manual perfeccionamiento vela ligera

MANUAL PERFECCIONAMIENTO VELA LIGERA
El presente manual contiene la información teórica necesaria para el manejo de una embarcación de vela
ligera destinada a una navegación familiar o de recreo. Recomendamos comenzar con un barco sencillo,
tanto en el diseño del casco como en el del aparejado. La forma del casco debe conferirle estabilidad y la
superficie vélica no debe ser excesiva. Para la adquisición de las habilidades prácticas se aconseja que, al
menos las primeras horas, se acompañe de un instructor o un amigo ya experimentado. Después el progreso
es sólo una cuestión de práctica.
INDICE
Nuestra embarcación a vela
Rumbo. Posiciones relativas al viento
Control de la embarcación
Dirigir la embarcación
Reglaje de las velas
Fuerza de empuje, abatimiento, escora y deriva
Maniobras
Equilibrio
Resumen
Situaciones frecuentes
Problemas para identificar los rumbos
Cómo evitar quedar proa al viento
Mi barco no avanza o avanza muy lentamente
Al virar por avante no consigo que el barco gire
¿Cuándo debo virar por avante y cuándo en redondo?
Seguridad
Medio Ambiente
NUESTRA EMBARCACIÓN DE VELA
Casco: cuerpo de la embarcación
Mástil: percha que sirve para izar las velas. Se sujeta mediante el uso de cabos metálicos dirigidos a los
costados (obenques) y a la proa (estay)
Vela Mayor: vela principal que se iza y enverga en el mástil y la botavara.
Foque: vela que se iza a proa, en el estay.
Botavara: percha colocada horizontalmente que sujeta la vela mayor.
Timón: pieza externa que movida en torno a su eje permite gobernar la embarcación.
Orza: plancha que, colocada en el eje del barco, sobresale por debajo del casco y sirve
para contrarrestar el abatimiento y la deriva.
Escotas: son los cabos utilizados para manejar y orientar las velas.
Drizas: son los cabos utilizados para izar y arriar las velas.
Proa y Popa: parte delantera y trasera de la embarcación respectivamente.
Costados de Estribor y Babor: observando desde la popa a la proa, lados
derecho e izquierdo de la embarcación.
Amura, través y aleta: parte delantera, central y posterior respectivamente
Las partes de una vela triangular son :
Gratil: lado anterior de la vela por el que ésta se sujeta al mástil o al estay.
Baluma: lado posterior de la vela. Suele incluir unas tablillas llamadas sables para dar una forma correcta a la
vela.
Pujamen: lado inferior de la vela. En la vela mayor este borde se afirma a la botavara.
Puños: cada uno de los vértices o esquinas de la vela
Puño de driza es el vértice superior, donde se afirma la driza.
Puño de amura el inferior, que se encuentra orientado hacia la amura del barco.
Puño de escota el de más a popa, donde suele afirmarse la escota.
IMPORTANTE
Todo a bordo tiene un nombre concreto. Algunos están reflejados en las imágenes y texto mostrados aquí,
pero aún hay muchos más. No es necesario aprenderlos todos pero sí es importante familiarizarnos con los
de aquellos elementos de la embarcación fundamentales para el control del barco: mástil, botavara, vela
mayor, foque, drizas, escotas, timón y orza.
RUMBO. POSICIONES RELATIVAS AL VIENTO.
El RUMBO es la dirección en la que navegamos. En vela ligera lo habitual es medir el rumbo en relación a la
dirección del viento, de modo que podemos definir el rumbo como el ángulo que forma la línea longitudinal
del barco (línea de crujía) con la dirección del viento real.
Llamamos Barlovento a la dirección desde donde sopla el viento y Sotavento a la dirección hacia la que se
dirige. Los rumbos en los que nuestra embarcación se dirige a barlovento forman ángulos cerrados y reciben
el nombre de rumbos cerrados. Aquellos en los que se dirige hacia sotavento forman ángulos más abiertos y
se conocen como rumbos abiertos. Algunos de estos rumbos tienen a su vez nombres concretos.
