7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTROOESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN 27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015 Mesa 1: Trabajo y empleo Título: Trayectorias laborales de recuperadores informales de residuos del departamento Rivadavia, provincia de San Juan. Autora: Antunez, Mariana 1 Palabras clave: Recuperación informal de residuos, organización laboral, trayectorias laborales Resumen: Las presentes reflexiones se producen al interior del trabajo “Reconversión laboral y social de los ex recuperadores informales de residuos de La Bebida, San Juan”, el cual fue producto del trabajo de investigación realizado durante la ejecución de una Beca Interna de Investigación y Creación otorgada por CICITCA, categoría Estudiante Avanzado, convocatoria 2013. El objetivo principal del mismo era comprender el proceso de reconversión laboral experimentado por los recuperadores informales de residuos del vertedero de la localidad de La Bebida en trabajadores del Parque de Tecnologías Ambientales de la provincia de San Juan y las significaciones que los propios actores asignan a este proceso. Para lograrlo, analizamos las trayectorias laborales de los recuperadores informales, intentando comprender las significaciones que los sujetos estudiados tienen del trabajo con la basura. Adoptamos una estrategia metodológica de carácter cualitativo recurriendo al enfoque de trayectorias laborales que permite comprender la sociedad en términos de movimiento posibilitando conocer la relación que se establece con el pasado y el presente y la proyección hacia el futuro de los trabajadores, utilizando como metodología para el trabajo de campo la observación y entrevistas en profundidad. En esta ponencia se presentarán algunos avances que fueron surgiendo del estudio de los datos organizados a partir del análisis de las trayectorias laborales de los recuperadores informales de residuos del vertedero del departamento Rivadavia: ocupaciones laborales previas al cirujeo, condiciones y circunstancias que intervinieron en el ingreso a la actividad; prácticas y organización del trabajo. 1 Universidad Nacional de San Juan. Facultad de Ciencias Sociales - Departamento de Sociología. Correo electrónico: [email protected] 1 Abstract: These reflections occur within the inquiry “Labor and social conversion of former waste pickers from La Bebida, San Juan”, which it was the result of a research work carried out during the execution of a student grant from CICITCA in 2013. The main objective of the project was to understand the process of retraining experienced by waste pickers of the landfill of La Bebida into workers of Parque de Tecnologías Ambientales in the province of San Juan, and the meanings that the actors themselves assigned to this process. To achieve this, we analyze the labor paths of informal recyclers, trying to understand the meanings attributed to work with trash. We adopted a qualitative methodological strategy, using the approach labor paths to understand the society in terms of enabling, letting know the relationship established with the past and the present and the future projection of the workers, using fieldwork observation and interviews. In this paper we present some advances that emerged from the study of organized data from the analysis of the labor paths of waste pickers: Pre cirujeo occupations, conditions and circumstances involving income, practices and work organization. 1. Introducción Las transformaciones estructurales producidas en Argentina desde mediados de la década de los setenta y profundizadas durante la de los noventa, provocaron un proceso de empobrecimiento e incremento de las desigualdades sociales. Durante los años noventa la implementación del modelo neoliberal trajo consigo políticas que impulsaron una creciente apertura de la economía junto con la desregulación de los mercados y la reforma del Estado. Como consecuencia, se produjo una fuerte recesión económica que impactó en una baja de los salarios y del empleo. El desempleo en cifras increíblemente altas fue la primera y más llamativa manifestación de un proceso de creciente exclusión laboral. La expulsión de los trabajadores del mercado laboral a partir de la destrucción de puestos de trabajo o de los ajustes implementados obligaron a retiros voluntarios y despidos, así como a la cada vez más dificultosa “reinserción” en el mercado de trabajo (Battistini citado por Busso y Gorbán, 2004). La actividad económica de recuperar y vender de manera informal materiales hallados entre los residuos se ha expandido notoriamente en América Latina durante las últimas décadas. A partir de las transformaciones que acaecieron como consecuencia de las medidas de corte neoliberal mencionadas, la clase trabajadora se complejiza, se fragmenta y se vuelve más heterogénea, al tiempo que la pobreza, la desocupación y la desigualdad alcanzan niveles inéditos (Dimarco, 2007: 5). La crisis económica, política y social de 2001 - 2002, que trajo consigo la fragmentación del mercado laboral, aumento de la precariedad y la informalidad, le otorgó visibilidad a complejas y múltiples 2 situaciones laborales, entre ellas, la recuperación informal de residuos urbanos, por parte de los llamados “cirujas” o “cartoneros”. Es menester destacar que la actividad del cirujeo cobra un sentido particular en el marco de las sociedades capitalistas en su etapa actual que, con la exigencia de renovación y especialización constante, tiene una producción de residuos cada vez a más alta escala. Ciertamente, el profundo proceso de reestructuración del mercado y del Estado, pero fundamentalmente, las transformaciones acontecidas en el mundo del trabajo, fueron dando lugar a una sociedad crecientemente fragmentada con amplios sectores de su población devenida, al parecer, población “prescindible” para el mercado laboral (Dimarco, 2007: 15). Entre las razones económicas que permiten explicar la forma masiva que alcanzó la actividad del cirujeo entre mediados de los años noventa y principios del nuevo milenio, encontramos que la devaluación de la moneda nacional del año 2002 fue clave en el proceso de valorización de ciertos materiales reciclables y, con ello, al incremento del número de cirujas o cartoneros, especialmente por encontrarse nuestro país inmerso en una de las crisis de su mercado de trabajo más difíciles que se hayan atravesado. La profundidad que adquiere esta crisis económica, política y social ha conducido al crecimiento y consolidación de una actividad laboral que hasta entonces en Argentina había sido claramente marginal: la recuperación informal de residuos. No sólo la desocupación y la devaluación monetaria coadyuvaron al crecimiento explosivo del cirujeo. Se trata de una actividad de fácil acceso ya que no requiere de competencias especiales ni de capital alguno para llevarla a cabo; además se puede comenzar en cualquier momento (Schamber y Suárez, 2002; Dimarco, 2006). Así, expulsados y desechados del mercado laboral formal, los cirujas deben reciclarse y reinventarse como trabajadores de la basura y reinsertarse al sistema productivo en una situación de precariedad (Aimar et al., 2007: 11). Con este trabajo pretendemos conocer el modo en que el fenómeno mencionado se llevó a cabo en nuestra provincia, particularmente en el vertedero de la localidad de La Bebida en el departamento Rivadavia. El predio, de más de setenta hectáreas, fue durante más de ochenta años el lugar donde familias enteras revolvían diariamente la basura en busca de comida y elementos para vender, generando así su sustento diario. En la presente ponencia se presentarán algunos avances que fueron surgiendo del estudio de los datos organizados a partir del análisis de las trayectorias laborales de los recuperadores informales de residuos del vertedero del departamento Rivadavia: ocupaciones laborales previas al cirujeo, condiciones y circunstancias que intervinieron en el ingreso a la actividad; prácticas y organización del trabajo. 2. Acercándonos a las Trayectorias Laborales Para este trabajo recurrimos al enfoque de trayectorias, que según Graffigna (2005) permite comprender la sociedad en términos de movimiento. “Los distintos actores sociales recorren a lo largo de sus vidas un continuo de experiencias que van trazando itinerarios – a veces más previsibles, 3 a veces más aleatorios – que se construyen simultánea y pluralmente en múltiples dimensiones: familiar, social, laboral, política, religiosa, cultural” (Bourdieu, 1988). El estudio de las trayectorias laborales desde la perspectiva del sujeto permite tener una visión integral no abstraída del contexto social en el que están inmersas, haciendo posible complejizar los diferentes aspectos y a su vez, nos permite conocer la relación que se establece con el pasado y el presente y la proyección hacia el futuro de los sujetos estudiados. El análisis estará centrado en cuatro grandes temas: 1. En las ocupaciones previas a las de recolección informal en el vertedero, sean estas remuneradas o no, tomando como punto de referencia la primera actividad laboral; 2. En el contexto histórico-social, más específicamente, en las condiciones y circunstancias que llevaron a estas personas a realizar la actividad de cirujeo; 3. En las distintas prácticas desplegadas diariamente para conseguir el sustento y; 4. Las formas de organización del trabajo en el vertedero. 2.1 Ocupaciones previas al cirujeo El análisis de las ocupaciones previas al cirujeo nos remite al análisis de las trayectorias de los actores estudiados. Las mismas se manifiestan como el producto de un complejo de factores cuyos antecedentes no comienzan con la inserción al mercado de trabajo, sino que se elaboran antes y por efecto de otras variables. Aquí haremos referencia al nivel educativo de los entrevistados y a la ocupación de sus padres. Con respecto al primer aspecto, los sujetos estudiados poseen nivel educativo primario completo2 y otros han incursionado en el nivel secundario sin haberlo concluido. En cuanto a la ocupación de los padres, registramos que la mayoría de las madres no trabajaron fuera del hogar o lo hicieron como trabajadoras familiares sin remuneración en el sector agrícola. Sólo dos casos se han desempeñado como empleadas domésticas en casas de familia. En cuanto a las actividades de los padres, la mayoría se ha dedicado a empleos informales en el ámbito rural – chacareros, jornaleros – y en la construcción como albañiles. Sin embargo, algunos han tenido empleos de mayor calificación, tales como: encargados de fincas, encargados de obras, empleados municipales. Las trayectorias de los recuperadores muestran que se consolidaron en la informalidad asociada a empleos en el ámbito rural (principalmente jornaleros), como trabajadores familiares sin remuneración, en changas en construcción, en servicio doméstico, como empleados en pequeños comercios barriales y en lugares destinados a la compra y recuperación de materiales. Las mismas podrían agruparse en: 2 Todas las personas que completaron el nivel primario, lo hicieron por medio del Plan FiNES contemplado en el Plan de Inclusión Social propuesto por la SEAyDS. 4 a. Trayectorias con alguna incursión en el mercado de trabajo formal: podemos ubicar a quienes se han desempeñado como empleados calificados en el sector formal de la economía: un encargado de finca (quien además de tener personal a cargo manejaba maquinarias) y un albañil calificado en empresas constructoras. b. Trayectorias desarrolladas en su totalidad en el sector informal: donde, a su vez, encontramos: - Trayectorias con ocupaciones previas a la actividad de cirujeo: desarrolladas tanto en el ámbito urbano como en el rural. Entre las ocupaciones urbanas encontramos el empleo doméstico, trabajos en recuperadora de materiales y atención al público en kiosco. En cuanto a los quehaceres en el ámbito rural pudimos observar jornaleros “al tanto” durante las temporadas de cosechas, que transitaban por diferentes fincas y lugares – muchas veces fuera de la provincia – para conseguir el sustento, alternando estas actividades con la recuperación de residuos en el vertedero. - Trayectorias que comienzan con el cirujeo, sin ocupaciones previas: ubicamos aquí la trayectoria de una entrevistada cuya experiencia laboral comienza a los dieciocho años, tras migrar a nuestra provincia desde su Córdoba natal. Durante toda su vida se dedicó al cirujeo; primero en el centro de la ciudad de San Juan y luego en el vertedero de La Bebida. Pese a esta distinción, el denominador común en todos los casos es la posición de vulnerabilidad y precariedad en el espacio social. La misma estaba trazada por una trayectoria inestable, cuya marca está dada por las diferentes “formas particulares de empleo” (Castel, 1999:404). Las inserciones laborales de estas personas han sido “en negro”, de baja calificación e intermitentes. El recurso de alternar o combinar el trabajo en las cosechas en épocas de verano y el vertedero en el invierno era muy utilizado a los fines de poder compensar la falta de ingreso asociada a la estacionalidad de las labores, procurándose así cierta estabilidad económica. 2.2 El vertedero como fuente de vida y trabajo Las trayectorias laborales de estas personas confluyen en un mismo lugar, el basural de “campo” de La Bebida, construyendo una determinada percepción acerca del ser recuperador informal. Una de las características que distinguen al sector de la población en estudio es el haber estado inmersos en la pobreza estructural. Se podría afirmar entonces que la identificación del vertedero con un espacio de inserción laboral de muchas familias de la zona de La Bebida, encontraban en él una forma de producción y reproducción de su existencia. 5 A continuación expondremos las condiciones y circunstancias que llevaron a los entrevistados a realizar la actividad de cirujeo, teniendo en cuenta el contexto histórico social de los años noventa, el modo en que aprendieron la actividad y sus percepciones acerca del trabajo con la basura. 2.2.1 Ingreso a la actividad de cirujeo: “Siempre hay que buscar la vida” Con respecto al momento de ingreso a la actividad, los recuperadores expresaron haber comenzado a concurrir más asiduamente al vertedero entre los años 1995 y 2001 en su mayoría. Los informantes más jóvenes lo hacían para ayudar a sus padres en la recuperación de residuos en calidad de trabajadores familiares o acompañantes, cumpliendo un rol de colaboración y ayuda a la economía familiar. En cuanto a los motivos de ingreso a la actividad de recolección informal de residuos, los estudiosos en la materia coinciden en distinguir dos tipificaciones: los cirujas estructurales y los nuevos cirujas (Schamber-Suarez, 2007; 2011). Los primeros son aquellos que contienen en su historia familiar laboral la tradición del cirujeo y generalmente realizan la actividad desde temprana edad como trabajadores familiares o ayudantes. Al mismo tiempo, no se dedican exclusivamente al reciclado sino también a juntar cosas de la basura, como vestimenta, calzado, muebles o chatarra. El elemento que distingue a éstos es que no hay una ruptura en la trayectoria laboral al ingresar al cirujeo sino que ese ha sido su modo de ingreso permanente, alternando con otras actividades informales pero nunca dejando la recolección. Algunos autores consideran que en estos casos existe una naturalización de su condición, donde no se cuestiona el origen de la actividad (Schamber-Suarez; 2007; 2011; Anguita, 2003; Herrero – Farías, 2013). Los segundos, en cambio, son personas que comenzaron a recolectar residuos a modo de rebusque o estrategia de supervivencia, ya que sus trayectorias hacían entender que era algo momentáneo, una salida de la crisis. Sin embargo, los años de recuperación económica y la disminución de la tasa de desempleo en nuestro país no lograron que este fenómeno disminuyera significativamente, motivo por el cual terminaron adoptando las características de los cirujas estructurales, alternando el cirujeo con trabajos temporarios y changas o simplemente, adoptando la recuperación informal como su única actividad laboral. Los entrevistados calificaron a la actividad de recuperación informal como un rebusque, una salida o alternativa ante la falta de trabajo. La mayoría de ellos coinciden en que al principio recurrían allí de manera temporal, alternando el cirujeo con changas o trabajos temporarios en las cosechas, hasta que la imposibilidad de conseguir un trabajo estable y el rédito económico que suponía la recuperación y venta de materiales, los llevó a quedarse con el trabajo de la basura en lugar de buscar otras alternativas: “Porque se quedó sin trabajo (…) Entonces empezaron a trabajar en las chacras y bueno, se terminó el tema de cosechas, de plantación de tomate y todo lo demás. Entonces bueno, no les quedó otra porque no conseguían y se vinieron”. 6 Asimismo, hemos podido ver que, en algunos casos, había una tradición familiar de asistencia al vertedero, donde las familias solían concurrir allí ante la falta de trabajo, alternando las temporadas de actividad agrícola con la recuperación de materiales, adoptando las características propias de los cirujas estructurales. Recapitulando, es posible identificar los motivos que llevaron a estas personas a realizar la actividad de cirujeo en el vertedero donde el predominante es la falta de empleo y el carácter estacional del trabajo rural. Otra razón a destacar es el rédito económico que generaba esta actividad, resultando atractiva en ese aspecto. Asimismo, principalmente en las mujeres, los motivos de ingreso a la actividad, además de los expuestos, están ligados a su condición de género, a la maternidad y a los arreglos necesarios en la organización familiar para poder trabajar. 2.2.2 “Vamos a la basura” El vertedero de La Bebida, conocido por los propios actores como “el campo”, representaba para ellos en el espacio laboral que permitía su subsistencia y la de sus familias. Expusimos los motivos por los cuales los informantes comenzaron a asistir al vertedero para recolectar materiales. Ahora bien, resulta interesante saber cómo es que llegan a dicho lugar, con quiénes y cuáles fueron sus primeras impresiones. Los entrevistados coincidieron en que fueron introducidos a la actividad por familiares, amigos y/o vecinos, ya que la mayoría de los habitantes de las zonas aledañas al predio asistía al vertedero a buscar materiales para vender y, en algunos casos, también concurrían en busca de mercadería y vestimenta. La característica que predomina en todos los casos es la llegada al vertedero de la mano de alguien, es decir, por invitación. A este respecto, creemos oportuno el aporte de Larissa Adler de Lomnitz, en cuanto a la importancia de las redes parentales y de amigos en las barriadas como un significativo canal de transmisión de datos y referencias (Adler de Lomnitz, 2003:28). Estas experiencias realizadas por vecinos y por familiares cercanos, son vivenciadas como una posibilidad de encontrar en la recuperación de residuos una alternativa de trabajo y también como forma de garantizar un ingreso superior a los que podrían percibir a través de otras prácticas laborales, con la característica de la existencia de una trama de redes de solidaridad aún en la pobreza. 2.2.3 Llegada al vertedero y aprendizaje de las tareas de recuperación Con respecto a la primera vez que asistieron al vertedero, todos los entrevistados calificaron a la experiencia como desagradable o negativa, que realizaban por mera necesidad. Registramos diferentes impresiones en los trabajadores: mientras que algunos enfatizaron en aspectos objetivos, propios del lugar; otros recordaron las sensaciones y sentimientos que les generó llegar al vertedero, entre las que encontramos la vergüenza y la necesidad de acostumbrarse “a la fuerza” a la nueva actividad. 7 Entre las primeras impresiones que mencionan se encuentran los insectos, la mugre, el olor: “Vamos a ir al basural, vamos a ir. No, cambié mucho. En el sentido que uno… hay que ver lo que...hay que ver de todo. Ahí no se esperaba que es lo que venía en los camiones, muchas veces las moscas, muy muchas moscas, muy mucha mugre”. Hay personas que enfatizaron las inclemencias del tiempo y la desolación propia del lugar: “No me gustó...no, porque era...cuando vine...muy mucha calor hace acá y bueno, no había agua, nada. Tenías que traerte los bidones de agua con hielo… y para el frío pasabas frío”. Otros recuerdan la vergüenza ante la realización de dicha actividad y la sensación de no tener otra alternativa, como así también la consideración de un trabajo no digno: “Primero a mí me daba como...asco. Pero como digo yo, después al tiempo, me vine a acostumbrar (…) Me daba un poco...vergüenza, me daba. Pero no había otra”. Sin embargo, para algunos, la adaptación al contexto y al trabajo con la basura supuso un proceso de acostumbramiento forzado ante la falta de empleo: “Y...no, no me gustó nada. Bah, no...Es que uno...yo no estaba acostumbrado a eso. Lo que pasa es que los primeros días yo....prácticamente venía y...miraba nomás, porque no...Y bueno, y aquí me fui acostumbrando, acostumbrando, acostumbrando. Sí o sí me tenía que acostumbrar porque aquí hay un tiempo que no hay trabajo, no hay nada...” En todos los casos, el flagelo de la falta de trabajo o el carácter estacional del mismo, llevó a estas personas a acostumbrarse “a la fuerza” a trabajar en un escenario impactante, expuesto a malas condiciones: temperaturas extremas, falta de agua, malos olores, mugre, insectos, desechos, es decir, a un contexto que genera vergüenza y asco. Pese a todo esto, tuvieron que adaptarse y aprender a realizar un trabajo considerado por ellos desagradable, indigno e inapropiado a modo de rebusque o salida ante la necesidad. El aprendizaje de la actividad de recolección fue por imitación, mirando y haciendo lo mismo que hacían los demás. Encontramos, además, que el mismo era transmitido por medio de un saber experiencial, al igual que los antiguos oficios, donde el conocimiento proviene de la experiencia práctica con la característica de su permanencia en el tiempo. Los entrevistados tuvieron que aprender los “movimientos” del vertedero y a buscar en la basura los materiales reciclables, a seleccionarlos y clasificarlos. También debían saber ubicar cuáles eran los mejores productos y dónde encontrarlos en ese espacio. Además, ese aprendizaje suponía adaptarse al ambiente de la basura. 2.3 Proceso de Trabajo con la basura A partir del análisis de los relatos de los recuperadores de La Bebida en cuanto a la descripción de las actividades desarrolladas con la basura, intentamos dar cuenta de que la recuperación no convencional de residuos posee ciertas características específicas en cuanto a su procedimiento, en los recursos 8 utilizados para llevarla a cabo, en las modalidades de planificación de la tarea, en el sostenimiento más o menos estable de un ingreso proporcionado por la misma. Incluso se podría afirmar que requiere de cierto conocimiento de materiales, de habilidades de negociación de precios, de construcción de vínculos y demás cuestiones que hace de la misma algo más que un rebusque espontáneo. En el proceso de trabajo de los recuperadores informales del vertedero de La bebida pudimos identificar cinco etapas: 1. Apropiación 3 de los residuos; 2. Recolección; 3. Clasificación y selección del material aprovechable; 4. Traslado a la recuperadora; 5. Comercialización. 2.3.1 Apropiación de los residuos Comprende el traslado hacia un lugar determinado donde los recuperadores, mediante diversas estrategias, esperaban y contactaban a los camiones recolectores para poder recoger materiales de la basura que los mismos contenían. Todos coincidieron en que debían estar entre las cinco y las seis de la mañana en la curva de intersección de calle 5 y Pellegrini, en la localidad de La Bebida. Llegaban al lugar a pie, en bicicleta, en moto, en carros. Una vez allí, esperaban a los camiones provenientes de los departamentos del Gran San Juan - Capital, Rawson, Chimbas, Rivadavia, Santa Lucía -, Pocito, Zonda y Ullum. Para ingresar al predio, hablaban con los camioneros y subían al camión, es decir, que llegaban conjuntamente con la basura. Para “apropiarse” de la basura que los camiones contenían, cada recuperador o grupo articulaba diferentes estrategias, en el sentido que le da Bourdieu. Es decir, aquellas prácticas de los agentes dirigidas a defender los intereses de la propia posición en el campo. La estrategia, en este sentido, es producto de ese “sentido práctico”, del conocimiento del juego y de las posibilidades de innovación que le plantea la situación (Bourdieu, 2010). El motor de estas estrategias era conseguir la mayor ganancia posible; ganancia no sólo monetaria, sino también en objetos considerados de valor, alimentos, vestimenta. La primera que pudimos observar es el establecimiento de arreglos de los recuperadores con los camioneros. Según diferentes relatos, algunos ya los conocían y acordaban con ellos que les “guarden” la carga: “Yo a las cinco de la mañana, a veces cuatro y media, cinco estaba en la…esperando al muchacho Montoro que siempre (…) me dejaba el camión. Me decía: ‘te espero aquí. Vos esperame que yo a tal hora llego, este viaje es tuyo’. Y al otro muchacho de 3 Tomar para sí alguna cosa, haciéndose dueña de ella, por lo común de propia autoridad. (Diccionario de la lengua española RAE – 22° Edición. Versión digital). 9 Rivadavia que pasaba a las tres Tabarelli, ese también. Yo los dejaba a esos dos camiones y con eso tenía pa’ trabajar”. Otros, en cambio, conocían los días y horarios de llegada de los camiones que contenían objetos de mayor valor, principalmente los provenientes de la Mina Veladero que llevaba mucha cantidad de plástico – botellas principalmente – y metales (cobre y aluminio). Sin embargo, la gran mayoría debía “engancharse” o “colgarse” del camión para poder recoger algo de la basura que el mismo transportaba. En palabras de una entrevistada: - “...Todo el día, todo el día corriendo porque tenías que engancharte del camión que venía entrando. - Claro, ¿pero qué? ¿Directamente te colgás? - No, no, no, únicamente agarrarte del fierrito ese. Vos ya tenías tu lugar en la basura, porque si no te agarrabas de ahí, no podías recolectar en ese lugar, ¿me entendés? (…) Ese camión te lo perdiste, no viste nada de ese camión”. Es posible observar que el hecho de tener que correr alude a la carrera por apropiarse del contenido del camión. Había que ser rápido para “engancharse” o “colgarse”, que no sólo significa ir subido al camión, sino que tocarlo, en cierta medida, les aseguraba un lugar o ciertos derechos sobre la carga en relación con la proximidad al vehículo, como una forma de ganarse un lugar en esa basura. 2.3.2 Recolección Una vez que los camiones con los residuos entraban al predio, se dirigían hasta un lugar donde descargaban la basura. Al mismo tiempo que las personas revisaban el contenido del camión, una topadora lo iba esparciendo, mientras que otra máquina hacía pozos donde enterrarlo. Es decir que el tiempo que tenían los recuperadores para “rescatar” algo de los camiones era escaso, aproximadamente unos quince minutos. En ese proceder, los recuperadores buscaban en la basura los materiales de mayor valor para la venta. Los mismos eran principalmente cartón, plástico, vidrio, chatarra y metales como el cobre o aluminio. Estos últimos, en ocasiones los obtenían quemando la basura a fin de dejar al descubierto tales metales provenientes en los cables principalmente. La labor consistía, entonces, en abrir las bolsas de basura y juntar aquello que les conviniera, para luego colocarlo en bolsas grandes o bolsones, todo mezclado. Con respecto a los insumos o herramientas necesarios para realizar el trabajo, encontramos que uno de los aspectos que facilitaba el desarrollo de las prácticas de cirujeo es, precisamente, el bajo requerimiento de medios de trabajo: ganchos para romper las bolsas, bolsones donde colocar los materiales y guantes. Sin embargo, queda en evidencia que la principal herramienta era el propio cuerpo, ya que los recuperadores debían valerse de la fuerza física, para ganarse un lugar en la basura. Como es posible observar, la práctica y labor misma de la recolección es una actividad que requiere de un conocimiento sobre los “movimientos” del vertedero para aprovechar las oportunidades y alejarse de los riesgos que la misma conllevaba. Al preguntar a los entrevistados acerca de las medidas de 10 seguridad o precauciones que tomaban, dijeron que usaban guantes que encontraban en el mismo lugar y, en algunos casos, se cubrían la cara con remeras, especialmente cuando había humo en el ambiente. Coincidimos con Dimarco (2007) en que los recuperadores del vertedero de La Bebida estaban expuestos a riesgos sanitarios y físicos, tanto por la manipulación de elementos que podían transmitirles enfermedades o infecciones como por la contaminación ambiental del lugar, la proliferación de insectos y la exposición a sufrir lesiones y accidentes de todo tipo. Los mismos actores se referían a los peligros a los que se enfrentaban e incluso, hacían referencia a accidentes ocurridos en el lugar: “Cuando veníamos al vertedero uno andaba con un cuidado porque, bueno, he visto compañeros míos que se pinchaban jeringas, se cortaban y lo mismo, el ambiente...bueno, la basura. Cualquier infección, cualquier cosa podía pasar. Por eso por ahí uno tiene que andar con un cuidado...pero habiendo tanta gente, capaz que por manotear una cosa no sabe lo que agarra”. La cantidad de horas dedicadas a las labores de recuperación dependía de la capacidad de recolección, que a su vez se encontraba íntimamente relacionada con las formas de organización del trabajo (individual o familiar), especialmente en la cantidad de personas que participaban en la tarea, como una estrategia cuyo fin era recolectar la mayor cantidad de material. Cuando los recuperadores consideraban que tenían suficiente mercadería para vender, finalizaban la jornada. Según distintos relatos, la misma se extendía desde las cinco o seis de la mañana hasta el mediodía en algunos casos y en otros, hasta últimas horas de la tarde, cerca de las veinte. Podríamos decir que un día de trabajo resultaba extenso y de acuerdo a la información obtenida, agotador debido a la cantidad de horas y al esfuerzo físico requerido para realizarlo. 2.3.3 Clasificación y selección Esta etapa consistía separar lo recolectado, desechando lo que no servía y amontonando los residuos según el material (papel, cartón, plástico, vidrio, chatarra, etc.). Esta labor se llevaba a cabo en el mismo vertedero, en un lugar determinado que cada recuperador o grupo se había asignado. En cuanto a la selección, encontramos diferencias entre aquellos recuperadores que realizaban la venta de los materiales en el día y los que lo hacían una vez a la semana. Quienes vendían todos los días, clasificaban generalmente en un horario en que los camiones dejaban de ingresar al predio, o cuando su ingreso mermaba en cantidad. En cambio, aquellos que juntaban durante toda la semana para vender al final de la misma, destinaban un día específico a estas tareas. Estas decisiones, tenían que ver con la conveniencia económica de tener dinero suficiente para garantizar la sobrevivencia y manutención de la familia. Asimismo, es menester considerar que no todos los materiales recolectados tenían como finalidad la venta, ya que parte de ellos – generalmente ropa, calzado o alimentos – eran destinados al autoconsumo. 11 “Si, zapatillas, ropa. Lo que hallaba ahí, a veces venía del Walmart o del Vea sabían traer jabones o botes de aceite que estaban nuevos, lo que pasaba es que estaban aplastados pero nuevos, no estaban vencidos, nada”. 2.3.4 Traslado a la recuperadora Para trasladar los materiales clasificados hacia la recuperadora, los recolectores conseguían mediante arreglos, que los mismos camiones que llevaban la basura al vertedero les oficiaran de flete a cambio de un pago. Con el fin de abaratar costos, se asociaban entre varios grupos o familias para compartir los gastos de traslado que implicaba transportar los materiales recolectados hacia los establecimientos donde se realizaba la venta. Vemos aparecer aquí que, pese a que cada recuperador trabajaba para su propio beneficio, esos lazos de solidaridad de los que hablábamos estaban vigentes a lo largo del proceso de trabajo en el vertedero, dejando entrever un tejido de redes basados en el hecho de compartir la misma condición de pobreza. 2.3.5 Comercialización La venta de los materiales recolectados y clasificados se llevaba a cabo en un único establecimiento – Recuperadora “Don Mariano” –, ubicado en las cercanías del vertedero. Una vez llegados al lugar, el procedimiento consistía en descargar del camión los bolsones con los materiales separados según clase y calidad, ya que el valor de los mismos dependía de estas características y pesarlos, ya que las empresas recuperadoras compran el material por peso. Otro aspecto interesante, radica en que los materiales más rentables para los cirujas eran los más difíciles de conseguir, operando también en esta actividad informal las leyes de la oferta y la demanda: “Lo que te convenía más siempre ha sido el cable, viste, el cobre. Siempre te convenía más eso, o el aluminio. El cartón, botella. Muchos juntaban más cartón y botellas, la botella plástica que era lo que más sacabas y lo que más rendía”. Los recuperadores de La Bebida, para poder obtener el dinero que les asegure el sustento, debían pasar largas horas diarias recolectando, clasificando y transportando la basura. Por su parte, los establecimientos dedicados a la compra de los materiales, obtienen una mayor ganancia ya que las venden a las recicladoras a un precio sustancialmente más alto, evidenciando claras inequidades entre los agentes que intervienen en el proceso. 2.4 Organización del trabajo Al profundizar acerca de la forma en que los recuperadores se organizaban para el trabajo con la basura, encontramos que la misma estaba íntimamente ligada a su historia laboral, fundamentalmente a las formas de organización que revestía el trabajo agrícola al que estaban acostumbrados. 12 Tal es así que hemos podido observar que las labores se constituían alrededor de la familia, construyéndose como una verdadera unidad productiva, notando que había apellidos vinculados a la actividad. A su vez, desde la noción de familia extensa, el trabajar la basura no solo afectaba en su desempeño a los miembros de la familia nuclear, sino que incorporaba a otros miembros, unidos por lazos de proximidad y/o parentesco, como ser tíos, cuñados, primos, vecinos y/o amigos. Se evidenciaban distintas formas de división del trabajo hacia adentro de los grupos familiares según la etapa del proceso de que se tratase. Por ejemplo, para la recolección, el trabajo se realizaba sin diferenciación entre sexo y edad, es decir que todos los miembros participaban en la actividad de abrir bolsas y sacar aquello que pudiera ser útil. En cambio, a la hora de seleccionar y clasificar, las mujeres tenían un mayor protagonismo. Incluso, cada familia asignaba a algún miembro – generalmente mujeres, niños o ancianos – para que oficiara de “cuidador” de la mercadería recolectada. Otra forma de división se ponía de manifiesto en función de la ganancia que podría generar una carga. En estos casos, si bien cada núcleo familiar trabajaba para sí, se producía una asociación con otros familiares para poder recolectar mayor cantidad de material del cual, una vez efectuada la venta, repartían las ganancias. Analizando estas formas de organización, resulta posible visualizar la existencia de una comunidad en el sentido que le da Elina Dabas, entendiéndola como una “… construcción socio-histórica, de base geográfica, una historia compartida, procesos identitarios, representaciones, aspiraciones y problemas en común…” (Dabas, 2008:2). Esta conceptualización nos da la pauta de que la idea de comunidad no es un a priori que preexiste a los sujetos, sino que es una construcción significativa de los sujetos sociales que están ligados por lazos relacionales estrechos y significados intersubjetivos vinculados a las experiencias, o en términos de Weber, en la experiencia de un mundo compartido con otros, que se expresa y concretiza en el pensamiento, en el saber cotidiano, en sí, en la cotidianeidad de las personas. 3. Reflexiones finales Las trayectorias laborales de los sujetos estudiados muestran que se consolidaron en la informalidad asociada a empleos en el ámbito rural (principalmente jornaleros), como trabajadores familiares sin remuneración, en changas en construcción, en servicio doméstico, como empleados en pequeños comercios barriales y en lugares destinados a la compra y recuperación de materiales. También hubo dos casos de personas con trayectorias que implicaban incursiones en el mercado formal de empleo, como así también una persona que durante toda su historia laboral se dedicó al cirujeo. Estas trayectorias confluyen en un mismo lugar, el vertedero, donde las personas llegaban de la mano de algún familiar, vecino y/o amigo que, ante la percepción de la falta o estacionalidad del trabajo – problemática que les afectaba a todos por igual -, veían a la recuperación de materiales para la venta y autoconsumo un rebusque o salida ante la crisis. En este sentido, hemos podido sacar a la luz una estructura subyacente de redes de lazos solidarios entre los vecinos de las zonas aledañas al predio que compartían, además de la condición de pobreza, las mismas problemáticas. De este modo es que, 13 identificándose entre sí, se ayudaban unos a otros desinteresadamente, producto de una intersubjetividad compartida. Otro aspecto que pudimos notar en la recuperación informal de residuos, es la presencia un “saber hacer” proveniente de la experiencia, que implica conocimiento acerca de los movimientos del lugar de trabajo – días, horarios, procedencia y contenido de los camiones - como así también otras habilidades, como lo es sacar las bolsas de residuos, abrirlas una por una, fijarse lo que sirve y lo que no para luego seleccionar aquello que pudiera ser de utilidad, ya sea para la venta o para uso y consumo familiar. En esta labor, el propio cuerpo es la principal herramienta, ya que se requería de destreza y fuerza física para “abarcar” más espacio y materiales a fin de garantizar una buena ganancia. Incluso se podría afirmar que es una actividad que requiere de cierto conocimiento sobre materiales, de habilidades de negociación de precios, de construcción de vínculos y demás cuestiones que hace de la misma algo más que un rebusque espontáneo, puesto que los cirujas hacen de la basura una mercancía a través de la recolección informal. Es en esta selección que ciertos materiales considerados como desechos, adquieren valor: un valor de uso presente en los materiales utilizados para equipar sus casas, para vestirse y alimentarse; y un valor de cambio cuando son vendidos a depósitos que a su vez venden a uno mayor (especializados); y éstos, a su vez, a la gran industria que los recicla y reutiliza como materia prima para nuevos productos de consumo masivo. La actividad de recuperación, ubicaba a estas personas en una situación de vulnerabilidad, al desarrollar dicho trabajo sin las condiciones mínimas de salubridad y seguridad que este tipo de actividades requiere. Trabajar bajo lluvia, al sol, las altas o bajas temperaturas, expuestos al contacto con residuos patológicos/peligrosos, son algunos de los condicionantes que ubican a este sector en la situación/ posición constante de riesgo socio – sanitario. Asimismo, el vertedero se convierte en un espacio público que es apropiado. Esta ocupación y apropiación se iba produciendo y afianzando en cada una de las etapas del proceso de trabajo, donde las actividades llevadas a cabo por los grupos de familiares - principalmente la cantidad de territorio susceptible de abarcar -, eran el medio por el cual se ganaban e identificaban los lugares que cada grupo se asignaba cuya legitimidad estaba dada por el propio colectivo. Sin embargo, en ese espacio regían leyes no escritas que “regulaban” la forma de trabajar y estaban legitimadas por la costumbre. La más visible es la denominada “ley del más fuerte”, que estaba presente más claramente en las dos primeras etapas del proceso de trabajo en la basura. La misma planteaba una lucha de supervivencia donde el más fuerte era el que abarcaba más lugar y juntaba más material, cuestión que no invalidaba los lazos solidarios, ya que durante todo el proceso primaban dichas actitudes de ayuda mutua y colaboración. Con respecto a las significaciones acerca del trabajo con la basura, fue posible observar que las personas entrevistadas comparten los marcos de sentido frente a los que articulan sus experiencias. Ante la necesidad y la pobreza en la que estaban inmersos, preferían ir a recolectar materiales de la basura antes que salir a robar. Es decir que pese al desempleo, las malas condiciones ambientales, el 14 sufrimiento y la vergüenza que generaba la actividad, eligieron autoemplearse generando trabajo de lo que otros descartan, evidenciando la internalización de una cultura del trabajo y no del delito. Teniendo en cuenta los sentidos que los sujetos estudiados ponen en juego para definir y definirse en sus prácticas laborales a partir de la puesta en perspectiva con las sus trayectorias, consideramos que la información analizada nos permite inscribir estas experiencias en el proceso de construcción de un 'oficio', donde la experiencia con la basura les sirvió en cuanto ‘habitus’ internalizado, constituyéndose como el factor que les generó mayor confianza al momento de trabajar en la planta de separación. 