Propuesta para Recuperación de la Laguna El Peral

PROPUESTA PARA LA RECUPERACIÓN DE LA
LAGUNA EL PERAL
Junio de 2015
1
Esta propuesta es el informe final del proyecto “The community
involved in the deterioration of the wetland Laguna El Peral, Chile,
helps to restore it” de Fundación Kennedy para la Conservación de
los Humedales con financiamiento del Programa RBC Blue Water
Leadership Grants 2014.
Equipo técnico
Francisca Bardi Álvarez, ingeniero ambiental
Sindhuja Krishnaa Mudambi, M. Tech.
Carlos Medina Labarca, biólogo
Mauricio Morales Constanzo, geógrafo
Diego Rivera Moraga, geógrafo
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ÍNDICE
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
Resumen
Santuario de la Naturaleza y Plan Regulador Comunal
Cuenca hidrográfica
Manejo de las aguas servidas
Tendencia en el balance hídrico de la laguna
Contaminación de la Laguna El Peral
Propuesta de restauración ecológica
A. Especie clave
B. Recuperación de la calidad del agua
C. Aporte artificial de aguas a la laguna
i. Lombrifiltro o Sistema Tohá
ii. Filtro de Macrófitas en Flotación, FMF
Agradecimientos
Referencias
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1. RESUMEN
La Laguna El Peral es un humedal costero emplazado en el litoral de Chile central y protegido
legalmente como Santuario de la Naturaleza por su riqueza en aves acuáticas. Su inserción en un
área urbana ha sido problemática desde el punto de vista legal y reglamentario. A su vez, la cuenca
hidrográfica de la laguna es pequeña y algunas actividades productivas que allí se desarrollan han
entrado en conflicto con su conservación. La zona próxima a la laguna posee una red de
alcantarillado de construcción reciente y de cobertura todavía incompleta. La disminución de las
lluvias en la zona está afectando el nivel de aguas de la Laguna El Peral. A esta situación se agregó
el año 2012 su contaminación por aguas servidas, episodio del cual la laguna no se ha recuperado
y que llevó a la desaparición de la población local de cisnes de cuello negro. Como propuesta de
restauración ecológica, este proyecto propone la recuperación de la calidad de las aguas a través
del control de microalgas y un aporte artificial de aguas a la laguna, aguas provenientes de una
planta de depuración de aguas servidas domiciliarias. Se sugieren tecnologías ambientalmente
amigables para esta planta.
2. SANTUARIO DE LA NATURALEZA Y PLAN REGULADOR COMUNAL
La Laguna El Peral (33° 30´ 17” S, 71° 36´ 25” O) es una laguna costera o albufera de
superficie variable (de 20 hectáreas a menos de 8 hectáreas; Láminas 24 y 29) ubicada en la
localidad de Playas Blancas, comuna de El Tabo, región de Valparaíso, Chile. Se emplaza en la parte
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baja de una pequeña cuenca hidrográfica y está separada del mar por un sistema de dunas, dunas
hoy cubiertas por un sector residencial. Por su costado oriente, la rodea la ruta costera G-98-F. En
el pasado, la laguna tuvo un desagüe hacia el mar por su sector sur, desagüe hoy seco en la
superficie. Por su carácter salobre (11), la masa de agua de la laguna debiera estar en contacto en
forma subterránea con una cuña marina.
Dada su gran riqueza de aves acuáticas y a petición del entonces encargado de la Sección
Ornitología del Museo Nacional de Historia Natural Sr. Juan González Zapata (14), la Laguna El
Peral fue declarada Santuario de la Naturaleza el año 1975 según las disposiciones de la Ley N°
17.288 de Monumentos Nacionales (Lámina 1). El Decreto Supremo N° 631 que estableció esta
protección legal para la laguna consideró también la protección de una faja costera de 100 metros
en todo su contorno. Sin embargo, el Decreto N° 631 no incluyó un plano y, considerando que la
laguna varía su tamaño tanto de estación en estación como de año en año, la delimitación de esta
faja de protección de 100 metros ha sido problemática. Tras su declaración como Santuario de la
Naturaleza, el Consejo de Monumentos Nacionales entregó por convenio la administración del
lugar a la Corporación Nacional Forestal (26), quien la mantiene hasta el día de hoy. Cabe hacer
notar, sin embargo, que la totalidad de la Laguna El Peral y de los terrenos colindantes son
privados. La laguna propiamente tal pertenece a la sucesión formada por los hermanos Mercedes
Isabel, María Irene, María Eugenia, María del Rosario y Fernando Miguel Calvo Subercaseaux y
está inscrita a su nombre en el Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de San
Antonio a fojas 628 vuelta, número 341 del año 1995. La Corporación Nacional Forestal no posee
un acuerdo de administración con los propietarios de la laguna. Otros terrenos colindantes con el
espejo de agua y también incluidos en el Santuario de la Naturaleza están en manos de numerosos
otros propietarios (ver más adelante, Tabla 2).
La Laguna El Peral se encuentra dentro de una zona urbana y el actual Plan Regulador
Comunal de El Tabo (16) , vigente desde el año 2004, establece restricciones de uso de suelo en el
entorno del Santuario de la Naturaleza (Lámina 2). Destaca entre ellas la zona de restricción ZR1,
“zona de restricción para la preservación del medio ambiente natural y cultural” (Tabla 1), de 100
metros de ancho en torno a la laguna pero que se extiende más allá de esta distancia al oriente de
la ruta costera G-98-F, y la zona ZR2, “zona de restricción en bordes de esteros, quebradas y
fuertes pendientes”, al sur de la laguna. En ninguna de estas dos zonas están permitidas
construcciones, lo que no siempre se cumple (el propio Plan Regulador Comunal indica la
presencia de loteos dentro de la zona ZR1 en el sector nor-poniente de la laguna). La franja de 100
metros correspondiente a la zona ZR1 guarda similitud con la faja costera de 100 metros de la
declaración de Santuario de la Naturaleza. Sin embargo, no es posible sobreponerlas, dada la poca
correspondencia entre el límite de la laguna indicado en el Plan Regulador Comunal y las fotos
aéreas o satelitales. Esta incongruencia generó disputas en el pasado entre la Corporación
Nacional Forestal y la Dirección de Obras Municipal de El Tabo por las autorizaciones de esta
última a la construcción de casas dentro del Santuario de la Naturaleza (Lámina 3). Estas disputas
llevaron a un principio de acuerdo basado en el compromiso de la Dirección de Obras Municipal de
realizar un seccional del Plan Regulador Comunal de El Tabo en el sector de la Laguna El Peral,
ajustándolo a lo que indican las fotos satelitales. Sin embargo, a la fecha este seccional no se ha
realizado.
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Lámina 1. Decreto Supremo N° 631 de 1975 del Ministerio de Educación que declara a la Laguna
El Peral Santuario de la Naturaleza.
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Lámina 2. Plan Regulador Comunal de El Tabo, sector de la Laguna El Peral (16).
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ZR1 Zona de restricción para la preservación del medio ambiente natural y cultural. Usos
permitidos: playa y áreas verdes. En el área conformada por la Laguna El Peral y su faja
de entorno de 100 m no se permitirá ningún tipo de construcción o actividad que
contravenga lo dispuesto en el Artículo 31 de la Ley N° 17.288 de 1970.
