Casa para don Patricio Bilbao

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B i l b ao
BILBOKO ERAIKINAK/EDIFICIOS DE BILBAO
2015eko uztaila
Casa para don Patricio Bilbao
Si tenemos en cuenta que esta obra es uno de los primeros trabajos de Tomás Bilbao, comprenderemos
el valor de su arquitectura y el sentido de su evolución. La calidad de sus proyectos y diseños queda
perfectamente reflejada a lo largo de su trayectoria, hasta la eclosión de la Guerra Civil
Esquina
entre
Ercilla y
Colón de
Larreategui
más allá de los años treinta. Eso
sin dejar de tener en cuenta sus
aportaciones a la arquitectura regionalista de los años veinte en el
dominio de las viviendas o casas
baratas como las de Ciudad Jardín, por ejemplo.
Quizás una de sus obras más señaladas, en el citado lenguaje racionalista-expresionista, sea la
que comentamos en estas mismas
páginas relativa a la casa que proyectó en la calle Ripa número 6,
frente a la Ría de Bilbao. No es,
sin embargo, la única. La casa en
Fernández del Campo nº 25, la de
alameda Rekalde nº 7, la de Licenciado Poza 5 y 7, ésta junto
con Emiliano Amann, concluyen
en el interesante ejercicio de la
plaza de Indautxu (alameda Urquijo, 58-64) que constituye una
significativa imagen de uno de los
frentes representativos de la Ampliación del Ensanche.
Su trabajo, por supuesto, no se
limita a lo citado y su presencia se
multiplicará en diferentes lugares.
Uno de sus primeros balbuceos
racionalistas se puede ver, por
ejemplo, en Asúa (Erandio): la casa para D. José Líbano. En fin, como colofón, creemos imprescindible recordar su stand para Altos
Hornos de Vizcaya en la Exposición Internacional de Barcelona
de 1929. Una obra que rememora
el expresionismo arquitectónico
europeo y, aún más allá, los trabajos de Tatlin y el pabellón de la
URSS para la Exposición de las
Artes Decorativas de París (1925)
de Meinikov.
Si tenemos en cuenta, pues, que
la obra que hoy visitamos es uno
de los primeros trabajos de Tomás
Bilbao, comprenderemos el valor
de la arquitectura proyectada por
este arquitecto y el sentido de su
evolución continuada en el tiempo. La calidad de sus proyectos y
diseños queda perfectamente reflejada a lo largo de todo su trabajo prolongado, en nuestro territorio, hasta el momento de la eclosión de la Guerra Civil.
En febrero 1995 el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro
procedía a la edición de una monografía sobre Tomás Bilbao. Dicha monografía pretendía ser el
inicio de la publicación de diferentes trabajos sobre arquitectos
de interés que habían formado
parte de la Delegación en Bizcaia
del citado Colegio.
influencia regionalista.
En esa tesitura formal desarrollará proyectos tales como la casa
de la calle Elcano nº 8, la casa en
la calle Huertas de la Villa nº 4, la
casa en la alameda Rekalde 32, la
casa en Epalza nº 2, la reforma y
ampliación del número 16 de la
calle Ercilla, la del número 3 de la
calle Arenal para la Unión y El
Fénix Español, en las que irán
evolucionando las formas estilísticas del arquitecto desembocando,
paulatinamente, en aproximaciones a los modelos racionalistas
Arquitectura para una ciudad
En dicha publicación tiene un
marcado valor contemplar los diferentes dibujos de los trabajos
profesionales del arquitecto. Plantas, alzados, perspectivas están realizados con un ostensible valor
gráfico y constituyen una de las
mejores muestras del interés de la
obra de Tomás Bilbao. Hay que
reseñar, por ejemplo, la calidad de
las plantas proyectadas y el excelente trabajo que trasciende a partir de las mismas.
En el caso del edificio para Pa-
Elías Mas Serra
EN el pasado número, en el apartado de Edificios de Bilbao, hablamos de la manzana formada por la
alameda Rekalde, Colón de Larreategui, Ercilla y la plaza Moyua a
raíz de los comentarios sobre la
casa de alameda Rekalde 31. En
esos comentarios nos referíamos a
la construcción a la que hoy prestaremos nuestra atención: la que
corresponde a la calle Ercilla nº
20.
