el número 27 de Infonova

ASOCIACIÓN DIANOVA ESPAÑA. PRIMER SEMESTRE 2015 / REVISTA Nº 27
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Financiado por:
Financiado por:
Índice
ASOCIACIÓN
DIANOVA ESPAÑA
CARTA DE LA DIRECCIÓN
Santos Manuel Cavero López.......................................................................5
Director Gerente
EDITORIAL
Alejandra del Campo Peñalver......................................................................6
Santos Manuel Cavero López
Calle Coslada, 18
28028, Madrid
Tel.: +34 91 468 87 65
Fax: +34 91 468 87 87
E-mail: [email protected]
[email protected]
Edición
Asociación Dianova España
Diseño y maquetación
Departamento de Comunicación
Corporativa y Marketing Social
Asociación Dianova España
Técnica de comunicación corporativa
y marketing social:
Alejandra del Campo Peñalver
Colaboradores:
Miguel Gómez Serrano
Francisco Javier Gutiérrez Robles
David Leal Rodríguez
Antonio Minchán Sánchez
Fotografías
Portada: Shadows, Fair Oaks Park by
Ray Bouknight on Flickr
Imprime
Workcenter, S. A.
Depósito Legal
M-5821-2014
ISSN 2341-2416
Asociación Dianova España
no comparte necesariamente las
opiniones expresadas en los artículos
publicados. Los únicos responsables
son sus propios autores/as.
INFONOVA EN EL CONTEXTO DEL PLAN NACIONAL
SOBRE DROGAS 2013-2016..........................................................................7
ADICCIONES. PREVENCIÓN
La prevención en drogodependencias: un análisis
multimodal de las campañas de la FAD
Laura Ibáñez Castejón..............................................................................9
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
Conversaciones elementales (III): conocimiento y cuidados
paliativos socio-sanitarios. Pobreza y patología médica
crónica incurable
Carmen Meseguer Hernández...............................................................21
Contribución de la fisioterapia y el ejercicio terapéutico en el
tratamiento de la conducta adictiva: nueva integración
en comunidad terapéutica
Eva Marfil Rull ......................................................................................27
La recaída en el consumo de alcohol y sustancias: un
tratamiento alternativo desde la perspectiva de mindfulness
Beatriz Regadera Martínez....................................................................37
ADICCIONES. EVALUACIÓN
La evaluación de programas sociales aplicada a un modelo
de intervención basado en la comunidad terapéutica
Antonio Jesús Molina Fernández...........................................................55
ADICCIONES. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
La gestión del estigma de los consumidores
recreativos de drogas
David Pere Martínez Oró.......................................................................63
Evolución del perfil del jugador patológico en
España en las últimas décadas
Joana Calero Plaza y
Belén Jaurrieta Mutiloa.........................................................................71
3
Índice
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
Patología dual y comunidad terapéutica
Sebastián Pablo Rodríguez....................................................................81
Patología dual: trastornos de personalidad y
diferencias en relación a la variable sexo
José Antonio Molina del Peral y
Beatriz Muñoz Ruíz...............................................................................91
ADICCIONES. REFLEXIONES
El enamoramiento es un síntoma. Adicciones: un
problema de fondo que adopta múltiples formas
Olga Rivas Corrales..............................................................................101
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
¿Qué hablo con mis hijos sobre drogas?
(Autor: José Antonio Molina del Peral)
Pilar Vecina..........................................................................................123
Eficacia de la prevención universal
(Autor: Un estudio realizado por Proyecto Hombre Burgos
con la colaboración del Plan Provincial de Drogas
de la Excelentísima Diputación de Burgos)
Fernando Pérez del Río.......................................................................125
Medicamentos que matan y crimen organizado
(Autor: Peter C. Gøtzsche)
Fernando Pérez del Río.......................................................................131
Innovación y calidad en servicios residenciales de menores:
transferencia de buenas prácticas
(Autor: Asociación Dianova España)
Eva Molero Hidalgo ............................................................................133
HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO.....................................................136
SI ESTÁS INTERESADO/A EN PARTICIPAR...................................................141
4
CARTA DE LA DIRECCIÓN
CARTA DE LA DIRECCIÓN
Santos M. Cavero López
Como en las ocasiones anteriores, nuestros
lectores y lectoras encontraron un nutrido y
selecto abanico de artículos escritos por reputados
y reputadas especialistas y profesionales, que
aportan nuevos datos y nuevas perspectivas al
debate que en materia de adicciones se sostiene.
Director gerente.
Asociación Dianova España
Los temas tratados en esta publicación están a la
orden del día de nuestras preocupaciones actuales,
con perspectivas y planteamientos novedosos que
ayudan, por el grado de rigor y profesionalidad
con lo que son desarrollados y expuestos, a
que mejoremos el conocimiento que sobre las
adicciones debemos tener, entendiendo su realidad
y la manera en que deben ser tratadas, desde
el rigor de los modelos basados en la evidencia
científica.
Nos vemos en el próximo número. Mis deseos de
buena lectura.
Tiene en sus manos la última edición de nuestra
publicación, el número 27 de Infonova, revista que
se consolida en el sector de las adicciones como
espacio de reflexión académico y profesional, que
podemos realizar gracias al inestimable apoyo del
Plan Nacional sobre Drogas (PNSD) y de todas las
personas que la hacen posible.
Como ya señalamos en el número 25, Infonova
permite el intercambio de conocimientos
especializados desde su origen, allá en el año
2004 (son más de 10 años de historia los que nos
contemplan), en un esfuerzo conjunto de facilitar el
trabajo de los y las profesionales que trabajan en
el ámbito de las adicciones: tiempo durante el que
hemos caminado juntos, en una tarea de aprendizaje
compartido entre las instituciones y las diferentes
organizaciones y entidades que colaboramos por
mejorar la calidad de vida de las personas que
padecen problemas con las adicciones.
5
EDITORIAL
EDITORIAL
El rigor e importancia de la evaluación de los
programas sociales y su aplicación en modelos de
intervención basados en la comunidad terapéutica
también tiene cabida en Infonova, en este caso
desde la propuesta que el autor plantea en que
estas evaluaciones deben ser realizadas no
sólo mediante procesos participativos sino que
se contemplen en sus programas el diseño, la
implementación y el impacto social como factores
evaluativos.
Alejandra del Campo Peñalver
Licenciada en Bellas Artes
Técnica de comunicación corporativa y
marketing social.
Asociación Dianova España
Los trastornos del comportamiento son traídos
también en este número al debate y la reflexión.
Concretamente se analiza en primer término por
el autor la gestión del estigma de los consumidores
recreativos de drogas. En segundo término, una
investigación rigurosa es presentada sobre la
evolución que ha experimentado en los últimos
años el perfil del jugador patológico.
A
sociación Dianova España mantiene su fiel
compromiso con las políticas, estrategias y objetivos
del Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de
Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en materia
de adicciones, en este caso concreto con la
continuidad de publicación de la revista Infonova,
ofreciendo información innovadora y de calidad,
y compartiendo el conocimiento que prestigiosos
y prestigiosas investigadores e investigadoras
generan en la lucha contra las adicciones.
De igual modo, la discusión actual de la patología
dual se analiza desde dos aproximaciones en la
publicación: una primera que contempla la relación
entre patología dual y comunidad terapéutica; y
una segunda que la relaciona con los trastornos
de personalidad, con una mirada novedosa que
enfoca el análisis desde la perspectiva de género,
señalando las diferencias que se producen.
En este número 27 Infonova aborda la
problemática de las adicciones desde enfoques y
reflexiones diferentes, en un escenario compartido
de razonamiento y debate académico en que la
publicación se ha convertido.
Hemos incluido un artículo interesante sobre el
enamoramiento y su relación con las adicciones,
apuntes en los que la autora reflexiona respecto
al problema de fondo que las adicciones también
subyacen en la sintomatología del enamoramiento.
En primer término se ofrece un análisis en
materia de prevención en drogodependencias,
donde se ofrece por parte de la autora un profundo
estudio respecto a las campañas multimodales que
la FAD ha venido realizando en los últimos años,
con el objetivo de desentrañar sus características
principales y conocer el modo en que operan los
discursos oficiales sobre las drogas.
Por último, Infonova prosigue su línea de dar
cabida a los análisis que profesionales realizan
sobre nuevas publicaciones. En este número se
incluyen las reseñas de cuatro publicaciones de las
que recomendamos su lectura.
En materia de tratamientos, tres artículos de
alto interés son publicados desde distintas y
complementarias perspectivas: una primera
aproximación a los cuidados paliativos socio
sanitarios llevados a cabo en materia de
tratamiento a drogodependientes; la contribución
de la fisioterapia y el ejercicio terapéutico en el
tratamiento de la conducta adictiva; y finalmente,
un tercer artículo que invita al debate al proponer el
uso del mindfulness como tratamiento alternativo
ante situaciones de recaídas en el consumo de
alcohol y sustancias.
6
INFONOVA EN EL CONTEXTO DEL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS 2013-2016
INFONOVA EN EL CONTEXTO DEL PLAN
NACIONAL SOBRE DROGAS
2013-2016
A
sociación Dianova España cuenta con una amplia trayectoria de colaboración
con el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad, administración que apoya anualmente el funcionamiento de la entidad,
a través de la convocatoria para la concesión de ayudas económicas a entidades
privadas sin fines de lucro y de ámbito estatal, para la realización de programas
supracomunitarios sobre adicciones. Esta labor se enmarca dentro de las
competencias de la mencionada administración, tal y como puede apreciarse en su
página web:
“Corresponde a la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre
Drogas las funciones de dirección, impulso, coordinación general y supervisión
de los servicios encargados de la actualización y ejecución del Plan Nacional
sobre Drogas. En el ámbito de las competencias del Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad, bajo la superior dirección del Secretario de
Estado de Servicios Sociales e Igualdad, asume el impulso de las políticas
de reducción de la demanda del consumo de drogas y de los programas de
prevención, tratamiento, rehabilitación y reducción de daños”.
La revista Infonova es una publicación periódica editada por Asociación Dianova
España que cuenta con el apoyo de la Delegación de Gobierno sobre el Plan Nacional
sobre Drogas, en el marco de la convocatoria de ayudas a entidades privadas sin fines
de lucro y de ámbito estatal, con cargo al fondo de bienes decomisados por tráfico
ilícito de drogas y otros delitos relacionados, en aplicación de la ley 17/2003, de 29 de
mayo, para la realización de programas supracomunitarios sobre drogodependencias
en el año 2014, resolución de 23 de junio de 2014, de la Secretaría de Estado de
Servicios Sociales e Igualdad (BOE. nº 170, de 14 de julio de 2014).
Infonova es una iniciativa que se inscribe dentro del Plan de Acción sobre Drogas
2013-2016, dentro del eje 4 de intervención “Mejora del conocimiento básico y
aplicado”, correspondiendo a la acción número 27 “mejora de la difusión de los
datos del sistema de información”, que tiene como destinatarios a profesionales,
ONG, instituciones y población en general.
Financiado por:
7
Asociación Dianova España
Asociación Dianova España es una ONG de acción social sin ánimo de lucro de ámbito
nacional, inscrita el 20 de agosto de 1982 con el número 46.644 en el Registro Nacional de
Asociaciones del Ministerio del Interior, y declarada de utilidad pública municipal por el
Ayuntamiento de Madrid el 26 de junio de 2012, con número de registro 1.607 del Registro
de Entidades Ciudadanas del Ayuntamiento de Madrid.
Pertenece a la red Dianova International, ONG internacional con estatus consultivo ante el
Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC) y asociada oficial de la UNESCO.
Asociación Dianova España presta servicios solidarios y comprometidos de acción social
en ayuda de las personas que lo necesitan, ya sea por su situación de vulnerabilidad social
o de exclusión social o riesgo, a través de programas y proyectos innovadores llevados a
cabo por profesionales y donde la calidad, la evaluación, el control y la transparencia son
factores intrínsecos a su intervención y a su filosofía como organización.
Asociación Dianova España es una ONG sin ánimo de lucro, sin pertenencia a partido
político ni está instrumentalizada con anclajes ideológicos o corporativistas, sino que su
razón de ser y acción se realiza en favor del interés general y el bienestar de las personas.
Asociación Dianova España
Calle Coslada, 18
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Tel: +34 91 468 87 65
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ADICCIONES. PREVENCIÓN
LA PREVENCIÓN EN
DROGODEPENDENCIAS:
UN ANÁLISIS
MULTIMODAL DE LAS
CAMPAÑAS DE LA FAD
RESUMEN
L
as campañas de prevención del consumo de
drogas han adquirido cada vez más peso en los
medios de comunicación. Éstas forman parte de un
discurso oficial sobre las drogas que es, en buena
medida, adultocéntrico. La Fundación de Ayuda
contra la Drogadicción (FAD) ha realizado un gran
número de dichas campañas de prevención. En
este estudio, nos proponemos analizar cuatro de
las campañas creadas por esta entidad empleando
para ello las herramientas que nos brinda el
análisis crítico del discurso. El objetivo será
desentrañar las características de estas campañas
para conocer mejor cómo opera el discurso oficial
sobre las drogas.
PREVENTION IN DRUG
ADDICTION: A MULTIMODAL
ANALYSIS OF THE CAMPAIGND
OF FAD
PALABRAS CLAVE
Adicciones, campañas de prevención, FAD, juventud,
análisis crítico del discurso.
ABSTRACT
Recently, drug prevention campaigns have
become very important in the media. These form
part of an official discourse on drugs that is largely
adult-centred. The Foundation against Drug Addiction (FAD) has conducted a large number of these
prevention campaigns. In this article, we analyse
four of the campaigns created by this entity using
the resources that the Critical Discourse Analysis
offers to us. The main objective will be to unravel
the nature of these campaigns and understand
better how the official discourse on drugs operates.
KEYWORDS
Addictions, prevention campaigns, FAD, youth,
critical discourse analysis.
INTRODUCCIÓN
Entre las distintas funciones que se les han
asignado a los medios de comunicación encontramos la de prevención en el campo de las drogodependencias. Las primeras campañas de prevención comenzaron como acciones esporádicas,
Laura Ibáñez Castejón
Periodista
9
ADICCIONES. PREVENCIÓN
aisladas y articuladas en torno a planteamientos
ideológicos e intuitivos como consecuencia del
auge que experimentó el consumo de drogas a
finales de 1960 (Salvador, 2000). Posteriormente,
dichas campañas acabaron consolidándose y hoy
su importancia es reconocida tanto por organismos nacionales (Plan Nacional sobre Drogas, 2000)
como internacionales (Declaración sobre los Principios Rectores de la Reducción de la Demanda de
Drogas de Naciones Unidas, 1998).
este caso, a su vez, podemos hallar una doble
vertiente: a) emocional positiva, donde se apela
a emociones consideradas positivas (amor,
felicidad, etc.); b) emocional negativa, es decir,
mensajes que emplean el miedo como recurso.
Como indican los mismos autores, en el caso de
los mensajes publicitarios relacionados con la
salud, es difícil no acudir al recurso del miedo,
pues pretenden alertar sobre las consecuencias
de un comportamiento de riesgo1..
El problema de la drogadicción también ha
movilizado a la sociedad civil. En este sentido, en
1986, apareció la Fundación de Ayuda contra la
Drogadicción (FAD), institución privada, no confesional, independiente y sin ánimo de lucro que
confiere una importancia vital a la sensibilización
de la sociedad frente a los riesgos del consumo
de drogas. En 1988, esta organización realizó su
primera campaña de prevención en los medios
de comunicación. Desde ésta han pasado 26 años
en los que la FAD ha puesto en marcha más de 50
campañas de prevención.
Sin embargo, esta estrategia no siempre es
efectiva. De acuerdo con Ordoñana y Gómez
Amor (2002: 482): “la utilidad de la información
amenazante en los mensajes de salud está
limitada por una serie de factores. Es decir, tendría
un efecto positivo sólo si se cumplen algunas
condiciones básicas: que genere una respuesta
atencional, que se apoye en argumentos relevantes
y que vaya acompañada de una recomendación
percibida como eficaz para eliminar la amenaza”.
Además, según estos mismos autores (2002:483),
la información que configura estos mensajes debe
ser ética, relevante y verosímil para el receptor del
mismo concluyendo que “el fallo de los mensajes
amenazadores en producir un efecto positivo no
está en la utilización de la amenaza en sí, sino
en que ésta se acompaña de argumentaciones
irrelevantes para el sujeto, simplistas, exageradas,
incongruentes, moralistas, contrarias a sus
creencias o su propia experiencia, o que no
aportan alternativas viables para evitar el riesgo”.
Éstas se enmarcan dentro de lo que se conoce
como marketing social consistente en “el uso de
estrategias y técnicas del marketing tradicional,
para influenciar a un público objetivo, a rechazar,
aceptar, modificar, o abandonar voluntariamente
un comportamiento, aunque suponga un
‘beneficio’ para un individuo, un grupo de personas
o para la sociedad en su conjunto” (García Toribio,
2011: 25). Así, la principal diferencia entre el
marketing social y el marketing comercial es que
aquél no busca el beneficio de una entidad en
particular sino del conjunto de la sociedad (Pereira
y Espada, 2009).
Así, a pesar de la importancia otorgada a
estas campañas de prevención, también se han
Distintos investigadores han estudiado las
características de estas campañas de prevención
basadas en la publicidad. García del Castillo
et al. (2014) han explicado que los mensajes,
generalmente, suelen emplear dos estrategias. En
primer lugar, hallamos aquéllos que se basan en
lo puramente racional: plantean la información
de manera realista y hacen referencia a estudios
contrastados. Su objetivo es mover al receptor
a la reflexión y el análisis. En segundo lugar,
encontramos los mensajes emocionales. En
1
Ante esta circunstancia, Stanojlović (2011: 24) explica
que se ha de buscar el equilibrio entre la estrategia
racional y la emocional: “En el caso de las campañas
antidroga es tan importante presentar objetivamente
y sin mucho dramatismo las propiedades y efectos de
diferentes sustancias (información mediante logos)
como apelar a la sensibilidad y emociones del receptor,
para motivar el cambio de su conducta (persuasión
mediante pathos y ethos). El componente afectivoemotivo no debe descuidarse y junto con el componente
informativo puede construir un mensaje de gran fuerza
persuasiva”.
10
ADICCIONES. PREVENCIÓN
reconocido múltiples carencias en cuanto a sus
resultados. Pereira y Espada (2009) destacan que
han sido pocas las que han evaluado los resultados
logrados. Por su parte, García Toribio (2011) resalta
que las campañas de prevención dirigidas a los/as
adolescentes no son eficaces porque no consiguen
llegar a su público objetivo al no estar diseñadas
para ellos/as y al no emplear ni los medios, ni
los soportes, ni los horarios ajustados a éstos/
as. De esta forma, solo sirven para generar una
cierta toma de conciencia frente a este problema,
pero no cumplen su objetivo de modificar los
comportamientos y las actitudes de los/as jóvenes.
En este sentido, Checa Olmo y González Moreno
(2013), al comparar las motivaciones de los/as
jóvenes andaluces para consumir drogas con los
mensajes de distintas campañas de prevención,
han concluido que éstos no son coherentes con
los motivos aludidos por los/as consumidores/as
de drogas.
a ésta participar en el debate social generado
en torno a dichos consumos. Este hecho estaría
mermando la eficacia de las campañas de prevención que, por su sesgo adultocéntrico, son incapaces de cumplir con su cometido.
Para esta investigación, nos preguntamos precisamente cuáles son las características de este
discurso oficial y cuáles de ellas lo convierten en
un discurso adultocéntrico. Hemos decidido estudiarlo en las campañas creadas por la FAD, pues
éstas son un referente en el campo de la prevención del consumo de drogas. Ayudar a visibilizar esta visión sesgada sobre los consumos de
drogas y sobre lo juvenil nos puede servir para
crear nuevos discursos más efectivos en prevención y para abrir un debate social en torno a los
consumos de drogas que recojan otras visiones
sobre el fenómeno.
Marco teórico y metodología
Teniendo en cuenta todo lo anterior y siguiendo
a Tsukame (2002), a nivel social, podemos distinguir un discurso oficial sobre las drogas difundido
por las autoridades, los medios de comunicación
y del que forman parte las campañas de prevención y un discurso de los/as consumidores/as, al
margen del primero. Así, el discurso oficial resalta
ya no tanto la sustancia ni sus efectos en el comportamiento sino el discurso de terror, malignidad
y prohibicionismo que se crea en torno a ellas
(Echevarría, 2004). Siguiendo a Echevarría (2004:
1): “El consumo de drogas se instala principalmente, desde el discurso oficial y en términos demográficos, en la población joven; así, se justifican
acciones tendientes a la prevención del consumo
de drogas y el tratamiento de esta población,
desde una definición de juventud a partir de una
posición adultocéntrica, que desconoce su heterogeneidad e invalida sus conocimientos, prácticas y
discursos, asumiéndolos como rebeldías pasajeras
que finalizarán cuando se llegue a la adultez”. En
este sentido, podemos calificar las campañas de
prevención como adultocéntricas y, por tanto,
alejadas de lo juvenil, que queda definido de
acuerdo con los parámetros de dicha visión adultocéntrica. Aunque se identifica los consumos de
drogas con la población juvenil, no se le permite
El pasado mes de mayo la FAD inauguró en
Bilbao la exposición “Más de 25 años, más de
50 campañas” donde se recogían las cuñas
radiofónicas, spots televisivos y cartelería
pertenecientes a sus campañas de prevención. Este
material nos permite realizar una aproximación al
discurso oficial sobre la prevención. No obstante,
dadas las características de esta investigación,
nuestro corpus va a consistir únicamente en
los carteles diseñados para estas campañas.
Contabilizamos un total de 55 carteles de los
cuales hemos seleccionado cuatro para analizarlos
en profundidad.
Para ello, emplearemos las herramientas que nos
proporciona el análisis crítico del discurso (ACD) y
el análisis crítico del discurso multimodal (ACDM).
Según Van Dijk (1997), el ACD se centra en las relaciones de poder, dominación y desigualdad, y en
las formas en las que los miembros de los distintos grupos sociales las reproducen o se resisten a
ellas a través del texto o del habla. Así, en opinión
de Foucault (1999: 15): “[E]l discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas o los
sistemas de dominación, sino aquello por lo que, y
por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que
quiere uno adueñarse”.
11
ADICCIONES. PREVENCIÓN
Siguiendo a Romaní (2002), existen dos modelos
de prevención: uno prescriptivo y otro participativo. En el primer caso, el/la profesional de la salud
indica qué es lo que se ha de hacer, legitimado/a
por un conocimiento que le otorga cierto poder
social. En el segundo, se trata de incorporar las
necesidades que tiene la ciudadanía y de identificar los problemas y los criterios de abordaje con
ella. En este sentido, las campañas de prevención
de la FAD se sustentan sobre un discurso académico que genera unas determinadas concepciones sobre la juventud. Por tanto, han seguido
un modelo de prevención prescriptivo. Alpízar y
Bernal (2003), tras estudiar los distintos discursos que se han creado sobre la juventud desde
la academia, han concluido que éstos presentan
las siguientes características. Se trata de discursos
homogeneizantes, puesto que consideran que los/
as jóvenes presentan necesidades, visiones, condiciones y características iguales. También son estigmatizantes en una doble vertiente: por un lado,
construyen prejuicios y estereotipos a partir de
los resultados de algunas investigaciones; y, por
otro, se desarrollan investigaciones que permiten
confirmar esos prejuicios. También son invisibilizadores de las mujeres jóvenes y desvalorizantes
de lo femenino, ya que, al estudiar a la juventud,
no se tienen en cuenta sus condiciones específicas y cuando se las nombra, en muchos casos, solo
sirve para reproducir sus condiciones genéricas de
desigualdad.
Este discurso se materializa en producciones
concretas como los carteles que vamos a analizar.
Éstos están compuestos de texto y de imagen.
Constituyen, pues, textos multimodales, en
palabras de Martínez Lirola (2010: 82): “Un texto
multimodal es aquel en el que encontramos
diferentes elementos, aquel que utiliza diferentes
modos para la comunicación: el lingüístico (la
lengua) y el visual (fotografías, diagramas, etc.)
[…] Todos los elementos que configuran el texto
multimodal cumplen una función comunicativa.
Es decir, cada elección lingüística y visual
tiene un propósito determinado, una función
específica en el discurso”. Por tanto, a la hora
de construir un texto, realizamos una serie de
elecciones lingüísticas y visuales mediante las que
expresamos los significados y que contribuyen,
en última instancia, a construir las ideas que la
población posee sobre determinadas realidades
y sobre determinados grupos sociales (Martínez
Lirola, 2008). En este sentido, hemos de observar
tres aspectos a la hora de analizar la composición
de los textos multimodales (Kress y van Leeuwen,
2006):
• El valor de la información: el lugar que ocupan
los distintos elementos que componen el texto
multimodal. A este respecto existen tres posibilidades. En primer lugar, podemos ubicar la
información de izquierda a derecha. Así, nos encontraríamos con un tipo de composición donde
la información conocida es ubicada en la parte
izquierda y la novedosa en la derecha. En el
segundo caso, los elementos del texto multimodal
se ubican de arriba abajo, siendo la información
“real” expuesta en la parte de abajo y la
información idealizada en la parte de arriba. Este
hecho es explicado por Kress y van Leeuwen (2006:
186-187) del siguiente modo: “For something to
be ideal means that it is presented as the idealized
or generalized essence of the information, hence
also its, ostensible, most salient part. The Real
is then opposed to this in that it presents more
specific information (e.g. details), more ‘downto-earth information’ (e.g. photographs as
documentary evidence, or maps o charts), or more
practical information (e.g. practical consequences,
directions for action)”.
Asimismo, dichos discursos niegan o no explicitan
la subjetividad de quien investiga. Por último, son
adultocéntricos porque su validez es legitimada
desde el mundo adulto y porque están realizados
desde posiciones donde los/as investigadores/
as consideran que saben lo que piensan los/as
jóvenes sin contar con su opinión o, si lo hacen,
solo sirve para ilustrar sus conclusiones. En este
sentido, estamos de acuerdo con Ghiardo (2003:
142) cuando afirma: “La otra fragmentación de lo
social viene de las barreras que separan lo adulto
de lo joven, como si fueran sujetos que viven
mundos distanciados y opuestos [...] El adulto
representa el poder: sujeto que les impone [a los
jóvenes] lógicas y opaca sus intereses y discrimina
sus formas de expresión”.
12
ADICCIONES. PREVENCIÓN
• Texto multimodal 1
Por último, la información más relevante se
ubica en el centro de la composición y la menos
importante en los márgenes.
• La prominencia: se trata de los elementos que
captan la atención del público y, por tanto, son los
más destacados.
• Los marcos: se encargan de conectar o separar
los diversos elementos de la página.
Asimismo, de acuerdo con Van Leeuwen (2008),
existen una serie de características con las que se
retrata a las personas en un texto multimodal que
también se han de tener en cuenta a la hora de
analizarlos:
Campaña: Engánchate a la vida. Año 1988.
Agencia de publicidad: Tandem&Vitrubio
a) Distancia social: indica la cercanía o lejanía con
la que ha sido representada la persona retratada.
Ésta fue la primera campaña lanzada por la FAD en
junio de 1988. En su soporte audiovisual contó con
la colaboración de personajes famosos relacionados con el mundo juvenil. Así, Coque Malla de “Los
Ronaldos”, Javier Andreu de “La Frontera”, Pablo
Carbonell de “Toreros muertos”, Rafa Sánchez
de “La Unión”, Carlos Segarra de “Los Rebeldes”,
Emilio López de “Los Elegantes” y Mercedes Ferrer
cantaron el tema de esta campaña. En cuanto a su
expresión en el plano gráfico, ésta consistió en habilitar espacios donde los y las jóvenes pudieran
realizar grafitis con sus propios mensajes contra
las drogas. De esta manera, la campaña buscaba
impactar en la población de entre 14 a 25 años
al tratar de implicarles con la realización de estos
mensajes que buscaban la libre expresión juvenil y
su participación activa.
b) La relación social: que se refiere al ángulo con
el que han sido captadas los sujetos representados en la imagen.
c) La interacción social: señala si la persona retratada interactúa con el público o se muestra de
una manera pasiva.
Análisis y discusión
En 1988, la FAD ideó un proyecto de campañas
de sensibilización sobre el problema social del
consumo de drogas con la colaboración de la
Asociación Española de Agencias de Comunicación
Publicitaria. De esta forma, la ONG contactó
con las agencias de publicidad y los medios de
comunicación para llevar a cabo este proyecto que,
además, debía de tener un coste cero para la FAD.
Dicha propuesta fue aceptada por las agencias de
publicidad y por la casi totalidad de los medios de
comunicación de ámbito nacional, regional y local.
Desde entonces, se han realizado más de cincuenta
campañas que han registrado los cambios que ha
experimentado el fenómeno del consumo de drogas
en España. Dadas las características y limitaciones
de este estudio, hemos seleccionado cuatro carteles
representativos de cuatro de sus campañas, cada
uno perteneciente a las cuatro décadas en las que
lleva operando esta organización, con el objetivo de
desentrañar cuál es el discurso que ésta maneja. A
continuación presentamos los resultados extraídos.
Si analizamos la estructura del cartel, observamos que el elemento más prominente es el dibujo
de la aguja tachado con un X de color rojo. Así,
dicho dibujo es de un tamaño mayor que el resto
y en torno a él se construye el cartel. Por ello, está
ubicado en el centro de su superficie y también del
principal mensaje que quiere trasladar la campaña
al público, “Engánchate a la vida”. En este sentido,
si atendemos al valor de la información (Kress y
van Leeuwen, 2006), podemos constatar que este
texto multimodal se construye desde el centro y
hacia los márgenes: la mirada se dirige primero a
la aguja tachada, que es el elemento central, pasa,
13
ADICCIONES. PREVENCIÓN
• Texto multimodal 2
posteriormente, por el mensaje principal de la
campaña que se haya ubicado en el centro mismo
del cartel y, finalmente se dirige al resto del cartel
que, en este caso, está en blanco.
Creemos que, en este caso, se busca crear una
antonimia gráfica mediante la aguja tachada y el
mensaje de la campaña. De esta forma, es como si
nos viniera a decir “Engánchate a la vida. No te enganches a las drogas”. El concepto de droga se ha
simbolizado con una aguja, ya que en la época de
la que data la campaña la heroína por vía intravenosa causaba estragos entre la población y había
generado gran alarma social. La X con la que está
tachada es de color rojo, color que se asocia con el
peligro y que, por su intensidad, capta inmediatamente la mirada del público. La caligrafía con la
que se ha escrito el mensaje pretende trasladar al
papel el espíritu de los grafitis hechos por la población juvenil que constituyeron el eje de esta
campaña. Igualmente, el mensaje pretende acercarse al mundo juvenil al emplear el doble sentido
en la palabra “engánchate” (a la vida en vez de a
las drogas) y al ser claro y directo. No hallamos
el logotipo de la FAD en este primer cartel, de
manera que aún nos da más la sensación de que
se trata de un mensaje escrito en una pared y no
de un mensaje elaborada por una organización
perteneciente al mundo adulto.
Campaña: Ten cerebro. Pasa de la coca. Año: 1992.
Agencia de Publicidad: Saatchi&Saatchi
A pesar de este intento por lograr un acercamiento
al lenguaje y a los símbolos visuales que se
consideran próximos a lo juvenil2, encontramos
que el verbo que conforma el mensaje está en
imperativo. Así, finalmente, aunque adopte las
formas de un mensaje juvenil, éste parece una
orden propugnada desde el mundo adulto.
Esta campaña de publicidad se puso en marcha en
1992 aunque fue de nuevo recuperada en 2004 para
prevenir los consumos de cocaína en los meses de
agosto y septiembre. Cuando se difundió por primera
vez iba destinada al público en general, aunque en 2004
se dirigía específicamente a jóvenes de entre 15 y 25
años. De acuerdo con la FAD (2014), esta es la campaña
más recordada de toda su historia. Precisamente uno de
los factores que ha podido influir en este hecho es que
se trata de una campaña muy impactante a nivel visual.
De esta forma, si atendemos al valor de la información (Kress y Van Leeuwen, 2006) de este texto
multimodal, podemos dividir el cartel en un plano
superior y otro inferior. El gusano es el elemento más
prominente de esta composición que, además, está
ubicado en la parte inferior, es decir, en la parte real
de la información. Éste constituye una representación
metafórica de la cocaína y, con su presencia, se traslada
Tal y como estaba planteada esta campaña, todo invita
a suponer que es un mensaje elaborado por un/a joven.
2
14
ADICCIONES. PREVENCIÓN
al público el momento concreto en el que la persona
toma esta sustancia y ésta está a punto de introducirse
en su cuerpo.
• Texto multimodal 3
La nariz de la persona que va tomar el gusano/
cocaína marca la separación entre el plano superior y
el inferior y es, junto al gusano/cocaína, el elemento
más destacado de la composición. En este caso, no se
puede apreciar el rostro completo de la persona representada. Pensamos que se trata de un hombre, ya que
se puede observar sobre su labio la sombra del bigote.
El gusano/cocaína también es un vector que marca la
trayectoria ascendente hasta el cerebro de la cocaína y
que une la parte superior e inferior. La parte superior
es la parte ideal de la información porque, aunque
no se aprecie el rostro completo del hombre, en ella
se insinúa la presencia de su cerebro, que padecerá
las consecuencias del consumo de cocaína. Así, éstas
no se señalan detalladamente sino que se sugieren.
Puesto que el slogan trata de impactar creativamente
en el público, también se ha ubicado en la parte ideal
de la información. Éste reza de la siguiente manera:
“Ten cerebro. Pasa de la coca”, de manera que vuelve a
apuntar a las consecuencias negativas que el consumo
de cocaína puede tener para nuestro cerebro. Además,
trata de hacer un juego de palabras al apelar al sentido
común de no consumir cocaína, por un lado, y por otro,
también se sugiere que, al no consumir cocaína, no se
va a destruir el cerebro. Finalmente, cierra el mensaje
el logotipo de la FAD con su número de contacto.
Campaña: No esperes a que sea demasiado tarde
para darte cuenta. Haz algo. Año 2001. Agencia de
publicidad: Contrapunto
Con esta campaña, se trataba de alertar a los
padres y a las madres sobre los consumos de sus
hijos e hijas y de concienciar sobre el hecho de
que los consumos de drogas no solo repercuten
en quienes los llevan a cabo. De esta manera,
podríamos afirmar que este texto multimodal es el
reverso del texto multimodal 2. Si nos fijamos en
el valor de la información (Kress y Van Leeuwen,
2006), podemos considerar que, en este caso, la
información se distribuye desde el centro hacia
los márgenes y de arriba abajo. Así, el elemento
más prominente de la imagen es el rostro de la
mujer y, dentro de éste, su nariz ensangrentada.
De esta manera, el rojo de la sangre se convierte
en un indicador de peligro que llama la atención
inmediata del público. En este sentido, una de
las consecuencias que, en el cine, se ha asociado
con el consumo de cocaína ha sido precisamente
sangrar por la nariz. Nótese que, si comparamos
También es destacable que, aunque el rostro de la
persona ha sido recortado, se marca una distancia
social con el público cercana en la medida en que la
nariz de este sujeto ha sido captada de manera muy
próxima. Con ello, se busca impactar y crear sensación
de extrañeza en el público, pero también una identificación con el rostro representado: al no poder ser identificado con alguien en concreto, todos podríamos ser
este individuo.
En este caso, al igual que en el texto multimodal 1,
el mensaje trata de ser claro y directo y acercase a
los modos de expresión de los/as jóvenes. De ahí que
hable, por ejemplo, de “coca” en vez de “cocaína”.
No obstante, se recurre al miedo y al impacto como
recurso para sensibilizarlos/as. Igualmente, los dos
verbos aparecidos en el slogan, “ten” y “pasa”, son dos
imperativos, de manera que parecen dar una orden.
15
ADICCIONES. PREVENCIÓN
este texto multimodal con el texto multimodal 2,
mientras que el gusano/cocaína entraba por el
orificio izquierdo de la nariz, la sangre sale en este
caso por el orificio derecho de la mujer.
para acercarse al mundo adulto. Así, aunque
en estos mensajes también esté presenta el uso
de imperativos (“no esperes” y “haz”), se busca
mover a los progenitores a la reflexión y a la acción
y les insta a que tengan un mayor conocimiento y
control sobre sus hijos/as.
Posteriormente, los elementos más destacados de la composición son los ojos y la boca de la
mujer. De esta manera, la boca está entreabierta
en señal de desconcierto, los ojos, sobresaltados
y la mirada, desenfocada. Todo ello crea el efecto
tanto de que la mujer es quien sufre las consecuencias del consumo de cocaína como de que no
comprende lo que le está pasando. La distancia
social que se establece con ella es muy próxima
puesto que su rostro ha sido captado en primer
plano. Asimismo, se establece una relación social
de igualdad con el público, ya que la imagen ha
sido tomada en un plano horizontal. No obstante,
la expresión de la mujer está abstraída de manera
que no interactúa con el público. Esta forma de
retratar a la protagonista de la imagen nos permite
situarnos en su lugar y genera empatía hacia ella.
Consideramos que, en este texto multimodal,
el valor de la información (Kress y van Leeuwen,
2006) también se distribuye de arriba abajo
debido a los dos mensajes que aparecen. Así, en
la parte superior de la imagen, hallamos escrito:
“Una parte de ti consume cocaína. Se llama Juan
y tiene 20 años”. El objetivo de este mensaje es
llamar la atención del público: con la primera frase
se le desconcierta, para, después, explicar cuál es
esa parte de la mujer que consume cocaína: su
hijo3. Creemos que estas frases están ubicadas
en la parte superior, la de la información ideal,
porque apela a las emociones del público, a su
confusión. Por el contrario, la parte inferior, recoge
la información real en la medida en que instiga a
los progenitores a estar alerta sobre los posibles
consumos de drogas de sus hijos/as y hacer algo
concreto para prevenirlos: “No esperes a que sea
demasiado tarde para darte cuenta. Haz algo”.
Este mensaje se cierra con el logotipo de la FAD
y con su número de teléfono para que, precisamente, aquellos progenitores que tengan dudas
puedan pedir ayuda.
Dentro de esta campaña también se diseñó otro cartel
donde la persona retratada era un hombre y donde era
una chica la que, de acuerdo con las frases que recogía,
consumía pastillas. En última instancia, estos carteles
también nos mueven a hacer una reflexión sobre el tipo
de familia que se propugna en la sociedad española. En
este sentido, apelan a una concepción de la maternidad y la paternidad donde los/as hijos/as son propiedad de sus progenitores (como afirma este texto multimodal “una parte de ti”), aún a pesar de que éstos sean
mayores de edad, como en el caso del texto multimodal
que estamos analizando. Igualmente, nos hablan sobre
la necesidad de fiscalización de los actos de los/as hijos/
as por parte de sus progenitores.
3
En este texto multimodal, se ha dejado a un lado
el lenguaje y las formas relacionadas con lo juvenil
16
ADICCIONES. PREVENCIÓN
• Texto multimodal 4
nos plantea un escenario imposible para mover a
la confusión, al desconcierto e incluso al ridículo.
Es destacable haber escogido como animal para
representar esta situación a una hiena por las connotaciones que nos sobrevienen a nuestra mente
cuando pensamos en este animal: se trata de un
animal carroñero.
Este mensaje queda apostillado por las palabras
“no te ayudará” subrayadas en amarillo y de color
negro (mientras que el resto de letras aparecen en
color blanco). De esta manera, estas tres palabras
se convierten en el elemento más destacado de la
composición. Éstas aparecen seguidas por “a conseguir trabajo”. Después, hallamos la frase “Las
drogas, obviamente, tampoco” a un tamaño de
letra menor y menos visibles. Así, se ha tratado
de crear una analogía entre una situación imposible y otra que debería de serlo: si se sabe que
llevar a una hiena a una entrevista de trabajo no
va a ayudar a conseguir un empleo, debería ser
igualmente obvio que consumir drogas tampoco
lo va a hacer. También se sugiere que consumir
drogas es como llevar a un animal salvaje dentro
de nosotros/as mismos/as. Esta impresión es reforzada por el hecho de que, antes de llegar a la
parte inferior de la información, aparece un fragmento de la hiena: su boca abierta enseñando los
dientes.
Campaña: ¿Crees que las drogas te ayudan? Año:
2014. Agencia de publicidad: Bungalow25 Circus.
En la parte inferior de esta composición, hallamos
la información real que es formulada como una
pregunta: “¿Crees que las drogas te ayudan?” Ésta
también aparece en letras negritas y subrayadas
en amarillo de manera que es el elemento más
destacado de la parte de la información real. El
mensaje finaliza con la presencia del logotipo de la
FAD y sus canales de contacto. Así, el tono imperativo observable en las anteriores composiciones
ha dejado paso a una frase que mueve al público
a la reflexión y al análisis de las consecuencias del
consumo de drogas para su vida. Por tanto, ya no
se lanza tanto una orden sino que se pretende
generar un pensamiento crítico en la sociedad4.
Ésta es la última campaña que la FAD ha puesto
en circulación desde marzo de 2014. Está dirigida
a la sociedad en general y pretende cuestionar
la funcionalidad que el consumo de drogas tiene
para realizar determinadas actividades de la vida
cotidiana como, por ejemplo, una entrevista de
trabajo, como es el caso del texto multimodal 4.
En este texto multimodal, el peso de la palabra
escrita es mayor que el de la imagen de manera que
el valor de la información (Kress y Van Leeuwen,
2006) se halla en función de aquélla distribuido de
arriba abajo. De esta manera, en la parte superior
de la imagen, dedicada a la información ideal, se
nos pone en una situación hipotética: una entrevista de trabajo. Esta situación hipotética se vuelve
irreal cuando se nos sugiere asistir a dicha entrevista de trabajo con una hiena. De esta forma, se
De ahí que esta campaña vaya dirigida a la sociedad
en su conjunto.
4
17
ADICCIONES. PREVENCIÓN
Conclusiones
códigos y a su propia cosmovisión de la realidad,
como intentó realizar la primera campaña de la
FAD, pero entroncando más profundamente con
sus intereses. No se les debería infantilizar ni
prescribir una serie de normas sin ningún tipo de
argumentación sino que los/as jóvenes deberían
formar parte de un debate social sobre las drogas
que fuera más amplio e inclusivo dando cabida,
por ejemplo, a los discursos de quienes consumen
drogas, pues, si no se les escucha, será imposible
saber qué buscan en ellas. De esta forma, de
acuerdo con Romaní (2002), la prevención ha
de dejar de ser prescriptiva para convertirse en
participativa.
Las campañas de prevención de la FAD son una
muestra del discurso oficial sobre el consumo
de drogas y, por tanto, presentan un sesgo
adultocéntrico. Asimismo, a través de ellas, se
puede apreciar cómo ha evolucionado éste. En
un primer momento, se expresa una oposición
frontal al consumo de sustancias y una intención
de erradicarlo, como observamos en los textos
multimodales 1 y 2. Para ello se adopta unas formas
tanto textuales como visuales que pretenden
acercarse a aquello que se relaciona con lo juvenil.
Sin embargo, el empleo de imperativos parece
dar a los/as jóvenes, en última instancia, una
orden que se ha de cumplir. Al mismo tiempo, la
responsabilidad del consumo de drogas recae por
completo en el/a joven.
Bibliografía
Alpízar, L. y Bernal, M. (2003). La construcción
social de las juventudes. Última década, 19:1-20.
Posteriormente, como se ha podido comprobar
en el texto multimodal 3, se intenta alertar a los
progenitores sobre el consumo de sustancias de
sus hijos/as, haciéndoles también responsables
del mismo. Así, se infantiliza todavía más todo lo
que tiene que ver con lo juvenil al ponerlo bajo
la tutela de un adulto responsable: los/as padres/
madres. Pero no solo eso: aunque el discurso
cambie de destinatario, a los progenitores también
se les da órdenes y se les insta a actuar como si, de
alguna manera, también se les estuviera tutelando
desde el discurso oficial de las drogas.
Checa Olmos, J. C. y González Moreno, M. J.
(2013). (Des)motivación y drogas: un análisis de
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Federación de Ayuda contra la Drogadicción
(2014). La FAD inaugura la exposición:
No obstante, las líneas de argumentación de las
campañas de prevención se han transformado paulatinamente. Así, por ejemplo, la última campaña
de la FAD (texto multimodal 4) ha apostado por
generar una reflexión sobre el consumo de drogas
en la sociedad. Además, ahora se dan como un
hecho estos consumos y no se intenta erradicarlos
mediante órdenes. Además, se han dejado a un
lado el recurso al miedo (visto, por ejemplo, en los
textos multimodales 2 y 3) para mostrar lo ridículo
y disfuncional que puede ser tomar drogas.
“Más de 25 años, más de 50 campañas”. En
http://www.fad.es/sites/default/files/Nota%20
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de la información en la prevención del consumo
de drogas y otras adicciones. Healt and Addictions, 14(1):5-14.
En este sentido, consideramos que las campañas
de prevención deberían ser útiles para generar un
análisis y una reflexión a nivel social sobre el papel
de las drogas en nuestras vidas. Debería dejarse
que los/as jóvenes se expresaran de acuerdo a sus
18
ADICCIONES. PREVENCIÓN
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19
Canadá
ESPAÑA
Eslovenia
Portugal
Chile
Suecia
USA
Nicaragua
Uruguay
Suiza
Italia
RED DIANOVA INTERNACIONAL
Misión, visión y valores
Dianova fundamenta su acción en la convicción de que, con la ayuda adecuada, toda persona
puede lograr su desarrollo personal y su integración social. Al servicio de este convencimiento,
Dianova pone sus valores. Son principios fundamentales de la actividad de Dianova el respeto a las
personas usuarias y el reconocimiento de sus derechos y libertades. En todas las intervenciones la
persona usuaria es tratada con comprensión y cortesía, respetando su autonomía, sus esperanzas,
sus necesidades y su dignidad.
Misión. Desarrollar acciones y programas que contribuyan activamente a la autonomía personal
y al progreso social.
Visión. Dianova fundamenta su acción en la convicción que, con la ayuda adecuada, cada persona
puede encontrar en sí misma los recursos para lograr su desarrollo personal y su integración
social.
Valores. El marco ético lo configuran los valores de compromiso, solidaridad, tolerancia e
internacionalidad. Estos valores constituyen el fundamento de todas las intervenciones de la red.
Compromiso. Con la persona que decide cambiar su vida, el cual se plasma en una atención
atenta y personalizada. Nuestro equipo implementa programas educativos y terapéuticos de
calidad que aportan dignidad, responsabilidad y autonomía. Nuestro compromiso no finaliza con
las personas usuarias, sino que incluye acciones colectivas en pro del interés público.
Solidaridad. Dianova presta atención especial a las personas vulnerables o marginadas a
quienes, desde la acción social y humanitaria, introducimos en programas de autoayuda donde
adquieren confianza y donde empatizan con los /as educadores/as y con otras personas con las
que comparten situación.
Tolerancia. Los programas de intervención de Dianova aportan a la persona usuaria un
“cemento cultural” imprescindible para que sea capaz de desenvolverse por si mismo y crecer
como persona. Educamos en tolerancia, entendida como el respeto a la diferencia, la libertad de
elección y el diálogo, elevados de principios fundamentales. Es, asimismo, la aplicación de las
reglas y los comportamientos transparentes y democráticos. Para Dianova, la meta es que la
persona usuaria recupere el control de su vida y la capacidad de tomar decisiones responsables.
Internacionalidad. El respeto a la diversidad y la cultura de la solidaridad conducen a la aceptación
de la multiculturalidad, que a su vez necesita de acciones colectivas flexibles y dinámicas que se
puedan adaptar a situaciones diferentes. El éxito de los programas pasa por la integración del
usuario/a con el entorno educativo y con su capacidad para compartir valores.
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
CONVERSACIONES
ELEMENTALES (III):
CONOCIMIENTO Y
CUIDADOS PALIATIVOS
SOCIO-SANITARIOS.
POBREZA Y PATOLOGÍA
MÉDICA CRÓNICA
INCURABLE
Resumen
E
l artículo aborda la visión de la
habilitación aplicada a población con
trastornos por dependencia de sustancias y
con graves enfermedades crónicas incurables
médicamente. Despliega las ventajas de la
atención a la cronicidad como una atención
diferente y diferenciada en la planificación y
en la asistencia. Pone el acento en la evidencia
y propone la consideración de los cuidados
paliativos socio-sanitarios como modelo a
la estrategia organizativa para las personas
con enfermedades médicas no curables y
trastornos adictivos crónicos en el contexto
español.
CONVERSATIONS ELEMENTARY
(III): KNOWLEDGE AND
PALLIATIVE CARE. POVERTY
AND INCURABLE CHRONIC
MEDICAL DISEASES
PALABRAS CLAVE
Cuidados paliativos socio-sanitarios, planificación,
asistencia, habilitación, rehabilitación, continuidad
de cuidados, gestión de caso, pobreza y patología
médica crónica incurable.
ABSTRACT
The article discusses the vision of care applied
to patients suffering incurable chronic medical
diseases and severe substance dependence
disorders. It presents the advantages of care to
chronicity as a distinct and differentiated services in
health planning and assistance. Emphasis is placed
on the evidence and it proposes consideration of
socio-health palliative care as a model for organizational strategy for people suffering incurable
chronic medical condition and chronic addictive
disorders in the spanish context.
Keywords
Palliative care, case management, incurable
chronic medical conditions, planning, assistance,
enabling, rehabilitation, continuing care.