Artículo 31 de la Ley N° 17.288 de Monumentos Nacionales de 1970 (25). Son Santuarios
de la Naturaleza todos aquellos sitios terrestres o marinos que ofrezcan posibilidades
especiales para estudios e investigaciones geológicas, paleontológicas, zoológicas,
botánicas o de ecología, o que posean formaciones naturales cuya conservación sea de
interés para la ciencia o para el Estado. Los sitios mencionados que fueren declarados
Santuarios de la Naturaleza quedarán bajo la custodia del Ministerio del Medio Ambiente
(modificación introducida por la Ley Nº 20.417 de 2010 que crea el Ministerio, el Servicio
de Evaluación Ambiental y la Superintendencia del Medio Ambiente), el cual se hará
asesorar para estos efectos por especialistas en ciencias naturales. No se podrá, sin la
autorización previa del Servicio, iniciar en ellos trabajos de construcción o excavación, ni
desarrollar actividades como pesca, caza, explotación rural o cualquiera otra actividad
que pudiera alterar su estado natural. Si estos sitios estuvieren situados en terrenos
particulares, sus dueños deberán velar por su debida protección denunciando ante el
Servicio los daños que por causas ajenas a su voluntad se hubieren producido en ellos. La
declaración de Santuario de la Naturaleza deberá contar siempre con informe previo del
Consejo de Monumentos Nacionales. Se exceptúan de esta disposición aquellas áreas
que, en virtud de atribución propia, el Ministerio de Medio Ambiente declare Parques
Nacionales o tengan tal calidad a la fecha de publicación de esta ley. La infracción a lo
dispuesto en este artículo será sancionada con multa de cincuenta a quinientas unidades
tributarias mensuales.
ZR2 Zona de restricción en bordes de esteros, quebradas y fuertes pendientes. Usos
permitidos: bosques y áreas verdes.
Z3 Zona residencial en densificación y campamentos turísticos. Usos permitidos: vivienda,
equipamiento y actividades productivas de bajo impacto.
Z5 Zona residencial en densificación media y alta. Usos permitidos: vivienda y
equipamiento.
Z6 Zona de expansión residencial en densificación media y baja. Usos permitidos: vivienda,
equipamiento y actividades productivas de bajo impacto.
Z8 Subcentro vecinal y equipamiento de enlace. Usos permitidos: comercio, vivienda,
equipamiento y actividades productivas.
AV
Área verde.
Tabla 1. Usos de suelo según el Plan Regulador Comunal de El Tabo, sector de la Laguna El Peral
(16).
Esta situación de falta de correspondencia entre los distintos ordenamientos territoriales ha
producido en el sector de la Laguna El Peral una superposición de distintas situaciones, todas ellas
legalmente válidas. Por una parte está la condición de Santuario de la Naturaleza de la laguna y de
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la faja de protección de 100 metros. Por otra, la zonificación del Plan Regulador Comunal, tanto
cuando coincide como cuando no coincide con el Santuario de la Naturaleza. Luego están los
propietarios de los terrenos, tengan o no el uso de sus bienes. Y finalmente está la administración
de la Corporación Nacional Forestal sobre el Santuario de la Naturaleza o, más bien, sobre un área
delimitada por una reja construida por dicha administración, reja que en ciertos sectores coincide
con el límite legal del Santuario y en otros no.
El Santuario de la Naturaleza Laguna El Peral representa un hito patrimonial y turístico que
otorga identidad a la comuna de El Tabo. Con el ánimo de buscar una solución urbanística que le
dé mayor visibilidad desde las vías de circulación que la rodean, cabe recordar que el decreto que
la declaró Santuario de la Naturaleza incluyó aquella faja de 100 metros en todo su contorno.
Ahora bien, si se compara el perímetro de la laguna en fotos antiguas y recientes (Lámina 29), se
aprecia que su límite poniente no se ha modificado a lo largo de los años. Por consiguiente, sí
resulta posible determinar con confiabilidad la extensión de la faja de 100 metros en este sector.
Hecho el ejercicio, es evidente que una cantidad importante de construcciones de la calle Los
Maitenes Oriente de Playas Blancas se encuentra localizada dentro del Santuario de la Naturaleza
(Láminas 3 y 4).
Lámina 3. Límite del Santuario de la Naturaleza Laguna El Peral, sector sur-poniente.
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Lámina 4. Construcciones emplazadas dentro del Santuario de la Naturaleza Laguna El Peral,
sector sur-poniente, calle Los Maitenes Oriente. Al fondo, Laguna El Peral.
Tras esta constatación, corresponde recordar que según la Ley de Monumentos Nacionales
toda intervención en un Santuario de la Naturaleza debe ser autorizada por el Consejo de
Monumentos Nacionales y el Ministerio del Medio Ambiente (Tabla 1). Dichas construcciones
carecen de esas autorizaciones. Sí poseen autorización de la Dirección de Obras Municipal de El
Tabo, dada la falta de correspondencia entre la zonificación del Plan Regulador Comunal de El
Tabo y los límites del Santuario de la Naturaleza. La eliminación de las construcciones entre la calle
Los Maitenes Oriente y la laguna permitiría transformar a ese sector de Playas Blancas en una
avenida con amplia visual sobre el Santuario de la Naturaleza y en un hito turístico. Ahora bien,
para acercarse a ese objetivo se debiera, en primer lugar, obtener un pronunciamiento del
Ministerio del Medio Ambiente y del Consejo de Monumentos Nacionales sobre la situación legal
de las construcciones emplazadas dentro del Santuario de la Naturaleza y, posteriormente, buscar
un acuerdo con los propietarios de dichas construcciones, acuerdo que considerara la opción de
comprar a valor comercial estos bienes. En la Tabla 2, se indican algunos antecedentes de las
propiedades.
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Dirección
Los Maitenes
Los Maitenes
Los Maitenes
Los Maitenes
Los Maitenes
Los Maitenes
Los Maitenes
Los Maitenes
Los Maitenes
Los Maitenes
Los Maitenes
Los Maitenes
Los Maitenes
Los Maitenes
Los Maitenes
Rol de avalúo
Oriente
Oriente
Oriente
Oriente
Oriente
Oriente
Oriente
Oriente
Oriente
Oriente
Oriente
Oriente
Oriente
Oriente
Oriente
M-25
1424
M-23
M-22
M-21
M-20
M-19
M-18
M-17
M-16
M-15
M-14
M-13
1248
M-11
531-01
531-02
531-03
531-04
531-05
531-06
531-07
531-08
531-09
531-10
531-11
531-12
531-13
531-14
531-15
Avalúo fiscal ($)
423.699
7.974.278
10.269.778
423.699
6.494.469
6.875.583
6.841.622
14.302.857
423.699
423.699
9.531.269
5.957.113
423.699
10.175.912
7.437.297
Tabla 2. Propiedades de la calle Los Maitenes Oriente emplazadas
dentro del Santuario de la Naturaleza Laguna El Peral. Información
del Servicio de Impuestos Internos.
3. CUENCA HIDROGRÁFICA
La Laguna El Peral está emplazada en la parte baja de una pequeña cuenca hidrográfica de
6,43 km2 de superficie, la cuenca del Estero Los Helechos (Lámina 5). A pesar de este nombre, no
existe hoy en dicha cuenca un estero con caudal permanente, incluso en invierno, que vierta sus
aguas en la laguna. La escasa superficie de la cuenca hidrográfica conlleva la captación de un
volumen limitado de aguas lluvia, menor al de otras cuencas vecinas. Tras eventos intensos de
precipitación invernal, la laguna puede incrementar significativamente su tamaño en pocas horas.
El suelo del sector es arenoso y permeable, de modo que la laguna con seguridad recibe aportes
importantes de agua en forma subterránea.
En la parte alta de la cuenca, en el sector llamado Los Molles, hay plantaciones forestales de
eucaliptus, praderas artificiales y pequeños cultivos de hortalizas (Lámina 6; ref. 5). Allí existen
desde antiguo pozos o norias que se utilizan para extraer agua de riego y, en el pasado, agua para
consumo humano. Esta última práctica ya no es frecuente debido a la presencia de coliformes
fecales en el agua (muchos habitantes se abastecen hoy con camiones aljibe municipales).
Pensamos que, hasta fecha reciente, no han existido en el sector extracciones de agua
significativas que pudieran haber afectado a la laguna. Sin embargo, el año 2015 se detectó en Los
Molles la perforación de un pozo profundo (Lámina 7) sin autorización de la Dirección General de
Aguas y hecho por una entidad particular, la Cooperativa de Vivienda Cerrada y Servicios Villa Los
Cisnes Limitada, RUT 79.080.089-9.
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Lámina 5. Cuenca hidrográfica de la Laguna El Peral (cuenca Los Helechos) y cuencas vecinas.
