PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA - Repositorio Institucional

CARTA DE AUTORIZACIÓN DE LOS AUTORES PARA LA CONSULTA, LA REPRODUCCIÓN
PARCIAL O TOTAL, Y PUBLICACIÓN ELECTRÓNICA DEL TEXTO COMPLETO.
(OPCIONAL)
Bogotá, D.C., Agosto 6 de 2009
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Tesis doctoral
Trabajo de Grado
Señores
BIBLIOTECA GENERAL
Cuidad
Estimados Señores:
Los suscritos
ALEJANDRO SÁNCHEZ VÉLEZ
, con C.C. No. 1019009703
,
SANTIAGO DURAN FORERO
, con C.C. No. 1020723022
,
RICHARD TAMAYO NIETO
, con C.C. No. 79795727
,
autor(es) del trabajo de grado titulado
EVIDENCIA EPIDEMIOLÓGICA DE SIETE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS REALIZADAS EN
LA CIUDAD DE BOGOTÁ, QUE SUSTENTAN EL PROGRAMA DE PREVENCIÓN DE LA
ANOREXIA Y LA BULIMIA EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ presentado y aprobado en el año 2009
como requisito para optar al título de
PSICÓLOGO autorizamos a la Biblioteca General de la
Universidad Javeriana para que con fines académicos, muestre al mundo la producción intelectual
de la Universidad Javeriana, a través de la visibilidad de su contenido de la siguiente manera:
Los usuarios puedan consultar el contenido de este trabajo de grado en Biblos, en los sitios
web que administra la Universidad, en Bases de Datos, en otros Catálogos y en otros sitios
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Permita la consulta, la reproducción, a los usuarios interesados en el contenido de este
trabajo, para todos los usos que tengan finalidad académica, ya sea en formato
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conocer.
Continúo conservando los correspondientes derechos sin modificación o restricción alguna;
puesto que de acuerdo con la legislación colombiana aplicable, el presente es un acuerdo
jurídico que en ningún caso conlleva la enajenación del derecho de autor y sus conexos.
De conformidad con lo establecido en el artículo 30 de la Ley 23 de 1982 y el artículo 11 de la
Decisión Andina 351 de 1993, “Los derechos morales sobre el trabajo son propiedad de los
autores”, los cuales son irrenunciables, imprescriptibles, inembargables e inalienables.
Firma, nombre completo y documento de identificación del estudiante
Alejandro Sánchez Vélez CC.1019009703
Firma, nombre completo y documento de identificación del estudiante
Santiago Durán Forero CC 1020723022
Firma, nombre completo y documento de identificación del estudiante
PUJ– BG Normas para la entrega de Tesis y Trabajos de grado a la Biblioteca General –Noviembre 14 de 2007
X
Richard Tamayo Nieto CC 79795727
NOTA IMPORTANTE: El autor y o autores certifican que conocen las derivadas jurídicas que se
generan en aplicación de los principios del derecho de autor.
C. C. FACULTAD: PSICOLOGIA PROGRAMA ACADÉMICO: PSICOLOGIA
PUJ– BG Normas para la entrega de Tesis y Trabajos de grado a la Biblioteca General –Noviembre 14 de 2007
FORMULARIO DE LA DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO DE GRADO
TÍTULO COMPLETO DEL TRABAJO DE GRADO: EVIDENCIA EPIDEMIOLÓGICA DE SIETE
INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS REALIZADAS EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ, QUE
SUSTENTAN EL PROGRAMA DE PREVENCIÓN DE LA ANOREXIA Y LA BULIMIA EN LA
CIUDAD DE BOGOTÁ
AUTOR O AUTORES
Apellidos Completos
SÁNCHEZ VÉLEZ
DURÁN FORERO
TAMAYO NIETO
Nombres Completos
ALEJANDRO
SANTIAGO
RICHARD
DIRECTOR (ES) TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO
Apellidos Completos
Nombres Completos
TAMAYO NIETO
RICHARD
ASESOR (ES) O CODIRECTOR
Apellidos Completos
SANABRIA
Nombres Completos
PABLO ALFONSO
TRABAJO PARA OPTAR AL TÍTULO DE: PSICÓLOGO
FACULTAD: PSICOLOGÍA
PROGRAMA: Carrera X Licenciatura ___ Especialización ____ Maestría ____ Doctorado ____
NOMBRE DEL PROGRAMA: PSICOLOGÍA
NOMBRES Y APELLIDOS DEL DIRECTOR DEL PROGRAMA: MARTÍN EMILIO GÁFARO
BARRERA
CIUDAD:
BOGOTÁ
AÑO DE PRESENTACIÓN DEL TRABAJO DE GRADO: 2009
NÚMERO DE PÁGINAS 146
TIPO DE ILUSTRACIONES:
-
Tablas, gráficos y diagramas
SOFTWARE requerido y/o especializado para la lectura del documento___________________
PUJ– BG Normas para la entrega de Tesis y Trabajos de grado a la Biblioteca General –Noviembre 14 de 2007
MATERIAL ANEXO (Vídeo, audio, multimedia o producción electrónica):
Duración del audiovisual: ___________ minutos.
Número de casetes de vídeo: ______
Formato: VHS ___ Beta Max ___
¾ ___ Beta Cam
____ Mini DV ____ DV Cam ____ DVC Pro ____ Vídeo 8 ____ Hi 8 ____
Otro. Cual? _____
Sistema: Americano NTSC ______ Europeo PAL _____ SECAM ______
Número de casetes de audio: ________________
Número de archivos dentro del CD (En caso de incluirse un CD-ROM diferente al trabajo de
grado): _________________________________________________________________________
PREMIO O DISTINCIÓN (En caso de ser LAUREADAS o tener una mención especial):
_______________________________________________________________________________
DESCRIPTORES O PALABRAS CLAVES EN ESPAÑOL E INGLÉS: Son los términos
que definen los temas que identifican el contenido. (En caso de duda para designar estos
descriptores, se recomienda consultar con la Unidad de Procesos Técnicos de la
Biblioteca General en el correo [email protected], donde se les orientará).
ESPAÑOL
Psicología de la Salud
Investigaciones
Trastornos de la Conducta Alimentaria
Epidemiología
Salud Pública
Políticas Públicas
INGLÉS
Health Psychology
Investigations
Eating Disorders
Epidemiology
Public Health
Public Policies
RESUMEN DEL CONTENIDO EN ESPAÑOL E INGLÉS: (Máximo 250 palabras - 1530
caracteres):
El objetivo general de esta investigación fue analizar la evidencia epidemiológica de siete
investigaciones, que sustentan el programa Distrital de Prevención de la Anorexia y
Bulimia en la Ciudad de Bogotá, para poder hacer dicha sustentación. Se realizó un
análisis documental de las investigaciones: “Trastornos de la conducta alimentaria en
adolescentes femeninas: Santa Fe Bogotá”, “La anorexia: Un problema en potencia en el
Colegio Distrital General Santander”, “Trastornos de la conducta alimentaria en
deportistas”, “Prevalencia de trastornos del comportamiento alimentario en estudiantes de
la Universidad Nacional de Colombia entre Julio de 1994 y Diciembre de 1995”,
Comportamiento alimentario: Desarrollo, validez y fiabilidad de una encuesta, y
“Contingencias de prácticas deportivas y su relación con los TA: Análisis relacional de las
contingencias asociadas a las prácticas deportivas con los trastornos de alimentación en
adolescentes entre los 16 a 18 años.”. Se concluyó que estos estudios solo dan cuenta de
frecuencias epidemiológicas que se aplican a su población de estudio particular, no dando
cuenta de la prevalencia de los TCA para la población de la Ciudad de Bogotá; varios de
PUJ– BG Normas para la entrega de Tesis y Trabajos de grado a la Biblioteca General –Noviembre 14 de 2007
estos estudios presentan factores de riesgo asociados con los TCA en sus poblaciones no
habiéndoselo planteado como objetivo; y las afirmaciones de la ponencia del proyecto de
acuerdo No. 157, relacionado con la aprobación del Acuerdo 221 del programa para la
prevención de la anorexia y la bulimia de la ciudad de Bogotá, no corresponden a los
datos que evidencian las investigaciones que la sustentan.
The objective of this investigation was to analyze the epidemiological evidence of seven
investigations, that support the District’s Prevention Program of Anorexia and Bulimia in
the city of Bogotá, to be able to give such support. A documentary analysis was done of
the investigations: “Trastornos de la conducta alimentaria en adolescentes femeninas:
Santa Fe Bogotá”, “La anorexia: Un problema en potencia en el Colegio Distrital General
Santander”, “Trastornos de la conducta alimentaria en deportistas”, “Prevalencia de
trastornos del comportamiento alimentario en estudiantes de la Universidad Nacional de
Colombia entre Julio de 1994 y Diciembre de 1995”, Comportamiento alimentario:
Desarrollo, validez y fiabilidad de una encuesta, y “Contingencias de prácticas deportivas
y su relación con los TA: Análisis relacional de las contingencias asociadas a las prácticas
deportivas con los trastornos de alimentación en adolescentes entre los 16 a 18 años.”.
The conclusions are that these investigations only present epidemiological frequencies
that apply to their particular studied population, not reporting the prevalence of eating
disorders for Bogota City’s population; several of these studies present risk factors
associated to eating disorders, not being set as an objective; and the statements in the
debate of the project agreement number 157, related with the approval of the agreement
number 221 of the District’s Prevention Program of Anorexia and Bulimia in the city of
Bogotá, do not correspond to the facts that the supporting investigations show.
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Quiero dedicar este trabajo a mis padres y a mi hermana por su gran apoyo en la
realización de este trabajo.
Quiero agradecer a Richard Tamayo por haber aceptado ser parte de este proyecto y
especialmente a Carlos Iván Molina por apartarnos parte de su tiempo para guiarnos y
aportarnos al desarrollo de este trabajo con su conocimiento.
ALEJANDRO SÁNCHEZ V.
Este es un agradecimiento a todos los que estuvieron en este año dando el apoyo
necesario para sacar este proyecto adelante.
A Richard Tamayo, Carlos Molina, quienes con sus aportes permitieron ampliar el
horizonte de esta investigación
SANTIAGO DURAN FORERO.
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
EVIDENCIA EPIDEMIOLÓGICA DE SIETE INVESTIGACIONES
CIENTÍFICAS REALIZADAS EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ, QUE SUSTENTAN
EL PROGRAMA DE PREVENCIÓN DE LA ANOREXIA Y LA BULIMIA EN LA
CIUDAD DE BOGOTÁ
Proyecto de Grado
Santiago Durán Forero
Alejandro Sánchez Vélez
Richard Tamayo Nieto*
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
2009
* Director y Co-autor del trabajo. Profesor de la Facultad de Comunicación Social.
Pontificia Universidad Javeriana.
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EVIDENCIA EPIDEMIOLÓGICA DE SIETE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
REALIZADAS EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ, QUE SUSTENTAN EL
PROGRAMA DE PREVENCIÓN DE LA ANOREXIA Y LA BULIMIA EN LA
CIUDAD DE BOGOTÁ
Alejandro Sánchez Vélez, Santiago Durán Forero, Richard Tamayo Nieto*
Palabras Clave: Psicología de la Salud (22398), Investigaciones (18650), Trastornos
de la Conducta Alimentaria (15825), Epidemiología (17670), Salud Pública (42185),
Políticas Públicas (21430).
El objetivo general de esta investigación fue analizar la evidencia epidemiológica de
siete investigaciones, que sustentan el programa Distrital de Prevención de la Anorexia
y Bulimia en la Ciudad de Bogotá, para poder hacer dicha sustentación. Se realizó un
análisis documental de las investigaciones: ―Trastornos de la conducta alimentaria en
adolescentes femeninas: Santa Fe Bogotá”, “La anorexia: Un problema en potencia en
el Colegio Distrital General Santander”, “Trastornos de la conducta alimentaria en
deportistas”, “Prevalencia de trastornos del comportamiento alimentario en
estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia entre Julio de 1994 y Diciembre
de 1995”, Comportamiento alimentario: Desarrollo, validez y fiabilidad de una
encuesta, y ―Contingencias de prácticas deportivas y su relación con los TA: Análisis
relacional de las contingencias asociadas a las prácticas deportivas con los trastornos
de alimentación en adolescentes entre los 16 a 18 años.‖. Se concluyó que estos
estudios solo dan cuenta de frecuencias epidemiológicas que se aplican a su población
de estudio particular, no dando cuenta de la prevalencia de los TCA para la población de
la Ciudad de Bogotá; varios de estos estudios presentan factores de riesgo asociados con
los TCA en sus poblaciones no habiéndoselo planteado como objetivo; y las
afirmaciones de la ponencia del proyecto de acuerdo No. 157, relacionado con la
aprobación del Acuerdo 221 del programa para la prevención de la anorexia y la bulimia
de la ciudad de Bogotá, no corresponden a los datos que evidencian las investigaciones
que la sustentan.
* Director y Co-autor del trabajo. Profesor de la Facultad de Comunicación Social.
Pontificia Universidad Javeriana
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
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Tabla de Contenido
0. Introducción ........................................................................................................................ 5
0.1.
Justificación y Planteamiento del problema .......................................................... 5
0.2.
Fundamentación Bibliográfica ............................................................................. 22
0.3.
Objetivos............................................................................................................... 52
0.3.1.
Objetivo General........................................................................................... 52
0.3.2.
Objetivos específicos .................................................................................... 52
0.4. Categorías ..................................................................................................................... 52
1. Método .............................................................................................................................. 55
1.1
Diseño ................................................................................................................... 55
1.2. Corpus de Análisis ..................................................................................................... 56
1.4.
Instrumento ........................................................................................................... 56
1.5.
Procedimiento ....................................................................................................... 58
2. Resultados...........................................................................................................................61
3. Discusión..........................................................................................................................131
Referencias
Apéndices
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
0. Introducción
La salud pública se define como una ciencia que busca prevenir dolencias y
discapacidades; prolongar la vida; fomentar la salud y la eficiencia física y mental, por
medio de esfuerzos organizados de la comunidad para contribuir con el saneamiento del
medio ambiente; el control de enfermedades infecciosas, no infecciosas y lesiones; la
educación del sujeto en principios de higiene personal; la organización de servicios de
diagnóstico y tratamiento de enfermedades y rehabilitación; así como al desarrollo de la
estructura social que le asegure a cada miembro de la comunidad un nivel de vida
adecuado para el mantenimiento de su salud (Terris, 1992, citado por Pérez, Valencia y
Vinaccia, 2006).
Entre los componentes importantes de la salud pública se encuentra la
promoción de la salud (Tones, 2002, citado por Pérez, Valencia y Vinaccia, 2006),
estableciendo políticas que protejan, defiendan y aumenten la salud y el bienestar de la
población humana, apoyado en la creación de movimientos científicos de política
pública (Campbel, 1996, citado por Pérez, Valencia y Vinaccia, 2006).
Aunque hay cierta hegemonía biomédica en la promoción de la salud pública, es
posible ver el avance y la importancia que se la ha dado a lo psicológico en programas
de prevención, promoción e intervención efectivos (Durán, Hernández y Becerra, 1995;
Laviana, 1998, citados por Pérez, Valencia y Vinaccia, 2006).
La psicología de la salud es una vertiente de la psicología que ha buscado
encargarse de la prevención, promoción y formulación de políticas sanitarias que
sustenten la creación de un sistema eficiente de salud pública. Esta psicología ha
buscado trascender la visión molecular del psicólogo con acciones dirigidas a personas
5
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
específicas, ampliando la mirada a una perspectiva más completa hacia el impacto
global en el desarrollo de sociedades saludables y buscando la integración con otras
disciplinas para aportar una nueva concepción y práctica de la salud pública (Matarazzo,
1980 citado por Pérez, Valencia y Vinaccia, 2006).
Esta psicología es coherente con los planteamientos de la Organización Mundial
de la Salud (OMS) de 1986, donde ante la incorporación del concepto de calidad de
vida, se plantearon lineamientos fundamentales para el desarrollo de la política pública
en salud. Esto, frente a la importancia de asegurar igualdad en la salud, añadir vida a los
años y salud a la vida, y aumentar la esperanza de vida (Beitsch, Brooks, Grigg y
Menachemi, 2006; Bradley y McKelvey, 2005; Buela-Casal, Fernández y Carrasco,
1997; Fernández, Cornes y Codesido, 1999; Thomas, Irwin, Zuiker y Millikan, 2005;
citados por Pérez, Valencia y Vinaccia, 2006).
En las conferencias mundiales sobre salud pública, se ha propuesto la necesidad
de que primen las estructuras comunitarias con la incorporación de nuevos
profesionales, tecnologías y enfoques en pro de la salud (Laviana, 1998, citado por
Pérez, Valencia y Vinaccia, 2006). Sin embargo, esto no ha sido visto con todos los
beneficios en los países no industrializados, ya que existe la necesidad de resolver con
antelación los problemas de sustento básico, los conflictos políticos y las condiciones
socioambientales no salubres (Brannon y Feist, 2001, citado por Pérez, Valencia y
Vinaccia, 2006).
Estas propuestas, han abierto el campo para que disciplinas como la psicología,
tengan mayor incidencia en lo político. Esto, con la capacidad que tienen los psicólogos,
dada la experiencia profesional e investigativa, de generar nuevos aportes para la
6
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
construcción de política pública incluso siendo parte de los diseños y ejecuciones de
programas gubernamentales de salud (DeLeon y cols., 1995, 2001, citado por Pérez,
Valencia y Vinaccia, 2006). Además, se ha hecho posible la alianza con otras
profesiones y disciplinas para realizar un abordaje integral de muchas de las
preocupaciones más importantes de la sociedad (Brown, Freeman, Brown y cols., 2002,
citado por Pérez, Valencia y Vinaccia, 2006).
Sin embargo, ciertas críticas han sido realizadas a la academia, con respecto a la
falta de formación de psicólogos en política pública. Psicólogos con habilidades
políticas que busquen participar e influir en los procesos de formulación de políticas y
decisiones políticas locales y globales (Montesinos, 1999, citado por Pérez, Valencia y
Vinaccia, 2006).
En la actualidad, existe un fuerte interés por las problemáticas relacionadas con
los trastornos alimenticios. Desde hace algunas décadas, este interés ha ido en aumento,
dada la identificación de la población femenina adolescente como posible grupo de
riesgo. Dentro de estos trastornos, los más nombrados son la Anorexia Nerviosa (AN) y
la Bulimia Nerviosa (BN). Estas dos patologías son también las que en la actualidad se
encuentran mejor definidas y delimitadas dentro del manual de clasificación de
enfermedades mentales, DSM-IV-TR (2003). Otros de los trastornos que considera este
manual son alteraciones del comportamiento alimenticio que no cumplen los criterios de
la AN ni de la BN y que se recogen bajo la categoría de trastornos de la conducta
alimentaria no especificados (Gual & Lahortiga, 2002).
Aunque son muchas las maneras y las perspectivas con las que se tratan los
trastornos de comportamiento alimentario, este debe ser realizado ―desde perspectivas
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Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
diversas que incluyan la corrección de las posibles complicaciones orgánicas, la
rehabilitación nutricional y la recuperación de las pautas normales de alimentación, así
como el estudio de los posibles problemas psicológicos, familiares y sociales que
presente cada enfermo‖ (Ruiz, Salorio, Navarro y Rodado, 1994, citados por Gual &
Lahortiga, 2002, pp.211).
En cuanto a la prevención de estos trastornos se vislumbra que debe realizarse en
varios niveles, practicando intervenciones para lograr una prevención primaria en el
ámbito escolar y familiar fomentando hábitos de alimentación adecuados. También se
debe buscar una actitud crítica de los jóvenes frente a los mensajes publicitarios. La
prevención tendría que ser también considerada por médicos y pediatras ya que son los
primeros en tener contacto con los individuos, y considerar si en alguno de estos casos
se puede considerar la presencia de un trastorno de comportamiento alimentario (Gual
& LaHortiga, 2002).
La salud pública, ―es una ciencia que requiere el apoyo de otras como la
epidemiología, la bioestadística, la administración y gestión sanitaria o las ciencias del
comportamiento‖ (Martínez & Martínez, 2002, citados por Gual & Lahortiga, 2002,
pp.6). Así entonces, para el desarrollo de investigación en salud pública, el National
Research Council (2001, citado por Pérez, Valencia y Vinaccia, 2006) recomienda que
la investigación tenga un carácter multidisciplinario, involucrando economistas,
epidemiólogos, psicólogos, sociólogos y estadísticos; que incluya el diálogo entre
política y comunidad; que la investigación tenga corte longitudinal que permita
clarificar la interrelación de las variables estudiadas; la inclusión de mecanismos
nacionales e internacionales que faciliten la armonización y estandarización de los datos
que se recogen en diferentes países y regiones; hacer énfasis en la investigación de corte
8
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
cooperativo y transnacional para facilitar la evaluación institucional y el desarrollo
programático de políticas; la consolidación de la información proveniente de múltiples
conexiones que ayude a generar vínculos entre las diferentes bases de datos sobre salud
y población; el tener un acceso abierto a las bases de datos utilizadas para facilitar otras
aproximaciones investigativas; y, finalmente, atender a los problemas de la diversidad
cultural y étnica teniendo en cuenta diferencias de género, edad y el amplio contexto
social de las intervenciones psicológicas.
Haciendo esto, debe buscarse la forma de sopesar y la forma de difundir la
información. Esto, para que se traduzca la intervención a la práctica y aplicación
política, asegurándose que los medios masivos sean exactos en sus descripciones de los
hallazgos de la investigación (Nicasio, Meyerowitz y Kerns, 2004 citado por Pérez,
Valencia y Vinaccia, 2006). La influencia de los medios de comunicación tiene amplias
repercusiones en la opinión pública, por lo que es importante comunicar debidamente
los resultados de las investigaciones. En las noticias, son frecuentes variados tipos de
tergiversación, como la ampliación ilegitima de los resultados que se han obtenido
dentro de los estudios reseñados; el asumir como ciertas conclusiones que no se han
presentado dentro de estos estudios; y, por último, retomar conclusiones válidas del
estudio y trasformar los términos en que son presentadas así como sus alcances. ―El
interés del autor por complacer a su clientela, puede afectar la credibilidad del
documento‖ (Valles, 1999, p. 133). La responsabilidad del investigador, es aclarar a la
opinión pública los verdaderos objetivos de su investigación, los sesgos de sus
resultados y los límites dentro de los cuales se formuló la investigación.
Es así como en Colombia, buscando el bienestar público, se han venido tomando
acciones en la búsqueda por generar un mayor control en la prevención de los trastornos
9
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
de la conducta alimentaria. Sin embargo, ―no hay estudios epidemiológicos que den
cuenta de la prevalencia e incidencia‖ de este fenómeno en el país, sino únicamente
estudios institucionales (Secretaria de Salud, 2008).
En Bogotá, existe un programa distrital para la prevención de la anorexia y la
bulimia acordado en el 2006. Este programa, incluye la campaña lanzada por la
Administración Distrital el 1 de Abril del 2008 denominada ―Quiere tu cuerpo, quiérete
bien‖ (Secretaría de Salud, 2008). La campaña ha generado una gran campaña mediática
desde fuentes gubernamentales y periodísticas, sustentándose en indicadores que
afirman que un 0.5% de los bogotanos de 16 a 25 años sufren de anorexia nerviosa y
2.6% de bulimia nerviosa, citando a una investigación realizada por Luís Alberto Ángel
(Red de Gestores Sociales, 2008). También se anuncia, un promedio de 40 casos de
bulimia nerviosa y anorexia nerviosa al año en Bogotá (El Tiempo, 2008); así como que
ocho de cada diez estudiantes bogotanos, entre los 11 y 19 años se encuentra en riesgo
alto y medio de padecer algún trastorno del comportamiento alimentario (Red de
Gestores Sociales, 2008)
Por lo anterior, este estudio buscará indagar por siete investigaciones científicas,
que sustentan las acciones realizadas para el bienestar público de la ciudadanía bogotana
sobre el tema de los trastornos del comportamiento alimenticio. Esto, fomentando la
interdisciplinariedad de la Psicología con la investigación científica, la administración
pública y la epidemiología. Buscando una compatibilidad metodológica con la
integración o creación de estructuras, infraestructuras y mecanismos comunes en estas
disciplinas y profesiones acorde a lo que plantea el Consejo Directivo Universitario
(1992)
10
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Esta investigación se identifica con la misión y visión de la Pontificia
Universidad Javeriana, en la indagación por ampliar las fronteras del conocimiento y su
aplicación mediante procesos diferenciados y autónomos. Buscando cimentar la labor
científica mediante la argumentación, intentando expresar los planteamientos con
claridad y respeto, ejerciendo y aceptando la crítica (Consejo Directivo Universitario,
1992).
Con base en lo anterior, esta investigación se inscribe más específicamente con
lo que se plantea en el Acuerdo Nº 0066 del Consejo Directivo Universitario (1992), en
el estatuto número 34 ―con la reflexión y crítica permanente de la forma como los
individuos y la sociedad se apropian del desarrollo científico y técnico, y de sus
consecuencias.‖
0.1. Justificación y Planteamiento del Problema
El estudio de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), se fundamenta
en criterios contenidos en el Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos
Mentales, DSM-IV-TR. En este, figuran tres categorías de TCA, anorexia nerviosa
(AN), Bulimia Nerviosa (BN) y trastornos de la conducta alimentaria no especificados
(TCANOES) (American Psychiatric Association, 2003).
En los criterios para el diagnóstico de AN, la persona cumple con cuatro
criterios. Primero, el rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor
mínimo o normal considerado según edad y talla. Además, el miedo intenso a ganar
peso o convertirse en obeso. Tercero, presenta una alteración de la percepción del peso
o la silueta corporal, exageración de la importancia en la autoevaluación o negación del
11
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
peligro que implica el bajo peso corporal. Por último, amenorrea en las mujeres pos
puberales. (American Psychiatric Association, 2003)
Por otro lado, para el diagnóstico de BN es necesario que la persona presente
cinco criterios. En primer lugar, debe haber atracones recurrentes (el atracón, es una
ingesta de alimento en un corto periodo de tiempo, en cantidad superior a la que la
mayoría de las personas ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas
circunstancias, donde también se presenta la sensación de pérdida de control sobre la
ingesta de alimentos); además, presencia de conductas compensatorias inapropiadas,
con una frecuencia de al menos dos veces a la semana durante un periodo de tres meses;
una autoevaluación exageradamente influida por el peso; y finalmente, las alteraciones
no deben ocurrir exclusivamente durante el transcurso de AN (American Psychiatric
Association, 2003).
Por último, en el diagnóstico de TCANOES, la persona cumple con algunos,
pero no con todos los criterios para los trastornos anteriormente especificados. En esta
categoría, se encuentran por ejemplo, las mujeres que cumplan todos los criterios
diagnósticos para la AN, sin embargo, sus menstruaciones son regulares. Otro caso
podría ser quienes cumplen los criterios diagnósticos que se necesitan para la BN, pero
las conductas compensatorias aparecen con una intensidad menor a 2 veces por semana,
o durante menos de 3 meses. Esta categoría incluye también, el trastorno por atracón,
caracterizado por ingestas recurrentes en ausencia de conductas compensatorias
inapropiadas típicas de la BN (American Psychiatric Association, 2003).
En los últimos años, los TCA han empezado a generar preocupación a nivel
mundial por el incremento de casos en la población. Debido a esto, se ha generado una
12
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
gran campaña mediática de este fenómeno, lo cual ha llevado a algunos actores
gubernamentales a tomar medidas en el asunto.
Entre algunas situaciones que se han presentado mundialmente en torno a la
reacción por los TCA, se presentan casos como el de Madrid (España), donde se han
venido realizando proyectos para generar conciencia y prevenir a la sociedad madrileña
de todo lo relacionado con este tipo de trastornos. El 1 de febrero del 2007, con la
aprobación de Ley por la Asamblea de Madrid, se comenzó la ejecución del Pacto
Social contra los trastornos alimentarios. Esta pacto logró el establecimiento de un
Instituto de Nutrición y Trastornos Alimentarios; planteó medidas para la difusión de
campañas de alimentación saludable, difusión de dietas, control de venta de productos
dietéticos, y el establecimiento de un índice mínimo de masa corporal para poder
modelar en la Pasarela Cibeles (Presidencia de la comunidad de Madrid, 2007).
En Francia, la anorexia afecta supuestamente entre 30.000 y 40.000 personas.
Como en España, mediante una nueva ley, se ha optado por luchar contra los sitios de
Internet que promueven la anorexia, convirtiendo en delito la incitación a la anorexia
(EFE, 2008). Así mismo, diseñadores de Milán, Londres, Nueva York y Francia, se han
apuntado a luchar contra la anorexia mediante el cuidado de la salud de sus modelos
(EFE, 2008a). El Ministerio de Sanidad Francés propuso un código de buena conducta
para combatir la anorexia, el cual se firmó junto a representantes del mundo de la moda,
la publicidad y la comunicación. Esta Carta de compromiso voluntario sobre la imagen
del cuerpo y contra la anorexia, contiene promesas ―compartidas y concertadas‖ por los
firmantes para ―no aceptar la difusión de imágenes de personas, especialmente si se trata
de jóvenes, que pueden contribuir a promover un modelo de delgadez extrema" (EFE,
2008).
13
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
En Estados Unidos, un estudio de la Universidad de Harvard (citado por Brody,
2007), concluyó que el TCA más común era el trastorno de atracones compulsivos,
perteneciente a la categoría TCANOES del DSM IV-TR (2003), ocurriendo en 1 de
cada 35 adultos (2.8%), lo cual es casi dos veces la prevalencia combinada para AN
(0.6%) y BN (1%).
En México, se ha visto que cada año se incrementa considerablemente la
cantidad de casos de niñas que padecen TCA tales como AN, BN, Trastorno por
Atracón, comer de forma compulsiva, vigorexia y ortorexia (El universal, Septiembre de
2007). Por esta razón, el Senado y la Cámara de Diputados han venido realizando
diferentes propuestas para su prevención y atención (Senado de la República, 2008)
Así mismo, en Argentina se vienen efectuando estudios como parte de un
proyecto de salud mental en escuelas públicas de Buenos Aires, donde se autoevalúa
dimensiones psicológicas relacionadas con la conducta alimentaria (Casullo, 2006).
Además, se han venido realizando proyectos de ley, campañas de prevención y
destinación de recursos a fundaciones especializadas en el tema (Secretaria de Gestión
Pública de Argentina, 2008)
En Chile, el instituto nacional de juventud en el año 2003, realizó encuestas a
jóvenes entre los 12 y los 18 años. Las conclusiones de este estudio arrojaron que existe
una identificación con un ideal de individuo sano y delgado, difundido por medios de
comunicación que se han convertido en ejes articuladores de la vida cotidiana. (Calvo,
Carcamo, Astudillo, Masini, Francotte, 2006).
En Venezuela la mayoría de los estudios que se han realizado sobre los TCA,
utilizan el Eating Attitude Test (EAT) ya que ―es el instrumento capaz de detectar la
14
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
presencia de actitudes y conductas indicativas de trastornos del comportamiento
alimentario‖ (Vivas & Luigli, 2006, pp. 173). Entre estos estudios se han arrojado cifras
de prevalencia que se encuentran entre el 8% y el 18%. (Vivas & Luigli, 2006)
En Colombia, ―no existen estudios epidemiológicos que den cuenta de la
prevalencia e incidencia‖ de los TCA, según la Secretaría Distrital de Salud (2008). Los
datos e información con que se cuentan, provienen de investigaciones institucionales, es
decir, de universidades o instituciones privadas que se especializan en el manejo de
estas enfermedades. Estas siete investigaciones, han sido realizadas a poblaciones de
jóvenes escolares y universitarios de algunas ciudades del país, conociendo la
prevalencia e incidencia de los TCA de manera no representativa (Guarín & Gempeler,
2006).
En la Universidad Autónoma de Bucaramanga, se realizó un estudio donde se
validó la encuesta SCOFF (Sick, Control, One, Fat Food) para tamizaje de trastornos
de la conducta alimentaria en mujeres universitarias. Se evaluaron 385 mujeres entre
los 17 y 35 años, de estratos socioeconómicos medio y alto. A todas las estudiantes que
contestaron el cuestionario se les hizo una evaluación clínica con un psiquiatra. Este,
aplicó la Entrevista Diagnóstica Internacional Compuesta (CIDI), la cual permite
establecer los criterios diagnósticos del DSM-IV, y así realizar la verificación posterior
del diagnóstico. Se diagnosticaron 51 casos de TCA. 43 casos (84.3%) correspondientes
a TCANOES y 8 casos (15.7%) a BN. No se detectaron casos de AN. Debido al estudio
se pudo concluir que la encuesta SCOFF puede ser una buena alternativa para detectar
trastornos de la conducta alimentaria (Rueda, et al., 2005, citado por Alviar, Pérez,
Tamayo y Viotto, 2005).
15
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Dentro de las investigaciones más pertinentes a nivel nacional, se encuentra el
estudio realizado por la Universidad de Antioquia en el año de 1999. A partir de una
muestra no representativa de 972 adolescentes de secundaria de la ciudad de Medellín, y
utilizando el instrumento de tamizaje EAT-S, se comprobó la alta frecuencia de ideas,
sentimientos y conductas de riesgo para TCA. Se encontró que al 77% de las alumnas
les aterraba la idea de ganar peso, 41% tenía atracones, 33% se sentía culpable después
de comer, 16% sentía que la comida controlaba su vida y 8% se inducía el vómito
(Ramírez, Vélez, Yepes, Pérez, Posada y Roldan, 2005, citado por Alviar, Pérez,
Tamayo y Viotto, 2005).
Con estos datos como precedente, se elaboró un segundo estudio de la misma
universidad, cofinanciado por la Dirección Seccional de Salud de Antioquia, titulado
Prevalencia de anorexibulimia en mujeres adolescentes de Medellín, realizado por
Ramírez y un equipo amplio de psicólogos, médicos y nutricionistas (2005). El estudio
fue efectuado en dos fases con el fin de sustentar la hipótesis de que las cifras de
prevalencia de TCA en esta ciudad, serían más altas. En la primera fase, de tamizado, se
aplicó un cuestionario de autorreporte que incluía el EDI2 (Eating Disorder Inventory 2)
a una muestra representativa de 474 adolescentes. En la segunda fase, se hizo una
entrevista clínica semiestructurada a la población detectada en riesgo (n=142), y a un
número igual de adolescentes que no tenían riesgo (n=142) (Ramírez, Moreno, Yépez,
Aristizabal, Posada y Roldan, 2005). Después de realizado el estudio, se encontró una
prevalencia total del 17.7% de TCA, con una prevalencia de AN del 0.8%; de BN del
2.3%; y de TCANOES del 14.6%. Se encontró que los antecedentes de sobrepeso,
comentarios adversos sobre el cuerpo y abuso sexual tenían relación con los TCA. De
hecho, el estudio consideró que los TCA en Medellín eran un problema de salud pública
16
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
por lo cual debían realizarse acciones urgente para implementar medidas preventivas y
asistenciales en la población (Ramírez, et al., 2005).
