EDUCACIÓN EN VALORES HUMANOS: UNA ESTRATEGIA PEDAGÓGICA EN ESTUDIANTES AYMARAS Por RAÚL QUISPE CONDORI Tesis En cumplimiento parcial de los requisitos para el grado de Licenciatura en Ciencias Teológicas Profesor guía: Dr. Roy May UNIVERSIDAD BÍBLICA LATINOAMERICANA San José, Costa Rica Julio de 2008 EDUCACIÓN EN VALORES HUMANOS: UNA ESTRATEGIA PEDAGÓGICA EN ESTUDIANTES AYMARAS Tesis de licenciatura Sometida el 16 de julio del 2008 al cuerpo docente de la Universidad Bíblica Latinoamericana en cumplimiento parcial de los requisitos para optar al grado de Licenciatura en Ciencias Teológicas por Raúl Quispe Condori Tribunal integrado por: ____________________________ Dr. Roy May Profesor guía ____________________________ Dr. José Duque Dictaminador ____________________________ MSc. Mireya Baltodano Arróliga Lectora ____________________________ MSc. Mireya Baltodano Arróliga Decana 3 DEDICATORIA A Dios, padre todo poderoso por iluminarme en la vida espiritual y en la compañía permanente. A mi querida esposa, Agustina, y a mis hijos Alaín, Cinthia y Raúl Ángel, por ser mis mayores tesoros en esta vida de Dios. A mis padres, Ruperto y Mercedes (+) por darme el don de la vida y la dicha de conocer a Dios a través de sus sabias enseñanzas. AGRADECIMIENTOS Al Dr. Roy May, mi Director de tesis, con su enorme cognoscitivo metodológico que me brindó, ha sido posible la realización de esta tesis. Al Lic. Otto R. Minera G. Por sus sabias orientaciones en la redacción. Al Lic. Gabriel Paz Huacani, por su valioso aporte intelectual y apoyo incondicional. A todos/as los/as hermanos/as, colegas y autoridades que me dieron la posibilidad de concretar esta investigación dirigida. A Dios por el don de la vida integral. INDICE DE CONTENIDOS Introducción i CAPÍTULO I 1 LOS VALORES HUMANOS EN LOS FUNDAMENTOS EDUCATIVOS 1 1. Fundamento pedagógico 1 2. Fundamento social. 7 2.1 Ayllu (Comunidad) 8 2.2 La sociedad actual 10 3. Fundamento teológico 11 3.1 Qullan Apu auki ( Divino Supremo Padre) 12 3.2 Evangelio de amor 13 Conclusión 20 CAPÍTULO II 22 EDUCACIÓN EN VALORES 22 1. Educación 22 1.1 Educación en valores 24 1.2 Una teoría de valores para la pedagogía 27 1.2.1 Funciones de los valores 31 1.2.2 Características de los valores 32 1.2.3 Educación en valores del contexto aymara y del evangelio 33 1.3 Modelos de la educación en valores 38 Conclusión 40 CAPÍTULO III 41 ESTRATEGIAS PEDAGÓGICAS PARA LA FORMACIÓN EN VALORES 1. Pedagogía en valores 42 1.1 La praxis de la pedagogía axiológica 47 1.2 Propuestas didácticas 49 1.2.1 Proyecto de aula 50 1.3 Pastoral educativa 60 Conclusión 66 Conclusiones 67 Bibliografía 70 7 41 INTRODUCCIÓN En el proceso de formación de los educandos, ocupa un lugar preponderante la educación en el área de la religión, dirigida al fortalecimiento de los valores humanos que son esenciales para las relaciones humanas de los estudiantes. La labor del fortalecimiento de valores humanos exige a los educadores, padres de familia y la sociedad en su conjunto, un profundo conocimiento y reflexión, para fomentar elevados sentimientos de solidaridad, respeto, responsabilidad, amabilidad y otros, y de esta manera convertir los valores humanos en convicciones personales y hábitos de comportamiento diario. El ser humano tiene una naturaleza indeterminada. Las personas no están programadas sino que se ven obligadas a decidir continuamente sobre cómo y hacia dónde quieren dirigir su vida. El origen del valor está en la necesidad de decidir cómo se quiere vivir, a pesar de las presiones sociales y los condicionamientos biológicos y culturales. Desde este convencimiento, existe la necesidad de indagar, analizar y presentar la siguiente investigación a partir de la palpitante actualidad, pues parte de la crisis es que padecemos la falta de una práctica de valores humanos, cuyas características de universalidad y homogeneidad persistentes redunden en una mejora de nuestras relaciones sociales y comportamientos, para el logro de una mejor calidad de vida. La escuela en ese sentido, juega un rol fundamental pues, como agente reproductor y socializador de los valores presentes en la sociedad, se convierte en el espacio para empezar el cambio que tantas veces se ha pregonado pero que aún permanece como una utopía: donde se produzca el tránsito de una sociedad autocrática, intolerante y dogmática a una sociedad democrática, tolerante, crítica e inclusiva. Esta es una necesidad muy grande en Bolivia y la Iglesia Evangélica Metodista quiere responder en una forma que contribuya hacia la formación de una “nueva” nación. Por tanto, la educación en valores humanos se implementará en el área de religión y moral, formando en los estudiantes de Colegio Metodista de Ancoraimes, ubicada en el Departamento de La Paz, como una obra de servicio educativo de la mencionada iglesia, en el área rural y del contexto cultural aymara. El Colegio Metodista de Ancoraimes que existe gracias a los misioneros metodistas de los Estados Unidos, a los primeros educadores y creyentes metodistas que dedicaron su vida a la educación. Actualmente, el mencionado Colegio cumple más de 50 años de servicio a las comunidades aymaras. Geográficamente, se encuentra al norte del Lago Titicaca, en la Provincia Omasuyos, del Departamento de La Paz. En el 100% de los estudiantes su primera lengua es aymara. En principio, el Colegio apuntaba a una educación de calidad, y por eso una buena mayoría de los pastores entraba en el horario de la clase de religión y moral. En ella se promovieron algunas pautas de los valores éticos, pero poco a poco se fueron desvirtuando, hasta quedar sin mayor importancia. Pero como está administrado por la Iglesia Metodista, tiene la gran posibilidad de formalizar el área de la Formación Cristiana, tomando en serio la educación en valores. La formación en valores es una tarea fundamental para la cohesión social, y en ella el docente se convierte en un sujeto comprometido con la educación transformadora. Los estudiantes son los sujetos principales de la reflexión, del estudio, de la construcción y de la convivencia de los valores. Mientras se encuentran fragmentados, y a la vez globalizados en un orden mundial dominado por los intereses del creciente mercado individualista, causan la desmotivación, la apatía y la pérdida de compromiso con la vida comunitaria en que se practicaba. Día tras día, los contravalores se imponen con su poder económico en los estudiantes aymaras. La vida, el amor, la solidaridad, la justicia y la libertad ya no tienen relevancia en la lógica mercantilista globalizada. Los estudiantes del Colegio Metodista de Ancoraimes, serán los sujetos y protagonistas de su propia formación en valores, asumida con mucha responsabilidad. El objetivo general de esta tesis es desarrollar la educación en valores, con diferentes criterios teóricos y metodológicos de la práctica educativa, para 9 fortalecer en los estudiantes, profesores, personal administrativo del colegio mencionado. A partir de ahí, llegar a otras escuelas, colegios, padres de familia y a la sociedad. Los objetivos específicos son: 1) Identificar los valores humanos fundamentales para fortalecer el buen vivir. 2) Aplicar una estrategia de educación en valores en el área de religión y moral en los estudiantes. 3) Practicar estrategias metodológicas para desarrollar los valores de solidaridad, respeto, igualdad, amistad, trabajo y entre otros. El aspecto de la investigación se basa: 1) En la experiencia propia, a partir de la práctica de la elaboración del proyecto de aula y las actividades pedagógicas. 2) Los comentarios y entrevistas, son tomadas como referencias o recursos que ayudan a clarificar las necesidades emergentes. 3) La investigación bibliográfica sustenta teóricamente para desarrollar las actividades pedagógicas. Desde este punto de vista en la visión y misión de la educación en valores humanos, en el capítulo primero nos ocuparemos de mostrar algunos fundamentos educativos en lo pedagógico, social y teológico. En el segundo capítulo nos dedicaremos en los conocimientos y concepciones teóricas de la educación en valores, que dará lugar al surgimiento de una estrategia pedagógica. En el tercer capítulo, daremos determinadas propuestas educativas en valores, en base al enfoque constructivista, en el seno de la educación, trabajo, producción e investigación. No termina ahí, sino es el comienzo de un proyecto futuro. Finalmente, es menester reconocer la coyuntura histórica que vive Bolivia. Por primera vez un indígena (Evo Morales) sube a la presidencia de la República. Y él plantea la reconstrucción de la nación a partir de lo que él llama “El buen vivir”, con eso quiero decir: Este buen vivir me inspiró y orientó hacia la concretización de esta tesis. 10 CAPÍTULO I LOS VALORES HUMANOS EN LOS FUNDAMENTOS EDUCATIVOS 1. Fundamento Pedagógico La crisis de valores que actualmente vive nuestra sociedad, tanto nacional como mundialmente, es en el fondo una crisis del sistema educativo. La corrupción, los robos, el individualismo, el hedonismo, la violencia social, familiar y personal, los asesinatos, la alienación cultural, la pornografía, el consumismo y el mercantilismo reflejan la educación que se ha impartido en el conjunto de nuestra sociedad. Se da una relación directa de causalidad entre la generalizada crisis de valores que padecemos y la orientación, marcadamente funcionalista, cognoscitivista, tecnológica y acrítica, de los procesos educativos. Para Iriarte (2006, 47), “Un sistema educativo marcado todo él por un permanente y empobrecedor individualismo, en el que tener y el saber valen más que el ser, no puede recibir el hermoso nombre de educación”. El cambio más importante y necesario es el de superar y desterrar la concepción del proceso educativo como mera instrucción, como enseñanza que se transmite en forma mecánica, de la mente “ilustrada” del maestro a la mente “vacía” del estudiante. “Esta concepción, tan reductiva y empobrecedora, se ha reforzado a través del modelo neo – liberal globalizador vigente, esta concepción parcial del proceso educativo, tan rico y complejo, está orientada de una manera obsesiva y exclusiva, hacia el desarrollo del área cognitiva” (Iriarte 2006, 47). La formación auténtica de la educación implica la adquisición de criterios y referentes axiológicos que lleven al educando a desarrollar la capacidad de optar por sí mismo, en la búsqueda de un proyecto de auto realización personal. Además que le permitan la formación de valores, actitudes y habilidades necesarias para llegar a un actuar totalmente coherente, que oriente su vida de manera más humanizada. En este sentido, es necesario instaurar en nuestra sociedad una pedagogía de valores que eduque al ser humano para que se oriente por el valor real de las cosas. Será una pedagogía de encuentro entre todos los que creen que la vida tiene un sentido, los que saben que existe un porqué en lo extraño de todo, los que reconocen y respetan la dignidad de todos los seres. Por tanto, la escuela juega un rol importante para la instauración de los valores humanos. Al ser una institución formadora de formadores, tiene la misión de cultivar el bien. Es decir, la acción educativa debe orientar bien sus objetivos en la ayuda al educando, para que éste aprenda a guiarse libre y razonablemente por una escala de valores. Que cuente con la mediación de la conciencia como norma máxima del obrar en el camino del suma qamaña (buen vivir). A su vez, la educación es el camino que nos conducirá a un mejor destino, cimentando paradigmas realizables en la sociedad y ordenando los parámetros equivocados impuestos por quienes creen que educar a una nación es cuestión sencillamente de opinión. Así, olvidan que las mentes deben ser tratadas cuidadosamente y que quienes están a cargo de educarlas deben estar preparados, para no errar y desequilibrarlas. Según Álvarez (2003, 10), “La educación siempre hace referencia a algo específicamente humano, el manejo de los valores y por lo tanto debemos estar atentos para no desviarnos del camino que nos debe conducir a afianzar a la raza humana”. La formación integral de las nuevas generaciones de niños y jóvenes propios de nuestra sociedad sólo se puede lograr sobre la base de una estrategia teórica que posibilite un enfoque realista. La formación de valores es un proceso sistémico profundo. En este sentido, como representantes de la sociedad, los profesores deben dirigir las acciones del proceso educativo hacia la formación de valores humanos. Para ello necesitan una orientación en cuanto al contenido específico de estrategias y metodologías, a fin de aplicarlas partiendo de que los valores en la educación son la aspiración más trascendente que necesitamos lograr en los 12 estudiantes. Ellos mismos, por su parte, deben estar motivados; es decir, estar decididos a detectar el problema en forma activa, consciente y creadora. El problema de los valores nos ataca precisamente en momentos de crisis, cunado entra el desasosiego y la desorientación. Cuando se constata que las ideas pedagógicas anteriores han perdido su vigencia, cuando lo que hacíamos antes resulta obsoleto, cuando parece que los valores anteriores han perdido su vigencia, o están en desuso, justo en ese momento renace la problemática de los valores con todo su vigor (Aguilar 1998, 56). La escuela por sí sola no puede resolver el problema de la formación de valores humanos. Es un problema social central y todos los estratos sociales tienen que ponerse en función de una necesidad social. No se le puede exigir sólo a la escuela en forma aislada. “Así, pedagógicamente, el punto de partida..no es el alumno aislado, sino los estudiantes como actores colectivos en sus varias características de clase, cultura, raza y sexo, en conjunto con las particularidades de sus diversos problemas, esperanzas y sueños” (Ramírez 2002, 90). Además, es importante tomar en cuenta el ejemplo del tata yatichiri (señor profesor), que demuestra valores tales como el presentarse con todo respeto, la responsabilidad y el amor ante los amaut´as escolares (autoridades escolares de la comunidad), y la realización del respectivo ch´alla (ritual) en reverencia a la pachamama (madre tierra) para que le vaya bien, pues de lo contrario está propenso a caer en el fracaso. Se trata de este tipo de prácticas educativas que se fue perdiendo, como por ejemplo el saludo al tiyu (hermano del papá). Por tanto, “Todo lo negativo venía de Supay, el de la naturaleza maligna. Pero más interesante aún, es ver qué poca importancia tuvo en esta cultura, el tal Supay” (Meneses 1992, 86). De esta manera, la primera condición para diseñar el proyecto educativo es diagnosticar y analizar las verdaderas necesidades de los estudiantes, a partir del conocimiento de las dificultades que confrontan e influyen en su formación. Sin embargo, “Los educadores han esquivado los valores…No se puede, igualmente, hablar de ella como si se tratase de un fenómeno tan generalizado que nadie se escape” 13 (Pascual 1988, 24). Es decir, en esta actitud encontramos falta de compromiso, y el mundo de la pedagogía no se ocupa ni responde a las necesidades de lograr la libertad, la justicia y el amor al prójimo, entre otros. En la época precolombina, por lo menos se ocupaban en la educación de los nobles, que estaba a cargo de los amautas (sabios). Los amautas enseñaban ciencias profanas y religiosas a la vez, ninguno de los conocimientos adquiridos en su tiempo les era extraño: matemáticas, astronomía, estadística, teología, historia, política, poesía, música, cirugía, y medicina; componían tragedias y comedias que eran representadas por ellos mismos y estaban encargados de interpretar la ley (Meneses 1992, 53). Todo esto nos permite ver que la educación era fundamental en aquellas épocas. Quienes instruían los principios de los valores tenían que haber sido personas ejemplares e indicadas en el dominio de temas como la administración y el manejo de los kipus (sistema de escritura en cordeles de tejido). Cada año se enviaba al gobierno un censo de toda la población por medio de los kipus. ¿Por qué hoy ignoramos todo esto? Los colonizadores del siglo XVI, al no poder explicarse la posibilidad de que esos bárbaros tuvieron algún tipo de escritura, consideraron el hecho como obra de hechicería, es decir del demonio, y cometieron la barbaridad de quemarlos. La completa destrucción de los archivos de quipus por parte de los padres cruzados en el siglo XVII, de que los quipus eran libros del diablo (Meneses 1992, 107). Desde ese hecho histórico catastrófico, hasta nuestros días, las informaciones no son tan confiables, y si las hay se conservan, mediante la comunicación oral. Prácticamente los valores se conservan solo mediante las prácticas del comportamiento humano y por la constante exhortación, como ésta: ¿Jakawimata janiti sintista? ¿No tienes cariño de tu vida? Porque los españoles jamás se ocuparon en conservar toda esa cultura cargada de valores, y por el prejuicio tampoco se pusieron la tarea de estudiarla. Los indios eran consideradas sin alma y sólo servía para la chacra y como animales de carga esclavo de los patrones que vendían vendían y compraban. Entonces Tupac Katari, Willka Zárate, Tupac Amaru y otros, encabezan en diferentes rebeliones 14 para contrarrestar la imposición. Porque este tipo de situaciones negativas van en contra del patrimonio de los valores de los aymaras. Y ellos cuando ven que su vida está afectada, se movilizan para que todos defiendan y construyan el buen vivir como un derecho de todos y todas. Ejemplarmente, el amauta Avelino Siñani dedicó su vida por la educación de los indígenas, con una filosofía del ayllu (trabajo – estudio – producción) junto al profesor Elizardo Pérez. A propósito de esta tendencia, es pertinente recordar cómo los años 30 están marcados por la experiencia boliviana de Warisata que busca combinar el ayllu andino, como modelo de organización comunitaria democrática, con ciertos principios educativos socialistas referidos a la relación entre educación y trabajo productivo. El Profesor Elizardo Pérez, un hijo de terrateniente, y el maestro rural aymara A. Siñani, construyen a partir de 1931 una escuela cerca del lago Titicaca con ciertos apoyos gubernamentales y en profunda interacción con las comunidades campesinas de la región. El proyecto desencadena inmediatamente grandes polémicas de orden educativo y político, en particular con los representantes de la oligarquía que se había apoderado de las tierras del altiplano (Preiswerk 1994, 35). En estos últimos años, los grandes educadores de los maestros aymaras han incluido a la trilogía (estudio, trabajo y producción) de la educación indígena el tema de la investigación, para que todos los niños, niñas y jóvenes estudiantes tengan apertura al conocimiento científico. Que conozcan todos los derechos a práctica de la educación integral y forjadora de una revolución cultural, con su ejemplo vivo, con su imagen, con su talento, con su inteligencia, ante cualquier circunstancia. Que sepan enfrentar de forma política y profesionalmente la escasez de cualquier recursos; en fin, que el estudiante esté preparado para responder a las exigencias sociales y laborales, hacia el alcance de una cultura cargada de valores positivos. Los valores reflejan la personalidad moral de los individuos y son la expresión del tono moral, cultural, afectivo y social marcado por la familia, la escuela, las instituciones en que nos ha tocado vivir, una vez interiorizados, los valores se convierten en guías y pautas que marcan las directrices de una conducta coherente (Iriarte 2006, 17). 15 En la actualidad en el pueblo aymara aún se viven plenamente los valores como mecanismos y rectores de la conducta humana. Las prácticas educativas deben desarrollar el pensamiento crítico y la formación personal para la responsabilidad social. No es cuestión de adaptar la educación al sistema sino al revés: es el sistema el que debería adecuarse a los profundos valores que deben caracterizar a toda auténtica educación. Por tanto, “es necesario construir una educación como factor estratégico de desarrollo humano, integral y sostenible con ejercicio pleno de los derechos humanos y de valores de la democracia participativa en el marco de la ética” (Iriarte 2006, 29). En cuanto a la problemática y las necesidades de la pedagogía de los valores, se hizo una entrevista al profesor Raúl Tapia, actualmente Director de la Unidad Educativa Metodista Andino. Puntualizó de la siguiente manera: 1) La situación problemática en valores, proviene del hogar. 2) Los valores es parte de la personalidad, en los estudiantes y profesores se conoce por sus valores. 