Ejército de Chile: posibles elementos a considerar en su proyección

DOCUMENTOS
CONFERENCIA
"Ejército de Chile:
posibles elementos a considerar
en su proyección futura"
Dictada por el Comandante
en Jefe del Ejército
Capitán General
Dn. Augusto Pinochet Ugartei
I.
Introducción
El año recién pasado, con ocasión del inicio
del mes del Ejército, me referí, en este mismo
escenario, al tema: "Ejército de Chile, trayectoria y
futuro".
En esa oportunidad emití mi concepto y las
orientaciones básicas para iniciar un proceso de
modernización, cuya finalidad es lograr una readecuación del Ejército que nos lleve a conformar una
institución acorde con las exigencias de un mundo que
está cambiando; que considere la realidad social,
política y económica de Chile; que participe plenamente en el quehacer nacional y que, fiel a su tradición, continúe siendo un firme soporte de la existencia
de la nación.
Hoy he creído necesario profundizar en esta
importante materia, emitiendo nuevas orientaciones
tendientes a agilizar el proceso interno de apreciación
iniciado en mil novecientos noventa y dos.
La exposición que desarrollaré a continuación
requiere puntualizar algunos aspectos relativos a la
doctrina de planificación militar y a la naturaleza
compleja de un proyecto de modernización como el
que nos ocupa.
En efecto, para percibir la dirección, los
alcances y el desarrollo previstos de la planificación en
curso y de las resoluciones ya adoptadas, conviene
FASOC Vol. VIII, N1 4
tener presente que el Ejército emplea una metodología
de análisis rigurosa, que se conoce como la "apreciación de situación".
A través de ella, deben revisarse cuidadosamente todas las variables relevantes en un orden
secuencial, lógico y metódico, para luego comparar los
cursos de acción aplicables y decidir la actuación más
conveniente.
No obstante lo anterior, y considerando la
amplitud del proceso en curso y las características
propias de una organización como el Ejército, ha sido
necesario iniciar desde ya algunos cambios que
faciliten la aplicación de las medidas que deberán
adoptarse.
El planteamiento que haré en esta oportunidad pretende, a partir de los avances logrados en la
apreciación y las exigencias obtenidas durante este
año, precisar ciertos temas, establecer prioridades y
avanzar en el diseño de un modelo concreto de Ejército
que satisfaga los requerimientos futuros.
Para ello, en primer lugar expondré los logros
más importantes alcanzados hasta la fecha, destacando
algunas de las resoluciones adoptadas.
A continuación abordaré las que, a mi juicio,
constituyen las principales tendencias mundiales y su
impacto en los elementos que influyen en la conformación del Ejército que estamos diseñando.
Luego, como producto de todo lo anterior,
precisaré la conformación del Ejército moderno desde
una doble perspectiva: una inherente al poder terrestre
en el marco de la defensa nacional y otra orientada a su
integración al pleno desarrollo del país.
Finalmente, me referiré a la participación y al
aporte concreto con que el Ejército puede contribuir al
desarrollo nacional, como asimismo a la relación civilmilitar, desde una perspectiva integral.
"Ejército de Chile: posibles...
II.
Avances de un proceso en marcha
Introducir cambios en una organización como
el Ejército requiere una combinación de prudencia y
decisión, que emanan del conocimiento previo de
quienes los han propuesto, evaluado y, finalmente,
puesto en práctica.
Por lo anterior, hemos iniciado este año
varios proyectos específicos, centrándonos en el área
del conocimiento, ya que, como veremos más adelante,
es preciso asignar a este concepto una importancia
creciente en las apreciaciones y decisiones relativas a
cualquier iniciativa seria de modernización.
Entre los proyectos en marcha se encuentran
los siguientes:
En lo docente, se ha obtenido un aumento
cualitativo de la capacitación profesional de oficiales
jefes y superiores de la institución.
En este contexto podemos destacar el programa de magister en ciencias militares, con mención en
"Política de defensa", recientemente finalizado en la
Academia de Guerra.
Este posgrado, en el que participaron alumnos
civiles y militares, tuvo por finalidad preparar asesores
calificados en el proceso de toma de decisiones de la
conducción político-estratégica nacional, en materias
de seguridad y en la formulación, ejecución y control
de la política de defensa.
Recientemente se ha iniciado un segundo
programa de magister, de carácter profesional, con
mención en "Análisis político-estratégico", destinado a
capacitar a oficiales de estado mayor del Ejército, e
invitados de la Armada y Fuerza Aérea, como analistas
y asesores de este nivel.
Nuestra Academia Militar Politécnica, por su
parte, se encuentra impartiendo un magister en ciencias
de la ingeniería militar, con mención en "Preparación,
evaluación y gestión de proyectos de defensa".
También se ha continuado con la ejecución de
programas destinados a que oficiales de la institución
obtengan grados académicos de magister y doctor en
universidades del país y del extranjero, en las áreas de
sociología, ciencia política, relaciones internacionales,
economía y administración e ingeniería, con excelentes
resultados, los que ya se reflejan en el proceso de
modernización.
Por otra parte, las academias y escuelas han
organizado diferentes encuentros, tales como seminarios, simposios, conferencias y otros, en los que han
participado importantes personalidades de los diferentes ámbitos del acontecer nacional e internacional.
Entre las actividades más relevantes está el
seminario "El Estado moderno y el Ejército: perspectiva nacional", realizado en la Academia de Guerra en
el mes de octubre de mil novecientos noventa y dos, el
cual, además de ser una oportunidad para el
intercambio y la integración, permitió la convergencia
de ideas y reflexiones que han sido consideradas en la
apreciación para la modernización.
Asimismo, durante el presente año se realizó
el seminario "Información, comunicación y Ejército:
marco conceptual de relaciones", cuya finalidad fue
establecer bases teóricas que permitan regular el debate
y las diversas posiciones, en el tratamiento informativo
de las materias que inciden en la seguridad nacional.
Lo anterior se está proyectando a todo el país a través
de cursos especialmente dirigidos a profesionales del
área de las comunicaciones sociales.
En el campo de la instrucción y entrenamiento, se ha iniciado un programa de perfeccionamiento
para los comandantes de unidades tácticas, por medio
de nuevos sistemas de simulación computarizados.
