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Natación, el ejercicio más completo
La acción de nadar tiene como origen la necesidad del hombre por conquistar
medios que no son naturalmente los suyos (como el agua o el aire) e intentar
adaptarse a ellos para lograr cierto control. Hoy este concepto evolucionó y la
natación se convirtió en un deporte popular.
“Al ser un deporte sin impacto, por practicarse dentro del agua, no produce lesión
alguna”, comenta la profesora Alejandra Plá, y agrega: “Tampoco es contraproducente
en el caso de que la persona tuviera alguna lesión. Desde bebés hasta ancianos, la
práctica de este deporte está aconsejada”.
La natación competitiva en Europa comenzó alrededor del año 1800, usando principalmente el braceo. El más conocido y
natural de los estilos es el crol (del inglés crawl), que fue introducido en 1873 por John Arthur Trudgen, quien lo copió de los
indios nativos de América.
Dentro de las ventajas y beneficios que trae este deporte, cabe mencionar que sirve para la realización de diversas terapias
como tratar molestias articulares y musculares, estimular diversas discapacidades motoras, tratar hernias de todo tipo, e
incluso para el estrés. Es un ejercicio muy completo ya que pone en funcionamiento todos los grupos musculares del cuerpo,
al tiempo que se logran activar diversos procesos cerebrales relacionados con los movimientos y con la coordinación. La
práctica de esta disciplina trae aparejado como beneficios el control de la presión arterial, el sobrepeso y el desarrollo en
conjunto de los distintos músculos. “La natación aporta al organismo gran resistencia cardiovascular, estimula la circulación
sanguínea, favorece a la flexibilidad, alivia tensiones, estimula el crecimiento y el desarrollo físico en su conjunto” asegura
Plá. Además, mejora todo lo que tiene que ver con lo psicomotriz.
Respecto de la alimentación, Plá aclara que como en todo deporte, se requiere de una correcta dieta que acompañe a la
práctica, incorporando todos los nutrientes que son esenciales para favorecer el mejor rendimiento. Lo ideal es una dieta
balanceada que incorpore hidratos de carbono, proteínas, minerales, vitaminas y por supuesto mucha agua. “Una buena
dieta representa el combustible indispensable para producir la energía que necesitamos para practicar deporte”, destaca la
profesora, quien trabaja con grupos de entrenamiento de alto rendimiento, así como principiantes y clases individuales.
Al ser un deporte que utiliza todos los grupos musculares, el descanso también es importante. Una buena noche de sueño
profundo le permite al organismo recuperar la energía utilizada durante el entrenamiento, a la vez que le aporta vitalidad al
día a día.
Lo más importante es que cualquiera puede realizar este deporte con la correcta guía de un profesor, sin importar edad o
género.
Para olvidarse de los problemas cotidianos, nada mejor que un momento de relax en medio del agua.