Dossier mensual Nº 31 (01.08.2015 – 31.08.2015) CONTENIDO ARGENTINA ........................................................................................................................ 2 1. Sumar miradas para entender el mundo nuevo, por Ricardo Lagos.......................... 2 2. Evo Morales y la reelección indefinida ..................................................................... 4 BRASIL ................................................................................................................................. 4 3. O elefante despercebido da Unasul, por Rodrigo Botero Montoya ............................ 4 CHILE ................................................................................................................................... 5 4. Ante la intransigencia de Morales............................................................................. 5 5. Grave acusación de Bolivia ...................................................................................... 6 6. Dichos de Evo Morales, por Fernando Salas ............................................................ 7 7. Declaraciones del canciller, por Juan Salazar Sparks ............................................... 7 8. El innombrable, por Hernán Felipe Errázuriz ............................................................ 7 9. Declaraciones del canciller, por Alfredo Labbé......................................................... 8 10. Chile-Bolivia: diplomacia bajo asedio ....................................................................... 9 11. Impasse diplomático con Bolivia, por Fernando Wilson L. ..................................... 12 12. Frente a Bolivia, serena difusión de la verdad ........................................................ 12 13. Evo contra Chile: así comenzó todo, por José Rodríguez Elizondo ........................ 13 14. La academia, el mar, la esquizofrenia, por Andrés Ajens ........................................ 15 15. Autoritarismo y reelección ..................................................................................... 16 16. Zona franca de Paraguay ........................................................................................ 17 17. Nuestro Presidente Evo, por Juan Ignacio Eyzaguirre ............................................ 18 PARAGUAY ....................................................................................................................... 19 18. Bolivia y el Mercosur, por José Antonio Moreno Ruffinelli ..................................... 19 19. Encargar a los menonitas el mantenimiento de Pilcomayo ..................................... 20 20. Emigración de los menonitas dañaría seriamente al país ....................................... 23 21. La crisis desnuda el milagro económico, por Carlos Sánchez Berzaín ................... 25 22. Paraguay debe empeñarse en un multilateralismo comercial eficaz ....................... 26 PERÚ ................................................................................................................................... 28 23. Ajustón de Correa .................................................................................................. 28 1 Dossier mensual Nº 31 (01.08.2015 – 31.08.2015) ARGENTINA 1. Sumar miradas para entender el mundo nuevo, por Ricardo Lagos Cuando el presidente Barack Obama escriba sus memorias seguramente dedicará varias páginas a este julio 2015. No es poco lo hecho en treinta días que han cambiado las dimensiones y referencias de su legado. Comenzó el mes con el anuncio de la reapertura de la embajada de Estados Unidos en La Habana, concordante con igual decisión de Cuba de reabrir su sede en Washington. Y con ello, por fin, se terminaba en este continente la Guerra Fría. Luego a mitad de mes pudo celebrar el histórico acuerdo nuclear con Irán alcanzado después de dos años de negociaciones, en las que Estados Unidos tuvo un rol clave y afirmó que el pacto “corta todas las vías para un arma nuclear”. Pero, además, ese fue un excelente ejercicio de negociación multilateral, ya que el llamado acuerdo 5+1 se logró entre Irán, por un lado, y Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia y Alemania, por el otro. Poco después los 15 miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas respaldaron con voto unánime dicho acuerdo, procediendo a levantar las sanciones que pesaron hasta ahora contra la nación iraní. En ambos casos no desaparecen las complejidades, pero se abren caminos a un entendimiento por vías distintas a la prioridad de la fuerza. Y este julio 2015 concluye con esa significativa gira a África. Por primera vez un mandatario de Estados Unidos habla en la sede de la Unión Africana, pero también por primera vez –todo un símbolo– un presidente norteamericano llega a un país africano para decir que allí están la mitad de sus raíces. Y en medio de ello, llamando a actuar con energía frente al denominado Estado Islámico, logra tras meses de negociaciones un acuerdo entre Washington y el gobierno de Turquía, para poder usar las bases norteamericanas allí existentes en las estrategias de ataques contra el extremismo islámico de ISIS. Pero si Obama tendrá que sopesar el sentido de este mes en sus memorias, también a nosotros en América Latina nos llama a interpretarlo, pero con la urgencia de la inmediatez. Y eso nos obliga a estar conceptualmente preparados. Digo esto porque en días pasados hemos vivido la experiencia de presentar dos libros sobre Estados Unidos -que si bien hablan de las décadas pasadas y cómo se dejó atrás el New Deal de Franklin Delano Roosevelt cuando irrumpió Ronald Reagan con su neoliberalismo extremo, atacando el Estado y divinizando el mercado– nos dan referencias y contextos para darnos cuenta de lo que ahora podría estar ocurriendo: un 2 regreso al espíritu de Roosevelt y la primacía de lo multilateral para impulsar la política exterior norteamericana. Uno escrito por José Miguel Insulza (Estrategias y Política Exterior en Estados Unidos: 1981-1991), el otro por Luis Maira (Aprendizaje del estudio de Estados Unidos). ¿Qué hemos encontrado en ellos? Un análisis fundamental sobre las tendencias y cambios profundos vividos en la política de Estados Unidos durante la Guerra Fría y los impactos que ello ha tenido en América Latina. Ahora vivimos otra realidad hemisférica, pero hay resabios de esa época cuyas consecuencias se perciben hasta la actualidad. Es cierto que hace unas cinco semanas veíamos caminar conversando cordialmente al presidente Obama y la presidenta brasileña Dilma Rousseff tras visitar el Memorial de Martin Luther King en Washington, lo cual fue interpretado como un símbolo del esfuerzo de la Casa Blanca por restañar las heridas cuando se descubrieron, en 2013, los espionajes telefónicos a la mandataria de Brasil. Espiando, quién y para qué, se preguntaron entonces los brasileños. La diplomacia tuvo una tarea compleja, pero al final se ha llegado a la nueva etapa de diálogo. ¿Podrá ocurrir algo similar con Venezuela a futuro? ¿O podrán reanudarse las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Bolivia, interrumpidas actualmente? Quien quiera ver el devenir de Estados Unidos con ojos del siglo XX estará equivocando el camino. Lo pasado es esencial, debemos estudiarlo, pero una buena política hemisférica desde el sur reclama amplitud, conocimiento, fundamentos. Y con esa perspectiva toma todo su sentido la puesta en marcha del Consejo de Relaciones Internacionales de América Latina y el Caribe, RIAL, entidad donde ex presidentes y ex cancilleres, diplomáticos y autoridades internacionales, dirigentes políticos y del ámbito social se unen a académicos destacados del continente para dilucidar el presente y futuro de la inserción de esta América Latina y el Caribe en el escenario hemisférico y global. Es una tarea donde nos hemos propuesto enriquecer el análisis de nuestras cancillerías y anticiparnos a tiempos que traerán cambios mayores. Un analista como Richard Haas ha dicho y hablado de un mundo nuevo donde, si bien Estados Unidos sigue manteniendo la primacía económica y militar, ha perdido peso internacional por tres factores. Hay un orden más difuso donde surgen actores nuevos en el mundo de diversa naturaleza, y el respeto por el modelo político y económico de Estados Unidos ha disminuido. Además, las decisiones políticas de ese país, en especial en el Medio Oriente, ponen dudas acerca del juicio y confiabilidad respecto de las amenazas y promesas de Washington. Ahora asoma un nuevo escenario de su política exterior. La pregunta es: ¿dónde estudiamos las características de esta nueva evolución por parte de Estados Unidos? ¿Cómo nos preparamos como región para hacer frente a dichos retos y cómo, al mismo tiempo, nos anticipamos a hacer estudios similares sobre lo que ocurre en China y las aproximaciones de ese país hacia nuestra región como un actor determinante? Aquí es donde los hombres de acción: los cancilleres, los diplomáticos requieren también del auxilio de la academia para entender mejor el mundo que se va configurando. Lo hemos dicho en estas columnas más de una vez, el mundo del futuro va a ser el mundo de las regiones, serán grandes bloques de países los que van a incidir. Y América Latina debe prepararse para aquello. Es fundamental una interacción entre el quehacer político internacional y el pensamiento que lo sustente. Allí nuestras universidades tienen también mucho que decir. Fuente: El Clarín 02.08.2015 (Ricardo Lagos es ex presidente de Chile) 3 2. Evo Morales y la reelección indefinida El presidente Evo Morales lleva ya diez años al frente de Bolivia. Su primer mandato se inició el 22 de enero de 2006, luego de una elección en la que se impuso con el 54 por ciento de los votos. En ese período modificó la Constitución de su país con el objetivo de poder ser reelegido. Con la nueva Ley Suprema fue elegido para un segundo período, con el 64%; volvió a presentar su candidatura, triunfó con el 61% de los votos y obtuvo así el tercer mandato presidencial, que se extenderá hasta 2020. En cada oportunidad electoral, Morales superó a una oposición desordenada y dividida. Al ser elegido presidente por tercera vez, reiteró su discurso en el sentido de que no pretendía otra reelección. No obstante, hace casi dos meses comenzó a maniobrar en dirección a la posibilidad de obtener una reelección indefinida, al expresar en un acto público: "Si el pueblo dice que hay que cambiar la Constitución, obedeceré". Su partido político, el Movimiento al Socialismo, que maneja el Poder Legislativo, ya ha puesto en marcha los mecanismos necesarios para que la Constitución de Bolivia pueda ser reformada y Morales, transformado en un presidente "para siempre". Con el apoyo de los sindicatos que también controla, se está instalando la idea de que la Constitución se va a cambiar "por las buenas o las malas", en palabras del vocero de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos, Feliciano Vegamonte, uno de sus aliados en la tarea de consumar la manipulación constitucional que apunta a instalar a Morales por largo rato en la presidencia de su país, como Fidel Castro. La primera vicepresidenta del Senado, Nélida Sifuentes, acaba de anunciar que la reforma constitucional podría ocurrir el último trimestre de este año, inmediatamente después del congreso del partido oficialista que se realizará entre octubre y noviembre. Anunció también que se propiciarán algunos otros cambios de la Constitución boliviana, pese a que ésta fue promulgada por el propio Morales en febrero de 2009, con un artículo que sólo permite una reelección. El camino por seguir incluye la convocatoria a un referendo para consolidar la pretensión de Morales, que estará controlado por el Tribunal Supremo Electoral cuyos miembros fueron designados a dedo por el presidente y que le responden incondicionalmente. Aunque la gestión de Morales tiene una aprobación mayoritaria, las encuestas sugieren que el 52% de los bolivianos rechaza la posibilidad de que su presidente pueda ser reelegido indefinidamente. Pero Morales mantiene su pretensión, disfrazado de demócrata, cuando la realidad boliviana demuestra que todas las instituciones de Bolivia están hoy sometidas a sus designios, lo que nada tiene que ver con los equilibrios y contrapesos entre los tres poderes del Estado que, por definición, exige siempre la democracia. Fuente: La Nación 10.08.2015 (Editorial II) BRASIL 3. O elefante despercebido da Unasul, por Rodrigo Botero Montoya O regime bolivariano produziu um caos econômico que colocou o país à beira da insolvência e da dissolução social O elefante é o animal terrestre de maior tamanho. Seu habitat natural é a África ao sul do Saara (o Loxodanta Africano) e a Ásia (o Elephas Maximus). Um elefante africano pode alcançar uma altura de quatro metros e um peso de 6,35 toneladas. O grande porte constitui um de seus traços predominantes. Por essa razão, é inverossímil pretender que 4 se