Domingo 28 Junio 2015 BUENOS AIRES AÑO 6 - N°324 SUPLEMENTO JOVEN DE TIEMPO ARGENTINO A PALOS ´ El libro que radiografía a la fuerza que gobierna la Ciudad de Buenos Aires: militancia juvenil, proyecto urbano y las tensiones de un fenómeno fabricado para ganar Además: Toto Nievas | Dos lecturas sobre DOS | Pablo Katchadjian | Fútbol para extraterrestres | Neil Young | Pola Oloixarac | Gustavo Sala | Estereotipos año 6 | nº 324 | 28 de junio de 2015 2 Futbol para extraterrestres Un gran jugador Por Zambayonny Ilustración: Daniel Caporaletti El Negro García era un gran jugador de fútbol que le pegaba con las dos piernas y gambeteaba siempre para adelante pero que le gustaba un poco el alcohol. Todos los días se bajaba dos damajuanas de vino. Una de blanco y una de tinto “para que nadie se enoje”. También sentía devoción por el vodka y por eso siempre una botella y media se bebía después de comer “con hielo para que haga ruido”. A la hora de la siesta se dormía saboreando una copa de jerez “para espantar las pesadillas” y ahí sí, cuando se levantaba arrancaba con la cerveza que era su debilidad. Cajón, cajón y medio. Dos cajones si llovía. A la noche cenaba con champagne “porque la clase no se negocia” y después de la medianoche se servía un par de whiskys largos “para acompañar al cinismo”. En invierno se levantaba a mitad de la madrugada para clavarse una medida de grapa “por el frío”. El Negro García era un gran jugador de fútbol que estaba siempre bien ubicado y tenía un cabezazo extraordinario pero le gustaban un poco las minas. Estaba casado con su mujer de siempre -“la amo de verdad”- pero además tenía otras dos esposas -”no puedo parar”-. Por otra parte salía a escondidas con la hija del presidente de club -“un letal bombón suizo asesino serial”- y con dos porristas -”me están enseñando a bailar”. Se sabía también que se acostaba con una de sus cuña- das “igualita a la hermana pero de mejor carácter” y que nunca había dejado de verse con una exnovia porque “a los recuerdos hay que mantenerlos vivos”. Por eso no se entendía cómo le quedaba energía y dinero para pagarse religiosamente todas las tardes una prostituta -”me hacen precio porque soy cliente”. O dos cuando cobraba. O tres cuando conseguía algún dinero extra. “Y hay una moza que me vuelve loco, pero es un bardo y no estoy para esos trotes”. También se lo vinculó mucho con travestis, “sin la s. un señor travesti”. El Negro García era un gran jugador de fútbol que corría mucho y desbordaba cada vez que se lo proponía pero le gustaban un poco las drogas. Fumaba marihuana todos los días desde los nueve años -”es más sana que el pucho”(también fumaba tres atados de puchos diarios) y tomaba cocaína sistemáticamente desde que se levantaba hasta que se acostaba. Como no podía conciliar el sueño tomaba pastillas para dormir y otras para otras cosas. Los fines de semana, acido “si no hay partido” y si había partido paco “para meter la pausa justa”. Heroína los viernes y ocasionalmente los sábados. “Es el permitido”. El Negro García era un gran jugador de fútbol que definía como los dioses y tenía una velocidad asombrosa pero le gustaba un poco el juego. Apostaba a la quiniela de la Provincia, a la Nacional, a la de Santa Fe y a la de Montevideo, a la cabeza, a los premios, matutina -”al que madruga dios Estereotipos El que odia a los chilenos Estereotipo que viene «El fanático del frío» Si se te ocurre cómo describirlo, mandá tus ideas a contacto@ niapalos.org o vía Twitter a @niapalos así lo publicamos. lo ayuda”-, vespertina y nocturna. A tres, dos y una cifra “para salvar algo”. Al PRODE, a la lotería y a todos esos juegos de las vidrieras de las agencias. A la tardecita se iba al bar a entretenerse con el truco junto a los muchachos “por prendas pelotudas: la lengua en el enchufe, los huevos en el ventilador, sacarse un diente con un alambre, comerse un gato vivo, etc.” Pero por la noche se dirigía a un garito clandestino, y ahí jugaba por guita fuerte al póker, a la ruleta y black jack alternativamente aunque después de las cinco de la mañana lo hacía a todo •Cayó excitado al laburo con la letra de “Chile, decime qué se siente.” •Por supuesto no se prendió nadie. •Puede estar exageradamente comprometido con la causa de la salida al mar para Bolivia. •Puede estar exageradamente comprometido con cualquier demanda boliviana siempre y cuando no ocurra en Argentina. •Lo mismo con los peruanos. •Está convencido de que Dios odia a los chilenos. •Cree que Chile debería indemnizar a la Argentina por las cenizas de “sus” volcanes. •Odia a Juanita Viale. •Dice que si los latinoamericanos son nuestros hermanos, los chilenos deberían ser nuestras suegras. •Pone en duda que Sampaoli sea argentino. •Tiene pendiente la foto con la bandera argentina en Laguna del Desierto. a la vez. Antes de dormirse lo seducía algún solitario -”la viborita de mierda esa”- y los domingos a la mañana madrugaba para jugar al dominó con los viejos y a media tarde asistía a la sociedad de fomento para jugar al té canasta -”son turras esas viejas, eh”-. Llegó a perder un auto al piedra, papel o tijera. Y dice que con los dados se ganó un año gratis en un cabaret “pero si perdía tenía que poner el culo yo”. El Negro García era un gran jugador de fútbol que en los entrenamientos atajaba y hasta en algún partido llegó a remplazar al •Sabe de armas. •Y de aviones de combate. •Está gordo. •Le gusta más el frío que el calor. •Se quedó deprimido tras el último puesto de la Argentina en el Mundial de Asados. •Cree que la guerra de Malvinas se podría haber ganado. •Cree que perdimos “por los chilenos”. •Le dice chilenos a los mendocinos, a los que también odia. •Le gusta mucho utilizar la expresión "te patean los conitos" para referirse a la vocación chilena de extender su territorio. •También le gusta mucho decirle el “pasillo”. •Es de escribir shhhilenos. •Cada vez que quiere imitarles el acento le sale la voz de un chino constipado que sólo repite “huevon” y “pololo”. •Se ríe de sus propios chistes. arquero cuando se fue expulsado pero le gustaban un poco los negocios turbios. En un momento trajo chinos “medio malhumorados”. Los hacía venir engañados (allá se decía que los raptaban) en contenedores enormes con agujeros disimulados para que respiren -“se tenían que turnar para respirar pero si se organizaban y no se dormían llegaban todos vivos”-. Viajaban en unos barcos cargueros de una sociedad fantasma que según los papeles