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SUMARIO
3ª ÉPOCA. AÑO V
Nº 14. 2001
Revista de la Asociación para la Defensa
y Difusión del Patrimonio Cultural
Edición
Grupo Cilniana de Ediciones
Centro de Adultos
C/ Miraflores, 4
29600 MARBELLA
Telf.: 952 77 59 75
Redacción
José Luis Casado Bellagarza
Rafael García Conde
Andrés García Baena
Francisco de Asís López Serrano
Antonio Luna Aguilar
Francisco Javier Moreno
Lucía Prieto Borrego
Alfonso Sánchez Mairena
Antonio Serrano Lima
Lina Urbaneja Ortiz
Diseño y maquetación
Pepe Moyano
4
7
26
39
45
54
57
Impresión
Graficamar
La Asociación Cilniana no se hace responsable de
las opiniones contenidas en los artículos firmados.
LIBRERÍAS COL ABORADORAS
(Marbella)
FM - Gral. López Domínguez, 12
HERMES - Avda. Mayorazgo
AREMAR - Avda. Arias Maldonado
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TA - Enrique del Castillo, 3
MAT
ZOCO - Valentuñana, 2
(San Pedro Alcántara)
BERMEJO - Marqués del Duero
DEL
TA - Avda. Oriental
DELT
Depósito Legal:
MA-845-97
ISSN 1575-6416
Título clave: CILNIANA
Foto Portada: Cortijo de Miraflores
(Cedida por la familia Llanos-Lavigne)
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73
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98
Cinco años en Cilniana
Francisco Javier Moreno Fernández
Agitaciones sociales en la tierra de Marbella a raíz de la
conquista castellana (1485-1509)
Catalina Urbaneja Ortiz
Mezquitas contemporáneas en la Costa del Sol
Francisco Javier Moreno Fernández
La Industria PPapelera
apelera de Benalmádena. Creación y
desarrollo de la "Finca Modelo de San Carlos" en Arroyo
de la Miel (1790-1806)
Juan Manuel Castillo Cerdán
Marbella entre el liberalismo y el proteccionismo.
El comportamiento de los precios del cereal en el
sex
enio democrático: la crisis de 1868
sexenio
Pepe Bernal
Imágenes de ayer
Una nueva estación al aire libre entre el Neolítico Final y
el Calcolítico Antiguo: El LLomo
omo del Espartal.
Marbella (Málaga)
Luis-Efrén Fernández Rodríguez, Ildefonso Navarro Luengo,
Mª Isabel Cisneros García, Juan Bautista Salado Escaño
y José Suárez Padilla
Río RReal
eal (Marbella, Málaga).. Un avance al estudio de la
cerámica del siglo VII a.C.
Pedro J. Sánchez Bandera, Alberto Cumpián Rodríguez, Antonio Soto Iborra,
Sonia López Chamizo y Rocío Díaz García
Una nueva necrópolis hispanomusulmana de ámbito
rural en el entorno de la Sierra de LLaa Utrera (Málaga)
Luis-Efrén Fernández Rodríguez, Juan Bautista Salado Escaño
y José Suárez Padilla
La villa romana de El Saladillo (Estepona, Málaga)
Alejandro Pérez-Malumbres Landa y Juan Antonio Martín Ruiz
Las huelgas de Hostelería de la Costa del Sol en el
tránsito de la Dictadura a la Democracia
Carmen R. García Ruiz
Los Pósitos de pescadores en la Costa del Sol
Occidental (1920-1937)
Manuel Morales Muñoz
CILNIANA
3
5
cinco años en
CILNIANA
N
o es una fábula ni tiene moraleja el relato
de esta pequeña historia de historiadores, y
no tanto ni tan poco, que han historiado, historian y hecho historia, reunidos patrimonialmente
inquietos, en una pequeña asociación, casi marginal en la consideración objetiva de sus objetivos, adjetivados de defensa y de difusión, objetivamente inofensivos y en la práctica, por la práctica de este ejercicio, involucrados hasta en sus
percepciones sensibles en un traveseo lúdico-festivo desviado, mas no degenerado, en un traveseo
no tan lúdico ni festivo, una travesía en el desierto más bien cabreada y, a veces, encabronada, de
una reivindicativa actitud de rebeldía, revelada
tras años de percepciones en entornos patrimoniales susceptiblemente afectados del mal de la
desconsideración y necesitados de una agitación
general, para poder extirpar otros sentimientos
tan perceptivos como los anteriores pero más generalizados y generados por, esta vez sí, una fábula de Cíbola, no sé si en siete ciudades pero
muy genéricamente calificados en otro entorno
patrimonial, no histórico, de generación de riqueza.
Y así esta historia presentada en presencia de un público reducido, no en tamaño intelectual sino en cantidad, localmente involucrado
en la localidad de sus sufrimientos, localizada y
circunscrita a un cotidiano ritmo vital de trabajo, familia, ilusiones, alegrías y tristezas, y que
tan locales están que quedarán al margen de los
4 CILNIANA
Francisco Javier Moreno Fernández
grandes contenidos patrimoniales nacionales e
internacionales para delimitar su efectividad y
resultado a la vehemencia de estos lugareños
patrimonialmente sensibilizados, que somos muy
pocos, menos de los imaginables, con nuestra
percepción emotivo-sentimental herida ante este
panorama inocuo de virtudes abstractas y utópicas, y escaldada por la abrumadora sensación de
que nuestra sensibilidad patrimonial es tan sensible como el patrimonio defendido.
Cinco años ha que la decisión de fomentar este conglomerado de virtudes tan extrañas
fructificó en este gremio de extraños personajes
cuyo patrimonio era el de todos, sin propensiones pecuniarias y con una voluntad dadivosa por
ofrecer nuestro saber patrimonial libre de cargas
y garantizado, en una entidad extrañamente denominada Cilniana, más no Gilniana, ni Siliana.
Un extraño lugar, por supuesto desaparecido y
mal ubicado, con evidentes dificultades fonéticas, mal interpretado en su recepción auditiva y
publicitariamente alejado de las teorías de la fácil asimilación.
Y allí, en la abstracción de este no lugar,
sin un duro, iniciamos este duro trabajo de intentar convencer y sensibilizar de que estas supuestas virtudes eran compartibles y compatibles
con esas otras personas, más de las imaginables,
que les importa más un duro que una piedra vieja, tan dura como las cabezas de los que afanosamente recolectan duros y que no apuestan ni un
CINCO AÑOS EN CILNIANA
duro por esas piedras viejas que entorpecen la
multiplicación de esos duros especulativamente
correctos y nada edificantes virtualmente. Edificios nada virtuales, poco abstractos y nada utópicos, repletos de insensibles duros destinados
a menesteres menos sensibles y nada
filantrópicos en la defensa de un entorno patrimonial socialmente correcto, percibido como un
sueño cursi de gráciles ciudadanos sensibles e
inmaculados niños disfrutando en armonía de los
pródigos obsequios que la historia nos ha dejado en virtuosas ciudades de respetos mutuos,
arqueológicamente respetadas, medioambientalmente cuidadas e históricamente satisfechas
en grandes zonas verdes, muy verdes y muy grandes, compositivamente equilibradas en un entorno de acordes consonantes y miradas placenteras.
Pero hete aquí, cuando nadie daba un
duro, con todo y sin nada, esa extraña agrupación de conservacionistas progresistas marginales, convencidos de nuestras virtudes sensibles e intelectuales, emprendimos la sana
conquista de esta entelequia patrimonial ignota e ignorada, nada reconocida y menos valorada, utilizando para ello convincentes herramientas lúdicas poco convencionales para
el fomento de esas depauperadas percepciones sensibles de los no tan patrimonialmente
convencidos pero no menos cultivados en
otras sensibilidades.
¡Cilniana! ¿Qué? ¿Quiénes? ¿Cuál es el
origen del extraño nombre de esa extraña agrupación de enigmáticos personajes? Tan complicada situación requería esfuerzo en imaginación
y precisión en su ubicación. ¿Dónde estáis? ¿Contra Gil o a favor? ¿Ideología? Ideología, la marca
registrada de los registros políticamente correctos o incorrectos. Miserias de la democracia. ¡Que
nos registren! Nuestra ideología el patrimonio histórico. ¡Ja Ja! No existe ese registro abstracto. O
con unos o con los otros. Con ninguno, sin un
duro, contra todos ¿sin un duro? Contra los que
están contra el patrimonio. Nadie. ¿Nadie? Pues
por lo menos contra los que no les gusta tanto,
contra los que tienen el gusto en desuso y las
papilas gustativas hartas de tragar quina material, de materiales materialistas, claro.
¿Asociación?, ¿colectivo?, ¿agrupación?,
¿fundación?, ¿sin dinero? Primero debatimos,
discutimos, luego reconciliamos y conciliamos un
resultado donde disponer utópicos y abstractos
ideales sobre esos extraños objetivos en un concilio de presidentes y juntas directivas conciliadoras para sobrevivir, conciliando objetivos confusos. Tanto un roto como un descosido. ¿Y si
nos encadenamos al Cortijo de Miraflores? ¿Pe-
dimos una subvención al entonces y hoy absolutamente ayuntado Ayuntamiento de las democráticas mayorías absolutas tan generadores de
riqueza? ¿Para qué? Paraguay ¿Probamos las dos
cosas o ninguna? Ninguna, pero patrimonialmente comprometidos en una nueva tarea redentora de remover conciencias y entrañas sobre tan
infravalorados entornos patrimoniales con la independencia por delante. Pendientes siempre de
esos pendencieros, aviesos agresores, osados
transgresores de nuestras subjetivas sensibilidades. Contra todos.
Un holding de ilusiones, multinacional
trasnochada, tomaba forma bastante informe
aún. Cinco minutos de entrevista para conocer Cilniana, si hay denuncia el doble a doble
espacio y en portada, que el interés patrimonial va in crescendo y ya ocupa un espacio considerable, pues despunta y sacándole punta
aún más tras las noticias nacionales, las internacionales, los deportes, las económicas, las
locales, Gil, la vecina descontenta y la falta de
aparcamientos. Qué bonito es el patrimonio
histórico. Cuántos monumentos e interesantes restos arqueológicos de contraportadas
amables para darnos a conocer amablemente
involucrados en la dinámica del si sale o no
sale. Hoy sí, mañana no, y lo dejamos para otro
día. ¿Te acuerdas de todas las denuncias públicas? Algo queda.
Revistas, libros, concursos, exposiciones, conferencias, jornadas, denuncias, sin un
duro. Estamos aquí, en este no lugar, para perder dinero. Altruistas independientes buscan
subvención para sobrevivir. No queremos ser
políticamente correctos aunque lo aparentemos. Ésta es una empresa de expresiones no
remuneradas. Graficamar es una bendición
irreverente de solidaridad, gracias. Subsidio a
cambio de protección. El silencio políticamen-
Cinco años ha que la decisión de fomentar este
conglomerado de virtudes tan extrañas
fructificó en este gremio de extraños personajes
cuyo patrimonio era el de todos.
te correcto entraña miserias, destierra verdades y acomoda voluntades. ¿Dónde está esa
reivindicativa actitud de rebeldía? La supervivencia nunca ha sido fácil.
Pequeñas estructuras mediáticas de pequeños medios de comunicación locales con
grandes personas perceptivamente sensibles
componen el mensaje como profesores a deCILNIANA
5
CINCO AÑOS EN CILNIANA
bate entre el interés
mediático y las percepciones sensibles de
utópicas
voluntades
regeneradoras y didácticas. Gracias Charo, Meme, Javier, Joaquín,
Jorge, Miguel. Marbella precisa receptores, que hay muy pocos, menos de los imaginables, potencialmente sensibles a las virtudes culturales, oscurecidos por la generosidad mediática y mediatizada de
nuestro alcalde y sus circunstancias
que más que circunstancialmente se
circunscriben a los juzgados de
Marbella, Málaga o Madrid. Ésa es otra
travesía en otro desierto. Os ha venido
muy grande. Nos ha venido muy grande a todos. No hay punto y final. Y ésta
sí que es la fábula de la Cíbola fabulosa, con
moraleja y réquiem por los que han caído y
caerán. Es un reguero de impotencia. Vuestros
académicos años de periodismo se reducen a
un monotema ya gastado por degenerado, tanto como las relaciones vecinales de favorables
y detractores. Ya nadie descubre nada, ninguna denuncia es tan noticia, ni ninguna opinión
ponderada.
Y nosotros mientras, en ese no lugar, en
Babia, generando otras riquezas más livianas y
dúctiles, intentando recomponer este paisaje de
tantas medias verdades y enfrentados a esa realidad nunca deseada y siempre abrumadora de
Quién levantó la voz cuando destruyeron las
pinturas murales del homenaje a Picasso en el
destruido mercado y qué importó que levantaras
la voz cuando destruían la Marina.
juegos y escarceos del te doy y me das o te quito, del todo negociable para sobrevivir. Si cedes
te fagocitan, si resistes te detractan sin retracto, si callas mueres. Y es que Marbella excluye y
la neutralidad cuesta tanto como la implicación.
Con todo y sin nada el producto de nuestros
patrimoniales conocimientos, humildemente
ofrecidos y tan poco conocidos como reconocidos, objetivamente académicos, muchas veces
denigrados y despreciados, otras enaltecidos y
tasados en el idioma de la bondad, ahí quedan
convertidos en inversiones intangibles de bienes futuros y duraderos, gratuitos, manipulables
por dúctiles y siempre recompensados con generosas plusvalías gozosas de complacientes reconciliaciones emocionales con el lugar donde
vives.
6 CILNIANA
En realidad a cuántos nos importa
que desapareciera el Premio Juan
Carlos de Poesía, y el
de Novela Ciudad de
Marbella, la Bienal de
Arte, el teatro, el último alfar de Marbella, la Colonia de El Ángel –pregúntale a los que viven allí–.
Quién levantó la voz cuando destruyeron las pinturas murales del homenaje a Picasso en el destruido mercado y qué importó que levantaras la
voz cuando destruían la Marina. Y
sólo importó lo que denunciamos
cuando se reparó. ¿Existe algún responsable responsable, culturalmente
cultural de todos estos desmanes? La
obviedad da grima y el oprobio queda
en juicio político que, subjetivamente administrado, sólo en consideraciones críticas sobre irresponsables omisiones suplidas por fastuosos fastos, muy publicitarios y muy vacuos, fundados en la inercia del ruido y las
nueces. Y todos tan contentos en esta década ominosa tan agresiva para nuestras
perceptivas y emocionales sensibilidades, que
más anda una burra si se le azuza que cuando se le da de comer.
Y andando entre tanta miseria, que no
me perdonen los identificados, a la puerta de
este no lugar, placentero por su ubicuidad y
falta de afiliación, con más fobias que filias,
huyendo del pedestal de las corrosivas vanidades y aparentando integridad donde no
puede haberla, estos conservacionistas progresistas marginales, aún más marginales
cuanto más conservacionistas y menos progresistas cuando el progreso se desvirtúa, dispuestos a suplir, sin un duro, esta penuria penosamente indiferente de nuestros padres y
tutores, clamamos emancipación por desidia
en los entornos patrimonialmente objetivos;
abogamos por muchos no lugares, organizados, sin un duro, en células de entusiasmo,
sin descanso, cargados de acritud crítica, sin
tregua, porque nuestro sitio es un estado de
sitio con fuego cruzado, sin munición, sólo
con la palabra.
Más reconfortado que maltrecho, abandono estas palabras confabulado con mi rebeldía a cuestas, abriendo la puerta de este
espacio sin sombra a otros ejercientes de magnanimidad utópica, generadores de ilusiones
y siempre obstinados en la rehabilitación de
sus conciencias, en este quinto aniversario de
parvedad y virtud. Queda un largo camino, sin
final.
AGITACIONES SOCIALES en la tierra de MARBELLA
a raíz de la CONQUISTA CASTELLANA (1485-1509)
Catalina Urbaneja Ortiz
Las capitulaciones firmadas en los momentos previos de la conquista de Marbella suponen
para los vencidos un corpus legal que les garantizaba la supervivencia dentro del nuevo orden
que se implanta en la ciudad. Su progresivo incumplimiento por parte de los Reyes Católicos
incidirá directamente en la estabilidad de la población mudéjar, siendo las agitaciones sociales
la nota más característica de este periodo.
Panorámica de Istán desde la Sierra del Real. Al fondo, la Sierra Blanca de Marbella.
U
na vez firmadas las capitulaciones que pondrían fin al dominio musulmán, Marbella y
su tierra se adhieren pacíficamente al poder castellano en una entrega sin brillantez, sin el rugido de la naciente artillería, un simple “acto de
relevo” entre dos fuerzas, la cristiana y la islámica,
al fin de un duelo multisecular, advirtiéndose un
tono de generosa legislación en las primeras disposiciones económicas para las tierras recién incorporadas 1 . Estos acuerdos supondrán el cuerpo legal por el que se regirán los mudéjares a
partir de ese momento y a cuyo cumplimiento
estaban obligados vencedores y vencidos. Por la
trascendencia que tuvieron en las relaciones previas al establecimiento del orden castellano, reseñaremos sus puntos más significativos:
Primeramente es asentado que
me darán y entregarán (…) libre y
desembargadamente los castillos y
fortalezas de la çibdad de Marbella
e de las villas de Montemayor e
Cortes, e de las otras fuerças de la
dicha çibdad e su tierra.
Ytem es asentado que yo tome
e reçiba so mi amparo e seguro
defendimiento real a todos los
vesinos e moradores de la dicha
çibdad e villas e logares de su tierra, e que no consentiré ni daré lugar que por mí ni por mis gentes
ni por otra persona alguna, les sea
fecha mal ni daño, ni desaguisado
alguno, ni les sea tomado cosa alguna de lo suyo. E que los que
quesyeren yr a bevir al Reino de
Granada, les mandaré pasar seguramente, e los que quesyeren yr a
CILNIANA
7
AGITACIONES SOCIALES
bevir allende, les mandaré asy mismo pasar seguros (…) E los que
quesyeren bevir en tierra de
Marbella o en otras qualesquier
partes de mis reynos e señoríos, les
mandaré dar en que bivan e moren2 .
Las capitulaciones de Marbella continúan
el esquema establecido para las poblaciones con-
La situación experimentará un giro considerable
cuando los mudéjares observen cómo los repartidores,
actuando en nombre y representación de los Reyes,
entregarán sus tierras a los repobladores cristianos,
aun cuando en las negociaciones previas a la rendición
se había acordado lo contrario
quistadas a lo largo de la campaña de 1485, observándose en algunos de sus apartados un afán
por conservar el estatuto personal del musulmán,
al tiempo que otros establecen medidas encaminadas a limitar sus libertades, reglamentando el
desalojo de las fortalezas existentes en el territorio conquistado. Un abandono que conlleva la
obligación de entregar las armas de fuego que
permanecieran en poder de los vencidos.
A pesar de estos compromisos, se detecta en el Monarca un altruismo que es interpretado por algunos historiadores como producto, no
sólo de la prisa por terminar una guerra larga y
costosa, sino también como un acto firmado sin
mucha convicción, en donde habría que poner
en duda la vigencia que en el ánimo del rey Católico pudieran tener estos textos 3 . En este sentido irán las actuaciones reales dado que, una vez
conquistada la ciudad, se dictarán normas para
su repoblación por familias castellanas en un número ilimitado4 . Un proceso repoblador que fomentaría no sólo el descontento de los vencidos,
sino también las desigualdades sociales al reforzar los cuerpos de élite con la dotación a caballeros y escuderos, de cuantiosos lotes de tierras,
reglamentando la distribución de la población
atendiendo a factores basados en la calidad de
los aspirantes, “quarta parte de cavalleros, escuderos con armas y cavallos; otra quarta parte de
mercaderes, oficiales y hombres tratantes; otra
de hombres de la mar y pescadores; y la otra
quarta parte de labradores”5 .
Además, ordenan un inventario de las tierras de labor que posee la ciudad para obtener
un total conocimiento de la superficie disponible, “y según ella, mandasen dar a cada uno la
parte que a su servicio y a la buena población de
8 CILNIANA
la ciudad vieran que correspondía”. Asimismo
deben enviar una relación de las casas existentes
atendiendo a su dimensión y calidad, “las principales, medianas y no tales”, para que las pudiesen adjudicar a cada uno según su nivel social y
económico 6 .
Finalmente se completaría este informe
con un padrón de los vecinos castellanos aposentados en Marbella a la espera de la asignación
de lotes “por sus nombres, quién y de qué suerte era cada uno (…) y también relación de las
Yglesias y Hospitales para que fuesen dotados
conforme entendiesen sus Majestades que convenía al servicio de Dios y de dichas Yglesias”7 .
Incentivándose la clásica distinción entre aquellos militares que habían colaborado en la conquista, generosamente compensados al
asignárseles un lote doble o quizás triple, y el
resto de los aspirantes, quienes sólo podrían acceder a uno. Todo ello sin excluir la erección y
dotación de iglesias “que suponen siempre capítulos importantes en cada reparto”8 .
La situación experimentará un giro considerable cuando los mudéjares observen cómo los
repartidores, actuando en nombre y representación de los Reyes, entregarán sus tierras a los
repobladores cristianos, aun cuando en las negociaciones previas a la rendición se había acordado lo contrario. Este progresivo desmantelamiento por parte de los funcionarios reales
aparece como una provocación al actuar en contra de los proyectos de la Corona, “que pretendía la permanencia de los mudéjares con objeto
de recaudar para sí los impuestos nazaríes”9 .
Las manipulaciones realizadas sobre el
patrimonio de los vencidos tienen su origen en
los propios Monarcas, quienes desde el momento de la conquista concederán a sus hombres de
confianza cuantiosas mercedes de tierras y casas
anteriormente pertenecientes a los musulmanes,
los cuales se verán traicionados al comprobar
cómo el incumplimiento de las capitulaciones se
evidenciaba paulatinamente10 . Tenemos constancia de la donación realizada en 1487 a Fernando
Vallejo, de un mesón y unas casas ubicadas en la
Puerta del Mar; en 1488 se le regalan al conde de
Ribadeo casas y tierras para la construcción de
un molino; a la iglesia parroquial de Santa María
de la Encarnación se le entregan un molino y seis
tiendas, además de las cuatro caballerías de tierra asignadas en el repartimiento. Igualmente a
los hospitales, ermitas y monasterios que se
mandaron erigir se les entregaron bienes suficientes para poder subsistir11 .
Estas transgresiones originarán graves altercados con los mudéjares, especialmente los
AGITACIONES SOCIALES
residentes en las alquerías del interior marbellí,
quienes consideraban la integración al sistema
político de sus ancestrales enemigos, precisamente por haberse gestionado entre las oligarquías
locales y no consensuada con toda la comunidad, una traición a sus intereses, generando un
descontento que pondría en peligro la pervivencia
del incipiente proceso repoblador.
Una situación de similares características se dio en las sierras del interior, en donde
los vencidos encontrarán las circunstancias más
propicias para provocar alteraciones, motivo de
fuerte inquietud para los recién llegados. La
inestabilidad social será generalizada en la campaña de 1485, arrancando la subversión desde
las primeras actuaciones efectuadas a raíz de la
conquista, en donde los comportamientos
indivi-dualizados conseguirán mover a la masa
hasta obtener unos resultados colectivos absolutamente impensables para los dominadores.
Los abusos que sobre los mudéjares ejercían
las autoridades cristianas fueron constantes e
incontr olados, denotándose un espíritu
revanchista que marcaba unas desigualdades sociales cada vez más profundas. Tampoco es ajena a ellos el resto de la sociedad cristiana que
no termina de aceptar la continuidad de los musulmanes en el territorio, pues tanto oligarcas
como repobladores se creerán en un status superior al de los vencidos 12 .
Las agitaciones sociales fueron extendiéndose como un reguero de pólvora por las
alquerías de Marbella y la Serranía de Ronda,
donde numerosos poblados se sumaron al descontento general. Al desencanto por la violación de los pactos habría que sumar la falta de
una política decidida por parte de la Corona
que, aunque deseaba la paz en los nuevos territorios, se veía incapaz de contener las aspiraciones de sus hombres de confianza.
Las fuentes documentales de la época,
especialmente en el período comprendido en-
Las agitaciones sociales fueron extendiéndose
como un reguero de pólvora por
las alquerías de Marbella y la Serranía de Ronda,
donde numerosos poblados se sumaron al
descontento general
tre 1485 y 1492, son cuantiosas y de su estudio se desprenden acciones que avalan lo anteriormente expuesto. Si en ocasiones se dictan
normas proteccionistas para la minoría
autóctona, otras veces nos encontramos con
El núcleo urbano, apiñado al pie de la Sierra del Real.
mercedes de tierras, casas, molinos, hornos,
mesones, etc., que pasarán a formar parte del
patrimonio personal de corregidores, caballeros, iglesias o monasterios. Citemos como ejemplo las donaciones efectuadas a dos destacados personajes, Juan de Lara, jurado de Ronda,
“de una parada de dos molinos en el río de
Ronda que eran de sus altezas” 13 y Nuño de
Villafaña, “por los muchos e buenos serviçios
que vos me avéis fecho (…) espeçialmente en
la guerra de los moros, (…) vos fago merçed de
un sytio de casas, que es en la çibdad de
Marbella, que está caydo, que solía ser orno de
pan coger14 .
Estas donaciones serán una de las causas determinantes de las violentas reacciones
que se producirán en la zona de Marbella, en
donde se perfila un hecho de interés económico al serlo de índole demográfico: la pronta
transformación en eriales y despoblados de localidades sucesivamente incorporadas15 por el
desmantelamiento del patrimonio mudéjar en
estos despoblados, ubicados junto al mar, y que
serán repartidos a la población castellana a pesar de las fuertes protestas de los vencidos.
CILNIANA
9
AGITACIONES SOCIALES
Para sosegar los ánimos se insta a los
musulmanes a presentar los títulos de propiedad
que avalen la presunta posesión de las tierras
disputadas, a sabiendas que éstos habían desaparecido en la guerra o nunca existieron. Ante la
manifiesta carencia documental, Juan Alonso Serrano decide continuar el repartimiento encomendado sin tener en cuenta las reivindicaciones de los antiguos propietarios.
El detonante de la revuelta mudéjar parte de la
antigua capital del reino nazarí, adonde se había
desplazado el arzobispo de Toledo fray Francisco
Ximénez de Cisneros. Durante su estancia en
Granada, el cardenal observó que la labor pastoral
realizada por Hernando de Talavera no lograba los
objetivos inicialmente previstos
La sentencia de Serrano nos llegó en una
transcripción del Siglo XVIII que se conserva en
el Archivo Municipal de Istán, formando parte del
expediente derivado del pleito que se había planteado entre los vecinos de este pueblo, el Concejo de Marbella y la Real Hacienda, sobre la delimitación de su término municipal, finalizando una
controversia que arranca de 1506. Como todos
los documentos de la época, necesita de varias
lecturas para llegar a una conclusión definitiva,
pero, una vez analizado en profundidad, la información que obtenemos sobre el reparto de las
tierras de los mudéjares a los repobladores castellanos nos permite establecer algunas conclusiones:
Juan Alonso Serrano parte de las alegaciones que hacen los mudéjares sobre las alquerías
despobladas del litoral de Marbella ubicadas en
los cursos bajos y medios de los ríos Verde,
Guadaiza y Guadalmedina y que fueron abandonadas tras la conquista. Por su parte, la ciudad
insiste en la legítima posesión de las tierras adjudicadas, e incluso pretenden ostentar la propiedad de las fortalezas de Montemayor y Cortes. Ante esta disyuntiva y tras consultar los documentos presentados al efecto, Serrano trata de
reconstruir las demarcaciones territoriales del
periodo islámico, entendiendo que los Reyes habían asignado a la ciudad, como parte integrante
de su término, el conjunto formado por los lugares y fortalezas antes citadas, “libre e desembarazado de los dichos moros, para que su Alteza
pudiese poblar de la gente que mandase” 16 .
Y por lo que respecta a las peticiones de
los musulmanes, deduce que no son justas, pues
al despoblarse una alcaría, su territorio se integraba en el término de la ciudad. Y en este caso
10 CILNIANA
los despoblados objeto de litigio, al haber sido
abandonados por sus vecinos en el momento de
la conquista, deberían formar parte indivisible de
los terrenos anexos a Marbella.
Partiendo de estas premisas, traza una línea imaginaria que uniría Marbella, Cortes y
Montemayor, justificando sus determinaciones en
base a este planteamiento: en las alquerías situadas al norte de ella (todas pobladas) podrían sus
habitantes continuar disfrutando de sus posesiones, en tanto que las ubicadas al sur (despoblados) serán repartidas entre los repobladores.
Una vez marcadas las pautas a seguir, el
estado de la cuestión que presenta el dictamen
de Serrano es el siguiente: Benahavís, Almachar,
Tramores, Daidín, Arboto e Istán, asentamientos
ubicados al norte de Montemayor, quedarán en
poder de los mudéjares. Las alquerías despobladas al sur de Montemayor (Esteril, Fontanillas,
Benimaurín, Benabolás y Nagüeles) pasarán a engrosar el término de Marbella y por consiguiente
se entregarán a los cristianos viejos.
Las peticiones de Ojén sobre Montenegral
no han lugar porque “su villa fue alcaría despoblada y su término fecho ansimismo de la ciudad”17 . En cuanto al Alicate, que se había despoblado con posterioridad a la anexión, parecía tener sus protestas fundamentadas al pedir las tierras que tuvieron anteriormente en el término
de Ojén, volviéndoselas a asignar en base a la no
existencia de despoblados entre éste y Marbella.
El dictamen de Serrano no convenció a los
mudéjares que continuaron con sus exigencias
hasta forzar al Concejo de Marbella a solicitar
una ratificación de la sentencia. La carta de confirmación fue dada en Alcalá de Henares el 9 de
marzo de 1498, aprobando la reforma del bachiller sobre “las casas y heredades, e términos e
alcarías pobladas e despobladas que a esa cibdad
e vecinos de ella dió. E la sentencia que sobre
ello por el fue dada, mandamos que agora, y de
aquí adelante se guarde y cumpla en todo y por
todo”18 .
Por lo que respecta a los despoblados, las
posiciones de Serrano y la Corona están plenamente justificadas pues, al tratarse de alquerías
costeras era imprescindible mantener a los mudéjares alejados de ellas para implantar población castellana en los territorios adyacentes a la
costa. Estas actuaciones se complementarán con
el repliegue de los mudéjares hacia la montaña,
distantes una legua del mar.
En resumen podemos decir que ésta fue
la tónica general en los años siguientes a la ren-
AGITACIONES SOCIALES
dición, inquietud y descontento que se manifiesta
con una mayor virulencia en las alquerías serranas, mientras que Marbella apenas si observó altibajos en el comportamiento de los mudéjares
replegados hacia la zona del interior. Las posteriores actuaciones de repartidores y recaudadores, especialmente en el cobro de los diezmos
para la Iglesia oficial, enardecerán los ánimos de
los vencidos a quienes las Capitulaciones eximían
de los impuestos eclesiásticos, yendo en aumento las hostilidades hasta abocar en la rebelión de
Sierra Bermeja.
LA REBELIÓN DE SIERRA BERMEJA
Fue el detonante de las tensiones acumuladas por la población musulmana tras su incorporación a Castilla, desencadenando a su vez un
rosario de acontecimientos que posteriormente
influirán decididamente en las alquerías del interior de la tierra de Marbella, especialmente Ojén,
Arboto e Istán19 .
Iniciaremos este apartado con un somero
estudio sobre la situación de los musulmanes en
los años posteriores a la conquista, así como las
actuaciones de la Corona, pues se constituirán
en el punto de partida de una resistencia que irá
in crescendo hasta el estallido de principios del
siglo XVI.
Siguiendo el espectro de las ordenanzas
encaminadas a conseguir la buena población de
Marbella, una de las primeras disposiciones consistirá en inventariar con fines tributarios el número de almas existentes en cada una de las alquerías mudéjares. Esta investigación debería
complementarse con una relación detallada de
las posesiones de los musulmanes, así como de
los impuestos que en otro tiempo pagaban al rey
de Granada.
En 1486 facultan a Juan Gutiérrez Tello,
caballero continuo de la Casa Real, para que visite las ciudades de Ronda y Marbella y se informe
sobre las personas que habitan en ellas y sus fortalezas, indagando las posibles vías para la captación de impuestos. Simultáneamente se ordena a los alcaides faciliten las investigaciones de
Gutiérrez “secreta y públicamente, espeçialmente
en la orden e manera que él entendiere que más
cumple a nuestro serviçio”20 .
De estas pesquisas emanarán nuevos
gravámenes para la población autóctona, que se
mostrará reacia a pagarlos pese al interés de los
funcionarios encargados del cobro. Este afán
recaudatorio viene a demostrar que, al menos
en los momentos posteriores a la anexión, la
percepción monetaria fue el único móvil que lle-
vaba a los castellanos a relacionarse con la población musulmana, la cual veía cómo a pesar de
lo pactado, soportaban unos nuevos amos con
enormes ansias de riqueza21 .
El cobro del primer servicio se lleva a cabo
en 1486 y que, por lo inesperado, provocará graves alteraciones sociales. En Gaucín y su tierra,
los rebeldes tomaron la fortaleza, antiguo símbolo del poder nazarí arrebatado por los vencedores, cuyo autoritario comportamiento no era
propicio a veleidades. Pese a ello, la presencia
de los nuevos señores no resultó un obstáculo
para que las acciones de protesta adquiriesen tintes dramáticos y sangrientos, la más significativa
acaso fuera el asesinato del alcaide y otros ayudantes que se encontraban en ella22 .
El aparato burocrático creado a los efectos de la percepción de los nuevos impuestos
exigió la dotación de poderes especiales a los
recaudadores para evitar los fraudes fiscales, aunque la mayoría de las veces eran ejercitados con
desmedido exceso sin preocuparse por las innecesarias molestias que podían causar a los contribuyentes23 . Los constantes abusos forzaron a
las autoridades de Ronda y Marbella a presentar
sus quejas ante la Corona, por entender que “en
las villas e logares de su comarca han fecho, e de
cada día dis que fasen en la dicha çibdad e en los
otros logares de los moros, munchos agravios e
synrrasones”24 . Ali Dordux también escribe a los
monarcas denunciando a los recaudadores por
abuso de poder, al cobrarles más cantidad de la
debida25 .
La insurrección mudéjar no detuvo el proceso de
bautismos, el cual se precipitará a partir de
enero de 1500, originando que las protestas se
generalizaran por el antiguo reino de Granada y
provocando estallidos de muy diversa índole
Consciente del incremento que están experimentando los descontentos, el rey adopta una
actitud conciliadora ordenando a los respectivos
concejos investiguen los hechos e indemnicen a
los damnificados. Consecuencia de esta situación
fue la marcha de un amplio sector de la población a otros lugares, originando un flujo migratorio que muy pronto alertaría a la Corona, temerosa del fenómeno despoblador que ya se venía detectando26 . Para evitar los masivos desplazamientos, se les insta por medio de edictos a
permanecer en sus lugares de origen, “que de
aquí adelante vosotros, ni alguno de vos, non vos
vayades a bevir ni morar fuera de la dicha Serranía e logares susodichos, donde vivíades quando
CILNIANA
11
AGITACIONES SOCIALES
vos tomamos por nuestros, a otras partes nin
logares algunos, so pena que qualquier que fuere
a bevir a qualquier logar o logares fuera, sea e
finique esclavo. E qualquier que lo fallare yéndose a bevir o saliendo fuera de su logar donde fuere
avezindado quando le tomamos por nuestro, lo
puedan dar e tomen, e todos sus bienes, muebles e raíes, sean para nuestra cámara e fisco”27 .
Recordando a alcaides y corregidores la importancia que tenía la difusión pública de estas disposiciones para evitar que los infractores alegaran ignorancia.
En 1489 la recaudación de los diezmos
resulta un tanto conflictiva, debiendo los recaudadores exponer a la Corona las incidencias producidas durante el periodo del cobro, y manifestar su temor ante los obstáculos que la población mudéjar está planteando por su decisión a no colaborar en el pago de tan discutible
impuesto. Una de las posturas más inquietantes es el incondicional apoyo que prestan a los
elementos más rebeldes y que viene a incidir
en la seguridad de los funcionarios reales, especialmente en la Serranía, no osando “ellos ni
otros algunos yr a la dicha tierra a les demandar cosa alguna de lo que les deben, (…) no
quieren que los maten, según lo tienen
çierto” 28 .
Esta beligerancia generalizada entre la
antigua población musulmana es patente en las
alquerías serranas de Marbella a pesar de que
el rey en septiembre de 1487, les había perdonado “todos los delitos çiviles e criminales que
avían cometido desde que la tierra se ganó hasta
Caserío de Arboto
12 CILNIANA
el día de la merçed, que es fecha a dies de
sitiembre”29 . Un perdón que venía condicionado al pago de 5.000 reales, entregados al conde de Ribadeo y Juan de Torres, repartidor, para
que los invirtiesen en aquellas obras públicas
que la ciudad necesitara con mayor urgencia. A
pesar del alto precio que suponía este indulto,
el comportamiento de los vencidos no cambió
substancialmente y las agitaciones pronto se
convirtieron en una constante.
Una disposición que evidencia el grado de
virulencia alcanzado en este período, especialmente agravado cuando los vencidos verán
incrementarse su sistema impositivo con nuevos
gravámenes. Así, los moros de las alquería de
Marbella tendrían que pagar al rey un diezmo
anual consistente en 4 fanegas de trigo que en
esta primera etapa no se pudo cobrar “por no
estar la tierra segura”30 .
El detonante de la revuelta mudéjar parte
de la antigua capital del reino nazarí, adonde se
había desplazado el arzobispo de Toledo fray
Francisco Ximénez de Cisneros. Durante su estancia en Granada, el cardenal observó que la labor pastoral realizada por Hernando de Talavera
no lograba los objetivos inicialmente previstos.
Para agilizar la misión evangélica adopta drásticas medidas conducentes a la pretendida integración espiritual. Estos clérigos actuarán paralelamente, mostrando con este comportamiento
las discrepancias existentes entre ambos. Fray
Hernando de Talavera había dictado unas ordenanzas que formaban un cuerpo jurídico que él
mismo denominó Tabla de ordenaciones. La característica general de
esta normativa era la
dureza, pero su publicación no originaría problemas entre
los afectados, pues el
trato personal que el
arzobispo tenía con
ellos, la defensa de
sus intereses ante la
Corona y el municipio y la santidad personal del prelado
doblegaron cualquier
brote de resistencia e
insumisión y mantuvieron la paz durante los primeros
años31 .
Por su parte,
el cardenal Cisneros
trata de aplicar sus
propios criterios so-
AGITACIONES SOCIALES
bre la evangelización del pueblo musulmán, mediante los cuales había que bautizar a los hijos
menores aún en contra de la voluntad de sus padres, no dudando para ello en utilizar medidas
coercitivas pese a las fuertes polémicas que estos planteamientos generaron en Granada.
La respuesta del Rey ante la situación que
plan-teaban estas dos actitudes contra-puestas
fue un tanto salomónica, limitán-dose a otorgar
una cédula dando poder e instrucciones a su
mayordomo, Enrique Enríquez, sobre las
gestiones que debía realizar ante el problema de
tipo religioso imperante en los territorios recién
incorporados a Castilla.
La normativa contenía aspectos tan puntuales como la creación de una comisión integrada por Enríquez y los jerarcas de Granada,
cuyos acuerdos al respecto deberían ser
consensuados. Se limitarían a bautizar a todos
cuantos lo pidieran voluntariamente y quedaba
expresamente prohibida la imposición forzada de
este Sacramento, matizando que, en caso de denotar rebeldía entre las masas, y antes de actuar,
debían consultar a los Reyes, incluyéndoles su
parecer. Los monarcas mandarían hacer “lo que
se haya de fazer”32 .
Pese a todo, Cisneros decidió actuar por
su cuenta, provocando con su intransigencia la
revuelta del Albaicín. Enterado el rey de estas
agitaciones escribe al conde de Tendilla, capitán
general de la Alhambra y responsable del orden
público, pidiéndole justificase el origen de la inestabilidad social y ordenándole serenase los ánimos de los rebeldes, sin castigar más que a los
culpables, “y estos tales casos, más son para que
siga el seso que no la rigor, que para esto avía de
ser tiempo y lugar”33 .
El cardenal trató de evitar los contactos
con la corte iniciando su personal visión
evangelizadora mediante el uso de la violencia.
Para ello trató de eludir la jurisdicción de Talavera
y conseguir facultades inquisitoriales contra los
elches –cuya cristianización había llegado a obsesionarle– desobedeciendo las órdenes emitidas por los monarcas y negándose a salir de Granada so pretexto de que estaba convirtiendo a
muchos 34 .
Una oleada de alteraciones será la respuesta a lo que consideraban una transgresión de lo
capitulado durante el cerco de Granada. Las agitaciones iniciadas en el Albaicín serán secundadas incondicionalmente por los alpujarreños,
cuya revuelta costará tres meses en ser sofocada, siendo la consecuencia más destacada el hecho de que, a partir de estos acontecimientos,
los Reyes Católicos se consideraron liberados del
compromiso formal que suponían las Capitulaciones35 .
La insurrección mudéjar no detuvo el proceso de bautismos, el cual se precipitará a partir
de enero de 1500, originando que las protestas
se generalizaran por el antiguo reino de Granada
y provocando estallidos de muy diversa índole36 .
Domínguez Ortíz y Vincent señalan la existencia
de cuatro focos principales en espacios y momentos diferentes que, arrancando de los hechos
acaecidos en el Albaicín en 1499, se prolongarían hasta la rebelión de Sierra Bermeja en 1501.
Estos puntos conflictivos los ordenan
cronológicamente siguiendo este esquema:
En diciembre de 1499 tiene lugar la sublevación del Albaicín de Granada. A consecuencia de dicha revuelta, prende en el ánimo de los
alpujarreños los predicados de los granadinos y
se produce el levantamiento de las Alpujarras en
enero de 1500. En octubre de 1500 se rebelan
los mudéjares de la Sierra de Filabres y la comarca de Níjar, Almería. Finalmente, en enero de
1501, las protestas de los mudéjares alcanzan su
punto culminante en las serranías de Ronda y
Villaluenga, con la denominada rebelión de Sierra Bermeja37 .
Para no extendernos en unos hechos sobradamente conocidos, nos limitaremos a reseñar brevemente el desarrollo de la contienda en
tierras de la Serranía de Ronda, dado que los
municipios que venimos estudiando a lo largo
de este trabajo se encuentran ubicados en las
estribaciones de Sierra Bermeja38 .
Con posterioridad a su incorporación a
Castilla, la población musulmana de los medios
rurales venía dedicándose a las actividades agrícolas, mientras que en las ciudades eran fundamentalmente artesanos, sin que en principio su
status ocasionara roces entre los nuevos vecinos.
Podríamos afirmar que las relaciones no originaron situaciones de tensión o rechazo por parte
de los cristianos debido, fundamentalmente, a
que tenían espacios separados y también por el
tipo de actividad económica que desarrollaban,
incidiendo en esa ausencia de conflicto39 .
El siglo XVI se inicia en nuestra comarca
con la revuelta de los mudéjares, esa minoría
marginada y descontenta que decide refugiarse
en Sierra Bermeja, desde donde practicarán el
bandidaje y las incursiones a las tierras bajas que
ahora pertenecían a los castellanos. Esta llegada
masiva recibirá una buena acogida en muchas
alquerías serranas, especialmente Daidín y
Arboto, que pasarán a constituirse, merced a su
CILNIANA
13
AGITACIONES SOCIALES
total aislamiento y su valor estratégico, en el
núcleo ideal para sus correrías. La revuelta no
tuvo la misma aceptación entre la población mudéjar, siendo destacable la violencia que los alzados experimentaron hacia los bautizados, a
quienes consideraban traidores a los preceptos
islámicos.
mundo creencial y vivencial es considerado inviable por las autoridades políticas y religiosas,
condenando a toda la comunidad a un criptoislamismo que abarca desde el mantener en secreto sus creencias religiosas hasta sus mitos y
profecías 45 .
L a subDaidín
versión de la SeLos sucesos desencadenados en Sierra Bermeja y el
vivió momentos
rranía había
de especial virudrástico cambio experimentado por la Monarquía con puesto en pelilencia al asesirespecto a la situación jurídica de los vencidos, serán gro una incinar los sublevapiente convivenfactores determinantes para que la población
dos a dos misiocia sostenida
neros que se ha- musulmana empiece a plantearse la necesidad de huir por unos falsos
bían desplazado
hacia el Norte de África
cimientos, en
desde Sevilla
donde la enepara proceder al
mistad multisebautismo de sus vecinos 40 y, merced a su proxicular y el permanente estado de guerra entre esmidad al litoral, fue convirtiéndose en punto de
tas dos comunidades estaban muy arraigados,
partida de cuantos rebeldes pretendían cruzar el
haciendo más difícil la posible integración de los
Estrecho de una forma subrepticia.
nuevamente convertidos y cuyo fracaso se demostrará definitivamente en la rebelión de los
Los acontecimientos presentaban difícil
moriscos acaecida en 1568.
solución y la pacificación del territorio sólo era
posible adoptando medidas contundentes. Para
Y por lo que respecta a las alquerías de
ello, los Reyes enviaron al Conde de Ureña y a
Sierra Bermeja que tan eficazmente colaboraron
con los rebeldes, durante unos años continuarán
Don Alonso de Aguilar, quienes penetran en la
sus actividades rutinarias aunque muchos de sus
Serranía a fin de reducir a los sublevados que
vecinos desarrollarán un latente espíritu subverpermanecían atrincherados en Calaui. Las circunssivo que se manifestará con especial énfasis en
tancias les fueron adversas, siendo derrotados la
los frustrados intentos de fuga que realizarían
noche del martes 16 de marzo, causando un gran
entre 1506-1509.
número de bajas, entre las que debemos destacar la muerte de don Alonso de Aguilar a manos
del Feri de Ben Estepar41 . El duro revés experiHUIDA DE ISTÁN Y BATALLA DE RÍO VERDE
mentado por el ejército cristiano induce al rey a
intervenir personalmente y poner fin a los enfrenCuando Marbella se rinde al monarca castamientos42 .
tellano, lo hacen con ella todas las alquerías que
constituían su distrito, junto con las fortalezas y
Una vez pacificada la tierra, se inician una
castillos incluidos en el mismo, Montemayor, Corserie de negociaciones entre las que destacaretes, Alicate “y otros diez lugares alderredor de
mos la autorización a los rebeldes para marchar
aquella ciudad”46 . Mediante estos acuerdos, firal Norte de Africa, aunque esta vez no se les permados el 8 de junio de 1485 por el Rey Fernando
mitía llevar ninguna pertenencia. Una excepción
y los “moros que estavan en la dicha nuestra
a esta norma la constituyen los vecinos de Daidín,
çibdad e villas de Montemayor e Cortes”, los venlos cuales van a sufrir la misma suerte reservada
cidos se sometían a un nuevo status: vasallos y
a los malagueños catorce años antes43 .
súbditos naturales de los monarcas, haciéndoles
entrega al mismo tiempo del “castillo e fortaleCon posterioridad a esta revuelta, y hasta
zas de la dicha çibdad e otras villas e castillos de
1510, se prosiguió la campaña de evangelización,
su tierra”47 . Además, en ellas se establecen unas
pero ahora intentando que las conversiones fuecondiciones de obligado cumplimiento para amran sinceras, organizando una red de iglesias
bas partes que, en síntesis, son:
parroquiales capaces de acoger al cada vez más
numeroso grupo de cristianos nuevos44 . La im-Protección real a todos los vecinos de la
posición de un nuevo credo profundizaría aún
ciudad, villas y lugares de su tierra.
más las diferencias ya planteadas entre dos co-Promesa de proveer de viviendas a cuanmunidades obligadas a una forzosa convivencia,
tos optaran por quedarse.
en la que continuaría detectándose por parte de
-Restitución de cautivos cristianos y moros.
la población musulmana un aferramiento a sus
-Autorización para marchar a todos los que
tradiciones islámicas. La perpetuación de su
así lo deseasen.
