SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015 libros.laopiniondemurcia.es [email protected] Gerardo Diego POR FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA 2 María Teresa Cervantes María Cegarra 6 Aldo Manucio POR SANTIAGO DELGADO 8 4 Imperio Moyano POR MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ 8 POR ANTONIO J. UBERO La felicidad abstracta POR FRANCISCO GIMÉNEZ GRACIA FOTOGRAFÍA DE PUBLISHING PERSPECTIVES Ramón Jiménez Madrid BUSQUETS Junto al mismo mar «Todo es igual y todo parece acabar en lo mismo, en la unión de los cuerpos, en la fusión de los humores, en la conjunción de fuerzas que muy pronto se separan hasta aguardar la siguiente entrevista clandestina no en balde la narradora se declara heredera del espíritu de los años sesenta, de la libertad sexual, de la libertad a secas...» Nos enfrentamos por vez primera —esta es al parecer su segunda novela— a esta escritura femenina en el panorama narrativo español, aunque conviene mencionar, si así se estima, que procede de una importante cepa literaria como es la de Esther Tusquets, su madre, no mencionada por su nombre aunque presente de principio a fin en esta novela que se desliza por suaves colinas y abruptos abismos, por dulzuras y oscuridades, por la delicadeza de la educación y la ausencia de prejuicios, al margen de la sociedad estática. Una novela muy mediterránea si tenemos en cuenta que casi toda ella transcurre en el espacio liberal, cosmopolita y luminoso de Cadaqués, un pueblo de artistas y bohemios desde hace varias décadas que pasean su aires europeos por estas páginas que resuenan como peregrinas, excesivamente libres para los perfiles meseteños, estrechos y moralistas, sobre todo cuando la voz que narra los sucesos nos remite a los hechos de una mujer de extraños comportamientos, de anormales relaciones que pasan por mantener al mismo tiempo relaciones sexuales con sus dos esposos anteriores, que abandona fiestas familiares para reunirse con los amantes casados, con jóvenes o con personas de más edad. Todo es igual y todo parece acabar en lo mismo, en la unión de los cuerpos, en la fusión de los humores, en la conjunción de fuerzas que muy pronto se separan hasta aguardar la siguiente entrevista clandestina no en balde la narradora se declara heredera del espíritu de los años sesenta, de la libertad sexual, de la libertad a secas, de las ganas de divertirse, de la importancia de la juventud. Y no sólo de Blanca, la protagonista de esta narración aparentemente frívola, también de aquellas otras amigas que pueblan este relato que no hacen sino mirar en la misma dirección, discernir sobre los comportamientos de los hombres, saciar sus apetitos amorosos o gozar de esa sensación de felicidad que proporciona el amor, punta romántica que asoma en cualquier resquicio de una obra que puede tener varias lecturas, la de aquella otra, y mucho más seria, que se atiene a otros factores más severos y puntuales. El hecho de que la obra se abra con una escena en el cementerio, la liga a la consideración de la muerte, circunstancia que traspasa de parte a parte esta novela en este punto oscuro que contrasta con todo aquello que era la vida, que deparaba la carne, el sexo o la coquetería femenina, que de todo participa esta novela escrita con mucho estilo, con alto potencial literario, con mucho oficio que delata a la que ha leído no poco antes de lanzarse de lleno a la aventura literaria. Un estilo aparentemente sencillo, breve, conciso, abastecido de adjetivos que lo engalanan de tiempo en tiempo. Blanca, la protagonista de la obra, que ha perdido recientemente a su madre, va combinando estos momentos de gozo y ansia amorosa con aquellos en los que anidan las evocaciones a la madre, todo aquello que le enseñó de todos. La presencia de la difunta se hace constante y resuena incluso en aquellos momentos en los que la dicha se ensancha, en los que se logra el clímax amoroso en unas escenas escuetas, muy bien llevadas por la escritura en primera persona de quien se acoge al espíritu mediterráneo y griego, a la hermosura de los cuerpos, a la experiencia de la existencia. Mucho de experiencia revuela en este grito a favor de la intuición y la espontaneidad de los cuerpos, a la entrega sin prejuicios, incluso cuando median hijos y revolotean por las páginas de este libro que nos regala una buena escritura. MILENA BUSQUETS También esto pasará ANAGRAMA 2 Libros LaOpinión SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015 Marcapáginas Guillermo Busutil Cuando llueve la ausencia S ergi Pàmies se quita la chaqueta, la camisa, los zapatos, el gesto cansado de un día cualquiera, la memoria arrugada que no siempre lleva a todas partes, y lo va dejando todo abierto sobre la cama. Lo hace con la misma calma, distanciamiento y suave tristeza que tiene su prosa, como si fuesen las prendas prestadas por la vida para salir a la calle de la literatura. Igual que si fuesen las partes del disfraz que va a necesitar el personaje de la ficción a la que lleva días dándole vueltas. Irónicamente, con un poco de acidez y descreimiento, y también con la ternura que Pàmies esconde entre líneas en forma de hilos sueltos con los que una mano atenta puede restañar las heridas imperfectas, los desconchones de la biografía emocional. Hace cuentos que Pàmies hace más vulnerables a los lectores que se comen un limón sin hacer muecas, que soportan la realidad sin que se les caiga la cara de vergüenza o que intentan salir adelante sin dejar de dar pedales en una bicicleta estática. Todos ellos son sus cómplices. Forman parte de la memoria, de la melancolía, de la dignidad con la que el escritor escribe acerca de las pérdidas, de las pequeñas conquistas, de la derrotas que se libran dentro de los dramas de andar sin brújula por la vida. Incluso de lo que sucede cuando llueve la ausencia, como acaba de hacer en las veintiséis piezas musicales de Canciones de amor y de lluvia, una vez más en Anagrama. Hay quien afirma que Sergi Pàmies escribe distinto cada vez. Que nunca se sabe qué va a contarnos en los nuevos cuentos de un libro nuevo. Se equivocan. Su lector habitual sabe lo que va a contar. Puede que se pregunte desde dónde lo hará y si se retará abordando un tema diferente. Pero el universo Pàmies está muy claro. Es esa realidad cotidiana en la que una anécdota o la rutina terminan por explotar definitivamente —porque hace tiempo que, sin ruido, lo lleva haciendo— descubriendo las sombras, los vacíos, los ángulos muertos que componen la identidad de un hombre, su microcosmos afectivo, su herencia familiar, la mirada con la que se juzga a sí mismo cuando reflexiona acerca del fracaso o de los insignificantes triunfos que tienen más valor del que aparentan. El juego entre la invención y la memoria, entre la nostalgia y la aceptación, son el enfoque desde el que Pàmies susurra la música, esta lluvia, de la dependencia de la memoria, del final progresivo del amor, de la rutina de la comunicación, de los secretos entre padres e hijos, de las aventuras con las que todos pretendemos enriquecer la realidad o encontrarle un sentido. Y lo hace con un humor puntiagudo e higiénico que es su forma de evitar el sentimentalismo, de extirpar la nostalgia y de no dejarse llevar más allá de la esperanza necesaria. Todo esto encontrará el lector que le sigue y el nuevo que se le acerque en estos cuentos donde su madre lucha por tejer una bufanda —hermosa metáfora de la escritura y el compromiso— cuando la edad le