traían bujías pero en verdad eran chinos. Acá poseía un contacto importante en la aduana que les falsificaba los documentos y los mandaba a los talleres clandestinos que habían montado. Ahí confeccionaban ropa con etiquetas de marcas truchas “mejor que las originales” y las vendían en negro a las grandes cadenas que estaban entongadas. A algunos chinos los alquilaban como esclavos pero no les avisaban así que no respetaban ninguna orden y se terminaban volviendo al taller, entonces si los alquiladores de chinos querían recuperar la guita los molían a palos los matones que lo acompañaban y que se dedicaban al lado difícil del negocio. También llevaba chinos a ciertos actos políticos sin convocatoria -“me acuerdo de un candidato en franca decadencia que llenó un estadio con chinos y se la terminó creyendo y les prometía cosas a ellos que ni sabían tocar el bombo”-. El Negro García era un gran jugador de fútbol, pero bueno, no llegó. No tuvo suerte.x •Le genera muchas contradicciones Condorito. •Cada tanto tira un “traicionero”. •“Son todos indios”, dice mientras, totalmente sudado y respirando por la boca, busca la Sube para comprar un cuarto de libra con descuento en McDonalds. •Prefiere las ferreterías barriales a Easy. •Se quedó en la presidencia de Pinochet. •Dice que el sistema de salud y la educación en Chile van para atrás pero no igual no sabe bien a quien se lo escuchó decir. •Si es de Boca te cuenta la anécdota del perro que mordió a Navarro Montoya y después se murió. •Tiene de ringtone el salta salta pequeña langosta / los yanquis y chilenos son la misma bosta. •Dice que los carabineros son peores que la Bonaerense. 28 de junio de 2015 | año 6 | nº 324 3 Ruido de fondo Hacia un naturalismo digital Por Nicolás Mavrakis @nmavrakis Las constelaciones oscuras podría poner en juego aquellas palabras de Nietzsche en El nacimiento de la tragedia en las que llama a “ver la ciencia con los ojos del arte y el arte con los de la vida”. ¿Pero cuál es la ciencia, el arte y la vida que interesan a Pola Oloixarac (Buenos Aires, 1977)? Niklas Bruun es un naturalista que a finales del siglo XIX explora las profundidades del mundo silvestre con la idea de que “hay tantas cosas que nos miran y no vemos”, y es bajo ese prisma cómo las fronteras de la entomología, la botánica y la zoología van a descomponerse ante monstruos y sociedades más allá del raciocinio convencional. Combinando diario de viajes y relato de aventuras, Niklas le sirve a Oloixarac para empezar a entremezclar los rigores a veces ingenuos de la ciencia positiva con eventos capaces de escapar de cualquier cálculo. Si la ciencia es al fin y al cabo el lenguaje práctico de la razón, ¿en qué podrían mutar los sistemas de pensamiento más confiables de la Humanidad si se los enfrentara a nuevas razones? La segunda parte de la novela cuenta la vida de Cassio, un hacker de Buenos Aires nacido a finales del siglo XX. En este punto, Las constelaciones oscuras define con más precisión su objeto: ¿y si la ciencia fuera capaz de usurpar el lugar de la vida? Hijo de una antropóloga cuya “idea de fundar una familia totalmente diferente a la suya” la excitaba mientras a su fugaz marido brasileño “se lo montaba en largas sesiones sexuales”, la historia de Cassio luce por inercia algo del filo irónico de Las teorías salvajes (2008) contra las taras sociales y libidinales de los académicos, mientras reconstruye la vida de un genio informático que “volvía a toparse con la certeza de haber estado junto a un grupo de robots”. Entre fantasías de dominación mundial, hazañas ciberdelictivas y escasa compañía, el hacker no tarda en disociarse del mundo femenino y, a partir de ahí, tampoco se demora el anuncio de que “más tarde se convertiría en el hacedor de la serie de virus informá- ticos más violentos de la historia del país”. Como una versión autóctona del Michel Djerzinski de Houellebecq en Las partículas elementales, Cassio es el producto neto de su época y su sociedad. Y esa es una época y una sociedad -Oloixarac hace una argumentación esquemática pero contundente- que hizo de la información y la vigilancia una herramienta capaz de imponer al “conjunto conectado de los seres, como sociedad emergente, una nueva adaptación del mundo”. El instante de fusión definitiva entre la vida y la ciencia lo cuenta Piera, una de las empleadas del laboratorio en Bariloche que, a principios del siglo XXI, sirve a Cassio como plataforma para su experimento final. En el balance, no es un ingenio deslumbrante ni una imaginación sin precedentes lo que propone la segunda novela de Pola Oloixarac; en cambio, ofrece una pregunta sin dudas contemporánea: ¿en qué podría transformarnos, sin más esfuerzo que una pincelada, esa misma tecnología que hoy domina al mundo? × Las constelaciones oscuras Pola Oloixarac Random House Mondadori 240 páginas $149 El compromiso estéril Por Sebastián Rodríguez Mora @rodriguezmoor ¿Es posible hacer algo durante la mayor parte de tu vida y que, de un extremo al otro, siga significando lo mismo? Esa pregunta nos cruza como un rayo y aplica a todos, sobre todo a los más consagrados artistas de los últimos cincuenta años. ¿Quiénes quedan en carrera desde aquella explosión sesentosa? Paul McCartney será un señor lesbiano pero todos quieren cantar con él. La voz destrozada de Bob Dylan avisa que ahora sí que está oscureciendo y reversiona a Sinatra. Bowie todavía batalla. Y está Neil Young, que sigue haciendo lo que se le canta. The Monsanto Years es su trigésimo sexto disco solista. El viejo Neil ha editado a la fecha de a uno o dos discos con canciones nuevas cada año, sea con los jubilados Crazy Horse, metido en una antigua cabina de grabación de discos de pasta propiedad de Jack White o con una or- questa filarmónica. Esta vez la idea es pelear contra la mayor multinacional alimenticia y sus socios. Nada raro para un músico identificado con las luchas The Monsanto Years Neil Young & The Promise Of The Real 2015 y reivindicaciones. Escuchar a Neil Young es entrar en una zona entre mística, colgada y comprometida. Toda su carrera se reparte entre la furia y la paz total, distorsión y descontrol o sensibilidad y amor por el mundo. El problema es que la música estadounidense ha pasado a ser -si es que no lo fue siempre, irremediablemente- una herramienta banal en el campo político. The Monsanto Years es una imperfecta mezcla de todo eso. Un resultado disfrutable, pero estéril en su objetivo. Neil