Ni a Palos

Domingo 28
Junio 2015
BUENOS AIRES
AÑO 6 - N°324
SUPLEMENTO JOVEN DE
TIEMPO ARGENTINO
A PALOS
´
El libro que radiografía a la fuerza que gobierna la Ciudad
de Buenos Aires: militancia juvenil, proyecto urbano y las
tensiones de un fenómeno fabricado para ganar
Además: Toto Nievas | Dos lecturas sobre DOS | Pablo Katchadjian | Fútbol para extraterrestres |
Neil Young | Pola Oloixarac | Gustavo Sala | Estereotipos
año 6 | nº 324 | 28 de junio de 2015
2
Futbol para extraterrestres
Un gran jugador
Por Zambayonny
Ilustración: Daniel Caporaletti
El Negro García era un gran jugador de fútbol que le pegaba con
las dos piernas y gambeteaba
siempre para adelante pero que
le gustaba un poco el alcohol. Todos los días se bajaba dos damajuanas de vino. Una de blanco y
una de tinto “para que nadie se
enoje”. También sentía devoción
por el vodka y por eso siempre
una botella y media se bebía
después de comer “con hielo para
que haga ruido”. A la hora de la
siesta se dormía saboreando una
copa de jerez “para espantar las
pesadillas” y ahí sí, cuando se levantaba arrancaba con la cerveza
que era su debilidad. Cajón, cajón
y medio. Dos cajones si llovía. A
la noche cenaba con champagne
“porque la clase no se negocia”
y después de la medianoche se
servía un par de whiskys largos
“para acompañar al cinismo”. En
invierno se levantaba a mitad de
la madrugada para clavarse una
medida de grapa “por el frío”.
El Negro García era un gran jugador de fútbol que estaba siempre
bien ubicado y tenía un cabezazo
extraordinario pero le gustaban
un poco las minas. Estaba casado
con su mujer de siempre -“la amo
de verdad”- pero además tenía
otras dos esposas -”no puedo parar”-. Por otra parte salía a escondidas con la hija del presidente
de club -“un letal bombón suizo
asesino serial”- y con dos porristas -”me están enseñando a
bailar”. Se sabía también que se
acostaba con una de sus cuña-
das “igualita a la hermana pero
de mejor carácter” y que nunca
había dejado de verse con una
exnovia porque “a los recuerdos
hay que mantenerlos vivos”. Por
eso no se entendía cómo le quedaba energía y dinero para pagarse
religiosamente todas las tardes
una prostituta -”me hacen precio
porque soy cliente”. O dos cuando
cobraba. O tres cuando conseguía
algún dinero extra. “Y hay una
moza que me vuelve loco, pero
es un bardo y no estoy para esos
trotes”. También se lo vinculó
mucho con travestis, “sin la s. un
señor travesti”.
El Negro García era un gran jugador de fútbol que corría mucho
y desbordaba cada vez que se lo
proponía pero le gustaban un
poco las drogas. Fumaba marihuana todos los días desde los nueve
años -”es más sana que el pucho”(también fumaba tres atados de
puchos diarios) y tomaba cocaína
sistemáticamente desde que se
levantaba hasta que se acostaba.
Como no podía conciliar el sueño
tomaba pastillas para dormir y
otras para otras cosas. Los fines
de semana, acido “si no hay partido” y si había partido paco “para
meter la pausa justa”. Heroína
los viernes y ocasionalmente los
sábados. “Es el permitido”.
El Negro García era un gran jugador de fútbol que definía como
los dioses y tenía una velocidad
asombrosa pero le gustaba un
poco el juego. Apostaba a la quiniela de la Provincia, a la Nacional,
a la de Santa Fe y a la de Montevideo, a la cabeza, a los premios,
matutina -”al que madruga dios
Estereotipos
El que odia a
los chilenos
Estereotipo que viene
«El fanático del frío»
Si se te ocurre cómo describirlo,
mandá tus ideas a contacto@
niapalos.org o vía Twitter a
@niapalos así lo publicamos.
lo ayuda”-, vespertina y nocturna.
A tres, dos y una cifra “para salvar
algo”. Al PRODE, a la lotería y a
todos esos juegos de las vidrieras
de las agencias. A la tardecita se
iba al bar a entretenerse con el
truco junto a los muchachos “por
prendas pelotudas: la lengua en
el enchufe, los huevos en el ventilador, sacarse un diente con un
alambre, comerse un gato vivo,
etc.” Pero por la noche se dirigía
a un garito clandestino, y ahí
jugaba por guita fuerte al póker, a
la ruleta y black jack alternativamente aunque después de las cinco de la mañana lo hacía a todo
•Cayó excitado al laburo con la letra de “Chile,
decime qué se siente.”
•Por supuesto no se prendió nadie.
•Puede estar exageradamente comprometido
con la causa de la salida al mar para Bolivia.
•Puede estar exageradamente comprometido
con cualquier demanda boliviana siempre y
cuando no ocurra en Argentina.
•Lo mismo con los peruanos.
•Está convencido de que Dios odia a los chilenos.
•Cree que Chile debería indemnizar a la Argentina por las cenizas de “sus” volcanes.
•Odia a Juanita Viale.
•Dice que si los latinoamericanos son nuestros
hermanos, los chilenos deberían ser nuestras
suegras.
•Pone en duda que Sampaoli sea argentino.
•Tiene pendiente la foto con la bandera argentina en Laguna del Desierto.
a la vez. Antes de dormirse lo seducía algún solitario -”la viborita
de mierda esa”- y los domingos a
la mañana madrugaba para jugar
al dominó con los viejos y a media tarde asistía a la sociedad de
fomento para jugar al té canasta
-”son turras esas viejas, eh”-.
Llegó a perder un auto al piedra,
papel o tijera. Y dice que con los
dados se ganó un año gratis en un
cabaret “pero si perdía tenía que
poner el culo yo”.
El Negro García era un gran jugador de fútbol que en los entrenamientos atajaba y hasta en algún partido llegó a remplazar al
•Sabe de armas.
•Y de aviones de combate.
•Está gordo.
•Le gusta más el frío que el calor.
•Se quedó deprimido tras el último puesto de
la Argentina en el Mundial de Asados.
•Cree que la guerra de Malvinas se podría haber ganado.
•Cree que perdimos “por los chilenos”.
•Le dice chilenos a los mendocinos, a los que
también odia.
•Le gusta mucho utilizar la expresión "te patean los conitos" para referirse a la vocación
chilena de extender su territorio.
•También le gusta mucho decirle el “pasillo”.
•Es de escribir shhhilenos.
•Cada vez que quiere imitarles el acento le
sale la voz de un chino constipado que sólo
repite “huevon” y “pololo”.