tropieza la vista y las manos; en los que hay un viaje familiar con una lápida provisional para una tumba; un esposo aparcado al que le fallan los reflejos para cazarle a su mujer un autógrafo de Serrat; donde un escritor que visita a Auster, junto su mujer editora de la escritora que es la mujer de Auster, pelea con sus nervios e inseguridades, y en los que otra mujer llora todos los días a la misma hora. También hay otras realidades con sus contradicciones y otros sueños desacreditados con las y los que Pàmies le toma el pulso al desencanto que se despierta cuando se enfrenta la edad madura y uno silba canciones para soltar lastre contra las distorsiones del tiempo Y lo cuenta todo Pàmies como quien sabe que llegará a casa y se quitará la chaqueta, la camisa, los zapatos, el gesto cansado de un día cualquiera, con sus lluvia y sus ausencias, para dejarlo todo sobre la cama y que la vida la vistan otros. SERGI PÀMIES Canciones de amor y de lluvia ANAGRAMA «El volumen nos permite conocer de cerca el atrevimiento de una persona tan joven, recién licenciado en Filosofía y Letras y opositor en ese momento a cátedras de instituto, al enfrentarse a una sociedad literaria muy reaccionaria y tradicional» Origen de una larga y pintoresca polémica ENTRE LETRAS POR FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA poeta clasicista y vanguardisAcaba de aparecer en Madrid ta al mismo tiempo, y junto a una interesante edición de insu papel como el aglutinador menso valor documental para de toda su generación en la conocer el nacimiento de la conmemoración del centevanguardia poética en España, nario de Góngora de , ya que descubre los primeros Gerardo Diego pasa a la hispasos de los más jóvenes poetas toria por su condición de indel siglo XX en sus avances para genioso antólogo: su antoloafianzar la nueva estética. En gía de la poesía española de una coedición entre la Funda y marcó la ordenación Gerardo Diego y la Resición histórica de la poesía del dencia de Estudiantes, se ha pusiglo XX, pero también hay blicado el libro La poesía nueva que recordar su Antología pode Gerardo Diego, al cuidado éticaen honor de Góngora, de del catedrático de la Universi, o su divertida Tontolodad de Deusto Juan Manuel gía, recopilación de poemas Díaz de Guereñu. ‘tontos’ o malos de poetas Se sabía, desde hace muchos buenos (). Pues bien, con años, como señalaron los priesta edición contamos con meros biógrafos del poeta, el otra antología más de Gerarprimero Antonio Gallego Modo, realizada una década anrell en , que el de noGerardo Diego durante su tes, en . Una antología de viembre y el de diciembre de conferencia en el Ateneo de la lírica de la vanguardia in Gerardo Diego pronunció Santander, el 15 de noviembre ternacional, que revela lo respectivamente, en los atenede 1919 bien que conocía la poesía os de Santander y Bilbao, una europea más reciente y sus conferencia titulada La poesía nueva, y se habían estudiado y analizado las reac- gustos a la hora de dar a conocer a sus poetas prefeciones de la prensa ante esa escandalosa actividad ridos, españoles y extranjeros, unidos por el común juvenil que rompía con la estética tradicional. Así lo objetivo de ruptura con la tradición clasicista y con hizo Víctor García de la Concha en . La pren- el simbolismo y el parnasianismo imperantes en la sa, sobre todo la de Santander, muy conservadora, poesía española en . El volumen nos permite conocer de cerca el atrepolemizó sobre el sentido y el futuro de los nuevos movimientos poéticos, como el ultraísmo o el crea- vimiento de una persona tan joven, recién licenciacionismo, que Gerardo había explicado en la confe- do en Filosofía y Letras y opositor en ese momento a rencia, la primera que pronunciaba en su vida, con cátedras de instituto, al enfrentarse a una sociedad literaria muy reaccionaria y tradicional. Y eso lo teveintitrés años. Pero no conocíamos el texto de la conferencia, que nía muy claro, como Juan Manuel Díaz de Guereñu se ha descubierto recientemente entre los papeles destaca en su estudio preliminar: «Diego sabía que que conserva la familia del poeta. Se ha transcrito se iba a encontrar con un público mayormente sorcuidadosamente el autógrafo en el que el joven po- do a las novedades o cerradamente hostil a éstas, eta vanguardista da noticia y revisa con detalle la in- pero pese a ello quiso leer su conferencia en el Atecipiente historia de la vanguardia internacional y de neo de Santander. Tampoco el público de Bilbao prometía una acogida mucho mejor», algo los movimientos españoles. En tan temque sabía bien porque su compañero de prana fecha ya se declara adherido al creestudios en la Universidad de Deusto, el acionismo, agresivo movimiento que, poeta creacionista Juan Larrea, le estafundado por el poeta chileno Vicente ba informando por carta de la «incomHuidobro, le entusiasmó desde aquel prensión y desdén» hacia la nueva poeaño y a él fue fiel toda su vida hasta la sesía. nectud. El libro, junto a la transcripción Pero todo esto no amilanó al poeta, y del original de la conferencia, ofrece tamcon veintitrés años recién cumplidos se bién por primera vez las notas preparadecidió a dar un paso que ocasionaría torias de Diego para el debate posterior, larga y pintoresca polémica, agitadora así como los numerosos y enjundiosos de la vida provinciana santanderina ducomentarios publicados en la prensa de rante casi un mes. La reacción de la Santander y Bilbao. prensa bilbaína no fue tan beligeEl mayor hallazgo que supone esta rante, aunque no carece de interés, edición, además de los acertados y sobre todo porque uno de los perióbien documentados juicios de GerarGERARDO DIEGO dicos recoge el texto escrito por Lado Diego, es que lleva a cabo, para ilusLa poesía nueva rrea para presentar a su amigo, uno trar su conferencia, la primera antoloFUNDACIÓN GERARDO DIEGO Y gía de su vida, que hoy podemos re- LA RESIDENCIA DE ESTUDIANTES de los pocos textos que escribió sobre Gerardo Diego. construir. Además de por ser un gran LaOpinión Relámpago de lucidez y ternura David Trueba vuelve en DAVID TRUEBA Anagrama con Blitz, una Blitz ANAGRAMA brillante novela sobre la asunción de la madurez que encierra poderosísimas reflexiones sobre el amor perdido y la llegada de nuevas oportunidades vitales de todo tipo Novela POR JOSÉ ANTONIO SAU David Trueba es ese tipo que estuvo casado con Ariadna Gil, que ha dirigido un puñado de películas, algunas de ellas memorables y cargadas de Goyas, que hace guiones para otros de vez en cuando, que es periodista y que, además, escribe novelas que te pegan un puñetazo en la cara cuando las lees y te hacen reflexionar, unas más que otras; algunas te hacen sonreír melancólicamente mientras miras atrás, y a veces te sacuden por dentro, te remueven y de señalan sutilmente un camino, una vereda que diverge de la encrucijada en la que estás. Tiene ese don, punch, talento, gancho o como diablos quieran llamar a esa cualidad que permite a unos pocos atrapar a muchos escribiendo con el ritmo con el que las olas lamen la orilla de la playa o, si lo prefieren, con la cadencia exacta para que un libro te seduzca en pocas páginas, las mínimas para que acabes diciendo al instante ¿dónde habías estado tú antes? Y todo eso que Trueba sabe hacer tan bien ha vuelto a suceder con Blitz, su último trabajo con Anagrama, por supuesto, un novelón de apenas y pico páginas que se lee de un tirón y deja un poso profundo y doloroso, según tu momento vital. El protagonista