EL ARTE Y LA CIENCIA. Tomo V No. 10

EL ARTE Y LA CIENCIA
•
B E Y I S T A
JVC EnSrST_J-A_I_i
C—fc^"^$R^~3^3L_2__--
IDIE
F u n d a d o r y Director':
B E L L A S
NICOLAS
.A-IR/TES
3±3 IIISrG-EICTIIEIR^LA»
MARISCAL, Arquitecto.
ÓRGANO D E LOS I N G E N I E R O S Y A R T I S T A S MEJICANOS, CON L A COLABORACIÓN D E D I S T I N G U I D O S A R T I S T A S E
I N G E N I E R O S , A S Í COMO D E LOS P R I N C I P A L E S I N S T I T U T O S Y S O C I E D A D E S D E EUROPA Y AMÉRICA.
Vol. V.
Méjico, Enero de 1904.
M m . 10.
C O N D I C I O N E S . — E l Arle y La Ciencia s e p u u l i c a r á c a d a m e s . P r e c i o s d e s u b s c r i p c i ó n a d e l a n t a d o s . E n l a C a p i t a l : p o r u n a ñ o , 5.50 p e s o s ; p o r s e m e s t r e ,
3 pesos; por trimestre, 2 pesos. E n los Estados: L o s subscriptores que n o s e n v í e n giro postal, orden d e pago ó dinero efectivo, pagarán los precios anteriores. SÍ
t e n e m o s q u e g i r a r á s u c a r g o , p a g a r á n 50 c e n t a v o s m á s . E n e l E x t r a n j e r o : p o r u n a ñ o , 4 p e s o s o r o .
Para todo a s u n t o administrativo, dirigirse por escrito á
Para todo lo relativo á avisos, dirigirse á
J. JOAQUÍN ANDRA.DE, Méjico, Estampa de Jesús María, 4 .
ISIDORO GLUCK, Méjico, 3 f Calle de San Francisco, 6 .
ARQUITECTURA.
Estudio sobre luces y vistas en las habitaciones y altura de éstas en calles y patios, presentado el 5 de Octubre de 1903 en la sesión de la "Sociedad Antonio
Álzate," por el socio Don Manuel Francisco Alvarez.
^ A benevolencia con que han sido recibidos
mis trabajos por los miembros de esta dis­
tinguida Sociedad, me animan á presen­
tarles un estudio de que me he tenido que ocupar
últimamente y creo de algún interés, principal­
mente para los ingenieros y arquitectos, siendo
estos últimos los que se ocupan de asuntos de ar­
quitectura legal referentes á luces y vistas en las
habitaciones y sus respectivas alturas en los pa­
tios, en lo que interviene la autoridad, así como
en las casas á orilla de las calles.
Frecuentemente el levantamiento de una pared
entre dos propiedades es motivo de disputa y aun
de litigio por la pérdida de luz, sol y aire que su­
fran, y de aquí la intervención del perito arqui­
tecto para determinar sobre el perjuicio resentido,
teniendo, por consiguiente, que apreciar dicha
pérdida sufrida, contentándose siempre con esti­
marla por la vista.
Desde hace diez años tuve que d i c t a m i n a r e n
caso semejante y apliqué unas tablas que propor­
cionan el tanto por ciento de luz difusa perdida;
tres años después se me presentó otro caso y re­
cientemente he vuelto á aplicar dichas tablas, y
como no son bastante conocidas, he creído conve-
n i e n t e y útil agregarlas á este estudio por si aca­
so pudieran servir á mis compañeros en seme­
jantes casos.
De la mayor importancia he encontrado tam­
bién el trabajo del Dr. Clement, de Lyon, F r a n ­
cia, relativo á la altura de las casas y anchura de
las calles en las ciudades; y como del alto de las
habitaciones dependen las dimensiones de los pa­
tios de las casas, he creído oportuno hacer el es­
tudio correspndiente.
Por último, como los artículos de nuestro Có­
digo ó no consideran todos los casos, ó dejan du­
da sobre su aplicación, he estudiado lo relativo
en otros códigos como cuerpo de doctrina, y así
lo consigno también en el estudio que presento.
Con objeto de poder con el mayor acierto d a r
contestación á las preguntas del cuestionario for­
mulado para los peritos á causa de las diferencias
entre los dueños de dos casas A y B , he creído
conveniente hacer los reconocimientos necesarios
en dichas casas y pared medianera que las sepa­
ra, tomando las medidas que me han permitido
hacer los planos y cortes que acompaño y servirán
para aclarar el estudio que del asunto he hecho y
paso á exponer.
La lámina primera es el plano de las azoteas
de las casas citadas, en el que se ve que se ha le­
vantado sobre la pared medianera del lado de la
calle, otra para formar unas piezas de la casa B ;
19
que entre los clos primeros patios no hay ninguna s ^ s rando la distancia del obstáculo y su altura sobreel horizonte. Considerando un punto de la azo­
pared sobre la medianera, lo que contesta la cuar­
tea de la casa A, á seis metros de distancia de la>'
ta pregunta del cuestionario; entre los cubos de
pared de la casa B, y haciendo uso de las citadas
las escaleras de ambas casas, se levantó una pa­
t blas, encuentro que la pared de la casa B quita
red sobre la medianera para formar el de la casa
el veintinueve por ciento á la casa A: esto contes­
B; entre los segundos patios de las referidas ca­
ta la primera pregunta del cuestionario. E n la
sas hay una pared levantada sobre la medianera,
lámina segunda consta lo que pasa entre los pri­
según los datos correspondientes á la casa A; y
meros patios de las casas A y B . Por los cortes,
en fin, en el fondo de las casas se ha levantado so
se ve que no hay nada levantado sobre la pared
bre la pared medianera otra para formar los cuar­
.
medianera y que es más baja que el antiguo nivel
tos de la casa B, á la que pertenece por ser éstos
que ésta tenia, como lo indica la vista de frente
de mayor altura que los de la casa A. También
de esa lámina, lo que hace comprender desde lue~
se ve que hay un cuarto construido en la azotea
go que así reciben más luz, sol y aire los patios de
del tercer piso de la casa B . La p»red levantada
ambas casas, y que una mayor altura sería obs­
sobre la medianera y correspondiente á la casa B,
táculo para lograr ese fin. Tan lo comprendieron»
es un obstáculo que evidentemente quita luz y sol
1
LAMINA
á la casa A, pues cubre para ésta parte del cielo
que envía los rayos luminosos y caloríferos; y tan
esto es cierto, que al formar una pieza á la calle,
viene á ser obstáculo para los vecinos, y la auto­
ridad interviene fijando las alturas de las casas
sobre la vía pública, habiéndose dado una dispo­
sición municipal últimamente sobre dichas altu­
ras. Sin hacer caso de la mayor ó menor cantidad
de luz que recibe un punto dado, ni la intensidad
que tenga la luz en los diversos puntos del globo
terrestre, y si considerando la luz que quita un
obstáculo interpuesto á los rayos luminosos, co­
mo los de la luz difusa que en todos sentidos en­
vía el cielo, se puede calcular el tanto por ciento
que hace perder un obstáculo, por medio de las
tablas calculadas por Homersham Cox, conside-
I.
así los propietarios de ambas casas, que por escri­
tura pública de 27 de Marzo de 1865, lo hicieron?
constar: " E s condición que en la pared divisoria
se abra un medio punto de tales dimensiones, cons­
tituyéndose mutua servidumbre para que ningu­
no de los dueños que al presente lo son, ó lo fue­
ren, en lo sucesivo pueda alzar la expresada pared
sin licencia expresa y por escrito del dueño de la
otra casa." Y como las dos casas constaban elepiso bajo y alto, y de la misma altura, ambas es­
taban en idénticas condiciones. Más tarde, el pro1 H e creído útil a c o m p a ñ a r las t a b l a s de H o m e r s h a m y
C o x con u n e j e m p l o q u e s e r v i r á p a r a d a r á c o n o c e r su e m ­
p l e o y p a r a g u i a r en la a p l i c a c i ó n q u e se p u e d e h a c e r p a r a
t o d o s los c a s o s q u e se p r e s e n t e n , c u a l e s q u i e r a q u e s e a n l a s d i m e n s i o n e s del o b s t á c u l o y la a l t u r a á q u e ee encuentre»*
EL AKTE Y L A
pietario de la casa B levantó un tercer piso, y des-de luego al abrir claros en la pared levantada
frente á la pared medianera, gravó la servidum­
bre non altius tollendi de esa pared, constituyendo
otra con vistas rectas ó de frente sobre la casa A,
al grado de ver todo lo que pasa en el interior de
ésta, y ser necesario colocar cortinas en las puer­
tas para evitar ser visto. El Código Civil en su
^artículo respectivo nada precisa sobre los casos
que pueden presentarse. Este caso de Arquitec­
t u r a legal ha sido resuelto en Francia por casa­
ción de 4 de Febrero de 1889. En el tratado prác­
tico de Legislación de las construcciones, del Ar­
quitecto E. Barberot, 1898, en el párrafo 620 dice:
U n propietario no tiene razón de invocar contra
CIENCIA
147
s^h,
(fig.m)
dichos claros pueden ser vistos desde los patios ó
ventanas del inmueble del reclamante.
Se ve, pues, que en cuanto á vistas la casa A
está en condiciones más desventajosas que la casa
B . Si se considera que los altos levantados frente
á la pared divisoria son obstáculo que cubre par-
OBSCURECIMIENTO POR OBSTÁCULOS DE ÁNGULOS UNIFORMES DE ANCHURA Y ALTURA
( H o m e r s h a m Cox)
30° y 40°
20 y 40
189 tabla
129 >
318 ó 31
el propietario su vecino las disposiciones de los
artículos 678 y 679, cuando los claros abiertos
(fi .J27.)
