Guía Práctica para el nuevo Misionero

1
Guía Práctica para el nuevo Misionero
Ante la expresión
Quiero ser misionero ¿Qué tengo que hacer?
Queremos brindarte…
10 Claves
para el fundamento y desarrollo
de tu capacitación misionera.
Temario
1. Ver el mapa grande de las misiones.
2. Definir el llamado misionero.
3. Honrar a tus padres y obedecer el llamado.
4. Hacer tu vocación semejante a la de Jesús.
5. Convertirte en un cristiano de clase mundial.
6. Salir desde la periferia al mundo.
7. Tu respuesta al llamado.
8. No perder el sentido de urgencia.
9. Recibir orientación inicial
10. Conocer las características de programas efectivos de
capacitación misionera.
Agradecemos a Daniel Bianchi, Omar Gava, Carlos Scott, Guillermo Taylor, Brad Walz
y otros autores anónimos por la calidad del material compilado para esta guía.
2
1. Ver el mapa grande de las misiones.
Introducción: : Muchas veces, movidos por el entusiasmo una persona piensa que ser
misionero es una aventura que consiste en "irse lejos", rumbo a lo desconocido y se
lanzan a buscar por internet un lugar a dónde ir, ansiosos de partir cuanto antes...
Esto puede ser un gran error.
La misión es un servicio a Dios y a la Iglesia, es una opción de vida.
Y por lo tanto requiere de un proceso serio de discernimiento, preparación y maduración.
Veamos más detenidamente de qué se trata, y cómo puedes dar pasos firmes.
1 ¿De qué misión estamos hablando?
2. Formas de participar en la Obra misionera
3. ¿Qué tengo que hacer para ser misionero?
1. ¿De qué misión estamos hablando?
Intentemos arrojar luz sobre las palabras misión y misionero.
Hay dos usos para la palabra misión.
La Misión general de toda persona que es seguidor de Jesús.
Decimos que la Iglesia es misionera porque ha recibido de Jesucristo el encargo (misión)
de evangelizar, es decir, de hacer que todas las personas conozcan a Jesucristo como
único Salvador y puedan vivir en comunión con El.
Todos los miembros de las Iglesias están llamados por Jesús a participar de esta misión,
tanto con su testimonio de vida, sus acciones y la administración personal de los recursos
que Dios le ha dado (tiempo, capacidades, dones, dinero, bienes, etc)
En este sentido amplio del término misión, todo cristiano es misionero porque escucha el
llamado de Jesús a Predicar (Marcos 16.15) y esta en condiciones de obedecerlo.
En este mismo sentido, cualquier cristiano estaría cumpliendo con su misión con el simple
hecho de ser cristiano, porque estaría anunciando a Jesucristo con su vida en su familia,
en su trabajo, etc.
De la misma manera, podría decirse que todo lo que hace la Iglesia está ordenado a dar
cumplimiento a esta misión.
Pero existe otro significado mas especifico de la palabra misión.
Dentro de todas las acciones y actividades que desarrolla la Iglesia, existen algunas que
específicamente están orientadas al anuncio del Evangelio a los no cristianos y en otro
3
escalón siguiente anunciar el evangelio a los que nunca lo han escuchado.
Existen personas que se dedican específicamente a realizar esta tarea concreta de llevar el
evangelio a las etnias que no tienen acceso a escuchar el mensaje del evangelio.
En este sentido, Dios llama particularmente a algunos hombres y mujeres para esta
vocación especial. Es a esta misión y a estos a los que nos referimos con el nombre de
misioneros.
2. Formas de participar en la Obra misionera
Existen distintas formas de participar de la Obra misionera de la Iglesia:
a) Actividad del misionero en el campo. Es la actividad que lleva a cabo
evangelización de los no cristianos. A los que realizan esta actividad misionera
específica es a quienes con toda propiedad se designa con el título de
"misioneros". Esta actividad misionera específica, persigue los siguientes
objetivos: Anunciar a Jesucristo a los que no lo conocen, procurar establecer la
Iglesia en donde no existe, fortalecerla allí donde existe pero no tiene una vida
comunitaria activa y evangelizadora o promover los valores cristianos como son la
paz, la justicia y la libertad.
b) Cooperación Misionera: Es una actividad distinta de la actividad misionera en el
campo. Mediante la cooperación todos, aún cuando su situación de vida no les
permita realizar una actividad misionera específica, pueden colaborar con ésta,
desde su propio lugar. La cooperación misionera permite que todo cristiano e
Iglesia participe y colabore activamente con la misión universal de la Iglesia.
Esta cooperación se puede realizar de diversas maneras, por ejemplo:
• Cooperación Espiritual: la oración e intercesión es el motor de la misión y
todo cristiano puede involucrarse de forma comprometida en orar por los
misioneros y los pueblos no alcanzados. Para realizar este trabajo contamos
el recurso de la Guia de oración disponible en internet.
http://www.guiamundialdeoracion.org/
• Cooperación Material: La empresa misionera como todas las empresas
requiere del aspecto financiero y la colaboración con dinero u otros bienes,
constituye un aporte fundamental para el sostén de las misiones y los
misioneros.
• Cooperación con Misioneros: Consiste en la prestación de servicios
misioneros temporales. Es cuando un cristianos o grupo realiza un viaje de
corto plazo para colaborar en una zona necesitada o ayudar a un misionero
establecido.
4
c) Pastoral Misionera: Es el conjunto de actividades que tienen por finalidad,
procurar que los cristianos e iglesias participen activamente de la Actividad
Misionera o que cooperen con ella.
Esta Pastoral Misionera se desarrolla mediante 4 servicios:
• Movilización Misionera: procura despertar, mover, avivar y sostener el
espíritu misionero de cristianos e iglesias de manera que se interesen por las
misiones y nazcan así vocaciones misioneras, o cooperen con ellas. Quienes
hacen movilización misionera, la realizan mediante eventos, charlas, revistas
u otros medios de comunicación, folletos, exposiciones, videos, retiros, libros,
conferencias, campañas misioneras u todo tipo de acontecimientos que
ayuden a este fin.
• Formación Misionera: Busca formar a los cristianos para que adquieran los
conocimientos, criterios, actitudes y aptitudes necesarias para participar de la
misión de la Iglesia. Incluye desde la formación de la iglesia hasta la formación
de capacitadores de misiones pasando por la ineludible tarea de capacitar a
los candidatos a misioneros para ir al campo.
Esta tarea se realiza mediante charlas, cursos, talleres, publicación de libros,
artículos en revistas y conferencias misioneras entre otras variantes siendo la
iglesia local, los seminarios bíblicos y los centro de capacitación misionera los
responsables de preparar a los candidatos a misión.
• Promoción de la Cooperación Misionera: Busca motivar a que los cristianos
realicen cooperación misionera. Quienes motivan la cooperación misionera lo
hacen promocionando la promesa de fe como método de sostener la obra
misionera, promoviendo campañas, congresos, encuentros de
concientización buscando ofrecer conexiones oportunas a los
actores de la obra misionera.
• Organización Misionera: Busca coordinar las inquietudes e iniciativas
misioneras, favoreciendo el mejor aprovechamiento de los recursos para la
misión. Quienes hacen organización misionera, lo realizan promoviendo la
formación de grupos y asociaciones misioneras, apoyándolas en su
crecimiento y coordinando las actividades de las mismas en conjunto con
otros organismos e instituciones misioneras.
3. Qué tengo que hacer si quiero ser misionero.
Si tu elección es ser una misionera o misionero de campo es importante aclarar
inicialmente que la tarea misionera es responsabilidad de la iglesia y no una tarea
individual. Un misionero no es un "francotirador" que se lanza solo por el mundo a
5
predicar el evangelio.
En primer lugar, te mostramos algunas formas en las que se puede desarrollar esta
experiencia misionera:
a) Desarrollando las capacidades ministeriales misioneras dentro de la iglesia local.
Dentro de la iglesia local un candidato a misionero debe aprender a tener su
tiempo devocional, predicar el evangelio, hacer discípulos, abrir grupos pequeños
o células, formar líderes de grupos pequeños, plantar una nueva iglesia y
desarrollar al máximo posible las aptitudes y actitudes de un cristiano
comprometido. Este es el primer paso.
b) Centros de Capacitación Misionera: Existen Centros o Institutos que tienen la
misión específica de capacitar y enviar misioneros a territorios de misión. En estos
centros el candidato podrá completar su capacitación misionera antes de salir al
campo. Existen diferentes Centro con distintos objetivos y es importante que el
candidato analice cual es el más apropiado para los objetivos que desea alcanzar
junto con su iglesia.
c) Viajes misioneros: Existen grupos y ministerios enfocados en realizar actividades
misioneras concretas "más allá de las fronteras" generalmente de “corto plazo” y
que permiten tener una experiencia de choque transcultural que puede ayudar al
candidato a evaluar su deseo e intención hacia las misiones.
Conclusión:
Ahora bien. Teniendo una idea más clara de las diferentes áreas en las que un cristiano
puede involucrarse en las misiones puedes analizar en oración y tranquilidad a cu ál de
estos perfiles de servicio Dios te está llamando.
Puedes ser misionero viviendo en tu propio país, en tu casa, y realizando experiencias
temporales de actividad misionera específica, o cooperación o movilización misioneras.
O también puedes sentir el llamado a ir "más allá de las fronteras", a predicar a Jesucristo
allí donde no es conocido....
Un misionero no es alguien que "es llamado" desde una tierra lejana para ir a misionar,
sino alguien que ES ENVIADO por Dios y su propia Iglesia a Plantar el evangelio en otra
comunidad.
Es importante que para avanzar te pongas en contacto con tu pastor e iglesia sobre tus
deseos de ser un misionero y puedas con su ayuda empezar a caminar hacia el campo
misionero.
Muchas personas se entusiasman con la misión (lo cual está muy bien. ¡Ojalá fueran
muchos más!!) pero piensan que misionar consiste en "irse a otro país y otro continente si
6
es posible". Entonces inician una búsqueda de "a dónde puedo ir".
Normalmente, un proceso serio de envío misionero, se encauza desde la propia iglesia,
mediante un seguimiento del candidato, en primer lugar el candidato deberá demostrar
su pasión por las almas en la propia iglesia y dedicarse a aprender los procesos básicos de
la vida devocional, evangelismo personal y grupal, discipulado personal y grupal,
desarrollo de grupos y formación de líderes, de esta manera se va forjando el carácter y
las capacidades necesarias para las misiones.
Luego que se han demostrado las aptitudes necesarias (motivación firme y por razones
valederas, estabilidad emocional, capacidad de trabajo en comunidad, sólida formación y
espiritualidad el candidato puede completar su formación en un instituto o centro de
formación misionera donde adquiera todas las herramientas transculturales, desarrolle su
carácter y las relaciones interpersonales a fin de ser efectivo en el campo misionero.
Si quieres ser misionero ahora puedes empezar a definir tus próximos pasos.
7
2.Definir el llamado misionero.
Bases Bíblicas: Génesis 12:1-3 Jonás 1:1-2, Hechos 13:1-4, 16:6-10
Introducción
¿Cómo se puede conocer que se tiene un llamado misionero transcultural?
¿Qué señales ofrece el Espíritu Santo para guiar a la Iglesia hacia las misiones?
¿Qué pasos concretos se deben dar para trabajar el llamado misionero transcultural?
Todos los creyentes son llamados a ser testigos del evangelio a cada criatura sin
excepción y cada hijo de Dios tiene el llamado general divino a la verdad, a la santidad,
a la salvación y a la unidad según Juan Cap. 17; sin embargo hay algunos que tienen la
capacidad sobrenatural del Espíritu Santo para cruzar fronteras y adaptarse a otras
culturas.
Dios ha dado a la Iglesia hombres y mujeres con la capacidad de establecer iglesias
donde éstas no existen; en cuanto al tema John Stott comenta lo siguiente:
“…podemos decir con toda firmeza que en la actualidad no hay apóstoles de Jesucristo
porque ninguno ha tenido una aparición del Cristo Resucitado, hay líderes, hay obispos,
hay evangelistas, hay pioneros, hay misioneros y plantadores de iglesias a los que
podemos referirnos como ministros apostólicos”.
Quiero compartir siete estrategias para conocer el llamado misionero transcultural;
estas estrategias serán una guía a los candidatos o llamados a un ministerio
transcultural.
Primera Estrategia: Pertenecer a una iglesia madura
Las “Antioquías” modernas del siglo XXI no son muchas, pero ¿que es una Iglesia
madura?, se puede decir que iglesia madura es una iglesia enviadora. La Iglesia como
comunidad del Reino tiene que hacer y ser un agente de bendición como lo registra el
libro de Génesis y se puede ver en Isaías 49 o en Romanos 15:20. Solo un discípulo
activo y comprometido con su iglesia local puede cultivar y desarrollar una visión
misionera basada en una pasión evangelizadora.
