Organiza: XIII Concierto homenaje víctimas del terrorismo jueves 12 de marzo de 2015 19:30 horas AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE Director: Miguel Ángel Gómez Martínez Patrocinan: PROGRAMA Sinfonía en Re de CESAR FRANCK La Sinfonía en Re de Cesar Franck es una de las escasas sinfonías francesas compuestas en el siglo XIX que ha resistido la criba del tiempo. Y sin embargo, esta partitura fue recibida con una extraordinaria hostilidad. Franck la comenzó en 1886 y la concluyó al cabo de dos años, dedicándosela a su discípulo el compositor Hènri Duparc. CÉSAR FRANCK Sinfonía en Re menor LUDWIG VAN BEETHOVEN Fidelio, Op. 72, Acto 1. Coro de los prisioneros FRANCIS POULENC Diálogos de Carmelitas Acto III. Escena IV ALEXANDER BORODIN Danzas Polovtsianas del Príncipe Igor Apenas llegó la sinfonía a manos de los músicos de la Sociedad de Conciertos del Conservatorio, éstos montaron en cólera. Había varias razones para ello. Para empezar, se respiraba en Francia un ambiente fuertemente antigermano desde la derrota de la Guerra Francoprusiana y, por ello, los músicos más conservadores reaccionaban con virulencia ante el influjo alemán, que tenía en aquella época a Liszt y Wagner como sus dos más firmes puntales. Además, como organista, Franck había asimilado en todas sus vertientes la ciencia de Johann Sebastian Bach y se consideraba un eslabón más de esa tradición. Por ello, la creación de una obra de una arquitectura tan compleja, de macizas sonoridades, y apoyada en el principio del desarrollo cíclico (algo que la emparentaba con Liszt) desconcertó a muchos. Teóricamente, la Sociedad de Conciertos levantó en 1886 la prohibición de interpretar obras extranjeras, pero muchos no acabaron de aceptarlo. Y en modo alguno vieron en la sinfonía franckiana como una partitura francesa. El caldo de cultivo de un ambiente tan políticamente viciado (pocos años después estallaría el Caso Dreyfus, que polarizaría todavía más a la sociedad francesa) perjudicó a todas luces a Franck. El célebre director Lamoreux se negó a estrenar la sinfonía, algo que sí aceptó Jules Garcin, pero la suerte ya estaba echada. El día 17 de febrero de 1889 Cesar Franck tuvo que oír de todo. Una de las voces más hirientes fue la de Charles Gounod, que tildó a aquella música de “la expresión de la impotencia llevada a la categoría de dogma”. Curiosamente, lejos de arredrarse, el músico se marchó a su casa, donde su familia le preguntó cómo había ido todo. “¡Ah sí!-dicen que comentó, como quien no quiere la cosa- Sonó exactamente como yo me la había imaginado”. Pocos meses después Cesar Franck moriría, sin saber que esta sinfonía se iba a convertir en su obra más popular. Un aspecto bastante original de la sinfonía es que posee tres movimientos en lugar de cuatro. Su decisión de hacerla así se debe a la fusión del movimiento lento que hubiera ocupado el segundo lugar -siguiendo la tradición-, y el ‘scherzo’ correspondiente al tercero, en uno solo. Con ello, Franck quería que a cada compás del ‘andante’ le correspondiese uno del ‘scherzo’, a fin de superponerlos tras el desarrollo de ambos. El primer movimiento, Lento. Allegro non troppo, tiene forma de sonata. Comienza con una introducción lenta en la que destacan un tema grave e intimista y otro más lírico cantado por la cuerda. El primero de los temas (llamado por algunos el “tema de la fe”) se transforma después en un impetuoso ‘allegro’. Después se sucede un grupo de temas derivados precisamente de dicho tema principal y en el desarrollo se alternarán el ‘lento’ y el ‘allegro’. Es en el segundo movimiento, Allegretto, donde hallamos el motivo más lírico de toda la obra. En él el corno inglés entona una bellísima y melancólica cantilena que