de la obra es Beto, un arquitecto de poco más de treinta años especializado en paisajismo, en diseñar jardines en un mundo que ha olvidado hace tiempo lo que era una zona verde. Junto a su novia, acude a Múnich para participar en un concurso internacional al que ha presentado un proyecto de su cosecha, con el que espera cambiar su mediocre trayectoria profesional, pero justo en ese instante en el que todo podía ir a mejor un relámpago (blitz en alemán), un giro inesperado del destino, una jugarreta de la vida o del karma hace que Beto tenga que pararse y pensar y ver qué hacer consigo mismo, si lo suyo tiene solución después de recibir un golpe como el que podrán comprobar ustedes al leer la novela. Ahí tendrá que vérselas con él mismo, y ahí también es donde Trueba despliega todos esos recursos literarios, esa escritura lenta casi pastosa que a ratos te arrulla y a ratos se vuelve vigorosa y vertiginosa, y te das cuenta de que en la suerte del humor melancólico, de la recreación de la tristeza sin autocompasión, es uno de los mejores. En ese punto exacto en el que todo puede irse al carajo, Helga, una mujer de otra edad, de otra generación, aparece en su vida. Un encuentro que es el corazón del relato, y al mismo tiempo el punto de giro, el principio del cambio de Beto, que andaba perdido y, aunque siga estándolo, empieza a darse respuestas. Y, sobre todo, esta novela es una reflexión sobre la vida, el amor, la amistad y la proyección profesional de una intensidad y profundidad tales que si usted es humano y está en el momento justo le hará sonreír y, a ratos, le dolerá, porque apuesto lo que quiera a que habrá tenido pensamientos similares, si no idénticos, a los que pone en negro sobre blanco Trueba. Otra reflexión que le he escuchado a un crítico: Blitz nos enseña a no perder el tiempo con la persona equivocada. Es otra forma de verlo e igual es Trueba el que se lo tiene que decir a usted. Con Blitz Trueba confirma el éxito de su monumental Saber perder, otro puñetazo a la cara de los biempensantes, que somos casi todos; y la senda que iniciara con Cuatro amigos, una novela que forma parte del patrimonio juvenil e inmaterial de buena parte de los treintañeros españoles. Háganse un favor y léanla. SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015 Libros 3 Una hilarante odisea CĂRTĂRESCU. El mayor mérito de este libro-juego es su versatilidad. A veces, uno tiene la impresión de estar leyendo una obra de steampunk OTRAS ORILLAS Pedro Pujante Mircea Cărtărescu (Bucarest, ) es el escritor rumano más interesante y celebrado en la actualidad. Cada vez que se escucha su nombre suena de fondo el sutil aplauso de un posible premio Nobel. Autor de una copiosa y heterogénea obra, en España se ha publicado hasta el momento bastante de su prosa narrativa y el primer tomo de su trilogía Orbitol (Cegador), una vasta crónica que entremezcla memoria, fantasía y relato épico, con una prosa abigarrada y críptica. En sus cuentos y novelas de corte fantástico destacan su plasticidad, su mirada evocadora, una gran sensibilidad y originalidad en la búsqueda de temas; además de la capacidad para crear un universo propio y deslumbrante, en el que su ciudad natal, Bucarest, se erige como escenario onírico y mitificado. Un Macondo centroeuropeo, con tonalidades ocre, en el que las estatuas cobran vida y los personajes deambulan entre la realidad, la locura, el deseo y los sueños. Y ahora Editorial Impedimenta rescata El levante, una obra que en un principio se configuró como un poema épico, pero que su autor ha transformado en prosa. En alguna ocasión el propio Cărtărescu ha explicado esta evolución en su propia escritura. Según él, la poesía le sirvió durante un tiempo, pero finalmente la desechó porque para lo que tenía que expresar no le era suficiente. Empezó como poeta en el Cenáculo de los Lunes, siendo uno de los mejores dotados escritores de su generación, hasta convertirse en el narrador más interesante de las letras rumanas actuales. El levante fue escrito a finales de los años y en él ya se pueden encontrar algunos de los temas y obsesiones del autor bucarestino: intertextualidad, ironía y barroquismo. Por sus páginas desfilan personajes caricaturescos, embarcados en una aventura de dimensiones cómico-épicas, en pos de la salvación de Rumanía de sus enemigos griegos. Una parodia del género de la epopeya, pero que de algún modo la sobrepasa, porque la contiene y consigue deshacerse de sus propias premisas. Como Cervantes hiciera con la novela de caballería, Cărtărescu reinventa el poema épico, un poema posmoderno y delirante, y crea una historia divertida y repleta de referencias. Conviven en esta novela-poema personajes históricos con otros salidos de cuentos de hadas. Además, como suele ocurrir en la obra de Cărtărescu, el propio autor, en un juego de espejos pirandelliano, hace su aparición estelar en el relato, tratando de no influir en su discurrir ni en las peripecias de sus criaturas de ficción. Y no solo se contenta el autor con participar en su propio juego literario, también se dirigirá al lector, en un tú a tú cercano y despojado de solemnidad que hace de esta divertida obra literaria una pieza indiscutiblemente original, repleta de matices y digna de uno de los mejores escritores de la actualidad. El levante se ha comparado con el famoso episodio de Los bueyes del sol de Joyce. James Joyce, en el Capítulo XIV de Ulises, trató de emular todos los géneros literarios de la literatura inglesa, mediante juegos de palabras y la adopción de los lenguajes de cada época. En El levante, ya sea porque la literatura rumana no nos es tan conocida, o bien porque la traducción —por cierto, excelente— ha debido de sacrificar algún juego en virtud de un mejor acercamiento al público español, estos juegos referenciales no son tan evidentes. Pero no por ello dejará el lector de apreciar los divertimentos, muchas referencias a la cultura y a la historia, y sobre Mircea Cărtărescu (Bucarest, 1956) todo, a la literatura universal. El mayor mérito de este libro-juego es su versatilidad. Por momentos, el lector tiene la sensación de estar sumido en una odisea moderna, en el que Ulises es un poco más divertido y no viaja solo en su singladura. A veces, uno tiene la impresión de estar leyendo una obra de steampunk, con zeppelines sobrevolando el cielo de un mundo decimonónico pero mediterráneo y alucinógeno, en el que no faltarán extraños aparatos, escenarios mágicos y personajes esperpénticos. Mestizaje entre la parodia del clásico latino Luciano de Samosata y un absurdo Ionesco. Los anacronismos, la burla y la intertextualidad se suceden. La prosa y la poesía —a veces con cierto tono elegíaco que desentona acertadamente con la trama, causando estupor y perplejidad— se combinan, en un baile incesante de música, fiesta, acción, batalla y colorido. Quizá el único inconveniente de El levante sea que la prosa de Cărtărescu presenta un excesivo uso de neologismos, extranjerismos y arcaísmos, además de un barroquismo que en ocasiones sobrecargan el texto. No obstante, El levante es una obra necesaria para comprender la complejidad de este autor rumano. Un autor que no deja de sorprendernos por su heterogeneidad, su capacidad para trasmutar la literatura en pesadillas (Nostalgia, Cegador, Lulu) o felices sueños (como sucede en este libro), y hacernos partícipes de un universo repleto de abundantes símbolos, enigmas y fantasías. MIRCEA CĂRTĂRESCU El levante IMPEDIMENTA 4 Libros