“MI APORTE AL DESARROLLO HUMANO” Esther Rodríguez Durán Los cambios continuos de las condiciones de vida, de la cultura, de las reglas y esquemas ideológicos, nos exigen conocernos mejor, conocer mejor al otro, comprender mejor el mundo y nos conducen al entendimiento mutuo y diálogo pacífico, respetuoso y solidario. Mi aportación al Desarrollo Humano ha sido en dos ámbitos: Ø En la educación Ø En la psicoterapia Uno de los objetivos fundamentales de la educación es la autorrealización, es por eso que la educación debe ayudar a la gente a trascender el condicionamiento impuesto por su propia cultura y a convertirse en ciudadanos del mundo. La educación permite el desarrollo de capacidades y habilidades de manera que cada una de las personas se forme, se responsabilice de sí misma, realice su proyecto de vida y lo lleve a cabo a fin de fortalecer sus talentos y aptitudes. El estudio de la licenciatura en psicología y de la maestría en desarrollo humano constituyó una guía para apreciar al hombre como el valor supremo, con capacidad de desarrollarse y perfeccionarse a sí mismo, promoviendo la convivencia y participación democrática para el logro de un mejor funcionamiento y bienestar biológico, psicológico, social y espiritual. 1 La colaboración como voluntaria en la Semana de Psicología durante tres años y en la materia “Seminario de Autoformación” que impartía el Mtro. José Gómez del Campo en la Licenciatura en Psicología, al igual que mi participación como co-terapeuta en los “Grupos de crecimiento” que conducía la Mtra. Rosa Larios en la Maestría en Desarrollo Humano en el ITESO favorecieron el descubrimiento de mi vocación, direccionando mi carrera como psicóloga y mi vida. Teniendo como base los principios fundamentales de la psicología humanista que son: 1. La naturaleza humana. El ser humano es bueno por naturaleza y lleva dentro de sí un impulso inalienable hacia un sano desarrollo. Algunas de sus características esenciales son: Ø Es único e irrepetible. Cada individuo es diferente y su vida es una cadena de situaciones irrepetibles que lo hacen insustituible. Ø Es consciente de sí mismo, de lo cual deriva su sentido de libertad, voluntad y responsabilidad. Ø Busca su autorrealización, tiende al crecimiento y desarrollo de su potencial. Ø Es un ser volitivo, participa directamente y puede autodeterminarse. Ø Vive en constante cambio desarrollando permanentemente su potencial (May, 1977). 2. La tendencia actualizante. Carl Rogers (1975) habla de la sabiduría organísmica como una fuerza innata que nos mueve a desarrollar nuestro potencial. Considera que el ser humano es digno de confianza, capaz de evaluar la situación interna 2 y externa, de comprenderse a sí mismo en su contexto, de hacer elecciones constructivas y actuar en base a ellas. Afirma que hay una fuente central de energía en el organismo humano conceptualizada como tendencia a la realización, hacia la actualización, no solo hacia el mantenimiento sino también hacia el mejoramiento del organismo (Rogers, 1977). Abraham Maslow (1971) afirma que el hombre lleva dentro de sí mismo las capacidades para la autorrealización, puede ser espontáneo, creativo, libre, constructivo, pero necesita un campo propicio para crecer. Juan Lafarga (1992) refiere que toda persona es capaz, en condiciones favorables, de explorar su propia experiencia y debido a su impulso natural al crecimiento, puede efectuar los cambios que considera más apropiados para el mismo. José Gómez del Campo (1992) considera que el organismo humano tiende naturalmente al equilibrio, a la armonía y a la superación. 3. La autotrascendencia. Es la característica que le da el poder al individuo de darse cuenta de sí mismo como un ser existente en el mundo, por ello puede situarse como espectador y mirarse a sí mismo, a su situación, a afirmarse y guiarse a través de una gama de posibilidades. Ser humano significa estar en relación, tanto consigo mismo como con los demás. Víctor Frankl (1957) considera que la esencia del ser humano se encuentra en su autotrascendencia porque “ser hombre significa estar orientado más allá de si mismo”. 