Diciembre 2009 OSTINATO NÚMERO 2 El carácter romántico de Pergolesi puede deberse a que se formó como músico en Nápoles, en donde el universo de la música sacra se acercaba más al escenario operístico y a la teatralización de los hechos religiosos. UN ROMÁNTICO del Barroco por Jeanine Hasselkus ¿Por qué razón las últimas obras de los compositores, acabadas o inacabadas, tienen un aura especial que nos mueven y conmueven hasta lo más profundo de nuestro ser? El Stabat Mater de Pergolesi (1710-1736), probablemente el más conocido, interpretado y admirado de todos los Stabat Mater que se han compuesto a lo largo de la historia, es una de esas obras que al escucharla conscientemente, en absoluto silencio y en comunión con nuestro verdadero Ser, nos hace transitar entre lo divino 1 y lo humano, en ese punto compases está dicho todo de inflexión donde todos sobre la vida. divagamos alguna vez y quizás, sin saberlo, redimimos nuestra alma. Desde el inicio del Stabat Mater hay un destello de El comienzo de esta obra, agonía, una manifestación con esas disonancias que física del dolor, del dolor en parecen llantos, es una de estado puro. Pergolesi logra las maravillas musicales transmitir el lamento de una donde uno puede recrearse madre ante la irremediable una y otra vez. Algo similar pérdida de su hijo, capaz de s u c e d e c o n e l p r i m e r estremecer a cualquiera que movimiento de la Pasión t e n g a u n m í n i m o d e según San Juan de Johann sensibilidad frente al dolor Sebastian Bach y el Kyrie ajeno. Nos acerca a esa de la Misa en Do Menor de dimensión humana que se Wolfgang Amadeus Mozart; resiste a identificarse con el cuando nos dejamos vaciar deseo de la muerte y la para que la música entre desaparición física como en nosotros comprendemos vehículos para llegar a un que en tan sólo unos cuantos estado superior. OSTINATO Es así como Pergolesi se aleja de la objetividad, transparencia y equilibrio barrocos, para hacer del Stabat Mater una experiencia personal religiosa y situarse en el universo de las emociones humanas, convirtiéndose en un precursor del romanticismo, exaltando los sentimientos para dar cauce al dramatismo a la máxima potencia. Quizás esa sea la razón principal por la que continúe en el gusto popular y que algunos melómanos sin nociones claras de la historia de la música, pero con una sensible audición, consideren a Pergolesi posterior al Barroco. Y es que sus obras tienen una doble audición, una barroca y otra clásica-romántica, ya que una de sus innovaciones fue incluir sinfonías de varios movimientos en sus óperas. Incluso para muchos, algunas de sus piezas parecen salir de las partituras de Mozart, aunque éste nació veinte años después de que muriese Pergolesi. Este carácter “clásico-romántico” puede deberse a que Giovanni Battista Pergolesi se formó como músico en Nápoles (la capital del mundo musical en el siglo XVIII), en donde el universo de la música sacra se acercaba más al escenario operístico y a la teatralización de los hechos religiosos. Pergolesi se distingue por la nitidez de sus construcciones vocales y por un sentido de la melodía que le permitió construir frases infrecuentes en un época dominada por los esquemas barrocos. Su estilo se apoya en melodías que son una anticipación al gusto por el cantabile. Además de que, fiel a la escuela napolitana, en sus obras sacras confía los principales recursos de su arte a las voces y deja a los instrumentos un lugar secundario. no sabía si tendría tiempo de acabar la obra por la que le habían pagado diez ducados. El caso es que el Stabat Mater fue estrenado el 23 de marzo de 1736 en la iglesia de Santa María de los Siete Dolores de Nápoles, siete días después de la muerte de su autor. Se dice que terminó la composición dos días antes de morir como una dramática despedida del mundo. Sin embargo, hoy se sabe que la trabajó en diversos momentos, separados por paréntesis temporales. En la cultura napolitana, lo central es la vida. Por eso, ante la muerte, el sentimiento