en su momento fue uno de los principales argumentos de los detractores del músico para atacar a la sinfonía, pues les resultaba inconcebible que ésta pudiera contener un solo de semejante instrumento (parece ser que ignoraban que la llamada “El filósofo” de Haydn ya incluía uno). Sin embargo, la languidez de este pasaje se verá muy pronto trastocada por la irrupción del ‘scherzo’ (cuyo tema introducen dos clarinetes), que el compositor alternará de forma virtuosa con el ‘andante’. El Finale. Allegro ma non troppo, comienza con un nuevo tema que exponen los violonchelos y dos fagotes, hasta alcanzar cotas radiantes de contagiosa alegría. Franck decide seguir entonces el modelo de Beethoven en su Sinfonía nº 9 y recurre a los temas de los movimientos precedentes, entre ellos el “de la fe” y el bello solo del corno inglés, sometiéndolos al principio cíclico que ya caracterizaba otras obras suyas como la Sonata para violín y piano y en su Cuarteto. La obra concluye de forma triunfal con una coda en la que se emplea el tema principal de este Finale. Coro de prisioneros del acto I de Fidelio de LUDWIG VAN BEETHOVEN Tras la sinfonía, el programa brinda al público tres extractos de diferentes óperas en los que se aborda la privación de la libertad y el anhelo de recuperar ese derecho inalienable con el que todo ser humano debe nacer. La primera de ellas es la única ópera compuesta por Ludwig van Beethoven, Fidelio (1805). Y si no abordó más es por los dolores de cabeza que le acarreó ésta, viéndose obligado a reescribirla hasta en tres ocasiones. A priori, el tema iba muy en consonancia con el espíritu libertario del propio Beethoven, quien había sido un admirador de Bonaparte hasta que éste se autoproclamó emperador e intentó “liberar” Europa a cañonazos. De hecho, aunque la censura de la época obligara a sustituirla por el término “alegría” (“Freude”), la oda de Schiller que se canta en la Sinfonía nº 9 era originalmente un canto a la “libertad” (“Freiheit”). Fidelio, titulada Leonora en su primera versión, transcurre en Sevilla y nos habla de una mujer que se viste de muchacho para penetrar en una prisión y liberar a su esposo, víctima de un alcaide corrupto. Junto a él, languidecen otros hombres honestos, también injustamente privados de su libertad. Hacia el final del primer acto, los prisioneros son sacados de sus celdas por primera vez en años, y pueden sentir en sus ojos la tibia luz del sol, devolviéndoles por unos instantes la esperanza perdida. Concebida para un coro masculino a cuatro voces, Beethoven confiere a esta sosegada página, “O Welche Lust” una luminosidad expansiva como en pocas ocasiones en su obra, recordando, por momentos, los pasajes de mayor elevación “espiritual” de La flauta mágica, obra que indudablemente tomó como referencia a la hora de adentrarse en el género ‘singspiel’, que Mozart había llevado a su máxima expresión. Paradójicamente, Fidelio, que tanto ensalzaba la libertad, tuvo que ser estrenada ante las tropas de ocupación francesas en Viena, que se aburrieron soberanamente con aquel estático espectáculo en alemán y la abuchearon, convirtiéndose la velada en un fracaso. D iálogos de Carmelitas (Cuadro 4º del Acto 3º) de FRANCIS POULENC También en Diálogos de carmelitas (1958) de Francis Poulenc se muestra a un grupo de mujeres prisioneras, en este caso a unas monjas que aguardan su ejecución en la guillotina. La liberación que ansían en ese sentido no será sino espiritual. Poulenc, ferviente católico, se basó en la obra teatral homónima de Georges Bernanos, que a su vez partió de un episodio acontecido durante el Terror de 1794, en la Revolución Francesa. En ella se nos presenta a una comunidad de religiosas carmelitas puestas en la tesitura