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V Congreso Mesoamericano sobre abejas sin aguijón
INDICE
Prólogo
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PRESENTACIONES ORALES
Ponencia Magistral: APROVECHAMIENTO ANCESTRAL Y SUSTENTABLE
DE LAS ABEJAS SIN AGUIJON (APIDAE:MELIPONINI) POR CAMPESINOS
MAYAS DE YUCATAN
Jorge Gonzalez-Acereto;Chavier de Araujo-Freitas; Luis A. Medina Medina.
9
Experiencia Productores DIVISION TECNIFICADA DE COLONIAS DE “
KO’OLEL KAAB” (Melipona beecheii ) EN EL ORIENTE DE YUCATAN.
Aguilar y Coronado Adalberto.
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CARACTERIZACIÓN Y MANEJO DE LAS COLMENAS DE ABEJAS DE LA
TIERRA (Melipona beecheii) EN LA PROVINCIA DE MATANZAS, CUBA.
Fonte, Leydi; Blanco, D; Demedio, J; Monge, Ingrid
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MELIPONICULTURA EN ARGENTINA: UNA POSIBLE HERRAMIENTA
PARA LA CONSERVACIÓN Y EL DESARROLLO SUSTENTABLE EN EL
“IMPENETRABLE” CHAQUEÑO
Meriggi, J.L.; M. Lucia & A.H. Abrahamovich
30
COMERCIALIZACIÓN DE LOS PRODUCTOS DE LA MELIPONICULTURA
EN COLOMBIA
Cepeda-G Mónica, Nates-Parra Guiomar, Téllez-I Gonzalo
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CARACTERIZACIÓN DE LA MIEL DE ABEJAS SIN AGUIJÓN (APIDAE:
MELIPONINI) DE GUATEMALA.
Enríquez E., Maldonado C., Dardón MJ.
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CARACTERÍSTICAS FÍSICO-QUÍMICAS DE MUESTRAS DE MIELES DE
Melipona beecheii EN LAS PROVINCIAS CUBANAS DE MATANZAS Y
PINAR DEL RIO
Fonte, Leydi; Blanco, D; Demedio, J; Monge, Ingrid
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V Congreso Mesoamericano sobre abejas sin aguijón
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Aprovechamiento ancestral y sustentable de las abejas sin
aguijón (Apidae: Meliponini) por campesinos Mayas de
Yucatán.
González Acereto, Jorge A.; De Araujo Freitas, Chavier; Medina Medina, Luis A.
Departamento de Apicultura, Campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias,
Universidad Autónoma de Yucatán. Apartado Postal Correo electrónico:
[email protected]; [email protected]; [email protected].
Resumen:
Los mayas diferenciaban dos tipos de abejas indígenas sin aguijón, una que
era aprovechada domésticamente en los solares conocida en maya yucateco
como Xuna´an cab (Melipona beecheii), y otras especies llamadas abejas del
monte que fueron aprovechadas en forma natural tomando sus productos en
los campos como el Sak-xic (Trigona (Frieseomelitta) nigra), Kansak
(Scaptotrigona pectoralis), Bool o Mejenbol (Nannotrigona perilampoides),
Us-cab o Yax-ich (Plebeia spp.), Limón-cab o Niit-kib (Lestrimelitta
niiikib), Tacab o Ejool (Cephalotrigona sexmeniae), Cho´och´ (Partamona
lineata), Ts´ets´ (Melipona yucatanica) y el Mu´ul (Trigona fulviventris).
Para conocer la realidad que prevalece actualmente en las comunidades
mayas de Yucatán, respecto al manejo de los recursos de las abejas sin
aguijón del monte, se llevaron a cabo entrevistas con campesinos mayores y
menores a 40 años de edad, que se consideraron como población mayor y
joven, respectivamente. La población campesina de mayor edad demostró
tener amplios conocimientos sobre la nomenclatura de las abejas en maya y
un respeto e interés cultural por la conservación y el aprovechamiento de las
abejas sin aguijón del monte, así como amplias nociones del patrimonio
mágico religioso comunitario. Los campesinos jóvenes estudiados
desconocen en su mayoría la identidad de las abejas sin aguijón,
demostraron poco interés por sus productos y manifestaron ser ajenos a la
cultura y los conceptos mágicos que envuelven al manejo de las abejas sin
aguijón del monte. La presencia o ausencia de estas abejas en la mayoría de
las situaciones despertó poco interés.