•Se ríe de sus propios chistes.
arquero cuando se fue expulsado
pero le gustaban un poco los negocios turbios. En un momento
trajo chinos “medio malhumorados”. Los hacía venir engañados
(allá se decía que los raptaban)
en contenedores enormes con
agujeros disimulados para que
respiren -“se tenían que turnar
para respirar pero si se organizaban y no se dormían llegaban
todos vivos”-. Viajaban en unos
barcos cargueros de una sociedad
fantasma que según los papeles
traían bujías pero en verdad eran
chinos. Acá poseía un contacto
importante en la aduana que les
falsificaba los documentos y los
mandaba a los talleres clandestinos que habían montado. Ahí
confeccionaban ropa con etiquetas de marcas truchas “mejor que
las originales” y las vendían en
negro a las grandes cadenas que
estaban entongadas. A algunos
chinos los alquilaban como esclavos pero no les avisaban así que
no respetaban ninguna orden y
se terminaban volviendo al taller,
entonces si los alquiladores de
chinos querían recuperar la guita
los molían a palos los matones
que lo acompañaban y que se
dedicaban al lado difícil del negocio. También llevaba chinos a
ciertos actos políticos sin convocatoria -“me acuerdo de un candidato en franca decadencia que
llenó un estadio con chinos y se la
terminó creyendo y les prometía
cosas a ellos que ni sabían tocar
el bombo”-.
El Negro García era un gran jugador de fútbol, pero bueno, no
llegó. No tuvo suerte.x
•Le genera muchas contradicciones Condorito.
•Cada tanto tira un “traicionero”.
•“Son todos indios”, dice mientras, totalmente sudado y respirando por la boca, busca la
Sube para comprar un cuarto de libra con
descuento en McDonalds.
•Prefiere las ferreterías barriales a Easy.
•Se quedó en la presidencia de Pinochet.
•Dice que el sistema de salud y la educación
en Chile van para atrás pero no igual no sabe
bien a quien se lo escuchó decir.
•Si es de Boca te cuenta la anécdota del perro
que mordió a Navarro Montoya y después se
murió.
•Tiene de ringtone el salta salta pequeña langosta / los yanquis y chilenos son la misma
bosta.
•Dice que los carabineros son peores que la
Bonaerense.
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Ruido de fondo
Hacia un naturalismo digital
Por Nicolás Mavrakis
@nmavrakis
Las constelaciones oscuras podría
poner en juego aquellas palabras
de Nietzsche en El nacimiento de la
tragedia en las que llama a “ver la
ciencia con los ojos del arte y el
arte con los de la vida”. ¿Pero cuál
es la ciencia, el arte y la vida que
interesan a Pola Oloixarac (Buenos Aires, 1977)?
Niklas Bruun es un naturalista
que a finales del siglo XIX explora
las profundidades del mundo silvestre con la idea de que “hay tantas cosas que nos miran y no vemos”, y es bajo ese prisma cómo
las fronteras de la entomología,
la botánica y la zoología van a
descomponerse ante monstruos y
sociedades más allá del raciocinio
convencional. Combinando diario de viajes y relato de aventuras,
Niklas le sirve a Oloixarac para
empezar a entremezclar los rigores a veces ingenuos de la ciencia positiva con eventos capaces
de escapar de cualquier cálculo.
Si la ciencia es al fin y al cabo el
lenguaje práctico de la razón, ¿en
qué podrían mutar los sistemas
de pensamiento más confiables
de la Humanidad si se los enfrentara a nuevas razones? La segunda
parte de la novela cuenta la vida
de Cassio, un hacker de Buenos
Aires nacido a finales del siglo XX.
En este punto, Las constelaciones oscuras define con más precisión su
objeto: ¿y si la ciencia fuera capaz
de usurpar el lugar de la vida?
Hijo de una antropóloga cuya
“idea de fundar una familia totalmente diferente a la suya” la excitaba mientras a su fugaz marido
brasileño “se lo montaba en largas sesiones sexuales”, la historia
de Cassio luce por inercia algo del
filo irónico de Las teorías salvajes
(2008) contra las taras sociales
y libidinales de los académicos,
mientras reconstruye la vida de
un genio informático que “volvía
a toparse con la certeza de haber
estado junto a un grupo de robots”. Entre fantasías de dominación mundial, hazañas ciberdelictivas y escasa compañía, el hacker
no tarda en disociarse del mundo
femenino y, a partir de ahí, tampoco se demora el anuncio de que
“más tarde se convertiría en el hacedor de la serie de virus informá-
ticos más violentos de la historia
del país”.
Como una versión autóctona del
Michel Djerzinski de Houellebecq
en Las partículas elementales, Cassio
es el producto neto de su época y
su sociedad. Y esa es una época
y una sociedad -Oloixarac hace
una argumentación esquemática
pero contundente- que hizo de la
información y la vigilancia una
herramienta capaz de imponer al
“conjunto conectado de los seres,
como sociedad emergente, una
nueva adaptación del mundo”. El
instante de fusión definitiva entre la vida y la ciencia lo cuenta
Piera, una de las empleadas del
laboratorio en Bariloche que, a
principios del siglo XXI, sirve a
Cassio como plataforma para su
experimento final. En el balance,
no es un ingenio deslumbrante ni
una imaginación sin precedentes
lo que propone la segunda novela de Pola Oloixarac; en cambio,
ofrece una pregunta sin dudas
contemporánea: ¿en qué podría
transformarnos, sin más esfuerzo que una pincelada, esa misma
tecnología que hoy domina al
mundo? ×
Las constelaciones
oscuras
Pola Oloixarac
Random House
Mondadori
240 páginas
$149
El compromiso estéril
Por Sebastián Rodríguez Mora
@rodriguezmoor
¿Es posible hacer algo durante la mayor parte de tu vida y
que, de un extremo al otro, siga
significando lo mismo? Esa pregunta nos cruza como un rayo y
aplica a todos, sobre todo a los
más consagrados artistas de los
últimos cincuenta años. ¿Quiénes quedan en carrera desde
aquella explosión sesentosa?
Paul McCartney será un señor
lesbiano pero todos quieren
cantar con él. La voz destrozada
de Bob Dylan avisa que ahora sí
que está oscureciendo y reversiona a Sinatra. Bowie todavía
batalla. Y está Neil Young, que
sigue haciendo lo que se le canta.
The Monsanto Years es su trigésimo sexto disco solista. El viejo
Neil ha editado a la fecha de a
uno o dos discos con canciones
nuevas cada año, sea con los jubilados Crazy Horse, metido en
una antigua cabina de grabación de discos de pasta propiedad de Jack White o con una or-
questa filarmónica. Esta vez la
idea es pelear contra la mayor
multinacional alimenticia y sus
socios. Nada raro para un músico identificado con las luchas
The Monsanto Years
Neil Young & The Promise
Of The Real
2015
y reivindicaciones. Escuchar
a Neil Young es entrar en una
zona entre mística, colgada y
comprometida. Toda su carrera
se reparte entre la furia y la paz
total, distorsión y descontrol o
sensibilidad y amor por el mundo. El problema es que la música estadounidense ha pasado a
ser -si es que no lo fue siempre,
irremediablemente- una herramienta banal en el campo político. The Monsanto Years es una
imperfecta mezcla de todo eso.