Young & The Promise Of The Real se armó con Lukas y Micah Nelson, los hijos del venerable Willie. Ya con los primeros acordes de “New Day For Love”, entendemos que nada puede salir mal en los 51 minutos por delante: guitarrazos de punta a punta por un Crazy Horse amable y un poco adelgazado. Los coros de a tres o más voces, cambios de intensidades desde la tormenta (“People Want To Hear About Love”) hasta la placidez intimista de un viento de pradera (“Wolf Moon”). Hasta ahí todo bien. Pero son las letras las que condenan al disco a la peligrosa frontera del consumo irónico. Decidido a negarle los derechos de utilización de “Keep On Rockin In The Free World” al millonario Donald Trump de cara a su campaña electoral para las internas del Partido Republicano, Young decidió comprometerse… y se los dio a Bernie Sanders, precandidato demócrata y representante de su ala más “progresista”. Esa total inocencia para distinguir los malos de los buenos es la que pone al Viejo Neil a cantar que las multinacionales son “demasiado grandes para estar equivocadas / demasiado ricas para ir presas”, por ejemplo. Ya lo sabíamos, Neil. Gracias por aclararlo. El ya machucado ambientalismo no se beneficia mucho con letras propias de un militante de Un Techo para mi País. Entonces, ¿es posible salir indemnes del paso del tiempo? Es evidente que no. Sin embargo, algo en “If I Don’t Know”, última canción del disco, nos da la pauta de que Neil todavía tiene algunos cartuchos de total claridad antes del fin. × 4 año 6 | nº 324 | 28 de junio de 2015 Entrevista no peronista, y que les fue menos bien de lo que le fue al PRO. Ese éxito generó que ciertos sectores buscaran “responsables” y se detuvieran en el electorado porteño, asociando la ideología del PRO con la de la clase media de la ciudad. Sin embargo, fue ese misma clase media la que evitó el triunfo macrista en 2003. ¿Cómo logró conquistar a ese sector que hoy aparece como un núcleo electoral duro? gabriel Vommaro «Macri aprendió a ser un político» Limitado la mayoría de las veces a instant books de marketing y estrategia centrados en Jaime Durán Barba o a biografías filiales y patrimoniales de Mauricio Macri, el deseo de analizar al PRO en su dimensión política encuentra en Mundo PRO (Planeta, 2015) una sorpresiva y grata novedad. Nacido del seno de un grupo de académicos que hace cinco años comenzó a investigar a la fuerza liderada por el ex presidente de Boca, la obra supone un estudio minucioso que permite una aproximación en detalle al interior del partido que gobierna la Ciudad de Buenos Aires desde 2007. Gabriel Vommaro es coautor del libro junto a Sergio Morresi y Alejandro Bellotti, y con él charlamos sobre la maduración política de Macri, la militancia juvenil, la “nueva política”, la “oneigeización” del estado, el peso de Rodríguez Larreta y el modelo de ciudad macrista. Por Diego Sánchez @diegoese ¿Qué los llevó a encarar Mundo PRO? Veníamos trabajando sobre el PRO desde 2010. Teníamos un interés en esa fuerza política que tenía que ver, si se quiere, con dos intuiciones que teníamos en el equipo que comenzamos a armar con Sergio Morresi en la Universidad General Sarmiento. Él quería ver cómo se había transformado la derecha neoliberal en la Argentina, ver qué quedaba de eso en el PRO, y a mí me interesaba ver cómo el PRO había sido capaz de incorporar a la política a actores que venían de otros espacios sociales. Ocho años de gobierno después, aún pesa sobre Mauricio Macri la idea del empresario coacheado, del advenedizo sin ninguna capacidad política. ¿Se condice con la realidad esa imagen o en estos años Macri logró formarse como un dirigente con ciertas habilidades específicas? Efectivamente desde 2002 o 2003 para aquí, Macri aprendió a ser un político o fue adquiriendo nuevas competencias políticas como líder. Eso se puede ver en el modo en que modeló su presencia pública, su lugar como líder dentro del partido, en el modo en que perseveró también en la construcción de un partido político. Hay algo que muchas veces se escapa en todos los análisis y es que Macri, con su grupo, creó un partido político con perdurabilidad, con tres elecciones ganadas en primera vuelta, dos en segunda y una probable elección con buenos resultados ahora. Por supuesto es un distrito que tiene condiciones específicas, en un momento histórico particular de ese distrito y del país, pero ahí está el juego entre la fortuna y la virtud, como diría Maquiavelo. Uno puede decir que hubo otras fuerzas que se formaron después de 2001 en Buenos Aires, que intentaron ocupar el espacio Ese es un punto muy importante para enfatizar, la gran diferencia que hace el PRO entre 2003 y 2007 y que le permite ganar las elecciones en segunda vuelta en 2007, es en el corredor centro y norte-centro de la ciudad, en los distritos de clase media y media alta por decirlo de algún modo. Ya le iba muy bien en la Comuna 2, en Recoleta, ya le iba bastante bien en algunos barrios populares, pero le empieza a ir mucho mejor en Caballito, en Belgrano, en Nuñez, en esos barrios en los que hasta entonces el voto mayoritario era un voto aliancista. Por supuesto acá siempre hablamos de agregados y es un poco falaz, por ahí esos márgenes que pasan de un lado al otro son del 5%, 10%, y después predicamos sobre toda la comuna, pero si uno toma solamente las diferencias porcentuales ve que donde crece el PRO es en esos barrios. Y ahí hay una cuestión fundamental que es el desmembramiento de la alianza electoral ibarrista en dos fórmulas, en la fórmula Telerman y en la fórmula Filmus. Pero además el PRO, entre tanto, sabe construir un discurso menos frío, menos de gestión y más afín a ciertos valores de la clase media porteña o de algunos sectores menos “anti-público”. Eso explica en buena parte el cambio de 2007. Al mismo tiempo hay que decir que desde entonces ninguna fuerza política, comprendido en esto el kirchnerismo, le opuso al PRO una propuesta de raíz local. No tenemos que olvidarnos de que el PRO crece como una fuerza de raíz municipal, el discurso del hacer, de la gestión, el discurso no ideológico, todas estas cuestiones tienen mucha más eficacia, al menos hasta ahora, en el terreno local, en el que se dirimen otro tipo de cuestiones que en la arena nacional. No hubo ningún discurso sólido local enfrente, quizás hasta ahora que apareció esta candidatura de Lousteau y en cierta medida ahora el FPV intenta construir una figura con Recalde, pero hasta