Descargar programa - Auditorio Nacional de Música

Organiza:
XIII Concierto
homenaje
víctimas del terrorismo
jueves 12 de marzo de 2015
19:30 horas
AUDITORIO NACIONAL
DE MÚSICA
Orquesta Sinfónica
y Coro de RTVE
Director:
Miguel Ángel Gómez Martínez
Patrocinan:
PROGRAMA
Sinfonía en Re
de CESAR FRANCK
La Sinfonía en Re de Cesar Franck es una de las
escasas sinfonías francesas compuestas en el
siglo XIX que ha resistido la criba del tiempo.
Y sin embargo, esta partitura fue recibida
con una extraordinaria hostilidad. Franck la
comenzó en 1886 y la concluyó al cabo de dos
años, dedicándosela a su discípulo el compositor
Hènri Duparc.
CÉSAR FRANCK
Sinfonía en Re menor
LUDWIG VAN BEETHOVEN
Fidelio,
Op. 72, Acto 1.
Coro de los prisioneros
FRANCIS POULENC
Diálogos de Carmelitas
Acto III. Escena IV
ALEXANDER BORODIN
Danzas Polovtsianas
del Príncipe Igor
Apenas llegó la sinfonía a manos de los músicos
de la Sociedad de Conciertos del Conservatorio,
éstos montaron en cólera. Había varias razones
para ello. Para empezar, se respiraba en Francia
un ambiente fuertemente antigermano desde la
derrota de la Guerra Francoprusiana y, por ello,
los músicos más conservadores reaccionaban
con virulencia ante el influjo alemán, que tenía
en aquella época a Liszt y Wagner como sus dos
más firmes puntales. Además, como organista,
Franck había asimilado en todas sus vertientes la ciencia de Johann Sebastian Bach y se
consideraba un eslabón más de esa tradición.
Por ello, la creación de una obra de una arquitectura tan compleja, de macizas sonoridades,
y apoyada en el principio del desarrollo cíclico
(algo que la emparentaba con Liszt) desconcertó
a muchos. Teóricamente, la Sociedad de Conciertos levantó en 1886 la prohibición de interpretar
obras extranjeras, pero muchos no acabaron de
aceptarlo. Y en modo alguno vieron en la sinfonía franckiana como una partitura francesa.
El caldo de cultivo de un ambiente tan políticamente viciado (pocos años después estallaría
el Caso Dreyfus, que polarizaría todavía más a
la sociedad francesa) perjudicó a todas luces a
Franck. El célebre director Lamoreux se negó a
estrenar la sinfonía, algo que sí aceptó Jules
Garcin, pero la suerte ya estaba echada. El día
17 de febrero de 1889 Cesar Franck tuvo que oír
de todo. Una de las voces más hirientes fue la
de Charles Gounod, que tildó a aquella música
de “la expresión de la impotencia llevada a la
categoría de dogma”.
Curiosamente, lejos de arredrarse, el músico se
marchó a su casa, donde su familia le preguntó
cómo había ido todo. “¡Ah sí!-dicen que comentó, como quien no quiere la cosa- Sonó exactamente como yo me la había imaginado”. Pocos
meses después Cesar Franck moriría, sin saber
que esta sinfonía se iba a convertir en su obra
más popular.
Un aspecto bastante original de la sinfonía es
que posee tres movimientos en lugar de cuatro.
Su decisión de hacerla así se debe a la fusión del
movimiento lento que hubiera ocupado el segundo lugar -siguiendo la tradición-, y el ‘scherzo’
correspondiente al tercero, en uno solo. Con ello,
Franck quería que a cada compás del ‘andante’ le
correspondiese uno del ‘scherzo’, a fin de superponerlos tras el desarrollo de ambos.
El primer movimiento, Lento. Allegro non troppo,
tiene forma de sonata. Comienza con una introducción lenta en la que destacan un tema grave
e intimista y otro más lírico cantado por la cuerda. El primero de los temas (llamado por algunos
el “tema de la fe”) se transforma después en un
impetuoso ‘allegro’. Después se sucede un grupo
de temas derivados precisamente de dicho tema
principal y en el desarrollo se alternarán el ‘lento’
y el ‘allegro’.