Un resultado disfrutable, pero
estéril en su objetivo.
Neil Young & The Promise Of
The Real se armó con Lukas y
Micah Nelson, los hijos del venerable Willie. Ya con los primeros acordes de “New Day
For Love”, entendemos que
nada puede salir mal en los
51 minutos por delante: guitarrazos de punta a punta por
un Crazy Horse amable y un
poco adelgazado. Los coros de
a tres o más voces, cambios de
intensidades desde la tormenta
(“People Want To Hear About
Love”) hasta la placidez intimista de un viento de pradera
(“Wolf Moon”). Hasta ahí todo
bien. Pero son las letras las que
condenan al disco a la peligrosa
frontera del consumo irónico.
Decidido a negarle los derechos
de utilización de “Keep On Rockin In The Free World” al millonario Donald Trump de cara
a su campaña electoral para las
internas del Partido Republicano, Young decidió comprometerse… y se los dio a Bernie Sanders, precandidato demócrata
y representante de su ala más
“progresista”. Esa total inocencia para distinguir los malos
de los buenos es la que pone
al Viejo Neil a cantar que las
multinacionales son “demasiado grandes para estar equivocadas
/ demasiado ricas para ir presas”,
por ejemplo. Ya lo sabíamos,
Neil. Gracias por aclararlo. El
ya machucado ambientalismo
no se beneficia mucho con letras propias de un militante de
Un Techo para mi País.
Entonces, ¿es posible salir indemnes del paso del tiempo? Es
evidente que no. Sin embargo,
algo en “If I Don’t Know”, última canción del disco, nos da la
pauta de que Neil todavía tiene
algunos cartuchos de total claridad antes del fin. ×
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Entrevista
no peronista, y que les fue menos
bien de lo que le fue al PRO.
Ese éxito generó que ciertos sectores buscaran “responsables” y se
detuvieran en el electorado porteño,
asociando la ideología del PRO con
la de la clase media de la ciudad. Sin
embargo, fue ese misma clase media la que evitó el triunfo macrista
en 2003. ¿Cómo logró conquistar a
ese sector que hoy aparece como un
núcleo electoral duro?
gabriel Vommaro
«Macri aprendió a ser
un político»
Limitado la mayoría de las veces a instant books de marketing y estrategia centrados en Jaime Durán
Barba o a biografías filiales y patrimoniales de Mauricio Macri, el deseo de analizar al PRO en su
dimensión política encuentra en Mundo PRO (Planeta, 2015) una sorpresiva y grata novedad. Nacido del
seno de un grupo de académicos que hace cinco años comenzó a investigar a la fuerza liderada por el
ex presidente de Boca, la obra supone un estudio minucioso que permite una aproximación en detalle
al interior del partido que gobierna la Ciudad de Buenos Aires desde 2007. Gabriel Vommaro es coautor
del libro junto a Sergio Morresi y Alejandro Bellotti, y con él charlamos sobre la maduración política
de Macri, la militancia juvenil, la “nueva política”, la “oneigeización” del estado, el peso de Rodríguez
Larreta y el modelo de ciudad macrista.
Por Diego Sánchez
@diegoese
¿Qué los llevó a encarar Mundo PRO?
Veníamos trabajando sobre el PRO
desde 2010. Teníamos un interés
en esa fuerza política que tenía que
ver, si se quiere, con dos intuiciones
que teníamos en el equipo que comenzamos a armar con Sergio Morresi en la Universidad General Sarmiento. Él quería ver cómo se había
transformado la derecha neoliberal
en la Argentina, ver qué quedaba de
eso en el PRO, y a mí me interesaba
ver cómo el PRO había sido capaz
de incorporar a la política a actores
que venían de otros espacios sociales.
Ocho años de gobierno después,
aún pesa sobre Mauricio Macri la
idea del empresario coacheado, del
advenedizo sin ninguna capacidad
política. ¿Se condice con la realidad
esa imagen o en estos años Macri
logró formarse como un dirigente
con ciertas habilidades específicas?
Efectivamente desde 2002 o 2003
para aquí, Macri aprendió a ser un
político o fue adquiriendo nuevas
competencias políticas como líder.
Eso se puede ver en el modo en que
modeló su presencia pública, su lugar como líder dentro del partido,
en el modo en que perseveró también en la construcción de un partido político. Hay algo que muchas
veces se escapa en todos los análisis
y es que Macri, con su grupo, creó
un partido político con perdurabilidad, con tres elecciones ganadas
en primera vuelta, dos en segunda
y una probable elección con buenos
resultados ahora. Por supuesto es
un distrito que tiene condiciones
específicas, en un momento histórico particular de ese distrito y del
país, pero ahí está el juego entre
la fortuna y la virtud, como diría
Maquiavelo. Uno puede decir que
hubo otras fuerzas que se formaron
después de 2001 en Buenos Aires,
que intentaron ocupar el espacio
Ese es un punto muy importante
para enfatizar, la gran diferencia
que hace el PRO entre 2003 y 2007 y
que le permite ganar las elecciones
en segunda vuelta en 2007, es en el
corredor centro y norte-centro de
la ciudad, en los distritos de clase
media y media alta por decirlo de
algún modo. Ya le iba muy bien en
la Comuna 2, en Recoleta, ya le iba
bastante bien en algunos barrios populares, pero le empieza a ir mucho
mejor en Caballito, en Belgrano, en
Nuñez, en esos barrios en los que
hasta entonces el voto mayoritario
era un voto aliancista. Por supuesto
acá siempre hablamos de agregados
y es un poco falaz, por ahí esos márgenes que pasan de un lado al otro
son del 5%, 10%, y después predicamos sobre toda la comuna, pero si
uno toma solamente las diferencias
porcentuales ve que donde crece el
PRO es en esos barrios. Y ahí hay
una cuestión fundamental que es
el desmembramiento de la alianza
electoral ibarrista en dos fórmulas,
en la fórmula Telerman y en la fórmula Filmus. Pero además el PRO,
entre tanto, sabe construir un discurso menos frío, menos de gestión
y más afín a ciertos valores de la
clase media porteña o de algunos
sectores menos “anti-público”. Eso
explica en buena parte el cambio
de 2007. Al mismo tiempo hay que
decir que desde entonces ninguna
fuerza política, comprendido en
esto el kirchnerismo, le opuso al
PRO una propuesta de raíz local. No
tenemos que olvidarnos de que el
PRO crece como una fuerza de raíz
municipal, el discurso del hacer, de
la gestión, el discurso no ideológico, todas estas cuestiones tienen
mucha más eficacia, al menos hasta
ahora, en el terreno local, en el que
se dirimen otro tipo de cuestiones
que en la arena nacional. No hubo
ningún discurso sólido local enfrente, quizás hasta ahora que apareció
esta candidatura de Lousteau y en
cierta medida ahora el FPV intenta construir una figura con Recalde, pero hasta ahora no hubo una
fuerza política enfrente que tuviera
otra propuesta de ciudad. Eso fue
también una influencia muy fuerte.