INTRODUCCIÓN
Carmen Meseguer Hernández
Los equipos de atención a drogodependientes en
los Centros ambulatorios de atención a la drogode-
Doctora en Psicología
21
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
pendencia reciben a pacientes con problemáticas
asociadas al uso, abuso y adicción a drogas y una
parte de estos pacientes es diagnosticada en
paralelo de otros trastornos mentales y/o físicos
crónicos.
gestión y dirección no lo es. La evidencia que hay
que tener en cuenta se refiere a los siguientes
campos: necesidad social; ética de la asistencia socio-sanitaria; solicitud de los usuarios de servicios
y destinatarios; demanda social; desarrollo
humano, profesional y tecnológico; oportunidad
empresarial y exigencias legales.
Los pacientes con dependencia moderada o
grave en situaciones de exclusión social o que
carecen del suficiente apoyo socio-familiar
para llevar a cabo un tratamiento ambulatorio
voluntario, pueden acceder al tratamiento
ambulatorio y a la vez a la cobertura residencial y
acompañamiento socioeducativo, principalmente
pero no en exclusivo, mediante la relación de
ayuda establecida con ellos por los educadores
y auxiliares de educación social en dispositivos
asistenciales denominados de varias maneras:
“pisos de apoyo a la estabilización”, “recursos
de apoyo residencial” o similares. Estos recursos
sociales, que son realmente sociosanitarios,
constituyen un nodo importante en la red de
rehabilitación y de inserción social. La equidad
es un derecho de acceso a la salud que las
instituciones sanitarias están obligadas a cumplir
de acuerdo con criterios éticos y con el consenso
social comprometido en las últimas décadas.
En estas páginas trataremos de la cronicidad en
su acepción sanitaria. Aludiremos a las condiciones
que padecen las personas con historia crónica de
adicción a sustancias y en estado avanzado de
deterioro derivado de enfermedades crónicas y
de pluripatología médica, que no curan médicamente y que tienen necesidades muy variadas y
múltiples: necesidades médicas (farmacológicas,
biológicas) pero no solo sino también psicológicas,
familiares, sociales, tal vez espirituales y de otros
tipos.
Aquí consideramos la evidencia de las
necesidades del subconjunto de pacientes
drogodependientes muy frágiles, en situación
funcional
física,
mental,
sociofamiliar
crónicamente desfavorable que sincrónicamente
presenta comorbilidad de enfermedades médicas
crónicas en estadio avanzado de desarrollo
(EPOC, cirrosis, cardiopatías, cáncer, sida y otras)
y secuelas múltiples de estas enfermedades
que tienen difícil manejo ambulatorio. Estos
pacientes requieren continuidad de cuidados y de
acompañamiento incluso, en muchas ocasiones,
hasta su fallecimiento. La categoría de patología
dual se queda corta para dar cuenta de las
situación clínicas a las que nos referimos.
La intersección del ámbito sanitario y el social
supone un potencial de desarrollo indiscutible
tanto de modelos asistenciales como de técnicas
y de dispositivos. La clave para este potencial
está en la evaluación cualitativa y cuantitativa de
las necesidades de la población, de la red y de la
evidencia así como de la adecuación de los servicios a la necesidades objetivas y subjetivas de las
personas cuya protección se legisla garantizar.
Vemos pertinente valorar la previsión de
necesidad de cuidados continuados incluida la
estancia prolongada en recursos residenciales de
naturaleza socio-sanitaria para estas personas
frágiles con necesidades sanitarias y sociales
acuciantes. En estos recursos serían atendidos con
los denominados modelos de gestión de caso y
cuidados paliativos socio-sanitarios.
La planificación ha de estar pendiente de la
evidencia para lograr los objetivos predefinidos en
la estrategia institucional. ¿A qué nos referimos
por evidencia en este artículo? No solo a la más
conocida que es la evidencia científica disponible,
porque la verdad no es patrimonio exclusivo de
la ciencia. Hay verdad jurídica, verdad artística,
verdad social, verdad según la filosofía, verdad
narrativa,… Restringirse a la verdad de la ciencia
basándose en los niveles de evidencia es necesario
en las especialidades médicas (oncología, medicina
interna, etc.) pero no suficiente. Desde luego en
Evidencia
El último grito importado en salud mental
es sustituir la denominación de “crónico” por
22
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
“duradero”. Es evidente que el uso de palabras
“positivas” pretende constituir un aliciente para
reforzar un optimismo en la práctica profesional
y desestigmatizar. El filósofo contemporáneo
Byung-Chul Han nos cuenta provocadoramente
que esta tendencia constante a la positividad
“conduce a un colapso mental” porque impide
distinguir las palabras de las cosas.
mentales graves y duraderos, deficiencia mental);
situaciones sociales (pobreza, marginalidad, paro
crónico, desempleo prolongado, analfabetismo
funcional, exclusión y otras como la dependencia
de madres en edad avanzada con problemas
propios de salud que están para ser cuidadas ellas);
situaciones médicas (trastornos neurocognitivos
incluida demencia, derivada o no de otras
patologías médicas, ACV, EPOC, cirrosis, cáncer,
enfermedad isquémica, arteriopatías periféricas,
y otras enfermedades y secuelas de la adicción
de larga duración); y relaciones familiares (abuso,
violencia, patrones muy rígidos y disfuncionales
de convivencia y comunicación y violencia).
La denominación de “programas individualizados
de tratamiento” vela la frecuente estandarización
de los tratamientos psicológicos y el escaso ajuste
al caso N=1. De hecho es la denominación la que
nos impide apreciar la práctica común de seriar y
nos mantiene en el ideal de la individualización.
Esta visión y apreciación de la evidencia de la
cronicidad en los ejes bio-psico-social impediría
continuar con la inercia de mantener la misma
oferta asistencial en serie y si diseñar equipos o
recursos ajustados a cada caso contemplando las
circunstancias de fragilidad y de alta limitación
funcional
irreversible
por
enfermedades
concomitantes.
Las intervenciones sincronizadas de los equipos
ambulatorio y residencial afortunadamente
mantienen adheridos a muchos pacientes que lo
necesitan y especialmente a aquellos capaces de
mantener la “adherencia” a los tratamientos y
evolucionar desde estados de grave desprotección
de sus necesidades físicas, mentales y sociales,
hacia otras etapas de mayor estabilidad que, con
las garantías sociosanitarias de la red, al final
les aboque a un estado de mayor autonomía y
reinserción social.
Conocimiento
Una enfermedad se considera crónica cuando
provoca daños que tienen los siguientes atributos
(según la definición de la Comisión de la Clínica
Mayo, 1956):
El diseño longitudinal de la reinserción como una
serie de etapas consecutivas en ascenso hacia la
normalización parece que se basa en una planificación que contempla solo los casos exitosos
que siguen una trayectoria lineal. Sin embargo el
análisis de la evidencia, en la práctica recogida de
la experiencia del colectivo profesional, muestra
tanto casos de reinserción ejemplar que suceden
desde cualquier nodo de la red sin pasar por la
secuencia escalonada de recursos, como casos
en que se mantiene el uso y abuso de drogas, en
paralelo a mantener o no estilos de vida “adaptados”, así como casos que rotan por los servicios
y recursos sin visos ni de evolución ni de cambio.
•Ser permanente.
•Tener discapacidad residual.
•Estar causada por una alteración patológica no
reversible.
•Requerir entrenamiento especial del paciente
para la rehabilitación.
•Requerir previsiblemente un período largo de
supervisión, observación o cuidado.
Según la enfermería (Perdue et al., 1981) se
habla de cronicidad ante cualquier alteración de
la norma que tenga una o más de las siguientes
características:
Esta diferencia respecto a la evolución esperada
pone de manifiesto varios aspectos: bien que
las expectativas son desmesuradas para algunos
pacientes, bien que no se están aplicando las
medidas más útiles para ellos, bien que se omite
la evidencia de cronicidad implícita en diferentes
áreas tales como salud mental (trastornos
•Ser permanente.
•Tener discapacidad residual.
23
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
•Requerir entrenamiento especial del paciente
para la rehabilitación.
Enfermedad en fase terminal es la enfermedad
evolutivamente avanzada e irreversible que
presenta graves síntomas múltiples, impacto
emocional, pérdida de autonomía, con muy escasa
o nula capacidad de respuesta al tratamiento
específico y con un pronóstico de vida limitado a
semanas o meses, en un contexto de progresión
de la fragilidad.
•Requerir un periodo largo de supervisión, observación o cuidado.
Desde la perspectiva psico-social podemos
entender la cronicidad según afecte a las
capacidades y al funcionamiento psicosocial,
desde ahí habría que contemplar las alteraciones
funcionales, las restricciones para la actividad, las
limitaciones para la participación social y las que
afectan a las relaciones personales y expresivas
o comunicacionales además de la subjetividad
del paciente. Y esto después de haber aplicado
las intervenciones o psicoterapias que se supone
“científicamente” hubieran contribuido a revertir
o minimizar dichas limitaciones facilitando la
adaptación a la supuesta “normalidad”.
Situación de agonía: la que precede a la muerte
cuando ésta se produce de forma gradual, y en
la que existe deterioro físico intenso, debilidad
extrema, alta frecuencia de trastornos cognitivos
y de la conciencia, dificultad de relación e ingesta
y pronóstico de vida en horas o días.
Los Cuidados Paliativos
Sociosanitarios
Desde la perspectiva médica, según sea la forma
de inicio del daño, las enfermedades crónicas
pueden ser de inicio agudo o gradual. En los inicios
agudos, los cambios biológicos preliminares
se desarrollan antes de las manifestaciones
evidentes y por eso el debut de los síntomas es
brusco (p. ej.: ictus, infarto). Sin embargo muchos
pacientes drogodependientes crónicos se quejan
de molestias que van apareciendo con intensidad
progresiva, gradual y retrasan y tardan en acceder
a los servicios especializados y por tanto en recibir
diagnósticos médicos y tratamientos. Por esto el
diagnóstico de ciertas enfermedades crónicas les
puede llegar en momentos evolutivos avanzados
de dichas enfermedades (pasa así en cáncer, angina
de pecho, artritis reumatoide o en otras). De esto
se deriva que la esperanza de vida disminuirá (p.ej.
cáncer en estadio avanzado y metastático o infarto
recurrente).
La medicina paliativa es una especialidad médica
en países como Canadá que fue el estado pionero
en la organización de los cuidados paliativos
gracias al onco-cirujano Dr. Balfour Mount y sus
colegas debido a su gran interés por eliminar el
dolor de los enfermos oncológicos.
los cuidados paliativos se definen como un
modo de abordar la atención médica sanitaria
que contempla también la atención social,
afectiva, relacional, psicológica, familiar y,
en su caso, espiritual durante el periodo de
fragilidad y vulnerabilidad propio de la situación
de enfermedad en fase avanzada y/o terminal
(cuando los tratamientos adecuados destinados
a la curación no la consiguen). También se llaman
cuidados de confort. Consisten en un conjunto
de prácticas y respuestas profesionalizadas y de
calidad a la demanda de cuidados sensibles en la
etapa final de la enfermedad crónica o aguda.
En la actualidad se considera mejor hablar de
situaciones clínicas al final de la vida, cuando la
enfermedad en fase terminal se encuentra en el
intervalo entre enfermedad incurable avanzada y
la agonía. Enfermedad incurable avanzada sería
la enfermedad de curso progresivo, gradual, con
diverso grado de afectación de la autonomía y
de la calidad de vida, con respuesta variable al
tratamiento específico, que evolucionará hacia la
muerte a medio plazo.
La OMS los define así:
“Los cuidados paliativos son un modo de abordar
la enfermedad avanzada e incurable que pretende
mejorar la calidad de vida tanto de los pacientes
que afrontan una enfermedad como de sus
familias, mediante la prevención y el alivio del sufrimiento a través de un diagnóstico precoz, una
evaluación adecuada y el oportuno tratamiento
del dolor y de los otros problemas tanto físicos
24
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
como psicosociales y espirituales.”
quimioterapia y radioterapia debido al avanzado
estado de enfermedad que presentaba. Julio había
sido alcohólico casi toda su vida, empezó a beber
de niño con su padre, también alcohólico. Desde
hacía 8 años vivía de nuevo con su madre, viuda,
de 80 años, muy enferma que también atendía a
otro hijo menor con enfermedad mental grave y
crónica que la maltrataba. Este hermano asistía a
un hospital de día de psiquiatría donde no sabían
nada de la gravedad y la proximidad de la muerte
del familiar. Julio también tiene dos hermanas que
viven independientes con sus propios maridos e
hijos quienes suelen estar deprimidas y toman
tratamientos farmacológicos prescritos por sus
médicos de atención primaria casi cada dos
años, se las ve muy cansadas, ambas en paro de
larga duración tras haber tenido trabajos mal
remunerados que les exigían muchas horas y les
impedían descansar lo suficiente y atender las
necesidades de sus familias nucleares y de origen.
Una de las hermanas, Luisa, pide unos días antes
de morir su hermano Julio ser atendida por una
psicóloga en el hospital donde él está ingresado.
Necesitamos garantizar la dignidad y la protección
de los derechos de las personas drogodependientes
enfermas en situación avanzada y terminal. Todavía
habría que seguir hablando acerca de este tema
mucho para dilucidar si desde el diagnóstico se
establecen estas garantías a la población general.
Para ello, ante la enfermedad es pertinente
valorar la promoción del máximo bienestar posible
mientras la persona vive, y esto implica:
•Vivir sin dolor y sin los demás síntomas derivados de la enfermedad,
•Vivir con garantía de recibir continuidad en el
apoyo,
•Vivir atendido con respeto y dignidad,
•Recibiendo soporte para tolerar las frustraciones, transiciones y pérdidas,
•Minimizando la desigualdad en el acceso a los
recursos y
•Dignificando el proceso de cierre del ciclo vital
individual y familiar.
- Yo me imaginaba lo que iba a pasar, porque se
veía venir pero yo no sé si mi madre va a soportar
la muerte de su hijo, mi madre está muy mal, y si
le pasa algo a mi madre yo me muero.
El conocimiento clínico y psicoterapéutico, la
visión sistémica, la capacidad crítica y la garantía
de protección de derechos constituirían desde
mi punto de vista el sustrato mínimo para constituir equipos de trabajo coordinado que cubrieran
estas necesidades socio-sanitarias. A ellas habría
que añadir las medidas de autocuidado, apoyo
mutuo, formación continuada y supervisión para
proteger y sostener a los equipos en esta labor.
- ¿Cómo está tu madre y cómo estás tú?.
- Yo llevo deprimida toda la vida, salvo cuando
me casé y tuve a mis hijos muy seguidos y una
temporada que mi hermano estuvo en una comunidad terapéutica en Andalucía y había algo de paz
en casa, yo siempre me recuerdo deprimida… Y es
que yo no se si voy a soportar todo esto, el médico
nos ha dicho que no se va a poner mejor, que es
cuestión de días,…
Conversación Elemental:
Julio murió desangrado a los 40 años, un mes
antes le habían diagnosticado un cáncer muy
avanzado que había deformado la cavidad oral
y faríngea y afectaba sus huesos cervicales y
la vena cava, el diagnóstico tuvo lugar tras las
pruebas que le hicieron en urgencias donde le
había llevado la familia por un mareo y una caída
después de llevar varios meses comiendo apenas
nada y perdiendo mucho peso en pocos meses.
En el servicio de urgencias le practicaron una
traqueotomía urgente y revivió. Médicamente
fue descartado el tratamiento curativo de
- ¿Y tú cómo crees que necesitarías estar para sobrellevar estos días y lo que viene después?.
- Tengo que tener fuerzas, y tengo que ver a mi
madre que lo puede soportar, sin fuerzas no se si
voy a ser capaz… (llora).
- Luisa a ti ¿cómo te experimentas tú tus fuerzas?
¿cómo te llevas con ellas? ¿como te las notas?.
- (Ríe) Me las noto pues me las noto cuando
tengo ganas de hablar y cuando le doy esperanza
25
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
a mi madre que la pobre está muy desesperada.
vosotras, es más si quieres, nos podemos reunir
aquí las 4 y charlamos de cómo van las cosas y de
cómo pueden ir en un futuro…
- Ah! ya veo, así que si hablas y das ánimo y esperanza a tu madre entonces sabes que tienes
fuerzas…
- Vale, hablaré con mi hermana a ver si puede
venir una mañana porque nos turnamos, creo
que mi madre si lo necesita mucho, hablar con
alguien…
- Eh… Bueno, si más o menos. Yo lo que necesito
es no ver a mi hermano tan deprimido es que
no se mueve, ni pizarra ni rotulador ni nada, no
quiere nada…
- Muy bien, pues dime tú, mañana o pasado qué
día os viene bien para vernos aquí con tu madre
sobre las 12 y conversamos…
- A ver, a ver háblame de la depresión de tu
hermano a ver si podemos hacer algo o no para
aliviarla.
- Vale, vale, nos va a venir muy bien, Gracias.
- No creo que se pueda porque él ha estado
siempre así, muy desganado y ahora desde que
sabe que no hay tratamiento pues peor…
Bibliografía
Byung-Chul Han (2014). Psicopolítica. Editorial
Herder.
- Entonces, si yo te entiendo bien, tú lo que
necesitas es permitir a tu hermano que esté como
él suele estar siempre y como esta circunstancia le
pone. Permitir que él esté así mientras tú le acompañas o mientras le acompañan los demás. Dices
que él siempre suele estar así… O sea que es mejor
respetar eso ¿no? Yo indagaré y veré qué puedo
hacer pero lo que veo es que tú si puedes consentir ver a tu hermano como hasta ahora, ¿me
explico?.
B. Perdue et al. (1981). Chronic Care Nursing.
Springer Pub Co.
SECPAL (2014). Sociedad Española de Cuidados
Paliativos: Guía Clínica.
Navarro, J.R. (2014). Cuidados Paliativos No
oncológicos. http://www.secpal.com/guiasm/
index.php?acc=see_guia&id_guia=2
- Ya, si, se explica Vd, o sea te explicas pero duele
tanto verle así sabiendo que va a morirse… Pobrecito mío…
- Si, llevas razón Luisa, pobrecito… Yo no sé
si acaso a ti te podría valer la certeza de que tu
hermano aquí va a estar bien atendido y no va
a sufrir, no va a tener dolor, le podrás ver desvitalizado como dices, desganado has dicho ¿no?
Pero solo desganado, como preparándose para
emprender el vuelo, pero sin dolor… No se si a ti
eso te puede consolar y dar fuerza, saber que está
atendido en un buen sitio…
- Claro, claro, mejor que en casa allí muriéndose y mi madre rogándole por Dios que hiciera
el esfuerzo por comer, y el otro malmetiendo y
gritando por todas partes, pues claro si, mucho
mejor aquí…
- ¿Qué te parece si cuando hables con tu madre
le cuentas lo que hemos estado aquí hablando? Se
lo cuentas también a tu hermana y habladlo entre
26
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
CONTRIBUCIÓN DE
LA FISIOTERAPIA
Y EL EJERCICIO
TERAPÉUTICO EN EL
TRATAMIENTO DE LA
CONDUCTA ADICTIVA:
NUEVA INTEGRACIÓN
EN COMUNIDAD
TERAPÉUTICA
RESUMEN
Diversos
estudios, así como la propia
experiencia, avalan la eficacia y necesidad de
integración de programas rehabilitadores basados
en fisioterapia, ejercicio terapéutico y actividad
física, dentro del marco global del tratamiento de
la conducta adictiva en comunidad terapéutica. Se
constata que la integración de estos programas
contribuye positivamente en el cambio de hábitos
y conductas de los usuarios, ayuda en la prevención
de recaídas y son facilitadores de la consecución
de un estilo de vida saludable.
palabras clave
CONTRIBUTION OF
PHYSIOTHERAPY AND
EXERCISE THERAPY IN THE
TREATMENT OF ADDICTIVE
BEHAVIOR: NEW THERAPEUTIC
COMMUNITY INTEGRATION
Comunidad terapéutica, ejercicio terapéutico,
fisioterapia, adicción, tratamiento.
Abstract
Several studies and our own experience support
the efficacy and necessity of integration based
physiotherapy rehabilitation programs, therapeutic exercise and physical activity, within the overall
framework of the treatment of addictive behavior
in therapeutic community. It is found that the integration of these programs contribute positively
in changing habits and behaviors of users, helps in
the prevention of relapse and facilitate the attainment of a healthy lifestyle.
Keywords
Therapeutic community, therapeutic exercise,
physiotherapy, addiction, treatment.
FISIOTERAPIA Y CONDUCTA ADICTIVA:
ENFOQUE MULTIFACTORIAL
Es ineludible la relación existente entre el malestar
físico y el problema de adicción. Frecuentemente,
la persona con problemas adictivos, presenta una
amplia sintomatología física, la cual dependerá,
también, de si existen patologías asociadas,
contribuyendo negativamente al deterioro de
Eva Marfil Rull
Fisioterapeuta
Atart-Grup Atra
27
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
Desde hace dos años, la Comunidad Terapéutica
de Can Prat (ATART-Grup ATRA, Girona) ha
querido apostar por la integración, dentro del
programa rehabilitador de la conducta adictiva,
de una nueva área de intervención (área de
fisioterapia y acondicionamiento físico), basada
en un nuevo modelo integrador, con la ayuda de
las herramientas ofrecidas por la fisioterapia, el
ejercicio terapéutico y las diversas técnicas de
acondicionamiento físico.
la persona. Comúnmente, nos encontramos
durante la evaluación en fisioterapia con diversas
disfunciones, tales como; contracturas musculares,
rigidez, parestesias, problemas posturales,
síntomas neurológicos, temblores, así como
secuelas de accidentes de tráfico, autolesiones o
intervenciones quirúrgicas,…un sinfín de signos
y síntomas que caminan de la mano junto con la
problemática de la conducta adictiva.
¿Por qué no tratar conjuntamente tanto el cuerpo
como la conducta para que todo ello se retroalimente positivamente? ¿Por qué no reflexionar
sobre cómo el dolor físico puede afectar las relaciones interpersonales, los hábitos y conductas,
la proyección de las ilusiones? ¿Cómo entender
que el malestar físico hunde el estado de ánimo y
las recaídas pueden ser más habituales? ¿De qué
manera, no “medicalizada”, se está acogiendo y
atendiendo el malestar físico en los programas de
rehabilitación de la conducta adictiva?
Dicha área, realiza la evaluación y tratamiento
en fisioterapia, la prescripción del ejercicio
físico (ofrecer unos márgenes de seguridad y
una buena praxis dentro de la ejecución del
ejercicio físico), la coordinación, supervisión
y seguimiento de las diferentes actividades y
la formación y asesoramiento constante a los
demás componentes del equipo interdisciplinar
en materia de acondicionamiento físico y hábitos
saludables.
A través de las acciones terapéuticas y educativas del área de fisioterapia, se generan actividades
y estrategias para mejorar la condición física del
usuario, mejorar el estado de tensión y estrés,
detectar y evaluar posibles necesidades específicas para una mejor orientación individual dentro
de la gestión de grupo y asegurar el “buen uso”
de la actividad física y diversas técnicas de acondicionamiento físico, ayudando a prevenir lesiones y
optimizando los beneficios.
Es factible pensar que interviniendo sobre el
cuerpo podremos incidir positivamente sobre el
estado mental y emocional de la persona y de su
conducta.
La intervención en fisioterapia, como parte integrante del tratamiento de la conducta adictiva,
asociada o no, a trastorno mental, se expresa de
una forma amplia y tiene un enfoque multifactorial, ya que se adapta a la gran diversidad de
síntomas físicos que expresa de forma individual
cada usuario. El amplio abanico de intervención,
contribuye eficazmente al tratamiento sintomatológico global de la persona, ayudándola tanto a
restablecer su funcionalidad, así como, reeducar
su patrón respiratorio, trabajar su psicomotricidad
o mejorar sus capacidades físicas (fuerza, resistencia, flexibilidad,…)
Para poder planificar un programa rehabilitador
de forma eficaz es preciso plantearse una concreción de objetivos.
Pimentel (2001) comenta la importancia de
algunos aspectos fundamentales que deben considerarse en la selección y secuenciación de los
objetivos necesarios para poder llevar a cabo
un coherente planteamiento terapéutico. Estos
aspectos a tener en consideración son: la fase
de tratamiento (acogida, comunidad terapéutica o reinserción social), el historial toxicológico
(deterioro según años de consumo, drogas consumidas, edad inicio, etc…, patologías asociadas
(VHI, problemas cardiovasculares, hepatopatías,
cuadros depresivos,…), características sociodemográficas del usuario (edad, sexo, nivel sociocul-
El doctor en fisioterapia en salud mental, Catalán
Matamoros (2009), en uno de sus artículos sobre
la efectividad de la fisioterapia en salud mental,
recoge el comentario de la profesora Liv Helvik
Skjaerven, de la Universidad de Bergen (Noruega),
en la que afirma que el reto que debe lograr el
fisioterapeuta que trabaja en esta especialidad
consiste en incluir las dimensiones psicológica y
existencial en la intervención fisioterapéutica.
28
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
tural, influencias ambientales,…el historial deportivo y las preferencias personales (practicante, no
practicante, tipo de deportes practicados…) y los
recursos materiales, económicos y humanos del
entorno terapéutico. La intencionalidad de las directrices debe ser física, psicológica y social.
conductas de abuso, conduce a la adicción.
“Desde hace mucho tiempo, los profesionales de la
salud han luchado para descifrar cuál es la mejor forma
de tratar a los pacientes que sufren de dolor crónico, que
en los Estados Unidos son alrededor de 116 millones. Su
dilema se debe a los riesgos potenciales involucrados con
el tratamiento a largo plazo, tales como el desarrollo de
tolerancia a los fármacos (y la necesidad de que se tenga
que aumentar la dosis), la hiperalgesia (aumento de la
sensibilidad al dolor) y la adicción. Incluso los propios
pacientes pueden ser reacios a tomar un medicamento
opioide recetado para ellos, por temor a convertirse en
adictos.” (NID, The Sciencie of drug abuse & addiction,
2012)
Existe, indudablemente, dentro de los programas fisioterapéuticos, una intención educacional
que ayuda a crear y desarrollar conocimiento y
autonomía, que quiere expresarse en las tres dimensiones anteriormente citadas.
Desde esta perspectiva, las intervenciones
realizadas per el fisioterapeuta van encaminadas,
a parte de la rehabilitación física del usuario,
a contribuir y promover, dentro, también de
la dimensión psicológica y social, el desarrollo
de diferentes capacidades y valores, como la
autonomía, la responsabilidad, la socialización,
la cooperación, la transparencia, tolerancia y el
sentimiento de pertenencia, entre otros.
La intervención en fisioterapia cumple con el
objetivo de tratar en lo posible el dolor por medios
físicos, no invasivos y no adictivos. Elementos de intervención frecuentes son la electroterapia, la masoterapia, la termo-crioterapia, las movilizaciones,
los estiramientos y el ejercicio terapéutico, entre
otras técnicas.
Podemos afirmar que la fisioterapia ayuda, a
través de su gran abanico de técnicas y del trasfondo positivo y educacional, a contribuir a un
cambio positivo de actitud y valores.
DOLOR Y ADICCION
Dichas intervenciones tenderían a disminuir la
prescripción de más analgésicos y antiinflamatorios, proporcionando un cambio en los hábitos
y cogniciones (cambio en la asociación “dolor/
malestar-fármaco”), que haría que el propio
usuario estuviese más capacitado para responsabilizarse de su propia recuperación con la ayuda
de las directrices (consejos posturales, etc,…) y
tratamientos (medicina física) no adictivos del
fisioterapeuta.
La mayoría de usuarios ingresan en comunidad
terapéutica muy medicados. Algunos de estos
fármacos, que están prescritos para el dolor (neuropático, musculoesquelético…), tomados a largo
plazo, pueden producir adicción.
Sobre el dolor y el malestar físico, entendemos
que pueden disminuir si son atendidos desde una
dimensión amplia, y que el apoyo psicosocial y
relacional van a influir en gran medida para que
el usuario se sienta escuchado, atendido, y así,
manejar de forma más estratégica su dolor.
Mediante los diferentes espacios terapéuticos
grupales, se puede incidir en la construcción de
responsabilidad, cohesión grupal, gestión del
grupo y consecución de objetivos comunes y
personales.
Se puede cuestionar la facilidad con que son
recetados estos medicamentos ante la ausencia
de alternativas terapéuticas eficaces para tratar la
causa del dolor, no sólo la sintomatología, junto
con largas listas de espera en los servicios de
rehabilitación.
Desde la fisioterapia y el ejercicio terapéutico, y
asumiendo toda la dimensión bio-psico-social de la
persona, se actúa sobre el dolor y malestar físico de
una manera, me reitero, no invasiva ni tóxica.
Tal como plantea Linde, M et al. (2013), el abordaje
psicológico del dolor crónico debe responder a dos
aspectos: actuar sobre el dolor, de modo que los
sistemas de regulación natural operen adecuada-
A veces, el tratamiento farmacológico para el
dolor crónico, inevitablemente, en usuarios con
29
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
mente y, en segundo lugar, evitar que el mismo se
haga dueño de la vida del paciente, impidiéndole ser
persona,…
patologías del sistema neuromusculoesquelético,
traumáticas o funcionales. ¿Cuántas veces hemos
visto usuarios derrumbados e incapacitados por el
dolor? No sólo bloquea y anula el dolor emocional,
también el dolor físico: lumbociáticas de repetición,
luxaciones recidivantes, periartritis escapular, artrodesis, secuelas de accidentes, polineuropatías…
Promover la aceptación social, así como el
reconocimiento y la exposición a las emociones y
sensaciones del paciente, contribuye a reducir la
percepción de amenaza y del mantenimiento del
dolor.De acuerdo con Durán et al. (2008), la interacción
social, dado que implica el establecimiento de
vínculos cercanos con otros y la actividad constante,
viene a ser un factor de protección para la salud de
las personas. En la medida que se comience a valorar
sus experiencias y capacidades, facilitándole ser una
persona activa en su propia vida y en la vida de los
que le rodean, se promueve la interacción social,
mejorando así su calidad de vida.
Para poder objetivar la prevalencia de las patologías o disfunciones musculoesqueléticas y/o
enfermedades asociadas en población con problemas de conducta adictiva, realizamos, a través de la
evaluación en fisioterapia y con la ayuda adjunta de
informes médicos, una clasificación en %.
Esta evaluación ha sido realizada a 82 usuarios ingresados en el transcurso de dos años, en la comunidad terapéutica de Can Prat.
Evidenciamos la incidencia positiva del entorno y
las relaciones sociales sobre el malestar y el dolor
crónico, y como las actividades de grupo (por la capacidad que tienen de restablecer vínculos favorables), pueden ayudar a minimizar la percepción del
dolor y el disconfort, apoyando a los tratamientos
conservadores de fisioterapia.
Se ha llegado a la conclusión, de que por el
momento, el % más elevado pertenece al grupo
clasificado como patología lumbar en un 15,8%, siguiendo los problemas de sobrepeso y obesidad, en
un 14,6%. Por orden decreciente encontramos un
9,7% en cervicobraquialgias, un 8,5% en gonalgias,
un 7,3% en secuelas por accidentes de tráfico, la
mayoría de las cuales en situación de consumo, un
7,3 % en patología cardíaca y respiratoria, un 2,4% en
homalgia (en su gran mayoría tendinitis del supraespinoso y del tendón de la porción larga del bíceps),
un 1,2% en esclerosis múltiple (EM), y por último
un 1,2% en enfermedad reumática autoinmune (espondilitis anquilopoyética).
No menos importante que el tratamiento es la
prevención. La realización de charlas formativas e
informativas y talleres teórico-prácticos dirigidos a
los usuarios, son un elemento fundamental para la
consecución de los objetivos anteriores. Algunos
de los talleres realizados en comunidad terapéutica
que han tenido una repercusión positiva han sido:
higiene postural y consciencia corporal, diversas formaciones sobre actividad física y hábitos saludables,
nutrición equilibrada, pautas de hidratación correcta,
la importancia de estirar correctamente, etc.
1. CLASIFICACIÓN DE LAS
PATOLOGÍAS/DISFUNCIONES
EVALUADAS
Todas estas actuaciones terapéuticas favorecen las
expectativas de mejora de la calidad de vida de los
usuarios con conducta adictiva.
Hemos evidenciado que existe una relación entre
sobrepeso/obesidad y problemas lumbares, unido
a una baja autoestima, descuido de la autoimagen,
desánimo por el dolor, sedentarismo y malos hábitos
posturales.
CLASIFICACIÓN DE PATOLOGÍAS
Y/O DISFUNCIONES MÁS COMUNES
EVALUADAS EN FISIOTERAPIA EN
COMUNIDAD TERAPÉUTICA
Todos estos factores han hecho incluir a este grupo
de usuarios, afectados de problemas lumbares y
sobrepeso, dentro de planes integrales de salud,
realizados en la misma comunidad terapéutica,
incluyendo dietas hipocalóricas, ejercicio aeróbico
moderado controlado diario y ejercicios terapéuticos
Cada vez más, tal como hemos mencionado anteriormente, encontramos asociado al problema
de conducta adictiva, trastornos, disfunciones y
30
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
Gráfico 1: Clasificación de las patologías/disfunciones evaluadas (Marfil Rull, 2014)
rehabilitadores lumbopélvicos.
dolor (EVA). Después de la realización de ejercicios
terapéuticos lumbares, supervisado durante 3 meses,
4 veces por semana, basados en la flexibilización de
la columna lumbar, la estabilización lumbopélvica y
la tonificación del transverso abdominal, multifídus
y mm. glútea, se observan los siguientes resultados:
Actualmente, se está trabajando con 6 usuarios que
presentan problemática lumbar. A nivel evaluativo se
ha utilizado un cuestionario específico para valorar
la discapacidad producida por dolor lumbar: el test
de Oswestry (Fairbank, 2000) unido a la escala del
2. EVOLUCIÓN POSITIVA DE LA DISCAPACIDAD POR DOLOR LUMBAR
(Marfil Rull, 2014)
31
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
3. SIGNIFICADO DEL RESULTADO EN % DE LA DISCAPACIDAD
(Fairbank, Couper, Davies y O’Brien, 1980)
A modo de conclusión, se observa una clara disminución del % de discapacidad por dolor lumbar,
lo que indica que las herramientas y la progresión
de ejercicios basados en el pilates clínico, son una
buena elección terapéutica, cumpliéndose los objetivos predeterminados.
que se conoce como comorbilidad, a menudo
complica los planes de tratamiento y de gestión.
El tratamiento estándar del trastorno mental,
puede necesitar ser modificado en vista de los
cambios físicos, por ejemplo, de una enfermedad
reumática o de la medicación utilizada para su
tratamiento. Del mismo modo, puede verse
modificado el tratamiento o la intervención sobre
problemas musculoesqueléticos en presencia
de trastorno mental. Dado que el manejo clínico
de las personas con comorbilidad puede ser más
complejo, la información sobre la prevalencia
de comorbilidad debería ayudar a evaluar la
necesidad de una atención más integrada.
Se constata, a través de una entrevista posterior
de todos los usuarios que han participado en el
programa terapéutico lumbar, una interrelación
positiva entre una disminución del dolor lumbar
y un aumento de la motivación, energía y deseo
de participación en las diferentes actividades de la
comunidad terapéutica, así como mayor consciencia e identificación de límites y mayor tolerancia a
la frustración, cultivando en su mayoría la paciencia y la escucha.
A través del estudio de las estadística de dos
años, se realiza un estudio de 82 usuarios (CT Can
Prat, 2012/2013), todos ellos con patología dual y
conducta adictiva (por lo que no podremos valorar
el % de patología musculoesquelética sin patología
dual), para objetivar el % de comorbilidad entre
patología dual y trastornos/disfunciones musculoesqueléticas.
Todo ello se traduce a que la intervención
fisioterapéutica ayuda a un cambio de actitud y
hábitos, centrando la atención en el tratamiento
global, favoreciendo el deseo de integración,
colaboración y participación con los demás
miembros del grupo de residentes y con las
diversas actividades que fomenta la comunidad
terapéutica, así como el deseo de emprender
nuevos proyectos personales.
5. PATOLOGíA DUAL Y TRASTORNO
MUSCULOESQUELÉTICO
Se observa una comorbilidad de patología dual
con trastornos musculoesqueléticos del 32,9% en
hombres y del 18,2% en mujeres con conducta
adictiva, mientras se observa un 26,8% en mujeres
y un 21,9% en hombres con patología dual que no
presentan problemas musculoesqueléticos. Todo
ello se traduce en un porcentaje total del 51,1%
de comorbilidad.
4. PATOLOGíA DUAL Y PROBLEMAS
MUSCULOESQUELÉTICOS:
COMORBILIDAD
Según un estudio realizado por Australian
Physiotherapy Association (2011), sobre
trastorno mental asociado con problemas
musculoesqueléticos, afirma que la aparición
de enfermedades musculoesqueléticas junto
con trastorno mental en una misma persona, lo
Muchos de los trastornos musculoesqueléticos
pueden mejorarse a través del ejercicio físico, la
32
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
(Marfil Rull, 2013)
reeducación postural (contracturas musculares,
alteraciones de las curvas, etc.) y los tratamientos
conservadores de fisioterapia.
línea” en todos los pacientes (Nahas y Sheikh,
2011), donde la prescripción debe ser adaptada al
nivel actual, el tipo y la intensidad de la actividad
preferida.” (Blake, H, 2012)
Ante la presencia de un alto porcentaje de comorbilidad, el ejercicio terapéutico estará prescrito
teniendo en cuenta ésta condición, estableciendo
objetivos y particularidades, según cada caso, intentando, como objetivo final, la integración de la
persona con comorbilidad en el grupo.
Tal como hemos citado anteriormente, el ejercicio físico ayuda a mejorar el estado de ánimo
y a rescatar la motivación, traduciéndose en una
mejora de hábitos, conductas y cogniciones.
BENEFICIOS DEL EJERCICIO FÍSICO Y
TÉcnICAS DE ACONDICIONAMIENTO
EN RELACIÓN AL TRATAMIENTO DE LA
CONDUCTA ADICTIVA
Una de las patologías psiquiátricas asociadas al
usuario con conducta adictiva es la depresión.
El siguiente estudio nos avala de los beneficios
producidos por el ejercicio en usuarios con esta
problemática dual. Estos síntomas depresivos, se
encuentran en mayor medida, en las fases de deshabituación en usuarios con adicción a la cocaína
y/o alcohol.
Podemos afirmar que, la actividad física y las
diversas técnicas de acondicionamiento, mejoran
tanto el estado físico como el anímico, potenciando las capacidades físicas y de autogestión, la
autoestima y la energía, y como se ha visto anteriormente, la conducta, los hábitos y el estilo de
vida.
“En general, la evidencia sugiere que el ejercicio
puede mejorar los síntomas depresivos, observándolo
incluso en aquellos usuarios que sufren de trastorno
depresivo mayor, en los que se ha demostrado mayor
eficacia terapéutica que en otros grupos de trastorno
psiquiátrico (Tordeurs et al ( Pilu et al. , 2007, 2011 ) .
“Entre los mecanismos mediadores y/o explicativos de
los efectos positivos del ejercicio en el tratamiento de la
dependencia de substancias psicoactivas (Marlatt,1985;
Read y Brown, 2003), se encuentran: conseguir estados
placenteros similares a los producidos por el consumo,
mediante la activación de los mecanismos de neurotransmisión y las áreas de refuerzo, la reducción de
El ejercicio, además, puede ejercer una influencia positiva en la calidad de vida…la magnitud de
los beneficios del ejercicio conocidos para la salud,
ha hecho proponerlo como “terapia de primera
33
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
sintomatología ansiosa y depresiva inducida durante la
abstinencia y, en general, la mejora de los estados de
ánimos, el incremento de la autoeficacia, la promoción
del ejercicio como una alternativa positiva al consumo,
con el objetivo de progresar hacia un cambio de estilo
de vida más saludable, el empleo del ejercicio como
estrategia de afrontamiento y reducción del estrés,
como técnica que facilite la reducción del craving
y como estrategia para incrementar las relaciones
interpersonales y el apoyo social cuando el ejercicio se
realiza en grupo” (Siñol et al., 2013)
• las estrategias para la gestión de un tiempo
de ocio activo y,
• el conocimiento del entorno y las posibilidades de relación con el mismo a través de
la actividad física.
Otros autores proponen desarrollar la facilitación
de estrategias de mantenimiento de la adherencia
(Algueró, 1995 y Riera, 1997) debido a los mayores
tiempos de abstinencia alcanzados en sujetos que
practican actividad física (Sinyor y cols., 1982 y
Burling y cols., 1992) y la capacitación profesional
en ámbitos relacionados con el mundo del deporte
(Clement, 1993b y Cagni, 1994).
Otros autores concluyen que el ejercicio físico
puede ayudar a evitar las recaídas en el consumo
al ofrecerse como una alternativa positiva:
“…Asimismo, el ejercicio físico regular ha sido sugerido
como una actividad alternativa al consumo de sustancias psicoactivas, siendo altamente recomendado como
elemento facilitador de estilo de vida (Marlatt, 1985),
así como estrategia útil para la prevención de recaídas”
(deRutier y Faulkner, 2006)
LA IMPORTANCIA DE LA CONCRECIÓN
DE OBJETIVOS
Cualquier actividad dentro del programa
creado y coordinado por el área de fisioterapia
acondicionamiento CT Can Prat, está diseñada en
función de unos objetivos, pensados y abordados
de forma interdisciplinar. De nada sirve que los
usuarios realicen una actividad con un alto grado
de tecnicismo, cuando no hay unos objetivos
claros que conduzcan a la rehabilitación, tanto
física como conductual.
Encontramos otros aspectos interesantes aportados por Pimentel (2001), en la que nos habla de
los contenidos conceptuales y actitudinales y la
necesidad de incluirlos en los programas de actividad física dentro de las comunidades terapéuticas, inspirado en autores como Fridinger y Dehart
(1995), Peterson y Johnstone (1995) y Kremer y
cols.
Una actividad sencilla puede convertirse en una
gran herramienta terapéutica si existe concreción en sus objetivos. Sin embargo, se reconoce
la eficacia de combinar adecuadamente una actividad de alta calidad (en cuanto su contenido,
expresión, técnica,…) avalada por profesionales
cualificados, junto con la reflexión pro-positiva de
cambio que facilitará la plasmación de los objetivos hacia los cuáles nos queremos dirigir.
Estos contenidos de los que nos habla Pimentel
(2001) y que tenemos en cuenta en los objetivos
del programa fisioterapéutico en comunidad terapéutica, son:
• la relación de las capacidades física con la
salud,
• el conocimiento sobre las áreas de la salud
más abandonadas,
Algunos de estos objetivos, de los cuáles ya
habla Pimentel (2001), son la recuperación del
estado físico-motor a través del ejercicio físico, la
reeducación física o la psicomotricidad, la colaboración en la recuperación psicológica del sujeto
con conducta adictiva, la contribución en la reinserción social y el establecimiento de relaciones
interpersonales a través del deporte. Asímismo
se reconocen diversos tipos de abordaje eficaces
para contribuir en la rehabilitación física y de la
conducta adictiva a través del ejercicio terapéu-
• el control del estrés a través de la práctica
deportiva,
• los conocimientos básicos sobre nutrición y
necesidades energéticas,
• los aspectos psicológicos del ejercicio,
• las estrategias para la autoadministración de
la práctica del ejercicio físico.
34
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
ponentes en el modelo de prevención de recaídas
de Marlatt y Donovan (2005), éste aspecto ha
tenido menos repercusión en los programas de
prevención de recaídas. A pesar de esta falta de
atención en la literatura empírica, los métodos
que tratan de promover cambios de estilo de vida
saludables puede contribuir al mantenimiento, a
largo plazo, de la recuperación del usuario y, las
intervenciones enfocadas en la planificación de
actividad física, en particular, pueden ser especialmente valiosas como tratamiento coadyuvante
dentro del programa global rehabilitador.
tico y diversas directrices útiles a tener en cuenta,
facilitadoras de la integración social, la autonomía
y el cambio hacia un estilo de vida más saludable.
Estos abordajes son:
• “Abordaje psicomotriz. Weiss (1992) propone
ejercicios perceptivos y de relajación combinados con actividades deportivas orientados
a tratar los profundos problemas relacionados con la noción de corporalidad, percepción corporal y el esquema corporal,
• Abordaje físico-condicional orientado hacia
la recuperación creciente de la condición
física,
Por ello, hemos conseguido integrar a través de
la puesta en común de objetivos terapéuticos y
de la cooperación del equipo de profesionales de
forma interdisciplinar, dichas intervenciones en
beneficio de la recuperación física, psicológica y
social del usuario.
• Abordaje psicosocial para otorgar progresivamente más competencias en la gestión de
su propia actividad física y su tiempo libre.
Los contenidos seleccionados de acuerdo con
estas directrices habrán de ser útiles para facilitar la inclusión social (circuitos de competición
deportiva, colectivos amateurs, clases de baile
de salón,...) promover la realización autónoma
(correr por su cuenta, inscribirse en un gimnasio,
pasear en bicicleta,...), en fin, capacitar al sujeto
para gestionar la vida deportiva y el tiempo libre,
dotándolo de aprendizajes funcionales y significativos (Coll, 1993) y educar en el cuidado del
propio cuerpo y en los estilos de vida saludables.”
(Pimentel, 2001)
“La naturaleza de los trastornos adictivos es un
fenómeno complejo que no cuenta con un modelo
teórico unívoco. West (2006) identificó hasta un
total de 98 teorías y modelos de la adicción. Agrupar
o clasificar este conjunto de teorías y modelos
se ha convertido en una tarea difícil, pero todas
ellas confluyen en sus componentes principales:
lo biológico, lo comportamental y lo social. Hay,
por tanto, un acuerdo generalizado en entender
la adicción como un fenómeno bio-psico-social”
(Llorente del Pozo y Iraurgi-Castillo, 2008).
Por ello, a través de la intervención en fisioterapia y la actividad física incidimos en todas estas
dimensiones, física, psicológica y social.
INTEGRACIÓN DE FISIOTERAPIA Y
EJERCICIO TERAPÉUTICO DENTRO
DEL PROGRAMA REHABILITADOR EN
COMUNIDAD TERAPÉUTICA
Como conclusión, y basándonos en la revisión de
estudios enfocados en demostrar la eficacia del
ejercicio físico en población drogodependiente
(Siñol et al., 2013), afirmamos los beneficios de
integrar estos programas en el plan terapéutico
global, como coadyuvantes al tratamiento
farmacológico, psicológico y social, son
constatables y altamente recomendables.
Si bien es cierto que la integración de programas
rehabilitadores físicos correctamente planificados,
ya sea mediante técnicas fisioterapéuticas o
herramientas basadas en el ejercicio terapéutico
y actividad física, no abundan en la mayoría de
comunidades terapéuticas, creemos firmemente
en la eficacia y la necesidad de integración de
estos programas dentro del marco global del
tratamiento de la conducta adictiva.
“Ya sea como intervención para la reducción del
consumo, para la disminución de la sintomatología
de abstinencia producida tras la retirada de la
sustancia o como alternativa al consumo de
sustancias psicoactivas, la utilidad del ejercicio físico
como estrategia coadyuvante de los tratamientos
Brown, R. et al (2010), comentan que aunque la
modificación del estilo de vida fue uno de los com35
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
terapéuticos habituales parece demostrado, al
menos en el caso de algunos de los trastornos
adictivos. Sin embargo, no es una herramienta
utilizada en la práctica habitual, incluso a sabiendas
de ser una intervención rentable, flexible, accesible
y con pocos efectos secundarios, además de
conocerse ampliamente sus efectos beneficiosos
sobre la salud física y mental,…
Brown, R.A.(2010). A pilot study of aerobic
exercise as an adjunctive treatment for drug
dependence. Ment Health Phys Act,3(1):27-34
doi:10.1016/J.MHPA.2010.03.001.
Catalán, M. (2009). La fisioterapia en Salud
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Doyma,31(5), 175-176. Recuperado de http://www.
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Como conclusión, parece razonable y
potencialmente útil proponer la incorporación de
programas de ejercicio físico en el tratamiento
habitual de la dependencia de sustancias
psicoactivas. Esta incorporación podría realizarse de
diferentes maneras: desde el simple asesoramiento
de pautas de actividad física a realizar, mediante
counseling o intervenciones motivacionales breves,
hasta la incorporación de programas supervisados
por especialistas vinculados a los centros de
tratamiento. Estableciendo una buena supervisión
y asesoramiento por parte de profesionales
formados adecuadamente, los usuarios podrían
obtener beneficios no despreciables, entre ellos una
mejoría de su salud y bienestar y, en definitiva, una
mejora de su calidad de vida,…Finalmente, destacar
que la existencia de un elevado interés, buena
aceptación y actitud positiva hacia el ejercicio físico
en población adicta, convierte dicha intervención
en especialmente viable y factible en el colectivo de
personas en tratamiento de su trastorno adictivo”.
(Siñol et al. 2013)
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36
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
LA RECAÍDA EN EL
CONSUMO DE ALCOHOL
Y SUSTANCIAS: UN
TRATAMIENTO
ALTERNATIVO DESDE
LA PERSPECTIVA DE
MINDFULNESS
Resumen
En respuesta a la alta tasa de recaídas que
existe en personas que consumen alcohol y/o
sustancias tras la abstinencia conseguida después
del tratamiento, el presente artículo estudia los
componentes que afectan significativamente la
probabilidad de recaída en consumidores, como
el craving y los factores de riesgo. Además, el
artículo examina un tratamiento alternativo con
el empleo de la práctica de mindfulness (atención
plena y consciente) la cual ha mostrado su eficacia
en diferentes trastornos. Se exponen los más
relevantes hallazgos encontrados con el empleo
del programa de prevención de recaídas basado
en mindfulness (MBRP) para el tratamiento del
consumo de alcohol y/o sustancias y se analizan
los beneficios añadidos que supone en contraste
con los tratamientos habituales.
