1 IIN NS ST TIIT TU UT TO OM MIIT TH HIILLA A CURSO DE RAJA YOGA ESOTÉRICO Y SÍNTESIS GRUPAL TRATADO LOS YOGAS SUTRAS DE PATANJALI Compilado por: Francisco Redondo Segura E-mail: [email protected] 2 ÍNDICE Pag. Consideraciones preliminares ………………………………………………. 7 LIBRO I. El problema de la Unión. ………………………………... 13 a. Definición de las naturalezas superior e inferior. b. Consideración de los obstáculos y su eliminación. c. Resumen del sistema de Raja Yoga. Tema: La versátil naturaleza síquica. LIBRO II. Los Pasos Hacia La Unión. ………………..…………… 173 a. Los cinco obstáculos y su eliminación. b. Definición de los ocho métodos. Tema: Los métodos de realización. LIBRO III. La Realización De La Unión y Sus Resultados … 321 a. La meditación y sus etapas. b. Veintitrés resultados de la meditación. Tema: Los poderes del Alma. LIBRO IV. La Iluminación. …………………………………………….. 465 a. Conciencia y forma. b. Unión o Unificación. Tema: Unidad aislada. Los cuatro libros (sólo los aforismos) ……………………………….. 529 Contacto sobre el Curso ……………………………………………………….. 545 3 4 LOS AFORISMOS DE LA YOGA DE PATANJALI Lo excepcional de este libro es que los Aforismos de la Yoga han sido vertidos al idioma inglés, de los aforismos originales en sánscrito y dictados telepáticamente por El Maestro conocido como El Tibetano o D.K (Djwal Kool) a la Sra. Alice A. Bailey. Los primeros comentarios fueron escritos por ella y posteriormente sometidos a la revisión de El Tibetano para su aprobación. Posteriormente para una elaboración más minuciosa de este tratado hemos ampliado los comentarios para que sean aún más asequibles a nuestro trabajo práctico y espiritual. Las Autoridades consultadas son numerosas, entre las que destacan: Dvivedi, Charles Johnston, Rama Prasada, Swami Vivekananda, I.K Taimni, Ganganatha Jha, Rajaram Tookaram. Sentencia espiritual: "Antes de que el alma pueda ver, debe lograrse la armonía interna, y los ojos de la carne deben estar ciegos a toda ilusión. "Antes de que el alma pueda oír, la imagen (el hombre) debe estar sorda a los rugidos y a los murmullos, a los bramidos de los elefantes y a los argentinos zumbidos de la dorada luciérnaga. "Antes de que el alma pueda comprender y recordar, debe unirse a aquel que habla en silencio, así como la mente del alfarero se une primero a la forma que le dará a la arcilla. "Entonces el alma oirá y recordará. "Y entonces hablará la Voz del Silencio al oído interno". La Voz del Silencio Helena Petrovna Blavatsky 5 6 CONSIDERACIONES PRELIMINARES La Ciencia de Raja Yoga o "Ciencia Soberana del Alma", tal como la presenta su exponente principal Patanjali, con el tiempo hallará su más amplia demostración en Occidente, lo cual se debe a que, de acuerdo a la ley cíclica, la quinta raza raíz, la actual (en su quinta subraza) la actual, debe inevitablemente alcanzar su punto culminante. Tal punto, en la economía de la raza, está ejemplificado en el correcto empleo de la mente y su utilización por el alma, para lograr los objetivos grupales y el desarrollo de la conciencia grupal en el plano físico. Hasta ahora, la mente ha sido deificada o prostituida para alcanzar fines materiales. Mediante la ciencia de Raja Yoga, la mente será conocida como el instrumento del alma y el medio por el cual el cerebro del aspirante se iluminará y adquirirá el conocimiento de los asuntos concernientes al reino del alma. De acuerdo a la ley de evolución, la quinta raza raíz debe ocuparse íntimamente de la mente, por ser el quinto principio, y su correspondiente quinta subraza debe hacerlo más estrechamente que ninguna otra. Los estudiantes harían bien en tener presente las siguientes analogías: 1. La quinta raza raíz................ 2. La quinta subraza................. 3. El quinto principio................ 4. El quinto plano..................... 5. El quinto rayo....................... la actual. anglosajona. mente o manas. el mental. conocimiento concreto. Los diversos yogas han tenido su lugar en el desenvolvimiento del ser humano. En la primera raza, puramente física, denominada lemuriana, el yoga impuesto en esa época a la infantil humanidad fue Hatha Yoga, la yoga del cuerpo físico, que enseña el empleo y la manipulación consciente de los diversos órganos, músculos y partes de la estructura física. El problema de los adeptos de esa 7 época, fue enseñar a los seres humanos (que eran poco más que animales) el propósito, significado y empleo de sus diversos órganos, para poder controlarlos conscientemente y comprender el significado simbólico de la figura humana. Por lo tanto, en esos primitivos días, los seres humanos llegaban al portal de la iniciación gracias a la práctica de Hatha Yoga. En aquel entonces, la tercera iniciación, cuyo resultado era la transfiguración de la personalidad, era la más elevada que el hombre podía alcanzar. En la época atlante, el progreso de los hijos de los hombres se lograba mediante la imposición de dos yogas. Primero, la conocida con el nombre de Laya Yoga, la Yoga de los centros, que produjo la estabilización del cuerpo etérico y de los centros en el hombre, y el desarrollo de la naturaleza astral y síquica. Más tarde el Bhakti Yoga, resultado del desarrollo del cuerpo emocional o astral, fue incorporado al Laya Yoga, sentándose las bases de ese misticismo y devoción, que ha sido el incentivo fundamental de nuestra particular raza raíz. El objetivo, en esa época, era la cuarta iniciación. El tema de estas grandes iniciaciones está tratado con mayor extensión en el libro Iniciación Humana y Solar (de Alice. A. Bailey). En la actual quinta raza, la subyugación del cuerpo mental y el control de la mente se logran por la práctica de Raja Yoga y la meta para la humanidad en evolución, es la quinta iniciación, la del adepto. Toda yoga ha ocupado su lugar y ha servido un propósito útil, y resultará evidente que cualquier retorno a las prácticas de Hatha Yoga, o esas que se ocupan específicamente del desarrollo de los centros, por medio de los distintos tipos de prácticas de meditación y ejercicios respiratorios, constituyen, desde cierto aspecto, un retroceso. Hallaremos que mediante las prácticas de Raja Yoga y asumiendo una posición que ejerza un control directriz (que descubrirá quien centre su conciencia en el alma), los otros tipos de yoga resultan innecesarios, por cuanto los resultados de la yoga superior incluyen automáticamente a las inferiores, aunque no a sus prácticas. 8 Cuándo las prácticas de yoga sean estudiadas, se evidenciará que recién ahora ha llegado el día de la oportunidad. Oriente nos ha preservado las reglas desde tiempo inmemorial. Uno que otro oriental (y unos pocos adeptos occidentales) se han valido de estas reglas y se han sometido a la disciplina de esta exigente ciencia. Así se ha conservado, para la raza, la continuidad de la doctrina secreta, la Sabiduría Eterna, y también se ha reunido el personal de la Jerarquía de nuestro planeta. En la época de Buda, gracias al estímulo que Éste produjo, tuvo lugar una gran reunión de Arhats, los cuales alcanzaron la liberación por el esfuerzo autoiniciado. Dicho período marcó, en nuestra época actual, la culminación para Oriente. Desde entonces la oleada de vida espiritual ha afluido constantemente hacia Occidente, y podemos esperar la correspondiente culminación que llegará a su cenit entre los años 1965 y 2025. Para tal fin los adeptos de Oriente y Occidente trabajan conjuntamente, pues acatan siempre la Ley. Este venidero impulso, como en los tiempos de Buda, es de segundo rayo, el cual no tiene relación con ningún impulso de primer rayo, como el que trajo a H. P. Blavatsky. Los impulsos de primer rayo surgen en el primer cuarto de cada siglo y alcanzan su culminación, en el plano físico, en el último cuarto. El interés demostrado ahora por el Raja Yoga, interés que se irá demostrando cada vez más, y el estudio de esta ciencia y de las reglas que proporciona para el desenvolvimiento del hombre, indican la tendencia general de este creciente impulso de segundo rayo. Así llegará el día de la oportunidad. Tres libros deberían estar en manos de todo estudiante: El Bhagavad Gita, El Nuevo Testamento y Los Aforismos de Yoga, porque contienen el cuadro completo del alma y su desenvolvimiento. Los dieciocho capítulos del Gita describen el alma, Krishna, el segundo aspecto, en su verdadera naturaleza como Dios en manifestación, culminando en ese maravilloso capítulo donde Él se 9 revela a Arjuna, el aspirante, como el alma de todas las cosas y el punto de gloria oculto tras el velo de toda forma. En El Nuevo Testamento, donde se describe la vida de un Hijo de Dios en plena manifestación, cuando libre de todo velo, el alma en su verdadera naturaleza camina sobre la tierra. Al estudiar la vida de Cristo, nos damos cuenta de lo que significa desarrollar los poderes del alma, alcanzar la liberación y llegar a ser un Dios, en toda su gloria, caminando sobre la tierra. Los Aforismos de Yoga contienen las leyes de ese devenir, y las reglas, métodos y medios que hacen al hombre, cuando se los sigue, "perfecto, como nuestro Padre en los cielos es perfecto". Paulatinamente despliega ante nosotros un sistema graduado de desenvolvimiento, que lleva al hombre, desde la etapa del hombre bueno común, a través de las de aspirante, iniciado y maestro, hasta el excelso punto de evolución en que se halla ahora Cristo. Juan, el discípulo amado, dijo: "seremos igual a Él, pues le veremos tal como es", y cuando el alma se revela al hombre en el plano físico produce siempre una gran transformación. Cristo dijo: "Cosas más grandes que yo hago, haréis", prometiéndonos "el Reino, el poder y la gloria", siempre que nuestra aspiración y persistencia sean suficientes para conducirnos por el espinoso camino de la cruz y nos permita hollar ese sendero que conduce "al camino ascendente", hasta la cima del Monte de la Transfiguración. ¿Cómo se produce este gran cambio? ¿De qué manera el hombre, víctima de sus deseos y naturaleza inferior, se convierte en el hombre victorioso que triunfa sobre el mundo, la carne y el demonio? Esto sucede cuando el cerebro físico del hombre encarnado llega a ser consciente del yo, el alma; pero esta percepción consciente sólo es posible cuando el verdadero yo puede "reflejarse en la sustancia mental". El alma está inherentemente libre de los objetos y permanece siempre en estado de unidad aislada. Sin embargo, el hombre en encarnación, debe alcanzar, en la conciencia del cerebro físico, la comprensión de estos dos estados del ser. 10 Debe liberarse conscientemente de todos los objetos del deseo y mantenerse, como un todo unificado, desapegado y liberado de todo velo y forma en los tres mundos. Cuando el estado consciente del ser, tal como lo conoce el hombre espiritual, sea también una condición de la conciencia del hombre en encarnación física, entonces se habrá alcanzado la meta. El hombre ya no es la víctima del mundo como cuando se ha identificado con el cuerpo físico. Camina libre "con faz resplandeciente" (Co.), y la luz de su rostro se proyecta sobre todo cuanto encuentra. Sus deseos ya no ponen la carne en actividad, por eso el cuerpo astral no lo subyuga ni lo vence. Por medio del desapasionamiento y equilibrio de los pares de opuestos, se libera del temperamento, sentimientos, anhelos, deseos y reacciones emocionales, característicos de la vida del hombre común y alcanza el punto de paz. El demonio del orgullo, la personificación de la naturaleza mental mal empleada y las deformadas percepciones de la mente, han sido dominadas y queda liberado en los tres mundos. La naturaleza del alma, las cualidades y actividades inherentes a la naturaleza de amor del Hijo de Dios y la Sabiduría que se manifiesta cuando amor y actividad (segundo y tercer aspectos) se unen, caracterizan su vida en la tierra y puede decir como Cristo: "Consumado es". La fecha del nacimiento de Patanjali es desconocida; existe mucha controversia sobre ello. Aunque algunos autores occidentales lo situán entre unos 200 años antes de Cristo, los hindúes, que se supone saben algo más al respecto, fijan una fecha muy anterior, algunos sobre unos cuantos miles de años a.C. Patanjali recopiló las enseñanzas que, hasta la época de su advenimiento, habían sido trasmitidas oralmente durante muchos siglos. Fue el primero en transcribir la enseñanza para los estudiantes, por eso se lo considera fundador de la Escuela Raja Yoga. Sin embargo, el sistema se ha aplicado desde los principios de la raza raíz. Los Aforismos de la Yoga son la enseñanza básica de la Escuela Trashimaláyica, a la cual pertenecen la mayoría de los Maestros de Sabiduría. Mu11 chos estudiosos sostienen que los Esenios y otras Escuelas místicas de entrenamiento y pensamiento, íntimamente relacionadas con el fundador del cristianismo y con los cristianos primitivos, están basadas en el mismo sistema y que sus Instructores fueron preparados en la gran Escuela Trashimaláyica. El contenido de este Libro es, desde el punto de vista esotérico, incalculable. En el se dan los datos y las enseñanzas necesarias para alcanzar la Maestría, la Liberación o Iluminación, de una forma clara y sistemática. Los Yogas Sutras de Patanjali, es sin duda, LA CIENCIA DEL ALMA para esta Era y este Espacio. 12 LOS AFORISMOS DE LA YOGA DE PATANJALI LIBRO PRIMERO “Samadhi Pada” 51 Sutras El Problema De La Unión. d. Definición de las naturalezas superior e inferior. e. Consideración de los obstáculos y su eliminación. f. Resumen del sistema de Raja Yoga. Tema: La versátil naturaleza psíquica. ¿Qué es el yoga? (I.1-I.4) 1. AUM (OM). La siguiente instrucción concierne a la Ciencia de Unión. AUM, es la palabra de Gloria; significa el Verbo hecho carne, y la manifestación del segundo aspecto de la divinidad en el plano de la materia. Este resplandeciente surgimiento ante el mundo de los hijos de la rectitud, se alcanza siguiendo las reglas dadas aquí. Cuando los hijos de los hombres hayan demostrado que también son Hijos de Dios, análogamente el cósmico Hijo de Dios brillará con acrecentada intensidad de gloria. El gran iniciado Pablo tuvo la visión de ello cuando dijo: "toda la creación entera gime a una, y a una está con dolores de parto. . . esperando la manifestación de los Hijos de Dios". (Ro.8:22) Raja Yoga o Ciencia de Unión, da las reglas y los métodos para: 1. Establecer contacto consciente con el alma, el segundo aspecto, el Cristo interno. 13 Libro I 2. Adquirir conocimiento del yo y mantener su control sobre el no-yo. 3. Sentir el poder del ego o alma, en la vida cotidiana, y manifestar sus poderes. 4. Subyugar la naturaleza psíquica inferior y expresar las facultades psíquicas superiores. 5. Establecer contacto armónico entre el cerebro y el alma y recibir sus mensajes. 6. Intensificar la "luz en la cabeza", de modo que el hombre se convierta en una Llama viviente. 7. Descubrir el sendero y convertirse en ese sendero. El estudiante hallará de utilidad las triplicidades detalladas más abajo, especialmente si tiene en cuenta que la columna central contiene los términos aplicables al alma o segundo aspecto. La unión que debe alcanzarse es la del tercer aspecto con el segundo. Esto se logra en la tercera iniciación (la Transfiguración, en terminología cristiana). Posteriormente se sintetizan los aspectos tercero y segundo, unidos con el primero: Primer Aspecto Segundo Aspecto Tercer Aspecto Espíritu Padre Mónada Yo divino Vida Energía La Presencia Alma Hijo (crístico) Ego Yo superior Conciencia Fuerza El Ángel de la Presencia Cuerpo Espíritu Santo Personalidad Yo inferior (o no-yo) Forma Materia El ser humano Debe establecerse una clara diferencia entre el principio crístico, tal como se indica arriba, aspecto espiritual elevado que todo miembro de la humanidad debe alcanzar, y el mismo término aplicado a un personaje de excelso grado que representa ese principio, ya sea el varón de Nazaret, de la referencia histórica, u otro nombre. 14 Libro I 2. Esta Unión (o yoga) se alcanza mediante la subyugación de la naturaleza síquica y la sujeción de la mente (o Chitta), impeliendo que la materia mental tome diversas formas (o Vrittis). Quien trata de obtener la unión tiene que hacer dos cosas: 1. Obtener el control de la "versátil naturaleza síquica". 2. Impedir que la mente asuma las innumerables formas que con tanta facilidad adopta, denominadas frecuentemente (Vrittis) "modificaciones del principio pensante". Ambas otorgan el control del cuerpo emocional, y por lo tanto del deseo, y también del cuerpo mental, manas o mente inferior. El estudiante debe recordar que el deseo incontrolado y la mente desordenada obstruyen la luz del alma y rechazan la conciencia espiritual. La unión es imposible mientras existan barreras, por consiguiente, el Maestro dirige la atención del estudiante (al comenzar sus instrucciones) hacia el trabajo práctico, a fin de liberar esta luz, para que pueda "brillar en un lugar oscuro", es decir, en el plano físico. Debe tenerse presente que, esotéricamente hablando, cuando ha sido controlada la naturaleza inferior puede manifestar la superior. Cuando el segundo aspecto del yo personal inferior, el cuerpo emocional, haya sido subyugado o trasmutado, entonces se verá la luz del Cristo, el segundo aspecto egoico. Posteriormente, en Su luz, la Mónada, el Padre, el Uno, será revelado. En forma similar, cuando el primer aspecto del yo personal inferior, el cuerpo mental, haya sido refrenado, el aspecto voluntad del alma podrá ser conocido, y mediante sus actividades conocerse el propósito del Logos mismo. En la vida espiritual hay ciertas líneas de menor resistencia por las cuales se liberan ciertas fuerzas o energías: a. Emocional ..... intuicional o búdica ..... monádica ..... al corazón del aspirante. b. Mental ......... espiritual o átmica ....... logoica ......... a la cabeza del aspirante. 15 Libro I Por lo tanto al estudiante se le otorga la PALABRA de sujeción o control, como clave de todos sus esfuerzos. Chitta es mente o sustancia mental, el cuerpo mental, la facultad de pensar y de crear formas mentales, la suma total de los procesos mentales. Es el material, regido por el ego o alma, con el cual se construyen todas las formas mentales. La naturaleza psíquica es deseo-mente (kama-manas), el cuerpo emocional o astral posee un ínfimo vestigio de mente; es el material que reviste todos nuestros deseos y sentimientos, por el cual se expresan. Estos dos tipos de sustancia tienen que seguir su propia línea de evolución, y la siguen. De acuerdo al plan logoico, los espíritus o chispas divinas son aprisionados por ella; primeramente son atraídas por la mutua interacción: espíritu y materia. Mediante el control de estas sustancias y el refrenamiento de sus actividades instintivas, dichos espíritus adquieren experiencia y oportunamente la liberación. Así se realiza la unión con el alma, unión conocida y experimentada en el cuerpo físico, en el plano de manifestación más densa, gracias al control consciente e inteligente de la naturaleza inferior. Hemos de comprender claramente qué es Chitta y qué son los Vrittis. Yo tengo ojos. Los ojos no ven. Si eliminamos el centro cerebral que está en la cabeza, los ojos estarán aún allí con la retina completa, y las imágenes de los objetos en ellos; y sin embargo, los ojos no verán. Por lo tanto, los ojos son únicamente un instrumento secundario, no el órgano de la visión. El órgano de la visión es un centro nervioso del cerebro. Los dos ojos no bastan. A veces un hombre está dormido con los ojos abiertos. Allí están la luz y la imagen; pero una tercera cosa se necesita; la mente debe unirse al órgano. El ojo es el instrumento externo; necesitamos también el centro cerebral y la agencia de la mente. Pasan carruajes por la calle y no los oímos. ¿Por qué? Porque la mente no esta16 Libro I ba unida al órgano del oído. Primero tenemos el instrumento después el órgano, y tercero, la mente o ―Chitta‖ unida á los dos. La mente recoge la impresión y la presenta a la facultad determinativa (Buddhi) que reacciona y de esta reacción brota la idea de egotismo. Después esta entremezcla de acción y reacción se presenta a la genuina alma (Purusha) que en dicha entremezcla percibe el objeto. Los órganos (Indriyas) junto con la mente (Manas) la facultad determinativa (Buddhi) y la egoidad (Ahamkára) forman el grupo llamado el instrumento interno (Antahkarana). Son diversos procesos en la materia mental llamada Chitta. Las oleadas de pensamiento en la materia mental se llaman Vrittis, que literalmente significa "vórtice‖. Así vemos que la mente no es inteligente aunque lo parece, porque tras ella está la inteligente alma, el único ser Consciente, pues la mente es tan solo el instrumento por cuyo medio percibe el alma el mundo externo. Tomad este libro. Como tal libro no existe externamente; ya que no lo vemos realmente como es, lo percibimos mediante una impresión tamizada por los sentidos, en este caso, el de la vista. Esa impresión llega hasta el cerebro el cual lo traduce como una imagen, y esa imagen irreal se plasma en la mente. Lo que existe externamente es realmente desconocido e incognoscible, lo que vemos del exterior es sólo una impresión distorsionada en la mente. La forma de un libro, de un elefante o de un hombre no está en el exterior. Todo lo que conocemos de dichas formas es nuestra mental reacción contra la sugestión externa. Dice John Stuart Mil: "La materia es la permanente posibilidad de sensaciones". Lo único externo es la sugestión. El hombre vulgar jamás comprenderá el mundo real porque en cuanto lo intente, lo hará mediante los sentidos físicos (que son órganos sensorios muy limitados), los cuales sólo producen impresiones erró17 Libro I neas, parciales, por lo tanto nunca veraces. Acaso vemos los componentes químicos del libro, del elefante; acaso percibimos sus átomos, su aura, su ser… Para que el Alma, el verdadero hombre que somos, pueda ver la verdad, necesita que la mente (Chitta) permanezca serena, en paz, e iluminada. Sólo entonces el Alma podrá utilizar correctamente la mente como instrumento de contacto con los mundos o planos inferiores. Ahora comprenderemos qué son los Vrittis. El verdadero hombre está tras la mente, y la mente es el instrumento de que dispone, es su inteligencia infiltrada en la mente. Tan sólo cuando el verdadero hombre está tras la mente, es inteligente la mente. Cuando el verdadero hombre la abandona, se aniquila la mente. Así comprendemos que CHITTA es la materia mental, la materia de la mente y Vrittis son las ondas, las ondulaciones que levanta en dicha materia mental una causa externa al chocar con ella, es decir, una impresión.. Estos Vrittis son nuestro universo. No es posible ver el fondo de un lago de agitadas aguas. Sólo es posible ver el fondo cuando ha cesado el oleaje y están tranquilas las aguas. Si el agua es cenagosa o está continuamente agitada no podrá verse jamás el fondo. Si el agua es clara y no hay oleaje, veremos el fondo. El fondo del lago es nuestro verdadero ser. El lago es Chitta y las olas son los Vrittis. 18 Libro I 3. Obtenido esto, el yogui se conoce a sí mismo, tal como es en realidad. Es decir, el Vidente (Purusha) permanece en su propio estado, sin modificaciones. Este aforismo se puede expresar de la siguiente manera: El hombre que conoce las condiciones y las ha cumplido, como se indica en el aforismo precedente: 1. Ve al yo. 2. Comprende la verdadera naturaleza del alma. 3. Se identifica con la realidad interna, no con las formas que la ocultan. 4. Mora en el centro, no en la periferia. 5. Obtiene conciencia espiritual. 6. Descubre y reconoce al Dios interno. Tan pronto como cesa el oleaje y queda el lago tranquilo, vemos el fondo. Así sucede con la mente: cuando está en calma vemos qué es nuestra propia naturaleza sin mezcla alguna, sino tal como es. En los tres aforismos que anteceden se describe el método y la meta en términos claros y veraces, y se prepara el camino para una instrucción más detallada. El aspirante encara su problema; se le da la clave para la solución, y mantiene, ante su ojo investigador, la unión con el alma como recompensa. El siguiente aforismo se abarca brevemente el pasado. 19 Libro I 4. Hasta ahora el hombre interno se ha identificado con sus formas y con las modificaciones activas de éstas. Estas formas son las modificaciones mencionadas en diversas traducciones, que trasmiten la verdad sutil respecto a la infinita divisibilidad del átomo; las envolturas que velan y las transformaciones rápidamente cambiantes, impiden que se manifieste la verdadera naturaleza del alma; constituyen las exteriorizaciones que obstaculizan el resplandor de la luz del Dios interno de las cuales se dice en lenguaje oculto que "proyectan una sombra ante la faz del sol". La naturaleza inherente a las vidas que constituyen estas formas versátiles y activas, ha sido hasta ahora demasiado fuerte para el alma (el Cristo interno, como dice el cristiano) y ha impedido la plena expresión de sus poderes. Los poderes instintivos del "alma animal", o la capacidad que posee el conjunto de vidas que constituyen las envolturas o cuerpos, aprisionan al hombre real y limitan sus poderes. Estas vidas son unidades inteligentes que se hallan en el arco involutivo de la evolución, las cuales trabajan para obtener la autoexpresión. Sin embargo, su objetivo es distinto del que persigue el hombre interno, y dificultan su progreso y la autorrealización. Éste se "enreda en las actividades de aquéllas‖ y debe liberarse, para recibir como herencia el poder, la paz y la bienaventuranza. No puede alcanzar "la medida de la estatura de la plenitud de Cristo" (Ef. 4:13), hasta que no se produzcan modificaciones y las formas se hayan trasformado, sus actividades aquietado y su desasosiego tranquilizado. Se le urge al estudiante tener en cuenta la naturaleza de este aspecto de la evolución, que prosigue paralelamente a la suya. Si capta correctamente este problema, vendrá la comprensión del trabajo práctico a realizar, y el yogui en embrión podrá comenzar su trabajo. 20 Libro I Las formas inferiores están constante e incesantemente activas, asumiendo interminables formas de deseos impulsivos o formas mentales dinámicas; sólo a medida que es controlada la apropiación de formas y se aquieta la turbulencia de la naturaleza inferior, la entidad regente interna puede liberarse de la esclavitud e imponer su vibración sobre las modificaciones inferiores. Por ejemplo, cuando alguien me insulta, ocasiona una modificación, un vritti, en mi mente. Yo me identifico con la modificación y el resultado es sufrimiento. Las modificaciones son muy numerosas, los vitris corretean constantemente por la mente, cualquier deseo cualquier emoción, apego, defecto, etc., produce un vitri, el cual atrapa nuestra infantil consciencia y la arrastra hacia el desastre. El gran problema radica en la identificación con aquello que no somos realmente. Nos identificamos tanto con nuestros pensamientos y deseos, con nuestros cuerpos inferiores que nos olvidamos de nuestro real Ser, de nuestra verdadera esencia divina, la cual permanece ahogada por las tormentas y las olas desenfrenadas de la naturaleza psíquica. Cuando el hombre ya no se identifica con estas formas, y mediante la concentración, el esfuerzo concentrado del alma por mantener firmemente la posición del observador o percibidor, y del vidente. Una vez que puede hacer esto, se desvanece el "espectáculo" inferior del deseo y de las formas mentales que cambian rápidamente; entonces se puede ver y hacer contacto con el reino del alma, el verdadero campo del conocimiento del alma. 21 Libro I Modificaciones de la mente (I.5-I.11) 5. Los estados de la mente son cinco, están sujetos al placer o al dolor; y son dolorosos o no. En el original, no aparece la palabra "placer"; la idea que imparte es más técnica y, generalmente, se la traduce como "no doloroso". Sin embargo, la idea subyacente obstaculiza su comprensión, cuya causa son los pares de opuestos. El estudiante debe recordar que en este aforismo se considera la sustancia mental o chitta, con las modificaciones sufridas mientras su versatilidad y actividad constituyen los factores controladores. Tampoco debe perder de vista que se está tratando con la naturaleza psíquica inferior, término ocultamente aplicado a los procesos de la mente inferior, y también a las reacciones astrales o emocionales. Toda actividad de la naturaleza inferior es resultado de kama-manas, o la mente matizada por el sentimiento, la voluntaddeseo del hombre inferior. El sistema de Raja Yoga tiene como objetivo reemplazar tales impulsos por la acción inteligente del alma u hombre espiritual, cuya naturaleza es amor, cuya acción es inteligente (esotéricamente entendido) y cuyo móvil es el desarrollo grupal. Por lo tanto, las reacciones denominadas dolor y placer deben ser trascendidas, porque ambas dependen de la identificación con la forma, debiendo ser reemplazadas por el desapego. Es interesante observar que las modificaciones del órgano interno, la mente, son cinco. Manas o mente, el principio activo de la sustancia mental o chitta, el quinto principio, similarmente, como todo lo demás en la naturaleza, se manifiesta como dualidad. Esta dualidad es: 1. La mente concreta inferior, manifestándose como actividad del cuerpo mental. 2. La mente abstracta, manifestándose como el aspecto inferior del ego o alma. 22 Libro I En el microcosmos u hombre, esta dualidad se convierte en modificación triple en el plano mental; tenemos así una reproducción, en miniatura, de la manifestación macrocósmica. Las tres modificaciones son: 1. El átomo permanente mental, el aspecto inferior de la Tríada espiritual o del alma. 2. El cuerpo egoico, el cuerpo causal o el karana sarira. 3. El cuerpo mental, el aspecto más elevado del no-yo, o yo personal inferior. El cuerpo mental tiene cinco modificaciones o actividades, siendo en consecuencia reflejo o analogía del quinto principio, cuando se manifiesta en el quinto plano, el mental. Las modificaciones son el reflejo inferior de manas (o mente, en la manifestación microcósmica), y dicha mente lo es a su vez de mahat (mente universal), la mente manifestándose en el macrocosmos. Esto es un gran misterio, pero será revelado al hombre que supere las cinco modificaciones de la mente inferior; quien por el desapego a lo inferior se identifica con lo superior, resuelve así el misterio de "Makara", y recorre el Camino de los Kumaras. Aquí se halla oculto un indicio para los estudiantes más avanzados de esta ciencia, respecto al problema esotérico de Makara, insinuado en "La Doctrina Secreta" por H. P. Blavatsky. 23 Libro I 6. Estas 5 modificaciones (actividades) son: correcto conocimiento, incorrecto conocimiento, fantasía, pasividad (sueño) y memoria. Existe un vasto campo de conocimiento que el vidente alguna vez debe conocer. Generalmente los psicólogos ocultistas aceptan la existencia de tres métodos de captación: 1. Conocimiento directo, por medio de los sentidos; cada sentido pone, a quien lo utiliza, en contacto con una destacada gama de vibraciones, que aparecen como manifestaciones de la forma. 2. Deducción o inferencia, el empleo, por parte del conocedor, de la facultad razonadora de la mente, en relación con lo que no se percibe directamente. Para el estudiante ocultista es la aplicación de la Ley de Correspondencia o Analogía. 3. Conocimiento directo del yogui o vidente, centrado en la conciencia del yo, el ego en su propio plano. Se alcanza mediante el correcto empleo de la mente, como órgano de visión y transmisión. Patanjali dice: "El vidente es puro conocimiento (gnosis), Aunque puro, contempla la idea presentada, valiéndose de la mente". (Libro II, Af. 20). La deducción no es un método seguro para comprobar el conocimiento. Las demás modificaciones se refieren principalmente al empleo erróneo de la facultad de formar imágenes (imaginación), a la pasividad autoinducida de la mente (una condición de semitrance) y a la retención de formas mentales dentro del aura mental, por medio de la memoria. Patanjali trata cada una de estas modificaciones en distintos aforismos. 24 Libro I 7. La base del conocimiento correcto es percepción correcta, deducción correcta y testimonio correcto (o evidencia exacta). Uno de los conceptos revolucionarios a que debe ajustarse el estudiante de ocultismo es la aceptación de que la mente constituye el medio por el cual se adquiere el conocimiento. Por lo general en Occidente se tiene la idea de que la mente es la parte del mecanismo humano que utiliza el conocimiento. El proceso de "dar vueltas y vueltas a una idea", de esforzarse en resolver problemas mediante una intensa tarea mental, nada tiene que ver con la función del desenvolvimiento del alma. Es sólo una etapa preliminar, y debe ser reemplazada por otro método. Quien estudia raja yoga debe comprender que la mente está destinada a ser un órgano de percepción; sólo así comprenderá correctamente esta ciencia. El proceso a seguir, en relación con la mente, podría describirse más o menos como: 1. Correcto control de las modificaciones (o actividades) del principio pensante. 2. Estabilización de la mente y su consiguiente empleo por el alma, como órgano de visión, un sexto sentido, y la síntesis de los otros cinco sentidos. Resultado: Conocimiento correcto. 3. Correcto uso de la facultad perceptiva, de modo que el nuevo campo de conocimiento, con el cual se hace contacto, sea visto tal cual es. 4. Lo percibido es interpretado correctamente, con la consiguiente aprobación de la intuición y la razón. 5. Correcta transmisión al cerebro físico de lo percibido; el testimonio del sexto sentido es interpretado correctamente y la evidencia trasmitida con exactitud esotérica. Resultado: Reacción correcta del cerebro físico al conocimiento trasmitido. 25 Libro I Una vez estudiado y seguido este proceso, el hombre, en el plano físico, se da cuenta cada vez más, de las cosas del alma y de los misterios del reino del alma o del "Reino de Dios". Se le revela todo cuanto atañe al grupo, y descubre la naturaleza de la conciencia grupal. Se observará que estas reglas, incluso ahora, son consideradas premisas esenciales, cuando se necesita un testimonio exacto, respecto a los asuntos mundiales. Si estas reglas se aplican al mundo de actividad psíquica (inferior y superior) conseguiremos simplificar la actual confusión. En un antiguo libro, escrito para discípulos de cierto grado, aparecen las palabras dadas a continuación, de valor para los discípulos probacionistas y aceptados. La traducción es libre pero imparte el sentido. "Quien mira hacia afuera, debe tener cuidado de que a través de la ventana pase la luz del sol. Si lo hiciera antes del amanecer (de su esfuerzo A. A. B.), debe recordar que el orbe aún no ha salido, no puede percibir los claros perfiles y los espectros y sombras, los espacios sombríos y áreas oscuras todavía confunden su visión." Al final de este párrafo tenemos un símbolo curioso, que imparte a la mente del discípulo esta idea: "Guarda silencio y reserva tu opinión". 26 Libro I 8. El conocimiento incorrecto se basa en la percepción de la forma y no en el estado del ser. Este aforismo es algo difícil de explicar. La otra clase de vrittis consiste en confundir una cosa con otra, como el nácar con la plata o la leche con la lechada de cal. Su significado es: Conocimiento, deducción y decisión, basados en las cosas externas y en la forma, a través de la cual la vida se expresa en cualesquiera de los reinos de la naturaleza, constituyendo para el ocultista un conocimiento falso y no veraz. En la actual etapa del proceso evolutivo no hay forma alguna que esté a la altura de la vida inmanente, ni es una expresión adecuada de la misma. Ningún verdadero adepto juzga una expresión de la divinidad por medio del tercer aspecto. Raja yoga entrena al hombre para actuar en el segundo aspecto y por su intermedio ponerse en armonía con la "verdadera naturaleza" latente en toda forma. El "Ser" es la realidad esencial y todos los seres se esfuerzan por alcanzar esta expresión real. Por lo tanto, todo conocimiento adquirido por medio de las facultades inferiores, basado en el aspecto forma, es conocimiento incorrecto. ¿Porqué (el conocimiento erróneo) no es un conocimiento válido? Porque desaparece mediante el conocimiento cierto de la cosa que en realidad existe. En otras palabras, el objeto del conocimiento cierto o probado (pramāṇa) es la cosa tal como es (en su verdadera naturaleza). La razón por la que la ilusión no es un conocimiento cierto estriba en que lo contradice. Así, por ejemplo, la visión de una doble luna desaparece cuando en realidad se contempla la existencia de una única luna. 27 Libro I El conocimiento erróneo se fundamenta en la quíntuple ignorancia, o sea, en las cinco causas de aflicción (kleśas): avidya (ignorancia existencial), asmita, (conciencia de sí mismo), raga (deseo), dvesa (rechazo) y abhinivesa (apego a la existencia y miedo a la muerte). La ilusión es una idea que solo tiene semejanza con la cosa que en ese momento percibimos y que se asocia con el recuerdo de otra cosa percibida anteriormente, la cual surge con apariencia de certidumbre. La duda aparece en la persona que pretende conocer algo sobre la base de la semejanza que hay entre dos cosas; la duda surge solo ante el recuerdo de objetos individuales previamente percibidos. Con la ilusión, uno de los recuerdos se manifiesta de forma concluyente. La idea ilusoria o errónea surge como algo parecido a un recuerdo que posee gran semejanza y conformidad con alguna otra cosa (que ahora estamos percibiendo) y se manifiesta claramente como existente. Sólo el alma percibe correctamente; sólo el alma tiene el poder de ponerse en contacto con el germen o principio budi (el principio crístico, en terminología cristiana) que reside en el corazón de cada átomo, ya sea el de la materia, investigado en el laboratorio del científico; el átomo humano, en el crisol de la experiencia diaria, el átomo planetario, dentro de cuyo círculo infranqueable todos nuestros reinos de la naturaleza están contenidos, o el átomo solar, Dios en manifestación por medio de un sistema solar. Cristo ―sabía lo que había en el hombre", en consecuencia, pudo ser un Salvador. 28 Libro I 9. La fantasía descansa sobre imágenes que no tienen existencia real. Esto significa que tales imágenes, sin existencia real, son conjuradas por los hombres mismos, construidas en sus propias auras mentales y energetizadas por su voluntad o deseo y se desvanecen en cuanto se dirige la atención a otras cosas. “La energía sigue al pensamiento”, es uno de los principios básicos del sistema de raya yoga, e incluso es aplicable a las imágenes de la fantasía, las cuales pueden dividirse en tres grupos, que el estudiante hará bien en considerar: 1. Las formas mentales que él construye, de vida efímera, que dependen de la calidad de sus deseos, por no ser buenas ni malas, superiores ni inferiores, pueden ser vitalizadas tanto por las tendencias inferiores como por las aspiraciones idealistas y todas las etapas intermedias que existen entre estos extremos. El aspirante debe cuidarse de no confundirlas con la realidad. Una ilustración cabría aquí, respecto a la facilidad con que las personas creen haber visto a alguno de los Hermanos o Maestros de Sabiduría, sin embargo, todo lo que han percibido es una forma mental de uno de Ellos, debido a que el deseo es el padre del pensamiento, son víctimas de ese tipo de percepción incorrecta, que Patanjali denomina "fantasía". 2. Las formas mentales creadas por la raza, la nación, el grupo u organización y las formas mentales grupales de cualquier tipo (desde la forma planetaria, hasta la de un grupo de pensadores), constituyen la suma total de la "Gran Ilusión". Aquí hay un indicio para el estudiante sensato. También tenemos otra interpretación que dice: La ilusión verbal proviene de palabras sin su correspondiente realidad. Esto es otra clase de vrittis llamada en sánscrito vikalpa. Si al oír una palabra 29 Libro I inducimos de ella inmediatamente una conclusión sin detenernos a considerar su significado, denotaremos con ello debilidad mental. Así se comprende la teoría de la disciplina de la mente. Cuanto más débil "es el hombre, menos refrena su mente. Cada cual se ha de examinar en esta piedra de toque. Cuando os sintáis propensos a la ira o a la aflicción, deteneos a discurrir, cómo es que algo nuevo que os ha sobrecogido agita vuestro ánimo. ―Todos nosotros poblamos nuestro curso en el espacio con las huestes de creaciones de nuestros pensamientos‖ dice el Maestro K. H. La totalidad de nuestro yo y de nuestro mundo interior está poblada con nuestras propias proyecciones mentales. Son creadas por nuestros propios conceptos y deseos, y desaparecen cuando nuestra atención se aparta de ellas. ―La energía sigue al pensamiento‖. Las formas mentales tienen vida evanescente y dependen de la calidad del deseo. El aspirante no ha de confundirlas con la realidad, pues el deseo es padre de la forma mental. Si las confundimos con la realidad nos hacemos víctimas de esa percepción incorrecta que Patanjali llama ―fantasía‖. Las formas mentales en conjunto constituyen ―la gran ilusión‖. Esa forma mental creada por el hombre, cuando apareció por primera vez en forma física, fue denominada el "Morador en el Umbral‖. Al ser creada por el yo personal inferior y no por el alma, es perecedera y se mantiene unida por la energía inferior del hombre. Cuando el hombre empieza a actuar como alma, la "imagen", creada por su fantasía o por reacción a la ilusión, se disipa mediante un supremo esfuerzo. Termina su existencia real cuando nada en el aspirante la nutre; la comprensión de esto permite liberarse de tal esclavitud. Este aforismo, aunque aparentemente breve y sencillo, tiene un significado muy profundo; es estudiado por los altos iniciados que están aprendiendo a conocer la naturaleza del proceso creador del planeta y se ocupan de disipar el maya planetario. 30 Libro I 10. La pasividad (sueño) está basada en el estado pasivo de los "vrittis" (o en la no percepción de los sentidos). En la vida vigilica tenemos dos corrientes de percepción: una externa de cosas psíquicas vistas y oídas, y; otra interna de figuras mentales y pensamientos. La corriente externa cesa en el sueño, la interna continúa, y observando como las figuras mentales flotan en la mente, ―soñamos‖. Quizás sea necesario explicar la naturaleza de los "vrittis‖; son esas actividades de la mente cuyo resultado es la relación consciente entre el órgano del sentido empleado y lo percibido. Aparte de cierta modificación del proceso mental o afirmación del "yo soy yo", los sentidos pueden estar activos y, no obstante, el hombre ser inconsciente de ello. Se da cuenta de que ve, gusta u oye; dice ―yo veo", "yo gusto", "yo oigo". La actividad de los "vrittis" (o las percepciones mentales que tienen relación con los cinco sentidos) le permiten conocer este hecho. Abstrayéndose de la percepción activa de los sentidos, no utilizando la conciencia "dirigida hacia afuera", sino llevándola de la periferia al centro, puede producir un estado de pasividad -la carencia de percepción que no es el samadhi del yogui ni el logro de la centralización a que aspira el estudiante de yoga, sino una especie de trance. Este aquietamiento autoimpuesto no sólo es un entorpecimiento para llegar a la yoga más elevada, sino que, en muchos casos, es excesivamente peligroso. Los estudiantes deben recordar que la meta de la yoga es la actividad correcta de la mente y su correcto empleo, y que el estado denominado "mente en blanco" y la receptividad pasiva en la cual está interrumpida o atrofiada toda relación sensoria, no forman parte del proceso. El sueño a que se refiere el aforismo no es el adormecimiento del cuerpo, sino el de los "vrittis". Es la negación del contacto de los sentidos, sin que el sexto sentido, la mente, los haya reemplazado en su actividad. En esta con31 Libro I dición de sueño el hombre es propenso a las alucinaciones, impresiones erróneas, obsesiones y al engaño. En estado despierto se encuentran activos tanto los órganos de los sentidos y de la acción como el asiento del pensamiento. En el estado dormido sólo continúa activo el asiento del pensamiento, el cual cesa también su actividad durante el sueño profundo. El sentimiento de insensibilidad que aparece en el cuerpo justo antes de dormir es la inercia o tamas. En algunos casos, durante las pesadillas se activan los órganos de los sentidos pero no los de la acción. Se puede oír y ver parcialmente pero no se puede uno mover, como si el cuerpo estuviese congelado. Esta sensación de estar inmovilizado es el tamas anterior. La modificación mental que ocasiona este tamas es el sueño. Puesto que la actividad se encuentra suspendida durante el sueño debido a la influencia de la inercia ocasionada por tamas, surge un estado de quietud que es totalmente opuesto al estado de quietud que aparece con la concentración del yogui. El estado de sueño no produce una quietud voluntaria y transparente, al contrario que en la concentración. El sueño es como el agua calma pero turbia, mientras que la concentración es como el agua calma pero clara. En algunos casos, durante el sueño existe un sentimiento confuso que ocasiona el recuerdo de haber dormido. Realmente, al producirse el sueño solo queda el sentimiento de haber dormido. El sueño es un estado relacionado con el poder de retención, o en otras palabras, el sueño es una sensación de languidez que produce un sentimiento borroso del cuerpo; el conocimiento de tal sentimiento es la modificación mental denominada sueño (nidrā). Se consigue eliminar la modificación mental debida al sueño profundo con la práctica de la inmovilidad corporal. Con ello, el sueño, que es una reacción para compensar el desgaste corporal, se vuelve innecesario. En este estado de quietud corporal es preciso permanecer en concentración practicando la atención constante, a fin de descansar también la actividad cerebral. La principal práctica para vencer nidra se denomina sattvasamsevana (el cultivo del autoconocimiento). La vigilancia 32 Libro I constante dirigida hacia la investigación de sí mismo, por ejemplo ―no quiero olvidarme‖, se denomina samprajanya. Únicamente esta práctica continuada largo tiempo con firmeza día y noche consigue vencer los velos del nidrā (sueño), conduciendo la mente hacia la unión o yoga. Alcanzando este estado y superándolo posteriormente se llega a la concentración perfecta. Igual que se manifiestan poderes extraordinarios en algunas personas, también se puede lograr la necesidad de no dormir en algunos (no confundir con el insomnio). Hay varios tipos de sueño, algunos de ellos son: 1. El sueño común del cuerpo físico, cuando el cerebro no responde a contacto alguno de los sentidos. 2. El sueño de los vrittís, o esas modificaciones de los procesos mentales que correlacionan al hombre con su medio ambiente, a través de los sentidos y la mente. 3. El sueño del alma, que (hablando esotéricamente) abarca esa parte de la experiencia del hombre, que data desde su primera encarnación humana hasta que despierta al conocimiento del plan y se esfuerza por alinear al hombre inferior con la naturaleza y la voluntad del hombre espiritual interno. 4. El sueño del médium común, donde el cuerpo etérico es parcialmente proyectado fuera del cuerpo físico y también separado del cuerpo astral, produciéndose una condición muy peligrosa. 5. El samadhi o sueño del yogui, producido por el hombre real que se retira científica y conscientemente de su triple envoltura inferior, a fin de actuar en niveles superiores, antes de prestar un servicio más activo en los niveles inferiores. 6. El sueño de los Nirmanakayas, un estado espiritual de concentración y enfoque tan intenso en el cuerpo átmico o espiritual, que se retira la conciencia externa, no sólo de los tres planos del esfuerzo humano, sino de las dos expresiones inferiores de la Tríada espiritual. A los propósitos de su peculiar y específico trabajo, el Nirmanakaya "está dormido" en todos los estados, menos en el plano átmico. 33 Libro I 11. La memoria es retención de lo conocido. La memoria concierne a distintos tipos de comprensión, ya sean activos o latentes; se refiere a la acumulación de ciertos factores conocidos que pueden ser enumerados como: 1. Las imágenes mentales de lo tangible u objetivo, que el pensador ha conocido en el plano físico. 2. Las imágenes kama-manásicas (o de deseo-mente inferior) de deseos pasados y su satisfacción. Esta "facultad de crear imágenes" del hombre común, está basada en sus deseos (elevados o bajos, enaltecedores o degradantes, en su sentido descendente) y la satisfacción conocida de los mismos. Esto atañe a la memoria de un glotón, por ejemplo, y su imagen latente de una suculenta comida, o la de un santo ortodoxo, basada en las imágenes creadas de un beatífico cielo. 3. La actividad de la memoria, resultado del entrenamiento mental; la acumulación de datos adquiridos, consecuencia de la lectura o la enseñanza, lo cual no está basado exclusivamente en el deseo, sino en el interés intelectual. 4. Los diversos contactos que la memoria retiene y reconoce, procedentes de las percepciones de los cinco sentidos inferiores. 5. Las imágenes mentales, latentes en la facultad de recordación, la totalidad del conocimiento adquirido y de la comprensión obtenida por el empleo correcto de la mente, como sexto sentido. Estos diferentes tipos de la facultad de recordación deben ser descartados y dejados de lado totalmente y reconocidos como modificaciones de la mente, el principio pensante; por lo tanto, forman parte de la versátil naturaleza síquica, que debe ser dominada antes de que el yogui se libere de las limitaciones y de toda actividad inferior. Ésta es la meta. 6. Finalmente (no es necesario enumerar subdivisiones más intrincadas), la memoria incluye el conjunto de experiencias acumuladas por el alma en el transcurso de muchas encarnaciones y depositadas en la verdadera conciencia del alma. 34 Libro I Aquí, como antes, explíquese el poder mental en término de imágenes mentales, materia en la cual esta construido el mundo psíquico. Por esto, pues, los sabios enseñan que el mundo de nuestra percepción, mundo en verdad, de imágenes mentales, no constituye sino una sombra del real y eterno mundo. En este sentido la memoria representa la inversión psíquica de la permanente visión espiritual. Lo que se halla presente siempre al ojo espiritual del Vidente, no necesita ser recordado. La memoria puede provenir de la correcta percepción, del falso conocimiento, de la ilusión verbal y del sueño. Cuando, por ejemplo, oímos una palabra, produce el mismo efecto que una piedra arrojada en el lago de Chitta (mente). Levanta sucesivas ondas en la materia mental, y estas ondas son la memoria. Lo mismo sucede en el sueño. Cuando la peculiar clase de onda llamada sueño levanta una serie de ondas de memoria, resulta entonces el ensueño. El ensueño es otra modalidad de onda que en estado de vigilia es memoria. Además, todas estas modificaciones mentales (recuerdos) están mezcladas con placer, dolor e ilusión. La sensación o experiencia en la que falta poder para librar al conocimiento del placer o del dolor es un estado de estupor. Por ejemplo, después de un dolor fuerte queda una sensación de entumecimiento desprovista de dolor. Predomina el estupor en calidad de tamas; por este motivo se relaciona con la ignorancia. Toda comprensión se encuentra asociada con placer, dolor o ilusión, las cuales pueden considerarse, por tanto, como fluctuaciones del estado mental de conocimiento. El apego, el rechazo y el miedo, originan procesos mentales relacionados con el propósito, la intención. Andar, soñar y dormir profundamente ocasionan modificaciones relacionadas con el estado de retención Se expone que éste es el último de los vrittís porque puede ser un efecto de los cuatro anteriores. El compuesto ―objeto experimen35 Libro I tado‖ hace referencia tanto al objeto concreto como a lo que ha sido experimentado, porque lo que ha sido experimentado no es necesariamente un recuerdo. Aunque el objeto no esta presente ante él, el recuerdo tiene, en virtud de su semejanza, la apariencia de que el objeto esta siendo percibido. Si la mente recordara directamente los objetos, puesto que esto son también objetos para el pensamiento, la memoria y el pensamiento serían idénticos. Pero lo que recuerda la mente es el pensamiento de los objetos. Al brotar el pensamiento, y mientras se está produciendo, deja un samskāra (huella) en su poseedor, el pensador. Este huella se corresponde con su causa y posee dos formas: como cosa y como conocimiento de cosa. La causa de esta manifestación es el karma (ley de causa y efecto), que es la causa del pensamiento que deja el huella, cuyo resultado es otra acción semejante que aparece luego para producir su propio resultado. Todas estas formas de recuerdo se las debe reconocer por lo que son (modificaciones de la mente) y partes por tanto de la naturaleza psíquica versátil que hay que dominar antes que el yogui pueda esperar alcanzar la liberación. El Maestro K.H. le dijo al Sr. Sinnett que todos poblamos nuestro curso en el espacio con las huestes de las creaciones de nuestros pensamientos. Los sabios enseñan que este mundo no es sino la sombra del mundo real y perdurable. LA VOZ DEL SILENCIO lo llama el ―Vestíbulo del Aprendizaje‖ y exhorta al candidato a atravesar el ―Vestíbulo de Sabiduría‖, y le dice: ―mata en ti mismo toda memoria de experiencias pasadas. No mires atrás o estarás perdido‖; recomendación que parece concordar absolutamente con las enseñanzas de Krishnamurti. Vyasa dice que hay que detener todas las modificaciones, penosas o no penosas, pues cuando se las detiene viene el trance cognitivo o el ultra-cognitivo. 36 Libro I Práctica y desapego (I.12-I.16) 12. El control de estas modificaciones del órgano interno, la mente, se logra mediante incansable esfuerzo y desapego. 1. El órgano interno es la mente. Los pensadores occidentales deben recordar que el ocultista oriental no considera a los órganos como físicos. Su razón estriba en que el cuerpo físico, en su forma densa concreta, no es considerado un principio, sino simplemente el resultado tangible de la actividad de los verdaderos principios. Los órganos (esotéricamente hablando) son centros de actividad, como la mente, los diversos átomos permanentes y los centros de fuerza de las diversas envolturas. Todos tienen sus "sombras" o resultados objetivos y, estas emanaciones resultantes, son los órganos físicos. El cerebro, por ejemplo, es la "sombra" u órgano externo de la mente; el investigador descubrirá que el contenido de la cavidad cerebral tiene una analogía en el plano mental con los aspectos del mecanismo humano. Debe hacerse hincapié sobre esta última frase, pues contiene un indicio para quienes son capaces de aprovecharla. 2. Incansable esfuerzo significa literalmente práctica constante, incesante repetición, esfuerzo reiterado, para imponer un nuevo ritmo sobre el antiguo y extirpar hábitos y modificaciones profundamente arraigados, reemplazándolos por las impresiones del alma. El yogui o Maestro es el resultado de la paciente persistencia; su éxito es el fruto del constante esfuerzo, basado en la apreciación inteligente del trabajo a realizar y de la meta a alcanzar y no de entusiasmos esporádicos. 3. Desapego es lo único que, con el tiempo, permite que todas las percepciones de los sentidos ejecuten sus legítimas funciones. Por el desapego hacia esos tipos de conocimiento, con los cuales los sentidos ponen al hombre en contacto, pierden continuamente su 37 Libro I aferramiento a él y llega el momento en que se libera y es el amo de sus sentidos y de todo contacto sensorio. El verdadero desapego es mental no físico, de esta manera el vidente utiliza la materia de una forma correcta, cuando y como quiere, para acrecentar por ejemplo su eficiencia en el servicio grupal y en empresas grupales. Para que la mente no tenga apego alguno ha de ser clara, pura y racional. ¿Por qué hemos de practicar? Porque cada acción agita la superficie del lago. La vibración se desvanece, y ¿qué queda? Las impresiones (Samskaras). Cuando la mente retiene gran número de estas impresiones se aglomeran y forman un hábito. Dícese que "el hábito es una segunda naturaleza; pero también es la "primera naturaleza" y la naturaleza toda del hombre, pues cuanto somos resulta del hábito. Esto nos conforta, porque en cualquier tiempo podemos contraer o desechar un hábito. Las vibraciones dejan impresa su huella al pasar por la mente, y cada impresión o Samskara produce su resultado. Nuestro carácter es la suma total de estas impresiones y toma la tónica de la impresión prevaleciente. Si prevalecen las buenas, el hombre es bueno; si las malas, malvado; si las gozosas, será dichoso. El único remedio para eliminar los hábitos viciosos es contrariarlos. Los malos hábitos que dejaron sus impresiones se han de vencer por medio de hábitos virtuosos. La práctica del bien, la continua emisión de sanos pensamientos es el único medio de anular las viles impresiones. Nunca digamos que un malvado es incorregible sin esperanza de remedio, porque solamente representa un carácter, un manojo de hábitos viciosos que pueden contrariar otros hábitos virtuosos. El carácter está formado por una repetición de hábitos, y únicamente puede reformarlo una repetición de hábitos. La práctica y la renuncia son los medios mas comunes para lograr la salvación (mokṣa). Todos los métodos se encuentran incluidos en estos dos, los cuales son específicamente tratados en el Bhāgavad Gītā. Solo se menciona la práctica del conocimiento discriminativo porque es la práctica principal. A mayor práctica, mayor beneficio. El objetivo de la práctica es la concentración con una poderosa disciplina física, mental y moral. Las dificultades 38 Libro I que puedan presentarse no deben ocasionar desaliento, sino que debe proseguirse con firmeza. Muchos, al encontrar dificultades y sentirse incapaces de dominar el tumulto interior, tratan de consolarse con la idea ―Dios me empuja hacia el camino del apego‖. Pero debe recordarse que, sea bajo la dirección de Dios o de cualquier otra manera, el resultado de la práctica incorrecta conduce al dolor y el de la correcta a la felicidad. La práctica y el desapasionamiento constituyen los dos polos de cualquier disciplina de yoga. El primero representa el empeño por realizar el sí mismo mediante técnicas de interiorización y unificación; el segundo representa la actitud correspondiente de relajar el ansia por el mundo externo de la multiplicidad. La práctica es el aspecto positivo del yoga; el desapego o renunciación es el negativo. Los dos se equilibran uno a otro como el día y la noche, la inhalación y la exhalación. La práctica es el camino de la voluntad; el desapego y la renunciación, el camino de la indiferencia divina. Sankara comenta que los seres humanos que viven en el samsāra son arrastrados por la mente hacia los objetos, como si se encontrasen en un río. Se dirigen hacia el samsāra y se sumergen en él como dentro de un océano. Mediante el desapego hay que rechazar esta tendencia que nos conduce hacia los objetos y orientar el curso favorable de la corriente, produciendo una contracorriente gracias a la práctica discriminativa. Por tanto, la restricción de los vrittís depende de ambos, tanto de la práctica como del desapego. Vyasa dice: que la corriente de nuestros contenidos mentales fluye de dos maneras: Una busca la meta verdadera de la vida, fluyendo por el plano del ―conocimiento discerniente‖ (la comprensión inteligente de la vida); es la corriente de felicidad; la otra se deja llevar ciegamente y sin comprender por el curso de la vida, y obliga al continuo renacer y al dolor. La ausencia de deseos ―adelgaza la corriente‖, la hace más concentrada. A la vez, el continuo ejercicio del discernimiento eleva poco a poco a la mente a la posición de espectador imparcial de sus pensamientos y experiencias. De ahí que la Yoga requiera adquirir estas dos características. 39 Libro I 13. El esfuerzo incansable es empeño constante para restringir las modificaciones de la mente. Resulta muy difícil traducir el verdadero significado de este aforismo. La idea implicada es el esfuerzo persistente que el hombre espiritual hace para restringir las modificaciones o fluctuaciones de la mente y controlar la versátil naturaleza psíquica inferior, a fin de expresar plenamente su propia naturaleza espiritual. Sólo así, el hombre espiritual puede vivir cada día la vida del alma en el plano físico. Charles Johnston, al traducir este aforismo, trata de darnos este significado en las palabras: "el correcto empleo de la voluntad constituye un constante esfuerzo por mantenerse en el ser espiritual". La idea implicada es imponer a la mente (considerada como sexto sentido) las mismas restricciones a que están sujetos los cinco sentidos inferiores: la exteriorización de sus actividades es detenida, evitando que respondan a la atracción o tirón de su propio campo de conocimiento. La idea tiene que ser traducida en actitud, intento y acción. Ha de estar focalizada constantemente en todo lo que hagamos. En realidad es un esfuerzo intenso para vivir en el presente, en el aquí y ahora, muy atentos y despiertos. Para la mente no entrenada es normal quedar envuelta en un motivo o en la acción al hablar o al relacionarse con otra persona, o en cualquier circunstancia diaria. Entonces el deber del estudiante de yoga es hacer un esfuerzo o gesto interno constante para no verse envuelto en esas redes de inercia hacia el apego e identificación de la personalidad. El esfuerzo constante en la práctica deviene en costumbre correcta. Quizás pensemos que somos criaturas humanas que nos movemos en la tierra, desamparados, a merced de la formante, del hambre, de nuestros enemigos y defectos personales. Pues, debemos pen40 Libro I sar de otra manera, debemos pensar que somos inmortales, que residimos en la Luz, rodeados y sostenidos por poderes espirituales, pues ese pensamiento es mucho más real y cierto que el anterior. El esfuerzo continuo por mantener estos elevados pensamientos despertará en nosotros esas facultades dormidas que nos afirmará lo cerca que nos encontramos de lo Eterno de lo Divino. El axioma fundamental de esta realidad está sintetizada en que… la energía sigue al pensamiento., y el hombre poco a poco al final se va convirtiendo en lo que piensa. Según Ramana Maharsi, la inhibición de los vṛttis "ya está ahí", no es preciso conseguirla. Lo único que debemos hacer es mantenernos fijos en ella; y esta es la estabilidad de la mente La continuidad de los vṛttis o el río de la conciencia condicionada, no es un hecho sino una ficción. El hecho es que los vṛttis son discontinuos; que si estamos bastante atentos, vemos que entre dos vṛttis ocurre un intervalo carente de todo movimiento de la mente, entonces mediante un enérgico esfuerzo interior somos capaces de permanecer en ese estado supramental consciente. La práctica no es un ejercicio destinado a conseguir otra cosa distinta de la propia práctica. 41 Libro I 14. Cuando el objetivo a alcanzar es valorado suficientemente y los esfuerzos para lograrlo continúan persistentemente y sin interrupción, se asegura la estabilidad de la mente (restricción de los vrittis). Todos los que practican el Raja Yoga deben ser primordialmente devotos. Únicamente el amor intenso del alma y todo lo que implica ese conocimiento del alma, puede conducir al aspirante firmemente a su meta. El objetivo en vista, unión con el alma y, por lo tanto, con la Superalma y con todas las almas, debe valorarse con justeza; debe juzgarse correctamente la razón para lograrlo, y desearse (o amar) ardientemente los resultados a obtener, antes de que el aspirante decida hacer el arduo esfuerzo que le proporcionará el control de las modificaciones de la mente y, en consecuencia, de toda su naturaleza inferior. Cuando esta valoración sea suficientemente exacta y el aspirante pueda persistir sin interrupción en el trabajo de controlar y subyugar, llegará el momento en que sabrá, acrecentada y conscientemente, el significado - de restringir las modificaciones. No se logra en un día el dominio de la mente. Se necesita constante y prolongada práctica. Cuando se aplica la repetición de las buenas obras, continuamente, sin interrupción durante largo tiempo, se crea una costumbre de profundas raíces. Todos los días repetimos los sientes pasos: 1º. Las cosas que nos gustan. 2º. Las cosas a las que somos adictos 3º. Las cosas que son hechas por obligación. Nuestros gustos y tendencias dependen más de nuestras adicciones (deseos) que de nuestras necesidades. Esto le proporciona una energía adicional a nuestra naturaleza inferior. Este es el condicionamiento del karma individual. 42 Libro I Nosotros podemos romper esta cadena mecánica haciendo repetidamente obras buenas y conscientes, estableciendo otro ritmo de acción superior fin con el propósito de nuestra alma. Esto nos ayuda en gran medida liberarnos de los grilletes del mal karma (malas costumbres), liberándonos de nuestra naturaleza inferior. El esfuerzo por continuar el yoga ha de ser muy positivo y fuerte hasta que se establezca la nueva costumbre. Es este aforismo la aplicación de la Voluntad espiritual es la nota clave para trascender los mecanismos y ritmos erróneos impuestos por la personalidad del hombre durantes innumerables vidas. 43 Libro I 15. Desapego es liberarse de la apetencia de los objetos deseados, ya sean terrenos o tradicionales, ahora y en lo sucesivo. El desapego puede ser definido como "carencia de sed". Éste es el exacto sentido oculto, porque implica la idea dual del agua, el símbolo de la existencia material y del deseo, cualidad del plano astral, cuyo símbolo también es el agua. En forma curiosa tenemos aquí la idea de que el hombre es el "pez". Este símbolo, como sucede con todos, tiene siete significados, y dos de ellos son aplicables aquí: 1. El pez es el símbolo del aspecto Vishnu, el principio crístico, el segundo aspecto de la divinidad, el Cristo en encarnación, ya sea el Cristo cósmico (expresándose mediante un sistema solar) o el Cristo individual, el salvador potencial en cada ser humano, el "Cristo en ti esperanza es de gloria" Co. 1-27. Si el estudiante analiza lo referente al pez Avatar de Vishnu, aprenderá mucho más. 2. El pez nadando en las aguas de la materia, ampliación de la misma idea, ha sido reducido a su expresión actual más evidente, el hombre como personalidad. Donde no hay anhelo por un objeto ni deseo de renacer (consecuencia del anhelo por "expresarse en una forma" o manifestación material), se obtiene la verdadera "carencia de sed"; el hombre liberado vuelve la espalda a todos las formas de los tres mundos inferiores y se convierte en un verdadero Salvador. En el Bhagavad Gita encontramos las iluminadoras palabras siguientes: "Los poseedores de la sabiduría, unidos en la misma visión egoica, que renuncian a los frutos de sus obras, libres ya de la esclavitud del renacimiento, llegan al hogar donde no existen tristezas." 44 Libro I "Cuando tu alma haya ido más allá de la selva de la ilusión, ya no pensarás qué se debe enseñar o qué se ha enseñado". "Cuando te hayas alejado de la enseñanza tradicional, tu alma se mantendrá constante y firme en la visión del alma, entonces alcanzarás la unión con el alma". (Gita 2: 51, 52-, 53) J. H. Woods aclara esto en su traducción del comentario de Veda Vyasa, que se incluye aquí: “Desapasionamiento es ser consciente que es Maestro aquel que ya no está Sediento por objetos visibles o revelados". “La sustancia mental (chitta) -si ya no está sedienta por objetos visibles como mujeres, alimento, bebida o poder, ni tampoco por el objeto revelado (en los Vedas), tal como: alcanzar el cielo, la desencarnación o la disolución en la materia primaria, aunque esté estando en contacto con objetos supernormales o no, por virtud de su elevación será consciente de lo inadecuado de los objetos, llega a tener conciencia de ser Maestro". La palabra "tradicional" aleja el pensamiento del estudiante de lo que comúnmente se considera objeto de percepción sensoria, y lo lleva al mundo de las formas mentales, a la "selva de la ilusión", construida por las ideas que tiene el hombre acerca de Dios, del cielo o del infierno. La sublimación de todo esto y su expresión más elevada, en los tres mundos, es el "devachan", meta de la mayoría de los hijos de los hombres. La experiencia devachánica debe trasformarse, con el tiempo, en comprensión nirvánica. Será de valor que el estudiante recuerde que el cielo, objeto del deseo aspiracional, consecuencia de las enseñanzas tradicionales y de las formulaciones de los credos doctrinales, tiene para el ocultista varios significados. A fin de obtener una mayor comprensión, serán útiles las siguientes definiciones: 1. El cielo, ese estado de conciencia en el plano astral, concreción de los anhelos y deseos del aspirante por descanso, paz 45 Libro I y felicidad. Se basa en las formas que adopta el goce". Es una condición de gozo sensorio, y es construido particularmente por cada individuo para sí, y tan variado como personas participen de él. Para alcanzar el cielo se debe practicar el desapego. Existe la creencia de que es disfrutado por el yo inferior y por el hombre despojado sólo de su cuerpo físico, antes de pasar del cuerpo astral al plano mental. 2. El devachan, ese estado de conciencia en el plano mental, al cual pasa el alma desprovista de su cuerpo astral, actúa en su cuerpo mental o está limitada por él. Es de orden superior al cielo común; la bienaventuranza que en él se disfruta es más mental de lo que entendemos comúnmente por esa palabra; no obstante, se halla todavía en el mundo inferior de la forma y será trascendido una vez practicado el desapego. 3. El Nirvana, esa condición a la cual pasa el adepto, cuando los tres mundos inferiores ya no están "apegados" a él, en razón de sus inclinaciones o karma, y lo experimenta después que: a. ha pasado ciertas iniciaciones, b. se ha liberado de los tres mundos y c. ha organizado su cuerpo erístico. Estrictamente hablando, los adeptos que han obtenido el desapego, pero han decidido sacrificarse y morar entre los hijos de los hombres, a fin de prestarles servicio y ayuda, no son técnicamente nirvánicos, sino Señores de Compasión, comprometidos a ―sufrir" y someterse a ciertas condiciones, análogas (aunque no idénticas) a las que rigen a los hombres apegados aún al mundo de la forma. Desprendimiento, desapego, es libertad consciente de la sed de goces externos o internos, entonces el yogui no anhela ninguno de los goces de la tierra, ambición, poder, riqueza, triunfos, amor personal. Ni tampoco los goces y el reposo del cielo. Verdaderamente encuentra su paz en la Voluntad de la Vida. 46 Libro I Las palabras del Maestro K. H. a Krishnaji acuden aquí a la mente: ―Pero hay algunos que desechan la busca de objetivos terrenales sólo con el fin de ganar el cielo, o para alcanzar la liberación del renacimiento; en este error no debes caer. Si te has olvidado enteramente del yo, no podrás estar pensando en cuándo deberá quedar libre ese yo, o qué clase de cielo tendrá. Recuerda que TODO deseo egoísta ata, por elevado que pueda ser su objeto”. O, como decía Sócrates: ―Cuanto menos necesites, más te acercarás a los dioses, quienes nada necesitan‖. Saber que las cosas ya no nos sujetan, nos da una gran sensación de poder. Vyasa lo expresa muy vívidamente al decir: ―La conciencia de poder es igual a la conciencia de indiferencia al goce de las cosas‖ y agrega que esto se consigue por comprensión verdadera, por iluminación mental. Vyāsa comenta sobre este aforismo: El desapego es la conciencia de autodominio que posee quien no tiene deseo por ningún objeto visto ni oído. Es la conciencia de quien permanece inalterado ante objetos vistos, como objetos sexuales, alimentos, bebidas o poder, y ante objetos o estados descritos, como la obtención del paraíso, el estado de los dioses. Se es íntimamente consciente de los defectos de estos objetos gracias al logro del conocimiento discriminativo obtenido mediante la meditación, y se permanece completamente libre de su influencia e indiferente ante los pares de opuestos; esta conciencia de autodominio que no acepta ni rechaza cosa alguna, es un estado de buddhi (iluminación) libre de apego. Sankara comenta: "por el poder de la meditación", es decir, que debe practicar la meditación para ver sus defectos; "el que permanece completamente impasible", es decir, que no reacciona frente a los objetos aunque se halle frente a ellos, sean terrenales o celestiales. Igual que un cristal no toma el color de los objetos que están detrás de él, del mismo modo su mente se encuentra libre de la pasión hacia ellos". 47 Libro I Debemos comprender correctamente que el deseo de la sensación es el deseo de la excitación, el sufrimiento penoso y esclavo de la vida eterna del alma. El sentimiento de verdadera vida viene desde el espíritu el cual es invocado mediante el profundo silencio de la naturaleza inferior. Practicar ―La Divina Indiferencia‖ es la clave. 48 Libro I 16. La consumación de este desapego da por resultado el exacto conocimiento del hombre espiritual, liberado de las cualidades o gunas. En este aforismo hay que considerar varios puntos: 1. Que el hombre espiritual es la mónada. 2. Que el proceso evolutivo, llevado a su culminación, no sólo libera al alma de las limitaciones de los tres mundos, sino también al hombre espiritual, de todas las limitaciones, incluso la del alma misma. La meta es el estado amorfo, o la liberación de la manifestación objetiva y tangible. Su significado real se hace evidente a medida que el estudiante recuerda que espíritu y materia son uno en manifestación, por ejemplo, nuestros siete planos son los siete subplanos del plano cósmico inferior, el físico. En consecuencia sólo en el "momento del fin" y en la disolución del sistema solar, quedará revelado el verdadero significado del estado amorfo. 3. Los gunas son las tres cualidades de la materia; los tres efectos producidos cuando la energía macrocósmica, la vida de Dios que sobrevive independientemente de la apropiación de la forma, activa o energetiza la sustancia. Estas tres cualidades o gunas, son: 1. Sattva: 2. Raja: 3. Tamas: Ritmo, vibración armónica Movilidad o actividad Inercia Energía del Espíritu Energía del Alma Energía de la materia Mónada Ego Personalidad Las tres corresponden a la cualidad de cada uno de los tres aspectos que expresan la Vida Una. 49 Libro I Influido por las TRES GUNAS o Cualidades de la Materia, se mueve desordenadamente el hombre en todas direcciones. El Hombre Interno, el Morador del Cuerpo se halla bajo el dominio de las GUNAS. Ya que éstas forman las TRES SUSTANCIAS BÁSICAS o PRIMARIAS sobre la que se mantiene en existencia objetiva nuestro Universo. Estas tres gunas forman la FORMA de toda existencia creada. La existencia y la combinación de las tres gunas constituyen el universo manifestado y con las cuales se identifica el hombre. Las gunas, con las que convive, le ofuscan y alucinan, perdiendo por ese hecho todo reconocimiento de su verdadero Ser. Las TRES actúan y operan en todas direcciones, y por lo tanto es necesario EQUILIBRARLAS y SUBYUGARLAS. El Morador y Señor del cuerpo debe ser su Soberano dueño y distinguirse de las GUNAS, a cual efecto ha de conocer las funciones del cuerpo y gobernar y dirigir sus actividades. Esto naturalmente se logra tras muchas vidas de trabajo y esfuerzo. Consideremos ahora, en primer lugar, cada GUNA por separado y veamos cómo puede el hombre aprovecharse de ellas para su desarrollo humana y espiritual: TAMAS (inercia, estabilidad) Las funciones de la Cualidad TAMÁSICA, son equivalentes a: INERCIA, TINIEBLAS, IGNORANCIA, PEREZA, DESIDIA o NEGLIGENCIA. Es un estado en que la mente se encuentra en un esta- do letárgico, egoísta y nublado. El estado tamásico predomina en nosotros cuando notamos que nos falta energía, estamos angustiados, sentimos miedo o somos perezosos. Ahora, ¿qué servicio puede prestar esta cualidad a la evolución humana?, ¿qué utilidad tiene esta Guna, en el desenvolvimiento del hombre? Su utilidad consiste en que obra como una resistencia a la que se ha de combatir y vencer, de modo que en la lucha se vigorice y fortalezca la fuerza de voluntad, logrando el dominio y la disciplina del propio combatiente. Puede compararse el servicio del TAMAS en la evolución del 50 Libro I hombre, a una maza o las pesas en los ejercicios atléticos. De análoga manera el Temas -negligencias, ignorancia o inercia-, intervienen en la evolución, pues el hombre ha de vencer tan contraria cualidad y desarrollar su fuerza en la lucha, entonces el ALMA se robustece y triunfa sobre la negligencia, la desidia y la oscuridad, esta es la índole de la cualidad tamásica. Así vemos que los Ritos y Ceremonias Religiosas se han establecido con el propósito de vencer la Cualidad Tamásica, pues en gran parte sirven para adiestrar al hombre en combatir la pereza, indolencia y apatía de su naturaleza inferior, imponiéndole ciertos deberes que ha de cumplir en determinado tiempo, tanto si le viene o no de grado el cumplirlo en el tiempo prescrito, así pues, obligándole a ―deberes prefijados‖, se le excita a vencer la pereza, diligencia y obstinación de su naturaleza inferior y se le impulsa a seguir EL SENDERO determinado por la Voluntad. RAJAS (movilidad o actividad) El estado rajásico es el contrario al tamásico. Es un estado en el que predomina la energía, el deseo, la excitación. Dicho estado es el mayor mal de las sociedades occidentales y en general de nuestro mundo globalizado. Todos tenemos prisa, vivimos estresados, no nos concedemos ni un respiro debido al ritmo frenético que nos impone la ―vida moderna‖. Nuestro estado de ―alerta‖ es constante, y la presión que ejercemos sobre nuestros nervios es tan grande que, en ocasiones afecta a nuestro estado físico (problemas digestivos, cefaleas, desórdenes del sueño) y psicológico (depresión, cuadros de ansiedad, etc). Si consideramos la cualidad de Rajas, vemos en la demostración de la vida moderna cómo la actividad, tan viva en el mundo moderno, pues se manifiesta en todo sentido y mueve las manifestaciones, fenómenos y resultados materiales de la vida ordinaria, puede ser gradualmente dirigida, disciplinada y depurada hasta el extremo de quitarle todo poder de estorbar a la Real manifestación del Yo Di51 Libro I vino. El objeto es reemplazar la concupiscencia por el deber. El hombre actúa para dar satisfacción a su naturaleza inferior, con el DESEO DE OBTENER FRUTO DE SUS ACCIONES, con la esperanza de recompensa, porque apetece de dinero para gozar de la vida material y satisfacer sus bajos instintos. Todas estas actividades de la CUALIDAD RAJÁSICA tienen por fin el Contentamiento de la naturaleza Inferior, y para disciplinarla y regularla de modo que sirvan al propósito del YO SUPERIOR, se le enseña a reemplazar la concupiscencia por el deber, practicando toda acción porque debe practicarla, y voltear la Rueda de la Vida porque le incumbe voltearla, al efecto de que pueda él obrar como Krishna ―dice de sí mismo que obra, esto es, no porque haya de ganar cosa alguna, ni en este mundo ni en el otro, sino porque sin su acción dejaría de ser el mundo lo que es, y se paralizaría el giro de la Rueda‖. El deber ha de sustituir a la propia satisfacción. Primero aprende el hombre a cumplir la acción como DEBER DE SACRIFICIO y pago de una DEUDA al mundo en que vive, después, es la GOZOSA donación de todo cuanto el hombre tiene para dar. Entonces el hombre se entrega con todas sus potencias y actividades, no ya deseoso de dar parte de lo que posee en pago de una deuda, sino que él mismo es la dádiva de su donación. Cuando llega a este punto, realiza el YOGA. Así se ha dicho que a cada hombre le incumbe cumplir su propio deber o DHARMA. Vale más cumplir nuestro deber, aunque imperfectamente, que entrometerse en cumplir el deber ajeno. Por eso el lugar de su nacimiento es el más necesario para cada cual, porque allí aprenderá lo que mejor le conviene saber. Cumplir con nuestro deber sin preocuparnos por las consecuencias, no esperar los frutos de la acción, y entonces aprenderemos la Lección de la vida y daremos nuestros primeros pasos en el Sendero del Yoga. El deber entonces es trasmutado en natural expresión y espontaneidad del alma. Así, primero obran los hombres por interés personal y de este modo adquieren experiencia. Después aprenden a obrar por deber y con ello inician la práctica del yoga en su vida diaria. Por 52 Libro I último, su acción es un gozoso sacrificio sin pedir nada en recompensa, sino al contrario, dar y entregar cuanto poseen para el cumplimiento de la obra divina. Y así realizan la unión con dios." SATTVA -Ritmo o vibración armónicaEl estado sattvático o sattvas, surge cuando se unen en una entidad en perfecta armonía los elementos rajásicos y tamásicos. Este es el estado que combina lo mejor de los dos estados anteriores, el que nos permite vivir una vida armónica. Nos convierte en personas relajadas pero energéticas, confiadas y conformes pero también innovadoras y creativas, comprometidas pero desapegadas. En definitiva, sattvas es el ideal al que todos aspiramos, la cualidad que nos introduce en una meditación armónica. Como ya hemos dicho, el Karma-yoga consiste en el entrenamiento de estas "GUNAS". TAMAS actúa como una fuerza contra la cual hay que luchar para sobrepasarla a fin de que pueda ser educida la FORTALEZA, desarrollando el poder de la Voluntad, y adquiriendo dominio sobre sí mismo. Después, RAJAS o movilidad, es la que impulsa a un constante esfuerzo, apresurado y afanoso, para producir resultados materiales y satisfacer la naturaleza inferior, ha de ser bien dirigida, purificada y trasmutada en SATTVA (ritmo o armonía) para que sirva a los propósitos del YO SUPERIOR. Así es como, en estos primeros pasos, se dirige el estudiante hacia el Verdadero Discipulado, conduciéndole al encuentro del MAESTRO, hacia el recinto Interno del Templo. Recordemos cómo Shri Krishna señala las características del hombre que ha trascendido las GUNAS y es capaz de beber el néctar de la Inmortalidad, de reconocer al Supremo y de unirse con ÉL. Y en este estado de conciencia Elevada, confiado mira todas las cosas de IGUAL manera, el barro de la tierra y la barra de oro, al amigo y al enemigo. Para todos es el mismo, porque ha trascendido las GUNAS y ya no le alucina su acción. Tal es la META a que aspiramos. 53 Libro I Significa la culminación del desapego aplicado al macro o al microcosmos. Se han utilizado los tres gunas; se ha adquirido plena experiencia por el empleo de la forma; se ha desarrollado conciencia, percepción o comprensión, mediante el apego a un objeto o forma; se han utilizado todos los recursos, y al hombre espiritual (logoico o humano) ya no le sirven ni los necesita. Por lo tanto queda liberado de las gunas, de tomar forma, como resultado del apego, y puede entrar en un nuevo estado de conciencia, acerca del cual es inútil especular. El supremo desapego no es resultado de una decisión, sino que surge de un estado místico. Las cualidades del mundo exterior no desaparecen, pero pierden su poder de atracción. Este elevado nivel de desapego extiende el dominio de los objetos vistos y oidos (I.15) y contempla las cualidades constituyentes de la naturaleza como un todo. Para tal nivel de desapego, la simple supresión del deseo no es suficiente. Tiene que haber una ausencia de deseo por las cualidades o estados psicológicos de inercia y actividad, e incluso por el estado de claridad. Tal desapego existe en quien se ha revelado una presencia suprema. Esta presencia interna superior hace que las manifestaciones mundanas sean muy relativas. La revelación del principio espiritual es lo que conduce a la ausencia del deseo, y no al revés. Se considera este desapego como superior porque sobreviene después del primero, porque su objeto y su causa son superiores al primero y porque es el más próximo a la liberación. Su causa es el conocimiento de purusa (espíritu puro o del vidente) y su objeto es superar incluso el deseo de los gunas. Según la filosofía yoguista, la naturaleza entera está constituida por tres fuerzas o cualidades que son: Tamas, Rajas y Sattva. Estas tres cualidades se manifiestan respectivamente en el mundo físico - como ignorancia o inactividad; atracción y repulsión; y equilibrio entre ambas. Todas las cosas, todos los objetos, todas las manifestaciones 54 Libro I de la Naturaleza son combinaciones y recombinaciones de estas tres fuerzas. La filosofía sankhya ha dividido la Naturaleza en varias categorías. El Ser del hombre transciende todas estas categorías. Está más allá de la Naturaleza. Es efulgente, puro y perfecto. Cuanto observamos de inteligente en la Naturaleza no es más que un reflejo de dicho Ser en la Naturaleza. De por sí es la Naturaleza insenciente. Hemos de tener en cuenta que el concepto de Naturaleza incluye también la mente, pues la mente y el pensamiento pertenecen a la Naturaleza, y desde el pensamiento hasta la más grosera forma de materia, todo, todo pertenece a la Naturaleza, a la manifestación de la Naturaleza. La Naturaleza envuelve al Ser del hombre, y cuando la Naturaleza substrae la envoltura del Ser, aparece el Ser en su propia gloria. El desapego, tal como lo describe el aforismo 15, como el dominio sobre los objetos de la Naturaleza, es la más poderosa ayuda hacia la manifestación del Ser. Et aforismo siguiente define la perfecta concentración (Samadhi) que es la meta del yogui. 55 Libro I Tipos de interiorización (I.17-I.18) 17. La conciencia de un objeto se obtiene concentrándose en su cuádruple naturaleza: la forma, por un examen de la misma; la cualidad (o guna), por participación discriminativa; el propósito, por inspiración (o beatitud), y el alma, por identificación. Será evidente por lo tanto que la afirmación, "Como un hombre piensa, así es él" (Pro. 23: 7) está basada en hechos ocultos. Toda forma, de cualquier tipo, posee un alma; tal alma o principio consciente, es idéntica a la de la forma humana; idéntica en su naturaleza, aunque no en su grado de desarrollo y alcance. Esto atañe también a las grandes Vidas o Existencias superhumanas, en las cuales el hombre "vive, se mueve y tiene su ser" (Hc. 17:28) y cuyo estado de desarrollo el hombre aspira alcanzar. Cuando el aspirante selecciona con cuidado los "objetos" sobre los cuales va a meditar, construye por su intermedio una escalera, mediante la cual llega oportunamente a lo sin objeto. A medida que su mente asume progresivamente la actitud meditativa del alma, el cerebro también va siendo subyugado por la mente, así como la mente lo es por el alma. De esta manera el hombre inferior se identifica gradualmente con el hombre espiritual, quien es omnisciente y omnipresente. Esta actitud meditativa se alcanza por un cuádruple proceso: 1. Meditación sobre la naturaleza de una forma determinada. A medida que cavila sobre la fórmula, comprende que es sólo el símbolo de una realidad interna, pues todo mundo objetivo tangible está construido de formas de algún tipo (humanas, subhumanas y superhumanas), las cuales expresan la vida de una legión de seres sensibles. 56 Libro I 2. Meditación sobre la cualidad de cualquier forma particular, a fin de llegar a apreciar su energía subjetiva. Debe tenerse en cuenta que la energía de un objeto puede ser considerada como el color de ese objeto, de allí que son iluminadoras las palabras de Patanjali (1V.17) y sirven de comentario a este segundo punto, al cual se lo denomina "participación discriminadora", y por su intermedio el estudiante llega a conocer la energía en sí misma, que es una con el objeto de su meditación. 3. Meditación sobre el propósito de cualquier forma particular. Esto implica la consideración de la idea que reside detrás de cualquier forma de manifestación o que subyace en ella, y el despliegue de energía. Esta comprensión lleva al aspirante hacia un conocimiento de esa parte del plan o propósito del Todo, factor motivador de la actividad de la forma. Así por medio de la parte se establece contacto con el Todo, y tiene lugar una expansión de conciencia, que implica beatitud o gozo. La beatitud sigue siempre a la realización de la unidad de la parte con el Todo. Al meditar sobre los tattvas, las energías o principios, o sobre los tammatras, o elementos componentes de espíritu-materia, se obtiene conocimiento del propósito o plan para las manifestaciones micro o macrocósmicas, y con este conocimiento llega la beatitud. En los tres tipos de meditación tenemos la analogía de los tres aspectos: espíritu, alma y cuerpo, y es un estudio iluminador para el sensato estudiante. 4. La meditación sobre el alma, sobre el Uno que utiliza la forma, que la energetiza hasta entrar en actividad y actúa de acuerdo al plan. Siendo esta alma, una con todas las almas y con la Superalma, se subordina al plan uno y es consciente del grupo. Así, mediante estas cuatro etapas de meditación sobre un objeto, el aspirante llega a su meta, al conocimiento del alma y de los poderes de la misma. Se identifica conscientemente con la realidad una, y lo hace en su cerebro físico. Descubre que él mismo es esa verdad, verdad oculta en cada forma y en todo reino de la naturaleza. Así obtiene oportunamente (una vez alcanzado el conocimiento del alma) el conocimiento de la Omnialma y llega a ser uno con ella. 57 Libro I La práctica perseverante y el desapego preparan la mente para pasar de la dispersión mental a la contemplación sobre un objeto. Esta contemplación pasa cronológicamente por cuatro estados. La contemplación no es un estado de vaciedad o nadeidad —mas bien todo lo contrario. En contemplación se percibe la realidad profunda —la esencia del objeto— que sirve como punto de partida para la meditación. En este nivel de perfecta orientación, la mente capta primero al objeto mediante un proceso de reflexión y análisis que utiliza la memoria, las palabras y las imágenes libres de la distorsionada interferencia de la personalidad. Este es el primer acercamiento al objeto y permite una comprensión general. Sigue una captación más intuitiva de naturaleza sorprendente que parece surgir del espacio más profundo. Luego, este conocimiento y experiencia nos inunda con alegría o beatitud (ānanda), volviéndonos completamente conscientes de estar vivos. Esta conciencia individual ya no es egocéntrica e individualista —transciende la individualidad. Moviéndose en libertad y a la luz de la inteligencia discriminativa (viveka), el hombre mira lo que es, dentro y fuera, y lo somete a la prueba del razonamiento lógico. Este enfoque crítico niega todo lo que es impropio de lo que realmente es, y se mueve con lo que es propio de la existencia en su totalidad. Este movimiento madura en el razonamiento lógico que, tiene sus limitaciones, pero no así la libertad que produce una aspiración interior que nos hace movernos ahora en asociación, que es la inteligencia investigativa. Es una investigación libre de lo que es, una exploración interminable de la esencia misma de la vida y del ser. Este movimiento florece llevado hacia adelante, junto con el movimiento de la existencia en su totalidad, madura en una sensación de bienaventuranza. Asimismo, este estado de beatitud madura, además, en un sentido del puro yo-soy, vacío de toda tensión, que generalmente se asocia con el ego dominado por la tensión. Todos estos cuatro géneros de samādhi pertenecen a una visión calificada de la existencia en su totalidad. Es calificada porque necesita algo, algún apoyo, a fin de marchar al mismo paso con el sutil movimiento de la realidad existencial. 58 Libro I Vyasa describe estas cuatro etapas como ―curiosidad filosófica, meditación, júbilo e inegoencia (sentido de identidad)‖ y dice que parecen como pasos en el trance cognitivo cuando uno ha preparado ya su mente por los ―dos medios‖ (la práctica constante y el desapego, previamente discutidos). El sabio llama a la primera etapa ―superficial‖ porque su acción ocurre dentro de la esfera de los fenómenos externos de la naturaleza, y da un ejemplo ilustrativo: Tal como un arquero novato apunta primero a objetos grandes, y poco a poco a objetos más y más pequeños, así mismo el neófito aprende primero la naturaleza de objetos mentales densos, y luego la de los más sutiles. De este modo se sutiliza la captación de los objetos por la mente. Meditación es observación sutil y concentración, y la felicidad que resulta de la tercera etapa proviene del gozo de la iluminación mental. La cuarta, etapa, que Vyasa describe como ―inegoencia‖, y la explica como ―la conciencia de ser uno con el Ser‖ la causa sutil de los instrumentos de cognición, puesto que éstos nacen de ella; y dice que al aparecer como el Ser conduce al yogui a la conciencia de su unidad con él. ―Cuando la egoencia aparece como el Ser, el tema de la meditación es la conciencia de ser uno con él. La naturaleza real está detrás‖. Creo que podemos decir que toda recolección interior sigue un camino cuádruple: (1) (2) (3) (4) Examen de la forma externa de un objeto. Espaciarse en su índole y cualidades. Unificarse con él y pasar más allá a la unidad con su vida fundamental que es la vida de todas las demás formas también. Evidentemente San Bernardo de Clairvaux pensaba de manera similar cuando escribió en su ESCALA PARA MONJES, O TRATADO SOBRE EL MÉTODO DE ORAR: ―Un día, cuando me ocupaba en trabajo manual y había empezado a considerar el ejercicio del hombre espiritual, vi. en pensamiento cuatro peldaños para ascender: Lectura, Meditación, Plegaria y Contemplación. Son la escala del claustro que conduce de la tierra al cielo‖. 59 Libro I 18. Se alcanza otra etapa de samadhi, cuando, mediante el pensamiento enfocado en una sola dirección, se aquieta la actividad externa. En esta etapa la sustancia mental o chitta, responde únicamente a impresiones subjetivas. La palabra "samadhi" está sujeta a varias interpretaciones, y se aplica a las distintas etapas de realización yogui. Esto dificulta al estudiante común el análisis de los distintos comentarios. Quizás uno de los modos más fáciles para comprender su significado es recordar que la palabra "sama" se refiere a la facultad que posee la sustancia mental (chitta) de tomar forma o modificarse, de acuerdo con las impresiones externas. Éstas llegan a la mente por conducto de los sentidos. Cuando el aspirante a la yoga puede controlar sus órganos de percepción sensoria, de manera que no trasmiten a la mente sus reacciones a lo percibido, se producen dos cosas: a. El cerebro físico se tranquiliza y aquieta. b. La sustancia, o cuerpo mental (chitta), cesa de asumir las distintas modificaciones y también se aquieta. Ésta es una de las primeras etapas de samadhi; pero no es el samadhi del adepto, sino un estado de intensa actividad interna, en vez de externa, una actitud de concentración en un solo sentido. Sin embargo, el aspirante responde a impresiones de reinos más sutiles y a modificaciones originadas por percepciones aún más subjetivas. Se da cuenta de un nuevo campo de conocimiento, aunque todavía no sabe qué es. Comprueba la existencia de un mundo que no puede ser conocido por medio de los cinco sentidos, pero que le será revelado por el correcto empleo del órgano de la mente. Llega a percibir lo que subyace detrás de las palabras de un aforismo posterior, tal como lo tradujo Charles Johnston, que expresa esta idea en términos particularmente claros: "El vidente es pura visión. Ve a través de la vestidura de la mente" 60 Libro I El aforismo anterior trató de lo que puede denominarse meditación con simiente o con un objeto. Sugiere la etapa siguiente, meditación sin simiente o sin lo que el cerebro físico reconocería como un objeto. Sería oportuno mencionar aquí las seis etapas de meditación tratadas por Patanjali, pues proporcionan la clave de todo el proceso de desenvolvimiento, del cual se ocupa este libro: 1. 2. 3. 4. 5. 6. Aspiración. Concentración. Meditación. Contemplación. Iluminación. Inspiración. Sería de valor observar que el estudiante empieza por aspirar a lo que está más allá de su conocimiento, y termina siendo inspirado por lo que ha tratado de conocer. La concentración (o enfoque intenso) se convierte en meditación y la meditación florece como contemplación. Este otro Samadhi es el perfectamente súper consciente Samadhi que nos da la liberación. El primer estado no nos libera, no libera al alma. Un hombre puede alcanzar todos los poderes, y sin embargo caer de nuevo. No hay salvaguarda hasta que el alma trasciende la Naturaleza. Es muy difícil lograrlo aunque el método parece fácil. El medio para lograr tal estado es la práctica, es decir, la conciencia mental permanente en la idea de supremo desapego. Luego se alcanza el estado de pura ―soy-dad‖ gradualmente, tras dominar los principios anteriores. Entonces, centrándose en la idea de que ―Yo‖ no deseo siquiera el estado de pura ―soy-dad‖, si la mente logra un momento del estado de cesación, las fluctuaciones no aparecerán. Entonces la mente aparece como vacía. Esto es el estado de cesación, en otras palabras, el intervalo entre dos estados de fluctuación. En este estado, el espectador reside en sí mismo. 61 Libro I La conciencia pura no cesa, pero el conocimiento del no-yo desaparece; consecuentemente, el conocedor del no-yo, es decir la ―soy-dad‖, también desaparece. Sin duda, aún este Samadhi perfecto se debe siempre a los esfuerzos prolongados del yogui; no es ni un don ni un estado de gracia. Sólo se puede alcanzar después que las especies de samādhi contenidas en la primera clase han sido suficientemente experimentadas. Es la culminación de las innumerables ―concentraciones‖ y ―meditaciones‖ que le han precedido. Pero llega sin que se lo llame, sin que se lo provoque, sin que se realice una preparación expresa: por esto, merece el nombre de ―rapto‖ o ―arrebato‖. Es el samadhi sin semilla, mas-allá-del-conocimiento trascendente. El compuesto "virāmapratyaya" define la cesación y la idea correspondiente; la forma de esa idea es simplemente la cesación. En el momento de cesación de todos los objetos, todavía subsiste la forma de una idea mientras se esta llegando a la cesación (completa), hasta que finalmente cesa también esa misma idea. Es el mismo proceso que sufre el fuego de la llama mientras va debilitándose poco a poco a medida que el aceite se va consumiendo, y que sigue siendo una llama hasta que finalmente se convierte en cenizas. El más alto grado de desapego es el medio de alcanzar este samādhi. El primer tipo de desapego se refiere al campo de la interiorización completa con conocimiento trascendente, mientras que el desapego superior conduce a la interiorización completa sin semilla. Ninguna meditación sobre un objeto puede servir de medio para conseguirlo, porque sería incompatible con este samādhi sin objeto, mientras que la idea de cesación, que es ausencia de cualquier objeto, es compatible con el samādhi sin objeto y la meditación debe centrarse en ello. Como dice Dom Cuthbert Butler: ―El recogimiento consiste primero en un esfuerzo por borrar de la mente todas las imágenes y pensamientos de cosas externas, todas las percepciones sensorias y pensamientos de criaturas; luego se silencian los procesos razonadores del intelecto, y por este ejercicio se produce una soledad 62 Libro I en la cual el alma puede funcionar en sus facultades más espirituales‖. O como lo dice la Dra. Besant, ―pensar y dejar de pensar‖. No es un mero vacío (en ningún caso estamos hablando de dejar la mente en blanco, es decir negativa) es un estado de equilibrio intensamente alto, a la mira de lo invisible, a la escucha de lo insonoro, un estado de absoluta atención serena. Vyasa lo describe como un estado de restricción mental en el que cesa la acción de todas las modificaciones y quedan sólo IN POSSE. Se llega a ese estado por el desapego más elevado, el completo sometimiento de todo, alto o bajo, a la Voluntad Divina. En palabras del Maestro K.H. ―Para que produzca su resultado, esta resolución debe llenar toda tu naturaleza, de suerte que no quede lugar para ningún otro sentimiento‖ (A los Pies del Maestro). El Silencio espiritual es el coronamiento, el fin de la purificación, el término de todas las tempestades pasionales y psíquicas, de esas dramáticas ficciones a través de las cuales buscamos el sentido de la vida real, la que, inherente al espíritu, se revela sin tormentas por medio del perfecto Silencio y el Amor mental, o razón pura. 63 Libro I Esfuerzos y compromiso (I.19-I.22) 19. El samadhi descrito no va más allá de los límites del mundo fenoménico; tampoco va más allá de los dioses ni de quienes se ocupan del mundo concreto. Debería notarse que los resultados logrados en el proceso descrito en los Afs. 17 y 18, sólo conducen al aspirante al borde del reino del alma, al nuevo campo de conocimiento, del cual ha llegado a ser consciente. Está aún confinado a los tres mundos. Lo único que ha conseguido es aquietar las modificaciones del cuerpo mental, de manera que por primera vez el individuo (en el plano físico y en su cerebro físico) llega a conocer lo que está más allá de esos tres mundos, es decir, el alma, su campo de visión y conocimiento. Todavía debe reforzar su vínculo con el alma (del cual tratan los Afs.23-28); después de haber transferido su conciencia a la del hombre real o espiritual, debe empezar a trabajar desde un nuevo ángulo o punto de vista más ventajoso. La idea ha sido expresada por algunos traductores como la condición donde el aspirante es consciente de la "nube de cosas cognoscibles‖. La nube no se ha precipitado suficientemente para que el agua descienda de las alturas celestiales al plano físico, o para que las "cosas cognoscibles‖ sean conocidas por el cerebro físico. Se percibe la nube como resultado de intensa concentración y del aquietamiento de las modificaciones inferiores; pero hasta que el alma o Maestro no asuma el control, el conocimiento del alma no puede afluir al cerebro físico por medio del sexto sentido, la mente. La ciencia de la yoga es una ciencia real; sólo cuando el estudiante se acerque a ella, mediante etapas correctas, empleando métodos científicos, alcanzará el verdadero samadhi o realización. El ciclo de nacimientos y muertes no puede cesar sino con la plena realización de la Conciencia Divina. Y esa Vida fundamental está 64 Libro I más allá del universo, por muy sutil y gloriosa que sea su manifestación. Está en el mundo noumenal ―sin forma‖, y para alcanzarla el Arhat debe prescindir de todo deseo de vida, incluso la del mundo celestial. Es la rendición final, la libertad perfecta. También la idea que los que en vidas anteriores han alcanzo un punto elevado en estas ciencias del yoga, nacen ya muy preparados para sus últimas etapas, poniendo especial cuidado en no quedarse enganchado a las ―angelicales estancias‖ de los últimos espejismos terrenales. Pero mientras el alma no haya adquirido fuerza suficiente para dar el gran paso final, debe regresar a la tierra, no importa cuán larga y pura sea su permanencia en Devachán. El mundo celeste postmortem es en verdad un estado de ―meditación‖ en donde el alma, absorta en la contemplación de ―ideales realizados‖, sublima lo mejor de las experiencias de la vida y extiende sus alas celestiales. Por tanto dice Dvivedi: ―Este SAMADHI no es el fin último y mejor, aunque es útil como medio‖. Y destaca que los mundos objetivos más elevados y más sutiles no constituyen la meta real del yogui, sino la Verdad que está tras de todos ellos. Esto explica la poca importancia que el Buddha daba a la posesión de los SIDDHIS o poderes divinos. Si algunos de sus monjes los adquirían, él no les permitía exhibirlos. El Nirvana estaba más allá. San Agustín, el más grande de los primeros santos Cristianos, dice: “Habiendo buscado a mi Dios en las cosas visibles y corpóreas, no le hallé; habiendo buscado encontrar Su substancia en mí mismo, y no hallándole allí, percibo que mi Dios es algo muy superior a mi alma. Por tanto, a fin de aspirar a El pensé en estas cosas, y derramé mi alma por encima de mí... Tú estabas más adentro de mí que mi parte más íntima, y más alto que la más alta”. Mas mientras llegue el gran Día en que El estará con nosotros, el alma se acerca más en cada vida por el idealismo y el esfuerzo. 65 Libro I 20. Otros yoguis alcanzan samadhi y llegan a la discriminación del espíritu puro a través de la creencia, seguida de energía, memoria, meditación y correcta percepción. Los yoguis, de los cuales ya nos hemos ocupado anteriormente, limitaban su percepción al mundo fenoménico, y por ello debe entenderse que abarcaban sólo los tres mundos: la percepción mental, la percepción astral y los sentidos físicos. Se establece contacto entre éstos y se conocen las energías que producen concreción y la fuerza motriz del pensamiento, al producir efectos en el plano físico. Sin embargo, aquí el yogui se traslada a regiones más sutiles y espirituales y es consciente de lo que el yo, en su verdadera naturaleza, percibe y conoce. Penetra en el mundo de las causas. Podríamos considerar que el primer grupo comprende a todos los que huellan el sendero del discipulado, y abarca desde el momento de entrada en el sendero de probación hasta recibir la segunda iniciación. Él segundo grupo comprende a los discípulos de grado superior, que habiendo controlado y trasmutado la naturaleza inferior, hacen contacto con su mónada, Espíritu o "Padre en el Cielo", y disciernen lo que la mónada percibe. El primer conocimiento llega a quienes están en proceso de sintetizar los seis centros inferiores en el centro coronario, mediante la trasmutación de los cuatro inferiores en los tres superiores, y luego el cardíaco y el laríngeo en el coronario. El segundo grupo -por el conocimiento de la ley- trabaja con todos los centros trasmutados y purificados. Sabe cómo alcanzar el verdadero samadhi, o estado de abstracción oculta, en virtud de su capacidad de abstraer las energías en el Loto de mil pétalos de la cabeza, y de ahí abstraerlas por medio de los otros dos cuerpos sutiles, hasta centrarlas 66 Libro I y enfocarlas en el cuerpo causal, el karana sarira, el loto egoico. Patanjali dice que se lleva a cabo en cinco etapas. Los estudiantes deben tener presente que estas etapas se relacionan con las actividades del alma, el conocimiento egoico, y no con las reacciones del hombre inferior y del cerebro físico. 