En efecto, la puesta en marcha del "Centro de
Entrenamiento
Operativo-Táctico"
(CEOTAC),
sistema de simulación computacional, diseñado y
construido íntegramente con tecnología nacional y en
cuyo desarrollo participaron oficiales de estado mayor,
ingenieros militares politécnicos e ingenieros civiles de
la Universidad Católica de Chile, permitirá optimizar
Gral. Augusto Pinochet
la
calidad
del
entrenamiento
significativamente sus costos.
y
reducir
En lo relativo al incremento de la operacionalidad, se están actualizando los sistemas de armas,
tecnológicos, de información y de gestión, para que el
Ejército pueda optimizar el cumplimiento de su misión.
Por otra parte, se han realizado esfuerzos para
continuar mejorando la formación de especialistas de
alto nivel en el área de la inteligencia militar, lo que
permitirá aumentar la calidad de los trabajos
correspondientes a esta función del mando.
En lo que respecta al servicio militar obligatorio, se puso en práctica un nuevo sistema de
acuartelamiento, que ha reducido el tiempo de instrucción para el contingente, de dieciocho a catorce
meses. Simultáneamente, se han continuado estudios
serios sobre esta importante materia, considerando las
variables que enuncié el año pasado.
Asimismo, se ha puesto especial énfasis en el
servicio militar obligatorio dirigido a los jóvenes con
estudios superiores, a través de los cursos especiales de
estudiantes, que se están desarrollando en dos períodos
sucesivos anuales de tres meses cada uno, cuya
finalidad es formar oficiales y clases de reserva.
En el ámbito de los sistemas de apoyo a
personal militar y sus familias, se está diseñando un
nuevo sistema de salud integral para la Institución,
destinado a satisfacer el máximo de sus necesidades.
En lo fundamental, se tiene previsto descentralizar el sistema de salud, mejorar la eficiencia de las
instalaciones sanitarias y proponer los convenios
necesarios con otros sistemas extrainstitucionales, a fin
de solucionar los problemas que actualmente existen.
En el área de la informática y computación, se
encuentra en desarrollo un sistema orientado a
simplificar el trámite de los documentos, aumentar la
rapidez y calidad en la difusión y uso de la información y hacer más eficiente y expedito el proceso de
toma de decisiones.
Este considera la instalación del equipamiento y la conexión de los diferentes niveles del mando, a
través de una red física que utiliza la última tecnología
de transmisión de datos y que proporciona el apoyo
requerido por las unidades para su conducción y
administración integral.
Al finalizar esta breve referencia a los
avances logrados, debo reiterar la importancia que
hemos asignado a las instancias de participación civil
que la institución ha propiciado para incorporar sus
aportes al proceso de modernización.
A través de ellas, se ha podido conocer y
evaluar importantes iniciativas, sobre la base del
concepto ya enunciado el año 1992, en el sentido de
que en la sociedad a la que aspiramos debe haber una
mayor vinculación entre los sectores que la componen.
La sola naturaleza de estos encuentros
académicos, la autoridad de sus participantes, el
carácter de los temas y, sobre todo, el espíritu que ha
animado la convocatoria, descarta en los hechos la
impresión que algunas personas tienen respecto a que
el Ejército dispondría de una excesiva autonomía en la
definición de su futuro.
III.
Principales tendencias que influyen en la
estructura del ejército moderno
El mundo experimenta hoy una impresionante
explosión demográfica, la que, proyectada al futuro,
produce una razonable inquietud por las implicancias
que pueda tener en la generación de conflictos,
especialmente por el sobrepoblamiento de muchas
áreas y el aumento de las corrientes migratorias.
Es así como, de una población actual estimada en cinco mil quinientos millones de habitantes -de
los cuales dos mil trescientos viven en zonas urbanasel mundo tendrá, el año dos mil veinticinco, entre once
mil y catorce mil millones de seres humanos,
necesitados de alimentos, salud, escuelas, espacio
geográfico, fuentes de trabajo, etc.
De esta cifra, se estima que unos cuatro mil
millones vivirán concentrados en las ciudades. A ello
"Ejército de Chile: posibles...
se deben sumar hechos que han ido modificando en
forma permanente las previsiones de los demógrafos:
tales han sido el aumento sostenido de las perspectivas
de vida, producto del avance tecnológico en todos los
campos; la calidad de los alimentos; la mayor facilidad
de transferencias de éstos y el acceso de las mayorías a
sistemas de salud colectivos, muchos más tecnificados,
completos y en una dimensión nunca antes conocida.
La preocupación por este tema no es reciente
en el mundo. Hace casi dos siglos un enfoque científico alertó cerca de los peligros que se prevenían en el
crecimiento de la población, ya que ésta aumentaba en
proporción geométrica, mientras que los alimentos sólo
lo hacían en proporción aritmética.
Aunque estas predicciones no se han concretado, el aumento permanente de los índices de población lleva a pensar que, en un futuro próximo, la
consideración de estas materias será trascendente para
cualquier diseño organizacional o proceso de modernización.
La inadecuada distribución de la población y
el desigual acceso a los alimentos, a los ingresos y a la
distribución de la riqueza, han separado al mundo
industrializado y desarrollado de los países en vías de
desarrollo.
Esta brecha parece no disminuir y, por el
contrario, se ve aumentada porque el hombre ha
extremado su condición de depredador de los recursos
energéticos, alimenticios, forestales y ambientales,
causando con su actitud consecuencias muy negativas
en su entorno.
De este modo, está convirtiendo su hábitat
natural en un lugar artificial, densamente poblado,
altamente contaminado en algunas regiones y peligroso, incluso, para su salud y la conservación de la vida
humana, animal y vegetal.
El mundo del futuro, aunque desconocido
para nosotros, no lo es tanto si podemos proyectar los
problemas demográficos actuales.
Es posible imaginar que el entorno en el que
les corresponderá vivir a las próximas generaciones
podría ser uno en que subsistan sucesiva o simultáneamente dos escenarios: el primero, con una sociedad
multirracial y multicultural, producto de un creciente
traspaso de corrientes migratorias de una región a otra
del planeta. Para una nación como Chile, esto implica
un reforzamiento de nuestra propia identidad nacional
para poder preservarla en un mundo de estas
características.