De acuerdo con Tamayo (2006) hubo múltiples interpretaciones falsas de este
estudio científico realizado por Ramírez (2005), con el cual se legitimó científicamente
la distribución de recursos en el Concejo de Medellín y que tuvieron consecuencias en
la destinación de recursos públicos para la prevención de esta enfermedad. En el Acta
353 del Concejo (2005), un concejal llegó a afirmar que ―se han hecho investigaciones
específicas a la población estudiantil desde la Universidad de Antioquia, donde se han
hallado tasas de prevalencia de anorexia-bulimia en la población femenina estudiantil
universitaria de la ciudad, supremamente altas, del orden del 20%‖. El concejal citaba,
aparentemente, la investigación realizada por Ramírez (2005) la cual, sin embargo,
señala cifras bien distintas.
Tamayo (2006) afirma que el DSM-IV es ambiguo en su categorización de los
TCANOES ya que este los define negativamente, considerando a todo comportamiento
que no cumple con los criterios de AN y BN, un trastorno de la conducta alimenticia no
especificado; lo cual podría explicar la elevada cifra de TCANOES que encontró
Ramírez (2005, citada por Tamayo, 2006).
Tamayo (2006) se pregunta por qué si Ramírez (2005) descubrió que las
anoréxicas de Medellín representaban un 0,8% de su muestra, este dato creció de
manera exagerada en las sesiones del Concejo de Medellín donde se discutió el tema, y
en la prensa nacional.
“El Colombiano: “en Medellín, la Universidad de Antioquia encontró que cerca
del 18 por ciento de las niñas del grupo de riesgo (entre 12 y 21 años) padecen
la enfermedad. Esta cifra es de las más altas del mundo y tres veces mayor que
17
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
el promedio internacional. ¡Es absurdo!, mientras países europeos se alarman
porque entre 1 y 3 por ciento de sus adolescentes sufren de anorexia, y otro
tanto de bulimia, en Colombia las cifras superan récords, ante la mirada
tolerante de la sociedad”. Revista Cambio: “las cifras son alarmantes. Un
estudio realizado por este grupo [se refiere al Grupo Académico en Trastornos
de la Conducta Alimentaria de la Universidad de Antioquia] en 2003, con 475
antioqueñas de entre 10 y 19 años, encontró que el 17,7% eran anoréxicas, un
porcentaje tres veces superior a la media mundial”. El Tiempo: “la
investigación, que se concentró en adolescentes y mujeres de todos los grados
del bachillerato, concluyó que el 17,7 por ciento tenía bulimia o anorexia. „Eso
es tres veces más que en el resto del mundo –anota Ramírez [Lucrecia]-. En
España, con 6 por ciento, fue un problema nacional‟”. (Tamayo, 2006)
Continuando con las investigaciones realizadas en Colombia, en la ciudad de
Bogotá, y más específicamente, en la Universidad Nacional de Colombia; se realizó el
estudio de Prevalencia de trastornos del comportamiento alimentario en estudiantes de
la Universidad Nacional de Colombia entre julio de 1994 y diciembre de 1995. Este
trabajo fue ganador del premio en Investigación Clínica del XIV Congreso Colombiano
de Medicina Interna. El estudio realizado sirvió, como el anterior, para la validación de
un instrumento de autorreporte para detectar trastornos del comportamiento alimentario
y su relación con ansiedad y depresión. Se concluyó que la prevalencia global de TCA
en el grupo de universitarios evaluados fue de 30.7%, de los cuales el 2.2%
correspondían a BN, el 0.5% a AN y el 28% a TCANOES. Con el estudio, se indica de
manera clara que se realza la magnitud del problema y se hace necesario promover la
investigación a un nivel macro, para empezar a enfrentar el problema de los trastornos
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Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
de la conducta alimentaria (Ángel, Vásquez, Chavarro, Martínez y García, 1997, citado
por Alviar, Pérez, Tamayo y Viotto, 2005; Guarín y Gempeler, 2006).
Otro estudio realizado por la Universidad Nacional tuvo como objetivo
determinar la prevalencia de trastornos de la conducta alimentaria en estudiantes de
secundaria de Bogotá. El estudio indicó que la prevalencia de TCA era del 37% con
predominio en las mujeres como lo indican las investigaciones previas, 0.28%
correspondían a AN, 3.25% para BN y 33.6% para TCANOES (Ángel, Vásquez,
Chavarro, Martínez y García, 1997, citado por Alviar, Pérez, Tamayo y Viotto, 2005;
Guarín y Gempeler, 2006).
Así mismo, Ángel, Vásquez, Chavarro, Martínez y García, (2000), buscaron
desarrollar, validar y darle fiabilidad a una encuesta obteniendo la Encuesta del
Comportamiento Alimentario como un instrumento consistente, valido, y fiable para la
tamización de los TCA entre estudiantes universitarios, concluyendo que es
probablemente útil para el diagnóstico de AN y BN, mediante la aplicación en
poblaciones de riesgo, y en la practica clínica.
La red de gestores sociales (2008), coordinada por la Presidencia de la
República; citando un articulo del periódico El Tiempo, afirma que según
investigadores del Centro Horus TCA, ocho de cada diez estudiantes bogotanos, entre
los 11 y 19 años se encuentra en riesgo alto y medio de padecer algún TCA. Esta prueba
fue aplicada a 2000 estudiantes en siete colegios de Bogotá, y se concluyó que las más
afectadas por este problema son las niñas, con un preocupante aumento entre los
varones.
19
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Mediante el acuerdo 221, el día 28 de Junio de 2006, en la ciudad de Bogotá, se
aprobó por el Concejo, el Programa Distrital de Prevención de la Anorexia y la Bulimia;
propuesto por el concejal Hipólito Moreno Gutiérrez (Concejo de Bogotá, 2006).
Es de resaltar que para la ponencia del Proyecto de Acuerdo numero 157 de
2006, (Ver apéndice A) perteneciente al acuerdo 221 (Ver apéndice B), antes de ser
aprobado; como bases sobre el diagnóstico del problema en Colombia, se afirmó,
―según un estudio realizado por la Universidad Nacional, en Bogotá el 12 por ciento de
las adolescentes sufre bulimia y anorexia‖. (Mejía, Gutiérrez y Sánchez, 2006, p.5)
Por otro lado, la Secretaría Distrital de Salud, reporta anualmente un promedio
de 40 casos de ―alteraciones mentales como la anorexia y la bulimia‖ en la red adscrita
de hospitales del Distrito. En el 2005 se dio un caso de mortalidad por anorexia en el
Hospital el Tunal (Secretaría Distrital de Salud, 2008).
Además, como parte de las medidas que se han tomado en el Distrito Capital con
base en este programa, el 1 de Abril de 2008 la Administración Distrital, representada
por la Primera Dama del Distrito, Cristina González de Moreno y la Secretaría Distrital
de Salud; lideraron la inauguración de la campaña ―Quiere tu cuerpo, quiérete bien‖,
que busca prevenir los trastornos alimenticios entre la población bogotana (Secretaría
Distrital de Salud, 2008).
Es importante saber, que el establecer una política pública, implica un proceso
que se adecua a la evolución del proceso de salud-enfermedad en el mundo, así como, a
los cambios en el perfil epidemiológico global y local (Montesinos, 1999, citado por
Pérez, Valencia y Vinaccia, 2006). La política debe buscar modificar los patrones de
20
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
enfermedad, reducir daños no intencionados y aumentar el acceso a los servicios de
salud (Brannon y Feist, 2001, citado por Pérez, Valencia y Vinaccia, 2006).
Además, como Leviton (1996 citado por Pérez, Valencia y Vinaccia, 2006; p.
202) afirma, ―los psicólogos enfrentan tres retos para generar el reconocimiento de sus
intervenciones en el campo de la salud pública: Traducir los efectos de la conducta en
implicaciones para la salud, demostrar el costo-efectividad de las intervenciones
psicológicas, y ampliar los efectos trabajando con la infraestructura pública‖. Los
psicólogos deben entonces, ofrecer pruebas que cumplan con los criterios de validez,
confiabilidad y replicabilidad a las personas encargadas de la creación y toma de
decisiones relacionadas con la salud pública (Armstrong, Jackson, Doyle, Waters y
Howes, 2005; Campbell, 1996; Simoes, Land, Metzger y Mokgad, 2006; Wang, Moss y
Hiller, 2006; Waters, Doyle, Jackson y cols. 2006, citado por Pérez, Valencia y
Vinaccia, 2006).
La epidemiologia tiene un papel fundamental dentro de los programas de salud
pública, pues proporciona una base concreta a las acciones que se lleven a cabo dentro
de las políticas públicas. El método de la epidemiología permite identificar los
determinantes más importantes dentro de enfermedades que no son transmisibles.
Es así como un estudio realizado por Peláez, Labrador y Raich (2004), intentó
hacer una revisión y estado de la cuestión de los estudios epidemiológicos de los TCA
en España. En este estudio se hizo un análisis crítico, concluyendo la necesidad de
realizar estudios fiables y precisos de prevalencia de TCA sobre la población en general.
Con base en lo anterior, surge el cuestionamiento sobre la evidencia
epidemiológica que muestran de las bases investigativas sobre las que se está
21
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
fundamentando en Bogotá el programa Distrital de prevención de la anorexia y la
bulimia; para su diseño, aprobación y ejecución. Esto, se traduce en la siguiente
pregunta de investigación:
¿Qué evidencia epidemiológica presentan siete investigaciones sobre TCA,
realizadas en la ciudad de Bogotá D.C., para sustentar el diseño, aprobación y ejecución
del programa de prevención de la anorexia y bulimia de la ciudad de Bogotá D.C.?
0.2. Fundamentación Bibliográfica
La importancia que tiene la epidemiología dentro de los programas de salud
pública, es proporcionar una base concreta a las acciones que se lleven a cabo dentro de
las políticas públicas. La epidemiología es una ciencia que ha tomado fuerza desde los
años 70 y 80, cuando el aumento de los estudios hace que se fortalezcan sus bases
metodológicas y teóricas, dándole independencia como disciplina. El método de la
epidemiología permite identificar los determinantes más importantes dentro de
enfermedades que no son transmisibles.
Existen múltiples definiciones de la epidemiología, ya que son varios los autores
que han tratado de conceptualizarla. Jenicek (1982) define la epidemiología como un
método, una forma de obtener conocimientos y resolver problemas sanitarios.
Aunque son muchas más las definiciones que se pueden encontrar de la
epidemiología, hay ciertos elementos que tienen en común todas estas. Se hace evidente
que el nivel de análisis de esta disciplina, se centra en la población. Ya sea mirando
enfermedades en individuos, animales de laboratorio; u observado fenómenos
relacionados con la salud poblacional.
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Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Uno de los principios dentro de la epidemiología, es el hecho de que la
enfermedad no se puede distribuir al azar en la población. Por el contrario, existen
ciertos determinantes que influyen en la aparición de la enfermedad. Por esta razón, la
epidemiología debe esforzarse en buscar los motivos por los que la distribución de las
enfermedades sigue un comportamiento aleatorio.
―la epidemiología procede por acumulación de evidencias, cada vez mas
convincentes, de que un determinado factor se asocia con una determinada
enfermedad. El estudio de esta triada clásica de la epidemiología (agente, medio
ambiente y huésped) permiten poco a poco delimitar la evolución natural de la
enfermedad, el agente causal y los factores de riesgo presentes en el huésped que
incrementan la probabilidad de desarrollarla‖ (Martínez & Irala, 2002, pp. 18)
Existen ciertos elementos que son fundamentales dentro de la epidemiología,
como las tablas, proporciones, y tasas entre otros. También son componentes de un
estudio epidemiológico, medidas que cuantifican la frecuencia de una enfermedad. Las
más relevantes son la prevalencia, la incidencia acumulada, y la densidad de incidencia
o tasa de incidencia.
Fletcher, Fletcher & Wagner, (1998) definen la prevalencia, como la fracción o
el porcentaje de un grupo de individuos que presentan un proceso clínico o un resultado
en un momento específico de tiempo. Responde a la pregunta de ―¿qué porcentaje de un
grupo de individuos experimenta un proceso?‖ (Fletcher, Fletcher & Wagner (1998), p.
80). La prevalencia es determinada mediante el sondeo de una población específica, que
contiene individuos que presentan y no presentan el proceso en cuestión en un momento
definido. Existen dos tipos de prevalencia. La prevalencia de punto o puntual es
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Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
determinada en el momento del sondeo para cada individuo, aunque no necesariamente
en el mismo momento para todos los individuos de la población seleccionada. Por otro
lado, la prevalencia de periodo, se refiere a los casos presentes en cualquier momento
durante un periodo específico de tiempo. (Fletcher, Fletcher & Wagner, 1998)
Por ejemplo, en 1989, se realizó un estudio para establecer cuál era la
prevalencia de la demencia en la población general de adultos de edad avanzada. Para
contestar esta pregunta, se realizo una encuesta de 1968 personas mayores de 75 años
que vivían en Cambridge, Reino Unido. Cada participante se sometió a un estudio que
incluía el Mini-Mental State Examination (MMSE), prueba para conocer el deterioro
cognitivo. La existencia de demencia se pudo identificar mediante una estrategia de
pruebas seriadas: las personas que obtuvieron un puntaje de 25 o inferior en el MMSE,
se examinaron mediante un protocolo estandarizado por un psiquiatra que estableció el
diagnóstico final. La prevalencia de demencia en conjunto, fue del 10%, y las tasas se
duplicaron en cada segmento de 5 años de edad. (O’Connor, Polott, Hyde, Fellows,
Miller, Brook, Reiss & Roth, 1989, citados por Fletcher, Fletcher & Wagner, 1998).
En España, se realizó una investigación titulada Prevalencia de trastornos de la
conducta alimentaria: consideraciones metodológicas (Peláez, Labrador y Raich,
2005). Dentro de las conclusiones que presentó este estudio, se encuentran la gran
cantidad de dificultades que se presentan en el estudio de la prevalencia de los TCA.
Uno de los resultados de este estudio, es la presencia de debilidades y sesgos
entre los estudios de prevalencia con que trabajaron. Los estudios de prevalencia se
pueden derivar en tres grupos principales, aquellos estudios donde se establece un
diagnostico de TCA, a partir del auto informe; aquellos que utilizan la entrevista
24
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
diagnóstica, es decir de doble fase; y aquellos que también son de doble fase, pero
entrevistan a la totalidad de la muestra (Peláez, Labrador y Raich, 2005).
En este estudio se hace un recuento histórico sobre esta clase de estudios. Se
encuentra que en los años 80, todos los estudios se agruparon en el primer grupo, es
decir, de auto informe. En este tipo de estudios, se realiza un análisis de frecuencia de
ingestas, y atracones entre otros; basados exclusivamente en cifras de las encuestas de
auto informe. Aunque se puede considerar ventajosa la economía de estos estudios,
también tienen ciertas falencias que deben ser tenidas en cuenta. Entre estas, las fallas
en el tipo de muestreo sesgado que presentan; la baja tasa de respuesta, donde se puede
asumir que no existe una representatividad de la población; y el método de selección de
los casos, que en algunos de ellos, no se ajusta a un criterio universal de diagnostico
para TCA (Peláez, Labrador y Raich, 2005).
El segundo grupo son los estudios de doble fase que utilizan una entrevista de
diagnóstico. Dentro de este tipo de estudios, existe la falla, que al ser aplicados en un
primer momento de barrido, dejan en la segunda fase, un tamizaje sesgado de los
participantes que solo superan un puntaje determinado. Al no realizar una entrevista a la
muestra completa de la selección, no se tienen en cuenta los casos que no superan la
prueba, sesgando la población seleccionada (Peláez, Labrador y Raich, 2005).
Por último, el tercer grupo, donde se realiza una aplicación de la entrevista al
grupo completo; tienen la ventaja de mantener un grupo de control, frente a aquellos
que han superado la primera etapa y que son considerados como en riesgo. Esta es la
ventaja de este tipo de estudios, que aunque sean costosos, permiten llegar a la medida
más acertada sobre la prevalencia en una población (Peláez, Labrador y Raich, 2005).
25
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Es en este mismo estudio, Peláez, Labrador y Raich (2005), proponen una serie
de consideraciones de orden metodológico, para el caso de las investigaciones sobre
prevalencia. El gran número de participantes dentro de estos estudios, es un factor
relevante, ya que los TCA tienen una baja prevalencia entre la población (4.5% en
mujeres y 1% entre hombres). Por otro lado, una última consideración se refiere al caso
de la definición diagnóstica de los TCA. Esto, debido a que algunos de los criterios
presentados por manuales como el DSM IV, pueden llegar a ser demasiado estrictos;
dejando de lado algunos casos importantes a considerar, dentro de un estudio de
prevalencia.
En cuanto a la incidencia, Fletcher, Fletcher & Wagner, (1998) la definen como
la fracción o porcentaje de un grupo, que comienza libre de proceso, y que lo desarrolla
a lo largo de un determinado periodo de tiempo. La incidencia responde a la pregunta
―¿a qué ritmo aparecen nuevos casos en un grupo de individuos a medida que transcurre
el tiempo?‖ (Fletcher, Fletcher & Wagner, 1998, p. 80). Esta hace referencia a los
nuevos casos de la enfermedad que se producen en una población, que inicialmente no
la presentaba o no tenía nuevos resultados; es determinada identificando un grupo de
individuos susceptibles, examinándolos periódicamente durante un intervalo de tiempo,
para identificar y efectuar un nuevo recuento de los casos que se desarrollan durante el
intervalo. (Fletcher, Fletcher & Wagner, 1998)
Por ejemplo, para estudiar la incidencia de demencia, Pakyel, Brayne, Huppert,
Gill, Barkley, Gehlhaar, Beardsall, Girling, Pollit, O’Connor (1994, citados por
(Fletcher, Fletcher & Wagner, 1998), investigadores de Cambridge identificaron una
cohorte, extrayendo de la población del estudio de seguimiento a los individuos más
ancianos diagnosticados de demencia en el estudio de prevalencia del ejemplo anterior.
26
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Se siguió la pista a los 1778 pacientes restantes sin demencia. De estos, 305 fallecieron,
190 rechazaron someterse a pruebas adicionales y no se pudo seguir la pista a 88 por
estar demasiado enfermos para realizar las pruebas. En conjunto, la tasa de incidencia
de demencia anual de esta cohorte fue del 4.3%.
Un caso suele ser entendido como aquel individuo con una enfermedad
específica. Sin embargo, para tomar decisiones clínicas, en la mayoría de casos, se
depende de la información sobre la frecuencia o tasa de las manifestaciones de la
enfermedad. Entre esta información se encuentran los signos, síntomas, resultados
anormales de laboratorio; o de la frecuencia de los resultados de la enfermedad, así
como la muerte, discapacidad o mejora sintomática. Por esto, también es posible
determinar como casos, aquellos pacientes con una enfermedad que presentan un
hallazgo clínico determinado o experimentan un resultado concreto (Fletcher, Fletcher
& Wagner, 1998).
Para interpretar las tasas, es necesario establecer la base sobre la cual está
definido el caso, ya que los criterios utilizados para definir un caso pueden afectar
extraordinariamente las tasas. La tasa es útil en la medida en que se puede decidir a qué
tipos de pacientes se aplica. Para esto, es necesario conocer el tamaño y las
características del grupo de individuos en el cual surgieron los casos. El grupo incluido
en el denominador de las tasas, se conoce como población en riesgo. ―En riesgo‖
significa susceptible a la enfermedad o al resultado que ha sido contabilizado en el
numerador. El denominador de una tasa, debe incluir la población pertinente a la
pregunta planteada o, por lo menos, una muestra representativa de ésta (Fletcher,
Fletcher & Wagner, 1998).
27
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Los epidemiólogos, tradicionalmente, piensan en una población conformada por
todos los individuos residentes de un área geográfica. Esta característica debería ser
para aquellos estudios sobre causa y efecto en la población general. Por otro lado, en
cuestiones clínicas, las poblaciones relevantes en general, constan de pacientes que
tienen determinadas enfermedades o manifiestan determinados hallazgos clínicos, que
son similares a aquellos sobre los cuales se utilizará la información (Fletcher, Fletcher
& Wagner, 1998).
La muestra de un estudio epidemiológico, debe ser representativa de la
población. Existen dos métodos en general para obtener una muestra representativa. En
una muestra aleatoria, cada individuo de la población tiene una probabilidad idéntica de
poder ser seleccionado. En la muestra probabilística es cuando cada individuo tiene la
probabilidad conocida, y no necesariamente igual, de ser seleccionado. Suele ser
importante la inclusión de subgrupos concretos de interés, con un número suficiente de
miembros en una muestra de estudio (Fletcher, Fletcher & Wagner, 1998).
Por último, está la densidad de incidencia o tasa de incidencia. La cual es la
velocidad media de ocurrencia de enfermedad en una colectividad. Esto ocurre
determinando el número de casos que aparecen en una población en constante cambio,
en la que los individuos se encuentran en estudio y son susceptibles durante periodos
variables de tiempo. Ejemplos de esta medida ocurren cuando hay ensayos clínicos de
tratamiento crónico, en los cuales los pacientes seleccionables son reclutados durante
varios años. Así, los individuos incluidos precozmente, son tratados y seguidos durante
un tiempo más prolongado que los reclutados mas tarde. El denominador de una medida
de densidad de incidencia, no son individuos en riesgo durante un periodo específico,
28
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
sino individuos-tiempo (personas-años) en riesgo de padecer cierta enfermedad
(Fletcher, Fletcher & Wagner, 1998).
Otro de los términos a los que recurre frecuentemente la epidemiología, es el
―factor de riesgo‖, definido como ―aquellas variables relacionadas con opciones libres
de la conducta humana y que se asocian a una mayor probabilidad de desarrollar una
determinada enfermedad‖ (Martínez & Irala, 2002; citados por Gual & Lahortiga, 2002,
pp. 17). El factor de riesgo se refiere a las características que se asocian con el mayor
riesgo de contraer una enfermedad. Es así, como al determinar uno o varios factores de
riesgo, es posible realizar predicciones sobre la incidencia de una enfermedad; ayudar a
encontrar otras fuentes causales de esta; utilizarlos en el proceso diagnóstico; y generar
estrategias de prevención (Fletcher, Fletcher & Wagner, 1998).
Se han utilizado enfoques cuantitativos para contribuir a la toma de decisiones,
con el fin de distribuir los recursos a grupos grandes de individuos, como comunidades
o jurisdicciones políticas; mediante normas o políticas públicas (Fletcher, Fletcher &
Wagner, 1998).
Para realizar investigaciones científicas epidemiológicas y de cualquier otro tipo,
estas deben contar con criterios tales como construcción de teoría, novedad,
consistencia empírica, credibilidad, fiabilidad, reflexividad (Athens, 1984; Lincoln &
Guba, 1985; Hammersley (1998); citados por Ezzy, 2002). Además las formulaciones
políticas que las utilicen deben tener en cuenta estos criterios cuando se trata del
bienestar de la población.
Con base en lo anterior, la medicina basada en la evidencia toma un papel
sumamente relevante para el análisis de las investigaciones. La medicina basada en la
29
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
evidencia, es un movimiento en el que se quiso sustentar a partir de la epidemiología, la
bibliografía y las investigaciones médicas realizadas, los programas de salud pública
que crean diferentes entes gubernamentales y no gubernamentales. Se trata de una
aproximación a la atención del paciente, que promueve la búsqueda, interpretación e
integración de la mejor evidencia posible, como forma de mejorar la práctica clínica
(Torres, 2006).
Uno de los factores necesarios dentro de la medicina basada en la evidencia es
precisamente la evidencia, referente a los datos empíricos obtenidos a partir del uso de
una metodología adecuada para la investigación propuesta (Torres, 2006).
Los pasos para una investigación según Torres (2006), en la medicina basada en
la evidencia, comienzan con la formulación de una pregunta, la cual debe ser de un
tema en el que haya información, e interés del público. Además, esta debe estar
formulada de manera clara y precisa. En segundo lugar, hay una localización de la
evidencia bibliográfica donde se toman las fuentes de información y se tiene en cuenta
que estas contesten adecuadamente el tema de investigación, haciendo especial énfasis
en su actualidad. En tercer lugar, es importante tener en cuenta el diseño de la
investigación donde se debe tener en cuenta la validez de esta, referente a la manera
como se evita el sesgo dentro de la investigación. Con base en lo anterior, es necesario
tener en cuenta la justificación de las conclusiones acordes a la metodología utilizada, y
verificar si estas conclusiones son aplicables en los programas propuestos.
Para que una investigación sea adecuada según la teoría de la medicina basada en la
evidencia, esta debe cumplir con ciertos requisitos. Entre estos se encuentran; título y
resumen, antecedentes, participantes, objetivos, resultados, tamaño de la muestra,
30
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
métodos estadísticos, interpretación, generalización, y discusión. Una vez cumplidos
estos requisitos se considera una investigación adecuada para la aplicación de políticas
publicas (Torres, 2006).
El resumen de la investigación debe contener una descripción de los instrumentos
diagnósticos utilizados en las investigaciones (Labrador, Peláez, y Raich, 2005). En
cuanto a los antecedentes, debe haber sustento con base en antecedentes científicos, una
explicación y un razonamiento sobre estos. Con respecto a los participantes deben
indicarse los criterios de selección de los participantes, así como la población y las
localidades donde los datos fueron recolectados en cada investigación.
Por otro lado, los objetivos deben ser específicos con respecto a lo que se busca
lograr y las hipótesis que se plantean. Las hipótesis, deben ser específicas para lo que se
busca. Con respecto a los resultados, estos deben estar definidos claramente con las
medidas de los resultados obtenidos y, en su caso, cualquier método utilizado para
incrementar la calidad de las mediciones.
Otro componente que debe estar en la investigación, se refiere al tamaño de la
muestra, donde se debe indicar cómo fue determinado el tamaño de la muestra, y, en su
caso la explicación de cualquier análisis intermedio y las reglas de determinación del
estudio. En cuanto a la asignación aleatoria, indica el método usado para implementar la
secuencia aleatoria de asignación, incluyendo detalles de cualquier tipo de restricción.
Respecto a los métodos estadísticos debe aclarase cuáles fueron los métodos
estadísticos utilizados para comparar los grupos en sus resultados de cada investigación.
Para la interpretación de los resultados estas interpretaciones deben tener en cuenta las
31
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
hipótesis de estudio, las fuentes de sesgo potencial o imprecisión, y los peligros de la
multiplicidad de análisis y eventos de interés de cada investigación.
Para la generalización es muy importante que haya una evaluación de la validez
externa de los hallazgos del estudio (Torres, 2006). Para este criterio, se quiso
profundizar más teniendo en cuenta las fuentes de invalidación externa de una
investigación, planteadas por Hernández, Fernández y Baptista (2006). Entre estas
fuentes se encuentra el efecto reactivo o de interacción de las pruebas, el cual se refiere
a cuando la pre-prueba, aumenta o disminuye la calidad de reacción de los participantes.
Así mismo, otra fuente de invalidación es el efecto de interacción entre los errores de
selección y el tratamiento experimental, el cual se refiere a cuando se eligen personas
con una o varias características que hacen que el tratamiento experimental produzca un
efecto particular. Otra fuente de invalidación se basa en los efectos reactivos de los
tratamientos experimentales, referido a la artificialidad de la aplicación del tratamiento
y el reflejo de esto en los resultados. De igual manera, la interferencia de tratamientos
múltiples, invalida la investigación por la aplicación de varios tratamientos al mismo
grupo, buscando conocer sus efectos por separado y en conjunto. También, la
imposibilidad de replicar los tratamientos, dificulta la generalización, cuando son tan
complejos los experimentos que no es posible replicarlos en otras situaciones. Las
descripciones insuficientes del tratamiento experimental, son otra fuente de
invalidación, debido a la imposibilidad de replicar el experimento por falta de
información. Así mismo, el efecto de novedad e interrupción, es otra fuente de invalides
a causa de los efectos negativos o positivos, que la novedad del experimento pueda
causar. El experimentador, también puede producir invalides con su presencia, alterando
los resultados. De igual manera, la interacción entre la historia o el lugar y los efectos
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Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
del tratamiento experimental, también pueden invalidar externamente los resultados por
la alteración de estos debido al contexto. Por último, las mediciones de la variable
dependiente, es otra fuente de invalidación en cuanto al hecho de que no se registren
cambios en la variable dependiente.
El último ítem, planteado por Torres (2006) para las investigaciones basadas en la
evidencia, es la discusión. Donde debe indagarse sobre si la discusión de los resultados
es acorde a la evidencia y el contexto actual.
En los estudios epidemiológicos, existe la posibilidad de que se presenten
sesgos. Entre las causas de los sesgos, se encuentra el dejar de lado el azar; la pérdida
del seguimiento de la información cuando las cifras del estudio se han obtenido
retrospectivamente; el uso de tasas externas para calcular el número esperado de casos;
existencia de condiciones sociales que definen términos claves dentro de la
investigación. Así mismo, al hacer una clasificación errónea dentro de un estudio
epidemiológico, se puede caer en el sesgo de concentrarse en un segmento de la
población y dar una impresión errónea del efecto (MacMauhon & Trichopouls, 2001).
El papel que debe jugar la epidemiología dentro de la creación de políticas de
salud pública referentes a la salud mental, es trascendental. Por ejemplo, en Colombia,
existen diversas estrategias y planes que se pretenden llevar a cabo dentro de la
población, para atacar esta problemática. Sin embargo, Echeverry y Otálora (2005)
afirman, que muchos de estas y estos no tienen la eficiencia ni la solidez epidemiológica
necesaria, para poder llevar a cabo una política que sea efectiva en el control de la salud
mental de la población.
33
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Es importante el dar cuenta del por qué la psicología se ocupa de los TCA, para
contextualizarse respecto a lo que los programas de salud pública buscan controlar.
El trastorno mental definido en el DSM-IV-TR, es entendido como:
“síndrome o patrón comportamental o psicológico de significación clínica, que
aparece asociado a un malestar, a una discapacidad o a un riesgo
significativamente aumentado de morir o de sufrir dolor, discapacidad o
pérdida de libertad. Además este síndrome o patrón no debe ser meramente una
respuesta culturalmente aceptada a un acontecimiento particular. Cualquiera
que sea la causa, debe considerarse como la manifestación individual de una
disfunción comportamental, psicológica o biológico. Ni el comportamiento
desviado, ni los conflictos entre el individuo y la sociedad son trastornos
mentales, a no ser que la desviación o el conflicto sean síntomas de una
disfunción” (American Psychiatric Association, 2003; p. XXIX).
Los TCA, son considerados como un problema mental que empieza a ser
fuertemente reconocido a partir de la década de los 80, cuando empieza a hacerse
explícito en las sociedades de países desarrollados (Brumberg, 2000).
La aparición de la BN y la AN como diagnósticos independientes dentro del
DSM-III, fue demorada dada la divergencia de síntomas de quienes las sufrían. Antes de
este paso, en el año de 1980, la BN y la anorexia eran consideradas como síntomas mas
no como trastornos independientes. Fue en el año de 1980, en que la anorexia apareció
en el DSM-III como un trastorno independiente. Los criterios para su diagnóstico
incluían rehusarse a mantener el peso normal del cuerpo, perder más del veinticinco por
ciento del peso del cuerpo, distorsión de la imagen del cuerpo, y un miedo intenso a
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Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
volverse gordo. Sin embargo no fue sino hasta el año de 1985 dentro del DSM III-R que
se separó la BN de la anorexia, tomando la forma de dos trastornos independientes
(Brumberg, 2000).
El DSM-IV se centra en objetivos clínicos, de investigación y educacionales.
Apoyado en fundamentos empíricos sólidos, busca proporcionar una guía útil para la
práctica clínica; facilitar la investigación y mejorar la comunicación entre clínicos e
investigadores; además de ser una herramienta para la enseñanza de la psicopatología y
para mejorar la recogida de datos en la información clínica vigente hasta el momento.
Este instrumento es necesario para poder llevar a cabo y dar a conocer estudios
estadísticos sobre salud pública (American Psychiatric Association, 2003).
La necesidad de recoger información de tipo estadístico en Estados Unidos, fue
el impulso inicial para realizar una clasificación de los trastornos mentales. El
Diagnostic and Statistical Manual: Mental Disorders o Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) es producido en su primera versión por el
American Psychiatric Association Committee on Nomenclature and Statistics en 1952
como variante del CIE- 6 (Clasificación Internacional de Enfermedades). El DSM-I era
un glosario de descripciones de las diferentes categorías diagnósticas y fue el primer
manual oficial de los trastornos mentales con un uso clínico.
El DSM ha ido evolucionando hasta convertirse en el DSM-IV TR. El DSM-IV,
se basó en un proceso empírico a tres niveles: 1) la revisión sistemática de literatura
publicada hasta el momento; 2) reanálisis de los datos ya recogidos, y 3) estudios de
campo. El intervalo entre el DSM-IV y el DSM-V, más dilatado que el intervalo entre
las ediciones anteriores, generó la necesidad de una revisión del DSM-IV, con el
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Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
propósito de: 1) corregir los errores de hecho identificados en el texto; 2) Revisar la
información del texto para asegurar que continua estando actualizada; 3) hacer cambios
para reflejar la nueva información disponible desde que las revisiones de bibliografía
del DSM-IV finalizaron en 1992; 4) realizar mejoras que aumenten el valor pedagógico
del DSM IV; y 5) actualizar los códigos de la CIE-9 MC. Esto dio como resultado el
DSM-IV TR, con la incorporación de un texto descriptivo que acompaña a los criterios
utilizados para el diagnóstico de los trastornos mentales. Todos estos cambios,
sustentados bajo datos empíricos concretos, sin considerar modificaciones mayores a los
criterios diagnósticos ni la introducción de nuevos trastornos o subtipos (American
Psychiatric Association, 2003).
En el DSM-IV TR, existe un capítulo específico de criterios que permiten
diagnosticar los TCA. En este, se dice que la AN, parece presentarse con mayor
prevalencia en las sociedades industriales, en las que existe abundancia de comida y en
las que estar delgado está relacionado con el atractivo (especialmente en las mujeres).
Se ha visto mayor frecuencia en Estados Unidos, Europa, Canadá, Australia, Japón,
Nueva Zelanda y Sudáfrica. Los factores culturales también influyen en las
manifestaciones de la enfermedad (American Psychiatric Association, 2003). Este
trastorno alimenticio, raramente se manifiesta antes de la pubertad. Sin embargo,
algunos datos sugieren que puede ser mayor la gravedad de los trastornos mentales
asociados, en los casos prepuberales. Otros datos indican que cuando la enfermedad se
presenta en la primera adolescencia (entre 13 y 18 años) el pronóstico es más favorable.
Más del 90% de casos de AN son observados en mujeres (American Psychiatric
Association, 2003).
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Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
En cuanto a la prevalencia de la AN, durante la vida de las mujeres es
aproximadamente de 0.5%. Hay predominancia de personas que se encuentran por
debajo del umbral para el trastorno (con un TCANOES). En los hombres, la prevalencia
de la AN es aproximadamente una décima parte de las mujeres (American Psychiatric
Association, 2003).
Para diagnosticar una AN este manual presenta cuatro criterios que deben
cumplirse. En primer lugar, el rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima
del valor mínimo o normal considerado según edad y talla; además, el miedo intenso a
ganar peso o convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal; la
alteración de la percepción del peso o la silueta corporal, exageración de la importancia
en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal, es otro
criterio; y por último, en las mujeres pos puberales, la presencia de amenorrea, es decir,
ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos (American Psychiatric
Association, 2003).
