gd Caso clínico Dra. Inés González Sánchez Licenciada en Odontología. Universidad de Santiago de Compostela. Máster en Cirugía Bucal. Universidad de Sevilla. Especialista en Implantes. Universidad de Santiago de Compostela. Dr. Juan Carlos Gutiérrez Romero Licenciado en Odontología. Universidad Europea de Madrid. Máster en Cirugía Bucal Avanzada. Universidad de Sevilla. Postgrado en Implantología Clínica. Universidad Complutense de Madrid. Práctica privada en Clínica Dental Dres. Gutiérrez SLP (Algeciras). Dr. Daniel Torres Lagares Doctor en Odontología. Director del Máster en Cirugía Bucal. Universidad de Sevilla. Profesor Titular de Cirugía Bucal. Universidad de Sevilla. Dr. José Luis Gutiérrez Pérez Dr. Jaime González Conde Licenciado en Medicina y Cirugía. Universidad de Santiago de Compostela. Especialista en Estomatología. Práctica privada en Clínica Bucodental (A Coruña). Doctor en Odontología. Director del Máster en Cirugía Bucal. Universidad de Sevilla. Profesor Titular Vinculado de Cirugía Bucal. Universidad de Sevilla. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE PREMOLARES INCLUIDOS EN EL MAXILAR SUPERIOR INTRODUCCIÓN La erupción de los dientes permanentes forma parte de una compleja serie de acontecimientos controlados genéticamente. A través de estos fenómenos, un germen se desarrolla y el diente erupciona en la arcada en su posición funcional, según los tiempos establecidos. Sin embargo, durante este proceso evolutivo, pueden ocurrir numerosos acontecimientos que pueden interferir en la erupción dentaria, provocando la inclusión, que es un cuadro clínico muy frecuente (1). Los dientes incluidos son aquellos que no erupcionan y permanecen dentro del maxilar más allá de su edad de erupción normal, a pesar de tener la raíz completamente formada. Aunque algunos autores cuestionan la validez de la utilización del término «incluido» como el más apropiado para definir de manera genérica el tema que nos ocupa, usaremos este término, ya que en la literatura científica y en la práctica clínica se hace referencia a los «dientes incluidos» para referirse indistintamente a los dientes retenidos, impactados e incluidos. La frecuencia relativa de inclusión varía de unos dientes a otros (Tabla 1), siendo los terceros molares inferiores los dientes incluidos con mayor frecuencia, seguidos de los caninos superiores (2). En este artículo nos centraremos en los premolares superiores incluidos. En cuanto a su forma de presentación común, será en posición palatina en el 80% de los casos según M. Donado (3), con la corona a nivel de las raíces de los 160 270 | JUNIO 2015 dientes vecinos o en posición submucosa. No podemos excluir, sin embargo, otras variedades menos comunes como la inclusión vestibular (10-35%), por lo que deberemos hacer siempre un correcto estudio clínico – radiológico para determinar la situación y las relaciones del diente incluido. Una posición que también hay que considerar es la mixta, con la corona en vestibular y la raíz hacia el lado palatino o viceversa. Es relativamente frecuente, hasta en un 10 – 45% de los casos, la inclusión bilateral y simétrica de ambos premolares, especialmente en el maxilar superior. En estos casos, ambos suelen estar situados profundamente en el paladar, Tabla 1. Estadística sobre la frecuencia relativa de las inclusiones dentarias según Berten y Cieszynki. Tercer molar inferior Canino superior Tercer molar superior Segundo premolar inferior Canino inferior Incisivo central superior Segundo premolar superior Primer premolar inferior Incisivo lateral superior Incisivo lateral inferior Primer premolar superior Primer molar inferior Segundo molar inferior Primer molar superior Incisivo central inferior Segundo molar superior 35% 34% 9% 5% 4% 4% 3% 2% 1,5% 0,8% 0,8% 0,5% 0,5% 0,4% 0,4% 0,1% gd Caso clínico con las coronas dirigidas hacia la línea media. Más raramente, uno se sitúa en el vestíbulo y el otro en el paladar. El premolar incluido puede también presentarse en posición heterotópica (seno maxilar, zona mentoniana, etc.) y en todas las posiciones estudiadas. Además, el premolar puede estar verticalizado, horizontalizado u oblicuo. Lo más frecuente es