4. Bibliografía consultada ADLER DE LOMNITZ, Larissa (2003). Cómo sobreviven los marginados. Siglo XXI Editores, México. AIMAR, L., GIANNONE, G. y LISDERO, P. (2007). Conflicto de la basura en San Francisco: el lugar del trabajo del ciruja en el negocio de la basura. En: SCRIBANO, A. (Comp.) Mapeando interiores. Cuerpo, conflicto y sensaciones. Centro de estudios avanzados UNC. Jorge Sarmiento Editor. Córdoba. Disponible en: www.accioncolectiva.com.ar. ANGUITA, Eduardo (2003). 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Trayectorias y estrategias ocupacionales en contextos de pobreza: una tipología a partir de los casos. En Trabajo y Sociedad [Revista en línea] N° 7, Vol. VI (junio septiembre de 2005). 15 HERRERO, Vanesa y FARÍAS, Lourdes (2013). Lo visible invisibilizado. Condiciones y medio ambiente de trabajo de los cartoneros en la ciudad de La Plata: del trabajo al rebusque y del rebusque al trabajo. Artículo publicado en soporte digital 11 º Congreso ASET. SCHAMBER, Pablo y SUÁREZ, Francisco (2002). Actores sociales y Cirujeo y gestión de residuos. Una mirada sobre el circuito informal del reciclaje en el conurbano bonaerense. En: Revista Realidad Económica Buenos Aires (Argentina) N ° 190 - 16 agosto al 30 septiembre de 2002. 16 7ºEncuentro de Investigadores/as de Ciencias Sociales de la Región Centro-Oeste de Argentina y IV Región de Chile Mesa 1: Trabajo y Empleo Título: “Condiciones del Empleo Rural de los Trabajadores de los Diferimientos Impositivos, en los Departamentos Sanjuaninos de Ullum y Zonda” Autores: CLARA DE LA VEGA 1, VALENTINA SORIA 2, MARIA P. ALBARRACÍN 3, ENZO ACIAR 4, MARTÍN RIVEROS 5, FLORENCIA CAIF 6, Palabras Clave: empleo rural, diferimientos impositivos, normativa, beneficios sociales Resumen: Los Diferimientos Impositivos han provocado cambios en la región, y la introducción de nuevos modos de producción. Esto lleva a una modificación de la relación laboral del empleo rural en los diferimientos. El proyecto pretende averiguar cambios producidos en el empleo rural de ambos departamentos, a partir de la instalación de Diferimientos en San Juan. La ponencia enmarcada dentro de este analiza, entre otros, la cantidad de empleados permanentes y temporarios en relación a la superficie cultivada, a fin de observar si una mayor extensión de tierra cultivada implica mayor cantidad de mano de obra empleada. A partir de la década del noventa se reglamentaron las condiciones laborales del empleado rural y su el ejercicio. Así se sancionaron una serie de normas que protegen al trabajador rural. Pero se hace necesario observar en qué medida se respeta su aplicación en los diferimientos que se encuentran en mejores condiciones de hacerlo que los pequeños productores. Las condiciones del empleo de los trabajadores en sus formas asociativas, registración, beneficios sociales, su calificación, mejores sueldos, resultan difíciles de ser cumplidos en las PEAPS (Pequeñas Explotaciones Agropecuarias) con cierta tradición. 1 Clara de la Vega: V Varas 5888 Rivadavia SJ.mail: [email protected] Valentina Soria: Lic en Geografía, IISE, FACSO, UNSJ.Mail: valentinasoria@yahoo,com.ar 3 María Paula Albarracín: Lic. en Ciencias Políticas, IISE, FACSO,UNSJ.Mail: [email protected] 4 Enzo Aciar: Lic en Ciencias Políticas IISE, FACSO, UNSJ.Mail: [email protected] 5 Martín Riveros: Diseñador Industrial, IISE, FACSO,UNSJ. Mail:[email protected] 6 Florencia Caif: Técnica Universitaria en Administración Pública IISE, FACSO, UNSJ. Mail: [email protected] 2 Teórico - Metodológico: Las características del mercado de trabajo rural se analizan en el marco de las profundas transformaciones que viene experimentado el sector agropecuario argentino desde la década del setenta. (Baudron y Gerardi, Neiman y Quaranta) La investigación se realizará en dos fases: una primera exploratorio–descriptiva, y una segunda cualitativa. Esta ponencia se concentrará en la primera, implementada mediante una estrategia cuantitativa en base a datos secundarios, obtenidos del material normativo, registros públicos y privados. Palabras Clave: empleo rural, diferimientos impositivos, normativa, beneficios sociales Abstract: The Tax Deferrals have caused changes in the region, and the introduction of new production modes. This leads to a change of the working relationship of rural employment in deferrals. The project intends to find out changes in rural employment in both locations, starting from the installation of Deferrals in San Juan. The paper framed within this analyzes, among others, the amount of permanent and temporary employees in relation to the cultivated surface in order to observe if a larger area of cultivated land implies greater amount of labor employed. From the nineties decade the working conditions of rural employee and its exercise were regulated. So a set of rules that protect the rural workers were enacted. But it is necessary to observe the extent to which their application is respected in the Deferrals that are in a better position to do so that smallholders. The conditions of employment of workers in their associative forms, registration, social benefits, its rating, better wages, are difficult to be met in SAG (Smallholder Agriculture) with certain tradition. Theoretical - Methodological: The characteristics of rural labor market are analyzed in the context of the profound changes that the Argentine agricultural sector are experiencing since the seventies. (Baudron and Gerardi, Neiman and Quaranta). This research will be performed in two phases: a first exploratory-descriptive and a second qualitative phase. This paper will focus on the first, implemented through a quantitative strategy based on secondary data obtained from the normative material, public and private records. Keywords: rural employment, tax deferrals, regulations, social benefits 1-Introducción: Las características del mercado de trabajo rural deben analizarse en el marco de las profundas transformaciones que viene experimentado el sector agropecuario argentino desde la década del setenta, transformaciones que se consolidaron durante los noventa y que, entre otras, incluyen: la desaparición de los organismos de regulación, la globalización de los mercados de consumo y producción, la conformación del MERCOSUR, el ingreso de nuevos actores al sector (como las multinacionales agroalimentarias), los procesos de concentración y reestructuración de las unidades de producción, la creciente incorporación tecnológica y de exigencias de calidad, el incremento del endeudamiento sectorial, las nuevas demandas y usos alternativos del medio rural, etc. Todas estas transformaciones inciden y determinan directamente las condiciones laborales del trabajador rural. (Baudron y Gerardi, 2003:7) Determinaciones estatales tan importantes como la reestructuración espacial de producción y sus modos, acompañados por cambios de política fiscal y de modalidades de exportación requieren echar luz sobre el contexto en que se producen. Estos están referidos a las etapas históricas en el sistema nacional e internacional vinculadas a procesos estructurales, relaciones de poder y sistemas decisionales. En la Provincia de San Juan la implementación del régimen de promoción económica tuvo gran impacto sobre el trabajador rural. Este régimen tuvo como objetivo incentivar la radicación de inversiones a través de mecanismos como los diferimientos impositivos, que implicaban exención impositiva a grandes capitalistas que se radicaron en la provincia. Es así que la provincia fue beneficiada con el régimen de franquicias tributaria a través de la ley 22.973 sancionada en el año 1983, que extendió a ésta los beneficios establecidos originariamente para La Rioja, San Luis y Catamarca. Pero recién en 1990 el estado asignó cupo en el presupuesto nacional para los proyectos agropecuarios de San Juan.La autoridad de aplicación fue el Poder Ejecutivo Provincial, encargado de verificar el plan de inversiones y de producción, los plazos y condiciones establecidos en el beneficio otorgado, como así también de imponer sanciones ante el incumplimiento de las obligaciones establecidas por la norma. La ley de diferimientos impositivos representó en San Juan la implementación del modelo neoliberal, que tiene su auge y máxima expresión en nuestro país, en la década del 90. En éste sentido la implementación de nuevas tecnologías (Capital Constante) al elevar la composición orgánica del capital produce el abaratamiento progresivo de los productos y la eliminación de puestos de trabajo, lo que es funcional para lograr el objetivo fundamental del capitalismo: maximizar la ganancia en el menor tiempo posible. Para compensar la caída de la tasa media de ganancia, el capitalismo se ve obligado a incrementar las tasas de explotación de la mercancía trabajo, tanto en forma absoluta (incrementando el tiempo de trabajo), como en su forma relativa (incremento de la productividad).(Toledo, 2000:3) Sumado a ello la Ley de Flexibilización Laboral de la década del ´90 tenía como principal objeto disciplinar la fuerza de trabajo para reducir los costos de producción. Aparecen nuevas formas de contratación de mano de obra en manos de empresas y cooperativas que terciarizan el mercado laboral con objeto de reducir el riesgo de la empresa productora, fenómeno consecuente con el marco legal vigente. (Toledo, 2000:1-2) Toda éste cuadro de situación ahonda las desigualdades hacia adentro de las regiones, en lugar de mejorar su situación económica y hacerla más competitiva. Es por ello que uno de los principales impactos sociales que tuvieron los proyectos de diferimientos fue sobre la estructura laboral de la provincia. En éste sentido están “los defensores de la ley que aseguraban que produciría un importante beneficio en la captación de mano de obra desocupada. En los Valles de Tulum, Ullum y Zonda que fue la zona donde se localizaron un mayor número de proyectos, generaron un aumento del volumen de empleo, situación que revitalizó la deteriorada economía local… “El otro tema que quedó pendiente es “las condiciones” de esos empleos generados al amparo de la ley porque si bien hubo zonas en las que el impacto fue claramente perceptible no podemos dejar de reconocer que una importante porción de los trabajadores empleados en los proyectos era mano de obra “en negro”. (Tinto y Lirussi, s/a: 19) 2 - Marco Normativo del Empleo Rural Nacional y Provincial Comparación del Marco Jurídico anterior con el vigente En el presente apartado se pretende realizar un análisis del marco normativo que contempla a los trabajadores rurales en nuestra provincia, para ello indagaremos, en primera instancia sobre la ley del régimen agrario época 80 y 90, contexto en cual aparecen los diferimientos impositivos, comparándola con la ley vigente, destacando las principales diferencias. Hay una diferencia central con la nueva ley; bajo la anterior legislación, no existía para los peones rurales la posibilidad de contratación por temporada, figura que si se encuentra presente en Ley de Contrato de Trabajo. Esta última introduce algún grado de estabilidad en la relación laboral, al establecer, que si bien el trabajador en algunos periodos no posee empleo, se le garantiza que en épocas de tarea va ser convocado. Ello genera la estabilidad de la relación laboral, aunque persista la precariedad de los ingresos por la intermitencia de los periodos de trabajo. Mientras que antes solo existían las categorías permanentes y no permanentes ahora se incorporan los conceptos de trabajador de temporada y de trabajo familiar. “El tema que el temporario éste, al no tener ningún tipo…, no tenía relación jurídica con el empleador, se precarizaba la relación. La ley 26.727 lo que quiere hacer es cambiar eso, y lo que plantea es: si ese temporario repite una estacionalidad, repite la estacionalidad con el mismo empleador, deja de ser un temporario y se convierte en un permanente discontinuo, acá aparece la figura del permanente discontinuo, y acá viene… Nosotros tratamos de hacer pie en esa figura porque nos parece que es lo que, por lo menos intenta la ley como herramienta para resolver esta precariedad laboral, porque lo que intentamos es que ese trabajo rural genere una relación con ese empleador, y al repetir las estacionalidades genere estabilidad. Digo, si yo vengo a cosechar a olivos de Baena todos los febreros, y me voy todos los julios, olivos de Baena a partir de la segunda cosecha que me repite a mí, Marcelo Giordano, tiene que convocarme,está obligado a convocarme. Entonces por eso se llama permanente discontinuo es permanente el vínculo laboral, lo que se discontinua es la prestación” Entrevista Marcelo Giordano-RENATEA. En el artículo n°18 de la ley 26.727 se incorpora la nueva figura del trabajador temporario discontinuo equiparando derechos con el permanente: ARTICULO 18. — Trabajador permanente discontinuo. Cuando un trabajador temporario es contratado por un mismo empleador en más de una ocasión de manera consecutiva, para la realización de tareas de carácter cíclico o estacional o demás supuestos previstos en el primer párrafo del artículo 17, será considerado a todos sus efectos como un trabajador permanente discontinuo. Este tendrá iguales derechos que los trabajadores permanentes ajustados a las características discontinuas de sus prestaciones, salvo aquellos expresamente excluidos en la presente ley. El trabajador adquirirá los derechos que otorgue la antigüedad en esta ley a los trabajadores permanentes de prestación continua, a partir de su primera contratación, si ello respondiera a necesidades también permanentes de la empresa o explotación. Cambios en las Normas y la Producción Siguiendo esta línea de análisis, debemos acotar que no solo hubo cambios sustanciales en lo normativo, y el trabajo del empleado de los Diferimientos Impositivos en San Juan, sino también nos encontramos con una diversificación productiva, que vino de la mano con la implementación de los diferimientos. Proceso que afecto por un lado particularmente a las condiciones de ocupación, a los tipos de trabajadores involucrados, a las relaciones laborales, y a las modalidades de reclutamiento de los trabajadores. Con un escenario, donde se redefinen las características de los mercados de trabajo en la agricultura sanjuanina, partiendo de la base que la profundización del desarrollo del capitalismo, promovió la utilización de trabajadores temporarios en lugar de permanentes, al permitir relaciones de trabajo de mayor flexibilidad, en perjuicio de los trabajadores, al no reconocer sus derechos (década del 80 y 90 -ley 22.248). Hoy ha cambiado, este panorama, se visualiza en los departamentos de estudio, otra realidad; presencia de producciones con mayor valor agregado. En producciones de difícil mecanización y altas exigencias de calidad, como es el caso de los productos frescos de exportación, en los que el cambio tecnológico se vincula principalmente a tecnologías de manejo, éste genera mayores requerimientos de mano de obra, no sólo referidas a tareas de cosecha, sino también a tareas de mantenimiento de los cultivos, como la poda y el raleo, acentuándose en estas situaciones la presencia de trabajadores transitorios, actualmente con beneficios y derechos adquiridos (ley 26.727/11 .trabajador discontinuo permanente). La ley 26.727 y los Convenios Parece ir de la mano, por un lado un marco normativo modificado según las circunstancias y las prioridades para el gobierno de turno, y por otro lado lo netamente relacionado con lo productivo; cambios radicales en algunos de ellos, que inevitablemente necesitan de legislación para el desarrollo de la actividad agrícola. Esta profunda reconversión productiva ha sido también estimulada por ventajas impositivas (ley Nacional 22.023), entre las actividades productivas encaradas se destacan la olivicultura y la viticultura, tanto de uvas frescas, de exportación como las destinadas a elaboración de vinos finos. Con empleo de profesionales para supervisar y organizar los planes de implante y cuidados de las nuevas plantaciones. También se tendió a la mecanización de muchas tareas (siembra, riego), pero esta tecnificación es más limitada cuando se trata de uva de mesa, pues tanto la poda como la cosecha requieren habilidades manuales. Como resultado de estos procesos, se ha producido una importante concentración empresarial, con la desaparición de pequeños y medianos productores, a la vez que desapareció la figura del “contratista de viña”, vigente para actividad vitivinícola, regida en el Convenio 154/1991, trabajador a porcentaje que residía con su familia en la explotación de vid. Este Convenio comprende a los trabajadores de empresas viñateras, incluso aquellas que dentro del establecimiento también posean olivares y frutales, siempre y cuando la actividad vitícola sea la principal. Este convenio y otros, tienen reconocimiento por la ley agraria, desde el momento que son considerados fuentes de regulación de las relaciones de trabajo rural, reconocido por aquella en su artículo n°2 inciso c; Artículo 2º — Fuentes de regulación. El contrato de trabajo agrario y la relación emergente del mismo se regirán: c) Por los convenios y acuerdos colectivos, celebrados de conformidad con lo previsto por las leyes 14.250 (t.o. 2004) y 23.546 (t.o. 2004), y por los laudos con fuerza de tales; Y los actores involucrados como sindicatos, gremios, amparados en los distintos convenios, discutirán por sus representados, llegando incluso a instancias judiciales de interpretación de fondo, de todas las normas que contemplan la actividad agrícola nacional, provincial y consecuentemente departamental. “Es solidariamente responsable el dueño de la finca, lo que pasa es que ahí, donde nosotros tenemos la pelea de encuadramiento legal del gremio de empaque, porque en realidad el gremio de empaque, en realidad lo que paso en el 2008, en realidad tiene una explicación jurídica pero también tiene una explicación política, en realidad en 2008 cuando se genera el conflicto entre RENATRE y Gobierno; digo, se produce un bache político. Y por supuesto, el bache político es que algunos gremios avanzan sobre esta cuestión, y uno de los gremios que avanza es el gremio de empaque, que tiene dos convenios el 319 y 320, uno para hortalizas y otro para frutas, intentando avanzar en esto. Osea, lo que sea cosecha y empaque de frutas es mío, cuando en realidad la Comisión Nacional Agraria ya había dictaminado algunas resoluciones, donde por ejemplo la cosecha de la uva de mesa estaba dentro de la ley agraria. Después se hace una resolución que es la 43 que se incorpora el trabajo en verde, que es el raleo, tiene una continuidad biológica, se generaba todo un conflicto con los productores de uva de mesa. De ahí tenemos una discusión porque nosotros entendemos que lo que sea la cosecha y empaque de frutos agrarios propios, es de la ley agraria no de empaque, si lo que se cosecha no es propio, es ajeno ahí estaremos dentro del convenio 320 o 319, que se aplica subsidiariamente la ley 20.744. En realidad tenemos,… problemas, no problemas digo, discusiones de competencia, que no es menor, discutir el encuadramiento legal. A veces hace a la diferencia si tenés una multa o no tenés una multa, o si das una licencia parental o no la das, si das la licencia por maternidad o no la das, en una indemnización que tiene dos años mínimos. Esto no se lo pagas, digamos esto es lo importante” (Entrevista a Marcelo Giordano-RENATEA). En nuestro caso debemos poner nuestra mirada analítica, en cómo se desenvuelve este complejo tema de competencias, en los departamentos de Zonda y Ullum en referencia a los diferimientos, hoy grandes productores. Nuevas Modalidades de Trabajo, Nuevas Exigencias y Situaciones Problemáticas a Enfrentar Los cambios producidos, traen aparejado otros temas vinculados al régimen jurídico del trabajador rural. Por ejemplo, un volumen elevado de trabajadores debe ser movilizado durante períodos de tiempo de duración variable (que en el punto de máxima demanda pueden oscilar, dependiendo de las producciones, de uno a cuatro meses). También se debe garantizar un control permanente del ritmo y de la calidad de las tareas realizadas en función de los requerimientos de la industria y/o de la calidad requerida por los mercados para el producto final. Ello implica muchas veces el desarrollo de un dispositivo específico en la misma empresa o la tercerización a través de la contratación de un servicio como la utilización de cuadrillas con ese propósito. Debe considerarse además que ello no ocurre necesaria y exclusivamente en las tareas de cosecha, ya que puede abarcar también, por ejemplo, a las estratégicas tareas de poda o de raleo de frutos (depende del cultivo). Por otra parte, se ha venido desarrollando un conflicto por el encuadramiento sindical de esos trabajadores, entre la UATRE y el Sindicato de Obreros y Empleados Vitivinícolas de la Argentina (SOEVA), que ha derivado en presentaciones judiciales. Una situación similar aunque de menor intensidad, ocurre con los trabajadores de la recolección de la fruta, con la intervención en este caso también de la UATRE, con el Sindicato de Recolectores y Empacadores de Frutas y Hortalizas. Accedimos a la entrevista de personal del RENATEA, Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios, anteriormente funcionaba como RENATRE, en manos de las cámaras de empleadores y el sindicato UATRE (Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores) delegación en San Juan particularmente charlamos con Dr. Marcelo Giordano del área de capacitación de la institución, que nos comentó las funciones de la institución. Entre las atribuciones más importantes que tiene el organismo está la de expedir la Libreta del Trabajador Rural, de administrar el Sistema Integral de Prestaciones por Desempleo y de fiscalizar el cumplimiento de la ley vigente, facultada para realizar actas de infracción (Poder de Policía), la cual tiende a evitar el desarrollo del trabajo rural en negro; A demás nos ilustraba que si bien existe un “Marco Normativo” para el trabajo rural en San Juan, el tema es muy complejo y por lo señalado en la práctica diaria, revisten importancia los Convenios colectivos, los acuerdos, y los veredictos judiciales, ante las interpretaciones de normas, de los conflictos sobre jornales y las condiciones de trabajo. Los Convenios de Corresponsabilidad; son acuerdos suscriptos entre asociaciones de trabajadores con personería gremial y empresarios de la actividad rural, que tienen por finalidad el acceso a la cobertura de los diferentes subsistemas de la seguridad social para el trabajador y su familia. El empleador reemplaza el pago mensual de aportes y contribuciones, destinados al sistema de la seguridad social por un pago diferido, englobado dentro de la denominada “tarifa sustitutiva”, que se realiza en el momento más adecuado del proceso productivo, a través de un agente de retención definido por las partes en el convenio (Fuente Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social). Fundamentalmente dependerá la aplicación de leyes, resoluciones y convenios, de cual sea la actividad productiva principal, por lo tanto, para aproximarnos al marco jurídico de los diferimientos de Zonda y Ullum, deberemos determinar la actividad predominante en ellos, ejemplo la olivicultura o la vitivinicultura, y de ahí en más el encuadre legal correspondiente. El aspecto social: Jubilación, seguro de desempleo, planes sociales, etc. La Legislación Propiamente Dicha en el caso de los Diferimientos de Zonda Y Ullum: Para avanzar en lo particular de cada diferimiento, deberemos contemplar lo que produce y las características del empleo en los mismos, para poder realizar un análisis en relación al marco normativo vigente tanto nacional como provincial. En primer instancia, reconocer cuales son los derechos en términos generales a asegurar por estos diferimientos, por ejemplo asegurar a los trabajadores un ambiente sano, la preservación de la salud, una vivienda digna, la asistencia sanitaria y descanso adecuado, entre otros, están determinados normativamente, y de manera taxativa a efectos de garantizar su goce efectivo por todos los trabajadores, con independencia de la tarea o actividad que realicen y la modalidad contractual que revistan. Para ello vemos conveniente citar algunos artículos de la ley vigente, y de manera que luego en el respectivo trabajo de campo se pueda constatar el deber ser y la realidad misma del trabajador rural en los departamentos en estudio. De lo citado precedentemente, también debemos afirmar, que si bien no analizamos, existen otros lineamientos importantes, en el articulado de la mencionada ley(26.727), referidos al régimen jubilatorio, licencias por accidentes, maternidad, asignaciones familiares, y otros aspectos que hacen a la seguridad social y protección de los derechos sociales, del trabajador. Volcamos nuestro análisis en este caso, a lo que sucede con la asignación universal por hijos, planes sociales, que afectan la oferta de trabajo, debido a que cuando el trabajador o cónyuge tiene este tipo de beneficio, automáticamente una vez registrado como trabajador temporario, se le da de baja del sistema de ANSES y no puede seguir cobrando el mismo. Esta situación se da en general en diferimientos, y no diferimientos que ven disminuida su mano de obra, ya que muchos trabajadores optan por mantener el ingreso que les provee el Estado con este tipo de ayuda social. Si bien se ha ido evolucionando en convenios de corresponsabilidad para que lo trabajadores con este tipo de planes pueda trabajar sin correr el riesgo de perderlo, el mecanismo ha sido parsimonioso, donde el ANSES tuvo que emitir circular para el encuadre de dichas situaciones como así también la AFIP, y de esa manera que se contemple una baja momentánea de la Asignación Universal por Hijo, con posibilidad de restitución de sus haberes. 3-Cantidad de “personal” que trabaja en los Diferimientos Impositivos. Desde el punto de vista de la cantidad de personal que trabaja en los Diferimientos Impositivos, se analizaron los datos proporcionados por la Dirección de Regímenes Promocionales, dependiente del Ministerio de la Producción de la Provincia de San Juan, actualizados al año 2014. El objetivo es reconocer la influencia de los diferimientos en el requerimiento de la mano de obra, tratando de inferir el comportamiento y las fluctuaciones de la cantidad de personal que trabaja en estos establecimientos. Zonda Para el caso específico de cantidad total de personal incorporado por rubro (Gráfico Nº 1) se observa que aquellos que precisan mayor mano de obra corresponden a olivo-uva fina, uva fina-fruta de carozo y uva de mesa. Si bien el rubro fruta de carozo es el que menos manos de obra aporta, corresponde solo a un diferimiento presente en el departamento. Por último los rubros olivo, uva fina y fruta seca-uva fina corresponden a los diferimientos con una cantidad intermedia de personal contratado. Gráfico Nº 1 Personal total incorporado por rubro Por último se realizó un diagrama compuesto donde se relaciona la cantidad de personal incorporado (eje “y” derecho) con la superficie implantada en el diferimiento (eje “y” izquierdo) (Gráfico Nº 2). Gráfico Nº 2 Se puede observar claramente que el rubro relacionado con la vid, ya sea uva de mesa, pero sobre todo uva fina, es el que requiere mayor cantidad de personal. En contraposición el caso del olivo es el que menos personal incorpora en relación a la cantidad de superficie implantada, un caso claro lo da uno de los establecimientos Santa Silvia S.A. con 157 ha. implantadas y solo diez personas incorporadas en el personal. Esta relación muestra que el tipo de producción y las actividades agrícolas propias que se deben realizar para llevarla a cabo, influyen directamente en la cantidad de personal que incorporan efectivamente en el diferimiento. Ullum El análisis de los datos aportados para el departamento Ullum presentó dificultades, ya que en el caso del personal incorporado existen ocho diferimientos, de un total de 28, que no cuentan con la información necesaria, en su mayoría porque no se pudo hacer el relevamiento por parte de la Dirección de Promoción Agrícola. Esto genera un análisis parcial, solo con los datos informados. Respecto al personal incorporado por rubro del análisis del Gráfico Nº 3, se pueden distinguir dos grandes rubros, aquellos que corresponden al olivo y olivo-plurianuales que corresponden a 117 empleados incorporados y por otro lado aquellos que contemplan la uva que son en total 146 empleados incorporados. Gráfico Nº 3 Personal total incorporado por rubro Para el caso del departamento Ullum también se observa que el rubro uva, en todas variedades es el que mayor cantidad de mano de obra requiere. Los rubros que corresponden a fruta de carozo, son los que menos cantidad de personal incorporado poseen. Por último se realizó un diagrama compuesto donde se relaciona la cantidad de personal incorporado (eje “y” derecho) con la superficie implantada en el diferimiento (eje “y” izquierdo) (Gráfico Nº 4). En éste análisis se puede ver que el rubro Olivo ocupa muchos obreros en una sola firma San Juan de los Olivos, con poca extensión de tierras cultivadas, lo que se relaciona con el hecho de que éstos obreros son utilizados en la otra firma San Juan de los Olivos, en la que no hay relevamiento. En el caso de la vid, la superficie total implantada está repartida en varias firmas y la relación obrero/diferimiento es menor, sin embargo la cantidad total de personal incorporado es mayor que el personal incorporado para la actividad olivícola. En el caso del establecimiento Don Yaco (ex viñas Don Luis) comparte sus empleados con establecimiento Don Yaco que inicialmente se instala en el departamento. En ocho de los diferimientos que no se pudo recabar información, siete de ellos corresponden a diferimientos con menos superficie implantada, mientras que San Juan de los Olivos es el diferimientos con mayor superficie del departamento. Gráfico Nº 4 Relación entre la cantidad de personal incorporado y la superficie implantada La comparación entre los departamentos (Tabla Nº 1 y Nº 2) indica una mayor diversificación de rubros para Ullum. Con respecto a la cantidad de personal incorporado en los diferimientos, Ullum presenta un poco más del doble que Zonda. Estas dos variables, mayor diversificación y más cantidad de personal incorporado, pueden estar relacionados a que el departamento ullunero posee un poco más del doble de superficie implantada, lo que genera una mayor necesidad de mano de obra. Tabla Nº 1 ZONDA Personal Superficie Rubro Incorporado Implantada OLIVO - UVA FINA 22 273 UVA MESA / FRUTA CAROZO 32 241 UVA MESA 35 761 FRUTA CAROZO 4 40 OLIVO 10 157 UVA FINA 14 102 FRUTO SECO - UVA FINA 16 148 Total 133 1722 Ullum Personal Superficie Rubro Incorporado Implantada UVA MESA - FRUTA CAROZO MIX 68 576 UVA 3 104 UVA MESA - FRUTA PEPITA s/d 15 OLIVO - FORESTAL 30 206 FRUTA CAROZO 16 126 UVA FINA 5 33,5 UVA FINA - FRUTA CAROZO MIX 11 80 UVA MESA 31 454 OLIVO – PLURIANUALES 24 550 OLIVO 93 1.492,00 Total 281 3636,5 Tabla Nº 2 UVA FINA - FRUTA DE CAROZO - 4-CONCLUSIONES: Conclusiones sobre el Marco Normativo Luego de una análisis de las normas existentes hasta diciembre del año 2011 (ley 22.248) y actual en vigencia (ley 26.727) podemos decir que normativamente se han superado, las injustificadas diferencias existentes entre los derechos reconocidos a los trabajadores agrarios, con respecto a los restantes trabajadores del sector privado.Ello se ha logrado mediantederechos reconocidos de forma explícita, que por ejemplo son, el régimen jubilatorio, capacitación, licencias, carácter de temporarios-permanente, límites a la jornada, seguridad social, entre otros. El progreso en los derechos de los trabajadores rurales se enmarca dentro de las numerosas reformas legislativas producidas, nuevas instituciones como el RENATEA, participación más activa de gremios, que contribuyen al fin de la flexibilización en la legislación laboral producida durante la década de los noventa, y la recuperación e incluso el avance de muchos de los derechos cercenados durante la última dictadura militar. La reconversión de las variedades utilizadas en el agro sanjuanino, ha significado grandes inversiones de capital en nuevos cultivos, las nuevas variedades se adaptan a las demandas de los mercados mundiales. Han sido implantadas por grandes productores o por agroindustrias de capitales internacionales, que se aprovecharon de la flexibilidad del régimen impositivo en los 90, y hoy requieren mayor complejidad de las labores, nuevas demandas de calificación para las tareas, tanto en el cultivo como en la cosecha. La capacitación será el instrumento necesario a afianzar, tanto para privados como para el Estado, para que lo trabajadores se adapten a cambios profundos, poniéndose en juego; normas de calidad, normas de higiene y seguridad, y normas de seguridad social. Es puesta también en tela de juicio por todos los sindicatos que intervienen en la actividad, defendiendo cada cual lo que cree pertinente representar en cada etapa de este proceso productivo. No menos importante resulta nombrar otro aspecto que se visualiza en nuestras primeras aproximaciones al análisis normativo, como lo es el identificar la actuación de trasfondos políticos institucionales como parámetros interpretativos, de las normas que rigen el trabajo rural. De ahí en más se generan disputas por el encuadramiento sindical de los trabajadores, lucha incansable contra el trabajo en negro, reconociendo la precariedad del trabajador temporario, con un nuevo régimen que trata de acotar la brecha normativa entre un permanente y un temporario, evitando los negociados en el sector, en donde persisten muchos intereses de los actores involucrados. Del análisis sobre el marco normativo, surgen diversas interpretaciones, que dependerán en cada caso del tipo de cultivo de los diferimientos Impositivos, del régimen que encuadra a sus trabajadores, pudiendo ser normas nacionales, convenios o acuerdos sobre Corresponsabilidad Gremial. Y de ahí en más la necesidad para nuestro estudio de contraponer el “deber ser”; los derechos de los trabajadores, inscriptos en nuestra constitución madre en primer instancia, luego leyes y convenios, con la realidad de los trabajadores de los departamentos de Zonda y Ullum. Conclusiones sobre la cantidad de personal en los diferimientos: El análisis de la cantidad de población que trabaja en los diferimientos revela que corresponden en su mayoría a personas locales. En función a ello el porcentaje de personas ocupadas en los diferimientos con respecto al total departamental presenta valores muy bajos y corresponden al 5,75% en Ullum y 2,73% para Zonda. Con respecto a la cantidad de personas ocupadas por departamento, el 16,8% es incorporado en los diferimientos del departamento Ullum, mientras que el 6,8% es captado en los diferimientos de Zonda. Los rubros más representativos son aquellos que se refieren al cultivo del olivo y la uva en todas sus variantes. En este sentido desde el punto de vista cualitativo el rubro olivo es el más representativo del departamento Ullum, mientas que el cultivo de la uva lo es en Zonda. El rubro en que se agrupan la uva posee mayor cantidad de personal incorporado que en los demás rubros, esto se relaciona a la cantidad de personal que se necesita en el ciclo productivo anual de ésta fruta, que puede resumirse en los siguiente: preparación de a tierra, poda, desbrote y atado, descole, cosecha, embazado y empaque. La cantidad total de personal incorporado en las actividades olivícolas es menor en Zonda con respecto a Ullum. Para el caso del cultivo de la uva, esta actividad requiere de mayor cantidad de personal incorporado en Ullum que en Zonda. Se estima que la cantidad total de personal incorporado por departamento está relacionado con la superficie total implantada en el mismo. Por ésta razón Ullum presenta mayor cantidad de personal incorporado por que presenta el doble de superficie implantada que Zonda. La cantidad de empleados reales por hectárea cultivada varía según el tipo de cultivo, la época del año y las labores requeridas, la tecnología utilizada y el grado de mecanización de la producción. Por ello para el análisis de la cantidad de persona que trabajan por hectárea en los diferimientos se tomaron solo aquellos rubros que poseen monocultivo, reconociendo tres grandes rubros, el de la uva, el del olivo y el de la fruta de carozo. En función de los datos proporcionados se pueden identificar que el comportamiento es muy variado y dispar, reconociendo que el rubro uva requiere más cantidad de mano de obra ya que cada persona maneja un promedio de 4 a diez hectáreas. Por otro lado el olivo necesita menos cantidad de mano de obra, y que por persona maneja entre 9 a 16 hectáreas. Por último la fruta de carozo presenta una variación entre 2 a 10 hectáreas por persona. BIBLIOGRAFÍA: -Baudron, Silvia y Gerardi, Alejandro (2003).Los asalariados agropecuarios en argentina: aportes para el conocimiento de su problemática. PROINDER Proyecto de Desarrollo de Pequeños Productores Agropecuarios. Ministerio de Economía y Producción, Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, Dirección de Desarrollo Agropecuario. Argentina -Fumagalli Silvana y otros (2011).Condiciones y medio ambiente de trabajo de los trabajadores temporarios migrantes del cultivo de semilla de papa. Ministerio de Trabajo, Provincia de Buenos Aires. -Tinto, Tinto y Lirussi, María Gabriela Lirussi (s/a). Los diferimientos impositivos: ¿una esperanza para las economías regionales?. FACSO, Universidad Nacional de San Juan. -Toledo, Nora (2000).Impacto del programa de diferimientos impositivos agropecuarios sobre el empleo rural en la provincia de San Juan. Pontificia Universidad Javeriana. Seminario Internacional, Bogotá, Colombia. Disponible en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/rjave/mesa2/toledo.pdf -Leyes 22.248 y actual en vigencia Ley Nacional 26.377 de Corresponsabilidad Gremial - Extracto de Diario de Cuyo, 27 de Marzo del año 2014 -Convenios Colectivos de Trabajo: Convenio de Empaque Hortícola N°319 y Convenio Frutícola n°320. -Régimen Nacional de Trabajo Agrario, aprobado por la ley de facto 22.248 7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTROOESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN 27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015 Mesa 1: Trabajo y empleo. Título: CARACTERIZACIÓN DE LA PROBLEMÁTICA DE INGRESO AL MUNDO DEL TRABAJO: CIRCUITOS LABORALES DEL EGRESADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACION Autores: MARÍA I. DÍAZ ALONSO 1, ANA A. CABRERA e INÉS E. TEJADA, Palabras clave: - Trayectorias Laborales. Ciencias de la Educación. Universidad Resumen: Este artículo pretende describir las trayectorias laborales de graduados en las carreras de Ciencias de la Educación de la FFHA-UNSJ, durante los últimos 10 años. Nos interesa abordar el proceso de inserción al mundo del trabajo a fin de describirlas características que asume este periodo indagando sobre el acceso de los graduados a puestos laborales afines a su formación y sus expectativas de inserción, dado las múltiples transformaciones sufridas en los escenarios laborales durante los últimos años en relación con el diseño de políticas en materia de educación y las ofertas laborales que fueron cambiando, a través del tiempo. El referente teórico metodológico se sustenta en la sociología de Pierre Bourdieu, quien concibe las trayectorias escolares como “una serie de posiciones sucesivamente ocupadas por un mismo agente en un espacio en sí mismo en movimiento y sometido a incesantes transformaciones, dando por supuesto que solo en la estructura del campo, se define el sentido de estas posiciones sucesivas”. Para ellose emplean técnicas de recolección de datos como entrevistas, encuestas y redes sociales. El referente empírico, lo constituyen graduados de las carreras mencionadas, a partir de la construcción de una muestra por conveniencia. 