CIEM CIEM Tomo I Educación e Investigación Los caminos hacia una calidad educativa: el rescate de las buenas prácticas educativas La sociedad actual se encuentra sumergida en un proceso complejo y acelerado: globalizador, multicultural y tecnológico comunicativo, situado en una creciente incertidumbre valorativa que la ha conducido a vivir una crisis de axiología, tanto social, como ambiental. En consecuencia, ha decaído el alto valor social al que se le atribuía a la educación en la sociedad industrial; no es de asombrarse el por qué “los profesores han perdido su papel como líderes sociales y la educación experimenta un periodo de crisis” (Zabalza, 2013). “CIEM 2015” ISBN: 978-607-9337-35-3 Director editorial: Jesús Javier Vizcarra Brito Diseño editorial: Dania Anahí Castillo Treviño Diseño de portada: Perla Violeta Trujillo Luna ©Horson Ediciones Escolares, S.A de C.V. México, junio 2015. Departamento de Investigación y Acciones Escolares de Multiversidad Latinoamericana y Sistema Educativo Valladolid. Los contenidos, presentación y disposición de cada página de “CIEM 2015”, son propiedad del autor y queda extrictamente prohibida la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier sistema o método electrónico, incluso fotocopiado, sin autorización expresa del editor. El descrédito a la escuela y sus agentes esenciales, los maestros, resuena en todos los medios de comunicación masiva. Quienes califican la labor docente desde una visión descontextualizada de la realidad. Ellos nos enlistan las características de los entornos sociales y físicos en los cuales se desenvuelve el maestro mexicano; y glorifican las hazañas educativas de los países Europeos. Nuevamente el maestro mexicano se encuentra en el centro de un huracán, removido por las circunstancias de las crisis sociales, la violencia, las políticas y las reformas laborales educativas; recordemos como a finales del sexenio de Salinas de Gortari, se intentó destituir la Escuela Normal del sistema educativo mexicano como una acción desvalorativa a la formación del maestro. Y otra vez en la historia de la educación mexicana, la encomienda o medicina para subsanar el desempeño docente, es la administración de recetas extranjeras. En esta ocasión, la evaluación docente calificativa. De acuerdo con los especialistas (Rizo, 2015; Zabalza, 2013; Zabala y Malpica, 2012), esta práctica lejos de reflejar las bondades o éxitos de la educación mexicana, centra la observación en sus deficien- 5 cias y nos aleja más y más de la realidad mexicana. Cambiar la perspectiva de observación a la problemática educativa mexicana; sería a juicio de algunos autores, enfocarse más en los éxitos que en las deficiencias. Zabalza (2013) menciona que: “En México se hacen cosas muy interesantes en el terreno de la educación de las cuales tenemos que aprender en Europa”. El autor reitera que se difunde más de lo que sucede exitosamente en Oxford o en Cambridge, que lo que ocurre en la escuela de nuestra comunidad vecina. Identificar las buenas prácticas y difundirlas es la clave del cambio, lejos de la opinión de las políticas nacionales, normas y teorías internacionales; ellas no cambian la educación por si solas, se requiere contextualizar, compartir y difundir las prácticas exitosas de los docentes. Bajo la perspectiva, Zabala y Malpica (2012) irrumpen en la reflexión colegiada sobre las buenas prácticas como transformadora de la educación desde su centro, el aula, a través de sus agentes de cambio, los profesores. La reflexión docente compartida que se desprende de una autoevaluación de lo que sucede en el salón de clases; implica crear una cultura sistemática hacia la calidad educativa; crear un horizonte común: documentar los planteamientos de mejora, los procesos didácticos y resultados de aprendizaje obtenidos, y sobre todo crear la comunidad docente que permita a sus integrantes examinar, reflexionar y comparar los planteamientos con sus entornos. Hechos compartidos con la finalidad de hacer de cada experiencia, un suceso inspirador o reproducible para otros profesionistas de la educación. grales para lograr las cuatro claves es que propone la socioformación: formar y consolidar el proyecto ético de vida, fomentar el emprendimiento, desarrollar las competencias para afrontar los retos del contexto y trabajar de manera conjunta. Los proyectos formativos son por naturaleza transversales involucran al menos dos disciplinas, áreas o campos de conocimiento en la resolución de un problema cercano. A través de estos proyectos los docentes abordan elementos de investigación y emprendimiento, además se sistematiza la información generada del proyecto. Así, los resultados de las prácticas educativas por proyectos socioformativos son prendas fáciles de ser compartidas para la reflexión en comunidad. El reto educativo de la sociedad actual es construir las plataformas sociales que favorezcan la comunicación docente para compartir y reflexionar en torno a las buenas prácticas educativas que se generen, ya sean socioformativas o no, en los contextos y circunstancias reales. Hoy más que nunca, requerimos demostrar que la mejor profesión es la docencia, quien reclama, antes que nuevos enfoques educativos y modelos curriculares, profesionales pedagógicos que desarrollen innovación en el aula para generar transformaciones en los alumnos y a través de ellos, construir una nueva sociedad. Dr. Jesús Javier Vizcarra Brito Director Corporativo Académico de Sistema Educativo Valladolid Perfectiva que atiende una de las necesidades de la sociedad del conocimiento; en voz de Tobón “En la sociedad del conocimiento es esencial que las personas trabajen de manera colaborativa” (Tobón, 2013). La socioformación es un enfoque creado en el contexto latinoamericano y se fundamenta en el trabajo colaborativo, el trabajo por proyecto y el aprendizaje por formación de competencias. “Su meta es trasformar la educación retomando la buenas prácticas tradicionales y articulando las nuevas estrategias” (Tobón, 2013). Actualmente, la socioformación es una línea de trabajo que cada día se usa más en el terreno educativo. La base didáctica es el trabajo por proyectos formativos, los cuales son estrategias generales e inte- 6 7 ÍNDICE 5 14 Pasado y presente de la enseñanza por competencias 21 La formación didáctica del docente para la sociedad del conocimiento 28 Propiedad intelectual y plagio en las puertas de la educación superior en línea 31 Tendencias mundiales y regionales de la educación superior 37 El Secreto de la Motivación: resultados del estudio sobre cómo se construye y funciona 43 Evaluación docente en México: una oportunidad para mejorar la educación 49 8 Prólogo Antoni Zabala Vidiella José Silvano Hernández Francisco López Segrera Francisco López Segrera RICARDO PERRET Felipe Martínez Rizo El papel de la universidad cubana en la generación del conocimiento, el desarrollo de la investigación científica y la innovación Miriam Alpízar Santana 57 Condiciones para el desarrollo de la calidad educativa desde el aula 73 Los desafios de la responsabilidad social en la educación del futuro 80 Territorio y escuela: el desafío de una educación bien integrada en su entorno 96 106 111 Federico Malpica Basurto mario marenco sosa Miguel Ángel Zabalza Trabajo colaborativo y desarrollo del talento para la sociedad del conocimiento Sergio tobón José Manuel Vázquez Antonio Construcción del pensamiento crítico. Un camino hacia la libertad Joaquín Enríquez Flores Propiedad intelectual y el plagio en las puertas de la educación en la educación en línea Yordanka Masó Dominico 116 Liderazgo educativo: palabra clave de la de la sociedad del conocimiento 123 La evaluación del profesorado ¿Cómo y para qué? Yordanka Masó Dominico bernardo Trimiño Quiala 9 Educación e Investigación 10 11 Antoni Zabala Vidiella ESPAÑA Licenciado en filosofía y ciencias de la educación y doctor en psicología de la educación. Es director del Instituto de Recursos e Investigación para la Formación (IRIF), director de la revista AULA de innovación educativa y fundador de Campus Virtual de educación de la Universidad de Barcelona. Además es asesor del ministerio de Educación y otras administraciones del Estado español y de distintas administraciones de Latinoamérica en la elaboración de los diseños curriculares y en los planes de formación del profesorado y profesor/asesor de los Institutos de Ciencias de la Educación de la Universidad de Barcelona y de la Universidad Autónoma de Barcelona. Es autor de artículos y libros sobre didáctica general y específica. 12 13 sí mismo es el objetivo prioritario. Es decir una situación escolar en el que el conocimiento de la matemática, la física la historia, etc., son la finalidad en sí mismo, y no los instrumentos que permiten comprender la realidad y participar en ella. Pasado y presente de la enseñanza por competencias Antoni Zabala Vidiella El pasado de las competencias: toda la formación no escolar y las pedagogías renovadoras En el siglo pasado los colectivos de educadores con más inquietudes innovadoras han ido elaborando una serie de métodos suficientemente conocidos pero poco utilizados: proyectos, centros de interés, resolución de problemas, simulaciones, investigación del medio... Son métodos, todos ellos, que han nacido anteriormente a la utilización del concepto de competencia como término para concretar las finalidades de la educación. Formas de enseñar que hoy en día podemos considerar como adecuadas a las condiciones de una enseñanza para el desarrollo de competencias para la vida. De un modo u otro, siempre hemos aprendido a ser más o menos competentes en algo. Históricamente la sociedad ha hecho todo lo posible para que las nuevas generaciones fueran el máximo de competentes en todos los órdenes de la vida. Pero, entendida la competencia como aquello que disponemos las personas que nos permite dar respuesta de manera eficiente a los problemas o cuestiones que nos plantea la vida en todos los ámbitos de desarrollo humano: el personal, el interpersonal, el social y el profesional. Es así como la humanidad ha utilizado estrategias para que aprendieran a hablar, a convivir, a trabajar de la mejor manera posible. Es con la introducción de la escolarización universal y la definición de unas finalidades educativas centradas en disciplinas académicas y teoricístas que se ha ido desplazando lo que era una formación muy relacionada con las necesidades vitales, a modelos en el que el conocimiento por 14 Así pues, en el ámbito escolar, el pasado de una enseñanza competencial se reduce a las distintas propuestas renovadoras del siglo XX, que se planteaban la vida como objeto de estudio. El pasado reciente, finales del siglo y principio del actual, las organizaciones empresariales, para poder identificar el proceso de desarrollo profesional de sus empleados, se ven en la necesidad de superar una visión centrada en los estudios realizados (titulaciones profesionales) para fijarse en la capacidades necesarias para resolver eficientemente las tareas encomendadas. A esta capacidad para resolver problemas concretos de manera eficiente se le adjudica el término competencia. A pesar de ser una procedencia extraña al mundo escolar se introduce como concepto más o menos válido para definir los propósitos de la enseñanza y consecuentemente, el perfil del egresado. Desde mi punto de vista, ligado estrechamente a los grandes pedagogos del siglo pasado que entendían que la función de la escuela es la preparar para la vida, y sólo desde esta acepción, el presente de la enseñanza de las competencias no radica en la búsqueda de nuevos métodos, sino en la manera en cómo se puede conseguir que se generalice su aplicación. En este artículo, intentaré defender la necesidad de profundizar en el proceso de aplicación progresiva de pequeños cambios desde los modelos utilizados mayoritariamente por el profesorado, para poder avanzar con seguridad hacia el uso generalizado de las metodologías para la enseñanza de las competencias: investigación del medio, proyectos, resolución de problemas, centros de interés, proyectos de trabajo, simulaciones, análisis de casos, etc. El método tradicional de enseñanza y la necesidad de cambiar progresivamente La educación que hemos heredado, al menos la oficial, ha permitido, si no que ha favorecido, que los aprendizajes pudiesen ser mecánicos y notablemente memorísticos. De manera que la enseñanza, por diferentes razones, se ha visto obligada a desarrollar en el alumnado la “competencias” de saber responder, por escrito y en un tiempo limitado, el máximo número posible de conocimientos adquiridos, de los cuales en muchos casos la aplicación a situaciones más o menos reales era 15 inexistente. Es así como el método expositivo de transmisión verbal ha sido el más utilizado siendo muy apropiado para conseguir esta “competencia” reproductora. Razones que hacen que la transición de un modelo conocido, con unas reglas de juego y una gestión de aula relativamente sencillas, a métodos de notables complejidad, no se puedan resolver sólo con la buena voluntad. La única posibilidad para que esta transición sea posible, pasa por el fomento de un proceso de avances progresivos a partir de las estrategias pedagógicas que cada uno de los maestros y maestras ya dominen. Proceso de mayor dificultad según el diferencial existente entre lo que el profesorado sabe hacer y aquello que sería deseable que supiera hacer. A pesar que esta sea una evolución singular de cada profesor y profesora podemos reconocer, de manera generalizada, que será más compleja en los niveles superiores de la enseñanza. Esta situación hace aconsejable la visualización de itinerarios teóricos desde los modelos expositivos hacia modelos cada vez más complejos que permitan a cada uno de los profesores y profesoras establecer un proceso propio de mejora sistemática de su práctica educativa. En la situación actual, abordar la enseñanza de las competencias, sobre todo cuando estas se determinan como “competencias para la vida”, implica, para una gran parte del profesorado, vencer dos retos: en primer lugar, el que representa en sí mismo la enseñanza de una competencia, independientemente de cual sea ésta y, en segundo lugar, la enseñanza de unas competencias hasta ahora demasiado ajenas a la enseñanza tradicional y que podemos identificar como transversales (aprender a aprender, autonomía e iniciativa personal, emprendeduría, socialización, comunicación lingüística y audiovisual, etc.) y que, en muchos casos, son metadisciplinarias, es decir, que no tienen un área de conocimientos que les den soporte científico. Primer paso: la funcionalidad de los aprendizajes de los contenidos “disciplinarios” Como ya sabemos, para ser competente en un ámbito determinado, no es suficiente con disponer de un conocimiento, sino que deviene indispensable saber utilizar este conocimiento para dar respuesta a los problemas o a las situaciones que se presenten. La característica primordial de las competencias es su funcionalidad y, por lo tanto, el primer reto que se presenta para enseñarlas consiste en poder disponer de una metodología que garantice que todos los contenidos de las 16 competencias sean aprendidos de manera funcional. Este sería, entonces, el primer paso que realizaría la mayoría del profesorado en el proceso de introducción de metodologías que favorezcan el desarrollo de las competencias. Esto hace que el punto de partida de cualquier unidad didáctica sea una situación que el alumno o la alumna puedan entender como verosímil y, si es posible, cercana a su realidad, de manera que comprenda que todo aquello que ha aprendido, o que ha de aprender, no sólo ha de servir para superar unos exámenes, sino, fundamentalmente, para ayudarlo a entender y a dar respuesta a los problemas que le pueda plantear la vida. Si estamos utilizando una metodología de carácter expositiva, el primer paso consistirá en emplear un discurso siempre inductivo, es decir, partir de situaciones cercanas a la experiencia del alumnado utilizando ejemplos concretos. Con esta estrategia, aunque no garantice el control de los procesos personales de apropiación del contenido, podemos conseguir que muchos chicos y chicas puedan entender el significado y la función de los contenidos aprendidos y, por tanto, estar en condiciones de saber aplicarlos cuando convenga. Pasar de una metodología de carácter deductivo a una inductiva es un reto razonable, pero nada fácil de llevar a cabo teniendo en cuenta el uso tradicional de modelos deductivos, el objetivo prioritario de los cuales ha sido que el alumno aprenda las teorías de las diferentes disciplinas académicas. El resultado de esta tradición teoricista hace que la enseñanza más pragmática y funcional que exige el aprendizaje de las competencias sea notablemente incomprendida y causa de muchas resistencias para una gran parte del profesorado. Pero ¿qué sucede con las competencias de carácter metadisciplinario, es decir, aquellas que no tienen una disciplina científica que les de soporte como las mencionadas anteriormente (aprender a aprender, autonomía e iniciativa personal, etc.)? Pasos siguientes: introducción progresiva de las competencias metadisciplinarias La enseñanza de los contenidos menos académicos y, sobretodo, los de carácter metadisciplinar constituyen el segundo reto para el profesorado, y es lo más difícil de generalizar, ya que implica la introducción de contenidos, que hasta no hace mucho eran ajenos a los currículums 17 oficiales. Desarrollar competencias metadisciplinares, para las cuales no existe mucha tradición, hace que la utilización de los métodos de enseñanza que éstas exigen sea una tarea notablemente difícil. Es, por tanto, necesario, en este caso, insistir en el establecimiento de itinerarios personales de avances progresivos. Es así como, una vez conseguido que la enseñanza de los contenidos convencionales de las diferentes disciplinas se realice de forma inductiva, partiendo de situaciones cercanas a la realidad del alumnado, se pueden hacer los pasos siguientes, consistentes en ir agregando actividades de menor a mayor complejidad que promuevan los aprendizajes de competencias metadisciplinares. Así, podemos ir introduciendo de manera progresiva, y en función del dominio de las nuevas estrategias, diálogos, debates, trabajos cooperativos, búsqueda de información, trabajo de campo. etc. Si continuamos con este recorrido de ir agregando cada vez actividades nuevas de enseñanza y aprendizaje a los conocimientos que ya había adquirido el alumnado y que desarrollan las competencias que no habían aparecido hasta ahora, nos encontraremos con unos estilos de enseñar que, de una manera u otra tienen que ver con los métodos que antes hemos enumerado como los más apropiados para la enseñanza de la competencias básicas. Pero, al mismo tiempo, todos presentan secuencias didácticas en las cuales la dinámica grupal y las actividades para buscar la información y dar respuesta a las cuestiones planteadas desarrollan, de manera natural las competencias básicas de carácter metadisciplinario. Uno de los factores que dificultan la generalización de estas metodologías es el relacionado con la gestión y la organización social del aula. Todas tienen una organización grupal compleja, en las cuales convive el trabajo en equipos fijos heterogéneos con los equipos flexibles homogéneos y heterogéneos, con el trabajo en gran grupo y el trabajo individual. De manera que, para una buena parte del profesorado, la capacidad de gestionar el aula en diferentes tipos de agrupación se convierte en la causa inhibidora de las mejoras pedagógicas. sario toda una centuria para que los sistemas educativos establecidos acepten las propuestas de los grandes pedagogos del siglo pasado: Dewey, Freinet, Kilpatrick, Ferriere, Montessori… Un escuela educadora, como instrumento básico para una sociedad socialmente más justa y, económicamente y culturalmente más equitativa El presente y el futuro, independientemente del término utilizado, de las competencias consiste en la generalización de los medios, recursos y estrategias metodológicas que permitan el aprendizaje integrado de los conocimientos, las habilidades y las actitudes, que permita a las personas dar respuesta a los problemas que les va a plantear la vida en el orden, personal, interpersonal, social y profesional. Y esto no será posible, sin el establecimiento de un proceso ambicioso a corto y medio plazo que responda al principio desarrollado por Vigotsky de “la zona de desarrollo próximo”, en el cual se ofrezca al profesorado la oportunidad de mejorar sus prácticas en un recorrido progresivo de mejora continua a partir de sus habilidades y de sus conocimientos personales y, con la ayuda indispensable de otros compañeros y compañeras que dispongan de este conocimiento. Bibliografía Zabala, A. (1995): Enfoque globalizador y pensamiento complejo. Barcelona. Graó. Zabala, A.; Arnau, L.(2014): Métodos de enseñanza para de las competencias. Barcelona Graò. Zabala, A.; Arnau, L.(2007): 11 Ideas Clave para el aprendizaje Cómo enseñar y aprender competencias. Barcelona Graò. El presente y el futuro: itinerarios personales de mejora continua y colaboración profesional El establecimiento de una enseñanza basada en el desarrollo de competencias para la vida, desde una concepción de un sistema educativo centrado en la “preparación para la vida”, es irreversible. Ha sido nece18 19 José Silvano Hernández MÉXICO La formación didáctica del docente para la sociedad del conocimiento José Silvano Hernández Maestro en desarrollo de competencias docentes por el Instituto Universitario de Puebla y la Corporación Universitaria “Ciencia e Innovación para la Formación y el Emprendimiento (CIFE)” que dirige el Dr. Sergio Tobón Tobón, uno de los principales impulsores del trabajo por competencias a nivel internacional. Es licenciado en psicología general por la Universidad de Londres Campus Querétaro. Ha desempeñado diferentes cargos académicos y directivos en instituciones privadas de nivel básico y medio superior en la cuidad de Querétaro, Qro. 20 La docencia actual se ha centrado en el desarrollo de procesos de aprendizaje comprendiendo éste como la transformación conductual de las personas gracias a las experiencias que viven en su interacción con el ambiente (Peterssen, 1976); sin embargo, esta transformación de la conducta de los estudiantes en muchas ocasiones no ha impactado en la vivencia de valores como la democracia, la justicia, la equidad o el respeto a los demás, y aunque el profesorado busca con los medios que tiene a la mano, mejorar la calidad de la enseñanza en las aulas, aparecen una serie de problemáticas internas y externas que restan impacto a su liderazgo con los estudiantes. Esta falta de calidad de la educación, tiene entre sus manifestaciones los altos índices de deserción escolar, el bajo nivel de aprovechamiento y de demostración de los aprendizajes, así como la falta de renovación de los métodos de enseñanza (UNESCO, 1992; Guevara, 1992). En las décadas recientes se ha iniciado un proceso de reflexión y análisis de las estructuras educativas para revisar qué es lo que ha ocurrido en las entrañas del sistema educativo, particularmente el mexicano, y a partir de ello se han establecido una serie de reformas en los distintos niveles escolares para tratar de adecuar el currículo a las nuevas exigencias del siglo XXI. Sin embargo, citando las palabras de Ángel Díaz Barriga y Catalina Inclán (2001): “…se han establecido elementos de una reforma educativa que asume nuevas perspectivas de educación y que abruptamente tienen la intención de lograr cambios significativos en la dinámica de todo el sector educativo, lo que implica modificar los mecanismos de desempeño de los que están en condiciones de actuar, y por lo tanto llenar de significado una reforma, esto es, los docentes”. 21 Un nuevo paradigma: la sociedad del conocimiento La aparición de la llamada sociedad del conocimiento es uno de los cambios en el contexto de la educación actual. En la sociedad del conocimiento, a diferencia de la sociedad industrial, se considera que son el conocimiento y la tecnología, los elementos de mayor impacto para el desarrollo económico y social de las comunidades (Mora, 2004), ya que la multidisciplinariedad es una necesidad creciente y los conocimientos se convierten en obsoletos en muy breves períodos de tiempo. Para construir la sociedad del conocimiento es necesario que las escuelas se conviertan en espacios de formación integral para que las personas logren aportar soluciones a los problemas que enfrenta la humanidad en este siglo, entre ellos se encuentran la violencia en todas sus manifestaciones, la corrupción, el desempleo, la baja calidad de vida que afecta a muchas poblaciones, entre otros. Esto será posible en la medida que los estudiantes busquen, procesen, adapten, creen, innoven y apliquen el conocimiento a través de diferentes medios (Tobón, 2013a). Lograr la sociedad del conocimiento implica: • Pasar del manejo de la información a trabajar con el conocimiento. Para esto es necesario analizar críticamente la información, comprenderla, organizarla de forma sistemática y buscar su pertinencia. • Centrarse en el conocimiento. Esto requiere que esté accesible a través de diferentes medios, principalmente tecnológicos, que son los que facilitan el acceso. • Formar personas con un sólido proyecto ético de vida, con un propósito claro y la actuación considerando los valores universales, comprometidas con la resolución de problemas de su contexto local y global. La encrucijada de la formación docente El colectivo docente actual es heterogéneo y está conformado por egresados de instituciones particulares o públicas que tienen como finalidad preparar a los profesionales de la educación en los enfoques pedagógicos actuales, siendo éstas denominadas escuelas normales, así como por profesionales egresados de diversas instituciones univer22 sitarias con títulos académicos que les dan la posibilidad de laborar en instituciones educativas, de acuerdo a la disciplina científica o humanística cursada. El normalismo en México goza de gran tradición y es uno de los factores que han contribuido a la mejora y profesionalización de la labor educativa en la historia de este país, aunque las reformas curriculares continúan siendo un reto en su implementación en las aulas; de igual manera, existen universidades prestigiadas que forman a sus estudiantes con excelentes estándares de calidad curricular, así como en procesos de investigación, lo cual ha generado la conformación de un cuerpo docente diverso en su formación profesional, ya que en ocasiones la parte didáctica está ausente o al menos, se reduce a las experiencias que como estudiantes obtuvieron a lo largo de su preparación académica, y en el mejor de los casos, se imparten algunas asignaturas que tienen relación con la docencia. Es evidente que la formación de los docentes que demanda la sociedad del conocimiento requiere de una sólida formación pedagógica y disciplinar y necesitan integrar un conocimiento práctico, lo cual requiere a todas las instituciones formadoras mejorar sus respectivas tareas (Ortega et al. 2009). Ciertamente la diversidad favorece la discusión y análisis multidisciplinario con base en criterios diferentes lo cual es sinónimo de una sociedad abierta y flexible, en otras ocasiones también genera dificultades para la toma de decisiones que den respuesta a necesidades emergentes que requieran de un consenso y la consolidación de un colegiado convencido y capaz de dar solución a las problemáticas que aquejan a la sociedad. Sumado a esto, la diversidad de enfoques didácticos y pedagógicos existentes, algunos ya oficializados por parte de los sistemas de educación y que son motivo de reformas, otros manejados por los docentes en sus prácticas aunque no necesariamente divulgados por las autoridades y menos aún pertinentes en esta época, hacen de esta realidad un elemento central para la formación de las nuevas generaciones de docentes, así como la actualización de los que ya están en servicio. En la última década, el enfoque de competencias ha sido impulsado a nivel internacional haciendo énfasis en los procesos de aprendizaje más que en los de enseñanza, y por tanto busca dar al estudiante el papel central en la educación, en donde el docente media los procesos y lo acompaña en su mejoramiento para lograr el perfil de egreso. Desafortunadamente, la diversidad de posturas frente al enfoque de competencias generó confusión en el profesorado al momento de implementarlas en las aulas, lo cual favorece la burocratización de los procesos educativos, generando cansancio y desmotivación. Como 23 En este orden de ideas, el desarrollo de las competencias en las personas cobra su sentido más profundo, pues éstas no son un fin en sí mismas, como lo ha manejado el sistema educativo mexicano actual, sino un medio para dar respuesta a los requerimientos del contexto, ya que son la actuación que tiene la persona frente a problemas de su entorno. Desde la socioformación se proponen algunas estrategias didácticas y de evaluación (Hernández et al. 2014): la docencia, el coaching y las rúbricas socioformativas, como una serie de herramientas que faciliten a los docentes alcanzar los propósitos anteriormente descritos. A continuación se muestra su finalidad, las principales características y metodología. 