ALCOHOL AND SUBSTANCE
ABUSE RELAPSE: AN
ALTERNATIVE TREATMENT
FROM THE PERSPECTIVE OF
MINDFULNESS
Palabras Clave
Recaída, craving, factores de riesgo para la
recaída, mindfulness, prevención de recaídas
basada en mindfulness (MBRP).
Abstract
As a response to the high relapse rate that exists
within individuals who consume alcohol and/
or drugs after successful withdrawal following
treatment, this research article aims to study the
components that significantly affect substances
abusers likelihood to relapse, such as craving
and risk factors. In addition to this, the article
also explores an alternative treatment with
mindfulness practice, whose effectiveness has
been proven along other different disorders.
Besides, the most relevant findings using the
program of mindfulness-based relapse prevention
(MBRP) for the treatment of the alcohol and/or
drugs use are set out and the extra benefits added
by MBRP in contrast with standard treatments are
analysed.
Keywords
Beatriz Regadera Martínez
Relapse, craving, risk factors for relapses, mind-
Psicóloga en la Clínica Cattell Psicólogos
37
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
fulness, mindfulness based relapse prevention
(MBRP).
que aparecen a más largo plazo (Marlatt y George,
1984).
INTRODUCCIÓN
Entre la recidiva y la recaída se dan una serie de
procesos cognitivos con los que podemos trabajar
para evitar la vuelta al consumo continuado. La
persona que ha dejado de practicar una conducta
con connotaciones negativas tiende a ver la
recidiva como un fenómeno sentenciador. Tira
por la borda todos sus esfuerzos anteriores y
deja puerta abierta a la conducta evitada de una
forma compulsiva e incontrolada. Esto sería lo
que Marlatt denominó “efecto de violación de la
abstinencia” (EVA), un mediador psicológico según
el cual dependiendo de las causas y las emociones
que la persona atribuya el acto de consumir tras
la abstinencia puede generar una sensación de
indefensión. Al no entender el acto como una
recidiva, aumenta la probabilidad de recaer. En
cambio, si enseñamos a la persona a ver el desliz
como lo que es, un fenómeno discreto y del que
puede aprender, se consigue que la persona no
sufra tanto, continuando con su trabajo en el
proceso de la abstinencia.
Terapias cognitivo-conductuales utilizadas a lo
largo de las últimas 30 décadas para el tratamiento
de los trastornos por consumo de alcohol y otras
sustancias han mostrado su eficacia y efectividad
en una gran variedad de trastornos adictivos y
de población a la que van dirigidos. Sin embargo,
existe una alta tasa de recaídas (Luengo et al.,
2001; Milkman et al., 1984), por lo que muchas
investigaciones se han centrado en identificar
qué predictores existen en la recaída en el
consumo de la droga y en desarrollar tratamientos
farmacológicos y psicológicos que puedan ayudar
a prevenirla.
¿Que es la recaída?
El fenómeno de la recaída ha recibido diferentes
concepciones. En síntesis, se trata de un proceso
o un evento discreto que gradualmente e
insidiosamente lleva a la vuelta al consumo de
la sustancia con la misma intensidad que en los
niveles anteriores al tratamiento o al consumo
diario. En definitiva, es una consecuencia que lleva
a la necesidad de iniciar de nuevo el tratamiento
(Connors et al., 1996). Sin embargo, la definición
de recaída más aceptada, es la de Marlatt (1985),
quien entiende la recaída como el retorno a la
conducta dependiente que se había intentado
cambiar, recuperando o no los niveles de la línea
base anterior al tratamiento.
La recuperación no es sólo la ausencia del
consumo de drogas sino también la capacidad
de responsividad, de evitar las recaídas. Tenemos
que tener en cuenta los riesgos externos, como
situaciones de alto riesgo o la presión social. Sin
olvidarnos de los riesgos internos, los aspectos o
patrones cognitivos, emocionales o fisiológicos
que incitan a una persona a recaer en la droga.
En las recaídas en el consumo de alcohol u otras
drogas encontramos que uno de los mayores
predictores y uno de los criterios diagnósticos
más importantes del síndrome de dependencia
es el craving. Las definiciones del concepto de
“craving” son muy diversas pero la más común es
la que lo traduce como el deseo intenso (Robinson
y Berridge, 1993) y las ganas compulsivas e
irrefrenables de consumir (Cox y Wray, 2002) o de
sentir los efectos psicotrópicos, que pueden ser
experimentadas como pensamientos intrusivos
(Kavanagh et al., 2006) y que aparecen ante
estados de abstinencia.
Es importante distinguir la recaída del laspo,
desliz, caída temporal o recidiva, que supone el
primer consumo después de un periodo de abstinencia. La recidiva o el desliz, es un obstáculo o un
retroceso en el intento de una persona de cambiar
o modificar una conducta concreta. En cambio, la
recaída supone el uso continuado de la sustancia
después de este desliz.
La recaída se produce ante el fenómeno de
craving o deseo intenso por consumir. Se anticipan
los efectos positivos inmediatos del consumo y no
se presta atención a las consecuencias negativas
Debido a que el craving es uno de los principales factores de riesgo para la recaída, muchas
38
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
terapias se centran en la reducción o el manejo
de este deseo. En el presente artículo se estudian
algunos de los tratamientos empleados hasta
ahora. Además, dado que distintas intervenciones
basadas en mindfulness han sido exitosas en el
tratamiento de otros trastornos como la depresión
(Segal et al., 2002), el síndrome del intestino irritable (Gaylord et al., 2011), el dolor crónico (Rosenzweig et al., 2010) y en problemas relacionales
(Carson et al., 2004), se estudia la posible ventaja
del uso del mindfulness en el tratamiento del
consumo de sustancias. Así, se examina la terapia
de prevención de recaídas basada en mindfulness (MBRP) cuya eficacia ha sido evidenciada
empíricamente. Y se analizan los beneficios de
emplearla como terapia combinada conjunto a las
terapias cognitivo-conductuales habituales.
cognitivas, motivacionales, de aprendizaje social,
psicobiológicas y de condicionamiento a través
del mindfulness. Desde esta perspectiva, se puede
promover una terapia que integre los distintos
modelos, centrando los objetivos del tratamiento
de prevención en los diferentes aspectos del
craving implicados tanto en los estados afectivos,
como en las expectativas del consumo, los estilos
y procesos cognitivos, la actividad neural y la
percepción de autoeficacia.
Los desencadenantes de la recaída ponen en
marcha el proceso automático que resulta de
la asociación malestar-craving y que lleva al
consumo. La práctica de mindfulness permite
el desarrollo de la habilidad para hacer frente a
estos desencadenantes. La vergüenza, la culpa o
el pensamiento negativo que conllevan el sentir el
deseo intenso de volver a consumir se reducen a
través de la toma de conciencia de estos procesos
y su aceptación, disminuyendo con ello el riesgo
de recaer (Klein, 2007). Además, promueve la
conciencia de los patrones de pensamiento y
comportamiento automatizados, habituales o
inconscientes. Y, asimismo, la habilidad para
responder conscientemente a los sucesos y las
experiencias desafiantes, en lugar de reaccionar a
ellos (Garland et al., 2012).
¿Por qué aparece el craving?
Según desde que modelo nos posicionemos, encontramos que el origen del deseo intenso por
consumir se atribuye a diferentes aspectos:
Desde el modelo biológico, algunos estudios
sugieren que neurotransmisores como la
dopamina, la serotonina y el GABA están implicados. Desde modelos afectivos, las expectativas
y los estados negativos de afecto elicítan la aparición del craving. Mientras que desde modelos
cognitivos, la aparición del craving está influida
por los estilos cognitivos, la memoria y la toma de
decisiones basada en procesos automáticos.
EL TRATAMIENTO DEL CONSUMO DE
ALCOHOL Y/O SUSTANCIAS
A pesar de la eficacia de muchas terapias en la
consecución de la abstinencia, la recaída es un
suceso bastante frecuente. Por ello, se ha visto
como un trastorno crónico recidivante (Leshner,
1999; Connors et al., 1996; Milkman et al., 1984).
Varios estudios informan de que la recaída ocurre
entre los 6 y 8 meses tras la desintoxicación hospitalaria (Grau-López et al., 2012, Smith et al., 2010,
Guirado et al., 1994; Sweet et al., 1989). También
se ha visto que los pacientes con mayores probabilidades de recaída son aquellos que consumen
heroína, los policonsumidores, los que consumen
horas previas al ingreso hospitalario para la desintoxicación, los pacientes con comorbilidad médica
o los que tenían trastornos afectivos comórbidos
(Grau-López et al., 2012).
Otras perspectivas encuentran su origen en el
refuerzo contingente a la conducta de consumo,
como en los modelos de condicionamiento
operante; o en la exposición repetida a la droga,
según los modelos de condicionamiento clásico. Y
en expectativas, atribuciones, imitación y autoeficacia, según los modelos de aprendizaje social.
Todos los planteamientos anteriores explican de
forma plausible la posible causa de este deseo
intenso por consumir. Por lo que quizá, lo más interesante sería entender su origen como múltiple
y que todo lo citado anteriormente esté implicado
en el proceso de craving.
El presente trabajo pretende abordar el
fenómeno de craving desde las perspectivas
39
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
La atención plena puede ser utilizada como una
habilidad cognitiva para manejar el craving, los
síntomas de la abstinencia y el malestar emocional,
y esta habilidad podría persistir en el tiempo ejerciendo un efecto a largo plazo en respuesta a las
señales de consumo (Davis et al., 2007).
consumo (Garland et al., 2010).
Como vemos, la capacidad y la percepción de autocontrol están fuertemente relacionadas con la
consumición. Tener estrategias de afrontamiento
para hacer frente a las situaciones de alto riesgo
así como la rapidez y convicción con las que se
llevan a cabo determinan en gran parte la fortaleza
de la persona ante la recaída. Los resultados en el
estudio de Ostafin et al. (2008) demuestran que
cuando existe bajo autocontrol o los recursos de
autocontrol están agotados, ya que son limitados,
la motivación implícita a consumir está más fuertemente relacionada con la consumición a pesar
de las intenciones de retenerse.
¿Qué lleva a una persona con motivación para
dejar el consumo a recaer? Factores de riesgo o
de protección ante la consecución de la abstinencia.
Antiguamente, el origen de la recaída se atribuía
únicamente a factores endógenos físicos, como
la dependencia física a la droga y los síntomas
de abstinencia, pero a partir de los años 80 se
comenzaron a tener en cuenta otros factores
endógenos como los cognitivos y emocionales.
Además de factores exógenos como los
ambientales (Luengo et al., 2001).
También tienen mucha importancia los factores
dinámicos. Estos son los aspectos disposicionales
como la motivación al cambio y la actitud durante
el tratamiento (Secades et al., 2000) y después de
éste.
Según Martínez y Verdejo (2010), la intensidad
del craving se predice significativamente por las
creencias relacionadas con la funcionalidad del
consumo y las creencias negativas sobre la autoeficacia para no consumir, el tipo de sustancia
principal de consumo y el tiempo de duración de
la abstinencia.
Dentro de los factores ambientales que influyen
en la consecución de la abstinencia, encontramos
que aumentan las probabilidades de recaída
las situaciones de riesgo, como aquellas que
recuerdan o incitan al consumo. Así como el estrés
o los estados de ánimo negativos, de ansiedad y/o
irritabilidad generadas por una situación o por la
abstinencia misma. Por otro lado, contar con apoyo
social, como amigos, pareja o familia, a la hora de
dejar el consumo o mantener su abstinencia, es un
predictor de éxito (Luengo et al., 2004).
La percepción de autoeficacia (Bandura, 1981)
“está constituida por los juicios sobre el grado
en que uno mismo puede organizar y ejecutar
patrones de acción requeridos para tratar con
situaciones futuras que contienen elementos
ambiguos, impredecibles y a menudo estresantes”.
Tener bajas expectativas de autoeficacia supone
un factor crítico a la hora de afrontar el craving
lo que puede llevar a la recaída en el consumo
(Marlatt y Witkiewitz, 2005).
Entre los factores debidos al tratamiento, se
observa un mayor nivel de consecución de la
abstinencia cuando se aplica un tratamiento
psicoterapeútico combinado con un tratamiento
farmacológico de altas dosis, como con el empleo
de disulfiram en el alcoholismo o metadona en el
tratamiento de opiáceos (Sánchez et al., 2011; Xie
et al., 2005). También se observa mayor abstinencia
en aquellos programas que fueron residenciales
frente a los ambulatorios (Santos et al., 2000;
Wexler y De Leon, 1977). Esto se debe a que los
programas residenciales, como la comunidad
terapeútica (CT) suponen un abordaje de mayor
implicación e intensidad en el tratamiento, ya que
se reside en el centro donde se recibe la atención
médica de forma constante. En cambio, en los
También es predictivo de recaídas futuras la falta
de conciencia sobre la reactividad a las señales
relacionadas con el consumo, ya sean internas,
cognitivas o emocionales y externas o ambientales (Rohsenow et al., 1994). La capacidad de
autorregulación de la atención y el desarrollo de
una conciencia metacognitiva de los patrones
de respuesta ante el deseo intenso de consumir
puede constituir un factor de protección ante los
estímulos desencadenantes de la conducta de
40
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
programas ambulatorios se reciben varias sesiones
de tratamiento a la semana mientras los pacientes
continúan viviendo en su entorno habitual.
de forma automática influyen en nuestro comportamiento. Y sin motivación u oportunidad para
controlar de forma deliberada la conducta, ésta
estará influenciada de manera más fuerte por los
procesos automáticos (Fazio, 1990). Por ejemplo,
en el estudio de Palfai y Ostafin (2003), se observó
que las asociaciones automáticas de aproximación al alcohol predecían fuertes episodios de
consumo, reactividad a las señales ambientales
relacionadas con el alcohol, como la urgencia de
beber, y dificultad en el control del consumo. Por
consiguiente, las asociaciones afectivas con los
estímulos predicen el comportamiento cuando
no existe autocontrol o cuando es un proceso automático.
Otro factor fundamental a tener en cuenta es el
nivel de adherencia del paciente al tratamiento y a
la consecución de los objetivos a largo plazo (posttratamiento). Esto va ligado al tipo de relación
terapeútica establecida.
Es importante la relación terapeútica que se
tenga con el paciente porque el ambiente y el
vínculo que se genere en el contexto terapeútico
es uno de los factores que mayor carga tienen en
el éxito de la terapia. Se pueden usar unas técnicas
u otras según el enfoque terapeútico que se siga,
pero lo que más promueve cambios positivos en el
bienestar de la persona es el tipo de relación que
se genere con el terapeuta.
La naturaleza no voluntaria de la adicción ha
sido explicada a través del constructo psicológico
de los procesos mentales automáticos (Shiffrin y
Schneider, 1977). El consumo se llevaría a cabo
por procesos inintencionales, sin esfuerzo, con
dificultad para controlarlos y no conscientes. Así,
esquemas de acción maladaptativos son activados
de forma automática ante estados afectivos
negativos, malestar o estrés. También se activan
cuando no existen habilidades de afrontamiento
o éstas no son eficaces. Esto resulta en un sesgo
atencional a las señales ambientales relacionadas
con el consumo. Y la alta reactividad psicofisiológica
a estas señales puede desencadenar el craving y el
consecuente consumo para reducir el malestar.
Michael Lambert (1992) estudió los factores
comunes a todos los tipos de enfoque terapeútico
y que influyen en el éxito de la terapia. Comprobó
que la relación terapeútica supone un 30% del
éxito, mientras que las técnicas empleadas, independientemente de que enfoque provengan, sólo
un 15%. Otros factores que influyen en el éxito
de la terapia y que dependen en mayor medida
del paciente son sus habilidades para buscar y
aprovechar apoyo del entorno y su resiliencia,
aspectos que constituyen los factores extraterapeúticos (40%). Por otro lado, la esperanza o expectativas del paciente, lo que se llamaría efecto
placebo, tienen una carga en el éxito terapeútico
del 15%.
Ante el deseo intenso de consumir, se generan
en el sujeto unas expectativas de gratificación
basadas en la experiencia anterior con la sustancia. Esto hace que su atención se focalice en los
efectos positivos inmediatos de realizar el acto. En
cambio, las consecuencias negativas que conlleva
aparecen a más largo plazo. De manera que son
vistas en un segundo plano, no se las presta
atención o se ignoran.
¿Cómo se ponen en marcha estos factores de
riesgo? El ciclo abstinencia-recaída.
Según Blasco et al. (2008), la conducta adictiva
es un producto del aprendizaje a largo plazo, por
lo que los procesos cognitivos que se ponen en
marcha son rápidos y automáticos. De manera que,
para lograr inhibir la conducta, se hace necesario
realizar un esfuerzo cognitivo importante.
Cuando el sujeto toma la decisión de no consumir
y comienza la abstinencia afronta situaciones
de alto riesgo como las indicadas anteriormente
(estados emocionales negativos, conflictos con
otras personas o la presión social y del entorno).
Estas situaciones activan su deseo por la sustancia.
Ponen en marcha una conducta sobreaprendida, y
En los primeros momentos de consumo, la
persona actúa a través de procesos controlados.
Cuando esto se repite de forma continuada, surge
un patrón de habituación con el que el proceso
pasa a ser automático. Las actitudes que se activan
41
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
por lo tanto automatizada. Focalizan su atención
en las consecuencias reforzantes del consumo y
no prestan atención a las negativas.
Aprendiendo formas alternativas de respuesta
se pueden interrumpir los procesos cognitivos
automáticos que llevan a la recaída. Aceptando
la experiencia como algo externo a ellos mismos,
desglosándola y siendo no reactivos a ella. Viendo
los estados como transitorios y sujetos a cambio,
no como algo permanente (Witkiewitz y Bowen,
2010). Tomar conciencia y aceptar de forma no
crítica los estados de ánimo negativos rompe la
asociación que habitualmente tenían con el deseo
intenso por consumir para evitar el malestar. Así
mismo, tolerar el malestar, reduce el nivel de
craving y la probabilidad de recaer en el consumo.
Para que el sujeto dirija su atención hacia su
objetivo de no consumo e inhiba las respuestas
inapropiadas tiene que hacer uso de mecanismos
de atención voluntaria. Se hace necesario realizar
un esfuerzo para mantener el control atencional,
pero en episodios de craving existe un déficit de
atención consciente. Con el entrenamiento en
focalización atencional selectiva-consciente (no
automática), la persona puede adquirir la capacidad de distanciamiento de aquellos contenidos
mentales y emocionales que van a sustentar la
toma de decisión para el consumo en el episodio
de craving (Blasco et al., 2008).
La práctica de mindfulness ayuda a la recuperación
de los trastornos de sustancias evitando la
recaída a través de distintas técnicas (Garland et
al., 2010). Una de ellas es la desautomatización
de los esquemas de acción de consumo. El
concepto de desautomatización (Deikman,
1966) se refiere a la reinversión de la atención a
los patrones habitualmente inconscientes de la
percepción y el comportamiento. Esto resulta en
una disminución del sesgo atencional a señales
apetitivas subliminales. Además, la disrupción de
la automaticidad del esquema de acción habitual
ocasiona un incremento de la percepción del
craving y su posible control.
Por otro lado, el autocontrol supone el control de
los propios impulsos y reacciones. Es una capacidad de recursos limitados por lo que su eficacia
disminuye conforme se emplea. Además, puede
verse mermado por el consumo de recursos atencionales (Kliegel y Jäger, 2006) que se da en los
estados emocionales negativos. Y estos estados
son una de las situaciones de alto riesgo de
consumo que más ocurren.
El afecto negativo aumenta el carácter incentivo del consumo de la sustancia (Cox y Klinger,
1988), precipitando la aparición del deseo intenso
por consumir. Las asociaciones pasadas entre los
afectos negativos con el deseo de consumir y la
recaída, hacen que el malestar ocasionado por la
abstinencia incremente el craving. Ostafin et al.,
(2008) comprobaron que la asociación afectiva
automática que existe con la sustancia predice su
uso.
Por otro lado, es muy común tratar de suprimir
los pensamientos relacionados con el consumo
y el malestar. Pero se ha visto que esto normalmente resulta en un incremento en su intensidad
y frecuencia más que en una reducción de los
mismos (Klein, 2007; Wegner et al., 1987), dando
lugar a un mayor consumo (Palfai et al., 1997).
Esto se debe a que la persona agota sus recursos
de autocontrol (Garland et al., 2011).
Las estrategias cognitivo-conductuales empleadas para modificar estas asociaciones afectivas a
nivel implícito tienen una utilidad limitada (Wiers
et al., 2005). Es necesario alterar la red asociativa,
no a través del cambio del contenido de la experiencia, sino con el cambio de la relación que uno
mismo tenga con la experiencia interna (Hayes,
2004). Esto se puede conseguir a través de la
toma de conciencia de estos patrones cognitivos
y emocionales.
Por ello, aceptar los pensamientos de deseo
intenso por consumir sin juzgarlos, sin tratar de
detenerlos o sin sentirse mal por tenerlos, facilita
que estos no aparezcan con más fuerza y con
ello disminuyen las posibilidades de la recaída.
En lugar de tratar de suprimir los pensamientos,
sensaciones y emociones, se trata de aceptarlos,
no juzgarlos y no reaccionar a los mismos. Así, se
disminuye la supresión de pensamientos, se da un
incremento de la conciencia de los impulsos de
42
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
consumo a lo largo del tiempo, se incrementa la
recuperación de la tasa cardíaca ante exposición a
señales ambientales, y se mejora la habilidad para
inhibir las respuestas apetitivas.
nuestros pensamientos y sentimientos con conciencia de que son efímeros y no necesariamente
importantes o reflejo de la realidad o de nuestra
valía (Segal et al., 2002). La conciencia metacognitiva consiste en tener conocimiento sobre la
propia conciencia, una conciencia global que
controla al mismo tiempo el objeto y los procesos
de cognición (Garland, 2007). Y la reevaluación
positiva, que consiste en reinterpretar o reformular un suceso estresante o el craving como una
fuente u oportunidad para el crecimiento personal
(Garland et al., 2011).
Otra técnica puesta en práctica con el mindfulness consiste en observar el deseo intenso de
consumir (craving) para tomar conciencia sobre
él y aprender a aceptarlo sin reacción ni juicio.
Si entendemos la adicción como un esfuerzo por
aferrarse o evitar experiencias cognitivas, afectivas o físicas dolorosas, es importante que seamos
conscientes de que ningún estado, ni positivo ni
negativo, es duradero. Así, vemos que es, no sólo
inútil, sino también doloroso, realizar un esfuerzo
por lograr o por quedarnos aferrados a un estado
en concreto. Cuanto mayor es nuestro nivel de
aceptación de nuestro estado físico y afectivo
actual, menor es el grado de aferramiento al deseo
por consumir (Breslin et al., 2002).
La tendencia a no juzgar subjetivamente las experiencias, a no reaccionar a las experiencias
internas, y a ser experimentalmente consciente
de las mismas, está inversamente relacionada con
el abuso del alcohol (Murphy y MacKillop, 2012).
Tratamientos habituales frente a la práctica de
mindfulness ante la abstinencia.
Además, dado el parecido que puede entreverse
entre la impulsividad y la atención plena al aquí
y al ahora (mindfulness), es interesante diferenciarlos. Aunque ambos aspectos se centran en el
momento presente, la atención plena hace énfasis
en su deriva, tomando conciencia de la impermanencia natural de todas las cosas (Marlatt, 2002).
Se tienen en cuenta las consecuencias potenciales
de una acción y la potencial recompensa y beneficios de no actuar. Todo cambia y los impulsos y los
deseos del presente vienen y van.
Un tratamiento ampliamente aceptado por
su eficacia para el tratamiento del consumo de
alcohol, cocaína, cannabis y opiáceos (Luengo
et al., 2001) es el del modelo de prevención de
recaídas de Marlatt y Gordon (1985). Este modelo
se basa en los principios de la teoría del aprendizaje social de Bandura. Fue el primer y más integrador modelo cognitivo-conductual que explicaba el
fenómeno de la recaída. Este modelo identifica el
factor que media entre el estado de abstinencia y
la recaída como una situación de alto riesgo que
supone una amenaza para el autocontrol personal
del mantenimiento de la abstinencia.
Quienes no tienden a pensar y a reflexionar en
las consecuencias de un acto antes de llevarlo a
cabo, tienen más probabilidades de actuar con
el “piloto automático” y de dejarse llevar por sus
pensamientos y sentimientos. La impulsividad está
significativamente asociada al consumo y abuso
de alcohol (Murphy y MacKillop, 2012; Magid y
Colder 2007; Ruiz et al., 2003).
Su objetivo principal consiste en identificar los
precipitantes situacionales, sociales, afectivos y
cognitivos del consumo de sustancias. Y así, poder
anticiparlos y hacerles frente con habilidades de
afrontamiento. La recaída es una experiencia de
aprendizaje entendida como una oportunidad
para el desarrollo del autocontrol o la autoeficacia.
Y también, una ocasión para la puesta en práctica
de las habilidades de afrontamiento.
Una técnica basada en el mindfulness conocida
como “urge surfing” puede ser útil para personas
que tienden a experimentar fuertes impulsos. Esta
técnica enseña a los sujetos a visualizar la urgencia
como una ola y a surfearla permitiendo que pase
sin dejarse arrasar por ella.
Para ello, el programa de prevención de recaídas
trabaja el entrenamiento en habilidades de afrontamiento cognitivas y conductuales, la reestructuración cognitiva y el reequilibrio del estilo de
Otras técnicas del mindfulness son el “decentering” o descentración, la capacidad de observar
43
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
vida. Se practican dichas técnicas a través del
afrontamiento de situaciones de alto riesgo intrapersonales. Algunas de estas situaciones son
los estados emocionales negativos, los estados
fisiológicos negativos derivados o no del uso de
la sustancia, el deseo de incrementar los estados
emocionales positivos y la cesión ante tentaciones
o impulsos. Y a través del afrontamiento de situaciones de alto riesgo interpersonales, como los
conflictos con otras personas, el incremento de
estados emocionales positivos y la presión social.
la hora de reducir el número de recaídas. Esto
puede deberse a problemas metodológicos de los
estudios respecto al control y análisis de variables
anteriores al tratamiento, la especificación de los
tratamientos y la clarificación en las variables de
resultados (Luengo et al., 2001). Se observa que
la tasa de recaídas en el consumo es alta independientemente de la modalidad de tratamiento
empleada. Quizá estos enfoques ya establecidos
se centran más en conseguir la abstinencia a corto
plazo. En este trabajo se plantea el promover
alguna alternativa de terapia que trabaje a largo
plazo aspectos de la persona que controlen el
riesgo de las recaídas.
También se desarrolla mayor autocontrol para
anticipar y afrontar los problemas de las recaídas.
Para ello se utilizan técnicas de discusión de la
ambivalencia sobre el trastorno adictivo y la identificación de desencadenantes emocionales y
ambientales del craving y del consumo. También
se desarrollan estrategias específicas para hacer
frente a los factores de estrés internos o externos.
Se aprende de los episodios breves de consumo
explorando los desencadenantes de la posible
recaída. Se desarrollan técnicas eficaces para la
intervención precoz. Y, por último, se reduce la exposición a estímulos relacionados con las drogas y
se modifican las respuestas a los mismos (Blasco
et al., 2008).
La prevención de recaídas es uno de los
tratamientos cognitivo-conductuales que
inicialmente se diseñó para combinarlo con los
tratamiento ya existentes aunque también ha sido
utilizado como único tratamiento. Además, ha
servido de base para otros numerosos tratamientos
cognitivo-conductuales. Con otros tipos de
tratamiento como la intervención motivacional
breve también se encuentra una alta eficacia
impidiendo el deseo durante la abstinencia. Pero
los participantes en ese tipo de terapias de mejora
de la motivación son propensas a la recaída
eventual, de hecho, la recaída es normalmente
una parte del proceso de recuperación. La práctica
de mindfulness puede solidificar las ganancias del
tratamiento pre abstinencia y proporcionar un
enfoque a largo plazo efectivo para afrontar los
estresores precipitantes de la recaída (Garland et
al., 2010).
Dentro del programa de prevención de recaídas
hay un entrenamiento específico (Dimeff y Marlatt,
1995) con el que se informa a la persona de que
las recaídas son posibles, se le enseña a diferenciar la recidiva de la recaída y su papel en ellos. Se
analizan los factores que han llevado a la recidiva
o a la recaída. También se entrena en habilidades
específicas de afrontamiento ante situaciones de
alto riesgo, en la toma de decisiones hacia el no
consumo en situaciones de alto riesgo y en estrategias globales de afrontamiento y de estilo de
vida para mantenerse abstinente.
Un gran cuerpo de investigaciones sugieren
que el mindfulness afecta a la cognición implícita
y a los procesos atencionales (e.j. Jha et al.,
2007; Lutz et al., 2008; Wenk-Sormaz, 2005). Ya
que los trastornos por consumo de sustancias
envuelven sesgos automáticos y atencionales,
el entrenamiento en mindfulness puede ser un
tratamiento efectivo para personas dependientes
de sustancias haciendo frente al estrés y el
malestar.
Además del modelo de prevención de recaídas,
existen otros programas de tratamiento como
el mantenimiento con metadona, la comunidad
terapeútica, los centros de día con tratamientos libres de drogas y los programas de desintoxicación ambulatoria (Sells y Simpson, 1979).
Pero no existe ningún estudio que indique qué
enfoque de tratamiento resulta más efectivo a
Así, un nuevo enfoque de tratamiento de los
problemas de alcohol y consumo de sustancias fue
descrito por Witkiewitz, Marlatt y Walker (2005):
44
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
el programa de prevención de recaídas basada en
mindfulness (mindfulness-based relapse prevention, MBRP).
personas encarceladas con trastorno de estrés
postraumático y consumo de sustancias (Simpson
et al., 2007). Encontrando que independientemente de los niveles de severidad del TEPT, la
participación en el curso de meditación vipassana
resultó en grandes reducciones significativas en el
consumo de sustancias.
Este programa combina técnicas específicas
del programa de prevención de recaídas con la
práctica regular de “mindfulness”. Proporcionando
al paciente de un mayor número de recursos o
estrategias de afrontamiento de la situación de
craving para evitar la recaída. La terapia basada
en mindfulness potencia subcomponentes de
la atención que facilitan la evitación o supresión
de pensamientos relacionados con el consumo.
Se entrena en el reconocimiento precoz de las
señales de peligro (externas o internas) asociadas
al consumo y se adopta una actitud objetiva y
de monitorización de las contingencias que las
acompañan.
También aplicaron el curso de 10 días de
meditación vipassana con personas que
consumían alcohol para medir el rol de la
supresión de pensamientos en el consumo
(Bowen et al., 2007). Los resultados mostraron
mayores disminuciones en los intentos por evitar
pensamientos indeseados en comparación con
las personas que no participaron en el curso. Es
interesante observar que a través de la meditación,
no se modificó la frecuencia de los pensamientos
intrusivos sino la forma en la que las personas les
hacían frente.
Hallazgos que muestran la validez y eficacia de
la práctica de mindfulness en el tratamiento de
consumo de sustancias.
En el estudio piloto de Davis et al., (2007)
se utilizó el programa de reducción del estrés
basado en mindfulness (MBSR) a una muestra de
fumadores. Se encontró una relativa alta tasa de
abstinencia (56%) en el grupo MBSR para dejar
de fumar en contraste con otros tratamientos
anteriores (33%). El cumplimiento de la práctica
de la meditación parece estar asociada a la
abstinencia en el consumo del tabaco, ya que
se encontró una abstinencia del 100% de los
participantes que cumplieron con las prácticas de
meditación durante 6 semanas. Presentar un alto
malestar afectivo antes del programa resultaba en
un mayor nivel de abstinencia. Esto puede deberse
a que cuanto mayor es el nivel de malestar afectivo
mayores beneficios se obtienen de la práctica del
mindfulness. Además de que están más motivados
a practicarla.
Muchos estudios aportan evidencia del valor
de incorporar la práctica de mindfulness en el
tratamiento de consumo de sustancias (Gifford et
al., 2004; Linehan et al., 1999)
El entrenamiento en mindfulness reduce el
malestar afectivo en los trastornos del estado de
ánimo y mejora el estado de bienestar (Brown y
Ryan, 2003; Carlson et al., 2004). También se ha
encontrado una asociación entre mindfulness y
la disminución de los síntomas depresivos en la
recaída (Ma y Teasdale, 2004). Como hemos visto,
el estrés y el afecto negativo están asociados al
uso de sustancias, de modo que el entrenamiento
en mindfulness resultaría útil para reducirlos.
Por otro lado, Bowen y colaboradores (2006),
estudiaron los efectos de un curso de 10 días de
meditación mindfulness vipassana en el consumo
de sustancias con personas encarceladas. Los resultados mostraron reducciones significativas en
el consumo en contraste con los que recibieron
el tratamiento habitual. Y además, estas reducciones en el consumo se comprobó que tuvieron
una duración de hasta 3 meses después de haber
salido de la cárcel.
Se encontraron disminuciones substanciales en
informes de estrés y malestar afectivo y la consecución de una abstinencia del 100%. Sugiriendo
que la práctica de mindfulness tiene un efecto potencial en la reducción del estrés o del malestar
afectivo. También se encontró que los sujetos que
cumplieron de forma constante las prácticas de
meditación durante las 6 semanas del curso tenían
una disminución en los resultados del test SCL-90-
Así mismo, realizaron un nuevo estudio con
45
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
R. Este test se utiliza “como medida de cribado
o bien para valorar los cambios sintomáticos
debidos al tratamiento” (Derogatis, 1975), Por lo
que, mostraron mayores cambios en los síntomas
en comparación con los que no cumplieron con la
práctica de la meditación.
tados indicaron que añadir el programa MBRP
tenía mejoras estadísticamente significativas en
la adherencia al tratamiento y la abstinencia del
consumo.
En relación a los aspectos neurobiológicos, Bowen
et al. (2009), encontraron resultados consistentes
entre la práctica de mindfulness y cambios en las
regiones del cerebro que intervienen en la modulación del arousal y la regulación emocional. Más
tarde, Westbrook et al. (2011), observaron que la
práctica de meditación en mindfulness producía
una reducción a nivel neural de los aspectos
de craving. Las regiones cerebrales que están
típicamente activadas durante el craving (p.ej. el
córtex cingulado anterior subgenual) mostraron
una menor actividad durante la atención plena a
imágenes relacionadas con el tabaco en personas
consumidoras. Además, durante la atención plena
hubo una conectividad funcional significativamente inferior entre el córtex cingulado anterior
subgenual y otras regiones asociadas al craving,
incluyendo el cuerpo estriado y la ínsula.
Otro estudio (Dabbaghi et al., 2008) comprobó
que la terapia cognitiva basada en mindfulness
(MBCT) es más efectiva que el tratamiento farmacológico con naltrexona. Tanto en la prevención de
recaídas como en el cumplimiento y la continuidad del tratamiento. Disminuyendo la cantidad de
consumo, los síntomas somáticos, la ansiedad, la
disfunción social y mejorando la salud.
En cuanto al programa de prevención de
recaídas basado en mindfulness (MBRP), el primer
estudio que se realizó para valorar su eficacia fue
el de Bowen and cols. (2009). En este estudio
hallaron respaldo preliminar para la viabilidad,
aceptación y eficacia del programa MBRP
para consumo de sustancias. Encontraron que
sujetos que recibieron MBRP mostraron niveles
significativamente menores de craving tras el
tratamiento en comparación al grupo control que
recibió el tratamiento habitual.
Otro ensayo piloto aleatorizado de la prevención de recaída basada en mindfulness (MBRP)
se realizó para evaluar la viabilidad y establecer la
eficacia inicial del protocolo de tratamiento MBRP.
Encontraron una disminución en el consumo tras
los 2 y 4 meses siguientes al tratamiento. También
se observó una disminución significativamente
mayor del craving a lo largo de los 4 meses del
período de seguimiento en los pacientes MBRP
en comparación con los del grupo de tratamiento
habitual. Además, se dieron incrementos significativos en el factor “aceptación” medido con el cuestionario “acceptance and action questionnaire”
(Hayes et al., 2004) en MBRP en comparación con
los participantes del tratamiento habitual.
En otro estudio de Witkiewitz y Bowen (2009),
los sujetos del grupo MBRP que mostraron más
síntomas depresivos usaron sustancias menos días
que los que pertenecían al grupo de tratamiento
habitual. Además, los sujetos del grupo MBRP
que siguieron con la práctica de la meditación
continuaron la abstinencia durante los 4 meses
siguientes a la intervención, a pesar de los
síntomas depresivos. Sin embargo, no se concluye
que exista una relación causal entre la práctica de
mindfulness y el menor riesgo de recaída, pero sí
que existe una asociación.
Los sujetos que recibieron MBRP tenían
menor probabilidad de experimentar craving en
respuesta a estados de ánimo deprimidos y una
menor reactividad a estos estados. La reducción
del craving predecía menores días de uso de
sustancias en aquellos que recibieron MBRP.
Se extrae de este estudio que el programa de
prevención de recaídas basada en mindfulness
(MBRP) produce menores niveles de la respuesta
Ese mismo año, Douglas (2009) publicó un
estudio experimental que determinaba si existía
una diferencia significativa en los resultados en el
programa de prevención de recaídas basado en
mindfulness (MBRP) combinado con el modelo
Matrix. Este modelo es un programa estándar y
con eficacia probada utilizado desde los años 80.
Consiste en una intervención multicomponente
enfocada al manejo de contingencias. Los resul46
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
habitual al deseo intenso de consumo durante los
períodos de estado de ánimo negativo. Esto se
consigue a través de la toma de conciencia de los
actos, la aceptación de la experiencia y una actitud
no enjuiciosa o crítica de la experiencia interna.
encontraron en el consumo de sustancias después
de la intervención. Este estudio aporta evidencia
del valor de incorporar la práctica de mindfulness en los tratamientos del abuso de sustancias e
identifica un mecanismo potencial de cambio tras
la intervención.
En consumidores de alcohol, Fernández et al.
(2010), encontraron que algunos factores de
mindfulness están negativamente relacionados
con el comportamiento adictivo. Un factor era
“actuar con conciencia”, como habilidad para
centrar la atención en el momento presente en
vez de atender a otras cosas. El otro factor era
“describir la experiencia”, como habilidad para
describir o etiquetar las emociones. Tener un
mayor grado de atención plena o conciencia sobre
los actos, predice una detención del acto impulsivo
de beber en los consumidores de alcohol y por lo
tanto un menor consumo.
Para concluir este apartado, es interesante mencionar una de las últimas investigaciones de Bowen
et al. (2014) sobre la efectividad del programa de
prevención de recaídas basada en mindfulness
(MBRP). Evaluaron la eficacia a largo plazo del
programa durante un periodo de seguimiento de
12 meses comparándolo con el programa habitual
de los 12 pasos y el de prevención de recaídas.
Los participantes del MBRP informaron de un
significativo menor riesgo de recaída durante los
12 meses. Así, vemos que la práctica de mindfulness apoya los resultados a largo plazo mediante
el fortalecimiento de la capacidad de monitorear
y afrontar habilidosamente el malestar asociado
con el craving o el afecto negativo.
Otro estudio piloto aleatorizado con una intervención en mindfulness fue llevado a cabo
por Garland et al. (2010). La intervención estaba
diseñada para interrumpir los mecanismos de
riesgo cognitivos, afectivos y fisiológicos implicados en la precipitación de la recaída en el consumo
de alcohol a causa del estrés. Encontraron que el
entrenamiento en mindfulness redujo significativamente el estrés y la supresión de pensamientos.
También incrementó la recuperación fisiológica
ante las señales ambientales asociadas a la dependencia del alcohol. De manera que el entrenamiento en mindfulness parece ser una posible
alternativa de tratamiento para la recaída precipitada por el estrés entre las personas vulnerables.
Evitándose a través del desarrollo de la regulación
emocional ante señales ambientales relacionadas
con la sustancia. Así como con el distanciamiento
de los pensamientos y deseos de consumo que
suscitan.
Un acercamiento al programa de prevención
de recaídas basado en mindfulness (MBRP,
Mindfulness-Based Relapse Prevention Program;
Bowen, Chawla y Marlatt, 2010; Witkiewitz,
Marlatt, & Walker, 2005).
Este programa combina el modelo de prevención
de recaídas cognitivo-conductual de Marlatt
(Marlatt y Gordon, 1985) con la práctica de
atención plena adaptada del programa de
Mindfulness basado en la reducción del estrés
(Mindfulness-Based Stress Reduction, MBSR,
Kabat-Zinn, 1985) y la terapia cognitiva basada en
mindfulness (Minfulness-Based Cognitive Therapy,
MBCT, Teasdale, J.; Segal, Z.; y Williams, M., 2003).
El programa integra el entrenamiento de
habilidades cognitivo-conductuales para la
prevención de recaídas: se identifican situaciones
de alto riesgo y se desarrollan habilidades de
afrontamiento efectivas que promuevan la
autoeficacia y el autocontrol. Esto se realiza con
la práctica de meditación formal y la discusión.
Aumentando la conciencia discriminativa sobre
las señales o desencadenantes emocionales,
cognitivos y ambientales que habían sido
En 2010 también se realizó un ensayo sobre la
depresión, el craving y el consumo de sustancias
empleando el programa de prevención de recaídas
basada en mindfulness (MBRP) (Witkiewitz y
Bowen, 2010). Según los resultados, el programa
MBRP parece influir en las respuestas cognitivas y
de comportamiento a los síntomas depresivos. Explicando de forma parcial las reducciones que se
47
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
asociados con el consumo de la sustancia. Usando
un enfoque no crítico y de aceptación de los
estados afectivos negativos. Con un análisis de
sus componentes emocionales, físicos y cognitivos
se detiene la habitual reacción automática de
evitación o escape.
y cognitivas que les siguen. También realizan
la práctica informal de mindfulness basada en
la meditación. En la sesión dos se comienzan
ejercicios diseñados para elicitar el deseo y
afrontar el craving. A través de una exposición
graduada en imaginación a los estados de craving
siguiendo unas instrucciones para “permanecer
en” la experiencia sin exacerbarla, abandonarse
en ella o tratar de eliminarla. De esta manera se
practica la no-reactividad a los desencadenantes
del consumo que los ponen en riesgo de recaída.
Asimismo, se enseña una respuesta alternativa,
competitiva con la de craving. Se toma conciencia
de los patrones cognitivos o comportamentales
habituales que tienden a intensificar el deseo de
consumo y no se participa en ellos.
Se trabajan temas como el “piloto automático”
y su relación con la recaída, el reconocimiento de
los pensamientos y emociones relacionados con
los desencadenantes, el rol de los pensamientos
en la recaída, la integración de las prácticas de
mindfulness en el día a día y la exposición a situaciones de alto riesgo para la práctica de las habilidades adquiridas.
La exposición repetida a situaciones de alto
riesgo haciendo uso de la atención plena sin caer
en la tentación lleva a un incremento en la percepción de autoeficacia. Además, produce un
contracondicionamiento de los reforzamientos
positivos y negativos anteriormente asociados con
los efectos de una sustancia adictiva (Witkiewitz
et al., 2005).
Se mantiene una práctica continuada de la meditación formal y de los ejercicios diseñados para
incrementar la conciencia sobre los desencadenantes y las reacciones a estos. Adquiriendo la
capacidad de sobrellevar el malestar y evitándose
así la vuelta al consumo para tratar de aliviarlo.
Las dos últimas sesiones se centran en los factores
sociales y ambientales, tanto en los que apoyan
como en los que entorpecen el mantenimiento de
las ganancias del tratamiento, y en una práctica
continuada de mindfulness. Asegurando de esta
manera que tras el programa se siga aplicando la
atención plena en el día a día y sus efectos se mantengan a largo plazo.
Entender los episodios de craving durante la
abstinencia desde un enfoque de aceptación,
no reactividad y no juicio, alivia las emociones
negativas asociadas con la autocrítica, como
la vergüenza, la culpa (Soutullo, McElroy, y
Goldsmith, 1998) o la frustación. Esto también
proporciona una mayor sensación de autocontrol,
lo que disminuye la probabilidad de recaída.
CONCLUSIONES Y FUTURAS
LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN
Aunque existen otros tratamientos basados en
mindfulness o algunos componentes relacionados
que han sido utilizados para tratar el consumo de
sustancias, el programa de prevención de recaídas
basado en mindfulness está específicamente
diseñado para los consumidores de sustancias.
A lo largo de este artículo hemos podido observar
como la práctica de mindfulness y, en concreto,
el programa de prevención de recaídas basado
en mindfulness (MBRP), resulta un tratamiento
efectivo para evitar las recaídas y para la consecución de la abstinencia a largo plazo.
El programa consta de 8 sesiones de dos horas
con práctica formal de mindfulness junto con
ejercicios y habilidades diseñadas para llevar a
cabo esta práctica en el día a día. Especialmente
en situaciones en las que un sujeto se encuentra
en alto riesgo de recaer.
En los trastornos por consumo de sustancias
puede resultar útil el empleo de los tratamientos habituales para el cese del consumo, como el
programa de 12 pasos o el modelo Matrix, combinado con el programa de prevención de recaídas
basado en mindfulness (MBRP) en el período de
abstinencia. Resultando en un mayor éxito tera-
Las primeras tres sesiones se centran en
aumentar la conciencia sobre los desencadenantes
ambientales, y las reacciones físicas, afectivas
48
ADICCIONES. TRATAMIENTOS
peútico y en menores tasas de recaídas, ya que el
tratamiento de MBRP induce tras la finalización
del programa, a continuar con la práctica cotidiana
de mindfulness.
formation-processing analysis of mindfulness: Implications for relapse prevention in the treatment
of substance abuse. Clin Psychol-Science Pr, 9(3):
275-299.
Así, las habilidades y herramientas adquiridas
durante el tratamiento se mantienen a largo plazo.
Como hemos estudiado, actuar siendo conscientes
y aceptando los estados negativos físicos, cognitivos y/o emocionales, respondiendo de forma
habilidosa a ellos en vez de reaccionar de forma
automática, o la disminución de la autocrítica y el
craving, evitan las recaídas en situaciones de alto
riesgo. Ya que con la práctica de mindfulness se
disminuye la necesidad de aliviar el malestar con
el consumo.
Bowen, S.; Chawla, N.; Collins, S.E.; Witkiewitz,
K.; Hsu, S.; Grow, J.; Clifasefi, S.; Garner, M.;
Douglass, A.; Larimer, M.E.; y Marlatt, A. (2009).
Mindfulness-Based Relapse Prevention for
Substance Use Disorders: A Pilot Efficacy Trial.
Subst Abus, 30(4): 295-305.
Bowen, S.; Witkiewitz, K.; Dillworth, T.M.; y
Marlatt, G.A. (2007). The role of thought suppresion in the relation between mindfulness meditation and alcohol use. Addict behav, 32 (10): 23242328.
Sin embargo, se necesitan más estudios
aleatorizados para poder valorar la eficacia
de los distintos componentes utilizados en el
tratamiento de prevención de recaídas basado
en mindfulness. Por ejemplo, sería interesante
determinar los mecanismos de acción que ayudan
a los pacientes a hacer frente de manera más
eficiente el malestar durante la abstinencia. Así
como comprobar la eficacia de los componentes
para las distintas sustancias adictivas y para las
diferentes subpoblaciones de drogodependientes.
Igualmente, realizar investigaciones que incluyan
un seguimiento de más de 12 meses después
del tratamiento, nos permitiría poder generalizar
las conclusiones y resultados aportados por los
estudios comentados anteriormente con mayor
seguridad.
Bowen, S.; Witkiewitz, K.; Dillworth, T. M.;
Chawla, N.; Simpson, T. L.; Ostafin, B. D.; Larimer,
M. E.; Blume, A. W.; Parks, G. A.; y Marlatt, G. A.
(2006). Mindfulness mediatation and substance
use in an incarcerated population. Psychology of
Addictive Behaviours, 20(3): 343-347.
Bowen, S., PhD; Witkiewitz, K., Clifasefi, S. L.,
Grow, G., Chawla, N., Hsu, S. H., Carroll, H. A.,
Harrop, E., Collins, S. E., Lustyk, M. K., y Larimer, M.
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53
Centros de Asociación Dianova España
Comunidad terapéutica
CT Dianova Can Parellada
Centro residencial
de cuidados para
drogodependientes
CRCD Dianova Madrid
Centro educativo
terapéutico
CET Dianova Santa Elena
Centro residencial de
apoyo al tratamiento
ambulatorio para
drogodependientes
con trastorno persistente
CRATA Dianova Madrid
Centro educativo
terapéutico
CET Dianova Zandueta
Centro de acogida
humanitaria
CAH Dianova Madrid
ADICCIONES. EVALUACIÓN
La Evaluación
de programas
sociales aplicada
a un modelo de
intervención basado
en la Comunidad
Terapéutica
Resumen
L
a evaluación de los programas de intervención
sobre problemas sociales, en este caso el método
de las comunidades terapéuticas (CT) para
personas con problemas de adicción (DeLeon,
2000), especialmente las evaluaciones de eficacia
e impacto social, han sido y son cada vez más
importantes para mostrar y justificar la necesidad
social de dichos programas basados en la CT.