1 IDICE, FFHA, UNSJ Dirección postal, [email protected], Palabras clave: - Trayectorias Universitarias. Trayectorias Laborales. Ciencias de la Educación. Abstract: This investigation pretends to describe the university path of the Education Sciences students from the FFHA-UNSJ, and the graduates work trajectory in the last years. We are interested in addressing the educational path of undergraduate education and analizingthe career length to describe the characteristics of this period and to enquire about the access to job opportunities associated to their formation and employment expectations due to the multiple changes that have taken place in the working occupational environmentlately as the result of the design of educational policies and the job opportunities. The theoretical and methodological referent is based on Pierre Bourdieu´s sociology who conceives the educational path as “a series of positions successively occupied by a same agent in a place in itself in movement and submitted to continuous transformations, assuming that just in the setting structure, the sense of these successive positions is defined”. We use qualitative methodology by means of interviews and surveys. The empirical referent, is constituted by the students and the graduates of the previous mentioned degrees, from the construction of a convenience sample. Key words: university path - work trajectory - Education Sciences - University. Introducción La ponencia representa un avance de una de las líneas de investigación en curso, en el marco del proyecto de investigación “La educación superior pública en San Juan: Universidad e institutos superiores. Caracterización de los circuitos de formación” del Programa: Aportes para el Mejoramiento Curricular. El mismo está evaluado y subsidiado por la UNSJ mediante código F953, Resolución Nº 03/98 - CD-FFHA; perteneciente al Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación (I.D.I.C.E) Se aspira a describir las trayectorias laborales de los graduados de las Carreras Profesorado y Licenciatura en Ciencias de la Educación de la FFHA-UNSJ, en un periodo que comprende los últimos 15 años transcurridos. Asimismo, indagamos respecto al acceso de los graduados a puestos laborales afines a su formación y sobre las expectativas de inserción, dado que los escenarios laborales en los últimos 15 años, han sufrido múltiples transformaciones en relación a dos modelos de estado con características diferenciadas, sobre todo en relación con el diseño de políticas en materia de educación y las ofertas laborales que fueron cambiando para nuestros graduados, a través del tiempo. Nos referimos al modelo Neoliberal, que impactó fuertemente en el plano social, cultural, económico y educativo. Es indudable que el quiebre producido al aparato productivo durante los ´90 generando un desempleo generalizado, también impactó en las posibilidades de inserción profesional docente y que aún en la actualidad es difícil de revertir. Ante la complejidad de inserción laboral de los egresados al desempleo se suma la subutilización de su formación, incorporándose en puestos de trabajo para los que están sobrecalificados y de esta manera aprovechando en un mínimo la preparación que les llevó años de formación. Por otro lado, en el modelo actual que algunos autores denominan Neokeynesiano, se puede observar un cambio sustancial, sobre todo en lo concerniente a políticas socio-educativas. Al respecto, proponemos un análisis comparativo de las condiciones de inserción laboral de los graduados comprendido en el periodo que presenta la investigación. Fundamentos teórico- metodológicos El presente trabajo se fundamenta desde la perspectiva de Bourdieu, quien afirma que la relación que se establece entre los agentes singulares, sus hábitus y las fuerzas del campo, se objetiva en una trayectoria. Bourdieu P. (1997) describe la noción de trayectoria como “una serie de posiciones sucesivamente ocupadas por un mismo agente (o un mismo grupo) en un espacio en sí mismo en movimiento y sometido a incesantes transformaciones, dando por supuesto que solo en la estructura del campo, relacionalmente hablando, se define el sentido de estas posiciones sucesivas. Los acontecimientos biográficos se definen como desplazamientos en el espacio social, es decir, en los diferentes estados sucesivos de la estructura de la distribución de las diferentes especies de capital que están en juego en el campo considerado”. En este sentido, para una mejor comprensión de la noción de Trayectoria, es necesario conocer y analizar las nociones que elabora el autor sobre campo y capitales, conceptos fundamentales en su teoría. Bourdieu explicita los campos sociales como “espacios de juego históricamente constituidos con sus instituciones específicas y sus leyes de funcionamiento propias”. Desde esta perspectiva, los campos se definen por los intereses que están en juego y la distribución histórica de los mismos. Su estructura es producto de las relaciones de fuerza entre los agentes y las instituciones involucradas, destinadas a conservar o transformar ese campo de fuerza en función de sus intereses. Asimismo, se producen definiciones y re-definiciones de dichas relaciones y de los límites de cada campo en relación a los demás. Por consiguiente, cada campo se distingue de los demás por el tipo de capital que se encuentra en juego. Es decir, que el objeto de las luchas de fuerza, y de intereses de cada campo está dado por algún tipo diferente de capital. Siguiendo a Bourdieu, Capital puede caracterizarse como “Conjunto de bienes acumulados que se producen, se distribuyen, se consumen, se invierten, se pierden” El autor sostiene que “el sentido de los movimientos que llevan de una posición a otra se define, en la relación objetiva mediante el sentido en el momento considerado de estas posiciones dentro de un espacio orientado. Lo que significa que sólo cabe comprender una trayectoria (es decir el envejecimiento social que, aunque inevitablemente lo acompaña, es independiente del envejecimiento biológico) a condición de haber elaborado previamente los estados sucesivos del campo en el que ésta se ha desarrollado, por lo tanto el conjunto de las relaciones objetivas que han unido al agente considerado —por lo menos, en un determinado número de estados pertinentes del campo— al conjunto de los demás agentes comprometidos en el mismo campo y, enfrentados al mismo espacio de posibilidades”. Teniendo en cuenta estos aportes teóricos, podemos inferir que en el campo laboral de los Cientistas de la Educación confluyen luchas de poder por apropiarse de las ofertas laborales que demanden más estabilidad en el campo. Sin embargo los profesionales de la educación luego de su egreso, continúan su trayectoria educativa en la búsqueda de diversas ofertas educativas para aumentar el capital cultural y de esta manera aumentar el espacio de posibilidades laborales. Teniendo en cuenta el interés por la inserción laboral de nuestros graduados, apelamos a los aportes de María Teresa Sirvent (2006) “a partir de una concepción integral de lo educativo, se destaca la relación e interacción entre los universos de la escuela y de la educación más allá de la escuela y se incluye la totalidad de los estímulos de enseñanza y de aprendizaje existentes en una sociedad”. La autora, parte de considerar “un continuo de grados de formalización en el que las experiencias educativas se distribuyen según las variaciones en sus características, desde un polo o extremo de mayor formalización hasta otro extremo de menor o mínima formalización. La noción de “grados de formalización” permite captar la complejidad del fenómeno educativo y, en particular, de estas experiencias educativas más allá de la escuela. El grado de formalización (mayor o menor) que tenga una experiencia en cada aspecto o dimensión, no es negativo ni positivo en sí mismo. Precisamente, la identificación de los grados de formalización puede aplicarse como instrumento para analizar en qué condiciones facilitan y en qué condiciones obturan el desarrollo de una experiencia educativa, de acuerdo a sus objetivos, las características de los participantes, las circunstancias en las que tenga lugar. Sobre esta base, también es posible evaluar si es necesario intervenir intencionalmente, aumentando o disminuyendo el grado de formalización a fin de producir una mejora cualitativa”. En la actualidad, las primeras experiencias educativas se dan en espacios de menor formalización, donde a través de planes y programas implementados por la presente política pública educativa se ejerce un rol activo y participativo en el ambiente laboral del egresado en Ciencias de la Educación. Por otra parte, consideramos que muchas veces estas experiencias educativas de menor grado de formalización aportan al recién egresado, diversas herramientas formativas que puede o no poner en práctica en un posterior ejerciciodocente de mayor grado de formalización. Por otro lado es importante advertir que la Ley de Educación Nacional sancionada en nuestro país en 2006 en el Título IX “Educación No Formal” Art. 112 promueve: _ Desarrollar programas y acciones educativas que den respuesta a los requerimientos y necesidades de capacitación y reconversión productiva y laboral, la promoción comunitaria, la animación sociocultural y el mejoramiento de las condiciones de vida. _ Organizar centros culturales para niños/as y jóvenes con la finalidad de desarrollar capacidades expresivas, lúdicas y de investigación mediante programas no escolarizados de actividades vinculadas con el arte, la cultura, la ciencia, la tecnología y el deporte. _ Coordinar acciones con instituciones públicas o privadas y organizaciones no gubernamentales, comunitarias y sociales para desarrollar actividades formativas complementarias de educación formal. _ Lograr el máximo aprovechamiento de las capacidades y recursos educativos de la comunidad en los planos de la cultura, el arte, el deporte, la investigación científica y tecnológica. Como líneas de acción que permiten implementar los objetivos expresados en la Ley de Educación Nacional, estimamos que las estrategias de inclusión propuestas a través de diversos programas nacionales, son la oportunidad para que los egresados comiencen a insertarse en el mundo laboral. Entre otras, algunas de dichas oportunidades son: _ Centros de Actividades Juveniles propuestos como una de las líneas de acción del Programa Nacional de extensión Educativa “Abrir la Escuela” (PNEE), desarrollado a través de la Dirección Nacional de Políticas Socioeducativas. Son proyectos de extensión educativa que tienen por objeto promover nuevas formas de estar y de aprender en la escuela en un espacio no formal y a través de la participación de los jóvenes en diferentes acciones organizadas en tiempos y espacios complementarios y alternativos a la jornada escolar. _ A partir del año 2010 se comenzaron a implementar Planes de Mejora Institucional a los fines de realizar claros diagnósticos sobre problemas, establecer metas y objetivos y disponer de recursos para la realización de iniciativas pedagógicas que fortalezcan las capacidades de las escuelas para solucionar las problemáticas que se plantean. Los recursos permiten disponer de horas institucionales, para contar con adultos que acompañen experiencias formativas, acciones tutoriales y disponer de fondos para la compra de insumos que permitan llevar adelante las acciones planificadas. _ Programa Nacional de Formación Permanente (PNFP) cuyas tareas básicas, entre otras, consisten en instalar una cultura de la formación permanente y de la evaluación participativa, fortalecer y jerarquizar la autoridad ética, política y pedagógica de las escuelas y los docentes, impulsar el trabajo institucional y colaborativo de los docentes que implique reflexión y transformación de prácticas institucionales y de enseñanza, apoyar la creación de redes de maestros y profesores desde la unidad escolar y la integración de nuevos sectores del campo socio-educativo, etc. _ Conectar Igualdad: El Programa Conectar Igualdad fue creado en abril de 2010 a través del Decreto Nº 459/10 con el fin de proporcionar una computadora a cada alumna, alumno de educación secundaria, de educación especial y de Institutos de Formación Docente. Este Programa nace como respuesta a estos requerimientos tecnológico-sociales por los que atraviesa nuestra juventud. El objetivo principal del mismo es favorecer el desarrollo las competencias necesarias para el manejo de los nuevos lenguajes producidos por las Tecnologías de la Información y de la Comunicación. El lugar que ocupa dentro del programa un cientista de la educación se llama ETT (Equipo Técnico Territorial) quien está a cargo de un ETJ (Equipo Técnico Jurisdiccional) que a su vez cumple con las líneas de acción que propone el Coordinador Jurisdiccional del Programa. Estas oportunidades además de concretar políticas de igualdad e inclusión para quienes transitan sus trayectorias como estudiantes, permiten el ejercicio en el ámbito profesional de jóvenes formados con idoneidad para su desempeño laboral. Sobre todo, se valora en estos proyectos que plantea la Política Educativa Nacional y Provincial, las cualidades formativas de los graduados en Ciencias de la Educación en relación a la formulación de proyectos pedagógicos, capacidades para planificar el acto educativo, la mirada generalista que éstos aportan en el planeamiento y ejecución de ofertas formativas (en lo relativo a cursos, jornadas, talleres); una visión amplia de las dimensiones del sistema educativo, la orientación y manejo de grupos, la capacidadde trabajarcon la demanda y el emergente, entre otras. Descripción de la carrera Según el Plan de Estudios de la carrera Profesorado y Licenciatura en Ciencias de la Educación, la formación académica de los profesionales en Ciencias de la Educación constituye un caso singular respecto a otras profesiones. En la formación de Licenciados y Profesores de otras áreas del conocimiento se advierte una marcada diferencia entre el objeto disciplinar que orienta el diseño curricular de la Licenciatura, y el objeto de la formación docente que define la línea curricular del Profesorado. Para la licenciatura es sustancial lo disciplinar como eje epistemológico; para el profesorado, por el contrario, la docencia es el eje estructurante de su formación. En el caso particular de la Licenciatura y Profesorado en Ciencias de la Educación la diferencia señalada no existe de modo evidente dado que el objeto de estudio en uno y otro caso es idéntico: “las prácticas educativas”. La única diferencia radica en el modo en que el profesional de las ciencias de la educación se relaciona con ese objeto en el ejercicio de su práctica profesional. El licenciado a través del método científico se ocupa del conjunto de la problemática educativa, en cambio la formación del profesor supone un recorte metodológico del objeto orientado al tratamiento de la problemática de enseñanza- aprendizaje en los aspectos didácticos a nivel áulico, institucional y sistémico. La diferencia mencionada es la que justifica en el presente plan, la distinción en el nivel de las prácticas profesionales y en el peso de la formación que el área didáctica adquiere para el profesor y el área investigación para el Licenciado. Metodología Como se explicitó oportunamente este trabajo se fundamenta en el enfoque teórico metodológico propuesto por Bourdieu, utilizando por su pertinencia entre las técnicas de recolección de datos, entrevistas en profundidad y encuestase información obtenida a través de las redes sociales. El referente empírico, lo constituyen graduados de las carreras mencionadas, a partir de la construcción de una muestra intencional, por conveniencia. Avances preliminares Este trabajo es un avance de unade las líneas de investigación en curso, en el marco del proyecto de investigación mencionado. En este momento el equipo se encuentra abocado a la organización de la información y primeros análisis de la misma. Una primeraaproximación a la información nos permite destacar que: _ Advirtiendo que se mantiene la proporción de profesionales egresados de las carreras de Ciencias de la Educacióny que esta condición no es acompañada por ofertas laborales que guarden esa proporción frente a los nuevos graduados, se puede inferir a través de la información obtenida, que los mismos continúan su formación en estudios de posgrado a la espera de la tan ansiada inserción laboral con carácter estable. _ Aproximadamente el 50% de los egresados informantes trabajan en el Nivel Secundario, aunque algunos de ellos informan estabilidad escasa, ya que cumplirían sus funciones docentes como suplentes. _ En la misma proporción, la inserción laboral se registra en funciones compartidas entre Nivel Secundario, IFD, Programas Nacionales e Instituciones privadas. _ No obstante se detecta el impacto de los programas nacionales en el ámbito de las políticas educativas actuales, que permiten advertir una incorporación al mundo laboral afín a su formación, aun con la inestabilidad que esta posibilidad laboral implica. Entre los programas nacionales que generan mayor inserción de nuestros graduados, podemos considerar al Plan de Mejora Institucional en su rol de Asistente Técnico Territorial, Referente Institucional y Tutor de acompañamiento. En relación al programa Conectar Igualdad, los egresados en Ciencias de la Educación se insertan en las funciones de Equipo Técnico Territorial. Otro programa que genera posibilidades laborales para nuestros egresados son los Centros de Actividades Juveniles, cumpliendo la función de coordinador institucionaly a través de la incorporación reciente en la jurisdicción del Plan Nacional de Formación Permanente, el perfil de los docentes y licenciados en Ciencias de la Educación ha sido tenido en cuenta para desempeñarse en la función de tutor de acompañamiento. _ La inserción laboral en planes y programas nacionales y/o jurisdiccionales, aún con su incierta continuidad, representauna opción compensatoria dado que, según lo expresado en las encuestas, a los profesionales en Ciencias de la Educación, esta posibilidad les permite la inserción en el sistema educativo formal, incluyendo en este horas cátedras en el nivel secundario y superior que representan mayor estabilidad laboral y económica. Consideraciones Finales: En relación con las primeras inferencias y análisis construidos, consideramos que en cuanto a la inserción laboral de los egresados, es importante continuar recabando datos que nos permitan profundizar el análisis sobre su desempeño en el ámbito de trabajo, las características de la formación que más se valora en tales espacios de trabajo y el reconocimiento que como profesionales reciben. Estimamos que los resultados de este trabajo redundaran en un aporte a un espacio vacante en cuanto al conocimiento de la problemática de incorporación al mundo laboral de los egresados en Ciencias de la Educación y que permitirá adoptar decisiones sobre todo al momento del análisis crítico de los Planes de Estudio y su correspondencia con los requerimientos actuales en el campo de la educación. Referencias bibliográficas _ BOURDIEU, P. (1997) La ilusión biográfica, en Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción,Anagrama, Barcelona. _ EZCURRA, A. M. (2011) Igualdad en educación superior. Un desafío mundial. Buenos Aires: Editorial Universidad de General Sarmiento. Colección Educación - Serie Universidad. _ SIRVENT, M. T., TOUBES, A., SANTOS, H., LLOSA, S.,LOMAGNOC. (2006). Revisión del concepto de Educación No Formal, en Cuadernos de Cátedra de Educación No Formal OPFYL; Facultad de Filosofía y Letras UBA, Buenos Aires. _ http://www.sanjuan.edu.ar/mesj/ 7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTROOESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN 27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015 Mesa 1: Trabajo y Empleo. Trayectorias laborales: hacia un abordaje comprensivo de las realidades y vivencias juveniles en torno al empleo Sofía Elizabeth Galiana Varela 1 Palabras clave: trayectorias laborales, jóvenes, empleo. Resumen En Argentina, la década del ´70 marca el inicio de la crisis del Estado Benefactor, crisis que se agudiza en los ´90 con la instauración de un modelo de liberalización, apertura económica y privatizaciones. La aplicación de las políticas neoliberales en la década del ‘90, impulsadas por el Consenso de Washington, generó pobreza, exclusión social, caída de los salarios, elevados índices de desempleo y aumento de la precarización laboral. Esta situación devino en un mercado de trabajo segmentado y excluyente. La crisis social, política y económica del 2001 produjo una rearticulación de fuerzas entre el capital y el trabajo e implicó una profunda transformación en las relaciones sociales. Sin embargo, a pesar de la recuperación económica de la post-convertibilidad, el empleo de los jóvenes es de peor calidad. El presente trabajo propone una profundización del marco referencial de mi tesis doctoral, titulada “Trayectorias laborales de jóvenes empleados en el sector comercio y servicios del Gran San Juan”, que se encuentra en una etapa inicial de investigación. A continuación se explicitan los interrogantes que orientaran el desarrollo del trabajo: ¿Cuáles son los distintos enfoques que definen la juventud? ¿Qué lugar ocupa el empleo en la sociedad actual? ¿Cuáles son las transformaciones en el mundo del trabajo que afectan las trayectorias de los jóvenes? 1 Instituto de Investigaciones Socioeconómicas. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Nacional de San Juan. CONICET. [email protected] Labour trajectories: towards a comprehensive approach of youth employment realities and experiences. Key words: labour trajectories, youth, employement. Summary In Argentina, the decade of ' 70 marks the beginning of the Welfare state crisis, which sharpens in the ' 90 with the restoration of a model of liberalization, economic opening and privatizations. The application of the neoliberal policies in the decade of ' 90 stimulated by the Consensus of Washington, generated poverty, social exclusion, fallen of the wages, high indexes of unemployment and increase labor precariousness. This situation developed on a segmented and exclusive labor market. The social, political and economic crisis of 2001 produced a rejoint of forces between capital and work and involved a deep transformation in the social relations. Nevertheless, in spite of the economic recovery of the post-convertibility, youth employment is of worse quality. The present work proposes to develop the referential frame of my doctoral thesis " Young people´s labour trajectories in the trade and services sector in Gran San Juan", that is in an initial stage of investigation. The following questions guide this presentation: which are the different approaches that define youth? What place does employment takes in current society? Which are the transformations in the world of work that affects labour trayectories of young persons? 1. Introducción En Argentina, la década del ´70 marca el inicio de la crisis del Estado Benefactor, crisis que se agudiza en los ´90 con la instauración de un modelo de liberalización, apertura económica y privatizaciones. Se transita desde un modelo sustitutivo de importaciones con énfasis en el mercado interno y un fuerte rol estatal en la dirección del desarrollo, a un debilitamiento radical del Estado. La aplicación de las políticas neoliberales en la década del ‘90, impulsadas por el Consenso de Washington, generó pobreza, exclusión social, caída de los salarios, elevados índices de desempleo y aumento de la precarización laboral. Esta situación devino en un mercado de trabajo segmentado y excluyente. En opinión de Fawcett y Tokman, es a partir de la década de los 90´ en nuestro país que los jóvenes comienzan a desasociarse fuertemente del mercado de trabajo. En un contexto de alta flexibilidad laboral y marcado desempleo, el impacto de la informalidad, terciarización y precarización es más intenso en este grupo y especialmente en quienes se desempeñan en el sector terciario. (Benigni, Schteingart, 2011). La crisis social, política y económica del 2001 produjo una rearticulación de fuerzas entre el capital y el trabajo e implicó una profunda transformación en las relaciones sociales. Como salida a esta gran crisis se instrumenta un nuevo modelo sustentado en la valorización productiva y el crecimiento del trabajo. “Luego de años de vigencia de un modelo de acumulación centrado en un tipo de cambio fijo, especulación financiera y apertura externa, en el 2003 comenzó una nueva etapa a partir de la cual se postuló la existencia de un nuevo modelo de industrialización que, a partir del crecimiento del mercado interno, revertiría los niveles de desocupación y la baja productividad de la industria”. (Adamini, Longo, 2011:3) Sin embargo, diversos estudios sostienen que a pesar de la recuperación económica de la post-convertibilidad, el empleo de los jóvenes es de peor calidad. Mientras que entre 1996 y 1998, el 42,5 por ciento de los jóvenes de 19 a 24 años tenía un trabajo precario, entre el 2004 y el 2006, el 63,4 por ciento trabajaba en forma no registrada. (Benigni, Schteingart, 2011). En este sentido Neffa afirma: “La experiencia argentina pone en evidencia que elevados porcentajes de empleos no registrados, informales y precarios pueden coexistir con el crecimiento económico y la creación de nuevos empleos, pero su permanencia en el tiempo constituyen una asignatura pendiente y un desafío pues atentan contra la calidad del empleo y las condiciones y medio ambiente de trabajo”. (Neffa, 2010:50) 2. Desarrollo 2.1 La juventud: un concepto polisémico Existe actualmente un profundo debate en torno a la conceptualización del fenómeno juvenil ya que el término juventud presenta una multiplicidad de significados. El surgimiento del sujeto juventud, en tanto sector de población con características propias, es el resultado histórico del desarrollo de las fuerzas productivas en Occidente, consecuencia de la necesidad de la sociedad burguesa emergente de preparar a los individuos para su integración efectiva a la vida productiva y social. (Balardini, 2000). En la modernidad la juventud fue identificada bajo una visión de progreso en la que al joven habría que conducirlo bajo los canales de la superación y el logro individual, en búsqueda de prestigio y realización social. Si salía de ese canon era considerado causante de violencia ante la ausencia de valores que le brindaran una identidad acorde a las reglas establecidas. (Pedroza y Villalobos, 2006) Desde la posmodernidad, se ha llegado a considerar a la juventud como un valor en sí mismo: “lo que posee un gran porvenir”, “el porvenir de la sociedad”, es decir que se proyecta el futuro en los jóvenes. En este sentido se distinguen dos perspectivas en dicha proyección: como sujeto de cambio y como problema social. La primera mirada concibe la juventud desde la trasgresión social y la rebeldía; encargándose de dirigir las transformaciones sociales y la modernización. La segunda visualiza la juventud como un problema social donde existen dificultades que conllevan a la delincuencia, la anarquía, la drogadicción, el fracaso escolar, etcétera. Se contempla, así el fenómeno juvenil como un estado de suspensión entre la niñez y la vida adulta. (Fonseca y Quintero, 2006) Pedroza y Villalobos sintetizan el tránsito de la juventud como construcción social desde la modernidad a la posmodernidad bajo disímiles distinciones: “en los siglos XVIII y XIX, como la capa social que gozaba de privilegios en un período de permisividad entre la madurez biológica y la madurez social (Margulis, 1998); en el siglo XX, se convierte en un concepto negativo, la juventud es vista como sinónimo de problemas y malestares sociales, es marcada la criminalización de su figura social (Martín-Barbero: 1998); y en el siglo XXI, tiende a florecer la tribalización de la juvenilización (Margulis, 1998; Maffesoli, 1990)”. (Pedroza y Villalobos, 2006) Otra versión de la juventud sostiene una concepción de carácter biologista, que establece como criterio de demarcación de la juventud la edad cronológica del individuo. Esta definición presenta debilidades ya que deja de lado el tiempo y el espacio concreto donde los jóvenes conforman su identidad. Negar que la juventud sea un momento “en sí” y verla como una “transición” que sale de la niñez y debe avanzar hacia la adultez implica abandonar el estudio de las especificidades de la diversidad juvenil existente, ya que la juventud no es un todo homogéneo. En este sentido, es posible vislumbrar distintos modos de ser joven, una multiplicidad juvenil en la que se distinguen esencialmente variables como la clase, el género, lugar de residencia (campo- ciudad), la organización tecnológica y productiva de determinada sociedad en la que el joven se desarrolla. Es por ello que Brito Lemos (1998) entiende a la juventud como un producto social delimitado por dos procesos: uno biológico, que diferencia al joven del niño, y otro social, que lo diferencia del adulto. Desde la perspectiva social, el fenómeno se inscribe dentro de los procesos de reproducción social de la sociedad. La idea de juventud responde a un contexto sociohistórico determinado, es decir, que los contenidos y las prácticas sociales asociados a la juventud son indisociables de un tiempo y un espacio social concreto. Por lo tanto, la juventud no tiene la misma duración en el campo que en la ciudad, en las clases altas y en las medias que en los sectores marginados; en las sociedades modernas que en las tradicionales; incluso en ambos géneros. (Brito Lemos, 1998). El trabajo sigue siendo una actividad fundamental en la vida social y humana pues en el ciclo vital de las personas el paso de la juventud a la adultez implica una progresiva disminución de la dependencia económica familiar y un proceso de gradual autonomización que se logra mediante el acceso al trabajo. De las múltiples acepciones del concepto juventud, aquella que paradójicamente mejor contribuye a su definición es justo la que tiende a poner punto final a ese período, condición que se consigue mediante el acceso y la estabilidad en un empleo. La juventud es una etapa de aprendizaje para la vida adulta, los contenidos, modelos y prácticas del que se nutre tal aprendizaje son distintos según el género. “La categoría de joven no puede definirse de manera asexuada.” (Carrasquer, 1997: 60) Casal y otros (2006) resumen las aportaciones de los sociólogos a la sociología de la juventud en tres enfoques o paradigmas. En primer lugar, la perspectiva funcionalista del ciclo vital, que propone la existencia de cuatro grandes etapas (infancia, juventud, vida adulta y vejez) en un vínculo estrecho con la psicología evolutiva. Aparece en esta concepción la idea de moratoria social, la juventud es así un tiempo vacío o de espera sólo evaluable en función de la asunción de roles propiamente del adulto. El desajuste de logros y responsabilidades en el tiempo sería la razón de fondo del descontento de los jóvenes, y las tensiones entre jóvenes y adultos, denominada crisis generacional. En segundo lugar, la perspectiva conflictualista de la generación, donde los jóvenes representan los valores asimilados al cambio social y el progreso en detrimento de los adultos y ancianos que representarían los valores asimilados a la tradición y la identidad étnica y geográfica. Finalmente, el tercer enfoque define a la juventud como tramo biográfico de jóvenes en transición, es decir, la realidad juvenil como construcción sociohistórica. En la perspectiva biográfica, la juventud se entiende como un tramo dentro de la biografía que abarca desde la pubertad hasta la emancipación familiar plena, que incluye tanto una transición profesional como familiar. La metodología de este enfoque propone un enfoque biográfico y longitudinal que contribuya a una mejor comprensión de los itinerarios de transición y trayectorias sociales. Asimismo Bendit (2013), propone un enfoque combinado para conceptualizar la “condición juvenil” que tiene en cuenta la edad y el efecto de generación como las características transicionales y permanentes de la juventud. Por un lado, definir la juventud en términos de edad es una postura que viene siendo la habitual en el ámbito político, aunque los límites de edad suelen variar. Esta situación lleva consigo que, sociológicamente hablando, la edad ya no sea vista como un factor determinante para definir la juventud. Al concepto de juventud se le han ido agregando subconceptos como “adultos jóvenes” o “jóvenes adultos”, llevando consigo a que en la definición de juventud, en algunos casos se haya alargado este tramo de edad hasta los 35 años, este alargamiento acarrea un retraso en la emancipación de la familia de origen. Por otro lado, el concepto de generación se refiere a las circunstancias históricas del hecho de ser joven, como la extensión del periodo educativo o las distintas ofertas en el mercado inmobiliario con que se encuentran las distintas generaciones. Definir la juventud como una fase de transición, enfatiza la adquisición de capacidades y derechos asociados a la edad adulta. Actualmente el proceso de transición a la vida adulta presenta características más complejas debido a la extensión de la educación secundaria y superior, acompañada por la diversificación y la individualización de la vida social, es decir, que los procesos de transición se han convertido en más heterogéneos y marcados por discontinuidades y rupturas. 2.2. Transformaciones del mundo del trabajo Después de la Segunda Guerra Mundial el trabajo se ha vuelto empleo, es decir, un estado dotado de un estatuto que incluye garantías no mercantiles como el derecho a un salario mínimo, las protecciones del derecho laboral, la cobertura por accidentes, por enfermedad, el derecho a la jubilación o retiro, etc. En la “Sociedad salarial” la mayoría de la población activa es asalariada y accede a la ciudadanía social en primer lugar a partir de la consolidación del estatuto del trabajo. El Estado en su rol social opera esencialmente como un reductor de riesgos sociales. La sociedad salarial es desigualitaria pero al mismo tiempo fuertemente protectora. No es una sociedad de iguales (igualdad de hecho de las condiciones sociales) sino el de una sociedad de semejantes. El carácter irreductible de la oposición propietario/ no propietario queda superado así gracias a la propiedad social, que asegura a los no propietarios las condiciones de su protección. Este modelo fue posible por el crecimiento experimentado entre 1953 y 1970, se triplicaron la productividad, el consumo y los ingresos. (Castels, 2004) En el estado de bienestar, las instituciones extensivas de protección social contra los riesgos, que constituyen el exacto complemento de la subordinación del status salarial, y que se desarrollan a la par de él, van a reemplazar y sistematizar el carácter cronológico y segmentado del trayecto impulsado por la esfera del trabajo. Nace “la institución tripartita del curso de vida, con sus tres edades sucesivas de vida, cuyas funciones están bien diferenciadas –formación, trabajo, jubilación- y sus divisiones cronológicas claramente delimitadas. A partir de ese momento, la edad se impone como marcador cronológico del curso irreversible de la vida.” (Oddone, 2013: 4) Las transformaciones del modelo industrial salarial de fines del siglo XX han implicado fuertes cambios en la organización del curso de la vida. Se desdibuja el modelo trietápico al que aludimos anteriormente en dirección a la des-institucionalización, des-cronologización e individuación de las trayectorias vitales. Beck vislumbra la “desestandarización del trabajo” la individualización de las tareas impone la movilidad, la adaptabilidad, la disponibilidad de los operadores. Las trayectorias profesionales se vuelven móviles. “Una carrera se desarrolla cada vez menos en el marco de una misma empresa, siguiendo etapas pautadas hasta la jubilación, se trata de la promoción de un “modelo biográfico”: cada individuo debe afrontar por su cuenta las contingencias de su recorrido profesional devenido discontinuo, debe hacer elecciones, emprender a tiempo las reconversiones necesarias.” (Beck, citado en Castels, 2004:59) En este contexto, el marco normativo del trayecto de las edades pierde pertinencia. Se observa una des-institucionalización del curso de la vida. Las regulaciones de los sistemas de protección social continúan operando según los principios que consideran que las trayectorias son lineales y que las edades están compartimentadas. Aun cuando los itinerarios de vida se han des-estandarizado, continúan apoyándose en categorías uniformes y universales como la edad. Se ponen en marcha nuevos programas sociales intermedios, a menudo ad hoc, para responder a las dificultades de empleo y a las nuevas formas de precariedad que aparecen cuestionan el vínculo que, en el status salarial, unía al empleo con la protección social. El creciente aumento del dominio individual sobre el tiempo conduce a trayectorias biográficas cada vez más negociadas y en consecuencia, más diversas. El retroceso de la preparación normativa del curso de vida y su des-institucionalización está, inevitablemente, acompañado por una des-estandarización de las trayectorias individuales, que al ser cada vez más inestables se tornar difíciles de prever. (Odonne, 2013) 2.3. Trayectorias laborales El concepto de trayectorias laborales, hace referencia a la historia laboral común a una porción de la fuerza de trabajo: “Una trayectoria laboral u ocupacional podría definirse como el particular trazo o recorrido que hace un individuo en el espacio sociolaboral, que describe las sucesivas posiciones que ha ocupado a lo largo del tiempo, desde su inserción en el mercado laboral hasta un momento en particular (trayectoria parcial), o hasta el momento en que se desmercantilizó voluntaria o involuntariamente (trayectoria total).” (Orejuela Gómez y Correa García, 2007: 64) Bendit (2013) realiza una distinción conceptual entre el concepto de transiciones y el de trayectoria. Mientras el primero se refiere a las transformaciones de status que se dan para que el individuo durante su paso de una fase a la otra y en correspondencia con ello durante su paso por diversas instituciones, el segundo se refiere fundamentalmente a aquellas rutas de vida que siguen los sujetos en el curso de su desarrollo biográfico y que se hallan principalmente determinadas por las estructuras sociales y de mercado de trabajo e institucionalizadas a través de la educación, la formación profesional y las políticas públicas. Jacinto y Chitarroni (2011) advierten que la transición laboral juvenil se caracteriza por la diversidad, la inestabilidad y la precariedad de las experiencias laborales, y está influida no sólo por la inestabilidad estructural del mercado de empleo, sino por la naturaleza exploratoria de las formas de “ser joven”. Por lo tanto el análisis de los cambios en los procesos de inserción o sea los pasajes por situaciones de empleo, de desempleo o de inactividad, requieren la adopción de perspectivas que consideren el tiempo, la duración y el carácter no lineal de los procesos. Según Orejuela Gomez y Correa García (2007) la configuración de una trayectoria particular, y el mismo proceso de inserción laboral, va a estar fuertemente determinada no solo por el capital escolar sino por otros “capitales” como el social, el cultural y el laboral. Este último hace referencia al conjunto de experiencias y competencias valiosas acumuladas que hacen más competitivo y empleable a un individuo. El nivel socioeconómico de los jóvenes condiciona las trayectorias los jóvenes, quienes poseen mayor nivel socioeconómico pueden elegir trayectorias individuales acordes a sus propios intereses, mientras que los jóvenes con menores recursos económicos tienden a desarrollar trayectorias atípicas y están restringidos a tomar decisiones adaptativas de modo tal que puedan hacer frente a los procesos de exclusión o marginalización a los que se ven expuestos. (Bendit, 2013) Ante la actual devaluación de credenciales educativas, se ve limitada la movilidad ascendente que otorgaba la educación en otros contextos históricos como en el Estado de Bienestar. Para avanzar en la construcción de sociedades más igualitarias es necesario profundizar políticas públicas a largo plazo que contemplen el papel fundamental que juega la educación en términos de igualdad de oportunidades en mercados segmentados, formando individuos más o menos empleables, en palabras de Filmus y Calcar (2013) delineando “trayectorias de exclusión/inclusión”. 