de abjurar de su fe o subir al cadalso. Si bien una de ellas, Blanche, se muestra dubitativa hasta el final de la obra, acaba marchando con sus com- pañeras al suplicio. Al escribir esta escena, acaso Poulenc haya recordado la Sinfonía de los adioses de Haydn, en la que los instrumentos iban enmudeciendo poco a poco, a medida que los músicos salían de la sala, en una indirecta para que les fueran concedidas vacaciones. Aquí el contexto, en cambio, es radicalmente brutal. Las catorce hermanas entonan un Salve Regina y poco a poco van callando a medida que se escucha el golpe seco de la cuchilla decapitando a cada una de ellas. Pero en ningún momento eso enturbia la cristalina plegaria, ni siquiera cuando llega el momento de morir de Blanche, que serenamente acepta su destino, cantando los últimos cuatro versos del “Veni creator”. D anzas polovtsianas de El príncipe Igor de ALEXANDER BORODIN La obra con la que concluye el concierto ha trascendido ampliamente los límites de la llamada ‘música clásica’. Bastará con decir que ha sido cantada por Bing Crosby, Ray Conniff, Engelbert Humperdinck, Sarah Brightman, Tony Bennett e incluso hasta por ¡Julio Iglesias! Eso sí, en la particular adaptación titulada Stranger in Paradise de Robert Wright y George Forrest para el musical Kismet, de 1953. Y es que esa obra no es sino las “Danzas polovtsianas” de la ópera El príncipe Igor, de Alexander Borodin. Borodin era un compositor atípico en todos los sentidos. Su padre era un príncipe georgiano que, incapaz de admitir públicamente su desliz, hizo que fuera reconocido por uno de sus sirvientes como hijo. Sin embargo, algo de remordimiento le debió de quedar, ya que procuró que se le brindase una esmerada educación. El joven Alexander se convirtió de esta manera en químico y sus investigaciones serían de tal importancia que aún se le recuerda por el descubrimiento de la reacción aldólica y la llamada “Reacción de Borodin”. Él mismo se tenía por un compositor poco más que aficionado; sin embargo, tuvo la suerte de que su maestro fuese nada menos que Mili Balakirev, quien aglutinó al llamado “Grupo de los Cinco” para otorgar carácter nacional a la música rusa, siguiendo así los pasos de Mijail Glinka. Balakirev le animó a escribir sus primeras obras y, así, en medio de la vorágine que era su existencia, halló milagrosamente tiempo para escribir un par de sinfonías y cuartetos de cuerda que lograron cierto reconocimiento. Espoleado por esto, en 1869, decidió dar el gran paso a la ópera. Para ello fijó su atención en la epopeya El cantar de las huestes del Príncipe Igor, supuestamente escrita en el siglo XII. Sin duda, Borodin tenía como modelo de La vida por el zar de Glinka, pero la empresa no era cosa fácil. Lleno de dudas, llegó a interrumpir la escritura de la obra durante cuatro años y preguntó a su colega Rimski-Korsakov si no deseaba componerla él. Rimski decidió infundirle confianza haciendo que se estrenase el número de las Danzas polovtsianas para que observara la reacción del público. Sin embargo, cuando se acercaba la fecha de concierto, Rimski descubrió que Borodin, acuciado por su inseguridad, ni siquiera había orquestado dicho número. Según el libreto, en el acto II el Príncipe Igor es hecho prisionero por el Khan Konchak, soberano de los polovtsianos o cumanos, que están invadiendo Rusia. Sin embargo, el Khan ofrece a Igor sellar un acuerdo de paz, y, a fin de agasajarle, dispone que unas esclavas polovtsianas bailen para él unas danzas en las que evocan con dulce nostalgia su tierra natal, en las que “las rosas florecen lozanas, los ruiseñores cantan en los bosques y crece la dulce uva”. La exhortación de las doncellas a que la canción vuele sobre las alas del viento