Además se aclara la existencia de dos tipos de AN. La primera de tipo
restrictivo, donde en un episodio de anorexia el individuo no recurre a purgas o a
atracones. La segunda, de tipo compulsivo/purgativo, en la que el individuo recurre con
frecuencia a atracones o purgas. (American Psychiatric Association, 2003)
En cuanto a la BN, esta presenta similares síntomas dependientes de la cultura,
con la AN. Sin embargo, en estudios clínicos realizados en Estados Unidos, se ha
observado que afecta mayormente a personas de raza blanca, aunque también puede
afectar a otros grupos étnicos (American Psychiatric Association, 2003).
37
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
En cuanto a la prevalencia de este trastorno alimentario, en las mujeres es
aproximadamente de 1.3%, mientras que en los hombres es diez veces menor a las
mujeres (American Psychiatric Association, 2003).
Entre los criterios que delimita el DSM-IV-TR para el diagnóstico de la BN,
deben cumplirse los se encuentran, la presencia de atracones recurrentes; la aparición de
conductas compensatorias inapropiadas de manera repetida con el fin de no ganar peso,
(provocación del vomito, uso excesivo de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos,
ayuno, y el exceso de ejercicio); aparición de atracones y conductas compensatorias
inapropiadas con un promedio de al menos 2 veces a la semana durante un periodo de
tres meses; autoevaluación exageradamente influida por el peso y la silueta corporales;
finalmente la alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de una AN
(American Psychiatric Association, 2003).
Al igual que con la AN el manual define dos posibles tipos de BN. La primera es
de tipo Purgativo, en la cual durante el episodio de BN, el individuo se provoca
regularmente el vomito o usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso. El segundo tipo,
es la No Purgativa, en la cual durante el episodio de BN, el sujeto emplea otras
conductas compensatorias inapropiadas, como el ayuno o exceso de ejercicio, pero no
recurre regularmente a provocarse el vomito y uso de laxantes, diuréticos o enemas en
exceso (American Psychiatric Association, 2003).
Por último se nombran los criterios que proporciona el DSM-IV, para el
diagnóstico de los TCANOES, es decir, aquellos que no cumplen con todos los criterios
para los trastornos anteriormente especificados. Entre estos, se encuentran las mujeres
que cumplen con todos los criterios de la AN y continúen con su ciclo menstrual sin
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Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
alteración; de igual manera que se cumplan todos los criterios para una AN pero el peso
siga dentro de los límites considerados como normales. En el caso de los criterios dados
para la BN, que estos sean cumplidos pero no con la frecuencia especificada. Otros de
los criterios para el diagnóstico de los TCANOES son, la aparición de las conductas
compensatorias inapropiadas como el vomito en el momento de ingerir pequeñas
cantidades de comida; el masticar y expulsar ciertas cantidades de comida; por último,
se encuentra el trastorno compulsivo que se caracteriza por la presencia de atracones
pero no hay presencia de conductas compensatorias inapropiadas.
Existen tres modelos etiológicos desde donde se trata de dar una explicación
sistematizada y completa sobre los TCA. Estos tres modelos son el biomédico, el
psicológico y el cultural. Brumberg (2000) sin embargo, hace una crítica a estos
modelos ya que dice que no logran una explicación completa a estos trastornos.
Respecto a las explicaciones médicas, a pesar de hacer un profundo y detallado
estudio fisiológico, nunca llegan a responder el interrogante de por qué se presenta en la
mayoría de los casos en las mujeres y no en los hombres.
Por otro lado, la corriente psicológica contiene explicaciones vistas desde
diferentes perspectivas. En primer lugar, el psicoanálisis lo plantea como un problema
de identidad, donde al no resolverse esta dificultad, se pierde el control sobre el propio
cuerpo. La teoría del sistema familiar, propone que el patrón de lo que se define como
familia patológica, es decir, aquellas familias perfeccionistas donde no hay cabida para
los errores y que al presentarse los errores no tienen la capacidad de afrontarlos; hacen
que en los hijos, se presenten comportamientos como el de no comer. Resultando ser los
hijos, los afectados por la patología de la familia (Brumberg, 2000). Sin embargo,
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Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
ninguno de estos abordajes psicológicos permite resolver todos los interrogantes sobre
la anorexia.
Por último, el modelo cultural propone una creencia de la belleza como
delgadez, así como, de una imposición del cuidado del peso como norma a la mujer,
donde el papel de los medios de comunicación puede ser estimulante, mas no causa de
la anorexia. El modelo cultural, presentó a la anorexia, como una enfermedad nueva
generada por presiones del mundo contemporáneo; una enfermedad impuesta a las
mujeres ya sea en el papel de víctimas; o como una manera opcional de protesta. Sin
embargo, no es precisa al explicar las razones por las que no todas las mujeres sufren de
anorexia, a pesar de sufrir las mismas presiones del mundo contemporáneo (Brumberg,
2000).
Existen diversas causas psicológicas que se relacionan con la aparición de los
TCA. La etapa vital de la adolescencia, donde se presentan gran cantidad de conflictos,
cambios y tensiones; así como, el hecho de que el adolescente empiece a pasar a una
etapa donde debe asumir el rol de adulto con todas su obligaciones; llegaría a generar un
riesgo, teniendo en cuenta además, que los cambios corporales también podrían
repercutir en el autoestima.
El papel de la familia también ha sido objeto de estudio dentro de la aparición
de los TCA. Vandereyken & col (1989, citados por Gual & Lahortiga (2002), han
realizado estudios sobre la interacción de las familias con la joven anoréxica. Sin
embargo, no se ha logrado demostrar una relación directa entre las familias y la
presencia de estos trastornos.
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Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Por último, la presión social de los medios de comunicación, de la publicidad y
la moda; por un culto a la delgadez, ha sido objeto de estudio en algunas
investigaciones. En los estudios respectivos, aunque presentan porcentajes variados
sobre las percepciones de los jóvenes, si es común el disgusto por el sobrepeso (Toro,
1996; Raich y col., 1991; citados por Gual & Lahortiga, 2002).
Existen cifras, que dan evidencia del aumento de la población afectada por
algunos TCA. Brumberg (2000), cita el caso del hospital de la universidad de
Wisconsin, donde en 1980 se diagnosticaba una persona con anorexia al año, mientras
que dos años después, eran setenta las personas recibidas en esta institución.
En toda Hispanoamérica se han venido realizando diferentes estudios dado el
crecimiento de este fenómeno. Entidades gubernamentales y privadas vienen realizando
investigaciones en diferentes poblaciones desde hace dos décadas, con el fin de lograr
esclarecer las causas y de esta manera planificar y ejecutar planes de acción publica
eficientes.
En Argentina datos de la red interhospitalaria de Trastornos de la Alimentación
(RIHTA), la cual depende de la Secretaría de Salud del gobierno de Buenos Aires
(2004), afirman que Argentina es el segundo país con mayor incidencia de BN y de AN,
después de Japón (Casullo, 2006). Es por tal, que se han empezado a realizar diversos
estudios en escuelas públicas de Buenos Aires. El primero de los estudios se realizó en
1996, con una traducción exacta del EDI (Eating Disorder Inventory) de Gardner,
Olmsted & Polivy (1983, citados por Casullo, 2006). A partir de los resultados
obtenidos en este estudio, se determinó la necesidad de realizar una adaptación de esta
técnica, por lo que se construyo el ICA (Inventario de Comportamientos Alimenticios).
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Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Esta es una técnica de auto evaluación de 11 dimensiones psicológicas asociadas con
TCA. Las dimensiones resultantes del análisis de esta estrategia son: deseo de
adelgazar, bulimia, insatisfacción corporal, sentimientos de ineficacia, perfeccionismo,
desconfianza, alexitimia, miedo a crecer, ascetismo, control de impulsos e inseguridad
social. Con esta técnica se han realizado estudios (Casullo, Gonzales & Sifre, 1998,
2000; Casullo, 2000; citados por Casullo 2006) donde se han encontrado correlaciones
directas entre las dimensiones propuestas y el género de los estudiantes considerados
como casos clínicos graves o moderados.
Otro país donde se han realizado estudios sobre los TCA es Brasil. Aunque ―no
existen datos poblacionales en Brasil sobre prevalencia e incidencia de TCA, ni
registros fidedignos del número de pacientes que reciben estos diagnósticos en la red
pública de salud‖ (Nunes, 2006, p. 28). Sin embargo, se han realizado dos estudios en el
sur de Brasil, para verificar la prevalencia de los TCA en la población. Una de estas
investigaciones presentó una prevalencia del 11% en el comportamiento anormal de la
conducta alimentaria. Otra de las conclusiones relevantes que aportó este estudio, es el
hecho de no encontrar una diferencia significativa entre estratos sociales o etnias (Nunes
y colaboradores, 2003; citados por Nunes, 2006).
En el caso chileno, los TCA no han sido estudiados a niveles demográficos y
epidemiológicos, ya que la atención está centrada en otros fenómenos como la
desnutrición y el problema epidemiológico de la obesidad, el cual es un trastorno
sufrido por un 22% de los chilenos. Sin embargo, en un reporte publicado por el
Instituto Nacional de Juventudes (2003), se afirma que según encuestas realizadas a
jóvenes entre los 12 y 18 años, se encontró que los jóvenes chilenos se identifican con
un ser saludable y delgado. Esto se ve influenciado por los medios de comunicación, los
42
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
cuales forman parte de la cotidianidad de la juventud. En algunos estudios realizados
con escolares (Behar & colaboradores, 1994, citados por Calvo, Carcamo, Astudillo,
Masini & Francote, 2006), se encontró una prevalencia de 12.2% de estudiantes en
riesgo patológico. En otro estudio de prevalencia (Tapia & Orstein, 1999 citados por
Calvo et al, 2006), realizado en jóvenes universitarios de Santiago de Chile, se encontró
una prevalencia de 12.6% en mujeres y 3.5% en hombres.
En México los estudios sobre la prevalencia son limitados. Uno de estos estudios
es realizado por Mancilla, Díaz y colaboradores (2004, citados por Mancilla, GómezPeresmitré, Álvarez, Franco, Vázquez, López y Acosta, 2006), donde se tomaron dos
muestras en momentos diferentes, en el año 1995 y 2001. A estas muestras se les
aplicaron dos técnicas diferentes, el Eating Attitudes Test de Garner y Garfinkel (1979,
citados por Mancilla, Gómez-Peresmitré, Álvarez, Franco, Vázquez, López y Acosta,
2006) y el Bulimia Test de Smith y Telen (1984, citados por Mancilla et al., 2006). Más
adelante, a las personas que obtuvieron altos puntajes, se les aplicó la entrevista
conocida como Interview for the Diagnosis of Eating Disorders de Kutlesic y
colaboradores (1998, citados por Mancilla et al, 2006). ―Los resultados de este estudio
fueron que en el año de 1995 la prevalencia de Bulimia y de trastornos de conducta
alimentaria no especificados fue de 0.14% y 0.35% respectivamente, y en el 2001 de
0.24% y 0.91%‖(Mancilla et al, 2006, p.127)
Para Venezuela existen discrepancias en cuanto a las cifras de prevalencia. Esto,
debido a que al seguir los conceptos presentados por el DSM-IV, la prevalencia sería de
0% y 1.58% para AN y BN respectivamente; mientras que si se rige a partir de los
instrumentos utilizados frecuentemente, como el EAT, las cifras de prevalencia se
encuentran entre el 8% y el 18% (Vivas & Luigli, 2006).
43
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
En el caso colombiano ―la prevalencia e incidencia de los TCA en la población
general en Colombia es conocida sólo de manera parcial. Existen datos epidemiológicos
derivados de estudios en jóvenes escolares y universitarios de las dos ciudades más
grandes del país‖ (Guarín y Gempeler, 2006. pp. 44). En Medellín fue realizado el
estudio Prevalencia de anorexibulimia en mujeres adolescentes de Medellín (Moreno,
Ramírez y Yépez, 2001). El objetivo de esta investigación, fue poder indicar la
prevalencia general de TCA en mujeres de Medellín, aclarando además las prevalencias
específicas para cada uno de los trastornos. Este estudio se realiza en Medellín, dado
que es capital de la moda de Latinoamérica y se considera existe una presión mayor por
la delgadez extrema en las mujeres. Entre los resultados arrojados por este estudio, se
encontró una probabilidad de tener TCA del 33%; la prevalencia total fue de 17.7%,
0.8% de AN, 2.3% de BN, y 14.6% de TCANOES.
En cuanto a la ciudad de Bogotá, el estudio de Ángel y colaboradores (1997,
citados por Guarín y Gempeler, 2006), consistió en aplicar una Encuesta de
Comportamiento Alimentario (ECA) desarrollado por los mismos investigadores, con el
fin de detectar conductas de riesgo de TCA. Con este instrumento se concluyó un riesgo
de 0.5% y 2.2% para AN y BN respectivamente. Mientras que en otro estudio realizado
en jóvenes escolares, se encontró una prevalencia global de 37% de los TCA, en donde
la AN tiene un 0.28% de prevalencia, mientras que la BN y los TCANOES 3.25% y
33.6% respectivamente. Otra conclusión que arrojó este estudio, es que no existe
prevalencia entre los trastornos de conducta alimentaria y el estrato socio-económico
(Guarín & Gempeler, 2006).
Así mismo, el programa Equilibrio con sede en Bogota, ha realizado diversas
investigaciones sobre TCA. Una de estas investigaciones esta titulada como Anorexia
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Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
nerviosa en la niñez y la adolescencia: análisis de algunas variables de pronóstico, de
Rodríguez, Gempeler y Pacateque (s.f.). En esta, se buscaba describir las características
clínicas de anorexia nerviosa en niños y jóvenes menores de 18 años y analizar variables
en la respuesta del tratamiento ambulatorio. Las conclusiones de esta investigación,
arrojaron que la aparición de la AN puede ser mejor pronosticada si se realiza una
consulta en el primer año de los síntomas. Además, la disfuncionalidad familiar, se
consideró como una posible causa de la demora en recurrir al especialista.
Otra investigación realizada por el centro Equilibrio, titulada Aversión a los
alimentos en la infancia: Fobia, obsesión o trastornos del comportamiento alimentario
no especificado de Gempeler, Rodríguez, Muñoz, Pérez, Pérez, Valencia y Liemann
(s.f), concluyó que la presencia de una aversión fóbica en tempranas edades a la comida,
puede resultar en un síntoma precursor de la anorexia nerviosa a pesar de que no haya
preocupaciones por peso o imagen corporal. Además de que el trasfondo obsesivo
compulsivo está presente en la mayoría de los pacientes con TCA.
Rodríguez (s.f.), realizó otra investigación llamada Variables asociadas con
respuesta pobre a estabilizadores de ánimo en pacientes con trastorno bipolar y
trastornos del comportamiento alimentario, donde se concluyó, que el control
deficiente de síntomas de TCA, una impulsividad persistente, y el abuso de sustancias
entre otros; interfieren negativamente con la modulación afectiva de pacientes con TB y
TCA.
Cano, Castaño, Corredor, García, González, Lloreda, Lucero, Restrepo, Páez,
Patiño, Pérez, Villegas, Zuluaga (2007) realizaron una investigación llamada Factores
de riesgo para trastornos de la alimentación en los alumnos de la Universidad de
45
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Manizales. En este estudio, afirman que los factores de riesgo para la AN son, ―crítica
de la figura corporal, perfeccionismo, dietas especiales, dietas familiares, historia de
trastorno de la conducta alimentaria, depresión, ser mujer, adolescente; fumar y uso de
drogas, abuso del alcohol, abuso sexual, obesidad, baja autoestima, alteraciones
metabólicas, psicológicas, percepción distorsionada de la imagen corporal‖ (Cano et al,
2007, p.188). Por otro lado, los factores de riesgo para la BN son ―presentar depresión,
distorsión en la auto imagen corporal, temor a engordar, motivación por la delgadez e
insatisfacción corporal‖ (Cano et al, 2007, p.188).
Estos estudios han permitido entender que en Colombia se vive una situación
similar a la de otros países, en cuanto a factores, y edad de riesgo entre otros. Sin
embargo, no se han hecho ninguna clase de estudios en ciudades intermedias y
poblaciones rurales (Guarín y Gempeler, 2006).
El programa Distrital para la prevención de la Anorexia y la Bulimia, fue
realizado inicialmente como un proyecto de acuerdo correspondiente al número 157 de
2006. El marco teórico, realizado como base del proyecto de acuerdo N° 157 “Por
medio del cual se crea e institucionaliza el Programa Distrital de Prevención de la
Anorexia y la Bulimia”, hace una introducción afirmando la existencia de una nueva
epidemia en la ciudad de Bogotá, que amenaza la salud e incluso la vida de los jóvenes
de la ciudad (Mejía, Gutiérrez y Sánchez, 2006).
En la ponencia realizada por Edgar Sánchez Ojeda, Omar Mejía Báez,
coordinada por Armando Gutiérrez Gonzáles (2006), para el primer debate del proyecto
de acuerdo 157 de 2006; se proponen como objetivos del proyecto realizado ―por los
Honorables Concejales, Hipólito Moreno Gutiérrez, María Isabel Nieto Jaramillo,
46
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Cristina Plazas Michelsen, Darío Fernando Cepeda‖ (Mejía, Gutiérrez y Sánchez, 2006
p.1):
“Crear el Programa Distrital de Prevención y Asistencia de la Bulimia y
Anorexia, en Bogotá.
El programa tiene como propósito contribuir a la prevención y el control de
la anorexia y la bulimia, y dar prioridad a las acciones requeridas, a fin de
contener el avance de las patologías y de los daños consecuentes.
Impulsar y fortalecer el desarrollo de estudios e investigaciones en la
temática.
Crear una base de datos, para un mejor conocimiento y prevención de la
enfermedad.
Sensibilización y conocimiento por parte de estudiantes, docentes, padres y
ciudadanos de la capital.
Estigmatizar a la Anorexia y la Bulimia como una enfermedad de estratos
altos. ”
En esta misma ponencia, se habla sobre el diagnóstico del problema de los TCA.
Se afirma que, el 2 por ciento de las adolescentes del país, sufren anorexia o bulimia.
También, que cerca de 80.000 jóvenes entre los 14 y 19 años las padecen. La ponencia
toma por base un estudio realizado por la Universidad Nacional, en Bogotá, diciendo
que el 12 por ciento de las adolescentes sufre bulimia y anorexia. Esta investigación no
se encuentra referenciada más adelante en la bibliografía presentada para el proyecto.
Además, se refieren al caso de Medellín con cifras del 17,7 por ciento de las jóvenes
entre 12 y 21 años padeciendo la enfermedad; con el 0.8 por ciento de anorexia, 2.3 por
ciento de bulimia, y 14,8 por ciento a los casos subclínicos; y afirma que son las cifras
más altas del mundo en este caso, según las conclusiones del estudio de la Universidad
47
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
de Antioquia. Se considera preocupante el hecho de que se está convirtiendo en un
factor de muerte en Santander, y finalmente, se refiere a un estudio realizado por la
universidad de los Andes en un colegio público, donde se afirmó que se desconoce de la
enfermedad por parte de las autoridades, docentes y estudiantes; así como se afirma la
necesidad para tomar medidas con el fin de que no se convierta en problema de salud
pública.
De esta ponencia se acordó el “el Programa Distrital para la prevención de la
anorexia y la bulimia” que consta de 7 artículos. En el Artículo 1, se crea el Programa
Distrital de Prevención y Asistencia de la Bulimia y Anorexia en Bogotá. En el Artículo
2, se habla sobre su propósito de contribuir a la prevención y al control de la anorexia y
la bulimia dando prioridad a las acciones requeridas con el fin de contener el avance de
las patologías y los daños consecuentes. Mediante el Artículo 3, se establece como
organismo de aplicación y organismo rector encargado de planificar, ejecutar y
fiscalizar las acciones del programa, a la Secretaría Distrital de Salud. El Artículo 4,
dice que el órgano de aplicación se encargará de establecer los mecanismos apropiados
para la prevención y asistencia de los factores causantes de la anorexia y la bulimia, en
el que se deben tener en cuenta ciertos criterios como campañas de educación en
colegios, universidades, junto con talleres dirigidos a educadores, padres y alumnos; la
transmisión a través de los medios de comunicación masivos de los riesgos de la
bulimia y la anorexia; la necesidad de capacitar agentes de salud comunitarios; la
necesidad de orientar psicológicamente al paciente y su grupo familiar; la necesidad de
impulsar y fortalecer el desarrollo de estudios e investigaciones sobre el tema; apoyar
las acciones de prevención que realizan organizaciones no gubernamentales de la
sociedad civil. En el Artículo 5, se insta a la Personería de Bogotá, a hacer el
48
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
seguimiento del Programa de Promoción y Sensibilización de la Bulimia y la Anorexia.
En el Artículo 6, se establece el primero de abril como el día de prevención de bulimia y
anorexia, esto, en coordinación con la Secretaría Distrital de Salud, la Secretaría de
Educación y las universidades; para que así se conozca y sensibilice a la población, en
todos los planteles educativos, sobre estas enfermedades. Finalmente el último artículo,
establece el cumplimiento de su inicio (Concejo de Bogotá, 2006).
Al aplicar políticas de salud pública, se busca atender una población que no
toma la iniciativa. El gobierno es entonces, quien toma la iniciativa. Por lo tanto, es
necesario que haya una certeza razonable, basada en hechos y datos, de que las medidas
que se piensen aplicar, sean realmente efectivas (Martínez & Martínez, 2002, citados
por Gual & Lahortiga, 2002).
La investigación se relaciona con cuestiones políticas. Su diseño para responder
cuestiones prácticas, tiene implicaciones para la política pública. Sin embargo, para que
la investigación sea relevante políticamente, necesita acoplarse a las palabras y a las
comprensiones de los que realizan políticas públicas, así como, de los participantes
involucrados en la investigación. El uso político de las investigaciones, puede contribuir
a tener una sociedad más justa y equitativa.
Las políticas públicas son un proceso, no son formuladas como parte de un
evento de toma de decisión único (Weiss, 1982, citado por Ezzy, 2002). Este proceso de
decisión, lleva un tiempo, que incluye cambios totales, pausas y transformaciones. Los
realizadores de políticas públicas a menudo utilizan estudios sociales para formularlas.
Suelen basarse en estudios institucionales para sustentar un argumento respecto a un
programa o política en particular (Ezzy, 2002). Sin embargo, si los estudios se oponen a
49
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
sus propósitos siempre podrán hallar razones metodológicas para cuestionar si los
resultados son adecuados (Travers, 1997, citado por Ezzy, 2002). La objeción en los
estudios cualitativos suele tener que ver con la representatividad o confiabilidad.
Las investigaciones pueden servir de función iluminadora en el proceso de toma
de decisiones. Sin embargo, muchas veces no son suficientemente minuciosas para
cumplir una función de ingeniar las propuestas. Estas pueden servir para contextualizar,
dar cuenta de estructuras y matices de una problemática en particular. Por ejemplo, en
Australia, estudios cualitativos rigurosos han informado a la política de diferentes
problemas como el desempleo (Windschuttle, 1979; Brewer, 1980; citados por Ezzy,
2002), prevención de HIV (Mcleod & Nott, 1994, citado por Ezzy, 2002) e inclusive de
anorexia (Garret, 1998, citado por Ezzy, 2002).
Las investigaciones, proveen entonces, un mejor entendimiento de cómo operan
los procesos en las diferentes temáticas, sustentando mejor las políticas públicas. Sin
embargo, siempre existen más factores, además de las investigaciones, que influyen las
políticas públicas.
El proceso de las políticas públicas se puede pensar como un proceso con tres
etapas: formulación, implementación y evaluación (Guba 1984; Rist, 1994; citado por
Ezzy, 2002). Diferente información se necesita en cada etapa. Los investigadores
políticos y en particular los investigadores cualitativos, deben estar atentos de la etapa
particular que se pretende estudiar de la política que es de interés, así como, las
necesidades distintivas y lógicas de esa etapa. (Ezzy, 2002)
La implementación de políticas, tiene que ver con el traslado de las políticas a
programas de acción. La preocupación se torna en la búsqueda por cómo invertir los
50
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
recursos disponibles de la manera más eficiente y en programas efectivos de acción para
lograr un mayor impacto (Rist, 1994, citado por Ezzy, 2002).
Para realizar una aplicación realmente efectiva, es necesario que la
epidemiología sea ―la principal ciencia e instrumento metodológico para desarrollar
acciones de salud pública, pero la investigación observacional propia de la mayor parte
de estudios de epidemiología nutricional no siempre garantiza que sean posibles
inferencias causales válidas y definitivas‖ (Martínez & Martínez, 2002; citados por Gual
& Lahortiga, 2002, p.10). Toda acción que se tome, no debe ser apresurada y siempre
debe tener las bases científicas sólidas, mas aun en su interpretación, esta debe ser
correcta, todo con el fin de que la respuesta que se lleve sea la más efectiva y eficiente
posible.
Es así, como con base en esta información, se realizó un análisis crítico de las
investigaciones científicas que se relacionan con el desarrollo, aprobación y ejecución
del programa de prevención de la AN y BN de la ciudad de Bogotá.
51
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
0.3. Objetivos
0.3.1. Objetivo General
Analizar la evidencia epidemiológica de las investigaciones científicas sobre los
trastornos de la conducta alimentaria, que sustentan el diseño, aprobación y desarrollo
del programa Distrital de prevención de la anorexia y la bulimia.
0.3.2. Objetivos específicos
 Establecer a partir de qué información científica se fundamentó el diseño,
aprobación y ejecución del programa público para la prevención de la
anorexia y la bulimia en la Ciudad de Bogotá D.C.
 Determinar la solidez epidemiológica, coherencia y pertinencia de las
investigaciones realizadas para sustentar el diseño, aprobación y ejecución
del programa de prevención Distrital de la anorexia y la bulimia, en relación
con los criterios epidemiológicos más básicos.
 Proponer un análisis crítico sobre el papel de la psicología en el diseño,
aprobación y ejecución de las políticas públicas en salud mental del Distrito.
0.4.
Categorías
0.4.1. Evidencia epidemiológica.
52
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Información epidemiológica de los TCA que muestran las investigaciones
realizadas en la ciudad de Bogotá para sustentar el desarrollo, aprobación del programa
de prevención de la anorexia y la bulimia de la ciudad de Bogotá.
0.4.1.1.
Resumen de la investigación.
Descripción de los instrumentos diagnósticos contenidos en las investigaciones.
0.4.1.2.
Antecedentes.
Antecedentes científicos, explicación y razonamiento que presenta cada investigación.
0.4.1.3.
Participantes.
Criterios de selección de los participantes, así como la población y las localidades
donde fueron recolectados los datos en cada investigación.
0.4.1.4.
Objetivos.
Expresan a qué se aspira en cada investigación.
0.4.1.5.
Hipótesis.
Explicaciones tentativas, a manera de proposiciones, del fenómeno que se investiga.
0.4.1.6.
Resultados.
Definición clara de las medidas de los resultados, y en su caso, cualquier método
utilizado para incrementar la calidad de las mediciones.
0.4.1.7.
Tamaño de la muestra.
Método a través del cual se determinó el tamaño de la muestra.
0.4.1.8.
Asignación Aleatoria.
53
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Método usado para implementar la secuencia aleatoria de asignación, incluyendo
detalles de cualquier tipo de restricción.
0.4.1.9.
Métodos estadísticos.
Métodos utilizados para proporcionar los resultados de cada investigación.
0.4.1.10 Interpretación de los resultados.
Interpretación de los resultados tomando en cuenta las hipótesis y los objetivos del
estudio, fuentes de sesgo potencial o imprecisión, y los peligros de la multiplicidad de
análisis y eventos de interés de cada investigación.
0.4.1.11.
Generalización.
Fuentes de invalidación externa tales como, el efecto reactivo o de interacción de
las pruebas; efecto de interacción entre los errores de selección y el tratamiento
experimental; efectos reactivos de los tratamientos experimentales; interferencia
de
tratamientos
múltiples;
imposibilidad
de
replicar
los
tratamientos;
descripciones insuficientes del tratamiento experimental; efecto de novedad e
interrupción; influencia del experimentador; la interacción entre la historia o el
lugar y los efectos del tratamiento experimental; o la ausencia de cambios en las
mediciones de la variable dependiente.
0.4.1.12.
Discusión
Discusión de los resultados acorde a la evidencia y el contexto actual.
54
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
1.0.
Método
1.1. Diseño
Para esta investigación, se hará uso del análisis documental. El análisis
documental se refiere a una integración entre un método, un procedimiento y una
técnica. Esto, para localizar, identificar y analizar documentos, verificando su relevancia
y significado (Bryman y Burgues, 1999). Este método permite al investigador estar
involucrado en todas las fases del análisis; permite el surgimiento de categorías
emergentes aparte de las categorías predeterminadas; y presenta los resultados por
medio de tablas y texto (Plumer, 1983, citado por Bryman y Burgues, 1999).
Por documentos se entienden todas aquellas cosas hechas con la intención de
registrar el mundo social; que nos indican algo sobre los valores, intereses y propósitos
de aquellos que las encargaron y produjeron. Esto se refiere a la amplia gama de
registros escritos y simbólicos, como cualquier material y datos disponibles.
Documentos escritos como los documentos oficiales de las administraciones públicas:
informes y estadísticas oficiales en general; la prensa escrita; los papeles privados. Así
como documentos visuales tales como fotografías, pinturas, esculturas, arquitectura,
etcétera, son incluidos en esta gama (MacDonald y Tipton, 1993). Relatos históricos,
periodísticos, obras de arte, fotografías, memorandos, registros de acreditación,
transcripciones de televisión, periódicos, folletos, agendas y notas de reuniones, audio o
videocintas, extractos presupuestarios o estados de cuentas, apuntes de estudiantes o
profesores, discursos, entre otros, forman parte de los documentos susceptibles a ser
analizados (Erlandson, 1993, citado por Valles, 1999).
55
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Existen criterios fundamentales para poder establecer los documentos a ser
analizados. Es importante verificar que haya validez interna al estudio, por medio del
desarrollo de una teoría formal. A partir de la investigación, debe haber como resultado
nuevo conocimiento; es necesaria la consistencia de los datos de la investigación con los
descubrimientos teóricos que ésta aporte; debe haber credibilidad en el documento para
los lectores y participantes; debe haber fiabilidad, de manera que los descubrimientos
puedan transferirse a otros escenarios; finalmente, se necesita reflexividad, entendida
como el efecto que tiene el método de investigación en los resultados, permitiéndole a
éstos ser claros (Athens, 1984; Lincoln & Guga, 1985; Hammersley, 1998; citados por
Ezzy, 2002).
1.2. Corpus de Análisis
Los documentos que fueron analizados corresponden a siete investigaciones que
sustentan el diseño, aprobación y ejecución del Programa Distrital de prevención de la
anorexia y la bulimia de la ciudad de Bogotá.
1.2.1. Ávila, G., Ávila, M., Cala, C., Daybeth, E., Laguna, L., Morales, S., Osorio, A.,
Ospina, D. (1993). Trastornos de la conducta alimentaria en adolescentes femeninas:
Santa Fe Bogotá. Universidad del Bosque: Bogotá. (Ver apéndice C)
1.2.2. Pasos, A. (2002). La anorexia: Un problema en potencia en el Colegio Distrital
General Santander. Uniandes: Bogotá.
56
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
1.2.3. Ángel, L., Chavarro, K., Martinez, M., Valencia, J., Vásquez, R. (1997).
Trastornos de la conducta alimentaria en deportistas. En Revista Colombiana de
Psiquiatría Vol. XVI No.2. (115-124). (Ver apéndice D)
1.2.4. Ángel, L., Chavarro, K., Martínez, M., Valencia, J., Vásquez, R. (1997).
Prevalencia de trastornos del comportamiento alimentario en estudiantes de la
Universidad Nacional de Colombia entre Julio de 1994 y Diciembre de 1995. En Acta
Médica Colombiana Vol.22 No.3 Mayo-Junio (111-118). (Ver apéndice E)
1.2.5. Ángel, L., Chavarro, K., Martínez, M., Valencia, J., Vásquez, R. (2000).
Comportamiento alimentario: Desarrollo, validez y fiabilidad de una encuesta. En
Revista Colombiana de Psiquiatría. Vol.XXIX No.1 (29-47). (Ver apéndice F)
1.2.6. Noreña, Ñ., Novoa, M., Rojas, N. (2005). Contingencias de prácticas deportivas
y su relación con los TA: Análisis relacional de las contingencias asociadas a las
prácticas deportivas con los trastornos de alimentación en adolescentes entre los 16 a
18 años. Pontificia Universidad Javeriana. (Ver apéndice G)
1.2.7. Investigación no publicada por el Centro Horus.
Las investigaciones 1.2.1, 1.2.2, 1.2.3, 1.2.4, 1.2.5, 1.2.6, 1.2.7 fueron seleccionadas ya
que son investigaciones institucionales, que dan soporte a la política pública de anorexia
y bulimia de la ciudad de Bogotá con criterios epidemiológicos.
La investigación realizada por Ángel et al. (1997), se espera poder analizar más
adelante, a fin de complementar el presente estudio.
57
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
1.3 Instrumento
Para dar respuesta a la pregunta planteada en esta investigación, buscando
realizar un análisis de las investigaciones que sustentan el programa de prevención de la
anorexia y la bulimia en la ciudad de Bogota; se realizó una lista de ítemes a revisar
basada en la lista de comprobación diseñada para el informe de ECA (ensayos clínicos
con asignación aleatoria), la cual está incluida en las normas consolidadas para la
publicación de ensayos clínicos desarrolladas conjuntamente por el grupo Consort y el
grupo Asilomar.
Esta adaptación de la lista verifica la presencia o ausencia de ciertas
características que debe poseer cada contenido de una investigación con respecto al
resumen, antecedentes, participantes, objetivos, hipótesis, resultados, tamaño de la
muestra, asignación aleatoria, métodos estadísticos, interpretación de los resultados,
generalización y discusión.
Algunos de los ítems incluidos en esta lista no fueron utilizados dentro la
adaptación presentada en este informe como instrumento de investigación, ya que a
pesar de responder al objetivo planteado en el listado original, no son pertinentes para
dar respuesta a la pregunta de investigación planteada en el presente informe. Entre los
ítemes que no se tuvieron en cuenta están: intervenciones, distribución a ciega,
implantación, cegamiento y enmascaramiento, flujo de participantes, reclutamiento,
datos basales, números analizados, resultados de la estimación, análisis secundarios y
eventos adversos; ítemes que suponen todos la existencia de un grupo de control o el
seguimiento de los efectos de una o más intervenciones clínicas o farmacológicas en los
grupos asignados.
58
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Así mismo, algunos de los ítemes incluidos en el listado original tuvieron que
ser redefinidos a partir de los planteamientos de Hernández, Fernández y Baptista
(2006), para poder dar respuesta a la pregunta propuesta en este informe. Los ítems que
se redefinieron fueron título, resumen, objetivos e hipótesis y generalización.