ignora a presença de um elefante no interior de um recinto. Essa foi a acusação que o arcebispo da Colômbia fez a um político inescrupuloso que sustentava que a entrada de dinheiro do narcotráfico para financiar sua campanha eleitoral ocorrera à sua revelia. O inadvertido paquiderme na sede da Unasul é a demolição do Estado de Direito que o regime bolivariano leva a cabo na Venezuela. De maneira sistemática, estão diminuindo os fundamentos da democracia liberal: separação de poderes; alternância no governo; prestação de contas; Justiça independente; propriedade privada; liberdade de imprensa; e economia de mercado. Aos dirigentes políticos dissidentes, se reserva o cárcere. Aos jornais de oposição, restringe-se a disponibilidade de papel. Aos manifestantes populares inconformados, reprime-se com uso incomum de violência. O regime produziu um caos econômico que colocou o país à beira da insolvência e da dissolução social. A exasperação causada pela maior inflação do mundo e o desabastecimento está sendo manifestada por meio de saques da população aos supermercados. Além do mais, há indícios de que esta situação começa a se tornar insustentável. Embora a data de um eventual colapso seja imprevisível, as apostas pela longevidade da revolução bolivariana são cada vez mais escassas. Não seria razoável supor que os membros da Unasul desconheçam uma realidade que foi denunciada pela União Europeia, a Internacional Socialista e numerosos ex-presidentes democráticos. O fato de que os atropelos das liberdades individuais na Venezuela passem inadvertidos pelos porta-vozes da Unasul tem outra explicação. A denominada revolução bolivariana conta com a solidariedade dos governos de Argentina, Bolívia, Brasil, Equador e Uruguai. Eles parecem ter um acordo tácito para legitimar o autoritarismo quando este é exercido em nome de um projeto revolucionário. Esta constelação de forças políticas tem um caráter transitório. Depende do que Hugo Chávez denominou de eixo Caracas-Brasília-Buenos Aires. A política externa da Argentina pode mudar no próximo governo. A cumplicidade do Brasil se explica por uma anomalia. Os governos do PT delegaram a Marco Aurélio Garcia, companheiro de viagens das Farc, as relações com a América Latina. Este esquema diplomático é inapropriado para uma nação que deseja ser percebida como uma grande potência. Os eventos se encarregarão de relegar ao esquecimento as vacilações da Unasul. Mas uma entidade regional que mantém silêncio enquanto o regime venezuelano atenta contra os valores democráticos proclama sua própria irrelevância cada vez que é colocada em pauta sua razão de existir. Fuente: OGlobo 17.08.2015 (El autor fue ministro da Hacienda da Colombia) CHILE 4. Ante la intransigencia de Morales La Cancillería ha hecho bien en reiterar la disposición chilena de restablecer relaciones con Bolivia y, de paso, en desenmascarar el rechazo del Presidente Morales, con su prepotente condicionamiento de la formalización de los lazos diplomáticos a una cesión de soberanía. Cuesta encontrar un precedente similar de repudio del diálogo y de negativa al restablecimiento de embajadas. Su intransigencia es anacrónica en un mundo que busca la normalización de los lazos bilaterales como ya ha ocurrido entre Estados Unidos y Cuba. A la destructiva obstinación del Presidente Morales se agregan sus falsedades, diatribas y maniobras para buscar apoyo externo. En este cometido recurre al desconocimiento de los tratados y del derecho internacional; a ignorar las facilidades de libre y privilegiado 5 tránsito boliviano al Pacífico que le otorga Chile y a omitir el sostenido incremento del uso de los puertos e infraestructuras nacionales. Persistente es su intento de involucrar a autoridades y referentes extranjeros en su reclamación en desmedro del proceso seguido en La Haya y recurrentes son sus tentativas frustradas para dividir a la ciudadanía nacional. Es evidente que la supuesta victimización que esgrime Bolivia para presentar su causa surge de la postergación que sufre su pueblo debido a la precariedad de sus instituciones, por la demagogia, incompetencia y desprestigio internacional de sus gobernantes, por el narcotráfico y por el desaprovechamiento de sus valiosos recursos en un territorio mucho más extenso que el chileno. Los provocadores subterfugios del mandatario vecino han demostrado ser contraproducentes dentro de Chile: en todas las encuestas nacionales se registra un creciente rechazo a sus pretensiones, incluyendo a los que se oponen a cualquier cooperación y a los que sostienen que se deben restringir las facilidades concedidas. Los procedimientos del Presidente Morales son también demostrativos de su desconfianza en su demanda y en los jueces de la Corte Internacional de Justicia encargados de fallarla. La imposibilidad de diálogo por decisión del mandatario de Bolivia y la inconveniencia e inutilidad de seguir el juego mediático de sus artificios y provocaciones aconsejan enfatizar la correcta narrativa de la realidad con ese país. Requieren, asimismo, una mejor comunicación del mensaje y de los valores políticos, culturales y sociales chilenos. La acción episódica termina siendo reactiva. En cambio, una diplomacia sostenida, que no se dirija al gobernante boliviano, fortalece la posición e imagen chilena ante la comunidad internacional. Fuente: El Mercurio 01.08.2015 (Editorial) 5. Grave acusación de Bolivia El presidente de Bolivia realizó duras imputaciones en contra del cónsul de Chile en La Paz, acusándolo de estar detrás de actividades conspirativas para desestabilizar al gobierno, insinuando que podría ser declarado “persona no grata” y, por lo tanto, expulsado del país. El Mandatario no entregó ningún antecedente que justificara tan graves cargos, pero sí afirmó que “Chile, por la cuestión del mar, siempre ha buscado nuestra inestabilidad política”. La reacción del gobierno chileno frente a este nuevo e injustificado ataque fue justa y proporcionada. La Presidenta de la República señaló que dichas actitudes “no son aceptables”, mientras que el canciller cerró acertadamente la polémica: “Qué más se puede decir, nos vemos en La Haya”. Resulta lamentable que los esfuerzos por retomar un diálogo constructivo y de integración con Bolivia se vean permanentemente entorpecidos por este tipo de actitudes. Hace unos días el gobierno de Evo Morales señaló que evaluaba la posibilidad de hacer una propuesta para retomar las relaciones diplomáticas con Chile. A la luz de este incidente, y de muchos otros exabruptos del presidente boliviano, parece obvio que no existe tal intención, y que lo que se busca es sacar una ventaja mediática en favor de la demanda de mediterraneidad boliviana. A partir de lo expresado por las máximas autoridades chilenas, es indispensable que este sea el punto de partida de una nueva etapa donde nuestra Cancillería redoble sus esfuerzos por entregar toda la información que funda la posición chilena, y salga al paso de cada una de las infundadas pretensiones de Bolivia, en cada uno de los foros internacionales disponibles. Un primer destino natural de estas gestiones debe ser el 6 Estado Vaticano -al que el gobierno de Morales intenta involucrar en su causa-, de manera que se advierta la inconsistencia de los discursos que se han pronunciado desde La Paz. Fuente: El Mercurio 06.08.2015 (Editorial) 6. Dichos de Evo Morales, por Fernando Salas Las recientes declaraciones del Presidente de Bolivia, Evo Morales, vuelven a tensionar las ya complejas relaciones con ese país. Esta vez, al cuestionar la labor del cónsul General de Chile, Milenko Skoknic, un embajador de carrera, de impecable y reconocida trayectoria diplomática. No puede molestarle al gobierno boliviano que nuestro representante desarrolle labores esenciales para cualquier diplomático en su función en el servicio exterior. Las infundadas acusaciones de “conspiración” basadas en supuestas reuniones con políticos, superan todo límite, tal como afirmó el canciller Heraldo Muñoz. Es en este tipo de misiones donde más se requiere un elevado manejo diplomático, y sobre todo el profesionalismo y experiencia de los funcionarios del servicio exterior, quienes están preparados para enfrentar escenarios delicados, complejos, y a veces adversos. Lamentamos esta seguidilla de provocaciones que en nada ayudan a avanzar hacia una relación normal entre ambos pueblos. La diplomacia es justamente la vía para propiciar acercamientos y suavizar las diferencias, pero si se pierde el respeto por la función diplomática, el camino por recorrer se ve cada vez más largo y cuesta arriba. Fuente: El Mercurio 06.08.2015 (Cartas – El autor es presidente de la Asociación de Diplomáticos de Carrera) 7. Declaraciones del canciller, por Juan Salazar Sparks Entiendo el malestar del canciller Muñoz frente a la persistente campaña de desinformación del Presidente Evo Morales en el tema de la mediterraneidad con Chile. También pareciera conveniente la firmeza del ministro, dado que le resulta popular ante una opinión pública que no maneja los detalles de la estrategia mediática boliviana. Es decir, le reditúa políticamente. Sin embargo, Muñoz se equivoca. Decir que los jueces de la Corte Internacional de La Haya y el Papa Francisco deben tomar nota del comportamiento boliviano, o bien, que Evo Morales se ha pasado de la raya y -por tanto- "nos vemos en La Haya", es admitir indirectamente- que ese tribunal tiene competencia en la reclamación altiplánica y que el Pontífice tiene algún rol en el asunto. Un error previo fue ofrecer relaciones diplomáticas aquí y ahora (la idea original del Presidente Lagos fue en otro contexto y circunstancia), puesto que Bolivia es responsable del rompimiento y el que debería tomar la iniciativa, si le interesa el diálogo bilateral. En suma, el canciller chileno debe cuidar -en su diplomacia pública- de hacerle el juego a la estrategia boliviana. A La Paz no le interesa alcanzar un buen entendimiento con Chile, ni siquiera le importa el fallo de La Haya, puesto que solo apunta a crear un clima internacional enrarecido que favorezca su causa irredentista Fuente: El Mercurio 07.08.2015 (Cartas - El autor es Embajador) 8. El innombrable, por Hernán Felipe Errázuriz La estrategia de la diplomacia chilena con Bolivia se ha empeñado en polemizar repetidamente con aquel Presidente. Es un hombre perturbado. En estos días ha 7 demostrado nuevamente su paranoia: acusó de espionaje a periodistas chilenos que reporteaban en Bolivia; amenazó con expulsar al cónsul de Chile en La Paz por cumplir con su trabajo de hacer visitas de cortesía a autoridades regionales, y atribuyó a un plan chileno la huelga de Potosí, región postergada, con una cesantía del orden del 40%. Incluso pretendió la responsabilidad del Gobierno de Chile por la publicidad de una empresa de telecomunicaciones británica, de capitales finlandeses, con operaciones en Chile. En cada uno de estos casos, sin que fuera necesario, hubo un pronunciamiento de las autoridades nacionales. La Presidenta y la Cancillería no deben exponerse a responder a las fastidiosas amenazas, delirios y agravios del Presidente de los cocaleros. Su agresividad lo descalifica y su rupturismo no se contiene replicando a sus ataques verbales. Las acciones episódicas terminan siendo reactivas. El Presidente altiplánico busca que sigamos su juego mediático para eternizarse en el poder y atribuirse legitimidad, protagonismo y respaldo de personeros y foros internacionales. No hay que darle en el gusto. Hay que ir por otro lado. "Miente, miente, que algo quedará; cuanto más grande sea una mentira, más gente la creerá". Esa machaconería la utiliza el Presidente vitalicio de Bolivia para provocarnos. Tampoco hay que sorprenderse de que reciba apoyo mientras su falsa victimización no se desenmascare. Ya sabíamos -o debíamos saber- que el Papa Francisco cuando se llamaba Jorge no era neutral en la reclamación boliviana. Poco o nada podíamos hacer para que no se aprovechara ese Mandatario que no quiero mencionar. Ha llegado el momento de ignorar al Presidente de marras y dejar que se quede hablando solo. Mientras tanto, la diplomacia nacional debe seguir con su trabajo de divulgar la correcta narrativa expuesta en La Haya. El mensaje sobre los derechos territoriales de Chile, de los que tribunal alguno puede disponer, debe ir acompañado de la difusión de la institucionalidad y los valores políticos, culturales y sociales chilenos. La diferencia con Bolivia y su gobierno es obvia. No es una comparación odiosa: es la realidad proveniente de los pésimos gobernantes bolivianos. Chile más que duplica a Bolivia en embajadas residentes y en misiones en el exterior. Estamos en condiciones de aplicar una diplomacia tanto pública como silenciosa, ambas despersonalizadas del falso mesías boliviano, destinadas a fortalecer la posición e imagen chilena ante la comunidad internacional. Ha llegado el momento de ignorar al Presidente de marras y dejar que se quede