E l teletrabajo se lleva a cabo sin presencia física del trabajador en su lugar de trabajo, desempeñándose las tareas laborales en su domicilio generalmente. La mayoría de las veces, esta modalidad supone una parte del tiempo total de trabajo y no todas las jornadas laborables. El teletrabajo implica casi siempre el uso de las tecnologías de la información (TIC) para mantener el contacto empresa‐trabajador. Esta modalidad es ideal en tareas de tratamiento intensivo de información, así como en el desarrollo de proyectos individuales. Esta cultura de trabajo, que está orientada a resultados, se basa en la gestión por objetivos, en la consecución de unas metas en un plazo determinado, superando así la cultura de la presencialidad e impulsando también la administración electrónica. Esta modalidad de trabajo, ampliamente extendida en otros países occidentales, requiere responsabilidad, capacidad para organizarse, independencia, flexibilidad y autosuficiencia por parte del trabajador. El teletrabajo aumenta la productividad y reduce costes fijos a la empresa en material y mobiliario de oficina, mantenimiento de locales, alquiler de los mismos, energía eléctrica, agua, limpieza, etc. y también evita gastos al trabajador en transporte, comidas fuera del domicilio, etc., además de permitir la conciliación de la vida laboral y la familiar, algo que, hasta la fecha, tan sólo ha sido objeto de medidas más cosméticas que efectivas por parte de empresas y Administraciones. El teletrabajo, como se verá más adelante, permite la optimización del tiempo por parte de los trabajadores al eliminarse los desplazamientos hacia y desde el lugar de trabajo y eleva la autoestima y las sensaciones de libertad y de responsabilidad. Además, el teletrabajo es una opción ideal para colectivos con unas necesidades especiales, como por ejemplo las personas mayores, las discapacitadas, embarazadas y quienes tienen hijos o mayores a cargo. Experiencia pionera en España En octubre de 2008, el Departament de Gobernació de la Generalitat catalana elaboró una guía para la introducción del teletrabajo, creándose el I Pla Pilot de Teletreball a l’Administració de la Generalitat de Catalunya. El informe de los resultados de ese plan, fechado en octubre de 2009, llevó a la creación de una segunda experiencia en la misma Administración que se extendió hasta el 31 de mayo de 2010. La presentación del primer plan piloto de teletrabajo contó con la presencia de 179 personas (123 mujeres y 56 hombres) interesadas en participar en el mismo, TELETRABAJO EN CATALUÑA Durante la creación del programa electoral de COFAV, en el que se fundieron las propuestas de muchos compañeros y compañeras a quienes pedimos opinión, la reivindicación del teletrabajo fue constante. Incluso, un compañero nos entregó una solicitud que había presentado en 2009 por Registro del Ayuntamiento para formar parte, en el futuro, de cualquier experiencia de teletrabajo que se pudiera poner en marcha en esta Administración. Decidimos incluir el teletrabajo en nuestro programa, pensando que muchas compañeras y compañeros podrían así mejorar su calidad de vida y de trabajo gracias a esta modalidad. COFAV remitió a todos los sindicatos presentes en la Mesa General de Negociación y a la Delegación de Personal, respectivamente el 21 y 22 de junio, nuestro programa electoral a fin de que sus propuestas, incluyendo la implantación del teletrabajo, se tuvieran en cuenta al negociarse el próximo convenio. El 22 de junio también elaboramos un documento solicitando a determinados departamentos de nuestra Generalitat Valenciana, del Gobierno de Euskadi y de la Generalitat de Catalunya algo de información sobre los planes piloto de teletrabajo que ya habían puesto en marcha. Agradecemos al Gobierno Vasco y a la Generalitat de Catalunya que nos hayan facilitado el acceso a los informes solicitados, fruto de los cuales es el presente artículo sobre la primera experiencia de teletrabajo en una Administración española. actualidad@naranja ‐ Número 4 ‐ Enero 