Palabras claves: miel silvestre, polen, cerumen, abejas sin aguijón,
sustentabilidad, tradiciones mayas, Yucatán.
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Summary:
The Maya established a difference between two types of stingless bees, one
that was cultivated in the rural backyards, known in the native language as
Xuna´an cab (Melipona beecheii), and another group of species collectively
called (“del monte” = feral). Colonies of these species were nevertheless
permanently exploited by harvesting their products in the forests and
keeping the colonies for years. A survey was conducted in local villages and
it was evident that such a tradition remains to date but it seems prone to
disappearance since young people in the Mayan communities do not know
many of “del monte” species of stingless bees (compared to elderly ones)
and little interest is involved with their cultivation and the ancestral
costumes related with it.
Introducción.
A su llegada a Yucatán, el obispo Fray Diego de Landa encontró que los
mayas aprovechaban dos clases de abejas: una que era domesticada y se
explotaba en troncos ahuecados, en donde esta cultura tenía grandes
explotaciones (colmenares), los cuales contaban con mil y hasta dos mil
colmenas (hobón en maya yucateco; Quezada, 1997), y otras que eran
buscadas en los montes a las que se les extraía su miel y cera, en el mismo
sitio donde se hallaban sus nidos (de Landa, 1959). Es probable que en esa
época, los mayas evitaran la pérdida de los nidos que estaban en cavidades
en la roca calcárea tan abundante en el suelo de Yucatán. Conservar estos
nidos en su estado natural, les permitía garantizar su abastecimiento
periódico de la cera de abeja que los conquistadores (estancieros y frailes),
les imponían como tributo u obvención (Fernández-Souza et al., 2007).
Esta actividad extractiva de cera era de grandes dimensiones, ya que los
requerimientos de los españoles, tanto para consumo interno, elaboración de
velas que usaban en sus ofrendas religiosas eran necesarias (Martínez,
1938), así como para la comercialización y exportación del producto
(Quezada, 2001; Fernández-Souza et al., 2007).
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El uso de la cera y de las mieles silvestres obtenidas de esta manera por los
mayas, cubría necesidades específicas a nivel intracomunitario. La cera se
utilizaba para pulir artefactos de casa, pesca y domésticos, y probablemente
para ornamentar ollas y jarrones de barro. Posey (1978), hablando de los
indios Cayapa de América del Sur, señala algo similar sobre este grupo que
utiliza la cera de abejas sin aguijón para impermeabilizar sus canoas,
mezclarla con pigmentos para ornamentar su alfarería y como pegamento de
las plumas de sus flechas.
La miel silvestre de las llamadas abejas del monte por el fraile Diego de
Landa (1959), probablemente se le aplica un uso similar al que en la
actualidad los descendientes de los mayas de la colonia le dan en sus
comunidades: un uso de tipo ceremonial para la preparación de un brebaje
ritual denominado Balché, que es usado en ceremonias como las ofrendas
del “U-hanli-cab” y “U-hedz-luumil-cab”, que significan “comida de las
abejas” y “manejo de las abejas”, respectivamente. También como un
producto que promueve la salud y resuelve dolencias asociado a la
herbolaria y farmacopea indígena.
En las últimas décadas el aprovechamiento de este recurso estaba en manos
de los campesinos dedicados a la milpa, quienes hasta la fecha conservan
una nomenclatura muy amplia en su lengua del número de especies de
abejas sin aguijón (Apidae: Meliponini), que pueden ser encontradas en los
montes y aprovechadas para la obtención de sus recursos.