1. Creencia. El alma, en su propio plano, ensaya una condición análoga a la creencia del aspirante acerca del alma o aspecto crístico, pero en este caso, el objetivo es conocer aquello que el Cristo o alma trata de revelar, el espíritu o Padre en el Cielo. Primeramente el discípulo llega a conocer al ángel de Su Presencia, el ángel solar, ego o alma. Esto es la realización del grupo anterior. Entonces más tarde hace contacto con la Presencia misma, la cual es espíritu puro, el Absoluto, el Padre del Ser. Este grupo de iniciados ha conocido el yo y el no-yo. Ahora la visión del no-yo se desvanece y desaparece, y se conoce únicamente el espíritu. La creencia debe ser siempre la primer etapa. Primeramente la teoría, luego el experimento y finalmente el conocimiento. 2. Energía, valor. Una vez comprendida la teoría, se percibe la meta, entonces se inicia la actividad -esa correcta actividad y empleo de la fuerza que acercará a la meta y convertirá la teoría en realidad. 3. Memoria o correcta recordación. Éste es un factor importante en el proceso, porque implica correcto olvido, es decir, eliminar de la conciencia del yo todas esas formas que hasta entonces han velado lo Real. Dichas formas son elegidas o creadas, por uno mismo. Esto lleva a la verdadera captación o habilidad de registrar correctamente lo que el alma ha percibido, y al poder de transferir esta correcta percepción al cerebro del hombre físico. A esa memoria se hace referencia aquí. No se refiere específicamente al recuerdo del pasado, sino que abarca el punto de comprensión y su trasferencia al cerebro, que debe registrarlo y oportunamente recordar a voluntad. 67 Libro I 4. Meditación. Debe meditarse sobre lo que se ha visto y registrado en el cerebro, lo cual emanó del alma, y así entretejerlo en la trama de la vida. Por medio de la meditación las percepciones del alma llegan a ser reales para el hombre en el plano físico. Esta meditación, de orden muy elevado, viene después de la etapa contemplativa y constituye la meditación del alma a fin de eliminar el vehículo en el plano físico. 5. Correcta percepción. La experiencia del alma y el conocimiento del espíritu, o aspecto Padre, comienza a formar parte del contenido cerebral del Adepto o Maestro. Éste conoce el plan, tal como existe en las esferas superiores, y está en contacto con el Arquetipo. Es que, si puedo expresarlo de esta manera, este tipo de yogui ha alcanzado la etapa en que puede percibir el plan, tal como existe en la mente del "Gran Arquitecto del Universo". Ha logrado la armonía con Él. El otro tipo de yogui ha llegado a la etapa donde puede estudiar los anteproyectos del gran plan y así colaborar inteligentemente en la construcción del Templo del Señor. La percepción mencionada es de orden tan elevado, que resulta casi inconcebible para quien no es discípulo avanzado; pero, con la apreciación de las etapas y grados, el aspirante no sólo llega a la comprensión de cuál es su problema inmediato y del punto donde se encuentra, sino también a la apreciación de la belleza de todo el esquema. Gracias a la fe que proporcionará la energía suficiente para superar todas las situaciones, se mantendrá la dirección. La consecución del objetivo del Yoga exige tiempo. Este objetivo es la aptitud para dirigir la mente hacia un objeto dado, sin la menor distracción. Con el tiempo se obtiene como resultado una comprensión clara y correcta del objeto escogido. La fe es la convicción inquebrantable de que se puede conseguir este objetivo. No debemos detenernos por la complacencia del éxito ni descorazonarnos en el fracaso. Debemos trabajar dura y firmemente a través de todas las distracciones, independientemente de que nos parezcan buenas o malas. 68 Libro I Lo que llamamos fe es la claridad de la mente bien establecida que busca alcanzar la liberación y respeta los medios que conducen a ella. Protege al yogui y le defiende de las adversidades. Cuando se posee este tipo de fe y se busca el conocimiento, es decir, cuando la meta es la visión correcta, entonces surge la entusiasta energía para practicar los métodos del yoga. Cuando esa energía ha surgido en el yogui, su atención consciente es firme. La retentiva de cosas tales como el conocimiento de las Escrituras se torna muy poderosa. Todas estas prescripciones se refieren al buscador de conocimiento. Cuando la atención consciente se hace firme, la mente deja de estar perturbada y alcanza la concentración que llamamos samādhi. A esta mente en samādhi sobreviene la sabiduría (prajñā), que tiene el poder de iluminarlo todo. - La paz se experimenta por medio de la fe. Esta (fe) protege al yogui como una madre amorosa. Cuando se posee tal fe y se busca conocimiento, surge la energía. Cuando surge la energía y el valor, la atención consciente o retentiva permanece firme. - Cuando la atención permanece firme, la mente carece de perturbación y deviene concentrada en samādhi. Este sutra es tan claro que casi no necesita comentarios. Es claro que no puede emprenderse útilmente ningún esfuerzo, en campos materiales o espirituales, a menos que haya fe o creencia sólida en la posibilidad de triunfar. También es inútil pretender la meta sin una acción correspondientemente valerosa. A medida que la meta se perfila más y más clara, habrá más concentración en ella, que trae consigo la aspiración unicentrada del corazón despierto. La fe y el esfuerzo harán nacer el discernimiento de los valores. La fe se habrá convertido en la evidencia de lo no visto. Como dice Vyasa: ―La fe sostiene al Yogui como una madre‖. El sutra siguiente afirma que el logro de la conciencia espiritual está cerca para los de voluntad fuerte, educada y alerta. 69 Libro I 21. Aquellos cuya voluntad está intensamente activa, alcanzan rápidamente la etapa de conciencia espiritual. Esto lógicamente es así. Cuando la voluntad, reflejada en la mente, llega a predominar en el discípulo, éste despierta ese aspecto de sí mismo que está en armonía con el aspecto voluntad del Logos, el primer aspecto o Padre. Las líneas de contacto son: 1. Mónada o Padre en el Cielo, el aspecto voluntad. 2. Atma o voluntad espiritual, el aspecto más elevado del alma. 3. El cuerpo mental o voluntad inteligente, el aspecto más elevado de la personalidad. 4. El centro coronario. Esta línea es seguida por quienes practican el Raja Yoga, que lleva a la comprensión del espíritu y conduce al adeptado. Sin embargo, existe otra línea: 1. 2. 3. 4. 5. 6. La mónada. El Hijo o aspecto crístico. El aspecto amor o aspecto sabiduría. Budi o el amor espiritual, el segundo aspecto del alma. El cuerpo emocional o segundo aspecto de la personalidad. El centro cardíaco. Ésta es la línea que siguen el bakti, el devoto y el santo, y lleva al conocimiento del alma y de la santidad. La primera línea es la que debe seguir nuestra actual raza. La segunda línea fue el sendero de realización para los atlantes. Si los estudiantes consideran cuidadosamente las enumeraciones que anteceden, recibirán mucha luz. Será necesario poseer una voluntad fuerte y enérgica, para estudiar el sendero de iniciación. Únicamente una voluntad de acero y una persistencia firme, constante o indesviable, llevarán al aspirante por esta senda a la clara luz del día. 70 Libro I El éxito del yogui depende de la intensidad de su compromiso para con la práctica de la unificación y el desapego hacia la multitud de los objetos del mundo. En cualquier caso, la ―vehemencia‖ de la que se habla en este aforismo no tiene nada que ver con el excesivo ascetismo o la mortificación patológica. Se trata de entusiasmo en el mejor sentido de la palabra. Lo que afirma este sūtra es tan sencillo como que si se practica con gran intensidad se alcanzará el objetivo con mayor rapidez. En este caso, el ―objetivo‖ es el éxtasis supraconsciente en el cual la mente condicional se disuelve. Algunos eruditos argumentan que la ocurrencia de estos niveles tan elevados de éxtasis no depende totalmente del esfuerzo personal, sino que la gracia divina también interviene. Si es así, esto explicaría la mención de īśvarapraṇidhāna por parte de Patanjali como uno de los medios del Yoga. La aptitud para cualquier cosa es sólo una actitud solidificada que se aplica continuamente. Estimular la actitud correcta transforma la mente y sus actitudes y la lleva de nuevo a la iluminación. Las formas pasan por una transformación. Semejante cambio es lo que se denomina el ―no apego‖. Se tarda mucho tiempo antes de llegar a esta conclusión, ya que la mente sólo cuenta con la ayuda de sí misma para transformarse en consciencia. La tarea con la que se enfrenta el discípulo, en los primeros pasos, es la de superar las dificultades por sí mismo. Ha de tener constantemente en él un estímulo ardiente y la intensidad de ese estímulo no ha de ser un deseo. Ha de comprender con cuidado la diferencia que hay entre deseo y necesidad. Cuando la consciencia desea, ésta se encuentra en el plano inferior de la mente que cambia continuamente, y por lo tanto es derrotada. Cuando la consciencia va unida a la necesidad, ésta sed encuentra en el plano de la voluntad pura, y entonces no hay derrota. Hemos de tener un sistemático estímulo de la conciencia para ser conscientes de la diferencia que hay entre deseo y necesidad, además de escoger la necesidad y rechazar al mismo tiempo el deseo mediante el discernimiento. 71 Libro I Las necesidades pertenecen al cuerpo físico mientras que los deseos pertenecen a la mente (psique). La mente no necesita nada para vivir. El alimento para mantener al cuerpo, el sueño para que descanse y el trabajo para mantenerlo en forma, son verdaderas necesidades. El acto sexual para reproducir otro cuerpo físico es también una necesidad. Al mismo tiempo, el gusto por la comida, el deseo de dormir y el placer sexual pertenecen a la mente. En realidad no son necesarios. Son regalos de la Naturaleza para que la mente trabaje para las necesidades. El deber del ser humano es entrenar la mente a que no abuse de estos regalos. El discernimiento en este sentido da el necesario estímulo para la transformación conocida como ―no apego‖. Un estímulo incesante junto con un intenso discernimiento hace posible prontamente la transformación en un período de tiempo increíblemente breve. Esa fuerza intensa del yogui por alcanzar la liberación tiene correcta expresión en las palabras del Cristo cuando dijo: ―La Ley y los profetas llegan hasta Juan; desde ahí comienza a anunciarse la Buena Nueva del Reino de Dios, y todos se esfuerzan con violencia por entrar en él‖. S. Lucas 16. La voluntad firme se adquiere solo por el esfuerzo, el esfuerzo lo inspira la fe. El gran secreto es éste: no basta tener intuiciones, debemos actuar conforme a ellas, debemos vivirlas con osadía y valentía espiritual. 72 Libro I 22. Quienes emplean la voluntad difieren también, porque su empleo puede ser intenso, moderado o suave. Respecto al logro de la verdadera conciencia espiritual existe todavía otro camino. Es conveniente aclarar los dos medios por los cuales el hombre alcanza la meta: el conocimiento de la vida espiritual y la emancipación. Tenemos el método de la yoga, descrito por Patanjali, mediante el cual, por el empleo de la voluntad, se aprende a discriminar entre el yo y el no-yo y se llega al espíritu puro. Es el método para nuestra humanidad actual, aquellos cuya tarea consiste en desarrollar el quinto principio o mente, y así llegar a ser verdaderos hijos de la mente. Su función es convertirse en estrellas de cinco puntas, la estrella del hombre perfecto en toda su gloria. Siguiendo este método se llegan a dominar los cinco planos de la evolución humana y superhumana, y atma (o la voluntad de Dios, el aspecto Padre) es revelado, por mediación de budi (o conciencia crística), que utiliza como vehículo a manas o mente superior. El otro es el método de la devoción pura. Por la intensa adoración y total consagración, el aspirante llega al conocimiento de la realidad del espíritu. Constituye el camino de menor resistencia para muchos; fue el método de realización para la raza que precedió a la nuestra. Este método ignora mayormente el quinto principio y, constituyendo el sendero del sentimiento intenso, lleva a la sublimación de la percepción sensoria. Siguiendo este método se llegan a dominar los cuatro planos, y budi (o Cristo) queda revelado. Los estudiantes deberían distinguir claramente estos dos métodos, teniendo en cuenta que el ocultista blanco fusiona los dos; si en esta vida uno sigue el método de Raja Yoga con fervor y amor, será porque en otras vidas ha hollado el camino de la devoción y encontró a budi, el Cristo interno. En esta vida hará una recapitulación de su experiencia, además ejercitará intensamente su voluntad y el control de la mente, lo cual le revelará eventualmente al Padre en el Cielo, el espíritu puro. Los comentadores de este afo73 Libro I rismo dicen que quienes siguen el método de Raja Yoga y utilizan la voluntad, se dividen en tres grupos principales, que a su vez pueden subdividirse en nueve. Un grupo emplea la voluntad tan intensamente que obtiene resultados excesivamente rápidos, pero acompañados de ciertos peligros y riesgos. Corren el riesgo de un desenvolvimiento desparejo, de la negación del aspecto cardíaco de la naturaleza y de que se produzcan ciertas destrucciones que más tarde deberán remediar. Otro grupo, cuyo progreso es más lento, es el de los aspirantes, que son los exponentes del sendero medio. Avanzan constante y moderadamente; se los denomina: "adeptos discriminadores", pues no cometen exceso de ninguna especie. Su método se debe recomendar a los hombres en este particular ciclo. El tercer grupo es el de las almas buenas, cuya voluntad se caracteriza por una tenacidad imperturbable y siguen adelante firmes y sin desviarse, llegando con el tiempo a su meta. Se caracterizan por su intensa obstinación, su progreso es lento y son las "tortugas" del sendero, mientras que los del primer "grupo" son las "liebres". Algunos libros antiguos contienen descripciones detalladas sobre estos tres grupos de aspirantes, y los representan con los tres símbolos siguientes: 1. El grupo intenso está representado por la cabra; los aspirantes de este tipo frecuentemente encarnan bajo el signo de Capricornio. 2. El grupo moderado está representado por el pez; la mayoría de los que nacen bajo el signo de Piscis se encuentra en esta categoría. 3. El grupo de gente buena o lenta, está representado por el cangrejo; con frecuencia encarnan bajo el signo de Cáncer. En estos tres grupos tenemos varias subdivisiones. Es interesante observar que, según los archivos de los Señores del Karma, la mayoría de los que están incluidos en estos tres grupos pasan al 74 Libro I signo de Libra (o la balanza) al acercarse al término de su esfuerzo. Cuando encarnan bajo este signo, equilibran cuidadosamente los pares de opuestos; igualan su desenvolvimiento unilateral, modificando la desigualdad del esfuerzo realizado hasta entonces, y empiezan a "marchar con paso parejo". A menudo entran en el signo de Acuario y se convierten en portadores de agua, teniendo que "llevar sobre sus cabezas el cántaro de agua viviente". De manera que deben modificar su rápido ascenso al monte de la iniciación, o si no "el agua se derramará y se romperá el cántaro". Debido a que el agua está destinada a saciar la sed de las masas, deberán acelerar su progreso, porque la necesidad es grande. Así "los primeros serán los últimos y los últimos los primeros‖, y la liebre y la tortuga se unen en la meta. Según la evolución de la consciencia difiere la intensidad de la aplicación. Para aquellos que son nuevos en el sendero en una encarnación particular, el esfuerzo muchas veces está acompañado por una intensidad violenta. Aquellos que han pasado ya por un cierto entrenamiento en encarnaciones pasadas muestran una aplicación menos violenta y moderadamente intensa. Y para aquellos que están lo suficientemente iniciados en la facilidad del sendero, el esfuerzo no requiere violencia. Para ellos la meta del ―no apego‖ esta al alcance de la mano. La voluntad no nos pertenece, pertenece a Dios, y nosotros la poseemos sólo por medio de la obediencia. A medida que entramos en el espíritu de Dios, se nos permite compartir su poder. 75 Libro I Vía directa mediante “OM” (I.23-I.29) 23. Por la intensa devoción a Ishvara se alcanza el conocimiento de Ishvara. Ishvara es el Hijo que se manifiesta por medio del Sol, el aspecto macrocósmico. Ishvara es el Hijo de Dios, el Cristo cósmico, resplandeciente en el corazón de cada uno de nosotros. La palabra "corazón" se emplea aquí en su significado oculto. Las siguientes analogías resultarán iluminadoras, y deben ser estudiadas con cuidado: Aspecto Cualidad Centro Macrocosmos Espíritu-Padre-Mónada. Voluntad. Coronario. Sol espiritual central. Alma-Hijo-Ego. Amor. Cardíaco. Corazón del Sol. Cuerpo-Espíritu Santo- Inteligencia Laríngeo. Sol físico. Personalidad. Activa. Ishvara es el segundo aspecto, por lo tanto, el verdadero significado de este aforismo es que, por medio del intenso amor y devoción a Ishvara, o sea el Cristo en manifestación, se puede conocer al Cristo o alma, y establecer contacto con Él. Ishvara es Dios en el corazón de cada Hijo de Dios; reside en la caverna del corazón; se llega a Él por medio del amor puro y del servicio abnegado; al descubrirlo se lo verá sentado en el Loto de doce pétalos del corazón, sosteniendo en sus manos la "Joya en el Loto". Así el devoto encuentra a Ishvara. Cuando el devoto se convierte en un yogui que practica el Raja Yoga, entonces Ishvara le revela el secreto de la Joya. Cuando el Cristo es conocido como rey en el trono del corazón, revela, al Padre a sus devotos. Pero el devoto debe hollar el Sendero de Raja Yoga y combinar el conocimiento intelectual, el control y la disciplina mental, antes de recibir la verdadera revelación. El místico debe convertirse oportunamente en ocultista y las cualidades de la cabeza y del corazón deben desarrollarse en forma pareja, pues ambos son igualmente divinos. 76 Libro I El camino de la devoción significa transferir la conciencia desde las limitaciones y penas del pequeño yo personal, a la conciencia mayor del Señor, por identificación con El. En palabras de C. W. Leadbeater significa quitarnos del centro de nuestro propio universo y poner en nuestro lugar al Maestro. ―Confiadle todas vuestras preocupaciones, pues El cuida de vosotros‖. (I Pedro 5:7). Vyasa dice que Ishvara es atraído hacia el devoto (o, como dice Vachaspati, ―traído cara a cara‖) por aquella devoción que consiste en sentir Su omnipresencia (―un tipo particular de devoción de la mente, la palabra y el cuerpo‖ dice Vachaspati) y le otorga su gracia por su mero deseo de alcanzarla (y ―no por ningún otro esfuerzo‖ dice Vachaspati). Este trance y su fruto se aceleran para el yogui. El gran ejemplo Cristiano de esta forma de yoga es el Hermano Lorenzo con su ―Práctica de la Presencia de Dios‖. Ciertamente hablamos del BHAKTI MARGA, o Bhakti-Yoga, el camino del devoto fiel, la cual representa para muchos aspirantes la línea de menor resistencia espiritual, sin embargo, para nuestro actual ciclo evolutivo podría representar un retraso importante debido a la excesiva excitación del cuerpo astral. La devoción mal entendida y exagerada produce una brecha aún más grande entre nuestra divinidad inmanente y la divinidad trascendente. La evidente dualidad que genera el bhakti-yogui le sugiere que existe una Gran Entidad externa que le protege y ayuda, y le concede dones por la gracia de dicha Divinidad o Ser externo a él. Si embargo la línea BHAKTI, o su verdadera esencia forma parte intrínseca de todos los yogas, y por supuesto del Raja-Yoga. Por esta razón, el Raja-Yoga puede trascender las prácticas externas del bhakti-yoga, utilizando necesariamente su esencia devocional, no hacia un Ser Externo a él, sino hacia ese Ser de profundo Amor que forma parte de su ser, que parte desde su divina inmanencia, y como un perfume incluyente abraza y funde a todos los seres por igual. El misterio del verdadero amor aún esta por descubrir. Los que practican el bhakti yoga creen poseer su misterio debido a su profundo amor que manifiestan, sin embargo el verdadero 77 Libro I amor cósmico trasciende el bhakti, la devoción santificada, penetrando en regiones supramentales que sólo el Raja-Yogui puede acceder. Si dijéramos que el verdadero amor no nace del corazón cardiaco, sino del corazón de budhi el cual esta en planos supramentales. Este supremo amor no parte del cuerpo astral o emocional, sino que se manifiesta aún con más poder y gracia desde el corazón de la cabeza espiritual. Esta forma de enfocar estos estudios es definitivamente más exacta que la convencional, ya que nos enseña que lo superior esta aún por descubrir, auque nos regocijemos de placeres y éxtasis devocionales. Es cierto que existe la Divinidad externa o Dios Creador, y Seres extraordinariamente divinos, y a la vez existe, en este mundo manifestado, la divinidad inmanente o dios íntimo en cada uno de nosotros. Sin embargo estas dos manifestaciones forman parte de una misma realidad Divina, y en cierto nivel de consciencia las dos se unen en una, ya que para el verdadero Ser no existe dualidad o diferenciaciones. El camino de Raja-yoga nos lleva a este estado de unidad perfecta, resolviendo armoniosamente y con total claridad estas y otras tantas paradojas existenciales. Aunque Patanjali introdujo en la dialéctica de la doctrina soteriológica saṃkhya a īśvara, elemento nuevo y, al final de cuentas, no esencial, no le concedió la importancia que le atribuirán los comentadores posteriores. La técnica es lo que mas importa en los Yoga Sūtras, es decir: la voluntad y la capacidad de autodominio del yogui. ¿Porqué, sin embargo, Patanjali sintió la necesidad de introducir en ella a īśvara? Porque īśvara correspondía a una realidad de orden experimental: en efecto, īśvara puede provocar el samādhi, siempre que el yogui practique el ejercicio llamado īśvarapraṇidhāna, o sea, siempre que el yogui tome a īśvara como objeto de sus actos. Al proponerse reunir y validar todas las técnicas yogas ―válidas‖ en la ―tradición clásica‖, Patanjali no podía ignorar toda una serie de experiencias que sólo se conseguían mediante la concentración en īśvara. O sea: además de la tradición de un yoga exclusivamente ―mágico‖, que solo recurre a la voluntad 78 Libro I y a las fuerzas personales del asceta, existía otra tradición, la ―mística‖, en la cual las etapas últimas de la práctica yoga eran facilitadas, por lo menos, mediante una devoción —aunque muy rarificada, muy ―intelectual‖— hacia un Dios. Patanjali tuvo que introducir a īśvara en el yoga, porque īśvara era, digamos, un dato experimental: los yoguis recurrían a īśvara, aunque hubieran podido liberarse mediante la observancia exclusiva de la técnica yoga. Notable es la función cada vez mas activa que īśvara desempeña en los comentarios posteriores. Vācaspati Miśra y Vijñāna Bhikṣu, por ejemplo, conceden gran importancia a īśvara. Estos dos comentadores interpretan a Patañjali y a Vyāsa según la espiritualidad contemporánea y viven en una época en que toda la India estaba impregnada de corrientes místicas y devocionales. En la constitución humana ―lo que tengo‖ es diferente de ―lo que soy‖. A este último se le llama el SEÑOR (īśvara). Una práctica constante de entrega de ―lo que soy‖ a ―lo que tengo‖ es el proceso que se recomienda aquí. El cuerpo, la mente, los sentidos, los pensamientos, las impresiones y todas sus consecuencias pertenecen a ―lo que tengo‖ y son cosas que nunca están incluidas en la luz pura de ―lo que soy‖. La consciencia del ser no preparado gravita constantemente en torno a ―lo que tengo‖. Esto se debe a la ley de atracción magnética usada por la Naturaleza para mantener ―lo que soy‖ en los vehículos de ―lo que tengo‖. Una vez que se inicia el entrenamiento en el yoga, el polo inferior de ―lo que tengo‖ empieza a perder su influencia sobre la consciencia y ésta empieza a gravitar hacia el polo superior de ―lo que soy‖. Este proceso se acelera si ninguna violencia ni riesgo siempre que uno se proponga una entrega total. Como resultado de la gradual transformación, todo ―lo que tengo‖ es reemplazado por ―lo que soy‖. El método de la entrega total es el más efectivo de todos. En este proceso el discípulo no tiene por qué romperse la cabeza con el modus operandi de la transformación. 79 Libro I 24. Ishvara es el alma, a ésta no la afectan las limitaciones y está libre de karma y de deseo. Aquí tenemos la imagen del hombre espiritual tal cual es en realidad. Pone de manifiesto su relación con los tres mundos. Es el estado de maestro o adepto, del alma que ha entrado en posesión de su primogenitura y no está ya controlada por las fuerzas y energías de la naturaleza inferior. En este aforismo y en los tres siguientes tenemos el cuadro del hombre liberado, que ha pasado el ciclo de encarnación y, gracias a la lucha y experiencia, ha descubierto su verdadero yo. Aquí se describe la naturaleza del Ángel solar, el Hijo de Dios, el Ego o Yo superior. Se dice que: 1. Las limitaciones no le afectan. Ya no está limitado, encerrado ni confinado por el cuaternario inferior. Tampoco está crucificado en la cruz de la materia. Las cuatro envolturas inferiores (densa, etérica, emocional y mental) ya no constituyen su prisión. Sólo son meros instrumentos que puede utilizar o abandonar a voluntad. Su voluntad actúa libremente, y si permanece en la región de los tres mundos, es por propia decisión, y su autoimpuesta limitación puede terminar a voluntad. Es amo en los tres mundos, un Hijo de Dios, que domina y controla las creaciones inferiores. 2. Se ha liberado del karma. Mediante el conocimiento de la ley, ha agotado todo su karma, pagado todas sus deudas, cancelado todas sus obligaciones, respondido a todos los cargos hechos contra él y, por medio de su comprensión subjetiva, ha penetrado conscientemente en el mundo de las causas. El mundo de los efectos, respecto a los tres mundos, ha quedado atrás. De manera que ya (ciegamente y por ignorancia) no iniciará situaciones que produzcan efectos malignos. Actúa siempre con la ley; toda manifestación de energía (la palabra hablada y la acción iniciada) la emprende con pleno conocimiento del resultado a obtener. Por lo tanto, 80 Libro I nada de lo que hace produce malos resultados ni implica karma. El hombre común se ocupa de los efectos y ciegamente se abre camino a través de ellos. El Maestro se ocupa de las causas, y los efectos que produce al aplicar la ley no lo limitan ni lo atan. 3. Está libre de deseo. Ya no le atraen ni tientan las cosas que percibe sensoriamente, en los tres planos. Su conciencia asciende y va hacia lo interno; ya no desciende ni va hacia lo externo. Se halla en el centro y no le atrae la periferia. Ansía experimentar; el anhelo por la existencia en el plano físico y el deseo por el aspecto forma, en sus muy diversas y múltiples variaciones, ya no ejercen atracción. Ha experimentado, conocido y sufrido; se ha visto obligado a encarnar debido a la ansiedad del no-yo. Ahora todo ha terminado y es un alma liberada. Ahora el yogui a alcanzado la meta, la fusión con su verdadero Ser, con su Espíritu o Padre Celestial Intimo, y esta libre de todo Karma y ya no le afecta porque él no desea nada para sí mismo. Su conciencia está dirigida hacia el interior y hacia arriba, por decirlo así, y no hacia abajo y hacia afuera. Por tanto, adorarle es adorar a Dios en forma manifestada. Como lo dice una antigua escritura: ―Considera al Gurú como Dios‖. Citaré las palabras del antiguo santo indo, Ekanath Maharaj: ―Adora a tu Maestro como Dios en apariencia humana, si quieres poner fin a tus renacimientos. Este es el mayor y el mejor de los caminos. Adoramos a nuestro Maestro siempre y a todo momento, sintiendo, pensando, hablando y actuando de acuerdo con su voluntad y no de acuerdo con nuestros deseos. El mata todos nuestros deseos y nos da una conciencia que está fuera del dominio del deseo. Y de esta manera nos da el conocimiento de nuestro más elevado Ser, y al darnos ese conocimiento nos da la inmortalidad... Los hombres creen en Dios y encuentran a Dios únicamente siguiendo las instrucciones de Maestros. Sin la ayuda de ellos la palabra «Dios» carecería de sentido para nosotros‖. 81 Libro I Esto se alcanza por la absoluta entrega al Ser Interior a Ishvara. El ser humano no es sino la consciencia humana flotando sobre el trasfondo de la consciencia total dentro del hombre. La consciencia total existe en el hombre igual que existe en todas partes. Es como la presencia del espacio en una habitación. Originalmente la habitación es construida en el espacio pero parece que el espacio está dentro de la habitación. De la misma forma el ser humano nace como condicionamiento dentro de la conciencia suprema. Realmente el espíritu esta siempre presente, ya que todo lo envuelve, pero cuando parte de esa conciencia espiritual se manifiesta en planos inferiores deviene como ser humano, animal, vegetal o mineral, es decir, como condicionamiento. Esa pequeña parte espiritual que evoluciona y se manifiesta dentro de las formas anteriores, está sometida a las Leyes de la Vida, al karma y demás normas mecánicas. Cuando el ser humano trasciende la condición de ser humano y se hace consciente de Su otra realidad superior como ser divino, como espíritu libre y puro, entonces alcanza la meta humana, la realización completa, y entonces comprende que él realmente nunca estuvo sometido a las leyes naturales, sino aquella parte ilusoria que un día creyó ser… El Señor (Ishvara ) que esta en nosotros trasciende todas las leyes, puesto que la ley vino de Él. Sin embargo el nunca las trasgredí. Es como un fiel director de colegio que hace acto de presencia según sus propias normas establecidas, pero a la vez permanece más allá de ellas. (Estos aforismos sobre Ishvara, trae mucha confusión a los Yoguis, ya que muchos de ellos no aceptan a un Dios Creador fuera de Sí mismos. Si embargo el estudio sereno y la práctica constante nos muestra la Realidad de la Existencia Divina tanto macro como microcósmica, siendo dos extremos de una misma realidad indisoluble). 82 Libro I 25. En Ishvara, el Gurudeva, el germen de todo conocimiento se expande al infinito. En sentido macrocósmico, Dios es el Amo de todo y la total omnisciencia, constituyendo, como se comprenderá fácilmente, la suma total de todos los estados de conciencia. Es el alma de todas las cosas; el alma del átomo de la materia, así como las almas de los hombres son parte de Su infinita realización. El alma del ser humano es potencialmente igual; en cuanto la conciencia cesa de identificarse con sus vehículos u órganos, el germen de todo conocimiento empieza a expandirse. En el discípulo, en el Adepto, en el Maestro o Mahatma, en el Cristo, en el Buda y en el Señor del Mundo (llamado en La Biblia el Anciano de los Días), "este germen de total conocimiento" puede ser visto en diferentes etapas de desenvolvimiento. La conciencia de Dios le pertenece, pasando de una iniciación a otra. En cada etapa el hombre es el amo; pero más allá del punto alcanzado siempre aparece la posibilidad de una mayor expansión, siendo el proceso siempre el mismo. Este proceso se puede compendiar como: 1. El anhelo o la determinación de lograr el nuevo conocimiento. 2. El mantenimiento de la conciencia en desarrollo y su utilización, y desde el punto alcanzado seguir hacia una mayor comprensión. 3. El vencimiento de las dificultades incidentales a las limitaciones de los vehículos de la conciencia y al karma. 4. Las pruebas esotéricas impuestas al aspirante cuando demuestra capacidad. 5. EL triunfo del aspirante. 6. El reconocimiento de su triunfo y realización por los Guías de la raza, la Jerarquía planetaria. 7. La visión de lo que está por delante. 83 Libro I De esta manera prosigue el desenvolvimiento, y en cada ciclo de esfuerzo, el Hijo de Dios en evolución entra en posesión de su primogenitura y asume la posición de conocedor, "Aquel que escuchó la tradición, experimentó la disolución de lo hasta ahora poseído, vio lo que se oculta a quienes se apegan a la tradición, sustituyó lo nuevamente visto, donó las posesiones adquiridas a quienes le tendieron las manos vacías y pasó a las aulas internas del conocimiento". Deberían estudiarse detenidamente estos pocos aforismos, relativos a Ishvara, teniendo en cuenta que se refieren al Hijo de Dios, la segunda persona de la Trinidad cuando se manifiesta por medio del sistema solar, es decir, el alma macrocósmica. El significado secundario se refiere también al divino Hijo de Dios, el segundo aspecto monádico cuando se manifiesta por intermedio del ser humano, es decir, el alma microcósmica. Serán de utilidad los siguientes sinónimos del aspecto Ishvara: El Macrocosmos Ishvara, el segundo aspecto ................ El Hijo de Dios ..................................... Cristo cósmico ..................................... Vishnu ................................................. El Alma de todas las cosas .................. El Omni-yo .......................................... Yo soy Ése ........................................... AUM .................................................... El Verbo ............................................... El Gurudeva ......................................... La luz del mundo ................................. Cuya naturaleza es amor. El revelador del Padre. Dios en encarnación. 2dª persona de la Trinidad hindú. Átomos y almas términos sinónimos. La suma total de todos los yoes. La conciencia grupal. La Palabra de la Revelación. Dios encarnado. El Maestro de todos. Brillando en la oscuridad. El Microcosmos El segundo aspecto ............................. El hijo del Padre .................................. El Cristo ............................................... El Alma ................................................ Amor-sabiduría. El revelador de la Mónada. Cristo en ti, esperanza es de gloria. La conciencia. 84 Libro I El Yo superior ..................................... El Ego ................................................. El Verbo ............................................. AUM .................................................. El Maestro ......................................... El Augoeides radiante ........................ El Hombre espiritual .......................... El señor de los cuerpos. La identidad autorrealizadora. Dios encarnado. La Palabra de la Revelación. El yo en el trono. La luz interna. Utilizando al hombre inferior. La explicación natural de este aforismo, desde el punto de vista práctico y psicológico, es que el hombre es el conocedor. El hombre quiere conocer algo más de los demás en este mundo y es natural que piense que sabe algo. Todo el mundo quiere saber algo a su propia manera. Éste es el origen de todas las ramas del conocimiento de este mundo. Pero ¿de dónde procede esta naturaleza por conocer? Procede de la Fuente Una de toda la consciencia. La semilla del conocimiento es el conocedor de la consciencia humana. Puesto que la Creación es el árbol del principio semilla que es el creador, los diversos aspectos de la Creación existen como potencialidades en ese principio semilla. La consciencia humana en el hombre florece en aquel que existe como espacio potencial. El impulso del hombre por saber cosas es el despliegue de la semilla del conocedor en él. El conocimiento existe de este modo disperso en el hombre como el conocedor, lo que hay por conocer y el acto de conocer. Este conocimiento se encuentra separado en tres partes en el hombre y existe como una sola cosa en la consciencia del Señor que hay en él. Por eso existe en él como el conocimiento insuperable. El hombre conoce cosas mediante esta consciencia del Señor. El espíritu del Maestro, el Señor, es de la misma naturaleza que nuestro espíritu. Es uno en esencia con la Super-Alma y por consiguiente comparte con ella toda la sabiduría y todo el poder. Toda conquista espiritual descansa en esto, y su posibilidad descansa en que son uno el espíritu y la Super-Alma. 85 Libro I 26. Ishvara (el Gurudeva), como no está limitado por el factor tiempo, es el instructor de los Señores primitivos. Desde que existen los factores tiempo y espacio, hubo quienes alcanzaron la omnisciencia: aquellos cuyo germen del conocimiento fue sometido a un adecuado cultivo y se desarrolló hasta florecer en la plena gloria del alma liberada, lo cual fue posible por medio de ciertos factores: 1. La identificación de cada alma individual con la Superalma. 2. La fuerza atrayente de esa Superalma, cuando gradualmente atrajo hacia Sí al alma separada de todas las cosas, pues la fuerza de la evolución misma es el gran agente de atracción que hacer retornar a su fuente de origen las exteriorizadas unidades de Vida divina, las unidades de conciencia. Ello implica la respuesta del alma individual a la fuerza del alma cósmica. 3. El intenso entrenamiento, próximo a la culminación, dado por la Jerarquía oculta, mediante el cual las almas reciben el estímulo y la vitalización que les permite progresar más rápidamente. El estudiante de ocultismo debe recordar que este proceso se ha desarrollado en rondas y cielos anteriores a nuestro planeta Tierra. Los Primitivos Señores o Sabios, son esos grandes Adeptos que, habiendo "pasado las experiencias" de acuerdo a la ley de renacimiento, fueron iniciados en los misterios por el único iniciador, el Representante, en nuestro planeta, de la Superalma, y se convirtieron a su vez en instructores e iniciadores de los misterios. El Maestro único mora internamente; es el Alma, el Regente interno, el Pensador, en su propio plano. Es parte del Todo, de la Omnialma. Cada expansión de conciencia lograda por el hombre, lo capacita para ser Maestro de quienes no han obtenido una expan86 Libro I sión similar. Por lo tanto, una vez lograda la maestría (hablando en términos del reino humano) sólo hay Maestros, que son también discípulos, todos aprendices e instructores, diferenciándose únicamente por su grado de conocimiento y desarrollo, por ejemplo: a. Los aspirantes a hollar el sendero son discípulos de discípulos de grado inferior. b. Los probacionistas que están en el sendero son discípulos de discípulos de grado superior. c. Los discípulos aceptados son discípulos de un adepto o de un Maestro. d. El adepto es discípulo de un Maestro. e. El Maestro es discípulo de un Mahatma. f. Los Mahatmas son discípulos de Iniciados de grado aún superior. g. Éstos, a su vez, son discípulos del Cristo o de quien estuviera al frente del sector de la enseñanza. h. Quien está al frente del sector de la enseñanza es discípulo del Señor del Mundo. i. El Señor del Mundo es discípulo de uno de los tres Espíritus planetarios, los cuales representan los tres aspectos principales. j. Éstos, a su vez, son discípulos del Logos solar. El estudiante verá cuán interdependientes son y también se dará cuenta que la realización de uno afectará profundamente a todo el cuerpo. La palabra discipulado puede considerarse como un termino genérico que abarca todos los estados o condiciones del Ser en el cuarto y quinto reinos (humano y espiritual), donde se producen ciertas expansiones de conciencia, mediante entrenamientos específicos. 87 Libro I Vyasa dice: ―Los antiguos instructores estaban condicionados por el tiempo. Donde quiera que el tiempo no exista como condición, ahí está Ishvara, el instructor de los antiguos instructores también. Al obtener el conocimiento de Su poder supremo como existente en el principio de la creación, también se obtiene el de Su existencia como tal en otras creaciones y en otros tiempos‖. Esto es posible gracias a la identidad de toda alma con la Super-Alma. Esa Vida inmortal atrae hacia Sí radualmente al alma separada; este es el poder de evolución. Siempre el Maestro Único está dentro. Y el espíritu en nosotros es siempre parte del Espíritu Inmortal Uno. Ese es un patrimonio irrenunciable del hombre. Pues la Super-Alma es anterior al tiempo y es el Padre de todo lo demás. En algunos pasajes Bíblicos encontrados estas referencias profundas: Proverbios: ―El Señor se apoderó de mí en el principio de Su camino, antes que de Sus obras más antiguas‖. Y tenemos las palabras de la oración del Señor Cristo antes de Su crucifixión: ―Glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese‖. (Jn. 17: 5). Ishvara (el Gurudeva), es el Dios de todos los Dios, el principio sin principio, el aspecto divino que se manifiesta detrás de todos los aspectos divinos. Es el Instructor de todos los instructores, no porque instruya, sino simplemente por Su Presencia, porque estos instructores, por insignes que sean, dioses o ángeles, están todos limitados y sujetos por el tiempo, mientras que Dios no lo está. Podeos poner un ejemplo que nos permitirá comprender mejor este tema: -Una barra de hierro puede convertirse en un imán, pero necesita otra barra magnetizada previamente. De este modo el magnetismo es anterior a todo imán-. Hay dos deducciones peculiares de los yoguis. Primera, que al pensar en lo limitado, la mente ha de pensar en lo ilimitado; y si una parte de esta percepción es verdadera, también, debe serlo la otra parte, porque es igual su valor como percepciones de la mente. El mero hecho de que el conocimiento del hombre es limitado, denota que el conocimiento de Dios ha de ser ilimitado. Si admitimos lo primero ¿por qué no hemos de admitir lo segundo? La 88 Libro I razón nos obliga a aceptarlos ambos o rechazarlos. Si admito que existe un hombre de limitado conocimiento, debo admitir también que ha de haber alguien con ilimitado conocimiento. La segunda deducción es que no es posible adquirir conocimiento alguno sin instructor. Cierto es que como dicen los filósofos modernos algo hay en el hombre que de su interior se educe, porque todo conocimiento está en el hombre; mas para actualizarlo se necesita apropiado ambiente. No podemos adquirir conocimiento sin instructores; y si estos instructores son hombres, ángeles o dioses y están limitados ¿quién les instruyó? En última conclusión nos vemos forzados a admitir la existencia de un Instructor de infinito conocimiento, sin principio ni fin a quien llamamos como Dios. 89 Libro I 27. La palabra de Ishvara es AUM (u OM). Ésta es el Pranava (Véase Libro I, Af. l). Los estudiantes deben recordar que existen tres Palabras o sonidos básicos, en manifestación, en lo que concierne al reino humano, y son: I. La Palabra o nota de la Naturaleza, es la palabra o sonido de todas las formas que existen en la sustancia del plano físico, que comúnmente, como se sabe, lo emite la nota básica "FA" El ocultista blanco nada tiene que ver con esta nota, porque su trabajo no consiste en acrecentar lo tangible, sino en manifestar lo subjetivo o intangible. Es la palabra del tercer aspecto; el aspecto Brahma o Espíritu Santo. II. La Palabra Sagrada, es la palabra de Gloria, Aum (OM). Es el Pranava original, el sonido de la Vida consciente misma, cuando es exhalada a todas las formas. Es la palabra del segundo aspecto, y así como la Palabra de la Naturaleza, al ser emitida correctamente, provee las formas destinadas a revelar el alma o segundo aspecto, también Pranava, cuando se expresa correctamente, pone de manifiesto al Padre o Espíritu, por medio del alma. Es la Palabra de los Hijos de Dios encarnados. En un comentario tan breve como éste, no es posible escribir un tratado sobre este secreto de secretos y gran misterio de las edades. Lo único que puede hacerse es cotejar ciertos hechos, respecto al AUM, y dejar que el estudiante, de acuerdo al grado de intuición, amplíe el concepto y capte el significado de las breves afirmaciones hechas. III. La Palabra Perdida. La Masonería ha preservado el concepto de esta palabra perdida. Es la Palabra del primer aspecto, el aspecto Espíritu; sólo el iniciado de tercer grado puede realmente comenzar la búsqueda de esta Palabra, pues sólo puede encontrarla el alma libre. Esta Palabra está vinculada a las iniciaciones superiores, por lo cual no tiene objeto que la consideremos más extensamente aquí. 90 Libro I Podríamos hacer las siguientes afirmaciones, respecto a la Palabra Sagrada, que deberían ser estudiadas detenidamente: 1. OM es la palabra de gloria; Cristo es en nosotros esperanza de gloria. 2. La Palabra, cuando es captada correctamente, hace que el segundo aspecto de la divinidad o crístico, surja en forma resplandeciente. 3. Es el sonido que trae a la manifestación el alma encarnada (macro o microcósmica), el Cristo, el ego, y hace visible en la tierra al "radiante Augoeides". 4. Es la palabra que libera la conciencia; cuando se la comprende y emplea correctamente libera al alma de las limitaciones de la forma en los tres mundos. 5. AUM es el sintetizador de los tres aspectos, siendo por lo tanto y principalmente, la Palabra del reino humano, en el cual se unen las tres líneas de la Vida divina -espíritu, alma y cuerpo. 6. Es también la Palabra de la quinta raza o raza actual, en un sentido no común. La misión de esta raza es revelar, de manera nueva y plena, la naturaleza de la Entidad interna, el alma dentro de la forma, el Hijo de la mente, el Ángel solar, el quinto principio. 7. El significado de la Palabra sólo es percibido después de obtenerse la "luz interna". Mediante su empleo la "chispa" se trasforma en luz radiante, la luz en llama, y la llama, con el tiempo, en sol. Por medio de la Palabra, nace el Sol de la Rectitud en la vida de cada hombre. 8. Cada una de las tres letras del AUM tiene relación con los tres aspectos y puede aplicarse a cualquiera de las triplicidades conocidas. 9. El Maestro, el Dios interno, es realmente el Verbo, el OM, y de este Maestro (que se halla en el corazón de todos los seres) puede decirse que "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios (por eso la dualidad) y el Verbo era Dios". Mediante el empleo de la Palabra, el hombre llega a comprender: 91 Libro I a. b. c. d. Su Propia divinidad esencial. El propósito del proceso de tomar forma. La constitución y la naturaleza de esas formas. La realidad de la conciencia, o la relación del yo divino o espíritu, con la forma, su polo opuesto. A esta relación, en su desenvolvimiento evolutivo, la llamamos conciencia, y la característica esencial de esta conciencia es amor. 10. El Guru o Maestro, que conduce al estudiante hasta el portal de la Iniciación y vigila todas las pruebas y procesos iniciales y subsiguientes, también representa la Palabra, y mediante el empleo científico de este gran sonido, el maestro produce cierto estímulo y vitalización en los centros del discípulo, posibilitando determinados desarrollos. No es conveniente agregar nada más aquí sobre la Palabra Sagrada. Bastante se ha dicho para dar a entender al aspirante su objetivo y potencia. Se darán mayores datos y otros métodos cuando el estudiante, mediante el estudio y el esfuerzo autoiniciado, llegue a conclusiones correctas. Sin embargo puede agregarse que, si se medita sobre esta gran Palabra, proporcionará la clave del verdadero significado esotérico de lo expresado por H. P. Blavatsky en La Doctrina Secreta: "Consideramos la Vida como una forma de existencia que se manifiesta en lo que llamamos materia o, incorrectamente separado, denominamos espíritu, alma y materia en el hombre. Materia es el vehículo para la manifestación del alma, en este plano de existencia; alma es el vehículo, para la manifestación del espíritu, en un plano superior; los tres son una Trinidad sintetizada por la Vida, que los compenetra a todos". Esta sílaba mística es el secreto de los secretos en Oriente. Se dice que es la designación o nombre de Ishvara, porque su forma misma incorpora en sí esa verdad. Es la Palabra Sagrada de la Quinta Raza Raíz, tal como una palabra similar de tres letras Tao o Tau, 92 Libro I fue la sílaba sagrada de la Cuarta Raza o Atlante. De ahí la Tau Egipcia y el Tao Chino, ya que estos pueblos antiguos descendieron ambos directamente de los Atlantes. Vyasa explica el efecto muy potente de la recitación de la Palabra Sagrada OM, diciendo que la relación entre un signo fiel y la cosa significada por él, es tan inherente como la que hay entre una llama y su luz. De suerte que la Vida Divina está siempre presente en la Palabra Sagrada, la cual no debe ser usada indebidamente. H. P. B. nos dijo que AUM representa el Atma-Buddhi-Manas en nosotros, y que pronunciarlo (se debe pronunciar como OM) devotamente es apelar al Ser Superior interno, y que esto ahuyentará todo mal. Pero a fin de ejercer su plena potencia debe ser pronunciado por un hombre que trata muy sinceramente a todo momento de vivir con rectitud. Debemos pues comprender que el sonido OM tiene las características y cualidades vibratorias necesarias en sí mismo, como para transformar al hombre en divinidad, ese es el poder de este mahamantra. Así como cada país inventa una palabra para cada cosa, deberíamos meditar sobre como realmente se llaman las cosas creadas, en sí mismos, es decir, ¿cuál fue el nombre que le dio su Creador?. Evidentemente el verdadero nombre de cada cosa es un misterio, pues el OM es un misterio revelado, al menos en sonido, que representa y activa la redención de la materia. El Om es al mismo tiempo El Señor y el ser espiritual ―YO SOY‖. 93 Libro I 28. Mediante la emisión de la Palabra y la reflexión sobre su significado, se descubre el Camino. Esta paráfrasis muy general expresa no obstante el significado correcto de los términos empleados en sánscrito. Únicamente Vivekananda, de los muchos traductores, lo interpreta de la manera siguiente: "La repetición del OM, y la meditación sobre su significado (es el Camino)". Los demás traductores omiten las tres palabras finales, entre paréntesis, aunque la inferencia es clara. La expresión "emisión de la Palabra" no debe interpretarse demasiado literalmente; la "emisión" esotérica está basada en el estudio de la Ley de Vibración y en la sintonización gradual de las vibraciones inferiores de las envolturas o vestiduras de la conciencia, de modo que se sincronicen con la nota o sonido del consciente morador interno. Hablando correctamente, la Palabra debe ser emitida por el alma o ego en su propio plano, y la vibración afectará en consecuencia a los diversos cuerpos o vehículos que albergan a esa alma. El proceso, por lo tanto, es mental, y pueden realizarlo únicamente quienes, por la meditación y disciplina, conjuntamente con el servicio, han alcanzado la unificación consciente con el alma. Los que aspiran a realizarlo deben utilizar las potentes facultades de la imaginación y visualización y la perseverancia en la meditación, a fin de alcanzar esta etapa inicial. Téngase en cuenta que esta etapa debe asesorarse aunque sólo sea en grado relativamente limitado, antes de que el aspirante pueda llegar a ser un discípulo aceptado. El proceso de emitir la Palabra es doble, y este aforismo lo hace resaltar. Ante todo tenemos el acto del ego, ángel solar, yo superior o alma, al emitir la Palabra desde su propio plano, en los niveles abstractos del plano mental. Dirige ese sonido, por me94 Libro I dio del sutratma (hilo de vida) y las vestiduras de la conciencia, al cerebro físico del hombre en encarnación, sombra o reflejo. Esta "emisión", debe repetirse constantemente. El sutratma es el vínculo magnético que La Biblia cristiana denomina "Cordón Plateado", el hilo de luz viviente, que conecta a la Mónada, el Espíritu en el hombre, con el cerebro físico, y que esta anclado en el corazón. En segundo lugar tenemos el reflejo veraz del hombre en su cerebro físico cuando oye el sonido y lo reconoce. Aquí se insinúan los dos polos del ser: el alma y el hombre en encarnación; entre ambos se halla el hilo a lo largo del cual vibra el Pranava (o palabra). Los que estudian la ciencia esotérica deben conocer la técnica del proceso delineado. En esta emisión de la Palabra tenemos los siguientes factores: 1. El alma que la emite o exhala. 2. El sutratma o hilo a través del cual el sonido vibra, y es llevado o trasmitido. 3. Los vehículos de la conciencia, mental, emocional y etérico, que vibran en respuesta a la vibración o aliento, siendo así estimulados. 4. El cerebro, que puede ser entrenado para reconocer ese sonido y vibrar al unísono con el aliento. 5. El siguiente acto que efectúa el hombre durante la meditación. Oye el sonido (a veces denominado "la queda y tenue Voz" o "La Voz del Silencio"), lo reconoce por lo que es y, en profunda reflexión, asimila los resultados de la actividad de su alma. Una vez que el aspirante ha penetrado en los misterios y aprendido a unificar al alma y al hombre inferior, para que funcionen como una unidad coordinada en la tierra, el aspirante aprende a emitir la Palabra en el plano físico, a fin de despertar las fuerzas latentes en él y también los centros. De esta manera participa acrecen95 Libro I tadamente en el trabajo creador, mágico y psíquico de la manifestación, con el propósito de beneficiar a sus semejantes y desarrollar los planes de la Jerarquía planetaria dentro del Plan Divino. El significado exacto de este aforismo no puede ser descifrado. Los comentadores clásicos lo entienden así: ―Debe efectuarse su repetición y la reflexión sobre su significado‖. Lo que parece inferirse de este sūtra es la idea de que la repetición constante de la sílaba om no es suficiente en sí mismo. Debe llevarse a cabo dentro de un esquema mental meditativo a fin de que se convierta en un instrumento real de internalización. La repetición de mantras es una ciencia muy antigua y base de numerosas religiones. Las religiones se basan en la fé, en la devoción ciega al Amado, así pues la repetición de los mantras devocionalmente purifica las emociones y calma el pensamiento. Sin embargo el verdadero mantra-yoga va más allá, no se establece en la emoción divina, sino que se eleva más allá de la devoción y mediante la meditación supramental alcanza la Luz del Alma, la Verdad que le hará libre de este mundo material. Los mantras pueden ser recitados (Japa) a viva voz, susurrado, o mentalmente (este última forma es el más poderosa) y después permanecer en profundo silencio, en contemplación dejando obrar las vibraciones emitidas, y de esta manera el OM nos elevará más allá de la mente concreta hacia lo Eterno. 96 Libro I 29. Por esto llega el conocimiento del yo (el alma) y la eliminación de todos los obstáculos. Cuando se conoce al Maestro interno, se siente, cada vez más, afirmar su poder, y el aspirante somete su naturaleza inferior al control de ese nuevo regente. Debe observarse que la oportuna y total remoción de los obstáculos, transcurre después de producirse el destello inicial de comprensión. El orden consecutivo de los acontecimientos es: 1. La aspiración por obtener el conocimiento del alma. 2. El conocimiento de los obstáculos y la comprensión de las cosas que impiden alcanzar el verdadero conocimiento. 3. La comprensión intelectual de la naturaleza de tales obstáculos. 4. La determinación de eliminarlos. 5. Un repentino destello o visión de la realidad del alma. 6. La renovada aspiración y la firme determinación de hacer de esa fugaz visión una realidad permanente durante la experiencia en el plano inferior. 7. La batalla de Kurukshetra, con Krishna, el alma, alentando a Arjuna, el aspirante, a mantener un esfuerzo firme y constante. La misma idea aparece en El Antiguo Testamento, en el caso de Josué, ante las murallas de Jericó. Será útil concluir este comentario, trascribiendo los Afs. 31, 32, 33 y 34 del Libro IV: 31. Cuando se han eliminado todos los obstáculos y purificado las envolturas, se dispone de todo el conocimiento, entonces nada le queda al hombre por hacer. 32. Las modificaciones de la sustancia mental (cualidades de la materia), mediante la naturaleza inherente a los tres gunas, llegan a su término, pues han cumplido ya su propósito. 97 Libro I 33. El tiempo, secuencia de las modificaciones de la mente, también llega a su término, cediendo su lugar al Eterno Ahora. 34. El estado de "unidad aislada" llega a ser posible cuando las tres cualidades de la materia (los tres gunas o potencias de la naturaleza, A.A.B.) ya no aferran al yo. La conciencia espiritual pura se retrotrae en el Uno. Vyasa dice muy bellamente que sean cuales sean los obstáculos, aún las enfermedades, cesarán cuando se sienta la omnipresencia del Señor, y que también de esta manera se ve la naturaleza verdadera del yogui. La meditación siempre hace al Yo interno cada vez más vivo y consciente. Despierta las respuestas más sutiles de nuestro ser en todos los niveles. Aquí es necesario repetir que la fe de be complementarse con las obras, la vida debe gobernarse al mismo tiempo que se la estudia, antes de que podamos comprender su pleno sentido. El despertamiento de la consciencia espiritual puede sólo ser comprendido a medida que se realiza. 98 Libro I Obstáculos y soluciones (I.30-I.32) 30. Los obstáculos para el conocimiento del alma son: incapacidad corporal, inercia mental, duda, abandono, pereza, apasionamiento percepción errónea, incapacidad para lograr la concentración, o imposibilidad para mantener la actitud meditativa una vez alcanzada. Debemos tener presente que estamos considerando al Hombre Espiritual como envuelto y enredado por la naturaleza psíquica, por los impulsos emocionales y mentales de la personalidad. Estas fuerzas mecánicas, sin embargo, sirven de entrenamiento y trampolín para el desarrollo del Alma en encarnación, una vez que empecemos a trabajar con ellas y sean superadas y trascendidas. I. Obstáculo. Incapacidad corporal. Es interesante observar que el primer obstáculo se relaciona con el cuerpo físico. Los aspirantes deberían recordarlo y tratar de ajustar el vehículo físico a las demandas que posteriormente se le harán. Estos reajustes serán de importancia y están comprendidos en cuatro grupos: 1. La inmunización del cuerpo contra los ataques de las enfermedades o indisposiciones. Esto, en sí, es un proceso triple, que implica: a. La extirpación de la enfermedad existente. b. El refinamiento y la purificación del cuerpo, a fin de reconstruirlo oportunamente. c. La protección del cuerpo contra ataques futuros y su utilización como vehículo del alma. 2. El fortalecimiento y refinamiento del cuerpo etérico, para que finalmente se sintonice y así la tarea de dirigir la fuerza pueda emprenderse sin peligro. El discípulo debe hacer 99 Libro I pasar a través de su cuerpo las fuerzas que utiliza en su trabajo. 3. El despertar y el desarrollo de los centros del cuerpo etérico; la centralización de los fuegos del cuerpo y su correcta progresión a lo largo de la columna vertebral, a fin de unirlos al fuego del alma. 4. La coordinación de las dos divisiones del cuerpo físico y su subsiguiente alineamiento con el alma, mediante el sutratma o hilo, el vínculo magnético. El tercer reajuste mencionado sólo puede emprenderse sin peligro después de haber empleado y desarrollado los primeros tres métodos de Yoga, y son: 1. Los cinco mandamientos. (Libro II, Afs. 30 y '31). 2. Las cinco reglas. (Libro II, Afs. 32 al 46). 3. El correcto equilibrio. (Libro II, Afs. 46 al 48). Tener una incapacidad física como la cojera, ser ciego o sordo, no esta considerado como enfermedad, por lo tanto no hay problema. La cuestión es no centralizarse demasiado en cuestiones físicas, esto se logra mediante la aplicación sensata de un RITMO DE VIDA ADECUADO: en la comida, el descanso, el trabajo, la vida social, etc. Los que aspiran a la Yoga frecuentemente olvidan esto, y a ello se deben los desastres y dificultades que experimentan quienes se ocupan de despertar prematuramente los centros y de avivar el fuego serpentino. Sólo cuando se ha establecido completamente la relación entre el aspirante y la economía social (como lo exponen los mandamientos); realizado la tarea de purificar y regularizar la triple naturaleza inferior (como se delinea en las reglas); logrado el equilibrio y el control de la naturaleza emocional, y obtenido el correcto equilibrio, puede, quien aspira al Raja Yoga, comenzar sin peligro el trabajo más esotérico y oculto, vinculado con los fuegos de su pequeño sistema. Nunca se hará bastante hincapié sobre este punto. 100 Libro I Solo cuando se ha alcanzado un grado muy avanzado en el discipulado, el hombre puede ocuparse conscientemente y sin peligro de los fuegos vitales y dirigir su correcta ascensión por la columna vertebral. Muy pocos todavía "han cumplido la ley y los mandamientos". II. Obstáculo. Inercia mental. El siguiente y básico gran obstáculo (estos obstáculos se trascriben en el orden de su poder relativo ejercido sobre el hombre común) es la incapacidad de pensar con claridad sobre el problema de la realización. Si la acción no va precedida de un claro pensar, no habrá suficiente impulso ni podrá apreciarse la magnitud del problema. La inercia mental se debe a la condición letárgica de la "vestidura de la conciencia", denominada cuerpo mental, y al pesado ritmo de la mayor parte de las personas. Esto explica por qué el Raja Yoga tiene más atractivo para los de tipo mental que para los puramente devotos, y también por qué quienes poseen un cuerpo mental bien dotado y activamente empleado pueden entrenarse más rápidamente en esta sagrada ciencia. Para la mayoría, despertar el cuerpo mental, desarrollar el interés intelectual y sustituir el control emocional por el mental debe preceder a toda comprensión posterior sobre la necesidad de cultivar el alma. Debe hacerse contacto con el mecanismo mental y emplearlo, antes de poder apreciar inteligentemente la naturaleza del pensador. Cuando se llegue a captar esto, se comprenderá con mayor precisión que las grandes escuelas de pensamiento denominadas: Ciencia Mental, Ciencia Cristiana (Christian Science), Nuevo Pensamiento y otros grupos, han contribuido al mejoramiento humano, pues ponen el énfasis sobre los estados mentales. Sólo ahora la familia humana empieza a darse cuenta de la "vestidura de la conciencia", denominada cuerpo mental. Una mayoría aún tiene que construir esa vestidura que los estudiantes esotéricos denominan cuerpo mental. De entre estos trabajadores se extraerá a los verdaderos yoguis de Raja Yoga. 101 Libro I III. Obstáculo. Duda. Esta tercera etapa depende también en cierta medida del desenvolvimiento mental. Algunos traductores denominan a esto "duda‖ y tiene como base la percepción inferior y la identificación del hombre real con el instrumento ilusorio, su cuerpo mental, lo cual hace que dude de las verdades eternas y de la existencia de las realidades fundamentales, buscando la solución de sus problemas en lo efímero y transitorio y en las cosas de los sentidos, a través de las cavilaciones incesantes. Hay dudas correctas y apropiadas, es decir, la formulación de preguntas a las cuales se refería Cristo en las palabras: "Pedid y recibiréis". Esta facultad de inquirir la cultivan deliberadamente entre sus discípulos los verdaderos Maestros de Oriente. Se les enseña a formular preguntas acerca de las realidades internas y luego a hallar la respuesta por sí mismos, buscando la fuente d todo conocimiento, latente en el corazón de todos los seres. Formular preguntas inteligentes y hallar sus respuestas significa primeramente haberse liberado de toda autoridad externa impuesta, tradición e imposición de dogmas teológicos, religiosos o científicos. Sólo así se puede descubrir la realidad y percibir la verdad. Si somos conscientes de lo que necesitamos, no tenemos tiempo en malgastar las energías en cuestiones que no necesitamos, es una perdida de energía y de tiempo. ¡Formulemos las preguntas correctas! "Cuando tu alma haya pasado más allá de la selva de la ilusión, ya no considerarás lo que se debe enseñar o lo que ha sido enseñado". "Cuando te hayas apartado de la enseñanza tradicional, tu alma permanecerá constante y firme en la visión del alma; entonces alcanzará la unión con el alma". Gita, Cap. II, Vers. 51, 52. 102 Libro I IV. Obstáculo. Abandono. Esta actitud mental algunos la traducen como "mentalidad inestable". En realidad, es esa versátil actitud mental que hace tan difícil alcanzar la centralización y la atención. Literalmente es la tendencia de la sustancia mental a crear formas mentales, descrita también como la "tendencia de la mente a saltar de un objeto a otro" (Libro III, Af. 11). Siempre hay que actuar con calma, es la mejor forma de ser eficaces, a la vez que debemos cultivar el hábito de hacer siempre un poco más, no mucho más, sino un poco más, eso es de sabios. V. Obstáculo. Pereza. Todos los comentadores concuerdan respecto a esta traducción y aplican los términos: flojedad, languidez o pereza. Esto no se refiere tanto a la inercia mental (puesto que puede ir paralela a la aguda percepción mental) como a la flojedad del hombre inferior, que le impide ponerse a la altura del conocimiento intelectual y de la aspiración interna. Se le ha expuesto al aspirante lo que debe hacer, se le han explicado los "métodos de la yoga", ha percibido el ideal y se da cuenta de los obstáculos; conoce teóricamente los pasos precisos que debe dar, pero su actividad no responde a su conocimiento. Existe un vacío entre su aspiración y su actuación. Aunque anhela realizar y saber, le resulta demasiado difícil llenar las condiciones. Su voluntad no es aún bastante fuerte para obligarlo a avanzar. Deja pasar el tiempo y no hace nada. Para activar la voluntad es necesario un enfoque real de la situación, del pasado, del presente y del futuro, actualizando la visión, el ideal a alcanzar, y viviendo el aquí y ahora. VI. Obstáculo. Apasionamiento. Esto ha sido traducido muy correctamente por algunos como "apego a los objetos" y deseo por las cosas materiales y de los sentidos. Es amor a las percepciones sensorias y a la atracción de todo lo que hace retornar al hombre una y otra vez, a la existencia 103 Libro I en el plano físico. El discípulo debe cultivar el desapasionamiento, o esa actitud de no identificarse con ningún tipo de forma, sino mantenerse apartado y desapegado, libre de las limitaciones impuestas por posesiones y pertenencias. Este punto es tratado en muchos aforismos y no es necesario ampliarlo aquí. Evidentemente gran parte de este problema es una cuestión de ilusión, la ilusión nos arrastra al apego, el apego al deseo y el deseo al dolor. Sin embargo la ilusión tiene su papel en el plan divino, ya que en su justa medida nos centra en este mundo, sin embargo cuando se magnifica y se enreda en cuestiones incorrectas nos arrastra al abismo. VII. Obstáculo. Percepción errónea. La incapacidad de percibir correctamente y de ver las cosas tal como son en realidad, es consecuencia natural de los seis obstáculos anteriores. Mientras el pensador se identifique con la forma, mientras las vidas menores de las vestiduras inferiores de la conciencia lo aprisionen y mientras se niegue a separarse del aspecto material, sus percepciones serán erróneas. La visión abarca diversos tipos, los cuales pueden ser enumerados como: 1. La visión física revela la naturaleza del plano físico, y se logra por medio de los ojos, fotografiando a través del lente ocular el aspecto de la forma tangible, sobre la maravillosa película que todo hombre posee. Esta visión es circunscripta y limitada. 2. La visión etérica es una facultad del ojo humano que va desarrollándose rápidamente, y revelará, con el tiempo, el aura de salud de todas las formas, en los cuatro reinos de la naturaleza; ello traerá el reconocimiento de las emanaciones vitales pránicas en todos los centros vivientes y pondrá de manifiesto la condición de los mismos. 104 Libro I 3. La clarividencia es la facultad de ver en el plano astral, uno de los "siddhis" o poderes síquicos inferiores. Se obtiene por la sensibilidad superficial del "cuerpo sensorio" o envoltura emocional; es la percepción sensoria llevada a una condición muy desarrollada. Es engañosa y, aparte de su analogía superior, que es la percepción espiritual, constituye la apoteosis de maya o ilusión. 4. La visión simbólica es una facultad del cuerpo mental y el factor que produce la percepción de los colores, los símbolos geométricos, la visión cuatridimensional y esos sueños y visiones resultantes de la actividad mental y no de la visión astral. Con frecuencia tales visiones tienen el carácter de previsiones. Estos cuatro tipos de visión son la causa de la percepción errónea, producen sólo ilusión y error, hasta ser reemplazados por tipos superiores de visión, que se enumeran más adelante. Estos tipos superiores de visión incluyen los demás. 5. La visión pura. Patanjali la define como: "El vidente es conocimiento puro (gnosis). Aunque puro, observa la idea presentada por medio de la mente" (Libro II, Af. 20). Las palabras "conocimiento puro" se han traducido como "visión pura", facultad del alma, que a su vez es conocimiento puro y se manifiesta citando el alma utiliza la mente como instrumento de visión. Charles Johnston traduce este aforismo: "El vidente es visión pura... mira a través de la vestidura de la mente". Es también la clara captación del conocimiento y la perfecta comprensión de las cosas del alma, característica del hombre que, por medio de la concentración y la meditación, ha logrado controlar la mente. Entonces la mente se convierte en la ventana del alma, a través de la cual el hombre espiritual puede percibir una esfera de conocimiento nuevo y más elevado. Simultáneamente, con el de105 Libro I sarrollo de este tipo de visión, se pone en actividad la glándula pineal, y el tercer ojo (en materia etérica) se desarrolla por una actividad paralela. 6. La visión espiritual o verdadera percepción es el tipo de visión que abre el mundo intuicional o plano búdico, y lleva a su poseedor más allá de los niveles abstractos del plano mental. Se llegan a comprender las cosas del espíritu puro y los propósitos básicos que subyacen en toda manifestación, así como la visión pura permitió a su poseedor extraer de las fuentes de la sabiduría pura. Con el desarrollo de esta visión entra en actividad el centro alta mayor y se abre el loto de mil pétalos. 7. La visión cósmica, cuya naturaleza es inconcebible para el hombre, caracteriza el conocimiento de esas Existencias que se Manifiestan por medio de un esquema planetario en un sistema solar, así como el hombre se manifiesta por medio de sus cuerpos. Por el estudio de estos tipos de percepción, el estudiante podrá apreciar con exactitud el trabajo que debe realizar, lo cual lo ayudará a determinar el lugar que ocupa y, en consecuencia, a prepararse inteligentemente para el siguiente paso. VIII. Obstáculo. Incapacidad para lograr la concentración. Los dos últimos obstáculos indican que "las cosas viejas pueden desaparecer" y el hombre nuevo entrar en posesión de su herencia. El método del discípulo no sólo debe incluir la autodisciplina o la subyugación de las vestiduras o envolturas, y el servicio o la identificación con la conciencia grupal, sino también dos etapas, la de concentración, enfoque o control de la mente, más la de meditación, ese constante proceso de reflexionar sobre aquello con lo cual el alma se ha puesto en contacto y conoce. Ambos serán tratados más adelante, y no nos detendremos ahora. 106 Libro I IX. Obstáculo. Imposibilidad para mantener la actitud meditativa. Por lo antedicho se verá claramente que los primeros seis obstáculos se refieren a las condiciones erróneas y los tres últimos a los resultados de esas condiciones. Contienen una sugerencia respecto a los métodos para librarse de los erróneos estados de conciencia. Lo importante en comenzar un plan, aunque no este depurado, y las propias fuerzas involucradas Irán abriendo camino en nuestro entorno. Si embargo cuando queremos perfeccionar un plan demasiado sin haber hecho nada, sin haber actuado, sólo encontraremos problemas e impedimentos para realizarlo. ¡Hay que actuar! Durante los ejercicios, habrá días y aun semanas en que la mente esté tranquila y sin dificultad concentrada, de modo que el ejercitante haga notables y rápidos progresos. Pero un día se detiene de pronto el adelanto y queda encallado, esto no es más que un espejismo, es la actuación de la Ley Cíclica. Perseverad. Todo progreso procede por estos ascensos y descensos aparentes. El aforismo que sigue es muy interesante, pues trata de los efectos producidos en los cuerpos de la naturaleza inferior, en el caso del hombre que no ha superado los obstáculos. 107 Libro I 31. Los resultados de los obstáculos para la naturaleza síquica inferior son cuatro: dolor, desesperación, errónea actividad corporal y equivoca dirección o control, de las corrientes de la vida. Cada uno de estos cuatro resultados expresa la condición del hombre inferior y trata de los efectos de la errónea centralización o identificación. 1. El dolor es el efecto producido cuando el cuerpo astral o emocional está erróneamente polarizado. El dolor es la consecuencia de no equilibrar correctamente los pares de opuestos, e indica falta de equilibrio. El comentador Vyasa dice que la causa de la pena está, o en uno mismo o en causas exteriores; y que el desespero es una condición mental consecuencia de no llenar algún deseo. El deseo personal es el tirano del hombre y la raíz de toda aflicción. De ahí la exhortación universal de todos los instructores antiguos, a alcanzar VAIRAGYA (desapego de los objetos de deseo). Pero esto ha de venir como resultado natural y creciente del desarrollo del alma, en pureza y comprensión. Un desapego forzado y artificial es peor que inútil. Como dice LUZ EN EL SENDERO: ―Le es inútil al discípulo tratar de aprender por medio del refreno. El alma debe estar sin cadenas, los deseos libres. Pero será en vano que se esfuerce mientras no esté fijo en aquel estado en el que no hay ni recompensa ni castigo, ni bien ni mal‖. 2. La desesperación es efecto del remordimiento, producido en el cuerpo mental, siendo en sí una característica de lo que podemos llamar "naturaleza mental no regenerada". El aspirante tiene la percepción de lo que podría ser, aunque los obstáculos todavía lo vencen; incesantemente es consciente del fracaso y esto genera en él un estado de remordimiento, disgusto, desesperación y desaliento. 108 Libro I El desespero y el desaliento son inadmisibles, desde el punto de vista oculto, por muy humanos e inevitables que sean. ―Dios te perdonará todo menos que desesperes‖. Pues el desespero equivale a negar el poder del Ser Superior para superarlo todo, y a apartar nuestro rostro de la visión de él. Dudar de nuestro poder de triunfar, abandonar el campo, es quitar el piso de debajo de nuestros pies. LA VOZ DEL SILENCIO nos dice: ―Guárdate del temor que se extiende a semejanza de las negras y silenciosas alas del murciélago a media noche, entre la claridad lunar de tu Alma y la gran meta que luce en la lejanía. El temor, Oh discípulo, mata, la voluntad y paraliza toda acción‖. 3. La errónea actividad corporal. La condición interna se manifiesta en el plano físico como intensa actividad, enérgica búsqueda por soluciones o alivio; un constante ir y venir en pos de la paz. En esta época es la principal característica de nuestra mental raza, y la causa del intenso y agresivo esfuerzo realizado en todas las actividades de la vida. A esto han contribuido, en gran medida, los sistemas pedagógicos, pues aceleran la actividad del cuerpo mental. La gran contribución de la pedagogía (en las escuelas, institutos, liceos, universidades y otras actividades afines) ha sido estimular el cuerpo mental del hombre. Todo forma parte del gran plan, que tiende siempre a alcanzar el objetivo uno, el desarrollo del alma. 4. La equívoca dirección de las corrientes de la vida. Este efecto es producido en el cuerpo etérico, por trastornos internos. Las corrientes de la vida, para el estudiante de ocultismo, son dos: a. El aliento de la vida o el prana. b. La fuerza vital o los fuegos del cuerpo. 109 Libro I El mal empleo del aliento de la vida, o la errónea utilización del prana, es la causa del ochenta por ciento de las actuales enfermedades físicas. El otro veinte se debe a que la fuerza vital es mal dirigida a través de los centros, atacando principalmente a ese porcentaje de la humanidad que, puede decirse, está mentalmente polarizado. La clave para el estudiante esotérico que aspira obtener la liberación, no está en los ejercicios respiratorios ni en ningún sistema para el desarrollo de los siete centros del cuerpo, sino en la intensa concentración interna sobre el vivir rítmico y en la cuidadosa organización de la vida. A medida que efectúa esto, la coordinación de los cuerpos sutiles con el físico por una parte y con el alma por otra, se producirá con el tiempo el automático y consiguiente reajuste de las energías pránicas y vitales. 110 Libro I 32. Para superar los obstáculos y sus derivados, se requiere intensa aplicación de la voluntad a alguna verdad o principio. Es Conveniente que el aspirante a la yoga observe que hay siete métodos para alcanzar la paz y así llegar a la meta, los cuales se tratarán a continuación cada uno tiene relación precisa con los siete obstáculos considerados anteriormente. Obstáculo Remedio 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Vivir sano y saludable (1. 33). Control de la fuerza vital (1.34). Pensamiento centralizado (1. 35). Meditación (1. 36). Autodisciplina (I. 37). Correcto análisis (1. 38). Iluminación (1. 39). Incapacidad corporal .................. Inercia mental ............................ Duda .......................................... Abandono .................................. Pereza ........................................ Apasionamiento ........................ Percepción errónea .................... Corregir las condiciones erróneas es de suma importancia en las primeras etapas de la yoga, razón por la cual se hace hincapié sobre ellas en el Libro I. Pero una comprensión teórica de los obstáculos y de su curación, de nada sirve si no se aplica intensamente la voluntad. Sólo el constante, firme y persistente esfuerzo de la voluntad, actuando por medio de la mente, será suficiente para llevar al aspirante de la oscuridad a la luz y conducirlo de la muerte a la inmortalidad. Una vez comprendido el principio, el discípulo puede trabajar inteligentemente, de allí la necesidad de correcta comprensión de los principios o cualidades por los cuales se puede conocer la verdad respecto a la Realidad o Dios. Todas las formas existen a fin de expresar la verdad. Aplicando constantemente la voluntad de Dios en el Todo, se revela la verdad por medio de la materia. Cuando se conozca la verdad o prin111 Libro I cipio básico, el espíritu entonces quedará revelado. Cuando el discípulo comprenda qué principios deben expresar sus diferentes formas, envolturas o cuerpos, sabrá dirigir con exactitud su voluntad y así producirá las condiciones deseadas. Las envolturas y vehículos son, simplemente, sus cuerpos de manifestación en los diversos planos del sistema; tales envolturas deben expresar el principio que constituye la característica o cualidad subyacente en cada plano. Por ejemplo, los siete principios que conciernen al hombre son: 1. 2. 3. 4. 5. 6. Prana ……………. .. energía vital ………… cuerpo etérico.. Kama …………….. deseo, sentimiento. cuerpo astral…. Manas inferior .. mente concreta ….. cuerpo mental. Manas superior. mente abstracta …. cuerpo egoico.. Budi ………………. intuición …………….. cuerpo búdico.. Atma ……………… voluntad espiritual cuerpo átmico.. plano físico. plano astral. plano mental. plano mental. plano búdico. plano átmico. Y lo que corresponde al ilimitado e inmutable principio en el macroscosmos, la Mónada (en su propio plano), es el séptimo principio. Hay otra manera de enumerar los principios, pues Subba Row está en lo cierto cuando dice que existen sólo cinco principios. Los dos superiores, la vida monádica y atma, no son principios. Aplicando conscientemente la voluntad en cada plano, el vehículo es dirigido constantemente a expresar con mayor exactitud la verdad una. Éste es el verdadero significado del aforismo en consideración y la razón por la cual los Adeptos todavía estudian este tratado sobre yoga. No poseen un total conocimiento verdadero en todos los planos, aunque las reglas básicas rigen en todo sentido y se aplican diversamente. Los principios son aplicables a todas las diferenciaciones y a todos los estados del ser. A medida que el hombre estudia las esferas donde actúa su conciencia, a medida que llega a comprender los vehículos que debe utilizar en determinada esfera, y a medida que despierta al conocimiento de la cualidad divina específica que el cuerpo está destinado a expresar, como parte o aspecto de una verdad o realidad, se 112 Libro I da cuenta de las fallas presentes, de los obstáculos que entorpecen y de las dificultades a vencer. Luego viene la aplicación de la voluntad y su concentración sobre el principio o cualidad que trata de expresarse. Así la manifestación inferior se alinea con la superior, pues "como el hombre piensa, así es él". Podría decirse que el vivir con un solo temperamento evitará el peligro de las diversas alteraciones mentales. La mente no tiene temperamento. Es el molde el que forja el temperamento. Cuando la mente es moldeada en una solo dirección, no hay lugar para las alteraciones. Tengamos cuidado de saber que un solo temperamento es muy diferente de un desarrollo unilateral de la actividad. Si eliminamos muchas actividades para dejar una sola, eso es algo unilateral que lleva a la destrucción de la mente y al asesinato de las diversas dimensiones del hombre. Un solo temperamento es diferente de una actividad unilateral. Un solo temperamento es un molde que puede reorganizar todas las actividades existentes igual que una joya puede incluir todas las piedras preciosas en su estructura. Un temperamento puede incluir todas las actividades en una integración de síntesis. El temperamento es un molde en el que están organizados la mente, los pensamientos y los sentidos. Así pues, creemos un temperamento incluyente hacia la síntesis espiritual, y esto nos salvaguardará de todos los obstáculos. 113 Libro I Pacificación y estabilización mental (I.33-I.39) 33. La paz de la sustancia mental o chitta, se puede alcanzar practicando la simpatía, la ternura, la firmeza de propósito y, el desapasionamiento, en lo que al placer o al dolor, bien y mal concierne. Este aforismo trata del cuerpo físico, sujeto a experiencias en el plano físico, el cual utiliza la conciencia del cerebro. La tendencia de ese cuerpo es hacia las formas objetivas; propenso (en su estado no regenerado) a gravitar fácilmente hacia los objetivos materiales. La naturaleza de esos objetivos dependerá del grado de evolución del ego experimentador. Esto debe tenerse muy en cuenta al estudiar este aforismo, de lo contrario será mal interpretada la cláusula final. Debe actuarse con discernimiento en lo que atañe a todas las manifestaciones de fuerza, buena o mala; la ley actúa aquí, pero la emancipación de las formas físicas que dicha energía pueda asumir, se logra aplicando el desapasionamiento a esas formas objetivas. Es conveniente observar que la simpatía a que se refiere, concierne a nuestra relación con los demás peregrinos o con el cuarto reino de la naturaleza; la compasión incluye nuestra relación con los animales o tercer reino; la firmeza de propósito concierne a nuestra relación con la Jerarquía del planeta, y el desapasionamiento a nuestra actitud hacia las reacciones del yo personal inferior. Por lo tanto, el alcance de este aforismo es manifiesto y concierne a todas las vibraciones cerebrales del estudiante. En consecuencia el cuerpo físico está considerado como el vehículo que: a. b. c. d. Ayuda a nuestros semejantes. Trata compasivamente al reino animal. Sirve en el plano físico en colaboración con la Jerarquía. Disciplina el apetito físico y logra el desapasionamiento respecto a todas las formas de atracción hacia los apetitos de los sentidos, sean o no considerados perjudiciales. Todos han de ser trascendidos. 114 Libro I Así se logra la paz, paz de chitta o sustancia mental, paz de las reacciones del cerebro y oportunamente total tranquilidad y calma. La idea está bien expresada por Charles Johnston al traducir este aforismo: "La naturaleza síquica pasa a una gozosa paz" y el hombre expresa plenitud, naturaleza equilibrada y cabal sensatez de pensamiento y de acción. Toda incapacidad corporal se supera de esta manera y la plenitud expresa la naturaleza de la manifestación. Adoptar un espíritu de simpatía hacia quienes experimentan felicidad. Adoptar un espíritu de compasión hacia los que sufren. Adoptar un espíritu de alegría hacia los virtuosos. Adoptar un espíritu de benévola indiferencia hacia los que hacen el mal (perdonándoles sus faltas). Esta forma de ser produce un dharma perfecto (aumenta el karma bueno). Como consecuencia, la mente se purifica. La mente) purificada consigue la concentración y, eventualmente, alcanza la serenidad. En la vida cotidiana vemos a nuestro alrededor personas mas felices y otras menos felices que nosotros. Algunas hacen cosas dignas de elogio, otras originan problemas. Sea cual sea nuestra actitud habitual hacia tales personas y sus acciones, si podemos estar contentos con aquellos que son mas felices que nosotros, ser compasivos con los infortunados, estar alegres con los que realizan acciones dignas de elogio y, si los errores de los demás no nos afligen, nuestras mentes estarán muy tranquilas. Este Sutra nos recuerda otra vez la famosa meditación clásica del Señor Buddha, y también la magnífica descripción de la caridad o amor de San Pablo. No hay actitudes mentales férreas en la vida de un yogui; él es amistoso y comprensivo con todos, inagotablemente compasivo con todos los que sufren y pecan, alegremente indiferente a todo cuanto puedan traerle las vicisitudes de la vida, ya sea gozo y triunfo, o fracaso temporal y equivocación. Sus ideas cerca del bien y el mal también se amplían; ve que son relativos; ya no son absolutos para él. Sobre todo debemos cuidarnos mucho de no criticar ni juzgar negativamente las obras malvadas de nuestros semejantes. Es muy fácil, 115 Libro I hoy en día, caer en la simpleza mental y la crítica mordaz ante personas que obran mal, sin embargo, esta actitud, daña aún más al hombre que ha obrado cruelmente y nos arrastra emocionalmente en un remolino psíquico que nos perturba la paz necesaria para avanzar. Vyasa recomienda que el aspirante cultive el hábito de sentir amistad hacia los que son felices, y compasión hacia los que sufren; contento con lo bueno, e indiferente sin nada de censura hacia el torvo. Y dice que ―así aparece la característica blanca (SATTVA)‖. Y su comentador, Vachaspati, dice que sentir amistad hacia los felices y triunfadores, elimina de la mente la sucia envidia; y que no parcializándose sino ocupándose de lo que directamente nos incumbe, eliminamos de la mente la impaciencia. Esto nos recuerda los siete pecados capitales del catolicismo; podemos ordenarlos conforme a las envolturas de nuestra conciencia, así: física - pereza; emocional - ira, lujuria y gula; (dice el BHAGAVAD GITA: ―Triple es la puerta del infierno: ira, lujuria y gula); mental - orgullo, envidia, avaricia. Estas tienen sus antídotos naturales, las Virtudes Cardinales, las que, empleando la misma clasificación, son: física diligencia; emocional - mansedumbre, castidad, templanza; mental - humildad, contento, generosidad. La mayor parte de las dificultades con que tropezamos en la vida diaria provienen de no ser capaces de mantener estas actitudes mentales. Por ejemplo, si alguien nos daña, inmediatamente deseamos devolver mal por mal, y esta reacción contra el mal denota que no somos capaces de subyugar la mente, que en seguida se agita en contra de quien nos dañó, y nos debilitamos. Toda reacción en forma de odio o malignidad es una grave pérdida para la mente; y cada mal pensamiento o acción de odio o cualquier pensamiento de reacción contra el mal recibido, si lo refrenamos y resistimos se volverán en nuestro favor. No por dominarnos de esta suerte perdemos nada; al contrario, ganamos infinitamente más de lo que nos cabe imaginar. Cada vez que rechazamos un sentimiento de odio o nos sobreponemos a un acceso de cólera acumulamos en nuestro provecho gran cantidad de energía que se transmutará en facultades superiores. 116 Libro I 34. Además la paz de chitta se alcanza mediante la regulación del prana o aliento de la vida. Los estudiantes harán bien en observar que Patanjali incluye el Pranayama (la Ciencia de la Respiración o de la energía pránica), entre otros métodos, para lograr "la paz de chitta‖. Sin embargo, no hace especial hincapié en ello. Como se ha dicho anteriormente, pranayama es un término que se puede aplicar a tres procedimientos interrelacionados y afines: 1. La ciencia del vivir rítmico o regulación de los actos de la vida cotidiana mediante la organización del tiempo y la inteligente utilización del espacio. Por medio de esto, el hombre se convierte en adepto, en creador en el plano físico y en colaborador en los planes de la Jerarquía, tal como se manifiestan en la evolución cíclica. 2. La ciencia de la respiración o la vitalización del hombre inferior, por medio de la inhalación y la exhalación. El hombre se conoce a sí mismo como "alma viviente" y utiliza el factor aliento. Por este medio se hace consciente de la unidad de la vida y de la relación existente entre todas las formas donde mora la vida de Dios. Se convierte en un hermano y también en un adepto, y sabe que la hermandad es una realidad en la naturaleza y no una sublime teoría. 3. La ciencia de los centros o laya yoga, es la aplicación de la ley a las fuerzas de la naturaleza y la utilización científica de éstas por el hombre, Atañe al ascendente paso de -ciertos septenarios de energía, a través de los centros, a lo largo de la columna vertebral hasta la cabeza, en determinada y específica progresión geométrica. Esto hace del hombre un psíquico capacitado y desarrolla en él determinados poderes latentes, que una vez desarrollados lo ponen en contacto con el alma de todas las cosas y con el aspecto subjetivo de la naturaleza. 117 Libro I Es muy significativo observar que este método de llegar a la paz sigue al método de vivir sanamente, dando por resultado un cuerpo físico sano. Más adelante, cuando Patanjali vuelve a referirse a la regulación del aliento y de las corrientes de energía, lo da como el cuarto método de yoga y declara que sólo cuando se ha alcanzado correcto equilibrio (tercer método), por haber guardado los Mandamientos y las Reglas (métodos uno y dos), se ha de intentar tal regulación. Los estudiantes harán bien en estudiar tales métodos y en observar que al hombre sólo le es permitido ocuparse de los centros después que ha equilibrado su vida y purificado su naturaleza, en tal forma, que ya no existe peligro. La palabra exacta es prana, que no es precisamente el aliento, sino la energía universal. Todo cuanto vemos en el universo, todo cuanto se mueve y actúa y tiene vida es una manifestación de prana. La suma total de la energía difundida por el universo se llama prana. Antes de comenzar un ciclo permanece prana en un casi inmóvil estado, y al iniciarse el ciclo se manifiesta como movimiento, como acción nerviosa en el hombre y los animales, como pensamiento, etc. El universo entero es una combinación de prana y akasa. Así también es el cuerpo humano. Del akasa extraemos los diferentes materiales de sensación y de prana las diversas formas y modalidades de energía. La emisión y restricción rítmicas de prana se denomina pranayama. Patanjali, el padre de la filosofía yoguista, no da muchas instrucciones acerca del pranayama; pero posteriormente, otros yoguis investigaron diversos puntos relativos al pranayama y establecieron sobre ellos una importante ciencia. Según Patanjali, el pranayama es uno de los varios medios de calmar la mente, pero no insiste mucho en ello. Se limita a decir que por la inspiración, la retención y la espiración del aliento se podrá apaciguar algún tanto la mente. Pero de este principio se desenvolvió más tarde toda una ciencia llamada pranayama. Algo expondremos de lo que dijeron estos yoguis posteriores a Patanjali. En primer lugar, conviene tener en cuenta que, según ya dijimos, prana no es precisamente el aliento, sino la energía y la vitalidad motora del aliento. 118 Libro I La respiración y el pensamiento esta íntimamente relacionados. Tanto afecta uno al otro como el otro al uno. Mediante una vida equilibrada la respiración se vuelve serena, tranquila, y de esta forma natural deviene el pranayama correcto. A veces hay ―gurus‖ que dan multitud de técnicas de respiración pranayámicas, técnicas que ejercen un ritmo antinatural sobre el organismo físico y psíquico del individuo, produciéndole, en algunos casos, trastornos irreparables. Este el poder de la respiración. Solamente cuando el yogui está muy avanzado en pureza y desarrollo espiritual se le puede asignar (por su Maestro) alguna técnica especial de pranayama para aumentar su desarrolla ya emprendido. El pranayama como ejercicio forzado, afecta con demasiada fuerza al tejido etérico del practicante, vitaliza los fuegos menores y potencia la energía vital. Si no se esta debidamente preparado, lo que en principio podría ser una ayuda se convierte en una tragedia desequilibradora. Lo correcto es buscar la PULSACIÓN. La pulsación es uno de los principios fundamentales de la Naturaleza desde el nivel del Cosmos al nivel del átomo. Toda la Creación es el resultado de un fenómeno musical de pulsación. Durante el proceso de respiración Cósmica, toda la Creación es exhalada e inhalada periódicamente. Este mismo fenómeno se encuentra en toda unidad de creación en la naturaleza. En el ser humano se expresa mediante el cuerpo vital y esta localizado en el sistema respiratorio. La Pulsación a la que nos referimos, no es la pulsación cardiaca-física, sino la PULSACIÓN DEL ALMA, la cual tiene su propio ritmo. Cuando mediante el trabajo, la atención y el amor a todos los seres va despertando en nosotros, percibimos dicha pulsación superior, y cuando la percibimos podemos ajuntarnos a ella. Una vez el discípulo conoce dicha pulsación y se ha ajustado a Ella el proceso de aceleración evolutiva acrecienta enormemente. 119 Libro I 35. La estabilidad mental puede obtenerse mediante esas fórmulas de concentración, relacionadas con la percepción sensoria. Aquí tratamos las formas de desenvolvimiento y de control que culminan en lo que se denomina "gozosa paz"` Hemos visto que las relaciones grupales correctas y un vivir rítmico producirán esa condición donde se logra el aquietamiento de los vehículos o envolturas, pudiendo así el hombre inferior reflejar adecuadamente al hombre superior o espiritual. Veremos ahora ciertos aspectos de la filosofía del Raja Yoga, y la clave para la comprensión de este aforismo reside en la palabra desapego. El aspirante, a medida que establece contactos sensorios y, por medio de los cinco sentidos, se relaciona con el mundo fenoménico, asumirá progresivamente la posición del observador. Su conciencia, por lo tanto, se transfiere lentamente de la esfera de los vehículos sensorios a la del "morador del cuerpo". Es interesante observar aquí la enseñanza hindú sobre el empleo de la lengua y de toda la zona de la nariz y del paladar. La enseñanza ortodoxa oriental hace las siguientes sugerencias: Métodos Sentidos 1. 2. 3. 4. 5. olfato ........... perfumes. oído ............. sonidos. gusto ........... llamas. tacto ............ vibraciones. vista ............. imágenes,visiones. Concentración en la punta de la nariz ......... Concentración en la raíz de la lengua ......... Concentración en la punta de la lengua ...... Concentración en mitad de la lengua .......... Concentración en el paladar ........................ Resultado El aspirante no debe tomar estas cosas textualmente ni tratar de meditar a ciegas, por ejemplo, sobre la punta de la lengua. La lección a aprender, de acuerdo a la Ley de Analogía, es que la lengua tipifica la facultad creadora, el tercer aspecto en su quíntuple naturaleza. La relación de los cinco sentidos (sintetizada en la región de la boca) con los cinco rayos, que constituyen la síntesis regida por 120 Libro I el Mahachoan (rector del aspecto de Tercer Rayo en nuestro planeta) será muy iluminadora. El estudiante hallará de valor desentrañar la analogía entre estos cinco rayos, los cinco sentidos y la boca, como órgano de la palabra. A medida que se estudia se verá que dos órganos físicos -la pituitaria y la pineal corresponden a otros dos aspectos, amor-sabiduría o poder organizador, voluntad o propósito. Los siete puntos en la cabeza (en una zona pequeña) son los símbolos, en materia física, de los tres grandes aspectos que se manifiestan como los siete. Por lo tanto, a medida que el aspirante asume la posición de regente de los sentidos y de analizador de sus percepciones sensorias, en forma gradual se va concentrando más mentalmente, y el yogui avanzado puede, en todo momento, identificarse con cualquiera de las energías de rayo, excluyendo las demás si lo desea. Se advierte al estudiante que no suponga que esta "paz gozosa" puede lograrse meditando definidamente sobre algún sentido específico. Por la comprensión de las leyes de la creación y del sonido, por el estudio de la placa sonora de la boca y del método por el cual es posible hablar, se pueden conocer los procesos creadores del mundo, y el hombre adquiere el conocimiento de las leyes, por las cuales todas las formas vienen a la existencia. Los sentidos de los yoguis son por lógica anormalmente agudos, hecho que debe ser recordado. La expresión ―manteniendo la mente estable‖ invita a la comparación con el aforismo III. 1 (“la concentración consiste en fijar la conciencia en estado de abstracción sensorial a un solo punto”). Mientras que éste último se establece como la descripción formal de una técnica concreta, la primera expresión habla evidentemente del resultado de esta concentración, es decir nibandhana, la condición de ―estabilidad‖ mental, siendo en este caso un fenómeno concomitante con la experiencia yóguica conocida como pravṛtti, o extraordinaria actividad sensorial. La idea consiste en que, en la medida que él ha purificado los órganos de percepción, puede tomar como objeto de estudio la relación de estos órganos con los 121 Libro I objetos de los sentidos, lo que, se dice, lo confirmará en la necesidad de realizar un periplo más interior y estabilizará el más exterior de los órganos internos, el intelecto. Lo único que los sentidos perciben sobre tal o cual objeto (eventualmente) es: (I) el sonido del objeto, (II) el aspecto táctil del objeto (o el "contacto" con el objeto), (III) la forma del objeto, (IV) el gusto del objeto, el olor del objeto. Jamás alcanzan, más allá de la presencia de tal o cual objeto, el Sonido, la esencia del sonido, el "sonido en si" (fuera de la sinfonía), ni el Contacto, la esencia del contacto, etc. (mas allá de lo sedoso de la seda), ni la Forma (más allá del color del cuadro), ni tampoco el Gusto (mas allá de la manzana), ni el Olor (mas allá de los oquedales y abetales). El objeto a corto plazo de la práctica descrita en este aforismo consiste en hacer percibir, no el sonido, la forma, etc., "ordinarios", es decir, de un objeto cualquiera, sino el Sonido, la Forma, etc., como lo que hace que todos los objetos sonoros sean audibles, que todos los objetos vistos sean visibles, etc. De los órganos sensoriales emanan vibraciones que tocan los objetos correspondientes, por lo que se establece un contacto entre aquellos y éstos. Pero para que la percepción tenga lugar ni siquiera este contacto es suficiente: la percepción es posible en cuanto existe un mediador entre la experiencia de los sentidos y el yo, y este mediador es representado por el manas. Manas se traduce, de ordinario, por mente. El manas es instrumento indispensable para que la sensación se transforme en percepción: sirve de puente entre el mundo externo y el ātman. Nosotros solo tenemos conciencia del objeto hacia el que se dirige su atención. Mis sentidos pueden estar simultáneamente en contacto con muchos objetos, pero yo no tengo mas conocimiento que el de una sola y única percepción cada vez, porque el manas no puede hallarse ocupado en dicha ocasión mas que en un objeto. Si en alguna circunstancia podemos tener impresiones de simultaneidad en la percepción, ello se debe a la rapidez con que se suceden. 122 Libro I A través de la actividad sensorial, Patañjali nos invita a estudiar la esencia de las cosas y no ya las cosas, a pasar de lo "sensible" (lo "basto", a lo "suprasensible" lo "sutil‖. Este paso de lo sensible a lo suprasensible no va destinado a otorgar determinados poderes ni a hacer gozar de la vida avivando las sensibilidades, sino al contrario, a desapegarnos definitivamente de los objetos sensibles —por esto el comentador señala: vaśīkāra es el desapego completo respecto de los objetos sensibles y suprasensibles. Desapegarnos, pero no mediante una exhortación o ideas estereotipadas, sino mostrándonos el "reverso de la medalla", al darnos una visión mas íntima, mas esencial, mas justa y mas fina de las cosas. El comentario insiste con mucha fuerza en el hecho de que el estudio de la actividad sensorial no tiene otro interés que el de reforzar la "confianza", la voluntad, la determinación del practicante. El Yoga es un estudio práctico. No basta haber recibido instrucciones variadas, haberse leído tratados enteros; hay que pasar por la experiencia personal. Y no porque sin esto no se pueda prestar fe a las enseñanzas consignadas en los Tratados o impartidas por los profesores, sino porque sin este recurso a la experiencia el conocimiento que se tendría de la actividad sensorial permanecería puramente exterior, "intelectual", sería un conocimiento en el sentido mas general, pero no una toma de conciencia que conduzca a la concentración (samādhi) y a la inteligencia (prajñā). 123 Libro I 36. Meditando sobre la luz y el resplandor, se puede llegar al conocimiento del espíritu y alcanzar la paz. El estudiante debe observar que cada uno de los métodos que hemos delineado atañe a ciertos centros. Se han mencionado siete métodos de realización y, en consecuencia, puede deducirse que están implicados los siete centros. 1er. Método. Af. 33. Centro plexo solar. La paz de la sustancia mental o chitta, se puede alcanzar practicando la simpatía, la ternura, la firmeza de propósito y el desapasionamiento, respecto al placer y al dolor, al bien y al mal. 2do. Método. Af. 34. Centro en la base de la columna vertebral. La paz de chitta se alcanza también mediante la regulación del prana o aliento de la vida. 3er. Método. Af. 35. Centro entre las cejas. La estabilidad mental puede obtenerse mediante esas fórmulas de concentración, relacionadas con la percepción sensoria. 4to. Método. Af. 36. Centro coronario. Meditando sobre la luz y el resplandor, se puede llegar al conocimiento del espíritu y alcanzar la paz. 5to. Método. Af. 37. Centro sacro. La mente se estabiliza y queda liberada de la ilusión, a medida que se purifica la naturaleza inferior y ya no se la satisface. 6to. Método. Af. 38. Centro laríngeo. La paz (estabilización de la mente o chitta) puede lograrse meditando sobre el conocimiento que proporcionan los sueños. 7mo. Método. Af. 39, Centro cardíaco. La paz también se alcanza concentrándose e en lo que el corazón más aprecia. 124 Libro I Estos métodos deberían ser considerados cuidadosamente, aunque aquí no se puedan dar detalles acerca del procedimiento. El estudiante sólo puede considerar el principio y la ley involucrados. Además debe recordar que estos centro tienen sus analogías en la materia etérica de la región de la cabeza, y que, cuando estos siete centros de la cabeza han despertado, las contrapartes se despiertan sin ningún peligro. Estos siete centros de la cabeza corresponden en el microcosmos a los siete Rishis de la Osa Mayor, los prototipos de los siete Hombres celestiales, y los siete centros ya enumerados se relacionan con la energía de los siete Hombres celestiales. No es necesario que nos extendamos aquí sobre estos siete centros, excepto para indicar que: 1. El aspirante puede considerar simbólicamente cada centro como una flor de loto. 2. Este loto está formado por unidades de energía que se mueven o vibran en forma específica, y estas ondas vibratorias asumen las formas que denominamos pétalos del loto. 3. Cada loto consta de: a. un cierto número de pétalos, b. un pericarpio o cáliz que lo sostiene, c. un centro de luz blanca pura, denominado la 'Joya". 4. Cada centro corresponde a un planeta sagrado, el cuerpo de manifestación de cada uno de los siete Hombres celestiales. 5. Cada centro debe ser desarrollado mediante el empleo de la Palabra. Esta palabra es AUM, y debe surgir oportunamente en el vibrante centro. Cuando brille perfectamente dentro de la rueda, entonces ese centro estará perfectamente despierto. 125 Libro I 6. Ciertas cualidades del Sol son cualidades de los centros: a. b. c. d. e. f. g. Cualidad del plexo solar ..................................... Cualidad del centro en la base de la columna vertebral .... Cualidad del centro ajna, entre las cejas ........... Cualidad del centro coronario ........................... Cualidad del centro sacro .................................. Cualidad del centro laríngeo ............................. Cualidad del centro cardíaco ............................. calor. fuego kundalini. luz iluminadora. luz fría humedad. luz roja. luz radiante o magnética. Este aforismo recomienda practicar la meditación sobre la luz y el resplandor, y enseña que por medio de esa luz y la capacidad de emplearla, es posible conocer el espíritu. En el centro del "chacra del corazón mora Brahma, dice la antigua Escritura, y Él se revela en la luz. Por lo tanto, el aspirante debe ser consciente del "punto de luz dentro de la rueda de doce rayos‖, y a medida que se concentra sobre ese punto de luz, le es revelado el camino que el aspirante debe recorrer si quiere alcanzar su meta. Lo primero que se revela es la oscuridad, lo cual debe tenerse en cuenta. En términos del misticismo occidental, esto produce "la noche oscura del alma". Sin embargo, no nos detendremos en el aspecto místico, pues es necesario mantener nuestras conclusiones dentro de las líneas esotéricas. La verdad ha sido tratada frecuente y adecuadamente en términos del misticismo cristiano. Cuando se progresa en la meditación, después de alcanzar algunas percepciones supramentales, la mente disfruta de una percepción efulgente, que es como un espacio brillante, y que los comentaristas identifican con la propia naturaleza de buddhi-sattva; identifican esta sensación luminosa con una percepción muy particular: la del yo-soy puro. La mente, para los hindúes, se fundamenta sobre un sentimiento del yo que constituye la base del antahkarana, u órgano mental. Cuando somos capaces de erradicar todos los objetos que "colorean el yo", no dejaremos de verlo todo o caeremos en un vacío, sino que veremos el puro "yo-soy" sin mezcla de ob126 Libro I jeto alguno. Es como ver un cristal que aparecía coloreado por los objetos que había tras de él, en su pura transparencia natural. Cuando la mente produce Luz ésta queda libre de las penas. Hay ciertas asociaciones que pueden hacer de la mente se apene o se alegre. Si nos imaginamos la cara de una persona que llora, sentiremos pena sin razón alguna. Si nos imaginamos la oscuridad en la mente nos vuelve tristes y melancólicos. Si nos imaginamos que estamos en medio de una cueva oscura, sentiremos sofoco. Esto demuestra que cualquier objeto que tengamos en la mente crea su propia atmósfera en ella. Esa atmósfera puede deprimir o elevar la mente según la naturaleza del objeto en que se piense. Ahora creamos un objeto que pueda elevar la mente. Si este objeto tiene una forma, la mente queda condicionada por ella. Si tiene un tamaño, la mente queda condicionado por él. Si se trata de la luz, entonces la mente esta libre de todo condicionamiento. La luz hace desaparecer de la mente las semillas del sufrimiento. Por lo tanto produzcamos luz en la mente como un concepto de luz. Los pensamientos de la mente intentan pensar en la luz pero se queman con el concepto de luz, quedando en última instancia solo la luz, la cual es un principio del alma, parte de su propia naturaleza espiritual. En tal estado la mente y sus modificaciones pensantes quedan en paz y trascendidas. 