ahora no hubo una fuerza política enfrente que tuviera otra propuesta de ciudad. Eso fue también una influencia muy fuerte. No sé si podemos predicar sobre la clase media porteña porque es heterogénea, votó otras cosas en otros momentos históricos, y además al PRO le va bien, muy bien o regularmente bien en toda la ciudad, por 28 de junio de 2015 | año 6 | nº 324 5 Mundo PRO. Anatomía de un partido fabricado para ganar Gabriel Vommaro, Sergio Morresi, Alejandro Bellotti Planeta 506 páginas lo que hay algo más. También opera ahí una transformación del propio Macri, algo que ustedes trazan a partir del pasaje del Macri “marcial”, de bigote, soberbio, al team leader verde, descontracturado, más “parecido” a los porteños, que habla de un “progresismo de los hechos”. Creo que hay una capacidad del PRO y de Macri de, por un lado, tomar tópicos de políticas públicas disponibles, no movilizados por el kirchnerismo, como por ejemplo la ecología, de una forma por supuesto muy soft, que inclusive puede aparecer en el discurso de Santilli con eso de “La familia verde”, de un eco-conservadurismo casi, pero que aunque sea difusa supone una idea del disfrute de la ciudad, que es muy importante para ciertos sectores sociales, de una idea de una conexión desde el placer, desde la placidez con la ciudad, en la que el PRO también trabaja muy fuerte. Uno no podría decir “progre” pero sí vinculado con el disfrute de la ciudad, que en parte también es el embellecimiento de los espacios públicos, un embellecimiento particular que te puede gustar o no, una concepción de lo público que te puede gustar o no, pero hay una inversión, en ciertos sectores de la ciudad, sobre todo. Y lo otro, si bien Macri se parece cada vez más a los porteños, yo diría que también la ciudad se parece cada vez más al PRO. Se puede ver cómo la ciudad también toma la impronta, desde los colores, la estética de gobierno, hasta el tipo de política pública, de intervención en la trama urbana. ¿Qué lectura hacen de estos años de gestión de gobierno? En la ciudad hay políticas públicas bastante duras como salud o educación, con una inercia histórica, para bien o para mal, muy grande, y en las que el PRO ha hecho pocos cambios, también para bien y para mal, con lo cual ahí uno puede decir que siguen la inercia de las últimas décadas. Lo que sí uno puede ver analizando las políticas de la ciudad son dos fuertes improntas. La primera es que el PRO tiene una idea de ciudad, una ciudad, si se quiere, en la que el estado tiene que favorecer el espacio emprendedor, favorecer las oportunidades de negocios de los privados y tiene que favorecer un uso, en ese punto, eficiente del espacio público. La inversión en infraestructura en la zona sur de la ciudad, por ejemplo, es muy importante porque es una zona relegada, con un déficit en varios ámbitos, pero al mismo tiempo el proyecto de ciudad que está detrás es mejorar la zona sur para que sea habitada por los hijos de las clases medias, lo que se llama la gentrificación. Nosotros en el libro mencionamos como un caso muy significativo la construcción de la villa olímpica, y ahí hubo una crítica muy fuerte de parte del colegio de arquitectos a los pliegos de llamado a concurso, en el que se hablaba de una zona desierta de la ciudad. Lo que decían muy pertinentemente es que lo que hay es una zona de mucha gente viviendo con déficit de habitación y quizás sea bueno pensar que esa villa olímpica sea después para esa gente en vez de que sea el futuro destino de clases medias que se muden del centro al sur de la ciudad. Otra cuestión, que está vinculado con esto, es que en el ámbito de la cultura y de la salud, sobre todo, hay una sinergia entre lo público, lo privado y el tercer sector incipiente, que no llega todavía al corazón de las políticas públicas, que siguen siendo mayormente de gestión estatal, pero que es consistente con lo que nosotros llamamos el ethos político del PRO y que tiene que ver con una defensa del emprendedorismo y del voluntariado como forma de entrega a la sociedad. Hay una idea de que la articulación del estado con las ONG y con el mundo empresario mejora las políticas públicas. Parte de la inversión en equipamiento de los hospitales, por ejemplo, se consigue a través de donaciones y lejos de ocultarlo el gobierno reconoce, valora y pone de relieve este aporte privado a la salud pública. Eso también es una impronta PRO muy importante. ¿Qué peso tiene el 2001 en la historia del PRO? Nosotros creemos que el PRO realiza la otra gran interpretación del 2001, de sus consecuencias y de sus enseñanzas para la política. Está el kirchnerismo, que viene a movilizar parte de las demandas ciudadanas y de los problemas económicos sociales estructurales que tenía el país, y el PRO, que piensa la misma crisis de un modo diferente. Hay algo también muy fuerte, que es lo que el PRO representa, te diría, socioculturalmente, y que es la idea de que es el momento de que entren a la política aquellas personas que estaban fuera pero que probaron en el ámbito privado y en el ámbito asociativo que son personas valiosas y exitosas. Una idea de “meterse en política” para volverla "Hay algo que muchas veces se escapa en todos los análisis y es que Macri, con su grupo, creó un partido político con perdurabilidad" más eficiente y más transparente que expresa el PRO frente a la crisis de 2001 y 2002. ¿Cuál es el lugar que tiene la juventud en el armado PRO? Los jóvenes PRO son también parte de esa idea de “meterse en política”, de sectores con cierta ajenidad con el mundo militante clásico o con el mundo político profesional clásico. Al mismo tiempo cumplen un rol muy importante en la movilización y en la militancia callejera, ya no vinculada con la política clásica, con la política barrial radical o peronista que el PRO también tiene, sino vinculada a una nueva militancia, que trae estéticas no políticas a la política. También tiene que ver con la idea del voluntariado. La juventud del PRO tiene una épica del esfuerzo, como la tiene La Cámpora, una épica de la ayuda al otro, del trabajo social, pero en los Jóvenes PRO esto se experimenta bajo la forma del voluntariado, que tiene dos diferencias fundamentales. Una, es que puede ser una actividad part-time, no hay exigencia de entrega total a la causa, por eso es compatible con una persona que no se siente interpelada por la práctica política militante. Por supuesto cuando uno más se acerca al núcleo dirigente más