El deterioro cultural en las comunidades mayas ocasionado por la falta de
expectativas de trabajo en el campo y la migración de su gente joven hacia
las ciudades del país y del extranjero, han propiciado el abandono de las
tradiciones, e inclusive su rechazo. Esto ha resultado en una pérdida de la
visión conservacionista de un recurso biológico aprovechable que hoy en
día aumenta su riesgo de desaparecer completamente de este ámbito.
La relevancia de los productos de las especies económicamente
aprovechables, sugiere conocerlas y determinar cuánto de ese conocimiento
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se conserva en las comunidades campesinas mayas, y qué parte de la
población aun esta interesada en su aprovechamiento y conservación. Por tal
motivo este trabajo busca hacer un análisis sobre aquellos aspectos de la
cultura maya que se han conservado en torno al aprovechamiento de las
abejas sin aguijón que no son explotadas domésticamente como la Xuna´an
cab (Melipona beecheii), pero que sin embargo, han sido importantes dentro
de un marco de salud farmacológico, cultural en su relación con las
prácticas mágicas en la milpa y la cacería y de conservación de las especies.
Materiales y métodos.
Para conocer cuánta información se tiene en la actualidad sobre las abejas
nativas sin aguijón no encolmenadas, se realizaron una serie de entrevistas a
campesinos mayas de la región centro, sur, oriente y poniente del estado de
Yucatán. Se procuró que entre los entrevistados hubieran personas mayores
y en la misma proporción personas jóvenes con el propósito de hacer una
comparación intergeneracional de la cultura y el conocimiento en relación a
las abejas nativas y los usos de sus productos.
Entre los puntos que se tocaron en las entrevistas estuvieron los que a
continuación se mencionan:
9 Primero: se les preguntó cuántas especies de abejas nativas sin aguijón
presentes en los montes y sus milpas conocían que no fueran xuna´an
cab.
9 Segundo: con qué nombre las identificaban en lengua maya o en
español.
9 Tercero: si los productos de esas abejas tenían alguna importancia para
ellos y si alguna vez aprovechaban los recursos de las abejas.
9 Cuarto: qué usos le daban a la miel, polen y cerumen de estas abejas.
9 Quinto: si tenían conocimiento de alguna práctica o ritual-mágico
relacionado con el manejo de los productos de cierta especie de abeja.
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9 Sexto: si los nidos de estas abejas luego de abiertos y cosechados eran
protegidos de alguna forma para garantizar su recuperación.
Resultados y discusión.
Entre la población de personas de mayor edad la mayoría mencionó que
conocía ocho especies de abejas nativas sin aguijón bien identificadas por
ellos. Las especies de este grupo las conocían por su nombre en maya y
fueron: Sak-xic (Trigona (Frieseomelitta) nigra), Kansak (Scaptotrigona
pectoralis), Bool o Mejenbol (Nannotrigona perilampoides), Us cab o Yaax
ich (Plebeia spp.), Limón cab o Niit kib (Lestrimelitta niiikib), Tacab o
Ejool (Cephalotrigona sexmeniae), Cho´och´ (Partamona lineata), Ts´ets´
(Melipona yucatanica) y el Mu´ul (Trigona fulviventris). De estas abejas,
también reportaron haberles tomado sus recursos, cera y miel, al Tacab o
Ejool, Sak-xic, Kansak, Us cab o Yaax ich y Bool o Mejenbol. En algunos
casos, se utilizaron las mieles para endulzar una bebida refrescante conocida
como pozole (k´eyem en maya yucateco), usada como refrigerio después de
las labores en la milpa. También fueron usadas estas mieles para resolver
problemas de salud como resfriados en familiares de estos campesinos.
Algunos campesinos reportaron el uso en particular de la miel del Sak-xic y
del Kansak para resolver infecciones de los ojos, y combatir el pterigeón o
carnosidad de los ojos (buy ich, en maya yucateco). Una persona mencionó
que la miel del Sak-xic mezclada con resinas acopiadas por la misma abeja
reduce las úlceras de piel en personas que no habían respondido al uso de
antibióticos. Otro indicó que la miel de Cho´och´ mezclada con la sangre de
un pájaro llamado chicbul en maya o garrapatero (Crotophaga sulcirostris),
curaba la tosferina de los niños cuando esta mezcla era administrada vía
oral.