hablando solo Fuente: El Mercurio 08.08.2015 9. Declaraciones del canciller, por Alfredo Labbé Quisiera aclararle al embajador retirado Juan Salazar Sparks, autor de una carta publicada ayer, que la advertencia que hizo el canciller Heraldo Muñoz a las autoridades bolivianas en el sentido de que los jueces de la Corte Internacional de La Haya y el Papa Francisco debían tomar nota del comportamiento reciente boliviano, y su afirmación de que "nos vemos en La Haya", distan mucho de reconocer -sea directa o indirectamente- la competencia de ese tribunal para conocer y fallar la demanda presentada por Bolivia contra Chile. Un profesional de carrera de la Cancillería, aunque esté retirado, debería haber tomado nota hace tiempo de que Chile, a través de una excepción de carácter preliminar, objetó la competencia de la Corte, recurso que está pendiente de resolución. Obviamente, tanto Chile como Bolivia deberán concurrir ante el alto tribunal para conocer su fallo, por lo 8 que la referencia a esa comparecencia de ninguna manera representa un reconocimiento indirecto de su competencia. La solidez de la argumentación chilena en el sentido de cuestionar la competencia de la Corte fue reconocida ampliamente en Chile. Por otra parte, calificar como un error ofrecer relaciones diplomáticas a Bolivia es cuestionar lo que Chile siempre ha sostenido bajo gobiernos de distinto signo político. Nuestro país practica y favorece el diálogo con sus vecinos, sin condiciones, y con pleno apego a los tratados vigentes. El hecho de que Bolivia haya sido responsable del rompimiento de las relaciones no altera ese principio básico de nuestra política exterior y no nos resta capacidad de iniciativa en este sentido. Por último, cabe hacer notar que los argumentos del señor Salazar coinciden con la interpretación tendenciosa de este episodio que hizo una alta autoridad boliviana y se apartan de la política de Estado que ha caracterizado a nuestro país en esta materia. Fuente: El Mercurio 08.08.2015 (Cartas – El autor es embajador y director general de Política Exterior Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile) 10. Chile-Bolivia: diplomacia bajo asedio La lluvia golpeaba con fuerza sobre la carpa blanca que cubre el pequeño jardín de la residencia de la cónsul de Bolivia en Chile, Magdalena Cajías, en calle San Damián, en Las Condes, apagando por momentos el sonido de su voz mientras hablaba del proceso de “reparación de las injusticias históricas” -sociales, culturales y económicas- que vive su país desde la llegada del gobierno de Evo Morales. “El concepto de reparación es también el que nos ha llevado a plantearnos ante la Corte Internacional de La Haya para el caso de injusticia de más de 100 años, que fue la pérdida de nuestro acceso soberano al mar”, dijo Cajías el jueves 6, en un breve discurso, con motivo de la celebración del Día de la Independencia de Bolivia, rompiendo el silencio que ha mantenido sobre el tema de la demanda marítima desde que llegó a Chile, en abril del año pasado. Lo hizo, eso sí, en un ambiente protegido. En su casa y ante unos 30 invitados, entre los que había embajadores y representantes de misiones extranjeras acreditadas en Chile, unos pocos chilenos y otros tantos bolivianos. “Creemos en la importancia del diálogo que se ha propuesto en la corte, en la posibilidad de diálogo con nuestros vecinos, que lamento sientan que se les está agrediendo cuando pedimos este derecho a la reparación. Pero es un derecho a la reparación a través del diálogo, el que siempre vamos a plantear desde una perspectiva pacifista, desde una perspectiva de integración, desde una perspectiva latinoamericana, sudamericana y mundial, porque los pueblos tienen que encontrar soluciones y tienen que encontrar la posibilidad de debatir sobre lo que los separa”, argumentó la diplomática boliviana. “Creemos firmemente que más allá de los dimes y diretes que pueden producirse a diario, estamos en condiciones entre Bolivia y Chile de restablecer en algún momento nuestras relaciones y sentarnos de manera franca y sincera a debatir nuestros problemas”, dijo Cajías al finalizar su mensaje. En el jardín, bajo la carpa blanca que con dificultad resistía el fuerte temporal, el director de política consular de la Cancillería chilena, Jaime Bascuñán, escuchaba en silencio. Era el único representante del gobierno en la ceremonia. Una señal clara del tenso momento que pasan las relaciones entre Santiago y La Paz desde hace casi un mes y que esta semana llegó a un punto crítico, tras la amenaza lanzada por el Presidente Evo Morales de expulsar al cónsul general de Chile en Bolivia, Milenko Skoknic. 9 “Chile, por la cuestión del mar, siempre buscó la inestabilidad política. Sospechosamente estos días, esta semana que se va (la entrevista con Morales fue el 1 de agosto), el cónsul de Chile estaba viajando a todos los departamentos, no sé si hay que declarar persona non grata a ese cónsul, buscando a autoridades y dirigentes. No sé si son sus atribuciones, vamos a analizar profundamente esta andanza del cónsul chileno”, dijo el mandatario paceño. Al momento de conocerse las acusaciones de Morales, el canciller David Choquehuanca se encontraba en Italia para asistir a la inauguración del stand de Bolivia en la Expo Milán. No sabía de las críticas que el Presidente había lanzado contra Skoknic. Hasta ese momento, aseguran fuentes de la Cancillería boliviana, en el ministerio no existía una queja, mucho menos una investigación sobre el desempeño del diplomático chileno, ni de sus reuniones con tres autoridades departamentales -de las cuales dos son oficialistas- o con dirigentes gremiales. La tarea que tenía Choquehuanca por delante respecto de Chile era otra y la había anunciado el mismo Evo Morales el lunes: Preparar una propuesta formal para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas rotas en 1978 y que fijara mecanismos para discutir el tema del mar. Pero las acusaciones de Morales contra el cónsul chileno abortaron la propuesta. “Todas las cosas tienen un límite”, respondió airado el canciller Muñoz al presidente boliviano. “Que la Corte de La Haya tome nota y que el Papa tome nota: nuestro ofrecimiento de diálogo es respondido con una amenaza de expulsión de nuestro cónsul general”, añadió. “Qué más se puede decir, nos vemos en La Haya”, concluyó Muñoz, frase que se interpretó como un portazo a la idea de Morales de enviar a Chile una propuesta formal. Secuelas del hermano Francisco Fue el 8 de julio cuando el Papa Francisco, en medio de su visita a Bolivia, de manera sorpresiva instó a Chile y Bolivia a resolver los temas pendientes a través del diálogo. “Estoy pensando en el mar. Diálogo. El diálogo es indispensable”, indicó el jerarca de la Iglesia Católica. La intervención del Sumo Pontífice, sumado a la fuerte ofensiva que ha desplegado Bolivia ante la comunidad internacional en favor de su demanda marítima, obligaron a la Cancillería chilena a una jugada compleja y rápida. Tras un intercambio de opiniones vía WhatsApp con algunos de sus asesores más cercanos, entre los que se cuentan Alberto van Klaveren; su jefe de gabinete, Aníbal Barría; Carlos Portales, Angel Flisfish, Luis Maira y Juan Somavía y, después de conseguir la autorización de la Presidenta Michelle Bachelet, el canciller Heraldo Muñoz planteó a través de la prensa que Chile estaba disponible para restablecer de inmediato y sin condiciones las relaciones diplomáticas con Bolivia. Diplomáticos chilenos admiten que la estrategia permitía salir del atolladero en que quedó Chile tras el llamado del Papa Francisco, trasladando a Bolivia la responsabilidad de poner obstáculos al diálogo. Según los análisis que se hacían en Cancillería, era difícil que el gobierno de Morales aprobara la invitación, sin fijar condiciones que la hicieran inviable. Además, no tenía costos negativos para la defensa chilena ante los jueces de la Corte de La Haya. Tal como habían previsto en Santiago, la proposición informal descolocó a Evo Morales, quien reaccionó con violencia, acusando al canciller chileno de faltar a la verdad. Debieron pasar un par de días para que la Cancillería paceña matizara la respuesta. Ahora se mostraban disponibles, siempre y cuando el restablecimiento de las relaciones 10 diplomáticas condujera a encontrar una solución a la demanda de salida soberana al mar. Condición que fue rechazada de inmediato por el canciller Muñoz. Esfuerzos del agente boliviano El 27 de julio, Evo Morales invitó a los ex presidentes bolivianos a una reunión en Palacio Quemado. El objetivo era sumar a los opositores Jaime Paz Zamora (socialdemócrata) y al derechista Jorge Quiroga a la ofensiva comunicacional por la demanda marítima. El primero aprovecharía sus contactos en Europa y con la Internacional Socialista; el segundo, sus redes en Estados Unidos. Pero en la cita, a la que también concurrieron el canciller Choquehuanca y el agente paceño ante la Corte de La Haya, Eduardo Rodríguez Veltzé, también se discutió extensamente la respuesta que había dado hasta entonces Bolivia a la idea de restablecer relaciones diplomáticas con Chile. En ese punto, afirman fuentes diplomáticas paceñas, hubo discrepancias. El canciller, Paz Zamora y, en especial, Rodríguez Veltzé se habrían inclinado por flexibilizar la respuesta original para no aparecer ante la comunidad internacional como un intento de obstaculizar la normalización de relaciones diplomáticas con Chile. Morales no habría estado de acuerdo. Bajo presión de grupos del MAS, que están alentando la reelección del mandatario para el período 2020-2025, lo que obligaría a modificar la Constitución, Morales se inclinó por establecer nuevas condiciones, a fin de aceptar elevar a nivel de embajadores las relaciones con Chile: que en cinco años se solucionara el acceso soberano al mar y que el Papa fuera garante de esas conversaciones. En La Paz, diplomáticos que conocieron ese debate señalan que el ex Presidente “Tuto” Quiroga apoyó con entusiasmo esa fórmula, tal vez, añaden las fuentes, como una forma de dejar en el pasado el hecho de que durante su gestión se avanzó con el entonces Presidente Ricardo Lagos en la negociación de un enclave sin soberanía para exportar gas boliviano desde territorio chileno. Otros, como Rodríguez Veltzé, advirtieron que la propuesta tal como estaba planteada sería inviable. El sábado 1 de agosto, el agente boliviano ante la Corte de La Haya dio una extensa entrevista en un canal de televisión, en la que afirmó que la reanudación de relaciones diplomáticas no era incompatible con el juicio que se ventila en el Tribunal Internacional de La Haya. Pero lo que más llamó la atención en Chile fue el hecho de que propusiera como única condición para normalizar las relaciones entre estados el que se estableciera una aproximación al diálogo marítimo. Cercanos a Rodríguez Veltzé afirman que aunque el agente y ex presidente de la Corte Suprema no había recibido instrucciones precisas del canciller Choquehuanca para plantear eso, sí habían conversado previamente los parámetros en los que se podía mover. El agente boliviano fue más allá en sus esfuerzos. El fin de semana se contactó con un diplomático chileno al que había conocido en enero, en Zambia, durante una reunión de trabajo del grupo de países sin litoral, para establecer una vía de comunicación entre las cancillerías de Bolivia y Chile. La idea era lograr un acuerdo que satisficiera a Santiago y La Paz, el que permitiera el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países con el concepto de aproximación al diálogo en el tema del mar. Tanto Choquehuanca como Muñoz eran informados de estas tratativas. Aunque el canciller chileno no tenía muchas expectativas de éxito. 