religioso se sumerge en el dolor de la pérdida. Entre los napolitanos existe una especie de fascinación por el sufrimiento, incluso, durante la Semana Santa hay un rito de la agonía que termina precisamente con la entonación del Stabat Mater, como si la agonía fuera la última forma de resistirse a la muerte. Como suele pasar con los compositores que mueren a temprana edad y a sus obras finales, el Stabat Mater de Pergolesi tiene mucho de leyenda, entre ellas se destaca que mientras estaba en Pozzuoli, escribió a Francisco Feo (uno de sus profesores del Conservatorio de Nápoles) que 2 Conservatorio de San Pietro a Maiella en Nápoles, Italia. OSTINATO De Jesi a Pozzuoli Giovanni Battista Draghi, compositor, violinista y organista italiano del periodo Barroco, nació en Jesi, Ancona en 1710 y murió en Pozzuoli, cerca de Nápoles, en 1736. Cambió su apellido a Pergolesi como homenaje a la ciudad de Pérgola. Fue confirmado en 1711, un año después de su nacimiento, lo que hace suponer que desde niño gozó de mala salud, incluso se cree que padecía de espina bífida, una malformación congénita del tubo neural que se caracteriza porque uno o varios arcos vertebrales posteriores no se fusionan correctamente durante la gestación, por lo que la médula espinal queda sin protección ósea. Para fortuna nuestra, el manuscrito original del Stabat Mater se conserva actualmente en la biblioteca de la Abadía de Montecasino a pesar de que el convento fue prácticamente destruido durante la Segunda Guerra Mundial. Pergolesi, marcado por una breve existencia minada por la tuberculosis, desarrolló un catálogo que abarca desde la ópera seria hasta la ópera bufa, de la que se considera el pionero gracias al intermezzo (partitura corta de carácter cómico para dos personajes) La Serva Padrona (1733). Su música sacra contiene misas, oratorios, dos bellísimos Salve Regina, cuatro cantatas y el universal Stabat Mater. Escribió también sonatas Desde temprana edad se dedicó a la música, para violín y dos conciertos, en Si bemol y Do, recibiendo lecciones de violín de Francesco respectivamente, así como una hermosa sinfonía Mondini. A los 16 años fue invitado a estudiar en a violonchelo solo. el Conservatorio dei Poveri di Gesu Cristo en Nápoles, donde estudió música, composición y Su obra tiene un lenguaje personal que lo separa canto por cinco años. Sus gastos fueron pagados del resto de los músicos barrocos. Su liricismo y el por un aristócrata de Jesi que tenía interés en que hecho de que en su música estén presentes las desarrollara su talento. emociones humanas son las principales razones de su contemporaneidad. Fue precisamente en Nápoles donde profesores de la talla de Leonardo Vinci y Francesco Escuchar la música de Pergolesi es percibir el Durante introdujeron a Pergolesi en las bases del genio que habitaba en ese joven que con tan sólo oficio operístico, convirtiéndose a los 22 años en 26 años nos legó una de las obras musicales más maestro de capilla del caballerizo mayor del virrey conmovedoras y bellas, enfrentándonos al dolor de Nápoles, el príncipe Fernando Colonia de la pérdida ante lo único que tenemos seguro, la Stigliano. muerte, y a la que, salvo J.S. Bach, muchos preferimos evadir. En 1734 fue nombrado maestro suplente de la Capilla Real, bajo las órdenes de Marzio Domenico Carafa, el duque de Madalonni, quien a mediados de 1735, ante el mal estado de salud de Pergolesi, le recomienda recluirse en el monasterio franciscano de Pozzuoli, lugar en el que compone el Stabat Mater, como un encargo de la Cofradía de la Virgen de los Dolores para sustituir el de Alessandro Scarlatti (1660-1725) destinado a las representaciones del Viernes Santo. Tras su fallecimiento, el Stabat Mater de Pergolesi fue la pieza más editada e impresa del siglo XVIII, así como la más arreglada y adaptada por un gran número de compositores, tal es el caso de J. S. Bach, quien la usó como base del Salmo 51 "Tilge, Höchster, meine Sünden" (BWV 1083), dotándola de un contrapunto más denso y un acompañamiento instrumental más completo con ciertos retoques para el bajo. Es posible que la partitura se la facilitara su gran amigo, Jan Dimas Zelenka (1679-1745), un genial compositor que, como muchos otros, espera ser valorado en su justa medida por un público todavía cautivo por el repertorio musical de siempre. 