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Amerigo Vespucci en Sanlúcar de Barrameda en 1496
Luis A. Robles Macías
Entre enero y febrero de 1496 un oscuro empresario florentino, Amerigo Vespucci (hoy
conocido en español como Américo Vespucio), pasó unos días en el puerto andaluz de
Sanlúcar de Barrameda terminando el despacho de una flota con provisiones para las Indias
recién descubiertas. Una década más tarde el mismo Vespucci se había convertido en un
reputado cosmógrafo y sus relatos de viajes de exploración al Nuevo Mundo, auténticos o
apócrifos, le habían dado tanta fama que unos cartógrafos centroeuropeos decidieron bautizar
al nuevo continente con su nombre: América. Este artículo explica qué llevó a Vespucci a
Sanlúcar en 1496, revela algunos detalles novedosos sobre su estancia allí y pone de relieve el
impacto que los acontecimientos de aquellos días tuvieron sobre el devenir del resto de su
vida.
Antecedentes
Amerigo Vespucci (Florencia, 1454 - Sevilla, 1512) es hoy día uno de los más famosos
personajes ligados al descubrimiento de América, continente que precisamente fue llamado
así en su honor. Sin embargo, cuando en enero de 1496 arribó a Sanlúcar de Barrameda desde
Sevilla con cuatro carabelas destinadas a la isla antillana de la Española, Vespucci no era más
que un hombre de negocios en situación financiera precaria y con escasa experiencia náutica.
Vespucci había nacido 41 años antes en la ciudad italiana de Florencia, donde había
formado parte del círculo de Lorenzo de Pierfrancesco de’ Medici y se había iniciado tanto en
los mercadeos comerciales como en la cosmografía clásica de Claudio Ptolomeo. 1 Cuando, en
1489, Pierfrancesco le encargó la misión de seleccionar a su nuevo representante en la ciudad
de Sevilla, Vespucci propuso a Gianotto (Juanoto) Berardi, empresario de origen florentino. Un
par de años más tarde, en 1491 o 1492, Vespucci se mudó a Sevilla, en teoría para seguir allí a
las órdenes de Pierfrancesco. Sin embargo rápidamente pasó a estar en la práctica al servicio
de Berardi.
Berardi tenía como negocios tradicionales el comercio de orchila y de esclavos pero,
por las mismas fechas en que llegó Vespucci, empezaba a implicarse en otro tipo de negocio
más arriesgado: la conquista de nuevos territorios en el Atlántico para la Corona de Castilla. Él
y otro empresario de Sevilla, el genovés Francisco Riberol, fueron los socios capitalistas de
Alonso Fernández de Lugo para la conquista de la isla canaria de la Palma en 1492. El negocio
salió mal porque la isla se rindió casi sin lucha y los castellanos hicieron muy pocos
prisioneros en combate, que eran los que los tres socios tenían previsto vender como esclavos
para recuperar el capital invertido. Lugo logró de la Corona el derecho a conquistar Tenerife, a
espaldas de sus dos socios que le pusieron un pleito que tardaría muchos años en resolverse. 2
La otra gran apuesta de Berardi en esos años fue el proyecto ultramarino de Cristóbal
Colón. Es posible que fuese él quien le prestase a Colón el dinero que necesitaba aportar el
descubridor para su primer viaje a las Indias. 3 Lo que está plenamente comprobado es que
1 Se han publicado innumerables biografías de Amerigo Vespucci. En mi opinión, la más digna de crédito es la de
Fernández-Armesto, Felipe. Amerigo: The Man who Gave His Name to America. London: Weidenfeld & Nicolson,
2006.
2 Rumeu de Armas, Antonio. Alonso de Lugo en la Corte de los Reyes Católicos : (1496-1497). Madrid: CSIC, 1952.
http://mdc.ulpgc.es/cdm/ref/collection/MDC/id/70563
3 Varela, Consuelo. Colón y los florentinos. Alianza, 1988, pp. 49-55. Otros historiadores se fían de la versión de
Bartolomé de las Casas, que afirmó que el prestamista fue Martín Alonso Pinzón o quizás alguno de sus
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1
Berardi contribuyó activamente a la preparación del “segundo viaje” de Colón, la gran flota de
17 naves que partió hacia el Caribe en septiembre de 1493 y que fue organizada
principalmente por Juan Rodríguez de Fonseca, arcediano de Sevilla y miembro del Consejo
Real. Berardi quedó después en Sevilla como representante comercial de Colón. Vespucci se
implicó personalmente en este negocio con Colón y fue ganando cada vez mayor peso en la
empresa de Berardi.
Las armadas de abastecimiento a las Indias
En marzo de 1494 llegó de vuelta a Cádiz el grueso de la flota del “segundo viaje”
colombino, capitaneada por Antonio de Torres. Colón había quedado en la Española, como
estaba previsto. Traía Torres, entre otras noticias, un memorial del Almirante en el que
alertaba de que a su gente le hacían falta alimentos y otras provisiones y pedía que se le
enviasen desde España. El Almirante se daba cuenta del coste que esto iba a suponer y
proponía que las carabelas las fletasen particulares bajo licencia, que recuperarían sus gastos
llenando los barcos con indios esclavos en el viaje de vuelta. 4 Los reyes de momento ni
aprobaron ni rechazaron esta propuesta de apertura a la iniciativa privada pero sí le
encargaron a Fonseca que organizase rápidamente con fondos de la Corona una primera
armada de abastecimiento. Fonseca arrendó tres carabelas que llevaron lo que Colón había
considerado más urgente: trigo, vino, medicinas y ganado. 5 Se nombró capitán de la flotilla a
Bartolomé Colón, hermano del Almirante recién llegado a Castilla, que visitó a Berardi a su
casa en Sevilla antes de partir. En octubre de 1494 partió una segunda escuadra de cuatro
carabelas con más provisiones capitaneada de nuevo por Antonio de Torres. El mes siguiente
regresaron las tres primeras carabelas, trayendo noticias muy negativas sobre la situación en
la Española, la moral de los colonos y la posible desaparición de Colón durante su exploración
de Cuba.6
Berardi se daba cuenta de que alimentar desde Andalucía a todos los pobladores
españoles de las Indias no era sostenible económicamente y temía que la mayoría de ellos
abandonasen la Española en cuanto expirasen sus contratos, hundiéndose así el proyecto
colombino. Con creatividad empresarial, les propuso a los reyes varios cambios en su política
indiana que consistían básicamente en permitir más iniciativa privada para reducir costes y
aumentar la motivación de los colonos. 7 Los reyes aceptaron algunas de las sugerencias de
Berardi y las plasmaron en un decreto de fecha 10 de abril de 1495 que autorizaba y regulaba
la exportación privada de mercancías a la Española, las expediciones de descubrimiento y
rescate desde allí a otras islas, y la emigración libre sin sueldo a las Indias. 8
hermanos.
4 Memorial de Colón sobre lo que Antonio de Torres ha de decir de su parte a los Reyes. La Isabela. 30 de enero
de 1494. Se conserva copia coetánea en Archivo General de Indias (AGI), PATRONATO,9,R.1, folios 124-129.
Transcrito en Fernández de Navarrete, Martín. Colección de los viages y descubrimientos que hicieron por mar los
españoles desde fines del siglo XV. Tomo I. Madrid: Imprenta Real, 1825. http://books.google.com/books?
id=Jui6IGo47eQC, pp.225-241.
5 Pérez de Tudela y Bueso, Juan. «Castilla ante los comienzos de la colonización de las Indias». Revista de Indias,
15 (1955), pp.23-24.
6 Pérez de Tudela (1955), pp. 28-29.
7 “Memorial de Juanoto Verardi sobre cosas de Yndias” Sin fecha. AGI, PATRONATO,170,R.3. Transcrito en Pérez
de Tudela y Bueso, Juan, ed. Colección documental del Descubrimiento (1470-1506). 3 vols. Madrid: Fundación
Mapfre América, 1994 (abreviada CoDoDes en lo sucesivo). Documento 260.
8 Real Provisión otorgando licencia general para pasar a las Indias a descubrir y contratar. Madrid, 10 de abril de
1495. Contenida en otra Real Provisión de 2 de junio de 1497. AGI, PATRONATO,295,N.33. Transcrito en CoDoDes,
documento 278.
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Flotas enviadas desde Castilla a las Indias y viceversa hasta finales de 1495.
Capitanes
De la península Ibérica a las Indias
Naves
Salida - Llegada
C. Colón
3
agosto – 12 octubre 1492
C. Colón
17
25 sept. – 3 noviembre 1493
B. Colón
3
abril o mayo – 24 junio 1494
A. de Torres
4
octubre – noviembre 1494
J. Aguado
4
5 agosto - octubre 1495
De las Indias a la península Ibérica
Nave
Salida - Llegada
s
M. A. Pinzón
1
enero – febrero 1493
C. Colón
1
enero – 4 marzo 1493
A. de Torres
12
2 febrero – 7 marzo 1494
(5 naves quedaron en Indias)
¿P. Margarit?
3
septiembre – noviembre 1494
Capitanes
A. de Torres
4
24 febrero – abril 1495
las 4 carabelas se hundieron en la Isabela en octubre de
1495, junto a al menos 2 de las que quedaban de 1493
Simultáneamente la Corona firmó un contrato con Berardi por el que este se
comprometió a armar tres flotas de cuatro carabelas para enviar un total de 900 toneladas de
provisiones a la Española. Berardi ofreció un flete realmente bajo, 2.000 maravedíes por
tonelada, inferior a lo que él les pagaría a su vez a los dueños y tripulantes de las
embarcaciones. Esta pérdida inicial esperaba compensarla con creces, sin embargo, porque
dos naves de cada una de sus tres escuadras tendrían permiso para quedarse en las nuevas
tierras a explorar y “rescatar”, es decir conseguir beneficios económicos mediante trueque
pacífico o saqueo violento.9
Berardi y Vespucci en apuros
Poco podía imaginar Berardi, al firmar el contrato con la Corona, las penalidades que
iba a pasar por su culpa. Parte de la historia ya ha sido contada y parte permanece inédita
pero en cualquier caso sería demasiado largo narrarla aquí en detalle. En resumidas cuentas,
entre abril y diciembre de 1495 Berardi solo pudo armar cuatro de las doce carabelas
previstas, entró en graves números rojos, llegó a dar con sus huesos en prisión por deudas 10 y
a finales de diciembre murió implorando la caridad de Colón para con su única hija.