24 Docencia socioformativa En el siglo XXI no se necesita enseñar a los docentes a transmitir información, ya que eso tuvo sentido en la sociedad industrial, más en la sociedad del conocimiento se requiere formar para actuar con ética de manera sistémica, es decir, teniendo en cuenta las implicaciones de los actos en el propio desarrollo personal, en el bienestar de los demás y en el entorno, y esto se logra cuando se actúa con ética. Estrategias La formación didáctica del profesorado como se ha mencionado anteriormente, continúa siendo una encrucijada tanto para los sistemas de educación como para los encargados de las instituciones formadoras de docentes a nivel internacional. Desde la socioformación, un enfoque educativo que pretende generar las condiciones pedagógicas esenciales para facilitar la formación de personas íntegras, integrales y competentes para afrontar los retos y problemas del desarrollo personal, la vida en sociedad, etc. A partir de la articulación de la educación con los procesos sociales, comunitarios, económicos, políticos, ambientales y artísticos en los cuales viven las personas, implementando actividades formativas con sentido (Tobón, 2013b), se busca que las personas trasciendan el aprendizaje como un cambio conductual, porque tiene la visión de la persona humana como un todo, considerando su dinámica de cambio y realización continua. Metodología Lograr la formación integral y el desarrollo de competencias en los estudiantes con base en ambientes de aprendizaje centrados en problemas. -Resolución de problemas. -Metacognición para el mejoramiento continuo. -Trabajo colaborativo. -Gestión del conocimiento. -Proyecto ético de vida. -Presentación del problema a resolver. -Análisis de saberes previos. -Gestión del conocimiento. -Trabajo colaborativo. -Resolución de problemas del contexto. -Abordaje del proyecto ético de vida. -Metacognición. -Socialización del proceso de aprendizaje y resolución del problema. Lograr la mediación y acompañamiento continuo de docentes y/o estudiantes para que tengan un sólido proyecto ético de vida y contribuyan a la convivencia, al desarrollo socioeconómico y a la sustentabilidad ambiental, mediante la resolución de problemas del contexto con colaboración y metacognición. -Emplea problemas del contexto antes, durante y al final del proceso de acompañamiento. -Trabaja la mediación antes, durante y al finalizar el proceso. -Aborda la metacognición. -Se basa en la demostración de la actuación con evidencias. -Requiere procesos de colaboración y socialización. -Diagnóstico sistemático de las prácticas docentes. -Identificación de problemas del contexto. -Diseño de un plan estratégico de forma colaborativa. -Generación de espacios formativos o de coaching. -Diseño e implementación de estrategias para evaluar el desempeño. -Comunicación de los resultados. -Establecimiento de nuevas metas con base en la metacognición. Permiten determinar el nivel de logro o desempeño en la realización de evidencias o procesos para resolver problemas del contexto, relacionando los criterios o indicadores de calidad con los niveles de dominio. -Establece las metas de desempeño a alcanzar durante el proceso. -Considera un problema del contexto específico para su análisis y resolución. -Valora el desempeño de las personas a partir de los productos y/o procesos formativos que demuestran. -Establece la gradualidad del desempeño a partir del nivel de dominio establecido. -Integra la evaluación cuantitativa y cualitativa. -Favorece el proceso metacognitivo para la mejora de la calidad de vida. -Promueve los distintos tipos de evaluación existentes. -Aporta elementos para la mejora de la práctica educativa. -Establece las metas de desempeño a alcanzar durante el proceso. -Considera un problema del contexto específico para su análisis y resolución. -Valora el desempeño de las personas a partir de los productos y/o procesos formativos que demuestran. -Establece la gradualidad del desempeño a partir del nivel de dominio establecido. -Integra la evaluación cuantitativa y cualitativa. -Favorece el proceso metacognitivo para la mejora de la calidad de vida. -Promueve los distintos tipos de evaluación existentes. -Aporta elementos para la mejora de la práctica educativa. Rúbricas socioformativas Finalidad Estrategias socioformativas para la formación didáctica del profesorado Características Coaching socioformativo consecuencia, la práctica docente quedó en segundo plano y es ahí en donde se requiere brindar respuestas para construir la sociedad del conocimiento. 25 Bibliografía Barriga, A. D., & Espinosa, C. I. (2001). El docente en las reformas educativas: Sujeto o ejecutor de proyectos ajenos. Revista Iberoamericana de educación, (25), 17-42. Guevara, G. (comp.) (1992): La catástrofe silenciosa. México: Fondo de Cultura Económica. Hernández M, J. Silvano. Tobón, S. Vázquez A, J. Manuel. (2014). Estudio conceptual de la docencia socioformativa. Ra Xim hai: El mundo, el universo, la vida, 10 (5), 89-99. Mora, J. G. (2004). La necesidad del cambio educativo para la sociedad del conocimiento. Revista Iberoamericana de educación, 35, 13-37. Ortega, S., & Castañeda, A. (2009). El formador de formadores en México: Entre la escuela y la academia. Aprendizaje y desarrollo profesional docente, 129. Peterssen, W. H (1976). La enseñanza por objetivos. Madrid: Santillana. Tobón, S. (2013a). Los proyectos formativos: transversalidad y desarrollo de competencias para la sociedad del conocimiento. México: CIFE. Francisco López Segrera CUBA Tobón, S. (2013b). Formación integral y competencias (4ª. Ed.). Bogotá: ECOE. UNESCO-cepal (1992): Educación y conocimiento: ejes de la transformación productiva con equidad. Santiago de Chile. Doctor en estudios latinoamericanos (Soborna). Vicerrector del ISRI, Cuba (1974-1988), donde imparte periódicamente cursos sobre “Prospectiva y Globalización”. Funcionario de UNESCO entre 1994 y 2002, donde se desempeñó, entre otros cargos, como consejero regional de ciencias sociales para América Latina y el Caribe y director del IESALC. Profesor titular visitante de la Universidad de Salamanca (2002-2004). Asesor académico de la Red GUNI (2004-2012) y consultor de dicha Red desde 2012. Desde 2004 es profesor titular adjunto de la cátedra UNESCO de Dirección Universitaria de la UPC, Barcelona. Es autor de 24 libros y editor o co-autor de otros doce publicados en siete idiomas. Profesor invitado de las siguientes universidades, entre otras: Oxford, Soborne, Boston College, Berkeley, Stanford, Riverside, Binghamton, City College of New York, Salamanca, Sao Pablo (USP), UNAM, Puebla, Tec de Monterrey, Guadalajara, UBA, Universidad de la República, UEM, PUCRS, Federal de Río de Janeiro y Externado de Colombia. 26 27 Propiedad intelectual y plagio en las puertas de la educación superior en línea Francisco López Segrera La educación superior se encuentra en un proceso de transición de la educación superior tradicional presencial a la educación superior virtual. Esto no quiere decir que la presencial desaparezca, pero sí que cada vez ocupará un porcentaje menor del total. Se incrementa el e-learning y el b-learning (blended-learning). Hay un incremento exponencial de programas virtuales. De un total de 69 universidades españolas 33 tienen oferta telemática. Esta tendencia crece también con fuerza en el mundo en desarrollo, pues es una de las formas de ampliar el acceso sin grandes inversiones en infraestructuras, lo que no subestima el valor económico de una educación universitaria con uso intensivo de tecnología. La estrategia de mercado de muchas de estas instituciones de educación superior (IES), afirma que son instituciones y programas de excelencia, competitivos e innovadores sin que muchas veces esto se corresponda con la realidad de programas de baja calidad. Este proceso plantea importantes retos en lo que se refiere a la propiedad intelectual y al plagio en el marco de este crecimiento exponencial de la educación superior en línea. También da lugar a un amplio debate en torno a aquello que debe considerarse propiedad intelectual, aún afectando al bien público, como suele ocurrir con medicamentos de las grandes empresas farmacéuticas que sólo están al alcance de los más ricos. En un breve plazo, la educación superior virtual enfrentará nuevos retos. Una nueva generación está entrando en la enseñanza superior. Esta generación no sólo creció haciendo uso de las TIC, sino que también está habituada a desempeñar un papel activo, creando y diseñando recursos virtuales, y encontrándose en la web con sus pares del mundo entero. Es una generación habituada a dos aspectos esenciales de la web 2.0: su carácter abierto e interactivo y la posibilidad de acce28 so libre a conocimientos y comunidades virtuales, a wikis y a blogs. En la web 1.0, los estudiantes pueden tener acceso al contenido creado por otros. Sin embargo, en la web 2.0, los estudiantes pueden diseñar su propio contenido e interactuar con otros. Estamos ante un paisaje en que la eficacia de los sistemas educativos está cuestionada debido a que la sociedad del conocimiento y de la información demanda la generación y diseminación cada vez más rápida del conocimiento, lo cual sitúa a los estudiantes y profesores ante exigencias crecientes para cumplir con esto. Emergen modelos de software de código abierto, como por ejemplo el Open Course Ware del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT OCW) que proporciona acceso libre a los materiales de los cursos del MIT. Empresas como Apple con su iTunesU, Google y YouTube, entre otras, ofrecen una diversidad cada vez mayor de conocimiento de acceso libre. En este escenario de proliferación creciente de proyectos de open content, los desafíos para el e-learning y el blended-learning serán cada vez mayores. Muchos cuestionan que la educación superior virtual tenga un coste económico más bajo y que pueda alcanzar la calidad de la presencial. Si bien puede facilitar la cooperación inter-universitaria, los países en vías de desarrollo no derivarán beneficios de ella, salvo que se logren acuerdos de cooperación favorables y no con la visión que se está imponiendo guiada por el ánimo de lucro. Por otra parte, el crecimiento exponencial de las TIC ha dado lugar a la proliferación de cursos en línea de universidades públicas y privadas. En muchos casos se ofrecen certificados de curso de grado y posgrado de carácter falso, de ahí la creciente necesidad de desarrollar mecanismos de legitimación, reconocimiento y control de los cursos y diplomas que se ofrecen en la educación superior en línea. El fraude académico y la corrupción existían en las formas tradicionales de la educación superior. Por ejemplo, filtrar las preguntas del examen previo a su realización o bien tener que pagar clases especiales al profesor para garantizar el aprobado en el examen. Las nuevas formas de educación superior en línea dan lugar a novedosas formas de fraude académico. Por ejemplo, aceptar en un máster alumnos que no presentan ningún certificado de licenciatura. Entregar diplomas de máster a cambio de una cantidad de dinero sin que se haga ningún curso. Instituciones que anuncian cursos de una calidad que en realidad no tienen. Existencia de cursos de posgrado que no han pasado ningún proceso de acreditación de instituciones nacionales ni internacionales. Emisión de títulos falsos por instituciones 29 no acreditadas. La posible solución con respecto a la proliferación del plagio y otras formas de fraude académico en la educación superior en línea, pasa por el desarrollo de nuevas instancias de acreditación en los estados nacionales que otorguen las certificaciones correspondientes tanto a la educación superior pública como a la privada y por mecanismos de control de los ministerios de educación y de educación superior de los estados nacionales de estas prácticas fraudulentas. También debería desarrollarse, coordinado por UNESCO, un sistema de acreditación de carácter internacional para los cursos masivos de educación superior en línea (MOOCS) y en general para los cursos que se ofrecen en línea. Tendencias mundiales y regionales de la educación superior Francisco López Segrera Las perspectivas de la sociedad del conocimiento y de la innovación estarán condicionadas por las tendencias mundiales y regionales de la educación superior. Pudiéramos resumirlas del modo siguiente: 1. Masificación: la tasa bruta de matrícula (TBM) a nivel mundial pasó de 13 millones de estudiantes en 1960 a 182 millones en 2012 según el último Informe del Instituto de Estadística de UNESCO de 2014. Las diferencias regionales y nacionales en tasas de matrícula revelan la desigualdad mundial: 8% en África Subsahariana, 77% en América del Norte y Europa Occidental, 42% en América Latina y el Caribe, 24% en Asia Central, 18% en Asia Meridional y Occidental, 30% en Asia Oriental y Pacífico, 23% Estados Árabes, 68% Europa Central y Oriental (UNESCO, UIS, 2014). 2. La educación se ha hecho permanente dado al crecimiento exponencial del conocimiento: en el año 2005 las corporaciones de EUA gastaron 15 mil millones de dólares en entrenar a sus empleados. 3. La aparición de las TIC implica que el equipamiento de una universidad es más costoso. La exclusión de ellas implica la segregación del estado del arte de la sociedad del conocimiento. 4. El incremento vertiginoso de la movilidad académica internacional favorece a los alumnos de los países desarrollados y de ciertos países asiáticos y tiende a incrementar la “fuga de cerebros”. Los estudiantes internacionales pasaron de 2.5 millones en el 2004 a 3.57 millones en el 2010 de acuerdo a las últimas estadísticas de UNESCO de 2012. En EUA estudia alrededor 30 31 de la tercera parte de ellos, y casi el total del resto lo hacen en Europa Occidental, Canadá y Australia. Cerca del 70% de los estudiantes internacionales van a estos destinos. América Latina y el Caribe (ALC) apenas reciben anualmente el 2% de los estudiantes internacionales (UNESCO, UIS, 2012, p. 133). 5. La privatización de la educación superior se incrementa aceleradamente en América del Norte, América Latina y el Caribe, en Asia y en los países del Este de Europa y Rusia. Sólo en las regiones de Europa Occidental y África sigue predominando la educación superior pública financiada casi en su totalidad por el Estado. 6. La crisis de la profesión académica –debido a los bajos salarios entre otros factores- es un fenómeno que se da en forma aguda en los países en desarrollo, pero que también afecta a los profesores del mundo desarrollado. 7. La inequidad en el acceso por motivos de género, étnico, religioso o de clase social, sigue privando a muchos con méritos suficientes para cursar estudios universitarios. 8. El impulso hacia el perfeccionamiento de los procedimientos de gestión, la evaluación, la rendición de cuentas y los procesos de acreditación, muchas veces han tenido un carácter positivo. Sin embargo, en más de una ocasión se han caracterizado por su aspecto burocrático y formal y en otras han servido de pretexto para acelerar procesos de privatización o de reducción de fondos estatales. 9. Hay una carencia de actualización y flexibilidad en el currículo de la mayoría de las Instituciones de Educación Superior (IES) y en los cursos de posgrado, con la excepción de una minoría de universidades nacionales públicas y unas pocas privadas de calidad. 10. Las IES de educación superior privada son las de más alto nivel (Harvard, ITAM, Externado de Colombia, universidades católicas) y las de más bajo nivel simultáneamente (universidades garaje o patito). Estas últimas se denominan de “absorción de demanda”, pues a ellas van a cursar sus estudios todos aquellos que no tienen los requisitos para acceder a las universidades privadas de élite ni a las públicas. 32 11. Otro fenómeno nuevo es la emergencia de “seudouniversidades”, instituciones que no se corresponden con la definición tradicional de la universidad, pero que ofrecen “entrenamiento especializado en una variedad de áreas”. La mayoría de ellas son entidades con ánimo de lucro (for profit) cuya preocupación esencial no son los valores ni la calidad de la docencia, sino obtener ganancias. Como ejemplos podemos poner a la Universidad de Phoenix que pertenece al Grupo Apollo (Altbach, 2006, p. 204). 12. Una de las consecuencias negativas de la globalización económica es la propuesta de la OMC de incluir la educación superior como un servicio sujeto a las regulaciones del GATS. Aunque esta propuesta aún no ha sido aprobada, los países –EUA, Nueva Zelanda, Australia, Japón- que obtienen importantes ganancias por concepto de estudiantes extranjeros defienden con fuerza esta iniciativa. 13. Existe la tendencia de que IES de los países en desarrollo soliciten ser acreditadas por agencias de acreditación de países extranjeros, en especial de EUA, sin percatarse que estas agencias desconocen los valores y necesidades de desarrollo autóctono por estar conformadas para otra realidad. Puede ser positivo invitar a expertos a incorporarse a los equipos nacionales de acreditación, pero siempre que estos procesos estén elaborados a partir de valores, normas y necesidades autóctonas. 14. Los rankings están cada vez más de moda. A mediados de los años 80 el Asian Wall Street Journal incluía, en una lista de las 10 mejores universidades del mundo, sólo 4 (Cambridge, Oxford, Sorbonne, Tokio) fuera de EUA. Según Altbach algunos de estos ranking tienen cierta respetabilidad como el de U.S. News y el del Times Higher Education Suplement (THES). Se debate mucho acerca de los indicadores que utilizan el THES y la Shangai Jiao Tong University. Lo que ocurre es que los ranking están construidos sobre la base de parámetros –número de Premios Nobel, profesores de la universidad con trabajos en el citation index, doctorados y maestrías, equipamiento, financiamiento…- propios de las universidades de “clase mundial” del mundo anglosajón, en especial de EUA e Inglaterra y que además privilegian las ciencias duras en detrimento de las sociales y humanas. Aplicar las normas y valores de las principales potencias acadé33 micas no medirá en forma exacta la calidad a nivel mundial, ni dará lugar a rankings mundiales de interés. En el competitivo y orientado hacia el mercado mundo académico del siglo XXI, los ranking son inevitables y probablemente necesarios. El desafío es asegurar que provean criterios exactos y relevantes y midan las cosas adecuadas (Altbach, 2006, p.80). 15. Es cada vez mayor el debate en torno a las universidades de categoría mundial (World-Class Universities), refiriéndose este concepto a las que tienen una excelencia reconocida mundialmente (Yale, Harvard, Oxford, Cambridge, Sorbonne, Tokio…). Sin embargo, los países en desarrollo, en vez de emular para obtener indicadores muchas veces difíciles de alcanzar en sus condiciones específicas, deberían prestar más atención a un ideal de universidad que propulse el desarrollo sostenible de carácter autóctono. Más importante que tener los indicadores de las “world class universities” o “research universities”, más importante que tener un Premio Nóbel, es garantizar que existan buenas escuelas de medicina y buenos programas de formación de ingenieros agrónomos y educadores para garantizar un nivel adecuado de “capital humano y social”, esto es, de recursos humanos en condiciones de generar desarrollo con equidad en las “universidades nacionales”. tes docentes, trabajadores universitarios y sindicatos en todo el territorio del país, como protesta por el Proyecto de Reforma a la Educación Superior presentado por el Gobierno Nacional y que luego fue retirado. 18. Las IES están influidas y condicionadas por las políticas del Estado-Nación y por las tendencias globales del sistema-mundo capitalista. Parece ser que estas influencias sobre la universidad son mucho más poderosas que los cambios y transformaciones que pueden producir las IES dentro de ellas mismas y en la sociedad donde radican. Tal vez por esto se produce una cierta frustración al ver que los impactos de las políticas con ansias transformadoras (Conferencias Mundiales de Educación Superior de UNESCO, 1998 y 2009) son de poca intensidad. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Es posible una transformación profunda de la universidad sin transformar previamente la sociedad? 16. Los procesos de evaluación y acreditación que nos brindan mayor información sobre las IES, la masificación de la educación superior, su comercialización, el ataque a la concepción de su condición de bien público, la emergencia de las TIC, el auge de los nuevos proveedores y el deterioro de las condiciones salariales y de trabajo de la profesión académica, entre otros factores, han llevado a un debate sobre lo que muchos consideran un creciente fenómeno de corrupción académica. Es decir, a la obtención de calificaciones, títulos universitarios, puestos académicos o certificaciones de acreditación en el caso de las IES, mediante procedimientos irregulares tales como: pago de sobornos, venta de títulos sin cursar los estudios adecuados, vender una plaza a un candidato en lugar de otorgarla a quién corresponde, acreditar a una IES o programa sin los requisitos a cambio de pagar cierta cantidad. 17. En el 2011 se produjeron intensas movilizaciones estudiantiles en Chile que demandaban una educación superior pública financiada por el Estado. También en Colombia, a partir del 12 de octubre de 2011, se produjeron manifestaciones de los estudian34 35 Ricardo Perret MÉXICO El Secreto de la Motivación: resultados del estudio sobre cómo se construye y funciona RICARDO PERRET Licenciado por el Instituto Tecnológico de Monterrey Campus Monterrey y maestría en Políticas en Carnegie Mellon University. Ha sido catedrático en más de 10 universidades en México. Fue consultor para el Banco Mundial en temas de competitividad. Desde el 2005 es socio director de Mindcode, empresa dedicada a entender el inconsciente del consumidor y ayudar a firmas a desarrollar productos, servicios y experiencias innovadoras. En febrero del 2010 arranca BrainScan Group con el objetivo de estudiar la neurobiología del consumidor y generar recomendaciones de innovación y marketing. Autor de Código de Innovación, Pavorreales con Cortex, Psicoantropología del Cambio y El Factor Gratitud. Fundador de Past Re-Design, instituto que ayuda a las personas a entender su propio inconsciente y mejorar su vida. Ha escrito 80 artículos para revistas de negocios en diferentes países y ha sido entrevistado por CNN y otros medios electrónicos. Es un asiduo conferencista en congresos en América Latina, Europa y Estados Unidos, con temas sobre innovación en el mercado y el inconsciente de los consumidores, ofreciendo más de 300 conferencias y talleres a empresarios, ejecutivos, profesores y universitarios. 36 Durante los últimos años, llevé a cabo una de la investigaciones más interesantes de mi vida a la cual llamé EL GEN EXITOSO, la cual concluyó en un libro del mismo nombre. En esta buscaba entender cómo hemos sido programados como individuos alrededor del éxito, qué patrones y hábitos comparte la gente exitosa y cómo todos podemos ser un poco más exitosos tanto en nuestra vida personal como profesional. Una de las características más claras y puntuales que identifiqué entre las personas exitosas, y aquellas que van derechito al éxito, es su MOTIVACIÓN, la cual, en ellos, ya no es una condición temporal sino permanente, ya no es algo que en ocasiones está y otras veces no, sino que la gran mayoría del tiempo ésta, ya es parte de ellos. A mediados del 2014 me comprometí a explorar con mayor profundidad este fenómeno con la intención de entender cómo surge la motivación, cómo funciona en nuestra mente y cuerpo, cómo se mantiene en su más alto nivel y cómo impacta en nuestras acciones diarias, como en la definición y logro de objetivos. A esta investigación la denominamos EL SECRETO DE LA MOTIVACIÓN. Seguramente habrás leído muchos libros de superación personal en los que los autores buscan motivarte a hacer y lograr más, a creer en ti y sentirte mejor. Estamos (yo, Zohe Vinasco co-coordinadora del proyecto y todo el equipo de investigación que colaboró en este proyecto) seguros que habrás asistido a muchos eventos en donde los conferencistas y facilitadores tratan de motivarte también. Muchos tratan de motivarte, pero pocos han escrito sobre los significados, el funcionamiento de la motivación y las estrategias para lograr una auto-motivación. Esta investigación y libro no busca motivarte por el simple hecho de leerlo, sino que busca estudiar las entrañas de la motivación y que tú las comprendas, de tal manera que puedas ser tu propio motivador y también 37 aplicar técnicas de motivación en tus hijos, alumnos, colaboradores, amigos y personas cercanas ¿Cuál fue la última vez que tú te hiciste o dijiste algo para motivarte a ti mismo?, ¿cuál fue la última vez que hiciste un auto-análisis de tus niveles de motivación?, ¿qué tan capaz te sientes de comprender tus motivadores y tus estrategias para auto-motivarte? Para muchos todo esto es aún un misterio. La motivación es, a final de cuentas, la energía interna que nos mueve a romper la comodidad. Nuestro cerebro, por instinto, va a buscar sufrir lo menos posible, tener comodidad, ahorrar recursos, sin embargo para ser exitoso, para lograr tus grandes objetivos se requerirá justo lo contrario, sufrir incomodidades, gastar muchos recursos y, para lograr esta dinámica de manera casi permanente, requerirás mucha motivación. A lo largo de esta investigación llevamos a cabo ejercicios en varias escuelas para entender cómo funciona la motivación en los niños, que después comprobamos que justo así funciona también en los adultos en los centros de trabajo y sus vidas personales. Hicimos también sesiones de exploración del inconsciente, a las cuales les llamamos Imprint Rooms, para determinar cómo hemos sido programados tanto por nuestros padres y entornos, como por nosotros mismos, a lo largo de nuestra vida alrededor de la motivación, para descubrir también nuestras creencias conscientes e inconscientes sobre ésta, y para revelar patrones alrededor de los grandes momentos de motivación y, su contraparte la desmotivación. Entrevistamos también a cientos de personas sobre lo que los motiva, sus sentimientos cuando están motivados y desmotivados, el impacto de la motivación en sus acciones diarias, la definición de sus objetivos y el logro de estos. Esta investigación nos llevó a revisar literatura científica sobre el funcionamiento de la motivación a nivel neurobiológico, aún cuando se ha hecho poco al respecto, lo que hemos encontrado complementa muy bien nuestros descubrimientos en campo. ¿Qué es la motivación? Motor, fuerza, energía, combustible, la motivación es lo mueve e impulsa a una persona a lograr un objetivo. Ya sea conquistar a una pareja, sacar 10 en un examen, conseguir un trabajo, vencer una enfermedad para recuperar la salud, ser presidente o conquistar la cima del Everest; 38 la única manera de lograr todo esto es con motivación. El ser humano cuenta con recursos para operar y funcionar, estos recursos son tiempo, esfuerzo, glucosa, oxígeno, conocimiento, emociones, recursos económicos y hasta relaciones personales. Debido a que estos son limitados, el ser humano tiene que maximizar su uso, eficientarlos. Es decir, tú cuentas con una cantidad limitada de minutos en tu día, así que deberás de decidir en qué actividades invertirlos. Lo mismo sucede con los otros recursos, deberás de aprovecharlos en lo que más beneficios te dé, y de la percepción, consciente e inconsciente, de estos beneficios será que apliques más o menos motivación en las actividades. La motivación, hasta cierto punto, es medible, ya que es posible cuantificar la cantidad y calidad de recursos que una persona está dispuesto a sacrificar con tal de obtener un objetivo. Si un padre quiere defender a su hija estará dispuesto a sacrificar su propia vida, la motivación es máxima; si un adolescente quiere ser respetado por sus compañeros estará dispuesto a pelear, la motivación es también muy alta; si un ejecutivo quiere obtener una promoción importante estará dispuesto a trabajar de sol a sombra, incluso en algunos casos estará dispuesto a hacer cosas poco éticas como criticar a otros que compiten por su puesto. El concepto de motivación es usado por todos, todo el tiempo, pero rara vez se entiende o explica a cabalidad. Lo mismo sucede con su contra-parte la desmotivación; la cual es la no disposición de invertir recursos en el logro de algo. “Esto me motiva”, “esto me desmotiva”, “ando desmotivado”, “necesito un motivo poderoso”, “vamos a motivar a los colaboradores”, “este es un niño desmotivado”, etc. Sin embargo es importante aclarar que en la mayoría de las ocasiones, estos conceptos, se utilizan inconscientemente, no se reflexionan, las personas no se detienen a analizar el por qué se sienten así, qué objetivo están persiguiendo, el momento del día en que lo dicen, los pensamientos que atraviesan su imaginación cuando expresa una de estas frases. La motivación siempre está ahí, en nosotros, depende de nuestras experiencias de vida y prioridades en qué la enfocamos. Algunos sentirán motivación por vivir, otros por morir incluso, algunos sentirán motivación por sudar al máximo en una actividad, mientras otros buscarán descansar. Todos somos una entidad completa, en donde la motivación es una gran parte o pieza, está ahí, lista para ser utilizada en lo que tú 39 busques lograr, en ocasiones serás consciente de tus deseos, en otras ocasiones tus deseos serán inconscientes, vivirás en automático. Permíteme esta metáfora para explicar qué es la motivación, imagínate una hormiga tratando de cargar una rama de árbol que pesa más de 300 veces su peso, sola no lo logrará, sin embargo, si 50 hormigas le ayudan, seguro lo lograrán. Pues bien, si nuestra motivación o energía interna está dispersa (muchas hormigas cada quien haciendo cosas diferentes), con poco enfoque, no lograremos tener la disposición necesaria para sacrificar recursos tan valiosos en el logro de algo, sin embargo, si enfocamos toda nuestra motivación (todas las hormigas) en un solo objetivo, la fuerza será tan grande, que invertiremos todos nuestros recursos y seguro conseguiremos la meta. En realidad, el gran secreto de la motivación, está en reconocer la existencia de una enorme capacidad de auto-motivarnos, de entender que somos capaces de lograr lo que sea que nos propongamos gracias a la motivación que es una fuerza inmensurable que reside en nuestro interior; sí, eso que tanto admiramos en otros, también vive en nosotros. El secreto reside en darte cuenta que no necesitas que otros te motiven porque es como pretender que otros sean tu gasolinera cuando la gasolinera vive en ti mismo, lo que tienes que buscar es estar en control de ella y aprovecharla en lo que más te agrega valor a ti, a los demás, al mundo. La motivación provoca activación a nivel neuronal, psicológico, y de comportamientos. Es decir provoca la activación de ciertas partes del cerebro y la segregación de ciertas hormonas, genera pensamientos y sentimientos cuando existe, y nos hace reaccionar de ciertas maneras. Una persona sentada frente al televisor está tranquila, descansando, tratando de desestresarse, olvidándose, de los problemas del trabajo, de pronto ve un comercial de una cerveza, se activan ciertas áreas del cerebro, comienza a imaginarse a si mismo tomando la cerveza y disfrutándola, en eso se levanta toma las llaves del auto, se traslada por varios minutos entre el tráfico a la tienda y compra un six pack de esa marca de cerveza en particular, el comercial logró re-enfocar la motivación en el logro de comprar y disfrutar tanto esa cerveza o marca en particular. O bien, en el mismo escenario, ves un comercial de un hijo con su mamá disfrutando un paseo por la playa, lo cual genera un re-enfoque de tu motivación a tú experimentar el mismo amor de su madre, tomas el celular y le llamas en ese instante a tu madre, para escuchar su voz, para platicarle tus problemas. tum ventral en nuestro cerebro, está altamente vinculada a la capacidad de memorizar un evento. Es decir, vivimos una experiencia placentera y nuestro cerebro genera una síntesis proteica importante que cimenta el recuerdo, reforzando la conexión sináptica neuronal; de esta manera el cerebro buscará repetir la acción para volver a experimentar ese placer. Así, entre más motivación, más emociones, y por ende mayor memoria sobre algo. Si un niño o niña está motivado en la escuela recordará mejor el material de la clase, si no lo está seguramente recordará poco del material. Estar motivado implica ESTAR PRESENTE, vivir el presente, disfrutar el presente y generar una buena memoria del momento presente, que revivirás y disfrutarás también hacia el futuro. Queremos hijos, alumnos, colaboradores, parejas y amigos presentes, que vivan con nosotros el HOY y guarden gratos y poderosos recuerdos sobre qué viven. El ser humano está totalmente programado y cableado para definir preferencias, escoger objetivos, anticipar el placer, evitar el miedo y hacer lo que sea necesario para lograr sus metas. Vivimos en un estado de motivación hacia algunos objetivos y desmotivación hacia otros objetivos, según nuestras preferencias y percepciones subjetivas. No hay día que no definas un objetivo, no hay día que no luches por un objetivo. Como veremos en la presentación, y en el libro El Secreto de la Motivación, existen estrategias, palabras, frases, personas, actividades, recompensas y lugares particulares que fomentan la motivación y que contribuyen en que esta se enfoque en lo que más le agregue valor a una persona, de cualquier edad y segmento socioeconómico. Saber usar todo esto tanto a nuestro favor como para el bien de los demás es uno de los grandes objetivos de esta investigación. La motivación, según la neurociencia, debido a que activa el stria40 41 Felipe Martínez Rizo MÉXICO Evaluación docente en México: una oportunidad para mejorar la educación Felipe Martínez Rizo Licenciado en ciencias sociales por la Universidad de Lovaina. Desde 1974 es profesor de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, México, donde fue director de planeación y de asuntos académicos, decano y rector del Centro de Ciencias Sociales. Primer director del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación de México, de 2002 a 2008. Ha impartido más de 100 cursos de pregrado y posgrado y dirigido más de 20 tesis. Ha desarrollado proyectos de investigación educativa a nivel local y nacional. Puso en marcha y coordinó varias maestrías y un doctorado para formar investigadores en educación. Ha brindado asesoría a decenas de universidades, la Asociación Nacional de Universidades, la Secretaría de Educación y varios estados de México, así como a ministerios de educación de Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, Panamá, República Dominicana y Uruguay, y al Instituto de Evaluación de España. