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DISCURSOS SOBRE LA PERCEPCIÓN DE RIESGOS Y ESTRATEGIAS DE
AUTOCUIDADO EN JÓVENES CONSUMIDORES DE DROGAS DE SÍNTESIS EN
FIESTAS ELECTRÓNICAS DEL SECTOR ORIENTE DE SANTIAGO DE CHILE
Santiago Gianelli O’., María de los Ángeles Lewin E., Florencia Ríos M., Carolina Villarroel
M.
Universidad Diego Portales, Chile
Resumen: El trabajo se basa en una investigación cualitativa realizada sobre la percepción
de riesgos y estrategias de autocuidado en jóvenes consumidores de éxtasis y/o LSD en
fiestas electrónicas del sector oriente de Santiago de Chile durante el año 2014-2015. Se
alude, esencialmente, a jóvenes usuarios de éxtasis y LSD, pertenecientes a sectores de
estrato alto y medio, participantes de la escena y/o movida electrónica. El enfoque
metodológico fue de corte etnográfico privilegiando un trabajo de campo en el que,
técnicamente, se aplicó observación participante y entrevistas semiestructuradas. Mediante
las observaciones y los relatos producidos se pudo actualizar conocimientos acerca de las
prácticas y contextos de consumo, acerca de las vivencias y de las estrategias de riesgo y
autocuidado aplicados por los jóvenes en el ámbito del ocio y, específicamente, de la
diversión nocturna.
Palabras clave: jóvenes - estrato socioeconómico alto - estrategias de autocuidado percepción de riesgo - fiestas electrónicas - drogas de síntesis - éxtasis - LSD.
Abstract: The work is based on qualitative research on risk perception and self-care
strategies in young users of ecstasy and/or LSD in electronic parties in eastern Santiago
during the years 2014-2015. It essentially refers to young users of ecstasy and LSD, in
sectors of high stratum and participants through the scene and/or electronic move. The
methodological approach was ethnographic, privileging field work in which, technically,
participant observation and semi-structured interviews were applied. Through observations
and produced stories, it could update knowledge about the practices and contexts of
consumption, about the experiences and risk and self-care strategies by young people in the
field of leisure and specifically the nightlife.
Key words: young - high socioeconomic status - self-care strategies - risk perception electronic parties - synthetic drugs - ecstasy - LSD
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I.
Introducción
El fenómeno del consumo de drogas es un tema contingente en Chile en
tanto, como problemática psicosocial, conlleva costos humanos, económicos y sociales.
(Velásquez, 2004). Las sustancias de mayor consumo, a nivel nacional, son la marihuana,
cocaína y pasta base (SENDA, 2013), existiendo una preocupación gubernamental por
hacer frente a este tipo de usos debido a sus implicancias y efectos sociales. Es esperable
que, en tal escenario, otras drogas ilícitas de menor consumo relativo y connotadas
comunicacionalmente, como las drogas de síntesis, no sean debidamente consideradas, se
conozca menos de ellas y de sus usos y, por tanto, no sean percibidas como productoras de
riesgo social. La consecuencia de este déficit redunda, desde el ámbito público, en un
conocimiento más bien superficial cuestión que se une a la segmentación social (mediaalta) de sus usuarios y de sus espacios de consumo. Existe un mercado emergente de
drogas sintéticas (principalmente éxtasis y LSD) que está cobrando una intensidad y
extensividad (popularidad) cada vez mayor. Ambas sustancias pueden ser caracterizadas
según las farmacopeas establecidas como drogas psicotrópicas, sintéticas y de propiedades
estimulantes y alucinógenas. Además, diversos estudios han constatado que las sustancias
mencionadas tienden a no generar dependencia física. (Kuhn, 2011).
Resulta significativo que Chile ocupa el segundo lugar, en consumo de éxtasis, a nivel
Latinoamericano. (UNODC, 2014). Los principales nichos y/o espacios de consumo están
relacionados a la industria del ocio y la diversión nocturna. Particularmente a la escena
electrónica siendo jóvenes con mayor poder adquisitivo sus principales usuarios. (Brasesco
et al., 2010). La construcción sociocultural de las drogas de síntesis como sustancias no
adictivas delimita una interrelación funcional con los escenarios de ocio en las que estas se
expresan. El interés de este trabajo apunta, precisamente, a conocer las percepciones de
riesgo y las estrategias de autocuidado que desarrollan jóvenes usuarios y usuarias de
drogas psicotrópicas, de estrato socioeconómico medio-alto, en la escena festiva
electrónica de Santiago de Chile
II.
Enfoque técnico-metodológico
El estudio, sobre el cual se basa este documento, fundamenta sus hallazgos en la
realización de una investigación cualitativa, de tipo descriptivo-exploratorio, cuyo trabajo de
campo se efectuó en diversas fiestas de la escena electrónica de la ciudad de Santiago de
Chile, particularmente en discotecas concurridas por jóvenes de estrato alto. Se utilizó un
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enfoque metodológico de etnografía breve, priorizando el uso de la observación participante
y de entrevistas cualitativas como principales procedimientos de producción de información.
Las características muestrales que conformaron los casos de estudio se estructuraron
en torno a jóvenes consumidores de drogas sintéticas -éxtasis y/o LSD-, de entre 20 y 28
años, hombres y mujeres, consumidores habituales -al menos una vez cada 2 meses- y
sociales, de estrato socioeconómico alto, visitantes asiduos -1 o 2 veces al mes- a centros
de diversión nocturna, en particular a fiestas electrónicas realizadas en sectores de estrato
alto de la ciudad de Santiago de Chile. Se visitaron dos discotecas representativas de la
escena electrónica en las que se efectuaron observaciones participantes plasmadas en
notas y en un diario de campo. Estrategia metodológica que propició el reconocimiento de
los lugares y, posteriormente, el acceso a los casos. Se contactaron cinco sujetos
invitándoles a participar con su testimonio. Se aplicaron, a todos ellos, entrevistas
semiestructuradas. También se entrevistó, de manera abierta, a jóvenes informantes
calificados, usuarios habituales de drogas de síntesis. En tanto el análisis cualitativo fue
realizado desde la perspectiva del análisis de contenido temático. La búsqueda de ejes
discursivos atendió no solo a los usos, percepción de riesgos y estrategias de autocuidado
sino también a aspectos emergentes en los relatos juveniles. Establecer convergencias y
divergencias en sus discursos para, de esta manera, capturar información valiosa que
permitiera actualizar la información disponible.
