INFLUENCIA DE LA TÉCNICA DEL INJERTO EN VARIEDADES LOCALES DE TOMATE CON MANEJO ECOLÓGICO. Moreno MM1, Moreno MC1, García AM1, Villena J1, Mancebo I1, Meco R2 1 Escuela de Ingenieros Agrónomos, Universidad de Castilla-La Mancha. Ronda de Calatrava 7, 13071 Ciudad Real. Tfno: 926 29 53 00. Fax: 926 29 53 51. E-mail: [email protected] 2 Consejería de Agricultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Pintor Matías Moreno 4, 45071 Toledo. Palabras clave: Lycopersicon esculentum Mill., portainjertos, producción, licopeno, parámetros nutricionales. Resumen Castilla-La Mancha posee un amplio patrimonio hortícola cuya gran diversidad se debe en parte a las diferentes condiciones agroclimáticas existentes en la región. Sin embargo, en los últimos años las variedades comerciales en su conjunto vienen desplazado a las variedades locales básicamente por su mayor producción, aunque sean menos apreciadas por el consumidor atendiendo a su valoración organoléptica. Por ello, el objetivo que se plantea en este trabajo es intentar mejorar, mediante la técnica del injerto y utilizando patrones comerciales (King-Kong, Multifort y Spirit) con manejo ecológico, aspectos productivos y nutricionales de dos variedades locales de tomate castellanomanchego («Tomate Moruno» y «Tomate “Morao” Dulce»), seleccionadas por el hombre durante décadas por sus buenas aptitudes y adaptación al entorno. La práctica del injerto incrementó la producción al aumentar ligeramente tanto el número de frutos por planta como el peso unitario de los mismos. Asimismo, favoreció la formación de licopeno y β-caroteno en los frutos, aunque disminuyó los contenidos de los ácidos málico y cítrico y de los azúcares fructosa y glucosa. En general, el portainjertos utilizado tuvo escaso efecto sobre los parámetros estudiados. 1 Introducción Castilla-La Mancha posee un amplio patrimonio hortícola cuya gran diversidad se debe en parte a las diferentes condiciones agroclimáticas existentes en la región. La mayoría de las variedades locales se han conservado en zonas rurales y en huertos familiares, motivado fundamentalmente por sus buenas aptitudes de calidad, adaptación a las condiciones agroecológicas de las zonas en que se cultivan, resistencia a la sequía o a determinadas plagas y enfermedades, etc. Todo ello, unido a su contribución al aumento de la diversidad biológica presente en el agrosistema, las hace especialmente interesantes en Agricultura Ecológica, utilizando para su cultivo técnicas de producción más respetuosas con el medio (Roselló et al., 2000). Sin embargo, en los últimos años las variedades locales en su conjunto vienen siendo desplazadas por las variedades comerciales básicamente por ser más productivas y ofrecer un mayor período de conservación de los frutos, aunque sean menos apreciadas por el consumidor atendiendo a su valoración organoléptica. Una de las técnicas agronómicas que el hombre ha venido empleando desde hace años a fin de mejorar aspectos relacionados con la sanidad y la producción cuantitativa y cualitativa de los cultivos es el injerto, mayoritariamente aplicado a variedades comerciales de gran cultivo. El desarrollo de la técnica del injerto herbáceo comenzó alrededor de 1920, practicándose por primera vez en el cultivo de sandía en Japón con el fin de prevenir Fusarium (Kubota et al., 2008). El empleo de esta técnica es reconocida con amplia difusión a partir de 1970 en España, Francia, Holanda, Italia y Japón, siendo éstos los países con más alto desarrollo en esta temática. En el año 2006, Hoyos (2007) estimó una producción mundial de 651 millones de plantas injertadas, correspondiendo a España