políticos son, pero te hablo de esa geometría variable que el PRO acepta. Por el otro lado, los jóvenes PRO no son como los jóvenes camporistas, supongamos, “el brazo del estado”, sino que funcionan más bajo la lógica de la ONG. Cuando ves algunos barrios del sur, sobre todo Los Piletones, ahí la actividad política del PRO y la actividad y las políticas públicas de la ciudad están insertas en la fundación de Margarita Barrientos. En vez de que sea el activismo barrial el que conecta a los ciudadanos con el es- "La juventud del PRO tiene una épica del esfuerzo, como la tiene La Cámpora, una épica de la ayuda al otro, del trabajo social, pero en los Jóvenes PRO esto se experimenta bajo la forma del voluntariado" tado, bajo la lógica de la demanda, de los derechos o de la mediación clásica, acá el estado se “onegeíza” en su entrada a ese territorio. No es una relación de demanda o de negociación con la fundación, sino de pasaje a través de la fundación para cumplir el rol o para llevar a cabo una política pública. ¿Qué peso tiene Horacio Rodríguez Larreta en el mundo PRO? Es muy importante porque en los momentos fundadores del PRO, Rodríguez Larreta desembarca con su fundación, el Grupo Sophia, que en los noventa fue el típico think tank de formación de cuadros para el estado y de producción de políticas públicas. Larreta fusiona su proyecto político con el de de Macri y entrega sus cuadros técnicos a esa nueva causa, pensemos en Maria Eugenia Vidal, en todo el área que maneja desarrollo social. No por nada Larreta es el candidato a vice de Macri en 2003. Y una vez que el PRO llega al poder y Macri toma la jefatura de gobierno como un trampolín para una carrera política nacional, el que se hace cargo del gobierno de la ciudad es Larreta, es el que tiene el tablero de control, como se dice en el mundo de la gestión. En el libro se observa cómo la gestión fue una suerte de curso de formación política para el PRO. De alguna manera aprendieron a gobernar mientras gobernaban, asimilando las lógicas propias de la Ciudad de Buenos Aires. Ocho años después, ¿creés que el PRO puede dar el salto más allá de las fronteras porteñas o hay asignaturas, por así decirlo, que todavía debe cumplir? El salto más allá lo dio gobernando Vicente López, aunque es cierto que es un distrito muy similar, es casi una prolongación de la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires, pero por su implantación en algunos distritos del país ya hay una “salida” que se viene preparando desde hace mucho tiempo. Es cierto que es mucho más lenta de lo que en el PRO quisieran, entonces hubo que tomar atajos como el que tomó ahora al aliarse con el radicalismo, que le da un poco más de consistencia a nivel nacional y que el PRO no tiene porque en buena parte las condiciones que hicieron posible su crecimiento en la Ciudad de Buenos Aires, de las que hablábamos al principio, no es algo que se confirme en otros lugares del país. La posibilidad de disputar electorados en otros lugares del país para el PRO es menor y creo que ahí radica una de sus dificultades. La otra, sin duda, es que el discurso del PRO es más efectivo a nivel municipal y sobre todo en una ciudad grande, con mucho presupuesto, etc., y no estoy tan seguro de que tenga la misma efectividad en otros contextos. X 6 año 6 | nº 324 | 28 de junio de 2015 Nota Increíble ciudadano En la madrugada del pasado domingo 24 de mayo una noticia golpeó a la música local: Adrian Toto Nievas era encontrado sin vida en su departamento de La Plata. Ex integrante de Adicta, voz y figura fundamental del pop, su muerte dejaba atrás una figura lánguida y seductora, ambivalente y misteriosa, capaz de rubricar canciones oscuras, nostálgicas y sentimentales, que marcaron las primeras horas de nuestro siglo XXI. A un mes de su inesperado adiós y a horas del show homenaje que se celebrará este martes en Niceto, repasamos su carrera y su legado de la mano de músicos amigos como Leo García. Rudie Martínez o Dani Umpi para entender qué fue lo que se perdió con la partida del Ciudadano Toto. Por Paz Azcárate @azkaratekid Se dice que las grandes canciones pop que hablan de amor deberían tratar de definir qué es sentir amor por alguien y, además, deberían tratar de sugerir cómo ese amor algún día se termina. Esa canción, que para el crítico Paul Morley es el tipo de composición que se hace un lugar en la historia del género, debería incluir un poco de melancolía que envenene la felicidad; y debería lograrlo de una manera que cuando uno la escucha no pueda sacársela de la cabeza. La obra de Adrián Toto Nievas invierte la fórmula, en general el desamor le hace un lugarcito a lo demás, pero consigue lo mismo: canciones magnéticas, hermosas y efectivas. Ese magnetismo también atrapó a Rudie Martinez, su co-equiper de Adicta, la primera vez que escuchó la voz de Adrián a fines de los 90. Como cada sábado, Martinez se hacía cargo de las bandejas de El tinto A Go Go, bar fundamental para la historia del rock platense. Podía estar haciendo sonar The Smiths, Joy Division o Virus cuando un Toto Nievas joven, flaco, con muchísimo pelo, se le acercó y le dió un cassette. Lo había grabado con su portaestudio y había escrito su teléfono en la etiqueta. Antes de irse, elogió a Rudie por los shows de Víctimas del Baile, la banda que había formado por impulso de Francisco Bochatón. Cuando llegó a su casa y escuchó el cassette, lo que sonó fue “Descuida”, que luego incluirían en Día de la fiebre, el tercer disco de Adicta. Rudie y Toto se volvieron inseparables, la amistad que forjaron se sustentaba en la música y de algún modo se volvió simbiótica: “Él era muy extrovertido sobre el es- cenario, con el público, y muy tímido en la vida privada. Yo era al revés. Sin embargo, cuando pienso en Toto es como verme al espejo. Compartíamos un tipo de humor, bastante negro, que también usábamos para criticarnos. En eso éramos grandes artistas”, sostiene Rudie. Synthpop, dark pop, o lo que alguna vez ellos mismos definieron como “dark electrorock”: con Adicta cuestan las etiquetas, o al menos cuesta quedarse con una. Toto venía de formar Increíbles Ciudadanos Vivientes, que en 1997 grabó su primer y único disco. Disuelto ICV, el sonido vibrante de los proyectos de Rudie Martinez (Víctimas del Baile, San Martin Vampire) se acoplaron a los oscuros y delicados versos de Toto. Si bien lo “alternativo” hoy es una industria consolidada, Adicta representaba una verdadera