Finalmente pudo celebrarse sin mayores complicaciones la Fiesta Aniversario de nuestra Fundación. De lógica era que la celebráramos en Enguera. También es de lógica que no siempre se celebre en Enguera: La Sierra es una zona geográfica, delimitada por las cuencas del Cáñoles y el Júcar así como la depresión del Valle de Ayora, con infinidad de núcleos poblacionales de los que los más conocidos son aquellos que componen los municipios. Por tanto, en cualquiera de tales municipios existe la posibilidad de celebrar cualquier evento que convoque u organice nuestra Fundación. Sentado este principio, tal vez sea conveniente establecer un primer corolario de tal principio, a saber: la Fundación La Sierra no se siente sujeta a ninguna decisión municipal, lo que no significa no tener derecho a y obligación de colaborar, así como que no deba acatar las ordenanzas. ¿A qué viene esta declaración tan campanuda al inicio de esta crónica? Pues, porque alguna vez había que hacerla, al menos como aviso a navegantes. Lo que corresponda a las autoridades municipales, esperamos que ellas las conozcan, las cumplan y no se extralimiten. Las nuestras arrancan de la legislación vigente, de nuestros estatutos y de la aprobación del Plan anual de actividades por las autoridades competentes que, curiosamente, son supramunicipales. Tema diferente es la cooperación con todas las autoridades municipales en el ámbito de nuestros objetivos como Fundación legalmente establecida. Y también en este terreno nos encontrarán cualquiera de todas ellas: lo saben y hemos dado muestras de ello, a pesar de nuestra corta existencia. La planificación de nuestra fiesta aniversario queda contemplada en el plan aprobado por la superioridad. El desarrollo de dicha planificación compete al órgano supremo de la Fundación: su Patronato; y tanto en éste como en similares aspectos deberemos presentar nuestro estado de cuentas a la autoridad correspondiente, insistimos, de ámbito supramunicipal. Por ello y en base a dicha planificación aprobada, convocamos y realizamos el II Premio Investigación La Sierra, los V Cursos de Verano, la publicación de cuatro ejemplares de nuestra colección –que alcanza ya el 9º volumen–, así como de otras tantas publicaciones y cd’s. En la misma línea mantenemos nuestra web con Noticias, ciberBiblioteca, etc., así como la más amplia colaboración que nos es posible con asociaciones y grupos humanos de la zona de actividad de La Sierra, Fundación de la CV. * * * El objetivo o fin para el que se constituyó La Sierra fue, y sigue estando en vigor, el desarrollo socio–cultural y económico de la comarca natural denominada desde antiguo como La Sierra. 1 Para ir logrando pequeños hitos encaminados al objetivo o finalidad primera de la institución se vienen desarrollando algunas actividades, tanto lúdicas como culturales y docentes dirigidas, como deben ser entendidas, a distintos segmentos de población. Así creemos necesario tomar conciencia del subdesarrollo en que nos encontramos, de las enormes carencias que soportamos, de la irrelevancia de quienes debieran caminar al frente… Pero, entendemos, lo más importante es tomar conciencia que de todo esto hemos de salir nosotros; desde fuera, solo podrán ayudarnos si es que nosotros tenemos voluntad de salir. Y en ello estamos: colocamos ante nuestros convecinos iconos de nuestra historia y de nuestro presente. Preclaros y homenajeados son seleccionados en cuanto nos sirvan de punto de encuentro. Los Garnelos –hijos de un cerrajero–, don Eduardo –de una viuda emigrante–, etc. nacieron en calles o plazas nuestras, al igual que cada uno de nosotros; los hijos de Pepe Ramón Real eran hijos de un perchero, al igual que don Miguel –el inspector de enseñanza e hijo del cerrajero Soler, que vendiera su casa de la calle San Cristóbal… son iconos que nos dicen que no fue necesario nacer en las altas esferas sociales ni en grandes urbes, que bastó con nacer en La Sierra para alcanzar las metas que lograron. Manuel de Juan Burgueño, José Belda, Blas Madrigal, los hermanos Perales los vemos por nuestras calles… Al igual que a los hermanos Aparicio de Anna, José Pérez Calatayud de Navarrés y tantos y tantos que conviven, siquiera sea en vacaciones o fines de semana, a quienes les llamamos por su nombre cuando en sus puestos de trabajo tienen tratamiento… todos