Es en el segundo movimiento, Allegretto, donde
hallamos el motivo más lírico de toda la obra. En
él el corno inglés entona una bellísima y melancólica cantilena que en su momento fue uno de
los principales argumentos de los detractores del
músico para atacar a la sinfonía, pues les resultaba inconcebible que ésta pudiera contener un
solo de semejante instrumento (parece ser que
ignoraban que la llamada “El filósofo” de Haydn
ya incluía uno). Sin embargo, la languidez de este
pasaje se verá muy pronto trastocada por la
irrupción del ‘scherzo’ (cuyo tema introducen dos
clarinetes), que el compositor alternará de forma
virtuosa con el ‘andante’.
El Finale. Allegro ma non troppo, comienza con
un nuevo tema que exponen los violonchelos
y dos fagotes, hasta alcanzar cotas radiantes
de contagiosa alegría. Franck decide seguir entonces el modelo de Beethoven en su Sinfonía
nº 9 y recurre a los temas de los movimientos
precedentes, entre ellos el “de la fe” y el bello
solo del corno inglés, sometiéndolos al principio cíclico que ya caracterizaba otras obras suyas como la Sonata para violín y piano y en su
Cuarteto. La obra concluye de forma triunfal con
una coda en la que se emplea el tema principal
de este Finale.
Coro de prisioneros
del acto I de Fidelio
de LUDWIG VAN BEETHOVEN
Tras la sinfonía, el programa brinda al público
tres extractos de diferentes óperas en los que
se aborda la privación de la libertad y el anhelo de recuperar ese derecho inalienable con el
que todo ser humano debe nacer. La primera de
ellas es la única ópera compuesta por Ludwig
van Beethoven, Fidelio (1805). Y si no abordó
más es por los dolores de cabeza que le acarreó ésta, viéndose obligado a reescribirla hasta
en tres ocasiones. A priori, el tema iba muy en
consonancia con el espíritu libertario del propio Beethoven, quien había sido un admirador
de Bonaparte hasta que éste se autoproclamó
emperador e intentó “liberar” Europa a cañonazos. De hecho, aunque la censura de la época
obligara a sustituirla por el término “alegría”
(“Freude”), la oda de Schiller que se canta en
la Sinfonía nº 9 era originalmente un canto a la
“libertad” (“Freiheit”).
Fidelio, titulada Leonora en su primera versión,
transcurre en Sevilla y nos habla de una mujer que se viste de muchacho para penetrar en
una prisión y liberar a su esposo, víctima de un
alcaide corrupto. Junto a él, languidecen otros
hombres honestos, también injustamente privados de su libertad. Hacia el final del primer
acto, los prisioneros son sacados de sus celdas
por primera vez en años, y pueden sentir en
sus ojos la tibia luz del sol, devolviéndoles por
unos instantes la esperanza perdida. Concebida
para un coro masculino a cuatro voces, Beethoven confiere a esta sosegada página, “O Welche
Lust” una luminosidad expansiva como en pocas
ocasiones en su obra, recordando, por momentos, los pasajes de mayor elevación “espiritual”
de La flauta mágica, obra que indudablemente
tomó como referencia a la hora de adentrarse
en el género ‘singspiel’, que Mozart había llevado a su máxima expresión.
Paradójicamente, Fidelio, que tanto ensalzaba la
libertad, tuvo que ser estrenada ante las tropas
de ocupación francesas en Viena, que se aburrieron soberanamente con aquel estático espectáculo en alemán y la abuchearon, convirtiéndose
la velada en un fracaso.
D iálogos de Carmelitas
(Cuadro 4º del Acto 3º)
de FRANCIS POULENC
También en Diálogos de carmelitas (1958) de
Francis Poulenc se muestra a un grupo de mujeres prisioneras, en este caso a unas monjas que
aguardan su ejecución en la guillotina. La liberación que ansían en ese sentido no será sino
espiritual. Poulenc, ferviente católico, se basó en
la obra teatral homónima de Georges Bernanos,
que a su vez partió de un episodio acontecido durante el Terror de 1794, en la Revolución Francesa.