3 OSTINATO “La Crucifixión” (1512-1516), Matthias GRÜNEWALD. Más allá del Stabat Mater 4 Stabat Mater (en latín Estaba la Madre) es una secuencia católica del siglo XII compuesta por 20 estrofas y 60 versos distribuidos de tres en tres, en la que se intenta representar el dolor de la Virgen al pie de la cruz ante la muerte de su hijo Jesús. gracias a la iniciativa del papa Benedicto XIII (1649-1730), el Stabat Mater volvió a formar parte de la liturgia como la quinta secuencia del Misal. Actualmente se canta cada 15 de septiembre, de acuerdo con el calendario dominicano, como parte de los Siete Dolores de la Santísima Virgen. Algunos estudiosos señalan a Jacopone da Todi (1230-1306) como el autor del texto, pero otros lo atribuyen al papa Inocencio III (1161-1216). Hoy en día, el Stabat Mater forma parte de las Estaciones de la Cruz, la doceava muestra a Jesús en la cruz con María y Juan a sus pies. Es una de las cinco secuencias aceptadas por la liturgia católica (las otras cuatro son: Victimae paschalis laudes, Veni Sancte Spiritus, Lauda Sion y Dies irae). Pero no siempre fue así, el Concilio de Trento (1545-1563) prohibió su uso porque el texto no estaba tomado de la Biblia y porque las obras de los compositores del Renacimiento mostraban una polifonía compleja que dificultaba la comprensión del texto, algo inaceptable para la Iglesia en aquella época. Sin embargo, en 1727, Esta plegaria que comienza con las palabras Stabat Mater dolorosa ha sido el espacio en el que se han creado y recreado grandes obras musicales. Múltiples compositores de distintas épocas, estilos y visión musical han sucumbido frente a este texto medieval que pone de manifiesto la profunda devoción que profesaban los cristianos de la Edad Media por la Virgen María, a quien calificaban de afectuosa y amable. Entre los compositores se cuentan Josquin Despréz (1450-1521), Giovanni Pierliugi da Palestrina (1525-1594), Antonio Vivaldi (1678-1741), Joseph Haydn (1732-1809), Franz Schubert (1797-1829), Giovanni Simone Mayr (1763-1845), Gioachino Rossini (1792-1868), Antonin Dvorak (1841-1904), Karol Szymanowski (1882-1937) y Francis Poulenc (1899-1963), entre otros. OSTINATO La Santísima Trinidad Después de escuchar diversas versiones del Stabat Mater, la grabación que dirige el francés Christophe Rousset con su ensamble Les Talens Lyriques, la magnífica soprano norteamericana Barbara Bonney y el sublime contratenor alemán Andreas Scholl, es la mejor de todas por su balance y perfecto equilibrio entre orquesta y voces. Ninguno de los dos solistas destaca sobre el otro, sino que se complementan, y Rousset tiene la gran virtud de regalarnos momentos sublimes en los que podemos disfrutar de Bonney y la angelical voz de Scholl, sin duda el mejor contratenor contemporáneo. Una delicia de principio a fin. Una interpretación más íntima es la que nos ofrece Gérard Lesne con su grupo “Il Seminario Musicale”, la elegante y fina soprano francesa Véronique Gens y el propio Lesne. Una grabación en la que el acompañamiento de la tiorba del francés Pascal Monteilhet enriquece la textura del continuo, aunque disminuye un poco el dramatismo de la obra. Una versión más operística es la que nos ofrece Claudio Abbado con la “Orchestra Mozart” y la magnífica contralto italiana Sara Mingardo, que con su bellísima voz oscura, profunda y llena de matices, logra transmitir el dolor como sólo los italianos saben hacerlo. CHRISTOPHE ROUSSET Les Talens Lyriques Barbara Bonney / Andreas Scholl GÉRARD LESNE Il Seminario Musicale Véronique Gens / Gérard Lesne CLAUDIO ABBADO Orchestra Mozart Rachel Harnisch / Sara Mingardo Decca 1999 Virgin 1997 Archiv 2009 En 2010 se cumplen 300 años del nacimiento