S
por este último no le causen ningún perjuicio, co­
mo cuando dan exclusivamente sobre una pared
maciza ó un techo; pero no sucede lo mismo si los
p % de p é r d i d a de luz.
te del cielo á la c*sa A, la hace perder vista la
distancia y altura á que está colocado, y siempre
calculando con las tablas expresadas, un dos por
ciento al piso bajo y un cuatro por ciento al alto;
pero no sólo hay esta construcción, sino también
las piezas laterales que forman el claro del patio
en el tercer piso; por éstas pierde la casa A en los
altos el diez y ocho por ciento ó sea un total de
un veintidós por ciento de luz que recibiría si no
existieran esos altos. Las paredes laterales tam­
bién gravan la servidumbre de medianería que
reporta 1 a casa A, estableciendo vistas y luces la­
terales. Estas están constituidas por las puertas
y corredores altos de 1 a casa B, de los cuales el
del lado Sur está apañado con la pared levantada
sobre la medianera (a, b, de la lámina segunda)
y el del lado Norte sobresale y establece también
una vista de frente (c, el, ele la lámina segunela),
no llenando la condición de los seis decímetros de
distancia de que habla el Código, esto merece una
aclaración que hace Barberot en su citada obra.
Al tratar de las vistas de lado ú oblicuas, en el
párrafo 623 dice: " N o se puede tener vistas de
lado ú oblicuas sobre la heredad del vecino si no
hay los sesenta centímetros de distancia (figura
130) (art. 670 del Cód. Civ.): en el párrafo 624
i
dice: " L a distancia se cuenta desde el paramento
exterior del muro en que se abra el claro, es de­
cir, de la mocheta del claro ó vano hasta la línea
de separación de las dos propiedades." (Art. 680
del Cód. Civ.) En el párrafo 628 dice el citado
autor: "Si por una causa cualquiera, llega á ser
absolutamente necesario abrir vistas oblicuas á
una distancia menor de sesenta centímetros, el
que practica estas vistas debe levantar un muro
de ala de sesenta centímetros igualmente de sa­
liente, formando ángulo con el muro en el cual de­
ben de tomarse las luces, y debe subir este muro
hasta encima de la altura m á x i m a de esos claros
(fíg. 132) (Casación l de Julio de 1865); así pues,
la servidumbre de medianería que tiene la casa
A se ha gravado con la molestia de las vistas la9
leras de las casas A y B, el propietario ele ésta?
última levantó una pared sobre la medianera pa­
ra formar el cubo ele su escalera, quitando á la
casa A luz, sol y aire, siendo la pérdida de un
siete por ciento para los altos, y en uno y medio
para los bajos; que vista la disposición que todo
cubo de escalera tiene, que hasta hace necesario
un tragaluz en el mayor número de casos, viene
dicha pérdida á poner en peores condiciones esa
parte, al grado de hacerse sensible la falta de luz
en las piezas bajas y aun en las altas. La paree!
levantada por el propietario de la casa B sobre
la medianera entre los cubos de las escaleras, es­
tá desplomada hacia la casa A: el hilo á plomo
acusa un desplome del lado de la casa B de dos
centímetros y meelio á la altura del antiguo nivel
dé la pared divisoria y ele nueve sobre la azotea,
lo que indica que la pared medianera ya estaba
elesplomada, como lo indica el rincón del cubo de
la escalera de la casa A, que no es vertical ó á
plomo. L a pared levantaela sobre la medianera
entre los segundos patios de las casas quita luz
á ambas y evita la vista desde los corredores y
puertas del tercer piso levantado en la casa B so­
bre la casa A. L a pared levantaela en el fonelo de
las casas referidas separa los cuartos ele ambas.
P o r lo expuesto, la contestación á las preguntas
del cuestionario, es la siguiente: A la primera:
que sí; que las construcciones hechas sobre el se­
gundo piso de la casa B quita luz de la que reci­
bía la casa A. A la segunda: que la casa A se en­
cuentra en peores condiciones que la casa B, por­
que á la circunstancia anterior de pérdida de luz
hay que añadir la molestia de ser visto desde las
construcciones altas de I a casa B. A la tercera:
que á la servidumbre de no levantar la pared me­
dianera, se ha agregado la de diminución de l u z
sol y aire, lo que viene á constituir un nuevo gra­
vamen (carga, impuesto ú obligación que pesa so­
bre alguna finca ó gravita sobre alguno) ó agra­
var (cargar, causar gravamen, molestia, etc.) la
ya establecida con la de la medianería de la pared
divisoria. A la cuarta: que no existe ninguna cons­
trucción sobre el claro de la pared medianera que
separa los primeros patios ele las casas A y B . A
la quinta: que existen sobre la pared medianera
paredes levantadas por el propietario de la casa
B, y entre los segunelos patios hay una pared le­
vantada sobre la medianera por el propietario de
la casa A.
r
(ñ .m.)
g
terales que ha establecido el propietario de la ca­
sa B sin llenar ninguna condición, pues el corre­
dor del lado Sur que goza de luz y vista no está
remetido, sino apañado con la pared divisoria, y
el del Norte sobresale de la pared divisoria de
ese lado. En la pared correspondiente á las esca-
* *
Con lo anterior concluí un informe que corres­
pondía á las cuestiones que se me habían pro-
EL ARTE
puesto, pero como estudio del asunto mucho pu­
de agregar, que si entonces habría sido tal vez
demasiado extenso y aun confuso, creo que ahora
sí cabe perfectamente para completar el estudio
en general, como paso á hacerlo.
L a cuestión de luz debe considerarse bajo dos
aspectos: como luz difusa que envía el cielo en to­
das direcciones y como solar ó insolación. Res­
pecto al influjo de ambas en la* vida, no cabe la
menor duela que es trascendental, y si mucho se
ha observado respecto del reino vegetal y se ha
notado la influencia que sobre el crecimiento de
las plantas y cereales tiene la luz difusa, como lo
hace notar el Dr. Clement, falta mucho estudio
sobre el hombre; pero tampoco cabe duda la in­
fluencia que sobre éste ejerce, pues á falta de luz,
predispone diversas enfermedades por retardo de
la nutrición.
E n los cereales se hace más notable que es la
luz difusa del cielo, y no la temperatura media
del lugar, la que influye en el crecimiento. E n
Lyndes, cerca del cabo Norte, á 70° de latitud, el
trigo madura en 72 días, habiendo 575 grados de
calor, mientras que en Orange con 1,601 se han
necesitado 117 días para madurar, debido, á lo que
parece, no solamente al calor, sino que la excita­
ción luminosa tiene una gran influencia, como
prueba el hecho de que en las altas montañas, no
obstante ser más baja la temperatura que en las
llanuras, el desarrollo de las plantas es mejor, de­
bido á que la luz es más viva y que las radiacio­
nes luminosas atraviesan una capa atmosférica
de menor espesor.
Fenómenos semejantes se verifican en las re­
giones boreales, habiendo una compensación en­
tre los días largos en el estío y la corta duración
del período en que es posible la vegetación, por
la continuidad de obrar la luz, no sólo por los ra­
yos directos, sino por la radiación de los largos
crepúsculos que continúa la acción solar.
Como lo hace notar Mr. Clement, por esto en
los estudios de meteorología agrícola, además de
considerar las radiaciones directas del sol, se tie­
ne en cuenta también las radiaciones enviadas por
el cielo, y si el sol está cubierto, influye de ma­
nera notable en la vegetación.
Respecto del hombre, mayor es la influencia de
la luz difusa; debido á ella ejecuta sus trabajos,
principalmente los industriales, y en el comercio
se hace indispensable para j u z g a r de los colores,
para lo que es insuficiente la luz artificial, la que
llega á ser nociva en muchos casos por su costo y
en las impresiones psíquicas del hombre relevan-
Y LA
CIENCIA.
149
do y fortificando su moral y produciendo el decai­
miento los días obscuros.
P o r eso es de tanta importancia que se propor­
cione la suficiente luz difusa á las habitaciones, y
por lo mismo, relacionar el ancho de las calles
y el alto de las habitaciones de la manera más
conveniente. Pero como lo hace notar el Dr. Cle­
ment, parece que nada de esto se ha tenido pre­
sente para fijar aquellas dimensiones, sino que
más bien parece que lo único que se ha conside­
rado es el facilitar el tráfico, según la importan­
cia y desarrollo de las ciudades.
Así en Paris, se han fijado las principales dis­
posiciones. Las casas no podrán tener una altura
de más de 12 metros para vías públicas de 7.80
metros; de 15 metros para las de 7.80 á 9.74; de
18 metros para las de 9.75 á 20 metros; ele 20 me­
tros para las ele 20 metros ele ancho y aún más.
E n Lyon, el reglamento es el siguiente: la al­
t u r a no será mayor de 18 metros para calles de
menos de 8 metros de anchura; 19 para las de 8
á 10 metros; de 20.50 metros para las de 10 me­
tros; de 22 metros para los muelles y playas ele
50 metros; además, aún se permite una mansarele
de determinado perfil que aumente en 2.60 me­
tros la altura de 1 as casas.
Comparando estas dimensiones se ve que las
alturas fijadas, son mayores en P a r i s que en Lyon,
pero que en ambas ciudades no se sigue ninguna
regla fija, pudiendo decir que si la altura es igual
á la anchura más una cantidad, ésta no es cons­
tante, variando para Lyon ele 9 metros á 13.50
metros.
Se ve, pues, que nada h a sido considerada la
higiene en estos reglamentos ni las condiciones
locales y que con frecuencia se aceptan los regla­
mentos de Paris en otras ciudades. Pocos higie­
nistas se han ocupado del asunto; sin embargo,
• hay que hacer excepción, entre otros, de M. A r noúld. También M. de Fonssagrives, se ha acer­
cado á una solución científica, haciendo dos con­
sideraciones: una la de clima y otra la altura de
las casas y estima, según sus palabras, que para
las ciudades del Norte la anchura m í n i m a debe
ser de 12 metros, y de 12 metros como m á x i m a
para las del Sur. E n general, la opinión sobre las
dimensiones más convenientes es, que siempre la
altura sea igual á la anchura, obteniéndose así el
ángulo más favorable que permita que la luz pe­
netre hasta la base de las casas.