alternativa a todo lo que copaba las radios pisando los 2000. Para el rock eran muy electro y para la radio y la televisión demasiado oscuros. Sin embargo, lo que podía ser una incomodidad para afianzarse en la industria de la música, Adicta lo transformó en un sello de distinción, en aquello que hacía que Adicta fuera eso y no otra cosa. La primera formación de Adicta fue un trío: Rudie, Toto y Fabio Rey Pastrello, (ex Los Brujos) graban su álbum debut Shh en el año 2000. El segundo álbum de Adicta se graba en Casa Submarina, estudio de Gustavo Cerati. Este lanzamiento le permitió a Adicta comenzar a recorrer un circuito más masivo. Durante todo ese año “Esquimal” sonó al final de cada emisión de Cupido, el ciclo que se emitía por MuchMusic y conducía y co-producía Franco Torchia. “Toto es un capítulo ignorado de la educación emocional, no simplemente de la música o del pop "Toto cantaba el dolor con energía, e igual que lo hacía en la música, su imagen desafiaba los modelos binarios y todos los estereotipos. De manera indefectible, te producía algo, aunque no te gustara: Toto no pasaba desapercibido" 28 de junio de 2015 | año 6 | nº 324 7 El próximo martes a las 20 hs, artistas y amigos lo recordaran en Niceto. Participan Lucas Marti, Dani Umpi, Andrea Alvarez, Leandro Viernes y más. electrónico. Reducir su propuesta a la música me resulta imperdonable”, señala Torchia. Franco, también platense, conoció a Toto cuando éste formaba parte de Increíbles Ciudadanos Vivientes, a mediados de los 90. “Él lograba sonar y lucir como una ciudad recientemente azotada por la dictadura cívico-militar y embebida en menemismo tenía que sonar y lucir: con una dosis simétrica de oscuridad y sofisticación. Hay que haber caminado y padecido la condena de una ciudad imposible después del genocidio como la ciudad de La Plata desde el 1983 en adelante para terminar de comprender lo que fue Toto”. La figura de Nievas se encuadra, inevitablemente, en una escena artística platense dando sus primeros pasos en democracia y con un Federico Moura como antecedente directo y necesario. “Los excepcionales Totos Nievas o Rudies Martínez no estaban en los planes de ese desarrollo urbano que hoy produce crímenes de lesa humanidad como Agapornis. Toto nunca fue un rugbier hijo de ingeniero, Toto es un artista atrapado en un misterio de origen de una ciudad que, parafraseando a Sergio Pángaro en su himno “Lluvia dorada", clava los mejores puñales y pudre”. Toto solo En un lapso de desmembramiento de Adicta, con Rudie Martinez afuera del país y con la necesidad latente de seguir escribiendo y grabando can- ciones, Toto comenzó su proyecto solista, Ciudadano Toto. Más guitarras acústicas, bases más minimalistas y la imponente presencia en escena de siempre. Toto cantaba el dolor con energía, e igual que lo hacía en la música, su imagen desafiaba los modelos binarios y todos los estereotipos. De manera indefectible, te producía algo, aunque no te gustara: Toto no pasaba desapercibido. Podía salir a escena todo vestido de charol, con accesorios de pinches, o ropa con plumas y podía sonreír mientras le hacía fuck you al público. El escritor y cantante uruguayo Dani Umpi, con el que compartió escena en varias oportunidades lo recuerda como un divo lánguido con una puesta en escena ritualística: “Recuerdo un show con él y Leandro Viernes en el Centro Cultural Borges, donde se presentó solo con su guitarra, tenía una manera de cantar con falsa fragilidad que despertaba verdadera devoción en el público. Ese día estaba todo vestido de rosa, lo cual era raro porque siempre tuvo un estilo más gótico, más darkie. Tenía algo místico, como el poder de lo andrógino”. Abajo del escenario también había un ritual, porque la estética de Toto hacía escuela: rimmel corrido, plataformas, tachas, ropa y mochilas de peluche. Pasado el 2004, después de la tragedia de Cromañón y con el subsiguiente aumento de controles en los boliches y pubs, el ingreso a un show de Adicta se había converti- "Adicta representaba una verdadera alternativa a todo lo que copaba las radios pisando los 2000. Para el rock eran muy electro y para la radio y la televisión demasiado oscuros” do en una verdadera requisa de todo tipo de accesorios: cintos, collares y cadenas, que muchas veces no volvían a sus dueños. Toto tenía esa imagen, esa especie de alter ego que se había construido para subirse al escenario, como una suerte de divinidad inalcanzable que te atrapaba. Esa imagen de Toto maquillado, vistiendo medias de red, a veces algo arrogante, no era ni más ni menos que el personaje de Adrián Nievas sobre el escenario. “Recuerdo a Toto como alguien que no se sentía para nada una especie de líder, sino como uno más en la banda, que trabajaba mucho para ese proyecto y estaba donde tenía que estar, trabajando en cada instancia y aspecto de Adicta de manera incansable” recuerda Leo García, productor de Adicta durante los primeros pasos de la banda. "Él lograba sonar y lucir como una ciudad recientemente azotada por la dictadura cívico-militar y embebida en menemismo tenía que sonar y lucir: con una dosis simétrica de oscuridad y sofisticación" Falsa escuadra Por Romina Sanchez “Lo que no se nombra no existe”. El lema, toda una declaración de principios, resonó a cada momento en la presentación del primer Observatorio de Violencia entre y hacia Lesbianas y Mujeres Bisexuales de Argentina, el viernes 19, en la Legislatura porteña. La flamante área, que deriva del trabajo militante de casi 20 años llevado a cabo por la histórica organización La Fulana, ONG, justamente, de y para lesbianas y mujeres bisexuales, que forma parte de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), está a cargo de Mariana Spagnuolo, y busca generar información estadística y “datos concretos como evidencias para visibilizar una realidad que conocemos hace tiempo: la violencia entre y hacia lesbianas y bisexuales en nuestra sociedad existe y la tenemos que erradicar”, según palabras de la coordinado- Hablando al vacío En 2005, con el lanzamiento de Día de la fiebre, Adicta termina de consolidar su popularidad. El disco, producido por Tweety González, contó con la participación de invitados como Celeste Carballo en el tema "Allí estaré" e incluyó canciones que se destacan en la obra de Adicta como “Soy animal” y “Mi dolor por vos”. A lo largo de ese año la banda compartió escenario con artistas internacionales en los festivales Pepsi Music, Personal