1.4. Procedimiento
Se procedió teniendo en cuenta el código ético del psicólogo (2000), y los
criterios de la investigación científica. Esto, teniendo claro que el planear y llevar a cabo
investigación científica con participantes no humanos, debe basarse en los principios
éticos de respeto, dignidad, resguardando el bienestar y los derechos de los
participantes; así mismo, respetando las leyes y los códigos éticos; teniendo en cuenta,
la necesidad de ser honestos, describiendo los hallazgos científicos tal como se
encontraron; reconociendo y respetando las fuentes y el origen de las ideas; evitando el
plagio y la copia de resultados científicos; evitando en lo posible el uso del engaño
(usándolo únicamente cuando se dé, que el problema a investigar es importante, que
sólo pueda investigarse utilizando el engaño, y que se garantice que al terminar la
investigación se va a brindar a los participantes la información correcta sobre las
variables utilizadas y los objetivos de la investigación) (Código Ético del Psicólogo
2000)
1.4.1. Se realizó una revisión sistemática de la teoría para clarificar presupuestos que
pudieran tener una posible influencia en la investigación como valores, actitudes,
creencias, intereses e hipótesis.
59
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
1.4.2. Se realizó una categorización de acuerdo a los intereses planteados en la pregunta
de investigación y teniendo como base la fundamentación bibliográfica.
1.4.3. Se eligió el método de análisis documental para la realización de la investigación.
1.4.3. Se realizó la búsqueda de las investigaciones científicas realizadas que sirvieron
para determinar la génesis, aprobación, sustento y desarrollo del programa Distrital de
prevención de la anorexia y la bulimia.
1.4.4. Se estableció si las investigaciones que sirvieron para determinar la génesis,
aprobación, sustento y desarrollo del programa distrital de prevención de la anorexia y
la bulimia cumplían con los criterios básicos para el análisis documental según los
planteamientos de Athens, 1984; Lincoln & Guga, 1985; y Hammersley, 1998; (citados
por Ezzy, 2002). Esto incluyó el análisis de la construcción de la teoría, novedad,
consistencia empírica, credibilidad, fiabilidad y la reflexividad.
1.4.5. Se realizó el análisis de las investigaciones científicas que sirvieron para
determinar la génesis, aprobación, sustento y desarrollo del programa distrital de
prevención de la anorexia y la bulimia.
1.4.6. Se realizó la categorización de los resultados por medio de una matriz.
1.4.7. Se realizó el análisis de los resultados correspondiente a las diferentes categorías
y subcategorías de la investigación.
1.4.8. Se realizó una discusión con base en los autores consultados en la
fundamentación bibliográfica frente a los resultados obtenidos.
60
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
61
2.0 Resultados
Al aplicar la adaptación de la lista de comprobación de puntos a revisar de
CONSORT, usada en las ponencias teóricas de la medicina basada en la evidencia, se
identificaron en las investigaciones cada uno de los ítemes que están definidos en esta
lista, encontrando los siguientes resultados, expuestos en el formato de tabla del
instrumento original.
2.1 Trastornos de la conducta alimentaria en adolescentes femeninas
Concepto
Resumen
de
investigación
Antecedentes
Presencia en la investigación
la ―Se aplicó el Test EAT a la población de estudio, obteniendo como
resultados positivos para este test, 67 adolescentes; a las cuales se
les realizó una evaluación nutricional de talla y peso y
posteriormente se les aplicó otros test (BDI, MMPI, APGAR
familiar), con el fin de evaluar factores biopsicosociales, familiares y
características de la personalidad que influyen en el desarrollo de
trastornos de la personalidad relacionados con la alimentación‖ (p.
IX)
―Desde la década de los años sesenta los trastornos del apetito han
despertado un gran interés en los investigadores, inicialmente
motiva dos por el aumento de casos nuevos y luego por el estudio
de sus variados factores de riesgo. El DSM IV muestra un
prevalencia para Anorexia Nervosa de un caso por cada cien
adolescentes de sexo femenino siendo mayor que la encontrada en
otras literaturas. Para los trastornos de la conducta alimentaria se
estima su prevalencia en la Anorexia Nervosa de 1% y bulimia
4,5%. El trastorno por rumiación básicamente de los lactantes y la
pica en preescolares embarazadas, en los trastornos atípicos de la
alimentación la prevalencia no está claramente establecida. (1). Los
índices de presentación de los trastornos del apetito han sido
investigados en especial en los países desarrollados, encontrando
tasas de incidencia para la Anorexia Nervosa de 6.3 y de Bulimia
Nervosa 9.9 por 100.000 habitantes/año. La prevalencia de la
Bulimia Nervosa es tres veces mayor en las ciudades grandes que
en las pequeñas o el área real, mientras que la Anorexia Nervosa se
encuentra con igual frecuencia en áreas de diferente grado de
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
62
organización. (2)‖ (P. 1,2)
Participantes
―Estudiantes femeninas de secundaria en dos instituciones de
Santafé de Bogotá de niveles socio-económicos bajo y medio alto
Criterios de Admisión, edad: 13 a 19 años, nivel de Escolaridad:
Educación secundaria básica., estrato Socio-económico: Medioalto y medio-bajo. Participación Voluntaria.‖ (P. 5,6)
Objetivos
―Objetivo General: Dar una respuesta lúcida a la pregunta de
investigación explicitada en el numeral anterior, es decir,
identificar actitudes y comportamientos de los trastornos de la
conducta alimentaria en población adolescente de sexo femenino
en 2 instituciones de secundaria del Distrito capital de Santafé de
Bogotá.
Objetivos Específicos: Observar la presencia de cada uno de los
trastornos de la conducta alimentaria contemplados por el DSM IV
exceptuado el trastorno por rumiación el cual por definición no se
presenta en la adolescencia y la pica que es característica de los
preescolares, retardados mentales y embarazadas.
Estudiar algunos de los factores asociados a trastornos del apetito
como la disfunción familiar, depresión, patrones de personalidad,
estrato socioeconómico y cultural y factores biológicos como la
edad y el estado nutricional.‖ (p.2)
Hipótesis
No aplica
Resultados
―La población general utilizada en nuestro estudio fueron 200
niñas estudiantes de secundaria, tomadas al azar, con edades entre
los 13 y 19 años. Con promedio de edad de 15.4, promedio de
peso en el percentil (P) 23.6 y promedio de talla en el percentil
(P) 23.3; pertenecientes a dos colegios de Santafé de Bogotá.
Colegio Sans Façon: clase media-alta.




Muestra de 100 niñas
Prevalencia de trastornos de conducta alimentaria 26%
Prevalencia de Enfermedad 6%
Prevalencia de riesgo de enfermedad 20%
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
63
Colegio San Francisco: clase media-baja.




Muestra de 100 niñas
Prevalencia de trastornos de conducta alimentaria 41%
Prevalencia de Enfermedad 14%
Prevalencia de riesgo de enfermedad 27%
En la muestra total de 200 niñas estudiadas el 66.5% no
presentó trastornos de la conducta alimentaria.
En la muestra de 100 niñas del colegio San Francisco, clase baja,
el 59% no presento trastornos de la conducta alimentaria.
4.2.1 Correlación Estrato Socio-económico/T/E Y P/E.
El estudio demostró que el 43,3% (F.A = 29) de la población
estudiada presentó desnutrición leve evaluada mediante las tablas
nutricionales en las cuales se encontraron por encima del percentil
o por debajo del percentil 25. Igual porcentaje se obtuvo con los
parámetros talla/edad de éste grupo. En el estrato socio-económico
medio-alto el 46% (F.A = 12) presentó desnutrición aguda y en el
estrato medio-bajo el 36,6% (F.A = 15). El 34,6% (F.A = 9)
presentó un estado nutricional dentro de los parámetros normales
en el estrato socio-económico medio-alto y el 27% (F.A = 11) en
el estrato medio-bajo. Se encontró que el 7,6% (F.A = 2) presentó
riesgo de sobrepeso en el estrato socio-económico medio-alto y el
2,4% (F.A = 1) en el medio-bajo.
Con relación a la desnutrición moderada el 12,2% (F.A = 5) se
encontró en la clase medio-baja mientras que el 3,8%
(F.A = 1) en el estrato medio-alto.
Según el estudio realizado en el estrato socio-económico medioalto el 42,3% (F.A = 11) no tiene depresión según la aplicación
del test de BDI, el 50% (F.A = 13) presentaron depresión leve, el
7,6% (F.A = 2) depresión moderada y el 3,8% (F.A = 1)
depresión severa. En el estrato Socio-económico medio-bajo el
51,2% (F.A=21) no presentó depresión severa según los puntajes
obtenidos con el test BDI. En general los valores obtenidos en los
dos grupos de adolescentes mostraron que el 47,7% (F.A = 32) no
presentaban depresión el 46,6% (F.A = 31) depresión leve, 2,9%
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
64
depresión moderada y 2,9% depresión severa.
4.2.3.1 De la población general a la cual se aplicó el test (N=67)
el 31,3% (F.A=21) presentaron trastornos de la personalidad
según la evaluación de la escala clínica del inventario multifásico
de la personalidad de Minesota (MMPI).
4.2.3.2 De la población que presentó trastornos de la personalidad
según el MMPI el 33,3% (F.A=7) pertenecían al estrato socioeconómico medio-alto y el 66,6% (F.A=14) pertenecían al estrato
socio-económico medio-bajo.
4.2.3.3 Según las escalas clínicas del MMPI el trastorno de
personalidad más asociado el estrato socio-económico medio-alto
fue paranoia correspondiente a la escala 6 del MMPI con un
29,4% (F.A=5) seguido de esquizofrenia con 23,5. (F.A=4). Es
necesario aclarar que en este grupo el 71,4% (F.A=5) presentaron
más de un trastorno de personalidad.
4.2.3.4 Para el estrato socio-económico medio-bajo el trastorno
de personalidad más asociado fue paranoia correspondiente a la
escala 6 del MMPI con 25,8% (F.A=8), seguido por esquizofrenia
22,5 (F.A=7) y Psicoastenia 19,3% (F.A=6). En este grupo el
42,8 (F.A=6) presentaron más de un trastorno de la personalidad.
4.3.1 Correlación EAT/Estrato Socio-Económico
Del universo de estudio (N = 200) se encontró que el 33,5% (N =
67) presentó un puntaje interpretado como positivo para el EAT;
es decir que presentaban alteraciones en los trastornos de la
conducta alimentaria constituyéndose en la población a estudio en
esta investigación. En cuanto a la distribución por estrato socioeconómico de la población a estudio (N = 67) el 61,1% (F.A =
41) corresponderán al estrato bajo y el 38,9% (F.A = 26) al
estrato medio-alto.
 En el Estrato socio-económico medio alto se encontró que el
76,9% presentaron actitudes anoréxicas y el 23,1% tenían
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
65
diagnóstico de anorexia nerviosa según los puntajes obtenidos en
el Test EAT.
 Para el estrato socio-económico medio-bajo se halló que el
65,8% correspondieron con actitudes anoréxicas y el 34,1%
presentó anorexia nerviosa según el test EAT.
En el grupo de adolescentes con sospecha de trastornos de la
conducta alimentaria el 39% (F.A=19) presenta DNT aguda leve,
el 28% (F.A=14) presentó riesgo de DNT, el 17% (F.A=8) se
encontró dentro de límites normales, el 10,1% (F.A=5) tenía DNT
aguda moderada, el 4% riesgo de sobrepeso. y el 2% (F.A=1)
sobrepeso.
El grupo con trastornos de la conducta alimentaria presentaba en
un 44,5% (F.A=8) DNT aguda leve 33,4% (F.A=6) riesgo de
DNT, el 11,1% (F.A=2) se encontró normal, el 5,5% estaba en
DNT aguda moderada y el 5,5% (F.A=1) presentaba riesgo de
sobrepeso.
En general en los dos grupos se observó que el 46,2% (F.A=28)
presentaba DNT leve seguido por el 37,3% (F.A=25) que se
encontró de límites normales y el 29,8% (F.A=20) con riesgo de
DNT.
Se encontró en el grupo de adolescentes con puntaje EAT
sospechoso para trastornos de la conducta alimentaria que el
48,9% (F.A=24) puntaje BDI menos de 10 puntos el cual no se
correlaciona con depresión, el 46,9% (F.A=23) presento puntaje
BDI indicativo de depresión moderada y no se encontró
depresión severa al aplicar el test BDI en este grupo. En el grupo
que presentó puntaje en el test EAT correspondiente con
alteraciones de la conducta alimentaria el 44,4% (F.A=8) no
presentaba depresión según el test BDI, depresión leve el 44,4%
(F.A=8) y depresión severa el 11,1% (F.A=2). En este grupo no
se encontraron casos de depresión moderada según los puntajes
del test BDI .En general en los 2 grupos se encontró que en la
mayoría de los casos 47,7% (F.A=32) no habían puntajes de
depresión, seguido por un 46,2% (F.A=31) que presentaba
depresión leve
4.3.4 Correlación EAT/MMPI
Al aplicar el test MMPI se encontró que el 31,3% (F.A=21) de la
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
66
población en estudio (F.A=67) presentaba algún trastorno de la
personalidad. El 66,6% (F.A=14) de adolescentes con trastornos
de la personalidad pertenecían al estrato socio-económico mediobajo y el 33,3% (F.A=7) pertenecían al estrato medio-alto. Del
grupo de adolescentes del estrato socio-económico medio-bajo
con trastornos de la personalidad según el test MMPI el 42,8%
(F.A=6) tenían un puntaje en el test EAT que indicaba trastornos
de la conducta alimentaria ( > 30 puntos) y el 57,1% (F.A=8)
presentaron porcentajes sospechosos para trastornos de la
conducta alimentaria (17-30 puntos) mientras que en el grupo de
adolescentes del estrato socio-económico medio-alto con
trastornos de la personalidad el 71,4% (F.A=5) presentaron
puntajes sospechosos para trastornos de la conducta alimentaria
según el test EAT.
4.3.5 Correlación EAT/APGAR
En la población estudiada (N=67) se encontró que el 68,6%
(F.A=46) presentaba disfuncionalidad familiar severa, el 28,3%
(F.A=19) disfunción familiar moderada y el 2,9% (F.A=2)
funcionalidad familiar. En el estrato socio-económico medio-alto
el 76,1% presentaron disfunción familiar severa, el 19,04%
(F.A=4) disfunción familiar moderada y el 4,7% (F.A=1)
funcionalidad familiar en el grupo con sospecha de trastornos de
la conducta alimentaria. El 80% (F.A=4) presentó disfunción
familiar severa, el 20% (F.A=1) disfunción familiar moderada
dentro del grupo que presentaron trastornos de la conducta
alimentaria.
En el Estrato socio-económico medio-bajo el 57,6% (F.A=15)
presentó disfunción familiar severa y el 42,3% (F.A=11)
disfunción familiar moderada en el grupo con sospecha de
trastornos de la conducta alimentaria. En el grupo con trastornos
de la conducta alimentaria el 73,3% (F.A=11) presentó disfunción
familiar severa, el 20% (F.A=3) disfunción familiar moderada y
el 6,6% (F.A=1) funcionalidad familiar. Se encontró que en el
grupo de adolescentes con sospecha de trastornos de la conducta
alimentaria (EAT 30 puntos) no había sospecha de bulimia
mientras que en grupo con trastornos de la conducta alimentaria
un 16,6% (F.A=3) presentó Bulimia Nervosa. En general 95,5%
(F.A=64) de la población estudiada no presentó puntaje
sospechoso para Bulimia Nervosa.
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
67
4.4.1 Correlación Estrato Bulimia/Socio-Económico
- El 95,5% (F.A = 64) de la población a estudio presentó valores
de Bulimia dentro de límites normales, el 4,4%(F.A=3) se
encontró dentro de los límites sospechosos para Bulimia Nervosa.
No se presentó Bulimia Nervosa dentro de la población estudiada.
- En el estrato socio-económico medio-alto el 88,4% (F.A=23)
presentó valores para bulimia dentro de los límites normales y el
11,5% (F.A = 3) no presentó puntajes ni sospechosos ni
diagnósticos para Bulimia Nervosa. En el grupo de adolescentes
con puntaje para Bulimia. Nervosa dentro de limites normales (010) F.A=64, se encontró que el 42% (F.A=27) presentaba DNT
aguda leve, seguido por el 28% (F.A=18) que presentó riego de
DNT, el 15,6% (F.A=10) se encontraba en una relación edad/peso
dentro de límites normales, el 7,8% (F.A=5) estaba en DNT
aguda moderada, el 4,6% (F.A=3) en el riego de sobrepeso el
1,5% (F.A=1) en sobrepeso. En éste grupo se encontró que el
42,8% (F.A=27) presentaba DNT crónica leve, el 26,5%
(F.A=17) riesgo de DNT crónica 12,5% (F.A=8) presentaron
DNT crónica moderada, 12,5% (F.A=8) dentro de límites
normales y el 6,25% (F.A=4) presentaron talla alta con respecto a
la edad. Se encontró a diferencia del grupo anterior que el 66,6%
(F.A=2) presentaron talla alta con respecto a la edad y 33,3%
(F.A=1) tenía DNT crónica leve. Se encontró que del grupo con
puntaje sospechoso para Bulimia Nervosa el 33,3% (F.A=1)
presentó una puntuación del test BDI menor de 10 puntos lo cual
no se correlaciona con depresión; el 33,3% (F.A=1) presentó
puntaje BDI que indica depresión leve y el 33,3% restante tenía
depresión moderada según el test EDI. En el grupo cuya
puntuación no indicaba bulimia se encontró que el 48,4%
(F.A=31) no presentaba depresión, el 46,8% (F.A=30) tenía un
grado de depresión leve y el 4,68% (F.A=3) depresión moderada
según la puntuación del test BDI. En general el 47,7% (F.A=32)
de las adolescentes no presentaron depresión seguido de un
46,2% (F.A=31) con depresión leve y un 5,9% (F.A=4) con
depresión moderada. No se encontró depresión severa según la
puntuación del test BDI en el grupo de estudio.
En el grupo de adolescentes correspondientes al estrato socioeconómico medio-alto el 11,5% (F.A=3) presentó puntaje
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
68
sospechoso para Bulimia Nervosa. Comparativamente no se
encontró relación alguna entre trastornos de la personalidad
(medidos por el test MMPI) y Bulimia Nervosa en el estrato
socio-económico medio-alto se encontró que el 66,6% (F.A=2)
presentó trastornos de personalidad y sospecha de bulimia según
el MMPI tipo paranoide y el 33,3% (F.A=1) restante no presentó
trastornos de la personalidad.
4.4.5 Correlación Bulimia/APGAR
En el grupo de adolescentes pertenecientes al estrato socioeconómico medio-alto (F.A=26) el 80,76% (F.A=21) presentaron
disfuncionalidad familiar severa, el 15,3% (F.A=4)
disfuncionalidad familiar moderada y el 38,5%(F.A=1)
funcionalidad familiar.
En este grupo el 88,4% (F.A=23) presentaba un puntaje normal
para Bulimia Nervosa y de este, el 78,2% (F.A=18) tenían
disfuncionalidad familiar severa, el 17,3% (F.A=4)
disfuncionalidad familiar moderada y el 4,3% (F.A=1)
funcionalidad familiar.
El 11,5% (F.A=3) de las adolescentes del estrato socioeconómico
medio-alto presentaron puntaje sospechoso para Bulimia Nervosa,
de las cuales el 100% presentaron disfuncionalidad funcional
severa. En el grupo del estrato socio-económico medio-bajo el
100% (F.A=41) presentaban puntajes normales para Bulimia
Nervosa, de este el 63,4% (F.A=26) presentaban puntaje en el
APGAR familiar compatible con disfuncionalidad familiar severa
el 34,15% (F.A=14) disfuncionalidad funcional moderada y el
2,4% (F.A=1) no presentaba disfunción familiar.‖(pp.38-52)
Tamaño de la muestra
―El total de personas participantes en el estudio fue de doscientas,
estratificadas 50% en cada uno de los estratos socio-económicos
mencionados.‖(pp.6)
Asignación Aleatoria
―Se escogieron dos instituciones cada una correspondiente a uno de
loa estratos socio-económicos mencionados en los cuales los
directivos evidenciaron claro interés por participar en el estudio. Se
debe anotar que la selección inicial de posibles instituciones
participantes se realizó en forma aleatoria.‖ (pp.5)
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
69
Métodos estadísticos
―El test EAT fue validado en estudiantes femeninas, de la Escuela
Colombiana de Medicina de 16 a 19 años escogidas al azar, una
vez validado el test y con previa autorización de los directivos de
los planteles se aplicó la muestra en estudio realizando las
explicaciones pertinentes; lo cual se llevo a cabo en las aulas de los
colegios del estudio mediante un método de autodiligenciamiento.
Una vez identificados los casos de estudio (EAT mayor de 17
puntos) se efectuó una evaluación nutricional de talla y peso y
posteriormente se les aplicó otros test (BDI, MMPI, APGAR), para
evaluar determinadas características y factores psicosociales que
están influyendo para el desarrollo del trastorno, teniendo en
cuenta el estrato socio-económico a que pertenecen.
Una vez aplicados todos los instrumentos se calificaron de acuerdo
a escalas que se encuentran en el capítulo 3, revisión de literatura.
Estos resultado fueron tabulados y analizados para sacar las
conclusiones finales del trabajo.‖ (pp. 8)
Interpretación de los ―Se encontró una mayor prevalencia en los trastornos de la
resultados
conducta alimentaria en el estrato socio-económico bajo a
diferencia de lo mostrado en los estudios realizados anteriormente
en otros países, esto puede deberse a diferencias culturales, étnicas,
raciales y a los pocos estudios realizados a este respecto en los
países en vía de desarrollo. Se destaca el posible sesgo que pudo
existir dentro del estudio con respecto al interés puesto por la
población de estudio en las respuestas a las preguntas formuladas
en los diferentes test. El estudio mostró similitud con respecto a
investigaciones previas con relación a la prevalencia de Bulimia
Nervosa. Otros hallazgos representativos fueron la presencia de
DNT aguda tipo leve, disfunción familiar severa, depresión leve, y
asociación de trastornos de personalidad como paranoia y
esquizofrenia independientemente de la clase socio-económica y
del trastorno alimenticio subyacente, resaltando que el factor que
más está influyendo en el desarrollo de los trastornos de la
conducta alimentaria según el estudio realizado, es el factor
familiar.‖(pp.54)
Generalización
No aplica.
Discusión
―En este estudio se encontró mayor incidencia de los trastornos de
la conducta alimentaria tipo Anorexia Nervosa en adolescentes del
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
70
estrato socio-económico medio-bajo en contraposición a los
hallazgos de estudios anteriores en los cuales los estratos socioeconómicos medios y altos. Presentaron el trastorno con mayor
frecuencia según Garfinkeld, Gardner (4) y Alayne (6).Con
respecto a la Bulimia Nervosa el estudio mostró semejanzas en
relación con los resultados obtenidos por Hoeck y colaboradores
(28) en cuanto a la prevalencia de Bulimia Nervosa. En el estrato
socio-económico alto se encontró en un 50% de las adolescentes
estudiadas depresión leve asociada con Anorexia Nervosa en forma
similar a lo reportado según Biderman y colaboradores (9), Swift y
colaboradores (10). También se ha visto en estudios anteriores que
existe una marcada asociación entre disfunción familiar y
trastornos de la conducta alimentaria (Garfinkel y colaboradores
(6)). El presente estudio arrojó iguales resultados. Por último en
cuanto edad el grupo de estudio corresponde a las características de
ser adolescente con la mayor incidencia de trastornos de la
conducta alimentaria descritas en la literatura según Garfinkeld y
colaboradores (4), Alayne y colaboradores (6).‖(pp.55)
Tabla 2.1 Aplicación instrumento a investigación titulada Trastornos de la conducta
alimentaria en adolescentes femeninas
En esta investigación, se puede ver que como instrumento diagnóstico, se aplica
el test EAT. Luego, se aplica en una segunda fase, a los participantes que dieron
resultado positivo en el EAT, los test BDI, MMPI y APGAR Familiar.
Entre los antecedentes que presenta esta investigación se encuentra una breve
reseña de las investigaciones que se han realizado desde los años 60, y en las que se
busca indagar sobre los factores de riesgo y la prevalencia de los TCA. Presentan
diferentes cifras como las del DSM IV donde se afirma la existencia de un caso de AN
por cada 100.000 adolescentes. De igual manera, son presentados estudios donde se
afirma que esta cifra aumenta en el caso de AN en 6.3 por cada 100.000 habitantes y de
9.9 casos de BN por cada 100.000 habitantes.
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Los participantes de esta investigación fueron de género femenino de estrato
socioeconómico medio alto y bajo de colegios de Bogotá. Para elegir la muestra de
participantes se tuvieron ciertos criterios en cuenta tales como tener una edad entre 13 y
19 años, un nivel de educación de bachillerato, un estrato socioeconómico medio, alto y
bajo y una participación voluntaria. Se hace la claridad que se utilizó un método de
asignación aleatoria en la totalidad de los casos, dentro del grupo preseleccionado en la
institución.
El objetivo general que fue planteado para el desarrollo de esta investigación fue
identificar actitudes y comportamientos de los trastornos de la conducta alimentaria en
población adolescente de sexo femenino en 2 instituciones de secundaria del Distrito Capital
Bogotá; mientras que los objetivos específicos fueron observar la presencia de cada uno
de los trastornos de la conducta alimentaria contemplados por el DSM IV —exceptuando el
trastorno por rumiación y la pica— y estudiar algunos de los factores asociados a trastornos
del apetito como la disfunción familiar, depresión, patrones de personalidad, estrato
socioeconómico y cultural, factores biológicos como la edad y el estado nutricional.
En el caso de la subcategoría de especificidad de la hipótesis dentro de la
investigación, no es posible aplicarlo a este estudio ya que no existe ningún apartado en
el que se hable específicamente de la construcción de una hipótesis.
La manera como fueron expuestos los resultados se dio de acuerdo a la
comparación realizada entre las dos instituciones escogidas para la investigación. Se
asegura la prevalencia de 26% TCA en el colegio Sans Facon de clase media alta, y de
41% en el colegio San Francisco de clase media baja.
71
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
En primer lugar se correlacionó el factor estrato socioeconómico con la variable
talla-peso/edad, encontrando un riesgo de sobrepeso mayor en las niñas de estrato
socioeconómico medio alto que en las de estrato medio bajo. También se correlacionó el
factor estrato socioeconómico con el nivel de depresión, encontrando cifras de un 46,6%
con depresión leve, un 2,9% moderada y un 2,9% severa. La correlación entre estrato y
trastorno de personalidad demostró ser mayor en estrato medio bajo.
Siguiendo con la presentación de resultados se presenta la correlación existente
entre el EAT y el estrato, esta demostró ser mayor en el estrato medio bajo. También se
correlaciona EAT con trastornos de la personalidad, disfuncionalidad familiar.
Por último, se expone la correlación entre bulimia y diferentes variables, sin
embargo, se aclara que el análisis se realiza con casos sospechosos de bulimia, pero que
no se encontró ningún caso de diagnóstico de BN. Se realiza la correlación entre
bulimia, estrato socioeconómico, trastorno de personalidad y disfuncionalidad familiar.
En cuanto a la interpretación de los resultados obtenidos y acorde a los objetivos
planteados se pudo comprender la presencia de los TCA en las dos instituciones que se
utilizaron para el estudio, se interpreta la prevalencia mayor de TCA en el estrato medio
bajo. Además se exponen los sesgos por falta de interés por parte de los participantes, y
las pocas investigaciones realizadas en el país. Así mismo, el estudio es posible
generalizarlo ya que se pudo observar la superación de todas las fuentes de invalidación
externa.
Por último, en la discusión se hace un breve pero detallado análisis de los
resultados obtenidos a la luz de los autores consultados. Se hace especial énfasis en el
resultado adverso hallado, en el que se demuestra la mayor prevalencia de TCA en
72
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
73
estratos medio bajos, lo cual se diferencia de hallazgos realizados por autores
consultados como Garfinkeld o Gargner.
2.2 Trastornos de la conducta alimentaria en deportistas.
Concepto
Resumen
Antecedentes
Presencia en la investigación
―Se aplicó una encuesta de Conducta Alimentaria (ECA) y los
cuestionarios de Zung para Ansiedad y Depresión y luego se
realizó entrevista semiestructurada a 58 practicantes de Karate-do
de la Universidad Nacional de Colombia.‖ (pp.115)
―El DSM-IV, reconoce que existen trastornos mentales
relacionados con la ingesta alimentaria, caracterizados por una
intensa preocupación por el peso, los alimentos y las alteraciones
de la figura corporal. Estos trastornos conforman una categoría
diagnóstica "Trastornos de la conducta alimentaria (TCA)‖. Están
subdivididos en Anorexia Nerviosa (AN), Bulimia Nerviosa (BN)
y trastornos de la conducta alimentaria no especificados (NOES).
Son pocos los pacientes que consultan espontáneamente por esta
patología. Por tal razón los estudios no reflejan la verdadera
incidencia y las tasas varían mucho. La incidencia de AN es de 0,8
a 1 por 100.000 personas/año, y la de BN de 11.4 por 100.000
personas/añ02.3. Entre adolescentes4, un grupo de alto riesgo, la
tasa de prevalencia combinada para AN, BN Y obesidad es de
alrededor del 25%. Se estima una prevalencia del 0.28% para AN
y del 1 % al 19% para BN.34 Estas diferencias en la prevalencia
dependen de las características de la muestra y los criterios
diagnósticos utilizados.
Los TCA se presentan con mayor frecuencia en adolescentes y
adultos jóvenes de sexo femenino (la razón hombre: mujer es de 1:
10 a 1:20), especialmente aquellas con ocupaciones que requieren
un estricto control del peso como el modelaje y el ballet. Entre los
hombres es mayor en aquellos que por sus profesiones tienen
preocupación por el control de peso como luchadores y jockeys así
como en los homosexuales, (6). La alta prevalencia en mujeres
está aparentemente relacionada con los ideales socio-culturales, los
cuales las presionan para ser delgadas y así ser consideradas
atractivas.
Se ha comprobado que las dietas estrictas y el control de peso son
factores predisponentes para el desarrollo de TCA"- Esta
preocupación por la delgadez se ha descrito como propia de los
países occidentales.9 Aunque algunos estudios transculturales han
mostrado una baja incidencia de TCA en países no-occidentales,
otros sugieren que los TCA no están relacionados con la cultura
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
74
porque se han visto en lugares lejanos histórica y geográficamente
de Occidente'2. El énfasis cultural sobre la figura delgada puede
aumentar el riesgo, pero estas presiones culturales no parecen ser
una condición necesaria para el desarrollo del trastorno. Otro
factor de riesgo para el desarrollo de TCA es pertenecer a clase
socioeconómica media-alta y alta de países industrializados3.13,
aunque se ha observado en todas las clases sociales3. El sesgo de la
clase social puede deberse a que las personas de bajos recursos
tienen dificultades de acceso a los servicios de salud. De igual
manera, se consideraban los TCA propios de la raza blanca. Sin
embargo, las metodologías que se usaron tienen muchos reparos.
Por otra parte, se ha visto que existe alguna asociación entre
ciertas características psicológicas y los TCN. Por ejemplo, estas
personas frecuentemente exhiben perfeccionismo y un alto grado
de auto-exigencia en materia de trabajo y estudio, como también
en comida y peso. Sin embargo, los TCA pueden estar presentes
tanto en individuos con diferentes trastornos de personalidad,
como en aquellos sin trastorno de personalidad previo'4. También
se han descrito como factores de riesgo, la depresión y una pobre
imagen corporal. Orbach enfatizó la importancia del desarrollo
temprano de una imagen corporal positiva, para evitar ser
vulnerable a los modelos impuestos por la sociedad4
Los factores familiares se han propuesto como causas y
perpetuadores de los TCA 3, 15,16. Algunos parientes de los
pacientes con TCA pueden ser rígidos y poco inclinados a la
expresión de las emociones; otros pueden tener elementos
disfuncionales como alcoholismo, depresión o trastornos del
control de impulsos. Aun no se sabe si la prevalencia de esos
problemas es más alta entre las personas con TCA en comparación
con aquellos con otras formas de psicopatología.‖ (pp. 116-117)
Participantes
Objetivos
―Se tomó como población de estudio al grupo de personas que
entrenaban Karate-do en el Club deportivo de la Universidad
Nacional de Colombia sede Santafé de Bogotá. Se incluyeron
todos los sujetos que aceptaron participar en el estudio, que
corresponden al 82% del total de personas mayores de 15 años que
entrenaban de manera regular durante el primer semestre de 1994‖
(PP.117-118)
―La prevalencia de los TCA en general y de cada subtipo (Bulimia
Nerviosa, Anorexia Nerviosa y TCA no especificado) en los
practicantes de karate de la universidad Nacional.
Los aspectos sociodemográficos y los antecedentes que
distinguen a los sujetos con TCA de los que no lo tienen.
Cómo se relacionan los Trastornos del Comportamiento
Alimentario con los estados de ansiedad y depresión. ― (pp.117)
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Hipótesis
75
No aplica
Resultados
Un total de 58 personas participaron en el estudio: 21 mujeres y 37
hombres que entrenaban Karate-do de forma regular en el club
deportivo de la Universidad Nacional de Colombia, sede Santafé
de Bogotá. La edad promedio fue de 22.7 ±5.3 años. Según el
sexo, se encontraron diferencias significativas en talla y peso deseado, mas no en edad, estado civil, ser alumno o exalumno, grado
obtenido, peso corporal, ni adiposidad (medida por el índice de
Masa Corporal, IMC). La totalidad de los sujetos pertenecían a la
clase media.
Entre los individuos se encontraron tanto alumnos (74%) como
exalumnos (26%) de la universidad, de las siguientes carreras:
Ingeniería (36%), ciencias de la salud (31%), ciencias humanas
(17%), ciencias (9%) y artes (7%), que entrenaban en promedio
10.6 ± 6.6 horas semanales (rango 1 a 33 h/sem).
Del grupo total, siete sujetos (12%) habían presentado episodios
previos de ansiedad, 17 (29%) de depresión, cuatro (7%) habían
intentado suicidarse y siete (12%) habían estado en tratamiento
psiquiátrico. Ninguno refirió haber consumido sustancias psicoactivas ilegales, uno fumaba cigarrillo y sólo nueve (16%)
referían consumo de alcohol.
La actividad sexual, como un indicador general de satisfacción,
fue descrita como frecuente y placentera en el 52%, ocasional en
el 15% Y el 33% nunca la había tenido. No hubo diferencias por
sexo. Los estudiantes de ingeniería refieren una menor actividad
(p<0.05). Sólo uno de los sujetos refirió antecedente de actividad
homosexual.
La comunicación intrafamiliar fue descrita así: con el padre era
buena en el 51 %, regular 22% y mala 27%. Con la madre era
buena en 79% y regular en 21 %. Con los hermanos era buena en
77%, regular en 19% y mala en 3.5%. La diferencia entre la
comunicación con el padre y con la madre es significativa
(p<0.05). El 35% eran primogénitos y el 21 % eran hijos menores.
Solo un sujeto era hijo único.
Los antecedentes familiares fueron positivos para obesidad en 32
(55%), alcoholismo en 20 (35%), trastornos psiquiátricos en 15
(26%) y 11 (19%) eran hijos de padres divorciados.
En la historia nutricional 18 personas refirieron dificultades previas
en la alimentación (31 %), que comenzaron en la infancia en cuatro
casos (7%) y en la adolescencia en 14 (24%). En total 15 sujetos
habían hecho dieta, cinco de ellas por recomendación de una
nutricionista, cuatro del médico y seis por iniciativa propia. Al
indagar sobre la satisfacción con su figura corporal, 33 sujetos
(57%) estaban insatisfechos al menos con un área corporal o su
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
76
figura en general, siendo en orden decreciente y no excluyente:
exceso de peso en 19%, bajo peso 16%, abdomen 7%, espalda 5%,
brazos 3%, caderas 3%, estatura 3%, cara 2% y piernas 2%.