que exista una rotación de 60° a 90° respecto a su propio eje longitudinal. Los factores etiológicos influyen en la posición del premolar incluido. Así, la inclusión vestibular suele ser consecuencia de una hipoplasia del maxilar superior, un acortamiento de la longitud de la arcada dentaria o un exceso de tamaño del premolar. La inclusión palatina suele tener su etiología en factores hereditarios, ectopia folicular, defectos de la reabsorción del premolar temporal u otras causas como la presencia de quistes, tumores, fisuras labio – alvéolo – palatinas, etc. En cuanto a la exploración clínica, hemos de saber que la erupción del premolar superior se produce normalmente alrededor de los 10 – 12 años, pero el diagnóstico de su inclusión se suele hacer de forma tardía y esto puede comprometer el resultado final del tratamiento. El diagnóstico precoz de esta inclusión es responsabilidad del odontólogo general (4). Uno de los rasgos característicos de la inclusión del premolar superior es la ausencia de sintomatología en la gran mayoría de los casos (80%). En el paciente adolescente, se tratará generalmente de un hallazgo del odontólogo general o bien del ortodoncista, en el curso de un examen de rutina o previo a un tratamiento ortopédico. En el adulto, lo más común será el hallazgo radiológico fortuito, en el curso de un examen de rutina o con vistas a un tratamiento prostodóncico. Tan sólo en el 20% de los casos, la presencia de la inclusión se acompañará de complicaciones como causa de consulta por parte del paciente. Es conveniente, en todos los casos, determinar con el examen clínico y radiológico el grado de inclusión y la situación exacta del premolar en los tres planos del espacio. La exploración radiológica es un aspecto fundamental. Sabemos que la significación incierta en muchos casos de la exploración clínica para determinar la posición del premolar incluido obliga a una investigación radiográfica minuciosa. El interés del estudio radiológico presenta distintos aspectos en función del tratamiento previsto en cada caso, y fruto de ello es el gran número de técnicas propuestas en la literatura (5, 6). Si el tratamiento previsto es la extracción quirúrgica, las opciones son más reducidas. En cualquier caso, la valoración radiográfica es indispensable y, por lo menos, se necesitan dos placas tomadas con distintos ángulos. El odontólogo debe conocer el valor y las limitaciones de cada tipo de proyección y estudiará las placas radiográficas de forma escrupulosa sobre un negatoscopio apropiado, con la ayuda opcional de una lupa de mano. Si utilizamos técnicas de radiología digital aplicaremos los diferentes progra- 162 270 | JUNIO 2015 LA ERUPCIÓN DEL PREMOLAR SUPERIOR SE PRODUCE NORMALMENTE ALREDEDOR DE LOS 10-12 AÑOS, PERO EL DIAGNÓSTICO DE SU INCLUSIÓN SE SUELE HACER DE FORMA TARDÍA Y ESTO PUEDE COMPROMETER EL RESULTADO FINAL DEL TRATAMIENTO mas existentes (software) para obtener el máximo de detalles de la inclusión, modificando el histograma (variando brillo y contraste, aplicando el zoom, asignación de colores, etc.). La ortopantomografía es una técnica extremadamente útil para obtener información general acerca de las estructuras óseas y dentarias de la cavidad bucal. De hecho, el diagnóstico de la inclusión dentaria suele realizarse a partir de una radiografía panorámica. Sin embargo, las deformaciones y artefactos que caracterizan a las radiografías efectuadas mediante esta técnica limitan su utilidad. En cualquier caso, es la primera exploración que debemos solicitar ante la sospecha de una inclusión dentaria, pues nos aportará la siguiente información: presencia de la inclusión, relación del diente incluido con el seno maxilar, fosas nasales o dientes adyacentes; presencia de patología asociada (quistes, tumores, osteítis, sinusitis, etc.), y desplazamientos y lesiones en los dientes vecinos. En cuanto a la radiografía oclusal, existen gran variedad de proyecciones oclusales disponibles, como son la proyección oclusal anterior o técnica de Bellot, la proyección oclusal vértex o técnica de Simpson, y la proyección oclusal verdadera. Por ello, es indispensable apreciar claramente la utilidad y