PROA AL VIENTO: Un barco puede navegar a vela en cualquier dirección excepto en la que supone dirigir la
proa al viento en un ángulo inferior a 45º.
CEÑIDA: Se dice que un barco ciñe cuando navega recibiendo el viento por la amura, a 45º
aproximadamente respecto de la dirección del viento. Navegando en sucesivas ceñidas en forma de zig-zag
podemos realizar un recorrido contra el viento.
TRAVES: Un barco navega de través cuando recibe el viento por el través, formando un ángulo de 90º
respecto a la dirección del viento.
LARGO: Navegamos al largo cuando se recibe el viento por la aleta, a aproximadamente 135º.
EMPOPADA: Un barco navega de popa o de empopada cuando recibimos el viento por la popa, a unos 180º.
Nótese la curiosa posición de las velas. Al quedar el Foque tapado por la Mayor debe aquel ir al lado
opuesto.
Los términos amurado a estribor y amurado a babor hacen referencia al costado de nuestro barco por el que
recibimos el viento.
“Cuando los buques de vela se aproximen uno al otro con riesgo de abordaje, uno de ellos se mantendrá
apartado de la derrota del otro en la forma siguiente:
1. Cuando cada uno de ellos reciba el viento por bandas contrarias, el que lo reciba por babor se mantendrá
apartado de la derrota del otro (figura 4).
2. Cuando ambos reciban el viento por la misma banda, el buque que está a barlovento se mantendrá
apartado del buque que está a sotavento (figura 5)
A efectos de esta regla se considerará banda de barlovento la contraria a la que se lleve cazada la vela
mayor.”
Reglamento para prevenir los abordajes en el mar
CONTROL DE LA EMBARCACIÓN.
Para gobernar una embarcación la tripulación debe trabajar en equipo: El patrón dirige la embarcación
mediante el manejo del timón e irá sentado siempre a barlovento, cerca del timón y frente a la vela mayor.
El resto de tripulantes a su vez debe encargarse de mantener la embarcación equilibrada, del manejo de las
escotas, de la orza y de señalar al patrón cualquier cosa que no haya notado.
DIRIGIR LA EMBARCACION
La dirección se controla con el manejo del timón.
Estas son las partes del timón clásico:
El barco gira siempre al lado opuesto hacia el que llevemos la caña del timón. Si movemos la caña hacia la
derecha el barco girará a la izquierda. En relación al viento, si llevamos la caña a barlovento el barco gira a
sotavento y si llevamos la caña a sotavento girará a barlovento. Estas dos maniobras se conocen con el
nombre de Orzar y Arribar.
ORZAR (fig. 2 y 3): orzar es alterar el rumbo cerrándose al viento, por ejemplo del largo al través, o del través
a la ceñida. Se logra llevando a sotavento la caña del timón hasta llegar al rumbo deseado (la referencia del
patrón es alejar la caña de sí mismo). Recuerda que lo máximo que podemos orzar manteniendo la
propulsión avante es hasta 45º en relación al viento. En un ángulo inferior el barco se quedará parado.
ARRIBAR (fig. 4 y 5): es la acción de alterar el rumbo abriéndose al viento, por ejemplo de la ceñida al través,
del través al largo o del largo a la empopada. Se logra llevando a barlovento la caña del timón hasta llegar al
rumbo deseando (la referencia del patrón será aproximar la caña a sí mismo). El límite en este caso está en
los 180º.
REGLAJE DE LAS VELAS
Siempre que cambiamos de rumbo debemos cambiar la orientación de las velas. La norma general es muy
sencilla: debemos cerrar el ángulo de las velas cuando pasamos a rumbos cerrados y abrirlo cuando pasamos
a rumbos abiertos.
Si nos fijamos atentamente en el cuadro de rumbos, podemos observar cómo el ángulo de la vela con
respecto al eje del barco se abre al pasar a rumbos más abiertos y se cierra progresivamente al pasar a
rumbos más cerrados.
Para cerrar el ángulo de la vela debemos tirar de la escota. Este gesto recibe el nombre de Cazar
Para abrir el ángulo de la vela debemos soltar la escota. Este gesto recibe varios nombres: los más usados
son Largar y Amollar.