alrededor de 30 millones de plántulas de sandía y pepino. En términos generales, el injerto es una técnica que permite cultivar especies sensibles a ciertos patógenos u otros problemas edáficos (salinidad, suelos mal drenados, temperaturas altas o bajas, suelos calizos, etc.) en suelos afectados por estas causas, utilizando el sistema radicular de plantas tolerantes 2 o resistentes a ese problema y la parte área de la variedad a cultivar (Miguel et al., 2007; Venema et al., 2008; Abdelmageed y Gruda, 2009; Lee et al., 2010). También se utiliza, aun en suelo previsiblemente sin problemas, con la finalidad de conseguir mayor producción cuando se utilizan patrones o portainjertos vigorosos, ya que en este caso las raíces del patrón son generalmente capaces de absorber agua y nutrientes más eficazmente que la variedad (Lee y Oda, 2003; Turhan et al., 2011). En concreto, trabajos desarrollados por Ruiz y Romero (1999) y Leonardi y Giuffrida (2006) indican una mayor absorción de los macronutrientes fósforo y nitrógeno en plantas injertadas. Sin embargo, cuando el patrón utilizado no se caracteriza por su gran vigor, el efecto positivo del injerto sobre la producción no es tan evidente (Marsic y Osvald, 2004). En cuanto al efecto de esta técnica sobre la calidad nutricional de los frutos de tomate, especialmente en lo relativo a la capacidad antioxidante, los resultados son muy variables e incluso contradictorios, tal y como se indica en la recopilación bibliográfica realizada por Vrcek et al. (2011). En cualquier caso, todos los trabajos consultados muestran el efecto de la técnica del injerto sobre algún parámetro del cultivo pero siempre en cultivares comerciales, no habiéndose encontrado ningún estudio de estas características en variedades locales de tomate. Por ello, el objetivo que se plantea en este trabajo es intentar mejorar, mediante la técnica del injerto y utilizando patrones comerciales con manejo ecológico, aspectos productivos y nutricionales de dos variedades locales de tomate castellano-manchego. Material y métodos 1. Descripción del ensayo de campo El ensayo se realizó durante la campaña 2011 en la finca “La Entresierra” del Centro Agrario “El Chaparrillo”, propiedad de la Consejería de Agricultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, situada en el término municipal de Ciudad Real (3º56’ W, 39º0’ N, 640 m de altitud). Se eligió un diseño experimental de Bloques Completos al Azar con tres repeticiones y ocho tratamientos, correspondientes a dos variedades tradicionales de tomate recolectadas en la región castellano-manchega [SL-62, 3 denominada «Tomate Moruno» y procedente de Socuéllamos (Ciudad Real), y SL-204, denominada «Tomate “Morao” Dulce» y procedente de Priego (Cuenca)], ambas sin injertar (testigos) e injertadas sobre tres patrones comerciales de tomate: King-Kong F1 (Rijk-Zwaan), de vigor medio, Multifort F1 (De Ruiter) y Spirit F1 (Nunhems), ambas de vigor alto. Las variedades locales consideradas en este estudio (SL-62 y SL-204), proporcionadas por agricultores de la región, se incluyen en el denominado tipo “Moruno”, con frutos ligeramente achatados, piel fina, hombros marcados y tintes oscuros, y fueron seleccionadas para este estudio por su buena aceptación tanto por parte del agricultor como del consumidor, como quedó patente en campañas anteriores tras su evaluación por un panel de cata. Adicionalmente se ha incluido en el estudio un cultivar de Royesta como variedad comercial, con la misma disposición que el resto del ensayo, que si bien no se ha considerado en el análisis estadístico con los demás tratamientos por centrar el estudio únicamente en