P Artículo de opinión sobre hechos coyunturales de la economía ecuatoriana opina || Año 2 || Número 7 || Miércoles, 01 de abril de 2015 || Impacto de las salvaguardias en los niveles de inflación L as salvaguardias impuestas por el Gobierno para limitar la salida de dólares de la economía tendrán, necesariamente, un impacto en las tasas de inflación ya que más del 40% de los productos que forman parte de la canasta para el cálculo del índice de precios al consumidor (IPC) están incluidos en esa medida. En este sentido, el discurso oficial según el cual las sobretasas arancelarias recaerán únicamente sobre los bienes que consumen los sectores de mayores ingresos (el salmón y la nutella son los ejemplos más recurrentes) se queda sin sustento al comparar la canasta del IPC con la lista de partidas detalladas en la resolución que el COMEX emitió a principios de marzo. Para calcular el IPC, en base al cual se obtienen las tasas de inflación, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) establece una canasta de bienes y servicios representativos en la estructura de gastos de un hogar ecuatoriano tipo. En la metodología para el cálculo del IPC con base 2014, el INEC toma en cuenta 359 productos (entre bienes y servicios) que tienen una ponderación fija en el índice general. Entre los productos que componen el IPC, las salvaguardias adoptadas por el Gobierno no afectan de manera directa a los “no transables”, es decir, a aquellos productos, principalmente servicios, que no pueden ser comercializados con el exterior (el pasaje de bus, por ejemplo). Entre los productos “transables”, es decir, los que sí pueden ser exportados e importados, unos pocos, como las medicinas o los artículos de higiene personal, no están incluidos en la medida. Otro aspecto que diluye el impacto de las salvaguardias sobre el nivel general de precios es el peso de la producción local en la oferta total de un producto determinado. Así, por ejemplo, en bienes como el banano, que está incluido en la salvaguardia, la participación de los productos importados en la oferta total es nula o marginal, por lo que el impacto de la sobretasa, que recae únicamente sobre el componente importado de la oferta, es mínimo. Obviamente, la situación es distinta en otros sectores, donde las importaciones constituyen una parte significativa de la oferta total. En estos casos, entre los que se incluyen los electrodomésticos, los neumáticos, la ropa e incluso algunas frutas como las manzanas, el impacto de la salvaguardia sobre los precios al consumidor es sustancial. En el último trimestre de 2014 el consumo de los hogares, según el Banco Central del Ecuador, mostró un crecimiento interanual de 4,3%, sin embargo, el aumento frente al trimestre inmediatamente anterior fue de apenas 0,4%. En base a este desempeño, que ya anticipa lo que podría pasar este año, hemos considerado para nuestra proyección que los comerciantes que venden los productos incluidos en las salvaguardias optarán por asumir una parte de las sobretasas arancelarias, que van del 5% al 45% (esta última tasa es la que más se aplica). Es decir, consideramos que estarán dispuestos a reducir su rentabilidad para no enfrentar una caída demasiado brusca en su nivel de actividad, que de todas formas se verá afectado. La proyección, además, no considera los posibles efectos de la especulación (es decir, productores locales que aprovechan el encarecimiento de la competencia externa para aumentar sus propios precios), ni el impacto indirecto de las salvaguardias sobre algunos productos no transables (por ejemplo, un aumento en el precio de los restaurantes por el encarecimiento de algunos alimentos). En base a estos supuestos, a la ponderación de los productos afectados por la salvaguardia en el IPC general, a la sobretasa que recae sobre cada uno de ellos y a la composición de su oferta total (importaciones vs producción local, según la tabla de oferta y utilización de Cuentas Nacionales), estimamos que en 2015 la inflación anual promedio será de 5,5%, 1,9 puntos porcentuales por encima del 3,6% registrado en 2014 y 1,7 puntos por arriba del 3,8% que habíamos proyectado a inicios de año, cuando el Gobierno ya había impuesto cupos de importación a los automóviles (medida que impactó en la inflación de febrero), pero antes de que se adoptara la salvaguardia por balanza de pagos. El impacto de esta medida sobre el nivel de precios se sentirá especialmente en abril, cuando los comercios agoten el stock de los productos que se importaron sin sobretasas y empiecen a regir los nuevos valores. Para ponderar el impacto de una inflación de 5,5% hay que tomar en cuenta que este año el incremento del salario básico fue de 4,11%, lo que implica que el salario real se contraerá tras varios años de crecimiento. La caída de los ingresos reales será aún más notoria para los empleados públicos, que no percibirán ningún incremento salarial este año. En este contexto, que también afecta a varios trabajadores privados, proyectamos que en 2015 el consumo de los hogares, que representa más del 60% del PIB total, crecerá apenas 1,2% (frente al 3,9% de 2014), lo que llevará a un menor dinamismo a una economía que ya enfrenta la reducción en el gasto y la inversión pública. El propósito de esta publicación es promover el diálogo sobre temas relevantes para la sociedad ecuatoriana. Cualquier comentario dirigirlo a: [email protected]. Ediciones anteriores disponibles en www.cordes.org
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