LA POLÍTICA DE COOPERACIÓN QUE QUEREMOS A PARTIR DE 2015 Coordinadora de ONG para el Desarrollo-España Nuestro punto de partida: Abril 2015 El año 2015 está marcado por un contexto electoral que implicará la elección de representantes políticos en los distintos niveles del Estado. Las elecciones tienen lugar en un contexto social, económico y político lleno de desafíos en el plano doméstico e internacional, y en el que las personas reclaman, más que nunca, procesos de definición de políticas más legítimos e inclusivos, así como la recuperación de los logros sociales y políticos perdidos en los últimos años. En este contexto, las más de 400 ONG de Desarrollo que somos parte de la Coordinadora de ONGD-España queremos tomar la palabra y aportar al debate electoral con propuestas que, desde nuestro trabajo en el desarrollo y la cooperación internacional, contribuyan a lograr un mundo más equitativo, sostenible y libre de pobreza. Y queremos hacerlo desde la experiencia que nos aporta décadas de acompañamiento a procesos de transformación social y política en más de 120 países, y desde nuestro conocimiento del impacto que han tenido, en la vida de millones de personas fenómenos globales como el cambio climático, las políticas de deuda y de desregulación financiera, la acumulación de riqueza o la existencia de paraísos fiscales. Un conocimiento y experiencia que, ahora más que nunca, queremos poner al servicio de la búsqueda de soluciones para los problemas que también afectan a la ciudadanía española. El contexto internacional también nos ofrece un marco perfecto para ello y para alimentar el debate sobre las políticas públicas que necesitamos para enfrentar los problemas que tenemos en casa. En 2015 evaluaremos si la igualdad de género y los derechos de las mujeres han avanzado en el mundo, tras 20 años de puesta en marcha de la Plataforma de Acción de Beijing; presionaremos a la comunidad internacional, en la COP-21 de París, para que sean parte de un acuerdo internacional que verdaderamente permita limitar el calentamiento global a un nivel, como mínimo, por debajo de los 2ºC 1; exigiremos a nuestros gobiernos que se comprometan con una agenda de financiación del desarrollo que no se olvide del 0,7% ni de la necesidad de dar pasos reales para acabar con la evasión y elusión fiscal; y contribuiremos con propuestas a la definición de la nueva agenda de desarrollo que sustituya a los Objetivos de Desarrollo del Milenio en clave de derechos universales. Una agenda que, conjuntamente con el marco internacional de derechos humanos también deberá dar forma a las políticas públicas de aplicación en España 2. Lo que supondrá dejare n el subsuelo la mayor parte de las reservas mundiales de combustibles. En 2015, España será examinado por dos de los órganos de vigilancia en material de Derechos Humanos. En concreto se someterá al examen de la CEDAW y volverá a someterse al Examen Periódico Universal, en el que el Consejo de Derechos Humanos analizará si las recomendaciones realizadas en 2010 han sido implementadas. 1 2 1 Toda esa reflexión que está teniendo lugar a nivel global queremos traerla al debate político que está teniendo lugar en este contexto electoral, aportando desde la cooperación y desde la demanda de mayor coherencia de las políticas públicas con el desarrollo como herramientas fundamentales para un mundo justo, sostenible y que ofrezca las mismas oportunidades para todas las personas y todos los pueblos en la consecución de su dignidad, que sólo en el disfrute de sus derechos humanos puede encontrar el cauce para ello; a la vez que servimos de canal para que los problemas que afectan a las personas en España tenga su reflejo en la forma que adopte la nueva agenda de desarrollo internacional. El modelo de desarrollo que queremos Aquí y en el Mundo Partimos de un concepto de desarrollo que pone en el centro a las personas. Un proceso multidimensional que busca ampliar sus capacidades y oportunidades; y lo hace dentro de los límites de sostenibilidad del planeta. Un proceso que tiene como fin último garantizar sus derechos e incrementar su grado de libertad e igualdad, abordando las causas de discriminación desde la raíz; y que genera las condiciones para que las personas puedan desplegar su máximo potencial, y lo hagan dentro de un marco social justo, cooperativo y solidario que entiende la necesidad de interactuar de forma sostenible con el medio ambiente. Ello implica, que toda medida orientada a promover el desarrollo: Parta de una defensa de lo público como ámbito de actuación privilegiado para asegurar la cohesión social, y la resolución de los problemas globales que nos afectan. Para ello, deberá articular un nuevo contrato social que se fundamente en la redistribución de la riqueza basándose en una mirada de derechos humanos que supere la discrecionalidad del asistencialismo. Responda de manera efectiva a los tres desafíos globales que la Agenda Post-2015 ha identificado como prioritarios, que lo son también en lo doméstico: pobreza, desigualdad, y sostenibilidad, y lo haga enfrentando sus causas estructurales. Coloque en el centro del conjunto de la agenda política la garantía de los Derechos Humanos teniendo en cuenta su carácter integral, universal, indivisible e interdependiente; así como el fortalecimiento de la democracia para que sea más inclusiva, rinda cuentas y haga más partícipe a la ciudadanía en la toma de decisiones, en su seguimiento y en su control. Preste atención específica a la desigualdad que afecta a las mujeres, y lo haga desde una garantía estricta de sus derechos. ¿Qué necesita la política de cooperación para contribuir a lograr esa manera de entender el desarrollo? (1) Ser asumida como una política pública, al margen de los vaivenes políticos, y construirse y ejecutarse de forma compartida por el conjunto de actores implicados desde su especificidad y valor agregado. La cooperación es un elemento fundamental de la imagen exterior de un país, además de un deber ético que la ciudadanía ha seguido respaldando a pesar de la crisis. Debe, por tanto, articularse entorno a consensos básicos que permanezcan a lo largo del tiempo, de forma que no se vean afectados en lo sustantivo 2 por los cambios de gobierno. Unos consensos que en estos momentos vienen determinados por el mandato de la Ley 23/1998 de Cooperación Internacional, las obligaciones jurídicamente vinculantes derivadas de los instrumentos internacionales de derechos humanos suscritos, o del Tratado de Lisboa en el ámbito de la coherencia de políticas para el desarrollo. A ellos se deberá sumar también, a partir de 2016, la respuesta a los compromisos que se deriven de la nueva agenda de desarrollo, actualmente en debate a nivel internacional. Además de lo anterior, su definición como política pública participada por el conjunto de los actores implica: Generar los