El contrato estipulaba que Berardi entregase antes de terminar abril el primer grupo de
cuatro carabelas. Sin embargo Fonseca estaba preparando otra armada, también de cuatro
carabelas, desde que los reyes así se lo ordenaran en febrero. Como afirma Pérez de Tudela,
Fonseca "encontró o pretextó encontrar reparos en las condiciones de los cuatro navíos que
ofrecía Berardi", quizá debido a la antipatía que sentía hacia Colón. Los reyes, que insistían en
que las naves partiesen cuanto antes, al final dejaron en manos de Fonseca la elección del
grupo de carabelas a enviar y este, naturalmente, eligió las suyas. Partieron de Sevilla el 5 de
agosto de 1495, al mando de Juan Aguado. 11 Esta decisión retrasó unos cinco meses el
proyecto de Berardi y Vespucci y no debió ser nada buena para su situación financiera.
9 Pérez de Tudela (1955), pp.42-43.
10 Receptoría en el pleito pendiente entre Andrea Corate, mercader florentín, y Alonso de Carvajal, vecino y
regidor de Baeza, sobre cierta cantidad que este último tiene que abonar al primero como fiador de Juaneto
Velarde, mercader; con las incidencias que se relatan de este asunto. 22 de agosto de 1496. Archivo General de
Simancas (AGS), RGS,LEG,149608,181. Resumen en Bello León, Juan Manuel. Extranjeros en Castilla (1474-1501):
notas y documentos para el estudio de su presencia en el reino a fines del siglo XV. La Laguna: Instituto de Estudios
Hispánicos de Canarias, 1994.
http://www.castillayelmar.com/fileadmin/Historial-Docs/BELLO LEON 1994 Extranjeros en Castilla 14741501 3.pdf , p.126.
11 Pérez de Tudela (1955), p.50.
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Además de este problema, la casa Berardi se tropezó con otro obstáculo imprevisto. En
abril habían retornado las cuatro carabelas capitaneadas por Antonio de Torres, trayendo
como botín principal un cargamento de 300 esclavos indios, supervivientes de unos 500
apresados por Colón en la Española. 12 No era la primera vez que llegaban esclavos de las
Indias a Andalucía y a los reyes les resultó tan normal que inicialmente se limitaron a
instruirle a Fonseca que los vendiese “como mejor os paresciere”. 13 Sin embargo, solo cuatro
días más tarde Isabel y Fernando le enviaron a Fonseca otra carta ordenando que paralizasen
las ventas porque necesitaban que sus asesores jurídicos determinasen si la esclavización de
estos indígenas había sido legal o no. 14 Berardi, como representante del Almirante en Sevilla,
se movilizó inmediatamente para reclamar su parte de los esclavos pero solo consiguió nueve
de ellos, que Colón había designado para supuestamente enseñarles castellano. 15 La
incertidumbre jurídica sobre la esclavización de los indios, que era un elemento clave de los
planes empresariales tanto de Colón como de Berardi, se prolongaría tanto tiempo que el
florentino no llegaría a ver su desenlace.
Naves, tripulantes, pasajeros y carga
En octubre Berardi y Vespucci lograron por fin el visto bueno de Fonseca para su nueva
flotilla de cuatro carabelas. Lo sabemos por un cuaderno manuscrito conservado en el Archivo
General de Indias 16 que es el segundo de la serie de los denominados Libros de armadas, en
los que escribanos al servicio de Fonseca anotaban hasta el último maravedí gastado en la
preparación de las flotas destinadas a las Indias. 17 Gracias a esa minuciosidad administrativa
hoy día se dispone de gran cantidad de datos sobre las armadas enviadas a partir de 1495 – no
así sobre las anteriores porque el primer cuaderno de la serie nunca ha sido localizado. 18
El 21 de octubre de 1495 aparece así consignado en este cuaderno, que en lo sucesivo
llamaré simplemente Libro de armadas, el primer pago de la Corona a Berardi con motivo de
las cuatro nuevas carabelas. 19 Las naves llegaron a Sevilla en noviembre de 1495 y
comenzaron a recibir la carga. 20 La Corona fue haciéndole pagos a Berardi y Vespucci a lo largo
de las semanas siguientes hasta un total de medio millón de maravedíes, quedando el resto
(poco más de 100.000 mrs) pendiente hasta el regreso de la expedición. Todos los pagos
12 León Guerrero, Mª Monserrat. El segundo viaje colombino (tesis doctoral). Universidad de Valladolid, 2000.
http://www.cervantesvirtual.com/obra/el-segundo-viaje-colombino--0/ Páginas 459-460.
13 Carta de los Reyes a Fonseca. 12 de abril de 1495. Copiada en AGI. PATRONATO,9,R.1, folio 83r. Transcrita en
Navarrete (1825), documento LXXXVII.
14 Carta de los Reyes a Fonseca. 16 de abril de 1495. Copiada en AGI. PATRONATO,9,R.1, folio 85v. Transcrita en
Navarrete (1825), documento XCII.
15 Carta de los Reyes a Berardi. 2 de junio de 1495. Copiada en AGI. PATRONATO,9,R.1, folio 92. Transcrita en
Navarrete (1825), documento XCIX.
16 El legajo se titula Libro segundo de los gastos de las armadas de las Yndias del anno de 1495 en adelante.
Signatura actual: CONTRATACION,3249. Signatura antigua: Contratación 32-3-1/20. La parte correspondiente a
la flota de Berardi y Vespucci comienza en el folio 55r, con el título Libro del despacho de las quatro carauelas que
juanoto verardi ovo de dar para yr a las Yndias..., y dura hasta el folio 98v.
17 Muñoz Gómez, Víctor, Juan Manuel Bello León, y Roberto J. González Zalacain. «Nuevas propuestas con viejas
fuentes: Documentación para el estudio de los puertos andaluces en la época de los Descubrimientos», 180-192.
Cabildo de Gran Canaria, 2012.
http://coloquioscanariasamerica.casadecolon.com/index.php/CHCA/article/view/9165
18 Ladero Quesada, Miguel Ángel. 2006. «El abastecimiento de las Indias a comienzos del siglo XVI: armadas y
barcos, mercancías y precios (1492-1521)». Boletin de la Real Academia de la Historia CCIII (III): 285-380.
19 AGI. CONTRATACION,3249, folio 62r. En la transcripción de este apunte en la CoDoDes (documento 323) la
fecha del pago que yo leo “XXI de otubre” está transcrita como “XXX de otubre”.
20 AGI. CONTRATACION,3249, folio 61v.
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fueron en metálico menos 38.700 mrs entregados en forma de “çiertos esclavos yndios (…) de
los de sus altesas”, que recibió Vespucci. 21
La carabela capitana, que era la de mayor capacidad de carga, pertenecía a Bartolomé
Colin, experto marino de Palos que en aquellos momentos se encontraba en la Española. Como
maestre de esta nave iba un tal Juan de Sasueta, donostiarra en precaria situación financiera. 22
El piloto era Peralonso Niño, de Moguer, que por estas fechas, y a pesar de tener solo unos 27
años, detentaba el record absoluto de viajes de ida y vuelta a las Indias, con tres: el viaje
descubridor de 1492, el “segundo viaje” colombino de 1493 y la armada de abastecimiento de
finales de 1494 comandada por Torres. Antes de partir en la nueva expedición, los reyes le
otorgaron a Niño el título de “piloto mayor de las Indias”. 23
La segunda carabela llevaba de maestre a su propietario Juan de Salazar, vecino de
Santoña, y de piloto a Juan de Umbría, vecino de Moguer. Este último tenía unos cuarenta años,
conocía a Cristóbal Colón desde 1490 y parece haber sido primo de los hermanos Pinzón 24 y
participado en el viaje colombino de 1493. 25 Curiosamente, unas coplas anónimas del siglo XVI
le atribuyen el descubrimiento accidental de América hacia 1484. 26
La tercera nave era la carabela del gaditano Gómez Fernández de la Puebla, que ejercía
él mismo de maestre. Iba de piloto Pedro Sánchez de la Puebla, que había participado como
maestre en la reciente armada de Torres.
La cuarta y última carabela tenía por maestre a Francisco Ojuelos, de Moguer y también
veterano de la armada de Torres junto a Niño y Sánchez de la Puebla. El dueño de la carabela
era él mismo o quizá su hermano Pedro Ojuelos, que aparece recogiendo un pago en su
nombre. De esta carabela es la única para la cual la documentación menciona un
contramaestre: Gonzalo García Ojuelos, acaso pariente de los anteriores. De piloto iba el
también moguereño Domingo Martín. Otra particularidad de esta carabela es que llevaba a
bordo a dos escribanos: Antón Vidal, vecino de Sevilla y asalariado de la Corona; y Juan de
Zamora, de Moguer, que no figura en las cuentas de pagos de la Corona y por tanto debía estar
a las órdenes de Ojuelos y Berardi.
El capitán de la flota, Jorge de Sosa, de quien no he encontrado ninguna noticia anterior
ni posterior a esta armada, embarcó en la carabela de la que era maestre Juan de Sasueta. El
nombre de Sosa no aparece en el Libro de armadas hasta el 8 de enero de 1496 y a esta fecha
su sueldo aún no había sido fijado, 27 lo que sugiere que su nombramiento debió tener lugar
21 AGI. CONTRATACION,3249, folio 62r.
22 El 30 de julio de 1495 Sasueta recibió de los Reyes el favor de prorrogársele un año el plazo de deudas por
valor de 97.605 maravedíes. AGS. RGS,LEG,149507,27 (inédito).
23 AGI. CONTRATACION,3249, folio 65r. El cargo llevaba anejo un sobresueldo de 500 mrs mensuales. Para más
datos biográficos de Peralonso Niño véase Ropero Regidor, Diego. «La aportación de Moguer al Descubrimiento:
sus hombres de mar, el monasterio de Santa Clara y la familia Niño». En Descubridores de América. Colón, los
marinos y los puertos, editado por David González Cruz, 127-64. Madrid: Sílex Ediciones, 2012.