3. Reflexiones finales Como ya se ha señalado, estudiar las trayectorias de los jóvenes cobra importancia en la actualidad a la luz de las transformaciones que se han presentado en el mundo del trabajo en los últimos años. Asistimos a un cambio de roll del Estado, en donde la vida ya no se organiza en función del modelo tripartito de la sociedad industrial. Sin embargo, el trabajo es fundamental en la vida de las personas, tiene que ver con a la integración social de los individuos y su identidad, es el instrumento clave para lograr la inclusión social. Bendit advierte que los cambios en las condiciones de vida de los individuos y las transformaciones en la transición de los jóvenes hacia la adultez vuelven necesaria la revisión del concepto mismo de juventud, en dirección a nuevas aproximaciones metodológicas, tanto cuantitativas como cualitativas. Cabe preguntarse, entonces, ¿cuáles son los aportes de investigar las trayectorias laborales al estudio de la realidad juvenil en el mundo del trabajo? ¿Cómo operan las transformaciones del mundo del trabajo en las significaciones en torno al empleo que construyen los jóvenes? ¿Cómo repercuten los cambios de la sociedad contemporánea en el plano de las políticas públicas? Bibliografía Adamini, Marina; Longo, Julieta (2011): “Cambios y continuidades en el marco regulatorio del mercado de trabajo en la Argentina de la postconvertibilidad”. CD ROM 10° Congreso Nacional de Estudios del Trabajo. Pensar un mejor trabajo. Acuerdos, controversias y propuestas. ASET. Argentina. Balardini, Sergio Alejandro (2000): “Jóvenes, tecnología, participación y consumo”. Proyecto Juventud. FLACSO. Argentina. Bendit, René (2013): “Transiciones a la vida adulta. Principales dimensiones analíticas.” Curso jóvenes educación y trabajo. Nuevas tendencias y desafíos. FLACSO Virtual. Inédito. Brito Lemos, Roberto (1998): “Hacia una sociología de la juventud. Algunos elementos para la reconstrucción de un nuevo paradigma de la juventud.” Revista Última Década, Nº 009. Centro de Investigación y Difusión Poblacional de Achupallas. Viña del Mar, Chile. Carrasquer Oto, Pilar (1997): “Jóvenes, empleo y desigualdades de género.” Departamento de Sociología. Universidad Autónoma de Barcelona. Cuadernos de Relaciones Laborales, Nº 11. Madrid. Casal J. y otros (2006): “Aportaciones teóricas y metodológicas a las sociología de la juventud desde la perspectiva de la transición”. En Revista Papers de Sociología, Universidad Autónoma de Barcelona, Nº 79. Disponible en: http://ddd.uab.es/pub/papers/02102862n79p21.pdf Castel, Robert (2004): “La inseguridad social. ¿Qué es estar protegido?” Buenos Aires, Ed. Manantial. Filmus, Daniel; Calcar, Fabiola (2013): “Perspectivas sobre el vínculo entre la educación y el trabajo.” Curso jóvenes educación y trabajo. Nuevas tendencias y desafíos. FLACSO Virtual. Inédito. Fonseca, Carlos; Quintero Soto, María Luisa (2006): “La Juventud como Categoría Analítica: La relación entre violencia y pobreza.” Universidad Complutense de Madrid. Presentado en VII Congreso Latinoamericano de Sociología Rural. 20-24 de Noviembre. Quito, Ecuador. Jacinto, Claudia, Chitarroni, Horacio (2011): “Precariedades, rotación y movilidades en las trayectorias laborales juveniles”. Estudios del Trabajo. N° 39/40. ASET. Argentina. Neffa, Julio César; Olivieri, María Laura; Persia, Juliana (2010): “Transformaciones del mercado de trabajo en la Argentina: 1974- 2009”. En Julio César Neffa, Demian T. Panigo y Pablo E. 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Autores: Lic. y Prof. Valeria Gili Diez 1 Palabras claves: juventud rural – trayectorias laborales – experiencias formativas – tecnificación del agro Resumen Este trabajo representa un avance de la tesis doctoral de quien suscribe en la que apuntamos a reconstruir las prácticas y sentidos referentes a los procesos de transición a la vida adulta de jóvenes chacareros de la localidad de Médano de Oro; que se configuran en relación al contexto socio histórico en el que transcurren sus itinerarios: contexto familiar, educativo, laboral, prácticas de organización doméstica, migratorias y relativas a la herencia. Aquí nos centraremos en las trayectorias laborales y las experiencias formativas relacionadas al proceso de incorporación tecnológica al proceso productivo. Para ello, partimos del reconocimiento del nuevo escenario rural latinoamericano; fuertemente imbricado por la intensificación del dominio del capital trasnacional que a través de la tecnificación progresiva del agro genera nuevas dinámicas productivas. Diversos trabajos señalan a la juventud como un actor estratégico para alcanzar el desarrollo. En el espacio social rural ha significado la capacitación de la juventud y la dotación de recursos técnicos con el objetivo de aumentar la efectividad de los procesos agrícolas. Los jóvenes son los encargados de 1 Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Instituto de Investigaciones Socioeconómicas (IISE). Universidad Nacional de San Juan (UNSJ). [email protected] 1 promover la transferencia tecnológica al tiempo que actúan de “mediador intergeneracional” entre las prácticas productivas “tradicionales” y las prácticas productivas “innovadoras”. Nuestro estudio responde al encuadre socioantropológico crítico en el que los actores son visualizados como productores de prácticas y sentidos. Nos encontramos desarrollando el trabajo de campo en los espacios laborales y domésticos y la estrategia de recolección de datos son entrevistas en profundidad a los jóvenes chacareros y a informantes claves. Abstract: This work represents an advancement of the doctoral thesis of the undersigned in which we aim to reconstruct the practices and meanings related to the processes of transition to adulthood of young chacareros of the town of Médano de Oro; that are set up in relation to socio historical context in which elapsed their itineraries: family, education, employment, domestic organization practices, migratory and concerning inheritance context. Here we will focus on labor trajectories and formative experiences associated to the process of incorporating technology into the production process. To do this, we start from recognition of the new Latin American rural scene; strongly imbricated by the intensification of the domain of transnational capital that through the progressive technification of agriculture generates new productive dynamics. Several studies point to the youth as a strategic actor to achieve development. In rural social space has meant the training of youth and manning of technical resources in order to increase the effectiveness of the agricultural processes. Young people are responsible for promoting technology transfer while acts of "intergenerational mediator" between the "traditional" productive practices and "innovative" productive practices. Our study responds to critical socio anthropological focus where the actors are seen as producers of practices and meanings. We are developing the fieldwork in labor and domestic spaces and the data collection strategy are in-depth interviews to young chacareros and key informants. 2 1. “El futuro llegó hace rato” 2: Juventudes y desarrollo rural, un debate vigente Partimos del reconocimiento de la multiplicidad de abordajes teóricos acerca del concepto juventud, tornándolo polisémico y complejo. La perspectiva relacional, desde la cual trabajamos, permite reconocer como la juventud se constituye diferencialmente según el contexto socio histórico, la trayectoria de clase de la familia, sino también relacionalmente al interior de la familia. Los aportes de Bourdieu (2002) iluminan las discusiones referentes al concepto juventud; en cuanto a remite a una caracterización etárea construida social e históricamente. La misma no constituye una unidad sino que “la edad es un dato biológico socialmente manipulado y manipulable” (Bourdieu, 2002). Una categoría que supone posiciones que no pueden verse sino relacionalmente con otra etapa etárea “la adultez” y que implica límites que son de carácter político porque son divisiones que esconden un orden social y una forma de imposición, en este caso de los adultos hacia los jóvenes. En palabras del Bourdieu (2002) “la juventud y la vejez no están dadas, sino que se construyen socialmente en la lucha entre jóvenes y viejos” La juventud, como construcción sociocultural, es una invención de la sociedad industrial y comenzó a consolidarse en el siglo XX en las sociedades industrializadas. La complejización de la dinámica productiva - laboral colocó en el tapete a la juventud como una fase distintiva del ciclo de la vida de los sujetos. Con la industrialización “tardía” de los países latinoamericanos y la correlativa modernización de su agricultura, la idea de juventud rural se insertó en los discursos y prácticas de las instituciones desarrollistas (Bevilaqua, 2009:619). De la mano de la expansión de las relaciones capitalistas de producción, el Estado junto al poder privado se concentraron en la formación de las poblaciones rurales y la difusión de nuevos conocimientos y tecnologías de perfeccionamiento de los procesos de producción agrícola. La escuela cumplió aquí un rol trascendental ya que era necesario aumentar la cualificación de la población para poder acompañar el inminente “progreso” científico – técnico. El sujeto destinatario de este ideario fueron las generaciones juveniles constituyéndose, con el devenir de los años, en el “motor del desarrollo” por excelencia. 2 La cursiva y el entrecomillado responden a que la frase es una metáfora que proviene de una canción de la banda de rock nacional Los Redondos de Ricota y no de nuestra autoría. 3 Las expectativas puestas por diversos actores e instituciones en las juventudes son inmensas, tiende a sostenerse que el futuro de las sociedades nunca antes ha dependido tanto de una sola generación. Los retos a los que los jóvenes son enfrentan son de gran envergadura; sumado a ello la desigualdad distribución de oportunidades en términos de acceso a la educación, trabajo, atención a la salud, etc.; es diferencial según sexo, edad, nacionalidad, entre otros innumerables factores. Nuestro problema de investigación se enmarca en el nuevo escenario rural latinoamericano; fuertemente imbricado por la intensificación del dominio del capital trasnacional que traza los límites de actuación de las poblaciones rurales. La emergencia de las juventudes rurales como actor social y sujeto identitario se relaciona con los “cambios radicales que ha experimentado la sociedad rural latinoamericana en estos últimos veinte años, donde en un escenario deseado o impuesto, constatado o prescrito, de una “nueva ruralidad”, las y los jóvenes rurales aparecen como agentes protagónicos”. (Yanko González Cangas; 2003:2) 2. El espacio social rural de Médano de Oro. Una breve caracterización. Resulta importante caracterizar brevemente el espacio social rural de Médano de Oro en donde transcurre la cotidianeidad de estos jóvenes ya que consideramos que un trabajo sobre trayectorias y experiencias formativas requiere comprender la estructura del mundo social en donde las mismas tienen lugar. Los jóvenes chacareros del Médano de Oro no están aislados de este imaginario que coloca en el centro de las miradas a las juventudes rurales. En esta oportunidad, nos interesa profundizar en las implicancias que ha tenido la incorporación de innovación tecnológica en el proceso productivo y cómo ello imprime ciertas características a las trayectorias laborales y las experiencias formativas de estos jóvenes. La localidad de Médano de Oro se sitúa hacia el sur de la provincia de San Juan en el departamento Rawson. “Esta es una localidad agroproductiva que se desarrolla a partir de principios del siglo XX, gracias al impulso de obras hídricas que habilitaron tierras hasta ese momento improductivas debido a su anegamiento constante. Se dispusieron terrenos de entre 5 y 10 has. a un valor muy bajo que permitió a los colonos, en su mayoría españoles y criollos, asentarse y desarrollar actividades agroproductivas”. (Dacuña, 2013) Como afirman Servetto y Castilla (2001) la historia de ocupación Médano de Oro se asocia por una parte, a factores de orden geográficos como por ejemplo la puesta a disposición de tierras aptas para el cultivo a 4 través de obras de desecación; y por otra, a factores sociopolíticos tales como las políticas inmigratorias y proyectos de colonización agraria como medio de atraer y radicar población, con el fin de expandir la frontera agrícola. La actividad productiva se basa en una diversificación de cultivos hortícolas estacionales orientados al mercado local. La aptitud de su suelo ha permitido el desarrollo de una agricultura de alta productividad, principal actividad económica, que se ve favorecida por una red de riego de canales que conducen el agua desde el río San Juan (Gili, 2010). Estos chacareros realizan su trabajo en un contexto caracterizado por innumerables restricciones de tipo económico y natural, que van desde dificultades de acceso a maquinarias y herramientas agrícolas, alto costo de los insumos, inconvenientes para alcanzar los requerimientos de mercados cada vez más competitivos, hasta limitaciones generadas por factores de escaso control humano; como los problemas climáticos, las pestes, plagas y malezas, etc. Las familias chacareras, de las que provienen estos jóvenes medaneros, poseen la propiedad de la tierra y de los medios de producción. La chacra es, al mismo tiempo, unidad de residencia y de producción; facilitando que el grupo doméstico se involucre en las tareas agrícolas. Estas familias utilizan principalmente mano de obra familiar aunque recurren en épocas de trabajo intensivo a la contratación de obreros. “Estas particularidades han hecho de esta localidad un espacio poblado mayormente por pequeños y medianos productores, y por trabajadores rurales con un alto nivel de estabilidad laboral en la zona”. (Dacuña, 2013) 3. Trayectorias laborales y experiencias formativas: La tecnificación progresiva del agro desde la mirada de jóvenes chacareros de Médano de Oro Desde su conformación como sujeto social, la juventud ha sido visualizada como un actor estratégico para alcanzar el desarrollo. En el espacio social rural ha significado la capacitación de la juventud y la dotación de recursos técnicos con el objetivo de aumentar la efectividad de los procesos agrícolas. El medio rural adquiere nuevas y diversas características, la realidad se presenta como heterogénea, en palabras de Giarracca (2001) coexisten grandes empresas agroindustriales con alta complejidad tecnológica, empresas dedicadas al agroturismo, con la presencia de pequeños productores, campesinos y asalariados que son parte integrante de estos mundos”. 5 Es bien sabido que en nuestro país, como en otros de Latinoamérica, el proceso de modernización del agro no tuvo como corolario mayores niveles de desarrollo rural, es decir, crecimiento agrícola no implica unilateralmente desarrollo rural. La intensificación del dominio del capital trasnacional exige alcanzar determinados estándares de producción, caso contrario, la pequeña y mediana producción está condenada a replegarse o desaparecer. Teubal (1995) señala que el empeño de los agrobussnies ha sido promover la proliferación, expansión y consolidación de las explotaciones agrícolas a gran escala, de alta rentabilidad o con expectativas prometedoras en ese sentido. Ello ha implicado, para algunas regiones o subsectores, el estancamiento económico y un incremento de las desigualdades. Sólo algunos productores familiares capitalizados pudieron adoptar nuevas tecnologías y reunir los requisitos del nuevo régimen agroalimentario. (Tapella, 2008) Schmucler (1995) afirma que el pensar técnico, en nuestros días, no necesita máscaras: se ha vuelto, él mismo, ideología dominante. Si el pensamiento técnico es hegemónico, entonces ¿cuáles son las implicancias de la tecnificación del agro en las trayectorias laborales y las experiencias formativas de jóvenes rurales del Médano de Oro? El eje es la pregunta por los procesos que emergen a partir de la incorporación de tecnología agropecuaria en áreas rurales y las tensiones que se generan en las prácticas sociales y en la adjudicación de sentidos en la unidad doméstica. La incorporación de tecnología al proceso productivo es una práctica social conflictiva en sí misma ya que implica la disputa por los principios de división social del espacio social desde las cuales se definen constantemente las posiciones laborales hacia el interior de dicho espacio. Elisa Cragnolino (2011) en un trabajo sobre espacios formativos de habilitación para el trabajo y la vida campesina en el norte de Córdoba, sostiene que “el mantenimiento diario y la reproducción generacional implican procesos de construcción y apropiación de conocimientos que se realizan dentro y fuera de la unidad doméstica y productiva, a los que el grupo asigna ciertos sentidos, aplica esfuerzos y dedica tiempo y recursos”. En nuestro caso, los jóvenes son los encargados de apropiarse de las innovaciones técnicas aplicadas al agro para luego promover la transferencia tecnológica. Aparecen entonces como “mediadores intergeneracionales” entre las prácticas productivas “tradicionales” y las prácticas productivas 6 “innovadoras”. Sólo a fines analíticos hablamos de tradicional e innovador ya que buscamos no dualizar las prácticas que tienen lugar hacia el interior de la unidad domestica. La reconstrucción de las trayectorias implica necesariamente una mirada integral de las posiciones ocupadas y transitadas por los agentes en función de la estructura y volumen de los diferentes capitales disponibles. Entendemos las trayectorias como una “serie de las posiciones sucesivamente ocupadas por un mismo agente (o un mismo grupo) en un espacio en sí mismo en movimiento y sometido a incesantes transformaciones” (Bourdieu, 1997: 82). Durante su vida, los actores sociales recorren, un continuo de experiencias que van trazando itinerarios -a veces más previsibles, a veces más aleatorios (Bourdieu, 1988)- que se construyen, simultánea y pluralmente, en múltiples dimensiones: familiar, social, laboral, política, religiosa, cultural. (Graffigna, 2005: 2) Nuestra mirada se orienta a comprender los procesos vitales formados por hitos significativos, socialmente definidos y en continua disputa, en la historia de vida de los jóvenes. Pensamos que la incorporación de tecnología al agro ha significado un hito significativo en las trayectorias laborales de estos jóvenes, habilitando o inhabilitando opciones en sus itinerarios de vida. No buscamos señalar una a una las etapas o hechos en la biografía de los jóvenes, nos interesa más bien captar sus singularidades en el marco de relaciones locales e históricas más amplias. Los saberes que supone la incorporación de tecnología al proceso productivo tienen lugar en el marco de la unidad doméstica, la cual entendemos como una experiencia formativa en sí misma. “La unidad doméstica como espacio formativo, asume un valor fundamental en la eficacia de las estrategias reproductivas del campesinado y en los procesos de identificación laboral de sus agentes, ya que a partir de ella se definen una serie de aspectos constitutivos del espacio social rural como son: el tipo de vinculación con la tierra, la producción de la fuerza de trabajo necesaria, la circulación de los saberes necesarios, de los instrumentos de trabajo, etc.” (Dacuña, 2013:20) Asimismo, recuperamos la dimensión formativa de la incorporación de tecnología al proceso productivo, haciendo énfasis en los espacios no escolarizados. Esta distinción es central en nuestro trabajo, ya que estamos pensando en prácticas que, “sin desarrollarse exclusivamente en la escuela, educan y que, por consiguiente, reclaman una categoría más amplia que dé cuenta de lo educativo como dimensión que atraviesa las prácticas sociales y políticas” (Decándido, 2010) 7 Reconocemos la hegemonía de la institución escolar, pero nuestras preocupaciones tienen que ver más con el aprendizaje en el contexto de la unidad doméstica procurando romper con “aquellas perspectivas que definen los procesos de formación como simples actos de apropiación de saberes, en donde los agentes son simple aprendices acopiadores de conocimientos, ya sea “descubierto” o “transmitido por otros, o “experimentado en interacción” ” (Lave y Wenger, 1991) Hacemos énfasis entonces en el imbricamiento entre el lo laboral - formativo, el universo de lo doméstico y el productivo, y cómo la dinámica de sus relaciones incide en los procesos de clasificación social de los agentes que pueblan el espacio social rural. Las experiencias formativas en la unidad doméstica refuerzan el sistema de clasificación inscripto en el espacio social rural que define la posición de los jóvenes productores en la división social (y sexual) del trabajo rural. Los jóvenes productores del Médano de Oro se incorporan al trabajo a muy temprana edad a través de la incorporación de un habitus agricultor que se da de la mano de las generaciones pasadas, de “estar” en el campo, y de la incorporación de saberes prácticos y teóricos. Bourdieu plantea que “el habitus como estructura estructurante o estructurada, introduce en las prácticas y pensamientos los esquemas prácticos derivados de la incorporación (mediante el proceso histórico de socialización…) de estructuras sociales resultantes del trabajo histórico de generaciones…” (Bourdieu, 1991: 85) En los jóvenes productores del Médano de Oro la incorporación de los saberes del mundo del trabajo, que permean sus trayectorias laborales y que les permitirá en un futuro desarrollar sus prácticas productivas, forma parte de la socialización primaria, en otros términos, el mundo del trabajo forma parte del mundo infantil. Tratando de apartarnos de una mirada funcionalista, nuestras preguntas refieren al conjunto de experiencias formativas, analizadas estas como parte del proceso de socialización. “La participación de los niños en la producción familiar doméstica puede ser entendida como una experiencia formativa si los procesos de socialización son concebidos como contextualmente situados, de manera que el aprendizaje se produce mediante comunidades de práctica y participación periférica” (Padawer, 2009: 317). A diferencia del concepto de socialización, internalización o transmisión, el concepto de participación periférica nos permite entender la apropiación del aprendizaje como una práctica social de naturaleza conflictiva y creativa, alejándonos de este modo de las miradas lineales y estereotipadas sobre la constitución de las subjetividades. 8 Al desarrollar una actividad productiva que se comporta como el motor de la cotidianeidad, el trabajo agrícola es naturalizado por los jóvenes, presentándose como su realidad por excelencia. En este contexto, el aprendizaje de los saberes agrícolas en la unidad doméstica es práctico, no abstracto, ya que el mismo se constituye en la misma experiencia de estar en el campo desde temprana edad, en un contacto cotidiano con la producción agrícola, con sus labores culturales, con el proceso de trabajo y sus herramientas. Coincidimos con Cragnolino cuando platea que “(…) los aprendices no son sujetos pasivos de una inculcación sino más bien participantes activos (lo cual no quiere decir que sean necesariamente conscientes), ya que se apropian diferencialmente de los conocimientos necesarios para el manejo predial”. (Cragnolino; 2011: 22) En los primeros años de vida, el aprendizaje del oficio de chacarero se da como un “juego”, como actividad lúdica, un entretenimiento, que implica un estar, un ver, una presencia corporal en el espacio que involucra a los sentidos y sentimientos de los niños. En ese “juego” infantil es central el desempeño de las prácticas vinculadas a las laborales agrícolas. “Sí, yo he trabajado de chico, (…) iba a la finca, (…) con mis viejos, porque mis viejos han trabajado toda la vida en el campo (…) y uno va aprendiendo como juego, pero uno va aprendiendo las distintas tareas (…)” (Leonardo, 26 años) El juego es una actividad social históricamente asociada a la niñez que luego se ha incorporado desde la pedagogía como una estrategia educativa. Reconociendo los derechos universales de la infancia y la condena social al trabajo infantil entendemos que, como explica Padawer (2009), la participación de los niños en la producción familiar doméstica constituye una experiencia formativa si se la entiende como parte de procesos de socialización donde el conocimiento proviene de la acción y reflexión en procesos contextualmente situados. Nos interesa hacer una distinción central entre la participación de los niños en las actividades productivas de la unidad doméstica y el trabajo infantil. “La primera es condición para la transmisión de un patrimonio de saberes y la construcción de sucesores en la actividad desarrollado por los adultos del grupo doméstico, y se vincula con las expectativas de formación para la vida laboral de las unidades familiares, el segundo implica la venta de la fuerza de trabajo y la consecuente extracción de un plusvalor por parte del adulto, situaciones de riesgo y escasas o nulas situaciones de aprendizaje de un oficio o habilidades” (Padawer, 2010) 9 En la organización familiar del trabajo, los jóvenes llevan a cabo un conjunto de tareas que son estipuladas por el jefe de familia, quien es el encargado de dirigir y organizar todo el proceso productivo. Los jóvenes reconocen la posición que ocupa el padre en la conducción del predio familiar. “(…) todos los productores jóvenes que vienen todos han sido porque han seguido la continuidad del padre” (Elías, 25 años) “Me dedico, en realidad, a lo que hace mi papá, en el campo.” (Juan Pablo, 22 años) Con el inicio de cada jornada laboral el padre de familia distribuye las tareas del día en función del momento del ciclo productivo en el que se encuentren. Las actividades efectuadas por los jóvenes son las que se realizan cotidianamente en la chacra como son el riego, la cosecha, cargar y pesar la producción, manejar del tractor, clasificar la mercadería, comprar los insumos, supervisar la mano de obra contratada, asistir a reuniones, comercializar, entre otros. En realidad en planificación no me da bola. Yo le digo che mira el año que viene hagamos así, así y así y no me da bola. Es como que a él le gusta manejar sus cosas, a su manera ¿viste? En las cosas de proyectarse a largo plazo, no me da mucha bola. (Alejandro, 26 años) El jefe de familia es quien toma las decisiones sobre qué, cuándo y cómo producir, donde comercializar, cuando y cuanto dinero invertir en insumos, a qué precio vender la producción. Los jóvenes se encargan de tareas más bien operativas y con un menor grado de responsabilidad, es decir, son los ejecutores de las directivas que cotidianamente reciben del jefe de familia. Los aspectos que convierten al padre y/o abuelo en referente son principalmente todos aquellos que refieren al “saber hacer agrícola”, es decir, a la experiencia y conocimientos que éstos conservan. Alejandro, ingeniero agrónomo y productor en relación a los saberes agrícolas de su padre “(…) por la propia experiencia. Ellos se fundamentan mucho en lo que les ha pasado, entonces por ahí hay cosas para hacer para adelante y te dicen no, pero si a mí no me funcionó hace un tiempo y capaz que ese hace un tiempo fue hace veinte años con otra economía, con otra visión, con otro punto de vista (…)” (Alejandro, 26 años) La participación de los miembros en la división familiar del trabajo es diferencial según el sexo y la edad. Los hombres generalmente asumen el rol protagónico en la conducción de las labores agrícolas y en el ámbito comercial, mientras que las mujeres (esposas e hijas) cumplen un rol eminentemente reproductivo 10 que se desarrolla en el ámbito privado del hogar, colaborando, en épocas de trabajo intensivo, en las tareas agrícolas. Los jóvenes incorporan en la práctica laboral cotidiana una visión del trabajo agrícola como una actividad netamente masculina. Este oficio se transmite por la vía masculina, (abuelo, padre, hijo) del que las mujeres son excluidas. “Y ya mi hermana digamos que… como que nació y como era mujer no iba mucho al trabajo del campo…Si es distinto, ella más que nada se quedaba en la casa, toda la familia decidió que ella no siguiera trabajando en el campo”(Jesús, 23 años) El papel de la mujer responde a concepciones culturales y a las tradiciones propias del medio rural. Arteaga Aguirre explica que “el concepto de división sexual del trabajo junto al desarrollo de la categoría de género dan cuenta de las maneras en que las labores se asignan por sexo tanto a nivel familiar como laboral. Esta distribución no es aleatoria, sino que responde a concepciones culturales que existen acerca del deber ser del hombre y de la mujer. Esta situación se refleja en desigualdades a la hora de asignar labores a los sexos, proceso en el cual generalmente las mujeres se encuentran en una posición subordinada en cuanto se ubican en tareas que implican menor manejo de tecnología, menos cuota de poder…” (Arteaga Aguirre citada por Servetto y Castilla, 2000: 24) La vía de incorporación de tecnología a la unidad familiar es realizada por el joven ya que el padre delega en su hijo las tareas de adquisición de nuevos conocimientos y técnicas productivas. Los jóvenes son los que reconocen la necesidad de incorporar innovación tecnológica al trabajo en la chacra, lo que les permite insertarse y adaptarse a las nuevas exigencias del mercado. “Es re común, no soy yo nomás. Yo creo que es un tema de la experiencia personal… Por un lado, es como la arrogancia de que ellos son más grandes, vienen como de una cultura más bien así, el más grande siempre es el que ha mandado, el padre siempre ha mandado a los hijos, y como que en los últimos años se ve esa revolución acá de que el hijo toma decisiones, el hijo quiere crecer, el hijo quiere… antes era como que el papá mandaba y los hijos sí papá y justo estamos ahora en la revolución de no, yo quiero hacer esto, yo quiero aplicar esto... la tecnología se hace sentir” (Alejandro, 26 años) En la incorporación de tecnología aplicada a la producción es quizá donde se visualiza más claramente las disputas entre generaciones por definir la posición en el espacio social rural. Como sostiene Rockwell 11 (2007), las dinámicas históricas de la cultura en espacios educativos como en otros dominios -parentesco, asentamiento, trabajo, celebración, autoridad-, están sujetas a juegos y tramas de poder -legitimación, dominación, resistencia, coerción-, e involucran tanto continuidades como rupturas a lo largo del tiempo. “(…)Ellos se fundamentan mucho en lo que les ha pasado, entonces por ahí hay cosas para hacer para adelante y te dicen no, pero si a mí no me funcionó hace un tiempo y capaz que ese hace un tiempo fue hace veinte años con otra economía, con otra visión, con otro punto de vista y por ahí también nosotros los pendejos pecamos de inexpertos, o sea, queremos cambiar demasiadas cosas rápido y no nos adaptamos a que los cambios van siendo graduales”(Juan Pablo, 22) La incorporación de prácticas innovadoras vinculadas a la producción agrícola se presenta como un desafío en el sentido de que requiere el aprendizaje de nuevas destrezas que son conjugadas con los saberes que son tradicionales en cada unidad doméstica. “(…) la apropiación y la participación periférica permiten entender el proceso de aprendizaje compartiendo la naturaleza conflictiva de las prácticas sociales, de manera que las relaciones entre aprendices y veteranos son partes de transformación social acaecidos a nivel cotidiano” (Padawer, 2010) “Sí, también por un tema de que la tecnología los ha pasado por arriba. Antes los tipos decían tengo una enfermedad de planta y decían o no hacemos nada o llama al ingeniero para que vea y que se yo. Ahora ves una enfermedad de planta y es che hijo ¿qué es esto? ¿y qué producto se aplica? Y apliquemos este producto. Entonces hay gente grande que se está adaptando acompañándose con los hijos y gente que no, que se pelea con los hijos, que se lleva mal, que les cuesta.” (Alejandro, 26 años) En un trabajo sobre experiencias formativas en la infancia rural mbyá – guaraní, Padawer (2010) señala en relación a la incorporación de nuevas prácticas productivas que no se trata solamente de ser capaz de involucrarse en nuevas actividades, desarrollar nuevas tareas, dominar nuevos conocimientos, sino poder establecer nuevas relaciones habilitadas por ese dominio, por las cuales el sujeto participa en la producción y reproducción de las estructuras de las comunidades de prácticas en las que se ve involucrado. Los jóvenes productores brindan una mirada más innovadora a la actividad agrícola por lo que aparece como una bisagra, como un agente intermediario entre lo tradicional (representado en la figura del padre) y la innovación tecnológica. La incorporación de tecnología al agro y una administración empresarial de la producción es el camino para ser competitivos y mantener sus productos en el mercado. 12 “Encarar todas las fincas como empresas. Hay muy poca gente que te encara una finca como una empresa… lo que le falta, administrar la plata de una manera más inteligente… las fincas… si fueran empresas agropecuarias sería distinto. Las fincas tienen muchas falencias en la administración de la finca…. Si vos lo encaras como una empresa podes crecer y te puede ir bien, pero en el mercado capitalista. La Cristina quiere hacer que todos seamos socialistas pero no, nuestro país es capitalista, y yo creo que es fuertemente capitalista y ahí jugamos nosotros” (Alejandro, 26 años) 4. Reflexiones Finales: En esta ponencia reflejamos algunas inquietudes que se desprenden de nuestro trabajo de tesis doctoral. En esta oportunidad nos centramos en las trayectorias laborales y las experiencias formativas de jóvenes productores del Médano de Oro y su vinculación con la incorporación de tecnología al proceso productivo. Indagar las implicancias de la incorporación tecnológica al proceso productivo en las trayectorias laborales y experiencias formativas tiene que ver con recuperar los sentidos y las prácticas relativas al aprendizaje y a la dimensión laboral de la vida cotidiana de estos jóvenes en el marco de una historia social y regional que las implica y que configura de una manera particular las estrategias de reproducción y reconversión social. La participación en las labores agrícolas desde temprana edad constituye una experiencia formativa si se la entiende como parte de procesos de socialización donde los saberes apropiados provienen de la práctica en procesos de aprendizaje contextualmente situados. La participación en la producción familiar es requisito indispensable para asegurar la presencia de sucesores. La transmisión de un legado de saberes habilita la reproducción de la unidad doméstica en el tiempo y se vincula con las expectativas de formación que brindaran características específicas a las trayectorias laborales de estos jóvenes productores. En el marco del nuevo escenario rural latinoamericano; fuertemente imbricado por la intensificación del dominio del capital trasnacional, los jóvenes son visualizados como un actor estratégico para alcanzar el “desarrollo”. La tecnificación progresiva del agro genera nuevas dinámicas productivas lo que se traduce en la capacitación creciente de las juventudes rurales y la dotación de recursos técnicos con el objetivo de aumentar la efectividad de los procesos agrícolas. 13 En el conjunto de prácticas desplegadas en la unidad doméstica, los jóvenes ocupan un rol preeminente en la incorporación de tecnología; son los encargados de incorporar lo nuevo y así van otorgándole nuevos matices a la actividad agrícola, sin desechar las prácticas productivas que son tradicionales a su familia. Este proceso involucra continuidades y rupturas – reproducción y reconversión - ya que en la incorporación de tecnología es quizá donde se visualiza más claramente las disputas entre generaciones por definir la posición en el espacio social rural. En términos bourdianos, al interior del espacio social rural de Médano de Oro, los procesos incorporación tecnológica a la producción se definen a partir de las estructuras de relaciones de fuerza inscriptas en el espacio social global. La incorporación de tecnología implica la presencia de disputas generacionales desde las cuales se configuran los sistemas de clasificación, que definen y legitiman, en este caso, los ciclos biográficos de los agentes y su posición en el espacio social rural. Los jóvenes medaneros visualizan la introducción tecnológica como un valor específico que les otorga un capital especial que les permite mantenerse competitivos dentro del marco de las exigencias que imprime el mercado global. Los saberes técnicos forman parte del repertorio de destrezas que las nuevas generaciones de productores deben incorporar. La incorporación de tecnología incide en la habilitación o no de los posibles itinerarios de vida de jóvenes. Asimismo, la incorporación de tecnología posee eficiencia simbólica en sí misma al permear las representaciones que estos jóvenes poseen sobre el futuro del espacio rural del Médano de Oro y su posición en dicho espacio. 5. Bibliografía: • BEVILAQUA MARIN, J. (2009). Juventud rural: Una invención del Capitalismo Industrial. Estudios Sociológicos, N° 80. [Revista en línea]. Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/598/59820676009.pdf • BOURDIEU, P, (1991). El Sentido Práctico. Ediciones Taurus. Madrid • ---------------------- (1997). Razones Prácticas: Sobre la Teoría de la Acción. Ed. Anagrama. Barcelona • ----------------------- (2002). La "juventud" no es más que una palabra. En Sociología y Cultura. Ed. Grijalbo. México. • CRAGNOLINO, E. (2011). Espacios formativos de habilitación para el trabajo y la vida campesina en el norte de Córdoba. Trabajo Presentado en el X Congreso Argentino de Antropología Social .Facultad de Filosofía y Letras. UBA. Buenos Aires. 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Globalización y Transformación de la Estructura Social Agraria en Argentina: ¿Nuevas Ruralidades, Nuevas Políticas? Ed. La Colmena. Buenos Aires. 