La Iglesia provee la mayor confirmación y capacitación a un candidato para su
formación, pero antes de la iglesia viene el hogar, la familia es en este contexto,
donde se madura un estilo de vida de acuerdo a los dones y talentos que Dios ha dado
tanto a la Iglesia como a sus miembros; se debe pertenecer a una comunidad del
Reino y pertenecer a una familia que brinde la cobertura espiritual de amigos y
hermanos que brindan su compañía en este llamado y en este ministerio.
8
Segunda Estrategia: Pertenecer a un ministerio evangelistico y discipular en un
contexto de intercesión.
Solo una búsqueda de la presencia de Dios ayuda a entender su voluntad; solamente
una búsqueda de la presencia de Dios ayuda a comprender lo que es una guerra
espiritual en la que se encuentra la Iglesia, lo cual es constante y continua. Si se tiene
pasión por las personas se va amar los pueblos y a las etnias de la tierra. Lo que la
Iglesia hace aquí, lo puede hacer en otros lados con las actitudes y herramientas
adecuadas.
La Iglesia Nazareth de El Salvador, celebró su conferencia misionera vigésimo séptima
en junio de este año, el que escribe estas líneas estuvo en la primera, y fue allí donde
recibió su llamado para salir a la India y no fue hasta diez años después que fue posible
la salida.
En este proceso Dios proveyó pastores que animaron a este servidor para ir al
Seminario Teológico Centroamericano de la ciudad de Guatemala para ser instruido,
forjar el llamado misionero y formar el carácter. Este es todo un proceso para
participar en un ministerio; este servidor llegó a la India habiendo pasado por todo un
proceso de mucha información, formación y transformación; y citando a Daniel
Andersson fue necesario pasar también por: “un proceso de transtornación”.
Tercer Estrategia: Profundizar en una capacitación especializada
Después del hogar y la Iglesia es necesario asistir a un centro para someterse a un
programa de capacitación. Si hay mucha capacitación transcultural hay posibilidades
de éxito en el campo.
El 10% de la fuerza misionera iberoamericana se ha regresado del campo y la primera
razón por la cual ha regresado no fueron las finanzas, problemas de salud, la razón fue
que el llamado misionero no estaba claro, esta es la primera razón de la deserción por
parte de los misioneros que han salido desde Ibero América, por esto se necesita una
formación integral que debe incluir bases teológicas, bíblicas y misionológicas.
Por supuesto que existen personas que han aceptado el reto de ser misioneros a corto
plazo, mediano plazo y misioneros a largo plazo como los pioneros.
Dios ha dado una diversidad en el esfuerzo misionero. Este servidor estuvo en India
por dos años y se regresó y entendió que tenía un proyecto a corto plazo. Con el poder
del Espíritu Santo se puede profundizar en esta capacitación como discípulos para
bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo a aquellos que todavía no
han sido alcanzados para el Reino; pero antes se debe ser y hacer discípulos en su
propio contexto (Jerusalén) para cruzar simultáneamente las barreras para penetrar el
contexto regional (Judea) el contexto nacional (Samaria) y el contexto internacional
(hasta lo último de la tierra).
9
Cuarta Estrategia: Proponer a la Iglesia u organización del deseo de ministrar
trasculturalmente
El que está trabajando el llamado misionero necesita sentarse para dialogar en
oración, en ayuno, en sumisión al liderazgo de la iglesia local y luego presentar esta
propuesta de un ministerio transcultural, el cual ya debe estar definido, este puede ser
un proyecto a largo plazo (5-7 años). Para esto se sugiere una práctica misionera, un
viaje exploratorio con el espíritu de Josué y Caleb de ir a observar la tierra y debe
penetrar en el lugar donde se desea estar para traer un informe (este viaje
exploratorio debe ser de por lo menos tres meses) .
Toda esta propuesta al liderazgo tiene que ser en consenso con el candidato, para
establecer una agenda misionera que incluya la visión, la misión y los objetivos muy
claros del proyecto; esta decisión toma tiempo ya que la inversión de tiempo y dinero
es a largo plazo, es un gran esfuerzo el que se debe hacer, no se puede dar el lujo de
fallar en algunas cosas sobretodo en los no negociables .
Esto implica escoger una agencia o una red de agencias si se estima conveniente (en el
continente americano hay alrededor de 500 agencias misioneras). Y es que no se
puede hacer misiones solo, es necesario hacer alianzas estratégicas para proponer un
proyecto.
Quinta Estrategia: Posicionar en la mente y en el corazón un llamado a las misiones.
En este punto es donde se emplea la base de Hechos 13:1-4 y 16:6-10. Este llamado
puede ser un llamado verbal , es decir el Espíritu Santo habla, pone una palabra y es
que se necesita la palabra de Dios que inspire, aliente en los momentos de mayor
desanimo o de tentaciones o pruebas; para esto se necesita esa palabra de Dios
escrita, relevada a través del Espíritu Santo. Y no se puede limitar a Dios el puede usar
otros medios (una visión) para hablar al que tiene el llamado y comprender la
necesidad que hay en el mundo (por ejemplo Asia). La misión es global pero es
necesario tener claro el lugar geográfico al que el Espíritu Santo está llamando al
misionero.
Dios es el dueño de la mies y los misioneros son los instrumentos que Él desea usar
para recoger la cosecha; en su soberanía Dios ha escogido a esta generación para
cumplir de forma más estratégica con la misión. Es necesario tener un cuadro mental
de la gracia de Dios para que este se conecte con el plano de la comunicación del
evangelio.
En los pasaje de Hechos Antioquía y Macedonia son una clara muestra de un llamado a
las misiones trasculturales y es que Dios no se equivoca, él tiene su tiempo para
preparar y colocar a sus instrumentos donde Él quiera, como Él quiera y cuando Él
quiera.
10
Sexta Estrategia: Proyectar un plan personal
Es necesario presentar un plan a la luz de ese llamado transcultural; este puede ser un
proyecto de investigación personal (una monografía, una tesis) que refleje esa pasión
que Dios ha dado al candidato. Es recomendable para los llamados que escriban su
visión y que la compartan con su familia, amigos y sus líderes. El plan personal debe
ser aprobado y probado por la Iglesia y los lideres alrededor del candidato.
Séptima Estrategia: Definir la actitud personal frente al llamado transcultural
En este punto es necesario colocar la mirada en el Reino de Dios y su justicia,
mantener la mirada fija y firme pues habrá muchas distracciones, el creyente tiene un
enemigo común que está tratando constantemente que estos llamados se vayan “al
fondo de la basura”. Pero Dios está dando nuevas oportunidades, citando al Lic. David
Ruiz él comenta que los latinos son el 5% de la fuerza misionera mundial, parece la
historia moderna de David frente a Goliat con 5 piedras; este Goliat puede ser no solo
Satanás sino la propia actitud de la persona que ha sido llamada debido a su falta de
fe, falta de humildad, falta de sencillez, falta de honestidad, la falta de sensibilidad
interior; por eso es necesario que el candidato sea transparente e integro en todo.
Conclusiones
En primer lugar todos los creyentes están en el proceso de transformación personal,
pero antes de la transformación viene un proceso de información y está información
cada vez más está cambiando, las estadísticas misioneras de ayer no son iguales a las
de hoy. Esto demanda una actualización constante por parte del misionero, se deben
buscar las fuentes adecuadas que provean la información adecuada.
En segundo lugar se debe ejercer una labor de mentoreo con los candidatos, se les
debe acompañar pastoralmente, motivarles en su llamado, guiarles espiritualmente y
promocionarles espacios de información y formación transcultural.
En tercer lugar es necesario considerar el tiempo previo a salir al campo, algunos
opinan que son siete años en promedio, este tiempo no debe servir para desanimar
sino para estar en un proceso de capacitación transcultural.
En cuarto lugar entender que Dios guía al creyente de acuerdo a su propósito y lo hace
a través de:
• Su Palabra
• Su paz sobrenatural
• La persuasión del Espíritu Santo
• La provisión de dones y talentos
• La participación de consejeros sabios
En quinto lugar recordar que se pueden hacer misiones, “yendo” “orando” y
“ofrendando” pero al final todos forman un solo equipo
11
En sexto lugar permanecer en la unidad del Espíritu Santo en respuesta a la
intercesión de Cristo para que el mundo crea que El nos ha enviado y hacer un
misionero único y trascendente en el tiempo actual.
12
3.Honrar a tus padres y obedecer el llamado.
"Honra a tu padre y a tu madre... es el primer mandamiento con promesa"
(Efesios 6.2).
La promesa es "para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da". (Exodo
20.12).
Abraham fue llamado fuera de su familia. Dios le prometió que con él formaría una nueva
familia y que su propósito era usarlos para que todas las familias de la tierra fueran
bendecidas por intermedio suyo. No obstante entre los mayores desafíos que enfrenta
una persona con inquietud misionera es que su propia familia entienda ese llamado y esté
dispuesta a apoyarlo. Los padres pueden ser colaboradores y partícipes en el llamamiento
o piedras de tropiezo para el mismo. Por otra parte hay muchos hijos que actuando sin
darle el honor que los padres merecen , toman decisiones sin tenerlos en cuenta lo cual
produce heridas en el corazón de los suyos que tardan en sanar.
No siempre tus padres estarán de acuerdo y orarán conforme al llamado de Dios para tu
vida. Algunos, tienen padres cristianos pero éstos no entienden por qué hay que ir a otro
país: “¡Hay tanta necesidad acá!”. Otros tienen padres cristianos (o no cristianos) que se
oponen a semejante idea. ¿Cómo manejás esto? ¿Té rebelás?. ¿Abandonás lo que Dios te
pide que hagas?. ¿Te escapás?. Aquí van algunas sugerencias prácticas:
1. Orá con tus padres
El primer y más básico paso en cualquier problema es derramarlo delante del Señor. Si tus
padres son cristianos, ¿Por qué no preguntarles si ellos quieren orar acerca de este tema?.
De esta forma los harás partícipes en el proceso de tomar la decisión y estarán más
dispuestos a entenderte y apoyarte.
2. Mostrales amor
Para honrarles no tiene importancia que sean creyentes o no. Hay que darles amor. Los
padres lo necesitan (y muchas veces más) que los hijos. No dudes en decirle a tus padres
(verbalmente y con tus acciones) que los amas.
3. Dedicales tiempo
Una de las mejores maneras para mostrarle amor a tus padres es invertir tiempo con ellos.
Los padres quieren tiempo con sus hijos. En mi propia experiencia me llevó un tiempo
entenderlo. ¡Estaba tan ocupado en el servicio!. Lentamente comencé a dedicarles
tiempo. Salimos juntos, pasamos vacaciones y fue una bendición para ellos y para mí. Esto
es además una preparación para la inevitable separación que vendrá cuando estés en
otro lugar del mundo.
4. Hacelos parte del proyecto
13
Si té preparás en serio para tu llamado misionero, ya sea a largo o corto plazo, necesitás
aprender todo lo que puedas acerca del país al que estás yendo. ¿Por qué no involucrar a
tus padres en este aprendizaje también? Ayudalos a sentir el entusiasmo y todo lo que
significa vivir y trabajar en una nueva cultura. Tal vez se animen a leer un libro acerca del
tema del país sobre su religión predominante. ¡Hasta pueden ver una película juntos!.
Conocer más de lo que vas a enfrentar hará que se disipen dudas y será una experiencia
de aprendizaje para todos.
5. Nunca los olvides
Una vez en el campo, no dejes de mantener el contacto con ellos. Con las presiones del
trabajo a veces se posterga el escribir una carta. Hay pocas cosas más importantes que
mantener la comunicación con tus padres. Actualmente existen muchos medios para
comunicarse: correspondencia, teléfono, fax, correo electrónico. Tenés que invertir en
eso. ¿Qué te parece invitarlos para que vayan a visitarte?.
6. Viví tu llamado
Aunque tus padres no sean cristianos, no hay que esconder el hecho de que Jesucristo
toma el primer lugar en tu vida. Tu ida a otro país es una respuesta de obediencia al
llamado de Dios de compartir el evangelio a todas las personas y naciones. Tus padres
posiblemente no entiendan tu sentir. Pero sí lo respetarán al verlo por medio de tu vida.
Aunque se opongan a tu salida, ellos deben ver que esto está basado en tu obediencia al
mandamiento de quien es ahora el Señor de tu vida. No te olvides que el amor es amable,
paciente y todo lo espera.
¿Y si no son cristianos?
Mayor responsabilidad te cabe como hijo de Dios. Vos sos el que tenés que entenderlos y
amarlos aún más porque al no conocer al Señor no pueden comprender todo lo que té
pasa. El que ellos no sean creyentes te libra de tu responsabilidad de amarlos y honrarlos.
Hay muchos jóvenes que salieron al campo aunque sus padres no eran cristianos. Muchos
coinciden en decir que durante ese período de ausencia vieron a Dios obrar en sus padres
de una manera especial. Por lo general la primera preocupación de los padres es que sus
hijos estén bien y seguros de lo que hacen. Esta situación puede demandar que pospongas
tu salida por amor y testimonio a tus padres.