El sector sur-oriente de la cuenca hidrográfica de la Laguna El Peral posee praderas que son
mantenidas en forma artificial (Lámina 8) y que pertenecen a la empresa Sociedad Agrícola Avícola
San Sebastián Limitada. Esta empresa, dedicada entre otros giros a la producción avícola, utiliza
regularmente guano de aves para abonar sus praderas. El año 2013, Farías (9) detectó en la
Laguna El Peral un incremento muy significativo de la concentración de fosfatos en el agua en
fechas coincidentes con las fechas anuales de utilización de abonos con guano (Lámina 9).
Informada la Sociedad Agrícola Avícola San Sebastián Limitada de esta situación, descartó estar
vinculada (Lámina 10).
En el sector norte de Los Molles, la Municipalidad de El Tabo tiene en funcionamiento desde
hace años un vertedero destinado a recibir restos vegetales (Lámina 11). Sin embargo y como es
frecuente en este tipo de sitios, los restos depositados en el vertedero son de muy diversa
naturaleza y no sólo vegetales. Además, el vertedero está ardiendo en forma continua desde hace
años, siendo ello también una práctica habitual en estos lugares para reducir el volumen de los
depósitos. También se observa la presencia de líquidos percolados en un sector de transferencia
de basura (Lámina 11, derecha).
Próximo al vertedero municipal de restos vegetales en la parte norte de la cuenca
hidrográfica de la laguna, existe un sitio de descarga de camiones limpia-fosas utilizado por la
empresa local “Los Pepes” (Lámina 21, derecha). Consultada la autoridad sanitaria sobre la
11
Lámina 6. Cuenca hidrográfica de la Laguna El Peral, sector de Los Molles. 1, Laguna El Peral; 2,
cultivo de hortalizas; 3, praderas artificiales; 4, sitio de descarga de camiones limpia-fosas;
5, vertedero municipal de material vegetal; 6, pozo profundo.
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Lámina 7. Pozo profundo no autorizado a 300 m de la Laguna El Peral, sector de Los Molles.
Lámina 8. Pradera artificial de la Sociedad Agrícola Avícola San Sebastián Ltda. (ladera verde)
fotografiada el 25 de julio de 2014 desde la administración del Santuario de la Naturaleza.
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Lámina 9. Niveles de fosfato presentes en la Laguna El Peral entre octubre de 2012 y junio de
2013 (9).
Lámina 10. Respuesta de la Sociedad Agrícola Avícola San Sebastián Ltda. a consulta sobre su
eventual relación con el incremento de fosfatos en la Laguna El Peral.
14
Lámina 11. Vertedero municipal de El Tabo de desechos vegetales en Los Molles,
cuenca alta de la Laguna El Peral.
situación legal de este sitio, ella informa que la autorización para su funcionamiento se encuentra
vencida desde el año 2012 y que no ha sido renovada (Láminas 12 y 13). Al parecer, los
responsables del sitio no han estado en condiciones de presentar una propuesta técnica acorde
con las exigencias del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, tal como lo establece la ley. El
sitio de descarga, sin embargo, ha seguido funcionando hasta hoy, especialmente en los meses de
verano.
4. MANEJO DE LAS AGUAS SERVIDAS
El Artículo 4° de la Ley General de Servicios Sanitarios establece que estarán sujetos al
régimen de concesiones todos los prestadores de servicios sanitarios, incluyendo entre estos
servicios la recolección y la disposición de aguas servidas. A su vez, el Artículo 10° de esta misma
ley indica que dichas concesiones “no podrán superponerse con otras de la misma naturaleza ”. El
área contigua a la Laguna El Peral está entregada en concesión a la empresa sanitaria Esval S.A.
(Lámina 14) y, por consiguiente, sólo esta empresa puede recolectar y disponer de las aguas
servidas en esa área. En el sector de Playas Blancas, al poniente de la Laguna El Peral, la junta de
vecinos local gestionó hace algunos años ante el Gobierno Regional de Valparaíso la construcción
de una red local de alcantarillado con financiamiento del Fondo Nacional de Desarrollo Regional
(código BIP 30077395-0). Una vez construida esta red, ella fue transferida a Esval S.A. para su
explotación. Sin embargo, al día de hoy y por distintos motivos, no todas las casas colindantes con
15
Lámina 12. Situación legal del sitio de descarga de los camiones limpia-fosas
“Los Pepes” en el sector de Los Molles.
16
Lámina 13. Situación legal del sitio de descarga de los camiones limpia-fosas
“Los Pepes”en el sector de Los Molles, continuación.
17
Lámina 14. Área de concesión de agua potable y alcantarillado de la empresa sanitaria Esval S.A.
en el sector sur de la comuna de El Tabo. Figura superior: plano completo, Las Cruces, abril de
2010. Figura inferior: detalle del sector de la Laguna El Peral, con el límite de la concesión
destacado en rojo.
18
la Laguna El Peral están conectadas a la red local de alcantarillado, especialmente en el sector
norte de la laguna. Por otra parte, se ha informado que estaría cercana la ampliación del área de
concesión de Esval S.A. hacia el oriente de la Laguna El Peral, hacia el sector de Los Molles (17).
La red de alcantarillado de Playas Blancas, junto con la de los sectores al sur de esta
localidad, transfiere sus aguas servidas al emisario submarino de Cartagena (Lámina 15). Tras un
pretratamiento básico en la boca del emisario, las aguas servidas son transportadas por una
tubería submarina más allá de la zona de protección litoral (ZPL) y finalmente vertidas y diluidas en
el mar, siendo éste el verdadero tratamiento. Es frecuente, tanto en Chile como en otros países,
que las aguas servidas producidas por sectores urbanos costeros sean vertidas al mar, con poco o
nulo tratamiento, a través de emisarios submarinos. La eficiencia de este método de disposición se
evalúa a través de la medición de coliformes fecales en las playas cercanas. Además del efecto de
dilución y dispersión en el mar, la ausencia de coliformes fecales se explica por la inviabilidad de
estas bacterias en agua salada. Junto con estos argumentos técnicos, existe un factor político que
explica la preferencia de los organismos fiscales regulatorios por la construcción de emisarios
submarinos frente a la de verdaderas plantas de tratamiento. Esto es así porque el costo relativo
del tratamiento de aguas servidas es un tercio más bajo con un emisario submarino que con una
planta convencional de lodos activados y, por consiguiente, un emisario hace un menor aporte a la
tarifa regulada que pagan los residentes.
Lámina 15. Emisario submarino de Cartagena, de Esval S.A.,
sector de pretratamiento en tierra.
Los emisarios submarinos, no obstante sus ventajas, son una solución cuestionable desde
otros puntos de vista. Dos aspectos resaltan entre las críticas. Por una parte, la disposición de
grandes volúmenes de aguas servidas en puntos específicos del océano, en la boca de los
emisarios, transforma a esos sectores en verdaderas “áreas de sacrificio”, destruyendo o
alterando drásticamente su ecología marina. Por otro lado, el extraer grandes volúmenes de agua
19
dulce desde diversos puntos de captación (ríos, pozos profundos, etc.) para potabilizarla,
distribuirla como agua potable, recolectarla como agua servida y finalmente verterla en el mar
representa un enorme desperdicio de agua dulce que imposibilita su reutilización y su reintegro a
las cuencas hidrográficas como mandata la ley. Dado el actual escenario de cambio climático, que
pronostica lluvias decrecientes para la zona central de Chile en las próximas décadas (32) y por
consiguiente una mayor dificultad para las empresas sanitarias en provisionarse de agua frente a
una demanda siempre en expansión, la magnitud de este desperdicio será cada vez más evidente
en el futuro. En los últimos años se han desarrollado diversas técnicas de bajo costo para el
tratamiento de las aguas servidas (10, 15), disminuyendo por consiguiente la ventaja económica
comparada de los emisarios submarinos. Creemos que, a futuro, las políticas de reutilización del
agua se harán extensivas a las zonas costeras.