3) Los valores se ha ido devaluando, como ser la responsabilidad hacia la irresponsabilidad, la verdad hacia la mentira. Y las instituciones educativas evangélicas, deben mejorar en los estudiantes, principalmente en la responsabilidad, la puntualidad y en el saber valorar los actos positivos (Entrevistado, mayo 2 de 2008). Hablar de valores es hablar en serio. Porque en primer lugar se requiere un compromiso y responsabilidad de manera particular; luego hay que responder a la necesidad, ya sea mediante proyecto de aula, con estudiantes, con los padres de familia, mediante la educación de adultos. A la vez, sabiendo que los participantes serán padres de familia y profesores, con quienes prefieren que se escuchen sus propias opiniones y de esta manera justificar sus antivalores, es importante establecer que el aprendizaje que inicie con la adecuada motivación será bienvenido. En segundo lugar, los valores positivos que se van devaluando, deben ser rescatados e implementados, porque, como de costumbre, se recomendarán en los momentos de los actos cívicos, que son comunes y corrientes, pero en la práctica no se cumplen. No se realiza una orientación adecuada, con base en un proyecto pedagógico (secuencia didáctica), que sea 16 verdaderamente motivo para cambiar las actitudes desde el interior de la persona. Se necesitan modelos de comportamiento en el proceso, para desarrollar una clara conciencia de sus propias facultades. Por eso estoy convencido de la necesidad de educación con valores, para inculcar significativamente en los estudiantes, profesores, padres de familia y la sociedad. Aunque en nuestras unidades educativas están las materias de religión y moral, los profesores y profesoras no las toman en cuenta en las actividades pedagógicas. 2. Fundamento social En este punto trataremos de ver las situaciones existenciales de los valores, que podría ser una reflexión entre los fenómenos de los contravalores de la sociedad aymara. La lógica de la economía comunitaria andina está sustentada por las leyes de la reciprocidad de la redistribución, todo ello dentro un equilibrio dinámico entre los miembros de la comunidad o ayllu, la naturaleza y el medio ambiente (Jaqi – Pachamama – Achachila). En otras palabras: hay que comunicarse y conversar con la naturaleza, saber escucharla para ser escuchado. La Pachamama y los Achachilas dan fertilidad y fecundidad, pero también pueden dejarlos morir de hambre o de sufrimiento (Intipampa 1997, 135). Los pueblos, así como las personas, sólo se desarrollan en la medida en que asumen un conjunto de valores fundamentales que conforman su personalidad. La vigencia, la ausencia o el deterioro de esos mismos valores nos dan la clave para percibir el nivel humano que refleja nuestra sociedad. “La función socializadora y la formación tradicionalmente de la conciencia de las personas estuvo asumida por el hogar, la escuela, la iglesia; por lo general, los valores que los padres de familia inculcaban a sus hijos en el hogar, eran ratificados y reforzados en la escuela” (Iriarte 2006, 65). Por tanto, le corresponde al estudiante participar en el perfeccionamiento del modo de vida y nivel de vida de la población en general, y para eso le ofrecemos los valores culturales de los aymaras. Con esto queremos señalar los puntos positivos generalizados del modo de vivir, pero también los puntos negativos. Los 17 llamados indios andinos desarrollan su vida diaria con un sentido comunitario y hasta la fiesta es una expresión de la unidad comunitaria. 2.1 Ayllu (Comunidad) Virrey Toledo, a finales del siglo XVI, confiscó la tierra de los ayllus (tierras comunales), y estableció la prioridad privada repartiéndola a cada miembro del ayllu con el propósito de una mayor contribución personal. Este fue el golpe mortal que llevó al desequilibrio social, político y económico de la sociedad aymara (Llanque 1990, 26). Desde entonces, el ayllu llega a ser un conjunto de familias que viven en un lugar, y es el núcleo fundamental donde se desenvuelve el jaqi (persona). Históricamente, es la comunidad originaria regida por todas las normas de los valores culturales y territoriales, y por los mallkus (autoridades), donde todos vivían sin hambre, a semejanza del cosmos, con una misma pachamama (madre tierra). Aún se practica el ayni (hoy por mí y mañana por ti), que ha sido la institución mediante la cual se practica la solidaridad. Los trabajos se realizan en forma comunitaria y se convive bajo un sistema organizado. La vivencia social es una qullana pacha (espacio sagrado) donde prevalecen el amor al prójimo y el respeto a sus semejantes, a la naturaleza y a las divinidades. Es el lugar del encuentro y reencuentro sin discriminación alguna, porque cada uno participa de acuerdo con su conocimiento, capacidad y valores. El ayllu es el centro de todo el acontecimiento histórico de resistencia y de sobrevivencia, donde día a día se fortifica las luchas de una conquista social. El ayllu es el lugar de fortalecimiento de la identidad ancestral, a través de los continuos relatos de los ancianos, de los padres a sus hijos (Intipampa 1997, 127). La comunidad/ayllu prestigia o desprestigia de acuerdo con las prácticas de nuestra sociedad aymara. El individuo se siente sujeto a la autorrealización de todos sus actos, por tanto la comunidad lo valora de acuerdo con su comportamiento. La comunidad aymara sabe discernir los valores y los antivalores de la modernidad, y se tienen grandes posibilidades de influir altamente en la formación y educación, en las normas éticas, costumbres y valores culturales de nuestra sociedad: ¿Cómo comportarnos? ¿Cómo convivir? ¿Cómo ser más solidarios? 18 Frente a las actitudes cambiadas a causa de la amarga experiencia de casi cinco siglos de sometimiento, que nos ha impuesto y enseñado principalmente la escuela y la Iglesia Católica, es urgente replantear la hospitalidad, la compasividad y el servicio gratuito, que los indígenas les ofrecieron a los españoles. La comunidad es de todos y de nadie, por tanto debe ser compartida con todos, pero debe existir la plena conciencia de que lo colectivo es personal y lo personal es comunal. Todo uso debe mantener un equilibrio. Por eso: Debemos educar en un germanismo cuyo contenido fundamental radique en el amor al ser humano, en la sensibilidad, en la generosidad, en la preocupación por el otro, en la ayuda mutua y en la solidaridad. Educar en un germanismo que sea noble y abierto y a la vez exigente e intransigente con las faltas y las debilidades, donde el hombre sea más preciado (Pérez, 1999, 28). En la cosmovisión andina no existen modelos abstractos del pensamiento, sino más bien todos expresan situaciones concretas de la vida comunitaria. Por eso podemos suponer que el deseo de mantener la armonía es una norma básica de conducta, siempre del pequeño frente al mayor; el individuo en relación con el respeto a la familia; la familia con respecto al grupo social; el grupo social frente al microcosmos de su ambiente. De aquí resulta que ningún ser es independiente, sino que más bien existe una dependencia entre todos; es decir, armonía entre los dioses, el hombre y la naturaleza. Por eso, la armonía entre ellos es condición fundamental para la vida del cosmos y su continuidad, el equilibrio entre sus componentes es vital (Intipampa 1997, 100). Por lo visto, existen valores universales propios de todos los seres humanos y esos valores poseen las características propias de una generación y de un lugar específico del mundo. Por eso el estado de los valores humanos se determina por la relación que existe entre rasgos comunes a todo ser humano y rasgos específicos propios de una época y de una situación social dada. 2.2 La sociedad actual El fenómeno de la influencia de factores ajenos, y no pocas veces totalmente contrapuestos a los valores proyectados por el hogar, la escuela y la 19 iglesia, es característico de nuestro tiempo. Actualmente, la presencia impactante de los medios de comunicación, especialmente la televisión, está generando una cultura de masas que se expresa básicamente en los valores individualistas, hedonistas y consumistas. La conciencia, sobre todo de la niñez y la juventud, está marcada y orientada por los “modelos” y por las “normas” de conducta, tan poco edificativos de los medios masivos de comunicación. Por eso la crisis que vivimos es, ante todo y sobre todo, una crisis de valores, en donde el tener vale más que el ser, la apariencia es más importante que la realidad, el individualismo, el hedonismo, el sexismo, el consumismo y la drogadicción va avanzando en el alma de nuestra juventud (Iriarte 2006, 10). Lo más grave de esta situación es que todo está afectando negativamente a nuestra juventud aymara. Vemos cómo nuestros jóvenes tienden a sobrevalorar lo accidental, sobre lo esencial; lo efímero, sobre lo trascendente; lo desechable, sobre lo imprescindible; la exterioridad, sobre la interioridad; la mediocridad sobre la excelencia. Los problemas cruciales que viven las sociedades contemporáneas, de no aceptación, de competencia desmedida, incluso de violencia sexual, racial y religiosa, es el reflejo de la crisis de valores morales por la que transita la sociedad actual. No hay ningún país en el cual no se manifieste esta crisis en menor o mayor medida. Según estudios recientes sobre el problema de valores: La crisis de valores que actualmente vive nuestra sociedad, tanto a nivel nacional como mundial, es, en el fondo, una crisis del sistema educativo: la corrupción, los robos, el individualismo, el hedonismo, la violencia, tanto social como personal, la alienación, la pornografía, el consumismo interpelan al sistema educativo en su conjunto (Iriarte 2006, 46). Los valores son aquellas cualidades que poseen las personas, las familias y los grupos sociales; las cosas o las ideas con las cuales se adquiere conocimiento, aprecio y aceptación social. Los valores tienen que ver con alguna idea acerca del mundo, la vida y los seres humanos que, en función de las 20 cualidades que encierran, resultan estimables, deseables o, por el contrario, dependiendo de los males que suponen se consideran detestables, o indeseables. El ser humano adopta los valores de acuerdo con su desarrollo y formación personal. En criterio de algunos autores, “los valores son saberes que se aprenden al estar inmersos en una determinada forma cultural, por lo tanto no pueden ser ajenos a la dinámica que toma real el quehacer educativo” (Chacón 1999, 46). En consecuencia, es importante desarrollar la moral pública como base para la auto- realización de la sociedad y esto se refiere a los valores éticos fundamentales que se deben animar para su buen funcionamiento. 3. Fundamento teológico La creencia religiosa ha dejado de ser un fundamento cultural hoy. En la actualidad no hay compromiso, no hay coherencia entre lo que se cree y lo que se vive. Asimismo, pocos asumen los valores cristianos como un elemento de identidad cultural y, por lo tanto, no sienten la necesidad de un compromiso eclesial y evangelizador. Como consecuencia, el mundo del trabajo, de la política, de la economía, de la ciencia, del arte, de la literatura y de los medios de comunicación social no son guiados por criterios evangélicos. Así se explica la incoherencia que se da entre la fe que dicen profesar y el compromiso real en la vida. “Con frecuencia la indiferencia religiosa se instala en la conciencia personal y colectiva y Dios deja de ser para muchos el origen y la meta, el sentido y la explicación última de su vida” (Gil 1999, 8). En este entendido, el ser humano se ha convertido en el principal destructor de la dignidad humana al no poner en práctica la vivencia de los valores. Sin embargo podemos ver: Según Wesley, los seres humanos son creados a imagen de Dios (Génesis 1:27) y para vivir en armonía con Dios y entre sí. Originalmente, se les dio la capacidad de discernir el bien y el mal. Su vida se organizó alrededor del amor. Tuvieron libertad para decidir con respecto a sus propios destinos. Disponían la “libertad total” para disfrutar a Dios y al resto de la creación. Como resultado, fueron felices (Yrigoyen 1995, 20). 21 Pero a causa del pecado, Wesley vio a hombres, mujeres, jóvenes y niños, a vivir en una situación horrible, por eso dijo: “Nuestro cuerpo, alma y espíritu están infectados, cubiertos por esta lepra terriblemente fatal. Ante la mirada de Dios, todos estamos enfermos, por dentro y por fuera, con estas enfermedades, heridas y llagas podridas” (Yrigoyen 1995, 21; cursiva en el original). Todos tienen la necesidad del Médico Divino, para curar la falsedad del corazón humano. Y veremos al aymara, cómo piensa, implementa, se relaciona con Dios y con la naturaleza, para el buen vivir. 3.1 Qullana Apu Awki (Divino Supremo Padre) “Los aymaras son muy religiosos y creen en la existencia de Dios y de un mundo sobrenatural” (Llanque 1990, 95). Dios es protector de la humanidad, y su preocupación última es mantener una conducta moral y espiritual, mediante la cual se establecen positivas relaciones divinas y humanas. Además, Dios existe porque existe la naturaleza y la divinidad, llámese Inti (Sol), Pachakamac o Wirakucha (dioses mayores), En este sentido, la interacción hombre-naturaleza está inscrita dentro de estos principios: hay que proteger la naturaleza (cuidado ecológico) para recibir la protección, hay que alimentarla para recibir buena producción de alimentos (wilancha, waxt´a, phuqhaña). En otras palabras: hay que comunicarse y conversar con la naturaleza, saber escucharla para ser escuchado. La Pachamama y los Achachilas dan fertilidad y fecundidad, pero también pueden dejarlos morir de hambre o de sufrimiento (Intipampa 1997, 135). El cosmos merece todo el respeto y el jaqi (persona) está interrelacionado con todo lo que lo rodea; está en chiqapacha (equilibrio) en función del todo. Es decir, debe vivir en la verdad, en lo cierto, en lo correcto, en lo justo con Qullan Awki (divino Padre). Para el pueblo aymara, vivir en equilibrio entre la humanidad, la naturaleza y el divino Padre es fundamental. Pero va llegar un momento, en que este equilibrio se va sacudir de tal manera, que para entrar en otra modalidad de equilibrio, puede provocar lo que nosotros llamamos una catástrofe ecológica, que además está calculada. En 2050-2100, el efecto invernadero va producir un calor inmenso. Los polos se van a deshacer. El Illimani no va a tener hielo. El Tunari ya no se va a llenar de nieve. Son efectos del hombre por acción contra la naturaleza (Iriarte 2006, 145). 22 Por eso es importante que el ser humano viva en armonía con la naturaleza, el divino Padre y con todo. Por lo tanto, los valores son el tesoro de la vida. Una vida llena de valores es una vida de auto respeto y dignidad; el alma puede acercarse a Dios, y la vida se vuelve real y significativa para la persona, porque se logra la plenitud de una vida completa. Por otra parte, es preocupante que el ser humano sólo quiere recibir las bondades de la Pachamama, y ya no es capaz de dar. Desea aprovecharse con palabras vacías, con hipocresías, odios y engaños gratuitos. Sin embargo, estaba “La Buena Nueva en el corazón del pueblo aymara sin necesidad de esperar que otros se la proclamen. Y se puede aceptar y vivir sin necesidad de perder la propia forma de ser” (Albó 1986, 138). Es el Evangelio de amor donde está munasiña (amar), qhuyapayasiña (solidaridad), waxt´asiña (invitar), yäqasiña (respetar), yaticht´asiña (enseñar), awiskipasiña (comunicarse), chuymachasiña (consolar), yanapt´asiña (ayudar) y otros que son preceptos de valores morales y materiales que se pueden practicar, a la luz del evangelio de Jesucristo. 2 Evangelio de amor Entramos al acto fundamental del amor de Cristo, como colaboradores en el maravilloso proyecto de Dios que nos creó para amar. “Desde ahí que un acto moral no es un acto que obedezca a una ley externa , humana o divina. Es la ley interna de nuestra existencia verdadera, de nuestra naturaleza esencial o creada, que exige que actualicemos lo que se sigue de ella” (Tillich 1974, 13). También abre la mente con esas potencialidades del amor. “El amor, como principio último de la moralidad, es siempre el mismo” (Tillich 1974, 43). Por eso también se dice que lo más importante es el amor. Jesús mismo lo confirma en los mandamientos. Para la ética, la cuestión del prójimo es fundamental. Jesús enseñó, “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22. 39)…Se respeta al prójimo. No se le roba, no se le miente, no se le lleva por caminos de perversión. No se le hace daño. Hacemos todo lo posible para comprenderle y facilitarle el camino en la búsqueda de alternativas para que sus 23 potencialidades para la vida afloren…El que tiene amor no hace mal al prójimo (Rom 13. 10) (May 2006, 26). En el relato de Pablo a Gálatas encontramos: “El amor: Base de las nuevas relaciones humanas…como elemento clave anunciado ya en el verso 2,20. El amor es el motor de la fe; es lo que lleva a actuar según la voluntad de Dios” (Herrera 2008, 68-69). Nos deja entender que el amor es el motor activador del accionar de la fe. “Creemos que este amor es la medicina de la vida, el remedio infalible para todos los males de un mundo desordenado, para todas las miserias y vicios de la raza humana” (Yrigoyen 1996, 46). Para Juan Wesley, no era suficiente hablar del amor, sin la práctica para hacer el bien a los necesitados/as, sin realizar las obras de misericordia. Para Iriarte (2006, 89), “El cristianismo es una religión de amor, es decir la moralidad cristiana es una moralidad de amor”. El cristianismo no es la religión de una ley sino la religión de una persona, el cristianismo no es sólo alguien que cumple las reglas que le impone la iglesia. Es un discípulo de Cristo; por cierto que respeta los mandamientos de Dios así como las leyes de la iglesia, pero su razón para hacer tal cosa no debe buscarse en algún poder de decretos legales: es hallarla en Cristo. El amor es especificado no por leyes sino por personas. Pero el anuncio de la Buena Noticia, ha sido la mala noticia para el pueblo aymara, porque fue “la colonización de las almas” (Mires 1987). Mediante la evangelización, los cristianos españoles oprimieron durante cinco siglos. Lo que interesaba a los españoles era el oro y no los seres humanos. El oro fue el Dios verdadero para los españoles. Sin oro no hubo Dios, en el cerro rico de Potosí. Lo negativo se ve con claridad, en que el oro “es un medio eficaz de estar el Evangelio en estas partes…donde hay minas hay evangelio” (Gutiérrez 1989, 120 – 122). Es un evangelio de antivalores, que fortaleció el individualismo. Se dejó de lado que: Jesús se dirige a todo Israel, pero también afirma que Dios, el Padre, se conmueve, ante todo, por los pobres, por los hambrientos, por los que lloran, por los que sufren, su reinado es consuelo, esperanza y 24 liberación…Los pobres son lugar de manifestación de Dios no porque sean buenos, sino precisamente porque son pobres (Vidal 1992, 76-77). El pueblo aymara debe fortalecerse en la dignidad humana que es la expresión eterna de un estado de auto valor. Toda persona reconoce que el valor no es algo asignado por fuentes externas, sino que viene de una fuente que es universal y eterna. Esto lo testifica el mandamiento de Dios: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mr 12:30-31). “Porque Dios es siempre mayor y su realidad más profunda es el amor, quiere ser correspondido en una praxis de amor; el modo correcto de corresponder a ese amor sólo es posible si pasa por la mediación de un amor real e histórico al prójimo” (May 2004, 94). Dios es amor: la esencia misma de Dios es ser amor, por eso su relación con nosotros es una relación de amor, respeto y solidaridad. En fin, Dios es todo compasivo y misericordioso. Siempre perdona a las faltas de todos y todas. Por eso la iglesia recibió, de parte de Dios, el don de perdonar los pecados y lo hace en nombre de Dios. En este sentido, la palabra de Dios dice: “Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios, pues Dios es amor” (1Juan 4: 7-8). Entonces, su amor se manifiesta en nuestra manera de actuar. No son auténticos los que se creen buenos cristianos y a la hora de la verdad no tienen amor hacia los pobres, los indígenas, los oprimidos, ni por los necesitados y necesitadas. También me extraña mucho que los seres humanos pierdan la salud por ganar dinero y, luego pierdan dinero por recobrar la salud. Por asegurarse, obsesivamente, su futuro, se olvidan del presente, de modo que no viven ni para el futuro, ni para el presente. Viven como si nunca fueran a morir y mueren como si no muriesen para vivir (Iriarte 2006, 87). Reflexionando sobre el contenido del texto, se puede afirmar que nuestra sociedad ha perdido la fe y el espíritu en Cristo; es decir, se ha convertido en seres mercantilistas y materialistas. No le interesa la parte humana, y lo que prevalece en su vida es el dinero como un Dios. La Biblia menciona amor singular que nos ha dado el Padre: que no solamente nos llamamos hijos de 25 Dios, sino que lo somos y por eso el mundo no nos conoce porque no lo conoció a él. “Amados, desde ya somos hijos de Dios, aunque no se ha manifestado lo que seremos al fin” (1Juan 3: 1-2). Por tanto, donde hay verdadero amor y solidaridad, no solamente reina la paz y la verdadera amistad: Dios está presente con todos, no discrimina a nadie y, sobre todo, está con los más desfavorecidos y oprimidos. La palabra de Dios dice: Pero yo les digo a ustedes que me escuchan: amen a sus enemigos, hagan el bien a los que odian. Bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que les difaman. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica. Dale a todo el que te pida, y al que te tome lo tuyo no se lo reclames. Hagan por los demás lo que quieren que lo hombres hagan por ustedes. Si aman a aquellos que los aman ¿qué mérito tienen? Eso lo hacen también los pecadores. Y si prestan a aquellos de quienes esperan recibir, ¿qué méritos tienen? También los pecadores prestan a los pecadores, para recibir de ellos lo mismo, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y los malos (Lucas 6, 27-35). Debemos vencer al mal con el bien, al odio con el amor, a la mentira con la verdad y a la ofensa con el perdón. Antiguamente parecía estar muy claramente definido lo que era bueno, correcto, digno y justo; pero hoy las sociedades pluralistas, abiertas y democráticas se cuestionan dichos contenidos. La gama de alternativas, oportunidades y puntos de vista en las sociedades modernas ofrece un extenso abanico de posibilidades, amplía la riqueza y la variedad en cuanto a costumbres, hábitos, opciones, maneras de entender el mundo y formas de relacionarse con los demás; pero, a la vez, aumenta el problema de la confusión en el campo de los valores humanos. El problema no es la ausencia de valores. No existe sociedad donde haya ausencia plena de valores; cada cultura jerarquiza sus propios valores de acuerdo con su escala particular. El problema es establecer las normas sociales que armonicen las relaciones interpersonales y conduzcan al crecimiento de una convivencia sana y equitativa. 26 Todos, cuando examinamos nuestra conciencia, comprobamos que tenemos una fuerte inclinación al mal, tanto en lo que toca a nuestra propia persona, como en nuestras relaciones con los demás y con la naturaleza. Por lo mismo, siempre estamos necesitados de una constante conversión, de cambios en nuestro comportamiento. Aunque existen personas que se declaran ateos o agnósticos, sin embargo, la fe en un Dios trascendente y que no solamente nos da la vida sino que nos protege y nos ofrece su perdón, está muy presente en la gran mayoría de las personas. No obstante, vemos con frecuencia que esa fe no influye de un modo significativo en la conducta de esas mismas personas. Esto es lo que queremos expresar cuando decimos que no vivimos “la experiencia de Dios” (Iriarte 2006, 337). Por este mismo hecho, la palabra de Dios menciona: En el amor no hay temor. El amor perfecto hecha fuera el temor, pues el temor mira al castigo. Mientras uno teme no conoce el amor perfecto. Entonces amémonos nosotros ya que el nos amó primero. El que dice yo amo a Dios, y odia a su hermano es un mentiroso. ¿Cómo puede amar a Dios, a quién no ve, si no ama a su hermano, a quién ve? El mismo nos ordenó, el que ame a Dios, ame también a su hermano (1 Juan 4: 18-21). El verbo amar es un elemento clave para la educación en valores humanos. Se trata del accionar del amor, y sobre todo es un resumen del mandamiento que encontramos en el Antiguo Testamento, que Jesús retoma en el Nuevo Testamento, pero no solamente como teoría, sino como práctica y entrega de sí mismo por amor, dando la posibilidad de entrar a la vida eterna a todo los seres humanos. Por eso se dice que el amor es sufrido, pero tiene poder cuando se recibe mediante el Espíritu Santo. Otro ejemplo claro lo encontramos en la experiencia de Juan Wesley y su práctica social de valores como el servicio, la libertad, la hospitalidad, la solidaridad, la bondad, la paciencia, y los trabajos comunitarios entre otros. A todo esto se oponen los antivalores como el Individualismo, el odio, la injusticia, la mentira y otros que causan dolor, pobreza, sufrimiento, desesperación, vicio, muerte y otros que marcaron el encuentro de los españoles y los aymaras. Según el Apóstol Pablo, se trata de las obras de la carne y los frutos del Espíritu de Dios. 27 Por otra parte, no podemos dudar que el amor es como una puerta para las relaciones humanas, creadas por Dios en todas las personas; es un elemento especial, en el interior de cada persona. En este caso podemos enfatizar que en los jóvenes, por naturaleza, “El amor no excluye la sexualidad ni el placer. Pero en el amor la visión del otro o la otra es diferente. La inmoralidad sexual piensa en su propio placer; lo tiene como meta…que puede colmar su necesidad de placer” (Herrera 2008, 77-78). En Jesús, en sus discípulos y en muchos creyentes, encontramos la fe como un don poderoso de Dios, y el amor como una virtud sobrenatural infundida por Él. Creer en la gracia del Espíritu Santo es creer en un acto auténticamente humano. Depositar en la confianza en Dios y adherirse a las verdades no es contrario ni a la libertad ni a la inteligencia del ser humano. La fe es cierta, más cierta que todo el conocimiento humano, porque se funda en la palabra de Dios, que no puede engañarse ni engañarnos. El ser humano ha sido creado a imagen de Dios y la fe nos hace gustar de antemano el gozo y la luz de la visión beatifica, fin de nuestro caminar aquí en la tierra, cuando veremos a Dios cara a cara, tal cual es. La fe es pues ya el comienzo de la vida eterna. La vida eterna es la vida futura y presente, a la que según Juan accedemos mediante Jesús que es el dueño de la vida. Aquí entramos a la meta que buscamos. El reinado de Dios es la causa de la vida de Jesús-centro de su mensaje y clave de sus actitudes – y, por eso mismo, es el concepto que mejor puede articular todas sus exigencias morales…el reino de Dios, que se le entrega en Jesús, exige y posibilita un nuevo comportamiento por parte del hombre… Aceptar el reino de Dios es un principio nuevo de vida (Vidal 1992, 78). El reino de Dios es como una pequeña semilla oculta, cargada de esperanzas para una futura manifestación, y Jesús dijo: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mt 6:33). El reino de Dios es el valor supremo; es decir, su plan de salvación está dispuesto. “Para nosotros la voluntad de Dios se manifiesta en nuestro ser esencial y es solamente por eso que podemos aceptar como válido el imperativo moral” (Tillich 1974, 18). 28 Por eso también la iglesia tiene como tarea fundamental promover a la persona a un compromiso trascendente, de bautizarlos: compromiso de ser mejor cada día, de crecer en su fe, de transformar y embellecer el mundo, sin perder de vista su dignidad y amor al prójimo. Según sean los valores que se promuevan y se vivan, así será la forma y el sentido de la vida. “No hay cambio de comportamiento, si no hay cambio de actitud y no se da el cambio si no se asimilan los valores. Por eso la iglesia debe luchar por la promoción, asimilación y vivencia de los valores cristianos, humanos y sociales” (Iriarte 2006, 44). En esta perspectiva el mundo aymara, en toda su cosmovisión sagrada, también posee un evangelio implícito que brota de la misma forma del evangelio logos Eterno… “La Buena Nueva está ya en el corazón del pueblo aymara sin necesidad de esperar que otros se la proclamen” (Intipampa 1997, 688). Este evangelio implícito aymara se ha concretado en la profundidad religiosa, en la armonía que perdura entre el cosmos, la divinidad y la comunidad. La cosmovisión andina se rige por el concepto moral de la puesta en práctica de los valores, que es lo más alto del universo. Es un evangelio que se expresa en la espontaneidad religiosa en las celebraciones rituales y festividades. Es lo que reanima la sobrevivencia de esta cultura. Paradójicamente denuncia como “Jesús denuncia las utilizaciones de Dios para encubrir la injustita y auto justificar el egoísmo; denuncia una fe en Dios que no va acompañada de la afirmación de su reinado en sus relaciones con el prójimo” (Vidal 1992, 77-78). En la experiencia de la comunidad, las preocupaciones impulsan las exigencias de los valores, e implícitamente esto ha sido un tema de discusión y debate. Cada cual quiere hacer prevalecer su teoría de valores para resolver los problemas actuales, pero la oposición está en la práctica. A veces se da por alto resuelta a una situación, pero la lucha por la justicia es creciente. Por otra parte, el amor se incorpora en medio de los distanciamientos y rivalidades entre los pobres y ricos, indios y no indios. Las exigencias morales son cada vez mayores. Cuando entramos al tema de la solidaridad, debemos elegir una perspectiva teológica que esté enraizada en la praxis social y política, pero la 29 unidad del amor no puede ser desvanecida, en una falta de compromiso, solidaridad y comprensión. Esto último haría parecer que todo está acabado con una falsa e inútil escatología personal y social. La vida eterna se quedaría en la teoría, y el don de la vida comunitaria estaría en peligro de caer en un círculo vicioso y como enemigo de las comunidades cristianas y aymaras. Por la cuestión de que “los aymaras son más religiosos… La preocupación de Dios es mantener una conducta moral y espiritual de los humanos mediante la cual se establecen las relaciones divinas y humanas” (Llanque 1990, 95-96). Por tanto, las enseñanzas bíblicas, los valores culturales sociales y convivencias formativas, entre otras, son fuentes principales en el desarrollo del conocimiento que se construye gradualmente y no se puede excluir de la interacción de los estudiantes, profesores, padres de familia y la sociedad. Los docentes, pastores y otros que procuran eliminar los antivalores, sin duda han dado pasos positivos con los estudiantes. Conclusión Hasta aquí se trata de ver la realidad de la necesidad de los valores, y el papel fundamental de la pedagogía, social y teológica, nos motiva y despierta la conciencia de solidaridad, reflexión y planteamiento, en el deber del cognotivismo. Enfocamos la comprensión de la enseñanza y el aprendizaje, en los espacios donde la educación carece de valores humanos, tales como Jesús los enseñaba, para brindar a los seres humanos las oportunidades necesarias para vivenciar esos valores. Aunque no podemos negar las tensiones y las confrontaciones entre los valores y los antivalores existentes, nos damos cuenta de que hay una importancia de los valores humanos en la educación. Y, tal como hemos visto para tratar sobre un tema como este, tiene que haber una necesidad, en los estudiantes, para los fines propositivos, a partir del pasado, y del presente para ser plasmada en el futuro. Es ahora cuando los y las pobres, oprimidos/as y excluidos/as, necesitan un aporte que ayude a construir los valores que hemos mencionado. Esto significa que nosotros y nosotras debemos dar la continuidad, para mantener lo positivo y así salvar la vida, construyendo y recreando los valores. 30 En tal virtud, nos acercaremos al siguiente capítulo, que nos permitirá profundizar la parte de la educación en valores propiamente dicha. 31 CAPÍTULO II EDUCACIÓN EN VALORES 1. Educación En este capítulo se pretende describir algunos conocimientos de la educación en valores, como una aproximación a la conceptualización y a la reflexión teórica y práctica. Lo primero que nos preguntamos es: “¿Qué es educar? El vocablo viene del latín educare, que a su vez se formó a partir del verbo educere. Este verbo está compuesto por el prefijo ex, que significa afuera, y la raíz indoeuropea duc que significa llevar, guiar. Así, pues, según su etimología, educar significa llevar hacia fuera, extraer” (Iriarte 2006, 34). Históricamente, la educación se ha encargado de formar a las personas en diferentes contextos y mediante diversos enfoques, como el enfoque conductista. Esto comprende la formación de hábitos, en la motivación externa, como son las notas, castigos o premios, para el mantenimiento y preservación de lo que es considerado como bueno o malo. Por otra parte, el enfoque constructivista funciona, a partir del niño o niña que elabora sus conocimientos en una interacción dinámica con el ambiente que lo rodea; por tanto, es una construcción que será posible desde la consideración de los saberes previos y la interacción social con padres y docentes. En este caso, el docente se convierte en facilitador, moderador y mediador entre el estudiante y el conocimiento. Respecto a las diferencias individuales y considerando la construcción de los valores a partir de nuestra vivencia y situación real, por tanto: A las puertas del tercer milenio los investigadores, profesores y la sociedad toda se plantean de una forma más explícita la necesidad de que la escuela sea no sólo un lugar para transmitir y enseñar saberes, sino también un lugar donde se aprenda a convivir, a respetar a los demás, donde las normas, actitudes y valores morales constituyan objetivos básicos en el proceso educativo de las más jóvenes generaciones (Álvarez y León 2003, 17). Los recientes enfoques críticos acerca de la educación arguyen, también que “el sistema educativo se está orientando, más y más, hacia el desarrollo del área cognoscitiva, relegando o desconociendo totalmente el área de lo emocional, de la afectividad, de los sentimientos, de la autoestima, de los comportamientos…es decir de los valores humanos” (Iriarte 2006,24). Pero, lógicamente, educar en tiempos de escepticismo, en tiempos del post modernismo, y descubrir valores del humanismo en tiempos de desarrollo desigual, de destrucción del medio ambiente, de la infranqueable distancia entre ricos y pobres es un reto sin precedentes. Algunos entendidos en el tema sostienen que "educar es depositar en cada persona toda la obra humana que lo ha antecedido: es hacer a cada persona resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive: Es ponerlo a nivel de su tiempo para que flote sobre él, y no alejarlo de su tiempo, con lo que no podría salir a flote: es preparar al hombre para la vida" (Sierra y Bedoya 2005, 44). En el tiempo en que vivimos, la educación tiene que hundir sus raíces en el pasado, analizar el presente y proyectarse hacia el futuro, siempre desde una perspectiva de cambio. La educación tiene que hundir sus raíces en el pasado, analizar el presente y proyectar hacia el futuro. La educación no tiene como finalidad principal o exclusiva la de formar mano de obra, ni profesionales o técnicos competentes, sino la de lograr la plena realización de todo ser humano. Asimismo, todo el sistema educativo debe estar orientado hacia el desarrollo integral de la persona como sujeto individual y social con principios y valores, protagonista de su propia formación, tanto profesional, como en lo religioso, lo moral, lo cultural, lo político, social, lo ambiental… y se expresa en las múltiples dimensiones de la persona: conocimientos, habilidades, afectividad, espiritualidad, autoestima, la sensibilidad social y el sentido de justicia (Iriarte 2006, 28). Por tanto, la formación auténtica de la educación implica la adquisición de criterios y referentes axiológicos que lleva al educando a desarrollar la capacidad de optar por sí mismo en la búsqueda de un proyecto de auto realización personal; que lleva a la formación de valores necesarios para actuar de una manera coherente que oriente su vida más humanizada. El concepto educación va siempre unido a la idea de desarrollo perfectivo u optimización humana. Se puede comprobar cómo las grandes figuras de la Pedagogía y de otras disciplinas afines, han concebido la educación 33 basando sus definiciones en una dimensión fundamental de la persona: la educabilidad (Payá 2000, 147). Por naturaleza, el ser humano es educable hasta su muerte y mientras viva; es un elemento principal en la educación, porque aprende todo lo bueno, lo valioso, lo mejor, lo deseable y lo ideal entre otros. De esta manera la acción educativa va más allá de la persona, y el ser humano es más humanizado cuando se convierte en sujeto pedagógico de los valores. La riqueza de los valores la tenemos en nuestros contextos de acuerdo al grado de utilidad o aptitud de las cosas para satisfacer las necesidades, proporcionar bienestar o deleite, y para la educación de generación en generación. En teoría, las causas del valor, las podemos relativizar con el buen vivir que tiene un costo en la producción y en la reproducción, por su calidad de utilidad en la familia, en la sociedad y en el mundo. De otra manera, el sujeto por más idealista o realista que sea, por causa de la falta de la práctica de los valores, entendidos como límites que cualquier persona debe tener, no es un ser útil, y mucho menos en la educación en valores, para el buen vivir de la sociedad. Este tema es discutible con el sujeto de nuestra realidad individualista, mercantilista, y con aquellos a los que no les interesa el bienestar de todos. No obstante, los valores existentes son los motivos para una acción educativa con los niños, niñas, jóvenes y la sociedad. 1 Educación en Valores De acuerdo con nuestra manera de ver, una educación de buena calidad está centrada en los valores, porque es una educación que forma en valores fundamentales para la cohesión social. Por ella, el ser humano es conducido a la realización de valores. Pero en los últimos tiempos, al dar mucha importancia a la tecnología, la ciencia, el saber científico y la preparación profesional entre otras, a la juventud se la ha dejado a su suerte, sin sustento de la dignidad, paz, justicia para todos. No obstante, es necesario seguir heredando por tradiciones, en estas fronteras entre el ser y el deber ser. Ante la situación que vivimos, se está sintiendo en el mundo la necesidad de profundos cambios y de una educación basada en valores. Los sistemas 34 educativos, que tratan de responder a la necesidad de cambio desde la perspectiva de la educación en valores, tienen que plantearse esta cuestión: ¿Qué características deberá tener una educación en valores para que pueda ser un factor efectivo de cambio social? Sólo se dará una educación para el cambio cuando los valores que los niños y jóvenes lleguen a realizar sean aquellos que los conviertan en personas conscientes de la realidad que viven, críticas y comprometidas en una acción transformadora hacia una humanidad mejor. La educación en valores es sencillamente educar moralmente porque los valores enseñan al individuo a comportarse como persona, a establecer jerarquías entre las cosas, a través de ellos llegan a la convicción de que algo importa o no importa, tiene por objetivo lograr nuevas formas de entender la vida, de construir la historia personal y colectiva, también se promueve el respeto a todos los valores y opciones (Llorenc 1996, 68). Educar en valores es también educar al alumnado para que se oriente y sepa el valor real de las cosas; las personas implicadas creen que la vida tiene un sentido, reconocen y respetan la dignidad de todos los seres. Dicho de otra manera, es lo mismo que educar moralmente, o simplemente “educar”, porque son los valores los que enseñan al individuo a comportarse como persona, ya que sólo la persona es capaz de establecer una jerarquía entre las cosas, y esto resultaría imposible si el individuo no fuera capaz de sacrificio y renuncia. Por tanto, la educación en valores ha de priorizar qué valores enfatizar en este momento, hoy en nuestra realidad. En vista de que los distintos autores que tratan el tema consideran que la educación moral es como una imposición externa que parte de la sociedad, un desarrollo individual y relativo que depende del nivel de desarrollo intelectual alcanzado y no logran un análisis suficiente para permitir una acción educativa, que ayude al desarrollo de actitudes éticas y morales en los estudiantes, padres de familia y profesores, se hace necesario abordar esta problemática desde un enfoque que contemple todas sus falencias. Por eso al ser humano debe educársele en su integridad de ser humano. Debemos dejar de preocuparnos sólo de su intelectualidad sumida en el fiel cumplimiento de los programas 35 clásicos y el único propósito de ingreso a la universalidad. Debemos preocuparnos por igual del desarrollo de todas sus facultades. Como dicen Bastos y Gonzales (2000, 125): Los valores pueden ser realizados, descubiertos e incorporados por el ser humano, por ello reside su importancia pedagógica, esta incorporación, realización, descubrimiento son tres pilares básicos de toda tarea educativa; necesitan la participación de toda la comunidad educativa en forma coherente y efectiva. Es un trabajo sistemático a través del cual y mediante actuaciones y prácticas en nuestro centro se pueden desarrollar aquellos valores que están explícitos en nuestro país, como base para cualquier tipo de educación en valores. Una vez que los estudiantes interioricen los valores, éstos se convierten en guías y pautas de conducta, son asimilados libremente y nos permiten definir los objetivos de vida que tenemos; nos ayudan a aceptarnos y estimarnos como somos. Por tanto, la escuela debe ayudar a construir criterios para tomar decisiones correctas y orientar nuestra vida. Esta toma de decisiones se da cuando nos enfrentamos a un conflicto de valores y antivalores, como por ejemplo, los jóvenes que se dedican al alcoholismo, están en conflicto con sus padres; los que actúan con violencia, están en conflicto con la seguridad ciudadana. Otro de los objetivos de la educación en valores “es ayudar al educando en el proceso de desarrollo y adquisición de las capacidades para sentir, pensar y actuar” (Márquez 2000, 45). Como vemos, no es tan solo una educación que busque integrarse en la comunidad, sino que va más allá; busca la autonomía y la capacidad crítica para tomar decisiones en un conflicto ético. Una educación en valores o con arreglo a valores comporta por un lado, una educación ética, esto es, tener una orientación conductual respecto a qué atenerse y cómo comportarse en campos como la sexualidad, el amor, la amistad, las relaciones con otros, el uso de la violencia, el robo, y las responsabilidades. En fin, una educación de la persona. Por otro lado, una educación cívica, referida a saber comportarse de acuerdo con las normas de convivencia corrientes en la vida ciudadana y también conocer qué son y cómo 36 funcionan las principales instituciones sociales y políticas. Cómo se participa en ellas, cuáles son sus derechos y deberes como ciudadano; en fin, está dirigida a desarrollar las competencias cívicas en una educación del ciudadano. Finalmente, educación en valores es educar moralmente a las personas con la participación de la familia, la escuela y la sociedad, porque los valores enseñan al individuo a comportarse como persona, reflejando un modelo humano de solidaridad y respeto, que establece jerarquías entre las cosas. Por medio de la persona llegamos a la convicción de que algo importa o no importa, que tiene como finalidad alcanzar nuevas formas de entender y ver la vida y de que sirve para construir la historia personal y colectiva de forma positiva, con esperanza y optimismo; que promueve apreciar todos los valores, como son el amor, la justicia, la solidaridad y el respeto, entre otras opciones que se desarrollan en una determinada sociedad. 