14 CILNIANA
AGITACIONES SOCIALES
Este último punto adquiere otras connotaciones al ampliarse el ámbito de “destierro pacífico”, pues como sucede en los acuerdos pactados con otras ciudades, en él no se limita el
espacio geográfico, sino que comprenden tanto
a los habitantes de la ciudad como a los de sus
villas y lugares.
E que no consentiré ni daré lugar que por mí, ni por mis gentes,
ni por otra persona alguna, les sea
fecho mal ni daño, ni desaguisado
alguno; ni les sea tomada cosa alguna de lo suyo.
E los que quesyeren yr a bevir
allende, les mandaré asy mismo
pasar seguros, a ellos e a sus bienes que pudieren sacar e levar de
la dicha çibdad e villa de
Montemayor e su tierra.
Los que libremente decidieran quedarse
podrían a cambio mandar emisarios a tierras
norteafricanas para negociar su posterior marcha. Si la respuesta era positiva tendrían a su disposición “navíos en que ellos pasen seguramente”. También se contempla la posibilidad de que
no estuviesen dispuestos a recibir a los exiliados
marbellíes, comprometiéndose el rey a acogerlos y proveerles de morada “e en todo serán de
mí bien tratados, como servidores e vasallos
míos”48 .
El espíritu colaboracionista que se deduce de estas actuaciones iniciales se verá alterado
con el devenir de los tiempos, cuando vencedores y vencidos se sientan discriminados y
comiencen a sentirse mutuamente antagonistas.
Unos inicios difíciles que ya presagian las alteraciones desarrolladas a principios de la siguiente
centuria.
Ahora bien, si entendemos que estas capitulaciones fueron extensibles a todos los lugares que permanecían bajo la jurisdicción de
Marbella, podemos realizar un estudio de su contenido para contextualizarlas con la situación que
posteriormente se vivirá, en donde presión fiscal, usurpaciones de tierras y violencias a nivel
personal, irán originando un descontento que,
aún sin nexo directo con los acontecimientos de
principios de siglo, es evidente que hubo de estar relacionado con ellos49 .
Los sucesos desencadenados en Sierra
Bermeja y el drástico cambio experimentado por
la Monarquía con respecto a la situación jurídica de los vencidos, serán factores determinantes para que la población musulmana empiece
a plantearse la necesidad de huir hacia el Norte
de Africa, pese a las reiteradas prohibiciones y
los duros castigos impuestos a los fugados.
Sería absurdo pensar que tras el fracaso
de los acontecimientos de 1501 se apaciguarían los ánimos. Todo lo contrario, la pérdida
de sus libertades como grupo diferente sirvió
de acicate para que las conspiraciones, los contactos con sus hermanos de Berbería y las fugas clandestinas aumentaran considerablemente.
Berbería era el punto donde confluían los
sueños y la esperanza de libertad de los mudéjares granadinos constituyéndose en tierra de promisión cuyo medio físico, muy similar al del Reino de Granada, les alentaba al retorno. Por otra
parte, y además de poder ejercitar libremente sus
creencias islámicas, contarían con espacios suficientes para desarrollar una economía centrada
mayoritariamente en las explotaciones agrícolas,
al ser “tierra fértil y abundante de mucho pan,
trigo, cevada y ganados, y los moradores poseen
los más hermosos campos de Affrica”50 .
Cruzar el Estrecho, con o sin licencia, suponía una meta anhelada por todos, ya que allí
se encontraban aquellos hermanos que no quisieron someterse al yugo castellano. Las fugas
provocaban el recelo de los cristianos, temerosos de las represalias que pudieran surgir a raíz
de la llegada al Magreb de estos emigrantes, pues
era una evidencia que con ella se incrementaba
la efectividad de las acciones de los corsarios por
suministrar información sobre los cristianos en
el mar y la localización de pedanías fáciles de ser
asaltadas desde la costa51 .
Factor determinante en el auge de las huidas, así como en su éxito final, lo constituye la
aparición de la piratería. Numerosos musulmanes, una vez asentados en tierras africanas, organizarán estas expediciones con unos objetivos
meramente especulativos: el hurto, la rapiña y,
muy especialmente, la captura de esclavos para
abastecer los mercados argelinos.
Este tráfico humano se había incrementado merced al despegue espectacular que experimenta el corso, vinculado siempre a la guerra,
de la que se surtía principalmente. El corso
magrebí vive su momento de esplendor después
de conquistado el reino de Granada cuando, a la
tradicional aprehensión de ganados y hombres,
se sume la recogida de grupos andalusíes ansiosos por abandonar la Península Ibérica. De aquí
surge un doble problema: por una parte, se producirá la despoblación de amplias zonas rurales
y por otra, el manifiesto estado de malestar que
se plantea en los señoríos, donde el incondicioCILNIANA
15
AGITACIONES SOCIALES
nal apoyo de los nobles hacia los mudéjares deja
entrever una interesada complicidad.
Para desarrollar estos asaltos a la costa,
los piratas necesitaban la colaboración de sus
hermanos granadinos, pues una empresa de ta-
La narración de lo acontecido puede sintetizarse
en la decisión de los vecinos de Istán de
embarcarse rumbo a Berbería en Mayo de 1506,
ayudados por algunos norteafricanos venidos
expresamente para tal fin
les características no podría obtener los frutos
perseguidos sin contar con la complicidad de los
moriscos asentados en zonas próximas al litoral.
De esta mutua necesidad surge, especialmente
en la comarca de Ronda, el bandolerismo bajo la
forma de monfíes que, como señala Gil Sanjuán,
tiene un carácter sociorreligioso que lo diferencia señaladamente de otros tipos de bandidaje,
pues no sólo era el lucro lo que les movía a lanzarse al monte, sino más bien el deseo de combatir a un enemigo opresor, cuyo rigor en la mayoría de los casos habían experimentado en sus
propias carnes52 .
Los monfíes eran musulmanes que, terminada la guerra, se habían marchado a Africa a fin
de liberarse del yugo castellano. A ellos se les
unirán los que huyeron posteriormente y ambos,
alistados en las bandas de piratas asentadas en
la costa africana, prestarán valiosa información
sobre la situación de las ciudades andaluzas de
la costa mediterránea 53 . Estas incursiones no
hubieran sido posible ni obtenido éxito de no
contar con el estado de animadversión que hacia
sus nuevos vecinos experimentaban los moriscos,
soliviantados por las correrías y pillajes de que
les hacían objeto los cristianos 54 . El apoyo incondicional y la complicidad de los criptomusulmanes residentes en las alquerías del interior
y relativamente próximas a la costa, facilitándoles el acceso a las playas, sería determinante para
este tipo de aventuras.
Todas estas circunstancias que potenciaron las fugas a Berbería, incidirán decididamente
en la demografía del antiguo Reino de Granada,
fenómeno analizado por diversos autores que
destacan la importancia que este vacío demográfico tuvo para las zonas deshabitadas55 .
Paulatinamente se irá tejiendo una red de
impedimentos legales encaminados al control de
la población morisca. En marzo de 1501 se les
prohíbe la residencia en la costa y la posesión de
16 CILNIANA
barcos; el 26 de julio una nueva cédula les daba
15 días para abandonar el litoral56 , sucediéndose
una serie de pragmáticas hasta llegar al punto
culminante: la negativa a que abandonen las tierras peninsulares. Un cambio de actitud que manifiesta el interés por retenerlos en sus lugares
de origen, aunque para ello tuvieran que incrementar el cobro de los derechos de tránsito57 .
Las condiciones impuestas por la Corona
para los desplazamientos a Berbería se fueron
endureciendo a partir del Quinientos, no quedándoles a los mudéjares otra alternativa que la fuga
clandestina. Los exilios colectivos, muy numerosos entre 1500 y 1510, atestiguan la decepción
de los moriscos, la profunda raigambre de su
cultura peculiar y la incompatibilidad entre las
dos civilizaciones58 .
Por lo que respecta a la zona que nos ocupa, los Reyes otorgan libertad a todos los mudéjares de la Serranía para que puedan pasar al norte
de Africa “pagando veynte doblas por ombre”59 .
Un precio excesivamente alto que sólo podrán
sufragar unas cuantas familias y que nos hace
pensar si el interés por retenerlos no se debió a
fines lucrativos, pues a decir verdad, la Corona
pretendía deshacerse de los miembros más pudientes de la comunidad mudéjar, a fin de poder
desarticularla y someterla más fácilmente60 .
La presunta colaboración de los
corsarios en estas huidas despierta el recelo de
las poblaciones castellanas, las cuales, y pese a la
vigilancia desplegada sobre las actividades de los
musulmanes, se verán impotentes para controlar este movimiento migratorio, cuyo momento
álgido puede ubicarse entre los años 1507-1509,
coincidiendo con la crisis política abierta tras la
muerte de la reina y un aumento de la actividad
pirática en las costas mediterráneas61 .
La connivencia de los moriscos con el
ámbito norteafricano cuenta con una aliado de
excepción: el medio físico, al que habría que
sumar el profundo conocimiento que de playas y ensenadas poseen muchos monfíes, así
como los numerosos despoblados costeros,
convertidos en pueblos fantasmas, “que de la
noche a la mañana aparecen habitados para
tornar a estar desiertos poco después”62 . Estas prolongadas extensiones de playas desiertas en donde anteriormente se encontraban
núcleos de población, se constituyen en auténticas madrigueras que proporcionan refugio a los fugitivos, “tránsitos de alijos de pólvora y embarcaciones que les permitían acceder a las costas de España y a efectuar tierras
adentro el rescate de moriscos o la captura de
cristianos”63 .
AGITACIONES SOCIALES
Un trasiego que no hubiera sido posible
de contar el litoral con las poblaciones que históricamente había mantenido hasta la reconquista. La política castellana, obcecada en retirar de
la zona costera a los musulmanes, había ocasionado la despoblación de numerosos asentamientos de época islámica y cedidos sus terrenos a los conquistadores, quienes muestran una
clara preferencia por vivir en las ciudades.
Sobre el absentismo de estos pobladores
castellanos debemos extraer una consecuencia
determinante: la desertización de grandes extensiones de campiña junto al litoral, que se convierte en un atractivo más para los corsarios
berberiscos. Es lo que sucede con el espacio que
discurre entre Marbella y Estepona, cinco leguas
de camino serpenteante junto a una playa peligrosa tanto en invierno como en verano, en donde apenas se vislumbra algún aislado caserío y
cuyos moradores se verán impotentes para evitar las incursiones y pillajes de los piratas64 .
Alentados por un utópico sueño de libertad, los mudéjares de Istán deciden huir clandestinamente hacia el norte de Africa con la esperanza de asentarse en una tierra que aparecía ante
ellos como un nuevo Paraíso, un lugar del que
tenían idílicas referencias respecto a la calidad
de la tierra, producción, ganados y en donde sus
moradores son gente rica. Labran sus tierras,
cogen mucho trigo y cebada, y tienen un gran
número de ovejas y de vacas65 .
Otro incentivo lo constituían las reiteradas trabas legales a las manifestaciones de los
rasgos del mudejarismo66 . La no posesión de armas o la quema de libros islámicos son
medidas que empiezan a socavar “uno de
los factores más importantes del sentimiento de identidad
nacional y de grupo:
la lengua” 67 . Tales
mandatos eran difícilmente aceptables
para los musulmanes,
quienes presenciaban
expectantes cómo se
les iba despojando
paulatinamente de
aquellos elementos
más destacados de su
peculiar cultura, fuertemente enraizada en
los conceptos coránicos con los que se
identificaban plena-
mente, pues los musulmanes casi nunca reniegan de su fe y se sienten unidos a sus correligionarios por fuertes lazos68 .
La manifiesta fidelidad de los moriscos con
los preceptos coránicos puede considerarse el elemento más destacado y determinante que justifique este afán por escapar a las duras condiciones que el nuevo orden político les estaba imponiendo. A partir de 1505 comenzaron las prohibiciones sobre los baños, la venta de vino, la costumbre de apadrinar en bautismos y casamientos de los nuevamente convertidos, el degüello
de reses, el uso de trajes árabes, etc., para que,
“en adelante no haya más memoria de las cosas
de moros”69 , siendo cuestionable este intento por
hacer desaparecer una secular cultura .
A raíz de su incorporación a Cas-tilla, los
moriscos de Istán habían experimentado algunos
cambios fundamentales en su vivir cotidiano,
esencialmente los más importantes habría que
adscribirlos al ámbito ideológico y confesional.
Por el contrario, la vida cotidiana transcurría por
los mismos derroteros, continuando en la posesión de sus tierras y vendiendo los productos agrícolas en Marbella, en un trasiego e intercambio
de productos y mercancías multisecular que no
había cesado con el cambio político70 .
Las excelentes relaciones comerciales que
se daban entre Marbella y su alquería, evidencian que las circunstancias, los razonamientos que
puedan esgrimirse para analizar esta fuga, no son
consecuencia de una especial enemistad y
enfrentamientos entre ambas comunidades, sino
que deben adscribirse al estado de agitación so-
Torre de Escalante
CILNIANA
17
AGITACIONES SOCIALES
cial que experimentaban todas las alcarías de
población netamente musulmana. El empecinamiento de los cristianos viejos en evitar este filtro de población criptomusulmana hacia tierras
africanas nos parece un comportamiento desconcertante, pues, si tenemos en cuenta el ambiente de crispación que se estaba viviendo en estas
zonas, deberíamos detectar una cierta complicidad para favorecer las huidas.
más vulnerables a cualquier contratiempo, a pesar de la presencia de los monfíes encargados de
conducirlos a la costa.
La convivencia no resultaba fácil para los
castellanos, pues se suceden los robos y asaltos
en los caminos por parte de los musulmanes, los
cuales hacen alarde de la posesión de armas en
contra de la normativa, amedrentando a los que
se arriesgan a internarse en las sierras71 . Estos
salteadores, precursores de los monfíes, serán el
centro de atención de la Corona, que amenazará
con fuertes penas a quienes no entreguen sus
armas a las autoridades correspondientes72 . Evidentemente, la fuga de Istán no es un fenómeno
aislado, pues ya se había originado la de Casares
en 1500; igualmente se poducirán otras con posterioridad, entre ellas las de Frigiliana y Almáchar
en 1507, Lagos un año más tarde, Ojén en 1509
o Maro en 1511. En total, la provincia de Málaga
perdió una cuarta parte de su población 73 .
De estos acontecimientos conocemos la
versión castellana: “A mediados de Mayo de mil
quinientos y seis havían hecho cinco justas de
Moros de allende en que havían venido ochocientos y más, concertados con los cristianos nuevos
del dicho lugar para llevárselos allende con todos sus bienes. Y sabiéndolo los vecinos de la
ciudad, havían salido peleando con ellos,
desvaratado y muerto trescientos y veinte moros, se havían cautivado y perdido muchos de los
otros. Y tomándoles lo que llevaban, que valía
mucho, en lo qual havían sido muertos, heridos
y maltratados muchos de sus partes, perdiendo
muchos cavallos”76 .
Por lo que respecta a los hechos, debemos atenernos a la información emanada de las
fuentes archivísticas, especialmente el pleito
mantenido entre el concejo de Marbella y los
herederos de Francisco de Vargas sobre delimitación de tierras. Estos documentos, aunque no
muy ricos en detalles, nos permiten extraer algunas conclusiones. La narración de lo acontecido
puede sintetizarse en la decisión de los vecinos
de Istán de embarcarse rumbo a Berbería en Mayo
de 1506, ayudados por algunos norteafricanos
venidos expresamente para tal fin. Se encaminan
hacia la costa salvando la distancia que la separa
del pueblo por el valle del río Verde, mas cuando
están próximos a la costa, les salió al encuentro
la gente de guerra que, procedente de Marbella,
intentaron evitar tan tumultuosa fuga. La rapidez de sus actuaciones pone de manifiesto la
existencia de algún delator entre los moriscos
de la misma forma que, años más tarde, se daría
en Ojén 74 . Asimismo, evidencia el permanente
estado de alerta en las ciudades costeras debido
tanto a la inseguridad de la costa malagueña como
a la rapidez con que los berberiscos actuaban,
haciendo vivir a la población en un estado de alarma perpetua 75 .
El choque adquirió un alto grado de violencia debido a que no se trataba de un grupo
homogéneo de personas en pie de guerra, simplemente eran familias enteras las que pretendían huir, con niños y ancianos que les hacían
18 CILNIANA
El encuentro fue brutal y las consecuencias dramáticas, pues murieron gran parte de los
fugados, en tanto que los supervivientes sufrieron penas que oscilaron entre la esclavitud y las
galeras.
Este párrafo nos plantea algunas cuestiones de difícil explicación. En primer lugar, las cifras nos parecen disparatadas, “habían venido
ochocientos y más”, demasiados refuerzos para
una comunidad tan pequeña como la que nos
ocupa. Más adelante, en lo que se refiere al número de bajas, tampoco nos merece mucha credibilidad pues afirman “haber desbaratado y
muerto a 320 moros y cautivado y perdido muchos de los otros”. Los datos recogidos por el
conde de Tendilla son más reales, los vecinos de
Marbella que pelearon con los moros mataron a
250 y “prendieron y cativaron otros y que los
moros hirieron algunos christianos y les mataron algunos cavallos”77 . Asimismo, sabemos que
los animales muertos ascendían a 18, más otros
El encuentro fue brutal y las consecuencias
dramáticas, pues murieron gran parte de los
fugados, en tanto que los supervivientes
sufrieron penas que oscilaron entre la
esclavitud y las galeras
que estaban por morir aunque el número es impreciso. Pensamos que el elevado porcentaje presentado por Marbella no está exento de interés,
pues buscaría una buena compensación por parte de la Corona78 .
Resulta incuestionable el perfecto conocimiento que sobre las vías de acceso al mar poseían los fugados, igualmente conocerían los
AGITACIONES SOCIALES
obstáculos que planteaban y las formas de eludirlos, pero la propia naturaleza de la expedición
mermaría considerablemente la capacidad de acción de los adultos. Sobre lo que no hay duda es
el paraje donde se produjo el encuentro, “en la
boca de río Verde”79 . Un lugar impreciso, pero la
matización de una testigo morisca, Leonor de
Setenil, hacen afinar aún más las posibilidades,
pues hay dos puntos en que confluyen los caminos de Ronda, uno de ellos en Puerto Romero y
el otro junto al río Verde, actualmente conocido
como El Ángel y por el que nos decantamos.
El número de bajas no se corresponde con
los testimonios que tenemos de los supervivientes, pues si partimos de un contingente compuesto por unas 1.295 personas, y Marbella asegura
que las bajas ascendieron a “trescientos y veinte
moros”80 , aún nos quedarían 975 supervivientes,
¿cómo entendemos que la mayoría de los
moriscos interrogados al respecto afirmen que
“murieron los más de los moros”?81 .
No obstante esta apreciación, conocemos
el testimonio de dos personas que intervinieron
activamente integrando el comando de
marbellíes, Juan de Ávila se encontró en la batalla, “e vido que ubo muertes de los vezinos de
Ystán (…) e otros quedaron cavtibos”; Juan
Sánchez de Segovia también participó en ella, “e
a lo que se acuerda (…) murieron muchos moros
e otros quedaron cavtibos”.
El número de participantes facilitado por
Marbella pudo estar sobrevalorado en base a que
estos datos forman parte de la documentación
del pleito ya aludido, en donde ambos reivindican la posesión de los terrenos de estos moriscos.
Posiblemente traten de magnificar la hazaña para
justificar el derecho a estas tierras, ya que a raíz
de su intervención los Reyes Católicos se las entregan por merced, aunque más tarde reconsideran este acto y las otorgan a Francisco de
Vargas.
Asimismo, contamos con testimonios de
algunos de los moriscos presentes en este encuentro. Respecto a las declaraciones de estos
testigos debemos hacer una aclaración: eran muy
jóvenes en el momento de la batalla, por lo que
sus relatos pueden adolecer de rigurosidad, lo
que nos obligó a cruzarlos a fin de obtener una
mayor fiabilidad. Los más pequeños no tienen
una noción concreta de los acontecimientos, explicando sólo lo oído de sus padres que, en líneas generales, suelen coincidir con los de sus
compañeros de aventura 82 .
De las narraciones manejadas, hemos optado por presentar la relativa a Leonor de Setenil,
viuda de Antón Martín, “vezina del lugar de Ystán,
criptiana nueva de setenta años, poco más o
menos”. Si bien en otro momento de su declaración especifique “que es de hedad de casi noventa años poco más o menos tiempo”. Resulta interesante la imprecisión de estas personas al establecer su edad. Calculando el año en que tiene
lugar este interrogatorio, 1551, la fecha de los
acontecimientos relatados, 1506, se observa que,
si a los 46 años transcurridos se suman los dieciséis que dice tener en ese momento, nos encontramos con una edad estimada de aproximadamente 62 años. Cabe la posibilidad de que tampoco tuviera los quince o dieciséis años confesados sino algunos más, lo que nos lleva a entender el por qué de esa clarividencia en su relato,
en donde no faltan nombres, lugares y circunstancias exactos:
“Era donzella quando se quisieron pasar aliende los vezinos de
Ystán, que sería de quinze o diez y
seys años (...) E como el año de
quinientos e seys, por mayo, un
biernes, que se acuerda esta testigo, susçedió que se quisieron pasar aliende los vezinos de Ystán.
Fue la batalla junto a Río Verde,
donde vençieron los de Marvella e
llevaron a este testigo a Marvella a
casa de Alonso Río, escribano de
Marvella. E de allí vinyeron de Granada un Domingo Pérez, e Palomino, e Fernando de Hita, e la llevaron a ella e a otros a Granada”.
Allí la quisieron enviar a Alemania
junto con otras doncellas, pero la
muerte del rey Felipe el Hermoso
consiguió paralizar el proyecto,
quedándose en la Alhambra, “en
casa del Conde de Tendilla, agüelo
del conde de Tendilla que agora es.
Y estuvo nueve años e medio en su
casa, e después le libertó e se vino
a bivir al lugar de Ystán”.
Calibrar con exactitud el número de vecinos existentes en Istán en 1506 es tarea imposible
dada la carencia de fuentes documentales al respecto. Tan sólo hemos podido conseguir una cifra
que ni siquiera afirmamos sea aproximada, dado
que es una información indirecta, pues obtuvimos
los nombres del inventario de las tierras asignadas
a Vargas tras la fuga de los moriscos de Istán. En
esta relación no sólo se mencionan a los antiguos
propietarios de las tierras expropiadas, sino que
aparecen las personas cuyas posesiones coinciden
en los linderos. Es evidente que quedarían por tanto excluidos aquellos vecinos carentes de tierras,
por lo que incidimos en su provisionalidad.
CILNIANA
19
AGITACIONES SOCIALES
Ahora bien, si partimos del cómputo de
adultos mayores de dieciséis años que residen
en 1493, momento en que son censados para el
pago de las guardas de la costa, las cifras presentan fuertes contradicciones, pues nos encontra-
El temor que la noticia de la fuga de los vecinos de
Istán plantearían a la comunidad recientemente
asentada debe entenderse como expresión del temor
suscitado por la presencia de los monfíes,
especialmente ante la posibilidad (...) de que
aprovechasen su estancia en la zona costera para
atacar la ciudad y volver a sus lugares de origen con
un suculento botín
mos con 87 hombres, “cabía cada uno honze
ducados cada quatro meses”. Este número de
vecinos se incrementa levemente dos años más
tarde, contabilizándose 90 varones, los cuales
pagarán en total 270 reales 83 . Por nuestra parte,
no realizamos un sondeo demográfico para determinar el total de la población en torno a esta
cifra, 90 hombres, por considerar que la misma
no equivale al número de vecinos sino a los varones en edad de contribuir. Más suerte tuvo
Chavarría Vargas en Comares, donde contabilizó
unos 1.500 habitantes partiendo del conjunto de
pecheros que contribuían en el pago de la farda84 .
¿Ocultaciones? Es un margen demasiado
amplio para ello y, caso de que la situación fuese
a la inversa, habría que aceptar esta diferencia
como personas fugadas esporádicamente hacia
el norte de Africa, pero lo que se detecta es un
incremento de aproximadamente 80 vecinos, los
cuales, además, poseen tierras dentro del término municipal. Un signo demasiado evidente como
para que las autoridades castellanas lo desconocieran y no lo tuviesen en cuenta a la hora de
recabar el impuesto, a pesar de que los fraudes
en los empadronamientos fueran práctica habitual durante el Antiguo Régimen. Si los mudéjares huían en busca de nuevos horizontes en donde poder desarrollar libremente sus creencias, hay
que justificar la actitud de los marbellíes como
un intento por conseguir una paz estable. Muchos son los autores que han destacado que las
relaciones entre las poblaciones musulmana y
cristiana no originaron situaciones de tensión,
en parte debido a los intereses contrapuestos que
defendían, pues si los repobladores castellanos
estaban asentados en las ciudades, los mudéjares permanecían en las sierras del interior desempeñando una labores diferentes sin que se
estorbasen mutuamente para el desarrollo de sus
respectivas actividades85 .
20 CILNIANA
El temor que la noticia de la fuga de los
vecinos de Istán plantearía a la comunidad recientemente asentada debe entenderse como
expresión del temor suscitado por la presencia
de los monfíes, especialmente ante la posibilidad –nada desdeñable por haberse dado con anterioridad en lugares cercanos– de que aprovechasen su estancia en la zona costera para atacar
la ciudad y volver a sus lugares de origen con un
suculento botín86 .
Y a los monfíes se achaca, en la documentación relativa a los hechos que venimos estudiando, el clima de terror que se detecta entre
los cristianos viejos, de ahí que la presentemos
como el motivo central de su conducta
obstaculizadora a una marcha, preparada minuciosamente para cruzar el Estrecho, “con çiertos
moros de Berbería que avían venido por ellos e
que los llevaban en su guarda”, justificando sus
actuaciones en base a la posibilidad de que “se
pasaran aliende con ellos si no saliera la jente de
Marvella, e con jente de guerra armada diera en
ellos. E ubo entre ellos batalla muy reñida, en la
qual vençieron los cristianos a los moros vezinos
de Ystán. E mataron los más dellos e cativaron
los que quedaron vivos, e quedaron por esclavos”87 .
La esclavitud era una consecuencia de la
guerra, y estaba sometida a un reglaje específico, pues sólo estaba permitido esclavizar a los
infieles y enemigos de la fe católica. De ahí que
la lucha contra el Islam estuviera plenamente justificada y por ende el sometimiento de los musulmanes, considerados como los principales
enemigos de la fe, encontrando aquí el pretexto
para reducirlos a esclavitud88 , una amenaza que
había venido batiéndose sobre los mudéjares
desde el tiempo de la conquista.
Ya en 1488, tres años después de la incorporación a Castilla, se dirige una real cédula a los
alcaldes de Ronda, Casarabonela y Marbella, recordando a los musulmanes que los Reyes les
habían permitido vivir en sus casas y haciendas
“con toda paz e justiçia”, y a esta generosidad se
respondía con un constante deseo de marcharse
a vivir fuera89 . En consecuencia, se les prohíbe la
pretendida movilidad geográfica obligándoseles
a permanecer en sus lugares de origen bajo pena
de esclavitud y pérdida de bienes 90 .
Del encuentro de río Verde se desprenden
dos consecuencias de carácter social y una tercera con un marcado acento económico: la muerte
de un gran número de mudéjares y la esclavitud
de los supervivientes determinarán el descenso
de la curva demográfica en la zona, y, finalmente, la expropiación de sus bienes, la cual incidirá
AGITACIONES SOCIALES
decididamente en las relaciones Marbella-Istán,
manteniéndose en permanente litigio durante
toda la Edad Moderna91 .
Teniendo en cuenta que la mayor parte de
los adultos perecieron, nuestro punto de partida
para analizar el grado de virulencia que adquirió
la batalla lo constituyen aquellos testimonios de
niños y adolescentes que participaron en ella
como pasivos y temerosos espectadores. Insistimos en la importancia que debemos otorgar a la
edad que tenían en 1506, una media de nueve
años, algunos de los cuales apenas si tienen una
noción exacta de lo acaecido, estando sus relatos condicionados a la objetividad de sus predecesores. Asimismo, y en apoyo de estos datos, la
correspondencia del conde de Tendilla sobre los
hechos es vital para concretar las actuaciones,
no siempre correctas, de los oligarcas marbellíes
alentados por la perspectiva de un botín que, las
propias palabras del conde nos lo confirman, fue
suculento 92 .
Los prisioneros, a los que deberíamos considerar exclusivamente “botín de guerra”, pueden dividirse en tres grupos:
a) Los menores de 12 años.
b) Las mujeres esclavizadas,
c) Los varones mayores de 12 años enviados a galeras.
Del primer apartado apenas si tenemos
otros datos que las propias experiencias de los
interesados, quedando en el aire numerosas cuestiones que resumimos en este interrogante, ¿qué
fue de estos niños? Si sus familiares murieron o
fueron condenados a galeras y esclavitud, ¿cómo
lograron sobrevivir si es evidente que sólo los
menores resultaron ilesos?93 Las órdenes emitidas por el Rey a Tendilla fueron precisas: debía
tomar en depósito “los hombres y mugeres y sus
hijos, de la dicha alcaría que se pasavan allende”
y darles una ocupación suficiente para poder costear su sustento hasta que se decidiese sobre su
futuro94 .
Posteriormente se procederá a hacer uso
del botín de guerra, compuesto por personas y
bagajes. Sobre éstos no deben hacerse demasiadas conjeturas, pues serían repartidos entre
los participantes. Los prisioneros corrieron la
misma suerte que sus vecinos de Benahavís y
Daidín cinco años antes, en que la Corona decidió venderlos95 . La denominada “cabalgada de
Istán”, puso de manifiesto la rapacidad de los
castellanos, pese a que el botín apresado, sin
necesidad de hacer distinciones sobre su naturaleza, fue requisado por parte del estamento
oficial.
Desde Granada se apremia con insistencia en la devolución a la Corona todo lo aprehendido en río Verde, pero los ostentadores se resisten a ello, debiendo transcurrir un largo trimestre para que consideren esta orden. A fin de inventariar lo apresado, se otorga un poder al granadino Juan de Peralta para que se desplace hasta Marbella e hiciese “pesquisa de todos e
qualesquier bienes muebles y rayzes e
semovientes y cabeças de los dichos veçinos de
Estaon y de los moros que en la dicha cavalgada
se tomaron, y los saqueys de poder de
qualesquier personas en que lo susodicho
estoviere”96 .
En cuanto a los esclavos, nos encontramos con tres situaciones distintas, según el sexo
y la edad. Por una parte están los esclavos que
pasarán a engrosar el servicio de los dirigentes
granadinos; luego tenemos aquellos muchachos
que serán acogidos por clérigos y, finalmente, las
mujeres que, acompañadas de algún hijo, fueron
vendidas en el mercado granadino. Para justificar esta distribución debemos volver al documento matriz, hacer una nueva lectura de las confesiones de estos cristianos nuevos y de su análisis, presentar unas conclusiones que estimamos
objetivas conforme al desarrollo de los hechos.
Un primer paso, previo a la distribución
de estos moriscos, consistió en depositarlos bajo
la custodia del escribano Alonso del Río hasta
A pesar de estas represiones, las consecuencias de las
huidas se prolongarán durante un dilatado espacio de
tiempo, traspasando el ámbito territorial. Muchos de
estos fugados arrastrarán consigo una fama de
insumisos que les condicionarán durante toda su vida
tanto llegasen las personas encargadas de conducirlos a Granada, “Domingo Pérez, Palomino y
Fernando de Hita”97 . Luego se procedería a integrarlos en el servicio de clérigos y notables o
ponerlos en venta para obtener un beneficio que
paliase en parte los gastos que habían ocasionado con su actitud subversiva. Este comercio se
constituía en práctica habitual, dado que la mayor parte de los esclavos musulmanes que se vendían en Andalucía procedían del Reino de Granada ganados en algún episodio bélico, aunque también debían abastecer los mercados de la ciudad
del Darro para con ellos responder a la demanda
del comercio interior.
Autores como Franco Silva han señalado
peculiaridades del comercio de esclavos tan significativas como su precio, el cual venía condiCILNIANA
21
AGITACIONES SOCIALES
debería ser ejemplar si lo que se pretende es
poner en práctica los preceptos evangélicos100 .
Por lo que respecta a los prisioneros de
río Verde, hay constancia de que Francisco
Atayfor, debido a su corta edad, confiesa unos
cinco años “poco más o menos” que bien podrían llegar hasta los tres en base a nuestros cálculos, fue sacado en brazos de aquel infierno101 .
La muerte de sus padres y hermanos le habían
dejado solo ante aquella multitud que peleaba y
vociferaba, siendo conducido a Granada donde
permaneció en la Alhambra al servicio del capellán Juan de Rojas, “e ansí estobo cabtivo, aunque no se podía dezir cabtivo porque aunque sirvió a este capellán, se le dió livertad”. Su cautiverio duró nueve años, “e bolvió al dicho lugar de
Ystán siendo ya de doze años”, y según sus propias referencias, su libertad se debió a que pertenecía al grupo de los más jóvenes y haber exigido se le aplicase la norma que, en líneas generales, se había establecido para los restantes prisioneros102 .
Vivienda adosada al muro Oeste de la Torre de Escalante
cionado, entre otras razones, por la edad y el
sexo, considerando de primera importancia el
tener buena salud, ser joven o estar embarazada, valores en alza sobre la mujer comprendida
entre los quince y los veinticinco años, que era la
más apreciada del mercado98 .
Si la posesión de esclavos daba prestigio
social por ser un artículo que realzaba el concepto de riqueza, no es de extrañar que estas jóvenes fueran repartidas entre la nobleza granadina, bajo cuya custodia permanecerían hasta terminar sus condenas 99 . Una vez concluido este
período, algunas de ellas volvieron a su lugar de
origen, desconociéndose el destino de las no retornadas.
La posesión de esclavos por parte del clero es habitual a lo largo de toda la Edad Moderna, con ello se consigue ayuda tanto para las tareas domésticas como para otros menesteres no
aptos para clérigos (cuidado del huerto y de algunas cabras, recados, etc.) aunque pudiera ser
la cara más suave de la esclavitud, pues el comportamiento del amo con respecto al esclavo
22 CILNIANA
A las mujeres con hijos menores se les
permitió llevar a sus vástagos al cautiverio, observándose pocas objeciones a la permanencia
de estos grupos familiares incompletos 103 . La
marcha hacia Granada no pudo realizarse hasta
el mes de septiembre, es decir que durante cuatro meses estos prisioneros permanecieron en
poder de los notables de la ciudad, dispersos y
rotas las familias. Gracias a la minuciosidad de
la correspondencia de Tendilla podemos concretar y afirmar la dispersión antes mencionada:
“Hay prisioneros en Ronda”. La explicación la
encontramos en el apoyo que su alcaide,
Hernando Enríquez, prestó a la gente de
Marbella, persiguiendo a los que se habían internado en la sierra. Su recompensa consistió
en la toma de esclavos para su servicio, pero
aún en vísperas del traslado a Granada seguía
reacio a devolverlos104 .
Igualmente, el alcalde de Benahavís tenía
aprehendidos algunos prisioneros y el de la fortaleza de Almayate retiene a un moro que encontró huyendo por aquella zona. A ambos se les
ordena los entreguen para conducirlos a su destino. El desplazamiento de este contingente humano se realizó por el camino real que atravesaba el piedemonte costero y que, partiendo de
Málaga, iba hasta Gibraltar por las tierras del interior, pasando entre otras por las villas de Coín
y Monda. Se trataba de un grupo deshecho física
y moralmente por las circunstancias que les había tocado vivir, un contingente que avanzaría con
lentitud, siendo necesario acortar las jornadas
para que pudieran llegar a su destino en buenas
condiciones físicas.
AGITACIONES SOCIALES
Monda contaba con un mesón ubicado en
un lugar de paso, en donde los viajeros reponían
fuerzas e incluso podrían abastecerse de pienso
para las caballerías105 . Las buenas relaciones que
Istán mantuvo con esta villa habían facilitado
enlaces matrimoniales entre los vecinos de ambos pueblos, por lo que muchos de ellos estaban
estrechamente vinculados por lazos de sangre y
amistad106 . La permanencia en este lugar de los
prisioneros despertaría la curiosidad de los musulmanes de esta villa, los cuales se acercaban al
establecimiento para ver el estado en que se encontraban107 .
La existencia de los cautivos, especialmente si eran de guerra, era imprescindible para el
funcionamiento de algunas sociedades mediterráneas del Antiguo Régimen, pues en ellos se
basaban los elementos fundamentales que las
sustentaban especialmente como fuerza motriz
para impulsar las embarcaciones, ocupación que
no hubiera podido realizarse con la misma eficacia de no contar con ellos. El cambio de los sistemas náuticos, al aumentar el calado de las galeras y variar los procedimientos de boga, acrecentaron la necesidad de contar con un mayor número de brazos108 . Las especiales circunstancias
que se daban en el reino, con la creciente necesidad de hombres para impulsar las embarcaciones en un momento en que la conquista y colonización de América empezaba a consolidarse,
contribuirían en el incremento de la demanda de
fuerza motriz. Las galeras estaban consideradas
como uno de los trabajos más duros, peor remunerados y degradantes socialmente, de ahí que
para el hombre de esta época no presentaran ningún aliciente.
Ante esta perspectiva, la Monarquía se
veía necesitada de ocupar fundamentalmente a
los esclavos en las galeras, enviando a ellas a
todos los condenados por delitos graves. No
obstante, el condenado tenía su dedicación limitada al tiempo que duraba su pena y, una vez
obtenida la libertad, dejaba de desempeñar esta
tarea109 .
Marbella, en su calidad de ciudad costera,
a cuyo puerto solían llegar navíos extranjeros para
cargar los productos elaborados en su zona de
influencia –pasas, lino, seda, etc.–, debería de
contar con un centro receptor de hombres para
el remo y, en las circunstancias del momento que
nos ocupa, se convertiría en punto de reclutamiento de los prisioneros moriscos. Así nos lo
confirman las fuentes documentales, en las que
además inciden todos los testimonios, designando a “Don Ramón” como el propietario de las
galeras y el que más cautivos acaparó. Según
Antón de Atayfor estuvo en ellas catorce años110 .
Con estos castigos ejemplares, la Corona
intentaba salvaguardar su autoridad y ponerla de
manifiesto antes estos forzados súbditos, aunque dudamos de su efectividad pues, al menos
en lo que respecta a la tierra de Marbella, no sería ésta la última fuga que protagonizasen los
criptomusulmanes. Autores como Domínguez
Ortiz y Vincent consideran que “las huidas de
1502-1512 atestiguan la imposibilidad, para muchos moriscos, de soportar vejaciones y pesquisas después de su conversión forzosa”111 . La
marcha de los moriscos de Ojén acrecentará el
problema demográfico que ya se viene detectando en la zona del litoral marbellí, preocupando
seriamente a las autoridades, quienes no veían
una solución al problema de la despoblación112 .
Sólo la oferta de las tierras abandonadas por los
fugados, puestas en arrendamiento por el concejo de Marbella y los oligarcas de las respectivas alquerías, conseguirá compensar en parte el
descenso demográfico, siendo la llegada de musulmanes procedentes de otras tierras para asentarse en los lugares abandonados un hecho que
incide en la característica más acentuada de este
grupo social, destacando la movilidad como una
constante en el comportamiento de los
moriscos113 .
A pesar de estas represiones, las consecuencias de las huidas se prolongarán durante
un dilatado espacio de tiempo, traspasando el
ámbito territorial. Muchos de estos fugados arrastrarán consigo una fama de insumisos que les
condicionarán durante toda su vida.
En 1519, transcurrida ya más de una década de los acontecimientos analizados, tiene
lugar un pleito entre la condesa de Benavente,
Beatriz de Pimentel señora de Montejaque y
Benaoján, y la ciudad de Ronda por cuestiones
jurisdiccionales y de límites114 . El señorío había
sufrido un fuerte descenso demográfico a raíz
de la rebelión de la Sierra de Villaluenga, cuando
la mayor parte del vecindario de Montejaque se
unió a los mudéjares rebeldes115 . A pesar de que
su recuperación fue rápida, este hecho pudo influir en el ánimo de la señora, detectado en las
objeciones que pone a los testigos presentados
La integración de los musulmanes en la sociedad
castellana era un difícil reto que necesitaría un
proceso paulatino en el que ambos grupos
aportaran parte de su legado cultural sin perder
los valores fundamentales de cada una de ellas
por Ronda, “porque los más dellos son vezinos
en la çibdad de Ronda y en su tierra criptianos
nuevos, ombres de muy poca fe y no suelen dezir
CILNIANA
23
AGITACIONES SOCIALES
verdad por juramento de criptiano y antes y al
tiempo que juraron y depusieron, eran
salteadores y matadores de criptianos y estavan
y están huydos de la tierra de Ronda, en Oxén y
en otros lugares, donde se llaman veçinos para
asy yr a allende”116 .
De estas “tachas” se pueden sacar algunas conclusiones, acaso la más destacada sea su
rechazo hacia los criptomusulmanes y el perfecto conocimiento que tiene sobre las particularidades de cada uno de ellos, pese a que muchos
procedían de la tierra de Marbella. De los 74
moriscos relacionados en este memorial, la mayoría de la provincia de Málaga y algunos de
Cádiz, sólo 15 pertenecen a la jurisdicción
marbellí, aunque no podemos dar a esta cifra
un valor absoluto pues en muchos “tachados”
no se expresa su lugar de origen o de vecindad 117 .
La integración de los musulmanes en
la sociedad castellana era un difícil reto que
necesitaría un proceso paulatino en el que
ambos grupos aportaran parte de su legado
cultural sin perder los valores fundamentales
de cada una de ellas. La falta de este avance
lento y progresivo por el rechazo de los cristianos viejos y la hostilidad de los moriscos
a aceptar los nuevos cánones inciden en un
hecho tan lamentable como la aculturación
de esta minoría 118 .
Notas
1
GARCÍA Y GUZMÁN, A.S.: “Aportaciones para el estudio y reconstrucción del pretérito hinterland económico de Marbella”, 1964. Original mecanografiado.
2A.G.S., R.G.S., V-1489, f. 231. Se trata de un traslado a petición de
Mahomad Guahatil Almoravid, vecino que fue de Marbella, actuando en
nombre y representación de “Los otros moros de la dicha çibdad e villas” con el fin de reivindicar los derechos contenidos en estas Capitulaciones ante el colectivo de los cristianos viejos.
3ACIÉN ALMANSA, M.: Ronda y su Serranía en tiempo de los Reyes
Católicos. Málaga, 1979, p. 317.
4
URBANEJA ORTIZ, C.: “El proceso castellanizador de Marbella tras
la etapa musulmana (1485-1585)”, en Romero, nº 3, Marbella, 1995, pp.
36-47, “quantos más cupieran”.
5A.M.I.: Executoria de los autos seguidos entra la ciudad de Marbella,
la Real Hacienda y el concejo y pobladores del lugar de Ynstán, f. 98.
6
Ibidem, fols. 98-99.
7
Ibidem, f. 99.
8LADERO QUESADA, M.A.: Granada. Historia de un país islámico.
Madrid, 1989, pp. 274-276.
9
ACIÉN ALMANSA, M.: Op. cit.
10
CARO BAROJA, J.: Los moriscos del Reino de Granada. Istmo, Madrid, 1985, pp. 41-42.
11CURIEL, F. A.: Málaga y los Trinitarios. 500 años de fidelidad,
Antequera, 1988, p. 19: “Por este mismo tiempo dieron los Reyes Católicos una ermita de Santa Catalina, con el título de Capilla Real, a Fray
Guillermo el ermitaño, hombre de singular virtud y raro ejemplo, quien
permaneció en su posesión hasta el año de 1500. En dicho año hizo
donación de ella a la Orden Trinitaria”.
12LÓPEZ DE COCA CASTAÑER, J.E.: “Málaga. Del Islam al Cristianismo (1239-1570)”, en Historia Diario Sur, Prensa Malagueña, Málaga
1993, 2 vols, pp. 282-283.
13
A.G.S., C.M.C, 1ª época, leg. 35, s.f.
14Ibidem, R.G.S.: V-1488, f. 6.
24 CILNIANA
GARCÍA Y GUZMÁN, A.S.: Op. cit.
A.M.I.: Executoria..., f. 102v.
17 Ibidem, f. 103.
18
Ibidem, fols. 105v-106v.