Una vez que sabemos cuándo debemos cerrar y abrir las velas la pregunta sería cuánto: procuraremos llevar
las velas siempre al límite del flameo (lo más abiertas posibles sin que flameen).
Decimos que la vela porta cuando permanece hinchada. En cambio flamea cuando se agita sin control, como
una bandera. El flameo es un buen indicador para el correcto reglaje de las velas.
Las velas flamean siempre que orzamos hacia rumbos más cerrados o, en rumbos abiertos, si hemos soltado
la vela en exceso. Cuando la vela flamea nos indican que van demasiado largadas y que debemos cazarlas.
Pero ATENCION a no cazar la vela más de lo necesario. Cuando una vela flamea sólo debe cazarse hasta que
el flameo desaparece.
Muchos principiantes piensan equivocadamente que cuanto más cerramos las velas más viento recogen y se
aumenta así la velocidad del barco. Navegan cazando las escotas continuamente, cerrando incluso las velas
cuando éstas no flamean. En la imagen siguiente podemos ver el efecto de una vela demasiado cazada en un
rumbo de través: el flujo ideal de aire en la vela se rompe produciendo turbulencias y la fuerza de empuje de
la vela se reduce. La fuerza actúa más lateralmente y menos hacia delante aumentando la tendencia a
escorar y reduciendo la velocidad.
Debemos presta por eso especial atención al reglaje de las velas. Sobre todo al navegar en rumbos abiertos
insistimos en la necesidad de abrir las velas para aumentar la fuerza de empuje y la velocidad.
Procura llevar la vela siempre al límite del flameo largando la vela progresivamente hasta llegar al punto en
que, si la dejo ir un poco más, comenzará a flamear.
IMPORTANTE
Recuerda que siempre que cambiamos de rumbo debemos cambiar la orientación de las velas, cerrándolas
al pasar a rumbos cerrados y abriéndolas al pasar a rumbos abiertos. Un fallo muy común en navegantes
poco experimentados es llevar siempre las velas en el mismo ángulo, generalmente muy cerradas. Para
aprovechar al máximo el empuje del viento y la eficacia de las velas debemos abrir las velas en cada rumbo
hasta el límite de flameo.
FUERZA DE EMPUJE, ABATIMIENTO, ESCORA
La vela convierte la energía del viento en fuerza de empuje E. Esta actúa aproximadamente en ángulo recto
en el centro de presión de la vela produciendo en la embarcación dos tipos de fuerza. Una fuerza de avance
Av y otra fuerza de abatimiento Ab. La primera fuerza hace avanzar a nuestro barco y la segunda produce un
doble efecto: por un lado un desequilibrio transversal, llamado escora, que hace que el casco se incline
lateralmente, por otro un desvío del rumbo del barco hacia sotavento llamado abatimiento (fig. 11 y 12).
La escora se evidencia sobre todo navegando en ceñida y debe contrarrestarse con el peso de los
tripulantes. El abatimiento se contrarresta gracias a la acción de la orza, aunque en rumbos cerrados, donde
la fuerza de abatimiento es mayor que la de avance, no se elimina del todo.
Fig. 8: Con el viento de costado y la vela en la posición correcta la fuerza de empuje actúa principalmente
hacia delante, por lo que la fuerza de avance es grande y la fuerza de abatimiento pequeña.
Fig. 9 y 10: En ceñida la vela debe ir más cazada. Eso hace que aumente la fuerza lateral y se reduzca la
fuerza de avance. Hace falta toda la orza y buena velocidad para que el abatimiento sea mínimo y mayor
contrapeso de la tripulación para reducir la escora. La vela mayor debería ser llevada como máximo sobre el
canto de popa del casco, pues con la mayor cazada al centro toda la fuerza se ejercería lateralmente.
DOBLE EFECTO DEL ABATIMIENTO: ESCORA Y DERIVA A SOTAVENTO. NAVEGANDO EN CEÑIDA ES CUANDO
SE HACEN MÁS EVIDENTES.
MANIOBRAS
La virada por avante o sencillamente virada, es la maniobra de cambiar de sentido en contra del viento.