las variedades locales, se muestran los valores en él obtenidos como referencia. Los tratamientos ensayados y su nomenclatura se indican en el Cuadro 1. Cada parcela elemental estuvo constituida por ocho plantas separadas un metro entre sí, utilizando para los controles las seis centrales. La separación entre líneas de cultivo fue de dos metros a fin de impedir cualquier limitación en el crecimiento de las plantas y facilitar las labores de escarda y recolección. La parcela se regó diariamente mediante un sistema de riego por goteo, siendo la cantidad total de agua suministrada al cultivo de unos 600 mm. Como fertilizante se aportó en torno a un kilogramo de humus de lombriz por metro lineal de cultivo el día 9 de mayo, enterrado ligeramente. Los semilleros de los patrones y de las variedades tradicionales se realizaron los días 11 y 14 de Abril, respectivamente. El tipo de injerto utilizado fue el de descabezado o empalme, y se realizó el día 10 de mayo, con las plantas en el estado de 2-3 hojas verdaderas. Tanto los semilleros como la operación del injerto se llevaron a cabo en Semilleros La Sala (San Pedro del Pinatar, Murcia). La plantación en el terreno definitivo se realizó con plantador 4 manual el 25 de mayo. El ciclo en todos los tratamientos, desde el trasplante hasta la última recolección (13 de octubre), tuvo una duración de 141 días, siendo el período de cosecha de los frutos de 72 días (3 de agosto a 13 de octubre), con un total de diez recolecciones. Para combatir los ataques de araña roja, heliothis y tuta, se realizaron aplicaciones periódicas de productos ecológicos (azufre, spinosad). También se realizaron diversas escardas manuales para controlar la flora espontánea emergente entre las líneas de cultivo. 2. Parámetros analizados En cada una de las diez recolecciones efectuadas se controló la producción comercial y total, expresada en kilogramos por planta, y sus componentes (número de frutos y peso unitario). Este último parámetro, expresado en gramos, se calculó como cociente entre la producción y el número de frutos. A mediados de campaña se seleccionaron seis frutos comerciales representativos de cada parcela elemental (un fruto por planta) para la determinación del contenido de los siguientes componentes nutricionales: Sólidos solubles (ºBrix); Acidez total (gramos de ácido cítrico/100 gramos de materia fresca); Ácidos orgánicos: málico, cítrico, glutámico; Azúcares: fructosa, glucosa; Vitamina C (ácido L-ascórbico); Carotenoides: licopeno, βcaroteno, carotenoides totales. La medida de los sólidos solubles se realizó con un refractómetro digital Atago mod. PR-32, con compensación automática de la temperatura a 20 ºC. La acidez total se estimó mediante la titulación de una muestra del alimento con hidróxido de sodio hasta un pH final de 8,1, utilizando para ello un titrador Crison TitroMatic 1S-2B calibrado con patrones primarios de pH. En el caso de ácidos, azúcares y vitamina C, la determinación se llevó a cabo por medio de Electroforesis Capilar Zonal (CZE). La determinación de azúcares y ácidos se realizó siguiendo la metodología propuesta por Roselló et al. (2002), mientras que para la determinación de la vitamina C se utilizó el protocolo puesto a punto por Galiana-Balaguer et al. (2001). El contenido en azúcares, ácidos, 5 vitamina C, licopeno y β-caroteno se expresó como mg/100 g, mientras que los carotenoides totales se indicaron como mmol/100 g. 3. Estudio estadístico Se ha utilizado la prueba t-Student bilateral (datos no apareados) para dos muestras independientes con objeto de estimar la significación de la correspondiente diferencia de medias. Asimismo, se