19
Muchos han sido los autores que se han ocupado de este tema,
entre otros: ACIÉN ALMANSA, M.: Ronda y su serranía ...; LADERO
QUESADA, M.A.: Granada. Historia... y LÓPEZ DE COCA CASTAÑER, J.E.:
La tierra de Málaga a fines del siglo XV, Granada, 1977.
20
A.G.S., R.G.S., VII-1486, f. 67.
21
CARO BAROJA, J.: Op. cit., p. 43.
22
A.G.S., C.M.C., 1ª Época, leg. 35, s.f.
23
VILLEGAS RUIZ, M.: El encabezamiento: Nueva modalidad de recaudación de rentas en la época de Carlos I. Universidad de Córdoba, 1995, p.
38.
24
A.G.S., R.G.S., VI-1488, f. 162.
25
Ibidem, VII-1488, f. 196.
26
CARO BAROJA, J.: Op. cit., p.42. Este autor señala que “La subversión social y económica fue muy grande ya desde el primer momento
de la conquista”.
27
A.G.S., R.G.S., X-1488, f. 281.
28
Ibidem, C.M.C., 1ª época, leg. 35, s.f.
29
Ibidem.
30 Ibidem.
31
AZCONA, T.: “Diversos criterios sobre la conversión de los moros de Granada”, en Cristianismo en Andalucía, XX Siglos, Madrid, 1990,
pp. 139-143.
32
Ibidem, pp. 143-146.
33 LADERO QUESADA, M.A.: Los mudéjares de Castilla en tiempos de
Isabel I. Valladolid, 1969. Fragmento de la transcripción de una carta del
rey Fernando el Católico, que se encuentra en la Biblioteca Nacional,
manuscrito 3.315.
34
SUBERBIOLA MARTÍNEZ, J.: Real Patronato de Granada. El arzobispo Talavera, la Iglesia y el Estado Moderno (1486-1516), Caja General, Granada, 1985.
35
CARO BAROJA, J.: Op. cit., p.51.
36
LADERO QUESADA, M.A.: Los mudéjares de Castilla y otros estudios
de historia medieval andaluza, Universidad de Granada, 1989, pp 133168.
37
DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. y VINCENT, B.: Historia de los moriscos.
Vida y tragedia de una minoría, Biblioteca Revista de Occidente, Madrid,
1978, pp. 17-19.
38
BENÍTEZ SÁNCHEZ-BLANCO, R.: “Lectura de las coplas de Sierra
Bermeja”, en Revista de Literatura, Tomo XXXV, Instituto Miguel de
Cervantes, Madrid, 1969, pp. 73-90. Hace un minucioso estudio de los
romances escritos sobre esta rebelión.
39
COLLANTES DE TERAN SÁNCHEZ, A.: “La sociedad urbana, cambios en las ciudades andaluzas en la Baja Edad Media”, en Historia 16, nº
73, Madrid, 1982.
40 LÓPEZ DE COCA CASTAÑER, J.E.: “Málaga, del Islam...”, p. 287.
41
MÁRMOL Y CARVAJAL, L.: Historia del rebelión y castigo de los
moriscos del Reyno de Granada, Imprenta Sancha, Madrid, 1797, p. 126.
42
Conocida es la polémica existente entre diversos autores sobre
la ubicación geográfica de la batalla de río Verde. La muerte en ella de
Don Alonso de Aguilar, dio origen al romance del mismo nombre. Al ser
un tema especialmente debatido por personas de la talla de Don Ramón Menéndez Pidal o más recientemente el profesor J. E. López de
Coca Castañer, consideramos innecesario hacer nuevos planteamientos sobre un tema que escapa a los objetivos de este trabajo, en donde
sólo tratamos de analizar las consecuencias que la rebelión de Sierra
Bermeja traerán para estas alquerías serranas y no los hechos de armas
acaecidos durante la contienda.
43
LÓPEZ DE COCA CASTAÑER, J.E.: “Málaga, del Islam...”, p. 288.
44 DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. y VINCENT, B.: Op. cit., pp. 17-19.
45 GARCÍA ARENAL, M.: Los moriscos, Estudio preliminar de BUNES,
M.A., edic. facsímil, Universidad de Granada, 1996, p. XIV.
46
MÁRMOL Y CARVAJAL, L.: Descripción General de Africa, edición
facsímil, C.S.I.C., Madrid, 1953, f. 235r.
47 A.G.S., R.G.S., V-1489, f. 231.
48 Ibidem, f. 231.
49
LÓPEZ DE COCA Y CASTAÑER, J.E.: “Málaga, del Islam...”, p. 197.
50
MÁRMOL Y CARVAJAL, L.: Descripción General..., f. 6r.
51
GARCÍA ARENAL, M. y BUNES, M.A.: Los españoles y el Norte de
Africa. Siglos XV-XVIII, Mapfre, Madrid, 1992, p. 214. EPALZA, M.: Los
moriscos antes y después de la expulsión, Mapfre, Madrid, 1992. Atribuye
las prohibiciones a las fugas hacia el Norte de Africa una subordinación
a las razones militares, cuyo objetivo era impedir que los recién llegados proporcionaran “a esos países que estaban en guerra contra la Cristiandad y especialmente contra la Monarquía hispana, fuerzas humanas
que acrecentaran su poderío militar, especialmente naval”.
52
GIL SANJUAN, J.: “Disidentes y marginados...”, en Baetica nº 13,
Universidad de Málaga, 1991, p. 227.
53
Ibidem, “Moriscos, turcos...”, p. 138.
54 LEA, H. Ch.: Los moriscos españoles. Su conversión y expulsión, Estu15
16
AGITACIONES SOCIALES
dio preliminar y notas, Rafael Benítez Sánchez-Blanco, Alicante, 1990, p.
101.
55GIL SANJUAN, J.: “Moriscos, turcos...”, pp. 132-167. DOMÍNGUEZ
ORTIZ, A. y VINCENT, B.: Op. cit.; GARCÍA ARENAL, M y BUNES, M.A.: Op.
cit.; y un largo etcétera.
56
SZMOLKA CLARES, J.: “Los moriscos granadinos a raíz de su conversión”, en Homenaje al Dr. Juan Reglá Campistol, Valencia, 1975, p. 439.
57SUBERBIOLA MARTÍNEZ, J.: “Fisco, franquicias y problemas en
la repoblación de Málaga (SS. XV-XVI)”, en Cuadernos de Estudios Medievales, II-III, 1974-1975, pp. 153-164.
58
DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. y VINCENT, B.: Op. cit., p. 21.
59
A.G.S., C.M.C., 1ª época, leg. 25, s.f.
60LÓPEZ DE COCA Y CASTAÑER, J.E.: “Málaga. Del Islam...”, pp.
241-312.
61
GALÁN SÁNCHEZ, A.: “Los moriscos de Málaga en la época de
los Reyes Católicos”, en Jábega nº 39, Diputación Provincial de Málaga,
1982, p. 19.
62LÓPEZ DE COCA CASTAÑER, J.E.: La tierra de Málaga..., p. 230.
63
GARCÍA Y GUZMÁN, A.S.: Op. cit.
64
VV.AA.: “Vida del Capitán Alonso Contreras”, en Autobiografías de
soldados españoles (Siglo XVII), Edición y estudio preliminar de COSSIO,
J.M., Edic. Atlas, Madrid, 1956, p. 153.
65MÁRMOL Y CARVAJAL, L.: Descripción General..., fol. 41.
66
GIL SANJUAN, J.: “El parecer de Galíndez Carvajal sobre los
moriscos andaluces (Año 1526)”, en Baetica nº 11, Universidad de Málaga, 1988, p. 387.
67
GALÁN SÁNCHEZ, A.: “Los moriscos de Málaga...”, p. 11.
68PIPES, D.: El Islam de ayer a hoy, Espasa, Madrid, 1987.
69
GALLEGO BURÍN, A. y GÁMIR SANDOVAL, A.: Los moriscos del reino de Granada según el Sínodo de Guadix de 1554, Estudio preliminar,
VINCENT, B., edic. facsímil, Universidad de Granada, 1996, pp. 20-21.
70
A.R.Ch.G.: cabina. 512, leg. 2.343, nº 3, s.f. Declaración de
Bartolomé Harof, cristiano nuevo natural de Monda y vecino de Comares.
72 años. “Antes que se fuesen los de Ystán a Bervería, este testigo yva
y venía al dicho lugar de Ystán en el tiempo que avía pax y convenençia
de entre el dicho lugar con los Reyes Católicos. Que los vezinos del
estuvieron algunos años que, aunque eran sujetos a los cristianos, estaban en su ley”.
71
A.G.S., R.G.S.: 30-IX-1492, f. 80.
72
Ibidem, 14-II-1495, f. 134.
73
VINCENT, B.: “Guerre et habitat dans le Monde Mediterraneèn
au moyen âge”, Casa de Velázquez, Madrid, 1988, p. 281.
74GALÁN SÁNCHEZ, A.: “Los moriscos de Málaga...”, p. 23.
75Ibidem, p. 19.
76
A.M.I., Executoria..., fols. 83v - 84.
77
EPISTOLARIO DEL CONDE DE TENDILLA (1504-1506) II, Estudio
Szmolka Clares, J., Universidad de Granada, 1996, p. 698.
78Ibidem, pp. 699-700.
79A.R.Ch.G., cabina 512, leg. 2.343, pieza nº 3, s.f. Diego Atayfor es
más explícito que el resto de sus compañeros, precisando: “Yéndose
en la boca de río Verde, salieron los de Marvella, e allí ovo batalla”.
Leonor de Setenil, concreta: “Salieron los vezinos de Marvella en el
camino de Ronda, en el río Verde”.
80A.M.I., Executoria..., fols. 83v-84. Epistolario del Conde de
Tendilla... Según el noble granadino, las bajas asciendieron a 250.
81
A.R.Ch.G., cabina 512, leg. 2.343, pieza nº 3, s.f.
82
Ibidem, Las declaraciones de Gonzalo Zuriel nos permiten hacer
esta apreciación, “enteramente se acuerda este testigo (...) Siendo muchacho, que no tenía aún conoçimiento para de vista, fue cavtivo e
livertado, e su padre deste testigo, fue cabtivo en la batalla, e se lo
contó”.
83
A.G.S., C.M.C., 1ª época, leg. 25, s.f.
84CHAVARRÍA VARGAS, J.A.: “En torno al Comares islámico. De los
orígenes a la conquista”, en Jábega, nº 51, Diputación Provincial, Málaga, 1986, p. 22: “Para el cobro de las “fardas”, contaba con un total de
309 vecinos “pecheros”, es decir, 309 jefes de familia que tenían la obligación de tributar. Dicha cifra corresponde aproximadamente a 1.500
habitantes”.
85COLLANTES DE TERÁN SÁNCHEZ, A.: Op. cit., p. 55.
86
BENÍTEZ SÁNCHEZ BLANCO, R.: “Lectura de las Coplas...”, pp.
85-86. El autor señala que durante la rebelión de Sierra Bermeja, unos
1.000 musulmanes huyen de las tierras de Casares capturando a 423
rehenes cristianos. El rescate cobrado por la libertad de éstos, les servirían entre otras cosas para sufragar los gastos del viaje.
87
A.R.Ch.G., cabina 512, leg. 2.343, pieza nº 3, s.f.
88
FRANCO SILVA, A.: Esclavitud en Andalucía: 1450-1560, Universidad, Granada, 1992, p. 29.
89A.G.S., R.G.S., I-1488, f. 281.
90Ibídem, “Mandamos a todos e a cada uno de vos que de aquí
adelante vosotros ni alguno de vos non vos vades a bevir ni morar fuera
de la dicha Serranía e villas e logares susodichos, donde biviades quando
vos tomamos por nuestros, a otras partes nin logares algunos so pena
que qualquier que lo fallare yéndose a bevir o saliendo fuera de su logar
donde fuere avezindado quando le tomamos por nuestro, lo pueda tomar
e tome. E todos sus bienes muebles e rayzes sean para nuestra cámara e
fisco”.
91
URBANEJA ORTIZ, C.: “La tierra y el poder: conflictos jurisdiccionales en Marbella”, en La Administración Municipal en la Edad Moderna,
Actas de la V Reunión Científica de la A.E.H.M., Universidad de Cádiz,
1999, pp. 309-315.
92 EPISTOLARIO DEL CONDE DE TENDILLA..., p. 704: “Supe que lo
de Estaon era cosa rezia” en carta dirigida al licenciado Vargas el 25 de
mayo de 1506.
93
A.R.Ch.G., cabina 512, leg. 2.343, pieza nº 3, s.f. Gonzalo Zuriel
afirma sobre la masacre: “Pareçe ser verdad porque quedaron todos los
hijos de los que se quisieron yr aliende”.
94
EPISTOLARIO DEL CONDE DE TENDILLA..., p. 694.
95
PÉREZ BOYERO, E.: Moriscos y cristianos en los señoríos del reino de
Granada (1490-1568), Universidad de Granada, 1997, p. 134. En este
caso, los compradores fueron genoveses afincados en Málaga, “Martín
Centurión y Agustín Grimaldo, quienes a su vez los revendieron a diversos particulares o negociaron su rescate con los familiares y amigos de
los esclavos”.
96
EPISTOLARIO DEL CONDE DE TENDILLA..., pp. 742-743.
97
A.R.Ch.G., cabina 512, leg. 2.343, pieza nº 3, s.f. EPISTOLARIO
DEL CONDE DE TENDILLA..., pp. 801-802. Coincidiendo con las declaraciones de Leonor de Setenil hemos podido cruzar las fuentes, permitiéndonos constatar cómo Domingo Pérez fue el funcionario encargado de trasladarlos a Granada. El mandamiento para esta delicada misión fue extendido el 10-09-1506 y en él se especifica que fuera a Marbella
“para que traya a esta çibdad las cabeças de moros e moras e niños que
pertenesçen a la cámara y fisco del rey y de la reyna nuestos señores, de
la cavalgada que se hizo al tiempo que se yvan allende los del lugar de
Están”.
98
FRANCO SILVA, A.: “La mujer esclava...”, pp. 292-293.
99Ibidem, pp. 287-301. ”Los esclavos eran liberados con mayor frecuencia en los grupos privilegiados de la sociedad”.
100
A.P.I., Libros de Matrimonios, II (1588-1646), f. 146. Aparece una
relación de niños confirmados en 1610, uno de los cuales es “Francisco,
esclavo del Señor cura de la villa”.
101A.R.Ch.G., cabina 512, leg. 2.343, pieza nº 3, s.f. En 1551 confesó
tener unos 55 años siendo “de çinco años poco más ho menos quando
los vezinos del lugar de Ystán se quysieron pasar aliende”.
102
Ibidem. “que de quinçe años abaxo no fuesen cavtivos”
103
Ibidem. Dice Juan de Atayfor, “A la madre de este testigo cativaron
e se fueron a Granada, que la compró Chayar”; Diego Atayfor recuerda
que “este testigo bolvió libre de allí a diez años (...) porque fue cavtivo en
Alhama”.
104
EPISTOLARIO DEL CONDE DE TENDILLA..., pp. 699-700.
105
URBANO PÉREZ, J.A.: Op. cit., pp. 178-179.
106A.R.Ch.G., cabina 3, leg. 1.541, pieza 12, s.f. Juan Hernández, vecino de Monda, afirma “que tiene en el dicho lugar de Istán parientes (...)
primos hermanos y otros”; Lorenzo de Almodóvar, también de Monda
dice “que tiene hermanos de su mujer (...) en el dicho lugar de Istán”, etc.
107
Ibidem. Según Pedro de Adurrazaque, “los llevaban presos a Granada. Y este testigo los vio en el dicho lugar de Monda encerrados en el
dicho mesón”.
108
GARCÍA ARENAL, M. y BUNES, M.A. de: Op. cit., pp. 210-214.
109
CORTÉS LÓPEZ, J.L.: La esclavitud negra en la España peninsular del
siglo XVI, Universidad, Salamanca, 1989, pp. 110-113.
110A.R.Ch.G., cabina 512, leg. 2.343, pieza nº 3, s.f. Asimismo al padre de Juan de Atayfor, el Chico.
111
DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. y VINCENT, B.: Op. cit., pp. 86-87. Señalando las partidas en grupo que se organizan durante este período, cita
las de Istán y Ojén, 1506 y 1509 respectivamente.
112A.G.S., C.C., Pueblos, leg. 14, fol. 14. Alonso del Río, escribano de
Marbella señala “que el año pasado de quinientos y nuebe años, se fueron los nuebamente numerados vezinos de Oxen, allende el mar”.
113
NADAL, J.: Bautismos, desposorios y entierros. Estudios de historia
demográfica, Ariel historia, Barcelona, 1992, p. 25. Para este autor, los
factores que inciden en el aumento de la población los constituyen, entre otros, la peste, la guerra, el alojamiento de militares y la expulsión de
minorías raciales o religiosas.
114
PÉREZ BOYERO, E.: Moriscos y cristianos... 288. Las tierras de
Montejaque y Benaoján habían sido cedidas al conde de Benavente, don
Rodrigo Alonso Pimentel, en 1494. En 1514 las poseía su heredera, doña
Beatriz, “mujer de don Garci Alvarez de Toledo, primogénito del II duque
de Alba”.
115
Ibidem, pp. 131-133.
116
A.R.Ch.G., cabina 506, leg. 1.139, pieza nº 2, s.f.
117Ibidem.
118MÁRQUEZ VILLANUEVA, F.: El problema morisco (Desde otras laderas), Ediciones Libertarias, Madrid, 1998, p. 130. “El concepto
antropológico-cultural de asimilación sólo puede ser concebido, para un
grupo tan numeroso y en el paso de una civilización islámica a otra cristiana, como un proceso paulatino de adaptación.
CILNIANA
25
MEZQUITAS CONTEMPORÁNEAS
en la Costa del Sol: reflejos estilísticos de una década de
presencia musulmana.
Francisco Javier Moreno Fernández
Puede resultar curioso, y ciertamente arriesgado, afrontar en un trabajo de investigación un
periodo y un estilo arquitectónico contemporáneo como es la impronta musulmana que quedó
en los años ochenta en la Costa del Sol tras más de una década de presencia continuada de
una colonia turística de origen árabe. Su estancia en la Costa determinó una forma de
construir reflejo del espléndido pasado de la arquitectura islámica. Sugerente, controvertida
y muchas veces denostada, lo cierto es que esta moda pasajera ha marcado la historia de la
arquitectura del turismo y del turismo mismo dejándonos una huella característica sobre la
interpretación, tras siglos de existencia, de una arquitectura difícil de calificar estilísticamente,
producto de percepciones fundamentadas en siglos de experiencias y reinterpretaciones 1 que
se combinan con otras connotaciones basadas en los arquetipos turísticos y en la imagen
mítica de Andalucía.
Almenas de la Mezquita del Rey Abdulaziz, en la Urbanización Las Lomas del Marbella Club (Arquitecto: Juan Mora Urbano)
D
esde finales de los años setenta, las visitas
del rey Fahd de Arabia Saudí provocaban
gran expectación. La edificación de su residencia
daba la señal de estabilidad necesaria y era el
punto de salida para que el fenómeno no fuera
pasajero. Junto al monarca, emires, príncipes y
toda una corte de familiares y altos funcionarios
de la península arábiga, de los emiratos y
sultanatos del golfo Pérsico visitaban Marbella
atraídos por su presencia. La maquinaria del ocio
comenzó la adaptación a un nuevo mercado alejado de los modelos convencionales europeos y
26 CILNIANA
con necesidades adecuadas a sus costumbres, a
su religión y a su dinero. La construcción de la
Mezquita de Marbella en 1981 fue uno de los
sucesos más destacados de aquellos días. El proyecto venía a satisfacer las necesidades de una
colonia musulmana que, en número creciente,
eligió la Costa del Sol como destino turístico.
Junto a la residencia del soberano comenzaron a
construirse otras viviendas, conjuntos residenciales y edificios comerciales diferentes a los habituales de la arquitectura turística, llamativos por
su ostentación y por la utilización de un lengua-
MEZQUITAS CONTEMPORÁNEAS
je arquitectónico que incorporaba la tradición
islámica. Con los años el rey no volvió. El turismo árabe comenzó a remitir, cada vez era menor
la presencia de musulmanes en hoteles y apartamentos. Algunos no han vuelto más, los menos
se han quedado con nosotros. La huella arquitectónica de su estancia será el motivo de este
trabajo.
La arquitectura que nos ocupa se ubica
geográficamente en una zona alejada del mundo
islámico, por lo que la localización sería un primer factor exótico entendido como un producto
fuera de contexto y sin relación con su entorno.
Con todo, se debe destacar la importancia de la
tradición hispanomusulmana que, de forma intermitente a lo largo de la historia posterior a su
etapa de desarrollo, ha surgido en forma de soluciones islamizantes como son las modas, sobre todo del siglo XIX, que recuperaban con mayor o menor éxito los vínculos con los precedentes islámicos. La internacionalización de la Costa
y la diversidad de opciones arquitectónicas llevarían a incluir la arquitectura neoárabe como una
solución más. Por otra parte esta actitud tiene
una importante carga de escapismo burgués muy
relacionado con el turismo actual que se complementa por la tipología de vivienda suburbana
como solución que mejor define la arquitectura
neoárabe contemporánea. En el aspecto
estilístico, los arquitectos ante la falta de precedentes cercanos han tendido, al igual que en la
islamización del XIX, a la búsqueda de las soluciones más convencionales basadas en los edificios más representativos de la arquitectura
hispanomusulmana por la facilidad de asimilación
de su lenguaje y por su mejor adaptación a las
nuevas necesidades.
La necesidad de definir el producto de una
moda, durante unos años en concreto, en una
zona actualmente alejada del Islam, tanto por su
ideología como por su religión, plantea cuestiones cuyas respuestas delimitarán, en lo posible,
una denominación que será el pretexto para crear
un cuerpo teórico sobre estas construcciones.
Con las debidas precauciones se optará por la
denominación neoárabe contemporánea. El acercamiento a una definición se hace difícil cuando
se analizan los edificios que pueden ser considerados como tales pues, en un amplio abanico de
posibilidades, se pasa de la simple utilización de
elementos decorativos aislados de tradición
islámica, o por la mezcla indiscriminada de elementos sin ninguna intención de aproximarse a
un código estilístico coherente, a programas completos y conscientes de interpretación.
En el momento de abordar la existencia
de una arquitectura neoárabe contemporánea se
Vivienda en urbanización Villa Parra, nº 59
debe partir de la premisa de que es un sucedáneo. La intención de discernir cuales son los precedentes se acepta como recurso inevitable. La
arquitectura hispanomusulmana de Córdoba,
Sevilla y Granada con sus edificios más representativos –la Mezquita, la Giralda, el Alcázar y la
Alhambra– son ejemplos mitificados que marcaron la evolución del lenguaje arquitectónico en
Andalucía. Cada una de las etapas de dominación
árabe en España tuvo edificios característicos que
definieron un estilo. Sin embargo estos ejemplos
se convirtieron en paradigmas lejos de cualquier
ubicación cronológico-estilística y por lo tanto
representan, tal como han llegado hasta nuestros días, la idea más extendida de lo que se define como arquitectura hispanomusulmana2 .
La posibilidad de establecer vínculos entre la arquitectura neoárabe contemporánea y sus
posibles precedentes españoles se mediatiza por
Desde finales de los años setenta, las visitas del rey
Fahd de Arabia Saudí provocaban gran
expectación. La edificación de su residencia daba la
señal de estabilidad necesaria y era el punto de
salida para que el fenómeno no fuera pasajero
la distancia en el tiempo, marcada por la copia
del original debido a las transformaciones sufridas durante tantos años, por las derivaciones en
otros estilos como el Mudéjar, su extensión en el
tiempo, y por los intentos de recreación de la
arquitectura hispanomusulmana desde su final
hasta nuestros días. Como se puede apreciar, el
panorama es complejo por la gran variedad de
opciones que pudieran ser fuente de inspiración
para la arquitectura neoárabe. Las soluciones
pueden ser tantas como estilos, tendencias y
modas hubo en la arquitectura islámica de todos
los tiempos y lugares y sus recreaciones posteriores, pues el uso de precedentes
hispanomusulmanes no es exclusivo y hay influencias de todas las épocas y regiones, lo que nos
CILNIANA
27
MEZQUITAS CONTEMPORÁNEAS
obliga a descartar un nexo de unión
unidireccional entre el entorno y su historia. Aún
puede complicarse esta idea si la utilización de
las fuentes islámicas es arbitraria, sin tener en
Casa Omadalia, urbanización Nueva Andalucía
cuenta un mínimo de coherencia cronológica o
estilística.
Se puede hablar por tanto de una arquitectura a medio camino entre la creación y la recreación. La recreación se percibe en dos niveles: por un lado, el concepto ideológico, pues la
arquitectura neoárabe actual recrea, al igual que
la arquitectura turística en general, una idea, una
imagen social y económica de placer y poder basada en una larga tradición de representatividad;
por otro lado, en un segundo nivel, la recreación
se plasma de forma material por el uso de elementos copiados de los edificios emblemáticos
originales que certifican la idea que se intenta
transmitir y que corrobora la intención de apropiación simbólica de un estado social superior.
Arcos de herradura, cúpulas, almenas, ornamento exterior o jardines son signos que individual
o colectivamente recuerdan un léxico. La arquitectura neoárabe refleja los atributos más destacados de la mezquita cordobesa, como los arcos
de herradura con dovelas bicromáticas o sus almenas; la Giralda los paños de sebka; el Alcázar
sevillano y la Alhambra sus patios, yeserías y los
angrelos y festones de sus arcos.
La recreación también existe en los nuevos materiales y sistemas constructivos que al
ser más funcionales y adaptables facilitan lo que
antaño era una prueba de superación técnica y
por lo tanto de fuerza que expresaba poder. Las
impresionantes cúpulas que diseñó Sinán en Santa Sofía no suponen en la actualidad grandes alardes, lo mismo ocurre con los alminares más altos o las mezquitas de mayor tamaño. Se plan-
28 CILNIANA
tea, en este caso, la pérdida de valor simbólico
por su diversificación y popularización, pues la
definición de emblemático o mítico solo está reservada para construcciones que supusieron un
hito creativo.
Por otra parte la arquitectura neoárabe no
es sólo recreación, la creación nace en las nuevas
tipologías acordes con los tiempos. No sólo se
construyen mezquitas y viviendas, sino también
complejos residenciales y locales comerciales
imposibles de imaginar en otro lugar. La creación también se percibe por el intento renovador del léxico habitual en abstracciones y
estilizaciones que aunque en el fondo sea una
recreación, ésta queda en segundo plano por los
resultados obtenidos. La vivienda ideada por
Ángel Taborda Britch en la calle 2K de la urbanización Nueva Andalucía de Marbella3 es un ejemplo singular. Concebido en su expresión plástica
«como un juego de prismas blancos conectados entre
sí por el volumen de acceso escalonado a modo de
mastaba», se completaba por el uso de arcos
ultrasemicirculares cuya rosca casi forma una circunferencia sólo rota por una luz muy estrecha y
la curiosa tipología edificatoria basada en los
modelos funerarios egipcios que hablan por sí
solos de lo renovador de su lenguaje caracterizado desde su llegada a Marbella por la espectacularidad e innovación. En esta obra no escapa a la
fuerza de la moda árabe de aquellos años.
Ambos conceptos, creación y recreación,
se vinculan y difuminan, en algunos casos por el
intento de acercamiento o alejamiento de sus
En el momento de abordar la existencia de una
arquitectura neoárabe contemporánea se debe
partir de la premisa de que es un sucedáneo
precedentes. Así, por ejemplo, los nuevos materiales intentan camuflar su naturaleza para identificarse en lo posible con los tradicionales. En
otros casos, la creación, por degeneración o evolución, se aleja de los elementos convencionales
a través de nuevas formas, como es el caso de
almenas y arcos, pues la fantasía de muchos modelos mantiene la idea de su función decorativa
pero sus formas o son originales, o se abstraen y
estilizan, como es el caso de las almenas y arcos
de la vivienda situada en la parcela 59 de la urbanización Villa Parra de Marbella cuyo proyecto
está firmado por Juan José Alvarez Garmón y Santiago Ansaldo4 . Las almenas tienen forma de pica
y los arcos apuntados se componen con una
moldura que da relieve a la rosca y con dos pequeños rehundidos semicirculares a la altura de
las impostas.
MEZQUITAS CONTEMPORÁNEAS
En este difícil equilibrio entre la creación
y la recreación la moda neoárabe suele sucumbir
a los encantos de la tradición arquitectónica y
decorativa adaptada a los nuevos tiempos. Con
estas soluciones se tiende a una copia frívola de
los originales. El tener en casa el Patio de los Leones o el Partal puede ser considerado, en cualquier caso, un deseo nostálgico y pintoresco de
saqueo de motivos aislados al formar parte del
porche de una casa como la situada en la urbanización Atalaya de Río Verde5 , o al convertirse en
la piscina comunitaria de la urbanización el Señorío de Marbella del arquitecto Rafael La Hoz
Arderius. En estos casos se produce un proceso
de descontextualización lejos de su función original. Los leones ya no forman parte de un patio
armónico y simbólico, y los arcos del Partal, a
pesar de que mantienen la distribución en planta
original, han perdido gran parte de su encanto al
formar un conjunto con cierto aire de desolación.
La frontera entre el mal gusto de la recreación y el buen gusto se encuentra muy difuminada
pues, siguiendo las pautas del Kitsch, cualquier
recreación puede ser calificada como tal. Como
sinónimo de mal gusto limita en demasía toda
recreación y no deben radicalizarse los límites
de este intento cuando se produce para satisfacer un deseo coherente de plasmación de la tradición histórica. El hombre inclinado por el carácter sensual y festivo del matiz árabe busca la belleza sin complicaciones,
sofisticada por el lujo pero sencilla en sus intenciones, «La esencia
del Kitsch consiste en la sustitución
de la categoría ética con la categoría estética; impone la obligación de
realizar, no un buen trabajo, sino un
trabajo agradable. Lo que más importa es el efecto»6 . El consumidor
turístico habitual encuentra acomodo en este tipo de sucedáneos
y no suele aceptar opciones renovadoras de la arquitectura contemporánea. L a recreación es
creación si se consideran estos
términos como positivo y negativo respectivamente; y en ningún
caso concebiría su vivienda en
cualquier estilo no tradicional. La
recreación siempre ha existido en
todas las culturas y en todas las
épocas. La simbiosis, el mimetismo o, incluso, la copia entre estilos arquitectónicos ha desvirtuado en múltiples ocasiones las
realizaciones originales.
El Kitsch como concepto despectivo mantiene la utopía de la pureza de estilos, de una
creación aislada sin la intervención de los medios de comunicación de masas que destruyen la
esencia de todo lo que tocan. Se debe ser generoso con la recreación y aceptar, más no siempre
aprobar, la posibilidad de su existencia: «el Kitsch
es la otra cara de la moneda artística; en una sociedad en la que el único lenguaje estético que reciben
las masas está modulado en clave Kitsch, deberíamos
reflexionar seriamente en pro de su reivindicación»7 ,
cuando se realiza conociendo formalmente lo que
se recrea y lo realizado mantiene cierto nivel de
adecuación a un uso formal y actual de la arquitectura.
El caso de las obras de reforma de la
vivienda situada en la calle 15D de la urbanización Nueva Andalucía de Marbella explica
cómo los deseos del promotor están, a menudo, por encima de cualquier categoría artística o estética. La reforma firmada por el arquitecto Héctor Conte Garriguet en julio de 19928
significaba la transformación de una vivienda
neoárabe convencional de cúpulas, arcos de
herradura y tejado de teja verde en una fantasía pseudoislámica donde se introducen elementos poco habituales como la cúpula
bulbosa que remite al Royal Pavilion de John
Nash, construcción en estilo neoindio, de principios del siglo XIX.
Vivienda en calle Domingo Ortega (Fuengirola)
No se deben desdeñar las recreaciones de
ninguna época pues cada una de ellas aportó algo
para la historia de la arquitectura, en muchos
casos se recuperaron formas originales pérdidas
o despreciadas, en otros se renovaron. El problema no debe plantearse como un conflicto entre
CILNIANA
29
MEZQUITAS CONTEMPORÁNEAS
arte auténtico y arte degradado; hay que acostumbrarse a la versatilidad actual que corrompe
el sentido clásico de artisticidad y asume toda
novedad, sea creativa o degenerativa, como producto necesario por las condiciones sociales y
culturales. Es posible y es tarea del arquitecto
conseguir resultados que conjuguen el buen gusto con la recreación. Se puede considerar positivo un edificio con la mezcla indiscriminada de
signos basados en lenguajes establecidos si la
solución refleja un código de comunicación fácilmente reconocible. «Los estilos son ideas, signos
de clase social y de las raíces históricas, pero signos
para hacerte recordar el pasado, no para convencerte
de que el edificio está viviendo en el presente»9 .
Cuando se citan los términos Kitsch, pastiche, hortera, se hace referencia a la degeneración
del buen gusto académico y clásico. El promotor
y el arquitecto Fernando Melida Ardura de la vivienda situada en la calle Domingo Ortega de
Fuengirola no deben tener la misma opinión. El
impacto visual de la cúpula de gallones revestida
con cerámica vidriada que corona la casa es una
realización consciente, lo que no está tan claro
es que las almenas iguales a las de la mezquita
de Kairuan junto a los arquillos túmidos que abren
el balcón de planta alta hayan sido dispuestas con
algún sentido contextual. Se debe hacer un ejercicio de reflexión sobre el momento, el lugar y el
estilo; sobre la tradición snob conservadora de promotores y arquitectos sin ideas claras que pueden llegar a mezclar, indiscriminadamente, la más
vulgar de las recreaciones históricas con el más
innovador de los ejercicios arquitectónicos. Por
desgracia no será el único ejemplo de esta ceremonia de la confusión donde todo es válido.
En estas interpretaciones y variaciones
sobre el tema islámico no se debe desdeñar la
importancia que tiene la actitud ideológica y social del turista, tanto árabe como el de cualquier
procedencia, pues el turista convencional adquiere sus vacaciones en bloque que incluye, como
Piscina de urbanización El Señorío de Marbella
30 CILNIANA
un paquete más, la cultura del lugar de destino
que queda reducida a una serie de elementos
característicos que son consumidos de forma
superficial10 . La zona turística se suma a este proceso promocionando elementos secundarios y no
definitorios de la realidad del país. Del mismo
No sólo se construyen mezquitas y viviendas,
sino también complejos residenciales y
locales comerciales imposibles de imaginar
en otro lugar
modo la propaganda turística incide en aspectos
como la vida vacacional aristocratizada y
sofisticada 11 y un retorno a lo primitivo y a lo
exótico, aunque con las debidas medidas de seguridad.
El interés de Andalucía como lugar de destino se debe, inicialmente, a la importancia que
tuvo en la Edad Media la civilización de al-Andalus
gracias a su situación geográfica y por el pujante
desarrollo alcanzado. Los numerosos viajeros que
visitaron el Reino de Granada formaron una imagen mítica, sobre todo en época nazarí, que será
fundamental para entender la atracción que ejerció a lo largo de siglos posteriores y que, incluso, llega hasta nuestros días. Se puede considerar a al-Andalus, su historia y su arte, como uno
de los principales focos de atracción turística, y
la arquitectura turística participa de esta huella
en numerosas actitudes.
El viaje en el siglo XIX tiene una importancia decisiva para la revitalización del mito andaluz12 . Tras el paréntesis ilustrado la extensión
del viaje romántico a Andalucía tuvo como una
de sus principales causas la necesidad de reconocer in situ las huellas dejadas por los árabes,
pues hasta entonces se tenían escasas referencias literarias. Además, la región ofrecía exotismo y pintoresquismo cercano; sus paisajes, sus
monumentos, incluso el miedo al peligro convirtieron la zona en uno de los lugares más visitados por los europeos. La Alhambra, la Mezquita
de Córdoba y el Alcázar de Sevilla eran destino
obligado para cualquier visitante, además del
desplazamiento a otras ciudades como Ronda,
Málaga y Cádiz incluidas en la llamada «ruta de
los contrabandistas»13 . Los viajeros, necesitados
de plasmar sus ideales románticos, incidieron en
la imagen paradisíaca de Andalucía: el sol, la luz,
el clima, la fertilidad, el color, el exotismo africano, el arabismo, el pintoresquismo, el arte, su
atraso mismo son imágenes sensitivas de un espectador deseoso de sublimar sus emociones, de
reencontrarse, nostálgicamente, con un mundo
donde el ser humano se integraba en la naturale-
MEZQUITAS CONTEMPORÁNEAS
Mezquita del Rey Abdulaziz, urbanización Las Lomas del Marbella Club (Arquitecto: Juan Mora Urbano)
za como una criatura más en la obra de Dios.
Los viajeros del siglo XIX querían que sus
sueños recreados a través de libros14 como Las
Mil y una Noches se hicieran realidad. El cuadro La
matanza de Scio de Delacroix y la novela Las Orientales de Víctor Hugo complementaron la divulgación de esta imagen15 . Ingleses y franceses descubrían, en cada uno de sus viajes, algo nuevo
que contar a sus conciudadanos. Las obras de
Gautier, Doré, Ford, Borrow y otros extendían el
mito por lo andaluz; quizá fue en Gran Bretaña
donde este fenómeno alcanzó mayor importancia16 : la admiración y el interés de los británicos
por España y, en concreto, por la Edad Media y la
cultura hispanomusulmana se tradujo en una larga lista de publicaciones de libros de viajes, novelas, libros de dibujos y grabados desde finales
del siglo XVIII. Normalmente coincidían en identificar «lo andaluz» con «lo moruno», y desde entonces ambos conceptos fueron difíciles de separar. Esta asociación se unió a la apreciación de
la arquitectura hispanomusulmana17 .
La Alhambra se convertía en punto de referencia obligado. La gran difusión alcanzada por
los libros de James Cavanah Murphy, Las Antigüedades árabes de España. La Alhambra; las ilustraciones de David Roberts del libro de T. Roscoe,
The tourist in Spain; o los Cuentos de la Alhambra
de Washington Irving creaban una nueva imagen
mítica romantizada del Palacio que se mantendría hasta finales del siglo XIX. Ésta conjugaba el
concepto exótico y el de ruina.
La ideología que impregna a la promoción
turística actual se basa en destacar los mismos
aspectos que se habían encargado de difundir los
viajeros del siglo XIX. Antonio López Ontiveros,
de forma acertada, define esta situación: «...el
boom turístico ha consolidado y difundido hasta lo
increíble la imagen romántica de Andalucía, si bien
amputada hoy en algunos aspectos culturales, históricos, artísticos y antropológicos que fueron fundamentales en aquella. Es, si cabe, una imagen romántica de la región devaluada, más de pandereta que la
primera»18 . Del mismo modo Alberto González
Troyano es consciente de este hecho: «Más o menos verídica, lo cierto es que las imágenes de la Andalucía romántica han mantenido su poder literario
durante muchas décadas posteriores e incluso han
servido como autoafirmación, en algunas ocasiones,
para los propios andaluces»19 .
El turismo hoy ofrece pintoresquismo,
exotismo, primitivismo y vida vacacional
aristocratizada entre otros aspectos. Los folletos
turísticos inciden en destacar, junto al sol y las
playas, la facilidad de realizar un rápido circuito
que comprende las ciudades de Granada, Córdoba y Sevilla descansando en pequeños pueblos
de pescadores o en sugestivas ciudades de diversiones sin fin. A diferencia del carácter aventurero de los viajeros románticos, el turista actual
encontrará protección y seguridad. A diferencia
de aquéllos, los visitantes de hoy no sólo buscan
lo que sus sentidos le dictan sino lo que los medios de comunicación de masas le venden y lo
que el poder adquisitivo le permite.
CILNIANA
31
MEZQUITAS CONTEMPORÁNEAS
Mezquita del Rey Abdulaziz
Poco a poco se modela una imagen donde
se aúnan varios factores. Por un lado, la imagen
turística20 de cualquier lugar se compone por la
suma de las imágenes del publicista 21 y la del candidato al viaje, ésta última se moldea por la percepción y por la memoria que mantiene unos
códigos culturales marcados por la tradición y
por su consumo diferencial. En los catálogos
turísticos las fotografías muestran el mejor aspecto del lugar, son reproducciones armoniosas,
simétricas que se basan en un ideal estético de
orden y equilibrio que denota seguridad. Son
mensajes sencillos, con símbolos de percepción
placentera, imágenes fáciles de un gran poder
evocador que nos llevan al pasado.
Nuestra época, marcada por una economía de consumo con el soporte de los medios de
masas, incorpora al turismo como un producto
fácil de obtener. El inevitable crecimiento del turismo debido a las leyes de mercado provoca que
el objeto en venta se multiplique sin límites perdiendo, de forma progresiva, su esencia; así, se
produce un doble fenómeno en el mercado turístico, la rápida deformación o degeneración de
las zonas colonizadas, esto es, la pérdida del paisaje, del pintoresquismo, del exotismo, etc. lleva
al desarrollo de zonas vírgenes donde poder especular fácilmente con un producto auténtico; por
otra parte, se produce la creación de
subproductos que suplan las carencias debidas a
la sobreexplotación, consecuencia de esto es la
venta de souvenirs, la construcción de urbanizaciones a modo de pueblos pintorescos, la decoración en ambientes exóticos y aristocratizados
de zonas comerciales y de diversión.
La carencia material de motivos auténticos se suple por nombres que los rememoran:
oasis, mezquita, paraíso, Alhambra 22 , Giralda, son
utilizados indiscriminadamente para denominar
edificios, villas, urbanizaciones y locales comerciales. En la provincia de Málaga predominan los
nombres de Alcazaba y Alhambra. Éstos, la mayoría de las veces, el único vínculo que mantie-
32 CILNIANA
nen con el ejemplo real es su nombre, en otros
casos un motivo a modo de logotipo: un arco,
un jardín o incluso una reproducción sólo con
efectos decorativos. La causa de este uso comercial cumple una función de apropiación simbólica de un recuerdo, es una función mimética lejos
de cualquier intención arquitectónica, con una
gran carga evocadora. La ideología del turismo
de masas se sostiene por una serie de imágenes
simbólicas fomentadas por los impulsores de la
industria turística. Estos arquetipos o clichés tienen una plasmación lógica en arquitectura que
ha planteado su forma en función del momento,
del lugar o del mercado. El principal soporte ideológico del turismo ha sido y es la promoción de
una determinada imagen social de reclamo basada en la distinción y sofisticación frente a la vulgaridad del viaje organizado o de la impersonalidad de la arquitectura: es «la metáfora del ocio»23 .
El placer y el poder son conceptos que tienen reflejo en la arquitectura desde sus inicios
con la construcción de villas suburbanas como
refugio de placer y lugar de representatividad del
poder. La Costa del Sol ha fomentado ambos símbolos movidos por la fluidez del dinero y por la
necesidad de aristocratización, de superación del
status social del turista24 . Para la expresión material del poder la solución es la monumentalidad
y la ubicación privilegiada; para el caso del placer, paraíso y exotismo.
En este difícil equilibrio entre la creación y la
recreación la moda neoárabe suele sucumbir
a los encantos de la tradición arquitectónica
y decorativa adaptada a los nuevos tiempos
La monumentalidad promovida casi siempre por los estados se extiende al ámbito privado cuando surge el poder del dinero. Dinero y
monumentalidad llegan unidos a la arquitectura
del turismo debido a la necesidad de demostrar
un status superior, que además se complementa
por la obtención de un lugar privilegiado.
La definición arquitectónica del placer se
basa en la utilización de un léxico donde aparecen los códigos simbólicos heredados de los conceptos “paraíso” y “exotismo”. La tradición y la
aprehensión superficial y fragmentada de éstos
han marcado unas reglas comunes de comportamiento relacionadas con su significado. El paraíso nos ofrece la imagen de una humanidad ideal,
donde no se conocía la muerte, el trabajo y el
sufrimiento. Desde la antigüedad existe la utopía de encontrar el paraíso. La tradición cristiana legó la idea de paraíso a través del Jardín del
MEZQUITAS CONTEMPORÁNEAS
Edén: « Y plantó Yahvé Dios un jardín en Edén, al
oriente, donde colocó al hombre que había formado.
Yahvé Dios hizo brotar de la tierra toda clase de árboles de hermoso aspecto, y (de frutos) buenos para
comer; y en medio del jardín, el árbol de la vida y el
árbol del conocimiento del bien y del mal: De Edén
salía un río que regaba el jardín; y desde allí se dividía y se formaban cuatro brazos.»25 Tras la Biblia la
tradición adaptó el concepto de paraíso como
símbolo de placer plasmado a través de imágenes de ciudades perfectas como la Jerusalén celestial que « es el símbolo arquitectónico más perfecto del paraíso «26 , o con la representación de jardines como los Colgantes de Babilonia.
El bienestar y el descanso son dos de los
objetivos primordiales de la arquitectura cuando
no es imprescindible su función necesaria de habitación. El jardín es un complemento a la
habitabilidad y sólo surge cuando las condiciones sociales y económicas lo permiten. En la tradición de las villas suburbanas la unión de vivienda y naturaleza se hacía imprescindible; el jardín
es el resultado del dominio del hombre sobre el
medio en el que vive que lo transforma dependiendo de sus necesidades. La arquitectura
islámica es quizá la que mejor expresa la simbiosis entre arquitectura y jardín. En el caso de la
Alhambra su arquitectura está concebida como
jardín que, a su vez, es la imagen del paraíso27 .
Para el Corán paraíso es jardín28 y en sus descripciones toma forma de un vergel sombreado donde mana el agua por todas partes29 . La presencia
del agua y de la vegetación significaban la prosperidad, el placer, el lujo y la tranquilidad que
proporciona su abundancia30 : “Estas son las leyes
de Dios. A quien obedezca a Dios y a su enviado. Él le
introducirá en jardines por cuyos bajos fluyen arroyos, en los que estarán eternamente. ¡Este es el éxito
más grandioso!”31 El paraíso islámico era el premio para los temerosos de Dios y para quienes
hubieran creído y obrado bien alcanzando así la
eternidad.