15 7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN 27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015 Mesa 1: Trabajo y Empleo Título: “Expectativas laborales de jóvenes que reciben formación musical”. Autores: Lic. Giménez Herrero Susana Shirley 1 Palabras Claves: trabajo - jóvenes – música – orquestas Resumen La presente ponencia forma parte del trabajo de investigación de una tesis de Maestría en Psicología Social; en dicho estudio se indaga las expectativas laborales de los jóvenes que poseen una formación musical de más de cinco años. Se busca conocer los modos de acceder a un trabajo y más aún, en un sentido más profundo, captar cuáles son sus proyectos profesionales y los factores que intervienen en el proceso de inserción laboral, ya que se reconoce el papel que cumple el trabajo y la adquisición de competencias en el proceso de formación de una identidad adulta. Las concepciones sobre el futuro laboral se desarrollan en un contexto socio histórico y están influidas por las experiencias laborales propias y ajenas. Las significaciones sobre las aspiraciones y expectativas juveniles futuras, se obtuvieron de 6 grupos focales realizados en Febrero del 2015. Las provincias argentinas representadas en la muestra fueron: Jujuy, Salta, Chaco, Tucumán, Catamarca, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fé, Córdoba, Buenos Aires y Chubut. La importancia de analizar las percepciones acerca del futuro laboral es que éstas, en gran medida, orientan las acciones y tomas de decisiones. En la proyección hacia su futuro laboral, los 1 Instituto de Investigaciones socioeconómicas (IISE) Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) susgimenezahoo.com.ar jóvenes músicos manifiestan deseos de trabajar en y para la música. Esta actividad laboral se caracteriza por una alta competencia y con trabajos desvalorizados. A pesar de esto, se proyectan en el futuro con expectativas de continuar perfeccionándose en el ámbito de la música. Reconocen que esta actividad les lleva muchos años de formación y advierten la distancia entre la deseabilidad y la factibilidad para conseguir un buen trabajo en el ámbito de la música. Working expectancies of youngsters who receive musical education. This exposition is part of the thesis of investigation in Master of Social Psychology; in this study we look into working experiences in youngsters who have had musical education for more than five years. We want to know how they get a job; moreover, in a deeper sense we want to capture which their professional projects are and the factors that are involved in the process of laboral insertion. The concepts about the working future are developed in a socio historical context and are influenced by their own and other people´s working experiences. The meanings of youngsters future expectations were obtained from six focus groups in February 2015. The Argentine provinces represented in this sample were: Jujuy, Salta, Chaco, Tucumán, Catamarca, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fé, Córdoba, Buenos Aires y Chubut. The importance of analyzing the perceptions about the working future is that these guide youngsters actions and decisions. When they project towards a working future, young musicians show they are eager to work in and for music. This working activity is characterized by a high competition and poor value jobs. Even though they project themselves in the future with a feeling of going on improving in music. They recognize that this activity takes them many years of studies and they see a lot of distance between what they want and what it really is at the moment of getting a good job in music. Ponencia La presente ponencia, surge de un trabajo de tesis de Maestría en Psicología Social 2. En ella, se indaga las expectativas laborales de los jóvenes que poseen una formación musical de más de cinco años. Se busca conocer los modos de acceder a un trabajo y más aún, en un sentido más 2 Tesis de Maestría en Psicología Social, Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo. 2015 Tema: “La inserción laboral de jóvenes formados en el Sistema de Orquestas Juveniles Argentina y sus expectativas laborales”. profundo, captar cuáles son sus proyectos profesionales y los factores que intervienen en el proceso de inserción laboral. Se toma la categoría “juventud” como objeto de análisis teniendo en cuenta tres dimensiones: la juventud como una etapa de maduración, la etaria, y la juventud como categoría social - cultural, considerando que no son categorías excluyentes. Los aportes teóricos sobre el concepto de trabajo, giran alrededor de la centralidad o no de éste, las capacidades y aptitudes necesarias para acceder a un trabajo, las formas no mercantiles de trabajo, el trabajo asalariado y las consecuencias de esos cambios. Se toma para este estudio, especialmente los aportes de Julio Neffa (2003) para quién el trabajo es una actividad coordinada de hombres y mujeres, orientada hacia una finalidad específica: la producción de bienes y servicios con una utilidad social. En este caso, es un servicio que posee un fin estético y de esparcimiento. Para realizarlo se requiere la movilización del ser humano, es decir de su fuerza física, de sus capacidades psíquicas (afectivas y relacionales) y cognitivas, así como la puesta en práctica de las calificaciones, competencias profesionales y experiencias. Resulta de interés el trabajo de los jóvenes músicos, ya que al revisar el estado del arte, se advierte el impacto del modelo neoliberal también en este ámbito. Las transformaciones en el ámbito laboral de los últimos 25 años, afectaron negativamente a los jóvenes más que a otros grupos sociales (Abdala, 2002; Jacinto, 2005; Salvia, 2004). Son los jóvenes los que participan con mayor intensidad de las nuevas reglas de juego, al momento de insertarse laboralmente. Se sabe que este modelo impactó fuertemente en el plano social, cultural, económico y educativo, generando dificultades al momento de inserción profesional, en este caso, de los músicos jóvenes. La OIT dedica un apartado especial para analizar la participación juvenil en el mercado laboral y en éste menciona que: “Los jóvenes continúan integrando el grupo etario con mayores problemas de empleo, tanto por sus altos niveles de desempleo, que superan en 2.25 veces la tasa de desempleo total y en 3.18 veces la tasa de desempleo de los adultos, como porque una parte importante de ellos se encuentran en el empleo informal. Además, un período de desempleo prolongado para los jóvenes puede conducir al desaliento con los consiguientes efectos negativos en sus competencias y experiencia laboral. En los países donde aumentó el desempleo de los jóvenes y de los adultos (Argentina, República Dominicana y Uruguay), se aprecia que la desocupación juvenil se incrementó en mayor medida que la adulta” 3 3 Panorama laboral 2013 OIT América Latina y el Caribe Pág. 30 http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/documents/publication/wcms_232760.pdf Se indaga sobre las expectativas y aspiraciones laborales a partir del análisis cualitativo de 6 grupos focales realizados en Febrero del 2015 en el marco de un festival en el que se convocaron más de 150 jóvenes músicos de Argentina para recibir capacitaciones instrumentales y orquestales, durante 10 días en la ciudad de Chascomús. Las provincias argentinas representadas en la muestra fueron: Jujuy, Salta, Chaco, Tucumán, Catamarca, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fé, Córdoba, Buenos Aires y Chubut. En una primera instancia fue necesario el conocimiento del grupo de jóvenes, conocer su espacio físico, sus hábitos y sus actividades cotidianas, esto facilitó el diálogo y la apertura necesaria para posteriormente realizar el relevamiento de datos. La técnica de los grupos focales, se encontró como la más indicada ya que permitió captar el fenómeno de estudio en forma global, teniendo la posibilidad de investigar las respuestas recurrentes y las atípicas, comprender las interacciones entre los individuos y familiarizarse con el contexto. La muestra, (Angurra, 1995) se escogió intencionalmente y sin pretender generalizar sus resultados. Se privilegió el uso de esta técnica ya que resultó fundamental para la comprensión cualitativa de lo estudiado desde las narrativas de los actores sociales. Perfil de la muestra Variables Edad Nivel Educativo de 15 a 19 18 de 20 a 30 18 Secundario 8 incompleto Secundario 13 completo Terciario incompleto Terciario completo 1 Universitario 13 incompleto Universitario 1 completo Trabajan actualmente Sexo Si 18 No 15 N/C 3 Mujeres 14 Varones 22 Se aborda a partir del análisis de lo expresado en los grupos focales, los diversos significados que los jóvenes construyen en relación al trabajo, al trabajo como músico y al trabajo deseado. Estas significaciones, se modifican o se refuerzan a partir de las experiencias propias y ajenas, tanto presentes como pasadas. Estas concepciones sobre el futuro laboral se desarrollan en un contexto socio histórico determinado y están influidas por sus marcos ideológicos y valorativos, que dan contenido a sus ideales y proyectos. Significaciones que se encuentran en correlación con sus intereses personales y con las características del mercado laboral en el que se encuentran inmersos. Así, la concepciones sobre un futuro posible, se inscriben dentro de sus trayectorias académicas, se nutren de sus propias experiencias laborales y la de aquellas personas significativas que comparten su espacio social, en una claro encadenamiento de tiempos entre experiencias pasadas, presentes y proyecciones futuras. La importancia de analizar sus significaciones acerca del futuro laboral es que éstas, en gran medida, orientan las acciones y tomas de decisiones. Se analiza lo expresado por los jóvenes en término de tensiones, que dan lugar a dilemas que resolver. En ocasiones los jóvenes, encuentran los mecanismos para disipar estos términos que se presentan como antagónicos, en otros casos, se visualizan como excluyentes. Tensión 1: exclusividad en la música o plan B. Se toma en consideración que estos jóvenes posean una formación musical formal o informal de más de 5 años y se parte del supuesto que por este motivo, estos jóvenes tienen un proyecto de vida medianamente definido. Es posible que su formación musical facilite la elaboración de una toma de conciencia de sus posibilidades, aptitudes y el descubrimiento de valores que les gustaría desarrollar. Es probable también que cuanto más alto es el nivel de formación y de aptitudes musicales, mayor es la probabilidad de que prefiera escoger aquella ocupación como proyecto de vida, debido a que se sienten más motivados. Es entre los 15 y 21 años aproximadamente, (Bohoslavky, 1977) cuando surgen los interrogantes frente a la elección profesional-laboral, se delinean de forma más clara las preguntas relacionadas al acceso al mundo adulto en términos ocupacionales. El estudio y el trabajo son entendidos como medio y forma de acceder a papeles sociales de adulto, y cuando esto ocurre, se dice desde una perspectiva psicológica, que el individuo alcanzó su identidad ocupacional. Siguiendo a Bohoslavky, la identidad ocupacional es la auto-percepción, por un periodo de tiempo, de papeles ocupacionales. La profesión es el conjunto de expectativas que están depositadas en ese rol y la elección de ésta no se definirá a partir de “dentro” ni de “fuera”, sino a través de su interacción. A partir de esto, se espera que los jóvenes que tienen una fuerte motivación por el estudio de la música tengan también una identidad ocupacional ligada a esa formación y que por esto pretendan una inserción laboral en ese ámbito. Todos los que estamos en una orquesta queremos dedicarnos a eso. (Focus 3: A: mujer, Corrientes, 18 años). Y básicamente, por suerte yo ya estoy tratando de encaminarme en esa dirección, tocar para vivir y vivir para tocar. (Focus 4: A: mujer, Santa Fé, 24 años). Yo también tengo un título terciario en el conservatorio y pienso trabajar en eso. (Focus 5: D, mujer, Tandil, 25 años). Pensé otras carreras pero te lleva mucho tiempo la música por ahora me gustaría trabajar en la música. Empecé a los 9 años y tengo 24. Hice toda mi secundaria, toda mi vida fue basada en la música. (Focus 5: G, mujer, La Plata, 20 años). Para mí la música siempre fue un hobby que se salió de control y no estoy seguro la verdad como voy a seguir. Pero me imagino que si sigo otra carrera igual voy a seguir con el violín al lado mío. Siempre me gustaron los aviones, la aeronáutica. El futuro es estudiar mucho, ser muy bueno y que se te dé la oportunidad, prefiero tener un plan B. (Focus 1, varón B, Chaco, 16 años) Yo que estoy en el último año de mi colegio, siempre tengo un plan B por si las dudas, por ejemplo estudiar ingeniería en sistema o una cosa así por si no me va bien. (Focus 4: B, varón, Chaco, 17 años). Yo estoy inscripto en comunicación social, estoy cursando esa carrera, siempre como plan B, por si el tema de la música no llega a funcionar. (Focus 4: D, varón, Salta, 20 años). Si podemos trabajar en y con la música mejor. (Focus 5: C, mujer, Berisso, 20 años). Yo me quedé pensando en el Plan B. Yo creo que la música hay que pensarla como un único plan, porque si estás pensando que te va a ir mal lo más probable es que fracases, entonces hay que dedicarse enteramente a esto. (Focus 5: F, varón, La Plata, 31 años). En la música más que nada, darle el mayor tiempo posible. (Focus 6: C, varón, Misiones, 15 años). Tensión 2: desvalorización de la tarea del músico y mucha exigencia en su formación. Los jóvenes reciben influencias y expectativas de sus familias, amigos y de los medios de comunicación que, por momentos, influyen en sus elecciones ocupacionales. La inserción laboral, entendida como proceso y más tarde el trabajo como actividad, es una fuente de identidad y reconocimiento social, tiene un importante carácter simbólico como principio legitimador para los jóvenes. Influye significativamente en la definición de sí mismo. De esto dan cuenta las siguientes frases. Cuando elegí música, lo primero que dijo toda mi familia es: - “te vas a morir de hambre”. Fue el primer comentario siempre - “te vas a morir de hambre”. (Focus 4: D, varón, Salta, 20 años). Y que para los demás no sea: - Qué estudias? Música. - Ah y qué más? Como que no es nada lo que estudiás. (Focus 4: A: mujer, Santa Fé, 24 años). Como que se desvaloriza mucho la carrera por ser meramente artística cuando en realidad, justamente por ser artística, si bien tiene una parte que es muy libre o de otra índole que las carreras tradicionales, lo que tiene justamente es la misma cantidad de trabajo duro por detrás. (Focus 4: C, mujer, Chaco, 18 años). Lo que sería como una utopía es eliminar el prejuicio este justamente…, porque muchos dicen: Ahh, ustedes no trabajan, cobran para no hacer nada …Y no, son años de estudio, años de sacrificio y de trabajo duro para lograr la tarea. (Focus 4: A: mujer, Santa Fé, 24 años). Yo creo que lo que la Argentina tiene que hacer, es valorar a sus músicos. Hay muchos grandes músicos internacionales, mundialmente conocidos, argentinos que han sido valorados en Europa o en EE UU, por ejemplo tenemos a Sol Gabetta, cordobesa, una de las mejores violonchelistas del mundo y no puede volver a la Argentina porque -con qué va a vivir?, no puede darse el lujo de vivir con la música. Y yo creo que muchos de nosotros nos planteamos eso, si el día de mañana tenemos la oportunidad de ir a trabajar a otro país, si realmente volveríamos o no. (Focus 4: D, varón, Salta, 20 años). Tensión 3: trabajar como músico, entre lo deseado y lo posible. Perspectiva de resolución: políticas culturales en Argentina En la proyección hacia su futuro laboral, los jóvenes evidencian una relación entre lo imaginado y los caminos para hacerlo posible, en términos de recursos y condiciones objetivas. En este sentido, la deseabilidad y la factibilidad encuentran difíciles caminos de encuentro, cuando no situaciones de franca contradicción. Allá en Misiones, por ejemplo, hay gente que viene desde Iguazú, que es una ciudad muy lejos de Capital, y vienen de lunes a viernes y luego se van porque no hay trabajo en el lugar de donde ellos son. (Focus 6: C, varón, Misiones, 15 años). Yo me siento una afortunada de a poco ir consiguiendo poder trabajar en esto. Pero conozco muchísimos amigos que son tremendos músicos, tremendas personas, pero no logran encontrar trabajo en esto. (Focus 4: C, mujer, Chaco, 18 años). Hay que ser realista, uno puede ser un gran flautista u oboísta pero lamentablemente en Argentina no hay un nivel cultural artístico que se valore. (Focus 4: D, varón, Salta, 20 años). Poder tener una vida musical y mejorar la cultura, la cultura de la Argentina, la cultura musical argentina para que todos los músicos podamos tener un trabajo digno. (Focus 4: D, varón, Salta, 20 años). Tensión 4: dificultad para estudiar y trabajar. Perspectiva de resolución: necesidad de moratoria. Se considera a la inserción sociolaboral, la obtención de un trabajo, como unos de los momentos más destacados para que el joven comience su tránsito hacia la adultez. Si bien, para muchos se abre un compás de espera cada vez más amplio producto del alargamiento del proceso de escolarización y del desempleo, para otros este tiempo de “moratoria social”, no siempre se da. Para ellos es imperiosa la necesidad de aporte económico en su grupo familiar. Creo que en mi provincia es por ahí es un poco limitado el trabajo, no hay mucho trabajo para estudiantes sobre todo, es escaso. U ocho horas o nada, son trabajos que no te permiten trabajar y estudiar. (Focus 3: C: varón, Corrientes, 20 años). Yo pienso que llevar a cabo para un estudiante el estudio y el trabajo no es una tarea fácil. Si bien existen los casos en que los papás los mantienen a los chicos mientras trabajan y estudian, que sería lo ideal y que no ha todos nos pasa, pero sí podes tener alternativas siempre que tengas una base de un estudio o sepas hacer algo bien, podés administrar tu tiempo para estudiar y trabajar al mismo tiempo. (Focus 3: F: varón, Corrientes, 22 años). Yo cuando sea grande no voy a vivir de tocar en casamientos. Por eso yo no trabajo y no me metería a trabajar en nada ahora porque quiero seguir estudiando. Una vez que yo empiece a trabajar, de alguna manera me estoy estancando también. (Focus 3: B: mujer, Corrientes, 18 años). Yo trabajé un año en una orquesta. Fui contratado y la experiencia estuvo buena. Es un trabajo, tenés que cumplir con los horarios, los ensayos, los conciertos que son por temporadas pero es muy difícil tener un tiempo para vos, para dedicarte a mejorar con tu instrumento. Ya no tenés tiempo porque tenés que cumplir horarios o enseñar de vez en cuando… (Focus 3: C: varón, Corrientes, 20 años). Yo tengo la suerte de que mis padres pueden mantenerme y que me apoyan en esto que me gusta. Obviamente no todos los chicos tienen esa suerte pero justamente por eso, quiero aprovechar y avanzar. (Focus 3: A: mujer, Corrientes, 18 años). Tensión 5: la realización personal y el dinero. La posibilidad de dar lugar a la gratificación personal y la necesidad de un sustento para vivir, articulan una de las tensiones subjetivas más notorias. La duda se produce porque a la actividad que se hace por gusto, le falta el otro componente que es básico en la definición del trabajo: su función como medio de reproducción y supervivencia. Para Dominique Méda (1995) el trabajo, además de ser un medio para aportar un ingreso, ordena la vida de las personas, permite la conformación de redes sociales fuera de la familia, y proporciona una identidad social. La actividad laboral, para la mayoría de estos jóvenes, no necesariamente consiste en una actividad exclusivamente instrumental, sino que puede tener en ella misma, su propio fin. Aquí en Argentina yo por experiencia de mis profesores y de gente que conozco, para poder vivir un músico y para poder mantener a su familia, tiene que tener tres trabajos. Tocar en una orquesta, ser profesor aquí y ser profesor en otro lado. Y cuando uno mucho abarca, poco aprieta. Se cansan de trabajar aquí y allá y no rinden. (Focus 4: B, varón, Chaco, 17 años). Yo pienso que al margen de la retribución económica, creo que tiene que haber una retribución más personal. Yo prefiero hacer lo que me gusta porque creo que gano más, al margen de lo económico. Ponele que no gane tanto económicamente como haciendo otra cosa, pero gano más para mí. (Focus 3: C: varón, Corrientes, 20 años). Para mí ambas cosas. Uno busca un trabajo para solucionar cuestiones económicas pero también sería lo ideal hacer lo que te gusta. (Focus 3: F: varón, Corrientes, 22 años). Y si tenés la oportunidad de trabajar en lo que te gusta y vivir de eso y encima crecer como persona y estar en el ámbito que te gusta, sería el trabajo ideal. (Focus 3: D: varón, Chubut, 19 años). Es claramente la autorealización y la gratificación personal, lo que prevalece en sus expresiones: “satisfacción”, “sentirse bien”, “me gusta”, “placer”, “disfrute”. Se inscribe en una temporalidad: “toda tu vida”, “todos los días”, “pasan los días”, “futuro”. En este sentido, desempeñar un trabajo proporcionaría a los jóvenes satisfacción personal, bienestar, independencia, libertad, posibilidad de capacitación, progreso, dignidad; condiciones que contribuyen a gestar la autorrealización del joven. Un buen trabajo, sea en la música o no, pero te tiene que gustar y estar cómodo porque es algo que vas a hacer toda tu vida, no es un pasatiempo nomás. (Focus 1, varón A, Chaco, 16 años) Algo que no sea tedioso de hacer, es algo que tenés que hacer todos los días, no tiene sentido simplemente pasar los días soportando algo. (Focus1, mujer D Tucumán, 17 años) Algo que no sea una obligación sino que a mí me guste. (Focus 1, mujer F, Tucumán, Yerba Buena, 20 años) Hay una frase que me dijo una vez un maestro: “Trabaja en lo que te guste y no trabajarás nunca más” Para mí el trabajo tiene que ser algo que te apasione sino vas a ser un esclavo. (Focus 2: H: Varón, Misiones, 19 años). Un lugar donde te sientas cómoda haciendo algo que te gusta, me parece. Por eso creo que elegí la música, por el hecho de que mi trabajo sería estar en una orquesta y tocar, que es lo que me gusta. Espero que se dé. (Focus 3: A: mujer, Corrientes, 18 años). Es saber qué es lo que te gusta y encaminarte a eso. No es lindo trabajar en algo que no te gusta. (Focus 5: I, varón, Berisso, 22 años). Tensión 6: como músico, mucha competencia y poca oferta laboral. Se suma a la poca oferta de puestos de trabajo, la subutilización de su formación ya que acceden a trabajos para los que están sobrecalificados. Ya se ha mencionado que es en el grupo de jóvenes el sector donde han impactado con mayor fuerza la desocupación, subocupación y los trabajos precarios. Me gustaría tener un trabajo fijo, pienso que ser violinista y trabajar de eso es difícil porque hay muchísimos y hay que ser muy bueno. (Focus 1, varón B, Chaco, 16 años) Somos muchos, hay mucha competencia y es un trabajo muy duro. Yo considero que es una de las carreras más difíciles. (Focus 4: D, varón, Salta, 20 años). Por ahí aspirar a conseguir un trabajo en una orquesta profesional es más complicado porque cada vez hay más nivel, se va avanzando en las técnicas y demás. Para ciertos puestos de trabajo es más difícil. Por ejemplo para trabajar tocando. Por lo menos en algunos instrumentos como el violonchelo… el último concurso que hubo en el teatro argentino, fueron 30 personas para 5 puestos. (Focus 5: B, varón, La Plata, 23 años). En violín también lo mismo. En diciembre había 28 para 8 puestos. Sí, hay mucha competencia. (Focus 5: A, mujer, Capital, 18 años). Tensión 7: las oportunidades laborales para los músicos en argentina, ¿pocas o muchas? En mi lugar, en Santa Fé, no hay muchos proyectos de orquesta. (Focus 4: A: mujer, Santa Fé, 24 años). Pero en Argentina, el gobierno tendría que empezar a ayudar y no dejar que los músicos se vayan. (Focus 4: D, varón, Salta, 20 años). Yo creo que ahora hay más, con todo esto de las escuelas orquestas me parece que hay más. (Focus 5: C, mujer, Berisso, 20 años). Yo creo que cada vez hay menos. Yo creo que al contrario. Veo más complicado el trabajo ahora para varios. (Focus 5: G, mujer, La Plata, 20 años). Yo creo que depende mucho de las provincias. Hay lugares donde hay más lugar para trabajar pero hay más competencia. Y por ejemplo en el caso de las orquestas escuelas, que además son una fuente de trabajo, hay lugares donde no están. Por ejemplo en la provincia de Bs As, la cosa funciona. (Focus 5: F, varón, La Plata, 31 años). Por ejemplo en Tandil no hay. Yo tomo clases particulares y con eso armé un ensamble, por eso creo que las oportunidades están también en cuánto uno busque. (Focus 5: D, mujer, Tandil, 25 años). Yo pienso que Argentina tiene buenas convocatorias musicales, tiene Iguazú en concierto, en el Luna Park también se juntan una vez al año muchos chicos a tocar y Soijar (red) que está promocionando todo esto y es un buen apoyo para todos. También el IUNA está haciendo un convenio para en dos años sacar el título de viola, son cinco materias nomás y eso nos facilita la vida a muchos. (Focus 1, varón B, Chaco, 16 años) Yo creo que eso se hace de a poco….Argentina va creciendo de a poco. Cuando yo era chico no había orquestas sinfónicas y ni se sabía. Y en mi provincia actualmente hay una orquesta sinfónica y tenemos 10 orquestas infantiles. Es un orgullo poder decir que va creciendo de apoco. Estaría bueno que vaya creciendo un poquito más. (Focus 4: D, varón, Salta, 20 años). Yo pienso que han aumentado las posibilidades en los últimos tiempos, yo lo pienso así, sobre todo yo que soy del interior, de Catamarca, pero como dice José que hay oportunidades y hay que tener responsabilidad ciudadana, nadie te va a regalar nada. (Focus 2: C: Varón, Catamarca 28 años). Igual yo veo ahora mayor fomento en lo que hace a la cultura y a la educación musical. En los últimos años es increíble como vos vas a un lugar y tiene su orquestita. (Focus 4: A: mujer, Santa Fé, 24 años). A modo de síntesis: En ocasiones no se reconoce la falta de oportunidades laborales para los jóvenes, la precarización de sus trabajos e incluso se los señala como únicos responsables de su formación y posterior inserción laboral. Escuchar sus voces y sus significaciones sobre estos temas, permite desde sus propias miradas, comprender sus desafíos, sus luchas, sus expectativas. En este contexto de alta competencia, poca oferta laboral y precariedad, ellos manifiestan observar fuertes diferencias regionales en cuanto a la posibilidad de oferta laboral en el ámbito de la música y resulta menos amenazante en tanto y en cuanto, puedan acceder a mejor formación, adquisición de habilidades y las destrezas necesarias para enfrentarlo. Bibliografía Battistini Osvaldo (compilador) (2004): El trabajo frente al espejo. Continuidades y rupturas en los procesos de construcción identitaria de los trabajadores. Editorial. Prometeo. Buenos Aires. Bohoslavky Rodolfo (1974) Orientación Vocacional. 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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN 27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015 Mesa Nº 1 Trabajo y empleo Trayectorias laborales juveniles: experiencia de abordaje metodológico Autoras: Landini, María Luisa Castilla, Alejandra María 1 Palabras claves: Jóvenes sanjuaninos– Trayectorias Laborales – Abordaje metodológico Resumen En esta ponencia nos proponemos presentar la metodología utilizada en el estudio de las trayectorias laborales de jóvenes urbanos y rurales, de entre 18 y 30 años de sectores populares, de la provincia de San Juan, desarrollada en el período 2011 - 2013. Planteamos la investigación articulando los conceptos de juventud y trayectorias laborales y aplicando una estrategia metodológica cuanticualitativa. En una primera instancia realizamos un estudio de tipo cuantitativo con una muestra casual integrada por 569 casos. El tratamiento de los datos obtenidos mediante una encuesta fue realizado con el programa informático SPSS. El análisis de las trayectorias juveniles se realizó mediante la construcción de Clusters, tomando en cuenta la cantidad de trabajos o empleos que habían d tenido los jóvenes desde la primera inserción al mercado laboral, las ramas de actividad y las condiciones laborales que poseían los jóvenes en cada uno de sus trabajo o empleos. En una segunda instancia adoptamos una estrategia cualitativa, que nos permitiría captar la heterogeneidad presente en el proceso de inserción de los jóvenes sanjuaninos y de sus recorridos laborales. En esta instancia construimos una muestra intencional, seleccionamos casos de cada uno de los clusters. Buscamos a su vez recoger y analizar información acerca del contexto, el pasado, la situación actual y las proyecciones de los entrevistados a futuro. 1 Instituto de Investigaciones Socioeconómicas - Facultad de Ciencias Sociales-Universidad Nacional de San [email protected] - [email protected] 7th Meeting of Social Sciences of the West-Center Region and 4th interational with the 4th Region of the Republic of Chile. Group N° 1: Work and employment. Youngsters working experiences: methodological approach. Landini, María Luisa; Castilla Alejandra María.i In this lecture we present the methodology used in the study of urban and rural youngsters working experiences, between 18 and 30 years old from popular areas, in San Juan between ii2011-2013. We propose an investigation linking the concepts of youth and working experiences, applying a qualitative –quantitative methodological strategy. In the first instance we did a quantitative study with a casual sample made up by 569 cases. The treatment of the data obtained through a poll, was done through a computer program called SPSS. The analysis of the youngsters experiences was done through the construction of clusters, taking into account the amount of jobs or employments people have had since they had their first job, the branches of activity and the working conditions they had in each of the jobs or employments. In the second instance we adopted a qualitative strategy, which let us see the heterogeneity present in the process of insertion of youngsters from San Juan and their working experiences. In this instance we built an intentional sample and selected cases from each of the clusters. We also looked for and analyzed information from the context, the past, the present situation and the interviewed future expectancies. Ponencia La inserción laboral de los jóvenes en nuestro país ha resultado ser desde hace dos décadas una problemática interesante de abordar. Como resultado de las transformaciones ocurridas en el país a partir de la década del 70 y de la aplicación del modelo político económico neoliberal en los 90, se han profundizado las mutaciones en el ámbito laboral. La crisis político-económica de los años 20002001 impactó en forma dramática en el conjunto de la estructura social, afectando especialmente a las clases medias y bajas y, dentro de ellas, al sector juvenil. Desde entonces y paradójicamente para los jóvenes la búsqueda de un empleo se ha transformado en “un trabajo”. No obstante la recuperación económica de la post-convertibilidad y el incremento de la actividad económica en la última década, la realidad laboral de los jóvenes trabajadores sigue siendo crítica dada su precariedad. Aquellos tradicionales modos de ingresar al mercado laboral a través del pasaje de la educación al empleo, han sido reemplazados por una proliferación de transiciones, de pasajes del empleo al desempleo, y viceversa, del empleo a la inactividad, y aún de un empleo a otro empleo en diferentes condiciones y niveles de precariedad. La inserción laboral juvenil no remite ya a un “estado”, a un “momento”, sino a “un largo y complejo proceso hacia un empleo estable, si es que finalmente éste llega” (Jacinto, 2007). En los estudios sobre juventud y trabajo, el concepto de trayectoria laboral resulta ser una interesante categoría teórica-metodológica. La potencia de la noción de trayectoria radica en que permite la interpretación de los fenómenos socio-laborales a lo largo del tiempo y los efectos que tales procesos generan sobre las relaciones laborales y las condiciones de vida individuales. A su vez este concepto remite a la articulación interdependiente entre condiciones estructurales y decisiones individuales. (Frassa y Muñiz Terra, 2004). El análisis de trayectorias nos impone necesariamente una mirada diacrónica de la problemática laboral juvenil pues como sostiene Milton Santos (2000) “lo que hoy parece un resultado, también es un proceso; y actualmente un resultado es, así mismo, un proceso que mañana se convertirá en situación. El proceso es un devenir permanente. Sólo si pudiéramos detener la historia podríamos estar en un estado, en una situación permanente. Toda situación es, desde el punto de vista estático, un resultado, y desde el punto de vista dinámico, un proceso. En cambio, en una situación de movimiento, los actores no tienen el mismo ritmo. Por lo tanto si tomamos apenas un momento, perdemos la noción de totalidad del movimiento”. A su vez el estudio de trayectorias laborales implica un proceso que por la simultaneidad de factores en juego, tales como aspectos individuales y del entorno familiar del sujeto, dimensiones relacionadas al contexto socio-histórico e institucional, y la temporalidad que permea todos los acontecimientos y situaciones, exige dosis de creatividad y complementariedad de metodologías; todo ello con vistas a superar las limitaciones de una imagen “instantánea de la realidad”. En esta presentación nos proponemos dar cuenta de las estrategias metodológicas empleadas en el estudio de las trayectorias laborales de jóvenes sanjuaninos, de sectores populares de 18 a 30 años de edad, residentes en zonas urbanas y rurales.Como equipo venimos desarrollando esta línea de investigación desde el año 2008 hasta la actualidad, a través de los proyectos: “Los jóvenes del campo y la ciudad: sus prácticas y trayectorias laborales”; “Transición a la vida adulta: las trayectorias laborales de jóvenes sanjuaninos”; y “Representaciones y significaciones sobre el trabajo desde la perspectiva de jóvenes sanjuaninos”. En una primera instancia realizamos una aproximación a la problemática, mediante la descripción de la situación laboral de los jóvenes y de sus itinerarios, los que se extienden desde sus primeras inserciones en el mercado laboral hasta el momento de realización del trabajo de campo. En el segundo proyecto nos centramos específicamente en estudio de las trayectorias laborales juveniles. En el proyecto actual abordamos la dimensión subjetiva del trabajo con vistas a comprender las miradas y significaciones que los jóvenes construyen acerca de sus experiencias e historias laborales. Los supuestos epistemológicos presentes en nuestras investigaciones y que sustentan el abordaje metodológico utilizado pueden sintetizarse de la siguiente manera: nos posicionamos en el paradigma interpretativo lo que implica reconocer una estrecha vinculación entre aquello que se conoce y el modo de conocer; entender que el conocimiento resulta de una coproducción entre el investigador y los sujetos investigados; pensar que ambos son productores del sentido que orientan sus acciones. El primer proyecto Para alcanzar el objetivo general que nos planteamos en el proyecto inicial, esto es “conocer la relación de los jóvenes, urbanos y rurales, con el mundo del trabajo a partir del análisis de sus prácticas y trayectorias laborales”, adoptamos una estrategia de investigación cualitativa ya que la misma nos permitiría vincularnos más estrechamente con el mundo juvenil al acceder a la comprensión de sus contextos específicos y globales, y a sus historias personales. A su vez nos posibilitaba apreciar la diversidad existente al interior de este sector. Bajo el supuesto de que el lugar de residencia marca profundamente la experiencia de los jóvenes, incluimos en nuestra unidad espacial, contextos urbanos y rurales, incluyendo entre los primeros al Gran San Juan y entre los segundos a departamentos con diferentes perfiles productivos. La población bajo estudio estuvo conformada por jóvenes, de ambos sexos, insertos en el mercado de trabajo y desocupados. No obstante haber planteado, en principio, una estrategia eminentemente cualitativa, la misma se modificó, a pocos meses de iniciada la investigación, girando hacia una de tipo cuanti-cualitativo. Dicha decisión estuvo impulsada por la oportunidad de aplicar una encuesta a jóvenes de ambos sexos, oriundos de diferentes departamentos de la Provincia, que confluyeron en la ciudad capital convocados por la Dirección de la Juventud del Gobierno de la Provincia para la realización de un curso de capacitación política. Este giro metodológico nos permitiría caracterizar extensivamente la realidad laboral de los jóvenes. En un primer momento se encuestaron a 300 jóvenes, muestra intencional y casual. Luego, con el propósito de alcanzar una mayor representatividad por departamentos de residencia, sexo e intervalos de edad, se realizaron nuevas encuestas hasta alcanzar una muestra de 569, al igual que en la anteriores esta nueva muestra fue de tipo intencional y casual. La encuesta se realizó mediante un cuestionario estructurado, con cincuenta y dos preguntas cerradas y dos preguntas abiertas. Las principales variables fueron: datos de base, nivel educativo y situación laboral de los padres, nivel educativo alcanzado y situación laboral actual de los jóvenes; número de trabajos desempeñados desde sus inicios en el mercado laboral hasta el momento de la encuesta; características de las diferentes ocupaciones: calificación, jerarquía, condición laboral, duración de los empleos; periodos de inactividad laboral. Finalmente, a través de las preguntas abiertas se realizó una primera aproximación al estudio de las percepciones de los jóvenes respecto a sus experiencias laborales, indagando acerca de las ideas o imágenes que asociaban al concepto “trabajo” y “buen trabajo. El abordaje cuantitativo nos permitió caracterizar extensivamente la situación ocupacional que presentaban los jóvenes al momento de la encuesta; conocer su distribución por edad, sexo, nivel de instrucción, nivel educativo y ocupación de los padres, edad del primer trabajo, cantidad de trabajos que habían desarrollado desde el momento de su ingreso al mercado laboral hasta el momento de la encuesta, rama de actividad, características y condiciones laborales. Luego procedimos a efectuar algunos cruces entre las variables de base y aquellas referidas exclusivamente al trabajo. Posteriormente procedimos a realizar un análisis de tipo longitudinal tomando como unidades de análisis a las trayectorias laborales de los jóvenes, las cuales caracterizamos por cantidad de trabajos o empleos y por sus principales características: rama de actividad, jerarquía ocupacional, calificación y condición laboral. El tratamiento de los recorridos laborales y la revisión de las variables se efectuó a partir de la utilización del sistema estadístico SPSS (Statistical Package for Social Science), resultado tres agrupaciones o clusters, identificados como A, B y C. El cluster A agrupaba a 228 jóvenes que habían tenido de cuatro a diez trabajos y que se encontraban insertos en el mercado; el cluster B comprendía a 62 jóvenes que habían desempeñado cuatro ocupaciones y que no trabajaban en ese momento; el cluster C reunía a 56 casos que habían tenido hasta tres empleos y estaban trabajando al momento de ser encuestados. Los itinerarios del grupo A, fueron denominados “trayectorias densas” y los dos grupos restantes, “Trayectorias fluidas”. El examen posterior se focalizó en las trayectorias densas, resultando de ello itinerarios: en los que predominaban ocupaciones en servicios varios y actividades agropecuarias, por un lado; e itinerarios con prevalencia del sector comercio, por otro. Con relación a la condición laboral, encontramos un predominio de trayectorias conformadas por trabajos no registrados, “empleos en negro”. En relación a la calificación ocupacional -referida a la complejidad de las acciones desplegadas en el proceso de trabajo-, se perfilaron dos pautas en los recorridos: aquella que combinaba trabajos con calificación operativa, y no calificados; y otra conformada íntegramente por trabajos no calificados. El análisis de la información obtenida a partir de las preguntas abiertas contenidas en la encuesta nos permitió una aproximación a las imágenes, opiniones, creencias y valoraciones de los jóvenes sobre el significado del concepto de “trabajo” y “buen trabajo”. El segundo proyecto En el segundo proyecto nos centramos en el estudio en profundidad de las trayectorias laborales juveniles buscando captar la heterogeneidad presente en el proceso de inserción y en sus recorridos; la incidencia del contexto, el pasado laboral, la situación actual y las proyecciones de los entrevistados a futuro. En esta instancia, las unidades de observación fueron jóvenes urbanos, mujeres y varones de 25 a 30 años, residentes en el Gran San Juan e insertos en el sector comercio y servicios varios. Las características de la muestra respondieron a criterios “teóricos” y el tamaño de la misma se estableció por saturación de categorías, de acuerdo a la perspectiva de Glasser y Strauss (1967). La recolección de información se realizó mediante entrevistasen profundidad y relatos de vida focalizadas en la historia laboral de los jóvenes, y en el contexto socio-histórico en el que desenvuelven sus vidas ya que cada momento impone limitaciones y ofrece márgenes de libertad a las diferentes cohortes. Buscamos identificar mediante el análisis aquellos “puntos de viraje o de inflexión”, “momentos bisagra”, referidos a circunstancias vitales identificadas por los propios sujetos como encrucijadas a partir de las cuales sus itinerarios toman rumbos distintos o dan inicio a una nueva etapa. Se trata de acontecimientos tanto individuales como estructurales, de carácter familiar, residencial, educativo, político, económico, etc. que permean y organizan la vida laboral de los jóvenes. Entre los factores estructurales, detectamos que la crisis económica de los años 2001-2002 impactó intensamente en el seno de las familias de estos jóvenes, provocando el desempleo del jefe de familia, lo que sumado a situaciones biográficas individuales (enfermedades, fallecimientos, separaciones conyugales), representaron importantes rupturas que forzaron a los jóvenes a abandonar sus estudios, secundarios o universitarios, urgidos por la necesidad de trabajar. Reconocimos además los principales factores que tensionan el ingreso y mantenimiento de los jóvenes en el mercado de trabajo tales como la educación, las responsabilidades familiares, la complicidad con el empleador y el disfrute de la moratoria social. Analizamos también, el modo en que los jóvenes forjan su futuro laboral y la vinculación de estos proyectos con sus trayectorias. En algunos jóvenes la visión de futuro está anclada en una