Respecto al polen (iis, en maya yucateco), solo dos personas señalaron que
el polen de estas abejas se mezclaba con la miel y se consumía como una
golosina. Los demás entrevistados indicaron que lo eliminaban después de
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abrir los nidos por miedo a que las colonias de las abejas fueran destruidas
por una mosquita parásita denominada en maya nenem (Pseudohypocera
kertezi). Algunos campesinos relacionaron el polen con el excremento de las
abejas y por esa razón justificaron no consumirlo.
Con respecto al cerumen (kiib en maya yucateco) de las abejas sin aguijón,
el uso más común reportado fue del barnizado del pie de las hachas y coas
utilizadas por ellos, así como de las horquetas de los tirahules de sus hijos.
También algunos campesinos reportaron el uso del cerumen para desprender
garrapatas que en ocasiones se les pegan en el cuerpo durante su trabajo en
el campo. El uso del cerumen para la elaboración de velas utilizadas en los
ritos católicos, lo mencionaron señalando que lo realizaban cuando lograban
reunir una buena cantidad de este material, generalmente proveniente de
varios nidos de abejas. Todos estos usos del cerumen correspondieron al
aprovechamiento de este material de la mayoría de las especies de abejas
que ya se señalaron, inclusive juntando el material de diversas especies y
mezclándolo, exceptuando el cerumen del Tacab o Ejool.
En lo que se refiere al Tacab o Ejool, varios campesinos comentaron que
localizar los nidos de esta abeja es muy difícil, y generalmente se les ubica
cuando las personas andan de cacería por la noche, ya que esta abeja emite
un fuerte zumbido que es percibido cuando el cazador pasa al junto a la
entrada del nido. Por eso es conocida esta forma de encontrar los nidos
durante la cacería como ximbal tson, que significa “paseo del cazador”. El
cerumen de esta abeja es muy especial, y es utilizado cuando se cosecha en
el campo, para llevar a cabo ritos mágicos que les garantizan al campesino
el cuidado de las milpas y el control de algún monte donde acostumbran a ir
de cacería.
Para el cuidado de las milpas le pagan a un chaman o h-men (brujo maya),
que elabora un pequeño altar en el lugar y construye con el cerumen un
muñeco, y lleva a cabo un rezo en maya en la milpa dirigido a los cuatro
puntos cardinales que acompaña con una ofrenda de sakah (brebaje hecho
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de maíz), y que una vez finalizado el rezo el muñeco es enterrado de la
entrada de la milpa. A partir de ese momento, la milpa no podrá ser
saqueada porque seres sobrenaturales vigilan el lugar, sobre todo por las
noches, asustando a quien se atreva a acercarse con intenciones de llevarse
el maíz. El altar es alimentado por el dueño de la milpa con regularidad con
una jícara de sakah, cigarrillos y aguardiente, todo esto para mantener
contentos a los puses o aluxes (criaturas similares a duendes del mundo
maya) que cuidan la milpa.
En el caso de los montes donde se realiza la cacería del venado y otras
presas, el h-men realiza un rezo similar con la diferencia que moldea con el
cerumen del Tacab o Ejool, un venado que es enterrado a la entrada del
monte y le garantiza al cazador cacería segura cada vez que salga a
realizarla en ese lugar. A estas dos formas de tener un control tanto de la
milpa como del sitio de cacería se le conoce por los mayas como “amarrar la
milpa” o “amarrar el monte”. Otra forma de amarrar el monte fue descrita
por un campesino ,el cual señaló que también esta figurilla de venado de
cerumen, la debe de portar el cazador cuando sale de cacería, pero que
nunca y por ningún motivo debe de decir que la posee y nadie la debe de ver
en su poder, porque de lo contrario nunca cazará presa alguna. Según Villa
(1945), es la creencia entre los mayas que cualquiera que coma viva una de
las abejas llamada Tacab tendrá la facultad de encontrar fácilmente
colmenas silvestres de Tacab.