24 Mena García, María del Carmen. 1998. Sevilla y las Flotas de Indias: la Gran Armada de Castilla del Oro (15131514). Universidad de Sevilla, p.190
25 Gould, Alice Bache. Nueva lista documentada de los tripulantes de Colón en 1492. Real Academia de la Historia,
1984, p. 507. Véase también León Guerrero (2000), apéndice III.
26 Hernández Pérez, Melecio. «Colón en La Gomera (1484-86), según un romance del siglo XVI». Canarias Cultura
& Negocios, 2012. http://www.canariascnnews.com/index.php/cultura/cine/item/376-col%C3%B3n-en-lagomera-1484-86-seg%C3%BAn-un-romance-del-xvi#sthash.NjyUNtDZ.dpuf
27 AGI. CONTRATACION,3249, folio 66v. “jorge de sosa capitan de las quatro carauelas ha de aver [en blanco]” y
más abajo “rreçibio el dicho jorge de sosa de bernardo pinelo doze mill mrs por carta viii de enero de xcvi annos
en cuenta del sueldo que oviese de aver por capitan de las quatro carauelas”.
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pocos días antes de que partiese la expedición. La tripulación de cada carabela se completaba,
aparte de los oficiales citados, con un cierto número de marineros y grumetes contratados y
pagados por Berardi o sus maestres. En la tabla 1 del apéndice (página 18) se detallan los
nombres y sueldos de todos los tripulantes y pasajeros identificados.
Entre las cuatro carabelas iban a llevar aproximadamente 300 toneladas de carga
propiedad de la Corona (véase inventario completo en la página 21 de este artículo). La gran
mayoría eran alimentos para las tropas y pobladores de la Española, que los colaboradores del
obispo Fonseca debían comprar basándose en una detallada petición enviada por Colón en
1494.28 Los dos víveres principales eran primero el trigo y después el vino, cuya importancia
había enfatizado Colón: “la mayor mengua que ahora tenemos aquí (...) es de vinos”. 29 Otros
alimentos cargados en Sevilla fueron bizcocho (pan tostado duro que, empapado en vino, era
el alimento habitual durante las navegaciones); vinagre y aceite; carne salada y tocinos;
pescado “de cuero”; garbanzos, almendras y unos cuantos quesos. 30 La ausencia de productos
frescos se debe, obviamente, a la imposibilidad de conservarlos durante travesías largas con la
tecnología de la época. Además de estas provisiones para humanos, las carabelas cargaron
agua y cebada para el ganado que recogerían más tarde en Sanlúcar y en Tenerife.
Los navíos arrendados por Berardi colaboraron en el transporte de algunos productos
a Sevilla. La carabela de Puebla recogió en Cádiz barriles de carne salada 31 mientras que la de
Ojuelos viajó hasta Jerez de la Frontera por el río Guadalete para cargar vinagre y pasas. De
vuelta a Sevilla, recibió en el Guadalquivir una carga de garbanzos comprados en Coria pero
poco después la nave “se trastornó en el río por negligencia del maestre” y se perdieron los
garbanzos y las pasas, cuyo coste la Corona le descontó a Berardi de su flete. 32 Ojuelos no
parece que fuese castigado por su presunta negligencia o al menos no ha quedado rastro
documental de ello.
Además de los víveres, la otra misión importante de esta armada era llevar a la
Española a pobladores contratados por la Corona para instalarse en las Indias durante al
menos un año. Se les abonaría un salario mensual y se les entregaría un “mantenimiento”
(alimentos) diario durante la travesía de ida, su estancia en destino y su viaje de vuelta. 33 En
Sevilla embarcaron así 16 marineros y grumetes adicionales –distintos de los tripulantes “de
ida y vuelta”– junto a 21 personas de diferentes oficios, entre ellos al menos un albañil, un
herrero y varios escuderos. Una de estas 21 personas era una mujer, la esposa del escudero
Alfonso de Espinosa, que ha llamado la atención de varios historiadores por tratarse de una
28 La lista completa de lo pedido por Colón fue copiada en AGI. PATRONATO,9,R.1, folios 58r - 62v. Este
documento fue transcrito y publicado en el siglo XIX "con incontables errores", según Juan Pérez de Tudela, que
publicó un extracto en las pp. 336-337 de su artículo «La negociación colombina de las Indias». Revista de Indias,
14 (1954): 289-357.
29 Memorial de Colón sobre lo que Antonio de Torres... (véase nota 4).
30 Eduardo Aznar ha publicado un estudio detallado del origen geográfico y precio de cada partida de alimentos
cargada en esta expedición, así como de las rutas y costes de transporte. Todos los víveres provenían de las
actuales provincias de Sevilla, Huelva, Badajoz y Cádiz. Le agradezco el haberme permitido acceder a este trabajo
antes de su publicación. Aznar Vallejo, Eduardo. «El abastecimiento de las primeras flotas a Indias como muestra
del comercio interior andaluz. El ejemplo de los productos alimenticios». Cabildo de Gran Canaria, 2012.
http://coloquioscanariasamerica.casadecolon.com/index.php/CHCA/article/view/9163.
31 AGI. CONTRATACION,3249, folio 92v.
32 AGI. CONTRATACION,3249, folio 60r.
33 El asiento con el personal contratado en Sevilla se encuentra en AGI. CONTRATACION,3249, folio. 67r y el de
los agricultores jerezanos en los folios 68v-69r. Ambos se encuentran transcritos en la CoDoDes (documento
322) pero el segundo contrato presenta erratas muy sustanciales. Véase el apéndice documental para una
transcripción más fidedigna.
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de las primeras emigrantes europeas documentadas a América. 34 En Sanlúcar embarcarían
más tarde siete agricultores contratados en Jerez. De todos los pasajeros asalariados
conocemos sus nombres por los apuntes contables del Libro de armadas; no así de los
pobladores sin sueldo, de los que no queda ningún rastro documental salvo el caso particular
de la mujer citada.35
Muerte de Berardi
A finales de 1495 la salud de Berardi se deterioró rápidamente. El día 14 de diciembre
hizo testamento ante escribano público, documento hoy perdido. Al día siguiente, postrado en
cama en su casa de Sevilla, Berardi hizo venir al mismo escribano para que registrase un
escrito dirigido a Cristóbal Colón. Este documento del 15 de diciembre sí se conserva, 36 y en él
Berardi le reclama a Colón una deuda contable más un pago por “el seruiçio y trabajo”
realizados en los tres últimos años, fatigas a las que achaca su próxima muerte.
El texto nos revela tres datos importantes relativos a Vespucci. En primer lugar,
Vespucci había sido uno de los dos albaceas designados por Berardi en su testamento del día
14 (el otro fue Girolamo Rufaldi), signo de la confianza que había alcanzado a ojos del patrón.
En segundo lugar, Vespucci se había comprometido a pagar de su bolsillo ciertas deudas de
Berardi, por lo cual su futuro financiero había quedado ligado al éxito de la expedición. Por
último, el texto afirma que Vespucci había tenido “esperança de reçebir mercedes” de Colón,
trabajando para él en “absençia e presencia” de Berardi. De esta frase se deduce que a lo largo
de 1495 Vespucci había dedicado la mayor parte de su tiempo a preparar la armada de
abastecimiento para la Española, a veces junto a Berardi y a veces en solitario.
Berardi murió pocos días después, antes de que terminase el mes. Según se lee en el
Libro de armadas, fue Vespucio quien pasó entonces a encargarse de pagar a los tripulantes de
las carabelas y recibir por ello dinero de la Corona. 37 Rufaldi, según se deduce de pleitos
posteriores, parece haberse consagrado a la ardua tarea de cobrar a los deudores de Berardi y
a la vez dar largas a sus numerosos acreedores. Berardi había dejado el negocio en números
rojos y la única esperanza de darle la vuelta a la situación financiera reposaba en las cuatro
carabelas que en aquellos momentos estaban terminando de pertrecharse en el Guadalquivir.
Río abajo
En enero de 1496 las cuatro carabelas partieron de Sevilla y emprendieron viaje por el
río Guadalquivir hacia Sanlúcar de Barrameda. Vespucci también marchó a Sanlúcar, mientras
Girolamo Rufaldi – el otro albacea de Berardi –quedaba a cargo de los negocios en Sevilla.
En Sevilla subieron a las carabelas cuatro pilotos prácticos para conducirlas por el río
hasta Sanlúcar,38 tarea delicada que requería un conocimiento detallado de los peligrosos
bajos, mareas y corrientes. Las naves avanzaban lentamente, tardando por lo menos siete días
en cubrir las 15 o 16 leguas de distancia hasta la desembocadura. Vespucci pudo navegar
34 Pérez de Tudela (1955), p.54. Véase también León-Borja, István Szászdi. «Españolas en Haití. La condición
jurídica las primeras pobladoras europeas en el Nuevo Mundo». Revista de Indias 53, n.º 198 (1993): 617-626.
35 Pérez de Tudela (1955), p.53.
36 Transcrito en la CoDoDes (documento 320) con el inexacto título de “Testamento de Juanoto Berardi”, cuando
el propio texto menciona “el testamento que ayer ante vos otorgué” como un documento diferente. No he
consultado el original, que se encuentra en el Archivo de la Casa de Alba.
37 AGI. CONTRATACION, 3249, folio 62v. Transcrito en CoDoDes, documento 323.
38 Cobraron 1.500 maravedíes entre los cuatro. El hecho de que el salario de los cuatro pilotos prácticos fuese
apuntado como un único pago sugiere que las carabelas bajaron el río juntas y no en fechas diferentes. AGI.
CONTRATACION, 3249, folio 92v.
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hasta Sanlúcar a bordo de la carabela capitana pero quizás prefiriese hacerlo en barca de
remos, que era la manera habitual y más rápida en la que los viajeros individuales solían
realizar esta travesía.39
El Bajo Guadalquivir, entre Sevilla (arriba a la derecha) y Sanlúcar de Barrameda, en un
mapa del Atlas del Escorial, borrador manuscrito de mediados del siglo XVI.