No sé si podemos predicar sobre la
clase media porteña porque es heterogénea, votó otras cosas en otros
momentos históricos, y además al
PRO le va bien, muy bien o regularmente bien en toda la ciudad, por
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Mundo PRO. Anatomía de un partido fabricado para ganar
Gabriel Vommaro, Sergio Morresi, Alejandro Bellotti
Planeta
506 páginas
lo que hay algo más.
También opera ahí una transformación del propio Macri, algo que
ustedes trazan a partir del pasaje
del Macri “marcial”, de bigote, soberbio, al team leader verde, descontracturado, más “parecido” a los
porteños, que habla de un “progresismo de los hechos”.
Creo que hay una capacidad del
PRO y de Macri de, por un lado,
tomar tópicos de políticas públicas
disponibles, no movilizados por el
kirchnerismo, como por ejemplo la
ecología, de una forma por supuesto muy soft, que inclusive puede
aparecer en el discurso de Santilli
con eso de “La familia verde”, de
un eco-conservadurismo casi, pero
que aunque sea difusa supone una
idea del disfrute de la ciudad, que
es muy importante para ciertos sectores sociales, de una idea de una
conexión desde el placer, desde la
placidez con la ciudad, en la que
el PRO también trabaja muy fuerte. Uno no podría decir “progre”
pero sí vinculado con el disfrute
de la ciudad, que en parte también
es el embellecimiento de los espacios públicos, un embellecimiento
particular que te puede gustar o no,
una concepción de lo público que
te puede gustar o no, pero hay una
inversión, en ciertos sectores de la
ciudad, sobre todo. Y lo otro, si bien
Macri se parece cada vez más a los
porteños, yo diría que también la
ciudad se parece cada vez más al
PRO. Se puede ver cómo la ciudad
también toma la impronta, desde
los colores, la estética de gobierno,
hasta el tipo de política pública, de
intervención en la trama urbana.
¿Qué lectura hacen de estos años de
gestión de gobierno?
En la ciudad hay políticas públicas
bastante duras como salud o educación, con una inercia histórica, para
bien o para mal, muy grande, y en
las que el PRO ha hecho pocos cambios, también para bien y para mal,
con lo cual ahí uno puede decir que
siguen la inercia de las últimas décadas. Lo que sí uno puede ver analizando las políticas de la ciudad
son dos fuertes improntas. La primera es que el PRO tiene una idea
de ciudad, una ciudad, si se quiere,
en la que el estado tiene que favorecer el espacio emprendedor, favorecer las oportunidades de negocios
de los privados y tiene que favorecer un uso, en ese punto, eficiente
del espacio público. La inversión en
infraestructura en la zona sur de la
ciudad, por ejemplo, es muy importante porque es una zona relegada,
con un déficit en varios ámbitos,
pero al mismo tiempo el proyecto
de ciudad que está detrás es mejorar la zona sur para que sea habitada por los hijos de las clases medias,
lo que se llama la gentrificación.
Nosotros en el libro mencionamos
como un caso muy significativo la
construcción de la villa olímpica,
y ahí hubo una crítica muy fuerte
de parte del colegio de arquitectos
a los pliegos de llamado a concurso,
en el que se hablaba de una zona
desierta de la ciudad. Lo que decían
muy pertinentemente es que lo que
hay es una zona de mucha gente
viviendo con déficit de habitación
y quizás sea bueno pensar que esa
villa olímpica sea después para esa
gente en vez de que sea el futuro
destino de clases medias que se muden del centro al sur de la ciudad.
Otra cuestión, que está vinculado
con esto, es que en el ámbito de la
cultura y de la salud, sobre todo,
hay una sinergia entre lo público,
lo privado y el tercer sector incipiente, que no llega todavía al corazón de las políticas públicas, que
siguen siendo mayormente de gestión estatal, pero que es consistente
con lo que nosotros llamamos el
ethos político del PRO y que tiene
que ver con una defensa del emprendedorismo y del voluntariado
como forma de entrega a la sociedad. Hay una idea de que la articulación del estado con las ONG y con el
mundo empresario mejora las políticas públicas. Parte de la inversión
en equipamiento de los hospitales,
por ejemplo, se consigue a través
de donaciones y lejos de ocultarlo
el gobierno reconoce, valora y pone
de relieve este aporte privado a la
salud pública. Eso también es una
impronta PRO muy importante.
¿Qué peso tiene el 2001 en la historia del PRO?
Nosotros creemos que el PRO realiza la otra gran interpretación del
2001, de sus consecuencias y de sus
enseñanzas para la política. Está el
kirchnerismo, que viene a movilizar parte de las demandas ciudadanas y de los problemas económicos
sociales estructurales que tenía el
país, y el PRO, que piensa la misma crisis de un modo diferente.
Hay algo también muy fuerte, que
es lo que el PRO representa, te diría, socioculturalmente, y que es la
idea de que es el momento de que
entren a la política aquellas personas que estaban fuera pero que
probaron en el ámbito privado y en
el ámbito asociativo que son personas valiosas y exitosas. Una idea de
“meterse en política” para volverla
"Hay algo que muchas
veces se escapa en
todos los análisis
y es que Macri, con
su grupo, creó un
partido político con
perdurabilidad"
más eficiente y más transparente
que expresa el PRO frente a la crisis
de 2001 y 2002.
¿Cuál es el lugar que tiene la juventud en el armado PRO?
Los jóvenes PRO son también parte
de esa idea de “meterse en política”, de sectores con cierta ajenidad
con el mundo militante clásico o
con el mundo político profesional
clásico. Al mismo tiempo cumplen
un rol muy importante en la movilización y en la militancia callejera,
ya no vinculada con la política clásica, con la política barrial radical
o peronista que el PRO también
tiene, sino vinculada a una nueva
militancia, que trae estéticas no políticas a la política. También tiene
que ver con la idea del voluntariado. La juventud del PRO tiene una
épica del esfuerzo, como la tiene La
Cámpora, una épica de la ayuda al
otro, del trabajo social, pero en los
Jóvenes PRO esto se experimenta
bajo la forma del voluntariado, que
tiene dos diferencias fundamentales. Una, es que puede ser una actividad part-time, no hay exigencia de
entrega total a la causa, por eso es
compatible con una persona que no
se siente interpelada por la práctica política militante. Por supuesto
cuando uno más se acerca al núcleo
dirigente más políticos son, pero te
hablo de esa geometría variable que
el PRO acepta. Por el otro lado, los
jóvenes PRO no son como los jóvenes camporistas, supongamos, “el
brazo del estado”, sino que funcionan más bajo la lógica de la ONG.