Estas evaluaciones deben ser realizadas mediante
proceso participativo y contemplar el diseño, la
implementación, el impacto social y los ajustes
adecuados en los programas de intervención.
Evaluation of Social
programs applied to
Therapeutic-Community
Based Model of
intervention
Palabras clave
Evaluación
de
programas,
implementación, impacto social,
participativo, comunidad terapéutica.
diseño,
proceso
Abstract
Evaluation of social problems intervention
programs, in this case therapeutic communities
as a method (TC) for persons with addictive
problems (DeLeon, 2000), especially evaluation
reports of efficacy and social impact, have been
and are more and more relevant to show and
justify social need of these TC-based programs.
These kind of evaluations have to be realized
using participative process and must consider
design, implementation, social impact and right
adjustments in programs of intervention.
Keywords
Evaluation of programs, design, implementation,
social impact, participative process, therapeutic
community.
“Damnant quod non intelligunt” (condenamos lo que
no entendemos)
“Lo que no se evalúa se devalúa. Lo hemos reiterado, y
resulta razonable. Pero lo que se evalúa mal se deteriora.
No se trata, por tanto, de evaluar, sin más, como si ello
por sí mismo, independientemente de toda condición,
Antonio Jesús Molina Fernández
Psicólogo
55
ADICCIONES. EVALUACIÓN
produjera excelentes resultados. La evaluación no
es un fin en sí misma, ha de ser una valoración, una
puesta en valor, un hacer valer. Y su objetivo ha de ser
crear condiciones para mejorar, incluso señalar cómo
hacerlo.”
gramas basados en la recuperación (recoverybased programs, RBP, Yates, 2012) identificados
en el modelo de la Comunidad Terapéutica (CT), es
sobre el que pretendo clarificar dicha evolución.
2. LA EVALUACIÓN DE PROGRAMAS
APLICADA A LAS ADICCIONES
(Ángel Gabilondo, 2012)
1. INTRODUCCIÓN: Contexto
actual de intervención
En el año 2000, dentro de su Estrategia
Nacional sobre Drogas, el PNSD planteó la
necesidad de considerar la evaluación de los
programas de tratamiento (y de prevención) de
drogodependencias y otras adicciones como
una línea prioritaria de trabajo. La abundancia
de programas (ambulatorios y residenciales;
de reducción del daño y libres de drogas;
farmacológicos, psicosociales, psicoterapéuticos,
de inserción sociolaboral…), la diversidad de
metodologías de trabajo y los muy diferentes
estilos a la hora de presentar los resultados
(en ocasiones, hay entidades que registran sus
datos autonómicos de forma diferente a como
se presentan los resultados a nivel nacional)
obligaban a planificar una serie de sistemas
de evaluación comunes y estandarizados en la
medida de lo posible.
Las adicciones como problema social (Tezanos,
2006) han sufrido una gran evolución tras la
aparición en el año 1986 del Plan Nacional sobre
Drogas (PNSD) como respuesta a la epidemia de
la heroína y la drogodelincuencia en la década
de los 80. Desde entonces, se ha avanzado en
la estructuración, elaboración de protocolos,
planes de acción, equipos multidisciplinares…
Uno de los grandes avances que se han llevado
a cabo, especialmente en este siglo XXI, ha sido
la determinación de “qué funciona” y “cómo” en
la intervención y la prevención de las adicciones.
Las líneas estratégicas en este avance han sido
fundamentalmente dos:
•la investigación, especialmente la investigación
aplicada y los modelos basados en la evidencia
científica (Evidence-Based practices, EBP), NIDA
1994), como ya he mencionado en artículos
anteriores en esta misma publicación;
Las funciones o propósitos de la evaluación en
adicciones (PNSD, 2008) son:
• Mejorar y/o transformar la práctica profesional
•la otra línea que ha mostrado dónde poner los
esfuerzos y que ha permitido tomar decisiones
sobre qué mantener, qué modificar y qué mejorar,
ha sido la evaluación de programas de adicciones.
• Compartir aprendizajes con otras experiencias
similares, participando en foros de encuentro
nacionales e internacionales. La evaluación supone
una herramienta para la visibilidad institucional.
La evaluación de programas ha avanzado mucho
en este siglo XXI: desde los modelos basados en
la presentación de resultados hasta los actuales
sistemas de social return of investment (retorno
social de la inversión), que cuantifican los
beneficios generados por cada euro de inversión,
pasando por los programas de evaluación del
impacto social entendido como los efectos no
esperados, positivos y negativos, que genera una
intervención.
• Contribuir al enriquecimiento de la teoría de
la intervención social desde la aportación de
una metodología específica en la evaluación del
tratamiento de las drogodependencias
• Fortalecer la capacidad institucional de
transformación de la realidad. La evaluación
supone un compromiso de transparencia
institucional en la presentación de informes y
resultados
• Aportar un modelo de sistematización de
experiencia.
Sobre este eje de la evaluación de programas,
especialmente sobre la evaluación de los pro-
56
ADICCIONES. EVALUACIÓN
• Conseguir el desarrollo de la cultura y práctica
evaluativa para así:
7. Grupo de trabajo se implica en el análisis.
8. Decisión sobre cómo utilizar y aplicar los hallazgos.
ശശ Mejorar y progresar en las intervenciones.
ശശ Generar procesos de aprendizaje institucional
desde la retroalimentación.
9. Decisión sobre difusión de hallazgos.
Durante este proceso, se deberían generar una
serie de matrices y cuestionarios específicos para
cada colectivo de agentes implicados: responsables de los programas, directores de los centros,
educadores, médicos, equipos jurídicos, usuarios,
familias de usuarios, voluntarios, miembros de
asociaciones, fundaciones o patronatos…
ശശ Fomentar los análisis prospectivos sobre
cuáles y cómo pueden ser las intervenciones
futuras.
• Establecer mecanismos de control
responsabilidades sociales y políticas.
de
2.1 Diseño de la evaluación: proceso participativo.
El diseño de la evaluación, según el equipo de
evaluación del Centro de Estudios de Gestión de la
Universidad Complutense de Madrid, seguiría los
siguientes pasos metodológicos (Bustelo y Ligero,
2002): (véase la gráfica de la página siguiente)
La particularidad de un proceso de implementación
de la evaluación de programas está en su enfoque
de participación: cuando se plantea establecer
la evaluación como una actuación preferente se
debe establecer el compromiso ético de que dicha
evaluación implicará al mayor número de agentes
implicados (stakeholders) posible. No se trata de
evaluar únicamente a los beneficiarios (directos
e indirectos) y a los profesionales (de diferentes
formaciones), sino de recabar información
relevante de y para todos los colectivos
involucrados en los programas de intervención en
adicciones: voluntarios, elaboradores de políticas,
otros evaluadores…
También es muy importante la decisión sobre qué
se va a evaluar cuando hablamos de evaluación
de programas: tradicionalmente, al revisar estos
informes nos encontramos con resultados, con lo
que se contempla tan solo el criterio de eficacia de
los programas. Es cierto que demostrar la eficacia
se ha convertido en una obsesión para algunos dispositivos, sobre todo las comunidades terapéuticas, debido a que sus costes necesitan ser justificados con los resultados prometidos/obtenidos. Pero
también deberíamos considerar en estas evaluaciones los criterios de (Amezcua, 1996):
Este enfoque participativo (García Ferrando,
Ibáñez y Alvira, 2008) sobrepasa la habitual presentación de datos estadísticos y resultados tipo
“memoria anual” y obliga a elaborar un proceso de
evaluación por etapas. Un ejemplo de este enfoque
se puede ver reflejado en un método basado en la
investigación acción participativa (Moreno, 2003),
como por ejemplo:
- Eficiencia: máxima consecución de objetivos al
menor coste posible,
- Pertinencia: adecuación del método a los
perfiles y objetivos,
- Cobertura: se atiende adecuadamente a los
diferentes grupos destinatarios del programa,
Método participativo.
1. Identificación de partes interesadas.
- Visibilidad: el programa genera una imagen clara
y positiva sobre el centro/institución,
2. Organizar con ellas un grupo de trabajo.
- Recursos: los materiales y recursos humanos
destinados son suficientes y coordinados para
cumplir los objetivos,
3. Delimitación de preguntas y temas de la evaluación.
4. Toma de decisiones sobre diseño, métodos y
medición.
- Impacto social: el programa transforma su
contexto, contemplando los efectos esperados y
efectos no esperados (ya sean positivos y/o negativos).
5. Recogida de la información/datos.
6. Análisis de datos.
57
ADICCIONES. EVALUACIÓN
Maletín pedagógico: Bustelo, M., Ligero, J. y Martínez, M.
drogas, sino que se incluyen los elementos del
sistema social, la identidad social y/o nominal
“adicto” (Jenkins, 1996), el proceso de “psicoterapia y rehumanización” (Cañas, 2003), los diferentes “rituales de paso” que componen la antropología de la CT y todos los elementos que las
CTs tienen dentro de su proceso de recuperación
para personas con problemas de adicciones que
van mucho más allá de la presencia o ausencia del
tóxico, como las emociones sociales, toma de decisiones, resolución de conflictos, actividades de
la vida cotidiana, análisis de la historia personal,
apegos y vínculos,….(Molina Fernández, 2013).
De esta manera, se podrán presentar informes
de evaluación donde se explique el proceso y los
resultados (Alvira, 1997). Aunque en ocasiones la
evaluación del proceso no sea un requisito para los
financiadores, resulta muy enriquecedor y genera
un enorme aprendizaje para las entidades. Además, identificar los puntos críticos del proceso
reduce los costes y ajustes en cualquier tipo de
proyecto social (Ballart, 1998). En los programas
de CT, el proceso es básico para poder entender
el “método de la CT” y no hablar únicamente del
“modelo de la CT” (DeLeon, 2000). Al hablar de
“la CT como método” no se hace referencia únicamente al entorno residencial o al espacio libre de
58
ADICCIONES. EVALUACIÓN
3. CONCLUSIONES Y PROPUESTAS
2.2 Evaluación del diseño.
Al plantearnos una “evaluación del diseño”,
lo hacemos sobre la definición de una
“conceptualización del programa de intervención,
que sirve para señalar problemas preexistentes
mediante un análisis lógico del programa en
relación al problema que se quiere abordar”
(Moreno, 2003).
Estas experiencias nos recuerdan la importancia
del proceso, no tan solo de los resultados.
Especialmente en las entidades del tercer sector
de acción social, en este caso de la intervención
social en adicciones, que han ido tradicionalmente
acusadas de no invertir suficientes recursos
humanos y materiales a la gestión y la innovación,
además de no haber incluido estos criterios
como prioritarios en sus estrategias (Herrera y
Ayuso, 2009), la demostración de esfuerzos en la
evaluación de todas las etapas de desarrollo de un
programa, no solo en la presentación de resultados
para justificarse ante las administraciones
públicas se convierte en un compromiso social y
una demostración de apuesta por los valores de
la innovación y la visibilidad. Porque ese es uno
de los grandes valores añadidos de este tipo de
experiencias, esa visibilidad de aspectos técnicos
y no tan solo de los tradicionales discursos
de “filosofía, voluntariado, entrega, esfuerzo,
sacrificio, vocación de servicio…” que predican
en muchos casos los responsables de este tipo
de dispositivos, esta visibilidad de aspectos
técnicos, repito, se convierte en una auténtica
transparencia sobre el gran desconocido de la
CT, especialmente para sus usuarios potenciales
y sus familias: el método de la CT, preconizado,
glorificado y denostado a partes iguales,
desconocido en su profundidad y sus objetivos.
En el debe de la CT tradicional está el no haberse
explicado lo suficiente, sobre todo en los foros
más profesionales y técnicos (Martín, 2003); en su
haber actual, la evidencia de informes y estudios
sobre sus herramientas y procesos.
En estas evaluaciones del diseño hay que centrar
el análisis evaluativo en dos aspectos:
-la población destinataria, su definición y los
problemas de cobertura que puedan existir, ya
sea fracocobertura, sobrecobertura, sesgo de
cobertura o simplemente la ausencia de dispositivos adecuados a sus necesidades o intereses; y
-el conjunto de actividades que forman el
programa y los recursos destinados a ello, tanto
materiales como recursos humanos, y los plazos
establecidos para el cumplimiento de los objetivos
propuestos.
2.3 Evaluación de la implementación.
La evaluación de la implementación, o la
“instrumentalización del programa” (Moreno,
2003), intenta realizar el análisis evaluativo
contrastando si el programa se ha puesto en
marcha siguiendo los esquemas previamente
fijados. No se trata tan solo de comprobar si se
han cumplido los plazos de ejecución, sino de
“comparar el programa en sus partes constitutivas
esenciales tal y como estaba diseñado en la
teoría frente a tal y como funciona realmente,
deduciendo si la implementación es adecuada
o no” (Moreno, 2003). El objetivo es detectar si
hacen falta ajustes o redefiniciones del programa,
y poder realizarlos lo antes posible.
Otro de los elementos destacables en este
estudio de diseño es el proceso participativo,
tanto por el desarrollo de materiales técnicamente
útiles y válidos en un programa de CT como por
la capacidad de crear adherencia y fomentar el
locus de control interno de los propios residentes
de la CT frente a las consecuencias de sus actos:
ese funcionamiento claro y específico donde
las consecuencias se generan desde dentro,
están previamente planificadas y se realizan con
comunicación clara a todos los participantes,
Cuando nos referimos a la evaluación de la implementación no hacemos referencia únicamente
a si el programa se ha puesto en marcha o no, sino
que incluimos la manera en que este proceso se
ha realizado, si se han respetado los pasos propuestos o han existido modificaciones, si se ha
comprobado la necesidad de ajustes o correcciones iniciales,…
59
ADICCIONES. EVALUACIÓN
BIBLIOGRAFÍA
favorece el aprendizaje directo, tanto mediante
condicionamiento clásico como condicionamiento
operativo, así como el aprendizaje vicario y/o
observacional de los participantes, además de
tener elementos de constructivismo (sobre todo el
desarrollo mediante estilo asambleario y libertad
de opinión de todos los participantes) que facilita
su transmisión dentro del contexto social (y, en
ocasiones, la extrañeza fuera de ese contexto).
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Por último, debo destacar que todo este estudio,
incluyendo este artículo, tiene como objetivo
evaluar el impacto social que el método de la CT
ha tenido y tiene en España desde el año 1984.
El método de la CT, en positivo y en negativo,
ha creado una imagen muy específica sobre
las personas con problemas de adicción (sobre
todo, acerca de los drogodependientes), sobre
los programas de intervención residenciales
(oscilando esta percepción desde los aspectos
más sectarios hasta las consideraciones de la CT
como una residencia con cuidadores de personas
drogodependientes) y sobre las instituciones
responsables de las comunidades, a las que se
ha vinculado en muchas ocasiones con métodos
arcaicos y tradicionales de rehabilitación (las
granjas, el trabajo, las tareas,…).
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61
ASOCIACIÓN DIANOVA ESPAÑA
Fines sociales
Asociación Dianova España tiene como objetivo el desarrollo de acciones y programas que
contribuyen activamente a la autonomía personal y al progreso social, tales como:
- Prevención, intervención e integración en los distintos ámbitos relacionados con las
drogodependencias y sus consecuencias.
- Desarrollo de programas y proyectos innovadores en el campo de la mediación familiar, la
juventud y la educación.
- Apoyo a la integración socio-laboral y comunitaria de las personas y familias en situaciones de
vulnerabilidad social y/o con dificultades.
- Educación y promoción de la salud.
- Promover y potenciar la cooperación al desarrollo a escala internacional.
- Fomento e implementación de la perspectiva de género y promoción del voluntariado en todas
sus acciones y programas.
ADICCIONES. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
LA GESTIÓN DEL
ESTIGMA DE LOS
CONSUMIDORES
RECREATIVOS DE
DROGAS
RESUMEN
L
os consumidores de drogas históricamente
han sufrido estigmas por utilizar sustancias
fiscalizadas. El artículo presenta la gestión del
estigma por parte de los consumidores de drogas,
es decir, como controlan las situaciones para
consumir drogas y evitar el estigma. Se presentan
tres categorias de consumidores en relacion al
estigma: los autoestigmatizados que a pesar de
ser consumidores reproducen el estigma. Los
precavidos que camuflan la característica de
consumidor en ciertos contextos para evitar el
estigma. Y, los transformadores que se presentan
como consumidores porque es un atributo como
cualquier otro y se debe trabajar para la aceptación
de los consumidores.
MANAGING THE STIGMA OF
RECREATIONALDRUG USERS
PALABRAS CLAVE
Estigma, normalización, consumos recreativos,
identidad, normalidad de los consumidores.
ABSTRACT
Drug users have historically been stigmatized by
using controlled substance. The paper presents the
management of stigma by drug users, they control
the situations for drugs and avoid the stigma. Three
categories of consumers are presented in relation
to stigma. The self sitgmatic that reproduced
stigma. The cautious that camouflage consumer
feature in some contexts to avoid stigma. And,
transformers presented as consumers because it
is an attribute like any other and should work for
consumer acceptance.
KEYWORds
Estigma, normalization, recreational consumption,
identity, normality of consumers.
Introducción
Según Goffman (2008: 16) el consumo de
drogas es un estigma de defecto del carácter del
individuo. En el ámbito de las drogas, el estigma
del carácter no es exclusivo de los adictos, sino
David Pere Martínez Oró
Doctor en Psicología Social
Fundación IGenus
63
ADICCIONES. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
que también está presente en los consumidores
recreativos. En los adictos también es un estigma
físico porque después de años de consumo las
marcas en el cuerpo son evidentes. Marca física
que se convierte en la principal barrera para
recuperar la condición de normal (Biernacki,
1986). Estigma que causa vergüenza y culpa entre
algunos heroinómanos (Lloyd, 2013: 92).
representan el rasgo maestro (más destacado)
de la identidad, sino que son un rasgo auxiliar
exhibido ante una minoría, en ciertos tiempos
y contextos (Hathaway, Comeuau y Erickson,
2011: 454). Los conocedores del discurso de la
normalización estigmatizan sólo los consumidores
que abandonan las responsabilidades adquiridas
(Martínez Oró y Pallarés, 2009: 167-176). A pesar
de los cambios producidos por la normalización
en la construcción del estigma asociado a los
consumos de drogas, el atributo de consumidor
no está normalizado en todos los ámbitos, como
por ejemplo, en el ámbito laboral donde se puede
ser estigmatizado fácilmente (Rodner, 2008: 472).
La naturalización del discurso prohibicionista
conlleva que la mayoría de personas, sin contacto
con las drogas, entiendan los consumidores
como potencialmente problemáticos y los estigmaticen. En el contexto español, a finales de
los noventa en los estudios de las percepciones
sociales de Megías et al. (2000: 340; 2005: 225)
detectaron como el proceso de normalización
comportaba la mayor aceptación y la menor estigmatización de los consumidores y ex drogodependientes. Stebbins (1996) apunta como una
mayor tolerancia hacia los consumidores facilita
las interacciones desestigmatizadas, aunque se
reconocen las diferencias, éstas son tolerables.
Room (2005:143) señala la aparición del estigma
en función del contexto, como una ambivalencia
cultural producto del proceso de cambio que ha
representando la normalización. Actualmente el
estereotipo del consumidor convive con la interpretación más heterogénea resultado del proceso
de normalización que ha comportado cambios en
la construcción del estigma asociado a los consumidores (Aldridge, 2008: 199; Hathaway, Comeau
y Erickson, 2011: 465). La normalización ha producido una mayor tolerancia hacia los consumidores, donde las personas no consumidoras interaccionan con ellos sin estigmatizarlos. Parker
(2005: 205) destaca como los cambios, no sólo
han supuesto la menor estigmatización, sino que
en ciertos tiempos y contextos drogarse es un
elemento valorado y funcional.
ESTIGMA Y CONSUMO DE DROGAS
Los resultados de Martínez Oró y Pallarés (2009)
y de Pallarés y Martínez Oró (2013) muestran
que a pesar de la normalización de los consumos,
no todos los consumidores se entienden como
normales. Los consumidores recreativos estigmatizan tanto los drogodependientes alejados de
los consumos recreativos, como también, los más
descontrolados que provocan situaciones embarazosas y consecuencias problemáticas y, en general,
a todos aquellos con los que la interacción se considera poco afable o imposible. En estos casos, la
estigmatización es compartida por la mayoría de
consumidores.
La heterogeneidad del discurso de la regulación
conlleva que algunos consumidores sean
estigmatizados por unos, pero para otros se
perciban como totalmente normales e integrados.
Por ejemplo, entre los consumidores más
esporádicos vinculados a la fiesta de discoteca,
estigmatizan los ravers consumidores de ketamina
porque son los «yonquis de la fiesta» (Pallarés
et al., 2006: 99; Moore y Measham, 2008: 241),
pero otros los consideran normalizados porque
entienden los consumos como compatibles con
los objetivos de la salida nocturna. La controversia
está presente en los adolescentes de Martínez
Oró y Pallarés (2009: 31-32) donde la posición
consumidora normaliza los consumos de cocaína
pero la posición anticocaína, a pesar de ser
consumidores de MDMA y speed, estigmatizan a
Pennay y Moore (2010: 557) destacan que
en los contextos de fiesta se normalizan los
consumos y sólo los más descontrolados son
estigmatizados. Pero en los contextos cotidianos
se oculta la condición de consumidor para evitar
la estigmatización. Se puede ocultar el atributo
de consumidor ante las personas desconocedoras
del mundo de las drogas porque los consumos no
64
ADICCIONES. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
los consumidores de cocaína mediante atributos
como viciosos, egoístas, pijos, etc. Aceptar y
defender las características del grupo de referencia
y rechazar las de los otros grupos es cabal en el
funcionamiento de los grupos, tal como se describe
en Martínez Oró y Pallarés (2009: 168 ) y Pallarés
y Martínez Oró (2013: 133-136). El estigma entre
consumidores se presenta de manera recurrente
para diferenciarse de otros estilos juveniles,
los valores de otros grupos y, sobre todo para
justificar los propios consumos. Así pues, los
propios consumos son los normales y los de los
demás (indeterminados) son los problemáticos
(Room, 2005).
una interacción con un interlocutor que conoce
el mundo de las drogas a partir del discurso
prohibicionista y entiende los consumidores según
el estereotipo del yonqui marginal. Situación
recurrente en los contextos laborales y en el
ámbito familiar. Aunque el interlocutor conozca
las diferencias entre los consumidores recreativos
y los yonquis, la reificación del prohibicionismo
conlleva que el consumidor despierte desconfianza
y se le estigmatice. Mientras el interlocutor
desconozca el atributo de consumidor este será
caracterizado por rasgos positivos. Como por
ejemplo, trabajador, buena persona o inteligente
(Becker, 2009: 51). La falta de estigma físico
facilita la aceptación del consumidor. Pero una
vez se descubren los consumos, el rasgo maestro
(principal) será el de consumidor. Y que la principal
característica de una persona sea un atributo
peyorativo conlleva la discriminación, porque
el interlocutor recela y desconfía por presentar
atributos de personalidad débil o potencialmente
peligrosa.
Las consecuencias de la estigmatización entre
las personas que participan del discurso de la
normalización son sustancialmente diferentes
si las realiza el exogrupo o el endogrupo. Si la
estigmatización la realiza una persona alejada
del consumidor, las consecuencias sobre él serán
escasas porque no influye en las relaciones
sociales que mantiene. La estigmatización conlleva
que el «normal» interactúe con desconfianza,
rechazo, miedo o incluso compasión, aspectos que
degradan el consumidor e imposibilitan mantener
una interacción con la que las dos personas
se perciban mutuamente como competentes
(Goffman, 2008: 27). Pero, como estos tipos
de interacciones son escasas, los efectos de la
estigmatización también lo son.
En las sociedades avanzadas, tal como se
presenta en Martínez Oró (2014) las personas no
tienen un auténtico poder de decisión sobre su
vida, debido a la compleja red de relaciones que
mantienen con las instituciones, especialmente
con el trabajo. Por eso necesitan dominar
estratégicamente las impresiones y las apariencias,
para mantener el prestigio (De Erice: 1994: 19-22).
En los contextos donde reconocer la condición de
consumidor puede implicar la estigmatización,
la persona decidirá si reconoce los consumos o
por el contrario intenta esconderlos. Tal decisión
vendrá determinada por la implicación política
del discurso de la regulación. Es decir, en las
interacciones se presentará como consumidor
si considera que no debe ocultar la condición de
consumidor porque entiende las drogas como
un elemento presente en la sociedad y que
los discursos alarmantes sobre las drogas son
exagerados. En cambio, si no hay compromiso para
la normalización, se preferirá ocultar el atributo
de consumidor. Entre los que eluden reconocer
el rasgo de consumidores encontramos dos tipos:
los ajustados y los autoestigmatitzados. Entre los
consumidores recreativos encontramos tres tipos
Así pues, el estigma no hará variar la posición
del supuestamente «estigmatizado» porque se
entiende a sí mismo y a sus consumos como
normales. Normalidad ratificada continuamente
por las personas con quien mantiene
interacciones habitualmente. Esta interacción se
refleja en Pallarés y Martínez Oró (2013) donde
los consumidores intensivos de alcohol saben
perfectamente que otros jóvenes los señalan
como borrachos, pero ellos y su entorno entienden
las borracheras como normales, funcionales y
compatibles con el entorno, y no piensan variar
porque personas alejadas del círculo de relaciones
los estigmaticen.
Otra situación radicalmente diferente se
presenta cuando el consumidor tiene que afrontar
65
ADICCIONES. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
de gestión de los estigmas: los ajustados, los autoestigmatizados y los transformadores.
prohibicionista les comporta entenderlos como
una práctica desviada y moralmente reprobable,
reproduciendo el estereotipo del consumidor
yonqui en ellos mismos y en el entorno de iguales.
Es decir, realizan una gestión del estigma a
partir de la asimilación del discurso hegemónico
(Hathaway, Comeau y Erickson, 2011: 465). Los
autoestigmatizados mantienen una relación
ambivalente con los discursos sobre las drogas. Por
una parte, adoptan el discurso de la regulación para
ordenar y dotar de significado los consumos, pero
persiste la duda de si el discurso prohibicionista
acabará siendo cierto y las consecuencias negativas
acabarán apareciendo. Estos no han subvertido
completamente el discurso de los peligros
inevitables de las drogas y convive en ellos el
miedo y la incertidumbre, situación que se refleja
en expresiones como «esto no puede ser bueno
de ninguna de las maneras» o «dentro de unos
años veremos como estamos». Como ejemplo
visual, podemos considerar que todo y sostener el
rulo (tubo para esnifar sustancias en polvo) con la
mano antes de consumir, muestran el miedo hacia
las consecuencias inciertas. Articulando estas
expresiones, muestran la posibilidad de que las
profecías se cumplan.
TIPOS DE CONSUMIDORES SEGÚN LA
GESTIÓN DEL ESTIGMA
En la actualidad, entre la mayoría de consumidores,
las drogas representan sólo una herramienta para
potenciar la diversión. Estos no pondrán en riesgo
el estatus de persona normalizada por defender un
elemento prescindible y secundario de sus vidas.
Y, realizarán una gestión de las impresiones en la
dirección que les permita evitar ser descubiertos
y, en consecuencia, estigmatizados. Es decir,
aceptarán una doble existencia. Becker lo llama
vivir la desviación en secreto porque «sus temores
son claros: teme ser rechazado por personas cuyo
respeto y aceptación necesita tanto en términos
prácticos como emocionales» (Becker, 2009: 86).
En palabras de Goffman (2008: 47), realizan una
normificación (normification) que corresponde
al esfuerzo por presentarse como competentes y
esconden el atributo de consumidor que les sitúa
en una posición degradada.
Los ajustados, aunque participan de los
consumos normalizados y sólo estigmatizan a los
consumidores más problemáticos, consideran
que ocultar los consumos les ahorrará la
estigmatización. Por lo tanto, lo entienden como
una necesidad de adaptación el presentarse como
personas competentes en un contexto hostil para
los consumidores. Además, consideran el atributo
de consumidor como un aspecto que aparece
esporádicamente en ciertos tiempos y contextos y
que, no representa un rasgo identitario el cual sea
motivo de orgullo que necesita ser defendido. Sin
embargo, los ajustados a la normalidad consideran
que la estigmatización de los consumidores es
desmesurada y no debería producirse porque
consumir drogas es sólo un aspecto secundario en
la vida de una parte importante de la población.
En este sentido, piensan que sería necesario un
cambio de mentalidad para evitarla, pero ellos no
están dispuestos a arriesgar la aceptación de la
que gozan para conseguirlo.
Convivir con la incertidumbre puede generar, que
en algunos casos, ante el mínimo inconveniente se
magnifiquen las consecuencias negativas, lo que
unido a la autocategorización de problemático,
puede provocar más problemas que los propios
consumos. Y esta situación se puede agravar en
caso de que se pida opinión a una voz experta. El
profesional, si entiende los consumidores a partir
del estereotipo del consumidor problemático,
intervendrá guiado por los esquemas del paradigma médico de abandonar inmediatamente
los consumos. Si el consumidor asume como razonable la voz experta, el poder del profesional
ordenará el discurso de las drogas del consumidor
y, pasará a entender los propios consumos como
problemáticos. A partir de la intervención, abandonará el discurso de la regulación y la propia
capacidad de agencia, para adoptar el discurso
hegemónico como el único posible para entender
los propios consumos, a partir de este momento,
problemáticos. Situación que se podrá agravar
Los autoestigmatizados participan los consumos
normalizados, pero la naturalización del discurso
66
ADICCIONES. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
si es institucionalizado (comunidad terapéutica)
donde su identidad se amoldará (Goffman, 2007:
47-50) a las normas de la institución.
porque es una atributo como cualquier otro
que no justifica ningún tipo de estigma. Y si esta
posición implica la estigmatización, trabajarán
para demostrar al interlocutor que el fundamento
del estigma es del todo injustificado porque son
personas totalmente normales que toman drogas
como otros toman vino o realizan actividades
con más morbimortalidad que los consumos
de drogas, como el alpinismo, la caza o el esquí
(Hidalgo, 2011). Como destaca Larrauri:
Por este proceso de saber-poder de los
profesionales y la institucionalización, algunos
ex drogodependientes son los que articulan el
discurso más beligerante y prohibicionista contra
las drogas. Al haber pasado por el infierno de
las drogas, se erigen con la autoridad moral para
mostrar los problemas que inevitablemente
generan los consumos. Para sostener esta postura,
remiten continuamente al infierno particular,
descalificando cualquier interlocutor que no
comparta los perjuicios de las drogas. Ellos lo
han vivido con carne propia y contra eso no hay
nada que decir. Aunque, estos no representan
el colectivo de ex drogodependientes, son
continuamente utilizados como ejemplo de la
perversidad de las drogas: se les entrevista,
hablan en centros educativos y tienen la función
social de mostrar el infierno de las drogas, es decir,
funcionan como un piñón perfecto del engranaje
prohibicionista. Sin embargo, muchos otros ex
drogodependientes no comparten esta visión sino
que entienden los problemas relacionados con
el consumo de drogas como las consecuencias
perversas de las políticas prohibicionistas. Estos,
como es obvio, no adquieren ninguna notoriedad
social ni mediática (Llort, 2013 : 202).
No hay nada que corregir, ya que la
desviación existe solo cuando esta es definida
y contemplada desde parámetros culturales
o sociales diversos de los del actor. Se trata
por consiguiente, no de intervenir en el
sujeto desviado, sino de conseguir que el
público aumente su nivel de tolerancia frente
actividades que pueden resultar sorprendentes
o chocantes (Larrauri, 1991: 95).
Las personas que mantienen una actitud
estigmatizante hacia los consumidores, cuando
interactúan con los transformadores pueden
observar como muchas concepciones sobre
los consumidores no se cumplen, al menos en
todos los casos, porque pueden interaccionar
con un persona consumidora que controla las
drogas y no responde al estereotipo del yonqui
o problemático (Hathaway, Comeau y Erickson,
2011: 465). Resultado de la interacción, éste
puede modificar el discurso que hasta el momento
le había funcionado para ordenar el mundo de las
drogas, y adoptar una mirada más amplia de los
consumos. En consecuencia, dejará de estigmatizar
a los consumidores por el simple hecho de serlo,
una victoria micropolítica de los transformadores
que contribuye al proceso de normalización y al
estado de normalidad de los consumidores. El
cambio de actitudes no se produce rápidamente
sino que es un proceso lento que debe conducir
a entender el consumidor como una persona
competente, es decir, normal. Sin embargo, una
persona alejada del mundo de las drogas podrá
mantenerse firme en sus ideas negativas hacia
los consumidores y continuar. A pesar de las
evidencias de la normalidad, la cosificación del
discurso prohibicionista imposibilita el cambio,
ya sea porque se evita la interacción con los
En relación con la tercera categoría, otros
consumidores recreativos que llamaremos transformadores en el mismo sentido que Hathaway,
Comeau y Erickson (2011: 465), poseen motivos
políticos para no ocultar los consumos y aceptar
las consecuencias de la estigmatización. Como
destacó Becker (2009: 22), «desarrollan una
ideología acabada para explicar por qué tienen
razón y qué quienes los desaprueban y juzgan
están equivocados». Estos consideran las drogas
como un elemento más de la sociedad. Negar su
presencia es negar una realidad bien tangible, y
abordar los consumos desde la censura conlleva
más consecuencias negativas que beneficios
(Moore y Measham, 2012). Consideran una
injusticia de primer orden la criminalización de
los consumidores por el simple hecho de serlo.
Así pues, aceptan la condición de consumidor
67
ADICCIONES. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
consumidores o porque se considera que la
normalidad es sólo una apariencia que esconde
algún tipo de trastorno.
drogodependientes desde la irrupción de la
reducción de daños se han organizado para
defender sus derechos y evitar la estigmatización
(Borràs y Trujols, 2013). Así pues, han participado
en la planificación de recursos de reducción de
daños, aunque su voz, ha sido tenida poco en
cuenta a la hora de diseñar políticas de drogas,
en comparación a otros países (Llort, 2013:
200). Un ejemplo de la voz de los consumidores
para normalizar la situación de los pacientes con
tratamiento de opiáceos, sería la campaña de
APDO «mí tratamiento, mi elección» con el objetivo
de que su opinión sea tenida en cuenta a la hora
recibir un tratamiento. Es decir, reivindicaciones
concretas del colectivo que visibiliza la situación
y en consecuencia luchan para la normalización.
La actitud de los transformadores contribuye a
la normalización, pero ésta no se dará de manera
completa hasta que el conjunto de la población
abandone la idea de que todo consumidor es
desviado, situación lejos de conseguirse pero hacia
la que nos dirigimos. A pesar de la presencia de
los transformadores, la mayoría de consumidores
son ajustados o autoestigmatizados, esto dificulta
la visibilidad de los consumidores normalizados
y dificulta las reclamaciones de la normalización
jurídica de las drogas. Los consumidores, a lo largo
de su relación con las drogas, se pueden mover
de una categoría a otra, por ejemplo, cuando un
consumidor ha tenido algún susto puede pasar
de una posición ajustada o transformadora a una
autoestigmatizada, y también varía la posición en
función del contexto, así algunos consumidores
se presentan como transformadores en el ámbito
familiar, pero como ajustados en el trabajo. En
este sentido, la lucha política contra el estigma
pasa por una mayor presencia social de los consumidores normalizados, de manera que se muestre
al conjunto de la sociedad que los consumos no
les inhabilitan como personas competentes y normalizadas, es decir, realizar una tarea de influencia minoritaria (Feliu, 2004; Doms y Moscovici,
1985) para que acaben siendo reconocidos como
personas libres de estigma.
Las asociaciones de consumidores recreativos,
más allá de consumidores de cannabis, son casi
inexistentes en España1, debido a que poder
camuflar los consumos para mantener una
vida normalizada, ha supuesto que muchos no
perciban como una necesidad luchar por un
cambio en las políticas de drogas. En los últimos
años, han proliferado los clubes/asociaciones de
cannabis, principalmente en Cataluña y el País
Vasco , pero también en otros puntos de España.
Los clubes2 tienen como objetivo la normalización
jurídica del cannabis, pero mediante las tareas de
divulgación y reivindicación, los miembros de los
clubes se presentan como consumidores transformadores. Aunque siguen estigmatizados y descalificados por las voces más alarmadas que los
consideran temerarios por pedir la normalización
«de una droga tan peligrosa como el cannabis»,
evidencian día a día que se puede ser consumidor
CONCLUSIONES
Goffman (2008) expone que los estigmatizados
luchan contra el estigma a partir de la organización
colectiva. Y es mediante la organización que se
consiguen cambios para normalizar el colectivo. A
veces, en diferentes colectivos de estigmatizados,
aunque no evitan el estigma en las interacciones
cotidianas, sí se ha logrado un cambio jurídico que
los ampara, como es el caso de los homosexuales,
colectivo que aún sufre cierta discriminación pero
goza de una protección jurídica que persigue la
homofobia. En el ámbito de las drogas, no se ha
producido ningún cambio jurídico en dirección
a la normalización, aunque los colectivos de
Más allá de Ai Laket! una Asociación de consumidores
que trabaja para la reduccion de riesgos, por lo tanto
se entenderían más como un colectivo técnico donde el
objetivo, a pesar de las críticas, no son los cambios de
políticas de drogas.
1
No entraremos a discutir las diferentes filosofías de
los clubes, si son asociaciones de consumidores sin
ánimo de lucro o si son coffee-shops al estilo holandés
encubiertos y prefieren la actual situación de limbo
jurídico que una normalización jurídica.
2
68
ADICCIONES. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
y al mismo tiempo ser una persona normalizada
y responsable. La lucha política es encabezada
por los consumidores de cannabis, pero en poco
tiempo, debido al proceso de normalización y
el debilitamiento del prohibicionismo, es muy
probable que proliferen clubes/asociaciones de
otras sustancias.
En definitiva, el escenario de la normalización y
la normalidad de los consumidores obliga a revisar
las políticas de drogas y adecuarlas en consonancia con la realidad de los consumos.
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70
ADICCIONES. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
EVOLUCIÓN DEL
PERFIL DEL JUGADOR
PATOLÓGICO EN ESPAÑA
EN LAS ÚLTIMAS
DÉCADAS
Resumen
E
l incremento del juego en España ha sido
vertiginoso desde su legalización en 1977. La
aparición de los primeros jugadores patológicos
después de su legalización ha ido seguida de un
sostenido aumento de jugadores patológicos año
tras año.
Para ello se contemplan diferentes aspectos que
demuestran dicha evolución como pueden ser los
criterios diagnósticos, la evolución de las leyes del
juego, la epidemiología, las clasificaciones de los
tipos de jugadores o el perfil de la mujer, entre
otros.
THE RECENT EVOLUTION
OF THE GAMBLING ADICCT
PROFILE IN SPAIN
Palabras Clave
Juego patológico, ludopatía, evolución, perfil,
epidemiología.
Abstract
Gambling has experienced a massive growth
in Spain since its legalization in 1977. The
appearance of the first pathological gamblers has
been followed by a sustained increase every year.
To study this evolution, many different aspects
are considered, such as diagnostic criteria, the
evolution of the law of gambling, its epidemiology,
the classification of gamblers, and the profile of
women, among others..
Keywords
Pathological gambling, gambling addiction, evolution, profile, epidemiology.
Joana Calero Plaza
INTRODUCCIÓN
Doctora en Psicología
Directora del Máster en Educación y
Rehabilitación en Conductas Adictivas de la
Universidad Católica de Valencia
El juego de azar se legalizó en España a partir de
1977 y pocos años después, en 1980, se produjo
el reconocimiento oficial del juego patológico.
Desde entonces, son notables los cambios que se
han podido observar a los largo de las décadas en
cuanto al perfil del jugador patológico. La evolución se puede apreciar desde distintos ángulos,
tanto desde la conceptualización, como la legis-
Belén Jaurrieta Mutiloa
Psicóloga
Máster en Educación y Rehabilitación
en Conductas Adictivas de la
Universidad Católica de Valencia
71
ADICCIONES. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
lación, las distintas clasificaciones de los tipos de
jugadores que se ha hecho con el paso del tiempo
o los distintos tipos de juegos entre otros, hasta
llegar a la máxima actualidad, el juego online. Una
realidad que cuenta con pocos estudios pero sí
con datos relevantes en cuanto a la prevalencia de
la adicción y que influye en el perfil del jugador
actual.
El DSM-IV (APA, 1994) sigue incluyendo el juego
patológico como un trastorno del control de los
impulsos, sin embargo, vuelven a cambiar algunos
criterios. Estos nuevos criterios, a diferencia de
los del DSM-III y el DSM-III-R, están basados en
la investigación (Lesieur y Rosenthal, 1991) y han
sido seleccionados según su validez discriminante
(Lesieur, 1993). Posteriormente, en el DSM-IV-R
(APA, 2000), los criterios se siguen manteniendo.
Lo que se pretende en este artículo es realizar
un recorrido por el tiempo para mostrar la
evolución del juego patológico, abordando la
conceptualización, la legislación y todos aquellos
aspectos que influyen de manera decisiva en el
perfil del jugador patológico.
El denominado juego patológico por el DSM-IVTR (APA, 2000) ha pasado a formar parte del nuevo
capítulo de adicciones del DSM-5 (APA, 2013), en
una nueva subcategoría denominada trastornos
adictivos no relacionados a sustancias.
Evolución del concepto y
criterios del juego patológico
Evolución de la legislación
del juego en España
“Manía del juego” fue una de las primeras definiciones que se conocen de ludopatía (Kraepelin,
1924). Es en 1970 cuando Morán la define como
juego patológico. A su vez, este ha sido definido
por múltiples autores como enfermedad o trastorno adictivo (Custer y Milt, 1985; Lesieur y
Heineman, 1988; Rosenthal, 1989), y posteriormente por Ochoa y Labrador (1994) o Fernández
Montalvo y Echeburúa (1997) entre otros.
La legislación del juego en España ha ido
cambiando en los últimos años. El primer juego
regulado fue la denominada Lotería Primitiva,
creada en 1763. A partir de ahí, se han ido
legalizando los siguientes juegos: el cupón de la
ONCE (1935), las quinielas de fútbol (1946), las
apuestas hípicas (1957), bingos y casinos (1977)
donde cabe destacar el cambio cualitativo que se
produce en ese año con el Real Decreto-Ley sobre
el juego (15/1977 de 25 de febrero) que implica
la legalización moderna de éste, las máquinas
tragaperras (1981), la lotería primitiva (1986) y en
1988 el bonoloto.
Su reconocimiento oficial se produce en 1980. Ese
año, la Asociación de Psiquiatría Americana (APA)
lo incluye en el Manual Diagnóstico y Estadístico
de los Trastornos Mentales (DSM-III) en una de sus
categorías, trastornos del control de impulsos no
clasificados y lo define como un “fracaso crónico y
progresivo en la capacidad de resistir los impulsos
a jugar y a la conducta de jugar, fracaso que compromete, altera o lesiona los intereses personales,
familiares y vocacionales”.
Ese mismo año España era, junto con Alemania,
el país con mayor gasto en juego per cápita de
Europa y uno de los de mayor gasto en el mundo
(Rosecrance, 1988). Además, el juego representaba en España, en ese momento, un gasto
anual de los españoles de tres billones de pesetas
(Labrador y Becoña, 1994).
Unos años más tarde, el DSM-III-R (APA, 1987)
sigue considerando el mismo concepto de juego
patológico, sin embargo, modifica algunos criterios. Ya era en esa época cuando muchos investigadores y clínicos consideraban el juego patológico
como una adicción más, incluso como la adicción
en estado puro, ya que no se relaciona con la dependencia física o bioquímica (p. ej., Jacobs, 1987,
1989).
En 2005, se autoriza a la ONCE la explotación de
una lotería instantánea o presorteada (Rasca y
Gana) y la última ley que conocemos actualmente
es la Ley 13/2011 del 28 de mayo que entró rigurosamente en vigor en enero de 2012 y que legaliza
el juego online, a excepción de las apuestas
cruzadas y las “slot online”.
En la actualidad, se estima que en 2012, los es72
ADICCIONES. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
pañoles gastaron en el juego legal de azar (presencial y online) más de treinta mil millones de euros
(DJOG, 2012, 2013).
juego, que en su mayoría se empezó a realizar
alrededor de 1960. Hasta ese momento eran
pocos los jugadores de juegos legales de escasa
importancia e ilegales, no siempre basados
en el azar y con un importante componente
de habilidad. Con la legalización del juego, y
especialmente de los juegos de azar, los jugadores
llegan a alcanzar entre el 1-2% de la población (J.
Labrador y E. Becoña, 1994).
Evolución de las clasificaciones
de los tipos de jugadores
A lo largo del tiempo se han realizado diferentes
clasificaciones de los tipos de jugadores. Entre
todas ellas, la propuesta por Ochoa y Labrador
(1994) es la que más se sigue manejando actualmente. Esta clasificación diferencia entre jugador
social, jugador profesional, jugador problema y
jugador patológico.
Siguiendo a Becoña (1999), las características
descriptivas más importantes de los jugadores
patológicos (Legarda et al., 1992; García, Díaz y
Aranda, 1993; Becoña, 1993, 1995; Echeburúa, Báez
y Fernández-Montalvo, 1994; Ochoa y Labrador,
1994; Jiménez y Fernández de Haro, 1999), sobre
todo referidas a características sociodemográficas,
serían las siguientes: a) dos hombres por cada
mujer jugadora patológica; b) predominaban
los jugadores patológicos entre los más jóvenes
(el 40% de todos tiene entre 18 y 30 años); c)
menor nivel educativo; d) aproximadamente
la misma cantidad de personas solteras que de
casadas; e) bajos ingresos económicos; f) su
ocupación laboral era semejante a la del resto de
la población no jugadora. No existía, por tanto,
un patrón característico de asociación entre una
determinada profesión y un mayor nivel de juego.
Sin embargo, los más castigados socialmente por
los problemas de juego, dada su situación social,
personal y económica, eran las amas de casa, los
parados, los jubilados y los que tenían empleos
eventuales, aún cuando el juego afectaba a todas
las clases sociales; g) jugaban predominantemente
a las máquinas tragaperras (en el 75% de los casos
era el juego predominante), y h) cuanto mayor
era la ciudad de residencia, mayor era el número
proporcional de personas jugadoras patológicas.
Según estos autores el jugador social sería
aquel que juega ocasionalmente o regularmente,
siempre por entretenimiento y diversión, siendo
su característica principal el control sobre esa
conducta de juego, es decir, puede interrumpirla
cuando lo desee.
El jugador profesional se dedica al juego para
ganar dinero, vive de ello. Participa en juegos
donde es importante la habilidad. No tiene implicación emocional en las apuestas. Apuesta de
forma racional y no arriesga en el puro azar.
El jugador problema, se caracteriza por jugar
frecuente o diariamente, con un gasto habitual
de dinero que en alguna ocasión, por excesivo, le
acarrea problemas, pero que no llega a la gravedad
del jugador patológico. Tiene menos control de sus
impulsos que el jugador social, y el aumento en la
regularidad del juego le exige gastar con mayor intensidad y un mayor tiempo de dedicación.
Por último, el jugador patológico se caracteriza
por una dependencia emocional del juego,
una pérdida de control respecto a éste y una
interferencia con el funcionamiento normal de la
vida cotidiana (Echeburúa y Báez, 1991). Además,
la frecuencia de juego, así como la cantidad de
tiempo y dinero invertidos, son muy altas.
Además según todos estos expertos, las
personas que acudían a tratamiento eran fundamentalmente varones (relación 10 a 2), en torno
a 40 años de media de edad, casados (70%), con
estudios primarios (90%), la mitad con trabajo fijo
y con bajos ingresos económicos.
Epidemiología y
prevalencia del juego
En España sólo se han realizado estudios parciales
sobre el juego patológico o el juego problema en
niños y adolescentes (ej., Arbinaga, 1996; Becoña
En general, el desarrollo de los problemas de
juego patológico coincide con la legalización del
73
ADICCIONES. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
y Gestal, 1996; Becoña, 1997; Villa, Becoña y
Vázquez, 1997; Becoña, Mínguez y Vázquez, 2001).
un simple entretenimiento para ocupar el tiempo
libre excesivo, y transformarse posteriormente en
una adicción (Hing y Breen, 2001). En cuanto a las
dimensiones de personalidad, las mujeres jugadoras patológicas tienden a mostrar puntuaciones
altas en introversión. De hecho, la introversión
se relaciona más con los juegos de azar pasivos y
solitarios, como las loterías y los cupones, que son
los más utilizados por las mujeres (Arbinaga, 2001;
Fernández-Montalvo y Echeburúa, 2001).
Años más tarde, en un estudio llevado a cabo
por la Universidad de Murcia, Jiménez Tallón et al.
(2011), en una muestra inicial de 976 estudiantes
de diferentes facultades de dicha Universidad,
pudieron concluir que el perfil del probable jugador
patológico de esa muestra era: con más frecuencia
varón, que practicaba diferentes juegos, disfrutaba jugando, ganaba bastante dinero en un día,
si perdía volvía a jugar, jugaba más de lo pensado
y perdía tiempo de otras actividades por el juego.
En 2009, se publicó una investigación desde la
Universidad del País Vasco donde se exponía que
el 70% de las jugadoras han sufrido o sufren violencia de pareja, sin embargo “hay que seguir investigando más en profundidad” (Corral, 2012).
Estos datos indican que la prevalencia de la violencia de género hacia las mujeres con esta adicción
es considerablemente mayor que en la población
normativa, con porcentajes del 9,6%-12,4%, según
las diferentes encuestas de población realizadas en
España (Instituto de la Mujer, 1999, 2002, 2006).