La fecha exacta de la partida de la flota de Sevilla se desconoce pero se puede afinar
bastante: fue en enero, según dice el Libro de armadas, y no antes del 19 porque ese día tanto
Vespucci como el capitán Sosa recibieron dinero de manos de Bernaldo Pinelo en Sevilla. 40 El 1
de febrero un nuevo pago de Pinelo lo tuvo que recoger Rufaldi en nombre de Vespucci porque
39 Pérez-Mallaína, Pablo E. «Auge y decadencia del puerto de Sevilla como cabecera de las rutas indianas».
Caravelle,
69 (1997): 15-39. http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/carav_11476753_1997_num_69_1_2753
40 Las carabelas “partieron desde seuilla en el mes de enero deste anno de noventa y seys annos” AGI.
CONTRATACION, 3249, folio 67r; transcrito en CoDoDes, documento 322. El pago a Vespucci se consignó en el
folio 81r y el de Sosa en el folio 93r.
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este así lo había estipulado mediante carta enviada desde Sanlúcar de Barrameda. 41 Las
carabelas debieron salir por tanto de Sevilla el mismo 19 de enero o poco después y arribar a
Sanlúcar al menos un par de días antes del 1 de febrero. Como la flota se hizo de nuevo a la
mar el 3 de febrero, la escala en Sanlúcar duraría entre cuatro y ocho días.
En Sanlúcar de Barrameda
La Sanlúcar que visitó la flota de Vespucci era un municipio floreciente, capital de los
estados del duque de Medina Sidonia y con una población de unas 5.000 personas. El
imponente castillo de Santiago, terminado hacía menos de dos décadas, presidía la vista de la
ciudad desde el río. La riqueza de la villa se debía sobre todo al puerto y a los viñedos, y a su
fuerte crecimiento demográfico reciente había contribuido la inmigración de familias
judeoconversas que huían de la rigurosa Inquisición de Sevilla.42
Durante la estancia de Vespucci en Sanlúcar, buena parte de los vecinos en edad militar
estaban participando en una aventura que el florentino conocía bien: habían sido enviados por
el Duque a Tenerife para ayudar al sanluqueño Alonso Fernández de Lugo a conquistar la isla
para la Corona. Las fuerzas castellanas acababan de ganar una decisiva batalla allí y
empezaban a llegar a Andalucía grandes partidas de esclavos guanches. La casa Berardi no
había entrado en este nuevo negocio canario pero Vespucci debió alegrarse del éxito de la
conquista, ya que las riquezas obtenidas por Alonso de Lugo le iban a permitir saldar por fin la
deuda que tenía pendiente con ellos por la conquista de La Palma años atrás.
El puerto de Sanlúcar había acogido ya varias flotas destinadas a las Indias. La mayor
había sido la de 1493 (el “segundo viaje” de Colón), que se organizó en Sanlúcar si bien partió
finalmente del puerto realengo de Cádiz. 43 Las cuatro carabelas de abastecimiento
capitaneadas por Torres partieron de Sanlúcar en octubre de 1494 después de cargar en
Sevilla.44 También hizo escala allí la armada de agosto de 1495, entre otras cosas para recoger
trigo de Lebrija, que puesto en Sanlúcar era más barato que el trigo que llegaba a Sevilla. 45
Pocos años más tarde, saldrían también desde Sanlúcar el tercer viaje de Colón (1498) y la
armada de Nicolás de Ovando (1502); 46 todo ello a pesar de que el ya citado decreto regio de
10 de abril de 1495 obligaba a que toda nave enviada a Indias por particulares partiese del
puerto de Cádiz y retornase a él. 47 Sanlúcar ofrecía ventajas logísticas y les daba a los
tripulantes y a las naves la oportunidad de recuperarse tras la larga travesía desde Sevilla, que
consumía tanto tiempo como el viaje de Sanlúcar a Canarias.
La parada de las carabelas de Vespucci en Sanlúcar, además de para refrescarse,
obedecía a otro motivo importante. Debían recoger a siete agricultores jerezanos (dos
aperadores y cinco gañanes) contratados por la Corona para relanzar el cultivo de trigo en la
Española. El hambre azotaba a los hombres de Colón y por ello a estos labradores se les
concedió un salario superior al de los que habían ido inicialmente, en la flota de 1493, así
como una dieta privilegiada, igual a la del capitán Sosa. Sin embargo, los agricultores enviados
41 AGI. CONTRATACION, 3249, folio 81r. Transcrito con una errata en Gould (1984), pp. 317-318. Véase discusión
detallada más abajo.
42 Ladero Quesada, Miguel Ángel. «Sanlúcar de Barrameda, antepuerto de Sevilla, a finales del siglo XV». En
Mundos medievales: espacios, sociedades y poder: homenaje al profesor José Ángel García de Cortázar y Ruiz de
Aguirre. Universidad de Cantabria, (2012): 1491-1508.
43 Ídem
44 Gould (1984), p. 308
45 Aznar Vallejo (2012)
46 Ladero Quesada (2012)
47 Véase nota 8.
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no tenían ningún incentivo a la productividad, ya que ganaban un sueldo fijo sin ninguna
vinculación a los resultados de sus cosechas, que al igual que el ganado eran propiedad
exclusiva de la Corona y de Colón. Como observó Pérez de Tudela, es poco sorprendente que
en esas condiciones la productividad agraria del virreinato colombino de la Española siguiese
siendo bajísima hasta 1499. El motivo del fracaso no era la cuantía de la remuneración a los
trabajadores sino su estructura.48
Junto a los agricultores se subieron a las naves cantidad de aperos de labranza como
yugos, arados o azadones así como seis pasajeros pintorescos: dos bueyes y cuatro vacas, que
se esperaba permitirían arar grandes extensiones de tierra. 49 La presencia de animales vivos
en las expediciones a las Indias era una constante en esta época; de hecho muchas de las naves
enviadas allí fueron auténticos establos flotantes. Sorprendido por la ausencia de
cuadrúpedos domésticos en la Española, Colón había embarcado ya en 1493 yeguas, ovejas,
terneras y cerdas.50 La armada de agosto de 1495 había llevado catorce caballerías, seis
becerros y más de 300 conejos vivos. 51 La flota de Vespucci, además de los bóvidos
mencionados, tenía previsto cargar en torno a un centenar de ovejas y cabras en Tenerife, 52
imitando a una flotilla de 1494 que había hecho lo mismo en la Gomera. Se embarcaba una
mayoría de animales hembra para fomentar una multiplicación rápida de la cabaña ganadera
en la Española. Para alimentar a los animales durante el viaje, las carabelas llevaban cebada y
agua.
Es posible que en Sanlúcar se cargasen también algunas de las provisiones a consumir
durante el viaje. Vespucci tenía a su cargo, por cuenta de la Corona, la manutención de 46
pasajeros y tripulantes, entre ellos el capitán y los cuatro pilotos, y consta que para
alimentarlos embarcó al menos dos pipas de vino. 53
En Sanlúcar, Vespucci contó con el asesoramiento de Antonio de Torres, que había
capitaneado ya dos expediciones a las Indias. Torres era contino de los reyes, es decir,
funcionario al que se le encargaban misiones de confianza. En este caso la Corona le había
asignado la misión de ayudar a despachar la flota de Vespucci, para lo cual estuvo en Jerez y en
Sanlúcar hasta que partieron los navíos.54
48 Pérez de Tudela (1954), p.322. De la transcripción del asiento con los aperadores publicada en la CoDoDes
(doc. 322) podría deducirse que recibieron la mitad del valor del trigo; nada más lejos de la realidad, se trata de
una grave errata debida a la omisión de cinco líneas de texto. Véase transcripción corregida en el apéndice
documental.
49 En el legajo CONTRATACION,3249 están consignados los salarios de los agricultores (folios 79r-80v), los
gastos de compra en Jerez de las seis reses y los aperos de labranza (87r-87v), así como el gasto de transporte de
los aperos de Jerez a Sanlúcar (90r); en el inventario de salida (96r) consta el embarque en Sanlúcar de los
aperos y de las cuatro vacas pero curiosamente no de los dos bueyes, de los que se desconoce el paradero. No se
dice explícitamente dónde embarcaron los agricultores pero es muy probable que lo hicieran en el mismo lugar
que sus herramientas y animales, es decir, en Sanlúcar.
50 Del Río Moreno, Justo L., y Lorenzo E. López y Sebastián. «Hombres y ganados en la tierra del oro: Comienzos
de la ganadería en Indias». Revista Complutense de Historia de América, n.º 24 (1998): 11-45.
http://revistas.ucm.es/index.php/RCHA/article/view/RCHA9898110011A
51 Pérez de Tudela (1955), p.50.
52 AGI. CONTRATACION,3249, folio 93r. En expediciones anteriores se había embarcado ganado en La Gomera, no
en Tenerife.
53 El vino embarcado por Vespucci se menciona entre las mercancías recuperadas de la carabela de Sasueta tras
el naufragio. AGI. CONTRATACION,3249, folio 98r. Transcrito en CoDoDes, documento 330.
54 AGI. CONTRATACION,3249, folio 94v. Véase transcripción completa en apéndice documental.
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En aquellos días de invierno de 1496 coincidieron por tanto en Sanlúcar de Barrameda
dos de los mayores expertos en travesías a las Indias – Peralonso Niño y Antonio de Torres – junto
a varios marinos que habían completado al menos un viaje de ida y vuelta, como Juan de Umbría,
Pero Sánchez de la Puebla o Francisco Ojuelos. Los neófitos Vespucci y Sosa tuvieron así a su
disposición, para revisar el plan de su expedición, a un equipo de lujo en cuanto a conocimientos
sobre la navegación transatlántica, solo igualado por el grupo de marinos que en aquellos
momentos se encontraba con Colón en las Antillas.
El plan inicial del viaje era sencillo: navegar hasta la recién conquistada isla de Tenerife
para comprar ovejas y cabras y, desde allí, cruzar rápidamente el océano hasta la Española para
descargar las provisiones en el puerto de la Isabela, adonde tenían previsto llegar en marzo. 55 A
partir de ese momento, sin embargo, esta expedición de abastecimiento diferiría de las
anteriores. Mientras que las carabelas de Sasueta y Salazar retornarían a España al cabo de
quince días con la cargazón que Colón decidiese enviar, las de Puebla y Ojuelos 56 se quedarían en
las Indias “a descubrir” y “a rescatar” para beneficio de la casa Berardi.