El segundo, un mundo industrializado y rico centrado en el hemisferio norte- dedicando mayores
recursos y colaborando al progreso del hemisferio
pobre, buscando así incorporarlo a niveles de vida más
cercanos a los del mundo desarrollado. De esta forma,
los países ricos se asegurarían su propia sustentación,
precaviéndose, además, de la amenaza de masivas
corrientes migratorias hacia los escenarios de la
humanidad.
En ambos casos nuestra región no podrá
quedar al margen.
En cuanto a la situación nacional, la población del país, que aumentaba a un ritmo bastante
dinámico en el siglo diecinueve, comenzó a crecer,
hacia fines de dicho siglo, a una menor tasa que otros
países de la región.
Muchos son los factores que produjeron este
fenómeno. Se pueden señalar, entre otros, la disminución de la corriente migratoria europea que llegó a
Chile a mediados del siglo diecinueve; la situación
geográfica relativa del país respecto a los mayores
centros poblados del mundo y la dificultad de las
comunicaciones de la época. A todas estas causas se
sumó la abrupta reducción de la tasa de crecimiento
demográfico interno del país.
Como resultado de lo anterior, Chile posee
hoy vastos territorios con muy bajas densidades de
población, desvinculados geográficamente y no
plenamente integrados al proceso de desarrollo, lo
cual, a su vez, afecta la seguridad nacional.
Gral. Augusto Pinochet
Estimo que sería necesario revertir esta
situación y buscar soluciones para enfrentar el próximo
siglo con ideas elaboradas consensualmente, para
materializar una política demográfica de estado que
resuelva las vulnerabilidades enunciadas.
El Ejército puede y debe participar activamente en un proceso de esta naturaleza. Sobre estas
materias, posteriormente, formularé proposiciones
concretas.
Otro factor que se debe considerar es la
importancia creciente que ha adquirido en el mundo de
hoy el conocimiento científico y tecnológico, cuyos
límites son difíciles de prever.
Existe consenso en que el poder ya no
proviene sólo de la fuerza y de la posesión de riquezas
materiales, sino, fundamentalmente, de la calidad y
cantidad de la información que se es capaz de obtener
y manejar, lo cual está directamente vinculado al tema
del conocimiento y su evolución.
Según algunos pensadores, esta realidad está
transformando la familia, las instituciones, el EstadoNación e incluso la estructura del poder mundial. Ello
nos obliga a diseñar nuestros planes futuros, poniendo
énfasis en la educación de nuestros hombres, en su
capacitación y adiestramiento y en el estímulo de su
capacidad creadora.
Complementariamente, y como producto
derivado del conocimiento, el desarrollo de la tecnología ha permitido avances que hace unos años
parecían imposibles.
El fax, los computadores personales, las
aplicaciones del láser, los satélites de comunicaciones,
el diseño de trenes de alta velocidad, los buques con
enormes capacidades de carga, la ingeniería genética,
la biotecnología, la televisión, los aviones comerciales
de gran velocidad y capacidad de carga y pasajeros,
por nombrar algunos, han abierto horizontes no
imaginados de progreso y bienestar para el hombre.
Todos ellos tienen aplicación e inciden en los
desafíos que hoy enfrenta la ingeniería militar.
Asimismo, generan nuevas potencialidades que
permiten el desarrollo de medios a disposición de los
ejércitos para el cumplimiento de sus misiones.
Las tendencias que hasta aquí he analizado
influyen en la estructura de cualquier situación y
producen un profundo impacto en los valores y la
cultura de cada sociedad.
El esfuerzo por frenar los efectos de los
antivalores es fundamental. Los ejércitos son parte
sustancial de la sociedad y, en particular el nuestro, son
depositarios de los valores morales y espirituales de la
nación, los que guardan, acrecientan y practican,
continuando una tradición que, pese a los cambios y
las utopías, no disminuye ni decae.
IV.
El Ejército
perspectiva
moderno:
una
doble
A partir de las principales tendencias reseñadas y de los avances logrados a la fecha, a continuación expondré mi visión respecto del papel del Ejército
como instrumento militar y como integrante de la
sociedad chilena del futuro, ampliando los planteamientos que sobre estas materias formulara el
veintiuno de Agosto de mil novecientos noventa y dos.
a.
En el marco de la defensa nacional
El Ejército del futuro aparece hoy con un
perfil más definido.
En dicho perfil, la realidad internacional y la
evolución de las variables que la conforman exigen
mantener nuestras fuerzas de tal forma que, reestructuradas, sean bien mandadas, apoyadas y con un
equipo moderno que les permita cumplir cabalmente
sus objetivos.
Estos consideran, en lo fundamental, asegurar
en unión con las otras instituciones de las fuerzas
armadas, la protección y seguridad de nuestro territorio, garantizar la institucionalidad vigente y cooperar
con todas sus capacidades en el desarrollo y engrandecimiento de Chile.
"Ejército de Chile: posibles...
La adecuación de nuestra doctrina no pretende un cambio drástico, sino gradual, cuyos distintos
aspectos deben ir evolucionando en el tiempo, sin
renunciar jamás a aquello que constituye sus cimientos
como institución fundamental de la república.
En efecto, la importancia del honor, la
disciplina, el amor a Chile, el ser representante de una
tradición de nobleza y el estricto cumplimiento del
deber, son valores que deben primar por sobre
cualquier otra consideración y constituyen la esencia
de la vocación militar.
Sin embargo, el mundo contemporáneo y,
dentro de éste, las sociedades que han alcanzado un
nivel de desarrollo como la nuestra, exigen una
coherencia entre los valores y virtudes y las retribuciones materiales y de todo tipo que permiten un
acceso justo a los beneficios del progreso.
Por lo tanto, es conveniente que la carrera
militar defina, en sus diferentes etapas, los incentivos
que se otorgarán según los méritos que se alcancen.
En orden de consideraciones, el Ejército
deberá mantener su presencia en todo el territorio
nacional, favoreciendo su seguridad y desarrollo.
Ella se materializa, fundamentalmente, a
través de los regimientos, cuyas reales capacidades
deberán ser las adecuadas para operar en la geografía
en que se encuentran insertos, constituyéndose en las
bases naturales de entrenamiento de los reservistas,
cuyo número en las unidades es preciso estudiar en
relación al personal en servicio activo.