mecanismos que hagan posible el cumplimiento del principio de apropiación democrática, al que España se comprometió en Accra y Busan, por el que los Parlamentos, los Gobiernos Locales o las Organizaciones de la Sociedad Civil deben participar activamente en la definición de las políticas y estrategias de desarrollo. Lo anterior implica, como mínimo, que los dos espacios formales que ampara la Ley de Cooperación, las Cortes Generales -a través de su Comisión de Cooperación- y el Consejo de Cooperación, no se conviertan en meros espacios donde el Gobierno informa de sus actuaciones. En ambos casos deben generarse los mecanismos que no sólo garanticen un verdadero debate estratégico, sino un funcionamiento más dinámico y transparente que permita el control y seguimiento por parte de la ciudadanía, junto con las instituciones, de la aplicación de las políticas. Asimismo, deberán adecuar su composición y mandato a la nueva agenda de desarrollo internacional, en la que la política de cooperación será una de las políticas que contribuirá a hacer realidad los compromisos, pero no la única. Reconocer e impulsar el valor añadido de los gobiernos autonómicos y locales en la política de cooperación, desde un enfoque de coordinación y complementariedad. En consecuencia, remover los obstáculos legales que dificultan el ejercicio de esta competencia, entre otros, la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local de 27 de diciembre de 2013. Asimismo, promover el diálogo político de los gobiernos locales con sus homólogos en los países socios, e impulsar ámbitos de especialización como el aprendizaje interpares, la transferencia de conocimientos, la participación de los actores sociales en el territorio y la construcción de una ciudadanía activa, crítica y solidaria. (2)Impulsar la Coherencia de Políticas para el Desarrollo (CPD) en el conjunto de la acción de gobierno, para abordar desde un enfoque causal la lucha contra la pobreza y la desigualdad de forma medioambientalmente sostenible. El enfoque de CPD constituye la principal herramienta para contribuir, desde la cooperación, al logro de un mundo más justo y sostenible. Aporta criterios y un marco de referencia que permite evitar los impactos negativos de políticas como la comercial, la energética o la fiscal, en otros países, de forma que no resten o impidan generar las condiciones para el ejercicio de derechos por parte de la ciudadanía. Por otro, ofrece criterios para una toma de decisiones y un diseño de las políticas públicas que responda al tipo de desarrollo que queremos también en España. Sin embargo, el Plan Director vigente ha sido poco ambicioso al plantear la interacción entre las políticas más desde un enfoque de “sinergias” que de “coherencia” para el desarrollo. El resultado está siendo que, en lugar de articular las diferentes políticas en relación con las de desarrollo, son éstas las que quedan subsumidas dentro de las otras. 3 Así, por ejemplo, son los objetivos de la diplomacia comercial y de la internacionalización de la empresa española los que en gran medida han guiado la toma de decisiones en la política exterior, dejando en la práctica los objetivos que persigue la política de cooperación como algo secundario e irrelevante 3. Y todo ello en un momento especialmente crítico en recursos económicos, que hacía aún más necesario poder avanzar desde una política de la ayuda a una política de desarrollo. Para revertir esta situación, se requiere: Ampliar la ambición y recuperar el enfoque “Whole of the Government 4”, propuesto por el CAD, y definir una hoja de ruta que permita a la política de cooperación hacer avanzar esta agenda en el conjunto de la acción del gobierno, con medidas e hitos concretos y tangibles que puedan ser monitoreados por el conjunto de actores implicados. Generar un aparato institucional para la promoción de la CPD, revisando y aclarando los roles y las relaciones entre los diferentes órganos y describiendo cuáles son sus funciones y obligaciones en materia de CPD. Fortalecer las capacidades para analizar las políticas de coherencia, incluyendo la clarificación de los criterios a utilizar para medir la CPD. En ese sentido, es especialmente importante consensuar unos indicadores y una metodología que permita medir el nivel de coherencia y los avances realizados. Asegurar que la información sobre el análisis de coherencia responde a los criterios definidos, y que fluye de manera libre y efectiva entre los organismos institucionales que tienen mandato en este ámbito. (3)Aumentar el presupuesto de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), dentro de una agenda de financiación del desarrollo amplia, que moviliza recursos adicionales y lucha contra la evasión y los paraísos fiscales. España ha sido el país del CAD que en mayor medida y más rápido ha recortado su ayuda. Entre 2009 y 2012 la ayuda oficial española se redujo casi un 70%, pasando del 0.46% de la RNB, a representar únicamente el 0.14% de la riqueza del país en 2014 5. Ni siquiera el compromiso conservador del Plan Director vigente, 2.300 millones de euros de AOD neta anual, se ha cumplido. Por el contrario, la caída se ha profundizado en los años posteriores 6, y únicamente parecen haberla frenado las contribuciones obligatorias a organismos internacionales que computan como ayuda. Ello ha tenido efectos negativos en forma de abandono de procesos de transformación institucional, social e individual, detrás de los que están miles de personas en todo el mundo, además la pérdida de capacidades y de haber cuestionado la proyección de España como actor global responsable. Para revertir esta situación, es urgente que el gobierno que sea elegido por la ciudadanía: Mantenga el objetivo de llegar al 0,7% de la RNB como aportación española a los procesos de desarrollo, manifestando claramente esta voluntad aumentando la inversión hasta recuperar el promedio de la Unión Europea, situado en torno al 0,4% al final de la próxima legislatura, acompasándolo con las reformas institucionales y de 3 Un ejemplo que sirve para ilustrar esta práctica es la reforma realizada en 2014 de la Ley del FOMPRODE, tramitada a espaldas del Consejo de Cooperación y de la Comisión de Cooperación de las Cortes, a través de la “Ley 8/2014, sobre cobertura por cuenta del Estado de los riesgos de la internacionalización de la economía española”, una ley que como su nombre indica está enfocada a la diplomacia comercial y la promoción de la internacionalización de la economía española. 4 Refiere como ámbito propio y significativo de la coherencia de políticas para el desarrollo el conjunto de la acción de un gobierno. 5 Fuente CAD-OCDE. 6 La AOD planificada en 2015, 1.753 millones de euros, es menor a la planificada en 2013 y 2014. 