El Dr. Clement, después de estas consideracio­
nes pasa á considerar la cuestión bajo el verda­
dero punto de vista científico y aun llega á pro-
150
EL A E T B . Y L A
CIENCIA.
poner una cuestión que, como dice, no había sido e^c) dicha autorización los que sólo se anuncien con
abordada por los sabios: Determinar á qué grado
el vago nombre de Ingenieros."
actinométrico corresponde la cantidad mínima de
De esta suerte el público, á quien se ha estado
luz que necesita el hombre para ejecutar trabajos
engañando en este período de auge de construc­
de cierta precisión y que vienen á ser el comple­
ciones, sabrá á qué atenerse y podrá distinguir á
mento de su estudio.
los profesores de los aficionados y, sobre todo, for­
Desde luego hace notar que la fórmula H = : L
m a r á el concepto que merecen aquellos que, por
(altura igual anchura) aunque con apariencia
agen as ocupaciones, abandonan las propias del tí­
científica, en nada tiene en cuenta las diferencias
tulo que, es de suponerse, obtuvieron mediante
de intensidad luminosa en los diferentes lugares
numerosos estudios, esfuerzos y sacrificios.
de la tierra, resultando buena para algunas ciu­
dades, insuficiencia para muchas y excesiva para
MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN.
las que reciban gran cantidad de luz; y cita como,
caso, que siendo, por observaciones de Bunsen y
ADOBE.
Roscoe, sobre la intensidad de la luz en diversas
latitudes, la del Cairo 581 el día de los equinoc­
Se llama adobe á uno de los materiales más
cios cuando en esa fecha sería en San Petersburelementales de construcción, que se fabrica con
go sólo de 253, y por lo mismo, se puede obtener
tierras arcillosas, las cuales se amasan con agua,
en la primera ciudad, aun haciendo las calles me­
se amoldan y se dejan secar.
nos anchas que la altura de las casas (L < H )
Se designan con el nombre de arcillas, á varias
condiciones de alumbrado mejores que en San
substancias generalmente terrosas, que tienen por
Petersburgo con la fórmula L = : H , que recibe la
principales propiedades las siguientes: ser bastan­
mitad de la luz.
te suaves al tacto; formar una pasta dúctil cuando
Así pues, para poder fijar las proporciones re­
se mojan con agua, al grado que se pueden mo­
lativas de la altura y la anchura, será preciso co­
delar de varias maneras; endurecerse cuando se
nocer las leyes de la distribución de la luz en la
secan, aumentando notablemente esta propiedad
superficie de la tierra, como lo son las relativas
cuando se les somete á una cocción conveniente,
al calor y la presión barométrica y aunque se pue­
en cuyo estado constituyen el ladrillo y ya no se
de calcular en vista de la latitud de un lugar de
disuelven en el agua.
la tierra, el grado actinométrico correspondiente
E n su estado de pureza, los químicos conside­
á un día determinado del año, la determinación
ran la arcilla como un silicato hidratado de alú­
teórica difiere mucho de la observación directa, al
mina, que se encuentra frecuentemente mezclado
grado de no poder servir en la práctica.
con arena, carbonato decaí, magnesia y óxido de
fierro, variando muchísimo en sus proporciones.
M A N U E L FRANCISCO A L V A R E Z .
Arquitecto é Ingeniero Civil.
Las arcillas pueden absorber el agua y conser­
[Continuará.]
varla hasta en 70 por ciento de su peso, tardando
mucho para evaporarla. P o r la prontitud con que
¿Quiénes pueden construir edificios en Méjico?
absorben el agua, tienen la propiedad de adherir­
se á la lengua, desprendiendo un olor particular
L a Secretaría de Justicia é Instrucción Públi­
cuando están húmedas.
ca ha comunicado una disposición relativa á quié­
Existen muchas especies: á las que son infusi­
nes pueden tener licencia de construir edificios en
bles y forman una pasta muy tenaz y dúctil, se les
Méjico, y á la letra dice:
llama plásticas; á las que contienen grandes can­
."El Presidente de la República ha tenido á
tidades de carbonato de cal y son más fusibles se
bien acordar se conceda licencia para dirigir cons­
les llama margas; á las que son fusibles á una fuer­
trucciones de edificios, lo mismo que á los Arqui­
te temperatura, por contener cal y óxido de fierro
tectos, á los Ingenieros de Minas, á los Ingenie­
en grandes proporciones, se les llama gredas.
ros Militares, á los Ingenieros Civiles y á los
Vulgarmente se designan con el nombre de ba­
Ingenieros Industriales, pero en el concepto de
rro á cierta clase de tierras arcillosas, que se em­
que los referidos facultativos no podrán disfrutar
plean en la fabricación del adobe y del ladrillo.
de la autorización otorgada sino anunciando ante
Generalmente esta clase de arcillas contienen co­
el público la especie de título que posean y la
mo impurezas, arenas, mica y materias orgánicas.
procedencia del mismo, de modo que no tendrán ^
Las variedades que pueden establecerse se fun-
EL AKTE Y LA CIENCIA.
151
dan principalmente en los colores, que adquieren s^P® la paja que llevan mezclada, no puede unir sus
diversas partes, porque las materias sólidas se lo
por los óxidos y sales de hierro.
impiden.
Las arcillas se emplean en la construcción pa­
Se debe emplear tierra arcillosa, mezclada con
ra fabricar adobes, ladrillos tejas, tubos, balaus­
una
proporción muy conveniente de arena, que
tres y otra multitud de objetos de decoración que
sirve para impedir las hendeduras que se forman
constituyen el ramo conocido con el nombre de
en su superficie cuando se contrae la pasta. Los
"alfarería."
adobes fabricados de esta manera, adquieren una
L a alúmina que entra en la composición d é l a s
gran
dureza y sufren, al secarse, una diminución
arcill as, es el óxido del metal que se llama alu­
de peso que facilita su transporte.
minio. Este óxido es muy abundante bajo la for­
El tiempo más favorable para la fabricación
ma de combinación, en la mayor parte de los mi­
del adobe, es el otoño ó el invierno, pues enton­
nerales y en las piedras.
.
ces
su desecación es más uniforme y perfecta. E l
L a alúmina pura, es un polvo ligero, blanco,
que se prepara en verano es defectuoso, porque
insípido, inodoro é infusible, comunicando su in­
secando primero la superficie, que es la que está
fusibilidad á las arcillas con las que se halla mez­
en contacto directo con el aire, queda por mucho
clada; es insoluble en el agua, á pesar de la gran
tiempo húmedo en su interior, lo que ocasiona que
afinidad que muestra por ella.
se reviente, y no pueda emplearse en la construc­
El adobe fué conocido y empleado desde la más
ción.
remota antigüedad: lo usaron los egipcios, los
griegos y los romanos, y casi todas las civilizacio­
En los alrededores de Méjico están m u y lejos
nes primitivas hicieron uso de él.
de seguir, para la elaboración del adobe, el pro­
cedimiento que acabamos de indicar, pues en él
El adobe es un material que, á pesar de la sen­
se previene que la tierra que se escoja sea de bue­
cillez y economía de su fabricación, ha demostra­
na calidad, y que los adobes se sequen á la som­
do su resistencia y durabilidad: las pirámides de
bra.
Nuestros fabricantes de adobe emplean la pri­
Egipto están construidas con adobe, y sólo tienen
mera tierra que encuentran, sin ver si está ó no
un revestimiento de piedra; en E s p a ñ a todavía
ensalitrada y si tiene ó no guijarros; los secan al
se ven con admiración los garitones, torres y ata­
sol y los usan al poco tiempo de hechos. Detesto
layas, construidos en las cumbres de las monta­
resulta que la capa exterior seca violentamente,
ñas por Aníbal, célebre general cartaginés, cerca
y al construir con ellos, como la parte interior va
de doscientos años antes de Jesucristo.
secando poco á poco y desigualmente, al acabar de
asentar, ocasiona cuarteaduras en distintas partes
FABRICACIÓN D E L ADOBE.
del muro.
El adobe se obtiene por la petrificación en frío
del barro ó tierras gredosas, amasadas con agua
y mezcladas con zacate, estiércol, paja ó cualquie­
ra otra substancia flexible, que pueda unir entre
sí la pasta, para formar un todo compacto. P r e ­
parada la masa como acabamos de indicar, se le
da forma en seguida, comprimiéndola bien á ma­
no, en unos moldes llamados gaberas. Al cabo de
tres ó cuatro minutos los adobes adquieren la su­
ficiente consistencia para poderlos sacar del mol­
de. L a desecación del adobe debe hacerse en un
lugar cubierto y bien ventilado, pues á la intem­
perie dilata mucho en secar y se llena de hende­
duras.
P a r a que el adobe resulte bien elaborado, es
necesario que la tierra que se emplee no conten­
ga piedras ni materias extrañas, porque además
de salir muy pesados los adobes, sucede que cuan­
do las aguas pluviales mojan los muros construídos con ellos, se descomponen y dividen. Además,
P a r a que las construcciones de adobe sean du­
raderas, debe emplearse este material cuando me­
nos un año después de preparado, pues antes de
ese tiempo no tiene una desecación perfecta. Cuan­
do se usan poco después de su fabricación, el apla­
nado con que se cubre se solidifica en poco tiem­
po, y los adobes, tanto por su peso como por la
humedad*que conservan, tienen un asiento lento
y desigual, ocasionando el desprendimiento total
del aplanado, que pronto cae en pedazos..
E n los muros construidos con adobe, basta pa­
ra preservarlos de la lluvia, cubrirlos con un apla­
nado de arcilla y paja cortada. Si son interiores
los muros, pueden cubrirse con una mezcla hecha
con cal y yeso triturados y batidos juntos. Este
aplanado es muy sólido y resiste aun á la intem­
perie; pero hay que aplicar la capa de mezcla cuan­
do el muro esté perfectamente seco, pues de otro
modo no tiene adherencia.
E l aplanado que regularmente se emplea para
EL AKTE
152
Y LA CIENCIA.
empleo del más antiguo y elemental délos mate­
riales artificiales.
En Gruadalajara, Toluca, y en otra multitud de
poblaciones de la República, en que escasea la
piedra y aun el ladrillo, se emplea mucho y con
buen éxito el adobe.
E n la ciudad de Méjico, á pesar de la econo­
mía que resulta con su empleo, tiene muy poco
consumo debido á su mala calidad.
Las dimensiones más comunes de los adobes,
son:
el adobe, consiste en una primera capa de mezcla
terciada sin aplanar, antes bien, procurando que
quede áspera; después que seca esta capa, se apli­
ca otra, formada con mezcla de cal y arena. De
no emplear cualquiera de los métodos descritos",
puede asegurarse que los aplanados no resistirán
mucho tiempo, porque la mezcla común aplicada
directamente sobre el adobe, no tiene nunca adhe­
rencia por sí sola.