LaOpinión SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015 LA SELECCIÓN DE A. J. UBERO María Teresa Cervantes y María Cegarra son dos almas gemelas engendradas en la matriz de la poesía. Dos escritoras sencillas y sinceras que saben expresar los sentimientos con belleza. El terror no tiene nombre Novela El escritor colombiano Juan Cárdenas actualiza los horrores que atenazan al ser humano en una sociedad carente de identidad, con un relato tan escalofriante como original que le revela como un autor extraordinario POR A. J. U. Bien es sabido que cada época engendra sus terrores. Vivimos unos tiempos en los que el ser humano dispone de herramientas eficaces para dominar el conocimiento. Tanto que nada parece escapar de nuestro control, convirtiéndonos en seres soberbios que ponemos a prueba nuestros propios límites, desafiando las más básicas leyes de nuestra existencia generando así espacios tenebrosos donde anidan esos nuevos horrores que nos atormentan. Nadie es capaz de saber hasta qué extremo puede llegar el ser humano cuando pierde la identidad. El anonimato se ha convertido en el instrumento más letal de cuantos han surgido de este dominio de la ciencia y la tecnología. El terror no tiene nombre, es una conjetura inquietante que acecha desde los lugares más insospechados. Nadie sabe quien se oculta tras una pantalla de ordenador, ni qué ojos nos observan mientras atendemos las rutinas cotidianas; no es posible saber quien dirige nuestras vidas ni lo que trajinan en los misteriosos laboratorios protegidos por fabulosas medidas de seguridad. La tecnología nos ha conectado, y a la vez ha engendrado más secretos que nunca. Muchos autores se han acercado a ese territorio ignoto, pero nadie con la crudeza y la audacia del colombiano Juan Cárdenas en este relato desasosegante y narcotizante titulado Ornamento. Narrado en primera persona y con un estilo urgente y vigoroso, Cárdenas fabrica un universo opresivo en el que nadie ni nada tie- POR A. J. U. A la pequeña ciudad polaca de Drogóbich llega un personaje que dice ser Thomas Mann, causando gran sensación entre sus rendidos admiradores. El parecido es más que razonable, pero su aspecto descuidado y sus modales hacen sospechar a Bruno Schulz, un desconocido escritor que se gana la vida como profesor de dibujo en el colegio local, que el tipo es un impostor. Y así intenta hacérselo saber al auténtico Mann, escribiéndole una carta desde el oscuro y destartalado sótano en el que vive. Atenazado por el miedo, Schulz relata a su admirado colega los sucesos que acontecen desde la llegada de su doble, en los que advierte el augurio de la catástrofe que está a punto de acontecer. Corre el año , y en Polonia se teme la invasión del ejército alemán, después de ocupar Austria y Checoslovaquia. HUERGA Y FIERRO El legado de una amistad JUAN CÁRDENAS Ornamento PERIFÉRICA Juan Cárdenas. ED. PERIFÉRICA ne nombre. Sitúa la acción en un misterioso laboratorio donde el protagonista realiza prueba una nueva droga euforizante en cuatro mujeres a las que reconoce por un número. Una de las voluntarias, la número , acusa los efectos de la sustancia de forma diferente a las otras: mientras las unas disfrutan de un placentero sopor, ésta reacciona pronunciando una letanía incomprensible que llama la atención del científico, quien pronto se ve atraído por ella hasta el extremo de llevarla a su casa, e iniciar una relación triangular con su mujer, a la que también proporciona la droga. La enigmática actitud de la joven despierta una obsesión enfermiza en el matrimonio que, poco a poco, lo conduce al enfrentamiento. Antes de que se produzca una ruptura, la chica se va sin dejar rastro y, rendido a sus encantos, el científico emprende su búsqueda descubriendo el terrible secreto que oculta. Alegoría del desastre Relato MARÍA TERESA CERVANTES, MARÍA CEGARRA Cartas y La sombra que me acompaña Nunca en tan pocas palabras se ha narrado con tanta lucidez el calvario que sufrieron los polacos bajo la dominación nazi. Biller construye una metáfora cruel y reveladora capaz de estremecer. MAXIM BILLER En la cabeza de Bruno Schulz Traducción de Paula Kuffer. MINÚSCULA El autor checo Maxim Biller expresa con una lucidez asombrosa la mezcla de sentimientos que produjo esa amenaza entre los incautos polacos. Y emplea a su personaje como una delirante metáfora del miedo y la esperanza de salvación. En la cabeza de Bruno Schulz es un relato corto pero intenso, como un trago de El escritor colombiano propone una intriga cargada de suspense que mantiene en vilo al lector hasta alcanzar un cénit desbordante, en el que desata un auténtico torrente narrativo con el que ensambla todas las piezas de una trama que, hasta ese momento, había planteado como un esbozo circunstancial, y que sirve de preámbulo al sorprendente desenlace de la historia. Ornamento es una de esas novelas polisémicas que cada cual puede interpretar a su manera. Aunque no es difícil vislumbrar el original análisis que realiza sobre la maldad que se engendra en una sociedad narcisista y adocenada. Una maldad que quizás pueda ser inconsciente o sencillamente consustancial a una conducta impuesta por las nuevas costumbres, pero maldad al fin y al cabo. Todo ello proporciona ese desasosiego que sólo las grandes intrigas literarias pueden lograr. aguardiente que quema por donde pasa. Biller expresa con una crudeza extraordinaria el desasosiego que atenaza a todo un pueblo en la peripecia existencial de un ser pusilánime y desquiciado, introduciendo pasajes de un surrealismo desatado en los que se percibe el inminente sometimiento a los ocupantes que acechan en las fronteras. Cargado de simbolismo, el relato discurre como un mal presagio en el que las imágenes alegóricas reflejan lo que luego sucedería ante el estupor del mundo entero. El pasaje en el que el impostor azota con un látigo a sus admiradores desnudos en unos aseos enormes, en los que sólo se han conservado las duchas resume con una agudeza extraordinaria el calvario que sufrieron los polacos durante la dominación nazi. La figura del doble de Mann refleja esa Alemania desaforada que sucumbió a la locura nazi, que extiende su embrujo enfermizo por los países de su entorno aniquilando todo lo que considera contrario a su nueva doctrina. Biller narra en pocas líneas lo que muchos escritores jamás han logrado expresar con tanta nitidez: el inmenso poder desestabilizador del miedo sobre aquellos que saben a ciencia cierta que se avecina su más íntima hecatombe. Poesía POR A. J. U. María Teresa Cervantes y María Cegarra son dos de esas mujeres extraordinarias que supieron vencer los atavismos de una época dificil, y convertirse por méritos propios en dos pioneras de las letras que, incomprensiblemente, no han recibido el reconocimiento que se merecen en un país anclado en unos convencionalismos que sojuzgan a la inteligencia y al genio creativo. Y no será porque ambas no cuentan con suficientes muestras de esa aptitud para expresar con su poesía lo que nadie es capaz de expresar con palabras, pues su obra es tan extensa, variada y rica que exige una más detenida atención y reconocimiento. Cervantes y Cegarra fueron además buenas amigas. Una relación que se expresa con claridad diáfana en el intercambio de correspondencia que recoge este libro. Fueron años de comunicación fluida en la que se advierte la sintonía de las dos escritoras, tanto en los asuntos literarios como en los que atañen a sus propias vidas. Y en esas