La ECA fue sugestiva de TCA en 20 sujetos (23 o más puntos), 13
mujeres y siete hombres, para una proporción mujer: hombre de 4:
1 y el TCA fue confirmado mediante entrevista personal
semiestructurada en 15 (26%) (Sensibilidad 93%, especificidad
84%), para un total de TCA en el grupo de 26%, distribuidos así:
NOES en 11 (19%), BN en tres (5%) y AN en uno (2%). La
frecuencia de TCA fue significativamente superior en el sexo
femenino con una relación mujer: hombre de 4:1, p<0.005. De las
personas con TCA NOES, ocho se diagnosticaron por tener todos
los criterios para BN menos el-de la frecuencia de los episodios y
tres por tener episodios frecuentes de voracidad seguidos por
sentimientos de culpa pero sin las conductas compensatorias
típicas de la BN. La evolución de los TCA era de 5.13 ± 3.5 años.
Los entrevistados refirieron como factor desencadenante el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios en siete, critica de la
figura corporal en siete, abandono de las actividades deportivas en
cuatro, conflicto con los padres en dos, duelo en tres, y uno no
encontró ninguna explicación para su trastorno. En algunos casos
coexistía más de un factor desencadenante. El 93% de los sujetos
con TCA referían haber tenido dificultades en la alimentación en
su infancia o en su adolescencia, con una diferencia significativa
con los que no tenían TCA p< 0.001). El trastorno repercutía en la
actividad laboral en dos sujetos con BN, afectaba el rendimiento
físico de siete, (dos tenían BN y cinco TCA NOES); catorce
refirieron repercusión en la auto-estima y tres en la comunicación
familiar (dos con BN y una anoréctica).
La frecuencia de TCA fue mayor en las personas con sobrepeso
(IMC>25), y. específicamente en aquellos con TCA NOES (p <
0.05). El peso deseado es significativamente inferior en aquellos
que presentan un TCA (56.6 Kg. Vs. 61.5 Kg., p<0.05) y además
presentan una talla inferior (p<0.05) e IMC superior (p<0.05). Al
comparar las mujeres con TCA de aquellas que no lo tenían, no se
encontraron diferencias significativas en IMC, talla, peso y peso
deseado. Entre los hombres, aquellos con TCA tenían una talla
significativamente menor (p<0.05) y un IMC mayor (p<0.05). Los
individuos con TCA realizan dietas con mayor frecuencia que los
que no lo tienen (p<0.001) y presentan con mayor frecuencia
antecedente de obesidad en la familia (p<0.05). Igualmente, Se
observó una asociación significativa entre el consumo de alcohol y
la presencia de TCA (p < 0.05).
Los TCA fueron más frecuentes entre los practicantes del área de
ciencias de la salud (p<0.05) y no se encontró asociación con el
grado obtenido en Karate-do, el ser estudiante o exalumno, estado
civil, estrato socioeconómico, comunicación con los familiares,
posición entre la familia, antecedente de alcoholismo en la familia,
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Tamaño de la muestra
Asignación Aleatoria
Métodos estadísticos
77
antecedentes psiquiátricos Con respecto a las horas semanales de
entrenamiento no hubo diferencias significativas según existencia o
no de TCA, pero con diferencias aparentes según el tipo de TCA:
la anoréctica entrenaba 21 horas semanales, los bulímicos un
promedio de 18 horas, los NOES ocho horas y los sujetos sin TCA
10.6 horas semanales, lo cual sugiere alguna asociación entre el
tiempo dedicado al entrenamiento y el tipo de TCA, no evidente en
nuestro estudio debido al escaso número de sujetos con los
trastornos.
En cuanto al área corporal en conflicto los sujetos con TCA se
quejaban en su orden de: exceso de peso, abdomen voluminoso,
caderas anchas y poca estatura. Mientras los sujetos sin TCA
estaban preocupados por bajo peso, espalda estrecha, brazos
delgados, abdomen prominente y cara no agradable. El 94% de los
sujetos con TCA tenían conflicto con alguna área corporal,
mientras que sólo el 29% de los que no tenían TCA lo presentaban
(p<0.005).
Once sujetos con TCA asocian el acto de comer con ansiedad,
cuatro con tristeza, uno con soledad y para uno era indiferente. Seis
habían recibido tratamiento previo para TCA, de los cuales, tres
manifestaron sentirse peor, dos se sentían igual y uno estaba mejor.
En todo el grupo de deportistas el puntaje promedio en la escala de
Zung de ansiedad fue de 40.25, siendo positiva en diez (17%), con
una relación mujer: hombre 2:1; en el Zung de depresión el puntaje
promedio fue de 42.23, siendo positivos 14 sujetos (24%), nueve
con puntajes sugestivos de depresión leve, dos moderada y tres de
severa. El diagnóstico clínico de síndrome depresivo fue confirmado en 14 personas (29%), discriminado así: depresión mayor
en cinco personas (9%), distimia en ocho personas (14%) y duelo
en una (1.7%).
Se observó una asociación estadística positiva fuerte mediante
análisis de correlación entre los puntajes de la ECA y las escalas
de Zung de ansiedad (r=O.6, P<0.001) y de depresión (r=0.5,
p<0.001). Además se encontró que la frecuencia de síntomas de
ansiedad y depresión era significativamente superior en los sujetos
con TCA (p<0.05) y que los tres diagnosticados como BN
presentaban síntomas altamente sugestivos de ambos
trastornos.‖(pp.119-122)
―Un total de 58 personas participaron en el estudio: 21 mujeres y
37 hombres que entrenaban Karate-do de forma regular en el club
deportivo de la Universidad Nacional de Colombia, sede Santafé
de Bogotá‖ (pp. 119)
No aplica
―El procesamiento de los datos se hizo utilizando el Epi-info 6.0.
Se utilizaron medidas de estadística descriptiva tales como:
mediana, promedio aritmético, desviación estándar, distribución
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
78
de frecuencias y pruebas paramétricas y no paramétricas para
diferencias de promedios y porcentajes. Se aceptó un error alfa del
5%. ― (pp.119)
Interpretación de los
―En conclusión se observó una alta frecuencia de TCA entre los
resultados
practicantes de Karate-do, especialmente TCA NOES. Se
encontraron como indicadores de vulnerabilidad la tendencia a
hacer dietas, sobre valoración de la crítica, ser estudiante de
ciencias de la salud, sobrepeso y obesidad familiar. Se halló una
asociación entre TCA y trastornos depresivos y de ansiedad. Son
necesarios más estudios sobre TCA en ésta y en otras disciplinas
deportivas.‖ (pp.124-125)
Generalización
No aplica
Discusión
―Los sujetos del grupo estudiado tenían una edad promedio de ±22
años y provenían de familias de clase media de configuración
tradicional urbana, en la cual la madre es el centro de la
comunicación familiar.
Cerca del 60% de los entrevistados estaban inconformes con su
figura corporal. Las mujeres se quejaban de tener mucho peso y los
hombres de tener poco peso, lo cual corresponde a una exageración
del ideal actual de belleza que es de mujeres delgadas y hombres
musculosos. Este ideal no consulta las condiciones de los
colombianos que son un grupo mestizo con distintas variaciones en
la mezcla racial que producen una gama variada de biotipos, los
cuales deberían ser valorados en patrones de su propia belleza. En
esta valoración juegan un papel decisivo los elementos culturales
provenientes del extranjero que se han acomodado a la ideología
de los nacionales como elementos ideales y cercanos a la
perfección. Puesto que la población del estudio pertenece a la clase
media, no es posible saber si ese patrón es generalizable a otras
clases sociales. Esto sólo se puede saber con una población más
amplia que permita aclarar estas influencias.
La frecuencia del TCA y la distribución de los subtipos AN y BN
es similar a la informada en la literatura (6) Los factores
precipitantes aparentes del TCA fueron la pubertad y la sobre
valoración de la crítica de las personas de su entorno, lo cual
confirma lo observado en otras investigaciones (9.20, 2). El
trastorno es crónico como lo indican su evolución promedio de
5.13 ± 35 años y tiene el antecedente de dificultades en la
alimentación en la infancia y en la adolescencia.
No se observó una interferencia particularmente intensa del TCA
en estos deportistas en áreas como las relaciones interpersonales
(comunicación familiar, actividad social y sexual), aunque si
hacían referencia a una repercusión grande en la autoestima y en el
rendimiento físico. Como se ha visto en el análisis de pacientes
con TCA, el dolor emocional que padecen es vivido muy priva-
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
79
damente, lo cual hace que cuando los síntomas llevan al paciente a
una consulta, ésta no parezca tener relación con alteraciones en el
comportamiento alimentario.
Se han descrito algunas situaciones que parecen favorecer el
desarrollo de los TCA, tales como la práctica deportiva, ser
estudiantes universitarios, el consumo de alcohol, tendencia a
hacer dietas y obesidad familiar (3, 22, 23,24) lo cual parece
sugerirlo nuestro estudio. En este grupo también se incluyen las
dificultades en la aceptación de la figura corporal" 4,7 y aunque no
se observó insatisfacción con las zonas cargadas socialmente de
significado sexual (senos y glúteos), los sujetos con TCA refieren
preocupación por variables morfológicas que forman parte de la
imagen ideal actual: talla elevada, figura delgada y abdomen
excavado, de la misma manera que han evolucionado las medidas
antropométricas de las candidatas de los reinados de belleza y
modelos. De qué manera estos eventos y los medios de
comunicación de masas han influido en las diferentes poblaciones
es tema de exploración futura, de gran importancia para el mejor
conocimiento de estos trastornos y su génesis.
La mayor frecuencia de TCA entre los deportistas estudiantes de
ciencias de la sa1ud podría explicarse en parte, dada su orientación
profesional, como una preocupación inmensa por su estado de
salud y auto exigencia de parámetros de normalidad más estrictos,
en comparación con los demás grupos de estudiantes; la práctica
deportiva sería un método adicional a las prácticas nutricionales
para el logro de tales objetivos.‖(pp.122-124)
Aún no se ha establecido si los deportistas que padecen TCA lo
tenían previamente y buscaron el deporte para facilitar el control de
peso, (23,26) o su inicio fue posterior a las practicas deportivas24
En este grupo, la mayoría de los que tenían TCA se incluían dentro
del espectro bulímico: mostraban tendencia a comer grandes
cantidades de comida en corto tiempo, con sentimientos de culpa
secundarios a estos atracan es y una equivalencia entre comida,
ansiedad e inquietud. Con este hallazgo se puede pensar que el
deporte es una forma socialmente aceptada de perder peso, para
compensar así el efecto de las comidas abundantes en personas de
apetito episódicamente incontrolado y con una valoración negativa
de su atractivo físico.
La proporción de síntomas depresivos valorados con la escala de
Zung, fue similar a la de la población colombiana en su conjunto.
Igualmente, la frecuencia de Depresión Mayor evaluada por
entrevista clínica es similar a la de la población general la
diferencia es dramática en el Trastorno Distímico, cuya prevalencia
es mayor que la reportada en la población general. La combinación
de TCA, principalmente de espectro bulímico con depresión hace
pensar que la práctica de un deporte aeróbico de alto consumo
energético como el Karate-do, les permite sentirse anímicamente
mejor y de esta forma tolerar la insatisfacción que les produce su
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
80
autoconcepto, bondad que han demostrado algunas experiencias
sistemáticas con el deporte aeróbico, en la mejoría de depresiones
crónicas de intensidad leve. Como se describe en la literatura (29),
casi la mitad de los sujetos con TCA mostraran depresión y
antecedentes de la misma, mientras sólo el 21% de quienes no
tenían TCA estaban deprimidos. Así, la depresión fue la comorbilidad más frecuente de los TCA. Se observó que tener depresión en
el momento del examen se correlacionó con haberla padecido antes
y con el antecedente de intento de suicidio. La mayoría de TCA
encontrados son NOES, con indicadores de depresión altos. Es
posible que la relación entre estos dos hechos sea que los deportistas sientan una insatisfacción crónica con la figura corporal que
los lleve a deprimirse. Estos tienen un aspecto un poco más
corpulento que los demás deportistas examinados.
Con respecto a los síntomas ansiosos evaluados por la escala de
Zung, se encontraron puntajes elevados en el 17%, casi duplicando
el 10% del estudio nacional27, 60% de los cuales tenían TCA.
Todos los bulímicos se incluían en él y presentaban los puntajes
más elevados. Si bien esta asociación entre ansiedad y TCA es conocida por estudios previos6, 29.30.31, en todo caso no es la
condición psicopatológica más relevante si se la compara con la
depresión, pero, al igual que en otras entidades, podría actuar como
gatillo de muchas complicaciones cuando actúa agravando un
estado depresivo previo.
En conclusión se observó una alta frecuencia de TCA entre los
practicantes de Karate-do, especialmente TCA NOES. Se
encontraron como indicadores de vulnerabilidad la tendencia a
hacer dietas, sobre valoración de la crítica, ser estudiante de
ciencias de la salud, sobrepeso y obesidad familiar. Se halló una
asociación entre TCA y trastornos depresivos y de ansiedad. Son
necesarios más estudios sobre TCA en ésta y en otras disciplinas
deportivas‖(pp.122-124)
Tabla 2.2 Aplicación instrumento para investigación trastornos de la conducta
alimentaria en deportistas.
En cuanto a la subcategoría resumen de la investigación realizada por Ángel et
al. se explica de manera breve la aplicación de la encuesta (ECA), del cuestionario Zung
para ansiedad y depresión y de una entrevista semiestructurada a un grupo de 58
deportistas de la Universidad Nacional.
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Los antecedentes que sustentan la investigación de Luís Alberto Ángel y
colaboradores empiezan con una resumida explicación de los trastornos de la conducta
alimentaria (AN, BN, y TCA-NOE). A continuación se presentaron unos datos en los
que se afirma que según investigaciones anteriores, la población adolescente de
deportistas es una población de riesgo para del desarrollo de TCA. Por ultimo, se
presentan resultados de las relaciones que existen entre los problemas familiares y el
desarrollo de TCA.
En cuanto a los participantes de esta investigación se tomaron los participantes
regulares asistentes a la clase de Karate Do de la Universidad Nacional de la ciudad de
Bogotá. Para la subcategoría tamaño de la muestra se tuvieron en cuenta como único
criterio la pertenencia a este club deportivo y su participación voluntaria; por lo tanto la
muestra terminó siendo conformada por 21 hombres y 37 mujeres para un total de 58
participantes. No se hace ninguna referencia a la asignación aleatoria dentro del estudio.
Dentro de este estudio se propusieron los siguientes objetivos: La prevalencia
de los TCA en general y de cada subtipo (Bulimia Nerviosa, Anorexia
Nerviosa y TCA no especificado) en los practicantes de karate de la
universidad Nacional; los aspectos sociodemográficos y los antecedentes que
distinguen a los sujetos con TCA de los que no lo tienen; cómo se relacionan
los Trastornos del Comportamiento Alimentario con los estados de ansiedad y
depresión.
En el caso de la subcategoría hipótesis no es posible aplicarla, ya que no
es específica la afirmación de alguna hipótesis, en ningún momento del
estudio.
81
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Para la presentación de los resultados de este estudio, se hizo uso de los
siguientes métodos estadísticos para la obtención de estos resultados; mediana,
desviación estándar, pruebas paramétricas y no paramétricas. La prevalencia encontrada
en estos estudios fue de 26% distribuida en 19% de TCANOES, 5% de BN y 2% de
AN.
Los resultados que se obtuvieron para la validación de esta encuesta hacen
referencia a una descripción entre los participantes del uso de sustancias psicoactivas,
de su actividad sexual, de los antecedentes familiares, el uso de dietas, y demás
componentes de la entrevista a validar, es decir de la ECA. Esta entrevista arrojó como
resultado la sugestión de TCA en 20 sujetos (13 mujeres y 7 hombres).
Un segundo momento de la presentación de resultados del estudio de Ángel,
presentó una serie de asociaciones de TCA y otros factores a partir de lo obtenido en la
encuesta anteriormente aplicada y que arrojó resultados positivos de TCA en 20 de los
participantes. Entre los factores asociados positivamente se encontraron las dietas, el
sobrepeso, consumo de alcohol, ansiedad y depresión.
La interpretación de los resultados obtenidos es acorde a los objetivos
propuestos en la investigación, ya que se hace una exposición de los factores
relacionados con TCA, y sobre su grado de correlación. Permite mostrar los posibles
sesgos que tuviera la investigación dejando en claro que a pesar de que se demostraron
estadísticamente los factores relacionados con TCA, es necesario realizar más estudios
en las poblaciones deportivas consideradas como de alto riesgo.
82
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
83
En cuanto a la subcategoría generalización, es decir la validez externa del
estudio, no cumple ninguno de los criterios de invalidación propuestos, por lo tanto se
podría afirmar que podría ser valida la investigación propuesta.
Por último, en cuanto a la discusión se hace referencia a datos que han arrojado
investigaciones previas en cuanto a la frecuencia de TCA, y sus factores
desencadenantes. Es posible observar que se establecen correlaciones que el estudio no
podría realizar, entre la ansiedad y la promoción de un ideal de belleza en medios de
comunicación aunque se aclara que debe realizarse mayor investigación al respecto.
2.3 Prevalencia de trastornos del comportamiento alimentario en estudiantes de la
Universidad Nacional de Colombia entre Julio de 1994 y Diciembre de 1995.
Concepto
Resumen
investigación
Antecedentes
Presencia en la investigación
de
la ―Se realizó un muestreo aleatorio de todos los estudiantes
universitarios y se aplicaron las encuestas de tamizaje para TCA
(ECA), Zung de ansiedad y depresión, que fueron repetidas a los
seis meses y realizada una entrevista clínica estructurada para
diagnostico de TCA (SCAN)‖(pp.111)
―Recientemente los desórdenes de alimentación, especialmente
los síndromes de anorexia y bulimia nerviosa, han llamado la
atención de los médicos y del público en general, lo cual ha
incrementado la investigación en esta área. Antes de 1980 había
sólo unas pocas descripciones de pacientes con síntomas bulímicos, pero a partir de 1988 han aparecido cientos de informes. EL
DSM-IV reconoce que existen varios tipos de trastornos mentales
relacionados con la comida, que comparten una intensa
preocupación por el peso, los alimentos y las alteraciones de la
figura corporal. La categoría diagnóstica se llama trastornos del
apetito, pero nos parece más preciso denominarlos como trastornos del comportamiento alimentario (TCA) y los subdivide en
anorexia nerviosa (AN), bulimia nerviosa (BN) y trastornos no
especificados (NOES).
La AN y la BN, según los datos publicados en países desarrollados, se observan principalmente en mujeres (90 a 95%). La
prevalencia es de 1 a 4% en adolescentes y mujeres adultas
jóvenes blancas de clases altas y medias; sin embargo, se ha visto
un incremento en hombres en minorías y en mujeres de todos los
grupos. También tienen más riesgo de padecerlo los homosexua-
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
84
les. La bulimia es más frecuente que la anorexia y los no especificados son más frecuentes que la bulimia. Estudios realizados en
las últimas décadas revelan un incremento en la frecuencia de
estos trastornos en todas las franjas de la población; se ha
informado 4% de AN y 19% de BN; se puede pensar que esta
patología no es exclusiva de un solo grupo socioeconómico. Los
síntomas de trastorno de alimentación son vistos en poblaciones
psiquiátricas heterogéneas que sufren de diversos grados de
psicopato10gía, de alteraciones de personalidad y niveles
disímiles de funcionamiento del yo (3-6). Se ha reportado que la
comorbilidad con depresión mayor y distimia está entre 50 y 75%
en pacientes con AN. Y que el trastorno obsesivo-compulsivo
(TOC) se ha encontrado entre 10 y 13% en pacientes con AN.
Para la BN hay un incremento en las tasas de ansiedad de 43% y
farmacodependencia en 49%, trastorno afectivo bipolar en 12% y
trastornos de la personalidad hasta en 50 a 75%. Se encontró una
comorbilidad con trastorno de personalidad límite del dos a 60%
de los pacientes. Muchos pacientes bulírnicos tienen síntomas
disociativos, conflictos y alteraciones sexuales y una variedad de
conductas impulsivas como comprar en exceso, promiscuidad
sexual y automutilación. Para diagnóstico y seguimiento de los
pacientes con TCA, se han creado varios cuestionarios. Entre los
más conocidos están el Eating Attitude Test (EAT) descrito por
Garner y Garfinkel en 1979 (11) que contiene 40 ítems y puede
ser aplicado a cualquier sujeto con sospecha de TCA y a
poblaciones amplias, por la sencillez de las preguntas y la
facilidad para diligenciarlo. Los mismos autores realizaron una
segunda versión de EAT en 1982 que contiene 26 ítems y se
correlaciona muy bien con el inicial. Un tercer cuestionario
tendiente a evaluar todos los trastornos de la alimentación se
conoce como el Eating Disorder Inventory (EDI). Este último es
considerado por algunos como de elección. Goldberg y co1s
idearon el Goldberg Annorectic Attitude Scale (GAAS) en 1980,
consta de 63 ítems y evalúa a pacientes institucionales. Estas y
otras pruebas han sido utilizadas en estudios epidemiológicos de
prevalencia en diferentes poblaciones como: Eating Disorders
Cuestionary y Stanford Eating Disorders Cuestionary . Para el
diagnóstico clínico se han diseñado esquemas de entrevistas
estructuradas con el fin específico de establecer la presencia o no
de estos trastornos, como es el caso del SCAN (Schedules
Questionnaire in Psychiatry, DSM-IV . Sin embargo, ninguno de
ellos ha sido traducido y ajustado a las particularidades
idiomáticas de nuestro país, ni se ha establecido su validez.
Uno de nosotros elaboró un cuestionario que hemos denominado
encuesta de comportamiento alimentario (ECA), que incluye aspectos como: actitudes hacia la alimentación, peso corporal, hábitos alimentarios, pensamientos y conceptos sobre su imagen
corporal, alimentación, aspectos volitivos y sociales de la
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Participantes
85
alimentación, realización de dietas y consumo de algunos
medicamentos. Su utilidad ha sido evidente en pacientes con
diagnóstico definitivo de TCA, cuyo sistema de puntuación por
regla general sobrepasa los 25 puntos. La información obtenida
ha sido confiable y reproducible mediante la entrevista personal.
La reproducibilidad de la encuesta se ha evaluado en un grupo
pequeño de sujetos normales y de pacientes con TCA, mostrando
sólo diferencias menores en las puntuaciones, sin modificar la
clasificación en normales o anormales, demostrando su utilidad
como instrumento de tamizaje para TCA. En ésta se utilizaron
puntos de corte mayor o iguales a 25, logrando una sensibilidad
de 80% y una especificidad de 86%; el valor predictivo positivo
fue de 80% y el valor predictivo negativo del 100%.
En Colombia prácticamente no existen publicaciones sobre estas
enfermedades aparte de las realizadas por nuestro grupo, demostrando que no sólo existen en nuestro país sino que su diagnóstico
pasa inadvertido, razón por la cual no existen estadísticas sobre
su prevalencia o incidencia.‖ (pp. 112)
―Estudiantes universitarios de pregrado matriculados en el
segundo período de 1994‖ (pp. 113)
Objetivos
―Objetivos: validación de un instrumento de autorreporte para
detectar trastornos del comportamiento alimentario (TCA),
determinar su frecuencia en estudiantes de la Universidad
Nacional y su relación con ansiedad y depresión‖ (pp. 111)
Hipótesis
No Aplica
Resultados
―La muestra obtenida fue conformada por 411 de los 414 estudiantes proyectados, con predominio del sexo masculino: 225
hombres (54%) y 186 mujeres (46%), manteniéndose una
distribución similar al universo de la población universitaria según el sexo y facultades representadas. La edad, el peso y la talla
fueron significativamente menores para las mujeres (p<O.OOO1)
y lo contrario sucedió con la puntuación obtenida en las encuestas
(p<O,OOOl) .
La ECA fue positiva (≥25 puntos), en 24,3 % de la muestra (100
sujetos) y negativa (25 puntos) en 75,7% restante (311 sujetos).
Para la validación de la ECA se citó nuevamente a todos los
participantes y se logró reencuestar y entrevistar a 149
estudiantes, 85 con ECA positivo y 64 negativos.
Para el total de estudiantes reencuestados y entrevistados, se
encontró que en las mujeres la edad, el peso y la talla fueron
inferiores (p<O, OOOl) y la puntuación en la ECA fue superior
(p<O, OOOl), como lo fue para la población total. '
La desproporción entre sujetos ECA positivos y negativos de la
submuestra (85% vs 21 %) fue debida a la dificultad para realizar
un segundo encuentro con los sujetos negativos, una vez
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
86
informados de la normalidad de sus resultados, que a su vez explica el largo período requerido para la recolección de los datos.
Al comparar los 64 sujetos ECA negativos reencuestados con los
restantes 247 se demostró que no diferían significativamente
entre sí para ninguna de las variables estudiadas y se consideraron por tanto representativos de los mismos.
El diagnóstico clínico definitivo mediante la entrevista
estructurada (SCAN) demostró TCA en 79 estudiantes
distribuidos así: cinco bulímicos, dos anorécticas y 72 TCANOES; los 70 restantes fueron clasificados como normales. El
instrumento ECA aplicado en los dos tiempos demostró un coeficiente de correlación de Spearman (datos pareados) de r=0,85
(p<O, OOO1), con promedios prácticamente idénticos (24,45±9,8
vs. 24,48±10,1, p=0,952), demostrando una alta reproducibilidad.
El 89,9% de los sujetos fueron identificados en ambas encuestas
como TCA positivos (n=80) y TCA negativos (n=54), con cuatro
sujetos clasificados como negativos en la primera encuesta y
positivos en la segunda y 11 en forma opuesta; así, la consistencia
de la encuesta fue evaluada mediante el cálculo del coeficiente de
concordancia Kappa (k) que fue de 0,793 y un Z test de 9,18
(p<O, Ol). Entre los sujetos ECA positivos el diagnóstico de TCA
fue confirmado en 70 y descartado en 15, con una tasa de falsos
positivos para la ECA de 21,4%. De los 64 sujetos ECA
negativos se demostró TCA en nueve, lo cual da 11,4% de falsos
negativos. La sensibilidad de la ECA utilizando punto de corte
mayor o igual a 25 fue de 88,6% y la especificidad de 78,5%, con
valores predictivo positivo (VPP) de 82,3% y predictivo negativo
(VPN) de 85,9%
La prevalencia global de TCA en este grupo universitario calculada a partir de los hallazgos anteriores fue de 30,7% (intervalo
de confianza: IC 95%: 20,5 a 40,9%), de los cuales el 2,2%
correspondían a BN (IC 95%: 0,78 a 3,62%), el 0,5% a AN (IC
95%: O a 1,18%) y el 28% a NOES (IC 95%: 23,7 a 32,3%),
pudiendo identificar dos patrones que nosotros hemos denominado como picadores (cumplen todos los criterios para BN a
excepción de los episodios de consumo voraz y vómito) que
corresponden a 9,7% y atracones (cumplen con todos los criterios
para BN a excepción de los episodios de vómito) con 18,3%. La
frecuencia de sujetos con ECA y diagnóstico clínico de TCA fue
significativamente superior en los pertenecientes al área de
ciencias de la salud (p<0,005), tanto si se comparan todas las
facultades en conjunto como si se agrupan en un todo las
restantes, una vez realizado el ajuste según el sexo.
Las encuestas de autorreporte para depresión fueron positivas
(Zung ≥ 50) en 36,8% (n=159) y para ansiedad. (Zung ≥ 50) en
23,8% de la muestra (n=97). Las mujeres obtuvieron una puntuación estadísticamente superior tanto en depresión (37,5 ± 8,7 vs
33,4 ± 8,4, p<O,OOOl) como en ansiedad (41,5 ± 8,3 vs 31,1 ±
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Tamaño de la muestra
Asignación Aleatoria
Métodos estadísticos
Interpretación
resultados
Generalización
Discusión
de
87
5,6, p<O,OOOl), con una alta correlación entre si (r=0,782,
p<O.OOl) y la ECA con los Zung de ansiedad (r=0,65 1,
p<O,OOl) y depresión (1'=0,645, p<O,OOl).‖ (pp. 115-116).
―La muestra se eligió con un límite de confianza de 95%, una
seguridad de 5% y una probabilidad de 50%; debido a que la prevalencia no se conocía en nuestro medio. Se calculó un total de
376 sujetos, al cual se adicionó 10% por posibles eventualidades
que pudieran dificultar la aplicación del instrumento; el total de
la muestra fue de 414 sujetos. Todos estos serían encuestados
durante el primer semestre de 1995 siempre y cuando continuaran siendo estudiantes activos de la universidad.‖ (pp. 113)
―Se realizó un muestreo multietápico. En la primera fase se
estratificó por sexo y facultades. Los sujetos del estudio se eligieron aleatoriamente por computador; una vez determinado el tamaño de la muestra, se emitió el listado correspondiente, a partir
de los registros consecutivos de todos los estudiantes universitarios‖ (pp.113)
―Los datos se presentan en forma de medidas de tendencia central
y proporciones y se establecieron las diferencias para promedios
y proporciones mediante test paramétricos, no paramétricos,
análisis de correlación y el coeficiente de concordancia Kappa. Se
aceptó un error alfa inferior a 5%. El procesamiento de los datos
se realizó por computador, utilizando el paquete estadístico Systat
3,0 (Systat Inc.).‖ (pp. 114)
los ―La prevalencia de los TCA en el grupo universitario estudiado
es similar a la informada en países desarrollados. El instrumento
para la tamizaje y detección de sujetos con TCA empleado en
este estudio es válido, reproducible y confiable en universitarios
y adultos jóvenes.
La frecuencia de TCA es superior entre los estudiantes del área
de la salud en la población universitaria estudiada. Los TCA
parecen corresponder a diferentes estadios de un espectro único
con múltiples componentes. Es necesario realizar estudios en
poblaciones más amplias y en especial en riesgo, para conocer la
realidad nacional y diseñar políticas para su detección y
tratamiento.‖ (pp. 118)
No aplica.
―Es la primera vez que en Colombia se realiza un estudio representativo de una población determinada, para demostrar la existencia de los TCA, que logró el objetivo propuesto en quizás una
de las mayores instituciones universitarias del país, no sólo por el
número de alumnos sino por la elevada representación de sujetos
provenientes de toda la nación y la amplia gama de carreras
ofrecidas.
La verdadera importancia de nuestros resultados puede reducirse
a cuatro hallazgos principales que discutiremos a continuación.
Los TCA han sido descritos en múltiples poblaciones en el mun-
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
88
do, incluyendo países del tercer mundo y culturas orientales como
la China. Naturalmente, Colombia no es la excepción y en este
estudio se realza la magnitud del problema. Puesto que la muestra
es representativa de todos los estudiantes inscritos, es posible
calcular un número bastante elevado de sujetos con TCA, entre
los cuales podemos estimar 86 estudiantes con AN, 377 con BN y
4796 con NOES. La cifras son elocuentes por sí solas, si tenemos
en cuenta que la mayoría de ellos no debe tener ninguna
asistencia profesional, como no la tenían los casos detectados en
el estudio, y los riesgos de morbilidad y mortalidad que presentan,
como sucede en la BN y AN. Aunque los NOES tienen un
espectro más benigno, son un grupo muy numeroso de personas
con sufrimiento crónico intenso y silencioso, con calidad de vida
deficiente que carecen de un apoyo y orientación adecuadas.
Podríamos además aventuramos a suponer que la situación no es
exclusiva de esta universidad, cuyos estudiantes proceden de la
clase media (estratos tres y cuatro en su mayoría, según informe
verbal de la oficina de registro), con perfil socioeconómico
inferior al de otras universidades o a la población general de los
países desarrollados. Por otra parte, la asociación de los TCA con
depresión y ansiedad ya ha sido descrita ampliamente en la
literatura y nuestra población no es la excepción, lo cual demuestra la elevada tasa de morbilidad, asociada, que complica la evolución y dificulta el desempeño de los estudiantes afectados.
Con respecto a la ECA, queda así demostrada su utilidad, dada la
elevada reproducibilidad y la validez interna y externa demostradas a través del estándar de oro actual (SCAN) para los TCA, en
un número elevado de sujetos, representativos no sólo de la población universitaria sino de ambos extremos del espectro posible de los mismos. La ventaja adicional es la utilización de vocabulario local, accesible a la población colombiana, sin giros
lingüísticos de otras latitudes que dificulten su comprensión. Por
otra parte, al ser representativo de una población muestral bastante grande y heterogénea, ha permitido identificar el comportamiento de la misma, lo que hará más fácilmente utilizable tanto
en sujetos como en poblaciones, por lo menos de las mismas
características. Al estudiar la posibilidad de modificar los puntos
de corte a fin de mejorar la utilidad diagnóstica de la encuesta,
encontramos, al igual que en un estudio previo en deportistas,
que hay una mejoría en su rendimiento cuando utilizamos el
igual o mayor que 23 a cambio de igual o mayor de 25, al reducir
la tasa de falsos negativos a 6,3% y elevando del VPN a 91,4%,
(...) Basados en estos datos proponemos el punto de corte en
igualo mayor que 23 para diagnóstico de TCA en los próximos
estudios.
La mayor frecuencia de TCA entre los deportistas estudiantes de
ciencias de la salud, podía explicarse en parte, dada su orientación profesional, como una preocupación inmensa por su estado
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
89
de salud y autoexigencia de parámetros de normalidad más
estrictos, en comparación con los demás grupos de estudiantes.
Nuestros hallazgos van en este sentido, corroborando el hallazgo
en un grupo de deportistas de la misma universidad, en los cuales
los estudiantes de ciencias de la salud con TCA representaban
una fracción significativamente superior al de las otras carreras.
Este hecho no lo hemos encontrado descrito en la literatura y
debe estudiarse más a fondo. (...) existe una progresión
claramente definida en las variables anotadas, a excepción del
peso, con dos extremos evidentes: la AN y la normalidad,
presentando valores intermedios escalonados para los restantes,
con coeficientes de correlación positivos y negativos, altamente
significativos (Spearman, p<O,Ol).
La literatura es bastante explícita al mostramos la AN como la
situación que reviste mayor gravedad, demostrada por las tasas de
mortalidad a corto y largo plazo y el compromiso del estado
general y vida de relación, siendo de menor gravedad los TCANOES que sólo recientemente vienen siendo caracterizados,
además del viraje que suelen dar un buen porcentaje de pacientes
de unos tipos a otros. Los dos subtipos que nosotros hemos
denominado como "atracones y picadores" no han sido descritos
como tales en la literatura y son un hallazgo del presente estudio,
siendo el más frecuente el de atracones, para una relación 2: 1 (...)
pero que si fundimos en un sólo trastorno, el patrón de progresión
se toma aún más evidente. Esta situación no ha sido descrita en la
literatura en forma clara y, naturalmente, está sujeta a su demostración en otros grupos poblacionales locales y foráneos.‖ (pp.
116-118)
Tabla 2.3 Aplicación instrumento para investigación Prevalencia de trastornos del
comportamiento alimentario en estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia
entre Julio de 1994 y Diciembre de 1995.