Dicha casa doble la realizó, para
don Patricio Bilbao, el arquitecto
Tomás Bilbao en 1919 y algunos
de nuestros lectores la recordarán
por haber tenido en su entreplanta
unas oficinas de la compañía Iberia en donde, probablemente, en
más de una ocasión acudirían para
hacer las reservas de sus viajes.
Se trata, en todo caso, de un excelente edificio que, hoy por hoy,
conserva –diríamos, intacta, salvo
el color– su imagen y presencia
como la tenía a principios del pasado siglo en la fecha de su construcción.
Bien hallada es la frase de Vitrubio con la que, Ignacio Miguel
San Ginés, introduce la personalidad del autor de esta casa en la
portada de su texto sobre el mismo
editado en 1995: “La filosofía hace magnánimo al arquitecto, y que
no sea arrogante, antes flexible,
leal y justo: sin avaricia; que es lo
Fachada de la casa número 20 de la calle Ercilla
“
Se trata, en todo
caso, de un
excelente edificio
que, conserva
–diríamos, intacta,
salvo el color– su
imagen y presencia
principal, pues no puede haber
obra bien hecha sin fidelidad y entereza. No será codicioso, ni amigo de recibir regalos; antes procure mantener su reputación con
gravedad y buena fama; que todo
esto prescribe la filosofía”.
A la vista de su arquitectura, en
el caso concreto de la obra que visitamos y, en general, en todo su
proceso vital arquitectónico, se
producen de manera bastante clara esas palabras y las que, a continuación citamos, tomadas del artículo “En busca de una arquitectura nacional” de Lluis Doménech i
Montaner: “...veneremos y estudiemos asiduamente el pasado,
busquemos, con firme convicción
lo que hoy tenemos que hacer y
tengamos fe y valor para llevarlo
a cabo”.
Trayectoria del arquitecto
La trayectoria profesional de
Tomás Bilbao se inicia, podríamos decir, con esta obra situada
en la calle Ercilla nº 20, que forma
esquina con la calle Colón de Larreategui. Realizada por encargo
de su padre, Patricio Bilbao, el autor ideará una obra bien trazada,
excelente, que será el preludio de
un desarrollo profesional ejemplar. El lenguaje utilizado recalará
en una incipiente transformación
de un lenguaje ecléctico con la incorporación de elementos de clara
“
Se respira en su
trazado y
disposición una
frescura conceptual
que anticipa el
desarrollo posterior
de sus trabajos
tricio Bilbao, ubicado en la calle
Ercilla nº 20 de Bilbao, se enfrentó, el arquitecto, a la conclusión de
una manzana cerrando el ángulo
agudo que formaban las calles de
Ercilla con la de Colón de Larreategui. Ejercicio que a nivel funcional y de resolución de la planta, no
era, en sí mismo, escaso en dificultades. Su formalización, lejos de
posteriores plantas con un desarrollo más racional, mantiene una
cierta vinculación al eclecticismo
típico de la arquitectura doméstica
burguesa del Ensanche. Sin embargo se respira en su trazado y
disposición una frescura conceptual que anticipa el desarrollo posterior de sus trabajos.
La construcción proyectada es
una casa doble en la que se ubican
dos viviendas por planta que desarrollan sus estancias principales en
los frentes que dan a la calle Ercilla y a la calle Colón de Larreategui respectivamente. La entrada
principal a la comunicación vertical se realiza desde un portal que
da a la calle Ercilla y del que parte
la escalera de acceso a las partes
nobles de las viviendas. La escalera propiamente de servicio, da acceso, desde otros portales secundario a las cocinas y ámbitos de apoyo de cada una de las viviendas. La
distribución es de una nitidez envidiable y se organiza de una manera
muy coherente con la disposición
de las propias fachadas.
Al respecto de la casa de la calle
Ercilla nº 20 se producen una crítica y una reflexión incluidas en la
Monografía a la que anteriormente
hemos aludido sobre la trayectoria
de Tomás Bilbao: "No es original
[se refiere al edificio], recuerda directamente lo que hemos visto en
otra parte ¿Y qué? ¿Existe hoy,
acaso, una arquitectura original?
¿Es la arquitectura del momento
otra cosa que una ampliación de
temas constructivos, realizada, según los casos, con más o menos
fortuna?… La obra del señor Bilbao, es, desde estos puntos de vista, sencillamente admirable”.
Estas palabras dictadas desde
una revista técnica especializada,
en los años veinte, y centradas en
la casa que visitamos son, creemos, la mejor terminación de
nuestros comentarios.