3 Erich Fromm (1966) afirma que la persona no puede tolerar la pasividad absoluta sino que se siente impulsado a dejar su huella en el mundo, a transformar y cambiar no solo su ser. 4. El hombre trasciende el tiempo. El hombre se encuentra en un estado de perenne devenir, lo que lo lleva a tener consciencia de los cambios y a vivir “aquí y ahora”. Rollo May (1977) hace referencia a la consciencia temporal del ser humano con las siguientes palabras “la capacidad de trascender las fronteras inmediatas del tiempo, de contemplar su propia experiencia de manera autoconciente a la luz distante del pasado y del futuro y de moldear el remoto futuro, constituye la característica por excelencia de la existencia humana. La experiencia subjetiva del ser humano ocurre en el tiempo pero no se puede medir ni limitarse a esa dimensión: amar, sufrir, aprender, etc., va más allá del tiempo. Erich Fromm hace énfasis en la libertad que el ser humano puede recuperar si es consciente de su existencia en el tiempo, “en el modo de tener, el tiempo se vuelve nuestro amo. En el modo de ser el tiempo es destronado, ya no es el ídolo que gobierna nuestra vida”, Plantea una perspectiva profunda de la dimensión temporal del hombre, ya que considera que el organismo permanece en el tiempo eterno ya que no inicia con el nacimiento ni termina con la muerte. Víctor Frankl (1984) sugiere “vive como si ya estuvieras viviendo por segunda vez y como si la primera vez ya hubieras obrado tan desacertadamente como ahora estas a punto de obrar” 4 5. El ser humano trasciende su espacio. El hombre puede moverse, transportarse y cruzar fronteras, tiene la capacidad de que sus ideas se proyecten en otros lugares. Su capacidad de creación y transformación le permite liberarse de las limitaciones espaciales. Erich Fromm considera que el hombre no es un ser pasivo, sino que se siente impulsado a dejar su huella en el mundo transformándolo, no se conforma solo con ser transformado. 6. El ser humano es un ser en relación. El hombre trasciende su individualidad, sale de si mismo para encontrarse con el otro, de esta manera puede entregarse a amar, a una causa, etc., y es precisamente en este desprendimiento de si mismo en donde puede conocerse y desarrollar su potencial. Cuando un hombre logra trascender las fronteras de su ego, se enriquece con el amor en alguna de sus manifestaciones. Víctor Frankl considera que la autorrealización es posible en la medida en que la persona autotrasciende, es decir, cuando olvidándose de si misma se entrega hacia un fin, aquello que le de sentido a su vida. “El amor constituye la única manera de aprehender a otro ser humano en lo más profundo de su personalidad. Nadie puede ser totalmente conocedor de la esencia de otro ser humano si no lo ama”. Erich Fromm (1966) le da un gran valor a las relaciones interpersonales en el contexto de la salud mental y en general en la vida del hombre contemporáneo, considera que el individuo es ante todo un ser social, 5 por lo tanto, la unión interpersonal es la respuesta al problema de la existencia humana. Abraham Maslow (1972) considera que la persona autorrealizante, la que vive plenamente, es aquella que continúa con su proceso de desarrollo dinámico y que se olvida de sí misma para centrarse en los demás. 7. El hombre trasciende en busca de Dios. El ser humano ha mostrado a través de la historia la necesidad de depositar su fe en un ser superior a quien pueda confiarle su vida y en quien pueda encontrar su razón de ser y del universo que le rodea. Solo desde su fe, el hombre puede vislumbrar la existencia de Dios quien se encuentra en un plano superior al que la razón humana no puede alcanzar. 8. El sentido de la vida. El hombre es el único ser que tiene la necesidad de cuestionarse el sentido de su vida y de buscar la misión que le ha de permitir encontrarlo. “El hombre que se hace consciente de su responsabilidad ante el ser humano que le espera con todo su afecto, no podrá tirar la vida por la borda. Conoce el porqué de su existencia y podrá soportar casi cualquier como”. Frankl (1984) considera que, cuanto mejor comprenda el hombre el carácter de la misión que tiene su vida, mayor sentido tendrá ante ella. 9. Ser en el mundo. 