Fest y Creamfields. Para continuar la educación sentimental que venía impartiendo, en 2008 Adicta redobla la apuesta y lanza el muy elogiado por la crítica Cátedras, compuestos por Capitulo I y Capítulo II. Los diez largos años de Adicta se completan con Adictism (2009), un disco de versiones y algunos temas nuevos, que les valió el reconocimiento de los Premios Gardel a mejor álbum. Toto deja Adicta en 2012. Su último trabajo, Flores, brillos y arcoiris, lo había presentado a principios de este año acompañado de Diego Rodríguez (bajo), Sergio Sotomayor (batería) y Bárbara Martínez (guitarra). Tuvo idas y vueltas a los escenarios, pero siempre se quedó con la música y en la música. Es por eso que, como una iniciativa espontánea de la banda, el próximo martes 30 de junio en Niceto, músicos y amigos despiden a Toto en “El mundo no sabe”, un homenaje a sus canciones: “Los ensayos en Niceto son muy emotivos, el grupo humano es muy afectuoso y estoy seguro que va a ser un gran momento. No va a haber rédito económico para los músicos ya que es a beneficio de la familia de Toto, lo que lo hace muy sentido y verdadero. Es una despedida con amor, a pesar de las canciones de desamor que van a sonar” dice Fabio Pastrello, ex compañero de Toto en Adicta. Desde que se conoció la noticia de su partida, un mes atrás, rebrotaron muchísimos versos de Toto que hablan de despedidas, muchos de los cuales se repitieron entre sus seguidores y amigos a lo largo de estas semanas. La poesía de Toto no podrá ser considerada triste o pesimista, sino más bien, una compañía agridulce para el sinsentido de las cosas. La figura de Toto generó en sus seguidores, los activos y los que se habían alejado, una catarata de recuerdos y reaparición de canciones imparable. En su ausencia de recetas, en su no-receta, en su ambivalencia, Toto se hizo un lugar especial en la historia de la música argentina. Tal como lo define Leo García: “Igual que Oscar Wilde y Rimbaud, que tanto lo influenciaron, Toto es uno de esos grandes artistas que en la última etapa de sus vidas no buscaron imponerse a la fuerza en lo público y sin embargo su obra, su increíble voz y sus hermosas canciones prevalecieron y pasaron a la inmortalidad”. X Otra forma, la misma forma, de decir Ni Una Menos ra. “Siempre fue un sueño en la organización tener un observatorio de esta clase”, suelta, conforme y expectante. “No buscamos otra cosa más que poder ejercer nuestro derecho de vivir y amar libremente”, dice Spagnuolo, y ahonda en el espíritu de la iniciativa. “Respecto al ‘hacia’ del objetivo de la institución, creemos que somos víctimas de un tratamiento profundamente misógino, víctimas de una doble violencia, por ser mujeres y por ser lesbianas. Pero por otro lado, entre nosotras, siempre hubo un tabú, que es sobre lo que también hay que trabajar: la violencia entre lesbianas. La violencia de género, en ese sentido, es comúnmente visualizada como ejercida por varones hacia mujeres (heterosexuales, claramente). Vivimos en una sociedad patriarcal y machista, por ende, estamos en condiciones de reproducir esquemas de vincularidad y de poder de ese tipo. De allí, la violencia entre lesbianas y mujeres bisexuales”, expone, dando cuenta que no solo el discurso es he- teronormativo: también lo son los golpes, insultos y todo el posible abanico de agresión. “No queremos generar diferencia entre mujeres hetero y las que no lo son, simplemente pretendemos dar visibilidad a aquello que no suele nombrarse. De esa forma, le damos existencia”, agrega. A su vez, se dio a conocer la Línea Violeta (1131046789), una de las herramientas fundamentales con las que cuenta la oficina para poder brindar asesoramiento y contención a todas aquellas lesbianas y bisexuales que se encuentren en un contexto de violencia, atendida por militantes capacitadas en el tema. “Trabajaremos junto a la Defensoría LGBT porteña en lo que refiere a la atención y/o derivación de casos, y también articularemos con organizaciones y espacios que traten la temática de la violencia desde una perspectiva feminista no heterocéntrica, e instituciones públicas dispuestas a poner de manifiesto esta realidad e incorporar esta pro- blemática a sus plataformas de trabajo. Por eso, este Observatorio se crea en un marco de militancia y con la concepción del Estado como un fuerte aliado, por lo que buscaremos consolidar espacios de trabajo en conjunto”, continúa la activista. La idea es que el Observatorio camine a la par no solo de la Defensoría LGBT, también única en su tipo en el país, sino además, por ejemplo, del Consejo Nacional de Mujeres, para generar protocolos de acción en referencia a la ley 26.485, de Protección Integral a las Mujeres, y capacitaciones. Concluye Spagnuolo: “En esta primera etapa, el área de acción va a ser la zona Metropolitana, con la pretensión de multiplicar la experiencia en todas las provincias, porque nos parece imprescindible y urgente detectar, prevenir y erradicar la violencia entre y hacia lesbianas y bisexuales. Y porque el silencio no es salud: la violencia entre lesbianas y bisexuales existe, y hay que nombrarla para poder trabajar sobre ella”.X año 6 | nº 324 | 28 de junio de 2015 8 La mala leche La salidera Dos lecturas sobre DOS Por Martín Rodriguez Dos artículos de ineludible lectura se publicaron esta semana. Uno de José Natanson el lunes pasado en el diario Página/12, llamado “Es complicado”. Y el otro, del politólogo Alejandro Sehtman, publicado el pasado miércoles en la revista Panamá, y llamado “Para la victoria”. Los dos están online. Empecemos por el primero. Natanson invierte la lógica de la patria zocalera con una duda central: ¿estamos frente a una disputa de “dos modelos” o estamos, también, en la disputa política por el “centro”? Cito a José: “En tanto metáfora política, la dichosa polarización alude a dos núcleos de intensidad enfrentados, pero no dice nada acerca de la distancia que los separa. ¿Hasta qué punto, citando el graph de 678, la disputa Scioli-Macri supone la lucha entre dos “proyectos de país”? Pertenecientes a una misma generación política, el representante de la posmodernidad peronista y el de la posmodernidad republicana se diferencian por las circunstancias en las que cada uno llega a la campaña, consecuencia a su vez de decisiones relativamente recientes, antes que por un contraste ideológico fuerte construido a lo largo de décadas de ejercicio político. Descontextualizados, Macri y Scioli