En la actualidad, paraíso es sinónimo de
vacaciones. El paraíso del turismo es el jardín y
la naturaleza, como marcaba la tradición, pero
para la promoción turística los niveles de consecución de este símbolo se basan en la capacidad
económica del comprador del espacio paradisíaco. Hay paraísos para todos los mortales en oferta, a saldo, a precios realmente elevados, verdaderas estafas «paradisíacas» pueden ser el nombre de una urbanización, de un restaurante, de
cualquier vivienda. Sólo por el simple hecho de
renombrarlo se convierte en la pequeña parcela
privada, donde se conjugan su aspecto simbólico con el material. El paraíso ha sido devuelto a
los hombres y sin dotarnos de inmortalidad proporciona el placer necesario.
El exotismo es consecuencia de la expansión colonial de occidente y deriva de la búsqueda inconsciente del paraíso. Desde los inicios del colonialismo mercantil de los siglos XVI
al XVIII se fue forjando la imagen exótica de los
pueblos colonizados, sobre la base de una misión civilizadora sobre otros pueblos considerados inferiores. La idea de la superioridad del
hombre y la civilización occidental creaba una
distinción entre lo propio y lo lejano, por lo
que se asumió la consideración de exótico para
definir lo extranjero. La idea del «Buen salvaje»
desarrollada por Rousseau era la figura de fondo del exotismo pleno: “El Buen salvaje es apropiado por la posteridad romántica asociándolo al
estado de pura naturaleza. En el Buen salvaje van
a ser plasmadas todas aquellas virtudes sociales que
son el contrapunto de la sociedad civilizada»32 . Es
en el siglo XIX, con la expansión del colonialismo industrial, cuando el exotismo alcanza su
máximo desarrollo y, a su vez, fue la causa que
terminó con él cuando Oriente perdió sus encantos de misterio y lejanía. El movimiento romántico, en su búsqueda incansable de las sociedades primitivas, encontró argumentos en
lo que se conocía de Oriente. El mundo islámico fue el mejor escaparate y la forma más adecuada de expresar la imaginación y la fantasía:
“El exotismo aparece no sólo como fenómeno literario y artístico, sino como un hecho cultural del fin
de siglo, insinuándose en las costumbres, las modas, las formas de vida»33 . El turismo asumió
pronto la necesidad ideológica de exaltación del
exotismo. Los viajeros del XIX fueron los verdaderos impulsores de esta imagen que se con-
Mezquita privada del Rey Fahd
solidó con la llegada del turismo de masas. Las
zonas turísticas eran exóticas porque eran lejanas y atrasadas en todos los aspectos y la Costa del Sol no es que pudiera considerarse exótica sino que fue reconvertida como tal gracias
al fomento del tipismo cultural, la reivindicación del pasado musulmán y por la recreación
de elementos de arquitectura y jardinería exótica.
CILNIANA
33
MEZQUITAS CONTEMPORÁNEAS
LAS MEZQUITAS EN LA COSTA DEL SOL
Las tres mezquitas que vamos a estudiar
han sido construidas atendiendo a la demanda
de fieles musulmanes que residen en la Costa del
Sol y de los visitantes estacionales. En España la
comunidad islámica hasta la publicación de la Ley
44/1967, de 28 de junio, carecía de una organización religiosa. La Ley Orgánica de Libertad Religiosa de 1980 era la que abría el camino para
su consolidación legal. Actualmente existen unas
treinta comunidades entre Consejos, Ligas y Centros34 . En cuanto a las mezquitas, existen 6 o 7 y
más de medio millar de oratorios, destacando el
Centro Cultural Islámico de Madrid por su gran
tamaño. El concurso internaMezquita privada del Rey Fahd,
cional para
urbanización Las Lomas
su construcdel Marbella Club (Arquitecto:
Francisco Rambla Bardier)
ción causó gran expectación en todo el mundo,
con 455 inscripciones de más de 2.000 arquitectos de 45 países. El proyecto ganador, de unos
arquitectos polacos, supuso la realización de una
de las mayores mezquitas de Europa. Años antes
se había construido en Madrid la mezquita de
Abu Baker cuyo autor es Juan Mora Urbano. Más
tardía es la mezquita de Basharat, situada en el
Km. 32 de la carretera N-IV Córdoba-Madrid, y
de reciente inauguración es la mezquita nueva
de Córdoba.
El estudio de las mezquitas de la Costa
del Sol puede revelar datos esclarecedores sobre
el tipo de arquitectura islámica que se ha desarrollado en la zona, su estilo y la validez formal,
pues las mezquitas comparten, estilísticamente,
gran parte de los criterios de la arquitectura
neoárabe con la única salvedad de que cumplen
escrupulosamente las necesidades litúrgicas de
cualquier mezquita, por lo que en cuanto a su
estructura serán consideradas como islámicas y
no neoárabes.
Se utilizará la clasificación de Fethi35 elaborada para establecer las tipologías de mezquitas de nueva construcción en todo el mundo.
Fethi divide los tipos de mezquitas según el nivel
de conciliación entre modernidad y tradición,
estableciendo cinco grupos que se resumen brevemente:
.- Tradicional/vernáculo. Es el tipo característico de las mezquitas de países del tercer
mundo. Utilizan sistemas constructivos tradicionales, con artesanos y materiales locales y suelen ser edificios basados exclusivamente en la
tradición regional.
.- Conservador/convencional. Es un tipo
que tiene como
34 CILNIANA
MEZQUITAS CONTEMPORÁNEAS
referencia constructiva la tradición regional, utilizando formas familiares y estereotipadas, pero
a diferencia del tradicional/vernáculo introduce
algunas innovaciones modernas sobre todo en
las estructuras, aunque son conservadoras por
la gran dependencia de los artesanos locales en
la decoración y en la imaginería litúrgica.
.- Neoclasicismo islámico. Se basa en el
uso de un vocabulario arquitectónico islámico
clásico pero, en este caso, las estructuras son
modernas, adaptando a los nuevos tiempos el
vocabulario tradicional y simbólico.
.- Lejos de las anteriores el tipo contemporáneo/moderno tiene una solución constructiva plenamente adaptada al estilo contemporáneo internacional, con formas abstractas y geometría aerodinámica. Suelen ser edificios originales, sin apenas decoración en aras de un purismo arquitectónico gracias a las técnicas y materiales modernos.
.- Un último grupo, poco habitual y que
se reduce al área más oriental del Islam, es el
ecléctico/noches árabes donde se mezclan de forma caprichosa formas islámicas sin atender a una
coherencia regional. Son recargadas en cuanto a
su decoración y no tienen en cuenta una disciplina constructiva global dando una sensación de
gran desorden.
Hechas estas apreciaciones pasamos a
analizar individualmente cada una de las tres
mezquitas de la Costa del Sol.
La Mezquita de Marbella
El arquitecto Juan Mora Urbano, cuyos trabajos en la Costa del Sol comienzan en 1970,
mantiene una larga y variada trayectoria donde
destacan la Plaza de Toros de Estepona, el Centro Comercial y el edificio Oasis, los complejos
Coral Beach, Ancón Sierra y Aldea Blanca además
de numerosas viviendas unifamiliares en Marbella
que tienen su mejor expresión en la originalidad
de sus diseños con un gran sentido innovador,
muchas veces no realizados, en la Urbanización
Balcones de Sierra Blanca.
El proyecto36 consiste en un centro cultural y religioso con distintas dependencias como
biblioteca, archivo, sala de lectura, vivienda del
Imán y otros servicios administrativos. El acceso
al recinto se realiza desde el sahn, con un pequeño desnivel respecto a la rasante de la calle
perimetral. Tiene un atrio en su lado de poniente y dos pequeñas fuentes, de distinto tamaño
unidas por un canal en sentido Este-Oeste. En el
proyecto inicial se diseñó una composición de
fuentes y estanques cruzados por pequeños puentes que no se realizó. La entrada al edificio se
realiza a través de unas escaleras que dan paso a
un vestíbulo, a modo de distribuidor, con aseos
en los laterales de la puerta principal para las
abluciones. Desde el vestíbulo se accede, por
medio de unas escaleras, a una amplia sala en
planta alta para mujeres comunicada con el interior por dos balcones aislados con celosías.
La sala de oración ocupa una superficie
cuadrangular de 746 metros cuadrados que se
articula por la disposición de doce columnas (cuatro de ellas pareadas) abiertas coincidiendo con
el muro de la quibla y que coinciden con la circunferencia de la cúpula esférica rebajada, que
tiene 24 aperturas en la zona de arranque y decoración de lazo en su interior. A pesar de la centralización del espacio se mantiene un eje axial
que parte de la puerta principal hacia el mihrab.
En alzado el edificio se aligera con grandes arcos apuntados alancetados con cuerda muy
estrecha y enmarcados por alfiz. Las puertas y
demás ventanas del conjunto siguen la misma
composición. Todo el complejo tiene como remate decorativo almenas de similar factura a las
que coronan la parte vieja del Ayuntamiento de
Marbella con dentellones curvos convexos en la
base y cóncavos en su finalización. El color blanco del exterior contrasta con el pináculo de chapa verde que remata el alminar que, en 1987,
sufrió una reforma para aumentar la altura del
primer cuerpo cuadrado subiendo el nivel del
balcón y reconstruyendo el segundo cuerpo también recrecido sobre este y finalmente rematado
por el pináculo. En 1992 se realizó una ampliación de la vivienda del Imán en 5 dormitorios,
sala de reuniones y despacho37 .
La mezquita, de planta cuadrangular centralizada por la cúpula y el alminar, es de inspiración otomana que es la tipología más habitual
de las mezquitas actuales en todo el mundo. Basada en el uso de elementos tradicionales, toma
referencias de las distintas «arquitecturas»
islámicas sin apenas innovaciones. En la actualidad, el tipo de mezquita centralizada es junto al
hipóstilo el más habitual. El espacio cuadrangular interior y las columnas que delimitan un cuadrado no son frecuentes por la dificultad de conciliación con las necesidades litúrgicas de un espacio direccional hacia el muro de la quibla con
su centro visual en el mihrab. En este caso, el
pequeño tamaño de la mezquita y el eje axial que
lo recorre supera este problema.
Por otra parte, la esbeltez del minarete se
aleja de los modelos tradicionales hispanomusulmanes y del norte de África, recordando el tipo
CILNIANA
35
MEZQUITAS CONTEMPORÁNEAS
otomano. Los arcos apuntados tampoco pertenecen a nuestro entorno y no son muy habituales en el resto del mundo islámico, donde predominan los espacios cerrados sin apenas aberturas al exterior. Su esbeltez recuerda más la arquitectura gótica inglesa de los grandes ventanales
vidriados.
Hasta ahora pocos son los elementos que
recuerdan nuestra tradición musulmana salvo el
uso del alfiz y de las almenas. Con todo, el conjunto mantiene cierta coherencia de gran resultado estético ¿Quizá la arquitectura no necesita
de sus raíces para ser válida? ¿Es posible que la
falta de tradición constructiva de mezquitas en
España durante 500 años haya influido en su diseño? Las respuestas sólo pueden surgir de la
idea de que Marbella es un centro internacional
de turismo y que el
mecenas que le da
nombre a la mezquita, el Rey Abdulaziz
Al-Saud, quizá quisiera exportar el modelo
de mezquita moderna
más desarrollado en
su país. El resultado
final, según la clasificación de Fethi, se
encuentra cercano al
neoclasicismo islámico.
Mezquita de Fuengirola (fachada sur)
La mezquita privada del Rey Fahd
La mezquita privada del Rey Fahd38 está
situada frente al complejo Coto Real de Marbella
a medio kilómetro de distancia de la mezquita
principal y al norte del palacio del Rey en la finca
Viña de Marfil de la urbanización las Lomas del
Marbella Club. Concebido como «Edificio de Cultura Religiosa» según consta en el proyecto39 firmado por Francisco Rambla Bardier40 y visado el
30 de diciembre de 1985 y de uso exclusivo de la
familia Real saudí, el edificio ha sido utilizado en
contadas ocasiones. En la memoria del proyecto
se dan muy pocas referencias de su función, limitándose a describir las distintas salas sin utilizar la nomenclatura propia de las mezquitas: «Se
accede al edificio a través del porche nº1, desde el
cual se accede al hall, desde el hall se accede al ala
derecha en la cual está el vestidor, el aseo nº4, el aseo
nº3 y la sala de la torre, desde esta se accede mediante una escalera de fábrica a la torre. En el ala izquierda está el vestidor y el aseo nº5. En el centro y como
único núcleo principal está el gran salón. En la parte
posterior del edificio hay un despacho, dos pasillos de
distribución, dos aseos, dos pequeñas cocinas y un
cuarto de recepción. En el ala izquierda hay un porche designado con el nº1 y a la derecha el nº2».
36 CILNIANA
Esta relación parece la de una vivienda,
pero en realidad camufla los espacios habituales
de cualquier mezquita; así, el gran salón es el
haram o sala de oraciones, además en el sudeste
está la quibla con un nicho que por su situación y
forma en el plano da a entender que es el mihrab.
Los cinco aseos parecen cumplir la función de
abluciones, estando jerarquizados según sea para
la familia real, mujeres o invitados; las cocinas,
posiblemente, sirven para realizar las comidas
nocturnas durante el mes de Ramadán. No hay
referencias de que en la primera planta exista una
zona aislada para mujeres a no ser la mencionada sala de la torre. Tampoco se aprecia, sobre el
plano, ningún elemento más de la liturgia
islámica. La planta se completa con dos galerías
o porches en los laterales sudeste y noroeste sin
función determinada y uno principal de acceso
que da al hall.
El edificio es
un gran cubo de una
sola planta que ocupa
una superficie de 559
metros cuadrados,
destacando la torre
(no se cita como minarete) de 14,60 metros de altura. La sala
de oraciones, diáfana,
ocupa el centro del
edificio rodeada por
las dependencias destinadas a aseos, antesalas y servicios administrativos. El acceso a esta sala se realiza desde uno
de los laterales respecto al muro de la quibla. Su
centralidad se enfatiza por medio de la cúpula
semiesférica sobre tambor que al exterior aparece rematada con un yamur.
En el exterior destaca el bloque compacto
que forma el cuerpo principal suavizado por los
distintos halls que se sitúan a un nivel más bajo
del cuerpo principal y delante de éste. Los que
se orientan al nordeste y al sudoeste forman una
galería de arcos apuntados de herradura con columnas, mientras que el de la entrada principal
es de menor tamaño pero con un intercolumnio
de mayor espacio al ser la zona de acceso. El alminar es de planta octogonal con un balcón abierto abalaustrado en su parte superior. Se remata
con un cuerpo octogonal escalonado que termina es una pequeña cúpula con yamur.
No hay decoración exterior y el revestimiento es de mármol color crema. Los vanos
abiertos al exterior son arcos de herradura apuntados de gran longitud ligeramente abocinados
en el muro a modo de alfiz. La parte superior del
cubo está rodeada por una terraza con un rema-
MEZQUITAS CONTEMPORÁNEAS
te decorativo de pequeñas almenillas cuadradas.
Esta mezquita de difícil ubicación estilística mantiene el esquema de la tipología otomana compartiendo con la mezquita principal de
Marbella gran parte de sus recursos formales con
mayores dosis de austeridad decorativa. Como
vemos, comparte con la mezquita principal el
carácter centralizado y los grandes arcos apuntados, y lo mismo que ésta se encuentra dentro de
las denominadas por Fethi neoclasicismo islámico.
los arcos se sostienen por un antepecho con una
especie de ménsula de la misma piedra que las
molduras. En cada una de las cuatro esquinas
superiores se han colocado unas bolas de las que
no se encuentran antecedentes en la arquitectura islámica; no existe la alberca exterior que el
arquitecto hacía coincidir con el muro de la quibla,
ni las arcadas perimetrales que rodeaban el edificio. El alminar recreaba en el proyecto original
los tipos almohades con paños de sebka como
principal motivo decorativo.
Creado como centro cultural y religioso,
el edificio dispone de una planta a nivel de la
calle, o de entresuelo, que cuenta con salón de
usos múltiples, biblioteca y otros salones y serLa Mezquita de Fuengirola destaca tamvicios administrativos. El edificio se estructura
bién por el gran volumen cúbico de la sala de
como un bloque cuadrangular centralizado por
oración que es un amplio espacio centralizado
cúpula y flanqueado por cuatro torres en cada
por cúpula. Este templo musulmán, el último
una de las esquinas, siendo la del lado noroeste
construido en la Costa del Sol se debe al proyecdistinta en tamaño al
to 41 de Francisco
tener mayor superfiGamboa González,
cie. La planta baja que
cuya obra más destaLa frontera entre el mal gusto de la
cada en cuanto a com- recreación y el buen gusto se encuentra muy se sitúa por encima
de la rasante exterior
plejos turísticos es la
difuminada pues, siguiendo las pautas del
está ocupada por la
urbanización
la
Kitsch, cualquier recreación puede ser
sala de oración, con
Alcaidesa en el térmicalificada como tal
una composición de
no municipal de
arcos en el muro de la
Manilva o Santa María
quibla con el mihrab
del Golf en Marbella,
en el centro que repite el esquema de la fachada
además de una extensa labor en viviendas
proyectada inicialmente. Esta sala tiene en el cenunifamiliares. Tiene, así mismo, varios proyectro cuatro columnas que forman un cuadrado sostos en Marruecos tanto de edificios como de viteniendo la bóveda semiesférica que al exterior
viendas unifamiliares.
está cubierta por un tejado de teja con yamur. El
acceso al interior se habilita a través de la fachaLa construcción de la mezquita, la última
da norte, que se compone de dos torres laterales
erigida en la Costa del Sol, se dilató en el tiempo
y un gran zaguán en el centro con una puerta
–11 años– debido a diversos problemas de financhapada que en la parte que cierra el arco apunciación y burocráticos. Desde 1983, cuando se
tado tiene vidrieras. En los espacios entre estos
realizó el primer estudio de ordenación, hasta
tres cuerpos se ubican dos aseos con acceso ex1994, cuando fue inaugurada por el Príncipe
terior a través de vestíbulos cubiertos por guarSalman Bin Abdulaziz, hermano del Rey de Arabia
dapolvos de teja. A la planta alta se accede a
Saudí, sufrió varias modificaciones respecto a la
través de unas escaleras que dan paso a un espaidea inicial. En 1988 se visó el proyecto que, auncio reservado para mujeres aislado por celosías
que mantenga lo esencial, ha perdido el carácter
de madera que ocupa la parte norte de la sala de
dado por el arquitecto. La fachada principal haoración.
bía sido diseñada inicialmente como una composición de arcos basada en fachadas como la
Su aspecto exterior es el de un gran cubo
del Cuarto Dorado de la Alhambra. Los arcos de
cerrado con ventanas pareadas de distinto tamaherradura han sido sustituidos por arcos de meño con una decoración muy austera. El minarete
dio punto, y los de medio punto con alfiz inspise decora en sus cuatro lados con un largo arco
rados en la Alhambra, han sido transformados
apuntado rehundido en la pared que incluye en
en arcos apuntados como el de la puerta princisu interior otros dos pequeños arcos; la parte
pal que recuerda los iwans iraníes; las almenillas
superior se abre por sus cuatro lados por arcos
nazaríes se han fragmentado quedando como
que corresponden a balcones calados sostenidos
hitos testimoniales en la cornisa del bloque; los
por ménsulas. Este espacio abierto se cubre con
alfices que rodeaban casi todos los arcos exteun tejadillo de teja a cuyo sostén contribuyen
riores han sido cambiados por unas molduras
ocho ménsulas de gran tamaño. El alminar se resemicirculares de piedra que enmarcan la parte
mata con un cuerpo troncopiramidal con yamur.
superior de los arcos, mientras que en la inferior
La Mezquita principal de Fuengirola
CILNIANA
37
MEZQUITAS CONTEMPORÁNEAS
El resultado final es un poco confuso debido, principalmente, a la libre interpretación que
se hace del proyecto original. La abstracción de
los elementos decorativos, debido a la falta de
presupuesto, tiene, paradójicamente, algo de renovador. En definitiva, una composición ecléctica
de difícil ubicación estilística en lo decorativo
aunque la solución final del modelo centralizado en la sala de oración recuerda vagamente la
tipología otomana.
Hemos visto que existe un remanente exótico relacionado con el sector turístico y todos
los servicios que pretende ofrecer. La llegada de
los árabes coincidió con la representación de esta
memoria basada en los precedentes históricos
pero se multiplicó y extendió hasta configurar
una visión característica del paisaje edificatorio
de la Costa del Sol que se iría diluyendo con los
años como cualquier moda. Los noventa, dominados estilísticamente por la presencia de otros
“neos”, han tendido a una fórmula aún más
epatante pero, en este caso, de monumentalidad
casi siempre barroca y por el gusto a los trabajos
pseudo artesanales de molduras, revocos, la atracción por lo clásico y por una apuesta por los tonos pastel.
Notas
1
Este trabajo es un extracto de la Memoria de Licenciatura Arquitectura neoárabe contamporánea en la Costa del Sol Occidental defendida en septiembre de 1995 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de
Málaga.
2
Este hecho es muy habitual en todos los estilos arquitectónicos. En
la arquitectura islámica se debe destacar la importancia de edificios como
la Cúpula de la Roca, la Mezquita de Damasco o kairuan, la Quttubiyya o
Santa Sofía.
3 Archivo Municipal de Marbella (A.M.Mb.). Caja 2893. Visado en marzo de 1982.
4
A.M.Mb. Caja 3560/1. Visado en junio de 1983. El proyecto no se
parece prácticamente en nada a lo construido por lo que puede indicarnos
que este proyecto no se realizó o que en la ejecución de las obras se realizaron las modificaciones.
5
Vivienda unifamiliar cuyo proyecto se presentó en septiembre de
1981 por Jaime Larraín Valdés para el Sr. Ghazi Nassar. A.M.Mb. Caja 2968/
1.
6 DORFLES, Gillo: El Kitsch. Antología del mal gusto. Lumen, Barcelona,
1973, pág. 70.
7
RAMÍREZ, Juan Antonio: Medios de masas e historia del arte. Cátedra,
Madrid, 1988, pág.. 271.
8
A.M.Mb. Expte. 466/92.
9 JENCKS, Charles: El lenguaje de la arquitectura posmoderna. Gustavo
Gili, Barcelona, 1986, pág.. 57.
10
TURNER, Louis y ASH, John: La Horda Dorada. El turismo internacional y la periferia del placer. Endymion, Madrid, 1991, pág. 212. Se verá como
en arquitectura se produce el mismo fenómeno de comercialización de
productos superficiales.
11 GAVIRIA, Mario y Otros: España a go-gó. Turismo charter y
neocolonialismo del espacio. Turner, Madrid, 1974, págs. 80-81.
12
LÓPEZ ONTIVEROS, Antonio: «El paisaje de Andalucía a través de
los viajeros románticos: creación y pervivencia del mito andaluz desde una
perspectiva geográfica». En GÓMEZ MENDOZA, Josefina, ORTEGA CANTERO, Nicolás y Otros.: GÓMEZ MENDOZA, Josefina y ORTEGA CANTERO,
Nicolás y Otros: Viajeros y paisajes. Alianza, Madrid, 1988, págs. 31-65.
13
BERNAL RODRÍGUEZ, Manuel: La Andalucía de los libros de viajes del
siglo XIX. Editoras andaluzas unidas, Sevilla, 1985, pág. 17.
14 En el siglo XIX se pone de moda la novela de consumo popular que
conjuga la aventura con el escenario exótico.
15
RODINSON, Maxime: La fascinación del Islam. Júcar Universidad,
38 CILNIANA
Madrid, 1989, pág. 69.
16
Se debe destacar la importancia de la obra de escritores españoles
emigrados a Gran Bretaña como Blanco White, Vicente Llanos, Joaquín
Telesforo Trueba y José Joaquín Mora que divulgaron una imagen de Andalucía muy idealizada, lejana y orientalizante (BERNAL, A.M: «Formas tradicionales de ocupación del ocio en la sociedad rural andaluza» en BERNAL,
A. M. y Otros: Turismo y desarrollo regional en Andalucía. I.D.R, Sevilla, 1983,
págs. 17-57).
17
RAQUEJO, Tonia: El Palacio encantado. La Alhambra en el arte Británico. Taurus, Madrid, 1985, pág. 36.
18 LÓPEZ ONTIVEROS, Antonio: op.cit, pág. 64.
19
GONZÁLEZ TROYANO, Alberto: «Los viajeros románticos y la seducción polimórfica de Andalucía», en V.V.A.A.: La imagen de Andalucía en los
viajeros románticos. Diputación Provincial de Málaga, Málaga, 1987, pág. 19.
20
Sobre el tema de la imagen turística, MIOSSEC, Jean-Marie: «L’image
touristique comme introduction á la géographie du tourisme». Annales de
géographie, Nº 473, 1973.
21
Esta imagen se plasma en signos que según Burgess y Wood son
los siguientes:
.- Iconic signs: iconos que representan características del lugar.
.- Indexical signs: características que implican una relación casual con el
receptor como por ejemplo el bullicio de una calle.
.- Symbolics signs: donde los objetos pueden ilustrar un amplio campo de
actividades por asociación con un estado de la mente o un estilo de vida particular.
Tomado de PAGE, Stephen: Urban tourism. Routledge, Londres y Nueva York, 1995, pág.223.
22
Existe un interesante trabajo sobre la extensión del nombre de la
Alhambra por todo el mundo, GALLEGO MORELL, Antonio: «En muchas
ciudades algo lleva el nombre de la Alhambra». Cuadernos de la Alhambra,
Nº 2, Granada, 1966, págs. 145-148 y Nº 3, 1967, pág. 193-199.
23
Una primera aproximación al tema la realicé en 1993, MORENO
FERNÁNDEZ, Francisco Javier: «Arquitectura en la Costa del Sol. La metáfora del ocio «. Boletín de arte. Nº 13-14, Universidad de Málaga, 1992-1993,
págs. 335-346.
24 Sobre el tema vid. MORENO FERNÁNDEZ, Francisco Javier:
“Gutiérrez Soto en Marbella: Los fundamentos del placer”. Boletín de Arte,
Nº 20, Universidad de Málaga, 1999, págs. 351-366.
25
Génesis, 2:8 y 9. Tomado de la Edición Prensa Católica, Chicago,
1966.
26 RAMÍREZ, Juan Antonio: Cinco lecciones sobre arquitectura y utopía.
Universidad de Málaga, Málaga, 1981, pág. 38.
27
PUERTA VILCHEZ, José Miguel: Los códigos de Utopía de la Alhambra
de Granada. Diputación provincial de Granada, Granada, 1990, pág. 19.
28
La acepción paraíso tiene su origen en el término persa faradis,
cuyo significado es jardín cercado. HOAG; J.: Arquitectura islámica. Aguilar,
Madrid, 1976, pág. 405. Y su representación formal deriva del modelo,
también persa, del Chahar-bagh con su división básica en cuatro partes.
RABANAL YUS, Aurora: «Los jardines del Renacimiento y el barroco en España», en HANSMANN, Wilfried.: Jardines del Renacimiento y el Barroco. Nerea,
Madrid, 1989, pág. 329. Christiane E. Kugel abunda sobre la idea dándole a
paraíso el matiz de rincón, sitio cercado, «Un jardín hispanomusulmán, paraíso de los sentidos». Cuadernos de la Alhambra, Nº 28, Granada, 1992,
págs. 27-37.
29
DICKIE, James: «Notas sobre la jardinería árabe en la España musulmana «. Miscelánea de Estudios árabes y hebraicos, XIV-XV, 1955-1956, pág.
76.
30
RUGGLES, D. Fairchild: «Los jardines de la Alhambra y el concepto
de jardín en la España islámica». Al-Andalus: las artes islámicas en España. El
Viso, Madrid, 1992, págs. 163-173. Sobre el tema del agua en concreto,
KUGEL, Christiane E.: «El agua de la Alhambra». Cuadernos de la Alhambra,
n.º 28, Granada, 1992, págs. 43-61.
31
Sura 4/13. Tomado de la edición del Corán de Editorial Herder, Barcelona, 1986.
32
GONZÁLEZ ALCANTUD, José Antonio: La extraña seducción. variaciones sobre el imaginario exótico de Occidente. Universidad de Granada, Granada, 1993, págs. 17-36.
33
LITVAK, Lily: El Jardín de Alah. Temas del exotismo musulmán en España. 1880-1913. Don Quijote, Granada, 1985, pág. 15.
34
ABUMALHAN, Montserrat: Comunidades islámicas en Europa. Trotta,
Madrid, 1995. Contiene varios artículos en los que se da un panorama
amplio de su situación en general.
35
FETHI, Ihsan.: op. cit, págs. 54-57.
36
A.M.Mb. Obras Mayores, caja 1.637.
37
A.M.Mb. Urbanismo. Expte. 303/92.
38 Debido a su carácter privado y a la imposibilidad de acceder al interior, me veo obligado a remitirme al proyecto, existiendo la posibilidad de
transformaciones o reformas de las que no tengo noticias, como una muy
reciente que ha afectado al acceso al recinto desde el exterior.
39
A.M.Mb. Urbanismo. Expte. 830/86.
40 Arquitecto que destacó por la gran cantidad de proyectos de viviendas unifamiliares de lujo en Marbella.
41
Documentación facilitada por el arquitecto.
LA
INDUSTRIA PAPELERA DE
Benalmádena
CREACIÓN Y DESARROLLO DE LA “FINCA MODELO DE SAN CARLOS” EN ARROYO DE LA MIEL (1790-1806)
Juan Manuel Castillo Cerdán
En España no existe un verdadero interés filatélico y del hecho papelero como tal, ni siquiera
un ciclo oficial de reuniones que sirviera de divulgación popular. Por otra parte, se desconoce
si en algún libro de texto se ha recopilado esta importante faceta de nuestro país. Por otro
lado, el número de historiadores e investigadores dedicados a esta actividad ha sido
insignificante y pocos los estudios terminados.
N
os ha faltado, además, influencia para salvar
la arqueología industrial de los molinos
papeleros, que han ido desapareciendo con el
transcurso del tiempo, sobre todo, por el desinterés y la ignorancia de muchas autoridades culturales cuya obligación es la de cuidar precisamente el patrimonio histórico cultural.
Este estudio, pese a las referencias bibliográficas, es sobre todo un trabajo de campo, no
todo lo exhaustivo que desearíamos al no quedar huellas ni en el archivo parroquial ni tampoco en la localización de cada molino; aunque se
ha conseguido ampliar el panorama y esclarecer
numerosos puntos dudosos, gracias a los testimonios de viajeros que recorrieron el lugar dejando constancia de lo que vieron, y en los archivos, fuente principal de toda historia.
Los archivos municipales y provinciales
son excelentes para recabar información y conocer las vicisitudes de los molinos y fábricas de
papel que sabemos hubo o hay en sus términos
municipales, pero su investigación es cuidadosa
y difícil porque las guerras que hemos sufrido
desde el comienzo del siglo XIX han destruido
algunos de ellos, y otros han desaparecido al aplicar órdenes como la de 29 de julio de 1942 de
recogida de los “archivos del Estado, Provincia o
Municipio de la documentación prescrita, inútil o inservible a efectos históricos, jurídicos o administrativos”, para así acabar con la “abrumadora escasez
de papel y de las materias primas necesarias para su
fabricación, problema directamente relacionado con
la actual situación internacional que obliga a llevar
a su último extremo las posibilidades de su fabricación en nuestra Patria”.1 Así desaparecerían archivos municipales como fue el caso de
Benalmádena. De todos modos quedan los Protocolos notariales que nos proporcionan noticia
de contratos de construcción de las factorías,
transmisiones de su propiedad y otros datos de
interés, si bien no son de fácil acceso e investigación.
Sería muy importante que los investigadores reiniciaran el censo y localización de todos los molinos, y así confeccionar el mapa nacional tanto de los batanes como de los ríos
papeleros, analizando la influencia de disponibilidad de trapos y cercanía a centros comerciales,
así como las razones de que en zonas teóricamente aptas la presencia de nuestros industriales haya sido pequeña, mientras en otras adquirieron rápidamente carta de naturaleza. Molinos
papeleros y fabricación de papel a mano ha habido en casi todas partes, lo cual no quita para que
condiciones específicas –a veces la simple tradición laboral– hayan concentrado la obtención
durante muchos años2 .
La historia del papel está falta todavía de
monografías que especialicen su estudio y puedan hablarnos de dicho tema tan interesante.
Deberíamos crear camino para poder llegar a
conseguir una visión general de la evolución de
los asentamientos papeleros y de sus peculiares
condicionamientos en cada época y región.
EL DESARROLLO PAPELERO ESPAÑOL EN
EL ÚLTIMO TERCIO DEL SIGLO XVIII Y
COMIENZOS DEL XIX
Las guerras exteriores, la emigración a
América y la expulsión de los moriscos, ocasionaron en España una intensa despoblación con
grandes daños en la industria y para revivirla tuvieron que tomar medidas que, en el caso de la
papelera, fueron principalmente la prohibición de
Los archivos municipales y provinciales
son excelentes para recabar
información y conocer las vicisitudes de
los molinos y fábricas de papel que
sabemos hubo o hay en sus términos
municipales
CILNIANA
39
L A INDUSTRIA PAPELERA DE BENALMÁDENA
la exportación del
trapo y concesión a
las fábricas del país
de franquicias y
exención de alcabalas y de otros tributos.
Ya en 1721, el intendente de Galicia,
Rodrigo Calderón, informaba que “más de dos
millones anuales costaba el papel que mandaba
Génova para España y las Indias fabricado en los 150
molinos que tenían los genoveses en el valle de Boltri,
tres leguas de aquella ciudad, adonde llevaban de
España en muchos navíos número infinito de fardos
de trapos viejos y de cuerdas y alpargatas viejas” 3 .
La elevación de aranceles a la entrada del
papel en España y una más estricta prohibición
de la exportación de trapos hizo que genoveses,
flamencos y franceses viniesen a España para establecer centros fabriles papeleros o para trabajar en los ya existentes. A los Otonel y Gregois
siguieron los Piombino, Gambino, Bonicelli y
Solesio4 , entre otros, originándose un impresionante desarrollo de la industria papelera que a
finales de siglo, según La Lande, contaba con 200
molinos de papel que lo hacían muy bueno5 .
El censo de 1799 da una cifra total en España de 326 molinos de papel, o de “obradores”
como en él se denomina, con una producción de
363. 585 resmas 6 .
Cataluña destaca en este desarrollo contando en 1755 con 109 fábricas, de las que 86
estaban corrientes y las 23 restantes paradas con
una capacidad de producción de 301.600 resmas
anuales, si bien por falta de trapo, sólo elaboraban 120.800 resmas 7 . En 1777, según Ponz, existían ya 112 fábricas en completo ejercicio, las
cuales llegaban en 1785 a 170. El propio Ponz
calcula que estas 170 fábricas pueden elaborar
480.000 resmas de papel al año con un valor de
un millón de pesos y un consumo de 60.000 quintales de trapo8 .
El censo de 1799 baja la cifra a 127 fábricas las cuales sólo produjeron 54.500
resmas y daban ocupación a 749 operarios9 .
Debieron estar paradas bastantes de estas 127
fábricas, pues señala este censo que 68 molinos eran de estraza, tenían 384 operarios y
fabricaron sólo 13.500 resmas; y las 59 fábricas restantes, con 365 operarios, hicieron
41.000 resmas de papel blanco fino, cantidad
también muy reducida. En 1817, según un informe de la Junta de Comercio, eran ya 166
fábricas con 210 tinas, capaces de fabricar
550.000 resmas anuales 10.
40 CILNIANA
A Cataluña le
sigue la región valenciana, que en
1791 contaba con
90 molinos papeleros –48 de papel
blanco y 42 de estraza– que fabricaron 200.470 resmas11. El censo de 1799 refleja
estos 90 molinos, de ellos 50 de papel blanco
que elaboraron 116.700 resmas, y 40 molinos
de estraza que hicieron 29.658 resmas. En total
146.358 resmas. Buena parte del papel blanco
sería elaborado en Alcoy12.
Fueron dos los principales adelantos
técnicos que hubo en la industria
papelera durante este periodo, el
cilindro o pila holandesa y la máquina
redonda
Madrid, que no figura en el Censo de 1799,
y su zona de influencia en las provincias limítrofes tuvo una destacada producción de papel de
imprimir, pareja a su importancia en la impresión de libros.
Aragón figura en el Censo de 1799 con 16
obradores de papel fino y 19 de estraza, que elaboraron en dicho año 38.678 resmas y 28.500
resmas, respectivamente.
Fueron dos los principales adelantos técnicos que hubo en la industria papelera durante
este período, el cilindro o pila holandesa y la
máquina redonda. La falta de fuerza hidráulica
obligó a los holandeses a utilizar la obtenida del
viento, muy irregular en potencia y continuidad.
Al tener que transmitir la energía del molino de
viento por eje vertical, con ingenio sustituyeron
los mazos del molino hidráulico por grandes cilindros provistos de láminas de acero cortantes
que rápidamente fibraban los trapos proporcionando una pasta muy uniforme. Esta pila o “refino holandés”, que ya utilizaban en 1670, fue
adaptándose lentamente en el resto de los países, lográndose con él una mejor calidad de papel, reducción de espacio y de fuerza motriz, utilizándose aún hoy en todo el mundo13.
Otro importante adelanto técnico fue la
máquina de forma redonda inventada a comienzos del XIX por Dickenson, que evita la formación a mano de la hoja de papel. Estas máquinas
redondas han llegado en España hasta nuestros
días. Con formas redondas múltiples y secado por
vapor, siguen empleándose en la fabricación de
cartón14.
Las circunstancias en las que se encontraba España hicieron que el adelanto en técnicas
papeleras fuera tardío. La principal causa fue la
Guerra de la Independencia contra la invasión
napoleónica (1808-1814), terrible por las depredaciones de los invasores que arrasaron el país,
especialmente en ciertas regiones y comarcas.
LA INDUSTRIA PAPELERA DE BENALMÁDENA
Entorpeció también un mayor desarrollo la escasez de trapo que, a pesar de las prohibiciones,
seguía saliendo de la nación15.
LA INDUSTRIA PAPELERA DE
BENALMÁDENA: LOS PRIMEROS
MOLINOS DE PAPEL Y LA “FINCA
MODELO DE SAN CARLOS”
La fabricación de papel en Málaga, a fines del XVIII y principios del XIX, coincide con
un momento de prosperidad, promovido por
la explosión demográfica y económica. Con la
aparición de las “Sociedades Económicas de
Amigos del País” existirá un intercambio de
información técnica y la consecución de nuevas leyes para implantar una nueva sociedad16 .
La producción agrícola aumentó, perfeccionándose los cultivos y promoviéndose la industria 17. A partir de 1778 el puerto de Málaga se
convierte en uno de los más activos de España
por el decreto que declara el libre comercio
con América18 .
Es en este período cuando se lleva a
cabo la instalación de los primeros molinos
de papel blanco, en Nerja; los de estraza, de
Torremolinos, adaptados por Solesio para producir papel blanco; la creación de sus seis fábricas en la Hacienda “San Carlos” de Arroyo
de la Miel –Benalmádena– , y la creación de
otros de estraza, repartidos en diversas poblaciones de la costa y el resto de la provincia
de Málaga.
No obstante, y como decíamos con anterioridad, las guerras, las crisis, las epidemias 19 y la invasión francesa provocaron un
período de parálisis y de recesión, de la que
no estuvo exenta la producción de papel.
En la provincia malagueña los procedimientos que se utilizaron en la fabricación de
papel siguieron el modo tradicional, la trituración de los trapos por mazos movidos por
la fuerza hidráulica. Sólo a finales del primer
cuarto del XIX encontramos la primera mención de la “máquina refinadora de cilindro”,
en uno de los molinos de Arroyo de la Miel,
que, como dijimos, posibilitaba la mejora de
la fabricación del papel y controlaba de manera más fácil la técnica del refinado.
El secado del papel en los molinos se hizo
siempre en los miradores o plantas más altas de
cada molino, provistas de numerosas ventanas.
En algunos modestos batanes se secaba directamente al sol el papel de estraza, además de otras
tareas papeleras que se efectuaron al aire libre
gracias a la bondad del clima.
Las materias primas, en general, fueron
los trapos, recortes de naipes, alpargatas y
otras elaboraciones del esparto, la
reutilización de los papeles destinados a la
agricultura, redes viejas –muy usado en toda
la costa– y, finalmente, el bagazo de la caña
de azúcar.
Este papel de estraza se caracterizaba
por los abundantes abusos en sus precios, y a
comienzos del siglo XIX estos fueron corregidos por el Consulado, cual el denunciado por
los fabricantes de papel de esa clase de Arroyo de la Miel contra los que hacían las resmas
con menos pliegos a fin de venderlas más baratas, ejerciendo así una competencia desleal19 .
En general, el papel fabricado en Málaga tuvo una distribución local20 , en algún tiempo y por algún fabricante se comercializó en
América21. Habría que sumar seguramente alguna resma malagueña a las 27.300 que se le
atribuyen a Granada, en cuyo reino estuvo
Málaga integrada hasta la distribución provincial que configuró el mapa político-administrativo del país, vigente hasta el reconocimiento autonómico.
La fabricación de papel en Málaga, a
fines del XVIII y principios del XIX,
coincide con un momento de
prosperidad, promovido por la
explosión demográfica y económica
Normalmente los propietarios de los
molinos de papel pertenecieron a familias de
la nobleza, el duque de Montellano y de Arco,
Marqués de Villarias; o de la clase alta o media pertenecientes al alto comercio malagueño, ejemplos pueden ser Inca Sotomayor,
Centurión, Parladé, Sáenz de Tejada, ...; también la participación del clero, Zeo Salvatierra,
Aguilar, Rodríguez, etc22 .
Por el contrario los maestros papeleros no
pudieron salir de su condición de arrendatarios,
todos los cuales escribían o sabían firmar con
soltura y buena caligrafía, y algunos poseían huertas propias. Sólo ingresaron en la categoría de
propietarios de las fábricas los catalanes y valencianos, que ya lo eran en su tierra23.
Un grupo importante de aprendices y
oficiales de estas fábricas debió ser el de los
extranjeros, y más precisamente genoveses.
CILNIANA
41
L A INDUSTRIA PAPELERA DE BENALMÁDENA
Con la instalación de la fábrica de naipes en
Macharaviaya vinieron de Italia quince: catorce de ellos de Finale –Savona– que era lugar
natal de Solesio y uno de la ciudad de
Génova 24.
Los primeros molinos de papel en
Benalmádena
La primera información sobre la fabricación de papel registrada en Benalmádena es
la autorización otorgada por el Ayuntamiento
de Málaga, el 4 de marzo de 1753, a Cristóbal
de Zaragoza y Salvador Márquez, vecinos del
pueblo, para que edificaran en este término
dos molinos y un batán o fábrica de papel 25.
Casi tres décadas después, el 22 de mayo de
1780, Esteban de Áyora pidió licencia para
construir un batán de papel en el mismo término 26 .
Anterior al batán de Cristóbal de Zaragoza y Salvador Márquez de 1753, se puede
afirmar que existía otro de papel de estraza
que pertenecía a Miguel Balbuena, quien lo
vendió a Juan de Salas en 1758, y que éste lo
trabajó hasta que su hijo Juan –subteniente
de infantería del Reino de Granada– se lo vende en 1783 a Juan José Sáenz de Tejada, vecino y residente en Laguna de Cameros, La Rioja,
recibiéndolo su hermano Francisco que residía en Málaga y que estuvo muy relacionado
con los batanes de papel en Mijas 27 . El batán
constaba de una huerta y el molino perteneció a Sáenz de Tejada y sus herederos en las
décadas siguientes con distintos maestros para
la producción del papel28 .
Se pueden aportar las primeras referencias sobre los batanes de Esteban de Áyora a
partir de 1803, quien por estas fechas vendía
un bancal de tierra y como garantía de saneamiento hipotecaba su batán fábrica de papel
de estraza 29.
El cura rector de la iglesia parroquial de
Benalmádena, Francisco de Aguilar, poseía varias propiedades en la villa y en su patrimonio
figura un batán de papel, que por su ubicación se trata del batán de Esteban de Áyora,
aunque se desconoce cómo y cuándo se lo
adquirió. Este batán significó mucho para él,
y se demuestra en la condición impuesta a sus
herederos testamentarios, que trataba de no
desprenderse del batán desbaratando lo que
le había costado tanto, y sobre todo, porque
había sido su único paseo de recreación y diversión en la vida 30. Este deseo se mantuvo
hasta 1861, fecha en que lo vende su sobrino
Juan Ramón de Aguilar a Martín Navarrete
Toledo por la cantidad de 8.000 reales. Martín
Navarrete reedificaría y mejoraría la maquinaria del batán para revenderlo cuatro años más
tarde por 12.000 reales y así recuperar su inversión 31.
Por último, también en fecha de 1803
consta una casa batán o fábrica de papel estraza propiedad de María del Valle y Padilla. La
casa batán poseía una fuente y alberca propia32 . A los dos años, por testamento, lo recibe María Fernández del Valle, quien trabaja y
habita en él hasta su muerte en 1852, dejándolo en manos de María Joséfa Navarrete33. Ambas mujeres llevaban la atención y producción
de papel en el batán con algunas dificultades
económicas por lo que, por distintos préstamos solicitados a José María Fernández, le
adeudaban 7.200 reales a fecha de 1852, con
una hipoteca para garantizar la deuda con el
batán de papel 34.
María Navarrete, para cancelar dicha
deuda, trata la venta con José Martín Quesada,
vecino de la villa, en 3.000 reales las tierras y
4.000 el batán, juntando el total de 7.000 reales para saldarla 35.
La “Finca Modelo de San Carlos”.
Los molinos papeleros de Arroyo de la
Miel
El origen del caserío de Arroyo de la
Miel, dependiente de Benalmádena, se encuentra en el cortijo del mismo nombre que data
de principios del siglo XVI y perteneció a la
familia Zurita-Zambrana 36 hasta que Félix
Solesio lo comprara a Pedro Reyes en 1784,
intermediario de la familia37.