127 Libro I 37. La mente (chitta) se estabiliza y queda liberada de la ilusión, a medida que se purifica la naturaleza inferior y ya no se la satisface. Esta traducción es particularmente libre, debido a que las palabras empleadas en sánscrito son difíciles de interpretar con exactitud. Imparte la idea de que cuando los órganos de percepción y los contactos sensorios son continuamente rechazados por el verdadero hombre (que ya no trata de identificarse con ellos), entonces "queda liberado de la pasión", supera el calor o deseo por los objetos, liberándose de su naturaleza inferior sensoria. Ello da por resultado la correspondiente estabilidad mental y la capacidad de concentrarse, porque la sustancia mental ya no está sujeta a las modificaciones producidas por las reacciones sensorias de todo tipo, denominadas buenas o malas. Esto mismo lo recomiendan insistentemente muchos sistemas. Uno de los métodos sugeridos es la meditación constante sobre grandes Entidades como, Krishna, Buda y Cristo, liberadas ya de todas las reacciones sensorias. Este tipo de concentración opera una transformación moral del yogui que toma como punto de apoyo (es decir, como objeto de concentración) la mente desprovista de pasión de algún santo, que se embebe de ella y que, mediante la fijación (dhāranā) en ella, toma la forma de ella, liberándose a su vez de toda pasión. Esto se alcanza por la ley de afinidad (la energía sigue al pensamiento). Pensemos en su actividad, así como en su comportamiento y en la verdadera libertad de la que disfruta y que otorga a los demás. Poco a poco entraremos en meditación, dejándolo como persona, como imagen, y siendo absorbidos por la luz de su presencia, con sus valores y virtudes. Automáticamente experimentaremos la luz del yoga. Esta es la mejor manera de mantener la mente y los sentidos puros. Ellos son los Mahatmas, los Maestros de la Sabiduría. Contemplando su sublime serenidad, algo de ella desciende sobre el aspi128 Libro I rante. Vyasa dice que ―de este modo la mente del yogui se tiñe con el color de la mente del Ser puro en quien medita‖. Codd Clara comenta el respecto: Recuerdo algo maravilloso que me contó el Sr. Geoffrey Hodson. Un domingo en la Iglesia de Guisen (Holanda), estando él sentado en el cancel, usó su poder clarividente para observar a los que se acercaban a recibir la comunión. Quería ver cómo los afectaba. En muchos el efecto era leve, en algunos más, pero, para su sorpresa, vio que todo el cuerpo mental de una mujer tomó por un momento la semejanza del Cristo al arrodillarse ella. Seguramente ella estaba completamente absorta en el pensamiento de que en esta Forma de misticismo sacramental estaba cara a cara con su Señor. Esta idea se destaca en alguna de las traducciones, pero desde cierto punto de vista no parece ser la idea principal. La liberación del apego se produce cuando se vencen los fuegos del deseo. Aunque se representa al centro sacro como específicamente relacionado con la naturaleza sexual (cuando se expresa en el plano físico), sin embargo simboliza cualquier apego entre el alma y algún objeto deseado, que no sea el espíritu. 129 Libro I 38. La paz (estabilización. de la sustancia mental o chitta) puede lograrse meditando sobre el conocimiento que proporcionan los sueños. Las palabras significativas de este aforismo son "el conocimiento que proporcionan los sueños". A este respecto es interesante el comentario sobre el Af. 10. El ocultista oriental emplea la palabra "sueño" en un sentido mucho más técnico que el occidental, y el estudiante debe captarlo plenamente. Sueño profundo para el oriental es esa condición en que está sumido el verdadero hombre cuando está en encarnación física. Esto corresponde al estado de ensueño causado por la vibración de las células del cerebro físico. Caos, carencia de continuidad y acontecimientos irregulares, más la incapacidad de recordar verdadera y exactamente, se producen cuando despertamos. Esto es soñar en el plano físico. Además tenemos el ensueño, del que el hombre participa cuando está sumergido en cualquier percepción sensoria, ya sea de placer o dolor, experimentándolo en el cuerpo astral o emocional. El conocimiento adquirido en el plano físico es, en su mayor parte, instintivo; el que se obtiene en el sueño astral es en gran parte sensorio. Uno es comprensión racial y grupal; el otro es relativo al no-yo y a la relación del hombre con el no-yo. Tenemos además un estado más elevado de conciencia en el sueño, donde entra en juego una facultad de otro tipo, que podemos denominar imaginación, trayendo su propia forma de conocimiento. La imaginación implica ciertos estados mentales como: a. Recordación de las cosas según fueron conocidas, como ser los estados de conciencia b. Anticipación de las cosas tal como pueden ser conocidas, o de los estados de conciencia. c. Visualización de las condiciones imaginarias, y luego utilización de la imagen invocada como una forma, por la cual puede hacerse contacto con un nuevo reino de conocimiento, cuando el soñador puede identificarse con lo imaginado. 130 Libro I En estos tres estados de ensueño tenernos la condición del pensador en los tres planos de los tres mundos, desde el estado de ignorante salvajismo, al del hombre inteligente común, condición que lleva luego a un estado mucho más elevado de conciencia en el sueño. El verdadero empleo de la imaginación requiere un alto grado de control y poder mental, y cuando existen, conduce oportunamente al estado de "samadhi", condición en que el adepto puede hacer dormir al hombre inferior y pasar él, a su vez, al reino donde los "sueños de Dios" son conocidos y puede conocer, ver y hacer contacto con las imágenes que la Deidad ha creado De esta manera el adepto podrá participar inteligentemente en el gran plan de evolución. Más allá de este estado de samadhi, está el estado de ensueño de los Nirmanakayas y de los Budas, y así sucesivamente, en la escala de la vida jerárquica, hasta que se conoce al Gran Soñador, el Uno, el único Narayana, el Señor del Mundo, el Anciano de los Días, nuestro Logos planetario. El estudiante sólo puede alcanzar una muy tenue comprensión de la naturaleza de estos estados de ensueño, a medida que estudia la idea impartida en la afirmación anterior de que, para el ocultista, la vida en el plano físico no es más que un sueño. La meditación sobre las imágenes del sueño puede hacerse de tres formas: 1) Se forma una imagen del objeto a contemplar y se considera como real; 2) cuando se practica sobre el recuerdo, se puede estar consciente de que se esta soñando durante el mismo sueño. Se debe contemplar el objeto y, al despertar, tratar de mantener el recuerdo de ese estado; 3) cuando se experimenta un buen sentimiento durante el sueño, se debe meditar sobre ello inmediatamente tras despertar. 131 Libro I Durante el sueño, desaparece el conocimiento externo pero las imágenes mentales continúan y son conocidas. Sin embargo, en el sueño sin ensueños, tanto los objetos externos como los mentales son oscurecidos por tamas permaneciendo una vaga sensación de inactividad. En este caso se practica tomando esa sensación de inactividad como objeto de contemplación. En el estado de sueño onírico, existe conocimiento sin presencia de objetos físicos, y la naturaleza de este conocimiento es pura iluminación. Se debe meditar sobre tal conocimiento, pero no sobre los objetos recordados (que aparecen en el sueño), pues la mente puede quedar atrapada por la atracción de un objeto meramente recordado. Pero la meditación sobre el conocimiento del sueño profundo, en el que esencialmente no hay percepción de ningún objeto determinado, se sumerge en la idea de no-existencia y resulta agradable, infinita y caracterizada por la experiencia de inmutabilidad. Cuando la mente permanece en este estado, se estabiliza de forma natural. Dvivedi dice que ―soñar es aquella condición de la mente en que ella está activa con exclusión del universo externo. Concentrarse en cualquier cosa que se vea entonces, será útil para educar la imaginación, lo cual es el primer paso hacia SAMADHI‖. La imaginación es una fuerza muy potente en la meditación. Por esta facultad de ―formar imágenes‖ poblamos nuestra corriente en el espacio con las huestes de nuestras creaciones mentales, como dice el Maestro K. H. Pero es bueno recordar que las formas mentales así creadas no son nunca la realidad sino su símbolo. Sin embargo, algo de la Realidad puede brillar a través de un símbolo fiel. 132 Libro I 39. La paz también se alcanza concentrándose en lo que el corazón más aprecia. Por su misma sencillez este aforismo encierra un poderoso atractivo. En él se pueden seguir las variadas etapas de realización deseo, anhelo, fija determinación de poseer, rechazo de todo lo, que no satisface ese requisito, abandono de todo a fin de obtener nuevas posesiones, luego la posesión en sí, la satisfacción, la paz. Pero como sucede con todo lo que pertenece a los deseos inferiores, la paz es temporaria; despierta un nuevo deseo, y lo que se ha retenido tan gozosamente se abandona. Sólo satisface plenamente el fruto de las edades y la recuperación de las antiguas posesiones. Por lo tanto, que el estudiante analice y compruebe si lo que más aprecia su corazón es temporario, transitorio y efímero, o si es, como el gran Señor ha dicho, "el tesoro acumulado en los cielos". Desde luego que el objeto de meditación no ha de ser maligno sino reconocido por bueno, como un paraje agradable, una escena jubilosa, una idea simpática, algo en que concentrar la mente. Patañjali subraya aquí la libertad de elección que tiene el practicante con tal de que se preocupe de entrenar su mente en la fijación sobre un solo punto. El método elegido debe ajustarse al temple de cada individuo, al grado de evolución adquirido, a las experiencias del pasado. Lo que importa es que cada uno se encuentre satisfecho y atrapado por el objeto elegido, el soporte externo que facilita la concentración. Todo esto fortalece la voluntad y garantiza la perseverancia. Este aforismo precisa y amplia las proposiciones anteriores. Considera la idea de que todo objeto, en la medida en que es bueno para la persona, es susceptible de ser escogido como soporte de meditación. El objeto debe ser apreciado por el meditador, que repercute en su afectividad pero que también es fuente de quietud y de elevación. Debemos acercarnos a este objeto, "deseado y deseable", con el mayor discernimiento. Una vez lograda la estabilidad (de la mente en algo agradable), mas adelante será posible lograrla con otros objetos. 133 Libro I Este sutra es extraordinariamente bello. Lo que es más caro para lo mejor que hay en nosotros, que despierta amor y devoción inigualables, es de una fuerza tremendamente enaltecedora. El amor puro, aun en la variedad emocional, se aproxima al amor espiritual búddhico. Es más fácil concentrarse en lo que uno ama y en lo que está absorbentemente interesado, que en otros temas. Vyasa dice que no importa en qué meditamos; (H. P. B. le dijo a la Dra. Besant que meditara en una caja de fósforos) que lo que importa es la estabilidad, y no el tema de concentración. Pero Vachaspati dice algo muy bello: ―Uno toma la forma de la Deidad de la que uno es devoto‖. Se ha dicho desde antiguo que una pareja mútuamente devota va asemejándose entre sí a medida que envejecen. Si eso es cierto, debe ser porque se aman y siempre están pensando el uno en el otro. En su bello poema La Hora Inmortal, Fiona McLeod dice: ―No hay sino un camino a ese portal: no el amor encendido de deseos, sino el amor en paz‖. Amar verdaderamente es compartir una vida. Amar verdaderamente a un Maestro es compartir su vida. Pero ese amor debe ser puro, libre de egotismo consciente o inconsciente. ―Para que produzca su fruto, debe llenar todo tu ser de modo tal que no quede campo para ningún otro sentimiento‖, dice el Maestro K. H. y H. P. B. también dice que el primer requisito para obtener la conciencia espiritual es el amor puro. La descripción más grandiosa del amor puro está en la Epístola de San Pablo a los Corintios. Llegamos ahora al aforismo 40, el más comprensible del libro. Debe tenerse aquí presente que estos "siete caminos hacia la paz síquica" según se los denomina, abarcan los siete métodos de los siete rayos, en relación con el control de la naturaleza síquica. Es importante hacer resaltar esto. Los siete caminos tienen relación directa con las cuatro iniciaciones en el umbral, pues ningún hijo de Dios podrá recibir una iniciación mayor si no ha logrado cierta medida de paz síquica. Será de interés para el estudiante desarrollar estos siete caminos hacia la paz, en relación con cualquiera de los siete rayos, asignándole uno de los caminos que le parece más apropiado al rayo. 134 Libro I Resultados de la pacificación mental (I.40-I.51) 40. Así su comprensión se extiende desde lo infinitamente pequeño a lo infinitamente grande, y su conocimiento se perfecciona desde annu (el átomo o partícula) hasta atma (o espíritu). Esta traducción no se ajusta exactamente a los términos sánscritos, no obstante, expresa el significado exacto del original, lo cual es algo de vital importancia. Un versículo de una escritura oculta, que sirve para dilucidar la idea de este aforismo, dice: "Dentro de la partícula se puede ver a Dios. Dentro del hombre, Dios puede reinar. Ambos se hallan dentro de Brahma; no obstante, todo es uno. El átomo es como Dios, Dios como el átomo". Es una manifiesta verdad oculta que cuando el hombre llega a conocerse a sí mismo, de acuerdo a la gran Ley de Analogía, llega a conocer a Dios. Este conocimiento comprende cinco grandes aspectos: 1. 2. 3. 4. 5. Forma Componentes de la forma Fuerzas Grupos Energía El hombre debe comprender la naturaleza de su cuerpo y de todas sus envolturas. Esto concierne al conocimiento que él tiene de la forma. Descubre que las formas se componen de átomos o "puntos de energía", y que todas son iguales en ese sentido. Este conocimiento concierne a los componentes de la forma. Luego llega a conocer el conjunto de energías de los átomos que constituyen sus formas o, en otras palabras, el conocimiento de las diversas fuerzas, cuya naturaleza está determinada por el ritmo, la actividad y la cualidad de los átomos, que forman la envoltura o envolturas. Este conocimiento concierne a las fuerzas. Más tarde descubre 135 Libro I formas análogas con vibraciones y manifestaciones de fuerza también análogas. Este conocimiento concierne a los grupos, en consecuencia, descubre el lugar que le corresponde y sabe cuál es su trabajo. Finalmente alcanza el conocimiento de lo que concierne a todas las formas y de lo que controla todas las fuerzas, y constituye el poder motivador de todos los grupos. Este conocimiento concierne a la energía y tiene que ver con la naturaleza del espíritu. Por medio de estos cinco conocimientos el hombre llega a la maestría, porque el conocimiento implica ciertos factores que podrían ser enumerados como: 1. 2. 3. 4. 5. 6. Aspiración Estudio e investigación Experimento Descubrimiento Identificación Comprensión El adepto puede identificarse con la conciencia de lo infinitamente pequeño, o penetrar en ella. Puede identificarse con el átomo de sustancia y conocer lo que aún es desconocido para el científico moderno. También se da cuenta que el reino humano (compuesto de átomos humanos) es el punto medio o estación intermedia en la escala de evolución, por lo tanto, lo infinitamente pequeño está relativamente tan alejado de él como lo infinitamente grande. El camino a recorrer para abarcar la conciencia más diminuta de todas las manifestaciones de Dios, es tan largo como lo es abarcar la conciencia más grande, un sistema solar. No obstante, en todos estos campos de la conciencia, el método para dominarlos es el mismo, meditación perfectamente concentrada que lleva a ejercer perfecto poder sobre la mente, y está constituida en tal forma, que lo mismo sirve de telescopio, que pone al observador en contacto con el macrocosmos, como un microscopio, que lo pone en contacto con el átomo más diminuto. Cuando se estabiliza citta, el dominio de dhyāna se extiende desde lo más ínfimo hasta la grandeza más extrema. Contrariamente a la 136 Libro I opinión de la mayoría de los traductores, este aforismo no ensalza los poderes sobrenaturales atribuidos al adepto. Sencillamente es una explicación del sūtra anterior, y el ―dominio‖ de que trata se refiere solo a la habilidad del yogui en mantener su mente estabilizada con cualquier objeto, independientemente de su tamaño o tipo. En otras palabras, quienes dominan el arte de la concentración pueden lograr la ―restricción‖ con respecto a cualquiera de las innumerables formas cósmicas. Cuando la mente penetra en lo más grosero, (el yogui) alcanza una estabilidad que se extiende hasta la magnitud mas colosal. Cuando puede dirigir su práctica voluntariamente en cualquiera de estas dos dimensiones, posee el dominio completo. De esta forma, la mente del yogui ha logrado la maestría total (para mantener la concentración) y ya no se requiere mas esfuerzo. —Cuando se practica la retentiva en un objeto concreto, si la mente puede mantenerse estabilizada en el objeto más diminuto o en el más grandioso, tal estado se denomina vaśīkāra o completo dominio. En el sūtra siguiente se explica como puede adquirirse tal dominio de la mente —Cuando este estado ha sido alcanzado, no hay nada que sobrepase la capacidad de comprensión. La mente puede mantenerse y ayudar a comprender lo simple y lo complejo, lo infinito y lo infinitesimal, lo perceptible y lo imperceptible. Vyasa dice que penetrando hacia lo cada vez más sutil, o en la otra dirección hacia lo cada vez más grande, el poder del Yogui consiste en que su mente diáfana no puede ser impedida por nada. Su mente o ―lente‖, humano puede hacerse a voluntad microscópico o telescópico. Una mente de la cual se ha eliminado todo vestigio de prejuicio o inclinación personal, que siempre se renueva bajo la guía de una voluntad perfectamente despierta, es capaz de identificarse con toda vida y toda forma en el universo, y ―ver a Dios” en todas las cosas desde la más alta hasta la más baja. Todos hacemos esto en cierta medida muy limitada. La identificación por concentración es la raíz de la inspiración y del saber. Cuando se le preguntó a Newton cómo hacía sus descubrimientos, respondió que ―aplicando la mente a ellos‖. 137 Libro I 41. Aquel que ha controlado totalmente sus "vrittis" (modificaciones de la sustancia mental), llega a un estado de identificación y similitud con lo que ha conocido. El conocedor, el conocimiento y el campo del conocimiento se convierten en uno, así como el cristal toma los colores de lo que refleja. Este aforismo deriva lógicamente del anterior. El perfecto vidente abarca en su conciencia todo el campo del conocimiento, desde el punto de vista del observador o del perceptor y desde el ángulo de la identificación. Es uno con el átomo de sustancia, siendo capaz de conocer el universo más diminuto; es uno con el sistema solar, el más vasto universo que se le permite conocer en este ciclo mayor. Ve que su alma y al alma del átomo y del sistema son idénticas –en uno observa la potencialidad y (desde el punto de vista humano) en el otro un incomprensible orden que lleva a la perfección final. La actividad que mantiene a los electrones unidos alrededor de su centro, es reconocida como de naturaleza idéntica a la que mantiene a los planetas en sus órbitas alrededor del sol, y entre ambas manifestaciones divinas se halla toda la gama de formas. El estudiante ocultista debe comprender que las formas son diversas y numerosas, pero todas las almas son idénticas a la Superalma. El total conocimiento de la naturaleza, cualidad, clave y nota de un alma (de un átomo químico, una rosa, una perla, un hombre o un ángel) revelará a todas las almas existentes en la escala evolutiva. El proceso es el mismo para todas: Reconocimiento, es el empleo de los órganos de los sentidos, incluyendo el sexto, la mente, para apreciar la forma y sus elementos constituyentes. Concentración, es un acto de la voluntad mediante el cual la forma es rechazada por los sentidos, y el conocedor la trasciende y llega hasta aquello que vibra a tono con su propia a alma. Así llega al conocimiento –conocimiento de lo que la forma (o campo de conocimiento) trata de expresar- de su alma, clave o cualidad. Luego 138 Libro I sigue Contemplación, la identificación del conocedor con aquello dentro de sí mismo que es idéntico al alma dentro de la forma. Entonces los dos son uno, llegando a una total comprensión, Esto puede ser cultivado en forma muy práctica entre los seres humanos. Debe existir el reconocimiento del contacto producido entre dos personas que pueden verse, oírse y tocarse; el resultado es el reconocimiento superficial de la forma. Pero es posible otra etapa, donde el hombre va más allá de la forma y llega a percibir la cualidad de su hermano; puede así hacer contacto con ese aspecto de la conciencia análogo al suyo. Llega a ser consciente de la cualidad de la vida de su hermano, de la naturaleza de sus planes, aspiraciones, esperanzas y propósitos. Conoce a su hermano, y cuanto más se conozca a si mismo y a su propia alma, más profundamente podrá identificarse con su hermano y convertirse en lo que él es, conociendo y sintiendo como el alma de su hermano conoce y siente. Este es el significado de las palabras ocultas de la Epístola de San Juan: "Seremos como El porque Lo veremos como es". Sería conveniente repetir algunos sinónimos, que si los tenemos presentes, aclararán gran parte de las enseñanzas de los aforismos, y permitirán al estudiante aplicar en forma práctica en su propia vida: Espíritu ...... Alma ................ Cuerpo. Mónada ..... Ego .................. Personalidad. Yo divino ..... Yo superior ...... Yo inferior. Perceptor .... Percepción ...... Lo percibido. Conocedor … Conocimiento .. El campo del conocimiento. Pensador .....El pensamiento. La mente (el cristal) que refleja el pensamiento del pensador. Cuando la mente esta completamente inmóvil, se vuelve translúcida. Entonces puede suceder el estado extático, o samādhi. El proceso subyacente del éxtasis es aquel en que el objeto de concentración ha adquirido tanta importancia que la distinción entre objeto y sujeto se desvanece. Patanjali habla de esto como de la ―coincidencia‖ del sujeto que experimenta, el objeto experimenta139 Libro I do y el proceso de la experiencia, a los que se refiere respectivamente como ―captador‖ ―captado‖ y ―captación‖. También es de ayuda recordar que: 1. En el plano físico, el perceptor utiliza los cinco sentidos, a fin de llegar al campo del conocimiento. 2. Nuestros tres planos en los tres mundos constituyen el cuerpo físico denso de Aquel en Quien "vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser". 3. En el plano astral o emocional, el perceptor emplea los poderes inferiores de la clarividencia y clariaudiencia, y cuando son mal empleados revelan la serpiente en el jardín. 4. En el plano mental, el perceptor emplea la psicometría y la simbología (incluyendo numerología y geometría) para llegar a comprender los niveles mentales inferiores. 5. Únicamente cuando estos tres son, considerados como inferiores y que constituyen el aspecto forma, el perceptor llega a un estado en que comienza a comprender la naturaleza del alma y el verdadero significado de los aforismos 40 y 41. 6. Cuando ha alcanzado este punto, empieza a discriminar y a emplear la mente como sexto sentido, llegando por este medio a la cualidad subjetiva o vida, que está más allá del campo del conocimiento o forma, lo cual constituye la naturaleza del alma dentro de la forma, siendo potencialmente y de hecho, omnisciente y omnipresente. 7. Cuando ha llegado al alma de determinada forma y ha hecho contacto con ella, Por medio de su propia alma, descubre que todas las almas son una y que puede situarse fácilmente en el alma de un átomo o de un colibrí, o ampliar su conocimiento en otra dirección y saber que es uno con Dios y con todas las existencias superhumanas. 140 Libro I La mente se estabiliza, se fija en un solo objeto. Esta fijación, conforme se va acentuando, trae consigo la paulatina eliminación de todos los procesos mentales, salvo el correspondiente a la percepción del objeto, y se va produciendo el "teñimiento" o coloración de la mente por ese objeto, es decir, el hecho de que la conciencia, por decirlo así, se absorbe en el objeto o, en otros términos, que el objeto se apodera de, invade todo el campo de la conciencia. El teñimiento de la mente por el objeto se realiza sin intervención activa de la mente. La mente esta pasivamente frente al objeto y éste la tiñe. Este teñimiento es total. Este "objeto" es lo único que existe para la mente, es lo único que en ella se refleja, lo único que llega a ella, que existe para ella. Por esta razón, la mente y el objeto aunque son dos realidades separadas y diferentes, aparecen en la experiencia del místico yogui como amalgamadas, identificadas, unificadas. Sin embargo, la mente no es modificada al absorberse en el objeto. Para aquel cuya conducta se ha vuelto vacía y cristalina, ésta será como una piedra preciosa de alta calidad, con una elevada claridad y transparencia. No tiene nada propio que presentar, permanece absolutamente impersonal, a no ser su propia pureza. No tiene color, y por lo tanto no colorea la vista. Cuando alguien percibe algo ello tiene su color. Cada manera de percibir tiene su propio color. Cuando se hace una guirlanda de semejante piedra preciosa, es el hilo quien colorea la guirlanda y no la piedra preciosa. Si alguien lleva puesto un collar, este tiene el color del cuello y también tiene el color producido según el ángulo que haga con la luz según la refracción. Sin embargo no proyecta nada de sí misma, de su naturaleza personal. De manera parecida cuando una persona habla con un yogui realizado, el tema, el problema y la solución permanecen en la otra persona pero no en el yogui. Cuando una persona discute con él, es su propia lógica la que organiza para formar la respuesta lógica. Por esa razón los yoghis presentan soluciones y no problemas. Presentan soluciones pero no respuestas. No sufren las consecuencias porque presentan las secuencias de los demás. 141 Libro I 42. Cuando el perceptor mezcla la palabra, la idea (el significado) y el objeto, esto es denominado estado mental de razonamiento sensato. Patanjali amplía, en este aforismo y en el siguiente, la verdad formulada anteriormente (véase Af. 7) y enseña que la meditación es de dos tipos: 1. Con un objeto o con simiente, por lo tanto se emplea la mente razonadora sensatamente, el cuerpo mental con su facultad concretizadora y su capacidad de crear formas mentales. 2. Sin un objeto o sin simiente, empleando por consiguiente una facultad distinta, posible solo cuando se comprende y utiliza correctamente la mente concreta, lo cual implica la capacidad de aquietar "las modificaciones de la mente", chitta o sustancia mental, de manera que pueda tomar el matiz del conocimiento superior y reflejar las realidades superiores. El perceptor debe llegar a un conocimiento de las cosas sublimes por el proceso de percibir, ante todo, la forma externa, luego ir más allá de ella, llegar al estado interno de esa forma, a aquello que produce la exteriorización (fuerza de determinado tipo), hasta llegar finalmente a la causa de ambos. En este aforismo se los denomina: La idea .......... la causa detrás de la forma objetiva. La palabra .... el sonido que produce la forma. El objeto ....... la forma, producida por el sonido, para expresar la idea. Los estudiantes deben comprender que esto abarca el estado meditativo anterior, y debido a que en el proceso se utiliza la mente inferior, el método es separatista. Las cosas se separan en sus partes componentes, descubriéndose que son (como todo en la natu142 Libro I raleza) triples. Una vez que esto es captado, se evidencia el significado esotérico y la importancia de toda meditación, y se esclarece el método por el cual se desarrolla el esoterista. En el proceso de llegar a la comprensión de la naturaleza, el ocultista trabaja siempre hacia adentro, desde la forma externa, a fin de descubrir el sonido que la creó, o el conjunto de fuerzas que produjo la forma externa; cada conjunto de fuerzas tiene su propio sonido, producido por su interacción. Descubierto eso, penetra aún más hasta llegar a la causa, idea o pensamiento divino (que emana del Logos planetario o solar), el cual hizo surgir el sonido, produciendo así la forma. En el trabajo creador, el adepto comienza desde adentro y – conociendo la idea que trata de corporificar en una forma- emite ciertas palabras o sonidos, atrayendo ciertas fuerzas que producen (mediante su interacción) una forma de determinado tipo. Cuanto más elevado sea el nivel desde el cual trabaja el adepto, más elevadas serán las ideas que capta y más sencillos o sintéticos los sonidos que emite. Sin embargo, los estudiantes de Raja Yoga deben conocer los hechos elementales que conciernen a todas las formas y familiarizarse, durante la meditación, con la tarea de separar las triplicidades, a fin de poder hacer oportunamente contacto a voluntad, con cualquiera de los aspectos componentes. De esta manera se llega a comprender la naturaleza de la conciencia, porque el perceptor (entrenado en tales diferenciaciones) puede entrar en la conciencia de los átomos que componen cualquier forma tangible, introducirse más y penetrar en la conciencia de las energías que producen el cuerpo objetivo. Textualmente han sido denominadas "la Hueste de la Voz". Con el tiempo puede establecer contacto con la conciencia de esa Gran Vida responsable de la palabra original. Estas vidas constituyen los grandes jalones, pero entre ellas hay muchas graduaciones de vidas, responsables de los sonidos intermedios, con las cuales se puede hacerse contacto y conocerlas. 143 Libro I Por sonido se ha de entender la vibración de la palabra; por significado, la corriente nerviosa que transmite la vibración de la palabra a la mente; y por conocimiento, la respuesta que da la mente a la impresión recibida. A todas las modalidades de meditación a que hasta ahora nos hemos referido, las llama Patanjali Savitarka o sea meditaciones con interrogación, en las que el meditante mantiene la dualidad de sujeto y objeto, resultante de la entrefusión de la palabra, el significado y el conocimiento. Primero, la vibración externa, la palabra; después, el significado o corriente sensoria que conduce la vibración a la mente; y en tercer lugar, el conocimiento u ondulación de la mente que responde a la vibración de la palabra. Pero el producto de estos tres factores constituye lo que llamamos conocimiento. Vemos, por ejemplo, que aunque el sonido "vaca", el objeto "vaca" y el concepto "vaca" son cosas distintas, el proceso de conocimiento se produce sin distinguir entre ellas. Pues, cuando se las diferencia, las palabras, los objetos y los conceptos tienen propiedades distintas. Por tanto, los niveles de existencia son distintos. Cuando un yogui medita sobre un objeto, tal como una vaca, si éste surge en su samāpatti y se manifiesta como una construcción mental compuesta de sonido, contenido u objeto y concepto, este confuso estado de identificación completa se denomina savitarka (con reflexión). —Los tres componentes o "niveles", del conocimiento, según el vedānta, son: (1) śabda, que es el conocimiento puramente verbal o sonoro de la palabra; es la intuición sonora; (2) artha, es el conocimiento del contenido objetivo de ese término; es el conocimiento de la representación; (3) jñāna, es el conocimiento conceptual de ese término; el concepto. Ordinariamente, estos tres niveles de conocimiento van unidos, de modo que no podemos comprender un término sonoro sin que la memoria no le añada una representación objetiva y el correspondiente concepto universal. Tampoco podemos ver una representación sin añadirle el término verbal y el concepto correspondiente. Y, por último, cuando comprendemos un objeto, también le añadimos un nombre y una representación objetiva en la mayoría de los casos, 144 Libro I excepto cuando se trata de ideas. Cuando el yogui alcanza un samāpatti, o conocimiento en samādhi, en el que estos niveles de conocimiento no se desglosan y distinguen suficientemente, estamos ante un objeto denso o construcción mental. Este conocimiento es un conocimiento ilusorio, no real. Aunque creemos ver objetos singulares y concretos, lo único que vemos son objetos densos, representaciones, que solo son construcciones mentales, producto de la confusión y sobreimposición de los tres niveles de conocimiento ya citados. El estado de samādhi en el que la mente parece volverse una con el objeto, junto con su nombre y concepto, es la etapa más baja de samādhi; se trata del estado inferior porque el objeto grosero no se muestra ante la mente en su auténtica realidad, sino solo en la forma ilusoria y falsa en que se muestra en la vida corriente, asociada a su nombre y concepto. Este estado no difiere de los estados conceptuales ordinarios, en los cuales el objeto concreto no solo se asocia con los conceptos y sus nombres, sino también con otros conceptos y sus distintas relaciones; de esta forma, una vaca no solo se mostrará ante la mente con su concepto y nombre, sino también con otras relaciones y pensamientos asociados a la vaca, como por ejemplo: ―esto es una vaca, pertenece a este o a aquel, tiene mucho pelo, etc‖. Este estado es por tanto la primera etapa del samādhi, en el cual la mente no se ha establecido con firmeza y aún no ha ido más allá de la conciencia ordinaria. Vyasa dice: que el objeto y la idea del objeto, si bien diferentes entre si, no se perciben con precisión. “Cuando la mente se libra de los recuerdos de convenciones verbales, y la conciencia de trance está privada de las opciones de cogniciones inferenciales y verbales, el objeto hace su aparición en la mente en su propia naturaleza precisa (no mezclada con las palabras o el significado), y esta modificación mental se llama precisa. Esta es percepción superior”. 145 Libro I Las palabras y su significado existen para el yogui igual que existen para los demás, pero éste no se identifica con ellas de igual forma. Por ejemplo: cuando nuestra mujer está a kilómetros de distancia de nosotros y decimos: ―Es mi esposa‖, es sólo una palabra vacía de contenido. Para el yogui existe tal estado de palabra, pero su mente no reacciona respecto a la existencia positiva o negativa de palabras, significados ni objetivos. Este estado es el Samadhi que incluye la actividad psicológica. El yogui existe para todo el mundo, pero nada existe para él. El siguiente aforismo (meditación sin semilla) es superior a los anteriores. 146 Libro I 43. Se llega a la percepción sin un razonamiento sensato cuando la memoria ya no controla, entonces la palabra y el objeto son trascendidos y sólo la idea está presente. Esta condición es el estado meditativo "sin simiente", desprovisto de la acción razonadora de la mente y de su facultad de concretar. El objeto (traído a la conciencia mental por medio del recuerdo o memoria) ya no se tiene en cuenta, tampoco se oye la palabra que lo designa y expresa su poder. Se percibe únicamente la idea, de la cual los otros dos son expresiones; el perceptor entra en el reino de las ideas y de las causas. Esto es contemplación pura, desprovista de formas y de pensamientos. En tal condición, el perceptor observa el mundo de las causas; ve con clara visión los impulsos divinos; luego de contemplar el mecanismo interno del reino de Dios, refleja en el pasivo cuerpo mental o mente lo que ha visto, y ese cuerpo mental proyecta en el cerebro físico el conocimiento obtenido. El samadhi llamado "sin interrogación" se alcanza cuando la memoria está purificada o limpia de cualidades y sólo expresa el significado del objeto de meditación. Por la práctica del samadhi con interrogación, en que se entrefunden la palabra, el significado y el conocimiento, llegamos al estado en que no se entrefunden y podemos prescindir de ellos. Primero hemos de comprender qué son dichos tres factores. Recordemos el símil que compara la mente con la superficie de un lago, y la vibración, la palabra, el sonido con la impresión recibida por el agua. Cuando la mente está tranquila como las aguas de un lago sereno, al pronunciar alguien una palabra, por ejemplo, "vaca", la vibración de esta palabra se transmite por el nervio acústico al cerebro y del cerebro a la mente en cuya materia mental levanta una onda que representa la idea de la "vaca" el significado de la palabra y actúa en respuesta a la vibración recibida. En cuanto cesa la vibración de la palabra, cesa la 147 Libro I onda mental, que no puede existir sin una palabra que la levante. Se objetará que cómo esto es posible, por cuanto a veces pensamos en la "vaca " sin necesidad de oír la palabra; pero si bien reflexionamos nos convenceremos de que al pensar en una cosa pronunciamos mentalmente la palabra que la expresa, y levanta la correspondiente onda en la mente. No puede haber onda mental sin sonido que la suscite, sin vibración externa o interna, y al cesar la vibración cesa la onda. Pero ¿qué queda? E1 resultado de la reacción o respuesta, esto es, el conocimiento. Los tres factores están enlazados con tal intimidad en la mente, que no es posible separarlos. La vibración del sonido se transmite instantáneamente y en el mismo instante se levanta la onda en respuesta a la impresión. Se suceden tan celérrimamente uno a otro, que no es posible discernir uno de otro. Cuando se ha practicado durante algún tiempo esta clase de meditación se purifica la memoria, el receptáculo de todas las impresiones, y entonces podemos distinguir uno de otro los tres citados factores o elementos de la percepción. A esto se le llama nirvitarka o concentración sin interrogación. Smṛti es la única de las cinco modificaciones (vṛtti) que queda ahora en el practicante. Desaparecen de ella las asociaciones de palabras y las afirmaciones. En consecuencia, la mente reduce al mínimo su capacidad discursiva: cesa el conocimiento normal, como también cesan las ideas, los fantasmas de la imaginación y sus oscilaciones (vikalpa). Lo único que subsiste es la cosa en si, el objeto puro y simple, vacío de nombre y de conceptos. El objeto ya no es conocido por las asociaciones mentales y las vibraciones sensoriales, "ni es empobrecido por el proceso de abstracción habitual del pensamiento profano, sino que es captado directamente en su desnudez existencial, como dato concreto e irreducible. Generalmente, se recuerda el objeto con la sola mención de su nombre, y con el recuerdo del objeto también se recuerda el nombre (sea éste genérico o particular). En otras palabras, el nombre y 148 Libro I el objeto que indica aparecen juntos en el pensamiento, de forma inseparable. Pero el nombre y el objeto son dos entidades diferentes. La mezcla de ambos tiene lugar en los recuerdos a través de las impresiones latentes y el uso convencional. Mediante la práctica se puede contemplar a un objeto separado de su nombre, evitando así su mezcla. Esto es lo que se denomina ―purificación‖ de la mente respecto de los recuerdos de palabras y objetos mezclados. Tal conocimiento sin utilizar palabras es el conocimiento real del objeto, pues con las palabras se consideran muchas cosas inexistentes como existentes. Tomemos, por ejemplo, la expresión ―el tiempo no tiene principio ni fin‖. Esto se considera como verdadero. Pero ―sin principio‖ y ―sin fin‖ son conceptos negativos. No hay posibilidad de percibirlos directamente. El tiempo tiene, pues, la naturaleza de un recipiente. ―Sin principio‖, ―sin fin‖, ―tiempo‖ y otros términos similares originan solamente ilusiones verbales pues realmente no hay nada detrás que pueda ser percibido. Por tanto, en muchos casos, el conocimiento basado en palabras es ilusorio. Tal conocimiento no es ṛtaṃ (un hecho perceptual), sino sencillamente una sombra de satya (un hecho conceptual). El conocimiento derivado del testimonio y la inferencia es un conocimiento que se sirve de palabras; por tanto, las verdades que afirman no son siempre perceptibles. Por ejemplo, a partir de las afirmaciones de los sabios y de la inferencia se afirma que ―Brahman es real, de la naturaleza de la conciencia e infinito‖. ―Real‖ significa que en verdad existe. No se puede formar ningún concepto mental o sensible sobre palabras tales como ―real‖, ―infinito‖, etc. Así, excepto las palabras mismas, no hay nada en la ―realidad‖ o la ―infinitud‖ que pueda afirmarse mediante la percepción sensorial o comprenderse con la reflexión. Por tanto, el conocimiento mezclado con palabras que se deriva de la inferencia, el testimonio y la percepción directa ordinaria, no es puro, no es ṛtaṃ sin mezcla y libre de vikalpa. Vyasa dice que los objetos visibles del mundo consisten en diferentes agrupaciones de átomos. Cada una de estas agrupaciones tiene 149 Libro I una cualidad genérica que se infiere de su efecto visible, un substrato. Sin embargo, para el que no cree que este conjunto particular de átomos es una realidad independiente, y para quien la causa sutil no admite percepción, no hay desde luego ningún substrato; y por tanto casi todo conocimiento es falso, porque no tiene verdad y no posee la forma de lo real. De ahí que hay un substrato (independiente de las partes constitutivas), el cual es el objeto de la modificación mental PRECISA. Los recuerdos de palabras y sus significados tiene sus propias asociaciones para la persona que no es un yo yogui. Si un joven recién casado dice: ―mi esposa‖, esta palabra tiene su fragancia para él. La palabra y su significado letra en la fragancia de la presencia de su esposa. Esa misma palabra le trae un olor de tragedia a un viudo. Para aquel que podría a su mujer, esta misma palabra le huele a odio. Para él yogui no le huele a nada excepto a su propio significado. Para el joven que está abrazando a su mujer, la palabra y su significado desaparecen. En realidad él no tiene una idea de la forma ni del nombre de ella etcétera. De la misma manera, para él existe el contenido de la Creación, la Consciencia del Señor que se extiende por todos lados. Todas las sustancias, existencias, personas, nombres y diversas naturalezas dejan de existir para él. Este estado es el Samadhi que excluye la actividad psicológica. Los comentadores reclamaban que este segundo estado de Samadhi es más elevado que el descrito anteriormente. Patanjali no propone esto. Un comentario que ensombrece el texto es algo excesivo y es el resultado del excesivo entusiasmo. Hará un verdadero yogui no hay superior ni inferior, sino que todos los estados tienen su espacio en él. El yogui existe en cualquier estado según la necesidad. Por tanto para él no hay superior ni inferior y todo es la extensión de la Consciencia del señor en él. 150 Libro I 44. Ambos procesos de concentración, con o sin la acción sensata de la mente, pueden ser aplicados también a cosas sutiles. El significado de este aforismo está claro y no necesita explicaciones. La palabra "sutil" tiene un significado muy amplio, pero (desde el punto de vista de Patanjali) se aplica más frecuentemente a ese algo esencial, de lo cual somos conscientes después de haber empleado los cinco sentidos. Por ejemplo, la rosa es una forma objetiva tangible, su perfume es la "cosa sutil" tras la forma, la cual expresa su cualidad al esotérico, resultado de los elementos más sutiles que producen su manifestación. Los elementos más burdos producen la forma, pero dentro de la forma burda hay una más sutil, a la cual podemos llegar por la percepción aguda o un claro sentido. En el comentario de la traducción de Woods, tenemos palabras que dilucidan esto y si el estudiante avanzado medita, hallará que son de profundo significado oculto: "...el átomo de la tierra es producido por los cinco elementos del fuego, entre los cuales el elemento fuego del olor, predomina. Análogamente el átomo del agua es producido por los cuatro elementos del fuego, entre los cuales el elemento fuego del gusto, predomina. En forma similar el átomo del fuego es producido por los tres elementos del fuego, excluyendo los elementos fuego del olor y del gusto, entre los cuales predomina el del color. También el átomo del viento es producido por dos elementos del fuego, comenzando con el olor, y entre estos dos predomina el elemento fuego del tacto. Además el átomo del aire del elemento fuego es sólo sonido". Si esta idea la extendemos al macrocosmos, veremos que podemos meditar sobre la forma externa de Dios en la naturaleza, con o sin la acción cabal de la mente. Después de haber adquirido experiencia en la meditación y por un acto de la voluntad, el estudiante puede meditar sobre la naturaleza sutil subjetiva de Dios, 151 Libro I tal como se manifiesta bajo la gran Ley de Atracción, a la que se refiere el cristiano cuando afirma que "Dios es Amor". La naturaleza de Dios, la gran fuerza "amor" o atracción, es la causa de las "cosas sutiles" veladas por las cosas externas. Vyasa dice que la concentración es meditativa cuando el objeto sutil tiene características en manifestación y están presentes las limitaciones de conciencia en el espacio, en el tiempo y en la causa operativa. Se torna ultra-meditativa cuando se convierte en el objeto mismo y de este modo, como si dijéramos, se vacía de su propia índole. Las modificaciones mentales imprecisas y precisas tienen que operar sobre cosas espaciotemporales; las Meditativas y ultra-meditativas operan sobre los elementos sutiles. Así comprendemos que cuando trascendemos la acción razonadora, como lo hace un poeta, o un genio, entonces usamos un poder más cercano a la penetrante visión del Hombre Espiritual. 152 Libro I 45. Lo denso conduce a lo sutil; lo sutil lleva, por etapas sucesivas, al estado del ser espiritual puro llamado Pradhana. El estudiante debe recordar aquí los grados o etapas sucesivas que debe pasar, cuando penetra en lo más íntimo del corazón: 1. Lo denso .... forma, bhutas, envolturas racionales tangibles. 2. Lo sutil ....... la naturaleza o cualidades, los tanmatras, los indriyas o los sentidos, los órganos sensorios y lo que se siente. Éstos pueden ser aplicables a los planos de los tres mundos, que conciernen al hombre; tienen íntima relación con los pares de opuestos que él debe equilibrar en el plano emocional. Tras ellos tenemos ese estado equilibrado denominado Pradhana, que es la causa de lo que puede tocarse físicamente y percibir sutilmente. Este estado de equilibrio puede ser denominado sustancia primaria insoluble, materia unida al espíritu, no obstante indiferenciada, sin forma o marca alguna característica. Detrás de estos tres, tenemos nuevamente el Principio Absoluto, siendo los únicos que el hombre puede conocer mientras está en manifestación. Vivekananda en su comentario dice: "Los objetos densos constituyen los elementos y todo lo que se construye con ellos. Los cinco objetos son los Tanmatras o las cinco partículas. Los órganos, la mente (el conjunto de los sentidos), el egotismo, la sustancia mental (causa de toda manifestación), el estado de equilibrio de sattvas, rajas y tamas (las tres cualidades de la materia. A.A.B.) llamado Pradhana (Jefe), Prakriti (naturaleza) o Avyakta (in manifestado), los cuales están incluidos en la categoría de los cinco objetos, únicamente Purusha (el alma) queda exceptuada de esta definición." Vivekananda traduce evidentemente Purusha como "alma"; pero comúnmente se traduce como Espíritu y se refiere al primer aspecto. 153 Libro I Como se dijo antes, ascendemos desde las formas externas hacia las imágenes mentales, y desde las imágenes mentales a las ideas, cualidades y principios. Finalmente, hasta el substrato puro que sostiene a todas las cosas. A medida que ascendemos desde las cosas externas materiales que están señaladas por la separatividad, siendo ello su característica principal, como los guijarros se hallan separados entre sí; a medida que ascendemos, primero, a las imágenes mentales que se sobreponen y juntan lo mismo en el espacio que en el tiempo, luego a las ideas, a los principios, digamos finalmente a más puras esencias, acercándonos cada vez más a la unidad. O podemos ilustrar este asunto de la manera siguiente: el yo corpóreo y externo es de un todo distinto y separado en cada quien por la forma, el nombre, el sitio y la substancia; nuestro yo mental, de substancia más sutil, se une a los otros y se separa de ellos, se separan y se unen siempre, en constante conmoción e intercambio; nuestro yo espiritual alcanza la verdadera consciencia por la unidad, donde el muro de separación no existe ya entre nosotros y él más elevado, ni entré nosotros y los demás, llegamos a ser perfectos en el Uno. Los más altos bienes son poseídos por todas las almas puras, cuando están unidas. Así ascendemos de la separatividad a la verdadera individualidad en la unidad. 154 Libro I 46. Todo esto es meditación con simiente. Los cuatro últimos aforismos tratan de las fórmulas de concentración construidas alrededor de un objeto. Dicho objeto podrá concernir a lo sutil e intangible, desde el ángulo del plano físico, no obstante (desde el punto de vista del hombre real o espiritual) implica la realidad del no-yo, quien se ocupa de lo que (en cualquiera de sus aspectos) puede conducirlo a los reinos que no son primordialmente los del espíritu puro. Sin embargo, debe recordarse que las cuatro etapas son necesarias y deben preceder a todo otro conocimiento más espiritual. La mente del hombre no está constituida como para poder captar las cosas del espíritu. A medida que pasa de una etapa de meditación "con simiente" a otra, se acerca cada vez más á la fuente de todo conocimiento, y oportunamente se pondrá en contacto con aquello sobre lo cual medita. Entonces comprenderá la naturaleza del pensador como espíritu puro y desaparecerán pasos, etapas, objetos, simientes, órganos, formas (densas o sutiles) y sólo se conocerá el espíritu y también serán trascendidos el sentimiento y la mente, y sólo se verá a Dios Mismo; ya no se sentirán las vibraciones inferiores ni se verá el color; únicamente se conocerá la luz; desaparecerá la visión y sólo se oirá el sonido o palabra. Permanecerá el "Ojo de Shiva'', con el cual el vidente se identificará. En la cuádruple eliminación que antecede, se insinúan las etapas para llegar a la comprensión, que conducen al hombre fuera del mundo de la forma, al reino de lo amorfo. El estudiante hallará interesante comparar las cuatro etapas, por las cuales se desarrolla la meditación "con simiente", con las cuatro ya mencionadas. También podría indicarse que en cualquier meditación donde se reconoce la conciencia, está presente un objeto; en cualquier meditación donde el perceptor es consciente de lo que va a ver, todavía hay una percepción de la forma. Únicamente cuando se pierden de vista todas las formas y el campo de conocimiento, y se conoce el conocedor por lo que esencialmente es (estando sumer155 Libro I gido en la contemplación de su propia naturaleza espiritual pura), puede llegarse a la meditación ideal sin fórmula, sin simiente, sin objeto. En este punto fallan el lenguaje del ocultista y el del místico, porque el lenguaje concierne a la objetividad y su relación con el espíritu. Por lo tanto, esta condición superior de meditación es comparada al estado de sueño o trance, pero es la antítesis del sueño físico o del trance del médium, porque el hombre espiritual está plenamente despierto en esos planos que trascienden toda descripción. Es consciente plenamente de su Identidad directamente espiritual. Los estados de trabajo descritos en I.17-19 y I.42-45 son samādhis con semilla. Es interesante notar que los seis sutras descritos anteriormente pertenecen a funciones del cerebro. La fuente del análisis o su ausencia se hallan en el cerebro frontal. La fuente de la investigación y su ausencia se hallan en el cerebro posterior. El origen de la alegría (ānanda) se halla en la base del cerebro, y la individualidad (asmitā) en su cima del cerebro. Puesto que el pensamiento depende de un objeto, aunque éste sea sutil o incluso una idea simple, se encuentra limitado. En términos de Patanjali, hay ―semillas‖. La contemplación con semillas se relaciona con la cesación consciente del pensamiento (I.17) que deja huellas y, en consecuencia, depende de las impresiones subliminales. Los procesos cognoscitivos como las percepciones analítica, reflexiva, con alegría y egocéntrica, se basan en anteriores experiencias. Si se desea alcanzar la pura tranquilidad del yoga, tales experiencias deben cesar de producir nuevas experiencias. El Hombre Espiritual tiene todavía que obtener plenamente la consciencia de sí mismo, en su propio reino, despojado por entero de los velos psíquicos. 156 Libro I 47. Cuando se ha alcanzado este estado supercontemplativo, el yogui adquiere la comprensión espiritual pura, por medio de la quietud equilibrada de la sustancia mental o chitta. Las palabras sánscritas empleadas en este aforismo sólo pueden ser traducidas en términos claros, empleando ciertas frases que hacen más comprensible la versión. Textualmente podría decirse que el aforismo es así: "La clara perspicacia viene por la quietud de la mente o chitta". A este respecto debe recordarse que la idea implicada es la pureza, en su verdadero sentido, lo cual significa "libre de toda limitación", y por lo tanto constituye el logro del conocimiento espiritual. El resultado es contacto del alma con la mónada o espíritu, y el conocimiento de este contacto es trasmitido al cerebro físico. Esto es posible sólo en una etapa muy avanzada de la práctica de la yoga, cuando la sustancia mental está completamente aquietada. Se conoce el Padre en el Cielo, tal como lo revela el Hijo a la Madre. Sólo sattva (ritmo) se manifiesta, pues rajas (actividad) y tamas (inercia) han sido dominados y controlados. Debe recordarse que sattva se refiere al ritmo de las formas, donde actúa el yogui, y sólo cuándo expresan el más elevado de los tres gunas (o cualidades de la materia) se llega a conocer el aspecto espiritual o más elevado, Únicamente cuando rajas domina se conoce el segundo aspecto; sólo cuando tamas prevalece se conoce el aspecto inferior. Existe una interesante analogía entre el aspecto inercia (tamas) de la materia y la condición de los cuerpos del yogui, sumido en el samadhi más elevado Entonces el movimiento sáttvico o rítmico es tan completo, que al hombre común le parece haber logrado un estado de quietud, constituyendo la sublimación de la inercia o condición tamásica de la sustancia más densa. Serán de utilidad las palabras extraídas del comentario de este aforismo, en la traducción de Woods: 157 Libro I "Liberado de la oscuración causada por la impureza, sattva o sustancia pensante, cuya esencia es luz, afluye en continua diafanidad, no superada por rajas ni tamas. Esto es claridad. Cuando surge esta claridad en el estado equilibrado superreflexivo, el yogui alcanza la imperturbable calma interna, es decir, la visión del destello (sputa) de percepción interna, que no atraviesa sucesivamente un orden graduado (de los procesos comunes de la experiencia), teniendo por objetivo la cosa tal como realmente es... Impureza es el acrecentamiento de rajas y tamas. Es la contaminación, cuya característica distintiva es oscuración. Claridad es estar libre de esto". El hombre ha logrado (gracias a la disciplina y la práctica de los métodos de yoga y por la perseverancia en la meditación) desligarse de todas las formas e identificarse con lo amorfo. Ha llegado al centro del corazón de su ser. Desde este punto de comprensión espiritual pura, puede actuar acrecentadamente en el futuro. Con la práctica, fortalece esa comprensión, de manera que contempla toda vida, trabajo y circunstancias, como una procesión pasajera que no le concierne. Sin embargo, puede dirigir sobre ellos el faro del espíritu puro; él mismo es luz, se conoce a sí mismo como parte de la "Luz del mundo" y "en esa luz verá la luz". Conoce las cosas tal cual son, y se da cuenta que todo lo que hasta entonces ha considerado como real, sólo es ilusión. Ha horadado el gran maya y lo ha sobrepasado, llega hasta la luz que lo produce, y no le es posible en el futuro cometer errores; su sentido de los valores es correcto, y su sentido de proporción exacto. No está sujeto al engaño, sino libre de la ilusión. Cuando este punto es comprendido ya no le afecta el dolor ni el placer, sumergiéndose en la beatitud qué otorga la comprensión de sí mismo. Cuando surge esta transparencia ultrarreflexiva en el, el yogui logra una firme paz interior que se transforma en la mas luminosa y brillante luz de conocimiento instantáneo acerca del objeto en su 158 Libro I auténtica naturaleza, es decir, sin secuencia temporal y en todos sus aspectos. En este sentido, se ha afirmado: ―igual que la persona que ha subido la montaña contempla a los que se encuentran en el valle, el yogui que ha logrado la inalterable paz interior y se encuentra liberado del dolor, contempla el sufrimiento de los demás seres‖. El Maestro K. H. dice que esta lucidez es alcanzable por la mayoría de los hombres y no un don especial, sino el fruto del trabajo constante. Cuando pensamos en algo, ese algo existe como un objeto y es algo objetivo para nuestra mente. Eso significa que esta separado de nuestra subjetividad y por tanto existe como ―no yo‖ para nosotros. Cuando se medita en su naturaleza, empiezan a desprenderse su nombre y sus diversas cualidades. Su naturaleza existe como una necesidad de lo demás. Cuando desaparecen los medios de identificación, entonces existe para nosotros su naturaleza básica. Cuando somos adeptos o expertos en desprender incluso su naturaleza-semilla de nuestra cognición, nuestro concepto se queda entonces en nuestro ser y existe como nuestro ser, como nuestro ―yo‖ o como nosotros mismos. Cuando se llega a realizar este proceso con desahogo, uno experimenta la tranquilidad. Ese algo existe en un lugar de nuestra mente y su contenido o significado es eso mismo. Eso mismo significa nosotros mismos en ese estado. Eso es lo que se llama Atman él (Espíritu Universal) entonces la estabilidad de la mente se hace absolutamente estable. 159 Libro I 48. Su percepción es ahora infaliblemente exacta, o su mente revela únicamente la Verdad. Se han trascrito ambas traducciones, pues parece que juntas dan una idea más real que separadas. La palabra "exacta" se emplea en su sentido oculto y se refiere a la forma en que el Perceptor observa los fenómenos. El mundo de ilusión o mundo de la forma, debe ser conocido con exactitud. Significa, literalmente, que debe apreciarse la relación de cada forma con su nombre o palabra original. Cuando culmine el proceso evolutivo, cada forma de manifestación divina deberá responder exactamente a su nombre, o a la palabra que estableció el impulso original y trajo así una vida a la existencia. En consecuencia, en la primera traducción se hace resaltar esta idea y se indican los tres factores, 1. la idea, 2. la palabra, 3. la forma resultante, que inevitablemente traen consigo otra triplicidad, 1. el tiempo que conecta a las tres, 2. el espacio que produce a las tres, 3. la evolución, el proceso de producción. Uno de sus resultados es la demostración de la ley y el exacto cumplimiento del propósito de Dios. Esto lo comprende el yogui que ha logrado eliminar de su conciencia todas las formas y ha percibido todo lo que se halla detrás de las formas. La segunda traducción revela cómo lo hace. Como la sustancia mental está perfectamente aquietada y el hombre polarizado en ese factor que no es la mente, ni ninguna de las envolturas, puede trasmitir al cerebro físico, inequívocamente, con exactitud y sin errores, lo percibido en la Luz del Shekinah, procedente del Sánctum Santorum, donde el hombre ha conseguido penetrar. Se conoce la verdad y queda revelada la causa de todas las formas en todos los 160 Libro I reinos de la naturaleza. Ésta es la revelación de la verdadera magia, la clave de la gran obra mágica en la que todos los verdaderos yoguis y adeptos participan. En contraposición al modo gradual en que se adquiere el conocimiento ordinario, la penetración gnóstica (prajñā) nacida del más elevado éxtasis surge como un ―destello‖ completa en sí misma y fuera de toda progresión. Se revela el objeto en su esencia y por esa razón se dice ―que lleva en si la verdad‖, es decir, genuinamente infalible. El objeto es conocido como es en si, de una vez por todas, por medio de una inmediata y pura apercepción sin lugar a error. Prajñā es la transparencia, es como una visión mediante la cual la mente pura y atenta capta al objeto en su totalidad, en forma no discursiva y simultáneamente. Estas características corresponden a las características del conocimiento intuitivo según la concepción occidental. No todo conocimiento intuitivo es portador en si o consigo de la verdad; únicamente la prajñā yóguica, o sea, aquella que se da en la etapa del proceso yóguico que inmediatamente precede la represión total y absoluta de todas las actividades de la mente. La mente, por un largo trabajo de análisis, ha ido particularizando todos los detalles y elementos componentes del objeto, que luego capta en su totalidad y simultáneamente en el acto del conocimiento intuitivo. Toda dualidad y toda relatividad se desvanecen. La intuición entonces, reemplaza a todas las demás formas de conocimiento. Este conocimiento (prajñā) es un componente esencial del Yoga y comprende tres grados o niveles. El primero es seguir las instrucciones de las escrituras y de los maestros; el segundo es la superación mediante razonamiento e inferencia de las objeciones a las enseñanzas que han sido estudiadas, y la adecuada afirmación en ellas; el tercero es el entusiasmo en la práctica constante de la meditación sobre aquello que ha sido establecido en los dos pasos anteriores. Perfeccionando el conocimiento con estos tres métodos, el yogui alcanza el estado de Yoga. 161 Libro I El estudiante se ha convertido en su ―guerrero interno‖, quien es incapaz de dar un golpe en falso, porque es infinitamente más sabio y fuerte que su representante humano. ―El es tu propio ser, mientras tú eres finito y sujeto a error. El es eterno y seguro. El es la verdad eterna‖. Sólo este hombre espiritual puede captar la Verdad, Dios, la Realidad; nunca podrá captarla nada inferior a él. Como dice Robert Broewning: ―La Verdad está dentro de nosotros; no proviene de cosas externas, aunque así lo creas. Existe un centro íntimo en nosotros, donde la verdad mora en su plenitud; y el saber consiste más bien en encontrar un camino por el cual pueda escaparse el esplendor aprisionado, que en abrirle entrada a una luz que se supone está afuera‖. 162 Libro I 49. Esta percepción particular es excepcional y revela lo que la mente razonadora, mediante el testimonio, la inferencia y la deducción, no puede revelar. Este aforismo significaría que la mente del hombre, en sus diversos aspectos y empleos, puede revelar las cosas que conciernen a la objetividad; pero únicamente la identificación con el espíritu puede revelar la naturaleza y el mundo del espíritu, "Ningún hombre ha visto a Dios en momento alguno; el único Hijo Unigénito, que mora en el seno del Padre, Lo ha revelado". Hasta que el hombre se reconozca como un Hijo de Dios, hasta que el Cristo se manifieste en el hombre y la vida crística alcance plena expresión, hasta que el hombre sea uno con la realidad espiritual interna, su verdadero Yo, será imposible obtener el conocimiento específico aquí referido (conocimiento de Dios y del espíritu, independiente de la materia o forma). El testimonio de las edades señala la existencia de una fuerza o vida espiritual en el mundo; de la experiencia extraída de la vida de millones de seres se infiere que el espíritu existe; de la consideración del mundo o gran maya, se deduce que una causa existente y persistente por sí misma, está. detrás de ese maya. Sin, embargo, sólo el hombre capaz de trascender todas las formas y las limitaciones en los tres mundos (mente, emoción y las cosas de los sentidos, o "el mundo, el demonio y la carne") puede saber, más allá de toda controversia y argumento, que Dios es y que él mismos es Dios. Entonces conoce la verdad y la verdad lo libera. El campo del conocimiento, los instrumentos de conocimiento y el conocimiento mismo son trascendidos, y el yogui llega al gran conocimiento de que sólo existe Dios, de que Su vida es Una y que palpita en el átomo microscópico y también en el átomo macrocósmico. Con esta Vida él se identifica. La descubre en el corazón de su propio ser, y allí puede fusionarse con la vida de Dios, tal como existe en el último átomo primordial, o puede expandir su conocimiento, hasta conocerse a sí mismo como la vida del sistema solar. 163 Libro I Denota este aforismo que hemos de adquirir el conocimiento de los objetos ordinarios por directa percepción, por lo que de esta percepción infiramos o por el testimonio de quienes sean competentes. Los yoguis sólo consideran competentes a los Adeptos y Maestros de Sabiduría, videntes de los pensamientos expuestos en los Vedas. Según los yoguis, la única prueba de las Escrituras es que son el testimonio de personas competentes, aunque añaden que las Escrituras no pueden conducirnos al conocimiento. Podemos leer todos los Vedas y sin embargo no conocer nada, pues para llegar al conocimiento hemos de practicar sus enseñanzas y entonces alcanzaremos aquel estado en que se realiza lo que dicen las Escrituras, el testimonio ajeno, por muy superior que sea, no es suficiente para alcanzar la verdad y la liberación. Esto es lo que significa el aforismo. La práctica, el conocimiento real es la verdadera religión. Todo lo demás sólo sirve de preparación. Escuchar conferencias, leer libros o razonar no es más que preparar el terreno; pero no es el Camino. El asentimiento intelectual o el disentimiento intelectual no es suficiente. La idea céntrica de los yoguis es que así como nos ponemos en directo contacto con los objetos de los sentidos, así la ―religión‖ puede percibirse directamente por un mucho más intenso sentido. Las verdades de la religión, como Dios y el alma, no pueden percibirse por los sentidos externos. No puedo ver a Dios con mis ojos ni tocarlo con mis manos, y también sabemos que no podemos razonar más allá de los sentidos. La razón nos deja en un punto completamente indeciso. Podemos estar razonando toda la vida, como las gentes han estado razonando durante millares de años, y el resultado ha sido que nos vemos incompetentes para aprobar o desaprobar los hechos relativos a la Verdad. Tomamos por base lo que percibimos directamente y sobre esta base razonamos. Por lo tanto, es evidente que el razonamiento se mantiene entre los límites de la percepción y no puede ir más allá, y en consecuencia el campo del verdadero conocimiento transciende la percepción sensoria. Los yoguis afirman que el hombre puede trascender el campo de su percepción sensoria y también 164 Libro I el de su razón. El hombre tiene en sí la facultad, la potencia de trascender su intelecto, y esta potencia la posee todo ser humano. Por medio de la práctica de la Yoga se actualiza dicha potencia, y entonces el hombre transciende los ordinarios límites de la razón y percibe directamente cosas que están más allá de la razón. 165 Libro I 50. Es hostil a las demás impresiones o las reemplaza. Antes de alcanzar la verdadera percepción, el observador ha dependido, para comprobar la verdad, de tres métodos, limitados e imperfectos, que son: 1. Las percepciones sensorias. Por este método el morador en el cuerpo comprueba la naturaleza del mundo objetivo, valiéndose de sus cinco sentidos, Conoce la objetividad y tangibilidad a medida que oye, ve, toca, gusta y huele las cosas del mundo físico. Sin embargo, se ocupa de los efectos que produce la vida subjetiva; pero no tiene indicios de las causas o las energías subjetivas, de las cuales aquellos son el producto. En consecuencia, la interpretación de los mismos es falsa, lo conduce a una identificación errónea y a una serie de valores equívocos. 2. La percepción mental. A través de la mente, el observador es consciente de otros grados de fenómenos; se pone en armonía con el mundo del pensamiento, o con esa condición de la sustancia donde se registran los impulsos mentales de nuestro planeta y de sus habitantes, lo mismo que con las formas creadas por estos impulsos vibratorios que expresan ciertas ideas y deseos –y en la actualidad principalmente estos últimos. Debido a la errónea percepción resultante del empleo de los sentidos y de la equívoca interpretación de las cosas percibidas, tales formas mentales son en sí deformaciones de la realidad y expresan únicamente los bajos impulsos y reacciones que emanan de los reinos inferiores de la naturaleza. Debe recordarse que sólo cuando el individuo comienza a emplear realmente su cuerpo mental (en vez de ser empleado por éste) hace contacto con las formas mentales creadas por los guías de la raza, percibiéndolas con toda exactitud. 166 Libro I 3. El estado supercontemplativo. En esta condición la percepción es infaliblemente correcta y los otros métodos de visión se observan en su correcta proporción. El observador ya no necesita de los sentidos, excepto para efectuar en los planos respectivos su trabajo constructivo. Entonces posee una facultad que lo salvaguarda de todo error y un sentido que le revela únicamente las cosas tal cual son. Las condiciones que rigen este estado se pueden enumerar como: a. El hombre está polarizado en su naturaleza espiritual. b. Se reconoce y actúa como el alma, el Cristo. c. La sustancia mental o chitta se halla en estado de quietud. d. El sutratma o hilo funciona adecuadamente; sus cuerpos inferiores están alineados, y se produce un canal directo de comunicación con el cerebro físico. e. El cerebro está entrenado para servir únicamente como delicado receptor de las impresiones de la verdad, f. El tercer ojo está en proceso de desarrollarse. Más tarde, a medida que se despiertan los centros y son controlados conscientemente, ponen al hombre en armonía con los diversos septenarios de energía, en los siete planos del sistema; debido a que se desarrolla la facultad de percibir la verdad, el hombre está protegido del error y del peligro. Esto lo ha expresado clara y hábilmente Charles Johnston al comentar este aforismo: "Cada estado o campo de la mente, cada campo de conocimiento (por así decirlo) alcanzado por las energías mental y emocional, es un estado síquico, así como la imagen mental de un escenario y los actores, es un estado o campo síquico. Cuando la vi167 Libro I sión pura del poeta, del filósofo, del santo, abarca todo el campo, las imágenes y visiones menores son todas desalojadas. Esta elevada conciencia desplaza a todas las conciencias menores. No obstante, en cierto sentido, lo que se ve como parte, aún en la visión de un sabio, contiene todavía un elemento de ilusión, un sutil velo síquico, no importa cuán puro y luminoso sea. Es el último y más elevado estado síquico". Cuando el yogui ha alcanzado el conocimiento en samādhi, el saṃskāra que este conocimiento produce se multiplica sin cesar. El conocimiento debe producir su huella (saṃskāra). A medida que este conocimiento se prolonga, este saṃskāra especial aumenta. Pero el producto de este conocimiento que se genera de la meditación sobre el objeto, es diferente de sí mismo. El saṃskāra producido por el conocimiento que posee la verdad, suprime el antiguo depósito acumulado de los saṃskāras ordinarios; puede hacerlo así porque esta producido por un objeto diferente, que es el objeto "tal cual es". El depósito acumulado recibe ese nombre, "permanece allí", hasta la liberación. Cuando el depósito acumulado de los saṃskāras activadores ha sido superado por el saṃskāra del conocimiento en samādhi, ya no surge ningún vṛtti de él. Por tanto, cuando las modificaciones exteriores se han inhibido por completo, el samādhi cognitivo se convierte para el yogui en algo habitual. De este samādhi surge prajñā, y de prajñā se deriva otro saṃskāra (del mismo tipo). La aparición del conocimiento de puruṣa (Alma) y la existencia de saṃskāras es una contradicción. Quien no tenga sed en absoluto no deseará beber. Del mismo modo, al contemplar a puruṣa, nada le queda a la mente por hacer, y nadie siente que deba hacer algo que ya esta hecho. Podemos poner el ejemplo de varios ríos, los cuales son rías antes de llegar al océano, siendo cada uno de ellos diferentes antes de llegar al mar. Desde el momento en que llegan al océano, es el océano el que existe, no ya los ríos. De modo parecido, todas las asociaciones pierden su identidad y se identifican con la Verdad. 168 Libro I 51. Cuando este estado de percepción se ha refrenado o es reemplazado, se alcanza el estado puro de Samadhi (sin semilla). El gran instructor Patanjali, después de guiarnos por las distintas etapas de la conciencia en expansión, desde la meditación -"con simiente" a ésa donde los sentidos y la mente son reemplazados, nos conduce a ese estado del que no tenemos terminología adecuada para describirlo. El yogui de Oriente aplica la palabra samadhi a ese estado de conciencia en que hace contacto, ve y conoce el mundo donde actúa el hombre espiritual y los planos y campos amorfos de nuestro sistema solar. El vidente, empleando el instrumento que se le ha proporcionado, hace contacto, a voluntad, con el campo de conocimiento de los tres mundos, el reino de maya y de la ilusión; pero se le abre un nuevo mundo en e! cual ve que su conciencia es una con todas las demás energías o expresiones conscientes de la Vida divina. Se descorre el último velo de la ilusión; ve la gran herejía de la separatividad en su naturaleza real, y el vidente puede decir con Cristo: "Pero no ruego solamente por éstos, sino también por quienes han de creer en mí a través de su palabra; para que todos sean uno, como Tú, oh Padre en mí y yo en ti, que también ellos sean uno con nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste. La gloria que me diste yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos y Tú en mí, para que sean perfectos en la unidad, para que el mundo conozca que Tú me enviaste y que los has amado a ellos como también a mí me has amado." (Jn. 17: 20-2,3). Sería un error considerar este Samadhi sin semilla como un simple ―trance‖ en el cual la conciencia estuviera vacía de su contenido. En efecto, no es el ―vacío absoluto‖. El ―estado‖ y el ―conocimiento‖ que, a la vez, indica esta palabra, se refieren a la ausencia total de los objetos de la conciencia, y no a una conciencia absolu169 Libro I tamente vacía. Pues la conciencia, por el contrario, está llena, en este momento, llena hasta la saturación de una intuición total y directa del Ser. Fijada en el samādhi, la conciencia (citta) puede tener ahora la revelación inmediata del Alma (puruṣa). Por el solo hecho de que esta conciencia se realiza, es abolido el dolor de la existencia. —Raja-Yoga es la eliminación progresiva del complejo mental (citta) con el fin de obtener la pura conciencia de si mismo. En este estado sólo permanece el depósito subliminal de la conciencia empírica. Como se ha explicado en conexión con el aforismo I.18, el entramado de activadores subliminales es la fuerza responsable de la producción de los distintos estados de conciencia y, por tanto, la última fase del proceso yóguico de involución debe ser la destrucción de esta misma red subconsciente. Recordemos que la finalidad de todos nuestros esfuerzos es la visión del Yo en sí mismo. No podemos percibir directamente el Yo porque está mezclado con la materia, con la mente y con el cuerpo. El ignorante cree que su cuerpo es el Yo y el hombre culto se figura que su Yo es la mente, pero ambos yerran. ¿Por qué el Yo, el alma humana se mezcla con la materia, la mente y el cuerpo? Diferentes ondulaciones del chitta se levantan y envuelven el alma. Sólo vemos a través de dichas ondulaciones un débil reflejo del alma. Por tanto, si la ondulación es de cólera vemos el alma colérica, y el hombre dice: "Estoy colérico." Si la ondulación es de amor, nos vemos reflejados en ella y decimos que amamos. Si la ondulación es de flaqueza, el alma se refleja en ella y nos sentimos débiles. Estas diversas ideas provienen de las impresiones que cubren el alma. La verdadera naturaleza del alma no se podrá percibir mientras haya la más leve ondulación en el lago De chitta. Hasta que no cesen las ondulaciones no se podrá percibir la verdadera naturaleza del alma. Así es que Patanjali nos enseña primero el significado de las ondulaciones; en segundo lugar, el mejor medio de reprimirlas; y terceramente, cómo hacer una ondulación tan intensa que contrarreste y anule todas las demás impresiones, 170 Libro I o como si dijéramos que el fuego devore al fuego. Cuando sólo quede una ondulación o sea una impresión, fácil también será reprimirla y una vez reprimida, se alcanza el estado de samadhi sin semilla, que no deja impresión alguna, y el alma se manifiesta tal como es, en todo su esplendor. Sólo entonces reconocemos que el alma no es un compuesto, sino la eterna substancia simple del universo, y como tal no puede nacer ni puede morir. Es inmortal, indestructible, la siempre viva esencia de la inteligencia. Como dice Vyasa: ―Cuando la mente cesa de actuar más, el Espíritu permanece en su propio ser verdadero, absolutamente libre y suelto; a esto se le llama MUKTA‖, es la Verdad sin semilla. Por fin queda, en libertad el Espíritu, y el hombre entra, en su propio reino. Así termina el Libro Primero, en el cual se describen los estados de meditación, el objeto y la explicación de Yoga, sus medios y sus clases. El Libro Segundo describe la práctica de Yoga, los pasos hacia, la Unión, los medios de crecimiento del alma, y, en muchos sentidos, es el más práctico y comprensible de los cuatro Libros de esta gran obra. 171 172 LOS AFORISMOS DE LA YOGA DE PATANJALI SEGUNDO LIBRO “Sadhana Pada” 55 Sutras Los Pasos Hacia la Unión. c. Los cinco obstáculos y su eliminación. d. Definición de los ocho métodos. Tema: Los métodos de realización. Disminución de las causas mas evidentes de aflicción (II.1-II.9) 1. La yoga de acción, que conduce a la unión con el alma, es aspiración ardiente, lectura espiritual y devoción a Ishvara. Tengamos presente que comenzaremos el Libro Segundo, donde se delinea la parte práctica del trabajo, que proporciona las reglas a seguir, si el aspirante quiere alcanzar la meta, e indica los métodos que traerán el conocimiento de la conciencia espiritual. En el Libro Primero se trató el objetivo. Al finalizar el Libro Primero el aspirante lógicamente exclama: Cuán bueno y deseable es, pero ¿cómo se logra, qué debo hacer, dónde comenzaré? Patanjali empieza por el principio, y en el Libro Segundo indica: 1. Los requisitos básicos de la personalidad. 2. Los obstáculos que pueden ser observados por el discípulo decidido. 3. Los ocho "métodos de yoga" o los ocho tipos de actividad, que traerán los resultados necesarios. 173 La misma sencillez de este delineamiento hace que tenga un valor extremadamente grande; no hay confusión ni disertaciones complejas sino una exposición clara y simple de los requisitos. Sería conveniente tratar aquí las distintas yogas, a fin de dar al estudiante un claro concepto respecto a sus diferencias y cultivar así la discriminación. Tres son las principales yogas, las demás forman parte de uno de estos grupos: 1. Raja Yoga .............. 2. Bhakti Yoga .......... 3. Karma Yoga .......... la yoga de la mente o de la voluntad. la yoga del corazón o del devoto. la yoga de la acción. Raja Yoga se destaca por sí misma, y de todas las yogas es la soberana; es el resumen de las demás, la culminación y lo que completa la tarea de desenvolvimiento del reino humano. Es la ciencia de la mente y la voluntad plena de propósito, y somete la envoltura superior del hombre en los tres mundos, al Regidor interno. Esta ciencia coordina al triple hombre inferior, obligándolo a adoptar la posición de que sólo es el vehículo para el alma o Dios interno. Incluye las demás yogas, y se beneficia de sus realizaciones. Sintetiza el trabajo de la evolución y corona al hombre como rey. Bhakti Yoga es la yoga del corazón; consiste en someter todos los sentimientos, deseos y emociones al bienamado, visto y conocido en el corazón. Es la sublimación de todos los amores inferiores y el sometimiento de todos los anhelos y deseos, por el único anhelo de conocer el Dios del amor y el amor de Dios. Bhakti Yoga fue la "soberana" ciencia de la última raza raíz, la atlante, así como Raja Yoga es la gran ciencia de nuestra civilización. Bhakti Yoga hacía de cada exponente un arhat o lo conducía a la cuarta iniciación; Raja Yoga los convierte en adeptos y los lleva al portal de la quinta iniciación. Ambas conducen a la liberación, porque los arhats se liberan del ciclo de renacimiento, pero el Raja Yoga les otorga la libertad para prestar un total servicio y trabajar como Magos Blancos. Bhakti Yoga es la yoga del corazón y del cuerpo astral. 174 Libro II Karma Yoga tiene una relación específica con la actividad del plano físico y con la transformación de los impulsos internos en manifestación objetiva. En su forma más antigua y simple, fue la yoga de la tercera raza raíz, lemuriana, y sus dos expresiones más conocidas son: a. hatha yoga y b. laya yoga. Una tiene que ver específicamente con el cuerpo físico, su actuación consciente (no subconsciente ni automática), y las diversas prácticas que dan al hombre dominio sobre los diferentes órganos y el entero mecanismo del cuerpo físico. La otra tiene que ver con el cuerpo etérico, con los centros de fuerza o chakras de ese cuerpo, con la distribución de corrientes de fuerza y con, el despertar del fuego serpentino. Si dividirnos el torso humano en tres secciones, podemos establecer que: 1. Karma Yoga dio por resultado el despertar de los cuatro centros, situados abajo del diafragma. 2. Bhakti Yoga dio por resultado su transmutación y transferencia a los dos centros ubicados arriba del diafragma, el cardíaco y el laríngeo, en el torso. 3. Raja Yoga sintetiza todas las fuerzas del cuerpo en la cabeza, y desde allí las distribuye y controla. Raja Yoga, de la cual Patanjali se ocupa principalmente, incluye los efectos de las otras. Sólo es posible su práctica después de haber sido aplicadas las demás, aunque no precisamente en esta vida. La evolución ha permitido que todos los hijos de los hombres (preparados para ser chelas o discípulos) pasen a través de las distintas razas, y en la raza lemuria (o en la cadena precedente o cielo mayor) todos fueron yoguis de Hatha y Laya Yoga. Esto dio por resultado el desarrollo y control del doble cuerpo físico: el denso y el etérico. 175 Libro II Al pasar por la raza atlante se desarrolló el cuerpo astral o de deseos. La flor de esa raza fueron los verdaderos hijos y devotos de Bhakti Yoga. Ahora, en la raza actual, el más elevado de los tres cuerpos debe ser llevado a su pleno desarrollo, y Raja Yoga está destinado a hacerlo, siendo ésta la finalidad del, trabajo de Patanjali. La raza actual contribuirá a la economía general con este mas pleno desenvolvimiento, y todos los miembros de la familia humana (a excepción de un porcentaje que vino demasiado tarde para alcanzar el pleno florecimiento del alma) se manifestarán como hijos de Dios, con poderes divinos desarrollados y utilizados conscientemente en el plano y cuerpo físicos. Según Patanjali tres cosas efectuarán esto, conjuntamente con la práctica de ciertos métodos y reglas, y son: 1. Ardiente aspiración, la dominación del hombre físico de manera que cada átomo de su cuerpo arda en esfuerzo y fervor. 2. Lectura espiritual, se refiere a la capacidad del cuerpo mental para ver detrás del símbolo, o hacer contacto con lo subjetivo detrás del objeto. 3. Devoción a Ishvara, se relaciona con el cuerpo astral o emocional, la entrega del corazón en amor a Dios –Dios en su propio corazón, Dios en el corazón de su hermano y Dios visto en todas las formas. Aspiración ardiente es la sublimación del Karma Yoga. Devoción a Ishvara es la sublimación del Bhakti Yoga, mientras que la lectura espiritual es el primer paso hacia el Raja Yoga. La práctica del yoga incluye la acción, el logro, la realización y la transformación. Aquí se explica el primero de estos pasos, que incluye tres tipos de acción: 1º- La aspiración ardiente: todo esfuerzo en una dirección determinada produce fuego en uno de los tres planos. En el plano físico produce calor que es el fuego por fricción. En el plano men176 Libro II tal produce actividad o fuego por liberación. En el plano espiritual produce luz o fuego por radiación. En él plano físico se manifiesta como fuerza. En el plano mental se manifiesta como energía. En el plano espiritual se manifiesta como iluminación. La regulación del quehacer diario para transformar la actividad de la consciencia desde el plano fisco a los planos mental y espiritual se llama tapas o aspiración ardiente. Esta se lleva a cabo a tres niveles: - a nivel corporal, - a nivel vocal y - a nivel de pensamiento. Primero la aspiración a nivel corporal incluye los actos siguientes: El servicio a los Devas, a su plan, a aquellos que siguen el plan y a aquellos que conocen el plan, como por ejemplo, purificar el cuerpo a diario y regular la alimentación, las horas de sueño y el trabajo observar pureza en la vida sexual, tener una actitud de no violencia y comportarse con rectitud con los temas. Dos la aspiración a nivel vocal incluye las siguientes prácticas: El arte de conversar que no estimula las emociones densas, diciendo la verdad de una manera útil y agradable en sintonía con las Escrituras Sagradas. Tercero la aspiración a nivel de pensamiento incluye las prácticas siguientes: La tranquilidad de la mente, la ternura de sentimientos, el silencio hacia las cosas que no se necesitan, una actividad controlada y una purificación de los sentimientos de afección. 2º- La práctica de las Escrituras Sagradas, que es el segundo paso del yoga de la acción. Las escrituras sagradas de todas las naciones tienen la sabiduría eterna de la humanidad y le transmiten la palabra sagrada OM a todos los individuos. La lectura espiritual nos eleva y purifica la mente, ya que la energía sigue al pensamiento. Mediante la lectura espiritual las zonas mentales superiores se alimentan y se fortifican estableciendo un nuevo ritmo superior de pensamiento y comprensión. A sí mismo, la lectura también se refiere a la atenta observancia del mundo del alma en las circunstancias de la vida diaria. A no ser que se practique este 177 Libro II segundo paso de yoga no es posible cambiar la consciencia de la naturaleza inferior a la superior. El secreto del descenso del señor a la creación para establecer la ley repetidamente a través del tiempo sólo se hará familiar en términos comprensibles mediante las Escrituras Sagradas. (Claro está que la formación que proporcionan las diversas escuelas viciosas del mundo no tiene nada que ver con el contenido de las escrituras sagradas.) 3º- La Entrega Total de la naturaleza inferior a la Consciencia del Señor. "Devoción a Ishvara‖ es un término amplio y general que abarca la relación del yo personal con el yo superior, Ishvara o principio crístico en el corazón. Incluye también la relación de Ishvara individual con Ishvara universal cósmico; se refiere a que el alma del hombre comprende que es parte integrante de la Superalma. Esto da por resultado conciencia grupal, objetivo de la ciencia soberana. La devoción involucra ciertos factores cuyo conocimiento será para el devoto de gran valor, y son: 1. La capacidad de descentralizarse, de cambiar la propia actitud de autocentralización y egoísmo por la de entrega al ser amado. Todas las cosas son consideradas como perdidas, con tal de lograr el objetivo de la devoción. 2. La obediencia al objeto amado, una vez conocido, en algunas traducciones se la denomina "obediencia absoluta al Maestro”. Tal la traducción verdadera y exacta, pero en vista que la palabra Maestro implica (para el estudiante esotérico) uno de los adeptos, hemos preferido traducir como Ishvara", el único Dios en el corazón del hombre, el Jiva divino o "punto de vida divina" en el centro del ser humano. Es el mismo en todo hombre, sea un salvaje o un adepto; la diferencia- reside en la etapa de manifestación y de control. La verdadera ciencia de la yoga nunca enseña 178 Libro II o exige absoluta obediencia a algún Gurú o mahatma, es decir, el total sometimiento de la voluntad. Se enseña el sometimiento del hombre inferior a la voluntad del Dios interno, y todos los métodos y reglas de yoga tienen esta finalidad específica. Esto debe tenerse muy presente. La lectura espiritual constituye el paso preliminar más significativo y esotérico. Toda forma es el resultado del pensamiento y del sonido. Cada forma vela u oculta una idea o concepto, por lo tanto, sólo es el símbolo o supuesta representación de una idea. Esto se aplica, sin excepción, a todos los planos de nuestro sistema solar, donde las formas son creadas por Dios, el hombre o el deva. Uno de los objetivos del entrenamiento de los discípulos es capacitarlos para cerciorarse de lo que existe detrás de la forma en cualquier reino de la naturaleza, y así comprobar la naturaleza de la energía espiritual que la trajo a la existencia. La vastedad de este simbolismo cósmico será evidente hasta para el pensador más superficial, y el principiante en el sendero del discipulado debe aprender a clasificar en grupos específicos las muchas formas que expresan determinadas ideas básicas; debe interpretar las ideas subyacentes en los símbolos específicos y descubrir los impulsos característicos latentes en cada forma. Puede realizarlo prácticamente en el medio ambiente y lugar donde se encuentra, descubrir cuál es la idea que la forma de su hermano vela y también buscar al Dios que subyace detrás del cuerpo de todo hombre. Por consiguiente, el aforismo en consideración conduce al aspirante al aspecto más práctico de la vida, lo enfrenta con tres preguntas básicas, y a medida que trata de responder con corrección, inevitablemente adquirirá la capacidad necesaria para recorrer el sendero. Las preguntas son: 179 Libro II a. ¿Hacia qué objetivo tienden todos los anhelos y aspiraciones de mi alma, hacia Dios o hacia las cosas materiales? b. ¿Pongo toda mi naturaleza inferior bajo el control de Ishvara, el verdadero hombre espiritual? c. ¿Veo a Dios en todas las formas y circunstancias, en mis contactos diarios? Los samadhis o modalidades de concentración con que terminamos el primer capítulo son muy difíciles de lograr, y por tanto hemos de proceder lentamente en su práctica. El paso preliminar es el yoga kriya, que literalmente significa obra, esto es, actuando hacia el yoga. Los órganos son los caballos, la mente son las riendas, el intelecto es el cochero, el alma es el viajero y el cuerpo es el coche. El dueño de la casa, el rey, el Ser del hombre va sentado en el coche. Si los caballos son muy fogosos y no obedecen a las riendas, si el cochero, el intelecto, no acierta a refrenarlos, el coche estará en peligro. Pero si los caballos, los órganos, están bien regidos y si el cochero, el intelecto, sostiene firmes en sus manos las riendas, la mente, entonces el coche llegará a su destino. Por tanto ¿qué significa en el aforismo la mortificación? Sostener firmemente las riendas al guiar el cuerpo y los órganos, de modo que no se les deje hacer lo que quieran, sino mantenerlos ambos sujetos al dominio de las riendas. En la primera regla Ardiente Aspiración, es una traducción muy libre de la palabra sánscrita TAPAS que indica un fuego ardiente. El mismo fervor de este interno fuego espiritual de determinación y aspiración, quema todas las impurezas y conduce al alma como antorcha llameante hacia la gran Meta. Ciertamente, sin la luz de esta voluntad ardiente no sería posible Yoga alguna, pues, como dice Vyasa, la Yoga no la alcanza nadie en quien no more este fuego, y la impureza no puede desaparecer sin él. 180 Libro II 2. La finalidad de aspiración ardiente, lectura espiritual y devoción a Ishvara, consiste en obtener la visión del alma y en eliminar los obstáculos. Es interesante notar que las palabras "visión del alma" precede a la idea de eliminar obstáculos u obstrucciones, demostrando que la visión es posible, incluso para quienes aún no se han perfeccionado. La visión a que son susceptibles la mayoría de los hijos de los hombres, llega en los momentos de exaltación y elevada aspiración, y proporciona el incentivo necesario para producir la determinación y perseverancia que demanda la eliminación de los obstáculos. Las palabras: "eliminación de las obstrucciones" o "alteración de los obstáculos" (como se traduce algunas veces) es una expresión amplia y genérica. Los comentadores hindúes dicen que significa también la extirpación de las semillas de esos obstáculos y su total destrucción por el fuego; así como una semilla seca y quemada no puede brotar y es estéril, así las semillas de las cuales brotan los obstáculos para la vida del espíritu, serán análogamente infecundas. Dichas semillas se clasifican en tres grupos, las latentes en el cuerpo físico, las que producen obstáculos en el cuerpo astral y las latentes en el cuerpo mental, produciendo una gran cosecha de obstáculos u obstrucciones, en los tres planos de la evolución humana. Cada grupo es de tres tipos, constituyendo textualmente nueve tipos de simientes: 1. Las traídas de vidas anteriores. 2. Las sembradas en esta vida. 3. Las traídas al campo de la propia vida desde el campo familiar o racial al que uno pertenece. Estas simientes obstaculizan u obstruyen la visión del alma y la libre actuación de la energía espiritual. Patanjali las clasifica en cinco tipos, y las trata específicamente. Algunos comentadores traducen la palabra obstáculo por distracción, siendo los tres términos 181 Libro II igualmente correctos, pudiendo emplearse cualquiera de ellos. Podría decirse que: a. La palabra obstáculo es técnicamente más correcta, cuando se la aplica al plano físico. b. La palabra obstrucción es más iluminadora cuando se la aplica a esas cosas que, por medio del cuerpo astral, impiden la visión del alma. c. La palabra distracción se refiere más específicamente a las dificultades que encuentra el individuo, al tratar de aquietar la mente a fin de alcanzar la visión del alma. La mayoría de los hombres dejan que su mente haga lo que se le antoje como chiquillo mimado. Por lo tanto, es necesario practicar constantemente la yoga kriya a fin de mantener bien regida la mente. Los impedimentos contra el yoga provienen de falta de disciplina y ocasionan sufrimiento. Sólo es posible vencer dichos impedimentos sujetando la mente y manteniéndola a raya por medio del yoga kriya. (El yoga kriya aquí desarrollado no hay que confundirlo con el sistema metódico del Gran Yogui Yogananda). Vācaspati Miśra observa que el kriyāyoga puede ocasionar la atenuación de los obstáculos en el camino, pero no la completa abolición de las causas de aflicción; esto último, argumenta, se alcanza por medio del estado estático de prasaṃkhyāna o ―elevación‖ que es una fase concreta de samādhi más elevado. Esto, además, sirve para enfatizar que la ocurrencia del modo de conciencia ultracognitivo no puede forzarse con ninguna técnica yogui, sino que surge de forma espontánea y autónoma. Todo lo que puede hacer el yogui es prepararse lo mejor posible para esta transformación radical. Esto no se subordina a su voluntad y por ello se ha interpretado frecuentemente en términos de acto de gracia. 182 Libro II 3. Los obstáculos que traen dificultad son: avidya (ignorancia), el sentido de lo personal, deseo, odio y apego. Estas son las cinco ideas o conceptos erróneos que durante eones y muchas vidas, han impedido hacer comprender a los hijos de los hombres que son hijos de Dios. Conducen al hombre a identificarse con lo inferior y material y a olvidar las realidades divinas. Estos deformados conceptos han convertido a la mónada divina en hijo pródigo, conduciéndolo a países lejanos para alimentarse con los desechos de la existencia mortal. Deben ser superados y eliminados antes de que el hombre pueda "elevar sus ojos" y ver nuevamente la visión del Padre y el hogar del Padre, que le permitirá recorrer conscientemente el sendero de retorno. Cabe indicar que dos de los obstáculos, avidya (ignorancia) y el sentido de lo personal, se refieren al hombre, la síntesis en el plano físico; el deseo tiene relación con su cuerpo astral o vehículo sensorio, y el odio y el apego son producto del egoísmo (el principio ahamkara) que anima al cuerpo mental; de manera que la triple personalidad es el campo para las semillas, y se propagan, florecen y crecen en el terreno de la vida personal en los tres mundos, para obstruir y entorpecer al hombre real. Estas semillas deben ser destruidas, y en el proceso de destrucción ocurren tres cosas: a. Se agota el karma. b. Se alcanza la liberación. c. Se perfecciona la visión del alma. Estas son las cinco aflicciones, el quíntuple lazo que nos liga. De ellas, la ignorancia es la causa (como dice el Buda), y las otras cuatro los efectos. La ignorancia es la única causa de nuestra desdicha. ¿Qué otra cosa puede hacernos miserables? La naturaleza del alma es eterna felicidad; pero la afligen la ignorancia, la alucinación y la ilusión. Toda pena del alma es simplemente ilusión. Vyasa dice que estas cinco formas de ―cognición irreal‖ o ideas y conceptos falsos, impiden la realización y generan KARMA personal. Los seis sutras siguientes tratan en detalle estos obstáculos. 183 Libro II 4. Avidya (ignorancia) es la causa de las demás obstrucciones, ya sean latentes, en proceso de eliminación, de superación o en plena actividad. La comprensividad de este aforismo es lo primero que llama la atención. Mentalmente, nos lleva a la causa raíz de todo mal y cuando se refiere a las obstrucciones, abarca todas las posibles condiciones de la existencia. El aforismo compendia la condición de todo hombre, desde la etapa salvaje, y a través de las condiciones intermedias, hasta el estado de arhat, en el cual se desprende de las últimas cadenas de la ignorancia. Pone de manifiesto que la razón de que exista el mal y sean evidentes el egoísmo y los deseos personales de todo tipo, reside en la condición básica, o sea la limitación de la forma misma, avidya o ignorancia. Recuerde el estudiante que desde el comienzo de sus investigaciones sobre las leyes del desenvolvimiento espiritual, debe tener en cuenta dos factores, basados en el hecho de la manifestación misma: 1. El no-yo, hacia el cual son atraídos los puntos divinos de la vida espiritual, son absorbidos por él durante el período de evolución. 2. Las limitaciones que implica la apropiación de una forma. Los dos factores mencionados deben ser reconocidos como aplicables al Logos solar, al Logos planetario, al hombre o -a un átomo. Toda forma de vida divina (la infinitesimal y la infinitamente grande) vela u oculta un fragmento de energía espiritual. El resultado, para el punto de existencia espiritual, necesariamente es el aislamiento, la separación y la circunscripción en sí mismo, y sólo los contactos de la existencia misma y la lucha de la unidad espiritual dentro de la forma, pueden traer la eventual liberación. 184 Libro II Mientras tanto y durante el proceso de encarnación, el velado punto de vida ignora lo que existe fuera de sí mismo, y progresivamente debe abrirse camino hacia una acrecentada emancipación y libertad. Al principio, sólo es consciente de la esfera de su propia forma, ignorando todo lo que está fuera de sí mismo. Los contactos producidos por el deseo son factores por los cuales la ignorancia se convierte en conocimiento, y el hombre (pues sólo consideramos la unidad humana a este respecto, aunque las leyes básicas son aplicables a todas las formas de vida divina) gradualmente se hace consciente de sí mismo, tal como es, y también de su medio ambiente. Como el medio ambiente es triple: físico, astral y mental, y posee además tres vehículos para ponerse en contacto con los tres mundos, el período que abarca este despertar es inmenso. El antiguo comentario dice: "En el Aula de la Ignorancia se conocen las triples envolturas. Se hace contacto con la vida solar, en su punto más denso, y el hombre emerge plenamente humano". Entonces se da cuenta de algo más, del grupo a que pertenece, y lo hace cuando descubre que su propia realidad interna está latente en su personalidad. Aprende que él, el átomo humano, es parte de un grupo o centro, en el cuerpo de un Hombre celestial, un Logos planetario, y que debe llegar a percibir, a. la vibración de su grupo, b. el propósito de su grupo, c. el centro de su grupo. Ésta es la etapa correspondiente al sendero de probación o del discipulado, hasta la tercera iniciación. El antiguo comentario prosigue diciendo: "En el Aula del Aprendizaje se establece contacto con el misterio central. Se conoce el método de liberación, la ley se cumple plenamente y el hombre emerge casi un adepto." 185 Libro II Finalmente el hombre entra en el Aula de la Sabiduría, a la cual ha sido admitido ocasionalmente (y con creciente frecuencia) después de la primera gran iniciación, aprende el lugar que su grupo ocupa en el plan planetario y obtiene una vislumbre del esquema cósmico. La ignorancia (según entendemos el término) es lógicamente superada; pero nunca se hará resaltar bastante que al adepto aún le queda mucho por conocer, y que el Cristo mismo, el gran Instructor del Mundo, no conoce todo lo que está contenido en la conciencia del Rey del Mundo. Los aforismos de Yoga de Patanjali únicamente se ocupan de cómo vencer la ignorancia, que mantiene al hombre en la rueda de renacimiento y le impide desarrollar los verdaderos poderes del alma. El antiguo comentario, respecto a esta etapa final, dice: "En el Aula de la Sabiduría, la luz brilla plenamente sobre los caminos del adepto, que ve y conoce la séptima parte y visualiza el resto. El mismo es un septenario, y de esta Aula surge Dios." Como dijo el Cristo: “Conoced la Verdad y ella os hará libres”. (Juan 8:32). 186 Libro II 5. Avidya es la condición en que se confunde lo permanente, puro, bienaventurado y el yo, con lo transitorio, impuro, doloroso y el no-yo. Esta condición de ignorancia o "estado de avidya", caracteriza a quienes aún no discriminan entre lo real y lo irreal, la muerte y la inmortalidad, la luz y la oscuridad. Rige, por lo tanto, la vida en los tres mundos, porque en todos los planos existe la analogía de avidya, tal como la experimenta en el plano físico, el hombre en encarnación. Es una limitación del espíritu mismo, corolario indispensable para la apropiación de una forma. La unidad espiritual nace ciega e insensible. Toma forma al principio de las edades y de los ciclos de renacimiento, en un estado de inconsciencia total. Tiene que llegar a ser consciente de cuanto la rodea; para ello debe desarrollar primeramente los sentidos, a fin de tener conciencia de los contactos y de las cosas. Son muy conocidos los métodos y procesos por los cuales el ser humano ha hecho evolucionar los cinco sentidos o medios de acercamiento al no-yo. Cualquier libro de texto de fisiología. proporcionará la información necesaria. En relación con la unidad espiritual se tendrán en cuenta tres factores: 1. Los sentidos deben ser desarrollados. 2. A esto sigue el reconocimiento y empleo de los sentidos. 3. Luego viene un período en que el hombre espiritual utiliza los sentidos para satisfacer sus deseos y, al hacerlo, se identifica con su instrumento de manifestación. El hombre es doblemente ciego, porque no sólo nace ciego e insensible, también lo es mentalmente, pues no se ve a sí mismo ni ve las cosas como son, y comete el error de considerarse la forma material, haciéndolo durante muchos ciclos. No tiene sentido de los valores ni de la proporción; mira lo transitorio, doloroso, impuro, material, el hombre inferior (sus tres envolturas), como si fuera él mismo la realidad. No puede disociarse de sus formas. 