Debemos cazar bien las velas y orzar hasta colocarnos proa al viento. Llegados a este punto la embarcación
se frena, pero si hemos llegado con la suficiente velocidad la inercia nos hará girar. Mientras orzamos la
tripulación debe prepararse para equilibrar el barco y cambiar de banda cuando lo hagan las velas.
Debemos cuidar sobre todo de:
- Llegar a la virada con la máxima velocidad posible.
- Orzar de forma gradual y no de golpe hasta que las velas cambien y se hinchen por la otra banda.
- Que los tripulantes pasen de una banda a otra al tiempo que lo hacen las velas para equilibrar la
embarcación.
- Salir de la virada con el rumbo y cazado de velas correcto.
Es importante mantener las velas cazadas durante toda la maniobra (si las abrimos el barco se frenará
demasiado y quedaremos parados proa al viento) y equilibrar la embarcación para evitar que vuelque.
La virada en redondo, conocida también como trasluchada, es la maniobra de cambiar de sentido a favor del
viento. Debemos arribar suavemente hasta que el barco gire pasando por la empopada, momento en que la
tripulación debe pasar la mayor de un lado a otro ayudándose de la escota o la botavara mientras mantienen
el barco equilibrado.
Debemos cuidar sobre todo de:
- Arribar de forma gradual y no de golpe hasta que el viento entre por la popa.
- Pasar la tripulación la botavara de una banda a la otra justo en el momento que el viento entra por popa.
- Mantener equilibrada la embarcación antes, durante y después de la virada.
- Salir de la virada con la caña al centro y cazado de velas correcto.
Al virar las velas cambian de banda suavemente. En la trasluchada este cambio se produce a mayor
velocidad, de modo que si dejamos caer sola la vela mayor de un lado al otro el golpe podría ser muy
violento pudiendo volcar la embarcación y causar daños al aparejo.
COMPARACIÓN ENTRE AMBAS VIRADAS:
VIRADA POR AVANTE
VENTAJAS No se pierde barlovento. Requiere menos espacio Es más segura. Requiere menor velocidad
inicial.
INCONVENIENTES Puede fallar si la velocidad del barco no es suficiente. Se pierde barlovento. Requiere más
espacio. Es más lenta. Es más peligrosa.
EQUILIBRIO
El equilibrio de la embarcación debe ser valorado según dos aspectos: la seguridad y conseguir que la
navegación sea lo más eficaz posible.
Es evidente que en una embarcación ligera la estabilidad debe ser tenida en cuenta en todo momento para
evitar que vuelque y que la tripulación acabe en el agua. Las situaciones más críticas en cuanto a perdida de
estabilidad suelen darse navegando en ceñida o al realizar maniobras.
IMPORTANTE
Ya vimos que en ceñida la fuerza de abatimiento es grande y el barco tiende a escorar. Cuanto más duro sea
el viento mayor será el ángulo de escora. Esta fuerza debe ser equilibrada con el peso de la tripulación. Pero
si no es suficiente podemos reducir el ángulo de escora largando la mayor y dejando que flamee
ligeramente.
Navegando con oleaje por la aleta o sobre todo de popa las olas provocan en ocasiones balances bruscos en
el barco que deben ser corregidos por el timonel, orzando cuando la embarcación se inclina a barlovento y
arribando cuando lo hace a sotavento.
El equilibrio también merece ser vigilado porque si no es correcto frena y no debe hacerlo. Un barco que
navega plano (adrizado) deriva menos y consigue mejor velocidad que un barco escorado.
Sólo a poca velocidad con poco viento podemos escorar unos grados para reducir la superficie del casco en
contacto con el agua. Pero cuando el viento sube la formación de olas frena más que la fricción del casco. La
forma de la parte sumergida del casco es entonces más importante que la cantidad de superficie mojada,
por lo que debemos tratar de mantener entonces la embarcación siempre adrizada.