III.
Algunas constataciones desde la información secundaria
Tras la revisión bibliográfica se constató que, si bien hay variadas tesis y estudios que
hablan del tópico drogas, aquellas que versan sobre el éxtasis y el LSD y, en particular en
contextos de fiestas electrónicas, son deficitarias, no contando la investigación social en
drogas, en el caso de Chile, con información actualizada sobre la materia. Ya, desde la
información de contexto se pudo constatar la existencia de vacíos de información:
-
Estos vacíos no conciernen, específicamente, al tópico drogas en términos
genéricos sino, en particular, a aquellas más utilizadas por los sectores acomodados
que, comparativamente, presentan un alto consumo a nivel latinoamericano. Vacío
estructurado en la alta segregación social, comunicacional y política que obstaculiza,
cuando no cierra y oculta, el conocimiento de las prácticas de ocio y diversión de los
jóvenes pertenecientes a las elites y clases sociales dominantes del país.
-
A esto se suma al hecho de que las investigaciones existentes, que versan sobre
drogas sintéticas en el contexto de fiestas electrónicas, han sido realizadas en su
mayor parte en el extranjero y, por ende, sus resultados no son directamente
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comparables y aplicables a la realidad chilena. Posicionar el discurso de estos
jóvenes nos acerca a una visión comprensiva y situada de los usos de psicotrópicos
a partir de los propios discursos y prácticas de quienes los consumen.
-
Las evidencias establecidas desde la información secundaria relevan un tópico
común. Que tanto el éxtasis como el LSD, son drogas que no producen dependencia
física ni psíquica. Lugar común que debe ser profundizado, y comprendido, desde
una perspectiva de riesgo y autocuidado: “Si bien la sustancia no tendría gran “poder
adictivo”, se debe tener presente en las prácticas de consumo y sus frecuencias, el
fenómeno de la tolerancia tal como ha sido descrito en la literatura científica”
(Sepúlveda, 2004). Por esto, el problema adquiere un tinte distinto que el del
abordaje que se hace para prevenir y rehabilitar sujetos adictos a narcóticos u otras
drogas de mayor adicción. Es decir, se debe distinguir, ubicándolo en otro lugar
investigativo, el tema de las adicciones de mayor riesgo. En el caso de las drogas de
síntesis serán significativos, entonces, los daños de orden secundario que puedan
causar al consumidor. Estos aspectos son los que serán abordados como un
problema en el marco de este texto. A saber, en palabras del descubridor del LSD,
Albert Hofmann (1979), “la peligrosidad del LSD no reside en su toxicidad, sino en la
imposibilidad de prever sus efectos psíquicos”.
IV.
Definiciones generales.
La Biblioteca del Congreso Nacional (2012) define el término drogas como aquellas
sustancias naturales o sintéticas que, tras ingerirlas, alteran psíquica y físicamente el
funcionamiento del organismo y pueden generar en el sujeto la necesidad de seguir
consumiendo. Hay, en la definición de anclaje, drogas ilegales y legales, incluyendo
fármacos de prescripción médica, como es el caso de los tranquilizantes, que pueden ser
objeto de un uso abusivo. Siguiendo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) están
prohibidas -son ilícitas- aquellas sustancias que puedan provocar daños en el sistema
nervioso central y que tengan como efecto alucinaciones, trastornos motores o del juicio.
(Escobar, 1999). Para intentar comprender al usuario de drogas se deben observar las
necesidades que se satisfacen, es decir, las motivaciones sociales y psicológicas que
influyen en el primer consumo. Si existían motivaciones biológicas que impulsan al sujeto a
consumir, o qué otras cosas se consumían en compañía (esto refiere a consumo lúdico,
social, consumo de música, etc.). Según Moulian (1999), el contexto del individuo impulsa el
consumo y tipo de consumo (social, psicológico o biológico).
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El éxtasis (MDMA) es una droga psicotrópica, sintética y de propiedades
estimulantes y alucinógenas. Se administra oralmente y los principales riesgos de su
consumo son la deshidratación y aumento excesivo de la temperatura corporal. El LSD
(Dietilamida de ácido lisérgico), es una de las principales drogas alucinógenas que se
ingiere, usualmente, por vía oral. Ninguna de las sustancias mencionada genera
dependencia física. (Kuhn, 2011).
V.
Resultados
A continuación presentamos de manera descriptiva algunos de los resultados del estudio.
1. Entrando al mundo de las drogas
a) Las primeras experiencias.
En los testimonios se pudo constatar que, previo al primer encuentro con alguna
droga de síntesis, se tuvo acceso y experiencias con un conjunto de otras sustancias,
siendo la marihuana y el alcohol el factor común que identifica la situación de pluriconsumo
en los sujetos participantes. Para muchos de los entrevistados es la marihuana la sustancia
de base que los identifica como usuarios. Cuestión que es coherente con las cifras que
indican a Chile como uno de los principales países consumidores de cannabis.
“Yo probé la weed a los 13 años más o menos eh, igual con miedo po... con miedo
de que supieran mis papás y toda la cuestión.” “(…) A mí me gusta, mi droga principal es la
weed ¿cachai? y onda, sin weed no puedo vivir” (Sujeto 1).