Cuando ves algunos barrios del sur,
sobre todo Los Piletones, ahí la actividad política del PRO y la actividad
y las políticas públicas de la ciudad
están insertas en la fundación de
Margarita Barrientos. En vez de
que sea el activismo barrial el que
conecta a los ciudadanos con el es-
"La juventud del PRO tiene una épica del
esfuerzo, como la tiene La Cámpora, una épica
de la ayuda al otro, del trabajo social, pero en los
Jóvenes PRO esto se experimenta bajo la forma
del voluntariado"
tado, bajo la lógica de la demanda,
de los derechos o de la mediación
clásica, acá el estado se “onegeíza”
en su entrada a ese territorio. No es
una relación de demanda o de negociación con la fundación, sino de
pasaje a través de la fundación para
cumplir el rol o para llevar a cabo
una política pública.
¿Qué peso tiene Horacio Rodríguez
Larreta en el mundo PRO?
Es muy importante porque en los
momentos fundadores del PRO, Rodríguez Larreta desembarca con su
fundación, el Grupo Sophia, que en
los noventa fue el típico think tank de
formación de cuadros para el estado y de producción de políticas públicas. Larreta fusiona su proyecto
político con el de de Macri y entrega sus cuadros técnicos a esa nueva
causa, pensemos en Maria Eugenia
Vidal, en todo el área que maneja
desarrollo social. No por nada Larreta es el candidato a vice de Macri en
2003. Y una vez que el PRO llega al
poder y Macri toma la jefatura de
gobierno como un trampolín para
una carrera política nacional, el
que se hace cargo del gobierno de
la ciudad es Larreta, es el que tiene
el tablero de control, como se dice
en el mundo de la gestión.
En el libro se observa cómo la gestión fue una suerte de curso de formación política para el PRO. De alguna manera aprendieron a gobernar
mientras gobernaban, asimilando
las lógicas propias de la Ciudad de
Buenos Aires. Ocho años después,
¿creés que el PRO puede dar el salto
más allá de las fronteras porteñas o
hay asignaturas, por así decirlo, que
todavía debe cumplir?
El salto más allá lo dio gobernando
Vicente López, aunque es cierto que
es un distrito muy similar, es casi
una prolongación de la zona norte
de la Ciudad de Buenos Aires, pero
por su implantación en algunos
distritos del país ya hay una “salida” que se viene preparando desde
hace mucho tiempo. Es cierto que
es mucho más lenta de lo que en
el PRO quisieran, entonces hubo
que tomar atajos como el que tomó
ahora al aliarse con el radicalismo,
que le da un poco más de consistencia a nivel nacional y que el PRO
no tiene porque en buena parte
las condiciones que hicieron posible su crecimiento en la Ciudad de
Buenos Aires, de las que hablábamos al principio, no es algo que se
confirme en otros lugares del país.
La posibilidad de disputar electorados en otros lugares del país
para el PRO es menor y creo que
ahí radica una de sus dificultades.
La otra, sin duda, es que el discurso del PRO es más efectivo a nivel
municipal y sobre todo en una
ciudad grande, con mucho presupuesto, etc., y no estoy tan seguro
de que tenga la misma efectividad
en otros contextos. X
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Nota
Increíble ciudadano
En la madrugada del pasado domingo 24 de mayo una noticia golpeó a la música local: Adrian Toto Nievas era encontrado sin vida en su
departamento de La Plata. Ex integrante de Adicta, voz y figura fundamental del pop, su muerte dejaba atrás una figura lánguida y seductora,
ambivalente y misteriosa, capaz de rubricar canciones oscuras, nostálgicas y sentimentales, que marcaron las primeras horas de nuestro siglo XXI.
A un mes de su inesperado adiós y a horas del show homenaje que se celebrará este martes en Niceto, repasamos su carrera y su legado de la
mano de músicos amigos como Leo García. Rudie Martínez o Dani Umpi para entender qué fue lo que se perdió con la partida del Ciudadano Toto.
Por Paz Azcárate
@azkaratekid
Se dice que las grandes canciones
pop que hablan de amor deberían
tratar de definir qué es sentir amor
por alguien y, además, deberían tratar de sugerir cómo ese amor algún
día se termina. Esa canción, que para
el crítico Paul Morley es el tipo de
composición que se hace un lugar en
la historia del género, debería incluir
un poco de melancolía que envenene la felicidad; y debería lograrlo de
una manera que cuando uno la escucha no pueda sacársela de la cabeza.
La obra de Adrián Toto Nievas invierte la fórmula, en general el desamor
le hace un lugarcito a lo demás, pero
consigue lo mismo: canciones magnéticas, hermosas y efectivas. Ese
magnetismo también atrapó a Rudie
Martinez, su co-equiper de Adicta, la
primera vez que escuchó la voz de
Adrián a fines de los 90.
Como cada sábado, Martinez se hacía
cargo de las bandejas de El tinto A Go
Go, bar fundamental para la historia
del rock platense. Podía estar haciendo sonar The Smiths, Joy Division o
Virus cuando un Toto Nievas joven,
flaco, con muchísimo pelo, se le
acercó y le dió un cassette. Lo había
grabado con su portaestudio y había
escrito su teléfono en la etiqueta.
Antes de irse, elogió a Rudie por los
shows de Víctimas del Baile, la banda que había formado por impulso
de Francisco Bochatón. Cuando llegó a su casa y escuchó el cassette, lo
que sonó fue “Descuida”, que luego
incluirían en Día de la fiebre, el tercer
disco de Adicta. Rudie y Toto se volvieron inseparables, la amistad que
forjaron se sustentaba en la música y
de algún modo se volvió simbiótica:
“Él era muy extrovertido sobre el es-
cenario, con el público, y muy tímido en la vida privada. Yo era al revés.
Sin embargo, cuando pienso en Toto
es como verme al espejo. Compartíamos un tipo de humor, bastante
negro, que también usábamos para
criticarnos. En eso éramos grandes
artistas”, sostiene Rudie.
Synthpop, dark pop, o lo que alguna
vez ellos mismos definieron como
“dark electrorock”: con Adicta cuestan las etiquetas, o al menos cuesta
quedarse con una. Toto venía de formar Increíbles Ciudadanos Vivientes, que en 1997 grabó su primer y
único disco. Disuelto ICV, el sonido
vibrante de los proyectos de Rudie
Martinez (Víctimas del Baile, San
Martin Vampire) se acoplaron a los
oscuros y delicados versos de Toto.