11 Los esfuerzos parecían ir bien encaminados hasta el martes 4 en la mañana, cuando el Presidente Morales amenazó con expulsar al cónsul chileno en Bolivia, desatando un nuevo temporal, cuyo golpeteo, como el del jueves 6 en la tarde, parece ahogar las voces de quienes creen, “más allá de los dimes y diretes que se producen a diario”, que Chile y Bolivia en algún momento normalizarán sus relaciones diplomáticas. Fuente: La Tercera 09.08.2015 – Reportajes 11. Impasse diplomático con Bolivia, por Fernando Wilson L. No contento con montar una campaña comunicacional estridente y que no se ajusta a la realidad, o de supeditar cualquier oferta chilena de reanudar relaciones al otorgamiento de una salida al mar, el Presidente boliviano manifestó su frustración amenazando expulsar al cónsul chileno en La Paz, quien supuestamente complotaría contra su gobierno. Si bien antes ya había acusado a periodistas chilenos que cubrían las reacciones bolivianas a los alegatos ante la Corte Internacional de Justicia, de ser partes de un aparato de inteligencia, la situación que se generó esta semana demuestra que Evo Morales está dejando atrás la racionalidad entre objetivos y métodos, poniendo énfasis en sus aspiraciones políticas antes que en su cargo como Jefe de Estado. Busca consolidar su liderazgo con prescindencia de todo lo demás. Nuestra contraparte ya no está embarcada en un proceso jurídico o en las relaciones internacionales, sino en perfilar un liderazgo populista de izquierda, que ve con posibilidad de florecer ante la ausencia que dejó Hugo Chávez y los problemas de otros presidentes de ese signo como Rafael Correa o la propia Dilma Rousseff. Una situación como la descrita va mucho más allá del proceso ante la Corte Internacional por la salida al mar, y se vuelve más seria cuando el propio Morales advirtió que “ni nos imaginábamos “ todas las opciones que tiene para proseguir su reclamo contra Chile si los resultados en La Haya son adversos. Esto supone analizar el problema de una forma muy diferente, partiendo de la base que el adversario no es Bolivia, sino Evo Morales y sus aspiraciones políticas. Implica, además, reconocer que el plan de acción de este debate se dará en la política y la prensa más que en los estrados de la CIJ. El debate nacional se está quedando peligrosamente atrapado en la reacción, sin contar con una definición que vaya más allá de seguir litigando en La Haya. Corremos el riesgo de ser superados en una carrera que ni siquiera estamos asumiendo que se está corriendo. Fuente: La Tercera 09.08.2015 (Cartas – El autor es profesor Facultad de Artes Liberales Universidad Adolfo Ibáñez) 12. Frente a Bolivia, serena difusión de la verdad Se ha conocido una nueva ofensiva comunicacional boliviana, consistente en la distribución en su aduana de un folleto para quienes viajan a Chile. Recurriendo a consabidas falsedades, el documento, de cuidadosa edición, vuelve a cuestionar la postura defendida por nuestro país frente a la demanda en La Haya. Ciertamente, Chile no puede admitir que su posición siga siendo tergiversada ante la opinión pública internacional. La experiencia del juicio con Perú ya demostró que los jueces de La Haya no fallan ateniéndose solo a razones de derecho, sino que sus posiciones son influidas por otros factores, incluidos los comunicacionales. Por lo mismo, urge que la ciudadanía y los gobiernos de países amigos tengan claridad respecto de la solidez jurídica de nuestros argumentos, pero también de los diversos beneficios que se le otorgan a Bolivia y que distan con mucho de la imagen falsa de nación agresora y abusiva que la propaganda altiplánica intenta proyectar respecto de Chile. 12 Es importante que nuestro país pueda acreditar una línea de serena difusión de la verdad en esta materia. Con ese objetivo se ha contratado a una agencia internacional de comunicaciones. Cabe esperar conocer los frutos de su trabajo. Fuente: El Mercurio 16.08.2015 (Sub editorial) 13. Evo contra Chile: así comenzó todo, por José Rodríguez Elizondo Parte importante de la diplomacia de negociación consiste en despistar sobre los objetivos estratégicos reales del Estado, hasta que llega el momento de la verdad. Respecto a nuestros conflictos con Perú y Bolivia, post-Guerra del Pacífico, el primer gran momento de ese tipo fue la firma del tratado con Perú de 1929. Allí fijamos la frontera común y nos sinceramos respecto a lo que definimos como “la única dificultad pendiente”. Esta era la aspiración genética boliviana (1825) de acceder al mar por TacnaArica. En ese contexto se produjo “la partija”. Tacna volvió al Perú, Arica quedó para Chile y un Protocolo Complementario blindó la solución limitando la disponibilidad soberana sobre ambos territorios. Estos no podrían ser cedidos a una “tercera potencia” –que sólo podía ser Bolivia– en todo o en parte, salvo “previo acuerdo” entre los Estados firmantes. Un ex presidente boliviano definió este acuerdo con una metáfora: “Chile puso un candado al mar para Bolivia y entregó la llave a Perú”. Técnicamente ese blindaje fue una alianza, con base en un estatuto especial para dos provincias y así lo entendieron los presidentes Augusto Leguía y Carlos Ibáñez. El primero, al costo de enfrentar la ira de sus nacionalistas radicales, para quienes Arica era “la provincia cautiva”. Perú, decían, la había defendido desde 1825, precisamente contra Bolivia y Leguía ahora la cedía al ex enemigo común. Para Ibáñez el costo fue contradictorio: por un lado, porque al devolver Tacna renunciaba a los derechos que le daba la victoria, según el espíritu de la época. Por otro lado, porque al recuperar la contigüidad con Perú, Chile renunciaba a una buffer zone (espacio tapón) que le diera mayor profundidad estratégica en caso de un nuevo conflicto. En cuanto negociación clásica, los futuribles positivos –entre los cuales se cuenta la cooperación en los mercados del Pacífico– equilibraron las concesiones mutuas y fueron decisivos. Pero, aunque el tratado se mantiene hasta hoy y eso ha permitido que Chile y Perú sean socios en la Alianza del Pacífico, su alianza no se sostuvo. A fines de los años 40, cediendo a la presión boliviana para romper “el candado” y a la “comprensión” de los EE.UU., Chile decidió negociar directamente con Bolivia la cesión de un corredor soberano por Arica. Esto suponía “interpretar” el Protocolo, entendiendo que un previo acuerdo chileno-boliviano equivalía a un previo acuerdo chileno-peruano, siempre que se obtuviera la posterior “anuencia” del Perú. La mochila del "tema pendiente" El giro no pasó colado. Perú envió señales de que no habría tal anuencia, pues el nuevo orden de los factores alteraba el producto. Su previo acuerdo con Chile, como aliados, mutaba en un veto eventual y en solitario, esto es, en la posibilidad antipática de rechazar lo que negociaran chilenos y bolivianos. Si los chilenos no hemos visto este decurso con claridad, se debe a que escondimos los errores del pasado bajo la alfombra de las racionalizaciones jurídicas. Por esa vía, los conflictos de poder mutaron en controversias sobre el derecho de los tratados, nuestra diplomacia delegó funciones en asesores y litigantes jurídicos, mientras los jueces de la CIJ torcían la nariz a la Carta de la ONU para intervenir en la política exterior de tres Estados miembros del sistema. 13 La prensa chilena de la época también lo vio así. El Mercurio, en su editorial del 3.9.1950 advirtió que la inserción de un corredor boliviano entre Chile y Perú “no sólo pone en peligro los frutos que se pretendieron alcanzar con dicho tratado (de 1929) sino, además, la existencia misma de éste”. Igual franqueza empleó el ex canciller Conrado Ríos Gallardo, negociador de ese instrumento: “Creamos un precedente que nadie sabe a dónde nos puede conducir en el porvenir (…) sobre la frontera chileno-peruana no existían nubes y es posible que hoy las haya”. En definitiva, el corredor quedó como una expectativa frustrada para Bolivia, pero el mal paso de Chile terminó con su alianza con Perú. Así, mientras en La Paz se celebraba la ruptura del “candado”, en Lima comenzó a sostenerse que la mediterraneidad boliviana no era tema propio y Santiago se encontró con la pesada mochila de “el tema pendiente”. Vista por el retrovisor, la secuencia negativa para Chile aparece con nitidez: en 1952, Perú se negó a ratificar la fórmula de su ex presidente José Luis Bustamante, sobre el paralelo como límite de la frontera marítima. En 1976, en lugar de vetar los acuerdos de Charaña, propuso ampliar su presencia en Arica. En 1986, informó que no había tratado de frontera marítima chileno-peruana. En 2008, terminó demandándonos en La Haya, para obtener 22 mil kilómetros cuadrados adicionales de océano. Bolivia, por su parte, volvió a internacionalizar la idea de que su mediterraneidad era un “tema pendiente” para Chile, consiguió ventajas bilaterales en sendas negociaciones con Chile y Perú, rompió relaciones con Chile, condicionó la reanudación a una cesión de soberanía chilena, declaró retóricamente “muerto” el tratado de 1904 y terminó subiéndose por el chorro de la judicialización peruana. Para este efecto, endosó al organismo judicial de la ONU la tarea de obligar a Chile a negociar su salida soberana al mar (sin mencionar Arica). El derecho contra la transparencia Si los chilenos no hemos visto este decurso con claridad, se debe a que escondimos los errores del pasado bajo la alfombra de las racionalizaciones jurídicas. Por esa vía, los conflictos de poder mutaron en controversias sobre el derecho de los tratados, nuestra diplomacia delegó funciones en asesores y litigantes jurídicos, mientras los jueces de la CIJ torcían la nariz a la Carta de la ONU para intervenir en la política exterior de tres Estados miembros del sistema. No hay recetas sobre cómo salir, rápido, de este embrollo triple, pues nunca hay soluciones simples para los problemas complejos. Con todo, puede sospecharse que el inicio de cualquier solución está en la transparencia. No puede haber diagnóstico certero ni imaginación prospectiva, si no se reconoce el pasado como lo que fue. Revisitar a Ibáñez y Leguía Mucho alegato podría ahorrarse si esa transparencia llegara. Si hasta parece de realismo mágico que, hasta ahora, ni en Santiago, ni en Lima ni en La Paz se haya mencionado que el objetivo real de la demanda boliviana está en Arica. Una sola excepción conozco y reconozco, como muestra de encomiable honestidad intelectual. Se trata de un texto del ex Presidente boliviano Carlos Mesa, escrito (obviamente) antes de ser designado vocero por Evo Morales. Entre otros párrafos importantes, Mesa dice que “el nudo gordiano de la traumática historia trilateral que nos tiene trabados a Chile, Perú y Bolivia, es Arica (...) no hay otro camino si no queremos ir al absurdo impracticable de partir en dos el territorio de Chile”. Por eso, junto con exponer nuestras “sólidas razones de derecho” ante un tribunal incompetente, parece prioritario que la diplomacia chilena recupere la memoria histórica y la comunique. De hacerlo, terminaría una era de bilateralismo ficticio, “la única 14 dificultad pendiente” ingresaría al marco del trilateralismo y tendríamos un momento de la verdad similar al de 1929. En tal caso, Chile recuperaría la iniciativa perdida y estaría en condiciones de desencadenar un proceso virtuoso. Este partiría por una diplomacia de negociación, en el marco de una estrategia de acción, orientada hacia una relación chileno-peruana de calidad, que refleje la realidad de Arica. Paralelamente, ello supondría abandonar la jusdiplomacia y asumir que las confianzas y desconfianzas internacionales se desarrollan como procesos y no como sucesos de una sola generación. Además y aunque nos mortifique el antichilenismo de Evo Morales, en esa hipótesis de acción debiéramos revisar el espíritu de exclusión de Bolivia. A 86 años de distancia del Protocolo Complementario, bien podría cambiarse por un espíritu de inclusión, expresado en la propuesta de una política chileno-peruana común, para potenciar el acceso boliviano al mar. El interés nacional boliviano no debiera ser antagónico con una eventual participación societaria en la Alianza del Pacífico En síntesis, si ayer no comprendimos a cabalidad el talante visionario de Leguía e Ibáñez, es hora de reparar esa insuficiencia. Fuente: El Mostrador 18.08.2015 14. La academia, el mar, la esquizofrenia, por Andrés Ajens La semana pasada se realizó en el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago un alucinante encuentro chileno-boliviano de historiadores, cientistas sociales y por demás gente anómala, alentado por personalidades académicas de ambos países. Alucinante: por las cosas que se oyeron a estas alturas del partido en boca de algunos doctos soi-disants académicos. El primer día escuchamos piezas de antología. Un profesor chileno, de apellido Concha (tal cual), nos quiso convencer que el Tratado de 1904, suerte de Constitución de 1980 que aun rige sin modificación alguna las relaciones entre Bolivia y Chile, había sido un tratado alcanzado sin coacción… Es decir, que Bolivia, luego de que las tropas chilenas invadieran su litoral y se apoderaran de extensísimos territorios y que, a la fecha, aun contaban con el poder de bloquear todas las exportaciones de estaño y demás minerales bolivianos por el Pacífico, actuó libremente al ceder a perpetuidad todas sus costas y tierras invadidas. Es tan comprensible como incomprensible que tales discursos los oigamos hoy de parte de la Cancillería chilena, ¿pero del “mundo académico”? Más tarde un cientista político de la Universidad de Concepción, de apellido Mendoza, que hizo gárgaras de “realismo” analítico, argumentó que el fracaso de las negociaciones de Charaña (1975-1978) tenía un solo responsable: el gobierno de Bolivia. ¿No será mucho? Agregó más tarde que, al invadir Bolivia en 1879, el gobierno de Chile no hizo sino resguardar su seguridad como cualquier persona lo haría; cuando le pregunté qué seguridad de Chile estaba poniendo en cuestión entonces el gobierno de Bolivia, el tipo se quedó mudo por un instante y luego solo atinó a reírse para sí mismo. Ante la indignación de los académicos