En esta investigación realizada por Ángel et al. (1997) a todos los estudiantes
que fueron seleccionados mediante el muestreo aleatorio se les intentó realizar una
doble aplicación de las encuestas de tamizaje para TCA (ECA) y Zung de ansiedad y
depresión, con una entrevista clínica estructurada para diagnóstico de TCA (SCAN)
final para reconfirmar los resultados.
Para esto, los autores tuvieron en cuenta como antecedentes los informes y
definiciones que hace el DSM IV sobre la AN, BN, y TCNOES desde los años 80.
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
También se realizó un énfasis en los resultados arrojados por investigaciones que se han
llevado a cabo en países desarrollados. Además, hicieron referencia a los diferentes
cuestionarios que se han realizado sobre los trastornos de comportamiento alimentario,
entre estos el Eatting Attitude Test (EAT), el Eating Disorder Inventory (EDI) y el
Golberg Anorectic Attitude Scale (GAAS). En el recuento que se hace de las entrevistas
y cuestionarios, se nombra una entrevista que se diseño en Colombia llamada encuesta
de comportamiento alimentario (ECA), la cual fue diseñada y utilizada previamente por
el mismo grupo de investigación; quienes buscan en este estudio su validación.
Los participantes de este estudio fueron exclusivamente estudiantes de pregrado
de la Universidad Nacional matriculados en el segundo semestre del año 1994. Para la
muestra se realizó una asignación aleatoria.
El objetivo de esta investigación fue la validación de un instrumento de
autorreporte para detectar trastornos del comportamiento alimentario (TCA), determinar
su frecuencia en estudiantes de la Universidad Nacional y su relación con ansiedad y
depresión. Por otro lado, no hay ninguna hipótesis realizada para este estudio.
En cuanto a los resultados que arrojó esta investigación se encontró en primer
lugar que a partir de la aplicación de la encuesta ECA se obtuvieron 100 resultados
positivos en su aplicación mientras que 311 sujetos tuvieron resultados negativos; en
una segunda aplicación de este cuestionario se obtuvieron 85 resultados positivos frente
a 65 negativos. Los mismos investigadores hacen la aclaración que entre las dos
aplicaciones realizadas del ECA, la desproporción de resultados negativos se debe a una
dificultad para volver a citar a los sujetos que habían obtenido un resultado negativo en
la primera aplicación. El segundo paso de estos resultados fue el SCAN con el que se
90
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
confirmaron los diagnósticos de TCA, se encontraron 5 bulímicos, 2 anoréxicos, 72
personas TCNOES y 70 que resultaron normales. Dentro del análisis de resultados que
presenta esta investigación se presentan dos nuevos tipos de patrones de
comportamiento encontrados dentro de los estudiantes. El primero de estos son los
picadores, es decir personas con todos los síntomas de BN menos el vomito y la comida
voraz; el otro tipo son los atracones, es decir personas con todos los síntomas de BN
menos el vomito.
Para elegir el tamaño de la muestra de participantes de los que se obtuvieron los
resultados anteriormente analizados se realizó un proceso de varias etapas, en donde se
separaron por sexo y facultades, para la escogencia de los sujetos de la investigación se
hizo un proceso aleatorio de selección por computador, con el fin de que se mantuviera
un alto porcentaje de confiabilidad.
Los métodos estadísticos que permitieron obtener este tipo de resultados fueron
test paramétricos y no paramétricos, al igual que el análisis de correlación de Spearman,
y el análisis de concordancia Kappa. La forma en que se interpretan los resultados de
esta investigación son aproximados a los objetivos planteados, ya que no es posible
realizar un acercamiento a la hipótesis porque esta no fue planteada en el estudio. Sin
embargo, aclaran la posibilidad de repetir este estudio en poblaciones mas amplias ya
que el instrumento utilizado es valido y confiable. Así mismo, el estudio es posible
generalizarlo ya que se pudo observar la superación de todas las fuentes de invalidación
externa.
Por último, en cuanto a la discusión es posible considerarla cercana a la realidad
del momento, ya que se afirma que una investigación de esta envergadura y con
91
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
92
resultados válidos no se había aplicado previamente en Colombia. En algunos casos se
hacen afirmaciones que dejan espacio a la duda, ya que no presentan un sustento válido
de autores o de fuentes confiables del tema. Un caso es la afirmación que se realiza
sobre el estrato de los estudiantes participantes del estudio, al aclarar que esta
información fue obtenida verbalmente, lo cual no deja en claro el origen de esta
información. En la discusión a la única investigación anterior a la que se hace directa
referencia es una realizada a deportistas de la misma universidad, por lo tanto deja de
lado a los otros autores nombrados en la primera parte de la información.
2.4 Comportamiento alimentario: Desarrollo, validez y fiabilidad de una encuesta.
Concepto
Resumen
de
investigación
Antecedentes
Presencia en la investigación
la
―Elaboración de una encuesta para diagnóstico de TCA; prueba en
pacientes y en población universitaria; validación por entrevista
estructurada para diagnóstico de TCA‖ (pp. 29)
―La denominación de trastornos del comportamiento alimentario
(TCA) incluye un par de entidades nosológicas bien definidas
como son la Anorexia Nerviosa (AN) y la Bulimia Nerviosa (BN),
con criterios diagnósticos bien establecidos en la actualidad y sobre
los cuales existe acuerdo internacional (1). Dentro de la misma
categoría se cuentan los TCA no especificados (TCA-NOE), cuya
definición es vaga, aun desde el punto de vista clínico-patológico y
en el que la clasificación definitiva como una desviación anormal
del comportamiento alimentario está siendo evaluada; están
definidos por la presencia incompleta de los criterios diagnósticos
de la AN Y BN en sus diferentes combinaciones (ausencia de uno
o dos de ellos) (1).Los TCA son un tema de gran actua1idad no
sólo entre el gremio de la salud sino en la población general, con
un gran impacto publicitario que involucra todos los medios
masivos de comunicación, dada la espectacularidad de su
sintomatología, especialmente tratándose de la AN en
personalidades nacionales e internacionales y el riesgo de muerte
que conlleva, con no pocos casos clásicos: la princesa "Lady Di",
la famosa cantante Karen Carpenter fallecida por tal causa y
Twiggy, la actriz de cine de los años setenta, entre otras (2-4). Así,
se discute si en realidad se trata de una verdadera epidemia de estas
enfermedades; si simplemente estamos ante una situación que
ignorábamos y que ahora llama nuestra atención por estar a la
moda o, al contrarío, por estar a la moda se han desencadenado es-
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Participantes
Objetivos
93
tos trastornos (5). Cualquiera que sea la situación, el diagnóstico de
estos trastornos ha escapado en nuestro país a la mayoría de
profesionales e instancias implicadas: organismos de salud,
facultades de medicina y nutrición, sociedades científicas y
especialistas del área (Médicos, Psiquiatras, Psicólogos,
nutricionistas) y su frecuencia es desconocida. El diagnóstico
depende entonces, hasta ahora, del conocimiento por parte de unos
pocos profesionales de los criterios diagnósticos de los TCA, a los
cuales acuden pacientes con trastornos únicamente evidentes y
sufridos por largo tiempo, pero no identificados en consultas
previas ante otros profesionales. La identificación de nuevos casos
requiere de una difusión masiva de información sobre su existencia
y sus características que faciliten su reconocimiento, pero también
es necesaria la búsqueda activa, sabiendo que la mayoría de sujetos
que los padecen. lo hacen en secreto y por largos periodos. El
conocimiento de la frecuencia de los TCA requiere de estrategias
que permitan el diagnóstico en forma ágil y confiable, con un costo
aceptable para que pueda ser asumido como política de pob1acion
o ser dirigida a grupos específicos. En tal caso son útiles las
encuestas de autorreporte, de bajo costo, fácil aplicación y alto
rendimiento cuando su validez y fiabilidad son adecuadas. A
continuación se presentan los resultados de los estudios para la
va1idación de una encuesta desarrollada para la tamización y el
diagnóstico de los TCA.‖ (pp.30)
―En total fueron encuestados 482 sujetos, representados por 58
deportistas practicantes de Karate-Do y mayores de 15 años que
aceptaron participar y representaban el 82% del total elegibles; el
segundo grupo conformado por 411 de los 414 sujetos escogidos
aleatoriamente y 13 sujetos voluntarios adicionales acompañantes
de los anteriores que solicitaron participar.‖ (pp.34)
―Objetivo: examinar la validez y fiabilidad de una encuesta de auto
reporte para los trastornos de comportamiento alimentaría (TCA)
en estudiantes universitarios‖ (pp. 29)
Hipótesis
No aplica
Resultados
―Dado que la muestra es representativa de todos los alumnos (n =
411), la frecuencia de respuestas para cada elemento observadas
pueden aceptarse como el patrón de oro para dicha población. La
frecuencia en todos los elementos es asimétrica hacia la izquierda,
es decir los valores de 0-1 son los más Comunes y muy por encima
de 2-3. Observando en detalle, existen 16 elementos cuya
secuencia de frecuencia de respuestas no corresponde a la secuencia de puntuación asignada a cada uno; al analizar el 1, 2, 5, 9 ,14,
y 15 se aprecia que aunque la secuencia no corresponde a la
secuencia de puntuación, esta ultima no puede modificarse debido
a que la secuencia asignada corresponde a un orden de secuencia
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
94
de aparición o presentación del evento estudiado ( ver anexo 1)
No obstante las diferencias en frecuencias entre los ítems en
cuestión no sobrepasan del 2.2% Y puede considerarse debida al
azar o que la frecuencia de los mismos es similar y la puntuación
asignada no modificará el resultado. Para los restantes 10
elementos (7, 8,11-13,17, 18, 20,24 y 25) se cambió la puntuación
de acuerdo con las frecuencias observadas y se calculó de nuevo la
puntuación total, dado que los valores representan las frecuencias
de la población.
(...) se observan las diferencias entre las puntuaciones totales y sus
características antes y después de la corrección del sistema de
puntuación, con una pequeña reducción significativa de 1.5 puntos
en el total, de 0.7 en la desviación estándar y de 0.035 en el error
estándar. Igualmente, a excepción de tres elementos, las
correlaciones se modificaron de manera significativa y sólo una
con reducción (elemento 13(...)). Las correlaciones con la
puntuación original y corregida tuvieron niveles de significancia
superiores a p<0,00l, a excepción del elemento 28 que en la
puntuación original fue p=0.075 y pasó a p<0.022 una vez
corregida y del elemento 18 que pasó de p<0.022 a p<0.00l.
Se analizaron los índices de homogeneidad simples y corregidos
de cada ítem con la puntuación total (r de Spearman. α de
Cronbach y α de Cronbach estandarizado), tanto cuando cada
elemento participa del total como sin él y una vez corregida la
puntuación, siendo levemente superiores cuando está incluido el
elemento y en la forma corregida*. Se evidencia como la
correlación simple y Cronbach luego de estandarización es buena
para cada uno de los elementos en las dos modalidades de
puntuación, y esta última superior a la correlación simple; la
correlación es débil únicamente en la pregunta 28 debido a la baja
frecuencia del evento en la población pero por tratarse de un
criterio para el diagnóstico de AN y BN debe mantenerse. Al
retirar el efecto de cada elemento en la puntuación final, persiste
una correlación significativa de todos ellos y el patrón de
correlación varía muy poco, incrementándose el coeficiente en más
de 0.1 en 13 elementos y en 0.2 en tres de ellos. Para la puntuación
corregida de cada elemento el coeficiente de Cronbach
estandarizado mejora muy poco con respecto a la puntuaci6n
original en forma global, siendo muy significativo en el 18 y
disminuye en el 8 y 13, pero con elevada significancia.
La fiabilidad (test-retest) de la ECA se estudió en 159 sujetos; 101
de la muestra aleatoria y 58 deportistas utilizando de nuevo la
metodología anterior, pero comparando cada elemento y la
puntuación total entre las dos aplicaciones. Pueden apreciarse los
elevados coeficientes (α de Cronbach estandarizados para cada
elemento con ambos métodos de puntuación, con 18 de ellos
superiores a 0.7 y los restantes superiores a 0.5, con significancias
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
95
inferiores a p<0.0001.; además, las diferencias de las correlaciones
entre ambos métodos de puntuación no son significativas en
ninguno de los elementos y en la población total. Al separar el
análisis según sexo aparecen diferencias en las asociaciones, con
aumento de éstas en las mujeres para los elementos 1-3, 14,16,
19,23 Y 25, y disminución en 7, 8, 15, 17, 21 y 28 con efecto
contrario en hombres, pero manteniendo siempre alto grado de
sígnificancia.
Al analizar la fiabilidad de la puntuación total de la encuesta, se
encontraron elevados índices de correlación por la prueba α de
Cronbach, superiores a 0.9 tanto para el grupo total, como para los
sexos en forma independiente. En los análisis de correlación
íntrac1ase mediante la prueba Kappa el coeficiente para la muestra
total fue de k = 0.66 (E.E.=0.0818, Z= 8.68; p<0.01) y para los
provenientes de la muestra aleatoria k = 0.737 (E.E.= 0.087,
Z=8.47; p<0.01).
La validez de la encuesta fue establecida mediante entrevista
semiestructurada para el diagnóstico de los TCA. Esta se llevó a
cabo en 215 sujetos, incluyendo los 159 del test retest y otros 56
sujetos entrevistados luego de la primera encuesta, todos
estudiantes de la universidad. (...) se aprecian los resultados de
comparar el diagnóstico de TCA a partir de la entrevista utilizando
la ECA (punto de corte >23), mediante ambos métodos de
puntuación, observándose mínimas variaciones de la sensibilidad,
especificidad y valores predictivos. El uso de puntos de corte en 25
con la puntuación original arroja resultados similares, mientras que
con la puntuación corregida se reducen significativamente la
sensibilidad y el valor predictivo negativo (valores no mostrados);
el punto de corte en 24 produce resultados similares a 25,
invalidándolos para su uso.
En total fueron encontrados mediante entrevista 95 estudiantes con
diagnostico de TCA, de los cuales 11 correspondieron a un TCA
definido, cuatro AN (tres mujeres) y siete BN (seis mujeres), en el
cual dos con AN tuvieron puntuaciones de 15 y 22 y los resultantes
mayores a 23, con valores significativamente superiores a los
bulímicos. Los restantes 84 sujetos se hizo el diagnostico de TCANOE.‖ (pp.34-38)
Tamaño de la muestra
―En el primer grupo se propuso a lodos los integrantes del club
deportivo la aplicación de la encuesta, sus objetivos y el carácter
voluntario, con el compromiso de una evaluación nutricional
completa y de informar a cada uno su condición y la asesoría
profesional en caso de presentar alguna alteración. La aplicación
se realizó a todos los que aceptaron y se evaluados sus resultados
se citó a cada uno (tres meses después), para una nueva aplicación
de la ECA, realización de una entrevista semiestructurada para el
diagnóstico de TCA y evaluación nutricional completa.
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
96
En el segundo grupo se realizó un muestreo multietapico
representativo de todos los estudiantes de la Universidad Nacional
de Colombia sede de Santafé de Bogotá. La muestra se eligió con
un límite de confianza del 95%, una seguridad del 5% y una
probabilidad del 50%. Se calculó un total de 376 sujetos, al cual se
adicionó un 10% por posibles eventualidades que pudieran
dificultar la aplicación del instrumento; el total de la muestra fue
de 414 sujetos, al cual se agregaron otros voluntarios,
acompañantes de los seleccionados.‖ (pp.32-33)
Asignación Aleatoria
―En la primera fase se estratificó por sexo y facultades; los sujetos
del estudio se eligieron aleatoriamente por computador, una vez
determinado el tamaño de la muestra, a partir de los registros
consecutivos de todos los estudiantes inscritos en el segundo
semestre de 1994.‖ (pp. 32)
Métodos estadísticos
―Las encuestas fueron analizadas en forma separada para cada
grupo o para el total, dependiendo de la características a examinar:
frecuencias de las diferentes respuestas, análisis de los elementos
de la encuesta, fiabilidad, validez, sensibilidad, especificidad y
valores predictivos. Los resultados se presentan en forma de
promedios, error estándar, frecuencias, porcentajes y diferencias
de promedios. Tanto en la muestra total como en las submuestras
por grupos y por sexos se analizaron los índices de atracción de
cada elemento (pregunta) y alternativas de respuesta. Para
establecer la consistencia interna se calcularon los coeficientes de
correlación (r de Spearman) de cada elemento con la puntuación
total y los índices de homogeneidad simple y corregidos mediante
análisis de correlación de cada elemento con el puntaje total
considerando o excluyendo cada uno con la puntuación de la ECA,
mediante la prueba a de Cronbach y luego de estandarización de
cada elemento, dada la distribución asimétrica de las respuestas
observadas (16).
La fiabilidad (reproductibilidad) se estableció utilizando la prueba
test retest mediante el mismo sistema precedente (a de Cronbach)
para cada uno de los elementos y la puntuación global, para el
grupo total y según el sexo, además de la correlación intraclase
mediante el índice Kappa (K) (17). La validez de la encuesta se
determinó comparando los resultados de ésta, considerada como
positiva o negativa (> 23 y <23 respectivamente) con los
diagnósticos de TCA o normalidad, establecidos por la entrevista
de cada sujeto y calculando los índices respectivos de sensibilidad,
especificidad y valores predictivos en la muestra total y las
diferentes submuestras. Se aceptó un error alfa del 5% para todos
los análisis estadísticos efectuados. El análisis fue efectuado
mediante el programa estadístico Simstat for Windows 1.1
(Provalis Research, Montreal, Canadá‖ (pp. 33-34)
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
97
Interpretación de los ―1. La Encuesta de Comportamiento Alimentario (ECA) es un
resultados
instrumento consistente, válido, y fiable para la tamización de los
TCA entre estudiantes universitarios,
2. La Encuesta de Comportamiento Alimentario (ECA)
probablemente sea útil para el diagnóstico de la AN y BN mediante
la aplicación en poblaciones a riesgo, inclusive en la práctica
clínica.‖ (pp.43)
Generalización
No Aplica.
Discusión
―La utilización de encuestas de autorreporte es útil para la
tamización de grupos y poblaciones con respecto a una
característica especifica; en nuestro caso se trata de detección de
sujetos con TCA, una situación común tanto en estudiantes
universitarios como escolares. La frecuencia de estos trastornos en
nuestro país es desconocida y solo existen algunos informes de
casos clínicos y sobre su frecuencia en estudiantes de la
universidad nacional en quienes se valido la encuesta ECA,
objetivo del presente estudio. Aunque se han descrito numerosas
encuestas para el diagnostico de los TCA, como el Eatting Attitude
Test (EAT), la Golderg Anoretic Attitude Scale (GAAS), el Eating
Disorder Inventory (EDI) en su versión inicial y modificado, entre
otros no se han hecho estudios de población en el país previos a los
nuestros y por tanto ninguna de las encuestas han sido validadas en
nuestro medio. Por otra parte, los cuestionarios anotados están
dirigidos a establecer los trastornos en sí, considerando sus
diversos componentes, pero ninguno permite el diagnostico de AN
y BN. En parte porque los criterios diagnósticos han evolucionado
desde el momento que fueron diseñados. La versión de este
cuestionario, elaborado por el primer autor, permite realizar el
diagnóstico de estos trastornos, en caso que el encuestado responda
con rigor a cada elemento; naturalmente, estos son los problemas
de cualquier encuesta y aunque en este aspecto no difiere de las
previas, la inclusión de todos los criterios actuales (1) hace factible
el diagnóstico directamente, sin entrevista adicional, cualidad que
no poseen los restantes. La construcción original se basó en la
experiencia clínica y la revisión de la literatura, permitiendo crear
un grupo de preguntas simples que abarcan los componentes
principales de los TCA, basados en la hipótesis de la existencia de
comportamientos, actitudes, y pensamientos considerados como
―normales‖, comunes o saludables por la población general, con
otros opuestos formando parte de un ―continuum‖, los cuales
permiten al sujeto escoger entre el espectro completo el que más se
acerque a su condición, bajo el esquema de opción múltiple, con el
cual los estudiantes suelen estar familiarizados. Las preguntas
iniciales fueron modificadas de acuerdo con opciones preliminares
en pacientes de la consulta de nutrición y psiquiatría infantil, hasta
llegar a la versión actual. La encuesta suele ser encuestada en 10 a
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
98
20 minutos, siendo usualmente mayor en aquellos con TCA sin
que hayamos estudiado estas diferencias, pero posiblemente estén
en relación con su trastorno y sicopatología asociada (22).
Adicionalmente presenta una serie de preguntas que conforman el
item # 4 (hábitos alimentarios en términos de frecuencia de
consumo) y con los cuales hemos podido establecer patrones de
normalidad o más comunes en las poblaciones estudiadas, aunque
sus valores no se utilicen en la puntuación final. Un análisis
detallado de estos permiten evaluar primordialmente hábitos
inadecuados de tipo restrictivo, los trastornos inespecíficos con
consumo excesivo y patrones aditivos (azúcar, cigarrillo. alcohol),
de gran utilidad cuando la encuesta se utiliza en la práctica clínica.
La muestra representativa de los estudiantes de la universidad fue
de gran valor para la obtención de los parámetros de respuesta del
universo al que se refiere el estudio, en la que la hipótesis del
enunciado considerado como normal o más común fue correcta en
todas menos una. la 18 (...). En el extremo opuesto la hipótesis
inicial de la frecuencia inferior de posibles respuestas fue correcta
en 22 preguntas; en cinco las dos opciones finales resultaron
invertidas, con porcentajes que difirieron entres si en 2.2 a 13.2%.
En los cuatro restantes la opción propuesta como de menor frecuencia ocupó el segundo lugar en ocurrencia en la muestra
estudiada, con amplia diferencia únicamente en la número tres
(14.1 %) Y de 1 % a 5% en las restantes con la opción que le
seguía. Los porcentajes de respuesta de la opción de menor frecuencia fueron siempre bajos, con 20 inferiores al 5% y 11 entre
5% y 10% (...) Esta distribución es la que finalmente permite
mantener unos resultados similares en términos de puntuación total
de la encuesta (...), al variar el sistema de puntuación de las
preguntas en cada sujeto y de acuerdo con la hipótesis inicial de
normalidad-anormalidad o, estadísticamente hablando, alta
frecuencia-baja frecuencia; la reducción de la puntuación total
aunque fue muy leve alcanzó nivel de significancia dado el número
elevado de sujetos.
El estudio de la consistencia interna arrojó excelentes resultados,
demostrado por los elevados coeficientes a de Cronbach una vez
corregida la puntuación. Los coeficientes r de Spearman cuando se
incluye cada elemento en la puntuación final son elevados para un
instrumento como el presente (...), cuyos coeficientes son
superiores a los obtenidos en un instrumento como el STAIC (23),
utilizado ampliamente en la evaluación de la ansiedad estado/
rango en niños. En esta última prueba, el máximo índice de
homogeneidad de uno de sus elementos con la puntuación total no
pasa de 0.54 y una vez corregido el índice no sobrepasa 0.46,
siendo considerados como buenos (23); tomando estos valores
como parámetro de comparación; los alcanzados en nuestro instrumento son levemente superiores (...) con algunos que se elevan
hasta 0.67 una vez modificado el sistema de puntuación.
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
99
El aporte de cada elemento al coeficiente de correlación (a de
Cronbach) cuando su valor está incluido en la puntuación total es
bajo, pero se eleva en todos en forma considerable una vez
corregidos (estandarizados), debido a que es una prueba de opción
múltiple, con únicamente tres elementos por debajo de 0,4 y un
valor máximo de 0.75. La corrección del sistema de puntuación de
los elementos, permite mejorar los coeficientes de correlación de
cada elemento con la puntuación total en todos ellos, con sólo un
par en 0.20 y 0.39 (ambos con niveles significativos) y los
restantes entre 0.4 y 0.8. Si excluimos cada elemento de la
puntuación global y lo correlacionamos con ésta, obtenemos
información adicional acerca de la relación de cada uno con los
restantes. Los coeficientes de correlación de cada ítem con la
puntuación final, sin incluirlo, presentan una tendencia a mejorar la
correlación que es cercana a 0.2 únicamente en tres elementos,
evidenciando así una relación de todos los elementos con los
restantes, además de su efecto independiente. De manera general la
puntuación corregida mejora la mayoría de los coeficientes de
correlación en todas las modalidades antes mencionadas., algunas
de ellas de manera muy significativa (elemento 18); este hecho nos
permite proponer la puntuación corregida como la definitiva.
Entre los métodos para establecer la fiabilidad de una prueba, el de
mayor consistencia es la prueba del test-retest, que permite evaluar
en el mismo sujeto la capacidad de responder de igual manera,
independientemente de factores externos. Se analizaron las
diferencias tanto de los ítems entre sí como de la puntuación
general entre las dos ap1icaciones antes Y después de corrección
del sistema de puntuación en 159 sujetos, mediante las pruebas
anotadas anteriormente. Todos los elementos tuvieron asociaciones
satisfactorias y en especial con el a de Cronbach (p<0.0001), sin
diferencias entre los dos sistemas de puntuación, demostrando una
alta reproductibilidad. Los valores para el caso de la puntuación
final son especialmente elevados y equiparables con otras pruebas
(23,24) y superiores a otras descritas más recientemente y
consideradas válidas (25-27). Al realizar los análisis en forma separada para ambos sexos la reproductibilidad de la puntuación
final no fue diferente y sólo hubo algunas diferencias entre algunos
ítems. Las mujeres presentaron mejores correlaciones en ocho
elementos que se referían a la forma del cuerpo, el consumo de
diuréticos y de alimentos (cantidad, hábitos y acompañadas),
mientras que los varones presentaron mejor correlación en lo referente al peso del cuerpo, el antecedente de vómito, la forma de
comer, motivación y tipo de comida. Al utilizar otro método
estadístico como la prueba Kappa, los valores de k son elevados y
considerados como sustanciales (17), expresando una buena
reproductibilidad de la prueba, a pesar de no considerar las
múltiples opciones de cada elemento ni la asimetría en su
comportamiento normal, por lo que los coeficientes son menores
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
100
que al aplicar la prueba de Cronbach
Un hecho de gran importancia es la reproductibilidad de una
prueba con intervalos de tres meses en los deportistas y de 6 meses
en promedio para los restantes, lo que refleja no sólo la bondad de
la misma sino la observación de unos hábitos, actitudes y
comportamientos estables en el tiempo, tanto en aquellos considerados corno los normales o más corrientes cómo en aquellos
que conforman una pequeña minoría y que a su vez son los que
presentan puntuaciones elevadas en la prueba y descartan su
carácter fortuito. La validez de la prueba, definida como el grado
en que ésta mide o evalúa lo que pretende medir, fue determinada
al contrastar la puntuación positiva (> 23) o negativa (< 23) con el
diagnóstico de TCA mediante entrevista semiestructurada. (...) se
aprecian los resultados obtenidos en 215 sujetos. Tanto la
puntuación original como la corregida permiten lograr valores de
sensibilidad, especificidad y valores predictivos elevados y similares para escoger en forma definitiva la puntuación corregida como
la opción definitiva para su calificación.
Dado el bajo número de casos de AN y BN (cuatro y siete
respectivamente) no es posible un análisis estadístico apropiado en
forma separada Entre los cuatro anoréxicos (un varón), dos
tuvieron 15 y 22 puntos; tres tenían índices de masa corporal
inferior a 18 y sólo una con amenorrea mayor de tres meses en el
momento de la primera encuesta, pero completaron los criterios al
momento de la entrevista tres y seis meses después. Este hecho
merece resaltarse, dado que ninguno de los cuatro estudiantes con
AN habla recibido previamente dicho diagnóstico, ni estaba
recibiendo atención para su trastorno, es decir, fueron detectados
gracias a la encuesta. No obstante, el hallazgo de un peso corporal
bajo e índice de masa corporal inferior a 18, rangos anormales y
diagnósticos de desnutrición, son razón suficiente para realizar una
entrevista que establezca su causa, no sólo por la posibilidad de un
TCA sino de otra enfermedad de base que requiera estudio y' tratamiento. En tal caso, la evaluación establecerá con elevada
probabilidad la presencia del TCA y la encuesta habrá sido de
utilidad para el mismo, tal y como sucedió en tres de los sujetos
con AN.
La puntuación promedio de los bulímicos fue de 43,
significativamente superior a los de AN y TCA- NOE (14,15), seis
de los cuales eran mujeres; sólo uno presentó ―atracones‖ o
consumo voraz tres o más veces por semana y otro vómito
inducido con igual frecuencia según la primera encuesta,
confirmando el diagnóstico en los restantes por medio de
entrevista. La utilidad definitiva en el diagnóstico de los TCA
específicos, AN y BN, requiere incrementar el tamaño de la
muestra para la detección de estas patologías especificas. La
encuesta por nosotros presentada podría contribuir a la detección
de AN y BN, ya que las hasta hoy disponibles identifican funda-
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
101
mentalmente aquellos sujetos con puntuaciones elevadas y
comportamientos poco frecuentes (12, 14,15). En términos
generales, podríamos decir que un puntaje superior a 35 obliga a
una evaluación y casi asegura la presencia de AN o BN.‖ (pp.3843)
Tabla 2.4 Aplicación instrumento para investigación Comportamiento alimentario:
Desarrollo, validez y fiabilidad de una encuesta.
En cuanto al resumen de la investigación realizada por Ángel et al.(2000), se
presenta una descripción sobre la aplicación de la entrevista de diagnostico ECA, y la
posterior aplicación de una entrevista semiestructurada para su validación.
Los antecedentes que propone esta investigación inician con una definición de
los trastornos AN, BN, y TCA-NOE. De igual manera, se hace un recorrido histórico en
el que se evidencia la importancia que ha tomado estos diferentes trastornos, se
presentan casos de personalidades que han padecido estos trastornos, y se concluye
haciendo un llamado de atención en el que se aclara la situación precaria de la
investigación de estos trastornos en el país.
Los participantes que se incluyeron en este estudio fueron 482 sujetos
representados en dos muestras diferentes, 58 practicantes de Karate Do y 411
estudiantes de la población general universitaria de la Universidad Nacional sede
Bogotá. Los criterios por los que se eligieron los participantes y teniendo en cuenta la
categoría tamaño de la muestra fueron de dos tipos, dado que son dos poblaciones y
momentos de estudio diferentes. Una primera muestra fueron participantes voluntarios,
asistentes regulares a los cursos de entrenamiento de Karate Do en la Universidad
Nacional; el otro fue un muestreo multietápico representativo de los estudiantes
universitarios, a los que en un primer momento se les aplicó un test, y a la segunda
población se les volvió a realizar esta aplicación. En cuanto a la sub-categoría de
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
asignación aleatoria se presenta una explicación de la manera como esta fue aplicada en
la selección de los participantes.
Para poder hacer una presentación de la subcategoría de resultados, es necesario
hacer primero un análisis de los hallazgos referente a las subcategoría de métodos
estadísticos por los cuales se llega a la consecución de los resultados finales. En el
estudio se explica sobre la utilización de la correlación de Spearman, la puntuación de la
prueba ECA, la prueba de Cronbach. Todo esto mediante el programa estadístico
Simstat for Windows 1.1.
La manera como se presentan los resultados es acorde a la confiabilidad que
presenta cada uno de los ítems, antes y después de la correlación entre los dos grupos
participantes en la investigación (estudiantes en general y deportistas). En cada uno se
aplico el test-retest y las diferencias entre las dos aplicaciones no es estadísticamente
significativa. Para practicar las correlaciones se separó entre diversos grupos. Algunos
de estos fueron la correlación entre el sexo y el total de las preguntas, o entre cada ítem
y la puntuación total de la muestra; al ser estas significativamente positivas se demostró
la fiabilidad de la encuesta.
Por último, para confiar la validez se comparó los resultados obtenidos con la
ECA y se vio que la diferencia en los valores predictivos y de diagnóstico fueron
mínimas en la mayoría de los ítems, por lo que se puede afirmar su validez externa.
Una vez presentados estos resultados no se hace referencia al tipo de dificultades
que se sobrellevaron para llegar al cumplimiento de los objetivos; sin embargo, el hecho
de afirmar la validez del estudio, y de su posible utilización en poblaciones de riesgo,
102
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
103
son conclusiones que se ajustan a los objetivos planteados en el comienzo de la
investigación.
Ninguno de los criterios de invalidación de la validez de un estudio es cumplido
por esta investigación, por lo tanto se puede afirmar que en cuanto a la subcategoría
generalización en la que se hace referencia a la validez del estudio, esta investigación
posee validez externa.
Por último, en cuanto a la discusión del estudio, se hace referencia a los diseños
de encuesta de diagnóstico de TCA, y se realiza una crítica a la manera como en el
contexto local es la primera vez en que se realiza un trabajo de este tipo. También se
presenta un recorrido teniendo en cuenta las dificultades superadas para lograr la
aprobación del estudio, en donde se recalca la importancia de la gran muestra
representativa que se utilizó en la validación del instrumento. Para finalizar se hace la
anotación que para lograr de manera adecuada la validación de la encuesta, se hizo la
aplicación del test-retest donde se pudo ver la reproductibilidad, rescatando factores
como hábitos alimenticios y de otro tipo entre los participantes a los que se les pudo
repetir la encuesta.
2.5. Contingencias de prácticas deportivas y su relación con los TA: Análisis relacional
de las contingencias asociadas a las prácticas deportivas con los trastornos de
alimentación en adolescentes entre los 16 a 18 años.
Concepto
Presencia en la investigación
Resumen
―Fueron evaluadas con un protocolo compuesto por la prueba Eating
Disorder Inventory (Garner 1983), que busca medir trastornos de
alimentación, previamente validada para esta población, y una
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
104
entrevista conductual para conocer factores sociodemográficos,
psicosociales y tipos de prácticas deportivas igualmente validada.‖
(P. 2)
Antecedentes
―Según Mendoza-Chadid y Posada-Hurtado (2001), por ejemplo en
Estados unidos, según The Eating Disorder Referral and Information
Center (El Centro de Información y Referencia sobre Desordenes de
la Alimentación), cerca de 10 millones de Norteamericanos padecen
hoy en día de desórdenes alimentarios - 90 % mujeres y 10 % son
hombres. Así mismo, Harvard Eating Disorders Center (Centro de
Trastornos Alimentarios de la Escuela Médica de Harvard) estima
que el total de afectados es de aproximadamente 5 millones; de los
cuales 1 de cada 10 que padecen estos trastornos muere, bien sea por
inanición, suicidio o complicaciones médicas.
En España, la Asociación para la defensa de la Anorexia Nerviosa
(ADANER) afirma que la cifra de personas afectadas con anorexia,
solo en el año 1998, fue alrededor de medio millón, con quinientos
ingresos hospitalarios y más de 100 muertes.
En América Latina se encontró que en Argentina una de cada diez
jóvenes sufre de anorexia y bulimia, mientras que en México el
0.5% de las mujeres jóvenes padecen anorexia nerviosa y del 1.5 al
2.5 padecen de bulimia nerviosa. Además alrededor del 5 al 15% de
las mujeres jóvenes tiene algún síntoma que apunta hacia algún
trastorno alimenticio; el rango de edad oscila entre los 11 y 25 años
de edad (Mendoza-Chadid y Posada-Hurtado, 2001).