Ejemplo:
Un ejemplo de ellos es un jóven, llamémosle Mariano, que recientemente vino a mi
oficina para una entrevista interesado en salir a un proyecto misionero de corto plazo a
Mozambique. Poco después me llamó su padre muy preocupado acerca de los riesgos de
ir a ese lugar. (Riesgos acerca de los cuales Mariano estaba plenamente informado).
Finalmente Mariano decidió que sería de mayor testimonio postergar su deseo de salir y
hablar con su padre de todo lo que eso significaba para él. Me alegré con él al saber de
su sabia decisión. Ello ayudará mucho para que en un futuro cercano, cuando Mariano
deba dar pasos concretos para seguir su inquietud misionera, la actitud de su padre sea
más comprensiva.
14
Por otra parte puede suceder que debas mantener una firmeza amorosa en tu decisión de
salir. Aún cuando sea así tus comunicación debe ser: “Papá, mamá, ustedes saben que
los amo y que son lo más importante para mí. No quiero hacer anda que los lastime pero
debo decirles que tengo la convicción que Dios me llama a servirle de esta manera.
Necesito de ustedes y quisiera que me apoyen aunque no lo entiendan del todo”. Este
tema no es sencillo y no existen fórmulas aplicables a todo el mundo. Dios te guiará y te
confirmará su voluntad de varias maneras (pone atención a tus líderes).
El Señor quiere que seas un medio de bendición para tu familia. Él quiere usarte para
bendecir a otras familias pero siempre comienza con el llamado a honrar a tus padres. ¡No
lo desoigas!.
15
4. Hacer tu vocación semejante a la de Jesús.
“Designó a doce, a quienes nombró apóstoles, para que lo acompañaran y para enviarlos a
predicar y ejercer autoridad para expulsar demonios” Mr. 3:14-15
Jesús ejemplificó lo que es el discipulado cristiano. “Marcos registra el primer elemento en
esta preparación: Jesús, tomando la iniciativa, llamó a sus discípulos para que "estuviesen
con él" (Mr. 3:14 R-V). Aquí se encuentra la característica básica de su modelo de
discipulado: la relación interpersonal entre el maestro y su discípulo. Compartía con sus
discípulos no sólo sus ideas, sino también su persona, su carácter, su ser mismo. Revelaba
su ternura, su preocupación por la gente, su identificación con los que sufren. Un mensaje
de arrepentimiento, perdón y restauración: las buenas noticias, el evangelio (Mr. 1:14-15).
"Todo el que está bien formado será como su maestro" (Lc. 6:40 BJ). La meta del
seguimiento de Jesús es ser como él. Compartir la vida con Jesús y acompañarle por todas
partes apuntaban a la transformación del discípulo: la transformación de su carácter, sus
valores, sus prioridades en la vida, su acercamiento a la gente.
Los nombró "apóstoles" (Mr. 3.14), personas enviadas para cumplir sus instrucciones, ser
sus testigos y ser sus misioneros. Marcos resume las palabras de Jesús en pocas palabras:
"...y para enviarlos..." (3.14). Ser "pescadores de hombres" (Mr. 1:17) ilustra bien la obra
de Jesús acerca de involucrar a sus seguidores. El tiempo de aprendizaje en contacto
íntimo con Jesús, por importante que fuera, no podía ser un fin en sí. "Como el Padre me
envió a mí, así yo los envío a ustedes" (Jn. 20.21). "Salieron y exhortaban a la gente a que
se arrepintiera", expulsando demonios y sanando enfermos (Mr. 6:12-13). La misión que
inició Jesús apela a la persona entera y se dirige a resolver necesidades en todas las áreas
de su vida: su relación con Dios, su estado espiritual y psíquico, su bienestar físico. ”
¿Que implica este llamamiento?
El llamado es una invitación y lo nuestro debe ser una respuesta. Somos llamados a ser
discípulos de Jesucristo, Mateo 11: 28-30, Efesios 4: 1-3.
• Es un proceso que dura toda la vida, comienza, continua y no tiene fin. No dice: ¡ya
llegue! Dura toda la vida y nadie puede decir ya me gradué.
• Es un modo de vida. Un modo de pensar distinto. Es la mente de Cristo en
contraposición con la mente del mundo secular sin Dios.
• Es la calidad de la relación. Jesús y yo, con nosotros mismos y la relación con otros
seres humanos.
16
• Es la profundidad de la entrega y el compromiso bien pensado. Es profundo, no
superficial. Afecta todo nuestro ser y distingue quien es discípulo de aquel que no lo
es.
“Todos pueden entrar en la profundidad de este compromiso. No se necesita tener un
título de grado, ser sabio, intelectual, culto, profesional, pastor o misionero. No hace
diferencia entre pobres y ricos, joven o adulto, el que tiene mucha educación y el que no
la tiene. Es una invitación abierta para todos y no excluye a nadie. Nunca se llega a ser
demasiado viejo para comenzar el proceso. Dios sea alabado por todo esto.”
Son pocos los que comienzan este proceso. Es una demanda grande. Es pensar diferente
a la sociedad secular. Es el llamado a ver las cosas de una manera diferente; a la manera
de Jesús. El Rey de Reyes y Señor de Señores se acerca y se abre hacia nosotros. Nos dice
“yo te amo como un estudiante”, “ven y yo te voy a formar”, nos capacita y ser discípulo
es el único requerimiento o respuesta. Cualquier persona en cualquier lugar puede entrar
en la profundidad de este compromiso. Jesús nos invita a estar con él, andar con él y
aprender de él. Es un requerimiento que debe durar toda la vida.
El discipulado no es un medio para un fin. Es el objetivo final. Se basa en estar
respondiendo cada día. Muchos son llamados, se hacen “cristianos” pero pocos califican
como discípulos. Muchos comienzan y pocos siguen. Muchos responden pero son pocos
los que aceptan las condiciones y experimentan poder. Un discípulo es una persona que
da respuesta a ese llamado siguiendo a su maestro (Mateo 11:28). Es saber que hay
futuro. Ser discípulo es confiar en Dios en toda situación por las perspectivas del futuro.
Las cosas dependen de Él y no de nosotros. Un discípulo es alguien que conoce su
identidad; nuestra historia puede cambiar.
¿Cuáles son algunas características de este discipulado?
• Es alguien que acepta las condiciones o “el yugo”. “Carguen con mi yugo” (Mateo
11:29). El yugo implica estar unido a otro. La idea que se describe es aceptar “las
condiciones”. No es una tontería. La tontería es rechazar las condiciones.
• Es alguien que aprende. “Aprendan de mí”, dice el Señor (Mateo 11:29). Es alguien que
se somete a la enseñanza. En este aprendizaje el Señor nos enseña las cualidades o el
modelo a seguir (Filipenses 2:5-8):
-
Él fue un siervo por lo tanto me transformó en siervo. Es “servir” a otros hombres
pero no dominarlos y controlarlos.
-
Es tener unanimidad con los planes del Padre y que Dios sea exaltado en “todo”. Es
vaciarse de uno mismo para estar presente ante otros. Rebajarnos, humillarnos,
ser obedientes.
17
-
Es alguien que sale buscando a la gente. Llama a otros para que conozcan al Señor.
• Es alguien que reacciona como Él. Ser mansos y humildes. “Yo soy apacible y humilde de
corazón” (Mateo 11:29). No siempre lo somos.
• Es alguien que experimenta poder. “Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana”
(Mateo 11:30). Cuando me doblego ante el maestro las condiciones se transforman en
suaves y la carga es liviana. Somos llamados a experimentar el poder sobrenatural de Dios
en nuestras vidas.
18
5.Convertirte en un cristiano de clase mundial.
Jonás es un personaje interesantísimo que aparece en 2 Reyes Cáp. 14:25 profetizando
en el reinado de Jeroboam II donde le dice al Rey que debe extender sus fronteras y
recuperar el territorio perdido. Lo encontramos en el reinado del norte, el reinado más
rico y poderoso de un reino dividido cuya capital en el Norte es Samaria. Se lo describe
como un profeta y su nombre Jonás hijo de Amitay, significa que es el hijo de la verdad.
Dios le envía a predicarle a los Asirios conocidos por su maldad y crueldad, en este caso
debe ir a Nínive. La orden es: “levántate, anda, ve a esa gran ciudad a predicarles” Jonás
1:1-2
¿Que debía significar para Jonás ser un siervo de alcance mundial?
1- Entender que Dios es Dios de todas las naciones (Salmo 47:8)
Nínive no esta excluida de su amor y compasión. Es interesante que Jonás que es el hijo
de la verdad, que sabe y tiene la verdad; cuando la verdad de Dios lo confronta lo que
hace es huir. Se embarca a Tarsis, un lugar totalmente opuesto a Nínive.
Decimos que vamos a ir a todos lados pero en la práctica hay determinados campos que
no queremos pisar. Nos negamos ir a Nínive y el resultado es que Nínive sigue andando
por los caminos de destrucción.
Jonás declara “Soy hebreo y temo al Señor”, siempre y cuando ese Señorío se adapte a mis
intereses. Corremos el riesgo de limitar la acción de Dios a la esfera de la Iglesia. Esta
actitud lleva a la desobediencia. La tentación de Jonás es la tentación de la Iglesia: ¡No te
metas!
2 - Entender que fuimos creados para una Misión.
Creados para una Misión significa que debemos ser fieles a su llamado y no huir.
Algunos dicen: “La tarea de la iglesia es solo espiritual” pero la misión también tiene que
ver con la justicia, con los que no tienen voz, los desnutridos, enfermos y marginados. La
Tarsis donde a veces huimos la llamamos él “bien de la iglesia”. Decimos: “¿Que tengo que
ver con esa gente tan diferente a nosotros?”
¿Podrá la ciudad de Jope ayudarnos para entender que fuimos creados para una misión?,
O ¿será el punto final para materializar nuestra desobediencia? Esta ciudad ocupa un lugar
central en dos relatos bíblicos, el de Jonás y el de Pedro (Hechos 10:9-48). Los dos se
enfrentan a llamados semejantes. Uno debe ir a Nínive y el otro a Cesarea para visitar a un
gentil. Los dos sienten rechazo hacia los “no alcanzados o gentiles” (gentil viene de la raíz
de la palabra que se traduce etnia, otras etnias que son diferentes a nosotros). A los dos
se los llama a una misión insólita en contra de sus principios culturales y religiosos. Uno
19
acepta el llamado y el otro no. Tenemos que decidir entre la fuga de Jonás o la obediencia
de Pedro.
Jonás estaba muy agradecido por lo que Dios había hecho en su propia tierra y quiere
desentenderse de las naciones. Dios envía a su iglesia a todo el mundo, pero su iglesia
muchas veces solo mira lo que ha logrado. Es como Jonás jactándose de las conquistas de
Jeroboam y negándose de ir a Nínive.
En Jope, Jonás y Pedro están solos con su Dios. Muchas veces los siervos que Dios ha
levantado pasan por la misma experiencia. ¿Tendrá la iglesia que dejar solos a quienes se
ven obligados a tomar decisiones difíciles?
3 - Entender que la práctica de la teología se debe manifestar en la obediencia.
La imagen que tenemos de Jonás es la de un patriota nacionalista. Es desobediente no
por capricho o por falta de valor. Su desobediencia tiene que ver con buscar beneficios
únicamente para su “institución” o sea su Israel.
La obediencia no pasa por estar cerca del templo. Estar cerca del templo no es sinónimo
de estar más cerca de Dios. El pueblo de Israel fue religioso pero con un corazón lejos de
Dios. Preferimos un Dios limitado a ciertos lugares. Por mucho que nos quedemos en el
ámbito de la religiosidad, la iglesia o el templo, Dios no se queda ahí. Es el Dios de San
Juan 3:16 .
4 – Entender que Dios nos salva para comprometernos con su Misión.
Jonás tuvo una segunda oportunidad. “Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y proclámale
el mensaje que te voy a dar” (Jonás 3:1-10)
Dios no salva a Jonás para Jonás mismo. No lo salva porque es Hebreo, elegido o especial.
La razón de salvar a Jonás no es para que continuara su camino a Tarsis o para que
regrese a Israel. Dios le salva para que cumpla su misión. Dios salva a su iglesia en el día
de hoy no tanto por ella misma sino por su misión al mundo. Nuestra elección tiene que
ver con ejercer nuestra responsabilidad. Si nos salvo y preserva es para que seamos
instrumentos de salvación a otros (Isaías 49:6). Implica comenzar “procesos
intencionales” de llevar todo el evangelio a todas las etnias. Nosotros necesitamos un
arrepentimiento como la ciudad de Nínive. Es volver a Dios cuando hemos estado muy
lejos de Él.
20
6.Salir desde la periferia al mundo.
Cuando el Señor establece la gran comisión lo hace desde la periferia, una provincia
apartada como es Galilea. No lo hace desde el centro del poder que esta en Jerusalén.