bolivianos presente y demás gente anómala, un tercer académico chileno, con cara de Jovino Novoa, intervino para decir que nunca es bueno dejarse llevar por el resentimiento… (No hubo caso: este nuevo Jovino nunca entendió la distinción entre indignación y resentimiento). Además, según él, las tropas chilenas jamás habían invadido territorio boliviano. Es decir, lo habían invadido, pero en realidad no lo habían invadido… 15 ¿Hasta qué punto algunos académicos-políticos chilenos tienen tan internalizada una concepción burda de la Raison d’État a la hora de intentar vendernos su descompuesto charqui decimonónico? (Supuesto “realismo” en el análisis que no es sino un idealismo de poca monta y aun cortoplacista). ¿Qué está pasando en la relación Chile-Bolivia? Aparentemente nada. Todo parece inmóvil como las aguas fijas de un charco nauseabundo. Todo parece una repetición sin fin de la nota que el embajador chileno en La Paz, Abraham Koenig, le hizo llegar formalmente al gobierno boliviano el 3 de agosto de 1900, en la que argumentaba que como Chile había vencido en la guerra tenía el derecho a imponer sus condiciones a los vencidos. Que eso siempre había sido así y debía seguir siéndolo… Así que Bolivia se podía ir olvidando para siempre de un puerto en el Pacífico… Esta repetición infinita de la Realpolitik más burda no habrá sido, sin embargo, nada. Ocurre que este mismo argumento, utilizado en las relaciones “externas”, lo habrá retomado años después Pinochet en el plano “interno”. Decía a menudo el dictador: nosotros ganamos una guerra (se refería a la autoasumida guerra contra “el marxismo” interno), así que no nos vengan a hablar de detenidos desaparecidos… Como el embajador Koenig, Pinochet se atenía al realismo burdo de la mera armada fuerza. Ya sabemos en qué terminó Pinochet. Y, especialmente, en qué terminó ese argumento suyo. Pese a todos los esfuerzos desplegados por la Dictadura, la ley de (auto)Amnistía de 1978 ha quedado de facto y de iure inoperante. La figura jurídica del “secuestro permanente”, por de pronto, logró impedir que los crímenes no fueran investigados y, en muchos casos, sentenciados. Por mucho que la derecha aun reclame que se trata de una “ficción jurídica”: ficción o no (y por lo demás es impensable un ordenamiento jurídico carente de toda “ficción”), hasta hoy tiene efecto jurídicos bien “reales”. Algo parecido ha pasado con la Constitución de 1980 (que es en el plano interno, como decíamos, lo que el Tratado de 1904 es a las relaciones con Bolivia): ha sido modificada en varias ocasiones, por más que una nueva elaboración constitucional sea una tarea aún pendiente. La actual dirigencia política chilena (y no solo política, también académica, cultural, etc.): o desmonta en el plano de las relaciones externas lo que hasta cierto punto desmontó en el ámbito político interno, o desde ya vaya consiguiéndose un/a siquiatra competente, porque el brote de esquizofrenia histórico-política no se lo ahorrará nadie. Por decir: o cuestiona la ficción histórica que aun se cuenta, o, que se apreste a compartir el destino de los Mamos Contreras. Fuente: El Desconcierto 19.08.2015 15. Autoritarismo y reelección Evo Morales recibió uno de los ataques más duros a su autoritarismo desde el ángulo de un inesperado antagonista: Carlos Mesa, el ex presidente y vocero de la demanda marítima, quien ha recorrido el mundo exponiendo la posición de Bolivia en el contexto del juicio contra Chile en La Haya. "Cuando un gobierno decide unilateralmente establecer la valoración de lo que es verdad y es mentira, de lo que es responsable e irresponsable, de lo que es politizar o no politizar, se convierte en árbitro discrecional de los demás, y lo hace en los temas más sensibles de los derechos de los ciudadanos, la libertad de conciencia, la libertad de pensamiento y la libertad de expresión". El artículo de Mesa, publicado en su blog, sorprende por la valentía de este ex opositor, devenido en aliado del gobierno para promover la causa boliviana, quien arriesga el ostracismo, tal como le ocurrió a Armando Loaiza, embajador en el Vaticano y ex 16 canciller, luego de que hiciera unas declaraciones a TVN, que no fueron del gusto del gobierno. Los planteamientos del vocero aparecen en el contexto de una arremetida de Evo y su vicepresidente, Álvaro García Linera, contra ONG bolivianas y extranjeras (que podrían ser expulsadas "si se entrometen en política"), de crecientes denuncias de persecución a la prensa, y del anuncio de que se les negará publicidad estatal a los medios que "hagan política partidaria". Mesa critica con razón el uso discrecional del dinero público que le niega publicidad a la prensa que no es afín, y defiende la vocación política de esta. "Los medios tienen el derecho de hacer oposición, hacerla duramente si así lo creen conveniente, y tienen el derecho de hacer política y alinearse ideológicamente en el lugar que crean más adecuado a su visión de la sociedad". A pesar de la molestia, Evo tendrá cuidado en castigar demasiado severa y públicamente a Mesa, porque este se ha ganado un lugar en Bolivia explicando al mundo su aspiración de salida al mar. Detrás de la campaña oficial en contra de las ONG y de la prensa hay un tema clave que inquieta al gobierno: la ofensiva de estas organizaciones en defensa del medio ambiente, provocada por el giro en la política original del gobierno (a favor de la "Madre Tierra") hacia una estrategia de explotación intensiva de los recursos naturales. Evo ha dicho que no será "guardabosque de los países desarrollados", y que quienes lo critican están en la línea "del imperio norteamericano, para transnacionalizar la Amazonia" y manejarla de acuerdo al capitalismo que "ha destruido el medioambiente". Un decreto recién firmado autoriza el trabajo petrolero en reservas naturales, lo que provocó la indignación de amplios sectores indígenas y ecologistas. Las ONG en la mira han hecho trabajos en este sentido, y por eso han sido acusadas de "derechistas y aliadas del imperialismo" o de "trotskistas que se han vuelto verdes de un día para otro". De regreso de su viaje a Cuba, y por consejo de Fidel, según dijo el propio Evo, intensificará la producción de alimentos, porque "Bolivia y Venezuela pueden alcanzar a Brasil en producción de soya". García ha defendido la agricultura extensiva que requiere la deforestación de grandes áreas, señalando que está en contra de quienes quieren "que no toquemos ni un solo árbol". Mesa no fue la única voz que criticó al gobierno por su arbitrariedad. Una treintena de intelectuales de izquierda de Europa y América le enviaron una carta a García en la que califican de "gesto de autoritarismo e intolerancia" las "acusaciones y amenazas" a las ONG. Es improbable que el gobierno boliviano dé señales de aceptar las críticas y cambiar de ruta; todo indica que los esfuerzos van en la dirección de habilitar una nueva reelección de Evo en 2019, y luchará contra todo lo que se le interponga en ese camino. Fuente: El Mercurio 21.08.2015 (Editorial) 16. Zona franca de Paraguay Tres temas clave trató la Presidenta Bachelet en su visita reciente a Paraguay: los corredores bioceánicos, la eventual compra de electricidad por parte de Chile, y facilidades de acceso al mar para el país guaraní, a través de una zona franca en el puerto de Antofagasta. La antigua aspiración de unir el Pacífico y el Atlántico a través de corredores bioceánicos no ha quedado satisfecha con las iniciativas realizadas hasta ahora; por eso, para aumentar la conectividad, es relevante la ayuda que Chile prestará, en diseño y apoyo en la licitación (y quizás con recursos), a la construcción de 500 kilómetros de carretera para que se una Brasil con el Pacífico, a través del paso de Jama, en el Norte Grande. Más complicada, aunque no imposible, parece la opción de que Chile compre a Paraguay electricidad, del excedente de su central de Acaray. Este proyecto requiere negociar con 17 Argentina los permisos para las líneas de transmisión, que se sabe complican cualquier proyecto eléctrico. Es la zona franca en Antofagasta lo más llamativo de los acuerdos que firmara la Presidenta en Asunción, porque está dentro de los esfuerzos de diplomacia de cooperación en América Latina. En este sentido, presentar ideas y propuestas en una estrategia de colaboración es fundamental. Para Chile es vital el acercamiento con los países de la región, en especial en momentos en que Bolivia ha hecho una campaña mediática de difusión de su demanda marítima, exponiendo a Chile como un país indiferente a los problemas del resto del continente. El acuerdo de zona franca -que no es nuevo, porque viene de 1968, reforzado por Lagos en 2004 y por Piñera en 2013- se refiere a otorgar un espacio de 1.700 metros cuadrados en el puerto de Antofagasta donde Paraguay puede recibir y despachar mercadería, además de almacenar por 180 días (prorrogables por otros 90), sin costo, en bodegas que ya fueron inauguradas en 2005, pero que están en desuso. En Iquique, en las anteriores oportunidades, han reclamado por esta franquicia, que piensan perjudicaría su comercio con Paraguay. El Gobierno debe enfatizar que esa alarma no se justifica. Paraguay vive la misma situación de Bolivia, como "países sin litoral", los cuales, apoyados en la Convención de ONU que rige los intercambios con los países mediterráneos y fija sus derechos, han reclamado siempre, y con razón, el libre acceso al mar sin restricciones, pero, tal como lo establece esa legislación internacional, nada tiene que ver con el tema de soberanía. En junio, Bolivia trató de usar una declaración conjunta con Paraguay -en la que se mencionaban esas cláusulas de libre acceso y tránsito- como un apoyo de Asunción a su demanda, pero fue rápidamente rechazada por el gobierno de Cartes, el cual aseguró que "asume una estricta neutralidad" en el asunto. Se sabe que Paraguay ha ayudado mucho a Chile en la ofensiva boliviana al interior de Mercosur. Para el canciller chileno, dejar claro a Paraguay que "puede contar con Chile para proyectarse a la región de Asia Pacífico", y que eso es "un compromiso efectivo", es parte de la política de posicionamiento en la región. Fuente: El Mercurio 26.08.2015 (Editorial) 17. Nuestro Presidente Evo, por Juan Ignacio Eyzaguirre Entre tanta crítica, se debe reconocer a nuestros políticos el respeto por las relaciones internacionales como política de Estado. Las autoridades han sabido mantener la política exterior ajena a rencillas e intereses políticos locales. Pero también a nuestros gobernantes les ha faltado astucia para entender que otros gobiernos, entre ellos el de Evo Morales, funcionan de otra manera. Tal como ocurre en La Paz, los intereses domésticos han regido incontables episodios de política internacional. Por ejemplo, la imprudente invasión argentina a Las Malvinas no fue más que un esfuerzo desesperado de general Galtieri por legitimar su poder. Más icónica aún, la escalada sin escrúpulos de la guerra de Vietnam el ‘65 se explica por el anhelo de Johnson de pasar sus reformas sociales, inviables si se retiraba o perdía la guerra. En estos términos debemos entender el altercado con Bolivia. La demanda en La Haya, si bien parece ser un pleito jurídico, está íntimamente asociada con los asuntos domésticos bolivianos. Debemos recordar la trágica historia militar boliviana: fueron vencidos por cada vecino, perdiendo la mitad de su territorio. Esto no ayudó a crear un sentimiento patrio tan necesario para dar estabilidad a un pueblo fraccionado en múltiples naciones (con 36 18 lenguas oficiales además del castellano). Tan difícil es gobernar Bolivia que cinco presidentes habitaron el Palacio Quemado en el lustro anterior a Evo. Morales ha logrado mantener el poder, pero con tropiezos. El más importante, que casi lo bota, es justamente lo que dio origen al entuerto judicial en el que estamos metidos. La arriesgada apuesta de Evo en La Haya tiene su origen en marzo de 2011, coincidente con la caída libre de su popularidad producto del famoso “Gasolinazo”. El alto apoyo que tenía Morales en 2010 se esfumó cuando anunció el término del enorme subsidio a los combustibles que mantenía los precios artificialmente bajos, pero desangraba al fisco boliviano. Una política realista y responsable, pero que quebró la estabilidad construida en torno a su figura. Las calles ardieron. En menos de una semana, Evo se retractó completamente, pero el caos ya estaba desatado y su popularidad en picada. La mejor salida fue desviar la atención y culpar a los chilenos de los infortunios bolivianos. Desde entonces, Morales ha seguido instrumentalizando el conflicto con fines políticos domésticos. De hecho, no es coincidencia que la acusación de complot político contra el cónsul chileno suceda en medio de las protestas de Potosí. Frente a todo esto queda la pregunta: ¿Qué debemos hacer con Morales? Responder fuerte y claro: “Nos vemos en La Haya”, es justo lo que el Morales incendiario