ellos nacieron en alguna de nuestras calles y podemos mostrarlos a nuestros niños, con igual o superior atracción que cualquier ídolo de la tele, del futbol o de las tertulias mil que nos adormecen. Y Santiago Sánchez o Jorge Izquierdo forman parte de la pléyade de nuestras promesas, salidas de nuestra propia cantera… Por eso queremos destacarlos, ponerlos como en un espejo para que nuestros niños se vean reflejados y sueñen cómo pueden ser de mayores. Por eso cada año celebramos la que denominamos Fiesta Aniversario de nuestra Fundación: no tiene ninguna otra dimensión ni oculto sentido. Y, claro, nos duelen ciertos posicionamientos o comentarios que, para nuestra 2 desgracia como pueblo duro y baqueteado, provienen de los de siempre o los escuchamos en sus voceros o gente sencilla engañada tras el señuelo de una cucharada de lentejas… * * * Queremos salir de nuestra postración como pueblo y lucharemos por aquello en que creemos: - Necesitamos energía para la actividad de nuestras empresas: sin ellas no cabe otra cosa que el empleo por amiguismos en los aledaños de las administraciones - Urgimos tener comunicaciones del siglo XXI: no nos conformamos con las del XIX - Unos servicios como cualquier habitante de la autonomía en que vivimos: pagamos nuestros impuestos mientras debemos autogestionarnos gracias al voluntariado Y no vamos contra nadie, sino a favor de todos. No somos militantes políticos ni nos decantamos por ninguna solución mesiánica o populista: somos vecinos de nuestros pueblos que, vergonzantemente, pretenden hacernos mendigar en basureros. En definitiva, somos pobres; nos sentimos abandonados pero… con la suficiente fuerza para vislumbrar que, unidos, alcanzaremos nuestra meta: ser la comarca que fuimos y no en la que estamos. * * * Tras esta larga declaración, veamos –ahora sí– cómo se desarrollaron los actos durante los días que tuvimos actos y actividades. Al margen actuaciones de preparación y charlas varias en los colegios de Anna y Enguera o en la Residencia San Rafael, iniciamos el viernes con los saludas en el hotel, así como los primeros paseos por el pueblo y los temores derivados de las inevitables comparaciones con el pasado, fantasmas mentales desde las imágenes y recuerdos mantenidos durante más de cuarenta años. La mañana del sábado apareció espléndida; los nervios estaban a flor de piel; los dedos de las manos buscaban ávidos otros con los que entrecruzarse; los saludas silenciosos, los besos a doquier, las miradas perdidas eran los primeros síntomas de que un inmenso día se abría ante nosotros. Nos habíamos dado cita en el Terrero. Los móviles ardían… 3 El recuerdo de la puerta de la calle de los Ángeles, con su pequeño retablo en mosaico, rompió las tensiones acumuladas. El vano de San Juan nos retraía a los alfanjes, turbantes, babuchas de otros tiempos… Garnelo Alda y Francesco Verdi nos devolvían a la realidad administrativa del ancestral comportamiento enguerino, previo a penetrar en la casba enguerina para poder pisar el kilómetro cero de la Cora musulmana del siglo XII, propuesta por el profesor Franco Sánchez, en la antigua plaza de San Juan. A continuación, tras el descubrimiento de un lienzo de la muralla cristiana, vuelta atrás para dejar el recinto musulmán y, ya en el Llano, gozar de la vista de los restos de las al-saqiya, pensiles, na´ura, al-birka en los bustan del barranco de La Mota gracias a la hospitalidad de los dueños del extraordinario mirador construido sobre él. Al igual que la inigualable vista de las traseras de las casas de la calle San Antonio. La ermita del Santo concluyó con el primer recorrido de la mañana que nos llevara al CEPI Eduardo López Palop. Allí la comitiva fue recibida por la Directora y su equipo al completo, así como por varios profesores y gran cantidad de becarios que lo fueran de Don Eduardo, entre los que destacara Doña Maruja Ases quien, tras saludar personalmente a cada uno de los descendientes del Enguerino del siglo XX, mostró con orgullo el tesoro, guardado en la intimidad personal, de la correspondencia habida con tal personaje. Cantidad de enguerinos asistentes al acto escucharon las emotivas palabras de satisfacción por tan honrosa visita pronunciadas por la Señora Directora del Centro, en su nombre y el de la comunidad educativa. 