L a mala voluntad hacia las construcciones de
adobe, proviene de varias causas: la primera y
m á s importante, es su mala fabricación; la segun­
da, el poco ó ningún cuidado que se pone en la
ejecución de los muros construidos con adobe: los
principios fundamentales de la construcción, se
omiten al construir con este material, y los mu­
ros que resultan, ni tienen sus paramentos verti­
cales, ni las diversas hiladas siguen una línea ho­
rizontal. L a tercera causa es el deterioro que su­
fre con el salitre, que lo ataca profundamente y
nunca se ha procurado evitarlo; la cuarta y últi­
m a causa, consiste en la mala aplicación de los
aplanados, por desconocer la manera de ejecutar­
los. En resumen, si malo es el adobe, es peor la
manera de emplearlo, pudiéndose asegurar que
los albañiles de la capital, que merecen elogios
por la habilidad de sus trabajos, desconocen el
m
Longitud
Latitud
Espesor
m
de 0 . 4 2 á 0 . 5 6
de 0 .28 á 0 .42
de 0 .06 á 0 .11
U n metro cúbico de adobe seco, pesa 1,795 ki­
logramos.
Su resistencia varía mucho según su fabrica­
ción, alguno ha llegado á 0 . 9 por cm. . Puede
estimarse en promedio: 0 . 4 por centímetro cua­
drado.
Se vende por millares, y sus precios son:
k
2
k
0.42X0.28
0.56X0.42
de $15 00 á $20.00
de $30.00 á $35 00
ADRIÁN TÉLLEZ PIZARRO.
ENIERIA
mo, se elevaba la tensión á 160 veces su valor
inicial, ó sea á 8000 Volts aproximadamente, y
en el extremo de la línea, otro transformador ba­
jaba el potencial á cosa de 60 Volts.
La línea se compone de 3 hilos de cobre, de 4
milímetros de diámetro, y su extensión es de 175
kilómetros.
H é aquí los resultados medios de las experien­
cias referidas, los cuales tomamos de la obra de
Silvanus P . Thompson sobre Máquinas D i n a m o eléctricas.
ELECTRICIDAD.
Transmisión de Lauffen á Francfort.
Esta es notable por la extensión de la línea y
por la época en que se efectuó, siendo el punto de
partida de las transmisiones actuales de energía:
Cerca de Lauffen se montó una turbina de una
potencia que podía llegar á 300 caballos.
P a r a producir la corriente, se utilizaba un al­
ternador trifase Brown, calculado para dar 1400
Amperes con un potencial de cerca de 50 Volts
por fase, ó sea una potencia total máxima de 210
kilo watts.
Sin embargo, en las experiencias verificadas el
mes de Octubre de 1891, la potencia transmitida
fué mucho menor, como se verá adelante.
P o r medio de un transformador ligado al Dina­
P o t e n c i a en la T u r b i n a
V
140,1 c a b a l l o s .
id.
Dinamo
127,5
id.
1er. T r a n s f o r m a d o r . ,
121,4
„
„
id.
2? T r a n s f o r m a d o r . . .
108,7
.,
id.
d a d a p o r el m i s m o . . .
102,9
(recibida).
De aquí se deduce que la pérdida en la línea,
por término medio, fué 12,7 caballos, y la total,
E L APvTE Y L A
de 37,2 caballas, lo cual equivale á un rendimiento de 0,734 para la transmisión en conjunto.
La tensión media entre un conductor y la tie­
rra, antes de la 1^ transformación, era de 54,1
Volts, y después de la 2* transformación, 65 Volts.
No se midió el potencial en la línea, fiero apli­
cando la relación de 1 á 160, se infiere que la ten­
sión en cada hilo debió ser próxima á 8656 Volts,
y entre dos conductores:
E'
=
1
/ 3 X 8 6 5 6 = 1 4 9 9 2 volts.
Vamos á calcular la pérdida en la línea, en es­
tas condiciones medias.
L a potencia enviada por la línea era de 121,4
caballos — 89350 watts; tendremos entonces por
cada fase, Pz=29783 watts.
En el caso límite en que eos f = 1, la intensi­
dad eficaz sería I = 3,44 Amperes, y por consi­
guiente la pérdida kilométrica es p = 15,1 watts.
L a total, por fase, resulta de 2642 watts, es decir,
0,089 de la energía transmitida. En otros térmi­
nos, el rendimiento de la transmisión en la línea
vale 0,911.
Este resultado concuerda con los datos que aca­
bamos de citar. Efectivamente, la pérdida en los
3 hilos resulta ser de 7926 watts, ó sea 12,77 ca­
ballos, casi igual al promedio observado.
Veamos ahora el rendimiento final. Tenemos:
Rendimiento
id.
id.
id.
del d i n a m o
1er. t r a n s f o r m a d o r
d e la l í n e a
2? t r a n s f o r m a d o r
=
=
=
=
0,910
0,952
0,911
0,94-7
Multiplicando, se obtiene 0,748. Si no se tu­
viera en cuenta el Alternador, se obtendría un
rendimiento de 0,822.
Calculemos ahora la pérdida en la hipótesis de
que se transmitiera la energía disponible, que era
cerca de 70 kilowatts por fase.
Siendo el potencial el mismo ya expresado, re­
sulta una intensidad en cada conductor, de 8 Am­
peres. La pérdida por kilómetro es en este caso,
p = 81,4 watts, que multiplicada por la distancia,
produce 14245 watts.
Calculado el rendimiento, sin considerar los
transformadores, se encuentra 0,794.
Teniéndolos en cuenta, resulta 0,716; bastante
corto es este rendimiento, pero en aquella época
fué relativamente alto. Además, se trataba de
una experiencia, pues de lo contrario, se habría
empleado un conductor más grueso, ya que no
era fácil elevar mucho más el potencial en la
línea.
D A N I E L OLMEDO.
ingeniero.
CIENCIA
153
Fuerza motriz en Guanajuato.
H a sido inaugurado, en Guanajuato, el edificio
de la Institución de fuerza y electricidad, cons­
truido en la antigua huerta P a r k m a n .
La planta usa ocho mil (8,000) litros de agua
por segundo del Río Duero, cerca de Zamora.
El agua se desvía mediante un dique y se con­
duce por un canal de 7 kilómetros de longitud, á
la presa reguladora, donde hay tubería de acero
de dos metros de diámetro y 1,750 metros de lon­
gitud, que lleva el agua á las ruedas pelton, ins­
taladas en la Power House.
La caída efectiva obtenida por esta batería es
de cien metros, y la capacidad total de la planta
de 8,000 caballos. Proporciona en Guanajuato
7,000 caballos por pérdida en la transmisión.
Los transformadores instalados aumentan el vol­
taje desde 2,000 hasta 60,000 volts.
La electricidad generada transmítese por línea
desde Zamoia hasta Guanajuato. La línea se for­
ma de tres cables de 10 hilos de cobre, sostenidos
por torres de acero galvanizado ele 40 pies de al­
tura. La línea de transmisión tiene 164 kilóme­
tros de longitud, lo que hace de ella la segunda
en el mundo. La pérdida de fuerza en el trayec­
to es de 13 por 100.
El costo total de la obra será de $1.200,000
(un millón doscientos mil pesos oro), y el costo
de la parte construida ha sido de $900,000 (no­
vecientos mil oro).
INGENIERÍA
AGRÍCOLA.
EL CANELERO.
« Este árbol es originario de Ceylán, se le en­
cuentra ahí silvestre, en algunas partes d é l a In­
dia, en Cochin-China, en las costas de Malabar
y en algunas islas del Archipiélago Malayo.
E n Ceylán es en donde principalmente se han
dedicado á su explotación, y en la actualidad, no
es ya el árbol silvestre el que se explota, sino tam­
bién el cultivado en grandes superficies á las que
se llaman huertas de caneleros.
Primeramente los portugueses y después los
holandeses monopolizaron el comercio de la ca­
nela en la Isla de Ceylán. Este comercio se en­
contraba vigilado por los agentes del Gobierno y
se consideraba como un grave delito el vender ó
regalar un rollo de canela sin la intervención de
20
154
EL
AETB
Y LA
CIENCIA.
tígrados; siendo la precipitación pluvial de 2 me­
tros en el año.
Según Nichols, las localidades situadas arriba
de 1,500 pies sobre el nivel del mar son las que
más convienen para el cultivo del canelero; esto
no está de acuerdo con lo quo indica Henri J u melle, quien dice que desde la costa y entre 40 y
1,200 metros de altura se encuentra y crece en
buenas condiciones este árbol.
L a reproducción del canelero se puede hacer
de diversas maneras. Según Ischirch, en Ceylán
se hace uso generalmente del acodo para la re­
producción del canelero. Este medio se facilita
mucho en vista del modo de explotación del ár­
bol. E n efecto, para recoger la primera cosecha,
se cortan los árboles casi al nivel del suelo, y del
tronco nacen nuevos brotes que á los dos años
pueden ya servir para acodos.
Este procedimiento se practica generalmente
del modo siguiente: se escoge un brote bien des­
arrollado, se le quita por medio de una incisión
superficial una capa anular de la corteza de una
longitud de dos centímetros; se encorva la rama
hasta que toque el suelo, en donde se entierra has­
ta que la parte decorticada quede algunos centí­
metros abajo del nivel de la superficie. Se man­
tiene en esa posición por un medio cualquiera,
hasta que del punto en donde se ha quitado la cor­
teza broten raíces; cuando éstas ya son bastante
numerosas y fuertes para asegurar la vida de la
planta, se separa de la planta madre y se lleva al
lugar que debe ocupar en el plantío. Estos pies
se colocan á una distancia de uno y medio á dos
metros uno de otro.
Puede hacerse también la propagación por me­
dio de estacas, las cuales se colocan en el lugar que
deben ocupar de un modo definitivo, teniendo cui­
dado de que el terreno haya sido antes bien pre­
parado y que los pies se encuentren protegidos en
los primeros meses de los ardores del sol y que
la tierra se conserve con un grado conveniente de
humedad.