4 capacidades necesarias que permitan asegurar una gestión con impacto positivo en desarrollo de los recursos. Defienda, en el debate sobre los medios de implementación de la nueva agenda de desarrollo que esté vigente a partir de 2016, una AOD que mantienen su peso y criterios de calidad. Su importancia sigue siendo fundamental especialmente en aquellos países donde la capacidad de movilizar recursos internos es menor, y porque la AOD cubre aquellos nichos, generalmente vinculados a la generación de capacidades, el empoderamiento de las personas, o la provisión de derechos sociales básicos como la salud y la educación, que la inversión privada difícilmente encontrará atractivos. Trabaje en el plano internacional, un compromiso real para la erradicación de los paraísos fiscales y contra la erosión de las bases imponibles de las multinacionales, a la vez que contribuye a desarrollar y fortalecer las capacidades de los países para disponer de un marco fiscal integral, con sistemas tributarios nacionales regulados, que permitan maximizar la capacidad recaudatoria, bajo criterios de progresividad, justicia y transparencia. (4) Contar con unos recursos económicos de más calidad y que mantengan su foco en la lucha contra la pobreza y en la reducción de las desigualdades. Cantidad sin calidad nos lleva a un esfuerzo sin impacto. A pesar de la dificultad que implica evaluar la calidad, tanto gobiernos como la sociedad civil hemos avanzado algunos criterios que permiten guiar la toma de decisiones, y, sobre todo, garantizar la orientación estricta de los instrumentos hacia la lucha contra la pobreza y la reducción de las desigualdades, teniendo en cuenta el valor añadido de cada uno de ellos. Dentro de los instrumentos y modalidades de nuestra política, la cooperación financiera reembolsable merece una atención especial, por la importancia concedida y pretendida por los actuales gestores de la política de cooperación sólo frenada por los conocidos problemas enfrentados para su ejecución. Ello a pesar de que se trata de una modalidad con escaso recorrido tanto en la CE como a nivel internacional, ejecutada sin que nuestro sistema de cooperación cuente con las capacidades técnicas suficientes, y que hasta ahora ha evaluado poco o nada sus impactos por lo que no ha logrado mostrar con claridad qué aporta al desarrollo. Por otro ello, asegurar la calidad de la ayuda española en la próxima legislatura deberá implicar: Limitar por ley el peso que la cooperación reembolsable tiene sobre el conjunto de la AOD española –restableciendo el límite máximo del 5% que establecía la ley original del Fonprode-, y establecer mecanismos claros que aseguren su adicionalidad de desarrollo 7 y eviten situaciones como las que ha denunciado la Corte Europea de Auditores de “convertirse en un sponsor de las instituciones financieras”, y que “de no utilizarse con cuidado 8 puede llevar a algunos países del tercer mundo con bajos ingresos fiscales a una burbuja de deuda”. Igualmente, revertir la reforma de su marco normativo realizada en 2014, que limita las competencias del MAEC a favor de COFIDES y abre la puerta a su uso en apoyo a la internacionalización de la empresa Lo que implica demostrar si efectivamente la inversión de recursos públicos para complementar aquellos de origen privado, hace posible una inversión con impacto positivo en desarrollo demostrado, que de otra forma no hubiera tenido lugar. 8Refiriéndose al blending; es decir, aquellas operaciones financieras de cooperación realizadas con la contribución de fondos públicos y privados. 7 5 española y, por tanto, puede constituir una forma indirecta de “ligar la ayuda” a los propios intereses comerciales. Centrar los esfuerzos en la reducción de las desigualdades, incorporando de forma específica en las estrategias, planes y programas de actuación mecanismos de medición y seguimiento de la desigualdad, abordada desde su triple dimensión 9, de forma que sus distintas variables guíen las actuaciones de la cooperación española. Ganar en previsibilidad y transparencia, a través del establecimiento de una hoja de ruta vinculante que permita conocer a los países socios y a la sociedad civil local la disponibilidad y modalidad de los recursos y apoyos que pueden demandar a la CE. Los MAP pueden ser el marco para ello, pero sin un compromiso presupuestario más amplio sobre el conjunto de la política su capacidad de guiar las decisiones estratégicas en terreno se reduce al mínimo. Continuar dando pasos en la implantación de la gestión basada en resultados de desarrollo, en todas las fases de la política, lo cual implica seguir reforzando en número y capacidades técnicas al personal de la AECID, incluidas sus OTC, y de la SGCID. Seguir las recomendaciones internacionales relacionadas con el volumen de recursos que tiene que destinarse a los Países Menos Adelantados (PMA). La cooperación con estos países debe dirigirse, sobre todo, a satisfacer la provisión de derechos sociales básicos en ámbitos como la educación, la salud básica y reproductiva, o el derecho al agua y al saneamiento. (5) Establecer mecanismos para que la incorporación del sector privado tenga impacto positivo en desarrollo. La empresa privada sólo puede ser considerada un actor de desarrollo humano sostenible cuando, dentro de su lógica empresarial de crear riqueza y generar beneficio, al mismo tiempo y en el mismo proceso, crea empleo decente, invierte e innova, cumple de forma estricta con las obligaciones fiscales y demás obligaciones que deriven del marco legal del país donde opere, respeta y promueve los derechos humanos, y produce bienes y servicios dentro de los límites de la sostenibilidad ambiental. Ello implica que, cualquier iniciativa que en el marco de la política de cooperación esté destinada a incorporar a las empresas, tenga en cuenta las siguientes cuestiones: Priorice el fortalecimiento del tejido productivo local, a las pequeñas y medianas empresas, a las empresas de la economía social, o a aquellas que trabajan en la estrategia de promover cambios hacia la sostenibilidad, tanto en instrumentos como las Alianzas Público Privadas (APP), como en el acceso a licitaciones para la provisión de bienes y servicios con cargo a la AOD. Parta de unos objetivos claros y bien definidos de antemano, en los que se haga constar el valor añadido con el que contribuirá a la generación de resultados de desarrollo, de forma que quede clara la adicionalidad en términos de desarrollo de la inversión de AOD que la acompañe. Genere, en paralelo, las condiciones en el país socio para contar con unas instituciones públicas fuertes y transparentes, de manera que puedan ejercer control sobre la 9 Desigualdad de derechos, de acceso al poder y socio-económica. 