cartas ya se percibe ese estilo que luego caracterizaría sus obras literarias. El volumen se completa con un poemario de María Teresa Cervantes titulado La sombra que me acompaña, que recoge la poesía escrita por la autora cartagenera entre los años y . Una buena muestra de esa exquisita forma de componer unos versos que llegan a lo más profundo del sentimiento. Cervantes demuestra un estilo cautivador en el que la musicalidad preside esas visiones tan personales de la naturaleza humana. Son poemas para leer en la intimidad, para disfrutarlos lentamente y extraer así todo el sentido de sus palabras. Tanto Cervantes como Cegarra constituyen un legado vivo de la literatura que se ha elaborado por estas tierras. Sus obras demuestran esa calidez que proporciona la observación serena de la vida, sin descuidar el mensaje profundo y reivindicativo del ingenio femenino. Bien haríamos con participar de esa reivindicación y elevar a las dos escritoras al lugar que les corresponde en juisticia. LaOpinión SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015 Libros 5 VUELTA DE HOJA Antonio J. Ubero El precio de la imaginación en medio vaso de agua El escritor español Pablo D’Ors. GALAXIA GUTENBERG PABLO D’ORS Juventud, divino tesoro EL LIBRO DE LA SEMANA / Novela Pablo D’Ors vuelve a la primera línea editorial con una novela apasionante en la que explora las profundidades de la juventud como etapa iniciática, en la que se forja la personalidad. POR ANTONIO J. UBERO Habría que avanzar hasta la página para encontrar la explicación al título de la nueva novela de Pablo D’Ors. Ahí, Eugen Salmann, el protagonista de esta historia, resume el significado de esa juventud contra la que arremete el narrador, él mismo, aunque en todo momento mantenga la distancia sobre ese otro yo que se diluyó en la sustancia de la inexperiencia. Una pirueta existencial, y narrativa, que sirve al autor para explorar las profundidades de esa etapa de la vida en la que «se vive imitando y haciendo de nuestro mundo un gran teatro y una impostura». Eugen Salmann, un joven alemán con aspiraciones literarias, llega a la Praga recién liberada del yugo soviético con el encargo de establecer una filial de la agencia de publicidad para la que trabaja. Allí se encuentra en un lugar desconocido, en el que el idioma y las costumbres se le antojan hostiles, hasta el extremo de encerrarse en sí mismo a la espera de que ocurra algo que le cambie la vida. Algo que sucederá con la aparición de tres mujeres bien diferentes con las que entablará una tormentosa relación, que le permitirá experimentar esas sensaciones tan tan contradictorias que caracterizan esa etapa de la vida en la que la personalidad está aún en obras. Contra la juventud es un relato abierto a las interpretaciones, en el que percibo una aguda y sutil reflexión sobre el miedo al fracaso, en el que la juventud aparece como un subterfugio para justificar las reacciones que propicia esa inquietud. «El fracaso es la experiencia humana más común, pues nuestra naturaleza es errática; aprendemos fundamentalmente de los errores», explica D’Ors. «Las personas solemos buscar, y con frecuencia desesperadamente, quien nos consuele y conforte; y la diferencia entre la juventud y la madurez es que durante la vida adulta esa búsqueda es consciente. Todos tememos naufragar; pero sólo llegan a la otra orilla quienes se lanzan al océano», añade. El narrador emplea una falsa tercera persona para relatar la peripecia de si mismo, como si realizara un ejercicio de expiación con el que renunciar a su pasado juvenil. «Toda novela auténtica es un ejercicio de expiación, un exorcismo podríamos decir también, un ajuste de cuentas. En- PABLO D’ORS Contra la juventud GALAXIA GUTENBERG La distancia de la madurez El escritor madrileño narra una historia subyugante en la que muchos lectores se sentirán indentificados, rindiendo además un homenaje a sus maestros literarios. tiendo la novela como una exploración en la identidad a partir de un ego imaginario. De modo que sí, todos mis personajes soy yo, Eugen Salmann también, pero igualmente Klenka, Koval, la Simoníschek, Hanna Freund… Y sobre todo Martin Trojan, el maquetista. Este personaje es prácticamente un calco del tipo que en cierto tiempo fui», aclara el autor. De hecho, uno de sus personajes, el escritor Petr Krausz, recomienda a Eugen: «Nunca escriba más que de sí mismo». «Mi literatura no es auto-biográfica, pero sí auto-ficticia. La escritora que más ha hablado de sí misma y que más descaradamente lo ha hecho ha sido Teresa de Ávila. Sea las Moradas, las Fundaciones, la Vida…: todo es sólo sobre sí misma. Porque sólo lo personal, lo auténticamente personal, es universal»,relata D’Ors. La novela está plagada de referencias a Franz Kafka y Milan Kundera. Del primero son evidentes las aproximaciones a El castillo, El proceso o La metamorfosis, y del segundo con La insoportable levedad del ser o La broma. Pero también recuerda la novela del húngaro Stephen Vizinczey, En brazos de la mujer madura. «A Kundera le debo el humor, la distancia, la concepción arquitectónica de la novela, como composición musical, el gusto por lo prosaico, la explosiva combinación de lo trascendente con lo banal… ¡Tantas cosas! A Kafka le debo aún más: la escritura como ejercicio espiritual, la confianza en la mano que escribe más que en la cabeza que piensa, la prosa como acto de revelación, no de simple comunicación, el magisterio de la perplejidad… En estos dos autores y en Hermann Hesse está todo lo que yo soy como escritor». «Todos necesitamos maestros, es decir, gente que nos haya precedido en el camino y que esté dispuesta a enseñarnos con su vida, sobre todo con su vida, qué han descubierto y en qué han tropezado. Esa necesidad universal es imperiosa en la juventud. Sólo aprendemos imitando, copiando, admirando… La admiración es la virtud fundamental del escritor», concluye Pablo D’Ors. A veces, en la soledad de un cuarto de aseo, observo las caprichosas formas que muestra un azulejo, una losa o una lámina de madera y compongo imágenes que sólo anidan en mi imaginación. Es algo parecido a modelar las nubes. Pero lo que yo pueda ver en esos objetos es algo tan personal que resultaría especialmente complicado compartirlo, pues el significado es tan subjetivo que dependerá de mi capacidad de persuasión conseguir que donde yo veo una figura concreta y reconocible, otros no sólo verán un azulejo, una losa o una nube. Algo parecido sucede con el arte contemporáneo, cuyo significado depende esencialmente de que el creador sepa convencer al observador de que ve lo que él quiere que vea, convirtiéndolo en una especie de artículo de fe bastante lucrativo. Pero en los tiempos que corren, ese ejercicio de sugestión casi taumatúrgico, cuenta con una predisposición del observador que viene determinada por un peculiar orgullo tribal: percibe lo que cree que todos sus iguales deben haber percibido, transgrediendo así los límites de lo real, y negando lo que para otros no es más que una evidente tomadura de pelo. Ese hechizo social facilita el significado de cualquier obra creativa, por audaz que sea. Y a partir ahí, tal y como algunos afirman y no puedo estar más de acuerdo, el auténtico valor artístico se mide por su precio. La cuestión no es si medio vaso de agua vale . euros, sino lo que el artista estima que puede pedir por él, y haya quien esté dispuesto a pagarlo. Sencillamente estará comprando una fantasía, y en tanto cada cual puede