Galilea era una región de poca importancia llamada tierra de paganos o gentiles (Is. 9:1,
Mt. 4:15). Era un lugar de tierra rica pero explotada por latifundistas (Propiedad agraria de
gran extensión que pertenece a pocas personas y que se caracteriza por la mala
explotación de sus recursos). Por lo general la gente vivía marginada, con vergüenza y
desprecio.
Galilea es sinónimo de pobreza mientras que Jerusalén tenía privilegios políticos y
religiosos. «Es muy posible que toda Galilea estuviera superpoblada en relación a las
posibilidades de la tierra. Abundaban los huérfanos, las viudas, los pobres y los
desempleados» . Había muchos desheredados, hombres sin patria «Los discípulos son
convocados a un peregrinaje…, de la marginalidad al compromiso. Jesús todavía continua
diciéndonos: Sígueme (Lc. 5:27, 9:59, 18:22)» .
Las primeras palabras de Jesucristo resucitado fue dirigida a las mujeres «No tengan
miedo. Vayan a decirles a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y allí me verán» (Mt.
28:10) Galilea era el lugar de revelación. Es ahí donde Dios se revelaría. « Los once
discípulos fueron a Galilea, a la montaña que Jesús les había indicado»
Fue en Galilea donde Jesús comenzó su ministerio (Lc. 4:14-15) y eligió a sus primeros
discípulos (Lc. 6:12-16). Darío López comenta que la opción de Jesús por Galilea no fue
circunstancial sino una elección intencional. ¿Porque la opción no surgió desde Jerusalén?
Jesús eligió cumplir su ministerio entre las masas olvidadas por los líderes políticos y
religiosos para luego ir a Jerusalén.
La periferia representó tarea impostergable y compromiso ineludible. Incluía a todos ya
sean Judíos, Samaritanos y Gentiles. Jesús los envía a llevar la buena nueva del Reino de
Dios y este mandato es para todas las generaciones. Un mensaje que tiene que ver con la
transformación total de la existencia humana. Por lo tanto Jesucristo nos comisiona desde
la periferia a llevar todo el evangelio a todas las naciones.
El despertar misionero en lo general surge fuera de los centros de decisión. Esto pasó en la
historia de la misiones con Guillermo Carey. Fue una persona que tocó a su generación
(1761-1834, siglo XVIII). Provenía de una familia de clase media baja en Inglaterra.
Aprendió el oficio de zapatero y fue pastor. Su lema fue: Espere grandes cosas de Dios,
arriesgue grandes cosas por Dios (Is. 54:2-3).
Sus contemporáneos le presentaban varias objeciones ante el desafío sobre la
evangelización mundial: ¿Por qué debemos ir allá si hay tanta gente acá sin alcanzar?
21
Carey les contestaba que era valida la pregunta, pero el hecho que tengamos gente sin
alcanzar localmente no es una excusa para no llevar el evangelio a otras culturas o
traspasar fronteras políticas, geográficas, culturales y sociales. El hecho que están sin
alcanzar acá no es un argumento valido para abandonar la tarea de alcanzarlos en otros
lados.
La respuesta de muchos líderes fue: «Dios hará la tarea sin usted y sin nosotros. Tome
asiento». Pero Guillermo Carey no era una persona para quedarse sentada dado que tenía
pasión y su corazón ardía por la tarea de la evangelización mundial. El entendía que la
iglesia involucrada en la evangelización mundial es una tarea de cada generación y de
cada época e involucra a toda la iglesia.
Partió para la India en 1793 y su impacto fue tremendo. Vivió como misionero durante 40
años sin interrupción. Carey creía que aquellos que no conocían a Cristo estaban perdidos.
Entendía a la misión como un mandato de obediencia. Estudió bengalí, le predicaba a los
indios, comenzó aprender el sanscrito y al mismo tiempo traducir la Biblia al bengalí.
Fundó una iglesia nativa y contextualizó por medio de predicadores locales. A su muerte
había traducido la Biblia o porciones de la misma a por lo menos 35 idiomas y dialectos de
la India.
La lucha de Carey es la misma hoy. Cada generación tiene que hacer su labor. « La iglesia
misma requiere, una y otra vez, ser desafiada para la tarea de evangelización mundial. La
gran Comisión no envejece, la tarea de misiones nunca acaba por lo tanto cada generación
debe hacerla suya.
Las instituciones religiosas grandes y estructuradas tienen una tendencia a centrarse en su
propio universo y necesidades, por lo que pierden de vista el carácter de universalidad
que es inherente a la misma y no se puede separar de su vocación eclesiológica. El
despertar misionero surge, una vez tras otra, como una iniciativa por fuera de los centros
de decisión o, como dice Gustavo Warneck, de parte de los «silenciosos de la tierra», se
podría decir, de los «zapateros» de la vida»
22
7.Tu respuesta al llamado.
No hay duda de que es Dios y sólo Dios quien ha llamado y seguirá llamando a tantos,
muchas veces jóvenes, pues tiene un plan para la futura cosecha. El llamado es divino;
Jesús mismo nos dijo en Lucas 10:2 que oremos para que Dios envíe obreros. Por tanto,
podemos concluir que el llamado divino es una respuesta a esta oración; Él llama personas
a la obra misionera (y a la obra en general).
Sin embargo, a pesar de que el llamado es divino, requiere de nosotros una respuesta
adecuada, o el llamado podrá llegar a ser frustrado. Vamos a introducirnos a este tema
tan trascendente, observando primero los errores más comunes, y luego, cómo
enfrentarlos correctamente.
A. Los errores más comunes en cuanto al llamado misionero:
1. Confundir carga y llamado.
Muchas hermanos confunden cargo con llamado.
2. Equivocarse en cuanto al tiempo y forma.
Muchas veces, en su entusiasmo, se equivocan… no en el llamado, sino en el tiempo de
Dios y la forma de Dios para cumplirlo.
3. Tener expectativas no realistas
Muchas veces por su entusiasmo por el llamado, el futuro misionero tiene expectativas no
realistas, un “romanticismo”, seguido de desilusión, al enfrentarse con la realidad.
4. Confiarse en el solo hecho de tener el llamado, sin preocuparse por una correcta
preparación.
Muchas veces se espiritualiza tanto el llamado, que se llega a relegar la importancia de
una buena preparación; pero, por lo contrario, por causa del llamado, debemos seguir
pasos claros en pro de prepararnos.
5. Inferir que nuestro llamado garantiza la provisión divina.
Podemos actuar ignorantes de que la realidad de que la iglesia debe comprender su
llamado para enviarnos; es tarea del llamado contagiar la pasión por las misiones a los
demás a través de un compromiso concreto de apoyar la obra misionera a través del
sostén espiritual y económico.
B. Respuestas a los errores en cuanto al llamado
1. Los requisitos básicos para un candidato a misionero (respuesta a: “Confundir carga y
llamado”).
23
Como mencionamos en el punto uno, muchas veces se confunde un llamado con una
carga. Dios quiere que todos tengan la carga.
Pero tener carga no implica un llamado. No debemos sentirnos presionados por la carga a
ir. Debemos percibir si es carga o llamado. En parte podemos hacerlo sabiendo que Dios
no llama sin equipar. Si Dios nos ha llamado, también nos va a dar las habilidades para
responder. Dennis Lane, en su libro “Preparando los nuevos instrumentos de Dios”, habla
de 10 requisitos básicos para candidatos para misiones. Son los siguientes:
1.1. Un sentido de vocación y camino con Dios (llamado)
Más que una carga, es un llamado. Un llamado es una convicción personal de que Dios
tiene un propósito con uno para el trabajo como misionero. La manera en que surge esta
convicción varia de persona a persona. En algunos casos es algo que surge de repente, y
en otros, lentamente, poco a poco. Como sea, es necesario tener una convicción fuerte,
pues todo llamado experimentará momentos en que será necesario decir: “Sé que sé que
sé que Dios me envió aquí”. De no ser así, se puede generar amargura contra la iglesia o
misión por habernos enviado.
Asimismo esta convicción fuerte tiene que ser confirmada por los demás. Dios nunca le
dice algo a una sola persona. Siempre lo dice a varias. Además Dios, normalmente, no nos
va a llamar a algo si no nos ha dado la habilidad para responder a la situación.
1.2. Madurez Espiritual.
Esto implica caminar con Dios produciendo el fruto del Espíritu. Un día uno le dijo a un
misionero: Ustedes vienen acá pensando que son muy espirituales, y cuando se den
cuenta que no lo son, pretenden
igualmente serlo”. La madurez será probada en el campo, desde el principio, ante nuevas
situaciones de vida, relaciones con otros, etc. No hay sustituto para la obra profunda del
Espíritu Santo en la vida de una persona que pueda resultar en madurez.
1.3. Un corazón de siervo.
Jesús cumplió el papel de siervo. Muchas veces también el nuevo misionero debe ganar la
confianza de la iglesia nacional sirviendo, sin ser un líder, solamente trabajando. El orgullo
es opuesto al corazón
del siervo. No podemos pensar: “Ha llegado el Gran Misionero”. Hemos llegado para
servir.
1.4. Disciplina y control de uno mismo.
En el campo misionero muchas veces no va a haber un “jefe” para supervisar la actividad
cada día, o cada hora. En un contexto donde el desgaste se produce ya por el solo hecho
de vivir allí, tenemos que tener disciplina para manejar nuestro tiempo, administrar y
lograr metas.
24
1.5. Carga para evangelizar.
No sirve de nada tener una amplia variedad de ministerios si no se involucran o
complementan con el evangelismo. Tal vez no todos tengamos un ministerio de
evangelistas, pero sí todos tenemos debemos tener carga por las almas.
1.6. Algo para compartir con otros.
La iglesia receptora, especialmente en lugares donde ya está establecida, y aun tal vez sea
sólida, va a querer saber en qué puede contribuir el misionero. Tal vez sea algo que le
hace falta a esa iglesia, o bien aquello en lo que el misionero puede marcar una diferencia,
o hacer un aporte.
1.7. Experiencia en vida y ministerio.
La experiencia, tanto en la vida secular como en el ministerio, nos capacita para enfrentar
los problemas de la iglesia. No podemos ir al lugar con meras ideas. Tenemos que
aprender a enfrentar problemas y situaciones en nuestra cultura para poder enfrentar las
adversidades en otra cultura.
1.8. Estabilidad emocional.
Uno de las cosas más importantes en la vida del misionero es la estabilidad emocional.
Debe ser capaz de enfrentar con madurez las relaciones y situaciones. Debe ser seguro en
su propia identidad cultural, para anexarse otra identidad. Debe tener esta estabilidad
para enfrentar numerosos y drásticos cambios, y ayudar también a su familia a superarlos.
Asimismo debe estar sano, libre de actitudes nocivas
(orgullo, inseguridad, celos) como así también de heridas que pudieran atarle o crear
amargura contra alguien o algo.
1.9. Salud física.
El acostumbrarse a nuevas culturas y realidades requiere buena salud. Nuevas comidas,
horarios, viajes en avión, estrés y tensión, etc., pueden afectarnos gravemente si no
estamos en una condición física saludable, que incluya una dieta sana y cuidados del
cuerpo.
1.10. Motivación para aprender el idioma.
Si alguien no puede aprender bien el idioma, su capacidad para cumplir su llamado se verá
disminuida. Debemos estar, por un lado, motivados, y por otro, saber si tenemos la
aptitud para hacerlo.
8 preguntas para responderte con honestidad como candidato a misionero.
a. ¿Has hecho algo significativo?
25
Si no demuestras la capacidad de iniciar algo (motivación) y asimismo llevarlo a cabo,
probablemente tu tendencia será la de no terminar aquello que emprendas, y aun de
abandonar tu carrera misionera. La perseverancia es una cualidad muy importante y se
manifiesta en los logros personales y ministeriales.
b. ¿Has emprendido algo nuevo?
Si no tienes iniciativa para enfrentar algo nuevo, ¿cómo vas a acostumbrarte a una nueva
cultura y cómo serás también capaz de fundar una iglesia en una cultura que te es ajena?
No vas a adquirir esta habilidad de repente por el solo hecho de llegar al campo.
c. ¿Podes trabajar en equipo y/ o llevarte bien con los demás?
¿Sos de llevarte bien con los demás, o sos más bien un “llanero solitario”?
d. ¿Podes trabajar con personas diferentes a vos?
No podemos evitar contacto y trabajo con personas que no piensan igual que nosotros.
Sin embargo, ¿sabes convivir y trabajar con esas diferencias?
e. ¿Sabes escuchar?
Necesitas saber escuchar, no solamente hablar; asimismo debes mostrar paciencia, y
criterio de tiempos; no se trata de llegar y predicar, sino también de dedicar tiempo al
aprendizaje de la otra cultura.
f. ¿Sos buscado por la gente?