6 actuación empresarial, en base a los marcos normativos de los que se haya dotado (aspectos fiscales, laborales o medioambientales, entre otros). Acompañe de forma activa, y también en paralelo, el fortalecimiento de la sociedad civil local, de forma que cuente con capacidades para monitorear las intervenciones. Establezca mecanismos de seguimiento y evaluación de las Alianzas Público – Privadas para el Desarrollo (APPD) que sean transparentes y accesibles a la sociedad civil, de modo que pueda ejercer su función de auditoría social. Contribuya a nivel internacional, en la elaboración de un instrumento vinculante sobre empresas transnacionales y derechos humanos, que establezca mecanismos sancionatorios en caso de incumplimiento, así como apruebe a nivel estatal un Plan Nacional de Empresas y Derechos Humanos. (6) Reconocer el papel y aporte al impulso del desarrollo humano sostenible que realizamos las Organizaciones de la Sociedad Civil especializadas en Cooperación, así como fortalecer e impulsar los mecanismos que permiten desplegar dicho rol, como parte de una política más amplia e integradora de colaboración y trabajo conjunto. Las OSC de Cooperación contribuimos no sólo a generar procesos de desarrollo desde nuestra gran diversidad y variedad de roles y maneras de hacer; igualmente somos un pilar fundamental para una democracia saludable aquí y en los países donde trabajamos. Acompañamos los procesos de empoderamiento y participación inclusiva de las organizaciones, comunidades de base y movimientos sociales para su participación en la construcción de políticas públicas, y en el cumplimiento del rol de auditoría social sobre la acción de los gobiernos o el impacto de otros actores como las empresas transnacionales. En acción humanitaria, posibilitamos la existencia de un espacio humanitario autónomo que permite la entrega de la ayuda sin discriminación, o el acceso a personas afectadas que, en muchos contextos, no sería posible sin ese componente no gubernamental. Contribuimos a articular una ciudadanía global en todos los países, incluida España, capaz de comprender los procesos e interdependencias globales que justifican la solidaridad entre los pueblos y la lucha compartida por aspiraciones comunes. Nuestro trabajo se orienta a combatir la pobreza y las desigualdades aquí y allí, y lo hacemos desde la cercanía con las personas que más sufren sus consecuencias. Es, por tanto, necesario que la política de cooperación genere los mecanismos e instrumentos necesarios para aprovechar todo ese potencial, a través de, entre otras, las siguientes medidas: Institucionalizando la participación de las OSC, para una construcción y ejecución compartida de la política a través de procesos de participación, significativos, inclusivos y sostenidos. Las OSC debemos tener más peso en el diseño, la organización y la gestión de las políticas públicas, para lo cual es necesario generar espacios de diálogo y consulta regular como mecanismo para garantizar una sociedad informada e implicada. Estableciendo instrumentos de financiación flexibles, diversos y predecibles, de manera que se puedan adaptar a los distintos roles que desarrollamos, y que se generen fomentando la innovación y, especialmente, salvaguardando la diversidad de tamaños, funciones y formas de trabajo. Instrumentos que deberán orientarse 7 igualmente al apoyo y fortalecimiento de forma específica de las plataformas que aglutinan al sector, como las Coordinadoras. Utilizando el diálogo político con los países socios para asegurar que éstos involucran a una mayor variedad de organizaciones locales en todas las etapas del proceso de toma de decisiones y seguimiento. Armonizando los requerimientos en la justificación de los apoyos financieros, y promoviendo medidas fiscales que faciliten el apoyo a nuestro trabajo. En este sentido, cualquier reforma que se proponga en los marcos normativos que regulan el acceso a recursos públicos por parte de las OSC deberán tener en cuenta la naturaleza del trabajo que desarrollamos y nuestras características como organizaciones. Generando las condiciones y acompañando los procesos de fortalecimiento de las capacidades de las OSC para el cumplimiento efectivo de sus roles como actores de desarrollo. (7) Impulsar la defensa de los derechos de las mujeres y de la igualdad y equidad de género en España y en el mundo. El impulso a la equidad de género y los derechos de las mujeres ha sido, históricamente, una de las señas de identidad de la cooperación española, contribuyendo a su prestigio internacional. Sin embargo, la baja priorización presupuestaria de los últimos años 10 ha implicado la interrupción de procesos institucionales y sociales que estaban contribuyendo a avanzar la agenda. En ese sentido, retomar su lugar destacado en la política implica necesariamente la recuperación de los recursos y capacidades técnicas, tomando en cuenta a la vez las siguientes medidas, desde la lógica de trabajo más amplia que ofrece la nueva agenda internacional de desarrollo en la que la política de cooperación se insertará en los próximos años, y desde una lógica de coherencia que nos impulsa a prestar atención y proponer medidas que hagan avanzar también la igualdad y la equidad en España y en Europa. Para ello es necesario: Trabajar al mismo tiempo desde la transversalidad y desde las iniciativas concretas en materia de género, permitiendo articular de forma estratégica las acciones que se impulsen desde otros sectores, para avanzar en la igualdad formal, la igualdad real, y el empoderamiento de las mujeres. Analizar las realidades donde opera desde una mirada que tenga en cuenta la interseccionalidad de las desigualdades de género con las muy diversas discriminaciones de distinta naturaleza y origen que existen, y que el análisis de género también incorpora. Proponer medidas para el empoderamiento de las mujeres que sufren las peores formas de discriminación (incluyendo la economía de los cuidados, trata y explotación sexual, entre otras discriminaciones más visibles como raza o etnia), así como para las organizaciones que impulsan el trabajo político en las organizaciones de mujeres y feministas de todo el mundo, que ha sido una de las líneas de trabajo que menor apoyo ha recibido en los últimos años. 10 Sirvan de ejemplo las cifras de 2014 (comunicación SGCID): en lo que respecta al apoyo a organizaciones e instituciones de mujeres con un 0,63% de la AOD bruta distribuible, y políticas de población y salud reproductiva con 0,23%, según la planificación prevista para el 2014. Las previsiones para 2015 no son mejores: únicamente el 0,63% de la ayuda irá destinada a apoyar organizaciones e instituciones de mujeres, y el 0,25% a políticas de población y salud reproductiva (Comunicación 2015). 