de Pergolesi, por lo que seguramente será objeto de celebración y diversos homenajes a nivel mundial, especialmente en las ciudades vinculadas a su vida, como Jesi, Nápoles, Pozzuoli, Roma, Bolonia, Milán y París. Un buen momento para descubrir y revalorar su obra. 5 OSTINATO Cúpula de la Ópera Nacional de París decorada por Marc CHAGALL. Les Boréades, la revolución musical por Antonio Mustarós Jean-Philippe Rameau (1683-1764) es un genio musical que merece mayor atención y reconocimiento. Su obra no sólo es vanguardista para el periodo Barroco, sino que incluso hoy nos sorprende por su modernidad. En ciertos momentos suena como el mejor Mozart o Haydn, en otros prefigura a los primeros románticos y en movimientos contemplativos llega a traernos reminiscencias de Bruckner o Wagner, con una rica orquestación completamente inusitada en su época, llena de alientos, metales y percusiones, así como un uso idiomático de las cuerdas. Princesse de Navarre (1745); las comedias Platée (1745) y Les Paladins (1760); y las tragedias Hippolyte et Aricie (1733), Castor et Pollux (1737), Dardanus (1739), Zoroastre (1749) y Les Boréades (1764), su última y mejor composición lírica creada cuando ya era un octogenario. Un velo de misterio cubre a Les Boréades desde sus orígenes; no se sabe con certeza quién fue el libretista, aunque es posible que haya sido Louis de Cahusac, autor de los libretos de varias óperas de Rameau, quien era un conocido masón de alto rango en la logia de París, por lo que la historia de Les Entre sus 30 óperas destacan Boréades, llena de simbolismos o b r a s m a e s t r a s c o m o l a s masónicos, es probable que óperas-ballet Les Indes galantes saliera de su pluma, constituyendo (1735), Les Fêtes d'Hébé (1739), La una visión prematura de La 6 Flauta Mágica 30 años antes de que Mozart la escribiera. A principios de 1764 Rameau inició los ensayos para la puesta en escena, que se prolongaron por varios meses, pero la obra, a punto de estrenarse, por razones desconocidas, no sería representada. Se especula que la suspensión haya sido producto de una orden directa de Luis XV, quien la censuró por considerarla subversiva y demasiado “revolucionaria”, lo cual no es de extrañar ya que la trama habla de la emancipación de la mujer, de la igualdad de las personas sin importar su linaje y de la libertad como bien supremo. Temas que era mejor no tocar para no dar ideas que pudieran desestabilizar el orden y la armonía del reino. OSTINATO Poco después, el 12 de septiembre de ese mismo año, Rameau falleció y Les Boréades tuvo que esperar más de dos siglos en la Biblioteca Nacional de Francia para ser estrenada en 1982 en el Festival de Aix-en-Provence bajo la batuta del británico John Eliot Gardiner, quien se encargó de descifrar el manuscrito original plagado de correcciones y añadidos del autor, cuya caligrafía no era precisamente muy clara. De hecho, la grabación de ese estreno es la única producción discográfica de la obra que existe, mientras que la única versión en DVD es la dirigida por el franco-estadounidense William Christie en la Ópera Nacional de París en 2003. La razón por la que esta obra maestra no tenga un mayor número de grabaciones es sencilla: inexplicablemente, la Biblioteca Nacional de París vendió los derechos a Editions Stils, editora musical que ha querido atesorar este patrimonio musical y especular con él, concediendo permiso para su ejecución pública y grabación pocas veces a cambio de sumas estratosféricas. Arts Florissants, editada por la destacada firma Opus Arte. A nivel musical, Les Boréades es sorprendente en su amplia paleta de colores y audacias armónicas, magistralmente interpretada por Christie, uno de los mayores expertos en música del Barroco francés. Los protagonistas, Alphise y Abaris, encarnados por la estupenda soprano norteamericana Barbara Bonney y el magnífico tenor escocés Paul Agnew; alcanzan lo sublime con sus prístinas voces. Pero algo importante de esta puesta en escena dirigida por Robert Carsen, escenógrafo