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores y a la Academia Mexicana de Ciencias, así como al Consejo Técnico del Tercer Estudio Regional del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa. Ha sido miembro del Consejo de Especialistas de la Secretaría de Educación y del Consejo Nacional de Calidad Educativa de Argentina. Autor o coautor de 55 libros, así como de 125 artículos, 61 capítulos en obras colectivas y 205 ponencias en eventos académicos en una quincena de países. 42 Pocas dudas hay sobre la importancia del maestro para que los alumnos tengan buenos niveles de aprendizaje. Esto lleva a concluir que un ingrediente central de todo esfuerzo por mejorar la educación deberá ser la mejora de los docentes mismos. La evaluación de estos puede a su vez ayudar a diseñar estrategias efectivas de mejora, pero no cualquier evaluación servirá para ello. En las páginas siguientes, a partir de una revisión de experiencias pasadas, se reflexiona sobre las características que deberá tener la evaluación docente para que contribuya eficazmente a la mejora de la educación. Antiguamente competía a la autoridad eclesiástica o civil designar a los maestros, al igual que confirmarlos o removerlos, lo que suponía algún tipo de evaluación, que se reducía a la valoración de cualidades personales, religiosas o morales, y de la capacidad de mantener la escuela en orden y en buen estado. La formación que se esperaba de los docentes era de tipo eclesiástico, o la que daba el gremio. La modernidad y las democracias trajeron consigo la supresión de los gremios, incluido el de maestros, con cambios sustanciales en la formación de los futuros docentes, en instituciones como los seminarios pedagógicos en Prusia o las escuelas normales en Francia. Para evaluar el trabajo docente surgieron los inspectorados. (Martínez Rizo, 2013) En el siglo XIX la masificación de la educación elemental hizo cambiar a las escuelas: el aula multigrado dejó el lugar a escuelas organizadas por grados y la profesionalización de los docentes avanzó, pero los criterios para definir su salario se basaban ante todo en el género y la filiación étnica, lo que cambió hasta el siglo XX. En Estados Unidos para 1925 casi 80% de las maestras en las principales ciudades de la nación habían logrado tener un salario similar al de sus colegas varones por un trabajo igual (Prostik, en Gratz, 2009: 58). A mediados 43 del siglo XX casi todas las escuelas norteamericanas manejaban una escala única de salarios para hombres y mujeres, con base en escolaridad, antigüedad y la evaluación del inspector (Sharpes, en Odden y Kelly, 2002: 32). En las principales naciones europeas y otros países democráticos los criterios que consideraban características ideológicas, religiosas y raciales dejaron el lugar a sistemas de remuneración de maestros o escalafones basados en escolaridad y antigüedad, como los de todo funcionario. Con la llamada sociedad del conocimiento tienen lugar transformaciones adicionales, cuyos alcances apenas vislumbramos. Hasta bien entrado el siglo XX la tarea de la educación básica consistía en que una minoría de los alumnos alcanzara buenos niveles de aprendizaje, que les permitieran acceder a estudios superiores y prepararse para ocupar puestos directivos en la sociedad, mientras la mayoría de los estudiantes desarrollaba sólo competencias básicas para trabajos rutinarios. En este contexto las exigencias para el docente eran distintas de las que trae consigo la idea actual de que las escuelas deben preparar a todos los estudiantes para desempeñar actividades que implican competencias complejas: a medida que los propósitos de la educación cambian del aprendizaje de datos y habilidades básicas al desarrollo de competencias de pensamiento y desempeño de alto nivel, cambian también las concepciones de lo que los maestros necesitan saber y poder hacer (Darling-Hammond, 2008: 761). Las consecuencias para la evaluación de maestros son claras: si se pretende que los alumnos aprendan cosas simples, también se pueden identificar tareas rutinarias que el docente deberá aplicar. Para desarrollar competencias avanzadas el docente debe también manejar acciones complejas y hacer enseñanza personalizada. En un caso se ve al maestro como técnico que se puede evaluar con preguntas de opción múltiple o listas de cotejo de conductas precisas; en el otro se le ve como profesional y se requieren acercamientos complejos para evaluarlo. Directores e inspectores deben tener la formación y experiencia necesarias para analizar el trabajo de los maestros, por lo que los sistemas de evaluación docente se basan muchas veces en sus apreciaciones. Sin embargo las tareas administrativas dejan poco tiempo para asumir funciones de evaluación y es difícil evitar sesgos en sentido positivo o negativo. Además los instrumentos de observación de la práctica docente más usados se reducen a listas de cotejo que sólo captan conductas simples. Por ello las evaluaciones de docentes que hacen directores e inspectores suelen dar resultados altos o al menos 44 satisfactorios a casi todos los evaluados. La aplicación masiva de pruebas estandarizadas ha llevado a proponer otra forma de evaluar a los docentes: como su tarea es que los alumnos aprendan, si se tiene información sobre el rendimiento de estos no debería ser necesario observar el trabajo de cada maestro para valorar su desempeño, bastaría inferirlo a partir del rendimiento de los alumnos. Para tener en cuenta que estos comienzan el curso en diferente situación, lo que se compara es la diferencia entre lo que sabía cada alumno al inicio y lo que sabe al fin del curso, el llamado valor agregado. Los Modelos de Valor Agregado tampoco dan información suficiente sobre el desempeño de los maestros, y menos sobre sus prácticas. Es difícil implementar un sistema confiable de evaluación de docentes basado en dichos modelos, por las limitaciones de pruebas que no miden aspectos importantes del rendimiento de los alumnos; por imprecisión e inestabilidad de la medición; por problemas prácticos para tener bases de datos completas y la dificultad básica para atribuir el avance de los alumnos al maestro, ya que los resultados se deben a la influencia de muchos factores que no es factible controlar eficazmente. Los límites de las evaluaciones anteriores han llevado a planteamientos nuevos sobre evaluación docente (Ladson-Billings, 2009:215). Estos acercamientos reconocen la dificultad de la tarea y combinan fuentes de información, incluyendo pruebas de conocimientos de los contenidos y pedagógicos, observación en aula y portafolios de evidencias, en lo que se ha llamado sistemas de indicadores múltiples. La distinción entre evaluación formativa y sumativa es pertinente en evaluación de docentes, pues además de identificar a los mejores y a los menos buenos también puede servir para ayudar a los segundos a orientar sus esfuerzos por superarse. Como dice Darling-Hammond, la evaluación por sí misma no es interesante, si no va unida al mejoramiento (2008: 219), para lo cual es necesario que, sin dejar de ser objetiva, la evaluación incluya apoyo y consejo por pares calificados. Esta concepción de la evaluación es congruente con la idea de que la mejora de las escuelas sólo se logrará con estrategias basadas en la experiencia y el trabajo de los maestros, que pueden hacerlas organizaciones centradas en el aprendizaje y capaces de mejora continua, lo que implica ciertas condiciones en las escuelas, incluyendo recursos suficientes, ausencia de presiones o condicionamientos adversos y apoyo de las instancias superiores (Landson-Billings, 2009: 206-222). 45 Evaluar a los maestros no los mejora automáticamente; para que haya buenos maestros se deberá lograr que accedan a la profesión jóvenes con capacidad, darles buena formación y apoyarlos al comenzar a trabajar y a lo largo de su carrera. Un sistema integral de evaluación docente supone la consolidación de las instituciones formadoras y debe incluir evaluación de los aspirantes a entrar a ellas, evaluación de los candidatos a ocupar una plaza de maestro, y evaluaciones periódicas a lo largo de la carrera, que distingan a los docentes novatos, los que han alcanzado cierta madurez y los que han acumulado ya una gran experiencia. Para que la evaluación docente sirva para mejorar la educación se necesita concebir aquella como parte de una estrategia integral de mejora. Siguiendo a una especialista ya citada: • Un buen sistema de evaluación de docentes debe ser parte de un enfoque integral para mejorar la enseñanza, desarrollado en conjunto por directivos y maestros, que parta de estándares claros sobre el aprendizaje de los estudiantes con los que se articulen estándares de buena enseñanza concebidos para conseguir aprendizajes significativos de los estudiantes y compartidos ampliamente en la profesión docente. • Las evaluaciones de los docentes deberán estar basadas en el desempeño y alineadas con los estándares, e incluir unas para egresados de programas de formación, otras para entrar al ejercicio profesional y otras para certificar competencias avanzadas. • Se deberá incluir la evaluación de las prácticas docentes en el aula y del aprendizaje de los alumnos. Deberá haber evaluadores calificados, mentores experimentados para maestros que necesiten apoyo y cuidados para que las decisiones laborales sean justas. Deberá haber además oportunidades de desarrollo profesional que apoyen la mejora de los docentes y la calidad de la docencia (Cfr. Darling Hammond, 2013: 14-15). La evaluación docente es una tarea delicada y compleja. No es aceptable que un maestro sea juzgado solo con base en el resultado de una prueba de opción múltiple, pero los casos de abandono del empleo y otros abusos graves son inaceptables y su corrección sería una mejora importante en algunas zonas. Medidas fuertes adoptadas con base en evaluaciones simplistas pueden dar lugar a claras injusticias y ser contraproducentes. Imaginemos que se trata de una persona dedicada a su trabajo y preocupada por sus alumnos, que no falta a sus clases y hace lo posible porque el grupo a su cargo aprenda. Hizo la primaria en una escuela multigrado, pasó a una telesecundaria y luego a un tele-bachillerato, para luego formarse en una normal llena de carencias. Tiene mala ortografía y no acaba de entender los quebrados. Sus resultados en una prueba de conocimientos son bajos. ¿Deberíamos despedirlo, o bien apoyarlo para que se supere? Creo que la segunda opción es la única adecuada en un contexto como el mexicano. Muchos maestros y maestras del país tienen deficiencias serias, y algunos no cumplen con sus obligaciones más elementales, pero también hay otros que se parecen al docente imaginario del párrafo anterior. La evaluación docente contribuirá a que la calidad de la educación mexicana mejore si toma en cuenta la situación real de los maestros y las maestras del país; si precisa los elementos de la normalidad mínima que todos deberán cumplir y procedimientos justos y expeditos para remover a quienes no lo hagan; si desarrolla, con el rigor técnico necesario, instrumentos con los que se obtenga información de buena calidad sobre aspectos importantes de la práctica docente; si establece criterios razonables para reconocer desempeños ejemplares y corregir los deficientes; y, lo que es fundamental, si va acompañada por estrategias consistentes de apoyo a escuelas y docentes para la mejora. Bibliografía Darling-Hammond, L. (2008). Standard setting in teaching: Changes in licensing, certification & assessment. En Richardson, V. (Ed.). Handbook of Research on Teaching, 4th Edn. Washington, AERA, pp. 751776. Darling-Hammond, L. (2013). Getting teacher evaluation right. What really matters for effectiveness and improvement. New York-Oxford, Teacher College Press. Gratz, D. B. (2009). The Peril and Promise of Performance Pay: Making Education Compensation Work. Lanham, Rowman & Littlefield Education. Ladson-Billings, G. (2009). Opportunity to Teach: Teacher Quality in Context. En Gitomer, D. (Ed.). Measurement Issues and Assessment of Teaching Quality. Thousand Oakes, Sage, pp. 206-222. Martínez Rizo, Felipe (2013). Evaluación de los docentes, mejora profesional y de la educación. En Miradas 2013. Informe de seguimiento de las Metas 2021. OEI. Odden, A. y C. Kelley (2002). Paying Teachers for What They Know and Do: New and Smarter Compensation Strategies to Improve Schools. Thousand Oaks, Corwin Press. Porter, A., P. Youngs y A. Odden (2001). Advances in teacher assessments and their uses. En Richardson, V. (Ed). Handbook of research on teaching 4th Ed. Washington, AERA, pp. 259-297. Pensemos en un docente que trabaje en una comunidad remota, con muchas carencias, y que atiende a niños de contexto vulnerable. 46 47 Miriam Alpízar Santana CUBA El papel de la universidad cubana en la generación del conocimiento, el desarrollo de la investigación científica y la innovación Miriam Alpízar Santana Graduada en licenciatura en economía de la industria en la Universidad “Carlos Rafael Rodríguez” de Cienfuegos. Profesora auxiliar. Máster en administración en el Instituto Superior Politécnico “José Antonio Echevarría” de La Habana. Doctora en ciencias de la educación de la Universidad de La Habana. Jefe de departamento de ciencias económicas y decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad “Carlos Rafael Rodríguez” de Cienfuegos durante quince años. Directora de contabilidad y finanzas del Ministerio de Educación Superior en el año 2000 y viceministra del Ministerio de Educación Superior desde el 2006 hasta la fecha. Ha impartido docencia en diversas asignaturas de gestión económica en pregrado y postgrado y desarrollado investigaciones, publicado y aplicado trabajos sobre la gestión económico-financiera en la educación superior. Ha visitado universidades y participado en proyectos internacionales, eventos y congresos en varios países. La universidad es el escenario idóneo para la generación de conocimientos y el desarrollo de la investigación científica en estrecho vínculo de los profesores e investigadores con estudiantes de diversas titulaciones y grados científicos. Esta distinción acelera los tiempos de la investigación y multiplica los resultados de la gestión por la gran potencialidad que significa disponer de estudiantes preparados en diferentes disciplinas, participando en proyectos que tienen la finalidad de transformar determinada tecnología o generar un nuevo conocimiento. En la sociedad del conocimiento la ciencia y la técnica deben ser abordadas de forma sistémica con relación a la política, la sociedad, la localidad y la economía. Las políticas educacionales y científicas efectivas, pertinentes e integradas en sistemas de innovación, concebidos como procesos sociales, sirven de base al desarrollo económico y social de las naciones. En el presente trabajo se reflexiona sobre el papel de la universidad cubana en la producción, difusión y aplicación del conocimiento, la investigación científica y la innovación como fortaleza en la formación de los profesionales que demanda el desarrollo económico y social de la nación, importante fuente de progreso y bienestar humano. Introducción El conocimiento cumple una multiplicidad de funciones en la sociedad que van más allá de la económica1. En la mayoría de los casos es fuenNúñez Jover, Jorge.”Conocimiento y Sociedad: Pensando en el Desarrollo.” Conferencia en la UCI, julio 2016. Reflexiones sobre Ciencia, Tecnología y Sociedad. Editorial Ciencia Médicas, La Habana, Cuba, 2008. p.135-149 1 48 49 te de las innovaciones que generan tecnologías de alto valor agregado que se traducen en equipos, técnicas, tecnologías y procedimientos más modernos, veloces, menos costosos, más útiles, eficientes, eficaces y de alto beneficio, por lo que constituye un factor decisivo de la vida económica, social, cultural y política de las naciones. Son amplias las oportunidades y diversos los impactos en los países capaces de producir, difundir y aplicar el conocimiento para el crecimiento y el desarrollo económico, social y medioambiental. Alvin Toffler y Peter Drucker refieren el papel del conocimiento en las economías de avanzada destacándolo como recurso fundamental, más que materias primas, fuerza de trabajo, tiempo, espacio y capital2, y más que la producción y distribución de objetos3. En la sociedad del conocimiento se produce una constante transformación de competencias que se traduce en resultados para el desarrollo, lo que reclama profesionales capaces de enfrentar los retos en cada una de las esferas de la economía y la sociedad. Las universidades son indispensables para la formación de personas bien preparadas con conocimientos actualizados, habilidades cognitivas e intelectuales y valores pertinentes, para lo que se requiere articular la producción científica con las políticas educacionales y científicas. Movilizar los recursos humanos para la creación y la innovación, generadora de productividad y formadora de valores e integrar políticas de complementariedad de la investigación fundamental o básica y la innovación, es clave para el crecimiento. Es de vital importancia fortalecer las conexiones entre la producción de conocimientos y la producción de bienes y servicios, con retorno sobre la inversión, patentando y comercializando los resultados y armonizando la relación universidad-empresa en el marco de la combinación de estrategias de desarrollo. Fidel Castro en discurso pronunciado en la Universidad de La Habana dijo: “…y en el futuro no habrá un solo proceso productivo o de servicios en el país que no requiera un nivel considerable de conocimientos […] las universidades deberán ser centros de investigación de todo tipo...”4 . El lineamiento 132 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución5 aprobada en el Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba, formula la política para ello. El conocimiento, la investigación científica y la innovación en la universidad cubana El desarrollo alcanzado en la educación cubana y sus transformaciones durante más de 50 años, es resultado de la política del gobierno que asegura, además, que todo ciudadano tenga educación gratuita y de calidad6 para toda la vida, desde los niveles preescolar, primario y medio, hasta los estudios superiores. El sistema de educación en Cuba es público, y se emplean también recursos financieros complementarios aportados por diferentes fuentes7. El acceso a la educación superior es para todos los bachilleres que cumplen los requisitos exigidos. Cuba cuenta con más de 10,600 centros docentes y sesenta universidades en todas las provincias y la mayor parte de los municipios, más de dos millones de alumnos matriculados y más de un millón de profesionales graduados en la educación superior que aportan sus conocimientos al desarrollo científico, económico y social del país en sus diferentes sectores. La universidad cubana está en el centro de la producción, difusión y aplicación del conocimiento, la investigación científica y la innovación como fortaleza en la formación de los profesionales que demanda el desarrollo económico y social del país. El modelo de universidad cubana es el de una universidad moderna, humanista y universalizada, científica, tecnológica e innovadora, integrada a la sociedad, al sector Castro Ruz, Fidel.” Discurso pronunciado por Fidel en la escalinata de la Universidad de La Habana el 13 de marzo de 1969” .Editado por la Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, Cuba, 1969. 4 Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución. Sexto Congreso del PCC. La Habana, Cuba. Abril. 2011. “Perfeccionar las condiciones organizativas, jurídicas e interinstitucionales para establecer tipos de organización económica que garanticen la combinación de la investigación científica y la innovación tecnológica, desarrollo rápido y eficaz de nuevos productos y servicios, su producción eficiente con estándares de calidad apropiados y la gestión comercializadora interna y exportadora, que se revierta en un aporte a la sociedad y en estimular la reproducción del ciclo. Extender estos conceptos a la actividad científica de las universidades”. 5 Alpízar Santana, Miriam. “La Educación Superior Cubana y su Financiamiento: Situación Actual y Perspectivas de desarrollo futuro.” Revista Pedagogía Universitaria. Revista Electrónica del MES. http://cvi.mes.edu.cu/reduniv .La Habana, Cuba, 2013. Vol. XVII número 5, 2012. p. 8-9 6 50 2 Toffler, Alvin: “Powershift.” Batam Press, Editorial S.A. Buenos Aires, London, 1990. 3 Drucker, Peter: “La Sociedad Post-Capitalista.” Editorial Norma, Bogotá, 1994. Alpízar Santana, Miriam. “La Gestión del Financiamiento como soporte de la Educación Superior Cubana.” Revista Cubana Educación Superior. CEPES, La Habana, Cuba. 2013. p. 69-71 7 51 productivo y las comunidades y comprometida con el proyecto social de la nación. “La actividad docente, de investigación-desarrollo-innovación y de extensión de la universidad cubana tiene presente en forma integrada la necesaria dimensión económica, social y ambiental, que implica la lucha por un desarrollo sostenible”8. Importante fortaleza significa el claustro universitario con 35 mil profesores, el 25% de ellos doctorados en ciencias específicas y el 40% másteres en ciencias de las diferentes ramas del saber, los que unidos a los profesionales y técnicos, preparados y comprometidos con el proyecto social son parte de una poderosísima fuerza para la reversión de la tendencia mundial concentradora de la generación y uso del conocimiento. El científico y tecnólogo que debemos formar en cultura y conciencia social, más que preparación técnica tiene como razón de ser el uso del conocimiento para crear equidad y no injusticias sociales9. Más de doscientas entidades de ciencia, tecnología e innovación con más de 30 mil trabajadores desarrollan programas, proyectos y tareas vinculadas al desarrollo económico y social del país. Unos 100 mil espectadores anuales en la red de instituciones culturales: de música, museos, casas de cultura, salas de teatro, cines, galerías, bibliotecas, y más de 500 mil horas de radio y 60 mil de televisión de los medios de difusión masiva10 difunden arte, cultura y conocimiento en las distintas manifestaciones del arte y del saber, la literatura, el teatro, la política, la música, la ciencia, la educación que enriquecen el nivel de instrucción y educación alcanzado. La campaña de alfabetización que ilustró a un millón de cubanos, les propició la capacidad de leer y escribir e inició un proceso de inclusión cultural. Cuba exhibe tasas de mortalidad infantil inferiores al 4%, un maestro por cada 46 habitantes y un médico por 137. El 11% de la población son graduados universitarios. Por cada 1000 habitantes de la población laboral económicamente activa, 187 son graduados universitarios para un 18,7 %,11 y el grado de escolaridad de casi 11 grados es el más alto de América Latina y el Caribe y de los más altos del mundo. Varios indicadores ubican a Cuba entre los países de más alto IDH12 según el PNUD al ocupar el lugar 59 entre 187 países13 además de que destaca en la región, en el porciento de gastos públicos respecto al PIB que se destina a la educación general por encima de un 12 % y a la educación superior, en particular, de un 4%, lo que significa un importante esfuerzo en condiciones de crisis económica internacional, escasos y limitados recursos, en gran medida causados por el bloqueo del gobierno norteamericano al país14. Son estos indicadores una verdadera fortaleza que impacta en toda la sociedad con logros sociales que nos prestigian y que han reportado una contribución positiva, pero decreciente respecto a los niveles de crecimiento económico según se confirma en estudios realizados por economistas cubanos15. La investigación científica y la innovación que se desarrolla en las universidades cubanas posibilitan obtener más del 50% de los Premios anuales de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC), y más significativos en I+D+i, más del 50% de las publicaciones en el Sistema de información científica (SCI) y del 20% de los premios más relevantes, algunos de ellos de reconocimiento internacional16. Entre los desafíos que enfrenta la educación superior cubana actual se hayan la escasa disponibilidad de recursos para la I+D+i, con empuje de ésta última desde la oferta, la estructura de graduados con baja composición de las especialidades técnicas, insuficiencias en el aprendizaje de una segunda lengua, desfavorables cambios demográficos y el aumento del índice de dependencia tecnológica; ellos apuntan a la necesidad de un marco apropiado para que el talento de las personas se transforme en riquezas y bienestar para la sociedad17. Un verdadero reto es poder contar con la financiación necesaria que respalde el desarrollo tecnológico, el perfeccionamiento de la infraestructura y la continuidad en la calificación del claustro para avanzar en la vanguardia de la producción, difusión y aplicación del conocimiento en la economía y la sociedad, para lo cual fue aprobada y está en im12 Índice de Desarrollo Humano.(IDH). Programa de Naciones Unidas para el desarrollo. Índice de Desarrollo Humano 2013, http://hdr.undp.org/en/ media/H01DR2013-ES-Complete%20 REV.pdf. 13 Díaz-Canel Bermúdez, Miguel, “La universidad y el desarrollo sostenible: una visión desde Cuba.” Conferencia en el acto inaugural del 8vo Congreso internacional de Educación Superior Universidad 2012, Teatro Karl Marx, Ciudad de La Habana, 13 de febrero de 2012. p. 23 8 Panorama Económico y Social. “Cuba en cifras, Objetivos de desarrollo del milenio.” Oficina Nacional de Estadísticas, Ediciones ONE. La Habana, Cuba, 2012 .http:www.onei.cu 16 10 Anuario Estadístico de Cuba. Ediciones, ONEI. La Habana, Cuba. 2012. 11 Anuario Estadístico de Cuba. Edición. ONEI. La Habana, Cuba. 2012. Cribeiro, Yordanka. “Contribución de la fuerza de trabajo calificada al crecimiento económico. Principales determinantes.” tesis de doctorado, 2012. Universidad de la Habana, Facultad de Economía. Lage, Agustín, “Propiedad y expropiación en la economía del conocimiento.” La Economía del conocimiento y el socialismo. Editorial Academia, Cuba, 2013. p. 22- 62 15 9 52 14 Nuñez Jover, Jorge. “Referentes para un debate para el papel de la ciencia universitaria.” Revista de la sociedad económica amigos del país. La Habana Cuba, Julio-Diciembre 2013. p.81-90 17 Torres Perez, Ricardo, “Algunas contradicciones del desarrollo económico cubano contemporáneo.” Revista 53 plementación la “política de aseguramiento de los recursos humanos y la infraestructura requerida para incrementar los niveles de calidad de la educación superior”. “La conectividad entre las universidades y el sector empresarial presupone comunicación efectiva y confianza mutua, como activo principal de la comunicación que es necesario construir. Todo ello debe hacerse teniendo en cuenta la responsabilidad formadora de la universidad”18. Fidel Castro, desde 1960, dijo que el futuro de este país tenía que ser un futuro de hombres de ciencia19 lo que se constata en: “La construcción de los ciclos completos donde se genera el producto, la capacidad de las empresas para asumir las innovaciones identificándolas, adaptándolas y mejorándolas en la práctica, la clara identificación del sector de la ciencia, la combinación centralización/descentralización, la dirección y evaluación del proceso de investigación científica e innovación tecnológica, la financiación de la ciencia y la innovación tecnológica, la formación de profesionales en las ciencias básicas y naturales, técnicas, agropecuarias y económicas y la gestión innovadora de la empresa asimilando nuevas tecnologías y conocimientos con rapidez para incrementar el valor añadido y conectarse a los flujos económicos globales”.20 Conclusiones La participación activa de la ciencia universitaria y la aplicación de sus resultados son parte del ideario de Fidel Castro22 y determinantes en el empleo consciente del conocimiento, la investigación científica y la innovación en el desarrollo sostenible de la economía cubana y la satisfacción de las necesidades de la población, lo que requiere de un apropiado marco regulatorio y el financiamiento necesario para ello. Lograr los recursos que se necesitan con destino al consumo interno, la generación de exportaciones y sustitución de importaciones es determinante para asegurar la defensa de las conquistas logradas por la Revolución cubana y crear condiciones para que tecnologías de avanzada, la innovación y el valor del conocimiento, se reviertan en índices de crecimiento, que aseguren el desarrollo humano sostenible y económico y social del país. La Política Económica y Social aprobada en el Sexto Congreso del Partido y expresada en el Lineamiento 12923 expresa la voluntad política de lograr la aceleración de los cambios que respondan a las necesidades del desarrollo de la economía y la sociedad, los que van logrando resultados y espacios en el marco de la actualización del modelo económico cubano. Cuba, con once millones de habitantes, tiene logros sociales en la educación, la salud, la cultura y la seguridad social que la destacan entre los países de América Latina. Destinar los fondos necesarios que reclama la formación de recursos humanos, la generación de nuevos conocimientos y la inserción del sistema nacional de educación y de ciencia e innovación en articulación con el sector productivo, requiere recursos para financiar la sostenibilidad y la estabilidad del desarrollo, lo que reclama mayores índices de crecimiento21 acompañado de una adecuada infraestructura de información científico-técnica y el marco regulatorio apropiado. Miradas a la economía cubana, entre la eficiencia económica y la equidad social. CEEC. Editorial Caminos. La Habana, Cuba, 2013.p. 31-40 Díaz-Canel Bermúdez, Miguel.”Hacia un mayor impacto económico y social de la educación superior.” Revista Cubana de Gestión Empresarial. Nueva Empresa. Volumen 8, Nro. 1, Ediciones GECYT, La Habana. 