6 Es necesario volver a descubrir al hombre en su mundo, pues la cultura se ha empeñado en separar al hombre como sujeto y al mundo como objeto, en este afán, el hombre ha perdido el vínculo con su mundo y con las experiencias comunitarias, se afana por conquistar la naturaleza en vez de convivir con ella y solo logra perder el contacto incluso hasta de su propio cuerpo. En realidad, el hombre y su mundo forman un todo unitario y estructural. 10. La personalidad saludable. El desarrollo de la personalidad normal se basa en el ser individual de cada persona. A la persona no se le puede conocer a través de diagnósticos generales o estandarizados, es precisamente su esencia única e irrepetible lo que le lleva a desarrollar su singular personalidad. La psicopatología es el resultado de la falta de actualización del potencial humano. Ser hombre significa estar llamado a desarrollar plenamente su potencial y responder ante su misión en la vida. Cuando no respondemos a este llamado surge la ansiedad y la culpa (Frankl, 1984). La ansiedad se considera un elemento básico en la búsqueda del significado a la propia experiencia y surge en el momento en que la persona ve amenazada su integridad de ser, que como característica paraliza la consciencia de existencia, borra la sensación del tiempo, embota la memoria del pasado y eclipsa el futuro (May, 1977). En base a estos principios fundamentales he trabajado facilitando el aprendizaje, sabiendo que en cada uno de mis alumnos hay un increíble potencial y yo solo podré darle la oportunidad de elegir su camino y su propia dirección. 7 En octubre de 1979 ingresé a la Clínica de la Conducta al Instituto de Psicopedagogía de la Secretaría de Educación a donde derivaban niños de preescolar y primaria de las escuelas oficiales por presentar problemas de conducta, alteraciones emocionales y problemas de aprendizaje, trabajando con grupos de terapia de juego con los pequeños y apoyo individual en sus dificultades de aprendizaje, fueron once años de experiencia muy gratificante teniendo la oportunidad de incrementar el servicio a los padres de éstos niños y orientando a los maestros. Me interesé por conocer sus necesidades y sus limitaciones, encausándolos a “lograr que el aprendizaje resultara una experiencia gozosa, con interés en el alumno disfrutando su presencia, su crecimiento y su autorrealización” (Maslow, 1994). En 1991 pase a Coordinar el Gabinete Psicopedagógico de una escuela secundaria encausando mi participación con los estudiantes al descubrimiento de su identidad, a través de ejercicios y diálogo tratábamos de conocer sus características y deseos, el aprender a expresarlos de manera sincera en el sentido de permitir que lenguaje y conducta se manifestaran en la expresión espontánea. Rogers afirma que “el ser humano tiene dentro de sí bastos recursos para autodirigir su conducta y esto puede lograrse a través de tres condiciones básicas para que el clima sea estimulador del crecimiento: Ø Autenticidad, legitimidad o congruencia del terapeuta. Que el terapeuta se abra al conjunto de sentimientos y actitudes que fluyan en su interior en un momento dado. El Terapeuta se hace transparente de tal manera que el cliente pueda ver claramente lo que el terapeuta “es”. Ø Aceptación y aprecio llamada también “visión incondicionalmente positiva”. 8 Cuando el terapeuta experimenta una actitud positiva y de aceptación hacia lo que el cliente “sea” en un momento dado, aumenta la probabilidad de que el cambio terapéutico tenga lugar. El terapeuta esta dispuesto a que su cliente sea lo que sus sentimientos inmediatos le dicen: confusión, resentimiento, miedo, ira, valor, amor u orgullo. Ø Capacidad de proyección de la comprensión. El terapeuta percibe con precisión los sentimientos e intenciones que el cliente experimenta y le hace partícipe de su comprensión. Esta forma especial de escuchar constituye una de las fuerzas de cambio más potentes. Cuando las personas son aceptadas y apreciadas, tienden a desarrollar una actitud de mayor cariño hacia sí mismas. Cuando se les escucha, son capaces de oír el flujo de sus propias experiencias. Al