Profesional 19 La vida como terapia Graduado de Psicología es reconocido psicoanalista de niños y adolescentes como psicoanalista especializado en niños y adolescentes. Eitan, miembro adherente de la Sociedad Psicoanalítica Internacional (IPA) y de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA), actualmente reside en la capital argentina. Licenciado en Psicología por la Universidad de Lima en 1998, antes tuvo que enfrentar algunos retos. Eitan Gomberoff reside en Argentina, donde ofrece atención especializada, también a adultos, en su propio consultorio. Él también fue un joven necesitado de orientación, como los que hoy acuden a su consultorio. Por fortuna, cuando encontró su vocación, con ella vino también el éxito profesional y personal. “Terminé el colegio asumiendo que cumpliría el mandato de continuar con los negocios familiares. Pero poco antes de concluir la carrera de Ingeniería Industrial, supe que debía hacer mi traslado a la Facultad de Psicología”. Eitan Gomberoff admite que ése fue el primer paso para lo que ha logrado hasta hoy: ganar notoriedad Durante tres años realizó prácticas en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), donde atendió, mediante terapia de juego, a niños y adolescentes que sufrían de bajas defensas, leucemia, cáncer y enfermedades terminales. “Fue una experiencia muy formativa, pero terrible. Un chico de seis años murió en mis brazos de un ataque cardiaco”, recuerda. Continuó su internado en la clínica psiquiátrica Villa Salud, que recibe a pacientes con trastornos narcisistas: adicciones, psicopatías y perversiones sexuales, entre otros. “Otra experiencia difícil, como lo fue también la del albergue de mujeres maltratadas PROVIDA, que visité en Argentina”. Aun así, su meta era especializarse en psicoanálisis. A los 24 años fue el candidato a las sociedades psicoanalíticas más joven del globo. “En Londres me dijeron que, con esa edad, ni siquiera volviera a llamar; en Jerusalén, lo mismo”. Su oportunidad llegó en Buenos Aires, donde fue admitido por la APdeBA un año después de terminar sus estudios universitarios. En esa ciudad no solo consolidó su vocación; también conoció a quien hoy es su esposa y madre de su pequeña de cuatro meses. Pero la adaptación no fue fácil. “Fue duro ser tan joven”, nos explica. “Nadie me derivaba pacientes y casi no se respetaba mi opinión. Muchos de mis compañeros ya contaban con grados de Máster y de Doctor, y sus hijos tenían la misma edad que yo en ese momento”. Luchó contra la marea, y hoy podemos encontrar en varios artículos de prestigiosas revistas especializadas el nombre de este graduado, que también atiende a adultos en su propio consultorio. Pero es el trabajo con niños, área que conoció bien en sus años de clown en la ciudad porteña, lo que lo apasiona. “Con ellos la terapia se realiza básicamente a través del acto. Hay que tirarse al piso, hay que jugar. En eso yo me siento muy cómodo”, sostiene. Todos los años viaja a Lima para dictar clases privadas y también en la Escuela de Psicoterapia Psicoanalítica. Su última visita le dio la satisfacción de reencontrarse con su Universidad, durante el Seminario Nociones Centrales en la Técnica Psicoanalítica (ver página 7). En cuanto al futuro, no descarta la idea de aproximarse a una nueva línea de pensamiento, a las familias y las parejas; un terreno en el que Eitan ya ha hecho suya la mejor terapia. “Cada hora que paso lejos de mi hija me cuesta”, apunta. Por eso siempre vuelve a Buenos Aires. Nota femenina Graduada de Comunicación lanzó nuevo disco Considerada una de las cantautoras limeñas más importantes de los últimos años, Caroline Cruz, graduada de nuestra Facultad de Comunicación, lanzó su segundo disco, Velocidad. música independiente peruana e internacional, y de la banda sonora del filme Amalgama (2004), del argentino Nicolás Filipic. Antes de subir al escenario junto a Pierina Less, Magali Luque y Daniella Saettone en el A diferencia de su Árbol Blanco (2001), para este álbum Caroline buscó una fuerza musical nueva que finalmente encontró en las guitarras eléctricas. “Este trabajo es muy guitarrero en la parte pop, pero conserva mi lado de fusión latinoamericana”, afirma una de las fundadoras del grupo Cementerio Club. “Estoy muy satisfecha con las interpretaciones vocales, que tienen más matices que las del disco anterior, el cual fue grabado en vivo”. Su talento la llevó a formar parte de un recopilatorio de la Revista 69, publicación de Caroline Cruz, considerada en el grupo de cantautoras limeñas más importantes de los últimos años. Encuentro de Cantautoras Peruanas, ya había formado las bandas de trova Atodasta y Silvio a la Carta, nombres que se le vienen a la cabeza al recordar su época universitaria. Con esta última logró participar en un festival musical en la Casa de las Américas, en Cuba, junto al popular Silvio Rodríguez. Y hace poco abrió el concierto de otro ícono del género: Nito Mestre. Con sus letras y melodías, Caroline busca compartir su punto de vista del mundo femenino. “Me gusta que las mujeres seamos cada vez más independientes y tengamos más poder de decisión que antes”, reflexiona. “Felizmente vivo en una época en la que se puede sacar un disco y ser mujer a la vez”.
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