2 Una teoría de valores para la pedagogía En este apartado, se pretende puntualizar algunas connotaciones axiológicas para las secuencias didácticas, para los estimamos pensando que la teoría de valores se sirva de las fuentes referenciales, en la dimensión pedagógica. Entendemos que: Los valores no existen por sí mismos, sino que descansan en un depósito o sostén. Los valores son por consiguiente, ni cosas, ni vivencias, ni esencias: son valores. Se consideran como principios y fines que fundamentan y guían el comportamiento humano, social e individual. No es posible hablar de valores si no se piensan en una estructura formativa, en la que el principio y el centro de la acción sea el ser humano (Sierra y Bedoya 2005, 13). Los valores son pilares de la conducta, son realidades que tienen una función central en la vida social, y mediante ella pueden motivar el deber ser de la persona. Crecen si se les alimenta mediante una pedagogía que da sentido a la vida. Por esto es importante tener presente la educación en valores frente a los antivalores, que se expresan desde la simple actitud del futbolista, hasta la de los grandes hombres y mujeres de la sociedad. 37 La educación en valores resulta básica para la transformación positiva de la sociedad, pero el asunto no es tan fácil como parece, porque los valores no se pueden enseñar en el sentido clásico como se enseña matemática, literatura o religión. Por tanto, se requieren una pedagogía y una didáctica de los valores, mediante las cuales se cultive desde adentro, a partir de y con las personas que viven y se relacionan entre sí de acuerdo con esos valores. Esto incluye la interrelación de los padres, hijos, profesores y estudiantes. Para esto tendremos que tener en cuenta qué importancia tiene la teoría del valor para la pedagogía, porque de sus aportes también dependerán algún día los destinos de la vida. La educación en valores debe contemplar, por tanto, desde el prisma personal y colectivo de cada yo, el proceso de autoconstrucción y de desarrollo que permita al alumno tratar y orientarse autónomamente con todas aquellas realidades, cercanas y lejanas, que plantean conflictos e interrogantes tanto particular como colectivo...la educación en valores como también la educación moral, debe desarrollar las capacidades de juicio que permitan al alumnado pensar en términos de entendimiento y tolerancia, de justicia y solidaridad (Payá 2000, 166). Un valor ocupa el más alto grado de importancia en la persona y se relativiza por el enfoque o interés con que se mire: maestro, pastor o líder entre otros, y por su disciplina: dinamismo, conciliador, guía, estimulador, amabilidad, etc. En vista de que todo el ser humano es un ser axiológico, que tiene la oportunidad de descubrir, captar, aprender y vivir, Un valor nos saca de la indiferencia, nos envuelve en una atmósfera emocional que conmueve las fibras más íntimas de nuestro ser…un valor es 1) un complejo de ideas, imágenes y símbolos; 2) imposible de definir con exactitud y acuerdo general; 3) que se entiende como necesario para vivir correctamente (moralmente) y adelantar de manera positiva la vida humana; 4) Funciona como guía, a la vez que como “obligación” y “herramienta” para forjar la vida. 5) Está enraizado en las necesidades físicas, sociales y psíquicas; y 6) es producido socialmente. No obstante, 7) se incorpora en el universo simbólico y así, 8) asume una dimensión trascendente y obligatoria (May 2004, 82). Asimismo, los valores humanos son las propiedades funcionales de los objetos y consisten en su capacidad o posibilidad de satisfacer determinadas necesidades humanas y de servir a la práctica del ser humano. Son la significación socialmente positiva que adquieran los objetos al ser incluidos en la 38 actividad de la práctica humana. ¿Por qué no decir también que los valores son todos los motivos que se constituyen y se configuran en el proceso de la socialización de la persona? Un valor se instaura a nivel psicológico de dos formas: los valores formales, que regulan el comportamiento de la persona ante situaciones de presión o control externos (creo que no son los que debemos formar), y los valores personalizados, expresión legítima y auténtica del sujeto que los asume (que son, en mi opinión, los valores que debemos fomentar). En este entendido nos preguntamos, ¿dónde está la frontera entre lo externo y lo interno? La respuesta se da cuando un padre que establece las normas para que sus hijos vayan a la iglesia, y sus hijos de 6-10 años la asumen, pero cuando ya tienen 14-16 años la dejan de asumir, porque es una imposición externa. Sin embargo, cuando los hijos ya tienen 18 y más años, vuelven a la iglesia de su padre o a otra iglesia, por su propia decisión interna; entonces nos toca promover lo interno. Como dice May (2004, 160) “Valor: denota lo que se considera el fundamento deseable de la vida, como lo incondicional o la realidad última, que orienta la vida y la organización social”. Un valor es lo que vale o tiene validez. Depende, desde luego, del juicio que se tiene personalmente en la vida diaria. El valor es tanto un bien que responde a necesidades humanas como un criterio que permite evaluar la bondad de nuestras acciones. En este sentido, el verdadero soporte de los valores morales es la persona, sólo ella puede ser buena o mala, por ello los valores morales son valores personales. Si han sido adoptados por una comunidad son valores sociales. Cuando hablamos de valor, generalmente nos referimos a las cosas materiales, espirituales, instituciones, profesiones, derechos civiles, etc., que permiten a la persona realizarse de alguna manera. El valor es, entonces, una propiedad de las cosas o de las personas. Lo que estamos tratando son las personas, que adquieren y configuran los valores a lo largo de toda la vida. A la vez, en cada etapa de ésta, los individuos entran en juego con un conjunto de valores que expresan cómo ven el mundo y cómo se sitúan en él. 39 Los valores tienen historia como la tiene el ser humano y todas sus obras, (Marquinéz, Gonzales, Rodríguez 1990, 30). Además hay determinados valores humanos que, por su lugar y papel en la sociedad, tienden a fortalecerse y otros a debilitarse en dependencia de las condiciones en que se despliega la actividad humana. Y, para demostrar esta tesis, basta observar la transformación del contenido de algunos valores como la solidaridad humana, que en tiempos de necesidades e insatisfacciones tiene que materializarse como resultado del sentido de desprendimiento de lo propio, para contribuir a la construcción con los demás, en vista de que: “La formación moral es un proceso subjetivo constante, desde la infancia hasta la vejez. Refleja contextos históricos y la lógica operante en cada contexto que guía modos de pensar y actuar” (May 2004, 45). En esta misma dirección se puede analizar la sensibilidad humana que, ante el hecho real de incrementar los mecanismos de solución de problemas propios, se puede debilitar y hacerse insensible ante los problemas de los demás. Pero también en los períodos de crisis se pueden fortalecer otros valores como la valentía ante las dificultades, la capacidad de resistencia, la disposición de vencer ante metas y objetivos sociales determinados. No se puede establecer la naturaleza positiva o negativa de un valor en forma abstracta, ni tampoco a partir de la persona como individuo aislado, sino dentro del contexto social e histórico del grupo del cual el individuo forma parte. Pero el tema (cultura-valores) existe mayor tratamiento (Marquínez, Gonzales, Rodríguez 1990, 33). Se entiende por valor moral todo aquello que lleve a la persona a defender y hacer crecer su dignidad de persona. El valor moral conduce al bien moral. Es aquello que mejora, perfecciona y completa nuestra manera de comportarnos como seres humanos. Asimismo, el valor moral perfecciona al ser humano en cuanto a ser más humano, en su voluntad, en su libertad y en su razón. Se puede tener buena o mala salud, más o menos cultura, por ejemplo, pero esto no afecta directamente al ser humano. Sin embargo, vivir en la mentira, el hacer uso de la violencia o el cometer un fraude degradan a la persona, empeoran al ser humano, lo deshumanizan. De acuerdo exclusivamente con la elección libre, el sujeto decide alcanzar dichos valores y 40 esto sólo será posible basándose en el esfuerzo y perseverancia. La persona actúa como sujeto activo para construir valores humanos, y no puede ser pasivo ante los valores morales, por que se obtienen basándose en el mérito. Estos valores perfeccionan al ser humano de tal manera que lo hacen más humano; por ejemplo, la justicia hace a la persona más noble, de mayor calidad como persona. 1.2.1 Funciones de los valores La presencia de los valores en la comunidad contribuye a dar importancia a las cosas y a las actividades de las personas. Los valores también reflejan la humanidad y el grado de solidaridad que existen entre las personas. “Los valores proporcionan medios fáciles para juzgar la sociabilidad de las personas y las colectividades. Los valores hacen posible todo el sistema de estratificación que existe en toda cultura. Ayudan al individuo mismo a saber en qué puesto se halla a los ojos de los semejantes” (Iriarte 2006, 17). En cierta manera, pareciera que estamos justificando el status quo, pero no podemos ocultar o pasar por alto la realidad existente. En ella vemos las manifestaciones preocupantes del comportamiento de los adolescentes de hoy. Se configura el imaginario colectivo como una aguda crisis de valores de la sociedad y ésta se refleja en los adolescentes. Son obvios los índices de corrupción desenfrenada en las altas esferas políticas (con esto se hace especial alusión a lo ocurrido en la última década del siglo XX), el ascenso de la criminalidad, la violencia juvenil, las barras bravas, el terrorismo, el narcotráfico y la drogadicción, las protestas violentas con atropello de los derechos ciudadanos, y la proclividad a la anarquía, la impunidad, etc. En el contexto de las comunidades de los andes, la importancia de los valores radica en el actuar como medios de control-presión social. Inciden en las personas para que se acomoden con las normas vigentes o establecidas; las anima y estimula a hacer cosas cada vez mejores. De otra parte, censuran los comportamientos prohibidos o mal vistos por la comunidad. Definitivamente, la sociedad en que vivimos en los últimos tiempos ha experimentado cambios 41 vertiginosos. La "globalización", la revolución tecnológica (Internet, cable, celular, etc.) y la libre competencia hacen que nuestra calidad de vida sea cómoda y podamos elegir lo que nos conviene de acuerdo con nuestros intereses. Los modos ideales de pensar y de comportarse en una sociedad vienen indicados por los valores, que van formando un esquema de conductas aceptadas socialmente. Pero también vale la pena aclarar en que todo esquema tiene pro y contra; como por ejemplo, cuando un niño pasa de 12 a 20 horas frente a un televisor ¿estará bien? ¿Qué responsabilidad tienen sus padres y familia? La respuesta no es tan fácil, pero encontraremos alguna de las soluciones en el tercer capítulo. 1.2.2 Características de los valores Para nuestra profundización sobre la pedagogía de los valores, es conveniente analizar algunas características especiales que los acompañan, según Sierra y Bedoya (2005, 14). 1. Cada grupo social establece su propia escala de valores; así, los valores que percibe la comunidad de comerciantes. Unos valores son para trabajadores, otros para los ejecutivos y otros, en fin, para los empresarios. En este caso, para algunos, los valores son esenciales por sus características contextuales y para otros existen pero según su posesión ideológica, económica, social, filosófica religiosa; según las construcciones culturales que están cargadas de valores. 2. En cada grupo social se va dando un sinnúmero de relaciones: de aprecio, de aceptación y admiración; muchas personas por poseer muchas cualidades y valores, son colocadas de ejemplo ante las demás, para que sean admiradas e imitadas. En el contexto aymara, las personas ejemplares eran nombradas como padrinos y madrinas de matrimonio, bautismo de niños y niñas, por lo que realmente merecen un respeto. 3. Los valores de cada grupo social se van dando y se constituyen en una vida o en una filosofía; llevan a cada uno de sus miembros a tratar de ser mejores cada día, con el fin de que todo el grupo salga bien. De manera implícita hay una forma de construir la 42 convivencia comunitaria, donde los valores se caracterizan por una función social, deseable, lo bueno que ayuda a perfecciona. 4. En los grupos sociales, así como se dan y se presentan los valores, también se expresan los antivalores. Por ejemplo, una persona siempre busca su comodidad por medio de una estabilidad laboral precisamente para cubrir sus necesidades básicas o para darse una vida de gala. 3 Educación en valores del contexto aymara y del Evangelio Con el propósito de rescatar algunos valores educativos, entramos a considerar el contexto aymara, aunque en un principio fue acusado de no tener una educación en valores, porque no encontramos una historia escrita. Pero en realidad la educación en valores se dio desde las vivencias precoloniales, comenzando desde la principal responsabilidad educativa de los padres de familia, al transmitir conocimientos, usos y costumbres, bienes culturales que ayudan a la sobrevivencia. El contenido de esta educación muy antigua, fue el conocimiento de la moralidad, y hasta nuestros días de alguna manera es continuada en la tradición oral y en el modo de vivir enraizados en las tradiciones de las prácticas culturales. Por otra parte, los preceptos de los valores morales espirituales y materiales en la cultura aymara, se concretizan dentro de la esencia del Evangelio. Entre ellos veremos: Munasiña (amor). Se concretiza de manera espontánea, hacia el bien estar (material) de la persona, la familia y la vida comunitaria. En el Evangelio es el mismo valor esencial que Cristo y sus discípulos nos enseñaron: “Hijos míos no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad” (1Jn 3: 18). Este valor lleva a buscar el bien entre todos; a una preocupación especial por los más pobres y necesitados. “El amor de la Iglesia por los pobres pertenece a su constante tradición, está inspirado en el Evangelio de las bienaventuranzas y en la pobreza de Jesús, que nos invita a trabajar por los más necesitados” (Iriarte 2006, 45). Amar es descubrir el misterio de la otra persona en cada momento. Es donación de uno mismo que se convierte en crecimiento propio. El amor es lo contrario al egoísmo. Es salir de sí mismo para encontrarse con los 43 otros. Es romper las mallas del amor propio para abrirnos a los demás. “Ama y haz lo que quieras” (Miguez 1976, 59). Yäqasiña (respeto). Es cuando los mayores ven la falta de valores en los menores de edad y les recomiendan, que deben aprender a respetar a los mayores, y a los menores para que te respeten también. Pues es el reconocimiento del valor inherente a los derechos innatos de los individuos y de la sociedad. “El respeto comienza en la propia persona para darlo luego a los demás. La Iglesia vale ante todo por el respeto a la vida, a la persona y a la creación” (Gil 1999, 46). Qhuyapayasiña (misericordia). Es un acto de colaboración real con el necesitado; es un hecho de solidaridad del pobre con el pobre. Prácticamente el valor de la solidaridad dispone el ánimo para actuar siempre en sentido de comunidad. “Es un sentimiento profundo y generoso que nos lleva a compartir lo que somos y tenemos con los demás, sobre todo con los más necesitados” (Iriarte 2006, 111). La persona solidaria sabe que su propia satisfacción no puede construirse de espaldas al bienestar de los demás. Mira en cada hombre a un hermano y en cada hermano la posibilidad de crecer en el servicio y realizar su encuentro personal con los otros yo, que es la única manera de perfeccionar su propia dimensión personal. La formación en los valores, sobre todo en el tema de la solidaridad, debería estar muy presente en todo el sistema educativo, ya que vemos la realidad de nuestra juventud, cada día más despreocupada por la situación. Arxatasiña (abogar). Es la autodefensa comunal, mediante la comunicación oral, ante el indefenso y la adversidad del mal. En los últimos años se ha fundamentado con el tema de la justicia comunitaria, y la misma existe en todo el país con la defensoría del pueblo, el derecho humano encabezado por la Iglesia Metodista y otros. Waxt´asiña (convite). En el sentido de la gratuidad, el compartir de la comida con el que tiene hambre; es lo que eleva al jaqi al estado más alto de saber compartir con su prójimo. 