busca. Pero una respuesta débil deteriora nuestra posición diplomática y mediática. La estrategia adecuada debe fortalecer la posición de Morales en Bolivia. Debe hacer innecesario el discurso incendiario y dar una salida honrosa al diálogo. Por esto, debemos tratar a Morales con el mayor respeto y consideración. Y, ante el Morales populista, bajar el perfil del asunto aludiendo a las buenas relaciones que hemos logrado en los mejores momentos. Así, tal como en casi todo en la vida, mostrarnos humildes y abiertos, en lugar de violentos y fuertes, es como más nos fortalecemos. Fuente: La Tercera 31.08.2015 (Ideas y Debates) PARAGUAY 18. Bolivia y el Mercosur, por José Antonio Moreno Ruffinelli La incorporación de Bolivia se da en un contexto muy especial para la región. Los dos grandes países del bloque se encuentran sumidos en una grave crisis económica. Por el lado argentino, la disminución de exportaciones genera menos ingreso de divisas, con la consecuente escasez de dólares para mover la economía; una inflación alta y un crecimiento económico que será prácticamente nulo este año. Y lo que agrava aún más este cuadro, son los permanentes conflictos comerciales con el socio mayor que es Brasil. Este, por su parte, se halla también en un periodo de crisis grave. Inmerso en escándalos de corrupción, su economía se halla en franco deterioro, tanto que se estima que este año tendrá un decrecimiento de más del 1%. Deterioro que proviene de los problemas de deuda interna, sumados a una inflación alta, y retracción en las exportaciones, hechos que han generado una serie de medidas muy fuertes adoptadas con el objeto de reencauzar la economía, por parte del nuevo ministro de Hacienda asumido con el reciente mandato de la presidenta Dilma. El citado ministro tuvo que retirarlas de nuevo hace unos días porque significaba una contracción todavía mayor en su economía. Aún no se notan los resultados de esta contra-medida. Si bien es cierto que no es la primera vez que se producen crisis en estos dos países, pues debemos recordar la del real en Brasil en 1998, y la de Argentina en el 2001, los contextos internacionales de ese entonces eran muy diferentes. Los altos precios de las 19 materias primas, principales productos de exportación de los países del Mercosur; China con su crecimiento sostenido de más de 8% al año y Europa y EE.UU. sin un crecimiento espectacular, pero sí sostenido, hacían que esas tormentas que asolaban la región fueran más fácilmente controlables y hubo, en Brasil sobre todo, una recuperación rápida y mantenida hasta el año pasado. Un hecho resaltante también para el bloque regional fueron las dificultades que se desataron dentro del mismo con el ingreso de Venezuela, ingreso que fuera aprobado por una resolución del año 2008, pero sin cumplir con los requisitos establecidos por el Consejo de Mercado Común para el ingreso de nuevos socios (cosa que no se dio hasta ahora) y luego el más importante de ellos, la aprobación de los respectivos congresos de los países parte. Con Bolivia, la situación parece ser diferente. De acuerdo a las informaciones que manejamos, el mismo está cumpliendo con todos los requisitos necesarios para su correcta incorporación. Pero además políticamente, para los países pequeños, Paraguay y Uruguay, viene a ser un complemento en la lucha por mantener una suerte de equilibrio dentro del Mercosur. Nos mueven intereses comunes de modo que puede ser más fácil la complementación entre nosotros. Recordemos que hay un tratado entre los tres países, conocido como URUPABOL, que fue firmado el 25 de abril de 1963, antes de la creación de Mercosur, pero que tiene por objetivo básico buscar espacio con los países grandes para obtener negociaciones más razonables y equilibradas. Dicho Tratado fue reimpulsado el 17 de diciembre de 2010, durante una reunión de presidentes de los países integrantes de URUPABOL, realizada en las ciudades de Foz de Yguazú (Brasil) y Hernandarias (Paraguay). En dicho encuentro, ellos: “DESTACAN la vigencia jurídica y política de URUPABOL como mecanismo de coordinación y cooperación entre sus países miembros, así como su utilidad como instrumento de integración y desarrollo, complementando otros mecanismos y esfuerzos de integración que tienen lugar en la región”. Están, pues, los instrumentos internacionales disponibles como para poder articular medidas para que este tratado pueda seguir ayudando en todos los foros donde actúen los tres países. La política exterior, siempre dinámica, debe ir adecuándose a las nuevas situaciones para que ella sea eficaz y si bien por un largo tiempo URUPABOL estuvo inactivo, es hora de reimpulsarlo. Creemos pues que con Bolivia en Mercosur como socio pleno, puede darse un paso decisivo para fortalecer y recuperar el tiempo perdido con decisiones equivocadas que se asumieran en ausencia de Paraguay. Y concluimos diciendo que los errores cometidos deben servirnos de lección. Tenemos un corpus iuris Mercosur que debemos cumplirlo y respetarlo. Si volvemos a incumplirlo, creo que su recuperación será ya muy difícil. Y está claro que nuestros pueblos no pueden seguir esperando. El Mercosur fue una idea para promover desarrollo y crecimiento. No dejemos que cuestiones políticas coyunturales destruyan ese sueño. Fuente: ABC del Paraguay 03.08.2015 (El autor es ex canciller del Paraguay - Profesor universitario) 19. Encargar a los menonitas el mantenimiento de Pilcomayo Al descender a la planicie chaqueña, el curso del río Pilcomayo se vuelve errático debido a la gran cantidad de sedimentos que arrastra y lo colmata. Ante la codicia de nuestros vecinos argentinos de llevarse la mayor parte de las aguas de este río a su territorio, el Gobierno paraguayo también ha procedido a la limpieza del canal de embocadura en 20 nuestro territorio antes de la riada del deshielo a comienzos de diciembre. Lamentablemente, hasta ahora nuestros gobernantes no han adoptado una política de Estado para mantener expedito, no solo el canal de la embocadura, sino la continuación del mismo en la máxima extensión posible. Para este trabajo, el MOPC ha venido contratando a empresas viales asuncenas vinculadas a esa cartera en la construcción de rutas, sin que hayan cumplido un trabajo satisfactorio. De una vez por todas, el gobierno del presidente Cartes debería disponer que la gente que más entiende del tema, los menonitas, sea la que maneje el problema de todos años de la colmatación del Pilcomayo. El río Pilcomayo, anexado como río interior por la Argentina tras la infame guerra contra la Triple Alianza y restituido al Paraguay como límite con esa República mediante el justiciero Laudo Hayes, es un mítico curso de agua históricamente olvidado por los gobernantes de nuestro país hasta hoy día, irónicamente en un tiempo en que el agua comienza a ser considerada como el más vital insumo de la humanidad, junto con el aire que respiramos. El Pilcomayo nace en las estribaciones de la cordillera de los Andes, en el departamento de Oruro, en Bolivia. Tiene 1.100 kilómetros de largo, siendo el mayor tributario del río Paraguay por occidente. Abarca una cuenca de 270.000 kilómetros cuadrados y su caudal medio es de unos 200 metros cúbicos por segundo, pero que durante el pico de su crecida anual por aporte del deshielo de la cordillera de los Andes llega hasta los 500 metros cúbicos por segundo. Su cuenca alberga a 1.500.000 habitantes en Bolivia, 300.000 en Argentina y unos 200.000 en nuestro país. Al descender a la planicie chaqueña su curso se vuelve errático debido a la gran cantidad de sedimento que arrastra y lo colmata, desparramándose tanto hacia territorio argentino como hacia el nuestro, lo que no le permite tener un cauce natural permanente. Hasta la guerra con Bolivia, con excepción de la ribera occidental del río Paraguay, el Chaco paraguayo era un vasto y desconocido territorio poblado apenas por tribus indígenas mayormente salvajes. Recién con el establecimiento de las colonias menonitas en la región central en 1927 la civilización se adentró más allá de la margen derecha del río Paraguay. Mientras tanto, el Pilcomayo continuó siendo un río olvidado por el Gobierno del Paraguay. No así por el de Bolivia, que tras perder su litoral del Pacífico decidió buscar una salida marítima a través del río Paraguay mediante una sistemática penetración militar materializada con el establecimiento de fortines a lo largo de la margen izquierda del río Pilcomayo, bien conocido por ellos y absolutamente desconocido por nosotros. Así, desde inicios del siglo XX la ocupación militar boliviana progresó ininterrumpidamente por más de dos décadas hasta ser detenida, no por fuerzas militares paraguayas, sino por el impenetrable Estero Patiño, situado a menos de 300 kilómetros de Asunción. Recién entonces el Gobierno paraguayo decidió enfrentar la invasión boliviana, disponiendo la fundación de fortines militares de contención, hasta que estalló la guerra. Duele pensar que haya tenido que ser la guerra la que forjó nuestra conciencia pública acerca de la vital importancia del agua en el Chaco, aunque fueron los colonos menonitas los pioneros en experimentar su vital importancia para el arraigo humano en la zona, habida cuenta del escaso régimen de lluvias en toda su extensión y la consecuente aridez del suelo. Esta conciencia acerca de la necesidad de proteger los pequeños cauces hídricos, las aguadas y lagunas existentes les posibilitó vencer a la naturaleza hostil, arraigarse y prosperar hasta convertirse en enclaves de primer mundo, muy por encima de las poblaciones rurales típicas de la feraz Región Oriental. No sin sarcasmo debemos admitir que si fueron los bolivianos quienes nos hicieron conocer la importancia del río Pilcomayo como patrimonio geopolítico de primer orden, 21 fueron los argentinos los que por el absurdo nos enseñaron a optimizar su aprovechamiento. En efecto, no fue hasta que las autoridades de la provincia argentina de Formosa, violando la ley internacional, procedieron a desviar el río para llevarse todo su caudal a su territorio, dejando seca la cuenca del lado paraguayo, cuando por fin nuestro Gobierno se interesó por este estratégico curso de agua fronterizo. La enérgica reacción paraguaya hizo que las autoridades argentinas procedieran a taponar la embocadura del ilícito canal de desvío. Esto sucedió por primera vez en los últimos tiempos de la dictadura stronista, pero desde entonces los argentinos no han cejado en su empeño de llevarse subrepticiamente más de la mitad del caudal a que tienen derecho. Ante la codicia de nuestros vecinos por las aguas del río limítrofe y la creciente demanda del líquido elemento por parte de los establecimientos ganaderos asentados en la zona, el Gobierno se vio obligado a imitar a los argentinos implementando la limpieza anual del canal de embocadura del lado paraguayo antes del inicio de la riada del deshielo a comienzos de diciembre. Lamentablemente, hasta ahora nuestros gobernantes no han adoptado una política de Estado para mantener expedito, no solo el canal de la embocadura, sino la continuación del mismo en la máxima extensión posible, a fin de asegurar que la totalidad del agua que nos corresponde ingrese a territorio paraguayo para ser aprovechado por los productores rurales afincados en la cuenca. La falencia básica está dada por la mala calidad de los trabajos de destape del canal principal, que tras cada crecida del río queda totalmente colmatado con sedimentos y escombros de “palo bobo”, arbusto característico de las márgenes del río. Desde que el Ministerio de Obras Públicas (MOPC) asumió la responsabilidad de ejecutar la limpieza anual del canal del lado paraguayo para garantizar la entrada de la mitad del caudal del río que nos corresponde, la Comisión del Pilcomayo, la repartición ministerial responsable de la administración de la tarea de limpieza, ha venido contratando a empresas viales asuncenas vinculadas con esa cartera de Estado en la construcción de rutas, sin que hasta ahora ninguna de ellas haya honrado su contrato con un trabajo satisfactorio. Por el contrario, con el auge de la corrupción en el haber de las empresas constructoras viales en sus desempeños contractuales con el Estado, la limpieza anual del cauce del Pilcomayo se ha vuelto un negociado, del que sacan tajadas contratistas mafiosos y burócratas corruptos. Para salir de este círculo vicioso crecientemente perjudicial para las arcas del Estado y para los intereses de los centenares de importantes ganaderos afincados en la amplia cuenca del mítico río limítrofe con la Argentina, y que deberían apoyar esta iniciativa, el Gobierno nacional debiera encomendar el manejo de la recurrente colmatación de su cauce a quienes están más interesados y más entienden del tema: la Gobernación del departamento de Boquerón y los menonitas. Para la ejecución de los trabajos de limpieza del canal, el gobierno departamental debe proceder a la firma de un contrato plurianual con las cooperativas menonitas del Chaco Central para que ellas se encarguen, no solo de las tareas de limpieza de los tramos de canal colmatado en su embocadura y aguas abajo, sino del mantenimiento permanente de esta condición del lecho del río, a fin de que el trabajo hecho en época de estiaje no se inutilice tras la riada estacional. ¿Por qué el MOPC se emperra en mantener la Comisión del Pilcomayo en oficinas de aire acondicionado de Asunción? Por la simple razón de que aquí se manejan los guaraníes. Allá se sufren los problemas de todo tipo mientras que los burócratas de Asunción son los que cobran. Inclusive, hasta podría sospecharse que hay coimas de por medio. 