2012. p. 5 18 Castro Ruz, Fidel. “Discurso del 15 de Enero de 1960 en la Sociedad Espeleológica de Cuba.” Ediciones de la Academia de Ciencias de Cuba. 22 Lage, Agustín, “Propiedad y expropiación en la economía del conocimiento.” La Economía del conocimiento y el socialismo. Editorial Academia, Cuba, 2013. p. 22- 62 23 20 21 54 Nuñez Jover, Jorge, “Referentes para un debate para el papel de la ciencia universitaria.” Revista de la sociedad económica amigos del país. La Habana Cuba, Julio-Diciembre 2013. p. 81-90 19 Porciento de Crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de un período a otro. Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución. Sexto Congreso del PCC. La Habana, Cuba. Abril. 2011. “Diseñar una política integral de ciencia, tecnología, innovación y medio ambiente que tome en consideración la aceleración de sus procesos de cambio y creciente interrelación a fin de responder a las necesidades del desarrollo de la economía y la sociedad.” 55 Federico Malpica ESPAÑA Es doctor en ciencias de la educación –calidad y procesos de innovación educativa- por la Universidad Autónoma de Barcelona. Tiene estudios de maestría en gestión y dirección de centros educativos por la Universidad de Barcelona, así como de posgrado en calidad de la formación y un posgrado en evaluación del modelo de excelencia EFQM. Desde 1998, es asesor en las áreas de calidad e innovación educativa, dirección estratégica, desarrollo organizativo y gestión del cambio, así como en la transformación de la práctica educativa. Actualmente, ejerce su profesión como consultor y director de innovación del Grupo de Consultoría Educativa Internacional E.I.M. (www.grupoeim.com). Es fundador y director técnico del Instituto Escalae para la Calidad de la Enseñanza-Aprendizaje con sede en Barcelona (www.escalae.org). Ha sido asesor de la dirección de formación continua y de la dirección de educación indígena de la SEP (Secretaría de Educación Pública) en México. Ejerce actualmente la docencia como profesor asociado en ERAM, Universidad de Gerona y del máster de dirección de Instituciones Educativas en ESIC Executive Education, Madrid. Es ponente en congresos nacionales e internacionales sobre temas educativos. Condiciones para el desarrollo de la calidad educativa desde el aula Federico Malpica Basurto Resumen Hoy es más que nunca es imposible concebir la educación de manera individual y aislada, pues el reto formativo es enorme, ya que va mucho más allá de la adquisición de meros conocimientos académicos. Por tanto, será necesario coordinar los esfuerzos si se quiere cumplir con expectativas de formación en habilidades, actitudes y competencias para la vida. La calidad educativa no se puede entender sino a través de la excelencia en la profesión docente, y no de forma individual, sino colectiva, altamente supervisada, que permita a los profesionales no sólo ser buenos aplicadores sino, sobre todo, sentirse seguros para comportarse también como estrategas de su clase en el desarrollo de una metodología común y compartida, intentar prácticas nuevas y ser reconocidos por ellas. Las comunidades de aprendizaje profesional deben ayudar a mejorar continuamente la calidad en las aulas, al permitirnos enfocar la estrategia, emprender nuevos proyectos, resolver problemas rápidamente, transferir buenas prácticas, desarrollar habilidades profesionales, generar investigación, desarrollo e innovación, así como substituir la formación permanente del profesorado, a base de cursillos y títulos, por procesos de aprendizaje entre colegas. La calidad educativa a partir de la mejora continua de la práctica docente colectiva Vivimos una profesión que por su propia naturaleza, conlleva unas satisfacciones enormes. Como lo expresaba recientemente una futura profesora aún en prácticas: “Voy por el pasillo y escucho que me saludan por mi nombre los alumnos, o que aquel que era un rebelde al inicio, 56 57 comienza a hacerme preguntas sobre el tema que estoy explicando, y siento una satisfacción enorme. Es magnífico”. Es curioso que sea más fácil ser reconocidos en nuestra profesión por los propios alumnos que por otros colegas o por nuestros superiores. De todas formas, con este tipo de satisfacciones, podemos vivir toda una vida profesional sin sentir la verdadera necesidad de mejorar de manera sistemática nuestra práctica. Por eso es necesario un gran impulso por parte de la comunidad educativa y de los colegas de profesión, para desarrollar la calidad en las aulas. Como manifestaba Ribeiro (1988) , “se refleja así la necesidad de que [la mejora de] la tarea docente requiere de un trabajo en equipo en el cual se dé el planteamiento de la docencia como una tarea de investigación colectiva, de producción de conocimiento sobre la enseñanza y el aprendizaje.” Normalmente, en las instituciones o centros educativos podemos encontrar diversos grupos de mejora e incluso también equipos, sin embargo, normalmente mantienen pocas interrelaciones entre ellos. Forma cada uno su espacio de trabajo, pero no están necesariamente alineados con un propósito más grande que los pueda abarcar a todos. Ésta es la diferencia entre grupos nacidos a partir de iniciativas personales que no necesariamente persiguen un objetivo, los equipos de trabajo con un objetivo en común pero que es sólo de ese equipo y la comunidad de aprendizaje profesional (CAP) que se compone de equipos que comparten una misma visión y unas mismas finalidades del aprendizaje, por lo que todos sus objetivos contribuyen a esa visión compartida. Si se pretende desarrollar a los profesionales de la educación como estrategas y al mismo tiempo extrapolar a las aulas los principios de la calidad organizativa que han servido en educación para estandarizar el registro de las experiencias, la entrega puntual de documentación, la observación y comunicación de incidencias, la colaboración para realizar acciones correctivas, preventivas o proyectos de mejora, así como el reconocimiento a las prácticas exitosas, etc., no es suficiente con la utilización y promoción de grupos o equipos de mejora que normalmente nacen de una iniciativa personal o de un pequeño grupo de docentes, con base en el voluntarismo (siempre loable, por otro lado), las relaciones de poder o la espontaneidad. Es la institución la que debe establecer qué debe (y puede) mejorar en su práctica educativa y encargar a los docentes miembros más adecuados que diseñen o construyan una propuesta que será implementada en todas las aulas. 58 Este es el objetivo de las Comunidades de Aprendizaje Profesional (CAP) y de ahí su carácter permanente (o de largo plazo) e integrador, a diferencia de los citados grupos o equipos de mejora. Una comunidad de aprendizaje profesional consagra sus actividades y de los equipos que la integran a estudiar nuevas formas de cumplir cada vez mejor con las finalidades del aprendizaje. Impulsa a los docentes a pensar creativamente sobre su práctica, y a cómo hacer para compartirla con el resto de colegas. Cuando se encuentra una nueva práctica, se prueba y si la evidencia comprueba su utilidad, se extiende al resto de colegas a través de redes de aprendizaje entre iguales. Cada equipo de mejora y los grupos que lo conforman, están pensando constantemente en diferentes aspectos de la práctica educativa, de una manera sistemática, organizada y alineada con un propósito común. Por tanto, a continuación, se realiza el recuento de algunos desafíos fundamentales, así como de los diversos planteamientos que se están llevando a cabo en diferentes latitudes, que podríamos denominar como la organización y desarrollo de comunidades de aprendizaje profesional (CAP) entre docentes. Lo importante de estos ejemplos y opiniones es demostrar que el cambio es posible y que abordar estos retos también lo es, siempre y cuando estemos dispuestos a llevarlo a cabo en equipo y a dar un paso a la vez. “Una media de tres cuartas partes de los profesores de todos los países TALIS [Teaching and Learning International Survey] comunicó que el aumento de la calidad de su trabajo no recibía ningún reconocimiento. Una proporción similar informó de que no recibirían ningún reconocimiento si fueran más innovadores en su enseñanza. Además, solamente alrededor de la mitad del profesorado de los países TALIS comunicó que su director utilizaba métodos eficaces para determinar el rendimiento de sus profesores. Ello dice muy poco a favor de los esfuerzos que realiza una serie de países para promocionar centros de enseñanza que fomenten una constante optimización.” (Informe TALIS, OCDE. 2009). Primer reto de la calidad en el aula: el liderazgo pedagógico necesario El liderazgo pedagógico podríamos definirlo como la capacidad para influir de manera determinante en aquello que se realiza en las aulas, de 59 forma colectiva, organizada y con un propósito común. Este liderazgo debe estar fundamentado, por un lado, en una sana presión para impulsar el cambio y, por otro, en referentes estables que, a partir de un ejercicio de conciencia colectiva de los mismos. Esto supone, por un lado, hacer un ejercicio de revisión y puesta en común sobre la visión del aprendizaje o finalidades que pretendemos que alcancen nuestros alumnos y alumnas (Malpica, 2013: 70-71). La participación en esta reflexión debería de ser no sólo de los docentes y equipo directivo, sino que, de ser posible, involucrar en ella a toda la comunidad educativa (alumnado, padres de familia o empresas empleadoras, según el caso, grupos de interés, etc.). Entre mayor participación consigamos, mayor liderazgo pedagógico obtendremos posteriormente cuando realicemos el plan estratégico pedagógico para abordar el cumplimiento de la visión compartida del aprendizaje. El reto es crear la autoridad necesaria en el liderazgo pedagógico y que dicha autoridad no sea sólo de una persona, sino de todo el equipo directivo y del cuerpo docente. Sin embargo, este liderazgo debe ser conquistado poco a poco; no se trata de una revolución, sino de una evolución tranquila pero imparable. Ganamos liderazgo cuando aquello que impulsamos funciona, por tanto, no es tan importante que aquello que promovamos sea ambicioso o no, sino que funcione. Pequeños cambios que podamos lograr en las prácticas educativas docentes de nuestro centro escolar generan un mayor liderazgo pedagógico, y así, de un pequeño cambio a otro, dicho liderazgo va creciendo. El liderazgo pedagógico está basado en la fundamentación de la práctica profesional, en la capacidad para pensar en aquello que hacemos, para reflexionar y para mejorar lo que hacemos en las aulas. Como lo expresaba un coordinador académico ante el reto que supuso en su centro escolar el desarrollo de un proceso de autodiagnóstico pedagógico: “No se trata sólo de asegurar el desarrollo del currículo escolar, sino más bien de conducir un proceso pedagógico que transite de aprendizajes pasivos a aprendizajes metacognitivos, donde el protagonismo de los alumnos está conducido por profesores que han reflexionado sobre sus prácticas pedagógicas poniendo foco en aquellos ámbitos que de manera efectiva y sistemática puedan provocar la mejora del aprendizaje.” Segundo reto de la calidad en el aula: el tiempo de dedicación adecuado 60 Es posiblemente el recurso más escaso en un centro escolar o formativo y por tanto, un recurso muy valioso. Pero la calidad de las aulas necesita este recurso, porque nada de lo que hemos analizado, estudiado y descrito en esta obra, es posible ponerlo en marcha si no le dedicamos tiempo. Ahora bien, ¿por qué el tiempo es un bien tan escaso? Seguramente porque lo tenemos ocupado en actividades de todo tipo, muchas de ellas que tienen poco que ver con la planificación, impartición, reflexión y mejora continua de la práctica educativa. Nos referimos al tiempo utilizado en reuniones, para hacer papeles, para cumplir con disposiciones administrativas, etc. Estas actividades son necesarias, claro, pero no tan importantes como aquellas referidas a la docencia. La capacidad que tengamos para minimizar este tiempo será muy importante para emprender el camino de la profesionalización en las prácticas educativas. Todas las profesiones afrontan un buen número de tareas administrativas y burocráticas, pero no por ello dejan de reflexionar de manera compartida, de mejorar sus protocolos técnicos ni avanzar en su práctica profesional. Ni siquiera profesiones tan complejas como la de los médicos. El reto de encontrar tiempo para la reflexión y mejora continua de nuestra práctica pasar por verlo no como algo extra, sino como algo que se encuentra dentro del horario laboral y del trabajo cotidiano, como hacen los médicos, que no ven sus clínicas y presentaciones entre colegas como algo extra sino como parte importante y obligatoria de su desempeño profesional. Por eso es tan importante que estos procesos no los realice cada uno por su lado. Un solo docente será más difícil que encuentre tiempo para implementar cambios y mejoras en su práctica educativa, sobre todo si estas actividades no forman parte de sus tareas cotidianas y permanentes como formador y si además, no obtiene un reconocimiento directo por ello. Muchos profesores invierten un tiempo valioso en unas prácticas educativas adecuadas que luego no encuentran un hueco para ser compartidas. Como lo afirmaba un profesor recientemente en un foro: “Considero que se está perdiendo el verdadero sentido del quehacer educativo. A la par de la tendencias de las evaluaciones externas, no se ha brindado un espacio para la crítica constructiva de lo que ocurre dentro de las aulas, donde realmente se realiza un esfuerzo enorme, en muchas ocasiones, para lograr implementar los procesos de aprendizaje en los estudiantes de educación básica”. Sin embargo, el que no existan aún las condiciones de tiempo para la mejora continua de la práctica educativa en nuestro centro escolar, no es excusa para renunciar a ello. Es decir, si pensamos: “Bue61 no, cuando nos den el tiempo, entonces mejoraremos.”, ya podemos esperar sentados. Debemos crear las condiciones nosotros, entre colegas. Así lo afirma un profesor que se expresaba sobre los horarios de su centro durante la reflexión de su práctica educativa mediante un instrumento de autodiagnóstico pedagógico: “Los horarios de los profesores están elaborados con muchos condicionantes personales y no pedagógicos. Estos horarios dificultan el trabajo en equipo del departamento. No se provocan suficientes encuentros entre departamentos. Tampoco se ven como necesarios los encuentros entre profesores. El profesorado es demasiado individualista. Se comparte muy poco y seguido se hace por amiguismo.” La cultura instalada en muchos de nuestros centros nos condiciona, pero en ningún caso nos impide actuar. El tiempo es el que es y necesitamos hacernos un hueco, aunque sea pequeño, para comenzar a aplicar aquello que es necesario para mejorar nuestra práctica docente. Tercer reto de la calidad en el aula: el desarrollo de una cultura docente más profesional Teniendo en cuenta que no todos los centros escolares son iguales, deberíamos reflexionar cada uno, como profesionales de la educación, acerca de los hábitos docentes a los que estamos acostumbrados en nuestra institución educativa. Si analizamos nuestros hábitos docentes y los de nuestros compañeros en un centro escolar, podremos corroborar tres cosas: la primera es que tenemos varios hábitos compartidos, la segunda es que dichos hábitos dan como resultado la cultura que vivimos actualmente en nuestro centro escolar y finalmente, que no tenemos por costumbre hablar de estos hábitos ni intentar cambiarlos. Ahora bien, ¿qué pasaría si hiciéramos algo diferente como un autodiagnóstico de nuestra práctica educativa, es decir, que cada profesor hiciera el suyo y luego lo compartiéramos para analizar la práctica general que llevamos a cabo? La respuesta la tienen varios centros que han seguido este proceso y que han encontrado que sí es posible cambiar hábitos y por tanto, con el tiempo, también la cultura de nuestros centros educativos. Por ejemplo, el director de una escuela de Barcelona afirma: “Creo que a nosotros nos ha servido para encauzar de forma razonable el debate sobre nuestra actuación docente, ya que, como la opinión es de todo el cuerpo docente –no es ni de un grupo ni de una persona ni de un departamento, sino que ha tenido todo el profesorado la posibili62 dad de opinar–, el retorno a los docentes invita a una reflexión a fondo, diciendo: éstos son nuestros puntos débiles y, si hemos sido capaces de alcanzar consenso en otros aspectos –que son los puntos fuertes–, sencillamente debemos debatir y llegar a ese mismo acuerdo en estos aspectos.” Una sola actividad seria y profesional de reflexión sobre la práctica, genera nuevas formas de enfocar las mismas actividades educativas y por tanto, la posibilidad de generar nuevos hábitos con el tiempo, así como una nueva cultura docente. Sin embargo, como podemos observar, no cualquier acción es válida para cambiar los hábitos docentes. Han de ser actividades fundamentadas, que no puedan entenderse como arbitrarias, altamente participadas y que tengan un sentido de sistematización, no de un solo evento. En este sentido, muchas formaciones y asesoramientos hoy en día, están lejos de cumplir con estas características. En cambio, cuando lo que se hace es facilitar el desarrollo de los profesionales, con proyectos formativos o para la mejora educativa en su propio puesto de trabajo y con un seguimiento adecuado, el resultado es bastante más positivo. En este sentido, tal vez sería interesante dejar de hacer acciones ni invertir recursos en actividades que no generen hábitos docentes, ya que normalmente acaba siendo un desperdicio de tiempo, recursos y liderazgo. Como lo afirman las profesoras Beatriz Macedo y Raquel Katzkowicz, uruguayas, y especialistas en la educación secundaria: “Necesitamos centros educativos que sean capaces de recoger y de brindar una propuesta educativa dotada de unidad de criterios en base a los acuerdos alcanzados entre todos los protagonistas de la tarea que se lleva adelante. El logro de esta unidad implica, en primer lugar, una nueva concepción del currículo de secundaria, superando su estructuración en base a la yuxtaposición de asignaturas, así como del propio trabajo docente en el seno del centro educativo, superando posturas fuertemente arraigadas en educación media (trabajo solitario), para dar paso a un trabajo de equipo y grupal. Hoy en día es muy claro que los espacios de aprendizaje se han ampliado. Todo el centro educativo se constituye en un gran entorno de aprendizaje, y esta realidad impone tal vez una nueva definición de lo que entendemos por aula. El ‘aula de aprendizaje’ debería re-conceptualizarse en tanto espacio, en tanto tiempo y en tanto a actores involucrados en los procesos de enseñanza y aprendizaje.” 63 Cuarto reto la calidad en el aula: la participación de toda la comunidad educativa Otra condición para hacer posible la calidad de la práctica educativa, es darle el reconocimiento social que merece, ya no sólo por parte de los propios profesionales de la educación, sino por toda la comunidad educativa. Estimular la participación de los alumnos y alumnas, del profesorado, de los padres, de los miembros del consejo escolar y, en definitiva, de toda la comunidad, permite crear condiciones más adecuadas para la reflexión sobre los aspectos que pueden mejorarse y para el reconocimiento de las buenas prácticas educativas. “Las escuelas eficaces suelen tener métodos de trabajo que intensifican la participación, cosa que juega a favor de los esfuerzos realizados por la escuela además de proporcionar recursos adicionales que pueden ser muy útiles para mejorar las oportunidades de aprendizaje. Crean también un fuerte sentido de comunidad que fomenta el compromiso de conseguir niveles altos de calidad.” Ainscow, M., Hopkins, D y West, M. (2001) . Lo importante es involucrar a la comunidad educativa, no sólo con la idea de la calidad a nivel organizativo, sino a nivel pedagógico, centrada en los procesos de enseñanza y aprendizaje. La idea es que la comunidad educativa se convierta en un contrapeso a los condicionantes de cultura del profesorado y del contexto social en que se encuentra el centro escolar o formativo. Involucrar a la comunidad educativa significa ofrecerle espacios de participación activa. Cualquiera de los grupos de interés que se oponga al cambio, puede frenar la mejora educativa. Los alumnos pueden ayudar o perjudicar las mejoras que deben introducirse, aunque no lo hagan de forma explícita, y sin embargo, muchas veces no se les explican los cambios en la práctica educativa que se están introduciendo. Lo mismo cuenta para los padres de familia, empresas y otros grupos de interés. Si se les permite colaborar, si se les hace partícipes de las nuevas metodologías, si es les pide su apoyo, las mejoras en las aulas estarán seguramente más cerca de conseguirse. 64 encuentra en la forma como encaramos dicho contexto y los pasos que damos para avanzar, de forma colectiva. Para ello, es necesario aplicarnos un principio fundamental del aprendizaje: el de la zona de desarrollo próximo de Vigotsky (1978). Como profesionales, nosotros también aprendemos a partir de pequeños pasos, de interiorizar poco a poco las prácticas educativas más adecuadas hasta dominarlas totalmente (ver Figura 1). Para ello también necesitamos ayuda contingente de nuestros colegas y que nos sea retirada sólo en el momento en que vayamos dominando las prácticas docentes necesarias. Figura 1. Avance de la Práctica Educativa en la Zona de Desarrollo Próxim Un docente necesita poder desarrollar una práctica educativa adecuada a partir de su zona de desarrollo próximo. Si identifica que está en “A”, sólo tiene obligación de pasar a “B” y así sucesivamente. A B C Cada docente debe comenzar por hacer una reflexión sobre su punto de partida, entre “A” y “Z”, pensar en qué punto se encuentra en cuanto a su práctica educativa. Digamos que “A” es el punto más alejado de una práctica adecuada y “Z” es de hecho, la práctica más adecuada. Lo primero que observamos es que no todos los docentes parten del mismo sitio y por tanto, cada uno debe avanzar paso a paso, en función de su lugar de partida. La buena noticia es que a pesar de un entorno complicado y negativo, es posible siempre dar aunque sea un pequeño paso. Quinto reto la calidad en el aula: minimizar la influencia negativa del contexto Por ejemplo, si comenzamos siempre explicando el tema para luego poner ejemplos sobre el mismo (de forma deductiva), podríamos ahora comenzar las clases poniendo un ejemplo próximo a la realidad de los alumnos antes de nuestra explicación (método inductivo). Es un pequeño cambio pero muy importante para activar mentalmente a los alumnos y crear el conflicto cognitivo necesario para aprender. ¿Es posible hacer este pequeño cambio a pesar del contexto negativo en el que nos encontramos? Si la respuesta es afirmativa, ya podemos dar un primer paso hacia “Z”. Si además lo podemos hacer todos (o la mayoría) de docentes de un centro escolar, ya estaremos garantizando una mejor “producción de aprendizaje” en nuestro alumnado. Considerando el contexto tan complejo en el que nos encontramos si existe una clave para garantizar la calidad en la práctica educativa se En cambio, otros docentes que ya dominan varias de estas prácticas, su reto debería estar a su altura. Cada quien su pequeño paso, 65 pero todos los docentes de un centro damos un pequeño paso, nos acompañamos y vamos avanzando hacia el mismo objetivo, hacia esa práctica educativa adecuada en función de la visión compartida del aprendizaje que hayamos definido para nuestra institución. Por tanto, como podemos ser ya conscientes a partir de la lectura de este texto, los desafíos a los que nos enfrentamos son mayúsculos pero ciertamente contamos con elementos muy importantes en nuestra profesión docente que pueden ser activados para ayudarnos en el apasionante camino de la formación de otros seres humanos. Caso práctico: Sistema Escalae como apoyo a la calidad en el aula A continuación, se ofrece una metodología de trabajo concreta que se está desarrollando en diversas instituciones educativas de España y Latinoamérica, bajo la denominación de Sistema Escalae, con el fin de mejorar de forma continua y sistemática, los procesos de enseñanza y de aprendizaje en las aulas. El Sistema Escalae utiliza la esencia de la formación docente, los proyectos de mejora y los sistemas de calidad, pero desde una nueva óptica que permite garantizar una transferencia entre la teoría y la práctica pedagógicas. Cada una de las fases de las que consta el Sistema Escalae está diseñada para garantizar la mejora continua en los procesos de enseñanza-aprendizaje, además del desarrollo de una cultura profesional docente que lleve a una mayor fundamentación pedagógica de la práctica educativa, así como al desarrollo del trabajo colaborativo entre iguales. Este sistema tiene un carácter permanente, a pesar de que libremente se pueden implementar las fases que se deseen para adaptarlo al contexto y realidad de cada centro escolar, de cada institución, administración o colectivo. Ahora bien, aquellas instituciones que deciden implementar este modelo y avanzar en cada una de sus fases, obtienen como garantía lograr al menos generalizar una pauta común en las aulas por curso escolar, con todos los beneficios que esto comporta para su comunidad educativa y su prestigio. El Sistema Escalae funciona, siempre y cuando los miembros del centro escolar estén dispuestos a realizar una apuesta clara por la mejora continua y permanente de su 66 práctica educativa, acogiendo cada una de las fases del modelo con el rigor que se merece. A continuación, se describen dichas fases que pueden ser realizadas cada curso escolar y los beneficios concretos que aporta a los centros (Figura 2): Figura 2. Organización del trabajo en Comunidades de Aprendizaje Profesional Diseño 1er. Trimestre Fase 1: Análisis y planificación pegagógica Fase 2: Análisis de la adecuación didáctica individual Fase 3: Incorporación de las bases para la mejora 2o. Trimestre Fase 4: Diseño de la pauta de trabajo común por niveles Visión compartida del aprendizaje Fase 8: Reconocimiento pedagógico institucional y entrega de resultados 4o. Trimestre Fase 7: Generalización de la pauta de trabajo común Fase 6: Aprendizaje ínter pares docente Fase 5: Aplicación de la pauta de trabajo común aplicación 3er. Trimestre *Se puede comenzar el proceso de certificación. 1. Diseño Fase 1: Análisis y planificación pedagógica Se realiza un auto-diagnóstico pedagógico a cada docente en función de una visión compartida del aprendizaje (finalidades de aprendizaje o perfil de salida del alumno) definida previamente en el centro educativo. Se le entrega a los responsables el análisis de lo encontrado y se prepara un Plan Estratégico Pedagógico que detalla los proyectos de mejora para que el centro optimice su práctica educativa según los resultados del aprendizaje esperados. Fase 2: Análisis de la adecuación didáctica individual Una vez definido el plan general, se elige al menos una acción de mejora que se pondrá en marcha y se pide a cada docente que estudie un 67 material sobre los fundamentos pedagógicos de dicha acción y que en función de éste, aporte sus experiencias y el estado actual de su desempeño para cumplir con las finalidades del aprendizaje pretendidas, así como ideas para la mejora del aspecto en cuestión. Se apoya a los responsables del centro escolar para que la pauta pase a formar parte del reglamento del docente, del perfil de competencias del Fase 3: Incorporación de bases para la mejora pedagógica Fase 8: Certificación pedagógica institucional y entrega de resultados Se asigna a un grupo ya existente de docentes de la institución el encargo de diseñar de una pauta de trabajo común con la lluvia de ideas de sus propios colegas, en función del desempeño actual que tienen, así como del material técnico y ejemplos de pautas del Instituto Escalae. Fase 4: Diseño de la pauta de trabajo común En esta fase, se acompaña al grupo de docentes para ayudarles a diseñar la pauta (tanto apoyo como sea necesario), desarrollando al menos cuatro niveles de desempeño o aplicación de dicha pauta formativa (mediante una rúbrica o descripción de la competencia docente en relación a la pauta). Finalmente dicha pauta de trabajo común deber ser aprobada por todos los docentes para comenzar su aplicación, en función de su contribución para generar consistencia en la enseñanza de cara al cumplimiento de la visión compartida del aprendizaje. 2. Aplicación Fase 5: Aplicación individual de la pauta común por niveles Cada docente define en qué nivel quiere comenzar a aplicar la pauta de trabajo común aprobada, contando para ello con material para avanzar en su nivel de desempeño o aplicación de la pauta concreta, así como formatos para el registro de su aplicación. En adelante, cada reunión de docentes que haya en la institución, se dedican unos minutos iniciales para hablar y socializar la aplicación de la pauta, los aciertos y dificultades. En caso necesario, también se pueden realizar sesiones de tutoría individual. Fase 6: Aprendizaje docente entre iguales En este punto, todos los docentes estarán aplicando la misma pauta, compartiendo sus dificultades y aprendiendo unos de otros, pero cada docente puede seguir un itinerario individualizado de avance, en el cual se le apoye para que vaya pasando por los diferentes niveles hasta que consiga ser competente en el nivel máximo definido por la pauta de trabajo común. Fase 7: Generalización de la pauta común docente, de la evaluación docente y si es posible, de los criterios para la remuneración y reconocimiento en el desempeño. Si los responsables del centro escolar reúnen suficiente evidencia del diseño y aplicación de la pauta, para desarrollar un reconocimiento público del trabajo realizado. Se presenta periódicamente a la comunidad educativa como una forma de comunicar su proceso de mejora continua en el aula y recibir un reconocimiento por parte de todos los implicados en el proceso formativo. Así mismo, opcionalmente dicho centro se puede hacer acreedor a una Certificación de Calidad Pedagógica +e de Escalae, según el nivel de desarrollo de su Plan Estratégico Pedagógico para cumplir con la visión compartida del aprendizaje, que se deberá actualizar periódicamente en función de la generalización de pautas de trabajo común en el centro educativo. 