44 Sintisiña (sentimiento profundo). Es la expresión y el acto de la conciencia del uno por el sentimiento del otro, en el momento de la agonía del prójimo, por la solidaridad con él. Chuymaniña (buen corazón). En la necesidad del otro que sufre, se presenta como un acto de colaboración, que se hace por la voluntad que se tiene con el otro. Mayachasiña (unidad). Es estar juntos en los acontecimientos de tristeza o de alegría, sin que ninguna persona quede excluida. Es el hecho de unirse para enfrentar o vencer las contrariedades del mal. Awiskipasiña (noticiarse). Tanto de la mala como buena noticia, a fin de que las personas estén atentas, solidarias con el acontecimiento imprevisto. Antes el chaski (mensajero) andino se encargaba de comunicar, fuera mediante el pututu que anuncia, mediante el encendido del fuego, con la finalidad de que todos y todas estuvieran comunicados y comunicadas. Yatichasiña (enseñarse). Dos o más personas se enseñan para tener una coherencia de nociones para expresarse, hablar, comunicar e informar de manera más concisa y favorable. Yatiyasiña (hacer conocer). El problema del uno al resto de la comunidad, mediante una información verídica y cierta. Esto implica una total confianza en los comunarios, no es un chisme, ni un principio de crítica. Iwxt´asiña (exhortación). Generalmente los ancianos exhortan a los jóvenes, luego los padres a sus hijos, la comunidad a los que la integran, los padrinos a sus ahijados, los jilawiris a los sullkawiris (los mayores a los menores). Encargos que se practican y amonestaciones personales. Yanapt´asiña (ayudarse). Es una forma de trabajo en el que se ayudan mutuamente, en el trabajo y las necesidades precarias, que se concretiza en el ayni , mink´a, waki, chikiña, sataqaña. Es un mandato divino que está internalizado en cada persona. Entre otros son los valores más altos de la humanidad, y están muy relacionados con el quehacer del evangelio. Phuqhiriña (responsabilidad). La responsabilidad como valor es la facultad que permite al ser humano interactuar, comprometerse y aceptar las consecuencias de un hecho libremente realizado. “La persona responsable es digna de todo 45 crédito, se puede creer en ella y confiar en su palabra sin restricción alguna, sus actos responden íntegramente a sus compromisos” (Purisaca 2003, 80). Siempre se esfuerza por hacerlo todo bien, sin necesidad de tener supervisión, recibir promesas, ni ser objeto de amenazas. El cumplimiento del deber o ser responsable es el camino para llegar a la perfección, siempre que se asiente en los valores. El deber es un impulso interior de nuestra conciencia que nos invita y obra por el camino del bienestar de los demás. Jan k´ariña (no mentir). Es la conciencia clara ante la misma persona y ante los demás. Es buscar lo recto, lo honrado, lo razonable y lo justo; no pretender aprovecharse conciencia o la ignorancia de otros. Es obtener de la confianza, de la todo con la honradez. La honestidad es enemiga de la mentira, el engaño y el hurto; defiende la verdad, la honradez y el respeto. Por otro lado, la honradez significa integridad de vida, honestidad y rectitud en los comportamientos, tanto en la dimensión personal como en la social. La persona honesta busca con ahínco lo recto, lo honrado, lo razonable y lo justo; no pretende jamás aprovecharse de la confianza, la inocencia o la ignorancia de otros. Chiqa kankaña (verdad). “Le dice Jesús: Yo soy el camino la verdad y la vida” (Jn 14:6). La verdad reside en el interior de la persona, la persona que miente se engaña a sí mismo. La verdad de la cual habla Jesús no es una doctrina. Es la verdad que consiste en vivir conforme a nuestra vocación de hijos de Dios. Dios es parte de nuestra existencia, es la vida misma, por lo que debemos siempre tenerlo presente, comunicarnos con él en todo momento, hacer todo lo que él nos ha mandado hacer, actuar en el camino que él nos inspiró, y que sólo con el ejemplo de Cristo, el hombre hallará y vivirá como un auténtico ser humano (Iriarte 2006, 146). Khuskhan jakaña (vivir en igualdad). Es un modelo de vida que se practica en el pueblo aymara. Esto significa la ausencia de distinción entre todas las personas, en relación con sus derechos o sus bienes. Al ser todos creados 46 a imagen de Dios, dotados de una misma alma, poseedores de una naturaleza y un mismo origen, deben gozar de una situación de vida más humana y más justa. Sumankaña (La paz). Es un regalo divino para las personas de buena voluntad; es una necesidad y un derecho fundamental de todos los hombres. “La paz terrenal es imagen y fruto de la paz de Cristo, el príncipe de paz, el respeto y el desarrollo de la vida humana exigen la paz”. (Iriarte 2006, 47) La paz no sólo es ausencia de guerras, la paz no puede alcanzarse en la tierra, sin la salvaguarda de los bienes de las personas y la libre comunicación entre los seres humanos. Qhispiyasiña (libertad). El pueblo aymara siempre está en permanente búsqueda y lucha por la libertad. Y “la libertad también es un valor moral aun cuando no estén de acuerdo” (May 2004, 152). Especialmente es deber de los oligarcas, porque tienen un poder radicado en la economía, en la razón y en la voluntad de obrar, o de no obrar, de hacer esto o aquello, ejecutar por sí mismo acciones deliberadas. Por tanto, la libertad hace a la persona más responsable de sus actos cuando éstos son voluntarios, en la medida en que la persona hace más el bien, se va haciendo también más libre. En relación al Evangelio, los aymaras siempre cantan de pie las alabanzas como ésta: Donde está el Espíritu de Dios, hay libertad, hay libertad. Donde está el espíritu de Dios ahí siempre hay libertad. Libertad, libertad, libertad… No solamente se busca la libertad personal ni solamente humana, sino de la tierra, de la naturaleza y del cosmos; de las manos que causan la erosión y la contaminación que afectan la vida de todos y todas. En primer lugar, la tierra debe ser conservada, extendida, al ser un elemento primordial de la vida, por eso se lucha, por la libertad y buena salud de la Pachamama. Ella es la conceptualización de la madre tierra, símbolo de la fecundidad y generosidad. 47 1.3 Modelos de la educación en valores Con esta porción entramos a visualizar algunos modelos de la educación en valores, que me parece importante en sí, la clarificación y su valioso aporte para el cognotivismo de nuestra tarea pedagógica de los valores. Es, por tanto, realmente difícil y complejo establecer los diversos modelos de educación en valores, puesto que podríamos encontrar tantos como diferentes maneras de entender la finalidad última de la educación, y de la historia, la filosofía, y la teoría de la educación nos surtirían de abundante información sobre este particular…Cuatro son los modelos que creemos representar: 1. Educación en valores concebida como clarificación. 2. Educación en valores concebida como formación del carácter moral. 3. Educación en valores concebida como proyecto de vida. 4. Educación en valores concebida como construcción de la personalidad (Payá 2000, 169-184). El primero consiste en no transmitir valores, sino en posibilitar la reflexión en forma sistemática, mediante un proceso de valoración, para solucionar problemas concretos de la conducta, de fracaso escolar, a partir de la clarificación entendida como el conocimiento de la propia identidad o autoconocimiento. El segundo retoma la tradición aristotélica para conseguir el desarrollo moral. No basta el conocer, sino ser capaz de obrar, como una adquisición de hábitos virtuosos. El tercero consiste en un ejercicio constante de la autonomía de reflexión y deliberación, en función de un proyecto de la personalidad moral. Este modelo se centra en ayudar a la persona que desea llegar a la felicidad. El cuarto intenta superar las limitaciones hasta lograr el máximo desarrollo, estimulando el análisis y la reflexión. Procura unir pensamiento, afecto y comportamiento para el desarrollo de la capacidad para resolver los conflictos de valor. Es un proceso racional para la construcción valorativa-moral. De los cuatro modelos, de acuerdo con nuestro interés de trabajo con los estudiantes, me parece muy atinado, el modelo de la educación en valores, 48 concebido como proyecto de vida. Estimula la constante reflexión hacia una proyección en el presente y el futuro. Entonces la vida se coloca como el primer valor, y el valor es todo aquello que da sentido a nuestra vida. No obstante, hay antivalores que destruyen la vida, como lo podemos ver en la violencia de los jóvenes que causan la muerte. Por eso, es muy importante tener el compromiso con la vida y por la vida. Al respecto, cuando estuve viajando en avión desde Lima a Costa Rica (4 de mayo 2008) le pedí a Dios que me diera todo para disfrutar la vida, el Señor que es tan bueno, me dio la vida para disfrutar viajando, trabajando en la música y en todo. Asimismo, hay otros modelos para ayudar a cristalizar la relación con los valores morales. El Lic. Gabriel Paz, Catedrático del Instituto Normal Warisata, nos enseñó los modelos de transmisión de valores, los modelos de desarrollo de juicio moral, los modelos de socialización y los modelos de adquisición de hábitos morales. Los cuales se explican de la siguiente manera: 1) Modelos de transmisión de valores Comparten una idea heterónoma de la moral; es decir, una transmisión de valores inmodificables, válidos en cualquier situación, como impuestos, sin poder de elección de otra posibilidad. El individuo pierde autonomía. El ejemplo es el saludo, que es muy importante en el contexto aymara, sin el cual se pierde toda dignidad, respeto, participación, incluso la autoridad en el aula, en la familia, en la comunidad entre otros. 2) Modelos de desarrollo de juicio moral Este modelo niega la existencia de valores absolutos que deban transmitirse de generación a generación, pero tampoco comparte la creencia de que los conflictos morales únicamente pueden solucionarse atendiendo a preferencias subjetivas. Para ellos el papel de la educación debe centrarse en el desarrollo del juicio moral. 3) Modelos de socialización Consideran la educación moral como un acto de socialización en tanto que 49 pretenden insertar a los individuos en la colectividad a la que pertenecen. La sociedad es concebida como bien supremo del cual emana la moralidad, a la cual todas las personas deben someterse aceptando las normas y valores que posibilitan y conforman la vida en sociedad. A partir de, “La educación familiar fue decisiva para la sociedad, aunque la iniciativa educativa siempre estuvo en el Inca…La primera educación era dada por los padres: Una educación de tipo práctico” (Ordónez 1992, 50). 4) Modelos de adquisición de hábitos morales Para este modelo, una persona se considerará moral si su conducta es virtuosa; es decir, si realiza actos virtuosos y, además, los realiza de forma habitual y constante. No solamente adquiere, sino al mismo tiempo procesa lo adquirido, con los conocimientos previos. Entre estos cuatro modelos, creo que el modelo de transmisión de valores, y de adquisición de hábitos morales, guardan características afines al modelo de educación en valores concebido como proyecto de vida. Estos modelos nos guiarán cuando proponemos prácticas educativas. Conclusión En este capítulo intentamos mostrar algunas magnitudes principales de la educación en valores, y consideramos los valores como aporte teórico para la actividad pedagógica de los estudiantes en la escuela y el colegio. En realidad es como una puerta de entrada para responder a los problemas y las diferentes necesidades y para eso este capítulo permite aterrizar en la perspectiva epistemológica del cognotivismo, más o menos estructurada. Tuvimos en vista que la educación en la vida de los seres humanos juega un papel preponderante. Sin duda, todos pasamos por esas sendas de enseñanza y aprendizaje y en el capítulo siguiente se cristaliza alguna de esas prácticas educativas, con base en el contenido de los valores. 50 CAPÍTULO III ESTRATEGIAS PEDAGÓGICAS PARA LA FORMACIÓN EN VALORES Dentro de esta compleja situación histórica que vimos en los capítulos anteriores, se demuestra una urgente necesidad de solucionar el problema de la conducta activa mediante la educación. Y esto nos apela a una actividad pedagógica en valores. La estrategia pedagógica nos permitirá trabajar con los principios de la construcción de valores, basados en la reflexión y en la acción, a partir de las experiencias en la escuela y el centro social del colegio comunitario. Tal estrategia propone una enseñanza y un aprendizaje de participación activa y comprometida con el cambio social, de manera responsable y recreativa. El docente está vinculado con las etapas del apoyo científico, la reflexión y la construcción de valores compartidos. A partir de estas investigaciones sobre la problemática educativa en valores, empezamos a proponer una enseñanza y aprendizaje adecuados al contexto. En este sentido Freire (1997, 30) señala: Enseñar exige investigación, no hay enseñanza sin investigación, ni investigación sin enseñanza. Mientras enseño continúo buscando, indagando. Indago para comprobar, comprobando intervengo, interviniendo educo y me educo. Investigo para conocer lo que aún no conozco para anunciar la novedad. Desde esta necesidad, emergen las estrategias pedagógicas para la nueva manera de construir una mejor calidad de vida para todos y todas. Así como la lluvia que cae para todos, la educación debe estar al servicio de todos y todas. En este compromiso entramos en cómo contribuir a la educación, para que la educación contribuya en los estudiantes y que los estudiantes construyan la nueva manera de vivir juntos/as, en armonía, en la solidaridad y otros. 1. Pedagogía en valores Desde la perspectiva aymara y como docentes activos de la comunidad, “la educación en valores” nos parece importante. Esa suma importancia motiva nuestra investigación. Hablar de la pedagogía en valores para algunos parece insignificante o que no se les concede relevancia. Sin embargo, los grandes políticos más conscientes del mundo moderno hacen de la situación un motivo de interés. El primer presidente indígena de Bolivia, Evo Morales, en su discurso a la nación del día 6 de agosto del 2007 dijo: “Estamos trabajando por un buen vivir de los pobres y excluidos, aunque a otros no le guste”. Y el primer candidato afroamericano para presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, en su proclamación del 3 de junio, 2008, ponderó: “Trabajar con una nueva visión y política, por la calidad de vida”. Esta lucha por la calidad de vida pasa por la educación en valores como: la justicia, el amor, la libertad, el respeto, la solidaridad y la responsabilidad entre otros. ¿Cuáles son las cualidades de su importancia? Según May (2004, 84), …los valores, lo sabemos, son el núcleo de la vida social, porque en ellos se fundamentan tanto la creación como la conversación de las normas sociales. Si no hay valores, no hay conducta social: la sociedad se fragmenta como totalidad y se disuelve la cultura, porque en el núcleo de cualquier estructura hay un conjunto de valores. Por tanto, el papel de la pedagogía, definida como el arte de transmitir experiencias, conocimientos y valores, con los recursos que tenemos a nuestro alcance, es la formación auténtica en valores. Esto implica la adquisición de criterios. La palabra “criterios” señala las ideas e instrumentos necesarios que el ser humano necesita para juzgar su entorno, y para discernir lo conveniente de lo inconveniente. Son axiológicos por que llevan al educando a desarrollar la capacidad de optar por sí mismo en la búsqueda de un proyecto de autorrealización personal y colectiva, como también hacia la formación de valores. La pedagogía en valores trabaja sobre las actitudes y habilidades necesarias para llegar a una acción totalmente coherente, que oriente su vida de 52 manera más humanizada. La axiología en el ámbito pedagógico es integral, tal como lo podemos ver en la cita siguiente: De axios (valioso) y logos (tratado), tratado o teoría sobre los valores, estos no son objetos o seres, sino cualidades de las cosas (belleza, elegancia) o de las personas (honradez, solidaridad, justicia). El valor no está en las cosas-escribe Aranguren-, sino en las personas, en la vida y es la vida misma en su plenitud o rebosamiento: magnanimidad, generosidad y entusiasmo. Una de las características de los valores es su bipolaridad (a un valor se contrapone un contravalor: bueno-malo, justo-injusto) y otra, la jerarquización: guardan un orden de menor a mayor categoría. 1) Sensibles-útiles, de lo agradable-desagradable; 2) vitales (noble, sano); 3) espirituales, en los que engloba a los estéticos y filosóficos (bello, justo, verdadero), y 4) religiosos (santidad, paz) cada persona puede incorporar los valores morales, tolerancia, honradez, justicia, etc. (Carmona, Blázquez y Cano 1999, 58). La pedagogía en valores es educar en valores. Por ejemplo, educar en cuanto a la dignidad humana es descubrir que ésta es un valor en sí misma, digna de respeto y cariño; que lleva a la comprensión del necesitado a la vez que no pierde la exigencia. Esta pedagogía llama la atención y propone acciones pedagógicas que producen frutos. La pedagogía de valores también se da de acuerdo con el grado de utilidad de cada contexto, para satisfacer las necesidades o para proporcionar bienestar. Y para que haya valor se necesita, en primer término, que exista una necesidad, ya sea individual, colectiva, real o imaginaria. Porque la utilidad es el bien de que se trata y debe involucrar una práctica, según el valor de los usos y costumbres de los aymaras. El mundo de la niñez y la juventud actual necesita una reorientación en su actuar educativo. No debemos quedarnos como los que afirman: “Ya no hay nada que esperar”; al contrario, hay mayor esperanza cuando revaloramos la solidaridad, el amor, la dignidad humana, etc., en ejercicio de la justicia. Para algunos, cuando hablamos de la estrategia la comprenden como un arte militar que estudia las operaciones, e incluye la preparación. Es frecuente confundir táctica y estrategia, porque la táctica enseña la manera de ejecutar los planes estratégicos. En nuestro caso, el punto de partida para la educación en valores son los valores mismos que el educador se esfuerza por conocer teórica y 53 prácticamente. “La reflexión crítica sobre la práctica se toma una exigencia de la relación Teórica/Práctica sin lo cual la palabra puede convertirse en palabrería y la práctica en activismo” (Freire 1997, 24). En la pedagogía de valores, la estrategia en sí está basada en la construcción social del conocimiento, que propone la integración de algunos enfoques pedagógicos para desarrollar un proceso de aprendizaje basado en la sinergía de un grupo organizado, en la participación activa, en la cooperación mutua, en el diálogo de saberes, en la complementariedad, en la negociación y en el compromiso de una acción reflexiva diaria, enraizada en la realidad del medio de la vida. En este sentido, se pretende generar un saber ser, saber hacer y un saber vivir responsablemente, recreando un vínculo con el medio de la vida como un factor muy importante. Además, se parte del conocimiento previo para el aprendizaje significativo de los estudiantes. De esta manera no nos quedamos ahí, sino vamos hacia la producción de los valores construidos. “Para producir aprendizaje constructivo es fundamental que la propuesta sea movilizadora, cuando es significativo para el sujeto. Cuando tiene significado, el estudiante establece una relación o conexión entre lo que se le propone y sus saberes previos” (Díaz y Cayama 2008). Con lo anterior, estamos entrando al enfoque del constructivismo. Es una posición epistemológica que sostiene que la realidad no se presenta directamente, sino que hay que construirla. Consecuente con esto, no tenemos acceso a la realidad con independencia de nuestras construcciones o esquemas culturales, sociales o de género. Al ser una posición epistemológica, el constructivismo se sitúa en un nivel superior al de una escuela o un modelo de psicoterapia. Sin embargo, esta posición epistemológica ha influido en modelos de psicoterapia, en particular el cognitivo y el sistémico. En su énfasis procesal, al articular su experiencia, el conocimiento previo y la organización del aprendizaje significativo, los estudiantes reconstruyen las modalidades de las actitudes, los comportamientos y otros valores. El resultado será que en el sujeto se produzca una actividad externa, a partir de una emotividad interna. Es lo que produce aprendizajes significativos, que permiten 54 poder comparar, relacionar e inferir notoriamente los cambios cuando el sujeto interactúa con el objeto del conocimiento (Piaget); cuando esto lo realiza en interacción con otros (Vigotsky); cuando el conocimiento es significativo para el sujeto (Ausubel), el docente actúa como facilitador, moderador y experto entre los estudiantes. El conocimiento va atendiendo y valorando las diferencias individuales y sociales en su medio. Cuando hablamos de la integración de los enfoques pedagógicos, nos referimos al socioconstructivismo, para aprender juntos y resolver problemas, para hacerles frente a las necesidades mencionadas y a las tendencias destructivas. La contribución de la educación en valores será una poderosa arma para el bienestar del futuro, inclusive en la preservación ecológica; es decir, el mayor respeto a la pachamama (madre tierra) y el cuidado de la naturaleza. Todo esto nos permite abrir un futuro esperanzador de la vida eterna, pero a partir de las construcciones de los valores esenciales de alto nivel comunitario, de los que nadie está excluido, sino más bien tiene una responsabilidad, un compromiso y la oportunidad de participar en este ofrecimiento de la praxis de los valores, de lo particular hacia lo general. La estrategia pedagógica gira alrededor de la motivación del aprendizaje cognitivo, y los contenidos de las estructuras mentales dependen del contexto cultural, como las ideas, creencias, necesidades, intereses y valores de la persona. Todo dependiente, a su vez, del medio socio-cultural del que los estudiantes proceden. Así, la estrategia fácilmente se desenvuelve en la comunidad de aprendizaje, con múltiples prácticas educativas, y los valores se llevan a cabo como una especie de experimentación en el