¿Sos una persona respetada por los demás? Si la gente te busca, significa que tenes algo
para dar.
g. ¿Podes comunicarte con claridad?
Debes poder expresar tus pensamientos e ideas de manera comprensible.
h. ¿Sabes liderar tu propia vida y familia?
Si no sabes guiar tu vida y familia, podrás ser líder de los demás?
“Como gotas de agua se juntan para hacerse un río, también los misioneros como
individuos se juntan para formar una agencia misionera y una misión. Cuanto más puro
sea el agua, más puro será el río. Cuanto más espiritual y equilibrado sea cada misionero,
más espiritual y equilibrada será la misión y la agencia misionera. Por tanto, no podemos
omitir requisitos que preserven la vida y visión de la agencia misionera.”
2. Los tiempos y la forma de Dios. (Respuesta a “Equivocarse en cuanto al tiempo y
forma”)
26
He visto muchas veces, en mis años de experiencia, a personas equivocarse, no en cuanto
a un llamado, sino en el tiempo y la forma para cumplirlo.
Veamos las siguientes reflexiones desde la Palabra:
Abraham: Uno de los más notables; no hay duda que Dios le dio un llamado divino. Y
Abraham, con mucha paciencia, espero 24 de 25 años sin tratar de forzar lo que Dios quiso
hacer. Pero poco antes de cumplir el tiempo de espera dado por Dios, se impacientó, y en
parte provocado por la impaciencia de su esposa, se adelantó por un año a lo que Dios
quería hacer. Esperó 24 años…pero no esperó 25.
Y asimismo se equivocó en la forma. No cumplió el llamado en la forma que Dios tenía
para él. Esto dio por resultado muchas heridas, emociones alteradas, relaciones afectadas,
y, hasta los días de hoy, conflictos entre musulmanes y judíos. Todo por no esperar el
tiempo y la forma de Dios.
Moisés: Moisés discernió un propósito de Dios para con su vida. Seguramente su mamá
supo infundirle esta convicción. Pero se equivocó en la forma y el tiempo… y asesinó a una
persona. Despues, por 40 años, convivió a tal punto con la memoria de su fracaso, que
cuando SÍ fue el tiempo de Dios, y supo la forma… intentó resistirse y rechazarlo (Así
muchas veces nuestros errores nos llevan luego a resistir el llamado y tiempo verdadero
de Dios).
Pero así como hay ejemplos de personas que no esperaron el tiempo y la forma de Dios,
también contamos con ejemplos de aquellos que sí supieron esperar.
José tuvo un sueño, pero esperó la forma y el tiempo de Dios, y Dios lo condujo a ser uno
de los hombres más poderosos del mundo.
Nehemías, sintió una genuina carga, pero aguardó por el momento y la manera de Dios
para llevarlo a cabo.
David fue llamado y ungido para ser Rey, pero no trató de forzar su destino: esperó el
tiempo y la estrategia de Dios para llevarlo a cabo.
Uno de los errores más comunes, concluyendo, no es confundir un llamado, sino no saber
discernir el tiempo y forma de Dios para cumplirlo.
3. Tener expectativas realistas (Respuesta a “Tener expectativas no realistas”)
El llamado divino puede ser contaminado y correr serio peligro si está mezclado con el
“romanticismo”. El sentimentalismo quita la realidad del llamado. Es decir, tener llamado
no significa que uno no va a sufrir pruebas, dificultades, o luchas, en llevarlo a cabo.
Madurez en el llamado significa tener expectativas realistas, y no espiritualizar el llamado.
A continuación, enumeramos algunas luchas que enfrenta un misionero:
3.1. Extrañar a la familia:
27
La familia argentina es muy apegada, y uno no puede comprender lo duro que es criar
chicos lejos de sus abuelos, no estar con la familia en fechas especiales, etc.
3.2. Choque cultural:
Hemos visto que los argentinos sufren el choque cultural igual que los demás.
3.3. Barreras del idioma:
Tenemos unos cuantos hermanos que están aprendiendo idiomas; algunos lo hacen con
mucho éxito, pero a otros les cuesta un montón. Muchos misioneros no prestaron
atención en la escuela siendo jóvenes, y después, cuando se ven ante el desafío de
aprender la gramática de otro idioma, ni siquiera entienden la gramática del idioma
propio; hemos visto que les cuesta mucho a la mayoría de los misioneros. Son pocos a los
que les resulta relativamente fácil.
3.4. Dificultad en mantener una identidad oculta:
Hemos visto en países con restricciones para la evangelización la gran presión que siente
el misionero al no poder revelar su propósito e identidad en ese país, para no ser echado.
3.5. Problemas con la visa y prejuicios:
En algunos países es una ventaja ser latino; pero en otros, es un problema, pues hay
prejuicios contra los latinoamericanos, y resulta muy difícil conseguir visa, y otras
tramitaciones.
3.6. Problemas con el sostén:
Dado a la inmadurez de la iglesia, muchas veces no se cumple con el misionero, y el
misionero se encuentra con luchas grandes en su economía. En estos días he recibido tres
cartas por problemas de esta índole, en tres días.
3.7. Crisis de guerra, salud, etc.:
A veces surgen crisis de guerra civil, o salud, o ataques del enemigo. Hubo tiempos en el
pasado cuando mi esposa ni quería levantar el teléfono, por miedo de recibir más noticias
de crisis de nuestros misioneros en lugares lejanos.
4. Pasos de preparación (Respuesta a “Confiarse en el solo hecho de tener el llamado, sin
preocuparse por una correcta preparación”)
4.1.Hablar sobre el llamado con el pastor.
Es importante que el pastor conozca el llamado, como así también pedirle ideas para
prepararse, para de estar manera tener el favor de él y de la iglesia. Es decir, que sea un
proceso, y no algo repentino.
28
4.2. Prepararse teológicamente.
El candidato a misionero debe prepararse a través de un instituto bíblico, no solamente
para su capacitación, sino por la imagen que dará en otro país. Hay diferentes realidades
en el mundo, y en otros países no van a respetar o recibir en la misma forma a un joven
sin preparación que a uno con ella. Con todas las formas de preparación bíblica que hoy
día existen, y que ofrecen sistemas flexibles de estudio, no hay excusa para no prepararse.
4.3. Formar o ser parte de:
4.3.1.
Departamento de misiones local:
El candidato a misionero debe ser parte del departamento de misiones local, y de no
tenerlo, es responsabilidad del mismo constituir uno, pues dicho departamento
representará su plataforma de salida.
4.3.2.
Las reuniones distritales
El candidato debe relacionarse activamente con otros departamentos de misiones, para
aprender de ellos, intercambiar ideas, y construir relaciones que después puedan ayudar
en la búsqueda del apoyo propio. Difícilmente recibirá respaldo quien presente su
candidatura sin haber sido conocido en las reuniones distritales y participado de las
actividades misioneras de su zona.
4.4. Relacionarse con las autoridades o agencias misioneras.
No se debe esperar hasta que llegue el tiempo de salir para relacionarse con el
departamento nacional de misiones, o aun una agencia misionera, en el caso que la
denominación de uno no cuente con un departamento nacional. Lo correcto es
presentarse ahora, para que ellos indiquen los pasos que hay que seguir para ser
considerado como un futuro misionero. De esta manera, ellos verán que uno es una
persona seria, que planifica su futuro, y no simplemente reacciona. Cuando alguien viene
a nuestra oficina y dice: “Dios me dio un llamado hace cinco años, y aquí estoy” nos
preguntamos por qué no nos habremos conocido antes. Entonces, no se debe esperar
hasta el último instante para presentarse a las autoridades.
4.5. Estudiar un idioma, preferentemente inglés.
El inglés abre puertas en todos lados. Obviamente, es difícil para muchos llegar a tener un
conocimiento íntegro estudiando aquí, pero, por lo menos, se puede forjar una base p ara
luego estudiar tiempo completo en el país del llamado.
4.6. Estudiar sobre el país y la cultura.
Nunca será suficiente lo que podamos estudiar sobre la cultura a la cual queremos
alcanzar con el Evangelio.
29
4.7. Dar con fidelidad.
No hay cosecha si no hay siembra. Hay que dar con generosidad y sacrificio.
4.8. Buscar en oración el CUÁNDO.
Aunque se puede estar seguro de que Dios llamó, muchos se confunden sobre el tiempo
indicado por Dios. Hay que pedir a Dios sabiduría respecto de esto.
4.9. Hablar con otros misioneros veteranos para aprender de su experiencia.
Como comenté anteriormente, hablar con alguien que ya experimentó la vida en otra
cultura permite tener una perspectiva realista de la obra misionera, y evitar errores que se
cometerían por ignorancia.
4.10. Tener experiencia en la iglesia, o pastorear una iglesia.
No se puede hacer en otro país lo que no se ha hecho en el propio. La experiencia
prepara, y otorga credibilidad.
El llamado es el comienzo de la obra misionera. Es Dios quien llama. Dios es la fuente de la
obra misionera. Sin embargo, la Iglesia puede prepararse para que Dios llame a futuros
obreros para la cosecha.
5. Sembrar correctamente (Respuesta a “Inferir que nuestro llamado garantiza la
provisión divina”).
Si bien ya lo mencionamos brevemente en la parte anterior, vale la pena enfocar
nuevamente la importancia de levantar misiones en la iglesia. Miremos algunos principios.
5.1. Principios del sostén económico misionero.
a. Si no sembramos no cosechamos.
b. Dios quiere usar a la iglesia para ser canal de provisión para la obra misionera, y,
recíprocamente, a la obra misionera para ser canal de bendición para la iglesia.
c. Si no podemos motivar a personas en nuestra cultura para un cambio de mentalidad,
¿cómo podríamos inducir cambios en una cultura indiferente o inclusive hostil al
Evangelio?
d. Si no podemos motivar a nuestra propia iglesia para responder apoyando a la obra
misionera, ¿qué autoridad tendremos para pedir apoyo de los demás?
e. Dios normalmente no nos provee en forma sobrenatural (como Elías y los cuervos), sino
que prefiere usar como canales a la iglesia o personas (como la viuda con Elías) de manera
que la bendición involucre a todos. De la manera sobrenatural, los cuervos no fueron
bendecidos.
30
f. Toda la iglesia tiene llamado para enviar. No podemos cumplir el llamado para ir sino el
llamado para enviar.
g. Aunque animemos a la iglesia para apoyarnos, finalmente nuestra confianza tiene que
estar arraigada en Dios, y no en las personas. Las personas nos pueden fallar, pero Dios
nunca nos va a fallar.
5.2. Pasos para el sostén económico.
a. Primero, el misionero debe sembrar con ofrendas personales.
¿Cómo puede ser que personas con llamados no dan nada de su dinero para la obra
misionera? Están desubicados o confundidos.
b. El futuro misionero no debe esperar para sembrar. El tiempo pasa rápido y no podemos
perder tiempo.
c. El futuro misionero debe ganar la confianza de su pastor (si no es pastor) para levantar
misiones en la iglesia. Y si es pastor, más responsabilidad recae sobre su cabeza para
hacerlo bien.
d. El futuro misionero debe levantar la visión misionera en la iglesia, con fruto tangible y
respuestas prácticas, no sólo en mera teoría.
e. El futuro misionero debe trabajar así no solamente como un deber o por interés
personal, sino con pasión. El egoísmo misionero existe y es tan perjudicial como el
egoísmo general (“Solamente me interesa mi proyecto”).
f. El futuro misionero no debe trabajar solo: debe formar un equipo, pues en un futuro le
tocará salir, y todo aquello que logró con tiempo y esfuerzo se derrumbará un equipo
capaz de continuar la tarea.
g. El futuro misionero debe tener fruto en este trabajo antes de saber que es el tiempo de
Dios para su llamado a ir. Si no hay fruto en el llamado para enviar, es una señal de Dios
para esperar.
EN CONCLUSIÓN: ¿Cómo respondemos al llamado?
a. No pierdas un día más. Es lamentable ver los casos de personas que pierden años sin
hacer nada práctico para preparar el camino para el llamado. No pierdas un día más. Ya n o
podrás recuperar el tiempo perdido. Pero no pierdas más tiempo para no lamentarlo en
un futuro.
b. Muchas veces espiritualizamos el llamado y no hacemos cosas prácticas hoy para
prepararnos. Si Dios le ha dado un llamado, y no solamente una carga, no pierda un día
más para dar los pasos de su preparación y levantar la visión misionera en su iglesia.
31
Puede ser que falte aún para el tiempo de cumplir el llamado, pero sí tiene la
responsabilidad de comenzar hoy y no esperar para mañana.
c. Si no es fiel hoy, Dios no va a darle más mañana.
d. Lo espiritual y lo práctico siempre deben ir de la mano en un equilibrio divino. No
podemos lograr cambiar las personas solamente con métodos, ideas, y estructura; tiene
que intervenir el Espíritu Santo. Tampoco podemos remitirnos a estar solamente orando y
espiritualizando cada asunto.
e. Si a través de todo esto descubre que lo que Ud. tiene es carga, y no llamado, no se
preocupe. La iglesia le necesita, para ayudar a enviar los que tienen el llamado para ir.