“Yo empecé en primero medio, yo siempre tuve curiosidad por las drogas, emm me
inicié con el alcohol en octavo básico, y ya en primero medio emm, teníamos una amiga en
el colegio que hee su mamá fumaba y tenía un cajón lleno de marihuana y nosotros le
robábamos y nos íbamos después de clases al balcón de ella a fumar.” (Sujeto 2)
b) La primera experiencia con drogas sintéticas y la motivación para probarla.
Contexto y oportunidad
Si bien los testimonios sobre las experiencias con drogas sintéticas difieren en torno
al contexto y la oportunidad, existe convergencia es que es en torno al LSD que se dio la
primera experimentación. La motivación de consumo aparece, en el habla juvenil, asociada
a factores ambientales y/o contextuales. El lugar común de la nueva experiencia, como un
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incentivo a ´degustar´ cosas nuevas, muchas veces oculta factores asociados directamente
al binomio seguridad-oportunidad (todo el mundo lo hacía y como que estay seguro).
“(…) justo esa vez estaba en Australia como que me animé, estar en un lugar que
era muy hippiento que todo el mundo lo hacía y como que estay seguro, no había problema
en eso y dije ya bueno por qué no” (Sujeto 3).
“(…) me empecé a meter como más en la volá de la música electrónica, festival
electrónico, Earth Dance y toda esa cuestión y bueno po ahí… tu cabro chico vay y vay con
pura weed po, pero adentro tu empezai a ver que hay gente media rara. Están extraños,
tirada en el piso ¿cachai? Y te entra el bichito po, de que… que volá po. (…) me bajo el
bichito de probar el LSD y empecé a buscar manos poh (…)” (Sujeto 1).
En el testimonio de los entrevistados la motivación a probar el éxtasis es similar al
del LSD. En todo caso, estos reportan un menor consumo regular. El tópico juvenil sostiene
el lugar común de la curiosidad e integrar una mayor variedad de sensaciones. Este
aspecto, denota que tanto el LSD como el éxtasis son drogas que, en los espacios y sujetos
observados, aparecen como estrictamente situacionales. Es decir, son sustancias ancladas
a los espacios y prácticas de ocio que se desarrollan en el marco de la escena sociocultural
que la articula: las fiestas electrónicas.
“yo solamente lo tomé cuando tenía como 17 años y mm… fue una experiencia
súper entretenida la verdad” (Sujeto 2).
“Empecé a conocer gente y bueno con esa gente ahí me empecé a probar más,
más, más ¿cachai? Hasta que ya, después de la tripa, eh, llegué a los éxtasis.” (Sujeto1)
c) Motivación personal para mantenerse en el consumo
Es esperable que muchos sujetos consuman por primera vez movidos por la
curiosidad, por la búsqueda de algo nuevo y desconocido. Los tópicos observados en el
conjunto de testimonios permiten arribar a un resultado que viene a graficar, en el caso de
las drogas de síntesis, un doble movimiento ideológico. Por una parte, el uso lúdicomotivacional del LSD y el éxtasis (no deja huella, es piola) y, por otra, la paulatina ruptura
con el estereotipo de drogadicto en tanto es el contexto de uso (espacio y procedencia
social seguros) el que define a la práctica (reflejo en el otro: el que consume es similar a
uno).
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Sobre esta base las motivaciones de consumo se mantienen en un marco definido,
más bien, como regulatorio. En este caso, se trata de consumos normados no tanto por la
cantidad de la ingesta sino por el lugar en el que esta se da, por los amigos con quien se
anda y a que se constata que la gente que me rodea es, socialmente, similar a mí.
“(…) Podi estar como el pico y onda vay, te tira una pastilla, y lo vay a pasar mortal
(…) Y hay mucha gente que lo pueda ocupar pa’ escapar de sus problemas.”
(Sujeto 1).
“(...) es que claro, estoy rodeada de mucha gente que fuma, fuma mucho marihuana,
consume mucho drogas, consume mucho LSD, mucho éxtasis, y son gente normal (...)”
(Sujeto 2)
“(…) Onda si lo vay a hacer es para a carretiar (…)” (Sujeto 4).
“Es una sensación de felicidad, euforia así, es como todo, todo rico, todo agradable
¿cachai? Estay como pleno, no sé cómo explicártelo. Como que...Como que estay muy
cómodo contigo en el lugar donde estí, vay a estar como... no se… bacán.(...)” (Sujeto 1)
Podrá, en vista de lo anterior, haber una práctica que aprovecha los tiempos de ocio
en su máxima potencia para sacar solo lo mejor de éstos en términos de despreocupación,
placidez y felicidad. Así, el tiempo libre dedicado a lo social y a las fiestas será el espacio
exclusivo para la complacencia y los buenos momentos. De esa forma el giro ideológico del
consumo, ese que desde los tópicos comunes no deja huellas, fortalece la normalización
entre diversión y consumo. La fiesta, en su desborde, aparece limitada en la discoteca abc1
por un uso que es esencialmente normativizado. Consumo paradojal. Regulado a la base,
por la sustancia y el contexto, independientemente del grado de la ingesta. Ambos aspectos
no aparecen disociados sino funcionalmente relacionados.
d) Aspectos familiares y sociales asociados al consumo. La comunicación del
avestruz. Sé que consumes…pero no lo hablemos.
Los padres de los entrevistados saben que estos fuman marihuana aspecto que, si
bien no es incentivado, tampoco les es prohibido. Lo que no saben, pero intuyen, es que los
consumos exceden a la marihuana y el alcohol. Se percibe en los testimonios recopilados
una suerte de simulacro comunicacional. Simulación al nivel del sistema familiar que
comunica la no comunicación. He ahí la paradoja. El decir sin decirlo. Prefiero no saber.