En ella se nos presenta a una comunidad de
religiosas carmelitas puestas en la tesitura de
abjurar de su fe o subir al cadalso. Si bien una
de ellas, Blanche, se muestra dubitativa hasta el
final de la obra, acaba marchando con sus com-
pañeras al suplicio. Al escribir esta escena, acaso
Poulenc haya recordado la Sinfonía de los adioses de Haydn, en la que los instrumentos iban
enmudeciendo poco a poco, a medida que los músicos salían de la sala, en una indirecta para que
les fueran concedidas vacaciones. Aquí el contexto, en cambio, es radicalmente brutal. Las catorce hermanas entonan un Salve Regina y poco a
poco van callando a medida que se escucha el
golpe seco de la cuchilla decapitando a cada una
de ellas. Pero en ningún momento eso enturbia
la cristalina plegaria, ni siquiera cuando llega el
momento de morir de Blanche, que serenamente
acepta su destino, cantando los últimos cuatro
versos del “Veni creator”.
D anzas polovtsianas de
El príncipe Igor
de ALEXANDER BORODIN
La obra con la que concluye el concierto ha trascendido ampliamente los límites de la llamada
‘música clásica’. Bastará con decir que ha sido
cantada por Bing Crosby, Ray Conniff, Engelbert
Humperdinck, Sarah Brightman, Tony Bennett e
incluso hasta por ¡Julio Iglesias! Eso sí, en la particular adaptación titulada Stranger in Paradise
de Robert Wright y George Forrest para el musical Kismet, de 1953. Y es que esa obra no es sino
las “Danzas polovtsianas” de la ópera El príncipe
Igor, de Alexander Borodin. Borodin era un compositor atípico en todos los sentidos. Su padre
era un príncipe georgiano que, incapaz de admitir
públicamente su desliz, hizo que fuera reconocido
por uno de sus sirvientes como hijo. Sin embargo,
algo de remordimiento le debió de quedar, ya que
procuró que se le brindase una esmerada educación. El joven Alexander se convirtió de esta
manera en químico y sus investigaciones serían
de tal importancia que aún se le recuerda por el
descubrimiento de la reacción aldólica y la llamada “Reacción de Borodin”.
Él mismo se tenía por un compositor poco más
que aficionado; sin embargo, tuvo la suerte de
que su maestro fuese nada menos que Mili Balakirev, quien aglutinó al llamado “Grupo de los
Cinco” para otorgar carácter nacional a la música
rusa, siguiendo así los pasos de Mijail Glinka. Balakirev le animó a escribir sus primeras obras y,
así, en medio de la vorágine que era su existencia, halló milagrosamente tiempo para escribir un
par de sinfonías y cuartetos de cuerda que lograron cierto reconocimiento. Espoleado por esto, en
1869, decidió dar el gran paso a la ópera. Para
ello fijó su atención en la epopeya El cantar de
las huestes del Príncipe Igor, supuestamente escrita en el siglo XII. Sin duda, Borodin tenía como
modelo de La vida por el zar de Glinka, pero la
empresa no era cosa fácil. Lleno de dudas, llegó a
interrumpir la escritura de la obra durante cuatro años y preguntó a su colega Rimski-Korsakov
si no deseaba componerla él. Rimski decidió infundirle confianza haciendo que se estrenase
el número de las Danzas polovtsianas para que
observara la reacción del público. Sin embargo,
cuando se acercaba la fecha de concierto, Rimski
descubrió que Borodin, acuciado por su inseguridad, ni siquiera había orquestado dicho número.
Según el libreto, en el acto II el Príncipe Igor es
hecho prisionero por el Khan Konchak, soberano
de los polovtsianos o cumanos, que están invadiendo Rusia. Sin embargo, el Khan ofrece a Igor
sellar un acuerdo de paz, y, a fin de agasajarle,
dispone que unas esclavas polovtsianas bailen
para él unas danzas en las que evocan con dulce
nostalgia su tierra natal, en las que “las rosas
florecen lozanas, los ruiseñores cantan en los
bosques y crece la dulce uva”. La exhortación
de las doncellas a que la canción vuele sobre
las alas del viento a la tierra a la que nacieron recuerda sospechosamente al “Va pensiero”
del Nabucco verdiano, aunque sólo como figura
literaria. Los cantos de las muchachas se entremezclan con los de los guerreros polovtsianos,
mucho más fieros, en los que ensalzan la gloria
del Khan, en tanto que Igor los contempla pensando cómo escapar de allí.