El equilibrio proa-popa también es importante. Un fallo común en principiantes es sentarse siempre
demasiado a popa. En ceñida el barco avanza golpeando contra las olas. Debemos tratar de que ni la proa ni
la popa se hundan excesivamente, pero si hay que escoger entre las dos es mejor que sea la proa la que se
hunda. En cambio navegando al largo o de empopada no avanzamos ya contra la ola sino a favor, por lo que
el peso debe trasladarse ligeramente hacia popa para impedir que la proa se clave y frene el barco (más aún
con viento duro y fuerte oleaje).
Vuelco y adrizamiento de la embarcación.
El vuelco es que un desequilibrio incontrolado de la embarcación que acaba con el mástil y las velas en el
agua. La manera más fácil de que esto ocurra es si no controlamos el ángulo de la escora navegando en
ceñida o si no equilibramos la embarcación debidamente al realizar una virada o trasluchada.
Para adrizar el barco se debe proceder de forma organizada:
- En primer lugar se debe situar la embarcación proa al viento y soltar y aflojar todas las escotas de las
mordazas.
- El patrón se colgará de la orza y la embarcación comenzará a levantarse (si no lo hace el resto de la
tripulación ayudará también con su peso). El barco quedará entonces adrizado, proa al viento y con las velas
sueltas, lo que impedirá que salga navegando hasta que hayamos subido a bordo.
- La tripulación debe subir rápidamente a bordo y comprobar el estado de la embarcación.
RESUMEN
CEÑIDA: Un barco ciñe cuando navega recibiendo el viento por la amura, a aproximadamente 45º respecto
de la dirección del viento. Las velas en ceñida deben ir bastante cerradas para que no flameen, pero
cazaremos como máximo las escotas hasta que la botavara esté a la altura del ángulo que forma el canto de
la popa. El peso de la tripulación debe ir a barlovento para contrarrestar la escora del barco y ligeramente
hacia la proa para ayudar al casco a romper las olas. El barco navega hacia barlovento. La fuerza de avance
es muy pequeña por lo que en comparación con los demás rumbos es un rumbo lento. Como el abatimiento
es fuerte la orza debe ir del todo calada para que la deriva sea mínima. Debemos prestar mucha atención a
la escora para evitar volcar.
TRAVES: Un barco navega de través cuando recibe el viento por el través, formando un ángulo de 90º
respecto a la dirección del viento. Las velas en el través deben ir más abiertas, pero sin que el gratil de la vela
llegue a flamear. El equilibrio transversal es menos precario porque la fuerza de escora disminuye. Parte de
la tripulación puede ir en el centro del barco o a sotavento. Deberán moverse a barlovento si el viento sube.
El barco navega perpendicular a la dirección del viento. Es el rumbo más rápido con vientos medios. Como el
abatimiento es menor en este rumbo podemos llevar la orza a ¾ de su calado.
LARGO: Navegamos al largo cuando se recibe el viento por la aleta, a aproximadamente 135º respecto a la
dirección del viento. En un largo las velas deben ir muy largadas, lo más sueltas posible cuidando que el gratil
de la vela no flamee. Parte de la tripulación debe ir a sotavento y sentarse ligeramente a popa. Si el viento
sube deberán moverse más a popa y a barlovento. El barco navega hacia sotavento. Con la vela
correctamente largada el abatimiento es mínimo y mucha la fuerza de avance. La orza debe ir a ½ su calado.
Es el rumbo más rápido con viento fuerte.
POPA: Un barco navega de popa o de empopada cuando recibe el viento por la popa, a unos 180º respecto a
la dirección del viento. De empopada las velas deben ir totalmente abiertas, casi perpendiculares al eje del
barco. El foque queda tapado por la mayor y no trabaja. Por eso debemos llevarlo al lado opuesto
navegando en “orejas de burro”. El peso debe ser casi idéntico en las dos bandas. Si el viento sube la
tripulación debe ir más a popa para evitar que se hunda la proa del barco y el timonel muy atento porque las
olas pueden balancear bruscamente el casco. La dirección del barco coincide con el sentido del viento. El
abatimiento es nulo o casi nulo y la orza irá solo al ¼ de su calado. Es un rumbo tranquilo con poco viento
pero complicado si este sube y hay olas. El timonel debe ir muy atento para no provocar una trasluchada
involuntaria. Por lo general es un rumbo lento.