laboratorio. Luego, con base en estas experiencias vividas, contaremos con colegios de características comunitarias, ya que el contorno del colegio vino prácticamente de una forma de vida comunitaria. Esto, entonces, también nos permite entrar en una educación comunitaria e iniciar una revolución cultural, basada en las prácticas del enfoque constructivista. A pesar de la oposición de los antivalores, 55 la estructura económica, política, cultural y religiosa del contexto aymara tiene sus raíces en la vida comunitaria, que de alguna manera está vigente. Mediante la estrategia pedagógica, los estudiantes encuentran mayor facilidad para reflexionar y construir los valores en la acción comunitaria. Además, les permite rescatar los valores positivos para su mayor utilidad en nuestra era post moderna. Necesitamos este tipo de escuelas y colegios para producir en los estudiantes un nuevo modelo de vida compartida, más comunitaria en el área rural y luego en el Instituto Americano de La Paz, que se encuentra en la área urbana. El lograr integrar la educación, hacia una responsabilidad individual y colectiva, es un desafío, en el que se debe realizar el hecho de “aprender- aprender a hacer- aprender a ser”. Significará un vivir juntos, con nuevas actitudes, nuevas maneras de ser y nuevos valores. Para nuestra aclaración hacemos la pregunta, ¿Por cuáles medios se logra ese nuevo ser tan esperado en nuestro medio? Quizás en términos teóricos como se lo practica, podemos responder muy fácilmente. Pero el trabajo más duro y sacrificado está en la implementación de un proceso pedagógico en valores, que se apoye en los principios de las construcciones de los procesos intelectuales, plasmados en las prácticas culturales, los aprendizajes y las motivaciones. Por eso es que la educación en valores es el lugar más apropiado o adecuado cuando nos proponemos trabajar con el compromiso del buen vivir, de la calidad de vida, de la calidad educativa, de una sociedad más responsable. Partimos de los estudiantes y llegamos a los estudiantes de la escuela productiva, en el estilo de la escuela comunitaria y indigenal Warisata. Los beneficiados no solamente serán los estudiantes de este colegio, punto de partida, sino buscaremos influir en otros colegios, escuelas e inclusive en las iglesias. Hay mayor posibilidad de trabajar con los profesores, con la junta escolar, con los padres de familia y con las comunidades aledañas. Y en este sentido el avance será gradualmente factible, de acuerdo con el programa y la planificación curricular de las gestiones en el aula. “Para Piaget el conocimiento se construye gradualmente y no se puede atribuir 56 exclusivamente ni a la herencia ni al ambiente. En su interacción con el medio, el niño elabora sus estructuras mentales, las que, al irse haciendo más complejas, le permiten una mejor adaptación” (Méndez 1993, 23). La interacción, construcción y adaptación del estudiante es posible con el constructivismo, a partir de una necesidad del buen vivir o calidad de vida, desde los estímulos internos, hacia los estímulos externos; hacia los estímulos adecuados que son los que refuerzan la buena conducta y provocan eliminar aquellos que llevan a una conducta indeseable o destructiva. Piaget habla de una construcción mental gracias a un intercambio dinámico del sujeto con el medio…los logros intelectuales se deben a la influencia del ambiente tal y como es ejercida por medios de los mecanismos de aprendizaje..la motivación interna, mientras Skinner enfatiza las motivaciones externas al sujeto tales como recompensas, notas, etc (Méndez 1993, 28). Aquí se nota la diferencia entre el enfoque conductista de Skinner y el enfoque constructivista de Piaget. Es necesario reconocer estos enfoques para trabajar en la pedagogía de valores. El constructivismo tiene partes positivas pero también negativas, y esto se vio en la Reforma Educativa de Bolivia (1994), por la poca implementación en la actividad pedagógica. No obstante, es tomar el modelo de la adquisición de hábitos, con el propósito de fomentar hábitos de conducta más humanizada, frente a tantas víctimas de los antivalores; y por eso nuestro punto de partida es la pedagogía en valores, para sembrar inquietudes, reflexiones abiertas de los mismos estudiantes y docentes; con el fin de que la sociedad se encargue de cosechar. Al mencionar la calidad de vida y el buen vivir, estamos tomando en serio el tema de valores. 1.1 La praxis de la pedagogía axiológica Para la enseñanza investigamos y esa investigación nos ayuda a reflexionar críticamente, a fin de retomar la teoría y la praxis. Sin práctica la clase corre el riesgo de caer en palabrería o en un simple activismo sin base ni fundamento. 57 La praxis de la pedagogía axiológica se dará en el aula y en los talleres, pero en función de la participación activa de los educadores y educandos, como expertos en valores, como guías de la colaboradores. Solidariamente construcción de valores y como enfrentarán juntos la oposición de los contravalores. En primera lugar, será a partir de los siguientes tres aspectos: Un aspecto cognoscitivo. Trabajando en el valor de la responsabilidad. con base en el conocimiento significativo, mediante un proceso de razonamiento en los valores y formación de juicios morales. En tal sentido se destaca que el individuo debe entender la situación y razonar sobre qué es lo que debía hacer en esa situación para producir. Un aspecto afectivo. Trabajando con el valor de la solidaridad. Que el individuo sienta el actuar para ayudar como una necesidad, según su propio razonamiento moral y que sienta que le atañe a él personal y directamente. Un aspecto o componente conductual. Trabajando con el valor de la igualdad, que lleva a la persona a actuar según su propio juicio moral. Asimismo, la inclusión de un proyecto de educación en valores debe pasar por cuatro fases que son: a) Diagnóstico de los valores prevalecientes en la comunidad educativa. b) Selección y definición operativa de aquellos valores más consensuados por los distintos componentes del currículum. c) Trabajar con el tema de la inclusión y práctica de dichos valores en los proyectos de aula, con sus respectivas secuencias didácticas. d) Evaluar, de manera procesal, la comprensión e implementación de los valores en la familia, en el colegio y en la sociedad. En este tipo de trabajo tan comprometedor por su efectividad, ser educador no es tan fácil, ni es imposible. La educación tampoco es algo innegable, ni privativo, porque el ser humano solamente deja de aprender cuando muere. Al respecto, dice Assmann (2002, 22): “Las Ciencias de la Vida han descubierto que la vida es básicamente una persistencia de procesos de aprendizaje”. Es cierto que la vida es más importante, y por eso el profesor cada vez es más flexible, dinámico en el aprendizaje, sin importar la edad o la situación. Cuando 58 hay más problemas hay mayor necesidad de solucionarlos mediante la actividad pedagógica, y de ahí lo fascinante de ser educador y ser educando, porque el aprendizaje es de vital importancia. Sin retos, se daría una desmotivación de la educación. El colegio debe seguir con el compromiso de enseñar y aprender para la vida, sin caer en la falta de un plan estratégico pedagógico, lo cual produce la desmovilización. En este caso, para los educadores y los educandos son un lugar de aplicación de valores, para el buen vivir, esto a partir de una calidad de aprendizaje cada vez más significativo. Para docentes que poseen vocación este es un gran privilegio, en el que “Las palabras, conocimientos y aprender han vuelto a ejercer una fascinación casi mágica” (Assmann 2002, 24). Como comunidad educativa en acción, el colegio propicia de manera consecuente los objetivos éticos y morales; es decir, proyecta el ambiente pedagógico en los alumnos, de manera similar a como el hogar permea a todos sus miembros. Con docentes motivados, el profesor es modelo en valores y su comportamiento es el centro de gravedad que se mantendrá presente por largos años en la mente de sus estudiantes. Logrará que el estudiante se sienta respetado y seguro de expresar sus ideas sin temor a ser ridiculizado. En este sentido, el docente debe reforzar la autoestima del estudiante para lograr con éxito la actividad pedagógica en valores. Y precisamente vienen las propuestas con las que se concreta lo esperado. 1.2 Propuestas didácticas Con estas propuestas enfatizamos las partes más concretas del quehacer pedagógico, donde el proceso de valoración de los valores tiene sus procedimientos teóricos y prácticos. Esto nos ayuda a darnos cuenta de nuestra responsabilidad y nos hace sentir comprometidos/as. El proceso de valoración permite que los estudiantes tengan la posibilidad de participar activamente, para poder responsabilizarse a partir de sus propias decisiones. La práctica educativa en el colegio puede darse, en efecto, en las determinadas enseñanzas y aprendizajes, 59 el término de la didáctica se entiende como una ciencia que se encarga del estudio de enseñanza-aprendizaje sistemático y, por su puesto, eficiente. Como nos interesa la participación activa, lograremos la construcción de conocimientos mediante la elaboración del proyecto en el aula, y tendremos para nuestra referencia que “Los Proyectos en el Aula son el conjunto de actividades de aprendizaje, orientados a resolver problemas o hipótesis, que parten de los intereses y necesidades de los alumnos/as en un enfoque de construcción del conocimiento donde ellos son protagonistas” (Gutiérrez 2003, 6). Se le llama también proyecto educativo, porque se elabora con el propósito de hacer o ejecutar algo, con la ayuda de una metodología adecuada de acuerdo a los enfoques del constructivismo. En concreto, la educación constructivista sostiene que el educando construye y reconstruye su modo de pensar, conocer, sentir y actuar, de manera activa, dinámica, participativa y productiva. En la práctica, los proyectos educativos se convierten en una metodología de trabajo, estrategia pedagógica y recurso didáctico. El docente está desafiado en esa construcción a utilizar sus propios métodos y estrategias para la formación en valores más concreta y lo más clara posible. 1.2.1 Proyecto de aula En esta sesión entramos a elaborar el proyecto pedagógico, en cual se concretiza en dos momentos. El primer momento constituye el eje central del aprendizaje, donde “los estudiantes aprenden mejor cuando ellos proponen las actividades en función de lo que les interesa; aprenden y participan activamente desde la planificación” (Gutiérrez 2003, 32). A esto lo denominamos: “planificación conjunta entre estudiantes y docente”. El segundo momento consiste en que el docente, después de recoger, motivar y guiar, organiza los temas a tratar y sistematiza las secuencias didácticas. A esto lo llamaremos “planificación pedagógica”, y en ella se implementan todas las propuestas, inquietudes, intereses del estudiante y el apoyo del docente frente a la necesidad de instrumentos, materiales y estrategias metodológicas adecuadas, para mejorar y optimizar el aprendizaje de los estudiantes. 60 Antes de iniciar el proyecto en el aula, el docente se pregunta: ¿De dónde van a surgir los proyectos? ¿En qué momento? ¿Dónde voy a buscarlos? ¿Qué voy a hacer? Luego en el aula pregunta a los estudiantes ¿Qué actividades quieren hacer? ¿Por qué quieren realizarlas? En este tipo de preguntas hay estudiantes que quieren jugar fútbol, con estudiantes de otros cursos o con estudiantes de otros colegios; otros quieren ir a un día de campo, etc., y así hay una lluvia de ideas, donde los estudiantes se emocionan y se convierten en participantes activos. En cuanto a nuestro tema de los valores, tenemos un ejemplo: Cuando estaban conversando docentes y estudiantes del Colegio Metodista de Ancoraimes sobre la elaboración del proyecto de aula, dos estudiantes empezaron a discutir y hasta querían pelear, aprovechando la flexibilidad del docente. En ese instante el docente aprovechó la oportunidad para entrar con el tema del “respeto”, como también la “falta de valores”. Les preguntó: ¿A cuántos chicos y chicas se les ocurre actuar con violencia y con agresividad en contra de sus compañeros, padres, niños y niñas?, y luego los motiva a jugar fútbol al día siguiente y las chicas propusieron terminar (merienda comunitario). con un apthapi Para los fines de nuestro estudio y elaboración del proyecto, organizamos un equipo de chicos y otro equipo de chicas, y decidimos que cuando un equipo juega el equipo que no juega observa todos los comportamientos positivos y negativos del equipo rival. Luego el equipo que jugó sale a observar, mientras juega el otro. Si es posible, podemos anotar o tener en mente todas las observaciones para el momento de la elaboración del proyecto. Así el docente ayuda a surgir, a partir de las inquietudes de los estudiantes, y a esto se le conoce con el nombre de: Proyecto en el Aula. a) Surgimiento del proyecto en el aula El surgimiento debe estar sistematizado así: Cuando el docente y los estudiantes estaban conversando, dos chicos discutieron y casi pelearon sin tener mayor respeto al docente y a sus compañeros. Después de la intervención del docente, planificamos jugando al fútbol y compartiendo el apthapi. 61 Observamos todos los valores y antivalores existentes en los estudiantes del segundo nivel de secundaria. b) Planificación del proyecto en el aula Después del surgimiento, entramos a la planificación, que es una tarea fundamental para organizar y desarrollar los procesos de enseñanza y aprendizaje, para lograr el propósito deseado. Para todo esto, nos ayudará ir a observar bien organizados mentalmente. En la planificación se toman en cuenta las siguientes preguntas: ¿Qué se quiere? ¿Por qué vamos a jugar? ¿Para qué vamos a jugar? ¿Dónde vamos a observar? ¿Cómo vamos a observar? ¿Cuándo se va observar? ¿A quiénes se va a observar? El título o nombre del proyecto responde a la pregunta: ¿Qué? Es el nombre o tema problematizador que llevará el proyecto de aula. La justificación responde a la pregunta por qué, e indica las razones, criterios y lógicas para resolver problemas. Los propósitos pedagógicos responden a la pregunta para qué, y es la que define las intervenciones didácticas para apoyar a los estudiantes. c) Desarrollo del proyecto en el aula Responde a la pregunta cómo se hace. Mediante el diálogo, el desarrollo consiste en unas actividades iniciales, introductorias o preparatorias. Puede ser organizado por grupos relacionada con el tema. Luego, realizamos la ejecución de actividades y tareas definidas para resolver el problema. Las actividades de seguimiento y evaluación se realizarán durante el proceso del desarrollo de las actividades, como acciones de control y seguimiento, en los logros y dificultades. d) Evaluación del proyecto en el aula Esta consiste en la apreciación, verificación y valoración del resultado, o también la podemos llamar productos del proyecto. Es una valoración cualitativa de los aprendizajes de los estudiantes. La realizaremos antes y después de la ejecución del proyecto. e) Pasos para la planificación del proyecto en el aula Como primer paso tenemos la planificación previa del docente, (que también se llama ante-proyecto) en la que están tres preguntas básicas y sus 62 respuestas 1) ¿Qué quiero hacer?: Quiero que los estudiantes aprendan a trabajar en equipo o grupo; y es donde el docente se plantea qué aprendizajes significativos, contenidos y temas busca desarrollar. 2) ¿Cómo lo quiero hacer?: Lo quiero hacer organizando en grupos; porque es la relación con los procedimientos estratégicos o metodologías a utilizar lo que ayuda a lograr aprendizajes significativos. 3) ¿Para qué lo quiero hacer?: Para que los estudiantes valoren la importancia del aprendizaje de sus conocimientos. El docente enuncia los posibles logros, contando las capacidades, habilidades y destrezas que los estudiantes deben aprender. Como segundo paso y con el fin de despertar el interés en el estudiante, el docente recurrirá a diferentes estrategias como: hacer preguntas, favorecer la interacción de los estudiantes, crear un ambiente favorable. Luego priorizará las inquietudes de los estudiantes. El docente les preguntará: ¿Qué sabemos? Esta pregunta permite explorar cuáles son los conocimientos previos que tienen los estudiantes. Luego, hace otra pregunta: ¿Qué queremos hacer? Para ayudar a tener una visión proyectiva, a partir de las manifestaciones, inquietudes e intereses que tiene el tema en los estudiantes. Después elaboramos el propósito pedagógico, con base en las tres preguntas: ¿Qué ¿Cómo? ¿Para qué? El tercer paso es la sistematización del proyecto, donde el docente organiza todo lo que se dijo, y éste será el primer momento del proyecto de aula que también se conoce con el nombre de: “planificación conjunta”. Es entre estudiantes y docentes del área de religión y moral, y con la participación del pastor o capellán será mejor. Luego el docente se encarga de elaborar las competencias e indicadores, que estarán pegadas en el rincón del área de religión y moral. También se encarga de elaborar el segundo momento del proyecto, donde los temas se operativizan en cada secuencia didáctica. Como resultado de esta planificación conjunta entre los estudiantes y docentes, presentamos el proyecto sistematizado. En primer lugar, está el primer momento que engloba todas las actividades pedagógicas, y luego el segundo momento, en secuencias didácticas, de acuerdo con las normas del enfoque constructivista del proyecto de aula. La recomendación de Gutiérrez 63 (2003, 68) es lo siguiente: “El proyecto de aula debe ser un hecho real y concreto. Y debe orientar a que todos los estudiantes se fijen en los propósitos pedagógicos y participen con sus particulares talentos y capacidades”. A continuación presentamos el proyecto de aula desarrollado, tomando en cuenta el marco teórico y práctico, y la duración del proyecto, basados en Pascual (1988, 73-155) y (Gutiérrez 2003, 93). Nombre del proyecto: CONOCER LOS VALORES Y LOS ANTIVALORES 1. Datos referenciales: Unidad Educativa : Colegio Metodista de Ancoraimes Director : Alejo Mamani Docente : Raúl Quispe Nivel : Primero de secundaria Numero de estudiantes : Varones 21, mujeres 18 Total 39 Área de conocimiento : Religión y moral Duración del proyecto : Mes de abril - julio - agosto de 2008 2. Planificación con los estudiantes 1 Propósito pedagógico: Que los estudiantes del primero de secundaria, observen los comportamientos de los estudiantes de segundo de secundaria, mediante encuentro deportivo y apthapi, para reconocer los valores y los antivalores. 2 Actividad pedagógica Competencia 1. Los actores de la educación reflexionan de los valores humanos, interculaturales en relación con el educador, estudiantes, padres de familia y pastores. Competencia 2. 64 Los actores de la educación valoran y revalorizan los valores humanos, su identidad cultural en relación e intrarrelación al colegio, la familia, la iglesia y la sociedad. ¿Qué vamos a hacer? - Conversamos de nuestra observación de valores y antivalores que poseen los estudiantes. - Nos organizaremos y jugaremos al fútbol. - El grupo que no juega observaremos todos los valores y antivalores. - En el siguiente partido, el grupo que no jugó, entra a jugar. Y grupo que no juega observan todos los valores y antivalores. -Terminaremos el encuentro deportivo de observación, con un apthapi (merienda comunitaria). ‘ Observaremos todos los comportamientos durante la merienda. - Retornaremos a nuestra aula. - Comentaremos de nuestro partido de fútbol - Socializaremos nuestras observaciones del fútbol y de la merienda. - Damos preferencias a los temas: Solidaridad, amor, respeto, justicia y libertad. - Esquematizamos los valores y los antivalores. - Evaluamos logros y Dificultades ¿Qué necesitamos? - Lluvia de ideas ¿Quién va a hacer? - Estudiantes y docente ¿Cuándo vamos a hacer? - Jueves 24 de abril - Instrucciones - Estudiantes - Viernes 25 de abril - Estudiantes - Todos y todas - Lunes 28 de abril - Instrucciones - Instrucciones - Participación - Instrucción - Estudiantes - Todos y todas - Estudiantes y docente - Estudiantes y Docente - Papel sábana y marcadores - Escribir - Miércoles 30 de abril - Miércoles 30 de abril - Estudiantes y Docente - Estudiantes - Docente y estudiantes - Presentamos a la Dirección - Proyecto operativo - Viernes 2 de mayo Terminado 3. SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN La evaluación se realiza durante todo el proceso y, a su vez, mediante las siguientes preguntas: ¿Durante el proceso, qué actividades hemos 65 realizado? ¿Cómo fue nuestra participación en las diferentes actividades? ¿Qué hemos aprendido. …………………………… …………………………… Docente Director SECUENCIA DIDÁCTICA 1 1. Propósito pedagógico: Que los estudiantes de primero de secundaria identifiquen los valores de qhuyapt´ayasiña (solidaridad), describiendo diferentes tipos de solidaridad, para que sirva en la vida cotidiana. 