La primera información sobre la fabricación de papel
registrada en Benalmádena es la autorización
otorgada por el Ayuntamiento de Málaga, el 4 de
marzo de 1753, a Cristóbal de Zaragoza y Salvador
Márquez, vecinos del pueblo, para que edificaran en
este término dos molinos y un batán o fábrica de papel
42 CILNIANA
El origen, desarrollo y
decadencia de los molinos de
papel de Arroyo de la Miel
están relacionados con las
actividades de Félix Solesio
y la fabricación de los naipes
en la fábrica de Macharaviaya. Solesio compraría el
cortijo en 258.200 reales de
vellón y le cambiaría el nom-
LA INDUSTRIA PAPELERA DE BENALMÁDENA
bre denominándolo “San Carlos”, en honor a
Carlos III 38. Para montar sus fábricas buscó un
sitio abundante en agua para mover los
batanes y lo encontró en estas tierras provistas de diversos cauces de agua, destacando
entre todos ellos el manantial “El Cao” que ca-
El origen, desarrollo y decadencia de
los molinos de papel de Arroyo de la
Miel están relacionados con las
actividades de Félix Solesio y la
fabricación de los naipes en la fábrica
de Macharaviaya
nalizó sus aguas con la construcción de un
acueducto de un metro de ancho y dos metros
y medio de hondo 39. A parte de este acueducto, comenzó a construir viviendas para los operarios y a llevar a cabo la explotación agrícola
de las tierras del cortijo plantando miles de
árboles según explicó al viajero inglés Joseph
Townsed 40 . Será el viajero español Antonio
Ponz el que nos concrete sobre lo cimentado
en la finca de Solesio: “aprovechando la ventaja
de un copioso nacimiento de agua, Solecio había
instalado seis o siete molinos de papel con la idea
de fabricar hasta veinte mil resmas anuales de la
mejor calidad posible. Había plantado en la Hacienda de Arroyo de la Miel veinte mil moreras,
cuatro mil olivos, tres mil limoneros y otros diversos árboles”41 .
En 1790, los molinos ya están construidos y pone en práctica sus deseos de convertirlo en una finca modelo para poder conseguir subvenciones estatales y deducciones de
impuestos, plantando los árboles mencionados e introduciendo la cría de ganado. Pero
estos molinos sufrirán gran cantidad de vicisitudes, como su propietario, hasta su muerte
en 1806, con la posterior división y entrega a
sus acreedores y herederos.
Entre 1784 y 1795 construye, compra,
vende y pedirá créditos, formando un complejo
comercial y financiero que pronto se ve impotente de controlar cuando los créditos empiezan a vencer y no puede liquidarlos, lo que le
lleva a pedir nuevos préstamos para pagar los
intereses, sumándosele la situación problemática interna de su propia familia 42. Solesio, preocupado por la falta de papel y por la carencia
de medios económicos, buscó socios capitalistas a los que sedujo prometiéndoles rápidas ganancias. Formará una compañía en 1796
con Bernardo Carrillo, director de la Real Compañía Marítima de Madrid, y José Mariano del
Llano, Caballero de la Orden de Calatrava,
ambos de Madrid 43. Solesio expuso a sus futuros socios que, al tener ya las fábricas, el terreno y abundante agua, podría ampliarse la
cantidad de tinas con las que labrar las resmas
de papel; pero al no tener los fondos suficientes, solicitaba a éstos la cantidad de 400.000
reales de vellón y producir cada año libres de
todo gasto más de 12.000 pesos de ganancia.
Carrillo y del Llano celebran la sociedad aportando los 400.000 reales y Solesio la hacienda, utensilios y personal. Los beneficios serían divididos al 50% entre Solesio y los otros
dos socios. La duración de la sociedad era por
cinco años, finalizando en el año 1801. Pero
apenas transcurrido un año comenzarían las
reclamaciones, embargos y acusaciones mutuas que concluirían a la muerte del fabricante44.
En un primer momento, los socios no
podrían pedir aumento de capital si por alguna causa escaseara el agua, dada la seguridad
de Solesio sobre el buen estado de los acueductos y que desde su creación no había faltado en ningún momento la misma; además,
todo el papel que se fabricara sería conducido
a la ciudad de Málaga y puesto en los almacenes para su despacho en Macharaviaya con la
condición de que no se podía expender ninguno a otra parte 45 . Aquí se observa como
Solesio aseguraba la producción para su consumo en la fábrica de naipes.
El principal escollo del fabricante sería la
mala calidad del papel empleado en los naipes
que provocaba a la Hacienda muchas pérdidas y
encarecimiento, con la consiguiente paupérrima
venta en las Colonias46.
En la misma fecha de la creación de la sociedad se firmaría otro contrato entre Solesio y
Bernardo Carrillo donde, en su nombre y en el
de Llano, arriendan la sociedad al fabricante genovés durante cinco años para que éstos no tuvieran que molestarse en proporcionar la salida
y venta del papel. Así, Félix Solesio trabajaría con
mayor dedicación las mencionadas fábricas. Éste
abonaría 60.000 reales por año en tres cuotas de
20.000 reales cada una y se reiteraba la devolución a sus arrendatarios del capital ingresado
donde no se aceptaría como parte de pago el
papel producido47.
L a imposibilidad de cumplir con sus
obligaciones le llevó a subarrendar los molinos, había alquilado las cuatro fábricas de papel blanco y las diez casas habitación que estaban en funcionamiento a Joseph Fontanellas
y mantenía con él las dos restantes que elaboCILNIANA
43
L A INDUSTRIA PAPELERA DE BENALMÁDENA
raban papel de estraza. El contrato tenía una
duración de nueve años y Fontanellas entregaba a Solesio 2,50 reales por cada resma de papel blanco, parte del papel fabricado por éste era comercializado en América 48. En 1802, Fontanellas da poder a su
hermano Antonio para que administre las
cuatro fábricas de papel blanco de Arroyo
de la Miel 49 . Un año después dará un nuevo
poder a otro hermano suyo, Francisco, para
accionar y cobrar en esa ciudad 50 . En el mismo año Mariano del Llano y Catalina Arches,
viuda de Bernardo Carrillo, embargan los
bienes de Solesio y reclaman en la corte de
Madrid la cantidad de 312.529 reales 51 ,
mientras que de Fontanellas no se ha encontrado información sobre su actividad en
los molinos papeleros de Arroyo de la Miel.
En octubre de 1806 Solesio cae enfermo y hace testamento, falleciendo algunos días después 52 . En este mismo mes se
expide Real Orden para suspender la contrata que existía para la fabricación de naipes en Macharaviaya. Hay que señalar que a
su muerte cuatro fábricas de papel no tenían actividad y estaban prácticamente destruidas, debido a los propios operarios que
vendían utensilios pertenecientes a las mismas para poder cobrarse los jornales pendientes, a lo que se le sumaba el continuo
embargo de sus bienes53 .
CONCLUSIONES
Los batanes papeleros existentes en
la Finca de San Carlos eran seis, “los Fundadores”, “San Nicolás”, “la Victoria”, “San
Bonifacio”, “Santa Rita”, y “los Apóstoles”, de
cuatro de ellos se obtenía papel blanco y de
los dos restantes papel de estraza.
Anteriormente comentábamos que los
bienes y las propiedades de Solesio fueron
embargados en 1803, incluyéndose esta finca. Dos años después, el fabricante se disculpaba de su precaria situación culpando
de ella a la crisis económica, la decadencia
del comercio y la incertidumbr e general
existente en nuestro país a comienzos de
este siglo que, según el propio Solesio, le
provocaba mayor atraso a su actividad papelera 54 .
Tras la muerte del fabricante los molinos de papel cambiaron de dueños y éstos, a su vez, los vendieron o arrendaron a
otros fabricantes durante los primeros cincuenta años posteriores a la desaparición de
Solesio 55.
44 CILNIANA
Notas
1
GAYOSO CARREIRA, Gonzalo, Historia del papel en España, t. I, Diputación Provincial de Lugo, 1994, p. 33.
2
GAYOSO CARREIRA, Gonzalo, op. cit, p. 8.
3 SEGOVIA Y CORRALES, Alberto de, Las producciones naturales de España, t. I, Zaragoza, 1895, p.43.
4
GAYOSO CARREIRA, Gonzalo, op.cit. p. 26.
5
GERÓNIMO SUÁREZ Y NÚÑEZ, Miguel, Arte de hacer el papel, Madrid,
1968, p. 15.
6 Sobre este Censo de 1799 ver ASENJO MARTÍNEZ, José Luis, “La
industria papelera española en el censo de 1799”, en la revista De Economía,
n.º 74, Madrid, 1962. p. 22.
7
RUIZ Y PABLO, Ángel, Historia de la Real Junta particular de Comercio de
Barcelona, Barcelona, 1919. p. 89.
8 PONZ, Antonio, Viaje de España, t. XIV, Carta IV, Madrid, 1788. p. 1261.
9 ASENJO MARTÍNEZ, José Luis, op. cit. p. 25.
10
RUÍZ Y PABLO, Ángel, op. cit. p. 90.
11
ALMELA VIVES, Francisco, Historia del papel en Valencia, Valencia, 1961,
Separata de Teriario, revista de la Feria Muestrario Internacional de Valencia
de 1961.
12 Ibídem.
13
GAYOSO CARREIRA, Gonzalo, op, cit, p. 27.
14
Ibídem.
15
Ibídem.
16 LÓPEZ MARTÍNEZ, Asunción, La Sociedad Económica de Amigos del
País de Málaga, Diputación Provincial de Málaga, 1978, p. 69.
17
Los extranjeros, junto con el comercio, “comprometieron parte de sus
capitales en actividades manufactureras que podemos considerar pre-industriales” revitalizaron “los ingenios de azúcar, los curtidos de pieles, la elaboración de
papel, aguardientes y licores, el jabón, los sombreros y los encajes” (VILLAR GARCÍA,
María Begoña, Los extranjeros en Málaga en el siglo XVII, Córdoba, 1982, p.
145).
18
LÓPEZ MARTÍNEZ, Asunción, op. cit. p. 73.
19
Las muertes por epidemia entre 1803-1805 se elevaron al 37,1% de
la población de Málaga (GÁMEZ AMIÁN, Aurora, Málaga y el comercio colonial
con América, Málaga, 1994, p. 113).
19
BEJARANO ROBLES, Francisco, Historia del Consulado y de la Junta de
Comercio de Málaga, Málaga, 1991, p. 214.
20
El viajero William Jacob, que visitó Málaga en 1809, dice que también “hay manufactura de papel, cuero, jabón, etc., pero sólo a pequeña escala”
[KRAUEL, Blanca, Viajeros británicos en Málaga (1760-1855), Málaga, 1988, p.
117].
21
Ibídem.
22
Ibídem.
23
Ibídem.
24 El total del personal de la fábrica de naipes en 1799 lo integraban: de
Castilla y Aragón 21, de la provincia de Málaga 164, del resto de Andalucía 4,
de Francia 2, de Alemania y Gibraltar 1 (GÁMEZ Y AMIÁN, Aurora, “La Real
Fábrica de Naipes de Macharaviaya”, Moneda y Crédito, nº187, Madrid, 1988,
p.33).
25 Archivo Municipal de Málaga. DÍAZ DE ESCOVAR, Narciso, Décadas
malagueñas 1751-1759, sección 3- 232.
26
Ibídem.
27
Archivo Histórico Provincial de Málaga (AHPM), Protocolos, leg.4264,
fol. 296.
28 Ibídem.
29
AHPM, Protocolos, leg. 4272, fol. 41.
30
AHPM, Protocolos, leg. 4280, s/f.
31
AHPM, Protocolos, leg. 4279, fol. 35.
32
AHPM, Protocolos, leg. 4282, fol. 144 y 146.
33 Ibídem.
34
Ibídem.
35
Ibídem.
36
AHPM, Protocolos, leg. 3049, fol.461.
37
Ibídem.
38 Ibídem.
39
AHPM, Protocolos, leg. 5312, fol.1075.
40
KRAUEL, Blanca, op. cit., p. 15.
41
PONZ, Antonio, op. cit. p. 1263.
42
AHPM, Protocolos, leg. 3820, fol. 927.
43 Ibídem.
44
Ibídem.
45
Ibídem.
46
GÓMEZ AMIÁN, Aurora, op. cit. p. 116.
47
AHPM, Protocolos, leg. 3820, fol. 940.
48 Ibídem.
49
AHPM, Protocolos, leg. 3555, fol. 422.
50
AHPM, Protocolos, leg. 3557, fol. 123.
51
Ibídem.
52
AHPM, Protocolos, leg. 3563, fol. 1620.
53 Ibídem.
54
Ibídem.
55
AHPM, Protocolos, leg. 3925, fol. 262.
MARBELLA entre el LIBERALISMO y el PROTECCIONISMO
EL COMPORTAMIENTO DE LOS PRECIOS DEL CEREAL
EN EL SEXENIO DEMOCRÁTICO:
la crisis de 1868
1
José Bernal Gutiérrez
La interrelación de factores dentro de cualquier proceso histórico llevó a la multidisciplinariedad
del investigador 2 . La aparición de las Ciencias Sociales destapó la necesidad de analizar las
fuentes de orden cuantitativas frente, o mejor dicho, paralelamente, a las llamadas cualitativas3 .
La historia económica delegó, en un primer momento, sobre la historia cuantitativa una
necesidad perentoria para observar cualquier coyuntura: los precios. En este artículo
intentaremos hacer un análisis, lo más aproximado posible, de cuál fue la evolución de los
precios del cereal en Marbella durante el Sexenio democrático 4 , y de cómo éstos incidieron en
la crisis de 1868 y viceversa: cómo actuó la crisis sobre ellos.
Plaza de la Constitución
1. ANÁLISIS DE LAS FUENTES PARA UN
ESTUDIO DE PRECIOS EN MARBELLA
DURANTE EL SEXENIO DEMOCRÁTICO
L
as fuentes idóneas para el estudio de los precios iba a ser objeto polémico en los primeros análisis económicos. La duda de la autenticidad de los precios documentados con los de la
realidad produjo que Earl J. Hamilton sugiriera el
análisis de los libros de cuentas de conventos y
hospitales5 frente al empleo de los mercuriales, tal
como utilizó Ernest Labrousse en sus estudios en
Francia6 , argumentando que los ayuntamientos es-
pañoles no realizaban los mercuriales tal como se
confeccionaron en Francia. Sin embargo, Gonzalo
Anes desmentiría la tesis de Hamilton, demostrando que en España desde el siglo XVII la relación del
precio de los granos y demás subsistencias tuvo
continuidad en los mercados locales7 .
La llamada etapa estadística del XIX no ofrece tanta exactitud ni es una fuente tan accesible
en muchos casos como aparentemente se supone
al leer las críticas de los historiadores económicos de los siglos anteriores8 . Ejemplo de ello es
Marbella, como veremos a continuación.
CILNIANA
45
MARBELLA ENTRE EL LIBERALISMO Y EL PROTECCIONISMO
A tenor de la legislación, que debido a su
creciente importancia se reclama a mediados del
siglo XIX, nace la obligación de despachar partes
mensuales a Madrid de las series de precios de
los productos de primera necesidad, con un fin,
al menos en sus comienzos, eminentemente fiscal9 . Pero será tras la Revolución del 68 cuando
“las miras por las cuales el Gobierno colectaba
los precios habían virado: se reunían entonces a
título de barómetro del consumo popular”10 .
El período que abarca nuestro estudio,
entre 1866 y 1874, aun disponiendo de información “oficial”, se verá acompañado de dificultades, tanto a causa de las lagunas documentales, como por la innovación continua de algunos
de los documentos a nivel local y supralocal. Las
fuentes utilizadas para el cómputo de los precios han sido en su totalidad de carácter oficial.
Dentro de los documentos impresos hemos tomado la “Relación de los precios de los productos de primera necesidad” que se encuentran en
los Boletines Oficiales de la Provincia de Málaga11 ,
que mensualmente, aunque no de manera regular, se inscribían en las páginas de los boletines
presentando los precios medios de los partidos
judiciales de la provincia, entre ellos el de
Marbella12 , como del total de la provincia. A partir de aquí hemos hallado las cifras medias mensuales para Marbella y la provincia. Por su parte,
la Gaceta de Madrid nos ha permitido cubrir algunas de las lagunas que contenían los boletines en
cuanto a los precios medios de la provincia13 .
En lo que respecta a las fuentes no impresas, las relaciones conservadas de los precios
medios de la Junta Municipal de Amillaramiento
de Marbella14 , así como los asientos referidos a
precios en las Actas Capitulares15 y la Correspondencia Oficial de Salida16 del Ayuntamiento de
Marbella, nos han ayudado a completar los vacíos de precios de los boletines referentes al partido judicial de Marbella. Pese a ello, nos encontramos con una serie de lagunas imposible de
cubrir tanto en la media provincial como en la
del partido judicial de Marbella17 .
En la relación de precios presentada por
la Junta Municipal de Amillaramiento se describen los precios mensuales comprendidos en un
PRECIO DEL TRIGO EN MARBELLA Y PROVINCIA DE MÁLAGA, 1866-1874
PESETAS/HECTOLITROS
46 CILNIANA
MARBELLA ENTRE EL LIBERALISMO Y EL PROTECCIONISMO
año agrícola, entre julio y junio del año sucesivo,
de “los cereales, caldos y demás productos de
las fincas rústicas”. En las Actas Capitulares encontramos relaciones de precios de productos en
aquellos acuerdos en los que se grava
impositivamente las especies de consumo con el
fin de hallar el porcentaje a tributar, siendo estos
listados otra fuente importante para revelar el
estado de la cuantía de los productos. En la Correspondencia Oficial de Salida se inscriben los listados de precios medios de la cabeza de partido
que han tenido en el mes anterior los artículos
de consumo. Este listado incluye los mismos productos que componen el listado presente en los
boletines, ya que el fin de esta correspondencia
no es otro que dar a conocer al Gobierno Civil de
la Provincia los precios medios del partido que
después se incluirán en los boletines18 .
Otra dificultad que encontramos en el tratamiento de nuestras fuentes sería el sistema de
pesas y medidas, así como el monetario. En el
caso de las pesas y medidas, los boletines de las
series temporales analizadas representaban los
productos tanto en la medida tradicional como
en el Sistema Métrico Decimal. Así, el trigo y la
cebada eran representados en fanegas y en
hectolitros19 . En los boletines la unidad monetaria sufrió dos transformaciones desde la original
presencia de sus cifras en reales. Desde Junio de
1865 se consigna los precios en escudos y sus
milésimas. Pero en lo que respecta a nuestra investigación será aún más significativo la adopción de la peseta y céntimos, que desde julio de
1870 iba a reflejar, ya definitivamente, los precios de los productos. Por ello, nos encontramos
las series temporales tomadas de los boletines divididos en dos grupos con diferentes monedas.
En cuanto a los datos recuperados en el
Archivo Municipal de Marbella, los precios medios publicados por la Junta Municipal de Amillaramiento se encuentran durante todo el pe-
La llamada etapa estadística del XIX no
ofrece tanta exactitud ni es una fuente tan
accesible en muchos casos como
aparentemente se supone al leer las críticas
de los historiadores económicos de los siglos
anteriores. Ejemplo de ello es Marbella, como
veremos a continuación
ríodo en las medidas tradicionales, sin embargo el coste de los mismos está en pesetas y céntimos. Los listados de precios que encontramos
tanto en las Actas Capitulares como en la Correspondencia Oficial de Salida también se encuen-
Cuesta del Castillo (Foto: Llanos-Lavigne)
tran reflejados en el sistema tradicional de pesas y medidas, y su coste se encuentra tanto en
escudos y milésimas como su equivalente en
pesetas y céntimos.
Con el fin de una mejor asimilación de
los datos hemos equiparado las medidas y las
monedas de los productos de nuestras series
mostrándolos en el Sistema Métrico Decimal y
sus precios en pesetas y céntimos. La transformación de las medidas tradicionales al Sistema
Métrico Decimal ha presentado mayores dificultades ya que la equivalencia de las medidas tradicionales eran diferentes según las regiones 20 ,
lo que nos ha llevado a tomar como módulo los
precios de noviembre de 1874 inscritos en la
Correspondencia Oficial de Salida, donde se reflejan los dos sistemas de medidas en pesetas21 .
Sin embargo, la moneda presenta por su parte
menos dificultad. La peseta venía a representar
dos veces y media menos el valor del escudo, es
decir, cuatro de los antiguos reales. Lo que reducía la transformación a una simple operación
matemática.
Tratadas y tabuladas todas las cifras disponibles del período, hemos creado dos tablas
de precios que incluimos en el apéndice del artículo, una referente al trigo y otra a la cebada,
donde se expresa para su mejor comprensión
los precios de dichos productos mes a mes, tanto para Marbella como para la provincia de Málaga, en hectolitros y en pesetas y céntimos22 .
CILNIANA
47
MARBELLA ENTRE EL LIBERALISMO Y EL PROTECCIONISMO
2. CRISIS Y MERCADO NACIONAL.
MARBELLA EN LA POLÍTICA ECONÓMICA
NACIONAL
ción liberal, pero sin ella difícilmente hubiera
tomado el cariz que desarrolló, al menos, en lo
económico29 .
Desde 1820 la política económica de los
sucesivos gobiernos del país se decantó por la
implantación de un arancel prohibicionista en
materia de introducción de granos23 . Por medio
de esta regulación se intentó estimular a los agricultores buscando un desarrollo de la producción
agrícola nacional que lograra desarticular la dependencia exterior tras la pérdida de las colonias transoceánicas 24 .
La privación de importaciones hacía que
los mercados estuvieran dominados por una gran
tensión. La escasez que exhibía una leve subida
de precios en las zonas habitualmente caras, donde encuadramos a Marbella, iba a presentar un
efecto severo en las zonas productoras, vaciadas
y maltratadas por las malas cosechas, donde los
precios llegarían a duplicarse e, incluso, a
Aparentemente, la política prohibicionista
iba equilibrando la “economía dual” que vivía el
país mediante el intercambio cerealista interiorperiferia25 . Éste era el principal factor del disimilitud de precios entre “las dos Españas”. El bloque
litoral presentaba cifras más altas a las registradas
en el interior productor, que era quien surtía a la
periferia. El transporte del grano era el principal
causante del aumento de la cuantía debido a las
deficiencias de los sistemas de comunicación26 .
Sin embargo, esta aparente solución daba
al traste cuando la producción no era la pronosticada. Surgía así las crisis de subsistencias. La meteorología condicionaba en gran medida el volumen de la producción, por lo que el origen de las
crisis es físico, empero, la intervención de la sociedad rectificaba frenándolos o magnificando sus
efectos, por ello subraya Sánchez-Albornoz, no sin
razón, que “las crisis traslucían, por tanto, la trama económica en que estallaban”27 .
Muelle de hierro
El año de 1868 va a asumir en la oscilación cíclica de la economía el punto de inflexión
de crisis de subsistencias, siendo factor trascendental para activar los acontecimientos de Septiembre del mismo año. Sus características han
llevado a los autores a calificarla como la crisis
postrera de España28 . No podemos afirmar que
la crisis hubiera motivado por sí sola la Revolu-
48 CILNIANA
Con el fin de una mejor asimilación de los
datos hemos equiparado las medidas y las
monedas de los productos de nuestras series
mostrándolos en el Sistema Métrico Decimal
y sus precios en pesetas y céntimos
triplicarse en pocos meses30 . Las consecuencias
se centrarían en las necesidades alimenticias básicas de la población, lo que repercutiría en el
comportamiento demográfico 31 . La subida del
precio de los granos, que hacía fructífero el intercambio comercial entre regiones pese al coste del transporte, se agravó aún más si cabe al
encontrar los cereales un mejor postor en los
mercados extranjeros, lo que “acababa por dejar
al país viviendo al día”32 . Ello llevó a levantar la
prohibición de importación en 1867, sin embargo, “la válvula abierta comenzaba a funcionar tarde y con dificultad”33 .
La crisis iba a cebarse sobre todo en aquellos sitios donde la diversificación económica era
casi inexistente. Maza Zorrilla describe claramente la conversión que podía llevar en un habitante
de la época una crisis de estas características: “Un
mero accidente climático puede convertir a pequeños propietarios y jornaleros en pobres, mendigos y vagabundos. [...] Pero la situación urbana
tampoco es boyante. El artesano y trabajador de
la ciudad, por problemas de salud, familiares o
coyunturales, se puede ver en cualquier momento privado de los medios para ganarse la vida”34 .
Sin embargo no sólo creó desgracias la crisis, la
abolición de los pósitos públicos facilitó que se
enriquecieran numerosos hombres de negocios
que, además, pese a las consignas del gobierno,
abastecieron el litoral, de acceso más fácil y más
poder adquisitivo, y algunas capitales “dignas de
especial atención por razones de orden público”35 . Todo esto hacía que la crisis fuera más llevadera en la costa, donde se situaba Marbella por
su enclave físico36 , empero, el látigo de esta crisis, al menos en lo que a precios se refiere, fue
atroz en el partido de Marbella como veremos
en el siguiente punto.
MARBELLA ENTRE EL LIBERALISMO Y EL PROTECCIONISMO
PRECIO DE LA CEBADA EN MARBELLA Y PROVINCIA DE MÁLAGA, 1866-1874
PESETAS/HECTOLITROS
3. EVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS DEL CEREAL
EN EL SEXENIO DEMOCRÁTICO: LA CRISIS
DE 1868
La dieta de la época contenía la ingestión
diaria de cereales en todas las edades, sexo o
grupo social. La carencia o los hábitos regionales eran los únicos motivos que reducían el consumo mayoritario dietético de cereales. De entre los cereales, el trigo era el artículo cuyo consumo fue casi universal; la cebada, su principal
sustituto 37 . Por ello, en una sociedad determinantemente agrícola, la producción de éstos vislumbrará el comportamiento de la economía38 .
Sin embargo, la falta de información acerca de
las sucesivas cosechas ha hecho que los investi-
Desde 1820 la política económica de los
sucesivos gobiernos del país se decantó por
la implantación de un arancel prohibicionista
en materia de introducción de granos
gadores tengan que prefigurar los estados de las
cosechas, no mediante las variaciones de la producción, sino mediante el valor del grano. Un ren-
dimiento escaso desembocará en una carestía;
uno abundante, en una baratura39 . Así pues, el
análisis de los precios es la fuente más próxima
para deducir las características de las sucesivas
cosechas.
Los movimientos periódicos de los precios en lo referente principalmente a los productos procedentes de la cerealicultura dibujan tres ciclos temporales 40 : decenal,
intradecenal y temporal. Del ciclo decenal,
cuya repetición oscila entre los 9 y 11 años,
quedan como ejemplo las sucesivas crisis de
subsistencias, enmarcándose entre ellas ésta
de 1868. El intradecenal presenta leves crisis
de corta repercusión entre los años de crisis
de subsistencias, como será el caso de 1871
dentro de nuestro período de estudio 41 . Finalmente, el ciclo temporal de precios es aquel
que dibuja la línea cronológica de un año agrícola.
Antes de entrar a analizar los precios del
trigo y la cebada en Marbella, hemos de encuadrar a nivel nacional el período en que se enCILNIANA
49
MARBELLA ENTRE EL LIBERALISMO Y EL PROTECCIONISMO
cuentra la evolución de la cuantía del trigo. Si
calificamos a la crisis de subsistencias de 1868 la
última con las características de tipo antiguo42 ,
nos encontramos en un punto de inflexión en
cuanto a los ciclos económicos. Por ello, será en
nuestro período de estudio cuando, tras la crisis
de 1868, emane una etapa de transición que diferencie las oscilaciones de precios que indican
comportamientos antiguos frente a un momento posterior donde la regulación de los precios
conferirá un aire más mercantil y moderno43 .
Ateniéndonos a los datos numéricos de
las tablas temporales de precios, hemos realizado sendos gráficos de la evolución porcentual del
precio medio del trigo y la cebada en el mercado, tomando como valor 100 el precio medio de
dichos productos en enero de 186644 . Las oscilaciones del dibujo dejará entrever claramente cuál
ha sido el comportamiento de dichos productos45 .
Si observamos los gráficos vemos cómo
el año 1866 describe un recorrido lineal que podríamos calificar de “normal”. Tras registrar en
enero un precio de 24 pesetas y 775 céntimos, la
línea presenta una leve subida en primavera que
representa la tónica moderada del ciclo agrícola,
donde los precios alcanzan su punto más alto en
los meses de marzo y abril, época final del ciclo,
para volver a sus tasas más bajas en otoño, donde la abundancia de granos debido a la recogida
de las cosechas ofrece una oferta que abarata los
precios.
Este ciclo temporal de los precios recorre
siempre el mismo camino cualquiera que sea la
Evolución del precio del trigo en
Marbella y la provincia de Málaga,
1866-1874
cantidad cosechada, ya que hemos de tener en
cuenta que los cereales son ingeridos en las cuatros estaciones y las espigas sólo germinan en
una sola. Sin embargo, una escasez inoportuna
puede crear un efecto en cadena que resultaría
devastador en dicho proceso temporal.
Volviendo la gráfica del trigo, observamos
como la usual alza de precios de primavera al-
La privación de importaciones hacía que los
mercados estuvieran dominados por una gran
tensión. La escasez que exhibía una leve
subida de precios en las zonas habitualmente
caras, donde encuadramos a Marbella, iba a
presentar un efecto severo en las zonas
productoras
canza un índice de 140 en 1867, muy por encima del 110 del año anterior. Este indicio es revelador de una mala cosecha en dicho año agrícola, cuya carestía se hizo evidente en los meses en
que generalmente había menos cuantía de granos.
Pero, lejos de una recuperación, la situación se agravó debido a la interacción de factores que lleva consigo este inicio de crisis. Junto a
los procesos meteorológicos y físicos del momento que dificultaban la reparación del campo46 , y
la testarudez por parte del gobierno nacional de
no abrir la importación hasta que la alarma no
fuera realmente preocupante, se unían consecuencias que alimentaban la crisis como el hecho de que el déficit de grano provocara que la
simiente fuera consumida, lo que hacía que las
siembras dedicadas a la próxima cosechas fueran más escasas47 .
Otra salida era el consumo de
cereales alternativos al trigo como el
caso de la cebada, donde a su vez sería trasladada la crisis de precios,
como vemos en la gráfica, e incluso
se llegaba al consumo de harina extraída de granos inferiores, produciendo un estado de carestía en los campesinos y jornaleros que influirían negativamente en su estado físico48 .
Todo esto desata un efecto en cadena
que propicia que los precios sigan subiendo de forma considerable incluso en los meses de recogida de cosecha.
Abril de 1868, mes que habitualmente marcaba el cenit de los
50 CILNIANA
MARBELLA ENTRE EL LIBERALISMO Y EL PROTECCIONISMO
Evolución
precios en el ciclo temporal, presenta el
culmen del ascenso de
precios, y con ello de la
crisis, alcanzando el trigo las 41 pesetas y 89
céntimos. En los años
agrícolas 1866-67 y
1867-68 encontramos
en cuanto a la disparidad de precios una amplitud de 80 puntos entre el precio mínimo y
máximo del trigo y de
55 puntos en la cebada49 . El dibujo de la evolución provincial sigue
la línea de Marbella,
aunque en lo que respecta a la cebada la disparidad es mayor si cabe.
Si, a su vez, comparamos las tasas locales y provinciales con las del resto de España, podríamos incluso calificar a esta crisis como liviana50 .
Tras el crítico mes de abril de 1868, la
caída de precios es vertiginosa, en sólo tres meses el precio del trigo se reduce 55 puntos. En
el global de la provincia la actitud es la misma
aunque no llega a alcanzar los valores bajos de
Marbella. Los efectos de la apertura arancelaria
motivada por la crisis favoreció a la provincia,
y sobre todo a Marbella, por su situación en la
fachada litoral51 . A ello hay que sumarle la proximidad de la inicial recolección de la cosecha.
Otras provincias, sobre todo las de interior, experimentaron un descenso más pausado debido a las particularidades antes citadas.
Si seguimos la estela de la evolución de
la provincia, debido a la laguna local, para deducir lo que ocurre en Marbella, podemos suponer que esta reducción de precios continúa
o, como mínimo, se estabiliza hasta encontrar-
Abril de 1868, mes que habitualmente
marcaba el cenit de los precios en el ciclo
temporal, presenta el culmen del ascenso de
precios, y con ello de la crisis, alcanzando el
trigo las 41 pesetas y 89 céntimos
nos con una fuerte subida en noviembre de
1868, cuya tendencia sería incomprensible, ya
que sigue descendiendo al mes siguiente acorde con la tónica anual, a no ser por los efectos
derivados de la Revolución de Septiembre.
del precio de la cebada en Marbella y la provincia
de Málaga, 1866-1874
A partir de 1869, la línea gráfica sigue la
ondulación típica del ciclo temporal, oscilando
entre 10 puntos tanto por arriba como por debajo de la media tomada como referente. La nueva
política liberalizadora de los gobiernos del
Sexenio democrático52 iba a maquillar la crisis
intradecenal que afloró en la primavera de 1871,
aunque a nivel provincial no fue así para la cebada.
Tras el sensible resalte de 1871, los precios van a presentar cifras que incluso llegarán a
los 30 puntos por debajo, en lo que al trigo se
refiere, de los índices del período de precrisis.
Estos datos nos hablan de un hipotético ciclo económico favorecido por las cosechas que abarcan
los años agrícolas de 1871-72 y 1872-73. No obstante, el año agrícola 1873-74 da muestras de
unas cosechas desfavorables alcanzando precios
de más de 40 puntos con respecto a los de invierno, para volver tras este ascenso a niveles
equiparables a los de 1866. Esta tónica alcista,
que llega más tarde en los precios provinciales,
podría tener su explicación en las turbulencias
políticas del último año del Sexenio junto con un
bajo nivel de producción, factores que, sin lugar
a dudas, colaboraron en el fin del primer ensayo
democrático en España.
3. CONCLUSIÓN
Una simple visión de los dos gráficos
muestra con claridad las tres fases del comportamiento de los precios en Marbella, separados por
los vacíos estadísticos del período: un primer
momento está marcado por valores generalmente por encima de las cifras de 1866, con una subida paulatina desde 1867 hasta llegar a alcanzar
los valores más altos de la gráfica en la primavera de 1868, momento álgido de la crisis de subsistencias, para caer fuertemente a los meses siCILNIANA
51
MARBELLA ENTRE EL LIBERALISMO Y EL PROTECCIONISMO
Fuente de la Alameda desde la Plaza de Toros de Otal, antes de hacer el Cine
guientes; un segundo momento, entre las lagunas del año agrícola 1868-69 y la del primer semestre de 1873, donde las oscilaciones se producen con índices entre los 10 puntos por encima y hasta 30 puntos por debajo del valor
100, presentando un ciclo económico favorable; y un tercer momento, desde el segundo
semestre de 1873 hasta el fin de 1874, donde
se pasa de precios por debajo del valor 100
para presentar un alza significativa en los últimos meses del período, causa de la oscilación
negativa del ciclo económico.
Con respecto al comportamiento de los
precios del partido de Marbella en relación
con la media de los precios de la provincia,
obser vamos a grandes rasgos una similitud en
su oscilación aunque con valores algo diferentes.
Como balance final, podemos afirmar para
Marbella en este período un comportamiento
económico de tipo antiguo que, caracterizado
por que los precios de otros alimentos tendían
a evolucionar al unísono con los del trigo 53 , suponía que la interacción del cereal en la cesta de
la compra causara una crisis de carácter catastrófico.
Notas
1
El presente artículo es una adaptación en cuanto al cereal de un
estudio más amplio acerca del comportamiento de los precios de los
productos de primera necesidad en Marbella durante el Sexenio democrático.
2 Sería la Escuela de los Annales quien demostrara algo tan evidente. Lucien Febvre expresaría: «La fórmula o, si se quiere, el programa no tiene por qué sorprender o chocar al biólogo o al fisiólogo; ni
tampoco al psicólogo; ni incluso, ya más cerca de nosotros, al geógrafo “humano”, al antropólogo que corrientemente trabaja a partir de
“encuestas”» (“Por una historia dirigida. Las investigaciones colectivas
y el porvenir de la historia”, en Combates por la historia, Barcelona,
Planeta, 1993, p. 85)
3
Para un análisis más profundo ver el clásico de Pierre Chaunu,
52 CILNIANA
Historia cuantitativa, historia serial, Fondo de Cultura económica, México,
1987.
4
Los cereales que tratamos en este artículo son el trigo y la cebada debido a su relevancia. Sin embargo, dentro de los productos de
primera necesidad en Marbella hay que tener en cuenta otro cereal
como el maíz, cuyo uso para la elaboración del pan en coyunturas pocos favorables era común. Así, Francisco Simón Segura cuando se refiere a Málaga en un estudio acerca de la alimentación del campesinado en las diferentes regiones del país dice: “en algunos pueblos de la
provincia, en los que la clase trabajadora comía pan de trigo, al no
poderlo costear, se ha vuelto al consumo de pan de maíz” (SIMON
SEGURA, F., “Aspectos del nivel de vida del campesinado español en la
segunda mitad del siglo XIX”, Económicas y Empresariales, n.º 3, p. 139)
5
HAMILTON, E. J., American Treasure and the Price Revolution in
Spain, 1501-1650; Money, Prices and Wages in Valencia, Aragón and Navarra (1351-1500); War and Prices in Spain, 1651-1800, Harvard Economic
Studies, n.º 43, 51 y 81, Cambridge (Mass.), 1934, 1936 y 1947. También el artículo “Use and Misure of Price History”, The journal of Economic
History, 1944, pp. 47-60, traducido junto con una recopilación de trabajos del mismo autor en El florecimiento del capitalismo y otros ensayos
de Historia económica, Madrid, 1948.
6
LABROUSSE, E., Esquisse du mouvement des prix et des revenus en
France au XVIII siècles, París, 1944; La crise de l’économie française à la fin
de l’ancien régime et au début de la Révolution, París, 1944; “Les prix.
Comment controler les mercuriales? Le Test de concordance”, Annales
d’Histoire Sociale, II, n.º 2 (1940), pp. 117-130.
7
ANES ÁLVAREZ, G., Las crisis agrarias en la España Moderna, Madrid, Taurus, 1970, pp. 69-84.
8
Un caso para Málaga es el trabajo de MORILLA CRITZ, J., Introducción al estudio de las fluctuaciones de precios en Málaga: 1787-1829,
Diputación Provincial, Málaga, 1972.
9
La instrucción de la Dirección Central de Estadística de la Riqueza librada el 22 de abril de 1847 exigía como única novedad despachar
partes mensuales a Madrid. Dicha instrucción completaba el R. D. de
10 de julio de 1846, con el que se establecía el ramo de la Estadística
de la Riqueza Territorial (SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N., Los precios agrícolas
durante la segunda mitad del siglo XIX, Madrid, Servicios de Estudios del
Banco de España, 1975, p. 6). Sin embargo, será con la Circular de 6 de
octubre de 1855, que nació como necesidad de la nueva sección de
Estadística dentro de la Dirección de Contribuyentes nacida del R. D.
de 27 de agosto de 1855, con el intento de restablecer la desidia desde la instrucción de 1847, cuando se instaure regularmente. En esta
circular se requería que los administradores elevaran a la Dirección
General un parte donde remitirían los valores alcanzados en el mes
anterior en el cual las plazas consideradas serían las cabezas de partidos de cada provincia. La circular suponía que los datos fueran asequibles tanto en los Ayuntamientos como en los Boletines Oficiales de la
Provincia.
10
SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N., Los precios agrícolas..., 1975, p. 9.
11
Archivo Municipal de Málaga (AMM), Boletín Oficial de la Provincia de Málaga, 1866-1875.
12
El territorio del partido judicial de Marbella estaba compuesto
por los municipios de Benahavís, Istán, Ojén, Mijas, Fuengirola,
Benalmádena y Marbella.
13
Los datos medios de la provincia inscrito en la Gaceta de Madrid
los hemos tomado de las series temporales de los diferentes estudios
de Nicolás Sánchez-Albornoz: Los precios agrícolas..., 1975, p. 92 y 140;
Los precios del vino en España, Madrid, Documento de trabajo, Servicios
de Estudios del Banco de España, s. a., p. 35; Los precios agrícolas durante la segunda mitad del siglo XIX. Vino y aceite, Madrid, Servicios de
Estudios del Banco de España, 1981, p.158.
14
Archivo Municipal de Marbella (AMMB), Julio de 1869 a Junio
1870; Julio de 1870 a Junio 1871; Julio de 1873 a Junio 1874.
15
AMMB, Actas Capitulares (AACC), 1866-1874.
16
AMMB, Cuadernos borradores de la Correspondencia Oficial de Salida (CCOO), 1870-1875.
17
Los meses que nos ha sido imposible recabar sus cifras han
sido, en cuanto al trigo en Marbella, los de junio de 1867, septiembre
a diciembre de 1868, enero a junio de 1869, marzo de 1872, enero a
junio de 1873 y diciembre de 1874. Para la provincia, todo el año de
1873. En la cebada, para Marbella, los meses de junio de 1867, septiembre a diciembre de 1868, enero a junio de 1869, marzo de 1872,
enero a junio de 1873 y diciembre de 1874. Para la provincia, también
todo el año de 1873.
18
Aunque supuestamente los precios de los listados emitidos
por el Ayuntamiento al Gobierno Civil de Málaga deberían ser los mismos que se imprimen posteriormente en los boletines, encontramos
cómo en nuestro período de estudio, de los datos que hemos podido
comparar, hay una serie de meses cuyos precios inscritos en los boletines son diferentes de los emitidos en la Correspondencia Oficial de Salida. Para el trigo estos son los meses de noviembre de 1869, abril de
1870 y febrero de 1871; para la cebada, noviembre de 1869, marzo de
1870, febrero de 1871, junio de 1871 y diciembre de 1872.
19
La Gaceta de Madrid presentaría los precios con las dos medi-
MARBELLA ENTRE EL LIBERALISMO Y EL PROTECCIONISMO
das hasta junio de 1867.
20
Si consideramos las pesas y medidas remitidas por la provincia
de Málaga obtenemos que la libra tiene la misma equivalencia que en
Castilla, es decir, 460.093 miligramos; la media arroba para líquidos
vale 8 litros y 33 centilitros. Sin embargo, las equivalencias correspondiente a la fanega, arroba de sólidos y arroba de aceite no aparecen
(MARTÍNEZ ALCUBILLA, M., Diccionario de la Administración Española,
Tomo VII, 4ª edición, Madrid, 1886, p. 900)
21
Como hemos referido en la nota anterior, dependiendo de la
zona, las medidas tradicionales tenían una equivalencia distintas. Un
listado de la Correspondencia Oficial de Salida para el año 1874, donde se
reflejan los precios de diferentes productos en las dos medidas de capacidad, nos brinda la oportunidad de conocer cuál era la equivalencia
exacta entre el Sistema Métrico Decimal y el tradicional para, al menos,
el partido judicial de Marbella. (AMMB, CCOO, nº 494, 3 de diciembre de
1874):
1 fanega.................0’555 Hectolitros.
1 arroba sólido.......12’5 Kilogramos.
1 arroba líquidos....16’22 litros.
1 arroba aceite........12’5 litros.
1 libra.....................0’46 Kilogramos.
22
Con el fin de aclarar las fuentes de procedencia de los datos, los
precios cuya celda tiene fondo blanco han sido recogidos del Boletín
Oficial de la Provincia de Málaga, los de fondo gris claro de la Gaceta de
Madrid, y los de gris oscuro de los diferentes documentos no impresos
depositados en el Archivo Municipal de Marbella (AACC, CCOO y Junta
de Amillaramiento)
23
Vid. SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N., “La legislación prohibicionista en
materia de importación de granos, 1820-1868”, Las crisis de subsistencias de España en el siglo XIX, Rosario, 1963, pp. 15-45.
24
FONTANA, J., La crisis del Antiguo Régimen: 1808-1833, Crítica,
Barcelona, 1983.
25
Para una mayor profundidad en la dicotomía económica que
vivía España vid SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N., España hace un siglo: una economía dual, Madrid, Alianza, 1988.
26
Vid. RINGROSE, D. R., Los transportes y el estancamiento económico
de España, 1750-1850, Madrid, Tecnos, 1972.
27
SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N., Los precios agrícolas..., 1975, p. 35.
28
SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N., España hace un siglo..., p. 82-83. Cfr.
del mismo autor, Jalones en la modernización de España, Barcelona, Ariel,
1975, p. 114.
29
Vid BERNAL, A. M., “Burguesía agraria y proletariado campesino
en Andalucía durante la crisis de 1868” en La propiedad de la tierra y las
luchas agrarias andaluzas, Barcelona, 1974, pp. 109-136. De carácter local
tenemos las obras de BAENA REIGAL, J., La revolución de 1868 en Málaga, Memoria de Licenciatura. Inédita; MORALES MUÑOZ, M., Economía
y sociedad en la Málaga del siglo XIX. Aproximación a la Historia Social del
“Sexenio revolucionario”, Servicios de Publicaciones de la Diputación Provincial de Málaga, Málaga, 1988; BRETÓN GARCÍA, A., La gloriosa en
Málaga: estudio económico y político sobre la Revolución de 1868 en Málaga, Gráficas Ansirol, Málaga, 1986; BARRANCO, A., “La crisis de subsistencias de 1868 en Antequera”, Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia, nº. 3, pp. 289-302.
30
SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N., Dependencia dinámica entre precios agrícolas. El trigo en España, 1857-1890. Un estudio empírico, Banco de España. Servicio de Estudios de Historia Económica, Madrid, 1983, p. 69.
31
La interrelación entre crisis de subsistencias y demografía queda clara en la afirmación de dos grandes de la historiografía española.
Nicolás Sánchez-Albornoz escribe: “precios y demografía, otra confrontación posible: alza súbita de los óbitos con restricción de nacimientos
y matrimonios” (Jalones...., p. 113); Jordi Nadal escribiría que “convendría sopesar la influencia respectiva de la mortalidad catastrófica de
tipo exógeno y de la mortalidad condicionada de forma endógena a las
fluctuaciones económicas ligada a las crisis de subsistencias”. (NADAL,
J., prólogo en PÉREZ MOREDA, V., La crisis de mortalidad en la España
interior. Siglos XVI-XIX, Siglo XXI, Madrid, 1980, p. 16). Esta obviedad se
evidencia en Marbella donde se demuestra como en la segunda mitad
de los años sesenta desciende la población debido principalmente a la
emigración, experimentándose una baja natalidad junto con altas cifras
de mortalidad. Ello llevaría a un freno en los enlaces matrimoniales, así
como acceder a las nupcias con una alta edad, pautas que no se invertirían hasta el inicio de la década de los años setenta. (BERNAL GUTIÉRREZ,
J., “La interrelación demografía-economía en la Marbella de Sexenio democrático”, Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia, nº. 22, pp. 1028)
32
SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N., Los precios agrícolas..., 1975, p. 36.