4 Don Eduardo López–Palop y González de Peredo, emocionado, dio cumplida réplica a las palabras de la Directora quien, en compañía de Don Jorge Figa López–Palop, depositaron a los pies del busto del homenajeado una corona de laurel. Cada intervención fue rubricada por cerrados aplausos, así como varias otras tantas veces los parlamentos fueron interrumpidos por otros tantos aplausos de los asistentes. Una larga sesión fotográfica permitió captar imágenes para el recuerdo, así como las graciosas tomas de los familiares con los diferentes grupos de asistentes al acto. Cuando ya era pasado el mediodía, se retomó el recorrido por la zona enguerina surgida tras el terremoto de 1748, es decir el área conocida como la Enguera de la Real Fábrica – Santísimo, Trinidad y San Ramón– a decir de Don Miguel Ciges. Pocas construcciones quedan de aquellas casas con portal para picar esparto y tomar el fresco, dintel con altura para pasar bien el burro o el macho cargado con el forcat y los apechusques; umbral espacioso y suficiente, con las carrileras para que pase el carro, y una, dos, tres, y hasta cuatro ventanitas pequeñas y simétricas; algún tiesto con flores en su diminuto alféizar y el faldoncillo de una cortina de percal o cretona que a veces el viento asoma tremolando, cual si fuese una banderita que cela la intimidad del tálamo. Todo simétrico, armónico, con bella perspectiva urbana; casitas construidas y trazadas para servir al binomio utilitario enguerino, para el telar y para el servicio de la campiñeta o del bancalet. Se teje y se deshace el panizo, se teje y se pulsan higos, se teje y se trae hierba para los conejos; la pieza y la hilaza en el suelo; en el techo, la colgá de melones, los sangrones de pasa tintorera y las ristras de tomaticos coloraos. 5 Por el final construido de la Barrereta a la carretera y, en ella, la Cooperativa del Campo. El Director Gerente recibió en persona y mostró las instalaciones a los visitantes; dio las explicaciones precisas sobre el desarrollo de la Cooperativa, sus volúmenes, servicios y productos; respondió a cuantas preguntas le formularon sobre la situación del campo enguerino y pueblos en donde existen socios, los sistemas de recogida de la aceituna para finalizar hablando de mercados, trazabilidad del aceite “El Campiñero” y otras muchas preguntas. Los consabidos obsequios y las mutuas felicitaciones. La comida, la lectura de la Memoria de Actividades de la Fundación por el Secretario del Patronato y la entrega del Premio de Investigación al annero Don Jorge Izquierdo Ciges por su trabajo “Librería multiplataforma para el desarrollo de aplicaciones 3D sobre OpenSceneGraph”, presentado bajo el seudónimo Atreides, dieron paso a la nominación y entrega de los Premios Preclaros a Don José Belda Maximino como profesional, a RPH Onions como empresa y, como grupo humano, a las Familias de clase media/baja que mantuvieron el espíritu de superación personal de sus hijos mediante el estudio, desde la expulsión de los Carmelitas hasta la implantación del sistema reglado que desembocara en el Colegio Libre doptado. Los méritos de cada uno de los Preclaros que, ya se hizo público por este mismo medio, pueden ser consultado en nuestra ciberBiblioteca bajo los epígrafes Aniversario de la Fundación III, IV y V. * * * Llegado este momento, el Presidente del Patronato de la Fundación dirigió el Homenaje al declarado por La Sierra como El Enguerino del Siglo XX, a saber: Don Eduardo López Palop. 6 Tras afirmar el cainita espíritu enguerino, reivindicó la figura de tan extraordinario mecenas a quien comparó con Don Juan Fabra –otro enguerino, éste del siglo XVI–, también olvidado como a cuantos periódicamente hicieron algo positivo por su pueblo. Ante el silencio sepulcral de los asistentes retó a que alguien le dijera si le identificaba como quien estableciera una beca para enguerinos en la Universidad de Valencia y quien legara sus bienes para el establecimiento de una orden religiosa que impartiera estudios y oficios en nuestro pueblo. Tras una pausa y establecer que las acciones básicas de Don Eduardo eran conocidas por todos, gracias a el folleto repartido por todas las casas del pueblo de forma gratuita, dio paso a que el profesor Don Santiago Guillén, de la Universidad Politécnica de Valencia, expusiera la mayor obra llevada a cabo por los enguerinos: la