Ideas como la de permitir los cambios en las
especialidades alcanzadas durante el servicio militar,
por otras adquiridas en la actividad laboral, que sean
de beneficio para el Ejército, deben seguir siendo
analizadas.
No obstante el importante papel que cumplen
las reservas instruidas, el Ejército del mañana no puede
renunciar a mantener una fuerza en presencia, que le
permita cumplir en forma efectiva las misiones que se
le han dispuesto.
Cada unidad operativa y de combate deberá
tener definidas las fuerzas mínimas que permitan la
instrucción y entrenamiento, privilegiando las actividades de combate sobre otras.
Las características de los conflictos contemporáneos exigen una fuerza altamente móvil, flexible,
muy bien equipada y en condiciones de actuar en
forma oportuna y eficiente, única manera de dar una
respuesta militar efectiva a cualquier tipo de contingencia que se pueda presentar.
Para ello, nuestro equipo más antiguo deberá
ser reemplazado, dando prioridad a aquellas unidades
que tengan mayor importancia en su empleo, como son
las de despliegue rápido.
Especial relevancia tiene el equipamiento de
las unidades de infantería mecanizada en los teatros de
operaciones más adecuados, del mismo modo que la
completación de las unidades de montaña en lo que se
refiere a apoyos de fuego y técnicos y equipo inherente
al medio en que serán empleadas.
En el proceso de modernización de las
unidades de caballería blindada, adquiere especial
connotación la definición de los modelos de tanques
requeridos para ir adecuándose al vertiginoso avance
de la tecnología.
Los apoyos de fuego céleres, autopropulsados, integrados a unidades de cohetes y efectivos
sistemas de defensa aérea, son pasos necesarios en la
armonía del Ejército del mañana.
Asimismo, los apoyos técnicos de ingenieros
deberán contar con los vehículos y elementos para
apoyar efectivamente a las armadas de combate con
medios equivalentes. De allí que los ingenieros de
combate con vehículos blindados, o bien mecanizados,
sean una necesidad evidente.
Una fuerza flexible, rápida y dinámica,
también requiere de sistemas de mando y control en los
cuales las comunicaciones resultan fundamentales. Su
estructuración impone contar con un sistema que
Gral. Augusto Pinochet
asegure un mando eficiente y un control efectivo a
grandes distancias.
Junto a lo anterior, será necesario profundizar
el conocimiento y empleo de la guerra electrónica en el
desarrollo de las operaciones. Se deberá concebir un
sistema que permita acrecentar las capacidades de
todas las unidades en este campo, a través de la
incorporación permanente de los últimos avances.
El desarrollo de la aviación de ejército para
obtener movilidad y potencia de fuego adquiere
singular importancia. Así, el empleo de helicópteros de
uso múltiple debe ser analizado para explotar sus
numerosas posibilidades.
Las condiciones descritas, y que estimo
indispensables para el Ejército del futuro, deben
concretarse en la estructura orgánica de la institución,
la que a su vez tiene diferentes connotaciones, según
sea el nivel de la conducción militar en que situemos el
análisis.
Así, en el nivel estratégico influirán no sólo
las posibles hipótesis de conflicto, sino también el
escenario geográfico que, en lo general, presenta zonas
desérticas, de alta y media montaña, bosques y estepas,
realidades que son el fundamento para la creación de
los cuerpos de Ejército, cuya jurisdicción territorial
considera regiones de similares características
geoestratégicas y la relación con la división políticoadministrativa del país.
Dentro de los teatros de operaciones, las
divisiones y brigadas deberán organizarse conforme a
los principios de movilidad, rapidez y flexibilidad que
he señalado.
En consecuencia, el Ejército del futuro
necesitará un alto grado de instrucción y entrenamiento
para mantener su capacidad operacional efectiva.
Pero esta actividad podrá estar sometida a
limitaciones de terreno, financieras y del medio
ambiente.
Una forma de enfrentar estas dificultades es
el entrenamiento en un entorno artificial, usando
equipo o réplicas de éste.
El uso de simuladores nos permitirá reducir
costos y mantener facilidades de entrenamiento
seguras, independientes del tiempo atmosférico o de
las horas del día. En algunos casos aumentará la
eficiencia del alistamiento operacional, al permitir
prácticas en procedimientos u operaciones que serían
imposibles de ejecutar con equipo real en tiempo de
paz, a la vez que se reduce el impacto del entrenamiento militar en el medio ambiente.
Nuestros proyectos incluyen también campos
de instrucción que operen en forma permanente, por
los cuales pasen Unidades completas, siendo evaluados
desde el comandante hasta el último soldado. Nuestro
progreso en este aspecto deberá ser por niveles, desde
la sección hasta llegar, idealmente, a la brigada.
Todo esto ayudará a aumentar las habilidades
de nuestras fuerzas, pero debemos mantener el correcto
equilibrio entre los métodos antiguos y los nuevos,
para conservar los procedimientos tradicionales de
entrenamiento, cuando sea mejor hacerlo así.
Los oficiales y suboficiales que constituyen el
Ejército profesional necesitarán una cuidadosa y
profunda preparación que permita adaptarse a la nueva
mentalidad que el cambio representa en los
conocimientos estratégicos, tácticos y técnicos.
Es en este sentido que considero de suma
importancia la formación de los futuros oficiales y
clases del Ejército.
En nuestras escuelas matrices es donde los
valores de la profesión militar se inculcan en el alma
del hombre y a los que jamás renunciaremos quienes
amamos la carrera de las armas.
Será esta formación, teórica y práctica, la que
permitirá contar en el futuro con profesionales capaces
de administrar los complejos sistemas de armas y
unidades altamente entrenadas.
"Ejército de Chile: posibles...
Por ello, en los planes de estudio se deberán
considerar asignaturas científico-técnicas y de formación humanista, lo que puede implicar un alargamiento
de la estada de los jóvenes en las escuelas para
entregarles una formación más sólida y completa, con
niveles que permitan brindar la mejor educación media
y superior, para enfrentar el mundo tecnificado,
dinámico y complejo, en el que nos desempeñaremos
mañana.
Finalmente, en un mundo moderno donde las
expectativas de vida han alcanzado índices impensados
hace cincuenta años, surge la necesidad de estudiar
nuevas formas de administración de personal que
permitan a la institución aprovechar la experiencia de
sus mejores hombres, en la plenitud de sus facultades,
que en la actualidad deben abandonar las filas por una
normativa legal que, por años de servicios, pone un
tope a sus carreras.