Lámina 16. Estación impulsora de aguas servidas de Playas Blancas, de Esval S.A., próxima a la
Laguna El Peral.
Lámina 17. Localización (círculo rojo) de la estación impulsora de aguas
servidas de Playas Blancas, próxima a la Laguna El Peral.
20
Entre las viviendas donde se producen las aguas servidas y su disposición en el mar a través
de los emisarios submarinos, existe una red de alcantarillado que las va transportando y
concentrando en tuberías de cada vez mayor diámetro. Este transporte se hace habitualmente por
gravedad o pendiente, aunque en ciertos puntos resulta ineludible construir pequeñas plantas
elevadoras o impulsoras. En la Lámina 16, se muestra la estación impulsora de aguas servidas de
Playas Blancas, planta que concentra las aguas del sector de la Laguna El Peral (Lámina 17) y las
impulsa en dirección al emisario submarino de Cartagena. En el litoral central, el diseño de la red
de alcantarillado enfrenta una dificultad técnica adicional, cual es la enorme diferencia en la
producción de aguas servidas domiciliarias existente entre los meses de enero y febrero de cada
año y el resto de los meses. Si se construye una red ajustada a su uso en los meses de verano, su
subutilización de marzo a diciembre puede conllevar problemas de mantención, sin mencionar las
dificultades para rentabilizar la inversión hecha. Si, por el contrario, se la ajusta a los meses de
baja utilización, se corre el riesgo de colapso de la red en los meses de verano. La solución a la cual
se ha optado considera mecanismos de seguridad pensados para evitar que la sobreutilización de
la red de alcantarillado en los meses de verano termine destruyéndola y se produzcan vertidos de
aguas servidas en las casas o en las calles. Esta solución consiste en hacer, en situación de crisis,
vertidos de aguas servidas directamente a playas o humedales cuando existe peligro de
destrucción de la red. Estos vertidos se hacen desde los llamados “aliviaderos” de la red,
estructuras diseñadas para tal fin (NCh 2472, 4.2.6: “el pozo de aspiración y cámara húmeda
deben disponer, cuando técnicamente sea posible, de un sistema ante emergencias, para evitar
que las aguas contaminadas se devuelvan a las uniones domiciliarias o rebasen a las calles.” Ref.
18; Lámina 18). Lamentablemente, con el aumento constante en el número de vacacionistas y, por
consiguiente, en la producción de aguas servidas, la activación de ciertos aliviaderos en el litoral
central ha pasado a ser recurrente en los meses de verano (Lámina 19).
Lámina 18. Aliviadero de la red de alcantarillado de Esval S.A. con evacuación directa de
aguas servidas a un humedal natural.
21
Lámina 19. Diario Las Últimas Noticias de Santiago del 2 de febrero de
2014 informando sobre la contaminación por aguas servidas de la playa
Hanga Roa de El Quisco.
Es evidente que los aliviaderos de la red de alcantarillado, si bien legalmente autorizados,
representan un mecanismo obsoleto, propio de épocas que no valoraban la protección del medio
ambiente. Su sustitución por otros mecanismos debiera no sólo proteger la red de alcantarillado
sino también evitar daños ambientales o, más aún, transformar eventuales daños en beneficios
ambientales. En la Lamina 20, se muestra un sistema de emergencia de la red de alcantarillado de
Esval S.A. existente en el límite de la comuna de El Tabo con la comuna de Cartagena, en el sector
del humedal La Cigüeña, próximo al emisario submarino de Cartagena. Allí, el vertido de aguas
servidas, cuando ocurre, se realiza en un pequeño humedal artificial separado del estero La
Cigüeña y provisto de vegetación palustre (Typha) capaz de absorber con el tiempo los desechos.
Siguiendo este caso como ejemplo pero dándole mayor estructura, podría pensarse en un sistema
en que ciertas plantas elevadoras o impulsoras de la red de alcantarillado, al detectar sobrecargas
de aguas servidas, derivaran determinados caudales hacia pequeñas plantas locales de
tratamiento o humedales artificiales y estos, luego de depurar las aguas, las vertieran finalmente a
humedales con déficit hídrico, como la Laguna El Peral. Una solución de este tipo beneficiaría no
sólo a los humedales sino también a la red de alcantarillado y a los emisarios submarinos,
dotándolos de un sistema de seguridad eficaz que haría innecesaria la construcción de estructuras
de conducción de aguas sobredimensionadas y costosas.
La comuna de El Tabo posee una escasa cobertura de red de alcantarillado (17). Esta sólo se
encuentra presente en los sectores urbanos más próximos a la línea costera, existiendo hacia las
zonas altas un extenso sector de viviendas que, estando conectado a la red de agua potable de la
empresa sanitaria Esval S.A., no posee alcantarillado y dispone de sus aguas servidas a través de
soluciones particulares, las fosas sépticas. Más alejado aún del mar que el sector conectado a la
red de agua potable y sin alcantarillado, existe un sector todavía más amplio que no tiene
conexión ni a la red de agua potable ni a la de alcantarillado, provisionándose de agua a través de
22
pozos o camiones aljibe y recurriendo a fosas sépticas para la disposición de aguas servidas. Por
consiguiente, el universo de casas que utiliza fosas sépticas es ampliamente mayoritario en la
comuna de El Tabo y con seguridad ello continuará siendo así por décadas, dado el atraso en
inversión local en alcantarillado.
Lámina 20. Humedal artificial de descarga de aguas servidas, sector del Estero La Cigüeña,
comuna de Cartagena.
Lámina 21. Izquierda, probiótico utilizado para el buen funcionamiento de las fosas sépticas.
Derecha, publicidad de empresa de limpiafosas del sector de la Laguna El Peral.
23
Las fosas sépticas son estanques donde ocurre la descomposición anaeróbica de los
desechos sólidos transportados por las aguas servidas. El tiempo de residencia del agua
propiamente tal en el estanque de la fosa séptica es relativamente breve, fluyendo luego hacia el
terreno circundante a través de los drenes. Es, pues, en el terreno circundante donde ocurre la
degradación de los desechos disueltos en el agua. Es una situación relativamente frecuente que
los drenes se obstruyan y que el agua deje de fluir por ellos hacia el terreno, colapsando al
estanque y provocando el afloramiento de aguas servidas en la superficie con la consiguiente
emergencia. Se recomienda el uso regular de probióticos (Lámina 21, izquierda) para mantener
despejados los drenes y evitar accidentes, pero esta costumbre no es frecuente entre los
residentes de El Tabo. Quienes utilizan algún producto de mantención prefieren compuestos
tóxicos, como el cloro, dañinos para la flora bacteriana que realiza la degradación en el estanque
de la fosa. Para evitar problemas, se sugiere que una vez al año o cada dos años se extraiga un
cierto volumen de líquido desde el estanque de la fosa recurriendo a los servicios de un camión
limpia-fosas (Lámina 21, derecha). Por otra parte, el Reglamento de Instalaciones Domiciliarias de
Agua potable y de Alcantarillado del Ministerio de Obras Públicas (27) establece que el tamaño del
estanque de la fosa séptica debe ser proporcional al número de habitantes de la casa habitación
que está conectada a él. Sin embargo, al ser la comuna de El Tabo un balneario costero, es
frecuente que las casas sean arrendadas a veraneantes de Santiago sin nociones de las
restricciones de uso de la fosa séptica, provocando ello numerosas emergencias que incrementan
la demanda por camiones limpia-fosas, especialmente en los meses de verano.
Por todo lo mencionado anteriormente, es evidente que existe y que existirá a futuro en la
comuna de El Tabo una importante demanda por los servicios de camiones limpia-fosas. Ahora
bien, para estos pequeños empresarios el costo en combustible vehicular es un ítem relevante y
por ello existe un incentivo económico a descargar el contenido de aguas servidas de sus camiones
en el lugar más cercano posible, sea éste un lugar autorizado o no. Frente a esta realidad,
pensamos que la existencia de una planta de tratamiento de aguas servidas conectada a la red de
alcantarillado y localizada en las proximidades de la Laguna El Peral podría tener la función
adicional de ser un lugar autorizado de descarga de camiones limpia-fosas en la zona sur de la
comuna de El Tabo, sectores de Las Cruces, Playas Blancas y San Carlos. Junto con evitar la
contaminación por descargas ilegales en quebradas y humedales cercanos, las aguas servidas
transportadas por los limpia-fosas y debidamente purificadas en la planta de tratamiento
terminarían siendo un valioso aporte a la Laguna El Peral.