3. Resultados de la aplicación en centros educativos: A continuación se nombran los resultados encontrados a partir de la aplicación del modelo de Comunidades de Aprendizaje Profesional durante 7 años (Malpica, 2013). Figura 3. Resultados de la Aplicación de las Comunidades de Aprendizaje Profesional en la mejora de la calidad pedagógica y organizativa Factores de mejora con la aplicación de las CAP 10 9 8 7 6 Gasto en formación docente Resultados de aprendizaje Satisfacción docente Liderazgo pedagógico Mejora de la práctica educativa 5 4 3 2 1 0 Inicial 68 Corto plazo Medio plazo Largo Plazo 69 Resultados a nivel pedagógico: 1. Coherencia: fortalece la coherencia entre las finalidades educativas que se pretenden conseguir, la práctica profesional de los docentes y los resultados en el aprendizaje del alumnado. 2. Reconocimiento: reconoce las prácticas educativas efectivas, sus méritos y las necesidades de adecuación didáctica de los docentes. 3. Desarrollo de la cultura docente: facilita el desarrollo de una cultura de mejora continua, trabajo colaborativo y fundamentación pedagógica de la práctica educativa, basada en datos reales de las aulas. 4. Educación basada en evidencias científicas: enfoca el desarrollo de tratamientos más precisos y seguros, basándose en un análisis científico y fundamentado de las verdaderas necesidades de adecuación que tienen los docentes para su centro escolar en específico. 5. Desarrollo de la metodología institucional: incrementa la garantía de resultados en cada uno de los proyectos de mejora del centro escolar, así como las posibilidades de que se acaben institucionalizando como hábitos colectivos de los docentes. Bibliografía Ainscow, M., Hopkins, D y West, M. (2001). Hacia escuelas eficaces para todos. Manual para la formación de equipos docentes. 2ª. Edición. Narcea, Madrid. Pag. 55. Jensen, B. (2012). Catching up: Learning from the best school systems in East Asia. Summary report. GRATTAN Institute. Australia. http://www.grattan.edu. au/pub_page/129_report_learning_from_the_best. html [Consultado: Febrero del 2012] Macedo, B y Katzkowicz, R (2005). Formación docentes para una secundaria de calidad para todos. Protagonismo docente el cambio educativo. Revista PRELAC, Proyecto regional de Educación para América Latina y el Caribe. No. 1, Julio 2005. Pág. 100. Malpica Basurto, F. (2013). 8 Ideas Clave. Calidad de la Práctica Educativa. Referentes, indicadores y condiciones para la mejora de la enseñanza-aprendizaje. Editorial Graó. OCDE. (2009). Informe TALIS. La creación de entornos eficaces de enseñanza y aprendizaje. Síntesis de los primeros resultados. Madrid: Santillana Educación. Ribeiro, M. (1988). Obstáculos para la investigación en ciencias sociales. Boletín de la Dirección General de Estudios de Postgrado, U.A.N.L. Objetivo básico: Divulgación. Santaeulària, G. (2011). Autodiagnóstico pedagógico. Reflexión de la experiencia de implementación en la Escuela Thau de Barcelona. Aula de Innovación Educativa, núm. 198, págs. 31-34 Schalk, A. (2011). Escalae en Chile. Primera experiencia en un centro educativo. Revista Aula de Innovación Educativa. No. 198. Págs. 28-30. Ed. Graó. Senge, P. (2000). Las escuelas que aprenden. Barcelona, Granica. Uribe, M. (2005). El liderazgo docente en la construcción de la cultura escolar de calidad Un desafío de orden superior. Protagonismo docente el cambio educativo. Revista PRELAC, Proyecto regional de Educación para América Latina y el Caribe. No. 1, Julio 2005. Vygotsky, L. S. (1978). Pensamiento y lenguaje. Madrid: Paidós. Wagner, T. Y Kegan, R. (2006). Change Leadership. A Practical Guide to Transforming Our Schools. Jossey-Bass. San Francisco, CA. Resultados a nivel organizativo: 6. Seguridad: incrementa la seguridad de los docentes y de los responsables del centro escolar en la decisión y aplicación de las prácticas educativas más adecuadas, así como su institucionalización, la gestión del conocimiento y la aplicación real de las mejoras en las aulas. 7. Adaptabilidad: los resultados del Sistema Escalae son complementarios y fortalecen los sistemas de calidad organizativos (ISO, EFQM, entre otros), así como la puesta en marcha de programas académicos y educativos (idiomas, TIC, atención a la diversidad, convivencia, etc.) 8. Rentabilidad: incrementa la rentabilidad de los recursos invertidos en la adecuación de las competencias docentes y la mejora de los programas de formación o capacitación docente. 9. Eficiencia: ayuda a mejorar de la relación entre la inversión en los proyectos de mejora y los resultados en los procesos de enseñanza-aprendizaje. 10. Garantía de calidad pedagógica: garantiza que la calidad de lo que sucede en las aulas se mantenga en el tiempo gracias a la sana presión que ejercen las auditorías externas. 70 71 Mario Marenco Sosa URUGUAY Es presidente del Centro Latinoamericano de Desarrollo, (CELADE) y miembro de la Academia Mundial de Educación. Ministro del Parlamento Internacional de Educación Analista en Asuntos Políticos Latinoamericanos y del Caribe. Es experto en estrategia política, y magister en gestión educativa, graduado en American International Academy of New York. Ha participado como consultor internacional en programas y proyectos sociales de organismos internacionales entre ellos: OEA , UNESCO PNUD (Naciones Unidas) para América Latina y en programas para el Consorcio de Universidades de Washington D.C (Trinity College). Participa como conferencista y docente invitado en la Academia Diplomática Boliviana del Ministerio de Relaciones y Culto de la República de Bolivia, Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra, y San Andrés, Universidad Sulbahia, (Brasil). Profesor asistente invitado de la Universidad Ricardo Palma de Perú, y Universidad Privada Sergio Bernales de Lima-Perú, Universidad Anahuac de México, Universidad San Marcos y Tacana-Chiapas-,México y la Escuela Superior Politécnica Ecológica de Ecuador recibiendo el título de diplomado en educación superior, entre algunas Universidades Latinoamericanas. Es miembro de honor del Instituto de Cultura Americano (UNESCO), miembro de la Comisión de Derechos Humanos y Paz de UNESCO, (Francia-Paris), miembro del Consejo Internacional de Responsabilidad Social para la Sustentabilidad de México. 72 Los desafios de la responsabilidad social en la educación del futuro mario marenco sosa En cuanto al momento histórico de Latinoamérica Dadas las dimensiones y tendencias de la educación actual, inmersa en una vorágine de cambios, de idas y retrocesos en un complejo contexto de globalización, hay temas obligados que no escapan a la realidad y no deberían estar tan lejos cuando de educación y responsabilidad social se trata, y ello no será seguramente con discursos o palabras fáciles si deseamos crecer en medio de sociedades en crisis. Parece oportuno hacer un alto y reflexionar en cuestiones esenciales a la hora de repensar el ADN de la Educación a fin de garantizar un crecimiento cualitativo que haga posible sociedades más justas y más humanas. El actual contexto que identifica a cualquier institución educativa esta caracterizado por un entorno demasiado complejo, que está afectando a la humanidad como ser: la contaminación ambiental, violencia, desorden social, pérdida de principios de valores, aumento de los estados depresivos, deslegitimación del orden establecido, generados por una sociedad donde el cambio ha sido lo permanente, pero por muy afectado que se esté, será necesario replantear la educación en una responsabilidad social en la que todos los actores involucrados estén comprometidos con los objetivos porque de no hacerlo entonces, seremos testigos de un eclipse que afectará en sus más amplias dimensiones a todo el espectro social. Son las instituciones, los padres de familia, los maestros, los docentes de colegios, escuelas y universidades, los gremios empresariales, los gobiernos, el mismo estado y todas las persona y organizaciones que de alguna forma inciden hoy en el mañana, los llamados a 73 asumir un liderazgo de posición ética, moral y de responsabilidad para rescatar a las futuras generaciones del fatídico futuro. Haciendo un breve análisis, la transición del siglo XX al siglo XXI ha enfrentado al ser humano consigo mismo, cuestionarse constantemente el rumbo por el que debe seguir; el propósito de su existencia o si la humanidad se halla tan lejos de las metas de aquellos objetivos del milenio cuya sustancia de responsabilidad social, planteaba una nueva manera de ver el mundo y la forma en que los países de la región debían actuar en consonancia en bien de las comunidades. Nuestra región es marcadamente pluricultural y multilingüe. En esta inquietud de tantas interrogantes planteadas, la integración regional y el abordaje de los desafíos que enfrentan nuestros pueblos, aun cuando se ha constituido en un concepto amplio y difundido en los documentos políticos y gubernamentales, como así en la literatura de la sociedad civil el significado de la responsabilidad social, hoy es reclamado por una valoración propia de nuestra diversidad humana y cultural como principal riqueza, donde si el entorno es sostenible y productivo, genere sinergias positivas que permitan maximizar en el compromiso, iniciativas y mayor competitividad más allá de objetivos económicos desde una perspectiva deshumanizada a una nueva construcción de sociedades más prosperas, justas y solidarias.. Es obvio que en este orden de ideas, la educación juega en estos tiempos de crisis un rol fundamental en esa búsqueda constante del conocimiento de las sociedades del futuro y ser las instituciones, cuna de ideas, proyectos y alternativas para tan importantes temas como los que se instalan a diario en estas sociedades o en ámbitos específicos de ésta. No obstante ello, visto de esta forma, los desafíos y retos que debemos enfrentar son de tal magnitud que de no ser atendidos con oportunidad y eficacia, ahondaran las diferencias y contradicciones que hoy impiden el crecimiento de nuestros pueblos con equidad, justicia, sustentabilidad y democracia. Si bien se ha avanzado hacia una sociedad de cambios y referentes democráticos aun faltan transformaciones profundas en los ejes que dinamizarán el desarrollo de la región entre los cuales, uno de los más importantes, es la educación y en particular la educación superior en el forjamiento de un futuro mejor de estas generaciones. A lo largo de estos tiempos cada cuatro años, las políticas educa74 tivas tienen un lugar muy visible en el discurso de la mayoría de los candidatos en años electorales de estos países latinoamericanos, suscitando cambios y reformas originadas primordialmente, por el desacato o desconocimiento de los marcos legales que los rigen. Tales cambios, generalmente de naturaleza pendular y cortoplacista, contribuyen a erosionar la calidad de la educación; y a confundir a los actores sociales del proceso educativo: profesionales de la educación, estudiantes, padres de familia y la comunidad en cuanto a los fines y metas que se propone la Escuela o las Universidades como instituciones comprometidas con el desarrollo integral de los futuros ciudadanos. No negamos que muchas de ellas se puedan implementar adecuadamente, pero no permitirán por si solas una mejora suficiente y sostenible en la distribución de mejores oportunidades educativas ni en los resultados de aprendizaje. La razón que esgrimimos es que no se dirigen a las raíces de los problemas educativos ni a su correspondencia a las exigencias de una educación de calidad sino a sus síntomas más visibles muchos de ellos, ignorando las desigualdades sociales y la formación docente. Pensamos que si deseamos una educación acorde a los tiempos actuales, esta visión cortoplacista de reacción coyuntural debe ser reemplazada por una visión prospectiva de largo plazo que demande de las autoridades políticas, de los profesionales de la educación, de los padres de familia y de la comunidad, un compromiso de responsabilidad social con el desarrollo integral de los jóvenes adultos del siglo XXI. El aporte más importante que puede hacer un sistema político a la mejora de la educación es brindar mayores posibilidades a los ciudadanos incidiendo en un modelo basado en la diversidad y la profesionalización, dado que la docencia como opción profesional compite hoy con muchas otras profesiones que tienen mayores incentivos. Esta es otra causa, los salarios docentes no son competitivos, frente a las altas cargas horarias y en condiciones difíciles de trabajo, si se suma como grandes desafíos a resolver a futuro la cantidad y calidad de docentes, a fin de lograr un seguimiento más personalizado de los estudiantes y finalmente repensar el verdadero sentido de la educación, contenidos, practicas pedagógicas y los instrumentos de evaluación que no puede ser la misma hoy que a comienzos del siglo XX. Hoy hay cosas que se deben enseñar que no se enseñaban 100 años atrás, esto no significa que un docente no deba aceptar la tarea de reconocer el pasado como propio y ofrecerlo a quienes vienen detrás de nosotros. Entendemos ante todo que la educación es transmisión de algo, aquello que quien ha de trasmitirlo considera digno por 75 sus valores de ser conservado. Entregar al mundo en que vivimos y de la forma en que lo pensamos que es a la generación futura, les hacemos participes de sus posibilidades anheladas o temidas, que no se han cumplido todavía. Estamos educando para satisfacer una demanda que responde en una responsabilidad a un estereotipo social, personal. Hannah Arendt decía sin rodeos: “Me parece que el sentido de conservación, es la esencia misma de la Educación, que siempre tiene como tarea envolver y proteger algo, sea el niño contra el mundo, el mundo contra el niño, lo nuevo contra lo antiguo o lo antiguo contra lo nuevo” y sin embargo, este pedal conservador no agota el sentido ni el alcance de la educación. Los grandes creadores de directrices educativas tampoco se han limitado a confirmar la autocomplacencia de lo establecido ni tampoco han pretendido aniquilarlo sin comprenderlo, su labor ha sido fomentar una insatisfacción creadora, activa en un contexto cultural. De manera que al analizar estos puntos de vista, es tal el desafío que tienen estos sistemas educativos contemporáneos que hay que repensar radicalmente hacia dónde vamos y que educación queremos transmitir en esta universalidad democrática. No hay duda que los cambios actuales tanto en Latinoamérica como en el resto del mundo, están transformando la geopolítica del siglo XXI. Las tendencias de regionalismo y globalización cambiaran la faz de la tierra en muy pocos años, como verán, el bloque europeo, el bloque asiático y un posible bloque americano son tres fuerzas determinantes de este tercer milenio. Latinoamérica, sin duda, en medio de estas transformaciones está pasando por una revolución cultural por decirlo de una forma, el entendimiento en una integración que afectará completamente la estructura e influencia de la región durante los próximos años. Sin embargo Latinoamérica confronta desafíos que van mucho más allá de las libres asociaciones comerciales, los problemas se parecen más entre sí que aquellos problemas de cualquier otra región del mundo. Hace más de dos siglos que el economista escocés Adam Smith hablo de las ventajas absolutas, décadas más tarde el inglés David Ricardo se refirió a la teoría de las ventajas comparativas y hace algunos años el americano Michael Porter comenzó a hablar de las ventajas competitivas. 76 Pensamos que ahora es tiempo de pensar en las ventajas comparativas y Latinoamérica es la región con más ventajas comparativas en todo el mundo. Su cultura, historia, geografía e idiomas. Por eso, decimos que en los próximos años las naciones latinoamericanas deben pasar de ser primos desconocidos a hermanos inseparables. De ahí que nos preguntemos que características y que planteamientos deberá tener la educación futura para una acción humanizadora, capaz de favorecer y potenciar en nuestros jóvenes en el desarrollo de sus capacidades, y de sus valores que le sirvan de referencia y que le permitan conjugar en armonía aprender a aprender y el aprender a vivir en medio de realidades que se encuentran y se fundan a lo largo de todo este proceso latinoamericano en medio de dos siglos. En este contexto, uno de los puntos fundamentales, la investigación educativa, en el ámbito nacional, provincial, regional e institucional, es una de las fuentes primordiales para sustentar la continuidad e innovación de las distintas acciones académicas tanto en la práctica cotidiana del aula como en la toma de decisiones para el futuro de estos países latinoamericanos, como lo vienen haciendo los países asiáticos que estaban en el rezago y hoy son potencias de ejemplo mundial. Me animo a reafirmar esto porque si los que creen y están satisfechos como se viene procesando los sistemas actuales en materia de educación, tal como lo revelan algunas encuestas, realmente están en problemas. El secreto del éxito educativo y tecnológico de países como China, Japón, e India, para citar algunos, es la humildad y cierta dosis de paranoia. Mientras el año pasado, EUA solicitó a la OMPI 57,200 patentes internacionales, Japón 53,600, China 21,500, Corea del Sur 12,300 e Israel 1,600, todos los países latinoamericanos y caribeños sumados solicitaron alrededor de 1,200. Es decir, Corea del Sur sola produjo 10 veces más patentes internacionales que todos los países latinoamericanos. Pero lo cierto es que cuando observamos las estadísticas nos encontramos con que los estudiantes de Hong Kong, sacan un promedio de 550 puntos en matemáticas, Corea del Sur, 542 y los EUA 483, los estudiantes Brasil, México, Argentina, Chile y Perú, andan en promedios de 400 puntos y en otros países de la región mucho menos. No hay una sola universidad Latinoamericana entre las 100 primeras instituciones de educación, a pesar de que Brasil y México, figuran entre las 13 economías más grandes del mundo. 77 Pero en mi opinión Latinoamérica tiene grandes talentos, y puede remontar este rezago, pero el primer paso es acabar con el triunfalismo y ser más humildes con una sana dosis para vencer como emprendedores, la complacencia y crecer más y mejor reduciendo rápidamente la pobreza que crece en estos pueblos. Un ejemplo claro de lo que estoy planteando la manifiesta Von Ahn, un científico y emprendedor guatemalteco, un innovador de talla mundial que con apenas 34 años ha sabido interpretar los tiempos, colocando patentes en el mercado internacional. Su último proyecto -un sistema de aprendizaje de idiomas gratuito llamado Duolingo- y sobre lo que deben hacer los países latinoamericanos para producir más científicos de nivel mundial. Finalmente dejo este mensaje: la tarea más grande deberá emprenderse muy tempranamente si queremos sociedades sanas, comprometidas en una responsabilidad social ,con pensamiento propio a partir de las contribuciones de otros, rescatando y cultivando virtudes perdidas que hacen de esta América un rezago educativo. Cada país paga el pecado de su falta de civilización. Educar, en tanto, supone algo más que un concepto filosófico, es crear el sentido de responsabilidad en el individuo, poner de manifiesto sus condiciones morales, imponerle de sus derechos pero también de sus deberes para su actuación en la sociedad de que forma parte. La base de este desafío es poder encontrar un nuevo paradigma, redefiniendo el modelo de conocimiento, el modelo de aprendizaje y la idea de contenido. Y en esto se nos va la vida, porque como dijo Peter Druker, en el futuro las sociedades no van a ser clasificadas por ricas o pobres, sino por inteligentes o ignorantes. 78 Miguel Ángel Zabalza España Doctor en psicología. En la actualidad es miembro de Agencias de Calidad de Castilla-León, Cataluña, Canarias y País Vasco. Fue profesor en la Universidad Complutense de Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia y, desde hace 33 años, enseña en la Universidad de Santiago de Compostela (La Coruña, España). Presidente de Asociación Iberoamericana de Didáctica Universitaria (AIDU), director de la Revista de Docencia Universitaria que publica la Red Estatal de Docencia Universitaria. Director de la Colección Universitaria de la Editorial Narcea de Madrid. Presidente del Instituto Latinoamericano de Estudios de la Infancia (ILAdEI). Director de la revista REDU (educación superior) y director de la revista RELAdEI (educación infantil). Investigador principal de 25 proyectos de investigación de ámbito nacional e internacional y autor (o coautor) de más de 100 libros, algunos de ellos traducidos a varios idiomas (italiano, francés, portugués, euskera). 79 Territorio y escuela: el desafío de una educación bien integrada en su entorno Miguel Ángel Zabalza He discutido con algunos colegas mexicanos la oportunidad de incorporar un vocablo como “territorio” al título de este texto. Ellos me decían que no es un término habitual en este país, que sería preferible acudir a denominaciones más clásicas como “ambiente” o “contexto”. Eso me ha hecho dudar pero, al final, aunque también utilizaré con profusión los conceptos de ambiente y de contexto, he preferido mantener la idea de territorio. No por llevarles la contraria, desde luego, sino porque a mí el territorio me parece más físico, más carnal que los otros conceptos (se pisa, se toca, se vive y, además, se le pueden establecer límites y adscribir competencias y responsabilidades). Por otra parte, para mí tiene resonancias muy particulares pues desde los años 80 he ido trabajando cuestiones ambientales bajo esta denominación de “territorio”. Me ha parecido, como ven, desde siempre, muy atractiva esta idea del territorio como concreción del contexto local en el que desarrollan su actividad las escuelas. Por varias razones: (1) porque, como decía, la idea del territorio trae consigo elementos concretos y con identidad propia (un municipio, un barrio, una comunidad, una zona geográfica); (2) porque permite establecer una imbricación muy completa entre los elementos físicos, los biológicos y los culturales de un determinado espacio geográfico; (3) porque permite llevar la reflexiones sobre la escuela y la educación más allá de profesores y escuelas para integrar en ellas a las familias, las autoridades, y a toda la comunidad local de forma tal que nuestro compromiso no solamente se proyecta sobre la educación académica sino sobre la calidad de vida de nuestros estudiantes. Obviamente, la polisemia del concepto “territorio” permite acercarse a él desde perspectivas muy diversas, tanto desde aspectos concretos (la naturaleza, la organización social, la historia, la cultura, la cartografía, etc.), como de visiones más holísticas (la cultura, el desarrollo social, etc.). En algunos casos, 80 esas diferentes miradas sobre el territorio son precisas para poder diseñar las acciones y dispositivos sociales necesarios para el correcto desarrollo de las personas y las comunidades que viven en ellos. Es en este punto donde hemos de situar la territorialización del currículo escolar como signo distintivo de unas escuelas que no se cierran sobre sí mismas sino que se piensan y se organizan como una pieza básica del desarrollo y el bienestar de la sociedad a la que pertenecen. Es desde esa perspectiva como quisiera abordar este tema de la TERRITORIALIZACIÓN de la enseñanza y de los currículos escolares: partiendo de la consideración de que la escuela debe pensarse y diseñarse desde la inserción en el entorno en que trabaja. El currículo formativo, la organización escolar, la relación con las familias y con la sociedad tienen sentido formativo solo si se territorializan (si se adaptan a las circunstancias del entorno y tratan de dar respuestas efectivas a sus demandas). No es ésta una tarea fácil en la sociedad actual en la que constantemente se solicita/exige que la escuela trate de paliar cualquier nuevo problema o necesidad que va apareciendo y cobrando prioridad en el cotidiano social: conocimientos sobre salud, higiene y alimentación, avances de las ciencias, conflictos sociales, desarrollo de las tecnologías, globalización cultural, etc. Cualquier cosa que no funcione acaba convirtiéndose en un problema de las escuelas y profesores que no cumplen bien con su trabajo. Son tantas cosas de las que responsabilizarse que, a veces, los árboles no dejan ver el bosque. Y la respuesta defensiva es cerrarse sobre sí misma y convertirse en un ecosistema concéntrico en el que lo que se hace tiene sentido casi exclusivo para la escuela. La cultura que adquieren nuestros niños y muchachos es una “cultura escolar” y para la escuela, basada sobre todo en libros de texto y con escasa o nula proyección sobre su vida cotidiana. Sin embargo, como decía Sara Blasi, …la escuela, ha de conectar con la comunidad y ha de dar respuestas educativas a las necesidades culturales y sociales que se le plantean, escogiendo de entre las múltiples posibilidades que ofrece la sociedad actual, las actividades de diverso tipo que pueden formar parte del currículo escolar y transformarlas en situaciones de aprendizaje de tal manera que formen parte de la educación integral del niño (p.4). Esta idea general de la territorializacion curricular podría articularse en torno a 4 ejes fundamentales. A saber: (a) la vinculación entre territorio e identidad, esto es, el sentido del territorio en la configuración de la identidad y la naturaleza propia de sujetos y comunidades; (b) la vinculación entre territorio y escuela, es decir, la recuperación del sentido educativo y didáctico del entorno en que la escuela desarrolla su actividad; (c) la vinculación entre territorio y currículo escolar, esto es, 81 la contextualización y organización diferenciada de los currículos en los diversos estados, regiones e incluso, zonas con identidad propia; y (d) la vinculación entre territorio y organización escolar, es decir, la adecuación de la organización escolar y sus estructuras institucionales y funcionales a una dinámica que por un lado posibilite la simbiosis con el territorio y, por otro lado, sea capaz de crear los cauces pertinentes para desarrollar una intensa interacción con él llegando a configurar un auténtico “sistema formativo integrado”. Podríamos decir que los dos primeros ejes configurarían lo que podríamos denominar una pedagogía del territorio, mientras que los dos últimos darían lugar a una didáctica del territorio. Para no sobrepasar los límites que la revista y la paciencia de los lectores imponen a un texto que se haga soportable, ni caer en el riesgo de una superficialidad vacua que me haga sentir incómodo, me centraré en esta ocasión en los dos primeros (la pedagogía basada en el territorio) y dejaré los otros dos (la didáctica basada en el territorio) para un artículo posterior. Espero que me disculpen por otorgarme esta auto-prórroga. 1.Territorio e identidad “No se puede comprender a la persona sin tener en cuenta la cultura en la que está inserta”. Bruner. Parece obvio que no podemos pensarnos al margen de las coordenadas espacio-temporales y espacio-culturales en las que estamos insertos. No somos “mónadas leibnizianas” flotando en el vacío. Nuestra identidad se construye en el aquí y ahora que a cada uno nos ha tocado vivir. Eso mismo sucede con las escuelas. Ninguna escuela desarrolla adecuadamente su doble función de desarrollo personal y de socialización de sus alumnos si está construida y funciona como una instancia cerrada sobre sí misma y a espaldas del territorio donde se ubica y al que sirve. El tema de la identidad puede abordarse, desde luego, desde muchas y diferentes perspectivas. Prácticamente, cada una de las ciencias, tanto físicas como sociales, ha desarrollado su propia mirada desde la cual trata de definir la identidad de las cosas y las personas, pero han sido las ciencias sociales las que más se han interesado por aclarar este núcleo de la existencia humana. En el fondo, se trata de dilucidar nuestra entidad como sujetos en el mundo, un mundo que es social y es histórico. Como señala Porta (2010): 82 “La identidad implica situarse en la problemática del sujeto, de su accionar y su decir/se social. Y eso marca distintas dimensiones de lo social que surgen del entrecruzamiento de lo individual y lo social, esto es, del aporte personal con lo externo estructural” (p.1). Esa construcción de lo que somos en cuanto seres individuales y, a la vez sociales, es lo que va a consolidarse como nuestra identidad. Los modelos psicosociales de la identidad prestan una fuerte atención a los factores sociales que condicionan la construcción del yo. Giddens (1991) ponía el acento en la reflexividad: la identidad se construye haciéndose consciente de la propia experiencia vital, de lo que uno es y hace. Mead (1968) en su teoría del interaccionismo simbólico remarcaba el poder de fijación que sobre la construcción de la propia identidad tienen los mensajes que sobre nosotros nos envían los otros. Muchos años más tarde Paul Ricoeur (1999), ya no insistía en el valor de la comunicación en la construcción de la identidad: la forma en que nos relatamos o nos relatan lo que somos y lo que fuimos (sea esa historia real o ficticia) acaba configurando el sentido que uno se da a sí mismo, la forma en que se siente sujeto. Sin embargo, resulta difícil entender ese “entrecruzamiento de lo individual y lo social”, del que habla Porta, si lo dejamos en esos términos un tanto etéreos. No son cruces e influencias que se produzcan en una platea intangible al margen de la materialidad de cada contexto. Es difícil entender lo que somos sin los decodificadores que nos ofrece el lugar donde hemos nacido y el entorno en que vivimos. La verdad es que, salvo excepciones coyunturales, somos de donde nacemos. Y no solo porque el hecho de nacer se produjera en un lugar específico sino porque las coordenadas territoriales de ese lugar constituyó parte de nuestra existencia desde que fuimos concebidos. Ese lugar que nos vio nacer no es solo un “locus” inexpecífico e intercambiable sino un nicho de condiciones e influencias (unas positivas y otras negativas) que, en cierto sentido, nos hacen ser lo que somos (seres con una identidad diferente a la de otros sujetos nacidos en otras partes). Es ahí donde aparece el territorio. BIOS Los tres componentes del territorio ANTROPOS FISIS 83 No hace mucho, dando un curso sobre competencias docentes en Chiapas, cuando ya había finalizado de explicar el modelo de 10 competencias con el que trabajo (Zabalza, 2003), uno de los asistentes al curso me planteó una importante objeción: “mire doctor”, dijo, “eso que usted dice está bien, pero hay cosas que son más importantes. A nuestras comunidades llegan profesores que puede que posean esas competencias de las que usted habla, pero son incapaces de integrarse en la comunidad. Y sin eso, nada de lo que sepan sirve para nada. No entienden nuestra cultura, a veces ni siquiera nuestra lengua, no saben nada de nosotros. La comunidad no los quiere porque no confía en ellos. Son extraños a nosotros. De poco les sirven sus competencias”. Así pues, el primer dilema que afrontan nuestras escuelas es el de la apertura – clausura con respecto al contexto en el que se ubican. La territorialización curricular se hace posible tan solo desde una resolución positiva de la dialéctica entre apertura-clausura. Condición aplicable a la escuela en su conjunto y a cada uno de sus elementos clave: directivos, profesor, programa, recursos didácticos, organización de las actividades, participación de los agentes comunitarios,etc. (véase Tabla No. 1). Tabla No.1: Rasgos de apertura Institución No cabe ninguna duda de que el territorio no es un elemento neutro en nuestra configuración como personas. Más bien, al contrario, condiciona todos los aspectos de nuestra vida: en él respiramos, de él nos alimentamos, en él organizamos nuestra vida cotidiana, en él aprendemos a vivir y a predefinir nuestros intereses y nuestro proyecto de vida, en él mantenemos nuestros vínculos primigenios y las relaciones sobre las que se construirá nuestro ser social. Será difícil entender lo que somos y cómo somos si no tomamos en consideración el territorio al que pertenecemos tanto como seres biológicos como sociales, tanto en lo que se refiere a nuestro cuerpo como a nuestro pensamiento. Podemos variar de territorio, desde luego, pero eso nos obligará a desarrollar, si no es demasiado tarde para la adaptación, nuevas identidades (nuevas formas de vivir nuestra vida, nuevos recursos de supervivencia, y nuevas formas de pensamiento). texto. Si no habremos olvidado el valor educativo del ambiente. • Sus normas de funcionamiento tienen “sentido” solo “en” y con relación al “centro escolar”. • Escasa relación con el medio ambiente (grupos sociales, padres, poderes públicos locales, etc.). • Escasa incidencia en el medio. • No relación con los otros centros escolares del lugar. • Organización interna estandarizada (con respecto a otros centros de su estilo). • Alto nivel de discusión (con cauces establecidos para ello), distribución amplia de funciones. • Presencia e influencia en el entorno (barrio, pueblo, zona) donde se encuentra. • Presencia y colaboración de la comunidad local en las actividades del colegio. • Apertura de sus órganos y actividades y locales a la intervención y utilización de personas o colectivos del entorno. Profesor El territorio como nicho de condiciones en la que interactúan los 3 grandes agentes de la construcción de nuestra realidad física y social: Fisis, Bios y Antropos. Fisis se refiere a los elementos físicos de nuestro entorno: el espacio, los campos, las montañas, la temperatura, el clima. Bios se refiere a los elementos vivos del entorno: la flora, la fauna, los ecosistemas. Antropos se refiere a lo humano o hecho por humanos: la arquitectura, la cultura, las convenciones sociales, las creencias, etc. Estos tres grandes componentes del territorio están en una permanente interacción que se convierte, con frecuencia, en conflicto. Y en esa permanente interacción es donde los seres humanos vamos desarrollando nuestra existencia. Por ese motivo quien nace en una zona montañosa y fría adquirirá un cuerpo y una forma de vivirlo peculiar, distinta a quien haya nacido en un entorno marino. Por eso un oriental es distinto a un occidental y quien haya nacido en una comunidad indígena de quien lo haya hecho en una ciudad. Viven y sienten las cosas de distinta manera. • Trabajo independiente con escasa coordinación con los compañeros. • Se reduce a sus propios alumnos y su propia clase. En este sentido es autosuficiente. • Tiende a repetir su propio estilo docente curso tras curso. • La dinámica que crea en clase es muy uniforme: todos hacen lo mismo y a la vez. • Crea canales de discusión en clase. Analizan de vez en cuando cómo les va. • Busca complementar su actuación con la aportación de otros profesores o personas. No se siente autosuficiente. • Adecúa su actuación a las características de los alumnos de cada curso. Introduce variaciones. • Ofrece a los alumnos materiales y genera situaciones para que ellos mismos elaboren independientemente su trabajo. 