Optó por no preguntar y por no contar.
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2. La práctica del consumo
El consumo como práctica habitual no puede ser analizado sino desde el espacio. El
consumo está ineludiblemente asociado a un contexto en el que intervienen diversos
agentes (el dónde). Además, se busca dar respuesta (al cuándo y cómo) en lo que son los
efectos y las pautas de consumo. Con esto, busca describir un panorama amplio, mediante
el análisis de los discursos, de las pautas del consumo y de la experiencia personal.
a. Contexto de consumo de drogas sintéticas
Como hemos señalado, el contexto sociocultural y socioespacial que se ha
investigado es el de las llamadas fiestas electrónicas. Es en este tipo de encuentros,
desarrollados en discotecas y en conciertos, que este tipo de consumo ha crecido
alternativamente a la escena de la música electrónica. En estos lugares, particularmente en
las discos, se expresa un elemento característico de los usos actuales de las drogas de
síntesis. Más que la volada lisérgica y la experimentación con los sentidos se trata de
compartir un momento social de relax apropiando el efecto lisérgico al marco del
divertimento lúdico-juvenil de la música y el baile. Para los entrevistados, no se entiende el
uso de LSD y éxtasis sino es como una experiencia social.
“Social, 100% social. Onda ni cagando estaría acá en mi casa solo escuchando
música y me tiraría una pastilla (...)” (Sujeto 1)
Además de las experiencias en ambientes lúdicos los jóvenes consultados reportan
usos alternativos para las drogas sintéticas con el fin de aumentar las sensaciones y
vivenciar el momento de modo más intenso. Se describe como particularmente placentero
mantener relaciones sexuales bajo el efecto del LSD y/o éxtasis. Se desprende de los
relatos que el contacto sexual con otra persona al estar en ese estado se vive con mayor
pasión ya que amplían las sensaciones táctiles y emocionales.
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(…)”Mnn otra cosa claro las sensaciones se mm se aumentan mucho. Emm no sé
poh por ejemplo hacer el amor es, no podi quedarte callada. No podi (risas). Son
demasiadas sensaciones como para emm voy a pensar en otra cosa mientras hago el amor
(…)” (Sujeto 2).
Los contextos de consumo no se reducen entonces exclusivamente al de las fiestas
electrónicas. Sin embargo, se consolida la idea de que la opción de “tirarse un trip” (nombre
popular otorgado al éxtasis) depende, más bien, de las circunstancias contextuales y
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motivacionales como se señaló con anterioridad. Es el contexto, el elemento definitorio para
los informantes al momento de decidir cuándo, cómo y por qué se utiliza las drogas de
síntesis. La idea de seguridad (del espacio, social, del contexto sociocultural) hace de este
tipo de práctica una acción mucho más planificada que de mera improvisación situacional.
“(…) ¿Sabes qué? lo he consumido para todo, desde fiestas electrónicas, carretes
con amigos, salidas así como a la playa, en la casa con mi pololo, motel… De todo, y todos
han sido muy entretenidos” (Sujeto 2).
¿Será tal vez la repetición de beats y la fuerte gama de luces lo que atraen a los
jóvenes a ingerir drogas tales como MDMA y LSD en éstos eventos? Puede ser, pero no es
menos cierto que la escena electrónica ha servido de espacio sociocultural y de mercado
para la expresión de las drogas de síntesis. La escena electrónica, en toda su diversidad,
puede ser vista como un ámbito de expresión artística pero también, desde el punto de vista
del público concurrente, como el lugar propicio en el que se manifiestan las prácticas
juveniles de ocio del fin de semana. Entre ellas el consumo LSD y Éxtasis.
b. Efectos
Es esperable que al consumir una droga sintética el organismo quede afectado en
algún nivel. Entre los efectos que siguen a un período bajo los efectos de alguna droga
sintética, se reconocen el quedar tostado, que sería más identificable con los efectos
inmediatos al consumo de MDMA o LSD.
“es como una caña mental ¿cachai? Como que no teni ganas de nada ¿cachai?
Entonces, como que no me gusta. Pero en dosis pequeñas, es filete, pero si te pasai al final
es como cualquier exceso: si tomai harto copete te va a dar una caña asquerosa ¿cachai?”
“(…) al otro día me deja como…como muy tostado, así como…como sin alma.” (Sujeto 1)
Y, también están los flashasos o flashback, que se asocian más a efectos posteriores de
largo plazo con baja probabilidad de ocurrencia.
“yo me tiré varios ácidos, y pasó que estaba en el verano y se me empezaron a
mover las cosas y yo dije como -ya! un flashback (…) más que alucinaciones como que se
me apareciera algo, como se me apareció un fantasmita como por no sé qué cosa, yo me
miraba al espejo y mi cara era de una forma, era flaca, gorda, alargada, era ancha, mis
labios eran grandes, después chicos (…) Se me distorsionaba el mundo, los colores
empezaban a brillar muy fuerte (…)” (Sujeto 2).
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Ahora bien, si se analizan los efectos posteriores, emerge en la discusión el tema de
la adicción. Resulta interesante que una de las características de las drogas éxtasis y LSD
es el hecho que en el discurso público juvenil estas no generarían dependencia física. Sin
embargo, hay quienes postulan que podría producir una dependencia de correlato
psicológico.
“(…) me fui pal sur, porque estaba muy cuático yo dije si no me voy de acá… voy a
cagar ¿cachai? Ahí me sentía dependiente, onda iba a una fiesta y si no me tiraba algo lo
pasaba horrible (…)” (Sujeto 1)
El consenso entre los entrevistados estaría ubicado, más bien, en un tipo consumo de tipo
regulado donde la práctica se sustenta en gran parte en torno al contexto, las circunstancias
sociales y la propia decisión.