gastar su dinero como le plazca, no hay nada que objetar al respecto. Es inevitable que el negocio del arte contemporáneo escape a la comprensión del común de los mortales, quienes sólo acceden a este exclusivo universo a través de sus manifestaciones más escatológicas, aireadas por los medios de comunicación. Sin embago, este es un asunto extraordinariamente interesante, e incluso divertido, al que se han acercado diferentes autores en busca de desvelar sus secretos. A los ya famosos ensayos de Don Thompson titulado El tiburón de doce millones de dólares (Ariel), y El puño invisible, de Carlos Granés, (Taurus) se suman ahora dos nuevos títulos bastante interesantes: Los tiburones del arte, de Luis Racionero (Stella Maris), y ¿Cuanto vale el arte?, de Isabelle Graw (Mardulce). Todos ellos recorren con un agudo sentido crítico el territorio del arte contemporáneo y sus entusiastas mercaderes. El nuevo imperio Moyano. El escritor murciano Manuel Moyano presentó en sociedad su nueva novela, El imperio de Yegorov (Anagrama), con la que quedó finalista del prestigioso Premio Herralde. Acompañado por el incombustible Miguel Ángel Hernández Navarro, quien también saboreó las mieles del mismo galardón con su memorable Intento de escapada, el creador de imperios imaginarios, que con esta novela vuelve a demostrar ser una de las voces más interesantes y originales de la narrativa española, reunió a una nutrida audiencia de lectores entusiastas que demuestra que aún hay esperanza para el maltratado negocio editorial. Y es que por mucho que los cocineros de estadísticas y las autoridades se empeñen en mostrar un panorama apocalíptico, en España sigue habiendo quien desea disfrutar su tiempo libre con un buen libro. 6 Libros LaOpinión SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015 MUNDO LIBRESCO José Luis G. Gómez Buscar el futuro Borderlands Books es una pequena librería, especializada en ciencia ficción, que hace un mes no veía más futuro que el cierre. San Francisco iba a perder otra librería, pero alguien tuvo la idea de promover sponsors para la tienda, y en apenas dos días han logrado el suficiente apoyo económico como para sobrevivir un año más. Se trata de un parche, y de uno bastante sorprendente en la rica y activa San Francisco, la gran ciudad en la que pasan sus días los alegres muchachos de Silicon Valley, paraíso tecnológico en el que se cuece nuestro presente digital y se da forma al futuro —ese en el que esta pequeña librería no parece tener hueco—. ¿Pero es que los geeks ya no leen ciencia ficción? Esto quizá le interese especialmente a Rosa Montero[en la imagen], que en estos días publica su segunda incursión en el género de la mano de su androide, la combativa Bruna Husky. Con El peso del corazón (Seix Barral, ), Montero regresa al Madrid de que mostró en Lágrimas en la lluvia () —sí, todo esto recuerda mucho a Blade Runner—. LIBROS Y LIBROS Santiago Delgado En pie todos: Aldo Manucio Hoy todos vemos como normal la existencia de libros de bolsillo, y que los textos lleven comas y puntos. Incluso que leamos bien el papel impreso, con letras del debido tamaño. Aún más: que los libros tengan márgenes para anotar esas tonterías nuestras, a las que damos categoría de genialidades que habrán de ser desconocidas por el mundo y la Historia… Bien, pues todo eso se lo debemos al impresor veneciano Aldo Manucio. Vivió a caballo de los siglos XV y XVI, los que usó el Renacimiento para pasar de Italia al resto de Europa. Nacido romano, acabó en la Venecia que imprimía obras para el resto del mundo. Gran humanista y profesor y traductor de griego, pasó a la impresión de libros, a los que dotó de todo cuando hemos dejado escrito más arriba. Si Gutenberg inventó la imprenta, Manucio la revistió de honores. El Renacimiento sería algo cojo sin las innovaciones de Manucio. Un adelantado a su tiempo. Una al mes Mario Martínez Gomis El mayordomo en su castillo S igmaringen, de Pierre Assouline, (Navona, ) es una de esas novelas que, instalada discretamente en el mostrador de la librería, sin conocimiento de su autor o previas recomendaciones críticas, suele irradiar buenas vibraciones, gozosas perspectivas de placer y entretenimiento. ¿Qué cómo demonios una novela puede provocar estas sensaciones? El asunto es elemental: objetivamente, a través del diseño de su portada y de la sinopsis argumental expuesta en la solapa, de alguna frase publicitaria afortunada. Subjetivamente, cuando estos elementos pulsan la fibra de las afinidades culturales del lector, de eso que, un poco más a la pata la llana, llamamos el gusto de cada cual. Y, Sigmaringen, para este cronista, reunía de sobra estas condiciones. El título de la novela alude a un castillo de la rama de los Hohenzollern que se eleva sobre una cresta rocosa a orillas del Danubio, protegiendo un pueblecito de idéntico nombre. Si un castillo alemán evoca laberínticas ensoñaciones arquitectónicas, lujosas estancias plagadas de recuerdos históricos, intrigas muy del gusto romántico, Sigmaringen va un poco más allá del legendario habitual que emparenta con las locuras enfermizas de Ludwig. Fue el lugar donde acabó parando el Gobierno francés de Vichy, tras la toma de París por los aliados. Entre septiembre de y mayo de , Sigmaringen, desalojados sus nobles propietarios, se convirtió en el centro de un pequeño protectorado francés, bajo la tutela de Adolf Hitler, donde residió el mariscal Pétain, el presidente Laval y sus respectivas cohortes de burócratas y ministros, mientras el pueblecito se llenaba de emigrantes galos colaboracionistas, como el inefable y discutido escritor Ferdinand Céline. Si este eficaz anzuelo se anunciaba con el apetitoso cebo de una ficción, apuntalada con los detalles reales del reportaje histórico, este cronista estaba en condiciones de convertirse en una trucha voraz dispuesta a picar en las páginas del libro. Pero no eran estas las únicas promesas que auguraba la sinopsis del relato. Su protagonista, un tal Stein, era el mayordomo de los desalojados Hohenzollern, un tipo frío, distante, eficaz e insobornable en sus atribuciones, convertido en el testigo omnipresente de una historia con su punto de misterio. Y una ojeada al capítulo de agradecimientos que cerraba el libro, confirmaba otros felices presentimientos. Assouline, el autor, decía haberse inspirado, al margen de en una copiosa bibliografía, en relatos de la gran y la pequeña pantalla como Las reglas del juego de Jean Renoir, Lo que queda del día de James Ivory, Gosford Park de Robert Altman y las series británicas Arriba y abajo y Dowton Abbey. ¿Se podía pedir más? No. ¿Se cumplirían las expectativas? Esa era la pregunta del millón cuya respuesta, ahora, se resuelve en un pequeño adagio: «demasiadas cuerdas para un violín». Assouline se ha mareado un poco con el instrumento y los árboles del entramado político no le han dejado ver el sendero de la intriga ficticia que se emborrona y diluye, dejando sin fuerza lo más interesante de su historia: la peripecia de Stein, el mayordomo. Una pena, porque la novela está escrita con pulcritud y elegancia y podría haber sido apasionante con menos pretensiones. Aunque esta opinión puede resultar tan subjetiva como las premoniciones del cronista a la hora de dejarse seducir por el libro: un juicio condicionado por el desencanto. Lo que sí es cierto es que se trata de un material excelente para convertirse en una película tan notable como aquellas que inspiraron al autor. Stein es, sin