2. Territorio y escuela “Para educar a un niño se precisa de toda la tribu” (Dicho Masai). Si el territorio, como entidad física, biológica, social y cultural, es un componente básico de nuestra identidad, no puede dejar de serlo de nuestra educación. Si no lo es nuestra vida, tampoco nuestra educación puede ser una cuestión neutra, atemporal, descontextualizada. Nos tenemos que preguntar si no ha sucedido que los profesores nos hemos encerrado demasiado en nuestras clases, en nuestros libros de 84 85 Texto o programa • Se utiliza como recurso autosuficiente. • Es el centro de la actividad en el aula. • Las actividades se realizan sobre los materiales que el texto ofrece. • Los contenidos se ofrecen como algo ya elaborado. • Ofrece información inicial que se ha de complementar por otros medios. Hace referencia constante al entorno. • Da preferencia a las sugerencias de actividades, más que a la mera oferta de información. • Señala alternativas en la información ofrecida. • Ofrece diversas vías de trabajo o enfoque de los temas. Organización escolar • Es una organización standard. • Se concibe el colegio como un espacio cerrado. • Las estructuras son rígidas, uniformes y de difícil alteración. • Existen cauces previstos para la participación de agentes sociales en la dinámica del centro escolar. • Se organizan actividades dirigidas al entorno. • Las estructuras son flexibles y/o pueden ser discutidas y alteradas. Métodos • Exige recorrer un camino fijo e igual para todos. • Se utilizan materiales, contenidos, enfoques convencionales, no relacionados con el territorio. • El profesor posee un estilo y método propio y poco variable de un curso para otro. • No solo permite sino que potencia el trabajo personal, distinto, divergente e individualizado. • Exige a los alumnos frecuentes salidas y/o trabajos de aplicación de los nuevos conocimientos al propio entorno. La clausura tiene que ver con la autosuficiencia, la estandarización, la rigidez de supuestos y previsiones metodológicas, la no existencia de relaciones fluidas con el contexto, etc. La apertura hace referencia a la flexibilidad y diversidad en las previsiones e itinerarios de aprendizaje planificados, a la existencia de un juego de interinfluencias profesor-alumno, escuela-familia, institución-medio, a la flexibilidad de las estructuras, etc. Es decir, no se trata de un mero retoque coyuntural (por ej. unas salidas o excursiones al campo dentro de la asignatura de Ciencias Sociales o Naturales; el estudio aislado de la historia o el arte regional, etc.). Ni siquiera es suficiente con prestar relevancia educativa al idioma propio. La territorialización tiene el sentido de una transformación generalizada en el interior del espacio escolar convencional. Supone un salto ideológico y práctico desde la lógica de la institucionalización estandarizada (las escuelas son todas iguales y deben responder a un currículo común a todas ellas) a la lógica de la diversidad situacional; un salto desde la lógica de lo mandado, lo referido, lo contado, lo establecido como regla general a la lógica de lo real, lo experimentado, lo próximo. Es decir algo que afecta, en lo general, a las propias políticas curriculares que deben hacerlo posible, y en lo particular de cada escuela, a las estructuras organizativas, los contenidos a enseñar, la forma del trabajo dentro y fuera del aula, etc. Podemos 86 decir, en términos de Bertolini (1977) que la idea de la territorialización y su condicion básica de apertura “nos da la oportunidad de destruir una escuela que se vive y se realiza como una unidad cerrada, para reconstruirla en una relación dialéctica, siempre abierta y por definir en cada caso, con el ambiente externo” (pág. 222). Así pues, la primera condición para el desarrollo de una educación bien alineada con su entorno es que esa escuela se abra al territorio que, como ya dijimos está constituido por el marco de estructuras y condiciones naturales, sociales y culturales en que se desarrolla la experiencia de los individuos y los grupos. Se trata de concebir la educación como un proceso de desarrollo que nos permita crecer y hacernos cada vez más fuertes y capaces de manejarnos en nuestro propio entorno para desde él poder afrontar los problemas globales. La escuela se convierte así en un gran ecosistema de encuentro y experimentación. La escuela ha de ofrecer a los niños y niñas que acuden a ella, la posibilidad de encontrarse con los 4 elementos que van a ser esenciales en su desarrollo personal y social: • Encontrarse consigo mismos y con los otros. Encontrarse consigo en una perspectiva muy diferente a como lo hace en su casa: en un contexto menos saturado de afectos, más regulado, orientado al desarrollo de tareas. La escuela es un continuo encontrarse consigo mismo, experimentarse, ponerse a prueba, asumir compromisos, etc. Encontrarse con otros que son diferentes a uno mismo, con sus deseos, con sus formas de ser y relacionarse, con sus demandas (sobre todo en el caso de los otros adultos). • Encontrarse con ambientes y herramientas de aprendizaje que deberá ir asumiendo y dominando para avanzar en las exigencias que el currículo escolar le plantea. • Encontrarse con el territorio como nicho en el que se va produciendo su desarrollo personal y social. Con todo lo que el territorio tiene, como ya hemos señalado, de Fisis, Bios y Antropos. • Encontrase con la cultura, especialmente con la cultura académica, con los conocimientos disciplinares que le exige la escuela para progresar. El gran papel de la escuela es hacer de instancia de mediación entre los sujetos y esos grandes encuentros que constituyen su educación. Es un encuentro que podría hacerse sin esa mediación que la institución escolar proporciona (se puede vivir y llegar a ser adulto sin pasar por la escuela) pero sería un progreso muy primario y rudimentario. 87 Por eso, aunque resulten coincidentes en algunos aspectos, éste no es el enfoque habitual en los planteamientos actuales dentro del campo de la Educación Ambiental, más centrados, por lo general, en el estudio del medio ambiente físico-natural y con puntos de partida más ecológicos que psicodidácticos. Se parte de la urgente necesidad de responder al progresivo deterioro del medio por destrucción, contaminación, especulación, etc., a través de una acción escolar que busque el conocimiento del entorno, su cuidado, su mejora y, a la larga, conectar a la escuela, a través del conocimiento del entorno, con una propuesta vital de sensibilización hacia la naturaleza, de “salvación” del medio. La idea que se trata de plantear aquí parte de otros supuestos. Básicamente se parte de la necesidad de integrar formación e información, educación y vida, formas y contextos del comportamiento ordinario y experiencia consciente de tales aspectos. Se trata de buscar una enseñanza que parta y se oriente a lo que Dewey definía como “reconstrucción de la experiencia”. Reconstrucción que puede ser individual o colectiva. Sin duda puede existir escolarmente información y conocimiento al margen del conocirniento de uno mismo y sus circunstancias, pero no puede haber formación auténtica (por lo menos si entendemos ésta como “reestructuración y reorganización continuas de la experiencia”, (Clausse, 1961, pág. 89). Quizá haya erudición pero no sabiduría. Entiendo que para superarse a sí mismo hace falta conocerse y trabajarse educativamente, lo mismo que para mejorar el propio medio y la calidad de vida en él, es preciso conocerlo, analizarlo, trabajarlo didácticamente. Se trata de una enseñanza vital en el doble sentido de que se enseña y se trabaja la vida diaria y de que se hace eso para mejorar esa vida inmediata, próxima: una educación desde la vida y para la vida. La Pedagogía no siempre ha estado de acuerdo en esa conexión tan fuerte entre educación escolar y vida cotidiana. Chateau (1951) argumentaba en sentido contrario defendiendo que la educación debe servir, justamente, para alejar a los sujetos de su vida ordinaria de forma que puedan superarla. Reboul (1981) reclamaba hacer de la escuela un “contexto higiénico” frente a los problemas de la vida real (la escuela sería una “simulación” de la vida en la que aprender a moverse sin los riesgos que comportaría hacerlo sobre la vida real). Y bajo esas premisas, la escuela ha ido generando su propio ecosistema, con reglas propias, con una gran autonomía en la definición del funcionamiento interno, con una cultura propia. Habiendo renunciado a integrar en ella el mundo exterior, se construye la educación como un gran muro de descontaminación. 88 Gráfico No.1 TERRITORIO ESCUELA AULA Todo lo contrario es una escuela abierta al territorio. Exige un “cambio de mirada” (Novo, 2009) que sea capaz de entender el desarrollo humano intrínsecamente unido al cuidado del entorno en que vive. En lugar de una visión exclusivamente antropocéntrica pasar a una perspectiva “ecocéntrica”, según sus palabras. Como se representa en el gráfico No.1, lo que forma parte del territorio debe entrar en el aula porque eso dota al trabajo escolar de legitimación y significado. Y nuestros aprendizajes académicos deben revertir en nuestra vida y volver al entorno porque nos ayuda a amarlo y mejorarlo. Se trata de no dejar fuera de la escuela ninguno de los elementos que enmarcan el desarrollo del sujeto tanto a nivel personal como social, tanto en el ámbito de los conocimientos como en el de sus modos de vida. Y teniendo siempre como punto de mira el potenciar sus recursos personales para que sea capaz de desenvolverse cada vez mejor en lo cotidiano y posea una consciencia clara de las posibilidades y limitaciones que presenta el territorio al que pertenece. En ese sentido, la relación abierta entre escuela y territorio posee virtudes invaluables para la construcción de una educación bien adaptada a su entorno porque el territorio actúa como: a) Un marco de condiciones y necesidades reales que propician una pedagogía de lo real, lo concreto. Resulta, a la larga, un juego de palabras hablar del “niño de 5 años” o de “alumnos de 2º de primaria”, así en general, como si constituyera una categoría con características precisas y fácilmente identificables a la hora de planificar la enseñanza que necesitan. La cuestión está en que no hay niños o muchachos tipo. Hay chicos o chicas de tal o cual medio ambiente, en ese sentido pleno de significados y matices en que “niño y ambiente son entendibles como un todo en una especie de unidad vital y/o cultural” (Frabboni, Gallettt y Savorelli, 1984, pág. 100). Así la enseñanza de cada niño o niña tendría que partir de su ambiente concreto y por tanto de unas situaciones diferentes y requeriría una jerarquía de prioridades específicas y consensuadas en función de esa situación concreta. En función de dichas prioridades (en cuya definición participa la denominada “comunidad 89 educativa”) se establece una forma de trabajo útil, interesante, eficaz y diversificada. b) Un espacio de aprendizajes de diálogo y convivencia. Aunque hablemos del territorio como un espacio multidimensional con características propias, eso no significa que dichas características supongan un corsé rígido e infranqueable. En la mayor parte de los casos, los territorios se han hecho fluidos y multiculturales con modos de vida y de pensamiento diferenciados. Proponer un amplio conocimiento del propio entorno no significa rehuir el que se busque conocer otras formas de pensar, otras culturas, otras experiencias desde la plena y previa asunción de la propia. Es la idea del conocimiento como recurso educativo abierto, crítico, problemático. Es la educación del aceptarse como uno es y aceptar, a la par, lo distinto a mí (a nivel lingüístico, estético, histórico, ético, etc.). Postman y Weingarten (1981) hablaban de la escuela como “termostato”. Eso significa que en contextos muy abiertos y difuminados, en los que la identidad cultural de las comunidades puede estar en riesgo ante la influencia de la globalización, la escuela ha de actuar como una instancia de preservación de la propia identidad. Y a la inversa, si el contexto resulta cerrado y rígido, impermeable a los avances culturales y sociales de los nuevos tiempos, la escuela ha de resultar transformadora haciendo de ventana hacia las innovaciones y todo aquello que pueda mejorar la vida de los sujetos. Así pues, en cualquier caso, en el trabajo de análisis y lectura del medio deben aparecer necesariamente sus diversidades, su dialéctica de afinidades y disparidades diversas. La educación y el conocimiento es el principal recurso para que lo distinto no se convierta en “lo contrario”, y la diversidad acabe aceptándose como una riqueza y no como una rémora. c) Una “cartilla de alfabetización ecológica” en frase feliz de Frabboni, a la que podríamos añadir la idea complementaria de la alfabetización social y axiológica. En un mundo de tecnificación, despersonalización, alienación y estandarización cultural, la escuela ha de potenciar una especie de “comunión” con lo vivo, con lo humano. Ha de trabajar la sensibilización hacia la supervivencia de lo armónico natural, del equilibrio ecológico, de la permanencia de la idiosincrasia lingüística, histórica, artística y cultural de cada territorio. Este es un planteamiento legítimo y congruente con nuestra situación histórica, el insistir en que la escuela se plantee como objetivo explícito el enraizamiento en lo propio, el 90 compromiso en la defensa de la propia identidad. En tal sentido, es el territorio la realidad a comprender, a amar, y la enseñanza se articula como el desarrollo de la sensibilidad afectiva y perceptiva hacia el propio entorno. Y todo ello, retomando la idea del “termostato”, no desde una visión miope que nos deje estancados en el idiocentrismo, el aldeanismo, o la negación de lo “otro” y lo distinto a nosotros. Formarse en el respeto y escucha atenta de lo natural, en la actitud de misterio y búsqueda frente a lo inesperado e incontrolable de los fenómenos físico naturales, es otra aportación educativa que resulta viable a partir del territorio. En ese sentido señalaban Moroni y Bardulla (1988) que la educación ambiental implica la “transmisión de un sistema de conocimientos, de métodos y de experiencias a través de los que una persona que forma parte de un grupo y el propio grupo al que pertenece toman conciencia de la realidad del ambiente en el que viven y, como consecuencia de ello, asumen un comportamiento correcto y responsable en lo que se refiere a la programación y gestión de los sistemas y recursos ambientales, tanto naturales como humanos” (p. 3). Pero, a la vez, una mirada atenta al ambiente, no podrá dejarnos indiferentes con respecto a las carencias y dificultades que muchas personas pasan en él. Las desigualdades, las exclusiones, las dificultades para poder llevar una vida digna, vistas con sentido crítico y comprometido son escenario inmenso y próximo en el que ir sentando las bases de una actitud social crítica y comprometida frente al entorno (pero sobre todo frente a las personas con carencias). No es preciso acudir a grandes enunciados abstractos, basta con mirar a nuestro alrededor para encontrar materiales y situaciones capaces de formar nuestros valores y actitudes y de impactar fuertemente en nuestra personalidad abriéndola hacia nuestros semejantes y sus necesidades. Como señala María Novo (2009); Lo específico de esta educación es, por tanto, que, sin abandonar los problemas de los individuos, extendió sus objetivos al contexto, incorporando las relaciones entre los sujetos y la naturaleza y con los demás seres humanos, en una escala que vincula lo local con lo global. Este ensanchamiento de los horizontes del saber, supuso un gran compromiso con el conocimiento y situó a la educación ambiental como una vía de replanteamiento de nuestras relaciones con la biosfera, a la vez que un instrumento de transformación social y empoderamiento de los más débiles, todo ello con la meta final de conseguir sociedades más armónicas y equitativas. (Cursivas de la autora, p.198) A ello se refería la Comisión Europea al señalar que educar en el ambiente “es un proceso de identificación de los valores y de clarificación de los conceptos destinados al desarrollo de las capacidades y de las actitudes necesarios para ser capaces de captar y valorar las 91 relaciones entre el hombre, su cultura y el ambiente bio-físico” (Consejo de Europa). En ese sentido le atribuye 3 finalidades educativas: a) el ambiente como taller de recursos para cualquier tipo de aprendizaje; b) el ambiente como objeto de estudio interdisciplinar; c) el ambiente como base de compromisos éticos. dadanas en el manejo de las cuestiones de la enseñanza. Y ello puede ser una apreciación correcta pero que en absoluto invalida la legitimidad de su participación, aunque sí pueda exigir una racionalización de sus ámbitos de intervención o una progresión del proceso por el que se han de incorporar a ella. d) Como universo de datos y estructuras que permite exige un estudio serio. En definitiva, la moraleja inmediata de estas reflexiones es que el punto de referencia de la acción educativa no es la institución escolar (sus normas, planteamientos, necesidades, usos o reglamentación oficial) sino que la referencia básica es el territorio (su arquitectura natural y social, su cultura, sus necesidades reales, la jerarquía de prioridades consensuada). Todo ello se convierte en marco general de referencia y diversificación de los planteamientos y estrategias didácticas. A eso se refiere la contextualización curricular. El trabajo sobre el territorio posibilita un tratamiento científico de los datos que actúe como medio para el desarrollo y potenciación de un auténtico espíritu científico (sistematización, rigor lógico, atención selectiva) en los alumnos desarrollado sobre materiales reales y significativos para él. El ambiente como teatro de operaciones lingüísticas y lógico conceptuales. Ello requiere educar la capacidad de observación (saber “ver” el medio), la habilidad de recoger del ambiente datos e informaciones útiles y funcionales al aprendizaje que se está desarrollando, la capacidad de colaborar con otros para formar equipos de trabajo capaces de afrontar las muchas caras de la información ambiental, la capacidad de poner en marcha procesos de análisis e interpretación de los fenómenos superando una visión superficial o segmentaria o memorística (saber “interpretar” el ambiente). e) Como fuente de vida democrática para las escuelas. La participación de los padres en la dinámica y gestión de los Centros es uno de los puntos calientes del permanente debate en torno al desarrollo institucional de las escuelas, tanto da si son públicas o privadas. En este sentido los padres son los primeros agentes sociales en cuyas manos está el romper la clausura institucional de la escuela, son el primer circuito de interinfluencias entre la escuela y el entorno. Incluirse en el territorio significa, a la larga, abrir las puertas de la escuela a sus valores escapándose de un sistema monocolor, burgués y/o confesional de definición de los valores escolares, de los puntos de vista aceptables, de los enfoques instructivos, etc. Es abrir la escuela a los “signos” de las diferentes culturas existentes en los diversos territorios. Y hacer eso desde un planteamiento reflexivo y crítico hacia lo propio pero, a la vez, amable y sensible hacia sus contenidos. A veces, el profesorado y las direcciones escolares se quejan del desconocimiento o inexperiencia de los padres y/u organizaciones ciu92 Tampoco se pretende una diversificación absoluta de un colegio a otro, de una zona a otra. Sería absurdo y, probablemente, poco democrático e igualitario. La cuestión está en plantearse cómo se podría diseñar una propuesta curricular que, manteniendo un tronco común de normas, requisitos, exigencias y disposiciones oficiales, pueda hacer propuestas originales y adaptadas al propio entorno. Al igual que se habla tanto ahora del “situated learning” (Lave y Wenger, 1991) para indicar que el aprendizaje no se reduce a las nociones académicas extraidas de los libros sino que se produce en el seno de una comunidad que vive y aprende en un contexto social y cultural concreto, otro tanto deberíamos decir de las propuestas curriculares que plantean las escuelas (“situated curriculum”). Es decir, sin poner en riesgo la homologación de los estudios y la movilidad de los estudiantes, sería aconsejable partir de un enfoque curricular y didáctico construido desde y sobre el territorio haciendo posible que cada escuela (de una manera democrática entre profesores, padres, organizaciones ciudadanas, etc.) pueda adaptar al contexto su proyecto educativo y reforzar su propia identidad cultural. Pero con ello entramos ya en la parte operativa de nuestra propuesta, en la Didáctica basada en el territorio que, como prometimos, será la cuestión que abordemos en la 2ª parte de este texto. Si ustedes lo desean, claro. Bibliografía Ashby, E. (1981). Reconciliar el hombre con el ambiente. Barcelona: Blume. Bloch, M. A. (1948). Philosophie de l’Education Nouvelle. París: PUF. Bertolini, P. (1977). Metodologia e Didattica. Verona: Bruno Mondadori. Bolivar, A. (2001). Globalización e identidades: (des) territorialización de la cultura. 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Tiene un posdoctorado en competencias de los docentes en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior. Fundador y presidente del Instituto CIFE (Ciencia e Innovación para la Formación y el Emprendimiento), organización que realiza proyectos de mejoramiento de la calidad de la educación y de gestión del talento humano en diversos países de Iberoamérica desde las competencias y el pensamiento complejo. Es uno de los líderes de la socioformación, un nuevo enfoque de la educación que enfatiza en formar a partir del proyecto ético de vida, las competencias, el tejido social y los retos del contexto ambiental y organizacional. 95 Trabajo colaborativo y desarrollo del talento para la sociedad del conocimiento Sergio tobón José Manuel Vázquez Antonio Sociedad del conocimiento y socioformación La sociedad ha tenido transformaciones a través de la historia. Actualmente se vive, en general, en la sociedad de la información, pero el reto es llegar a la sociedad del conocimiento. De acuerdo con Tobón (2014a), la sociedad del conocimiento es un conjunto de comunidades que trabajan de manera colaborativa para resolver los problemas con una visión global mediante el apoyo de la tecnología. Va más allá de la sociedad de la información, porque no se trata de producir y trabajar con datos, sino producir, compartir y aplicar el conocimiento en la resolución de los problemas. Los enfoques y modelos educativos, en su mayoría, se estructuraron para responder a los retos de la sociedad industrial y de la información. Se hace entonces necesario construir nuevas perspectivas educativas que trasciendan el concepto de aprendizaje y se centren en la formación, considerando al ser humano en su dimensión individual y social, en interacción con la naturaleza. De allí surge la socioformación, propuesta latinoamericana para transformar el sistema educativo considerando los retos sociales y ambientales, como también las necesidades de autorrealización personal. El término “socioformación”, así como su planteamiento teórico-metodológico, fue propuesto por Tobón en varias obras (Tobón, 2001, 2002). Aunque se tienen diversas definiciones de socioformación, hay varios trabajos que apuntan a considerar este enfoque como una perspectiva que aborda la formación integral buscando afrontar los retos de la sociedad del conocimiento. Para ello se centra en el abordaje de problemas del contexto, en un marco de trabajo colaborativo, conside96 rando el proyecto ético de vida de cada uno de los actores, el emprendimiento mediante proyectos transversales, la gestión y co-creación de los saberes y la metacognición, tomando como base las tecnologías de la información y la comunicación (Tobón, 2013a, 2013b, 2013c, 2013d, 2014a, 2014b, 2015). Definición y características del trabajo colaborativo El trabajo colaborativo es esencial en la actualidad para responder a los retos de la sociedad del conocimiento. Esto se ve reflejado en autores como Díaz Castillo y Delgado Leyva (2014), Hernández, (2013), Hernández, Tobón y Vázquez, (2014), y Núñez et al. (2013). Desde la socioformación, más que cooperación, se plantea el concepto de “trabajo colaborativo” por ser considerando más concreto, centrado en metas y sistémico. El aprendizaje cooperativo se asume como parte de la colaboración. El trabajo colaborativo se define como el proceso mediante el cual varias personas articulan ideas, actitudes, habilidades y recursos para alcanzar una meta común, uniendo sus fortalezas y trabajando con comunicación asertiva (Tobón, 2010, 2011, 2013a, 2014a). Las características del trabajo colaborativo desde la socioformación son las siguientes (Tobón 2014a): a. Acuerdo de una meta b. Actuación con un plan de acción c. Desempeño sinérgico d. Actuación con metacognición e. Interacción con comunicación asertiva f. Responsabilidad personal Cada una de las características del trabajo colaborativo se describen de manera sintética a continuación: a. Acuerdo de una meta El trabajo colaborativo se basa en una meta acordada, que sea comprensible por todos y que haya motivación por su logro. Esta meta común es un producto que se debe lograr a partir del trabajo entre todos y ayuda a los integrantes a articular sus acciones y a resolver las dificultades que se presenten en el camino. 