Este proceso educativo estará orientado a
provocar conductas permanentes en el militar para que
cumpla su misión con la mayor eficiencia y seguridad,
aun en situaciones de aislamiento, grandes desgastes,
inclemencias del escenario y menor control directo.
En este sentido, también deberán estudiarse
los procedimientos que permitan a otros organismos
del Estado utilizar los conocimientos de oficiales en
retiro, en quienes el país ha invertido en su preparación
y los que, con visión objetiva, profunda y seria, pueden
asesorar en temas de trascendencia nacional.
Nuestros oficiales y clases deberán propender
cada vez más a la especialización, lo que, unido a una
mayor permanencia en la Institución, permitirá un
progreso sostenido, para lo cual los convenios con
entidades técnicas y de educación superior son muy
importantes.
El rápido avance de la tecnología, que ha
provocado un impresionante desarrollo en los sistemas
de armas, en los elementos de comunicaciones, en la
informática y computación, ha hecho que la
preparación y acción de las fuerzas militares, en
cualquier tipo de operaciones, sea mucho más rápida y
compleja que en el pasado.
Esta realidad, junto a la enorme cantidad de
datos e informaciones que se reciben, producto
también de la nueva tecnología de los sensores, exige
poseer un sistema que coordine estos grandes volúmenes de información y organismos que operen simultáneamente, para lograr de ellos, a su vez, una respuesta
oportuna y efectiva.
Este sistema de mando, control, comunicaciones e inteligencia militar, debe constituir una
realidad en el corto plazo. El estudio de esta nueva
organización y su implementación sobre la base de lo
que tenemos es un aspecto indispensable y prioritario.
Ello nos permitirá una gestión de mando más ágil y
segura.
b.
En el marco del desarrollo
El Ejército de Chile, desde su creación en mil
seiscientos tres, ha asumido un papel fundamental en la
defensa y seguridad nacional, entregando, además, sus
mejores esfuerzos al progreso y desarrollo del país.
En efecto, las duras condiciones de la época
de la conquista y las dificultades geográficas propias
del país -su aislamiento y desvinculación relativa
respecto de los principales centros poblados desde
donde irradiaba el poder de la administración colonial
española en América- hicieron imprescindible la
creación del Ejército de Chile por el rey de España.
Sin embargo, este Ejército permanente,
profesional, armado, instruido y equipado -el primero
en organizarse en toda América- probó, rápidamente,
que su constitución iba a representar mucho más que la
organización militar que debía conducir las operaciones de la guerra de Arauco. La acción fundacional y
la articulación de nuevas áreas territoriales fue una de
las tareas fundamentales que debió asumir durante los
siglos diecisiete y dieciocho.
La creación de nuevos pueblos, fuertes y
villorrios fue, en la práctica, la continuación de una
actividad iniciada, desde un comienzo, por Pedro de
Valdivia en mil quinientos cuarenta y uno, vale decir,
amalgamar y servir de matriz a la Nación.
Gral. Augusto Pinochet
En el siglo diecinueve el Ejército fue la pieza
fundamental en la independencia del país. Se constituyó, además, en un factor de unidad territorial e
integración nacional. No sólo combatió y ganó en las
guerras internacionales, sino que, además, logró la
pacificación de la araucanía.
Durante el siglo veinte, esta labor de conquista y fortalecimiento de los hinterländer ha
continuado, adquiriendo especial relieve con la
construcción de la carretera longitudinal austral, la que
representa el esfuerzo más trascendental del país en su
lucha por vencer la naturaleza y modificar la geografía.
La fundación de fuertes, pueblos y ciudades es decir, la ocupación efectiva del espacio- prosiguió
hacia el sur del país, a medida que se consolidaban los
nuevos territorios. Fue común que el soldado cambiara
el fusil por el arado y se afincara en los territorios
incorporados a la ley y al orden del gobierno central,
dando tranquilidad a la numerosa población que
emigró en busca de mejores expectativas. En suma, el
soldado chileno fue un factor decisivo de soberanía y
consolidación de los territorios del Bío-Bío al sur.
Con su construcción se incorporó una vasta
zona que alcanza casi a la sexta parte del territorio
nacional -excluido el territorio chileno antártico- que
se había mantenido prácticamente aislada dentro de sí
misma y del resto de la nación.
Así, junto con conquistas las líneas sucesivas
del Bío-Bío, Malleco, Traiguén, Cautín y Toltén, iban
apareciendo propietarios, colonos y hacendados,
beneficiados con la pacificación militar y la incorporación al territorio nacional de cientos de miles de
hectáreas de terrenos aptos para la agricultura, la
ganadería y la industria.
Durante las décadas de mil ochocientos
sesenta y de mil ochocientos setenta, la institución
acrecentó la función de conquistar, pacificar e impulsar
el desarrollo en todas aquellas regiones de Chile que,
al momento de su independencia, no estaban
integradas al gobierno central.
Posteriormente, en los períodos de paz, el
Ejército contribuyó notablemente al desarrollo nacional en un área que le es propia, conocida y familiar
desde hace varios siglos: la conquista de fronteras
interiores y la incorporación al dominio efectivo de
Chile de espacios muy productivos, de un gran valor
económico.
Esta constituye una parte de la historia
nacional no suficientemente investigada, valorada ni
enseñada, que le confirió al país la necesaria continuidad territorial, que le permitió actuar unitariamente.
Aysén era un enclave inmenso dentro de
Chile continental. La carretera longitudinal austral -en
lo geopolítico- vertebró una región desarticulada;
fortaleció la frontera internacional e integró un
hinterland que presenta recursos para el establecimiento de importantes concentraciones de población,
en una época en que los grandes espacios, consolidados geopolíticamente, son vitales.
Sin relevarlo de sus responsabilidades
constitucionales y del papel primordial de defensa de la
patria y la preservación del orden institucional de la
república, el Ejército de Chile tiene la capacidad,
voluntad y vocación para continuar esa obra histórica
en beneficio de la Nación.