5. TENDENCIA EN EL BALANCE HIDRICO DE LA LAGUNA
La Laguna El Peral sufre variaciones estacionales en su nivel de aguas, así como variaciones
interanuales significativas. Entre los antiguos residentes del sector, existe el recuerdo de haberla
visto completamente seca en algunos veranos de décadas pasadas. Con el objeto de reconstruir la
historia de variaciones del nivel de la laguna para un intervalo importante de años, la mejor
información disponible es la de los registros pluviométricos de estaciones de la zona (8), los que se
extienden de 1920 en adelante, y las fotografías satelitales y aéreas (ortofotos), siendo la más
antigua que hemos localizado un vuelo SAF de 1955 (). Para evitar la nubosidad, estas fotografías
fueron obtenidas habitualmente en los meses de verano. Con esta información, se busca
24
establecer en forma cuantitativa si existe una tendencia de largo plazo a la disminución del nivel
de la laguna, tal como ciertas apreciaciones subjetivas parecen indicar.
Existe un registro, acotado en el tiempo, de una estación pluviométrica contigua a la Laguna
El Peral (estación El Peral: 33° 30´ S, 71° 35´ O). La siguiente estación pluviométrica en cercanía,
con buen registro, es Faro Panul/San Antonio. En los últimos años la ha substituido Santo
Domingo. Más alejada está la estación de Punta Ángeles, también de buen registro. Dada la buena
correlación existente entre estos registros, es posible reconstruir el registro pluviométrico de la
Laguna El Peral, de 1920 en adelante, reconstruyendo el registro completo de la estación El Peral.
Supondremos que, históricamente, la variación de tamaño de la laguna puede explicarse
mayoritariamente por la variación pluviométrica y que otros factores, como las extracciones de
agua o la evapotranspiración, no han variado significativamente a lo largo de los años y por ello no
son incidentes. Finalmente, este supuesto se evalúa relacionando superficie de la laguna con
precipitación anual. Para ello, se considera que el volumen de agua de la laguna en un
determinado momento es el resultado del promedio de precipitación de los últimos tres años,
promedio que además amortigua la variación anual y permite fácilmente detectar tendencias.
En la Lámina 22 se presenta la pluviometría reconstruida para la Laguna El Peral, con valores
promedio de tres años. Llama la atención la existencia de máximos (1928, 1941, 1967, 1984, 2002)
y mínimos (1925, 1947, 1969-1970, 1990), posiblemente relacionados con fenómenos de El
Niño/La Niña (). De especial interés son los mínimos de 1969-1970 y 1990, ya que ambos coinciden
con años en que la Laguna El Peral se secó completamente durante el verano según recuerdo de
residentes locales. A partir de este antecedente, es posible establecer como una predicción para el
futuro que precipitaciones de 200 mm anuales o menores durante tres años seguidos implicarán la
desaparición estacional de la Laguna El Peral. Si se incrementa el promedio de precipitaciones de
tres a diez años en el gráfico con el objeto de hacer más evidente la tendencia a largo plazo de
variación de las precipitaciones (Lámina 23), se observa una declinación para todo el intervalo
Lámina 22. Pluviometría reconstruida para la Laguna El Peral de 1920 a 2014. Para cada punto, los
valores de precipitación corresponden al promedio de los últimos tres años.
25
Lámina 23. Pluviometría reconstruida para la Laguna El Peral de 1920 a 2014. Para cada punto, los
valores de precipitación corresponden al promedio de los últimos diez años. Se indica una línea de
tendencia y su ecuación.
Lámina 24. Superficie de la Laguna El Peral en función de la precipitación promedio de
tres años. Valores en azul para los años 1955, 1975, 1980, 1992, 1996, 2006, 2012 y
2013 con superficies obtenidas a partir de fotos aéreas y satelitales. Se indica línea de
tendencia considerando el punto rojo teórico.
1920-2014, decrecimiento pues de larga data. Finalmente, si se grafica el tamaño de la laguna en
distintos años en función de la precipitación promedio para un intervalo variable de tres años
(Lámina 24), se obtiene una relación con alguna dispersión de puntos pero compatible con la
predicción hecha de sequedad total de la laguna en verano con precipitaciones promedio iguales o
26
inferiores a 200 mm anuales. Esta es una condición relativamente probable en un futuro cercano,
considerando los pronósticos de disminución de las precipitaciones por cambio climático en la
zona central de Chile (32). Evidentemente, un aporte artificial de aguas a la laguna evitaría esta
situación.
6. CONTAMINACION DE LA LAGUNA EL PERAL
En el mes de marzo de 2012, tras recibir denuncias por malos olores de residentes cercanos a
la Laguna el Peral, la Municipalidad de El Tabo encargó un pre-informe sobre la situación de la
laguna (33). Este pre-informe estableció la existencia, en los días previos, de un vertido al humedal
de un volumen importante (80 a 100 m3) de aguas servidas, aguas negras muy descompuestas y
productoras de ácido sulfhídrico. Este vertido, proveniente al parecer de una comunidad localizada
al oriente de la ruta costera (Lámina 25), provocó un episodio agudo de toxicidad en la laguna, con
acidificación del fondo de su lecho, eliminación del oxígeno de la columna de agua, muerte de las
plantas subacuáticas y de numerosos otros organismos (4) y, finalmente, florecimiento de
microorganismos anaeróbicos con aparición de una coloración rojiza en el agua (Lámina 26). Esta
situación, que generó alarma pública y preocupación en las autoridades (Lámina 27), llevó a la
población local de cisnes de cuello negro a abandonar la laguna.
Lámina 25. Foto Google Earth del sector oriente de la Laguna El Peral obtenida el 5 abril 2012. Se
observa una pluma de vertido en el agua proveniente de una zanja perpendicular a la ruta costera
G-98-F.
27
Lámina 26. Florecimiento anaeróbico en la Laguna El Peral en marzo de 2012. Foto de JL Brito (4).
Lámina 27. Notas de prensa informando sobre la contaminación de la Laguna El Peral.
Luego de algunas semanas, esta coloración rojiza desapareció para dar lugar a una coloración
verdosa con aguas muy turbias. En febrero de 2015 ocurrió un nuevo episodio de anaerobiosis con
aguas rojizas (foto en página 1), al parecer no mediado esta vez por un vertido de aguas servidas.
Salvo por estos episodios anaeróbicos de breve duración, la laguna ha permanecido desde 2012
con sus aguas verdosas y sin transparencia, ricas en microalgas, sin plantas subacuáticas y sin
cisnes de cuello negro (9, 12). Esta condición parece ser muy estable.
28
Los cuerpos de agua con poca escorrentía, como la Laguna El Peral, acumulan gradualmente
sedimentos en el fondo de sus lechos y estos sedimentos, fuera del alcance del oxígeno, se van
descomponiendo de manera anaeróbica y transformando en lodos negros de mal olor, muy
característicos. También es frecuente que estas lagunas someras tiendan a perder volúmenes
importantes de agua por evaporación durante los meses de verano. Así, al disminuir el nivel del
agua, sectores del fondo del lecho quedan expuestos al aire en verano y otoño. Habitualmente, la
deshidratación de la capa superior del fango produce un sello que evita la liberación de los malos
olores a la atmósfera. Existe, pues, una variación estacional donde se modifica durante el año la
importancia relativa de la fase anaeróbica del fondo del lecho y de la fase oxigenada de la columna
de agua. Por una parte, en los meses de invierno, especialmente en años lluviosos, la fase
oxigenada es mayor y, por otra, en el verano, sobre todo en años secos, la fase anaeróbica se
acerca a la superficie. Ahora bien, si las lluvias de invierno son escasas, como el año 2014, o si hay
un vertido de aguas servidas justamente a fines del verano, como el año 2012, la fase anaeróbica
puede aflorar en la superficie de la laguna y se produce entonces un episodio de aguas rojas.