8 Asignar recursos suficientes para impulsar esta dimensión, a la vez que se retoman las capacidades técnicas perdidas tanto en la AECID como en las OTC. En ese sentido, apostar decididamente por el fortalecimiento de las organizaciones de mujeres y feministas favoreciendo un entorno propicio y con presupuesto, eliminando las barreras tanto para la gestión de sus planes y programas como para el ejercicio de su labor de monitoreo, participación e incidencia a nivel global, nacional y local. (8) Dotar a la Acción Humanitaria de recursos suficientes, y generar los mecanismos que posibiliten una mayor articulación de los distintos actores intervinientes y siente las bases para conectarse con procesos de desarrollo más amplios. En un contexto internacional en el que la cantidad de desastres aumenta no sólo en número sino también en virulencia, donde persisten más de 30 conflictos armados, muchos de ellos olvidados, o donde la generación de mecanismos de resiliencia resulta una tarea cada vez más urgente, la Acción Humanitaria también ha de ser uno de los componentes destacados de la cooperación de un Estado con voluntad de ser un actor internacional responsable. Más aún, si cabe, cuando la preservación de la paz y la reconstrucción post-bélica será uno de los objetivos de la nueva agenda de desarrollo. En ese sentido, de cara a la próxima legislatura creemos necesario: Recuperar de forma sustantiva el presupuesto 11, con modalidades previsibles y flexibles, para poder atender la diversidad de situaciones a enfrentar desde esta modalidad. El recurso a los créditos extraordinarios para aumentar el presupuesto sólo puede ser un recurso puntual. Una buena atención a las situaciones que enfrenta la AH también requiere contar con capacidad de prever los recursos de los que se va a disponer. Avanzar en la mejora de las capacidades e instrumentos de gestión de la AH, así como de los dispositivos de relación y coordinación de actores, que implica contar con una Unidad de Acción Humanitaria con recursos adecuados y capacidad de liderar la coordinación de los distintos actores involucrados en una respuesta humanitaria, así como continuar con la mejora de los dispositivos de análisis, información y decisión. Establecer tanto sistemas como rutinas de monitoreo y evaluación como un modelo de rendición de cuentas de las actividades humanitarias realizadas, a través, por ejemplo de la elaboración de una memoria anual de acciones y estableciendo una rutina de comparecencias de la Oficina de Acción Humanitaria ante la Comisión de Cooperación del Parlamento, el Consejo de Cooperación y de reuniones de trabajo e intercambio con la Coordinadora. Elaborar directrices sobre la participación del sector privado en el trabajo humanitario. (9) Generar capacidades y dotar de presupuesto suficiente a la AECID para que pueda liderar la implementación de la política de cooperación. Más allá de los debates 11 El presupuesto de Acción Humanitaria ha sido recortado en un 90% desde 2010Así, en 2015, España sólo destinará el 2,4% de su AOD a responder a las crisis humanitarias (Comunicación 2015), a pesar de que el Plan Director vigente se comprometía a destinar como mínimo el 10% de la AOD, lo que en 2015 hubiera significado 180 millones de euros frente a los 16,8 millones comprometidos. 9 que han poblado la legislatura que contraponen la cantidad con la calidad, bajo el mantra de “hacer más con menos”, parece innegable que el recorte de los recursos de la AECID hace poco viable las posibilidades de la Agencia de responder a las 8 orientaciones del Plan Director vigente, a las 26 líneas de trabajo, y a los resultados de desarrollo de los MAP. Preocupa especialmente la debilidad de las OTC en términos de recursos, así como de pérdida de conocimiento específico y de capacidades ya instaladas, a lo que se suma los enormes déficits en la comunicación con sede. Por todo ello, y para que la AECID, como agencia especializada, pueda desempeñar su mandato con solvencia, deberán establecerse las siguientes medidas: Aumentar de forma sustantiva su presupuesto, especialmente de las partidas de cooperación bilateral no reembolsable, de acción humanitaria y para financiar acciones en el ámbito de la Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía Global. Continuar con el refuerzo de capacidades de su personal, tanto en sede como en terreno, aumentando el personal implicado en dicho proceso. Establecer mecanismos efectivos de comunicación entre sede y terreno, y posibilitar mayor liderazgo en la toma de decisiones por parte de las OTC, tal y como ya realizan otros donantes europeos. Aprobar el II Contrato de Gestión de la Agencia. (10) Impulsar procesos de aprendizaje para la articulación de una ciudadanía implicada con la justicia social y la defensa, promoción y respeto de los derechos humanos. La Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía Global (EpDCG) busca una sociedad civil activa, competente y preocupada por los temas colectivos, que reclama su protagonismo en la configuración y el desarrollo de los procesos sociales y políticos, y presiona a sus gobiernos para lograr el bienestar colectivo. Se trata por tanto de una estrategia clave en la cooperación y, sin embargo, el balance de los últimos años no puede ser más crítico. A la casi inexistente dotación presupuestaria por parte del gobierno central, se suma el práctico desmantelamiento que ha sufrido la cooperación descentralizada y local, principales valedoras de la EpDCG 12. A ello hay que añadir el hecho de que, pese a lo recogido en los instrumentos de planificación estratégica de las políticas públicas, se ha extendido la idea de que la Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía Global debe procurar fundamentalmente la comunicación a la ciudadanía de las actuaciones de las administraciones en materia de cooperación internacional, sobre la presunción de que tal información conducirá al apoyo ciudadano a las mismas. Sin embargo, el articular una ciudadanía activamente implicada que demande a sus gobiernos políticas de cooperación internacional requiere intervenciones que incorporen, no solo la comunicación, sino también la formación, la investigación, la movilización y la incidencia. Finalmente, las expectativas de resultados cuantitativos han de guardar relación proporcional con los recursos invertidos. Ello nos lleva a demandar: 12 Una apuesta más decidida y eficaz por la Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía Global en la política de cooperación, desde una concepción que vaya mucho más allá de la comunicación o la información a la ciudadanía sobre las actuaciones públicas en Se ha experimentado un recorte de más del 26% desde 2013. En la convocatoria proyectos2015, el 4% destinado a EpD. 10 este ámbito y que ajuste las expectativas de resultados al presupuesto destinado y al tiempo requerido por cada intervención para lograr los objetivos propuestos. El fortalecimiento de la Unidad de Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía Global de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, de forma que pueda responder al reto de impulsar una cultura de la EDCG en la Agencia. Mayor dotación presupuestaria, garantizando la coherencia de los enfoques planteados en las convocatorias, con los incluidos en la Estrategia de Educación para el Desarrollo de la Cooperación Española, vigente en la actualidad. Generar instrumentos adecuados a los objetivos de los distintos tipos de intervención que pueden darse en el marco de la Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía Global, así como fortalecer los procesos de evaluación aportando dotación presupuestaria específica para ello y metodologías adecuadas al tipo de intervención. Fortalecer la coordinación entre administración central y la descentralizada en materia de EDCG, así como con otras administraciones con competencias en la materia y en los distintos niveles territoriales, especialmente con la administración educativa. 