97 b. Actuación con un plan de acción A partir de la meta común, debe establecerse un plan de acción y ponerlo en práctica. Este plan es necesario que sea acordado por todos los integrantes inmersos en el proceso colaborativo. El plan de acción incluye: • Las actividades por realizar • Los tiempos • Los responsables • Los recursos necesarios A medida que se avance en el trabajo es necesario revisar el plan de acción, realizar las evaluaciones e implementar mejoras según las circunstancias. c. Desempeño sinérgico Consiste en que los integrantes del equipo compartan y complementen sus habilidades, actitudes y conocimientos para el logro de la meta acordada con creatividad e impacto. Los resultados de la sinergia deben ser superiores a los logros de cada persona que trabaje de manera independiente. Para lograr la sinergia, es imprescindible que haya diálogo y se generen acuerdos sobre los elementos claves. No es necesario que haya acuerdo sobre todo. En el desempeño sinérgico es esencial la distribución de roles entre los integrantes para tener una mejor organización en el logro de las metas. A diferencia de la metodología tradicional de trabajo en equipo, estos roles no son fijos, se rotan continuamente y solamente se ponen en acción cuando se requieren. Por ejemplo, la persona que en un momento determinado tiene el rol de la coordinación, solamente en ciertas ocasiones media la resolución de conflictos o dirige el establecimiento de acuerdos; el resto del tiempo es un integrante más. Se trata, entonces, de roles operativos y circunstanciales para el logro de la meta común. En la tabla No. 1 se presenta una síntesis de los principales roles que deben tener los actores en un proceso colaborativo. miento mediante el apoyo mutuo entre los integrantes. Para ello se tiene como referencia la meta común y el plan acordado. e. Interacción con comunicación asertiva Es el proceso por medio del cual los participantes de un trabajo colaborativo se expresan de manera directa y sin rodeos, con amabilidad y respeto. Esto se hace en función del logro de la meta común y del plan de acción acordado. Implica resolver los conflictos que se presentan mediante el diálogo y los acuerdos. f. Responsabilidad personal En el trabajo colaborativo cada persona debe cumplir con los compromisos contraídos respecto al logro de la meta común y las actividades Tabla No. 1. Roles en el trabajo colaborativo propuestos por la socioformación Rol Síntesis Algunas acciones claves Coordinación Lidera las actividades -Orienta el acuerdo de la meta por lograr y el plan de acción a seguir. -Media en la resolución de conflictos. -Busca que todos los integrantes se articulen en sus acciones. -Está pendiente del cumplimiento de los compromisos por parte de los integrantes e implementa acciones para fortalecer esto. Sistematización Documenta, guarda y recupera la información en torno a las actividades y productos. -Lleva las actas del trabajo colaborativo. -Va sistematizando la información obtenida por los integrantes y la resguarda. -Elabora los informes del trabajo colaborativo. Gestión de la calidad Busca que se logre la meta acorde con los criterios establecidos, con alto grado de creatividad y pertinencia. -Verifica el cumplimiento de las actividades de acuerdo con el plan de acción y hace sugerencias para hacerlas lo mejor posible. -Verifica la calidad de los productos obtenidos y hace sugerencias para mejorarlos. -Presenta informes periódicos del plan de acción y del grado de logro de las metas propuestas. -Ayuda a controlar el tiempo para cumplir las metas. Dinamización Contribuye a generar un buen ambiente en el trabajo colaborativo. -Evalúa la dinámica del trabajo colaborativo y hace sugerencias para su mejora. -Busca que se identifiquen con claridad las fortalezas de cada integrante para el logro de la meta en común. -Implementa acciones para lograr el trabajo colaborativo y que todos cumplan sus compromisos. d. Actuación con metacognición En la socioformación la metacognición es más que un proceso de tomar consciencia. Se trata de implementar mejoras puntuales en la actuación frente a las situaciones y problemas de la vida. En el trabajo colaborativo, se hace reflexión en conjunto y se implementan acciones de mejora98 Fuente: Tobón (2014a) 99 del plan de acción. Esto debe hacerse en tiempo y forma. Diferenciación En primer lugar, el trabajo colaborativo se diferencia del trabajo cooperativo. “Cooperar” se refiere a co = “con otros”, y operar = “obrar”. En la tabla No. 2 se comparan ambos planteamientos. Tabla No. 2. Comparación de los términos “cooperar” y “colaborar” Aspecto Cooperar Colaborar Definición “Obrar juntamente con otro u otros para un mismo fin” (RAE, 2015). “Trabajar con otra u otras personas en la realización de una obra” (RAE, 2015). Empleo en internet (búsqueda a través de Google, 2 de enero de 2015). 52,200,000 sitios que emplean el término. 69,400,000 sitios con el empleo del término. Aplicación Las personas aportan una tarea o actividad al logro de un fin. Los aportes luego se unen (suma de las partes). El trabajo se hace entre todos mediante la interacción directa, desde el inicio hasta el final. Requisitos Generalmente, requiere de la conformación de equipos o de estructuras formales. No requiere de equipos ni de estructuras formales. Puede darse en cualquier ámbito. De acuerdo con las experiencias de CIFE en diversos países, el éxito en el trabajo colaborativo está dado por el abordaje de proyectos, por lo cual se recomienda esta metodología en la docencia. En todo proyecto es necesaria la colaboración y los estudiantes se forman en esta competencia. Esto es difícil de lograr en una educación centrada en contenidos, como todavía predomina en Latinoamérica. 2. Formar en el trabajo colaborativo Los estudiantes requieren ser formados en el trabajo colaborativo mediante acciones de mediación de los docentes. Algunas de estas acciones de mediación son: -Realizar juegos de reto para que los estudiantes aprendan a trabajar de manera colaborativa. -Presentar ejemplos de trabajo colaborativo y analizarlos con los estudiantes. -Asesorar a los estudiantes sobre la distribución de roles. -Compartir con los estudiantes acciones para lograr la sinergia. -Orientar a los estudiantes frente al proceso de metacognición con otros. -Apoyar a los estudiantes con estrategias para resolver los conflictos que se presenten. -Implementar juegos de roles para que los estudiantes aprendan a comunicarse con asertividad. 3. Evidencias Metodología Los elementos esenciales para abordar el trabajo colaborativo en el proceso formativo son los siguientes: 1. Tener un proyecto 2. Formar en el trabajo colaborativo 3. Presentar evidencias del trabajo colaborativo 4. Valorar el trabajo colaborativo con un determinado instrumento 5. Educar con el ejemplo No es necesario seguir estos elementos en orden. En ocasiones se pueden trabajar algunas acciones y otras no, según las necesidades que se tengan en el proceso formativo. A continuación se describen estas acciones (Tobón, 2013b): 1. Tener un proyecto 100 El trabajo colaborativo se debe demostrar con evidencias, tales como: •Actas de trabajo •Testimonios •Constancias •Audios •Videos •Fotos 4. Valorar el trabajo colaborativo con un determinado instrumento El trabajo colaborativo debe evaluarse con un determinado instrumento, como: listas de cotejo, escalas de estimación, rúbricas, entre otros. El instrumento lo deben tener los estudiantes desde el inicio, para ir haciendo autoevaluación y coevaluación, de tal manera que esto les permita mejorar de manera continua. 101 En la tabla No. 3 se presenta una rúbrica socioformativa sintética que sirve para evaluar aspectos generales del trabajo colaborativo en los estudiantes y docentes. Esta rúbrica aborda los niveles de desempeño propuestos por la socioformación para lograr la formación integral, desde lo más sencillo a lo más complejo (mayor reto y mayor número de factores en relación). Se proponen los siguientes niveles: •Receptivo (nivel más sencillo) •Resolutivo •Autónomo •Estratégico (nivel más complejo) Problema del contexto: Resolver los conflictos que se presenten en un equipo, acordar planes de acción y lograr que todos trabajen en torno a una meta compartida con proactividad y perseverancia. Evidencia: Registro en audio y video del trabajo colaborativo en un proyecto. Indicadores Receptivo Resolutivo Autónomo Estratégico Indicadores de la competencia: trabajo colaborativo Participa en alguna actividad con otras personas haciendo lo que le corresponde hacer y cumpliendo con su parte según una determinada asignación de tareas. Realiza actividades de trabajo colaborativo haciendo contribuciones frente a la meta y al plan de acción, llegando a acuerdos. Respeta las ideas de los demás. Se autorregula en el trabajo colaborativo cumpliendo con sus actividades. Hace mejoras continuas en el trabajo propio y del equipo. Contribuye a resolver las dificultades y conflictos que se presentan con acciones creativas de tal manera que fortalezcan el trabajo colaborativo. Coordina acciones y propone mecanismos para lograr la meta con impacto. 40% 60% 80% 100% Auto-evaluación En este marco de acción, el trabajo colaborativo brinda los siguientes beneficios: 1) favorece la formación integral en la medida que las personas aprenden unas de otras; 2) fomenta la evaluación para el mejoramiento continuo mediante la coevaluación; 3) permite abordar los problemas en su integralidad, con la articulación de las contribuciones de todos; y 4) promueve la inclusión de todas las personas a partir de la resolución de problemas. Bibliografía Arias, F. (2012). El Proyecto de Investigación. Introducción a la metodología científica. Caracas: Episteme. Binimelis Espinoza, Helder. (2010). Hacia una sociedad del conocimiento como emancipación: una mirada desde la teoría crítica. Argumentos (México, D.F.), 23(62), 203-224. Díaz Castillo, D. M. y Delgado Leyva, M. (2014). Competencias gerenciales para los directivos de las instituciones educativas de Chiclayo: una propuesta desde la socioformación. Perú: USAT. Co-evaluación Ferreiro, G. R. (2006). Nuevas alternativas de aprender y enseñar: aprendizaje cooperativo. México: Trillas. Hetero-evaluación Tomado de Tobón (2014a) 5. Formar con el ejemplo Es lograr que los padres, líderes sociales, políticos, directivos y docentes sean ejemplo de trabajo colaborativo. No se puede enseñar lo que 102 Conclusión El trabajo colaborativo es una estrategia esencial en la socioformación, un nuevo enfoque educativo que poco a poco se posiciona en Latinoamérica. Este proceso es clave para contribuir a formar ciudadanos para la sociedad del conocimiento. En esta nueva sociedad se requiere la colaboración para resolver los problemas con una visión global y alto impacto (Tobón, 2014a). Tabla No. 3. Rúbrica socioformativa sintética del trabajo colaborativo Ponderación: 100% no se tiene. Se invita a los docentes, directivos y profesionales del talento humano a evaluar el abordaje actual del trabajo colaborativo e implementar acciones de mejora en esta área a partir de lo expuesto en el artículo. Hernández, J. S. (2013). Formación de docentes para el Siglo XXI. Guía para el desarrollo de competencias docentes. México: Santillana. Hernández, J. S.; Tobón, S. Vázquez, J. M. (2014). Estudio conceptual de la docencia socioformativa. Ra Xim hai: El mundo, el universo, la vida, 10 (5), 89-99. Núñez, N. et al. (2013). Formación Universitaria basada en competencias: currículo, estrategias didácticas y evaluación. Chiclayo (Perú): USAT. RAE (2015). Diccionario de la lengua española. Madrid: Real Academia Española. Tobón, S. (2001). Aprender a emprender. Un enfoque curricular. Medellín: Funorie. Tobón, S. (2002). Modelo pedagógico basado en competencias. Medellín: Funorie. Tobón, S. (2010). Proyectos formativos: metodología para el desarrollo y evaluación de competencias. México: Book Mart Tobón, S. (2011). El modelo de las competencias en la educación desde la socioformación. En A. Jaik y A. Barraza (Coords.). Competencias y educación. Miradas múltiples de una relación (pp. 14-24). México: REDIE. Tobón, S. (2013a). Formación integral y competencias. Pensamiento complejo, currículo, didáctica y evaluación. Bogotá: ECOE. Tobón, S. (2013b). El enfoque socioformativo de las competencias: Aplicando el pensamiento complejo en el aula. En M.M. Alonso y M.N. Ruiz (Coords.), Educación por competencias. Critica y perspectivas (pp. 125-147). Toluca (México): FronterAbierta. 103 Tobón, S. (2013c). La evaluación de las competencias en la educación básica (2da. Ed.). México: Santillana. Tobón, S. (2014a). Proyectos formativos: teoría y práctica. México: Pearson. Tobón, S. (2014b). Currículo y ciclos propedéuticos desde la socioformación. Hacia un sistema educativo flexible y sistémico. México: Trillas. Tobón, S. (2015). Cartografía conceptual: estrategia para la formación y evaluación de conceptos y teorías. México: CIFE. Torres Romero, A.I., y Barba Martínez, C. (2013). Proyectos Integradores Multidisciplinarios en la UTCh. En S. Tobón y H. Parra Acosta (Coords.), Aplicación de las competencias en la docencia, la sociedad y las organizaciones (pp. 209-240). Orlando (Estados Unidos): CIFE Corporation. Joaquín Enríquez Flores MÉXICO Profesor Normalista para nivel Educación Primaria con especialidad en Política y Gestión Educativa. Cuenta con gran experiencia en el sector educativo, 43 años ininterrumpidos de trabajo docente en el estado de Sonora en los niveles de primaria, secundaria, bachillerato y educación superior. Ha sido director y fundador de la Escuela Secundaria Técnica No.16 del Municipio de Arivechi y del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario del Municipio de Moctezuma, ambos en el estado de Sonora. 104 105 do y sus ideas dialógicas como un gran legado, sobre el desarrollo del pensamiento crítico, para la posteridad. Construcción del pensamiento crítico. Un camino hacia la libertad Joaquín Enríquez Flores Para ponderar, en su necesaria y justa dimensión la conveniencia de educar para la construcción de un pensamiento crítico, como base sustentable de una nueva ciudadanía, es imperativo reflexionar si la ausencia de éste constituye un problema para nosotros, como nación y como sociedad; solo así, pasando de un estado de conciencia actual a un máximo de conciencia social, nos dispondremos a emprender este retador camino para los educadores, para la estructura de gobierno, el sistema educativo y para la sociedad en general. Ubicándonos en algunos rasgos generales de la historia de la cultura occidental inherentes a este asunto, vemos que entre los siglos XIII y VII A.C. el gran filósofo, educador y legislador espartano Licurgo exponía ente el poder legislativo y la comunidad, el valor de la educación como base para construir un medio de vida digno y sano para todos; desde entonces, explicaba la importancia de que la educación, derivada del latín “educere”, significa extraer de adentro, lo mejor de cada Ser para enaltecer las virtudes. Puede ser éste un antecedente válido de educar mediante la generación de un estado de conciencia, base de un pensamiento analítico y una disposición para discernir que son fuente esencial de un pensamiento crítico. En el siglo IV A. de C. el gran Sócrates se atrevió a desafiar la tradición mítica de sus filósofos antecesores (Presocráticos) y a cuestionar la falsa sabiduría de los sofistas, practicando su arte de la mayéutica (Dar a luz), para ir en busca de la verdad y la virtud; su atrevimiento a cuestionar y disentir lo llevó, bajo las intrigas de los artistas y juristas de su época, a beber la cicuta. Sus sucedáneos, Platón y Aristóteles, aunque con sus modalidades particulares, conservaron la búsqueda de la verdad y la virtud mediante la razón, como base de su filosofía. No obstante, Sócrates, muriendo digna y valientemente, proyectó su méto106 En el siglo XVI, en la cúspide de la era obscura del medioevo, Galileo Galilei, astrónomo, filósofo, músico y literato florentino, establecía una sentencia valiosa en cuanto a educación se refiere, expresando “No se puede ensañar nada a un hombre; solo se le puede ayudar a encontrar respuesta dentro de sí mismo” se conservaban vivos en esta generación, los pensamientos de Licurgo y de Sócrates sobre la importancia del pensamiento surgido de la capacidad de discernir, generar conciencia y dar a luz, bases del pensamiento crítico. Conservando, discrecionalmente, la línea del tiempo, para dar seguimiento al proceso de construcción del pensamiento crítico, destaquemos que, en los años veinte, Leonard Nelson, un filósofo alemán (1882-1927), adaptó el método socrático al contexto educativo y lo promocionó como un medio importante para renovar la educación y la política, pues estaba convencido de que serviría para crear ciudadanos más reflexivos y críticos. Estableció para ello que el método socrático no es el arte de enseñar filosofía, sino de enseñar cómo hacer filosofía; no es el arte de enseñar lo que han dicho los filósofos, sino el de convertir a los alumnos en filósofos. Se reposiciona, de esta manera, a los diálogos socráticos como un excelente medio para construir pensamiento crítico. Otro gran acontecimiento en esa época en 1923 Nace, en Alemania, la Escuela de Frankfurt; sus principales exponentes: Max Horkheimer, Theodor Adorno, Friedrich Pollock, Herbert Marcuse, Georg Lukács y Jürgen Habermas, se impusieron el propósito de sintetizar las concepciones de Hegel, Marx y Freud, teniendo como objetivo el trazar los derroteros para desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo. Lo anterior bajo la premisa de que, si el pensamiento es crítico: el método para investigar, transmitir, recibir o crear conocimientos, así como las formas de vivir y convivir, serán también, críticas. El advenimiento de la oleada hitleriana que culminaría con la segunda guerra mundial los obligó a exiliarse en los Estados Unidos de América, donde reflejaron su impacto en la educación y la sociedad de esta nación, enfocados a fortalecer la ciudadanía, como base de la democracia y la libertad. La expresión más actualizada de este gran movimiento occidental para desarrollar un pensamiento crítico se da en la existencia de La Fundación para el Pensamiento Crítico en la Unión Americana, con impacto en todo el mundo sobre este rubro tan trascendente. En América, el pensamiento socrático y los efectos del diálogo como base para la 107 construcción del pensamiento crítico, se personalizan en el pedagogo brasileño Paulo Freire, quien, durante la segunda mitad del siglo pasado, fundamentalmente, expone su teoría de educación para la liberación, expresando que “Solamente el diálogo, que implica el pensar crítico, es capaz de generar este propósito de transformación constante. Sin él no hay comunicación y sin ésta no hay verdadera educación”. de dogmatismo, de enfermedad, de vicio y violencia son mayúsculos; nuestro crecimiento económico desmejorado, nuestra cohesión social débil, nuestra democracia incipiente y nuestras libertades frágiles; es decir, nuestras posibilidades de ser productivos y económicamente competitivos y de convivir con dignidad con el resto del mundo, se achican cada vez más. Hasta a aquí una referencia cronológica de esta tendencia en el mundo. Ahora bien, pensemos en nuestro país México y preguntémonos si tenemos razones para pensar en la reorientación de nuestro proceso educativo para hacer frente a nuestra circunstancia histórica y a nuestra situación social. Es en este escenario que se plantea la iniciativa de que los educadores de México reflexionemos sobre la necesidad urgente de intentar, de construir y probar nuevas prácticas educativas; entre éstas, la Didáctica para desarrollar pensamiento crítico en nuestros educandos y nuestra sociedad. Dejando de lado a nuestras culturas prehispánicas, pensemos en la tragedia que inició en 1521, al caer abatida la gran Tenochtitlán y dar inicio a 3 siglos de exterminación y coloniaje, en los cuales se extrajo la sabia de las venas abiertas de México y de América Latina en general. Pensemos que al consumarse la Independencia de México (septiembre de 1821), éramos apenas unos 6 millones de mexicanos, cuyo nivel de analfabetismo rebasaba el 90%; a lo anterior, sumemos el siglo de luchas internas y de dictaduras por las que transitamos durante este tiempo (1821-1921), con un costo social enorme para consolidar una imagen de nación y de república. Lo anterior, visto desde el punto meramente escolar, pareciera ser un propósito solamente pedagógico o didáctico, pero, en el fondo, su cumplimiento reclama un replanteamiento del hecho de Ser docente. En nuestro tiempo, ni la memorización a priori, ni la disciplina a forciori, tienen destino en nuestro quehacer ciudadano y docente si, como lo expusimos con antelación, nos proponemos hacer frente a una situación tan demandante de una nueva educación, como la que requiere nuestro país para reconstruirse sobre la base de una nueva ciudadanía. Reflexionemos en que, también en un año 21, el del siglo pasado, se fundó la Secretaría de Educación Pública en México, bajo el influjo del Maestro de América, el Lic. José Vasconcelos; institución que emerge de la exigencia de una sociedad sedienta de redención, cuya escuela pública tenía y tiene aún, el objetivo esencial, no de instruir, sino de educar para la libertad y la dignidad que, por tanto tiempo, la sociedad había anhelado y ansía aún, con gran esperanza. Hoy, a 94 años de reiniciar un proceso educativo con un enorme compromiso social, independientemente de la deficiente atención a la educación inicial (de cero a tres años), tenemos en México 34 millones de mexicanos mayores de 15 años que no han iniciado o concluido la educación básica; es de considerarse que en el ámbito del bachillerato puede superar los 60 millones; 3.9 millones de mexicanos en edad escolar, en este nivel básico, no asisten a la escuela; en educación secundaria tenemos apenas el 80% de eficiencia terminal; en bachillerato el 58% y solo 27% de los egresados de este nivel se inscriben a la universidad; nuestros niveles de aprovechamiento-avance en ciencias y en lectura son muy bajos, tanto en las evaluaciones internacionales, como en las nuestras, (INEE marzo de 2015). Nuestros niveles de pobreza, 108 Si no somos los docentes quienes acudamos al encuentro de este reto ¿Quién creen que lo hará? Entrar en un ejercicio como este, demanda replantearnos el mismo perfil que como docentes tenemos, de cara al compromiso con nuestros alumnos y sus familias, mirando de frente los resultados que hemos obtenido en este tiempo y con la conciencia suprema, alerta, ágil, vigilante, crítica, de los problemas que los causan y que hemos de contribuir a resolverlos con una educación crítica y liberadora, formadora de una ciudadanía empoderada y participativa. Como bien lo decía Albert Einstein “No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo” o bien, inspirándonos en el Maestro Mairena, personaje ficticio mediante el cual se expresa Antonio Machado en su planteamiento educativo, cuando dice “Hay que empeñarnos en repensar lo pensado, en desaber lo sabido y a dudar de nuestra propia duda, como único modo de empezar a creer en algo”. Finalmente, los invito a reflexionar en este texto convocante, parafraseando al educador brasileño Paulo Freire, cuando nos dice que después de todo “Los hombres serán tanto más, cuanto no solo piensen críticamente su Ser o Estar; sino que, críticamente, actúen sobre él” 109 Yordanka Masó Dominico Colombia Doctorante en gestión educativa. Maestra en educación. Maestra en gerencia de la ciencia y la innovación tecnológica. Maestra en técnicas de comercio. Licenciada en derecho por la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba. Coordinadora de maestrías, docente y asesora de tesis del Instituto Tecnológico de la Construcción perteneciente a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), sede Zacatecas. Directora general del despacho legal LEX SECURUS, especializado en propiedad Intelectual en Zacatecas. Instructora certificada bajo el Estándar de Competencias “EC 0217: IMPARTICIÓN DE CURSOS DE FORMACIÓN DE CAPITAL HUMANO” del Instituto de Capacitación de la Industria de la Construcción. Docente de la Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID, sede Zacatecas). Fungió como; Jefa de la oficina regional de Santiago de Cuba de la Oficina Cubana de Propiedad Industrial (OCPI), profesora instructora adjunta y asesora de tesis de la facultad de Derecho de la Universidad de Oriente (UO). Ha colaborado como asesora legal en varias incubadoras del Estado de Zacatecas. Columnista del periódico “El Sol de Zacatecas” en la edición dominical en temas relacionados con la propiedad intelectual. Ha participado como ponente y conferencista en diversos eventos nacionales e internacionales. Cuenta con numerosas publicaciones de artículos educativos y en materia de propiedad intelectual tanto a nivel nacional como internacional. 110 Propiedad intelectual y el plagio en las puertas de la educación en línea Yordanka Masó Dominico “No digas que te falta tiempo, tienes exactamente el mismo número de horas al día que las que recibieron Helen Keller, Pasteur, Miguel Ángel, la Madre Teresa de Calcuta, Leonardo da Vinci y Albert Einstein”. H. Jackson Brown 1. Antecedentes del plagio Algunas personas consideran que todo lo auténtico y original quedó asentado en los clásicos griegos, y que a partir de ellos ha sido imposible crear algo nuevo y original, firmando así el acta de defunción de la originalidad. Al decir de Eugenio D´Ors: “todo lo que no es tradición es plagio” (Dalí, 1994, p. 230). Por su parte, Pío Baroja dejó claramente establecido en sus obras que: “todo lo que no es autobiografía es plagio” (Reina, 2012, p. 8). Entonces nos queda poco por alegar, pero sí mucho que cuidar para no cometer infracciones de derechos de autor que pueden ser recriminadas: moral, profesional y académicamente. El Diccionario de la lengua española (2014) alude que la palabra plagio, proviene del latín plagum, que significa: acción y efecto de plagiar (copiar obras ajenas). El término plagiar, por su parte, deriva del latín plagire, y significa: copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias. Lo cierto es que en general, cualquier concepto de plagio, refleja el acto mediante el cual una persona hace pasar como de su creación, la obra intelectual de otro individuo, ya sea de manera íntegra o parcial. Independientemente de la fuente, en todos y cada uno de los conceptos que se ofrezcan de plagio, existirán los mismos denominadores co111 munes: •La existencia de una obra anterior, que sirve como manantial de ideas a los plagiarios (sobre todo en el océano de información interminable de Internet). •Una conducta indebida, mediante la apropiación de elementos propios de la obra pre-existente, para introducirlos en una posterior. •La incorporación en forma íntegra o parcial de la creación precedente en la “nueva creación”. 2. La era del Internet: tiempos de plagio Dentro de los fenómenos que se intensifican en el mundo interconectado de hoy, surge una nueva cultura bautizada como copy-paste, institucionalizada en cada uno de nuestros teclados con tan sólo darle Ctrl + C, Ctrl + V; estamos ante el plagio históricamente conocido, ahora disfrazado de tecnología, agazapado detrás de la revolución tecnológica que preconiza la sociedad del conocimiento, pero que evidentemente responde a una necesidad de la época contemporánea. Este “plagicidio”, se ha vuelto tan preocupante para el ámbito académico, que muchas universidades incluyen en sus códigos de ética y reglamentos el tema del plagio como una conducta reprobable; además se han diseñado herramientas y software especializados capaces de detectar el plagio, por ejemplo el sitio iParadigms.com, proveedor líder de tecnologías de la educación para evitar el plagio, verificar el contenido y evaluar el aprendizaje del estudiante. Obviamente en América Latina el tema es más complicado de resolver, para variar, en tanto se extiende como epidemia. Esto se debe, entre otras razones, a que los docentes, además de ser mal pagados y tener hasta 30 estudiantes por grupo, carecen del tiempo suficiente para verificar en Internet los resultados de cada una de las actividades de aprendizaje orientadas, que resulten sospechosas de “control/copiar/pegar” (Editorial, 2006). Adicionalmente, la escasa cultura de respeto a los derechos de propiedad intelectual, agrava la situación. 3. El plagio en el ámbito académico El plagio en el ámbito académico se vuelve un asunto espinoso y con un costo ético muy elevado. Si bien la nueva forma de organización 112 económica, social, política y cultural, propiciada por la sociedad de la información y el conocimiento, comporta “nuevas maneras de vivir y trabajar juntos, y también de comunicarnos, de relacionarnos, de aprender e incluso de pensar” (Coll, 2000, p. 2), es innegable que también se ha destapado una caja de pandora en cuanto a actividades ilícitas en la red, lo cual repercute en el entorno educativo, donde docentes y alumnos sucumben a los encantos de la sobreinformación. Cualquiera pensaría que el plagio al que hoy se alude, intensificado por el propio ambiente informático, es propio de los “nativos digitales” (Prensky, 2001), sin embargo, no sólo estamos en presencia de inocentes deslices de colegiales. A la fecha se conocen múltiples casos que implican a gobernantes, políticos, maestrantes, doctorantes, que han sido expuestos mediáticamente por cometer un pecado capital en la era del conocimiento: plagiar las creaciones intelectuales de otros, haciéndolas pasar como propias. Repasemos algunos de los casos más sonados. En el 2011 conocimos que el por aquel entonces ministro de defensa de Alemania, Karl-Theodor zu Guttenberg, considerado uno de los políticos más prominentes y carismáticos y mano derecha de la canciller federal Angela Merkel, renunció a su título de doctor, producto de las acusaciones de plagio en las que se vio envuelta su tesis doctoral en la Universidad de Bayreuth. El tema de la tesis fue un estudio comparativo del derecho constitucional en la Unión Europea y Estados Unidos, la terminó en 2006 y se publicó en 2009. El diario Suddeutsche Zeitung refirió que Guttenberg había copiado palabra por palabra partes de un artículo periodístico y de una conferencia sin citar las fuentes y que había citado otros textos de forma incorrecta (Masó, 2011). El 2012 trae otro escándalo de plagio. El presidente de Hungría, Pál Schmitt, dimitió de su cargo después de que el consejo de doctores de la Universidad de Medicina “Semmelweis” de Budapest, le retirara su título de doctor por haber plagiado gran parte de su tesis titulada “Análisis del programa de los Juegos Olímpicos modernos”. Un portal de Internet, hvg.hu, publicó un artículo en el que sostenía que 180 de las 215 páginas que tiene la tesis de Schmitt, eran una traducción del francés al húngaro del trabajo de Nicolai Georgiev, un investigador búlgaro ya fallecido. La traducción era tan precisa que incluía hasta los mismos errores cometidos por Georgiev. En México varios académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han sido acusados de supuesto plagio, tal es el caso de Boris Berenzon Gorn, profesor de la facultad de historia, o Raúl González Pérez, abogado general de la propia UNAM. 113 4. ¿Cómo evitar esta molesta costumbre de plagiar? Este escenario, lejos de amedrentarnos con tantos cambios y situaciones volátiles, debe favorecer que el docente se convierta en la luz en el andar zigzagueante de los estudiantes por la red. Para lo cual el docente deberá: 1. Convertirse en un profesionista del siglo de XXI, con todo el portafolio de herramientas tecnológicas que la sociedad del conocimiento y la información, ponen a disposición de la educación y que se suelen menospreciar, posición que sí aprovechan los estudiantes a manos llenas. 2. Apegarse a los estilos, estándares y métodos que rigen y dan lógica a la investigación científica, tanto para su trabajo científico individual, y saber exigirlo a los estudiantes, de manera congruente. Conocer estas limitaciones, también llamadas excepciones, a los derechos exclusivos del autor, nos permite acceder con mayor certeza en el ámbito de la investigación científica, sin el temor de cometer el pecado del plagio. Puede parecer algo complejo que sólo los abogados dominamos, pero lo cierto es que tal como adujo en uno de sus discursos Abraham Lincoln: “Los dogmas de un pasado tranquilo, son inadecuados en la tormenta del presente” (Vidal, 2010). ¿quién dijo que la excelencia sería fácil? Este es el mensaje que como docentes debemos transmitir: sin esfuerzos, sin dedicación, sin respeto a los derechos de terceros, sin preparación, el camino se acorta y reduce la dignidad humana, poco a poco, hasta anularla. Bibliografía Coll, C. (2004). Psicología de la educación y prácticas educativas mediadas por las tecnologías de la información y la comunicación. [Separata]. Sinéctica, núm. 25, pp. 1–24. Dalí, S. (1994). ¿Por qué se ataca a la Gioconda?. Madrid: Siruela. Diccionario de la lengua española (2014), edición 23.