22 De una vez por todas, el gobierno del presidente Horacio Cartes debería disponer que la gente que más entiende sea la que maneje el problema de todos los años de la colmatación del río Pilcomayo. No existe ninguna razón para que sea manejado desde Asunción. Fuente: ABC del Paraguay 12.08.2015 (Editorial) 20. Emigración de los menonitas dañaría seriamente al país En ocasión de un acto presidido por el presidente Horacio Cartes en el departamento de San Pedro, el ministro de Agricultura y Ganadería, Jorge Gattini, en forma increíble y cuestionable minimizó el anuncio de los colonos menonitas de la colonia Manitoba, Tacuatí, de estar decididos a vender sus propiedades y marcharse a Bolivia debido a la inseguridad reinante en la zona por acción del EPP que secuestró a uno de ellos. Aseguró que quizá uno o dos decidan irse, pero no toda la comunidad, sentenciando que si algunos abandonan el lugar, seguramente otra gente irá a trabajar en la zona. “Vendrán otros”, dijo. Las afirmaciones de este ministro van a contramano a la supuesta intención del presidente Cartes de atraer inversionistas. Porque estos pacíficos y laboriosos menonitas no están dejando el país para ir a ganar dinero en otra parte, sino que están huyendo de la rampante inseguridad reinante. Aunque tal vez Gattini tenga razón: si los menonitas se van vendrán otros: los delincuentes, los narcopolíticos, para hacer del departamento de San Pedro una “zona liberada”. Junto con otras autoridades, el ministro de Agricultura y Ganadería, Jorge Gattini, acompañó el pasado jueves 13 del corriente al presidente Horacio Cartes en su visita al departamento de San Pedro para inaugurar el puente sobre el río Jejuí y entregar 120 viviendas sociales a campesinos pobres de la zona. En la ocasión, en forma realmente increíble y cuestionable minimizó el anuncio de los colonos menonitas afincados en la colonia Manitoba, del distrito de Tacuatí, de estar decididos a vender sus propiedades y marcharse a Bolivia, debido a la inseguridad reinante en la zona por acción del EPP que secuestró a uno de ellos, Abrahán Fehr Banman. Aseguró que quizá uno o dos decidan irse, pero no toda la comunidad, sentenciando que si algunos abandonan el lugar, seguramente otra gente irá a trabajar en la zona. “Vendrán otros”, dijo. De las palabras del ministro, lo menos que puede pensarse de él es que se trata de una persona con integridad moral cuestionable y que vive de espaldas a la realidad. El señor Gattini es un ministro del Gabinete presidencial y como tal debiera tener una mínima ética de respeto por la suerte de sus conciudadanos en la adversidad. La desgracia que aflige a la familia Fehr es lacerante y merece la más solícita solidaridad de cualquier prójimo. Más aún de las máximas autoridades del gobierno responsable de proteger la vida y bienes de los habitantes de la República. Y lo más notorio es que este ministro va a contramano de la supuesta intención del presidente Horacio Cartes de atraer inversionistas. Porque estos pacíficos y laboriosos menonitas no están dejando el país para ir a ganar más dinero en otra parte, sino que están huyendo de la rampante inseguridad reinante. De ahí la espontánea indignación ciudadana suscitada por el exabrupto del ministro de Agricultura y Ganadería, quien en vez de solidarizarse con la inquietud de los colonos menonitas –en particular con la desgracia de la familia Fehr– optó por ofenderlos en lo más íntimo de sus sentimientos de personas honorables y laboriosas, al menoscabar públicamente su angustia e inquietud de desamparo diciendo que “si algunos abandonan el lugar, otra gente vendrá a trabajar en la zona”. Semejante juicio ante la desgracia ajena configura una crueldad mental reprochable. Más todavía tratándose del ministro 23 responsable de la mayor fuente de riqueza del país hasta hoy día: la agricultura y la ganadería. En vez de insultar con cínica impudicia el sentimiento comunitario de los colonos menonitas de Manitoba, el ministro Gattini se hubiera afanado en acercarse a ellos, si no con sentimiento personal de amor al prójimo, por lo menos con la condescendencia formal a que le obliga su alta investidura de hombre de Gobierno. Resulta obvio que si los colonos menonitas de Manitoba se marchan del país a donde sea, sus lugares serán ocupados por otros. Lo que ya no puede asegurarse es que serán inversionistas honestos quienes vendrán a ocupar una zona abandonada por inseguridad física y ausencia del Estado. Ninguna comunidad puede arraigarse y prosperar en un ambiente sin ley ni orden. Por consiguiente, no vendrá la gente de trabajo honrado. Los únicos que pueden sentirse a gusto en tal situación existencial son las gavillas de criminales que actualmente mantienen en jaque a las laboriosas comunidades del norte de la Región Oriental, sean ellos el EPP, ACA, narcotraficantes y cultivadores de marihuana, contrabandistas o paramilitares. Tampoco debería sorprender que si los menonitas abandonan sus tierras, las mismas sean adquiridas por los “narcopolíticos” que, con la careta de hacendados, se escudan en actividades económicas lícitas para disfrazar sus actividades criminales y que aquí, como en Colombia, organicen fuerzas paramilitares para que cuiden de sus bienes, ahuyentando a los pobladores tradicionales de dichos lugares, o a los competidores de sus patrones en el narcotráfico. No debería causarnos extrañeza entonces que la criminal campaña de aterrorizar a los colonos menonitas del departamento de San Pedro sea la punta del iceberg del aumento de la inseguridad en la región por obra de los narcopolíticos que quieren hacer del departamento de San Pedro “zona liberada”, como han conseguido hacer de Concepción y Canindeyú, y que ante la inutilidad de la FTC para combatirlos, los facinerosos agavillados, sean como EPP, ACA o “Justicieros de la Frontera”, asuman el rol de impartir justicia por mano propia, como al parecer ya se está insinuando. Lo que cabe pensar del ministro Gattini es que su cuadrúpeda visión acerca de la importancia que tiene la presencia de una comunidad honesta y laboriosa como la menonita en una zona socialmente problemática como San Pedro es doblemente descabellada. En primer lugar, porque su desarraigo va a representar una sensible pérdida económica para el país en cuanto a la producción de alimentos y de puestos de trabajo para los lugareños. En segundo término, existe el riesgo de que organizaciones campesinas extremistas aprovechen el desarraigo de la colonia Manitoba para ocuparla ilegalmente, creando al Gobierno un problema sociopolítico semejante a los muchos impulsados por las organizaciones campesinas ideologizadas y violentas. Finalmente, la peor secuela de un eventual abandono de la colonia Manitoba por parte de los menonitas va a ser el descrédito internacional que semejante migración forzada por la inseguridad va a producir. A costa de cualquier sacrificio político, el presidente Horacio Cartes debe evitar que los menonitas abandonen Manitoba y el país. Porque si eso sucede, será el fin de su sueño de atraer inversión económica directa para impulsar el desarrollo del país, dado que este no tiene las condiciones de seguridad indispensables para ello. Y como primera medida para recuperar en algo su menguada credibilidad, el Primer Mandatario debe desprenderse de colaboradores desaprensivos e inútiles como el ministro Gattini, entre otros, y poner en su remplazo a personas que generen mayor credibilidad y confianza. Fuente: ABC del Paraguay 18.08.2015 (Editorial) 24 21. La crisis desnuda el milagro económico, por Carlos Sánchez Berzaín Voceros oficiales y oficiosos del régimen en Bolivia pretenden sostener la apariencia de estabilidad y desarrollo en la economía, que ha sido incluso calificada de “milagro”, cuando lo cierto es que el gobierno de Evo Morales lleva al país a una crisis económica inevitable, cuyos síntomas ya se sienten. Es el resultado de un gobierno centralista, estatista, corrupto, populista y dictatorial que ha dilapidado los beneficios de una cosecha que no sembró y despilfarrado los extraordinarios precios internacionales que ya pasaron. Ahora la crisis desnuda el publicitado milagro económico de Evo Morales. La herencia que recibió Evo Morales de los gobiernos democráticos, se ha terminado. Encontró un país con las inversiones hechas para garantizar el suministro de gas natural al Brasil y al mercado interno y recibió un contrato de compra-venta de gas renegociado con mejor precio y mayores volúmenes. El show de la nacionalización petrolera de Morales, únicamente dispuso una participación mayor para el Estado en ciertos campos y por solo 180 días. Generó falta de inversión en el sector petrolero por lo que luego dictó una seguidilla de incentivos a las petroleras, tanto que el Centro de Estudios y Documentación Latinoamericanos CEDLA afirma que las facilidades de Morales a las empresas petroleras son más generosas que las de la ley de hidrocarburos de la capitalización (la dictadura acaba de amenazar con cerrar esta entidad de clara tendencia progresista). Con los precios del petróleo de los últimos años, los impuestos de la capitalización habrían generado más recursos para Bolivia que los que el Gobierno recauda hoy. En los 7 años posteriores a la capitalización de YPFB se perforaron 160 pozos exploratorios y en los casi 10 años de gobierno de Morales se han perforado solo 39. Por eso Bolivia reduce sus reservas y no tiene gas sino para 10 años, lo que ahora se expresa en el avasallamiento del régimen a los parques nacionales y los territorios indígenas para favorecer a las petroleras. La inversión en minería ha sido insignificante, mientras que Chile y Perú, que tienen quizás más pobre geología que la boliviana, han captado miles de millones de dólares durante los años del boom de precios de los minerales. Bolivia no ha cambiado su condición de exportadora de recursos naturales y materias primas, no se ha sembrado el gas, solamente lo han gastado. Cuando Morales asumió el poder la deuda externa de Bolivia era prácticamente cero, con leyes de impuestos y de coparticipación tributaria que sostenían la Participación Popular, descentralizando el Estado y municipalizando el territorio nacional. Los recursos de coparticipación han sido estrangulados por el gobierno para frenar el gasto descentralizado y las autonomías y generar –con los recursos indebidamente retenidos– un superávit fiscal irreal, que ya no existe, por el gigantesco incremento del gasto del gobierno central que se apropió de esos fondos y los ha gastado. El Gobierno ha estatizado los fondos de pensiones, cobra un impuesto a las pensiones y saca créditos millonarios del Banco Central para sus gastos. Violando la ley ha disparado la deuda interna pública que hoy es la más grande de la historia de Bolivia. El Banco Central ha dejado de ser una entidad independiente, lo mismo que la Contraloría General. El único milagro de las dictaduras del socialismo del siglo XXI es convertir países ricos en pobres. En Bolivia se sigue un proceso calcado al de Argentina. Comenzó con auge por los precios de las exportaciones, estatizó los hidrocarburos, estatizó (confiscó) los recursos de las pensiones de los trabajadores, obligó al Banco Central a prestarle dinero y alentó el gasto público en obras plagadas de corrupción y sin evaluación que las justifique. Ahora que se acaba el boom comienza el déficit y los conflictos sociales que el gobierno tratará de aplacar con más gastos hasta que se terminen las reservas (ya 25 comprometidas), para lo que no falta mucho tiempo. La caída de precios internacionales se agrava con el régimen de tipo de cambio fijo que incentiva las importaciones y el contrabando, liquida al sector exportador y la producción nacional. Cuando se corrija el atraso cambiario habrá una corrida contra la moneda nacional. Argentina es el camino, Cuba y Venezuela el destino de este modelo, como ya confesó Morales en su discurso del 6 de agosto. Sin transparencia, sin fiscalización, sin rendición de cuentas, la impunidad es la regla. La represión, el control de prensa, el despido de periodistas son imprescindibles para que Evo Morales sostenga su propaganda de milagro y prepare la escena para culpar de la crisis al imperialismo, al capitalismo, a la libertad, o a la democracia que derrocó. Es