“El LSD no, por lo menos a mí nunca he sentido, nunca he visto gente que diga
weon necesito mandarme un LSD, necesito mandarme, no: nunca he visto ¿cachai? (...)”
(Sujeto 3)
Es posible aseverar que los efectos potencialmente adictivos del LSD y del éxtasis,
en el grupo estudiado, no aparecen representados en sus testimonios de manera física. No
obstante, la adicción psicológica puede ser entendida y tratada como un factor de riesgo en
torno a su definición como constructo social al producir crisis ansiosas u otros estados
psicológicos en el sujeto.
3. Prácticas vinculadas a un consumo consciente
En el presente eje se desarrollarán los resultados del consumo de drogas sintéticas
relacionadas con la percepción de riesgos y las conductas de autocuidado de los jóvenes
entrevistados. El presente acápite lleva este título porque se considera que tener ciertos
rituales y prácticas previas al consumo, durante y después de éste, significa que hay una
preocupación activa por los jóvenes para regular sus conductas de consumo. En este
sentido, no se trataría de un consumo problemático o desregulado. A continuación se
presentarán la percepción de riesgos y las estrategias de autocuidado en dos sub-acápites
separados. Se tiene conciencia que éstos están estrechamente relacionados y, en ese
sentido, es esperable que ciertos aspectos estén interrelacionados.
a) Percepción de riesgos
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Parte del objetivo general de la presente investigación consiste en analizar la
percepción de riesgos que tienen los propios jóvenes que consumen éxtasis y/o LSD. En
ese sentido, es posible apreciar que existirían riesgos en la práctica de consumo pero que
los usuarios no los consideran como aspectos preocupantes y/o relevantes pero ante los
cuales sí toman ciertos resguardos. En los testimonios, surge una preocupación referida al
origen de las drogas sintéticas, ya que es un mercado ilegal donde la calidad, pese a
tratarse de sectores de estrato alto, no está evidentemente asegurada. No siempre venden
lo que dicen vender.
“(...) yo siempre le compro, yo le compro a la misma persona. O sea me han, me han
ofrecido como de otras partes comprar, pero no confío, (...) de repente con otros ácidos tu
comprai la mitad y es como –no siento nada así! Pucha, gasté 15 lucas por las puras y…
bueno también porque le pueden echar mucha anfetamina y esa cuestión te acelera mucho
y da una sensación súper penca(...)” (Sujeto 2)
El tema de la calidad de la sustancia es un tema antiguo que constituye un factor de
riesgo importante en el ámbito de los usuarios de drogas. El desconocimiento y la confianza
en el ´dealer´ conforman aspectos evidentemente riesgosos para jóvenes que identifican el
uso del LSD y del éxtasis como ingestas normalmente no riesgosas.
“(...) Yapo y la huea es que a la hueona le pasaron una tripa, o sea le pasaron una
huea que se llama 25i y se la pasaron por tripa ¿cachai? entonces la hueona se tiró la mitad
y quedó así, pero hecha pico” (Sujeto 1).
El tema de asegurar la procedencia y la calidad de la droga sintética es
evidentemente un aspecto que los jóvenes no controlan. Solo pueden confiar en que en el
ambiente en el que ellos se desenvuelven como usuarios determine una calidad mayor.
Pese a esto, en los testimonios se instala el riesgo de consumo ya no como algo lejano sino
cercano.
“¿Puta no sé si cachaste que en Misteryland se murió un hueón? Ya ese hueón se
tiró 25i” (Sujeto 1).
Desde la percepción de riesgos es posible apreciar que los jóvenes entrevistados
perciben como peligroso consumir drogas sintéticas estando solo y/o en un lugar
desconocido. Más arriba hablábamos del tema de la seguridad como un punto central que
aparece en este nivel facilitando el riesgo como riesgo calculado. Los jóvenes reportan que
el desconocimiento del espacio, de los concurrentes, afecta la calidad del efecto buscado.
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No lo recomiendan bajo ningún punto de vista, ya que -sobre todo a las mujeres- quedan
más expuestas, vulnerables y abandonadas a su suerte.
“(...) la única cosa que no recomendaría es hacerlo en un lugar que pueda ser
peligroso. Hacerla, bajo, sin, hacerlo solo, no lo recomiendo. Porque si tú lo hací solo vay a
terminar a la mierda porque se te ocurrió tomarte una micro y violada(...)” (Sujeto 2)
Vinculado a ello -el no consumir solo y/o en un lugar desconocido que puede resultar
peligroso- se presenta como otro riesgo consumir al estar desequilibrado emocionalmente o
con problemas que te aquejan. Los entrevistados coinciden en el hecho que aquello sería
un pasaje directo para vivir un mal viaje.
“(...) Si es que yo me compro un ácido y me lo voy a tirar tal día y ese día pasa una
cuestión que me haga sentir como mal, no me lo voy a tirar. Porque sé que voy a tener una
mala experiencia.” (Sujeto 2)
Son enfáticos en ese aspecto y no lo recomiendan por ningún motivo como método
de evasión, o para atenuar o alivianar los problemas. Lejos de olvidar el problema, éste se
te presenta de un modo incómodo, le das otra significación, otra connotación y ello te puede
desequilibrar, es más, es lo que suele suceder. En ese sentido, se percibe como un riesgo
que no debe ser obviado, ni auto-convencerse que “en realidad uno está bien”.
“(...) Terminaste con tu ex ayer pero hoy te sentí bien, no, no, te tires el trip. Tu
mamá está con una enfermedad que te tiene preocupada hace tiempo, pero igual te sientes
así como con energías de carretiar, no igual no te lo tires.” (Sujeto 2).