limitaciones de cada uno de los tipos de radiografía oclusal de los que disponemos. En el diagnóstico de los dientes incluidos solo es útil la proyección oclusal de «vértex», donde se coloca el tubo de rayos X de modo que el rayo central pase a lo largo del eje longitudinal de los incisivos centrales, y así se observan dichos dientes como en un corte transversal; la película es precisa y puede usarse con confianza para establecer la posición real del diente incluido. La proyección oclusal de vértex permite situar el premolar superior respecto a la arcada dentaria. La radiografía periapical efectuada mediante la técnica convencional de la radiografía intrabucal retroalveolar, procurando colocar el eje mayor de la placa radiográfica (3 x 4 cm.) en posición vertical, no es fiable para fijar la posición espacial del premolar, ya que solo observaremos relaciones en el plano frontal. Sin embargo, resulta de interés para determinar otros datos como son: morfología de la corona (forma y tamaño) y de la raíz (curvaturas, dilaceraciones, acodaduras apicales, etc.); distancia entre el diente incluido y el proceso alveolar (profundidad de la inclusión) y de las raíces de los otros dientes. Además podremos ver la distan- gd Caso clínico EN CUANTO A LAS INCLUSIONES DENTARIAS, EXISTEN BÁSICAMENTE TRES ACTITUDES TERAPÉUTICAS, QUE SON: ABSTENCIÓN DE TRATAMIENTO ACTIVO CON CONTROLES PERIÓDICOS CLÍNICOS Y RADIOLÓGICOS, EXODONCIA QUIRÚRGICA, Y RECOLOCACIÓN ORTODÓNCICA DE LA PIEZA EN LA ARCADA DENTARIA cia entre el premolar incluido y las fosas nasales o el seno maxilar; dirección del premolar (posición vertical, oblicua u horizontal); existencia de patología asociada de los dientes vecinos; estructura y densidad del hueso alveolar adyacente; quiste folicular asociado (presencia del saco pericoronario); presencia de anquilosis (desaparición del ligamento alvéolo – dentario); presencia de reabsorción del premolar y / o de los dientes vecinos (rizolisis); dientes supernumerarios o tumores (odontomas, etc.). En las radiografías periapicales y oclusales se admite que, en principio, la parte de la imagen más nítida es la más próxima a la película radiográfica, es decir, la más profunda; esto puede ayudarnos a situar la corona del premolar respecto al resto de los dientes. No obstante con estas placas es posible que se produzcan errores de interpretación, lo que hace recomendable efectuar la técnica doble, que se basa en la denominada regla de Clark o «Ley del objeto vestibular». Su fundamento es un principio básico de la perspectiva: si un observador en movimiento proyecta su mirada hacia dos objetos próximos entre sí, a medida que se desplace variará la relación de perspectiva entre los objetos. La aplicación práctica a la radiología del premolar incluido es la siguiente: si proyectamos sucesivamente el foco de rayos X sobre dos placas intrabucales (periapicales u oclusales), la primera en posición orto y la segunda con el foco en posición más distal o mesial (cambiamos la angulación horizontal del cono de rayos X), la variación en la posición relativa del premolar nos indicará si éste se encuentra en posición palatina o, por el contrario, vestibular respecto a la arcada dentaria. Si en la segunda proyección la imagen correspondiente al premolar se desplaza hacia distal (en el sentido del foco) respecto a la obtenida en la primera, el premolar se encuentra en situación palatina, mientras que si se desplaza hacia la línea media (en sentido contrario al foco), se encuentra en situación vestibular respecto a los otros dientes. En los casos de inclusión de ambos premolares superiores podemos hacer una radiografía oclusal estándar y dos periapicales, una a cada lado, para determinar la posición de ambos premolares, basándonos en el principio de la técnica doble o «paralelaje». Con dicha técnica se obtiene una radiografía periapical de la zona y a continuación se mueve el tubo de rayos X en dirección horizontal (mesial o distal) 164 270 | JUNIO 2015 antes de tomar una segunda radiografía. Si se comparan las dos radiografías y se observa que el diente incluido se desplaza en la misma trayectoria que el tubo de rayos X, se considera que está