La carta de Vespucci desde Sanlúcar
Durante su estancia en Sanlúcar, Amerigo Vespucci escribió y envió una carta a Sevilla. Lo
sabemos por una anotación en el Libro de armadas que la infatigable Alice Gould transcribió y
publicó hace muchas décadas. Sin embargo, el cotejar la transcripción de la investigadora
estadounidense con el manuscrito original, he encontrado que Gould se saltó una línea, que falta
tanto en la edición impresa de su obra como en su cuaderno de notas. 57 Transcribo a continuación
el apunte en cuestión del Libro de armadas respetando los saltos de línea originales,
desarrollando en cursiva las abreviaturas e indicando en negrita la línea omitida por Gould:
que se dieron a jeronimo rrufaldi para el dicho amerigo
quatro mill marauedies, porque escriuio el dicho amerigo desde
sanlucar que se diesen al dicho jeronimo para le enbiar a
sanlucar de barrameda los quales rreçibio del dicho bernaldo en el
primero de febrero de XCVI
Fragmento transcrito más arriba del folio 81r del Libro segundo de los gastos de las
armadas de las Yndias del anno de 1495 en adelante (AGI.CONTRATACION,3249).
55 Esto se deduce de las cantidades entregadas para mantenimiento hasta la llegada a destino. El 14 de enero de
1496 se le dieron 1.800 maravedíes a Alfonso de Espinosa para el mantenimiento de tres personas a razón de 12
mrs cada día (AGI. CONTRATACION,3249, folio 81r; transcripción completa en apéndice). Dividiendo 1.800 entre
12 y 3 se obtienen 50 días de travesía desde Sevilla.
56 Fue Gould (1984), p. 310, quien dedujo cuáles eran las dos carabelas que se quedarían en las Indias.
57 Gould (1984), pp. 317-318. La anotación está en el folio 81r del legajo CONTRATACION,3249. Véase
transcripción completa en apéndice. Agradezco encarecidamente a D. Miguel Ángel Ladero Quesada el haberme
enviado imágenes digitales de los cuadernos de notas de Alice Gould que se conservan actualmente en la Real
Academia de la Historia.
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Gracias a Gould ya conocíamos lo esencial de este episodio: Vespucci había escrito
desde Sanlúcar a una persona que no se nombra y por ello los 4.000 maravedíes que se le
debían fueron entregados por Bernardo Pinelo a Girolamo (Jerónimo) Rufaldi en Sevilla el 1
de febrero de 1496. Este dinero era el pico que faltaba de una partida de 25.000 mrs asignada
por la Corona a Vespucci para la ya mencionada manutención de 46 pasajeros y tripulantes.
Al añadir la tercera línea al texto nos enteramos de que Vespucci pidió en su carta que
los maravedíes se diesen a Rufaldi para que este a su vez se los enviase a él a Sanlúcar. De ello
se deduce que Vespucci preveía estar todavía en Sanlúcar cuando llegasen los 4.000
maravedíes, dato sobre el que volveré más adelante.
Incluso con la nueva línea, el texto sigue sin dejar clara la identidad del destinatario de
la carta de Vespucci. No es difícil, sin embargo, razonar de quién pudo tratarse. Si uno quiere
recibir un pago a través de un intermediario, es lógico informar al intermediario pero sobre
todo es fundamental avisar al pagador para que sepa a quién dirigirse. Pinelo era el pagador
de Vespucci pero en realidad era solo un intermediario financiero a las órdenes del obispo
Juan Rodríguez de Fonseca, representante oficial de la Corona en este negocio y por tanto el
cliente de Vespucci. Es razonable suponer que Vespucci le escribiese a Fonseca dando cuenta
de la feliz llegada de la flota a Sanlúcar y aprovechase para pedir que los 4.000 maravedíes
pendientes le fuesen enviados allí.
El Libro de armadas nos revela por otra parte que Rufaldi cobró el mismo 1 de febrero
otro pago de Pinelo en nombre de Antonio de Torres. 58 El texto dice que se le dieron 1.500
maravedíes a Rufaldi “por carta del dicho Antonio de Torres”, que por tanto debió escribir
desde Sanlúcar, en paralelo a Vespucci, a la persona responsable de pagarle sus gastos de
desplazamiento (“su costa”) con las instrucciones correspondientes. ¿Con qué finalidad? No
tendría sentido que Rufaldi guardase los maravedíes hasta que Torres llegase a Sevilla porque
de eso podría haberse encargado el propio Pinelo. Si Torres pidió que se los diesen a Rufaldi
debió ser para que este hiciera con ellos lo mismo que con los 4.000 maravedíes de Vespucci:
enviárselos a Sanlúcar. Es fácil imaginar que, tras varias semanas adelantando de su bolsillo
los gastos de alojamiento, transporte y comidas, el contino Torres se encontrase escaso de
efectivo para saldar algún pago pendiente en Sanlúcar o para afrontar con seguridad el viaje
de vuelta a Sevilla.
El desastre
Las carabelas levaron anclas el 3 de febrero de 1496 y se hicieron a la mar desde
Sanlúcar. Era la primera vez que una expedición partía de Andalucía hacia las Indias en pleno
invierno, ya que las cinco anteriores habían salido entre finales de abril y mediados de
octubre.
Por desgracia, los planes se truncaron rápidamente. Una tormenta se abatió sobre la
flota al poco tiempo de partir. Lo que pasó a continuación se narra de manera concisa en un
apunte del Libro de armadas, que transcribo aquí modernizado para facilitar su lectura:
Las dichas cuatro carabelas partieron de Sanlúcar de Barrameda miércoles tres días de
febrero de noventa y seis años, y con fortuna y tormenta el lunes adelante ocho días del dicho
mes de febrero volvieron y se perdieron y dieron al través como plugo a nuestro señor: la
carabela de Juan de Sasueta cerca de Rota, y las carabelas de Juan de Salazar y Gómez
58 AGI. CONTRATACION,3249, folio 94v. Véase apéndice documental. Este fragmento fue transcrito por Gould en
su cuaderno de notas pero había permanecido inédito hasta el día de hoy.
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Fernández de la Puebla entre la almadraba de Hércules y Cádiz, y la carabela de Francisco
Ojuelos en la isla de Tarifa; de las cuales se salvó toda la gente salvo tres hombres que se
ahogaron de la carabela de Francisco Ojuelos.59
“Dar al través” una nave significa, según el Diccionario de la Real Academia Española,
“tropezar por los costados en una roca, o costa de tierra, en que se deshace o vara”. Las
carabelas quedaron por tanto varadas en la costa, rotas pero sin llegar a hundirse. El texto
afirma que las carabelas primero “volvieron” y después “se perdieron y dieron al través”. Mi
interpretación es que el capitán Sosa, viendo la tormenta que se les venía encima, ordenó dar
media vuelta y tratar de refugiarse en algún puerto. Eso perdió a sus naves, al empujarlas el
oleaje contra la costa, pero por otra parte pudo ser lo que salvase casi todas las vidas.
La carabela capitana encalló en una playa cercana a Rota. Las naves de Salazar y Puebla
vararon no muy lejos de allí a vuelo de pájaro, entre la ciudad de Cádiz y la isla de Sancti Petri,
donde se encontraba la almadraba de Hércules, propiedad de la Corona desde 1492. La
carabela de Ojuelos, por el contrario, se separó mucho del grupo y acabó en Tarifa. Fue la que
más sufrió, ahogándose tres hombres que no he podido identificar y quedando muy dañada su
carga.60 Curiosamente, esta nave encalló el día 7 de febrero, un día antes que las demás. 61
Itinerario de las carabelas de Berardi – Vespucci desde su partida de Sevilla.
59 AGI. CONTRATACION,3249, folio 97r. Véase transcripción fidedigna en apéndice documental. La primera
noticia impresa de este suceso la dio en 1829 Martín Fernández de Navarrete. Viages menores y los de Vespucio,
poblaciones en el Darien, suplemento al tomo II. Colección de los viages y descubrimientos, que hicieron por mar los
españoles desde fines del siglo XV, III. Madrid: Imprenta Nacional, 1829, pp. 316-317. Gould (1984) reprodujo este
fragmento íntegro en pp. 309-310.
60 En el legajo CONTRATACION, 3249, folio 97v se lee que “los cascos en que estava” el vino y el vinagre que
transportaba esta carabela “eran tan atormentados de la mar que no se pudieron de ally traher”.
61 Esta fecha se deduce de la minuta de gastos del escribano Juan de Zamora, que iba a bordo de la carabela de
Ojuelos y se encargó de coordinar el rescate de su cargamento: “al dicho juan de çamora de su costa e
mantenimiento de comer e posada desde syete de hebrero fasta dies e seys de abril que vino a seuilla...” AGI.
CONTRATACION,3249, folio 97v.
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La noticia del naufragio llegó a Sevilla mediante un mensajero enviado desde Rota. 62
Juan Rodríguez de Fonseca fue el encargado de comunicar la mala nueva a la Corte, donde es
de suponer que sentaría como un jarro de agua fría en aquel febrero de 1496. Debía haber ya
inquietud por las carabelas de Aguado, que habían partido hacia las Indias en agosto y aún no
habían vuelto. No podían saber en la Corte que las cuatro naves se habían hundido poco
después de llegar a la Española por culpa de un huracán, por suerte después de descargar sus
preciosas provisiones. Las últimas noticias llegadas de la incipiente colonia eran las traídas
por Torres con fecha de febrero de 1495, hacía ya un año. La pérdida de las cuatro carabelas
de Vespucci significaba que el aprovisionamiento y el intercambio de noticias iban a retrasarse
todavía más.
¿Se embarcó Vespucci?