A mi juicio, estas misiones deberían estar
destinadas al logro de los siguientes objetivos de
integración:
En primer término, control y desarrollo en
zonas fronterizas, a fin de vincular éstas al núcleo
vital del país, impidiendo que la falta de irrigación
(ideas, influencias, flujo económico, social y político)
gangrene el órgano periférico del Estado.
En este sentido, considero que el tema de las
fronteras es una materia que tiene una insoslayable
dimensión militar. Su estudio y conocimiento es parte
del trabajo científico de las academias e instituciones
castrenses y, en lo terrestre, estimo que una política de
fronteras no podría excluir al Ejército, toda vez que
las resoluciones que se adopten sin su concurso pueden
"Ejército de Chile: posibles...
significar posteriormente amenazas externas a la seguridad nacional.
La contribución del Ejército en este tema es
mucho más compleja que la información altamente
tecnificada que se proporciona a través del Instituto
Geográfico Militar y la cartografía que éste elabora.
En segundo lugar, en el futuro, la necesidad
de contar con espacios aptos para el desarrollo de la
actividad humana y con recursos suficientes para
alimentar a una población en aumento, sumado a la
saturación de la capital y otros centros urbanos del
núcleo vital, hará necesaria la dinamización de
hinterländer australes y septentrionales del país,
fundamentalmente los de la decimoprimera y decimosegunda regiones, y los de la primera y segunda
regiones, respectivamente.
Por lo anterior, considero vital que la
Institución continúe participando en el mantenimiento
y la construcción de vías de comunicaciones transversales y longitudinales, en las zonas donde las empresas
privadas no demuestren mayor interés.
En este campo, es fundamental el fortalecimiento y la consolidación de la red vial austral, en la
que participa el cuerpo militar del trabajo, a fin de
integrar y vincular territorialmente toda la zona austral
de Chile continental.
Esta es, lógicamente, una tarea a largo plazo,
aunque se pueden visualizar proyectos que permitan
continuar la carretera desde Villa O'Higgins hacia el
sur, eludiendo los campos de hielo y, mediante
transbordos, llegar hasta Puerto Natales, con lo que
podría extenderse por más de dos mil novecientos
veinticinco kilómetros e, incluso, alcanzar latitudes
más australes, en la Isla Grande de Tierra del Fuego e
Isla Navarino.
No se pueden desconocer, en este sentido, las
enormes potencialidades energéticas, agropecuarias,
forestales y mineras de la decimoprimera región. Aquí
hay que pensar no en diez ni veinte años más, sino en
cincuenta.
Por su parte, el crecimiento hacia el norte lo
veo expectante, aunque más lejano, por la ausencia de
la capa verde que facilita el poblamiento humano.
Esta zona -el Norte Grande de Chile- la consideró el
hinterland de reserva para las generaciones futuras,
cuando el país alcance los niveles científicos y
tecnológicos acordes con el desafío que ella nos
presenta.
En conclusión, el Ejército ha sido un factor
importante para que Chile sea un Estado unitario. En el
pasado su mayor contribución a la integración
nacional, ampliando los horizontes geográficos del
país, fue la incorporación plena a la soberanía de Chile
del territorio conocido como La Frontera; hoy es la
región de Aysén. Nuestra tarea del futuro debería ser,
entonces, el fin de lo que denomino las insularidades
geográficas de Chile continental.
Creo que persisten aquellas fuerzas centrífugas que, en lo geopolítico, aún detienen y dificultan el
desarrollo nacional. Estas fuerzas son la descohesión y
discontinuidad geográfica y las bajas densidades
poblacionales de las regiones extremas. A las
anteriores se deben contraponer y desarrollar fuerzas
centrípetas, permanentemente en actividad, a fin de
contrarrestar y superar las anteriores.
Algunas de estas fuerzas son las vías de
comunicaciones, la acción integradora de los medios
de comunicación social, el fortalecimiento de los
medios de transporte terrestre y una política estatal de
población (cantidad absoluta) y de poblamiento (distribución).
Todo lo anterior nos lleva a proyecta al
Ejército, fortaleciendo su participación histórica en la
integración geográfico-territorial del país. Nuestro
proyecto -en este ámbito específico- tiene un objetivo
concreto que, pensamos, debería ser compartido con
las entidades públicas y privadas relacionadas con el
tema.
Esta idea se sintetiza en la conquista y
consolidación de las últimas fronteras interiores de
Chile.
Gral. Augusto Pinochet
Defino, para una mejor claridad, a las
fronteras interiores como aquellos espacios terrestres
-bajo la soberanía de Chile- no vinculados total y
efectivamente a la acción del gobierno central y/o
regional, donde se dificulta el desarrollo de las actividades humanas y productivas, por su distancia del
núcleo vital y geohistórico del país; la ausencia de
vías de comunicaciones; la influencia económica y
cultural extranjera y la percepción ciudadana colectiva
-en cada uno de esos espacios geográficos- de constituir un ente diferente, separado y/o postergado del
resto de la población nacional y que no alcanza a
disfrutar del bienestar general debido a factores
geográficos adversos.
Estos conceptos, lógicamente, requieren
reflexión, análisis y consenso, como asimismo
identificar, dentro del territorio nacional, cada una de
estas fronteras interiores, en un gran catastro que nos
oriente convenientemente para determinar los centros
de gravedad que sea necesario establecer, y definir así
la secuencia de la tarea de eliminar las mencionadas
insularidades y lograr la conquista de esos espacios
nacionales.
Estimo que este desafío, que el Ejército hace
cuyo y plantea a la comunidad nacional, exige una
discusión amplia y profunda, a los más altos niveles, a
fin de lograr, junto al necesario consenso, criterios
técnicos para abordar una tarea de largo alcance, que
comprometerá, por cierto, a más de una generación de
compatriotas.
En tal sentido, estimo conveniente que el paso
siguiente al proyecto y conceptos enunciados
precedentemente sea la organización de una jornada
académica, a realizarse en alguna región del país, en el
mes de marzo o abril del próximo año, con la
participación de autoridades de gobierno, universitarias
e institutos relacionados que, junto a miembros del
Ejército, propongan ideas, en busca de definiciones y
acuerdos en relación a la propuesta que he formulado,
que procura revitalizar la tradicional contribución al
desarrollo nacional de la institución que comando.
La relación civil-militar también es un
elemento de gran relevancia en el presente y el futuro
no sólo del Ejército, sino que de Chile.