localizado en sentido palatino o lingual en relación con los dientes erupcionados, pero si se mueve en dirección opuesta, nos indica que el diente incluido estará ubicado en el lado vestibular. Otra posibilidad es tomar dos radiografías periapicales de la misma zona, variando la angulación vertical del cono de rayos X unos 20°. Si el objeto de estudio está por vestibular se moverá en dirección opuesta al foco emisor de radiación. La radiografía lateral de cráneo es útil para valorar las relaciones en el plano anteroposterior. Normalmente los pacientes que presentan este tipo de patología han sido estudiados por el ortodoncista y, por tanto, dispondremos de placas laterales y posteroanteriores de cráneo, que también nos proporcionarán información útil. Así, en la radiografía lateral de cráneo puede verse si la corona del premolar incluido se ubica por delante de la raíz del canino central; esto indicará una vía de abordaje vestibular. Finalmente, la Tomografía Computarizada la realizan algunos autores para conseguir la reconstrucción tridimensional de la zona estudiada y, así, poder determinar la localización exacta de un premolar incluido, especialmente mandibular y con sospecha de extensas rizolisis en los dientes adyacentes. Además, la Tomografía Computarizada permite detectar la posible anquilosis del premolar incluido. En cuanto a las inclusiones dentarias, existen básicamente tres actitudes terapéuticas, que son: abstención de tratamiento activo con controles periódicos clínicos y radiológicos, exodoncia quirúrgica, y recolocación ortodóncica de la pieza en la arcada dentaria. Aunque cada una de las técnicas tiene unas indicaciones y contraindicaciones específicas, lo cierto es que debe estudiarse e individualizarse cada caso (7, 8). La abstención terapéutica se aplica menos frecuentemente, ya que no está exenta de futuras complicaciones. Suelen ser casos de pacientes asintomáticos de edad avanzada, pacientes adultos sin complicaciones locales producidas por el diente incluido, pacientes con enfermedades de base que contraindiquen la cirugía, o pacientes que rechacen el tratamiento. En estos casos, se llevará a cabo un control clínico y radiológico periódico y, si se presentase alguna complicación, se procederá a la extracción quirúrgica. Hay que tener en cuenta, que los dientes incluidos no tratados pueden evolucionar de distintas formas, no siempre previsibles. Un diente incluido, aún con un pronóstico extremadamente desfavorable puede, por ejemplo, retomar su correcto trayecto eruptivo y erupcionar de manera espontánea, o bien anquilosarse (con más frecuencia después de los 30 años) o desarrollar una reabsorción gradual. Por último, puede formarse un quiste folicular. Las principales indicaciones de extracción quirúrgica son: gd Caso clínico cambios de posición de las piezas adyacentes, impactación contra otros dientes, reabsorción de las raíces adyacentes, formación de quistes, anquilosis detectada en las radiografías, pacientes con paladar fisurado, pacientes edéntulos a los que se les va a colocar una prótesis, cuadros infecciosos de repetición o fístulas supurativas, sintomatología neurológica, y otra sintomatología que se pudiese relacionar con la inclusión dentaria en cuestión. El tratamiento de elección será quirúrgico – ortodóncico siempre que sea posible. Para ello, debe realizarse un estudio individualizado de cada caso conjuntamente con un ortodoncista (9 – 11). Existen varios factores que condicionarán el resultado final del tratamiento quirúrgico – ortodóncico, que son: la edad del paciente, ya que en general se dirigirá a pacientes jóvenes, o bien a pacientes adultos si las condiciones locales y del diente incluido lo permiten, teniendo en cuenta siempre que el tratamiento se realizará con mayor lentitud que en jóvenes; la integridad morfológica de la pieza; el espacio disponible en el maxilar para su recolocación; la relación del diente incluido con el reborde alveolar, ya que cuanto más próximo esté, mejor será el resultado final; la posición en los planos sagital y vertical del diente incluido; y el espacio del ligamento periodontal, que debe ser visible en toda la superficie de la