En resumen, es posible afirmar en primer lugar que los jóvenes
consumidores de éxtasis y/o LSD efectivamente perciben riesgos importantes asociados a
la práctica
de consumir drogas sintéticas. Los principales riesgos percibidos están
relacionados con la procedencia de las sustancias, que efectivamente les vendan
determinado compuesto buscado y no una mezcla o, de frentón, otra sustancia. También
dicen relación con el contexto y circunstancias en la cual consumen: siempre acompañado,
en un lugar conocido y sin peligros inminentes y estando bien equilibrado emocionalmente.
b) Estrategias y conductas de autocuidado
Estrechamente vinculado al sub-acápite anterior se encuentra el tema de las
conductas de autocuidado y/o preventivas. La relación es evidente, ya que por lo general
tras percibir un riesgo uno adopta conductas de prevención. Para los entrevistados fueron
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señaladas varias conductas de autocuidado dando la sensación que en cierto grado son
bastante precavidos con su consumo. Hay conductas de autocuidado previas al consumo,
otras durante y posteriores.
“No pierdo la conciencia, no es que me voy a tirar algo y me voy a olvidar del mundo,
voy a poner reglas antes y voy a cumplirlas,(...)” (Sujeto 2)
Aludiendo a una conducta de autocuidado previa al consumo se señala que es
recomendado comer antes de consumir una droga sintética, postulando que sería una
suerte de mito que no comer aumenta los efectos de la sustancia. En la mayoría de los
casos adoptan esa conducta de autocuidado, para evitar sentirse mal al otro día, o al
menos, disminuir las probabilidades de dolores estomacales y atenuar los posibles efectos
negativos.
“(…) pero ya he hecho esto de tirarme ácidos con la guata vacía, que se supone
hace más efecto (…) la verdad lo único que te hace es que te duela más la guata (…) yo
prefiero comer” (Sujeto 2)
Sumado al hábito de comer se señala que otra conducta de autocuidado realizada
con posterioridad al consumo es la ingesta de complejos vitamínicos como una práctica
vinculada míticamente a recobrar la energía de modo más rápido y recobrar el buen
funcionamiento del organismo.
“(…) vitaminas… de hueas así como que perdí con tanta mierda que te tirai po. Y
hueón, la cago como que me he sentido con mucha más energía, así más activo, más, más
vivo hueón.” (Sujeto 1)
Otra conducta de autocuidado tiene relación con el hecho de establecer límites, con
ser consciente de qué situaciones no hay que exponerse por ningún motivo. En ese sentido
es una conducta transversal al proceso de consumo, ya que se debe estar convencido de
ello antes de consumir y ser capaz de mantener esa postura mientras se está bajo los
efectos del químico.
“(…) siempre soy como… segurito si como pa irme con mis amigos, tener vuelta,
onda la huevada tiene que estar planeada.” (Sujeto 4)
“(...) fue haberme ido en taxi, porque estos se iban a devolver en auto tripiados y
no…no…me daba miedo”(Sujeto 2)
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En todos los testimonios se repite que manejar bajo los efectos de drogas sintéticas
o subirse al auto de un sujeto que ha consumido es una situación a evitar a toda costa,
pudiendo ser muy peligroso. Constituye una conducta de autocuidado que por lo general no
se deja de hacer, al menos ningún sujeto entrevistado señaló haberse expuesto a tal
situación
Aludiendo a otras conductas de autocuidado se refiere a aquellas vinculadas a la
planificación del consumo considerando que a la mañana siguiente no se tiene un nivel de
funcionamiento óptimo y ,en ese sentido, se considera irresponsable comprometerse con
actividades que requieran algún nivel de esfuerzo.
“Yo soy de las pocas personas que en verdad como que toma las precauciones, deja
las cosas listas para el día después, emmm…. Sabe que no va a dormir en toda la noche,
entonces al otro día no hago nada.” (Sujeto 2)
“(…) no me voy a tripear un fin de semana en que puta tengo… no sé, dos solemnes
en la semana que viene ¿cachai? onda voy a estudiar pa la huevá(…)” (Sujeto 4)
Luego de referir sobre percepción de riesgos y conductas de autocuidado es posible
notar que en la mayoría de las ocasiones hay una relación estrecha entre ambos, en tanto
una situación o acto se percibe como riesgoso, se adoptan medidas para cuidarse de ello,
para evitar el riesgo.
4. Prácticas de consumo. Combinaciones. Éxtasis y LSD y otras sustancias.
(Sintéticas)
Si bien el foco de la investigación era ahondar, actualizando, en las prácticas de
consumo del éxtasis y LSD, tras la realización de las entrevistas se recabó información
sobre otro tipo de sustancias sintéticas y combinaciones que están siendo consumidas en
diferentes espacios de ocio y diversión juvenil incluida en la escena electrónica. Creemos
que este tema merece especial atención, ya que no se tiene estimación ni de sus efectos y
riesgos y no se sabe acerca del nivel de consumo existente.