comprender y apreciar el “si mismo”, éste pasa a ser más congruente con la experiencia propia, de este modo la persona pasa a ser más real, más auténtica (Rogers, 1978). Pase otros once años Coordinando el Gabinete Psicopedagógico de la Escuela Normal para Educadoras de Guadalajara al mismo tiempo que impartía las materias de “Psicología Evolutiva”, “Psicología del Aprendizaje”, “Psicología Social” e “Integración Educativa” en la licenciatura en educación preescolar en el Programa Semiescolarizado los fines de semana, y confirmé que “una persona aprende realmente cuando percibe que el tema está relacionado con el mantenimiento o el enriquecimiento de sí mismo” (Rogers, 1980). Otro elemento que guarda relación con este principio es el ritmo de aprendizaje. Cuando una persona tiene un objetivo que desea conseguir y tiene a disposición el material que lo hará posible, el aprendizaje se desarrolla con mayor rapidez (Rogers, 1980). La participación con jóvenes que se interesaban en su desarrollo y el clima de libertad y respeto que se vivía día a día incrementaron mi gusto por el trabajo docente y terapéutico, pues el tiempo me era insuficiente. 9 Por otra parte, en septiembre de 1980 fui invitada a impartir las materias “Terapia Infantil” e “Introducción a la Psicología Clínica” en la licenciatura en psicología de la Universidad de Guadalajara y poco a poco fui incrementando el número de materias llegando a obtener tiempo completo como profesordocente, nombramiento que aún conservo. Esta práctica me ha obligado a la actualización, encontrando un genuino interés en el acompañamiento del alumno, pues son más de treinta y tres años en la formación de estudiantes y asesorando las “Prácticas profesionales de psicoterapia con enfoque gestalt-humanista” Me interesé en extender el ámbito de servicios de orientación y psicoterapia que como entrenamiento y capacitación realizan los alumnos, así iniciamos la atención psicológica en la Cruz Verde, Centros de Integración Juvenil, Sistema DIF, escuelas, de preescolar, primaria, secundaria y bachillerato, asociaciones civiles y religiosas en los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tonalá y Tlaquepaque. Tomando en cuenta que el aprendizaje se facilita cuando el alumno participa de manera responsable en el proceso de aprendizaje. El aprendizaje significativo será mayor cuando el alumno elige su dirección, ayuda a descubrir sus recursos de aprendizaje, formula sus propios problemas, decide su curso de acción y vive las consecuencias de cada una de sus elecciones. El aprendizaje participativo es mucho más eficaz que el aprendizaje pasivo” (Rogers, 1980). En el campo de la psicoterapia, donde solo es eficaz el aprendizaje altamente comprometido, no solo interviene la cabeza sino que incluye las entrañas. Las principales líneas de orientación para la facilitación y algunas de las cualidades necesarias del facilitador del aprendizaje son las siguientes: 1. Si el facilitador crea el ambiente o clima inicial para las experiencias del grupo, si su actitud básica es la confianza en el grupo y en los individuos 10 que lo integran, entonces podrá transmitir los conocimientos de modo sutil. 2. Si el facilitador ayuda a despertar y esclarecer los propósitos individuales así como los objetivos más generales del grupo, si es capaz de de permitir a los alumnos una sensación de libertad respecto de lo que quieran hacer, entonces contribuirá a crear un clima adecuado para el aprendizaje. 3. Si confía en que el estudiante desea realmente alcanzar estas metas para él significativas, entonces ésta se presentará la fuerza motivacional que subyace en todo aprendizaje significativo. Aún si el alumno prefiere que el profesor lo oriente y dirija, el facilitador puede aceptar esta necesidad y motivo. 4. Cuando organiza y pone a disposición de los alumnos la más amplia y variada gama de recursos para el aprendizaje tales como libros, materiales, equipo, personas, material audiovisual, etc., tendrá mejores resultados. 5. Cuando él mismo se considera un recurso flexible para ser utilizado por el grupo, se ofrece como asesor, conferencista, consejero, como persona que conoce el terreno y desea ser útil a sus alumnos. 