Para cada llamado a ir, necesitamos varios que estén dispuestos a estar en la brecha aquí
en Argentina, dándoles apoyo logístico.
Dios esta llamando a muchos hoy en dia. Sin su llamdo, no podemos hacer misiones. Pero
muchas veces no sabemos como responder como correesponde. Que Dios nos ayude a
responder correctamente a Su llamado divino.
32
8.No perder el sentido de urgencia.
Predica la palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima
con mucha paciencia, sin dejar de enseñar (2 Ti 4:2)
Pablo se encuentra escribiendo unas semanas antes de su martirio. Según la tradición fue
decapitado en la vía Ostia luego de haber trabajado aproximadamente 30 años como
apóstol y evangelista. En medio de esta circunstancia nos deja su legado: “Predica la
palabra”.
En otras palabras nos habla de estar preparados, alertas y despiertos. Nos indica el
sentido de persistencia y lo importante. Se nos exhorta a no tener vergüenza. Pablo le dice
a Timoteo: “No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor” (2 Ti 1:8).
El apóstol nos insta a permanecer firmes en lo que hemos aprendido, no retroceder.
Es un encargo para la iglesia de todos los tiempos: “Nunca pierdas tu sentido de urgencia”.
Timoteo debe dedicarse a la evangelización y predicar esta palabra (2 Ti 4:5). Su
responsabilidad va más allá de escuchar y creer. Ahora debe predicar la palabra a otros.
Debe levantar la voz sin temor y hacerlo con valentía como un heraldo en el mercado (2 Ti
1:11).
John Stott nos habla que “toda predicación verdadera debe transmitir un sentido de
importancia y urgencia. El heraldo cristiano sabe que es responsable por un asunto de vida
o muerte. Esta anunciando el peligro del pecador bajo el juicio de Dios, la obra salvadora
de Dios por la muerte y resurrección de Cristo y el llamado al arrepentimiento y la fe” .
Predicar esta palabra implica hablar lo que Dios ya ha hablado. “No tenemos libertad para
inventar nuestro mensaje, sino solo para comunicar ‘la palabra’ que Dios ha hablado y que
ahora le ha encomendado a la iglesia como un depósito sagrado” (2 Ti 1:14).
La predicación de esta Palabra es el equivalente a la sana doctrina rechazando las
“novelerías que la gente quiere oír” (2 Ti 4:3). Tiene que ver con la verdad, terminar bien
la carrera y mantenerse en la fe (v 7). Es ser fiel a la Palabra y no forzar a las personas
buscando resultados. Las “decisiones” son obra del Espíritu Santo.
Pablo nos habla de persistir en la predicación, “a tiempo o fuera de tiempo”, sea o no sea
oportuno. Lo que probablemente Pablo nos quiere transmitir no está referido al punto de
vista de los oyentes sino del predicador. “Una traducción más acertada podría ser
“permanece en actividad todo el tiempo, sea conveniente o no” .
Es una apelación bíblica contra el desgano, indolencia y negligencia. Esto nos recuerda lo
que le paso a una higuera cuyo pecado fue respetar las estaciones del año: “No era
33
tiempo de higos” y fue maldecida (Mr.11:12-25). Cristo nos pide algo más; a tiempo o
fuera de tiempo. Como si dijera: La fe tiene la obligación de realizar milagros.
Se nos anima a corregir, reprender, animar y enseñar. El corregir tendrá que ver con la
sana enseñanza y doctrina apelando al intelecto. El reprender apelará a lo moral dado que
tenemos lucha con el pecado. La gente muchas veces sufre temor e inseguridad.
Necesitamos animarles. La palabra de Dios hace esto y mucho más.
La manera de llevarlo adelante es por medio de una proclamación y un comportamiento
paciente, “con mucha paciencia”. Debemos tener cuidado en no ser desconsiderados con
las personas, insensibles y agresivos. Se nos exhorta a no proceder bruscamente: “Y un
siervo del Señor no debe andar peleando; más bien, debe ser amable con todos, capaz de
enseñar y no propenso a irritarse”, con humildad. (2 Ti 2:24-25)
Pablo, ahora está siendo sentenciado a muerte. Los cristianos en ese tiempo eran
acusados de crímenes porque hablaban de comer el cuerpo de Cristo. También se les
acusaba de deslealtad contra el Cesar y de ateísmo porque evadían la idolatría, el culto al
emperador y habían renunciado a los placeres populares del pecado.
Los conocidos y amigos de Pablo lo dejan solo, no lo defienden. Quizás, el silencio se
debía al temor. Pablo expresa lo siguiente: “En mi primera defensa, nadie me respaldó,
sino que todos me abandonaron. Que no les sea tomado en cuenta” (2 Ti 4:16) A.
Plummer nos dice “Entre todos los cristianos de Roma no había uno que estuviese
dispuesto a permanecer al lado de Pablo en la corte, defenderlo, o aconsejarlo en la
conducta que debía asumir, o tan siquiera apoyarlo con una expresión de simpatía”
¿Cuál fue la posición del apóstol en medio de la corte y estas circunstancias? ¿Pensaría en
sí mismo y se defendería? Quizás, contestó los cargos en contra suya pero su
preocupación no está en sí mismo, sino en Cristo; ser testigo de Cristo. “En uno de los
tribunales del Imperio, delante de los jueces y quizás delante del mismo emperador, sin
duda con una multitud de público presente, Pablo predico la Palabra” Dice la escritura:
“Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que por medio de mí se llevara a
cabo la predicación del mensaje y lo oyeran todos los paganos” (2 Ti 4:17).
Pablo no renuncia y no niega la fe. Tampoco evade o esquiva su responsabilidad por
salvarse a sí mismo. “Si alguna vez fue predicado un sermón ‘fuera de tiempo’, ¡sin duda
fue este!” Le pone a Timoteo y a todos nosotros este encargo. Es el modelo solemne de
predicar la Palabra y hacerlo con urgencia. Nos muestra cual debe ser el paradigma para
todo tiempo y época.
Los tiempos actuales pueden ser buenos para algunos y no tanto para otros. Muy difíciles
para la iglesia perseguida, pobres y refugiados. Los países de acceso restringido sigue
siendo uno de los principales desafíos para la iglesia.
34
Somos tentados a creer que estamos bien. Lo cierto, es que no estamos bien si estamos
perdiendo el sentido de urgencia en predicar la Palabra. ¿Quién es suficiente para esto?
Las últimas palabras de Pablo fueron “El Señor este con tu espíritu. Que la gracia sea con
ustedes” En la gracia se encuentra la fuente y el recurso. Tomemos de su gracia porque
Dios nos considera capaces de hacer cosas imposibles (Jn 14:12)
35
9.Recibir orientación inicial
Introducción
Partiendo de el supuesto de que una buena orientación es la mejor manera en la que
podemos servir a las personas que tienen una inquietud misionera (candidato,
postulante, interesado o como decidamos llamarlo). Con ello – a su tiempo – haremos una
buena contribución a la iglesia donde es miembro, al lugar de servicio donde puede llegar
a ir y a los futuros compañeros de misión.
Debe resaltarse que la característica actual del servicio misionero requiere de la
convergencia de personas con diferentes dones, capacidades y características. Además
debido al crecimiento de la iglesia en el “Sur global” (también conocido como el Mundo
de la mayoría, Los dos tercios, etc. si bien ninguna parece expresarlo adecuadamente),
la composición de la fuerza misionera es cada vez más multicultural, multilingüística y
multiétnica. Lejano está el tiempo en que la palabra “misionero” evocaba un tipo de
persona específico realizando un determinado tipo de tarea. Más lejano es el tiempo
cuando misionero representaba a las personas de Estados Unidos o Europa. Mucho
más lejano, y seguramente extinguida, está la imagen de un hombre blanco vestido de
explorador con casco que es seguido por una caravana de gente de color a través de un
sendero en la selva. Sin embargo, y a pesar de las transformaciones sucedidas, ciertos
estereotipos permanecen entre nosotros.
Paralelamente hay una amplia variedad de enfoques acerca de cómo surge un
misionero. Están quienes hablan del ”don de misionero”, otros dicen que es un “llamado
específico”. Para algunos es una “vocación”, para otros es cuestión de “seguir la
dirección divina”. Para unos “un acto de obediencia”, para otros se trata de “descubrir la
voluntad de Dios”, y están quienes afirman que es una cuestión de “sentido común
santificado”. Y así se pueden mencionar otras perspectivas. Más allá de todas ellas, hay
algo en el que todos deben coincidir y que hay que identificar al misionero latente, ese
que puede estar más cerca de lo que se supone. Esa persona con inquietud que necesita
orientación.
En el apuro (movido por una urgencia basada en las Escrituras pero – a veces
despojada – de la sabiduría y discernimiento de la misma) se cometen equivocaciones
que pueden traer mucho dolor.
Es que el misionero no solamente es alguien que hace, sino principalmente alguien que
es. Así, el ser y el hacer deben estar juntos aún en maneras que pueden parecer insólitas
como lo muestra una carta de un líder de la Polinesia y que cita Michael Griffiths en su
libro: “Give up our small ambitions” (sin traducción al castellano). En la carta se enumera
las aptitudes que los cristianos de esa zona del Pacífico esperaban encontrar en un
misionero: capacidad para mezclarse con la gente, saber mezclar cemento, atravesar ríos,
ayudar en un parto, sentarse con las piernas cruzadas, secar pantanos, ingerir comida
36
extraña y soportar amablemente las equivocaciones. Además sugirió que la persona
alérgica a las hormigas, el calor, la humedad, las picaduras, los picantes, las madres
solteras, la pobreza y el polvo harían bien en pensar dos veces antes de salir de su país.
Antes de seguir corresponde hacer una observación. Para identificar a los nuevos
misioneros es imprescindible que el liderazgo de la congregación tome una participación
activa. En otras palabras, se requiere una decisión intencional. En cada iglesia hay
personas listas para avanzar hacia el servicio misionero. La pregunta obligada es: “¿Hay
líderes igualmente listos para identificar a esas personas, acompañarlos y enviarlas?.
De otra manera ninguna orientación servirá de mucha ayuda si después no hacemos lo
que hay que hacer. Esto parte de la base de mi entendimiento que la tarea misionera
debe contar con la participación comprometida de la iglesia local y que esta no es una
mera convidada de piedra. (Pero me refreno de seguir con esto pues el asunto está
abordado en otros capítulos de este libro).
Vayamos entonces a algunas pautas generales que nos sirvan para la debida orientación.
De más está decir que la orientación es una etapa exploratoria, de reconocimiento y
aprendizaje. Todavía el Candidato no ha tomado decisiones, no ha elegido. Está en
proceso, en maduración. Está de más decirlo pero es importante tenerlo en cuenta. Tanto
para el Candidato, para que no se sienta que luego de ser orientado tiene que seguir en un
camino que entiende no es para seguir. También esto es importante para el orientador
para que sea cuidadoso de no ejercer ningún tipo de presión sobre la persona que orienta.
Ahora sí, pensemos en algunas preguntas para ayudar al Candidato a saber si se tiene o no
se tiene lo que hay que tener.
¿HAY FUNDAMENTOS FIRMES?
Aunque parezca obvio, la persona que considera la tarea misionera debe haber dado
evidencia de una auténtica conversión. Juntamente con ello tendrá que ser reconocida
por tener una sólida relación con su iglesia local ya que allí es el lugar donde se dan los
primeros pasos en el discipulado, servicio cristiano y la capacitación.
¿HAY MADUREZ DE CARÁCTER?
La obra misionera no es para las personas perfectas pero sí para personas maduras y
comprometidas. Se espera que el futuro misionero tenga “los grandes temas resueltos”,
o por lo menos que haya mostrado dedicación para enfrentarlos. Por ejemplo: Si es
soltero ¿cómo se siente acerca de su soledad?. ¿Cómo está ese matrimonio ante el
hecho de no haber tenido hijos aunque lo esperan y los han buscado?. ¿Hay temas del
pasado que no fueron tratados adecuadamente? ¿Necesita restauración,
reconciliación? ¿Qué pasa con su relación con sus padres y con otras figuras de
autoridad?, y así se pueden sumar otras consideraciones fundamentales. Una de las
principales características de la madurez es la capacidad de mantener los compromisos
asumidos.
Otra es la capacidad de tomar decisiones y hacerse responsable por las mismas sin
37
echar las culpas a otros de las consecuencias. La misión necesita gente firme pero
flexible, de convicción pero amable. No perfecta pero sana.
¿HAY CONVICCIÓN?
Jesús llamó a sus discípulos para que estuviesen con él y para mandarlos a predicar.