a la tierra a la que nacieron recuerda sospechosamente al “Va pensiero” del Nabucco verdiano, aunque sólo como figura literaria. Los cantos de las muchachas se entremezclan con los de los guerreros polovtsianos, mucho más fieros, en los que ensalzan la gloria del Khan, en tanto que Igor los contempla pensando cómo escapar de allí. Furioso con Borodin por sus melindres, Rimski decidió orquestar con Anatoli Liadov y con él las danzas en una sola noche, a contrarreloj. Utilizaron lápices para hacerlo más rápido, aunque Borodin luego iba marcando con gelatina lo que no era suyo, para no apropiarse del mérito de sus amigos. De esta manera este maravilloso número pudo estrenarse y su éxito animó a Borodin a intentar acabar la ópera. Pero tras casi dos décadas batallando con El príncipe Igor un infarto acabó súbitamente con su vida a los cincuenta y tres años. Tuvo que ser Alexander Glazunov el que, ayudado por Rimski-Korsakov, ordenase los dispersos materiales legados por su colega, y escribiera las partes que faltaban (entre ellas el tercer acto casi completo) a fin de que viera la luz al fin una de las óperas de más accidentada creación de todos los tiempos. Martín Llade Escritor y periodista musical en Radio Clásica Miguel Ángel Gómez-Martínez Director de la Orquesta Sinfónica de RTVE N acido en Granada, dirige desde los 7 años. Estudia piano, composición y violín en el Real Conservatorio de Madrid, culminando su carrera con Premio de Honor y Dirección de Orquesta en la Escuela Superior de Música de Viena obteniendo el Premio Extraordinario del Ministerio de Educación y Ciencia de Austria, como alumno distinguido de Hans Swarowsky. Invitado regularmente por los más importantes Teatros de Ópera: Berlín, Viena, Hamburgo, Munich, Covent Garden, París, Ginebra, Houston, Chicago, Florencia, La Fenice, San Carlo de Nápoles, Massimo de Palermo, Roma, etc., dirige conciertos con grandes orquestas como la Gewandhaus Leipzig, Staatskapelle Dresde, Radio de Berlín, Radio Baviera de Munich, WDR Colonia, Bamberg, Filarmónica y Sinfónica de Viena, Oslo, Suisse Romande, Helsinki, Houston, Denver, Yomiuri Nippon, Tokio y las principales orquestas españolas. Participa en los Festivales de Berlín, Viena, Munich, Macerata, Aix-en-Provence, Orange, Granada, Santander, Varsovia, Enescu, San Sebastián, Helsinki, Savonlinna… Ha sido Director Titular y Artístico de las Orquestas: RTVE, Teatro Lírico Nacional La Zarzuela, OSE, San Sebastian, GMD Nationaltheater, Manheim, GMD National Ópera Helsinki, HSO Hamburgo (Director de Honor a perpetuidad), Orquesta de Valencia y Ópera de Berna. Ha compuesto la Suite Burlesca, Sinfonía del Descubrimiento, Cinco canciones sobre poemas de Alonso Gamo, la Sinfonía del Agua, el Ciclo de Canciones Cartas de un Enamorado y ha grabado con discográficas tan importantes como DECCA, ORFEO, RCA, BONGIOVANNI, HISPAVOX, CLAVES, TELDEC, NAXOS, PHILIPS, ONDINE, etc. Miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Granada, Medalla de Oro de la Ciudad, Granadino del Siglo XX, Miembro de Honor de diversas ciudades y organizaciones musicales internacionales. El Rey D. Juan Carlos I le otorgó la Encomienda de Número de la Orden del Mérito Civil. Javier Corcuera Director del Coro de RTVE N ace en Bilbao donde inicia sus estudios de canto, piano y violín en el Conservatorio Superior de Música, ampliándolos posteriormente en Madrid con el maestro Francisco Ortiz y el catedrático de dirección Adrián Cobo obteniendo así el título de profesor superior de canto y el título superior de Dirección de Coro. Ya desde muy joven sus inquietudes musicales le dirigen hacia una carrera en el mundo de la interpretación vocal y coral. Serán éstas, las que le lleven a involucrarse como