Las personas más jóvenes que fueron entrevistadas, reportaron en su
mayoría conocer a estas abejas por el término maya de xnuk (que significa
en español vieja), sea la especie de la que se trate, es decir usan este nombre
común a todas las especies de abejas nativas sin aguijón. En el peor de los
casos, hubieron algunas personas que denominaron a todas estas abejas
como viejas o viejitas. La mayoría de este grupo comentó que normalmente
no les interesa tomar los recursos de estas abejas, desconocen su utilidad y
solamente algunas veces cosechan la miel sin aprovechar el cerumen o el
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polen. Ocasionalmente, cuando encuentran un nido de abejas nativas que no
sea de difícil apertura, extraen la miel exclusivamente y la consumen en ese
momento dejando la cavidad donde está el nido sin protección alguna.
Algunos jóvenes señalaron que sus abuelos les comentaron de algunas
prácticas relacionadas con la milpa, pero en general ellos piensan que son
costumbres viejas y que no creen en ellas, ni les interesa.
Las personas mayores mencionaron que después de cosechar la miel y
extraer el cerumen procuraban sellar la cavidad ocupada por el nido para
protegerlo de depredadores; y comentaron que los nidos de las abejas
cosechados generalmente ocupaban cavidades en el suelo, llamadas actunes
en maya. En el caso del Kansak, por ser una abeja defensiva (brava) y
habitar principalmente cavidades en troncos de árboles, reportaron que
extraían la miel abandonando los nidos. Solamente una persona manifestó
que la cavidad en el árbol fue sellada con un trozo de madera para proteger
el nido luego de haber extraído los reservorios de miel y polen.
Para el caso de los campesinos más jóvenes, la respuesta al posible cuidado
de los nidos abiertos por ellos para tomar la miel fue de un total desinterés a
las consecuencias que ocasionó posteriormente la apertura de la cavidad al
no ser esta protegida. La destrucción de nidos en cavidades de árboles que
fueron saqueados correspondió a declaraciones de personas muy jóvenes
para los cuales esto no representó más que una distracción para obtener miel
rápidamente abandonando el lugar y el nido a su suerte.
De las entrevistas realizadas a los campesinos mayas adultos y jóvenes, se
observó una marcada diferencia en cuanto a sus opiniones relacionadas con
las abejas nativas sin aguijón y el uso de sus productos. Los adultos
(mayores de 40 años), manifestaron un interés marcado y un respeto
importante por estas especies de abejas, y se evidenció su preocupación por
la conservación de las mismas en la medida que procurando aprovecharlas
en sus recursos toman medidas apropiadas para evitar su destrucción, y
poderlas así tenerlas disponibles para otro momento.
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Se concluye que:
1) Los campesinos mayas de mayor edad mantienen una visión ancestral en
el uso de la miel, polen y cerumen de las abejas sin aguijón del monte que
aun existen en Yucatán, siendo esto una condición sustentable que favorece
la permanencia de las especies.
2) Las prácticas mágico-religiosas relacionadas con productos como el
cerumen de las abejas, fortalecen la identidad cultural de los campesinos,
mantienen sus tradiciones y le da permanencia a una historia que está siendo
amenazada por los cambios de la modernidad.
3) Los campesinos mayas más jóvenes se están alejando de las prácticas
tradicionales que se realizan con las abejas sin aguijón que viven en los
montes, y los ritos mayas que dan coherencia e identidad al grupo han
perdido significado para ellos.
4) La pérdida de los nombres mayas de las especies de abejas sin aguijón y
la sustitución por un nombre generalizado, como xnuk o viejitas, en
vocabulario de los jóvenes, demuestra desconocimiento y desinterés por
conservar la nomenclatura.
5) La destrucción de los nidos de las abejas del monte en contraste con el
conservacionismo que propician los adultos, dejan como evidencia un
cambio en los intereses de este nuevo grupo generacional que se va alejando
de la cultura y las tradiciones.
Agradecimientos.
A los campesinos mayas de las comunidades de Yucatán que dieron
amablemente de su tiempo para las entrevistas realizadas.
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Referencias.
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