11 LA POLÍTICA DE COOPERACIÓN ACIÓN ESPAÑOLA A PARTIR DE 2015 CONTRA LA POBREZA Y LA DESIGUALDAD Faïnes, 41 años.. Huyó de la guerra en Burundi en 1993, una guerra que se cobró la vida de todos sus hermanos y hermanas, y regresó en 2004. El programa de seguridad alimentaria le ayudó a su vuelta:: “sentí que estaba empezando una nueva vida”. Cada Cada familia que recibe una vaca, debe entregar la primera cría a otra familia, y así sucesivamente, de e modo que no sólo más personas mejoran sus condiciones de vida, garantizando la continuidad de los efectos positivos del programa, sino que se refuerza la cohesión social en el seno de las comunidades. Fue una de las primeras en recibir una un vaca, que ha tenido enido ya cuatro crías. Mientras una orgullosa Faïnes muestra su establo, Firmin, su marido se queda en un segundo plano. Ella es la protagonista. Cuenta cómo el abono orgánico ha mejorado la fertilidad del suelo; cómo han aprendido nuevas técnicas de cultivo vo que les han permitido aumentar sus cosechas; cómo la leche que venden en el mercado les da dinero que pueden dedicar a sus hijos. www.OxfamIntermon.org rg Un año de nuevas propuestas para la agenda internacional de desarrollo El año 2015 es un año medular en la lucha contra la pobreza y por el desarrollo sostenible, es un año clave para cambiar la vida de Faïnes y otras personas como ella que viven en la pobreza en distintas partes del planeta. Es el año en el que finaliza el plazo establecido para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y en el que convergen tres importantes procesos políticos que determinarán la futura agenda internacional de desarrollo, su financiación y el acuerdo global contra el cambio climático. También coincide que 2015 es año electoral en España y los partidos políticos deben reflexionar sobre sus prioridades y determinar sus propuestas en el ámbito de la lucha contra la pobreza y las desigualdades dentro y fuera de nuestras fronteras. La renovación del compromiso internacional con la solidaridad es una oportunidad para que España recupere su imagen de país solidario y cumpla con las obligaciones emanadas del derecho internacional y los compromisos adquiridos hasta la fecha. También coincide con la responsabilidad que le corresponde desde su asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El informe ofrece recomendaciones para mejorar la contribución e influencia de España en el mundo, garantizando una acción exterior responsable, que luche contra la pobreza y la desigualdad desde la defensa de los derechos humanos. La política de desarrollo futura deberá enmarcarse en los debates internacionales actuales, contar con los recursos suficientes y acabar con los años de caída drástica de nuestra contribución a la solidaridad y la justicia globales. Los partidos políticos no pueden dejar pasar esta oportunidad y deben incluir la lucha contra la pobreza como una prioridad en sus programas electorales. 2 La nueva agenda internacional de desarrollo sostenible Hoy, la crisis económica, energética y medioambiental plantea nuevos retos y problemas globales. La creciente brecha entre ricos y pobres –con las trabas que supone para la lucha contra la pobreza, el cambio climático, la volatilidad de los precios de las materias primas, las violaciones de los derechos humanos, entre otros, caracterizan la última década. Estamos en un año que ya es un hito en la lucha contra la pobreza y por un desarrollo sostenible. No sólo es el año en el que finaliza el plazo establecido para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM): tres procesos políticos tan esenciales como complejos convergen en 2015. El primero deberá desembocar en un nuevo marco de desarrollo post-2015, los Objetivos de El mundo necesita una agenda de amplio consenso que responda a las crisis económica, social, energética y medioambiental Desarrollo Sostenible (ODS), que serán formalmente adoptados en septiembre en Nueva York. La Conferencia sobre la Financiación para el Desarrollo (FpD) de Addis Abeba en julio deberá garantizar los recursos necesarios para financiarlo y presentar una propuesta para encarar los problemas estructurales del desarrollo. Y por último, la Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) deberá llevar a un nuevo acuerdo global sobre el clima en diciembre en París. Las negociaciones tienen lugar en un contexto internacional multipolar, con estados emergentes que han ganado en peso económico y político y un continente europeo debilitado por los efectos de la crisis, que tiende al repliegue hacia los intereses propios. Las fronteras entre el Norte y el Sur, entre donantes y receptores se esfuman y las negociaciones prometen ser más equilibradas que hace quince años, cuando se acordaron los ODM. Al mismo tiempo, la pobreza, la desigualdad, los desastres naturales y los conflictos y el desbordamiento de los límites del planeta exigen una mirada amplia a problemas globales, sostener y fortalecer la cooperación internacional, marcos multilaterales sólidos, con soluciones políticas y solidarias. Tres procesos políticos convergen en 2015 y deben llevar a una agenda con objetivos ambiciosos, cambios estructurales, íntegramente financiada Para colmar algunas deficiencias en la formulación de los ODM, Naciones Unidas abrió un proceso hacia el “mundo que queremos” que comenzó en 2012 y que ha contado con la participación de una gran diversidad de actores: gobiernos, sociedad civil, academia, sector privado… En base a los informes de las consultas resultantes de este proceso y a los acuerdos y marcos 3 internacionales, Ban Ki Moon presentó su informe de síntesis “El camino hacia la dignidad para 2030” en diciembre de 2014. El Secretario General plantea una visión transformadora, más amplia que los ODM, de aplicación nacional y universal, “que requiere transformaciones económicas profundas y una nueva alianza mundial”, basada en los 17 ODS formulados en las consultas. El informe añade seis elementos críticos para asegurar la ambición de la agenda (dignidad, personas, prosperidad, planeta, justicia y asociación