2012 15 todas ellas personal funcionario o laboral fijo en servicio activo y con una antigüedad mínima de 2 años en aquella Administración. Dicho plan tenía una duración de 6 meses y el teletrabajo se realizaría a tiempo parcial, una o dos jornadas a la semana. El perfil de los candidatos requería que su trabajo consistiera en tareas de investigación, de elaboración de informes, de asesoría jurídica, tratamiento y redacción de documentos, inspección de forma itinerante, de mantenimiento de sitios web, administración de los sistemas informáticos, procesamiento informático de los datos o los candidatos escogidos ocupaban puestos de mando, de supervisión, gestión y de carácter administrativo. programación y que los participantes tuvieran una conexión a internet y los conocimientos suficientes para poder manejar determinadas aplicaciones. Quedaron excluidas las personas que prestaban sus servicios en la atención e información al público, registros y, en general, en puestos que requirieran presencia física en su puesto de trabajo. Conclusiones del plan piloto Fueron seleccionadas personas de diferentes departamentos y grupos de titulación, siempre de manera voluntaria y reversible, a fin de trabajar en régimen de teletrabajo durante 1 ó 2 días a la semana y se formó a las mismas en riesgos laborales y en tratamiento de datos personales. Finalmente, participaron en esa experiencia 39 personas (26 mujeres y 13 hombres). El grupo con mayor representación fue el A1, porcentaje que fue disminuyendo progresivamente hasta el C2. Esto indica que 16 Los principales motivos aducidos por los participantes para formar parte de aquella primera experiencia piloto fueron, por orden de importancia, el gran ahorro de tiempo en desplazamientos, la necesidad de aislamiento y/o de concentración para el desarrollo de las tareas, la conciliación de la vida familiar y laboral, la mejora de la calidad del trabajo y la flexibilidad horaria. Con respecto a la valoración de la experiencia, una vez comenzada la misma, casi el 90% de los participantes opinaron que sus supervisores se habían adaptado bien a la dirección por objetivos. El 94,6% expresaron satisfacción con ese plan piloto y el 89,7% opinó que el mismo no les suponía una carga extra de trabajo. Con respecto a la comunicación con su lugar de trabajo, más del 90% la consideró suficiente, porcentaje similar a la hora de calificar las instrucciones de trabajo de claras y precisas. Como hechos destacables hay que mencionar que la totalidad de aquellos teletrabajadores consideró la experiencia muy positiva para autoorganizar su trabajo, que más del 60% dijeron no haber tenido que hacer cambios en su domicilio para poder teletrabajar y que la gran mayoría expresaron que habían mejorado actualidad@naranja ‐ Número 4 ‐ Enero 2012 o permanecido sin cambios su salud, estado de ánimo, su concentración y capacidad para el razonamiento y descendido el número de bajas laborales. La valoración de las familias de los participantes en el plan piloto fue de un 8,33 sobre un 10 para el teletrabajo, la de los teletrabajadores fue de un 8,21, la de los supervisores un 7,16 y la de los compañeros de trabajo un 7,45. opinó que esta nueva modalidad necesita una planificación más esmerada de las tareas a realizar, aunque no detectaron unas grandes variaciones con respecto al trabajo presencial; de hecho, más del 90% manifestó que las tareas de seguimiento fueron aquellas que esperaban encontrar. Se consideró la confianza mutua entre supervisores y trabajadores como básica para el funcionamiento del teletrabajo. El 100% del personal supervisor afirmó que los teletrabajadores a su cargo habían cumplido los objetivos fijados y el 86,6% declaró que los participantes se habían adaptado bien a la dirección por objetivos. Casi el 80% de los desempeño de sus tareas propias, el ahorro importante en desplazamientos –el 51% de esas personas vivían a más de 25 km. de distancia de su lugar de trabajo‐, el aumento de la concentración y el mayor rendimiento laboral. En