trayectoria laboral hostil, de trabajos desgastantes, fuertemente desvalorizados, con condiciones laborales tendientes a la reproducción de una situación de pobreza, que opera inhibiendo toda perspectiva de cambio. Otros, que transitaron en mejores condiciones de trabajo, se proyectan en el futuro con la expectativa de concluir sus estudios y mejorar su situación laboral, aún conscientes de sus limitaciones. Finalmente están aquellos que logran insertarse en un trabajo estable y registrado, en medianas y mega empresas cuyos empleos están vinculados a lo formal, lo tecnológico y lo profesional. Finalmente construimos una tipología de trayectorias, identificando tres tipos: a) Trayectorias estancadas que presentan una frágil vinculación con el mercado de trabajo, una elevada movilidad y gran precariedad laboral. Con el paso del tiempo los jóvenes no logran modificar sus condiciones laborales transformándose las mismas en una situación de precariedad estructural. Los jóvenes que transitan estas trayectorias poseen un bajo nivel educativo, primario completo y en pocos casos secundario incompleto. b) Trayectorias contingentes en las que se advierte una transición desde situaciones laborales de elevada precariedad a condiciones de mayor estabilidad ocupacional y registro legal. A medida que transcurre la trayectoria se incrementa el tiempo de permanencia en los empleos, probablemente asociado a las mejores condiciones que revisten los últimos empleos alcanzados y los compromisos familiares asumidos que estimula la permanencia en estos. En estos casos los jóvenes han accedido al nivel educativo secundario. c) Trayectorias previsibles son aquellas en la que los jóvenes han accedido, en el último tramo de las mismas, a trabajos en ámbitos institucionales y grandes empresas, mediante contratos y empleos registrados. Estos recorridos corresponden a jóvenes con mayores créditos educativos, en su mayoría han transitado algunos años de universidad. Haber alcanzado estos empleos alimenta en ellos la ilusión de que hay otras posibilidades laborales más estables y con oportunidades de crecimiento personal. El proyecto actual El propósito que nos orienta en la investigación que recién iniciamos, es conocer la manera en que los jóvenes construyen y significan sus propias experiencias en torno al trabajo en el marco de sus trayectorias laborales. No obstante reconocer que los elementos estructurales conforman la matriz de relaciones objetivas en la que se insertan los individuos, adherimos al pensamiento de Elder que sostiene que los mismos no alcanzan a explicar en su totalidad las particularidades de cada itinerario. (Elder citado por Jacinto, 2005). Es por ello que consideramos relevante profundizar el estudio del fenómeno laboral juvenil incorporando al análisis de las trayectorias, la dimensión subjetiva. Prestaremos en esta instancia especial atención al modo en que los jóvenes construyen el sentido de sus acciones y de sus contextos, buscando comprender la dimensión simbólica de sus realidades. El abordaje de las significaciones y valoraciones que los jóvenes hacen del trabajo en general y de sus empleos en particular, impone la adopción de una metodología cualitativa ya que esta permite comprender a las personas, sus prácticas y perspectivas dentro de sus marcos de referencia. La entrevista en profundidad, nos acerca a través del relato de los entrevistados a la visión de la propia historia laboral y a los sentidos y valoraciones asignadas. Por otro lado recurrimos a la información recabada mediante dos preguntas abiertas, referidas al concepto de trabajo y buen trabajo, contenidas en la encuesta aplicada a los 569 jóvenes en el primer proyecto. Las respuestas obtenidas fueron agrupadas por semejanzas y diferencias, lo que permitió la elaboración de categorías. En relación al concepto de Trabajo surgieron las siguientes categorías: “Trabajo como ordenador”, comprende actitudes, aptitudes, comportamientos que el trabajo impone al trabajador, como socializador y disciplinador de prácticas; “Trabajo como medio de vida”, refiere al valor instrumental del trabajo; “Trabajo como realización personal”, autorealización y desarrollo personal; “Trabajo como referente social identitario”; Concepto de trabajo que se refiere al “Medio ambiente laboral”; “Trabajo referido a las características del Mercado laboral hoy”, este refiere a las dificultades para conseguir un empleo y al tipo de trabajo que se encuentra. Con referencia al concepto de Buen trabajo: a las categorías anteriores se le agrega la categoría: de “trabajo deseado”, que se expresa a través de los nichos del mercado de trabajo donde el joven aspira a insertarse, esto es, empresas, fábricas, instituciones y reparticiones del Estado y el desempeñarse en la profesión en la cual se están formando. Esta información fue procesada mediante el sistema estadístico SPSS (Statistical Package for Social Science), en la asociación de los diferentes conceptos de trabajo y buen trabajo con los tipos de trayectorias laborales, estancadas, contingentes y previsibles identificadas en las encuestas. A modo de reflexión A lo largo de nuestras investigaciones sobre la problemática laboral de jóvenes sanjuaninos y a partir de los distintos recortes ensayados para nuestro objeto de estudio, hemos podido apreciar la necesidad y las ventajas de combinar distintas metodologías. La caracterización extensiva obtenida a través de la aplicación de encuestas nos proporcionó en un primer momento un diagnóstico de la situación laboral de los jóvenes y una aproximación a sus trayectorias laborales. Diagnóstico que fue posible dada la oportunidad de aplicar una encuesta a una muestra de 569 jóvenes, tomando en cuenta las grandes dificultades que se nos presentan al momento de solicitar datos e información a los organismos públicos que entienden en la cuestión. La utilización en esta instancia cuantitativa de un sistema estadístico, como el SPSS (Statistical Package fro Social Science) nos proporcionó las herramientas para realizar no solo cálculos de frecuencias, analizar asociación entre variables y la presentación de gráficos, sino también efectuar un análisis longitudinal de las trayectorias, tomando en cuenta distintas variables para cada empleo o trabajo en diferentes momentos del tiempo. La implementación de una estrategia cualitativa en la que utilizamos métodos de tipo biográfico nos aportó la información que necesitábamos para profundizar en los análisis de las trayectorias laborales juveniles, con la intención de captar la heterogeneidad presente en el proceso de inserción de los jóvenes en el mercado laboral local y en sus recorridos; la incidencia del contexto, el pasado laboral, la situación actual y las proyecciones a futuro. Esta experiencia de varios años en el estudio de la problemática que involucra a la juventud y al trabajo nos ha permitido entender vivencialmente la riqueza que proporciona la convergencia metodológica. La triangulación entendida como un plan de acción permite al sociólogo, en palabras de Irene Vasilachis (1993) superar los sesgos propios de una metodología. Bibliografía Achilli, elena Libia (2005): Investigar en Antropología social. Los desafíos de trasmitir un oficio. Centro de Estudios antropológicos en contextos urbanos. 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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN 27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015 Mesa 1: Trabajo y empleo Título: La construcción de identidades laborales en jóvenes empleados en el sector público de la Provincia de San Juan. Autora: Lucía Belén Pérez 1 Resumen Los ajustes neoliberales consolidados en la década del ’90 en Argentina causaron la reorganización del conjunto de relaciones laborales: crecieron los puestos de trabajo en servicios; se difundió el empleo no regulado y se expandió el cambio de ocupación y de empleador a lo largo de la vida. Asimismo el Estado operó fuertes cambios en su rol como empleador. No obstante, después de la crisis económica y social de los años 2001 y 2002 se evidencia una recuperación del papel del Estado que comienza a incorporar personal, especialmente jóvenes, pero bajo particulares modalidades de contratación (pasantías, contratos por tiempo determinado, etc.). Es por ello que nos preguntamos acerca del papel del empleo en el sector público en la construcción de sus identidades. Entendemos a las identidades laborales como procesos subjetivos a partir de los cuales los sujetos significan sus acciones, logran un cierto sentido de distinción, singularidad y continuidad de su experiencia, al mismo tiempo que construyen un sentimiento de pertenencia, semejanza e integración social. Este estudio se apoya en el concepto de identidades laborales presentado por Claude Dubar. Además, toma en cuenta para sus análisis dos modelos teóricos: el Nuevo Gerencialismo Público y la perspectiva de Merton sobre el modelo de burocracia weberiano. Se adopta en función de los objetivos planteados, un diseño de investigación descriptivo-comprensivo y una estrategia metodológica eminentemente cualitativa. 1 Instituto de Investigaciones Socioeconómicas (IISE). Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Nacional de San Juan. Correo electrónico: [email protected] Palabras Claves: identidades laborales, empleo público, jóvenes. Title: The construction of labour identities on young employees belonging to the public sector in San Juan province. Abstract Neoliberal adjustments consolidated in the 90’s decade in Argentina caused the reorganization of the group of labour relations: government related jobs increased in number, non-regulated employment spread itself and the fact of changing occupation and employeer expanded throughout life. Moreover, the State produced firm changes in its role as an employeer. However, after the economic and social crisis in the years 2001 and 2002, a recovery of the role of the State is evidenced. They started to incorporate personnel, specially young people, under particular forms of hiring (internships, contracts for a specific period of time, etc.). That is the reason why we ask about the role of public employment in the construction of the identities of young people. We understand labour identities as subjective processes from which the subjects give meaning to their actions, achieve certain sense of distinction, singularity, resemblance and social integration. This study is based in the concept of labour identities presented by Claude Dubar. In addition, it takes into account for its analyses two theoretical models: the New Public Management and the perspective of Merton about the Weberian bureaucracy model. A descriptive-comprehensive design of investigation and a methodologic strategy eminently qualitative are adopted in this study according to the goals formulated in the first place. Key Words: labour identities, government employment, youngsters. 1. INTRODUCCION En el mundo moderno, el trabajo asalariado se constituye en un mecanismo de integración social donde se construye la sociabilidad, donde el sujeto ve garantizado un lugar en la sociedad, y es especialmente, en el Estado de Bienestar donde, se asienta más fuertemente la idea de sociedad integrada capaz de construir una identidad colectiva ligada al empleo. (Cortazzo, 2000). Sin embargo, existen voces que presagian que el modelo de organización social del trabajo asalariado se resquebraja y por ende el trabajo-empleo está perdiendo centralidad (Bell, 1977; Offe, 1985; Gorz, 1991, entre otros). La ética en la cual se sustentaba y se regulaba ha perdido toda legitimación social a partir de las transformaciones en el mercado de trabajo merced a las medidas neoliberales implementadas en las últimas décadas. La aplicación de estas medidas supuso la reorganización de las relaciones laborales: crecieron los puestos de trabajo en servicios; se difundió el empleo no regulado y se expandió el cambio de ocupación y empleador a lo largo de la vida (Gallart, 2000). Esta erosión de la relación laboral se expresa al menos de tres formas: una creciente heterogeneidad de las formas de empleo dependiente; la pérdida de estabilidad del empleo, lo que da lugar a trayectorias laborales discontinuas, diversificadas y desestabilizadas; y un marcado debilitamiento de la fuerza reguladora y protectora del sistema normativo, porque las condiciones del trabajo tienen cada vez más un carácter excepcional respecto a esas normas (Dombois, Todaro y Yáñez en Agulló Tomás, 1998). Como consecuencia cayeron los salarios y los ingresos familiares, producto de un mercado de trabajo más segmentado y excluyente con elevados índices de desempleo, precarización laboral y exclusión social. Por su parte, Argentina adoptó las recetas neoliberales reformando el Estado que vio reducida drásticamente su injerencia en la esfera económica y social a través de la privatización de sus funciones claves, de la transferencia de las empresas públicas a manos privadas, y de la desregulación y descentralización. (Oszlak citado por Diana Menéndez, 2009). Asimismo operaron fuertes cambios al interior del Estado en su rol como empleador, siendo “…el fundamento “oficial” central para llevar a cabo la reducción del empleo público, y la incorporación de modalidades precarias y veladas de contratación…” la reducción de la crisis fiscal del Estado. (Diana Menéndez, 2009) La tendencia declinante a la absorción de personal por parte del sector público nacional y el empeoramiento de los salarios y de las condiciones de trabajo produjeron la decadencia de aquel "Estado empleador", promoviendo la transición hacia un "Estado contratista" o "subsidiador". (Orlansky, 2006) Luego de la crisis económica y social que atravesó el país en los años 2001 y 2002 se evidencia una recuperación y reemergencia de la figura del Estado que comienza a incorporar personal pero bajo particulares modalidades de contratación tales como, pasantías, contratos por tiempo determinado, contratos de locación de servicios y de obra. La administración pública como ámbito de trabajo, impone una dinámica particular a la gestión de sus trabajadores. El Estado empleador articula la gestión de su fuerza laboral, limitado por las restricciones y características del entorno institucional y político. (Ojeda, 2009). Las decisiones en materia laboral se han establecido históricamente desde los estamentos superiores, reservados para la línea política de la gestión, razón que dificulta y entorpece el acceso al empleo público. Abdala (2002) afirma que es el grupo juvenil el que participa con mayor intensidad de las nuevas reglas de juego, al momento de insertarse laboralmente. Su inserción laboral se constriñe a un sector de alta informalidad, inestabilidad, bajos salarios y menor protección social. A su vez, el mercado de trabajo les exige para los mejores empleos, altos niveles de escolaridad y competencias de pensamiento lógico- analítico, interactivas y sociales (Jacinto, 1997). A pesar de este escenario, Agulló Tomás (1998) señala que el trabajo sigue ocupando una posición central en la gran mayoría de las sociedades. Así mismo, continúa ejerciendo el papel de eje vertebrador de creencias, actitudes e identidades. Se nos prepara y se nos forma para el trabajo, se nos identifica con la actividad laboral realizada; merced al trabajo, pues, logramos un estatus, jugamos unos roles y nos construimos una identidad (Agulló Tomás, 1998). Autores como Claude Dubar (2000) han descrito al presente momento como una “crisis social y simbólica”, pues lo que está mudando es el “modo de identificación de los individuos”. Según esta tesis, los procesos de flexibilización y precarización laboral llevados a cabo durante las últimas décadas han impactado no solo en las condiciones laborales, sino también en las identidades sociales, hoy cada vez más individualizadas (Beck & Beck-Gernsheim, 2003). Sin embargo, estas transformaciones no han sido lineales. Como lo han mostrado las investigaciones en Latinoamérica (Battistini, 2009), los procesos de individualización asociados a las nuevas formas de trabajo están plenos de fracturas, desarrollándose composiciones identitarias mucho más heterogéneas. El interés cognitivo de esta investigación se centra en la construcción de las identidades laborales en jóvenes insertos en el sector público de la Provincia de San Juan, entendiéndolas como procesos subjetivos a partir de los cuales las personas significan sus acciones, logran un cierto sentido de distinción, singularidad y continuidad de su experiencia, al mismo tiempo que construyen un sentimiento de pertenencia, semejanza e integración social. (Sisto, 2009; Thompson, 1998 citados por Stecher, 2012). La investigación es de tipo descriptivo – comprensivo; descriptivo en relación a la caracterización de los modos de inserción laboral juvenil en el sector público; y comprensivo en la instancia de análisis de los procesos de construcción de las identidades laborales y de las significaciones que los jóvenes poseen respecto a sus empleos. La estrategia metodológica empleada es cualitativa, puesto que se corresponde con la naturaleza de nuestro objeto de estudio, esto es, las identidades laborales entendidas como narrativas identitarias a partir de las cuales un trabajador interpreta y da sentido a su experiencia laboral. A través de dichas narrativas los trabajadores articulan un sentido de sí mismos, una particular modalidad de autointerpretación de lo que son, de lo que han llegado a ser, de lo que aspiran ser y de lo que son para los otros (Lawler, 2002). Este estudio comprende a 16 jóvenes, entre 21 y 30 años de edad, empleados actualmente en instituciones del Estado provincial: Ministerio de Gobierno y Ministerio de Desarrollo Humano y Promoción Social de la Provincia de San Juan. 2. Las identidades laborales de los jóvenes empleados: la dimensión biográfica y diacrónica. Las identidades laborales no son esencias ancladas en la persona de los trabajadores ni derivados mecánicos de las posiciones que estos ocupan en un determinado organigrama o en una categorización socio-ocupacional. Son construcciones simbólicas que les permiten, en particulares escenarios laborales, hacer significativas sus acciones, lograr un cierto sentido de distinción, singularidad y continuidad de la experiencia, al mismo tiempo que construir un sentimiento de pertenencia, semejanza e integración social. (Sisto, 2009) El proceso de identificación supone una construcción en la que los individuos se van definiendo a sí mismos en estrecha interacción simbólica con otras personas. Es así como las identidades son siempre relacionales, intersubjetivas y contrastivas, lo que implica una distinción con valores, características y modos de vida del otro. Se exageran las diferencias con los de fuera y el proceso de diferenciación se transforma, a veces, en un proceso de abierta oposición y hostilidad al otro (Larraín, 2003). Es por eso que todo proceso de identificación cumple una doble función: auto-reconocernos y heteroreconocernos. Es decir, definir, destacar, singularizar a un conjunto de personas en función de ciertos atributos o características; a la vez que delimitar excluyendo del grupo, a otras personas a quienes se percibe como no poseedoras de las mismas condiciones. Nosotros frente a los otros (Montero citado por Mestre y otros, 1999). De esta manera, los trabajadores articulan un sentido de sí mismos, una particular modalidad de auto- interpretación de lo que son, de lo que han llegado a ser, de lo que aspiran ser y de lo que son para los otros (Lawler citado en Stecher, 2012). Nos apoyamos para organizar nuestro análisis, en Claude Dubar (2001), quien asume que las narrativas identitarias de los trabajadores resultan de la confluencia, muchas veces problemática y tensional, de dos dimensiones: (a) una biográfica y diacrónica, que da cuenta de la imagen de sí mismo como trabajador que el sujeto ha ido construyendo a lo largo de su historia laboral y de vida (identidad para sí) y (b) una relacional y sincrónica, centrada en las modalidades en que el trabajador es reconocido y categorizado en ciertos roles y posiciones por la empresa, las jefaturas e incluso los clientes y compañeros en un escenario laboral específico (identidad para otros). Para estudiar la dimensión biográfica y diacrónica se realiza el análisis en dos niveles: uno fáctico y otro simbólico. En el primero, el fáctico, hacemos foco en las trayectorias laborales de nuestros jóvenes, cuyos comienzos remiten a sus primeras incursiones en el mercado de trabajo, y cuya finalización coincide con el actual empleo en el sector público. En el segundo nivel, el simbólico, abordamos el estudio de los significados y sentidos que los jóvenes trabajadores construyen respecto al trabajo como actividad humana, y al empleo público como trabajo particular, tomando en cuenta además, los factores de satisfacción e insatisfacción con dicho empleo. A) Nivel Fáctico: Las trayectorias de los jóvenes - Formación educativa de los jóvenes entrevistados En nuestro estudio y para el caso particular de nuestros entrevistados, observamos un elevado nivel educativo: diez del total de jóvenes (16) han cursado el nivel universitario, aunque la mayoría (8) aún no lo ha finalizado. Con nivel terciario encontramos cuatro jóvenes. Un caso, con secundario completo, y otro, el de menor nivel educativo, incompleto. Los jóvenes con nivel universitario, cursan o cursaron carreras humanísticas y sociales, tales como Sociología, Psicología, Filosofía, Trabajo Social, Ciencias Políticas, Abogacía, Tecnicatura en Administración Pública y de Empresas; mientras que aquellos que alcanzaron un nivel terciario, lo hicieron en especialidades disímiles e incluso algunas desvinculadas de sus funciones actuales en el empleo público: Técnico en Producción Agropecuaria, Protesista dental, Analista en Recursos Humanos, y Técnico Informático. En general, el Estado, como ámbito laboral, privilegia el ingreso de jóvenes con elevada calificación en virtud de su elevado nivel educativo, de sus experiencias y conocimientos académicos o adquiridos mediante prácticas políticas militantes. En consecuencia, podemos suponer que el ámbito público no aparece como un espacio laboral abierto y democrático sino restringido a jóvenes con capital cultural y social que les permitió acceder y mantenerse en este campo. - Trayectorias laborales de los jóvenes entrevistados Las trayectorias laborales de los jóvenes presentan una duración promedio de tres a cinco años, conformadas por uno a tres empleos en el caso de las mujeres, ya que inician la vida laboral más tardíamente que los varones, quienes han desempeñado una mayor cantidad de trabajos al incorporarse más tempranamente al mundo del trabajo. Las primeras inserciones laborales de estos jóvenes se realizan en sector comercio y servicios, con alto grado de precariedad: sin registro legal, con bajas remuneraciones, en trabajos ocasionales o de media jornada. - Canales y requisitos de acceso al empleo Han ingresado al ámbito público por una vía informal, a través de contactos, por militancia en el partido político gobernante, o por vínculos personales con algún funcionario o empleado de alto rango. Los requisitos de ingreso remiten a un elevado nivel educativo y al manejo de tecnología informática. - Prácticas desarrolladas por los jóvenes en su rutina laboral En este ámbito laboral los jóvenes realizan múltiples funciones, relacionadas a la atención al público, a la asistencia social, y a tareas técnicas y administrativas. Algunas acordes con el perfil y la formación del joven y otras totalmente alejadas de sus disposiciones y gustos personales. - Condiciones laborales Los jóvenes encuentran diferentes condiciones laborales dependiendo de la repartición y de los canales de ingreso: en unas existe la posibilidad de ingresar a planta permanente, como empleado efectivo; y en otras, trabajan bajo la figura de contratados o ingresan como becados, lo que los priva de los beneficios sociales que representa un empleo registrado. Los jóvenes aceptan resignadamente las precarias condiciones contractuales ya sea porque sus expectativas laborales se proyectan en un futuro profesional en el ámbito privado o por haber naturalizado que trabajar en negro es el “derecho de piso” que debe pagar todo trabajador para alcanzar luego la efectividad. B) Nivel simbólico: Sentidos y Significaciones sobre el trabajo y el empleo público Nuestros entrevistados significan al trabajo en general como “fuente de ingresos”, como “ordenador de rutinas” y como “soporte identitario”, lo cual induce a pensar que el trabajo sigue ocupando un lugar importante en sus vidas pues es lo que les brinda seguridad y estabilidad, no solo económica sino que también social. Las valoraciones positivas del empleo público se expresan en la satisfacción con el horario de trabajo, la expectativa de estabilidad, la posibilidad de aprender y adquirir experiencias y las tareas desempeñadas en el caso de los jóvenes cuyas funciones corresponden a sus perfiles formativos. Las evaluaciones negativas remiten a las rutinas monótonas y repetitivas desvinculadas de la vocación personal, que sumen a los jóvenes en la apatía y la desmotivación. Son factores de insatisfacción las bajas remuneraciones, la incertidumbre que provoca la falta de registro legal y los “manejos políticos” y tratos discrecionales de parte de los superiores. La identificación positiva con el empleo en el sector público pasa por la posibilidad de ejercer en este ámbito la propia profesión, es así como esta identificación con el trabajo será más fuerte cuanto más se acerque a la vocación o a los gustos del joven. 3. Las identidades laborales de los jóvenes empleados: dimensión relacional y sincrónica. A) Autoimagen: ¿Cómo los jóvenes empleados se ven a sí mismos? Al mirarse a sí mismos los jóvenes identifican valores tales como responsabilidad, dinamismo, predisposición, efectividad y solidaridad, rasgos identitarios que son demandados por un modelo de administración pública encauzado hacia la flexibilidad, eficiencia y rapidez. A su vez los jóvenes creen ser valorados por su dinamismo, predisposición, y adaptabilidad a las nuevas tecnologías y formas de gestión. B) Heteroimagen: ¿Quiénes y cómo son los “otros”? Diferenciación, identificación y reconocimiento son momentos inseparables y articulables del proceso de construcción identitaria, y están situados en el seno de la experiencia conflictual y social de las relaciones humanas (Sanselieu, 1988). De este modo los jóvenes se identifican, se diferencian, a la vez que categorizan a los compañeros de trabajo. Los “otros” más nítidos para los jóvenes son los empleados más antiguos en la repartición y por lo tanto los adultos o los “viejos”. Desde la mirada de los jóvenes, los “planta viejo”, o los empleados de la “vieja escuela” como los denominan, pertenecen a una generación socializada en un modo de trabajar distinto, asimilable al modelo presentado por Robert Merton en relación a las disfuncionalidades del tipo de “burocracia” de Max Weber. Si bien el modelo planteado por Weber resalta la eficacia técnica, al apego estricto a las reglas, la valoración de la precisión, la rapidez, el control experto, la continuidad y la discreción, Merton por su parte señala especialmente los aspectos negativos del burócrata, a los que denomina “incapacidad adiestrada”, a consecuencia de sus rutinas cotidianas, por las que adquiere preferencias, antipatías, discriminaciones, que pueden resultar reacciones inadecuadas en circunstancias nuevas. Merton señala además que la adhesión a las reglas, concebidas originariamente como medios, se convierten en un fin en sí mismo. El interés e importancia puesta en la disciplina produce rigideces e incapacidad para una rápida adaptación. Un producto extremo de este proceso de desplazamiento de las metas es el virtuoso burócrata, que no olvida nunca ni una sola regla de las que rigen su actuación y en consecuencia es incapaz de atender a muchos de sus clientes (Merton, 1995). No obstante manifestar una fervorosa adhesión a las normas que reglamentan sus tareas y funciones, el antiguo y profundo conocimiento de las mismas es utilizado frecuentemente como ardid o mecanismo de encubrimiento de aquellas prácticas cotidianas que se alejan significativamente de lo reglamentario. Es así como conciben a este grupo de empleados tildándolos de lentos, holgazanes, ritualistas, poco aspirantes y del mal trato. - Relaciones laborales: ¿Cómo se vinculan y relacionan los jóvenes con sus compañeros de trabajo, jefes y usuarios? La construcción de la identidad se lleva a cabo en el crisol de las interacciones cotidianas dentro del trabajo y de la movilización de los recursos simbólicos (referenciales identitarios) presentes en el escenario laboral (Battistini, 2004). Por ello, presentamos una descripción de las relaciones que se establecen en el ámbito laboral y a partir de allí analizamos cómo nuestros entrevistados se diferencian con o se reconocen en las personas que componen su entorno. La relación que los jóvenes establecen con sus jefes influye en sus procesos identificatorios al constituirse en referentes para sus subalternos. En casi todos los casos, la relación de jerarquía es descripta como cordial, en virtud de la corta brecha etaria entre el personal jerárquico y el personal joven, lo que favorece la afinidad entre ambos. Las relaciones laborales entre pares generacionales se perciben positivamente en términos de compañerismo y solidaridad, por compartir códigos y similares estilos de trabajo. No obstante, este ámbito laboral como cualquier otro, no está exento de conflictos. Los “otros” para estos jóvenes son los empleados más antiguos de la repartición, a los que se refieren peyorativamente como los “planta viejo”, o los de la “vieja escuela”, a los que califican como ritualistas, holgazanes, conformistas, malhumorados. La competencia, el egoísmo y la envidia son para los jóvenes las principales razones de problemas con los empleados de la “vieja escuela”, enfrentamientos que entorpecen la labor cotidiana, el rendimiento en el trabajo y lesiona la autoestima y el ánimo de los empleados. Es importante señalar como el trabajo en general, como actividad humana, es apreciado por los jóvenes en términos de reconocimiento social y de autovaloración así como también por la calidad y la cantidad de las relaciones que se establecen dentro de ese marco. El reconocimiento es tanto un punto de partida como de llegada en la experiencia relacional de todo sujeto. Es una manera de afirmación de sí mismo a partir de la mirada de los demás. El sentirse valorado, reconocido es primordial en la construcción de las identidades laborales. C) Exoimagen: ¿Cómo creemos ser vistos por los otros? Nuestros jóvenes creen recibir de los demás compañeros de trabajo y de sus jefes un reconocimiento social positivo: creen ser vistos como responsables, cordiales y colaboradores. La mirada de los superiores resulta esencial para la construcción del sí mismo en el trabajo ya que permite aprender, sentirse útiles y tener confianza. En relación a las miradas que los jóvenes creen recibir del imaginario colectivo ajeno al ámbito público, éstas están teñidas de prejuicios estigmatizantes, resumidas en la siguiente expresión: “los empleados públicos toman mate y no hacen nada”…Imagen estereotipada y descalificante en la que los jóvenes no se reconocen a sí mismos, pero sí a los “otros”. 4. CONCLUSIONES Si bien muchos estudiosos de la problemática laboral advierten que las profundas transformaciones del mundo del trabajo, sintetizadas en conceptos tales como flexibilidad, precariedad y fluidez, han implicado una pérdida de significatividad de los vínculos laborales y una mengua de los tradicionales espacios de identificación y de reconocimiento para los sujetos, en nuestro estudio advertimos distintas situaciones. Los jóvenes construyen en un permanente proceso de negociación consigo mismo y con los demás distintas posiciones identitarias. A partir de los ejes de análisis mencionados, esbozamos una tipología de perfiles identitarios de los jóvenes desde sus propias narrativas, convencidos de que se trata de una herramienta teórica y metodológica útil para comprender los vínculos de los jóvenes con el mundo sociolaboral. Con ello no pretendemos esencializar las identidades de los jóvenes empleados públicos sanjuaninos, sino solo establecer pautas que den cuenta de la heterogeneidad que existe entre ellos y diferenciarlos en función de ciertos atributos y condiciones. Para ello reconstruimos sus trayectos y experiencias laborales pasadas y presentes, indagamos en sus anhelos futuros, y consideramos el particular contexto organizacional en que se encuentran insertos. Intervinieron en la configuración de la tipología, el nivel educativo de los jóvenes, las trayectorias laborales, las condiciones contractuales de su actual empleo, las relaciones laborales, el contenido de las tareas a cargo y finalmente sus s expectativas y aspiraciones en materia laboral. Delineamos así tres tipos identitarios: “identidades implicadas”, “identidades instrumentales”, e “identidades desligadas”. Identidades implicadas: a este grupo pertenecen jóvenes estudiantes universitarios o profesionales de las Ciencias Sociales y/o militantes políticos que poseen inquietudes y sensibilidad frente a la problemática social. En cuanto a sus trayectorias, generalmente son cortas en cuanto a duración y con escasa experiencia laboral previa debido a la prioridad otorgada a su formación universitaria. Para algunos de ellos, el empleo actual en el Estado, es el primero. Algunos han alcanzado la efectividad, pertenecen a planta permanente, y dada esta condición intentan establecer vínculos más estrechos y duraderos con sus pares y jerarquías. En general, el clima de trabajo con sus superiores y compañeros es cordial aunque suelen presentarse diferencias y conflictos con los antiguos empleados, los de la “vieja escuela”, a quienes imputan desgano y negligencia. Estos jóvenes encuentran en el ámbito estatal y en estas reparticiones en particular, el escenario donde desplegar y hacer realidad sus vocaciones y disposiciones personales, por lo que se sienten a gusto con la posibilidad de aprender y adquirir experiencia. En consecuencia, manifiestan entusiasmo, satisfacción y un gran compromiso con sus tareas, y con las problemáticas que se les presentan cotidianamente. Estos jóvenes se identifican y vinculan estrechamente con lo que hacen, encuentran la felicidad en su empleo en el sector público y así, logran implicarse. Ellos se “han puesto la camiseta” del ministerio al que pertenecen y buscan mejorar sus prácticas como trabajadores. El trabajo es significado por ellos como “ordenador de rutinas” y “soporte identitario”, ocupa un lugar central en sus vidas. Es lo que les ordena la vida, les crea rutinas y les brinda seguridad y confianza, devolviéndoles una imagen positiva de sí mismos. Sus aspiraciones futuras están encauzadas a ejercer sus profesiones en el Estado, progresar laboralmente en este ámbito y optimizar los servicios prestados. Identidades instrumentales: En este tipo encontramos jóvenes con estudios secundarios completos y la mayoría posee un título terciario con orientaciones desvinculadas de las funciones y tareas que cumplen en el empleo estatal. Presentan trayectorias con pocos empleos, aunque más extensas en el tiempo. La mayoría de los casos corresponden al Ministerio de Gobierno, y generalmente sus funciones no implican urgencias o compromiso social, a diferencia del tipo anterior, sino más bien tareas administrativas. Estos jóvenes no son parte de la planta permanente, sino que revisten la condición de becados, pasantes, o contratados. No obstante, encontramos excepcionalmente algunos efectivos que aspiran, por razones económicas, a un cargo de mayor jerarquía. En cuanto a las relaciones laborales, vivencian los conflictos con los empleados de la “vieja escuela” de la misma manera que en el tipo anterior, aunque muchos de ellos evitan los enfrentamientos como estrategia de convivencia. Son temerosos a los riesgos que implican el desempleo y las circunstancias del actual mercado laboral, por lo que perciben al empleo en el sector privado de manera negativa por condiciones informales de contratación, los prolongados horarios de trabajo, la inestabilidad e incertidumbre, y la ausencia de beneficios sociales. Para ellos el trabajo es fundamentalmente una fuente de ingresos. Es decir, enfatizan el valor utilitario e instrumental del mismo, la posibilidad de alcanzar una mayor autonomía del grupo familiar y de acceder al mundo del consumo. Sus aspiraciones están orientadas a lograr la efectividad en el empleo público para obtener seguridad económica. Identidades desligadas: este grupo posee trayectorias de larga duración, con pocos empleos anteriores. Si bien, casi todos los jóvenes ingresaron al actual empleo a través de contactos personales y políticos, el acceso al cargo no fue fruto de una búsqueda activa sino de un ofrecimiento u oportunidad. Los integrantes de este grupo se encuentran cursando una carrera universitaria cuyo perfil no guarda relación con ninguna de las funciones que desempeñan en el empleo público, generalmente de tipo administrativas. Experimentan una gran desazón en sus rutinas laborales al considerar a las tareas, repetitivas, rutinarias y monótonas. Consideran que sus capacidades exceden ampliamente los requerimientos de las funciones a cargo. Al tedio del quehacer diario se suman precarias condiciones contractuales ya que no se encuentran registrados formalmente y por lo tanto no perciben beneficio social alguno. Vivencian el ambiente laboral como hostil, y ante los problemas y conflictos despliegan estrategias adaptativas: evitar enfrentamientos amoldándose a los ritmos y modalidades de la “vieja escuela”. Estos jóvenes sienten que “están de pasada”, resisten o aguantan en pos de obtener un ingreso. Sus empleos son significados como un “mientras tanto” ya que tienen la expectativa de graduarse y ejercer una profesión fuera de la administración pública, o bien combinar este empleo que les garantiza estabilidad con el trabajo profesional. Ahora bien, más allá de las diferencias señaladas en cada tipo, percibimos en todos ellos una impronta común, un “modo de ser” y de “hacer” en el trabajo, vinculado a la proximidad etaria que los conforma como un “nosotros, los de la nueva escuela”, frente a los “otros”, los de la vieja escuela”. 5. BIBLIOGRAFIA ABDALA, Ernesto (2002): “Jóvenes, educación y empleo en América Latina”. CINTERFOR. OIT. Uruguay. 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Título: “Las estrategias de inserción y mantenimiento en el mercado de trabajo de los/as jóvenes huarpe sawa y su contexto como condicionante” Autora: Gabriela Paola Tomsig 1. Palabras clave: Juventud, trabajo, género, pueblos originarios. Resumen En Argentina existen 30 pueblos originarios, preexistentes al Estado Nación, según manifiesta la ECPI (2004). En San Juan se encuentra el pueblo huarpe sawa (entre otras comunidades), residente en las Lagunas de Huanacache, departamento Sarmiento. Esta comunidad habita un contexto geográfico con condiciones adversas para su desarrollo y sobrevivencia, ya que es una zona carente de todos los servicios básicos y a este escenario se le suma la inexistencia de registros estadísticos oficiales acerca de su estructura poblacional y aspectos sociales, económicos, culturales, entre otros y una educación formal ajena a su identidad. Esta situación los ubica en un lugar de marginación, inequidad y pobreza. Así, la escasa preparación para el mundo laboral limita sus posibilidades de lograr un empleo estable y no precario, por lo que la reproducción de sus vulnerables condiciones de vida es inevitable. El trabajo rural se les presenta como única oportunidad al momento de ingresar al mundo laboral. La obtención de un trabajo, el tipo de trabajo, las condiciones de contratación y las posibilidades de preservarlo son las tensiones que los atraviesan y se convierten en preocupaciones centrales. Esto incide en el modo en el que estos jóvenes se desenvuelven en el mundo del trabajo, desplegando una serie de estrategias que les permitan insertarse y/o mantenerse empleados. De aquí que se pretende conocer y analizar las estrategias que desarrollan los/as jóvenes huarpe sawa de 18 a 30 años, residentes en las Lagunas de Huanacache, para insertarse y mantenerse en el mercado laboral, haciendo hincapié en la relación de éstas con su condición de pueblo originario y su contexto geográfico, social y económico. Abstract 1 Ex alumna de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Juan. [email protected] In Argentina there are 30 ethnic groups, as shows the ECPI (2004). In San Juan the people is huarpe sawa (between other communities), resident in the Lagoons of Huanacache, Sarmiento´s town. This community inhabits a geographical context with adverse conditions for its development and survival, there is an area lacking in all the basic services there isn´t existence an official statistical records about its population structure and social, economic, cultural aspects, between others and a formal education. This situation locates them in a discrimination and in a poverty place. This way, there are not a good preparation for the labor world, so it limits its possibilities of achieving a stable and not precarious employment, therefore the reproduction of its vulnerable living conditions is inevitable. The rural work appears as the only opportunity at the moment of entering to the labor world. The securing of a work, the type of work, the conditions of hiring and the possibilities of preserving it are the tensions that cross them and turn into central worries. This affects in the way in which this young people is unrolled in the work world, opening a series of strategies that allow them to be inserted and to be employed. From here, tries to know each other, and analyze the strategies that develop young people huarpe sawa from 18 to 30 years old, to be inserted and to be supported on the labor market, emphasizing the relation of these with its condition of original people and its geographical, social and economic context. 