SITUACIONES FRECUENTES
El presente capítulo trata de dar solución a algunas situaciones que se dan con frecuencia durante el proceso
de aprendizaje.
Problemas para identificar los rumbos.
Cuando estamos aprendiendo a navegar a menudo nos resulta difícil identificar en qué rumbo vamos.
Muchos optan por atar a los obenques hilos de lana o trozos de cinta que nos indican en todo momento cual
es la dirección del viento. Ciertamente son útiles, pero si nos acostumbramos a navegar siempre guiándonos
por ellos luego nos será difícil navegar correctamente sin llevarlos.
Los rumbos que son más fáciles de reconocer son la Ceñida y la Empopada. La empopada por la
característica posición de las velas en “orejas de burro”. La ceñida por esa imagen de la vela cerrada al
máximo, el barco escorado y con la tripulación en la borda. Es una escena bastante reproducida en
publicidad y es sin duda la manera más divertida de navegar.
Pero desde los 45º de la Ceñida a los 180º de la Popa nos encontramos con muchas posibilidades, además de
los 90º del Través o los 135º del Largo. Puede que el lugar al que me dirijo esté a un rumbo de 65º o a 117º.
Hay unas reglas sencillas que podemos seguir para navegar correctamente en cualquier rumbo, aunque no
sepamos exactamente de cual se trata.
1. Para mantener la dirección sólo tienes que usar correctamente el timón. Conseguir que el barco navegue
en línea recta quizá al principio no sea sencillo y, si hay olas, nos exige estar haciendo constantes
correcciones.
2. Para un buen reglaje de las velas no es imprescindible saber con exactitud en qué rumbo voy. Recuerda
que has llevar siempre las velas al límite del flameo.
3. Para no equivocarnos con el equilibrado del barco lo importante es q vaya derecho (adrizado) y procurar
que ni la popa ni la proa se hundan demasiado.
4. La orza puede ir siempre calada al máximo. Prestar atención al pasar por zonas con poco fondo. Si al dirigir
el barco hacia dónde quieres ir te ves proa al viento recuerda que la única forma de llegar navegando hasta
ese lugar será haciendo sucesivas ceñidas de un lado al otro en forma de zig-zag.
COMO EVITAR QUEDAR PROA AL VIENTO
Las primeras veces que intentamos ceñir al máximo es habitual quedarse proa al viento y no darse cuenta.
Aunque la embarcación se detiene, como las olas y el viento empujan el casco, muchas veces no es evidente
que nos hemos quedado parados y que el barco ya no avanza. Navegando en ceñida las velas han de ir
bastante cerradas. Si las velas comienzan de pronto a flamear será difícil cerrarla más, puesto que la escota
va ya cazada al máximo. El flameo nos está indicando en este caso que hemos cerrado demasiado nuestro
rumbo y nos hemos quedado aproados. La solución es arribar ligeramente. La vela se hinchará de nuevo y el
barco reanudará la marcha. En ocasiones es el viento el que gira unos grados a sotavento y se nos coloca en
la proa obligándonos a arribar. Si nos obliga a arribar demasiado lo más recomendable es virar y continuar
ciñendo en el bordo opuesto.
MI BARCO NO AVANZA O AVANZA MUY LENTAMENTE
Las causas más habituales suele ser:
Solución: Debes largar la vela hasta el límite del flameo.
Causa: Tratando de navegar demasiado ceñido al viento te has quedado aproado.
Solución: Debes arribar ligeramente para que el barco se ponga en marcha de nuevo.
Otras causas pueden ser:
Solución: Cazar la vela hasta hacerla portar. Si te encuentras Proa al viento la vela no dejará de flamear
aunque esté completamente cerrada. En ese caso debes arribar como mínimo hasta la posición de ceñida.
me he quedado varado.
Solución: Si ha sido sobre una zona de arena sube la orza y la pala del timón y baja del barco si es necesario.
Si ha sido en zona rocosa deberás comprobar además si se han producido daños en el casco.
do.
Solución: Debes esperar o, si dispones de remos, remar.
