0 2014 24.576,9 2.542.977 805 667 120,8 2015 – junio 1.608,0 2.160.397 744 601 123,8 Fuente: elaboración propia a partir de “Boletín de Estadísticas Laborales” y Servidor Estadístico del Ministerio de Hacienda. 8 Como se aprecia en el Cuadro 3, el número de beneficiarios de prestaciones “no contributivas” descendió en proporción al total de beneficiarios conforme avanzaba el ciclo expansivo iniciado en 1999 hasta llegar a un mínimo de 39´3% en 2009. A partir de ese año, debido a la prolongación de la crisis iniciada en 2007, los desempleados agotan las prestaciones no contributivas mientras se suman nuevos desempleados que no han conseguido un primer empleo o al menos no de la duración suficiente6. El número de beneficiarios de prestaciones no contributivas crece rápidamente y actualmente supone ya un 63´8% del total. Desde 2009 el importe medio percibido por los desempleados ha ido disminuyendo tanto en términos nominales como en términos reales. Los datos más actualizados indican que el importe medio nominal es de 744 € mensuales, es decir, un 23´8% menos que en 2009. Si a ello sumamos la erosión del poder adquisitivo provocado por la inflación la prestación media en términos reales sería de 601 € mensuales, lo que supone una reducción del 32% respecto a 2009. Esto quiere decir que, en términos reales, el ingreso medio que un desempleado con cobertura obtiene del SEPE es la menor desde 1996: incluso si goza de cobertura, un desempleado es hoy mucho más pobre que si hubiese incurrido en esa misma situación en cualquiera de los últimos 20 años. Esta reducción del nivel de protección de los desempleados es uno de los factores explicativos, junto a la precarización laboral y a la mal llamada “moderación salarial”, de dos fenómenos perversos que atenazan el bienestar de la sociedad española: el incremento de la desigualdad y el deterioro de las condiciones alimentarias de la población, ambos estudiados en Bellod Redondo (2013, 2014); fenómenos que pueden cronificarse de no acometerse una reforma progresista de la protección social a los desempleados. Cuadro 3 Beneficiarios de Prestaciones y Subsidios por Desempleo No De Prestaciones De Prestaciones contributivas Contributivas No Contributivas sobre total 2001 1.099.570 500.963 598.606 54,4% 2002 1.196.892 565.701 631.191 52,7% 2003 1.206.676 630.126 576.550 47,8% 2004 1.262.373 662.938 599.435 47,5% 2005 1.295.060 686.822 608.238 47,0% 2006 1.330.429 720.327 610.103 45,9% 2007 1.421.478 780.159 641.319 45,1% 2008 1.814.630 1.100.647 713.983 39,3% 2009 2.681.217 1.622.301 1.058.916 39,5% 2010 3.042.734 1.468.609 1.574.125 51,7% 2011 2.845.652 1.319.668 1.525.984 53,6% 2012 2.942.061 1.364.046 1.578.015 53,6% 2013 2.865.153 1.289.192 1.575.961 55,0% 2014 2.542.977 1.059.799 1.483.178 58,3% 2.160.397 783.108 1.377.289 63,8% junio – 2015 Fuente: Boletín de Estadísticas Laborales y elaboración propia. Total Beneficiarios 9 Conclusiones. Cada vez son menos los desempleados protegidos y cada vez lo son con menor cuantía. Eso hace que cada vez sea mayor la probabilidad de que los desempleados incurran en situaciones de miseria absolutamente incompatibles con los valores de una Europa cohesionada. Sería deseable que el Ministerio de Trabajo reformulase su definición oficial de “tasa de cobertura” ya que de acuerdo con lo aquí expuesto sobredimensionan el verdadero nivel de protección de los desempleados. Según los últimos datos oficiales unos 58 de cada 100 desempleados gozan de ingresos oficiales: en realidad no pasan de 42 y la cifra sigue cayendo. En ese mismo sentido, sería deseable que el Ministerio de Empleo acometiese la difusión periódica y sistemática del importe medio que los desempleados obtienen del SEPE. De hecho el Ministerio de Trabajo dispone de información más amplia y actualizada que la que nosotros hemos empleado en la redacción de esta comunicación. Dicha información podría aportar información valiosa si se cruza con otras variables como el género, grupos de edad, niveles de formación o lugar de residencia. No se trata de hacer estudios ocasionales sino de definir nuevas variables y sistematizar su difusión pública por parte del Estado. Entre otras cosas ello permitiría guiar la intervención pública en materia de protección social. Aunque trasciende el alcance de esta comunicación, los resultados obtenidos en nuestra investigación nos llevan a poner muy en duda el carácter “desincentivador” de las prestaciones económicas del SEPE sobre la oferta de trabajo: son tan pocos los parados que cobran algo y es tan poco lo que cobran en términos reales que no es razonable pensar que el elevadísimo volumen de desempleo en España obedezca a la decisión racional y voluntaria de ciudadanos que prefieren renunciar a un puesto de trabajo y al correspondiente salario para “gozar” de los beneficios del SEPE. Finalmente no podemos dejar pasar por alto un hecho alarmante: si tal y como las principales proyecciones indican, la situación de elevado desempleo (superior al 20%) continúa en España incluso más allá de 2016, conviene exigir una reforma del actual sistema de prestaciones de desempleo, con un perfil mucho más generoso. De otro modo ¿cómo evitaremos que la tasa de cobertura descienda al 20% o 25%? ¿Y cómo evitaremos que el ingreso medio descienda significativamente por debajo de los 744 € mensuales? Bibliografía. BELLOD REDONDO, José Francisco: “Desigualdad y pobreza: deterioro de las condiciones de vida en España”, Contribuciones a la Economía – Eumed, 2013. En: http://eumed.net/ce/2013/condiciones-vida-espana.html [consultado el 18 de septiembre de 2015]. BELLOD REDONDO, José Francisco: “El impacto de la crisis en el deterioro alimentario en España”, Contribuciones a la Economía – Eumed, 2014. En: 10 http://eumed.net/ce/2014/3/crisis-alimentaria.html [consultado el 18 de septiembre de 2015] 1 En el momento de redactar esa comunicación el principal riesgo económico es la previsible contracción de la economía China. Durante las dos últimas décadas esta economía ha crecido a costa de alimentar dos graves desequilibrios: una burbuja bursátil y una burbuja inmobiliaria. La contracción de la principal Bolsa de Valores del país (Shanghai) ha sido de un -39% entre junio de 2014 y septiembre de 2015. Esto parece anunciar el “pinchazo” de esas burbujas y un notable enfriamiento de la actividad económica china. 2 El IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples) ha sido fijado para el año 2015 en 532´51 € mensuales. 3 Como el dato “desempleo registrado” es calculado mensualmente por el SEPE, hemos utilizado la media aritmética de cada trimestre natural. 4 Segundo trimestre de 2015. 5 Julio de 2015. 6 Recordemos que las prestaciones contributivas exigen al menos 12 meses de cotización. 11
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