1. Introducción El trabajo ocupa un lugar preponderante en el proceso de transición de la etapa de la juventud a la vida adulta, la obtención de un empleo implica para los jóvenes una certificación de inclusión social, a la vez que permite la consolidación de su identidad y autoestima. En la actualidad, los jóvenes ven cada vez más restringidas sus posibilidades de acceso al mercado laboral, y si logran acceder a él, se les plantea el dilema de cómo mantenerse en éste. La obtención de un trabajo, el tipo de trabajo, las condiciones de contratación, las posibilidades de preservarlo, son las tensiones que los atraviesan y se convierten en preocupaciones centrales para muchos jóvenes. Este contexto se vuelve aún más complejo si se considera que los jóvenes no constituyen un grupo social homogéneo. No es lo mismo ser joven en el campo que en la ciudad, en las clases medias y altas que en los sectores marginados, en las sociedades modernas que en la tradicionales, incluso no es lo mismo ser mujer joven que varón joven, y menos aún ser joven indígena. En el caso de las/los jóvenes sanjuaninos originarios residentes de las Lagunas de Huanacache, poseen además de sus particularidades como pueblos originarios, las de ser joven aborigen y desempeñarse laboralmente en actividades rurales; estos rasgos van definiendo su identidad. Al momento de realizarse esta investigación, no se registraban estadísticas oficiales acerca de su estructura poblacional y sobre otros aspectos socioeconómicos. Asimismo, el contexto geográfico les presenta condiciones adversas para su desarrollo y sobrevivencia, ya que es una zona carente de servicios básicos como agua, electricidad y gas natural; los centros de salud e instituciones educativas se encuentran en zonas alejadas, con el agravante de no contar con vías de comunicación adecuadas. A este escenario se le suma que, de acceder a una educación formal, ésta es ajena a su identidad. Esta situación los ubica en un lugar de marginación, inequidad y pobreza. De la misma forma, la escasa preparación para el mundo laboral limita sus posibilidades de lograr un empleo estable y no precario, por lo que la reproducción de sus vulnerables condiciones de vida es inevitable. El trabajo rural se les presenta como única oportunidad al momento de ingresar al mundo laboral. Asimismo, cuando logran acceder a un empleo se les plantea el dilema de cómo mantenerse en él. La obtención de un trabajo, el tipo de trabajo, las condiciones de contratación y las posibilidades de preservarlo son las tensiones que los atraviesan y se convierten en preocupaciones centrales para muchos/as jóvenes. Este tipo de incertidumbre incide en el modo en el que estos/as jóvenes se desenvuelven en el mundo del trabajo, desplegando una serie de estrategias que les permitan insertarse y/o mantenerse en un trabajo. Desde este contexto, la presente investigación se propuso analizar las estrategias que desarrollan los/as jóvenes huarpe sawa, residentes en las Lagunas de Huanacache para insertarse y mantenerse en el mercado laboral, la relación de éstas con su contexto geográfico, social y económico, y con su condición de pueblo originario. Para lo cual se describieron las trayectorias laborales de estos/as jóvenes; se identificaron las estrategias que desarrollan estos para insertarse y mantenerse en el mercado de trabajo y, finalmente, se estudió la relación entre las estrategias que desarrollan y su situación geográfica, social y económica. Esto se llevó a cabo mediante un diseño descriptivo – comprensivo y se apeló a la triangulación metodológica para abordar el objeto de estudio. Se recurrió a entrevistas a informantes y a la observación directa simple para conocer las características generales de las condiciones geográficas, sociales y económicas del pueblo huarpe sawa. Posteriormente, y para ahondar en el conocimiento de la situación social actual de los/as jóvenes en cuestión, se les aplicó una encuesta, con el propósito de indagar acerca de la composición y distribución de la población, salud, educación, características habitacionales, así como las trayectorias laborales de los/as jóvenes huarpe sawa, las estrategias que desarrollan para insertarse y mantenerse en el mercado de trabajo, se indaga acerca de todos sus trabajos, las características de estos y del actual. También se hizo uso de entrevista a informantes para estudiar la relación entre las estrategias que desarrollan los/as jóvenes bajo estudio y su situación geográfica, social y económica y la percepción que tienen respecto a su situación de pueblo originario y su espacio en el mercado de trabajo. 2. La población huarpe sawa residente en la localidad Lagunas de Huanacache Las Lagunas de Huanacache, conocidas también (desde el s. XX) como Bañados de Huanacache, se ubican en el noreste de Mendoza, al sudeste de San Juan, y al noroeste de San Luis, en el centro de la región Cuyo. La zona era un sistema de lagunas y bañados encadenados, alimentados por los ríos Mendoza y San Juan. Originalmente eran en total 25 lagunas intercomunicadas y con abundantes islas, estas lagunas se encontraban rodeadas de tierra fértil y abarcaban un área de unos 2.500 km². Desde fines de siglo XIX, y en la actualidad, debido a la sobreexplotación de las aguas de los ríos Desaguadero, Mendoza y San Juan, se han ido secando, apareciendo sólo en temporadas de grandes deshielos que acrecientan el caudal de los ríos que la alimentan. Las Lagunas de Huanacache representa históricamente uno de los humedales más extensos de la región, fue declarado en 1999 como Sitio Ramsar, con el objetivo de preservar su biodiversidad y sus valores históricos y culturales. Dentro de este humedal existen diferentes “puestos”, que albergan a la comunidad huarpe sawa. Estos son el Puesto Alto de Hornilla, La Isla Conjume, Puesto El Salto, Puesto San Carlos, Puesto Vicente González, Puesto El Salto Nº2, Puesto La Tormenta y el Puesto El Tamarindo. Respecto a la población lagunera, tanto el intendente del departamento Sarmiento, como el líder de la comunidad no saben precisar la cantidad exacta de laguneros. . 3. Primeros pasos en el mercado de trabajo: la situación económica como principal impulsor Benigni y Schteingart (2010) indican que el capital humano y el capital social inciden en la inserción laboral precaria de los/as jóvenes. El primero expresa la correlación que existe entre educación y precariedad (teniendo en cuenta que en el sector de baja productividad son más probables las condiciones precarias). En tanto, el capital social implica que los jóvenes se insertan en el mercado laboral a través de una trama de confianza y cooperación desarrollada a niveles familiares, de vecindad y membrecía a grupos sociales. El capital social funciona como recurso sujeto a atributos sociales adquiridos y heredados. El ingreso al mundo del trabajo por parte de estos/as jóvenes se da en un contexto adverso, y en sus condiciones de vulnerabilidad social, cultural y económica. Además, la carencia de servicios de transporte público y/o de medios particulares implica que no puedan acceder a empleos diferentes a los rurales. Entre los trabajos que desarrollan se hallan los relacionados al cultivo de la vid y/o de melón, zapallo, zanahoria, tomate, sandía, entre otros, así como destroncar, cortar totora plantación de plantines, etc. De los 30 jóvenes encuestados/as, 27 han trabajado alguna vez. Todos los varones manifiestan haber trabajado alguna vez; y las 3 personas que no han trabajado nunca son mujeres. Algunos/as de los/as jóvenes no consideran trabajo aquel realizado junto a sus padres en el predio en el que residen. Para ellos/as, el primer trabajo es cuando se emplean en la actividad agrícola, en fincas alejadas de su zona de residencia. Las familias huarpe sawa son puesteros, dedicados a la cría de cabras para la venta en el mercado local. Sin embargo, esta actividad no suele ser rentable por las distancias a los lugares de venta, la falta de agua, alimentos y condiciones para la cría de estos animales. Esto los lleva a tener que emplearse en la actividad rural para complementar los ingresos o bien, para contar con un salario; esto se refleja en lo que cuentan dos jóvenes: “En las fincas a los 16 años. De más chico trabajaba también, porque acá el tema del puesto empezó a andar mal, no había ganancias, no había apoyos municipales ni gubernamentales, empezó a escasear el agua, no teníamos agua para tomar, el tema de los caminos no entraban negociantes, no entraban chivateros y eso. Empezó a andar a los tumbos uno, y tuvo que salir de pequeño a buscar una fuente de vida más efectiva…”. (José, informante clave de 31 años). En el análisis de las edades de inicio de la actividad laboral se puede observar que 7 encuestadas/os empezaron a trabajar entre los 5 y los 9 años, ayudando a sus familias en los puestos de cría de cabras/chivos, encargándose de los cuidados básicos, tales como la alimentación y la provisión de agua, así como de mantenerlos alejados del impacto directo del sol para evitar la deshidratación de los animales. Asimismo, 14 comenzaron a trabajar entre los 10 y 14 años. En estos casos además de colaborar con la cría de los animales, también se incorporan al trabajo en temporada de cosecha en las fincas junto a los miembros de la familia. Los/as niños/as suelen acompañar y ayudar a sus padres en la cosecha de la vid. Así, 21 jóvenes se iniciaron en la actividad laboral siendo aún niñas/os. Finalmente, 5 personas tuvieron su primer trabajo entre los 15 y 19 años, y sólo 1 empezó a trabajar cuando tenía más de 20. La situación de vulnerabilidad social, económica y cultural en la que se encuentra la población huarpe llevó a los/as jóvenes a trabajar a muy temprana edad en la cría de animales; actividad realizada y percibida como una ayuda o colaboración a la familia. En la adolescencia estos/as jóvenes inician una búsqueda activa de trabajo fuera del hogar, en actividades que les suministre algún tipo de ingresos, no sólo para colaborar con el ingreso de familiar sino además para sus gastos personales. Tanto para las mujeres como para los varones, el proceso de socialización primaria -atravesado por un inicio laboral a temprana edad- les permite adquirir experiencias y desarrollar habilidades en labores vinculadas a tareas rurales. Esto posibilita luego la obtención de empleos en diferentes fincas y su desempeño en las tareas vinculadas a la agricultura, lo que a lo largo de sus trayectorias se transforma en sus ocupaciones principales. Es decir, estos/as jóvenes transitan un proceso de inserción en el mercado de trabajo, que comienza con un periodo de aprendizaje de conocimientos transmitidos de generación en generación, y que su aprehensión y desarrollo son “inherentes” a su infancia, a su educación. Existe una naturalización del trabajo a temprana edad. El desarrollo de la actividad agrícola implica que las tareas son sencillas de realizar, que no requieren calificación y no existe un control de las edades de ingreso. Estos trabajos son temporarios, estacionales y posibles de realizar desde tempranas edades. Por otro lado, las fincas donde buscaron/can trabajo son aledañas a sus lugares de residencia, lo cual les evita el problema del traslado. 4. Cantidad de trabajos y condiciones de empleabilidad: la linealidad de la inestabilidad y la precariedad Las edades tempranas con las cuales estas/os jóvenes ingresaron al mercado del trabajo hace que sus trayectorias laborales sean, en algunos casos, “densas” 2. Del total de jóvenes, 21 encuestados/as han tenido entre uno y seis empleos, desempeñados en el sector agrícola. Otros 5 manifiestan que desde sus comienzos laborales han tenido entre siete y nueve empleos (4) o entre diez y más trabajos (1), no superando más de los doce en promedio. Una vez que se ha logrado la inserción en el mercado de trabajo, sus próximos trabajos no varían en características y condiciones respecto al primero. Muchas/os continuaron empleados dentro de las mismas fincas, convocados para trabajos temporarios en épocas de labores culturales, o fueron rotando en diferentes empresas de la misma rama de actividad. Algunos varones pudieron acceder a otros trabajos en albañilería, carpintería o en jardinería dentro del departamento Sarmiento, pero estos casos son muy pocos en relación a quienes se mantuvieron dentro su ocupación en la agricultura. Sus trabajos se caracterizan por ser precarios. Al respecto, Rubinstein y Suarez (1996) sostienen que la pertenencia a hogares en situación de pobreza aumenta la probabilidad de los jóvenes ocupados en establecimientos pequeños, sin protección social, de realizar tareas no calificadas y de tener menor permanencia en el trabajo. Entonces los segmentos más dinámicos del mercado laboral se vuelven "cerrados" para los/as jóvenes más desfavorecidos/as, y sólo consiguen integrarse, en los casos en que lo consiguen, en los segmentos ocupacionales más marginales y precarios de la fuerza de trabajo, donde acceden a empleos “no calificantes”, ya que en ellos las posibilidades de aprendizaje en el trabajo son escasas (Gallart, Jacinto, Suarez, 1996). Como señala Cynthia Pok (1992), la condición de precariedad laboral puede manifestarse en la dimensión temporal, donde los trabajos son inestables, denominadas “inserciones laborales endebles”; en las condiciones de trabajo: en lo que respecta al trabajo registrado o no; y la dimensión subjetiva: al ser trabajos significados negativamente como muy sacrificados y sin gratificaciones. Las expresiones de las/os jóvenes dan cuenta de la precariedad de los diferentes trabajos que han desempeñado en sus trayectorias: “En lo rural, las personas como nosotros somos contratados de 3 meses, 2 meses. No estamos nunca en blanco”. (Varón de 25 años). “No es que seamos pobres por flojos, no vale, no le sacamos la ganancia a la producción que realmente necesitás, porque son siete meses que uno tiene para ver una moneda. No es fácil criar un chivato. Nosotros trabajamos porque somos esclavos”. (Varón de 30 años). En este punto, Jacinto (2011) afirma que la valoración que el joven tenga de su propio trabajo depende de la calidad y el contenido del mismo y de los “márgenes de libertad” con que cuenta según las condiciones familiares y socioeconómicas en las que vive, y de sus expectativas iniciales. Los/as jóvenes provenientes de hogares con menores oportunidades, aunque hayan accedido a más años de 2 Alejandra M. Castilla y otros. Los jóvenes del campo y la ciudad: sus prácticas y trayectorias laborales. IISE. FACSO. UNSJ. 2010. Trayectorias Laborales Densas: son aquellas en las cuales se han desarrollado de 5 o más trabajos a lo largo del itinerario laboral. escolaridad que sus progenitores, suelen padecer gran insatisfacción y penurias ante oportunidades laborales escasas, precarias y de bajos salarios. De la población joven que ha trabajado, quienes han tenido menor cantidad de trabajos son las mujeres. De total de ellas, aquellas que se encuentran en el intervalo de 14 a 19 años, 5 tuvieron entre uno y tres trabajos, y 1 entre cuatro y seis. Entre las jóvenes de 26 a 31 años, tuvieron entre uno y tres trabajos 3; y entre cuatro y seis 2. Mientras que las que se encuentran en el intervalo de 20 a 25 años manifiestan haber tenido una trayectoria densa, así 2 de ellas ha desarrollado entre siete a nueve trabajos, y 4, entre una a seis actividades. Esta situación puede estar asociada a que algunas mujeres comienzan a ser madres y sus trayectorias comienzan a reflejar flujos de entradas y salidas constantes; en algunos casos no continuaron con actividades extraprediales y otras alternan entre las actividades del hogar- cuidado de los hermanas/os menores, limpieza, cocina, lavado y demás- y la cría de cabras con otros trabajos fuera del hogar. Los varones son quienes han tenido el mayor número de trabajos. Los varones de 20 a 25 años tienen trayectorias densas, ya que 2 han desarrollado entre siete y más de 10. En el caso de los jóvenes que tienen entre 26 a 31 años, la mayoría también manifiesta tener una trayectoria densa, dado 5 han tenido entre cuatro y nueve trabajos. Desde las percepciones de estos jóvenes, a partir de determinada edad se inicia de la búsqueda de una estabilidad laboral y económica, lo cual los conduce a alternar entre los trabajos en fincas y la cría de sus cabras –actividad económica de sus ancestros-, para luego ir dejando los trabajos temporarios y concentrarse en el cuentapropismo. Respecto a las condiciones laborales de los jóvenes a lo largo de sus trayectorias, se puede observar que de aquellos que se han desempeñado en relación de dependencia en algunos de sus trabajos, 25 manifiestan nunca haber estado registrados como empleado, lo que significa que han desarrollado una trayectoria de trabajos “en negro”, sin aportes jubilatorios, cobertura de salud ni protección laboral. Sólo 2 sostienen haber estado registrados/as en algunos de sus empleos. En sus de trayectorias desarrollan los mimos tipos de tareas, de manera intermitente, convirtiéndose en un círculo caracterizado por periodos de empleo precario, desempleo y trabajo familiar. Sus itinerarios laborales son precarios, donde el vínculo con el mercado laboral es débil, dada la intermitencia de las prácticas laborales, la informalidad de las relaciones laborales; no obstante el denominador común que es la precariedad. Sin embargo algunos jóvenes han tenido experiencias laborales formales. En términos de Cynthia Pok, son inserciones laborales endebles o trayectorias ocupacionales muy inestables, pasan de un puesto precario de corta duración a un episodio breve de desempleo y de allí a otro puesto precario y así sucesivamente (Pok en Jacinto, 2002). La necesidad de un trabajo lleva a estos/as jóvenes a aceptar las condiciones de precariedad que encuentran en el mercado. Asimismo la inexperiencia, el desconocimiento sobre sus derechos hacen que acepten que no se les respeten, además ciertos tipos maltratos. Las dificultades que les traen aparejadas este tipo de contrataciones les repercuten en su presente, en los servicios básicos, como la salud, el acceso a créditos, entre otras cosas. El hecho de que los/as jóvenes se desempeñaron/ñan en trabajos estacionales en época de cosecha los lleva a una rotación laboral permanente. De ese modo, y según las/os jóvenes, 18 han permanecido en la mayoría de sus trabajos de uno a seis meses, debido al carácter de empleo en el que estuvieron, que generalmente son estacionarios y su duración es de uno a tres meses promedio. En tanto, 2 jóvenes sostienen haber permanecido generalmente entre siete y doce meses. Finalmente 7 jóvenes han tenido trabajos de más de 2 años de duración. Entre quienes se han desempeñado en sus empleos durante uno y seis meses se observan 13 mujeres y 5 varones. Entre quienes han permanecido empleados hasta un año se observa sólo 2 varones. Y en el caso de quienes han superado los 18 meses en un empleo, 3 son mujeres y 3 hombres. Estos datos se corresponden con quienes han decidido optar por la cría de animales en sus predios y dejar de lado las contrataciones temporarias en fincas. Las mujeres se focalizan en las actividades domésticas del hogar y ayudando en las actividades concernientes a la cría de las cabras. Sólo una mujer ha permanecido más de un año en un trabajo. 5. Estrategias para obtener un trabajo De acuerdo a lo que manifiestan las/os jóvenes, 18 han conseguido la mayoría de sus trabajos por su propia cuenta, es decir, se presentaron personalmente en las fincas donde requerían personal cuando se aproximaban las fechas de contratación de cuadrillas. En tanto, 7 accedieron a sus empleos gracias a la recomendación de parientes o amigos. Otros casos no tan frecuentes (2) se dan en las/os jóvenes que obtuvieron sus trabajos en tanto que ya eran conocidos dentro de los circuitos de trabajos rurales. Según Padilla Trejo y Arrieta Urday (2011), las estrategias de inserción laboral que emplean los jóvenes se encuentran vinculadas al nivel de instrucción y capacitación de los mismos. Entre las estrategias empleadas por los/as jóvenes huarpe sawa es frecuente el acudir a familiares, amistades y/o conocidos a fin de obtener información sobre alguna oportunidad laboral y/o que los recomienden para un trabajo. Las redes de amistades, conocidos y parientes constituyen vínculos que les permiten a los jóvenes tener referentes a la hora de solicitar empleo. Estas redes los acercan a las posibilidades de un empleo, y se consolidan e incrementan a medida que las trayectorias laborales se van haciendo cada vez más densas. La recomendación es una estrategia tanto de los varones como de las mujeres. La referencia, asimismo, les servirá como aval de eficiencia, experiencia y honestidad. Las frases recurrentes dan cuenta de esto: “Entré por parte de la madre de una compañera mía. Ella me lo ofreció porque se enteró ella estaba buscando trabajo y justo estaba en casa de ella y ahí me dijo de trabajar”. (Mujer de 25 años). Los/as jóvenes tienen una conducta pasiva en la búsqueda de sus trabajos, los contactos son los canales más cercanos al momento de buscar empleo; el hecho de tener que movilizarse a zonas aledañas en busca de un trabajo implica esfuerzo y un costo monetario, que las/os jóvenes no pueden realizar dadas sus condiciones económicas y la falta de medios de transporte público en su lugar de residencia; por lo tanto, el recurrir al círculo de relaciones más cercano se torna en una alternativa válida y segura para acceder a un empleo. 6. Los motivos para cambiar de trabajo Las razones que aducen los/as jóvenes frente a la movilidad laboral son diversas. De acuerdo a los/as jóvenes, 6 expresan que los principales motivos que los llevaron a cambiar de trabajo se relacionan la baja remuneración percibida, lo cual no se corresponde con las tareas y la cantidad de horas de trabajo. Mientras, que 2 alegan como motivo el maltrato por parte de sus jefes. Y 13 de los/as jóvenes han cambiado de trabajo al concluir sus empleos. Otro de los motivos frecuentes son las distancias hasta sus puestos de trabajo. Entre los/as jóvenes, 3 lo exponen como una razón importante; asimismo, 3 lo hicieron para colaborar con el emprendimientos familiares, lo cual se da en las mujeres. Si diferenciamos por sexo, de quienes cambiaron de trabajo por mejoras salariales se observan 2 mujeres y 4 varones. Los malos tratos por parte de los jefes hicieron que 2 varones optaran por dejar un empleo. Quienes cambian de trabajo por la finalización de éste son 9 mujeres y 4 varones. Esto se da así dada la temporalidad de las actividades rurales, específicamente de cosecha. Asimismo, otra razón de peso para cesar un trabajo es el tener que ayudar en el trabajo familiar. Las características de las trayectorias laborales antes descriptas y los motivos que los llevan a cambiar de empleo implican preguntarse sobre la estabilidad laboral. Como plantea Sánchez Moreno (2006), “tradicionalmente, la forma de contratación constituía una referencia a partir de la cual valorar la estabilidad o inestabilidad de un empleo concreto. Dicho de otra manera, el contrato configuraba un sustrato a partir del cual estructurar las expectativas laborales. Para los/as huarpe sawa, la estabilidad en sus trayectorias laborales se definen a partir de una inestabilidad estructural: “Y… el tiempo de los trabajos en el verano es de 3 a 4 meses, lo mismo viene a ser en el invierno, o sea que lo que más dura el trabajo, por ejemplo en el lugar mío es eso… porque se acababa la cosecha”. (Varón de 30 años). La estacionalidad de los trabajos rurales define la naturaleza precaria de las trayectorias laborales de todos/as los/as encuestados/as y la precariedad de estos trabajos. El haber tenido sólo empleos temporarios, sin contratos formales, sumados a las condiciones de contratación, las distancias a sus empleos, el tener que colaborar en las tareas del hogar y en la cría de animales -en el caso especifico de las mujeres- permiten ver que la inestabilidad atraviesa la vida social y económica de los/as jóvenes. Uno de los graves inconvenientes que tienen estos jóvenes son las largas distancias que deben recorrer para trasladarse a otras localidades, a esto debe sumarse la falta de transporte público y sus condiciones económicas que les impide movilizarse por su propia cuenta, conllevando al abandono del trabajo. Otro de los elementos que permiten definir la precariedad de las trayectorias laborales de los/as jóvenes se refiere al salario percibido. Como sostiene Sánchez Moreno (2006), “la cuantía del salario es un elemento básico para describir un trabajo como precario. En términos generales, se percibe como una retribución no equitativa. Existe una falta de correspondencia entre la actividad desarrollada y la retribución obtenida a cambio. Además, los individuos están en condiciones de comparar las diferentes retribuciones obtenidas en distintos empleos. A partir de dicha comparación, los sujetos concluyen que uno de los aspectos fundamentales a tener en cuenta a la hora de valorar la bondad de un empleo es, precisamente, el salario. “Y… dos semanas, duró menos, lo dejamos por el motivo de lo que pagaba… pagaban poco”. (Mujer de 17 años). La necesidad económica de estos/as jóvenes los lleva a acepten las condiciones que se les presentan. Así, la precariedad se van transformando en parte de su rutina laboral y definiendo estilos de relacionamiento, donde los/as jóvenes se acostumbran a los malos tratos, condiciones de contratación ilegales, demasiadas horas de trabajos, entre otros. De este modo se da una naturalización de la informalidad en las relaciones y se reproduce situaciones de precariedad laboral. Igualmente, aceptan otras condiciones como los malos tratos de sus superiores en pos de no perder ese trabajo. Esto da cuenta de la vulnerabilidad a la se exponen los/as jóvenes ante las estacionalidad de estos trabajos. Ahora bien, ¿cuáles son las estrategias que adoptan estos jóvenes ante tal situación? Aceptar, acatar lo impuesto, callar, tolerar, sumisión que se plantea como respuesta y estrategia necesarias al momento de preservar sus fuentes de trabajo, aún siendo empleos temporales, ya que si se manifiestan en contra de los que se les está ordenando se quedan sin trabajo, bajo la excusa de que “afuera hay muchos que quisieran ese trabajo”. Esto se ve reflejado en sus palabras: “He trabajado en varias fincas. En dos oportunidades estuve efectivo pero renuncié a los trabajos porque no me sentía cómodo… No me sentía bien. Todo ha sido problema de patronal, nunca me llegaron a respetar como un obrero, siempre me sentía negreado en el tema de los requisitos. Siempre he trabajado más de 12 horas, era regador, a parte trabajaba como maquinista, siempre hacía bastantes laburos a la misma vez y me sentía explotado y me sentía mal porque yo no me lo merecía por mi responsabilidad, pero nunca me trataron como corresponde los patrones”. José, informante clave de 30 años. Entre los/as huarpe sawa, las condiciones laborales a los que son expuestos en sus trabajos hacen que éstas sean homologadas a formas de esclavitud, con el cual se refieren tanto a los tratos recibidos y los modos de relacionamiento con sus superiores, así como a las condiciones bajo las cuales se encuentran empleados. Con ese término engloban las características generales de sus trayectorias laborales, marcadas por la precariedad y una naturalización de ésta. “Por naturalización de la precariedad entendemos los procesos actitudinales y experienciales que llevan a incorporar la precariedad como un rasgo distintivo, esencial, natural, de la experiencia laboral en el seno de este colectivo. La precariedad es una compañera persistente, y podríamos decir que “natural” e “inevitable”, en el viaje de las personas en el mapa laboral” (Sánchez Moreno, 2006). Así,” aguantar” implica callar y dejar que las pautas impuestas sigan su curso ya que muchas veces, el reclamar por lo que corresponde como derechos significaría poner en juego el puesto de trabajo. A lo largo de las trayectorias de cada joven estas acciones se reproducen y acentúan. Y, ante la falta de alternativas laborales, más se naturalizan estas estrategias de sumisión y de silencio. El quedarse callados ante las condiciones que sus jefes les imponen se acentúan con el tiempo, es decir, el silenciar lo que les pasa realmente tiene diferentes etapas. En una primera instancia, mujeres y varones cuentan haberse “tragado” lo que pensaban por el hecho de cuidar sus empleos; pero luego han decidió terminar esa situación y optaron por cambiar de trabajo o dedicarse al trabajo familiar. Según Tizziani (2011), en estas relaciones laborales informales se da un acuerdo personalizado que “se enmarca en una relación de poder entre actores en posiciones profundamente desiguales. Por ello la debilidad del trabajador que se enfrenta a la necesidad vital de vender su fuerza de trabajo repercute sobre el nivel de salario, la jornada de trabajo y la delimitación de las tareas. Se presenta el incumplimiento de un marco regulatorio, en una relación profundamente asimétrica entre empleado – empleador”. En síntesis, la ocupación de estos/as jóvenes no es producto de una elección voluntaria sino que se presenta como una ocupación predeterminada por los límites que le imponen los condicionantes de su adscripción de clase y etnia, entre los que se destacan los bajos créditos educativos, las condiciones culturales y sociales de su grupo de pertenencia etc. (Ávila en Tizziani, 2011). 7. Situación laboral actual de las/os jóvenes huarpe sawa En la actualidad, 24 jóvenes huarpe sawa manifestaron estar trabajando al momento de la aplicación de la encuesta. Si se distingue por sexo la situación ocupacional actual se observa que trabajan 9 varones y 15 mujeres. En cuanto a las mujeres que sostienen que no trabajan, esto se debe a que estaban estudiando o por algún otro motivo. Para los varones se corresponde con quienes se encuentran inactivos. De las/os jóvenes declaran ser trabajadores familiares; es decir, desarrollan tareas dentro del emprendimiento familiar en la cría de cabras. Esto no implica que dichas actividades sean remuneradas. En tanto, 7 personas afirman ser dueños de pequeños emprendimientos familiares, es decir, en los casos analizados, trabajan en la cría y venta de cabras. Finalmente, sólo 4 es empleado en alguna finca, usualmente, ubicadas dentro del departamento donde se encuentra la localidad Lagunas de Huanacache. De acuerdo al sexo y la edad de las/os encuestados, entre quienes declaran ser trabajadores/as familiares se encuentra 6 mujeres y 1 varón de 14 a 19 años; así como también, 2 mujeres de entre 20 y 25 años y 1 varón. Finalmente, se observan 3 mujeres de 26 a 31 años y ningún varón de esa misma edad. Es decir, estos/as jóvenes desarrollan entre sus tareas, la alimentación de las cabras, la limpieza de los corrales y demás, pero no son los/as responsables del emprendimiento, ya que o bien son hijas/os o pareja del emprendedor/a. Su tarea es sólo colaborar como miembro de la familia. En este tipo de trabajo, los/as jóvenes no perciben remuneración por el trabajo en los puestos de sus familias, esta actividad forma parte de la estrategias para la subsistencia familiar. “Mi mamá no me paga por la ayuda pero siempre me ha dado cosas así que… Lo que yo necesitaba ella siempre me daba. Me compraba cosas…”. (Mujer de 25 años). En la categoría ocupacional Cuentapropista se hallan quienes se manifiestan como los responsables del trabajo familiar, y a veces también jefe/a de familia. Estos casos corresponden a 2 mujeres de 20 a 25 años y 1 de 26 a 31 años. En tanto, 3 varones de 26 a 31 años son cuentapropistas, correspondiéndose con quienes son casados o viven en pareja, tienen hijas/os. El ingreso que perciben las/os jóvenes por sus trabajos no es fijo, ya que se hallan condicionados por una serie de factores que van determinando la frecuencia, el modo de cobro y la cantidad, en función de la venta de los animales; pero generalmente no perciben sueldo. Esto, al mismo tiempo, se ve influenciado por las dificultades para la venta de los animales, los porcentajes que deben pagar a un mediero para la comercialización de los productos y la carencia de vehículos y el estado de los caminos para realizar la venta de manera directa. Asimismo, la falta de condiciones para la cría de estos animales (agua, pasturas, vacunación, etc) hacen que estos proyectos económicos, legado de sus ancestros, ya no pueda seguir siendo una fuente de ingreso, aun cuando estos/as jóvenes pretendan permanecer en esta actividad. Y si bien algunos/as no dependen ya de los ingresos provenientes de otros trabajos precarios, su situación económica no se ha modificado sustancialmente. Entre quienes indican trabajar en relación de dependencia se halla 1 mujer y 1 varón de 20 a 25 años, así como también 2 varones de 26 a 31 años. Sus empleos actuales, como en los anteriores, son trabajos no registrados; lo que indica que persiste su situación de precariedad. A la situación de precariedad dada por el no registro laboral, se suma la precariedad salarial; los ingresos que tienen las/os jóvenes y el modo en que perciben sus haberes, de las personas que declaran ser empleadas, el 67% percibía a 2011 entre $500 y $900 y de manera mensual. Mientras que el 33% cobraba entre $1.000 y $1.400 semanalmente. 8. Acceso al trabajo actual: distancias y medios de transporte Las distancias hacia los lugares de trabajo son importantes condicionantes y hasta determinantes para el desarrollo de las condiciones de vida, y también de sus trabajos actuales o pasados. Las/os jóvenes deben trasladarse a grandes distancias para trabajar, por lo que muchos deciden optar por trabajar como cuentapropistas en los terrenos de sus viviendas, como criadores de cabras, comúnmente conocidos como puesteros. Quienes buscan desempeñarse en otras tareas fuera del predio tuvieron que abandonar esos trabajos y regresar o comenzar en estas actividades. Esto se ve reflejado en 23 de los/as jóvenes, mientras que sólo 2 deben trasladarse de 1 a 10 kilómetros para llegar a sus empleos, lo cual hacen en moto o a lomo de caballo. 9. Estrategias para acceder al trabajo actual La llegada al trabajo actual es un camino sin variantes sustanciales respecto a los trabajos anteriores. Nuevamente, las estrategias que desarrollaron para el acceso a sus empleos actuales no variaron a las puestas en práctica con anterioridad. Solamente que esta vez, la búsqueda contó con cierta experiencia, adquirida gracias al tránsito dentro del circuito de empleos en las fincas de la zona. El haber estado empleados en algunas temporadas les posibilitó hacerse conocidos. A medida que los jóvenes van desempeñándose laboralmente en estas empresas, van formando una imagen de sí mismos positiva o negativa de acuerdo a cómo se han desempeñado en otros empleos. Hablar de comportamiento hace alusión al “no generar problemas”, a “no ser un problema”. La capacidad de sumisión y aceptación son puntos positivos al momento de obtener un empleo. La mayoría de los/as jóvenes que se desempeñan en fincas llegaron a su trabajo actual por sus propios medios. Como son conocedoras/es de las épocas en las cuales se contrata mano de obra para las diferentes temporadas de cosechas, se presentan por sí mismos y se postulan para el trabajo. Esto se efectiviza si el/la joven es conocido por su trabajo o cuenta con la venia de algún conocido, sea éste pariente o amigo. Quienes recién se están insertando recurrieron a la consulta a parientes, amigos o a aquellas personas que les sirvieron de canal conductor para llegar al trabajo actual. Al analizar las estrategias por sexo se observa que 8 mujeres y 8 varones acuden a sus redes familiares, amigos o conocidos. En tanto, entre quienes obtuvieron sus empleos por su propia cuenta se hallan 3 mujeres y 3 varones. De quienes ingresaron a trabajo actual por recomendación de amigos o parientes, se ve distingue solamente casos de varones. 