2. Actividad pedagógica: Competencia Identifica y expresa la importancia de los valores, en situaciones significativas del contexto. Indicador Escucha, reflexiona y crea las nociones de los valores, en la construcción de las sendas del buen vivir. ¿Qué haremos? Actividad - Motivamos con el Cuento: Valor de un Anillo - Socializamos el Cuento - El docente presenta los valores de la Solidaridad (qhuyapayasiña) - Matizamos con otros tipos de solidaridad, a partir de conocimientos previos. - Escribimos en los cuadernos - Construyamos en la mente los cuentos relacionado con la solidaridad, y producimos. ¿Con qué? Recursos ¿Quiénes? Responsables ¿Dónde? Lugar ¿Cuándo? Fecha - 28 de julio - En el aula - En el aula - Afiche - Docente y estudiantes - Participación - Estudiantes - 28 de julio - Papelógrafos y - Docente y Marcadores estudiantes - 28 de julio - Argumentos - Estudiantes - 28 de julio - En el aula - Cuaderno y Lápiz - Pensamientos y saberes - Estudiantes - 28 de julio - En el aula - Estudiantes - 28 de julio - En el aula 66 - Evaluamos los logros - Exposición de - Estudiantes y y dificultades. cuentos creados docente - Nos damos tarea - Padre, amigos - Estudiantes de la investigación, sobre las prácticas de la solidaridad en la comunidad. - 28 de julio - En el aula - 28 de julio - En la casa, comunidad. SECUENCIA DIDÁCTICA 2 1. Propósito pedagógico: Que los estudiantes de primero de secundaria identifiquen los valores positivos del amor al prójimo (Musasiña), describiendo la vivencia real, para el desenvolvimiento de la práctica en el futuro. 2. Actividad Pedagógica ¿Qué? Actividades - El docente entra con una historieta de El puerco impuro. - Reflexionamos y comparamos con la situación de nuestra realidad. - Discernimos sobre algunos valores del amor al prójimo. - El docente presenta Los fundamentos del Amor y el hecho de Amar al prójimo. - Socializamos con respecto a la teoría, con la vivencia de las personas. - Evaluamos haciendo Un listado de los valores del amor para la exposicón. - Damos tarea, para preguntar a los hermanos, para saber entre el discurso y prçactica. ¿Con qué? Recursos ¿Quiénes? Responsables ¿Cuándo? Tiempo Historieta Docente y estudiantes Afiches de amor y el odio Estudiantes Aula Papelógrafo y Marcadores Estudiantes y docente Aula Libros y la Biblia Docente Aula Participación Estudiantes Aula Cuaderno y lápiz Estudiantes Mayores Estudiantes 67 11 de agosto ¿Dónde? Lugar 15 de agosto Aula Aula Casa, Comunidad SECUENCIA DIDÁCTICA 3 1. Propósito pedagógico: Que los estudiantes del primero de secundaria, conozcan los valores positivos del respeto (Yäqasiña), mediante la descripción de la realidad, para aprender a respetar a los demás. 2. Actividad pedagógica ¿Qué hacemos? - Motivamos con la Dinámica de grupo Yaqasipxañasakipunirakispawa - Comentamos sobre el Significado de la dinámica. - El docente presenta sobre el Yäqasiña (respeto), mediante El material didáctico, para ayudar a relacionar con la vivencia de la realidad. describiendo los valores que se habíamos perdido. - Decidimos rescatar y luego actuar con mucho respeto hacia los mayores, padres de familia y hermanos mayores y menores. - Nos organizamos y programamos para ir a preguntar a nuestros padres, madres, del pueblo. ¿Con qué? Estudiantes ¿Quiénes? Docente y Estudiantes ¿Cuándo? ¿Dónde? 18 de Aula agosto Actitudes positivos y Estudiantes negativos Material didáctico Docente y estudiantes SECUENCIA DIDÁCTICA 4 1. Propósito pedagógico: Que los estudiantes del primero de secundaria, conozcan los valores positivos de la justicia y la libertad haciendo una descripción teórica para el aprendizaje significativo del buen vivir (suma qamaña). 2. Actividad pedagógica ¿Qué hacemos? ¿Con qué? Actividades Recursos - Dinamizamos la clase, con Papelógrafo y Canto hay libertad, libertad… Marcadores 68 ¿Quiénes? Responsables Docente y estudiantes ¿Cuándo ? Tiempo 25 de agosto ¿Dónde? Lugar Aula abierta - Comentamos acerca de la Canción de la libertad. - Docente presenta el tema de la justicia y libertad, como un de interés de carácter personal y social. - Escribimos en nuestros cuadernos de apunte. - Hacemos una comparación con diario vivir, la lucha por la justicia y libertad, desde la época colonial hasta nuestros días. - Producimos cada uno a una Canción que refleje la justicia y la libertad. - Evaluamos socializando las producciónes de canciones, sea del tema de la justicia o de la libertad. Canción de la libertad Papelógrafo y Marcadores Estudiantes Cuaderno y lápiz Estudiantes Conocimientos previos Estudiantes y docente Recreación de conocimientos Estudiantes Cuaderno y lápiz Estudiantes Docente SECUENCIA DIDÁCTICA 5 1. Propósito pedagógico: ¿Me gusta compartir? A partir de esta pregunta los estudiantes puedan darse cuenta del valor que tiene para ellos el compartir. 2. Actividad pedagógica ¿Qué? Actividades pedagógicas - Dinamizar con video. - Socializar sobre lo que saben compartir. - Presentar tipos y formas del compartir en la comunidad aymara de antes y hoy. - Organizar en grupos de análisis, reflexión y propuestas. - Presentación de grupos. - Evaluar las debilidades y las Fortalezas del compartir con Otros. - Damos tareas para proponer Que queremos compartir, cómo y porque. De esta manera ¿Con qué? Recursos Equipo de video Conocimientos ¿Quiénes? Responsables Docente y Estudiantes ¿Cuándo ? ¿Dónde? Tiempo Lugar 1 de Sala de septiembre video Papelógrafos y Marcadores Cuaderno y lápiz Estudiantes operativizaremos planificadas, utilizando todos los las actividades pedagógicas materiales didácticos y los conocimientos 69 previos. Pero el tema de la educación en valores no termina ahí, sino continúa con los temas mencionados en los capítulos primero y segundo y con diferentes estrategias metodológicas, didácticas y con diferentes cursos del mencionado colegio. Es recomendable que el pastor de la iglesia y capellán, como educador de los estudiantes, tome en serio la elaboración del proyecto. Que esté basado en la planificación conjunta con creyentes de la iglesia; en colegio, con docentes y estudiantes. Entonces podemos entrar a hablar de la pastoral educativa. 1.3 Pastoral educativa Culminamos con las siguientes tareas pedagógicas pastorales. Durante una entrevista, el hermano Jorge Choque, pastor local de la Iglesia Evangélica Metodista en Bolivia Siloé, manifestó su preocupación por la imposición de los antivalores. Dijo: Pasar escuela dominical, cursos por aquí o por allá, gastando millones de dólares, para rescatar nuestros valores ancestrales, la enseñanza de Jesús y algunas prácticas culturales actuales, con adultos a veces resulta perder tiempo. Es como un árbol viejo y chueco es muy difícil enderezar. Lo recomendable es, trabajar con los niños, niñas y flexibilizar a los jóvenes, aunque con algunos adultos flexibles es posible, pero en base a un proyecto educativo de la vida (entrevistado el 26 de abril 2008). A partir de este tipo de preocupaciones, nos proponemos introducir la pastoral educativa, orientada hacia la práctica de una convivencia armónica y solidaria; donde los valores juegan el papel protagónico en la teología, y como eje transversal de todas las áreas curriculares. Esto es muy importante en una sociedad bipolarizada entre extrema pobreza y riqueza. ¿Qué es pastoral educativa? Es una propuesta educativa para formar en valores a los estudiantes y hacerlos cada día más humanos y solidarios. Es formar en valores, mediante un acompañamiento pastoral a toda la comunidad educativa, con base en la ética de la fe cristiana y la identidad socio cultural. Incluye valores como la solidaridad, el respeto, la preservación de la creación, la justicia, entre otros. Ya que toda nuestra actividad moral se resuelve en una valoración teórica o práctica. Cuando hay un problema inherente a nuestra 70 actividad valorativa moral, hay que comenzar por estudiar los que son valores. Esto nos servirá para reflexiones éticas. Como hemos visto en capítulos anteriores, los valores dan referencia a la actividad moral de la persona y promueven la respuesta educativa. Cuando hablamos de la estrategia pedagógica nos estamos refiriendo a la capacidad de poder realizar determinada acción pedagógica, con la competencia, que permite construir y recrear. En pedagogía, se trata de la didáctica como sinónimo de método. Esto es ser estratégico, ser competente, ser metódico o conocedor de un método, en el campo de operaciones. Por tanto, la estrategia pedagógica nos permite entrar a la acción educativa, con planes operativas de gran potencia, frente al adversario. Ya que nuestra misión es formarnos integralmente, desde la vida y para la vida, en un clima de afecto y con la visión de desarrollar un currículo que permita formar un nivel académico de gran calidad humana, capaz de transformar la sociedad. En este sentido, el tema de los valores debe ser el eje transversal. En la misión de la proclamación del Evangelio, el pastor o capellán podrá coadyuvar el tema de la educación en valores y el Reino de Dios (Mt 6: 33; 26:29; Mc1:14-15). Por lo que, “El Reino de Dios es una llave hermenéutica… símbolo de la acción liberadora y recreadora de Dios, su voluntad y su promesa…que el pueblo de Dios mantiene una esperanza viva, en un mundo de pecado y miseria” (George 2005, 17-18). De esta manera será más efectiva, clara y concreta dicha proclamación. Por otra parte, responde a los reclamos, a las quejas y a las demandas de una calidad de la educación para la calidad de vida y el buen vivir de las personas. Aquí debemos aclarar que los antivalores no solamente atacan a los pobres sino también a los ricos, a todas las razas, a todo género humano y a la naturaleza. En el Reino de Dios propuesto por Jesús como nuestro fin último, nos interesa participar, vivir, compartir, proclamar esa manifestación; donde, “el Reino de Dios es una transfiguración y revolución total, global, y estructural de la realidad de los seres humanos”(Schipani 1983, 81). Esto significa la derrota de 71 los antivalores opresivos y la liberación total; que es una nueva manera de ser y de vivir en las relaciones sociales y con la naturaleza. En esta perspectiva, la iglesia de la conquista que trajo malas noticias no es parte del Reino de Dios. Sin embargo la vocación verdadera de la iglesia es ser un anticipo del Reino, que demuestra los valores evangélicos, en un contexto socio histórico y cultural. Con esto entramos en el quehacer del ministerio educativo, que actúa con criterios para realizar las actividades pedagógicas, con recursos y medios de la evaluación; como sujetos responsables de promover la plena realización del Reino de Dios. Esto nos permite ampliar nuestra visión en nuestra realidad actual, para proyectarnos hacia el cambio del futuro frente al dominio del poder del imperio de los antivalores. Asimismo, el objetivo de la pastoral educativa es ser fiel, comprometida en la misión de velar por la vida espiritual, la fe, la esperanza y la práctica de los valores que fortalecen a los estudiantes. La tarea de la pastoral educativa es bastante amplia, pero nos limitaremos a la misión del fortalecimiento de los valores humanos en todos los ámbitos de la sociedad. Jesús, en su ministerio, se inició enseñando con una metodología educativa más realista y comprometida. Pero luego la iglesia cayó en una mera memorización de los versículos. Por eso nuestra preocupación es proponer la creación de un ambiente pedagógico de reflexión, análisis y discusión, a partir de nuestra situación real y el evangelio. En primer lugar, es importante definir el tema. En segundo lugar hay que indicar la acción. En tercer lugar, es necesario poner en práctica. Para cada momento el pastor debe preguntarse: ¿Qué voy a enseñar? ¿A quién voy a enseñar? ¿Cuál es mi propósito? ¿Cómo lograrlo? ¿Con qué?. Estas preguntas permitirán planear, buscar información, problematizar, crear una reflexión teórica y una actividad de la praxis pedagógica. Para lo cual el pastor debe tener en cuenta dos aspectos: el dinamismo como un recurso fundamental y el dominio del tema para un desenvolvimiento apropiado. La Escuela de Padres en este caso fortalecerá los valores en los padres de familia y en la sociedad en su conjunto. Capacitar a los padres de familia en 72 su misión educativa puede evitar los errores que son la causa de las desviaciones o de los prejuicios de sus hijos. Las actividades principales de la Escuela de Padres son brindar seminarios, talleres, charlas de reflexión, de orientaciones, debates, simposios y mesas redondas. A esto May ( 1989, 13) denomina técnicas: “Así por ejemplo, podemos realizar una obra dramática utilizando técnica de diálogo, la técnica de la mímica, o la técnica de la expresión corporal, o combinación de todos”. Las propuestas de los padres de familia son muy importantes, para tratar temas inherentes a la realidad de la educación de sus hijos. Los temas más importantes que se deben difundir son: · Importancia de los valores humanos en la educación de los hijos · Contexto social y sus antivalores · Una sociedad sin valores es destructiva · Papel del padre en el hogar · La educación en valores de los hijos · La responsabilidad de los padres en la formación intelectual de los hijos · Matrimonio y divorcio · Alcoholismo y drogadicción · Violencia y suicidio · Injusticia, discriminación y exclusión Por tanto, entramos al desarrollo de la pastoral educativa, sin desmerecer la consejería pastoral. Tema: Papel del padre en el hogar El hogar tiene al niño durante los años más sensibles de su vida. El padre con sus actitudes y acciones comienza a enseñar, desde los gestos más insignificantes, hasta los hechos más significativos. Como hogar, ofrece la oportunidad de la enseñanza para enfrentar las dificultades, para obedecer las normas morales, aunque la familia no esté consciente, pero está enseñando 73 como primeros maestros. En este entendido, muchos padres de familia tienen la necesidad de una orientación adecuada, como esta: Objetivo: Que los padres de familia aprendan a ser buenos orientadores de sus hijos, desde el hogar. 1. 2. 3. 4. Exponer brevemente acerca de las múltiples enseñanzas del hogar. Organizar en grupos de dramatizaciones, a partir de la realidad. Practicar y hacer la presentación de los dramas. Socializar y reflexionar sobre que tipo de enseñanzas positivas y negativas estamos dando a nuestros hijos/as. 5. Proponer algunas enseñanzas concretas 6. Evaluar a las expresiones de carácter de logros y dificultades. Tema: Papel del padre con base en el valor de la verdad Objetivo: Que los padres de familia tengan la oportunidad de reflexionar sobre la verdad y mentira. 1. Iniciar con la fábula del padre mentiroso. 2. Sugerir que escriban, lo que ocurrirá con su hijo, que no es sincero, con su familia, con sus amigos en el futuro. 3. Socializar todos los aportes que se escribió. 4. Hacer la fundamentación teórica y respuestas clarificativas. 5. Evaluar nuestras prácticas diarias comparando con nuestra clase 6. Proponer las tareas del actuar en el valor de la verdad. Tema: Sobre el valor del amor humano Objetivo: Que los padres de familia, realizando la descripción de una situación de amor y odio, comprendan y aprendan a valorar el amor al prójimo para proponer soluciones, ante los hijos. 1. El facilitador proporciona un cuestionario, para la auto evaluación del amor y del odio. 2. Socializar las respuestas 3. Decidir para señalar los aportes positivos que ayudan a amar al prójimo 4. Evaluar las dificultades y los logros del amor humanos 5. Dar la tarea de la práctica para enfrentar a los antivalores. Tema: Matrimonio y divorcio Objetivo: Que los participantes conozcan la responsabilidad del matrimonio y los efectos del divorcio en los hijos/as en la escuela. Para buscar cambios en la vida conyugal. 1. Motivar con un video sobre el casamiento y divorcio. 2. Socializar sobre el matrimonio y las consecuencias del divorcio. 3. Definir lo que es matrimonio, “como una sola carne, hasta que la 74 muerte los separe”. (Dt 22:28-29; Mt 19:9; 1Cor 6:15-17). Divorcio que se disuelve por culpa de fornicación (Mt 19:9; 1Cor 10:8; He 12:16; Ap 21:8) Como un trauma familiar, sentimiento de culpa, depresión y otros. 4. Proponer estrategias: Recogiendo datos, hechos de la vida, observar tensiones nerviosas y aconsejar con este dicho: “Mas vale una onza de previsión que una libra de medicina”. Que haya respeto mutuo y admiración, ya que no basta la atracción física, la cortesía, la consideración y el cariño. 5. Evaluar nuestros compromisos adquiridos y desbaratados. Tema: Educación en valores de los hijos Objetivo: Frente a la situación de los jóvenes y los niños, parecen incontrolables la drogadicción, el libertinaje y la delincuencia, reflexionar y tener propuestas claras. 1. Comentar las causas del despido del colegio, del trabajo y otros; son consecuencia de la falta de una formación adecuada. 2. Reconocer que los jóvenes están convencidos de que los padres son los únicos culpables. 3. Proponer la formación del hijo/a, a partir de una armonía conyugal, amor conyugal sin desprecio ni rechazo mutuo y sin rechazo a todo al hijo/a que puede provocar el reemplazo. Formar disciplinadamente, bajo el control del padre. 4. Reflexionar sobre la humillación que es sinónimo de desprecio al hijo/a que se debe tener muy en cuenta. Y la disciplina con garrote debe remplazar a la acción comunicativa. 5. Dar pautas, sobre como guiar y educar de manera apropiada. Tema: Alcoholismo y drogadicción Objetivo: Que los padres de familia, estudiantes y docentes compartan y reflexionen sobre las consecuencias del alcoholismo y la drogadicción. 1. Motivar contando sobre: El puerco es impuro, salpica por detrás, hace las calles malolientes, ensucia las casas. El puerco no tiene lugar en los templos; ni es un hombre inteligente ni se le permite pisotear el adoquinado. Es una abominación para todos los dioses; sus saludos son un insulto para papa Noel. 2. Comentar y comparar con la situación de un borracho. 3. Problematizar: como perjudiciales para un país, porque millones de dólares se pierden por ausentismo laboral, accidentes, enfermedades de adicción, temblor irracional, dependencia del alcohol, olvido de todas las necesidades y penas, alejamiento de la familia. Ataca a toda edad, sexo, posesión económica, profesiones. Ejemplo: La profesora Delia (2 de mayo 2008) cuenta “Tenía que esconder la botella al llegar a la clase y apenas salía, un trago largo me dejaba bien. Después los chicos me descubrieron y perdí el respeto”. 75 4. Proponer: Mientras avanza la enfermedad, es urgente crear los medios de defensa y protección. Para la abstención, decidir retornar a la salud normal, buscar ayudas para los enfermos. La iglesia puede organizar el servicio a los alcohólicos anónimos y otros tratamientos adecuados. 5. Evaluar, haciendo un listado de alcohólicos y drogadictos, para elaborar un proyecto productivo para el bien de todos/as. Tema: Violencia y suicidio Objetivo: Que los participantes tengan la oportunidad de tomar la palabra en cuanto a la violencia y suicidio, para buscar algunas soluciones. 1. Motivar con la demostración en data, sobre la juventud y violencia. 2. Comentar, después de ver. 3. Reflexionar: en base a las citas bíblicas (Nm 11: 10-15; 1Re 14: 3-14; Sl 42:5; Mt 11:2-3). 4. Socializar sobre los sucesos extremos y del texto leído. 5. Buscar causas: La depresión, frustración, culpabilidad, desesperanza, peleas, disgustos, individualismo y otros para determinar la ayuda. 