Ser mujer y tener un trastorno adictivo supone un
doble factor de riesgo para la violencia de género.
Perfil de las mujeres jugadoras
patológicas
Las mujeres constituyen el 31% del total de los
jugadores patológicos detectados en los estudios
epidemiológicos en la población general. Sin
embargo, sólo entre el 10% y el 15% acude a
tratamiento según numerosos autores y centros
de tratamiento (Sáiz et al., 1992; Corral et al.,
2005). Por lo tanto, son muchas las mujeres que
se quedan sin recibir tratamiento por diferentes
razones. Sin embargo, las mujeres son acompañantes frecuentes de los jugadores patológicos
cuando éstos deciden buscar ayuda. Así, el 82%
de los jugadores que acuden a los centros clínicos
tienen como acompañantes a mujeres (pareja o
madre, fundamentalmente) (Arbinaga, 2000).
El juego online en la actualidad
Las apuestas por internet han crecido enormemente en la última década y, en 2011 ya
han llegado a representar alrededor del 8% del
mercado mundial de juegos de azar (Global Betting
y Gaming Consultants, 2011).
Respecto a la situación laboral, hay un claro predominio de las amas de casa (más del 80%) entre
las jugadoras. El perfil más habitual es el del ama
de casa que sale para hacer la compra o resolver
la intendencia del hogar y que se gasta el dinero
en el juego (Becoña, 1997; Arbinaga, 2000).
En España, desde la entrada en vigor de la Ley
13/2011 de 28 de mayo, han aumentado vertiginosamente los operadores de juego en la red,
habiendo más de 40 activos para las diferentes
modalidades de juego: póker, bingo, juegos de
casino, apuestas, etc., y con los trámites obligatorios de esta nueva ley, se ha disparado el número
de usuarios registrados, pasando de los 195.000
estimados en 2011, a más de 1.010.000 jugadores
online registrados a finales del 2012 (Castilla et al.
2013).
En los hombres, el juego patológico está muy
asociado al consumo abusivo de alcohol y drogas
y a ciertas características de personalidad (impulsividad, búsqueda de sensaciones, etc.),
tienden a jugar más por excitación y para ganar
dinero. En cambio, en las mujeres el juego está
más relacionado con la depresión, la soledad o
para hacer frente a problemas personales o familiares (Corral, 2012). En muchos casos, incluso
por aburrimiento, el juego puede comenzar como
Si comparamos ambas formas de juego (online
y presencial), numerosos estudios han hallado
mayores niveles de riesgo de problemas de juego
patológico entre los jugadores de la modalidad
74
ADICCIONES. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
online en comparación con los jugadores presenciales (Orford, Sproston, y Erens, 2009; Griffiths,
Wardle, Olason et al., 2011; Wood y Williams,
2011; Brunelle et al., 2012).
siguen causando pero empiezan a aparecer
jugadores que juegan a través de internet, ya sea
en casinos virtuales o en forma de apuestas en la
red.
El cambio de la modalidad de juego ha traído
consigo, también, una modificación en el perfil del
jugador patológico de los últimos años. Hace un
tiempo, predominaba el perfil de un hombre de
entre 30-40 años, cuyo objetivo era ganar dinero
o recuperar lo perdido. Sin embargo, actualmente,
se trata de jóvenes de 15 a 35 años, muchos de
ellos estudiantes o titulados universitarios, que
juegan cada vez más horas, dejando de lado su
realidad cotidiana, sus estudios, familia y amigos
(Castilla et al. 2013).
En cuanto a la proporción de hombres y mujeres,
sigue manteniéndose estable: 90% hombres frente
al 10% de mujeres, un porcentaje que se repite en
la mayoría de asociaciones.
Según Yubero (2010), un aspecto preocupante
son las patologías asociadas al juego. La ludopatía
y las nuevas adicciones presentan comorbilidad
con la ansiedad y también con la depresión, sin
embargo, en los últimos años ha crecido mucho el
número de personas que acuden con problemas
de juego y además presentan trastornos psicóticos, especialmente esquizofrenia.
Evolución temporal de los
perfiles de las personas adictas
al juego según diferentes
asociaciones españolas
La segunda asociación estudiada es la Asociación
Terapéutica del Juego (ATEJ), situada en Madrid,
que igualmente aprecia un cambio en el perfil
de los jugadores en los últimos años. Aunque
la mayoría acude por excesos en el juego a las
máquinas tragaperras y en segundo lugar se
encuentran los jugadores de bingo y de casino,
últimamente está apareciendo un nuevo tipo
de jugador: el de las apuestas deportivas online
(Ferrández de la Cruz, 2010).
Tras el estudio de las publicaciones de la mayoría
de las asociaciones españolas de ayuda a personas
con esta adicción, se puede observar que todos
los expertos de dichas asociaciones llegan a las
mismas conclusiones y observan la misma evolución del perfil del jugador patológico.
También se está empezando a notar un incremento
del nivel socioeconómico y cultural medio de los
pacientes, esto se debe, según los profesionales
de esta asociación, al aumento de personas cuyo
juego problemático son las apuestas deportivas
online, que ofrecen, en general, un perfil, no sólo
económico, sino también sociocultural distinto.
Vamos a centrarnos para realizar el análisis en los
estudios que han llevado a cabo tres de ellas, por
considerar que aportan una información relevante
al respecto. Estas son la Asociación Ekintza
Dasalud, ATEJ y FEJAR.
La Asociación Ekintza Dasalud, situada en el País
Vasco, en estos años transcurridos desde 1994, ha
podido apreciar cómo ha ido evolucionado el perfil
de las personas que acuden a tratamiento. Según
sus profesionales (Yubero, 2010), la variable más
destacada es la edad. En el pasado, la edad media
se situaba en torno a los 40-50 años, sin embargo,
actualmente la edad media de los pacientes está
en torno a los 30-40 años.
Y por último, la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR), en 2013,
ha elaborado un estudio de población afectada
por ludopatía y otras conductas adictivas. De la
muestra seleccionada han destacado que el juego
más extendido es el de las máquinas tragaperras
y el segundo juego por importancia es el juego
online, que si tenemos en cuenta que se reguló
un año antes, se dispara la cifra con una disminución clara del tiempo de latencia entre el jugar
por diversión a la configuración de una patología.
Según la federación, esta cifra permite observar
un nuevo perfil del jugador que cambia de carac-
Respecto al tipo de juego, anteriormente, los
pacientes que acudían a las asociación tenían
problemas especialmente con las máquinas
tragaperras. Actualmente, siguen siendo las
máquinas tragaperras las que mayores problemas
75
ADICCIONES. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
terísticas al tiempo que cambia de tipo de juego
(presencial-online).
Becoña 1994). La exposición al juego, así como
el aprendizaje de la conducta de juego mediante
el modelado por parte de las madres y padres o
personas cercanas a la persona se corresponden
con uno de los factores predisponentes. (Robert
y Botella, 1994). Cerca del 40% de los jugadores
patológicos tienen antecedentes de juego
patológico o de otro tipo de adicciones en su
familia, que en ocasiones se extienden hasta la
tercera generación (Garrido, Jaén y Domínguez,
2004). Aquellos que tienen familiares que juegan,
son más influenciables respecto al modelo
familiar de juego y gastan más dinero en el juego
(Jiménez-Tallón et al., 2011), según los resultados
de las investigaciones que se conocen hasta la
fecha.
Conclusiones
La evolución del perfil del jugador patológico se
puede apreciar desde distintos ángulos.
Hacía varios años que los expertos incluían al
juego patológico como una adicción, (Custer y
Milt, 1985; Lesieur y Heineman, 1988; Rosenthal,
1989), y posteriormente por Ochoa y Labrador
(1994) o Fernández Montalvo y Echeburúa (1997)
entre otros. Sin embargo la APA lo seguía denominando como trastorno del control de impulsos.
Hoy en día, esos criterios han evolucionado y actualmente, el juego patológico forma parte de los
trastornos adictivos no relacionados a sustancias
del DSM-5.
Por otro lado, el tipo de práctica de juego que
influye en la aparición del jugador patológico se
ve especialmente favorecida por la intensidad y
exposición a la que se ve expuesto el individuo
en su medio social. Si hace más de veinte años,
los expertos señalaban que el aumento de juegos
legalizados junto con la facilidad para jugar y la
publicidad, habían repercutido en la incidencia de juego patológico, ya que a más oferta de
juego, más oportunidad de jugar y mayor número
de personas jugadoras patológicas (González y
otros, 1990, 1992; Becoña, 1991; Legarda, Babio
y Abreu, 1992), hoy en día, con la legalización del
juego online desde 2012, hay una disponibilidad
de juego las 24 horas del día y en cualquier lugar,
lo que supone una accesibilidad absoluta para
cualquier persona incluyendo a los menores de
edad, además de la numerosa publicidad que incentiva al juego.
También se puede contemplar la evolución desde
el creciente hábito de juego visto sobre todo por
volumen de gastos que alcanza la práctica de dicha
actividad en nuestro país. Hace dos décadas, el
juego representaba en España, un gasto anual de
los españoles de tres billones de pesetas (Labrador
y Becoña, 1994). En la actualidad, se estima que
en 2012, los españoles gastaron en el juego legal
de azar (presencial y online) más de treinta mil
millones de euros (DJOG, 2012, 2013).
Son muchos los expertos que coinciden en que
una de las variables más destacadas respecto a su
evolución es la edad de los jugadores. Si hace unos
años predominaba el perfil de un hombre de entre
30-40 años, en la actualidad, se trata de jóvenes
de 15 a 35 años (Castilla et al. 2013). Y además, lo
corroboran las asociaciones de ayuda a personas
con problemas con el juego, que en los últimos
años está bajando la media de edad de jugadores
patológicos que solicitan tratamiento (Yubero,
2010).
Otra variable que ha ido evolucionando
notablemente es el tipo de juego. Si en la década
de los noventa, todos los expertos coincidían
en que el juego a destacar eran las máquinas
tragaperras (Legarda et al., 1992; Becoña, 1993,
1995; García, Díaz y Aranda, 1993; Echeburúa, Báez
y Fernández-Montalvo, 1994; Ochoa y Labrador,
1994; Jiménez y Fernández de Haro, 1999) en un
75% de los casos como juego predominante, y el
que mayor gasto mensual provocaba (en el 43%
de los casos según Becoña, 1991, 1993) seguido
por el bingo o la lotería nacional, en la actualidad,
Sobre la creciente práctica del juego entre los más
jóvenes, otro aspecto a destacar sería: el hecho de
que los jóvenes actuales ahora forman la segunda
promoción en el sentido de que ya pueden tener
padres y otros familiares-amigos que lleven a
cabo conductas de juego frecuentes y pueden
haber servido de modelo para ellos (Labrador y
76
ADICCIONES. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
los últimos datos confirman que, aunque siguen
predominando las máquinas tragaperras, el juego
online desde su legalización está aumentando de
forma vertiginosa. Las apuestas por internet, en
2011, ya han llegado a representar alrededor del
8% del mercado mundial de juegos de azar (Global
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Al igual que hemos podido comprobar un cambio
desde la década de los noventa hasta ahora en el
tipo de juego, también lo podemos observar en
el nivel de estudios de los jugadores patológicos.
Así como los resultados de las investigaciones de
esa década confirmaban que la mayoría de jugadores patológicos tenían estudios predominantemente primarios, el 91% según Legarda, Babio
y Abreu (1992) y con bajos ingresos, Becoña y
Fuentes (1995), Irurita (1996), etc., los datos
actuales apuntan a un perfil, no sólo económico,
sino también sociocultural distinto (Ferrández de
la Cruz, 2010). Según el segundo informe sobre
la percepción social respecto al juego de azar
en España (Ruiz Martínez et al. 2011): el estatus
social es alto, medio-alto o medio-medio.
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En cuanto al perfil de la mujer, no podemos
concluir que haya una evolución notable respecto
a la visión social de la mujer como jugadora patológica. Sí que hay quien apunta (Yubero, 2010),
que se ha podido apreciar un pequeño cambio
respecto a las mujeres los últimos años, y es que
ya no acuden tan solas como lo hacían antes a
buscar tratamiento, lo que denota una mayor conciencia del problema y un mayor apoyo a la mujer
afectada por esta adicción.
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del jugador patológico en las últimas décadas,
con dos momentos históricos significativos, la legalización del juego de azar en España (1977), y
la última ley que conocemos actualmente, la Ley
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80
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
PATOLOGÍA DUAL
Y COMUNIDAD
TERAPÉUTICA
RESUMEN
E
ste artículo aborda la compleja relación
existente entre la problemática asociada al
consumo de sustancias tóxicas y los denominados
trastornos mentales mayores, coexistencia que
se conoce con el nombre de patología dual. Esta
afección ha tenido una importante multiplicación
durante los últimos años, pero no siempre un
tratamiento acorde a sus necesidades, lo cual,
implica mayor desgaste e involución para las
personas y familias con esta problemática, los
equipos de salud y el sistema sanitario en general.
Poder pensar y desarrollar modelos adecuados
de intervención en patología dual, implica la
realización de un análisis socio histórico sobre el
punto de encuentro y avance de este fenómeno
patológico y su relación a circunstancias históricas,
sociales y sanitarias.
DUAL DISORDERS AND
THERAPEUTIC COMMUNITY
Palabras clave
Comunidad terapéutica, patología dual,
comorbilidad, esquizofrenia, psicosis, tratamiento
comunitario, consumo de sustancias.
Abstract
This article discusses the complex relationship between the problems associated with
substance abuse and so-called major mental
disorders, coexistence is known as dual disorders.
This condition has a significant multiplication in
recent years, but not always treated according
to their needs, which implies increased wear
and involution for individuals and families with
this problem, teams of health and healthcare
in general. To think and develop appropriate
intervention models dual disorders involves
conducting a socio historical analysis on the
meeting point and progress of this pathological
phenomenon and its relation to historical, social
and health circumstances.
Sebastián Pablo Rodríguez
Psicólogo. Magister en Salud
Mental Comunitaria.
Director General de Proyecto UNO
Fabián Ottone
Colaborador
Psicólogo Social, OST, Presidente
y Director General de Proyecto UNO
Fabio Cassino
Keywords
Colaborador
Psicólogo Social
Director de Proyecto UNO
Therapeutic
81
community,
dual
disorders,
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
mayores codificaciones, donde se pierde la especificidad de su tratamiento.
comorbidity, schizophrenia, psychosis, community
treatment, substance use.
“…Vivo entre formas luminosas y vagas
que no son aún la tiniebla…”
Hoy hallamos datos que enuncian que la patología dual se encuentra en más del 80%2 de
los pacientes que están en tratamiento por un
problema asociado al consumo de tóxicos, en
tanto, se incluyen distintos subtipos psiquiátricos
como los trastornos del humor, el déficit atencional, los trastornos de ansiedad, los trastornos
de la personalidad, y por último los trastornos
mentales graves (esquizofrenia, psicosis, y los denominados retrasos mentales).
(Jorge Luis Borges, Elogio de la Sombra)
Pensar en el diagnóstico y el tratamiento de la
patología dual nos introduce en un entramado
complejo donde confluyen situaciones de índoles
psicopatológicas, sociales y culturales de gran
tenor, pero no siempre definidas con claridad.
Si bien es prácticamente imposible reflexionar
sobre las intervenciones en salud mental y sus
diferentes vertientes disociadas del entramado
cultural, político y socio económico en el cual
originan y desarrollan su práctica; generalmente
es este entramado el que origina los cuadros
psicopatológicos que posteriormente tratamos.
Esta situación, si bien origina una perspectiva
amplia a nivel diagnóstico, incurre en la deficiencia de perder la singularidad que los pacientes
duales y los procesos de tratamiento requieren en
términos de rehabilitación e inclusión social.
En adelante, volveremos a la primer clasificación
y denominaremos patología dual a aquellos pacientes con una enfermedad mental grave (esquizofrenia, psicosis, etc.,…) del eje I del DSM IV y
su coexistencia con una problemática de consumo
de drogas y/o alcohol.
La patología dual es definida como la coexistencia en una misma persona de un trastorno mental
y una problemática asociada al consumo de sustancias toxicas. Este cuadro nomenclado a fines de
los años 80’1 es un emergente clínico producto de
un contexto mundial determinado, que no podía
haber concurrido en otra época, pero como relata
el poema citado, todavía su existencia es vaga e
indefinida, y aún más su terapéutica.
Para obtener mayor claridad clínica, diremos
que esta relación compleja entre ambos ejes
psicopatológicos determina el carácter específico
de la patología dual, en tanto lo que subyace a
esta relación son mecanismos neurobiológicos,
psicológicos y sociales. Definimos a la patología
dual no solamente por la coexistencia de síntomas
de distintas esferas (mental y adictiva) sino
por su sistema de relaciones, lo cual otorga un
desarrollo, pronóstico y un curso determinados
Los primeros constructos teóricos y clínicos
respecto de la patología dual hacían referencia
exclusivamente a aquellas personas que padecían
una enfermedad mental grave como la psicosis
sobre la cual se montaba y originaba o viceversa,
un problema de consumo de drogas o alcohol.
Con el aumento de la prevalencia de esta
afección y la superproducción de clasificaciones
diagnosticas nos encontramos actualmente en
una situación de extrema complejidad sanitaria,
en tanto que, aquello que en sus principios
intento ser definido para tener una posibilidad
de abordaje, hoy lo encontramos con la misma
vaguedad que en sus comienzos, o peor aún, con
National Institute of Mental Health. NIH - j Psychiatric
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1
82
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
a la problemática de cada persona, haciendo
fundamental la implementación de un tratamiento
adecuado.
las enfermedades mentales han de tener un
avance generalmente crónico que imposibilitan a
la persona en su funcionamiento social e implican
un deterioro progresivo de sus capacidades.
EL SURGIMIENTO DE LA PATOLOGÍA
DUAL Y SU ESCENARIO SOCIAL
El efecto subjetivo de este enunciado fue devastador. El padecimiento mental quedó albergado en
un lugar por entero disfuncional e incapacitante y
en pocos años los manicomios se encontraron superpoblados de gente asilada, en mayor medida
por el constructo social que por su patología e inhabilidad.
Históricamente, el enfermo mental fue objeto
de las más variadas prácticas medicamentosas
y psicológicas que lejos de producir efectos de
inserción social, agudizaron el aislamiento, la
marginación y aumentaron la prevalencia de
conductas y síntomas que implicaron mayor
sufrimiento.
La locura debió buscar desde entonces, distintos
tipos de mascaradas que le permitan solaparse en
el campo social.
La cultura asistencial en salud mental durante
el último siglo ha privilegiado el abordaje manicomial como forma prevalente de atención a las
personas con sufrimiento mental. Las prácticas
medicamentosas sostenidas en el notable avance
de la industria farmacéutica ocuparon un espacio
dominante. Las conductas habituales ingresaron en un discurso donde todo acto fue posible
de estar codificado y medicado, llevando así a la
psiquiatrización de la vida cotidiana.
Nos preguntamos ¿de qué manera aparece la
subjetividad de aquellas personas que han sido
excluidas del circuito productivo social?, en tanto,
esa es la forma primaria de pertenencia al sistema.
Existe en salud mental un concepto prevalente y
de gran carga simbólica y real que es el de “productividad psicótica”.
Este concepto que representa la bisagra entre
la internación y la vida social, se instala con posterioridad a la segunda edición del DSM del año
1968, donde los síndromes mentales pasaron a
ser denominados enfermedades y se centraban
en la gravedad de la incapacitación funcional, de
modo que un trastorno mental era denominado
psicótico si daba lugar a “una alteración que interfiere seriamente en la capacidad para satisfacer
exigencias corrientes de la vida”.
A nivel de las representaciones sociales que
de allí emanaron, quedaron aglutinados los
conceptos de locura, peligro y encierro; como si
constituyeran una suerte de complejo indisoluble
e infranqueable; donde ya conocemos; fue muy
resistida la implementación de otras prácticas
tendientes al encuentro e inserción de estas
personas en el ámbito comunitario.
Este esquema de intervención también surgió
como contrarreforma y respuesta al régimen de
destierro y esclavitud que sufrían estas personas
hasta el siglo XIX, pero rápidamente y siguiendo
una lógica determinada, se subyugó al discurso
de los intereses industriales que afloraban con el
capitalismo; condenando a que aquellos que no se
constituían como sujetos con fuerza productiva,
los que debían permanecer en los hospicios para
su “tratamiento”.
El paciente con una problemática mental
“produce algo que debe ser hospitalizado” y esa
es su forma exclusiva de producción.
Los efectos de esta representación clínica y social
fueron de un alto costo para las personas que los
padecieron y padecen, sus familias, la comunidad
y el sistema sanitario.
La desrealización que muchos pacientes con enfermedad mental sienten no es solamente una
característica sintomatológica, sino que obedece
al hecho de que han quedado al margen de todo
circuito productivo de inclusión social.
Con el avance e institucionalización de esta
lógica, la producción discursiva conquistó el escenario diario y funcional del sujeto en el entramado
social, quedando instalado el siguiente esquema:
Con el aumento y proliferación del consumo de
83
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
drogas a nivel mundial, estas personas se convirtieron en un blanco fácil. La quietud de su
vida cotidiana, los efectos de la marginación, el
aumento de situaciones de encierro y aislamiento y
de posibilidades de funcionamiento socio familiar,
sumado a la gran oferta y exposición social a los
tóxicos, derivó en una mayor vulnerabilidad de
estos sujetos hacia estas conductas.
es fundamental poder conocer el medio en el
cual se origina, qué causas y variables sociales
intervienen en su momento de aparición, qué
discursos sanitarios la atraviesan; y sobre todo, qué
necesidades tienen las personas que la padecen.
La patología dual en particular, instaura desde
su nominación y evolución, la detracción de la
hiancia en que las prácticas de atención en salud
mental y adicciones se encuentran.
Los hospitales psiquiátricos comenzaron a tener
con mayor frecuencia personas con problemas
vinculados al consumo de drogas y alcohol; y en
los centros de tratamiento para adictos también
aparecían sujetos con distintos trastornos
mentales.
Bajo esta lógica, en los últimos años hemos visto
decenas de personas que han involucionado en
su problemática por no recibir un tratamiento
adecuado; situación que se ha denominado
“síndrome de la puerta equivocada” ya que
circulaban de un tratamiento a otro sin recibir la
atención especifica que necesitaban3.
La negación que implica la aceptación del
padecimiento mental no es privativa de las familias
de los pacientes. El estado, sus políticas sanitarias
y el ámbito académico y científico también se
encuentran inmersos en esta lógica, por la cual,
muchos sujetos fueron desatendidos, cuando no
mal tratados en su problemática.
La falta de coordinación entre los equipos de
las distintas redes ha sido el peor obstáculo en
el tratamiento de la patología dual perjudicando,
como ya se ha mencionado, la evolución del
paciente, colaborando en la perpetuación de las
terapéuticas punitivas y en la consolidación del
concepto de cronicidad dentro nuestro lenguaje
cotidiano.
En Argentina y en varios países del mundo, esta
situación estuvo representada por la división en
dos redes de atención bien diferenciadas: la de
salud mental y la de drogadependencias.
Sin embargo, desde algunos sectores de salud
mental y organizaciones sociales surgieron los
primeros intentos para abordar estas personas, y
en particular, fue desde el ámbito de las Comunidades Terapéuticas donde se comenzó a integrar
esta problemática y a desarrollar avances específicos.
Los pacientes con problemáticas mentales y adictivas se ubicaron en el centro de este conflicto,
los denominados pacientes duales han deambulado sin suerte por los servicios de asistencia
psiquiátrica sin que su problemática de consumo
sea tratada, cuando no rechazada. Mismo escenario debieron atravesar en la mayoría de los
centros de atención de adicciones; donde el solo
hecho de presentar un problema psiquiátrico era
criterio de no calificación para el ingreso.
ASPECTOS CENTRALES DEL
TRATAMIENTO EN PATOLOGÍA DUAL
En el trayecto que la patología dual recorrió
desde su aparición y nominación hasta hoy en día,
los equipos de trabajo de la red de adicciones y
de salud mental sumaron innumerables esfuerzos
para dar respuesta a estas personas y sus familias.
Esta situación ha provocado toda una serie de
problemáticas asociadas, como las conductas
delictivas y marginales, el agravamiento de los
síntomas existentes, aumento de los índices de
suicidio, y de tasas de hospitalización. Y sobre
todo, el sentimiento persistente de los pacientes,
sus familias y de los profesionales de la salud de
que es imposible algún tipo de cambio.
Tratado sobre Patología Dual: Reintegrando la Salud
Mental. Capitulo XXIV: Modelos asistenciales en Patología Dual, pág. 746.
3
La etnopsiquiatría nos enseña que para
comprender y por ende tratar una enfermedad,
84
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
“El reconocimiento de la patología dual ha
generado un robusto debate sobre el adecuado
diagnóstico, la eficacia de las intervenciones y,
en última instancia, sobre la planificación de la
asistencia sanitaria4”.
Esta modalidad acepta la existencia de ambos
trastornos pero no su articulación y determinación
mutua por lo cual, implica distintas consecuencias: la falta de coordinación entre los equipos de
las distintas redes, la duplicación y/o disociación
de las intervenciones, cuando no contrariedad; al
no haber abordaje global, no se puede intervenir
sobre el impacto de un eje sobre el otro; mayor
dificultad en la evaluación y diagnostico; pobre
adherencia al tratamiento y aumento de conductas con riesgo para sí y terceros. Recordemos que
en pacientes con patología dual la ideación suicida
prevalece en el 41% de los casos5.
Surgieron diferentes lecturas sobre la patología
y por ende, distintas modalidades de tratamiento
desde las dos redes mencionadas. Se privilegió en
un principio la atención de ambas situaciones patológicas pero manteniendo la disociación de las
redes. Surgieron así, los tratamientos paralelos y
secuenciales.
El tratamiento secuencial de la patología dual,
implica que el paciente es tratado primero en una
de las redes (drogadependencia o salud mental),
y posteriormente en la otra pero por equipos de
trabajo diferentes.
Por estas dificultades inherentes a los tratamientos
y a las características determinadas de la patología
dual se ha planteado desde diferentes sectores la
necesidad de desarrollar tratamientos integrales
específicos que contemplen la especificidad de
estas personas, sus familias y el lugar que ocupan
en el entramado social.
Aquí el paciente es tratado en forma
independiente y el orden del tratamiento radica
en distintos factores: formación del profesional
tratante, dimensión o agudización de los
trastornos, primacía del lugar asistencial al que
acuda, etc.
Diversos autores afirman que “El planteamiento
básico de un tratamiento integrado es el de aunar
en un programa especial los elementos tanto de
tratamiento psiquiátrico como del abuso de sustancias y que además tenga continuidad en el
entorno comunitario,…”6.
Esta intervención, si bien está indicada para la fase
aguda de uno de los ejes patológicos (intoxicación
y/o descompensación psiquiátrica) no puede ni
debe ser la orientación final del tratamiento, pues
es técnicamente inviable lograr la estabilización
de cada eje por separado, ya que el consumo
de sustancias toxicas aumenta la vulnerabilidad
psiquiátrica así como su inestabilidad aumenta la
predisposición hacia el consumo.
Este último punto hace referencia a las graves
dificultades que los pacientes con patología dual
tienen para insertarse socialmente, y por otro
lado, sienta el marco de aquello central para el
desarrollo de una vida saludable que es ser parte
de una comunidad, entendiendo que los seres
humanos nos constituimos y funcionamos dentro
de un sistema de relaciones, donde la manera y el
modo en que lo hagamos se correlaciona directamente con los niveles de salud.
Al no valorarse la interacción o relación entre
ambos ejes la posibilidad de éxito en este tipo de
intervención es muy baja.
El tratamiento en paralelo de la patología dual, fue
y es uno de los más usados e implica el abordaje
simultáneo de ambos ejes patológicos pero por
equipos independientes en centros distintos.
Rodríguez Rubio Mercedes, Revista de Proyecto
Hombre: Patología Dual, Un reto para los profesionales.
España, Año 2010.
5
Rubio Gabriel, Haro Gonzalo; Torrens Marta
y Catalayud María; en Capitulo XXIV: Modelos
Asistenciales para PD, Tratado de Patología Dual;
España, año 2010.
6
SEPD: Protocolos de Intervención en Patología
4
Dual. Introducción. Néstor Szerman y otros.
España, Año 2009.
85
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
Por esta razón, la comunidad terapéutica se
ofrece como una metodología adecuada, en tanto
trabaja desde un sistema de relaciones, entramando en un mismo espacio lo individual, familiar
y social, para que la persona pueda elaborar su
problemática y desarrollar un proyecto de vida
saludable.
La Asociación Civil Proyecto UNO, trabaja desde
hace 15 años integrando a la persona con patología dual dentro de la comunidad terapéutica.
La patología dual en tanto sistema de relaciones
de elevada complejidad se enmarca para su
tratamiento dentro del paradigma de la complejidad, donde la transdisciplina se enuncia como su
dinámica de intervención.
Numerosos estudios avalan la eficacia de las comunidades terapéuticas en la rehabilitación de
personas con problemas de adicciones, y en los
últimos tiempos hay experiencias innovadoras en
el tratamiento para pacientes duales, que también
han mostrado elevados índices de efectividad7.
Por eso, es fundamental para el funcionamiento
de esta metodología el trabajo en equipo y la
interrelación de discursos en el ejercicio de
construcción de un saber particular y sustituible.
En este caso, nos referiremos a la metodología
desarrollada por Proyecto UNO “Una nueva Oportunidad”, asociación civil de Buenos Aires, Argentina, donde hace más de quince años se viene
desarrollando un esquema de trabajo para el
abordaje de pacientes con patología dual8.
Esta forma de ver la realidad nos lleva más a preguntas que ha respuestas parciales e incompletas,
dejando permanentemente un marco de incertidumbre, donde todos los métodos y técnicas
tendrán validez, siempre y cuando no se conviertan en verdades absolutas impermeables de todo
cambio.
PROYECTO UNO: COMUNIDAD
TERAPÉUTICA PARA PERSONAS CON
PATOLOGÍA DUAL
Es importante señalar que los pacientes con
patología dual han estado en una situación
constante de distanciamiento y rotura del
lazo social, lo cual, permite que la comunidad
terapéutica sea un modo primario de integración
y socialización.
El sostén y contención ofrecidos desde este
sistema relacional, implica el acceso a integrar
en un nuevo universo discursivo aquello que
se encontraba exiliado en lo social. De esta
manera es que el paciente con psicosis puede
hablar y compartir con el otro sus vivencias
desestructurantes sin sentir el sojuzgamiento con
la intensidad vivenciada en su contexto, puesto
que este otro también se identificará en ellas.
Lo grupal funciona como cadena, espacio de
pertenencia y destitución de los mecanismos de
exclusión previos.
(foto de una asamblea de residentes y equipo).
Tratado sobre Patología Dual: Reintegrando la
Salud Mental. Capitulo XXI: Comunidades Terapéuticas y Patología Dual, págs. 699 – 709. Proyecto Uno
“Análisis de la Comunidad Terapéutica Integral como
metodología en la rehabilitación de drogodependencias y patología dual”
7 y 8
Para que esto suceda, es fundamental al menos
la presencia de dos coordenadas al momento de
planificar el escenario de tratamiento. Por un lado,
el trabajo de equipo deberá clarificar y clasificar
los diferentes roles de cada uno de sus miembros
86
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
y su área de intervención diferenciada, la cual a su
vez, deberá estar integrada a una estrategia consensuada en pos de evitar un discurso disociado
que opere como elemento desestabilizador del
paciente y su familia.
que lo posibiliten.
En cuanto a las herramientas terapéuticas que
se utilizan en la comunidad terapéutica para
personas con patología dual; las dividimos en intervenciones de cuatro tipos:
Y por otro lado, es fundamental la plasticidad
y flexibilización de la estructura comunitaria, es
decir, el armado de una estructura que contenga
al paciente y no se configure como un objeto persecutorio para el mismo.
• Comunitarias.
• Grupales.
• Familiares.
• Individuales.
En este punto es necesario tener en cuenta una
lectura amplia de lo que atañe a la problemática
del paciente y su padecimiento, y las intervenciones diferenciadas del resto de la población
asistida.
Sabiendo que cada una de ellas incluye los otros
niveles en los efectos a producir por la intervención.
De esta manera, si mediante una intervención
comunitaria, como puede ser la terapia del modelo
de rol, logramos efectos de reposicionamiento de
esa persona en su entorno comunitario, hemos
logrado cambios individuales que van a repercutir
en el posterior funcionamiento grupal y familiar
de esa persona.
Comprender su vivencia subjetiva evitará la estigmatización y descalificación, brindando la posibilidad de alojarlo en un ámbito que favorezca su integración y socialización. Es fundamental trabajar
con el resto de los pacientes la integración y
respeto por un padecimiento diferente al de ellos;
es primario en esta dinámica evitar situaciones
confrontativas que no puedan ser tramitadas
simbólicamente, las cuales generan una tensión
y estrés excedente que en la mayoría de las ocasiones pone en riesgo la adherencia y continuidad
del tratamiento.
Es importante que el nivel de las intervenciones comunitarias esté en constante relación
e intercambio con el ámbito comunitario social,
mediante tareas externas de los pacientes como
por ejemplo las de apoyo comunitario, socialización, recreación y trabajo cooperativo.
Respecto de las intervenciones grupales señalamos como fundamental, que los pacientes duales
posean un grupo terapéutico determinado y especifico para ellos con características psicoeducativas que trabajen en pos de la rehabilitación
psicosocial; pero también es importante, que
estén integrados dentro de otros grupos con el
resto de la población.
Pensamos como eje central para el tratamiento
de rehabilitación de pacientes con una
problemática de adicción en comorbilidad
con un trastorno mental, el acceso a recursos
simbólicos que permitan tramitar la angustia y
el padecimiento, además de la elaboración de
un plan psicofarmacológico para la estabilización
del paciente, la psicoeducación sobre los
aspectos fundamentales de su problemática y la
planificación de un proyecto de vida.
La integración del paciente dual en la comunidad
terapéutica es un ejercicio que requiere de intervenciones sumamente equilibradas.
Por lo tanto, se deberá organizar el trabajo
terapéutico dentro de un marco adecuado y
claramente definido, delimitando etapas de
tratamiento, objetivos a alcanzar en cada una de
ellas y algunas de las estrategias de intervención
El trabajo familiar con esta patología implica uno
de los puntos más ásperos e intensos, ya que la
situación de consumo de sustancias enmascara
y solapa en la mayoría de los casos los síntomas
correspondientes a la psicosis, transfigurándolos
87
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
en efectos del consumo; el descubrimiento de un
diagnostico asociado es mayormente nuevo para
la familia del paciente y por su representación
social, negado y resistido.
pero son fundamentales para pensar la reinserción social de estas personas. Tengamos en cuenta
que tanto el consumo de sustancias tóxicas como
las sucesivas descompensaciones psiquiátricas
afectan y deterioran la actividad de las funciones
cognitivas superiores como la memoria, atención,
lenguaje y ejecución de tareas; así como también
el control de los impulsos, las emociones y la cognición social, que es la manera en que interpretamos y nos relacionamos con el mundo.
Es fundamental que el equipo acompañe este
momento del proceso ya que tras el mismo lo que
se encuentra es la angustia y el temor frente a la
enfermedad mental.
Atravesar el momento de negación implica el
trabajo terapéutico acerca del reconocimiento de
la sintomatología, es decir, la significación que el
paciente y su familia pueden ir dando a los episodios de la enfermedad, discriminando la vivencia
real de aquella solapada por el consumo de sustancias o por los síntomas positivos de la enfermedad.
En los pacientes con patología dual se puede
observar mediante técnicas de neuroimagen el
deterioro cognitivo ocasionado por la patología,
sobre todo en el funcionamiento de las conexiones
fronto temporales, lo cual se puede correlacionar
también con pruebas neuropsicológicas y
neurocognitivas.
Esto posibilita que el paciente pueda ir ejerciendo una crítica de lo vivido, reconociendo el
déficit en su juicio de realidad, y a partir de aquí
demandar y ser consciente de la necesidad de un
tratamiento especifico.
Este modo de trabajo deficitario para las
relaciones y tareas de la vida cotidiana en tanto se
encuentra afectada la planificación, organización
y ejecución de tareas, se puede observar en
la comunidad terapéutica en las dificultades
que a diario presentan estos pacientes y que
conducen a problemas interpersonales de diversa
índole, aislamiento y en ocasiones abandono del
tratamiento.
La terapia familiar pero sobre todo el grupo de
padres específico para patología dual son de vital
importancia en todo el proceso de tratamiento,
ya que la dinámica familiar generalmente está estructurada sobre esta situación patológica.
Conocer estas implicancias por parte del equipo
posibilitará una lectura e intervenciones tendientes
a mejorar estos aspectos, acompañando a los
pacientes en la adquisición de responsabilidades
mayores, valorando sus esfuerzos y trabajando las
dificultades pertinentes.
Dentro de las intervenciones individuales
consideramos la psicoterapia y el seguimiento
médico y psiquiátrico de gran valor para elaborar
la conciencia de enfermedad, y acompañar en
la apertura de situaciones con elevada angustia
o de índole traumáticas que aún no pueden ser
socializadas a nivel grupal.
Sería nocivo pensar estrategias de asunción de
un rol dentro de la comunidad en un paciente que
todavía no está cognitivamente preparado para
hacerlo, esto impactaría afectando su autoestima
y motivación dentro del grupo.
Son de mayor relevancia también las intervenciones mediante el trabajo taller, sobre todo, algo
de lo que no se puede prescindir en la rehabilitacion de pacientes con patología dual, es la estimulación de habilidades sociales y la rehabilitación
neurocognitiva.
Por otra parte, todas estas capacidades son las
que se pondrán en juego cuando el paciente planifique y lleve adelante su reinserción social. Es fundamental haber trabajado la rehabilitación del deterioro cognitivo y de la cognición social para una
Estas intervenciones requieren de un tratamiento
específico que no abordaremos en este momento,
88
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
adaptada incursión a la vida laboral y/o educativa.
reinserción, repitiendo una y otra vez este circuito.
Sumado a esta situación circular se puede añadir
que en la mayoría de los casos, estás personas no
reciben el tratamiento integral adecuado, lo cual
aumenta los riesgos de que la situación patológica
se “cronifique”.
INSERCIÓN SOCIAL DEL PACIENTE
DUAL
Como se mencionó anteriormente, la vuelta al
circuito social de la persona con patología dual
implica diversos desafíos. Pensamos que este
retorno comienza desde el ingreso a la metodología
de comunidad terapéutica, como forma primaria
de reparación del lazo y reposicionamiento
individual y social.
Este último concepto es uno de los puntos esenciales que intentamos cuestionar en este escrito
respecto a la patología dual, en tanto, consideramos que la aparición, desarrollo y futuro de este
emergente clínico, está ligado a los movimientos
y representaciones sociales, a la situación política
que determina practicas sanitarias y económicas
que sostienen sectores excluidos con extrema
vulnerabilidad, y no al desarrollo endógeno, progresivo y continuado de una enfermedad particular.
El trabajo a realizarse en éste ámbito apunta
fundamentalmente a la construcción de un
proyecto de vida saludable y sostenible en el
tiempo. Por tal motivo, la incorporación de
herramientas cognitivas, simbólicas, emocionales
y aspectos psicoeducativos en el paciente y en su
familia o red son sumamente valiosos.
La comunidad terapéutica representa también
una construcción cultural, una metodología que
tiende a posibilitar a las personas una inclusión
diferente, cercana, con participación discursiva y
compromiso social; con la posibilidad de descubrir y fomentar otro lenguaje que el de prácticas
asociadas a algún tipo de consumo, constituyéndose como un espacio de respeto a los derechos
y a la elección personal.
Su rehabilitación estará fuertemente ligada a
la posibilidad de desarrollarse personalmente
mediante la inclusión familiar, social y laboral/
educativa. La posibilidad de reincidencias en el
consumo de sustancias tóxicas, está relacionada
con estos aspectos.
En la mayoría de los casos que vuelven al
consumo, se ha registrado una suerte de “circuito
espiralado” donde el paciente fracasa o comienza
a sentir que no puede llevar adelante su proyecto,
supongamos por dificultades cognitivas que no
le permiten organizar y cumplir su tarea u otros
problemas interpersonales, esto impacta en su
autoestima, estado de ánimo y motivación, los
síntomas negativos de la enfermedad mental se
exacerban, se aísla o es separado de su función,
recurre al consumo como intento de “automedicación” y sobreponerse a esa escena.
Desde ese lugar ofrece una alternativa a muchas
personas, entre ellos las que padecen un trastorno mental grave, para que puedan re significar la historia individual y social, y desarrollar un
proyecto de vida con inclusión participativa.
Sin embargo, los efectos son los contrarios. El
alivio es fugaz, y prontamente esa persona estará
muy cerca de una nueva descompensación con
más rotura del lazo social, internación y mayor
déficit cognitivo, lo cual, con el tiempo dificultará
en mayor medida las posibilidades de una nueva
89
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
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90
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
PATOLOGÍA DUAL:
TRASTORNOS DE
PERSONALIDAD Y
DIFERENCIAS EN
RELACIÓN A LA
VARIABLE SEXO
Resumen
E
n el presente artículo se ha realizado una
revisión de la literatura sobre patología dual
y la relación existente con los trastornos de
personalidad y con las diferencias que se
encuentran en función de la variable sexo. Por
los estudios revisados podemos afirmar que hay
una alta comorbilidad entre adicción y trastornos
de personalidad. La prevalencia de los tipos de
trastornos de personalidad que los consumidores
presentan depende de las características del
estudio realizado. Concluimos señalando que
en los últimos años los casos de patología dual
femenina han aumentado llegando a ser en
ocasiones más frecuentes que en los hombres.
DUAL PATHOLOGY:
PERSONALITY DISORDERS
AND DIFFERENCES
REGARDING THE SEX
VARIABLE
Palabras clave
Patología dual, trastornos de personalidad,
adicción, diferencias de género, comorbilidad.
Abstract
In this article, a literature review has been carried
out regarding dual pathology and the existing
relationship with personality disorders and the
differences in which we find the function of the sex
variable. Based on the revised studies we can state
that a high comorbidity exists between addictions
and personality disorders. The prevalence of
the different types of personality disorders that
users show depend on the features of the study
conducted. We conclude pointing out that in the
last few years there has been an increase in cases
of feminine dual pathology being occasionally
more frequent than masculine cases.
Keywords
José Antonio Molina del Peral
Dual pathology, personality disorders, addiction,
gender differences, comorbidity.
Psicólogo, especialidad
Clínica y de la Salud
Introducción
Beatriz Muñoz Ruíz
La patología dual es la co-ocurrencia entre una
adicción y un trastorno mental (Drake et al.,
2001), entendiendo por adicción los problemas
Psicóloga, especialidad
Clínica y de la Salud
91
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
relacionados con el consumo de cualquier sustancia integrada en la sociedad (tabaco, alcohol) y
no integrada (cannabis, estimulantes y opioides).
Dentro de las adicciones también se encuentran
las adicciones comportamentales (juego, sexo,
etc.), sin embargo, según Casas (2011) hay desacuerdo en los criterios para clasificar si las adicciones comportamentales pueden ser consideradas como patología dual. Por trastorno mental se
entiende cualquier patología psiquiátrica a largo
plazo, como los trastornos psicóticos, los trastornos de personalidad, trastornos de ansiedad y del
estado de ánimo que están asociados con la discapacidad cotidiana (Drake et al., 2001). Dado que
un 50% de los pacientes que tienen un trastorno
mental presenta algún tipo de adicción (Drake
et al., 2001) se considera un área relevante de
estudio.
regular sus síntomas.
•Personas que no teniendo un trastorno mental,
han empezado a consumir y el consumo de
sustancias y su vulnerabilidad han hecho que
desarrolle un trastorno.
El ya clásico estudio de Regier et al. (1990) es
uno de los que más información aporta sobre
la prevalencia de patología dual debido a que
fue realizado con 20.291 participantes que
pertenecían a la población general. Los resultados
mostraron que la probabilidad de padecer una
adicción en los sujetos con trastorno mental era
2,7 veces superior a la de los sujetos sin ningún
tipo de trastorno mental. Del mismo modo los
sujetos que consumían algún tipo de sustancia
tenían una comorbilidad del 53,1%.
Así se concluye que la comorbilidad que configura la patología dual no es causal sino que se
establecen una serie de conexiones entre los trastornos psicopatológicos y por uso de sustancias
(Regier et al., 1990).
En la actualidad los estudios realizados tienen
por objetivo encontrar la relación científica que
existe entre la adicción y la vulnerabilidad que
presentan los adictos. Dicha vulnerabilidad tiene
unos criterios desconocidos, aunque según Casas
(2011) esta vulnerabilidad tiene un 95% de base
psiquiátrica.
Se puede afirmar por tanto como consecuencia de los estudios que se han llevado a cabo
tanto en población clínica, como no clínica, que
la prevalencia de la concurrencia de trastornos
por consumo de sustancias y otros trastornos
mentales es elevada, situándose entre el 15-80%
(Flynn y Brown, 2008).
El interés suscitado por la patología dual ha
hecho que se empiece a investigar sobre ella, así
Tenorio y Marcos (2000) consideran que esta tendencia por el estudio de la patología dual se debe a
la mejora y la aceptación progresiva que ha habido
de los sistemas nosológicos actuales (DSM y CIE).
Es por ellos por lo que se habla y considera que
una persona puede presentar varios diagnósticos,
en concreto dos, uno adictivo y otro mental, los
cuales requieren un tratamiento conjunto debido
a las influencias mutuas que tienen a la hora de
realizar el pronóstico (Tenorio y Marcos, 2000).
TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Y
CONSUMO DE SUSTANCIAS
La personalidad es considerada por el DSM-V
(American
Psychiatric
Association,
2013)
como patrones permanentes en las formas de
percibir, relacionarse y pensar. Los trastornos de
personalidad por tanto son perturbaciones de esta
personalidad que se convierten en rasgos inflexibles
y desadaptativos, de larga duración y que generan
malestar a nivel personal y social y deterioro
funcional significativo. Hay una gran cantidad de
investigaciones que indican que los trastornos de la
personalidad se entienden fácilmente como mala
adaptación y/o variantes extremas de la estructura
de la personalidad (Widiger, 2011). En el DSM-V
los trastornos de personalidad se clasifican en tres
La interrelación entre adicción y otros trastornos
es tal, que la adicción puede ser tanto la causa de
la patología psiquiátrica, como la consecuencia,
de tal manera que la causalidad de la patología
dual tiene su explicación por dos vías (Patología
dual, 2014):
• Personas que teniendo un trastorno psicológico
o psiquiátrico han empezado a consumir y al final
se convierten en adictos, con el fin de aliviar y
92
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
grupos A (paranoide, esquizoide, esquizotípica),
B (antisocial, límite, histriónica, narcisista) y el C
(evasiva, dependiente, obsesivo-compulsiva).
de la personalidad, atenuando así los rasgos
impulsivos, la disforia, la rabia y la depresión.
Por ello, los trastornos de la personalidad se
asocian más que otros trastornos mentales con la
dependencia de sustancias. De esta forma, matizan
que esta asociación se sustenta tanto en población
toxicómana como en sujetos diagnosticados de
trastornos de personalidad (Siever y Davis, 1991).
Szerman (2013) manifestó que “la presencia
de una adicción en pacientes con trastorno de
personalidad o viceversa, de un trastorno de
personalidad o rasgos desadaptativos en personas
adictas es una realidad clínica ampliamente
detectada. Sin embargo, no se conoce aún la
etiopatogenia o la epidemiología de algunos
trastornos, pero sí sus peculiaridades”.
Ramírez (2013) concluye que tanto los trastornos
de personalidad, como por uso de sustancias
acontencen de una forma más destacada de lo que
sería simplemente causal, sugiriendo que adicción
y personalidad están relacionadas causalmente de
algún modo.
Verheul, van den Bosch y Ball, (2009) postulan
que en la actualidad no hay evidencias de que un
trastorno por uso de sustancias contribuya al desarrollo de un trastorno de personalidad, pero por
el contrario sí que hay evidencias que afirman que
ciertos rasgos de personalidad contribuyen al desarrollo de una adicción.
Otros autores como Nace, Davis, y Gaspari, (1991)
estiman en un 57% el porcentaje de consumidores
de sustancias psicoactivas que tienen al menos un
trastorno de personalidad. De igual forma, Verheul
(2001) concluye que las estimaciones de prevalencia de trastornos de personalidad en adictos
tratados son del 35-73%. Se puede decir por tanto
que el diagnóstico más común entre consumidores
de drogas son los trastornos de personalidad, tal y
como concluyen Becoña et al. (2008). Como vemos
existe una alta comorbilidad entre adicción y trastornos de personalidad (Peris y Balaguer, 2010).
Sin embargo hay que tener en cuenta que la explicación sobre la asociación entre consumo de
sustancias y trastorno de personalidad tal y como
afirman López y Becoña (2006a) es difícil, ya que
no se sabe si la personalidad es la que determina
el consumo, o es el consumo es que altera la personalidad.
San Molina (2004) refiere que la consideración
de los trastornos de personalidad como categorías
hace que se solapen muchos criterios diagnósticos
entre trastornos. Sería el caso del trastorno antisocial de la personalidad que se caracteriza por el
criterio diagnóstico de realizar actividades ilegales,
en las cuales se puede incluir el consumo de
drogas. Sin embargo Fernández (2002) explica esta
asociación desde el papel que juega el consumo
de drogas en ciertos trastornos, tal como la desinhibición del comportamiento en los trastornos
antisocial y límite, reducción del estrés en los trastornos límite, por evitación, por dependencia y esquizotípico y por la sensibilidad a la recompensa en
el histriónico y narcisista.