global para el desarrollo sostenible) y se refiere a las obligaciones emanadas del derecho internacional, los compromisos adquiridos y las distintas capacidades institucionales de los países. Se dibuja una nueva agenda de desarrollo sostenible transformadora, de aplicación nacional y universal Ban Ki Moon también señala que la agenda requiere compromisos financieros y políticos serios, a la altura de su ambición. Esto incluye la movilización de recursos para la ejecución de la agenda y cambios profundos en las causas estructurales de la pobreza y la desigualdad, con avances serios en las políticas económicas, financieras, comerciales, energéticas, ambientales, etc. La comunidad internacional debe apoyar a familias como las de Faïnes para que puedan volver a empezar, reconstruir sus medios de vida y mejorar las oportunidades de las futuras generaciones. Es momento de que España renueve su compromiso con una política de lucha contra la pobreza En España, además, el año 2015 es año electoral y los partidos políticos deben reflexionar sobre la nueva realidad mundial y seguir de cerca los debates de la agenda internacional del desarrollo para ajustar sus propuestas electorales tanto a la esencia de la agenda como a las fuentes de financiación y a los cambios estructurales necesarios. Los actuales análisis sobre la consecución de los ODM y el debate sobre los nuevos ODS representan una oportunidad histórica de repensar la política de cooperación española y recuperar el Pacto de Estado de lucha contra la pobreza conforme a los cambios en el contexto internacional, de Los debates sobre la futura agenda son una oportunidad de cambio en la orientación de la política de lucha contra la pobreza y la desigualdad aprender de los errores y volver a aspirar a un mundo más justo y más sostenible. Volver a hacer de España un país solidario, comprometido y responsable internacionalmente. 4 Entre 2009 y 2014, España recortó su AOD en un 70%, mucho más que Portugal o Grecia que se han enfrentado a crisis económicas más severas. Su presupuesto de cooperación está en un 0,14% de la Renta Nacional Bruta (RNB), en el puesto 22 del ranking internacional de donantes (de 28 donantes de la OCDE) y muy por debajo del promedio de la Unión Europea que se sitúa en un 0,42%. Y es que mientras la ayuda española caía a niveles mínimos, la AOD de los países del Comité de Ayuda al Desarrollo se mantiene en los niveles más altos de su historia, gracias al esfuerzo que hacen un puñado de donantes. La ayuda oficial al desarrollo ha caído un 70% en cinco años, y un 90% en el caso de la ayuda humanitaria La ayuda humanitaria española es uno de los ámbitos en el que el recorte ha sido más profundo: un 90% en esos cinco años, a pesar de ser uno de los ámbitos de mayor compromiso ciudadano. La ayuda humanitaria salva vidas y se enfrenta a numerosas crisis, con un presupuesto insuficiente a todas luces, más aún para un país que cuenta con un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas los próximos dos años. La drástica caída de los recursos públicos ha conllevado inevitablemente recortes repentinos y considerables en sectores clave y en países, que difícilmente pueden ya creer en la previsibilidad de los fondos españoles. Afecta a la imagen de España, que también pierde presencia y legitimidad en países, organismos multilaterales y en espacios de decisión globales, pues nadie puede capitalizar indefinidamente antiguos logros en el ámbito de la cooperación internacional. El Gobierno español se ha involucrado en el proceso que ha llevado a las negociaciones del marco post-2015 y ha sido particularmente activo en las consultas sobre seguridad alimentaria y nutricional, sector privado y desarrollo y sobre la cooperación con países de renta media. Ha trabajado en una posición que recoge buena parte de las preocupaciones de la sociedad civil pero deja de lado cuestiones centrales como la lucha contra la desigualdad económica España ha perdido capacidad y peso en la esfera internacional extrema y por una fiscalidad internacional justa (por ejemplo mediante la lucha contra la evasión y la elusión fiscal), y apuesta en exceso por el sector privado y la cooperación financiera, aunque no existan evidencias sobre su impacto y eficacia en el desarrollo sostenible. Por último y no menos importante, merece la pena preguntarse cómo una agenda que se prevé de ámbito universal, es decir de aplicación global y nacional, que exige rendición de cuentas de todos los países, afectará a España. 5 El próximo Gobierno deberá rendir cuentas y explicar al mundo sus políticas sociales, de fomento del empleo y de fiscalidad, sus compromisos con el desarrollo sostenible, entre otros, y los impactos de sus políticas en desigualdad, pobreza o medioambiente. España debe apoyar a mujeres como Faïnes en su lucha por liderar el cambio en su comunidad y por construir una sociedad más equitativa y estable. 2015: La oportunidad para que España recupere su rol de país solidario La agenda de desarrollo de los próximos quince años, si es combinada con políticas adecuadas y suficientes recursos, podría determinar el futuro de la humanidad y del planeta. Los partidos políticos deben incluir la lucha contra la pobreza y la desigualdad como prioridad en sus programas para cambiar la vida de Faïnes y su familia. ESPAÑA APUESTA POR LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL Para volver a situar a España en la cabeza de la solidaridad internacional, los partidos políticos deben incorporar en sus programas las siguientes prioridades: Mejorar la contribución e influencia de España en el mundo, orientada a la defensa de los derechos humanos, la reducción de la pobreza y de las desigualdades –incluida la de género, y adoptar un liderazgo político en los ámbitos en los que ha demostrado tener una experiencia acumulada, conocimientos y capacidades, como por ejemplo el derecho a la alimentación, el derecho al agua, el fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades más vulnerables y la reducción de riesgos de desastres. Recuperar el Pacto de Estado de Lucha contra la pobreza volviendo a hacer de la política de cooperación una política de Estado e incluir este compromiso con carácter vinculante en la Constitución Española. Luchar contra la desigualdad económica extrema, que implica la reducción de la desigualdad de ingresos en todos los países, para 6 equiparar los ingresos netos del 10% más rico y del 40% más pobre (después de impuestos y transferencias sociales). Contribuir a la erradicación de la pobreza por debajo de los 2 dólares diarios, comprometiéndose con la cobertura sanitaria y la educación universales, mediante servicios públicos bien financiados y gratuitos en el punto de uso y al alcance de los grupos más marginados. Contribuir a la erradicación del hambre y la realización del derecho a la alimentación