33
No es la primera vez que se levanta la prohibición de importar
granos, ya que esta práctica de solución in extremis se llevó a cabo también en 1825, 1835, 1847 y 1856 (SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N., España hace
un siglo..., p. 43)
34
MAZA ZORRILLA, E., Pobreza y asistencia social en España. Siglos
XVI al XX, Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Valladolid, Valladolid, 1987, p. 18.
SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N., España hace un siglo..., p. 47.
La Gloriosa llevó de la mano de Figuerola la promulgación del
arancel librecambista de 1869, sin embargo el nuevo régimen proteccionista no dejó de afectar a la crisis de subsistencias. Pese a ello, la
posibilidad de importar permitió que la disparidad entre provincias se
acortara. (SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N., Dependencia dinámica..., p. 70)
37
El pan era el principal alimento de la cesta de la compra de fines
del XIX. Simón Segura afirma que «en la provincia de Málaga la Liga de
Contribuyentes reconoce que la alimentación de las clases proletarias
es deficiente, concretándose en los campos a un rancho mal condimentado con pan de trigo de “muy primitiva elaboración”», (SIMON
SEGURA, F., art. cit., p. 139). La importancia del pan en la dieta
decimonónica española es manifiesta en el vanguardista estudio de
precios de CONARD, P. y LOVETT, A., “Problèmes de l’evaluation du
coût de la vie en Espagne. I. Le prix du pain depuis le milieu du XIXe
siècle: une source nouvelle”, Mélanges de la Casa Velázquez, 5, pp. 41144.
38
Un estudio económico de la provincia en el siglo es el realizado
por Juan Antonio LACOMBA, Crecimiento y crisis de la economía malagueña, Diputación Provincial, Málaga, 1987.
39 SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N., Los precios agrícolas..., 1975, p. 31.
40
DE MIGUEL, A., España Cíclica. Ciclos económicos y generaciones
demográficas en la sociedad española contemporánea, Madrid, Fundación
Banco Exterior, 1987.
41
SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N., Los precios agrícolas..., 1975, p. 33.
42 ANES ÁLVAREZ, G., “La agricultura española desde comienzos
del siglo XIX hasta 1868: algunos problemas”, en Ensayo sobre la economía española a mediados del siglo XIX, Madrid, 1970, p. 262. Cfr. SÁNCHEZALBORNOZ, N., Jalones... p. 103.
43
SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N., Dependencia dinámica..., p. 72.
44 Hemos tomado 1866 como año de arranque del análisis porque será aquí donde comience a desencadenarse el “crack” de 1868.
Los “cuartelazos” en lo político y la crisis financiera obliga a concebir
un período más amplio de crisis que comprendería entre 1866 y 1868,
como demuestra el estudio de Manuel Titos para Granada (TITOS
MARTÍNEZ, F. y GUTIERREZ CONTRERAS, F., “La coyuntura económica
granadina de 1866-68: Crisis financiera y crisis de subsistencias”, Anuario de Historia Moderna y Contemporánea, nº. 6, 1979, pp. 207-235). Aunque algunos autores comprenderán este período de crisis entre 1864 y
1868 (Vid. CARR, R., España 1808-1939, Barcelona, Ariel, 1969, p. 292)
45 Para una mejor asimilación de las gráficas, en el dibujo de
Marbella hemos construido con línea continua los precios provenientes de los Boletines Oficiales de la Provincia de Málaga, y con línea
discontinua aquellos precios captados de los documentos no impresos conservados en el Archivo Municipal de Marbella. En el dibujo de la
provincia, también con línea continua, hemos reflejado los precios de
los boletines, y con línea discontinua los inscritos en La Gaceta de Madrid.
46
Las catástrofes naturales en los años previos iban a cebar la
calamidad posterior. En Marbella los efectos meteorológicos serían
devastadores para un campo incapaz de recuperarse a corto plazo. En
sesión de 5 de marzo de 1866, el alcalde manifiesta que debido al “estado aflictivo de miseria en que se encuentra la población por la paralización de los trabajos agrícolas y de pesca a consecuencia de las continuas lluvias y fuertes temporales que en mar y tierra están reinando”
convoca a la corporación “para acordar los medios de hacer frente a
dicha calamidad pública, en la imposibilidad de remediarla con los fondos municipales mediante a no haber metálico alguno en arcas” (AMMB,
AACC, 5 de marzo de 1866). En el mes de septiembre del mismo año el
gobernador autorizaría al alcalde de Marbella que libre con cargo de
los imprevistos del presupuesto de la ciudad “las cantidades necesarias al socorro de los pobres” (AMMB, AACC, 16 de septiembre de 1866).
47
WRIGLEY, E. A., Gentes, ciudades y riqueza. La transformación de
la sociedad tradicional, Barcelona, Crítica, 1992, p. 147.
48
McKEOWN, T., El crecimiento moderno de la población, Antoni
Bosch, Barcelona, 1978, p.174.
49 Julia Aguado analizando dicha crisis en Málaga capital escribe:
”Los precios de los artículos de primera necesidad crecen enormemente en los años que anteceden a 1868, con lo que se acrecienta la explotación. Los artículos de primera necesidad, y sobre todo la leche y el
pan, serán dañados por adulteraciones tan primitivas como los tiempos” (AGUADO SANTOS, J., “Málaga en el siglo XIX. Comercio e industrialización”, Gibralfaro. Revista del Instituto de Estudios Malagueños, XXIII,
número 26, p. 59)
50
SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N., España hace un siglo..., p. 87-88.
51 Marbella, por su enclave, tenía un puerto donde existía un intercambio comercial por cabotaje y por comercio exterior. (MADOZ, P.,
Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de
ultramar. Málaga, Edición Facsímil, Ámbito, Valladolid, 1986, p. 184185)
52 FONTANA, J. Cambio económico y actitudes políticas en la España
del siglo XIX, Ariel, Barcelona, 1975.
53
WRIGLEY Y SHOFIELD, The population history of England, 15411871. A reconstruction, Londres, 1981, p. 357.
35
36
CILNIANA
53
imágenes
de ayer
Río de las Tenerías
La Sierra e Iglesia de la Encarnación
desde el llano de San Ramón, años 50.
(Colección A. Serrano Lima)
Camino del Trapiche. Al fondo el Albergue San Francisco
(África), recién abierto, años 50 (Colección A. Serrano Lima)
marbella
54 CILNIANA
estepona
IMÁGENES DE AYER
Asfaltado de lo que
sería N-340, 24/7/1917
(Colec. Foto Domingo)
San Cerezo
(Original Foto Video)
Foto: Ramoncín
(Colección Domingo
Escarcena)
CILNIANA
55
IMÁGENES DE AYER
Plaza de la
Constitución
y Antigua Iglesia
del Rosario, años 20
(Archivo: Biblioteca
Nacional de Madrid)
Plaza de la Constitución, al fondo la Iglesia de
Ntra. Sra. del Rosario, año 1950.
(Foto: Cortés)
fuengirola
Playa de Fuengirola. Al fondo el Castillo
de Sohail (Archivo: Familia Sáenz de Tejada)
56 CILNIANA
Una nueva estación al aire libre entre el
Neolítico Final y el Calcolítico Antiguo
El Lomo del Espartal Marbella (Málaga)
Luis-Efrén Fernández Rodríguez, Ildefonso Navarro Luengo, María Isabel Cisneros García, Juan Bautista Salado Escaño y José Suárez Padilla
*Con la colaboración del equipo técnico de Taller de Investigaciones Arqueológicas S.L. José Mayorga Mayorga, Antonio Rambla Torralvo, Ana Arancibia Román, Mª del Mar Escalante Aguilar.
La intervención que aquí se informa es resultado de la actividad aprobada por la Consejería
de Cultura de la Junta de Andalucía, desarrollada durante el mes de junio de 1996, consistente en la prospección arqueológica superficial de la traza de la Autopista de la Costa del Sol
(tramo 1; Fuengirola-Marbella y Tramo 2; Marbella-Estepona). Dicho trabajo fue desarrollado por la empresa consultora del patrimonio histórico y arqueológico Taller de Investigaciones
Arqueológicas, S.L. en el marco del Estudio de Impacto Medioambiental elaborado por la
empresa Urbaconsult S.A. para SOLUTE, adjudicataria de las obras de construcción de la
autopista y responsable de la financiación de los trabajos científicos.
Vista general del Lomo del Espartal tomada durante la realización de los trabajos de excavación en el sector de la cabaña prehistórica
C
on motivo de estos trabajos se descubrió
un yacimiento inédito hasta la fecha que en
realidad podemos desglosar en dos, por una parte una necrópolis altomedieval, a juzgar por los
materiales del entorno, y por otra un pequeño
asentamiento al aire libre correspondiente al tránsito entre el IV y el III milenio a.C., es decir, a
caballo entre el Neolítico y el Calcolítico
(Fernández et al., 1998).
ubica al nornoroeste y el yacimiento prehistórico se orienta al suroeste, distanciados por
tan sólo una veintena de metros, sin llegar a
yuxtaponerse en ningún punto. Mientras la
necrópolis altomedieval ya era conocida por
el equipo prospector con anterioridad, aunque aún permanecía inédita, el asentamiento
del Calcolítico que ahora tratamos en detalle
resultaba completamente novedoso.
Ambos se sitúan en las laderas norte y
oeste de un pequeño promontorio con morfología de “media naranja”, conocido como
“Lomo del Espartal”, enmarcado en un accidente topográfico más importante denominado “Cerro del Almendro”. La necrópolis se
Coordenadas de ubicación general del
fondo de cabaña:
X= 334.000/334.100.
Y= 4.043.800/4.042.400.
Z= 100-124 m.s.n.m.
CILNIANA
57
EL LOMO DEL ESPARTAL
cen un desarrollo raquítico que sólo permite observar una capa húmica que suele confundirse
con el nivel de alteración eluvial, siempre a una
escala centimétrica.
Vista general del corte nº 12
Medio Físico
De una forma general, podríamos distinguir, al este de Marbella una zona con tres unidades geológicas que, de norte a sur, serían: una serie de sierras calcáreas, que
Cerro
la limitan al norte con la cuenca del
Guadalhorce; un piedemonte formado a
partir del punto de contacto de los materiales calizos con las pizarras, donde
abundan los afloramientos de agua subterránea y, por último, una serie de
alomamientos suaves de calcarenitas y
margas –donde habría que encuadrar el
Cerro del Almendro– que, junto con los
rellenos detríticos de los valles y litoral
completarían la serie por este lado.
El caso concreto del Lomo del
Espartal, topónimo menor en que se localiza el yacimiento, consiste en una elevación que ha sido denudada por la erosión areolar hasta conferirle un típico
aspecto de casquete esférico. Presenta
una cota máxima sobre el nivel del mar
de 134,17 m., lo que le permite controlar visualmente buena parte de la llanura costera marbellí, así como los pasos
fluviales que se abren tras de sí en las
sierras.
Un clima mediterráneo de facies
litoral, con veranos e inviernos poco
contrastados, aunque bien definidos y
máximos pluviales en primavera y otoño, junto a una cubierta vegetal rala,
compuesta por formaciones esteparias
costeras en las que predomina el esparto, han actuado de forma violenta sobre
materiales margosos y calizos de formación costera, que presentan diversos grados de compactación en función de su
edad, composición y deformaciones experimentadas, para generar este tipo de
relieve alomado en el que los suelos ofre-
58 CILNIANA
Sus superficies, por tanto, han sido y aún
están sujetas a una fuerte erosión por escorrentía
de ladera, sobre todo en aquellas zonas como es
el caso del Lomo del Espartal, que han estado
expuestas a trabajos agrícolas recientes. Esta circunstancia incide de forma manifiesta en el grado de conservación que presentaba el yacimiento antes de nuestra intervención.
Metodología y planteamiento
Para la excavación del sector en que aparecían materiales cerámicos elaborados a mano
se ha seguido un protocolo de excavación más
del Almendro. Ubicación de los cortes en la topografía del Lomo.
EL LOMO DEL ESPARTAL
acorde con las técnicas propias de la
arqueología prehistórica. De esta forma, los primeros pasos se encaminaron hacia la delimitación del área nuclear de los restos del asentamiento,
lo que se hizo mediante un meticuloso estudio de cartografiado y dispersión de los materiales erosivos, lo que
nos definió una superficie de aproximadamente 40 m2 que fue desbrozada para plantear en su centro un corte
en ladera en el que de forma holgada
pudiera quedar inscrito el hábitat.
La excavación se realizó mediante el levantamiento de capas naturales dejando in situ todos los elementos líticos y
arqueológicos conforme quedaban exhumados. Cada
planta natural así obtenida se documentaba de forma completa con la idea de observar las relaciones a
nivel microespacial y de cara a explicar tanto los procesos deposicionales como los postdeposicionales.
Con motivo de estos trabajos se descubrió un
yacimiento inédito hasta la fecha que en
realidad podemos desglosar en dos, por una
parte una necrópolis altomedieval, a juzgar
por los materiales del entorno, y por otra un
pequeño asentamiento al aire libre
correspondiente al tránsito entre el IV y el III
milenio a.C.
Todo el sedimento obtenido fue convenientemente muestreado, tanto para análisis de
composición como para la realización de estudios palinológicos, antracológicos, etc.
Los elementos faunísticos fueron también
recogidos en su totalidad, incluyendo aquellos
que se han recuperado mediante tamizado de
agua y selección en seco.
operatividad de este vértice quedó cifrada en una
cota positiva de 134, 17 m. sobre el nivel del mar.
Todas las altimetrías expresadas en planimetría quedan referenciadas respecto al nivel del mar.
Cada una de las plantas despejadas durante
el proceso de excavación quedó reflejada gráficamente mediante un exacto dibujo en escala
1:20, diapositivas y fotografías en color. La documentación de perfiles ha sido similar.
Resultados de la excavación del
asentamiento prehistórico
Emplazado en las proximidades de la cimera del Lomo del Espartal, en la ladera suroeste, localizamos los restos de uno o varios hábitats
encuadrables en la etapa de transición entre
Neolítico y Calcolítico.
Una vez localizado el asentamiento, se procedió a su delimitación precisa, para lo que se
efectuó un cartografiado intensivo de todos los
materiales cerámicos y líticos que podían verse
en superficie. Como consecuencia de esto se aisló una pequeña zona de la ladera de no más de
40 m2, con una pendiente angular media establecida en torno a los 37º.
Los cortes recibieron una numeración correlativa que se ajustó al
orden de apertura de las diferentes
áreas. Por lo que respecta a los
enterramientos, también se les ha
dado una numeración en función del
orden de su descubrimiento.
Para la toma de cotas se eligió
un punto «0» fijo sobre una de las estaciones topográficas establecidas
para la realización de la obra, en coincidencia con el punto de mayor
altimetría del Lomo del Espartal. La
CILNIANA
59
EL LOMO DEL ESPARTAL
El desbroce de esta zona, con una cubierta vegetal básicamente compuesta de palmito y
esparto, reveló una topografía muy alterada por
la erosión de ladera que, esencialmente, sólo permitía observar algunos afloramientos de bancos
calcáreos alineados de norte a sur, que dejaban
entre sí unos pequeños espacios aterrazados en
los que el escaso sedimento conservado poseía
una coloración más oscura y, por tanto, daba indicios de una mayor presencia de materia orgánica en su trama, lo que inicialmente nos hizo
sospechar en la existencia del hábitat prehistórico.
tercio meridional del corte. Son mayoritariamente
restos muy fracturados de cerámicas elaboradas
a mano, con evidentes signos de rodamiento.
Aparecen en desorden, presentando planos angulares que revelan su desconexión de sus emplazamientos originales. Ocasionalmente aparecen pequeñas mórulas de adobe enrojecido e incluso algún fragmento de revoque con huellas
de improntas de cañizo o ramajes. Igualmente
muy rodados, encontramos restos de láminas de
sílex y algún fragmento pulimentado de rocas con
propiedades abrasivas de la familia de las
doleritas.
Para la excavación del área se planteó un
corte en zanja de 3 metros de ancho por una longitud total de 8 metros. Se dispuso de forma que
los ejes mayores quedaran perpendiculares a la
ladera, no sólo para documentar el total de su-
Al igual que sucedía en la necrópolis, el
estrato superficial se apoya directamente sobre
el substrato geológico, y sólo presenta una delgada capa de alteración eluvial de las margas y
conglomerados arenosos allí donde ésta presenta irregularidades o concavidades más acusadas.
Los sectores A/B y C-5 arrojaban un número mayor de fragmentos cerámicos, con restos de mayor tamaño e índices de rodamiento
algo menores. Por esta razón se planteó un sistema de excavación en retículas de un metro cuadrado para una mayor precisión en la ubicación
tridimensional de los hallazgos.
Vista del sector de la cabaña asociado a la estructura de tipo silo
perficie afectada, sino con la idea de obtener un
perfil idóneo que nos permitiera explicar la
interrelación entre los depósitos arqueológicos
y la mayoría de las alteraciones postdeposicionales generadas por la erosión.
El proceso de excavación comenzó con la
retirada de una capa superficial de tierra suelta,
oxigenada, muy afectada por las raíces de la vegetación. Este primer nivel posee una potencia
variable, y mientras en algunos puntos permite
observar los afloramientos de la roca virgen, en
otros adapta su perfil a la morfología de la misma. En líneas generales su espesor medio oscila
entre los 0,15 y los 0,20 m. Su coloración es
marrón con ligeros tintes rojizos por oxigenación de los componentes férricos.
El material arqueológico contenido en esta
capa superficial es relativamente abundante en
proporción al muestreado en superficie. Su concentración aumenta de forma considerable en el
60 CILNIANA
Como consecuencia de la excavación de
estas subcuadrículas apareció un manchón de tierras negruzcas que a nivel de techo ofrecía una
forma tendente al círculo. En su lado noreste
quedaba limitado por uno de los afloramientos
de calizas más resistentes que ya hemos comentado.
La excavación minuciosa de este cambio
significativo del sedimento nos permitió descubrir la presencia de una pequeña subestructura
excavada parcialmente en la marga y apoyada en
uno de los afloramientos calizos al objeto de
dotarle de una mayor resistencia.
Para la excavación del sector en que
aparecían materiales cerámicos elaborados a
mano se ha seguido un protocolo de
excavación más acorde con las técnicas
propias de la arqueología prehistórica
El relleno de este depósito posee unas
características específicas que lo diferencian sensiblemente de lo visto hasta el momento en el
yacimiento. Se trata de un sedimento de un intenso color negro, bastante compacto y con una
trama orgánica y arcillosa muy superior a las tierras superficiales del cerro.
EL LOMO DEL ESPARTAL
Este sedimento se presenta como un único estrato que rellena la estructura excavada de
suelo a techo de la misma. Conforme la
profundización permitía su mejor delimitación,
pudimos comprobar la fuerte irregularidad observable a cota conservada, hasta el punto de
poseer una forma ligeramente oblonga. Entendemos que inicialmente debió perseguirse una
figura circular y, a medida que aparecía el
substrato calcáreo, más difícil de trabajar, se fue
adaptando a las dificultades del terreno.
La profundidad máxima alcanzada no supera en ningún caso los 0,50 m y su perfil ligeramente troncocónico lo pone en relación con las clásicas estructuras subterráneas de almacenaje que en
estas fases se identifican como silos. Ofrece un eje
mayor de 1, 40 m y otro menor de 0,70 m.
El material cerámico resulta muy abundante en proporción a la superficie excavada, como
también lo es la industria lítica. En ambos casos
presentan un rodamiento de tipo medio, el índice de concreccionamiento se eleva conforme el
hallazgo es más superficial y en muchos casos
aparecen signos inequívocos de combustión prolongada en ambiente reductor que ha provocado
el ennegrecimiento general de las cerámicas. Todo
parece indicar que una vez abandonado el inte-
rior fue incendiado, lo que por otra parte explica
el intenso color negruzco del sedimento. A pesar de ello, el cribado con agua y la flotación del
relleno interior no proporcionaron restos carbonizados, sean lignarios o de cereal, circunstancia
que nos impide comprender el objeto de almacenaje para el que fue construido.
El material cerámico resulta muy abundante
en proporción a la superficie excavada, como
también lo es la industria lítica
Los únicos rastros de actividad económica, al margen de la propia estructura
siliforme como tal, consisten en restos óseos,
escasos y muy fragmentarios, así como algunas evidencias de malacofauna que, en su integridad corresponden a la especie Donax s.p.
(coquina).
En lo referente a los materiales arqueológicos recuperados, la industria lítica muestra una gran uniformidad, con una talla laminar claramente dominante. Son láminas cortas de sección normalmente trapezoidal, aunque no están ausentes las triangulares. Normalmente presentan retoques de uso o bien
Vista en detalle del momento de aparición de restos cerámicos en el interior del silo
CILNIANA
61
EL LOMO DEL ESPARTAL
el retoque intencionado es muy discontinuo.
La materia prima dominante es el sílex de color gris claro con pátinas blanquecinas. El número de lascas es irrelevante, aunque cabe
mencionar la presencia de un fragmento residual de talla con el cristal de roca como soporte.
El ajuar cerámico se ha podido caracterizar un poco mejor en función de su mayor
frecuencia. Técnicamente el conjunto resulta
muy homogéneo. Las pastas son de colores
marrones, rojizas o amarillentas, un escaso
número son grises o negras. Están cocidas en
ambientes oxidantes o mixtos discontinuos.
Los desgrasantes son pequeños con alternancia en las tramas de gránulos de sílice y fragmentos de cuarzo y calcita finamente triturados. En las cerámicas de paredes más delgadas y con una elaboración más cuidada la mica
dorada es la materia desgrasante más utilizada. Por lo que respecta a los tratamientos ex-
Podemos afirmar que se trata de un
asentamiento al aire libre que a juzgar por los
escasos restos conservados debió ser de
dimensiones muy reducidas, conformado a lo
sumo por un número de dos o tres estructuras
ligeras de hábitat
teriores, el bruñido, en amplias bandas o el
espatulado son lo normal en el conjunto.
Tipológicamente las formas más características son los de almacenaje o cocina. Entre ellas las más numerosas estadísticamente
son las ollas de cuerpo globulosos y boca entrante, seguidas de las globulares con cuellos
entrantes, largos y algo sinuosos que dan a la
zona superior de la pieza un perfil de rotación
más o menos troncocónico. En ningún caso
logran conformar golletes propiamente dichos.
Muy por detrás de estas piezas figuran
los cuencos y cazuelas semiesféricos, aunque
también son relativamente numerosos. Las escudillas y cuencos de casquete esférico ya aparecen en esta fase. Las formas carenadas son
escasas. Entendemos significativa la presencia
de una gran cazuela carenada similar a las que
el interior definen las fases finales del Neolítico
y los comienzos del Cobre.
La ausencia de cerámicas con tratamiento a la almagra y la total carencia de decoraciones parecen indicarnos que se trata de un momento avanzado de la etapa de transición, aunque aún pueden observarse grupos tipológicos
62 CILNIANA
como los cucharones de arcilla de receptáculo
semiesférico que ya eran frecuentes en las etapas finales del Neolítico local.
Conclusiones
Podemos afirmar que se trata de un asentamiento al aire libre que a juzgar por los escasos restos conservados debió ser de dimensiones muy reducidas, conformado a lo sumo por
un número de dos o tres estructuras ligeras de
hábitat. De ellas, sólo nos ha llegado una
subestructura de almacenaje y las improntas de
unas cubiertas de entramado vegetal revocado
en barro. No parece descabellado imaginar un
hábitat que se orienta al Mediodía, apoyado en
parte en los afloramientos rocosos más resistentes que facilitaron una topografía inicial de
pequeñas terrazas desde las que controlar los
recursos del litoral, así como los que pudieran
proporcionar los terrenos suavemente
alomados sobre los que se sitúa Marbella.
El conocimiento de la etapa de transición entre el Neolítico y el Calcolítico en las
diversas zonas naturales de la provincia de Málaga comienza a ser bien conocido, sobre todo
a raíz de las investigaciones generadas por la
construcción de las nuevas infraestructuras
viarias.
El pequeño asentamiento del Lomo del
Espartal que aquí presentamos es uno de los
muchos que deben jalonar el litoral malagueño
y cuyo descubrimiento dependerá en gran parte de la consolidación de un proyecto de investigación sólidamente fundamentado.
A lo largo de la línea de costa se conocen toda una serie de asentamientos de pequeño tamaño, orientados en su mayor parte a una
economía de consumo basada en los productos del mar.
Hasta la fecha, es el interior de la provincia la zona que más y mejores datos ha aportado, presentándose un panorama en el que
asentamientos permanentes y estacionales dependientes de los clásicos hábitats en cueva,
comienzan a distribuirse por las áreas con mayor potencial económico, dibujando una incipiente vía para el control estratégico del territorio (Fernández et al., 1996).
El Lomo del Espartal responde muy posiblemente a un esquema de hábitat reducido, con
un carácter estacional, quizá aún muy dependiente de los núcleos de hábitat en los cavernamientos
de las Sierras calcáreas litorales. El poblamiento
neolítico costero, aunque insuficientemente
EL LOMO DEL ESPARTAL
documentado, nos es bien conocido. En la comarca de Marbella, el piedemonte de Sierra Blanca ofrece un buen número de cavidades cársticas
con ocupación neolítica como pueden ser las
cuevas de Nagüeles y, sobre todo, Pecho Redondo (Posac, C., 1973).
La vinculación entre la cueva de Pecho
Redondo y el asentamiento del Lomo del Espartal
no sería difícil de establecer, sobre todo, si tenemos en cuenta que entre ambos yacimientos
la distancia no supera el kilómetro y existe un
contacto visual directo entre ambos yacimientos.
A falta de una comprobación científica
plena, podemos presuponer la existencia de lugares estables de hábitat en cuevas que, en el
cambio de milenio, en principio de forma quizás estacional comienzan a ocupar las suaves
elevaciones que dominan las vegas y pequeñas
llanuras costeras, controlando de forma más
efectiva los recursos, tanto agrícolas como marinos. Un esquema similar parece intuirse en determinados ámbitos del interior malagueño
(Socas et al., 1993).
Recientemente se ha matizado este panorama general, a raíz de los últimos trabajos
de sistematización realizados por Márquez y
Fernández (Márquez y Fernández, 1999), al introducir fenómenos recurrencia de los
asentamientos, complementados con la posibilidad de que los yacimientos de mayor extensión, coincidentes con una utilización temporal
más larga, pudieran haber jugado el papel de
puntos centrales con mayor grado de estabilidad. En este sentido, recientemente se ha localizado un gran yacimiento de cronología similar
en el entorno de Arroyo Vaquero, Estepona. Su
extensión, quizás superior a las 5 hectáreas, nos
permite hipotetizar sobre un comportamiento
de las poblaciones del litoral, similar al que se
empieza a considerar válido para el interior provincial.
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63
EL LOMO DEL ESPARTAL
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64 CILNIANA
EL LOMO DEL ESPARTAL
Cerro del Almendro (Lomo del Espartal).
Materiales cerámicos procedentes del corte 12.
CILNIANA
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EL LOMO DEL ESPARTAL
Cerro del Almendro (Lomo del Espartal).
Materiales cerámicos procedentes del corte 12.
66 CILNIANA
EL LOMO DEL ESPARTAL
Cerro del Almendro (Lomo del Espartal).
Materiales cerámicos procedentes del corte 12.
CILNIANA
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EL LOMO DEL ESPARTAL
Cerro del Almendro (Lomo del Espartal).
Materiales líticos procedentes del corte 12.
68 CILNIANA
RÍO REAL (Marbella, Málaga)
Un avance al estudio de la cerámica del siglo VII a.C.
Pedro J. Sánchez Bandera, Alberto Cumpián Rodríguez y Antonio Soto Iborra
Documentación gráfica: Sonia López Chamizo y Rocío Díaz García
La intervención arqueológica llevada a cabo en el yacimiento de Río Real durante el verano de
1998, evidenció un proceso de ocupación en la zona que arrancaba desde la segunda mitad
del siglo VII a.C., momento al que pertenecen los restos de un asentamiento fenicio, muy
desdibujado como consecuencia de la acción de agentes erosivos y de las obras de urbanización recientes. De este primitivo asentamiento se ha descubierto un único muro (fig.3, uec
231) sobre cuya cara norte se formó un estrato de textura arenosa y color beige (uenc 22 2), del
que proceden los materiales que adelantamos en el presente estudio.
S
e trata de un conjunto de cerámicas cuyo examen no está exento de dificultades. En
primer lugar nos referiremos a la escasa superficie de excavación disponible (apenas 12 m²), que
sesga las conclusiones del análisis en lo relativo
a la incidencia porcentual de las diferentes formas representadas; máxime si consideramos el
marcado carácter erosivo que reviste el contexto
del que provienen. Por otro lado, se trata de objetos muy fragmentados que plantean dificultades a la hora de considerar aspectos morfométricos que, como en el caso de los platos, revisten especial interés como indicadores cronológicos.
Pese a ello, la validez del conjunto para la
datación de este primer nivel de ocupación, nos
parece fuera de toda duda.
En este sentido, la cultura material de la
uenc 22 refleja el ambiente propio de un momento avanzado del siglo VII a.C., si nos atenemos a las investigaciones realizadas en yacimientos más o menos próximos como Cerro del Villar,
con cuyo estrato IV se aprecian evidentes similitudes. Concretamente, nos referiremos a las producciones de engobe / barniz rojo, el afianzamiento de la cerámica gris, así como la morfología de
los recipientes de almacenaje y transporte.
En el caso que nos ocupa, la técnica del
engobe / barniz rojo se asocia a platos y cuencos,
fundamentalmente.
Los platos, considerados auténticos fósiles guía a partir de una evolución progresiva del
diámetro conjuntamente con la anchura del borde, presentan el inconveniente de hallarse muy
fraccionados. En este sentido, el fragmento más
completo (fig.1, 1.1.) conserva parte del borde
con una anchura mínima de 5 cm, dimensiones
que lo enmarcan dentro de los valores observa-
dos en los estratos IV y V de Toscanos (SCHUBART
y MAAS-LINDERMANN, 1984, pág. 106 - 107).
Por su parte los cuencos están
ámpliamente representados en la uenc 22 de Río
Real, tanto desde un punto de vista cuantitativo
como en cuanto a una diversidad de formas que,
dependiendo de los casos, abarcan un marco
cronológico extenso, siglo VIII al VI a.C.:
–Cuencos con carena alta y borde curvo
saliente (fig.1, 1.3). Se ha considerado su presencia en los asentamiento fenicios a partir de
prototipos locales. En Toscanos encontramos
formas similares en el estrato IV (forma VI.4.b) y
en Cerro del Villar en el estrato II.b.
–Cuencos careados con borde recto ligeramente inclinado hacia el interior (fig.1, 1.4).
Responde a prototipos orientales, desarrollado
en occidente en yacimientos como Toscanos (forma VI.1.a), en los niveles más antiguos. En Cerro
del Villar encontramos formas similares en los
estratos correspondientes a comienzos del siglo
VI a.C.
–Cuencos carenados con el borde engrosado al exterior (fig.1, 1.6). Es un tipo bien representado en los enclaves fenicio-occidentales
desde el siglo VIII a principios del siglo VI a.C.
Responden a la forma VI.2 de Toscanos.
–Cuencos abiertos de perfil convexo al exterior y borde indiferenciado (fig.1, 1.5). Se ajustan a la forma VII.3 de Toscanos.
La cerámica gris supone, igualmente, un
lote destacado (fig.1, 1.9-12). El afianzamiento
de esta técnica en yacimientos como Cerro del
Villar (estrato IV) se considera como un indicador válido a la hora de diferenciar el siglo VII a.C.
de los niveles de ocupación más antiguos (AUBET,
1.999, pág. 91)3. En el caso de Río Real esta técCILNIANA
69
RÍO REAL
70 CILNIANA
RÍO REAL
nica se asocia a cuencos abiertos con bordes no
diferenciados al exterior y ligeramente engrosados al interior, que responden a la forma VII.3 en
el yacimiento de Toscanos.
Igualmente importante es el grupo de las
de los recipientes de almacenaje (pithoi, fig.1,
1.8) y almacenaje y transporte (ánforas, fig.1,
1.13-15). De estas últimas se han conservado, fundamentalmente, los bordes, que parecen responder a la forma T-10.1.2.1 de la clasificación de J.
Ramón (RAMÓN, 1995, pág. 230-231). Se trata
de producciones propias del Mediterráneo occidental, en uso desde la primera mitad del siglo
VII, hasta comienzos del VI a.C.
Málaga. Thema, Universidad de Málaga, 1997. Pp 215-251.
-RAMÓN, J.: «La cerámica fenicia a torno de sa Caleta (Evissa)». La
cerámica fenicia en occidente. Centros de producción y áreas de comercio.
Actas del I Seminario Internacional sobre Temas Fenicios. Alicante.
Consellería de Cultura, Educació i Ciència. Generalitat Valenciana - Excma.
Diputación Provincial de Alicante, 1999. Pp. 149-214.
-RAMÓN TORRES, J.: «Las ánforas fenicio púnicas del Mediterráneo Central y Occidental». Instrumenta, 2. Barcelona. Universidad de Barcelona, 1995.
-SÁNCHEZ BANDERA, P. y otros: «Intervención arqueológica de urgencia en el yacimiento de Río Real (Marbella, Málaga)». Anuario Arqueológico de Andalucía, 1998. Sevilla. Consejería de Cultura de la Junta de
Andalucía, en prensa.
-SCHUBART, H. y MAAS-LINDERMANN, G.: «Toscanos. El asentamiento fenicio occidental en la desembocadura del río Vélez. Excavaciones
de 1971». Noticiario Arqueológico Hispánico n.º 18. Madrid. Ministerio de
Cultura, 1.984.
Notas
uec 23, unidad estratigráfica construida 23.
uenc 22, unidad estratigráfica no construida 22.
3
Por el contrario, destacaremos la ausencia de cerámicas pintadas, lo que podría deberse al deficiente estado de conservación que
presentaba el conjunto en general.
1
El conjunto se completa con un número
destacado de cerámicas a mano, en la que predominan ollas piriformes de pastas muy oscuras,
fruto de una cocción muy reductora,
decoradas mediante incisiones e impresiones digitadas, fundamentalmente (fig.2, 21-3). Son formas propias de culturas del Bronce local presentes en numerosos yacimientos,
tanto de zonas del interior como de
ámbito costero, como en el caso de
Málaga, Plaza de San Pablo, en la
margen
izquierda
del
río
Guadalmedina (FERNÁNDEZ, 1997).
2
En otro orden de cosas, la
datación que proponemos para este
primer nivel de ocupación en Río Real
(segunda mitad - finales del siglo VII
a.C.) vendría avalada por su posición
dentro de una secuencia estratigráfica, en la que sobre los restos de la
uec 23 se disponen nuevas construcciones (uec 20), a su vez colmatadas
por un depósito del que se han recuperado fragmentos de importaciones
jonias fechables en el último cuarto
del siglo VI a.C. (SÁNCHEZ, en prensa).
Bibliografía
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- I. El asentamiento fenicio en la desembocadura del
río Guadalhorce y su relación con el hinterland». Sevilla, Junta de Andalucía. Consejería de Cultura, 1999-1.
-AUBET SEMMLER, M.E.: «La secuencia arqueoecológica del Cerro del Villar». La cerámica fenicia en
occidente. Centros de producción y áreas de comercio. Actas del I Seminario Internacional sobre Temas Fenicios. Alicante. Consellería de Cultura, Educació i
Ciència. Generalitat Valenciana - Excma. Diputación
Provincial de Alicante, 1999-2. Pp.41-68.
-FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, L.E.y otros: “Un poblado indígena del siglo VIII a. C. en la Bahía de Málaga. La intervención de urgencia en la plaza de San Pablo”. En Los Fenicios en Málaga. M. E Aubet (Coord).
CILNIANA
71
RÍO REAL
72 CILNIANA
UNA
NUEVA NECRÓPOLIS HISPANOMUSULMANA DE ÁMBITO RURAL EN
EL ENTORNO DE LA
SIERRA DE LA UTRERA (MÁLAGA)
Luis-Efrén Fernández Rodríguez, Juan Bautista Salado Escaño y José Suárez Padilla
*Con la colaboración del equipo técnico de Taller de Investigaciones Arqueológicas S.L. José Mayorga Mayorga, Antonio Rambla Torralvo, Ana Arancibia Román,
M.ª del Mar Escalante Aguilar, María Isabel Cisneros García, José María Tomasetti Guerra, Ildefonso Navarro Luengo, Helena Torres Herrera y Carolina Perdiguero Ayala.
La actividad que en este informe se avanza se ha efectuado en cumplimiento de las medidas
correctoras derivadas de los trabajos de prospección sistemáticos de urgencia efectuados durante
la fase informativa del proyecto del tramo Guadiaro-Estepona de la Autopista de la Costa del
Sol. Los trabajos han sido financiados por Ferrovial-Agroman a través de SOLUTE y las
excavaciones han sido ejecutadas por técnicos de Taller de Investigaciones Arqueológicas S.L.
Vista general del sector de máxima concentración de la necrópolis. Corte 2.
INTRODUCCIÓN
E
n origen, el yacimiento quedó caracterizado en función de la presencia en superficie
de restos cerámicos rodados, de las épocas
protohistórica, romana y medieval, así como restos líticos en cuarcita y elaborados sobre soportes silíceos tabulares que, aunque escasos, podían datarse entre los momentos finales del
Neolítico y el Calcolítico Inicial.
Por otra parte, la apertura en el sector
occidental del yacimiento de un puesto de caza
permitió observar que sobre las arcillas basales
se encontraba un estrato grisáceo que dejaba ver
en su composición una gran cantidad de restos
malacológicos del grupo de los bivalvos del orden de los Cardiun. Esta circunstancia, en unión
de los restos pre y protohistóricos, nos hizo suponer la posibilidad de que se conservaran restos de alguna pequeña estación correspondiente
a alguna de estas fases, circunstancia que sólo la
excavación del lugar podría clarificar.
De otro lado, la elevación que constituye
el piedemonte natural de la Sierra de la Utrera,
emplazada al noroeste del yacimiento, presentaba, en la zonificación de la Norma Subsidiaria de
los Términos Municipales de Manilva y Casares,
una zona de protección no poligonal que incluía
el área de los Baños de la Hedionda (romanos o
medievales, e incluso una combinación de obras
de ambas etapas culturales), una posible calzada
romana y los restos de una torre o alquería fortificada con una cronología amplia que va desde
época emiral al siglo XIII. La proximidad de estos
restos a la zona directamente afectada por la traza de la autopista, precisaban, en unión a los
hallazgos en prospección, la intervención arqueológica necesaria que debería contribuir a clarificar de forma concreta los restos arqueológicos
descubiertos en los trabajos de prospección que,
CILNIANA
73
SIERRA DE LA UTRERA
inicialmente, sólo se ciñeron, por elección del
proyectista, al ámbito de la propia traza y de los
En origen, el yacimiento quedó caracterizado
en función de la presencia en superficie de
restos cerámicos rodados, de las épocas
protohistórica, romana y medieval
terrenos que serían afectados directamente por
ésta.
La zona afectada evidencia signos claros
de haber sido roturada de forma continuada, según datos proporcionados por los vecinos, hasta
el último cuarto del siglo XX, momento en que
los terrenos quedaron en baldío. Lo cierto es que
el yacimiento se encuentra emplazado sobre un
plano ligeramente inclinado en dirección estesureste, con apariencia de planitud intencionada
y conservando aún los restos dispersos irregularmente de algunos majanos.
EL ESPACIO ANTROPIZADO
Hasta el momento de redacción de este
74 CILNIANA
informe, el ámbito occidental de la provincia de
Málaga, en que se enmarca nuestra actividad, dispone de un número de datos relativamente escaso para la comprensión de los procesos de
humanización del territorio a lo largo de las etapas no escritas de nuestra Historia.
Por el momento sólo disponemos de datos fragmentarios e inconexos que nos hablan
de la presencia de actividad durante el Paleolítico, actividad que se reduce a la presencia de restos de talla laminar y nuclear relacionada con
pequeñas terrazas aluviales generadas por la red
de arroyos que descienden desde el cinturón de
sierras litorales. Por el momento, salvo su segura filiación paleolítica, es poco lo que podemos
decir de este poblamiento antiguo (Fernández et
al., 1999, inédito).
Para la prehistoria reciente, a lo largo de
la última década y, también como consecuencia
del impulso que las infraestructuras viarias han
dado a la investigación, se ha podido documentar un poblamiento litoral y prelitoral, más denso de lo que en un principio cabría esperar, que
responde a las etapas de transición entre el
Neolítico, representado por la vecina cueva de
SIERRA DE LA UTRERA
Gran Duque (Ferrando, 1998) y aún falto de prospecciones y trabajos sistemáticos que contribuyan a una caracterización clara de la etapa, y el
inicio del Calcolítico. Son asentamientos de reducidas dimensiones, ubicados en espolones rocosos bien defendidos y con un control visual
del entorno orientado a las vías de penetración
fluviales.
Durante la prospección de la infraestructura se descubrieron varios yacimientos de este
tipo, directa o indirectamente, relacionados con
la traza. Éste sería el caso del cortijo de Pedro
Jiménez, Arroyo Vaquero 2 y Lomo Redondo 3 y
4. La mayoría de ellos se sitúan en el entorno
definido por los arroyos Vaquero y Enmedio, área
que constituye un auténtico núcleo de estaciones al aire libre de estos momentos, muy posiblemente en función de la facilidad de acceso a
recursos bióticos y abióticos de todo tipo, así
como por la disponibilidad de un territorio amplio y bien conectado tanto hacia el medio marino como hacia el hinterland inmediato.
La cercanía de la traza a fuentes de aprovisionamiento de recursos líticos, fundamentalmente silíceos, sílex y silexitas básicamente, ha
MEDIO FÍSICO DEL YACIMIENTO
Desde el punto de vista físico, la zona en que se encuentra ubicado el yacimiento se corresponde con el piedemonte
meridional de la sierra de La Utrera, terreno que constituye un
ligero plano inclinado con pendiente en sentido noroeste-sureste. Altimétricamente se encuentra en la banda situada entre
los 75,00 y los 64,00 m.s.n.m.
En términos geomorfológicos, la zona se encuentra condicionada por la presencia de un doble patrón litológico que es
el responsable directo del aspecto general del paisaje actual.
En efecto, la discordancia existente entre los mármoles, calizas
masivas y esparíticas de edad jurásica, que constituyen la sierra de La Utrera, y los mantos desgarrados y basculados de
margas y calcarenitas pliocuaternarias del piedemonte ha generado una situación de desequilibrio responsable de una vertiente que experimenta momentos de movilidad de materiales,
puntualmente catastróficos.
Por todo lo dicho, podemos afirmar que la superficie
del yacimiento es morfológicamente una zona expuesta a modificaciones de perfil muy rápidas y de
grandes volúmenes, con amplios anfiteatros del cizallado de solifluxión que,
incluso hoy día, no han sido fosilizados
por la erosión areolar y el manto vegetal.
motivado que la misma se acerque e incluso corte varias áreas que no pueden considerarse
asentamientos humanos permanentes en sentido estricto, sino que más bien resultan ser áreas
destinadas a la extracción del recurso en bruto y
al procesado básico del mismo en las fases iniciales de la cadena operativa de talla. Este podría
ser el caso de los yacimientos que hemos denominado Corominas 1, alguna de las facies culturales de Casa del Guantero, el ámbito de la zona
arqueológica de Los Baños de la Hedionda y sierra de La Utrera, la etapa más arcaica del yacimiento del cortijo de Los Pinos, Martagina 2 y
quizás Sierra Chullera, yacimiento en el que se
han identificado escasos restos líticos entre los
que destacaremos la existencia de un raspador
en extremo de lámina truncada.
La fuerte incidencia que sobre estos materiales tienen los procesos de deriva erosiva nos
obligan necesariamente a ser cautelosos, de forma que sugerimos la apertura de cortes de identificación estratigráfica que nos ayuden a la correcta interpretación de los avatares sedimentológicos de estos restos.
La siguiente etapa mejor documentada es
abundantes en el terreno, con casos de dimensiones notables,
siempre procedentes de las áreas más elevadas y, para la comprensión de la dispersión de materiales arqueológicos, resultan sumamente interesantes, ya que son responsables del desplazamiento de la mayor parte de los elementos cerámicos y
líticos localizados en la zona arqueológica afectada por el trazado de la autopista.
Los principales elementos paisajísticos del sector son,
en principio, el relieve encastillado que supone la sierra de La
Utrera, al norte; el curso bajo del río Manilva, al este, con un
trazado prácticamente perpendicular a la línea de la costa y
colector que facilita el acceso al hinterland; y, por otra parte,
como referente fijo en el paisaje, la presencia a escasos 3 kilómetros del mar y de una breve llanura litoral de gran aprovechamiento económico, con unas vías de comunicación vitales
para la comprensión de la evolución del poblamiento desde la
prehistoria hasta la actualidad.
La delimitación del yacimiento responde a las coordenadas de los vértices del polígono que a continuación se expresan:
Estas coladas de solifluxión, con
una clásica sección en onda, son muy
CILNIANA
75
SIERRA DE LA UTRERA
número y tipología de yacimientos
de esta época, por lo que, una vez
la investigación profundice más sobre los mismos, será necesaria una
lectura de conjunto de los mismos,
que necesariamente habrá de modificar las antiguas teorías, expresadas sobre un volumen de yacimientos mucho menor.
Detalle de los enterramientos del corte 2
sin duda la Protohistoria local, tanto en sus fases
anteriores al contacto con el mundo semita como
en las etapas posteriores en las que el elemento
fenicio o fenopúnico se hace dominante. A estos
momentos vinculamos los yacimientos de Lomo
Redondo 4, Casa del Guantero, Cerro Matanza,
Pocas Libras 2, algunos materiales de superficie
procedentes de la Hedionda-La Utrera y, de forma especial, señalaríamos la presencia del asentamiento fortificado indígena del Castillo de
Alcorrín, rodeado de una muralla perimetral de
hasta tres metros de anchura que se jalona en
sus tramos más débiles por bastiones
semicirculares de gran envergadura.