conversión del secano en regadío; Don Santiago, como portavoz de la Cooperativa de Riegos –representada en el acto por el Presidente de la misma, el Gerente y Don Esteban Tortosa– y mediante una didáctica presentación, arrancó desde la superficie regada por los sobrantes del pozo de Albalat a la situación actual de riego localizado. Para ello debió hacer referencia a la labor de Don Eduardo en la formación de la misma Cooperativa, en la adquisición y financiación del pozo del Charral, delimitando el área que cubrían sus aguas. Otro tanto hizo con el pozo de Pepitín, así como con la cesión del pozo de La Solana por el Instituto Nacional de Colonización y su red de distribución. Fue la obra directa de Don Eduardo. Pasó, a continuación a exponer el cambio que supuso en el sistema de riegos la adquisición del pozo del Saytón y su incidencia en la actual red de almacenaje y distribución mediante hidrantes para, de nuevo con imágenes de las superficies coloreadas sobre el mapa del término, finalizar afirmando: Así estaban ustedes.. y así lo están en la actualidad. La semilla, el inicio y la idea se la deben a Don Eduardo a quien, bajo mi personal punto de vista, con razón consideran el Enguerino del siglo XX. Asunción-Rosa Aparicio presentó un fotofilm sobre la vida y obra de Don Eduardo que fue muy apreciado y aplaudido por todos, especialmente por los familiares más cercanos a Don Eduardo que asistían al acto. De entre ellos tomó la palabra su nieto Don Eduardo López–Palop, sus palabras fueron escuchadas con máxima atención. Inició agradeciendo en nombre de toda la familia el homenaje a su abuelo para, a continuación, recordar la figura y el cariño de su abuelo a 7 Enguera. Insistió en los tres grandes amores de su abuelo: a la familia, a su profesión de notario y a Enguera. Hubo momentos en que llegó a temblarle la voz al recordar sus estancias entre nosotros, la última con 15 años de edad, en el acto de nombramiento de Hijo Predilecto a su abuelo por el Ayuntamiento. Varias veces fue interrumpido por calurosos aplausos de los presentes, quienes rubricaron sus afirmaciones con una cerrada ovación al concluir su intervención. A continuación, como para cerrar el acto, de nuevo tomó la palabra el Presidente del Patronato para agradecer a todos y cada uno su aportación al acto, desde los ausentes por motivos justificados, a cuantos desde el anonimato habían contribuido al éxito del mismo; a los responsables del CEPI y a cuantos les habían acompañado en los recorridos y abierto sus casas; a los miembros del Jurado del Premio de Investigación La Sierra, así como a todos los investigadores que habían concurrido a él; a los Preclaros y a sus familiares; al pueblo de Anna, representado por su alcalde y Presidente de la Mancomunidad de La Canal; y, de modo especial, a todos y cada uno de los nietos y demás familiares de Don Eduardo, venidos desde distintos y distantes puntos de la geografía. 8 Cerró el acto Don Miguel Ramírez, Presidente de la Mancomunidad, quien agradeció la invitación, se felicitó por el éxito alcanzado por el hijo de Anna que había resultado premiado, nos emplazó a perseverar unidos todos los habitantes y quienes tienen sentimientos de pertenencia al mismo espacio, trayendo a colación la simpatía que le producía el mismo nombre de nuestra fundación: La Sierra, que no La Sierra de Enguera, al igual que la de los Amantes de la Fotografía de La Canal, que no de La Canal de Navarrés. Finalizó recordándonos que el domingo nos esperaba a todos en Anna. * * * Ya por la tarde iniciamos el tercero de los recorridos: aquel definido como la Enguera del esplendor industrial. Partiendo de la Plaza Ibáñez Marín y plaza de la Fuente, entramos en la calle Santa Bárbara, de la que Don Miguel Ciges, nuestro mejor guía turístico, dejó escrito que tiene buen caserío, excepcional, sobre todo los números impares: casas grandes, espléndidas, con planta baja de dos cuerpos, jardín o huerto, o patio, dos pisos, amén de cambras y porches. Esta calle contribuye en buena proporción al peculiar carácter del pueblo, y quizás nos evoque el auge pañero y el precio de la pansa, porque en todas estas casas, además del reloj de oro, siempre encontramos por algún rincón pinzas y canillas y algún cañizo y caldereta de escaldar uva moscatel; la uva moscatel se fue a paseo hace muchos