duda, la viva imagen de Anthony Hopkins en un castillo que está reclamando su visión plástica en la pantalla con la comparsa de Vichy formando parte, tan solo, del suntuoso decorado. PIERRE ASSOULINE Sigmaringen NAVONA LaOpinión SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015 Libros 7 PUEBLA Si no fuera por estos raticos LID MARISA LÓPEZ SORIA y ALEJANDRO GALINDO Rabo de lagartija DESTINO Infantil JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ El oro de los tigres BALDUQUE Poesía ALONSO PALA CIOS y LETICIA RUIFERNÁNDEZ El pájaro de fuego ALFAQUEQUE Infantil SALVADOR GARCÍA JIMÉNEZ Una corona para 500.000 princesas VERBUM YAYO DELGADO Achopijo Diarios RASPABOOK Artículos Humor gráfico RUBÉN CASTILLO Anillo de Moebius SLOPER PACO LÓPEZ MENGUAL La memoria del barro Novela LA FEA BURGUESÍA Novela Leja murciana VIÑETAS MÁGICAS POR PACO OLIVARES El regreso del condón asesino RALF KÖNIG El condón asesino sexuales esporádicas de motel. Sólo el inspector Macarroni de la policía, otra víctima del ser, es capaz de hacerle frente. Si bien la historia, plena de humor negro e ironía, parodia del género negro, es muy sencilla, se enrevesa en su segunda parte con la pseudocientífica explicación de cómo se crean esos peligrosos seres. Este es uno de los libros con los que La Cúpula, en , celebra sus años de existencia desde que en creara la mítica cabecera El Víbora con los mejores autores del panorama nacional e internacional de cómic alternativo y marginal. El condón asesino, que tuvo una desafortunada versión fílmica en , regresa con la misma fuerza del primer día, para divertirnos y aterrarnos con esta surrealista aventura. LA CÚPULA La Cúpula relanza una de las más conocidas y aclamadas historias del alemán Ralf König: El condón asesino, y lo hace en un grueso volumen integral que recopila, además, la continuación: El retorno del condón asesino. Esta editorial, que ha publicado y tiene la exclusiva en España de toda la obra de König, nos ofrece la oportunidad de tener la historia completa de ese monstruo creado por la ingeniería genética. De claras connotaciones gay, como el propio autor, el relato trata de cómo un condón, devorador de penes erectos, siembra el terror durante las relaciones BARBER GRIFITH Transformers: Robots in disguise El ascendente éxito que, cada año, obtiene la franquicia de Transformers, desde que las cuatro aventuras fílmicas los hayan cata PLANETA CÓMIC pultado a la fama, mucho más potente que ya obtuvieran con su presencia en jugueterías y librerías de cómics, hace que el universo gráfico, a su vez, crezca de manera exponencial. Transformers: Robots in disguise, editada en América por IDW Publishing y aquí por Planeta Comic, narra cómo Bumblebee y sus compañeros Autobots intentan reconstruir su planeta natal Cybertron, tras la aparente muerte de su líder Optimus Prime. Se trata de toda una trama de conspiraciones y asuntos políticos en medio de un caldo de cultivo de recelo y odios entre los antiguos oponentes Autobots y Decepticons. La serie es la cuarta de una línea que, sobre los personajes, refuerza la franquicia creada por la juguetera Hasbro que potencia infinitamente las aventuras cinematográficas y las series animadas como la que se estrena este mismo mes con idéntico título que esta colección reseñada, aunque con una línea argumental muy diferente. Desde que en Marvel Comics iniciara la publicación de las aventuras de los Transformers como apoyo a la línea de juguetes conjugándolo con personajes propios como Nick Furia o Spiderman, su éxito hizo que evolucionara hacia derroteros más personales y con identidad propia, a la par que iría viajando por tres compañías editoras hasta el momento actual. Una serie robótica para aficionados y amantes devoradores de estos seres de hojalata con corazón humano. JORDI PASTOR Coordinador Rubor LA CÚPULA También, dentro de este año de aniversario por parte de Ediciones La Cúpula, podemos encontrar Rubor, una antología de relatos gráficos de contenido erótico. Coordinado por el dibujante Jordi Pastor, quien convenció a otros once autores para realizar una serie de historias de ninguna manera parecidas que tocan temas tan diversos como la homosexualidad, los juegos eróticos, la gastronomía, la atracción física... Nos encontramos con Marcos Morán, Danide, Artur Laperla, Candela Fernández, Enrique Corominas oCarmen Segoviaque sugieren historias para nada soeces, sino tratadas con sensibilidad, humor o ironía, en unas páginas impresas totalmente en blanco y rojo. Como en toda antología que se precie, cada lector se sentirá más o menos identificado con el arte de los autores participantes, siendo las opiniones de lo más dispares. Por ello, más que comentar lo que me parecen uno o varios de los dibujantes incluidos o alguno de sus trabajos, conmino al lector a conseguir este libro y pasar un rato de rubor con su lectura. EDICIÓN MURCIANA MIGUEL HERNÁNDEZ ALBURQUERQUE Tundra 2 EDICIÓN DE AUTOR Miguel Hernández Alburquerque es otro autor murciano que, de vez en cuando, se descuelga con la creación de una publicación de cómics en los que dar rienda suelta a su personal inquietud artística. Licenciado en Bellas Artes con un master en pedagogía ha realizado varias exposiciones pictóricas tanto colectivas como individuales a nivel nacional como internacional. «Me dedico a hacer dibujos, cómics, cuadros, graffiti, diseño, diseño de camisetas... todo aquello que me permita plasmar lo que me interesa. Por esto no me considero dibujante de cómics ni graffiteroni pintor... simplemente artista, dicho desde la modestia, por supuesto», comenta. Aunque, confiesa, ha estado unido al material de dibujo desde siempre, fue en , con la obtención de una Mención Especial en el Certamen Municipal Creajoven, que vio publicada su primera obra en la revista catálogo con la historieta presentada a concurso. Tres años después recopilaría su breve obra de cómic en el fanzine auto editado True Stories y, poco después, en la muy personal Tundra, de la que lleva dos números editados. Tundra son estudios del ser humano más primitivo, más puro, en su interrelación con las fuerzas de la naturaleza y su evolución como especie dominante. La simpleza de cada historieta se contrapone a la gran carga metafísica y existencial del mensaje que de ella se trasluce. Tundra es más que un cómic; es un concepto artístico y vital de un artista excepcional. SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015 libros.laopiniondemurcia.es Director José Ángel Cerón García Edición y coordinación Ángel Montiel La Selección Antonio J. Ubero Colaboradores Francisco Javier Díez de Revenga, Ramón Jiménez Madrid, Guillermo Busutil, Paco Olivares, Pedro Pujante, Soren Peñalver, Miguel Ángel Hernández, Santiago Delgado, Francisco Giménez Gracia Enlace Sinfín Ana Guardiola García Edición digital Julio Soler Los placeres y los días La felicidad abstracta E l dinero es la felicidad en abstracto, y el sexo la felicidad en la piel. Lo demás: que si la lectura, que si el arte, que si el cine, que si el orfidal… son sucedáneos y mitologías inventadas por clérigos, psicólogos y follatabiques. El dinero y el sexo nos hacen felices porque nos instalan en nuestro ecosistema, que no es el bosque, ni la sabana, sino la sociedad. Los otros son el medio, sin duda; pero cuidadín, porque, a la que te distraes, ya te han mordido. Los otros son la cura, el bálsamo, la oportunidad y el refugio; pero también la llaga, el desengaño, el desafío y la