no son tan distintos. Pero el hombre es siempre él y su circunstancia. Por una vez más cerca de Ortega y Gasset que de Jauretche, el kirchnerismo se consuela con la idea de que podrá –con el liderazgo de Cristina, bloques legislativos sólidos y el vicepresidente– condicionar un eventual gobierno de Scioli. ¿Será efectivamente así?” La pregunta de este tiempo corto es: ¿cómo se llega a Scioli? Sobre ese interrogante, Alejandro Sehtman traza un camino, los caminos de la vida kirchnerista que llevaron a esa elección como candidato único de uno de los políticos del FPV más vapuleados por cada comisariado ideológico. La línea de tiempo empieza en la elección del vice, de Amado Boudou, en 2011, considerado como el que mejor leyó el angostamiento del “modelo”, con potencial electoral y pasible de elegirse en 2015 para un solo mandato, pero volteado por Clarín ya que la evidencia de las “prácticas” de acumulación económica lo convirtieron en un cadáver político. A eso le siguió la euforia ypefiana del 2012, 2013 del “vamos por todo”, con la pro- moción creciente de Axel Kiciloff, en un movimiento que fue derrotado en las urnas legislativas de 2013. Diríamos que el crecimiento de Axel dio un salto incluso después de esa elección. Y a partir de ahí, distintas conjeturas en danza se mentaron con cierta liviandad en boca de muchos cronistas ideológicos: desde la “gran Dilma” (elegir al sucesor candidato del riñón, pero “no midieron”), la supuesta jugada Bachelet (darle el poder “al otro”, irse en 2015 para volver en 2019) y la vuelta a una Resistencia. Bluff. Finalmente, Sehtman repasa el último tramo y su desenlace, que incluye la “caída” de Randazzo, un casi propio comido por un -entiéndase metafóricamente el concepto de Alejandro- “enriquecimiento político ilícito”: se presentó como el puro y quería llevar la pureza a la derrota. Cito a Sehtman, en su artículo “Para la victoria”: “Quizás podría pensarse al kirchnerismo como una “Concertación” entre el Peronismo (Democracia Cristiana) y el Progresismo (que, salvando las distancias, equivaldría en la comparación al socialismo chileno). Una Concertación antineoliberal en vez de antipinochetista. Pero para que Scioli fuera el Frei de Cristina hacía falta que el polo “socialista” aceptara que era su turno de liderar (y que Scioli mismo quisiera liderar, cuestión no menor). (…) Sin embargo, la candidatura de Scioli no se construyó como la expresión del otro polo de la Concertación sino como la de un candidato “infiltrado” por todos lados, capaz de traccionar legislativamente mucho más que un candidato propio y, por lo tanto, en caso de una eventual, aunque siempre más lejana posibilidad de victoria, llegar a presidente como el burro del teniente, llevando, sin sentirla demasiado, la carga de la continuidad legislativa del kirchnerismo del otro lado del río del 10 de diciembre de 2015. (…) Scioli como una especie de Insaurralde gigante capaz de derrotar al enemigo llevando en su vientre al kirchnerismo duro. Scioli el siempre leal pero nunca querido. Scioli para la victoria.” Pero el suspenso queda para el final. Dice Alejandro: “En Scioli, su cara opositora y su cara oficialista conviven y se ríen de quien quiera saber cuál de ellas es la verdadera. Parallax view. Algunos ven la copa, otros las dos caras. O una y las otras alternativamente. Ser y no ser, esa es la cuestión. Cristina ya eligió. Scioli todavía no tuvo que hacerlo.”X Eventos, lanzamientos, recomendaciones El Aleph procesado En 2009 el escritor y docente Pablo Katchadjian, a través de la pequeñísima y autogestionada editorial Imprenta Argentina de Poesía, imprimió 200 ejemplares de El Aleph engordado. Ya en el título y en su posdata aclaratoria explicaba el procedimiento: tomar el clásico cuento de Jorge Luis Borges y “engordarlo”, agregándole a las 4000 palabras originales otras 5600 que derivaron en un texto nuevo, una puesta en acto de una vieja tradición de reescrituras y reapropiaciones de la cual la propia obra borgeana es una integrante fundamental. Esos 200 ejemplares, muchos obsequiados y otros vendidos entre un grupo reducido de lectores, terminaron envueltos en un conflicto impensado: en 2011, Maria Kodama, única depositaria de los derechos de Borges, le inició una querella por plagio a Katchadjian. Sobreseído en dos instancias, Kodama insistió y finalmente la Cámara de Casación le dio la razón, torciendo aún más el laberinto de absurdos: el mismo juez que lo sobreseyó en primera instancia lo procesó el pasado 18 de junio y le trabó un embargo por la suma de 80 mil pesos. El fallo, que ya fue apelado, levantó una comprensible polvareda y volvió a alimentar los debates sobre “plagio”, intertextualidad y la continuidad de la vetusta ley de propiedad intelectual que permite estos delirantes conflictos legales. Mientras se aguarda el devenir judicial de este caso tan inédito como disparatado, se iniciaron una serie de medidas y actividades en contra del procesamiento de Katchadjian que incluyen un acto público este viernes 3 de julio a las 19 hs. en la Biblioteca Nacional. Se recolectan firmas de adhesión en alephengordado.blogspot.com.ar Gustavo Sala expone “El terror de las madres”, Gustavo Sala, tendrá doble evento esta semana. El espacio Atocha será el escenario para la presentación del cuarto tomo de esa ya clásica saga llamada Bife Angosto. Editado por Ediciones de la Flor, Bife Angosto 4 continúa con la recopilación a color de la tira que este humorista gráfico e historietista publica los jueves en Página/12. “El desbordado humor del autor, lindante en lo escatológico pero sin caer, se lanza una vez más contra los lugares comunes del rock y del habla popular…”, dice la editorial a modo de introducción. Pero la presentación editorial no es lo único que depara la noche del viernes en el espacio ubicado en el Patio del Liceo, ya que Sala también será el centro de una exposición de originales de su obra. Hablamos de una selección de viñetas que integran el libro, más una serie de dibujos originales y una tirada de grabados pensados especialmente para la muestra. Todo acompañado por el músico y conductor Gillespi que estará presente en la inauguración. La cita es este viernes 3 de julio a las 21 hs. en Atocha - Club de Grabado y Obra Gráfica, Patio del Liceo, Av. Santa Fe 2729, local 35. La muestra se podrá visitar hasta el viernes 31 de julio de martes a sábado desde las 17 hs. 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