Si bien lo “alternativo” hoy es una
industria consolidada, Adicta representaba una verdadera alternativa a
todo lo que copaba las radios pisando los 2000. Para el rock eran muy
electro y para la radio y la televisión
demasiado oscuros. Sin embargo, lo
que podía ser una incomodidad para
afianzarse en la industria de la música, Adicta lo transformó en un sello
de distinción, en aquello que hacía
que Adicta fuera eso y no otra cosa.
La primera formación de Adicta fue
un trío: Rudie, Toto y Fabio Rey Pastrello, (ex Los Brujos) graban su álbum debut Shh en el año 2000.
El segundo álbum de Adicta se graba en Casa Submarina, estudio de
Gustavo Cerati. Este lanzamiento le
permitió a Adicta comenzar a recorrer un circuito más masivo. Durante todo ese año “Esquimal” sonó al
final de cada emisión de Cupido, el
ciclo que se emitía por MuchMusic
y conducía y co-producía Franco
Torchia. “Toto es un capítulo ignorado de la educación emocional, no
simplemente de la música o del pop
"Toto cantaba el dolor con energía, e igual que lo hacía en la música, su imagen
desafiaba los modelos binarios y todos los estereotipos. De manera indefectible,
te producía algo, aunque no te gustara: Toto no pasaba desapercibido"
28 de junio de 2015 | año 6 | nº 324
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El próximo martes a las 20 hs, artistas y amigos lo recordaran en Niceto.
Participan Lucas Marti, Dani Umpi, Andrea Alvarez, Leandro Viernes y más.
electrónico. Reducir su propuesta a
la música me resulta imperdonable”,
señala Torchia. Franco, también platense, conoció a Toto cuando éste
formaba parte de Increíbles Ciudadanos Vivientes, a mediados de los 90.
“Él lograba sonar y lucir como una
ciudad recientemente azotada por la
dictadura cívico-militar y embebida
en menemismo tenía que sonar y lucir: con una dosis simétrica de oscuridad y sofisticación. Hay que haber
caminado y padecido la condena de
una ciudad imposible después del
genocidio como la ciudad de La Plata
desde el 1983 en adelante para terminar de comprender lo que fue Toto”.
La figura de Nievas se encuadra, inevitablemente, en una escena artística platense dando sus primeros pasos en democracia y con un Federico
Moura como antecedente directo y
necesario. “Los excepcionales Totos
Nievas o Rudies Martínez no estaban
en los planes de ese desarrollo urbano que hoy produce crímenes de lesa
humanidad como Agapornis. Toto
nunca fue un rugbier hijo de ingeniero, Toto es un artista atrapado en
un misterio de origen de una ciudad
que, parafraseando a Sergio Pángaro
en su himno “Lluvia dorada", clava
los mejores puñales y pudre”.
Toto solo
En un lapso de desmembramiento
de Adicta, con Rudie Martinez afuera
del país y con la necesidad latente de
seguir escribiendo y grabando can-
ciones, Toto comenzó su proyecto solista, Ciudadano Toto. Más guitarras
acústicas, bases más minimalistas y
la imponente presencia en escena
de siempre. Toto cantaba el dolor
con energía, e igual que lo hacía en
la música, su imagen desafiaba los
modelos binarios y todos los estereotipos. De manera indefectible, te
producía algo, aunque no te gustara:
Toto no pasaba desapercibido. Podía
salir a escena todo vestido de charol,
con accesorios de pinches, o ropa
con plumas y podía sonreír mientras
le hacía fuck you al público. El escritor y cantante uruguayo Dani Umpi,
con el que compartió escena en varias oportunidades lo recuerda como
un divo lánguido con una puesta en
escena ritualística: “Recuerdo un
show con él y Leandro Viernes en
el Centro Cultural Borges, donde se
presentó solo con su guitarra, tenía
una manera de cantar con falsa fragilidad que despertaba verdadera
devoción en el público. Ese día estaba todo vestido de rosa, lo cual era
raro porque siempre tuvo un estilo
más gótico, más darkie. Tenía algo
místico, como el poder de lo andrógino”. Abajo del escenario también
había un ritual, porque la estética de
Toto hacía escuela: rimmel corrido,
plataformas, tachas, ropa y mochilas
de peluche. Pasado el 2004, después
de la tragedia de Cromañón y con el
subsiguiente aumento de controles
en los boliches y pubs, el ingreso a
un show de Adicta se había converti-
"Adicta representaba
una verdadera
alternativa a todo lo
que copaba las radios
pisando los 2000.
Para el rock eran
muy electro y para la
radio y la televisión
demasiado oscuros”
do en una verdadera requisa de todo
tipo de accesorios: cintos, collares y
cadenas, que muchas veces no volvían a sus dueños.
Toto tenía esa imagen, esa especie
de alter ego que se había construido
para subirse al escenario, como una
suerte de divinidad inalcanzable que
te atrapaba. Esa imagen de Toto maquillado, vistiendo medias de red, a
veces algo arrogante, no era ni más
ni menos que el personaje de Adrián
Nievas sobre el escenario. “Recuerdo
a Toto como alguien que no se sentía para nada una especie de líder,
sino como uno más en la banda, que
trabajaba mucho para ese proyecto
y estaba donde tenía que estar, trabajando en cada instancia y aspecto
de Adicta de manera incansable”
recuerda Leo García, productor de
Adicta durante los primeros pasos de
la banda.
"Él lograba sonar y lucir como una ciudad recientemente azotada por la
dictadura cívico-militar y embebida en menemismo tenía que sonar y lucir:
con una dosis simétrica de oscuridad y sofisticación"
Falsa escuadra
Por Romina Sanchez
“Lo que no se nombra no existe”. El lema,
toda una declaración de principios, resonó a
cada momento en la presentación del primer
Observatorio de Violencia entre y hacia Lesbianas y Mujeres Bisexuales de Argentina, el
viernes 19, en la Legislatura porteña. La flamante área, que deriva del trabajo militante
de casi 20 años llevado a cabo por la histórica
organización La Fulana, ONG, justamente, de
y para lesbianas y mujeres bisexuales, que
forma parte de la Federación Argentina de
Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT),
está a cargo de Mariana Spagnuolo, y busca generar información estadística y “datos
concretos como evidencias para visibilizar
una realidad que conocemos hace tiempo: la
violencia entre y hacia lesbianas y bisexuales
en nuestra sociedad existe y la tenemos que
erradicar”, según palabras de la coordinado-
Hablando al vacío
En 2005, con el lanzamiento de Día
de la fiebre, Adicta termina de consolidar su popularidad. El disco, producido por Tweety González, contó
con la participación de invitados
como Celeste Carballo en el tema
"Allí estaré" e incluyó canciones
que se destacan en la obra de Adicta
como “Soy animal” y “Mi dolor por
vos”. A lo largo de ese año la banda
compartió escenario con artistas internacionales en los festivales Pepsi
Music, Personal Fest y Creamfields.