Juntamente con la conversión viene el llamado de Dios para que le conozcamos,
tengamos comunión con él, seamos parte de su cuerpo y partícipes en la extensión de su
reino. Ahora bien, además de este llamado general, Dios pide que algunas personas
vayan a encarnarse y proclamarlo en otros contextos culturales. El misionero necesita
tener seguridad de haber sido apartado para este servicio. Esa seguridad de
llamamiento o convicción proviene del Espíritu Santo. ¡El apóstol Pablo la tenía y después
con él millares y millares a través de los tiempos! (Hch. 9.15; Gál.1.15; 1 Tim.1.11,12;
1Cor.9.16.
¿HAY DILIGENCIA?
En otras palabras, si alguien dice que tiene una carga o llamado para la obra misionera es
de esperar que esté dando pasos en pos de esa meta. El Candidato puede aprender
mucho aún años antes de salir al lugar de servicio. Es más, una buena parte de
esa preparación solo puede tomarla antes de salir de su país. Como ejemplo: Lectura de
libros misioneros, participación en eventos, experiencias misioneras locales, intercesión
y ofrenda misionera regular, servicio en el ministerio misionero de la iglesia, aprendizaje
de otra/s lengua/s, conocer a fondo la cultura, el país donde desea ir, y la lista sigue. A
pesar de esto, no faltan los Candidatos que tienen un ideal romántico – y pasivo - de la
obra misionera. Sienten el llamado pero los años pasan y no hacen nada práctico con su
inquietud. Se asemejan al hombre de Proverbios que tiene ganas de comer pero no
puede llevar las manos al plato.
¿HAY ACTITUD DE APRENDIZAJE?
El día del misionero “sabelotodo, puedelotodo y tienelotodo” ha pasado. La misión desde
los países de la periferia nunca se emprendió con abundancia de recursos, muy al
contrario. A pesar de esto no estamos libres del mismo peligro que hemos sabido
señalar en otros. Es menester contar con misioneros que tengan actitudes correctas,
sobre todo verdadera humildad. Sólo así podrán salir como aprendices más que maestros,
como siervos más que conquistadores, como acompañantes más que protagonistas. La
misión transcultural es cada vez menos pionera (aunque hay varios aspectos que la
requieren de manera urgente como es el caso de la traducción de la Biblia, la tarea entre
pueblos nómades, la misión en algunos contextos islámicos, etc.).
Por esta razón el futuro misionero si este se no va debe relacionarse con la iglesia
nacional. Como tal debe reconocerlos, amarlos y respetarlos. La identificación es
imprescindible como expresión de auténtico amor y por consiguiente no está exenta de
riesgos, los que deben asumirse con gran sabiduría, consejo maduro, sensibilidad
cultural, dirección del Espíritu y orientación de la Palabra.
38
¿HAY VÍNCULOS SANOS?
La vida misionera es una vida de relación. El misionero vinculará otros colegas
(generalmente de varias nacionalidades y trasfondos, denominaciones e historias),
cristianos nacionales, autoridades gubernamentales y la lista sigue. Nadie nació
sabiendo cómo tener buenas relaciones. Hay que aprender y aprender bien. La dificultad
para tener vínculos sanos hará que la persona presente luego – cuando esté lejos o
cerca dependiendo del lugar de servicio - discapacidades para el servicio. Esto podrá
llevarlo en algunos casos a serios quebrantos emocionales, espirituales, aún éticos. No
es de admirarse que los conflictos interpersonales ocuparon el cuarto lugar como causal
de deserción misionera tanto en los países misioneros tradicionales como en las nuevas
naciones de envío. (Ver “Demasiado valioso para que se pierda”, Guillermo D. Taylor,
WEF/COMIBAM).
¿HAY COMPROMISO PARA CAPACITARSE?
Dios usa todo tipo de instrumentos pero ¡cuánto mejor los emplea si están limpios,
afilados y cuidados! Debemos buscar personas comprometidas para crecer y desarrollarse
en todas las áreas de su vida. Esto incluye la formación bíblico-teológica y misionológica,
pero no se agota en esos temas. David Harley dice que esas personas: “Deben mostrar la
evidencia de la obra de Dios en sus vidas. Deben ser confiables y disciplinados para
trabajar, aunque a la vez se les debe aconsejar que no sean perfeccionistas ni adictos al
trabajo...” Una ventaja adicional es que la persona tenga sentido del humor y
especialmente la capacidad de reírse de sí mismo”. Es sumamente recomendable que la
iglesia tenga un programa de preparación misionera bien desarrollado para encausar a las
personas con inquietudes. En un paso siguiente la capacitación requerirá la participación
de instituciones formales como entidades teológicas y centros de capacitación misionera.
Más allá de la formación cristiana se ha de tener en cuenta el tema de los estudios
formales. Cada vez resulta más necesario que la persona cuente con formación
académica (terciario, universidad, estudios técnicos, oficios). El mundo al que se envían
los misioneros requiere cada vez más, gente capacitada.
¿HAY SENSIBILIDAD CULTURAL?
Servir en misiones es estar en un contexto cultural diferente (ya sea dentro del país
como – aún más – en el exterior) y generalmente ese contexto es totalmente opuesto al
propio. La persona que considera ser misionero debe tener un sentido crítico de su
propia cultura y a la vez de contar con herramientas para conocer la cultura anfitriona.
Algunos pequeños indicios son: Capacidad para escuchar con atención y mirar las cosas
desde el punto de vista del otro, disposición al estudio de otros idiomas, interés por otras
culturas, deseo de ayudar a personas extranjeras, gusto por las expresiones artísticas
étnicas, placer por comidas exóticas, conocimiento actualizado de la situación mundial,
etc.
Las preguntas anteriores ofrecen un marco general para la orientación de los
candidatos y las mismas no se agotan allí. Pero por cuestiones de espacio hubo que
limitarlas.
39
PARA AVANZAR MÁS EN LA ORIENTACIÓN PROPONGO QUE SE SIGAN TRES
EJES PRINCIPALES:
1. El eje de la persona: orientación específica a la vida del candidato:
Conversión, crecimiento espiritual, discipulado, vida interior, salud emocional-física, tema
de género, crecimiento, estudios, manejo del tiempo, administración de dinero, soledad,
casamiento, duelos, etc.
2. El eje de la iglesia: orientación acerca de su llamado y su iglesia local, ministerio y
reconocimiento de la iglesia, relación con el pastor, testimonio de su ministerio local,
actitud de la iglesia ante la obra misionera, etc.
3. El eje del envío: orientación con todo lo relacionado con el envío propiamente
dicho. Énfasis en el rol de las entidades (agencias, grupos) de envío. Debe conocerse su
historia, testimonio, estructura, énfasis, doctrina, enfoques particulares, políticas, manejo
de finanzas, condiciones y requisitos para la salida, la relación de la entidad con la iglesia
enviadora, entre otras cuestiones.
Citando a Max Warren se puede decir que el rol del misionero en la actualidad es ser:
“explorador (en cuanto a curiosidad y búsqueda para conocer la cultura), aprendiz (en
todas las dimensiones), amante (por medio de acciones y palabras), nexo (porque es
presencia visible a la comunidad cristiana que lo recibe de la realidad universal de la
iglesia), perturbador (en cuanto a la naturaleza de liberación e impacto del ministerio) y
señal (pues es movido por el sentido de urgencia del fin)”.
Un dicho conocido nos alerta que “prevenir es mejor que curar”. Sin duda podemos
aplicarlo a nuestra función que es semejante. Orientar es mejor que enviar
descuidadamente. Los efectos de ese envío irresponsable serán muchos. La gloria de
Dios nos llama a hacer las cosas de otra manera.
40
10.Conocer las características de programas
efectivos de capacitación misionera.
A esta altura de esta guía queremos brindarte orientación a fin de poder saber cuáles son
las características de los programas efectivos de capacitación.
De esta manera creemos estar aportando a tu búsqueda por alcanzar la capacitación
apropiada antes de salir al campo misionero.
1. Una mirada general a la capacitación misionera.
Nótese en el gráfico, que el concepto central es denominado Capacitación misionera
integral. Con esto queremos decir que los distintos elementos del mismo tienen que estar
unidos para obtener un entrenamiento efectivo.
Además, es un proceso continuo, con una deliberada superposición de dimensiones. El
aprendiz misionero en alguna forma tendrá que pasar por un proceso de siete pasos, que
incluye:
 La disciplina personal
 La iglesia local
 Los estudios bíblicos y teológicos, formales y no formales
 Los estudios transculturales, formales y no formales
 La capacitación previa al campo, por parte de la agencia misionera
 La capacitación por parte de la iglesia nacional o campo receptor.
 La capacitación durante el servicio en el campo
A continuación, analizaremos estos pasos uno por uno.
La disciplina personal
La vida personal del futuro misionero debe comenzar con las disciplinas espirituales de la
oración, la meditación, el ayuno, el estudio bíblico personal, el servicio y la guerra
espiritual. Parece que la iglesia en Asia y África ha desarrollado más seriamente estas
profundas disciplinas. Como hijos de un mundo activista, moderno y secular nos es difícil
41
estar quietos en la presencia de Dios. Pero todos tenemos que aprender a hacerlo. Una
vida personal disciplinada debe producir rasgos de carácter que permitan introducirse en
situaciones difíciles, y finalizarlas bien, en oposición al sistema actual de valores y a la
debilidad del carácter moderno que tan fácilmente busca el camino de la menor
resistencia en el ministerio.
Gráfico 1: Capacitación misionera integral.
El aspecto personal también enfoca el sistema de valores internos y metas, y el estilo de
vida del corazón, tanto como el visible. Debe haber un compromiso con la santidad por
encima de la felicidad, como A. W. Tozer lo explica tan elocuentemente en su libro La
búsqueda de Dios1.
1
A. W. Tozer, La búsqueda de Dios, Editorial Alianza, Estados Uni dos, 1977, 130
42
En los centros de capacitación misionera, a menudo se presume que estos elementos
cruciales ya están incorporados al candidato o estudiante. Pero el tiempo, tristemente,
nos ha dado la evidencia de que algunas veces los capacitadores de misioneros fallamos al
presuponer demasiado. Además, muchos educadores no se permiten a sí mismos volverse
tan vulnerables como para mostrar su vida interior a sus jóvenes discípulos. Pero ¿qué se
puede esperar de una enorme escuela de misiones, de “producción masiva”, donde la
meta es cumplir con los requerimientos académicos para obtener la graduación? ¿Dónde
están estas íntimas dimensiones enseñadas, moldeadas, evaluadas en las vidas, tanto del
educador como del educando? ¿Qué tipo de programa necesitamos para asegurarnos que
estamos tratando efectivamente con estas realidades?
Cuando usted busca información acerca de los diferentes modelos de capacitación
misionera, ¿se pregunta en qué centros su vida interior puede desarrollarse mejor?
La iglesia local
Una iglesia local saludable juega un papel muy importante en el equipamiento de futuros
misioneros. Desafortunadamente, muchos misioneros hoy día provienen de iglesias
débiles e inseguras y algunos desean servir como misioneros aún sin ninguna experiencia
real en iglesias locales. Las marcas de una iglesia local saludable pueden variar de una
cultura a otra, pero todas deben exaltar la dinámica bíblica de la alabanza y adoración; un
liderazgo sensible y activo a la vez; aplicación seria de las verdades bíblicas; equipamiento
progresivo del cuerpo de Cristo; Un ejemplo de estilo de vida cristiana, deseado para
todos sus fieles; que los prepare para testificar de Cristo en un mundo secular y
demoníaco, y que ellos continúen luego discipulando a otros; enseñanza del concepto
bíblico de vocación e inculcación de una visión mundial; y dar oportunidad de que la
congregación muestre su interdependencia con otras iglesias del mundo.
La congregación local debe también ser movilizadota al enviar, apoyar, y animar tanto al
desarrollo del nuevo liderazgo como a los ministerios transculturales. Debe evaluar a los
págs.
43
individuos talentosos, dándoles un lugar y tiempo para ejercitar sus dones, incluyendo el
derecho a fracasar y probar de nuevo. Únicamente cuando una persona demuestra ser
talentosa debe ser animada a entrar en esferas más amplias dentro del ministerio. Una de
las mayores tragedias que he visto en el campo misionero es la de aquel obrero que tiene
capacitación teológica, pero carece de toda habilidad en la práctica y nunca ha
desarrollado una tarea ministerial antes de ir al campo. Estos casos invariablemente
demuestran que el proceso de preparación falló porque no se evaluó la experiencia
ministerial del candidato. El precio en tales casos es terriblemente alto para todos los
involucrados, ya que esto tiende a producir derrotas devastadoras, tanto en lo espiritual
como en lo emocional.
La iglesia local debe ser el primer escalón de prueba para lograr esa fusión entre el servicio
y el liderazgo. Cada cultura tendrá su propia mezcla de ambos elementos. Mientras más
pequeña sea la escuela y mayor la heterogeneidad cultural del cuerpo de estudiantes, más
difícil será clasificar los significados personales de servicio y liderazgo. Pero al mismo
tiempo esta experiencia educativa enseñará a los candidatos estas virtudes en un
contexto transcultural.