para todos y todas, asegurar el acceso universal y sostenible al agua y el saneamiento y reducir los riesgos de desastre, que afectan al desarrollo sostenible. Afrontar la desigualdad de género y realizar los derechos de las mujeres como prioridad en la política de cooperación y de forma transversal en todos sus objetivos. Coherencia de políticas: asegurar que los objetivos de desarrollo y la lucha contra la pobreza y la desigualdad guían el conjunto de las políticas públicas. Bajo el liderazgo del MAEC, los distintos niveles de la administración estatal y descentralizada deben de coordinarse para evitar que lo que se avanza por las intervenciones de un actor en la lucha contra la pobreza se frene o anule por las de otro, desde la política comercial, fiscal, de inmigración, etc. Es necesario dotar una arquitectura institucional específica y los medios humanos y técnicos que se requieren para promover la coherencia de políticas. Asegurar un desarrollo sostenible, resiliente desde el punto de vista climático, bajo en carbono y consistente con un calentamiento global por debajo del límite de 1,5ºC. El proceso de la CMNUCC planteará el marco global para la acción climática, pero España debe ir más allá y considerar el cambio climático en el contexto del desarrollo sostenible, en base a la experiencia desarrollada en regiones del mundo que sufren los efectos del calentamiento global, como el Sahel, Centroamérica o Filipinas. Ejercer un papel clave desde su silla en el Consejo de Seguridad de NNUU, trabajando para garantizar la protección de civiles en conflictos, en especial las mujeres. 7 ESPAÑA Y SU CONTRIBUCIÓN AL ESFUERZO INTERNACIONAL En su contribución al esfuerzo internacional, España debe aportar a la agenda y los acuerdos con políticas y fondos suficientes. Para ello es fundamental: Establecer la senda de recuperación de la AOD de manera que alcance el 0,4% de la Renta Nacional Bruta al final de la próxima legislatura. La AOD constituye una fuente de ingresos esencial para los países más pobres y la única forma de redistribución directa de renta entre países. Además, en la redefinición de la AOD no se deben considerar opciones que supongan un menor esfuerzo de donación o de concesionalidad para los países donantes. Asegurar una recuperación de los recursos para la acción humanitaria hasta alcanzar el 10% de la AOD comprometida en el Plan Director. Impulsar un sistema fiscal internacional más justo que ponga fin a la evasión y elusión fiscal. España debe defender el establecimiento de un nuevo órgano intergubernamental dentro de Naciones Unidas sobre cooperación internacional en materia fiscal y garantizar que el proceso internacional iniciado en el G20-OCDE se amplíe para lograr de forma efectiva que las empresas multinacionales tributen allí donde generan su actividad económica real, reconociendo un espacio de participación y decisión en igualdad de condiciones para los países en desarrollo. Apoyar la construcción de sistemas fiscales nacionales sostenibles y progresivos en países en desarrollo. España debe seguir participando activamente en el marco de las negociaciones multilaterales para promover el apoyo al fortalecimiento de los sistemas fiscales nacionales, y la defensa de la transparencia y la rendición de cuentas tanto de empresas como gobiernos, como mecanismos para garantizar a un crecimiento más inclusivo. Liderar el proceso de cooperación reforzada en la Unión Europea para el establecimiento de una tasa a las transacciones financieras, de base amplia y asegurar que el 50% de los fondos recaudados se destinan a luchar contra la pobreza fuera de España. Explorar el establecimiento de impuestos innovadores sobre el 8 carbono, cuyos ingresos se dedicarían a la lucha contra el cambio climático a nivel nacional e internacional. Asegurar el crecimiento y liderazgo de la Agencia Española de Cooperación (AECID) en la acción y la innovación del sistema de Cooperación. Deben aumentarse de forma inmediata los fondos gestionados por la AECID hasta situarse como mínimo en los 500 millones de euros y acompañar este crecimiento con el de su capacidad institucional de gestión. Promover la recuperación de la Cooperación Descentralizada, que ha pasado de ser bandera de la cooperación española a mantenerse con firmeza solo en ciertos territorios. Asegurar que la asociación con el sector privado prioriza la reducción de la pobreza. El sector privado es en un actor clave para movilizar recursos, como donante y como socio comercial, pero el futuro Gobierno deberá exigir que las empresas respeten los derechos humanos, cumplan la legislación nacional, los estándares internacionales más avanzados, sean transparentes, paguen impuestos y rindan cuentas. Este enfoque exige prudencia y tan sólo se deben canalizar esos fondos en el caso de que no existan opciones mejores. 9 © Oxfam Intermón mayo 2015 Este documento ha sido escrito por Lourdes Benavides. Benavides Oxfam agradece la colaboración de Teresa Cavero, Lara Contreras, Leonardo Pérez-Aranda, Aranda, Zinnia Quirós, Susana Ruiz y María Villanueva en su elaboración. Forma parte de una serie de documentos ntos dirigidos a contribuir al debate público sobre políticas humanitarias y de desarrollo. Para más información sobre los temas tratados en este documento, por favor póngase en contacto con [email protected] Esta publicación está sujeta a copyright pero el texto puede ser utilizado libremente para la incidencia política y campañas, así como en el ámbito de la educación y de la investigación, siempre y cuando se indique la fuente de forma completa. El titular del copyright solicita icita que cualquier uso de su obra le sea comunicado con el objeto de evaluar su impacto. La reproducción del texto en otras circunstancias, o su uso en otras publicaciones, así como en traducciones o adaptaciones, podrá hacerse después de haber obtenido permiso p y puede requerir el pago de una tasa. Debe ponerse en contacto con [email protected]. [email protected] La información en esta publicación es correcta en el momento de publicarse. publicarse OXFAM INTERMÓN Formamos una red internacional de personas comprometidas y de organizaciones expertas en idear y aplicar soluciones eficaces contra las desigualdades provocadas por la injusticia, con presencia en más de 90 países. Desde 1956, apoyamos a las personas desfavorecidas, desfavorecidas, dándoles las herramientas necesarias para que sean ellas mismas las generadoras de cambios, no sólo a nivel individual sino en todo su entorno, protegiendo así sus derechos y los de las generaciones futuras. Una red de cambio contra la injusticia cia y la pobreza, a la que si te sumas multiplicarás las posibilidades de cambio a nivel global. CAMBIAMOS VIDAS QUE CAMBIAN VIDAS. Para más información www.OxfamIntermon.org www.OxfamIntermon.org rg 10
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