Para continuar la educación sentimental que venía impartiendo, en
2008 Adicta redobla la apuesta y
lanza el muy elogiado por la crítica
Cátedras, compuestos por Capitulo
I y Capítulo II. Los diez largos años
de Adicta se completan con Adictism
(2009), un disco de versiones y algunos temas nuevos, que les valió el
reconocimiento de los Premios Gardel a mejor álbum.
Toto deja Adicta en 2012. Su último
trabajo, Flores, brillos y arcoiris, lo había presentado a principios de este
año acompañado de Diego Rodríguez (bajo), Sergio Sotomayor (batería) y Bárbara Martínez (guitarra).
Tuvo idas y vueltas a los escenarios,
pero siempre se quedó con la música y en la música. Es por eso que,
como una iniciativa espontánea de
la banda, el próximo martes 30 de
junio en Niceto, músicos y amigos
despiden a Toto en “El mundo no
sabe”, un homenaje a sus canciones:
“Los ensayos en Niceto son muy
emotivos, el grupo humano es muy
afectuoso y estoy seguro que va a ser
un gran momento. No va a haber
rédito económico para los músicos
ya que es a beneficio de la familia
de Toto, lo que lo hace muy sentido
y verdadero. Es una despedida con
amor, a pesar de las canciones de
desamor que van a sonar” dice Fabio Pastrello, ex compañero de Toto
en Adicta.
Desde que se conoció la noticia de
su partida, un mes atrás, rebrotaron
muchísimos versos de Toto que hablan de despedidas, muchos de los
cuales se repitieron entre sus seguidores y amigos a lo largo de estas semanas. La poesía de Toto no podrá
ser considerada triste o pesimista,
sino más bien, una compañía agridulce para el sinsentido de las cosas.
La figura de Toto generó en sus seguidores, los activos y los que se habían alejado, una catarata de recuerdos y reaparición de canciones imparable. En su ausencia de recetas,
en su no-receta, en su ambivalencia,
Toto se hizo un lugar especial en la
historia de la música argentina. Tal
como lo define Leo García: “Igual
que Oscar Wilde y Rimbaud, que
tanto lo influenciaron, Toto es uno
de esos grandes artistas que en la última etapa de sus vidas no buscaron
imponerse a la fuerza en lo público
y sin embargo su obra, su increíble
voz y sus hermosas canciones prevalecieron y pasaron a la inmortalidad”. X
Otra forma, la misma forma, de decir Ni Una Menos
ra. “Siempre fue un sueño en la organización
tener un observatorio de esta clase”, suelta,
conforme y expectante.
“No buscamos otra cosa más que poder
ejercer nuestro derecho de vivir y amar libremente”, dice Spagnuolo, y ahonda en el
espíritu de la iniciativa. “Respecto al ‘hacia’
del objetivo de la institución, creemos que
somos víctimas de un tratamiento profundamente misógino, víctimas de una doble violencia, por ser mujeres y por ser lesbianas.
Pero por otro lado, entre nosotras, siempre
hubo un tabú, que es sobre lo que también
hay que trabajar: la violencia entre lesbianas.
La violencia de género, en ese sentido, es comúnmente visualizada como ejercida por varones hacia mujeres (heterosexuales, claramente). Vivimos en una sociedad patriarcal y
machista, por ende, estamos en condiciones
de reproducir esquemas de vincularidad y
de poder de ese tipo. De allí, la violencia entre lesbianas y mujeres bisexuales”, expone,
dando cuenta que no solo el discurso es he-
teronormativo: también lo son los golpes, insultos y todo el posible abanico de agresión.
“No queremos generar diferencia entre mujeres hetero y las que no lo son, simplemente pretendemos dar visibilidad a aquello que
no suele nombrarse. De esa forma, le damos
existencia”, agrega.
A su vez, se dio a conocer la Línea Violeta
(1131046789), una de las herramientas fundamentales con las que cuenta la oficina
para poder brindar asesoramiento y contención a todas aquellas lesbianas y bisexuales
que se encuentren en un contexto de violencia, atendida por militantes capacitadas en el
tema.
“Trabajaremos junto a la Defensoría LGBT
porteña en lo que refiere a la atención y/o
derivación de casos, y también articularemos
con organizaciones y espacios que traten la
temática de la violencia desde una perspectiva feminista no heterocéntrica, e instituciones públicas dispuestas a poner de manifiesto esta realidad e incorporar esta pro-
blemática a sus plataformas de trabajo. Por
eso, este Observatorio se crea en un marco
de militancia y con la concepción del Estado
como un fuerte aliado, por lo que buscaremos consolidar espacios de trabajo en conjunto”, continúa la activista. La idea es que
el Observatorio camine a la par no solo de la
Defensoría LGBT, también única en su tipo
en el país, sino además, por ejemplo, del
Consejo Nacional de Mujeres, para generar
protocolos de acción en referencia a la ley
26.485, de Protección Integral a las Mujeres,
y capacitaciones.
Concluye Spagnuolo: “En esta primera etapa, el área de acción va a ser la zona Metropolitana, con la pretensión de multiplicar
la experiencia en todas las provincias, porque nos parece imprescindible y urgente
detectar, prevenir y erradicar la violencia
entre y hacia lesbianas y bisexuales. Y porque el silencio no es salud: la violencia entre lesbianas y bisexuales existe, y hay que
nombrarla para poder trabajar sobre ella”.X
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La mala leche
La salidera
Dos lecturas sobre DOS
Por Martín Rodriguez
Dos artículos de ineludible lectura se publicaron esta semana.
Uno de José Natanson el lunes pasado en el diario Página/12, llamado “Es complicado”. Y el otro, del
politólogo Alejandro Sehtman,
publicado el pasado miércoles en
la revista Panamá, y llamado “Para
la victoria”. Los dos están online.
Empecemos por el primero.
Natanson invierte la lógica de la
patria zocalera con una duda central: ¿estamos frente a una disputa de “dos modelos” o estamos,
también, en la disputa política
por el “centro”? Cito a José:
“En tanto metáfora política, la
dichosa polarización alude a dos
núcleos de intensidad enfrentados, pero no dice nada acerca de
la distancia que los separa. ¿Hasta qué punto, citando el graph de
678, la disputa Scioli-Macri supone la lucha entre dos “proyectos
de país”? Pertenecientes a una
misma generación política, el representante de la posmodernidad
peronista y el de la posmodernidad republicana se diferencian
por las circunstancias en las que
cada uno llega a la campaña, consecuencia a su vez de decisiones
relativamente recientes, antes
que por un contraste ideológico fuerte construido a lo largo
de décadas de ejercicio político.