Una fluida y efectiva relación civil-militar
está ligada, necesariamente, al conocimiento que cada
sector tenga acerca de la sociedad global y de las
funciones que le competen a cada cual. Bajo esta
premisa debieran desarrollarse en el futuro los vínculos
entre civiles y militares.
La idea de modernización institucional para
generar un Ejército altamente eficiente y disuasivo
deberá considerar, como un aspecto muy importante,
las relaciones del Ejército respecto a la sociedad en la
cual está inserto y a la cual sirve.
Lo anterior porque la sociedad moderna se
caracteriza por la necesidad de alcanzar la mayor
fluidez en las relaciones entre sus miembros, pues no
es posible afrontar las exigencias del mundo actual
restringiéndose solamente al propio quehacer, sino
que, al contrario, es preciso coordinarse con diversas
otras actividades.
Hoy se exige la necesaria vinculación,
coordinación, cooperación y entendimiento de todos
los actores de la sociedad.
Estos conceptos aplicados a nuestra realidad
nos indican que día a día es indispensable, para
afianzar una positiva relación civil-militar, avanzar por
los caminos de una mejor integración, abriendo nuevos
espacios de conocimiento tendientes a consolidar
mayores y verdaderos lazos de confianza.
El país necesita de instituciones fuertes y
aplicadas a sus funciones en forma profesional y
eficiente, capaces de integrar sus esfuerzos desde sus
respectivos ámbitos sin conflictos ni complejos.
Esta idea exige plantearse que no es razonable afirmar que exista o haya existido un desencuentro
entre civiles y militares, sino que las divergencias que
se han producido en el transcurso de nuestra historia
ocurrieron sólo entre sectores muy precisos de la
"Ejército de Chile: posibles...
sociedad civil con los militares,
motivadas por razones ideológicas.
normalmente
Por nuestra parte, año a año y a lo largo de
toda la historia de este siglo, hemos podido comprobar
la concurrencia masiva y entusiasta de parte importante
de la sociedad civil para cumplir con el servicio militar
como, asimismo, para integrarse a los cuadros
profesionales del Ejército.
Lo fundamental, ahora, es profundizar el
vínculo entre los distintos sectores de la sociedad y el
Ejército. En el último año son muchas las iniciativas
que la institución ha emprendido tendientes a fortalecer
la relación civil-militar, las que han permitido recoger
las opiniones de relevantes personalidades de la vida
pública nacional.
Los ya mencionados cursos de magister y
otros posgrados, llevados a cabo en las academias de
guerra y militar politécnica, han servido para vincular a
profesores y alumnos, militares y civiles, de todos los
sectores de la vida nacional.
En suma, son variadas las actividades que el
Ejército impulsa para hacer efectiva y fluida esta
relación.
Hasta aquí mis planteamientos han procurado
reseñar el rol que le corresponde al Ejército dentro de
la sociedad, a la luz del proceso de modernización que
ha emprendido, y la forma como realiza un aporte
esencial al desarrollo desde la perspectiva indicada.
A continuación formularé algunas proposiciones acerca de como el Ejército percibe sus relaciones con los poderes del Estado, en el ámbito de
interacción que les compete.
Ellas están basadas en las conclusiones que
hemos obtenido del proceso de apreciación y, muy
especialmente, en los interesantes aportes recibidos en
las instancias académicas, donde se ha escuchado con
atención a diversas autoridades y personalidades del
quehacer nacional.
Cualquiera consideración en este sentido,
coincidimos, debe partir del bien común, el que por su
misma naturaleza compromete las energías de todos
los miembros de la sociedad, otorgándole unidad y
continuidad a la acción del Estado.
En la actualidad, pese a la claridad de la
normativa constitucional que nos rige, los hechos
indican que las Fuerzas Armadas, y entre ellas
naturalmente el Ejército, no han podido desplegar
todos los esfuerzos que requiere el cumplimiento de
sus misiones constitucionales, probablemente porque
persiste la tendencia a reducir su aporte, exclusivamente, a la defensa de la soberanía e integridad
territorial del país.
Esto reduce notablemente el campo de acción
del Ejército, impidiendo su asesoría o colaboración en
áreas importantes de la vida nacional, que sería posible
ampliar sin desnaturalizar la esencia de su función
principal.
Ha ocurrido, por lo demás, que en temas
vinculados a la defensa o a la seguridad nacional, el
parecer del Ejército ha sido consultado después que las
decisiones respectivas han sido adoptadas.
No puede desconocerse, sin embargo, que
desde los planteamientos formulados por este comandante en jefe, al iniciarse el mes del Ejército, durante el
año recién pasado, se han producido avances
motivados por diversas iniciativas.
Probablemente, el más significativo ha sido
constatar que los civiles y los militares podemos
plantear nuestros puntos de vista con altura de miras y
con el común propósito de contribuir al desarrollo
nacional.
Como una forma de aportar al mejor cumplimiento de nuestras funciones constitucionales y a la
plena inserción del Ejército, mediante su asesoría en la
toma de decisiones, considero fundamental definir vías
permanentes de colaboración de la institución.
Estas, a mi juicio, deberían centrarse en áreas
o temas significativos de la vida nacional, no sólo a
Gral. Augusto Pinochet
nivel de políticas concretas de gobierno, llamadas a
enfrentar necesidades contingentes, sino también en
políticas estatales, relacionadas con los requerimientos
constantes que se desprenden más directamente del
bien común como fin objetivo del Estado.
En este sentido, parece necesario seguir
pensando y concretando nuestra colaboración en los
siguientes ámbitos, sin excluir otros, en los que un
aporte del Ejército también podría resultar conveniente.
En lo relativo a la política de defensa, las
fuerzas armadas deben participar en la definición de
los objetivos y prioridades que ésta impone y que es
responsabilidad de la autoridad política; asimismo,
pueden asesorar al órgano legislativo en el estudio de
las normas que otorgarán el marco a las diferentes
acciones y medidas destinadas a emprender y ejecutar
las directrices que se deriven de la decisión política.
La tarea que se ha propuesto el Ejército
supone activar las vías necesarias para participar, en lo
que le corresponde, en la definición de una política de
defensa, acorde con los requerimientos actuales, en el
contexto de un sistema internacional en proceso de
transformación.