Al virar por avante no consigo que el barco gire.
El motivo suele ser la falta de velocidad. No es que haya que virar más rápido sino llegar con la máxima
velocidad posible y tratar de mantener la velocidad durante la maniobra.
Si te quedaste parado arriba ligeramente para que el barco acelere antes de intentar la maniobra de nuevo.
Cuando inicies la virada presta atención a no dejar de orzar gradualmente hasta que el barco haya girado y
sobre todo a que las velas permanezcan cazadas durante toda la maniobra.
Con viento suave podemos incluso hacer que el barco escore. Eso produce en el casco una tendencia a orzar
que nos ayuda a girar.
¿CUANDO DEBO VIRAR POR AVANTE Y CUANDO EN REDONDO?
Es cierto que la virada por avante es una maniobra más segura, pero una tripulación con un poco de
experiencia y bien coordinada no debe tener problemas para realizar una o la otra. Se aconseja de todos
modos virar por avante con vientos duros porque una trasluchada en estas condiciones puede resultar muy
violenta. Lo habitual es virar por avante para cambiar de sentido desde la ceñida o el través y virar en
redondo para cambiar de sentido desde el largo o la popa. También hay que valorar el espacio disponible de
modo que será imposible virar por avante si tenemos un obstáculo a barlovento y trasluchar si el obstáculo
está a sotavento.
SEGURIDAD
FACTORES DE SEGURIDAD A TENER EN CUENTA:
Estado físico y vestimenta:
- Debe usarse siempre el chaleco salvavidas. Además de mantenernos a flote en caso de vuelco o caída
accidental, amortigua golpes y ayuda a mantener la temperatura corporal en días fríos.
- Con tiempo soleado es importante protegerse del sol para evitar quemaduras e insolación. Usa camiseta,
gorra, gafas de sol y protector solar en la piel. Con frío debes ir siempre bien abrigado, lo más corriente es
llevar traje de agua o neopreno y es conveniente llevar calzado apropiado.
- Una buena preparación física para principiante exige saber nadar y ser capaz de enderezar la embarcación y
subir a bordo en caso de vuelco.
El material:
- Antes de salir a navegar comprueba bien el estado de la embarcación
La situación meteorológica:
- Debe prestarse atención sobre todo a la dirección e intensidad del viento, estado de la mar, posibles
chubascos o tormentas y observar posibles cambios en el tiempo presente. No salir con viento superior al
recomendado. La intensidad apropiada para el principiante es del grado 2-3 en la escala Beaufort. Con viento
fuerte y oleaje se precisan amplios conocimientos y una gran destreza en el control de la embarcación.
Se debe además:
- Practicar este deporte con prudencia.
- Respetar las reglas de derecho de paso.
- Realizar las maniobras con suficiente antelación para evitar abordajes.
- Al volcar enderezar el barco inmediatamente. Si el mástil se hunde es casi imposible poner la embarcación
derecha sin la ayuda de una lancha de motor. Si no lo consigues no abandones nunca la embarcación pues
dificultarás la acción de rescate.
- En caso de accidente o de avería debes hacer señales cruzando los brazos en alto.
MEDIO AMBIENTE
Siempre que practicamos algún deporte en el medio natural tenemos que tener en cuenta que el lugar de
que disfrutamos no es solo nuestro y por ello debemos mantener una serie de normas básicas de
comportamiento que ayuden a mantenerlo.
1. Respeta en todo momento el medio natural; no captures o molestes a los animales, ni dañes o recolectes
plantas terrestres o acuáticas.
2. No arrojes desperdicios. No sólo afean sino que estropean el entorno y contaminan. Lleva bolsas de
plástico para su traslado y deposítalos en un contenedor.
3. Para disfrutar en armonía de la naturaleza no la inundes con gritos y otros ruidos.
4. Infórmate del lugar y sobre las especies que podrás encontrar y de su importancia ecológica. El
conocimiento te ayudará a disfrutar de lo que ves.
5. No arrojes objetos que puedan provocar un incendio.
6. Observa, escucha y disfruta del entorno sin que quede señal de tu paso.