Furioso con Borodin por sus melindres, Rimski
decidió orquestar con Anatoli Liadov y con él las
danzas en una sola noche, a contrarreloj. Utilizaron lápices para hacerlo más rápido, aunque
Borodin luego iba marcando con gelatina lo que
no era suyo, para no apropiarse del mérito de sus
amigos. De esta manera este maravilloso número pudo estrenarse y su éxito animó a Borodin a
intentar acabar la ópera. Pero tras casi dos décadas batallando con El príncipe Igor un infarto
acabó súbitamente con su vida a los cincuenta
y tres años. Tuvo que ser Alexander Glazunov
el que, ayudado por Rimski-Korsakov, ordenase
los dispersos materiales legados por su colega,
y escribiera las partes que faltaban (entre ellas
el tercer acto casi completo) a fin de que viera la
luz al fin una de las óperas de más accidentada
creación de todos los tiempos.
Martín Llade
Escritor y periodista musical en Radio Clásica
Miguel Ángel Gómez-Martínez
Director de la Orquesta Sinfónica de RTVE
N
acido en Granada, dirige desde los 7 años.
Estudia piano, composición y violín en el
Real Conservatorio de Madrid, culminando
su carrera con Premio de Honor y Dirección de Orquesta en la Escuela Superior de Música de Viena
obteniendo el Premio Extraordinario del Ministerio
de Educación y Ciencia de Austria, como alumno
distinguido de Hans Swarowsky. Invitado regularmente por los más importantes Teatros de Ópera:
Berlín, Viena, Hamburgo, Munich, Covent Garden,
París, Ginebra, Houston, Chicago, Florencia, La Fenice, San Carlo de Nápoles, Massimo de Palermo,
Roma, etc., dirige conciertos con grandes orquestas como la Gewandhaus Leipzig, Staatskapelle
Dresde, Radio de Berlín, Radio Baviera de Munich,
WDR Colonia, Bamberg, Filarmónica y Sinfónica de
Viena, Oslo, Suisse Romande, Helsinki, Houston,
Denver, Yomiuri Nippon, Tokio y las principales orquestas españolas. Participa en los Festivales de
Berlín, Viena, Munich, Macerata, Aix-en-Provence,
Orange, Granada, Santander, Varsovia, Enescu, San
Sebastián, Helsinki, Savonlinna… Ha sido Director
Titular y Artístico de las Orquestas: RTVE, Teatro
Lírico Nacional La Zarzuela, OSE, San Sebastian,
GMD Nationaltheater, Manheim, GMD National
Ópera Helsinki, HSO Hamburgo (Director de Honor
a perpetuidad), Orquesta de Valencia y Ópera de
Berna. Ha compuesto la Suite Burlesca, Sinfonía
del Descubrimiento, Cinco canciones sobre poemas
de Alonso Gamo, la Sinfonía del Agua, el Ciclo de
Canciones Cartas de un Enamorado y ha grabado
con discográficas tan importantes como DECCA,
ORFEO, RCA, BONGIOVANNI, HISPAVOX, CLAVES, TELDEC, NAXOS, PHILIPS, ONDINE, etc.
Miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Granada, Medalla de Oro de la Ciudad,
Granadino del Siglo XX, Miembro de Honor de
diversas ciudades y organizaciones musicales
internacionales. El Rey D. Juan Carlos I le otorgó la Encomienda de Número de la Orden del
Mérito Civil.
Javier Corcuera
Director del Coro de RTVE
N
ace en Bilbao donde inicia sus estudios de
canto, piano y violín en el Conservatorio Superior de Música, ampliándolos posteriormente en Madrid con el maestro Francisco Ortiz y
el catedrático de dirección Adrián Cobo obteniendo
así el título de profesor superior de canto y el título superior de Dirección de Coro.