H a y otro procedimiento para la multiplicación
del canelero que no siempre da buenos resultados;
pero que está indicado por algunos escritores. Es­
te procedimiento consiste en trasplantar las vie­
jas raíces de los árboles que se sacan cuidadosa­
mente con toda la tierra que las envuelve. Siem­
pre que la operación se hace con gran cuidado y
que no se han roto las pequeñas raíces, el resul­
tado es bueno, y ofrece la gran ventaja d e q u e los
La temperatura anual más apropiada se con­
brotes que resultan pueden ser explotados un año
sidera que es la de un promedio de 15 grados cen- *Ü* después.
dichos agentes, delito que era castigado con la pe- s ^ s
na de muerte.
Ceylán pasó en 1796 del dominio holandés al
de los ingleses; y aun cuando desde entonces des­
aparecieron las bárbaras restricciones que hasta
esa época tenía la explotación del canelero, la
Compañía de las Indias Orientales conservó el
monopolio, hasta el año de 1832, en que la canela
se hizo un objeto de comercio completamente li­
bre.
El canelero es un árbol de mediana talla; en
estado silvestre llega á crecer hasta una altura de
ocho ó nueve metros y tiene un aspecto que "re­
cuerda el del naranjo. Pero cuando se cultiva, no
se le deja conservar este aspecto, pues por lo ge­
neral desde los seis años se corta su tronco á muy
corta altura del nivel del suelo para aprovechar
sus ramas según-indicaremos después. Al poco
tiempo de cortado el tronco, brotan de él retoños
que se aprovechan dos años después para la pre­
paración de la canela.
E l panelero se mantiene siempre verde, su cor­
teza es de color moreno claro, sus hojas son opues­
tas, pecioladas, enteras y ovalo-oblongas. Las
inflorescencias son terminales y subterminales,
formando racimos ramificados de cimas bipares.
Las flores son pequeñas, hermafroditas, blancas
ó amarillentas. El fruto es una baya ovoide que
se parece á la del laurel.
Desde épocas muy remotas ha sido el canelero
uno de los cultivos más importantes de Ceylán,
en donde se encuentra desde la proximidad de
las costas hasta una altura de 1,200 metros sobre
el nivel del mar.
Se cultiva también, aunque en menor escala,
en la Malaca y en J a v a y se ha introducido en
las Antillas, la Guayana y el Brasil.
Este árbol puede ser cultivado en otros muchos
lugares de clima tropical; y tal vez, fijándose en
este hecho, la Secretaría de Fomento parece que
trata de introducir su cultivo en la República.
E n vista de esto, nos ha parecido conveniente dar
una idea sobre los procedimientos de cultivo que
se siguen con este árbol en Ceylán.
El canelero es un vegetal que puede crecer en
los más diversos suelos, pero se les ve prosperar
mejor en los que están formados por arena fina
blanca con una parte de humus, á la proximidad
de los lagos y en las riberas de los ríos. Los te­
rrenos donde hay cuarzo y piedras no le son fa­
vorables.
EL AKTE Y LA
Tanto las estacas como las plantas que resultan
de los acodos ó de las raíces, deben tenerse pro­
tegidas de los ardores del sol, para lo cual se acos­
t u m b r a colocar las nuevas plantas en un campo
que aún conserve algunos árboles, pues sin ser el
canelero tan exigente de sombra como lo es el ca­
feto, siempre necesita alguna protección al ser
trasplantado.
Los procedimientos anteriores, que someramen­
te hemos descrito, no excluyen de ninguna ma­
nera el natural de reproducción por medio de la
semilla, siendo éste el que se sigue siempre que
hay necesidad de hacer un nuevo plantío lejos de
los lugares en donde existen las estacas, acodos ó
raíces que se emplean en los otros procedimien­
tos.
P a r a formar un plantío de caneleros por me­
dio de semilla, se comienza por escoger una me­
dia hectárea de buen terreno, que no tenga pie­
dras ni guijarros y en donde se tenga á la mano
el agua necesaria para el riego. Se procura que
haya en dicho terreno el número necesario de ár­
boles para que presten su sombra á las plantitas,
se divide después la superficie en tablas de uno
y medio á dos metros de anchura. Se siembra la
semilla á una distancia de 25 centímetros una de
otra y se riega con frecuencia para sostener un
grado conveniente de humedad. Cuando la semi­
lla de que se dispone no es muy reciente ó se ha
hecho llegar de una larga distancia, se ponen en
cada agujero dos ó tres semillas. E n algunas lo­
calidades de las Antillas, según Nicholls, se po­
nen algunas ramas sobre los lugares en donde se
han depositado las semillas, las cuales, lo mismo
que los árboles, prestan su sombra á las plantas
que van á nacer. Arreglada de esta manera la al­
máciga se visita por las calles que separan las ta­
blas y se hace el riego cuando es necesario. En­
tre los 15 y los 20 días después de la siembra co­
mienzan á aparecer las nuevas plantitas, que se
conservan ahí hasta que tienen unos 20 centíme­
tros de altura, lo que generalmente es á los tres
meses de la siembra. E n Ceylán y Malaca estas
almácigas se siembran en el mes de Diciembre y
desde entonces hasta el mes de Marzo se trabaja
en la preparación del terreno en donde se va á es­
tablecer de un modo definitivo el plantío. Como
ahí las lluvias se inician en el mes de Abril, es
generalmente este mes el que se escoge para ha­
cer el trasplante. E n t r e nosotros, si es que se pien­
sa establecer esta explotación, parece convenien­
te esperar toda la primavera y hacer el trasplante
hasta que el período de lluvias se haya estableci­
CIENCIA.
155
da do. P a r a recibir á las nuevas plantitas, se co­
mienza por hacer excavaciones de treinta centí­
metros de profundidad y de dos á tres metros unos
de otros. Se llevan ahí los pequeños caneleros con
el mayor cuidado y rodeados de la tierra que cu­
bre sus raíces. Todavía entonces necesitan las
plantas alguna protección contra los rayos sola­
res, procurándose, por lo tanto, que haya algunos
árboles ó se ponen algunas ramas que las defien­
dan.
Si el temporal de aguas no es abundante, pre­
ciso es regar algunas veces las plantas, conser­
vándose el plantío con el mayor cuidado durante
el primer año. Después se siguen las prácticas
culturales de tener el terreno limpio y en buenas
condiciones, quitándole los árboles que han ser­
vido de sombra cuando los caneleros ya no la ne­
cesiten.
Algunas veces desde el cuarto año, pero gene­
ralmente del quinto al sexto; se comienza á reco­
ger el producto. Esto se hace de la manera si­
guiente: Se cortan l o * troncos casi al nivel del
suelo, y de las ramas, se escogen aquellas que ten­
gan de uno y medio á dos metros de longitud y
de uno á dos centímetros de diámetro.
Este corte se hace en Ceylán en los meses de
Mayo y Octubre, esto es, cuando la abundancia
de savia permite desprender fácilmente la corte­
za. En las Antillas, tal vez por la misma razón,
se hace el corte en Abril, aun cuando no faltan al­
gunos que lo hagan en Agosto.
Cuando las ramas han sido escogidas, se pro­
cede á reunirías en haces para transportarlas al
lugar del trabajo. Ahí se les quitan las hojas y se
hacen dos incisiones circulares al nivel de los internodos, s% unen después estos cortes por otro
longitudinal y con un pequeño cuchillo se separa
la corteza. H a y que advertir que el cuchillo que
para esto se emplea debe ser de cobre, pues el fie­
rro mancharía la corteza por la gran cantidad de
tanino que ésta contiene. Las cortezas así des­
prendidas, se dejan secar por veinticuatro horas,
lo que permite después separar fácilmente la epi­
dermis y la parte interna, que es la pulpa. P a r a
esto, se hace también uso de un cuchillo de forma
semilunar (tampoco debe ser de fierro, la made­
ra dura ó el cobre son preferibles). La operación
se practica de la manera siguiente: se toma un ci­
lindro un poco más grueso que la corteza y un
poco más largo; uno de los extremos se apoya con­
tra el pecho y el otro en un lugar cualquiera. Sos­
tenido el cilindro en posición horizontal, se coloca
ahí la corteza y con el cuchillo semilunar se frota
156
EL AETE Y LA CIENCIA.
la superficie hasta que la epidermis se desprende,
La pulpa que forma la parte interna se despren­
de fácilmente con un cuchillo plano ó el mismo
que ha servido antes.
Se dejan después las cortezas por otras veinti­
cuatro horas para que se sequen y se produzca un
principio de fermentación; después de lo cual se
enrrollan unas en otras para que se termine la
desecación. Algunas veces es necesario, si el tiem­
po está húmedo, secar la canela al sol. Cuando
ya los rollos están bien secos, se forman paquetes
de algo más de 30 libras, y con tres de éstos se
forma un fardo que tiene un peso de cerca de 100
libras y así es como se pone á la venta.
La canela que se obtiene de Ceylán es la de me­
jor calidad. Inútil nos parece describirla, pues
todo el mundo la conoce.
Nochills calcula que un acre de terreno sem­
brado de caneleros puede dar por término medio
un producto de 150 libras de canela, lo que hace
como unas 360 libras por hectárea.
No nos aventuraremos^n los cálculos relativos
al costo de la plantación y los de la explotación,
pues además de que éstos son muy variables, ca­
si siempre tales cálculos están muy lejos de la
verdad.
No sólo es la canela el producto único del ca­
nelero, se obtienen además los siguientes: un al­
canfor que se obtiene por la destilación de las raí­
ces; una cera de fragancia especial que se obtiene
por la acción del agua hirviendo sobre las semi­
llas cuando se someten á la acción del agua, hir­
viendo; y un aceite volátil por la destilación de
las hojas y parte de los brotes que no se pueden
aprovechar para preparar la canela. Además, la
canela misma se clasifica en diversas*clases, sien­
do la de primera calidad la que se obtiene de los
brotes centrales y superiores.
La cantidad de aceite que se puede obtener por
la destilación de la canela misma es de dos clases:
uno claro y el otro obscuro. L a cantidad de este
aceite es muy pequeña y de 80 libras de canela
sólo se obtienen seis y media onzas de aceite obs­
curo y dos y media de aceite claro.
R . LÓPEZ Y P A R E A .
[Boletín
de la Sociedad Agrícola
t
Mejicana.]
INGENIERÍA CIVIL.
Las últimas erupciones del Volcán Colima.
I.
R E S U M E N SINTÉTICO DE LA ACTIVIDAD D E L
"COLIMA"
E N S I E T E AÑOS.