Lámina 28. Izquierda: efecto de la concentración de fosfato sobre la cantidad de plantas
subacuáticas (carófitas) en un lago somero. Derecha: modelo teórico. Según ref.31.
Es un problema bastante recurrente en el mundo la transformación de cuerpos de aguas
transparentes, ricos en plantas subacuáticas, peces y aves, en cuerpos de aguas turbias con escasa
fauna (), proceso llamado eutrofización. A menudo, el factor causante de la transformación es un
aporte de nutrientes limitantes (principalmente fosfato y nitrógeno) a través del vertido de aguas
servidas domiciliarias, residuos industriales líquidos o el arrastre de abonos agrícolas al cuerpo de
agua. Los cuerpos de agua dominados por plantas subacuáticas son resistentes al aporte de
nutrientes (Lámina 28) y son capaces de evitar el crecimiento de microalgas y la turbiedad del
agua hasta un cierto límite, hasta un “punto de no retorno” (punto F2 en Lámina 28, derecha). Más
allá de ese límite en el aporte de nutrientes, los cuerpos de agua pasan bruscamente a la condición
eutrófica de poca transparencia, dominada por microalgas. Y ocurre que ese estado de aguas
turbias también es resistente a cambio, de modo que tampoco vuelven fácilmente al estado de
aguas transparentes (punto F1 en Lámina 28, derecha) aun cuando el aporte de nutrientes
29
disminuya. Así, si un cuerpo de agua está en una condición eutrófica de poca transparencia como
la actual Laguna El Peral, sólo una remediación ambiental drástica puede revertir este estado.
Cabe hacer notar, finalmente, que la concentración de nutrientes en un cuerpo de agua
también está relacionada con la cantidad de agua presente en dicho cuerpo. Así, una cierta
cantidad de nutrientes en una laguna con poca agua producirá una concentración mayor (y un
mayor peligro de alcanzar el “punto de no retorno”) que esa misma cantidad de nutrientes en una
laguna con más agua. Esto explica porqué las lagunas con permanente déficit hídrico tienden al
deterioro de la calidad de sus aguas sin que medien otros factores. Si este es el caso, toda
propuesta de remediación ambiental deberá considerar también un aporte artificial de aguas.
A. Febrero de 1955
B. Enero de 2011
C. Abril de 2012
D. Agosto de 2014
Lámina 29. Laguna El Peral en serie cronológica. A, ortofoto SAF; B, C y D, Google Earth.
30
En la Lámina 29 se muestra una serie cronológica de fotografías de la Laguna El Peral que
pone en evidencia los efectos del episodio de contaminación del año 2012. La primera (A, febrero
de 1955) es un punto de referencia inicial y en ella se aprecia un espejo de agua extenso de 15,7
hectáreas y la ausencia de construcciones en el entorno. La segunda (B, enero de 2011) fue
tomada un año antes del episodio de contaminación. Comparándola con la primera, se observa
una menor superficie anegada, especialmente hacia el sector norte. En el año 2011, la coloración
del agua indica una condición transparente y rica en oxígeno. La tercera fotografía (C, abril de
2012) fue obtenida en pleno episodio de contaminación y de anaerobiosis. La superficie del espejo
de agua está muy disminuida (8,8 hectáreas), apreciándose en su perímetro una franja blancuzca
de lodos del fondo expuestos al aire. La coloración rojiza del agua evidencia el florecimiento de
microorganismos anaeróbicos. Finalmente, la última fotografía (D, agosto de 2014) muestra la
condición actual de la Laguna El Peral. La coloración verde pareja del agua indica poca
transparencia, eutrofización y gran abundancia de microalgas. Si se observa el pajonal en torno al
espejo de agua y se compara la variación de su coloración entre C, D y E, se aprecia su sequedad
creciente.
7. PROPUESTA DE RESTAURACIÓN ECOLÓGICA
A. ESPECIE CLAVE
Antes del episodio de hipoxia del año 2012, en la Laguna El Peral llegaron a avistarse más de
106 especies de aves, 55 de ellas acuáticas (2, 13). Dentro de esta gran diversidad, destacaba el
cisne de cuello negro, Cygnus melancoryphus, la especie más vistosa y “carismática” (1, 19, 34) del
lugar y, por lo mismo, emblema del Santuario de la Naturaleza. Después del año 2012, su
presencia en la laguna sólo ha sido esporádica debido a la desaparición de su fuente alimenticia. El
cisne de cuello negro es una especie herbívora, alimentándose preferentemente de plantas
acuáticas (6). La recuperación de la laguna tendrá como objetivo el retorno de los cisnes de cuello
negro y la manera de lograrlo será mediante la recuperación de su fuente alimenticia.
Según Ramírez et al. (28), entre las especies de plantas vasculares sumergidas presentes en
la Laguna El Peral en 1987, la más abundante era Ceratophyllum chilense, el llamado pelo de agua
o hilo de agua, hidrófito sumergido libre de hasta 1 m de largo (Lámina 30). Esta hierba carece de
raíz y los ejemplares se van pudriendo por la base mientras crecen por el otro extremo. Para
prosperar, requieren de aguas transparentes y se utilizan con frecuencia en acuarios.
Ceratophyllum chilense, que ocupaba toda la laguna en profundidades de 50 cm hasta 3 m con un
100% de cobertura, era el alimento preferido de los cisnes de cuello negro. En 1987, Ramírez et al.
indicaban que “el Ceratophylletum chilensis es la asociación vegetal dominante en la Laguna El
31
Lámina 30. Ceratophyllum, alimento de los cisnes de cuello negro en la Laguna El Peral
y especie “clave” del ecosistema. Fotos de intermountainbiota.org/
Peral, presentando una alta productividad y biomasa”. Actualmente, Ceratophyllum chilense está
completamente ausente de la laguna.
Con el objetivo de recuperar a la Laguna El Peral como el hábitat de una población estable de
cisnes de cuello negro, Ceratophyllum chilense deberá reintroducirse y ser la especie “clave” (7,
19) de un protocolo de restauración ecológica. Como otras hierbas acuáticas, esta especie posee
un bajo valor nutricional como alimento y, por ello, los cisnes necesitan consumir diariamente
grandes cantidades de ella (6). Para que esta condición sea sustentable, la laguna deberá
mantener una abundante población de Ceratophyllum y esto requerirá de aguas relativamente
transparentes. Además, como Ceratophyllum no tolera la condición emergida, la laguna tampoco
podrá disminuir en exceso su volumen de agua, especialmente en los meses de verano y otoño.
En forma complementaria a la reintroducción de Ceratophyllum, podrá intentarse la
reintroducción en la laguna de la especies de Myriophyllum originalmente presentes en el lugar,
de hábito similar. Durante la reintroducción, deberá hacerse un monitoreo de la transparencia del
agua con disco Secchi y de su conductividad eléctrica (salinidad).