6. Para responder a las expresiones del grupo, acepta actitudes de contenido intelectual o emocional y se esfuerza para dar a cada aspecto el grado de importancia que revisten para la persona o para el grupo, tratando de ser auténtico, aceptará tanto las racionalizaciones e intelectualizaciones como los sentimientos personales reales. 7. Cuando se ha establecido un clima de comprensión, el facilitador trata gradualmente de llegar a ser un miembro activo del grupo, expresando sus ideas solo como un individuo más. 11 8. Toma la iniciativa de compenetrarse con el grupo, con sus vivencias y su intelecto sin tratar de imponerlos, sino presentándolos como un aporte más para compartir con los estudiantes, sabiendo que éstos pueden ser aceptados o rechazados. Es libre de expresar sus propios sentimientos para la realimentación de los alumnos, compartiendo sus propias satisfacciones y desilusiones. 9. Durante las clases prestará especial atención a las expresiones indicadoras de sentimientos fuertes y profundos. Estos pueden ser sentimientos de conflicto, dolor, ira, odio, afecto, rivalidad, etc., que son individuales. 10. En su función de facilitador del aprendizaje, el líder debe reconocer y aceptar sus propias limitaciones. Puede encontrar imposible aceptar actitudes diferentes a las suyas, no comprender los sentimientos que no guardan relación con los suyos, se puede sentir enojado y resentido frente a actitudes que expresan hacia él los estudiantes y frente a sus conductas. Sentirá fuertes deseos de juzgarlos y evaluarlos. Cuando experimenta actitudes que favorecen el aprendizaje, tratará de acercarse más a ellos para verlas claramente y expresarlas como las siente. Una vez que exprese sus enojos, juicios, desconfianza y dudas sobre los otros y sobre sí mismo, se habrá creado un clima propicio para el intercambio significativo entre él y sus alumnos. Este intercambio puede ayudar a resolver estas mismas actitudes que impedían la facilitación del aprendizaje (Rogers, 1980). Como Presidente del Colegio de Profesionales de la Psicología del Estado de Jalisco, A. C. (CPPEJAC) en más de tres años, hemos venido diseñando y realizando cursos, talleres, foros y congresos de salud mental y desarrollo de la persona, difundiendo la labor del psicólogo a través de entrevistas de radio, prensa y televisión, gestionando la implementación del trabajo interdisciplinario en centros escolares, hospitales y asociaciones de profesionistas, realizando vinculación con escuelas, casas hogar y organizaciones en donde mis alumnos brinden servicio psicológico, suscribiendo acuerdos de colaboración con 12 instituciones formadoras de psicólogos, asociaciones y colegios de profesionistas a nivel municipal, estatal, nacional e internacional. Hemos promovido la cultura de la calidad profesional entre los psicólogos a través de la certificación profesional y favoreciendo la premiación de profesionales sobresalientes en la enseñanza, la investigación, el ejercicio profesional y actividades en pro de los grupos vulnerables como lo son personas con cáncer, diabetes, SIDA, ancianos, niños de la calle, chavos banda, orientación en comunidades marginadas y atención en desastres naturales, Mi propósito: Favorecer la creación de seres humanos mejores, autorrealizados personal y profesionalmente. Bibliografía: Ø Frankl, Víctor. “Psicoanálisis y Existencialismo”, 1957. Ø Frankl, Víctor. “El hombre en búsqueda de sentido”, 1984. Ø Fromm, Erich. “El corazón de Hombre”, 1966. Ø Fromm, Erich. “Tener o ser”, 1976. Ø Gómez del Campo, José F. “Desarrollo del Potencial Humano”, 1992. Ø Lafarga, Juan. “Desarrollo del Potencial Humano” 1992. Ø Maslow, Abraham. “El hombre autorrealizado”, 1972. Ø Maslow, Abraham. “La personalidad creadora”, 1994. Ø Rogers, Carl. “Psicoterapia centrada en el cliente”, 1975. Ø Rogers, Carl. “El proceso de convertirse en persona”, 1977. Ø Rogers, Carl. “Terapia, personalidad y relaciones interpersonales”, 1978. Ø Rogers, Carl. “La psicoterapia”, 1978. Ø Rogers, Carl. “Libertad y creatividad en la educación”, 1980. 13 14
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