Aunque en realidad nuestra observación en es-
Dibujo n? 1.—Erupción pequeña.—Enero 3 de 1896.
te Seminario comenzó en 1893; los registros de
los años de 1893, 94 y 95 desaparecieron con la
salida, del P . Arreóla. P o r esta razón en un es­
tudio que presenté á la Sociedad Científica "An"
tonio Álzate," en Diciembre de 1902, sólo anali­
cé los 7 años que se comprenden desde 1895 á
1902;
En ese estudio que considero como la base de
t o d o , lo que diré en estas notas, analicé metódica-
Dibujo n? 2.—Erupción regular.—Enero 22 de 1896
mente ese copioso volumen de observaciones, pres­
cindiendo de toda teoría preconcebida y sólo des­
de los puntos que deben caracterizar á todo con­
cienzudo observador, como son, por ejemplo, si
las observaciones dichas se sujetan á ley, si ense­
ñan algo las erupciones desde el punto de vista
de su frecuencia, etc.
EL
AETE
Las conclusiones de ese estudio, aunque breves,
son bastante sugestivas para que me pase en la
presente ocasión sin ratificarlas, remitiendo para
su demostración á los oyentes á dicho estudio que
entiendo está en prensa.
P u e s bien, analizando el elemento diurno con­
cluimos que era regular y periódica la erupción,
disponiéndose ésta en cuatro horas, ó sus inme­
diatas, que son 6 y 9 a. m., 12, 3 y 6 p. m.; de es­
ta manera: si comenzaba la erupción á las 6 a.
m., faltaba la de las 12 y el primer período se
alargaba hasta las 10 á 11 a. m. y el tercero se
extendía hasta las 4; en caso contrario y conside­
rando erupción á las 12, sus horas favoritas eran
de 8 á 12 y de 3 á 7 p. m.
Siendo constante la erupción diaria, la men­
sual y la anual también permanecían constantes,
pues dimanan de ella.
Sin embargo, no obstante estos tan precisos
Dibujo n? 3.—Erupción mediana.—Febrero 10 de 1896.
períodos que sólo son verdaderos en conjunto, se
nota en ese acopio de observaciones una variedad
que podíamos llamar de transformación, no pre­
cisamente en la erupción, sino más bien en el
aparato volcánico. Esta variación consiste en la
manera de emitir los productos,, así en los prime­
ros años de nuestra observación, lo general era
ver el volcán con una constante fumarola en su
árido pico, y sólo una concienzuda observación
hacía notar una que otra erupción con intervalo
de c*si una semana. Poco á poco fué creciendo y
densificándose la emisión vaporosa, así como acor­
tándose el período de las erupciones, hasta que
en el año de 1899 cesó toda emisión, transformán­
dose esta fase en francamente eruptiva. Este fe­
nómeno nos impresionó desde luego é hice llamar
sobre este punto la atención de personas compe­
tentes en una nota que publiqué en el "Boletín
mensual del Observatorio de la Escuela Normal
LA
CIKNCIA.
157
Dibujo n? 4.—Erupción grande.—Marzo 7 de 1903.
para Profesoras," titulado: Un año de observa­
ciones en el volcán "Colima."
Esta segunda fase nos reveló los hechos enunciados arriba y sobre sus erupciones fué donde
comprobamos la ley de periodicidad tan notable
en esta clase de fenói^nos. Ante estos hechos
tan palmarios y tan sorprendentes parece que en­
mudece nuestra ciencia actual que está atrasada
respecto de este punto y no he encontrado algo
que satisfaga á la explicación de ellos. ¿El apa­
rato volcánico sufre transformaciones interiores,
ó est<>. depende de un aumento en las fuerzas ín­
timas que lo ponen en actividad? Cuestiones son
éstas que sin duda reciban alguna luz en lo que
diré, después de exponer los últimos fenómenos
que hemos presenciado en este año.
Pero antes voy á poner un cuadro en que cons­
tan las erupciones en los años de nuestra obser­
vación que aclaran lo dicho. Observamos de Oc­
tubre de U N año á Mayo del siguiente, pues en
los meses restantes las nubes hacen imposible
nuestra observación.
158
EL ARTE Y LA
NUMERO
s^y*®
DE ERUPCIONES.
AÑOS.
Pequeñas.
1895 á 1 8 9 6
1896 á 1 8 9 7
1897 á 1 8 9 8
1898 á 1899
1899 á 1900
1900 á 1901
1901á1902
62
170
33
9
22
14
95
Regulares.
23
58
31
14
59
247
155
Medianas.
Grandes.
36
84
16
20
67
242
101
18
12
6
1
3
75
45
Suma.
139
324
85
44
151
578
396
Observación.—Puede suceder que estos núme­
ros no sean los de mi estudio de siete años, pues
tuve que referirme á mis apuntes que están es^
critos de manera confusa.
PBRO. SEVERO DÍAZ.
[Continuará.]
MECÁNICA.
Notables inventfp mecánicos.
Algunos de los modernos problemas de la in­
geniería, requieren el uso de instrumentos y mé­
todos casi tan retinados como los que antiguamen­
te se practicaban solamente en los laboratorios de
física, y el ingeniero de hoy día emplea aparatos
de tanta precisión como muy ingeniosos.
E n un artículo publicado recientemente en las
"Menioires de la Société des Ingénieurs civils de
France," M. Hospitalier analiza los inventos y
métodos modernos para observar y registrar ocu­
rrencias y fenómenos en la labor científica, con
referencia especial á las variaciones rápidas y pe­
riódicas.
E n el vasto campo de la ingeniería eléctrica,
especialmente, ha sido necesario tratar varios rá­
pidos fenómenos cuya frecuencia llega á cien, á
mil ó á diez mil períodos por segundo, hechos que
han dado por resuttado el.desarrollo de los mé­
todos prácticos industriales de investigación de
gran precisión y con veniencia.
Algunos de estos métodos son examinados por
M. Hospitalier, con detalles é ilustraciones de los
aparatos.
Un rápido fenómeno variable debe de ser estu­
diado por dos métodos diferentes, usando apara­
tos para emplearse cada uno en directa ó en in­
directa observación. Un aparato directo debe de
permitir la observación ó registrar las ocurren­
cias instamáneamente, sin producir perturbación
alguna.
CIENCIA.
Tales aparatos para las observaciones directas
son de dos especies. L a primera requiere el uso
de un aparato teniendo un muy pequeño momen­
to de inercia y un m u y corto período de oscilación
comparado con el fenómeno que se trata de inves­
tigar. L a segunda, especialmente adaptada al es­
tudio de casos variables, es un sencillo invento,
el reógrafo de M. A b r a h a m , y es prácticamente
un método opuesto al primero, requiriendo un
grande momento de inercia y un mucho más lar­
go período de oscilación, comparado con lo que
va á ser examinado.
Los métodos indirectos de observación deben
de considerarse como basados sobre el principio
del stroboscopio, siendo el fenómeno periódico
prácticamente retardado, un gran número de fa­
ses reunidas y algunos períodos observados j u n ­
tamente. Esto se verifica por ser el período de
oscilación del aparato en sí muy grande con re­
lación al del fenómeno observado, mientras al
propio tiempo la duración del conjunto de los pe­
ríodos así reunidos, es relativamente m u y gran­
de. El aróscopo, el ondógrafo y el presiógrafo es­
tán basados en este principio.
E n t r e l o s instrumentos directos, M. Hospita­
lier describe extensamente el oscilógrafo que con­
siste en una muy pequeña banda de acero flexi­
ble, montada de tal manera que sea capaz de vi­
bración torsional, y llevando un pequeño espejo
de nrtfca plateada, por medio del cual sus movi­
mientos pueden ser amplificados de manera que
sean visibles ó registrados por la fotografía. U n a
serie de vibraciones uniformes de una periodici­
dad deseada para propósitos de comparación, es
producida mecánicamente, por lo regular, por
medio de una rueda dentada impulsada por un
motor sincrónico. L a banda de metal flexible
obra lo mismo que una colección de pequeñas
magnetas colocadas en los ángulos rectos de sus
ejes de torsión, y bajo la influencia de fuerzas eléc­
tricas responde pronta y proporcionalmente.
El manógrafo de Hospitalier y Carpentier es
otro ejemplar de un instrumento directo y de es­
pecial interés para el ingeniero, desde el momen­
to en que, en su acción, corresponde al indicador,
de tal manera modificado, que es capaz de apli­
cación á las máquinas de tan alta velocidad, co­
mo á los pequeños motores de combustión- inter­
na de vehículos automóviles, cuando están suje­
tos á los choques en su actual servicio.
El invento consiste en un pequeño espejo mon­
tado en tres puntos colocados en los ángulos de
un triángulo rectángulo, con soportes de muelles
EL ARTE Y LA
CIENCIA.
159
E l grande objeto de este método debe de ser
apreciado, y Hospitalier enumera pocos de los
inventos que se derivan de su uso. Así, por me­
dio del aroscopio, las variaciones de iluminación
de un arco producidas por una corriente alterna­
tiva, pueden ser observadas no obstante su alta
frecuencia.
P o r el uso del ondógrafo la forma y serie de
las ondas de corrientes eléctricas alternativas,
pueden ser anotadas y estudiadas, mientras que
con el presiógrafo las variaciones en presión de
los motores termales de alta presión pueden ser
examinadas.
Estas y otras aplicaciones son analizadas por
Hospitalier, y la ingenuidad en los detalles de
estos inventos, debidos á los esfuerzos de quími­
cos y físicos de gran nota, hará que se ideen di­
seños de otros inventos basados en principios se­
mejantes.
No cabe duda que la generalización de estos
métodos influirá mucho en las labores del inge­
niero y acrecentará la*a predación de los exactos
procedimientos cuantitativos actualmente usa­
dos.
L a presión en el cilindro es transmitida al espe­
jo, á través de un flexible diafragma, de tal ma­
nera que lo hace oscilar hacia el eje horizontal,
mientras el movimiento de la flecha del motor es
transmitido por medio de una fleeha flexible con
u n a pequeña cigüeña que hace oscilar al espejo
hacia un eje vertical en sincronismo con el pis­
tón del motor. U n rayo de luz lanzado sobre el
espejo h a r á que las variaciones sean reflejadas,
proyectando el diagrama indicador sobre una cri­
ba para la demostración visual, ó sobre una pla­
ca sensible para el registro fotográfico.