ha realizado el análisis de la varianza de un factor (ANOVA), correspondiente a un diseño en bloques completos al azar, y un test de rango múltiple de Duncan para la comparación de las medias de los diferentes tratamientos. Se observó la normalidad de los datos, trabajando en todas las pruebas con un nivel de confianza del 95% (nivel de significación α = 0,05). Todas las pruebas se realizaron con el paquete estadístico Infostat v.2007 profesional. Resultados y discusión La práctica del injerto no modificó los principales aspectos morfológicos que definen cada variedad, relativos tanto a la planta (altura, densidad de follaje, tipo de hoja, etc.) como a la flor y al fruto (forma, tamaño, color, etc.). A continuación se expone el efecto de esta práctica sobre los parámetros productivos y la composición nutricional de los frutos. 1. Efecto de la práctica del injerto sobre la producción Al comparar los distintos tratamientos ensayados (Cuadro 2), se observa que el tratamiento 62-K presentó la mayor producción comercial y total (12,07 y 14,27 kg/planta, respectivamente), mientras que los valores más bajos correspondieron al tratamiento 204-s/i, con unas producciones medias de 6,49 y 8,28 kg/planta. Los dos tratamientos sin injertar (62-s/i y 204-s/i) alcanzaron rendimientos similares. Con respecto a la variedad SL-62, las producciones medias fueron superiores en los tratamientos injertados que en el tratamiento sin injertar (α = 0,05), si bien entre estos últimos no se produjeron diferencias significativas. En la variedad SL-204, la producción media fue superior en el tratamiento 204-K (9,83 y 13,17 kg/planta, respectivamente), aunque sin diferencias significativas con los otros tratamientos injertados, mientras que, como se ha comentado anteriormente, las menores producciones se obtuvieron en la variedad sin injertar. 6 En relación al número de frutos comerciales y totales, el máximo se obtuvo en el tratamiento 204-K (48,83 y 62,61 frutos/planta, respectivamente), alcanzándose los menores valores en el tratamiento 62-s/i (22,22 y 27,22 frutos/planta). Atendiendo a la variedad SL-62, el tratamiento 62-K no presentó diferencias significativas con los otros tratamientos injertados en cuanto al número de frutos comerciales, aunque sí con el tratamiento sin injertar; en lo relativo al número de frutos totales, fue significativamente menor en 62-M y 62s/i. En la variedad SL-204, los valores más bajos correspondieron al tratamiento 204-S (35,03 y 50,03 frutos/planta, respectivamente). En lo referente al peso unitario del fruto comercial y total, el tratamiento 62-M presentó los mayores valores (374,6 y 362,6 g, respectivamente), mientras que el 204-s/i sólo obtuvo unos pesos unitarios medios de 173,4 y 156,4 g, respectivamente. En cada variedad, los menores pesos se alcanzaron en los tratamientos sin injertar en todo caso. En términos generales, los tratamientos sin injertar obtuvieron menor producción, número de frutos y peso unitario que los tratamientos injertados; a su vez, los tratamientos injertados con patrón King-Kong (62-K y 204-K) fueron más productivos que los tratamientos injertados con portainjertos Spirit (S) y Multifort (M), si bien no se presentaron diferencias significativas entre ellos (α = 0,05). El cultivar comercial Royesta obtuvo una mayor producción que las variedades locales sin injertar, con un mayor número de frutos aunque de menor tamaño; no obstante, su producción fue inferior a la de la variedad 62 injertada, independientemente del portainjertos utilizado, y a la del tratamiento 204-K. En relación al efecto de la práctica del injerto en los diferentes parámetros de