6. Aconsejar: Buscando como ayudar y apoyar al deprimido/a, programando atención semanal, y seleccionando recursos necesarios. Son programas de la pastoral educativa que permite reflexionar y construir un vivir juntos/as, a partir de los procesos pedagógicos en los estudiantes, los padres de familia, los docentes y la sociedad, para el buen vivir comunitario. Este tipo de actividades pedagógicas es muy importante por lo que, “Algunas personas encuentran la vida tan desalentadoras, que la única salida en que piensan es quitarse la vida. Las mujeres son más indicadas al suicidio. Es que los hombres tienden a emplear métodos más violentos y mortíferos que las mujeres. Un 35% se suicidan durante un trastorno emocional” (Hoff 1981, 205). Conclusión Este capítulo propone trabajar dos aspectos de la solución: la parte científica y la parte práctica, donde las denominadas estrategias pedagógicas en valores son el ente promovedor de la reflexión, la calidad educativa y de la vida. A partir de una pedagogía activa, productiva e investigativa, con programas y proyectos de aula, el aporte es más efectivo para todos los docentes, 76 estudiantes y para toda sociedad. Aquí la educación ya no es abstracta, memorística ni como un vaso de leche solamente para servirse. Esta labor educativa es de todos, desde los docentes, los estudiantes y la sociedad, que aportarán a la comunidad el cambio de uno a otro. Para esto es necesario tener recursos humanos entendidos en el tema. La Iglesia seleccionará a sus capellanes, pastores de la pastoral educativa en valores y docentes de religión, ética y moral, por su alto valor moral, testimonio y compromiso con el cambio. En esta forma podemos esperar que, mediante el compromiso personal con la educación en valores, se vislumbre la nueva comunidad del “buen vivir”. CONCLUSIONES Cuando hablamos de valor, generalmente nos referimos a las cosas materiales, espirituales, instituciones, profesiones y derechos civiles, que permiten a la persona realizarse de alguna manera. El valor es, entonces, una propiedad de las cosas o de las personas. Los valores son una parte fundamental para el desarrollo del ser humano: una persona, además de tener conocimientos de diversas disciplinas del quehacer humano, necesita vivenciar los valores como guía, para el actuar diario y, de esta manera, dar luz con su vida, a sus semejantes para ser ejemplo de persona humana. En nuestro país, donde reina el racismo, la discriminación, la injusticia, la desigualdad, la irresponsabilidad, el odio y se pisotean los derechos humanos; en el que prevalece más la riqueza material que lo espiritual, que ha afectado y afecta de manera crítica a nuestra ciudadanía, existe la necesidad de difundir valores humanos para la construcción de una cultura de paz, para fortalecer la integración nacional y la formación en valores humanos para las futuras generaciones de los jóvenes. La educación en valores es educarse moralmente, para contribuir en el proyecto de vida hacia lo ideal, lo valioso, y lo útil para llegar a ser bueno. Es una manera 77 de garantizar la formación y desarrollo de la personalidad consciente. Esto significa que el estudiante tenga la capacidad de elegir entre algo que importa y algo que no importa, por ende formar una vida adecuada que le haga crecer como persona y relacionarse con los demás, de manera armónica y solidaria. El colegio es un agente ideal para la formación de valores en los estudiantes. Estos valores en el currículo se hacen patentes en los temas transversales, pues estos temas, que deben ser desarrollados a lo largo de los contenidos, versan sobre la responsabilidad, el respeto, la honestidad, la verdad, la solidaridad, el amor humano, la igualdad, la paz, la justicia y la libertad. Concientizar a los educadores sobre la práctica de los valores es esencial en el logro de la posibilidad de modificar conductas y comportamientos y hacer crecer en valores. También es cierto que todo esto comienza en el seno de la familia. Se requiere de un apoyo importante de los padres y familiares en la educación que se le da a un niño o adolescente en la institución. En este sentido hay concordancia con los saberes: un buen padre vale por cien maestros. Pero también se debe considerar que para eso se debe educar a la familia completa. Las instituciones no pueden preocuparse únicamente por la educación de los niños y jóvenes inscritos, sino también, en hacer que la participación de las familias sea activa y permanente apoyo que promuevan el encuentro y abran un canal efectivo de comunicación, creando un triángulo perfecto de aprendizaje. Motivar la participación educación de los valores de los estudiantes, padres de familia, en la humanos considerando que se educa lo que se conoce, lo que se practica, lo que la cultura ancestral está cargada de valores, debemos hacer conocer a nuestros hijos para canalizar sus habilidades y corregir sus antivalores; así mismo debemos trabajar con nuestros estudiantes, primero conociéndolos. Para esto es recomendable aplicar distintas dinámicas de conocimiento e integración, las cuales son sumamente efectivas para lograr los objetivos. De todo lo planteado se desprende de la educación en valores humanos como 78 una estrategia pedagógica en estudiantes aymaras. Están implicados en ello, mediante la participación activa de la planificación y elaboración del proyecto de aula, con una responsabilidad de sentirse parte importante y central de la institución educativa por excelencia, donde cada uno es protagonista del cambio, como elemento esencial que propicia el logro de sus potencialidades. Esto es especialmente importante para las personas indígenas porque siempre se las consideran de un nivel muy bajo, atrasado, o que no tienen capacidades para enseñar. Sin embargo la cultura aymara está cargada de valores que nunca se ha tomado en cuenta como un aporte para la pedagogía en valores. El problema de la formación en valores humanos ocupa un lugar esencial en las discusiones actuales en todos los ámbitos, no sólo se valora la necesidad de trabajar en esta dirección en los centros educacionales sino también en los diferentes centros laborales de la producción y los servicios. A partir de aquí se comprende la necesidad de trabajar para la vida. Sugerimos algunas actividades pedagógicas, con un fundamento teórico y prácticas educativas en valores: 1) En lo cognitivo (Piaget), sólo es efectivo cuando la didáctica es motivadora, reflexiva y participativa. 2) Es significativo, cuando es experimental. 3) Es objetivo, cuando el proceso de enseñanza y aprendizaje es de calidad educativa en el proyecto del buen vivir. 4) Es proyecto, cuando se trabaja con el diseño curricular y estrategias pedagógicas de formación individual y social. 5) Es metodológico, cuando se desarrolla desde lo particular, en la definición de la concepción, del modelo de valores, de la adquisición de hábitos y con principios de valores culturales del aymara, todo esto frente a la oposición de los antivalores individualistas y mercantilistas. Para rescatar, construir y reconstruir los valores nos basamos en tres fuentes. La primera está la conservación de algunas prácticas culturales del jaqi en los ayllus del pueblo aymara. El segundo en la enseñanza de Jesús como un proyecto de vida. El tercero en las personas consecuentes con las teorías y las prácticas. De esta manera la formación auténtica de la educación implicará la adquisición de criterios y referentes axiológicos que lleva al educando a desarrollar la capacidad 79 de optar por si mismo en la búsqueda de un proyecto de auto realización personal, así como a la formación de valores, actitudes y habilidades necesarias para llegar a un actuar totalmente coherente que oriente su vida de manera más humanizada. BIBLIOGRAFIA Biblias Biblia de Jerusalén, 1998. Nueva edición revisada y comentada. Bilbao: Desclée de Brouwer. Biblia Latinoamericana, 1995. Traducción bajo la dirección de Antonio Gonzáles. Madrid: Verbo divino. Libros Agudelo C., Humberto Arturo. 2004. Educación en valores. Bogotá: Talleres Pedagógicos Paulinas. Aguilar Díaz, Cándido. 1998. Fortalecimiento de Valores una necesidad todos los Tiempos. 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Pastor Local de la Iglesia Evangélica Metodista en Bolivia Siloé La Paz , Entrevistado el día 26 de abril de 2008 Morales, Evos. Mensaje a la nación. Durante su discurso como Presidente Constitucional de Bolivia. Sucre. 6 de agosto de 2007. Obama, Barak. Durante el discurso de su primera proclamación, como candidato a la presidencia de Estados Unidos. 3 de junio de 2008. Tapia, Raúl. Director de la Unidad Educativa Entrevistado en 2 de mayo de 2008. 83 Metodista Andino. La Paz. Gonzáles Rey, Fernando. 1995. La Personalidad su Educación y su Desarrollo. La Habana: Pueblo y Educación. 84 1. Gonzáles Rey, Fernando. 1995. La Educación Moral. La Habana: Pueblo y Educación. 2. Iriarte, Gregorio. 2006. Formación en los Valores. Cochabamba: Grupo Editorial Kipus, Sexta edición. 3. Márquez Marrero, Juan Lázaro. 2000. Psicología de la Educación. La Habana: Pueblo y Educación. 4. Purisaca Risco, Néstor. 2003. Desarrollo de la Personalidad. Lima: Palomino E.I.R.L. 5. Rivero, José Luis. 2005. Contexto en el que trabajamos los Valores. La Paz: PACÍFICO FELETTI. 6. Soto Pasco, Rogelio. 2004. Ética. 2004. Lima: Palomino E.I.R.L. 7. Tintaya Condori, Porfirio. 1999. Diseños de Investigación. La Paz: Edcon Producciones. “Valores y contravalores. Estamos en un contexto sociocultural caracterizado por una crisis de la modernidad y el argumento de una cultura caracterizada por el mercado, la burguesía y el dinero. Las grandes cuestiones se han ubicado en la esfera de lo privado; la crisis de lo religioso ha llevado a una crisis ética que se manifiesta en la falta de sensibilidad hacia los valores, el relativismo moral. Incoherencia entre lo pensado y lo practicado, entre las afirmaciones genéricas y los comportamientos concretos y la manera de enfocar la bioética y la ética sexual por una parte y la ética social por otra. Los medios de comunicación nos acercan hechos, situaciones y opiniones que 85 sin ser mayoritarios terminan funcionando como modelos referenciales. Como resultado se pueden ver en los diferentes ámbitos de la vida personal y social: Las injusticias en el orden económico y político, los intereses, manipulaciones de los datos y noticias, la búsqueda del enriquecimiento fácil, comportamientos inmaduros en no pocos jóvenes y adultos. ( Pedrosa, Vicente M, Sastre Jesús, Berzosa, Raúl. Diccionario de pastoral y evangelización. 2001. España. Monte Carmelo). “Educar significa volver a crear nuevas condiciones iniciales para la autorrealización de las experiencias de aprendizaje” (Assmann, 2002, 61). De esta manera se va creando continuamente nuevas condiciones, en que tiene que afrontar a la realidad de la práctica de los antivalores. Este es el punto clave de la pedagogía en valores. Para esto, necesitamos una autoorganización, planificación, desarrollo y evaluación en el proceso, donde permitan revisar las tendencias ideológicas, las conciencias individuales, colectivas, el uso de la interdisciplinariedad, disciplinariedad y transdisciplinariedad, la transversalidad. Los multidisciplinariedad términos o pluri multidisciplinariedad, entendiendo como mucho a nivel de integración de teorías, métodos y conocimienbtos. La pluridisciplinariedad, la agrupación de las disciplinas que se hace entre los que poseen. La transdisciplinariedad, una etapa superior que eliminaría dentro de un sistema total las fronteras entre las disciplinas. Entre estos, cómo se cooperan y coordinan entre las disciplinas. Y en los parámetros curriculares la transversalidad surge de diversos lados, llevando temas ético-humanistas, que además Integran ético-políticas que son contrarias a todas las formas de la exclusión. Que es un paradigma ( modelo, ejemplo; y del verbo, proponer, mostrar), frente a la monotonías escolares. Por tanto todo está en un tiempo de innovación, y pedagógicamente hablando, está en tiempo de 86 aprender a producir vivencias de alto valor, en función de la construcción del conocimiento y proceso de aprendizaje cronológicamente desarrollado. Los valores, son preferencias, aspiraciones, creencias duraderas, pautas generales, que orienta la conducta. En este sentido, todas las culturas han elaborado su propia escala de valores, de lo agradable y desagradable, lo justo e injusto, lo bueno y malo, conforme a las preferencias sociales, culturales, se define los valores como aquellas cualidades o perfecciones inherentes al acto humano, conforme a la dignidad personal y social, con derecho a ser y vivir como persona han sido el valor común a todos los pueblos. “Del verbo valor latino valore (ser fuerte, tener buena salud, valer), el valor era, para los griegos, sinónimo de valentía y coraje. Adquirió más tarde un significado económico. Algo tiene valor si es útil, y confundiendo valor y precio…valor de cambio,de uso. A mediados del siglo XIX, surgió toda una corriente de pensamiento conocida como axiología (del griego axios, digno) o filosofía de valores con distintas vertientes: neokantiana, sociologista, psicologista, fenomenológica, existencialista, etc.” (Carmona, F. Blázquez, Devesa del oado, A. Y Cano Galindo, M.1999, 544). 1. Pedagogía de valores……………………………………….¨otra vez? La pedagogía de valores debe partir del ser humano, la persona es el principio, centro y fin de cualquier organización social; de allí que una interactivas que promueven la convivencia, el placer de construir juntos la cultura; en función de la vida, el arte, la técnica, el equilibrio, la dignidad, armonía, ser humano integral; la estrategia permite ofrecer a la persona orientaciones, pautas para una verdadera convivencia social y la plena realización. Pedagogía entra aun procesamiento del ser-en-devenir, en formación permanente, hacia la apertura de los valores que nos fundamentan y nos desafían en tiempo y espacio. La formación está en el poder ser pensante, para 87 alcanzar a las manifestaciones en la construcción de valores, conocimientos, capacidades de intercambiar, pensamientos con prácticas. “La educación que pone énfasis en una visión de la acción educativa como enseñanza y producción de experiencias de aprendizaje, resulta fascinante. La vida se saborea” (Assmann 2002, 29). El conductismo se sitúa, contra el cognitivismo de Piaget. Los llamados procesos mentales o contenidos de conciencia, los conceptos de memoria, etc.Es aprendida por miro condicionamiento. Donde la maduración del niño dependerá de los refuerzos como modelos, imitaciones, disciplina, autoridad de las normas y reglas, de los premios y castigos, etc. Las base sobre la cuales se fundamentan la pedagogía de valores son: El ser humano es singular Es irrepetible, distinto a los demás, es único. Llegar al convencimiento de sí mismo es la meta de cada persona y lo lleva a replantear la forma de vida, a reflexionar para sacar al exterior facultades, dotes y cualidades que están dormidas, sin descubrir. En la intimidad, el hombre va asumiendo su propia identidad. El ser humano es pensante Podemos afirmar que esta facultad permite modificar esquemas, estructuras, mejorar y producir cambios sustanciales a nivel personal y en el entorno social. El hombre vive una realidad social donde la naturaleza, la ciencia y la técnica mediatizan sus relaciones interpersonales, el hombre tiene que relacionarse con ese mundo, de tal manera que contribuya al bienestar de todos y se logre su perfeccionamiento y recta utilización en orden a una vida plenamente humana. 88 El ser humano es libre La capacidad de decidir, de obrar, juega un rol importante proceso de educación en el y desarrollo de la personalidad moral de la persona. Esta capacidad le permite escoger deliberadamente las metas que personalmente desea alcanzar. El ser humano ama El ser humano antes de amar se encuentra a sí mismo, conoce sus aptitudes y actitudes. Estos elementos llevan a la persona a lograr su auto imagen positiva que le permite escalar, abrir caminos, sobrepasar obstáculos. La persona que tiene fe en sí misma y confianza en los demás, está dispuesta a abrirse y a aceptar a los otros dentro de su mundo. Por los mismo motivos, está dispuesta a permitir que los otros la acepten dentro del mundo de ellos. Ámbitos en los que se pueden desarrollar los valores en la escuela o colegio Educación formal. Los valores están incorporados en la eficiencia o improductividad del Servicio Educativo, el cumplimiento o incumplimiento, la exigencia o la laxitud con que se instrumentan las actividades formales en la educación. Educación informal. Los valores se brindan de una manera casual y no deliberada, no parte del programa, ni del contenido, ni de la materia es un estilo personal de 89 enseñar y la convivencia maestro-alumno (manera de asesorar, motivar, entusiasmar) es la singularidad del profesor. La cultura de la escuela. Las organizaciones poseen una cultura o estilo organizacionales por los valores, prácticas y reglamentos que poseen (tradiciones, rituales, creencias), es un estilo de vida de la organización en el aspecto administrativo, laboral y sindical. Actividades extraacadémicas. Tareas deportivas, sociales, culturales; en esta convivencia se imparte valores; forman parte de un programa intencional y deliberado; las tareas disciplinarias incorporan orden, respeto, tolerancia; se lleva de una manera significativa. Participación cívica. La escuela tiene la responsabilidad de prolongar fuera de escuela la educación moral y propiciar actividades que tengan trascendencia social, como por ejemplo implicarse en proyectos sociales que asuman responsabilidades como ONG, programas asistenciales, animaciones socioculturales, campañas; celebraciones de semanas temáticas que intentan potenciar el compromiso social del centro (solidaridad, paz, etc.) Organización de talleres, debates, conciertos, campañas para recoger ayuda económica o material destinado a zonas marginales. Función tutorial. Es un carácter personalizado de la educación, busca facilitar la integración de los alumnos en el grupo, el desarrollo de su personalidad, auto respeto y respeto hacia los demás, lo realiza a través de actividades, las entrevistas individuales con los alumnos y sus familias; la forma más colectiva es la organización de actividades que fomenta la 90 convivencia y participación (excursiones, campañas o visitas culturales). Los programas de valores. Es deliberado y organizado, puede ir desde un ciclo de conferencias hasta el diseño de ciertas prácticas en las sesiones de clase (creatividad para una estrategia educativa). Los valores que se pueden desarrollar son la libertad, justicia, solidaridad, igualdad, responsabilidad y honestidad. 1.4.4. Estrategias de pastoral educativa en la formación de la personalidad moral de los estudiantes. Trabajo de sensibilidad y empatia. Sensibilizar sobre el valor de la honestidad Significa reflexionar en una escala de valores actuales y en un concepto asociado a las virtudes. El entender valores abstractos requiere de una capacidad de pensamiento que no está presente en los niños pequeños y los adolescentes, esto se debe tener presente para planificar las actividades. A parte de ello sensibilizar al niño y adolescente sobre su escala de valores lo ayudará a conocerse mejor y a poner en juicio sus preferencias de valores a través de un análisis explícito de la palabra de Dios. Sensibilización de lo que es la presión de los pares. Trabajar el valor del respeto Estas pueden ser presiones Explícitas e Implícitas. Explícita, por ejemplo, lo inducen a hacer las cosas negativas. Implícita, cuando el niño o adolescente se viste diferente y los marginan. Las actividades que se van a llevar a cabo son que los pastores deben hacer una introducción al significado de presión de pares, es decir dándose la 91 debida orientación en las situaciones mas frecuentes que los niños enfrentan en su vida diaria. Se debe incentivar a los alumnos mediante cuestionarios que adopten criterios ante situaciones negativas para que de esta manera se trate de combatir el origen de los problemas. Sensibilización de lo que es la presión de los medios de comunicación Trabajar con el valor de La paz Se trata de enseñar a los niños y adolescentes a identificar la influencia que ejercen los medios de comunicación sobre los valores de las personas, con estas bases se permitirá que el niño y los adolescentes mas adelante puedan defenderse de las presiones negativas, es decir, se orienta a los niños que en una teleserie identifiquen vicios y virtudes, los niños más pequeños pueden analizar en un dibujo animado que personaje presentan valores y modelos positivos y hacer comparaciones con las enseñanzas de las parábolas de Jesús. Comparaciones Trabajar con el valor de la verdad Luego de que los niños y adolescentes expresen su opinión sobre temas conflictivos se les pide que comparen sus respuestas con otros alumnos, la idea de esta actividad es que los alumnos logren estar concientes de los sentimientos o ideas de otros promoviendo la empatía en ellos. Asimismo, estas comparaciones se deben reflexionar a través de la palabra de Dios. Hablar del evangelio de Jesús La ética cristiana y la síntesis de todos los valores se expresan y se resumen en el seguimiento de Jesús. El estilo de vida, las enseñanzas, las motivaciones y nuestros comportamientos. 92 Para el cristiano, Jesús se constituye, no sólo en los anunciados de una “Buena Nueva”, sino también, su realizador. El es el gran modelo al cual debemos imitar. Concientizar a la sociedad sobre el valor del evangelio aymara En el evangelio aymara de amor que se concretiza en: munasiña, khuyapt’ayasiña, mayachasiña, arxatasiña, waxt’asiña, jawsthapisiña, awiskipasiña, sintisiña, chuymaniña, yatiyasiña, iwt’asiña, mayt’asiña, chhijllt’asiña, ist’asiriña. Estos son valores fundamentales que aún están vigentes en el mundo aymara, rescatarlos para la sociedad occidental es de prioridad para humanizar a los niños y adolescentes de las diferentes escuelas y colegios. 93 94
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