raíz. Los resultados del tratamiento ortodóncico suelen ser satisfactorios. Sin embargo, existe un pequeño porcentaje de complicaciones como son: pérdida de la sensibilidad pulpar, reabsorción radicular, pérdida de hueso marginal y retracción gingival. La terapia de tratamiento quirúrgico – ortodóncico tiene un efecto positivo si el diente incluido está erupcionando según una trayectoria que no se desvía excesivamente de la correcta (< 90º), y si no ha perdido su potencial eruptivo. Figura 1. Visión oclusal de la cavidad oral del paciente. Figura 2. Visión frontal de la cavidad oral del paciente 166 270 | JUNIO 2015 gd Caso clínico Figura 3. Visión lateral de la cavidad oral del paciente. Figura 4. Ortopantomografía inicial del paciente. Figura 5. Radiografía lateral de cráneo inicial del paciente. Figura 6. Técnica de Clark, basada en la realización de una radiografía periapical en posición orto y otra con el foco en posición más distal o mesial. Puesto que vemos que al mover el foco se mueve en el mismo sentido el premolar en cuestión, sabemos que este está ubicado en palatino. 168 270 | JUNIO 2015 gd Caso clínico OBJETIVO El objetivo de este artículo es presentar un caso de un paciente de 12 años de edad, sin antecedentes médicos de interés y sin ninguna reacción alérgica medicamentosa. El paciente será tratado con la exodoncia de un molar temporal y el abordaje quirúrgico de un premolar permanente incluido para, con ortodoncia, poder reubicarlo en su posición ideal en la arcada. MATERIAL Y MÉTODOS Presentamos un paciente con una gran caries en el segundo molar temporal derecho [55], y con el segundo premolar superior [15] incluido, que acude a consulta porque «tie- ne un diente con caries y no le sale el colmillo definitivo». Observamos la región intraoral del paciente, a nivel oclusal (Figura 1), frontal (Figura 2) y lateral (Figura 3), y decidimos hacerle una ortopantomografía (Figura 4). Al hacer la ortopantomografía, observamos la presencia del segundo premolar superior derecho incluido en una posición alta y que, probablemente, no erupcionará salvo que intervengamos. Además, presenta agenesia del segundo premolar superior izquierdo. Decidimos ponernos en contacto con el departamento de Ortodoncia para realizar un estudio minucioso del caso de este paciente y valorar la posibilidad de realizar un tratamiento quirúrgico – ortodóncico, pues sería lo ideal debido, prin- Figura 7. Exodoncia del segundo molar superior derecho temporal cariado. Figura 8. Incisión intrasulcular en la mucosa palatina, desde el incisivo central superior derecho (11) hasta el primer molar superior derecho (16). Figura 9. Levantamos un colgajo mucoperióstico. 170 270 | JUNIO 2015 Figura 10. Sutura de la mucosa palatina para anclarla en un diente del lado opuesto del maxilar para que el colgajo no moleste a la hora de pegar el botón ortodóntico. gd Caso clínico Figura 11. La corona del premolar está liberada hasta el LAC, por lo que pegamos el botón ortodóncico mediante una técnica clásica de grabado ácido, adhesivo y composite. Figura 12. Reposición del colgajo de sutura. Colocamos un pegote de composite en el extremo del alambre para que el paciente no se lo clave. cipalmente, a la edad del paciente. Se solicita como prueba complementaria una telerradiografía lateral de cráneo (Figura 5) para poder realizar el estudio ortodóncico completo. Los ortodoncistas indican que es posible el tratamiento que habíamos elegido, por lo que realizamos una Técnica de Clarck para conocer la posición exacta del premolar, vestibular o palatina (Figura 6), y así poder decidir el abordaje quirúrgico que llevaremos a cabo. Gracias a esta técnica, podemos ver que el premolar está ubicado a nivel palatino y no vestibular, por lo que nuestro abordaje será por la mucosa palatina. Comenzamos nuestra cirugía anestesiando con una técnica anestésica infiltrativa tanto a nivel vestibular como pa- 172 270 | JUNIO 2015 latino. Una vez anestesiada correctamente la zona, procederemos a realizar la exodoncia del segundo molar temporal cariado (Figura 7). Una vez realizada la extracción, hacemos una incisión intrasulcular en la mucosa palatina, desde el incisivo