cantante en proyectos de diversa índole que abarcarán tan diversos géneros como zarzuela, ópera, oratorios y recitales. Estos proyectos los desarrollará a lo largo de su carrera en distintos contextos y ambientes musicales que aportarán a su experiencia, de una forma gradual y sutil, distintos y enriquecedores matices tanto a nivel técnico-vocal, como pedagógico-musical. Matices que empleará sin dudar en proyectos futuros. Entre los lugares en los que Javier Corcuera crece como músico, encontramos Instituciones como la Sociedad Coral de Bilbao y el coro Gioacchino Rossini, del Teatro Arriaga de Bilbao. En la actualidad continúa su evolución y perfeccionamiento como cantante, en el Coro de RTVE, del que forma parte de la plantilla desde 1998, así como en las clases del Maestro Francisco Ortiz. En su faceta de tenor solista interpretará los papeles de Noé en El diluvio de Noé (Britten), Borsa en Rigoletto (Verdi), Príncipe Sergio en Katiuska (Sorozabal), Spoletta en Tosca (Puccini), Rey Gaspar en Amahl y los visitantes nocturnos (Menotti)... y en el género Oratorio obras como El Mesías (Haendel), Misa Solemne (Rossini), Missa Brevis y Missa en Do (Mozart), Fantasía para piano, coro y orquesta (Beethoven), Canción de Despedida (Schumann) y Cristo en la Cruz (Remacha) en la Semana de Música Religiosa de Cuenca. En este tiempo igualmente participa en diferentes agrupaciones de cámara como Capilla Jerónimo de Carrión, Sebastián Durón, Capilla Real de Madrid, Madrid Barroco, Coro de la Sociedad Brahms y Grupo Ruymonte. Como consecuencia de su continua evolución musical, y en un intento de profundizar en la voz como instrumento plástico y como herramienta de expresión y comunicación, comenzará sus primeras incursiones en la dirección coral, de forma paralela a su carrera como cantante profesional. Es en 1993 y hasta 1997 cuando se hace cargo de la dirección del coro Gioacchino Rossini, en el Teatro Arriaga de Bilbao. Será en este tiempo donde trabajará con numerosos directores de carácter nacional e Internacional como Marco Armigliato, Luis Remartínez, Miguel Roa, Miguel Ortega, Giorgio Croci, Elio Boncompagni y Claudio Desderi. Durante este periodo abordará obras y repertorios de gran variedad, participando en las temporadas líricas del Teatro Arriaga de Bilbao, el Teatro Campoamor de Oviedo, el Auditorio Galicia de Santiago de Compostela, así como en el Festival de Perelada, con títulos como La Traviata, Falstaff, Il turco in Italia, Don Pasquale, El Caserío, Los sobrinos del capitán Grant, Jugar con fuego y El rey que rabió. Continuando con su formación y perfeccionamiento como director, realiza los estudios superiores de Dirección de Coro, en el Real Conservatorio Superior de Atocha de Madrid., que finalizará en 2008. Durante este tiempo asiste a cursos de dirección con Johan Duijck, Xabier Sarasola, Basilio Astúlez, Lluis Vila, Martin Schmidt y Josep Vila. En el año 2002 se hace cargo de la dirección del Orfeón Vasco de Madrid, responsabilidad que asumirá durante las tres temporadas siguientes. Es en ese mismo año cuando es nombrado Jefe de Cuerda de Tenores del Coro de RTVE, cargo que ostentará hasta octubre del 2006 en el que será nombrado Subdirector del mismo. Desde este momento participará activamente en la preparación de obras corales y sinfónico-corales, así como en la dirección de conciertos como el 2º concierto del Ciclo de Música Coral enmarcado en el ciclo de Conciertos extraordinarios de la temporada 2007-2008 del coro de RTVE. Otro de los objetivos de este joven músico y director, es la difusión sociocultural de composiciones y músicas nuevas, con el fin de conseguir un acercamiento del público al amplio repertorio musical de nueva generación. Con este motivo funda