el lado negativo destacaron las opiniones acerca de lo costoso de acostumbrarse a la nueva situación laboral al comienzo de la misma en lo relativo a la organización del trabajo y a la planificación de las relaciones laborales con el resto de compañeros/as. Una parte de los teletrabajadores opinó que una modalidad a tiempo total quizás podría derivar en estrés o aislamiento si sus participantes no supieran autogestionarse. La mayoría de los participantes consideró positiva la continuidad del plan y que se pudiera aumentar el número de días a la semana para el teletrabajo. supervisores declaró que el teletrabajo tiene un importante efecto motivador y mejora el rendimiento. Una vez finalizado el período de teletrabajo en pruebas, los participantes en el mismo se mostraron en general satisfechos con su participación, valorando la flexibilidad en el Respecto a las opiniones de los compañeros de trabajo, el 94,3% opinó que la comunicación fue fluida con los teletrabajadores, así como la integración de estos, constatando también que el sentimiento de grupo no se había visto afectado. Esto es bastante llamativo, pues se suele pensar que el teletrabajo tiende a aislar a quienes participan en esta modalidad y, en realidad, eso no es cierto. La experiencia dejó probado que el grupo original de trabajo no se había visto amenazado como tal por el hecho de que algunos de sus miembros estuvieran lejos del resto algunos días de la semana. Es un hecho muy a tener en cuenta por los jefes de sección o servicio y, por supuesto, por los El personal supervisor de los teletrabajadores cargos políticos. actualidad@naranja ‐ Número 4 ‐ Enero 2012 17 De todo lo expuesto en la experiencia catalana se desprende que el teletrabajo puede llevar a una mejora enorme de la eficiencia del sector público, al aumentar la calidad y cantidad del trabajo realizado y la calidad de vida de los teletrabajadores, hecho también que conviene tener muy en cuenta. El teletrabajo permite la expansión de la sociedad de la información, la administración electrónica y la superación de la "cultura" de la presencialidad, ya que se trata de una gestión basada en la confianza, iniciativa y autonomía de las trabajadoras y los trabajadores públicos, lo cual supone un aumento de nuestra motivación. Deseamos que las Administraciones superen de una vez los manidos tópicos de la cultura de la presencialidad para, de una vez por todas, iniciar una nueva etapa basada en la gestión por objetivos. Fuente consultada para escribir este artículo: http://bit.ly/Am8K8T 18 actualidad@naranja ‐ Número 4 ‐ Enero 2012 Teletrabajo en Euskadi Mirando al futuro En el número 4 de actualidad@naranja publicamos un artículo sobre la experiencia pionera de teletrabajo llevada a cabo por la Generalitat de Catalunya. En esta ocasión vamos a hablar sobre una experiencia similar, denominada Proyecto Telelana, puesta en práctica por parte del Gobierno de Euskadi durante 4 meses desde el 17 de enero de 2011 y gracias a cuyas conclusiones se decidió integrar el teletrabajo en esa Administración durante la primavera de 2012. Participantes, equipamiento y otros aspectos La experiencia primera se llevó a cabo en el Departamento de Justicia y Administración Pública sobre un total de 29 funcionarios/as, más concretamente 15 hombres y 14 mujeres, aunque de otras maneras participaron 13 jefes de servicio y otras 31 personas opinaron como compañeros de los participantes. De las 29 personas escogidas, 6 eran funcionarios/as de carrera y 23 interinos. La antigüedad media de los participantes en la Administración era casi de 15 años y en su puesto de trabajo, de 5,5 años. Los puestos de trabajo de los participantes escogidos fueron: asesor jurídico, técnico de recursos humanos, gestor web, técnico de estudios, técnico de organización, traductor, técnico de normalización lingüística y responsable de proyecto, aunque se consideró que los puestos a los que podría extenderse la medida son los del personal administrativo Bernardo Márquez Molina Secretario de