Ya desde muy joven sus inquietudes musicales le
dirigen hacia una carrera en el mundo de la interpretación vocal y coral. Serán éstas, las que le lleven a involucrarse como cantante en proyectos de
diversa índole que abarcarán tan diversos géneros
como zarzuela, ópera, oratorios y recitales. Estos
proyectos los desarrollará a lo largo de su carrera
en distintos contextos y ambientes musicales que
aportarán a su experiencia, de una forma gradual
y sutil, distintos y enriquecedores matices tanto a
nivel técnico-vocal, como pedagógico-musical. Matices que empleará sin dudar en proyectos futuros.
Entre los lugares en los que Javier Corcuera crece
como músico, encontramos Instituciones como la
Sociedad Coral de Bilbao y el coro Gioacchino Rossini, del Teatro Arriaga de Bilbao. En la actualidad
continúa su evolución y perfeccionamiento como
cantante, en el Coro de RTVE, del que forma parte
de la plantilla desde 1998, así como en las clases
del Maestro Francisco Ortiz.
En su faceta de tenor solista interpretará los papeles de Noé en El diluvio de Noé (Britten), Borsa
en Rigoletto (Verdi), Príncipe Sergio en Katiuska
(Sorozabal), Spoletta en Tosca (Puccini), Rey Gaspar en Amahl y los visitantes nocturnos (Menotti)... y en el género Oratorio obras como El Mesías
(Haendel), Misa Solemne (Rossini), Missa Brevis y
Missa en Do (Mozart), Fantasía para piano, coro
y orquesta (Beethoven), Canción de Despedida
(Schumann) y Cristo en la Cruz (Remacha) en la
Semana de Música Religiosa de Cuenca.
En este tiempo igualmente participa en diferentes
agrupaciones de cámara como Capilla Jerónimo de
Carrión, Sebastián Durón, Capilla Real de Madrid,
Madrid Barroco, Coro de la Sociedad Brahms y
Grupo Ruymonte.
Como consecuencia de su continua evolución musical, y en un intento de profundizar en la voz como
instrumento plástico y como herramienta de expresión y comunicación, comenzará sus primeras
incursiones en la dirección coral, de forma paralela
a su carrera como cantante profesional. Es en 1993
y hasta 1997 cuando se hace cargo de la dirección
del coro Gioacchino Rossini, en el Teatro Arriaga de
Bilbao. Será en este tiempo donde trabajará con
numerosos directores de carácter nacional e Internacional como Marco Armigliato, Luis Remartínez,
Miguel Roa, Miguel Ortega, Giorgio Croci, Elio Boncompagni y Claudio Desderi. Durante este periodo
abordará obras y repertorios de gran variedad,
participando en las temporadas líricas del Teatro
Arriaga de Bilbao, el Teatro Campoamor de Oviedo,
el Auditorio Galicia de Santiago de Compostela, así
como en el Festival de Perelada, con títulos como
La Traviata, Falstaff, Il turco in Italia, Don Pasquale,
El Caserío, Los sobrinos del capitán Grant, Jugar
con fuego y El rey que rabió.
Continuando con su formación y perfeccionamiento como director, realiza los estudios superiores de Dirección de Coro, en el Real Conservatorio Superior de Atocha de Madrid., que
finalizará en 2008.
Durante este tiempo asiste a cursos de dirección
con Johan Duijck, Xabier Sarasola, Basilio Astúlez,
Lluis Vila, Martin Schmidt y Josep Vila. En el año
2002 se hace cargo de la dirección del Orfeón Vasco
de Madrid, responsabilidad que asumirá durante las
tres temporadas siguientes. Es en ese mismo año
cuando es nombrado Jefe de Cuerda de Tenores del
Coro de RTVE, cargo que ostentará hasta octubre del
2006 en el que será nombrado Subdirector del mismo. Desde este momento participará activamente
en la preparación de obras corales y sinfónico-corales, así como en la dirección de conciertos como el 2º
concierto del Ciclo de Música Coral enmarcado en el
ciclo de Conciertos extraordinarios de la temporada
2007-2008 del coro de RTVE.
Otro de los objetivos de este joven músico y director, es la difusión sociocultural de composiciones y
músicas nuevas, con el fin de conseguir un acercamiento del público al amplio repertorio musical de
nueva generación.