B. RECUPERACIÓN DE LA CALIDAD DEL AGUA
Actualmente, las aguas de la Laguna El Peral poseen baja transparencia debido a la presencia
de gran cantidad de microalgas (C. Rivera, comunicación personal). Estas, al impedir la penetración
de la luz en la columna de agua, hacen inviable el crecimiento de las plantas subacuáticas. La
32
reintroducción de estas últimas en la laguna, para ser exitosa, deberá ir antecedida por algún
procedimiento que incremente la transparencia del agua. Existen diversas técnicas de eliminación
de microalgas, técnicas habitualmente usadas en la mantención de piscinas o estanques
artificiales. Dado el mayor tamaño de la Laguna El Peral, métodos como la circulación del agua por
filtros de arena resultan complejos y costosos de aplicar en este caso. También debiera
descartarse la utilización de alguicidas u otros compuestos químicos por la condición de Santuario
de la Naturaleza del lugar. Una técnica no excesivamente costosa y de bajo impacto visual es la
utilización de equipos que emiten ultrasonidos bajo las aguas en longitudes de onda inaudibles e
inocuas para la fauna y las plantas macrófitas pero que perturban la flotabilidad de las microalgas
y finalmente las matan (3, 20). En la Lámina 31 se muestra el aspecto de uno de estos equipos
(izquierda) y la curva de disminución del nivel de clorofila-a en el agua con su uso (derecha). Como
esta técnica de eliminación es de carácter físico y no altera las condiciones ambientales que
estimulan el crecimiento de las microalgas, su uso deberá ser permanente mientras no se logre la
reimplantación de Ceratophyllum en la laguna y, con ello, la modificación de las condiciones que
impiden que las plantas subacuáticas vuelvan a ser las mayores consumidoras de nutrientes del
ecosistema (ver Lámina 28). Durante el uso de ultrasonido, se recomienda hacer un seguimiento
de su efecto midiendo la transparencia del agua con disco Secchi, opción de muy bajo costo.
Lámina 31. Izquierda, equipo de ultrasonido LG Sonic®. Derecha, efecto alguicida del
ultrasonido medido a través de la variación de la concentración de clorofila-a en el agua (3).
C. APORTE ARTIFICIAL DE AGUAS A LA LAGUNA
Una recuperación exitosa de la calidad del agua de la Laguna El Peral no será de larga
duración si no se resuelve también su problema básico, cual es la disminución del volumen de
agua. Por todo lo mencionado anteriormente, cuerpos de agua muy disminuidos tienden a la
condición pantanosa. Adicionalmente, la condición de albufera de la Laguna El Peral con su
cercanía al mar y la probable presencia de una cuña marina de agua salada bajo ella llevan a
considerar también la posibilidad de un incremento peligroso de su salinidad por disminución de
las aguas dulces. Ahora bien, como los aportes naturales de aguas lluvia a la laguna están
menguando, la opción que asegura su viabilidad futura es la de un aporte artificial de agua, opción
que se ha implementado exitosamente en otros humedales (humedal de Batuco, por ejemplo).
Siguiendo este argumento, cabe preguntarse luego por el posible origen de las aguas aportadas
33
artificialmente. Si bien la presencia cercana del océano puede llevar a considerar la opción de una
desalación de agua de mar, los costos eléctricos de esta tecnología la vuelven inviable. Queda,
pues, como la opción más realista la reutilización de las aguas servidas residenciales que circulan
por la red de alcantarillado del sector, aguas que debieran ser depuradas previamente en una
planta de tratamiento. Como se mencionó antes, el sector de la Laguna El Peral dispone hoy de sus
aguas servidas a través del emisario submarino de Cartagena (Lámina 15). El desvío de un
porcentaje menor de dicho flujo en una estación impulsora cercana a la laguna (Láminas 16 y 17) y
en dirección a una planta de tratamiento es técnicamente sencillo. El flujo de agua desviado puede
ser variable, dependiendo tanto del peligro de saturación de la red de alcantarillado como del
aporte de agua requerido por la laguna. Para estimar un rango, si se considera una superficie de
espejo de agua de 10 hectáreas y una profundidad promedio de 1,5 metros, se obtiene un
volumen de agua en la laguna de 150.000 m3. El desvío de un flujo de 1 l/s de aguas servidas en
dirección a la planta de tratamiento implicaría un aporte adicional a la laguna de 31.536 m 3/año; el
desvío de 2 l/s, un aporte de 63.072 m3/año; y el de 4 l/s, uno de 126.144 m3/año.
Por la condición de Santuario de la Naturaleza de la Laguna El Peral, la construcción de una
planta de tratamiento de aguas servidas en sus cercanías debiera obligatoriamente someterse al
Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. La localización exacta de la planta dependerá tanto
de las características de la red de alcantarillado del sector (diferencias de altura) como de la
conveniencia que ella esté aguas arriba de la laguna. El sector al oriente de la ruta costera G-98-F,
en la entrada a Los Molles (Lámina 6), podría ser apropiado, estando además separado de
viviendas. Esta ubicación, en terrenos arenosos y permeables, permitiría adicionalmente que las
aguas provenientes de la planta de tratamiento no se vertieran directamente al humedal, sino que
se infiltraran en el terreno y afloraran luego desde el fondo de la laguna, lográndose así una
depuración adicional a la obtenida por la planta.
Como se mencionó anteriormente, el sector de Los Molles está hoy fuera del área de
concesión de la empresa sanitaria Esval S.A., aunque podría incluirse en ella próximamente
(Lámina 14). Las aguas servidas de Playas Blancas, en todo caso, son parte de la concesión de Esval
S.A. Por lo tanto, la construcción de una planta de tratamiento de aguas servidas en el sector debe
necesariamente ser el fruto de un acuerdo con la empresa sanitaria concesionaria. Como un
antecedente importante a considerar para dicho acuerdo así como para el financiamiento de los
costos de funcionamiento de la planta, cabe mencionar la tarifa que Esval S.A. cobra por
tratamiento de aguas servidas a los residentes de Las Cruces/San Sebastián y que es de
$n212,23/m3. Así, el tratamiento por la planta de 31.536 m3/año (1 l/s) implicaría un ingreso por
tratamiento de $ 6.692.885/año y el de 126.144 m3/año (4 l/s), uno de $ 26.771.541/año.
La cercanía de una planta de tratamiento de aguas servidas al Santuario de la Naturaleza
obligará a dar a conocer correctamente la iniciativa a la comunidad local, con el objeto de obtener
la llamada licencia social para operar. Para lograr este propósito, es esencial que la tecnología de
la planta sea lo más amigable posible con el ambiente, debiendo descartarse opciones técnicas
convencionales, como las plantas de lodos activados, de no muy buena reputación. A
continuación, se presentan dos alternativas tecnológicas consideradas entre las más ecológicas.
i. Lombrifiltro o Sistema Tohá®
Dentro de las tecnologías no convencionales de tratamiento de aguas servidas, el Sistema
Tohá® o lombrifiltro (Lámina 32; refs. 10, 21, 23, 30) es un sistema pensado para zonas rurales,
34
fácil de operar al no requerir personal calificado y ecológico, pues no genera subproductos
indeseables como los lodos. Se trata de una tecnología de carácter biológico basada en la acción
depuradora de los organismos sobre las aguas servidas, al extraer éstos del agua materia orgánica
y nutrientes para sus procesos metabólicos. Fue diseñado por el investigador chileno Dr. José Tohá
Castellá a partir del año 1986, basándose en experiencias previas de lombricultura. La lombriz roja
californiana, Eisenia foetida (Lámina 33, izquierda) es una especie que se alimenta con los más
diversos desechos de tipo orgánico, siendo muy voraz. Tiene gran tolerancia a la aglomeración y es
muy prolífica, duplicando su población cada tres meses. Las primeras tecnologías no utilizaban las
lombrices en el tratamiento de las aguas servidas, sino en el de los lodos que resultaban de la
depuración de las aguas. En el sistema Tohá, por el contrario, las lombrices participan
directamente en la oxidación biológica de la materia orgánica presente en las aguas servidas. En
este sistema, ellas transforman la materia orgánica en dos elementos económicamente valiosos.
Por una parte, las lombrices producen deyecciones, denominadas humus de lombriz, que pueden
extraerse cada cierto tiempo y ser comercializadas como abono orgánico para el suelo. Por otra, al
estar en constante reproducción, transforman la materia orgánica en biomasa de lombriz, la que
puede comercializarse como alimento para aves o mascotas, en piscicultura, etc. Una segunda
función de las lombrices es la de airear y mantener la porosidad del medio con su permanente
movimiento, permitiendo el crecimiento en el lombrifiltro de microorganismos aeróbicos que
contribuyen significativamente a la degradación de la materia orgánica. En los sistemas
convencionales de tratamiento aeróbico de aguas servidas, esta función de aireación la cumplen
dispositivos con consumo eléctrico, los que han sido sustituidos en el filtro Tohá por el trabajo de
las lombrices.