ª, en: http://lema.rae.es/drae/?val=e (consulta: 1 de noviembre de 2014). Editorial (Noviembre de 2006). Control/copiar/pegar. Arcadia, No. 14. dico El Sol de Zacatecas, México, en: http://www. oem.com.mx/elsoldezacatecas/notas/n1973944. htm (5 de octubre de 2014) Prensky, M. (2001). Digital Natives, Digital Immigrants. On the Horizon, MCB University Press, vol. 9, núm. 5. Reina, M. F. (2012). El plagio como una de las bellas artes. Barcelona: B-EDICIONESB. Vidal, C. (2010). Abraham Lincoln su liderazgo: Las lecciones y el legado de un presidente. Tennessee: Thomas Nelson Inc. Masó Dominico, Y. (27 de febrero de 2011). Plagio, política y ciencias: un “ajiaco” alemán. Perió- Conclusiones La humanidad debe despojarse, de una manera consciente, crítica y reflexiva de aquellas plagas que los cambios arrastran de manera inevitable. El ganarle tiempo al tiempo a través de conductas como el plagio, son una muestra de debilidad humana, son una evidencia nefasta de la falta de carácter de algunos, que sólo intentan engañar bajo una simulación ficticia a una comunidad, pero que en el camino tropiezan con una gran verdad descrita por Abraham Lincoln: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.” Siendo así, no nos queda más que realizar un esfuerzo Extra…ordinario, si bien hace un poco más compleja la actividad cognitiva, innegablemente aleja la tentación de plagiar, de lograr lo fácil, rápido y meritorio en poco tiempo y con poco esfuerzo intelectual, pero 114 115 el capital estructural y del capital relacional. Liderazgo educativo: palabra clave de la de la sociedad del conocimiento Yordanka Masó Dominico “Lo peor es educar por métodos basados en el temor, la fuerza, la autoridad, porque se destruye la sinceridad y la confianza, y sólo se consigue una falsa sumisión”. Albert Einstein Valor del conocimiento en la sociedad global Las transformaciones permanentes en nuestra sociedad, conducen inevitablemente a una reorientación de los escenarios educativos, los cuales deberán estar enfocados a garantizar que dichas instituciones sean reconocidas como espacios en donde se construyen aprendizajes colaborativos para formar ciudadanos capaces de interactuar en la sociedad del conocimiento. Es por ello que desde hace algún tiempo se considera pertinente retomar en el contexto escolar, principios e ideales establecidos principalmente en el entorno empresarial y que tienen que ver con la identificación y promoción de líderes, los cuales deberán ser capaces no sólo de planificar y ejecutar estratégicamente, sino además de repensar conceptos, innovar en la organización escolar y hacer posible el crecimiento personal, intelectual y cognitivo de todos los agentes involucrados. Todo parte del mismo punto común: el valor del capital intelectual; visto como aquel que se constituye e integra a partir de un conjunto de activos intangibles, que pese a no estar reflejados en los estados financieros tradicionales de las organizaciones, le generan valor o tiene potencial de generarlo en el futuro, y se compone del capital humano, 116 Según la extensa bibliografía sobre esta temática, el capital humano es reconocido como el elemento primordial de los que componen el capital intelectual. En él se incluyen todas las capacidades individuales, conocimientos, destrezas, experiencia, capacitación, aptitudes, motivación, formación, incorporación de nuevas tecnologías y su aporte a la empresa. En general, todo aquello que el trabajador desarrolle y aporte en función del crecimiento de la misma, de forma armónica y coherente. Para entender el alcance del capital humano en el entorno global, remontémonos a hace cincuenta o más años atrás, cuando un médico, un abogado, un ingeniero, un físico o un economista, podían ejercer su profesión durante años con el bagaje aprendido en la universidad y prácticas posteriores. Sin embargo, eso hoy ya no es posible debido a que el alto ritmo de producción y generación de nuevos conocimientos obliga a reciclarse de forma continua si se quiere mantener el nivel, al menos, inicial. Por todo lo anterior, el conocimiento es en la actualidad la propiedad más valiosa e importante, el recurso clave que renueva el liderazgo educativo. En el centro escolar, serán los líderes educativos quienes demuestren con su ejemplo que los trabajadores a todos los niveles en la sociedad del conocimiento del siglo XXI necesitarán ser estudiantes, prácticamente, toda la vida. Vale la pena establecer que el capital humano no es una propiedad de la organización, sino de los individuos que la conforman e integran, de ahí que las entidades no lo puedan comprar, sólo contratarlo durante un tiempo determinado y utilizarlo en ese período. Para retener a ese valioso tesoro que se encierra en el capital humano, se deberán emprender acciones destinadas a atraerlo, desarrollarlo y tratar de fidelizarlo, así como también hacer funcionar la gestión de desempeño, tendiente a medirlo y controlarlo con la mayor eficiencia y eficacia posibles (Misiego, 2015). En este entendido, para cualquier institución educativa será fundamental fortalecer, cuidar e incrementar el valor de su capital humano, ya que esto se traduce en mejores prácticas educativas y una mejor formación de los estudiantes. Nueva sociedad, nuevos líderes Si bien ya hemos adelantado algunas de las virtudes que el sistema educativo actual demanda de sus líderes, no está de más afianzar lo 117 dicho a través de argumentos que justifiquen la trascendencia que tiene un estilo de liderazgo eficaz en garantizar que el conocimiento del capital humano del centro educativo, se convierta en motor impulsor de nuevas y mejores prácticas pedagógicas. Cada vez es más evidente que, en este nuevo contexto, se necesita una reorientación fundamental de la enseñanza y el aprendizaje y, por tanto, una revaloración profesional de la formación y capacitación de los educadores. En tal sentido las escuelas de hoy requieren una nueva visión de liderazgo, clara, sistemática y colaborativa. Se vuelve necesario un liderazgo de corresponsabilidad de los actores que intervienen: padres de familia, estudiantes, directivos, docentes y demás autoridades administrativas. De ahí que resulte más realista y pedagógicamente interesante entender al liderazgo como algo que ha de plantearse bajo la responsabilidad de todos aquellos que forman la comunidad educativa escolar y no sólo la de un puñado reducido de figuras (Argos y Ezquerra, 2014). Y es que estamos más que ante una época de cambios, ante un cambio de época el cual exige a los líderes educativos desarrollar competencias más dinámicas y flexibles, para así favorecer los procesos de enseñanza-aprendizaje, promover valores comunes, un saber hacer compartido, una cultura docente, organizativo-colaborativa y crear equipo. Asimismo el nuevo líder educativo es copartícipe de los procesos de desarrollo de los miembros de su equipo y el suyo propio, de innovación educativa, nuevos procesos de cambio, gestión y compromiso en el trabajo con la comunidad. Es por tal razón que en la educación se requiera de un liderazgo que consiga la corresponsabilidad de todos sus agentes, la cual debe implicar el trabajo del colectivo docente mediante un proyecto orientado por el compromiso con un aprendizaje de calidad y la formación de personas capaces de transformar nuestro mundo en una sociedad más libre y democrática (Gros, 2013). Dentro de la descripción evolutiva del liderazgo ofrecida por Naranjo (2014), resalta que de todos los estilos por los que ha transitado la administración, el que mejor cabida y realización ofrece en el nuevo contexto de la sociedad del conocimiento es el estilo transformacional. Nader y Castro (2007) consideran que los líderes transformacionales son los que estimulan e inspiran a sus seguidores para que logren resultados extraordinarios y a la vez desarrollen sus propias habilidades de liderazgo, incitándolos a que trasciendan sus intereses personales en virtud de los objetivos de la organización. 118 En este orden de ideas, Palomo (2010), refiere que el término transformacional está relacionado con el liderazgo que implica o conlleva la modificación de la organización, se manifiesta en la habilidad de desarrollar y movilizar a los recursos humanos hacia los niveles más altos de satisfacción, es decir, que los colaboradores consigan más de lo que esperaban conseguir por ellos mismos antes de ser liderados. Avolio, Bass y Jung (1999, como se citó en Godoy y Bresó, 2013) identifican cuatro grandes dimensiones dentro del concepto de líder transformacional: •Atribución de carisma o influencia idealizada. Hace referencia a un modelo de rol capaz. •Articular una visión y misión a compartir junto a los seguidores. •Liderazgo inspirador. Se refiere a la capacidad de movilizar a los seguidores en búsqueda de objetivos trascendentales, en la realización de hazañas u otras acciones relevantes. •Estímulo intelectual. Distingue la capacidad de promover y estimular la inteligencia, la racionalidad y la lógica para enfrentar problemas. Robinson (2010; como se citó en Gros, 2013) establece tres conjuntos básicos de competencias requeridas para un liderazgo pedagógico efectivo que tienen un alto grado de interdependencia: 1. Tener un amplio conocimiento pedagógico sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje. Este conocimiento necesario para el ejercicio del liderazgo pedagógico, vincula el conocimiento curricular y pedagógico con las dimensiones administrativas y de gestión. 2. Saber resolver los problemas que se presentan en el centro en función de su conocimiento pedagógico y de liderazgo. 3. Fomentar la confianza relacional con el personal, las familias y el alumnado. En tal sentido, sería valioso establecer un conjunto de pautas esenciales que caractericen al liderazgo educativo, necesario, distribuido y transformacional, en medio de la tormentosa, líquida e impredecible sociedad del conocimiento: 1. Se basa en acciones inspiradoras que transforman a las personas y a la organización, puesto que cambian la percepción de los seguidores, los emocionan y seducen. 119 2. Trasciende lo conocido, abandonando la zona de confort (estabilidad y certidumbre), para generar cambios y disposición de las personas hacia la superación de su desempeño habitual. 3. Es desafiante y flexible, requiere de carisma, consideración individualizada, de proporcionar una visión de futuro estimulante y del establecimiento de relaciones con fuerte dosis de confianza mutua entre el líder y sus colaboradores. 4. Cuenta con un sistema de incentivos que busca por una parte la satisfacción del personal y, por otra, obtener resultados que se recompensan. 5. Es consciente de la necesidad de generar confianza para que se produzca el aprendizaje. 6. Participa de los procesos formativos y respalda las ideas que surjan de los mismos, así como la actitud favorable y el facilitar las condiciones necesarias para poner en práctica lo aprendido. 7. Crea un ambiente donde errar sea aceptado y se convierte en una experiencia de aprendizaje. 8. Acompañan al personal para que mediante la reflexión se aprenda de los fallos y se mejore en el futuro, en lugar de caer en la tentación de la sanción y la reprimenda como única respuesta, que inhibe el aprendizaje y la experimentación, aspectos clave para innovar y mejorar. 9. Promueve y estimula el trabajo en equipo, por lo cual diseña el trabajo desde una perspectiva colaborativa, adopta un estilo más participativo y de retroalimentación. 10. Su esquema de trabajo es abierto, facilita múltiples relaciones entre los agentes sociales de la empresa y diseña incentivos de carácter colectivo que refuercen el pensar y hacer cosas juntos. 11. Reconoce el impacto, como facilitador o apoyo, que poseen las tecnologías informáticas y de la comunicación, y desarrolla junto con su equipo competencias en este campo. 12. Es consciente de la necesidad de establecer diferentes formas de aprendizaje, aceptando, fomentando y aprovechando la heterogeneidad, pues las personas tienen diferentes ideas, percepciones y formas de procesar y evaluar la información 13. Reconoce el papel preponderante que lo emocional tiene en los procesos laborales y de aprendizaje. 14. Capacidad de relacionarse sinérgicamente con personas diferentes. A manera de conclusión La sociedad del conocimiento impone a los líderes educativos actuales nuevos retos, no sólo en lo relacionado a la gestión y a lo administrativo, sino en su misión de encabezar los procesos pedagógicos que se realizan al interior de la institución y en armonía con el resto de los agentes educativos y la comunidad misma. Sin duda alguna la dirección de los centros educativos de hoy, a través de un estilo de liderazgo transformacional, deberá redefinirse hacia una visión y enfoque hacia la educación, soportada en un paradigma que dé espacio al desarrollo sostenible, a modelos de formación continua, a la creación de redes globales para el desarrollo del currículo desde una perspectiva internacional; sin dejar de lado la interacción con las tecnologías de información en educación. Bibliografía Argos, J. (Ed.) y Ezquerra, P. (Ed.) (2014). Liderazgo y educación. España: Ed. Universidad de Cantabria. Godoy, R. y Bresó, E. (2013). ¿Es el liderazgo transformacional determinante en la motivación intrínseca de los seguidores? Journal of Work and Organizational Psychology, No. 29, pp. 59-64. Gros Salvat, B. (2013). El liderazgo educativo en el contexto del centro escolar. XXXII Seminario Interuniversitario de Teoría de la Educación. Liderazgo y Educación. Universidad de Cantabria. Santander, 10-12 de noviembre. Nader, M. y Castro Solano, A. (2007). Diferencias en los estilos de liderazgo entre líderes de alto y bajo nivel Un estudio comparativo. Perspectivas en Psicología, Vol 4, N° 1, pp. 51-58. Naranjo, C. G. (S/F). El liderazgo en la gestión del conocimiento. Recuperado de: http://www.umanizales. edu.co/publicaciones/campos/sociales/perspectivas_ psicologia/html/revistas_contenido/revista10/Elliderazgoenlagestion.pdf Palomo Vadillo, M. T. (2010). Liderazgo y motivación de equipos de trabajo. Madrid: ESIC Editorial. Misiego, F. (2015). 2021 Odisea Management. Madrid, España: Editorial: Rasche. Adicionalmente, este líder tendrá que desarrollar varias inteligencias simultáneamente: la inteligencia social, la inteligencia digital, la inteligencia emocional, y la inteligencia creativa; todas ellas hoy consideradas como inteligencias mayores. 120 121 BERNARDO TRIMIÑO QUIALA CUBA Licenciado en educación. Especialidad: biología, máster en didáctica y doctor en ciencias pedagógicas. Actualmente se desempeña como subdirector del Centro de Estudios de Evaluación de la Calidad de la Educación en la Universidad de Ciencias Pedagógicas de Guantánamo, Cuba. Fue profesor adjunto del Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño. (IPLAC), para la maestría en educación en la República Bolivariana de Venezuela. Es miembro del Comité Académico de la maestría en ciencias de la educación en la Universidad de Ciencias Pedagógicas de Guantánamo, y conferencista en diversos eventos nacionales e internacionales. Ha recibido diversos galardones y distinciones como resultado de su actividad profesional como la Medalla José Tey otorgada por el Ministerio de Educación de la Habana, Cuba. 122 La evaluación del profesorado ¿Cómo y para qué? bernardo Trimiño Quiala En los países con mayor desarrollo educacional se ha impuesto la tendencia de medir la eficiencia de los sistemas educativos, a partir de la conocida evaluación de la calidad de la educación, la que se ha considerado como un imperativo del mundo competitivo que vivimos. Entre los principales indicadores que en la actualidad se tienen en cuenta para evaluar la calidad de la educación se encuentran: • El papel de la alta dirección • Evaluación del profesorado • Calidad del currículo • Resultados académicos y formativo de los estudiantes • Impactos en la sociedad Sin embargo, en el indicador que menos consenso existe es precisamente el referido a la evaluación del profesorado, también identificado como desempeño del docente. Por tal razón, en este trabajo se pretende analizar algunas concepciones teóricas vinculadas con la evaluación del profesorado, y destacar las principales irregularidades que atentan contra la calidad de este proceso, valorar el sistema de principios que le sirve de base; también se hará referencia a las funciones de la evaluación del profesorado y la conveniencia de incorporar a este debate una serie de interrogantes, más allá del ¿cómo y para qué evaluar?; tales interrogantes son: ¿qué evaluar?, ¿quién evalúa?, ¿cuándo evaluar?, todas ellas, sin lugar a dudas, ayudarán a que este proceso aporte, en mayor medida, a la calidad de la educación. 123 Hacia una actualización de la definición del concepto: evaluación del profesorado Diversos autores han definido el concepto evaluación del profesorado desde diferentes puntos de vista, entre ellos se destaca el doctor Héctor Valdés (2004) quien señala que: “La evaluación de los docentes, en sí misma, ha de ser una opción de reflexión y de mejora de la realidad, pero su oportunidad y sentido de repercusión tanto en la personalidad del evaluado, como en su entorno y en el equipo del que forma parte, ha de ser entendida y situada adecuadamente para posibilitar el avance profesional de los docentes.” Por su parte Juan A. Triana Díaz (2006) expresa que: “La evaluación del profesional de la educación es un complejo proceso cualitativo de carácter desarrollador del desempeño de los docentes en ejercicio, que partiendo del diagnóstico integral de los mismos permiten la atención diferenciada y colectiva en la formación y superación profesional en un período de tiempo y contexto determinado, de cara a la elevación continua de la calidad educacional”. Aunque estas definiciones han sido de general aceptación en el ámbito educativo, según criterios del autor de este trabajo, deben ser actualizadas, teniendo en cuenta el carácter permanente de la evaluación, su vínculo con la ética del profesorado, así como su importante incidencia en el desarrollo profesional y personal de los docentes, desde la revelación de sus potencialidades y limitaciones, como base para la toma de decisiones. Por lo que el autor considera que la evaluación del profesorado constituye un proceso que parte de un diagnóstico integral, permanente y diferenciado de las acciones educativas de los profesores en un contexto determinado, permite revelar sus potencialidades y limitaciones, así como la ética profesional con que desarrollan su labor en función de los objetivos previstos, para provocar en ellos el desarrollo profesional y personal deseado, por lo que transita por varias etapas, constituye la base para la toma de decisiones acerca de la capacitación, la superación, y la promoción de los docentes evaluados y a su vez impulsar la calidad de la educación. La anterior definición operativa del concepto evaluación del profesorado, demuestra que ésta no debe limitarse solo a comprobar los 124 resultados obtenidos por los docentes en el proceso educativo, sino transformarse cada vez más en función de un proceso participativo de aprendizaje y desarrollo de los docentes, a la realización de pronósticos que permitan una actuación preventiva y que asegure la educación de calidad que demanda la sociedad contemporánea. Un acercamiento a las principales irregularidades que se han manifestado en la evaluación del profesorado. Como resultado de varias investigaciones relacionadas con la evaluación del profesorado se han identificado una serie de irregularidades que atentan contra la calidad de la misma, entre estas se encuentran: 1. No siempre se evalúa al profesorado por lo convenido previamente con los directivos. 2. El diagnóstico del profesorado, en algunos casos, no tiene carácter permanente, ni permite revelar las potencialidades y limitaciones de los profesores. 3. Frecuentemente se manifiesta la no correspondencia entre los resultados de la evaluación del profesorado y la categoría otorgada. 4. Habitualmente el texto o contenido de la evaluación no responde, en su estructura, a los indicadores previamente planteados para realizar la evaluación del profesorado. 5. Generalmente se evalúa al profesorado para emitir una calificación y no para impulsar la calidad de la educación, por lo que puede generar problemas de comunicación. 6. Tradicionalmente la evaluación del profesorado no ha tenido un carácter de proceso y un enfoque sistémico, lo que no garantiza la continuidad del diagnóstico inicial de los docentes. 7. Los resultados de la evaluación del profesorado no siempre constituye el punto de partida para la capacitación, la superación y la promoción de los docentes evaluados. 8. Las recomendaciones de la evaluación del profesorado, en ocasiones, son muy generales y no diferenciadas, lo que no aporta al desarrollo de las potencialidades de los docentes y al alcance de objetivos planteados. Principios y funciones de la evaluación del profesorado 125 La evaluación del profesorado debe estar sustentada en los siguientes principios: rrespondencia entre los resultados de la evaluación del profesorado y la categoría otorgada. Carácter de integralidad e integridad: debe establecer un convenio preciso entre la alta dirección y los profesores acerca los objetivos y metas que se deben alcanzar en un periodo determinado. Plantear dimensiones e indicadores precisos y contextualizados acerca de la preparación científica, la ética profesional, la eficiencia y eficacia de su labor instructiva, los impactos sociales de su función educativa, así como los resultados de la función de control que desarrolla con sus estudiantes, todo lo esto permite ir comprobando la consecución de los objetivos y la calidad del proceso educativo que desarrolla. Carácter participativo: los profesores deben participar activamente en el proceso de evaluación, desde su propia autoevaluación y el planteamiento de acciones en función de su desarrollo. Carácter sistémico: debe partir de un diagnóstico permanente acerca de las potencialidades y limitaciones de cada profesor, para provocar en ellos el desarrollo profesional y personal deseado, y servir de base para la toma de decisiones. Función diagnóstica: la evaluación de los profesores debe caracterizar el desempeño de los mismos en un período determinado y un contexto específico, debe constituirse en síntesis de sus principales potencialidades y limitaciones, de modo que les sirva a la dirección y a los propios docentes, de retroalimentación para la derivación de acciones de capacitación y superación que contribuyan al desarrollo profesional y personal. Carácter diferenciado: se debe evaluar a los profesores desde su diversidad, con un profundo carácter científico y humanista, con una atención adecuada a su desarrollo y capacitación, lo que se constituye en la base de la correcta selección, estabilidad y promoción de los docentes. Función instructiva: el proceso de evaluación debe caracterizarse por ser un proceso de aprendizaje para todos los involucrados (evaluadores y evaluados). Por lo tanto, los actores involucrados en dicho proceso, se instruyen, aprenden del mismo e incorporan nuevas experiencias profesionales. Enfoque de actualidad: debe valorar la capacidad para incorporar nuevos objetivos y acciones para el desarrollo de los profesores, en función de las transformaciones en los contextos sociales y de los vertiginosos adelantos científicos técnicos. Función educativa: debe generar en los profesores tendencias hacia el desarrollo, personal y del colectivo, en función de los objetivos y de elevar la calidad de la educación. Enfoque educativo: tiene en cuenta que la evaluación, debe generar en los profesores una tendencia hacia el desarrollo, personal y del colectivo, al mejoramiento de las relaciones humanas y a la mejora de la comunicación. Carácter bidireccional: incluir en la evaluación de cada profesor, el cómo su desempeño tributa al desarrollo individual y del colectivo, así como valorar los aportes que realiza a la calidad de la educación. Equilibrio entre el esfuerzo y el resultado: evaluar a los profesores combinando su entrega, consagración y dedicación a la educación con los resultados objetivos y concretos de su trabajo; debe existir co- 126 Estos principios identifican las siguientes funciones de la evaluación del profesorado: Función desarrolladora: esta función se cumple principalmente cuando se incrementa la madurez del profesorado y consecuentemente la relación ínterpsíquica pasa a ser intrapsíquica, es decir, el docente se torna capaz de autoevaluar crítica y permanentemente su desempeño, no teme a sus errores, sino que aprende de ellos y conduce entonces de manera más consciente su trabajo. Análisis de las principales interrogantes acerca del proceso de evaluación del profesorado 1.- ¿Cuáles son los criterios de selección que más comúnmente se emplean para identificar los tipos de evaluación del profesorado que existen? 127 Entre los criterios de selección más conocidos en relación con los tipos de evaluación del profesorado se encuentran: Por sus funciones, puede ser: • Diagnóstica • Instructiva • Educativa • Desarrolladora Por su extensión, puede ser: • Global: abarca toda la magnitud y totalidad de las dimensiones e indicadores previstos. • Parcial: Puede recoger la valoración de uno o más indicadores o de un mismo indicador en diferentes niveles de desarrollo o grado de complejidad. Por los agentes evaluadores, puede ser: • Autoevaluación. (Evaluación por el propio profesor). • Heteroevaluación: Participa un evaluador externo, distinto a los profesores evaluados. • Coevaluación: Diferentes profesores mutuamente se evalúan. Por su momento de aplicación, puede ser: • Sistemática • Parcial • Final Por su finalidad, puede ser: • Sancionadora • Desarrolladora • De implementación • De promoción • Determinación del cumplimiento de los objetivos • Planificación del proceso de enseñanza–aprendizaje. • Dominio del diagnóstico de los estudiantes. • Establecimiento de relaciones inter e intradisciplinarias. • Vinculación de la teoría con la práctica. • Empleo de varios métodos y medios de enseñanza, así como diferentes formas de control. • Resultados en el aprendizaje y el desarrollo de habilidades en los estudiantes. b)- Impactos del proceso educativo que desarrolla el profesorado. • Cumplimiento de los objetivos y acciones educativas planificadas. • Cultura general del profesorado. • Vínculo con los estudiantes, familiares y comunidad. • Ética profesional. • Desarrollo de valores y competencias en los estudiantes. • Optimización de recursos. • Creatividad para enseñar y educar. c)- Resultados investigativos y de innovación: • Superación profesional • Producción científica como propuestas de soluciones • Impactos de las innovaciones desarrolladas • Participación en eventos científicos • Publicaciones 3)- ¿Cómo evaluar? Esta interrogante resulta ser una de las polémicas, en relación con este tema, por lo que el autor solo hará referencia a las vías que más ha utilizado para la evaluación profesoral, según su experiencia. Entre estas vías se encuentran: 2.- ¿Qué evaluar? a)- Calidad del proceso instructivo que desarrolla el profesorado. • Conocimiento del currículo de estudio y los objetivos del nivel educacional con que trabaja. • Dominio y nivel de actualización del contenido que imparte. 128 • La aplicación de métodos y procedimientos cuantitativos y cualitativos, expresados a través de criterios, variables e indicadores, que contemplen no solo datos, sino también valoraciones sobre la evaluación, rendimientos, optimización de recursos, satisfacción de necesidades y coherencia con los objetivos y metas. 129 • El seguimiento al diagnóstico de cada docente, sus avances, potencialidades, el cumplimiento del plan de acción para la mejora profesional, la valoración adecuada de los problemas educativos, organizacionales y de superación que presente. • El cumplimiento de las acciones de los convenios individuales de trabajo y planes de desarrollo profesional. • Valorar los impactos de las investigaciones, las publicaciones, los informes, resúmenes que evidencien una producción científica de conocimientos y valores. • La participación activa en congresos, talleres científicos, eventos, jornadas, seminarios, entre otras vías. • Con la participación activa de los evaluados, mediante la realización de autoevaluaciones, seguimiento a los planes de desarrollo, rendiciones de cuentas combinadas con aspectos de mejora del proceso. 4.- ¿Para qué evaluar? • Cumplir con las funciones de la evaluación. • Diagnosticar las potencialidades, las limitaciones y la calidad del proceso educativo. • Valorar el cumplimiento de los objetivos desde una actuación profesional ética. • Detectar los problemas educativos, organizacionales y de superación. • Introducir correcciones y ajustes apropiados de manera creativa. • Identificar incongruencias entre objetivos y resultados. • Generar información sobre la eficiencia y la eficacia del objetivo evaluado. • Mejorar los resultados educativos, que se manifiestan en los niveles de aprendizajes y el desarrollo de valores. • Generar contextos educativos de seguridad, empatía y confianza, que promuevan las relaciones personales y la comunicación. • Reasignar o redistribución de recursos. • Estimar los impactos en la sociedad. • Estimular los resultados. • Desarrollar un proceso educativo de calidad • Promover a los profesores a nuevas responsabilidades. 5.- ¿Quién evalúa? • El propio profesorado • Personal directivo • El claustro de docentes • Evaluadores internos y externos seleccionados como expertos • La comunidad educativa escolar: estudiantes, familiares, instituciones comunitarias 6.- ¿Cuándo evaluar? La evaluación del profesorado debe ser sistemática, en correspondencia con cada una de las funciones generales de la dirección, y los objetivos previstos. Por tanto la evaluación sistemática condicionan el desarrollo de acciones evaluativas a corto, mediano y largo plazos. Los resultados del análisis realizado a la evaluación del profesorado, demuestra la necesidad de continuar indagando, investigando y de aportar nuevas concepciones teóricas y prácticas para perfeccionar este importante proceso, que se vincula con el desarrollo profesional y personal de los docentes, y constituye un indicador de la calidad de la educación. Las concepciones teóricas que se aportan en este trabajo pueden constituir procedimientos metodológicos para el perfeccionamiento de la dirección en el ámbito escolar, así como al trabajo instructivo y educativo del profesorado. Se debe recordar que en el actual siglo, lo que más se valora no es cuánto conoce un determinado profesor; sino las potencialidades de desarrollo que posee para aprender constantemente, enseñar y educar con lo aprendido, desde una actuación profesional ética y sus posibilidades de adaptación a las nuevas situaciones, para influir en el desarrollo de la personalidad de sus estudiantes y en las transformaciones de su contexto de actuación. Bibliografía MINED. (2007) Folleto de Maestría en Ciencias de la Educación, Mención en Educación Técnica y Profesional. Módulo III, Primera Parte, La Habana. Cuba. _______. (2000) Sistema de trabajo con los directivos, La Habana. Cuba. _______. (2005) Resolución Ministerial 18/2005: Evaluación Profesoral. Ministerio de Educación de la Re- 130 pública de Cuba. La Habana. Cuba. Triana Díaz, Juan A. (2006) Monografía, acerca de la evaluación. Ministerio de Educación de la República de Cuba. La Habana. Cuba. Valdés Veloz, Héctor. (2004). 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