central superior derecho hasta el primer molar superior derecho (Figura 8), y procedemos a levantar un colgajo mucoperióstico (Figura 9). En estos casos, resulta útil suturar la mucosa palatina con un punto simple y anclarla en un diente del lado opuesto del maxilar para que el colgajo no moleste a la hora de acceder al premolar para pegar el botón ortodóncico (Figura 10). Una vez que tenemos localizado el premolar incluido, realizamos un poco de osteotomía para dejar la corona comple- gd Caso clínico tamente liberada, y procedemos a pegar el botón ortodóncico mediante una técnica clásica de grabado ácido, adhesivo y composite (Figura 11). Cuanto tenemos el botón ya pegado, y hemos tirado de él para comprobar que no se suelta al ejercer fuerza sobre el mismo, reposicionamos el colgajo y suturamos (Figura 12). Puesto que el paciente aun no tiene puestos los brackets, es muy útil colocar un pegote de composite en el extremo del alambre que está fijado al botón para que no le haga daño al paciente. Citamos al paciente en una semana para retirar las suturas y revisar el aspecto de la mucosa tras la cirugía (Figura 13). Puesto que ya hemos realizado nuestra parte del tratamiento, derivamos al paciente al ortodoncista para que inicie el tratamiento, traccione del premolar, y lo reubique en su posición adecuada en la arcada dentaria. Un año después de la cirugía, el diente ha erupcionado adecuadamente, y en poco tiempo el ortodoncista terminará de alinear los dientes en la arcada y retirará los brackets (Figura 14). DISCUSIÓN Para poder revertir la situación del premolar incluido, disponemos de diferentes técnicas, que incluyen: 1. Realizar la exodoncia del segundo premolar definitivo incluido [15] así como del segundo molar temporal [55] y alinear el resto de la arcada dentaria (12–14). 2. Realizar la exodoncia del segundo premolar definitivo incluido [15] y la exodoncia de segundo molar temporal [55], y colocar un mantenedor de espacio para poder colocar un implante en el segundo premolar [15] cuando el paciente deje crecer (15–17). 3. Realizar la exodoncia del segundo molar temporal [55] y realizar una cirugía de rescate o técnica quirúrgico – ortodóncica del segundo premolar definitivo incluido [15] (18–20). RESULTADOS CONCLUSIÓN Por haber realizado un tratamiento quirúrgico – ortodóncico adecuado, hemos logrado, en el plazo de un año, traccionar de un premolar incluido en una posición anómala hasta llevarlo a una posición casi perfecta en la arcada dentaria. Ahora, con el premolar ya erupcionado, es el ortodoncista quién tiene que terminar de realizar su parte del trabajo para lograr una clase I molar y canina, un correcto resalte y una buena sobremordida, así como para conseguir una muy buena estética. Debido a que el paciente presenta agenesia del segundo premolar superior izquierdo [25], hemos decidido mantener el segundo molar temporal izquierdo [65] y, cuando tenga la Por ser la técnica más conservadora para el paciente, decidimos realizar la exodoncia del segundo molar temporal, además cariado, y una técnica quirúrgico – ortodóncica o de rescate del segundo premolar superior incluido. Fue gracias a una adecuada relación y planificación con el departamento de Ortodoncia, por lo que nuestro caso ha sido satisfactorio, logrando la erupción del segundo premolar superior derecho definitivo y su alineación en la arcada dentaria. Será en un futuro, cuando el paciente deje de crecer, cuando nos plantearemos qué hacer con el segundo cuadrante, donde el paciente presenta agenesia del segundo premolar superior definitivo [25]. Figura 13. Retirada de suturas tras haber pasado una semana. 174 edad adecuada, plantearemos la posibilidad de colocar un implante dental en el segundo premolar superior izquierdo [25]. 270 | JUNIO 2015 • gd Caso clínico Figura 14. Situación del paciente tras un año de tratamiento con ortodoncia, una vez realizada la cirugía para pegar el botón ortodóncico. BIBLIOGRAFÍA 1. Chiapasco M. Cirugía Oral. Texto y atlas en color. Ed. Masson. 2. Donado M. Cirugía Bucal. Patología y técnica. 3ª Edición. Ed. Masson. 3. Gay-Escoda G, Berini-Aytés L. 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