producción considerados, independientemente de la variedad (Cuadro 3), se observa cómo esta técnica proporcionó, de forma significativa, una mayor producción comercial y total, suponiendo un ligero incremento en cuanto al número de frutos y al peso unitario de los mismos. Pongonyi et al. (2005) y Turhan et al. (2011), entre otros autores, indican que el rendimiento en variedades comerciales de tomate injertadas sobre portainjertos vigorosos es superior al ser mayor el número de frutos y el peso unitario de los mismos. Por el contrario, Lee y Oda (2003) sostienen que 7 algunos portainjertos producen depresión en el crecimiento y la producción de la variedad. En la misma línea, Khah et al. (2006) observaron que las plantas injertadas presentan un rendimiento menor en la primera cosecha que las plantas injertadas, lo cual podría deberse al estrés inicial al que se someten tras el injerto. Tampoco Marsic y Osvald (2004) obtuvieron ventajas en esta técnica en cuanto a producción debido a que el suelo de cultivo del ensayo estaba libre de patógenos y los patrones utilizados eran poco vigorosos. En el Cuadro 4 se muestra el efecto de la práctica del injerto, desglosado por variedades (SL-62 y SL-204), en los parámetros de producción. En ambos casos, esta técnica produjo un significativo aumento de la producción, independientemente del portainjertos utilizado, especialmente en la variedad 62 (incrementos de la producción comercial y total superiores al 50% en la variedad injertada con respecto a la no injertada, y en torno al 30% en la variedad 204). En lo relativo al número de frutos, en todo caso se observó un mayor valor de este parámetro en los tratamientos injertados, si bien únicamente resultó con diferencias significativas en la variedad 62. En relación al peso del fruto, de nuevo se observa la tendencia a obtener los frutos más pesados cuando se utiliza el injerto, si bien no se produjeron diferencias significativas entre tratamientos en ningún caso. En cuanto al efecto de los diferentes portainjertos en los parámetros de producción, así como de los tratamientos sin injertar, sin tener en cuenta el efecto de la variedad (Cuadro 5), se observa que el portainjertos King-Kong (K) proporcionó las mayores producciones y número de frutos, sin diferencias significativas con los demás patrones (Multifort y Spirit, M y S, respectivamente), aunque sí con los valores medios del tratamiento sin injertar (α = 0,05). 2. Efecto de la práctica del injerto sobre los parámetros nutricionales del fruto Del análisis de los Cuadros 6 a 8 se desprende que la práctica del injerto, en términos generales, proporcionó frutos de menor contenido en sólidos solubles (ºBrix), ácidos málico y cítrico y azúcares fructosa y glucosa que 8 cuando no se injerta, aunque más ricos en los antioxidantes licopeno y βcaroteno. La acidez total del fruto y los contenidos en ácido glutámico, vitamina C y carotenoides totales no se vieron afectados por dicha práctica. Estos resultados están en la misma línea de los obtenidos por SánchezRodríguez et al. (2011) y Pogonyi et al. (2005) en cultivares comerciales de tomate, que constataron que el contenido en azúcares y ácidos orgánicos era relativamente menor en cultivares injertados que en cultivares sin injertar. También Helyes et al. (2009) obtuvieron los mayores contenidos de licopeno en los frutos de plantas injertadas, aunque según estos autores la variedad es el factor más determinante en la formación de este compuesto. En relación al contenido en vitamina C, Vrcek et al. (2011) apreciaron mayores cantidades en los frutos de plantas injertadas. Sin embargo, Khah et al. (2006) encontraron