En Colombia los niveles de prevalencia de estos trastornos solo se
han medido de manera parcial. Por un lado se conoce, a partir de la
investigación ―Prevalencia de trastornos Contingencias de Prácticas
Deportivas y su relación con los TA del comportamiento alimentario
en estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia‖ (19941995), que los trastornos de la alimentación en los grupos
universitarios estudiados se presentan de manera similar a los países
desarrollados pero sin embargo sería necesario ampliar la muestra
para obtener la realidad nacional total (Mendoza-Chadid y PosadaHurtado, 2001).‖ (p.7-8)
Participantes
―Esta investigación se realizó con una población de 42 mujeres
adolescentes de 16 a 18 años cumplidos de un colegio femenino de
Bogotá, pertenecientes a los grados novenos, décimo y once.‖ (p.30)
―Se seleccionaron a las adolescentes de los grados noveno, décimo y
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
105
once que cumplían con los requisitos de edad (16 a 18 años
cumplidos), así como de realizar prácticas deportivas específicas,
con riesgo de desarrollar trastornos de alimentación y que querían
participar de manera voluntaria en la investigación.‖ (p.34)
Objetivos
―Objetivo general
Identificar las contingencias asociadas a las prácticas deportivas y su
relación con trastornos de alimentación como la Anorexia y la
Bulimia en mujeres adolescentes que se encuentran en riesgo de
desarrollar trastornos de alimentación, que oscilan en un rango de
edad que va de los 16 a 18 años.
Objetivos específicos
Analizar las modalidades de práctica deportiva en un grupo
poblacional femenino que oscila en un rango de edad de 16 a 18
años.
Identificar la relación entre las prácticas deportivas y variables
sociodemográficas y psicosociales.
Analizar factores asociados con los trastornos de alimentación en los
grupos de investigación determinados en cuanto a imagen corporal y
conductas de riesgo.
Identificar las características o dimensiones de las prácticas
deportivas en los grupos de investigación determinados que facilitan
el desarrollo de los trastornos de alimentación.
Comparar las contingencias que mantienen el tipo de práctica
deportiva y los trastornos de alimentación en los grupos estudiados.‖
(p.27-28)
Hipótesis
―La hipótesis de trabajo planteada para este estudio es la siguiente:
existen diferencias significativas entre los tres grupos de niñas
respecto a los trastornos alimenticios y a las contingencias de
prácticas deportivas a un nivel de significación del 0,05%.
Así pues la hipótesis nula sería: no hay diferencias significativas
entre los tres grupos de niñas respecto a los trastornos alimenticios y
a las contingencias de prácticas deportivas a un nivel de
significación del 0,05%.‖ (p.28)
Resultados
―Se presentan inicialmente los análisis descriptivos y posteriormente
los análisis comparativos y de correlación de este diseño no
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
106
experimental de comparación de grupos.
5.1. Análisis descriptivos obtenidos a partir de la Entrevista
Conductual
A continuación se presentan datos generales de las participantes
entre los 16 a los 18 años cumplidos, incluyendo el grado escolar, el
estrato socioeconómico y las personas con quien viven. Se tuvieron
en cuenta los datos de 42 participantes que contestaron de manera
completa los dos instrumentos de evaluación, teniendo así 14
jóvenes para el grupo A, 15 para el grupo B y 13 para el Grupo C.
Dentro de la Entrevista Conductual habían preguntas de datos
generales relacionadas con el curso al que pertenecían actualmente,
de las cuales una de ellas (2,38%) era de octavo grado, trece jóvenes
(30,95%) del grado noveno; veintitrés de ellas estaban en décimo
(un 54,76%) y cinco (el 11,91%), terminando su grado once.
Otra pregunta relacionada con datos generales estaba dirigida a
conocer el estrato socioeconómico que tenían las jóvenes de esta
investigación. Por lo tanto se pudo encontrar que un 2,5% (una
persona) era de estrato 3; un 7,5% correspondía a tres personas de
estrato 4; el 42,5% lo comprendía 17 participantes de estrato 5 y por
último, el 47,5% siendo seis participantes, de estrato 6.
La pregunta que hacía referencia a las personas con quien viven las
participantes, muestra de esta investigación, permite observar que un
95,23% de ellas vive actualmente con su mamá, un 73,8% con su
padre, un 81% con sus hermanos y un 31% con otras personas
incluyendo abuelos y empleadas del servicio.
Frente a este siguiente ítem, de todas las entrevistadas en los tres
grupos, se encontró que el 42,86% (18 jóvenes) respondieron que sí
les preocupa cómo las vean los demás, un 35,71% (15 participantes)
les preocupa a veces o depende de quien, y un 21,43% (9 personas)
no les preocupa.
Con respecto a la pregunta sobre la burla o crítica hacia el cuerpo o
el peso que han percibido las participantes, 25 de ellas (59,52%)
afirman no haber sido criticadas; 17 de estas jóvenes (40,48%) sí.
Con respecto al siguiente ítem relacionado con las creencias acerca
de imagen corporal sobre las relaciones con los demás, del total de
las 42 participantes de ésta investigación, 26 personas (61,90%)
afirmaron no haber ninguna relación entre estas dos variables,
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
107
mientras que 16 de ellas (38, 10%) sí creían que había algún tipo de
relación.
Con respecto a la percepción de la presión por parte de los amigos
para estar o no delgada, el 90, 48% (38 jóvenes) de las participantes
que no percibían dicha presión, mientras que el 9,52% (4 personas)
sí lo sentían.
En este siguiente ítem se puede observar que 30 de las participantes,
un 71,43%, les gusta los anuncios donde muestran cuerpos
perfectos, mientras que 12 de ellas, un 28, 57%, no lo hacen.
Con relación a los ítems de sobrepeso en la infancia y problemas
alimenticios hoy en día, dentro de las 42 participantes de ésta
investigación, en la primera pregunta respondieron: 80,95% (34
jóvenes) que no tuvieron sobrepeso en la infancia, y un 19,05% (8
personas) afirmaron que sí los había tenido; para la otra pregunta
relacionada con problemas alimentarios hoy en día 80,95% (34
personas) respondieron negativamente ante esta cuestión, y un
19,05% (8 jóvenes) de manera afirmativa.
En el ítem de la percepción del deporte, se encontró que la mayoría
de las entrevistadas respondieron dentro de las opciones que la salud
estaba relacionada con el deporte (39 jóvenes, 92,9%); frente a la
diversión 33 de ellas (78,6%); hacia la competencia (12 personas,
28,6%); relacionado con la estética (15 participantes, 35,7%),
relacionan el deporte con el aburrimiento 2 personas (4,8%); con el
eliminar estrés 23 personas un 54,8%; con la vida social unas 8
personas (19%); relacionan el deporte con la reducción de peso 20
personas (47,6%) y con el agotamiento físico 11 personas (26,2%).
Es posible observar que en lo que respecta a la pregunta sobre
cuántas veces al día siente deseos de comer, en el grupo A, se
encuentra que el 7.14% de las participantes siente deseos de comer
entre 1 a 2 veces al día, el 28,57% siente de 3 a 4 veces, el 42.86%
entre 5 o 6 veces y el 21.43% más de seis veces al día. En cuanto al
grupo B: un 14,29% siente deseos de comer entre 1 a 2 veces al día,
un 35,71% entre 3 a 4 veces, el 14.29% 5 a 6 veces y el 35,71% más
de seis veces. Mientras que el grupo C, siente deseos de comer entre
1 a 2 veces al día con un porcentaje del 25%, entre 3 a 4 veces un
16,67%, de 5 a 6 veces un 25% también y el 33,33% más de seis
veces.
Con respecto a la variable Haber tomado píldoras de dieta alguna
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
108
vez, las participantes del grupo A, respondieron de forma afirmativa
en un 7,14% y el 92,86% de manera negativa. En el grupo B: el 20%
afirmaron haber tomado alguna vez píldoras de dieta, y un 80% que
no. Por último para el grupo C, el total de las participantes afirmaron
nunca haber tomado dichas pastillas.
Con relación a la pregunta de haber consumido diuréticos para
controlar el peso, tanto el grupo A como el B, respondieron de
forma muy similar, siendo un porcentaje del 7,14% del grupo A que
sí los habían utilizado y un 6.67% para el grupo B; un 92,86% del
grupo A y un 93.33% del grupo B que no habían utilizado
diuréticos. Mientras que para el grupo C, el 15,38% afirmaron
haberlos consumido y un 84,62% lo negó.
Con relación a las respuestas obtenidas a partir de la Entrevista
Conductual, los tres grupos respondieron frente a la pregunta sobre
la Preocupación por como la ven los demás de la siguiente manera:
Grupo A, un 35,71% afirmó no haber sentido preocupación, un
21,43% sí haberla sentido y un 42,86% a veces o depende de quien;
para el grupo B, un 13,33% afirmó no haber sentido preocupación
por como la ven los demás, un 53,33% sí y un 33,33% a veces o
depende; por último el grupo C respondió con un 15,38% que no, un
53,85% de forma afirmativa y un 30,77% algunas veces o depende.
Con respecto a la variable de la Influencia de la Imagen Corporal
sobre las relaciones con los otros, del grupo A se obtuvo que un
71,43% contestó que no influía, mientras que un 28,57% respondió
de forma afirmativa. En el grupo B se encontró que el 73,33% veía
influenciadas las relaciones con los otros por su imagen corporal, y
un 26,67% no lo veía de esta manera. En el grupo C, el 38,46%
respondió de manera negativa y un 61,54% de forma positiva.
Con relación a la pregunta de Antecedentes familiares de Anorexia o
Bulimia Nerviosa se encontró que hubo porcentajes un poco
similares en cuanto al no tener antecedentes de la siguiente manera:
grupo A, el 92,86%, grupo B, 73,33% y grupo C, 76,92%. Mientras
que el 7,14% del grupo a, el 26,67% del grupo b y el 23,98% tenían
antecedentes de estos trastornos.
La pregunta sobre los Antecedentes familiares de terapia, ya sea
psicología o psiquiatría, se encontró de la siguiente manera en la
Entrevista Conductual: para el grupo A, el 64,29% no ha asistido a
terapia, mientras que el 35,71% sí. En el grupo B, el 73,33%
tampoco ha asistido y un 26,67% afirma haber tenido antecedentes.
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
109
Por último, en el grupo C, 92,31% respondió de forma negativa y el
7,69% de manera positiva.
Para la variable de Antecedentes personales de terapia, en encontró
que el grupo A tiene un porcentaje del 42,86% que no ha asistido, y
un 57,14% sí lo ha hecho. Para el grupo B, el 53.33% no tiene estos
antecedentes y el 46,67% sí; para el grupo C, un 61,54% no mientras
que el 38,46% si tiene antecedentes personales de terapia.
Al respecto de la pregunta acerca del Sobrepeso en la infancia, los
grupos respondieron de manera similar en forma negativa, en el
grupo A, un 92,86%, grupo B un 73,33% y grupo C un 76,92%; de
forma afirmativa para el grupo A, el 7,14%, el grupo B un 26,67% y
el grupo C, el 23,08%.
Con respecto a la variable de problemas alimentarios en la
actualidad, se pudo encontrar que el 78,57% del grupo A afirma no
tenerlos, mientras que un 21,43% sí. Del grupo B, un 80% no los
tiene y un 20% reporta tenerlos. Para el grupo C, el 84,62% no los
tiene y el 15,38% responde que sí tiene problemas alimentarios en la
actualidad.
Con relación a la interpretación de la masa corporal de la relación
entre peso y altura, en el grupo A, se encontró que un 64,29% está
baja de peso y un 35,71% se encuentra en un peso normal. Del
grupo B, un 73,33% se encuentra debajo del peso normal mientras
que un 26,67% sí lo tiene. Por ultimo, en el grupo C, se encontró
que el 84,62% también está por debajo del peso y un 15,38% tiene
un peso promedio.
Un último ítem de la Entrevista Conductual que se tuvo en cuenta
para estos resultados, fue el relacionado con el cambio que ha tenido
la dieta en la vida de las jóvenes, encontrado de la siguiente manera:
el 54,76% de ellas (23 personas) afirman no haber tenido ningún
cambió significativo relacionado con la dieta, mientras que un
23,81% (10 participantes) sí lo han tenido, frente a un 21,43% (9
jóvenes) que no hacen dietas.
Con respecto a la pregunta realizada sobre cada cuanto se pesan, las
participantes de los tres grupos de la investigación, se pudo observar
que un para el grupo A, hubo mayor porcentaje en la categoría
esporádicamente con 64,19% de nueve jóvenes, dos de ellas
(14,29%) 1 o 2 veces a la semana, una persona se pesa a diario
(7,14%) y una persona no se pesa nunca (7,14%); mientras que para
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
110
el grupo B, se encontró que seis de ellas, es decir un 40% entraban
en la categoría esporádicamente, pero también cuatro de ellas, un
26,67% se pesaban entre 1 o 2 veces al mes, tres personas (20%) se
pesan 1 o 2 veces por semana, una joven se pesa cada 2 a 3 meses
(6,67%) y una persona no se pesa nunca (6,67%). En el grupo C, la
mayoría estuvo en las categorías esporádicamente con 41,67%
(cinco personas) y 25% en las categorías: a diario y 1 a 2 veces a la
semana, con tres participantes cada una.
En la pregunta relacionada con el tipo de alimentos que consumen
las participantes del estudio, se encontró que en el grupo A 10
jóvenes comen carbohidratos y verduras (71,40%), comen también
trece de ellas (92,90%) proteína animal, nueve se alimentan con
harinas (64,30%), otras con frutas en un 50% (siete personas), tres
de ellas con grasas (21,40%) y dos con vitaminas y minerales
(14,30%).
Para el grupo B, fue posible observar que la mayoría, trece jóvenes
se alimentan con harinas (un 92,90%), doce de ellas con proteína
animal (85,70%), once participantes con verduras (78,60%), siete
con frutas y carbohidratos para un 50%, cinco de ellas con grasas
para un 35,70% y cuatro con vitaminas y minerales (28,60%).
Por último, en el grupo C, se encontró que las trece participantes se
alimentan con proteína animal (100%), luego doce con verduras
(92,30%), diez de ellas comen frutas en un 76,90%, nueve jóvenes
comen harinas (69,20%), siete de ellas carbohidratos (53,80%),
cinco personas afirmaron comer vitaminas y minerales (38,50%), y
finalmente cuatro personas comen también grasas en un 30,80%
Con relación a la pregunta sobre la razón principal por la que hace
ejercicio, el grupo A, respondió de la siguiente manera: doce de ellas
afirmaron realizarlo por placer o gusto (85,71%), y dos de ellas por
salud (14,29%). Para el grupo B, trece participantes respondieron
que por placer o gusto, un 86,67%, una por salud (6,67%) y una por
el colegio (6,67%). En el grupo C, se encontró que cuatro de ellas
por salud (33,33%), tres personas realizan ejercicio por el colegio
(25%), dos por razones de vanidad (16,67%), una por bajar de peso
(8,33%) y dos participantes afirman que no lo realizan (16,67%).
Con respecto a lo que piensan las participantes de los tres grupos
cuando se habla de deporte, el grupo A, contestó que piensan en
salud y diversión en un 100%, para las 14 participantes, un 78,57%
es decir once de ellas piensan en eliminar estrés, seis en competencia
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
111
(42,86%), cinco en reducir peso (35,71%), dos en estética (14,29%)
una en agotamiento (7,14%), y una personas piensa en aburrimiento
(7,14%). En el grupo B, catorce piensan en diversión (93,33%), doce
personas en salud (80%), un 60%, nueve de ellas piensan en
eliminar estrés, siete jóvenes en reducir peso (46,67%), un 40%, seis
piensan en vida social, cuatro personas en competencia y estética
(26,67%), dos en agotamiento (13,33%), y una en aburrimiento
(6,67%). Para el grupo C, el 84,62% piensan en diversión (once
personas), nueve en estética (69,23%), ocho jóvenes piensan en
reducir peso y en agotamiento (61,54%), siete en diversión
(53,85%), tres de ellas en eliminar estrés (23,08%), y dos en vida
social y competencia (15,38%).
Con relación a las ventajas que las participantes encuentran en
realizar una práctica deportiva, el grupo A, contestó en un 78,57%
es decir, once jóvenes mejor salud, diversión y entretenimiento, seis
afirmaron menor estrés y relajación (42,86%), para cuatro de ellas
tiene como ventaja mejor estado físico (28,57%), un 21,43% mejor
uso del tiempo y disciplina y responsabilidad (tres personas), dos
personas afirmaron bajar de peso, formar carácter, lograr habilidades
y tener sensaciones placenteras (14,29%), mientras que un 7,14% le
encuentran el tener vida social y competir.
Para el grupo B, el 66,67% (diez personas) le encuentran de
ventajoso una mejor salud, un 60% (9 jóvenes) diversión y
entretenimiento, 46,67% (siete de ellas) menos estrés y relajación,
cuatro participantes afirmaron el tener sensaciones placenteras
(26,67%), tres afirmaron mejor estado físico y otros (20%), dos de
ellas: bajar de peso, buen uso del tiempo y disciplina y
responsabilidad (13,33%), mientras que una afirmó el competir, una
mejor apariencia y lograr habilidades en un 6,67%.
Por último, en el grupo C, fue posible encontrar que doce integrantes
afirmaron que el realizar una práctica deportiva tiene como ventaja
mejorar la salud (92,31%), cuatro afirmaron menos estrés y
relajación, diversión y entretenimiento, para un 30,77%, tres de ellas
bajar de peso, disciplina y responsabilidad, y otros (23,08%) y una
de ellas para una mejor apariencia (7,69%).
En la pregunta relacionada con las desventajas que encuentran en
realizar una práctica deportiva, las integrantes del grupo A,
contestaron de la siguiente manera: siete de ellas dijeron que el
cansancio (50%), cinco lesiones o riesgos (35,71%), tres de ellas el
quitar tiempo (21,43%), dos la preocupación del rendimiento
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
112
(14,29%), una dolor y otra ninguna desventaja (7,14%).
El grupo B, contestó así: siete personas encontraron el cansancio
(46,67%), cinco lesiones o riesgos (33,33%), cuatro ninguna
(26,67%), tres mencionaron el dolor (20%), dos el quitar tiempo y la
preocupación por el rendimiento (13,33%), una pereza y otra
obsesión por el ejercicio (6,67%).
En el grupo C, nueve participantes afirmaron en un 69,23% que le
veían de desventajoso el cansancio que producía, cinco de ellas la
pereza y el aburrimiento (38,46%), cuatro el quietar tiempo
(30,77%), tres mencionaron las lesiones y los riesgos (23,08%), dos
jóvenes el sudor y la obsesión por el ejercicio (15,38%), y una el
dolor y otra ninguna desventaja (7,69%).
Con relación al Inventario de desórdenes de alimentación E.D.I. se
presentan los resultados obtenidos a partir del análisis comparativo
entre los tres grupos del estudio, en cada una de las once subescalas
del instrumento. Con relación a la primera de ellas, el Deseo de
Esbeltez, en las participantes se encontró que para el grupo A, hubo
un total de 14,29% (dos de ellas), en el grupo B el 20% (tres
personas) y para el grupo C un 38,46% en cinco de ellas.
Con respecto a la segunda subescala se pudo observar que el 57,14%
correspondiente a ocho personas del grupo A, el 53,33% también a
ocho participantes y un 46,15% en seis de las jóvenes, estaba
relacionado con los puntajes encontrados en Bulimia.
En la subescala Sentimientos de Inadecuación, las participantes del
grupo A, puntuaron en un 21,43% lo que corresponde a tres
personas; en el grupo B, también unas tres personas con el 20%, y
un 15,38% con dos participantes para el grupo C.
Con relación a la siguiente subescala del instrumento utilizado, el
riesgo que tienen las participantes del grupo A se puede observar en
el porcentaje encontrado de 14,28% en dos de ellas; un 20% en tres
del grupo B; y por último un 23,08% en tres pertenecientes al grupo
C.
En la subescala Desconfianza se encontró que el grupo A, tiene
riesgo en un 21,43% con tres jóvenes; el grupo B, un 13,33% con
dos de ellas y el grupo C, un 30,77% con dos de sus integrantes.
Con respecto a la subescala de Baja Percepción Interoceptiva, el
grupo A, tiene un riesgo de 21,43% expresado en tres participantes,
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
113
mientras que el grupo B, hay un 26,67% con cuatro jóvenes y para el
grupo C, un 46,15% en seis de ellas.
En la subescala Miedo a Crecer, fue posible encontrar que el 54,14%
(ocho de las evaluadas) puntuaron en riesgo, mientras que un
26,67% correspondiente a cuatro jóvenes del grupo B y un 30,77%
para otras cuatro jóvenes del grupo C.
Con respecto a la siguiente subescala Ascetismo, fue posible
encontrar que tanto el grupo B y C, puntuaron un 100% mientras
que el grupo A, solamente un 92,86%, que se encuentran en riesgo
de desarrollar trastornos de alimentación.
Con relación a la subescala Impulsividad, para el grupo A, se
encontró que el 21,43% de las participantes tienen riesgo, el 13,33%
del grupo B, y el 30,77% del grupo C (dos y cuatro jóvenes
respectivamente).
La última subescala del E.D.I. el Miedo a Relacionarse con otros, se
pudo observar que para el grupo A, hubo un 35,71% en cinco
personas; para el grupo B, un porcentaje del 26,67% en cinco de
ellas y para el grupo C, un 38,46% en cinco participantes
Con relación al riesgo de trastornos de alimentación en la muestra de
esta investigación a partir del instrumento E.D.I., fue posible
encontrar que el grupo A, está en riesgo en las once subescalas en un
28,57%, el grupo B, en un 13,33% y el grupo C, en un 30,77%
5.4. Análisis de correlación de subescalas del E.D.I.
Con respecto a los análisis de correlación obtenidos a partir del uso
de correlación de Spearman se encontraron diferencias significativas
entre las subescalas Deseo de Esbeltez y Bulimia del 0,355 con un
nivel del 0,02 de significancia y entre Deseo de Esbeltez e
Insatisfacción con la Imagen corporal del 0,661 con un 0,00 nivel de
significancia.
De la misma manera entre el Deseo de Esbeltez y el consumo de
diuréticos para controlar el peso el valor de la correlación del -0,426
en un nivel de significancia del 0,05. Así como el pertenecer a un
grupo y una Baja de percepción interoceptiva con un valor del 0,372
a un nivel de significancia del 0,01.
Y por último, entre Bulimia y Deseos de comer, se encontró un
valor del 0,476 en un nivel del 0,02 de significancia.‖ (p. 35-62)
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
114
Tamaño de la muestra
―La muestra fueron 14 jóvenes del Grupo A, 15 para el Grupo B y
13 del Grupo C‖.(p.30)
Asignación Aleatoria
―Escogidos de manera intencional no probabilística; llamadas
también muestras dirigidas, las cuales suponen un procedimiento de
selección informal dependiendo del criterio del investigador
(Hernández, Fernández y Baptista, 1995).‖ (p. 31)
Métodos estadísticos
―Los datos que arrojaron los dos instrumentos utilizados, se
analizaron mediante estadísticas descriptivas para las variables
cuantitativas de la investigación, así como estadísticas de
correlación, análisis bivariado y análisis multivariado. Se utilizó el
paquete estadístico SPSS versión 10.
La información recopilada se presenta por medio de gráficas y tablas
que muestran los resultados significativos con respecto al análisis
descriptivo y comparativo de las variables relevantes.‖
―Para determinar si hay diferencias significativas entre los tipos de
respuesta presentados por los tres grupos se tuvo en cuenta pruebas
no paramétricas en un nivel ordinal de medición, y las correlaciones
con la prueba de análisis de varianza Kruskal-Wallis (Kerlinger &
Lee, 2002; Kirk, 1982) así como, correlaciones de Spearman, lo que
permitió confirmar el nivel de significación del 0,05% de las
hipótesis.
Se presentan inicialmente los análisis descriptivos y posteriormente
los análisis comparativos y de correlación de este diseño no
experimental de comparación de grupos.‖ (p.35)
Interpretación
resultados
de
los ―El número reducido de la muestra (42 participantes) impide afirmar
con certeza cuál grupo de la investigación es el que más riesgo
presenta en desarrollar un trastorno de alimentación, sin embargo es
posible afirmar, a grandes rasgos que: las jóvenes del grupo A
realizan deporte con un equipo donde se buscan resultados y
triunfos, más que una imagen corporal determinada. Las del grupo B
buscan mejorar su cuerpo por medio del gimnasio y son el grupo
que más horas de ejercicio realiza a la semana; mientras que el
grupo C, no realiza ningún tipo de deporte o ejercicio físico, pero si
se encuentran preocupadas por la imagen corporal, y se sienten
inseguras con su cuerpo inclusive esto les afecta para relacionarse
con otros.
En general es posible afirmar que en cuanto a los objetivos de esta
investigación, se logró identificar las contingencias asociadas a las
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
115
prácticas deportivas y su relación con trastornos de alimentación
como la Anorexia y la Bulimia, por medio de los dos instrumentos y
el diseño utilizado.
De esta manera, aquel grupo, en cuyas participantes se puede
encontrar en mayor riesgo de desencadenar algún trastorno
alimenticio es el B según los riesgo ya identificados por Pierce y
Epling (1993) quienes proponen que la incidencia de la anorexia
podría estar determinada por los diferentes grados de posibilidad de
realizar alguna actividad física, y con mayor razón cuando su único
objetivo es conseguir una imagen que se adapte más a las exigencias
sociales y culturales.
Las jóvenes del grupo C, muestra bastantes inquietudes y
preocupaciones con su imagen corporal, a pesar de estar en bajo
peso. Lo que puede decir que aunque no realicen ejercicio, si están
utilizando otros métodos para lograr su delgadez, sería interesante
poder observar más a fondo qué utilizan, y bajo qué supervisión, ya
que éstas son quienes se encuentran más desprotegidas porque sus
métodos no son fácilmente reconocidos (como lo puede ser el
ejercicio en un gimnasio) pasando así más desapercibidas.
Las integrantes del grupo A pueden estar en un mayor riesgo
general, sin embargo a partir de lo encontrado no les preocupa su
imagen corporal, haciendo parte de un equipo que puede ejercer
cierto control sobre ellas a la vez que apoyo en situaciones difíciles;
y obligándolas, de cierto modo, a no tener un muy bajo peso que
pueda influir en el bajo rendimiento de su deporte. Se recomienda
que los profesionales de la salud, profesores, entrenadores tengan
conocimiento de los Trastornos de alimentación, los riesgos que
puede presentar realizar ejercicio, practicar un deporte o el
sedentarismo, puesto que todos, realizados de manera inadecuada
pueden llegar a desencadenar un desorden alimenticio‖ (p. 68-69)
Generalización
No aplica.
Discusión
―Los resultados que se encontraron a partir de la aplicación de los
dos instrumentos utilizados en esta investigación: Entrevista
Conductual y E.D.I., se presentaron tanto de manera descriptiva,
comparativa como correlacional. Se emplearon medidas de
tendencia central, correlaciones de Spearman y pruebas de hipótesis
(Kruskal-Wallis), con el fin de extraer conclusiones importantes.
Ambos instrumentos (entrevista conductual y E.D.I.), fueron
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
116
resueltos por 42 participantes (14 del A, 15 del B, y 13 del C) de las
cuales la mayoría pertenecían al grado décimo, así como a estratos
sociales cinco y seis. La conformación familiar típica de estas
jóvenes incluye a la madre, el padre y los hermanos.
En los resultados de la entrevista conductual se encontró que sí hay
una preocupación por la imagen corporal permitiendo ver una
tendencia a esta preocupación posiblemente debido a factores del
desarrollo, ya que según Havighurst (1953, citado por McKinney,
1982), la etapa por la que atraviesan estas jóvenes actualmente se
caracteriza por la adquisición de las aptitudes sociales logrando un
sentido de sí mismo con sus propios valores, adaptándose a un físico
que cambia rápidamente, al desarrollo sexual, y por último
asimilando un conjunto de normas y valores internalizados que le
sirvan de guía. Los datos también resaltan una alta influencia de
factores socioculturales, como lo hablan Ibáñez y Caro (1993
citados por Caro, 2001); son muestra de las múltiples exigencias
sobre la mujer son múltiples, donde no solo se espera que sea una
profesional, sino que también su figura se enmarque ente los
exigentes parámetros de delgadez. Sin embargo, la mayoría de las
jóvenes no sienten que su imagen corporal sea un factor definitivo
en las relaciones interpersonales, ni tampoco se sienten presionadas
por sus amigos por estar delgadas, a diferencia de la presión que
pueden sentir por parte de los medios de comunicación, ya que la
mayoría afirma sentirse a gusto frente a imágenes publicitarias que
muestran personas delgadas.
Lo anterior coincide con la influencia de los medios de
comunicación, como factores de influencia de partes de conducta a
través de la imagen, a través de los cuales se inculcan normas y
valores comerciales (Perinat, 2001).
A pesar de ello, es interesante que las jóvenes del grupo A son a
quienes menos les preocupa cómo las ven los demás, lo cual puede
explicarse siguiendo los planteamientos de Durand (1975), quien
señala que el deporte proporciona ―un respiro‖ a la persona de todas
las presiones sociales y de los medios de comunicación, y por esta
razón es posible que a éste grupo no le preocupe tanto (a
comparación de los otros dos) su imagen corporal.
Considerando que el deporte crea una contexto social diferente,
generando nuevas relaciones (Durand, 1975), las jóvenes pueden
llegar a sentir que su aceptación en estos contextos no será a partir
de la imagen corporal necesariamente, como sí parecen sentirlo las
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
117
del grupo C (ver grafica 6), sino que puede ser a partir de otras
variables.
Por otro lado llama la atención la similitud de porcentajes que hay
entre sobrepeso en la infancia y problemas alimenticios hoy en día,
ya que hay una concordancia del 19,50% en ambas. Lo que lleva a
pensar que puede haber una relación entre el miedo de sufrir de
sobrepeso, de la misma manera que en su infancia, hoy en día. Esto
suscita inquietud para una futura investigación que desee observar
esta correlación.
La no concordancia entre los puntajes obtenidos en desórdenes
alimenticios hoy en día y uso de diuréticos, puede indicar que se
están utilizando distintos métodos para el control de la ingesta y así
conseguir la figura delgada, como puede ser la práctica frecuente de
ejercicio, o que los métodos diuréticos no son muy conocidos en
esta población.
Con relación al factor deporte en ésta muestra, se encontró que la
mayoría de las jóvenes lo perciben como saludable, lo interesante
sería evaluar qué consideran ellas como saludable, ya que las
contingencias frente a éste tema pueden apuntar hacia una figura
delgada, más que a una preocupación por adquirir enfermedades
cardiovasculares, o prevención de enfermedades crónicas. En este
sentido es importante nuevamente considerar las características de la
adolescencia, pues en ésta edad hay mayor preocupación por el
presente o futuro inmediato, que por el futuro a largo plazo; donde
su presente inmediato abarca más su imagen corporal que la
preocupación por adquirir enfermedades crónicas.
En contraposición a eso, la gran mayoría de las jóvenes no perciben
el deporte como vida social, mostrando que el deporte no está siendo
visto (por los tres grupos) como un campo de relaciones sociales
significativas y se puede estar desconociendo la importancia de este
marco social, donde el adolescente crea una red de relaciones y de
contactos como lo menciona Durand (1975). Concluyendo que el
deporte probablemente no hace parte de las contingencias de ser
popular en de este contexto y que por el contrario, la actividad física
está siendo percibida como un método más para lograr una figura
más delgada.
Por otro lado se ve que el grupo que más ejercicio realiza es el B,
quien presenta el mayor resultado en 2 y 3 horas (...), así como el
que más ha tomado pastillas para adelgazar; y con la singularidad de
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
118
ser el grupo con mayores antecedentes de AN y BN y de sobrepeso
en infancia. Para Pierce y Epling (1993) éste sería el grupo que se
encontraría en mayor riesgo de desencadenar algún desorden
alimenticio, ya que entre más ejercicio hagan mas saciedad tendrán
y menos necesidad de alimentación se sentirá. Así mismo puede
haber riesgo ya que hay una búsqueda por adelgazamiento (tiempo
de ejercicio y uso de pastillas), así como un posible miedo a obtener
el sobrepeso de la infancia, y un porcentaje hereditario de Anorexia
y Bulimia.
A su vez esto nos muestra que el grupo B no realiza deporte según
su definición: ejercicios físicos con fines, objetivos y rendimiento
(Durand 1975), sino que buscan realizar ejercicio con fines de
adelgazamiento, para así evitar un sobrepeso, como el que se pudo
tener en la infancia, de lo cual pudo ser aprendido o heredado. Estos
son muchos factores que pueden ser de riesgo para desencadenar
trastornos de alimentación que requieren de análisis mucho mas
detallados, lo que se sugiere para futuras investigaciones.
Por otro lado estos resultados concuerdan con algunos estudios
incluidos en la fundamentación bibliografía, que afirman que
aquellos deportes o ejercicios que requieren de una figura esbelta
están en mayor riesgo de desarrollar trastornos de alimentación que
en prácticas deportivas donde el énfasis está mas relacionado con la
competencia y la exigencia en rendimiento, como lo fue en los
estudios referenciados de Rivaldi y cols (2004) y Berry y Howe
(2000).
Aunque las jóvenes del Grupo A, son quienes menos
preocupaciones reportaron por su imagen corporal, es el que
mayores antecedentes de terapia tiene, y quien mayores alteraciones
de alimentación reportan en la actualidad (aunque no es muy
significativa la diferencia con los otros dos grupos). En cuanto a
tratamientos de psiquiatría o psicología que se encuentra en la
actualidad se puede decir que, o bien son parte de la población en
general que desea recibir este tipo de apoyo, o son jóvenes que han
reconocido que pueden llegar a tener algún problema sea alimenticio
o de otra índole y que pueden estar utilizando la terapia y la práctica
deportiva como un complemento para lograr un mejor bienestar y
salud integral
Considerando pues, que las diferencias en los puntajes de trastornos
de alimentación son similares entre los tres grupos, se podría decir
que las que menos riesgo tienen de desencadenar un trastorno como
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
119
tal o uno mayor serían las del grupo A ya que son las que más están
asistiendo a una terapia hoy en día. Siendo más difícil, bien sea de
detectar o de controlar un desorden alimenticio, en jóvenes que no
tienen nexos con algún tipo de apoyo.
Por otro lado, en cuanto al E.D.I, se encontró un alto puntaje por
parte de las participantes del grupo C en la subescala Deseo de
Esbeltez; mostrando que éste deseo no se relaciona, en este caso,
con la realización de ejercicio, no viéndolo como una opción para
lograr este objetivo, y por el contrario pudiendo estar utilizando
otros métodos como lo pueden ser las dietas u otros, incluyendo la
bulimia. Se considera que se deben estar utilizando algunos métodos
para adelgazar ya que la mayoría de la población de este grupo se
encuentra por debajo de su peso normal. Para futuras
investigaciones sería interesante averiguar cómo un grupo sedentario
logra mantener un peso debajo de lo normal.