Lámina 32. Filtro Tohá en Pesquera Humboldt, X Región. Tratamiento de 430 m3/día (10).
La estructura del lombrifiltro (Lámina 33, derecha) está constituida por varias capas. El
estrato de soporte está hecho de aserrín o viruta; bajo él existe una capa de ripio o grava y más
abajo aún una de bolones. Sobre la capa de aserrín existe una capa de humus de lombriz de
aproximadamente 2 cm de profundidad, capa en la cual habitan las lombrices junto con
numerosos microorganismos que también participan en la degradación de la materia orgánica. La
35
capa siguiente de aserrín o viruta, de unos 25 cm de espesor, permite el desplazamiento de las
lombrices y cumple la función adicional de ser fuente alimenticia para éstas cuando la carga
orgánica del afluente disminuye. Las capas inferiores de grava y bolones, con las piedras de menor
tamaño arriba y las mayores abajo, están destinadas al drenaje y aireación del sistema. En estas
piedras también se forma flora bacteriana que contribuye a la digestión de la materia orgánica no
retenida en las capas superiores del filtro. Antes de entrar al lombrifiltro, las aguas servidas
circulan por una cámara de rejas o canastillo que ataja aquellos materiales, como los plásticos, que
no deben entrar al filtro. Tras este tamizado, las aguas pasan por una planta elevadora y son luego
regadas con aspersores sobre el lombrifiltro. La percolación de las aguas por el filtro es rápida, no
tardando más de 40 minutos en total, evitándose así su descomposición y la generación de malos
olores. Luego, las aguas provenientes del lombrifiltro son derivadas a una cámara de desinfección
que puede utilizar luz ultravioleta o cloración y que entrega un efluente que cumple con la Norma
Chilena N° 1.333 de calidad de agua para riego. El agua tratada que se obtiene cumple, pues, con
las normas ambientales para su disposición en aguas superficiales con o sin poder de dilución. Es
decir, no queda potable pero sí puede ser usada para riego, infiltración, descarga al mar o para ser
reutilizada con fines agrícolas o en irrigación de áreas verdes.
Lámina 33. Eisenia foetida, izquierda, y estructura interna de filtro Tohá, derecha (10).
La estructura del lombrifiltro (Lámina 33, derecha) está constituida por varias capas. El
estrato de soporte está hecho de aserrín o viruta; bajo él existe una capa de ripio o grava y más
abajo aún una de bolones. Sobre la capa de aserrín existe una capa de humus de lombriz de
aproximadamente 2 cm de profundidad, capa en la cual habitan las lombrices junto con
numerosos microorganismos que también participan en la degradación de la materia orgánica. La
capa siguiente de aserrín o viruta, de unos 25 cm de espesor, permite el desplazamiento de las
lombrices y cumple la función adicional de ser fuente alimenticia para éstas cuando la carga
orgánica del afluente disminuye. Las capas inferiores de grava y bolones, con las piedras de menor
tamaño arriba y las mayores abajo, están destinadas al drenaje y aireación del sistema. En estas
piedras también se forma flora bacteriana que contribuye a la digestión de la materia orgánica no
retenida en las capas superiores del filtro. Antes de entrar al lombrifiltro, las aguas servidas
circulan por una cámara de rejas o canastillo que ataja aquellos materiales, como los plásticos, que
no deben entrar al filtro. Tras este tamizado, las aguas pasan por una planta elevadora y son luego
36
regadas con aspersores sobre el lombrifiltro. La percolación de las aguas por el filtro es rápida, no
tardando más de 40 minutos en total, evitándose así su descomposición y la generación de malos
olores. Luego, las aguas provenientes del lombrifiltro son derivadas a una cámara de desinfección
que puede utilizar luz ultravioleta o cloración y que entrega un efluente que cumple con la Norma
Chilena N° 1.333 de calidad de agua para riego. El agua tratada que se obtiene cumple, pues, con
las normas ambientales para su disposición en aguas superficiales con o sin poder de dilución. Es
decir, no queda potable pero sí puede ser usada para riego, infiltración, descarga al mar o para ser
reutilizada con fines agrícolas o en irrigación de áreas verdes.
La tecnología de los filtros Tohá está patentada y su uso ha sido impulsado por la Fundación
para la Transferencia Tecnológica de la Universidad de Chile. A la fecha, se han construido cerca de
400 plantas de tratamiento con esta tecnología, tanto en Chile como en otros países. 270
corresponden a plantas de aguas servidas, 80 a plantas de residuos industriales líquidos y el resto
a soluciones particulares. Entre los casos especiales, cabe mencionar el filtro Tohá construido en la
Base Aérea Presidente Eduardo Frei Montalva, en la Antártica Chilena, y el de la empresa
Agrofoods, el más grande construido, que trata 4.800 m3/día de riles.
El valor estimado de la construcción de un lombrifiltro capaz de depurar 4 l/s es de 6.000 UF
+ IVA. (aprox. $ 150.000.000 + IVA; ref. 21). Ello no incluye la conexión a la red local de
alcantarillado ni el costo del terreno. Un lombrifiltro de esta capacidad ocuparía una superficie de
2.500 m2.
ii. Filtro de Macrófitas en Flotación, FMF®
El sistema FMF (Lámina 34; ref. 15) es un sistema biológico de depuración de aguas servidas
que no consume energía ni requiere de aparatos electromecánicos. Tampoco produce lodos y su
mantenimiento se reduce a labores fitosanitarias. Consiste, esencialmente, en convertir en
flotantes a plantas palustres que habitualmente están enraizadas en los suelos de los humedales.
Una vez instaladas en flotación, las raíces de las plantas palustres se unen unas con otras tejiendo
una alfombra flotante capaz de transferir oxígeno del aire al agua (Lámina 35, derecha). Esto
ocurre porque las hojas y tallos de las plantas tienen una anatomía permeable (Lámina 36) que
permite la circulación pasiva del oxígeno por diferencia de presión isostática entre el aire y el agua.
Esta circulación de oxígeno es mucho menos eficaz cuando las plantas tienen sus raíces enterradas
en los lodos del fondo del humedal, como ocurre en los sistemas naturales. En el sistema FMF, el
oxígeno aportado a través las raíces flotantes permite el crecimiento en el agua de
microorganismos aeróbicos que degradan la materia orgánica. Adicionalmente, las plantas
contribuyen también a la depuración absorbiendo compuestos.
Las plantas palustres adultas tienen una menor densidad que el agua y flotan sin dificultad
cuando los sistemas radiculares entrelazados tienen el sostén adecuado. Hidrolution®, empresa
española que comercializa el sistema FMF, ha patentado un sistema de plantación y soporte en el
agua desarrollado originalmente por la Universidad Politécnica de Madrid (Lámina 35, izquierda),
sistema que permite la flotación y el crecimiento de ejemplares jóvenes hasta formar el filtro de
raíces con capacidad de depurar. El sistema FMF forma humedales artificiales y el único límite a su
capacidad de limpieza es la extensión de terreno a utilizar. Se requieren 2 m2 de superficie de
lámina de agua por habitante. Así, una población de 1.500 personas (aproximadamente 4 l/s de
aguas servidas) requeriría un humedal depurador de 3.000 m2.
37
Lámina 34. Aspecto general de una depuradora FMF en funcionamiento.
Lámina 35. Izquierda, estructuras de soporte de plantas palustres en flotación. Derecha, raíces
entrelazadas de plantas palustres en flotación sobre aguas servidas.
38
Lámina 36. Cortes longitudinal (izquierda) y transversal (derecha) de planta
palustre mostrando cámaras aéreas.
8. AGRADECIMIENTOS
Fundación Kennedy para la Conservación de los Humedales y el equipo técnico de este
proyecto agradecen al Programa RBC Blue Water Project Leadership Grants 2014 el apoyo
brindado. También agradecen la colaboración de la Corporación Nacional Forestal, de la Junta de
Vecinos de Playas Blancas y de los residentes del sector de Los Molles, comuna de El Tabo.
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