y dirige el grupo vocal femenino Spargens sonum, con el que realiza el primer concierto en enero de 2005 dentro del Ciclo de Música de Cámara de la Orquesta y Coro de RTVE, destacando los estrenos absolutos de Hi (Politte) y Nunc dimittis del compositor Albert Alcaraz, y en enero de 2007 el estreno absoluto de Iberia de Carlos José Martínez, también dentro del mismo Ciclo. En la actualidad dirige el Coro Vox Aurea, formación con la que ha participado en numerosos proyectos. Entre ellos destaca la conmemoración del centenario del compositor y musicólogo Jesús Bal y Gay organizado por la Residencia de Estudiantes de Madrid con el concierto realizado el 6 de mayo de 2006 “Estudios históricos de Jesús Bal y Gay”. También en 2006 cabe destacar la organización del 12º seminario de canto coral Vox Aurea, con Josep Vila como profesor invitado, en 2007 el 13º seminario con Albert Alcaraz y el estreno para la ocasión de su obra Benedictus Dominus, y en 2008 el 14º seminario, con el estreno de In convertendo de Javier Busto. Es invitado por diversas agrupaciones corales para realizar conciertos y seminarios de música coral. Ha sido director preparador de los participantes individuales en El Mesías participativo organizado por la Fundación La Caixa e interpretado en el Teatro Real de Madrid en diciembre de 2007 bajo la dirección de Pierre Cao, y en diciembre de 2008 en el Auditorio Nacional bajo la dirección de Harry Bicket. Actualmente centra su trabajo en la dirección coral y sinfónico-coral, siendo su actividad principal la subdirección del Coro de RTVE, con el que dirige varios conciertos dentro del Ciclo Coral, y participa en la preparación del repertorio sinfónico e investiga el nuevo repertorio coral habiendo estrenado numerosas obras. Orquesta Sinfónica de RTVE E l 27 de mayo de 1965 nace como una de las orquestas más jóvenes de la radio y televisión europeas, pudiéndose afirmar que cuando se habla de la actividad musical en nuestro país a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, resulta indispensable hablar de la Orquesta Sinfónica de RTVE como protagonista de primerísima fila. Se presentó oficialmente en el Teatro de la Zarzuela de Madrid junto a su Director-Fundador, Igor Markevitch, con un programa que incluía obras de Prokofiev, Wagner, Falla y Beethoven. Solo unos días antes había debutado con Odón Alonso en el Festival de la SIMC interpretando obras de autores como Nilsson, Webern, Stravinsky y Schoënberg. Esas primeras actuaciones públicas marcaban ya las líneas maestras de la Orquesta: el repertorio clásico-romántico, la música española y el servicio a la creación musical de nuestro tiempo. Markevitch repetiría aquel concierto inaugural en 1982, pocos meses antes de su muerte, cerrando así un período histórico de la Orquesta. Tras él desempeñarían el puesto de Director Titular Antoni Ros Marbà (1965-1967), Enrique García Asensio (1966-1984), Odón Alonso (1968-1984), Miguel Ángel Gómez Martínez (1984-1987), Arpad Joó (19881990), Sergiu Comisiona (1990-1998) de nuevo García Asensio (1998-2001), Adrian Leaper (2001-2010) y actualmente Carlos Kalmar es su Director Titular. También han visitado la Orquesta maestros como Celibidache, Maazel, Rozhdestvensky, Kondrashin, Frühbeck de Burgos, Inbal, Walter Weller, López Cobos, Dutoit, Leif Segerstam, Albrecht, Rilling entre muchos otros. Entre los compositores que han subido al podio de la Orquesta para dirigir sus propias obras destacan los nombres de Nadia Bulanger, Carlos Chávez, Aarón Copland, Luciano Berio, Cristóbal Halffter, Tomás Marco, Mauricio Kagel o Kryzsztof Penderecki. Aún siendo la radio y la televisión el vehículo natural de la Sinfónica de RTVE (lo que ha hecho de ella la Orquesta más escuchada