la crisis… el supuesto milagro económico está desnudo. Fuente: ABC del Paraguay 24.08.2015 22. Paraguay debe empeñarse en un multilateralismo comercial eficaz En los últimos 50 años, el Paraguay ha firmado muchos acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales con países y organizaciones multinacionales de la región sin haber avanzado mayormente en la implementación de sus fines en lo concerniente al interés nacional. Este déficit de persistencia se ha debido fundamentalmente a la inacción de nuestra Cancillería. Típicamente, uno de ellos es el convenio firmado con el Gobierno de Chile en 1968 para el establecimiento de un puerto franco de nuestro país en Antofagasta, y que “para implementar y hacer operativo” dicho convenio se ha firmado de nuevo ahora un memorándum de entendimiento en ocasión de la visita de la presidenta chilena Michelle Bachelet... casi medio siglo después. La diplomacia es la primera línea de defensa de los intereses nacionales. Pero no es cuestión de ir firmando más acuerdos, muchos de ellos copias fieles de otros ya suscritos, sino tratar de que se cumplan los existentes. Más que un depósito de papeles en los que se firman los tratados, nuestra Cancillería debe ser el motor del desarrollo del país. En los últimos 50 años, el Paraguay ha firmado muchos acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales con países y organizaciones multinacionales de la región sin haber avanzado mayormente en la implementación de sus fines en lo concerniente al interés nacional. Este déficit de persistencia se ha debido fundamentalmente a la inacción de nuestra Cancillería. Típicamente, uno de ellos es el convenio firmado con el Gobierno de Chile en 1968 para el establecimiento de un puerto franco de nuestro país en Antofagasta. El mismo jamás fue implementado y saltó de nuevo al tapete gracias a la reciente visita a nuestro país de la presidenta trasandina, Michelle Bachelet. Otro entendimiento multilateral de vital interés para el Paraguay que ha sido virtualmente olvidado por nuestra Cancillería es la organización URUPABOL, constituida el 25 de abril de 1963 por Uruguay, Paraguay y Bolivia, con los objetivos de coordinar la representación de las Partes en el Directorio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otros organismos internacionales de carácter financiero, así como promover el intercambio comercial, cultural, artístico y científico entre los países miembros. Igualmente, con la finalidad de impulsar acciones para el mejoramiento de las condiciones de navegabilidad de sus ríos, la armonización de sus legislaciones sobre navegación e implementar la cooperación en materia de interconexiones viales, ferroviarias, fluviales, aéreas y de comunicaciones. De igual modo, Paraguay, como país mediterráneo, es un interesado central en el programa de la Hidrovía Paraguay-Paraná-Río de la Plata, concepción estratégica de cooperación multilateral que involucra a Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay 26 para optimizar el sistema fluvial de transporte al interior del Cono Sur. El Comité Intergubernamental de la Hidrovía (CIH) fue creado en 1989 en el marco del Tratado de la Cuenca del Plata, en ocasión de la XIX Reunión de Cancilleres de los países signatarios del tratado. Como países sin costa marítima, Paraguay y Bolivia deben poner máxima insistencia para la optimización de esta vital vía de salida al Atlántico. Más que las modalidades de transporte terrestre que se implementen con los corredores de integración regional, viales o ferroviarias, la modalidad de transporte más barata continuará siendo la fluvial. Al igual que otras naciones, Paraguay ha firmado infinidad de convenios internacionales concernientes a diversos asuntos de interés regional y mundial, tales como libre comercio, interconexión vial y energética, cambio climático, discriminación contra la mujer, etc., de importancia relativa para nuestros intereses, pero no centrales como algunos de los mencionados precedentemente. Que esos compromisos periféricos sean desatendidos por indolencia de nuestra Cancillería no nos perjudican mayormente. La cosa cambia cuando se trata de asuntos que afectan al núcleo de nuestro interés nacional, que deben ser priorizados por los Gobiernos de turno y defendidos a capa y espada por nuestra Cancillería mediante una diplomacia hábil y prudente, como la implementada por el presidente Carlos Antonio López para abrir nuestra flamante República al comercio internacional, tras la cuarentena que le impuso el Doctor Gaspar Rodríguez de Francia para salvarla de la ambición anexionista de Argentina. Por su parte, el Congreso Nacional tiene mucho que ver con la política exterior del país, en función de guardián de los intereses nacionales, aprobando aquellos tratados y convenciones suscritos por el Poder Ejecutivo que sean favorables a los intereses del país y, concomitantemente, rechazando aquellos contrarios a ellos firmados por el Presidente de la República. Entre estos últimos pueden ser considerados como emblemáticos el infame acuerdo de “Ushuaia II”, firmado por el presidente Fernando Lugo y su canciller Jorge Lara Castro dentro del marco del Mercosur el 20 de diciembre de 2011, así como aquella Nota reversal de 1992 convenida por el gobierno del general Andrés Rodríguez con la Argentina referente al Tratado de Yacyretá en 1992, que no obstante su rechazo por el Congreso Nacional, hasta ahora sigue perjudicando a nuestros intereses con una tarifa de apenas US$ 30/MW por nuestra electricidad que se llevan los argentinos. La diplomacia es la primera línea de defensa de los intereses nacionales. Por eso, la política exterior de un país pequeño como el nuestro, sin músculo geopolítico para hacer prevalecer sus intereses por otros medios, debe ser ejercida con el aval de la dignidad nacional mediante una política exterior hábil, flexible y prudente, procurando sacar provecho de eventuales intereses que otro país pudiera tener con respecto al nuestro, por la razón que sea. Esto se aplica en particular a nuestros vecinos limítrofes, sobre todo Argentina y Brasil, cuyos intereses geopolíticos se interceptan dentro de nuestra geografía. Los Tratados de Itaipú y Yacyretá fueron iniciativas privativas de Brasil y Argentina por exclusivo interés propio, no por altruismo hacia nuestra nación. En determinada coyuntura, tal vez a disgusto, necesitaron irremediablemente del Paraguay para concretar los emprendimientos hidroenergéticos vitales para su desarrollo. Por sus intereses, no por los nuestros, se vieron obligados por la geografía a asociarse con nosotros. El moderno infortunio del Paraguay fue que en ese momento estelar de nuestra historia, en vez de un gobernante patriota, tuvimos a un dictador, el general Alfredo Stroessner, más interesado en su permanencia en el poder que en la suerte de su pueblo, quien no supo aprovechar la 27 oportunidad para negociar sendos tratados equitativos y provechosos, en vez de los leoninos que al final suscribió para sellar nuestra suerte de mendigo enhorquetado sobre dos cajones de oro. Por eso, ahora que vivimos en libertad, nuestros gobernantes deben cambiar el rumbo de la defensa del interés nacional centrando el esfuerzo de nuestra diplomacia en el “pacta sunt servanda” del acuerdo Lugo-Lula referente a Itaipú y en una renegociación justa del Anexo C del Tratado de Yacyretá, a más de no descuidar aquellos acuerdos bilaterales y multilaterales en que se juegan nuestros intereses primordiales como nación. En consecuencia, consideramos que la cuestión no es continuar firmando más acuerdos, que en la mayoría de los casos solo constituyen copias fieles de otros ya firmados anteriormente, sino tratar de que se cumplan los existentes. Muchos de ellos son de mucha conveniencia para nuestro país, pero no se ejecutan más por deficiencia de gestión de nuestro Gobierno antes que por otras causas, como la operatividad del depósito franco y zona franca de Antofagasta que Chile ya le ha concedido al Paraguay en 1968, y que para “implementar y hacer operativo” el convenio se ha acordado nuevamente un memorándum de entendimiento ahora durante la visita de la presidenta chilena Michelle Bachelet... casi medio siglo después. Más que depósito de papeles en los que se firman los tratados, nuestra Cancillería debe ser el motor del desarrollo del país. Fuente: ABC del Paraguay 30.08.2015 (Editorial) PERÚ 23. Ajustón de Correa Esta semana diversos movimientos populares del Ecuador salieron a protestar en contra del régimen del presidente Rafael Correa, en una clara manifestación del descontento social que se vive en nuestro vecino del norte. Se trata de las mayores protestas que le ha tocado enfrentar desde que subió al poder en el 2007 y a las que se han sumado importantes líderes políticos opositores, como el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, y el de Guayaquil, Jaime Nebot. A pesar de todo ello, Correa sigue siendo un presidente popular. Si bien su apoyo ha caído de 60% a 40% en los últimos meses, este continúa siendo muy superior al que otros mandatarios de la región –el nuestro incluido– pudieran siquiera soñar. Y, al parecer, Correa pensó que podía utilizar ese importante respaldo popular para realizar algunas reformas muy cuestionables al modelo económico y político de su país, en una maniobra que no daría la impresión de haberle salido como quería. Una de las más polémicas reformas que viene impulsando el mandatario es la incorporación de la reelección indefinida en la Constitución ecuatoriana, en la línea de lo que hicieron otros presidentes ‘bolivarianos’ como Hugo Chávez en Venezuela o Evo Morales en Bolivia, en su afán de perpetuarse en sus cargos. En combinación con procesos electorales controlados desde el poder para dar ventaja del postulante oficial, esta medida, como se sabe, produce regímenes nada democráticos. A esa enmienda, sin embargo, se suman otras de similar gravedad. Por ejemplo, la que propone reducir el poder de la contraloría para exigir cuentas sobre el cumplimiento de los objetivos nacionales o la que autoriza a las Fuerzas Armadas a apoyar en la seguridad integral del Estado (ya no solo en la del territorio, como es actualmente). Además, a través de un cambio del artículo 384 del texto constitucional, se propone declarar los 28 medios de comunicación como un “servicio público”, lo que abriría la puerta a intervenciones del Estado –es decir, del gobierno– en salvaguarda del ‘interés público’. Por otro lado, el gobierno de Correa ha lanzado también un proyecto de ley para gravar las herencias (llamado sugestivamente ‘ley para la redistribución de la riqueza’). En este se ha planteado que los patrimonios heredados superiores a US$35.400 tributen de forma progresiva. Es decir, a mayor legado, mayor el porcentaje del impuesto a pagar, lo que ha desatado la reacción de empresarios, políticos y ciudadanos comunes y corrientes. En la exposición de motivos del citado proyecto se lee que “la acumulación desmedida de capital, fomentada por las grandes fortunas heredadas, produce desigualdades que quebrantan los cimientos de justicia social sobre los que se construye toda sociedad democrática moderna”. Una afirmación en la que cada consideración es objetable y que revela que la medida busca despojar a las personas que heredan patrimonios medianos o grandes antes que conseguir fondos para financiar las obligaciones del Estado. Esta idea, tan presente en los regímenes que reivindican el socialismo del siglo XXI, de que la propiedad es un derecho accesorio y la riqueza un veneno que corrompe a las sociedades, no comprende que la solución al problema de estas últimas no es hacer que todos seamos igualmente pobres, sino que seamos, más bien, siempre un poco más ricos. Lo demás conduce a la envidia y a una confrontación como aquella en la que hoy vive envuelta la sociedad ecuatoriana. En vez de pensar en ajustar la correa intervencionista, el mandatario debería pensar en dar marcha atrás en sus medidas antes de que el ajustado sea él. Esto, además, debido a que la reciente caída de los precios del petróleo y el creciente déficit fiscal que vive el país vuelven muy difícil el sostenimiento del modelo asistencialista y autoritario que ha promovido hasta ahora. Precisamente “The Economist” le ha recordado al actual presidente ecuatoriano que, a diferencia de las tres personas que lo antecedieron en el cargo y no acabaron su mandato, él tiene la posibilidad de pasar a la historia como uno de los mandatarios relativamente más exitosos de Ecuador. Eso, claro, si su aferramiento al poder y su odio al mercado no amenazaran con echar todo por la borda. Fuente: El Comercio 30.08.2015 (Editorial) Tel: 591 2 2799673 Fax:591 2117326 Calle 21 de Calacoto, Edificio Lydia, Piso 2 Of. 201 La Paz – Bolivia Página Web: www.institutoprisma.org - Correo electrónico: [email protected] Edición a cargo de Rodrigo Fernández Ortiz 29
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