10. Reflexiones finales En el desarrollo de esta investigación se dio cuenta de ciertos puntos que ayudan a conocer las características y especificidades de la comunidad huarpe sawa y de estos jóvenes indígenas, específicamente, además de su situación social, económica y cultural actual; cómo éstas se relacionan con las estrategias que desarrollan para insertarse y mantenerse en el mercado de trabajo y en las características de sus trayectorias laborales. La actividad económica de esta comunidad es la ganadera, específicamente la cría de cabras. Ésta es un legado de sus ancestros, dedicados a la cría de animales. Asimismo, por las condiciones desfavorables para el sustento de la producción caprina, tanto los/as jóvenes como los adultos huarpe sawa deben también emplearse en otros trabajos. Esto es en la actividad rural, en fincas aledañas dedicadas a la vitivinicultura, especialmente. En cuanto al mundo del trabajo, la incorporación a corta edad se vincula a la necesidad de colaborar con los ingresos familiares. De aquí que se empleen en trabajos rurales en épocas específicas de cosecha o labores culturales, de manera temporal y sin registración legal; además de colaborar desde niños/as con el trabajo familiar, que implica la cría del ganado caprino. Esta carencia de capital económico los/as coloca en tensión con el sistema educativo, por lo que terminan abandonando la escuela. Así, los escasos créditos educativo los/as lleva a una inserción precaria, en zonas rurales y bajo pautas de contratación desfavorables, lo cual implica una reproducción de sus condiciones marginales de vida. De lo antes expuesto se puede observar cómo el capital económico atraviesa y condiciona el desarrollo laboral de los jóvenes. Cuando éste no es favorable, las estrategias que adoptan se relacionan con tolerar las desventajosas condiciones de contratación de en las fincas donde los emplean, siempre bajo la ilegalidad, la desprotección laboral y social correspondientes. Ante esto, a lo largo de sus trayectorias laborales, las/os jóvenes optan por aceptar lo que se les plantea en el empleo en el que están, y a lo largo de sus trayectoria se observa cómo se van “acomodando” y acostumbrando a estas situaciones, desarrollando estrategias que les permitan hacer más llevaderas las situaciones y ser nuevamente contratados. Así planteadas las condiciones laborales, los/as jóvenes poco a poco van naturalizando las pautas ilegales y precarias de trabajo. Planteadas así estas condiciones, los/as jóvenes huarpe sawa se ven dentro de un círculo vicioso, en tensión entre su situación social, económica y cultural. De aquí que muchas/os dejen de buscar trabajos fuera del negocio familiar y elijan volver a la cría de cabras, ya que es un negocio propio y no se someten a condiciones de “esclavitud”. Sin embargo, algunas/os jóvenes continúan reproduciendo este círculo ante la desazón de no poder cambiar esto a menos que sea migrando de sus tierras, sus raíces. Quienes retornan al trabajo familiar, también se ven incididos por las largas distancias, medios de transporte inadecuados para la compra de alimentos y el traslado de la producción. No obstante, tratan de adquirir ejemplares para criarlos y venderlos, tratando de que sobrevivan a las inclemencias climáticas, geográficas y a la falta de agua y pasturas -lo cual condiciona y hasta determina la calidad de la producción-; lo cual en ocasiones significa que el agua que reciben de los camiones cisterna que los asisten se destine a los animales. Asimismo, tampoco les es redituable la utilización de un intermediario (chivatero) como estrategia para la comercialización de sus animales, ya que estos terminan ganado más que las/os criadoras/es. Pero todos los esfuerzos que realizan, la mayoría de las veces, resultan pocos ya que su producción caprina se pierde o porque fallecen los animales ante la falta de alimentos, agua y remedios o porque no pueden ser vendidos y en ciertas oportunidades eligen no comercializarlos para no “regalar su dinero”. Igualmente, empleados o cuentapropistas tampoco cuentan con condiciones legales, es decir no están registrados o inscriptos en AFIP, lo cual sumando a lo anteriormente expuesto los convierte en mano de obra invisibilizada. De este modo, el trabajo se constituye en uno de los indicadores fundamentales para la definición de la juventud indígena. El trabajo, en el caso de esta investigación, se asocia directamente con el desarrollo de actividades rurales. Por un lado, actividades ganaderas, donde las/os jóvenes indígenas son parte fundamental, ya que su desempeño hace que el “negocio” familiar pueda “prosperar” o al menos dar las posibilidades mínimas de supervivencia. Y, paralelamente, el desempeño en trabajos en fincas, vinculados también a las necesidades económicas. Asimismo este círculo vicioso comienza por el desconocimiento acerca de este pueblo, sus vivencias, su cultura, su realidad, además de sus expectativas, percepciones y propuestas. Desconocimiento que traspasa el reconocimiento de la identidad de este pueblo -cuestionada ampliamente desde las esferas gubernamentales- sino que abarca derechos básicos de todo individuo. Este círculo es ampliamente producido por factores exógenos y endógenos. Respecto a los primeros, las estructuras sociales, políticas y económicas los invisibilizan de manera tal que su (re)conocimiento es casi inexistente. Aún existen importantes brechas que superar, dadas las condiciones de vulnerabilidad educativa, social, económica y cultural a la que están expuestas/os todas/os las/os jóvenes. Esto se encuentra en la ausencia de decisiones políticas en torno a todo el pueblo huarpe sawa residente en las Lagunas de Huanacache. Decisiones que impliquen el respeto de sus derechos como personas, ciudadanos y como pueblo originario de esas tierras, así como también que signifiquen la contemplación de sus características particulares como jóvenes mujeres y varones huarpe sawa; de sus voces y expectativas; de su cultura, fundamentalmente y el respeto a de ésta y de sus particularidades. Por lo antes descripto y como se ha expuesto en los capítulos anteriores, se observa que la situación social, económica, política y cultural de la comunidad huarpe sawa de las Lagunas de Huanacache se asemeja la realidad de los pueblos originarios de América Latina, donde sus derechos fundamentales se ven vulnerados, planteándoseles así un contexto de exclusión, marginación y pobreza. El comprender la naturaleza de lo indígena debe entenderse asociada a la historia profunda de estas comunidades y de su dinámica actual, donde esta población vive y se reproduce en condiciones determinadas. Por esto, todo abordaje (científico o político, por ejemplo) de una comunidad originaria debe comenzar por el (re)conocimiento y la contemplación de sus particularidades para alcanzar el objetivo de la interculturalidad, donde se implique no un mero contacto, sino, más bien, un intercambio basado en el respeto, un proceso dinámico y permanente de comunicación y aprendizaje entre culturas en condiciones de legitimidad mutua e igualdad. 11. Bibliografía Benigni Mariana; Schteingart Daniel (2011): Causas de la inserción laboral precaria de los jóvenes en Argentina (2003-2010). 10º Congreso Nacional de Estudios del Trabajo – ASET. ISBN 978-987-98870-5-9. Jacinto Claudia, Wolf M., Bessega C, Longo M E (2005): Jóvenes, precariedades y sentidos del trabajo. 7º Congreso Nacional de Estudios del Trabajo (ASET) Buenos Aires. Jacinto Claudia y Chitarroni Horacio (2010): Precariedades, rotación y movilidades en las trayectorias laborales juveniles, en Estudios del Trabajo ASET (Asociación Argentina de Especialistas en Estudios del Trabajo) Nro. 39/40-Primero y Segundo Semestre 2010. Ciudad de Buenos Aires. Argentina. Pok, Cynthia (1992): Precariedad laboral: personificaciones sociales en la frontera de la estructura del empleo. CEIL. Padilla Trejo, Alberto; Arrieta Urday, Irma (2011). Estudio sobre las expectativas y estrategias laborales de jóvenes y adultos jóvenes en Perú. Documento final consultores proyecto regional integración de jóvenes al mercado laboral. CEPAL/ GTZ Tizziani, Ania (2011): De la movilidad ocupacional a las condiciones de trabajo. Algunas reflexiones en torno a diferentes carreras laborales dentro del servicio doméstico en la ciudad de Buenos Aires. Trabajo y Sociedad, Núm.17, 2011 Nº 17, vol. XV, Invierno 2011, Santiago del Estero, Argentina (Caicyt-Conicet) - www.unse.edu.ar/trabajoysociedad http://www.ramsar.org/cda/es/ramsar-home/main/ramsar 7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTROOESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN 27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015 MESA 1: Trabajo y Empleo PONENCIA: DEBATES, TENSIONES Y DESAFÍOS EN ORIENTACIÓN LABORAL. UNA EXPERIENCIA CON JÓVENES DE TUCUMÁN AUTORES: UGARTE 1; ARUE 2; CORDOBA 3; LOPEZ GARCÍA 4; TORRES STÖCKL5 PALABRAS sociales. CLAVES: Jóvenes - Orientación laboral – Trabajo - Representaciones - Prácticas RESUMEN En el contexto actual, el mundo del trabajo se caracteriza por precariedad, flexibilidad, inestabilidad, desempleo y elevadas exigencias, lo que impacta dramáticamente en jóvenes que se encuentran en situación de riesgo social, con escasa o nula calificación laboral y bajo capital social, afectando especialmente su ingreso al mercado de trabajo. Frente a la complejidad de este fenómeno, desde el proyecto de voluntariado universitario “Orientación Laboral: nuevas prácticas sociales en tiempos de crisis" -que combinó la investigación-acción-, se realizó una intervención con jóvenes estudiantes de una escuela para adultos de zona urbana y otra escuela para jóvenes de zona rural, que consistió en talleres de orientación laboral, donde se trabajaron habilidades y recursos personales que, desde nuestra perspectiva, les permitirían afrontar la búsqueda de empleo con mayor éxito, fortaleciendo sus propias estrategias de inserción a través del desarrollo de un proyecto ocupacional. A partir de esta experiencia, en el presente trabajo se analizarán críticamente los dispositivos de formación para la inserción laboral, ya que en ocasiones entran en tensiones ético-políticas a partir de demandas que pueden presentarse como contradictorias, y que coexisten. Se juegan, por un lado, los requerimientos del mercado laboral que solicita el adiestramiento en competencias o la reconversión 1 UGARTE ALICIA Magister en Ciencias Sociales. Pertenencia institucional: Instituto de Historia y Pensamiento Argentinos. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Tucumán. Mail: [email protected]. 2 ARUÉ RAUL LUIS Magister en Sociología Aplicada. Pertenencia institucional: Instituto de Historia y Pensamiento Argentinos. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Tucumán. Mail: [email protected] 3 CORDOBA, MARIA GABRIELA Psicóloga UNT. Pertenencia institucional: Instituto de Historia y Pensamiento Argentinos. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Tucumán. Mail:[email protected] 4 LÓPEZ GARCÍA MARIA JULIA. Psicóloga. Pertenencia institucional: Instituto de Historia y Pensamiento Argentinos. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Tucumán. Mail: [email protected] 5 TORRES STOCKL, CYNTHIA. Psicóloga UNT.Pertenencia institucional: Instituto de Historia y Pensamiento Argentinos. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Tucumán. Mail: [email protected] 1 de saberes para cubrir áreas de vacancia en industrias o empresas; mientras que por otro lado, se presentan estas instancias como espacios de desarrollo personal a partir de la construcción dialógica. Por lo tanto, se examinarán los vínculos de estos jóvenes con el trabajo y las estrategias respecto de sus procesos de inserción, para observar en qué medida la participación en dispositivos de formación permite disminuir las múltiples inequidades a las que se enfrentan de cara al mundo laboral. ABSTRACT: In the current context, the world of work is characterized by precariousness, flexibility, instability, unemployment and high demands, which dramatically impacts on young people who are at social risk, with little or no job skills and low social capital, affecting especially its entry into the labor market. Given the complexity of this phenomenon, from the university volunteer project "Career Guidance: new social practices in times of crisis" -which combined research-action-, an intervention with young students of a school for adults in urban areas and another school for young rural area was conducted, which consisted of career guidance workshops where skills and personal resources were worked, that from our perspective, would allow them face job search more successfully, strengthening their own insertion strategies through the development of an occupational project. From this experience, in this presentation we critically analyze training devices for job placement, as sometimes come into ethical-political tensions from claims that may be presented as contradictory and coexisting. They play on the one hand, the labor market requirements applying competency training or retraining of knowledge to cover vacant areas in industries or companies; while on the other hand, these instances as areas of personal development are presented from the dialogical construction. Therefore, the links of these youth with work and strategies regarding integration processes will be examined, to observe the extent of participation in training devices can reduce the multiple inequities to which they face in the workplace. 1. La nueva lógica de la cultura del trabajo El trabajo se ha constituido como una actividad orientada a garantizar la supervivencia de la especie y de las diversas sociedades humana, la cual ha experimentado muchas variaciones a lo largo del tiempo. En la modernidad, era condición y fundamento del progreso social, de modo que la integración al mundo laboral era una importante fuente de dignificación personal. Pero eso cambió ante las nuevas reglas de juego promovidas por la modernidad tardía, que complejizaron las posibilidades de desempeño de acceso al empleo. La apertura progresiva de la economía impuso la lógica de la competitividad y la flexibilidad como respuestas a los reacomodamientos en el sistema productivo, lo que dificultó la inclusión en la esfera del trabajo, pues las nuevas tecnologías productivas y de gestión invitaron a optimizar los procesos prescindiendo de cierta cantidad de operarios y captando sólo a los más competentes para el 2 procesamiento de información y resolución de problemas críticos-; a lo que se le sumó la crisis económica que afectó a nuestro país, potenciando así la desocupación, la informalidad laboral y la subocupación. Si bien los modelos productivos actuales respecto al mundo del trabajo se plantean globalmente, atravesando los estados, los sectores productivos y las empresas, van más allá de ellos, teniendo efectos tanto en los grupos poblacionales como en los sujetos, conjugándose con la cultura y pertenencia social de cada grupo. Resulta así que América Latina se ha caracterizado por grandes dificultades para sostener la actualización tecnológica y por el deterioro de los términos del comercio internacional, particularmente por la declinación general de los precios de sus productos, el empeoramiento de la balanza de pagos causados por el alza de los intereses de préstamos y créditos gubernamentales y empresariales, así como por la repatriación de las inversiones extranjeras y la fuga de los capitales nacionales hacia el extranjero. Argentina no se encuentra ajena a éstos procesos, pues en ella también se implementaron reformas político-económicas para fomentar la liberalización del comercio y una mayor competencia. Nuestro país ha pasado por un largo proceso de transformaciones en lo laboral, que comenzaron con un proceso de desindustrialización en los años setenta, y que se agudizaron con el modelo político económico neoliberal de los noventa, a partir de los severos cambios en la organización del trabajo y en el debilitamiento de los derechos sociales del trabajador, a lo que se sumaron elevadas tasas de desempleo y precariedad. La crisis político-económica de los años 2000-2001 impactó severamente en toda la estructura social, y afectó especialmente a las clases medias y bajas. La pobreza y la exclusión en la sociedad llegaron a niveles inéditos, configurando una nueva realidad social basada en la degradación del empleo formal como componente central. Resulta entonces un aumento alarmante de las desigualdades sociales, con procesos de empobrecimiento y multiplicación de formas de vida precarias. 2. Desempleo, desigualdad social y juventud La década de 2000 se cerró con un problema insoslayable, el desempleo, que se fue agravando al encontrarnos con un mercado de trabajo con una creciente selectividad y cada vez más dimensionado por la incorporación de mujeres y jóvenes como demandantes de trabajo. Pero este problema tiene una magnitud diferente si nos situamos en las distintas zonas del país y entre distintos grupos de población: la desocupación es más alta en los conglomerados urbanos, entre quienes tienen menor nivel de instrucción y en los jóvenes, pues su inserción en el mundo laboral presenta gran indefinición y enormes obstáculos en el lapso comprendido entre los 15 y los 21 años. Un nuevo escenario se abrió en la última década -con un modelo inclusivo y una política económica con fuerte peso en el crecimiento con generación de empleo-, que habilitó una fuerte baja de la desocupación y el crecimiento de la demanda en puestos de nivel de calificación técnica. Ello mejoró sustantivamente los indicadores laborales de los jóvenes, pero pese a ello, el mundo de trabajo juvenil 3 sigue generando interrogantes por las condiciones precarias de las ocupaciones, las formas de inserción y las incertidumbres presentes y a futuro. (Otero, 2012) Según datos de la Encuesta Permanente de Hogares 2011, la tasa de desocupación para los jóvenes entre 15 y 24 años casi cuadriplica a la de los mayores de 25 años; y la carencia de prestaciones asociadas al trabajo registrado sigue afectando a más de la mitad de sus empleos. La inestabilidad, la rotación laboral y los bajos ingresos afectan con mayor intensidad a los de menor nivel educativo y a los provenientes de hogares más pobres. Jacinto (2013) considera que la principal problemática de la juventud respecto de la actividad laboral agrícola e industrial no es el acceso al mercado de trabajo, sino su carácter precario: se trata de relaciones laborales informales, inestables, de insuficiente remuneración, con incertidumbre ante vicisitudes climáticas o decisiones productivas, y con niveles de exigencia física elevados, que compiten con la educación obligatoria de los jóvenes. Por lo tanto, al siempre complejo vínculo entre el mundo de la educación y el mundo del trabajo, se le agrega hoy un panorama de inestabilidad y precariedad laboral, de mayor desempleo juvenil, o con inserción en el sector informal de la economía. Ahora bien, se entiende comúnmente por “juventud” a la etapa de tránsito entre la niñez y la adultez, con la preparación para la asunción de roles adultos, en especial para una vida activa desde el punto de vista laboral, pues pautas como el empleo permanente y formal alimentaron -al margen de su relativa concreción en la realidad de nuestro país- la imagen de un joven que, por vías formales y no formales se preparaba para la vida activa dentro de un mercado laboral que le aguardaba al cabo del trayecto. Si bien sabemos que el concepto de juventud es relativo y, a la vez, resultado de construcciones históricas -atravesadas o influenciadas por factores de índole social, económica y cultural-, creemos que ese modo de ser comprendido debería ser cuestionado o, al menos, relativizado para distintos momentos históricos y para los diversos contextos sociales, en tanto se corresponden con un mundo del trabajo que también ha sufrido profundas transformaciones. En la actualidad, los jóvenes son expuestos intensamente a las variaciones de la estructura laboral, configurando trayectorias laborales erráticas, y más inciertas y riesgosas que antaño (Biggar, et. al 2008). La mayor parte de los empleos disponibles y por tanto las experiencias típicas destinadas a esta población se caracterizan por su escasa continuidad y sin posibilidades de aprendizaje, generándoles interrogantes respecto a cómo transcurrirá su ciclo vital activo, y qué impacto tendrá en términos subjetivos. Esta situación se complejiza en el caso de los jóvenes que se encuentran en situación de riesgo social, con escasa o nula calificación laboral y bajo capital social, pues sufren un dramático impacto en su intento de ingreso al mercado de trabajo, al enfrentarse a una notable contradicción: por un lado el papel del trabajo como ámbito de dignificación personal y, por el otro, la profunda precarización de las condiciones en el ejercicio del trabajo. Es en este escenario y con esta población de jóvenes con la que desarrollamos nuestra tarea de Orientación Laboral, tal como veremos a continuación. 4 3. Sobre los destinatarios del proyecto de OL. Prácticas sociales, representaciones y trabajo Desde el proyecto “Orientación Laboral: nuevas prácticas sociales en tiempos de crisis”, -ganador de la primera convocatoria de la SPU – MECyT del año 2009- 6 focalizamos nuestra atención en jóvenes tucumanos de sectores no favorecidos de la estructura social y que cuentan con un capital escolar deficitario que no supera las acreditaciones propias del nivel medio. Son de ambos sexos, de edades entre 14 y 24 años, y provenientes de hogares con necesidades básicas insatisfechas y en situación de riesgo social. Abandonaron tempranamente el sistema educativo porque necesitaban trabajar y ahora insisten en las posibilidades de reinserción escolar. Además, la escasa o nula calificación laboral de estos jóvenes, así como su pertenencia a hogares y comunidades que difícilmente los proveen de los valores y las estrategias de trabajo requeridas actualmente, más la ausencia de redes sociales que les faciliten el ingreso a empleos atractivos desde el punto de vista salarial o de calificación, complejizan aún más el panorama. La mayoría de los jóvenes con los que trabajamos, se desempeñan en trabajos precarios e inestables (lavado de autos, changarines, cosecha de frutillas o arándanos, etc.), o con subempleos. Son nichos ocupacionales que no implican precisamente buenas condiciones laborales, pues se trata de horarios extendidos y vinculaciones precarias, con exigua continuidad. Si bien buscan tempranamente una inserción laboral, generalmente ésta es de baja calidad y demanda escasa calificación. Esto coincide con lo planteado por Otero (2011a, 2011b), quien observa que entre los jóvenes de sectores sociales bajos hay una mayor presencia de tramos vinculados con múltiples ocupaciones y “rebusques” de escasa calificación, así como una mayor rotación y una frecuente alternancia de períodos en trabajos precarios e informales. Los jóvenes de estas clases menos favorecidas se vuelcan al mercado de trabajo para lograr la supervivencia del grupo familiar a pesar de no contar con las calificaciones 6 A partir de una visión conjunta como equipo de docentes- investigadores comprometidos en la realidad social de Tucumán, se decidió participar de una convocatoria de la Secretaría de Políticas Universitarias –dependiente del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación-, denominada Programa Nacional de Voluntariado Universitario, con el propósito de profundizar la vinculación de la Universidad Nacional de Tucumán con las necesidades de la comunidad que integra, incentivando además el compromiso social de los estudiantes. El Programa de Voluntariado Universitario se inscribe dentro de una política estatal orientada a profundizar la función social de la Universidad, integrando el conocimiento teórico y práctico aprendido en sus claustros con las problemáticas más urgentes de nuestro país. Entendemos que se trata de actividades de transmisión de conocimientos y de experticia (organizacionales, didácticas y curriculares) que impactan en la educación y en la cultura de la población. Sostenemos que el esfuerzo conjunto de docentes y alumnos universitarios por ejecutar actividades de transferencia fomenta prácticas innovadoras y nuevos enfoques educativos. Además, consideramos que este tipo de proyectos constituyen una vía regia para que los estudiantes universitarios articulen su formación técnica específica con la formación en competencias claves para resolver con autonomía y reflexión las cuestiones atinentes a la planificación y organización de las diversas actividades que implica una actividad de este tipo. El equipo autor de este proyecto estuvo constituido por cinco docentes universitarios, que convocaron a quince estudiantes de las carreras de Ciencias de la Comunicación y Psicología de la UNT con el fin de trabajar voluntariamente atendiendo una problemática vigente y actual en nuestra provincia: el desempleo juvenil. 5 demandadas para obtener empleos de calidad. Por lo tanto, desarrollan actividades de muy baja calificación, donde predominan los trabajos informales con poca estabilidad, situándose de ese modo en una posición de vulnerabilidad, con bajas expectativas de crecimiento y proyección. Pero además de ser un medio para aportar dinero al hogar de origen, el trabajo funciona como un elemento necesario para la continuidad de sus estudios del nivel secundario, pues se constituye en el medio a través del cual financian los gastos que estos le generan, con todo el esfuerzo que significa estudiar y trabajar a la vez. Esto nos lleva a sostener que la acentuada exclusión de los jóvenes del mercado laboral tiene como más afectados a los de menor capital educativo y a los que cuentan con menores ingresos. Longo (2004:206) considera que las representaciones sociales 7 que giran en torno al trabajo son relevantes para la construcción de una identidad. A nivel individual y colectivo, la representación de uno mismo como “trabajador” supone una centralidad muy fuerte en comparación con otras determinaciones sociales. Las representaciones en torno al trabajo son centrales en la constitución de las intenciones de futuro y en las preferencias laborales, incidiendo en el desarrollo de las identidades personales a lo largo de la vida. Estas representaciones son el resultado de procesos psicológicos en interacción con inserciones sociales, en las que se integran fenómenos cognitivos, valorativos y actitudinales que orientarán las conductas. No se debe dejar de lado además el peso del contexto social en estas mismas representaciones, en especial la importancia de variables tales como el origen sociocultural, género, nivel de escolaridad y experiencias sociales cotidianas, en la medida en que estos aspectos tienen un impacto a nivel subjetivo, generando expectativas, actitudes, motivaciones, valores y concepción diferentes; es decir, universos representacionales diferentes. (Aisenson, et.al, 2009, 2011a, Aisenson, 2011b) En el caso de los jóvenes, las representaciones en torno al trabajo cobran particular relevancia por su importante papel en la construcción de trayectorias educativas, laborales y sociales, y por su categórico rol en la constitución y consolidación de la identidad. Sintéticamente, podemos decir que la representación del trabajo que predomina en estos jóvenes es una idea instrumental, se prioriza la visión del mismo como un medio para la subsistencia o para el acceso a bienes materiales. Asimismo, hacen atribuciones de orden situacional sobre sus dificultades de inserción laboral: “son las condiciones del mercado de trabajo, es debido a la escasez de puestos o por discriminación -por falta de experiencia o por apariencia física-”, enfatizando procesos de victimización. Otros, los menos, agregan que el trabajo contribuye a su desarrollo personal y acrecienta su autonomía. En este sentido, 7 Las representaciones sociales son el “conocimiento socialmente elaborado y compartido, orientado hacia la práctica y que concurre a la construcción de una realidad común a un conjunto social” (Jodelet, 1989: 36). El mundo de las representaciones opera como factor condicionante de la conducta, y expresa las normas, los estereotipos y los prejuicios de la colectividad de la cual son producto, constituyéndose en principios generadores de prácticas sociales. 6 el cuestionar mediante la información y la reflexión estas ideas, puede permitir a los jóvenes proyectar su futuro ocupacional de una manera más centrada en las posibilidades. Resulta interesante destacar que el origen socio-económico de los jóvenes opera con más fuerza como condicionante de sus representaciones que el tipo de formación recibida en la escuela. Su pertenencia a hogares con problemas económicos importantes, caracterizados por la inestabilidad y un historial de desempleo, complejiza en ellos la adquisición de estrategias de trabajo. A pesar de esa realidad, este grupo de jóvenes tucumanos ven como necesaria la cualificación profesional para la mejora de sus opciones laborales, aunque no saben genuinamente cómo alcanzarla. Consideran que el diploma que acredita su educación secundaria favorecería una situación de mayor bienestar. El título secundario es visto como una credencial simbólica y un requisito externo al sujeto, que permitiría ingresar al mundo laboral, aunque perciben fuertes dificultades para el acceso al trabajo. Esto coincide con la mirada de Busso et. al. (2014), quien considera que hoy el diploma ya no ofrece una garantía de acceder a un empleo estable, sino que otorga mayores posibilidades relativas de inserción laboral. Observamos cómo las representaciones que los jóvenes han construido del trabajo impactan en la manera en que proyectan su ingreso al mundo laboral, así como en la autopercepción de sus posibilidades al momento de buscar empleo. A pesar de su realidad social, la inserción laboral continúa teniendo un importante carácter simbólico como principio legitimador y como fuente de identidad y reconocimiento social para estos sujetos. De acuerdo a Dubar (2000a, 2000b), el trabajo es una de las actividades que históricamente permitió la definición de sí mismo por sí mismo (identidad individual) y la definición de sí por parte de otros (identidad colectiva). La identidad personal es una subjetividad permanentemente en devenir: se construye y desarrolla en y por relaciones con los otros. Es por esto que vale considerar que, si bien existen los valores propios del grupo familiar en relación al trabajo, también es posible que estos significados se revisen y reconstruyan en el encuentro con otros en espacios sociales diferentes, como los talleres de Orientación laboral. 4. Algunas consideraciones en relación a la Orientación Laboral La crisis y la posterior reconfiguración del mercado laboral, junto al aumento de las desigualdades, ha dado lugar a que los jóvenes no recorran un camino lineal desde la educación al empleo, sino que queden inmersos en un largo proceso de transición laboral. Esta transición se complejiza en aquellos jóvenes con menores niveles educativos formales y en situación de pobreza, quienes suelen abandonar la educación formal antes de haber adquirido competencias básicas que los habiliten a acceder a empleos de un cierto nivel de calificación. Resulta entonces que ingresar al mercado de trabajo se vuelve un largo y complejo proceso hacia un empleo estable, si es que finalmente éste llega (Jacinto, 2009). En los casos en que consiguen integrarse al mundo laboral, lo hacen en los espacios ocupacionales más precarios del mercado, que son en los que el aprendizaje en el trabajo y el valor de 7 la experiencia es menor. Esta reconfiguración deja así a nuevas generaciones en situaciones de vulnerabilidad en relación al mercado de trabajo. Aparece con claridad la necesidad de formar para el trabajo a estos jóvenes, con el fin de mejorar sus condiciones de empleabilidad y sus posibilidades de inserción en sociedades que tienden a excluir a amplios sectores. Frente a esta realidad, nuestra propuesta implicó ofrecer a jóvenes un espacio para ayudarlos a obtener herramientas que les permitiesen desenvolverse en el mercado laboral, intentando mejorar así sus posibilidades de inserción. Desde el proyecto de voluntariado universitario “Orientación Laboral: nuevas prácticas sociales en tiempos de crisis" -que combinó la investigación-acción-, se realizó con jóvenes estudiantes de una escuela de zona urbana y otra escuela de zona rural, una intervención que consistió en talleres grupales de Orientación Laboral (OL), donde se trabajaron habilidades y recursos personales que, desde nuestra perspectiva, les permitirían afrontar la búsqueda de empleo con mayor éxito, fortaleciendo sus propias estrategias de inserción a través del desarrollo de un proyecto ocupacional, aportando además juicios realistas sobre el mercado laboral actual que clarificasen el panorama a la hora de su inserción laboral. Los talleres con estudiantes de las escuelas medias seleccionadas se llevaron a cabo con el objetivo general de contribuir a su integración social, procurando que elaborasen sus propias estrategias de inserción social y laboral. La propuesta de OL suponía una serie de actividades pensadas en función de que los participantes lograsen: • Reconocer y comprender las transformaciones producidas en el mercado laboral, su situación actual y sus tendencias. • Identificar competencias personales valoradas en el mercado de trabajo. • Definir un plan de acción laboral con el objeto de prepararse mejor para la búsqueda de empleo, punto considerado central desde el proyecto. • Mejorar su capacidad individual para la búsqueda de empleo, maximizando sus posibilidades de inserción laboral, a través de de realización de curriculum vitae, lectura comprensiva de avisos clasificados, role playing de entrevistas laborales. • Trabajar las habilidades socio-laborales necesarias para la incorporaciónal mercado de trabajo, reduciendo sus temores y desánimos. La idea era, tal como plantea Jacinto (2012), la de apoyar al joven en el desarrollo de su propia estrategia en las etapas iniciales de la inserción laboral, promoviendo el despliegue de la autonomía individual y mitigando la incertidumbre y los riesgos ante la falta de soportes protectores. Los talleres se ejecutaron en cada una de las escuelas en ocho encuentros de dos horas de duración, y con una frecuencia semanal, con temáticas tales como el mercado laboral actual; la historia laboral familiar; la identificación de competencias laborales y personales valoradas en el mercado de trabajo y la creación de un plan de acción con el objeto de prepararse mejor para la búsqueda de empleo. Es importante sostener que en estos jóvenes, las oportunidades y las posibilidades de elección que tienen están fuertemente condicionadas por las posiciones ocupadas en la estructura social, lo que 8 restringe su posibilidad de desplegar estrategias personales, lo que afecta fuertemente sus subjetividades y por lo tanto, la construcción de una identidad valorada (Aisenson, et.al., 2011a). Con la implementación de estos talleres, los jóvenes participantes intercambiaron perspectivas e información de manera colaborativa, lo que permitiría extender las propias estrategias, así como el trabajo y la reflexión en grupo operarían como contenedores y reforzadores de sentimientos de seguridad en sí mismos. De este modo, los jóvenes destinatarios lograron trabajar sobre sus habilidades y recursos personales, centrados en juicios realistas de la realidad laboral actual. Si bien se registraron algunos obstáculos para que los participantes pudieran introducirse en la temática del trabajo y reconocer el amplio panorama que lo caracteriza, a lo largo de los talleres se notó en los mismos un mayor compromiso con las actividades; lo que finalizó con participantes que otorgaban valor a aquellos saberes, experiencias y actitudes que constituyen herramientas necesarias e importantes para el ingreso al mundo del trabajo, y que son parte de una posición activa frente a la búsqueda de empleo, que involucra reconocer la propia capacidad de elección y su responsabilidad por la misma. Es por esto que revalorizamos los espacios de Orientación Laboral, cuando permiten que los jóvenes se confronten con sus propias representaciones y prácticas, en tanto estas pueden funcionar como obstaculizadoras. 5. Una mirada crítica a los dispositivos de formación para la inserción laboral A partir de lo reflexionado, nos preguntamos ¿en qué medida la participación en dispositivos de formación permite disminuir las múltiples inequidades a las que los jóvenes se enfrentan de cara al mundo laboral? Estos espacios de formación para la inserción laboral en ocasiones entran en tensiones ético-políticas a partir de demandas que pueden presentarse como contradictorias, y que coexisten. Se juegan, por un lado, los requerimientos del mercado laboral que solicita el adiestramiento en competencias o la reconversión de saberes para cubrir áreas de vacancia en industrias o empresas; mientras que por otro lado, se presentan estas instancias como espacios de desarrollo personal a partir de la construcción dialógica. Jacinto (2013) desarrolla críticamente los planteos de dos corrientes o perspectivas entre las que se pueden incluir las acciones de orientación laboral. Una de ellas, llamada “adecuacionismo”, plantea que las diversas acciones formativas deben intentar responder a las demandas del mercado laboral, “adecuándose” a sus exigencias, desarrollando la empleabilidad y buscando la adaptación de ese joven a las exigencias del entorno laboral. Se observan aquí, prácticas en la que se ve naturalizada una lógica de mercado competitiva e individualista o la sumisión y adaptación pasiva como vías para lograr la inserción laboral. La formación o entrenamiento en competencias, desarrollada ampliamente en los ’90, se incluye en esta perspectiva. Es tentador que los espacios de OL respondan a la demanda de los jóvenes, cuando por ejemplo, solicitan “aprender a hacer un curriculum, o a contestar lo ‘correcto’ en una entrevista de trabajo”. 9 La segunda corriente, de pensamiento crítico o de la formación en “saberes del trabajo”, conceptualiza al mundo del trabajo de un modo amplio y complejo. Propone que la formación incluya una mirada más amplia, propiciando el análisis del significado del trabajo en toda su extensión y no solo de sus rasgos “técnicos” u “organizativos”, sino desde sus bases epistemológicas hasta sus aplicaciones prácticas. Construyen y sistematizan el conocimiento de los cambios que han tenido los procesos de trabajo a lo largo de la historia o en diferentes países, incorporando el estudio de las relaciones sociales, diferencias y desigualdades sociales creadas a su alrededor y relacionan el desempeño laboral con la existencia de legislaciones laborales. Cuando se apunta a la reflexión crítica y recursos para la inserción laboral y educativa aparecen con fuerza los saberes vinculados a la gestión de la propia biografía. La perspectiva biográfica de los procesos de formación implica que lo que se aprende es siempre puesto en articulación con las experiencias ya vividas y, por lo tanto, es siempre subjetivamente asimilado en el marco de una historia individual concreta. Pero, además, estos “aprendizajes biográficos” resultan una condición de la construcción de trayectorias individuales futuras, en tanto permiten al sujeto la organización reflexiva de las propias experiencias de vida, la posibilidad de darse a sí mismo una coherencia personal y una identidad, desarrollar capacidades de comunicación, de relación con el contexto social y de conducción de la acción (Alheit y Dausien, 2008). Esta perspectiva crítica implica también un posicionamiento ético sobre el significado del trabajo y sobre las concepciones acerca del “trabajo de calidad”, tanto desde el punto de vista de los sujetos como desde el punto de vista de la sociedad. Implica develar los procesos socio-históricos vinculados al trabajo y las diversas concepciones ético-políticas con las que se han definido los lugares del Estado, de los trabajadores y de los empleadores en diferentes períodos. Formar en estos “saberes” del trabajo”, entonces, es mucho más complejo que la formación en competencias operativas, mediante las cuales simplemente se adoptan conductas requeridas por un puesto de trabajo. La idea es que la formación para el trabajo sea encuadrada en una visión integral del desarrollo y de aprendizaje para toda la vida. La perspectiva de integración a políticas de acompañamiento a la transición laboral de los jóvenes implicaría una renovación sustantiva en el abordaje de estas problemáticas en vistas a la construcción de un nuevo paradigma que tome en cuenta un fenómeno, a la vez, estructural y subjetivo. Reflexionando críticamente, la dificultad para evaluar a largo plazo el impacto o efectos de los dispositivos de la OL, constituye a su vez su límite y su desafío. A nivel operativo, mantener un seguimiento con los participantes de los talleres resulta difícil de sostener. Por otro lado, los devenires laborales de los jóvenes están complejizados por múltiples experiencias y recursos personales y sociales, en los que los talleres de OL son solo uno de tantas variables. Otro desafío a continuar trabajando es la articulación y trabajo en redes entre los diferentes actores implicados en el desarrollo del trabajo: educación, sectores productivos, comunitarios, instituciones varias, etc, así como una mirada que integre tanto perspectivas subjetivas como estructurales para la construcción de empleo decente. 10 Por otro lado, como muchas de estas experiencias de OL se están desarrollando en diferentes contextos, es una oportunidad para gestionar el conocimiento pedagógico y didáctico sobre los mejores formatos y acciones para desarrollar estos saberes. 6. A modo de conclusión En este trabajo hemos hecho un breve recorrido por las características del mundo del trabajo en estos días y por cómo éstas afectan particularmente a los jóvenes vulnerables, ya que la precariedad, la inestabilidad y la falta de oportunidades operan en detrimento de la posibilidad de la construcción de proyectos laborales. En este sentido, los espacios de Orientación Laboral -tal es la experiencia que aquí presentamos, pero que sabemos, se replican como estrategia en diferentes sitios y niveles-, son una oportunidad clave para reflexionar junto a los jóvenes las representaciones que han construido sobre el trabajo. Creemos que posibilitan revisar los significados y valores -tanto propios como los que circulan en el grupo familiar-en relación al trabajo, reconstruyendo el gran impacto que las representaciones tienen en la manera en que proyectan su ingreso al mundo laboral, así como en la autopercepción de sus posibilidades al momento de buscar empleo. De acuerdo a lo evaluado con los participantes de los talleres, la oportunidad de pensarse como trabajadores y explicitar sus temores ante las exigencias del mercado laboral, así como recibir información, los ha fortalecido y motivado. Creemos que estos dispositivos de OL son una instancia a seguir reformulando y construyendo, para que permitan la mirada crítica, la confrontación de los participantes con sus propias representaciones y prácticas -en tanto éstas pueden funcionar como obstaculizadoras-, para favorecer un posterior despliegue del potencial subjetivo, y no simplemente sean un espacio para “adecuarse a lo requerido por el mercado”. Bibliografía Aisenson, G. y otros (2009) “Aportes al estudio de las representaciones sociales del trabajo y del estudio en jóvenes de distintos niveles de escolaridad media”. En: Anuario de Investigaciones XIV. Universidad de Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Facultad de Psicología, pp. 147-155. Aisenson, G. y otros (2011a) “Las anticipaciones de futuro de jóvenes en situación de vulnerabilidad socio-educativa”. En: Anuario de investigaciones. Volumen XVIII. Universidad de Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Facultad de Psicología, pp. 143152. 11 Aisenson, D. 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