187 Libro II Los sentidos son parte de la forma; no son el hombre espiritual, el morador de la forma, sino parte del no-yo y el medio para hacer contacto con el no-yo planetario. Por medio de la discriminación y el desapasionamiento, el yo, que es permanente, puro y bienaventurado, puede, con el tiempo, disociarse del no-yo, que es transitorio, impuro y sufriente. Mientras no comprenda esto, el hombre estará en un estado de avidya; cuando está en proceso de realizarlo, el hombre es un buscador de vidya o conocimiento, el cuádruple sendero. Cuando conoce el alma tal cual es, y el no-yo está relegado al lugar que le corresponde como envoltura, vehículo o implemento, es trascendido el conocimiento mismo y el conocedor permanece solo. Esto es la liberación y la meta. Avidyā es, literalmente, el conocimiento distinto del conocimiento correcto; es un estado de falso entendimiento. Avidyā es la acumulación de acciones. Es la acumulación de muchas acciones hechas sin pensar que hemos repetido mecánicamente, casi ciegamente a través de los años. Nuestra mente esta tan condicionada que aceptamos las normas de ayer como normas de hoy. Tales condicionamientos son llamados saṃskāras. Por estos condicionamientos nuestros pensamientos llegan a estar cubiertos digamos como por un velo de avidyā. Evidentemente, ignorancia es tomar cualquier forma por el espíritu inmortal, pues todas las formas, altas o bajas, duran por un momento o por un MANVANTARA, y no son sino velos del Espíritu inmortal y perdurable. Por eso dice Vyasa: ―Tomar lo no-eterno por eterno, es como pensar que la tierra es permanente, que el cielo es permanente, que la luna es bella o que los excrementos son feos, etc... Similar es confundir al Ser con el no ser. Los accesorios externos, sean sensibles o no; el cuerpo que es el vehículo de los goces; la mente que no es sino un vehículo del PURUSHA (espíritu), todas estas son manifestaciones del no-yo. La idea de que alguna de ellas es el Ser, es ignorancia. Los que, creyendo que 188 Libro II la esencia objetiva, sensible o insensible, es el Ser, y se gozan en acrecentar esas cosas, creyendo que esto le aprovecha al Ser, y sienten ansiedad cuando ellas disminuyen, creyendo que eso perjudica al Ser, no han despertado aún... Ignorancia no es ni Cognición Real ni ausencia de Cognición Real. Ignorancia es otra forma de cognición, la cual es contraria al conocimiento de lo Real‖. AVIDYA se encuentra en todos los planos de la forma. Es una limitación del Espíritu, y resultado necesario de tomar formas; es lo que H. P. B. llama ―el principio de limitación‖. El morador del cuerpo, el verdadero hombre espiritual, no es los sentidos que pertenecen a sus formas; pero finalmente, por el discernimiento y la ausencia de pasiones, el hombre real se desenreda del no-ser y se da cuenta de sí mismo en su propio plano de existencia. ―El que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna”. (Gál. 6:8). 189 Libro II 6. El sentido de lo personal se debe a que el conocedor se identifica con el instrumento del conocimiento. Este aforismo es un comentario del anterior. El estudiante debe recordar que el conocedor, el hombre espiritual, tiene varios instrumentos para establecer contacto con su medio ambiente, a fin de llegar a ser cada vez más consciente de: 1. Sus tres envolturas o cuerpos, sus medios de contacto con los tres planos: a. el cuerpo físico, b. el cuerpo emocional o astral, c. el cuerpo mental. 2. En el plano físico posee sus cinco sentidos: oído, tacto, vista, gusto y olfato. 3. La mente, el sexto gran sentido, tiene un triple uso, sin embargo la mayoría de los hombres la emplean aún de una sola manera: Su primero y más común empleo es reunir los contactos conocidos y trasmitirlos como información al ego o conocedor, similarmente a como el sistema nervioso telegrafía al cerebro los contactos externos que establece. Este empleo de la mente produce principalmente el sentido de lo personal, el cual se desvanece a medida que utiliza los otros dos métodos. El segundo empleo es el resultado de los cinco métodos de la yoga, el poder de trasmitir al cerebro los pensamientos, los deseos y la voluntad del ego o alma. Esto proporciona al yo personal del plano físico, el reconocimiento de la realidad, con lo cual el sentido de identificación con el no-yo es cada vez menor. El tercero, es el empleo de la mente por el alma, como órgano de visión, para establecer contacto y conocer el reino del alma. Esto se produce mediante los últimos tres métodos de la yoga. 190 Libro II Se debe hacer hincapié en que esto es algo muy importante. Si el aspirante considera el desarrollo y pleno empleo del sexto sentido como objetivo inmediato, y tiene en cuenta los tres propósitos para lo cual está destinado, progresará rápidamente, desaparecerá el sentido de lo personal y se identificará con el alma. Tal sentido de lo personal es una de las más grandes ligaduras que mantienen cautivos a los hijos de los hombres. Es aquí donde debe aplicarse el hacha a la raíz del árbol. El perceptor es realmente el Yo, el puro, el santo, infinito e inmortal. Este es el Yo humano. ¿Cuáles son sus instrumentos? El chitta o materia de la mente; el buddhi o facultad determinativa; el manas o mente; y los indriyani u órganos de sensación (cinco sentidos). Estos son los instrumentos de que el Yo se vale para percibir el mundo exterior, y la identificación del Yo con sus instrumentos es la ignorancia del egotismo. Nosotros decimos: "Yo soy la mente‖; "Yo soy el pensamiento‖; "Estoy colérico‖; "Soy feliz". ¿Cómo es posible que nos encolericemos ni cómo podemos decir que odiamos? Debemos identificarnos con el inmutable Yo Real; y si el Yo es inmutable ¿cómo puede ser unas veces feliz y otras desdichado? El Ye es eterno, infinito, omnipresente. ¿Qué puede alterarlo? Transciende toda ley. ¿Qué puede afectarlo? Nada hay en el universo capaz de afectarlo; pero movidos por la ignorancia nos identificamos con la materia de la mente y creemos experimentar placer o dolor. La esencia del egotismo es la separación, la limitación, la parcialidad. El Espíritu es por siempre libre. De ahí que Dvivedi diga: ―El hombre real es el PURUSHA (Espíritu). Cuando los instrumentos por medio de los cuales el Purusha ve, tal como la mente, o los sentidos por cuyo medio la mente trabaja, se identifican con el Purusha, brota el egotismo‖. Cuerpo es aquello por cuyo medio el hombre espiritual entra en contacto con su mundo experimental. A su vez, el Espíritu Inmortal establece contactos por medio de su órgano de percepción, el hombre psíquico. Los sentidos no perciben realmente, sino la mente que está tras ellos. La mente a su vez es el anteojo por medio del cual el Espíritu percibe. 191 Libro II 7. El deseo es apego a los objetos de placer. De ninguna manera ésta es una traducción literal; pero da la idea básica con tanta claridad que es mejor traducir este aforismo tal como se ha hecho. Los objetos que producen placer son todos apegos que el hombre adquiere, desde el estado salvaje de la infante humanidad, hasta los grados avanzados del discipulado; abarca el deseo por los objetos densos del plano físico, lo mismo que los apegos a esas cosas, ocupaciones y reacciones, proporcionadas por las actividades emocionales o intelectuales. Involucran toda la gama o campo de la experiencia sensoria, desde la reacción del salvaje al calor y a una buena comida, hasta el éxtasis del místico. Deseo es un término genérico que incluye la tendencia del espíritu a exteriorizarse en la vida de la forma. Podría significar el deleite del caníbal por lo que come, el amor del hombre por la familia, la apreciación de un bello cuadro por el artista, o la adoración al Cristo o a un Gurú por el devoto. Deseo es todo tipo de apego, en grado mayor o menor, y el progreso del alma parece depender de un objeto a otro de los sentidos, hasta que llega el momento en que el hombre queda solo, y librado a sus propios recursos. Ya no tiene apegos y hasta el Gurú parece haberlo abandonado. Le queda una única realidad, la realidad espiritual que es él mismo; entonces su deseo se dirige a lo interno, y no va hacia afuera, porque descubre el Reino de Dios interno. Abandona todo deseo. Establece contacto y continúa manifestándose y trabajando en los planos de la ilusión, pero lo hace desde el centro en que mora su Yo divino, la suma total de todos los deseos. Nada le atrae ya, ni lo lleva a los desvíos del placer o el dolor. Las sabias palabras del Buda al respecto son completamente iluminadores en este asunto, ya que como el enseñaba: “todo el sufrimiento del hombre proviene de la ignorancia”, y agregaba que: “la ignorancia nos conduce hacia el deseo, el cual desemboca en el apego a las cosas que no son el Ser‖. 192 Libro II Rāga es un deseo incontrolado que hace mirar y buscar a personas, objetos y actividades solo bajo el estímulo de un interés particular. La conciencia egoísta, dominada por la pasión, busca el placer como elemento determinante de sus acciones, mientras que la conciencia movida por el espíritu se orienta hacia la felicidad. El placer se fundamenta sobre la exaltación de los sentidos y de las realidades externas; la felicidad brota del interior, del fondo del alma donde vive el Ser. El placer es efímero, genera aburrimiento e insatisfacción y se deshace frente a contrariedades e infortunios. No obstante, controlado y dominado, puede ser un camino hacia la felicidad. En sí no es un mal y tiene como finalidad facilitar el cumplimiento de un deber a veces pesado. Este sutra tiene una incidencia muy práctica sobre nuestra vida cotidiana, pues ―posesividad‖, es maldición para el amor y realmente significa egoísmo. Un artículo interesante en una revista enumera tres cosas que dañan el matrimonio; intolerancia, inadvertencia, posesividad. Muchos matrimonios felices fracasan por la intolerancia de uno de los dos por algo que no le gusta. La inadvertencia es más probable en el varón, pues muchos hombres no se dan cuenta de la importancia que las mujeres dan a pequeños recuerdos y atenciones. La posesividad es la más letal de las tres. El amor verdadero deja en libertad al ser amado. Rāga o deseo es una forma de obstáculo. Sin embargo, hay diferentes formas de apego, como la reverencia por los santos, el amor a los amigos, el amor entre esposos donde el apego es más pronunciado, la compasión por los que tienen problemas. Estos no son deseos negativos. Comprendamos que trascender el deseo y los apegos no es un acto de frialdad interior, de indiferencia negativa, sino precisamente todo lo contrario. Cuando una alcanza la consciencia del Alma, la alegría se convierte en un estado natural y permanente, donde el amor, la compasión y el servicio hacia los demás fluyen casi ―mecánicamente‖, dejando de producir apego y sufrimiento innecesarios. 193 Libro II 8. El odio es aversión a cualquier objeto de los sentidos. Este aforismo es la antítesis del anterior. El verdadero yogui no siente ni aversión ni deseo. Está equilibrado entre estos pares de opuestos. El odio trae separación, mientras que el amor revela la unidad subyacente en todas las formas. El odio es la consecuencia de la concentración en la forma, y el olvido de lo que toda forma, en mayor o menor grado, revela. El odio es el sentimiento de repulsión y conduce al hombre a apartarse del objeto odiado; es lo contrario de la hermandad, por lo tanto es el quebrantamiento de una de las leyes básicas del sistema solar. El odio es la negación de la unidad, erige barreras y produce las causas que llevan a la cristalización, destrucción y muerte. Es energía empleada para rechazar, en vez de sintetizar; en consecuencia es contraria a la ley de evolución. El odio es, en realidad, el resultado del sentido de lo personal y de la ignorancia, además del deseo mal aplicado; diría que casi es la culminación de los otros tres. El sentido de lo personal y la extrema ignorancia, unidas al deseo de ganancia personal, produjo en el corazón de Caín el odio a Abel, causa del primer asesinato o la destrucción de la forma de un hermano. Esto debería considerarse cuidadosamente, porque en todo corazón humano siempre existen el odio y la aversión en cierto grado. Únicamente cuando el odio sea superado totalmente por el amor o por el sentido de unidad, desaparecerán de la familia humana la muerte, el peligro y el temor. La atracción y la aversión caracterizan el modo general de relacionarse las personas con su entorno. Desde luego, el placer y el dolor son experiencias relativas y lo que pueda ser una experiencia agradable para una persona puede ser desagradable para otra distinta. Sin embargo, en el fondo, todo esta teñido de dolor (II.15). Patanjali afirma que se abre una tercera posibilidad ante el hombre: la desapasionada actitud fomentada por el yogui. 194 Libro II El odio, el temor y el dolor, están de alguna manera relacionados entre sí. El temor siempre engendra odio. Todos ellos niegan la unidad, como la niega el amor egoísta. De ahí que el sentido de unidad se alcance por el amor desinteresado. Por esa razón, seguramente, el Señor Buddha enseñó sus famosas Cuatro Meditaciones. Se relata que un día un monje vino al Buddha diciendo que había oído que en alguna parte existía una tierra feliz y deseaba que el Señor le mostrara el camino hacia ella. El Bendito Señor le replicó: ―Ciertamente existe esa tierra; pero es espiritual, no material‖. “Dime entonces, Señor”, dijo el monje, “la meditación a que debo dedicarme para llegar a esa tierra feliz”. El Bendito Señor le contestó: “Hay cuatro grandes meditaciones; la primera es la meditación del Amor, en la cual afinas tu corazón de tal modo que siempre deseas la dicha. y el bienestar de todos los seres, incluso tus enemigos. La segunda es la meditación de la Piedad, en la cual te representas vívidamente todas las aflicciones y” desengaños ajenos, hasta que una profunda compasión por ellos llena tu corazón. La tercera es la meditación del Gozo, en la cual te representas vívidamente todos los gozos y triunfos ajenos, y te regocijas de ellos. Y la cuarta es la meditación de la Serenidad, en la cual te elevas por sobre lo frío y lo cálido, sobre el gozo y el dolor, y consideras tu propia suerte con la ecuanimidad de un extraño”. Así pues, por amor, uniéndose con todos en gozo y dolor, el alma se eleva hacia aquella altura sublime donde mora el verdadero ESPÍRITU, aquel sereno desasimiento del alma de todos los afanes por problemas personales, y se alcanza el último peldaño. Viene a la mente aquí el símil de un río, usado por Krishnaji. El río corre naturalmente hacia el mar, y ni aun el más lento de ellos deja jamás de llegar salvo al mar. Fluye incesantemente, serpenteando en su curso, y nunca sigue la línea árida y recta trazada por los moralistas. De ahí la infinita variedad de la vida y la creación de la individualidad. Al principio es apenas un hilo de agua cantarina. Al acercarse al océano es una corriente potente y silenciosa. Al fluir cada vez más profundo y tranquilo, pasa por muchos escena195 Libro II rios diferentes. A veces por bosques tupidos y verdes; pero no se detiene en ellos sino continúa. A veces corre por desiertos cálidos y arenosos, y casi se pierde en ellos; pero no rehuye cruzarlos. Sigue adelante, y un día llega al mar. Así hemos de encontrar todos nosotros el cielo de nuestra alma, dentro del tiempo dispuesto por Dios. Todos deseamos evitar el dolor, pero H. P. Blavatsky lo llamó ―el Instructor, el Despertador de la conciencia‖. La lluvia de nuestras lágrimas, si no nos amarga, ablanda el duro suelo en torno de nuestras almas y crea en nosotros los divinos dones de simpatía y compasión. Aquel gran sufrido, el poeta Keats, le escribió a un amigo: ―¿No ves cuán necesario es un mundo de pena y dificultades, para educar la inteligencia y convertirla en alma?‖, y los antiguos Celtas decían del hombre que sufría mucho: ―Está forjando su alma‖. Realmente el dolor es una condición física que requiere atención, es la voz del maestro interior que nos índica que algo debe ser corregido. Asimismo el sufrimiento, que es diferente al dolor, es el maestro interior que nos previene contra las adversidades psíquicas emoción-mente. Todo ello es necesario para la evolución. Como decía un gran maestro de artes marciales: ―El dolor y el padecimiento forma parte de mi entrenamiento, y a ese gran maestro Yo doy gracias‖. 196 Libro II 9. El apego es intenso deseo por la existencia sensoria, inherente a toda forma; es la propia perpetuación, y es conocido hasta por los más sabios. Este tipo de apego constituye la causa básica de toda manifestación, siendo inherente a la relación de los dos grandes opuestos, espíritu y materia; es el factor que rige la manifestación logóica, por tal razón hasta los más sabios están sujetos a él. También es la facultad de autorreproducción y autoperpetuación automáticas; por lo tanto debe recordarse que la superación de esta tendencia, aún llevada al más elevado nivel por el adepto, sólo es relativa. Mientras el Logos de nuestro sistema solar o el espíritu absoluto, encarne por intermedio de un sistema solar, esta tendencia estará presente en el espíritu planetario más elevado y en la existencia espiritual más elevada. Lo máximo que se puede alcanzar, al vencer el apego o matar el deseo, es el desarrollo del poder de equilibrar los pares de opuestos en cualquier plano, a fin de que nadie quede atrapado por las formas de ese plano ni pueda evadirlo. El estudiante común da un significado muy secundario a las palabras matar el apego y el deseo; lo interpreta en términos de su propio y reducido progreso. Son simplemente palabras que tratan de expresar en forma muy inadecuada, aunque simbólica, una actividad oculta. Únicamente pueden ser comprendidas en términos de la Ley de Atracción y Repulsión y mediante la comprensión del sistema de vibraciones ocultas. La voluntad de vivir o de manifestarse, es parte del impulso de la Vida divina, por lo tanto es correcta. La voluntad de ser o de manifestarse en un plano específico, o por medio de un grupo específico de formas, es incorrecta cuando se ha trascendido esa esfera de manifestación; el mal aparece cuando cualquier conjunto peculiar de formas ha cumplido el propósito de proporcionar los medios para hacer contactos y adquirir experiencias y nada tiene que enseñar pues el mal sólo es la tendencia a volver a emplear las formas y prácticas que el Morador interno ha trascendido. Por esta 197 Libro II razón los groseros pecados animales son considerados universalmente malos, pues por lo general se reconoce que el Morador en la forma del hombre ha superado el tercer reino, o reino animal. Por lo tanto un adepto ha trascendido el apego a la forma en los tres planos (físico, astral y mental) y ha matado toda ansia por las formas de esos planos. Cuando la vida o espíritu se retira, la forma muere ocultamente. Cuando el pensamiento del ego o yo superior está ocupado en su propio plano, no hay energía saliente, dirigida a la materia de los tres mundos, de manera que no es posible la construcción de formas ni el apego a las mismas. Esto está de acuerdo con la verdad oculta de que "la energía sigue al pensamiento" y también con la enseñanza de que el cuerpo del principio crístico (el vehículo búdico) sólo se va coordinando a medida que se desvanecen los impulsos inferiores; concuerda además con el hecho de que el vehículo causal, el cuerpo del yo superior, en los niveles abstractos del plano mental, adquiere belleza, dimensión y actividad, con mayor rapidez durante las etapas del discipulado, de lo que fue posible en todo el ciclo de encarnaciones. La energía egóica no es estrictamente saliente, sino que, más literalmente, va dirigida al propio desarrollo. El apego a la forma, o la atracción de la forma por el espíritu, es el gran impulso involutivo. La repulsión de la forma y su consiguiente desintegración, es el gran impulso evolutivo. En todo ser animado observamos el apego a la vida. Sobre este apego se ha intentado basar la teoría de una vida futura, porque los hombres aman de tal modo la vida que anhelan otra vida mejor después de la terrena. Desde luego que este argumento no tiene mucho valor; pero lo extraño es que en los países occidentales, la idea de que el apego a la vida, denota la posibilidad de una vida futura, se aplique tan sólo al hombre y no a los animales. En la India, el apego a la vida se considera como una prueba de las pasadas vidas y experiencias. Por ejemplo, si es verdad que todos nuestros conocimientos provienen de la experiencia, también será verdad que no podemos imaginar ni comprender lo que jamás 198 Libro II hayamos experimentado. Sin embargo, tan pronto como los polluelos salen del cascarón empiezan a picotear el grano. Muchas veces se ha visto que una gallina ha empollado huevos de pato, y al romper los polluelos el cascarón se zambulleron inmediatamente en el agua, y la clueca se figuró que se iban a ahogar. Si la experiencia es la única fuente de conocimiento ¿en dónde a prendieron los recién nacidos polluelos a picar el grano y quién les enseñó a los patitos que el agua era su predilecto elemento? Si se responde que obran por instinto, replicaremos que el instinto es una palabra, pero no una explicación. ¿Qué es tal instinto? Tenemos varios instintos. Por ejemplo, las muchos músicos que saben tocar el piano recordarán con cuánta precaución habían de pulsar el teclado; pero al cabo de largos años de práctica, el pianista puede hablar con sus amigos mientras toca sin que los dedos equivoquen ni una tecla. La práctica se convirtió en instinto. Lo mismo sucede con todo cuanto hacemos. La práctica se transmuta en instinto y actuamos automáticamente; pero en cuantos casos conocemos hasta ahora, en las acciones automáticas o instintivas parece que no interviene la razón. En cambio, en la terminología de los yoguis, el instinto es la razón involucionada, pues involuciona el discernimiento y entonces son automáticas las impresiones. Por lo tanto, es perfectamente lógico opinar que lo que llamamos instinto en este mundo es la razón involucionada; y como quiera que la razón no puede existir sin experiencia, todo instinto ha de ser el resultado de pasadas experiencias. La cuestión está en si estas experiencias pertenecen a una alma determinada o simplemente al cuerpo; si la experiencia del pato proviene de sus antepasados o es propia del recién nacido pato. Los modernos cientistas afirman que las experiencias pertenecen al cuerpo; pero los yoguis sostienen que son experiencias de la mente transmitidas por medio del cuerpo. Tal es la teoría de la reencarnación. Hemos visto que todo nuestro conocimiento, tanto si lo llamamos percepción, razón o instinto, debe proceder de la experiencia, y que el instinto no es más que la razón involuciona199 Libro II da, de modo que el instinto puede revertir en razón. Así sucede en el universo entero, y en esto se basa uno de los principales argumentos que en pro de la reencarnación que aduce la India. La repetida experiencia de varios temores produce en el transcurso del tiempo el apego a la vida. El niño es instintivamente medroso porque en él subsisten las pasadas experiencias de dolor. Aun en los hombres más cultos, que saben que su cuerpo ha de perecer y dicen que aunque hayan tenido centenares de cuerpos el alma no puede morir, aun en éstos, con todos sus intelectuales convencimientos, hallamos el apego a la vida. ¿De dónde proviene este apego a la vida? Ya hemos visto que ha llegado a ser instintivo, y en la terminología psicológica de los yoguis es uno de tantos samskaras (impresiones mentales), que sutiles y ocultos dormitan en el chitta (mente). Todas las pasadas experiencias de la muerte, todo lo que llamamos instintivo es experiencia transmutada en subconsciente, que late en el chitta y no está manifiesta sino que actúa subyacentemente. Los vrittis del chitta, las ondas mentales groseras se notan fácilmente y no hay mayor dificultad en regirlas; pero ¿y los instintos sutiles? ¿Cómo regirlos? Cuando me encolerizo, toda mi mente es una ola de cólera. La siento, la veo, la manejo, puedo fácilmente manipularla y luchar contra ella, pero no saldré airoso de la lucha hasta que penetre en sus causas. Alguien me insulta y noto que se me calienta la sangre, pero el insultador prosigue insultándome hasta que no puedo contenerme, me arrebato y me identifico con la cólera. Cuando el insultador empezó a maltratarme, pensé: "Me voy a irritar". La cólera era una cosa y yo otra; pero al encolerizarme, yo era la misma cólera. Las emociones se han de dominar en su modalidad sutil, en germen y raíz, antes de que nos dominen. La inmensa mayoría de las gentes no conocen las sutiles modalidades de las emociones en el estado en que surgen de la subconciencia. No vemos la burbuja cuando surge del fondo del lago ni tampoco cuando se acerca a la superficie sino cuando estalla y forma un rizo en el agua. Sólo 200 Libro II podemos dominar las ondas mentales cuando es posible manejarlas en estado naciente, y hasta que no seamos capaces de subyugarlas antes de que se embravezcan, no habrá esperanza de refrenar perfectamente una pasión. Para subyugar nuestras pasiones hemos de sofocarlas de raíz y sólo entonces podremos quemar sus semillas. Así como las semillas una vez fritas ya no germinan aunque se las siembre, tampoco rebrotarán las pasiones sofocadas al nacer. 201 Libro II Causas sutiles de aflicción (II.10-II.11) 10. Cuando estos cinco obstáculos son sutilmente conocidos, pueden ser superados mediante la actitud mental opuesta. La expresión "sutilmente conocidos" podría reemplazarse por la siguiente: "cuando son conocidos por el hombre interno". La idea detrás de las palabras ha sido bien explicada por Dvivedi, en su comentario: "Habiendo descrito la naturaleza de las 'distracciones', el autor indica el camino para suprimirlas. Son de dos tipos: sutiles y groseras. Las primeras permanecen adormecidas en forma de impresiones, mientras las segundas afectan concretamente a la mente. Las primeras pueden suprimirse totalmente, dominando todo cuanto las favorece, es decir, el principio pensante." Éste es el primer trabajo de quien aspira a la yoga; debe comprender la naturaleza de los obstáculos, y luego dedicarse a vencerlos, haciéndolo desde el plano mental; tiene que adquirir el control del mecanismo pensante, luego aprenderá a utilizar ese mecanismo y, una vez logrado, contrarrestar los obstáculos por medio de corrientes contrarias. Los obstáculos son resultado de erróneos hábitos de pensar y del mal empleo del principio pensante. Cuando se los conoce sutilmente como simientes de las formas "productoras de obstáculos‖, entonces pueden ser exterminados en su estado latente, mediante hábitos correctos de pensar, que traerá por resultado el establecimiento de los medios para la liberación. Samskaras son las sutiles impresiones que más tarde se manifiestan en forma grosera. ¿Cómo subyugar las samskaras sutiles? Reduciendo el efecto a su causa. Cuando el chitta, que es el efecto, se reduce a su causa, se desvanecen las sutiles impresiones por medio de la meditación. 202 Libro II La ignorancia, avidya, debe ser reemplazada por el verdadero conocimiento o vidya. Como es bien sabido, en esta cuarta raza, sobre este cuarto globo y en la cuarta ronda, los cuatro vidyas, las cuatro nobles verdades y los cuatro elementos básicos, constituyen la suma total de este conocimiento. Los cuatro vidyas de la filosofía hinduista pueden ser enumerados como: 1. Yajna vidya. La aplicación de rituales religiosos, para obtener ciertos resultados. Magia ceremonial, concierne al sonido, por consiguiente a akasha o éter del espacio. "Yajna" es la deidad invisible que impregna el espacio. 2. Maha vidya. El gran conocimiento mágico. Ha degenerado en culto tántrico. Trata del aspecto femenino o aspecto materia (madre), Es la base de la magia negra. La verdadera mahayoga, tiene que ver con la forma (segundo aspecto) y su adaptación al espíritu y sus necesidades. 3. Guhya vidya. La ciencia de los mántram. El conocimiento secreto de los mántram místicos. La potencia oculta del sonido, del Verbo. 4. Atma vidya. Verdadera sabiduría espiritual. Las cuatro nobles verdades han sido expresadas en las palabras de Buda en los siguientes términos: "Ahora el excelso Ser habla a sus hermanos: Hermanos por la incomprensión y por no haber penetrado las Cuatro Verdades Arias, hemos deambulado tú y yo de acá para allá durante la extremadamente larga jornada (o renacimiento). ¿Cuáles son las Cuatro Verdades Arias?: " La Verdad del Mal; la Verdad del Surgente Mal; la Verdad de la Cesación del Mal; la Verdad del Camino que conduce a la Cesación del Mal." 203 Libro II "Pero, hermanos, cuando estas Cuatro Verdades Arias sean comprendidas y penetradas, entonces será desarraigado el anhelo de existir y cortado el hilo que conduce al renacimiento, y entonces ya no se volverá más a la existencia". Así habló el excelso Ser. Después que el Bienaventurado hubo hablado así, el Maestro añadió: "Ciego a las Cuatro Verdades Arias acerca de las cosas, Ciego para ver las cosas tal como realmente son, larga ha sido nuestra jornada a través de diversos nacimientos, ha desaparecido el cordón de la vida, cuando éstas han sido vistas, no hay más devenir, cuando se ha cortado la raíz del Mal." Vyasa dice: Puesto que estos cinco obstáculos todos ellos son estados de la mente, cuando se ha ―quemado‖ su poder germinal, desaparecen por si solos junto con la mente (MANAS inferior) del yogui, la cual, habiendo cumplido su propósito, queda ahora sólo latente. Vachaspati dice, comentando esto, que Vyasa sólo indica los cuatro estados de los obstáculos y no menciona el quinto, el potencial, porque solamente puede darse instrucción sobre lo que está dentro del alcance del esfuerzo humano, y que la destrucción del estado potencial no cae dentro de ello, sino que se logra retrollevando la actividad de la mente a su causa. Esta es una manera metafísica Inda de describir el fenómeno bien conocido en el misticismo Cristiano. En la meditación se puede guiar, dominar y dirigir la mente hacia arriba. Después de larga práctica en este sentido, se sutiliza, se simplifica cada vez más. Al fin llega a un punto en que queda trascendida, aparentemente sumida en gloria inefable, y su estado humano normal desaparece. Pero toda autoridad mística convendrá en una cosa: que este estado nunca se consigue por sólo esfuerzo personal. La confiere la ―gracia de Divina‖. Parece venir desde fuentes Inefables súbitamente. ―El Reino de Dios viene sin dejarse sentir‖ (Lc. 17:20). Pero su llegada se ha preparado por larga y firme aspiración. 204 Libro II 11. Las actividades de los obstáculos deben cesar por el proceso de la meditación. La "actitud mental opuesta", mencionada en el aforismo anterior, se refiere definidamente a las simientes o tendencias latentes, que subsisten en los cuerpos mental y de deseo. Esta actitud mental debe convertirse en activa meditación mental y pensamiento centralizado, si se quiere someter las actividades del cuerpo físico a un control similar. Gran parte de lo que hacemos es automático, consecuencia de viejos hábitos mentales y emocionales. Instintivamente, debido a antiguas prácticas y por sujeción a un mundo de formas tangibles, nuestras actividades del plano físico están regidas por estos cinco obstáculos, los cuales deben ser suprimidos y simultáneamente extirpadas las semillas latentes y las actividades externas. La constante oposición de la actitud mental, destruye a unos; la meditación que pone en actividad a los tres factores, el pensador, la mente y el cerebro físico, se ocupará de lo demás; esto no debe olvidarse, porque de otra manera la teoría no se convertirá en práctica inteligente. Como el Libro Tercero trata de este proceso de la meditación no es necesario ocuparnos aquí. Los procesos mentales procedentes de los obstáculos, que se encuentran en estado manifiesto, se minimizan primero con el yoga de la acción (kriya yoga); mas adelante, se evitan por medio de la profunda comprensión lograda con la meditación (dhyāna) hasta que, volviéndose así sutiles, se reducen a semillas quemadas. Los kleśas (obstáculos) son una especie de conocimiento erróneo que debe disiparse a través del conocimiento correcto. El conocimiento discriminativo es la mejor forma de conocimiento; por esto, las modificaciones aflictivas deben combatirse mediante la meditación en el autoconocimiento. Las tres etapas en el proceso de destrucción de los kleśas están descritas con sumo cuidado: disminución con el kriyāyoga, reducción a un estado improductivo con la comprensión meditativa y desaparición total con la disolución de la mente. 205 Libro II Rompiendo las ataduras del karma (II.12-II.25) 12. El karma tiene sus raíces en estos cinco obstáculos y debe fructificar en esta vida o en una posterior. Mientras el hombre, en el plano físico, esté sujeto a los obstáculos o regido por ellos, iniciará esas actividades que producirán efectos inevitables y estará atado a la rueda de renacimientos y condenado a tomar forma. El estudiante debería observar cuidadosamente que estos cinco obstáculos son la causa de todas las actividades de la personalidad u hombre inferior. Todo lo que hace está basado en uno de ellos; toda acción del hombre común en los tres mundos es consecuencia de la ignorancia y de las identificaciones y reacciones erróneas. A medida que los obstáculos son vencidos y la ignorancia (campo de cultivo de todos ellos) es reemplazada por la sabiduría divina, habrá cada vez menos efectos que neutralizar en el plano físico, y las cadenas que atan al hombre a la gran rueda de la manifestación física se cortarán una tras otra. Estas cadenas son triples, así como tres son los campos de la ignorancia y tres los grandes planos de la conciencia, constituyendo el campo de la evolución humana. Cuando el campo de la ignorancia se convierte en el campo de la experiencia consciente, cuando las cadenas se sienten como grilletes y limitaciones, el aspirante a discípulo ha dado un enorme paso adelante en el proceso de liberación. Cuando puede llevar la lucha hacia adentro, a lo que Ganganatha Jha llama "la vida inmanifestada" y nosotros frecuentemente denominamos "planos sutiles", ingresa en el Aula del Aprendizaje y corta los grilletes que kama (deseo) y el erróneo empleo de la mente han forjado con tanta sutileza. Luego ingresa en el Aula de la Sabiduría y aprende ciertos métodos esotéricos y ocultistas para apresurar el proceso de liberación. 206 Libro II El "receptáculo de las obras" significa la suma total de samskaras (impresiones). Siempre que ejecutamos una acción, se levanta una onda en la mente, y cuando acabamos de ejecutar la acción, creemos que se desvanece la onda; pero no se ha desvanecido sino que aún subsiste en más sutil modalidad, y cuando tratamos de recordar la acción vuelve a intensificarse la onda que estaba todavía allí, pues si no estuviera no hubiéramos podido recordar la acción. Así cada acción, cada pensamiento, buenos o malos, se sutilizan y se almacenan en la subconciencia. Tanto los pensamientos placenteros como los ingratos se califican de obstrucciones aflictivas porque según los yoguis, al fin y a la postre ocasionan dolor. Todo placer dimanante de los sentidos acarreará eventualmente dolor. Todo goce acrecienta el deseo de un goce más vivo hasta que al fin ocasiona dolor. No tiene límites el deseo del hombre, y cuando llega a un punto en que no puede satisfacerlo, ocasiona dolor. Así es que los yoguis consideran la suma total de impresiones, buenas o malas, como obstrucciones penosas, porque obstruyen el camino de la liberación del alma. Lo mismo cabe decir de las samskaras (impulsos subconscientes), las sutiles raíces de todas nuestras acciones, que son las causas que han de producir repetidos efectos en esta vida o en las venideras. En casos excepcionales, cuando las samskaras son muy vigorosas, producen rápidamente el efecto, es decir, que las acciones en extremo malvadas o las de máxima bondad producen su efecto aun en esta misma vida. Afirman los yoguis que si un hombre logra adquirir formidable poder de buenas samskaras, no morirá, pues aun en esta misma vida puede mudar su cuerpo humano en cuerpo de los dioses. Los yoguis mencionan en sus libros varios casos de esta índole. Un hombre tal transmuta la materia de su cuerpo y reordenan sus partículas de modo que se exime de las enfermedades y de la muerte corporal. ¿Por qué no ha de ser esto posible? El fisiológico significado del alimento es la asimilación de energía solar que está en la planta comida por un animal que a su vez se lo come el hombre. Así es que nos asimilamos energía solar; y en consecuencia ¿por qué habría de haber tan sólo un medio de asimilarnos dicha energía? 207 Libro II La planta no se la asimila de la misma manera que el hombre, ni tampoco es el mismo el procedimiento por el cual se la asimila la tierra. Pero la tierra, la planta, el animal y el hombre asimilan de un modo u otro la energía solar. Dicen los yoguis que por medio de la mente se puede asimilar cuanta energía solar necesitemos sin recurrir a los medios ordinarios. ¿Qué son los Samskaras? - Hábitos mentales que ya tienen muchas vidas. - Impresiones subconscientes. - Impresiones latentes. Los Samskaras son esas impresiones mentales, los surcos del disco, lo que se graba. Pero que no se graba en la mente que nosotros entendemos y el intelecto que nosotros entendemos, se graba mucho más profundo. Y entonces esos Samskaras, en un momento determinado nos salen. Los Samskaras son como las partículas en el fondo del lago. La vida mueve la superficie, en un momento dado uno mete la mano y por las propias ondas del agua, los samskaras suben a la superficie. Los samskaras son como semillas, van saliendo hacia arriba, tienen la tendencia de salir fuera. A veces sin hacer nada especial nos encontramos con Samskaras y de buenas a primeras tenemos un problema en la vida, que ni nos hubiéramos imaginado y tenemos que cortarlo, tenemos que limpiarlo. 208 Libro II 13. Mientras existan las raíces (o samskaras), fructificarán como nacimiento, vida y experiencias, y su resultado será placer o dolor. El trabajo principal del estudiante ocultista consiste en manipular fuerza y penetrar en el mundo donde las fuerzas se ponen activamente en movimiento, produciendo efectos fenoménicos; debe estudiar y comprender, práctica e inteligentemente, la acción de la Ley de Causa y Efecto, sin ocuparse de los efectos, concentrando su atención en las causas que los producen. En lo que a él respecta, llega a comprender que la causa primaria del fenómeno de su existencia objetiva en los tres mundos, es el ego, y que las causas secundarias son el conjunto de los impulsos egoicos fundamentales, que han desarrollado en él la capacidad de responder a los contactos sensorios en los tres planos. Estos impulsos han producido efectos, que (estando sujetos a la ley) deben manifestarse objetivamente en el plano físico. Por lo tanto, se le atribuye mucha importancia a la necesidad de establecer contacto egoico directo, por conducto del cordón o sutratma, pues sólo así podrá el aspirante determinar las causas que subyacen en las actuales manifestaciones de su vida, o empezar a ocuparse de las samskaras o simientes, de sus actividades futuras. Estas simientes son kama-manásicas (parcialmente emocionales y mentales), pues el deseo es potente en sus efectos, y lo produce el vehículo físico en sus dos aspectos: a. Manas inferior o mente concreta, factor básico en la producción del cuerpo etérico. b. Kama o deseo, principal factor para traer el vehículo físico denso a la existencia. Ambos son responsables de la existencia manifestada. Es bien sabido que al árbol de la vida se lo representa con las raíces hacia arriba y las hojas hacia abajo. En el diminuto árbol de la vida del ego rige la misma representación simbólica. Las raíces 209 Libro II están en el plano mental, el crecimiento y la fructificación hacia la objetividad se observan en el plano físico. Por lo tanto, es necesario que el aspirante aplique el hacha a la raíz del árbol, es decir, que se ocupe de los pensamientos y deseos que construyen el cuerpo físico. Debe penetrar en el reino subjetivo si quiere ocuparse de aquello que lo mantendrá en la rueda de renacimientos. Cuando las simientes han sido extirpadas, la fructificación ya no es posible. Cuando la raíz ha sido separada de sus exteriorizaciones en cualquiera de los tres planos, la energía de la vida no puede afluir hacia abajo. Las tres palabras, nacimiento, vida y experiencia, compendian la existencia humana, su objetivo, método y meta, y de esto no nos ocuparemos. Este aforismo se ocupa de todo el tema del karma (o Ley de Causa y Efecto), y el tópico es muy vasto para extendernos aquí. Baste decir que, desde el punto de vista de los Aforismos de la Yoga, el karma es de tres tipos: 1. Karma latente. Simientes y causas que aún no se han desarrollado, están inactivas y deben crecer hasta fructificar en alguna parte de la actual vida o de las vidas subsiguientes. 2. Karma activo. Simientes y causas en proceso de fructificación; la vida actual está destinada a proporcionar el suelo necesario para su fructificación. 3. Karma nuevo. Simientes o causas que se producen en esta vida y que necesariamente deberán regir las circunstancias de una vida futura. El principiante de la ciencia de la yoga puede empezar por ocuparse de su karma activo, interpretando que cada acontecimiento y circunstancia de la vida proporcionan las condiciones por las cuales puede agotar una serie de efectos específicos y esforzarse por vigilar sus pensamientos para no sembrar nueva semilla y ningún karma futuro pueda fructificar en alguna vida posterior. Si las raíces, las causas, las samskaras subsisten, manifiestan sus efectos. 210 Libro II La causa concretada se transmuta en efecto; y el efecto sutilizado se transmuta en causa de un nuevo efecto. El fruto de un árbol lleva semilla que produce un nuevo árbol y así sucesivamente. Al neófito le resulta muy difícil trabajar con las simientes del karma latente, y es aquí donde su Maestro puede ayudarlo, manipulando las circunstancias y ocupándose de lo circundante en los tres mundos, para que este tipo de karma se agote más rápidamente y desaparezca. Los comentarios de Vyasa constituyen un pequeño tratado sobre karma. Dice que el conjunto de actos buenos y malos hechos en una vida, en toda su diversidad, queda sometido a un factor decisivo en la vida, el cual adquiere prominencia al morir: ―la pasión que más poder tenga al morir‖. La destrucción del efecto de los actos malos se produce por la ejecución de actos buenos; pero el agotamiento de karma es ―muy variado y difícil de comprender‖. Mientras perdure cualquiera de los Cinco Obstáculos que se han forjado por el mal uso de la mente, el hombre debe regresar al nacimiento en cierta posición, ocupación y longitud de vida. Mediante una especie de gravitación, el alma encarnante es llevada a un hogar y un ambiente que le proporcione el campo y la disciplina adecuados; lo cual estará claramente condicionado por su carácter, su grado de evolución y sus adelantos en vidas anteriores. 211 Libro II 14. Las simientes (o samskaras) traen placer o dolor, si sus causas originantes fueron el bien o el mal. Se ha de observar que el bien es lo que tiene relación con el principio único con la realidad que mora en todas las formas, con el espíritu del hombre, cuando se revela por medio del alma, y con el Padre al manifestarse por medio del Hijo. El mal se relaciona con la forma, el vehículo y la materia; en realidad, concierne a la relación del Hijo con su cuerpo de manifestación. Si el Hijo de Dios (cósmico o humano) está limitado, aprisionado y cegado por su forma, esto constituye el poder que ejerce el mal sobre él. Si es consciente de su yo, sin estar atado por las formas y libre de la esclavitud de la materia, esto constituye el poder que ejerce el bien. La total liberación de la materia causa beatitud o placer –el gozo de la realización. El mal causa dolor, porque, en la medida que el Regente Interno esté limitado por su cuerpo de manifestación, así sufrirá. “ciertamente, un conjunto de buen karma anulará otro de mal karma. Hay que buscar entonces las buenas acciones. Así es como instruyen los sabios que buscan el bien”. ―Tan ciertamente como las ruedas del carro siguen los talones del buey, así el dolor sigue los talones de los actos malos‖, dicen las escrituras Budistas. Cuando un hombre hace bien a otros, sin pensar en el resultado para sí mismo, se ayuda; cuando hace mal pone tropiezos en su propia senda. ―Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo; como tampoco muere nadie para sí mismo‖. (Rom. 14:7). Y H. P. B. dice que no podemos elevarnos algún tanto sin llevar a otros con nosotros, ni incumplir un deber sin deprimir un tanto al conjunto de la raza humana. Tal es la unidad fundamental de la vida. El espíritu que mora dentro del hombre resultará algún día victorioso. El mal no es sino el resultado de la ignorancia, de la ceguera y el aprisionamiento en la materia de las formas en que residimos. Pero el dolor que nos atraemos nos hará buscar la forma de escapar para experimentar la dicha final. Pues algún día todos deberemos estar ―en armonía con el Infinito‖. 212 Libro II 15. El hombre iluminado considera que toda existencia (en los tres mundos) es dolor, debido a las actividades de los gunas. Estas actividades son tres, produciendo consecuencias, ansiedades e impresiones sublimadas. Las tres "gunas" son las tres cualidades de la materia misma: sattva, raja y tamas, o ritmo, actividad e inercia, inherentes a todas las formas. El estudiante debe recordar que toda forma, en todos los planos, posee esta característica, y ello es aplicable lo mismo a la forma más elevada que a la más baja; la manifestación de estas cualidades es sólo de grado. Para el hombre que está alcanzando la perfección, es cada vez más evidente que cada forma, a través de la cual el hombre espiritual divino se manifiesta, produce limitación y dificultad. El vehículo físico del adepto, aunque construido de sustancia predominantemente sáttvica, equilibrada y rítmica, lo confina al mundo del esfuerzo físico y limita los poderes del verdadero hombre. Hablando en forma general, puede decirse sobre las tres gunas que: 1. El atributo inercia caracteriza al yo personal inferior y a las envolturas del triple hombre inferior. 2. El atributo actividad es la característica principal del alma y la cualidad que causa la intensa actividad y labor constante del hombre, al buscar experiencia y, más tarde, al tratar de servir. 3. El atributo ritmo o equilibrio, es la cualidad del espíritu o mónada, y también la tendencia a la perfección, causa de la evolución del hombre, en tiempo y espacio, y el factor que lleva la vida a través de todas las formas hasta la consumación. Sin embargo, debemos tener en cuenta que las tres son cualidades de la sustancia, por la cual el triple 213 Libro II espíritu se manifiesta en este sistema solar. No se conoce aún la naturaleza del espíritu, por cuanto no podemos pensar más que en términos de forma, por trascendentales que estas formas sean. Únicamente las almas que han alcanzado la iniciación más elevada y pueden trasponer nuestro círculo infranqueable solar, conocen algo de la naturaleza esencial de lo que llamamos espíritu. Volviendo a la manifestación práctica de los tres gunas, en los tres mundos (en relación con el hombre), se puede observar que: 1. El atributo de equilibrio o ritmo caracteriza al vehículo mental. Una vez que el cuerpo mental está organizado y el hombre es dirigido por su mente, su vida también se estabiliza y organiza, y la orientación de sus asuntos prosigue en forma equilibrada. 2. La cualidad de actividad o movilidad, caracteriza a la naturaleza emocional o astral; cuando ésta predomina, la vida es caótica, violenta, emocional y está sujeta a todo capricho y sentimiento. Es principalmente la cualidad de la vida de deseo. 3. La cualidad de inercia domina al cuerpo físico; el objetivo del ego es quebrar esta inercia e impulsar a su vehículo inferior a la actividad, lo cual traerá los fines deseados. De allí que en las primeras etapas del esfuerzo sea necesario emplear el guna de movilidad y la plena actuación de la naturaleza emocional o de deseos. El dolor es el producto de las actividades de la forma, pues dolor es el resultado de la diferencia inherente entre los pares de opuestos, espíritu y materia. Ambos factores se mantienen esencialmente ―en paz" hasta que entran en conjunción y se resisten mutuamente produciendo fricción y sufrimiento, cuando se unen en tiempo y espacio. 214 Libro II Vyasa dice que toda pena es más dolorosa para el yogui debido a su creciente sensibilidad. La conjunción del PURUSHA (Espíritu) con PRAKRITI (Materia) es la causa del dolor; la cesación final de esta conjunción es la supresión del dolor. El Recto Conocimiento, según el ―Noble Octuple Sendero‖, del Buddha, es causa de la supresión del dolor. O, como dice la escritura Inda: ―El objeto de la filosofía es poner fin al dolor‖. Recto conocimiento es el conocimiento del Ser, o sea MOKSHA, que confiere inmortalidad consciente. ―Todas las cosas expresadas son impermanentes: MOKSHA es lo único que establece al Ser en su propia naturaleza. Sólo esto es Conocimiento Recto‖. Patanjali señala que este dolor es abarcante, pues comprende el pasado, el presente y el futuro. Veamos: 1. Consecuencias. El dolor es producto de la actividad del pasado y del agotamiento del karma cuando se manifiesta al corregir los equívocos y pagar el precio de los errores cometidos. El cumplimiento de obligaciones y deudas pasadas es siempre un proceso doloroso. Ciertas ocurrencias del pasado hacen necesarias la actual condición heredada, el medio ambiente, el tipo de cuerpo y de forma, el vehículo y las relaciones grupales, siendo doloroso para el alma confinada en ello. 2. Ansiedades. Conciernen al presente y a veces se convierten en aprensiones. Si se analiza este término se observará que no sólo abarca el temor al sufrimiento, sino al fracaso del cuerpo espiritual al prestar servicio. Estos temores producen también dolor y malestar y van paralelos al despertar del hombre real que descubre su herencia. 3. Impresiones sublimadas. Se relacionan con el futuro y conciernen a las premoniciones de muerte, sufrimiento, necesidad, que dominan a tantos hijos de los hombres. Es el temor a lo desconocido y a lo que puede ocurrirnos, a nosotros o a otros, y a su vez produce dolor. 215 Libro II Y a raíz del conflicto que ocasionan las fluctuaciones de las cualidades fundamentales (guṇas), para el de clara visión todo es dolor. Ahora se afirma que todas las experiencias de placer, alegría y felicidad, son engañosas. Realmente, la vida es sufrimiento. No se niega que se puedan experimentar momentos de placer. Pero sí se muestra que la impermanencia del placer es en sí misma experimentada como dolorosa. La naturaleza se transforma continuamente y no proporciona al hombre una posición estable. El cambio es la auténtica esencia de la naturaleza condicionada. En consecuencia, nuestra necesidad de seguridad está determinada a permanecer incompleta. Bajo la superficie de las experiencias placenteras y desagradables residen una ansiedad y angustia fundamentales, comunes a todas las personas —una intuición que el existencialismo contemporaneo y las escuelas de pensamiento psicoterapéutico han redescubierto en el siglo veinte. El dolor es consecuencia de cambios constantes (pariṇāma). Debido a la existencia temporal del hombre el pasado es un recuerdo y el porvenir una esperanza; únicamente el presente, el no-cambio, existe y es real. En consecuencia, el hombre y solo el hombre, se angustia pues observa que todo en derredor esta sujeto a la temporalidad, al cambio. Aunque todo sea real, esta realidad es relativa y no satisface las exigencias íntimas del hombre. Además, el hombre es un ser ansioso, abocado a la acción, como fruto de los saṃskāras que dejan anteriores acciones. Todo esto, que es la esencia misma del ser, produce un anhelo por la verdad que aparte de las dificultades que pueden encontrarse al aproximarse a ella, capacita mas aún para notar el contraste entre el bien perseguido y las realizaciones diarias. La concatenación casi determinista creada por la inercia del karma sume al hombre en una especie de sopor que le impide hacerse 216 Libro II cargo de su responsabilidad última. Es libre no solo para empeorar, sino también para mejorar su suerte, pero necesita un reactivo si quiere hacer valer esta libertad. Este es el papel que le corresponde al dolor, el cual empapa todas las dimensiones de la vida humana. Como expone Dasgupta, aun en los estados de placer temporal teníamos dolor en el momento previo, cuando hemos buscado, y tenemos también dolor aun cuando lo gozamos, por el temor de perderlo. La suma total de dolores es por eso mucho mayor que la de los placeres. Este aforismo afirma que cuanto mas profundo es nuestro discernimiento mas vemos el sufrimiento por todas partes. Hay dos posibles fuentes de sufrimiento. Una es la interrelación entre la psique humana y lo que la rodea, como por ejemplo: (1) los cambios ocasionados por el paso del tiempo y el envejecimiento, (2) enfermedades, dolores e inapropiados e irrealizables deseos y caprichos, (3) rigidez creada por las propias construcciones culturales y mentales. Todos estos factores conducen al sufrimiento, tanto de forma aislada, como porque entran en conflicto, especialmente bajo la forma de condicionamientos (saṃskāras) opuestos y a causa del inevitable paso del tiempo (pariṇāma). La segunda fuente de sufrimiento viene de las diferentes coloraciones en la psique creadas por los continuos cambios en las cualidades constituyentes de la naturaleza (guṇas) —equilibrio (sattva), actividad (rajas) e inercia (tamas). Estas cualidades no siempre se manifiestan en el momento o la situación correcta. Por ejemplo, en lugar de inundarse de inercia a la hora de ir a dormir, podríamos experimentar actividad, y al contrario, cuando por la mañana es deseable esta hiperactividad, nos sentimos cansados y predomina la inercia. 217 Libro II 16. El dolor puede ser evitado antes de producirse. Las palabras en sánscrito de este aforismo encierran una doble idea. Se infiere, en primer lugar, que ciertos tipos de "malestar" (según algunas traducciones) pueden evitarse por un correcto reajuste de las energías del hombre, de manera que por un cambio en la actitud mental no son posibles las reacciones dolorosas, y por la transmutación de sus deseos desaparecen los antiguos "dolores‖. En segundo lugar se infiere que la vida será vivida en el presente, de manera de no iniciar causas que tengan efectos dolorosos. Esta doble inferencia hará que el yogui adopte en su vida una disciplina dual, que involucra la firme determinación de practicar el desapego y constante disciplina de la naturaleza inferior. Esto traerá por resultado una actividad mental de tal naturaleza que las antiguas tendencias, anhelos y deseos, ya no atraerán, ni se emprenderá actividad alguna que produzca karma o resultados posteriores. El karma del pasado puede ser agotado únicamente ahora, y ese tipo de karma que trae dolor, tristezas y malestar, debe seguir su curso. El karma actual o esa precipitación de efectos que el ego tiene intención de agotar en el presente cielo de vida, debe desempeñar igualmente su parte en la emancipación del alma. Sin embargo, el hombre espiritual puede regir en tal forma al hombre inferior, que los acontecimientos del karma (o los efectos que se manifiestan en el mundo físico objetivo) no causen angustia ni dolor, pues serán vistos y enfrentados por el yogui carente de apegos. Tampoco le permitirá iniciar esas causas que produzcan dolor. Ya hemos agotado parte de nuestro karma; estamos agotando ahora otra parte; y el resto espera dar fruto en el porvenir. La primera parte ya no existe, pues se agotó. Estamos agotando la segunda. Únicamente podemos contrarrestar la parte del karma que está en espera de dar fruto, ya contrarrestarlo deben dirigirse nuestros 218 Libro II esfuerzos. Esto es lo que Patanjali da a entender cuando dice que las samskaras se han de vencer por ondulaciones contrarias. Recuerdo observaciones de C. W. Leadbeater a este respecto. Nos decía que no está absolutamente fijado el destino de nadie. Antes de que cualquier cosa pueda acontecer en el plano físico, pende en el plano psíquico, y un vidente puede profetizarla. Pero en cualquier momento un hombre puede alterar el destino que sobre él se cierne, por una palabra o un acto, y entonces se agotará ese destino de una manera ligeramente diferente. También el modo como recibimos y manejamos los eventos de la vida, determina su incidencia futura sobre nuestro destino. Siempre es prudente hacer lo mejor ―hasta de lo peor‖, como lo indicó el Maestro K. H. al Sr. Sinnett. Las penas de la vida no pueden realmente curarse cómodamente. Su raíz yace en la preocupación del yo inferior. Así, como nos dice LUZ EN EL SENDERO: “No hay cura para el deseo, no hay cura para el amor a la recompensa, no hay cura para la miseria de anhelar, excepto en fijar la vista y el oído en lo que es invisible e inaudible”. 219 Libro II 17. La ilusión de que el Perceptor (Yo) y lo percibido (noyo) son una y la misma cosa, es la causa (de los efectos que producen dolor) que debe evitarse. Este aforismo nos lleva nuevamente a la gran dualidad básica de la manifestación, la unión espíritu materia. Su interacción causa todas las modificaciones o actividades en los diversos planos que producen la forma, siendo también la causa de las limitaciones que la conciencia pura se ha impuesto a sí misma. En un breve comentario como éste es imposible dilucidar plenamente este tópico. Lo único que puede hacerse es tratar el tema en lo que afecta al hombre, pudiendo resumirse de la manera siguiente: todo dolor y tristeza son ocasionados por el hombre espiritual cuando se identifica con las formas objetivas en los tres mundos y con el reino fenoménico, donde dichas formas desarrollan sus actividades. Cuando él es capaz de desprenderse del reino de los sentidos y reconocer "que él no es lo que se ve, se toca y se oye", entonces puede liberarse de todas las limitaciones de la forma y permanecer separado como perceptor y actor divino. Utilizará las formas como quiera a fin de alcanzar ciertos fines específicos, pero no caerá en el engaño de considerarlas como si fueran él mismo. El estudiante haría bien en aprender a ser consciente de que, en los tres mundos (que conciernen únicamente al aspirante en esta etapa), él es el factor más elevado de las tan conocidas triplicidades: Preceptor .......... Pensador .......... Conocedor ........ Vidente ............ Observador ...... Espectador ....... Percepción ............... Lo percibido. Pensamiento ............ Formas mentales. Conocimiento .......... El campo del conocimiento. Vista ........................ Lo visto. Observación ............. Lo observado. Visión ....................... El espectáculo. y otras muy conocidas. 220 Libro II El gran objetivo de Raja Yoga es liberar al pensador de las modificaciones del principio pensante, a fin de no sumergirse ya en el gran mundo de ilusiones mentales ni identificarse con lo puramente fenoménico. Se mantiene libre y desapegado, y utiliza el mundo de los sentidos como campo para desarrollar sus actividades inteligentes y no como campo de experimentación y esfuerzo, donde adquirir experiencia. Debe recordar que los medios de percepción son los seis sentidos: oído, tacto, vista, gusto, olfato y mente, y han de ser trascendidos y reconocidos por lo que son. Los medios de percepción revelan el gran maya o mundo de ilusión, compuesto de formas de todo tipo, construidas de sustancia que debe ser estudiada en su constitución atómica y molecular y sus elementos básicos que dan a tal sustancia sus diferenciaciones y cualidades específicas. Para fines de estudio, debería recordarse que es necesario investigar la naturaleza de los siguientes factores existentes en el polo opuesto del espíritu, denominado materia: 1. 2. 3. 4. 5. Los átomos. La materia molecular. Los elementos. Los tres gunas o cualidades. Los tattvas, o diferenciaciones de la fuerza, en sus siete tipos. Mediante la comprensión de la naturaleza y las diferenciaciones de la materia se llega a comprender el mundo de la forma, que durante tanto tiempo ha mantenido prisionero al espíritu. Esto lo indica Pantajali en el siguiente aforismo. La correlación entre la base de la conciencia y el mundo objetivo (incluyendo los procesos psicomentales) no es una mezcla sustancial o una entrada en contacto, pues ambas entidades se hallan por siempre separadas. Sencillamente es una relación ficticia —y esencialmente enigmática. Tiene lugar en la experiencia humana y, en último término, no puede explicarse empíricamente. El sí-mismo221 Libro II esencial se particulariza como el ―observador‖ o la ―concienciaenergía‖, mientras que el mundo, en sus formas manifiestas e inmanifiestas, es lo que puede ser observado por el observador. Esta extraña relación se define también con el término ―proximidad‖. Según Vācaspati Mishra (I.4): ―la conciencia no se une al si-mismoesencial, sino que se aproxima a él‖. Y esta proximidad no resulta de una conexión espacial o temporal del si-mismo-esencial con ella (la conciencia). Mas bien, la característica (de tal proximidad) es una (cierta) facultad. En otras palabras, no hay una relación externa, sino una capacidad interna; es decir, la facultad del si-mismoesencial de apercibir y la capacidad del mudo de ser apercibido. Otra forma de explicar esta abstrusa doctrina filosófica es por medio de la metáfora de la reflexión, tal como la desarrolla Vācaspati Mishra. Según ésta, el si-mismo-esencial se halla reflejado en la conciencia empírica y es precisamente ésta ―luz‖ reflejada del simismo-esencial la que entra en contacto con el mundo objetivo. La identificación del Yo con el no-yo es la causa del dolor, y se debe luchar por evitarla. Por eso H. P. B. nos dice que debiéramos recapacitar noche y día sobre la irrealidad de todo cuanto nos rodea y de nosotros mismos. ―El primer error básico que tenéis que superar es la identificación de vosotros mismos con el cuerpo físico. Empezad a pensar que este cuerpo no es nada más que la casa en que tenéis que vivir por un tiempo, y entonces no cederéis jamás a sus tentaciones‖. El Hombre Real no es ni el cuerpo, ni las emociones, ni la mente. H. P. B. dice ―lo primero que se necesita para conocerse a sí mismo es hacerse profundamente consciente de la ignorancia; sentir con todas las fibras del corazón que uno está INCESANTEMENTE engañado sobre sí mismo‖. Y por eso recomienda, como ya he citado antes, que el primer gran error que debemos superar es el de identificarnos con nuestros cuerpos. Madame Alexandra David Neal dice en su libro ―Las Enseñanzas Orales Secretas de las Sectas Buddhistas Tíbetanas‖, que la primera recomendación que se da a los neófitos es la de ―dudar‖. Todo cuanto existe en este universo en incesante movimiento, es ―irreal‖. Pero hay que comprender y trascender lo irreal a fin de ver lo Real. 222 Libro II 18. Lo que se percibe tiene tres cualidades: sattva, raja y tamas (ritmo, movimiento e inercia), y está compuesto de elementos y órganos sensorios. Su empleo produce experiencia y eventualmente liberación. Éste es uno de los aforismos más importantes del libro, porque en pocas y concisas palabras resume la naturaleza de la sustancia, así como su constitución, finalidad y razón de ser. Cada una de las frases merece una extensa consideración, pues las palabras: "cualidades", "elementos", "sentidos", "evolución" y "liberación" expresan la totalidad de los factores involucrados en el crecimiento del hombre, y son los que más conciernen a la unidad humana, y abarca su trayectoria desde el momento en que encarnó por primera vez, en el transcurso del largo ciclo de vidas, hasta que pasa por los diversos portales de la iniciación a la vida mayor del cosmos. Lo primero que caracteriza al hombre es la inercia, siendo de índole tan pesada y densa que se requieren muchos y violentos contactos para darse cuenta de lo que lo rodea y que valorará mas tarde inteligentemente. Los grandes elementos tierra, agua, fuego y aire, desempeñan su parte en la construcción de sus formas y se incorporan en su ser. Los diversos órganos de los sentidos entran en actividad paulatinamente; primero, los cinco sentidos; luego, una vez que la segunda cualidad de rajas o actividad se establece firmemente, empieza a desarrollarse también el sexto sentido. La mente. Más tarde comienza a percibir todo lo que circunda en el mundo fenoménico, las mismas cualidades y elementos que existen en sí mismo y acrecientan rápidamente su conocimiento. De allí pasa a establecer la diferencia entre él como Perceptor, y lo que percibe como sus formas y el mundo en que éstas existen. El sexto sentido acrecienta su predominio, pero con el tiempo es controlado por el verdadero hombre, quien pasa al estado sáttvico, donde se armoniza consigo mismo y, en consecuencia, con todo cuanto lo rodea. Su manifesta223 Libro II ción es rítmica y a tono con la gran totalidad. Contempla el espectáculo y procura que las formas, por medio de las cuales actúa en el mundo fenoménico, estén debidamente controladas, y que todas sus actividades se desarrollen en armonía con el gran plan. Cuando esto ha tenido lugar, forma parte del todo, sin embargo está libre y liberado del control que ejerce el mundo de la forma, de los elementos y de los sentidos, y los utiliza sin ser utilizado por ellos. Refiere una leyenda que Indra, el rey de los dioses, se infundió una vez en el cuerpo de un cerdo y se revolcaba en el cieno. Tenía por compañera una verraca que le dio lechoncillos, y era dichoso. Al verle los dioses en semejante apuro, le dijeron: "Eres el rey de los dioses y tienes a todos los dioses bajo tu mando. ¿Por qué estás aquí?" A lo que respondió Indra: "No importa. Estoy muy bien aquí. Ningún cuidado me da el cielo mientras tenga esta verraca y estos lechoncitos." Los dioses no supieron qué replicar, y al cabo de algún tiempo decidieron ir matando los lechoncillos uno tras otro y por fin a la verraca. Cuando todos murieron, Indra afligióse y lloró. Entonces los dioses abrieron en canal el cuerpo del cerdo, y de él salió Indra que rióse del horrible sueño que había tenido, creyendo que en la vida del cerdo cifraba su dicha, con deseo de que el universo entero adoptara tal vida. Esta leyenda simboliza que cuando Purusha (Espíritu) se unifica con la Naturaleza olvida que es puro e infinito. Purusha no ama, porque es el mismo amor. Purusha no existe, porque es la misma existencia. Purusha no conoce, porque es el mismo conocimiento. Es un error decir que el Yo ama, existe y conoce. El amor, la existencia y el conocimiento no son cualidades del Purusha sino su esencia. Cuando Purusha se refleja en una cosa, la esencia se diversifica en las cualidades de dicha cosa. No son cualidades de Purusha sino su esencia, la esencia de Atman, del Ser infinito sin nacimiento ni muerte, establecido en su propia gloria. Sin embargo, parece tan degenerado, que si se le dice que "no es un cerdo" gruñe y muerde. Así nos sucede en este mundo de maya, de sueño, donde todo es miseria, clamor y llanto, donde ruedan unas cuantas rodajas de oro tras de las que a la rebatiña andan las gentes. 224 Libro II 19. La división de las gunas (o cualidades de la materia) son cuatro: lo específico, lo no específico, lo insinuado y lo intocable. Es interesante observar que los gunas o cualidades (suma total de los atributos o aspectos de la sustancia de nuestro sistema solar) son cuatro. En la siguiente séptuple clasificación tenemos la analogía de los septenarios existentes en nuestro universo manifestado. Los tres aspectos mayores de la sustancia mental son: 1. Sustancia sáttvica ..................... ritmo, equilibrio, armonía. 2. Sustancia rajásica ..................... movilidad, actividad. 3. Sustancia tamásica ................... inercia, estabilidad. Los tres se dividen en: 1. 2. 3. 4. Lo específico ...... los elementos manifestados, forma. Lo no específico… los órganos de los sentidos, los tanmatras. Lo insinuado …..… la sustancia primaria, los tattvas, la materia atómica. Lo intocable ……… la gran Existencia, la suma total de todos ellos. Este aforismo tiene por objeto abarcar los tecnicismos del aspecto forma de la manifestación, ya se refiera a la manifestación de un átomo humano o de una deidad solar; indica simplemente la triplicidad natural de la sustancia, la naturaleza septenaria de la misma y sus diversas mutaciones. Expresa la naturaleza de ese aspecto de la vida divina que los hindúes denominan Brahma y los cristianos Espíritu Santo. Es el tercer aspecto de Trimurti o Trinidad, el aspecto materia inteligente activa, con la cual se ha de construir el cuerpo de Vishnu o del Cristo Cósmico, a fin de que Shiva, el Padre o Espíritu, tenga un medio de revelación. Estas triplicidades deben ser estudiadas cuidadosamente, pues por su intermedio será posible obtener los diversos grados de conciencia. Esto se refiere a las grandes formas ilusorias, con las que se 225 Libro II identifica el Hombre Real (con el consiguiente dolor y sufrimiento) durante el transcurso del largo ciclo de manifestación, del cual debe liberarse con el tiempo. Involucra una idea aún más amplia, el aprisionamiento de la vida de un Logos solar en la forma de un sistema solar, su desarrollo evolutivo por medio de dicha forma, y la perfección y liberación eventuales de esa vida al terminar el gran cielo solar. El ciclo menor del hombre está contenido en el mayor, y sus realizaciones y la naturaleza de su liberación sólo son relativas al todo mayor. 1. Clasificación específica de los gunas. Esta clasificación específica o detallada de los gunas consta de diez y seis partes, que se refieren principalmente a la reacción del hombre al mundo objetivo tangible: a. Los cinco elementos: éter, aire, fuego, agua y tierra, efectos directamente involucrados en un sonido o palabra subjetiva o no específica. b. Los cinco órganos de los sentidos: oído, piel, ojo, lengua y nariz. Los órganos físicos o canales, por medio de los cuales se hace posible la identificación con el mundo tangible. c. Los cinco órganos de acción: voz, manos, pies, órganos de excreción y órganos genitales. d. La mente, el sexto sentido; el órgano que sintetiza a los otros órganos sensorios y oportunamente los suplantará. Estos diez y seis medios de percepción y actividad en el mundo fenoménico, constituyen los canales para el verdadero hombre pensante; ponen de manifiesto su activa realidad, siendo la suma total de los hechos físicos que conciernen a todo Hijo de Dios encarnado. Similarmente, en su significado cósmico, constituyen 226 Libro II la totalidad de los hechos que demuestran la realidad de una encarnación cósmica. "El Verbo se hace carne", tanto en sentido individual como cósmico. 2. Clasificación no específica de los gunas. Consta de seis partes, y concierne a lo que está detrás de lo específico; se refiere a lo subjetivo e intangible y al despliegue de la fuerza productora de formas específicas. En los libros hindúes se los denomina técnicamente tanmatras. Tienen que ver con la conciencia más que con la forma; son las "modificaciones especiales" de budi o conciencia. a. El elemento que nos hace oír o lo que la oreja produce; el oír rudimentario. b. El elemento que nos hace tocar, o lo que el mecanismo del tacto, la piel, etc., produce; el tacto rudimentario. c. El elemento que nos hace ver, o lo que el ojo produce. d. El elemento que nos hace gustar, o lo que el mecanismo del gusto produce. e. El elemento que nos hace oler, o lo que el mecanismo del olfato produce. Detrás de estos cinco elementos se halla el sexto tanmatra o modificación del principio conciencia, el denominado "sentido de la personalidad", la conciencia "yo soy yo", el principio ahamkara, el cual produce el sentido de la realidad personal y de que cada uno de nosotros es una unidad separada de conciencia. Constituye la base de la "gran herejía de la separatividad" y la causa de que el hombre real o espiritual, sea atraído por la gran ilusión, que obliga al hombre, durante largos eones, a identificarse con las cosas de los sentidos, llevándolo con el tiempo a la etapa donde busca la liberación-. 227 Libro II 3. Lo insinuado. Detrás de las diez y seis divisiones específicas y de las seis no específicas, subyace la causa de todas ellas; los libros hindúes la llaman budi o razón pura; el intelecto, separado de la mente inferior, algunas veces denominado intuición, cuya naturaleza es amor-sabiduría. Es la vida o principio crístico que, en el proceso de encarnar o de tomar una forma, tal como la conocemos, se manifiesta como lo específico y lo no específico. Para la mayoría sólo está "insinuado". Se supone que está ahí. El trabajo de Raja Yoga consiste en llevar a su pleno conocimiento esta vaga suposición, para que la teoría se transforme en realidad, y lo que está latente, y creemos existe, sea reconocido y conocido por lo que es. 4. Lo intocable. Llegamos finalmente a la cuarta clasificación de los gunas o aspectos, aquello "en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser", el Dios intocable o desconocido. Es la gran forma de existencia en la que nuestras pequeñas formas existen; la suma total de sustancia pensante, de la cual nuestras pequeñas mentes son parte; la total manifestación de Dios por medio del Cristo cósmico, de quien cada pequeño hijo de Dios forma parte. La mente del hombre no puede concebir todavía este algo intocable y desconocido. La teoría de Dios, en su significado psicológico, dejando aparte todo concepto de personalidad, es que la inteligencia es lo primero en el orden de la creación y que de la inteligencia procede lo que llamamos materia densa. Por el contrario, los filósofos modernos opinan que la inteligencia aparece en último lugar, porque los minerales evolucionan en vegetales y los vegetales en animales y los animales en hombres, de suerte que los seres inteligentes son los últimos, por lo que en vez de proceder todas las cosas de la inteligencia, es la inteligencia lo último en aparecer. Pero la religión y la ciencia, aunque a primera vista se contradigan, afirman ambas la verdad. 228 Libro II Supongamos una serie indefinida, tal como A - B - A - B - A - B, etc. ¿Qué es primero, A o B? Si tomamos la serie como A - B - AB... diremos que primero es A; pero si tomamos la serie en el sentido B - A - B - A - B... diremos que primero es B. Depende de la manera de considerar la serie. La inteligencia se modifica y transmuta en materia densa que a su vez se transmuta en inteligencia y así continúa el proceso. Los sankhyas y otros religiosos colocan primero la inteligencia, y la serie es inteligencia - materia - inteligencia - materia. . . El científico coloca primero la materia, y la serie es entonces materia - inteligencia - materia - inteligencia. . . Ambos indican la misma cadena. Sin embargo, el filósofo índico va más allá de la inteligencia y la materia y encuentra a Purusha, el Yo, de quien la inteligencia es prestada luz. 229 Libro II 20. El vidente es conocimiento puro (gnosis). Aunque puro, observa la idea presentada, valiéndose de la mente. Ya se ha hecho referencia a la excelente traducción de este aforismo dada por Johnston, que dice: "El vidente es visión pura. Aunque pura, observa a través de la vestidura de la mente". Ganganatha Jha proyecta mayor luz al expresar: "El espectador es sensibilidad absoluta y, aunque pura, todavía contempla ideas intelectualizadas". La idea sugerida es que el hombre verdadero, el espectador, perceptor o pensador, es la suma total de todas las percepciones, ya sean percibidas por medio de los sentidos o de la mente inferior; es en sí mismo conocimiento, clara visión o verdadera percepción. Todo cuanto existe en los tres mundos existe por él y para él; es la causa de su existencia, y cuando ya no lo busca ni se esfuerza por visualizarlo, deja de existir para él. Este aforismo es uno de los versículos clave del libro, y proporciona la llave para la ciencia de la yoga. Su formulación oculta ciertas ideas que abarcan la totalidad de esta ciencia; los estudiantes deberían prestarle mucha atención. Si se enuncia como una afirmación produce un efecto mántrico, y si el aspirante lo emplea constantemente, le demostrará, con el tiempo, la verdad de la afirmación de que: "como el hombre piensa, así es él". "Yo soy el conocimiento puro, contemplo las ideas presentadas valiéndome de la mente". Tenemos en esta afirmación: 1. El vidente o quien contempla y considera (desde su punto de vista divino) este mundo de efectos, este gran maya de ilusión. 2. La idea presentada. La idea que imparte es que todo tipo de forma que pasa ante el espectador en el gran panorama de la vida en los tres mundos, es "una idea-presentada", por lo tanto, son pensamientos corporificados y deben ser considerados como tales. La tarea del ocultista consiste en trabajar con la 230 Libro II fuerza subyacente en todas las formas y no tanto con la forma, que es sólo el efecto de alguna causa. Este método de trabajo puede desarrollarse únicamente de manera gradual. El espectador observa sucesivamente, en su medio ambiente inmediato y en su propio y pequeño mundo, las formas, y su significado verdadero y las diversas formas del proceso mundial, hasta que le es revelado el mundo de las causas, y el mundo de los efectos asume una posición secundaria. Primeramente percibe las formas en los tres mundos. Gradualmente se da cuenta de aquello que las causa y del tipo de fuerza que las ha traído a la existencia. Más tarde descubre la idea que ellas corporifican, y al seguir progresivamente su trayectoria, hacia adelante o hacia atrás, hasta su fuente de origen, entra en contacto con las grandes vidas, causa de la manifestación. Así sale de la esfera de la objetividad, de los mundos mental, emocional y físico, y entra en el reino del alma o causa subjetiva de esta triple manifestación. Éste es el mundo de las ideas y, por lo tanto, del conocimiento puro, de la razón pura y de la mente divina. Más tarde, en una etapa muy avanzada, se pone en contacto con esa Vida una que sintetiza las muchas vidas, con el Propósito uno que fusiona las muchas ideas en un sólo plan homogéneo. 3. La mente. Instrumento que emplea el vidente, a fin de percibir las ideas presentadas o formas mentales. Para mayor claridad, se debe tener en cuenta que las ideas presentadas se dividen en cinco grupos de formas mentales: a. Las formas objetivas tangibles del mundo físico del diario vivir, con las cuales se ha identificado el vidente, durante largo tiempo, en las épocas primitivas y salvajes de la existencia humana. b. Los estados de ánimo, sentimientos y deseos, que adquieren forma en el mundo astral, el mundo de las emociones. 231 Libro II c. Las formas mentales, en su infinidad de variaciones, que colman el mundo mental. Por medio de las "ideas presentada‖ el vidente llega a conocer el no-yo. d. Las formas mentales que el hombre crea cuando ha aprendido a controlar su instrumento mental y puede discriminar entre el mundo ilusorio de las ideas presentadas, y esas realidades que constituyen el mundo del espíritu. Por medio de este proceso el hombre llega a conocerse a sí mismo. Durante toda la gran experiencia de conocer el noyo y conocerse a sí mismo, emplea la mente como medio de investigación, explicación e interpretación, pues los sentidos y todos sus canales de contacto envían constantemente información y reacciones a la mente, mediante el instrumento inferior del cerebro. Habiendo alcanzado esta etapa, el vidente puede entonces emplear la mente en sentido inverso. En vez de dirigir su atención al no-yo o al mundo ilusorio de efectos y estudiar su propia naturaleza inferior, puede ahora, gracias al control mental logrado, alcanzar la quinta etapa: e. Las ideas presentadas por el mundo de la vida espiritual, el reino del conocimiento espiritual, y en sentido más real el reino de Dios. Por este medio, el vidente llega a conocer a Dios tal cual es y a comprender la naturaleza del espíritu. La mente cumple entonces tres propósitos: a. El vidente contempla a través de ella el reino de las causas, el espiritual. b. Por su intermedio puede interpretar el mundo de las causas en términos del intelecto. c. Empleándola correctamente, el vidente puede trasmitir al cerebro físico del yo personal inferior (reflejo del hombre ver232 Libro II dadero en el mundo de los efectos) lo que el alma ve y conoce. Entonces se forma y entra en actividad efectiva el siguiente triángulo: el vidente u hombre espiritual, la mente, que construye su medio de investigación o la ventana a través de la cual observa (ya sea el, mundo de los efectos, a sí mismo o el mundo de las causas), y el cerebro, la placa receptora, en la cual el vidente puede plasmar su "conocimiento puro", empleando la mente como intérprete y agente transmisor. Hemos visto que según esta filosofía, desde la forma más densa hasta la inteligencia, todo es Naturaleza, y más allá de la Naturaleza están los purushas (Almas) que no tienen cualidades. Así pues ¿cómo aparenta el alma ser dichosa o desdichada? Por reflejo. Si cerca de un trozo de límpido cristal colocamos una flor roja, el cristal parecerá rojo. Análogamente las apariencias de dicha o desdicha, del alma no son más que reflejos. El alma en sí permanece incolora. El alma está separada de la Naturaleza. La Naturaleza es una cosa y el alma otra, eternamente separada. Añade la escuela sankhya que la inteligencia es un compuesto, que crece y se desvanece y cambia como cambia el cuerpo, pues su índole es muy análoga a la del cuerpo. Lo que una uña es respecto del cuerpo, así es el cuerpo respecto de la inteligencia. La uña es parte del cuerpo; pero se la puede recortar centenares de veces sin menoscabo del cuerpo. De la propia suerte, la inteligencia subsiste durante eones aunque vayan pereciendo los cuerpos. Sin embargo, la inteligencia no puede ser inmortal porque cambia, crece y se desvanece. Lo que se muda no puede ser inmortal. Evidentemente la inteligencia está elaborada, y esto demuestra que ha de haber algo allende la inteligencia. Tampoco puede ser libre porque todo lo relacionado con la materia está en la Naturaleza y por lo tanto sujeto para siempre. ¿Quién es libre? Quien transcienda la causa y el efecto será ciertamente libre. Si se objeta diciendo que la idea de libertad es ilusión, responderé que también es ilusión la idea de esclavitud. Llegan a nuestra conciencia íntimamente enlazadas las ideas de libertad y esclavitud. Si queremos atravesar una pared y damos de cabeza 233 Libro II contra ella, vemos que estamos limitados por la pared; pero al propio tiempo reconocemos en nosotros la fuerza de voluntad y creemos que la podemos dirigir a cualquier parte. A cada paso nos asaltan estas dos ideas contradictorias. Creemos que somos libres y a cada momento notamos que no lo somos. Si una idea es ilusoria, también ha de serlo la otra, y si una es verdadera también lo es la otra, porque ambas tienen por base la conciencia. Los yoguis dicen que ambas ideas son verdaderas, pues somos esclavos en cuanto se refiere a la inteligencia, y libres en cuanto concierne al alma. El Yo, el Purusha trasciende la ley de causación. Este es un sutra particularmente bello. Esquematiza la jornada o ―caída‖ del Espíritu humano en la materia, y su retorno. Patanjali hace una clara distinción entre el hombre espiritual, la mente y el cerebro. La mente (MANAS) usa el cerebro tal como un músico usa el teclado de un piano. Si ese cerebro está en buenas condiciones, puede revelar mejor sus poderes. Algunas veces su piano es un instrumento muy malo, y por tanto estropea su trabajo. El instrumento, el cerebro, puede ser educado y mejorado. Así, como dijo Séneca, es el alma la que piensa y ve. Pero el verdadero hombre espiritual atisba a través de la vestidura del alma. Todas las cosas le llegan finalmente. H. P. B. describe en LA DOCTRINA SECRETA cómo en el momento que antecede al nacimiento las huestes dévicas conectan el Ego inmortal con su nuevo cuerpo. Para la visión clarividente suele parecer como un hilo brillante que resplandece y se ensancha cuando son invocados los poderes verdaderos del Ego, y que, en el caso de un discípulo iniciado, se ha ensanchado como un resplandeciente cono de luz. Venimos a estos mundos de ignorancia e ilusión por una razón divina e inmortal. El hombre espiritual no abandona jamás el ―Jardín del Edén‖ o Cielo, sino que envía su representante, como quien extiende un brazo, a los mundos de materia, para que le lleve después de la muerte las gavillas de experiencia que haya reunido. Así pues, ¿a que debemos temer, cuando nuestra verdadera esencia es Divina y Eterna…? 234 Libro II 21. Todo lo que es, existe para bien del alma. El hombre, en su vanidad, no debe considerar el significado de este aforismo como que todo lo creado existe para él. Su sentido es mucho más amplio. El alma a que se refiere es la del Ser supremo, de la cual el alma del hombre es parte infinitesimal. El minúsculo mundo del hombre, su pequeño medio ambiente y de contacto, existe en virtud de la experiencia que le proporciona y de la liberación final que produce; es la causa de su manifestación y el resultado de su propio poder mental. Pero a su alrededor y compenetrándolo existe un algo más grande, de lo cual él forma parte, y todo el vasto universo planetario y solar existe para bien de la Vida más vasta, de cuyo cuerpo él no es más que un átomo. El entero mundo de las formas es producto de la actividad mental de alguna vida; el entero universo de la materia es el campo de experiencia de alguna existencia. La Naturaleza no tiene luz propia. Mientras Purusha está presente en la Naturaleza, parece luminosa, pero es prestada, como prestada es la luz de la luna. Según los yoguis, todas las manifestaciones causadas por la Naturaleza no tienen otro propósito que lograr la liberación final de Purusha. El Universo es nuestro campo de evolución o desarrollo. El hombre ha cruzado, la cruz en los cielos, desde los reinos inferiores, y ha comenzado su jornada hacia ―su futura plenitud y beatitud‖ como dijo Emerson. Ciertas palabras muy bellas del Maestro K. H. al Sr. Judge vienen muy bien aquí; ―No desees resultados que sean formas de poder. Desea únicamente, en tus esfuerzas, acercarte más al centro de vida, que es el mismo en el Universo que en ti; lo cual te hará despreocuparte de si eres fuerte o débil, instruido o no. Es tu divinidad; es la divinidad que todos compartimos... Aspira el aliento de la gran Vida que vibra en todos nosotros, y deja que la fe, que es conocimiento no aprehendido, te lleve a través de tu vida como vuela un ave en el aire: sin dudar... Debes vivir para otros y con ellos; no para ti o contigo‖. 235 Libro II 22. Para el hombre que ha alcanzado la yoga (o unión), ya no existe el universo objetivo. No obstante, sigue existiendo para quienes aún no se han liberado. Este aforismo encierra el germen de toda la ciencia mental. Su premisa está fundada en la comprensión de que todo cuanto observamos son modificaciones de la sustancia mental y de que el pensador crea su propio mundo, ya sea un Dios o un hombre. Cuando el individuo, por medio de la ciencia de la Yoga (ciencia que se ocupa de "suprimir las actividades del principio pensante", o el control de la mente) ejerce pleno poder sobre la mente y la sustancia mental o materia pensante, queda liberado del control de esas formas que mantienen a la mayoría de los hombres cautivos en los tres mundos. Entonces se aleja de la gran ilusión; ya no lo sujetan los cuerpos que hasta ese momento lo habían retenido; las grandes corrientes de ideas, de pensamientos y de deseos que se originan mediante las "modificaciones del principio pensante", de los hombres aprisionados en los tres mundos, no lo atraen ni lo afectan; las miríadas de formas mentales, resultantes de estas corrientes en los mundos mental, astral y físico, ya no lo apartan de las realidades o del verdadero mundo subjetivo de las causas y de las emanaciones de fuerza. Ya no se deja engañar; es capaz de discernir entre lo real y lo irreal, lo verdadero y lo falso, la vida del espíritu y el mundo fenoménico. Entonces está sujeto a las corrientes de pensamiento y al mundo de ideas que provienen de grandes entidades y vidas espirituales; de manera que el gran plan del Arquitecto del Universo puede desplegarse ante él. Se libera y emancipa, quedando sujeto únicamente a las nuevas condiciones de vida de quienes han alcanzado la gran unificación. Las leyes de los tres mundos no son reemplazadas sino trascendidas, porque lo mayor siempre incluye lo menor. Aunque, para fines de servicio, el hombre puede elegir limitarse a sí mismo a la aparente vida tridimensional, sin embargo penetra a voluntad en un mundo de dimensiones superiores, siempre que sea necesario para la expansión del reino de Dios. 236 Libro II El objetivo de la ciencia de la yoga consiste en revelar al hombre cómo lograr esta liberación y obtenerla por sí mismo. Por eso la tendencia de la enseñanza impartida por Patanjali, hasta este punto, ha sido indicar el lugar que ocupa el hombre en el esquema; señalar la causa básica de su inquietud y anhelo por realizar determinada actividad; demostrar la razón de la existencia del gran mundo de los efectos e intentar que el aspirante investigue el mundo de las causas y así demostrar la necesidad de un mayor desenvolvimiento y la naturaleza de los obstáculos, para ese desenvolvimiento, que hará exclamar al hombre: "Si esto es así ¿por qué medios se puede efectuar esta unión con lo real y desvanecer la gran ilusión?". Este Libro Segundo presenta los ocho grandes métodos de la yoga, proporcionándonos un delineamiento claro y conciso de los pasos precisos a dar para la regulación requerida de la vida física, síquica y mental. Aún cuando lo captable desaparece con respecto a alguien cuyo objetivo se ha cumplido, no se aniquila puesto que esta siendo (compartido) solidariamente con otros (cuyos objetivos aún no se han cumplido). (El objeto) desaparece respecto del afortunado si mismo que ha alcanzado su meta, pero existe todavía respecto de los desafortunados que no han logrado aún el objetivo y, por esto, se transforma en su propio objeto de experimentación, intercambiando su naturaleza con la naturaleza de estos otros. —Este aforismo constituye una clara refutación del idealismo. El mundo no es un simple producto del pensamiento que se disuelve tras la liberación. Los objetos son externos a la mente y tienen su existencia independiente, que no se ve afectada por el hecho de la autorrealización. Sin esta asunción ontológica de la realidad del universo objetivo, la emancipación de la primera persona liberada llevaría consigo, lógicamente, la aniquilación del cosmos y, más aún, significaría también la emancipación de todos los seres. Un gran ejemplo de la verdad de este aforismo fue el sabio Sri Ramana Maharshi. Un comentador suyo escribe: ―Para él la mente y el cuerpo quedan completamente disociados del Ser, gracias a 237 Libro II esta experiencia. Esto es, que la mente ya no identifica el cuerpo con el Ser. Como la ignorancia no es nada más que esta identificación, y la mente misma es producto de esta ignorancia, a este gran evento se le da el nombre también de ―disolución de la mente‖. De ahí que sea estrictamente cierto que para el sabio no hay ni mente ni cuerpo ni mundo‖. Entonces pasa uno de lo irreal a lo Real. Puede verse ahora la razón de que nuestros Maestros llamen ―sombra‖ a este cuerpo. Para la inmensa mayoría de hombres este mundo de dolor es muy real. Por tanto nuestros Maestros, movidos por divina compasión, eligen quedarse aquí y ―aceptar los dolores del nacimiento‖ a fin de poder ayudarnos a los que todavía luchamos entre tinieblas. 238 Libro II 23. La asociación del alma con la mente y con todo cuanto la mente percibe, produce la comprensión de la naturaleza de lo percibido y también la del Perceptor. Este aforismo llama la atención del estudiante sobre la primordial cualidad que debe desarrollar: la discriminación. Por lo tanto el significado es bien claro. Los pares de opuestos, espíritu y materia, purusha y prakriti, se asocian íntimamente, y tal unión debe ser reconocida por el alma, la conciencia perceptora. Mediante el proceso de fusionar las dualidades, el alma, el pensador, llega a comprender su propia naturaleza, la naturaleza espiritual y la naturaleza del mundo fenoménico que él percibe, hace contacto y utiliza. El órgano de percepción es la mente y los cinco sentidos, y desde el punto de vista del alma constituyen un sólo instrumento. Durante largo tiempo y en el transcurso de muchas encarnaciones, el alma o pensador, se identifica con este órgano de percepción y, al emplearlo en las primeras etapas, también se identifica con lo que percibe. Considera al cuerpo fenoménico, el cuerpo físico que utiliza, como si fuera él mismo; así como lo indica la expresión estoy cansado" o "tengo hambre". Se identifica con su cuerpo de sentimiento o deseo, al decir: "estoy disgustado" o "necesito dinero", y también con su vehículo mental, cuando considera: "pienso esto o aquello". De estas identificaciones surgen las diferencias teológicas y las diversidades doctrinarias y sectarias, aparecidas en todas partes. En esta quinta raza raíz, especialmente en la quinta subraza, tal identificación alcanza su apoteosis. Es la era del yo personal, no la del yo espiritual. Esta comprensión de la naturaleza inferior es parte del gran proceso evolutivo; pero debe ir seguida de la comprensión del polo opuesto, el Yo espiritual. Esto lo lleva a cabo el alma que empieza a practicar la discriminación, al principio teórica e intelectualmente (de allí el gran valor de la actual época de crítica, discusiones y polémicas, pues forma parte del proceso discriminador planetario) y más tarde experimentalmente. 239 Libro II Esta discriminación lleva, con el tiempo, a tres cosas: 1. A la comprensión de la diferencia entre espíritu y materia. 2. A la comprensión de la naturaleza del alma, producto de esta unión que es el hijo, producto de la unión del padreespíritu y la madre-materia. 3. Al desarrollo, por el cual el alma empieza a identificarse con el aspecto espiritual y no con el mundo fenoménico de las formas. Esta última etapa es grandemente ayudada y acelerada por la práctica de Raja Yoga, de allí la determinación de la Jerarquía de proporcionar esta ciencia al Occidente para su espíritu discriminador y de crítica. Debe tenerse en cuenta que en este proceso unificador el alma pasa por grandes etapas, y que la palabra yoga abarca el desenvolvimiento evolutivo de la mónada humana. Dichas etapas son: 1. La unión del alma con la forma, y su identificación con el aspecto materia. 2. La unión del hombre pensador (o reflejo autoconciente en los tres mundos) con el hombre espiritual, en su propio plano. 3. La unión del hombre espiritual o pensador divino, con su Padre en el Cielo, la Mónada o aspecto espíritu. La primer etapa abarca el período desde la primera encarnación hasta la entrada en el sendero de probación; la segunda etapa abarca el período del sendero de probación hasta la tercera iniciación, en el sendero del discipulado; la tercera, abarca las etapas finales del sendero de iniciación Vyasa dice que esta conjunción se estableció para permitirle al Hombre Real alcanzar el conocimiento de estos mundos fenomenales. Pero lo que le confiere libertad o emancipación al Hombre 240 Libro II Real es la comprensión de la naturaleza del perceptor, y no la de lo percibido. Cuando nace ese conocimiento, desaparece la ignorancia que es la causa de la esclavitud. Por esta razón se dice que el conocimiento, el ver la naturaleza verdadera de las cosas, es la causa de KAIVALYA (independencia absoluta). Recuérdese el ―vuelo del solitario al Solitario‖ de Plotino. Vachaspati dice: ―Se llama emancipación al reconocimiento de la naturaleza del perceptor, porque gracias a ese reconocimiento se aparta uno de la conjunción‖. A esto se refieren algunas escuelas Indas de pensamiento con la frase “NETI, NETI” (esto no, esto no). Dvivedi dice: ―Es evidente por los sutras 21 y 22, que PURUSHA y PRAKRITI (Espíritu-Materia), el vidente y lo visto, están en unión inseparable desde el principio de los tiempos. Esta conjunción, que es la causa de toda experiencia agradable o desagradable, es, al mismo tiempo, la causa que conduce al Purusha a realizarse a sí mismo, o sea a Liberarse‖. Krishnaji nos exhorta también a observar y comprender nuestra propia índole, a dejar que se manifieste AQUELLO QUE ES. Puesto en las palabras familiares del Oráculo de Delfos: ―Conócete, y conocerás al Universo y a Dios‖. Conocemos bastante bien el yo irreal; pero conocer verdaderamente Aquello que Realmente Es, conlleva libertad. 241 Libro II 24. La causa de esta asociación es ignorancia o avidya, y esto debe ser superado. La ignorancia de la naturaleza real del alma y el impulso de descubrir su propia naturaleza y poderes, es la causa de que se identifique con los órganos de percepción y con lo que éstos perciben o llevan a la conciencia del alma. Cuando, por esta ignorancia y sus consecuencias, el alma no encuentra lo que busca, viene la etapa en que la búsqueda asume una forma distinta y el alma misma busca la realidad. Esto puede ser expresado como: Identificación con el mundo fenoménico y empleo de los órganos externos de percepción; abarca el período en que el verdadero hombre está en lo que se denomina Aula de la Ignorancia. La Saciedad, inquietud y búsqueda del conocimiento del yo o alma, caracterizan el período dedicado al Aula del Aprendizaje. La Realización, expansión de conciencia e identificación con el hombre espiritual, abarcan el período transcurrido en el Aula de Sabiduría. Los términos vida humana, vida mística y vida esotérica, son aplicables a estas tres etapas. Por ignorancia nos hemos unido a un cuerpo particular, exponiéndonos a la aflicción. Esta idea del cuerpo es puramente supersticiosa. La superstición nos hace sentirnos dichosos o desdichados. La superstición causada por la ignorancia nos hace sentir frío o calor, placer o dolor. Hemos de sobreponernos a esta superstición. Se ha demostrado que en ciertas condiciones puede una persona quemarse sin sentir dolor. La dificultad está en que este repentino solevantamiento de la mente sobreviene como un torbellino que a poco se desvanece; pero si lo alcanzamos por medio del yoga, permanecerá el Yo separado del cuerpo. Vyasa dice: ―La causa efectiva de la conjunción de la conciencia individual con el yo, es el hábito de cognición irreal. El alma, penetrada de este hábito, no culmina en el conocimiento del Ser, lo 242 Libro II cual es el fin de su tarea; y así, teniendo todavía un deber qué cumplir, regresa. Cuando, sin embargo, alcanza la culminación de su tarea, que es el logro del conocimiento del Purusha, su tarea queda cumplida, desaparece la ignorancia, la causa de esclavitud no existe ya, y ya no regresa más... MOKSHA (libertad perfecta) es únicamente el cese de las labores de la mente‖. Esto vuelve a recordarnos las palabras de Krishnamurti. 243 Libro II 25. Cuando la ignorancia llega a su término, debido a la no asociación con las cosas percibidas, se obtiene la gran liberación. Durante el proceso de encarnación, el vidente o alma, está sumergido en la gran ilusión o maya, y es prisionero de sus propias formas y creaciones mentales. y también de las de los tres mundos. Se considera a sí mismo como parte del mundo fenoménico. Cuando por medio de la experiencia y discriminación es capaz de discernir entre sí mismo y dichas formas, puede proseguir el proceso de liberación y, oportunamente, culminar en la gran renunciación, la cual, de una vez por todas, libera al hombre de los tres mundos. Este proceso es progresivo y no puede llevarse a cabo de una sola vez. Abarca dos etapas: 1. La de probación o, expresado en términos cristianos, el sendero de purificación. 2. La del discipulado que tiene también dos partes: a. El discipulado en sí, o el entrenamiento y la disciplina constante a que el alma, dirigida por su Guru o Maestro, somete al yo personal inferior. b. La iniciación, o las expansiones progresivas de conciencia por las cuales pasa el discípulo, guiado por el Maestro. Ciertas palabras describen este proceso dual: - Aspiración. - Disciplina. - Purificación. - La práctica de los métodos de yoga o unión. - Iniciación. - Comprensión. - Unión. Según el Yoga de Patanjali, el alma se unifica con el cuerpo a causa de la ignorancia. Nuestro propósito ha de ser librar al alma del dominio del cuerpo, y tal es la finalidad de todas las religiones. Toda alma es 244 Libro II potencialmente divina. Hemos de lograr la manifestación de la interna divinidad sujetando la naturaleza externa e interna. Se logra este propósito por las obras, por la devoción, por disciplina psíquica, por la filosofía, por uno, varios o todos estos medios. Tal es la esencia de la religión. Las doctrinas, los dogmas, los rituales, los libros, los templos y los formulismos son pormenores secundarios. El yogui procura alcanzar la liberación por disciplina psíquica. Mientras no nos libremos de la Naturaleza seremos sus esclavos en obediencia a sus dictados. El yogui afirma que quien domina la mente, domina también la materia. La Naturaleza interna es mucho más sutil que la externa y más difícil de domeñar y regir, por lo que quien logra dominarla la hará su sierva y será capaz de dominar el universo entero. La yoga raja expone los medios de lograr este dominio. Se habrán de subyugar fuerzas naturales mucho más sutiles que las conocidas. Nuestro cuerpo es la externa corteza de la mente. No son la mente y el cuerpo dos cosas diferentes, sino que pueden compararse a, la ostra y su concha. Son dos aspectos de una misma cosa. El molusco se asimila materia del exterior y elabora su concha. De la propia suerte, las internas y sutiles fuerzas a que llamamos mente, se asimilan del exterior materia densa con la que elaboran la externa concha a que llamamos cuerpo. Por lo tanto, si dominamos lo interno, fácil nos será dominar lo externo. Tampoco son esencialmente distintas las fuerzas físicas de las psíquicas. No hay por una parte fuerzas físicas y por otras fuerzas mentales. Las fuerzas físicas son más concretas modalidades de las psíquicas, así como el mundo físico es la concreta manifestación del mundo mental. Vyāsa comenta: Al no haber ya falta de observación correcta no hay conexión entre la función intelectiva y el si mismo esencial. Esto supone la total eliminación de las ataduras. Esto es la soledad trascendental de la observación, el inmaculado estado del si mismo esencial; en otras palabras, el estado en que el si mismo ya no se vuelve a relacionar con los gunas. La liberación es la cesación del dolor y la desaparición de su causa. En este caso, se dice que el si mismo permanece en su propia naturaleza (I.3). 245 Libro II Los ocho pasos y la discriminación (II.26-II.29) 26. El estado de esclavitud se supera manteniendo una perfecta discriminación. Aquí serán de valor unas palabras acerca de la discriminación, pues es el primer gran método para lograr la liberación o emancipación de los tres mundos. Debido a que tiene su fundamento en la comprensión de la dualidad esencial de la naturaleza, y a qué se la considera como resultado de la unión de los dos polos del Todo Absoluto, espíritu y materia, al principio la discriminación es una actitud mental que debe cultivarse asiduamente. Se acepta la premisa de la dualidad como base lógica para el trabajo posterior, y la teoría se comprueba en forma práctica al realizarse el esfuerzo para comprobar la verdad, entonces el aspirante asume definidamente la posición del polo superior (la del espíritu manifestándose como alma o regente interno) y procura discriminar en los acontecimientos diarios entre la forma y la vida, el alma y el cuerpo, la entera manifestación inferior (el hombre físico, astral y mental) y el verdadero yo, causa de la manifestación inferior. Además procura cultivar durante los asuntos de la vida diaria, la conciencia de lo real y el rechazo de lo irreal, y aplica esta actitud a todas sus relaciones y asuntos. Se habitúa, mediante la práctica persistente e ininterrumpida, a discernir entre el yo y el no-yo, a ocuparse de las cosas del espíritu y no del gran maya o mundo de formas. Al principio, este discernimiento es teórico, luego intelectual, pero más tarde asume mayor realidad y penetra en los acontecimientos del mundo emocional y físico. Finalmente, el mantenimiento de este método hace que el aspirante penetre en una dimensión totalmente nueva, y que se identifique con una vida y un mundo del ser no asociado a los tres mundos de la actividad humana. Cuando esto sucede se familiariza con el medio ambiente, y no sólo conoce la forma sino también la realidad subjetiva, que produce o causa la existencia de las formas. 246 Libro II Luego pasa a cultivar la siguiente gran cualidad: el desapasionamiento o ausencia de deseos. El hombre es capaz de distinguir entre lo real y lo verdadero, entre la sustancia y la vida que la anima, no obstante desea o quiere ir hacia la existencia de la forma. Este deseo también debe ser superado para alcanzar la liberación la emancipación o la libertad perfectas. En uno de los antiguos comentarios de los archivos de la Logia de Maestros, se encuentran las siguientes palabras: "No basta conocer el camino ni sentir la fuerza que extrae la vida de las formas de maya. Debe tener lugar un momento grandioso y portentoso donde el chela rompe, por un acto y palabra de poder, el sutratma ilusorio que lo liga a la forma. Así como la araña recoge en sí misma el hilo por el cual se aventura por regiones desconocidas, también el chela se retrae en sí mismo, retirándose de todas las formas, en los tres reinos del ser, que hasta ahora lo han seducido". Lo que antecede merece detenida consideración, y puede vincularse con la idea contenida en la siguiente frase esotérica: "Antes que el hombre pueda hollar el sendero debe convertirse en el sendero mismo". La conciencia es el producto de la relación existente entre el simismo-esencial y el mundo. Se puede afirmar que la esencia del yoga de Patañjali es la separación de estas dos realidades. Paradójicamente, esto sólo puede lograrse a través de la misma conciencia finita. De esta forma, el yogui se separa a sí mismo del mas amplio entorno físico y social, de su propio organismo e incluso de sus procesos mentales, desandando así las múltiples identidades que el hombre asume en su existencia diaria. Este proceso se agudiza al máximo en el nivel de la experiencia enstática (samādhi). Aquí, el yogui se identifica deliberadamente con la naturaleza interna de un objeto determinado. En lo más profundo del éxtasis, cuando la conciencia se halla completamente vacía de 247 Libro II todo contenido pero aún posee conocimieno de su rarificada existencia, el yogui debe darse cuenta —y aplicar en la práctica— la distinción entre su vaciada conciencia y la trascendental conciencia-raíz. Esto se conoce como la visión de discernimiento que, efectivamente, le ayuda a eliminar el último velo de la ignorancia esencial y a afirmar la identidad del si-mismo-esencial. Sin embargo, para que tenga lugar tal autorrealización, debe abandonar incluso éste exaltado estado de conciencia (III.50). Debe enfatizarse que la visión de conocimiento no es un tipo de vivencia. Mas bien, es la inmediata certeza que posee la conciencia de su propia existencia como conciencia. La visión de discernimiento (vivekakhyāti) es, propiamente hablando, la fase última La verdadera finalidad de la práctica del yoga es discernir entre lo real y lo ilusorio y reconocer que Purusha no es la materia ni la mente, y por tanto no puede cambiar. Únicamente cambia la materia que se combina, recombina y disuelve incesantemente. Cuando por la constante práctica sepamos discernir, se desvanecerá la ignorancia y brillará Purusha en todo el esplendor de su verdadera naturaleza, omnisciente, omnipotente y omnipresente. 