En Estados Unidos se realizó un amplio estudio
epidemiológico con un total de 43.093 participantes. En dicho estudio, NESARC (National Epidemiologic Surveyon Alcohol and Related Conditions), se concluye la importante asociación entre
trastorno de personalidad (TP) y trastornos por uso
de sustancias (TUS), encontrando que entre los
consumidores de alcohol el 28,6% tenía al menos
un TP, así como el 47,7% de consumidores de otras
sustancias, mientras que el 16,4% de sujetos con
al menos un TP presentaban un trastorno por uso
de alcohol comórbido, y el 6,5% un trastorno por
uso de otras sustancias. Los trastornos relacionados con el alcohol mostraban más TP antisocial,
histriónico y dependiente, igual que los trastornos
por uso de otras sustancias. Es importante señalar
que este estudio no valoró el trastorno límite (precisamente uno de los considerados más comórbidos con consumo de sustancias), esquizotípico ni
narcisista (Grant et al., 2004).
Por otro lado, Siever y Davis (1991) concluyen
que hay una asociación clara entre trastornos de
personalidad y consumo de sustancias sin que
se tenga clara la causalidad de esta, sin embargo
afirman que el consumo de sustancias puede
servir de automedicación para rasgos concretos
93
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
Del mismo modo el estudio sobre aspectos
etiológicos de la patología dual realizado por
Barea et al. (2010) con 350 participantes, todos
ellos en tratamiento, aporta datos similares
al estudio anterior, ya que el 47,7% de la
población presentaba al menos un trastorno
de la personalidad, padeciendo el 37% sólo un
trastorno, el 6,9% dos, el 1,4% tres y el 1,7%
cuatro. Dentro de estos porcentajes se diferencian
los distintos tipos de trastornos, siendo el que
muestra el porcentaje más elevado el trastorno
límite con un 17,4% de pacientes diagnosticados
y un 12,3% con diagnostico de trastorno probable;
el trastorno de personalidad no especificado
tiene un porcentaje del 14,3% de ellos todos
diagnosticados con tal trastorno y un 3,7% con
posibilidad de diagnosticar; por detrás de este se
encuentra el trastorno antisocial con un 12,6% de
pacientes diagnosticados y un 14,6% de pacientes
con posibilidad de diagnosticar; por último se
encuentra el trastorno paranoide con un 8% de
diagnóstico y un 8,9% de posibilidad a la hora de
diagnosticarlo. Los demás trastornos tienen una
prevalencia mucho más baja, distinguiendo entre
ellos el de evitación con un 4,6%, seguido del 1,7%
que presentan el esquizoide y el narcisista, por
debajo se encuentran los trastornos dependientes
y obsesivo-compulsivo con un 0,9% y por último se
observa un 0,3% que corresponde a los trastornos
esquizotípico e histriónico.
consumida, aunque todavía la relación no está totalmente clara y definida. De esta manera se ha comentado que la impulsividad no controlada puede
tener un papel importante en la comorbilidad
entre los trastornos de personalidad del grupo B
que son el límite, antisocial, histriónico y narcisista
y abuso de sustancias, en especial el consumo de
alcohol. Los consumidores de opiáceos suelen
presentar más trastornos de los grupos B y C, en
concreto del trastorno antisocial de la personalidad siendo su prevalencia de un 90% en algunas
ocasiones. Por otro lado, el trastorno esquizotípico
es uno de los que se ha puesto en relación con el
consumo y adicción de cannabis (Ramírez, 2013).
A pesar de los datos que afirman que el trastorno
antisocial de la personalidad es uno de los que
más, si no el que más, comorbilidad presenta con
el consumo de sustancias, autores como MartínezRaga (2013) expone que no se debe pensar únicamente en este como el trastorno con más comorbilidad, ya que dependiendo de los estudios llevados
a cabo y las muestras que se utilicen será uno u
otro el que presente mayor prevalencia (Carrasco,
Martínez-Raga, Ramírez, Roncero y Rubio, 2013).
De tal modo que en algunos estudios es el trastorno límite el que presenta más comorbilidad
con el consumo de sustancias. El trastorno antisocial de la personalidad tiene unas características
propias tales como impulsividad, baja tolerancia
a la frustración, búsqueda de sensaciones, falta
de consideración por las normas o consecuencias
negativas de sus actos y labilidad emocional, que
son las que explicarían la alta comorbilidad que se
observa en casi todos los estudios con el trastorno
por uso de sustancias (Sanctis de et al., 2008).
En el caso particular del trastorno límite de la
personalidad se observa que llega a afectar al
2.7% de los adultos y alrededor del 78% de estos
tienden a desarrolar un trastorno de adicción en
algún momento de sus vidas. Estas personas son
más impulsivos y clínicamente menos estables que
los pacientes con trastorno límite sin dependencia
de sustancias (Kienast, Stoffers, Bermpohl, y Lieb,
2014).
PATOLOGÍA DUAL: DIFERENCIAS DE
GÉNERO
En las últimas décadas, ha aumentado el interés
acerca de la influencia del género en las enfermedades mentales y el consumo de sustancias. La
mayoría de estudios han evaluado las diferencias
de sexo en muestras de pacientes con patología
mental y consumo por separado, por lo que los
trabajos sobre patología dual son escasos. Actualmente, existen datos discrepantes debido a
Según Ramírez (2013) hay diferentes estudios
que han manifestado que la prevalencia de trastornos de personalidad es similar en pacientes
que son consumidores activos de sustancias que
en aquellos que tienen un diagnóstico anterior
de adicción. Así, existen cada vez más datos que
muestran una evidencia entre los rasgos de la
personalidad y el tipo de trastorno y la sustancia
94
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
adicción y trastorno mental de lo que muestran
las evidencias actuales. En esta misma línea Burns
y Teesson (2002) afirman que hay mayor predominio de mujeres entre los pacientes duales.
la variabilidad de los resultados que podría estar
relacionada con la heterogeneidad de las poblaciones estudiadas, los instrumentos diagnósticos
y de evaluación del consumo, y el estado psicopatológico. Aun con la escasez de estudios y las
discrepancias existentes Miquel, Roncero, LópezOrtiz, y Casas, (2011) afirman que la patología dual
es más frecuente en hombres.
Aunque en números absolutos hay más hombres
duales que mujeres, los datos sugieren, desde ya
hace varias décadas que las mujeres consumidoras tienen más psicopatología que los hombres
(Brady et al., 1993; Denier, Thevos, Latham, y
Randall, 1991).
Antes de la investigación de Brady, Grice, Dustan,
y Randall (1993), el consumo de sustancias
era considerado, principalmente, un problema
masculino, y muchos de los estudios tanto de
alcoholismo, como de abuso de otras drogas se
llevaron a cabo con un predominio de varones. Más
recientemente se ha observado que el porcentaje
de mujeres consumidoras ha aumentado (Sánchez,
2012), por lo que el énfasis en los trastornos por
consumo de sustancias en las mujeres ha llamado
la atención y ha hecho que queden manifiestas las
diferencias de género en las sustancias de abuso,
la epidemiología de los trastornos por consumo
de sustancias, las consideraciones etiológicas,
y la comorbilidad psiquiátrica. Todas estas
diferencias tienen importantes implicaciones para
el tratamiento (Brady et al., 1993). Por otro lado,
la estigmatización de las mujeres con problemas
de adicción refuerza su aislamiento social, a la
vez que favorece la ocultación del problema, la
ausencia de petición de ayuda para superar el
mismo, o su demora hasta que las consecuencias
sobre su salud física y mental o en su vida familiar,
social o laboral resultan insostenibles (Sánchez
2012).
Mowbray, Ribisl, Solomon, Luke, y Kewson,
(1997) en su estudio realizado con una muestra
de 467 pacientes duales ingresados, observaron
que el 26% de ellos mostraban trastornos adaptativos o de personalidad. También se observó que
la patología dual era mayor en las mujeres que en
los hombres. Posteriormente, Chiang et al. (2007)
concluyen que las mujeres presentan mayor riesgo
de tener una patología dual.
Parece existir un acuerdo en que las mujeres
que realizan tratamiento por trastornos relacionados con el consumo de sustancias presentan una
prevalencia elevada de trastornos de personalidad
que es mayor a la de los varones que se encuentran en esta misma situación (Puerta, 2007). Así
hay acuerdo sobre las diferencias en la prevalencia
de unos trastornos psiquiátricos y otros en función
del género, aunque hay autores que afirman que
puede que esto se deba a que hombres, o mujeres
consulten más por un determinado trastorno
(Blanco, Sirvent, Moral, Linares, y Rivas, 2010).
Las diferencias en cuanto al sexo de los trastorno
de la personalidad asociados al consumo de sustancias son evidentes, en concreto uno de los trastornos que más se diagnostica cuando se tiene
una adicción es el trastorno límite de la personalidad, siendo en un 70,6% de los casos presentados
en las mujeres (Calvo, et al., 2013).
Según Szerman (2012), “las mujeres con
trastornos por uso de sustancias suelen
demandar menos tratamientos en los servicios
de toxicomanías y son más propensas a acudir a
los centros de salud mental. Esta situación puede
provocar errores diagnósticos y que se obvie la
existencia simultánea de trastornos mentales y
por abuso de sustancias”.
Se ha descubierto que los pacientes afectados
con trastornos de personalidad y consumo de sustancias presentan además síntomas de ansiedad
y depresión con irritabilidad en el caso de las
mujeres, diferenciándose de los hombres que
muestran trastornos comportamentales y dificultad a la hora de controlar los impulsos (Blanco et
al., 2010).
En el caso de la patología dual se afirma que
son más los hombres que la presentan que las
mujeres, aunque Saiz (2012) expone que hay
diversos estudios que manifiestan que las mujeres
pueden presentar una comorbilidad mayor entre
95
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
Se han hecho estudios para saber si son las
mujeres o los hombres los que presentan antes
el diagnóstico de patología dual. Algunos estudios
realizados en pacientes duales no observaron
diferencias de género significativas en relación a
la edad de inicio (Brunette y Drake, 1997; Gearon,
Kaltman, Brown, y Bellack, 2003).
revisado la prevalencia de mujeres consumidoras
que presentan algún trastorno de la personalidad
nos hemos encontrado con limitaciones en los
estudios ya que en la mayoría el porcentaje de
hombres evaluados es mucho mayor que el de las
mujeres (López y Becoña, 2006b).
La mayoría de estudios han evaluado las diferencias en relación al sexo en muestras de pacientes
con patología mental y consumo por separado,
por lo que los trabajos sobre patología dual son
escasos. Así, existen datos discrepantes debido a
la variabilidad de los resultados que podría estar
relacionada con la heterogeneidad de las poblaciones estudiadas, los instrumentos diagnósticos
y de evaluación del consumo, y el estado psicopatológico.
DISCUSIÓN
Como hemos visto el concepto de patología dual
es un tema de gran interés, lo cual se refleja en la
gran cantidad de estudios que han documentado
la comorbilidad entre adicción y trastorno mental
(Nutt, King, Saulsbury, y Blakemore, 2007).
En nuestro caso, nos hemos focalizado en los
trastornos de la personalidad, donde parece existir
consenso a la hora de afirmar que dichos trastornos son la patología más comórbida asociada al
consumo de sustancias, situándose entre el 34,8%
y el 73% de los casos (Arias et al., 2011).
Los estudios ponen de manifiesto que las mujeres
tienen un riesgo alto de padecer patología dual y
que la prevalencia, en algunos estudios, llega a ser
mayor que la de los hombres (Burns y Teesom,
2002; Chiang et al., 2007; Mowbray et al., 1997).
A pesar de que los trastornos de la personalidad
más prevalentes parecen ser el límite y el antisocial (Barea et al., 2010), no se puede concluir de
forma contundente, ya que la prevalencia de un
trastorno u otro va a depender de los estudios
que se lleven a cabo, de las características de las
muestras que se utilicen (Martínez-Raga, 2013),
así como del entorno en el que se lleve a cabo el
tratamiento y la sustancia primaria de consumo
(Fernández y Gutiérrez, 2005).
Además se observan diferencias en cuanto a los
hombres y las mujeres que sí presentan algún trastorno de personalidad, así las mujeres tienen una
prevalencia significativamente más elevada en el
trastorno de personalidad por evitación (Puerta,
2007) y el límite (Calvo et al., 2013), mientras
que los hombres se les diagnostica más el trastorno negativista de la personalidad y el antisocial
(Pedrero y Segura, 2003).
En conclusión se pude afirmar que hay controversia sobre si la patología dual es más frecuente
en varones o en mujeres, existiendo diferencias en
función del lugar donde los estudios se realicen; ya
sea en unidades de psiquiatría general, donde hay
más hombres duales que mujeres, o en unidades
de drogodependencias donde se detecta lo contrario. Los datos epidemiológicos generales, según
diagnóstico, no presentan grandes variaciones
entre pacientes duales y no duales (Miquel, et al.,
2011).
Al diagnosticar trastorno de personalidad y
adicción es difícil saber la relación causal que
tienen si es antes el trastorno de personalidad y
eso desarrolla una adicción o por el contrario la
adicción da lugar al trastorno de personalidad. Por
lo visto, parece que es una relación bidireccional
de tal manera que hay momentos en los que los
rasgos de personalidad de determinados pacientes
como por ejemplo la impulsividad le lleva a iniciarse en el consumo y desarrollar una adicción, y
en otros casos es la adicción la que en determinados sujetos, con una vulnerabilidad alta, les hace
desarrollar un trastorno de la personalidad (Siever
y Davis, 1991; Verheul, et al., 2009).
Al ser un tema de interés actual es necesario
seguir investigando para tratar de conseguir
instrumentos clínicos fiables y validados que
permitan evaluar bien si existen otros trastornos
En relación a la variable sexo, cuando hemos
96
ADICCIONES. PATOLOGÍA DUAL
en las personas consumidoras. Por otro lado,
debe continuar la investigación respecto a los
tratamientos que se ofrecen a estos pacientes
duales, tanto a nivel farmacológico, como
psicológico para conseguir que las terapias que se
les aplican sean efectivas y paliar así las posibles
lagunas en eficacia, tolerabilidad y efectos
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consumo de sustancias incrementa los casos
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99
ASOCIACIÓN DIANOVA ESPAÑA
QUÉ HACEMOS
Asociación Dianova España, es una ONG de acción social que desarrolla su actividad en
favor de las personas que lo necesitan en los siguientes ámbitos, siempre con especial
dedicación a aquellas que se encuentran en especiales situaciones de vulnerabilidad o en
situaciones de riesgo o exclusión social:
• COOPERACIÓN INTERNACIONAL AL DESARROLLO
• DROGAS Y ADICCIONES
• EDUCACIÓN
• EMPRENDIMIENTO
• FAMILIA
• I+D+I
• INMIGRACIÓN
• INSERCIÓN LABORAL
• OCIO Y TIEMPO LIBRE
• TRASTORNOS Y PROBLEMAS DE CONDUCTA
En cada uno de estos ámbitos de intervención realiza programas y proyectos de carácter
innovador que atienden necesidades concretas, con sistemas de control y evaluación
permanentes.
ADICCIONES. REFLEXIONES
El enamoramiento
es un síntoma.
Adicciones: un
problema de fondo
que adopta múltiples
formas
RESUMEN
E
ste escrito desarrolla, a través de una mirada
global, toda la serie de conflictos psico-emocionales
que subyacen en cada individuo, afectando y
distorsionando de forma subjetiva su percepción
de la realidad. Se exponen nociones y reflexiones
sobre los conflictos psico-patológicos que
a menudo rigen la vida de las relaciones
interpersonales en general, y de las relaciones
amorosas muy en particular. Se analizará el
concepto popular que tenemos sobre la cuestión
del enamoramiento entre personas, los matices
culturales y sociales aceptados como normales
alrededor del mismo, y cómo a menudo dicha
realidad está basada en perfiles de personalidades
adictivas que encuentran en el otro/a la aparente
resolución de su problemática interior –en muchas
ocasiones grave-. Veremos que el objeto de la
personalidad adictiva no siempre es una sustancia
externa al sujeto (alcohol, drogas) sino que este
problema de base adopta múltiples formas de
expresión, las cuales, independientemente de que
unas estén socialmente más aceptadas que otras,
-como es el caso que se desarrolla en el presente
trabajo sobre las relaciones amorosas-, presentan
la misma condición de enfermedad y conllevan
daños al propio individuo y al entorno, que
pueden ser leves o alcanzar cotas considerables
de gravedad.
AMOROUSNESS IS A
SYMPTOM. ADDICTIONS: AN
UNDERLYING PROBLEM THAT
TAKES MULTIPLE FORMS
PALABRAS CLAVE
Relaciones
amorosas,
psicopatología,
adicción, psicoterapias, parejas tóxicas, amor,
enamoramiento, síntoma.
ABSTRACT
This text develops, through a global perspective,
the whole series of psycho-emotional conflicts that
underlie each individual, affecting and distorting
subjectively their perception of reality. Notions
and thoughts are exposed on psycho-pathological
conflicts that often govern the life of interpersonal
relations in general, and romantic relationships in
particular. The popular concept that we have on
Olga Rivas Corrales
Diplomada en Magisterio
especialidad preescolares
Consultora psicológica
101
ADICCIONES. REFLEXIONES
the issue of amorousness between people will be
analyzed, as well as cultural and social nuances
accepted as normal around it, and how this actually
is based on profiles of addictive personalities who
find in the other the apparent resolution of their
inner problem -often serious. We will see that the
object of the addictive personality is not always a
foreign substance to the subject (alcohol, drugs)
but the basic problem takes multiple forms of
expression, which, despite some are more socially
accepted than others -as in the case that develops
in this work on amorous relationships- have the
same disease condition and involve damage to the
individual and the environment, which can be mild
or achieve significant levels of seriousness.
ni de suprimir actos y conductas que ocasionan
daños muy directos a las personas afectadas a
nuestro alrededor.
Como nos dice Marie-France Hirigoyen en la introducción de su libro “El acoso moral”:
“A lo largo de la vida, mantenemos relaciones
estimulantes que nos incitan a dar lo mejor de
nosotros mismos, pero también mantenemos relaciones que nos desgastan y que pueden terminar
por destrozarnos. Mediante un proceso de acoso
moral, o de maltrato psicológico, un individuo
puede conseguir hacer pedazos a otro. El ensañamiento puede conducir incluso a un verdadero asesinato psíquico (…) sin embargo parece
que la sociedad no percibiera esa forma de violencia indirecta. Con el pretexto de la tolerancia, nos
volvemos indulgentes1.”
KEYWORDS
Relationships, psychopathology, addiction, psychotherapy, toxic couples, love, amorousness,
symptom.
En este trabajo sólo pretendo que al menos los
aspectos más significativos sobre el tema sean
mínimamente nombrados y conocidos, pudiendo
así servir de horizonte y orientación, a modo
de una base desde la cual partir, para quien se
encamine hacia su propio desarrollo y evolución
personal.
introducción.
Comentarios generales
El texto que expongo a continuación va dirigido
especialmente a hombres y mujeres de la vida
cotidiana, cualquiera que sea su edad, y que quizá
nunca accedieron a unos estudios teóricos mínimos
sobre las cuestiones que aquí se plantearán, pero
que sí experimentaron y experimentan cosas en su
vida, caminando a ciegas, sin una pequeña base
que los sustente, indefensos ante sus propios
sufrimientos y las dinámicas que éstos adoptan;
ajenos, en definitiva, a la posibilidad de ponerle
nombre a todo aquello que les sucede a sí mismos,
especialmente cuando establecen relaciones de
pareja; sin oportunidad de saber qué es lo que
de forma implícita y solapada les está moviendo
en muchas de sus actitudes y sentimientos
cotidianos, ni cuál es la raíz de los diversos tipos
de malestares que padecen. Quedan privados,
pues, de un mayor grado de libertad y realización
personal, ya que sin un análisis y discernimiento
detallado sobre la propia vida, a veces no hay
posibilidad de cambio, desarrollo evolutivo o
maduración correcta. Tampoco habrá posibilidad
de ampliar la calidad de la propia felicidad interior,
Como decía más arriba, se trata de que el lector
que no domina la materia, tenga una guía a vista
de pájaro de toda la problemática que impregna el
mundo de las relaciones amorosas, sin que apenas
nos demos cuenta de ello ni de la magnitud de sus
consecuencias, no sólo para los propios adultos
sino para los niños y menores a su cargo. Una
serie de ideas que le inviten a realizar cambios en
sí mismo, y que de este modo sepa al menos por
dónde dar los primeros pasos. No es un trabajo
para teóricos de la psicología, ni contiene nada
nuevo sobre el tema sino que su finalidad es
convertirse en un texto “práctico” para la gente
común y corriente.
No profundizaré por ejemplo en el maltrato
psicológico, ni en ningún otro síntoma concreto de
HIRIGOYEN, Marie-France; El acoso moral: el maltrato psicológico en la vida cotidiana, Barcelona: Paidós,
1999. Serie Paidós Contextos, 42.
1
102
ADICCIONES. REFLEXIONES
dentro3: sus deseos, anhelos,…etc. que siente
neurosis y psicosis, sino que todos ellos serán mencionados según surja, con la finalidad de explicar
los hilos que mueven las relaciones de pareja, lo
que hay “detrás” de cada enamoramiento, qué
causa nuestra conducta y manera de “amar” o de
enamorarnos, y que en muchos casos casi podría
equipararse a una forma de “odiar”, ya que no
se ama desde la salud, sino desde el síntoma y la
falta, desde el ego, creándose vínculos amorosos
que ponen en relación y conflicto la enfermedad
de ambas partes.
Imprescindibles para este trabajo son los términos
PROYECCIÓN E INTROYECCIÓN (ambos son mecanismos
de defensa que adoptamos ante el dolor inconsciente,
y contrarios entre sí. Ver diccionario de psicoanálisis
referenciado en bibliografía). Paso por tanto a
definirlos en esta nota: Proyección: Tal como leemos
en el diccionario de psicoanálisis referenciado en notas
posteriores, en un sentido propiamente psicoanalítico,
proyección es una operación por medio de la cual el
sujeto expulsa de sí y localiza en el otro (persona o cosa)
cualidades, sentimientos, deseos, incluso «objetos»,
que no reconoce o que rechaza en sí mismo. Se trata
de una defensa de origen muy arcaico que se ve actuar
particularmente en la paranoia, pero también en
algunas formas de pensamiento «normales», como la
superstición. Se dice, por ejemplo, de una persona que
«proyecta» la imagen de su padre sobre su jefe (éste
puede tener alguna cualidad que le recuerda al padre,
consciente o inconscientemente; por ello, sin base
real alguna, la persona en cuestión siente un pánico
irracional ante dicho jefe, si resuena en su interior la
experiencia de un padre cruel).
3
Todos los puntos desarrollados, de algún
modo, dan luz al tema central que nos ocupa:
el enamoramiento insano, el discernimiento de
a qué estamos llamando comúnmente “amor”
sin advertir que es cualquier cosa menos eso; la
capacidad de discriminar en nuestras vidas ese
“amor” que se convierte en indicio de toda una
serie de problemas personales a resolver y de
realidades externas que afrontar.
Fijémonos por ejemplo en el siguiente testimonio
(los iré poniendo siempre en cursiva) y pensemos
por un momento el parón personal que supone
para un hombre o mujer, esta situación emocional;
cómo la realidad toda a su alrededor va a quedar
negativamente afectada, instalándose en una
especie de sueño poco realista y de consecuencias
nada constructivas. Generalmente llamamos
amor a sensaciones como la que describe esta
persona2, pero nótese que es proyección de lo
que dicha persona, en este caso mujer, lleva
De este modo se designa, en forma poco apropiada,
un fenómeno que el psicoanálisis ha descubierto con el
nombre de transferencia. Introyección: Según el mismo
diccionario de psicoanálisis, se trata de un proceso
puesto en evidencia por la investigación analítica en
el cual el sujeto hace pasar, en forma fantaseada, del
«afuera» al «adentro» objetos y cualidades inherentes
a estos objetos (nota mía: en este contexto objeto es a
menudo una persona). Así como el paranoico expulsa de
su yo las tendencias que se han vuelto displacenteras, el
neurótico busca la solución haciendo entrar en su yo la
mayor parte posible del mundo exterior y convirtiéndola
en objeto de fantasmas inconscientes. Dicho con las
palabras más fáciles, como las del psicólogo Carlos
Velasco Montes: En la introyección, el hombre incorpora
elementos dentro de sí mismo que son extraños a él. Son
actitudes, patrones de comportamiento, ideas y valores
que no son realmente suyos y no los siente próximos a
él y sin embargo los interioriza. En esa inundación de
elementos, poco va quedando de su propia y original
forma de ser, de aquello que concuerda con su núcleo
más interno. Piensa por los demás, no por él mismo.
Las transacciones las hace de acuerdo a lo que dicen
los demás, no el modo en que las siente desde sí
mismo. Este ser humano, esquizoide, se muestra como
“pareciendo ser” real pero, en definitiva, no puede
Salvo cuando haga constar la cita bibliográfica de
forma expresa, los testimonios en cursiva que pongo
de ejemplos a lo largo del texto, están basados en
experiencias de la vida cotidiana de personas de mi
ámbito personal, familiarizadas con dinámicas donde
se han trabajado psicológica y emocionalmente, que
fueron transcribiendo en un diario todas sus vivencias,
conscientes de haber estado en períodos de su vida bajo
relaciones de pareja totalmente dañinas, lo cual las
movió a mirar dentro de sí mismas y buscar sus propias
problemáticas subyacentes. Yo las transcribo aquí de
forma anónima para quedar constancia de ejemplos
reales y de cómo la teoría se basa justo en lo que el
común de los mortales experimentamos día a día.
2
103
ADICCIONES. REFLEXIONES
vida no podría tener el más mínimo sentido. En
realidad yo notaba que él mantenía cierta distancia, que no se entregaba, pero yo estaba convencida de que eso iba a cambiar. Sentía que yo no
valgo nada a su lado, como que me hacía un favor
estando conmigo, no tenía orgullo con él. Percibía
todo esto –ahora lo entiendo- pero es como que no
quería verlo; para mí la realidad era la “mentira”
que yo quería (necesitaba) creer sobre él (proyección). Tenía tanto miedo de ir sola por la vida que
veía en él una especie de héroe que me salvaría de
mi estado.”
como vacíos dentro, frustrados y no satisfechos,
son ahora proyectados sobre el hombre amado
como si realmente fueran características de él,
causándose ella misma una fijación obsesiva
basada en este error de percepción. Este tipo
de personas que no logran gestionar correcta y
racionalmente sus emociones, son denominadas
la parte “complementaria” en psicología, ya que
suelen caer en las manos de personas maltratantes
o con personalidades altamente conflictivas, con
las cuales se complementan, son víctima fácil
debido ello a que padecen también sus propios y
personales desequilibrios internos (zonas dañadas
dentro de sí, desde las cuales se relacionan con
el otro de manera dependiente e insana). Esto
no quiere decir que la conducta de alguien con
una personalidad agresiva sea justificable, sino
que personas “sanas” no se enrolan en relaciones
maltratantes, sólo van a caer en esa situación
desintegradora personas “complementarias”,
personas que no han logrado un nivel óptimo de
maduración y autoestima, quedando expuestas y
vulnerables ante ciertos ataques externos -de la
índole que sean- pues quizá no son ni conscientes
de ello:
Meses después, habiendo salido de su estado
ilusorio (enamoramiento) y no sin grandes esfuerzos y un doloroso duelo, la protagonista nos
hablaba de su enamorado en términos totalmente diferentes, ya que el hombre real que ella
tenía delante no poseía ninguna de las aptitudes
que ella –en base a sus anhelos e introyecciones
previas personales- le presuponía y proyectaba.
No se trata, insisto, de una exposición detallada
de todos los conceptos psicológicos y aspectos
colaterales implicados (que son muchísimos) en
el fenómeno del “amor” entre personas, sino de
unos hilos conductores y generales para explicar al
común de las personas que, bajo la realidad de las
parejas, subyacen unas complejísimas estructuras
de la personalidad que provocan severos daños a
uno mismo y a los demás.
“Fue simpático conmigo y me dio algo de cariño.
Se me disparó una imaginación atroz sobre él, una
idealización: me parecía un semi-dios, un superhombre, el hombre perfecto, mágico, con una vida
mágica: libertad, sexo, mujeres, dominio de sus
sentimientos, seguridad absoluta en sí mismo. Lo
adoraba, no podía existir nadie mejor ni más admirable. Me invadía una sensación de seguridad
a su lado, lo veía protector, cariñoso, maravilloso
(en realidad nunca me protegió, una vez permitió
que yo anduviera sola por unas calles solitarias a
altas horas de la madrugada, y no vino a por mí
ni me acompañó) pero yo lo veía altamente protector, quizá porque eso es lo que yo necesitaba
imperiosamente. Yo experimentaba que sin él mi
En conclusión, al final de la lectura desearía que
el lector tenga clara la diferencia entre “amor” y
“enamoramiento patológico” (términos que no
pocas veces utilizamos como sinónimos) y que
sepa detectar cuándo se ha enrolado en una
relación dañina, teniendo valor y libertad en
dichas situaciones, sabiendo mirarse a sí mismo
con valentía para solucionar todos los problemas
de base que lo afectan y determinan. También
entender que estar enamorado es básicamente
“proyectar”, es decir: que a uno le salte por los
aires toda su interioridad cuando se focaliza en
otra persona, siendo ésta sólo el detonante de lo
que yo experimento, pero no necesariamente la
causa. Y si esa interioridad está dañada, también
lo estará la relación toda de pareja que se forme a
partir de ahí.
llevar a cabo lo que dentro de él le gustaría hacer. Esta
forma de ser, crea un “angostamiento” en su vida que
es angustiosa, llena de odio encubierto, resentimiento y
acusaciones de persecución hacia la persona o grupo al
que ha estado voluntariamente sometido.
104
ADICCIONES. REFLEXIONES
Más concretamente entenderemos que amar
es “transferir” (veremos ampliamente el término
“transferencia” y sus implicaciones, intentando
progresivamente que quede aclarado dicho
concepto). Como una primera ventana hacia
él, diré que enamorarse es entrar en un estado
de “transferencia” de uno mismo porque es
precisamente lo más esencial y nuclear de uno
mismo lo que queda “fuera de sí”; de algún modo
la persona enamorada se está “desplazando”,
“des-centrando”, y vamos a ver que eso mismo
puede realizarse con o sin equilibrio, según el
grado de salud que posea toda la estructura de
nuestra personalidad.
sí mismo, no logra identificarlos en el campo
de la consciencia, pero le están influyendo
constantemente y con mayor grado que su mente
consciente, ya que de algún modo “claman por
salir”.
¿Qué pasa cuando no salen? Se expresan de
formas simbólicas, a través de síntomas físicos,
psíquicos o emocionales, o una mezcla de todos
ellos.
Nunca había tenido miedo sentada
frente a un médico, en su consulta. Y para
mi propio asombro, en aquella ocasión
comencé a sentir cierto grado de asfixia
delante del doctor que me hablaba. Era
una especie de miedo irracional, no había
un motivo real que lo sustentara. Un nudo
se me hizo en la garganta y sentí hacia él
tal grado de antipatía que me sentí una
persona realmente mala y dañina. Sólo
años después, afrontando en terapia todo
mi mundo inconsciente, entendí que aquel
amable médico suponía sin embargo
un detonante de mi más escondida vida
inconsciente: su acento argentino; el
mismo que tenía la pareja de mi madre
que en la infancia tanto me maltrató. El
recuerdo de aquella dañina pareja y el
médico habían quedado como unidos en
un mismo momento presente, dentro de
mi cabeza y emociones, e irracionalmente
para mí se desdibujaban los límites físicos
y temporales; se confundían. Ese acento de
su lenguaje me hizo proyectar en el médico
todo mi trauma infantil; todas mis sombras
y terrores inconscientes se pusieron en
movimiento hacia él (transferencia) y nunca
fui capaz de verlo tal y como él era en
realidad.
1. Conceptos DE transferencia
Y SINTOMA. Relación entre
ellos e implicaciones en
las relaciones amorosas
1.1 Concepto de transferencia:
Partiendo de la ya mencionada “transferencia”4,
llegaré al concepto de “síntoma”.
Esta palabra –transferencia, transferir- que ya he
nombrado más arriba, es un concepto que nació
junto al psicoanálisis, y éste considera que sin la
instauración de la transferencia no hay posibilidad
de cura. El fenómeno de la transferencia se descubrió pues “en terapia”, nació de la experiencia
de cientos y miles de personas que acceden a un
análisis personal, no surgió de la teoría. Fue observado en la práctica real.
Para entenderlo, tenemos que partir de esta base:
en la mente y la conducta humana intervienen dos
tipos de factores:
a) Conscientes: aquéllos de los que el individuo
se percata fácilmente en cuanto reflexiona sobre
sí mismo.
Así funciona la transferencia en nuestra vida
cotidiana (el ejemplo es quizá demasiado simple
pero con él podemos ir entendiendo paulatinamente este importante fenómeno transferencial).
b) Inconscientes: son una serie de aspectos
personales que el propio sujeto desconoce de
La transferencia es la forma en que aprendemos
a “reaccionar” ante estímulos actuales, en base a
conflictos y vivencias del pasado.
Vallejo-Nágera, J.A. [director]; López-Ibor, José Miguel
… [et al], Guía práctica de psicología, 21ª ed., Colección
Vivir Mejor, Madrid, Temas de hoy, 1998, 696-97.
4
Si entramos en transferencia es porque algo
105
ADICCIONES. REFLEXIONES
clama por ser solucionado en el presente, pero no
pertenece a él. Si nuestras relaciones amorosas
tienen un pie en el pasado y otro en el presente,
van a ser inevitablemente tóxicas y adictivas, a
veces sólo de una parte hacia la otra, y otras será
una transferencia mutua, pero en ambos casos el
desenlace se convertirá en negativo.
autoestima, inseguridad total, miedos…, -por
poner un ejemplo muy simplista que nos ayude a
entender la idea global-). Y el síntoma –que nos
remite a lo desequilibrado, lo afectado, lo insano
en nosotros- es lo que vamos a transferir y esto se
va a notar en modos de reaccionar inadecuados
y/o absurdos.
¿Y por qué hablamos aquí de transferencia?,
¿tiene sentido en un trabajo sobre amores y relaciones de pareja, hablar de patologías y explicar
conceptos del mundo de la psicología y las psicoterapias? El presente trabajo, leído en su globalidad, nos aclarará que la respuesta es sin duda
afirmativa.
“Curarse” o detectar cuándo hemos de salir
corriendo ante una relación amorosa dañina, no
es algo arbitrario, secundario, o un capricho de
mentes de hoy día. Eludir un sano equilibrio entre
cabeza y corazón a la hora de continuar con una
pareja, puede costar muy caro a uno mismo, a los
posibles hijos y a todo el entorno familiar. Creo
que merece la pena poner literalmente parte
del artículo que J.A. Vallejo-Nágera nos brinda
en la guía práctica de psicología6. Las situaciones
personales y nuestros modos de vida pueden
convertirse en todo un entramado destructivo,
peligroso y fuente de grandes sufrimientos:
Por eso, antes de meternos en materia,
desarrollaré aquí y en el punto siguiente, dos
conceptos psicológicos indispensables para
entender qué nos pasa cuando nos enamoramos,
y cómo este fenómeno natural (o más bien
nuestra vivencia particular de él) provoca una
manifestación brutal de todas nuestras patologías
y desequilibrios previamente latentes, dormidos.
La convivencia con un enfermo grave7 tiene
siempre un tinte dramático. A los sentimientos de cariño y compasión se añaden los
deseos conscientes de ayuda de no dañarlo
Dichas patologías se suelen mantener más o
menos disimuladas en nuestras relaciones laborales, amistosas y familiares, pero se desbocarán
irremediablemente ante una relación del tipo que
denominamos amorosa.
Vallejo-Nágera, J.A. [director]; López-Ibor, José Miguel
… [et al], Guía práctica de psicología, 21ª ed., Colección
Vivir Mejor, Madrid, Temas de hoy, 1998, 608-609
6
No quiero decir aquí, sería una locura, que no
haya transferencia entre amigos, entre familiares.
Nada más lejos, pues si algo está insano e
inconsciente en mí, lo voy a ”llevar” conmigo a
todos lados y lo voy a proyectar y desplazar hacia
fuera en cualquier tipo de relación humana. Pero
el “encuentro” entre un hombre y una mujer5, va a
ACTUALIZAR, con más fuerza que ninguno, aquello
que dentro de nosotros no anda bien, y que nos
va a producir “síntomas”. Nuestra forma de amar,
ya lo es, ya es síntoma (si amamos controlando
a la pareja compulsivamente, es síntoma de baja
A lo largo de este trabajo procuraré hacer comprender al lector el hecho de que “enfermo grave” podemos
ser cualquiera, aunque aparentemente nos relacionemos de forma correcta, y aunque en sociedad seamos
capaces de cumplir sin problema todas nuestras funciones y actividades en general. Se debe a que las
personas tenemos muchas facetas y la mayoría de ellas
pueden estar sanas, pero no todas; la patología subyacente que portemos, se remueve con fuerza y de forma
radical en el seno de una relación amorosa.
7
Es ahí donde se nos van a despertar todos nuestros
fantasmas y proyecciones. Desgraciadamente muchas
de estas actitudes patológicas están aún culturalmente
aceptadas, confundidas con un sentimiento de amor,
pero actualmente estamos en condiciones de diferenciar y matizar muchos de estos aspectos insanos. Lo
iremos viendo párrafo a párrafo.
Exactamente igual entre parejas formadas por personas
del mismo género, pues el estado de “enamoramiento”
presenta idénticos rasgos en todos los individuos,
independientemente de su orientación sexual.
5
106
ADICCIONES. REFLEXIONES
ni físicamente ni en su sensibilidad. Con un
enfermo mental 8 la situación es mucho más
compleja y difícil. Con frecuencia, no se deja
ayudar, en lugar de gratitud mantiene una
actitud hostil y es él quien puede herir físicamente o en su sensibilidad a las personas
con quienes habita. La misión de quienes lo
quieren es doble: protegerle todo lo posible
de las consecuencias de su enfermedad, y
procurar que el paciente no los dañe a ellos.
creando todo tipo de problemas.
Sanear el pasado, es la solución para el presente.
No al revés. Hay que acceder al inconsciente. En
el caso del niño que nos ocupa, se habría instalado
y bloqueado en la madre imaginaria, que “no fue
buena”, sin poder ver a la real (y actual). La herida
está abierta. Esto es la transferencia (desplazar
lo que era la madre anterior, a la madre actual)
y esto es el síntoma: su miedo, su odio irracional,
agresividad,… etc., son síntomas de su dañada
realidad interior.
Imaginemos ahora un hijo abandonado a los 8
años de edad –fase en la que ya se tiene un alto
grado de memoria y sensibilidad- por su madre
biológica, y que es adoptado por una nueva
madre, amorosa y cuidadora. El niño estará
contento, su presente le gusta. Pero somos la
suma de todas nuestras experiencias. Dentro de
nuestro ser, no existe un corte radical entre ayer
y hoy. El hoy, enraíza en el ayer, se nutre casi del
ayer. Posiblemente este niño del ejemplo no podrá
olvidar fácilmente el odio, impotencia y pena por
una madre que no lo amó. Y como aún experimenta
ese dolor e impotencia infantiles, entonces le hace
“síntoma”: lo puede transferir, lo puede desplazar
a su madre adoptiva (literalmente lo cambia de
sitio) madre que por muy amorosa que sea, él
siempre va a temer que lo abandone (producto de
su transferencia activa) y podrá mostrar conductas
agresivas e irascibles, porque “ella también puede
abandonarlo”. Pasado y presente entrelazados
negativamente, afectándose, distorsionándose y
El síntoma es signo, nos remite a “otra cosa” más
allá, dentro de la persona que los padece. Ante
un síntoma, no debemos quedarnos con el juicio
de valor “es agresivo y desconfiado” sino que nos
haríamos la pregunta “¿por qué es agresivo y desconfiado? ¿a qué remite ese signo en él/ella?”. Y
allí estará justo el campo de trabajo, la parte que
hay que sanar. Porque, además, hay que decir
que de no hacerlo, según el niño se convierta en
adulto, va a transferir su daño a cualquier mujer
significativa para él.
Portará el problema de un lado a otro, y su vida
quedará totalmente determinada por él, generalmente degradándola.
“Amará” desde el síntoma, no desde su “sí
mismo” sano y libre.
Cuando se ama desde el síntoma, se ama
(enamora) “desde lo que falta”, desde el hueco
reconocen como tal… y teniendo como único objetivo la
esperanza de que su “enamorado/a” cambie, sin más. Si
pongo estos ejemplos tan cotidianos es porque es justo
en la cotidianeidad donde se halla el dolor de miles de
personas y para que empecemos a darnos cuenta que
el concepto de patología y enfermedad mental, y la
necesidad imperiosa de acudir a terapia, no se da exclusivamente en el ámbito de un centro psiquiátrico o en
las consultas de psicología; todo lo contrario: fuera de
dichos ámbitos, se encuentra libre y difícil de detectar.
Dejar de llamar “amor” a todo este entramado de
actitudes generadoras de sufrimiento, se hace hoy día
absolutamente necesario.
No creo que hoy día alguien dude de que podemos
hablar de “enfermedad mental” en un sentido amplio
para referirnos a personas que sin embargo están
perfectamente integradas en sociedad. Para referirnos
a sujetos que agreden física y emocionalmente a sus
hijos de manera sistemática, o a quien practique la
violencia de género, alcohólicos/as que por celos
generan un contexto familiar de pánico y diversas
situaciones todas ellas penosas, mujeres/hombres que
emplean el sueldo del otro cónyuge o el suyo propio en
jugar en el bingo… y un sinfín de situaciones que día a
día, en miles de hogares, cargan a cuestas y de forma
más o menos silenciosa multitud de parejas…. Lidiando
con auténticas enfermedades y patologías que no
8
107
ADICCIONES. REFLEXIONES
no nutrido. Y partiendo de esa posición errónea
que confunde pasado y presente, nada puede
salir bien… Si continuamente necesitamos llenar
un hueco, seremos adictos a aquello que creemos
-erróneamente- que lo sacia.
vínculos afectivos? La respuesta es sí.
Concluyendo, cuando nos enamoramos (creo
que ya puedo usar el término con cierta tranquilidad de que el lector lo entiende) transferimos al
otro el mundo irreal que llevamos dentro. Porque
no amamos desde la nada, no partimos de cero,
desde un corazón y mente nuevos, sino todo lo
contrario: partimos de lo viejo, de toda la carga
emocional que llevamos a cuestas mezclando
pasado y presente; amamos desde un corazón
y una mente intoxicados, llenos de heridas,
recuerdos, falsas creencias,…Toda una amalgama
de pensamientos dañados y de los que “el otro/a”
no tiene la culpa ni tiene por qué soportar las
consecuencias (la pareja se convierte en el objeto
más deseado, pero también por ello y por el
terror a perderla, será la diana sobre la cual se nos
moviliza el interior enfermo con más fuerza que
con ninguna otra persona de nuestro entorno).
Al conocer a una persona y desear conseguir
su amor -o incluso habiéndolo ya conseguidoinconscientemente queremos suplir el goce
faltante a través de ella, como diría Lacán. Cuando
algo falta (o sentimos que así es) el paciente, a
modo de suplencia, produce el síntoma9 . Es amar
-como también dice el psicoanálisis- desde el
propio fantasma (lo fantaseado) el cual hay que
atravesar para estar libre.
Ese atravesamiento del fantasma es el costoso
pero fructífero recorrido de un tratamiento
terapéutico. Tenemos claro que hay que aceptar
un tratamiento del tipo que sea cuando enferman
partes de nuestro cuerpo o nos desestabilizamos
psicológicamente de formas quizá más evidentes,
tales como depresiones, fobias,…etc. Y sin
embargo, no se nos ocurre en cuanto a nuestras
relaciones de pareja. No logramos ver con la
necesaria claridad que ellas también denotan
salud o enfermedad en la persona que somos. Por
otro lado, aunque algo esté enfermo en nuestros
planos más sutiles (en nuestros cuerpos mental
y emocional) si se mantiene así en el tiempo sin
duda acabará pasando al cuerpo físico, en el cual
sí lo veremos cómo enfermedad, pero realmente
es la persona entera la que ya estaba enferma
desde hace mucho tiempo. El cuerpo es el último
que se entera, dice una máxima médica (cuando
percibimos la enfermedad en el cuerpo, ya ha
estado dando avisos a través de síntomas más
leves a nivel corporal, así como psicológicos y
emocionales, que no atendimos, no escuchamos
el mensaje que contenían para nosotros.)
¿Analizar el amor? Sí… sin duda. ¿No se trata simplemente de vivirlo y disfrutarlo?
Si habláramos de amor realmente (de sentimientos maduros, sopesados, construidos consciente
y libremente) la respuesta sería afirmativa. Pero
aquí hablamos de enamoramiento, de “enganche
adictivo” 10, de transferencia, proyección,
neurosis,…en definitiva: de canalización -a través
del vínculo amoroso- de todo aquello más oscuro
que llevamos dentro, ese niño herido interior que
afecta negativamente al adulto que somos. Eso
hay que analizarlo y curarlo.
Ahora bien, cualquiera podría decir: “yo disfruto
sometiendo a mi pareja”, o “yo disfruto viendo
cómo en cierto modo me maltrata, eso es porque
siente celos de mí, porque me ama….”. Pero ¿es
ese nuestro pobre proyecto de vida? ¿ésa nuestra
corta percepción sobre el valor del ser humano?
¿Amamos patológicamente? ¿Es nuestra forma
de amar un síntoma en nosotros? ¿Nos remite
a algo insano, dañado, que hay que analizar y
desatar para no crear una distorsión en nuestros
Me permito utilizar este término, muy extendido
socialmente en el lenguaje popular, y por ello perfectamente entendible, pese a que su significado original
está referido a cuestiones ajenas al tema que nos ocupa,
según las acepciones que nos muestra el Diccionario de
la Real Academia Española (En adelante: R.A.E.).
10
Que puede instalarse en lo emocional, en lo físico o en
lo mental, y en todo caso las tres facetas de la persona
van a estar afectadas.
9
108
ADICCIONES. REFLEXIONES
Empleamos el término “amor” con demasiada
licencia, de forma indistinta y confundiéndolo con
la atracción, enamoramiento, obsesión. Llamamos
amor a cualquier cosa, hablamos de amor entre
personas aunque cabalmente observemos una
relación altamente nociva. En realidad nos
estamos refiriendo a otra cosa. En el amor no hay
sufrimiento, el amor es más bien el resultado de
una decisión, de una vida vivida juntos, o de un
período de la vida donde dos personas deciden
acompañarse y tener experiencias diversas, en un
contexto de respeto y actitud positiva mutua que
se convierte en innegociable. De modo que donde
el psicoanálisis dice que el amor es un síntoma, yo
digo que el enamoramiento sí lo es 12.
¿viviremos como gallinas de corral pudiendo ser
águilas imperiales?
Cada enamoramiento bien elaborado, en un
estado de verdadera auto-consciencia de lo que
está sucediendo, y bien analizado, es motor de
cura (tal como la transferencia es el motor de la
cura en psicoanálisis, lo será también si sabemos
utilizarla en nuestra vida cotidiana). Cada relación
amorosa que nos trae el destino se convierte en
un maestro para nosotros, en una posibilidad
de crecimiento interior, si estamos despiertos y
conscientes de todo lo que sucede en el otro y en
mí.
Si el enamoramiento se convierte en todo un dispositivo desde el cual emergen nuestras patologías
y sensaciones más desestabilizadoras, entonces
es oportunidad de crecimiento. No perdamos de
vista que esto sucede en personas sanas, con suficiente grado de equilibrio para poder percibir sus
conductas “inexplicables” y la necesidad de ayuda.
Pero ¿por qué defiendo en este trabajo que el
enamoramiento, esa experiencia tan bonita y
placentera para todos, es en realidad síntoma
de enfermedades psico-emocionales de todo
tipo? ¿Por qué afirma eso el psicoanálisis y todas
las psicologías y ciencias sociales en general? Es
decir, es una vivencia en principio tan positiva
que no observamos la necesidad de prever nada
ni plantearnos nada, más allá de la mera vivencia
de la felicidad del momento. ¿Por qué entonces
ponerle “peros” al amor de pareja? ¿Por qué se
multiplican los tipos de terapias destinados a
tal fin? Lo veremos claro a medida que el texto
avance.
Considero necesario decir que este título por mí
elegido (el enamoramiento es un síntoma) está
basado en las ya conocidas manifestaciones del
psicoanálisis, desde Freud y especialmente con
Lacán, de cuyas teorías se desprende que el amor
es –literalmente- un síntoma”11 . Frase que a priori
puede parecer similar a ésta de mi autoría, pero
que sin embargo dista mucho de ser idéntica.
tipo de síntoma se trata? De un síntoma borromeo,
porque el amor permite anudar el goce en un vínculo
entre dos sujetos”. Síntoma borromeo alude al nudo
borromeo que consiste en 3 aros entrelazados, del
mismo modo que el síntoma anuda lo real, lo simbólico
y lo imaginario, y al liberar uno de esos “aros” todo el
resto quedaría liberado. El “enamoramiento” (el amor,
en el decir del psicoanálisis) es un síntoma, es un nudo…
es una relación donde lo patológico emerge. Por eso es
también oportunidad de cura, ya que todo este proceso
sucede en la persona “sana”, la cual siendo consciente
de lo que le está sucediendo, puede ella misma promover su desanudamiento, su sanación, y comenzar una
relación consigo misma, con la pareja y con la sociedad,
no ya desde el vacío y el síntoma sino desde la libertad y
la salud como un estado integral de la persona.