¿Dónde estaba Vespucci cuando sucedió este naufragio? ¿Se había quedado en Sanlúcar,
despidiendo a la flota desde tierra, o había embarcado en una de las carabelas? Varios
historiadores han emitido opiniones contradictorias. Alice Gould encontró en el Libro de
armadas dos indicaciones que le llevaron a avanzar la hipótesis de que Vespucci habría ido a
bordo de la carabela capitana, la de Sasueta y Peralonso Niño. 63 “Amerigo Bespuche”, se lee en
el Libro, modernizando el lenguaje, recibió dinero para “que él diese mantenimiento a la gente
que iba a sueldo y a servir sin sueldo en las Indias [...] y que les dé de comer hasta que lleguen
los navíos a las Indias”. Tomada en sentido literal, la última frase (subrayada en el libro de
Gould) implicaría que Vespucci se embarcó para las Indias junto con la gente a la que tenía que
alimentar. Sin embargo, con una interpretación menos literal también sería imaginable que
Vespucci optase por quedarse en tierra y delegar su tarea en algún tripulante. Además, el rol
detallado (Tabla 1) revela que había gente a mantener en cada una de las cuatro carabelas, por
lo que es físicamente imposible que Vespucci pudiese entregarles sus raciones a cada uno de
ellos durante el viaje. Necesariamente habría subalternos encargados de esta tarea en al
menos tres de las cuatro naves.
El otro apunte del Libro de armadas mencionado por Gould es un fragmento de la lista
de la carga rescatada de las carabelas varadas: “Tomáronse dos pipas de vino que se salvaron
de lo que Merigo Bespuche llevaba en la nao de Juan de Sasueta, que se perdió en Rota, que
podría haber en ellas [en blanco], las cuales se tomaron por los bastimentos que se llevarían
de Sus Altezas para el mantenimiento de la gente que iba a sueldo, que era a cargo del dicho
Merigo de les dar de comer para el viaje...” Queda claro que Vespucci, para cumplir su tarea de
alimentar a los pasajeros, había cargado vino en la carabela capitana. Sin embargo, el verbo
“llevar” no implica que Vespucci viajase físicamente con el vino, de la misma manera que la
Corona “llevaba” trigo, vino y el resto de la carga para las Indias en las carabelas sin estar
físicamente presente en las naves. Gould, consciente de la fragilidad de su hipótesis, rogó que
no se tomase “por opinión definitiva nuestra, sino como una mera posibilidad.”
Juan Pérez de Tudela, sin embargo, aceptó sin discusión la hipótesis lanzada por Gould:
“El futuro descubridor hubo pues de embarcar en las carabelas”, afirmó, y además supuso que
Vespucci tenía previsto tomar parte en la expedición de descubrimiento y rescate prevista. 64
En época más reciente, Consuelo Varela no negó categóricamente la hipótesis de Gould pero
estimó más probable que Vespucci se quedara en tierra. Según Varela, "de no haber fallecido
Berardi, hubiera sido lo lógico suponer que Vespucci formase parte del viaje" ya que en pocos
62 AGI. CONTRATACION,3249, folio 97r.
63 Gould (1984), pp. 317-318. Los apuntes citados se encuentran en los folios 81r y 98r, respectivamente.
64 Pérez de Tudela (1955), pp. 53-55.
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meses habría podido recabar información de primera mano sobre las Indias para hacerse “una
idea mucho más clara acerca del negocio." Sin embargo, para Varela la muerte de Berardi
convertía tal viaje en “descabellado” porque Vespucci necesitaba “preparar la flota que, según
el contrato con los reyes, debía de zarpar en junio siguiente”, en medio de una situación
financiera agobiante.65
Como dije más arriba, Gould cometió una pequeña errata al transcribir un apunte del
Libro de armadas relativo a Vespucci. Por ello ignoró que Vespucci había dado instrucciones
desde Sanlúcar para que se pagasen a Rufaldi los 4.000 maravedíes que aún le debía la Corona
y que Rufaldi se los enviase a dicha ciudad. ¿Cambia algo este pequeño dato la discusión sobre
si Vespucci embarcó en las carabelas o no? Si recordamos que Rufaldi cobró el día 1, que un
mensajero tardaba entre uno y dos días en ir de Sevilla a Sanlúcar y que la flota partió el día 3,
hubo tiempo suficiente – justo pero en teoría suficiente – para que Vespucci recibiese el dinero
antes de que partieran las naves. Por otra parte, tanto si embarcó como si quedó en tierra para
volverse a Sevilla, podía necesitar dinero urgentemente para saldar algunas deudas en
Sanlúcar antes de dejar la ciudad. Ya hemos visto que Antonio de Torres solicitó que su dieta le
fuese entregada a Rufaldi probablemente con la misma finalidad. Ni la fecha de la carta ni el
hecho de que Vespucci requiriese el dinero son, por tanto, en sí mismos argumentos a favor o
en contra de que se embarcase en la expedición.
No obstante, hay un detalle en esta misiva del que sí se deduce que probablemente
Vespucci no se hiciese a la mar con las carabelas. Si hubiese tenido intención de emprender
tan largo viaje, lo lógico es que antes de partir de Sevilla hubiese arreglado sus asuntos
adecuadamente. En particular le habría otorgado a su compañero Rufaldi algún tipo de poder
notarial para que pudiese cobrar dinero en su nombre, tarea esencial ya que en este caso
Rufaldi iba a afrontar en solitario la organización de las dos armadas de abastecimiento
restantes a que se había comprometido Berardi. Vespucci también habría avisado a Fonseca de
entregar cualquier pago restante a Jerónimo Rufaldi, ya que él no regresaría a Sevilla por
mucho tiempo. Sin embargo en su carta enviada desde Sanlúcar Vespucci solicitó “que se
diesen al dicho jeronimo” los 4.000 maravedíes. El hecho de que Vespucci tuviese que
explicitar desde Sanlúcar que su dinero se entregase a Rufaldi indica que no lo había hecho
previamente desde Sevilla y constituye, por ello, un argumento en contra de que tuviese
previsto embarcar en las carabelas.
En mi opinión lo más probable es que Vespucci despidiese a las carabelas desde el
puerto de Sanlúcar el 3 de febrero y esperase allí junto a Antonio de Torres la llegada de los
maravedíes remitidos por Rufaldi. Una vez recibido el dinero y saldadas sus deudas
pendientes, ambos emprenderían el camino de vuelta a Sevilla remontando el Guadalquivir en
alguna barca de pasajeros. Si llegaron antes del día 8, sería en la capital bética donde tendrían
noticia del desastre ocurrido a la expedición.
Salvamento de la carga
En torno a las carabelas varadas, se movilizaron esfuerzos para recuperar tanta carga
como fuese posible. Se consiguió salvar buena parte de los víveres, sobre todo de la carabela
de Rota. No se menciona en la documentación ni a los bueyes ni a las vacas, así que no
debieron sobrevivir al naufragio. Las cuentas de gastos del rescate nos dan detalles tan nimios
como cuánto costó el candado de una lonja de Cádiz en la que se guardaron unos toneles 66
65 Varela (1988), pp. 60-61.
66 AGI. CONTRATACION,3249, folio 98r.
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pero no nos dicen absolutamente nada sobre el paradero de Vespucci durante estas semanas.
¿Se desplazó hasta Rota o Cádiz para ayudar en las tareas de salvamento? No lo sabemos. Lo
único que se puede asegurar es que no recibió ningún pago de la Corona en este tiempo. De
hecho su nombre no vuelve a figurar en ningún documento oficial castellano hasta cuatro años
más tarde, en 1500.
El contrato entre Berardi y la Corona había previsto el caso del naufragio de las
carabelas:
Item: Que si, lo que Dios no quiera, los dichos navíos después de cargados a la ida o a la
venida se perdieren, que el dicho Juanoto no sea obligado a pagar la cargazón ni a volver el flete
que hubiere recibido, ni sus Altezas sean obligados a le pagar a él cosa alguna. 67
Por tanto, los herederos de Berardi no tuvieron que devolver los 500.000 maravedíes
ya cobrados de la Corona en concepto de flete ni indemnizar a la Corona por las mercancías
perdidas. Incluso así, el naufragio de la flota debió dejar un grave agujero financiero en las
cuentas de la casa Berardi. Como no se conservan los contratos firmados entre Berardi y los
maestres de las carabelas, no sabemos cuánto habían cobrado estos últimos por fletar sus
navíos pero a un precio de 2.500 maravedíes por tonelada – que era lo que Fonseca solía
pagar – los florentinos habrían comprometido unos 750.000 maravedíes, de los que no
sabemos cuántos habían llegado a desembolsar. Lo más grave, con todo, era el lucro cesante:
las dos carabelas que iban a “descubrir y rescatar” por el Caribe habían sido la última apuesta
de Berardi para reequilibrar sus precarias finanzas, apuesta en la que había centrado los
esfuerzos de su último año de vida. Tras el naufragio ya no les quedaba a los herederos de
Berardi ningún negocio a la vista con el que alcanzar a devolver sus deudas. Faltos de capital,
no podían cumplir su compromiso de armar otras ocho carabelas para la Corona a precio de
saldo. Quedaban abocados a la ruina económica, y con ellos arrastraron a Vespucci que,
muchos años más tarde, en su testamento de 1512, recordaría que los herederos de Berardi
aún le adeudaban 144.000 maravedíes.
Una nueva armada
La carta en la que Fonseca informó del naufragio a los Reyes se ha perdido pero sí se
conserva un breve resumen de la respuesta. 68 En carta a Fonseca fechada a 28 de febrero de
1496 en Tortosa, los Reyes se lamentaron sobre todo por el impacto de la pérdida de las
provisiones sobre la situación en la Española: “aunque se salvo la gente haran alla gran falta
los mantentenimientos”. Inmediatamente ordenaron a Fonseca que proveyera al menos dos
nuevas carabelas para enviar a la Española. Como es lógico, la Corona asumía que el contrato
con Berardi era ya papel mojado. En carta separada, los reyes le ordenaron a Antonio de
Torres que ayudase a Fonseca a organizar la nueva flota.
Fonseca puso en pie rápidamente una nueva flotilla. A mediados de marzo ya tenía
firmados los contratos con los dueños de dos carabelas a los que les pagaría el flete a 2.500
maravedíes por tonelada.69 El mes siguiente contrató una tercera embarcación, una nao
67 Versión modernizada de la copia del contrato en AGI. CONTRATACION,3249, folios 60v-61v. Se conserva otra
copia en AGI. PATRONATO,9,R.1, folios 126r-127r, que está transcrita en CoDoDes, documento 277.