248 Libro II 27. El conocimiento (o iluminación) alcanzado es séptuple y se obtiene progresivamente. La enseñanza hinduista sostiene que los estados de mente conciencia son siete. El sexto sentido y su utilización producen siete modos de pensar o, para exponerlo más técnicamente, siete modificaciones del principio pensante y son: 1. Deseo de conocimiento. Es lo que impulsa al hijo pródigo, el alma, a los tres mundos de ilusión, o (retrotrayendo aún más la metáfora) impulsa a la mónada o espíritu, a la encarnación. Tal deseo básico es la causa de toda experiencia. 2. Deseo de liberarse. El resultado de la experiencia y de las investigaciones, que el alma realiza en sus múltiples cielos de vida, es el origen del intenso gran anhelo por una condición diferente, de un gran deseo deliberación y de verse libre de la rueda de renacimientos. 3. Deseo de felicidad. Cualidad básica en todos los seres humanos, aunque se manifiesta de manera muy diversa. Se funda en la facultad inherente de discriminación y en la profundamente arraigada capacidad de contrastar el hogar del Padre con la presente condición del hijo pródigo. Esta inherente capacidad de "bienaventuranza" o felicidad, trae esa inquietud y ese anhelo de cambiar, que reside detrás del impulso evolutivo mismo. Es la causa de la actividad y del progreso. El descontento por la condición presente está basado en el vago recuerdo de una época de satisfacción y bienaventuranza, la cual debe recuperarse antes de conocer la paz. 4. Deseo de cumplir con el propio deber. Las tres primeras modificaciones del principio pensante llevan, con el tiempo, a la humanidad evolucionante al estado en que el móvil de la vida es simplemente el cumplimiento del propio dharma. El ansia de conocimiento, de libertad y de felicidad ha llevado al individuo al estado de total descontento. Nada le produce verdadero gozo 249 Libro II ni paz. Se ha agotado en la búsqueda del gozo para sí. Ahora empieza a ampliar su horizonte y a buscar (en el grupo o medio ambiente) dónde puede hallar lo que busca. Se le despierta el sentido de responsabilidad hacia los demás y comienza a buscar la felicidad en el cumplimiento de sus obligaciones con los que de él dependen, su familia, amigos y todos aquellos con quienes entra en contacto. Esta nueva tendencia es el principio de la vida de servicio, que lo lleva, con el tiempo, a la plena comprensión del significado de la conciencia grupal. H.P.B. ha dicho que el sentido de responsabilidad es el primer indicio del despertar del ego o principio crístico. 5. Dolor. Cuanto mayor es el refinamiento del vehículo humano, más grande será la respuesta del sistema nervioso a los pares de opuestos, dolor y placer. A medida que el hombre progresa y asciende en la escala de evolución, en la familia humana, se acrecienta grandemente su capacidad de comprender el dolor o el gozo, convirtiéndose en una tremenda verdad, en el caso del aspirante y del discípulo. El sentido de los valores llega a ser tan- agudo y su vehículo físico tan sensible, que sufre más que el hombre común, lo cual sirve para impedirlo a continuar su búsqueda más activamente. Responde con mayor rapidez a los contactos externos, y su capacidad para soportar el dolor físico y emocional aumenta notablemente. Esto se evidencia en la quinta raza, particularmente en la quinta subraza, por el acrecentamiento de los suicidios. La capacidad de sufrir de la raza, se debe al desenvolvimiento y refinamiento del vehículo físico y a la evolución del cuerpo sensorio, o astral. 6. Temor. A medida que se desarrolla el cuerpo mental y se producen con más rapidez las modificaciones en el principio pensante, empieza a manifestarse el temor y sus consecuencias. No es ese temor instintivo de los animales y de las razas salvajes, fundado en la reacción del cuerpo físico a las condiciones del plano físico, sino los temores de la mente, basados en la memoria, la imaginación, la premonición y el poder de visualizar, los cuales son difíciles de vencer, y sólo el ego o alma puede dominarlos. 250 Libro II 7. Dudas. Es una de las modificaciones más interesantes, porque concierne a las causas más que a los efectos. Puede describirse al hombre que duda, como que duda de sí mismo, como árbitro de su destino; duda de la naturaleza y reacciones de sus semejantes; duda de que Dios es la primera causa, como lo testimonian las controversias acerca de las religiones y sus exponentes; duda de la naturaleza misma, lo cual lo impele a la constante investigación científica y, por último, duda de la mente misma. Cuando empieza a dudar de la capacidad de la mente para explicar, interpretar y comprender, ya ha agotado prácticamente casi todos sus recursos en los tres mundos. La tendencia de estos siete estados mentales, resultantes de la experiencia del hombre sobre la Rueda de la Vida, lo lleva al punto donde se da cuenta que los procesos de vivir, sentir y pensar en el plano físico, nada puede proporcionarle ni tampoco satisfacerlo. Llega a la etapa a que se refiere San Pablo, cuando dice: "Considero todo perdido para poder así ganar al Cristo." Un instructor hindú ha descrito las siete etapas de la iluminación de la manera siguiente: 1. La etapa en que el discípulo se da cuenta que ha recorrido toda la gama de la experiencia de la vida en los tres mundos, y puede decir: "Conozco todo lo que debía conocer. Nada queda por saber". Se le revela el lugar que ocupa en la escala evolutiva y sabe lo que tiene que hacer. Esto se refiere a la primera modificación del principio pensante, el deseo de conocimiento. 2. La etapa en que se libera de toda limitación estricta y puede decir: "Me he desprendido de todas las ligadura. Esta etapa es prolongada, pero trae como resultado la liberación y se refiere a la segunda de las modificaciones ya tratadas. 3. La etapa en que la conciencia trasciende totalmente la personalidad inferior y se convierte en verdadera conciencia espiri251 Libro II tual, centrada en el hombre real, el ego o alma, atrayendo la conciencia de la naturaleza crística que es amor, paz y verdad. Ahora puede decir: "He alcanzado mi meta. Nada me atrae ya en los tres mundos". Ya ha satisfecho su deseo de lograr la felicidad. Ha trascendido la tercera modificación. 4. La etapa en que el discípulo puede decir con toda veracidad: "He cumplido con mi dharma y con mis obligaciones". Así ha agotado su karma y cumplido con la ley, convirtiéndose en Maestro y esgrimidor de la ley. Esta etapa se refiere a la cuarta modificación. 5. La etapa donde se alcanza pleno control de la mente y el vidente puede decir: "Mi mente está en reposo". Sólo cuando se conoce el pleno reposo, entonces se puede reconocer la verdadera contemplación y el samadhi más elevado. El dolor, la quinta modificación, se desvanece en la gloria de la iluminación recibida. Los pares de opuestos ya no luchan. 6. La etapa en que el discípulo se da cuenta que la materia o la forma no tienen poder alguno sobre él. Entonces puede decir: "Los gunas o cualidades de la materia, en los tres mundos, ya no me atraen ni reciben respuesta de mi parte". Por lo tanto el temor ha sido eliminado, porque nada hay en el discípulo que atraiga el mal, la muerte o el dolor. Así se supera la, sexta modificación, que es reemplazada por la comprensión de la verdadera naturaleza de la divinidad y la total beatitud. 7. La séptima y final etapa es la plena y propia realización. Entonces el iniciado puede decir con total conocimiento consciente: "Yo Soy Ese Yo Soy", y se conoce a sí mismo como uno con el Omni-yo Ya no lo domina la duda. Aparece en el vidente la luz del día o total iluminación, inundando todo su ser. Éstas son las siete etapas del sendero, las siete estaciones de la cruz, como dice el cristiano, las siete grandes iniciaciones y los siete caminos hacia la bienaventuranza. Ahora el "sendero de los justos brilla cada vez más hasta el día perfecto". 252 Libro II LOS OCHO MÉTODOS DE LA YOGA 28. Cuando los métodos de la yoga han sido practicados con constancia y se ha vencido la impureza, tiene lugar el esclarecimiento, que conduce a la plena iluminación. Llegamos ahora a la parte práctica en la cual se da instrucción sobre el método a seguir para alcanzar la yoga, la plena unión o unificación. El trabajo puede considerarse dual. 1. La práctica de los métodos correctos, por los cuales se logra la unión. 2. La disciplina del triple hombre inferior, a fin de desarraigar toda impureza de los tres cuerpos. La persistente aplicación a este trabajo dual produce los resultados correspondientes, dependiendo cada uno de su causa: 1. La discriminación se hace posible. La práctica de los métodos lleva al aspirante a la comprensión científica de la diferencia existente entre el yo y el no-yo y entre espíritu y materia. Este conocimiento ya no es teórico, ni lo que el hombre aspira, pues se convierte en una realidad en la experiencia del discípulo, en la cual basa todas las actividades subsiguientes. 2. El discernimiento tiene lugar. A medida que avanza el proceso de purificación, las envolturas o cuerpos que velan la realidad se sutilizan y ya no actúan como densos velos que le ocultan al alma el mundo donde normalmente ella actúa. El aspirante se da cuenta de una parte de sí mismo, hasta entonces oculta y desconocida. Se acerca al corazón del misterio de sí mismo; se aproxima al "Ángel de la Presencia", al que sólo puede ver realmente en el momento de la iniciación. Percibe un nuevo factor y un nuevo mundo, y trata de apropiarse de ello durante la experiencia consciente en el plano físico. 253 Libro II Se verá que las dos causas de la revelación, la práctica de los ocho métodos de la yoga y la purificación de la vida en los tres mundos, tienen que ver con el hombre desde el punto de vista de los tres mundos y producen (en su cerebro físico) el poder de discriminar entre lo real y lo irreal y discernir sobre las cosas del espíritu. Producen también ciertos cambios en las condiciones existentes dentro de la cabeza, reorganizan los aires vitales, actuando directamente sobre la glándula pineal y el cuerpo pituitario. Cuando 1. la práctica, 2. la purificación, 3. la discriminación y 4. el discernimiento, forman parte de la vida del hombre en el plano físico, entonces el hombre espiritual, el ego o pensador, en su propio plano, desempeña su parte en el proceso liberador, y las dos etapas finales son llevadas a cabo en forma descendente. Este séxtuple proceso es la analogía, en el sendero del discipulado, del proceso de individualización, por el cual el hombre-animal, el cuaternario inferior (físico, etérico, astral y mental inferior) recibió esa doble expresión del espíritu, atma-budi, voluntad y amor espirituales, que lo completaron y convirtieron en el hombre verdadero. Las dos etapas de desarrollo inducidas por el ego, en el aspirante purificado y decidido, son: 1. Esclarecimiento. La luz de la cabeza, que al principio es sólo una chispa, se convierte en una llama que ilumina todas las cosas, siendo nutrida constantemente desde arriba. Esto es progresivo (véase el aforismo anterior) y depende de la práctica persistente, de la meditación y del servicio activo. 2. Iluminación. El descenso, de la energía ígnea acrecentado gradualmente, intensifica constantemente la "luz de la cabeza" o el resplandor en el cerebro, alrededor de la glándula pineal. Esto, respecto al pequeño sistema del triple hombre en manifestación física, es lo que el sol físico para el sistema solar. La luz se convierte con el tiempo en un resplandor de gloria y el hombre se trasforma en un "hijo de la luz" o en un "sol de rectitud". Tales fueron Buda el Cristo y todos los grandes Seres que han alcanzado la meta. 254 Libro II Las partes de la Yoga son ocho, que se estudian en el capítulo siguiente. Vyasa dice que por su práctica sostenida se destruyen las cinco aflicciones (ver sutra 3): ignorancia, personalismo, deseo, aversión y apego a la los deseos de la vida, las cuales causan impureza; y que cuando la cognición irreal se acaba, se manifiesta el conocimiento real. El crecimiento es lento y progresivo, y culmina finalmente es un conocimiento de la índole de la conciencia y de la función de las ―cualidades‖ en la naturaleza. La práctica produce dos resultados: 1. Comprensión de la diferencia entre el Yo y el no-yo, o Espíritu y Materia. 2. El aspirante, al sensibilizar y refinar sus cuerpos, se da cuenta cada vez más clara de la parte oculta de sí mismo. La respuesta del Yo Superior corresponde a la aspiración ardiente del yo inferior. Al progresar le viene una creciente iluminación, y finalmente un torrente de luz cada vez mayor desciende de arriba. 255 Libro II 29. Los ocho métodos de yoga son: los mandamientos o yama, las reglas o nijama, la postura o asana, correcto control de la fuerza vital o pranayama, abstracción o pratyahara atención o dharana, meditación o dhyana y contemplación o samadhi. Se observará que estos métodos o prácticas son aparentemente simples, pero se tendrá muy en cuenta que no se refieren a algo que debe realizarse en cualquier plano, en determinado cuerpo, sino a la actividad y práctica simultánea de estos métodos en los tres cuerpos a la vez; de modo que el entero triple hombre inferior practica los métodos cuando se refieren a los vehículos físico, astral y mental. Esto frecuentemente se olvida. Por lo tanto al estudiar los diversos métodos de yoga o unión, debemos considerar que se aplican al hombre físico, luego al hombre emocional y después al hombre mental. Por ejemplo, el yogui debe comprender el significado de la respiración correcta o de la postura, pues se relacionan con el triple hombre inferior, alineado y coordinado, teniendo presente que sólo cuando el hombre inferior constituye un instrumento coherente y rítmico, el ego puede esclarecerlo e iluminarlo. La práctica de ejercicios de respiración, por ejemplo, con frecuencia ha conducido al aspirante a concentrarse en el mecanismo físico de respiración, excluyendo la práctica análoga del control rítmico de la vida emocional. Antes de entrar a considerar cada método de yoga, será útil enumerarlos detenidamente, dando los sinónimos que sean factibles. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Los Mandamientos……………………………. Las Reglas. ………………………………………… Postura. ……………………………………………… Correcto control de la fuerza vital. Abstracción. …………………………………….. Atención. …………………………………………… Meditación. ………………………………………. Contemplación. …………………………………. 256 Yama Nijama Asana Pranayama Pratyahara Dharana Dhyana Samadhi Libro II Primer Método Los Mandamientos. Yama. Autocontrol o clemencia. Restricción. Abstención de actos erróneos. Éstos son cinco y se refieren a la relación del discípulo con sus semejantes y con el mundo externo. Segundo Método Las Reglas. Nijama o correcta observancia. Éstas son también cinco y se las denomina con frecuencia "observancias religiosas‖, porque se refieren a la vida interna del discípulo y a ese vínculo, el sutratma o eslabón que lo relaciona con Dios o Padre en el Cielo. Ambos, los cinco Mandamientos y las cinco Reglas, son la analogía hindú de los diez Mandamientos de la Biblia y abarcan la vida diaria del aspirante, según afecten a quienes lo rodean y a sus propias reacciones internas. Tercer Método Postura. Asana. Correcto aplomo. Correcta actitud. Posición. Este tercer método concierne a la actitud física del discípulo durante la meditación, a la actitud emocional que adopta en el medio ambiente o grupo, y a la actitud mental respecto a las ideas, corrientes de pensamiento y conceptos abstractos. Finalmente, la práctica de este método coordina y perfecciona al triple hombre inferior, de modo que las tres envolturas lleguen a formar un canal perfecto para la expresión o manifestación de la vida del espíritu. Cuarto Método Correcto control de la fuerza vital. Pranayama. Supresión del aliento. Regulación del aliento. Esto se refiere al control, a la regulación y supresión de los aires vitales, al aliento y a las fuerzas o shaktis del cuerpo. En realidad conduce a la organización del cuerpo vital o etérico, de modo que las corrientes o fuerzas de 257 Libro II vida, que emanan del ego u hombre espiritual, en su propio plano, sean trasmitidas correctamente al hombre físico, en manifestación objetiva. Quinto Método Abstracción. Pratyahara. Restricción. Unión. Retraimiento de los sentidos, o absorción de los sentidos en la mente. Con este método, nos ubicamos detrás de los cuerpos físico y etérico, en el cuerpo emocional, asiento de los deseos, de la percepción sensoria y del sentimiento. Aquí se puede observar el método ordenado que se sigue al practicar la yoga o unión. La atención se dirige a las vidas interna y externa del plano tísico; se cultiva la correcta actitud hacia la triple manifestación de la vida; se organiza y controla el cuerpo etérico y se reorienta el cuerpo astral, porque la naturaleza de deseos es subyugada y el hombre real va retirándose gradualmente de los contactos de los sentidos. Los dos métodos siguientes se relacionan con el cuerpo mental, y el último con el hombre real o pensador. Sexto Método Atención. Dharana. Concentración. Fijación de la mente. Con este método se controla el instrumento del pensador, el hombre real. El sexto sentido es coordinado, comprendido, enfocado y utilizado. Séptimo Método Meditación. Dhyana. La capacidad del pensador para emplear la mente como desee y trasmitir al cerebro pensamientos elevados, ideas abstractas y conceptos idealistas. Este método concierne a la mente superior y a la inferior. 258 Libro II Octavo Método Contemplación. Samadhi. Se refiere al ego u hombre real y concierne al reino del alma. El hombre espiritual contempla, estudia y medita sobre el mundo de las causas y las "cosas de Dios". Luego utiliza su instrumento controlado, la mente (controlada por la práctica' de la concentración y la meditación) transmite al cerebro físico, por conducto del sutratma o hilo, que atraviesa las tres envolturas y lleva al cerebro, lo que el alma sabe, ve y entiende. Esto produce plena iluminación. En los próximos aforismos se explicará en correcto orden como debe ser practicado cada uno de estos métodos y cuál es su naturaleza. —Los angas (partes del yoga) son, como su nombre lo indica, elementos constitutivos del proceso yóguico, requisitos para llegar al Samadhi, muchos de los cuales se dan simultáneamente, no tienen porqué eliminarse unos a otros. Muchos de ellos se dan conjuntamente y tienen que darse en esa forma. Su presencia en todo momento hace difícil considerarlos etapas: no se puede pensar que hay una etapa separatoria de prathyāhāra, otra de dhyāna, etc, cuando todos ellos se están produciendo en todo momento del proceso si bien con diferente grado de intensidad. Lo que es de importancia práctica aquí es el hecho de que, aunque se incluyan ocho pasos en forma de serie, no constituyen etapas. Mas aún, que los ocho factores del yoga de Patañjali podrían colocarse de forma circular puesto que su poder combinado es lo que impulsa al yogui a través del camino de la interiorización. Sin embargo hay que tener muy presente que, una vez alcanzado el primer miembro, es posible dominar el siguiente. Pero si no se ha dominado el paso previo no se puede continuar hacia otro superior. Estos ocho pasos constituyen una de la gradación que empieza por el más denso y termina por el más sutil de los vehículos humanos y los vuelve a colocar en su orden adecuado de utilidad. La práctica auténtica del yoga incluye todos estos ocho pasos. Las demás formas de meditación, asanas, mantras etc., llevan al practicante a una 259 Libro II superespecialización en un paso particular, excluyendo el resto de los pasos necesarios. Por lo tanto, el estudiante de yoga no puede tener la certeza de los resultados necesarios ni el sentido de seguridad al practicar uno de ellos. La promesa de un maestro, gurú o swami acerca de los resultados de practicar ―su propio sendero‖ no es ni científico ni seguro. Las diversas intenciones personales de los gurús en los diferentes senderos no encuentran lugar en el científico y autosuficiente sendero octubre de Patanjali. Todas ellas nos llevan al auto-engrandecimiento y a la auto-gratificación que nos apartan del más antiguo sendero científico. Entre el gurú individual y el sendero lo más seguro para el estudiante es seguir el sendero de Patanjali y formarse en la tradición de los verdaderos Maestros de Sabiduría. 260 Libro II Yamas y Niyamas, pasos 1 y 2 de 8 (II.30-II.34) PRIMER MÉTODO. YAMA LOS MANDAMIENTOS 30. lnofensividad, veracidad, no hurtar, continencia, no ser avaro, constituyen yama, o los cinco mandamientos. Estos cinco mandamientos son sencillos y claros; no obstante, si se practican, harán que el hombre perfeccione sus relaciones con los demás, con los superhombres y con los reinos subhumanos. El primer mandamiento, inofensividad, resume en realidad a los demás. Estos mandamientos son muy completos y abarcan la triple naturaleza. Al estudiar estos métodos veremos su relación con determinada parte de la triple manifestación inferior del ego. I. Naturaleza Física 1. Inofensividad. Comprende los actos físicos del hombre, respecto a todas las formas de la manifestación divina, y concierne específicamente a su naturaleza fuerza, o la energía que él expresa por medio de sus actividades en el plano físico. No daña ni perjudica a nadie. 2. Veracidad. Concierne principalmente al uso de la palabra y de los órganos del sonido, y se refiere a "la verdad‖ en lo más profundo, de modo que sea posible su exteriorización. Este tema es muy amplio y se refiere a la formulación de las creencias del hombre respecto a Dios, a sus semejantes, a las cosas y a las formas, por medio de la lengua y la voz. Esto lo trata "Luz en el Sendero" en el aforismo: "Antes de que la voz pueda hablar en presencia del Maestro, debe haber perdido el poder de herir". 3. Contenerse de hurtar. El discípulo es justo y preciso en todas sus cosas y no se apropia de lo que no le pertenece. Este amplio 261 Libro II concepto abarca algo más que el mero hecho de apropiarse físicamente de las posesiones de otro. II. Naturaleza Astral 4. Continencia. Es ausencia total de deseos, y rige la exteriorización de las tendencias hacia lo que no es el yo, cuya expresión en el plano físico es la relación entre los sexos. Sin embargo, se debe recordar que el estudiante esotérico considera esta expresión como la forma que adopta el impulso exteriorizado, lo cual vincula íntimamente al hombre con el reino animal. Todo impulso que concierne a las formas y al hombre real y tiende a vincularlo a una forma y al plano físico, es considerado como un tipo de incontinencia. Existe una incontinencia en el plano físico que el discípulo debe haber trascendido hace mucho tiempo. También hay muchas tendencias hacia la búsqueda del placer con la consiguiente satisfacción de la naturaleza del deseo y esto, el verdadero aspirante, también lo considera como incontinencia. III. Naturaleza Mental 5. No ser avaro concierne al pecado de la codicia, que textualmente significa hurtar en el plano mental. El pecado de la avaricia puede conducir a diversos pecados en el plano físico, y es muy poderoso. Concierne a la fuerza mental, siendo un término genérico que abarca los fuertes anhelos, cuyo origen no está sólo en el cuerpo emocional o kámico (deseo), sino también en el cuerpo mental. Este mandamiento está comprendido en lo que San. Pablo dice: "He aprendido a estar contento en cualquier estado en que me encuentre". Se debe alcanzar ese estado para poder aquietar la mente, de tal manera que puedan entrar las cosas del alma. Hay que recordar y no caer en el error simplista de pensar que una vida de flagelación, austeridad y pobreza es la correcta. Tales cualidades nada tiene que ver con el verdadero sentido del yoga. Un yogui es aquel que es capaz de disfrutar al máximo de las experiencias terrenales y espirituales de la vida, pero sin deseo ni apego. La verdadera libertad es precisamente la manifestación extrema de la plenitud del Ser. 262 Libro II 31. Yama constituye el deber universal, sin tener en cuenta raza, lugar, tiempo o emergencia. Este aforismo pone en claro la universalidad de ciertos requisitos, y el estudio de estos cinco mandamientos, que forman la base de lo que el budista llama "recta conducta", demostrará que forman la base de toda verdadera ley y que su infringimiento constituye ilegalidad. La palabra traducida por "deber" u "obligación", podría muy bien expresarse por la comprensiva palabra dharma, en lo que a los demás respecta. Dharma significa textualmente, el adecuado cumplimiento de las propias obligaciones (o karma) en el lugar y medio ambiente que el destino le depara. Deben observarse ciertos factores que rigen la conducta, sin permitir laxitud alguna a este respecto, no importa cual sea su nacionalidad, localidad, edad o la emergencia que pueda surgir. Estas cinco leyes inmutables rigen la conducta humana, y cuando todos los hijos de los hombres las cumplan, se comprenderá el pleno significado de la expresión: "paz a todos los seres". Profundizando en este axioma, podría decirse que: ―Hay que dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios‖. Cada ser humano debe adaptarse a su situación legal y ética de su País o lugar, siguiendo la legalidad vigente. Así pues un pescador puede dañar a los peces pescando, pero a nadie más; un agricultor podrá cortar las verduras y hortalizas del campo dañando al reino vegetal, pero a nadie más, ya que será su Dharma o deber; un policía podrá, cumpliendo su deber, disparar a un asesino, pero sin deseos de matar o malintencionadamente. La actitud y la motivación serán cruciales para valorar verdaderamente este mandamiento y su cumplimiento. 263 Libro II SEGUNDO MÉTODO. NIYAMA LAS REGLAS 32. Purificación interna y externa, gozo, ardiente aspiración, lectura espiritual y devoción a Ishvara, constituyen nijama (o las cinco reglas). Como se dijo anteriormente, las cinco reglas rigen la vida del ser inferior personal y constituyen los fundamentos del carácter. El verdadera gurú o instructor no le consiente al aspirante las prácticas de yoga, tan interesantes para el pensador o aspirante occidental, a quien le atraen por su aparente sencillez y por la valiosa recompensa, tal como el desarrollo psíquico, hasta que yama o nijama sean los factores que rigen la vida diaria del discípulo. Deben observarse primero los mandamientos y las reglas; una vez que la conducta externa del aspirante hacia sus semejantes, y la disciplina de la vida interna estén de acuerdo con tales requisitos, entonces, pero no antes, pueden proseguir sin peligro con las formas y rituales de la yoga práctica. La falta de cumplimiento de este requisito es la causa de muchas dificultades entre los estudiantes occidentales de yoga. No hay fundamento mejor para la práctica del ocultismo oriental, que la sujeción estricta a los requisitos formulados por el Maestro en El Sermón de la Montaña. El cristiano autodisciplinado, dedicado a una vida pura y al servicio altruista, puede emprender la práctica de la yoga con menos peligro que su mundano y egoísta, aunque intelectual, hermano. No correrá los mismos riesgos que su hermano sin preparación. Las palabras: purificación interna y externa se refieren a las tres envolturas que velan al yo, debiendo interpretarse en doble sentido. Cada envoltura tiene su forma densa y tangible, que debe mantenerse limpia; en un sentido los cuerpos mental y astral se pueden mantener limpios de impurezas, que provienen de su medio ambiente, 264 Libro II de la misma manera que el físico debe mantenerse limpio de impurezas similares. También se ha de mantener limpia la materia más sutil de esos cuerpos. Esto constituye la base del estudio de la pureza magnética, que da lugar en Oriente a tantas observaciones inexplicables para el occidental. Por ejemplo, la sombra de un extraño proyectada sobre el alimento, produce condiciones de impureza; esto se debe a la creencia de que ciertas emanaciones de fuerza producen condiciones impuras. Aunque los métodos de contrarrestar tales condiciones tienen visos de ritual, de letra muerta, sin embargo, la idea detrás de la observancia es siempre verdad. Se sabe tan poco acerca de las emanaciones de fuerza del ser humano o de las que actúan sobre el mecanismo. humano, que lo que podríamos llamar "purificación científica" está todavía en su infancia. Gozo produce esas condiciones en que la mente está en reposo; ,se basa en el reconocimiento de las leyes que rigen la vida, principalmente la ley del karma. Origina ese estado mental en que todas las condiciones se consideran correctas y justas, bajo las cuales el aspirante puede resolver mejor sus problemas y alcanzar la meta específica en cualquier vida. Esto no implica el acomodo definitivo, ni la pasividad que trae inercia, sino el reconocimiento del acervo que se posee y el aprovechamiento de las oportunidades disponibles, convirtiéndolas en trasfondo y base de todo futuro progreso. Si esto se lleva a cabo debidamente, las restantes tres reglas se cumplirán más fácilmente. Ardiente aspiración. Este tema será tratado más plenamente en el Libro Tercero, el siguiente; pero es conveniente hacer resaltar aquí que este anhelo de "avanzar" hacia el ideal o de esforzarse por alcanzar el objetivo, debe ser tan profundo en el aspirante a la yoga, que ninguna dificultad lo hará retroceder. Únicamente cuando esta cualidad ha sido desarrollada y probada y cuando ningún problema, confusión ni el factor tiempo pueden entorpecer, se permite al aspirante ser discípulo de un Maestro. Ardiente esfuerzo, constante y persistente anhelo e inquebrantable lealtad al ideal presentido, son la condición "sine qua non" del discipulado. 265 Libro II Estas características deben existir en los tres cuerpos, y conducen a la constante disciplina del vehículo físico, a la firme orientación de la naturaleza emocional y a una actitud mental que permite al hombre "considerar perdidas todas las cosas", si quiere alcanzar su meta. Lectura espiritual. Concierne al desenvolvimiento del sentido de las realidades subjetivas. Se fomenta mediante el estudio, según se lo entiende en sentido físico, y por el esfuerzo de llegar a comprender los pensamientos expresados en palabras. Se desarrolla mediante el detenido escrutinio de las causas subyacentes en todos los deseos, aspiraciones y sentimientos, relacionándose así con el plano astral o de deseo. Se refiere a la lectura de símbolos o formas geométricas que animan una idea o pensamiento, lo cual concierne al plano mental. Esto se tratará más adelante en el Libro Tercero. Devoción a Ishvara. Brevemente puede decirse que constituye la actitud del triple yo inferior, demostrada como servicio al Alma, el regente interno, Dios o Cristo interno. Esta devoción será triple en su manifestación y llevará al yo personal inferior a una vida de obediencia al Maestro en el corazón, y con el tiempo guiará al aspirante al grupo de algún adepto o instructor espiritual, llevándolo también al devocional servicio a Ishvara, el Yo divino, que mora en el corazón de todos los hombre y subyace en todas las formas de la manifestación divina. Vyasa dice: que la limpieza externa incluye no sólo bañarse sino comer alimentos puros, y que la limpieza interna consiste en pensamientos puros. Impurezas mentales son: el orgullo, la envidia, la vanidad, etc. La purificación mental consiste en eliminarlas. Vyasa define el contento como ―no desear más que lo que uno posee de las cosas necesarias‖. Pero pienso que es mucho más que eso. Pienso que incluye las antiguas virtudes de UPARATI y TITIKSHA. Uparati significa dejar que la gente sea exactamente como es, sin comentario ni resentimiento ni deseo alguno de cambiarlas. Y Titiksha es esa misma actitud hacia los eventos de la vida. 266 Libro II Volviendo a Vyasa, él considera que la austeridad indicada por el tercer punto consiste en soportar el juego de los ―pares de opuestos‖. Esto vuelve a recordarnos la virtud de VAIRAGYA que realmente significa ser capaz de permanecer perfectamente firmes mientras el juego de los interminables ―pares de opuestos‖ nos sacude. Como le dijo a Arjuna el Señor Shri Krishna: ―Los contactos con la materia, oh hijo de Kunti, dan frío y calor, placer y dolor; vienen y van, son impermanentes; sopórtalos con valor, ¡Oh Bharata!‖ (BHAGAVAD GITA, II: 14). El estudio es la lectura de los libros sagrados sobre Yoga, aunque oreo que en estos días es más que eso lo que se requiere de un discípulo. Hacer todo ―En Su Nombre y por amor a la humanidad‖ es la verdadera Karma Yoga, y, como ya lo he dicho, el gran ejemplo Cristiano de esto fue Fray Lorenzo. Como resultado de estas Observancias viene la comprensión del ser individual y la eliminación de los obstáculos. Son el paralelo espiritual de los Mandamientos. La pureza es una pureza de los vehículos físico, astral, el etérico y mental. Esto requiere un constante proceso de purificación. La purificación física requiere la regulación del alimento, la bebida, el sueño y el trabajo. Asear el cuerpo, escoger la alimentación yóguica, hacer ejercicio físico para purificar la actividad metabólica y ponerse ropa limpia, utilizar muebles y casa limpia es de esperar en el plano físico. El Pranayama purifica los vehículos sutiles. La meditación purifica la mente. La satisfacción o el contento mantiene al cuerpo vital repleto. Sin satisfacción la práctica del no apego se convierte en una virtud negativa que lleva a o una naturaleza antipática hacia los demás y una actitud de aristocracia espiritual. Esto es debido a una atrofia del sistema endocrino que se encuentra en los centros de energía que alimentan a los vehículos sutiles. La vida pierde el gusto y dejará ver autorrealización la satisfacción o contento lleva a una manera mucho mejor hacer las cosas. Esto da como resultado el aflujo de cosas necesarias sin esfuerzo alguno. 267 Libro II 33. Cuando se tienen pensamientos contrarios a la yoga, deben cultivarse los opuestos. La traducción de Johnston da la misma idea en bellas palabras, y expone el método con claridad, y dice: "Cuando las transgresiones obstruyen, el peso de la imaginación debe ponerse en el platillo opuesto". La ciencia de equilibrar los pares de opuestos está contenida en estas dos traducciones; una no es completa sin la otra. A menudo resulta difícil traducir los antiguos términos sánscritos en una sola palabra o frase, pues en ese lenguaje una palabra representa toda una idea y requiere varias frases para dar el verdadero significado en los limitados idiomas occidentales. En este aforismo están comprendidos ciertos conceptos básicos, los cuales, para mayor claridad, podemos expresarlos: 1. Como el hombre piensa así es él. Lo que se manifiesta en objetividad física es siempre un pensamiento; según sea el pensamiento o idea, así será la forma o el propósito en la vida. 2. Los pensamientos son de dos clases: los que tienden a construir formas, limitar y expresarse en el plano físico, y los que tienden a alejarse de los tres planos inferiores y por lo tanto del aspecto forma tal como lo conocemos en los tres mundos, conduciendo a la unión (yoga o unificación) con el alma o aspecto crístico. 3. Cuando se descubre que los pensamientos habitualmente cultivados producen reacciones y resultados astrales y físicos, significa que son contrarios a la yoga, pues entorpecen el proceso unificador. 268 Libro II 4. Deben cultivarse pensamientos contrarios a los anteriores, y pueden determinarse fácilmente porque son los opuestos directos de los pensamientos inhibidores. 5. El cultivar pensamientos que tienden a la yoga y llevan al hombre al conocimiento de su yo real, y la consiguiente unión con ese yo, involucra un triple proceso: a. Se debe determinar y considerar el nuevo concepto mental formulado definidamente y considerado contrario a la antigua corriente de pensamiento. b. Le sigue el empleo de la imaginación a fin de llevar el pensamiento a la manifestación. Esto lleva al aspecto deseo, y por lo tanto afecta al cuerpo astral o emocional. c. Luego viene la visualización definida del efecto de lo que se ha pensado e imaginado, y la forma en que se manifestará en el plano físico. Se hallará que esto genera energía, lo cual significa que el cuerpo etérico se vitaliza o energetiza, gracias a las nuevas corrientes de pensamientos, teniendo lugar ciertas transformaciones y reorganizaciones que, oportunamente, cambiarán totalmente las actividades del hombre en el plano físico. El constante cultivo de todo esto llega a trasformar al entero triple hombre inferior y, eventualmente, pone de manifiesto la verdad de la frase cristiana: "sólo Cristo es visto y oído". Únicamente el hombre real o espiritual puede expresarse por medio de un instrumento físico, así como Cristo se expresó por medio de Jesús, su instrumento y discípulo. El recurso al ―hábito de lo opuesto‖ es una táctica que muestra el profundo conocimiento de la psicología humana. Sabe que ante los sentimientos y pasiones no valen nada las ideas y razonamientos mientras que si resulta eficaz crear y alentar otro sentimiento u otra pasión de signos contrarios que los neutralizarán.—Ahora se 269 Libro II aconseja al sādhaka que cultive un temperamento que le permita resistir la corriente de violencia, falsedad, robo, impureza y corrupción, y seguir la corriente de pureza, contentamiento, fervor, estudio de si mismo y entrega al espíritu universal. Los principios que se oponen a yama y niyama se combaten con el conocimiento correcto y la atención. Cuando la mente se encuentra atrapada entre ideas y actos dudosos, se obstruye la percepción correcta. El discípulo tiene que analizar e investigar tales ideas y acciones, así como sus opuestos; de esta forma, gracias a la repetición de estas experiencias, aprenderá a equilibrar sus pensamientos. Algunas personas dan una interpretación literal a éste sūtra y mantienen que si se es violento, se debe pensar en el opuesto, o, si se tiene apego, se debe desarrollar el desapego. Esto es el pensamiento contrario. Pero, si una persona es violenta, es violenta. Si es irritable, es irritable. El estado no es distinto de la acción; pero en lugar de intentar cultivar la condición opuesta, lo que debe hacer es profundizar en la causa de su ira o violencia. Hay que estudiar las fuerzas opuestas con calma y paciencia. Entonces surge el equilibrio. Por lo tanto la acción justa sería, una vez analizadas nuestras tendencias en la vida y en sus circunstancias, establecer un programa de actitudes opuestas, cuando nuestra tendencia sea negativa, a la vez que meditar en la causa raíz de dichas tendencias. Este era un tema favorito de la Dra. Besant. Muy frecuentemente decía que el mejor modo de superar nuestras fallas no era luchando contra ellas, lo cual les da más fuerza, sino imaginar sus contrarios y pensar en ellos, introduciendo así en nuestros cuerpos psíquicos materia de una calidad vibratoria superior que acabaría por eliminar la de forma inferior y más tosca. 270 Libro II 34. Los pensamientos contrarios a la yoga son: ofensividad, falsedad, hurto, incontinencia y avaricia, ya sean cometidos personalmente, obligando a otros a cometerlos o aprobarlos, o surgidos de la avaricia, la ira o el engaño (ignorancia), y pueden ser veniales, capitales o mortales. Dan siempre por resultado, excesivo dolor e ignorancia. Por esta razón deben cultivarse los pensamientos opuestos. Se observará que los cinco mandamientos se refieren específicamente a estos pensamientos contrarios a la yoga o unión, y que el cumplimiento de los mandamientos traerá: a. b. c. d. e. lnofensividad, en vez de ofensividad. Verdad, en vez de falsedad. No hurtar, en vez de hurtar. Autocontrol, en vez de incontinencia. Conformidad, en vez de avaricia o codicia. Al aspirante no le queda excusa alguna al inculcarle la verdad de que la transgresión de los mandamientos produce igualmente efectos, tanto si la violación es leve como si es grave. "Un pensamiento contrario" debe producir efecto; este efecto es dual: dolor, e ignorancia o engaño. Existen tres palabras que el estudiante esotérico asocia siempre con los tres mundos: 1. Maya o ilusión, referida al mundo dé las formas, donde el verdadero yo se halla durante la encarnación, y con las cuales ignorantemente se identifica durante largos eones. 2. Engaño, el proceso de identificación errónea, donde el yo se engaña a sí mismo y dice: "Yo soy la forma". 3. Ignorancia o avidya, el resultado de esta errónea identificación y al mismo tiempo su causa. 271 Libro II El yo está revestido por la forma; es engañado en el mundo de la ilusión. Sin embargo, cada vez que a sabiendas tiene pensamientos contrarios a la yoga, el yo se sumerge aún más en el mundo ilusorio y hace que el velo de la ignorancia sea más tupido. Cada vez que el peso de la imaginación se inclina hacia la naturaleza real del yo y se aleja del mundo del no-yo, la ilusión disminuye, se desvanece el engaño y el conocimiento reemplaza gradualmente a la ignorancia. Igualmente delinque el que miente que quien induce a mentir y quien aprueba una mentira, Una mentira leve no deja de ser mentira. Todo pensamiento vicioso reacciona contra quien lo emitió. Cada pensamiento de odio que uno haya emitido, aunque fuere en una caverna, se mantiene en espera de recaer algún día en forma de aflicción sobre el que lo emitió. Nada será capaz de impedirlo. Recuérdese esto para no cometer malas acciones. Hacer no es solamente algo físico. Hacemos cosas físicamente no también mentalmente. Por consiguiente el crimen existe tanto si lo comete uno mismo como si hace que otros no cometan. También existe cuando estemos a precios de aquellos que lo cometen. Eso quiere decir que uno no está efectuando el mismo con el cuerpo y la mente de los demás. Esto ocurre cuando uno no es capaz de hacer algo. Entonces ¿por qué existe semejante cosa? una vez que la mente está perturbada, produce un pensamiento perturbado por segunda vez. Cuando uno siente que tiene que poseer una cosa que no le pertenece, su mente sufre una perturbación por el deseo. Este estado de perturbación le hace a uno pensar en robar. De manera parecida, cuando la mente se encuentra perturbada por la malicia, produce un pensamiento de hacer daño a otra persona. La falsa lógica no puede ser aceptada por una mente normal. En primer lugar, la mente ha de ser perturbada por un motivo; esta perturbación le hace a uno aceptar la falsa lógica y cuando llega el tercer estadio, está ya en acción. Esto hace que se produzca una cadena 272 Libro II de acontecimientos. Estos acontecimientos siempre te trae infelicidad a la mente y el resultado es una acción en cadena de repetida infelicidad. Esta es la razón por la que uno no ha de ocuparse de estos pensamientos ni oponerse a ellos combatiéndolos. El único método seguro que debemos seguir es el de apartar nuestra mente dirigiéndola hacia otro pensamiento y acción. Es peligroso intentar discutir exhaustivamente contra esos pensamientos negativos o falsa lógica con los demás o en nuestro interior. Si hacemos un esfuerzo en este sentido, ese mismo esfuerzo produce una lógica acerca de sus crímenes. Puede ser a favor o en contra de ellos, pero siempre estará en relación con el crimen. Por consiguiente el único proceso que nos queda es el razonamiento inverso. 273 Libro II Beneficios de Yamas y Niyamas (II.35-II.45) 35. Frente a quien ha perfeccionado la inofensividad, cesa toda enemistad. Este aforismo pone de manifiesto la actuación de una gran ley. En el Libro Cuarto, Af. 17, Patanjali dice que la percepción de una característica, de una cualidad y de una forma objetiva, depende de que el perceptor posea características, cualidades y capacidades objetivas similares. Esta similitud es la base de la percepción. Se señala la misma verdad en la primera Epístola de San Juan, en las palabras: "Seremos semejantes a Él, porque lo veremos como Él es". Sólo puede establecerse contacto con lo que ya está presente en la conciencia del perceptor. Por lo tanto, si en el perceptor hay enemistad y odio, es porque residen en él las simientes de la enemistad y el odio. Cuando están ausentes, no existe más que unidad y armonía. Éste es el primer paso hacia el amor universal, esfuerzo práctico del aspirante para llegar a ser uno con todos los seres. Empieza consigo mismo y procura desarraigar de su propia naturaleza todas las semillas de la ofensividad. Se ocupa así de la causa que produce la enemistad hacia él y los demás. El resultado natural es que disfruta de paz, y los demás están en paz con él. En su presencia, hasta las bestias salvajes se sienten impotentes, en virtud del estado mental del aspirante a yogui. Toda enemistad cesa en presencia del que se ha perfeccionado en AHIMSA (inofensividad). Toda hostilidad desaparece, hasta de los animales. Dicen que ningún tigre tocará jamás a un yogui que esté meditando en plena selva. Todos los animales sienten un aura de hostilidad o temor (que es el otro lado del odio) en los hombres. Un miembro de la S. T., que era propietario de un gran circo, entraba a la jaula de sus tigres sin nada. Decía que había descubierto que todos los animales eran susceptibles al poder del pensamiento, y que por este medio él los controlaba. Esa era la actitud sublime de San Francisco de Asís. 274 Libro II 36. Quien se perfecciona en ser veraz, observa inmediatamente la eficacia de sus palabras y actos. Esta cuestión de la verdad es uno de los grandes problemas que el aspirante debe resolver; quien intente decir únicamente lo que es estrictamente exacto, enfrentará dificultades bien definidas. La verdad es muy relativa mientras prosigue la evolución y su manifestación progresiva. Podría definirse como la manifestación, en el plano físico, de esa medida de realidad divina que permite expresar la etapa de evolución y el medio empleado. Por lo tanto, la verdad involucra la habilidad del perceptor o aspirante, para ver correctamente la medida de divinidad que encierra una forma (tangible, objetiva o verbal). Implica, por lo tanto, la capacidad de penetrar hasta lo subjetivo y establecer contacto con lo que toda forma encubre, y también la habilidad del aspirante para construir una forma (tangible, objetiva o verbal) que exprese la verdad tal cual es. Éstas son, en realidad, las dos primeras etapas del gran proceso creador, 1. correcta percepción, 2. exacta construcción, que llevan a la consumación, de la que trata el aforismo en consideración, o sea la efectividad de las palabras y los actos para expresar la realidad o la verdad tal cual es. Este aforismo es la clave del trabajo del mago y la base de la gran ciencia de los mántram o palabras de poder, que constituyen el equipo de todo adepto. Mediante la comprensión de a. b. c. d. e. f. la ley de vibración, la ciencia del sonido, la finalidad de la evolución, la etapa cíclica actual, la naturaleza de la forma, la manipulación de la sustancia atómica, 275 Libro II el adepto, no sólo ve la verdad en todas las cosas, sino que comprende cómo hacer visible la verdad, ayudando así al proceso evolutivo y "proyectando imágenes sobre la pantalla del tiempo". Esto lo hace por medio de ciertas palabras y acciones. En el aspirante, el desarrollo de esta capacidad se realiza gracias al constante esfuerzo por llenar los siguientes requisitos: 1. Estricta atención a todas las formas verbales que emplea. 2. Empleo inteligente del silencio, como factor de servicio. 3. Estudio constante de las causas subyacentes en cada acto, a fin de comprender la razón de la efectividad, o no efectividad de la acción. 4. Esfuerzo constante para ver la realidad en todas las formas. Esto implica, textualmente, el estudio de la ley de causa y efecto o karma; el objetivo de la ley kármica es poner los polos opuestos, espíritu y materia, en concordancia con los requisitos del espíritu, a fin de que la materia y la forma puedan expresar perfectamente la naturaleza del espíritu. Cuando la veracidad esté firmemente establecida en el hombre, ni aun en sueños mentirá. Será verídico en pensamiento, palabra y obra. Todo cuanto diga será verdad. Le dirá a otro hombre: "Bendito seas" y el otro hombre recibirá la bendición. Si otro está enfermo y le dice: ―Sana”, inmediatamente sanará, lo que Él dice se hace realidad. Este es el poder del hombre veraz. El yogui que se establece en esta virtud adquiere el poder paranormal por el cual el fruto de sus acciones depende enteramente de su voluntad. Según Vyāsa, cualquier cosa que diga el adepto se convertirá en verdadero. 276 Libro II 37. Cuando la abstención de hurtar es perfecta, el yogui puede tener cuanto desea. Aquí tenemos la clave de la gran ley de oferta y demanda. Cuando el aspirante ha aprendido a no desear nada para el yo separado, se le pueden confiar las riquezas del Universo; cuando nada exige para la naturaleza inferior ni reclama para el triple hombre físico, entonces le llega todo lo que desea, sin pedirlo ni reclamarlo. En algunas traducciones se expresa esto mismo, diciendo: "todas las joyas son suyas". Debe recordarse que no hurtar se refiere no sólo a abstenerse de sustraer cosas tangibles y físicas, sino a no hurtar en los planos emocional y mental. El aspirante no sustrae nada ni reclama beneficios emocionales (tales como amor y favoritismo, antipatía u odio) ni los absorbe cuando no le pertenecen; repudia todo beneficio intelectual; no reclama una reputación injustificada; no asume el deber, el favor o la popularidad de otro; se adhiere estrictamente a lo que le pertenece. El mandato oriental es: "que cada uno atienda su propio dharma" y cumpla su parte. "Ocúpate de tus cosas‖ es la forma occidental de enseñar la misma verdad y trasmitir el mandato de que no hemos de hurtar a otros la oportunidad de obrar correctamente, de estar a la altura de la responsabilidad y de cumplir con el deber. Ésta es la verdadera abstención de hurtar que hace al hombre cumplir perfectamente con sus propias obligaciones, cargar con sus responsabilidades y desempeñar sus deberes, lo cual evitará apropiarse de lo que pertenece a su hermano, en los tres mundos del esfuerzo humano. Existe un adagio ocultista que dice: ―Cuanto más arrebatéis de las cosas materiales, en mayor sujeción os tendrán; pero si no hacéis caso de ellas, a vosotros se someterán‖. Esto nos recuerda las palabras del Señor Cristo: ―Buscad primero su reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura‖. (Mt. 6:33). ¿Por qué el hombre habría de necesitar algo, cuando todo el Universo es su mansión? Aquí surge necesariamente la gran aseveración esotérica ¡RECUERDA QUÍN ESRES!. 277 Libro II 38. Cuando se practica la continencia, se adquiere energía. La incontinencia se considera como disipación de la vitalidad o virilidad de la naturaleza animal. El poder de crear en el plano físico y de perpetuar la especie, es la acción más elevada de que el hombre es capaz. La disipación de los poderes vitales y la incontinencia en la vida libertina, es el gran pecado contra el cuerpo físico. Indica que no se reconoce ni aprecia el acto procreador; acusa incapacidad de resistir los deseos y placeres inferiores y la pérdida del propio control. Los resultados hoy se manifiestan en la familia humana en la poca salud, en los hospitales colmados y en los hombres, mujeres y niños enfermizos, débiles y anémicos, que vemos por todas partes. Esto significa poca conservación de la energía, y las mismas palabras "disipación" y "hombres disipados" contienen una lección. Lo primero que el discípulo debe hacer es aprender la verdadera naturaleza de la creación y conservar su energía. No se impone el celibato, pero sí el autocontrol. Durante un ciclo relativamente corto de vida, donde el estudiante se prepara para hollar el sendero, posiblemente habrá una vida, o quizás varias, en que tendrá que abstenerse de procrear, a fin de dominarse y demostrar que ha subyugado completamente su naturaleza sexual inferior. El correcto empleo del principio del sexo, de acuerdo a la ley vigente en el país, caracteriza al verdadero aspirante. Aparte de la consideración de este tema, en relación con la conservación de energía, hay otro punto de vista, desde el cual el aspirante encara el problema, y es la transmutación del principio vital (tal como se manifiesta a través del organismo físico) en su expresión dinámica, cuando lo hace por medio del órgano del sonido o de creación, es decir mediante la palabra, o sea el trabajo del verdadero mago. Existe, como bien saben todos los estudiantes esotéricos, una íntima relación entre los órganos de la procreación y el tercer centro mayor, el laríngeo. Esto se manifiesta fisiológi278 Libro II camente en el cambio producido en la voz, en el período de la adolescencia. Mediante la verdadera conservación de la energía y la continencia, el yogui se convierte en un creador, en el plano mental, mediante la palabra y el sonido; así la energía que pudo ser disipada en la actividad del centro inferior se concentra y trasmuta en el gran trabajo creador del mago. Esto se lleva a cabo por la continencia, el vivir puro y el pensar limpio, en vez de las perversiones de la verdad esotérica, como la supuesta magia sexual (alquimia tántrica) y las monstruosas perversiones sexuales practicadas por ciertas escuelas seudo ocultistas. Éstas últimas están en el sendero negro, y no conducen al portal de la iniciación, ya que ansían con mucha fuerza el enorme poder de la energía kundalini, antes que la pureza y sabiduría del alma. El cerebro del hombre casto manifiesta tremenda energía y gigantesca fuerza de voluntad. Sin castidad no es posible tener suficiente energía espiritual para triunfar. La continencia confiere admirable dominio sobre las gentes. Los instructores espirituales del mundo fueron todos muy castos, y de la castidad dimanaba su poder. Por lo tanto, el yogui ha de ser continente. Si queremos desarrollar la moderación en toda cosa, nada se desperdicia. Demasiado de cualquier cosa engendra problemas; no poseer suficiente puede ser igualmente inadecuado. Muchas páginas podrían escribirse sobre este sutra, pues los poderes físicos del hombre, como se dijo antes, son el reflejo de los poderes creadores cósmicos. Y debido a esto, dice H. P. B., el abuso de ellos conlleva penosos resultados kármicos. Ella dice en LA DOCTRINA SECRETA que toda la raza humana se ha vuelto supersexual, y que el abuso y mal uso durante siglos ha traído las enfermedades escrofulosas hereditarias que afectan a la mayoría. Dice que esta acentuación en los impulsos creadores físicos pende sobre la humanidad como un espeso paño mortuorio. 279 Libro II ¿Entonces que hacer?, ser absolutamente casto o moderadamente. La dificultad de esta respuesta estriba en que no es la misma para cada individuo. El prototipo perfecto sería sólo tener relaciones sexuales para procrear. Sin embargo no todos están preparados para tal abstinencia, lo cual produciría muchos daños físicos y psíquicos. Por lo tanto el sentido común es la clave en este caso. Debemos ir poco a poco, trasmutando el deseo sexual en aspiración espiritual. Por lo general una vida sexual en pareja moderada es lo más sano para la mayoría, y perfectamente compatible con la yoga. Conforme la relación se vaya estrechando entre el Alma y la personalidad toda esta confusión ira desapareciendo de una forma natural, pues es precisamente en esta ―unión sagrada‖ y elevada donde todos los problemas y espejismos desaparecen. 280 Libro II 39. Cuando la abstención de la avaricia es perfecta se llega a la comprensión de la ley de renacimiento. Este aforismo imparte en forma inequívoca la gran enseñanza de que el espíritu encarna por el deseo de adoptar determinada forma. Cuando no existe deseo, los tres mundos no pueden retener al yogui. El deseo, los diversos anhelos por las cosas, las experiencias o el ansia de vivir en la forma, constituyen la fragua donde forjamos nuestras cadenas. Cuando se cultiva y está presente la conformidad, se rompen gradualmente tales cadenas y ya no se forjan otras; a medida que nos desligamos del mundo de la ilusión, se aclara nuestra visión y paulatinamente se nos hacen aparentes y comprensibles las leyes del ser y de la existencia. Esto explica el cómo y el por qué de la vida. La razón de la existencia y, el método del plano físico ya no constituye un problema, y el yogui comprende la razón de por qué ha existido el pasado y cuáles son sus características; entiende la razón del presente ciclo de vida y experiencia, aplica cada día prácticamente la ley, y sabe muy bien qué debe hacer para el futuro. De esta manera se libera a sí mismo, nada desea de los tres mundos y se reorienta hacia el mundo del ser espiritual. La ausencia de codicia, que es la renuncia al deseo de posesiones, es la gradual suspensión de identidad del ego a favor del simismo-trascendental. Este progresivo cambio de identidad proporciona al hombre acceso a la memoria profunda que no actúa solo como depósito de los activadores subliminales generados en su actual encarnación, sino que también contiene los deseos potenciales almacenados a partir de las destiladas experiencias vitales de anteriores nacimientos. Las palabras de LUZ EN EL SENDERO dicen al respecto: El hombre corriente no puede ver cómo se ha tejido su destino, porque está hundido en lo más denso del telar del tiempo. El hombre ilumina281 Libro II do posee la visión de todo en su plenitud, en virtud de haberse elevado bien por encima. Dice también: ―Las operaciones de las verdaderas leyes de karma no han de estudiarse hasta que el discípulo ha alcanzado el punto en que ya no le afectan. El iniciado tiene el derecho a exigir el secreto de la naturaleza y de conocer las reglas que gobiernan la vida humana. Obtiene ese derecho por haberse escapado de los límites de la naturaleza. Se ha convertido en una porción reconocida del elemento divino, y ya no le afecta lo que es temporal. Obtiene entonces el conocimiento de las leyes que gobiernan las condiciones temporales‖. Vyasa dice que esto trae el conocimiento de vidas anteriores, porque significa que posee conocimiento perfecto del pasado, del presente y del futuro, junto con sus modalidades: el Eterno Ahora de los filósofos esotéricos. En estas cualidades tenemos el cumplimiento de los cinco mandamientos. Los aforismos siguientes hablan sobre las CINCO REGLAS. 282 Libro II RESULTADOS DE LA APLICACIÓN DE LAS REGLAS 40. La purificación interna y externa produce aversión a la forma, tanto a la propia como a las demás formas. La paráfrasis del Af. 40 no coincide con la traducción técnica de las palabras sánscritas, debido a que las palabras empleadas han sido mal interpretadas. Literalmente la traducción es: "La purificación interna y externa produce odio contra el propio cuerpo y el rechazo de todo intercambio con otros cuerpos". La tendencia de los estudiantes de Occidente a interpretar literalmente, exige una traducción más libre. El estudiante oriental, más versado en la presentación simbólica de la verdad, no es tan propenso a equivocarse en este sentido. Al considerar este aforismo debe tenerse presente que la pureza es una cualidad del espíritu. La purificación es necesariamente de varios tipos y se relaciona con los cuatro vehículos (los cuerpos físico, etérico, emocional y mental) mediante los cuales el hombre se pone en contacto con los tres mundos de su actividad. Podemos, por lo tanto, diferenciarlos así: a. b. c. d. Pureza externa ........ Pureza magnética ... Pureza síquica ......... Pureza mental ......... vehículo físico ........ cuerpo denso. vehículo etérico ...... pureza interna. vehículo astral ....... pureza emocional. vehículo mental ..... pureza de la mente concreta. Debe tenerse cuidadosamente en cuenta que esta pureza concierne a la sustancia, de la cual está compuesto cada uno de los vehículos, lográndose de tres maneras: 1. Por la eliminación de la sustancia impura, o los átomos y moléculas que limitan la libre expresión del espíritu y lo confinan en la forma, y no le permiten ingresar ni egresar libremente. 283 Libro II 2. Por la asimilación de los átomos y moléculas que tienden a proporcionar una forma, mediante la cual el espíritu pueda actuar adecuadamente. 3. Por la protección de la forma purificada contra la contaminación y deterioración. En el sendero de purificación o de probación comienza el proceso eliminatorio; en el sendero del discipulado se aprenden las reglas del proceso constructivo o asimilativo, y en el sendero de iniciación (después de la segunda iniciación) se inicia el trabajo protector. En Occidente son bien conocidas y generalmente practicadas las reglas de purificación externa, de sanidad y de higiene. Oriente conoce mejor las reglas de purificación magnética; una vez que ambos sistemas se sinteticen y reconozcan mutuamente, la envoltura física, en su doble naturaleza, alcanzará, con el tiempo, un alto grado de refinamiento. Sin embargo, en el actual ciclo, el interés de la Jerarquía está centrado en gran parte, en el problema de la pureza síquica (RajaYoga), razón por la cual en la actualidad se desarrolla la tendencia a la enseñanza esotérica. Ésta se aleja de lo que comúnmente se entiende por desarrollo psíquico y, sin hacer hincapié sobre los poderes síquicos inferiores, trata de entrenar al aspirante en las leyes de la vida espiritual. Esto produce la comprensión de la naturaleza de la psiquis o alma, y el control de la naturaleza síquica inferior. El gran "empuje" del esfuerzo jerárquico, correspondiente a este siglo 1926-2026, será hecho en esa dirección, conjuntamente con la difusión de las leyes del pensamiento. De ahí la necesidad de promulgar las enseñanzas dadas en los aforismos de la yoga, que proporcionan las reglas para el control de la mente, pero al mismo tiempo tratan extensamente de la naturaleza de los poderes síquicos y el desenvolvimiento de la conciencia síquica. El Libro Tercero trata de tales poderes; podría decirse brevemente que todo el tema de los aforismos consiste en desarrollar el control 284 Libro II de la mente, con el propósito de establecer contacto con el alma y obtener el consiguiente control de los poderes síquicos inferiores, y su desenvolvimiento debe ir paralelo al de los poderes superiores. Debe hacerse hincapié sobre esto. Aversión a la forma o "ausencia de deseo" (término genérico, que abarca esta condición de la mente) es el gran impulso que, con el tiempo, lleva a liberarse completamente de la forma. Esto no significa que la forma, o tomar una forma, es malo en sí. Tanto las formas como el proceso de encarnación, son correctos y adecuados en su lugar; pero para el hombre que ya no tiene necesidad de experimentar en los tres mundos y ha aprendido las lecciones necesarias en la escuela de la vida, la forma y el renacimiento son malos, y debe relegarlos a una posición fuera de la vida del ego. Es verdad que el hombre liberado puede decidir limitarse a sí mismo en una forma, para fines específicos de servicio, pero lo hace por un acto de voluntad y autoabnegación; no se siente impelido a ello por el deseo, sino por el amor a la humanidad y el anhelo de permanecer con sus hermanos, hasta que el último de los hijos de Dios haya llegado al portal de la liberación. El afán de mimar el cuerpo es el peor tósigo de la vida humana. Así el primer indicio de la afirmación de la pureza será no pensar en identificarse con el cuerpo. Únicamente cuando la pureza se establece desechamos la idea del cuerpo como algo atractivo, y quedamos libres de su gravedad. 285 Libro II 41. Por la purificación (sattva) llega también la quietud del espíritu, la alegría, la concentración, el dominio de los órganos y la capacidad de ver al yo. Debe recordarse que tanto los mandamientos como las reglas (yama y niyama) tienen que ver con el cuádruple yo inferior, el cual funciona en los tres mundos, y se lo denomina frecuentemente cuaternario inferior. Hemos visto en el aforismo precedente, que la purificación requerida es cuádruple y concierne a los cuatro vehículos. Los resultados de tal pureza son también cuádruples, y corresponden igualmente a las cuatro envolturas. Estos resultados son, de acuerdo a los vehículos: 1. 2. 3. 4. El dominio de los órganos ..... La quietud del espíritu .......... La concentración .................. La capacidad de ver al yo ..... el cuerpo físico. el vehículo emocional. la mente inferior o cuerpo mental. el resultado sintético de la triple condición de las envolturas mencionadas. El "dominio de los órganos" concierne especialmente a los sentidos; es el resultado de la pureza magnética o del refinamiento del cuerpo etérico. A este respecto los estudiantes deben tener presente que el cuerpo físico no es un principio, sino que se construye exactamente de acuerdo al cuerpo etérico, el vehículo magnético en el plano físico, y atrae (según su naturaleza y elementos constituyentes) a los átomos y partículas de sustancia con los cuales es construido el físico denso. Una vez refinadas las percepciones sensorias y sintonizada con exactitud la condición vibratoria del cuerpo vital, los órganos sensorios quedan totalmente dominados y controlados por el hombre real y, con el tiempo, lo pondrán en contacto con los dos subplanos más elevados del plano físico y no con el astral inferior como ocurre ahora. 286 Libro II El orden correcto de este control de los órganos de percepción física o de los cinco sentidos es: 1. Correcta percepción intelectual del ideal, en el plano mental. 2. Deseo puro, libre del amor a la forma, en el plano emocional o astral. 3. Uso y desenvolvimiento correcto de los cinco centros en la columna vertebral (base de la columna, sacro, plexo solar, cardíaco y laríngeo), cada uno de los cuales se halla en el cuerpo etérico y está vinculado a uno de los cinco sentidos. 4. La consiguiente correcta reacción de los órganos de los sentidos a las demandas del hombre verdadero o espiritual. En conexión con el cuerpo astral, la purificación da por resultado la tranquilidad de espíritu o la "suave quietud" del vehículo, a fin de reflejar adecuadamente el principio crístico o la naturaleza búdica. Se debe tener muy en cuenta la relación del astral o principio kámico (que utiliza el vehículo medio del triple hombre inferior) con el principio búdico (que utiliza el vehículo medio de la tríada espiritual o atma-budi-manas). El aquietamiento de las emociones y el control de la naturaleza de deseos preceden siempre a la reorientación de lo inferior. Antes que el hombre desee las cosas del espíritu debe cesar de desear las cosas del mundo y de la carne, lo cual trae un período de gran dificultad en la vida del neófito; el proceso está simbolizado en la palabra ―conversión", empleada en los círculos ortodoxos cristianos; significa "darse vuelta", con el consiguiente trastorno temporario, pero que eventualmente traerá quietud. En el cuerpo mental el efecto de la purificación es el desarrollo de la capacidad de concentrarse o enfocarse en una sola dirección. La mente no va de un lado a otro, queda controlada, pasiva y recepti- 287 Libro II va a las impresiones superiores. Esto es tratado extensamente en el Libro Tercero, por eso no nos ocuparemos aquí. Cuando los tres resultados de la purificación se hacen sentir en la vida del aspirante, está próximo a cierta culminación, que es la repentina percepción de la naturaleza del alma. El aspirante alcanza la visión de la realidad que es él mismo, y descubre la verdad de las palabras de Cristo: "Los puros de corazón verán a Dios". Contempla el alma, y desde entonces su deseo va dirigido siempre a la realidad, alejándose de lo irreal y del mundo de la ilusión. El cultivo de la pureza tiene importantes consecuencias. Conduce a la pureza del propio ser interior. El término sattva tiene numerosas connotaciones que no pueden ser expresadas con una sola palabra en nuestro idioma. Sattva, entre otras cosas es el factor luminoso de la conciencia, es decir, su mas elevada forma de manifestación. De hecho, una forma de caracterizar el proceso yóguico es en términos de una gradual sustitución de rajas y tamas por sattva. En el nivel emocional esto induce a un sentimiento sostenido de alegría, de gozo. La atención se intensifica, se concentra, y el adepto adquiere la habilidad de excluir todo impulso sensorial de su alrededor. La limpieza hace surgir la pureza interna y natural, y de ella surge a su vez la alegría; de la alegría, la unidireccionalidad de la mente; de ésta, la conquista de los sentidos; y de éste dominio, la aptitud del aspecto mas puro del intelecto para la observación del sí mismo. Todo lo cual se logra afirmándose en la pureza. 288 Libro II 42. El gozo trae por resultado la bienaventuranza. Poco puede decirse respecto a este aforismo, salvo indicar que todo sufrimiento, desagrado e infelicidad, se deben a la rebelión Desde el punto de vista del ocultista, la rebeldía sólo trae mayores dificultades, y la resistencia sólo sirve para nutrir el mal, cualquiera sea. El hombre que ha aprendido a aceptar su sino, no malgasta el tiempo en vanas lamentaciones y puede dedicar toda su energía en cumplir perfectamente su dharma o trabajo obligatorio. En vez de quejarse y oscurecer las cuestiones de la vida con la preocupación, la duda y la desesperación, despeja su camino mediante la sana comprensión de la vida, tal como es, y la directa apreciación de lo que puede hacer de ella. Así no malgasta fuerza, tiempo ni pierde oportunidad, y avanza constantemente hacia la meta. El resultado del contentamiento es la felicidad completa. La felicidad obtenida por la adquisición de posesiones es solo temporal. Hay que encontrar nuevos objetos y adquirirlos para mantener este tipo de felicidad. Es un proceso sin fin. El contentamiento auténtico se diferencia en que proviene de la alegría que nos induce a considerar el aspecto positivo en todos los seres y situaciones. Es muy difícil, sin embargo, mantener el contentamiento. Aunque puede ser más fácil ser feliz cuando tenemos éxito, solo seres excepcionales son optimistas en medio de corrientes adversas. Contentamiento significa contemplar cada acontecimiento con una sonrisa. En esto ayuda el buen sentido del humor. El gozo perfecto de basa en sí mismo, no en ningún objeto. No tiene motivo ni causa, se es feliz porque si. Es un estado natural del Espíritu, y no es que el espíritu tenga gozo, sino que él lo es. 289 Libro II 43. Por la ardiente aspiración y la eliminación de toda impureza, se perfeccionan los poderes del cuerpo y de los sentidos. Aunque las dos causas del proceso de perfeccionamiento son: aspiración y purificación, sin embargo, ambas constituyen realmente una sola y son los dos aspectos de la disciplina del sendero de probación. El Antiguo Comentario, que constituye la base esotérica de las enseñanzas internas del raja yoga, contiene algunas frases valiosas porque imparten un concepto correcto: "A medida que el aliento de fuego asciende a través del sistema y a medida que el elemento ígneo hace sentir su presencia, se ve desaparecer lo que obstaculiza y se ilumina lo que estaba oscuro." "El fuego asciende y consume las barreras; el aliento se expande y las limitaciones desaparecen. Los siete, hasta entonces pasivos, vuelven a la vida. Los diez portales, cerrados y sellados, parcialmente entornados, se abren de par en par". "Los cinco métodos de contacto se precipitan a la actividad. Se vencen los obstáculos y las barreras ya no obstaculizan. El que se ha purificado se convierte en el gran receptor y el Uno es conocido". Estas palabras se refieren a la purificación por el fuego y el aire, purificación impuesta en el sendero de la yoga. La purificación por agua tiene lugar en las últimas etapas de la vida del hombre muy evolucionado, antes de hollar el sendero del discipulado, y es sugerida en las palabras tan frecuentemente empleadas "aguas del infortunio". Ahora se somete a la prueba ígnea y toda la naturaleza inferior pasa a través del fuego. Éste es el primer significado y el que más concierne al aspirante. Surge desde su corazón cuando clama por fuego, expresado en las palabras: 290 Libro II "Busco el Camino; ansío saber. Veo visiones, y fugaces impresiones profundas. Detrás del Portal, al otro lado, está lo que llamo hogar, porque el círculo casi ha sido hollado en su totalidad y el fin se aproxima al principio". "Busco el Camino. Mis pies han hollado todos los caminos. El Camino de Fuego me llama con irresistible atracción. Nada en mí busca el camino de la paz; nada en mí ansía la tierra". "Que el fuego ruja; que las llamas devoren; que se queme toda la escoria; que se me permita trasponer ese Portal, y hollar el Camino del Fuego" "El aliento de Dios se siente como brisa purificadora y es también la respuesta del alma a la aspiración del discípulo. El alma "inspira" al hombre inferior ". El significado secundario se refiere, lógicamente, en forma directa, a la actividad del kundalini o fuego serpentina, en la base de la columna vertebral, cuando responde a la vibración del alma (sentida en la cabeza, en la región de la glándula pineal, y denominada: "la luz en la cabeza"). El fuego kundalini asciende, quema todas las obstrucciones del canal etérico en la columna vertebral y vitaliza o electrifica los cinco centros de la columna y los dos de la cabeza, Los aires vitales, dentro de los ventrículos de la cabeza, son puestos también en actividad y producen un efecto purificador, o más bien eliminador. El estudiante aún nada tiene que ver con ellos, excepto procurar, dentro de lo posible, que la aspiración de su corazón sea de carácter "ígneo" y que prosiga, como es de desear, la constante purificación de su naturaleza física, emocional y mental. Cuando esto sucede la respuesta del alma es efectiva y tiene lugar, sin peligro y normalmente, de acuerdo a la ley, las consiguientes reacciones en los centros etéricos. 291 Libro II Los tres versículos citados se refieren a: a. Los siete centros, hasta entonces pasivos, b. Los diez portales cerrados, los diez orificios del cuerpo físico. c. Los cinco sentidos, mediante los cuales se establece contacto con el plano físico, abarcando con estos términos todas las actividades entrantes y salientes en el plano físico. Otro nombre que recibe la ―la ardiente aspiración‖ en este sutra es ―TAPAS”, que quiere decir: intensa austeridad, a través de la ascesis, con la autodisciplina y la práctica espiritual. Cuando se perfecciona la ascesis, se destruye el velo de la impureza, cuando se elimina el velo (de la impureza), se perfecciona el cuerpo, adquiriendo facultades sobrenaturales, como leer los pensamientos ajenos, ver y oír en largas distancias y en los planos sutiles, la levitación y otros poderes. Cuando estas actividades son dirigidas por el alma o regidor interno, se efectúa la unión con el alma y la consiguiente identificación con Aquel en Quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser. 292 Libro II 44. La lectura espiritual trae como resultado el contacto con el alma o el divino Uno. Este aforismo quizás podría traducirse más literalmente si se dijera: ―La lectura de símbolos produce contacto con el alma‖. El símbolo es una forma de determinado tipo, que vela u oculta un pensamiento, una idea o una verdad; en consecuencia, se puede establecer como axioma general, que cualquier tipo de forma es un símbolo o el velo objetivo de un pensamiento. Esto aplicado a toda forma, se refiere igualmente a la forma humana, que está destinada a ser el símbolo (hecho a imagen) de Dios; constituye la forma objetiva que vela un pensamiento, idea o verdad divinos, la manifestación tangible de un concepto divino; la meta de la evolución es llevar a la perfección esta forma simbólica objetiva. Cuando el hombre conoce esto, deja de identificarse con el símbolo, su naturaleza inferior; empieza a actuar conscientemente como el divino Yo subjetivo interno, utilizando al hombre inferior para velar y ocultar su forma, trabajar diariamente sobre esa forma, a fin de moldearla y forjarla en un instrumento adecuado de expresión. Esta idea también se lleva a cabo en la vida diaria, en la actitud del hombre hacia todas las formas (en los tres reinos de la naturaleza) con las cuales se pone en contacto. Trata de ver debajo de la superficie y llegar a la idea divina. Ésta es la cuarta regla y concierne a la actitud interna que el hombre adopta hacia el universo objetivo. Podría decirse que las reglas tienen que ver con la actitud del hombre hacia: 1. 2. 3. 4. Su propia naturaleza inferior .... purificación interna y externa. Su karma o sino en la vida ....... conformidad. Su alma o ego .......................... ardiente aspiración. Su medio ambiente y contacto en el plano físico ....... lectura espiritual. 5. La Existencia una, Dios ............... devoción a Ishvara. 293 Libro II Así esta serie de reglas abarca la "correcta actitud" hacia todas las cosas. El estudio, llevado a su más alto grado, nos acerca a fuerzas superiores que ayudan a comprender lo mas complejo. Cuanto más eficaz es nuestro estudio, mejor comprendemos nuestras debilidades y nuestras fuerzas. Debemos aprender a acabar con nuestras debilidades y a hacer el mejor uso de nuestras fuerzas. Entonces no hay límite para nuestra comprensión. A través del estudio de si mismo o penetración intelectual en los niveles del significado mas profundo de una escritura concreta nos eleva hacia esas mismas regiones celestiales. Esto sucede bajo la experiencia meditativa. Tengamos presente que el estudio superior al que nos estamos refiriendo es una práctica yoguita como lo podría ser la meditación o la mantralización, ya que nuestra mente, en esos momentos permanece enfocada y alineada vibracionalmente con los textos escogidos. Esto es también una forma de alimentación sutil. 294 Libro II 45. Por la devoción a Ishvara se alcanza la meta de la meditación o samadhi. La meta de la meditación es lograr la capacidad de ponerse en contacto con el divino yo interno y, por medio de este contacto, llegar a la comprensión de la unidad de ese yo con todos los yoes y con el Omni-yo, no sólo teóricamente sino como una realidad en la naturaleza. Esto se produce cuando se alcanza el estado llamado samadhi, en el cual la conciencia del pensador se transfiere de la conciencia del cerebro inferior a la del hombre espiritual o alma, en su propio plano. Las etapas de esta transferencia pueden ser descritas como: 1. Transferencia de la conciencia del cuerpo, la conciencia saliente instintiva del hombre físico, a la cabeza. Esto requiere retirar conscientemente la conciencia en un punto dentro del cerebro, en la cercanía de la glándula pineal, y centrarla consciente y definidamente allí. 2. Transferencia de la conciencia de la cabeza o cerebro, a la mente o cuerpo mental. En esta transferencia el cerebro permanece agudamente alerta, y el retiro de la ciencia se efectúa conscientemente por medio del cuerpo etérico, utilizando el brahmarandra, o abertura en la cima de la cabeza. En ningún momento el hombre está en trance, inconsciente o dormido. Emprende este proceso de abstracción o retiro y lo efectúa activamente. 3. Transferencia de la conciencia del cuerpo mental al cuerpo del ego, el alma, alojada en el cuerpo causal o loto egoico. Entonces se produce una condición en que el cerebro, el cuerpo mental y el cuerpo egoico, forman una unidad coherente, pasiva, alerta, positiva y firme. 4. Así se puede entrar en el estado de samadhi o contemplación espiritual, donde el alma observa su propio mundo, percibe la visión de las cosas tal cual son, se pone en contacto con la realidad y "conoce a Dios". 295 Libro II Luego viene la etapa en que el hombre espiritual trasmite al cerebro, por conducto de la mente, lo que ha visualizado, visto, hecho contacto y conocido; de esta manera el conocimiento forma parte del contenido del cerebro y queda disponible para ser utilizado en el plano físico. Ésta es la meta del proceso de la meditación, y los resultados, en sus muchas Variaciones, son el tema del Libro Tercero, y se producen de acuerdo a los ocho métodos de la yoga, tratados en el Libro Segundo. Únicamente la devoción a Ishvara o verdadero amor a Dios, con las cualidades asociadas de servicio, amor al semejante y la paciente constancia en obrar. bien, llevarán al hombre por este difícil sendero de disciplina, purificación y arduo trabajo. Vyasa dice que la facultad de SAMADHI se hace perfecta en aquel que dedica todos sus poderes a ISHVARA. Así conoce todo cuanto desea conocer, tal como es en realidad. Su inteligencia conoce todo como es. Esto nos recuerda las palabras del Maestro K. H. a C. W. Leadbeater: ―Haz buenas obras en Su Nombre y por amor a la humanidad‖. Y también las encantadoras palabras del Señor Krishna en el GITA IX: 27: ―Todo cuanto hagas, todo cuanto comas, todo cuanto ofrezcas, todo cuanto des, todo cuanto hagas por austeridad, Oh Kauntaya, hazlo todo como una ofrenda a mí‖. Jan Ruisbroek, el místico flamenco, describe esta actitud muy simple y bellamente: ―Toda buena acción, por pequeña que sea, si es dedicada a Dios con sencillez de intención, aumenta en nosotros la Semejanza Divina, y ahonda en nosotros la corriente de Vida eterna. La sencillez de intención reúne en la unidad del espíritu los dispersos poderes del alma y junta al espíritu mismo con Dios. Esta misma sencillez es la que lo refiere todo a Dios y hace de nuestras virtudes una ofrenda a Dios. En todo acto de nuestra vida debemos aferrarnos a esa sencillez, debemos practicarla y cultivarla por encima de todo lo demás. Esto es lo que conduce al hombre a la presencia de Dios, lo que le da luz y valor, libertándolo. Esta sencillez es la que al final entregará a Dios toda nuestra actividad vital, modelándonos de hora en hora a una semejanza más fiel‖. 296 Libro II Asana, paso 3 de 8 (II.46-II.48) TERCER MÉTODO. ASANA LA POSTURA 46. La postura adoptada debe ser estable y cómoda. Este aforismo ha conducido a los estudiantes occidentales a grandes dificultades, pues lo interpretan en sentido completamente físico. Es verdad que tiene un significado físico, pero si lo tomamos en relación con la triple naturaleza inferior, puede decirse que se refiere a una posición de constante inmovilidad del cuerpo físico, durante la meditación una condición firme e indesviable del cuerpo astral o emocional al pasar por la existencia mundana y una mente inalterable y sin fluctuaciones totalmente controlada. De estas tres, podría decirse que la postura física tiene menos importancia. La mejor es aquella en que el aspirante puede olvidar con más rapidez que posee un cuerpo físico. Hablando en forma general podría establecerse que una posición erecta en una silla confortable, manteniendo derecha la columna, los pies cruzados en forma natural, las manos unidas sobre el regazo, los ojos cerrados y la cabeza ligeramente inclinada, es la mejor postura para el aspirante occidental. En Oriente hay una ciencia de las posturas, más de ochenta y cuatro posiciones distintas, algunas de las cuales son muy complicadas y dolorosas. Esta ciencia es una rama del Hatha Yoga y no debiera ser seguida por la quinta raza raíz; es el remanente de esa yoga, necesaria y suficiente para los hombres de la raza raíz lemuriana, quienes tenían que aprender a controlar el cuerpo físico. Bhakti Yoga, o yoga de la devoción, fue la yoga de los atlantes o cuarta raza raíz, con algo del Hatha Yoga. En nuestra quinta raza raíz, la actual, Hatha Yoga debería caer totalmente en desuso, en lo que concierne al discípulo, el cual debiera ocuparse del Raja Yoga y Bhakti Yoga –el cual debería ser un devoto mental. 297 Libro II El discípulo de la época lemuriana aprendió a controlar su cuerpo físico y dedicarlo al servicio de Ishvara, por la práctica del Hatha Yoga, aspirando al control emocional. El discípulo de la época atlante aprendió a controlar el cuerpo emocional y dedicarlo al servicio a Ishvara, mediante la práctica del Bhakti Yoga, aspirando a obtener control mental. El discípulo de esta época debe aprender a controlar el cuerpo mental y dedicarlo al servicio a Ishvara, mediante la práctica de Raja Yoga, aspirando a conocer al morador interno, el alma. Así, en la actual raza raíz, todo el hombre inferior, la personalidad, queda subyugado y tiene lugar la ―Trasfiguración" de la humanidad. En lo que respecta al aspecto físico de este sutra el hombre se coloca en una firme postura (asana). La firmeza de postura significa que hemos de quedar como si no tuviéramos cuerpo físico. De ordinario, cuando nos sentamos se nota al cabo de rato cierta molestia, pero cuando se desecha la idea del cuerpo material se pierde toda sensación física, sin sentir placer ni dolor y al restituirse el hombre al cuerpo lo encontrará descansado. Una vez logrado el completo dominio del cuerpo, manteniéndolo firme, será también firme la práctica de la yoga; pero será difícil concentrar la mente mientras los disturbios del cuerpo perturben los nervios, porque los nervios, y especialmente los del sistema simpático, presiden las funciones del organismo. La postura debe ser tanto estable como agradable. Una vez establecida la postura, la mente y los miembros deben permanecer firmes, sin sensación de dolor. La firmeza es lo contrario a la agitación física y la comodidad lo contrario al sufrimiento. Tanto la firmeza como la comodidad son físicas y mentales. Forman un todo que corresponde al estado de equilibrio (sattva), sin agitación (rajas) o apatía (tamas). Cualquier āsana que se efectúe, debe ser hecha con un sentimiento de firmeza, estabilidad y resistencia en el cuerpo; buena voluntad 298 Libro II en la cabeza y conciencia y deleite en el corazón. Así es como debe entenderse, practicarse y experimentarse cada āsana. La ejecución de cada āsana debe ser nutritiva e iluminativa. Ya desde el primer sūtra Patañjali solicita la atención más excelsa para la perfección. Esta disciplina y atención deben aplicarse a la práctica de cada āsana a fin de penetrar las mayores profundidades en las partes mas recónditas del cuerpo. En cada āsana el cuerpo debe ser tonificado y la mente puesta a punto de tal forma que se pueda permanecer largo tiempo con el cuerpo firme y la mente serena. La explicación de dhāranā (concentración) y dhyāna (meditación) dada por Patañjali en los sūtras III.1 y III.2 describe perfectamente la ejecución correcta de un āsana: ―La concentración consiste en fijar el complejo mental (con la mente en estado de abstracción sensorial) a un (solo) punto. La meditación consiste en el sostenimiento prolongado de la vivencia en el estado anterior (de concentración)‖. Debemos recordar que este aforismo no se refiere tanto al aspecto físico como psíquico. La estabilidad natural pertenece a los vehículos emocional y mental y no al cuerpo físico. De hecho el cuerpo físico responde perfectamente a un estado firme y estable cuando el cuerpo astral o emocional y mental están serenos. Un cuerpo superior influye poderosamente sobre un cuerpo inferior. Esta es la razón por la que se hace tanto hincapié en el raja-yoga como el yoga perfecto, ya que el raja-yoga trabajo con el vehículo más elevado que actualmente la humanidad puede manejar, el cuerpo mental. 299 Libro II 47. La estabilidad y la comodidad de la postura se deben lograr mediante un ligero y persistente esfuerzo y la concentración de la mente en lo infinito. Este aforismo abarca los dos aspectos que presentan dificultades en la meditación: la comodidad del cuerpo y el control de la mente. Es digno observar que el esfuerzo para alcanzar el olvido del cuerpo físico, mediante la correcta postura, se realiza con la práctica persistente, regular, más bien que forzando violentamente el cuerpo a adoptar posturas incómodas y actitudes no acostumbradas. Cuando logra esto y la mente puede estar ensimismada en las cosas del alma, entonces la estabilidad y la comodidad caracterizan al hombre en el plano físico; se olvida del vehículo físico y puede concentrar la mente, la cual está tan enfocada en una sola dirección, que es imposible pensar en el cuerpo. Vyāsa dice: La postura es perfecta cuando el espíritu se transforma en infinito es decir, cuando hace de la idea del infinito su propio contenido. Vācaspati comenta lo anterior: el que practique el āsana deberá hacer uso de una energía consistente en suprimir los esfuerzos corporales naturales. De otro modo, la postura ascética de que hablamos aquí no podrá ser realizada. En lo concerniente al ―espíritu transformado en infinito‖ significa una suspensión total de la atención a la presencia de su propio cuerpo. La āsana debe tener una doble cualidad: la atención y la relajación. En āsana debe haber atención sin tensión y relajación sin embotamiento ni pesadez. Se puede considerar al practicante firme en su postura cuando ya no necesita perseverar en el esfuerzo. Hay quienes equivocadamente consideran que durante la postura física de la meditación debemos luchar contra el cuerpo para amansarlo, inmovilizarlo, si así actuamos, no habrá meditación, ya que la atención estará puesta en no movernos, es decir, en el cuerpo físico. Cuando este punto es trascendido se desarrolla una mente sensible y con esta sensibilidad entrena la facultad del pensamiento para leer, estudiar y penetrar el infinito. Se haya inmerso en el estado de unidad sin límite que es indivisible y universal. 300 Libro II 48. Cuando se ha realizado esto, los pares de opuestos ya no limitan. Los pares de opuestos conciernen al cuerpo de deseos. Es significativo que el aforismo precedente sólo trata de la mente y del cuerpo físico. Según este aforismo la naturaleza emocional, expresándose por medio del deseo, no se siente influida por ninguna fuerza atrayente. El cuerpo astral se hace pasivo y negativo y no responde a ninguna atracción del mundo de la ilusión. Existe un gran misterio respecto al cuerpo astral del hombre y a la luz astral; la naturaleza de este misterio, hasta ahora es conocida únicamente por los iniciados avanzados. La luz astral es proyectada objetivamente por dos factores, y el cuerpo astral del hombre responde a estos dos tipos de energía. Esencialmente parecerían carecer de carácter o forma, pero su manifestación depende de "lo que está arriba y de lo que está abajo". La naturaleza de deseos del hombre, por ejemplo, parece responder a la atracción del gran mundo de la ilusión, el maya de los sentidos, o a la voz del ego que utiliza el cuerpo mental. Las vibraciones llegan al cuerpo astral desde el plano físico y desde el mundo mental, y según sea la naturaleza del individuo y el punto de la evolución alcanzado, así será la respuesta al llamado de lo superior o de lo inferior. El cuerpo astral está atento a las impresiones egoicas, o es atraído por el millón de voces de la tierra. Al parecer no tiene voz ni carácter propios. Esto ha sido representado en el Bhagavad Gita cuando Arjuna está entre las dos fuerzas opuestas del bien y del mal, y busca la correcta actitud hacia ambos. El plano astral es el campo de batalla del alma, el lugar de la victoria o de la derrota; es el kurukshetra, en el cual se hace la gran elección. En estos aforismos, concernientes a la postura, está latente la misma idea. Se hace hincapié en los planos físico y mental y, si están debidamente ajustados y se consigue aplomo en el plano 301 Libro II físico y enfoque en una sola dirección en el mental, los pares de opuestos ya no limitan. Así se llega al punto de equilibrio, y el hombre se libera. Los platillos en la balanza de la vida del hombre están equilibrados y por lo tanto se halla libre. Cuando alcanza la perfección de este sutra puede resistir todos los choques y cambios. Codd Clara comenta sobre este aforismo: Uno de mis símiles favoritos es aquel de la Roca de las Edades, que tipifica el Espíritu Inmortal dentro de nosotros. Con cuánta frecuencia es azotado y sumergido por las incansables olas de la emoción y del pensamiento. Durante largas edades nos dejamos llevar por las olas, pensando que ellas son nosotros mismos. Pero cuando descubrimos que somos realmente la Roca, podemos dejar que las olas pasen sobre: nosotros sin conmovernos. Esto es SHRADDHA, equilibrio. A menudo se dice que el sendero es angosto como el filo de una navaja, porque el hombre que ha triunfado permanece siempre firme en una dirección constante, inafectado por los huracanes y las olas del destino. 302 Libro II Praṇayama, paso 4 de 8 (II.49-II.53) CUARTO MÉTODO. PRANAYAMA ALIENTO - RESPIRACIÓN 49. Cuando se ha adoptado la correcta postura (asana), le sigue el correcto control del prana y la adecuada inhalación y exhalación del aliento. Tenemos aquí otro aforismo que ha dado lugar a muchos malentendidos y ha causado gran daño. Prevalecen varias enseñanzas sobre el control del prana, lo cual ha inducido a muchos a practicar ejercicios respiratorios, y a prácticas cuyo éxito depende de la suspensión del proceso de la respiración. Esto proviene en gran parte porque la mente occidental considera que prana y aliento son términos sinónimos, y de ninguna manera es así. Vivekananda lo señala al comentar este aforismo, y dice: "Cuando se ha dominado la postura, entonces debe interrumpirse y controlarse el movimiento, obteniéndose el pranayama, el control de las fuerzas vitales del cuerpo. Prana no es aliento, aunque comúnmente se lo traduzca así. Es la suma total de la energía cósmica energía que está en cada cuerpo, cuya manifestación más evidente es el movimiento de los pulmones, causado por el prana al inhalar el aliento, y es lo que tratamos de controlar en el pranayama. Empezamos por controlar el aliento, como el medio más fácil de regular el prana". Prana es la suma total de la energía del cuerpo (esto se aplica similarmente al cuerpo solar y al planetario), en consecuencia, concierne a la energía que entra en el cuerpo etérico y a su salida por medio del cuerpo físico, simbolizada en el cuerpo físico por la necesaria inhalación y exhalación del aliento. Gran parte del verdadero sentido de este aforismo se ha perdido por el hecho de hacer resaltar 303 Libro II demasiado el acto físico de respirar. Cuando se estudia pranayama deben tenerse en cuenta ciertas cosas. Primero, que una de las funciones principales del cuerpo etérico es actuar como estimulador y vitalizador del cuerpo físico denso. Parecería que el cuerpo físico denso no tuviera una vida independiente, sino que simplemente actuara dirigido y motivado por el cuerpo etérico, que constituye el cuerpo vital o de fuerza, e interpenetrara cada parte del vehículo denso, siendo el fundamento y la verdadera sustancia del cuerpo físico. Según sea la naturaleza que anima al cuerpo etérico, la actividad de esa fuerza en el cuerpo etérico, el dinamismo o lentitud de las partes más importantes del cuerpo etérico (los centros de la columna vertebral), así será la correspondiente actividad del cuerpo físico. En forma similar y simbólica, según sea la plenitud del aparato respiratorio y su capacidad para oxigenar y purificar la sangre, así será la salud o plenitud del cuerpo físico denso. Además debe tenerse en cuenta que la clave para la exacta respuesta de lo inferior a lo superior, reside en el ritmo y en la capacidad del cuerpo físico para responder o vibrar, en forma rítmica, al unísono con el cuerpo etérico. El estudiante ha descubierto que esto se logra fácilmente con la respiración pareja y constante, y que la mayoría de los ejercicios de respiración, cuando se les da preeminencia, excluyendo los tres métodos de yoga ya impartidos (los Mandamientos, las Reglas y la Postura), tienen un efecto definido sobre los centros etéricos y pueden acarrear resultados desastrosos. Es sumamente necesario que los estudiantes practiquen los métodos de la yoga en el orden dado por Patanjali, y que procuren completar el proceso purificador, la disciplina de la vida interna y externa y la centralización de la mente en una sola dirección, antes de intentar la regulación del vehículo etérico por medio de la respiración y el despertar de los centros. 304 Libro II El trabajo que se realiza por medio del pranayama podría decirse que es: 1. La oxigenación de la sangre, a fin de purificar la corriente sanguínea y obtener la consiguiente salud física. 2. Llevar el cuerpo físico a una vibración sincrónica con la del cuerpo etérico. Esto da como resultado la completa subyugación del cuerpo físico denso y lo correlaciona con el etérico. Ambas partes del vehículo físico constituyen una unidad. 3. La transmisión de energía, vía el cuerpo etérico, a todas partes del cuerpo físico denso. Esta energía puede provenir de varias fuentes: a. Del aura planetaria. En este caso es prana planetario, que concierne principalmente al bazo y a la salud del cuerpo físico. b. Del mundo astral, por conducto del cuerpo astral. Esta fuerza será puramente kámica o de deseo, y afectará principalmente a los centros ubicados abajo del diafragma. c. De la mente universal o fuerza manásica, la cual constituye mayormente fuerza mental, e irá al centro laríngeo. d. Del ego mismo, estimulando principalmente los centros coronario y cardíaco. La mayoría de las personas reciben la fuerza de los planos físico y astral exclusivamente, pero los discípulos también reciben fuerza de los niveles mental y egoico. Respecto a la parte respiratoria de este aforismo encontramos que el control respiratorio no es solo la respiración rítmica; la atención principal se centra en la pausa entre inhalación y exhalación. La ―la supresión de la respiración conduce a la unidireccionalidad de la conciencia por medio de la restricción de toda actividad sensorial‖. Es interesante notar que Patañjali aconseja expresamente al sādhaka 305 Libro II (discípulo) practicar prāṇāyāma solo tras perfeccionar āsana. Por primera vez muestra un peldaño distinto en la escalera ascendente del yoga, mientras que no estipula progresión alguna para los otros aspectos. Normalmente, el flujo de la respiración controlar el flujo de inhalación, exhalación y retención de la respiración, de forma regular y rítmica. La palabra prāṇāyāma tiene dos componentes, prāṇa y ayama. Prāṇa es energía, cuando la fuerza vigorizante invade el cuerpo. Ayama significa expandir, alargar, regular, prolongar, restringir y controlar. Prāṇāyāma tiene lugar cuando esta fuerza vigorizante invade el cuerpo con extensión, expansión y control. A efectos prácticos comprendemos que Patanjali haga una concreta atención al hecho de haber alcanzado positivamente las anteriores etapas antes de entrar en el trabajo del pranayama, precisamente porque hasta no haber alcanzado un correcto ritmo de vida, y la correcta postura interior de estabilidad y serenidad, no podemos alterar violentamente la respiración con prácticas no naturales a nuestro desarrollo alcanzado. Esta práctica es descrita en el aforismo 34 Parte I. La consecución real del Pranayama está directamente conectada con la actividad física y mental de nuestros quehaceres diarios. Sólo cuando se consigue un orden y ritmo perfecto en los quehaceres diarios de la vida mundana, podemos esperar tener perfecta maestría sobre la respiración y las pulsaciones vitales. Siempre es peligroso intentar trabajar a la inversa. El resultado de intentar realizar los pranayama rítmicos empezando por el control de la respiración, antes de conseguir el control de las demás actividades diarias, puede causar y lo suele hacer, grandes trastornos físicos y psíquicos. Cuando se ha logrado una verdadera quietud interna, estable y serena, el Aliento deviene de forma natural. Tanto el ritmo como el tiempo de la respiración deviene de forma natural, frecuentemente se ralentiza hasta incluso detenerse cuando se esta sumergido en meditación profunda, pero todo ello de una forma automática y natural. Debemos recordar que la mente esta íntimamente relacionada con la respiración, así pues cuando se esta en meditación la respiración es alterada de forma natural y propicia al estado alcanzado. 306 Libro II 50. El correcto control del prana (o de las corrientes de vida) es externo, interno o inmóvil; está sujeto a lugar, tiempo y número, siendo también prolongado o breve. Este aforismo es muy difícil de entender y deliberadamente se ha oscurecido su significado, debido a los peligros incidentales al control de las fuerzas corporales. Las ideas y enseñanzas que encierra se dividen en tres partes: I. El control externo, interno o inmóvil de las corrientes de vida del cuerpo (denso y etérico). Esto concierne: a. b. c. d. Al aparato respiratorio y al empleo del aliento. A los aires vitales y su irradiación. A los centros y su despertar. Al fuego Kundalini y a su correcta progresión ascendente por la columna vertebral. II. Al significado astrológico y la relación del individuo con su grupo, planetario o de otra índole. A esto se refieren las palabras: "lugar, tiempo y número". III. Al proceso de iluminación y a la respuesta del hombre físico a las impresiones superiores por medio del cerebro. Tal capacidad de responder a la voz del ego y de llegar a ser pasivo y receptivo, debe preceder a los cuatro últimos métodos de la yoga, los cuales no conciernen muy de cerca al plano físico denso o a los niveles etéricos de la conciencia. Por lo tanto, será evidente que gran parte de la enseñanza contenida en este aforismo sólo puede impartirla el Instructor al alumno, directamente y sin peligro, después de un debido estudio de las condiciones corporales de éste. No es posible ni conveniente dar en este libro, destinado al público, las reglas, prácticas y métodos 307 Libro II que permiten al discípulo entrenado sincronizar instantáneamente el vehículo físico denso con el cuerpo etérico, y aumentar la densidad de su aura e irradiarla, a fin de producir ciertos efectos magnéticos en su medio ambiente y despertar los centros que le permitirán desplegar ciertos poderes síquicos Los métodos para despertar el fuego kundalini y combinarlo con la fuerza egoica descendente, también deben ser enseñados directamente por un idóneo en esta ciencia. Es extremadamente peligroso despertar prematuramente el fuego, con la consiguiente destrucción de ciertas estructuras protectoras del cuerpo etérico, y la desintegración de las barreras entre este mundo y el astral, antes de estar el alumno debidamente equilibrado entre los pares de opuestos. El desarrollo prematuro de los poderes síquicos inferiores, antes de que despierte la naturaleza superior, encierra una amenaza; puede producir en el cerebro algún tipo de insanía leve o grave. No obstante se darán algunas explicaciones que permitirán al verdadero estudiante esotérico obtener esa información que, si se la aplica correctamente, actuará como clave para tina mayor información. Tal ha sido siempre el método oculista. Por lo tanto trataremos brevemente estos tres puntos: I. El control externo del prana o corriente de vida, concierne a esos ejercicios respiratorios y prácticas rítmicas, que llevan a los órganos físicos, que tienen afinidad con los centros etéricos a una condición adecuada. El mago blanco u ocultista, nunca se ocupa específicamente de los órganos físicos. El mago negro sí. Estos órganos son: el cerebro, los pulmones, el corazón, el bazo y los órganos genitales. El mago negro utiliza definidamente estas partes del cuerpo físico para generar un tipo de fuerza, mezcla de fuerza etérica y de energía física densa, que le permite realizar cierto tipo de trabajo mágico y también producir efectos en los cuerpos físicos de animales y hombres. Este conocimiento es la base del "vuduismo" (la magia de los negros de las Antillas) y de todas esas –prácticas que causan el agotamiento y muerte de quienes se interponen en el 308 Libro II camino del mago negro o de los que considera enemigos. Con éstas nada tiene que hacer el aspirante a los misterios de la Hermandad de la Gran Logia Blanca. Produce la fusión de las dos partes del cuerpo físico denso, la sincronización del ritmo de ambos cuerpos y la consiguiente unificación de todo el hombre inferior, poniendo la atención en el aliento y ritmo etéricos. Esto inevitablemente produce el "control externo de las corrientes de vida". El control interno de las corrientes de la vida se produce de tres maneras: 1. Por la comprensión intelectual de la naturaleza del cuerpo etérico, y de las leyes de su vida. 2. Por el estudio de los tipos de energía y su mecanismo, el sistema de centros que existe en el cuerpo etérico. 3. Por ciertos desenvolvimientos y conocimientos que llegan al aspirante cuando está preparado (después de haber practicado los anteriores métodos de yoga), y lo capacitan para captar determinados tipos de fuerzas, energías o "shaktis", utilizándolos correctamente por medio de sus propios centros, para producir efectos que pueden ser descritos como iluminadores, purificadores, magnéticos, dinámicos, síquicos y mágicos. El control inmóvil de las corrientes de la vida es consecuencia del adecuado desenvolvimiento de los otros dos, el externo y el interno, y debe lograrse antes de que pueda practicarse el quinto método de yoga, de retiro o abstracción. Esto simplemente significa sincronización perfectamente equilibrada y unificación completa de las dos partes del cuerpo físico, de manera que no haya ningún impedimento para las fuerzas que entran o salen. Una vez logrado el control inmóvil, el yogui puede retirarse a voluntad del cuerpo físico o atraer a dicho cuerpo y manipular a voluntad cualquiera de las siete grandes fuerzas planetarias. Debe tenerse en cuenta que aquí se trata de condiciones ideales; ningún aspirante puede alcanzar este método de yoga sin trabajar simultáneamente con los otros métodos. Será de utilidad estudiar el paralelismo en la naturaleza. 309 Libro II II. El significado astrológico se insinúa también en las tres palabras: lugar, tiempo y número, en las que puede reconocerse las triplicidades universales, y observarse que el correcto control de las corrientes de la vida se relacionan con el karma, la oportunidad y la forma. Hay ciertas palabras que, cuando se las comprende correctamente, dan la clave de todo el ocultismo práctico y convierten al yogui en amo de la vida, éstas son: sonido .......... número .......... color ......... forma palabra ........ vida ................ luz ............. cuerpo, y se considera que están sujetas a la idea-espacio y al elementotiempo. Debe tenerse en cuenta respecto a esto que "espacio es la primera entidad" (La Doctrina Secreta, T. II,) y que la manifestación cíclica es la ley de la vida. Una vez reconocido esto, la entidad, expresándose cíclicamente, hará sentir su presencia por medio de la diferenciación, el color o la cualidad de la forma que la oculta, y por la forma misma. Estos factores constituyen la suma total de la expresión de cualquier entidad, Dios u hombre; la aparición de cualquier hombre en expresión exotérica, en el plano físico, depende de la entrada y salida rítmica o cíclica, de la energía de la Gran Vida en la cual vive, se mueve y tiene su ser. Esto es la base de la ciencia de la astrología o relación del planeta o planetas, con el ser humano, y de la relación de los mismos con las estrellas y los diversos signos zodiacales. Es esencial poseer algún conocimiento al respecto, para controlar debidamente las corrientes de la vida, a fin de que el discípulo pueda utilizar las "temporadas y estaciones" en que el progreso pueda acelerarse. III. El proceso de iluminar al hombre inferior es posible mediante el correcto control del prana, y este "proceso iluminador" es una ciencia exacta, para la cual los cuatro métodos de yoga han preparado el camino. Los fuegos del cuerpo están así ordenados en forma exacta, la condición "inmóvil" se puede alcanzar en cierta 310 Libro II medida, los aires vitales de la cabeza están "en paz" y el entero hombre inferior se halla a la expectativa de cualquiera de los dos procesos: a. El retiro del hombre verdadero o espiritual, a fin de actuar en algún plano más elevado, o b. el descenso a la conciencia del cerebro inferior, de la luz, la iluminación y el conocimiento, procedentes de los planos del ego. Vyāsa explica este aforismo, desde el punto de vista ordinario como: 1º. La detención del flujo (de aire) tras una exhalación (completa) es (una operación) externa; 2º. (A su vez) la detención del flujo (de aire) tras una inhalación (completa), es (una operación) interna. 3º. La tercera (operación) es la de retención, efectuada (en cualquier momento) por medio de un simple esfuerzo, en la cual (hay) ausencia de ambas (inspiración y espiración). Cada una de las tres (operaciones) se regula: a) en términos de espacio; (cada una) tiene que ver con una cierta cantidad de espacio; (zonas del cuerpo: abdomen, tórax, etc) b) en términos de tiempo; es decir, queda definida por su limitación a un determinado número de momentos; (segundos de las 4 partes, inhalación, retención y exhalación) c) en términos de número; de acuerdo a cuantas inspiraciones y espiraciones (se efectúan) en el primer ciclo y, cuando éste se ha completado, cuantas más en el segundo y, de forma similar, cuantas más en el tercero; estas prácticas se consideran suave, normal e intensa, respectivamente. De esta forma, se regula en base al número. (La cantidad de respiraciones de la práctica). 311 Libro II 51. Hay una cuarta etapa que trasciende a las que conciernen a las fases interna y externa. Hemos visto la forma en que el control de las corrientes de la vida puede estar externa e internamente activo y equilibrado. Este triple proceso lleva al entero hombre personal inferior, primeramente, a una condición donde responde rítmicamente al factor motivador interno (en este caso, el ego y hombre espiritual en su propio plano) y luego a la total pasividad o quietud. A esta condición de espera receptiva (si podemos denominarla así) le sigue otra, una forma de actividad superior, la cual literalmente es la imposición de un nuevo ritmo de vibración sobre la inferior; la emisión de una nueva nota que emana del hombre espiritual interno Y produce ciertos efectos definidos en las tres envolturas que constituyen el no-yo y ocultan la divinidad, el hombre. Estos cambios son tratados en los dos aforismos siguientes. El estudiante común frecuentemente se dedica a preparar las envolturas para que en esta cuarta etapa sea posible conseguir: 1. La coordinación consciente de las envolturas o cuerpos. 2. Su debido alineamiento. 3. La regulación del ritmo de las envolturas, de manera que se sincronicen entre sí y con el ritmo de la impresión egoica. 4. La unificación de las envolturas en un todo coherente, a fin de que el hombre llegue a ser literalmente "el tres en uno y el uno en tres 5. La pasividad o la actitud de receptividad positiva a la inspiración y al descenso de vida y energía egoicas. Podrá ser de ayuda al estudiante comprender que el correcto control del prana implica el reconocimiento de que la energía es la suma total de la existencia y de la manifestación, y que los tres cuerpos inferiores son cuerpos de energía, constituyendo cada uno el vehículo para un tipo superior de energía, siendo también 312 Libro II transmisores de energía. Las energías del hombre inferior constituyen las energías del tercer aspecto, el aspecto Espíritu Santo o Brahma. La energía del hombre espiritual constituye la energía del segundo aspecto, la fuerza crística o búdica. La finalidad de la evolución en la familia humana es llevar esta fuerza crística o principio búdico, a su plena manifestación en el plano físico, mediante la utilización de la triple envoltura inferior. Esta triple envoltura es el Santo Grial, el cáliz que recibe y contiene la Vida de Dios. Una vez que el hombre inferior responde adecuadamente por la atención prestada a los cuatro métodos de yoga ya considerados, comienzan a manifestarse en él dos resultados, y está preparado para utilizar los otros cuatro métodos restantes que lo reorientarán y llevarán, con el tiempo, a la liberación. Desde el punto de vista ordinario en este sutra Patañjali se refiere al ―cuarto prāṇāyāma‖, lo que implica que en los sūtras II.49 y 50 ha mencionado tres prāṇāyāmas. En nuestra opinión la interpretación de esos sūtras es la siguiente, y la misma revela el poder de observación de Patañjali: 1º) en el sūtra II.49 Patanjali define el prāṇāyāma como la separación de la inhalación y de la exhalación. Es el primer tipo de prāṇāyāma o control de la respiración: el practicante simplemente se limita a separar la inspiración de la espiración, el proceso respiratorio deja de ser un proceso continuado, ininterrumpido y automático, como lo es normalmente, y se convierte en una sucesión de inhalaciones y exhalaciones independientes entre sí. 2º) En el sūtra II.50 Patañjali señala el segundo y tercer tipo de prāṇāyāma, constituidos por el detenimiento en la inhalación o por el detenimiento en la exhalación: el practicante se detiene un lapso de tiempo mas o menos largo en la inhalación o en la exhalación; la duración del detenimiento en la inhalación o en la exhalación está determinada por el objeto externo (por ejemplo el péndulo, el tic tac del reloj) o interno (por ejemplo, el conteo de números) en el cual el yoguin fija su atención. 313 Libro II 3º) En el sūtra II.51, el actual, Patañjali señala el cuarto tipo de prāṇāyāma, que consiste en dejar de lado todo objeto externo o interno como apoyo del control de la respiración; la duración del detenimiento en la inhalación o la exhalación ya no está control de la respiración ha devenido autónomo, correspondiendo este proceso a la profundización de la concentración mental que tiene como consecuencia una disminución del campo de intervención de la conciencia y de la voluntad. Este aforismo, generalmente malinterpretado, se refiere a un fenómeno especial que sucede durante el estado de samadhi, en el cual la respiración se puede volver tan reducida y superficial que no puede ser detectada por la simple observación. Tal estado de suspensión de la respiración puede continuar durante un período considerable que, en circunstancias normales, sería un claro indicio de muerte. Este cuarto modo de respirar, propiamente hablando, no es en absoluto un control respiratorio voluntario, sino simplemente la consecuencia fisiológica de un extraordinario estado de conciencia. Este cuarto tipo de prāṇāyāma va mas allá de la regulación o modulación del flujo y retención de la respiración, trascendiendo la metodología dada en el sutra anterior. Es un estado similar al kevalakumbhaka, que se menciona en los textos de hatha yoga y en los Yoga Upanishads, es el vacío durante la ruptura en el que perdemos todo interés por las mediciones y los objetos servidos por tales mediciones. 314 Libro II 52. A través de esto, lo que oscurece la luz va desapareciendo gradualmente. El primer resultado es el desgaste gradual o la atenuación de las formas materiales que ocultan la realidad, lo cual no significa la disipación de las formas, sino el constante refinamiento y transmutación de la materia con que esas formas están construidas, de manera que llegan a clarificarse y purificarse a tal punto que la "Luz de Dios", que hasta entonces habían ocultado, resplandece en toda su belleza en los tres mundos. Se puede demostrar que esto es literalmente verdad en el plano físico, pues mediante el trabajo de purificación y control de las corrientes de vida, la luz de la cabeza se hace tan evidente, que pueden verla quienes poseen la visión supranormal, como radiaciones que se extienden alrededor de la cabeza, formando el nimbo tan conocido en las imágenes de los santos. El nimbo es un hecho natural y no un mero símbolo. Es el resultado del trabajo de Raja Yoga y la demostración física de la vida y la luz del hombre espiritual. Vivekananda dice, hablando técnicamente (y es bueno que los estudiantes esotéricos de Occidente dominen la técnica y terminología de esta ciencia del alma, custodiada por Oriente durante mucho tiempo): "Chitta o sustancia mental, por su propia naturaleza, posee todo el conocimiento. Está compuesta de partículas sáttvicas, pero envuelta con partículas rajásicas y tamásicas, envoltura que es eliminada mediante el pranayama". Mediante la práctica de pranayama, el velo de karma que oculta la luz y origina el ciclo de vida y muerte, pierde su poder y es destruido poco a poco. Esta iluminación no es el samādhi. Es, mas bien, la percepción de los poderes de la psique (el cuerpo sutil) y de su energía íntima (kundalini). San Pablo usa una simbología similar; en su Segunda Epístola a los Corintios y escribe: ―Para que también la vida de Cristo se manifieste en nuestra carne mortal... Cuando se haya convertido al Señor, entonces caerá el velo‖. 315 Libro II 53. Y la mente está preparada para la meditación concentrada. Ciertamente, a través de la práctica de prāṇāyāma (se logra aptitud para la concentración). Por esto, se dijo en el sutra (I.34): ―también, se obtiene la pacificación de la mente mediante la retención y la expulsión del aliento‖. La edición de Johnston da una traducción muy interesante de este aforismo. Dice: "De allí viene el poder de la mente para mantenerse firme en la luz". La idea es que, una vez lograda la condición de pasividad y hecha posible la cuarta etapa de impresión supranormal, los restantes métodos de yoga, tales como abstracción, atención, meditación y contemplación, se pueden emprender adecuadamente. Entonces es posible controlar y utilizar la mente y emprender sin peligro el proceso de trasmitir el conocimiento, la luz y la sabiduría del yo o alma.. al cerebro por intermedio de la mente. 316 Libro II Pratyahara, paso 5 de 8 (II.54-II.55) QUINTO MÉTODO. PRATYAHARA ABSTRACCIÓN DE LOS SENTIDOS 54. Abstracción o pratyahara, es la subyugación de los sentidos por el principio pensante, y su abstracción de lo que hasta ahora ha sido su objetivo. Este aforismo compendia el trabajo realizado para lograr el control de la naturaleza síquica, y proporciona el resultado alcanzado, cuando el pensador, por medio de la mente, el principio pensante, domina los sentidos de tal manera, que éstos ya no tienen expresión independiente propia. Antes de que la intención, la meditación y la contemplación (los tres últimos métodos de yoga) puedan emprenderse adecuadamente, no sólo debe haberse logrado una correcta conducta externa, alcanzado la pureza interna, cultivado la correcta actitud hacia todas las cosas y, en consecuencia, controlado las corrientes de vida, sino que se habrá obtenido la capacidad de subyugar las tendencias exteriorizadas de los cinco sentidos. De manera que al aspirante se le enseña el correcto retiro o abstracción de la conciencia, que se dirige al mundo de los fenómenos, y debe aprender a centrarla en la gran estación central de la cabeza, desde donde la energía puede ser distribuida conscientemente cuando participa de la gran tarea, y desde allí puede establecer contacto con el reino del alma y recibir mensajes e impresiones emanadas de ese reino. Ésta es una etapa definida de realización y no simplemente una forma simbólica de expresar un centralizado interés. Las diversas avenidas de percepción sensoria son llevadas a una condición pasiva. La conciencia del hombre real ya no irrumpe externamente por sus cinco avenidas de contacto. Los cinco senti317 Libro II dos son dominados por el sexto, la mente, y toda la conciencia y la facultad preventiva del aspirante se sintetizan en la cabeza y se dirigen hacia adentro y arriba. Así queda subyugada la naturaleza síquica y el plano mental se convierte en el campo de actividad del hombre. Este proceso de retiro o abstracción avanza por etapas: 1. El retiro de la conciencia física o percepción, por medio del oído, el tacto, la vista, el gusto y el olfato. Estos medios de percepción quedan momentáneamente dormidos, la percepción del hombre es puramente mental y la conciencia del cerebro es lo único activo en el plano físico. 2. El retiro de la conciencia en la región de la glándula pineal, para que el punto de comprensión del hombre se centralice en la región situada entre el medio de la frente y la glándula pineal. 3. La siguiente etapa consiste en enfocar la conciencia en el centro coronario, el loto de mil pétalos o sahasara, retirando intencionalmente la conciencia de la cabeza. Esto se puede hacer en plena conciencia vigílica una vez aprendidas ciertas reglas y efectuado cierto trabajo. Es evidente que esto no puede divulgarse aquí. La mayoría de las personas deben dominar las dos primeras etapas y aprender a controlar las avenidas de percepción, los cinco sentidos. 4. La abstracción de la conciencia llevándola al cuerpo astral, para liberarla del plano físico. 5. El retiro aún más interno, en el cuerpo mental o mente, para que ni el físico ni el astral limiten o confinen al hombre. Una vez realizado lo anterior llega a ser posible la verdadera meditación y contemplación. Dvivedi, en su comentario sobre este aforismo, dice: "La abstracción consiste en asimilar totalmente los sentidos a la mente, o ser controlados por su intermedio. Deben alejarse de sus objetivos, 318 Libro II fijarlos en la mente y ser asimilados por ella, de manera que al evitar la transformación del principio pensante, el sentido también lo seguirá y será controlado inmediatamente. No sólo sucederá esto, sino que siempre estarán dispuestos a contribuir colectivamente al logro de una meditación absorbente sobre determinada cosa y en cualquier momento". El resultado de la correcta abstracción o retiro, puede, en consecuencia, describirse brevemente: 1. La síntesis de los sentidos por el sexto sentido, la mente. 2. El alineamiento del triple hombre inferior, de manera que los tres cuerpos actúan como unidad coordinada. 3. La liberación del hombre de las limitaciones de los cuerpos. 4. La consiguiente capacidad del alma o ego, para impresionar e iluminar al cerebro, por medio de la mente. Sencillamente se podría decir que los órganos son distintos de la materia mental. Veo un libro. La forma no está en el libro, está en la mente. Algo externo produce aquella forma; pero la verdadera forma está en chitta. Los órganos se identifican con cuanto perciben y toman la forma de los objetos. Si es posible impedir que la materia mental tome dichas formas, la mente quedará en calma. A esto se le llama pratyahara. Cuando no hay conexión con sus respectivos objetos, (los sentidos) se asemejan a la auténtica naturaleza de la mente. Cuando la mente esta inhibida, los sentidos se inhiben de forma similar, sin necesidad de ningún otro medio para su control. Así como las abejas vuelan detrás de la reina cuando ésta se eleva, y descansan cuando ella descansa, así también cuando la mente se inhibe los sentidos interrumpen sus actividades. Esto es la abstracción de los sentidos. El pratyāhāra (abstracción) es una práctica intermedia entre el ejercicio mental propiamente dicho, que en el Yoga será de fijación o de reflexión abstracta, y el movimiento del ejercicio cor319 Libro II poral. Tiene un movimiento en cuanto que deja vagar la imaginación, pero a la vez conserva una postura estática, al desdoblarse en espectador impasible. Cuando los sentidos se retiran de sus objetos y siguen la forma de la mente, es estado se denomina absorción. Cuando no se practica el yoga, la mente fluye en dirección a los sentidos. Los sentidos están acostumbrados a proyectarse en sus objetos correspondientes. Entonces se impregnan en la forma de los objetos y pierden su propia identidad. El resultado es que la mente encuentra la presencia de los objetos y deja de tener la presencia de los sentidos. Es el verdadero estado de disipación del ser humano. ―Sentido‖, en el caso de un ser humano común, significa ―naturaleza inferior‖. Cuando los sentidos están perdidos en sus objetos correspondientes y la mente esta llena de ellos, sólo hay existencia de los objetos en la forma del ser humano, dejando éste de tener consciencia de sí mismo. Cuando la mente se tranquiliza, los sentidos apartan automáticamente de sus objetos. Entonces existen para la mente y por lo tanto se vuelven en dirección al interior y empiezan a tomar la forma de la mente, que no es sino tranquilidad. Es estado de los sentidos, que se comportan como parte de la mente, se denomina absorción de los sentidos en la mente. El arte de recogerse tiene que empezar por los planos superiores y descender hasta el nivel de los sentidos. Esta práctica nunca ha de comenzar por los sentidos. Intentar controlar los sentidos antes de haber tranquilizado la mente es practicar empezando por el lado equivocado y se terminas en el fracaso. Cerrar los ojos nunca puede lograr que la mente deje de imaginarse los diversos objetos que han visto los ojos. Por esta razón Patanjali coloca este paso de la absorción o Pratyahara después del pranayama. 320 LOS AFORISMOS DE LA YOGA DE PATANJALI TERCER LIBRO “Vibhuti Pada” 55 Sutras La Realización De La Unión y Sus Resultados. c. La meditación y sus etapas. d. Veintitrés resultados de la meditación. Tema: Los poderes del Alma. Dharana, dhyana y samadhi, pasos 6-8 de 8 (III.1-III.3) 1. La concentración consiste en fijar la sustancia mental (chitta) en un objeto determinado. Esto es dharana. Hemos llegado a los Aforismos de la Yoga que tratan específicamente del control de la mente y del efecto de ese control. Los quince primeros aforismos están dedicados al control de la mente y cómo lograrlo, y los cuarenta restantes conciernen a los resultados producidos cuando se ha obtenido este control. Se enumeran veintitrés resultados, todos en la línea de expansiones de conciencia y manifestación de facultades síquicas, inferiores y superiores. El primer paso para este desenvolvimiento es la concentración, o la capacidad de mantener la mente firme y sin desviarse sobre aquello que el aspirante ha elegido. Este primer paso es la etapa más difícil del proceso de la meditación, e implica la capacidad constante e incansable de hacer volver la mente al "objeto" elegido por el aspirante para concentrarse. 321 Libro III Las etapas para la concentración están bien definidas y pueden ser enumeradas como sigue: 1. Elección del objeto en el cual se va a concentrar. 2. Retiro de la conciencia mental de la periferia del cuerpo, a fin de aquietar las avenidas de percepción y contacto externo (los cinco sentidos), entonces la conciencia ya no se exterioriza. 3. Centralización de la conciencia, fijándola en la cabeza. En el punto medio entre las cejas. 4. Aplicación de la mente, o poner la mayor atención posible al objeto elegido para la concentración. 5. Visualización del objeto, percepción imaginativa y razonamiento lógico del mismo. 6. Extensión de los conceptos mentales formados, de lo específico y particular a lo general y lo universal o cósmico. 7. Proponerse alcanzar lo que se halla detrás de la forma considerada, o llegar hasta la idea responsable de la forma. Este proceso eleva gradualmente la conciencia y permite al aspirante llegar al aspecto vida de la manifestación, en vez del aspecto forma. Sin embargo, se empieza por la forma u "objeto". Los objetos, en los cuales se puede uno concentrar son de cuatro tipos: 1. Objetos externos, como imágenes de la deidad, cuadros o formas de la naturaleza. 2. Objetos internos, como los centros del cuerpo etérico. 3. Cualidades, como las diversas virtudes, a fin de despertar el deseo de poseerlas, y hacer que lleguen a formar parte del contenido de la vida personal. 4. Conceptos mentales, o esas ideas incorporadas en los ideales, subyacentes en todas las formas animadas, y que pueden asumir la forma de símbolos o de palabras. 322 Libro III Uno de los Puranas expresa muy bellamente la idea subyacente en la concentración. Se dice al aspirante, después que ha utilizado los cinco primeros métodos de yoga (expuestos en el Libro Segundo), "que debe ubicar la sustancia mental en algún apoyo auspicioso". Esta ubicación está ilustrada en la descripción de la manera en que debe ser fijada la atención sobre una forma de Dios. "La forma encarnada del excelso Ser, desvanece todo deseo por cualquier otro apoyo. Debería entenderse que la atención fija es cuando la sustancia mental está concentrada en dicha forma. Y lo que es esta forma encarnada de Hari, sobre la cual debe reflexionarse, tú debes responder ¡oh Regidor de los hombres! La atención fija no es posible sin algo en qué fijarla". (Vishnu Purana, VI, 7:75-85). Luego sigue la descripción de la forma encarnada del excelso Ser y concluye con estas palabras: "... que el yogui reflexione sobre Él; y perdido en Él concentre su propia mente hasta que ¡oh Rey!, la atención se fije sobre Él únicamente. Mientras realiza esto o alguna otra actividad voluntariamente, donde su mente no se desvía, entonces debe considerar que esta atención fija es perfecta". (Naradiya Purana, LXVII: 54-62). La convicción de que son necesarios los "objetos" para concentrarse, originó la demanda de imágenes, esculturas sagradas y cuadros. Todos estos objetos implican el empleo de la mente concreta inferior, etapa preliminar necesaria. El empleo de tales objetos permite el control de la mente, de manera que el aspirante pueda hacer de ella lo que quiera. Los cuatro tipos de objetos ya mencionados llevan gradualmente al aspirante hacia adentro y le permiten transferir su conciencia desde el plano físico al reino etérico, de allí al mundo del deseo o de las emociones, y progresivamente al mundo de las ideas y conceptos mentales. Este proceso se desarrolla en el cerebro, y todo el hombre inferior es llevado 323 Libro III a un estado de coherente atención en una sola dirección, donde todos los aspectos de su naturaleza están dirigidos a lograr una atención fija, o una concentración de todas las facultades mentales. Entonces la mente ya no se dispersa ni exterioriza, simplemente se aquieta y "fija plenamente su atención". Vivekananda traduce "dharana" como "mantener la mente fija en un pensamiento durante doce segundos". Esta percepción clara, unilateral y tranquila de un objeto, sin que otro objeto o pensamiento penetre en la conciencia, es muy difícil de obtener. Cuando puede mantenerse durante doce segundos, entonces se está logrando la verdadera concentración. A veces la dificultad radica en la distinción entre la ―atención intensa‖ y la concentración mental (dharana), pues es indudable que la atención puede ser considerada como una forma de concentración mental, y viceversa. Sin embargo, siendo el Yoga un proceso continuo, estamos seguros de que la dharana debe ser ―superior‖ (es decir, mas intensa, mas eficaz) que la atención intensa: donde ésta no era mas que la fijación de la actividad mental sobre un solo objeto, la dharana debe aparecer como una meditación inmóvil, un recogimiento silencioso. Recordemos, en efecto, que, en el momento en que es retenido el aliento (kumbhaka), la atención se fija por sí sola, aunque solo sea sobre la disciplina de la respiración cuya práctica requiere que el pensamiento no se vea distraído. Eso es la ―atención intensa‖. Además, cuando el adepto consigue realizar la retirada de los sentidos, la atención es mejor, ya que cesan de manifestarse las solicitaciones exteriores inoportunas. El pensamiento, no obstante, continúa existiendo, viviendo, lo cual implica actividad, dinamismo, difusión, dispersión, multiplicidad, etc. Dicho de otra manera, la ―atención intensa‖ (aun enriquecida por el pratyāhara) no puede ser perfecta: así como las posturas no suprimen la vida corporal, la atención no implica la disolución de la actividad mental. Muy al contrario, ésta adquiere su máximo de eficacia cuando, estando inmóvil el cuerpo y suspendida la respiración (o muy espaciada), se encuentra además 324 Libro III liberada de las coacciones que implica la actividad sensorial. Es decir, gracias al prāṇāyāma y a la ―atención‖ que deriva naturalmente de él, el órgano mental, tras haber practicado la retirada de los sentidos, se encuentra apaciguado; en lo sucesivo, si ve formas, si oye sonidos, éstos no pueden ser otra cosa que fantasmas nacidos de la memoria, construcciones imaginarias coloreadas por las impregnaciones mentales. En último término, la conciencia que tenemos de la vida de nuestro propio cuerpo desaparece: el cuerpo se convierte en una cosa inerte. Y es entonces cuando el yoguin, concentrando toda la potencia del órgano mental sobre este único objeto, obliga al pensamiento a volver sobre sí mismo, hasta conocer su verdadera naturaleza; la dhāraṇā, por su parte, constituye la etapa preliminar a la realización de esta unión, aquella en la que el individuo ve ya el fin, lo nota al alcance de la mano. La concentración es en realidad una ―fijación en un solo punto‖ pero cuyo contenido es estrictamente nocional, en otras palabras, el dhāraṇā, y es por esto que se distingue de la atención, cuyo único objetivo es detener el flujo psicomental y ―fijarlo en un solo punto‖, el dhāraṇā efectúa esa fijación con el objeto de comprender no sólo de observar. Como constituyente formal del yoga de ocho pasos, dhāraṇā es esencialmente una técnica de la cual se puede afirmar que tiene como rasgo característico la unidireccionalidad mental. Hacer que la mente se aquiete y que los sentidos queden absorbidos en la mente representa un gran paso o logro en la práctica del yoga, pero éste no es el objetivo de la práctica del yoga. El objetivo principal de la práctica del yoga es doble: 1º- Focalizar la mente tranquila sobre la naturaleza superior del hombre y la Luz del Ser, que mora en el interior. 2º- Focalizar la mente tranquila sobre “cualquier cosa” para darse cuanta de la presencia de la Luz del Señor mismo en todas partes. 325 Libro III 2. La concentración sostenida (dharana) es meditación (dhyana). La meditación es sólo la prolongación de la concentración; proviene de la facilidad con que el aspirante consigue "fijar la mente" a voluntad en un objeto determinado. Está sujeta a las mismas reglas y condiciones de la concentración, la única diferencia es el factor tiempo. Una vez adquirida la capacidad de enfocar la mente con firmeza en un objeto, el siguiente paso consiste en desarrollar el poder de mantener la sustancia mental o chitta, sin desviarse del objeto o pensamiento, durante un período prolongado. El Purana citado anteriormente continúa: "La sucesión ininterrumpida de las ideas, presentadas con la única intención de fijarse en Su forma, sin desear nada más, eso ¡oh Rey! es contemplación. Se obtiene por los primeros seis métodos de la yoga”. La palabra contemplación en este caso es sinónimo de meditación. Tal meditación es aún con simiente o con un objeto. Dvivedi, al comentar este aforismo dice: "...Dhyana consiste en fijar la mente en el objeto imaginado hasta hacerlo uno con ella. En efecto, la mente debería en ese momento ser consciente únicamente de sí misma y del objeto". La actitud del hombre se convierte en atención pura y fija; su cuerpo físico, sus emociones, aquello que lo circunda y los sonidos y lo que ve, se pierden de vista, y el cerebro es consciente sólo del objeto que constituye el tema o simiente de la meditación, y de los pensamientos que la mente va formulando en relación con el objeto. 326 Libro III La meditación (dhyāna) es un flujo de ideas que surgen de forma continua y coherente, sin ser perturbadas por otras ideas, en relación al soporte del objeto de concentración en ese punto (mencionado en el comentario del aforismo anterior). Una vez que la mente ha sido fijada en un punto cualquiera, el yoguin debe esforzarse porque en su mente se mantenga un solo contenido, una sola experiencia cognoscitiva, porque una sola cosa llegue a la conciencia: la representación, la idea, la vivencia o sentimiento, la sensación, la imagen que él ha elegido como punto de apoyo, rechazando cualquier representación o vivencia diversa y diferente. El yoguin debe estar experimentando una sola cosa: la percepción de un solo y único sentimiento. La concentración se transforma en meditación prolongando la atención sobre el objeto, durante la cual la captación del objeto es directa instantánea, nueva e inolvidable. Tal interacción entre objeto y sujeto deja una profunda impresión que reemplaza la comprensión basada en la memoria y el pasado. El movimiento desde la dispersión mental hasta la concentración es progresivo. El paso de la concentración a la meditación, sin embargo, es repentino e instantáneo, creando una ruptura en la decreciente curva de actividad mental. La meditación es una interacción entre lo interno y lo externo, expresada mediante un destello de conocimiento sobre el objeto elegido. La prolongada y profunda concentración lleva al estado de absorción meditativa, o dhyāna, en el cual el objeto se mantiene en la mente y llena todo el espacio de la conciencia. Todas las ideas que aparecen (pratyaya) giran alrededor del objeto de concentración y se acompañan de una emotiva disposición que puede ser descrita como ―serenidad‖, ―paz‖ o ―calma‖. No hay pérdida de lucidez, sino que mas bien el sentido de alerta parece intensificarse La diferencia entre dhāranā y dhyāna es que dhāranā se ocupa más de la eliminación de las ondas de pensamiento fluctuantes a fin de alcanzar la concentración unidireccional; en dhyāna, el énfasis radica en el mantenimiento de una observación contemplativa regular y profunda. 327 Libro III Para los estudiantes académicos el estado de concentración es un ejercicio más bien superado, ya que es un requisito imprescindible para estudiar positivamente y aprobar los exámenes. Por esa razón muchos de los seres humanos en la actualidad ya tienen una buena base para el yoga, tienen algunas etapas ejercitadas, como el de la concentración. Un buen ejemplo sobre el proceso de concentración y el de meditación la tenemos reflejado cuando vamos al cine a ver una película. Al principio somos conscientes de nuestra mente, el espacio externo (el cine) y la película que esta comenzando, sin embargo no transcurre mucho tiempo (si la película es interesante para nosotros) en el cual nos olvidamos de la mente, del Yo, y permanecemos en un profundo estado de atención exterior. Es este proceso permanecemos muy atentos a todos los detalles de la película, desde las escenas hasta los sentimientos, y todo lo demás desaparece. El estado de meditación es también similar, ya que mediante una prolongada atención somos capaces de trascender la mente concreta y estar muy despiertos a otras realidades superiores, desechando de una forma natural aquello que no interesa, lo superfluo y engañoso. 328 Libro III 3. Cuando chitta es absorbida por la realidad (o idea incorporada en la forma) y ya no es consciente de la separatividad o del yo personal, esto es contemplación o samadhi. La manera más sencilla de comprender este aforismo, es tener en cuenta que toda forma u objeto constituye una vida manifestada de determinado tipo. En las primeras etapas del proceso de meditación, el estudiante se da cuenta de la naturaleza de la forma y de su relación con ella. Los dos estados, en que es consciente de sí mismo y del objeto de su meditación, son condiciones totalmente mentales; existen en su mente. Esta condición va seguida de otra, donde su comprensión se introduce internamente en el plano subjetivo, y se da cuenta de la naturaleza de su vida, que va expresándose por medio de la forma. La cualidad y las relaciones subjetivas absorben su atención y pierde de vista el aspecto forma, persistiendo aún el sentido de separatividad o dualidad. Todavía es consciente de sí mismo y del no-yo. Sin embargo, posee una similitud de cualidad y de respuesta a vibraciones análogas. En las etapas de dharana y dhyana, de concentración y meditación, la mente es el factor importante y el productor en el cerebro. Un gran Instructor hindú, Kecidhvaja, expresa esta idea en las siguientes palabras: "El alma posee los medios. Pensar es el medio. Éste es inanimado. Cuando el pensamiento ha completado la tarea de liberarse, ha hecho lo que debía hacer y cesa". (Vishnu Purana, VI, 7:90). La verdad de lo antedicho hace excesivamente difícil describir y explicar el elevado estado de samadhi o contemplación, pues las palabras o frases sólo son esfuerzos de la mente para trasmitir al cerebro del yo personal aquello que le permitirá captar y valorar el proceso. 329 Libro III En la contemplación el yogui pierde de vista: 1. La conciencia cerebral, o lo que se entiende en el plano físico como tiempo y espacio. 2. Sus reacciones emocionales hacia el tema de su proceso de meditación. 3. Sus actividades mentales, de manera que todas las "modificaciones" del proceso pensante y las reacciones emocionales de su vehículo deseo-mente (kama-manas) quedan subyugadas y el yogui es inconsciente de ello. Sin embargo, está intensamente vivo y alerta, positivo y despierto, porque controla firmemente el cerebro y la mente y los utiliza sin que ellos interfieran de manera alguna. Esto significa, textualmente, que la vida independiente de estas formas, por medio de las cuales actúa el verdadero yo, está paralizada, aquietada y subyugada, y el hombre real o espiritual, despierto en su propio plano, puede actuar utilizando plenamente el cerebro, las envolturas y la mente del yo inferior, su vehículo o instrumento. Por lo tanto, está centrado en sí mismo o en el aspecto alma. Ha perdido de vista todo sentido de separatividad o del yo personal inferior, y se ha identificado con el alma de esa forma, objeto de su meditación. Sin obstrucciones de la sustancia mental ni de la naturaleza de deseos, "entra en" ese estado cuyas cuatro características sobresalientes son: 1. Absorción en la conciencia del alma y por lo tanto, la percepción del alma de todas las cosas. Ya no se ve la forma, y es revelada la visión de la realidad, velada por todas las formas. 2. Liberación de los tres mundos de la percepción sensoria, y únicamente así se conoce y establece contacto con lo que se ha liberado de la forma, del deseo y de la sustancia mental concreta inferior. 330 Libro III 3. Comprensión de la unicidad de todas las almas subhumanas, humanas y superhumanas. "Conciencia grupal" expresa más o menos la idea, así como "conciencia separada" o comprensión de la propia identidad individual, caracteriza la conciencia en los tres mundos. 4. Iluminación o percepción del aspecto luz de la manifestación. Por la meditación el yogui se conoce como luz, un punto de esencia ígnea. Debido a la facilidad con que medita, puede enfocar la luz sobre el objeto elegido, y ponerse "en armonía" con la luz que el objeto oculta. Entonces se sabe que esa luz es una en esencia con su propio centro de luz y así son posibles la comprensión, comunicación e identificación. Se dice que cuando en la meditación brilla únicamente la forma del objeto, desprovista aparentemente de su naturaleza como pensamiento, entonces, penetrando la esencia de tal objeto, (esa meditación deviene en lo que se denomina) interiorización completa (samādhi). Aunque es posible una definición formal de samādhi, ninguna descripción puede cubrir por completo la naturaleza de esta condición, la cual trasciende la experiencia diaria. Su componente más fundamental es sin duda la experiencia de completa fusión de sujeto y objeto; la conciencia del yogui asume la naturaleza del objeto contemplado, y lo comprende desde ―dentro‖; esta identificación se acompaña de un sentimiento de maravillosa paz y aguda vigilancia en una condición en la cual el continuo espacio-tiempo ordinario es temporalmente abolido. En el samādhi desaparece la forma (svarūpa) de la naturaleza subjetiva de la mente, la conciencia que uno tiene de sí mismo. La conciencia no muere ya que vuelve a retomar su forma después del samādhi (―como si‖ desapareciera). En este aparente vacío penetra ahora el objeto contemplado y allí permanece absorbiendo totalmente la atención. Hay una total unificación y compenetración. La conciencia perceptiva, liberada de cualquier sentimiento 331 Libro III de separatividad, se aleja de las limitaciones personales, asume la naturaleza del objeto contemplado y lo entiende ―desde adentro‖. Samādhi es ese estado contemplativo en el que el pensamiento se interioriza inmediatamente de la forma del objeto, sin la ayuda de la imaginación (svarūpa), en su aspecto esencial y como si ―estuviera vacío de sí mismo (de su personalidad)‖. Según Vācaspati Miśra, el yogui que dejó de usar la ―imaginación‖, ya no considera el acto y el objeto de la meditación como distintos uno del otro. Hay una coincidencia real entre el conocimiento del objeto y el objeto del conocimiento: este objeto no se presenta ya a la conciencia en las formas que lo delimitan y lo definen en calidad de fenómenos, sino ―como si estuviera vacío de sí mismo‖. En el caso de muchos grandes Santos, la absorción es tan completa que las funciones corporales y los sentidos disminuyen hasta casi desaparecer, y sobreviene un profundo estado de trance supraconsciente. San Pablo hablaba de este singular estado cuando comento en su Segunda Epístola a los Corintios: ―Sé de un hombre en Cristo, el cual hace catorce años (si en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, Dios lo sabe) fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inefables que el hombre no puede pronunciar‖. (Cap. XII). Este estado fuera del tiempo y del espacio, es producido al juntarse la luz del cuerpo pituitario con la luz de la glándula pineal. 332 Libro III Samyama es la herramienta mas sutil (III.4-III.6) 4. Cuando concentración, meditación y contemplación, constituyen un acto consecutivo, se alcanza sanyama. Ésta es una idea muy difícil de expresar, pues los idiomas occidentales carecen del equivalente de la palabra sánscrita "sanyama". Sintetiza las tres etapas del proceso de meditación y sólo quien ha aprendido y dominado las tres etapas de control mental, puede alcanzarlas. Por este dominio obtiene los siguientes resultados: 1. Se ha liberado de los tres mundos, de la mente, la emoción y la existencia en el plano físico. Ya no le llaman la atención. No se concentra ni está absorbido en ellos. 2. Puede enfocar su atención a voluntad y, si lo desea, mantener su mente firme indefinidamente mientras actúa intensamente en el mundo mental. 3. Puede polarizarse o centrarse en la conciencia del ego, alma u hombre espiritual, y conocerse como algo aparte de la mente y las emociones, de los deseos y sentimientos y de la forma que constituyen el hombre inferior. 4. Ha aprendido a reconocer que el hombre inferior (el conjunto de estados mentales, de emociones y de átomos físicos) es simplemente su instrumento para comunicarse a voluntad con los tres planos inferiores. 5. Ha adquirido la facultad de contemplación, esa actitud de verdadera Identificación con el reino del alma, que puede ser observado análogamente a como el hombre utiliza sus ojos para ver en el plano físico. 6. Puede trasmitir al cerebro lo que ve, por medio de la mente controlada, y así impartir el conocimiento del yo y de su reino, al hombre en el plano físico. 333 Libro III Esto es meditación perfectamente concentrada, y la capacidad de meditar así, se denomina "sanyama" en este aforismo. Desarrollar el poder de meditar es el objetivo del sistema de raja yoga. Por medio de esta realización el yogui aprende a diferenciar entre el objeto y lo que el objeto oculta o vela. Aprende a atravesar todos los velos y a ponerse en contacto con la realidad que existe tras ellos. Alcanza el conocimiento práctico de la dualidad. Existe una conciencia más elevada que ésta, es el conocimiento aún no alcanzado, descrito por la palabra unidad. Sin embargo esta etapa es muy elevada, produce en el hombre sorprendentes efectos y lo introduce en diversos tipos de fenómenos. Samyama es la práctica mantenida de dhāranā, dhyāna, y samādhi sobre un mismo objeto. Esta técnica es la forma yóguica de hacer investigación pues produce toda clase de conocimiento suprasensorio (prajñā). También se usa a veces en el sentido de ―control‖, especialmente en conexión con el dominio de los sentidos. Estos ejercicios se denominan ―sutiles‖ para indicar que no implican ninguna nueva técnica fisiológica. Se parecen tanto entre sí que, aún si se dedica a uno de ellos (por ejemplo a la concentración), el yogui no puede quedarse exclusivamente en él sin dificultad y hasta puede deslizarse, involuntariamente, hacia la ―meditación‖ o la ―énstasis‖. Por esto, estos tres últimos ejercicios yogas reciben el nombre común de samyama. Dhāranā es atención unidireccional. Se transforma en dhyāna al mantenerse en el tiempo mientras disuelve su carácter unidireccional, implícito en la palabra ―concentración‖. Cuando ésta se torna omnidireccional, lo cual es también no-direccional (es decir, difundida por igual pero sin pérdida de atentividad), lleva a la absorción total (samadhi). La prolongación continuada de estos tres aspectos sutiles del yoga conforman una sola unidad, denominada samyama. Samyama es un estado de inmovilidad, y samyami es quien subyuga sus pasiones y permanece inmóvil, dominando todos los elementos. 334 Libro III 5. Como resultado de sanyama, llega el resplandor de la luz. Los diversos comentadores y traductores han empleado varios términos en este aforismo, y será interesante considerar algunos, porque del estudio de las distintas interpretaciones obtendremos plena comprensión de las palabras sánscritas. Abreviando, la idea implica el concepto de que la naturaleza del alma es luz, y que la luz es la gran reveladora. El yogui, gracias a la práctica constante de la meditación, llega al punto en que puede dirigir a voluntad, en cualquier dirección, la luz que irradia su propio ser e iluminar cualquier tema. Nada se le puede ocultar y todo conocimiento está a su disposición, por lo tanto, a este poder se lo describe como: 1. Iluminación de la percepción. La luz del alma fluye y el hombre en el plano físico, en su conciencia cerebral, puede percibir lo que antes estaba oscuro y oculto. Podemos describir técnicamente el proceso en los concisos términos siguientes: a. Meditación. b. Polarización en el alma o conciencia egoica. c. Contemplación, o dirección de la luz del alma hacia lo que debe conocerse e investigarse. d. El subsiguiente descenso del conocimiento comprobado, como una "corriente de iluminación" al cerebro, por medio del sutratma, el hilo del alma, el cordón plateado o vínculo magnético. Este hilo pasa por la mente y la ilumina. Los pensamientos, engendrados por la respuesta automática de chitta (sustancia mental) al conocimiento trasmitido, se plasman entonces en el cerebro y el hombre en conciencia física llega a conocer lo que el alma conoce. Entonces se convierte en un iluminado. 335 Libro III A medida que este proceso se hace más frecuente y constante, se produce un cambio en el hombre físico. Se sincroniza cada vez más con el alma. El factor tiempo queda relegado a segundo término durante la transmutación, y la iluminación del campo de conocimiento por la luz del alma y la del cerebro físico, es un acontecimiento instantáneo. La luz de la cabeza se acrecienta en la correspondiente medida, y el tercer ojo se desarrolla y funciona, como también el correspondiente "ojo" en los planos astral y mental; de esta manera el ego o alma puede iluminar los tres planos en los tres mundos, lo mismo que el reino del alma. 2. Lucidez de conciencia. El hombre llega a tener lúcida y clara visión. Es consciente de su creciente poder, que le permitirá explicar y resolver todos los problemas, y no sólo esto, también hablará con lucidez y llegará a ser una de las fuerzas instructoras del mundo. Todo conocimiento, conscientemente adquirido por propia iluminación, debe ser compartido y claramente trasmitido a otros. Es el corolario de la iluminación. 3. Brillante surgimiento de la visión interna. Esto proporciona un nuevo y muy importante ángulo al tema. Es la definición de la capacidad de "ver dentro" de una forma; de llegar a la realidad subjetiva, que ha hecho de la envoltura objetiva lo que es. Esta visión interna es algo más que captación, simpatía y comprensión, las cuales sólo son efectos de aquélla, que es la capacidad de atravesar todas las formas y llegar a lo que éstas velan, porque esa realidad es idéntica a la realidad en uno mismo. 4. Iluminación del intelecto. Salvo que la mente o intelecto pueda captar y trasmitir lo que el alma sabe, los misterios no tienen explicación para el cerebro físico y el conocimiento que el alma posee será únicamente una visión bella e inalcanzable. Pero una vez que el intelecto está iluminado, puede trasmitir y plasmar en el cerebro las cosas ocultas, que sólo conocen los hijos de Dios, en su propio plano. De ahí la necesidad del método de Raja Yoga, o la ciencia de unión por medio del control y el desarrollo de la mente. Quien logra el es336 Libro III tado de samyama es dueño de todos los poderes. Dicho estado es el más eficaz instrumento del yogui. Los objetos de conocimiento son infinitos y de varias categorías, desde densos o muy densos a sutiles o muy sutiles. Al dominar el control mental, surge la luz del conocimiento trascendental. Cuanto más firmemente se establezca el control mental, mas transparente se volverá (también) el conocimiento (obtenido durante) la interiorización perfecta. El control mental tiene lugar por etapas y, a medida que el yogui alcanza la interiorización mas profunda, es decir el nirvicārasamādhi, la conciencia se inmoviliza y se vuelve transparente. En tal estado de máxima lucidez tiene lugar el cambio de la conciencia personal a si mismo trascendental. Śaṅkara comenta: Por medio de la luz que proporciona el conocimiento obtenido en la interiorización profunda, el cual ilumina cualquier cosa incluso escondida o remota, el yogui observa con claridad lo que surge en la mente, como si lo tuviese en la palma de la mano. Cuando la existencia simultánea es experimentada con éxito se produce la iluminación de la consciencia. En este contexto, consciencia significa la consciencia pura. Igual que él sol emana en forma de globo solar, luz, radios, radiación etc., la consciencia de la persona no yóguica expulsa la cognición del observador, el objeto de observación, el acto de observar, el nombre, la palabra, el significado, la forma, el color, el concepto, la mente, los sentidos, etc. Todas estas cosas son los estadios del ―devenir‖ de la consciencia. No son la consciencia pura, que es original y esta más allá de los estadios. La consciencia pura es el esplendor del Señor que esta oculta en los niveles de los diversos estadios. La percepción del hombre común está siempre a merced de esos estadios. Cuando la existencia simultánea se hace posible, se produce el brillo de la consciencia original, cuya intensidad de iluminación es comparada en el Bhagavad Gita con el brillo de ―tantos miles de soles de mediodía como una pueda imaginarse‖. Igual que cualquier cosa puesta en presencia de la más pura llama de un alto horno de fundición es reducida a fuego así también cualquier cosa expuesta al brillo de la más pura consciencia no es nada sino la presencia del Espíritu de Consciencia Pura. 337 Libro III 6. Esta iluminación es gradual; se desarrolla etapa tras etapa. Se considera aquí la naturaleza evolutiva de todo crecimiento y desenvolvimiento y se recuerda al aspirante que nada se obtiene de inmediato, sino como resultado de un prolongado y constante esfuerzo. Una de las cosas que todo aspirante a los misterios debería recordar es que ese crecimiento gradual y relativamente lento, constituye el método de todo proceso natural; este desenvolvimiento del alma sólo es después de todo uno de los grandes procesos de la naturaleza. Lo que el aspirante debe hacer es proporcionar las condiciones correctas. Así el crecimiento se desarrollará normalmente por sí mismo. La perseverancia, la paciente resistencia, la realización de un poco cada día, tiene más valor para el aspirante que la vigorosa precipitación y el esfuerzo entusiasta de la persona temperamental y emocional. Forzar indebidamente el propio desarrollo, acarrea definidos y específicos peligros. Se evitan cuando el estudiante se da cuenta de que el sendero es largo y que la inteligente comprensión de cada etapa en el sendero tiene más valor para él que los resultados obtenidos por el despertar prematuro de la naturaleza síquica. El enunciado de que se ha de crecer como crece la flor, encierra una gran verdad oculta. Vyāsa comenta al respecto: Consecuentemente, el progreso en el control mental se realiza por etapas. El control mental se practica pasando a la siguiente etapa una vez que la anterior ha sido dominada. Si no se domina previamente una etapa y, obviándola, se pasa a la siguiente, no se logrará el control mental en las etapas mas elevadas. Y en este caso, ¿cómo puede surgir (en el yogui) la luz del conocimiento trascendental?. Además, quien domine las últimas etapas con ayuda de lo absoluto (īśvara), no necesitará prácticar el control mental con respecto a las etapas primeras, tales como el conocimiento de otra mente (telepatía). Pues el objetivo (de las etapas inferiores) ya se habrá alcanzado por otras vías. Ciertamente, ―el yoga mismo es el maestro (que nos puede decir) que una etapa (concreta) se sucede inmediatamente después de (otra) 338 Libro III etapa‖. Pues se ha dicho: ―El yoga debe conocerse mediante el yoga; el yoga conduce al yoga. Realmente, quien sea cuidadoso en (la práctica del) yoga, permanecerá siempre deleitándose en el yoga‖. El control mental no es un todo único, sino que comprende varias etapas, como ya se ha visto (I.17, I.42-44). Sin embargo, este esquema sirve solo como modelo general, pues en la práctica real la progresión puede variar. Esta puede ser la idea que Vyāsa trata de apuntar cuando especifica: ―el yoga mismo es el maestro‖, además añade las conocidas citas de una fuente anónima: ―El yoga debe conocerse por medio del yoga; en yoga se progresa a través del yoga; quien se esmera en el yoga, permanece siempre en el yoga‖. El gran santo Hindú, Ramakrishna, hablaba de las ―siete cortinas‖ que el éxtasis descorría. LA VOZ DEL SILENCIO de H.P blavatsky habla de ―escuchar la voz de tu Dios interno en siete formas‖. El mismo libro habla de la respuesta gradual del vidente a los velos progresivos de la naturaleza: “Ayuda a la naturaleza y coopera con ella, y la naturaleza te considerará como uno de sus creadores, y te obedecerá. Y abrirá ampliamente ante ti los portales de sus cámaras secretas, exhibiendo ante tus miradas los tesoros ocultos en los abismos de su puro regazo virginal. Incontaminados por la mano de la materia, ella muestra sus tesoros únicamente al ojo del Espíritu, el ojo que jamás se cierra, el ojo para el cual no hay velo alguno en todos sus reinos”. El adiestramiento y refinación gradual de los vehículos de conciencia los capacita para responder, y por tanto conocer plano tras plano de materia más fina y sutil. El Maestro K. H. escribe: ―Los grados de iniciación de un Adepto marcan las siete etapas por las cuales él descubre el secreto de los principios séptuples en la naturaleza y en el hombre y despierta sus poderes dormidos‖. Santa Teresa habla de las ―Siete Mansiones‖ en su libro EL CASTILLO INTERIOR. Describe sus experiencias en ese mundo interno, resplandeciente y más fino. Entonces Esto, iluminando toda la mente, inunda el alma toda de luz, sacándola del cuerpo, y transformando a todo el hombre en existencia pura‖. 339 Libro III Lo interno es, en realidad, externo (III.7-III.8) 7. Estos tres últimos métodos de la yoga tienen un efecto subjetivo más íntimo que los anteriores. Los tres métodos últimos corresponden a dharana (concentración), dhyana (meditación), y Samadhi (contemplación), mientras que los primeros cinco métodos tienen como finalidad principal preparar al presunto yogui. Guardando los Mandamientos y las Reglas, alcanzando el aplomo y el control rítmico de las energías del cuerpo, y por el poder de retirar la conciencia y centrarla en la cabeza, el aspirante puede aprovechar y cultivar sin peligro los poderes de concentración, meditación y contemplación. Habiendo hecho contacto con lo subjetivo en sí mismo, y siendo consciente de lo interno, puede comenzar a trabajar con los métodos internos e íntimos. Los ocho métodos de yoga sólo preparan al hombre para ese estado de conciencia espiritual que trasciende el pensamiento, independientemente de cualquier germen de pensamiento; es amorfo, y sólo puede ser descrito (y aún así inadecuadamente) con términos tales como: unificación, comprensión, identificación, conciencia nirvánica, etc. Es inútil que el neófito intente comprender, hasta no haber desarrollado el instrumento interno de comprensión; no tiene objeto que el hombre mundano dude y pida que se le demuestren las cosas, si al mismo tiempo no está dispuesto (como al estudiar cualquier ciencia) a aprender el abecé y perfeccionarse en la técnica. Johnston en su comentario dice: "...Los métodos de crecimiento ya descritos conciernen a la liberación de las ataduras y velos psíquicos del hombre espiritual; en cambio debe aplicar este triple poder y así liberarse y permanecer sobre sus pies, contemplando la vida con los ojos abiertos". 340 Libro III El trío (dharana, dhyana, y samadhi) de la existencia simultánea es más profundo y está más oculto que los pasos anteriores. Aquí se muestra una diferenciación entre los primeros cinco pasos y los tres últimos. Los primeros cinco pasos describen: el cuerpo, los sentidos, la mente, los poderes, las energías y la percepción objetiva del mundo. De ahí que sean exotéricos por naturaleza y que estén expuestos a diversos obstáculos y dificultades. La vida mundana, cuando se practica independientemente de los tres pasos finales sin la práctica del yoga, pertenece a la actividad de esta categoría junto con la falta de capacidad para utilizar los vehículos inferiores. Por lo tanto está condiciona a estar llena de resultados y experiencias contradictorios. También la práctica del yoga hecha poco a poco y con una superespecialización en uno o más pasos, proporciona resultados contradictorios y es continuamente obstruida por obstáculos que uno mismo se crea, esto quiere decir que se debe hacer todos los pasos del yoga, no solamente alguno y ampliarlo, como lo suelen hacer algunos swamis y gurus. En el lenguaje de los filósofos, este dominio está bajo el encanto del karma y sus resultados. Este campo existe en los niveles más densos de materia, fuerza, energía, pensamiento y objetividad. El trío de la existencia simultánea existe en el plano sutil de la esencia que no es otra cosa que luz. Esta luz lo inunda todo pero existe oculta en el plano sutil. Incluso aunque los planos más densos parezcan ser más prominentes y reales como objetos, existen sólo bajo por obra del encanto de la varita mágica de este trío. Este trío, mediante su encanto creador, puede traer cualquier cosa de la no existencia a la existencia y viceversa. 341 Libro III 8. Sin embargo, estos tres aún no corresponden a la verdadera meditación sin simiente (o samadhi), la cual no está basada en un objeto. Está libre de los efectos que produce la naturaleza discriminadora de la sustancia mental o chitta. En todas las etapas previas, el pensador ha sido consciente de sí mismo, el conocedor, y del campo de conocimiento. En las primeras etapas era consciente de la triplicidad, pues el instrumento de conocimiento era también reconocido, para ser más tarde trascendido y olvidado. Ahora viene la etapa final, objetivo de todas las prácticas de yoga, en que se conoce la unidad y en la cual hasta la dualidad es considerada una limitación. Sólo queda la conciencia del yo, el omnisciente y omnipotente conocedor, que es uno con el Todo, cuya naturaleza es percepción y energía. Como muy bien se ha dicho: "Existen dos tipos de percepción: la percepción de las cosas vivientes y la de la Vida, o la percepción de las obras del alma y la del alma misma". El expositor de la yoga ansía describir los resultados de la meditación (algunos en relación con el psiquismo superior y otros con el psiquismo inferior). Los siete aforismos siguientes se refieren a la naturaleza de los objetos vistos y al control de la mente, a medida que el verdadero hombre trata de enfocar sobre ellos el rayo iluminador de su mente. Al estudiar estos resultados de la meditación en la esfera psíquica, debe tenerse en cuenta que los ocho métodos de yoga producen efectos definidos sobre la naturaleza inferior, causando ciertos desenvolvimientos y experiencias, que ponen al aspirante más conscientemente en armonía con los planos internos de los tres mundos. El proceso es seguro y necesario, siempre que sea el resultado del despertar del hombre en su propio plano y el dirigir a 342 Libro III esos planos el ojo del alma por intermedio de la mente y del tercer ojo. La presencia del poder psíquico inferior puede significar, sin embargo, que el alma está dormida (desde el punto de vista del plano físico) y es incapaz de emplear su instrumento, y que estas experiencias son, por lo tanto, el resultado de la actividad del plexo solar que produce percepción en el plano astral. Este tipo de psiquismo es un retorno al estado animal y a la etapa infantil de la raza humana, siendo indeseable y peligroso. Comparados los citados poderes con el samadhi sin semillas son todavía externos. Aún no hemos alcanzado el verdadero y superior samadhi, sino el inferior, en el cual existe el universo tal como lo vemos y al cual pertenecen dichos poderes. Éste triple método, aunque (considerado anteriormente) interno (hacia la interiorización completa con conocimiento), es solo un método externo respecto al yoga sin semilla. Pues éste yoga sin semilla tiene lugar cuando (dicho trío también) esta ausente. El estado en que la mente esta exenta de toda impresión y nada queda fuera de su alcance es más complejo que el estado en que se dirige la mente hacia un objeto (samādhi). Los sūtras III.7 y III.8, indican que el samyama solo es posible a nuestro propio nivel individual. No puede haber gradación universal para escoger la dirección de la indagación. El samyama no puede ser practicado al mismo nivel por todos y en todo momento. Es el aspecto relativo de samyama, ya que se basa en la capacidad y necesidades individuales. Sankara comenta: El yoga puede practicarse sin pasar por los cinco primeros miembros; simplemente practicando el conjunto compuesto por concentración, meditación e interiorización perfecta (comtemplación), con el concurso de las impresiones latentes (samskaras) acumuladas en otras vidas. Pero sin ese trío, el yoga no es posible para nadie, pues la naturaleza del yoga es el perfeccionamiento de la mente; por eso, el yoga se asocia esencialmente 343 Libro III con las tres técnicas del sanyama. Sin embargo, cuando se han perfeccionado el conocimiento y el desapego, cesa la inquietud por la concentración y las otras dos. El dominio de las posturas o de otro miembro del yoga, no conduce al yoga, en el caso de personas sin concentración. Ciertamente se conseguirá con la liberación de los defectos y con la interiorización perfecta; y nada mas lo hará. A través de la discriminación de la diferencia entre el aspecto luminoso de la mente (sattva) y el auténtico ser interior (puruṣa, Espíritu), se logra el yoga sin semilla, incluso sin el triple medio directo; por tanto, la tríada es solo un medio indirecto (hacia el yoga sin semilla). Hay quienes poseen visión penetrante desde su mismo nacimiento, derivada del control mental (en sus vidas pasadas). En estos excepcionales casos, la interiorización perfecta sin semilla se producirá mediante la práctica del máximo desapego y la idea de cesación, sin necesidad de comprometerse en la concentración, la meditación y la interiorización perfecta. 344 Libro III Contemplando los cambios sutiles (III.9-III.16) 9. La secuencia de los estados mentales es la siguiente: la mente reacciona a lo que ve; luego llega el momento en que la mente es controlada. Sigue otro en que la sustancia mental o chitta responde a ambos factores. Finalmente desaparecen y rige totalmente la conciencia perceptora. Si el estudiante analiza algunas traducciones de estos aforismos, hallará que la traducción de éste varía mucho, la mayoría son excesivamente ambiguas. Podemos ver esto en la traducción de Tatya: "De dos corrientes de pensamientos autoreproductores las modificaciones que se producen en el órgano interno son las de la forma de "Nirodha", resultantes de Vyutthana y Nirodha respectivamente; la primera está subyugada y la segunda manifestada, y en el momento de la manifestación, el órgano interno (chitta) está involucrado en ambas corrientes. Las otras son aún más vagas, excepto la traducción de Johnston, la cual arroja mucha luz sobre el pensamiento involucrado: "De los grados ascendentes surge el desenvolvimiento del control. Primero, hay que vencer la impresión mental de la excitación. Luego se manifiesta la impresión mental del control. Después del momento del control sigue la conciencia perceptora. Esto es el desenvolvimiento del control". Quizás la manera más sencilla de entender esta idea es darse cuenta que el cerebro físico, cuando trata de meditar, percibe tres factores: 345 Libro III 1. Es consciente del objeto de su meditación. Esto excita o impresiona su mente, y pone en actividad las "modificaciones del principio pensante", o estimula la tendencia de la mente a crear formas mentales, haciendo que la sustancia mental adopte las formas correspondientes al objeto visto. 2. Luego se hace consciente de la necesidad de subyugar esta tendencia, entonces pone en acción su voluntad y aquieta y controla la sustancia mental, de modo que cese de modificarse y adquirir formas. Gracias al esfuerzo firme y perseverante, se neutraliza el orden consecutivo de estos dos estados de conciencia que, con el tiempo, se hacen simultáneos. El reconocimiento de un objeto y el control inmediato de la sustancia mental responsiva, ocurren como un relámpago. Este es el estado llamado técnicamente "nirodha". Debe tenerse presente que, como dice Vivekananda: "Si hay una modificación que impele a la mente a precipitarse externamente a través de los sentidos y el yogui trata de controlarla, ese mismo control constituye una modificación". La impresión que la voluntad ejerce sobre la mente, la conducirá a asumir la forma que la controla, la cual llevará una modificación, que dependerá, en gran parte, del grado de evolución alcanzado por el aspirante, de la tendencia de sus pensamientos diarios y de la amplitud de su contacto egoico. Esta no es la verdadera y más elevada forma de contemplación, sino una de las primeras etapas, pero es más elevada que la concentración y la meditación con simiente, según se entiende por la común, porque va seguida inevitablemente de la tercera etapa, la cual es muy importante. 3. Luego el yogui repentinamente se desliza fuera del estado inferior de conciencia, y se da cuenta que está identificado con el perceptor, con el pensador en su propio plano, y debido a que la mente está controlada y el objeto visto no evoca respuesta, la verdadera identidad puede percibir lo que hasta entonces ha estado velado. 346 Libro III Sin embargo, debería aclararse que el perceptor en su propio plano ha sido siempre consciente de lo que ahora reconoce. La diferencia está en que el instrumento, la mente, se halla bajo control, por lo tanto el pensador puede imprimir en el cerebro lo que percibe por la mente controlada. El hombre, en el plano físico, también percibe simultáneamente, y es posible por primera vez la verdadera meditación y contemplación. Al principio será durante breves segundos. Un destello de percepción intuitiva, un instante de visión y de iluminación y todo desaparece. La mente empieza de nuevo a modificarse y a entrar en actividad, pierde de vista la visión, el momento elevado ha pasado y la puerta al reino del alma parece cerrarse repentinamente. Pero se ha obtenido seguridad, registrado una vislumbre de la realidad en el cerebro y obtenido la garantía de una futura realización. El grupo de aforismos III.9 al III.15 trata de los aspectos mas oscuros de la teoría yoga. El término clave de este grupo concreto es pariṇāma o ―transformación‖. El propósito aparente de estos sūtras es la exposición de la dinámica de transformación gradual de la conciencia activa en conciencia estática bajo la terminología de la teoría de causación específica suscrita por Patanjali. El concepto de “transformación” se ha elaborado para dar respuesta a la cuestión de cómo es posible que todo esté en continuo cambio. Según el yoga, los estados o condiciones para el cambio tienen una base real, es decir, pues nada puede surgir de la nada. Dicho de otra forma, ―transformación‖ es la sustancia que permanece y todas sus manifestaciones son las ―cualidades‖ (dharma) (III.14). En este aforismo, la conciencia se considera como la sustancia que permanece invariable a través de los cambios que tienen lugar practicando las técnicas del yoga. Asimismo, los activadores subliminales y las vivencias se consideran como ―aspectos‖ de esa sustancia única y constante. Vyāsa comenta: Las impresiones latentes activadoras del estado mental ordinario son propiedades de la mente; no tienen la naturaleza de las ideas. Puesto que no son ideas, no resultan inhibidas 347 Libro III cuando se inhiben éstas. Las impresiones latentes activadoras del estado mental inhibido son también propiedades de la mente. Entre ambos estados hay alternancia entre sometimiento y predominio: (en el estado mental inhibido) las impresiones latentes activadoras del estado mental ordinario son excluidas y las activadoras del estado mental inhibido dominan. En el instante de inhibición, la mente concilia el sometimiento y el predominio. Durante la persistencia del cambio entre las impresiones latentes de la mente, aparece la transformación inhibidora. Ahí, en la inhibición de la interiorización perfecta, la mente esta formada solo por impresiones subliminales, tal como ha sido explicado (anteriormente) (I.18). La transformación mediante la restricción de la conciencia se logra a través del estudio de los momentos de silencio que se dan entre la aparición de impresiones y nuestro impulso de restringirlas y entre el impulso de restricción y la recurrencia del pensamiento. En III.4, Patanjali presenta dhāraṇā, dhyāna y samadhi como tres hilos trenzados en una única hebra, integrada y desplegada. A continuación introduce tres transformaciones de la consciencia relacionadas directamente con ellos, ... Estas transformaciones están relacionadas con las tres transformaciones en la naturaleza: dharma, lakṣaṇa y avasthā pariṇāma (III.13), ... La palabra transformación sugiere a nuestra imaginación una serie de pasos en una estructura estática, pero resulta mas útil concebirla como un flujo armonioso, como el que nos ofrece la moderna física de partículas. Se refiere también al método utilizado en meditación, cuando dhāraṇā pierde su agudeza de atención sobre el objeto, y es la propia inteligencia la que pasa a ser enfocada. En dhāraṇā, la observación es una iniciativa dinámica. Mediante nirodhapariṇāma — transformación a través de la restricción o supresión—, la consciencia aprende a calmar sus propias fluctuaciones y distracciones, tanto deliberadas como no deliberadas. El método consiste en percibir, asir, y finalmente ampliar esas pausas subliminales de silencio que se producen entre el surgir y la restricción de los pensamientos, y viceversa. 348 Libro III 10. Cultivando este hábito mental se alcanzará la estabilidad de la percepción espiritual. Este punto de equilibrio, entre la excitación de la mente y su control, se obtiene con mayor frecuencia por la constante repetición, hasta que se adquiere el hábito de estabilizarla. Una vez logrado, ocurren dos cosas: 1. El control instantáneo de la mente a voluntad, lo cual produce: a. Una mente tranquila, libre de formas mentales. b. Un cerebro pasivo y responsivo a lo superior. 2. El descenso al cerebro físico de la conciencia del perceptor, el alma. Este descenso se hace cada vez más claro, más informativo y está menos sujeto a interrupciones, a medida que transcurre el tiempo, hasta que se establece una respuesta rítmica entre el alma y el hombre en el plano físico. La mente y el cerebro están completamente sometidos al alma. Debe tenerse en cuenta que esta condición de la mente y del cerebro es positiva y no un estado negativo. Esta transformación produce un fluir de quietud a través de la fuerza de impresiones repetidas de ―no movimiento‖. La fuerza misma de esta transformación repetida hace nacer una quieta corriente mental, que es la negación misma de la actividad agitada. Por una práctica constante e interrumpida, la mente puede mantenerse en el estado de atención durante largo tiempo. Las palabras utilizadas anteriormente por Patanjali para designar el estado de tranquilidad son cuatro. 1ª. Cuando la consciencia perturbada pasa a un estado imperturbable, es cittaprasādanam (disposición favorable de citta). 349 Libro III 2º. Cuando se conquistan las aflicciones, es svarasavāhini (flujo de la fragancia del alma). 3º. Cuando cesa el esfuerzo en la búsqueda del alma, se trata de anantasamāpattih (asumir la forma original y eterna). 4º. Destreza meditativa es adhyātmaprasādanam (manifestación de la luz del alma). Todos transmiten el mismo significado: que el buscador y lo buscado son uno; el buscador es el que ve. 350 Libro III 11. El establecimiento de este hábito y la sujeción de la mente para apartarla de la tendencia a crear formas mentales, traen como resultado, en su oportunidad, el poder constante de contemplación. Dada la claridad de este aforismo, poco tenemos que decir para explicarlo. Es una especie de resumen de los anteriores. La idea que imparte es que debe alcanzarse un estado de permanente meditación. Aunque son de enorme valor los períodos en que se lleva a cabo un trabajo definido, durante ciertas horas específicas y determinadas, particularmente en las primeras etapas del desenvolvimiento del alma, no obstante la condición ideal es mantenerse en un estado de realización durante todo el día y cada día. La capacidad de extraer a voluntad los recursos del ego, el reconocimiento constante de ser un hijo de Dios encarnado en el plano físico, y la capacidad de hacer descender cuando es necesario el poder y la fuerza del alma, es algo que con el tiempo logrará todo aspirante. Pero, primeramente, debe establecer el hábito del recogimiento y adquirir la capacidad de reprimir las modificaciones del principio pensante, para lograr este deseable estado del ser. La mente se adapta a cada una de estas dos características duales de la mente, puesto que posee ambos estados como suyos propios: puede estar concentrada por la desaparición (de la dispersión) y por la aparición (de la atención). Esto se denomina interiorización perfecta de transformación. —La transformación de la conciencia, propia del énstasis (Samadhi, mente en silencio), se basa en la sustitución del racimo de objetos (ideas) que ocupan la conciencia ordinaria por la unidireccionalidad, o atención centrada en un solo punto. La dispersión y la unidireccionalidad son dos aspectos (dharma) fundamentales de la conciencia. Estas dos formas de manifestación pueden sustituirse por los términos centrifugalidad y centripetidad. La tarea del yogui consiste en la superación gra351 Libro III dual de la tendencia centrífuga y el cultivo simultáneo de la tendencia centrípeta, es decir, de la interiorización. La terminación de la dispersión de la mente a través de su asociación con todo género de objetos, y su despertar en una unidireccionalidad omni-inclusiva, da por resultado otra transformación llamada ―samādhiparināma” (transformación que se estabiliza en samādhi). Ahora, el mundo objetivo entero, inclusive de todos los objetos converge en un solo punto que funciona como un foco a través del cual el mundo, con todos sus objetos diferentes, se ve en conjunto, en totalidad, de un vistazo. Y cuando el yogui mira ahora al mundo, descubre que la mente oscila entre un género de polarización: el polo de los objetos diferentes por un lado, y el polo de la unidireccionalidad inclusivo de la totalidad del mundo objetivo, por el otro. Y cuando ve esta oscilación, descubre que el mundo objetivo finaliza y desaparece de su vista, y la unidireccionalidad llena todo su campo de visión. 352 Libro III 12. Cuando el control ejercido por la mente y el factor controlador están equilibrados, entonces se produce la concentración unilateral. El término sánscrito empleado es difícil de explicar con claridad. Tales términos como: concentración unilateral, en un sólo propósito, fija, sintética, perfecta, todos dan una idea de la condición de la mente, que estamos considerando. El aspirante es ahora deliberadamente inconsciente de todos los estados mentales relacionados con los tres mundos. Su atención está enfocada en un objeto específico, principalmente en la realidad o vida subjetiva, velada por la forma del objeto. Es además inconsciente de sí mismo, el pensador o conocedor; únicamente aquello contemplado es percibido en el verdadero sentido del término. Éste es el aspecto negativo. Sin embargo, se ha de recordar que éste es un estado mental muy activo, porque la conciencia perceptora se da cuenta del objeto de una manera más comprensiva. La totalidad de las cualidades aspectos y vibraciones le son revelados, así como también la energía esencial central que ha traído ese objeto particular a la manifestación. Esto queda revelado al proyectar directamente sobre el objeto la luz iluminadora de la mente. La conciencia perceptora se da cuenta también de su identificación con la realidad detrás de la forma. Esta es la verdadera comprensión ocultista, no tanto la comprensión del objeto sino la identificación del ente con la vida que el objeto vela. Esto en sí es una condición dual, aunque no en el sentido generalmente aceptado. Sin embargo, hay un estado de conciencia aún más elevado, cuando se comprende la unidad de la vida en todas las formas y no simplemente la unidad de la vida en un objeto específico. 353 Libro III ¿Cómo conoceremos que la mente está concentrada? Porque se habrá desvanecido la idea, de tiempo. Cuanto más tiempo pase sin advertir que pasa, más concentrados estaremos. En la vida ordinaria notamos que cuando leemos con vivísimo interés un libro no tenemos noción del tiempo, y cuando terminamos la lectura nos sorprendemos al notar las horas que han pasado. Durante la lectura todo el tiempo nos parece presente. Por esto dice el aforismo que cuando se unifican el pasado y el presente se dice que la mente está concentrada. En esta transformación no hay cuestión de supresión, como en las dos anteriores, sino que únicamente impresiones similares se van sucediendo una a otra, como en una corriente. Igual que el drástico movimiento de la conciencia abarrotada de ideas hacia una conciencia centrada (en énstasis, silencio) puede explicarse en términos de una particular forma de cambio, también puede contemplarse la unidireccionalidad en el estado enstático como un tipo de cambio. Como afirma Patanjali, la unidireccionalidad se compone de una serie de ideas similares que se encienden de forma momentánea en la conciencia. Todo el universo aparece y desaparece alternadamente, pero el momento de intervalo es tan breve que parece ser un fenómeno continuo. El profesor Krishnamacharya establece una jerarquía entre estas maduraciones profundas: 1) nirodhaparināma hace referencia a la primera transformación: el yogui, liberado ya de la influencia de sus comportamientos instintivos y emocionales, progresa en la serenidad; 2) samādhiparināma corresponde a la etapa siguiente: el espíritu, que se ha hecho mas incisivo en su relación al objeto, alcanza diversas realizaciones (siddhi); 3) ekāgratāparināma designa la última metamorfosis, la que conduce al estado mas alto, al reino de paz y de luz eterna, a la liberación final. 354 Libro III 13. Mediante este proceso se conocen los aspectos de cada objeto; entonces sus características (o forma), su naturaleza simbólica y su uso específico en la condición de tiempo (etapa de desarrollo) son conocidos y comprendidos. Aquí debe tenerse en cuenta que toda forma de manifestación divina tiene tres aspectos, de manera que está hecha realmente a imagen de Dios, con todas sus potencialidades divinas. Esto también concierne al reino humano e igualmente a todas las formas. EL yogui perfectamente concentrado percibe esta triple naturaleza, ve los tres aspectos tal como son, pero sabe, al mismo tiempo, que constituyen un todo. En su comentario, Johnston resume con las siguientes palabras las ideas implicadas: "Obtenemos una doble perspectiva de este objeto, viendo a la vez todas sus características individuales; su carácter esencial, especie y género, lo vemos en relación consigo mismo y con el Eterno". En forma curiosa estos tres aspectos abarcan los tres de la ecuación tiempo, o la relación del objeto con su medio ambiente. 1. Características de la forma. Esta frase pone de manifiesto los aspectos tangibles y externos de la forma. Se refiere al aspecto materia de la idea en manifestación; primero considera y luego descarta aquello con que ha hecho contacto por medio de los sentidos. Dicha forma es el resultado del pasado, y se reconocen las limitaciones relativas a su etapa de evolución. Cada forma contiene en sí la evidencia de los ciclos anteriores y ello puede observarse en: a. su grado de vibración, b. la naturaleza de su ritmo, c. la cantidad de luz que permite manifestar, d. su color esotérico. 355 Libro III 2. Naturaleza simbólica. Cada objeto no es más que el símbolo de una realidad. La diferencia en el desarrollo de las formas que simbolizan o corporifican esa realidad, constituye la garantía de que, en fecha futura, todos los símbolos alcanzarán la fructificación de su misión. El símbolo es una idea corporificada, la manifestación de alguna vida en la existencia objetiva. Este es el aspecto conciencia, y dos grandes revelaciones están latentes en todo símbolo y forma: a. La revelación de la plena conciencia, o el surgimiento de la respuesta al contacto, el cual está en potencia o difiere aún en todas las formas, pero puede producirse y se producirá hasta adquirir su máxima percepción. b. La revelación de aquello que el aspecto conciencia (el segundo aspecto) oculta. La revelación del alma conduce a la manifestación de la vida una. La manifestación del Hijo de Dios lleva al conocimiento del Padre. El resplandor del yo superior, por medio del yo inferior, revela al yo divino o espiritual. La matriz contiene al diamante, y cuando la matriz revela su joya oculta y se realiza el trabajo de tallado y pulido, puede verse la gloria de la joya. Cuando la planta de loto ha alcanzado la madurez, aparece la flor y se abre y, en medio de sus pétalos, puede verse la "Joya en el Loto" (Om Mani Padme Hum). Este aspecto simbólico es común a todas las formas; sea el símbolo un átomo de sustancia, un mineral, un árbol, un animal o "la forma del Hijo de Dios", se hallará que oculta la joya del primer aspecto. Hará conocer su presencia por medio de la cualidad de la conciencia en alguno de sus innumerables estados. 356 Libro III 3. Empleo específico en la condición de tiempo. Al concentrarse el yogui unilateralmente sobre la forma u objeto, medita sobre su cualidad (el aspecto subjetivo o naturaleza simbólica) y contempla la vida que la forma oculta, aunque atestiguada por el factor conciencia; entonces llega a ser consciente de la actual etapa de desarrollo y así quedan revelados a su intuición, el pasado, el presente y el futuro. Por lo tanto, será evidente, hasta para el lector ocasional, que si se desarrolla correctamente la meditación en las tres etapas mencionadas, todo conocimiento es posible para el yogui; el Eterno Ahora es para él una realidad efectiva en la naturaleza y puede colaborar inteligentemente en el plan evolutivo. El servicio tiene entonces por base la total comprensión. El triple cambio en la materia mental, de forma, tiempo y estado explica los correspondientes cambios en densa y sutil materia y en los órganos. Supongamos que tenemos una barrita de oro y la transformamos en un brazalete, y después el brazalete en una arracada. Estos son cambios de forma. El mismo fenómeno, considerado desde el punto de vista de la duración, nos da el cambio de tiempo. Además, el brazalete o la arracada pueden ser brillantes o mates, gruesos o delgados, etcétera. Esto es el cambio de estado. Refiriéndonos ahora a los aforismos 9, 11 y 12, la materia mental se muda en vrittis, esto es, cambia de forma, y también cambia de tiempo al transcurrir por el pasado, el presente y el futuro. El estado se entiende por la variación de intensidad de las vibraciones en el particular período presente. La práctica de las concentraciones enseñadas en los precedentes aforismos dará al yogui voluntario dominio sobre las transformaciones de su materia mental, que le capacitarán para practicar el samyama citado en el aforismo (4. III). Todo lo que es fluye y cambia incesantemente de forma. Vivimos en un continuo proceso de transformación, en un devenir que, obedeciendo a la inderogable teleología a que se halla sujeto el universo, actúa las infinitas potencialidades de la ―causación), 357 Libro III para luego reconducirlo todo al primigenio equilibrio. Nosotros nos hallamos envueltos en esta mutación, aunque no nos percatemos de sus momentos particulares, aunque los podamos inducir del hecho de que observamos continuos cambios en las cosas, ya sea cambios de cualidad o de situación, colocación, o de sucesión temporal. La sustancia de la arcilla puede mostrarse como un bloque de arcilla o como un jarrón. Estas son sus formas (dharma) externas, y el cambio de una a otra no afecta a la sustancia misma. La arcilla permanece igual. Pero el bloque o el jarrón no solo tienen una existencia espacial sino que también están situados en el tiempo. De esta forma, el jarrón es la variación temporal presente de la arcilla. Su variación temporal en el pasado era el bloque de arcilla. Su variación temporal en el futuro será presumiblemente el polvo. A lo largo de este cambio en el tiempo, la sustancia permanece idéntica. ¿Cómo tiene lugar el cambio en el tiempo? Esta pregunta se contesta mediante el tercer tipo de cambio, el de la condición de un objeto. El tiempo es una sucesión de momentos individuales que alteran imperceptiblemente la condición del jarrón; esto se conoce con el término envejecimiento. El polvo de arcilla se convierte en una masa para fabricar una vasija. El polvo de arcilla es su propiedad (dharma), la masa es su modificación, y la vasija es la condición final. Si el alfarero quiere modificar la forma de la vasija, la rompe para devolverla a su estado original a fin de reformarla. Lo mismo sucede con un anillo de oro. Para rehacerlo, el orfebre debe derretirlo para que vuelva su estado original. Un hombre puede ser hijo, hermano, sobrino, cuñado, yerno, padre, tío, suegro o abuelo, pero sigue siendo el mismo hombre. A partir de la disposición concreta de los átomos en el cuerpo, observamos que todos los cambios subsecuentes que tienen lugar en él, existen solo de forma latente para manifestarse en el futuro. Además, todos los cambios previos de colocación de los átomos no se han perdido sino que existen únicamente en forma potencial dentro de la disposición concreta de átomos que se presenta ante nosotros. Pues los cambios pasados no desaparecen sino que se preser358 Libro III van en la peculiar y particular disposición de átomos del momento actual. Pues si los cambios pasados no hubiesen tenido lugar, el presente no habría surgido. El presente se mantuvo escondido en el pasado, igual que el futuro se haya escondido en el presente. Por tanto, solo puede llegar a existir gracias al repliegue del pasado, el cual existe en él solo en forma potencial. De acuerdo con esto es por lo que vemos a los cuerpos nacer y morir. Aunque este nacimiento o muerte es en realidad sólo un cambio de apariencia. 359 Libro III 14. Las características de cada objeto se adquieren: están en manifestación o latentes. Este aforismo contiene más o menos la misma idea del anterior. En tiempo y espacio todas las características tienen un valor relativo. La meta es una, el origen uno, pero debido a los diferentes grados de vibración de los siete grandes alientos o corrientes de energía divina, toda vida contenida en ellos difiere y es distinta. El grado de desarrollo de los siete Señores de los Rayos es distinto. El desenvolvimiento de la vida de los diversos Logos planetarios, o de los siete Espíritus ante el Trono de Dios, no es uniforme, y los átomos de Sus cuerpos, o las Mónadas que constituyen Sus vehículos, no tienen por lo tanto desarrollo uniforme. Este tópico es muy vasto y sólo podemos ocuparnos aquí muy brevemente. Los estudiantes hallarán útil e interesante buscar la información, dada en las distintas presentaciones de la verdad una, acerca de las grandes Vidas en las cuales "vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser". Podrían estudiarse bajo las siguientes denominaciones: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. los siete Rayos, los siete Espíritus ante el Trono, los siete Logos planetarios, los siete grandes Señores, los siete Eones, las siete Emanaciones, los siete Prajapatis, y otras denominaciones menos conocidas, de cuyo estudio se obtendrá mucha luz. 360 Libro III En forma característica (teniendo en cuenta el punto específico de desenvolvimiento o carencia del mismo), al conocedor se le revela: a. La totalidad de lo adquirido. Lo que el pasado ha dado. Este es el acorde total que el alma de ese objeto es aún capaz de emitir. b. La serie particular de cualidades, extraídas de la adquisición total, que la vida manifiesta por medio de alguna forma específica. Esta es la nota que corresponde al presente acorde adquirido, que el alma del objeto ha elegido emitir. c. Lo que está latente y es posible. Este conocimiento será dual, y revelará primero, las posibilidades latentes que deberán desarrollarse por medio de la forma contemplada, y segundo, las posibilidades latentes, susceptibles de ser desarrolladas en el actual ciclo mundial, por medio de diversas formas. Esto abarca los desarrollos futuros, que proporcionan al yogui el acorde completo, una vez finalizado el gran ciclo evolutivo. Taimni, I.K en su libro ―La Ciencia del Yoga‖ comenta al respecto: Todas las cualidades, manifestadas o inmanifestadas de los diferentes elementos, se considera que están inherentes en un substrato del cual se derivan y al que se da el nombre de dharmin por ser la madre de los dharma. Este substrato, raíz de todas las propiedades, no es otra cosa que la materia o prakṛti (causación original). En III.13 Patanjali emplea el término dharma en el sentido técnico de ―forma‖, la cual es de naturaleza cambiante. Esta contrasta en III.14 con el concepto de ―poseedor del dharma‖ (dharmin), la naturaleza esencial subyacente o ―sustancia‖ inmutable (en oposición a la forma cambiante). Prakṛti es la ―sustancia‖ permanente (dharmin) y sus series de transformaciones son las formas (dharma). Aplicando la doctrina la cual afirma que los cambios afectan solo a la forma del objeto y no a la substancia que subyace, Patanjali diferencia tres formas o estados de un objeto: su aspecto ―apa361 Libro III gado‖ o pasado, su aspecto ―actual‖ o presente, y su aspecto ―indeterminado‖ o futuro. Los tres están relacionados con la misma ―sustancia‖ o ―poseedor del dharma‖, siempre presente, aunque no puede estar contenida por (y por tanto es diferente de) sus modificaciones o formas; es decir, asume muchos cambios pero éstos no la definen completamente. Vyāsa contrasta explícitamente este punto de vista con la doctrina budista del anātmam, el no-yo o negación de la esencia, según la cual existe una multiplicidad de formas cambiantes pero no subyace ninguna esencia o substancia. La sustancia se encuentra presente en todo momento en sus formas. Las formas inmóviles son las que han sido, las activas son las que son, y las indeterminadas son las que serán, es decir, las que en este momento son todavía posibilidades latentes. Las tres están relacionadas con la misma sustancia. Vyāsa contrasta explícitamente esta opinión con la concepción budista del anātmam o inesencialidad, según la cual solo hay miríadas de formas cambiantes pero sin sustancia soporte. Los tres tipos de transformación se pueden entender como las diferentes formas en que se puede observar el efecto del cambio en una sustancia. 362 Libro III 15. La etapa de desenvolvimiento es responsable de las variadas modificaciones de la versátil naturaleza psíquica y del principio pensante. Esta es una paráfrasis general de la idea implicada, y una especie de resumen de las abstrusas ideas del texto. Los siguientes aforismos (en el Libro Tercero) se ocupan de los resultados de la meditación. Los anteriores se han referido a las dificultades y obstáculos a vencer antes de ser posible la verdadera meditación. Este aforismo da la clave de lo que hay que vencer y establece las diferencias entre los aspirantes al Sendero. Una de las actividades más útiles que el aspirante puede emprender consiste en determinar el lugar aproximado que ocupa en la escala de evolución y establecer su debe y haber. El conocimiento del punto alcanzado y del paso inmediato a dar es esencial para progresar realmente. Johnston traduce este aforismo con las palabras: "La diferencia de grado es la causa de la diferencia del desarrollo". Luego continúa: "La primera etapa es el brote, la oruga, el animal; la segunda etapa es el árbol en desarrollo, la crisálida, el hombre. La tercera, el espléndido pino, la mariposa, el ángel..." Sankara comenta que: Solo cuando están perfectamente claras las diferentes transformaciones, es posible llevar a cabo el control mental (samyama) en ellas. Una idea sobre el pasado, el presente o el futuro solo puede producirse en relación con alguna forma. Sucesión quiere decir seguimiento inmediato, y el cambio dentro de ella origina la diferencia. Se observa que cada una de las tres sucesiones se deriva de las otras. La sucesión de la forma (dharma) no es más que la sucesión de fase temporal y condición; la sucesión en fase temporal no es más que la de la forma y la condición; y la sucesión de condición no es más que la de la forma y el período temporal. Así pues, la diferencia entre ellas, claramente presentada, lleva a la conclusión de que la sucesión es la causa de la diferencia en las transformaciones, las cuales son efectos de la sucesión. 363 Libro III La transformación en la forma es de dos clases: transformación en algo parecido y transformación en algo completamente distinto. Cuando el bloque (de arcilla) renace como jarrón, el substrato denominado arcilla sufre una transformación en su forma de bloque dando origen a la forma de jarrón, que es totalmente distinta; esto es una transformación de la forma en algo completamente distinto. Pero desde la creación del jarrón hasta el momento en que se rompe, solo sufre transformaciones de acuerdo con su forma, y ésta es la transformación de la forma en algo parecido. Igual pasa con la mente durante la inhibición. En el estado de unidireccionalidad se transforma según ideas similares, a medida que sucesivamente desaparecen y reaparecen; pero la mente también cambia respecto a la sucesión entre formas completamente distintas, es decir, entre dispersión y restricción. Así, en momentos de dispersión se sufre una transformación de acuerdo con ideas de características distintas, como paz, violencia o torpeza. Todas estas son lo que se denomina la sucesión en la transformación de las formas. El tiempo pasa sobre el jarrón por medio del continuo desgaste que sufre a cada momento. Sin embargo, desde su creación hasta su destrucción, es tan sutil que no resulta aparente y, en este estado intermedio de su existencia no se observa, aunque la transformación esta ahí. Esto se deduce a partir de su manifestación en el estado final, la cual lleva a la conclusión: ―debe haber sido el desgaste lo que le ha llevado a su manifestación final‖ a través de esta sucesión. Se dirá (IV.33): ―la secuencia que sigue al momento, (es) perceptible en el punto extremo de una transformación (concreta)‖. Sin distinción entre forma y substrato no existe sucesión. 364 Libro III Los siguientes aforismos se ocupan de los resultados de la meditación. 16. La meditación concentrada en la triple naturaleza de cada forma (samyama), otorga la revelación de lo que ha sido y será. Este aforismo resume las ideas precedentes. Es interesante observar cómo este primer gran resultado de la meditación nos retrotrae a los verdaderos hechos referentes a la manifestación divina, y hace resaltar los tres aspectos, por los cuales toda vida (desde el átomo de sustancia hasta un Logos solar) se expresa. Son reconocidos la gran Ley de Causa y Efecto y todo el proceso de desarrollo evolutivo, y lo que es, es visto como resultado de lo que ha sido. Análogamente, lo que más tarde será, se conoce como el desarrollo de causas puestas en movimiento en el presente, y así el ciclo de desenvolvimiento es visto como un proceso en tres etapas. Estas tres etapas, en los tres mundos del desenvolvimiento humano, corresponden a las tres dimensiones. Los estudiantes hallarán interesante comparar las analogías de las diversas triplicidades, teniendo en cuenta que el tercer aspecto (sustancia inteligente), el aspecto Espíritu Santo o Brahma, corresponde al pasado. (He aquí un indicio respecto a la naturaleza del mal). El segundo aspecto (conciencia), el aspecto Cristo o Vishnu, se relaciona con el presente; mientras que únicamente el futuro revelará la naturaleza del espíritu, el Padre, o aspecto más elevado. Esta línea de pensamiento se esclarecerá por la meditación concentrada, a la vez que irá desarrollando un sentido de proporción y de exactos valores, respecto al actual punto en el tiempo. También se conocerá la relación de todas las vidas entre sí, y la vida del aspirante se adaptará y estabilizará de tal manera que ajustará el karma pasado, y neutralizará el posible karma futuro, avanzando así rápidamente el proceso de liberación. 365 Libro III No hemos de perder de vista la primera definición de samyama. Cuando la mente alcanza este estado y se identifica con la interna impresión del objeto, prescindiendo de la externa, y cuando por dilatada práctica, retiene la mente dicha interna impresión, y puede colocarse instantáneamente en tal estado, se dice que está en samyama. Para conocer el pasado y el futuro es necesario aplicar el samyama a los cambios de las samskaras. Algunas samskaras actúan en el presente; algunas han actuado ya; y otras están por actuar. Aplicando el samyama a estas samskaras se conoce el pasado y el futuro. Vyasa comenta al respecto: El yogui adquiere conocimiento sobre las cosas pasadas y futuras a partir del control mental (samyama) sobre los cambios de forma, característica temporal y estado. Efectuar concentración (dharana), meditación (dhyana) e interiorización profunda (samadhi) sobre el mismo objeto, se ha denominado control mental (III.4). Con éste (control mental), percibiendo los (tres) cambios directamente, se produce el conocimiento de las cosas pasadas y futuras que están en él (en el objeto). Puede parecer sorprendente que ser informados sobre nuestro propio pasado se presente como un resultado excepcional, dado que todo el mundo conoce su pasado. Pero Patanjali esta hablando aquí sobre las causas que determinan nuestras elecciones, las direcciones tomadas, y los hechos pasados. Descubriendo la trama que une los acontecimientos pasados entre si y con las profundas tendencias establecidas en nuestra personalidad, estaremos mejor adaptados para ver la posible orientación del futuro. En cierto modo, samyama es el proceso que consiste en cambiar nuestro potencial mental, pasando de una comprensión incompleta, errónea de un objeto (o incluso de una ausencia total de comprensión) a la comprensión total. Cuando se ha desarrollado este potencial la persona puede escoger cualquier objeto para conseguir un conocimiento profundo de él. Los objetos pueden ser externos, dentro de los límites de la percepción sensorial o ser conceptos como, por ejemplo, el cambio, el tiempo o la comunicación. A partir de este 366 Libro III sutra se dan ejemplos que ilustran tal conocimiento que resulta de diversos samyama. Es una cuestión de elección personal que nosotros hagamos uso de una mente altamente desarrollada para adquirir un conocimiento profundo de naturaleza específica o que nos interese más la verdadera libertad. Practicar samyama sobre el proceso de cambio, sobre la forma en que este sufre la influencia del tiempo o de otros factores, desarrolla el conocimiento del pasado y del futuro. Si profundizamos en la idea desarrollada en sutras III.9 a III.14 seremos capaces de ver anticipadamente lo que puede llegar a pasar en una situación dada y lo que ha sucedido en el pasado. 367 Libro III Experiencias con samyama (III.17-III.36) 17. El sonido (o palabra), lo que éste denota (el objeto) y la esencia espiritual corporificada (la idea), son confundidos generalmente por la mente del perceptor. Por la meditación concentrada (samyama) en estos tres aspectos, se logra la comprensión (intuitiva) del sonido emitido por todas las formas de vida. Este es uno de los aforismos más importantes del libro; contiene la clave del objetivo de todo el proceso de la meditación. Revela o descubre al perceptor y hombre espiritual, la verdadera naturaleza del ser, el segundo aspecto, y la analogía con el segundo aspecto en todas las formas de vida subhumanas, a la vez que lo pone en armonía con el segundo aspecto de todas las formas superhumanas. Por lo tanto concierne al aspecto subjetivo de toda la manifestación, y trata de esas fuerzas que en cada forma constituyen el aspecto conciencia que atañe al principio crístico o búdico, causa directa de la manifestación objetiva y de la revelación del espíritu por medio de la forma. Este es el AUM. Primero el aliento, luego la palabra, y todo cuanto es, apareció. La mente del hombre por lo general confunde estos tres aspectos y reconoce como realidad lo externo y objetivo. Este es el gran maya o ilusión, que sólo puede disiparse cuando el perceptor puede distinguir los tres grandes aspectos de cada forma, incluso la propia. Cuando se conoce el segundo aspecto, el alma, el principio mediador, también se conoce la naturaleza de la forma y puede inferirse la naturaleza esencial del espíritu. Sin embargo, el campo inmediato del conocimiento que el yogui debe dominar es el segundo aspecto. Debe descubrir el Sonido o Palabra que trajo cada forma a la manifestación, que es el resultado del aliento, esencia o espíritu. 368 Libro III Mientras la gran Existencia, suma total de todas las formas y de todos los estados de conciencia, continúe emitiendo el AUM cósmico, persistirá el sistema solar objetivo y tangible. A fin de esclarecer la mente, se deben tener en cuenta, en conexión con este aforismo, los sinónimos siguientes: I. La Esencia Espiritual. II El Sonido o Palabra III. El Objeto 1. Espíritu. Vida. 2. Neuma. 3. El Padre, Shiva. 4. La Mónada, el Uno. 5. Voluntad o Propósito. 6. El Gran Aliento. Cuerpo. Materia. Forma. Stu. Santo, Brahma. El vehículo para la vida. Actividad e inteligencia. Los mundos. Alma. Conciencia. Psiquis. El Hijo, Vishnu. El Cristo cósmico. Amor Sabiduría El AUM. "En el Principio era el Verbo y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios. Todas las cosas por fueron hechas. . . " (Jn. I: 1: 2). La Biblia cristiana da aquí la sustancia de toda la enseñanza, y en el significado de las tres letras de la Palabra Sagrada, AUM, tenemos la clave de todo el proceso cósmico. El proceso de la meditación, cuando se practica debida y correctamente, revela el segundo aspecto o alma, y puede entonces oírse el Sonido o Verbo (la Voz del Silencio). Cuando se ha oído y llevado a cabo constantemente el trabajo, es revelado el reino de la conciencia y el yogui se pone en armonía con el segundo aspecto de su propia naturaleza y con el segundo aspecto de cada forma. Esta es la base de toda la ciencia del alma, y lleva al hombre al conocimiento de su propia alma o psiquis, y también la psiquis de cada forma de vida divina. Es el fundamento de toda la ciencia del psiquismo, en sus aspectos superior e inferior. Si el hombre psíquico inferior es consciente y responde al aspecto alma de las formas materiales, predomina en él el tercer aspecto o Brahma (el cuerpo), porque todo átomo de materia tiene un alma. Esto concierne a lo subhumano. 369 Libro III Cuando el hombre responde a la analogía superior, a la realidad de la cual lo inferior es la sombra, está en contacto con la conciencia crística y con el alma de su ser, que es una con el alma de todos los reinos superhumanos. En relación con esto deben tenerse en cuenta dos cosas. Si el hombre es un psíquico inferior está en contacto con el segundo aspecto del hombre inferior, el cuerpo astral, el principio medio en el hombre inferior, que vincula el cuerpo mental con el etérico. En consecuencia, está en armonía con todo aquello que puede hacer contacto en ese plano. Si en cambio es un psíquico superior, está en armonía con el segundo aspecto de la manifestación divina, el ego o alma en su propio plano, actuando como intermediaria y vinculadora entre la mónada y la personalidad, entre el espíritu y el cuerpo. Es interesante observar aquí que en manifestaciones del psiquismo inferior, que tienen lugar en las sesiones mediúmnicas comunes de espiritismo, tenemos la clave de esta verdad. En dichas sesiones se establece contacto con el plano astral, por medio de ese gran centro, el plexo solar, que une los tres centros superiores con los inferiores. Explica también el hecho de que la materialización de las flores sea característico en tales sesiones, pues el reino vegetal es el intermediario de los tres reinos subhumanos, mineral, vegetal y animal. Además explica el predominio de los guías indios, pues son los cascarones y las poderosas formas mentales, dejados por las tres razas estrictamente humanas, lemuriana, atlante y actual. Ya no quedan cascarones o formas mentales de los lemurianos, pero sí cascarones atlantes, conservados debido al empleo de ciertas fórmulas de la magia atlante. La meditación concentrada sobre la diferencia entre estos aspectos, hará posible con el tiempo oír la Voz del Silencio y ponerse en contacto con el segundo aspecto del hombre. Se conocerá como ―el Verbo hecho carne‖ y también como el AUM. 370 Libro III Cuando esto tenga lugar, oirá la palabra de otros entes de la familia humana y reconocerá el sonido, tal como emana de todas las formas en todos los reinos de la naturaleza. El reino del alma se abrirá ante él, y cuando esto incluya el reconocimiento del sonido en los cuatro reinos, lo llevará a conocerse a sí mismo como el Maestro. El conocimiento del alma y el poder de trabajar con el alma de todas las cosas en los tres mundos, es la marca característica del Adepto. Vivekananda comenta al respecto: La palabra representa la causa externa; el significado representa la interna vibración que por conducto de los sentidos transmite la externa impresión a la mente; el conocimiento representa la reacción de la mente de que resulta la percepción. Estos tres elementos entrefundidos nos dan la sensación del objeto. Supongamos que oigo una palabra. Ocurre primero la vibración externa; después la interna sensación transmitida a la mente por el órgano del oído; luego reacciona la mente y yo comprendo la palabra, que es una entremezcla de vibración, sensación y reacción. Ordinariamente estos tres elementos son inseparables, pero por la práctica puede el yogui separarlos. Si entonces aplica el samyama a cualquier sonido, comprende el significado que este sonido intentaba expresar, tanto si lo emite un hombre como un animal. 371 Libro III 18. Cuando se adquiere el poder de ver las imágenes mentales se pueden conocer las encarnaciones anteriores. El significado de este aforismo es muy grande. Constituye la base estrictamente mental para la recuperación del conocimiento de experiencias pasadas, base estrictamente mental y los que llegan a polarizar y controlar la mente pueden recuperar tal conocimiento si desean. El poder de ver imágenes mentales sólo se obtiene por el control de la mente, y ésta sólo puede ser controlada por el hombre real o espiritual. Por lo tanto, sólo las personas centradas en el ego pueden adquirir realmente tal conocimiento. Quizás aquí se pregunten ¿qué ven esas personas de tipo emocional y no mental, que afirman saber quiénes son y relatan las vidas pasadas de sus amigos? Leen los registros akáshicos, pero debido a que su dominio y dotes mentales no son adecuados, no pueden discernir y precisar con exactitud lo que ven. Los registros akáshicos son como una enorme película fotográfica, donde se registran los deseos y las experiencias terrenas de nuestro planeta. Los capaces de percibirlos verán reproducidos en ellos: 1. las experiencias de la vida de todo ser humano, desde el principio del tiempo, 2. las reacciones a las experiencias de todo el reino animal, 3. el conjunto de formas mentales de naturaleza kámica (basadas en el deseo) de todo ente humano, en el transcurso del tiempo. He aquí el gran engaño en los registros. Únicamente el ocultista entrenado puede distinguir entre las experiencias reales y los cuadros astrales, creados por la imaginación y el ardiente deseo. 