M. Hospitalier da ejemplos de diagramas to­
mados de un motor De-Dion-Bouton,
obtenidos
á dos mil revoluciones por minuto, demostrando
más claramente los efectos de una p r e m a t u r a ó
retardada ignición, y teniendo un diseño más sa­
tisfactorio que aquellos tomados con el indicador
de máquinas de vapor de bajo movimiento.
El método stroboscópico ó indirecto es también
analizado por Hospitalier, y sus ventajas señala­
das en varios casos. El principio general del mé­
todo stroboscópico debe de ser bien demostrado
por ser el ejemplo de la simple rotación uni­
forme.
i la IPie»is PiÉteilutl
Resistencia de los rieles.
L a c r e c i e n t e i m p o r t a n c i a d e la f u e r z a y r e s i s t e n c i a d e los
rieles, y las serias consecuencias q u e a c a r r e a n sus defectos
i n v i s i b l e s , h a c e n m u y i n t e r e s a n t e , el a r t í c u l o s o b r e d e s a g r e ­
g a c i ó n , p r e s e n t a d o a n t e la S o c i e d a d d e i n g e n i e r o s , p o r M r .
Thornas Andrews.
L a s p r u e b a s q u í m i c a s p o d r á n d e m o s t r a r q u e el m a t e r i a l
eHiá en c o n d i c i o n e s p e r f e c t a s y bajo los r e q u i s i t o s r e q u e r i ­
d o s , p r o d u c i e n d o los e n s a y e s d e ciei t a s m u e s t r a s r e s u l t a d o s
s a t i s f a c t o r i o s , m á s sin e m b a r g o , la d e s a g r e g a c i ó n d e l c a r ­
b ó n c o m b i n a d o y oir< s e l e m e n t o s , p u e d e n i n t r o d u c i r u n
d e b i l i t a m i e n t o local d e c a r á c t e r s e r i o , p o r lo q u e Mr. A n ­
d r e w s t r a t a en su a r t í c u l o t a l e s c o n d i c i o n e s y p r o c u r a d e ­
m o s t r a r s u s c a u s a s y los r e m e d i o s p o s i b l e s .
L a s i n v e s t i g a c i o n e s de Mr. A n d r e w s r e v e l a n la e x i s t e n ­
cia d e la d e s a g r e g a c i ó n e n v a r i o s p u n t o s d e la s e c c i ó n t r a n s ­
v e r s a l d e los r i e l e s , e s p e c i a l m e n t e en la u n i ó n d e las e x t r e ­
m i d a d e s . T a l s e g r e g a c i ó n es d e b i d a á la e x t r u c t u í a física
d e s i g u a l y t a m b i é n á los e s f u e r z o s i n t e r n o s q u e p r o m u e v e n
l a f r a c t u r a p o r m o t i v o d e las v i b r a c i o n e s .
E n c i e r t o n ú m e r o * d e p r u e b a s se d e m o s t r ó q u e e n t r e l a
c a b e c e r a d e l r i e l y su p a r l e c é n t r i c a , h a b í a u n a d e s a g r e g a ­
ción d e c a r b ó n c o m o d e u n 59 p o r c i e n t o ; d e sílice, u n 4 7
p o r c i e n t o ; d e m a n g a n e s o , u n 8 p o r c i e n t o ; d e sulfito, h a s ­
t a u n 60 p o r c i e n t o , y d e fosfito u n 4 6 p o r c i e n t o . E n o t r a s
p r u e b a s fueron encontradas todavía m a y o r e s diferencias
e n la c o n s t r u c c i ó n del m a t e r i a l ! E n o t r o s a n á l i s i s , la d e s a ­
g r e g a c i ó n se e n c o n t r ó en la u n i ó n d e l a s c a b e c e r a s d e los
r i e l e s , en d o n d e el c a r b ó n c o m b i n a d o l l e g a b a á u n 70 p o r
ciento. E s t o d e m o s t r ó u n a desagregación m á x i m a de m á s
d e 133 p o r c i e n t o en e s a p a r t e d e l r i e l si se c o m p a r a c o n el
c a r b ó n c o m b i n a d o q u e se e n c o n t i ó c e r c a d e la p a r t e e x t e ­
r i o r y o t r o s p u n t o s d e la p a i t e s u p e r i o r é i n f e r i o r del r i e l .
C o n el fin d e d e m o s t r a r m.ej.>r la n a t u r a l e z a y e f e c t o s d e
* la d e s a g r e g a c i ó n del m a t e r i a l se e m p l e a r o n m é t o d o s d e m e ­
talografía, l i m á n d o s e p a r t e del m e t a l y d e s g a s t á n d o s e o t r a
p a r a s e r e x a m i n a d a s al m i c r o s c o p i o . Se h i c i e r o n r e p r o d u c ­
c i o n e s f o t o g r á f i c a s d e u n o d e los e f e c t o s , e n l a s q u e se v i o
c l a r a m e n t e la d i f e r e n c i a e n t r e la m i c r o — e x t r u c t u r a n o r m a l
y las p a r t e s d e s a g r e g a d a s . E s t a s p r u e b a s d e m o s t r a r o n q u e
la d e s a g r e g a c i ó n del c a r b ó n c o m b i n a d o , d e l s u l f u r o d e m a n g a n e s i o y h i e r r o y o t r a s i m p u r e z a s , p r o d u c í a n las i n n u m e ­
r a b l e s f a l t a s q u e a p a r e c í a n en la e x t r u c t u r a . E l i a l g u n o s
c a s o s a p a r e c i ó q u e la p r e s i ó n local d e u n e x c e s o d e m a n g a n e s i o h a b í a i n t e r v e n i d o e n la c r i s t a l i z a c i ó n u n i f o r m e d e l
c a r b ó n d e h i e r r o . E n o t r o s , la d e s a g r e g a c i ó n local d e l c a r ­
b ó n c o m b i n a d o , se e n c o n t r ó q u e h a b í a p r o d u c i d o a l g o q u e ­
b r a d i z o d e b i d o á la f a l t a d e u n i f o r m i d a d d e la c o m p o s i c i ó n
ferrítica. H a s t a donde puede esta desagregación debilitar
u n r i e l , se c o m p r e n d e r á , c u a n d o e n a l g u n o s c a s o s n o se e n ­
c o n t r ó c o n t a c t o m e t á l i c o en t o d o el e s p e s o r d e l a s e x t r e m i ­
d a d e s del r i e l .
E l e s t a d o d e d e s a g r e g a c i ó n d e los c o m p u e s t o s q u í m i c o s ,
o b s e r v a d o a l g u n a s v e c e s e n los r i e l e s d e a c e r o , p a r e c e q u e ,
e n su o r i g e n , d e p e n d e d e la c o n d i c i ó n en q u e se e n c u e n t r a
la p a r t e s u p e r i o r del l i n g o t e d e h i e r r o . D u r a n t e el e n f r i a ­
m i e n t o l e n t o d e los l i n g o t e s , las i m p u r e z a s , c o m o el sulfito,
fosfito y sílice d e h i e r r o y m a n g a n e s i o q u e c u a j a n á m e n o ­
res t e m p e r a t u r a s , permanecen líquidos ó semi-plásticos por
u n p e r í o d o d e t i e m p o m a y o r q u e el m e t a l , y e n el c u r s o d e
ln c o n s o l i d a c i ó n d e la m a s a d e l m e t a l , e s t a s i m p u r e z a s sien­
d o d e m e n o r g r a v e d a d específica, s u b e n á l a s u p e r f i c i e d e l
¿j fc* l i n g o t e e n d o n d e a l fin se e n d u r e c e n .
5
160
EL ARTE Y LA
L a d e s a g r e g a c i ó n local del c a r b ó n o c u r r e t a m b i é n con
f r e c u e n c i a . L a s i m p u r e z a s p a r e c e q u e se l i q u i d a n h a c i a el
eje c e n t r a l l o n g i t u d i n a l del l i n g o t e y sé d i s e m i n a n e n t r e los
e s p a c i o s i n t e r c r i s t a l i n o s d e los c r i s t a l e s p r i m a r i o s del a c e 10 y e n la sección t r a n s v e r s a l v e r t i c a l del riel c o n c l u i d o .
Se c o m p r e n d e r á p o r lo t a n t o , q u e la p a r t e s u p e r i o r d e l
l i n g o t e , es la q u e p u e d e c o n t e n e r m a y o r c a n t i d a d d e i m p u ­
r e z a s , a g l o m e r á n d o s e é s t a s a h í , y lo p r o b a b l e es q u e , en esa
p a r t e , o c u r r a la m a y o r d e s a g r e g a c i ó n d e los e l e m e n t o s q u í ­
m i c o s . Al c o n v e r t i r el l i n g o t e e n u n r i e l a c a b a d o , e s t a z o n a
se e x t i e n d e á h> l a r g o del eje l o n g i t u d i n a l del m i s m o r i e l ,
y en s u s e x t r e m o s se e n c o n t r a r á la m a y o r t e n d e n c i a á la
desagregación.
E s bien s a b i d o q u e el e x c e s i v o c a l e n t a m i e n t o d e los lin­
g o t e s , h a c e d e s e a b l e q u e los e x t r e m o s d e los r i e l e s se cor­
t e n p a r a u t i l i z a r n a d a m á s su p a r t e m a c i z a . L a s i n v e s t i g a ­
c i o n e s d e M r . A n d r e w s d e m u e s t r a n sin e m b a r g o q u e d e b e
c o r t a r s e a l g o m á s d e l o q u e se a c o s t u m b r a g e n e r a l m e n t e
en la p r á c t i c a .
U n m e d i o t o d a v í a m e j o r , es el d e c o r t a r la p a r t e s u p e
r i o r del lingote p a r a s u p r i m i r las o q u e d a d e s y o b t e n e r úrí
riel m á s c o m p a c t o .