que los niveles de sólidos solubles, acidez titulable y licopeno no se vieron afectados por dicha técnica. Atendiendo únicamente a los tratamientos sin injertar (62-s/i, 204-s/i, Cuadro 6), si bien únicamente se encontraron diferencias entre ellos (α = 0,05) en el parámetro ºBrix (significativamente mayor en 204-s/i), cabe destacar el mayor contenido en licopenos en la variedad 62 (6,31 mg/100 g frente a los 4,43 mg/100 g del tratamiento 204-s/i), por lo que su capacidad antioxidante y por tanto anticancerígena es, atendiendo a este criterio, ligeramente superior. En relación a estos parámetros y tratamientos, el cultivar comercial Royesta destacó por tener frutos con mayores contenidos de vitamina C, licopeno y carotenoides totales que las variedades locales, aunque con menos sólidos solubles, ácidos málico y glutámico y azúcares fructosa y glucosa. Al analizar el efecto de los diferentes portainjertos en el contenido de los parámetros nutricionales considerados, sin tener en cuenta el efecto de la variedad (Cuadro 9), se observa que no ha habido diferencias significativas entre portainjertos en ningún caso, es decir, el contenido nutricional del fruto no varió según el patrón utilizado; sin embargo, cuando los distintos portainjertos se comparan con el tratamiento sin injertar, se desprende que los contenidos de ácidos málico y cítrico y azúcares fructosa y glucosa fueron significativamente superiores en los tratamientos sin injertar que cuando se utilizó cualquiera de los tres patrones ensayados. De la misma manera y en 9 términos generales, el contenido en licopenos y β-carotenos fue menor (α = 0,05) cuando no se recurrió al injerto que cuando se utilizó cualquiera de los patrones considerados. Los mayores valores de estos parámetros se obtuvieron con el patrón Spirit, si bien, como se ha comentado anteriormente, no difirió significativamente de los otros portainjertos. En el caso del ácido glutámico, vitamina C y carotenoides totales, no se han presentado diferencias significativas entre tratamientos en ningún caso. Conclusiones Del estudio del efecto de la técnica del injerto en dos variedades locales de tomate castellano-manchego (SL-62, «Tomate Moruno» de Socuéllamos, Ciudad Real; SL-204, «Tomate “Morao” Dulce» de Priego, Cuenca), con manejo ecológico y utilizando portainjertos comerciales, se desprende lo siguiente: - La práctica del injerto incrementa la producción comercial y total de las variedades locales, al aumentar tanto el número de frutos por planta como el peso unitario de los mismos, aunque el efecto sobre estos parámetros es menos acusado. - La variedad local SL-62 presenta una mejor respuesta a la práctica del injerto que la variedad SL-204 en relación a la producción y al número de frutos. - El injerto incrementa el contenido en sólidos solubles (ºBrix) y la formación de licopeno y β-caroteno en los frutos, aunque disminuye la concentración de los ácidos málico y cítrico y de los azúcares fructosa y glucosa. - En general, el portainjertos utilizado tiene escaso efecto sobre los parámetros productivos y nutricionales considerados. 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Variedad SL-62 injertada sobre portainjerto King-Kong (62-K) SL-62 3. Variedad SL-62 injertada sobre portainjerto Multifort (62-M) 4. Variedad SL-62 injertada sobre portainjerto Spirit (62-S) 5. Testigo SL-204 sin injertar (204-s/i) 6. Variedad SL-204 injertada sobre portainjerto King-Kong (204-K) SL-204 7. Variedad SL-204 injertada sobre portainjerto Multifort (204-M) 8. Variedad SL-204 injertada sobre portainjerto Spirit (204-S) Cultivar comercial Royesta como cultivo de referencia (no incluido en el análisis estadístico) Cuadro 2: Efecto de los diferentes tratamientos sobre los parámetros de producción. Tratam. Prod.