4. El "Morador en el Umbral" planetario, con todo lo que abarca ese término, más el conjunto de formas de su medio ambiente. 372 Libro III El vidente entrenado ha aprendido a separar del aura del planeta (que en realidad es el registro akáshico), lo que pertenece a su propia aura, y puede diferenciar entre esos registros, los: a. Planetarios. b. Jerárquicos, o pertenecientes al trabajo de las doce Jerarquías creadoras, cuando concretan el plan del Logos. c. Las formas imaginarias, resultantes de la actividad deseo mente de miríadas de hombres animados por el deseo de obtener algún tipo de experiencia. d. Los registros históricos de las razas, naciones, grupos y familias, en sus dos grandes divisiones: plano físico y plano astral. Debe tenerse en cuenta que todo ser humano pertenece a una familia física, que constituye su vínculo con el reino animal, y también pertenece a una familia astral. Mediante esa afiliación está vinculado con su grupo egoico en el arco ascendente, y con el reino vegetal en el arco descendente. e. El registro astrológico, o las formas adoptadas en el plano astral, bajo la influencia de las fuerzas planetarias, constituyen dos grandes grupos: 1. Las formas o imágenes en el akasha, producidas por la afluencia de fuerza solar, por intermedio de los planetas. 2. Las formas o imágenes producidas por la afluencia de fuerza cósmica de alguno de los signos del zodíaco, es decir, de sus correspondientes constelaciones. Se han enumerado estos puntos a fin de demostrar la imposibilidad de que sean verídicas la mayoría de las afirmaciones, respecto a las encarnaciones pasadas. Son resultado de la vívida imaginación y de la presunción de que los destellos de visión astral, que dan una vislumbre de la película akáshica, revelan lo que atañe a quien lo ve. Pero esto no es así, como en el caso de las personas y actividades observadas desde una ventana en una gran ciudad, lo cual no revela al observador que lo 373 Libro III visto son sus parientes, amigos y actividades. El conocimiento a que hace referencia este aforismo, se obtiene de tres maneras: 1. Por la capacidad de ver directamente los registros, si así se desea. Tal forma de adquirir conocimiento rara vez se emplea, únicamente los iniciados y adeptos la utilizan respecto a sus discípulos juramentados. 2. Por el conocimiento directo de las actividades y relaciones grupales del propio ego del hombre; sin embargo, sólo abarca el ciclo de tiempo que comienza cuando el hombre entró en el sendero de probación. Las experiencias anteriores no tienen más importancia vital que la que tendría un segundo en la vida de un anciano que observara retrospectivamente su larga vida. Lo destacable son los sucesos y ocurrencias y no las horas y segundos individuales. 3. Por la vida instintiva. Esto se basa en la memoria, en las facultades y capacidades adquiridas y en la posesión de las cualidades que componen el equipo del ego, el cual sabe que el poder de realizar esto o aquello en los tres mundos, es el resultado directo de experiencias pasadas; sabe también que ciertos efectos sólo se alcanzan mediante ciertas causas, que conoce por la meditación concentrada. Las imágenes mentales de las cuales es consciente son las de: 1. 2. 3. 4. 5. Su aura, en el momento de la meditación. Su medio ambiente inmediato. Su familia, grupo o raza actuales. Su actual ciclo de vida. Su grupo egoico. De esta manera, mediante el proceso de eliminación, progresa gradualmente a través de un tipo tras otro de imágenes mentales, hasta que llega a ese estrato particular de impresiones mentales, que atañen al ciclo que le concierne. Esto no es, por lo tanto, la simple percepción de ciertos aspectos de los registros, sino un proceso estrictamente científico, conocido únicamente por el ocultista entrenado. 374 Libro III 19. Por la meditación concentrada se perciben las imágenes mentales en las mentes de otras personas. Debe recordarse que el resultado de los ocho métodos de yoga es producir un yogui o conocedor entrenado. Se ocupa por lo tanto de las causas, no de los efectos. Percibe aquello que causa la aparición de lo tangible, o sea, los pensamientos que ponen en movimiento las fuerzas de la sustancia, y que con el tiempo producen la concreción de tal sustancia. El empleo de este poder para leer en las mentes de los demás sólo se le permite al yogui en esos casos en que necesita comprender las causas detrás de ciertos acontecimientos, y únicamente con el objeto de desarrollar inteligentemente los planes de la Jerarquía y de la evolución. Tal poder es análogo al de la telepatía, pero no idéntico. La telepatía implica sintonizar nuestra mente con la de otro, y requiere que ambas estén en armonía. Esta facultad del vidente entrenado es más bien un acto de la voluntad y la manipulación de ciertas fuerzas, mediante las cuales puede ver instantáneamente lo que desea, en cualquier aura y en cualquier momento. El sujeto de su investigación puede estar o no sintonizado con él; por la intensa meditación y el empleo de la voluntad se le revelan las imágenes mentales. Este poder es peligroso y únicamente les está permitido a discípulos entrenados. Mediante el control mental (samyama) sobre el pensamiento de otro, éste se llega a percibir directamente y, en consecuencia, surge el conocimiento de la otra mente. Practicar samyama sobre los cambios que sobrevienen en la mente de una persona y sus consecuencias desarrolla en nosotros la capacidad de observar con agudeza el estado mental de los demás. Gracias al samyama referente a las nociones, el yogui efectúa en forma completa la serie infinita de los estados psicomentales de sus semejantes; pues a partir del momento en que ―domina desde adentro‖ a una noción, el yogui 375 Libro III ve como en una pantalla todos los estados de conciencia que esa noción es susceptible de originar en el alma de los demás hombres. Ve una infinidad de situaciones que esta noción puede engendrar, pues ha asimilado no solamente el contenido de la ―noción‖, sino que ha penetrado además en su dinamismo interior, ha hecho suyo el destino humano que tuvo esa noción, etc. La telepatía bien entendida es aquella que se efectúa mediante el contacto con el alma, y desde el alma a las mentes de otros seres. No se trata tanto saber lo que los demás piensan, sino más bien percibir de una forma concreta aquello que los demás necesitan para ser ayudados. El alma es selectiva a la hora de penetrar en las mentes de nuestros semejantes, y sólo lo hará para prestar algún servicio, ya sea a esa persona o a la humanidad. Esta es la telepatía superior, la otra, la inferior, trata casi exclusivamente de hurgar y cotillear los pensamientos ajenos y personales. La telepatía inferior es la lectura de mente a mente, de personalidad a personalidad, siendo la superior producida desde el alma -vía la mente-, a la mente del sujeto. 376 Libro III 20. Debido a que el objeto de tales pensamientos no se manifiesta al perceptor, éste sólo ve el pensamiento y no el objeto. Su meditación excluye lo tangible. Todo lo que "percibe", en su meditación, es su propia sustancia mental (chitta) y la de otros. La actividad inherente a la sustancia mental o "chitta", causa la manifestación eventual de formas tangibles y objetivas, en el plano físico. Todo lo que aparece es el resultado de un acontecimiento subjetivo. Todo lo que es, existe en la mente del pensador, no como se entiende comúnmente, sino en el sentido de que el pensamiento pone en movimientos ciertas corrientes de fuerza. Estas corrientes van perfilando las formas correspondientes a la idea del pensador, formas que persisten mientras su mente se centra en ellas, y cuando "su mente las rechaza", desaparecen. Durante la meditación concentrada lo que se percibe es la naturaleza de la fuerza o corriente mental. La forma que resultará finalmente no interesa al vidente. Sabe por la causa cuál será el efecto inevitable. Vyāsa comenta: Se llega a conocer el pensamiento (del otro) que se ha tenido en consideración. Pero no se conoce en qué tipo de estado subjetivo se ha considerado. Pues esto no ha sido el sujeto de la concentración del yogui; solo lo ha sido el pensamiento que se utilizó para la concentración de la mente del yogui. Por medio del samyama ejercido con respecto a las ―nociones‖ el yogui conoce los ―estados mentales‖ de sus semejantes. Pero, según Vyāsa, ese conocimiento de los estados mentales no implica el conocimiento de los objetos que los han originado, pues estos últimos no están en unión directa con el pensamiento del yogui. Conoce la emoción mental del amor pero no conoce el objeto del amor. 377 Libro III 21. La meditación concentrada en la diferencia que existe entre la forma (vehículo etérico) y el cuerpo denso, permite rechazar o retirar las propiedades del cuerpo que lo hacen visible al ojo humano, y el yogui puede hacerse invisible. Este es uno de los aforismos más difíciles para el pensador occidental, porque implica ciertos conocimientos extraños para Occidente. Primero, el conocimiento del cuerpo etérico o vital y de sus funciones como fuerza atrayente, que mantiene coherente el vehículo físico denso. Por este sustrato etérico, al cuerpo físico se lo conoce como un todo coherente y se hace visible su objetividad. Este cuerpo vital es la verdadera forma desde el punto de vista del ocultista y no la envoltura tangible densa. El yogui, por medio de la concentración y la meditación, adquiere el poder de centrar su conciencia en el hombre real o espiritual, y controlar el principio pensante. Es ley oculta que "según el hombre piensa, así es él"; también es verdad esotéricamente que "allí donde el hombre piensa, allí está él". El vidente entrenado puede, a voluntad, retirar su conciencia del plano físico y centrarla en el plano mental; puede "apagar la luz" a voluntad y, cuando esto sucede, se hace invisible y desaparece desde el punto de vista del ojo humano. También es intangible para el tacto e inaudible para el oído. Este hecho demuestra la realidad de la hipótesis, de que no existe más que energía de cualquier tipo, y que tal energía es triple; en Oriente, la naturaleza de la energía se denomina sáttvica, rajásica y tamásica, y se traduce como: Sattva ........ ritmo ................ espíritu .......... vida Rajas ......... movilidad ........ alma .............. luz Tamas ....... inercia ............. cuerpo ........... sustancia 378 Libro III Todas son diferenciaciones en tiempo y espacio, de la única, eterna y primordial esencia- espíritu. Podría sugerirse que las analogías modernas occidentales son: Energía ............ espíritu ............ vida Fuerza ............. alma ................ luz Materia ........... forma ............... sustancia La característica sobresaliente del espíritu o energía, es el principio-vida, ese algo misterioso que hace que todas las cosas existan y persistan. La característica dominante del alma o fuerza, es la luz. Trae a la visibilidad lo que existe. La característica predominante de la materia viviente es que "subyace", o se halla detrás del cuerpo objetivo proporcionando la verdadera forma. Debe recordarse que la base de toda enseñanza oculta y de todos los fenómenos reside en las palabras: "La materia es el vehículo de manifestación del alma, en este plano de existencia, y el alma, en una vuelta más alta de la espiral, es el vehículo de manifestación del espíritu". Cuando el alma se retira del aspecto materia-la forma objetiva tangible-, esa forma ya no se ve, desaparece y, temporariamente, se disipa. En la actualidad, esto puede lograrlo adecuadamente el vidente, centrando su conciencia en el ego, el hombre espiritual o alma, y (valiéndose del principio pensante y por un acto de voluntad) retirando el cuerpo etérico del físico denso. Esto lo abarca la palabra ―abstracción", e implica: 1. Reunir la vida o fuerzas vitales del cuerpo en los centros nerviosos del plano físico, a lo largo de la columna vertebral. 2. Dirigir esas fuerzas por la columna vertebral a la cabeza. 3. Concentrarlas allí y abstraerlas por el hilo o sutratma, mediante la glándula pineal y el brahmarandra. 379 Libro III 4. El vidente entonces aparece en su verdadera forma, el cuerpo etérico, el cual es invisible para el ojo humano. Cuando la raza desarrolle la visión etérica, será necesaria una posterior abstracción; entonces el vidente retirará también los principios vitales y luminosos (las cualidades de sattva y de rajas) del cuerpo etérico, quedando en su cuerpo kámico o astral, haciéndose así invisible etéricamente. Sin embargo, esto está aún muy distante. W. Q. Judge, en su comentario, hace interesantes observaciones: Aquí se señala otra gran diferencia entre esta filosofía y la ciencia moderna. Las escuelas en la actualidad postulan que si un ojo sano está en línea con los rayos de luz reflejados por un objeto-tal como el cuerpo humano-, éste será visto y ninguna acción mental de la persona observada podrá inhibir las funciones del nervio óptico y la retina del observador. Pero los antiguos hindúes sostenían que las cosas son vistas debido a la diferenciación de sattva -una de las tres grandes cualidades inherentes a todas las cosas-, que se manifiesta como luminosidad, actuando en conjunción con el ojo, también manifestación de sattva en otro aspecto. Ambos deben unirse; la ausencia de luminosidad, o la desconexión de la misma del ojo del vidente, causa la desaparición. Debido a que la cualidad de luminosidad está totalmente controlada por el asceta, éste puede, por el proceso establecido, detenerla y así sustraer del ojo del otro, un elemento esencial para ver cualquier objeto". Este proceso es únicamente posible como resultado de la meditación concentrada y unilateral, por eso resulta imposible para el hombre que no se ha sometido a una prolongada disciplina y entrenamiento, lo cual involucra la tarea de obtener el control del principio pensante y establecer el alineamiento directo que le permitirá actuar una vez que el pensador, en su propio plano, alinee y coordine la mente y el cerebro, por el sutratma, hilo o cordón plateado magnético. 380 Libro III Vivekananda comenta al respecto: Un yogui que esté en un aposento puede desaparecer aparentemente. No se desvanece en realidad, pero nadie puede verlo. La forma y el cuerpo quedan, por decirlo así, separados. Conviene recordar que esto sólo es posible cuando el yogui adquirió el poder de concentración en que la forma se separa de la cosa formada. Entonces aplica el yogui el samyama y se suspende el poder de percibir formas porque este poder proviene de la unificación de la forma con la cosa formada o del perceptor con lo percibido. Taimni, I.K. dice: Todos los fenómenos visuales dependen del entrejuego de la sensación que se llama forma, con el elemento que se llama luz y con el órgano sensorial que se llama ojo. El acto de ver un objeto implica un contacto entre los ojos y los rayos de luz que iluminan al objeto. Cuando el yogui hace samyama sobre la forma visible de su cuerpo, se detiene la energía interior que hace que el cuerpo irradie. Es la combinación de la energía de la visión interior y los rayos externos de luz la que hace a nuestro cuerpo visible. Pero cuando a través de samyama, el yogui detiene la corriente de su energía de visión que se dirige hacia la forma de su cuerpo, el cuerpo se oscurece tanto que se torna incapaz de reflejar los rayos de la luz externa. 381 Libro III 22. Karma o efecto, es de dos tipos: karma inmediato o karma futuro. La meditación perfectamente concentrada en éstos, permite al yogui conocer la duración de su experiencia en los tres mundos. Este conocimiento también lo adquiere por medio de signos. Este aforismo puede esclarecerse si se lo estudia en relación con el aforismo 18 del Libro Tercero. El karma, a que se refiere, corresponde a la actual vida del aspirante o vidente. Sabe que todo acontecimiento en su vida es efecto de una causa previa, iniciada por él mismo en una encarnación anterior, y también que cada acto en esta vida debe producir un efecto (que se desarrollará en otra vida), salvo que lo ejecute de tal manera que: 1. El efecto sea inmediato y culmine en el curso de la actual vida. 2. El efecto no origine karma, por haber ejecutado el acto desinteresadamente y con total desapego. Entonces se obtiene el efecto deseado, de acuerdo a la ley, pero sin consecuencias para el individuo. Cuando el vidente reencarna en una vida, en la cual le quedan pocos efectos que agotar y todo cuanto inicia no produce karma, entonces puede fijar un término a la experiencia de su vida, y sabe que el día de la liberación está cerca. Por la meditación (samyama) y la capacidad de actuar como alma, puede llegar al mundo de las causas, y con ello saber qué actos debe realizar para liberarse de los pocos efectos restantes. Poniendo estricta atención a los móviles que impulsan cada acto de la vida actual, evitará que los efectos lo aten a la rueda de renacimientos. De este modo, consciente e inteligentemente se acercará a su meta, y cada hecho, acto y pensamiento estarán regidos por el conocimiento directo que de ninguna manera lo encadenarán. 382 Libro III Los signos o portentos a los cuales se refiere, se relacionan principalmente con el mundo mental, donde mora el verdadero hombre. Por la comprensión de tres cosas, a. los números, b. los colores, c. las vibraciones, el vidente se da cuenta de que su aura está libre de los efectos que "producen la muerte". Sabe que, simbólicamente, nada más hay escrito en los registros, que puedan traerlo nuevamente a los tres mundos; por lo tanto, "mediante los signos ve que su sendero está despejado". Esto ha sido expresado en los antiguos escritos, que se encuentran en los archivos de los Maestros: "Cuando la estrella de cinco puntas brilla con claridad y no se ven formas en sus puntas, el camino está despejado. Cuando el triángulo no encierra más que luz, la senda está libre al paso del peregrino. Cuando en el aura del peregrino las muchas formas se desvanecen y se ven tres colores, el camino queda libre de obstrucciones. Cuando los pensamientos no atraen formas ni se reflejan sombras, el hilo proporciona un camino directo desde el círculo al centro". Desde ese punto de reposo, no es posible el retorno. El período de experiencia necesaria en los tres mundos ha llegado a su fin. Ningún karma puede atraer a la tierra al espíritu liberado, para recibir nuevas lecciones o pagar causas anteriores. Sin embargo, puede continuar o reasumir su obra de servicio en los tres mundos, sin abandonar realmente su verdadero hogar en los reinos sutiles y en las esferas elevadas de conciencia. Vivekananda explica que: Cuando el yogui aplica el samyama a su propio karma, es decir, a las impresiones que actúan en su mente y a las que están en expectación de actuar, conoce exactamente por medio de estas últimas cuándo morirá su cuerpo. Sabe qué día, a qué 'hora y aun a qué minuto morirá. Los hinduistas piensan mucho en este conocimiento o conciencia de la hora de la muerte, porque el Bhagavad Gita enseña que los pensamientos en el momento del tránsito influyen muchísimo en la determinación de la vida siguiente. (Este conocimiento tan elevado y preciso sólo se obtiene, cerca ya de la 4ª Iniciación). 383 Libro III 23. La unión con los demás se obtiene por la meditación centralizada en tres estados del sentimiento, compasión, ternura y desapasionamiento. El estudiante obtendrá algún conocimiento de este aforismo si lo compara con el Af. 33 del Libro Primero. La unión a que aquí se refiere, marca otro paso adelante. En la anterior, la naturaleza del aspirante fue entrenada para la armoniosa y pacifica asociación con quienes lo rodean. En éste, se le enseña a identificarse con los demás yoes, concentrándose en lo que se llama, a voces, "los tres estados del sentimiento", que son: a. Compasión, antítesis de la pasión egoísta y acaparadora. b. Ternura, antítesis de la autocentralización, que hace al hombre duro y autoabsorbente. c. Desapasionamiento, antítesis de la codicia y del deseo. Estos tres estados del sentimiento, cuando se comprenden y penetran, ponen al hombre en armonía con el alma de todos los hombres. Por la compasión, ya no se ocupa de sus propios intereses egoístas, sino que penetra en su hermano y sufre con él; puede adaptar su vibración para responder a la necesidad del hermano, y está capacitado para compartir todo cuanto ocurre en el corazón del hermano. Esto lo hace mediante la sintonización de su propia vibración, a fin de responder a la naturaleza amorosa de su propia alma, y, por medio de ese principio unificador, todos los corazones están abiertos para él. Mediante la ternura se manifiesta en forma práctica esa comprensión compasiva. Sus actividades ya no son internas y autocentradas, se exteriorizan y están inspiradas por el deseo sincero y desinteresado de servir y ayudar. Este estado de sentimiento se llama a veces "misericordia", y caracteriza a todos los servidores de la raza. Implica ayuda activa, intención altruista, sabido juicio y ac384 Libro III tividad amorosa. Está libre de todo deseo de recompensa o reconocimiento, lo cual se halla bellamente expresado en La Voz del Silencio de H. P. Blavatsky, en las siguientes palabras: "Que tu alma escuche todo grito de dolor, así como el loto abre su corazón para beber el sol de la mañana". "No permitas que el sol ardiente seque una sola lágrima de dolor, antes que tú la hayas enjugado del ojo de quien sufre". "Deja que cada ardiente lágrima humana caiga en tu corazón y allí permanezca; nunca la enjugues hasta que desaparezca el dolor que la ha causado". "Estas lágrimas ¡oh tú de corazón misericordioso!, son las corrientes que riegan los campos de la caridad inmortal". Por el desapasionamiento, el aspirante y servidor permanece libre de los resultados kármicos de su actividad en bien de otros. Como sabemos, nuestro propio deseo nos ata a los tres mundos y a otras personas. "Atarse a" es distinto de "unirse con". Uno, está colmado de deseos y crea obligaciones y efectos; el otro, está libre de deseos y produce "identificación con", y no tiene efectos que atan a los tres mundos. El desapasionamiento posee una cualidad más mental que los otros dos. Se observará que el desapasionamiento trae cualidad de mente inferior; la ternura es el resultado emocional de la compasión desapasionada e involucra el principio kámico o astral; mientras que la compasión concierne también al plano físico, porque es la manifestación física de los otros dos estados. Es la capacidad práctica de identificarse con otro, en las condiciones imperantes en los tres mundos. Esta unión es el resultado de la unicidad egoica que ha descendido a la plena actividad en los tres mundos, mediante la meditación. 385 Libro III 24. La meditación centralizada en el poder del elefante, despertará esa fuerza o luz. Este aforismo ha provocado mucha discusión, y su común interpretación ha dado la idea de que meditar sobre el elefante proporcionará la fuerza del elefante. Muchos comentaristas infieren de estas palabras que la meditación sobre otros animales otorgará sus características. Debe recordarse que éste es un libro de texto de carácter científico, cuyo objetivo es el siguiente: 1. Entrenar al aspirante para que pueda penetrar en los reinos sutiles. 2. Otorgarle poder sobre la mente, para convertirla en su instrumento, que empleará a voluntad, como órgano de visión en los mundos superiores, y como transmisora e intermediaria entre el alma y el cerebro. 3. Despertar la luz de la cabeza, para convertir al aspirante en un radiante centro de luz que ilumine todos los problemas y, en virtud de esa luz verá la luz en todas partes. 4. Despertar los fuegos del cuerpo, para que los centros estén activos, luminosos, relacionados y coordinados. 5. Establecer la coordinación entre: a. el ego o alma, en su propio plano, b. el cerebro, por medio de la mente, y c. los centros. Por un acto de voluntad todos pueden ser puestos en actividad uniforme. 6. Efectuado esto, el fuego en la base de la columna vertebral, hasta ahora adormecido, despertará y ascenderá sin peligro, mezclándose finalmente con el fuego o luz en la cabeza, y 386 Libro III desaparecerá después de haber "quemado toda la escoria y despejado los canales" para uso del alma. 7. Desarrollar de este modo los poderes del alma, los "siddhis" superiores e inferiores, a fin de llegar a ser un eficaz servidor de la raza. Teniendo en cuenta estos siete puntos, resulta interesante notar que el símbolo del centro, llamado centro muladhara, situado en la base de la columna vertebral, es el elefante. Es el símbolo de la fuerza, del poder concentrado, de la gran fuerza motriz, que una vez despertada arrasa con todo lo que está por delante. Para nuestra quinta raza raíz, es el símbolo del animal más potente y de mayor fuerza, y también la representación de la transmutación o sublimación de la naturaleza animal, porque en la base de la columna vertebral está el elefante, y en la cabeza se halla el múltiple loto que oculta a Vishnu, sentado en el centro. Así se eleva la naturaleza animal al cielo. Nuevamente encontramos aquí la ley esotérica por antonomasia: ―la energía sigue al pensamiento‖. Cierto es que mediante la meditación perfectamente realizada hacia diversas cualidades, lógicamente, dichas cualidades se obtienen en algún grado. En este caso uno no medita sobre la cualidad determinada, sino sobre un objeto ―elefante‖ que mejor caracteriza o representa dicha cualidad, de esta forma se obtienen una mayor concentración y visualización sobre ella. Meditando sobre la fuerza del elefante, el poder del tercer aspecto, la energía de la materia misma y, por lo tanto, de Dios, el Espíritu Santo o Brahma, se despierta y se une a la del segundo aspecto a conciencia, la energía del alma, la de Vishnu, el segundo aspecto, la fuerza crística. Esto trae la unificación o unión perfecta entre alma y cuerpo, verdadero objetivo del Raja Yoga. Los estudiantes de esta ciencia deberían recordar que estas fórmulas de meditación unilaterales, sólo son permitidas cuando se han aplicado los ocho métodos de yoga, tratados en el Libro Segundo. 387 Libro III 25. La meditación perfectamente concentrada en la luz desarrollada, nos hará conscientes de lo sutil, oculto y remoto. En todas las enseñanzas de índole esotérica o mística, se menciona, con frecuencia, lo que se denomina luz. La Biblia contiene muchos pasajes sobre ella, y también todas las Escrituras del mundo. Se le aplican muchos nombres, pero por falta de espacio sólo consideraremos los que se encuentran en las diversas traducciones de los "Aforismos de la Yoga de Patanjali", y son: a. b. c. d. e. f. g. La Luz interna desarrollada (Johnston) La Luz en la cabeza. (Johnston) Esa Luz efulgente. (Vivekananda) La Luz en la cima de la cabeza. (Vivekananda) La Luz interna. (Dvivedi) La radiación en la cabeza. (Woods) La luminosidad del órgano central. (Rama Prasad) Por el estudio de estas expresiones se verá que en el vehículo físico existe un punto de luminosidad que (una vez hecho contacto con él) verterá la luz del espíritu sobre el sendero del discípulo, iluminándole así el camino, revelándole la solución de todos los problemas y permitiéndole actuar como portador de luz para otros. Esta luz es una especie de radiación interna, ubicada en la cabeza, cerca de la glándula pineal, y se produce por la actividad del alma. La expresión "órgano central", asociada con esta luz, ha dado lugar a muchas discusiones. Unos comentaristas la relacionan con el corazón y otros con la cabeza. Técnicamente ninguno de los dos conceptos es exacto, porque para el adepto entrenado el "órgano central" es el cuerpo causal, el karana sarira, el cuerpo del ego, la envoltura del alma, el cual está entre los "tres vehículos periódicos", que el divino Hijo de Dios descubre y utiliza en el transcurso 388 Libro III de su largo peregrinaje. Estos tienen su analogía con los tres templos de que habla La Biblia cristiana: 1. El transitorio y efímero tabernáculo en el desierto, típico del alma en encarnación física, que dura una vida. 2. El más permanente y bello templo de Salomón, típico del vehículo del alma ó cuerpo causal, de mayor duración y que persiste durante eones, cuya belleza se revela cada vez más en el sendero hasta la tercera iniciación. 3. El todavía no revelado e inconcebiblemente bello templo de Ezequiel, símbolo de la envoltura del espíritu, el hogar del Padre, una de las "muchas mansiones", el huevo áurico del ocultista. En la ciencia de la yoga, que debe ser aplicada y dominada en el cuerpo físico, la expresión "órgano central" se refiere a la cabeza o al corazón, y la diferencia reside principalmente en el tiempo. En las primeras etapas del desarrollo en el sendero, el corazón es el órgano central; más adelante la verdadera luz tiene su morada en el órgano de la cabeza. En este proceso, el desarrollo del corazón precede al de la cabeza. La naturaleza emocional y los sentidos se desarrollan antes que la mente, como podemos observar si estudiamos a la humanidad como totalidad. El centro cardíaco se abre antes que el coronario. El amor debe desarrollarse antes de emplear sin peligro el poder. Por lo tanto, la luz del amor debe actuar antes de utilizar conscientemente la luz de la vida. Cuando el loto del centro cardíaco se abre y revela el amor de Dios, tiene lugar, por la meditación, un desarrollo sincrónico en la cabeza. Se despierta el loto de doce pétalos en la cabeza (analogía superior del centro cardíaco, intermediario entre el loto egoico de doce pétalos, en su propio plano; y el centro coronario). La glándula pineal pasa gradualmente de un estado de atrofia a uno de plena actividad, y el centro de la conciencia es transferido de la naturaleza emocional a la concien389 Libro III cia de la mente iluminada. Esto señala la transición efectuada en el místico para entrar en el sendero del ocultista, conservando, como ocurre siempre, su conocimiento y percepción mística, pero agregando a ello el conocimiento intelectual y el poder consciente del ocultista y del yogui entrenado. Desde el punto de poder, situado en la cabeza, el yogui dirige todos sus asuntos y esfuerzos, proyectando sobre los acontecimientos, circunstancias y problemas, la "despierta luz interna", siendo guiado por el amor, la percepción interna y la sabiduría que posee, debido a que ha trasmutado su naturaleza amorosa, despertado su centro cardíaco y transferido al corazón los fuegos del plexo solar. Aquí cabe una pregunta oportuna: ¿cómo se logra la unificación del corazón y la cabeza, que produce la luminosidad del "órgano central" y emanación de la radiación interna? Expuesto en forma breve, se produce por: 1. La subyugación de la naturaleza inferior, que transfiere a tres centros, el coronario, el cardíaco y el laringeo, situados arriba del diafragma, la actividad llevada a cabo durante la vida, abajo del plexo solar e incluso en éste. Esto se realiza mediante la vida, el amor y el servicio, no por medio de ejercicios respiratorios ni desarrollando la mediumnidad. 2. La práctica del amor, enfocando la atención en la vida y servicio del corazón, comprendiendo que el centro cardíaco es el reflejo del alma en el hombre, la cual deberá guiar las cuestiones del corazón, desde el trono o sitial entre las cejas. 3. El conocimiento de la meditación. Por medio de la meditación, ejemplificada en el aforismo básico de la yoga de que "la energía sigue al pensamiento", se producen todos los desenvolvimientos y desarrollos que el aspirante desea. Por medio de la meditación, el centro cardíaco (que en el hombre no evolucionado se representa como un loto cerrado vuelto hacia abajo) se invierte, se vuelve 390 Libro III hacia arriba y se abre. En su centro está la luz del amor. La radiación de esta luz, al proyectarse hacia arriba, ilumina el sendero hacia Dios, pero no es el sendero, excepto en el sentido de que a medida que hollamos lo que el corazón desea (en sentido inferior), esa senda conduce al Sendero mismo. Quizás resulte más claro si nos damos cuenta que parte de ese sendero reside en nosotros mismos, y esto nos lo revela el corazón, que conduce a la cabeza, donde descubrimos. El primer Portal del Sendero, por el cual entramos en la senda de la vida, que nos aleja de la vida corporal, y conduce a la más completa liberación de las experiencias de la carne y de los tres mundos. Todo es un solo sendero, pero el sendero de la iniciación lo debe hollar conscientemente el pensador, actuando por medio del órgano central de la cabeza, recorriendo inteligentemente el sendero que a través de los tres mundos conduce a la región o reino del alma. Podría decirse que el despertar del centro cardíaco lleva al hombre a darse cuenta de que el centro cardíaco se origina en la cabeza. Esto a su vez lleva al hombre al loto de doce pétalos, el centro egoico en los niveles superiores del plano mental. El sendero que va desde el centro cardíaco al coronario, constituye en el cuerpo, el reflejo de la construcción del antakarana en el plano mental, "como es arriba así es abajo". 4. La meditación perfectamente concentrada en la cabeza. Acrecienta automáticamente el estímulo y el despertar de los centros a lo largo de la columna vertebral, cinco en total; despierta el sexto centro, situado entre las cejas, y con el tiempo revela al aspirante la salida por la cúspide de la cabeza, que se la puede ver como un círculo radiante de luz pura y blanca. Se inicia como un pequeño punto, y gradualmente va acrecentando su gloriosa y radiante luz hasta revelar el portal. Nada más puede decirse sobre esto. La luz de la cabeza es el gran revelador, el gran purificador y el medio por el cual el discípulo cumple el mandato de Cristo: "Deja que brille tu luz". Es "la senda del justo que brilla cada vez más 391 Libro III hasta el perfecto día". Es lo que produce el halo o círculo luminoso, visto alrededor de la cabeza de todos los hijos de Dios que han tomado o tomarán posesión de su herencia. Por medio de esta luz, como indica Patanjali en este aforismo, nos hacemos conscientes de lo sutil, o de las cosas que sólo se pueden conocer mediante el empleo consciente de nuestros cuerpos sutiles, de los cuales nos valemos para actuar en los planos internos, el emocional o astral, y el mental. La mayoría actúa hoy inconscientemente en dichos planos. También por medio de esta luz, somos conscientes de lo que está oculto o aún no ha sido revelado. Los Misterios le son revelados al hombre cuya luz resplandece, convirtiéndose así en un conocedor. Ante él se despliega también lo lejano o futuro. 392 Libro III 26. La meditación centralizada en el sol, traerá conciencia (o conocimiento) de los siete mundos. Este aforismo ha sido comentado extensamente por numerosos escritores durante muchos siglos. En bien de la claridad modernizaremos la afirmación y reduciremos sus términos a los del ocultismo moderno: "Mediante la constante y firme meditación en la causa emanante de nuestro sistema solar, llegamos a comprender los siete estados del ser". La diversidad de términos empleados frecuentemente confunden al estudiante, por lo tanto, será conveniente emplear únicamente dos series de términos: una imparte la terminología oriental ortodoxa, contenida en los mejores comentarios, la otra es más fácilmente reconocible para el investigador occidental. Empleando la traducción de Woods, tenemos lo siguiente: Resulta interesante esta diferenciación del mundo en siete grandes divisiones, porque demuestra la exactitud de la quinta división que sostienen algunos comentadores. Estos siete mundos corresponden a la división oculta moderna de nuestro sistema solar, en siete planos que personifican los siete estados de conciencia y abarcan siete grandes tipos de seres vivientes. 393 Libro III Son interesantes ciertos comentarios de Vyasa sobre esta diferenciación, pues coinciden con el pensamiento teosófico moderno. Describe el plano terrenal como "sostenido respectivamente por materia sólida, agua, fuego, viento, aire y oscuridad... donde nacen las criaturas vivientes después de habérseles asignado un largo y penoso período de vida, sufriendo los padecimientos incurridos como resultado de su propio karma". Respecto al segundo plano, el astral, se dice que las estrellas (las vidas) son "impulsadas por el viento en dicho plano, así como el labrador arrea los caballos en un círculo alrededor del campo de la trilla", y están "reguladas por el constante impulso del viento". Tenemos aquí un maravilloso panorama de cómo las vidas son impulsadas a la rueda del renacimiento por la fuerza de sus deseos. El antiguo comentador lo compendia en dos afirmaciones básicas, que debería considerar el estudiante: "Esta bien fundada configuración se extiende hasta el mismo centro del (Mundo) Huevo, siendo éste un ínfimo fragmento de la causa primaria, como una luciérnaga en el firmamento". Esto significa que nuestro sistema solar no es más que un átomo cósmico y en sí sólo una parte de un todo esferoidal aún mayor. Luego declara: "Ejerciendo restricción sobre la puerta del sol, el yogui debería percibir todo esto directamente". Restricción es un término que se emplea frecuentemente al traducir frases que significan "refrenar o restringir las modificaciones del principio pensante", en otras palabras, perfecta meditación en una sola dirección. Meditando sobre la puerta del sol, se puede alcanzar pleno conocimiento. Resumiendo, significa que mediante el conocimiento del propio corazón del sol y en virtud de la luz que emana de él, habiendo descubierto el portal del sendero, se entra en relación con el Sol, que se halla en el corazón de 394 Libro III nuestro sistema solar y, eventualmente, se descubre ese portal que permite al hombre entrar en el séptuple sendero cósmico. No es necesario decir más acerca de esto, pues el objetivo de Raja Yoga es permitir al hombre descubrir la luz en sí mismo, y en esa luz ver la luz y también hallar la puerta que va hacia la vida y, en consecuencia, hollar el sendero. Sólo nos queda un punto que tratar. Esotéricamente al sol se lo considera triple: 1. El sol físico ..................... cuerpo ........ forma inteligente. 2. El corazón del sol ........... alma ............ amor. 3. El sol espiritual central … espíritu ....... vida o poder. En el hombre, el microcosmos, las analogías son: 1. El hombre personal físico .. cuerpo ...... forma inteligente. 2. El ego o Cristo .................... alma .......... amor. 3. La mónada ......................... espíritu ...... vida o poder. Una profunda reflexión sobre este aforismo nos hacer comprender que todas las vidas y formas existentes en el sistema solar salieron originalmente del Sol Central. Esto era cuando el sistema solar aún no estaba organizado y solo existía una enorme y luminosa masa de energía. Poco a poco esa enorme masa de energía iba tomando forma elíptica, y mediante muchas transformaciones y expulsiones de energía del Sol Central iban creándose los planetas, y dentro de los planetas las infinidades formas y vidas que las habitan, como por ejemplo, el ser humano. Luego debemos entender que todo el ser humano, con todos sus cuerpos de alguna manera esencial proviene del Sol. Por esa razón tanto el sol físico como el sol espiritual son tan importantes, sino esencial, en nuestras vidas. 395 Libro III 27. La meditación centralizada en la Luna, otorga el conocimiento de todas las formas lunares. Hay dos traducciones apropiadas de este aforismo, la anterior y la que sigue: "El conocimiento del mundo astral lo obtiene quien puede meditar sobre la Luna". Ambas traducciones son correctas, pero probablemente la comprensión exacta del texto sánscrito se obtendrá únicamente combinándolas. Quizás sea suficiente dar en una simple paráfrasis la esencia del significado de este aforismo". "La concentración sobre la madre de las formas (la Luna) revela al aspirante la naturaleza y propósito de la forma". Si el estudiante tiene en cuenta que la Luna es el símbolo de la materia, y que el Sol, en su aspecto luz, es el símbolo del alma, no tendrá dificultad en determinar el significado de los Af. 26 y 27. Uno se relaciona con el alma y los diversos estados de conciencia; el otro se ocupa del cuerpo, vehículo de la conciencia. Uno concierne al cuerpo incorruptible, no hecho con las manos, eterno en los cielos; el otro a las "mansiones lunares" (como lo denomina el traductor) y al hogar del alma en los tres mundos del esfuerzo humano. Sin embargo, debe recordarse que el aspecto Luna rige en todos los reinos por debajo del humano, pero el aspecto Sol debería predominar en el humano. El conocimiento de las mansiones lunares o de las formas, proporcionaría la comprensión del cuerpo físico, del vehículo astral o de deseos, y de la envoltura mental. En el anterior sutra ―surya‖ el sol hace referencia al núcleo de nuestro Ser. La luna ―candra‖, hace referencia a la mente y a la consciencia. El Plexo Solar esta situado a la región del tronco; el Plexo Lunar tiene su sede en el cerebro. Mediante la meditación en esta región, el yogui obtiene más conocimiento. Las Galaxias de estrellas, representas galaxias de ondas de pensamiento que, al igual que astros, titilan, desaparecen y vuelven a brillar. 396 Libro III 28. La concentración en la Estrella Polar proporcionará el conocimiento de las órbitas de los planetas y de las estrellas. Este aforismo poco significa para el estudiante común, pero es de profunda utilidad para el iniciado y el discípulo juramentado. Basta decir que constituye el trasfondo de toda investigación astrológica, pues por la valoración de su significado se obtendrá la comprensión de: 1. La relación de nuestro sistema solar con las otras seis constelaciones que (con la nuestra) constituyen los siete centros de fuerza, de los cuales las siete grandes influencias espirituales de nuestro sistema son los reflejos y agentes. 2. El sendero de nuestro Sol en los Cielos, y los doce signos del zodíaco, por los cuales transita aparentemente nuestro Sol. Por lo tanto se evidencia que este aforismo constituye la clave del propósito del siete y del doce, sobre los cuales se basan nuestros procesos creadores. 3. El significado de los doce trabajos de Hércules, en relación con el hombre, el microcosmos. 4. El propósito de nuestro planeta, que el adepto aprende mediante la comprensión de la triplicidad formada por a. la Estrella Polar, b. nuestro planeta Tierra, c. la Osa Mayor. Quienes poseen la clave descubrirán otros significados, pero los indicados bastan para poner de manifiesto el significado profundo, aunque esotérico, atribuido a estas breves palabras. 397 Libro III 29. Fijando la atención en el centro denominado plexo solar, se obtiene un conocimiento perfecto acerca de la condición del cuerpo. En el comentario del Af. 36, en el Libro Primero, se enumeraron los diversos centros y se dieron sus cualidades. Ahora se mencionan cinco de dichos centros, pues conciernen más directamente al aspirante y son los que más predominan en la quinta raza o actual; en la cuarta raza estaban despiertos, pero no desarrollados. Estos centros son: Base de la columna vertebral ............ Plexo solar ......................................... Centro cardíaco ................................ Centro laríngeo ................................. Centro coronario ............................... 4 10 12 16 972 pétalos. pétalos. pétalos. pétalos. pétalos. Estos cinco centros conciernen principalmente al aspirante. El centro llamado bazo, fue controlado en los días de Lemuria, y ahora está relegado a la categoría de los centros que funcionan plenamente y por lo tanto en forma automática, y han quedado bajo el umbral de la conciencia. El centro entre las cejas sirve de medio para proyectar la luz de la cabeza sobre las cosas "sutiles, oscuras, ocultas y remotas"; es el resultado del desarrollo del coronario y el cardíaco. Los tres centros principales son tan potentes en la persona excesivamente subdesarrollada que, aunque sus pétalos no se hayan abierto, han producido analogías físicas o glándulas. Su vibración es tal, que ya emiten sonidos en los hombres y, por medio del sonido, atraen y producen una forma. En el discípulo o iniciado, estos tres centros no sólo emiten sonidos, sino que forman palabras; por lo tanto rigen la construcción de las fuerzas vitales y controlan al entero hombre. 398 Libro III Las glándulas que corresponden a los tres centros son: 1. La glándula pineal y el cuerpo pituitario ..... centro coronario. 2. La glándula tiroides ..................................... centro laríngeo. 3. El bazo ......................................................... centro cardíaco. ―Del corazón brotan las fuentes de la vida" y circula la corriente sanguínea de la vida; debido a su desarrollo en la raza atlante y a la consiguiente coordinación y crecimiento del cuerpo astral o emocional, el centro cardíaco ha llegado a ser el más importante del cuerpo. Su actividad y desarrollo han ido paralelos a los del bazo, órgano de la vitalidad, del prana o fuerza física solar, en el cuerpo. Hay otras glándulas que tienen una íntima relación con los diversos centros, pero el tema es tan vasto que sólo puede ser insinuado. Sin embargo no existe la misma estrecha relación entre las glándulas asociadas a los centros situados abajo del diafragma, que las conectadas con los centros principales situados arriba del diafragma. El aforismo en consideración se refiere a uno de los cinco centros más importantes, por las siguientes razones: 1. Está situado en el centro del tronco, siendo por lo tanto la analogía del principio medio. En la época atlante los tres centros principales para esa raza eran: a. El coronario ........................... Padre o aspecto espiritual. b. El plexo solar ......................... Hijo o aspecto alma. c. Base de la columna vertebral.. Esptu. Santo o aspecto matéria. El alma no estaba entonces tan individualizada como ahora. Controlaba el alma animal; en consecuencia, lograr el pleno contacto con el "anima mundi" era el factor predominante. Con el transcurso del tiempo, el alma fue individualizándose más en cada ser humano y haciéndose más separatista, a medida que predominaba el aspecto mente (el gran factor divisor). Cuando finalice la presente raza, los tres centros principales serán: el corona399 Libro III rio, el cardíaco y el de la base de la columna vertebral. En la sexta raza tendremos, el coronario, el cardíaco y el laringeo. En la última raza, la de los hijos de Dios iluminados, la séptima, tendremos como centros de acción: a. El coronario de mil pétalos ...... Vida o aspecto espiritual. b. El situado entre las cejas ......... Hijo o aspecto conciencia. c. El laríngeo ............................... Esptu. Santo o aspecto creador. A través del primero, la vida espiritual fluirá desde la mónada; a través del segundo, el principio crístico, la luz del mundo, el alma, actuará derramando luz y vida sobre todas las cosas, y lo utilizará como órgano de percepción. A través del último, se llevará a cabo el trabajo de creación y se emitirá la palabra creadora. Esta perspectiva general presenta al estudiante la visión de lo que hay por delante. Sin embargo, no tiene ningún valor inmediato; la mayoría de los aspirantes se ocupan del plexo solar, de allí la necesidad de considerarlo aquí. 2. El plexo solar es el órgano de la naturaleza astral, de las emociones, el temperamento, los deseos y sentimientos, y por eso es el más activo de todos. Por su intermedio se despiertan las funciones inferiores del cuerpo-el deseo de beber, de comer, de procrear, y a través de éste se hace contacto con los centros inferiores y se trabaja con ellos. En el discípulo, el centro cardíaco reemplaza al centro plexo solar, y en el Maestro es reemplazado por el coronario. No obstante, todos son expresión de la vida y del amor de Dios y, en su totalidad y perfección, expresan la vida crística. 3. El centro plexo solar desarrolla la gran obra de trasmutar todos los deseos animales inferiores en superiores. A través de él pasan literalmente las fuerzas de la naturaleza inferior. Acumula las fuerzas del cuerpo debajo del diafragma y las dirige hacia arriba. 400 Libro III 4. En el plexo solar el alma animal se fusiona con el alma del hombre, y se ve en germen la conciencia crística. Estableciendo la analogía entre el estado prenatal y la germinación del Cristo en cada ser humano, los estudiantes, cuya intuición esté desarrollada, percibirán la analogía entre la actividad del plexo solar y su función, y los primeros tres meses y medio del período prenatal. Luego viene "la activación"` y la vida se hace sentir. Tiene lugar un resurgimiento, entonces se puede percibir la analogía entre el proceso fisiológico natural y el nacimiento del Cristo en la caverna del corazón. En esto reside el profundo misterio de la iniciación, revelado únicamente a quienes recorren el sendero del discipulado hasta el fin. En este aforismo se dice que el conocimiento referente al cuerpo físico, se logra meditando sobre este centro. La razón es esta: cuando el hombre llega a comprender su cuerpo emocional y el centro de fuerza a través del cual funciona en el plano físico, descubre que todo cuanto él es (física y etéricamente) se debe al deseo o kama, y que sus deseos lo atan a la rueda de renacimientos. Por esta razón el yogui hace hincapié sobre esa básica discriminación, por la cual el hombre desarrolla la capacidad de elegir entre lo real y lo irreal, cultivando en él un exacto sentido de los valores. Luego viene el desapasionamiento, que una vez adquirido, produce desagrado hacia la vida de percepción sensoria. Cuando el aspirante se da cuenta del papel que el deseo desempeña en su vida, que el cuerpo emocional o astral es causante de la mayor parte de las dificultades de su naturaleza inferior, y cuando capta el aspecto técnico del proceso que sigue la energía deseo, comprende la función del plexo solar, pudiendo iniciar la gran tarea dual de trasferencia y transmutación. Debe transferir la energía de los centros situados debajo del diafragma a los de arriba, y en ese proceso transmutar y cambiar la energía. Los centros están situados a lo largo de la columna vertebral, pero ayudará considerablemente al estudiante si tiene una idea de los lugares aproximados del cuerpo, que estos centros afectan y 401 Libro III energetizan. Dichos centros poseen órganos en el plano físico, que son el resultado de la respuesta de la sustancia densa a su vibración. Los Tres Centros Mayores 1. Coronario .............. 2. Laríngeo ............... 3. Cardíaco .............. cerebro, glándula pineal, cuerpo pituitario. laringe, cuerdas vocales y paladar, glándula tiroides. pericardio, ventrículos, aurículas, afectando al bazo. Los Cuatro Centros Menores 4. 5. 6. 7. Plexo solar ............................... Bazo .......................................... Sacro ......................................... Base de la columna vertebral . estómago. bazo. órganos genitales. órganos de eliminación, riñones, vejiga. Estos órganos físicos son sus resultados o efectos; los centros son su causa física y se producen por la actividad de los centros etéricos. Estos detalles ya se han dado y la información antedicha fue recopilada, debido a la importancia que tiene el plexo solar en esta cuarta ronda de la cuarta Jerarquía creadora (la Jerarquía de las mónadas humanas o espíritus), el cuarto centro en el hombre, ya sea contando desde arriba o desde abajo. Otro detalle técnico puede darse aquí. En el proceso de transmutación el estudiante debería recordar que: a. La energía de la base de la columna vertebral debe ascender a la cabeza. b. La energía del centro sacro debe pasar al laríngeo. La energía del plexo solar debe ir al corazón. La energía del bazo concierne exclusivamente al cuerpo físico. Va a todos los centros. 402 Libro III 30. Fijando la atención en el centro laríngeo, se aplaca el hambre y la sed. Es bien sabido que las sensaciones de hambre y sed y otros fenómenos similares dependen de las secreciones de glándulas situadas en varias partes del cuerpo. El conocimiento del funcionamiento de estas glándulas, y la capacidad de regular sus secreciones, naturalmente le dará al yogui el poder de controlar esas sensaciones. Existen varias glándulas situadas en torno a la garganta. Nótese sin embargo, que en realidad es el Prana lo que controla las secreciones glandulares, y puesto que Prana obedece al pensamiento, el yogui, puede una vez que ha adquirido el conocimiento del funcionamiento de las glándulas, controlas todas las actividades fisiológicas, incluso los movimientos del corazón y los pulmones. Lo que un médico trata de conseguir por medio de drogas, el yogui puede lograrlo por el control y regulación de las corrientes pránicas que recorren el cuerpo etérico. 403 Libro III 31. Fijando la atención en el conducto o nervio situado debajo del centro laríngeo (nervio kurna o Tortuga), se logra el equilibrio. Debe recordarse que todos los aforismos que se refieren a los poderes psíquicos son susceptibles de interpretación inferior o superior. En ningún aforismo es tan aparente como en éste. Mediante el conocimiento de la naturaleza del centro laríngeo, y meditando constantemente sobre él, el yogui puede evitar los espasmos del hambre y de la sed y mantenerse indefinidamente sin alimento, mientras que dirigiendo la energía a esa parte del gran nervio de la laringe, situado exactamente abajo del centro laríngeo (en la cavidad de la garganta), puede lograr la inmovilidad y rigidez absolutas de la forma humana. Similarmente, concentrándose en el plexo solar, puede darse cuenta con plena conciencia, de cada una de las partes de su cuerpo físico. Pero esto concierne a los poderes o "siddhis" inferiores, los cuales no interesan al estudiante de Raja Yoga, que los considera como efectos secundarios del desenvolvimiento del alma. Sabe que son el resultado de aplicar correctamente los ocho métodos de yoga, por lo cual son automáticos e inevitables. Sabe también a qué peligro se expone el organismo físico cuando predomina el aspecto inferior o físico. El verdadero significado de los aforismos 30 y 31, estudiados en conjunto, surge de la comprensión del proceso transmutador y de la trasferencia efectuada en el plexo solar. La energía del centro sacro, que alimenta los órganos genitales, con el tiempo es transferida al centro laríngeo. Este proceso creador se lleva a cabo mediante el pensamiento, el sonido y la Palabra hablada. Hambre y sed son los dos aspectos del deseo; el hambre es positivo, masculino y codicioso; la sed es negativa, femenina y receptiva. Ambas palabras son simplemente símbolos de los dos grandes impulsos que subyacen en el impulso sexual. Cuando ellos son dominados y controlados, entonces la energía 404 Libro III del centro situado detrás de los órganos involucrados puede ser elevada a la laringe, deteniendo en sentido esotérico el hambre y la sed. Debe tenerse presente que estas dos palabras son las analogías, en el plano físico, de los grandes pares de opuestos, que el yogui trata de equilibrar, y lo hace cuando el plexo solar desempeña su función más elevada. En el plano astral o de deseos, este proceso equilibrador debe ser llevado a cabo en el cuerpo astral del aspirante. Este es el gran campo de batalla tan bellamente simbolizado en el cuerpo humano, con sus tres centros superiores, con sus puntos focales de energía inferior y el gran centro medio, el plexo solar, que representa el plano astral y su actividad. Esto evidencia por qué se han unido los dos aforismos, pues abarcan toda una actividad. Después de alcanzar en cierta medida el equilibrio, el aspirante aprende a perfeccionar el proceso equilibrador y adquiere el poder de mantenerse firme e inconmovible, guardando un equilibrio inalterable entre los pares de opuestos. El nervio llamado "kurmanadi" o el "tubo de tortuga", es la analogía física de la etapa que el aspirante ha alcanzado. Se mantiene erecto e inconmovible delante de la entrada al sendero, encontrándose en ese punto de evolución, donde puede "evadirse hacia arriba" y actuar en la cabeza. Desde épocas primitivas la tortuga ha sido el símbolo del lento proceso creador y del largo camino evolutivo, recorrido por el espíritu. De allí lo apropiado del término, tal como se aplica a lo que se considera el inferior de los tres centros mayores, y aquel que representa el aspecto creador o Brahma de la divinidad de Dios, el Espíritu Santo, en Su función de energetizador de la materia o cuerpo. 405 Libro III 32. Enfocando la luz en la cabeza se puede ver a quienes han alcanzado el dominio de sí mismos y establecer contacto con ellos. Dicho poder se desarrolla por la meditación unilateral. Ésta es una paráfrasis de carácter general, pero da el sentido exacto de los términos empleados. En el aforismo vigésimo quinto, hemos estudiado la naturaleza de la luz en la cabeza. Aquí se dará una breve explicación: cuando el estudiante es consciente de la luz en la cabeza y puede utilizarla a voluntad, dirigiendo su radiación hacia lo que trata de conocer, llega el momento en que no sólo puede dirigirla hacia afuera, al campo del conocimiento donde actúa en los tres mundos, sino también hacia adentro y arriba, a esos reinos donde deambulan los santos de Dios, la gran "Nube de Testigos". Por lo tanto, por su intermedio puede llegar a ser consciente del mundo de los Maestros, Adeptos e Iniciados, y así ponerse en contacto con Ellos, en plena conciencia vigílica, registrando tales contactos en su cerebro físico. De allí la necesidad de llegar a ser consciente de la propia luz, de limpiar la propia lámpara y de utilizar plenamente la luz que se posee. El poder de la luz espiritual se desarrolla y acrecienta por el uso y el cuidado, desempeñando una doble función. El aspirante se convierte así en luz o lámpara, en un lugar oscuro, alumbrando el camino a otros. técnicamente de esta manera puede ser aventada en llama la luz interna. Este proceso de alumbrar a otros y convertirse en lámpara, precede siempre a la maravillosa experiencia del místico cuando dirige su lámpara y luz a otros reinos, descubriendo "el camino de evasión" hacia esos mundos donde los Maestros deambulan y trabajan. Es necesario recalcar este punto, porque entre los estudiantes existe la fuerte tendencia a buscar a los Maestros, algún Guru o Instructor, que "les proporcione la luz. Sólo quienes hayan encendido su propia luz, limpiado su propia lámpara y estén provistos de los medios para 406 Libro III penetrar en su mundo, podrán descubrirlos. La parte más técnica de esta cuestión está muy bien explicada por W. Q. Judge: "Tenemos aquí dos inferencias, que en nada se igualan al pensamiento moderno. Una, que existe una luz en la cabeza; la otra, que existen seres divinos que pueden ser vistos por quienes se concentran en la luz de la cabeza. Se afirma que cierto nervio o corriente síquica, denominado Brahmarandhra-nadi, sale por el cerebro, cerca de la cima de la cabeza. En este punto se acumula el principio luminoso de la naturaleza, en mayor cantidad que en cualquier otra parte del cuerpo, y se lo denomina jyotis, la luz en la cabeza. Debido a que todo resultado debe obtenerse por el empleo de los métodos adecuados, los seres divinos podrán ser vistos si nos concentramos en esa parte del cuerpo que tiene una relación más estrecha con ellos. En este punto, el extremo del Brahmarandhra-nadi, se establece la conexión entre el hombre y las fuerzas solares". Esta luz hace que el "rostro resplandezca"; produce el halo que rodea la cabeza de los Santos y Maestros y es visto por el clarividente en los aspirantes y discípulos evolucionados. Dvivedi da la misma enseñanza, en las siguientes palabras: "La luz en la cabeza se la describe como la afluencia acumulada de luz sáttvica" que se ve en el Brahmarandhra y se supone que está cerca de la arteria coronaria, de la glándula pineal, o sobre la médula oblongada. Así como la luz de una lámpara, ardiendo dentro de las cuatro paredes de una casa, presenta una apariencia luminosa desde el ojo de la llave, así se muestra la luz sáttvica en la cima de la cabeza. Esta luz es muy familiar para quienes apenas conocen las prácticas de yoga y puede ser vista concentrándose en un punto entre las cejas. Por la práctica de samyama (meditación) sobre esta luz, pueden ser vistos de inmediato, a pesar de los obstáculos espacio-tiempo, los seres llamados "siddhas" -conocidos generalmente en los círculos teosóficos como Mahatmas o elevados Adeptos-que pueden caminar a través del espacio en forma invisible". 407 Libro III 33. Todas las cosas pueden ser conocidas a la vívida luz de la intuición. Podría decirse aquí que la verdadera intuición ―es la capacidad de percibir la verdad sin necesidad de utilizar los sentidos ni el intelecto‖. Tres aspectos del conocimiento están asociados con la luz en la cabeza. En primer lugar: tenemos el conocimiento que puede poseer el hombre común, cuya descripción más exacta es quizá la palabra teórico. Hace que el hombre se dé cuenta de ciertas hipótesis, posibilidades y explicaciones. Proporciona el conocimiento de las modalidades, modos y métodos y permite dar los primeros pasos hacia la comprobación y realización correctas. Esto es verdad acerca del conocimiento a que se refiere Patanjali. Basados sobre este conocimiento y de acuerdo a los requisitos de la investigación o desenvolvimiento propuestos, el aspirante llega a percibir la luz en la cabeza. En segundo lugar: el aspirante utiliza el conocimiento discriminador. Habiendo hecho contacto con la luz, la utiliza, y el resultado es que los pares de opuestos se hacen evidentes, se conoce la dualidad y surge la cuestión de la elección. La luz de Dios se proyecta sobre ambos lados del estrecho sendero del filo de la navaja que el aspirante trata de hollar; al principio este noble sendero medio no es tan visible como lo que yace a cada lado del mismo. Añadiendo el desapasionamiento o desapego al conocimiento discriminativo, los obstáculos disminuyen, el velo que cubre la luz se hace más transparente, hasta establecer contacto con la tercera o más elevada luz. En tercer lugar: tenemos el conocimiento iluminador que podemos describir como "la luz de la intuición"; es el resultado de haber hollado el sendero y de la subyugación de los pares de opuestos y el precursor de la total iluminación y de la plena luz 408 Libro III del día. Ganganatha- Jha en su breve comentario se ocupa de estos tres aspectos. "La inteligencia es la emancipadora, la antecesora del conocimiento discriminador, como la aurora lo es de la salida del Sol. Al obtener la percepción intuitiva, el yogui llega a conocer todas las cosas". Estos destellos de intuición son, al principio, simplemente vívidos chispazos de iluminación, que surgen de la conciencia de la mente y desaparecen casi instantáneamente. Se producen con mayor frecuencia a medida que se cultiva el hábito de la meditación, y persisten durante prolongados períodos, hasta alcanzar la estabilidad mental. Gradualmente la luz brilla con constante resplandor, y el aspirante camina "a plena luz del día". Cuando la intuición comienza a actuar, el aspirante debe aprender a utilizarla, dirigiendo la luz que está en él a todos los asuntos "oscuros, sutiles y remotos", ensanchando así su horizonte, solucionando sus problemas y aumentando su eficiencia. Todo cuanto ve y con lo cual hace contacto, gracias al empleo de su luz espiritual, debe ser registrado, comprendido y adaptado, para ser utilizado por el hombre en el plano físico por medio del cerebro. Es aquí donde la mente racional desempeña su parte, interpretando, formulando y trasmitiendo al cerebro lo que el verdadero hombre espiritual conoce, ve y comprende en su propio plano. De esta manera, dicho conocimiento está disponible para el hijo de Dios encarnado, el hombre en el plano físico en plena conciencia vigílica. Tengamos presente que todos los Siddhis ―poderes‖ pueden adquirirse por otros métodos que los que hasta aquí nos han indicado los Yogas-Sutras. Por ejemplo, un Bhakti yogui que sigue el camino de la devoción intensa y sincera puede entrar en posesión de muchos Siddhis aunque no haga nada directo por desarrollarlos. Esto muestra que existe un estado de consciencia espiritual en el que están inherentes todos estos poderes, y por tanto cualquiera que alcance ese estado por cualquier método o yoga, adquiere automáticamente dichos Siddhis, posiblemente no todos los poderes, pero si algunos. 409 Libro III Este estado elevado de consciencia en el cual están inherentes toda clase de Siddhis, también confiere el poder de percibir la verdad directamente sin ayuda de instrumentos ni sentidos. A esta elevada facultad se le da en este Sutra el nombre Sánscrito de PRATIBHA. Y la palabra que más se acerca a su significado es ―intuición‖. En los Yogas-Sutras se usa esta palabra ―Pratibha‖ para indicar aquella facultad espiritual trascendente de percepción que puede prescindir del uso no solo de los órganos sensorios sino de la misma mente. Puede percibir cualquier cosa directamente como reflejada en la conciencia misma sin la mediación de los sentidos o de la mente. El hecho de que Ishvara es consciente de todo cuanto ocurre por doquier sin tener que usar órganos sensorios o mente, explica que debe existir una facultad de percepción sin instrumentos. Si la omniscencia existe, entonces la percepción no instrumental también debe ser un hecho. Y eso es Pratibha o Intuición Pura. Esta es la facultad que utilizan también los Seres Perfectos o Maestros de Sabiduría, Iniciados o Adeptos, Seres Iluminados que han alcanzado Kaivalya, para mantenerse en contacto con los mundos inferiores que han trascendido. 410 Libro III 34. Por la meditación enfocada en el centro cardíaco, se alcanza la comprensión de la conciencia mental. Los hijos de los hombres se diferencian del reino animal en que poseen inteligencia, la mente razonadora. Por eso la Sabiduría Eterna, la Doctrina Secreta del mundo, denomina con frecuencia a los seres humanos "hijos de la mente". Esto es lo que les da sentido de individualidad o entidad separada, convirtiéndolos en egos. Se dice que en el centro del cerebro, ubicado en la glándula pineal, tenemos el hogar del alma; la vanguardia de la vida de Dios, una chispa del fuego espiritual puro. Éste es el punto inferior con el que la vida espiritual pura hace contacto directamente desde la Mónada, nuestro Padre en el Cielo. Es el extremo del sutratma o hilo que vincula y conecta las diversas envolturas y pasa desde la mónada en su propio y elevado plano, a través del cuerpo egoico en los niveles superiores del plano mental, al vehículo físico. Esta vida de Dios es triple y combina la energía del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, siendo en consecuencia responsable del pleno funcionamiento de todos los aspectos de la naturaleza del hombre, en todos los planos, y también de los estados de conciencia. El primer hilo de este triple cordón o sendero, es el que da vida, espíritu y energía. El segundo es responsable de la conciencia o aspecto inteligencia, de modo que el poder del espíritu responda al contacto y evoque respuesta. El tercero concierne a la vida de la materia o aspecto cuerpo. El primer aspecto, por medio de la mónada, llega hasta la glándula pineal, lugar donde reside el espíritu en el hombre. El segundo aspecto o conciencia, por medio del ego, es el lugar de contacto con el centro cardíaco, mientras que el tercer aspecto o tercer hilo del sutratma, se vincula con el centro en la base de la columna vertebral, fuente principal de la actividad corporal o de la personalidad. Por consiguiente, mediante la concentración en la luz de la cabeza, se obtiene el conocimiento de los mundos espirituales y de los espíritus puros que en ellos deambulan y actúan, porque atma o espíritu res411 Libro III plandece allí. Similarmente, por medio de la meditación concentrada en el corazón, se obtiene el conocimiento del segundo aspecto, el principio consciente e inteligente, que hace del hombre un hijo de Dios. Por el desarrollo y el empleo del centro coronario, se pone en actividad funcionante la voluntad, que es la característica del espíritu y expresa propósito y control. Por el desarrollo y empleo del centro cardíaco, el aspecto amor-sabiduría es similarmente utilizado y el amor de Dios se ve actuando en la vida y en el trabajo del hombre. Debido a que la mente de Dios es amor y el amor de Dios inteligencia, estos dos aspectos de una gran cualidad se ponen en actividad a fin de cumplir Su voluntad y propósito. En Occidente Cristo fue el ejemplo más prominente, como Krishna en la India, aspecto que debe reflejarse y manifestarse también en cada hombre. La forma de un ser humano está constituida por un juego de vehículos concéntricos de materia de diferentes grados de densidad, tal como la forma del Logos solar está constituida por un juego de planos concéntricos irradiados por Su consciencia. A la forma humana se la llama ―el huevo aurico‖ y a la del Logos ―el huevo Bráhmico‖. Las dos están relacionadas entre sí como microcosmos y macrocosmos y tienen un centro común. Tal como el Sol e su aspecto físico y suprafísicos es el Corazón del sistema Solar de donde irradian todas las energías que se necesitan en ese sistema, del mismo modo el centro energético común de todos los vehículos del hombre se consideran como un corazón. Probablemente esto se debe a su proximidad con el corazón físico y también a su función análoga. El portal del corazón místico es el chakra ANAHATA, y por el samyama o meditación sobre este chakra el yogui se capacita para conocer la naturaleza del principio mental que funciona por medio de diferentes vehículos a diferentes niveles. Y como la Mente no es otra cosa que la interacción de Consciencia y Materia (I-2), debiera ser fácil ver por qué el centro común de todos los vehículos por medio de los cuales funciona la consciencia tiene que ser también la sede de la Mente. Los sentidos no son sino sus puestos de avanzada y deben considerarse como partes de ella. 412 Libro III 35. La experiencia (de los pares opuestos) se adquiere por la incapacidad del alma para distinguir entre el yo personal y purusha (espíritu). Las formas objetivas existen para uso (y experiencia) del hombre espiritual. Meditando sobre esto, surge la percepción intuitiva de la naturaleza espiritual. Nuevamente nos encontramos con una traducción libre del texto original, siendo sin embargo, una correcta interpretación. Hemos visto en los aforismos precedentes, que el estrecho sendero a seguir entre los pares de opuestos (por la práctica de la discriminación y del desapasionamiento) es el del equilibrio y la equidad, el noble sendero medio. Este aforismo hace un comentario sobre esta etapa de experiencia del alma, y puntualiza las siguientes lecciones: Primero, la razón por la cual enfrentamos los pares de opuestos y con tanta frecuencia elegimos la línea de actividad, o actitud mental, que nos produce placer o dolor, se debe a que no sabemos distinguir entre la naturaleza inferior y la superior, entre el yo personal (actuando como unidad física, emocional y mental) y el espíritu divino, que mora en cada uno de nosotros. Nos identificamos con el aspecto forma, no con el espíritu. Durante eones nos hemos considerado como el no-yo y olvidamos nuestra afiliación, nuestra unidad con el Padre y la realidad de que somos el yo inmanente. Segundo, el propósito de la forma es sencillamente permitirle al yo hacer contacto con mundos que de otra manera estarían vedados para él, y desarrollar plena percepción en cualquier lugar del reino del Padre, y así manifestarse como hijo de Dios plenamente consciente. Por medio de esta forma de adquirir experiencia, se despierta la conciencia y se desarrollan las facultades y los poderes. Tercero, a medida que se capta intelectualmente este hecho, y se medita sobre él internamente, uno llega a darse cuenta de su iden413 Libro III tificación con la naturaleza espiritual, y se establece la diferencia con la forma. Sabemos que no somos la forma, sino el morador de la forma, no el yo material sino el espiritual, no los aspectos diferenciados sino el Uno; así se lleva a cabo el gran proceso de liberación. Uno se convierte en lo que es, y lo logra meditando sobre el alma inteligente, el aspecto medio, el principio crístico, que vincula al Padre (espíritu) con la Madre (materia). Tenemos nuevamente la gran triplicidad puesta de manifiesto: 1. El Padre o espíritu, aquel que se manifiesta, crea y mora internamente. 2. El Hijo, el que revela, medita y vincula el aspecto superior con el inferior. El Espíritu Santo, que influye a la Madre, sustancia material inteligente que proporciona las formas, por medio de las cuales se adquiere experiencia y desarrollo. Quien adquiere experiencia, encarna y logra la divina expresión, por medio de la forma, es el alma, el yo, el hombre espiritual consciente, el Cristo interno. Cuando por esta experiencia ha alcanzado la madurez, revela al Padre o espíritu; así cumple con la palabra de Cristo cuando dijo (en respuesta a la pregunta de Felipe: Señor, muéstranos al Padre), "quien me ha visto a Mí, ha visto al Padre". (Jn., 14). 414 Libro III 36. resultado de esta experiencia y meditación, se desarrollan los sentidos superiores: oído, tacto, vista, gusto y olfato, que otorgan conocimiento intuitivo. Por la meditación, el aspirante llega a darse cuenta de la contraparte de los cinco sentidos, en los reinos más sutiles, y despertándolos y empleándolos conscientemente puede actuar en los planos internos tan libremente como en el físico. Entonces llega a servir inteligentemente en tales reinos y colaborar en el gran esquema involutivo. Podemos definir los cinco sentidos como esos órganos por los cuales el hombre se da cuenta de lo que lo circunda. El animal, que carece de la facultad pensante correlacionadora, posee también estos cinco sentidos. En el animal se manifiestan como facultad grupal, análoga al instinto racial en el reino humano. Cada uno de los cinco sentidos tiene conexión definida con uno de los siete planos de la manifestación, y tiene también una analogía en todos los planos. 1. 2. 3. 4. 5. Plano Sentido Físico ............................... Emocional o astral ........... Mental .............................. Búdico .............................. Átmico .............................. Oído. Tacto o sensación táctil. Vista. Gusto. Olfato. Parece que en las etapas tempranas de evolución es necesario que la facultad de percibir se diferencie y funcione por medio de canales separados. Pero después de que la mente se ha desarrollado hasta cierto punto y los poderes de la consciencia se han despertado suficientemente por contacto directo con el Purusa, esa facultad de percibir y conocer pueden funcionar como un conjunto sin la ayuda de los cinco órganos sensorios. La percepción intuicional es como la luz blanca que incluye todos los colores y puede por 415 Libro III tanto hacer ver el color característico de cualquier cosa. La siguiente clasificación servirá para aclarar los cinco diferentes aspectos de los cinco sentidos en los cinco planos y sus desenvolvimientos. 416 Libro III ¿Qué hacer con las experiencias? (III.37) 37. Estos poderes constituyen obstáculos para la comprensión espiritual superior, pero sirven como poderes mágicos en los mundos objetivos. En este texto sobre el desenvolvimiento espiritual, surge constantemente el hecho de que los poderes síquicos superiores o inferiores, son obstáculos para un estado espiritual más elevado, y el hombre que puede actuar libremente en los tres mundos debe prescindir de ellos. Es muy difícil que el aspirante comprenda esta lección, pues cree que el desarrollo de la clarividencia y clariaudiencia indica progreso, y que la práctica de la meditación comienza a dar resultado. Quizás indique lo contrario e inevitablemente lo será si el aspirante se siente atraído o apegado a alguna de esas facultades síquicas. Un antiguo Instructor Hindú dice respecto a tales poderes: "Una mente, cuya sustancia mental comienza a activarse, estima mucho estas facultades, así como el hombre que nace en la miseria, considera que un pequeño lujo es una gran riqueza. Pero el yogui, cuya sustancia mental está concentrada, debe evitar tales facultades, aunque las posea. Quien anhela alcanzar la meta final de la vida, la absoluta mitigación de la triple angustia ¿cómo puede tener afecto a estas perfecciones, contrarias a la realización de esa meta?" Dvivedi dice: "Los poderes ocultos, hasta ahora descritos y los que se describirán más adelante..., son obstáculos, porque causan la distracción de la mente, por los diversos sentimientos que despiertan, pero no son totalmente inútiles, pues constituyen grandes poderes benéficos en los momentos que el samadhi ha sido suspendido". 417 Libro III Patanjali en ningún caso comenta que dicho poderes o facultades supranormales son negativas, sino más bien que pueden llegar a ser un obstáculo si el yogui no anda con cuidado. Muchas veces se convierten en importantes distracciones que alejan al yogui de su verdadero objetivo. También en muchos casos potencian al ego, y el discípulo cree ser diferente y superior a los demás, por lo que esa actitud separatista es justamente lo contrario al sendero del amor, y un camino fácil al espejismo y al equívoco. Sería útil para el aspirante saber qué son estos poderes, cómo controlarlos, sin ser controlados por ellos, cómo emplearlos para servir al hermano y a la Jerarquía, pero debe considerarlos como instrumentos y relegarlos al aspecto forma. Debe comprenderse que son cualidades o capacidades de las envolturas o aspecto forma; de lo contrario asumirán importancia indebida, demandarán excesiva atención y se convertirán en obstáculos para el desenvolvimiento progresivo del alma. Los diversos Siddhis que se han descrito en esta sección serán obstáculos cuando él yogui este buceando en las zonas más profundas de su consciencia, porque tenderán a llevar la consciencia hacia fuera. De aquí que el místico no busqué semejantes poderes. No quiere tener que ver nada con ellos porque su ejercicio crea toda clase de tentaciones y distracciones en su camino. Pero la perfección incluye el poder de controlar todos los fenómenos de todos los planos en que funcione la consciencia, y por eso el Hombre Perfecto posee no sólo el conocimiento directo de la realidad sino también el conocimiento y el dominio de todos los planos en que su consciencia funciona. Es por eso que todos los Siddhis han de adquirirse en una u otra etapa antes de alcanzar la perfección. El Adepto posee no solamente todos los poderes de que trata estas secciones sino también la suprema sabiduría que impide que pueda usar mal estos poderes. 418 Libro III Más sobre samyama (III.38-III.48) 38. Al liberarnos de las causas de la esclavitud, mediante su debilitamiento y el conocimiento del método para transferirlas (retiro o entrada), la sustancia mental (o chitta) puede introducirse en otro cuerpo. Toda la ciencia de Raja Yoga está basada en la comprensión de la naturaleza, el propósito y la función de la mente. La ley básica de esta ciencia puede ser compendiada en las palabras: "La energía sigue al pensamiento", y el orden consecutivo de la actividad debe establecerse de la manera siguiente: El pensador, en su propio plano, formula un pensamiento que incorpora algún propósito o deseo. La mente vibra en respuesta esta idea, y simultáneamente produce la correspondiente reacción en el cuerpo kámico, emocional o de deseos. El cuerpo de energía, la envoltura etérica, vibra sincrónicamente, y de esta manera el cerebro responde y energetiza al sistema nervioso del cuerpo físico denso, en tal forma que el impulso del pensador se convierte en actividad en el plano físico. Existe una íntima relación entre la mente y el sistema nervioso, por lo tanto tenemos una interesante triplicidad: 1. la mente, 2. el cerebro, 3. el sistema nervioso, triplicidad que debe tenerla muy en cuenta el estudiante de Raja Yoga en la etapa inicial de su trabajo. Posteriormente una segunda triplicidad ocupará su atención, 1. el pensador, 2. la mente, 3. el cerebro, pero esto será durante la demostración de su trabajo. 419 Libro III Conociendo el método de vitalización de los nervios, el pensador puede energetizar su instrumento para entrar en actividad durante la encarnación y análogamente producir trance, samadhi o muerte. El mismo conocimiento básico permite al adepto resucitar el cuerpo muerto, como Cristo lo hizo en Palestina, u ocupar el de un discípulo para fines de servicio, así como Cristo ocupó el cuerpo del discípulo Jesús. Se dice que este conocimiento y aplicación está sujeto a la gran Ley del Karma, de Causa y Efecto, y ni Cristo mismo puede apartarse de la ley en ningún caso, a no ser que haya producido el adecuado debilitamiento de la causa esclavizante. El poder de ocupar el cuerpo de otra persona es un Siddhi bien conocido que algunos ocultistas avanzados. Este poder no debe confundirse con la obsesión. En la obsesión la entidad que se posesiona es un alma o entidad astral de tipo bajo esclava de sus propios deseos, que se posesiona del cuerpo físico de su víctima a la fuerza con el fin de establecer alguna clase de contacto temporal y parcial con el mundo físico para satisfacer sus oscuros propósitos. Estos casos son muy aislados, y para que ocurran hace falta que la víctima este poco protegido y desequilibrado a nivel psíquico. Cuando el Yogui de alto poder ejercer este Siddhi lo hace primeramente con el consentimiento del dueño de ese cuerpo, quien por lo general es un discípulo de él, y está en perfecto acuerdo con él. Y además no busca satisfacer ningún deseo personal, sino que toma posesión de su cuerpo con el objeto de hacer algún trabajo importante y necesario en bien de la humanidad. El discípulo entonces se retira de su cuerpo físico y permanece en su cuerpo más útil, y regresa a ocupar su cuerpo cuando éste queda vacante. El Yogui conoce muy bien los canales o pasajes a lo largo de los cuales viaje al centro de la mente cuando entra o deja el cuerpo físico. Existen diferentes Nadis en el cuerpo para propósitos específicos, y uno de ellos sirve como paso para el ―centro mental‖ cuando entra o sale del cuerpo. Por centro mental se indica el centro común de los vehículos súper físicos por medio del cual funciona la mente. Recordemos que para el yogui la Yoga es una Ciencia exacta, como lo es la ciencia oficial para el científico. 420 Libro III 39. Subyugando la vida ascendente (udana), nos liberamos del agua, del sendero espinoso y de la ciénaga, y se obtiene el poder de ascensión. La suma total de fuerza nerviosa, denominada por los hindúes prana, compenetra todo el cuerpo, y es controlada por la mente, a través del cerebro; constituye la vitalidad que pone en actividad los órganos sensorios y produce la vida externa del hombre; su medio de distribución es el sistema nervioso, valiéndose de grandes centros distribuidores, llamados plexos o lotos. Los ganglios nerviosos, conocidos por la medicina ortodoxa, son reflejos o sombras de plexos más vitales. El estudiante no se equivocará si considera que todo el prana en el cuerpo humano constituye el cuerpo vital o etérico, el cual está totalmente formado de corrientes de energía, y es el sustrato de la sustancia viviente, subyacente en la forma física densa. Uno de los términos aplicados a esta energía es "aires vitales". Prana es quíntuple en manifestación, correspondiendo así a los cinco estados mentales, al quinto principio y a las cinco modificaciones del principio pensante. Prana, en el sistema solar, se manifiesta como los cinco grandes estados de energía que denominamos planos, el medio para la conciencia, éstos son: 1. El plano átmico o espiritual. 2. El plano búdico o intuicional. 3. El plano mental. 4. E plano emocional, astral o kámico. 5. El plano físico. Las cinco diferenciaciones de prana en el cuerpo humano son: 1. Prana se extiende desde la nariz al corazón, teniendo relación especial con la boca y la palabra, el corazón y los pulmones. 421 Libro III 2. Samana abarca desde el corazón al plexo solar; concierne al alimento y nutrición del cuerpo, por medio del alimento y la bebida, y tiene relación especial con el estómago. 3. Apana controla desde el plexo solar hasta las plantas de los pies; concierne a los órganos de eliminación, de evacuación y de nacimiento, teniendo una relación especial con los órganos genitales y evacuantes. 4. Udana se encuentra entre la nariz y la cima de la cabeza; tiene relación especial con el cerebro, la nariz y los ojos; cuando está adecuadamente controlada produce la coordinación de los aires vitales y su correcto manejo. 5. Vyana es el término aplicado a la suma total de la energía pránica, al distribuirse equilibradamente por todo el cuerpo. Sus instrumentos son los miles de nadis o nervios del cuerpo, y tiene conexión peculiar y definida con los canales sanguíneos, las venas y las arterias. Este aforismo dice que el dominio sobre el cuarto de estos aires vitales, permite alcanzar ciertos resultados definidos, y sería interesante conocerlos. Este dominio sólo es posible cuando se comprende y domina el sistema de Raja Yoga, pues implica la capacidad de actuar en la cabeza y controlar toda la naturaleza desde ese punto en el cerebro. Cuando el hombre se ha polarizado allí, las fuerzas nerviosas o energías en la cima de la cabeza entran en actividad, y mediante su correcto control y dominio, es posible dirigir correctamente los pranas del cuerpo, alcanzando el hombre la liberación. Por medio de esto se rompe el contacto con los tres mundos. El lenguaje empleado es necesariamente simbólico y no debe perderse su significado, materializando su verdadera significación. La levitación, el poder de caminar sobre la aguas, la capacidad de contrarrestar la atracción de la gravedad de la tierra, es el significado inferior y menos importante. 422 Libro III Cundo este control se adquiere, Patanjali dice en este sutra: ―nos liberamos del agua, del sendero espinoso y de la ciénaga. Veamos: 1. La liberación del agua es la manera simbólica de expresar que la naturaleza astral está subyugada y que las grandes aguas de la ilusión ya no pueden retener al alma emancipada. Ya no dominan las energías del plexo solar. 2. La liberación del sendero espinoso se refiere al sendero de la vida física, y nada lo expresa mejor que la parábola de Cristo sobre los sembradores, según la cual algunas de las semillas cayeron entre las espinas. Se explica que las espinas son las preocupaciones y dificultades de la existencia mundana, las cuales sofocan la vida espiritual y ocultan al verdadero hombre por mucho tiempo. El sendero espinoso debe conducir al sendero del norte, y éste a su vez al sendero de iniciación. En un antiguo libro de los Archivos de la Logia, hallamos estas palabras: "Que el buscador de la verdad evite ahogarse y ascienda por la margen del río. Que se dirija hacia la estrella del norte y permanezca terreno firme, con su rostro orientado hacia la luz. Entonces que la estrella lo guíe”. 3. La liberación de la ciénaga se refiere a esa naturaleza mixta de kama-manas, deseo y mente inferior, origen del excepcional problema de la humanidad. Es una manera simbólica de referirse a la gran ilusión, que atrapa al peregrino durante tanto tiempo. Cuando el aspirante puede caminar en la luz, después de descubrir la luz (el Shekinah) en sí mismo, en el "Sanctum Sanctorum‖, la ilusión se disipa. Es conveniente que el estudiante busque la analogía entre las tres partes del templo de Salomón y el ―templo del Espíritu Santo‖, la estructura humana. El atrio externo concierne a las energías y sus correspondientes órganos situados debajo del diafragma. El Lugar Sagrado es el de los centros y órganos, situados en la parte superior del cuerpo, des423 Libro III de la garganta al diafragma. El Sanctum Sanctorum es la cabeza, donde está el trono de Dios, el asiento de la misericordia y de la gloria influyente. Una vez alcanzados estos tres aspectos de la liberación, y cuando el hombre ya no está dominado por el agua, la ciénaga o la vida del plano físico, obtiene el "poder de ascensión" y puede ascender a voluntad a los cielos. El Cristo u hombre espiritual, puede permanecer en el monte de la Ascensión, después de haber experimentado las cuatro crisis o puntos de control, desde el nacimiento a la crucifixión. De esta manera "udana" o vida ascendente, se convierte en el factor controlador, y la vida descendente deja de regir. 424 Libro III 40. Mediante la subyugación de samana, la chispa se convierte en llama. Samana (2do prana) como hemos dicho en el aforismo anterior, abarca desde el corazón al plexo solar, y tiene que ver con el fuego ―Agni‖. Este aforismo es uno de los más bellos del libro, y la traducción de Charles Johnston debe ser considerada aquí: "Dominando la vida que ata, se obtiene la radiación". Otra interpretación sería: "Mediante el control de samana, el AUM (la Palabra de Gloria) se manifiesta". Del corazón brotan las fuentes de vida, y la energía vital llamada "samana" controla al corazón y al aliento de vida por medio de los pulmones. Cuando el cuerpo está purificado y sus energías debidamente dirigidas y se ha obtenido el ritmo se percibe la vida radiante. Esto se producirá literal y no metafóricamente, porque cuando las corrientes de vida son dirigidas por el alma desde su trono, a través de los nervios y canales sanguíneos, sólo entonces los átomos más puros entran en el cuerpo y el resultado será el resplandor de la luz, en todo el hombre. No sólo de la cabeza irradiará la luz, de modo que el clarividente verá un halo o círculo de brillantes colores, sino que de todo el cuerpo irradiará a través de los centros vibrantes de fuerza eléctrica, distribuida en él. 425 Libro III 41. La meditación concentrada en la relación existente entre el akasha y el sonido, desarrolla un órgano para oír espiritualmente. Para entender este aforismo es esencial que se comprendan ciertas relaciones entre la materia, los sentidos y el que adquiere experiencia. El cristiano cree que "todas las cosas fueron hechas por la palabra de Dios". El creyente oriental sostiene que el sonido fue el factor originante del proceso de la creación y ambos enseñan que esta palabra o sonido, describe a la segunda Persona de la Trinidad divina. Este sonido o palabra, puso en actividad peculiar a la materia del sistema solar, y fue precedido por el aliento del Padre, que inició el movimiento o vibración original. Por lo tanto, el Aliento (neuma o espíritu), al hacer impacto en la sustancia primordial, estableció una pulsación, una vibración, un ritmo. Luego, la palabra o sonido hizo que la sustancia vibrante adquiriera forma o figura, dando lugar así a la encarnación de la segunda Persona de la Trinidad cósmica, el Hijo de Dios, el Macrocosmos. Este proceso dio por resultado los siete planos de manifestación, las esferas donde son posibles siete estados de conciencia Todos caracterizan ciertas cualidades, se diferencian entre sí por determinadas facultades vibratorias especificas, y cada uno tiene su propia denominación. La siguiente clasificación será de utilidad si el estudiante tiene en cuenta que los primeros tres planos son los de la manifestación divina, y los tres inferiores constituyen el reflejo del proceso divino, siendo los tres planos de nuestra experiencia normal. Ambas triplicidades, la de Dios y la del hombre, están vinculadas por el plano medio de unificación o unión, en el que Dios y el hombre se hacen uno. En la fraseología cristiana se lo denomina plano crístico y en la terminología oriental plano búdico. 426 Libro III PLANOS DIVINOS 1er. plano. Logoico o divino ...... Mar de Fuego… Dios, el Padre ........ Voluntad. 2do. plano. Monádico .................... Akaska ................ Dios, el Hijo ............. Amor-Sabiduría. 3er. plano. Espiritual o átmico .... Éter ..................... Dios, el Espíritu Santo ... Inteligencia PLANO DE UNIÓN O UNIFICACIÓN 4to. plano. Crístico o búdico...Aire ................ Unión. Armonía. Unificación. PLANOS DEL ESFUERZO HUMANO 5to. plano. Mental ................. Fuego .Reflejo del Mar de Fuego...... Voluntad humana. 6to. plano. Emocional o astral ..... Luz astral ..... Reflejo del Akasha .. Amor-deseoshumanos 7mo. plano. Físico ...........Éter ....... Reflejo del Éter ..................... Actividad humana. En todos estos planos se manifiesta la conciencia, y los sentidos exotéricos y esotéricos producen contactos. 1er. plano Fuego .............. Aliento. 2do. plano Akasha ............ Sonido ........................... Oído ............... Oído. 3er. plano Éter ................. Respuesta vibratoria .... Tacto .............. Piel. 4to. plano Aire ................. Visión ............................ Vista ............... Ojo. 5to. plano Fuego .............. Discriminación .............. Gusto ............. Lengua. 6to. plano Luz astral ........ Deseo ............................. Olfato ............. Nariz. 7mo. plano Las contrapartes físicas de todos. Otro método para describirlos es el siguiente: 7mo. 6to. 5to. 4to. 3er. 2do. 1er. plano Físico ............................... Olfato .............. plano Astral ............................... Gusto .............. plano Mental .............................. Vista ................ plano Búdico .............................. Tacto ............... plano Átmico ............................. Oído ................ plano Monádico ......................... Mente .............. plano Logoico ............................ Síntesis. Éter. Luz astral. Fuego. Aire. Éter. Akasha. Sin embargo, es evidente que uno da el punto de vista microcósmico y el otro el macrocósmico. Y debido a que el aspirante es quien busca actuar "libremente en el macrocosmos" y trascender las limitaciones microcósmicas, entonces nos ocuparemos de la primera serie. 427 Libro III Al considerar este aforismo y su clasificación, por la comprensión de la naturaleza de los planos, sus símbolos y sustancias, será evidente que el hombre que conozca la naturaleza de la palabra y del segundo aspecto, llegará a la comprensión del oído. Esto también puede captarlo místicamente el aspirante, cuando se da cuenta que las voces del deseo (voces astrales o respuesta vibratoria al segundo aspecto del reflejo, los tres planos inferiores) son reemplazadas por la Voz del Silencio o del Cristo interno, entonces conoce la palabra o sonido, y establece contacto con el segundo aspecto de la divinidad. 1. Akasha. .......... El Verbo .............. El Sonido .......Segundo aspecto. 2. Luz astral ....... La voz del deseo .. Reflejo del segundo aspecto. En todos los planos hay muchos sonidos audibles, pero en el plano físico tenemos una mayor diversidad. El aspirante debe desarrollar la facultad de distinguir entre: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Las voces de la tierra ....................................................... Las voces del deseo ......................................................... La palabra o pensamientos formulados por la mente .... La sutil y tenue voz del Cristo interno ............................. Los sonidos de los Dioses ...... Las palabras creadoras .... La palabra o sonido ................ EL AUM .......................... El aliento ........................................................................... físico. astral. mental. búdico. á tmico. monádico. logoico. En estas diferenciaciones se expresa simbólicamente, el problema de la audición correcta en los diversos planos y en los varios estados de conciencia. Únicamente el verdadero místico y aspirante comprenderá la naturaleza de estas diferenciaciones. Así como todas las sustancias de nuestro sistema solar manifestado son diferenciaciones del akasha, primera diferenciación de la sustancia primordial, así todas estas diferenciaciones del sonido son diferenciaciones del sonido uno; todos son divinos en tiempo y espacio. Pero se han de oír correctamente, y oportunamente todas formarán el AUM, la Palabra de Gloria, el Verbo Macrocósmico y conducirán a él. 428 Libro III Sin embargo, al estudiante de Raja Yoga le conciernen temporariamente tres voces o sonidos principales: 1. El lenguaje de la Tierra, a fin de utilizarlo correctamente. 2. La Voz del Silencio, a fin de oírla. Esta es la voz de su propio Dios interno, el Cristo. 3. AUM, la Palabra del Padre, expresada por el Hijo, que una vez oída lo pondrá en contacto con la Palabra de Dios, encarnado en toda la naturaleza. Cuando el lenguaje sea correctamente empleado, y cuando puedan acallarse los sonidos de la Tierra, entonces se oirá la Voz de Silencio. Podrá observarse, que la clariaudiencia es la percepción de la voz de la gran ilusión y proporciona al hombre el poder para oír en el plano astral. Esto, en su debido lugar, cuando esté controlado desde arriba por medio del conocimiento, abre el oído a ciertos aspectos de la expresión divina, en los tres mundos Este aforismo no se refiere a oír divinamente. En su comentario Charles Johnston abarca bellamente este terreno, de la manera siguiente: “La transmisión de una palabra, telepáticamente, es la simple y primitiva forma de “oír divinamente”, del hombre espiritual; a medida que desarrolla el poder y, por medio de la meditación perfectamente concentrada, el hombre espiritual llega a dominarlo en forma más completa, adquiere la capacidad de oír y distinguir claramente el lenguaje de los grandes Seres, que lo aconsejan y confortan en su camino. Quizás le hablen en pensamientos sin palabras o en palabras y frases perfectamente definidas“. 429 Libro III 42. La meditación concentrada en la relación existente entre el cuerpo y el akasha, otorga la ascensión fuera de la materia (de los tres mundos) y el poder de viajar en el espacio. El akasha está en todas partes, en él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Todo es una sola sustancia, y en el cuerpo humano se encuentran las analogías de las diversas diferenciaciones. Cuando el hombre se conoce a sí mismo y es consciente de la relación que existe entre las energías, que actúan a través de los siete centros, y los siete estados de la materia y de la conciencia, queda liberado y libre y puede hacer contacto a voluntad, sin limitación de tiempo, con todos esos estados. Existe una relación entre cada uno de los siete estados de materia y cualquiera de los centros; cada centro es la puerta para determinado plano de las esferas planetarias. Cuando el discípulo ha desarrollado en su vida, con correcta comprensión, los distintos métodos de yoga, tratados en los libros anteriores, pueden confiársele ciertas claves y conocimientos, palabras y fórmulas, que, por la meditación concentrada, le darán la libertad que otorgan los cielos y el derecho de trasponer ciertos portales del reino de Dios. ―Atravesar los aires‖ se refiere al bien conocido Siddhi de transferir el cuerpo de un lugar a otro por la vía de Akasa. Esto no significa volar como un pájaro, sino disolver las partículas del cuerpo en un ligar y volver a juntarlas en el de destino. El cuerpo físico esta formado por innumerables partículas de materia que se mantienen juntas por la fuerza de cohesión, fuerza que reside en el medio Universal de Akasa. De hecho la existencia del cuerpo depende de estar relacionado entre sus partículas y el Akasa del cual se formaron esas partículas. Si el Yogui practica Samyama sobre esta relación del cuerpo con Akasa, adquiere el conocimiento de esta fuerza de cohesión y el poder de manipularla a su gusto. 430 Libro III Para volver las partículas todo lo que se requiere es retirar la fuerza de voluntad que las mantenían dispersas, y entonces el cuerpo se materializa instantáneamente ―como de la nada‖. La técnica de ―atravesar los aires‖ depende pues de conocer las fuerzas que operan en formación de objetos físicos con Akasa, y de ejercer el poder volitivo de una manera particular. Incluye la disolución del cuerpo en Akasa y proceso reverso de rematerializarlo de Akasa. Pero no se trata de un conocimiento intelectual como el que posee un científico. Es un conocimiento directo que se obtiene solamente por sanyama y que impulsa a unificarse en consciencia con el objeto sobre el cual se medita. Esto es lo que significa ―enlazar la mente‖ con algo. ―Atravesar los aires‖ no significa aquí materializar un cuerpo por medio de Kriya-Sakti. Este sutra se refiere al traslado del cuerpo físico original del yogui a otro lugar por un proceso combinado de disolución y materialización. En Kriya-Sakti el cuerpo físico original permanece donde estaba y otro cuerpo artificial es materializado temporalmente en otro lugar entorno a una ―mente artificial‖ (I-4). Las técnicas de los dos procesos son diferentes, y una u otra se adopta según lo requiera la ocasión. 431 Libro III 43. Cuando aquello que vela la luz desaparece, se alcanza ese estado de ser, llamado desencarnado (o incorpóreo), liberado de las modificaciones del principio pensante. Éste es el estado de iluminación. Más que literal esta es traducción libre, en la cual se conserva el verdadero sentido de los términos arcaicos, en vez de la exactitud académico. Esto pone de manifiesto las grandes dificultades bajo las cuales trabajan los traductores. Vivekananda expresa este aforismo en los siguientes términos: "Aplicando sanyama a las modificaciones reales de la mente que son externas, denominadas la gran incorporeidad, desaparece lo que cubre la luz". En este aforismo se trata de expresar dos ideas. Una se refiere al velo o manto que impide la iluminación de la mente, la otra es el estado de comprensión que se alcanza cuando el hombre se ha liberado de este velo. Lo que oculta la luz (la "medida" a que se refería Cristo en el Nuevo Testamento) son las envolturas cuerpos cambiantes o fluctuantes. Una vez que se han trasmutado y trascendido, la luz de Dios (el segundo aspecto divino) puede inundar al hombre inferior, y éste se conoce a sí mismo tal con es. La iluminación penetra y el hombre se conoce como algo diferente de las formas mediante las cuales actúa. Ya no está centrado ni polarizado en sus formas, sino que se encuentra en condición incorpórea. Su conciencia es la del hombre fuera encarnación, del hombre verdadero en su propio plano, del verdadero pensador desencarnado. San Pablo, como lo han señalado varios pensadores, tuvo una vislumbre de este estado del ser. Se refirió a él con estas palabras: "Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (no puedo decir si en el cuerpo o fuera de él, Dios lo sabe) fue arrebatado al tercer cielo. Y conocí a tal hombre... que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables, que no le es dado al hombre expresar". (I, Co. 12). 432 Libro III Este "tercer cielo" se puede entender de dos maneras: primero, como representación del plano mental, donde está el verdadero hogar del hombre espiritual, el pensador; luego el estado más específico, como el tercero y más elevado de los tres niveles abstractos del plano mental. La mente en su locura cree que actúa en el cuerpo. ¿Por qué he de ligarme a un sistema de nervios y recluir al ego en un cuerpo si el ego es omnipresente? No hay razón para ello. El yogui necesita sentir el ego donde quiera. Las ondas mentales que se levantan en ausencia del egotismo del cuerpo, se llaman "reales modificaciones" o "la gran desincorporación". Cuando el yogui logra aplicar el samyama a estas modificaciones se desvanece cuanto encubre la luz, toda tenebrosidad e ignorancia. Todo se le muestra al yogui en la plenitud de conocimiento. Si examinamos el contenido de nuestra mente en cualquier momento encontraremos una combinación de dos grupos de imágenes. Unas producidas por el contacto directo con el mundo externo a través de los órganos sensorios. Otras producidas por nuestra propia imaginación. Estos dos tipos de imágenes están entremezclados y constituyen nuestra imagen del mundo en cierto momento. El origen de las imágenes del mundo externo que nos rodea y que pasan a través de los sentidos, es la expresión de una Idealización de la Realidad Divina. Entonces es natural suponer que la imagen del mundo en nuestra mente es el resultado del impacto de la MENTE UNIVERSAL en nuestra mente individual. Nos relacionamos con la Mente universal por medio de nuestra mente individual. Esta individualización de la imagen mundial por nuestra mente individual, limita y distorsiona la auténtica realidad Divina. La luz de la Mente Universal queda como encubierta por nuestra mente individual, y así vivimos nuestra vida en la oscura prisión de nuestra propia mente, inconscientes de que las sombras densas y fugaces producidas en nuestra mente son las luminarias de una tremenda Realidad inconcebible por nosotros mientras nuestra consciencia siga encerrada dentro de los mundos de esa prisión. 433 Libro III ¿Qué sucedería si de alguna manera nos escapamos de esa prisión? Un torrente de luz de la Mente Universal invadirá nuestra consciencia, y así obtenderemos una omniabarcante visión de todos aquellos principios y leyes naturales que nuestro intelecto no nos permite considerar sino uno a uno y como a tientas. A este poder de salirnos de nuestro intelecto lo llama Patanjali Maha-veha en este sutra, probablemente porque deja la consciencia en libertad dentro del reino de la Mente Universal que opera‖sin ningún cuerpo o Deha‖. Dice que ―esta fuera‖ porque la Mente Universal está por fuera de la mente individual, y la imagen del mundo en la mente individual tiene una fuente externa. Dice que es ―inconcebible‖ porque esta imagen vívida y omniabarcante no la puede concebir el intelecto y tiene una realidad independiente. Dice que es un ―estado‖ de la Mente Universal y no de la mente individual tan limitada. Se verá por tanto que ―lo que encubre la luz‖ según este Sutra no es la misma ―cubierta‖ al que se refiere el Sutra II-52; esta cubierta es el cerebro que encubre la luz del mundo mental. El Sutra que estamos considerando se refiere al cuerpo mental individual que ―encubre la luz‖ de la Mente Universal. Este Siddhi capacita al Yogui no sólo para trascender los órganos sensorios (III-37) sino también para trascender la mente individual para la cual fueron creaos esos órganos. Es complementario, pues, del Siddhi de III-37. 