Con este motivo funda y dirige el grupo vocal
femenino Spargens sonum, con el que realiza el
primer concierto en enero de 2005 dentro del Ciclo de Música de Cámara de la Orquesta y Coro
de RTVE, destacando los estrenos absolutos de
Hi (Politte) y Nunc dimittis del compositor Albert
Alcaraz, y en enero de 2007 el estreno absoluto
de Iberia de Carlos José Martínez, también dentro del mismo Ciclo.
En la actualidad dirige el Coro Vox Aurea, formación con la que ha participado en numerosos proyectos. Entre ellos destaca la conmemoración del
centenario del compositor y musicólogo Jesús Bal
y Gay organizado por la Residencia de Estudiantes
de Madrid con el concierto realizado el 6 de mayo
de 2006 “Estudios históricos de Jesús Bal y Gay”.
También en 2006 cabe destacar la organización
del 12º seminario de canto coral Vox Aurea, con
Josep Vila como profesor invitado, en 2007 el 13º
seminario con Albert Alcaraz y el estreno para la
ocasión de su obra Benedictus Dominus, y en 2008
el 14º seminario, con el estreno de In convertendo
de Javier Busto.
Es invitado por diversas agrupaciones corales
para realizar conciertos y seminarios de música coral.
Ha sido director preparador de los participantes
individuales en El Mesías participativo organizado por la Fundación La Caixa e interpretado
en el Teatro Real de Madrid en diciembre de
2007 bajo la dirección de Pierre Cao, y en diciembre de 2008 en el Auditorio Nacional bajo
la dirección de Harry Bicket.
Actualmente centra su trabajo en la dirección
coral y sinfónico-coral, siendo su actividad principal la subdirección del Coro de RTVE, con el que
dirige varios conciertos dentro del Ciclo Coral, y
participa en la preparación del repertorio sinfónico e investiga el nuevo repertorio coral habiendo estrenado numerosas obras.
Orquesta Sinfónica de RTVE
E
l 27 de mayo de 1965 nace como una de
las orquestas más jóvenes de la radio y
televisión europeas, pudiéndose afirmar
que cuando se habla de la actividad musical en
nuestro país a lo largo de la segunda mitad del
siglo XX, resulta indispensable hablar de la Orquesta Sinfónica de RTVE como protagonista de
primerísima fila. Se presentó oficialmente en el
Teatro de la Zarzuela de Madrid junto a su Director-Fundador, Igor Markevitch, con un programa
que incluía obras de Prokofiev, Wagner, Falla y
Beethoven. Solo unos días antes había debutado
con Odón Alonso en el Festival de la SIMC interpretando obras de autores como Nilsson, Webern,
Stravinsky y Schoënberg. Esas primeras actuaciones públicas marcaban ya las líneas maestras
de la Orquesta: el repertorio clásico-romántico, la
música española y el servicio a la creación musical de nuestro tiempo. Markevitch repetiría aquel
concierto inaugural en 1982, pocos meses antes
de su muerte, cerrando así un período histórico
de la Orquesta.
Tras él desempeñarían el puesto de Director Titular
Antoni Ros Marbà (1965-1967), Enrique García Asensio (1966-1984), Odón Alonso (1968-1984), Miguel
Ángel Gómez Martínez (1984-1987), Arpad Joó (19881990), Sergiu Comisiona (1990-1998) de nuevo García Asensio (1998-2001), Adrian Leaper (2001-2010)
y actualmente Carlos Kalmar es su Director Titular.
También han visitado la Orquesta maestros como
Celibidache, Maazel, Rozhdestvensky, Kondrashin, Frühbeck de Burgos, Inbal, Walter Weller,
López Cobos, Dutoit, Leif Segerstam, Albrecht,
Rilling entre muchos otros. Entre los compositores que han subido al podio de la Orquesta para
dirigir sus propias obras destacan los nombres
de Nadia Bulanger, Carlos Chávez, Aarón Copland,
Luciano Berio, Cristóbal Halffter, Tomás Marco,
Mauricio Kagel o Kryzsztof Penderecki.