11
Lacán, Jacques. Ver Seminarios XX a XXIII. En la
misma línea que yo comentaba más arriba, Lacán
expresa que en ese momento en que nos enamoramos,
una mujer para un hombre es un síntoma y viceversa,
que un hombre para una mujer es un síntoma. Él dirá
que es “letra gozada”, leer sus interesantes reflexiones
en los mencionados seminarios.
Ver también: Posada, Pilar. Affectio Societatis, nº
2, En tanto no hay relación sexual… entonces síntoma,
1998, pág. 6. Ahí nos explica que el síntoma quiere tapar
algo que no podemos o no deseamos ver, y a veces es
justo con el enamoramiento con lo cual tapamos eso
inaguantable para nosotros; con el “amor” intentamos suplir algo que no está y de lo cual notamos su
ausencia: “Si el síntoma es suplencia y el amor también
es suplencia, entonces el amor es un síntoma ¿De qué
12
109
ADICCIONES. REFLEXIONES
1.2 Concepto de síntoma:
dentro algo no anda bien. El síntoma nos llama la
atención: hay que cambiar o hacer algo.
Continuemos dando respuesta a estas incógnitas, desmenuzando ahora el término “síntoma”:
El concepto de síntoma es aplicable tanto a
los niveles físicos del ser humano, como a los
mentales, emocionales y espirituales. Y es así
mismo aplicable tanto a nivel individual como
social. Por ejemplo: que tantos jóvenes recurran a
la droga es “síntoma” –señal, llamada de atenciónde que estamos criando y educando a nuestros
hijos de una forma errónea en uno o varios de sus
aspectos, ya que de otro modo esa juventud no
daría “síntoma” de tal vacío y desorientación que
busca consuelo en las sustancias tóxicas.
La palabra síntoma, usada en el contexto del
habla cotidiana13, designa una señal, un indicio observable, visible, detectable, que remite siempre a
OTRA COSA, a ALGO QUE LO PRODUCE. Es como
la punta de un iceberg, la cual nos indica –es
síntoma- de que una grandísima masa de hielo
se haLLa debajo, sumergida e invisible si no nos
acercamos a ella. La punta del iceberg es indicio
de algo mayor que está sumergido.
El síntoma, para la medicina, es aquello por lo
cual un paciente consulta, lo que no funciona
correctamente, lo que lo aqueja (“me duele la
cabeza”, “noto tensa la cervical”). El médico debe
buscar la raíz de ese síntoma, nunca tratarlo o engañarlo (recetando por ejemplo un antiinflamatorio para el dolor de cabeza sin saber de dónde
proviene el mismo). El síntoma “sólo” nos avisa,
pero no es la enfermedad en sí, no es la situación
desestabilizadora, no es la raíz. Una relación de
pareja turbulenta y dañina es síntoma de estados
personales altamente desequilibrados, y de altas
cotas de sufrimiento. La forma en que nos enamoramos, ya es en sí un síntoma; remite a lo nuestro
interior, que no se ve fácilmente.
Si los adolescentes y jóvenes se sienten vacíos y
sin referentes sólidos que deberían ser transmitidos a través de su familia, intentarán llenar sus
carencias a través de la droga. La adicción a la droga
es el síntoma de un estado personal alejado de la
realización y de la felicidad. La adicción intenta
tapar y desoir la intensa desmotivación interior
que se sufre. Tratar el síntoma sin más (evitando
por ejemplo su acceso a la droga) es tanto como
no hacer nada, ya que dicho síntoma es sólo la
parte externa de un estado interior enfermo,
dañado, sufriente; no es más que la parte visible
del problema, que permanece latente y callado
-de momento- en el fondo de cada persona y/o
grupo social. Uno podría ser físicamente alejado
de la droga (en un Centro especializado, por
ejemplo) y hasta podría decidir con fortaleza y
voluntad no volver a consumirla jamás, pero sin
afrontar el núcleo de la cuestión, esa persona
siempre será proclive a todo tipo de bloqueos y
nuevas dependencias, sean éstas a sustancias, a
personas o a actividades, pero serán dependencias. El fondo, mientras no sea resuelto, adoptará
nuevas formas cada vez, a modo de progresivos
intentos que calmen el sufrimiento.
Repitiéndolo con otras palabras: el síntoma
es señal de que en algún aspecto de nosotros
mismos, no hay orden. Es negativo pero a la vez
positivo, por su función de aviso, que nos prepara
para ponernos en movimiento hacia una potencial
curación.
Según el diccionario, “síntoma”, del latín:
symptōma, es la manifestación subjetiva de un
estado patológico,... Los síntomas son descritos
por el individuo afecto más que observados por
el examinador14. Es el indicio o señal de que algo
está sucediendo o va a suceder en el futuro. Se
“manifiesta”, se pone en evidencia afuera, porque
Para el psicoanálisis la noción de síntoma va
más allá que el de la medicina, expuesta en
líneas anteriores. Nos da luz sobre algo que de
otra manera nos pasaría desapercibido: para el
Para estos párrafos: Posada, Pilar. Affectio Societatis,
nº 2, En tanto no hay relación sexual… entonces
síntoma, 1998, pág. 7 ss
13
Bruno, F. J. Diccionario de términos psicológicos fundamentales. (1997). Barcelona. Paidós Studio.
14
110
ADICCIONES. REFLEXIONES
psicoanálisis el síntoma es solución y problema.
Es “solución” porque a través del síntoma el
sujeto sostiene cierto equilibrio, es una solución
de compromiso, para evitar males mayores. Hay
una especie de “satisfacción secundaria” en el
síntoma15. De ahí que mucha gente –de forma no
consciente- presenta resistencias hacia la idea de
su curación. Pero realmente es problema porque
el síntoma le hace sufrir al sujeto: mejor lavarse las
manos 40 veces al día de forma compulsiva, que
vérselas con un trauma imposible de soportar: el
recuerdo de que mi madre me va a pegar como
lo hizo durante años todos los días, o la culpa
intensísima que siento por mis deseos sexuales,
o la humillación a la que me sometió un profesor
en mi más tierna infancia. Es mejor –en cierto
modo- acallarlo con actos compulsivos, pero hay
sufrimiento, hay algo que se lleva a cuestas, hay
una vida vivida a rastras...
que implica una satisfacción y que surge como resultado de una verdad imposible de modificar16.
Lacan dirá más adelante que el displacer que el
síntoma aporta a la vida del individuo y del cual
éste se queja, tiene algo de engañoso ya que enmascara el motivo principal de su existencia y su
fortaleza: el goce que aporta al sujeto.
¿Qué hacer con eso que no funciona pero que
a la vez hace que funcionemos de algún modo?
El sujeto –en el mejor de los casos- sabe que su
síntoma le hace sufrir a él y a otros. Cuando tiene
consciencia de esto, tiene que tomar una elección
responsable: curarse, salir de ahí, y liberar de ese
modo también a los demás de las consecuencias
que protagonizaban.
Los síntomas pueden ser físicos o actitudinales, como veremos a lo largo de este trabajo. Si
tendemos a la agresividad y la posesión hacia
la persona “amada” (lo mismo también que si
tendemos a la más absoluta de las frialdades) esa
tendencia en nosotros es síntoma; nos alarma de
toda una realidad interior enterrada y necesitada
de sanación.
El síntoma me satisface, me calma porque reprimo
el problema real, me defiendo inconscientemente
así de él, ya que me resulta demasiado doloroso;
es una “solución de compromiso”, repito, pero es
malestar, me quita calidad de vida, me esclaviza
y provoca sufrimiento, y si no lo atiendo puede
pasar de ser un síntoma neurótico (con cierto nivel
de “normalidad”) a convertirse en un síntoma
psicótico (aumentando por tanto su gravedad y
sus consecuencias) o finalmente puede incluso
llegar a enfermedad corporal.
Freud, nos sigue diciendo Pilar Posada, habló
de elección de objeto, de elección de neurosis.
Lacán habla de elección de estructura, de elección
del síntoma. La palabra elección denota una participación activa del sujeto, la preferencia de
una opción frente a otras o, al menos, tomar por
cuenta de uno mismo una vía y no otra u otras…
Hay que bajar por la escalera del síntoma hasta
las profundidades del desván oscuro de nuestro
interior, donde se halla la verdad, lo que realmente
hay que solucionar, desbloquear, liberar.
Nótese que hablamos -insisto- de personas
“normales”, que podemos tomar las riendas de
nuestra vida y encarar nuestro propio síntoma.
La autoconsciencia de que algo no anda bien en
nosotros, es un hecho.
Freud termina diciendo que el síntoma es al
mismo tiempo algo que genera malestar pero
A veces “preferimos” seguir siendo agresivos,
para no enfrentar nuestro mencionado “desván”
interior y nuestro deber a la ética y obligaciones
para con otros. En otras ocasiones, habrá compli-
Es “mejor” tener una erupción cutánea perenne que
asumir que odio a mi padre, o que desearía divorciarme
de mi marido. Si mi parte consciente no se atreve a
sentir claramente el odio hacia personas que “debería”
amar, me puedo generar dicha erupción en el cuerpo;
de alguna forma lo que yo reprimo, clama por salir, y
mientras no sea consciente y claro para mí, adoptará
formas que lo solucionarán en falso.
15
Para los términos “síntoma” y “fantasma” ver,
Ustárroz Orangez, Daniel Hugo, El Síntoma en la Teoría
psicoanalítica, Revista de Psicoanálisis, Psicoterapia y
Salud Mental Vol. 1 nº 3, 2008
16
111
ADICCIONES. REFLEXIONES
¿Qué sucede sin embargo si a esa parte de la
pareja se le desencadenaran las mismas emociones
(celos, ira, persecución,….etc.) en ausencia de
cualquier dato real que las motivara? Sospechar
continua e irracionalmente, mostrarse sin causa
y permanentemente enojado con el partenaire,
andar todo el día irascible y haciendo de detective
sin que haya motivos reales que susciten esas
conductas. Si esto sucediera, entonces podemos
hablar de “síntoma”, pues esas reacciones sin
fundamento estarían poniendo de manifiesto la
situación global de desequilibrio que esa persona
padecería (inseguridades, conflictos sin resolver,
represiones,…).
caciones y contextos con dificultades de diversa
índole, pero en general, el ser humano –hundido
en el síntoma- está llamado y capacitado a salir de
él y levantar el vuelo.
Esta es la novedad del psicoanálisis: el sujeto
es RESPONSABLE. No somos sólo, ni siempre,
víctimas. Puede suceder así, indudablemente, en
algún momento de nuestro recorrido de vida, a
veces ciertas situaciones de necesidad y/o carencia
nos obligan de algún modo a soportar situaciones
nada dignas, o profesar actos indignos a otras
personas, pero si absolutamente siempre es así,
tendremos que preguntarnos sobre nosotros
mismos qué nos está pasando (preguntarnos: ¿son
todas las situaciones realmente inevitables?).
No serían reacciones por “amor” sino por
“enamoramiento patológico” porque ni siquiera
sería un enamoramiento correctamente vivido
(conservando cierto equilibrio y madurez) sino un
enamoramiento sintomático, es decir, no saludable.
Esa persona estaría viendo a la pareja con el filtro
de su pánico interior a padecer infidelidad (entre
otros) pánico que lo proyecta, lo transfiere a la
persona “amada”, y por tanto se interpone, no
la ve a ella, sólo ve su propio delirio proyectado
en ella, confundiéndolo. Insisto: no estaríamos
hablando de amor, sino de enamoramiento, y un
enamoramiento sintomático: un enganche “desde
lo enfermo”. Estas parejas aunque racionalmente
observen la necesidad de alejarse, no suelen
lograrlo; son relaciones adictivas porque se
hallan inmersos en la proyección, transferencia
y espejismo de que “eso” es lo que vitalmente
necesitan.
A la vez, el psicoanálisis libera al sujeto de toda
crítica destructiva. Más bien todo lo contrario, le
anima a no censurar su síntoma, a quererse a sí
mismo, sujeto sufriente y dividido entre lo que
ve y lo que no ve, sin olvidar ponerse en camino
hacia su propia unidad interior; no se trata de
una cuestión moral, no hay ni buenos ni malos;
se trata de lo que uno “es” como consecuencia de
su propio itinerario vital previo y sus elecciones.
“Decir bien” sobre los síntomas, sobre nosotros
mismos en definitiva, va a transformarlos. El sujeto
analizado va a saber que es sujeto que elige, y
también va a reconocer cuántas veces fue objeto
de la elección de otros. Tomando consciencia de
ello y de los efectos negativos que le causaron a
él (deviniendo en síntomas) puede hacer algo
constructivo y creativo, comenzando una nueva
etapa.
A este tipo de parejas, mientras los une el
síntoma (por ejemplo una persona con un
carácter posesivo, controlador y con miedo a la
soledad, que se une a una pareja con carácter
dependiente y necesidad extrema de protección):
mientras esos problemas subyacen a la relación,
sin duda la pareja permanecerá unida,… unidos
por sus respectivos síntomas (uno que necesita
poseer y el otro que necesita ser poseído). Pero
cuando uno de los dos renuncia al goce mezquino
(a la ganancia secundaria) de tales síntomas, y
se arriesgan a perder seguridad, conscientes de
que así no pueden vivir, es decir, cuando uno de
los miembros de la pareja “se cura”, desaparece
Pero pongamos un tercer y último ejemplo, ahora
más directamente relacionado con el tema que nos
ocupa: una pareja de enamorados. E imaginemos
en este ejemplo que, una de las partes, descubre
a la otra en actitud íntima con un desconocido,
desencadenándole un intenso estado de malestar,
enfado y celos. ¿Sería sintomático de “algo más” esta
reacción? ¿O se puede ver como la consecuencia
lógica –humanamente comprensible- de una vivencia
negativa y a su vez real? Considero que sí. ¿Quién no
se siente enfadado ante un engaño y quien no tiene
miedo ante una posible pérdida? Seguramente así
opinamos la mayoría de las personas.
112
ADICCIONES. REFLEXIONES
alegra e ilusiona, que un individuo “pierda la
cabeza” por otro. Pero si hay cosas por resolver
en uno o en ambos, no se hará esperar mucho la
fase de turbulencias y problemas de todo tipo,
que adoptarán diversos niveles de gravedad según
los casos.
la raíz del problema, y tras ella el síntoma; ahí se
comienza a percibir a la pareja y a uno mismo tal
cual son, sin idealizaciones ni distorsiones, y en
la mayoría de los casos remite el interés y surgen
opciones de ruptura. La persona que empieza
a despertar percibe ante ella todo un abanico
de nuevas y saludables posibilidades, que llevan
a poner en alerta a la otra parte de la pareja, la
cual nota haber dejado de ser el puro centro
de su partenaire, donde antes la tenía ubicada,
solapándose y descentrándose mutuamente. Esto
le va a provocar enorme inseguridad. La parte que
comienza a sanear su relación consigo misma y el
mundo, optando por una vivencia más libre, sana y
no adictiva, se experimenta también realizada por
fuera de su relación amorosa, y esto normalmente
no va a ser bien aceptado por la parte aún dañada
de la relación.
A menudo desde el primer día que conocemos
a alguien, percibimos que es un don juan -por
ejemplo- o una persona egocéntrica con pocas
posibilidades de que cree un vínculo afectivo
mínimamente aceptable; sin embargo, nos enganchamos frenéticamente porque le vemos “como
deseamos que sea” (proyectando nuestras necesidades, en el movimiento transferencial) y en lugar
de poner freno y trabajarme esa proyección, esa
idealización, ese enamoramiento potencialmente
problemático, seguimos adelante,… hasta que ya
no hay vuelta atrás. La neurosis me “saca” de la
realidad, en lugar de ver mis propios traumas y
problemas sin resolver.
Pues bien, ese es el sentido que Freud, Lacán
y todos los grandes psicoanalistas dan a la expresión de “amor como síntoma”: el amor (de
enamorados) como indicio o señal de un estado
que podría considerarse patológico en la persona,
equiparando el enamoramiento a un estado
de neurosis pasajera. No es que el enamorarse
enferme, sino que ese enamoramiento pone de
manifiesto lo que ya estaba enfermo y latente en
la persona, previamente.
Por eso se dice que el enamoramiento es un
estado de locura transitoria. Cuando se ama desde
el síntoma, vemos al otro a través de un filtro (el
nuestro propio y subjetivo) pero no nos damos
cuenta cabal de ello, creemos realmente que el
otro es así (por el movimiento transferencial,
tantas veces mencionado).
En el enamoramiento se pasa de la realidad a la
fantasía, a lo imaginario; eso que no está resuelto
“en mí”, se interpone entre mi persona y aquélla
que es ahora objeto de mi deseo (en sentido
amplio).
El enamorado está enajenado (está dependiente
de terreno ajeno). Esa enajenación está muy
aceptada socialmente y puede producirnos
temporadas de placer y bienestar, alegría,
esperanza, sensación de plenitud al lado de la
persona amada,…. Está bien visto, e incluso nos
113
ADICCIONES. REFLEXIONES
Todo comienza en la infancia.
Formas de relación del niño con
su entorno, y consecuencias17.
Teoría de las relaciones
objetales
la que habría que cuidar poderosamente, ya que
es ahí donde se sientan las bases para la forma de
ser y de interpretar el mundo que tendrá el posterior adulto.
Estas teorías tratan de cómo las personas se
relacionan con los demás, pero ¿por qué se llaman
teorías de las relaciones “objetales”? porque
hablan del “objeto”18. El objeto es “otra persona”
(no siempre es una droga o una ludopatía). Las
teorías de las relaciones objetales se interesan
y concentran en aquellas relaciones personales
cuya forma de vincularse es teniendo a la otra
parte como objeto, es decir: como fuente de
satisfacción de sus necesidades. Además, estas
personas tienen como función fundamental de su
“yo” esa relación con otra persona.
¿De dónde vienen los trastornos mentales?
En una primera clasificación general, podríamos
decir que hay tres tipos de causas, todas con el
mismo resultado final: conflictos de todo tipo y
merma de la calidad de vida, tanto en la propia
persona que los padece como en aquéllas cercanas
de su entorno.
a) Endógenas: es decir la patología de la persona
se origina dentro de sí misma, no es producida
por ningún agente exterior físico ni psicológico. El
sujeto habría heredado la “disposición”.
Esta corriente –neoanalítica- tiene como ideas
clave las siguientes:
b) Exógenas: en este caso las causas sí se habrían
ocasionado por medio de fuentes externas. Algo
en el ambiente provoca un desequilibrio en la
persona, que lo padece pasivamente en la mayoría
de los casos.
•La forma como nos relacionamos con los
demás, se establece durante las experiencias
recibidas en nuestra niñez temprana.
•Los patrones que nos formamos durante
ese tiempo, tienden a repetirse para el resto de
nuestra vida adulta, resultando francamente complicado –aunque no imposible- salir de ellos totalmente.
c) Reactivas: sería una posición intermedia, de
hecho un médico llamó a cierto tipo de depresiones: “endo-reactivas”, es decir, son ocasionadas
en el interior, pero como reacción de esa persona
a sucesos y experiencias del exterior. Un disgusto
puede tener un papel desencadenante de males
mayores. Cómo respondemos ante un estímulo
procedente de la sociedad, es un tipo de causa de
conflictos personales, presentes y futuros.
•El recién nacido no distingue entre él mismo y
el resto del mundo. Todos comenzamos la vida con
la sensación de una fusión psicológica absoluta
con los demás. Esa sensación es armoniosa y muy
placentera, difícil de dejar atrás.
Las teorías psicosociales, y dentro de ellas las
teorías de las relaciones objetales, nos dan mucha
luz respecto al tema que nos ocupa, afirmando,
con no poco fundamento, que es la etapa infantil
¿En qué consistiría el desarrollo de la
personalidad progresivo? En ir abandonando
correcta y paulatinamente esa fusión, hasta
lograr convertirnos en ese individuo particular y
autónomo, repito, que todos somos.
Para este tema ver sobre todo: CARVER, Charles S.;
SCHEIER, Michael F. Teorías de la personalidad, 3ª ed,
Traducción de María Elena Ortiz Salinas, capítulo 11,
págs. 293-303. HORNEY, Karen, Neurotic personality of
our times, New York: Norton, 1937. HORNEY, Karen, Our
inner conflicts, New York : Norton, 1945. ERIKSON, E.
H., Childhood and society, 1ª ed., New York : Norton,
17
Este concepto de relaciones objetales enraíza en una
idea de Freud, pero ha sufrido una transformación con
el paso del tiempo. No nos referimos aquí al concepto
freudiano del término. Estamos situados dentro de la
perspectiva neoanalítica de la década de los 80 en adelante (J. Klein, St. Clair…etc.)
18
1950.
114
ADICCIONES. REFLEXIONES
A la fusión que el niño percibe con su madre, se
llama SIMBIOSIS. El niño no sabe dónde acaba él y
dónde empieza la madre. Se vive unido simbióticamente a ella, no sabe ni si hay diferencia entre el
pezón de la madre y su propio dedo pulgar. El desarrollo progresivo hará que el niño avance hacia
la propia separación-individuación.
vez le dé al infante un “empujoncito” hacia la independencia y su propia individualidad.
Merece la pena citar el siguiente párrafo de
forma literal (Carver, Teorías de la personalidad,
pág. 294) ya que explica de forma muy clara el
tema central en que tanto ahondaré en este
trabajo, sobre la transferencia, qué es, y cómo se
gesta en la infancia:
Esto, podríamos pensar que se logra de forma
sencilla y casi natural, pero nos sorprenderíamos
sin embargo si fuera posible recordar el esfuerzo
agotador que nos supuso tal proceso, así como las
interferencias e impactos que encontramos a lo
largo de dicho camino.
En algún momento, (hacia los tres años) el niño
desarrolla una representación mental estable de
la madre (que incorpora las interacciones y los
sentimientos asociados con ella) de modo que
siempre esté, simbólicamente, con él. La “relación
con el objeto” ha sido internalizada y en el futuro
el niño utilizará la internalización de dos maneras:
primero, la imagen será empleada siempre que se
relacione con la madre, y cualquier representación
que se haya formado de ella se convierte en la lente
a través de la cual será vista en el futuro; segundo:
y quizá más importante, la imagen interna será
generalizada a los demás. En muchos aspectos el
individuo se comporta con los demás como si éstos
fueran sus padres (o cualquier otra persona que
haya sido importante en su infancia).
Primero, tuvimos que arriesgarnos a explorar el
mundo, ya algo alejados de nuestras madres, pero
no demasiado bruscamente, ni de forma excesivamente prolongada, pues el niño podría empezar a
experimentar angustia e inseguridad, o lo que se
llama “ansiedad de separación”. A más ansiedad
de separación, más necesidad intensa de vinculación con la madre, y más deseos de que ésta lo
ame (pues se siente privado/a de ese vínculo vital
en los comienzos de la vida). Esa “herida” le acompañará para siempre y determinará el modo de
relación que establezca con otros.
Dicho con palabras
resumirlo en tres ideas:
El/la niño/a tiene sentimientos contradictorios:
quiere ser cada vez más independiente y a la vez
quiere saber que puede volver cuantas veces lo
necesite a la protección maternal19. Se establece
un delicado equilibrio entre la necesidad de independencia y la necesidad de ser amado, que no
nos abandonará tampoco en la vida adulta, y que
redundará en mayor o menor grado de equilibrio
según los avatares –positivos o negativos- a los
que hayamos sido expuestos.
sencillas,
podríamos
- Todo/a niño/a necesita poder representarse
simbólicamente a la madre, y esto sólo se consigue
si ésta logra transmitirle tal seguridad y amor
que el niño entienda que “incluso cuando ella no
está”, de algún modo está. De lo contrario, el niño
(y el futuro adulto) necesitará continuamente su
La madre, deberá combinar su presencia (física
y/o emocional20) con una actitud global que a su
Muchas veces la presencia física de la madre/padre
no es posible, por necesidades personales o laborales,
y sin embargo logra ser una presencia muy real que
nutre profundamente al niño/a, ya que bastan las
palabras oportunas de cariño, o cualquier otro tipo de
intervenciones adecuadas, para que el infante sienta la
protección y amparo de tales padres. Por el contrario,
se da en multitud de casos que pese a la presencia física
continuada de los padres, éstos muestren un demoledor
abismo y una gran lejanía emocional para con sus hijos.
20
Cuando mencione a la madre, no sólo me refiero a
ésta, sino al padre y/o a cualquier otra figura adulta
que cuide al niño y que sirva a éste de referencia en la
infancia. Aquellas figuras de autoridad y de amor que
convivan con el niño y le influyan decisivamente desde
los comienzos de su vida.
19
115
ADICCIONES. REFLEXIONES
presencia física, cosa que se hace imposible21. El
apego sería brutal, de ahí que tenga que dar el
paso a entender que aunque ella no esté, existe,
le cuida, vuelve.
luego sucedan cosas positivas que palíen en cierto
grado eso, será muy difícil hacer desaparecer las
huellas que todo ello nos dejó.
Si nuestros padres o las figuras adultas que nos
cuidaron, nos hicieron sentir inútiles, cargaremos
el resto de nuestra vida esa misma sensación,…
Por eso, tal vez seamos esa persona que siempre
está justificándose e intentando caer bien (transfiriendo la primera impresión que nuestro niño
interior aún recuerda: no hago las cosas bien, no
me van a amar ni aceptar).
- La imagen que se haga de su madre en los dos
o tres primeros años, es la que de algún modo le
queda para el resto de la vida (si le pareció fría y
autoritaria, la sombra de que es así, y el miedo
consiguiente, siempre estarán presentes para él).
- Esa imagen que interiorizó (de miedo, frialdad
y falta de cariño, siguiendo con el ejemplo) se
generaliza; es decir, no se reduce a una mera
impresión sobre “su madre” sino que pasa a ser
la lente global a través de la que mira el mundo
todo. Si su impresión es de inseguridad, de no ser
amado por su madre, esa misma actitud interior
y sensaciones tendrá con el resto de la gente que
se cruce en su camino (transfiere, pues, su mundo
interior, al afuera, a los demás, especialmente
con aquéllos de los cuales desee ser amado o respetado, valorado,…etc.)
Solemos pensar que tenemos una personalidad,
sin más, sin preguntarnos el coste diario que nos
suponen ciertas cargas del pasado, y sin plantearnos qué de todo ello podemos remover y sanar.
Y sucede algo y muy importante para el tema
que nos ocupa: cuanto más vacío quedó dentro,
más necesidades tendremos en la vida adulta. Si
algo no quedó tranquilo y satisfecho en mí (por
ejemplo: no fui valorado) permaneceré intranquilo el resto de la vida y buscaré compulsivamente que sea resuelto en cada persona -pareja,
especialmente- que me vaya encontrando. Y ahí
comienza la relación distorsionada,… la relación
de objeto, pues esa pareja se convierte hoy –en el
presente- en el objeto sobre el cuál se me dispara
con fuerza una ilusión: “satisfará mis necesidades
más profundas”; aquéllas no resueltas en su
debido momento. Esto no es algo que la persona
recién enamorada se plantee conscientemente,
sino que se trata de toda una experiencia vital que
nos genera una serie de movimientos interiores de
sobra conocidos por todos.
Esta idea nos puede parecer imposible o absurda,
pero es porque tenemos nuestros patrones de
vida y nuestra forma de percibir el entorno tan
sumamente aceptada, de forma inconsciente,
y estamos tan inmersos en esos patrones enfermizos, que no tenemos perspectiva para percatarnos de ello.
Podemos quizá percibir sutilmente que tenemos
cierto temor social, que no estamos integrados,
que tenemos miedo sin motivo o incluso crisis de
pánico,… pero no caemos en la cuenta que ese
miedo fue el caldo de cultivo de nuestro primeros
dos o tres delicados años de vida. El miedo, la
falta de apoyo y seguridad, fueron la primera impresión, los primeros “datos” que nuestro cerebro
incorporó, y con él toda nuestra persona. Aunque
Estarán sentándose así las bases para convertirse
en una pareja tóxica, en la que su experiencia subjetiva sobre el otro/a, siempre le lanzará el mismo
mensaje: “no veo que me ames” (si la carencia
fue de amor). Estará así transfiriendo su interior
herido, proyectando la ausencia de amor materno
a su pareja actual, distorsionando la relación real y
todas sus posibilidades.
No tomarlo de forma literal en el mundo del adulto y
sus relaciones amorosas, pero si ésta es la experiencia
que tiene en la infancia, va a establecer en el futuro
un tipo de vínculo muy inseguro y posesivo, ávido de
demostraciones continuas de afecto, dependencias de
diverso grado,… etc.
21
Si las bases en la infancia no son puestas de
forma que nos aporten plenitud, impulso vital y
confianza en nosotros mismos, toda nuestra vida
estará “teñida” de lo que Karen Horney llama
“ansiedad básica” (un potente sentimiento de in116
ADICCIONES. REFLEXIONES
seguridad provocado por el pánico que en otro
tiempo tuviera el infante de ser abandonado o
maltratado por los padres).
Se van a dar 4 formas de apego en la vida adulta,
todas ellas basadas en nuestras experiencias infantiles:
De adulto, cada uno desarrollará las estrategias
que buenamente pueda, unos serán ariscos y vengativos con personas inocentes a las cuales ven
con el filtro de su rencor hacia los padres, otros
por el contrario serán sumisos y serviciales para
“asegurarse” que los amarán,…. Pero son, sea cual
sea la forma que adopten, relaciones tóxicas, relaciones desde la transferencia, desde el síntoma y
enfermedad, desde el fantasma interior que cada
uno porta, desde su niño herido…, y no desde una
realidad adulta, madura y objetiva.
a) Apego seguro: Niños cuyas madres se ausentan
poco y cuando lo hace colma al niño de abrazos
y seguridad. El niño interioriza poco a poco que
su madre vuelve, se siente seguro de ello (logra
simbolizarse a la madre, como decíamos más
arriba). Y poco a poco podrá soportar mayor tiempo
de alejamiento, porque logra representarse a su
madre cuando no está, y además la representación
es de una madre buena, segura. En este tipo de
apego el niño ha obtenido una base segura para
explorar poco a poco el mundo con valentía, hay
un vínculo con la madre donde se potencia la
autonomía pero donde a su vez se puede volver a
obtener protección y consuelo. No hay duda –para
el infante- de que ella siempre está, de un modo u
otro. La madre siempre le dio consuelo o aquello
que necesitó según el momento.
De ahí que la psicología haya escrito tantas
teorías y profundizado tanto sobre el apego. Éste
se da en la infancia y no nos abandona ya para el
resto de nuestra vida, pero en la vida adulta puede
adoptar la forma de un apego infantil, y ese sería
el problema.
Y los siguientes tres tipos de apego son todos
ellos “inseguros” (las madres de estos niños
fueron frías con ellos, irradiaron inaccesibilidad
emocional, y en no pocos casos rechazaron o descuidaron directamente a sus hijos):
Avanzar hacia formas de apego adultas, debe ser
uno de nuestros objetivos
El apego: adicción a otra
persona
b) Apego ambivalente (o resistente): Niños que se
sienten muy molestos con la ausencia de la madre
–ésta no dio información amorosa al niño, simplemente se ausentó continuamente y no quedó al
niño colmado de alguna información (a través de
gestos y palabras) que le hicieran quedarse tranquilo y confiado-. Estos niños, cuando la madre
vuelve, sienten una mezcla de alegría y rechazo,
debido al enfado que presentan.
El primer apego de la vida es el del niño hacia
su madre. Entendamos por apego una conexión
emocional con alguien más (que uno mismo) y
la necesidad total de dicha conexión. Esta experiencia se da en todos los seres humanos, es
una experiencia fundamental. En la infancia y en
muchos momentos de nuestra vida sentimos que
“no podemos vivir” sin esa conexión.
c) Apego evasivo: Se queda tranquilo aunque la
madre no esté, y cuando la madre vuelve parece
eludirla, a modo de rechazo. Puede dar la sensación de que no le importa ni que se haya ido ni
que haya vuelto, pero en realidad está enojado,
actúa así debido a su malestar. Es otra forma de
expresarlo. Es como decir: “tú me abandonas –o,
tengo miedo de que me abandones- entonces
ahora te abandono yo”.
Cuando somos un bebé o niño indefenso,
instintivamente sabemos que necesitamos de la
madre para sobrevivir, de ahí que sea más lógica
la sensación de apego total y de dependencia.
Pero a medida que pasa el tiempo, uno debe ir
ganando en autonomía, así como en seguridad e
independencia emocional, sabiendo que hay un
equilibrio entre el mundo, mi madre y yo. Observo
cierto grado de autonomía y de seguridad. Si
esto queda bloqueado, dañado, el adulto se va
a relacionar con un apego infantil, imposible de
soportar por sus destinatarios.
d) Apego desorganizado (o desorientado): Estos
niños presentan conductas menos identificables,
son más contradictorios (por ejemplo van hacia la
117
ADICCIONES. REFLEXIONES
madre rápidamente cuando vuelve, pero mirando
en otra dirección, o se muestran aturdidos, como
bloqueados, no sabes qué les pasa…).
desarrollo psicosocial, sí podemos re-modelarnos
de nuevo, crecer, sanar. Para él, la identidad del
yo es la noción experimentada conscientemente
que el individuo tiene de sí mismo, la que se
deriva de las interacciones con la realidad social,
pero afirma que la identidad del yo se modifica
constantemente en respuesta a los cambios en el
medio social. Para Erikson resulta crucial formar y
mantener un fuerte sentido de identidad del yo, y
consideraba que la ausencia de esa identidad era
una causa importante de mal ajuste.
Es posible superar estas situaciones de apego
inseguro, pero de nuevo pongo a continuación un
párrafo que nos aclara cómo esto se vuelve complicado (Carver, Teorías de la personalidad, pág.
299):
Aunque en principio es posible superar un apego
inseguro formando más tarde un mejor apego con
otra persona, por desgracia a menudo es difícil,
porque un apego inseguro produce respuestas que
enemistan a la persona con los demás, lo que interfiere con la creación de nuevos apegos. La mezcla
de cercanía y rechazo del patrón ambivalente
puede ser difícil de manejar (…) así como también
puede serlo la indiferencia y la distancia del patrón
evasivo. Estos patrones pueden causar reacciones
adversas en los demás, lo que confirma la percepción que en principio les dio origen (es decir, que
no se puede contar con nadie cuando se necesita).
Conflictos psíquicos
resultantes. Mecanismos de
defensa22
Aclaremos primero estos dos términos:
Neurosis y psicosis:
a) Las neurosis son el modo que tenemos de
denominar al conjunto de síntomas psíquicos
y emocionales producidos por un conflicto
psicológico, los cuales se han hecho crónicos, es
decir, perduran en el tiempo, forman parte de
nuestra vida, afectando su calidad. Se conserva
la capacidad de razonar coherentemente. La
neurosis se da en personas globalmente sanas,
e incluso muy válidas en todas sus facetas, pero
arrastran una serie de síntomas por un conflicto
sin resolver.
El niño que adoptó una forma de apego evasiva,
va a mostrarse igual con su pareja en la vida adulta
(hoy está, mañana no,… un día muestra cariño
el otro está ausente…) y ésta no va llevar bien
tal ambigüedad. Seguramente va a reaccionar
de formas que a aquél no le gustan, y eso le va
a hacer concluir que “como él presuponía”, no
es realmente amado. No va a ser consciente de
forma fácil de ser él quien esté provocando tales
interferencias en la vida de pareja.
Para Freud, y en consonancia con la práctica
totalidad de las corrientes psicológicas, la persona
neurótica está dividida interiormente. ¿En qué
sentido?. En el sentido de que sus conflictos
psíquicos le generan angustia, ante la cual se le
disparan una serie de mecanismos de defensa para
no llegar a sentir dicha angustia: esos mecanismos
de defensa son los síntomas (no siento la angustia
pero la energía conflictiva clama por salir desde
el interior y lo hace en forma de taquicardias sin
causa física, o dolor de cabeza,… ).
Hasta que no resolvamos el conflicto infantil,
no dejaremos de relacionarnos con los demás de
forma problemática, inmersos en nuestro “yo”
dañado, y no en nuestro yo adulto y libre. Todos
somos muy sensibles en el presente a aspectos
que en otro tiempo, desde nuestra mente infantil,
fueron para nosotros cruciales y fuentes de gran
angustia y sufrimiento.
Nos formamos una IDENTIDAD en base a las experiencias de nuestros primeros años de vida. Son
las primeras letras que “impactan” en la página
en blanco que somos al nacer. Y son las que más
huella dejan.
La persona está dividida en dos partes: la
Ver en nota 3 los mecanismos de defensa “proyección
e introyección”.
22
Pero, como dice Erikson, en su teoría del
118
ADICCIONES. REFLEXIONES
La parte complementaria de la
pareja. Más sobre el apego, la
dependencia, la “adicción al
otro”. Algunos consejos para
superarla
inconsciente (con sus conflictos) y la consciente
(que lucha para no ver la parte conflictiva). De
ahí nacen los síntomas neuróticos. El síntoma
neurótico es en realidad una riqueza si logramos
escucharlo. Es una llamada a la acción y al cambio.
Estos síntomas nos dicen que hay algo en lo
inconsciente por resolver. Afrontándolo, vamos
a hacer posible su sanación, y la consecuente
unificación de nuestra persona. Sanación y
unificación van de la mano. Ser un todo armonioso
(sin dividir) va a crear una persona nueva en
nosotros, y nos va a sorprender la asombrosa
libertad y calidad de vida que obtendremos tras
ello.
Una comprensión más amplia del término
“adicción” y sus implicaciones en las relaciones
personales.
Me parece pertinente comenzar con este magnífico y claro texto de Laura Gutmán24, donde de
forma sencilla nos explica cómo se sientan las
bases de una adicción. El comienzo de todo, de
una forma silenciosa y sutil:
b) Las psicosis sin embargo son consideradas auténticas enfermedades mentales, que poseen casi
siempre causa orgánica. Producen una alteración
de la capacidad de juicio y raciocinio, de la percepción y el modo en que se capta la realidad.
Si hemos atravesado nuestra infancia
poco amparados o poco protegidos,
haciendo grandes esfuerzos para sobre
adaptarnos, es posible que en la actualidad
entremos en competencia con los niños
desde el hambre emocional. Grandes y
pequeños nos pelearemos por un trozo de
mirada, quejándonos de que nuestros hijos
“están terribles”, son muy “demandantes”,
estamos hartos de que “se enfermen”, o que
“no respeten a los mayores”. Nos parece
inaceptable que abandonen la escuela o
que se droguen o que no coman o que se
escapen o que tengan sexo sin protegerse.
Cuando un niño no es suficientemente
nutrido emocionalmente durante la
infancia, va a seguir necesitando eso que
pidió, aunque modificará el modo en que
formulará el pedido. La edad no calma la
sed. La edad sólo disfraza las necesidades
primarias en otras más presentables en
sociedad. El niño necesitado se convertirá en
un joven desesperado, ávido, feroz. Por eso,
no importa con cuánta comida se atosigue,
cuánta droga lo calme, cuánta agresión
drene o cuántas pastillas lo duerman…no
va a obtener cuidados maternos. Esto es
consecuencia de una gran equivocación.
En la neurosis se manifiestan síntomas psíquicos
y emocionales “molestos”, o penosos y en cierto
modo entorpecedores, pero no existen alteraciones importantes del pensamiento y capacidad
de juicio.
Es una diferencia de grado. Si la neurosis se hace
muy grave, podemos hablar de psicosis23.
En el trabajo total al que pertenece esta parte que
expongo a través de estas páginas, desarrollo las
principales neurosis y psicosis, para que el lector pueda
ver que en realidad tomamos por normales actitudes
cotidianas de nosotros mismos y de nuestras parejas
que en realidad están claramente catalogadas como
enfermedades, pero falta consciencia individual y social
sobre ello. Concretamente: Trastornos psicológicos.
Tipos fundamentales: Fobias (neurosis fóbicas),
neurosis de angustia (crisis de pánico), supersticiones
(sotería), neurastenia, neurosis obsesivo-compulsivas, neurosis de conversión (histeria), hipocondría (el
enfermo imaginario), trastornos de la personalidad,
trastorno antisocial (psicopatía, sociopatía, neurosis del
carácter), trastorno paranoide, trastorno histriónico,
trastorno narcisista, trastorno por evitación, trastorno
por dependencia, depresión y manía, esquizofrenia,
paranoia, alcoholismo, trastornos psicosexuales,….etc.
23
24
GUTMÁN, Laura. El hambre emocional, http://www.
animalespiritual.com/el-hambre-emocional/, 2014.
119
ADICCIONES. REFLEXIONES
Porque toda droga va a requerir más
dosis. Toda relación dependiente lo va a
llevar a relaciones aún más destructivas.
Toda dieta lo va a arrojar a un circuito de
restricciones. Todo acceso al alcohol lo va
a dejar más prisionero de sus borracheras.
Y toda distancia emocional lo va a colocar
cada vez más lejos en su propio desierto.
Amar concretamente a los hijos todos los
días y todas las noches requiere comprender
de dónde venimos, para entender las
contradicciones profundas que sentimos
cuando nuestros hijos pequeños nos
demandan atención, presencia, conexión
y amparo.Si nos sentimos desbordados o
exigidos, es urgente emprender un camino
de conocimiento personal, haciéndonos
cargo de las improntas básicas que tenemos
grabadas bajo la falta de cuidado o de
palabras. Esas necesidades infantiles no nos
fueron satisfechas en el pasado. Ahora nos
corresponde reconocer qué es lo que nos ha
acontecido, para decidir qué haremos hoy,
es decir, cómo alimentaremos a nuestro
niño herido y hambriento, para no trasladar
esa hambre sobre nuestros hijos. (Nota mía:
y sobre nuestras parejas).
reproduzca un determinado modo de
satisfacción,
permanezca
organizada
según la estructura característica de una
de sus fases evolutivas. La fijación puede
ser manifiesta y actual o constituir una
virtualidad prevalente que abre al sujeto el
camino hacia una regresión.
(…) También se habla de fijación dentro de
la teoría freudiana del inconsciente, para
designar el modo de inscripción de ciertos
contenidos representativos (experiencias,
imagos, fantasías) que persisten en el
inconsciente en forma inalterada, y a
los cuales permanece ligada la pulsión.
El neurótico, o de un modo más general
todo sujeto humano, se halla marcado por
experiencias infantiles, permanece ligado
en forma más o menos disfrazada a modos
de satisfacción, tipos de objeto o de relación
arcaicos; la cura psicoanalítica atestigua
tanto la influencia y la repetición de las
experiencias pasadas como la resistencia del
sujeto a desprenderse de ellas.
Como dice Freud, la fijación es: fijación “al
trauma” (y origen particular de nuestra neurosis).
Hemos ido diciendo a lo largo del trabajo, de un
modo u otro, que toda persona que “transfiere”
(hacia la pareja, terapéutica, familiares,…etc.) es
decir, la persona que proyecta continuamente su
problemática hacia el exterior, distorsionando la
percepción de la realidad y del otro, de alguna
forma podemos afirmar de ella que es “adicta”.
Adicta a una idea enfermiza en él/ella, desde la
cual piensa y experimenta la vida toda, pues está
fijado a ella. A veces sucede que esa persona
además –para llenar su vacío- cae en una adicción
a una sustancia26 .
Conclusión
En conexión con lo anterior, y tal como leeremos
al final de este punto:
Los síntomas de los hijos de familias cuyos
padres o uno de ellos son alcohólicos, son idénticos a los síntomas que desarrollan los que han
sufrido maltrato psicológico, y ambas situaciones
configuran finalmente adultos con una forma de
relacionarse de tipo “adictiva” y desesperada
(independientemente de que haya sustancias por
medio o no).
El adicto a una sustancia sólo se diferencia del
adicto emocional en el objeto con el cual pretenden llenar el vacío o problema interior (es
decir, en la forma escogida de satisfacción). El
A menudo en la vida cotidiana nos quedamos
como fijados obsesivamente al otro. Leamos unos
párrafos al respecto del término “fijación” que nos
facilita el diccionario de psicoanálisis25 :
LAPLANCHE, Jean y PONTALIS, Jean Bertrand, Diccionario de Psicoanálisis, 1ª ed., 6ª reimpr. Buenos Aires etc,
Paidós, 2004, pág. 156ss
25
La fijación hace que la libido se una
fuertemente a personas o a imagos,
120
ADICCIONES. REFLEXIONES
sujeto está preso de emociones que no controla,
siendo una emoción un sentimiento no resuelto y
revivido continuamente. La adicción es un estado
de la persona. No importa a lo que sea adicto (a
alguien, a algo,….) lo que importa es que eso es
un síntoma en sí, es llamada de atención. Por ello,
los programas de atención a adictos de drogas,
alcohol,…etc., es perfectamente aplicable a
personas dependientes emocionales, o agresivas,
o cualquiera de los perfiles patológicos que examinamos en el punto 527 (amores peligrosos). Todos
están en el mismo estado de fondo, sólo cambia
la forma. Y éste es el motivo por el cual desarrollo
éstos y los siguientes párrafos.
lo que establece el “programa de atención
emocional para la prevención de adicciones” de la
Universidad Autónoma de Guadalajara27, donde se
exponen una serie de razonamientos al respecto
muy interesantes desde mi punto de vista y
acordes a los párrafos previos, ya que se basa en
un enfoque amplio y renovado sobre el tema de
la adicción, considerando que efectivamente no
es “la sustancia” la que provoca adicción, sino
el perfil psico-emocional de la persona, un perfil
que está en permanente búsqueda de lo que no
tiene inscrito, en perenne “hambre emocional”,
es el “alcohol psicológico”. Lo que buscamos, nos
persigue. Habrá, pues, que calmar esa sed y pasar
a ser personas libres.
Es éste el motivo de que cada vez más los adictos
a sustancias sean tratados psicológica y emocionalmente. Antiguamente caíamos en el error de
pensar que la adicción a drogas o alcohol era una
especie de hecho físico, ubicando el problema en
la sustancia en sí; era ésta la que se consideraba
adictiva. Pero no,… pues de hecho personas que
toman la misma cantidad de alcohol, no caen
jamás en una adicción. Es el tipo de persona –que
ya es previamente adicta en el sentido de portar
una problemática emocional- la que convierte
algo o alguien en objeto de su adicción: en sustancia o persona que es vista como lo que llena su
vacío interior o subsana su trauma psíquico.
En el mencionado programa de atención
emocional se hace en primer lugar una invitación
a que pensemos “qué nos pasa”. Ese tema
lleva inevitablemente hacia el concepto de la
propia autoestima personal, que en el adicto
(como en el enamorado enfermizo) está muy
dañada, y finalmente concluirá con los “estados
emocionales”, que son los que están en la raíz
de nuestras conductas y de nuestro propio grado
de felicidad y desarrollo. Lo detallaré completo a
continuación pues me parecen unas reflexiones
muy válidas y clarificadoras. Será dentro de la
persona, y no afuera, donde habrá que sanar la
adicción, con el doble sentido que sabemos tiene.
A los pacientes se les plantea inicialmente esta
pregunta clave:
Repitiendo un poco lo mismo, aunque matizando
aún más, me gustaría detallar a continuación
Todas las adicciones tienen un solo fin: la fuga
de los estados emocionales que es lo que genera
la dependencia y provoca un atrofiamiento de
la voluntad. Todo estado de dependencia es
posterior a un estado emocional intolerable, que
mediante la actividad adictiva logra un alivio
momentáneo.
Es a este tipo de adicciones a las que nos solemos
referir popularmente con el término adicto, pero
hemos de entender al final de todo este recorrido que
la adicción es “un estado de la persona”. Ese estado
es patológico, problemático, de vacío, de asuntos por
resolver, y eso obliga a la persona a estar continuamente en búsqueda de “lo que no fue”, por caminos
equivocados (los celos patológicos “buscan” compulsivamente a través del “control” de la otra persona, la
“seguridad” de no perder a la persona amada. Esta
persona es adicta a la búsqueda de control porque
en su persona no quedó inscrito el amor propio y la
seguridad de ser amado. Hay algo ahí que no se vive,
no se experimenta, y ese algo es proyectado en el otro,
afectando toda la situación y relación).
26
Los niños no se quejan de los malos
tratos que padecen, pero, por el contrario,
están permanentemente a la espera de un
reconocimiento por parte del progenitor
que los rechaza. Y es improbable que este
http://contenidos.uag.mx/pda/camino2.htm
27
121
ADICCIONES. REFLEXIONES
reconocimiento llegue algún día. Los niños
interiorizan una imagen negativa de sí
mismos, y la aceptan como merecida28 .
HORNEY, Karen, Neurotic personality of our
times, New York: Norton, 1937.
HORNEY, Karen, Our inner conflicts, New York:
Norton, 1945. ERIKSON, E. H., Childhood and
society, 1ª ed., New York : Norton, 1950.
Nótese la vital importancia del párrafo anterior
que remarco en negrita, ya que es justo esa experiencia vital (de quedar “permanentemente a
la espera”) lo que se va a disparar cuando en el
futuro se comience una relación de pareja, y es
ese trauma lo que se va a transferir, a proyectar, lo
que se va a interponer entre dos personas reales,
el “fantasma” que distorsionará la relación, y la
afectará negativamente de raíz.