(kg/pl) 7,05 b B 12,07 a A 10,35 ab A 10,11 ab A 6,49 b B 9,83 ab A 8,44 ab AB 7,46 b AB 9,26 62-s/i 62-K 62-M 62-S 204-s/i 204-K 204-M 204-S Royesta Producción comercial Nº de frutos/pl Peso fr. (g) 22,22 d B 316,8 a B 35,98 bc A 335,1 a AB 27,56 cd AB 374,6 a A 30,83 bcd AB 338,5 a AB 37,67 bc AB 173,4 b B 48,83 a A 197,0 b A 41,69 ab AB 203,2 b A 35,03 bc B 210,8 b A 92,56 99,9 Prod. (kg/pl) 8,41 c B 14,27 a A 12,20 abc A 13,29 ab A 8,28 c B 13,17 ab A 10,41 abc AB 9,36 bc AB 10,20 Producción total Nº de frutos/pl 27,22 e C 44,77 bcd A 33,61 de BC 43,39 cd AB 52,83 abc AB 62,61 a A 56,41 ab AB 50,03 bc B 105,06 Peso fr. (g) 308,5 a B 318,8 a B 362,6 a A 310,6 a B 156,4 b B 214,3 b A 186,5 b A 185,8 b A 97,1 Letras minúsculas distintas en la misma columna indican diferencias significativas entre tratamientos (test de Duncan, 95%). Letras mayúsculas distintas en la misma columna indican diferencias significativas entre los tratamientos de una misma variedad (62 y 204) (test de Duncan, 95%). Cuadro 3: Efecto de la práctica del injerto sobre los parámetros de producción. Tratam. Sin injerto Con injerto Prod. (kg/planta) 6,77 b 9,71 a Producción comercial Nº de Peso fruto frutos/planta (g) 29,95 a 245,09 a 36,65 a 276,44 a Prod. (kg/planta) 8,34 b 12,12 a Producción total Nº de frutos/planta 40,03 a 48,47 a Peso fruto (g) 232,45 a 263,01 a Letras distintas en la misma columna indican diferencias significativas entre las variedades (prueba t bilateral para muestras independientes, 95%). Cuadro 4: Efecto de la práctica del injerto sobre los parámetros de producción en las distintas variedades. Var. 62 204 Injerto Sin injerto Con injerto Sin injerto Con injerto Producción comercial Prod. Nº de Peso fruto (kg/planta) frutos/planta (g) 7,05 b 22,22 b 316,83 a 10,84 a 31,46 a 349,41 a 6,49 b 37,67 a 173,36 a 8,58 a 41,85 a 203,46 a Prod. (kg/planta) 8,41 b 13,25 a 8,28 b 10,98 a Producción total Nº de Peso fruto frutos/planta (g) 27,22 b 308,47 a 40,59 a 330,47 a 52,83 a 156,42 a 56,35 a 195,54 a En cada variedad, letras distintas en la misma columna indican diferencias significativas (prueba t bilateral para muestras independientes, 95%). Cuadro 5: Efecto del portainjertos sobre los parámetros de producción. Portainjerto Sin injerto K M S Prod. (kg/planta) 6,77 b 10,95 a A 9,40 ab A 8,79 ab A Producción comercial Nº de frutos/planta 29,95 a 42,41 a A 34,62 ab A 32,93 ab A Peso fruto (g) 245,09 a 266,05 a A 288,94 a A 274,32 a A Prod. (kg/planta) 8,34 b 13,72 a A 11,31 a A 11,33 a A Producción total Nº de frutos/planta 40,03 a 53,69 a A 45,01 a A 46,71 a A Peso fruto (g) 232,45 a 266,26 a A 274,58 a A 248,18 a A Letras minúsculas distintas en la misma columna indican diferencia significativa entre tratamientos (test de Duncan, 95%). Letras mayúsculas distintas en la misma columna indican diferencias significativas entre los portainjertos (K, M, S) (test de Duncan, 95%). 13 Cuadro 6: Efecto de los diferentes tratamientos sobre los parámetros nutricionales del fruto. Trat. ºBrix 62-s/i 62-K 62-M 62-S 204-s/i 204-K 204-M 204-S Royesta 5,57 bcd A 5,27 d B 5,43 cd AB 5,53 bcd AB 6,10 a A 5,67 bc A 6,10 a A 5,83 ab A 5,23 Acidez total (% ac. cítrico) 0,40 a A 0,35 a A 0,30 a A 0,34 a A 0,41 a A 0,41 a A 0,43 a A 0,33 a A 0,43 Ác. málico (mg/100 g) 212,0 a A 177,3 abc AB 166,1 bc B 194,2 ab AB 189,0 abc A 152,8 c B 158,8 bc B 156,1 bc B 87,8 Ác. cítrico (mg/100 g) 441,5 ab A 388,4 abc A 303,5 c B 376,9 bc AB 465,3 a A 345,8 c B 342,4 c B 318,6 c B 467,3 Ac. glutámico (mg/100 