El otro gran hito protohistórico está determinado por la presencia en el punto final de
traza del yacimiento ya conocido y parcialmente
investigado de Cerro Montilla. En éste se unen
directamente las poblaciones indígenas de gran
arraigo junto con una floreciente colonia semita
que entra en interacción directa y aparentemente pacífica con las poblaciones locales. Este yacimiento que será afectado por ocultación requiere un plan de actuaciones específico para que
resulte compatible con el trazado de la autopista, de modo que habrá de efectuarse una cartografía detallada de sus terrenos actuales y ajustar una zonificación exhaustiva del mismo que
deberá ser combinada con áreas de excavación
selectiva y zonas donde la excavación arqueológica, manual y pormenorizada, deberá ser extremadamente rigurosa dada la importancia del yacimiento.
La reciente línea de prospecciones sistemáticas iniciadas por parte del equipo firmante
de este informe, junto con resultados obtenidos
por este trabajo modifican substancialmente el
76 CILNIANA
Otro hecho significativo que
resulta de la prospección efectuada,
es el descubrimiento de una tupida
red de yacimientos romanos de pequeño o mediano tamaño, situados
en las cotas altas del piedemonte
litoral, aproximadamente entre la
banda de los 90 y 150 m.s.n.m. La
mayoría de ellos datan de época
romana, concretamente de la etapa
altoimperial. Todos ellos parecen
orientados al control de recursos agropecuarios
sobre terrenos muy aptos para este tipo de economía, aunque pensamos que deben estar directamente supeditados al denso poblamiento litoral que se observa durante la época.
Destacaríamos los yacimientos de Cerro
Corominas 2, Lomo Redondo 2, Lomo Redondo
5, Arroyo Vaquero 1, Subestación-Pozo Santo,
Pocas Libras 1, Loma de Santa Ana, Lomo de
Cantarranas, Martagina 1 y La Dehesilla.
Otra densa red de yacimientos, que también, como en el caso anterior, orlan el litoral en
sus cotas medias, relaciona directamente los pequeños asentamientos tardorromanos y
tardoantiguos con aquellos de época emiral y
califal (altomedievales), mostrando ocasionalmente una más que cierta continuidad del hábitat,
tanto en el tiempo como en el espacio. Los últimos trabajos efectuados al respecto revelan la
necesaria colaboración entre los estudios dirigidos a la etapas finales de la romanidad y aquellos
La zona afectada evidencia signos de haber sido
roturada de forma continuada, según datos
proporcionados por los vecinos, hasta el último
cuarto del siglo XX, momento en que los
terrenos quedaron en baldío
que se centran en la comprensión del poblamiento
altomedieval. Entendemos que el análisis de unos
y otros debe hacerse conjuntamente, ya que una
explicación del desarrollo del proceso de
poblamiento en la zona desarticulado no nos parece conducente a realizar explicaciones razonables (Fernández et al., 1999, inédito).
SIERRA DE LA UTRERA
DESARROLLO DE LA
EXCAVACIÓN Y
RESULTADOS
CORTE 1
Para la excavación del
corte 1, se ha seguido una
metodología de levantamiento de capas naturales, por lo
que se inició con la retirada
de la fracción húmica que
soporta el enraizamiento de
la rala vegetación herbácea
de la zona. Este estrato se ha
denominado 001 y responde
a las siguientes características físicas.
Potencia media: entre
0,10 y 0,15 m.
Ubicación: general a
todo el corte.
Buzamiento: sur-sureste.
Composición: matriz
arcillosa con pequeños
clastos de margocalizas y
conglomerados marmóreos
embolados en los deslizamientos del piedemonte de
la sierra de La Utrera; materia orgánica vegetal en descomposición.
Coloración: marrón
oscura orgánica.
Carga: material cerámico medieval muy fracturado y rodado. Material constructivo romano muy fracturado y rodado (bloques informes de revestimientos de
opus signinum).
LA HEDIONDA-UTRERA. CORTE 3.
LA HEDIONDA-UTRERA. CORTE 3. PLANTA II
Esta capa presenta material rodado, escaso, muy fragmentario que incluye, como ya
hemos dicho, material romano constructivo y
desplazado, así como algunos restos también
rodados de cerámica medieval, entre los que sólo
merece destacar la presencia de un pie de ataifor
con melado interno y externo y decoración de
líneas de manganeso en el interior. Puede
datarse a caballo entre los momentos emiral y
califal.
A muro del estrato 001 comienza a aparecer el estrato 002, capa de margocalizas afectadas por agrietamiento de sequía. Resulta completamente estéril desde el punto de vista arqueológico, constituyendo la base geológica del
yacimiento en estudio, al menos en el extremos
nororiental del área zonificada.
Se ha profundizado, para su comprobación, hasta 0,40 metros, apreciándose que existen varios cambios laterales de facies, con
coloraciones y composición ligeramente diferentes, aunque todas ellas corresponden a la misma formación geológica. Sus características son:
Potencia analizada: 0,40 m.
Ubicación: general a todo el corte.
Buzamiento: sur-sureste.
Composición: margocalizas argílicas plásticas.
Coloración: gris ceniciento con cambios
laterales amarillentos.
Carga: resulta arqueológicamente estéril.
CILNIANA
77
SIERRA DE LA UTRERA
CORTE 2
En la excavación del corte 2 se ha seguido
una metodología similar de levantamiento de
capas naturales, por lo que se inició con la retirada de la fracción húmica que soporta el enraizamiento de la vegetación herbácea y arbustiva
(genista) de la zona. Este estrato se ha denominado 001 y responde a las siguientes características físicas.
Potencia media: entre 0,15 y 0,20 m.
Ubicación: general a todo el corte.
Buzamiento: sur-sureste.
Composición: matriz arcillosa con pequeños clastos de margocalizas, fragmentos de tejas
medievales muy fracturadas, junto con materia
orgánica vegetal en descomposición.
Coloración: marrón oscura a negruzca,
orgánica.
Carga: material cerámico constructivo
medieval muy alterado. Ocasionales restos óseos
antropológicos muy fracturados y con disposición y angulaciones diversas.
Esta capa presenta material procedente de
las fuertes alteraciones postdeposicionales que
ha sufrido el espacio funerario hispanomusulmán.
La data parece corresponder con la Alta Edad
Media, sin que podamos precisar más.
A muro del estrato 001 comienza a aparecer el estrato 002, capa de margocalizas afectadas por agrietamiento de sequía. Resulta completamente estéril desde el punto de vista arqueológico, constituyendo la base geológica que soporta la implantación de la necrópolis; en ella se
insertan las fosas funerarias, con rellenos similares, ligeramente oscurecidos por la mayor frecuencia de fosfatos y restos en descomposición.
Se ha profundizado hasta comprobar su
esterilidad. Sus características son:
ticas.
Potencia analizada: 0,30 a 0, 40 m.
Ubicación: general a todo el corte.
Buzamiento: sur-sureste.
Composición: margocalizas argílicas plásColoración: amarillo albero.
Carga: resulta arqueológicamente estéril.
CORTE 3
En la excavación del corte 3, los resultados y el método son similares a lo expuesto para
el corte 2, salvo por algunos cambios en la potencia de la capa húmica.
Se ha seguido una metodología similar de
levantamiento de capas naturales, por lo que se
inició con la retirada de la fracción húmica que
soporta el enraizamiento de la vegetación herbácea y arbustiva (genista) de la zona. Este estrato se ha denominado 001 y responde a las siguientes características físicas.
Potencia media: entre 0,10 y 0,20 m.
Ubicación: general a todo el corte.
Buzamiento: sur-sureste.
Composición: matriz arcillosa con pequeños clastos de margocalizas, fragmentos de tejas
medievales muy fracturadas, junto con materia
orgánica vegetal en descomposición.
Coloración: marrón oscura a negruzca,
orgánica.
Carga: material cerámico constructivo
medieval muy alterado. Ocasionales restos óseos
antropológicos muy fracturados y con disposición y angulaciones diversas.
Cubierta de teja curva de uno de los enterramientos del corte 3
78 CILNIANA
Esta capa presenta material procedente de
las fuertes alteraciones postdeposicionales que
ha sufrido el espacio funerario hispanomusulmán.
La data parece corresponder con la Alta Edad
Media.
A muro del estrato 001 comienza a aparecer el estrato 002, capa de margocalizas afecta-
SIERRA DE LA UTRERA
das por agrietamiento de sequía. Resulta completamente estéril desde el punto de vista arqueológico, constituyendo la base geológica que soporta la implantación de la necrópolis, en ella se
insertan las fosas funerarias, con rellenos similares, ligeramente oscurecidos por la mayor frecuencia de fosfatos y restos en descomposición.
En el perfil Este se ha podido constatar la relación existente entre las alteraciones que muestran los enterramientos y la actividad agrícola
posterior, observándose que el contacto entre los
dos estratos se resuelve en una serie de
inflexiones con apariencia de orla sinuosa que
no es sino el reflejo estratigráfico de los surcos
de roturación.
Se ha profundizado hasta comprobar su
esterilidad. Sus características son:
ticas.
Potencia analizada: 0, 40 m.
Ubicación: general a todo el corte.
Buzamiento: sur-sureste.
Composición: margocalizas argílicas plásColoración: amarillo albero.
Carga: resulta arqueológicamente estéril.
CORTE 4
En la excavación del corte 4, se ha seguido una metodología similar de levantamiento de
capas naturales, por lo que se inició con la retirada de la fracción húmica que soporta el
enraizamiento de la vegetación herbácea y
arbustiva (genista) de la zona. Este estrato se ha
denominado 001 y responde a las siguientes características físicas.
Potencia media: entre 0,15 y 0,30 m.
Ubicación: general a todo el corte.
Buzamiento: sur-sureste.
Composición: matriz arcillosa con pequeños clastos de margocalizas, fragmentos de tejas
medievales muy fracturadas, junto con materia
orgánica vegetal en descomposición.
Coloración: marrón oscura a negruzca,
orgánica.
Carga: material cerámico constructivo
medieval muy alterado. Ocasionales restos óseos
antropológicos muy fracturados y con disposición y angulaciones diversas.
Esta capa presenta material procedente de
las fuertes alteraciones postdeposicionales que
ha sufrido el espacio funerario hispanomusulmán.
La data parece corresponder con la Alta Edad
Media, sin que podamos precisar más.
A muro del estrato 001 comienza a aparecer el estrato 002, capa de margocalizas afectadas por agrietamiento de sequía. Resulta completamente estéril desde el punto de vista arqueológico, constituyendo la base geológica que soporta la implantación de la necrópolis, en ella se
inserta la fosa funeraria excavada, con rellenos
similares con algunas gravas, ligeramente oscurecidos por la mayor frecuencia de fosfatos y restos en descomposición.
Detalle del cráneo correspondiente al complejo funerario nº1 del corte 2
CILNIANA
79
SIERRA DE LA UTRERA
Se ha profundizado hasta comprobar su
esterilidad. Sus características son:
Potencia analizada: 0,10 m.
Ubicación: general a todo el corte.
Otro hecho significativo que resulta de la
prospección efectuada, es el descubrimiento de
una tupida red de yacimientos romanos de
pequeño o mediano tamaño, situados en las
cotas altas del piedemonte litoral
bien pudiera tratarse de restos estructurales en
muy mal estado de conservación. Lo fragmentario del ámbito conservado hace complejo establecer una línea de conclusiones definida. Este
suelo malacológico se inserta en el pequeño estrato eluvial (002) de 0,03 a 0,04 m. de potencia
que da paso a las margas estériles (003), comprobadas, tanto en la rotura del puesto de caza
como en el ángulo sureste del área investigada.
Se ha profundizado hasta comprobar su
esterilidad. Sus características son:
Potencia analizada: 0, 50 m.
Ubicación: general a todo el corte.
Buzamiento: sur-sureste.
Composición: margocalizas argílicas plás-
Buzamiento: sur-sureste.
Composición: margocalizas argílicas plásticas.
Coloración: amarillo albero.
Carga: resulta arqueológicamente estéril.
ticas.
Coloración: amarillo albero.
Carga: resulta arqueológicamente estéril.
CORTE 5
CORTE 6
En la excavación del corte 5 se ha seguido
una metodología similar de levantamiento de
capas naturales, por lo que se inició con la retirada de la fracción húmica que soporta el
enraizamiento de la vegetación herbácea y
arbustiva (Genista mediterránica) de la zona. Este
estrato se ha denominado 001 y responde a las
siguientes características físicas.
Para la excavación del corte 6, se ha seguido una metodología de levantamiento de
capas naturales, por lo que se inició con la retirada de la fracción húmica que soporta el
enraizamiento de la vegetación herbácea de la
zona. Este estrato se ha denominado 001 y responde a las siguientes características físicas.
Potencia media: entre 0,15 y 0,20 m.
Ubicación: general a todo el corte.
Buzamiento: sur-sureste.
Composición: matriz arcillosa con pequeños clastos de margocalizas, fragmentos de tejas
medievales muy fracturadas, junto con materia
orgánica vegetal en descomposición.
Coloración: marrón oscura a negruzca,
orgánica.
Carga: material cerámico constructivo
medieval muy alterado. Ocasionales restos óseos
antropológicos muy fracturados y con disposición y angulaciones diversas.
Esta capa presenta material procedente de
las fuertes alteraciones postdeposicionales que
ha sufrido el espacio funerario hispanomusulmán.
La data parece corresponder con la Alta Edad
Media, sin que podamos precisar más.
A muro del estrato 001 comienzan a aparecer los restos de una estructura pavimentaria
muy alterada y conservada sólo de forma parcial,
constituida por una serie de bivalvos colocados
regularmente con el dorso hacia arriba. El pavimento parece ordenarse en torno a una cruceta
de bloques de caliza alargados que, o bien son
nervaduras para conferirle mayor resistencia, o
80 CILNIANA
Potencia media: entre 0,05 y 0,10 m.
Ubicación: general a todo el corte.
Buzamiento: sur-sureste.
Composición: matriz arcillosa con pequeños clastos de margocalizas y conglomerados marmóreos embolados en los
deslizamientos del piedemonte de la sierra de
La Utrera; materia orgánica vegetal en descomposición.
Coloración: marrón oscura orgánica.
Carga: material cerámico medieval muy
fracturado y rodado.
Esta capa presenta material rodado, escaso, muy fragmentario, que incluye como ya
hemos dicho material romano constructivo y
desplazado, así como algunos restos también
rodados de cerámica medieval.
A muro del estrato 001 comienza a aparecer el estrato 002, capa de margocalizas afectadas por agrietamiento de sequía. Resulta
completamente estéril desde el punto de vista
arqueológico, constituyendo la base geológica
del yacimiento en estudio, al menos en el extremos nororiental del área zonificada.
Se ha profundizado, para su comprobación, hasta 0,40 metros, apreciándose que exis-
SIERRA DE LA UTRERA
ten varios cambios laterales de facies, con
coloraciones y composición ligeramente diferentes, aunque todas ellas corresponden a la misma
formación geológica. Sus características son:
ticas.
Potencia analizada: 0,25 m.
Ubicación: general a todo el corte.
Composición: margocalizas argílicas plás-
Coloración: amarillo albero con clastos de
silexitas.
Carga: resulta arqueológicamente estéril.
CONCLUSIONES
En conclusión, podemos afirmar que la
necrópolis, al menos por lo deducible de la distribución de los enterramientos según se observa en el corte 2, se encuentra ligeramente ordenada en calles que siguen la misma orientación
impuesta por la deposición ritual de los cuerpos.
Al menos podemos distinguir tres de estas
alineaciones que, serían cuatro o cinco si atendemos a los enterramientos despejados en los
cortes 3 y 4, haciendo teórica prolongación de la
línea en que se ubican (Navarro et al., 1997;
Fernández et al., 1997, en prensa).
El mecanismo de entierro debió ser similar en todos los casos, con la apertura de un estrecha fosa en las margas de base, la introducción del difunto envuelto en un sudario y su calzado con piedras menudas y su posterior cubrición con series de tejas curvas dispuestas
transversalmente al eje mayor del complejo funerario. El número de estas tejas es variable, oscilando entre 10 y 14.
Posiblemente, todos los enterramientos
mostraban originalmente este tipo de cubierta,
si bien, los trabajos agrícolas realizados posteriormente en la zona han generado unos procesos de destrucción, parcial o total, en función
del paso del arado por la calle oportuna, generando un fenómeno, bien de erradicación absoluta de la cubierta (constatable por la abundancia de restos muy fragmentarios de las tejas distribuidos irregularmente en el estrato 001), o bien
causando la alteración parcial de las mismas, ocasionando fenómenos de volteo, fractura o pérdida parcial de algunos tramos de las cubiertas tal
y como puede observarse en la documentación
gráfica y fotográfica, esencialmente en el CF 2.
Obviamente, tampoco podemos descartar
la posibilidad de que algunas de las tumbas carecieran de este tipo de cubierta, quizá sustituidas
por una estructura tumular sencilla, a base de
tierra acumulada y apelmazada sobre la fosa de
entierro. No se ha podido identificar ningún ele-
mento de demarcación superficial de los
enterramientos.
Resulta significativo, en el caso de los CF
1 y 9, el hecho de que al menos una de las tejas
utilizadas presente una decoración simbólica,
habiéndose digitado sobre su dorso el signo astrológico correspondiente a la constelación del
sistema de Acuario (meandriforme). Este elemento de protección se observa en muchas de las
cubiertas de estructuras arquitectónicas, normalmente estudiadas en ámbitos rurales. Inicialmente hemos de pensar que poseen un valor mágico-simbólico, por lo que su presencia asociada a
las cubiertas de las sepulturas podría no ser un
hecho meramente anecdótico (Suárez et al., 1999)
(Salado, 1999).
La destrucción generada en la necrópolis
ha sido de tal intensidad que, algunos sectores
de los cortes 2 y 3, las áreas meridionales de los
mismos, evidencian la pérdida total del espacio
funerario, e incluso, algunos de los enterramientos muestran el descarnado generado por
la roturación del suelo, de forma que, en casos
como CF 4, sólo se ha conservado la extremidad
superior derecha y parte del tórax, aún con conexión anatómica correcta, mientras que en el
CF 10 del corte 3, todo el trend superior del esqueleto ha sido violentamente erradicado.
Por lo que respecta al ritual de enterramiento, inhumación en todos los casos, el rito
de entierro presenta características similares y
concordantes con la casi totalidad de necrópolis
hispano-musulmanas excavadas en Al-Andalus:
disposición del cuerpo en decúbito lateral derecho, con los brazos extendidos a lo largo del costado, las manos cruzadas sobre la región pélvica
y las extremidades inferiores ligeramente
flexionadas. Ahora bien, en este caso, hemos de
señalar una interesante particularidad, consistente en la desviación clara de la alquibla de los
enterramientos con respecto a la orientación ortodoxa de los mismos. Efectivamente, los cadáveres se encuentran orientados en perfecto sentido este-oeste, con las cabeceras situadas hacia
el oeste y el rostro mirando en dirección sur-suroeste, lo que en este caso implica mirar directamente hacia el Campo de Gibraltar.
Desconocemos, por el momento, si esta
particular desviación responde a algún patrón
específico, aunque muy bien podemos relacionarla con la presencia de elementos
norteafricanos de reciente llegada al Mediodía
peninsular, quizás en momentos en los que la
“alquibla oficial” dictada por Córdoba aún no está
perfectamente caracterizada. Aunque, por otra
parte, es posible que esta circunstancia nos esté
CILNIANA
81
SIERRA DE LA UTRERA
Detalle del pavimento de conchas
indicando un origen antiguo de estos
enterramientos que se orientan hacia el punto
de origen de las poblaciones migradas, en este
caso, fijando el rostro hacia la zona de entrada
en la Península, Gibraltar. Esta circunstancia no
suele ser extraña en las primeras etapas de
islamización o desplazamiento de gentes en el
ámbito del Mediterráneo occidental. Por el momento nos limitaremos a considerar de forma
genérica, y en función de los restos materiales
sin contexto que acompañan a los depósitos arqueológicos y no arqueológicos, que se trata de
enterramientos con data altomedieval.
Desde el punto de vista antropológico,
aunque los estudios sólo se han iniciado, la
totalidad de los restos corresponden a individuos adultos o seniles (varones o hembras).
La frecuente asociación de elementos infantiles en zonas concretas, como se observa en la
mayoría de las necrópolis hispano-musulmanas, no se observa en este caso, posiblemente
porque el sector correspondiente ha debido
perderse.
Todo indica que los cadáveres se encontraron envueltos en paños o sudarios, sin que
se haya podido constatar la presencia de
andarillas o ataúdes, elementos que siempre
dejan rastro en el sedimento, cuando menos
por la presencia de tachuelas o simples clavos
de anclaje de la tablazón.
Resulta evidente que la necrópolis abarcó
una superficie mayor que la que se nos ha con-
82 CILNIANA
servado, debiendo presentar una extensión mayor, imposible de dictaminar en la actualidad a la
vista de los fenómenos postdeposicionales naturales y antrópicos arriba descritos.
En lo que se refiere al espacio temporal
de utilización del espacio funerario, la mayor
parte de la zona muestra un único momento de
uso, si bien, los datos aportados por los CF 6, 7 y
8 del corte 2, presentan, al menos, una triple
superposición con amortización sucesiva de los
enterramientos que, como poco, podría corresponder con un uso funerario, al menos puntual,
a lo largo de dos o tres generaciones.
En cualquier caso, podemos presuponer
que la primera etapa de uso de la misma respondía a otros parámetros tipológicos, con tumbas
cubiertas por losas de filita, tal y como se demuestra en CF 8 y en algunos restos de losas
planas del mismo material repartidas por algunos majanos. La ausencia de restos antropológicos en CF 8, alterada por la inserción de una
tumba con cubierta de tejas (CF 6), podría indicar la retirada piadosa de los restos hallados al
perforar la fosa, para su traslado a una pequeña
fosa de restos (osario), como sucede en muchas
necrópolis de la época.
En términos absolutos, el espacio funerario y los restantes vestigios descubiertos se encuentran alojados en un único paquete estratigráfico de potencia corta, aunque variable, oscilando sus cotas de aparición en el rango que se
SIERRA DE LA UTRERA
establece entre los 75,30 metros sobre el nivel
del mar y los 75,85 m.s.n.m., en términos generales.
La necrópolis excavada debe, con toda certeza, corresponder al asentamiento encastillado
situado al norte de la zona que ya se encontraba
protegido en el Plan General de Ordenación Urbana de los TM de Casares y Manilva, en los que
se caracterizaba como una torre defensiva con
calzada de acceso.
Por nuestra parte, pensamos que, tras los
estudios de reconocimiento directo efectuados,
debe tratarse de una pequeña alquería fortificada,
dotada de un camino enlosado de acceso, cuya
clasificación como calzada romana ponemos en
duda, tanto por técnica como por trazado, aunque en el entorno inmediato existan múltiples
yacimientos de esta datación. Se trata de un acceso pavimentado con grandes losas, con ancho inferior a la media aceptada para las calzadas romanas y que resuelve un desnivel considerable de
forma lineal y sin peldaños de apoyo alguno, técnica que no cuadra con los sistemas de ingeniería
vial romana cuando han de enfrentarse al problema de salvar pendientes muy pronunciadas.
La cronología que proponemos para este
asentamiento, en función siempre de las cerámicas recogidas en superficie, oscila para su primer momento entre el siglo IX, caracterizado por
ataifores achocolatados sin repié, grandes tinajas elaboradas a torno lento, y el siglo XIII
almohade como fecha de abandono. Parece que
no existe ninguna discontinuidad cronológica,
por lo que es factible pensar que existe una ocupación sin rupturas. La fortificación del asentamiento hay que vincularlo a los últimos momentos de ocupación, concretamente en época
almohade, una vez que la inseguridad del territorio es más acuciante que en épocas anteriores.
Cada vez más se documentan una serie de
alquerías situadas en las cercanía de la costa con
unas cronologías de fundación en torno al siglo
IX que nos indican claramente una población
islamizada, de origen norteafricano o indígena
que, al margen de las disputas de la fitna de finales del siglo IX, permanecen en el lugar explotando los recursos agrícolas y pesqueros del entorno. Ejemplos de lo dicho son las distintos enclaves excavados por nuestro equipo ubicados en
Mijas Costa o en la desembocadura del río
Guadalmansa (Estepona). La alquería que nos
ocupa es un ejemplo de lo dicho, ubicada en una
zona donde la influencia de los contingentes rebeldes es fuerte, por lo que ésta estaría a despensa del pago de tributos al estado y de rentas,
en momentos determinados, a los sediciosos.
En cuanto a la estructura pavimentaria
descubierta, asociada a restos estructurales formados con bloques calizos de tamaño medio, no
es mucho lo que podemos afirmar, ya que se encuentra conservada de forma muy fragmentaria.
Por lo que respecta al ritual de enterramiento,
inhumación en todos los casos, el rito de
entierro presenta características similares y
concordantes con la casi totalidad de necrópolis
hispano-musulmanas excavadas en Al-Andalus
El pavimento se asocia a una estructura
lítica de morfología cruciforme, quizás simples
nervaduras de refuerzo del suelo. Se conserva
directamente bajo la capa vegetal, sin que ningún elemento arqueológico se relacione
estratigráficamente con él. Por otro lado, en las
zonas en que se ha perdido, todo indica que descansa sobre un paleosuelo fosilizado por su propia presencia, suelo que tampoco ha aportado
ninguna información arqueológica que contribuya a clarificar su funcionalidad o cronología.
Entre los bivalvos utilizados predominan
las especies: Cardium edule y Glycimeris insubrica
(no comestible, aunque de aspecto similar a la
concha fina, aparece en cantidades escasamente
representativas).
Es evidente que, hasta la fecha, los dos
suelos de similar factura descubiertos en la provincia de Málaga se relacionan con poblaciones
feno-indígenas (Suárez y Cisneros, 2000) y, aunque lógicamente no podamos asociar directamente la estructura aparecida con los materiales de
superficie escasos y muy dispersos que presentan pastas claramente protohistóricas, llegado
este punto, tampoco podemos descartar su posible asociación ritual o funcional con la necrópolis islámica.
Somos conscientes de las dificultades
que existen, a la vista de las pruebas, para inclinarnos en uno u otro sentido, por lo que
todo parece indicar que la solución de la interrogante planteada deberá esperar a nuevas investigaciones que aporten datos similares más
concluyentes.
Por lo que respecta a los materiales líticos
descubiertos en prospección, proceden de la base
del piedemonte de la sierra, en la que se sitúan
estratos compuestos por conglomerados
poligénicos que engloban formaciones de sílex
tabular y nodular de coloraciones gris claras. Estas tablas y nodulaciones fueron explotadas parCILNIANA
83
SIERRA DE LA UTRERA
cialmente durante la prehistoria reciente, posiblemente por el componente de población cavernícola que ocupó las cavidades de la sierra de
la Utrera.
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PERFILES CORTES 1-2-3
84 CILNIANA
SIERRA DE LA UTRERA
CILNIANA
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SIERRA DE LA UTRERA
86 CILNIANA
La Villa Romana de
EL SALADILLO (ESTEPONA, MÁLAGA)
Alejandro Pérez-Malumbres Landa y Juan Antonio Martín Ruiz
FOTOS: Alejandro Pérez-Malumbres Landa
La excavación arqueológica emprendida en este yacimiento nos ha permitido documentar un
conjunto arqueológico de un gran interés, adscribible a época romana, así como indicios de
un posible emplazamiento fenicio anterior.
Estancia B. Paramento enfoscado con cal junto al paso de la puerta
INTRODUCCIÓN
L
a construcción de una serie de edificaciones en la zona conocida como El Saladillo,
supuso la destrucción parcial de un yacimiento
romano del que apenas se tenían datos1 , Actualmente la zona está dividida en varias parcelas,
correspondiendo la parte que hemos excavado a
la empresa Abacon-Delta S.A., la cual costeó los
primeros gastos ocasionados por la excavación,
emprendida en agosto de 2000.
En esta fase los trabajos de campo se han
ceñido a la zona afectada por las obras. Se realizaron tres cortes (1 a 3) en el sector central del
solar, apenas alterado aún por los movimientos
de tierra, donde se planeaba construir otro edificio en un área en el que no se apreciaban restos.
Por otro lado se planeaba un chiringuito junto a
una de las zonas en la que sí eran visibles algunas estructuras murarias. En ella realizamos los
cortes 4 y 5, abriendo la excavación en extensión, con unas dimensiones de unos 45 m2.
RESULTADOS DE LA EXCAVACIÓN
En los cortes 1 a 3 se obtuvo una misma
estratigrafía en todos ellos. Es una zona aún no
alterada, pero resultó prácticamente estéril en
cuanto a restos arqueológicos.
El estrato superior es una gruesa capa de
arena grisácea con vegetación de tipo dunar. Aparece casi exenta de materiales, salvo algunos fragmentos de cerámica tanto romana como moderna. Dicho estrato corresponde con el tiempo en
que la zona ha sido dedicada a la agricultura, hasta
fechas no muy lejanas.
CILNIANA
87
VILLA ROMANA DE EL SALADILLO
un edificio con orientación suroeste-noreste, que
parece la principal de todo el conjunto. Los muros aparecen conservados en una altura muy considerable, hasta 1,70 m. y están realizados en
mampostería de calicanto realizada mediante
encofrados, con un zócalo más ancho que el alzado. Los paramentos están recubiertos por un
mortero de cal que forma un llagueado, dejando
visible el núcleo de la piedra. La esquina interior
está regularizada con ladrillos.
Paramento exterior de los muros de fachada. El llagueado de cal deja visibles las piedras
Por debajo aparece otro estrato de tierra
marrón-rojiza, con grava fina, que se superpone
a diversos estratos de arcillas amarillas y rojas,
uno de los cuales, de considerable grosor y también mezclado con gravas, se sitúa directamente
a la roca base, un bizcornil bastante deleznable
de color blancuzco.
Por tanto, los resultados son nulos en
cuanto a presencia de restos arqueológicos, salvo los superficiales que pueden haber sido arrastrados desde el área principal del yacimiento por
la acción del arado.
En su interior aparece otro muro paralelo
al que cierra el espacio por el sureste, destruido
en parte por la acción de las máquinas. Éste delimita dos estancias que hemos denominado A y
B. En el muro se abre un paso de puerta, cuyas
jambas están formadas por ladrillos y bajo el cual
hay un arco, así mismo de ladrillo; dicha puerta
fue posteriormente cegada con grandes cantos
rodados, reforma que se vino abajo y aparece
como derrumbe a ambos lados del muro,
infrapuesto al derrumbe del resto de la estructura original.
La estancia A es en la que se ha desarrollado la mayor parte de la excavación. Tiene unas
dimensiones máximas al interior de 3,76 x 4,80
m., donde aparecen los derrumbes de los muros,
incluido un gran bloque volcado desde el pilar
de la esquina exterior, así como restos de la cubierta de tegulae o tejas planas y fragmentos de
Restos de piscina o pileta con esquinas curvas
En el otro sector excavado, junto al lugar
donde eran visibles los restos murarios, situada
al sureste de la anterior, se abrieron los cortes 4
y 5. Aparecen en superficie las mismas formaciones dunares y, bajo éstas, un estrato de arena
amarilla muy compacta, con abundantes fragmentos de piedra, ladrillo y cerámica, arrastrados por
el arado. Presenta un fuerte buzamiento hacia el
sur, hasta el punto de no aparecer en el sector
más al norte, donde se encuentran por debajo
los restos murarios. Parece como si la presencia
de éstos, un vez abandonados, hubiera supuesto
la creación de un “tell” o montículo artificial al
retener los materiales arrastrados por el viento.
Por debajo aparece otro estrato de arenas
sueltas de color negruzco, nódulos de cal y alguna cerámica. Este estrato cubre ya el plano de
rotura de una serie de estructuras que describiremos a continuación. Al exterior aparecen escombros procedentes de su derrumbe.
Las estructuras citadas consisten en unos
potentes muros que forman esquina hacia el mar,
apareciendo ésta esquina y su opuesta reforzadas en anchura, a modo de un pilar, el cual aparece caído en el interior. Ambos muros delimitan
88 CILNIANA
VILLA ROMANA DE EL SALADILLO
suelo de opus signimum (hormigón de
mortero de cal, piedras y fragmentos
de cerámica, que resulta impermeable
y es empleado en distintas obras
hidraúlicas). Este suelo, del que se
conserva un sector in situ en la esquina NE., apoyaba en una serie de pilares de ladrillo (suspensurae) que sobresalen de los muros, y que se corresponden en altura a una serie de
mechinales o huecos en el muro, con
la forma de ladrillo. Por debajo dejaban un espacio libre para la circulación de aire caliente, el cual aparece
colmatado por los derrumbes. Entre
ellos hay numerosos ladrillos, algunos
circulares con un diámetro de 36/37
cm. y 5,5 cm. de grosor. No hemos
Vista general de la estancia A. Son visibles las suspensurae y, entre los rellenos, el bloque de
terminado de excavarla ya que de hapilar caído a la izquierda
cerlo, en medio de la obra en que está
inmerso el yacimiento y dado que se hacía neroto en parte por la máquina, asociado a un suecesario dar por finalizada esta campaña, no
lo de opus signimum, el cual apoya sobre un arco
podía asegurarse su conservación de forma ópde gruesos ladrillos, con 45 cm. de luz, similar
tima. Queda como uno de los objetivos a culal que se encuentra bajo el paso de la puerta, y
minar en próximas actuaciones.
que apoya a su vez sobre una amplia superficie
recubierta de opus signumum, que se une al muro
La estancia B, prácticamente destruida por
vertical con una moldura de bocel.
el rebaje mecánico realizado para situar la grúa,
muestra, sin embargo, en su lado del muro diviAl este de la estructura descrita, en la otra
sorio unas estructuras de ladrillo sustentantes del
esquina de la rotura provocada por la grúa, se
mismo tipo. El paramento interior está recubierobserva una estructura de planta curva, lo único
to de una gruesa capa de cal. Bajo el paso de la
que se ha conservado, recubierta con mortero
puerta cegada aparece el citado arco realizado
de cal, a modo de piscina.
con ladrillos que comunica con la estancia A.
Fuera ya de la zona objeto de la excavaAl exterior de los muros, por debajo de
ción, en la parte del yacimiento alterada por las
los escombros, aparecen tan sólo capas de arena
obras, aparecen otra serie de muros. A nuestra
con algunos materiales, como fragmentos de
llegada tan sólo pudimos inspeccionar una parte
ánforas y tégulas, hasta llegar a la zapata de cidel solar, ya que en otra la obra estaba ya muy
mentación, la cual es en parte muy saliente y fue
avanzada y tapaba los “perfiles” resultantes del
realizada en una fosa excavada en la misma arerebaje. La técnica constructiva empleada es vana. Consideramos, ante la ausencia
de estructuras en todo este espaEsquina exterior de los muros que delimitan el conjunto. Es visible la zapata de cimentación
cio, que los muros citados viene a
corresponder con el límite o esquina suroeste del edificio.
Procedimos a la limpieza de
las estructuras más próximas a la
zona excavada, un poco hacia el interior, en el área afectada por la
base de la grúa. Éstas se hallaban
cubiertas únicamente por arena, de
manera que su limpieza resultaba
muy fácil. Por una parte seguimos
el muro que limita la estancia por
el oeste, que en este sector presenta al interior una gruesa capa de
mortero de cal, bien alisado. En su
prolongación se detecta un pilar,
CILNIANA
89
VILLA ROMANA DE EL SALADILLO
Esquina NE. de la estancia A. Es visible un resto de
pavimento de opus signimum apoyado en el ladrillo volado
gunas de ellas enteras.
riada, dándose en un
mismo muro cimentación de guijarros, alzado de sillares y, por
encima, de ladrillos.
En otros el zócalo es
de guijarros y el alzado de ladrillos. Así
mismo, se observan
varios pavimentos,
entre ellos uno muy
extenso de opus
signimum, siendo
también visibles dos
ramales de una conducción de aguas subterránea formada por
ladrillos y piedras,
que se encuentran
cerca de la zona
excavada, y que desembocan en dirección
al mar. En diversos
puntos se observan
tegulas procedentes
de la techumbre, al-
Como hemos dicho, el conjunto del edificio parece tener una forma rectangular, con
el lado mayor prolongándose hacia el interior,
siguiendo una orientación suroeste-noroeste.
En el extremo este del solar ya aparecen tan
solo materiales sueltos y algunos restos de
conchas de murex.
LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS
Los artefactos recuperados en el transcur-
so de la intervención son escasos, y en su mayoría corresponden a hallazgos de época romana,
si bien hemos de indicar que existen también algunos fragmentos cerámicos descontextualizados, muy pocos, pertenecientes al ámbito
“Se trata de una villa próxima al mar, conocida
por ahora tan sólo en su zona termal, con una
cronología que abarca, por ahora, desde el
siglo I d.C. hasta finales del Imperio”
fenicio. Estos son un fragmento de cuenco
semiesférico decorado al interior y exterior con
un engobe rojo de tonalidades castañas, un borde engrosado de un lebrillo sin decorar y un borde de ánfora tipo Mañá C2, esta última destinada
a contener salazón de pescado. Dichos restos
abarcan una cronología muy amplia, que se remonta cuando menos al siglo VI a.C. y llega hasta época romana republicana.
Por lo que respecta a los materiales romanos, cabe decir que se trata de cerámicas tanto
altoimperiales como pertenecientes al bajo imperio. Han podido documentarse restos de vasos de paredes finas decoradas con la técnica de
la barbotina, así como fragmentos de lucernas
de disco, así como ejemplares de terra sigillata
hispánica (forma 10) 2 , en ocasiones mostrando
la marca del alfarero.
Podemos mencionar, además de terra
sigillata africana y de cocina, con formas como
tapaderas, cuencos, ollas de la forma 1 y cazuelas de la forma 6 de Mercedes Vegas3 , y fuentes
adscribibles a la forma Lamb.9ª, Hayes 181, de
los siglos II-V d.C.; todo ello sin olvidar algún
anzuelo de bronce, restos malacológicos, y un
Suelos de opus signinum en dos alturas, con un arco de ladrillos en medio y entre pilares
90 CILNIANA
VILLA ROMANA DE EL SALADILLO
ungüentario en forma de alabastron, realizado
en vidrio azul, que se decora con finos hilos blancos, así como una pequeña moneda de bronce
de Valentiniano (364-375 d.C.)
Las piezas más recientes aparecen en un
estrato sobre el derrumbe de la estancia A, donde junto a una capa de ceniza se encuentra una
serie de piezas de cocina realizadas a mano, con
una cronología amplia que puede abarcar desde
el final del imperio romano al siglo VI.
CONCLUSIONES
Debemos destacar, en primer lugar, la posible presencia de un yacimiento fenicio que parece tener continuidad en época republicana.,
dado que como se ha dicho se han recogido algunos fragmentos cerámicos adscribibles a dicho período. De ser cierta la existencia en este
lugar de un asentamiento fenicio, extremo que
deberá ser confirmado en futuras excavaciones,
que supondría la existencia de un nuevo emplazamiento entre el Torreón y Torre de Río Real,
pues los hallazgos localizados en Río Verde son
poco explícitos a este respecto4 .
Muro que separa las estancias A y B. A la izquierda el paso de puerta, con el arco de
ladrillos por debajo, sin terminar de excavar. Nótense los ladrillos salientes o suspensurae
Consideramos que, con los datos disponibles, es evidente que las estructuras excavadas
pertenecen a unas termas, si bien no es posible
aún determinar con precisión su funcionalidad
dentro del edificio termal. Se trata por tanto de
la parte residencial de un conjunto más complejo, que parece ser una villa a mare5 , destinada
posiblemente al procesado de productos de la
pesca. Más al este del conjunto excavado se ha
localizado al menos un horno de producción cerámica, probablemente destinado a la elaboración de ánforas, envases utilizados para contener las salazones durante su transporte por mar.
Respecto a la cronología del asentamiento de El Saladillo, puede situarse grosso
modo, y a falta de completar la secuencia, entre los inicios del alto imperio y los siglos finales del mismo (IV-V d. C.).
Fue ésta la principal industria de las localidades costeras en toda la Bética, desde
Almería a Cádiz, conociéndose enormes conjuntos de producción que abarcan un enorme número de piletas, como es el caso de Almuñecar
o Málaga. Cerca de este lugar, en la zona de
Marbella se atestigua su presencia en el mismo
casco urbano, si interpretamos en este sentido
las noticias que Vázquez Clavel aporta en el siglo XVIII sobre el hallazgo de unas “piscinas”
en la zona de la Plaza de los Naranjos 6 . Más cerca, en Río Verde, junto a la zona residencial de
la villa se encuentra una plataforma de opus
signinum y numerosos restos de conchas, anzuelos y agujas para coser redes7 . En San Pedro
Alcántara, junto a las termas, se documentó también la presencia de piletas8 . Ya al oeste de El
Saladillo se conocen la villa de las Torres y en el
mismo casco histórico de Estepona 9 .
1
NAVARRO LUENGO, I.; SUÁREZ PADILLA, J.; SOTO IBORRA,
A.; SANTAMARÍA GARCÍA, J. A.; FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, L. E.;
SÁNCHEZ HERRERA, J. M., (1996), “Aproximación a la dinámica
poblacional del litoral occidental malagueño durante la Antigüedad: de Roma al Islam”, en Historia Antigua de Málaga y su provincia, Málaga, p.329.
2 MEZQUÍRIZ IRUJO, M.A., (1985),”Terra sigillata ispanica”, Enciclopedia dell´Arte. Atlante della forme Ceramice, II, Roma, p. 146.
3
VEGAS, M., (1973), Cerámica común romana en el Mediterráneo Occidental, Barcelona, pp. 11-16 y 26-28..
4
MARTÍN RUIZ, J. A., (1999), “El poblamiento fenicio en el
litoral occidental de Málaga: problemática actual y líneas de investigación”, Cilniana, 13, Marbella, pp.34-37.
5
FERNÁNDEZ CASTRO, Mª C., (1982), Villas romanas en España, Madrid, pp.27-29.
6
VÁZQUEZ CLAVEL, P., (1996), Conjeturas de Marbella, (1781),
Málaga, p.6; PÉREZ-MALUMBRES LANDA, A., (1999), “El patrimonio arqueológico en Marbella. Algunas reflexiones”, en I Jornadas
Patrimonio Histórico Local Marbella, Marbella, p.34.
7
POSAC MON, C., (1978, “La villa romana de Marbella”, Noticiario Arqueológico Hispánico, 1, Madrid, p.112.
8 GIMÉNEZ REYNA, S., (1946), Memoria arqueológica de la provincia de Málaga hasta 1946, Málaga, p.96
9
NAVARRO , I, y otros, op, cit., p. 328.
10
KNAPP, R.C., (1986), “La vía Heraclea en el occidente: mito,
arqueología, propaganda, historia”, Emerita, LIV; 1, pp. 117 y ss.
El emplazamiento de esta villa coincide
a la perfección con el postulado por los agrónomos latinos, entre los que podemos citar a
Catón, Columela, Varrón o Vitrubio. Aspectos
como la salubridad del lugar, o la fertilidad de
la tierra se conjugan con la existencia de un
cauce fluvial próximo y de una vía cercana que
facilitaba las comunicaciones, caso de la vía
Heraclea10 .
Tan sólo nos resta sugerir, por último,
dada la monumentalidad de los restos conservados, que éstos deberían documentarse en
su totalidad y asegurar su consolidación.
Notas
CILNIANA
91
LAS HUELGAS DE HOSTELERÍA de la Costa del Sol
EN EL TRÁNSITO DE LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA
Carmen R. García Ruiz
Universidad de Almería
Con este artículo se pretende dar a conocer la forma específica de movilización obrera en el
sector de la Hostelería en la Costa del Sol, y la consecuente repercusión socio-laboral de la
misma durante los últimos años del Franquismo y los primeros de la Transición Política a la
Democracia. Para ello, se reseña la introducción de Comisiones Obreras en hoteles de localidades como Marbella, Torremolinos, Fuengirola o Benalmádena, atendiendo a las particularidades de los trabajadores empleados y la importancia económica del Turismo. Por tanto, se
profundiza en el modelo de organización seguido y su manifestación en condiciones de clandestinidad. Posteriormente, se valora el procedimiento de protesta laboral en un medio inicial
de libertades, donde se mueven distintas opciones sindicales, teniendo en cuenta que son
consecuencia de las diferenciadas tendencias políticas de las que proceden, y que persiguen
una determinada repercusión pública.
Café en la carretera frente a la Alameda. Luego fue Banco Rural, Banco Mediterráneo y Banco Ext. de España.
L
a Costa del Sol se convirtió en los años 60
en el principal destino laboral de la provincia. Los trabajadores, sin formación profesional,
procedían en más de un 75% del medio rural1 . Su
ocupación estacional, relacionada con la temporada turística, les hacía depender aún del núcleo
agrícola originario y ocuparse en otras actividades económicas como la construcción, dificultan-
92 CILNIANA
do su incorporación definitiva al sector.
Estas condiciones redundaban en una delicada relación contractual y difícil desarrollo de
la actividad sindical oficial y clandestina. Eran
comunes los incumplimientos laborales y el boicot a las deliberaciones de los convenios. Se desconocían las cláusulas de los contratos y se per-
LAS HUELGAS DE HOSTELERÍA
cibían salarios inferiores al mínimo interprofesional, completados con porcentajes que nunca reflejaban la realidad de los beneficios de la
empresa. No se cotizaban las horas extra, que
superaban el máximo autorizado, y las jornadas
de trabajo eran superiores a lo estipulado. Se
daban formas irregulares de afiliación a la Seguridad Social, la calidad de las instalaciones del
personal era escasa y frecuente el empleo de
menores en trabajos nocturnos. Todo ello redundó en la nula eficacia de la representación sindical que además estaba expuesta a presiones y
represalias2 .
Las primeras Comisiones Obreras
Los primeros intentos aislados de organización clandestina entre los trabajadores de
Hostelería se dieron, a partir de 1958, por militantes comunistas. A la Unión de Juventudes Comunistas, que reconstruirá el PCE y CC.OO. tras
la desarticulación de 1961, se le reconoce también alguna incursión posterior3 . No obstante,
las características propias del sector dificultaron
su formalización, sólo consiguió alguna relevancia la Comisión Obrera del Hotel Miramar, que
participó en la creación de CC.OO. de Málaga en
19664 . La posibilidad de crear organizaciones de
trabajadores clandestinas estaba mermada por las
razones económico-laborales que hemos expuesto, pero llegados los años de crisis, el sector ofrecería los más altos índices de paro, favoreciendo
una especial manifestación de conflictividad laboral5 .