LACÁN, Jacques. Ver Seminarios XX a XXIII. En la
misma línea que yo comentaba más arriba, Lacán
expresa que en ese momento en que nos enamoramos, una mujer para un hombre es un síntoma
y viceversa, que un hombre para una mujer es un
síntoma. Él dirá que es “letra gozada”, leer sus interesantes reflexiones en los mencionados seminarios.
¿Estás enamorado, o estás transfiriendo rabia,
dolor y pena? ¿Amas a un enfermo/a y tú eres la
parte complementaria?
LAPLANCHE, Jean y PONTALIS, Jean Bertrand,
Diccionario de Psicoanálisis, 1ª ed., 6ª reimpr.
Buenos Aires etc, Paidós, 2004, pág. 156 ss
En el trabajo completo sobre este tema abordo
soluciones para estas situaciones, basándome
sobre todo en la obra de Walter Riso: Amores altamente peligrosos, y otros grandes autores, así
como pautas de carácter práctico para superar la
personalidad adictiva y desarrollo ampliamente
la útil herramienta psicológica de eneagrama,
desde la cual podemos descubrir nuestra tipología
personal, sus causas, consecuencias y caminos a
seguir para alcanzar nuestro nivel óptimo de realización y felicidad.
POSADA, Pilar. Affectio Societatis, nº 2, En tanto
no hay relación sexual… entonces síntoma, 1998,
pág. 6.
R.A.E. define Estrés: Tensión provocada por
situaciones agobiantes que originan reacciones
psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces
graves.
Para los términos “síntoma” y “fantasma” ver,
Ustárroz Orangez, Daniel Hugo, El Síntoma en la
Teoría psicoanalítica, Revista de Psicoanálisis,
Psicoterapia y Salud Mental Vol. 1 nº 3, 2008.
BIBLIOGRAFÍA
USTÁRROZ ORANGEZ, Daniel Hugo, El Síntoma en
la Teoría psicoanalítica, Revista de Psicoanálisis,
Psicoterapia y Salud Mental Vol. 1 nº 3, 2008.
BRUNO, F. J. Diccionario de términos psicológicos
fundamentales. (1997). Barcelona. Paidós Studio.
CARVER, Charles S.; SCHEIER, Michael F. Teorías
de la personalidad, 3ª ed, Traducción de María
Elena Ortiz Salinas, capítulo 11, págs.. 293-303.
VALLEJO-NÁGERA, J.A. [director]; López-Ibor,
José Miguel … [et al], Guía práctica de psicología,
21ª ed., Colección Vivir Mejor, Madrid, Temas de
hoy, 1998, 696-97.
GUTMÁN, Laura. El hambre emocional,
http://www.animalespiritual.com/el-hambreemocional/, 2014.
http://contenidos.uag.mx/pda/camino2.htm
HIRIGOYEN, Marie-France; El acoso moral: el
maltrato psicológico en la vida cotidiana, Barcelona: Paidós, 1999. Serie Paidós Contextos, 42.
HIRIGOYEN, Marie-France. El acoso moral: el maltrato psicológico en la vida cotidiana, Barcelona: Paidós,
1999. Serie Paidós Contextos; 42, pág. 38-39.
28
122
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
E
Publicación
l hablar con nuestros hijos sobre las drogas, es
algo que muchos padres no se plantean por miedo
a incitarles al consumo, o porque consideran que
deben ser otras instituciones, como la escuela o
el grupo de amigos, las que han de encargarse
de ello, o simplemente porque no se sabe cómo
afrontarlo de una manera directa, comprensiva y
empática.
¿Qué hablo con mis hijos
sobre drogas?
Autor
José Antonio Molina del Peral
Pilar Vecina
El libro “¿Qué hablo con mis hijos sobre drogas?”,
es una obra de divulgación práctica, escrita con
un lenguaje sencillo, que huye de tecnicismos
para favorecer el entendimiento de padres y
madres, público al que va dirigido. En ella, el autor
refiere temas tan importantes como por ejemplo,
qué momento es el adecuado para abordar el
tema y qué tengo que decirles según la edad,
ya que el mensaje será diferente en función de
la etapa evolutiva del desarrollo. El psicólogo y
escritor, hace referencia a tres etapas concretas,
la primera, hasta los seis años, donde los padres
pueden ejercer una labor preventiva, relacionada
con la instauración de hábitos saludables, en
el ámbito de la prevención sobre conductas de
riesgo que pueden darse más tardíamente. La
segunda etapa, de los seis a los doce. También la
intervención en esta franja de edad, debe tener
un enfoque preventivo, teniendo en cuenta que
ya son conscientes de que las drogas existen, los
problemas que puede ocasionar su consumo,…
y, que nuestros hijos recibirán información del
exterior, unas veces realista y, otras, no. Es en
este momento, donde se recomienda a los padres
que estén preparados para “sacar” el tema de las
drogas y todo lo que concierne a ellas. Y la última
etapa, que abarca a partir de los doce, con la
llegada de la “temida adolescencia”, donde el autor
nos ofrece estrategias y técnicas comunicativas
para desenvolvernos de una manera eficaz en
la reconducción de determinadas conductas
relacionadas con determinadas sustancias.
Psicóloga General Sanitaria y
Neuropsicóloga Clínica
Como padres y educadores, piezas clave de la
sociedad actual, no podemos dejar de lado la
relevancia y prevalencia del consumo, cada vez
más temprano en los adolescentes, que como
consecuencia de sus continuos cambios físicos y
mentales, acompañados de las transiciones vitales
123
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
relativas a la edad, como el cambio de etapa educativa, sienten la necesidad de experimentar y vivir
sensaciones nuevas, sin miedo a lo desconocido y
renunciando, en muchas ocasiones, a pensar las
consecuencias de sus propios actos. Ante estos
típicos y arriesgados comportamientos, el libro
nos ofrece explicaciones sobre su aparición, lo
que definimos como factores de iniciación, los
cuales se dividen en macrosociales (culturales,
sociales, políticos, económicos, religiosos, legales,
lugar de residencia o disponibilidad de sustancias),
microsociales (centro educativo, amigos, pareja y
familiar) y personales (influenciabilidad, existencia
de problemas personales, necesidad de nuevas experiencias, información de drogas, percepción de
riesgo o habilidades de relación). También se hace
referencia a los factores de protección, aquellos
que previenen que la conducta adictiva aparezca,
y al papel primordial que juegan los padres en
ellos. Algunos de estos factores son: relaciones
positivas en la familia, hablar de drogas sin mentir,
inculcar valores prosociales, etc.
Para los padres es de vital importancia saber si su
hijo está consumiendo y, si así fuera, cómo afrontarlo, actuando de cara a paliar esta problemática,
ya sea porque se está haciendo un uso o un abuso
de drogas. Por ello, en el cuarto capítulo, el autor
nos enseña a cómo reconducir estas situaciones
para ayudar a nuestro hijo a gestionar su tiempo
libre o enseñarle a vencer la presión que se le
puede presentar ante el consumo.
El escritor incide en la importancia de la
comunicación familiar como agente preventivo,
haciendo referencia a una gran frase: sólo dos
legados podemos aspirar a dejar a nuestros hijos:
uno, raíces, esos recursos personales que los
padres pueden enseñar, el otro, alas, esa libertad
que los hijos deben aprovechar para gestionar las
situaciones difíciles que, inevitablemente, existen
en nuestros días. Este gran libro, nos ofrece esas
pistas para conseguir esos dos grandes legados.
124
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
Publicación
INTRODUCCIÓN
Eficacia de la prevención
universal
L
a drogadicción sin lugar a dudas es uno de
los problemas más graves y presentes en nuestra
sociedad, el uso indebido de drogas legales o
ilegales es un hecho que genera grandes costes
a nivel personal, económico y social. Algunos
estudios así lo han demostrado, de igual manera
que han evidenciado lo beneficiada que sale una
sociedad que invierte en prevención y tratamiento
(Gossop, Marsden, Stewart, Kidd, 2003; Casal,
2013; Bonet, Morey, Pomar, Quetglas, 2013;
Revisión sistemática de evaluaciones económicas relativas a los programas de prevención del
consumo de drogas, 2013).
Autor
Un estudio realizado por Proyecto
Hombre Burgos con la colaboración
del Plan Provincial de Drogas de la
Excelentísima Diputación de Burgos
Fernando Pérez del Rio
Psicólogo
Proyecto Hombre.
Profesor de la Universidad de Burgos
En esta última década se ha dado mayor
importancia a evaluar la eficacia de las acciones
preventivas y en qué medida mejora el
comportamiento de los usuarios. Siguiendo esta
línea, uno de los aspectos centrales a estudiar en
la prevención es el ámbito familiar puesto que,
son los padres los que se encargan directamente
de la educación y responsables de fomentar un
estilo de vida saludable, tomar decisiones propias,
mejorar el autocontrol, la comunicación, el respeto
y confianza, etc.
Según los estudios realizados por Fernández,
Nebot y Jané (2002) que evalúan los programas
de prevención y su efectividad con terapeutas especializados en cambios de conducta, el contacto
con las sustancias se produce en edades escolares
y por ello, es necesario educar en prevención a
edades tempranas. El hecho de que los padres se
involucren en los comportamientos de sus hijos es
sumamente importante (Valenzuela, 2006; Pérez
del Río, 2011).
OBJETIVOS
El presente estudio examina la eficacia de
los grupos de prevención universal destinados
a padres que participan en dichos talleres,
llevados a cabo una vez cada quince días; dicha
125
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
población ha sido captada y seleccionada por el
personal de los CEAS de la provincia de Burgos y
guiados por un terapeuta de Proyecto Joven que
es un área perteneciente a Proyecto Hombre
Burgos. A su vez, hemos de destacar que esta
intervención está enmarcada en el plan provincial
de drogodependencias de Burgos.
de esta manera comparando ambos grupos,
podremos saber si tras la formación en prevención
las personas mejoran en determinados aspectos.
METODOLOGÍA
Para realizar este estudio se dividió a la población
en dos grupos. Por un lado los que no han realizado nada de prevención, conformaron el 26% de
la muestra y los que están realizando un curso,
cuyo porcentaje conformaba el 74%. Este estudio
se llevó a cabo durante el período comprendido
entre octubre de 2012 y marzo de 2013.
Tras realizar un análisis de la muestra general,
se realizó una comparación de las respuestas
emitidas por el grupo que no ha recibido prevención alguna, con las respuestas del grupo que
ha recibido formación en prevención de drogas,
Para conseguir este objetivo se diseñó un
primer cuestionario compuesto por 25 ítems que
medía variables como, la comunicación familiar,
el uso de tiempo libre, la aceptación de normas
y límites, la adaptación escolar, el grado de
autonomía, toma de decisiones, sentido crítico,
tolerancia a la frustración, estilos educativos,
nivel de responsabilidad, relación con amigos
consumidores de sustancias psicoactivas, etc. Este
cuestionario fue puesto a prueba con un grupo de
20 padres y tras aplicarlo se detectaron algunos
errores que fueron subsanados, finalmente se
aplicó el siguiente cuestionario corregido:
126
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
Tabla 1. Cuestionario 1
127
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
El análisis de los datos se realizó con el programa
informático SPSS. Se han realizado análisis descriptivos y análisis inferencial con pruebas no paramétricas. Una vez pasada la prueba de KolmogórovSmirnov para comprobar la distribución normal
en las variables, se decide aplicar la prueba t-test
para dos muestras independientes.
acerca de si la formación recibida en el curso de
prevención mejora o no aspectos en cada una de
las variables medidas en el cuestionario.
Las respuestas del cuestionario pueden variar
del 0 al 10, pero para dar mayor claridad y con el
objetivo de que sea más intuitiva la comprensión
de las respuestas se han re-codificado las puntuaciones en bajas, (menos de 5) y altas (igual o
mayores a 5).
Se evalúan todas las variables medidas en el cuestionario referidas al programa de intervención, a
través de la variable independiente “tiempo que se
lleva en el programa de prevención”. Esta variable
la dividimos en dos categorías: 1. quienes no han
recibido prevención y 2. quienes están recibiendo
prevención.
LA MUESTRA
La muestra está compuesta por 144 usuarios; un
21% son varones y un 79% son mujeres (rango de
edad: 29-61 años).
Todo ello nos permitirá obtener resultados
El 17% de los encuestados tiene un hijo, el 67%
tiene dos hijos, el 13% tiene tres hijos y tan solo
tienen cuatro hijos el 1%, igualmente cinco hijos
tiene el 1% de los entrevistados, No sabe o no
contesta (N/C) el 1%. Las familias son pertenecientes a diferentes pueblos de la provincia de
Burgos: Briviesca (44 personas), Cardeñadijo (8
personas), Espinosa (8), Gumiel (10), Huerta del
Rey (14), Ibeas (9), Palacios (6), Pradoluengo (10),
Roa (5), Santibáñez Zarzaguda (9), Valle del Mena
(9) y Villadiego (12).
128
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
Conclusiones
BIBLIOGRAFÍA
Como conclusión general, evidenciamos que en
todas las 25 variables medidas se produce una
mejora, encontramos una clara mejoría formativa
a nivel global, lo cual, justifica la acción preventiva
realizada.
Casal, B. (2013). Estudio económico de los costes
de la enfermedad: aplicación empírica al caso
del alzheimer y los consumos de drogas ilegales.
Fundación Cajas Ahorros Confederadas.
Bonet, X. , Morey, M., Pomar, E. , Quetglas, JM
(coord., 2013). El coste económico y social del
consumo de drogas en las Islas Baleares: Análisis
de los costes y beneficios del tratamiento de las
personas drogodependientes. Palma: Fundació
Nous Vents, Projecte Home Balears.
Una de las conclusiones más notables de este
trabajo es la alta correlación estadística entre la
prevención universal: mejora en la capacidad de
los padres para responder de manera adecuada a
situaciones conflictivas relacionadas con sus hijos;
los padres adquieren herramientas necesarias para
acompañar a sus hijos en su desarrollo personal; a
la hora de educar se tienen en cuenta los aspectos
tratados en el curso; tienen más herramientas
para comunicarse correctamente; mejora la
comunicación en casa; el padre que ha recibido
formación se siente más capaz de afrontar las
dificultades solo; mejora la autoestima; mejora la
toma de decisiones en los hijos; el nivel de responsabilidad y la tolerancia a la frustración; realizan
un mejor uso del tiempo libre; hay una mejor
adaptación escolar; y mejora la comunicación
padres e hijos.
Fernández. S, Nebot. M. y Jané. M. (2002).
Evaluación de la efectividad de los programas
escolares de prevención del consumo de
tabaco, alcohol y cannabis: ¿Qué nos dicen los
meta-análisis? Revista Especializada Salud Pública,
Nº76, pp.175-187.
Gossop M., Marsden J., Stewart D., Kidd T. (2003).
The National Treatment Outcome. Research Study
(NTORS): 4-5 year follow-up results. Addiction, 98,
pp. 291-303.
Recio, J.L. (1999). “Familia escuela: agencias preventivas en colaboración”. En Revista Adicciones,
Vol. 11, nº 3, pp. 201-207.
En otro orden de cosas, en general subrayamos
que la valoración que hacen los 144 padres encuestados del curso de prevención es muy positiva,
en una escala del 1 al 10 la mayoría de las puntuaciones emitidas se encuentran entre el 6 y el 8.
Pérez del Río, F. (2013). Estudios sobre adicciones.
Ed., Diputación de Burgos.
Revisión sistemática de evaluaciones económicas relativas a los programas de prevención del
consumo de drogas (2013). Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales.
Evidenciamos que las personas encuestadas
después de recibir prevención mejoran significativamente en 12 variables, es decir, en la mayoría de
ellas. Buenas noticias para la sociedad y las familias
pues con intervenciones preventivas como ésta
hay un camino más definido hacia una adecuada
maduración y autonomía de nuestros jóvenes.
Valenzuela. E. (2006). “Padres involucrados y uso
de drogas: un análisis empírico”. Estudios Públicos,
nº 101, pp. 148-163.
129
COMO AYUDAR
• AYUDA COMO DONANTE
Una aportación puntual nos permitirá financiar los proyectos e iniciativas sociales que lleva a
cabo Asociación Dianova España para tratar a personas con consumos problemáticos de drogas y
trastornos psicosociales. En nuestros centros se realizan actividades ocupacionales y de formación
profesional.
• AYUDA COMO SOCIO/A
Una aportación regular nos permitirá dar continuidad a proyectos que están en marcha. Si la
creciente desprotección social de niños y niñas, adolescentes, jóvenes y familias enteras no te deja
indiferente, te proponemos colaborar con nosotros y brindarles una nueva oportunidad.
• AYUDA COMO VOLUNTARIO/A
La política de voluntariado de Asociación Dianova España está alineada con la Ley 6/1996, de 15 de
enero, del Voluntariado, la “Carta Europea para los voluntarios” y la “Declaración Universal sobre
Voluntariado”.
Asociación Dianova España es una organización cargada de historia y de sentido, constituida por
una red de cientos de personas unidas por una misma convicción: con los medios necesarios, cada
uno puede encontrar en sí mismo los recursos para crecer.
Nuestros/as voluntarios/as son aquellos/as que de manera reflexiva, altruista, solidaria, libre y
comprometida, deciden participar, dedicando parte de su tiempo en beneficio de una acción
enmarcada dentro de un proyecto concreto.
En base a este compromiso voluntario, colaboran de manera altruista; rechazan cualquier
contraprestación económica, ya proceda del/la beneficiario/a atendido/a o de cualquier otra
persona relacionada con su acción de voluntaria; participan de manera real y efectiva, lo que supone
una implicación tanto en la detección y denuncia de los problemas, como en su solución; están
comprometidos en la transformación de las situaciones injustas que sitúan al personal usuario de
Asociación Dianova España en situación de vulnerabilidad social.
• AYUDA HUMANITARIA URGENTE. Necesitamos tu ayuda.
Asociación Dianova España, y para su centro de acogida humanitaria Dianova Madrid, hace un
llamamiento de colaboración y ayuda urgente, Con la colaboración de donantes mejoraremos la
ayuda a estas personas que sufren una situación real de vulnerabilidad social.
Necesitamos recibir su colaboración, de cualquier tipo, tanto económica, como en especie, o a
través de voluntariado. Todas las contribuciones son necesarias para el desarrollo del servicio que
prestamos de ayuda humanitaria.
• TRABAJA CON DIANOVA
Si quieres llegar a formar parte como trabajador/a de la organización Dianova, envía un email
adjuntando tu cv y referencias a: [email protected]
Si quieres colaborar económicamente, nuestra cuenta de donaciones es:
ES61 2100 5744 8402 0000 5500
Asociación Dianova España
Calle Coslada, 18, 28028, Madrid
Tel. +34 91 468 87 65 / Fax. +34 91 468 87 87
[email protected] / [email protected]
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
D
Publicación
e vez en cuanto encuentras un libro en cuyas
páginas debes detenerte con frecuencia para
asimilar el impacto emocional que recibes consecuente a la información ofrecida. En sus más de
cuatrocientas páginas, Peter C. Gøtzsche ofrece
una avalancha de pruebas contra la industria farmacéutica, puesta en solfa de principio a fin.
Medicamentos que matan
y crimen organizado
Autor
Peter C. Gøtzsche
El autor va narrando cómo desde joven fue
ocupando distintos puestos de responsabilidad
en la industria del medicamento: fue profesor
de biología, visitador, trabajó en marketing,
supervisor de los ensayos clínicos, estudió
medicina, catedrático de diseño y análisis de
investigaciones clínicas, etc. A buen seguro, esta
amplia visión “desde dentro” le ha facilitado trazar
esta contundente obra y añadir un capítulo final
con diferentes soluciones.
Fernando Pérez del Rio
Psicólogo
Proyecto Hombre.
Profesor de la Universidad de Burgos
El libro disfruta de tres prólogos y contiene un
subtítulo aclaratorio (por si aún no estuviera claro):
cómo las grandes farmacéuticas han corrompido
el sistema de salud. Estos detalles iniciales, el subtítulo aclaratorio y los tres prólogos nos ponen en
la pista de las maneras de su autor, Gøtzsche, puntilloso, detallista e insistente metódico procedente
de Dinamarca, el país menos corrupto del mundo.
Una obra que a fin de cuentas nos explica por qué
en los países ricos las enfermedades causadas por
medicamentos son la tercera causa de muerte,
detrás del infarto y el cáncer. Para el lector vinculado a lo “psi” será de especial interés a partir de
la página 285, en que empieza el capítulo titulado
“La psiquiatría, el paraíso de la industria farmacéutica”.
Las bondades de los medicamentos se ven
ensombrecidas por incontables investigaciones
realizadas y nos ponen en la pista de que no se
trata de una mala praxis puntual llevada a cabo por
un puñado de ovejas descarriadas y aquiescentes
que podríamos encontrar en cualquier profesión;
más bien se trata de un sistema donde parece ser
que, en el fondo, importan poco las personas y
mucho los resultados económicos. La respuesta
de las farmacéuticas siempre es la misma: una
131
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
manzana podrida no estropea el resto, pero
leyendo este libro llegas a pensar que es el cesto
el que está podrido. A mi modo de ver estamos
ante otra especie de burbuja que todavía no acaba
de estallar.
“Nuestro sistema de salud (con relación a
España) no selecciona medicamentos según
su eficacia, efectos indeseados, comodidad y
precio. Es un comprador bobo de humo a precio
de oro en el mercado global de las tecnologías.
Las encuestas indican que tanto los médicos
como sus colegas universitarios, investigadores,
gestores y directivos no tienen mayoritariamente
conciencia del sufrimiento que ocasionan y de
los recursos que despilfarran” (Laporte, 2014).
Todos pensamos que con la crisis ya no gastamos
tanto en medicamentos, pero la realidad es
que, actualmente, sigue creciendo el gasto
descontroladamente. España es uno de los países
de la Unión Europea con un porcentaje más alto de
gasto farmacéutico, pese a la dramática situación
de pobreza que estamos viviendo. En fin, otra
perla más.
Recientemente impartí un taller a psicólogos
de diferentes universidades y no pocos, ante mi
sorpresa, sostenían con inusitada vehemencia
que el origen de la mayoría de las enfermedades
mentales es biológica. Por mi parte, aduje que el
desequilibrio químico no las explica suficientemente ni hay marcadores biológicos claros para
ninguna de ellas. Así que, entre otras cosas, les
recomendé leer este libro que profundiza en la
cuestión dilucidándola de forma nítida y contundente.
132
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
“I
Publicación
nnovación y calidad en servicios residenciales
de menores: transferencia de buenas prácticas”
es un proyecto enmarcado en la convocatoria de
subvenciones para la realización de programas de
interés general con cargo a la asignación tributaria
del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas,
del Ministerio de Sanidad, Servicios sociales e
Igualdad, para el año 2013.
Innovación y calidad en
servicios residenciales de
menores: transferencia
de buenas prácticas
Autor
Asociación Dianova España
La principal motivación a la hora de emprender
esta investigación no fue otra que la de cumplir
con la finalidad y principios de Asociación Dianova
España: contribuir al desarrollo social, haciendo
especial hincapié en la población menor de edad
como colectivo desfavorecido, incidiendo así en la
lucha contra la pobreza y exclusión social. A la par,
participar en el reto permanente y la obligación
de mejorar la calidad en los servicios destinados a
personas en situación de riesgo o exclusión social.
Creemos que invertir en infancia es imprescindible
para que se rompa la unión entre pobreza y
desigualdad de cualquier sociedad así como para
promocionar el bienestar de los niños.
Eva Molero Hidalgo
Socióloga
Experta en Gestión Integral Comunitaria
Directora de proyectos
El estudio se ha llevado a cabo en un centro de la
red Dianova en España -el centro educativo terapéutico Dianova Santa Elena, situado en Córdobay el centro público residencia infantil Santo Ángel,
ubicado en Murcia. La diversidad y diferencias de
ambos centros aportan una visión más amplia, incluyendo la variable público-privado y, por ende,
de su funcionamiento. La comparativa entre los
dos centros es un elemento de valor añadido para
el estudio, aportando una riqueza que atiende a la
diversidad de la población destinataria.
La innovación del presente proyecto reside en
su metodología, en el aporte de la práctica real, y
no solo teórica, de buenas prácticas, consensuadas previamente por agentes sociales, que se han
implantado o deberían implantarse en los centros
colaboradores.
Para ceñirse al máximo grado posible a la realidad,
se contó con la participación en el estudio de los
profesionales que trabajan en ambos centros y,
133
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
lo que es más importante aún y que no se puede
dejar de resaltar, la participación de los menores.
El interés de los dos perfiles en el estudio, supone
una novedad respecto a otras investigaciones desarrolladas y añade un enriquecimiento al estudio
totalmente destacable.
Las buenas prácticas cumplen los atributos
establecidos por la Unesco: son innovadoras,
efectivas (demostrando un impacto positivo
y tangible sobre la mejora), sostenibles y
replicables, pero además atienden al principio
del interés superior del niño y a garantizar el
derecho fundamental del menor a la vida y al
desarrollo, atendiendo siempre a los objetivos del
acogimiento residencial de menores.
El objetivo general que se perseguía con el
desarrollo de la investigación fue evaluar buenas
prácticas para la mejora de servicios residenciales
para menores en situación de dificultad social en
términos generales e incorporar las mismas en
el plan de actuación de los centros residenciales
objeto de estudio, con el fin de mejorar la calidad
de vida de los menores.
Divididas en tres líneas de actuación diferentes,
algunas de ellas contemplan varias sublíneas
que forman el conjunto. Tal y como ocurre con
la realidad, la atención residencial es un todo e
intentar parcelarlo no es sino un constructo que
facilita su estudio, análisis e implantación, por ello,
estas líneas tienen carácter transversal.
Su finalidad es la elaboración de un manual que
sirva de guía a los profesionales que trabajan en
centros residenciales de menores, teniendo un
modelo que se pueda utilizar como referencia,
aprovechando la experiencia adquirida por
otros anteriormente y evitando errores que
puedan recaer sobre los menores y sus familias
beneficiarios de estos centros.
El primer eje habla de calidad de forma
específica, pero teniendo en cuenta que está
presente en todas las demás prácticas, ya que
afecta al funcionamiento del centro en general
y en particular a las otras buenas prácticas. Por
tanto, hay ciertos aspectos que se mencionan en
este apartado pero que se profundizan en otras
buenas prácticas.
Manuales de buenas prácticas hay muchos, pero
son muy teóricos. A lo sumo, explican cuáles son
las experiencias que han resultado positivas y las
describen pero no proporcionan directrices de
cómo implantarlas en su organización.
El segundo, se centra en el centro de acogida
en sí: dentro de este apartado, se encuentran las
que están relacionadas con el propio centro en
sí, como la infraestructura con la que cuentan,
la documentación del centro, el personal que
trabaja en él, cómo realizan el proceso de acogida,
así como el mantenimiento y conservación de la
documentación.
El estudio contempla criterios de calidad y de
evaluación y buenas prácticas halladas, tanto a
nivel nacional como internacional, para la mejora
de servicios residenciales para menores en
situación de dificultad social.
El tercer y último, versa sobre los menores: este
bloque se centrará en la documentación relativa al
menor, en la participación del menor en el centro
y la herramienta del libro de vida.
En la descripción de buenas prácticas se tienen
en cuenta varios factores: el establecimiento de
indicadores previos para determinar las buenas
prácticas, el conocimiento profundo de los centros
participantes en el estudio y sus formas de actuar,
la opinión de los menores en cuanto a usuarios de
los centros y la opinión de los profesionales que
trabajan en los mismos. Con toda esta información
han establecido buenas prácticas e indicadores
para medirlas.
Esta estructuración es una forma de presentar las
buenas prácticas. Ello no significa que unas sean
más importantes que otras ni el hecho de mostrar
primero las relativas al centro, vaya en detrimento
de los menores. Simplemente es un orden lógico
para facilitar la lectura, ya que todas las buenas
134
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
prácticas aquí expuestas guardan relación las unas
con las otras.
El estudio emite una serie de recomendaciones
de mejoras para ambos centros: son sólo
eso, recomendaciones, puesto que en ningún
momento se cuestiona la forma de gestionar y de
trabajar de los centros.
135
HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO
HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO
ANTONIO JESÚS MOLINA FERNÁNDEZ
Licenciado
Granada).
en
Psicología
(Universidad
Profesor responsable de prácticas en Argentina de
L’Institute Regional du Travail Social, Bordeaux Francia.
de
Docente en Salud Mental y Adicciones e investigador
en el área de Salud Mental y Adicciones. Participa
como miembro y docente del Capítulo de Drogodependencia y alcoholismo de APSA, de la Sociedad
Española de Patología Dual, de FONGA (Federación
de Organizaciones no Gubernamentales de la
Argentina para la prevención y el tratamiento del
Abuso de Drogas), y del Doctorado de Psicología con
orientación en Neurociencias Cognitivas, Universidad
Maimónides, Argentina.
Profesor de la Universidad Complutense de
Madrid.
•Tiene mas de 20 años de experiencia en el
campo de trabajo, habiendo desempeñado como
docente varios puestos, tales como formador, investigador y coordinador en centros de intervención.
Publicaciones:
Director General de Proyecto UNO, Comunidad
Terapéutica en Adicciones y Salud Mental, Buenos
Aires Argentina.
•Dossier “Observatorio Proyecto Hombre sobre
el Perfil del drogodependiente: informe 2012”,
Revista Proyecto, Septiembre 2013.
Director de la Escuela de Formación Proyecto UNO y
Supervisor de equipo interdisciplinario.
•“Programa de Prevención Juego de llaves:
Manual del profesorado” (responsable de la
publicación). APH&PNSD, Junio 2013.
Participante como expositor y docente de numerosos
congresos internacionales de Adicciones y Psiquiatría.
Autor de varios textos sobre la problemática
mencionada, entre ellos: “El trabajo con pacientes
duales en el Dispositivo de Comunidad Terapéutica”,
“Alcances del Método de Rehabilitación en Patología
Dual”, “Patología Dual y rehabilitación Neurocognitiva”,
“Reinserción Social: Caminos Posibles”; “Variantes de
tratamiento en Patología Dual”.
•“Observatorio Proyecto Hombre sobre el Perfil
del drogodependiente: informe 2012” (responsable de la publicación). APH&PNSD, Junio 2013.
•“Análisis de la relación entre Emoción y
consumo de drogas”. Revista Proyecto, Mayo 2013.
•“Personas, emociones y adicciones: Más allá del
cerebro”. Revista Adicción y Ciencia, Enero 2013.
Últimas Publicaciones: Capítulo Comunidades
Terapéuticas y Patología Dual del “Tratado sobre
Patología Dual: Reintegrando la Salud Mental”,
presentado en 2010 en España, y realizado por ACAPI
(Asociación de Conductas Adictivas de Iberoamérica),
APAL (Asociación de Psiquiatras de América Latina)
y la Fundación Hospital Provincial de Castellón. “La
Patología Dual y su representación en el campo de
la Salud Mental: Hacia nuevas construcciones”; en el
libro: Sexo y poder. Clínica, cultura y sociedad, Cap.
V: Sociedad, Cultura, Ley y Derechos Humanos. Bs.
As. 2010 de la Asociación Argentina de Salud Mental;
La Patología Dual como producción social, cultural y
sanitaria; Buenos Aires, 2013.
•“Cultura evaluativa en Proyecto Hombre”.
Revista Proyecto, ISSN 1136-3177 Enero 2013.
•“Alternativas de tratamiento en Centros Penitenciarios: Evaluación de los programas de rehabilitación de la Asociación Proyecto Hombre con
pacientes internos en prisiones y con pacientes
en cumplimiento extrapenitenciario”. Revista
Proyecto, ISSN 1136-3177 Enero 2013.
SEBASTIáN pablo RODRíGUEZ
Licenciado en Psicología (Universidad de Buenos
Aires). Magister en Salud Mental Comunitaria y
Medicina de Base de la Universidad de Cagliari, Italia.
Email de contacto: [email protected]
136
HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO
JOSE ANTONIO MOLINA DEL PERAL
2013-2014 Máster en Psicología Clínica y de la
Salud en el Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP), Madrid.
Licenciado en Psicología. Especialidad Clínica y
de la Salud. Universidad Complutense de Madrid.
Trabaja actualmente como psicóloga en clínica
privada.
Experiencia clínica en Adicciones (más de 15
años).
a) Consulta privada (www.psicologo-terapeuta.
com).
Laura Ibáñez Castejón
b) Responsable programa intensivo Adicciones–
Psicohealth (www.psicohealth.com).
Licenciada en Periodismo por la Universidad
Miguel Hernández de Elche.
Ponente habitual en cursos y conferencias en
Colegios Profesionales, Universidades, Empresas,
Colegios, etc.
Máster en Nuevas Tendencias en Antropología
por la Universidad Miguel Hernández de Elche.
Editora y redactora en Revista InDependientes
Colaborador habitual en diversos medios de
comunicación, habiendo sido reconocido por el
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid por la
labor de divulgación de la Psicología.
Publicaciones:
•Ibáñez Castejón, L. (2013). “Cuerpo y
fotoperiodismo de guerra en Occidente”. Revista
Nuevas Tendencias en Antropología, 4: 173-200.
Cuatro publicaciones relacionadas con el campo
de las adicciones:
•Ibáñez Castejón, L. y M. Martínez Lirola (2014).
Configurando la imagen sobre los “países del Sur”:
aproximación al análisis visual de las portadas
en una muestra de revistas de Intermón Oxfam
(1-28). Tonos Digital, 27.
Artículos:
Autor: Molina, J.A.; Título:La hipnosis en la
terapia cognitivo-conductual: aplicaciones en
el campo de las adicciones. Ref.: Adicciones, 13,
31-38 (2001).
•Martínez Lirola, M. y L. Ibáñez Castejón (en
prensa). Introducing culture and critical thinking
in the classroom: analyzing multimodal texts from
NGOs in a master course. Argentinian Journal of
Applied Linguistics.
Autor: Molina, J.A. y Caballero, S. Título: Estereotipos hacia los fumadores. Estudio de distintas variables en una muestra de adolescentes.
Ref.: Revista Española de Drogodependencias, 3,
265-283 (1999).
•Martínez Lirola, M. y L. Ibañez Castejón (2014).
Approaching the image of impoverished: a visual
analysis of covers in a sample from Intermón
Oxfam magazines (86-110). Fonseca Journal of
Communication, 8.
Autor de los libros:
“SOS…tengo una adicción”. Editorial Pirámide
(Grupo Anaya). 2011.
“¿Qué hablo con mis hijos sobre drogas?.
Dialogar para prevenir”. Editorial Pirámide (Grupo
Anaya). 2014.
Carmen Meseguer
Licenciada en Psicología. Especialidad clínica.
Doctora en Psicología Cum Laude.
BEATRIZ MUÑOZ RUIZ
Máster en salud pública y en evaluación e intervención en la ansiedad y el estrés.
2009-2013 Grado en Psicología, especialidad en
psicología clínica y de la salud, en la Universidad
Complutense de Madrid.
Trabaja actualmente como Facultativo Especialista
de Psicología Clínica en la consulta de Enlace,
Psico-oncología Ginecológica y Cuidados Paliativos
137
HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO
en el Hospital Universitario Santa Cristina en Madrid.
Grupos Clínicos de Buenos Aires, 2008 (500 horas).
Publicaciones:
Psicología Transpersonal: Máster en psicología
Transpersonal, por Escuela Superior de Técnicas
y Estudios Avanzados (Centro ESTEA). 2019 (1080
horas)/ Formación y entrenamiento en Counselling Transpersonal. Por institución Generación
Empática. Realizado en Tres niveles, (510 horas)/
Máster en psicoespiritualidad desde el Counselling Transpersonal, por Institución Generación
Empática. Realizado en Tres niveles, que suman
(285 horas)/ Seminario de Psicología Transpersonal Junguiana, por institución Generación
Empática, (95 horas).
•Aspectos Psicosociales de las Urgencias ORL en
Pediatría. En: Patología Aguda ORL en Pediatría.
Ed. J.A.Gómez Campderá, L. Jiménez Ferreres y G.
Alvarez Calatayud, Madrid, 2004; págs: 705-712.
•Abordaje multidisciplinar de las urgencias neurológicas. CD divulgativo: Manejo Clínico Multidisciplinar en el Paciente con Cáncer. Centro Oncológico MD Anderson, The University of Texas MD
Anderson Cancer Center y Fundación de Ciencias
de la Salud. (2004).
•Interventions from the Postmodernism on the
Quality of Life in Patients Dealt with Tomotherapy
and Tomoradiosurgery. Ponencia presentada en el
10th World Congress of Psycho-Oncology. International Psycho-Oncology Society. Madrid, 9-13
junio 2008. Psycho-Oncology Vol 17(6). Pág 112.
Licenciada en Ciencias de las Religiones: Aborda
materias tales como filosofía, psicología, ética,
Lógica y teoría del conocimiento, Bioética, Historia
de la Educación, Pedagogía….Y el conocimiento
científico –sistemático y objetivo- del hecho religioso (psicología de la religión, fenomenología
de las religiones, historia de las religiones, análisis
histórico-crítico de la “sagrada escritura”, ….etc.),
estos estudios complementan mi visión sobre la
persona de forma aún más integral y amplia.
•Qualitative Study of the Testimonies Online on
the Experience to Become Ill of Cancer. Ponencia
presentada en el 10th World Congress of PsychoOncology. International Psycho-Oncology Society.
Madrid, 9-13 junio 2008. Psycho-Oncology Vol
17(6). Pág 337.
DAVID PERE MARTÍNEZ ORÓ
Doctor en Psicología Social, Master en Investigación en Psicología Social y Licenciado en
Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona. Postgrado en Investigación Cualitativa por la
Universidad de Ámsterdam.
OLGA RIVAS CORRALES
Diplomada en Magisterio, especialidad preescolares.
Consultora psicológica.
Coordinador del Departamento de investigación
de la Fundación IGenus, Director del Observatorio Etnográfico de Drogas de la Fundación IGenus.
Profesor de Psicología Social en la Universidad
Oberta de Cataluña. Miembro de la Unidad de
Políticas de Drogas de la UAB. Colaborador con la
Subdirección general de drogodependencias de
la Generalidad de Cataluña en aspectos de investigación etnográfica y evaluación cualitativa. Ha
sido profesor en el departamento de Antropología
Social y Cultural en la UAB.
Grado de Consultora psicológica por la BIRCHAM
INTERNATIONAL UNIVERSITY (5.070 horas de
estudio, de 338 créditos ECTS).
Procesos Psicológicos Básicos (Asignatura), por la
UNED.
Formación en Psicoanálisis: ¿Cómo trabaja un
analista?, por Centro Oedipus (núcleo psicoanalítico argentino) 2007 (40 horas)/ Fobias y
Ataques de Pánico, por Centro Oedipus (núcleo
psicoanalítico argentino) 2007 (10 horas)/ Psicopatología de la vida amorosa, por Instituto Europeo
de Psicología Dinámica, 2007 (80 horas)/ Seminario “Partiendo de Freud arribando a Lacán”, por
Ha sido asesor del “Sistema de alerta temprana en
los consumos de drogas” de Medellín (Colombia).
Coordinador del Observatorio de Nuevos Consumos
138
HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO
EVA MARFIL RULL
de Drogas en el Ámbito Juvenil (2006-2010) y del
SICCAM (sistema de observación continúa sobre
el consumo de drogas en jóvenes de Castilla-La
Mancha 2006 a 2011) y del Sistema Etnográfico de
Drogas en la Comunidad Valenciana (2010-2011).
Fisioterapeuta Diplomada por la Escuela
Universitària d’Infermeria, Fisioteràpia i Nutrició
(EUIFN), Blanquerna-Ramon Llull, nacida en
Barcelona (España), trabaja actualmente en ATART
(Asociación Tramuntana de ayuda y reinserción al
toxicómano), perteneciente al Grup ATRA, como
coordinadora del Área de Fisioterapia y Acondicionamiento Físico en la Comunidad Terapéutica
de Can Prat, en la provincia de Girona.
En el ámbito de la investigación ha recibido el apoyo
del Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat
de Cataluña, el Plan Nacional Sobre Drogas y la
Unión Europea, entre otras administraciones
locales y autonómicas. Ha participado en una
veintena de investigaciones en el ámbito de los
consumos de drogas y otros fenómenos sociales,
donde ha combinado la metodología cualitativa y
cuantitativa. En los últimos tiempos ha orientado la
investigación al impacto de las políticas de drogas
en los consumidores.
Como formación complementaria ha realizado
la especialización en Pilates Clínico (APPI, 2013),
Acupuntura anatómica y Trigger Points aplicados a
trastornos musculoesqueléticos (Escuela Universitaria Gimbernat, 2010) y la formación de profesora
de Yoga certificada (KHYF y AEPY, 2006/20010),
entre otras.
Autor de diferentes publicaciones y artículos,
a destacar “De Riesgos y placeres. Manual para
entender las drogas” (2013) editado junto con Joan
Pallarés, y «Sin pasarse de la raya. La normalización
de los consumos de drogas» (2014).
Ha realizado prácticas Universitarias en el
Hospital del Mar (Readaptación al esfuerzo y rehabilitación en Traumatología y Neurocirugía,
Bcn, 2008) y en el Hospital de Sant Pau i la Santa
Creu (Unidad Cardiorespiratoria y readaptación al
esfuerzo, Bcn, 2007).
JOANA CALERO PLAZA
Doctora en Psicología, Directora del Master
Oficial de Educación y Rehabilitación en Conductas
adictivas, Vicedecana del Grado de Educación
Social de la Universidad Católica de Valencia, Vocal
del comité de Prevención de Drogodepencias
de la Conselleria de Sanidad de la Comunidad
Valenciana, Coordinadora de los proyectos de
desarrollo socio comunitario para el Campus
Capacitas de la Universidad Católica de Valencia.
BEATRIZ REGADERA MARTÍNEZ
Psicóloga bilingüe en la Clínica Cattell Psicólogos
(Murcia). Graduada con intensificación en Psicología
Clínica y de la Salud por la Universidad de Murcia
con estudios en el extranjero en la Universidad de
Katho (Bélgica). Consejera vitalicia y miembro del
comité Científico en la Fundación Cattell Psicólogos.
Secretaria de la Sociedad Española de Psicología de
la Cooperación. Miembro de la Sociedad Española
de Psicoterapia Antropológica. Ha realizado voluntariados en la Asociación de Familias y Enfermos
Mentales A.F.E.S de Murcia y en la Asociación
juvenil para niños y adolescentes en situaciones
de pobreza y/o violencia “Habbekrats” en Kortrijk,
Bélgica. Cursando actualmente el Máster Universitario en Psicología General Sanitaria en la
Universidad de Murcia.
BELÉN JAURRIETA MUTILOA
Licenciada en Psicología por la Universidad de
Salamanca, Máster en Educación y Rehabilitación
en Conductas Adictivas por la Universidad Católica
de Valencia. Diversas colaboraciones en el Centro
de día de Cáritas para drogodependientes de
Salamanca, Juzgados de Menores y de Familia en
la Audiencia provincial de Navarra, ADANO, Plan
Municipal de Drogodependencias de Valencia,
Proyecto Hombre Valencia y ha colaborado con el
Colegio Jesús-María Fuensanta. PILAR VECINA NAVARRO
139
HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO
Licenciada en Psicología por la Universitat de
Valencia.
Varias ponencias en el Congreso de los Diputados
de España para la Comisión Mixta de drogodependencias.
Máster en Psicología Clínica y de la Salud (ISEP).
Máster en Neuropsicología Clínica, Neurociencias y
Postgrado en Psicopatología Infantojuvenil (ISEP).
Autor de numerosos artículos e investigaciones
publicados en diversos países.
Psicóloga General Sanitaria y Neuropsicóloga
Clínica. Coordinadora de Proyectos Educativos.
Experta en “Programas de Prevención de Adicciones
y Bullying, Ciberbullying, Sexting, etc.”, en colegios
e institutos.
Articulista colaborador del Diario el Mundo
-Correo de Burgos-, periódico Conecta Burgos, etc.
Autor de los libros: Nuevas adicciones ¿Adiciones
nuevas? Y del libro Estudios sobre adicciones. En
la actualidad prepara “Manual sobre Sexualidad y
Adicciones”.
Consulta propia, realizando evaluación, intervención y tratamiento psicológico de niños y adolescentes. Psicóloga de la Asociación de afectados por
el Síndrome de Gilles de la Tourette y trastornos
asociados.
EVA MOLERO HIDALGO
LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA. Universidad
Complutense de Madrid (2001).
Experiencia docente:
•Formadora en programas de prevención de
adicciones y acoso escolar, ciberbullying, etc. a
personal docente, padres y alumnos.
Experta en Gestión Integral Comunitaria:
Metodologías de Intervención Comunitarias. IE
University.
•Formadora en Certificados de profesionalidad
de atención sociosanitaria.
“Modelo de calidad de vida en Autismo”.
Confederación Autismo España. Colaboradora.
•Ponente en Jornadas de Síndrome de Gilles de la
Tourette y trastornos asociados.
Cargas administrativas sobre las personas con
discapacidad en España. CERMI. Ministerio
de Hacienda y Administraciones Públicas.
Colaboradora.
Publicaciones:
•Autora (junto con José Antonio Molina del Peral)
de la obra: “Bullying, ciberbullying, sexting… ¿Cómo
actuar ante una situación de acoso?”.Edit. Pirámide.
Grupo Anaya. Fecha prevista de publicación Septiembre de 2015.
Colaboradora en diversas investigaciones para
organismos, tanto públicos como privados, entre
otros: CSIC, DOWN ESPAÑA, Ilustre Colegio Nacional
de Ciencias Políticas y Sociología, etc.
Publicaciones:
•Autora del dossier informativo para profesionales
del ámbito educativo (2013). Asociación CastellanoManchega de Síndrome de Tourette y trastornos
asociados. Diputación provincial de Castilla- La
Mancha
“Innovación y calidad en servicios residenciales
de menores: transferencia de buenas prácticas”.
Asociación Dianova España y Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad.
“La formación continua y los nuevos yacimientos
de ocupación en los sectores de Gestión de energía,
agua y residuos, Protección y mantenimiento de
zonas naturales, Biotecnología y Nuevas tecnologías
de la información y comunicación”. GEA MadridServicio Regional de Empleo de la Comunidad de
Madrid. Directora de la investigación.
FERNANDO PÉREZ DEL RÍO
Licenciado en Psicología. (Univ., Salamanca)
y doctor en Psicología. Univ., Complutense de
Madrid.
Trabaja en Proyecto Hombre y es profesor de
la Universidad de Burgos y en varios másteres
(Burgos, León y Valladolid).
140
SI ESTÁS INTERESADO/A EN PARTICIPAR
Infonova Nº 28/ Primer semestre de 2015
Plazo para la recepción de colaboraciones: 10 de abril de 2015.
GUÍA PARA AUTORES Y AUTORAS
REVISTA INFONOVA: revista profesional y académica sobre adicciones.
Es una publicación semestral editada por
Asociación Dianova España, con el apoyo del Plan
Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno de
España. La revista se edita en dos versiones, una
en formato físico con distribución a nivel nacional
y otra en formato digital accesible a través de la
página web de nuestra entidad (www.dianova.es).
investigadores que intervienen en el campo de las
adicciones y aquellas personas que tengan interés
en este ámbito de trabajo, de los últimos adelantos
y estudios científicos que tengan relevancia en el
campo de intervención, difundir buenas prácticas,
identificar tendencias y posibilitar un espacio para
el intercambio de conocimientos y experiencias
donde puedan participar profesionales de
diferentes campos: educativo, académico,
profesional, social, sanitario, etc.
Esta publicación tiene como objetivo facilitar la
difusión, entre la comunidad de profesionales e
Política editorial de la revista
Los textos se solicita sean enviados por e-mail a
[email protected] mediante fichero adjunto
(documento elaborado en Microsoft Word).
y en inglés, en cien (100) palabras máximo, y cinco
(5) descriptores o palabras claves (en español y en
inglés) con fines de clasificación.
Igualmente, todas las fotos, tablas y gráficos que
se muestren en el documento serán enviados
como archivos adjuntos independientes.
Para las citas y las referencias bibliográficas
Infonova se acoge a los estándares establecidos
por la American Psychologist Associatión (APA).
Los escritos deben tener entre cuatro mil (4.000)
y seis mil (6.000) palabras, incluyendo las referencias
bibliográficas y el resumen.
Los autores deben anexar una síntesis de su
currículum vitae (en hoja separada) en la que
aparezcan los siguientes datos: nombres y apellidos
completos, ciudad y país de nacimiento, títulos
académicos con el nombre de la institución que
los confirió, Institución donde trabaja, si es el caso;
cargo que desempeña; cuatro (4) publicaciones
máximo, si las tuviera; correo electrónico,
dirección postal y si el artículo forma parte de
una investigación formalizada institucionalmente,
indicar el título del proyecto, fecha de inicio/
terminación y entidad que los financia.
Todos los textos deben presentarse en papel DIN
A 4, en fuente Times New Roman 12 a espacio
doble. Las páginas deben estar numeradas en
orden consecutivo en la parte superior derecha.
Todos los escritos deben incluir el título en
español y en inglés, centrado, en mayúsculas y
negrita.
Debe anexarse un resumen del artículo en español
141
AGRADECIMIENTOS
A la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas
del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
A los autores y colaboradores que han participado en este número.
A los Centros y Programas de Asociación Dianova España,
a sus profesionales y voluntarios.
Y en especial, a todas las personas en tratamiento y sus familias.
Gracias por confiar en nosotros/as.
ATENCIÓN HUMANITARIA DE URGENCIA
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