L o s a n á l i s i s p r a c t i c a d o s d e m u e s t r a n q u e el sulfito y el
fosfito son los q u e p r e s e n t a n m a y o r t e n d e n c i a á la d e s a g r e ­
g a c i ó n , y d e s p u é s el c a i b ó n , a u n q u e en a l g u n o s c a s o s é s t e
h a p r e s e n t a d o m a y o r d e s a g r e g a c i ó n . E l sílice n o a p a r e c e
d e s a g r e g a d o con t a n t a f r e c u e n c i a , a u n q u e á v e c e s h a s i d o
lo c o n t r a r i o , p o r lo q u e n o se p u e d e s e n t a r u n a r e g l a g e n e ­
r a l , p u e s l a s c i r c u n s t a n c i a s l o c a l e s p u e d e n i n f l u i r en la des­
a g r e g a c i ó n i n t e r n a , q u e t a m b i é n se h a o b s e r v a d o q u e es
e x t e r n a d e b i d o á las m i o m a s c a u s a s .
D u r a n t e «l e n f r i a m i e n t o d e g r a n d e s l i n g o t e s d e a c e r o ,
a d e m á s d e la d e s a g r e g a c i ó n local c e r c a d e la s u p e r f i c i e d e l
l i n g o t e , p u e d e v e r i f i c a r s e algiímt v e z u n a t r a s l a c i ó n d e
c a r b ó n y o t r o s e l e m e n t o s , d e la p a r t e c e n t r a l del l i n g o i e
h a c i a su p a r t e s u p e r i o r . E s t a t e n d e n c i a d e los e l e m e n t o s
q u í m i c o s es m a y o r c e r c a del f o n d o del l i n g o t e . D e s p u é s ,
c u a n d o é s t e se c o n v i e r t e e n u n riel d e 90 p i e s d e l a r g o q u e
a l final se r e d u c e á 30, e s t o r i e l q u e p r o v i e n e del a s i e n t o
d e l l i n g o t e , es lo p r o b a b l e q u e m a n i f i e s t e u n a d e s a g r e g a ­
ción e x t e r n a local, a p a r t e d e la i n t e r n a a x i a l ; p e r o u n r i e l
q u e r e p r e s e n t a la p a r t e s u p e r i o r del l i n g o t e d e b e r í a sólo
p r e s e n t a r i n d i c a c i o n e s d e d e s a g r e g a c i ó n en su p a r t e a x i a l .
Y a sea q u e la d e s a g r e g a c i ó n local i n t e r n a ó e x t e r n a , p r o ­
v e n g a <ie c u a l q u i e r a d e l a s c a u s a s e x p u e s t a s , c o n s t i t u y o
u n p e l i g r o , p u e s p u e d e o r i g i n a r l a r u p t u r a d e los r i e l e s .
H a y e j e m p l o s d e e - t o , c o m o el d e la f r a c t u r a d e u n r i e l en
u n p u e n t e d e u n f e r r o c a r r i l i n g l é s , lo q u e o c a s i o n ó s e r i a s
d e s g r a c i a s en u n t r e n e x p r e s o . Se h i z o u n a c u i d a d o s a in­
v e s t i g a c i ó n del a s u n t o y se d e s c u b r i ó q u e el a c c i d e n t e fué
d e b i d o á. u n a e x t e n s a d e s a g r e g a c i ó n d e los e l e m e n t o s q u í ­
m i c o s en el p u n t o d e la f r a c t u r a .
Nueva aleación de metales.
CIENCIA.
á la t o r s i ó n , p r e v i a m e n t e m a g n e t i z a d o , a d q u i e r e g r a n s e n ­
s i b i l i d a d p a r a las o n d a s e l é c t r i c a s e n v i a d a s p o r el p r i m e r
a r r o l l a d o , p r o d u c i é n d o s e el m i s m o f e n ó m e n o c u a n d o se e s ­
t i r a y se afloja el m a n e j o d e a l a m b r e s en u n c a m p o m a g n é ­
tico. L a s e x p e r i e n c i a s a n á l o g a s de histeresis m a g n é t i c a he­
chas por Rutherfor, modificadas y aprovechadas por Marc o n i e n su d e t e c t o r , j u n t o con las q u e a c a b a m o s d e i n d i c a r ,
d e m u e s t r a n q u e la s e n s i b i l i d a d m a g n é t i c a d e l h i e r r o se en­
c u e n t r a p o r r e g l a g e n e r a l c a d a v e z q u e se p r o d u c e u n fe­
n ó m e n o cualquiera de histeresis.
Cinco vías superpuestas.
C u a n d o se t e r m i n e el n u e v o f e r r o c a r r i l s u b t e r r á n e o q u e
se c o n s t r u y e a c t u a l m e n t e e n N u e v a Y o r k , h a b r á , en d e t e r ­
m i n a d o s p u n t o s d e la c i u d a d , c u a t r o v í a s s u p e r p u e s t a s , t o ­
d a s e l l a s u t i l i z a d a s en el t r a n s p o r t e d e p a s a j e r o s u r b a n o s .
D o s , s o b r e la t i e r r a , s e r á n el " E l e v a d o " y el s i s t e m a d e
t r a n v í a s d e t r o l l e y c o m ú n . P e r o d e b a j o d e la t i e r r a en di­
recciones distintas, c o r r e r á n otros dos ferrocarriles subte­
r r á n e o s . E n L o n d r e s se d a el c a s o d e q u e c i n c o t r e n e s d e
p a s a j e r o s se e n c u e n t r e n s o b r e el m i s m o p u n t o , en c i n c o p l a ­
n o s d i s t i n t o s , y en P a r i s en el s i n i e s t r o m e t r o p o l i t a n o se
d a el c a s o t a m b i é n d e c i n c o v í a s s u p e r p u e s t a s .
Una prensa monstruo.
S e h a e s t r e n a d o en la i m p r e n t a d e u n o d e los d i a r i o s d e
m a y o r c i i c u l a c i ó n d e los E s t a d o s U n i d o s , u n a p r e n s a d e
i m p r i m i r , m o n s t r u o s a , q u e es la p r i m e r a d e l a s c u a t r o q u e
n e c e s i t a r á el p e r i ó d i c o p a r a h a c e r s u s t i r o s . S o n d e t a l m a ­
n e r a g r a n d e s y v i o l e n t a s e s t a s m á q u i n a s , q u e se h a h e c h o
el c á l c u l o d e q u e si se p u s i e r a n á t r a b a j a r p o r e s p a c i o d e
c i n c o d í a s s e g u i d o s , la t i r a d e p a p e l i m p r e s o q u e c o n s u m i e r a n
t e n d r í a j u s t a m e n t e la d i s t a n c i a q u e s e p a r a á la T i e r r a d e
l a L u n a . P a r a d e s e n r o l l a r el p a p e l d e las b o v i n a s c o n la
m i s m a v e l o c i d a d con q u e lo h a r á la p r e n s a , s e r í a p r e c i s o
q u e u n a l o c o m o t o r a c a m i n a r a con la v e l o c i d a d d e 111 k i l ó ­
m e t r o s p o r h o r a , l l e v a n d o el e x t r e m o d e l p a p e l .
ECOS.— El ferrocarril de Oaxaca y Ejutla, que llega ahora hasta el
kilómetro 50, á 12 kilómetros más allá de Ucotlán, ha llegado á la ha­
cienda llamada El Verjel, que son diez millas más; por consiguiente,
la línea tiene en estos momentos 60 kilómetro» desde Oaxaca, y sólo
faltan 10 para llegar á Ejutla y atravesar por las más productivas mi­
nas de oro del Distrito.
Se ha establecido una línea de guayines que hacen su servicio entre
Apizaco y Zacatlán.
Han dado principio los trabajos para la nueva vía férrea que unirá
á la ciudad de Irapuato con la de Morelia.
L a Sociedad N e o Metalurgie ha sacado privilegio p a r a
u n n u e v o p r o d u c t o i n d u s t r i a l en la f a b r i c a c i ó u d e a c e r o s
en g e n e r a l , c o m p u e s t o s d e h i e r r o , n í q u e l y c r o m o en c a n ­
t i d a d e s qu,e v a r í a n , s e g ú n la a l e a c i ó n q u e se d e s e a o b t e n e r ,
e n t r e 16 y 3 8 p o r 100 del p r i m e r o , d e 5 á 60 p o r 100 d e l
s e g u n d o y d e 24 á 57 p o r 100 del t e r c e r o .
E n i r a el c a r b o n o en la p r o p o r c i ó n d e 0.33 á 0.80 p o r 100,
y el g r a d o d e p u r e z a v a r í a e n t r e 98.80 y 99.50 p o r 100 en
el c o n j u n t o d e los t r e s m e t a l e s f u n d a m e n t a l e s , c o m p o n i e n ­
d o el r e s t o el c a r b o n o , el silicio, el a z u f r e y el fósforo.
Ha sido inaugurado y puesto al servicio público, un puente de mani­
postería construido sobre el río Texaxácach, del Distrito de Zacapoaxtla, r stado de Puebla.
Ha comenzado la reconstrucción del cuartel que actualmente ocupa
en Puebla el 14? Kegimiento.
Los depósitos de cinabrio de Guadalcázar, producen cuarenta frascos
de mercurio cada semana.
En Villa Hidalgo, Distrito de Villa Alta, Estado de Oaxaca, se ha
inaugurado un mercado.
Sensibilidad magnética del hierro.
E l S r . S t e l l a h a d a d o c u e n t a á la A c a d e m i a d e C i e n c i a s
de R o m a , de que, d i s p o n i e n d o un h a z de hilos de h i e r r o
s o l d a d o s p o r a m b o s e x t r e m o s , en lo i n t e r i o r d e u n t u b o d e
c r i s t a l , al c u a l se e n c u e n t r a n a r r o l l a d o s d o s a l a m b r e s m u y
finos d e c o b r e , d e los c u a l e s u n o s i r v e p a r a d a r p a s o á las
o n d a s e l é c t r i c a s , en t a n t o q u e el o t r o se e n c u e n t r a en co­
m u n i c a c i ó n con u n t e l é f o n o , h a v i s t o q u e , s o m e t i d o el h a z
En Aguascalientes ha sido inaugurado el Hospital Hidalgo. El edi­
ficio ocupa una superficie de 7,316 metros cuadrados y su construcción
se efectuó de acuerdo con las indicaciones señaladas en los planos del
señor Ingeniero Tomás Medina Ugarte. El costo total fué de $69,793
52 es.
Las doctrinas e x p u e s t a s en este periódico a u e d a n bajo la r e s p o n s a b i l i d a d
de sus autores.
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