años, se la llevó la filoxera, y el auge pañero, pues idem, eadem, idem . Es calle ésta que tiene espléndido balconaje y espléndidas rejas; el balcón en una casa ha sido siempre signo de señorío… Para, anteriormente, haber dejado escrito: es una calle tranquila y apacible, calle cívica, de mucho tránsito, sí; arteria principal y vital del pueblo donde se podían encontrar aquellos once hombres justos y cabales –de los que nos habla Fernando Palop–, con reloj, cadena y leontina de oro, para formar un buen Ayuntamiento. Porque esta calle era la calle de los ricos del pueblo; aquí en esta calle, que no es muy larga – treinta y siete son sus números nones y veinticinco sus pares–, había más de media docena de pianos… en esta calle, el barbero Rafael Oriola pasaba a domicilio diariamente revista y 9 retoque a la barba, bigote, patillas, perilla y mosca de los señores de la calle, y la peinadora Belén hacía lo propio con las señoras, dándole a la tenacilla y a la zaragatona. Y aquí en esta calle de Santa Bárbara encontrábamos al que pagaba mayor contribución del pueblo, y por eso en ocasiones era alcalde nato de la población. Y en esta calle los viernes se daba limosna a los pobres del lugar, se cambiaba una peseta de plata en perras, céntimos y centimicos, se ayudaba a pasar y de paso se aligeraba la conciencia. Y así era la cosa entonces. * * * Por la calle San Lorenzo y la antigua Mayor accedimos al templo parroquial donde Andrés nos aguardaba para mostrarnos el retablo de la Virgen de Gracia, el lignum crucis y la capilla de la comunión con las obras de Segrelles y las sepulturas de los beatos sacerdotes mártires. Los detalles de todo ello, así como los relativos a la construcción de la fábrica fueron minuciosamente desgranados. Pasamos a continuación a la sacristía para observar la maqueta de la imagen de San Miguel, obra de Garnelo Fillol, así como los libros Graduales salvados. Por las antiguas calles Mayor, del señor de la villa y del Hostal volvimos a alcanzar la plaza de la Fuente y San Roque o La Era para allegarnos al Convento. Allí se contempló la fábrica, la preciosa cúpula de la anexa capilla, conocida como del Sagrario. Mención especial merecen los azulejos “maniseros” de la época y, sentimentalmente para los descendientes directos de Don Eduardo, la imagen de San José regalo de nuestro homenajeado. * * * De regreso a la casa natalicia del homenajeado, nos esperaban las tres parejas de bailaores y los músicos. Por “consejo” de las autoridades la danzá quedó reducida a ir y volver desde el contiguo rinconet hasta la fachada del bar Willy. 10 La emoción, las fotos desde móviles, etc…, los tarareos y movimientos de piernas de los asistentes duraron durante el tiempo que lo hicieron los danzantes. Al finalizar, los comentarios: cada quien a lo suyo… para la organización del acto la recriminación por no haber sido capaz de invitar a mayor número de danzantes. El pasacalle por donde se tenía solicitado el recorrido de la danzá y la picaeta en el Industrial dieron por finalizados los actos del Aniversario de La Sierra, fundación de la CV, que este año tenía como novedad el homenaje a don Eduardo, el enguerino del siglo XX. Y para finalizar algunas frases, recientemente recibidas: Espero que sigamos en contacto y, desde Finlandia donde he llegado esta mañana, sabéis que podéis contar conmigo para lo que queráis. Hasta pronto, M. Jesús En todo momento, habéis sabido transmitir un calor, una ilusión y un esfuerzo dignos de ser elogiados. Ocasiones como éstas son las que hacen que uno siga teniendo fe en el ser humano, mostrándonos que no todo son intereses creados o política, tal y como comentábamos en la comida. Estoy y estamos todos a vuestra entera disposición para cualquier cosa que podamos ayudar, apoyar o cooperar. Recibe un cordial saludo, con la esperanza de no perder el contacto Paloma López-Palop Estoy segura de que nuestro abuelo Eduardo se sentiría sumamente complacido y hondamente conmovido si hubiera podido verificar cómo, más de cuarenta años después de su fallecimiento, su memoria perdura en el recuerdo de su población natal, de forma tan vívida. Para mí (y para todos sus nietos) significa un enorme orgullo que haya dejado una huella tan profunda entre los enguerinos. Afectuosamente. MJLP 11
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