68 Carta de los Reyes a Fonseca. Tortosa, 28 de febrero de 1496. Extracto realizado en el siglo XVIII por Juan
Bautista Muñoz, conservado en la Real Academia de la Historia. Colección Muñoz, tomo 75, folio 185r. Transcrito
en CoDoDes, documento 328.
69 Asientos de Fonseca con García Álvarez, San Juan de Ajanguis y Juan Fernández del Alcoba. Sevilla, 16 de
marzo y 18 de abril de 1496. AGI. CONTRATACION,3249, folios 115v-116v Transcritos en CoDoDes, documento
329.
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bretona, que era una embarcación de mayor capacidad de carga que la carabela pero más
lenta.
Los hombres de Fonseca empezaron a comprar todo lo necesario para la nueva
expedición. Las cuentas se conservan en el Libro de armadas y detallan qué es lo que se
recuperó de las carabelas de Vespucci y qué es lo que hubo que comprar nuevo. Empezaron a
cargar los navíos el 10 de mayo, las dos carabelas en Cádiz y la nao bretona en el Puerto de
Santa María.70
En los contratos se especificaba que las naves, tras llegar a la Española, deberían pasar
allí 30 días y después traer a todos los pasajeros que quisieran regresar a España pero no se
les encargaba ninguna expedición de descubrimiento y rescate. Se trataba de un viaje
puramente de ida y vuelta, igual que todos los anteriormente organizados por Fonseca. Esto
llevó a Pérez de Tudela a observar que "el golpe de mala fortuna [de Vespucci] retrasó muy
probablemente en dos años la apertura de una nueva etapa en la gesta descubridora." 71 En
efecto, tras el intento fallido con Berardi y Vespucci, la Corona no volvió a autorizar a
particulares a hacer expediciones de descubrimiento y rescate a las Indias hasta 1499.
Tres de los pilotos de la malograda flotilla de Vespucci se enrolaron con el mismo título
en la organizada por Fonseca: Peralonso Niño, que seguía siendo el “piloto mayor”; Juan de
Umbría y Pero Sánchez de la Puebla. No sé qué fue del cuarto piloto, Domingo Martín, ni del
capitán Sosa. Fonseca no contrató a ningún capitán, por lo que la escuadra quedó bajo el
mando efectivo de Niño.72
Es lógico suponer que al menos parte del personal asalariado de la Corona que había
embarcado en las naves de Berardi subiese también a la nueva flotilla. Esto se deduce del
hecho de que a ninguno de los pobladores se les rescindió el contrato y tampoco consta que se
firmasen contratos con nuevos candidatos a pobladores. 73
¿Y qué fue de nuestro protagonista? En un próximo artículo discutiré la posibilidad de
que Vespucci también se embarcase en esta expedición capitaneada por Niño, la cual habría
representado en ese caso el “primer viaje” de Vespucci al continente que hoy lleva su nombre.
70 Gould (1984), p.319. En los contratos con los maestres, Fonseca dejó indefinido el lugar donde se cargarían las
naves, estipulando que tendrían que acudir "aquí a seuilla, o a sant lucar de barrameda, o a cadiz donde el señor
obispo señalare e quando lo mandare".
71 Pérez de Tudela (1955), p.53
72 Por ejemplo fue Niño el encargado de comprar ganado en la Gomera, tarea típicamente atribuida a los
capitanes de las flotas. Véase Gould (1984), pp. 319-320.
73 Pérez de Tudela (1955), p. 53.
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17
Apéndice de tablas
Tabla 1: Tripulantes y pasajeros identificados
Tripulantes y pasajeros identificados de las cuatro carabelas partidas de Sanlúcar el 3 de
febrero de 1496. Se desconocen los nombres de casi todos aquellos que no recibieron sueldo
de la Corona.
Oficio
Nombre (ortografía
actualizada)
capitán
Jorge de Sosa
maestre
Juan de Sasueta
piloto
Origen
geográfico
Carabela
Sasueta
Sueldo de
la Corona
(mrs/mes)
no consta
Notas
Sasueta
Pedro Alonso Niño
San
Sebastián
Moguer
maestre
Juan de Salazar
Santoña
Salazar
piloto
Juan de Umbría
Moguer
Salazar
maestre
Francisco Ojuelos
Moguer
Ojuelos
piloto
Domingo Martín
Moguer
Ojuelos
maestre
Cádiz
Puebla
contramaestre
marinero
Gómez Fernández de la
Puebla
Pedro Sánchez de la
Puebla
Gonzalo García Ojuelos
Juan Rodríguez de Miñaca
Sevilla
Salazar
1000
marinero
Juan Martínez de Orduña
Sevilla
Salazar
1000
Yerno del anterior
marinero
Alfonso Rodríguez
Palos
Ojuelos
1000
Se quedaría en las Indias
marinero
Rodrigo
Moguer
Ojuelos
1000
Se quedaría en las Indias
marinero
Juan de Zamora
Sevilla
¿Ojuelos?
1000
marinero
Martín Sánchez de ¿Maya?
Sevilla
marinero
marinero
Cristóbal Sánchez de la
Puebla
Alfonso de Plasencia
marinero
Francisco Verdasco
marinero
marinero
Francisco Rodríguez
¿Lavandero?
Diego Gil
grumete
Juan ¿Clemente?
Ojuelos
666
No confirmado; fiador de 2
grumetes de Ojuelos
Se quedaría en las Indias
grumete
Pedro Camacho
Ojuelos
450
Se quedaría en las Indias
piloto
Sasueta
Puebla
1500
Piloto Mayor de las Indias;
sueldo total: 2.500
1000
Sueldo total: 2.000
1000
Sueldo total: 2.000
1000
Sueldo total: 2.000
¿Ojuelos?
1000
¿Puebla?
1000
¿Ojuelos?
1000
¿Quizás hermano de Pedro
Sánchez de la Puebla?
1000
Moguer
¿Ojuelos?
Moguer
¿Ojuelos?
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1000
18
Oficio
Nombre (ortografía
actualizada)
grumete
Nicolás de Salinas
Ojuelos
grumete
Pedro ¿Canario?
Puebla
666
grumete
Fernando de Betanzos
¿Ojuelos?
450
grumete
Juan Pastor
¿Ojuelos?
600
escribano
Antón Vidal
Sevilla
Ojuelos
600
escribano
Juan de Zamora
Moguer
Ojuelos
escudero
Alfonso de Espinosa
600
no consta
0
herrero
Mujer de Alfonso de
Espinosa
Gutierre Díaz de
Ribadeneyra
Simón Pérez
albañil
Juan de Carmona
e. h. t.74
Francisco de Medina
¿Puebla?
600
e. h. t.
Rodrigo Izquierdo
¿Puebla?
600
e. h. t.
e. h. t.
Martín Sánchez de
¿Aglera?
Juan Bravo
Baena
¿Ojuelos?
600
e. h. t.
Pedro de Torres
Plasencia
¿Ojuelos?
600
e. h. t.
Diego Benítez
Sevilla
¿Ojuelos?
600
e. h. t.
Cristóbal de Velasco
Salamanca
¿Ojuelos?
600
e. h. t.
Juan de Alba de Tormes
600
e. h. t.
Alfonso de Marchena
600
e. h. t.
Alfonso de Córdoba
350
e. h. t.
Juan de Medina del Campo
e. h. t.
Pedro de Pastrana
e. h. t.
Francisco de Écija
e. h. t.
Alfonso de Madrid
420
e. h. t.
Pedro de Soria
275
escudero
Origen
geográfico
Carabela
¿Sasueta?
600
600
600
¿Sasueta?
375
Pastrana
¿Sasueta?
375
Écija
¿Sasueta?
375
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Notas
Se quedaría en las Indias
Se quedaría en las Indias
Llevó las cuentas del rescate
de la carabela de Ojuelos
600
74 e. h. t. = “escudero u hombre trabajador”
19
Sueldo de
la Corona
(mrs/mes)
400
Oficio
Nombre (ortografía
actualizada)
Origen
geográfico
Carabela
aperador
Andrés (de) Quemada
Jerez
Sueldo de
la Corona
(mrs/mes)
1250
aperador
Juan de Cartaya
Jerez
1250
gañán
Alfonso Martín Escudero
¿Jerez?
750
gañán
Pedro Gómez
¿Jerez?
750
gañán
Juan (de) Grajales
¿Jerez?
750
gañán
Juan de Castro
¿Jerez?
625
gañán
Ferrán García Barriga
¿Jerez?
542
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Notas
20
Tabla 2: Carga de las carabelas
Carga inventariada en cada carabela a la partida de Sevilla. No incluye la artillería ni los
mantenimientos para el viaje. Posteriormente en Sanlúcar se cargaron aparejos de labranza
(en la carabela de Salazar) y animales de labor.
Ojuelos
Salazar
Puebla
14 toneles
y 6 pipas
80 cahíces
14 toneles
y 10 pipas
75 cahíces
10 toneles
y 6 pipas
3.300 arrobas
60,0
Trigo
22 toneles
y 13 pipas
140 cahíces
295 cahíces
147,5
Bizcocho
62 quintales
45 quintales
45 quintales
48 quintales
200 quintales
13,3
Vinagre
4 botas
3 botas
4 pipas
4 pipas
443,5 arrobas
8,2
Aceite
2 pipas
1 tonel
1,0
8 barriles
?
94 arrobas
1,7
3 barriles
3 barriles
0,5
4 líos
122,4 arrobas
2,2
126,5
fanegas
46 fanegas
126,5 fanegas
5,3
46 fanegas
1,9
5,2 arrobas
0,1
Vino
Carne
salada
Tocinos
2 barriles
2 barriles
2 barriles
43 unidades
Atún
Pescado
de cuero
Garbanzos
2 barriles
7 líos
5 líos
4 líos
Almendras
Total
Total
(toneladas)
Sasueta
Quesos
47 unidades
Cebada
32 fanegas
20 fanegas
20 fanegas
720 fanegas
66 cahíces
33,0
8 pipas
4 pipas
4 pipas
4 pipas
20 pipas
10,0
44,8 arrobas
0,8
22 unidades
?