y director artístico inglés que ha hecho mancuerna con Christie en múltiples ocasiones, es la profunda visión integradora de la música, el teatro y la danza, en un espectáculo sonoro y visual de alto impacto, con un refinado sentido estético lleno de frescura y vitalidad, fiel a la concepción del propio Rameau que buscaba la unión perfecta entre las artes, “escondiendo el arte por el arte mismo y hablándole al alma, que es a quien la música debe dirigirse”. La producción de Gardiner en el sello Erato, que tiene su mérito por ser la primera, aunque cuidada y bien interpretada, debido a su edad (27 años) fue ampliamente superada por la extraordinaria versión en DVD de Christie y su ensamble Les Vista del salón y detalle de los mosaicos de la Ópera Nacional de París. 7 OSTINATO Metafísica a la Rameau La trama es simple: Alphise es una reina obligada a elegir a su futuro esposo entre dos miembros del linaje de Boreas, el dios del viento del Norte, con la complicación de que ella ama a Abaris, un personaje perteneciente a la luminosa estirpe de los apolíneos, que son la antítesis de los oscuros y rígidos boreados. El amor triunfa en el corazón de Alphise y prefiere renunciar al trono con tal de estar con Abaris, lo cual provoca la incontrolable ira de Boreas, que rapta a Alphise y devasta la tierra. Ante la desolación que lo circunda, Abaris se da por derrotado, pero Apolo desciende y lo incita a pelear por su amor, recordándole el mismo. Metafísica pura en la que Cupido le entregó una flecha Francia barroca. mágica que puede ayudarle a rescatar a Alphise, lo cual logra El paladín de la armonía al tomar conciencia de que es un Aunque la obra es lo importante semidiós, hijo de Apolo. de un compositor y no su Más allá de la historia y los biografía, esta última a veces aspectos mitológicos, las ideas ayuda a comprender la razón de que destacan son la libertad de ciertas decisiones artísticas. elección, de vivir en armonía y de declarar la igualdad entre los En el caso de Rameau, su etapa hombres. En ese sentido, nada anterior a 1723, año en que se más elocuente que la escena instala en París, está llena de final en la que los boreados, que sombras, aunque se sabe que siempre visten de oscuro, al estuvo en Italia varios años y en despojarse de sus pesados su regreso a Francia fue organista ropajes, descubren que son tan en las catedrales de Dijon, su luminosos como los apolíneos. ciudad natal, y en ClermontSu esencia, su verdadero ser es Ferrand. De la larga etapa pre-parisina sólo se conservan unas cuantas obras, su Primer Libro de Piezas de Clavecín y algunos motetes, aunque es de suponer que compuso gran cantidad de piezas sacras e instrumentales que quizá hoy aguardan en un rincón a que algún musicólogo las rescate del silencio. Tan importante como su faceta de compositor, es la de teórico musical, en la que sobresale su tratado sobre armonía, que fue una obra de referencia académica hasta principios del siglo XX y hoy continúa siendo de gran trascendencia en la historia de la música occidental. La música en palabras OSTINATO es una publicación de INVENTIO Comunicación www.inventio.com.mx Derechos reservados. Comentarios y sugerencias: [email protected] 8 “El oído humano es preterrestre y preatmosférico. Antes del aliento mismo y antes del grito que lo desencadena, dos oídos se bañan durante dos o tres estaciones en la bolsa del amnios, en la resonancia de un vientre. Toda percepción sonora es un reconocimiento y la organización o especialización de ese reconocimiento es la música.” Pascal Quignard “Sin música la vida sería un error.” Friedrich Nietzsche “El sentido profundo de la música y su fin esencial es el de promover a una comunión, a una unión del hombre con el prójimo y con el Ser.” Ígor Stravinsky “Los hindúes sabían desde hace tiempo que la música transcurría permanentemente y que escucharla era como mirar por la ventana un paisaje que no cesa cuando apartamos la vista”. John Cage
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