desesperación. Tampoco se vayan ustedes a creer que tengo en gran estima al sexo o al dinero. Vamos a ver: el sexo es una dicha cierta y extrema, sí, pero en la pobre y justa medida en que concluye liberando una tensión, como quien descorcha una botella de espumoso. Los latinos sentenciaron que omne animal post coitum triste est, nisi gallus qui cantat, o sea: todo bicho viviente se entristece tras el coito, salvo el gallo, que canta. Pero a pesar de ser un placer limitado y negativo, no lo hay mejor, y por eso el sexo nos instala en la sociedad; porque es la única relación humana placentera, atávica y libre de determinaSección de una moneda cartaginesa y, abajo, el cartel ciones en sentido pleno y absoluto. Quien lo domina y lo administra con sabiduría perversa, de la exposición en el Museo Arqueológico triunfa. Vaya si triunfa. normatividad que se siY del dinero, ni les cuento. El dinero en sí es nada y túa por encima de cada menos. Nadie se llevaría dinero a una isla desierta, poruno de nosotros, lo que que no sirve para nada, salvo que llegue gente. En cuannos deja a todos en un to llega la peña, el dinero es la felicidad sin matiz; porCuando el dinero se erige plano de franca igualque contiene la promesa cierta de todas las otras felicien el amo de nuestras dad. De ahí que los ilusdades, a saber: el sexo, desde luego; el poder, evidenterelaciones, impone la paz trados escoceses commente, y lo demás, sea lo que fuere, también. Circula un perpetua, así como el prendieran que la patweet que resume todo esto: «El dinero no da la feliciprogreso material y moral dad; pero te puedes comprar un yate con putas, y todo el de la humanidad. Por eso el sión crematística constituía un sedante frente mundo está contento en un yate con putas». Quien dice verdadero humanismo es a la ferocidad guerrera. putas, dice putos, o borregas lachas, o lo que gusten, amigo del dinero, porque Cuando el dinero se eritanto da. Por eso les decía más arriba que el dinero nos resulta mucho más instala en la sociedad, porque basta ir por la vida con el benéfico que los sindicatos, ge en el amo de nuestras relaciones, impone bolsillo lleno, para que el medio social se convierta en la Unión Europea, los la paz perpetua, así un jardín de las delicias, en lugar de ser la selva triste e brincacequias sin como el progreso mateinfecta en la que viven los que carecen de él. fronteras, o el Papa rial y moral de la humaLa diferencia entre el sexo y el dinero es que aquél es Peronista nidad. Por eso el verdanatural, y éste, artificial; esto lo digo en detrimento del dero humanismo es sexo, y que Dios me perdone; amigo del dinero, porque resulta mucho más benéfico pero es que soy muy de lo artificial, en general, y muy del dine- que los sindicatos, la Unión Europea, los brincacequias sin fronteras, o el Papa Peronista. ro, en particular. Tanto es así Se equivocó Jesucristo, por cierto, al expulsar a los que, de todos los productos del Espíritu Humano, si hubiera de mercaderes del templo. Más le hubiera valido, tanto en lo personal como en la proyección histórica de su menelegir uno, me quedaría con el dinero, por puro humanismo y es- saje, si hubiera expulsado del Mercado a los sacerdotes, a los escribas y a los fariseos; pero ésa es otra historia. A píritu democrático. El dinero ha lo que vengo es a recomendarcargado siempre con el desprecio de los soberbios aristócratas y de la les que se pasen por el Museo gauche caviar, porque al participar Arqueológico y visiten la exposición dedicada a la historia de de las relaciones monetarias los humanos administramos nuestra las monedas que han circulado por la Región de Murcia. Se dicha desde una objetividad y trata de una muestra preciosa, una ocasión de conocer la historia más íntima de este Viejo Reino, porque en ella se exponen la ley, la materia y la forma de los sueños de felicidad abstracta de nuestros ilustres y humildes antepasados. Francisco Giménez Gracia LUZ ARTIFICIAL Miguel Ángel Hernández El Imperio de Moyano M anuel Moyano es uno de los escritores a los que más admiro. No puedo ser objetivo porque es mi amigo y, además, porque esto que escribo me va a servir de comienzo para la presentación de su novela El Imperio de Yegorov en la librería Diego Marín. Pero una cosa es no ser objetivo y otra bien distinta no reconocer el talento. A Moyano lo admiro desde hace tiempo. Y en cierto modo, aunque él no lo sabe, me hice escritor siguiendo sus pasos. La primera noticia que tuve de él fue un domingo de , cuando yo tenía años y había comenzado a escribir relatos. Lo recuerdo perfectamente: había dejado a mi novia —ahora mi mujer— en la casa de mis suegros y regresaba a casa en coche escuchando La torre de papel, el programa que dirigía José Cantabella en Onda Regional de Murcia. Esa noche entrevistaba a un escritor cordobés afincado en Molina que había publicado un libro magistral merecedor del Premio Tigre Juan: El amigo de Kafka y otros relatos. Moyano habló como un escritor serio, con voz grave y dominio perfecto del lenguaje. También leyó algún cuento y yo me quedé hipnotizado. Al día siguiente por la mañana compré el libro y por la tarde descubrí un mundo con el que rápidamente conecté. Desde ese momento he seguido con pasión todo lo que ha publicado. Sus libros de cuentos —El oro celeste me parece el mejor de todos—, sus dietarios, sus microficciones y también sus novelas. Sigo reivindicando a voz en grito La coartada del diablo, una novela de terror rural perturbadora e inquietante de la que no entiendo cómo no se ha hecho aún una película. Cuando me enteré de que había quedado finalista del Herralde no pude alegrarme más. Sentí que se reconocía el talento, la trayectoria y el saber hacer de un escritor tremendamente completo. Además, el hecho de compartir editorial con un amigo era una gran satisfacción. Y tener otro ‘anagramo’ en Murcia me hacía si cabe más ilusión. El imperio de Yeogorov lo leí de un tirón. Es una novela hipnótica y adictiva que uno se bebe con desenfreno, casi con vicio. A pesar de su aparente experimentalismo —está construida como un collage de fragmentos archivados a través del tiempo—, el ritmo es frenético. Y en la mente del lector todas las piezas encajan. De nuevo, la dimensión visual está presente. Y de ahí sale una muy buena serie de televisión. Al leerla, por ejemplo, me acordaba de The Strain, la serie de vampiros de Guillermo del Toro. Si alguna pega hay que ponerle es que se acaba enseguida y uno se queda con ganas de más. Se lee con la intensidad de un cuento. Y es que Moyano tiene la capacidad de tratar la novela con la energía del relato; y casi diríamos que al revés: el cuento con la profundidad y la complejidad de la novela. Incluso el microcuento. Quien haya leído sus píldoras narrativas sabrá que en cada párrafo —en ocasiones, en cada frase— hay una historia compleja. Un universo, un imperio. Y eso es lo que, por encima de cualquier otra cosa —incluso por encima del lenguaje cuidado, preciso y lleno de imágenes potentes— hace de su literatura algo realmente significativo: la presencia de un mundo. Un mundo caracterizado por lo siniestro, lo familiar-extraño, lo cotidiano mostrado a través de su reverso, lo inquietante. Un mundo donde el terror y la ironía van de la mano, y donde lo pequeño e intrascendente puede convertirse en cualquier momento en lo sublime terrible. Un universo propio y singular que, a partir de ahora, deberíamos llamar ‘moyanesco’.
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