Agua
Anclas
Costales
Sebo
Pólvora
Otros
21
18 unidades
12 unidades
5 unidades
5 unidades
2 quintales
2 quintales
2 quintales
2 quintales
8 quintales
0,4
5 arrobas
3,5 arrobas
3,5 arrobas
3,5 arrobas
15,5 arrobas
0,3
1 farol
3 sacas de paja
?
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Apéndice documental: Transcripciones del Libro segundo de los gastos de las armadas de las
Yndias del anno de 1495 en adelante (AGI.CONTRATACION,3249)
Convenciones de transcripción
Las transcripciones de este apéndice documental se han realizado según el principio de
respetar al máximo la grafía original:
- Se han conservado las ‘u’ y ‘v’ según aparecen en el documento, independientemente del
fonema que representan.
- Se han conservado las ‘ç’ y las letras dobles, incluso la ‘rr’ escrita al principio de palabra.
- No se han añadido acentos.
- Se han preservado los signos de puntuación originales, que se detallan en la tabla siguiente:
Signo de puntuación original
Transcripción
§
,
.
Significado
Introduce un nuevo párrafo o un
elemento de una lista, de manera similar
a nuestras actuales “listas con viñetas”.
Similar a nuestra coma o punto y
seguido.
Similar a nuestro punto y coma o punto y
seguido.
- Por otra parte se ha utilizado el signo “/” para indicar salto de línea dentro de un párrafo, y
los corchetes “[ ]” para introducir comentarios de transcripción.
- Las diferentes grafías de cada letra se han representado únicamente con la actual forma
minúscula. No se han usado letras mayúsculas para nombres propios ni al comienzo de cada
frase.
- Se han desarrollado en cursiva todas las palabras contraídas y abreviaturas salvo ‘mrs’ (que
significa maravedíes) cuando se utiliza repetidamente en apuntes contables..
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22
Asiento con los aperadores (folio 68v)
El contrato entre Juan Rodríguez de Fonseca y los dos aperadores jerezanos fue
anotado en el folio 68v del Libro de armadas. Se encuentra transcrito en la CoDoDes
(documento 322, p.878) pero con la omisión de cuatro líneas, por lo que estimo conveniente
proporcionar aquí una nueva transcripción.
§ los aperadores e gannanes que fueron en las dichas quatro carauelas / e el asiento que con ellos se
tomo
aperadores
§ andres de quemada veçino de xeres aperador
§ johan de cartaya veçino de xeres aperador
§ los dichos dos aperadores se ygualaron con el obispo de / badajos don iohan de fuenseca75 en
nonbre de sus altesas / que yran a las yslas de las yndias leuandolos dios / en saluamento e ydos alla
que buscaran logar dispu / esto [tachado: para] en la ysla espannola para arar76 e senbrar / trigo e si
el logar donde ovieren de labrar estouiere mon / tuoso lo desmontaran y faran desmontar e
desmontandolo labraran / segund la dispusyçion de la tierra y senbraran pan e sen / brado
aguardaran alla el fruto que dios quisiere dar fasta / santa maria de agosto primero del anno de
noventa y seys annos / y que sea cogido el dicho pan sy dios lo diere que se puedan / venir e vengan
en qualquier de los navios que alla estouieren [?] / e sy no estouieren navios en los primeros navios
que oviere / e que no sean detenidos en ninguna manera e que del trigo / que cogieren dios
queriendo traygan de ello la cantydad que vieren / que cunple y con ello testimonio de escriuano
como lo senbraron e / cogieron en la ysabela, y que ayan cada vno de ellos quinse / mill marauedies
por vn anno. el qual anno comiença a postrimero / de otubre del anno de noventa y çinco annos. 77
de los quales / les sean pagados la mitad luego e la otra mitad al / tornaviaje. e sy mas estouieren de
vn anno ganen / al rrespeto. lo qual todo ayan de haser dandoles bueys / o vacas o yeguas. e los
otros pertrechos e aperos que a la / lauor perteneçen e la gente que ouieren menester de mas / de la
que conpete a su cargo, e otrosy que les sea dado el man / tenimiento juntamente por su parte
juntamente [sic] para todo / el tienpo que estouieren en haser lo suso dicho fasta ser venidos / a
castilla. lo qual paso ante johan suares escriuano en XXII de otubre de XCV annos
75 CoDoDes: “fonseca”
76 CoDoDes: “corar”
77 En la CoDoDes falta todo el texto desde “y con ello...”
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Libro segundo de los gastos... , folio 68 verso. Copia del asiento con los aperadores.
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24
Pagos por mantenimiento de tripulantes y pasajeros (folio 81r)
§ lo que se gasto en el mantenimiento de la gente que fue a las yndias en las dichas quatro /
carauelas que se despacharon en el dicho mes de enero del anno de nouenta y seys annos / es lo
siguiente
§ fizose yguala con amerigo bespuche que el diese mante / nimiento a la gente que yba a sueldo e a
seruir syn sueldo / en las yndias en esta manera a jorge de sosa capitan e a / dos aperadores de
labrança dies e seys mrs cada vno cada / dia e por la otra gente dose mrs cada vno cada dia e que
les / de de comer fasta que lleguen los navios a las yndias donde / ovieren de descargar, exçebto a
alfonso de espinosa e a / su muger e a ximon peres herrero que a estos se les pago el /
mantenimiento por su parte, e en cuenta de lo que montare el man / tenimiento de la dicha gente, se
pagaron al dicho amerigo bespu / che los mrs syguientes
§ rreçibio de bernaldo pinelo quinse mill mrs en XII de enero de XCVI annos
§ rreçibio del dicho bernaldo pinelo seys mill mrs en XIX de enero del dicho anno
§ que se dieron a jeronimo rrufaldi para el dicho amerigo / quatro mill mrs, porque
escriuio el dicho amerigo desde / sanlucar que se diesen al dicho jeronimo para le
enbiar a / sanlucar de barrameda los quales rreçibio del dicho bernaldo en el / primero
de febrero de XCVI
U
VI U
IIII U
XV
XXV
§ dio el dicho bernaldo pinelo a alfonso de espinosa / en cuenta del mantenimiento
suyo e de su muger e de / ximon peres herrero mill ochoçientos mrs en XIIII de enero /
de XCVI annos, a las quales tres personas non ha de dar de / comer el dicho amerigo, y
han de auer dose mrs cada vno cada dia
25
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I
U
U DIII
Libro segundo de los gastos..., folio 81 recto. Pagos por mantenimiento.
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26
Pago a Antonio de Torres (folio 94v)
[Esta página es la segunda y última de una lista titulada “Salarios de las personas que siruieron en
el despacho de las dichas quatro / carauelas”]
§ a antonio de torres para su costa del tienpo que / estouo en xeres y en santlucar de
barrameda enten / diendo en el despacho de las carauelas fasta que se / partyeron mill
quinientos marauedies los quales se dieron / a jeronimo rrufaldi en seuilla por carta
del dicho / antonio de torres diogelos bernarldo pinelo en / primero de hebrero de
I
UD
XCVI
[El párrafo anterior está tachado y en el margen izquierdo una nota dice:]
quitanse de aqui estos / mill e quinientos mrs / por quanto se le dieron / en pago al dicho antonio /
de torres en cuenta de tre / ynta mill mrs que sus altesas le fisieron merçed / para ayuda de costa
este / anno de XCVI. que esta en el libro prosimo a fojas 45 [?]
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Libro segundo de los gastos..., folio 94 verso. Pago a Antonio de Torres.
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28
Noticia sobre el naufragio (folio 97r)
§ las dichas quatro carauelas partieron de santlucar de ba / rrameda miercoles tres dias de
febrero de noventa e / seys annos e con fortuna y tormenta el lunes adelante ocho dias del
dicho mes de hebrero78 boluieron e / se perdieron e dieron al traves como plugo a nuestro /
sennor, la carauela de johan de sasueta çerca de rrota e / las carauelas de johan de salasar
y gomes ferrandes de la pu / ebla entre la almadraua de ercoles e cadis, e la / carauela de
françisco ojuelos en la ysla de tarifa, de las / quales se saluo toda la gente saluo tres onbres
que se ahogaron de la carauela de françisco ojuelos, e los marauedies / que se gastaron en
rrecojer e poner en rrecabdo e rre / parar las cosas que de las dichas carauelas se saluaron
son / los syguientes
§ a vn mensajero que vyno de rrota a seuilla a haser / saber como se perdio ally la
caravela de johan de sasueta / ocho rreales son CCXLVIII. pagolos pero ferrandes del
alcoba
§ a otro mensajero que fue a tarifa a saber de la caravela de / françisco ojuelos quando
vino la nueva que se avia perdido / ally seysçientos e çinquenta mrs pagolos el dicho
pero ferrandes
§ a sancho varquero por flete de traher de cadis e de rrota / a seuilla çiertos tollos y
almendra en casca de lo / que se saluo de las carauelas. quinze rreales pagolos el
dicho / pero ferrandes son CCCCLXV
[nota al margen izquierdo:] esta almendra se perdio e no / valio nada por que por ser /
mojada del agua salada / se torno salada e aze / ytosa
§ a juan suares que fue de seuilla a rrota a haser pesquisa / sobre las cosas que dezien
que se avien hurtado quando / la carauela dio al traves seteçientos e çinquenta mrs
pagolos / el dicho pero ferrandes
§ alonso rrodrigues çeuada [?] escriuano de xeres que fue de xeres a rrota por /
escriuano de la dicha pesquisa ocho rreales. diogelos juan / fernandes del alcoba de
los mrs que fueron a su cargo de / gastar para las tres caravelas que partieron este
anno
CCXLVIII
DCL
CCCCLXV
DCCL
CCXLVIII
II
[La lista de gastos continúa en las páginas siguientes del manuscrito.]
78 La palabra “hebrero” está sobreescrita con tinta más oscura sobre una palabra que podría ser “março”.
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U CCCLXI
Libro segundo de los gastos..., folio 97 recto.
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