Aún siendo la radio y la televisión el vehículo
natural de la Sinfónica de RTVE (lo que ha hecho
de ella la Orquesta más escuchada de España),
su residencia permanente en Madrid la ha llevado a distintas sedes hasta 1988 que se instala
definitivamente en el Teatro Monumental. A la
presencia del conjunto en los principales festivales españoles hay que añadir el espaldarazo
internacional que podrían resumir sus actuaciones en el Carnegie Hall de Nueva York (1971), Royal Festival Hall de Londres (1975), Tonhalle de
Zurich (1986), Théatre Chatelet de París (1986),
Suntory Hall de Tokio (1988), L’Arsenal de Metz
(1989), Festival Enescu de Bucarest (1995), Estrasburgo (1998) Festival de Otoño en Varsovia
(2008). En junio de 2007 realizó una gira de conciertos en distintos auditorios de Japón: Tokyo
Metropolitan Art Space, Music and Art Center
en Niigata, Ongaku Center en Takasakishi (Gunma) y Utsunomiyashi Bunka Kaikan en Tochigi;
así como la grabación de dos programas para
el Canal de Televisión Asahi en el Bunkyo Civic
Hall de Tokio.
La Orquesta Sinfónica de RTVE mantiene una
interesante actividad discográfica. Ha realizado
innumerables grabaciones para el archivo sonoro
de RNE. En los últimos años ha grabado para el
sello de RTVE y, para los sellos VERSO, NAXOS y
WARNER.
En el año 2014 la Orquesta Sinfónica y el Coro
de RTVE recibió el premio “Codalario” a la Mejor
Entidad Musical 2013 y el premio ‘Personalidad’
por su aportación al panorama musical español
por sus casi 50 años de magnífica trayectoria y
por la difusión de la música de concierto al gran
público, en el Festival Spanish Brass Alzira.
Este año 2015 la Orquesta Sinfónica de RTVE celebra su 50 aniversario.
Coro de RTVE
F
undado en 1950 con el nombre de “Los Cantores Clásicos”, fue dirigido por Roberto Plá
hasta 1952, en que se transforma en “Coro
de Radio Nacional”, bajo la dirección de Odón
Alonso hasta 1958, cuando pasa a ser dirigido
por Alberto Blancafort. Posteriormente han sido
titulares: Pedro Pírfano, Pascual Ortega, Jordi Casas Bayer, Miguel Amantegui, Alberto Blancafort
como Director Invitado, Laszlo Heltay, Mariano
Alfonso, Josep Vila y de nuevo Jordi Casas Bayer
hasta agosto del año 2013.
Está considerado como uno de los mejores conjuntos corales de España y su labor en el campo
de nuestra polifonía profana y religiosa no tiene
parangón; asimismo en su repertorio figuran numerosas obras contemporáneas de compositores
nacionales y extranjeros.
Aparte de sus actuaciones con la Orquesta Sinfónica de RTVE y de sus numerosos conciertos
tanto “a capella” como con otras agrupaciones
instrumentales, ha actuado en los Festivales Internacionales de Música de Barcelona, Santander,
Granada, etc., así como en las Semanas de Música
Religiosa de Cuenca, Decenas de Música en Toledo, Festivales de Ópera en Madrid, la EXPO 92 y
ha sido invitado por las temporadas de Valencia,
La Coruña, Santiago, Málaga, Valladolid, entre
otras. En el ámbito internacional es de destacar
su participación en el Festival de Flandes y en
junio de 1990 en el Festival Internacional de San
Petersburgo. En su plantilla de profesores han
figurado cantantes como Teresa Berganza, Isabel
Penagos y Pedro Lavirgen.
Ha realizado innumerables grabaciones para el
archivo sonoro de RNE, así como para los sellos
discográficos RTVE, Hispavox, Naxos… pudiendo
destacar “El Oficio de Difuntos”, de Tomás Luis
de Victoria para el sello Decca, premiada por la
Academia Francesa de la Música.
En el año 2000 el Coro conmemoró el 50 aniversario de su creación con conciertos extraordinarios, una edición discográfica que recoge grabaciones históricas desde su fundación hasta la
actualidad y estrenó la obra Tríptico de Miguel
Hurtado, ganadora del Concurso de Composición
Coral del Cincuentenario del Coro.
Organiza:
XIII Concierto
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