de España), su residencia permanente en Madrid la ha llevado a distintas sedes hasta 1988 que se instala definitivamente en el Teatro Monumental. A la presencia del conjunto en los principales festivales españoles hay que añadir el espaldarazo internacional que podrían resumir sus actuaciones en el Carnegie Hall de Nueva York (1971), Royal Festival Hall de Londres (1975), Tonhalle de Zurich (1986), Théatre Chatelet de París (1986), Suntory Hall de Tokio (1988), L’Arsenal de Metz (1989), Festival Enescu de Bucarest (1995), Estrasburgo (1998) Festival de Otoño en Varsovia (2008). En junio de 2007 realizó una gira de conciertos en distintos auditorios de Japón: Tokyo Metropolitan Art Space, Music and Art Center en Niigata, Ongaku Center en Takasakishi (Gunma) y Utsunomiyashi Bunka Kaikan en Tochigi; así como la grabación de dos programas para el Canal de Televisión Asahi en el Bunkyo Civic Hall de Tokio. La Orquesta Sinfónica de RTVE mantiene una interesante actividad discográfica. Ha realizado innumerables grabaciones para el archivo sonoro de RNE. En los últimos años ha grabado para el sello de RTVE y, para los sellos VERSO, NAXOS y WARNER. En el año 2014 la Orquesta Sinfónica y el Coro de RTVE recibió el premio “Codalario” a la Mejor Entidad Musical 2013 y el premio ‘Personalidad’ por su aportación al panorama musical español por sus casi 50 años de magnífica trayectoria y por la difusión de la música de concierto al gran público, en el Festival Spanish Brass Alzira. Este año 2015 la Orquesta Sinfónica de RTVE celebra su 50 aniversario. Coro de RTVE F undado en 1950 con el nombre de “Los Cantores Clásicos”, fue dirigido por Roberto Plá hasta 1952, en que se transforma en “Coro de Radio Nacional”, bajo la dirección de Odón Alonso hasta 1958, cuando pasa a ser dirigido por Alberto Blancafort. Posteriormente han sido titulares: Pedro Pírfano, Pascual Ortega, Jordi Casas Bayer, Miguel Amantegui, Alberto Blancafort como Director Invitado, Laszlo Heltay, Mariano Alfonso, Josep Vila y de nuevo Jordi Casas Bayer hasta agosto del año 2013. Está considerado como uno de los mejores conjuntos corales de España y su labor en el campo de nuestra polifonía profana y religiosa no tiene parangón; asimismo en su repertorio figuran numerosas obras contemporáneas de compositores nacionales y extranjeros. Aparte de sus actuaciones con la Orquesta Sinfónica de RTVE y de sus numerosos conciertos tanto “a capella” como con otras agrupaciones instrumentales, ha actuado en los Festivales Internacionales de Música de Barcelona, Santander, Granada, etc., así como en las Semanas de Música Religiosa de Cuenca, Decenas de Música en Toledo, Festivales de Ópera en Madrid, la EXPO 92 y ha sido invitado por las temporadas de Valencia, La Coruña, Santiago, Málaga, Valladolid, entre otras. En el ámbito internacional es de destacar su participación en el Festival de Flandes y en junio de 1990 en el Festival Internacional de San Petersburgo. En su plantilla de profesores han figurado cantantes como Teresa Berganza, Isabel Penagos y Pedro Lavirgen. Ha realizado innumerables grabaciones para el archivo sonoro de RNE, así como para los sellos discográficos RTVE, Hispavox, Naxos… pudiendo destacar “El Oficio de Difuntos”, de Tomás Luis de Victoria para el sello Decca, premiada por la Academia Francesa de la Música. En el año 2000 el Coro conmemoró el 50 aniversario de su creación con conciertos extraordinarios, una edición discográfica que recoge grabaciones históricas desde su fundación hasta la actualidad y estrenó la obra Tríptico de Miguel Hurtado, ganadora del Concurso de Composición Coral del Cincuentenario del Coro. Organiza: XIII Concierto homenaje víctimas del terrorismo Patrocinan:
© Copyright 2025