La comunidad y lo comunitario en las Intervenciones de Prev. y

Panel 3: ”El Trabajo Comunitario desde dispositivos alternadores”
ABSTRACT
“La comunidad y lo comunitario en las Intervenciones de Prevención y Reducción de Daños en
consumos problemáticos de drogas”
Lic. Ricardo Paveto
El consumo de drogas, tanto legales como ilegales, ha adquirido en los últimos años
características preocupantes en los ámbitos locales, sobre todo el incremento de consumos
problemáticos con los conllevados riesgos de morbilidad y mortalidad que pueden acarrear.
Esto último ha venido sucediendo en el marco de un debate acerca de la eficacia de las
políticas públicas implementadas para el abordaje de los usuarios de drogas (UD) y la
modificación de las mismas desde criterios sociales y sanitarios apoyados en una perspectiva
de derechos y construcción de ciudadanía.
Tres hechos para señalar dan cuenta de este proceso que puja por un cambio de paradigma. La
Corte Suprema de Justicia de la Nación, en Agosto de 2009, produce un fallo referido a la
Causa Arriola, donde por un lado declara la inconstitucionalidad del artículo 14, segundo
párrafo, de la ley 23737 que establece como delito penal la tenencia de drogas para consumo
personal y por otro lado exhorta “ a todos los poderes públicos a asegurar una política de
Estado contra el tráfico de estupefacientes y a adoptar medidas de salud preventivas, con
información y educación disuasiva del consumo, enfocada sobre todo en los grupos más
vulnerables, especialmente los menores, a fin de dar adecuado cumplimiento con los tratados
internacionales de derechos humanos suscriptos por el país”.
En el mes de Diciembre del 2010 se sancionó la nueva Ley Nacional de Salud Mental Nº 26657,
que en su art. 4º dice” Las adicciones deben ser abordadas como parte integrante de las
políticas de salud mental. Las personas con uso problemático de drogas, legales e ilegales,
tienen todos los derechos y garantías que se establecen en la presente ley en su relación con los
servicios de salud”, recuperando para el campo de la salud su incumbencia en el fenómeno del
uso de drogas y sus consumos problemáticos.
Actualmente se encuentran tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores,
diversos proyectos presentados por diferentes bloques planteando la modificación de la Ley
23737, que proponen derogar la penalización de la tenencia de drogas para consumo personal,
procurando el cese de la persecución penal a los UD y de esta manera abriendo espacio a los
nuevos abordajes basados en una mirada social y sanitaria.
Estos tres elementos mencionados abonan el camino por el restablecimiento de una política
pública en drogas basada en un enfoque de derechos y ciudadanía, que favorezca un abordaje
integral no sólo de las adicciones sino del conjunto del fenómeno del uso de drogas legales e
ilegales, incluyendo por supuesto a los consumos problemáticos, las adicciones y/o las
toxicomanías.
La ley 23737, en su implementación produjo representaciones sociales negativas en la
sociedad en general; en los técnicos, profesionales y trabajadores del campo de la salud; en la
población que hace algún tipo de uso de drogas, tanto ocasionalmente como de manera
enfática. Estas representaciones sociales negativas actúan como obstáculo para las acciones
sociales y sanitarias y sobre todo para reflexionar sobre las prácticas en salud y encontrar
prácticas adecuadas que posibiliten un mayor impacto en la disminución de los consumos
problemáticos y la superación de las adicciones.
Una aproximación pertinente al fenómeno deluso de drogas, los consumos problemáticos y las
toxicomanías requiere de un abordaje interdisciplinario que simultáneamente interrogue
desde una lectura crítica a los discursos segregativos y estigmatizantes sobre el usuario de
drogas y a la vez proponga prácticas comunitarias desde criterios sociales y sanitarios que
tomen en cuenta las dimensiones jurídicas, sociales, sanitarias, subjetivas y segregativas
concurrentes al mismo.
Las estrategias de Reducción de Daños permiten una aproximación desde la perspectiva de la
construcción de ciudadanía e inclusión social, tomando en cuenta los abordajes en contextos
comunitarios y particulares en articulación con la valoración de las singularidades subjetivas
que participan del fenómeno y del caso por caso en la clínica de las toxicomanías.
Los criterios de la Reducción de Daños (RRDD) parten de poner en el centro de la cuestión a los
sujetos en su relación con las drogas, sus usos y consumos, y con los contextos en los cuales no
sólo transcurren los actos de consumo en sí, sino fundamentalmente los desarrollos de sus
lazos sociales, sus vínculos afectivos y la dinámica de sus subjetividades.
El desarrollo de Intervenciones Comunitarias de Prevención y Reducción de Daños en
consumos problemáticos de drogas podrá lograr mayores impactos en la medida que estas
acciones sean significativas para la población UD, sus redes sociales singulares y del contexto
que habitan. La construcción de condiciones de posibilidad de que esto suceda implica
tomar en cuenta las significaciones e imaginarios sociales de los UD, de sus familias y de la
comunidad de su geografía cotidiana, con los cuales ellos definen el problema del uso de
sustancias.
En definitiva, si tomamos en cuenta a la población destinataria de las acciones sociales y
sanitarias, podremos construir mejores condiciones para que una política pública no sólo sea
visible y accesible sino sobre todo contenga un alto nivel de aceptabilidad por parte de la
población destinataria.
Las sustancias tienen su importancia y su eficacia y no podemos nunca subestimarlas pero se
trata principalmente de poner el centro de la cuestión en los sujetos y sus modalidades
vinculares con el objeto droga, reflexionando a la vez sobre cuán eficaces son las políticas
públicas para el abordaje del fenómeno del uso de drogas y las adicciones cuando sus acciones
hacia la comunidad son formuladas desde condiciones de exterioridad, en lugar de ser
construidas ubicando el centro de la cuestión en la comunidad misma.Modificar la Ley 23737 y
restablecer los criterios sociales y sanitarios es el camino para construir una política de drogas
más justa, más eficaz y sobre todo más humana.
Lic. Ricardo Paveto