Así se podría prestar una asesoría permanente
a las comisiones de defensa del Congreso Nacional,
por constituir precisamente las fuerzas armadas los
órganos que, en representación del Estado, deben
concretar las acciones que se insertan en el contexto de
la política de defensa.
Para estos efectos consideramos necesario
contar con representación del Ejército en dichas
comisiones, cuya labor sea hacer presente el parecer de
la institución en los diferentes asuntos que se sometan
a su conocimiento. Esa misma representación u otro
comisionado debe integrar las comisiones especiales
que se constituyan para discutir e informar asuntos
específicos vinculados con materias de defensa.
Estrechamente unida a la política de defensa,
se encuentra la política exterior.
La definición y orientación de la política
exterior es responsabilidad fundamental del poder
ejecutivo, pero el Ejército puede realizar un aporte
insustituible al contribuir a la determinación de
objetivos y cursos de acción, desde una perspectiva
geopolítica y estratégica, en un marco de paz como el
que todos anhelamos para el desarrollo de las
relaciones hemisféricas.
De allí que visualizamos como fundamental
la colaboración permanente del Ejército con la
Dirección de Fronteras y Límites y con el resto de las
direcciones del ministerio de relaciones exteriores, que
han de sugerir la adopción de decisiones que incidan
en aspectos de soberanía y de seguridad nacional, sin
perjuicio de una presencia orgánica estable a nivel
ministerial o en comisiones de alto nivel, con
funcionamiento constante en relación con las materias
ya indicadas.
El cuidado del medio ambiente ha pasado a
constituir una de las preocupaciones fundamentales de
la humanidad.
El atentado indiscriminado en contra de
recursos no renovables, así como el correspondiente
agotamiento de los mismos, obliga a formular políticas
permanentes que comprendan y articulen los esfuerzos
específicos que se han realizado hasta el momento para
enfrentar situaciones puntuales.
La legislación y las políticas concretas que se
definan en este sentido comprometen a todos los
miembros de la sociedad.
El Ejército no podría ver sustraída la responsabilidad que le corresponde en la materia y, por lo
mismo, sugiere su colaboración con el ministerio de
bienes nacionales y con las diferentes instancias
comprometidas con la conservación del patrimonio
ambiental del territorio.
La modernización que se ha propuesto el
Ejército se inserta, necesariamente, en el proceso que
Chile viene emprendiendo sostenidamente desde hace
dos décadas.
"Ejército de Chile: posibles...
La continuación del mismo requiere, sin
duda, acceder a las más recientes tecnologías y avances
científicos, ante lo cual todo recurso que se destine a la
investigación en estas materias deberá considerarse
como una inversión promisoria.
Sabemos que queda aún mucho por avanzar
en la ruta del perfeccionamiento de nuestros sistemas
de gestión, en la redefinición de estructuras y en la
optimización del empleo de los recursos disponibles
para el cumplimiento de nuestra misión constitucional.
La institución puede incorporarse a proyectos
de esta naturaleza, entregando su aporte científico y
tecnológico en aquellas áreas donde presenta un nivel
de excelencia ampliamente reconocido, como es el
caso de la investigación nuclear con fines pacíficos,
ámbito en el que, desde hace décadas, ha venido
desarrollando importantes proyectos de enorme
trascendencia para el país.
Tras el logro de estos propósitos, renovamos
nuestro compromiso de continuar entregando todas
nuestras capacidades para hacer de la modernización
una realidad especialmente útil a la seguridad y
progreso de Chile.
Los criterios mencionados demuestran la
importancia de la colaboración del Ejército en períodos
de paz, como asimismo la voluntad de incrementarla.
Lo expuesto supone una contribución,
participación y asesoría permanentes del Ejército hacia
los poderes ejecutivo y legislativo.
Por el contrario, una presencia esporádica le
resta potencialidad a una verdadera y efectiva integración del Ejército al desarrollo y dificulta una eficaz
colaboración con los poderes del Estado.
V.
Palabras finales
Señoras y Señores:
A través de esta exposición he querido
establecer algunas precisiones respecto al proceso de
modernización institucional, que está en marcha desde
el veintiuno de agosto del año pasado.
He querido, también, destacar algunos de los
logros obtenidos hasta ahora, tanto en lo relativo a las
misiones que el estado mayor general y las distintas
unidades y reparticiones del Ejército han debido
cumplir, como en lo concerniente al análisis, valoración e integración de los aportes recibidos en las
instancias de participación civil abiertas durante el
último tiempo.
No podría finalizar mi exposición sin antes
advertir que para poder avanzar como lo hemos hecho
y, más aún, como queremos seguir haciéndolo, hay
ciertas condicionantes que no obedecen ni responden a
nuestra sola voluntad y que es necesario considerar. Se
trata de un entorno que favorezca el proceso en
ejecución.
Largo sería detallarlo, pero creo que no
escapará a nadie, por lo cercano a la experiencia y
responsabilidad de cada uno de nosotros, la fácil
comprensión del mismo con la sola enunciación de la
esencia de su contenido.
Me refiero a que la modernización del
Ejército, que es sólo una parte de la gran tarea de la
definición de un Chile con futuro, requiere de un
ambiente que, al parecer, aún no logramos crear los
diferentes actores involucrados en el proceso.
En ese sentido resulta fundamental reforzar el
rol de las instituciones, el del Estado, el concepto de
autoridad, el respeto y la confianza como, asimismo, el
compromiso responsable de toda la sociedad con la
estabilidad de las bases fundamentales en que se
sustenta el sistema vigente y que ha dado muestras
reales de funcionalidad.
En esa perspectiva, sinceramente, estimo que
deben dejarse de lado visiones confrontacionales y
pasar a construir el nuevo escenario, donde no debiera
haber cabida para situaciones que, lejos de unirnos en
torno al gran proyecto de Chile, nos continúen
envolviendo en un proceso estéril y sobrepasado por el
tiempo.
Gral. Augusto Pinochet
Ese clima de concordia es responsabilidad de
todos y me parece fundamental en la tarea de conformación del Ejército del futuro.
En ella he comprometido todo mi esfuerzo,
mi capacidad creadora y mi voluntad de soldado, que
no ha tenido otra aspiración en la vida que servir a su
patria.
1. Conferencia dictada en Santiago de Chile el 19 de
agosto de 1993.