“(…) empecé a hacer el grupo como de mis amigos de ahora que ya son como todos
inmerso en la… en la cuestión electrónica. Y bueno… ahí empezaron a aparecer más
cosas todavía (…) probé la mezcalina, que es la cuestión que le sacan a los, a los cactus
¿cachai? También probé… el M, he probado una cuestión que se llama GHB.” (Sujeto 1)
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GHB
“(…) es un líquido, un dilatador del sistema nervioso (…)Cuando tu tomai una dosis
así alta te, te tira al piso, ¿cachai?, se te apaga tele ¿cachai? (...) lo ocupan pa todos estos
tratamientos de gente que no puede dormir ni nada, hueón, la huea te…te mata, te tumba y
no despertaste con nada hasta el otro día ¿cachai? Sí incluso en Europa lo ocupan pa violar
minas(…) Pero, si tomai un poquito, onda te deja como el éxtasis, que te deja así como
*wuo*, así feliz, pero a la vez con la…como con lo prendido del curao, pero sin estar curao
¿cachai?” (Sujeto 1)
Candyflipp
“ Si obvio. Puta… M con pastillas, M con G, pero… y rara vez así pastillas y tripa,
que es un candyflipp ¿cachai?(...)” (Sujeto 1)
M
“El M es M, el M es una huea que se llama MDMA, que es el componente activo del
éxtasis ¿cachai? que es como la huea que te deja… derretido ¿cachai? porque el éxtasis
aparte trae M, trae anfetas y miles de otras hueas mas, que por eso la pastilla te deja como
saltón cuático y el M te deja así como *bldbld*¿cachai?” (Sujeto 1)
“Dieta del Futuro”
“Eh puta, porque esa es otra huea buena de las pastillas, del LSD y de todas esas
hueas (por eso le dicen dieta del futuro): porque no te da hambre po hueón ¿cachai? Y yo
hueón he estado 3 días, 4 días sin comer, de largo, sin comer nada ¿cachai? Y onda no
siento hambre y me siento así filete y la huea ¿cachai? Pero cuando se me acaba el efecto
y soy una mierda po hueón ¿cachai?” (Sujeto 1)
En el transcurso de la investigación se recabó información acerca de un pool de sustancias
de síntesis disponibles en el mercado de la droga, vinculadas a la escena electrónica. -Se
desconoce si solo se consume en ese contexto o si su práctica es más generalizada-. Al
parecer, según lo señalado por sujetos entrevistados, en el contexto electrónico, el primer
acercamiento a drogas sintéticas es el éxtasis y/o LDS y hay quienes posterior a consumir
las drogas señaladas, comienzan a probar combinaciones u otras sustancias. Respecto de
la variedad de drogas o combinaciones que circulan entre usuarios de la escena electrónica,
la frecuencia de consumo, los riesgos y efectos asociados, las estrategias de autocuidado
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de sus consumidores y el grado de adicción que genera esas sustancias, se tiene escasa
información. En este punto cabe preguntarse, ¿Cuál es la realidad del consumo de este tipo
de sustancias (incluyendo combinaciones) en el contexto nacional? ¿Que implican estos
permanentes cambios en los consumos? Sería interesante investigar sobre ello, y tratar de
responder a esas interrogantes. Quizás sería un primer paso para aproximarse al consumo
de drogas emergentes, que tal vez ya son consumidas hace tiempo, pero se desconoce.
Conclusión.
Recordando la pregunta de esta investigación: ¿Cuál es la percepción de riesgos y
estrategias de autocuidado que tienen los jóvenes consumidores de drogas psicotrópicas de
estrato socioeconómico alto del sector oriente de la región Metropolitana en el contexto de
fiestas electrónicas?, se llega a la conclusión de que la percepción de riesgo de los jóvenes
está estrechamente ligada a su propia experiencia de consumo, la que está interrelacionada
a la cultura en referencia. (Coy, 2010). Así, un riesgo será percibido (o no percibido) de
manera distinta de acuerdo al contexto sociocultural y espacial en el que se está inserto y
al cual se adscribe, como es el caso de la escena electrónica en el Santiago
contemporáneo. .
Siguiendo los planteamientos de Coy (2010), se concluye que los jóvenes
consumidores de éxtasis y/o LSD sostienen una percepción diversificada del riesgo de
consumo. No todos lo perciben del mismo modo, dependiendo de factores sociales y
espaciales de orden situacional. Según la investigación realizada, el manejo de información
sobre las prácticas y sustancias es un factor que sobresale, en tanto quienes tienen
conocimientos sobre los efectos y riesgos asociados al consumo, suelen implementar, en
mayor grado, estrategias de autocuidado. Así, en las grupalidades de drogas de síntesis la
información sobre el tipo de pastilla y sus componentes activos, efectos asociados,
modalidades de uso, calidad, etc., adquiere mayor relevancia. Solo se consume si alguien
trasmite la información adecuada, en un tiempo, en un espacio y en el contexto seguro de
un grupo de pares. Podemos señalar que, en general, el consumo de drogas de síntesis en
los espacios observados es más bien un consumo informado, regulado, normado.
Este estilo de consumo cobra especial importancia ante el emergente pool de drogas
que circula en el escenario electrónico, puesto que de esas sustancias y las combinaciones
posibles, se tiene escasa información. El factor de riesgo, en la entrada de nuevas
substancias al mercado de la droga, está en la rapidez de dicha penetración quedando las
estrategias de autocuidado como una respuesta ex post frente a las experimentaciones
extremadamente dinámicas de este tipo de drogas.
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Ahora bien, dejando de lado el mix de drogas y combinaciones que circulan en el
contexto electrónico, centrándonos en el éxtasis y LSD -drogas sintéticas que fueron foco
de la investigación-, cabe preguntarse: ¿Se puede aunar, efectivamente, en la Guerra
Contra las Drogas el interés de informar para prevenir riesgos, versus la prevención en el
inicio del consumo de drogas de síntesis? Esta sea tal vez una dicotomía que impera cada
vez más en el presente, donde informar puede ser entendido ideológicamente como un
sinónimo de promover. Más aún si se tiene en cuenta que el LSD y el MDMA no producen
adicción física comprobada.
Si bien el consumo de las drogas sintéticas mencionadas es ilegal en Chile, su
consumo -y el aumento constante del mismo- es una realidad. En ese sentido se propone
que se implanten programas destinados a informar los reales efectos del LSD y/o MDMA
para toda la población joven. Con esto, se estaría atacando la doble arista del problema,
donde informar no es promover el consumo, pero sí hacerse cargo de la problemática de
fondo en una población ya consumidora o potencialmente consumidora. Cabe señalar que
mantener a una población informada significa mostrar tanto las consecuencias graves
derivadas del abuso y/o consumo irresponsable, como el abanico de posibilidades y riesgos
asociados a un consumo responsable: Si han decidido consumir, que estén informados
adecuadamente y no orientados al miedo. Esto se hace aún más necesario puesto que la
transmisión de la información sobre estas drogas se realiza, mayoritariamente, de manera
informal, entendiendo que los individuos se asesoran por internet (páginas web o foros), o
por las experiencias vividas por otros usuarios a través de conversaciones de tipo coloquial.