Al ser las jóvenes del grupo B quien más insatisfecho se siente
respecto a su imagen corporal (subescala de Insatisfacción con la
Imagen Corporal), muestra la relación entre esto y la cantidad de
horas que le dedica a la realización de ejercicio; así entre más horas
más rápido obtendrán su objetivo; como lo mostraron Pierce y
Epling (1993), en sus estudios, donde las ratas pasaban la mayor
cantidad de tiempo que se les era permitido en la rueda. Esta
contingencia se está viendo reforzada social y culturalmente, donde
se valora positivamente la delgadez en la mujer y la buena forma
física, y por procesos de aprendizaje vicario y modelamiento, las
personas aprenden, mantienen y promueven estos paradigmas de
belleza. Y esta búsqueda de esa esbeltez les está trayendo cierta
satisfacción, explicando porqué los bajos puntajes en desconfianza,
miedo a relacionarse con otros y sentimientos de inadecuación. Y así
su propósito de realizar actividad física se está viendo cada vez mas
reforzado y dando la posibilidad de generar la anorexia por actividad
como lo plantean Pierce y Epling, (1993).
Por otro lado las jóvenes del grupo A son las que se encuentran en
mayor riesgo para desarrollar la bulimia. Esto se puede deber a que
ésta segunda subescala, se refiere más a sentimientos de ansiedad y
atracones, que trastornos como tal, y estas ansiedades se pueden
presentar antes de una competencia o partido importante, ya que
según Picard (1999) algunas atletas tenían rasgos conductuales
comunes a personas con desórdenes de alimentación, que incluyen
auto expectativas altas, competitividad, compulsividad y auto
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
120
motivación. Este mismo grupo también obtuvo un puntaje
intermedio en Miedo a relacionarse con otros, Desconfianza y
Miedo a Crecer, tal vez porque sienten que el contexto en el que se
desenvuelven deportivamente, no les alcanza a dar una seguridad
frente a su imagen corporal, puede ser que éstos espacios deportivos
(fútbol, basket, etc.) no están siendo reconocidos como espacios
sociales válidos, que puedan reforzar o mantener paradigmas de
belleza; y por lo tanto a diferencia del grupo B, no están trayendo
aprobaciones, ventajas y privilegios sociales, en el ámbito de la
esbeltez. En otras palabras si este deporte no está dando estos
sentimientos es porque las jóvenes no los realizan con objetivos de
delgadez o belleza, sino puramente competitivos; y por lo tanto sus
contingencias de la práctica deportiva apuntan más hacia la segunda.
Así mismo el miedo a crecer, que puedan tener éstas jóvenes
relacionada con la terminación de la etapa escolar, y por lo tanto de
su espacio deportivo.
El número reducido de la muestra (42 participantes) impide afirmar
con certeza cuál grupo de la investigación es el que más riesgo
presenta en desarrollar un trastorno de alimentación, sin embargo es
posible afirmar, a grandes rasgos que: las jóvenes del grupo A
realizan deporte con un equipo donde se buscan resultados y
triunfos, más que una imagen corporal determinada. Las del grupo B
buscan mejorar su cuerpo por medio del gimnasio y son el grupo
que más horas de ejercicio realiza a la semana; mientras que el
grupo C, no realiza ningún tipo de deporte o ejercicio físico, pero si
se encuentran preocupadas por la imagen corporal, y se sienten
inseguras con su cuerpo inclusive esto les afecta para relacionarse
con otros
En general es posible afirmar que en cuanto a los objetivos de esta
investigación, se logró identificar las contingencias asociadas a las
prácticas deportivas y su relación con trastornos de alimentación
como la Anorexia y la Bulimia, por medio de los dos instrumentos y
el diseño utilizado.‖ (p.63-68)
Tabla 2.5 Aplicación instrumento para investigación Contingencias de prácticas
deportivas y su relación con los TA: Análisis relacional de las contingencias asociadas
a las prácticas deportivas con los trastornos de alimentación en adolescentes entre los
16 a 18 años
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
En este estudio, se aplicó en primer momento el EDI (Eating Disorder
Inventory), y posteriormente se realizó una entrevista conductual.
Este estudio se fundamenta en datos internacionales sobre la problemática de los
desordenes alimenticios, haciendo referencia a Estados Unidos, España, Argentina y
México. Con respecto a Colombia, reconoce la prevalencia de los trastornos, medida de
una manera parcial. Además, se referencia en el estudio de los TCA realizado en la
Universidad Nacional entre 1994 y 1995 con grupos universitarios, que muestran
similares resultados a los países desarrollados, pero aclara la necesidad de ampliar la
muestra para obtener datos sobre la realidad nacional total.
Los participantes de este estudio, fueron 42 mujeres adolescentes de un colegio
femenino de Bogotá, que debían cursar los grados noveno, décimo y once; entre 16 y 18
años cumplidos; debían realizar prácticas deportivas específicas; y presentar un riesgo
de desarrollar trastornos de alimentación, participando de manera voluntaria.
Este estudio busca identificar las contingencias asociadas a las prácticas
deportivas y su relación con trastornos de la alimentación como la Anorexia y la
Bulimia en mujeres adolescentes que se encuentran en riesgo de desarrollar trastornos
de alimentación, que oscilan en un rango de edad que va de los 16 a 18 años. Así, el
estudio especifica en sus objetivos la búsqueda por analizar las modalidades de práctica
deportiva en el grupo de mujeres entre los 16 y 18 años; identificar la relación entre las
prácticas deportivas y las variables sociodemográficas y psicosociales; analizar los
factores asociados con los trastornos de alimentación en los grupos de investigación con
base en la imagen corporal y las conductas de riesgo; identificar las características o las
dimensiones de las prácticas deportivas en estos grupos de investigación que facilitan el
121
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
desarrollo de los trastornos de alimentación; y por último, comparar las contingencias
que mantienen el tipo de práctica deportiva y los trastornos de alimentación en los
grupos estudiados.
Es así como es posible ver que las autoras plantean unas hipótesis de
investigación en donde se afirma que existen diferencias significativas entre los tres
grupos de niñas respecto a los trastornos alimenticios y a las contingencias de prácticas
deportivas a un nivel de significación del 0,05%. Con su respectiva hipótesis nula.
Los resultados obtenidos en este estudio, parten inicialmente de una entrevista
conductual que brinda datos sociodemográficos sobre el grado al que pertenecen los
participantes; el estrato socioeconómico; las personas con quien viven; la preocupación
por la imagen corporal; su peso; la relación de la imagen corporal y las relaciones
sociales; la presión sobre la delgadez; el sobrepeso en la infancia; la percepción del
deporte; el deseo de comer; el consumo de píldoras; el consumo de diuréticos; la
preocupación de la imagen propia ante los demás; los antecedentes familiares de
anorexia y bulimia; los antecedentes familiares de terapia psicológica o psiquiátrica; los
problemas alimentarios en la actualidad; el cambio en la dieta de los jóvenes; la
cantidad de veces que se pesan al día; el tipo de alimentos que se consumen; las razones
principales de hacer ejercicio; las ventajas del deporte; y sobre las desventajas del
deporte.
En un segundo momento, se aplicó el Inventario de Desordenes de Alimentación
(EDI) obteniendo resultados sobre deseo de esbeltez; bulimia; sentimientos de
inadecuación; desconfianza; baja percepción interoceptiva; miedo a crecer; ascetismo;
impulsividad; y sobre el miedo a relacionarse con otros. Esto, les permitió concluir que
122
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
el grupo A está en riesgo en las 11 subescalas en un 28,57%; el grupo B en un 13,33%;
y el grupo C, en un 30,67%.
La última parte del estudio, consiste en una correlación entre ítems de la
entrevista conductual y subescalas del EDI, a través de la correlación de Spearman;
encontrando que el deseo de esbeltez y bulimia tiene una correlación de 0,355, con un
nivel de 0,02 de significancia. La correlación entre bulimia y deseos de comer fue de
0,476 con un nivel del 0,02 de significancia. Ninguna de estas correlaciones se les
realizó un análisis respectivo.
En cuanto al tamaño de la muestra, este fue de 14 jóvenes para el grupo A, 15
para el grupo B y 13 para el grupo C, escogidos de manera no probabilística, acorde a
los criterios del investigador.
Con respecto a los métodos estadísticos utilizados para el manejo de los
resultados, para sacar el nivel de significancia, utilizaron pruebas no paramétricas, en un
nivel ordinal de medición y la prueba de análisis de varianza Kruskal Wallis. Así
mismo, se utilizó la correlación de Spearman Brown para confirmar el nivel de
significación de 0,05% de las hipótesis.
La interpretación de resultados de este estudio, muestra el sesgo que presenta el
recolectar una muestra tan reducida, ya que dificulta afirmar cuál es el grupo de
investigación que presenta un mayor riesgo de desarrollar un trastorno de alimentación;
sin embargo, las autoras responden a la hipótesis planteada en el estudio con una
comparación entre las diferentes contingencias que se presentan en cada uno de los
grupos. En el caso del grupo A, la realización del deporte en búsqueda de triunfos mas
no de una imagen corporal; el grupo B, la mayor asistencia al gimnasio, en búsqueda de
123
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
mejorar su imagen corporal; y en el grupo C, la no realización de algún deporte y la no
preocupación por la imagen corporal. Para completar el objetivo de esta investigación,
se realiza una relación entre las contingencias asociadas al deporte y los trastornos de
alimentación, afirmando, que el grupo B, es el que mayor riesgo presenta de desarrollar
un trastorno alimenticio, mientras que las del grupo C, pueden estar utilizando métodos
diferentes al deporte para lograr mantener su imagen corporal, aunque aclaran que se
deben hacer más investigaciones sobre estos métodos.
Con respecto a la generalización, este estudio no presenta ninguna fuente de
invalidación externa de todas las posibles.
La discusión de este trabajo, retoma los resultados encontrados en la aplicación
de los instrumentos, relacionándolos con teorías de diferentes autores que hablan de
temáticas como la imagen corporal, las normas y valores comerciales, la presión social,
la red de relaciones y contactos de la juventud, la anorexia, la bulimia; temas de
polémica actual en la academia y la sociedad.
2.6 Análisis de resultados
Haciendo una interrelación de las investigaciones analizadas, se lograron realizar
otras comprensiones de los resultados.
En cuanto al resumen, todos los estudios están estructurado de manera similar,
dando una breve descripción de los participantes, el objetivo y el procedimiento que se
siguió para la consecución de los resultados.
Haciendo un análisis entre la información que se encuentra en los antecedentes
de las diferentes investigaciones, es posible ver como la mayoría de investigaciones se
124
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
remiten al DSM IV para plantear una base sobre las tasas epidemiológicas de estos
trastornos.
La mayoría de las investigaciones, plantean tasas epidemiológicas como
antecedentes. Es así como Ávila et al. (1993) hablan sobre medidas de prevalencia del
1% de AN en mujeres adolescentes al igual que Ángel et al. (1997b). Así mismo, Ángel
et al. (2000) y Noreña et al. (2005) hacen referencia a que el 95% de los casos de AN se
presentan en mujeres. En las diferentes investigaciones se habla sobre la mayor tasa de
frecuencia de la BN tanto en los datos de incidencia como en la prevalencia, sin
embargo Ángel et al. (1997a) resaltan el hecho de que por encima de la BN, se
encuentran los TCA-NOES. Así mismo, Ángel et al. (1997a), hacen énfasis en las
presiones socioculturales que se dan en los casos de TCA y sobre las diferentes
características psicológicas que se suelen presentar en las personas que los sufren. A
comparación del resto, Noreña et al. (2005) hacen una muy buena revisión de otras
investigaciones internacionales.
En cuanto a los participantes, todos los estudios fueron hechos con estudiantes
de instituciones educativas pertenecientes a la ciudad de Bogotá. El estudio de Ávila et
al. (1993), y el estudio de Noreña et al. (2005) fueron realizados con estudiantes de
secundaria de colegios que no son especificados en los criterios de escogencia de la
población. Por otro lado, los tres estudios de Ángel et al. (1997a, 1997b, 2000) fueron
realizados con estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia.
El rango de las edades de los participantes se especifican solamente en los
estudios de Noreña et.al. (2005) y Ávila et al. (1993); mas sin embargo hay una etapa
de desarrollo común mínima, partiendo de participantes que sean adolescentes.
125
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Entre los estudios realizados, fue posible ver que el estudio de Ángel et al.
(1997a) y el estudio de Noreña et al. (2005), toman a deportistas como participantes.
Así mismo, este último estudio, comparte la característica de género femenino en sus
participantes con el estudio de Ávila et al. (1993).
En cuanto a la sub-categoría de objetivos planteados en la investigación, donde
se busca dejar explícita la finalidad con la que se desarrolla el estudio, para el caso de
las investigaciones planteadas se encontró similitud entre algunos de los objetivos
planteados. Los objetivos planteados en las tres investigaciones recopiladas de Ángel et
al. (1997 a; 1997 b; 2000), dan cuenta de la validación de una encuesta relacionada con
TCA. Mientras que las investigaciones de Noreña et al (2006) y de Ávila et al. (1993)
presentan objetivos similares donde se busca indagar por factores y conductas
relacionadas con los TCA.
En la mayoría de los estudios, no se especifica alguna hipótesis. La única
investigación que presenta hipótesis, se refiere a la investigación realizada por Noreña
et al. (2005).
Existen algunas similitudes entre los resultados presentados por las
investigaciones, la presentación descriptiva del peso de los participantes es un factor
común a las cinco investigaciones. La correlación de esta variable de peso con otras
variables se presenta en la mayoría de las investigaciones. Es así, como en la
investigación realizada por Ardila et al. (1993) se hace una correlación entre el estrato
y el peso; también en la realizada por Ángel et al. (1997 a) con los deportistas de la
Universidad Nacional, se correlacionan los resultados de peso y lo obtenido en la
entrevista aplicada.
126
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Otro de los criterios que se presentan en las investigaciones, es la indagación por
los antecedentes familiares. En el estudio presentado por Ardila et al. (1993) en la
Universidad del Bosque se presenta una correlación entre antecedentes familiares y
TCA; proceso realizado de manera similar en la investigación de Ángel et al. (1997 b),
donde se buscó relacionar los resultados de la entrevista aplicada con los antecedentes
familiares. Así uno de los ítems que es analizado en los resultados de las investigaciónes
de Ardila et al. (1993) y Ángel et al. (1997 a; 1997 b), es los trastornos familiares y su
correlación con los TCA.
En cuanto a la medida epidemiológica de prevalencia, se encontró que en la
investigación realizada por Ángel et al. (1997 b), se asegura una prevalencia de 30,7%,
dividida en 2,2% de BN, 0,5% de AN, y 28% de TCANOES; mientras que en el estudio
realizado por Ávila et al. (1993) se explicita una prevalencia de TCA de 26% para el
estrato medio alto, y de 41% en el estrato medio bajo, y en Angel et al. (1997 a) se
asegura una prevalencia de TCA de 26% distribuida en 2% de AN, 5 % de BN, y 19%
de TCANOES.
En cuanto a la subcategoría de tamaño de la muestra y la asignación aleatoria
realizada para reclutar a los participantes se encontró que Ávila et al. (1993) y Ángel et
al. (1997b), aseguran que la totalidad del proceso de selección de los participantes se
realizó de manera aleatoria; mientras que en Ángel et al. (1997a; 2000), y Noreña et al
(2006), afirman haber hecho una selección dentro de grupos previamente establecidos.
Con respecto a las poblaciones elegidas, las investigaciones de Ángel et al.
(1997 b; 2000) presentan poblaciones de más de 400 personas en su primera etapa, sin
embargo, esta se ve disminuida en la segunda etapa del estudio. La investigación de
127
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Angel et al. (1997a) fue realizada en un grupo de deportistas que contó con la
colaboración de 58 participantes. Por otro lado las investigaciones de Noreña et al.
(2006) y Ardila et al. (1993), cuentan con poblaciones de 42 y 200 participantes
respectivamente. Es decir la totalidad de participantes en estas 5 investigaciones es de
724 participantes.
Entre los métodos estadísticos que se utilizaron en las investigaciones propuestas
se encuentran el análisis estadístico descriptivo, con ciertas medidas como desviación
estándar, mediana, distribución. A excepción de la investigación realizada por Ardila et
al.(1993), todas realizan un análisis correlacional, basada en la mayoría de los casos en
el análisis correlacional de Spearman.
Todas las investigaciones, interpretan sus resultados acorde a los objetivos
particulares de cada una. Ávila et al. (1993) muestra la posibilidad de un sesgo debido a
la disposición de los participantes a contestar las encuestas; así mismo, Noreña et al.
(2005) da la posibilidad de un sesgo por el tamaño de la muestra.
Todos los estudios demostraron tener validez externa ante la ausencia de fuentes
que pudieran invalidarla pudiendo así generalizarse para la población particular que
manejan.
La discusión de las diferentes investigaciones analizadas, muestra en su mayoría,
una relación acorde a la diferente evidencia referencial en la que se basan. Ávila et al.
(1993) concuerda con Ángel et al. (1997a) y con Noreña et al. (2005) en el mayor
riesgo que presentan los adolescentes de presentar TCA, por la etapa de transición en la
que se encuentran, convirtiéndola en un factor de riesgo, acorde a sus fuentes. Así
mismo, Ávila et al. y Ángel et al. (1997b) logran confirmar relaciones que se han dado
128
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
en otras investigaciones sobre TCA y trastornos emocionales como la depresión. Ángel
et al. (1997a, 1997b), realiza un análisis sobre el mayor riesgo que presentan los
estudiantes de ciencias de la salud, relacionándolo con los criterios de normalidadanormalidad para la salud, que aprenden en su formación. Entre Ángel (1997a) y
Noreña et al. (2005), se muestra la práctica deportiva como una posible situación de
riesgo. Así, en todas las investigaciones, las diferentes discusiones se muestran acordes
a la evidencia y al contexto que se da en su momento de realización.
Dos de las siete investigaciones propuestas para el análisis, que sirvieron de
sustento a la política pública de TCA en la ciudad de Bogotá, no fue posible
conseguirlas debido a la dificultad de acceso. Este es el caso de la encuesta realizada por
el centro Horus, (Ver Apéndice H) a la que no se logró tener acceso pues ni siquiera ha
sido terminada; así como de la investigación titulada La anorexia un problema en
potencia en el Colegio Distrital General Santander (Ver Apéndice I) que a pesar de
sustentar un documento de base para una política pública, no fue posible conseguirla en
su lugar de origen. Esta situación genera el cuestionamiento sobre el lugar donde
deberían mantenerse los documentos sobre los que se sustenta una política pública; al
ser estos documento parte de la fundamentación bibliográfica citada por los ponentes de
la política, este debería tener un claro y fácil acceso al público.
129
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
3.0. Discusión
Con base en que el instrumento diseñado para este estudio permitió observar que
todas las investigaciones desarrollan una teoría formal, producen nuevo conocimiento,
presentan consistencia de los datos con sus descubrimientos teóricos, presentan
credibilidad dada su procedencia de revistas científicas y de instituciones educativas
reconocidas en el país, son fiables comprobando la ausencia de fuentes de invalidación
de validez externa, y explicitan con claridad el procedimiento que fue llevado a cabo
para lograr la consecución de los resultados; se logró dar cuenta de la validez interna de
las investigaciones recopiladas y analizadas, según los planteamientos de Athens (1984
citado por Ezzy, 2002), Lincoln & Guga (1985 citados por Ezzy, 2002) y Hammersley
(1998 citado por Ezzy, 2002).
Es importante señalar el posible sesgo en que se incurre en la presente
investigación al no presentar una validación del instrumento aquí diseñado. Ello se
debió a que la lista de comprobación utilizada ya estaba previamente validada para
estudios clínicos pero, en la medida en que se eliminaba un conjunto no pertinente de
categorías, transformaba el instrumento de manera significativa. Las modificaciones
realizadas aunque se hicieron de manera objetiva, hubieran tenido un mayor valor al
someterse a un proceso de validación. Sin embargo, se utilizaron los valores que
resultaban pertinentes y compatibles con el tipo de investigaciones aquí analizadas, por
lo que los resultados aquí presentados no necesariamente carecen de fiabilidad o
significancia social.
Las investigaciones estudiadas pueden comprenderse como parte de la
acumulación de evidencias, en búsqueda de los factores que se asocien con TCA en la
130
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
triada clásica de la epidemiología enunciada por Martínez & Irala, (2002) de agente,
medio ambiente y huésped. Esto con base al análisis realizado de las investigaciones de
Noreña et al. (2006) y Ávila et al. (1993), las cuales buscaban encontrar factores y
conductas asociadas a los trastornos de la conducta alimentaria.
Como fue posible observar en el análisis de resultados, se encontraron medidas
epidemiológicas que cuantifican la frecuencia de los TCA para las poblaciones que
participaron en los estudios analizados. Es así, como en relación a la prevalencia,
definida por Fletcher, Fletcher & Wagner (1998) como la fracción o el porcentaje de un
grupo de individuos que presenta en este caso algún TCA en el momento de realización
de cada estudio, se encontraron que sólo tres de las cinco investigaciones arrojaron
resultados relacionados con prevalencia. Estos tipos de prevalencia son de tipo puntual,
es decir, determinadas en el momento del sondeo. La investigación de Ávila et al.
(1993), aunque no está planteado como uno de sus objetivos, arroja la prevalencia de
TCA para las participantes de la investigación, 26% para las estudiantes del colegio
Sans Facon de estrato medio alto, y 41% para las estudiantes del colegio San Francisco
de estrato medio bajo. De igual manera el estudio de Ángel et al. (1997 a) expone una
prevalencia de TCA de 26% en personas mayores de 15 años, que entrenaban de manera
regular karate do en el club deportivo de la Universidad Nacional de Colombia. De este
porcentaje se discrimina un 19% de casos de TCANOES, 5% de BN y 2% de AN. Por
último el estudio de Ángel et al (1997 b) presenta una prevalencia de 30.7% para
estudiantes universitarios de pregrado matriculados en el periodo de 1994, distribuido
en 2.2% BN, 0.5% AN, y 28% NOES; este último dividido en 9.7% picadores y 18.3%
atracones.
131
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
A partir del análisis de los instrumentos de diagnóstico utilizados es posible ver
que en el estudio de Ávila et al. (1993), se utiliza una entrevista de autorreporte. Según
Peláez, Labrador y Raich, (2005) este estudio pertenece al primer grupo de los tipos de
estudios de prevalencia, es decir de autoinforme.
Por otro lado, el estudio de Ángel et al (1997 a) pertenece al tercer grupo de
tipos de estudios de prevalencia donde se realiza una aplicación de entrevistas a la
muestra completa de la población, permitiendo de esta manera llegar a la medida más
acertada sobre la prevalencia.
El estudio de Ángel et al. (1997b), a pesar de tener un procedimiento establecido
para pertenecer al tercer grupo de tipos de estudio de prevalencia, presenta una
dificultad para lograr que en la segunda aplicación del test estuvieran presentes la
totalidad de los participantes. Lo anterior, hace que se presente un sesgo en los
resultados, ya que no es posible asegurar la participación de la totalidad de la muestra en
el estudio completo. Este sesgo se hace presente en los planteamientos dados por
MacMauhon & Trichopouls (2001), en donde se afirma que hay una pérdida
información dada la manera en que se terminan obteniendo las cifras del estudio.
Respecto a otro factor de frecuencia como lo es la incidencia, ninguno de los
estudios presentó datos sobre esta. Esta medida de frecuencia según Fletcher, Fletcher &
Wagner (1998), es importante que sea estudiada en estudios epidemiológicos para
observar el comportamiento de la enfermedad a través del tiempo. Esta clase de estudios
son relevantes actualmente, con base en la implementación de la política, para poder
observar su efectividad.
132
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
Al realizar un análisis de los antecedentes presentados en las investigaciones, se
encontró que éstos presentan tasas de prevalencia de estudios anteriores que han
demostrado altas frecuencias en las poblaciones femeninas y adolescentes. Esto permite
que sean consideradas como poblaciones en riesgo, según los criterios de Fletcher,
Fletcher & Wagner (1998), ya que estas son definidas como susceptibles a la
enfermedad.
A partir de las planteamientos realizados por Fletcher, Fletcher & Wagner
(1998), donde se afirma que todo estudio debe contar con un número suficiente de
participantes en los subgrupos de interés, es pertinente recalcar la dificultad que se
presenta en las diferentes investigaciones en el momento de calcular la muestra inicial.
Lo anterior es posible observarlo en aquellas investigaciones que realizan un muestreo
probabilístico, ya que no dejan una claridad sobre el universo o la población total, en la
que se trabajó y sobre la cual se realizaron los cálculos para designar la muestra de
participantes en el estudio.
En el estudio de Ángel et al. (1997 a), no es posible dar cuenta de alguna
asignación aleatoria ya que cada uno de los individuos tienen una probabilidad conocida
de ser seleccionados (Fletcher, Fletcher & Wagner, 2008), al pertenecer al club de
karate do y querer participar voluntariamente en la investigación.
En el estudio de Ángel et al. (1997 b) en la primera etapa, se buscó incluir
subgrupos concretos de interés con un número suficiente de miembros en la muestra del
estudio como plantean Fletcher, Fletcher & Wagner, 2008. Lo anterior, reflejado en la
primera fase del muestreo multietápico donde se estratificó por sexo y facultades para
dar paso luego a un proceso aleatorio de selección por computador. Así hubo 411
133
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
participantes seleccionados, como muestra representativa de la población universitaria.
Sin embargo, en la segunda aplicación del test, con el fin de validar la encuesta, se
presentó una disminución sustancial de los participantes. De los 411 participantes
iniciales se pasó a 149, de los cuales 85% pertenecía al total puntaje positivo y 21% al
total del puntaje negativo de la entrevista. En el momento de la segunda aplicación, al
verse disminuida la población a 149, se afirma que los 64 participantes que arrojaron
resultados negativos son representativos de los 311 que arrojaron resultados negativos
en la primera etapa de la investigación dada la poca diferencia entre las variables de los
dos grupos. Así mismo, ocurrió con los 85 participantes positivos que se presentaron en
la segunda aplicación respecto a los 100 que lo habían hecho en la primera aplicación.
Es así como puede observarse que por un lado, se afecta el muestreo con un número
suficiente de los subgrupos de interés, y por el otro se genera una representatividad de la
representatividad ya establecida, aumentando la probabilidad de sesgo de los resultados
con respecto a la población de la Universidad Nacional.
En la investigación de Noreña (2006), el poco número de participantes y el
método no probabilístico de asignación de los participantes, no permiten aplicar los
resultados obtenidos más que en la población seleccionada, esto hace que este estudio
no sea representativo en otro tipo de poblaciones.
El termino factor de riesgo, que es utilizado frecuentemente en la epidemiología
según Martínez & Irala (2002; citados por Gual & Lahortiga, 2002), se hace presente en
las investigaciones analizadas dentro de este estudio. Es así como; el factor familiar
(Ávila et al, 1993), sobrepeso, tendencia a hacer dietas, sobrevaloración de la crítica,
(Ángel et al., 1997 a), ser estudiante de ciencias de la salud (Ángel et al. 1997 a, 1997
b), preocupación por la imagen corporal, factores socioculturales, (Noreña et al., 2006),
134
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
y el deporte ( Ángel et al, 1997 a & Noreña et al, 2006); son nombrados como posibles
factores de riesgo que deberían ser utilizados en políticas de prevención como plantean
Fletcher, Fletcher & Wagner, (1998). Sin embargo, fue posible observar que la mayoría
de las investigaciones no tiene como objetivo determinar dichos factores pero sí termina
por suponer la existencia de estos. Esto hace necesario el realizar investigaciones
específicas en la indagación de los factores de riesgo buscando que estas sean
representativas de la población bogotana.
Con base en esto es posible concluir, que las investigaciones que sustentan el
diseño de la política pública de prevención de la anorexia y la bulimia en la ciudad de
Bogotá, hacen uso de algunas de las medidas epidemiológicas que se consideran
necesarias para un estudio de corte epidemiológico, útil para sustentar una política
publica de salud mental. Sin embargo, estas investigaciones dan cuenta escasamente de
las poblaciones a las cuales están dirigidas, por lo cual podría decirse que no serían
suficiente evidencia para el diseño de la política publica de prevención de anorexia y
bulimia en la ciudad de Bogotá. A partir de esto, no es posible comprender de dónde
surge la afirmación realizada por Medina, Gutiérrez y Sánchez (2006) sobre la
existencia de una nueva epidemia en la ciudad de Bogotá que amenaza la salud e
incluso la vida de los jóvenes de la ciudad, haciendo referencia a la anorexia y a la
bulimia específicamente.
La ponencia del proyecto de acuerdo No 157 (Ver apéndice A) cita cifras
obtenidas en un estudio realizado en la Universidad Nacional, donde se afirma que en
Bogotá el 12% de los adolescentes sufre de bulimia y anorexia. En el estudio que
buscaba analizar la prevalencia de los trastornos de la conducta alimentaria en
estudiantes de la Universidad Nacional se presentan cifras de prevalencia de Bulimia de
135
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
2.2 % y anorexia de 0.5%., mientras que en el estudio que se realiza con los deportistas
de karate do de la Universidad Nacional se presentan cifras de prevalencia de 2% de
anorexia y 5% de bulimia, siendo estas cifras representativas para esta población en
particular como se explicó anteriormente. Así se hace posible ver una no
correspondencia entre los datos de la política y los datos analizados en estas
investigaciones.
Además es necesario aclarar, que en el caso de esta investigación de la
Universidad Nacional que es citada como base para presentar el proyecto, no se registra
ninguna referencia sobre esta en la bibliografía que aparece al final de la ponencia.
Uno de los numerales contenidos en este proyecto de acuerdo, hacía referencia a
la estigmatización de la anorexia y la bulimia para los estratos altos. Aunque este
numeral fue desechado para el acuerdo como tal, llama la atención el hecho de que
dentro de las investigaciones referenciadas en este proyecto se encuentra la de Ávila et
al. (1993), donde precisamente una de las conclusiones que aporta esta investigación, es
el hecho que la prevalencia de TCA es mayor en las jóvenes de la institución de clase
media baja frente a media alta. Es así como se genera una incongruencia entre dos
afirmaciones en un mismo documento. Por ende, este tipo de afirmaciones en
documentos relacionados con políticas públicas, hace necesario que haya mayores
estudios sobre los factores de riesgo sobre los cuales sustentarse, para no lanzar
hipótesis que carezcan de fundamentación.
El Acuerdo 221 del 2006, (Ver apéndice B) ―por medio del cual se crea e
institucionaliza el programa distrital de prevención de la anorexia y la bulimia‖ consta
de 7 artículos. En el primer artículo se crea el programa distrital de prevención y
136
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
asistencia de la bulimia y la anorexia en Bogotá, en el cual es posible observar que
existe una preferencia por la bulimia y la anorexia a pesar de que en los datos de
prevalencias encontradas en los estudios que sustentaron el diseño de este programa, se
evidenció un bajo porcentaje de estos trastornos en comparación con los trastornos del
comportamiento alimentario no especificados, por lo cual se considera que la política
en este caso debería estar dirigida a todo tipo de trastorno alimentario en general. Así
mismo, en el artículo 2 de este programa, es de rescatar la intención propuesta de
prevención para evitar mayores daños con el avance de estas enfermedades. Sin
embargo, con base en lo que se pudo observar en las diferentes investigaciones donde la
prevalencia de TCANOES es mayor a la de AN y BN, si se incluyera este tipo de
trastorno dentro del programa sería mayor la población en riesgo beneficiada con la
política.
De acuerdo al artículo 4, el órgano de aplicación se encargará de establecer los
mecanismos apropiados para la prevención y asistencia de los factores causantes de la
anorexia y la bulimia, en el que se deben tener en cuenta ciertos criterios como
campañas de educación en colegios, universidades, junto con talleres dirigidos a
educadores, padres y alumnos; la transmisión a través de los medios de comunicación
masivos de los riesgos de la bulimia y la anorexia; la necesidad de capacitar agentes de
salud comunitarios; la necesidad de orientar psicológicamente al paciente y su grupo
familiar; la necesidad de impulsar y fortalecer el desarrollo de estudios e investigaciones
sobre el tema; apoyar las acciones de prevención que realizan organizaciones no
gubernamentales de la sociedad civil. En este espacio, es donde el papel del psicólogo
debe ser fundamental, ya que es a través del conocimiento de diversas investigaciones y
criterios sobre este tipo de enfermedades desde donde se debe fundamentar la
137
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
prevención de la cual hace referencia el programa. Es por esto que en la creación de este
tipo de políticas publicas, en las que médicos, epidemiólogos, nutricionistas, políticos
tienen papeles relevantes; el psicólogo debe aportar desde el conocimiento académico y
experiencial buscando ser parte de las acciones de prevención que permitan una
intervención efectiva y real dentro de la población.
Así mismo, se hace necesario que las agremiaciones y revistas científicas
mantengan una rigurosidad sobre los consensos mínimos y los marcos de cientificidad
que son necesarios para sus publicaciones.
En este orden de ideas, la política de prevención de la anorexia y la bulimia en la
ciudad de Bogotá, al tratar
de impulsar y fortalecer el desarrollo de estudios e
investigaciones sobre los TCA, los cuales son clasificados en relación a la salud mental;
es parte del papel del psicólogo, el responsabilizarse por crear investigaciones verídicas
y ajustadas a parámetros validos de investigaciones que apoyen el diseño y sustenten la
creación de programas de salud publica. Para esto, el psicólogo debe tener en cuenta
criterios de realización de investigaciones acertadas, donde se tenga en cuenta la
relevancia que la epidemiología presenta en estos casos. Así, es primordial, el dar
importancia a los parámetros aportados por movimientos como la medicina basada en la
evidencia (Torres, 2006), donde se busca brindar bases para una adecuada investigación
epidemiológica, que tenga suficiente solidez científica para programas de intervención
pública. De esta forma, se hace viable un uso adecuado de los recursos disponibles
donde se cause el mayor impacto posible (Martínez & Martínez, 2002; citados por Gual
& Lahortiga, 2002).
138
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
La psicología, especialmente en la academia, debe vincularse más con la
creación de este tipo de políticas publicas de salud mental, ya que los conocimientos
que se pueden aportar permitirían dar mayor campo de acción a la psicología en los
programas de prevención y atención de diferentes trastornos, en este caso de los
trastornos de la conducta alimentaria.
Es posible plantear que en este caso, los ponentes del proyecto de acuerdo para
el programa de prevención de la anorexia y la bulimia en la ciudad de Bogotá, han
realizado conclusiones apresuradas sobre estos estudios analizados. Lo anterior, hace
perder la posibilidad de confiar en estas argumentaciones realizadas al no poder dar
cuenta verdaderamente del problema que se vive en la Ciudad de Bogotá.
Como dice Martínez & Martínez, (2002, citados por Gual & Lahortiga, 2002) es
necesario que haya una certeza razonable que se base en hechos y datos de que las
medidas que se piensen aplicar sean realmente efectivas. Así, es importante que se haga
un estudio epidemiológico de las verdadera prevalencia de estas enfermedades en la
Ciudad de Bogotá. De esta forma es posible establecer si el destino de los recursos
públicos que se dirigen a esta política, son de mayor prioridad a otras enfermedades
mentales, o si se deberían invertir los recursos disponibles de otra manera más eficiente
y en programas efectivos de acción para lograr un mayor impacto, como plantea Rist
(1994, citado por Ezzy, 2002), ayudando a tener una sociedad más justa y equitativa.
139
Evidencia Epidemiológica de Investigaciones del Programa para la
prevención de la Anorexia y la Bulimia
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