Nuevas Tecnologías de COFAV y delegado sindical que no atiende al público ni desempeña sus tareas en archivos o bibliotecas de los departamentos y sus organismos autónomos. El número de participantes que convivían en pareja fue de 22, 13 con hijos y 9 sin hijos. Había 21 personas en el grupo que residían a más de 50 km. de su puesto de trabajo y el número de participantes discapacitados fue de 2. El material de trabajo proporcionado a los participantes consistió en un ordenador portátil, correo electrónico, conexiones a internet y un teléfono móvil integrado con su puesto de trabajo. La experiencia de teletrabajo se desarrolló durante 3 días a la semana. Conclusiones de la experiencia piloto Los objetivos perseguidos con la experiencia del teletrabajo fueron los siguientes: adoptar una gestión basada en la confianza, la iniciativa y la autonomía de los trabajadores públicos; mejorar la motivación en el trabajo, aumentando así el rendimiento labora; reducir el absentismo laboral; desarrollar la cultura del trabajo orientado a resultados; ayudar a conciliar las responsabilidades laborales y familiares; flexibilizar y distribuir los tiempos de trabajo sin que se vea afectada la calidad del servicio público, superando la cultura del trabajo presencial; mejorar las condiciones de trabajo para colectivos con necesidades especiales de movilidad, como las personas mayores y discapacitadas; conseguir una Administración más eficiente y fomentar el ahorro en la Administración (material de trabajo, energía eléctrica, agua, limpieza, alquiler de oficinas, etc) y en transporte. Tras la experiencia se comprobó que, en efecto, se habían conseguido esos objetivos. actualidad@naranja ‐ Número 12 ‐ Enero 2014 9 El 86% de los participantes pretendieron con el teletrabajo gestionar mejor su tiempo. El 46% lo hizo para incrementar su rendimiento y/o la calidad de su trabajo y el 30% pensó, a priori, que con ello mejoraría su salud. El aumento de la productividad fue de casi un 70% y el de la calidad del trabajo de más de un 42%. Casi el 85% consideraron que su capacidad de organización había aumentado y el mismo porcentaje afirmó estar dispuesto a continuar en régimen de teletrabajo. En el aspecto personal, casi el 60% consideró que su salud había mejorado y el 77% afirmó que había mejorado su estado de ánimo. Más del 92% dispuso durante la experiencia de más tiempo para afrontar tareas personales y familiares. Por todo ello, el 100% recomendó el teletrabajo por el ahorro o mejor gestión del tiempo que supone, casi el 85% lo recomendó por el incremento del rendimiento y de la calidad del trabajo y más del 61% lo hizo por el aumento de motivación experimentado. El paso siguiente Tras esa primera experiencia, calificada como 10 “todo un éxito” por parte de la consejera de Administración Pública, Idoia Mendia, se decidió implantar el régimen de teletrabajo en el Gobierno de Euskadi desde el primer semestre de 2012, afectando la medida a más de 330 trabajadores/as, en una primera estimación, que sólo tuvo en cuenta a personal técnico. Desde luego que esa decisión necesitó de una nueva regulación normativa y una negociación extensa con los sindicatos, pero siendo todo ello en beneficio de los trabajadores y de la propia Administración al mismo tiempo, ese trabajo supuso un obstáculo menor. En COFAV creemos firmemente que la implantación del teletrabajo en las Administraciones Públicas es un paso adelante que se debería dar sin titubeos, buscando el rendimiento de los empleados públicos, el ahorro económico y energético de esas personas y de la propia Administración, mejorar su motivación y la conciliación de su vida familiar y laboral, que cada día es más difícil. Para ello, las personas encargadas de la gestión del personal municipal deben demostrar voluntad real de mejorar esta Administración y la valentía suficiente para adaptar su gestión al futuro, porque el teletrabajo es el futuro. actualidad@naranja ‐ Número 12 ‐ Enero 2014
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