Por todo lo anterior, los riesgos estarían siendo percibidos a partir de la transmisión de
experiencias negativas, de miembros del círculo cercano, al que tenga alcance la persona.
Ahora bien, a pesar que el manejo de información es un factor que efectivamente
influye en gran medida en que los consumidores adopten estrategias de autocuidado,
aquello no constituye una regla. Vale decir, hay quienes manejando información,
transgreden sus propios márgenes de riesgo percibido, y no tienen conductas de
autocuidado cuando consumen. Con esto, se logra constatar que los límites que tienen las
conductas con fines de autocuidado son difusos, y no existe una pauta de acción
establecida para cada individuo. Será finalmente el contexto en el que se encuentre en un
momento determinado el mayor factor que incidirá sobre las estrategias de autocuidado que
implemente o no el sujeto que consuma.
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Sobre los contextos, se encuentra que aquellos vinculados a la música electrónica
son propicios para fomentar el consumo, la compra y la venta de drogas sintéticas.
Respecto a ese tipo de música y la relación con el consumo de drogas de síntesis, surgen
preguntas que serían interesantes de investigar en futuros estudios. Por ejemplo, ¿en todos
los contextos de música electrónica se consumen drogas de síntesis? Esta interrogante
surge debido a que se tiene conocimiento de que en este universo de bajos potentes donde
el público se deja llevar y baila solo, se divide en amplias ramas y, con ellas, hay un número
similar de culturas juveniles. En caso de que el consumo se dé en la totalidad -o mayoríade contextos de música electrónica, ¿se consumen el mismo tipo de drogas sintéticas o hay
diferencias según las variables? Dar respuestas a estas preguntas puede ser de gran
utilidad, aportando a la precisión y a delimitar los márgenes investigativos para futuros
trabajos.
Ahora bien, el discurso de cada individuo está atravesado por una interrogante que
puede cambiar totalmente el modo que tienen los sujetos de ver su propio consumo y, con
esto, el sentido de todas aquellas investigaciones que deriven. ¿Cómo los consumidores
saben qué están consumiendo realmente? Todos los sujetos afirmaron haber consumido
éxtasis o LSD, que es lo que les dicen que les venden, pero, al mismo tiempo, aceptan no
conocer la procedencia de la droga, manejando tan solo rumores. Así ¿cómo asegurar la
pureza del compuesto? ¿No estarán comprando gato por liebre? Este tema cobra especial
relevancia, ya que si bien el aspecto del compuesto luce similar, los efectos podrían variar.
En ese sentido, alguien que consume y suele adoptar estrategias de autocuidado, ya que
maneja la información sobre lo que consume -ya sea éxtasis o LSD-, podría comprar un
compuesto distinto y por ende no implementar conductas de autocuidado efectivas. Por lo
señalado anteriormente, sería interesante realizar un estudio que analice en laboratorio las
sustancias que se venden en el mercado negro.
Retomando un aspecto que fue mencionado anteriormente, vinculado a drogas
emergentes -ya sea mezclas o nuevas sustancias- que se consumen en el contexto de
música electrónica, se propone realizar una investigación de actualización en el escenario
nacional. En el estudio realizado se obtuvo información sobre GHB (también conocido como
éxtasis líquido, no siendo el mismo compuesto pero con efectos similares), el 25I-NBOME
(coloquialmente conocido como 25i), el M, la mezcalina, entre otros. Se piensa que el pool
de drogas que circula en el contexto de música electrónica es más amplio que el arrojado
por la investigación realizada. Las fiestas de música electrónica están siendo cada vez más
populares y masivas en Chile, y por ende ha aumentado el consumo. Junto a ello han
surgido ofertas de nuevas sustancias sintéticas, dentro de las cuales se encuentran
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compuestos totalmente distintos, o también se comercian las variaciones de las sustancias
originales, donde modifican levemente el compuesto químico, ya que por la velocidad de las
modificaciones no está incluido en la Ley de Drogas.
Un segundo tema emergente refiere a ciertas características personales que en
cierto grado influyen en las conductas relacionadas al consumo. Se vio que dos de los
entrevistados perciben, en el mismo ambiente, riesgos de proporciones prácticamente
opuestas, y conductas de autocuidado laxas en un caso y estrictas en el otro, por esto
resulta interesante repensar los estudios sobre consumo de drogas en el país, con el fin de
ampliar el horizonte de análisis y políticas públicas y, así, llegar a conclusiones más
cercanas a la realidad subjetiva del consumidor.
Así bien, si hace una década atrás los jóvenes en fiestas electrónicas consumían
como droga de prevalencia el éxtasis, hoy se ve que la droga de prevalencia es el LSD. A
pesar de que el éxtasis sigue siendo popular en estas fiestas, al parecer el LSD ha ido
ganando terreno y conquistando nuevos adeptos. Por su parte, el éxtasis no ha perdido el
tiempo, y ha pasado a ser consumido en ambientes de mayor intimidad, como fiestas
privadas, incluso entre parejas. En conclusión, el consumo de drogas de síntesis es una
realidad, sin embargo, existe escasa información al respecto. Hay más conocimiento sobre
el éxtasis y LSD, no obstante el mundo de las drogas sintéticas es mucho más amplio que
eso. Investigar e informar de esta posibilidad de engaño al consumidor puede ser una
alternativa de prevención.
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