La organización de CC.OO. en Hostelería
no tiene lugar hasta 1971, cuando contaba con
la presencia hegemónica de Bandera Roja. La penetración respondía a una razón estratégica: ocupar un sector con una gran proyección pública,
en el que cualquier movilización favorecería los objetivos económicos y políticos que persiguiera. No obstante,
esos mismos argumentos hicieron que
fuesen el tipo de huelgas más rápidamente solucionadas a nivel político,
con la intervención del gobernador civil, y eficazmente reprimidas para
amortiguar posibles efectos negativos
en el prestigio turístico de la Costa del
Sol 6 .
La organización partió de la
constitución de «comisiones de empresa», estructura básica desde la que se
impulsa la movilización utilizando a
enlaces sindicales y jurados ante la negociación de los convenios colectivos.
En el proceso estaban guiados por la
prensa obrera clandestina7 . Así, las
primeras protestas, aparentemente espontáneas,
surgen en la temporada estival del 71 con la finalidad de extenderse a otros hoteles y afrontar la
El proceso de transición democrática y un nuevo
marco de libertades sindicales modificaron la
tendencia seguida hasta el momento en la
movilización huelguística
negociación del convenio provincial que llevaba
tres años vencido. La campaña se basó en los
porcentajes, las condiciones laborales, los expedientes de crisis y aumento salarial.
El efecto propagandístico fue inmejorable,
sin precedente anterior se dio una publicación
íntegra y continuada en la prensa del Movimiento del conflicto desencadenado en el Hotel Atalaya Park, y necesariamente en la prensa obrera
de Málaga y Sevilla8 , que valoró éste y los conflictos en los hoteles Riviera, Carihuela,
Amaragua, Palmasol y Continental como la irrupción más esperada en la movilización obrera 9 .
En ellos se creó un precedente para futuros conflictos, la utilización de esquiroles, la intervención de las Fuerzas de Orden Público para el desalojo de los centros de trabajo y despidos preventivos.
A estas primeras manifestaciones le siguió
una presencia activa de CC.OO. en el sector, con
reparto de octavillas que insistían en el mismo
programa reivindicativo y el estallido de conflictos en Al-Andalus, Amaragua y Palmasol, que en
Atalaya Park se tradujo en tres días de huelga total10 . La finalidad era llegar a la negociación del
convenio de 1972 con una plataforma
reivindicativa que conociese la mayor parte de
El Rodeo (postal J. Beb-Lima)
CILNIANA
93
LAS HUELGAS DE HOSTELERÍA
Puente Romano, 1973.
los trabajadores y que en este caso tensó la negociación hasta obligar a dictar Laudo, o Norma
de Obligado Cumplimiento que recogió un aumento salarial del 30% en todas las categorías.
En dos años de existencia, las «comisiones» tenían presencia en establecimientos tan importantes como Príncipe Otomán, Palmasol, Málaga Palacio, El Greco, La Colina, Apartamentos
Mayte y Málaga Palacio. Ese signo de fuerza en
Hostelería se correspondía con el crecimiento en
otros sectores, circunstancia que sirvió para plantear una campaña unificada por la Coordinadora
de CC.OO. de Málaga, lanzada el 1º de Mayo de
1974, aprovechando la revisión de convenios en
Citesa, Siemens, Textil y Metal11 .
Aún sin ser completa la organización en
todo el sector, la creciente influencia de CC.OO.
resultó incómoda, especialmente durante la campaña de las elecciones sindicales de 1975. En los
meses anteriores circuló la propaganda y se extendió la inquietud en los hoteles, dificultando
el derecho a voto e incluso se realizaron despidos preventivos, sin poderse evitar que saliesen
elegidas algunas de las candidaturas democráticas. Eso supuso la introducción directa de elementos de CC.OO. en la representación sindical
oficial12 .
El proceso de transición democrática y un
nuevo marco de libertades sindicales, modificaron la tendencia seguida hasta el momento en la
movilización huelguística. En Hostelería se produce la primera escisión de las Comisiones Obreras, permaneciendo con tal denominación la línea reformista liderada por Bandera Roja y el PCE,
frente a la revolucionaria o unitaria dirigida por
94 CILNIANA
el Partido de los Trabajadores de España que confluirá más tarde en la CSUT (Central Sindical Unitaria de Trabajadores). Ambas tendencias contaban con escasos enlaces sindicales que desde las
asambleas de trabajadores iniciaron de forma
abierta la promoción de sus respectivos sindicatos. De igual forma, durante 1976 fue ocupando
su lugar en el sector la UGT.
La manifestación de distintas tendencias
sindicales se produjo en un marco generalizado
de conflictividad laboral impulsada por los numerosos casos de reestructuración de plantillas,
en los que no faltaron sanciones 13 , además de
las manifestaciones desarrolladas en localidades
de la Costa como Torremolinos, Fuengirola y
Marbella, durante los tres meses de negociación
del convenio colectivo14 . El momento requería
para los nuevos sindicatos una fluida consulta con
las bases sobre las incidencias de la negociación,
en asambleas de trabajadores que se convirtieron en diarias. Las actuaciones no sólo estaban
encaminadas a la promoción sindical, sino también a la erosión de la ya ampliamente cuestionada Organización Sindical, en la persona del
presidente de la Unión de Trabajadores y Técnicos del Sindicato Provincial de Hostelería, con la
huelga de hambre de 10 trabajadores encerrados en la Iglesia de Santo Domingo de Málaga.
Democracia y libertad sindical
En el contexto político de democratización, el debate sobre las líneas sindicales reformista o revolucionaria determinará una estrategia diferenciada a la hora de plantear conflictos
huelguísticos. Durante la temporada de invierno
de 1977 se vivieron manifestaciones contra los
LAS HUELGAS DE HOSTELERÍA
cierres temporales y la falta de percepción de
salarios, siendo destacados los casos de Pez Espada y Atalaya Park15 . Se mantuvo la tendencia
conflictiva hasta la negociación del convenio en
verano, con reiteradas asambleas seguidas de despidos preventivos que, más que aislar a los dirigentes sindicales, aceleraron demostraciones de
solidaridad guiadas por tendencias extremas
como la del Partido Comunista (Unidad Roja)16 .
CC.OO. y UGT presentaron una plataforma conjunta que se vería afectada por la convocatoria de acciones realizadas unilateralmente por
cada sindicato, más o menos radicalizadas como
en los casos de Aloha Puerto y Amaragua17 . El
seguimiento inicial no fue masivo, pero se vio
agravada la situación por la convocatoria de huelga en la empresa de transportes Portillo que unía
a Málaga con la Costa del Sol. Abocados por la
pujanza alcanzada en las asambleas, se creó un
órgano unitario para la negociación del convenio, del que CC.OO. se separó por su posible derivación en Huelga General, teniendo como precedente una concentración en la Plaza de Toros
de Torremolinos seguida por UGT, USO, CSUT y
CNT18 .
La línea asamblearia defendida por los sindicatos revolucionarios fracasó una vez que se
demostró la posible radicalización del conflicto,
llegándose incluso a frenar la celebración de
asambleas de centro19 . La solución sindical sería
excluida por la política, cuando los sindicatos
mayoritarios y la comisión negociadora pasa a
reunirse con diputados de Senado Democrático,
empresarios y Gobernador Civil20 . Pero los sindicatos mayoritarios, ante la oleada de despidos y
amenazas, inician denuncias contra la parte empresarial que precipitarán definitivamente la huelga. El 95% del sector secundó la llamada de los
sindicatos, ya fuese voluntariamente o por la acción de los piquetes de la CSUT y CNT. La represión de los mismos fue fulminante y sin precedentes, llegándose al centenar de detenidos, de
los que pasaron a la Prisión Provincial de Málaga21 :
1. Aguera Santaella, Juan.
2. Álvarez Rodríguez, Miguel.
3. Aranda Carrasco, Miguel.
4. Asensio Morales, Antonio.
5. Berdún Segura, Alfonso.
6. Blanco López, José Luis.
7. Bosque Abenia, Jesús.
8. Buendía Moreno, Antonio Faustino.
9. Calero Zayas, María Dulcenombre.
10. Carrasco Martínez, Manuel.
11. Collado Torrillo, José Antonio.
12. Chacón Campanario, Tomás.
13. Chicón Medina, Diego.
14.
15.
16.
17.
18.
Cueto Torres, Alfonso.
Díaz Díaz, Juan José.
Dorado Puertas, Antonio.
Dueñas Rivas, Antonio.
Florido Sevilla, Bienvenido.
El Fuerte, 1955 (cedida por Hotel El Fuerte)
19. García Gordillo, Juan Francisco.
20. García Ruiz, Antonio.
21. García Ruiz, Francisco.
22. Garrido Sánchez, Alberto.
23. González González, Francisco.
24. González Ríos, Antonio Miguel.
25. González Romero, Benito.
26. González Vallecillo, José.
27. Guerra Sánchez, Antonio.
28. Guerrero Romero, Francisco.
29. Haro Jiménez, Manuel.
30. Herrera Gallardo, Isidro.
31. Herrera Portal, Miguel.
32. Herrero Cristóbal, Lorenzo.
33. Hormigo Infantes, José.
34. Jiménez Cañas, Manuel.
35. López Mancilla, Juan.
36. Luna González, Rafael de.
37. Macías Periáñez, Mario.
38. Márquez Alcántara, Francisco.
39. Márquez García, Rafael.
40. Márquez Huertas, Francisco.
41. Martín López, Esteban.
42. Mérida Hueto, Joaquín.
43. Morales Jiménez, Juan.
44. Moreno Muñoz, Miguel.
45. Moya Pino, Francisco.
46. Naranjos Granados, José.
47. Ortiz Sánchez, Luis.
48. Parrado Melgar, Jesús.
49. Pascual Martín, Ángel.
50. Pecino Gil, Antonio.
51. Pecino Gil, Serafín.
52. Pérez Mesa, Antonio.
53. Ponce García, Manuel.
54. Rojas Rivas, Luis.
55. Rueda Reina, Manuel.
56. Ruiz Guzmán, Miguel.
CILNIANA
95
LAS HUELGAS DE HOSTELERÍA
57.
58.
59.
60.
Ruiz Oña, Juan.
Ruiz Pedras, Mario Bartolomé.
Sastre Blanco, Emilio.
Vázquez Cárdenas, José.
El caos en el que se vio sumida la Costa
llevó al Gobierno Civil a tomar las riendas de la
negociación sustituyendo a los sindicatos bajo
el acuerdo de respeto a las garantías sindicales y
la promesa de que se pondría en libertad a los
detenidos y no habría represalias, lo que fue incumplido al darse el despido de trabajadores afiliados a la CSUT 22 . La Comisión de Hostelería,
constituida por CC.OO., UGT y USO, consideró la
firma definitiva del convenio un triunfo23 , pero
con ello se habría un cruce de acusaciones con la
CSUT y CNT que denunciaban su actuación bajo
consignas de los partidos y dar información falsa
sobre las mejoras conseguidas.
Hasta la Semana Santa de 1978, cuando
estalló de nuevo la huelga, se sucedieron conflictos de escasa entidad denunciando la tramitación
incorrecta de expedientes de crisis como el de
Sidi Lago Rojo, despidos improcedentes, incumplimientos del convenio o impago de atrasos24 .
Entre otros se vieron afectados el Hotel Riviera,
Pez Espada, Málaga Palacio, Atalaya Park y Puerto Banús 25 .
Los contactos informativos por parte de
CC.OO. y UGT en localidades como Arroyo de la
Miel 26 , para la exposición de sus plataformas
reivindicativas ante el nuevo convenio, se observaron como una amenaza contra la normalidad
laboral en Semana Santa 27 , llevando a la suspen-
Fuerte de San Luis, 1958 (cedida por Hotel El Fuerte)
96 CILNIANA
sión de las negociaciones. Después del obligado
paréntesis, la asamblea de trabajadores rechazó
la mayor oferta empresarial de España y anuncia
huelga intermitente. Ante posiciones más radicales de extensión del conflicto, los días 6 y 7 de
mayo son de huelga total, acompañada por un
encierro en el Palacio de Congresos, agravando
la situación los cierres patronales y la acción de
piquetes reprimidos por la Guardia Civil, también
utilizada para evitar asambleas de centro.
Las pérdidas económicas y el desvío de
clientes por las agencias de viajes para no afrontar un nuevo verano conflictivo, llevaron a peticiones de cordura por parte del Patronato de Turismo y determinaron una nueva mediación del
Gobernador Civil que sentó a ambas partes a negociar en su presencia. Si bien se consigue levantar el cierre patronal, en asamblea de delegados se rechazaron las tablas salariales con 4.578
votos en contra y 2.876 a favor. A pesar de la
decisión de las bases, los sindicatos firman el convenio, denunciados por la CSUT, a la que se pasa
más de un centenar de afiliados de UGT y CC.OO.
En la generalizada coyuntura huelguística
de 1979, ante las elecciones generales y municipales y contra la legislación económica y laboral
del gobierno de UCD, comienzan en marzo una
serie de asambleas de trabajadores, ante el abandono por la parte empresarial de las negociaciones del convenio denunciado en diciembre anterior por los comités ejecutivos de UGT y CC.OO.
Además, inician su presencia entre los trabajadores posiciones asamblearias contrarias a las
elecciones sindicales y a delegar decisiones laborales en las centrales. Se constituyeron
como Comités Obreros, con posterioridad
Plataformas de Lucha
Obrera, que desatarían tensiones entre
empresarios y sindicatos mayoritarios que
intentaron frenar su
presencia28 .
Para evitar una
nueva huelga en Semana Santa, la autoridad
sindical declara un laudo que los trabajadores consideran ilegal,
y contra el que presentaron un recurso que
sería desestimado.
Permanecía por tanto
un conflicto latente
que se manifiesta con
LAS HUELGAS DE HOSTELERÍA
huelgas de empresas y trabajadores en abril, convocadas por CC.OO. y UGT, que afectaron a 15.000
trabajadores. La continuidad de la tendencia lleva a una huelga indefinida y presentación de conflicto colectivo contra la huelga por parte de los
empresarios que se negaban a negociar lo que
estuviese afectado por el laudo, y la denuncia de
ambas partes por del Sindicato Andaluz de los
Trabajadores que no participaba en la negociación. El 17 el cierre sería total, sin contar con los
autónomos de bares y restaurantes. A la situación se sumó la huelga de transportes en Portillo, servicio que sería militarizado.
La presencia de piquetes violentos condujeron a la radicalización de posturas con cierres empresariales, amenazas a trabajadores, despidos, detenciones, atentados contra establecimientos y trabajadores. Se creó una oleada de
violencia y sanciones sin precedentes, que pudo
haber desencadenado una huelga general y la
suspensión de las negociaciones. La localidad más
perjudicada, con posturas radicalmente enfrentadas, fue Marbella al intentarse incendiar un hotel, allí se producirían las últimas incorporaciones al trabajo. En Fuengirola hubo encierro en
los locales sindicales, en Torremolinos manifestaciones con numerosos heridos y cortes de carretera con ruedas incendiadas, en la Carretera
de Cádiz sentadas y marcha lenta de coches.
En el conflicto mediaron la Asociación
Nacional de Directores de Hoteles y el Ministerio
de Trabajo. Mientras continuaban las protestas
se negociaba en secreto con comités y delegados, adoptándose la decisión de hacerlo por
empresa para facilitar la reincorporación progresiva al trabajo, pero creando diferencias entre
centros y localidades. El acuerdo definitivo, después de 15 días de huelga, se alcanza bajo un
decálogo suscrito por ambas partes que se comprometía a no deteriorar la imagen de la Costa,
ni adoptar sanciones mayores a 30 días de suspensión de empleo y sueldo en los casos más
extremos de indisciplina. UGT denunció a empresas que querían despedir a algunos compañeros.
Entre enero y junio de ese año el coste de
las huelgas declaradas en la provincia superó los
1.500 millones de pesetas, provocado a raíz de
la declaración de 22 conflictos colectivos, especialmente en los sectores de la Construcción, Textil y Hostelería, donde se centraban pérdidas en
torno a los mil millones.
El recuerdo de las huelgas del 77 y 79 que
continuaron con un verano de conflictos, atentados en hoteles, la creciente inseguridad ciudadana, el abandono de la limpieza en localidades
costeras, la suciedad en las playas, una deficiente red de transportes, junto al alza de precios,
facilitó un desvío de clientes a otros destinos que
determinó un largo período de crisis en el sector.
Notas
1
N. I. (Nota Informativa) 14/06/65 (4012) Cuestiones laborales
SIGC (Servicio de Información de la Guardia Civil). ASGM (Archivo de
la Subdelegación del Gobierno en Málaga).
2
«Condiciones en que se encuentra el trabajo en la Industria de
Hostelería». Málaga, noviembre de 1975. Secretaría Particular, Sig. S1.114. AHPM (Archivo Histórico Provincial de Málaga). Parte de lo aquí
expuesto, especialmente elaborado para esta publicación, queda recogido en GARCÍA RUIZ, C. R. (1999); Franquismo y Transición en Málaga, 1962-1979. Universidad de Málaga.
3
Celestino Ruiz López, julio de 1962. Regional Andalucía, Sig.
Jacq. 172. Archivo del Partido Comunista de España.
4
Comunicación del Delegado Provincial de la OS (Organización
Sindical) a Delegado Provincial de Trabajo, 22/12/67, y Jefe Nacional
de Servicios Jurídicos de la OS, 10/05/68. Sig. S-932. AHPM. Sur, La
Tarde, La Hoja del Lunes y Sol, son ejemplos de prensa del Movimiento
e independiente consultada en el Archivo Municipal de Málaga. RUIZ
MUÑOZ, J. A. (1999); Movimiento Obrero en Málaga. Años 1965-1977.
Diputación Provincial de Málaga.
5
Vicesecretaría de Ordenación Económica. Delegación Provincial Sindical. Sig. S-1.152. AHPM.
6
NADAL SÁNCHEZ, A. y VALVERDE MÁRQUEZ, M. J. (1995); «El
movimiento obrero a finales del franquismo. Construcción y Hostelería
en Málaga». II Encuentro de Investigadores del Franquismo, Alicante. T. II,
pp. 73-80.
7
Voz Obrera, recogida en el libro Cuatro años del movimiento obrero en Málaga. Organización Comunista de España-Bandera Roja. Málaga, 1976. La prensa del PCE puede consultarse en NADAL SÁNCHEZ,
A. y BARRANQUERO TEXEIRA, E. (1998); Prensa y Transición Política:
«Venceremos». 1975-1976. Málaga.
8
Realidad, Boletín de las CC.OO. de Sevilla, noviembre de 1971,
p. 6. Sig. P. 311. Expresión Obrera, CC.OO. de Sevilla, nº 5, noviembrediciembre de 1971, pp. 8-9. Sig. 850. Archivo Fundación 1º de Mayo.
9 «Conflictos laborales en Málaga», 24/11/71. OS, sig. 6.547, carp.
95. Archivo General de la Administración.
10
«Compañeros de Hostelería». N. I. 21/11/72 (5410) 243 Hojas
clandestinas SIGC. ASGM.
11
«Hoja Informativa y Reivindicativa de la Coordinadora Provisional de las Comisiones Obreras de Hostelería de Málaga y la Costa
del Sol». Leg. Sindicatos, Sevilla 3º, carp. 2. Archivo CC.OO. de Andalucía.
12
«Informe del Sindicato Provincial de Hostelería», 24/10/75 y
08/03/76. Secretaría Particular. Sig. S-1.233. AHPM.
13 N. I. 17/07/76 Hostelería SPIS (Servicio Provincial de Investigación Social). ASGM.
14
N. I. 18/08/76 Hostelería SPIS. ASGM.
15
«A los trabajadores de Málaga». N. I. 12/04/77 (1106) 244 Otras
propagandas SIGC. ASGM.
16 N. I. 27/06/77 (2082) 347 Malestar laboral SIGC. ASGM.
17 «Compañeros», CC.OO. de Hostelería. N. I. 08/07/77 (2220) 152
Manifestación SIGC. ASGM.
18
N. I. 10/08/77 (2526) 334 Actividad sindical SIGC. ASGM.
19
El Proletario, Boletín del Comité Provincial de Málaga del PC(UR),
nº 3, septiembre de 1977, p. 5. Sig. P. 3.857. Archivo Fundación Pablo
Iglesias.
20
«A los Trabajadores de Hostelería». N. I. 10/08/77 (2532) 347
Plante de trabajo SIGC. ASGM.
21
Detenidos el 14/08/77, bajo la figura de «delito gubernativohuelga». Archivo de la Prisión Provincial de Málaga.
22 N. I. 16/08/77 (2555) 153 Huelga del personal del ramo de
Hostelería SIGC. ASGM.
23
Málaga Obrera, Unión Sindical de CC.OO. n.º 2, octubre de 1977,
pp. 11-13. Sig. 1.081. Archivo Fundación 1º de Mayo.
24 N. I. 15/11/77 (4330) 152 Manifestación SIGC. ASGM.
25 N. I. 30/03/78 (1418) 344 Despido de tres trabajadores A-1.
SIGC. ASGM.
26
N. I. 17/03/78 (1179) y 18/04/78 (1544) 334 Reuniones UGT A1 SIGC. ASGM.
27 N. I. 08/03/78 (1010) 441 Posible huelga de controladores aéreos B-1 y 10/03/78 (1030) 153 Huelgas A-1 SIGC. ASGM.
28
La Costa, n.º 1 de febrero; n.º 3 de julio y n.º 5 de noviembre
de 1979. Sig. P. 3.762. Archivo Fundación Pablo Iglesias.
CILNIANA
97
LOS PÓSITOS DE PESCADORES
EN LA COSTA DEL SOL OCCIDENTAL
(1920-1937)
Manuel Morales Muñoz
En las primeras décadas del siglo XX, y a pesar de la capitalización del sector, continuaron en
activo en la provincia de Málaga las jábegas, sardinales y palangres. Las difíciles condiciones
de vida de los pescadores y el riesgo que suscitaba el sindicalismo entre las autoridades,
empresarios e Iglesia dieron lugar a la creación de los pósitos de pescadores. En este artículo
se trata de su evolución en nuestra provincia desde 1920 a 1937.
La Marina
C
omo ha subrayado J. Giráldez1 , desde los
años finales del siglo XIX la pesca experimentó un importante crecimiento de producción
fundado en la mayor cantidad de recursos humanos y económicos aplicados, de tal manera que,
al tiempo que se producía una creciente capitalización del sector, con la aparición de embarcaciones de vapor de mediano y gran tonelaje, se
multiplicaba el número de pescadores, que pasaron de casi 66.000 en 1892 a poco más de 93.000
veinte años más tarde. En líneas generales fue
éste el proceso seguido por la flota española, particularmente en las provincias gallegas2 y en otras
como Huelva o Cádiz 3 . En ellas, el proceso de
capitalización del sector hizo que la hegemonía
de las nuevas embarcaciones de vapor fuese incontestable, en detrimento de las tradicionales
artes de pesca, lo que generó una mayor diferenciación social entre los «nuevos armadores», representados en algunos casos por sociedades
anónimas, y los pescadores, muchos de los cuales se verán inmersos en un proceso de
«proletarización». Sin embargo, en la provincia
de Málaga la aparición de la sociedad anónima y
98 CILNIANA
de los modernos barcos de vapor no impidió la
pervivencia de jábegas, sardinales, palangres y
otras embarcaciones de remo o vela que utilizaban tales artes. Según las cifras proporcionadas
por el Anuario Estadístico, a finales de 1914 tan
sólo estaban inscritos en Málaga veinte barcos
de vapor, todos ellos en la capital, frente a las
485 embarcaciones de vela.4
Son estas circunstancias las que van a “vivir” los pescadores malagueños, entre ellos los
del litoral occidental, a los que están dedicadas
las páginas siguientes. Un grupo socio-laboral
que, a pesar de la «modernización» económica
ya apuntada, soportaba –y sigue soportando hoy
día– unas misérrimas condiciones de vida y unos
elevados índices de analfabetismo, y que
secularmente ha sido objeto de escasa atención
por parte de las instituciones5 y de los historiadores. Será sólo desde finales de los años diez,
precisamente ante el recelo suscitado por la extensión del sindicalismo de clase entre los pescadores y marineros, cuando autoridades, empresarios y miembros de la Iglesia impulsen la
LOS PÓSITOS DE PESCADORES
creación de distintas sociedades en las que latía
el deseo de armonizar los intereses del capital y
el trabajo. Entre otras, fue éste el caso del Economato de la Pesquera Malagueña, constituido el 31
de diciembre de 1921 bajo la iniciativa y patronazgo de la Sociedad Pesquera Malagueña S.A; del
denominado Patronato Provincial para la obra de
los Homenajes a la vejez de los Marinos, cuya creación se enmarca plenamente dentro de la política social emprendida por la dictadura de Primo
de Rivera, y que celebró públicamente la entrega
de distinciones y premios en noviembre de 1926
y octubre de 1927, o el de la Cofradía de pescadores de Miraflores de El Palo, fundada a finales de
junio de 1928 por Manuel Martín Pinazo, Cura
Ecónomo de la Parroquia de Nuestra Señora de
las Angustias, en el barrio malagueño del mismo
nombre6 .
Sin embargo, las iniciativas que encontraron mayor eco entre los pescadores y las que
alcanzaron mayor continuidad fueron los llamados Pósitos de Pescadores. Aun cuando los primeros de ellos –los de Cambados y Arrecife– datan de los años diez7 , la gran eclosión de esta
tipología asociativa tuvo lugar a partir de 1920,
una vez constituida la Caja Central del Crédito
Marítimo. Una institución creada por Real decreto de 10 de octubre de 1919 y que, dependiente
en un primer momento del Ministerio de Marina, tuvo a su cargo la concesión de préstamos a
las «asociaciones cooperativas marítimas, especialmente a las organizadas como Pósitos de pescadores»8 .
Aunque su configuración podía ser
netamente obrera, según afirma Suarez Boza9 ,
de acuerdo con el articulado de sus reglamentos-tipo estas asociaciones se
definían como cooperativas de
armadores, pescadores, fogoneros «y demás gente de mar»
que perseguían la mejora de las
condiciones morales y materiales de sus asociados a través del
estableciendo de los distintos
seguros sociales (paro forzoso,
seguro de enfermedad, asistencia médica y de farmacia, entierros ...); la extensión de la cultura (creación de bibliotecas y
escuelas); la explotación directa de la industria pesquera mediante la adquisición de embarcaciones propias y la venta del
producto sin intermediarios; la
concesión de préstamos a muy
bajo interés, etc. Para lo que se
estructurarán orgánicamente
en torno a una serie de seccio-
nes específicas dotadas de reglamento y cargos
propios: de socorros mutuos, de enseñanza, de
caja de ahorros, de venta, etc.10
Fue siguiendo básicamente este modelo
como se constituyeron los distintos Pósitos de
Pescadores de la provincia de Málaga, particularmente en la capital y en la costa occidental, donde llegó a existir uno en cada una de las mayores
localidades. El primero en constituirse en el litoral occidental fue el Pósito Pescador de Nuestra Señora del Carmen, de Estepona, que lo hizo el 1 de
septiembre de 1920, y cuyos objetivos, organización interna, condiciones del socorro, cuotas...
eran prácticamente los ya enunciados. Pero además, en este caso, al recurrir al patronazgo de la
Virgen del Carmen (art. 1º), en cuya festividad se
celebraría anualmente «función religiosa y procesión por la orilla del Mar» (art. 4º), sus socios
proclamaban la devoción mariana que les animaba y el peso de las viejas estructuras gremiales,
reforzada por otros elementos como las misas
«en sufragio por los marineros difuntos» (art.
4º)11 . Y como en la mayoría de los Pósitos, la
base social de éste estaba compuesta por
armadores y marineros; junto a los que estará
representado en las sucesivas Juntas directivas el
Maestro del Pósito. Un “interclasismo” que
Dionisio Pereira ha observado también en los
Pósitos gallegos y que le sirve para atribuirles
una naturaleza «conciliadora»12 .
Más compleja me parece a mí, sin embargo, la realidad malagueña, tal como parece desprenderse de los datos con que cuento para este
pósito, y que nos sugiere la existencia de dos
etapas diferenciadas en la vida del mismo: una
primera, que se prolongaría hasta finales de los
Foto cedida por D. Juan Zamora
CILNIANA
99
LOS PÓSITOS DE PESCADORES
años veinte, y, otra segunda, marcada por la proclamación de la República y la progresiva
radicalización del Pósito. De los diez miembros
que componían la Junta directiva de 1921, siete
eran patrones, 1 armador, 1 marinero y 1 maestro; cifras que se modificarían sustancialmente
en los años siguientes. Mientras que el número
de armadores (por tanto de propietarios) apenas
varió (2 en 1922, 2 en 1923, 1 en 1924 y 1925, 3
en 1934 ...) y la presencia del maestro del Pósito
quedaba circunscrita al cargo de Secretario, la
relación patrones/marineros se mantuvo en una
proporción de 5-6 a 4 durante los años veinte,
para pasar a 2/7 en 1934 y 1/6 en 1935. Buen
ejemplo de la activa presencia de los marineros
en la vida de la sociedad durante la primera etapa lo constituye Antonio Jerez Moreno, elegido
vice-secretario el 18 de diciembre de 1921, y presidente el 8 de abril de 1923, permaneciendo en
este cargo hasta finales de 1925. Un Antonio Jerez
que, además, en octubre de 1930 fue uno de los
socios fundadores del Centro local del Partido
Radical-Socialista, en el que ocupó el cargo de
secretario general desde agosto de 1931, y en el
que coincidió con Rafael Navarro Guerrero, armador y vice-secretario desde esta misma fecha,
y con Felipe Ariño Chacón «matriculado de mar»,
que fue secretario del mismo partido entre octubre de 1930 y agosto de 193113 .
En enero de 1934 el Pósito Pescador de
«Nuestra Señora del Carmen» de Estepona elegía
nueva Junta directiva, entre cuyos miembros nos
encontramos, precisamente, con los citados Felipe Ariño Chacón y Rafael Navarro Guerrero,
quienes en el mismo año 1931 coadyuvaron a la
fundación de la Agrupación Socialista de
Estepona14 , en la que ambos fueron vice-presidente: el primero, entre 1931 y 1932, y, el segundo, entre 1935 y 1936. Como vemos, la llegada de la República acrecentó también la presencia de los pescadores en la vida pública, y en
Por lo que se refiere a su evolución económica,
los resultados de los balances nos muestran una
gran vitalidad, refrendada por la cuantía de
algunas partidas específicas
este caso concreto llevó al mismo pósito hasta
posiciones cercanas al minoritario Partido Comunista, uno de cuyos máximos activos políticos en
la provincia era Andrés Rodriguez, elegido concejal del Ayuntamiento de Málaga-capital en las
municipales de abril de 193115 .
Para apoyar esta hipótesis nos basamos,
de un lado, en la dimisión de Felipe Ariño Chacón
como presidente del Pósito apenas tres meses
después de su elección, y en la ausencia de Rafael Navarro Guerrero en la nueva Junta; y del otro,
en el informe remitido por el Cuerpo de Investigación y Vigilancia de Estepona (Dirección General de Seguridad) al gobernador civil de la provincia, a resultas de la elección de una nueva Junta directiva el 17 de diciembre de 193516 , y en el
que podía leerse textualmente lo siguiente: «Me
creo en el deber de hacer presente a V.E. que con
la elección de esta directiva, triunfan entre el elemento pescador de esta villa... las propagandas
que entre la gente del mar de la provincia está
haciendo el comunista malagueño Andrés
Rodríguez, no siendo
extraño que en fecha
no lejana y con vistas
a futuras elecciones
se constituya en esta
población un centro
comunista, integrado
por dichas gentes»17 .
Años 50. Playa de El Fuerte desde el Fuerte de San Luis. Al fondo: Pósito de Pescadores - Corral del Hierro, muelle
de piedra y embarcadero mineral de Ferarco (Edic. J. Beb-Lima. Foto Cortés)
100 CILNIANA
Más escasas
son las noticias sobre
el número de socios
con que contó esta
sociedad, disponiendo tan sólo de datos
puntuales. Sabemos
así que en el momento de su constitución,
el 1 de septiembre de
1920, contó con 263
socios. Quince años
más tarde, durante la
LOS PÓSITOS DE PESCADORES
celebración de la Junta ordinaria celebrada el 17
de diciembre de 1935 para renovar los cargos directivos, los socios asistentes fueron unos «treinta y cinco»; repitiéndose este número en la nueva
Junta celebrada, ésta con carácter extraordinario,
dos semanas después, y que no sabemos si se
correspondería con el número total de afiliados.
En cuanto a su domicilio social, estaba ubicado
en el local de Pescadería, situada en la calle Banda
del Mar.
Por lo que se refiere a su evolución económica, los resultados de los balances nos muestran una gran vitalidad, refrendada por la cuantía
de algunas partidas específicas. Durante 1921 la
Sociedad ingresó 22.695,65 pesetas: 3.087,20 de
ellas en concepto de cuotas e imposiciones para
la secciones de socorros mutuos y caja de ahorros; 686,05 pesetas como ganancia líquida de la
venta directa de pescado; 286,40 como fondo de
provisión para beneficencia, y el resto, 18.636
pesetas, como subvención de la Caja Central del
Crédito Marítimo. En concepto de salidas tan sólo
hay que anotar las citadas 18.636 pesetas de la
Caja Central, empleadas en la concesión de préstamos a los socios al 4 por ciento, y otras 1.703
pesetas, también para préstamos, al 6 por ciento.
Parecidas son las cifras de los años siguientes, con
la salvedad de que se iría incrementando paulatinamente la recaudación por cuotas de socorros
mutuos. En 1924, por ejemplo, las imposiciones
hechas por los socios en la sección de Caja de
Ahorros fueron de 2.096,50 pesetas; 1.218,10
pesetas en la de Socorros Mutuos y 583,04 pesetas quedaron como fondo de beneficencia. De los
gastos habidos, 2.083 pesetas se destinaron a
préstamos al 6 por ciento; 1.519,64 se emplearon en pagos varios de administración y mantenimiento; 220 pesetas fueron de anticipo a los maestros del Pósito y 75 quedaron en poder del conserje del Centro para atenciones urgentes.
Cronológicamente, el siguiente Pósito del
que tenemos constancia es el Pósito Pescador de
Nuestra Señora del Carmen, de Marbella, que participará estatutariamente de los mismos rasgos y
características que el de Estepona. Constituido el
20 de marzo de 1923 en el teatro de la ciudad,
contó inicialmente con 172 socios, de los que conocemos los nombres de sus fundadores y los de
los miembros de su primera Junta de Gobierno.
Unos y otros eran Francisco Nieto Molina; Manuel Cortés Jiménez; Antonio Cortés Díaz; José
Moyano Jiménez; Vicente Pérez Montenegro; Miguel Campoy Duarte, que actuaría como presidente; vicepresidente fue elegido Antonio Pomares
Ojeda; tesorero, Francisco Fernández Cano; vicetesorero, Miguel Nieto Becerra; secretario, José
Vega Benavides; vice-secretario, Antonio Marín
Jiménez, y, como vocales, Juan Morilla Osorio y
Francisco Sánchez Orozco18 .Pero en este caso
concreto, y a diferencia de lo que vimos acontecía con el Pósito de Estepona, los miembros del
de Marbella se afiliaron mayoritariamente al Sindicato de Pescadores de la UGT en la primavera
de 1936, después de haber refrendado su lealtad
a la República19 . Y es que en Marbella, como en
Estepona, en Málaga capital y en otras localidades, pescadores y marineros defendieron casi en
bloque la legalidad republicana, siendo duramente reprimidos por ello20 .
Con anterioridad, en marzo de 1930, y gracias al tesón de Emilio de Pina Milá, maestro de la
Escuela de Orientación Marítima, y del maestro
nacional Fernando Cano, nació en su seno una
sociedad aneja: el Pósito Infantil. Formado por los
niños de la Escuela de Orientación Marítima entre ocho y dieciocho años (art. 34), algunos de
los cuales integraron la Junta de Gobierno del Pósito21 , éste tenía como objetivo difundir entre los
mismos «el amor a la institución de los Pósitos de
pescadores, capacitándolos para que puedan dirigirlos en el día de mañana mediante el conocimiento práctico y teórico de su mecanismo y estructura» (art. 1º). Para ello, y con el fin de inculcarles los valores de la cooperación, el mutualismo
y la práctica de la economía social (art. 3º), contó
con secciones de socorros mutuos y de cultura;
así como una sección deportiva que comenzó a
funcionar en febrero de 1931.
Junto a los ya citados, otros pósitos de los
que tenemos noticias, y que en líneas generales
participan de las características ya conocidas, son
el Pósito de pescadores de La Carihuela, en funcionamiento desde septiembre de 1925, que contó
en un primer momento con 70 socios y, desde
finales de 1931, con una escuela22 ; y el Pósito de
pescadores de Fuengirola, nacido 14 de abril de 1926
con la participación de 170 socios y cuyo local
social se ubicó en calle Larga, núm. 2, estando
formada su primera Junta de Gobierno por Manuel Galdeano Cortés, como presidente; vicepresidente era Manuel Jiménez López; tesorero, Miguel Galdeano García; secretario, Ramón Donoso
Sánchez; contador, Pedro Jiménez Núñez; vocales, Eduardo Flores Fernández, Juan Jiménez
Rodriguez y Miguel Ariza Herrera23 .
Reunidos desde abril de 1926 en la Federación de Pósitos de Andalucía Oriental24 , van a ser los
pósitos de las localidades ya citadas, junto a los
de la capital, los que encontraron mayor eco entre los pescadores y marineros, captando un buen
número de afiliados: en torno a los 700 de los
alrededor de 1.500 con que contaba el gremio en
1914 en la costa occidental25 . Y es que, gracias a
su labor de previsión social, desde los Pósitos se
ayudó a aliviar las duras condiciones de vida de la
CILNIANA
101
LOS PÓSITOS DE PESCADORES
gente de la mar, al tiempo que se emprendía
una mínima labor educativa para los hijos de
los pescadores en las escuelas existentes en
Marbella, en La Carihuela o la misma capital 26 .
Con todo, y al igual que ha visto Pereira 27 para
Galicia, los Pósitos no cambiaron en esencia
las difíciles condiciones de vida de los pescadores malagueños, como se desprende de las
frecuentes denuncias hechas por la prensa malagueña en los años veinte y treinta y reconocidas por el mismo Largo Caballero en los primeros meses de la República 28 .
Notas
1
GIRALDEZ RIVERO, J. (1991), «Fuentes estadísticas y producción
pesquera en España (1880-1936): una primera aproximación», Revista de
Historia Económica, IX, núm. 3, p. 529.
2
BREY, G. (1993), «La modernisation du secteur de la pêche et ses
conséquences sociales en Galice (1880-1910)», en J.MAURICE (dir.), Regards
sur le XXe siècle espagnol. Université Paris X, Nanterre, pp. 33-51.
3 MALDONADO ROSSO, J. (1991), «Introducción al subsector
pesquero portuense en el siglo XIX», en Trocadero, n.º 3, pp. 157-173, y
BURGOS MADROÑERO, M. y LACOMBA, J.A. (1993), «El sector pesquero
en Andalucía en la primera mitad del siglo XIX. Una aproximación», en
Revista de Estudios Regionales. 2ª Epoca, n.º 35, Enero-Abril 1993, pp. 1550.
4
De ellas, 64 correspondían a Fuengirola, con 640 pescadores; 59
a Estepona, con 343, y 58 a Marbella, con 325, en “Estado A. Cuarto
trimestre de 1914”. Anuario Estadístico de la Marina Mercante y de la Pesca
Marítima. Año 1914. Imprenta del Ministerio de Marina, Madrid, 1915.
5 En este sentido, una simple ojeada al volumen editado por MARTIN VALVERDE, A. y otros (1987) sobre La legislación social en la historia de
España de la revolución liberal a 1936, puede corroborar lo que digo: de los
más de tres centenares de leyes, decretos y proyectos de ley redactados
o aprobados en nuestro país sobre contratos laborales, jornadas de trabajo, salarios, accidentes de trabajo, previsión y asistencia social,
asociacionismo o derecho de huelga, apenas una decena se ocupan del
sector.
6
MORALES MUÑOZ, M. (1997), “Mutualismo y previsión social entre los pescadores y marineros malagueños”, en Baetica, n.º 19 (II) , pp.
255-270.
7 PEREIRA, D. (1992).- “Asociacionismo e conflictividades na Galiza
mariñeira (1870-1936)”, en D. PEREIRA (coord.), Os Conquistadores Modernos. Movemento Obreiro na Galicia de anteguerra. Edicions A Nova Terra,
Vigo, 166, y SUÁREZ BOZA, M. (1994), «Las sociedades de socorros mutuos en las Canarias orientales entre el final del siglo XIX y principios del
XX», en S. CASTILLO (ed.), Solidaridad desde abajo. Trabajadores y Socorros
Mutuos en la España Contemporánea. Centro de Estudios Históricos de la
UGT-Confederación Nacional de Mutualidades de Previsión, Madrid, 386.
8
«Real Decreto aprobando los Estatutos de la Caja Central de Crédito Marítimo, redactado por la Junta organizadora de dicha institución,
nombrada con arreglo a lo dispuesto en el Real Decreto de 10 de octubre
de 1919, en virtud del cual se creó dicha Caja», en Gaceta de Madrid. Año
CCLIX, Tomo I, Domingo 11 Enero 1920, n.º 11, pp. 114-115.
9
SUÁREZ BOZA, M., op. cit., 385.
10 Manual Legislativo de la marina Mercante Española con apéndices
anuales. Contiene cuantas disposiciones, leyes y reglamentos afectan a la Marina Mercante Española .... Publicado por los señores Luís Pérez Fernández,
José Lorenzo Tinoco y Manuel Linares Piñar (Del Cuerpo de Auxiliares de
Oficinas de Marina), Madrid, Imp. del Ministerio de Marina, 1921, pp.
449-461.
11 Pósito Pescador Nuestra Señora del Carmen. Año 1920. Archivo del
Gobierno Civil de la Provincia de Málaga (AGCMa)
12
PEREIRA, D., op. cit., pp. 165-167.
13
«Acta de constitución del Partido Republicano Radical Socialista.
Centro de Estepona». AGCMa.
14 Agrupación Socialista de Estepona. Año 1931. AGCMa.
15
Vida Gráfica, 13 y 20 de abril de 1931.
16
La Junta estaba compuesta por Ildefonso Ortíz Godoy, pescador,
domiciliado en calle Málaga núm. 36, como presidente; Francisco
Escárcena Navarro, pescador, Viento n.º 5, vice-presidente; José Pérez
Oyarzábal, maestro nacional del Pósito, calle Alcalá Zamora n.º 97, como
secretario; vice-secretario era Sebastián Fernández Navarro, armador, habitante en calle Alcalá Zamora 119; vocal 1º, Juan Vera Rocha, pescador,
Marina 190; vocal 2º, Francisco Navarro Díez, pescador, Plaza Vieja 14;
102 CILNIANA
vocal 3º, José Parrado Gómez, pescador, calle del Mar, y vocal 4º, Francisco
Rodriguez Díaz, Antero 15.
17
«Dirección General de Seguridad. Cuerpo de Investigación y vigilancia», Estepona 18 de diciembre de 1935, en Pósito Pescador Nuestra Señora del
Carmen. AGCMa.
18
Pósito Pescador de Nuestra del Carmen. Marbella. Año 1923. AGCMa.
19
PRIETO BORREGO, L. (1994).- Marbella. Los años de la utopía. Estudio de una Comunidad Andaluza (1931-1936). Marbella, Edición de la autora, p.151.
20 Breves apuntes sobre el tema en MORALES MUÑOZ, M. (2000),
“La sociabilidad festiva entre la gente de la mar”, en Bulletin d’Histoire
Contemporaine de l’Espagne, núm. Burdeos, pp., y PRIETO BORREGO, L.
(1998).- La Guerra Civil en Marbella. Revolución y represión en un pueblo de la
costa. Málaga, SPICUM.
21 Los mismos eran, Juan Sánchez Villalta, presidente; vicepresidente, Rafael Machuca González; secretario, Vicente García Pérez; vice-secretario, Vicente Lara Cuevas; tesorero, Vicente Díaz de la Fuente; contador,
Manuel Ballesteros Jiménez; bibliotecarios, Manuel cortés Sánchez y Francisco Ruiz Jiménez; vocales, José López Galdeano, Juan Castillo Urdiales,
José Carnero Pacheco y José Sánchez Villalta, en Pósito Infantil. Marbella.
Año 1930. AGCMa.
22
Los miembros de la primera Junta de Gobierno, todos ellos socios fundadores a su vez, fueron: presidente, Segundo García Hernández;
vicepresidente, Antonio Carmona Segura; contador, Francisco Flores
Fernández; tesorero, Luís López Mellado; secretario, Gregorio Candela
Avisbar; vocales, Eduardo Candela Castillo, Luís López Sánchez, Francisco Soler León, Giner García Alemán; Domingo López Sánchez y Ramón
López Sánchez, en Pósito de Pescadores de Carihuela-Torremolinos. Año 1925.
AGCMa.
23 Otros socios que hemos podido identificar, por haber suscrito el
acta de constitución de la sociedad, son Felipe Jerez; Francisco Núñez;
Juan García Boeta, Miguel Sierra y Joaquín Barrios Pósito de Pescadores de
Fuengirola. Año 1926. AGCMa.
24 Federación de Pósitos de Pescadores, Marítimos y Marítimos-Terrestres
de Andalucía Oriental. Año 1926. AGCMa.
25
“Estado A. Cuarto trimestre de 1914”. Anuario Estadístico de la
Marina Mercante y de la Pesca Marítima. Año 1914. Imprenta del Ministerio
de Marina, Madrid, 1915.
26 A finales de 1939, con poco más de un año de existencia, el Grupo
Escolar de Nuestra Señora del Carmen, situado en el Muelle de Heredia,
en Málaga capital, contaba con aproximadamente 400 alumnos, en Forja,
1 de enero de 1940.
27
PEREIRA, D., op. cit., p. 167.
28
«Largo Caballero y los pescadores», en El Mar, 26 de agosto de
1931, p. 4.
Bibliografía
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