La iglesia local debe desarrollar el concepto de trabajar en equipo, tan necesario en
nuestro mundo individualista y lleno de autorrealización, egoísmo y narcisismo. Muchos
misioneros deberán integrar equipos transculturales y esto será un desafío aún mayor.
Una iglesia local saludable dará al obrero un fuerte punto de ventaja, el cual servirá de
apoyo para poder evaluar mejor a las iglesias en el campo. Al mismo tiempo el misionero
deberá evitar la tendencia a reproducir nuevas iglesias basadas en el modelo de su país de
origen.
No hay sustituto para una fuerte y positiva experiencia en la iglesia local, el enlace
ajustado con la gente de Dios, la cual impulsará al nuevo misionero, sosteniéndolo con
lazos de amor, oración e inversión financiera. Este tipo de iglesia le enviará, le apoyará y le
recibirá con amor cuando su tiempo de licencia llegue, le renovará y refrescará para luego
volverle a enviar.
44
La iglesia local puede y debe desarrollar un programa de capacitación para sus futuros
misioneros, involucrándolos en un ministerio probado, evaluándolos y animándolos en sus
dones, estimulándolos a la santidad. Gracias a Dios porque muchas congregaciones en
diferentes países ya lo están haciendo.
Sin embargo, la iglesia local sola no es el sustituto de los dos pasos siguientes en la
capacitación misionera. Si una iglesia supone que en su solo contexto puede proporcionar
todo el equipamiento para un ministerio transcultural efectivo, tiene un concepto
demasiado alto de sí misma. Esta idea puede ocasionar graves problemas al candidato.
Estudios bíblicos y teológicos formales; y los transculturales formales y no formales
Estas dos categorías conforman un elemento integral en el proceso de capacitación.
Algunos preguntan por qué aparecen separadas en el gráfico 1 pero unidas en este
subtítulo. Pueden separarse para propósitos de discusión, pero en muchos casos están
integradas dentro del mismo programa educativo, como en la mayoría de los currículos
norteamericanos, y algunos asiáticos. Aquí se mencionan separadas para analizarlas
mejor. En algunos casos vienen juntas en el mismo programa educativo, especialmente en
los seminarios norteamericanos. Pero hemos visto surgir paulatinamente, en el Tercer
Mundo, un modelo diferente de capacitación misionera. Este programa presupone o
requiere que el candidato venga ya capacitado bíblica y teológicamente. De este modo los
centros transculturales con programas de uno a dos años no necesitan preocuparse por
ofrecer el extenso contenido que puede ser suministrado por las escuelas bíblicas y
seminarios.
Existen aspectos positivos y negativos en ambas alternativas. Algunas instituciones, como
los institutos bíblicos de Australia, han comenzado sólo con estudios misioneros, pero la
situación real de los estudiantes y de las iglesias ha forzado a agregar cada vez más cursos
y programas bíblicos y teológicos.
Las organizaciones misioneras denominacionales, a veces prefieren la integración de estos
dos aspectos de la preparación en sus escuelas. El seminario o instituto bíblico ofrece al
graduado la capacitación teológica esperada para el futuro misionero, y los líderes de las
45
iglesias no tienen que preocuparse por “perder” un candidato importante en favor de otra
denominación o agencia. El aprendiz viene ya con una formación teológica en particular
que la escuela de capacitación misionera respeta como parte de su vida en comunidad.
Cuando se lee un listado de materias debe notarse si la escuela misionera tiene este
requisito previo o si integra los dos tipos de capacitación en un solo plan de estudios.
Los programas formales son los más conocidos en todo el mundo. Están altamente
estructurados: grandes aulas y conferencias muy bien dadas; escalas de calificaciones;
enseñanza primordialmente teórica, trabajando sobre la voluntad y la mente; tendencia a
esforzarse para obtener la graduación o el diploma; y preocupación por los niveles de
perfeccionamiento y acreditación. Sus requisitos previos son objetivos y generalmente
estandarizados. Los cursos tienen nivel universitario, con asignaturas y programas de
evaluación reconocidos.
La educación no formal tiende al estudio personal o grupal planificado, pero desarrollado
fuera de! aula: viajes a! campo evaluados, obras prácticas e internados dirigidos,
capacitación mientras se está en servicio. Esto significa ser guiado a aprender, haciéndolo
dentro de un determinado contexto, involucrando tanto al personal como al
departamento de instrucción en un trabajo de discipuladores y de consejeros, con una
graduación que no resulta tanto de la aprobación de cursos o programas, como de la
experiencia y las aptitudes ministeriales. Esta dimensión requiere dirección y supervisión
de los guías del entrenamiento, así como una evaluación final personalizada del aprendiz.
Aún existe una tercera faceta crucial en el proceso de aprendizaje, y es la educación
informal. Esta forma parte de la dinámica de la comunidad estudiantil. Puedo dar algunos
excelentes ejemplos de esta modalidad. Uno de los más impresionantes fue el que
experimenté en el Seminario Cristiano Todas las Naciones2, institución que ya ha
impactado a otros centros en Africa y Asia. Cuando el doctor Joshua Ogawa, misionero
2
All Nations Christian College
(ANCC).
46
japonés de la Fraternidad Misionera de Ultramar3 fue comisionado para poner los
cimientos de lo que más tarde sería conocido como el Instituto Asiático de Capacitación
Transcultural4, pasó un tiempo en el Seminario Cristiano Todas las Naciones como
miembro del personal, y además observando cuidadosamente su programa de
capacitación. Más tarde, como fundador del mencionado instituto asiático, adaptó
algunas estrategias a ese continente. Algunos otros centros del Tercer Mundo han
aprendido mucho de este modelo de fusión sensible de educación formal, no formal e
informal.
Esta dimensión de aprendizaje informal anima a la adquisición y al desarrollo de actitudes
positivas y abiertas con respecto a otras culturas, y de nuevas maneras de vivir nuestro
cristianismo en su dimensión multicultural.
La vida en comunidad es crucial. Muchas escuelas de capacitación requieren que su
personal viva en el lugar y les proveen de casa para ello. Así, estos centros llegan a ser
magníficas comunidades de aprendizaje, con tantas tensiones como bendiciones.
Algunos capacitadores, francamente, tienen sus dudas con respecto a la educación formal,
porque ésta presenta muchos puntos débiles. Además, quieren evitar una mayor
exportación de modelos anglosajones de capacitación.
Con la oportunidad de crear algo nuevo en el Tercer Mundo, esta nueva generación de
educadores está diseñando programas únicamente con sistemas no formales. Pero los que
prefieren el entrenamiento formal, temen que el no formal sea simplemente la fachada de
una educación inferior, y creen que no puede cubrir la totalidad de las necesidades.
Además, minimizan la importancia del aspecto informal de la comunidad, o dicen que
sencillamente no es práctico. Esta opinión es lamentable.
Mi propia convicción es que debemos unir la educación formal, la no formal y la informal.
Esto puede lograrse en una forma creativa, tanto en los estudios bíblicos y teológicos
como en los transculturales.
La dimensión informal podría llegar a ser creativamente una dinámica central del proceso
de enseñanza y aprendizaje en el programa o centro de capacitación misionera.
3
4
OverseasMissionary Fellowship (OMF).
Asian Cross-Cultural Training Institute(ACTI).
47
La capacitación previa por parte de la agencia
La gran mayoría de las agencias misioneras tiene algún programa específico de
orientación, que podría llamarse “escuela de candidatos”. Este nivel en la capacitación es
muy importante debido a las distinciones particulares de cada agencia y a su llamado
dentro de la gran empresa misionera. Las agencias dedicadas a la lingüística y a las
traducciones bíblicas tienen programas que en muchos casos exigen estudios serios y
formales. Las misiones al mundo musulmán, requieren una preparación especial para este
ministerio. La misión PM Internacional5, que coloca a latinoamericanos en el mundo
musulmán de Africa del norte, tiene su propio programa de capacitación con base en
España y Africa del norte.
Cada misión tiene su propio reglamento doctrinal, principios y prácticas, sus estandartes
de servicio y conducta, su posición con respecto a distintos temas, y diferentes tipos de
organización. Cada misión tiene, además, su concepto del papel de la esposa, del apoyo
que debe darse a la familia misionera y de la educación de sus hijos. La capacitación previa
puede hacerse en el país enviador, en una localidad “internacional” o hasta en el propio
campo al cual el misionero será enviado. Cuanto más cerca esté el entrenamiento de las
condiciones reales en que se va a ministrar, más efectivo será.
Ahora, ¿qué de las agencias más pequeñas o de las iglesias locales que envían misioneros
y no tienen este tipo de capacitación? A menos que consigan una buena preparación en
estas áreas, corren el riesgo de traicionar la confianza de sus misioneros. Al estar en el
campo, no existe sustituto para cierto tipo de responsabilidades, para la orientación del
servicio, y la guía por parte del liderazgo de la iglesia o misión enviadora acerca de las
expectativas del futuro ministerio. Algunas agencias pequeñas, iglesias locales, mantienen
lazos con misiones internacionales ya establecidas y aconsejan a su personal que hagan lo
propio. Yo mismo estoy familiarizado con algunos misioneros asiáticos, quienes están
trabajando con SIM Internacional6 en América latina y Africa.
5
6
Pueblos Musulmanes, conocida anteriormentecomo Proyecto Magreb (PM).
Sudan Interior M ission (SIM), ex Misión al Interio r del Sudán.
48
La capacitación por parte de la iglesia nacional o campo receptor
Fue Theodore Williams el que primero me desafió con esta idea, y ella tiene lugar en los
campos misioneros que poseen una iglesia nacional. En esta categoría, el nuevo misionero
continúa el proceso de capacitación, pero in situ, preferentemente guiado por creyentes
nacionales, quienes responden a sus necesidades y actividades. Por supuesto que aquí
también la agencia misionera juega un papel fundamental. Esta dimensión está incluida
probablemente en su totalidad dentro de los aspectos no formales e informales del
proceso de enseñanza y aprendizaje. Algunos ministerios ya están desarrollando este tipo
de entrenamiento.
La capacitación durante el servicio en el campo
Desafortunadamente, es aquí donde muchas agencias descuidan a su personal. Algunas
veces esto se debe a la informalidad de la agencia o entidad enviadora. Esta puede
suponer falsamente que con sólo ubicar a la persona en el campo, su trabajo ha
terminado. ¡Nada está más lejos de la realidad! El pastorado, la definición de la estrategia,
la supervisión y la guía continua de su misionero son imperativos para un servicio efectivo
y duradero.
Los ministerios cambian, el liderazgo cambia, las libertades políticas para el servicio
cambian, diferentes necesidades y dones que surgen en el campo misionero pueden
requerir estudio adicional, las necesidades de la familia misionera y de la educación de sus
hijos también cambian. Una iglesia o agencia misionera sensible podrá servir
cuidadosamente a su personal dando consejos sabios, abriendo puertas y oportunidades
para los diferentes ministerios, y esto evitará el número de bajas que muchas veces se
debe a un escaso aconsejamiento en el campo. Los directivos de las misiones deben incluir
a líderes y pastores que sepan cómo suplir tanto las necesidades familiares como las
individuales. La iglesia enviadora o agencia misionera sabia alentará a su personal a
continuar su capacitación con miras a un servicio más efectivo.
49
Para finalizar queremos resumir los aspectos claves de un buen programa de capacitación
misionera.
5 características de un programa efectivo de capacitación misionera.
1. Esta orientado conciente e intencionalmente hacia el desarrollo del carácter y las
habilidades necesarias para el ministerio transcultural.
2. Propicia la vida en comunidad abocada al desarrollo de las cualidades propias de la
conducta cristiana y al perfeccionamiento de las habilidades en las relaciones
interpersonales.
3. Aplica estratégicamente el aprendizaje tanto formal(aula) como no
formal(practica/campo)) e informal (comunidad)
4 Cuenta con una experiencia de campo (inmersión) significativa dentro del programa.
5. La capacitación debe tener una estrecha relación con la tarea a desempeñar.
Conclusión
Esperamos que esta guía te haya servido para ubicarte, decidirte y lanzarte a obedecer a
Dios en aquello que El te ha llamado.
Hemos acompañado con oración tu lectura porque sabemos que Dios quiere hacer una
gran obra por medio de tu vida.
Deseamos que Dios te guie y cumplas el propósito que El ha diseñado para ti.
Si tienes un llamado a las misiones como Centro de Formación nuestro objetivo es que
llegues al campo misionero.
Becas para candidatos a misioneros
www.centromisionero.net/becas
Quedamos a tus órdenes para servirte.
Equipo Centro Misionero.
Datos de Contacto
Centro Misionero – www.centromisionero.net
Email: [email protected]
Usuario Skype: titorobert2008
Teléfono: +54 011 4652 1515 - Móvil: 15 5936 9297
España 102 – Tigre – Buenos Aires - Argentina
50