g) 211,2 ab A 223,1 ab A 179,8 ab A 249,6 a A 244,6 a A 196,1 ab B 184,1 ab B 172,5 b B 205,4 Fructosa (mg/100 g) 2098 ab A 1834 bcd AB 1654 cde B 1884 abc AB 2204 a A 1680 cde B 1541 de B 1452 e B 1810 Glucosa (mg/100 g) 2184 ab A 2102 abc AB 1594 c B 1950 abc AB 2244 a A 1800 abc B 1602 c B 1645 bc B 1823 Vitamina C (mg/100g) 9,38 ab AB 7,87 b B 8,90 ab AB 10,49 ab A 10,58 ab A 13,19 a A 9,58 ab A 12,10 ab A 12,84 Licopeno (mg/ 100 g) 6,31 abc B 8,74 a A 6,32 abc B 8,43 ab A 4,43 c B 5,38 c A 5,90 bc A 5,84 bc A 8,14 β-caroteno (mg/100g) 0,76 b B 0,98 ab A 0,93 ab AB 0,99 ab A 0,90 ab A 0,92 ab A 1,01 a A 0,98 ab A 0,75 C. totales (mmol/100 g) 0,87 ab A 1,21 a A 0,89 ab A 1,18 a A 0,65 b A 0,78 b A 0,85 ab A 0,84 ab A 1,12 Letras minúsculas distintas en la misma columna indican diferencias significativas entre tratamientos (test de Duncan, 95%). Letras mayúsculas distintas en la misma columna indican diferencias significativas entre los tratamientos de una misma variedad (62 y 204) (test de Duncan, 95%). Cuadro 7: Efecto de la práctica del injerto sobre los parámetros nutricionales del fruto. Injerto ºBrix Sin injerto Con injerto 5,45 b 5,93 a Acidez total (% ac. cítrico) 0,35 a 0,39 a Ác. málico (mg/100 g) 200,5 a 167,5 b Ác. cítrico (mg/100 g) 453,4 a 345,9 b Ac. glutámico (mg/100 g) 227,9 a 200,9 a Fructosa (mg/100 g) 2151 a 1674 b Glucosa (mg/100 g) 2214 a 1782 b Vitamina C (mg/100g) 9,98 a 10,36 a Licopeno (mg/ 100 g) 5,37 b 6,77 a β-caroteno (mg/100g) 0,83 b 0,97 a C. totales (mmol/100 g) 0,76 a 0,96 a Letras diferentes en la misma columna indican diferencias significativas dentro de cada variedad (Prueba t bilateral para muestras independientes, 95%). Cuadro 8: Efecto de la práctica del injerto sobre los parámetros nutricionales del fruto en las distintas variedades. Variedad 62 204 Injerto ºBrix Sin injerto Con injerto Sin injerto Con injerto 5,57 a 5,41 a 6,10 a 5,87 a Acidez total (% ac. cítrico) 0,40 a 0,33 a 0,41 a 0,39 a Ác. málico (mg/100 g) 212,0 a 179,2 b 189,0 a 155,9 b Ác. cítrico (mg/100 g) 441,5 a 356,2 b 465,3 a 335,6 a Glutámico (mg/100 g) 211,9 a 217,5 a 244,6 a 184,3 a Fructosa (mg/100 g) 2098 a 1791 b 2204 a 1558 b Glucosa (mg/100 g) 2184 a 1882 a 2244 a 1683 b Vitamina C (mg/100 g) 9,38 a 9,09 a 10,58 a 11,63 a Licopeno (mg/ 100 g) 6,31 b 7,83 a 4,43 b 5,71 a β-caroteno (mg/100 g) 0,76 b 0,97 a 0,90 a 0,97 a C. totales (mmol/100 g) 0,87 a 1,09 a 0,65 a 0,82 a En cada variedad, letras distintas en la misma columna indican diferencias significativas (prueba t bilateral para muestras independientes, 95%). Cuadro 9: Efecto del portainjertos sobre los parámetros nutricionales del fruto. Portainjertos ºBrix Sin injerto K M S 5,83 a 5,47 a A 5,77 a A 5,68 a A Acidez total (% ac. cítrico) 0,40 a 0,38 a A 0,36 a A 0,34 a A Ác. málico (mg/100 g) 200,5 a 165,0 b A 162,4 b A 175,2 ab A Ác. cítrico (mg/100 g) 453,4 a 367,1 b A 322,9 b A 347,7 b A Ac. Glutám. (mg/100 g) 227,8 a 209,6 a A 181,9 a A 211,0 a A Fructosa (mg/100 g) 2151 a 1757 b A 1598 b A 1668 b A Glucosa (mg/100 g) 2214 a 1951 ab A 1598 b A 1798 b A Vitamina C (mg/100g) 9,98 a 10,53 a A 9,24 a A 11,30 a A Licopeno (mg/ 100 g) 5,37 b 7,06 a A 6,11 ab A 7,14 a A β-caroteno (mg/100g) 0,83 b 0,95 ab A 0,97 ab A 0,99 a A C. totales (mmol/100 g) 0,76 a 0,99 a A 0,87 a A 1,01 a A Letras minúsculas distintas en la misma columna indican diferencias significativas entre tratamientos (test de Duncan, 95%). Letras mayúsculas distintas en la misma columna indican diferencias significativas entre los tratamientos de una misma variedad (62 y 204) (test de Duncan, 95%). 14
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