Descontextualizados, Macri y
Scioli no son tan distintos. Pero
el hombre es siempre él y su circunstancia. Por una vez más cerca
de Ortega y Gasset que de Jauretche, el kirchnerismo se consuela
con la idea de que podrá –con el
liderazgo de Cristina, bloques legislativos sólidos y el vicepresidente– condicionar un eventual
gobierno de Scioli. ¿Será efectivamente así?”
La pregunta de este tiempo corto
es: ¿cómo se llega a Scioli? Sobre
ese interrogante, Alejandro Sehtman traza un camino, los caminos de la vida kirchnerista que
llevaron a esa elección como candidato único de uno de los políticos del FPV más vapuleados por
cada comisariado ideológico. La
línea de tiempo empieza en la elección del vice, de Amado Boudou,
en 2011, considerado como el que
mejor leyó el angostamiento del
“modelo”, con potencial electoral
y pasible de elegirse en 2015 para
un solo mandato, pero volteado
por Clarín ya que la evidencia de
las “prácticas” de acumulación
económica lo convirtieron en un
cadáver político. A eso le siguió
la euforia ypefiana del 2012, 2013
del “vamos por todo”, con la pro-
moción creciente de Axel Kiciloff,
en un movimiento que fue derrotado en las urnas legislativas de
2013. Diríamos que el crecimiento de Axel dio un salto incluso
después de esa elección. Y a partir de ahí, distintas conjeturas
en danza se mentaron con cierta
liviandad en boca de muchos cronistas ideológicos: desde la “gran
Dilma” (elegir al sucesor candidato del riñón, pero “no midieron”),
la supuesta jugada Bachelet (darle el poder “al otro”, irse en 2015
para volver en 2019) y la vuelta
a una Resistencia. Bluff. Finalmente, Sehtman repasa el último
tramo y su desenlace, que incluye
la “caída” de Randazzo, un casi
propio comido por un -entiéndase
metafóricamente el concepto de
Alejandro- “enriquecimiento político ilícito”: se presentó como el
puro y quería llevar la pureza a
la derrota.
Cito a Sehtman, en su artículo
“Para la victoria”: “Quizás podría
pensarse al kirchnerismo como
una “Concertación” entre el Peronismo (Democracia Cristiana)
y el Progresismo (que, salvando
las distancias, equivaldría en la
comparación al socialismo chileno). Una Concertación antineoliberal en vez de antipinochetista.
Pero para que Scioli fuera el Frei
de Cristina hacía falta que el polo
“socialista” aceptara que era su
turno de liderar (y que Scioli mismo quisiera liderar, cuestión no
menor). (…) Sin embargo, la candidatura de Scioli no se construyó
como la expresión del otro polo
de la Concertación sino como la
de un candidato “infiltrado” por
todos lados, capaz de traccionar
legislativamente mucho más que
un candidato propio y, por lo tanto, en caso de una eventual, aunque siempre más lejana posibilidad de victoria, llegar a presidente como el burro del teniente, llevando, sin sentirla demasiado, la
carga de la continuidad legislativa del kirchnerismo del otro lado
del río del 10 de diciembre de
2015. (…) Scioli como una especie
de Insaurralde gigante capaz de
derrotar al enemigo llevando en
su vientre al kirchnerismo duro.
Scioli el siempre leal pero nunca
querido. Scioli para la victoria.”
Pero el suspenso queda para el final. Dice Alejandro: “En Scioli, su
cara opositora y su cara oficialista
conviven y se ríen de quien quiera saber cuál de ellas es la verdadera. Parallax view. Algunos ven
la copa, otros las dos caras. O una
y las otras alternativamente. Ser y
no ser, esa es la cuestión. Cristina
ya eligió. Scioli todavía no tuvo
que hacerlo.”X
Eventos, lanzamientos, recomendaciones
El Aleph procesado
En 2009 el escritor y docente Pablo Katchadjian, a
través de la pequeñísima y autogestionada editorial
Imprenta Argentina de Poesía, imprimió 200 ejemplares de El Aleph engordado. Ya en el título y en
su posdata aclaratoria explicaba el procedimiento:
tomar el clásico cuento de Jorge Luis Borges y “engordarlo”, agregándole a las 4000 palabras originales otras 5600 que derivaron en un texto nuevo, una
puesta en acto de una vieja tradición de reescrituras
y reapropiaciones de la cual la propia obra borgeana
es una integrante fundamental. Esos 200 ejemplares,
muchos obsequiados y otros vendidos entre un grupo reducido de lectores, terminaron envueltos en un
conflicto impensado: en 2011, Maria Kodama, única
depositaria de los derechos de Borges, le inició una
querella por plagio a Katchadjian. Sobreseído en dos
instancias, Kodama insistió y finalmente la Cámara
de Casación le dio la razón, torciendo aún más el laberinto de absurdos: el mismo juez que lo sobreseyó
en primera instancia lo procesó el pasado 18 de junio
y le trabó un embargo por la suma de 80 mil pesos. El
fallo, que ya fue apelado, levantó una comprensible
polvareda y volvió a alimentar los debates sobre “plagio”, intertextualidad y la continuidad de la vetusta ley
de propiedad intelectual que permite estos delirantes
conflictos legales. Mientras se aguarda el devenir judicial de este caso tan inédito como disparatado, se
iniciaron una serie de medidas y actividades en contra del procesamiento de Katchadjian que incluyen un
acto público este viernes 3 de julio a las 19 hs. en la
Biblioteca Nacional. Se recolectan firmas de adhesión
en alephengordado.blogspot.com.ar
Gustavo Sala expone
“El terror de las madres”, Gustavo Sala, tendrá doble
evento esta semana. El espacio Atocha será el escenario
para la presentación del cuarto tomo de esa ya clásica
saga llamada Bife Angosto. Editado por Ediciones de la
Flor, Bife Angosto 4 continúa con la recopilación a color
de la tira que este humorista gráfico e historietista publica los jueves en Página/12. “El desbordado humor del
autor, lindante en lo escatológico pero sin caer, se lanza
una vez más contra los lugares comunes del rock y del
habla popular…”, dice la editorial a modo de introducción.
Pero la presentación editorial no es lo único que depara
la noche del viernes en el espacio ubicado en el Patio del
Liceo, ya que Sala también será el centro de una exposición de originales de su obra. Hablamos de una selección
de viñetas que integran el libro, más una serie de dibujos
originales y una tirada de grabados pensados especialmente para la muestra. Todo acompañado por el músico
y conductor Gillespi que estará presente en la inauguración. La cita es este viernes 3 de julio a las 21 hs. en Atocha - Club de Grabado y Obra Gráfica, Patio del Liceo, Av.
Santa Fe 2729, local 35. La muestra se podrá visitar hasta
el viernes 31 de julio de martes a sábado desde las 17 hs.
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