434 Libro III 44. La meditación concentrada en las cinco formas que adopta cada elemento (Bhutas), otorga el dominio sobre todos los elementos. Estas cinco formas son: la naturaleza grosera, la forma elemental, la cualidad, la penetrabilidad y el propósito básico. Debería recordarse que aquí caben dos referencias, una al macrocosmos y otra al microcosmos. Pueden referirse a los cinco planos de evolución monádica o a las cinco formas que todo elemento asume en cada uno y en todos los planos; debe tenerse presente que esto es así respecto a la captación de la mente y a las modificaciones del principio pensante, porque la mente es el quinto principio y el hombre es la estrella de cinco puntas; por lo tanto puede (como hombre) alcanzar únicamente una quíntuple iluminación. Sin embargo, existen dos formas superiores, y otras dos formas de percepción: la comprensión intuitiva y la espiritual. Pero este aforismo no se refiere a ellas. El centro coronario en sí es dual, y se compone del centro entre las cejas y el chakra superior, el loto de mil pétalos. El estudio y la comprensión de este aforismo, traerá como resultado la total preparación del ocultista blanco para efectuar todo tipo de trabajo mágico. Los estudiantes deben recordar que esto no se refiere a los elementos tal como los conocemos, sino a la sustancia elemental, de la cual todas las formas groseras están hechas. De acuerdo a la Sabiduría Eterna existen cinco grados de sustancia, que poseen ciertas cualidades. Estos cinco grados de sustancia forman los cinco planos de la evolución monádica; componen las cinco esferas vibratorias, en las que residen el hombre y el superhombre. Estos cinco planos tienen cada uno una cualidad destacada, de las cuales los cinco sentidos físicos son su analogía: 435 Libro III Plano Naturaleza Sentido Centro Tierra Astral Manásico Búdico Átmico Física Emocional Mental Intuitiva Espiritual Olfato Gusto Vista Tacto Sonido Base de la columna vertebral Plexo solar Coronario Cardíaco Laríngeo Como ya se ha dicho en Tratado sobre Fuego Cósmico, estos sentidos y sus analogías dependen del grado de evolución del hombre, como H. P. Blavastky lo afirmó al enumerar los principios. Este aforismo, por consiguiente, es aplicable tanto al dominio de cada plano, como al de los elementos que lo componen. Se refiere al dominio y utilización de todas las envolturas sutiles, por medio de las cuales el hombre se pone en contacto con un plano o un grado peculiar de vibración. Ganganatha Jha, en su inteligente comentario, dice: "Las cualidades específicas, el sonido y las restantes, pertenecientes a la tierra, conjuntamente con las propiedades de la forma y todo lo demás, se denominan ―groseras‖; ésta es la primera forma de los elementos. La segunda forma es su respectiva característica genérica: para la tierra es figura, para el agua viscosidad, para el fuego calor, para el aire velocidad y para el akasha omnipresencia. Las formas específicas de estas características genéricas son el sonido y todo lo demás". Su traducción es análoga a las otras, excepto la de Johnston, que es la siguiente: "Dominio sobre los elementos desde el sanyama, en lo que respecta a lo grosero, al carácter, la sutileza, la concomitancia y la utilidad". 1. Rudeza, naturaleza densa. El sonido y los otros sentidos, tal como se manifiestan en el plano físico. Debemos tener en cuenta que este plano es el burdo resumen de todos los demás. Espíritu, es materia en su punto más bajo. 436 Libro III 2. Carácter, forma elemental. La naturaleza de las características específicas de los elementos. 3. Sutileza o cualidad. La sustancia atómica básica de todo elemento. Lo que produce su efecto fenoménico. Es aquello que está detrás de toda percepción sensoria y de los cinco sentidos. Otra palabra para esta forma "sutil" es tanmatra. 4. Concomitancia o compenetrabilidad. Es la naturaleza omnipenetrante de todo elemento, lo inherente. La suma total de los tres gunas: tamas, raja y sattva. Todo elemento, de acuerdo al lugar que ocupa en el esquema manifestado, se caracteriza por la inercia, actividad o ritmo. Es inherente a la sustancia. Sólo difiere el grado de vibración. Hay una analogía para cada elemento en cada plano. 5. Utilidad o propósito básico. Es el correcto empleo de cada elemento, en la gran obra de la evolución. Literalmente, constituye el poder oculto en cada átomo de sustancia, que lo impulsa adelante (mediante todos los reinos de la naturaleza) hacia la autoexpresión; le permite realizar su tarea en tiempo y espacio y alcanzar la fructificación eventual. Cuando, mediante la meditación concentrada en las cinco formas distintas de todos los elementos, el conocedor ha llegado a conocer todas las cualidades, características y naturaleza de los mismos, puede colaborar inteligentemente en el plan y llegar a ser un mago blanco. A la mayoría sólo le es posible llegar a tres de las formas; a esto se refiere "Luz en el Sendero" con las palabras: "Interroga a la tierra, al aire y al agua, acerca de los secretos que contienen para ti. El desenvolvimiento del sentido interno le permitirá hacerlo". 437 Libro III A los Bhutas (elementos) también se les llama Tattvas. La palabra Tattva es de una importancia grande y sutil en los sistemas filosóficos Hindúes. Literalmente significa ―se aquello‖, es decir, la cualidad esencial de una cosa que la distingue de todas las demás cosas. Tattva se refiere, pues, a las cualidades esenciales que están incorporadas en diferentes medidas en diferentes cosas, y tiene un significado muy abarcante. Aunque estos Tattvas son innumerables, están todos relacionados entre sí, porque todos se derivan por progresiva diferenciación del Principio Único que constituye la esencia misma de la naturaleza divina. Los BHUTAS son cinco de estos innumerables Tattvas y tienen una función especial en el Universo manifestado: la de relacionar la materia con la consciencia. 438 Libro III 45. Mediante este dominio se obtiene la máxima pequeñez y los otros siddhis (o poderes), así como la perfección corporal y la liberación de todos los entorpecimientos. Al final de cada uno de estos tres libros sobre Raja Yoga, tenemos un aforismo que compendia los resultados y da la visión de lo que el aspirante fiel e inteligente puede alcanzar, los cuales son: "Así su comprensión se extiende desde lo infinitamente pequeño hasta lo infinitamente grande, y su conocimiento se perfecciona; desde annu (el átomo o partícula) hasta atma (o espíritu)". (Libro I, Af. 40). "Como resultado de estos métodos se obtiene la total subyugación de los órganos sensorios". (Libro II, Af. 55). "Mediante este dominio se alcanza la máxima pequeñez y los otros siddhis (o poderes), así como la perfección corporal y la liberación de todos los entorpecimientos". (Libro III, Af. 45). Por lo que antecede se verá que tenemos primeramente la obtención de la visión y la comprensión interna de Dios; luego la completa subyugación de la naturaleza inferior y el control de los sentidos y sus órganos, de manera que el conocimiento se convierte realmente en experiencia en el plano físico, y después viene la manifestación de dicho control por el despliegue de ciertos poderes. El Libro Cuarto está dedicado totalmente a la gran consumación, resultante de los tres anteriores, produciendo: 1. Cesación del dolor y del trabajo. (Af. 30). 2. Obtención del conocimiento infinito. (Af. 31). 3. Entrada en la eternidad. (Af. 33). 4. Retorno de la conciencia a su centro. (Af. 34). 439 Libro III En conexión con el aforismo en consideración, a los ocho siddhis o poderes síquicos se los denomina frecuentemente las ocho perfecciones, y con los otros dos completan los diez estados de perfección, en lo que concierne al hombre inferior. Estos poderes son: 1. Máxima pequeñez... anima. Es el poder que posee el yogui de hacerse pequeño como el átomo, identificarse con la parte más pequeña del universo, sabiendo que el yo de ese átomo es uno con él. Esto se debe a que el ánima mundi, o alma del mundo, se difunde universalmente en todos los aspectos de la vida divina. 2. Magnitud... mahima. Es el poder de expandir la propia conciencia y penetrar así en el todo mayor y también en la parte menor. 3. Gravedad... garima. Esto concierne al peso y a la masa, y se refiere a la Ley de Gravedad, un aspecto de la Ley de Atracción. 4. Liviandad... Iaghima. Es el poder subyacente en el fenómeno de levitación. La capacidad del adepto para contrarrestar la fuerza de atracción del planeta y abandonar la tierra. Es lo opuesto del tercer "siddhi" o poder. 5. Logro del objetivo... prapti. Es la capacidad del yogui para alcanzar su meta, extender su conocimiento a cualquier localidad, llegar a todo o a cualquier lugar que desee. Se observará que esto tiene aplicación en todos los planos, en los tres mundos, como la tienen, en realidad, todos los siddhis. 6. Voluntad irresistible... prakampa. Es algo que se define como soberanía, y la fuerza impulsora irresistible que posee todo adepto para hacer fructificar sus planes, realizar sus deseos y completar sus impulsos. Esta cualidad es la característica distintiva del mago negro y del blanco. Necesariamente se manifiesta con mayor fuerza en ese plano de los tres mundos que refleja el aspecto voluntad de la divinidad, el plano mental. Todos los elementos obedecen a esta fuerza de la voluntad, tal como la emplea el yogui. 440 Libro III 7. Poder creador. .. isatva. Concierne al poder del adepto para manipular los elementos en sus cinco formas, producir con ellos realidades objetivas y así crear en el plano físico. 8. El poder de mando... vasitva. El mago, al controlar las fuerzas elementales de la naturaleza utiliza este poder, base del mantra yoga, la yoga del sonido o del verbo creador. El poder creador, el séptimo siddhi, concierne a los elementos y a su vitalización, a fin de convertirse en "causa efectiva"; este octavo siddhi concierne al poder de la Palabra para impulsar a las fuerzas constructoras de la naturaleza a la iniciación de una actividad coherente, a fin de producir formas. Cuando estos ocho poderes están activos, traen como resultado el noveno, la perfección corporal, porque el adepto puede construir un vehículo adaptado a sus necesidades; puede hacer con él lo que quiere y por su intermedio lograr su objetivo. Finalmente, el décimo poder se verá en plena manifestación, pues ninguna forma entorpece ni obstaculiza la fructificación de la voluntad del yogui, quedando liberado de la forma y sus cualidades. Estos poderes alcanzados por dominio sobre los Bhutas (elementos) parecen muy extraordinarios y casi increíbles. Pero se les reconoce como una realidad dentro de la tradición de miles de años y las experiencias de los que se han sometido a la alta disciplina del yoga. Dominar los Bhutas significa pues unificarse con la Conciencia Divina sobre la cual esta basada la manifestación, y por lo tanto adquirir la capacidad de ejercer poderes Divinos ―como Reyes de la Creación‖ y ―Semejantes a Dios‖, que esta inherentes en esa Supraconsciencia. Más importante que lo extraordinario de estos poderes es la naturaleza del Universo manifestado. El misterio de la vida y de la materia en relación a la consciencia divina parece ahondarse y adquirir una nueva significación. Según expone la doctrina Vedántica: ―En verdad, todo es Brahman‖, así pues, parece ser la única explicación veraz. 441 Libro III 46. Simetría de forma, belleza de color, dureza y densidad del diamante, constituyen la perfección corporal. Aunque muchos comentadores dan a este aforismo una interpretación puramente física, encierra un concepto mucho más amplio. Nos expone, en términos cuidadosamente escogidos (de los cuales el lenguaje moderno no es más que una paráfrasis, carente de la expresión que imparte plenamente la idea), la condición del tercer aspecto o forma, a través del cual se manifiesta el segundo aspecto o crístico. Este tercer aspecto es en sí triple, sin embargo forma un todo coherente, de allí que se emplean cuatro términos para expresar este yo personal inferior. El ocultista nunca se ocupa del vehículo físico denso. Considera al cuerpo etérico como la verdadera forma; el denso es simplemente el material para llenar esa forma. El cuerpo etérico es la verdadera forma sustancial, la estructura, el armazón, al cual se amolda necesariamente el cuerpo físico. La forma debe ser simétrica y construida exactamente de acuerdo al número y diseño; su diferencia básica será la exactitud geométrica de sus muchas unidades. El cuerpo emocional o astral, como se sabe, se caracteriza por su colorido, y de acuerdo a la etapa de desenvolvimiento, así será el color, bello, claro y traslúcido, o feo, oscuro y opaco. El cuerpo astral de un adepto es de belleza radiante, carente de los colores de baja vibración. El aspecto más elevado del yo personal, el cuerpo mental, vibrará en armonía con el aspecto más elevado del espíritu, que es voluntad, poder o fortaleza -cualesquiera de estas palabras son apropiadas. Fortaleza, belleza y forma, reflejos de poder, amor y actividad, son las características del cuerpo de manifestación de todo hijo de Dios que haya entrado en su reino. Luego, la cuarta expresión imparte la idea de unidad, la coherencia de los tres, de manera que actúa como un todo y no en forma independiente y separada. Por lo tanto, el hombre es el Tres en Uno y el Uno en Tres, como su Padre en los Cielos; pues "está hecho a imagen de Dios". Dos palabras emplean los traductores para expresar esta idea de fuerza compacta coherente, por ejemplo, diamante y rayo. El 442 Libro III ser humano que ha recibido la más elevada de nuestras iniciaciones planetarias, es denominado ―alma diamantina‖ -el hombre que puede trasmitir perfectamente la luz blanca pura, y reflejar los colores del arco iris, los siete colores de la escala cromática. Su personalidad es conocida por el mismo término, porque se ha convertido en transmisora de la luz o radiación interna. El término "rayo" es igualmente expresivo, porque da la idea de fuerza eléctrica. Todo lo que podemos conocer de Dios o del hombre, es la cualidad de su energía, según la manifieste como fuerza y actividad, de allí que en La Doctrina Secreta, al aspecto más elevado de la divinidad se lo llama fuego eléctrico. El cuerpo llega a ser indestructible. Nada puede dañarlo. Nada es capaz de destruirlo hasta que el yogui lo consienta. "Rompe la vara del tiempo y con su cuerpo vive en este universo." Dicen los Vedas que para un hombre así ya no hay enfermedades ni dolores ni muerte. Este Sutra define la perfección del cuerpo físico-etérico. El dominio sobre los elementos (Bhutas) llevará naturalmente al cuerpo a adquirir todas las cualidades superiores. Además, cuando se eliminan las distorsiones causadas por el Karma acumulado, el cuerpo tiende a conformarse naturalmente al arquetipo de la forma humana que es exquisitamente bello y radiante y tiene todos los atributos mencionados en este aforismo. No olvidemos que la fealdad e imperfecciones del cuerpo físico son el resultado de las desarmonías y obstrucciones y Karmas que están inherentes en las primeras etapas de la evolución. Cuando estas desaparecen al alcanzar la perfección, el esplendor aprisionado irrumpe a través del cuerpo físico que es el más denso de nuestros vehículos. Tengamos también presente que las leyes que rigen la materia y los átomos y sus adaptaciones a las leyes y ritmos superiores son mucho más lentos en manifestarse, por lo que pude ocurrir que dicha manifestación de belleza y perfección pueda tardar cierto tiempo en manifestarse en el cuerpo físico, lo cual tampoco es importante, ya que sólo será el reflejo de lo interiormente alcanzado. 443 Libro III 47. El dominio sobre los sentidos (indriyas) se obtiene por la meditación concentrada en su naturaleza, atributos peculiares, egotismo, penetrabilidad y propósito útil. El Af. 44 trata muy extensamente de la objetividad y naturaleza de las cinco formas, que todo elemento asume. El que ahora tratamos se ocupa de lo subjetivo y del mecanismo sutil, por medio del cual se establece contacto con las formas, utilizándolas con propósitos específicos. Aquí nos referimos a los indriyas o sentido, que los filósofos hindúes dividen en diez, en vez de cinco. Clasifican los cinco sentidos en dos grupos; en uno incluyen lo que llamamos órganos de los sentidos; como ser, el ojo, la nariz, etc; en el otro las facultades que hacen posible al ojo ver y a la nariz oler. Por lo tanto, cuando el estudiante analiza los sentidos, los considera en quíntuple vinculación, y también en relación con sus contrapartes en los planos astral y mental. Las cinco divisiones son: 1. Su naturaleza. Estudia cada sentido en su doble condición, la de instrumento externo y su capacidad interna para responder a ciertos impactos vibratorios. Sabe por ejemplo, por qué el órgano del sentido llamado ojo, vibra a los impactos que producen la vista, pero no responde a los impactos que producen el olfato. Por lo tanto discrimina entre los sentidos, aprendiendo a seguir el impulso vibratorio hasta su fuente de origen, por una de las cinco líneas posibles de acercamiento, haciéndolo inteligentemente y no a ciegas. 2. Sus atributos peculiares. Estudia la cualidad de los sentidos, haciendo hincapié, no tanto sobre el sentido particular implicado (del que ya nos ocupamos), sino sobre el atributo peculiar del sentido y de aquello para lo cual da la clave en el macrocosmos. 444 Libro III 3. Egotismo. Se refiere a la facultad de expresar el "yo", que caracteriza tan preeminentemente al ser humano, apareciendo el sexto sentido, la mente, como intérprete y sintetizador de los otros cinco. Esta capacidad del ser humano le permite decir: "yo veo, yo huelo", cosa que no puede hacer el animal. 4. Compenetrabilidad. Todos los sentidos tienen la capacidad de expandirse infinitamente, y cuando cada sentido es seguido y utilizado conscientemente, puede guiar al hombre en tres principales direcciones: a. Al centro de todas las cosas, regreso al corazón de Dios. b. A la íntima comunicación con su semejante, poniéndolo en armonía con él, cuando así lo desea. c. A hacer contacto con todas las formas. Para el hombre común no existe más que lo que puede oír, tocar, ver, probar y oler, siendo los únicos cinco modos por los cuales puede conocer. Para él solo existen cinco respuestas posibles al hacer contacto con cualquier tipo de vibración; en nuestro sistema solar no existe más que energía vibratoria, Dios en movimiento activo. Estos cinco métodos lo ponen en armonía con los cinco elementos, pero cuando el aspirante se da cuenta de ello, tiene ante sí infinitas posibilidades. Posteriormente, al hombre avanzado, se le presenta otra y más elevada escala de vibraciones, cuando puede utilizar la mente, no sólo como unificadora de los cinco sentidos sino como sexto sentido. Este es el objetivo de todas las prácticas de Raja Yoga. Por medio de la mente se llega a conocer el reino del alma; así como por medio de los sentidos se establece contacto con el mundo objetivo. 5. Propósito útil. Cuando se comprende la relación de los cinco sentidos con los cinco elementos y se estudia y domina la Ley de Vibración, el adepto puede dedicar todos los poderes de su naturaleza a propósitos útiles. No sólo entra en comunicación con todas las partes de su propia naturaleza, afines o análogas a la naturaleza de Dios, según Se manifiesta en el macrocosmos. 445 Libro III A nivel práctico podríamos decir que: En la percepción de los objetos externos los órganos transmiten la impresión a la mente. A esto sigue el conocimiento. La egoidad está también presente en el acto. Cuando el yogui aplica gradualmente a todo ello el samyama, domina los órganos. Por ejemplo, el objeto es un libro, hemos de concentrar primero la mente en el libro, después en el conocimiento del libro y después en el ego que ve el libro y así sucesivamente. Por la práctica se dominarán todo los órganos y por consiguiente sus respectivas funciones. Aclaremos conceptos necesario: La mente esta constituida por dos órganos fundamentales: 1. BAHYA KARANA, uno exterior, y que es el soporte de las sensaciones. 2. ANTAKARANA, y otro interno, que es el soporte de la percepción y del pensamiento interno. BAHYA KARANA: Es lo que en Occidente solemos llamar sensi- bilidad y se subdivide en dos funciones: los órganos de los sentidos (INDRIYA) y los objetos suprasensibles (TANMATRA). Los órganos de los sentidos (indriyas) son diez . Los cinco primeros, (JÑANENDRIYA) o "Indriya del conocimiento", son los cinco sentidos tradicionales: vista, oído, tacto, gusto y olfato. Los siguientes son "Indriya de la acción" (KARMENDRIYA) son las facultades del sistema nervioso motor: expresión oral, aprehensión, deambulación, excreción y procreación. Los Indriya son propiamente las facultades y no los órganos materiales respectivos, así hablamos de la facultad de la visión y no el ojo, o la capacidad de aprehensión y no la mano. Los Indriya no están en contacto directo con el órgano sensomotor respectivo, sino que ese contacto se realiza a través de la 446 Libro III envoltura energética llamada PRANA. Esta envoltura (PRANAMAYAKOSHA) es la gran desconocida de la biología occidental. La estrecha relación entre PRANAMAYAKOSHA y el MANOMAYAKOSHA, consiste en que este no actúa directamente sobre el cuerpo físico (STHULA SARIRA) sino indirectamente a través del cuerpo pránico o etérico (PRANAMAYAKOSHA). Los TANMATRA son las cualidades generales sensibles y su numero coincide con el de los JÑANENDRIYA: el sonido, la forma, el tacto, el sabor y el olor. Estas cinco cualidades sensibles no son directamente perceptibles. La inclusión de los TANMATRA en el BAHYA KARANA es lo que hace posible la percepción de las sensaciones determinadas de los objetos, es decir que sentimos tal sabor o tal sonido concreto porque poseemos "previamente" la forma general (TANMATRA) del sabor y del sonido. Los Tanmatra son las cualidades sensibles ideales que hacen posible las cualidades sensibles materiales. Cada TANMATRA entra en contacto con el correspondiente INDRIYA al experimentar los objetos sensibles (sonido-audición, forma-visión, sabor-gusto, tacto-sensación táctil y térmica, olorolfato) y sirve de base sensible a la acción de MANAS, que ya es función propia de ANTAKARANA. Bahya Karana es el vestíbulo sensorial de la mente, cuya función consiste en aportar material sensible a ANTAKARANA, que es el verdadero constructor del conocimiento. 447 Libro III 48. Como resultado de esta perfección se obtiene rapidez de acción, como la de la mente, la percepción interdependiente de los órganos y el dominio sobre la sustancia raíz. Hemos considerado los diversos resultados del proceso de la meditación cuando se perfecciona y llega al punto culminante. El vidente ha llegado a la consumación del proceso de alineamiento. Su triple yo personal ha sido purificado, reajustado y controlado. Cada uno de los tres cuerpos vibra a tono con la nota del ego o yo superior, que a su vez está en proceso de sincronizarse con la mónada o yo divino, el espíritu en su propio plano. El gran "Hijo de la Mente", el pensador en los niveles superiores del plano mental, es ahora el factor dominante; el resultado de este dominio es triple, y cada efecto se manifiesta en todos los planos, pero principalmente en uno. Tales resultados son: 1. Rapidez de acción como la de la mente. Empleamos frecuentemente la frase ―rápido como el pensamiento‖ cuando queremos dar idea de la máxima rapidez. La actividad del yogui en el plano físico, sincronizada con sus procesos mentales, sus decisiones instantáneas y sus fines rápidamente alcanzados, hacen que su vida en el plano físico se caracterice por una actividad muy sorprendente y por sus asombrosos resultados. De él puede decirse lo mismo que decimos del Creador: "Dios meditó, visualizó, habló, y los mundos fueron hechos". 2. Percepción independiente de los órganos. El adepto no depende de los órganos de los sentidos ni del sexto sentido, la mente, para adquirir conocimiento. La intuición se ha desarrollado en él, hasta convertirse en instrumento utilizable; la directa captación de todo conocimiento, independiente de la facultad de conocimiento o mente razonadora, es su privilegio y derecho. Ya no necesita emplear la men448 Libro III te para comprender la realidad, ni los sentidos como medio de contacto: empleará los seis, pero de manera diferente. Utilizará la mente para trasmitir al cerebro los deseos, planes y propósitos del Maestro, el Cristo interno; los cinco sentidos trasmitirán distintos tipos de energía a los objetivos elegidos. Se abre aquí un vasto campo de estudio para el investigador interesado. El ojo es uno de los transmisores más potentes de energía, y este conocimiento dio pábulo, en la antigüedad, a la creencia acerca del mal de ojo. Mucho debe descubrirse respecto a la vista, porque incluye no sólo la visión física, sino el desarrollo del tercer ojo, la clarividencia, la visión espiritual perfecta, y así sucesivamente hasta el inconcebible misterio que encierran los términos: "el Ojo que todo lo ve" y "el Ojo de Shiva". Las manos son factores potentes en todo trabajo mágico de curación, y la utilización del sentido del tacto es una ciencia esotérica. La sublimación del sentido del oído y su empleo para oír la Voz del Silencio o la música de las esferas, es un sector de la enseñanza oculta del tipo más profundo, y esos adeptos que se han especializado en las ciencias de la vista y del sonido son algunos de los más eruditos y avanzados de la Jerarquía. Los otros sentidos son también susceptibles de profundo desenvolvimiento, pero están peculiarmente ocultos en los misterios de la iniciación y nada más puede decirse acerca de ellos. Los tres sentidos, oído, tacto y vista, son las tres características de las tres razas humanas y de los tres planos de nuestros tres mundos. 1. Oído .... Lemuria ..... Plano físico ........ Oreja .... Respuesta al sonido. 2. Tacto ... Atlante ....... Plano astral ........ Piel ....... Respuesta al tacto. 3. Vista ..... Aria ............. Cuerpo mental ... Ojo ....... Respuesta a la visión. El tercer sentido afecta principalmente a nuestra raza, de allí las palabras del profeta: "Donde no hay visión los pueblos perecen". El desarrollo de la vista y el logro de la percepción espiri449 Libro III tual constituyen el gran objetivo de nuestra raza y de todo el Raja Yoga. El místico llamará a esto "iluminación", el ocultista "visión pura", siendo una y la misma cosa. Los otros dos sentidos están todavía velados; su verdadero significado aparecerá en el transcurso de la sexta y séptima razas, que seguirán a la nuestra, y su verdadera relación es con el plano búdico o intuitivo y el átmico o espiritual respectivamente. 3. Dominio sobre la sustancia raíz. Esta sustancia raíz es el pradhana; a veces se la denomina la raíz de todo, sustancia primordial, materia raíz. Rama Prasad, en su traducción y comentario, dice lo siguiente: "Dominio sobre pradhana significa el poder de controlar todas las modificaciones de prakriti. Estas tres realizaciones... se obtienen venciendo la apariencia sustantiva de los cinco instrumentos independientes de sensación". Es interesante observar que estas tres realizaciones demuestran: a. La incapacidad de la materia y de la forma para esclavizar al yogui. b. La imposibilidad de la sustancia para impedir que el yogui conozca cualquier aspecto de la manifestación. c. La incapacidad de la materia para resistir la voluntad del yogui. Estos tres factores explican por qué el adepto puede crear a voluntad. La liberación de las limitaciones de la materia es la base de la magia blanca. Para finalizar, podría observarse que esta capacidad es en sí relativa, porque el adepto está liberado de las limitaciones en los tres mundos del esfuerzo humano. El Maestro tiene perfecta libertad de acción en los tres mundos y también en el plano búdico, mientras que Cristo y quienes han alcanzado una iniciación similar, tienen esta libertad en los cinco mundos de la evolución humana. 450 Libro III Renunciación y liberación (III.49-III.51) 49. El hombre que puede discriminar entre alma y espíritu, alcanza la supremacía sobre todas las condiciones y llega ser omnisciente. El comentario de Charles Johnston, sobre este aforismo, describe muy bien al hombre que puede lograr esto, y la belleza de su pensamiento se descubrirá al analizar sus palabras: "El hombre espiritual está envuelto en la red de sus emociones, deseos, temores, ambiciones, pasiones y obstaculizado por formas mentales de separatividad y de materialismo. Cuando estas redes se rompen y se superan totalmente dichos obstáculos, entonces el hombre espiritual surge fuerte, poderoso y sabio de su propio y amplio mundo. Utiliza sus poderes divinos con alcance y energías divinas, actuando conjuntamente con los seres divinos, diciéndosele: “Eres ahora un discípulo capaz de permanecer, oír, ver y hablar. Has vencido el deseo y logrado el autoconocimiento, has visto a tu alma en su florecimiento y la has reconocido, y has oído la Voz del Silencio". La maravillosa síntesis de la enseñanza, en ninguna parte es más evidente que en este aforismo, porque el punto alcanzado es de un orden más elevado que el mencionado en el Libro II, Af. 45, es una condición intermediaria entre la mencionada en este último y la del Libro IV, Afs. 30 al 34. En el Libro I, Af. 4, vimos que el verdadero hombre está atrapado en las redes de la naturaleza síquica, y la luz que hay en él está velada y oculta. Al aprender a discriminar entre el verdadero yo y el yo personal inferior, se desenreda y ve la luz en él, quedando liberado. Lograda la liberación, desarrollados los poderes del alma y alcanzada la maestría, se abren ante él experiencias y conocimientos más vastos y amplios. Empieza a expandir su conciencia de lo planetario a lo solar, y la conciencia grupal puede desarrollarse en conciencia divina. El primer paso para ello está indicado en el afo451 Libro III rismo que estamos considerando; el mismo paso es señalado y tratado más extensamente en el Libro Cuarto. No se dan las reglas para esta expansión porque conciernen al desarrollo del Maestro y al desenvolvimiento del Cristo, hasta alcanzar ese estado superior del ser que Le es posible obtener; pero el Libro Cuarto se ocupa de las etapas preparatorias e insinúa otras posibilidades. En el que ahora tratamos, se mencionan requisitos básicos: la discriminación entre alma o el Cristo interno, y el aspecto Espíritu o Padre. La actividad inteligente ha sido demostrada, basada en el desenvolvimiento de la naturaleza amor. Entonces podrá desarrollar sin peligro el espíritu o aspecto voluntad y entregar el poder en manos de Cristo. Tres palabras servirán para proyectar luz sobre este proceso de desenvolvimiento. - El primer gran conocimiento que el aspirante debe obtener es la omnipresencia, comprender su unidad con todo y la unicidad de su alma con las demás almas; descubrir a Dios en su propio corazón y en cada forma de vida. - Luego, como iniciado, alcanzar la omnisciencia, es decir, el omniconocimiento, y las Aulas del Aprendizaje y de la Sabiduría le entregan sus secretos. Deviene un Cristo, un conocedor de todas las cosas, que sabe lo que hay en el corazón del Padre y en el corazón de los hombres. - Finalmente, con el tiempo, alcanza la omnipotencia u omnipoder, entonces cuando las llaves del Cielo se entregan al Hijo del Hombre, todo poder será suyo. Cuando los textos Indios afirman que la persona liberada puede aniquilar el universo en un instante, pues es ya Divino, pero obviamente no lo hará. Lo mismo puede decirse de la omnisciencia. El ser liberado es por definición omnisciente, puesto que es todo conocimiento, pero esto es cierto solo al nivel de la existencia absoluta. Aquí, en nuestra realidad de variados fenómenos, el adepto liberado puede muy bien estar ignorante de numerosas cosas pero tiene acceso al conocimiento como y cuando sea necesario según el esquema de las cosas. 452 Libro III 50. La desapasionada actitud hacia esta realización y todos los poderes del alma, hace que quien está libre de las semillas de la esclavitud, alcance el estado de unidad aislada. La unidad aislada, que aquí se refiere, es la total separación de todos los aspectos de la forma y la obtención de la unicidad espiritual. Significa apartarse de la conciencia material y vivir en la conciencia espiritual. Es armonía con el espíritu y desarmonía con la materia. Implica identificación con el Padre en los Cielos, y la verdadera comprensión de las palabras del Maestro de Maestros: "Yo y Mi Padre somos Uno". Un adecuado sentido de valores ha sido establecido y los poderes desarrollados y las percepciones alcanzadas contienen "las semillas de la esclavitud", por lo tanto, el verdadero yogui no se ocupa de ellas. Prestando servicio a voluntad, percibirá lo que necesita y también empleará a voluntad los poderes ocultos, permaneciendo desapegado y libre de toda limitación kármica. Cuando se ha desarrollado la Omnisciencia y la Omnipotencia como ya se ha dicho, el yogui queda fuera de la esfera de la Materia. Pero mientras exista apego a estos Poderes trascendentales que solamente pueden ejercerse en la esfera de la materia, el yogui está todavía dependiendo de la Materia y por tanto esclavo de ella. Dominar una cosa no significa siempre ser independiente a ella. Y mientras haya dependencia habrá esclavitud. Y puesto que Kaivalya -(bienaventuranza final, resultado final de la practica del Yoga de Patanjali, que consiste en el aislamiento del Puruhsa (Espíritu) y su liberación o emancipación del Prakriti (Materia), alcanzando así el yogui el estado de Unidad, y viendo a Dios manifestado en sí mismo - es liberación completa el Yogui no debe sentir la más mínima atracción o apego por estos poderes aunque tenga que utilizarlos. 453 Libro III 51. Debe haber rechazo absoluto de las tentaciones de todas las formas, incluso la celestial, pues aún es posible la repetición de contactos malignos. La traducción de Rama Prasad es iluminadora y digna de mención. Dice: "Cuando las deidades que presiden, invitan, no debe haber apego ni una sonrisa de satisfacción, pues el contacto con lo indeseable es nuevamente posible". La interpretación de Dvivedi nos da otro punto de vista: "Debería establecerse la diferencia entre el placer o el orgullo, ante el llamado de las potestades de distintos lugares, pues existe la posibilidad de que se repita el mal". El yogui o discípulo ha alcanzado su objetivo. Se ha desligado (por medio del desapasionamiento y de la discriminación) de las redes de la forma, y está libre y emancipado. Pero debe mantenerse en guardia, porque "quien cree que está firmemente de pie debe tener cuidado de no caer". La vida de la forma siempre atrae, y las seducciones de la gran ilusión están siempre presentes. El alma emancipada debe apartar sus ojos del llamado de las "deidades que presiden" (esas vidas que en los tres mundos forman la totalidad de la vida del plano) y fijarlos en esos aspectos más espirituales que constituyen la vida de Dios mismo. Hasta el reino del alma, y la "Voz de los Dioses", como se la denomina, contiene latente las simientes del apego; por lo tanto, apartándose de todo lo adquirido y abandonando todo pensamiento de las perfecciones alcanzadas y poderes desarrollados, el Hijo de Dios, el Cristo en manifestación, nuevamente avanza hacia una meta más elevada. En cada etapa del sendero se enuncia el precepto: "Olvidando las cosas que quedan detrás, sigue adelante". (Fil. 3:13). Cada nueva iniciación marca simplemente el comienzo de un nuevo ciclo de esfuerzo. 454 Libro III Los comentadores de este aforismo señalan que hay cuatro clases de chelas o discípulos, y son: 1. Aquellos cuya luz recién comienza a iluminar, denominados "cumplidores de las prácticas" porque recién han entrado en el sendero, siendo los probacionistas y aspirantes. 2. Aquellos cuya intuición va despertando y manifiestan el correspondiente desarrollo del poder psíquico. Esta etapa es muy peligrosa, porque los discípulos son susceptibles de ser seducidos por las posibilidades de adquirir el poder que brinda la facultad síquica. Tienden a alucinarse y a creer que el poder psíquico indica crecimiento y desenvolvimiento espiritual, y no es así. 3. Los discípulos que han vencido las atracciones de los sentidos y no pueden ser engañados por el aspecto forma en los tres mundo. Han vencido los sentidos y han conquistado la naturaleza forma. 4. Aquellos que han trascendido todo lo anterior y se mantienen firmes en la verdadera conciencia espiritual. Éstos son los iluminados que han progresado a través de las siete etapas de iluminación. (Véase Libro II, Af. 27). Si el estudiante relee el Af. 26 de este Libro Tercero y su comentario, obtendrá alguna idea del carácter de los mundos, de la forma y de las deidades que los presiden, cuyas voces tratan de desviar al aspirante del camino y llevarlo al reino de la ilusión. Además hallará interesante establecer el contraste y comparar los cuatro primeros tipos de espíritus, enumerados en ese aforismo, con los cuatro tipos de discípulos. Lo que existe en los tres mundos es un reflejo de lo que existe en las regiones celestiales, y mucha comprensión se obtendrá del gran aforismo hermético "como es arriba, así es abajo". Ese reflejo es lo que constituye el mal; ese aspecto inverso de la realidad constituye la gran ilusión, de lo cual no se ocupan los hijos de Dios. Constituyen el mal en lo que a ellos concierne, pero no en otro sentido. Las formas de vida en estos mundos 455 Libro III y las vidas que animan a estas formas son buenas y correctas en sí, y siguen su propio sendero evolutivo; pero su objetivo inmediato y estado de conciencia no están sincronizados con los del discípulo en evolución, por lo tanto no debe haber intercambio con ellos. Vimos que la omnisciencia y la omnipotencia contienen semillas de esclavitud en que deben ser destruidas por el total desapego antes de poder alcanzar la liberación. Este sutra indica que ese apego no solamente una fuente de esclavitud sino también de peligro. Es yogui o discípulo que alcanza semejante altura es siempre probado por las Potencias que cuidan los diversos departamentos o planos de la naturaleza, y si cede a sus seducciones por falta de completo desapego seguramente caerá precipitadamente. Esa clase de tentaciones acechan a todos los Iniciados altamente avanzados. En la vida de todos los grandes instructores, tales como el Cristo o el buda, se encuentran referencias sobre estos peligros o tentaciones, los cuales son normales y dentro del sendero de realización. Pero tales tentaciones no les vienen solamente a los que están muy altamente avanzados. En el momento en que un yogui alcanza cierta medida de poder real se convierte en objeto de ataque y debe estar en guardia a toda hora. El tipo de tentaciones dependerá naturalmente de sus flaquezas particulares y la etapa de su desarrollo. Mientras un principiante que trata de pasar al siguiente plano suprafísico puede ser tentado por elementales, los que han alcanzado ciertas alturas de poder y saber, son objeto de los ataques de grandes Devas que cuidan los diversos Departamentos de la Naturaleza. Cuanto más alta la etapa, más sutil la tentación y mayor grado de desapego y discernimiento será necesario para contrarrestarla. Tales tentaciones de dichas Potestades no son en sí malignas, sino que debe considerarse como una fuerza benéfica que opera en la Naturaleza para probarnos a cada paso de modo que podamos vencer nuestras debilidades y avanzar firmes hacia nuestra meta. La espada de la tentación, que nos busca y punza nuestras debilidades, ciertamente nos causa sufrimiento y angustias temporales, pero también nos abre oportunidades de vencer esas flaquezas, y así nos liberta para avanzar por la Senda. 456 Libro III La discriminación mas elevada (III.52-III.55) 52. El conocimiento intuitivo se desarrolla por el empleo de la facultad discriminadora, cuando hay concentración enfocada en los instantes y su continua sucesión. Se ha dicho que la total comprensión de la Ley de los Ciclos llevaría al hombre a un elevado grado de iniciación. Esta Ley de Periodicidad subyace en todos los procesos de la naturaleza; su estudio sacará al hombre del mundo de los efectos objetivos y lo llevará al de las causas subjetivas. Se ha dicho también que el tiempo es simplemente una sucesión de estados de conciencia, y esto es verdad respecto a un átomo, un hombre o un Dios. Esta verdad subyace en los grandes sistemas de la ciencia mental y de la Christian Science de Occidente, y en muchas filosofías de Oriente. Este aforismo da la clave de la relación que existe entre materia y mente o entre sustancia y el alma que la anima, lo cual se comprenderá si consideramos las palabras de un comentador hindú, que dice: "Así como el átomo es una sustancia en la cual lo diminuto alcanza su límite, así un instante es una fracción de tiempo en que lo diminuto alcanza igualmente su límite, o un instante es el tiempo que tarda un átomo en abandonar la posición que ocupa en el espacio y llegar al punto siguiente. La sucesión de instantes es la no cesación de su resplandor". Cuando nos damos cuenta de que un átomo y un instante son una y la misma cosa, y que detrás de ellos está el conocedor de ambos, tenemos el indicio de todos los estados de conciencia y de la naturaleza de la energía. También habremos alcanzado la verdadera comprensión del Eterno Ahora y la exacta apreciación del significado del pasado, presente y futuro. Se dice que todo ello puede obtenerse por la meditación concentrada en el tiempo y sus unidades. Será oportuno indicar que las distintas clases de concentración a que se refiere este Libro Tercero, no son aplicables o apropiadas a todos los tipos de aspirantes. Los hombres pertenecen a siete 457 Libro III tipos principales, cuya característica y naturaleza distintivas y cualidades precisas, los predisponen a ciertos y definidos aspectos del sendero de retorno. Algunos se inclinan por las matemáticas y tienen tendencia a la geometría divina y a los conceptos de espacio y tiempo, los cuales sabiamente seguirán el método de desarrollar el conocimiento intuitivo de que trata este aforismo. Otros lo hallarán muy difícil y harían bien en ocuparse de otros tipos de meditación concentrada. En el anterior aforismo veíamos como éramos tentados y probados continuamente, así pues ¿Cómo vencer todas esas tentativas? por el discernimiento que distingue el bien del mal. Por lo tanto hay un samyama que intensifica el poder del discernimiento. Es el samyama aplicado a una partícula de tiempo y al tiempo que la precede y la sigue. Tengamos presente que desde el punto de vista esotérico el tiempo no existe como tal, ya que su fragmentación numérica es infinita, no hay un punto real y sólido de anclaje para determinar cuando termina un una partícula de tiempo y comienza otra. Esta es la razón por la cual todos los Grandes Maestros enfatizan la experimentación del ―divino instante‖ del ―Aquí y Ahora‖ como la única y verdadera realidad existencial. Podría decirse que el ―tiempo‖ es solo un espejismo mental sustentado en una dimensión humana. El tiempo se encuentra vacío de realidad; se trata solo de un concepto mental; meses, días, horas, segundos no tienen realidad objetiva. De acuerdo con la naturaleza de las palabras usadas; pero, dentro de la concepción vulgar y generalizada del mundo, sencillamente parece tener realidad. La sucesión es esencialmente una continuidad de instantes. Los yoguis, expertos en este tema del tiempo, corroboran lo anterior. Practicar samyama sobre el tiempo y su secuencia hace nacer la claridad absoluta. La claridad es la capacidad de distinguir la diferencia que existe entre un objeto y otro y de ver cada uno de ellos en su totalidad, sin impedimentos. El tiempo es relativo: existe por la comparación de un momento con otro. Una unidad de tiempo es, de hecho, una representación del cambio. El cambio consiste en la sustitución de una característica por otra. Este vínculo entre el tiempo y el cambio es lo que se debe examinar. 458 Libro III 53. De este conocimiento intuitivo nace la capacidad de distinguir (entre todos los seres) y de conocer su especie, sus cualidades y el lugar que ocupan en el espacio. Las dificultades de este aforismo serán obviadas si damos una paráfrasis libre. "Mediante el desarrollo de la intuición, surgirá el conocimiento exacto de las fuentes de la vida manifestada, de las características o cualidades, y del lugar que ocupa dentro del todo". Del principio al fin, Los Aforismos de la Yoga ponen de manifiesto que las triplicidades divinas se hallan en todas partes, y que cada forma que anima una vida (nada más hay en manifestación) debe ser conocida como: 1. Vida. La vida de Dios emana de su fuente por medio de siete corrientes, emanaciones o ―alientos"; cada forma en el mundo objetivo es la expresión de una vida de una de estas corrientes. El desarrollo de la intuición permite al vidente conocer la naturaleza del átomo de la vida. Esto se deduce de la palabra "género". El ocultista moderno preferiría la palabra "rayo" y el cristiano neuma o espíritu, pero la idea es la misma. 2. Conciencia o alma. Todas estas formas vivientes de vida divina son conscientes, aunque todos los estados de conciencia no son los mismos, sino que varían desde la vida del átomo de sustancia, según está limitado y circunscripto, hasta la vida de un Logos solar. El estado de respuesta consciente de todas las formas a su medio ambiente, exotérico e invisible, produce las diversas características además de las diferencias, debidas al: a. rayo, b. plano de manifestación, c. grado de vibración, d. etapa de desarrollo, y estas características forman la cualidad a que hace referencia este aforismo. Éste es el aspecto subjetivo, en contraposición a lo objetivo y a lo esencial. 459 Libro III 3. Forma o cuerpo. Es el aspecto exotérico que surge del subjetivo, como resultado del anhelo espiritual. El lugar que ocupa en el espacio es esa parte, en el cuerpo del Hombre celestial, donde un átomo o forma está ubicado. Aquí debe recordarse que para el estudiante ocultista "el espacio es una entidad" y esta entidad es la misma que el Cristo cósmico, el "cuerpo de Cristo", mencionado por San Pablo en I, Co. 12:27. Por lo tanto este aforismo aclara que el yogui liberado, que ha desarrollado la intuición, puede conocer todo acerca de las formas de la vida, lo cual implica el conocimiento de: 1. Género Rayo Espíritu Aspecto vida Esencia 2. Cualidad 3. Lugar en el Espacio. Carácter Alma Conciencia Naturaleza subjetiva Lugar en elcuerpodelHombrecelestial Cuerpo. Forma. Forma objetiva. A este conocedor podemos aplicarle las palabras del Instructor, cuyas obras se encuentran en el archivo de la Logia: “ÉI, que permanece ante la Chispa, ve tanto la llama como el humo”. “Para él, la sombra vela el reflejo y, sin embargo ve la luz". “Para él, lo tangible demuestra meramente lo intangible, y ambos revelan el espíritu, mientras que la forma, el color y el número pronuncian en voz alta la palabra Dios". Este sutra es muy preciso en cuanto a la infalibilidad de discernir, ya que pueden haber varias cosas casi idénticas y por lo tanto caer en error de comprensión, sin embargo, este sutra no se ocupa de semejante similaridades, sino de similaridades de una naturaleza muy sutil que desconcierta hasta al que tiene Omniscencia. Con este Siddhi el yogui a trascendido el ―Tiempo‖ y ha quedado establecido en el Trono de la realidad Eterna que trasciende todas las limitaciones e ilusiones. 460 Libro III 54. Este conocimiento intuitivo, el gran liberador, es omnipresente y omnisciente y abarca el pasado, el presente y el futuro, en el Eterno Ahora. La única parte de este aforismo que no está clara, es el significado de las palabras Eterno Ahora. No es posible comprenderlas hasta haber desarrollado la conciencia del alma. Decir que el tiempo es una sucesión de estados de conciencia y que el presente se pierde instantáneamente en el pasado y se fusiona en el futuro, a medida que se experimenta, es de poca utilidad para el estudiante común. Decir que llega un momento en que la vista se pierde en la visión (cuando la suma total de las esperanzas de la vida se cumplen) en el momento de la realización, y que esto persiste siempre, e indica un estado de conciencia en el que no hay sucesión de acontecimientos ni realizaciones, es hablar en lenguaje misterioso. No obstante así es y será. Cuando el aspirante llega a su meta, conoce el verdadero significado de su inmortalidad y la verdadera naturaleza de su liberación. Espacio y tiempo son para él términos sin sentido. La única Realidad verdadera es la gran vida central de fuerza, permaneciendo inmutable e inamovible en el centro de las formas temporarias, cambiantes y evanescentes. "Yo soy", dice la unidad humana, y se considera como el yo y se identifica con la forma cambiante. Tiempo y espacio son para él verdaderas realidades. "Yo soy Ese", dice el aspirante, y trata de conocerse como realmente es, una palabra viviente, parte de una frase cósmica. Para él el espacio ya no existe, se conoce como omnipresente. "Yo soy Ése Yo soy", dice el alma liberada, el hombre libre, el Cristo. Ni tiempo ni espacio existen para él, y omnisciencia y omnipresencia son cualidades características. Charles Johnston al comentar este aforismo cita a Santa Colomba y dice: "Existen aquellos, aunque muy pocos, a quienes la gracia divina les ha otorgado ver con toda claridad y nitidez en un mismo momento, como bajo un rayo de sol, toda la esfera del mundo, incluyendo el océano y el firmamento que los rodea, y la parte más interna de su mente se expande maravillosamente." 461 Libro III Sería de valor citar el breve comentario de Dvivedi, pues está bien expresado y compendia concisamente el estado de conciencia alcanzado: “En el Af. 33 de este Libro Tercero, se ha descrito la naturaleza del Taroka-Jnana, el conocimiento que libera de las ataduras del mundo. El conocimiento discriminador descrito, da por resultado Taraka, el conocimiento que es el fin y objetivo de la yoga. Se relaciona con todos los objetos, desde pradhana (espíritu-materia) hasta los bhutas (elementos, formas), y también con todas las condiciones de esos objetos. Además trae conocimiento de todas las cosas simultáneamente y es completamente independiente de las reglas comunes del conocimiento. Por lo tanto es el conocimiento más elevado que puede desear el yogui, y un índice seguro de Kaivalya (estado de absoluta unicidad) cuyo resultado se describirá en el siguiente aforismo”. Por lo tanto sintetizando diríamos que el sutra III-52 trató el método de la obtención del conocimiento más alto, este sutra defina la naturaleza de ese conocimiento. La palabra utilizada aquí como ―trascendente‖ significa que el yogui ha cruzado sobre el Océano de la Existencia condicionada y por fin queda libre. Conoce todos los objetos de la manifestación simultáneamente, y todo proceso intermediario como el pasado, presente o futuro relativo. Trasciende también el Proceso Mundial que produce el Tiempo permaneciendo en el Eterno Aquí y Ahora, no como una mera era hipótesis o una lección aprendida, sino como una trascendente Realidad Eterna. El yogui entonces se ha establecido en el Reino de su verdadero del Ser Divino. Claro esta que esta exposición intelectual no le dará al estudiante ni la más mínima idea de lo que realmente trata este sutra, pero si le indicará al discípulo que se trata de algo tremendo que merece la pena todo esfuerzo que se haga por alcanzarlo. Con este Sutra se cierra el tratado sobre el tema de los Siddhis o poderes. 462 Libro III 55. Cuando las formas objetivas y el alma han logrado igual pureza, se alcanza la unificación, que trae como resultado la liberación. Lo que oculta la luz del alma se ha purificado; así surge la luz de Dios. Lo que era un impedimento y un obstáculo para la plena expresión de la divinidad en manifestación, ha sido tratado en tal forma que ahora sirve como medio de expresión y de servicio adecuados. El alma puede ya actuar libre e inteligentemente en los tres mundos, porque se ha llegado a la completa unidad entre el hombre inferior y el superior. El alma y sus vehículos forman una unidad y están unificados. Se ha alcanzado el completo alineamiento de los cuerpos, y el Hijo de Dios puede actuar libremente en la Tierra. Así ha obtenido el gran objetivo, y aplicando los ocho métodos de la yoga, el alma, por medio del triple hombre inferior, puede manifestarse y a su vez constituir un medio de expresión para el espíritu. Se ha llevado la materia a un estado en que su vibración puede sincronizarse con la del alma; el resultado es que, por primera vez, el espíritu puede hacer sentir su presencia, porque "la materia es el vehículo para la manifestación del alma en este plano de existencia, y el alma es el vehículo para la manifestación del espíritu en una vuelta más alta de la espiral. Estos tres son una trinidad sintetizada por la vida que los compenetra a todos". Para el hombre que ha realizado esto, ya no hay renacimiento. Está libre y emancipado y puede decir con esa plena comprensión consciente del significado de las palabras: "Mi vida (la vida física inferior) se oculta en Cristo (la vida del alma) en Dios (el espíritu)". (Col. 3:3). Cuando el alma reconoce que no depende de nada ni de nadie en este universo, desde los dioses hasta el ínfimo átomo, obtiene el kaivalya (aislamiento) y la perfección. Por aislamiento o soledad 463 Libro III se ha de entender la separación del espíritu, de purusha o verdadero Ser, de la única realidad, llamada también alma, de todo cuanto es ilusorio, en el sentido de temporáneas manifestaciones del Absoluto, que al Absoluto han de retornar al fin de cada ciclo de manifestación. Se alcanza el kaivalya cuando la mezcla de pureza e impureza llamada sattva (intelecto) es tan pura como el Espíritu. Entonces sattva sólo refleja la genuina esencia de pureza de Purusha (Espíritu). Cuando ocurren las condiciones mencionadas arriba, la presencia de Sattva no interfiere con la Realización-directa del Yogui. El Yogui puede permanecer dentro del campo de la Materia y sin embargo vivir en plena realización de su naturaleza Eterna. Kaivalya no significa necesariamente la separación entre Espíritu y Materia. Si Sattva (o sea la capacidad perceptiva) ha sido purificada hasta el punto necesario, el Espíritu (El Ser Divino) puede funcionar por medio de la Materia con plena realización de su naturaleza Real y siempre libre. La condición característica e indispensable de Kaivalya es pues subjetivo y no necesariamente objetivo. Los vehículos que el Purusa ha construido y perfeccionado en el campo de la Materia puede entonces usarlos para cualquier clase de trabajo sin egoísmo y libre maya, espejismos e ilusiones. En este culminante punto se dice esotéricamente que el Ser ha Redimido la Materia. Tales son los hombres perfectos, los Adeptos, los Maestros del Yoga, que son maestros de esa Eterna Ciencia Sagrada y que guían a la humanidad es su progreso hacia la perfección. 464 LOS AFORISMOS DE LA YOGA DE PATANJALI CUARTO LIBRO “Kaivalya Pada” 34 Sutras La Iluminación. c. Conciencia y forma. d. Unión o Unificación. Tema: Unidad aislada. Medios para lograr la experiencia (IV.1-IV.3) 1. Los siddhis (o poderes) superiores e inferiores, se obtienen durante la encarnación; o por las drogas, las palabras de poder, el deseo intenso o la meditación. Llegamos al Libro Cuarto, en el cual los poderes y los resultados obtenidos por la práctica del Raja Yoga llevan a la comprensión grupal y producen conciencia universal y no meramente autoconciencia. Cabe aquí hacer una advertencia sobre el empleo de la frase "conciencia cósmica" por falsa y engañosa, pues hasta el adepto más elevado (obsérvese cuidadosamente este término) sólo está dotado de conciencia solar y no entra en contacto con lo que está fuera de nuestro sistema solar. Los Logos planetarios (los siete Espíritus ante el Trono) y los Señores del Karma (las "cuatro ruedas" de Ezequiel), poseen una conciencia que abarca más allá de nuestro sistema solar. Las existencias menores podrán percibirla como una posibilidad, pero todavía no constituye parte de su experiencia. Los poderes adquiridos son principalmente dos: 1. Poderes síquicos inferiores, o los siddhis inferiores. 2. Poderes espirituales, o los siddhis superiores. 465 Libro IV Los poderes inferiores son el resultado de la armonía establecida entre la conciencia del alma animal en el hombre y el "ánima mundi" o alma del mundo, aspecto subjetivo de todas las formas en los tres mundos, de todos los cuerpos en los cuatro reinos de la naturaleza. Los. poderes superiores son el resultado del desarrollo de la conciencia grupal, segundo aspecto de la divinidad. No sólo incluyen los poderes inferiores, sino que ponen al hombre en armonía con las existencias y formas de vida en los reinos espirituales o, como diría el ocultista, en esos dos planos que están más allá de los tres mundos, y que abarcan toda la escala de la evolución del hombre, humana y superhumana. La meta de todo verdadero aspirante es el desarrollo de estos poderes superiores, los cuales podemos describir con los términos: conocimiento directo, percepción intuitiva, percepción espiritual, visión pura, el logro de la sabiduría. Son diferentes de los poderes inferiores porque los anulan, los cuales están correctamente descritos en el Libro III, Af. 37, que dice: "Estos poderes constituyen obstáculos para la comprensión espiritual superior, pero sirven como poderes mágicos en los mundos objetivos". Los poderes superiores son incluyentes y se caracterizan por su exactitud e infalibilidad cuando se aplican debidamente. Su acción es tan instantánea como un destello de luz. Los poderes inferiores son falibles y están limitados en su acción porque el elemento tiempo está presente en su secuencia; forman parte de la gran ilusión y constituyen una limitación para el verdadero aspirante. En el aforismo que estamos considerando se indican cinco métodos por los cuales se desarrollan los poderes síquicos, y es interesante observar que en esta descripción tenemos un ejemplo de que Los Aforismos de la Yoga aún pueden servir como manual de estudio y enseñanza para aspirantes tan avanzados como los Maestros de Sabiduría. 466 Libro IV Estos cinco métodos son susceptibles de aplicación en los cinco planos de la evolución humana, e incluyen los dos superiores en que actúan los iniciados en los Misterios. 1. Encarnación ............. 2. Drogas ..................... 3. Palabras de poder ... Método del plano físico. Liberación de la conciencia astral. Creación por medio de la palabra, o método del plano mental. 4. Intenso deseo .......... 5. Meditación .............. Sublimación de la aspiración o método del plano búdico, la esfera de amor espiritual. Método del plano átmico, la esfera de la voluntad espiritual. En esta enumeración se observará que, así como el deseo intenso de tipo espiritual es una sublimación del deseo astral o emocional, así también la meditación, tal como la practican los iniciados, es la sublimación de todos los procesos mentales. Por lo tanto, los dos últimos métodos, como resultado del desarrollo de los siddhis o poderes, son los únicos que practican los iniciados, siendo la síntesis y sublimación del conocimiento logrado en los planos astral y mental. Se observará que (para el buscador de la verdad) la encarnación, el deseo intenso y la meditación, son los tres métodos permitidos y los únicos que deben practicarse; las drogas y las palabras de poder o encantamiento mántrico, son herramientas de la magia negra y conciernen a los poderes inferiores. Podría formularse aquí la siguiente pregunta: ¿no es acaso verdad que las palabras de poder y el uso del incienso forman parte de las ceremonias de iniciación y, por lo tanto, son utilizados por los iniciados y los aspirantes? Ciertamente es así, pero no en el sentido que se da aquí, es decir, con el propósito de desarrollar poderes síquicos. Los Maestros y Sus discípulos emplean palabras de poder a fin de ponerse en contacto con existencias no humanas, para invocar la ayuda de los ángeles y manipular las fuerzas construc467 Libro IV tivas de la naturaleza; emplean hierbas e incienso con fines de purificación, para eliminar entidades indeseables y permitir a las que están en un peldaño superior de la escala de la evolución, a hacer sentir su presencia, lo cual es muy distinto a emplearlos para llegar a ser un síquico. Es interesante notar aquí, que la primera causa productora del desenvolvimiento de los poderes del alma, superiores e inferiores, es la gran rueda del renacimiento. Esto debe tenerse siempre en cuenta. No todos estamos en la etapa en que es posible el desenvolvimiento de los poderes del alma. El aspecto alma está todavía dormido para muchos, porque aún no han llegado a la plena experiencia y desarrollo de la naturaleza inferior. Los cuarenta años de deambular en el desierto con el Tabernáculo y la conquista de Canaán, precedieron al régimen de los reyes y a la construcción del Templo de Salomón. Deben transcurrir vidas antes que el cuerpo o aspecto Madre esté tan perfeccionado que el Cristo-Niño pueda formarse dentro del receptáculo ya preparado. También debe recordarse que la posesión de poderes síquicos inferiores es, en muchos casos, síntoma de un grado evolutivo muy inferior y de la íntima asociación de su poseedor con la naturaleza animal. Esto debe trascenderse, antes que los poderes superiores puedan florecer. Es innecesario indicar que el empleo del alcohol o drogas, y también la práctica deL Tantra o magia sexual, pueden liberar y liberan la conciencia astral, pero esto es simplemente astralismo puro, con el cual el verdadero estudiante de Raja Yoga no tiene nada que hacer, pues es parte del desenvolvimiento del sendero de la izquierda. La obtención de los poderes del alma, por medio del intenso deseo (o ferviente aspiración) y por la meditación, fue tratada en los libros anteriores y no es necesario ampliarlo aquí. 468 Libro IV 2. La transferencia de la conciencia, de un vehículo inferior a otro superior, es parte del gran proceso creador y evolutivo. Ésta es una traducción muy libre, pero es una clara interpretación de la verdad que se debe captar. La evolución de la conciencia y el efecto de tal evolución sobre los vehículos, en los cuales la entidad consciente actúa, es la suma total de los procesos de la naturaleza, y desde el punto de vista de la unidad humana inteligente, tres palabras abarcan el proceso y el resultado. Estas palabras son: - transferencia, - transmutación y - transformación. Una de las leyes básicas del desarrollo ocultista y del desenvolvimiento espiritual, está contenida en las palabras: "Así como el hombre piensa, así es él". Podría agregarse como explicación, la verdad oriental de que "la energía sigue al pensamiento". A medida que el hombre cambia sus deseos, se cambia a sí mismo; a medida que traslada su conciencia de un objetivo a otro, se transforma a sí mismo; esto también es verdad en todos los reinos y en todos los estados, superiores o inferiores. El efecto de la transferencia de nuestro modo de pensar consciente, de un objetivo inferior a uno superior, produce una afluencia de energía de una cualidad vibratoria equivalente a la del objetivo superior, trayendo una mutación en las vestiduras de la entidad pensante, que se transmutan y llevan a una condición donde se las adecua al pensamiento o deseo del hombre. Llevadas a su culminación, se produce una transformación, entonces resultan claras las palabras de San Pablo: "Sed trasformados por la renovación de vuestra mente". Cambiando la línea de pensamiento cambiará mucho la naturaleza. Deseando lo que es puro y santo, verdadero y correcto, más el 469 Libro IV conocimiento de estas cosas, hará del antiguo vehículo uno nuevo, o un hombre nuevo, un "instrumento adecuado para ser utilizado". Esta transferencia, transmutación y eventual transformación, se logra por cualquiera de los dos métodos siguientes: El método lento de vidas, experiencias y encarnaciones físicas se repite hasta que con el tiempo la fuerza impulsora del proceso evolutivo lleva al hombre, etapa tras etapa, hacia arriba en la escala de la evolución. 2. Un proceso más rápido, donde, mediante el sistema delineado por Patanjali y enseñado por todos los custodios de los misterios de la religión, el hombre por sí mismo, y de acuerdo a las reglas y leyes establecidas, llega por su propio esfuerzo a un estado de desenvolvimiento espiritual. Se observará que estos procesos llevan al hombre a la iniciación denominada Transfiguración. Charles Johnston comenta al respecto: Desde que a través de las edades el deseo del Yo ha tendido hacia el mundo físico, donde busca reflejarse para conocerse a sí mismo, desde luego se crea allí una forma o vestidura de elementos físicos, por medio del cual florecen los poderes de percepción y de voluntad del Yo: el poder de ver, de oír, de hablar, de andar, de tocar. Y cuando, de esa manera, vuelve a la conciencia de sí mismo y con ello, al conocimiento de su prisión, y levanta su conciencia y su deseo al mundo divino y verdadero, allí se construye la vestidura espiritual para la expresión de sus poderes inherentes. No será difícil el regreso del Yo hasta aquí, desde luego que lo divino no es un país extraño a él, sino la patria de su verdadero hogar (de donde un día salio), y donde mora eternamente. 470 Libro IV 3. Las prácticas y Métodos no son la verdadera causa de la transferencia de la conciencia, sólo sirven para eliminar obstáculos, de manera similar a como el agricultor prepara la tierra para la siembra. Éste es uno de los aforismos más sencillos y claros, de manera que requiere poco comentario. Las prácticas se refieren principalmente a: 1. Los métodos para eliminar obstáculos (Véase Libro I, Af. 29 al 39). Esto según se dijo anteriormente se efectúa por: a. b. c. d. e. f. g. h. La constante dedicación a un principio. La simpatía hacia todos los seres. La regulación del prana o aliento de vida. La estabilidad de la mente. La meditación sobre la luz. La purificación de la naturaleza inferior. La comprensión del estado de sueño. El camino de la devoción. 2. La manera de eliminar los obstáculos (Véase Libro II, Af. 2 al 33). Estas obstrucciones se eliminan por: a. Una actitud mental opuesta. b. La meditación. c. El cultivo del correcto pensar. Conciernen más específicamente a la preparación, durante la vida, para el verdadero entrenamiento en la práctica de la yoga, y cuando se la practica lleva la naturaleza inferior a tal condición que los métodos más drásticos pueden producir efectos rápidos. Los métodos se refieren á los ocho sistemas de yoga o unión, enumerados de la manera siguiente: Mandamientos, reglas, postura o actitud, correcto control de la fuerza vital, abstracción, atención, meditación y contemplación (Véase Libro II, Af. 29 al 54 Y Libro III, Af. 1 al 12). 471 Libro IV Por lo tanto, como se verá, podemos relacionar las prácticas más específicamente, con esta etapa de la vida del aspirante que se encuentra en el sendero de probación, el sendero de purificación, mientras que los métodos se relacionan con las etapas finales de ese sendero y con el sendero del discipulado. Cuando se siguen las prácticas y los métodos, producen ciertos cambios en la forma que ocupa el hombre real o espiritual, pero no son la principal causa de la transferencia de su conciencia al aspecto alma, que la aleja del aspecto cuerpo. Este gran cambio es la resultante de ciertas causas extrañas a la naturaleza del cuerpo, tales como: o egoica está latente en esas formas y el impulso del proceso evolutivo que lleva la vida de Dios existente en todas las formas a una expresión más plena. Debe recordarse que así como la Vida una, en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, pasa a una realización superior, así las células y átomos de Su cuerpo están análogamente influidos, estimulados y desarrollados. A nivel práctico esta Gran ley natural de Transformación graduada al cual aluden estos dos Sutras anteriores, es aplicable no sólo a los fenómenos físicos sino a toda clase de fenómenos en el campo de la psique. Por ejemplo, el carácter bueno o malo de nuestras acciones no hace nuestra vida, pero sí determina la dirección futura de nuestras vidas. La corriente, con su dirección determina continuamente por nuestras acciones y pensamientos y sentimientos. El estudiante preguntará: ¿Qué tiene que ver con la Yoga esta ley de Transformación? Tienen que ver mucho. Como se ha dicho el yogui tiene que trabajar por su liberación con la ayuda de las leyes que operan en el campo de la Materia, y por tanto debe tener una idea clara de esta ley fundamental. Como ha de destruir por completo y para siempre ciertas tendencias profundamente arraigadas en su carácter, debe conocer las causas raíces que produjeron esas tendencias. Debe saber que la mera represión de una tendencia no significa eliminarla, pues permanecerá en forma potencial por un período indefinido y luego volverá a levantar cabeza cuando se presenten condiciones propicias. 472 Libro IV De nada sirve retirar únicamente las causas excitantes. Hay que retirar también las predisponentes. La tendencia moderna es a tratar solamente con las causas superficiales, y salir del paso de cualquier manera. Esto no nos conduce a ninguna parte, y nos pone continuamente ante las viejas dificultades bajo nuevas y diferentes formas. 473 Libro IV Emergencia y dominio de la mente (IV.4-IV.6) 4. La conciencia del "yo soy" es responsable de la creación de los órganos mediante los cuales se disfruta del sentido de individualidad. Aquí tenemos la clave de la manifestación misma, la razón de todas las apariencias. Mientras la conciencia de cualquier entidad (solar, planetaria o humana) se dirija externamente hacia los objetos del deseo, hacia la existencia sensoria, la experiencia individual, la vida de percepción y el goce de los sentidos, se crearán vehículos u órganos, mediante los cuales el deseo pueda satisfacerse, la existencia materializada disfrutarse y los objetos percibirse. Ésta es la gran ilusión, que mantiene alucinada a la conciencia, y mientras el espejismo ejerza algún poder, la ley de renacimiento hará que la conciencia se manifieste en el plano de la materia. La voluntad de ser y el deseo de existir, es lo que lleva externamente hacia la luz al Cristo cósmico, que actúa en el plano material por medio del sistema solar, y al Cristo individual, que actúa por intermedio de la forma humana. En las primeras etapas, la conciencia de "yo soy" crea formas inadecuadas de materia para la plena expresión de los poderes divinos. A medida que la evolución avanza, estas formas son cada vez más adecuadas, hasta que los "órganos" creados permiten al hombre espiritual disfrutar del sentido de individualidad. Una vez alcanzada esta etapa, llega la gran comprensión de la ilusión La conciencia despierta al hecho de que en la forma, en la percepción sensoria y en la tendencia a exteriorizarse, no hay gozo ni placer reales; entonces inicia un nuevo esfuerzo caracterizado por el retraimiento gradual de esa tendencia y la abstracción del espíritu de la forma. Puesto que uno de los propósitos de este CUARTO LIBRO es dilucidar la naturaleza de ―Citta‖ o ―Naturaleza Mental‖, Patanjali trata aquí la cuestión de la creación de ―mentes artificiales‖. Existe la 474 Libro IV ―mente natural‖ con la que el individuo trabaja y evoluciona en los campos de la Materia durante el largo curso de su ciclo evolutivo. Esa mente, que opera por medio de un juego de vehículos, es un producto de la evolución, lleva las impresiones de todas las experiencias por las que ha pasado en vidas sucesivas, y dura hasta que se alcanza Kaivalya (Liberación). Pero durante el curso de adiestramiento yoguíco, cuando el yogui ha adquirido el poder de practicar Samyama y manipular las fuerzas de los planos superiores, le es posible crear cualquier número de vehículos mentales por duplicación, vehículos que son una copia exacta del que normalmente usa. Surge la pregunta: ¿Cómo crea esas ―mentes artificiales‖? Este Sutra nos dice que estas mentes artificiales, con su mecanismo apropiado, son creadas por la ―Ego-idad‖ solamente, o sea por aquel principio de individualidad que forma el núcleo del Alma Individual y mantiene en un estado integrado todos los vehículos de consciencia que funcionan en diferentes niveles. Esta ―Ego-idad‖ es el principio que produce el egoísmo y otros fenómenos relacionados que tratamos ampliamente en el sutra II-6, cuando nos identificamos con los diferentes vehículos. El yogui avanzado que puede controlar este principio tiene el poder de establecer cualquier número de centros de conciencia independientes, para su uso. Y tan pronto como se establece uno de esos centros se materializa automáticamente una ―mente artificial‖, en torno de él. Es un duplicado exacto de la ―mente natural‖ en la que él funciona normalmente, y perdura mientras él quiere mantenerlo. En el momento en que le retira su voluntad, esa ―mente artificial‖ desaparece instantáneamente. El automatismo implicado en la creación de una ―mente artificial‖ no puede comprenderse adecuadamente a menos que captemos claramente la ley natural enunciada en el sutra IV-2 y 3. Probablemente es por ello que Patanjali inserta esos dos Sutras antes de tratar el problema de las ―mentes artificiales‖. 475 Libro IV 5. La conciencia (la mente original) es una, no obstante, produce las variadas formas de los muchos. Aquí Patanjali presenta la fórmula básica que sirve para explicar no sólo el propósito y la razón de la manifestación misma, sino que abarca, en una breve frase, el estado de ser de Dios, del hombre y del átomo. Tras todas las formas se halla la Vida una; dentro de cada átomo (solar, planetario, humano y elemental) se encuentra una existencia sensible; tras la naturaleza objetiva, suma total de todas las formas, en todos los reinos de la naturaleza, tenemos la realidad subjetiva, que esencialmente es un todo unificado o unidad, que produce los muchos diversificados. Lo homogéneo es la causa de lo heterogéneo, la unidad produce diversidad, el Uno es responsable de los muchos. Esto lo podrá apreciar más inteligentemente el estudiante, si sigue la regla de oro que revela el misterio de la creación y si se estudia a sí mismo. El microcosmos revela la naturaleza del macrocosmos. Descubrirá que el hombre real o espiritual, el pensador o la Vida una, en su diminuto sistema, es responsable de la creación de sus cuerpos, mental, emocional y físico, sus tres aspectos inferiores, la "sombra" de la Trinidad, así como su espíritu, alma y cuerpo, son reflejos de los tres aspectos divinos, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Se dará cuenta que es responsable de la formación de todos los órganos de su cuerpo y de todas las células, de las cuales ellos están compuestos; a medida que profundice cada vez más su problema, llegará a percibir que su conciencia y vida se compenetran, siendo él por lo tanto responsable de incontables miríadas de diminutas vidas infinitesimales, y la causa de su agrupamiento en órganos y formas, y también la razón por la cual tales formas se mantienen en existencia. Gradualmente, surge de él una verdadera comprensión del significado de las palabras: "Hecho a imagen de Dios". Su "conciencia es una y, sin embargo, ha producido las variadas formas de los muchos", dentro de su pequeño cosmos; lo 476 Libro IV que es verdad respecto a él lo es también de su gran prototipo el Hombre celestial, el Logos planetario, e igualmente del prototipo de Su prototipo, el gran Hombre de los Cielos, el Logos solar, Dios manifestado por medio del sistema solar. Estas diversas mentes que actúan en dichos diferentes cuerpos son mentes artificiales, y también son artificiales los cuerpos, es decir, mentes y cuerpos elaborados. La materia y la mente son como dos inagotables almacenes, y el yogui sabe cómo gobernarlas. Este secreto es propiedad de todo hombre, pero se les ha olvidado, y cuando lleguen a yoguis lo recordarán. Entonces será posible modelar la materia y la mente en cualquier forma que convenga. El material de que se elabora una mente .artificial es el mismo que se emplea en la construcción del macrocosmos. No se ha de entender que la mente sea una cosa y la materia otra sino que son distintos aspectos de la misma cosa. Asmita, la egoidad, es el material, el sutil estado de existencia del que elaboran los yoguis sus mentes y cuerpos artificiales. Por lo tanto, cuando el yogui descubre el secreto de las energías de la naturaleza, puede elaborar cuantos cuerpos y mentes quiera, de la substancia llamada egoidad. Debe notarse también que las ―mentes artificiales‖ actúan no sólo como instrumentos de la mente natural sino también como avanzadas de la conciencia del Espíritu (la Mónada o el Ser Divino). El Sutra se refiere a ambas clases de actividades, las de los Organos Conocedores y las de los Organos de Acción, o sea las funciones perceptoras y operativas de la conciencia. 477 Libro IV 6. Entre las formas que la conciencia asume, sólo las que resultan de la meditación están libres de karma latente. Las formas son el resultado del deseo. La correcta meditación es un proceso puramente mental, donde no tiene cabida el deseo. Las formas son el resultado de un impulso o tendencia hacia afuera. La meditación es el resultado de la tendencia introspectiva, de la capacidad de abstraer la conciencia de la forma y de la sustancia, y centrarla en sí misma. La forma es el efecto producido por la naturaleza, amor o deseo, del ente consciente; la meditación es productora de efectos y tiene relación con la voluntad o aspecto vida del hombre espiritual. El deseo produce efectos, y los órganos de la conciencia sensoria quedan inevitablemente regidos por la ley de causa y efecto, o de karma, que rige la relación de la conciencia-forma. Cuando el proceso de la meditación se extiende y practica correctamente, requiere que la conciencia del hombre espiritual se aparte de todas las formas en los tres mundos, y que él se separe de todas las percepciones y tendencias sensorias. Así en el momento de meditación pura, está libre de ese aspecto del karma que se refiere a la producción de efectos. Temporariamente, está tan abstraído, que su pensamiento, perfectamente concentrado, sin relación alguna con los tres mundos, no exterioriza vibraciones ni se relaciona con forma alguna y tampoco afecta a la sustancia. Cuando esta meditación concentrada se convierte en hábito y en actitud diaria normal de su vida, el hombre se libera de la ley de karma. Entonces se da cuenta de los efectos que todavía se han de eliminar, aprende a no crear nuevos ni iniciar acción alguna que pueda "crear órganos" en los tres mundos. Mora en el plano de la mente, persiste en la meditación, crea por un acto de la voluntad y no por su impotencia ante el deseo; es un "alma libre", un amo, un hombre liberado. 478 Libro IV Las ―mentes artificiales‖ son duplicados exactos de la mente natural, pero difieren de ella en un aspecto fundamental: que no llevan en sí ninguna Impresión de Tendencias o Karmas, las cuales son parte integral de la mente natural. La mente natural es fruto del crecimiento evolutivo y es la depositaria de las Impresiones de todas las experiencias por las que ha pasada durante el curso de sucesivas vidas. Estas Impresiones en su totalidad son ―el vehículo del Karma‖ de que se trato en II-12. Las ―mentes artificiales‖ creadas por el poder volitivo del Yogui están libres de estas Impresiones, y es fácil ver por qué. Son meramente creaciones temporales que desaparecen tan pronto como está terminado el trabajo para el cual se las crea. Una firma comercial abre una sucursal en otra localidad para un propósito particular; aunque se efectúan transacciones en la nueva sucursal, todas las cuentas y demás se manejan en la oficina principal; la sucursal no es sino auxiliar de la principal y no tiene realmente un estado independiente. Una relación semejante es la que existe entre las ―mentes artificiales‖ y la mente natural única. 479 Libro IV Acciones y karma (IV.7-IV.8) 7. Las actividades del alma liberada están libres de los pares de opuestos. Las de otras personas son de tres tipos. Este aforismo presenta la enseñanza en conexión con la ley del karma, en forma tan estrictamente oriental, que confunde considerablemente al estudiante occidental. Un análisis del significado de estas palabras, y el estudio del comentario del gran instructor Vyasa, podrán servir para dilucidar el significado. También debe tenerse en cuenta que en este Libro Cuarto son tratadas las excelsas etapas de conciencia alcanzadas por quienes han practicado los ocho métodos de Yoga y experimentado los efectos de la meditación, detallados en el Libro Tercero. El yogui es ahora un hombre liberado, emancipado de las condiciones de la forma y enfocado en su conciencia, fuera de los límites de los tres mundos del esfuerzo humano. Ha alcanzado la región del pensamiento puro y puede mantener su conciencia desligada y libre de deseo. En consecuencia, aunque formula ideas y puede practicar poderosas meditaciones y dirigir y controlar las "modificaciones del principio pensante", no crea condiciones que lo puedan retrotraer al vórtice de la existencia del plano inferior. Está libre del karma, nada origina, ni efecto alguno puede atarlo a la rueda del renacimiento. Vyasa, en su comentario, indica que el karma (o acción) es de cuatro tipos: 1. La actividad de tipo maligno, pernicioso y depravado. Se denomina negra. Esta acción es producto de la ignorancia más profunda, el materialismo más denso o la deliberada elección. Si es resultado de la ignorancia, el desarrollo del conocimiento trae, gradualmente, un estado de conciencia en el cual ya no se conocerá este tipo de karma. Cuando el materialismo denso produce lo que llamamos acción errónea, el desenvolvimiento gradual de la conciencia espiritual cambiará la oscuridad en luz, siendo el karma nuevamente anulado. Sin embargo, cuando es resultado de deliberada elección o que se ha preferido la ac480 Libro IV ción errónea, a pesar del conocimiento, y desafiando la voz de la naturaleza espiritual, este tipo de karma lleva a lo que el ocultista oriental llama "avitchi", o la octava esfera, sinónimo de la frase "alma perdida" del cristianismo. Sin embargo, dichos casos son excesivamente raros y se relacionan con el sendero de la izquierda y la práctica de la magia negra. Aunque esta condición implica separación del principio más elevado (el espíritu puro, de sus dos expresiones, el alma y el cuerpo, o de los seis principios inferiores), no obstante, la vida misma permanece y, después de la destrucción del alma en "avitchi", se le ofrecerá un nuevo ciclo de devenir. 2. Esa actividad que no es totalmente buena ni mala, descrita como blanca-negra. Concierne a la actividad kármica del hombre común, regido por los pares de opuestos, y cuya experiencia de la vida se caracteriza por su oscilación entre lo bondadoso, inofensivo y resultado del amor, y lo malo, dañino y resultado del odio. Vyasa dice: “Lo blanco-negro es producido por medios externos, pues en ellos el vehículo de las acciones se desarrolla causando dolor a otros o actuando bondadosamente”. Por lo tanto, evidentemente, el progreso de la unidad humana y sus acciones, dependen de la actitud hacia los demás y del efecto producido en ellos. De esta manera también se produce el retorno a la conciencia grupal, y así se contrarresta o se genera el karma. También la oscilación del péndulo entre estos pares de opuestos se ajusta gradualmente hasta alcanzar el punto de equilibrio, y el hombre actúa correctamente, porque la ley del amor o del alma lo dirige desde arriba, y no porque el deseo bueno o malo lo atraiga en cualquier sentido. 3. El tipo de actividad denominado blanco. Es el tipo de pensamiento viviente y del trabajo practicado por el aspirante y el discípulo. Caracteriza la etapa del sendero que precede a la liberación. Vyasa la explica de la manera siguiente: 481 Libro IV "Lo blanco es de quienes emplean los métodos de superación, estudio y meditación. Esto depende sólo de la mente y no de medios externos; por lo tanto, su práctica no daña a otros". Se comprenderá, en consecuencia, que estos tres tipos de karma se relacionan directamente con: a. El plano del materialismo ........................ el plano físico. b. El plano de los pares de opuestos ........... el plano astral. c. El plano del pensamiento enfocado ........ el plano mental. 4. Aquellos cuyo karma es blanco, son los que por haber progresado en el equilibrio de los pares de opuestos, están. ahora dedicados al proceso de su propia emancipación inteligente y consciente: de los tres mundos, haciéndolo por medio de: a. El estudio o desarrollo mental, comprendiendo la ley de la evolución v la naturaleza de la conciencia y su relación, por un lado con la materia y por otro con el espíritu. b. La meditación o control de la mente, creando así el mecanismo por el cual el alma controla los vehículos inferiores, haciendo posible la revelación del reino del alma. c. La inofensividad. Ninguna palabra, pensamiento y acción causan daño a esas formas a través de las cuales se expresa la vida de Dios. El último tipo de karma se describe como ni blanco ni negro. No se genera ningún karma, ni se producen efectos causados por el yogui, que podrían servir para retenerlo en el aspecto forma de la manifestación. Actuando, como lo hace, desde el punto de vista del desapego, sin desear nada para sí, su karma es nulo y sus actos no producen efectos sobre él. Tengamos presente que este Sutra es para los verdaderos yoguis o discípulos que han aprendido la técnica de la Acción-sin-deseo, característica esencial del KarmaYoga. Como dice el Bhagavad Gita: cuando así actúa ―..todos los Karmas son consumidos en el fuego de la Sabiduría‖. 482 Libro IV 8. De estos tres tipos de karma emergen las formas necesarias para la fructificación de los efectos. Cada vida que viene a la manifestación física, tiene latentes esos gérmenes o simientes que deben fructificar y son la causa eficiente de la aparición de la forma. Estas simientes fueron sembradas y deben fructificar. Son las causas o skandas que producen los cuerpos en que se han de manifestar los efectos. Son los deseos, impulsos y obligaciones que retienen al hombre en la gran rueda, que siempre gira y lo lleva a la existencia del plano físico, para que, de acuerdo a la ley, fructifiquen todas esas simientes que podrá manipular en determinada vida. Son los gérmenes subjetivos que producen la forma donde fructifican, maduran y alcanzan su culminación. Si las simientes kármicas son negras, el hombre será extremadamente egoísta, materialista e inclinado al sendero de la izquierda; si blanco-negras, proporcionarán una forma adecuada para el cumplimiento de sus obligaciones, deudas, deberes e intereses y la satisfacción de sus deseos. Cuando son blancas tienden a construir el último cuerpo que se destruye, el causal, el Templo de Salomón, el Karana Sarira del ocultista. Este cuerpo, en la liberación final, se destruye también, y nada separa entonces al hombre de su Padre en los Cielos ni lo retiene vinculado al plano material inferior. Vivekananda comenta al respecto: Supongamos que yo he contraído las tres clases de karma bueno, malo y entreverado. Supongamos que muero y llego a ser un dios en el cielo. Los deseos en un cuerpo de dios no son los mismos que los deseos en un cuerpo humano. El cuerpo de un dios no come ni bebe. ¿Qué es de mis pasados karmas resultantes del deseo de comer y beber? ¿Qué se hace de estos karmas cuando yo llegue a ser un dios? La respuesta es que los deseos sólo pueden manifestarse en su propio ambiente. Sólo se manifestarán los deseos apropiados al ambiente y los demás quedarán en reserva. Durante la vida terrena tenemos deseos divinos, deseos humanos y deseos animales. Si me revisto de un 483 Libro IV cuerpo divino, sólo se manifestarán los buenos deseos, porque les conviene el ambiente que me rodea. Si me revisto de un cuerpo animal, sólo se manifestarán los deseos animales, y los buenos deseos permanecerán en espera. ¿Qué demuestra esto? Que por medio del ambiente podemos contrarrestar los deseos. Solamente se manifestará el karma adecuado al ambiente. Esto demuestra que el poder del ambiente es capaz de regir el karma. Para designar este poder que opera en todos los niveles de la mente, existe en sánscrito la palabra Vasana que puede traducirse aproximadamente como Deseo Potencial. Y así como Citta (naturaleza mental) es el medio universal para la expresión del principio mental, así Vasana es el poder universal que mueve a la mente y produce la continua serie de transformaciones que aprisionan la consciencia. Este sutra alude a esas tendencias para no solamente el principio del Deseo en su sentido más amplio, sino también las tendencias y Karmas que este principio genera en los diferentes planos. Pues el Deseo y los Karmas y tendencias que él produce forman un círculo vicioso en el que se entretejen causas y efectos y es difícil separarlos. Cuanto más elevado sea el Yogui más poder tiene para determinar el patrón de sus vidas. 484 Libro IV Impresiones subliminales (IV.9-IV.12) 9. Existe idéntica relación entre la memoria y la causa productora de efectos, aún cuando estén separadas por la especie, el tiempo y el lugar. Una paráfrasis de este aforismo servirá para elucidarlo, y puede expresarse de la manera siguiente: No importan la raza, el continente pretérito o presente, donde haya pasado la vida, lo que dista esa vida ni cuántos miles de años hayan transcurrido, la memoria permanece en el alma o ego. A su debido tiempo, bajo adecuados ajustes, toda causa entonces iniciada, tiene inevitablemente que manifestarse en efectos, y estos efectos aparecerán en alguna vida. Nada puede impedirlo ni detenerlo. Charles Johnston lo expresa en su comentario, con las siguientes palabras: "En forma análoga, el mismo poder selectivo que todo lo rige, un rayo del yo superior, reúne en diferentes nacimientos, épocas y lugares, las imágenes mentales concordantes que pueden ser agrupadas en la estructura de una sola vida o acontecimiento Mediante este agrupamiento se producen condiciones corporales visibles o circunstancias externas, mediante las cuales el alma aprende y se estrena. Así como las imágenes mentales dinámicas del deseo maduran en las condiciones y circunstancias corporales, también los poderes más dinámicos de la aspiración, donde el alma llega hasta el Eterno, fructifican en un mundo más sutil, construyendo la vestidura del hombre espiritual". Sucede muy frecuentemente que una persona ejecuta cierta acción, pero que debido a que el Karma de esa acción no puede agotarlo en esa misma encarnación por no presentarse las condiciones adecuadas, la Individualidad tendrá que agotar ese Karma bajo otra encarnación en una vida posterior, pero esa siguiente encarnación no tiene el recuerdo de la acción particular que generó los efectos kármicos que esta experimentando ahora. Sin embargo así sucede, ya que para los Señores del Karma el Individuo es el mismo, sólo que con diferente ropaje. 485 Libro IV 10. Por ser eterno el deseo de vivir, las formas creadas por la mente carecen de principio conocido. Otra frase que podemos emplear respecto a las palabras "deseo de vivir" es "voluntad de adquirir experiencia''. Inherente a las vidas animadoras autoconscientes de nuestro sistema (las existencias humanas y superhumanas) existe este deseo de ser, este anhelo de devenir, este impulso a ponerse en contacto con lo desconocido y distante. Por ser este anhelo cósmico y por depender del punto de vista evolutivo de esa gran Vida en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, y en cuyo cuerpo cada forma sólo es una célula o átomo, resulta imposible comprender su explicación. Lo único que el hombre puede hacer es construir el mecanismo, mediante el cual será posible tal comprensión, y desarrollar los poderes que le permitirán establecer contacto y estar en armonía con lo que reside fuera y dentro de él. Cuando es posible esto, llega a comprender que esos deseos que lo impelen y empujan a la acción, esos anhelos que lo obligan a iniciar variadas actividades, no sólo son algo personal y real, sino parte de la actividad del Todo, del cual él es una diminuta parte. Descubre que la corriente de imágenes mentales, impelidas por el deseo, que ocupan su atención y constituyen el poder motivador de su vida, son formuladas por él mismo, pero también forman parte de la corriente de imágenes mentales cósmicas que surgen de la Mente Universal, resultante de la actividad de ese Pensador cósmico que funciona como la Vida de nuestro sistema solar. Así, la verdad y la enseñanza, formuladas en los tres libros anteriores, sobrepasan la esfera de lo personal y de lo individual y se amplían, extienden y generalizan. Para el ente humano, las imágenes mentales resultantes del deseo y de la actividad del pensamiento, no tienen comienzo conocido. Lo circundan por todos lados; la corriente de su actividad continuamente 486 Libro IV hace impacto sobre él, extrayendo la respuesta que atestigua la existencia del deseo que alberga en sí. En consecuencia, debe iniciar dos nuevas actividades. - Primero, transmutar y trascender los deseos y anhelos de percepción sensoria que posee y, - segundo, emprender la tarea de aislarse y protegerse de la atracción e influencia de las grandes corrientes de imágenes mentales que existen eternamente. Sólo así podrá lograr 'la condición de unidad aislada", según se describe en el Libro III, Af. 50. 487 Libro IV 11. Estas formas las crea y las mantiene unidas el deseo, la causa básica; la personalidad, el resultado efectivo; la vitalidad mental o voluntad de vivir, y el apoyo de la vida u objetivo exteriorizado; cuando éstos cesan de atraer, entonces las formas dejan igualmente de existir. Este aforismo expresa una ley de la naturaleza, y es tan claro que sólo necesita una ligera explicación. No obstante, será conveniente analizar someramente la enseñanza que contiene. Aprendemos que cuatro factores contribuyen a la existencia de las imágenes mentales o formas que vienen a la existencia como consecuencia de la naturaleza de deseos: 1. 2. 3. 4. La causa básica ......................... El efecto o resultado ................ La voluntad de vivir .................. La vida exteriorizada ................ el deseo. la personalidad. la vitalidad mental. el objetivo. Cuando la causa, el deseo, ha producido su efecto, la personalidad o aspecto forma del hombre, la forma persistirá mientras exista la voluntad de vivir. Esta forma se mantiene en manifestación debido a la vitalidad mental. Esto ha sido demostrado repetidas veces en los anales de la medicina, porque se ha comprobado que mientras persiste la determinación de vivir, así será la probable duración de la vida en el plano físico, pero desde el momento en que desaparece tal voluntad, o el interés del morador del cuerpo ya no está centrado en la manifestación de la personalidad, se produce la muerte y tiene lugar la desintegración de la imagen mental, el cuerpo. Resulta interesante observar el significado oculto de las palabras: "el apoyo de la vida u objetivo exteriorizado", porque corrobora la enseñanza ocultista de que la corriente de la vida desciende de la causa originante y descubre su objetivo o manifestación final en 488 Libro IV el cuerpo vital o etérico, verdadera sustancia de todas las formas, constituyendo el apoyo o estructura del vehículo físico denso. Estos cuatro factores pueden muy bien ser divididos en dos grupos o pares de opuestos, la causa y el efecto, la voluntad de ser y la verdadera forma u objeto. Durante un prolongado período en el proceso evolutivo, la apariencia o existencia de la forma es lo único que interesa al morador interno, y la vida exteriorizada se convierte en el único centro de atracción. Pero a medida que la rueda gira y se pasa de una experiencia a otra, se sacia y satisface la naturaleza de deseos, y paulatinamente llega a su fin la creación de imágenes mentales y sus efectos. En consecuencia, la forma deja de existir, y ya no se busca la manifestación objetiva, quedando el hombre liberado de maya o ilusión. Si los Deseos Potenciales forman una corriente continua y no es posible librarse de ellos sin destruirlos, ¿como puede alcanzarse la liberación?. La respuesta ha esta pregunta la dio la teoría de las Kleshas (obstáculos) en la parte dos. Vimos que el proceso cíclico de la manifestación comienza para el espíritu cuando su conciencia se asocia con la materia, y que la acción directa de Avidya (ignorancia, falso conocimiento) produce sucesivamente todos las demás ―obstáculos‖ y todas las miserias de la vida en cautividad. Si la ―ignorancia‖ es la causa primera del cautiverio, y si todo el proceso de continua generación de Deseos Potenciales se apoyan en la ―ignorancia‖, se deduce lógicamente que el único medio efectivo de librarnos del cautiverio es el de destruir ―Avidya‖. Todos los demás medios para acabar con las miserias e ilusiones de la vida, que no destruyan completamente la ―ignorancia‖, pueden a lo sumo ser paliativos, y no pueden conducirnos hasta la ―Iluminación‖. En el segundo libro ya se hablo mucho sobre ―Avidya‖ y como acabar con esa ―ignorancia‖. 489 Libro IV 12. El pasado y el presente existen en realidad. La forma asumida dentro del concepto de tiempo presente, es el resultado de características desarrolladas, conteniendo latentes las simientes de la cualidad futura. Este aforismo presenta los tres aspectos del Eterno Ahora, y observamos que lo que somos hoy es producto del pasado y lo que seremos en el futuro depende de las simientes latentes u ocultas, o sembradas en la actual vida. Lo sembrado en el pasado existe, y nada puede impedir o detener que esas semillas fructifiquen. Tienen que dar fruto en la vida presente, o mantenerse ocultas hasta que un suelo más favorable y una condición más adecuada puedan hacerlas germinar, desarrollar, crecer y florecer a plena luz del día. No hay nada oculto o velado que no sea revelado, ni nada secreto que no llegue a conocerse. Sembrar nuevas semillas e iniciar actividades que han de fructificar en fecha posterior es, no obstante, algo diferente, que está totalmente bajo el control del hombre. Practicando el desapasionamiento y el desapego y controlando rígidamente la naturaleza de deseos, el hombre puede reorientarse, de modo que su atención no será atraída externamente por la corriente de imágenes mentales, sino retraída y centralizada fijamente en la Realidad. Esto se intenta, primeramente, por el control del vehículo mental, la mente, y por la conquista de las modificaciones del principio pensante; luego prosigue la utilización de ese mecanismo y su aplicación en la correcta dirección a fin de alcanzar el conocimiento del reino del alma, en vez del reino de la materia. Así también se alcanza la liberación. Este uno de los Sutras más importantes e interesantes de esta parte cuarta, porque arroja luz sobre un problema fundamental en filosofía. Todas las escuelas de Yoga dan por sentado que existe una realidad que sustenta el mundo fenomenal. De hecho, el propósito 490 Libro IV de la yoga es buscar y descubrir esa realidad. Esta realidad trasciende el tiempo y sin embargo se expresa en el tiempo. La serie de eventos que ya ha tenido lugar y que se ha convertido en el pasado, representa el trayecto que la Coraza del Tiempo ha recorrido hasta ahora. Esos eventos han quedado fijos y pasan a formar parte de la Memoria de la Naturaleza en los registros Akásicos. Más ¿que sucede con los eventos que todavía están en la matriz del futuro?, ¿que forman van a tomar esos eventos cuando a su turno se conviertan en el pasado? Puesto que estos eventos no serán el resultado de un destino rígido inexorable, el camino que tomen debe estar indeterminado hasta cierto punto por lo menos. Debe haber cierta libertad, si hay libertad de opción y si la Libre Voluntad tiene sitio en el esquema de las cosas. Desde luego que existen fuerzas que operan en este campo, fuerzas que determinan hasta cierto punto la dirección en que los eventos se moverán, por ejemplo, la presión de las fuerzas evolutivas. Existe la fuerza directriz del Plan Divino, con arquetipos para cada esfera de desarrollo. Existe la tremenda presión del poder potencial de nuestras innatas tendencias instintivas, tanto en el reino de la materia como en el de la mente. Pero dentro de las limitaciones impuestas por esas fuerzas que tienden a modelar el futuro, existe cierta libertad de movimiento que permite que el futuro se desarrolle a lo largo de una de las muchas líneas posibles que se abren a cada momento (Dharmas). De esta manera es como en el mundo de lo relativo, los eventos se mueven hacia su consumación final, influidos por el modelo divino y también por el impulso del pasado. Éstos caminos que siguen los eventos del mundo fenomenal no obedecen a causas puramente mecánicas, como quisieran hacernos creer los materialistas. Conducen hacia el cumplimiento del designio divino. El mundo fenomenal no obedece meramente a una ley de necesidad mecánica para obtener su propio beneficio sino que existe para cumplir un designio eterno. Existe para producir ciertos ―cambios‖ en los mundos espirituales internos. Usar la palabra ―cambios‖ en conexión con lo 491 Libro IV Eterno, es incongruente seguramente, el estudiante debe comprender que lo usamos a faltar un término que indique más adecuadamente aquella reacción sutil y misteriosa que nuestra vida en el mundo fenomenal produce sobre nuestro ser eterno. El objeto de las reencarnaciones por las que tiene que pasar toda alma humana en los mundos inferiores, es el desarrollo de la perfección que está latente en ella. Las diferentes series de experiencias por las que el alma pasa vida tras vida, van desarrollando gradualmente su naturaleza espiritual, llevándola hacia la percepción que culmina en la liberación completa. Ahora bien, el tipo y la cantidad de esas experiencias no importan realmente, con tal de que alcance su objetivo. Un individuo puede necesitar 100 vidas de experiencias muy intensas y penosas, o mil vidas de experiencias de tipo enteramente diferentes, para alcanzar su perfección. El camino no hay proceso es alcanzar la meta. El camino va por el mundo de los fenómenos, es irreal e ilusorio, mientras que el objetivo, la meta, están el mundo de lo eterno que es real. Esta posibilidad de seguir diferentes caminos es lo que le permite al Yogui acortar el proceso de su desenvolvimiento en los mundos fenomenales y alcanzar la perfección en el tiempo más corto posible. No está obligado a ir por el camino largo y tendido que la humanidad en conjunto está hollando para su evolución. El Yogui puede salirse de ese camino ancho y tomar el sendero ascendente, corto y difícil, hacia la cumbre de la montaña, o sea el camino de la Yoga. pero si está resuelto a irrumpir a través del mundo de fenómenos hacia el mundo de la Realidad, debe antes comprender la naturaleza de sus fenómenos y la manera como la mente los percibe. Es por eso que Patanjali trata este asunto en este sutra. 492 Libro IV Objetos y los tres gunas (IV.13-IV.14) 13. Las características estén latentes o en potencia, participan de la naturaleza de los tres gunas (o cualidades de la materia). Las gunas son las tres cualidades: sattva, rajas y tamas cuya grosera manifestación es el universo sensible. El pasado y el futuro provienen de los diferentes modos de manifestación de estas gunas. Las características son, en realidad, las cualidades, capacidades y facultades que el hombre manifiesta o puede manifestar (dadas las condiciones adecuadas). Son, como hemos visto, el resultado o los efectos de su experiencia pasada, acumulada durante todo el ciclo de vidas hasta la fecha. Los efectos de los contactos, desenvolvimientos y desarrollos que lo han regido, desde los albores de su individualidad hasta el ciclo actual de vida, han producido lo que es y lo que tiene en la actualidad. Debe tenerse en cuenta que estos factores que se resumen en el término general de "características", conciernen a la forma y a su respuesta a la vida espiritual inmanente. Se producen con la misma rapidez con que el Morador Interno espiritual puede plasmar su impronta sobre la sustancia de esas formas, obligarlas a cumplir su voluntad, controlarlas y someterlas. La forma tiene ciertas actividades vibratorias propias, inherentes a su naturaleza. Identificándose con la forma y utilizándola, el Morador Interno desarrolla dos series de características. Una serie se manifiesta en el yo inferior, y concierne a la adaptabilidad de la forma, a la influencia interna y al medio ambiente externo. La otra concierne a las tendencias, impulsos y deseos que tienden a afectar, permanentemente, al cuerpo del yo superior o causal. De allí que estas características tengan, en ambos casos, que ver con el ritmo o gunas de la materia. 493 Libro IV Podría decirse que todo cuanto somos es producto del pasado y se manifiesta como característica de la forma de la personalidad. Lo que seremos en la próxima encarnación lo determina la capacidad del verdadero hombre para ejercer influencia sobre ese yo personal, obligarlo a cumplir fines elevados y elevar su grado de vibración. Una cosa es el hombre cuando viene a la encarnación y otra cuando sale de ella, porque entonces es el producto del pasado, además de lo realizado en la vida presente; lo adquirido bajo el gran impulso evolutivo lo ha llevado inevitablemente a una condición sáttvica o rítmica armoniosa, y lo ha alejado de la condición tamásica de inercia, de inmovilidad. Esto se obtiene imponiendo las características de actividad, el guna intermedio, que predominantemente regula la actividad externa e impulsa al hombre hacia la experiencia sensoria. Puesto que las tres GUNAS son los tres principios fundamentales del movimiento (inercial, movilidad, vibración), y puesto que la base de la manifestación de toda clase de Dharmas está el movimiento de uno u otro tipo, se deduce que estos Dharmas debe depender de la naturaleza de las gunas. Pero lo que este sutra afirma es de un carácter omniabarcante; comprende no solamente las propiedades físicas que podemos conocer con nuestros sentidos físicos, sino también las propiedades sútiles pertenecientes a mundos más sútiles. Cobija dentro de su alcance pensamientos, emociones y toda clase de fenómenos que implican propiedades. Al decir "inmanifestadas" cubre no solamente propiedades relacionadas con planos más sutiles, sino también las que aún no se han manifestado y se encuentran latentes. La única diferencia entre propiedades latentes y propiedades manifestadas, es que las manifestadas son el resultado de combinaciones particulares de gunas en acción, mientras que las latentes son combinaciones teóricas de gunas que todavía están inactivas pero existen potencialmente en la Materia. Millares de nuevos compuestos se están produciendo cada año en el campo de la química. Cada uno de ellos representa una nueva combinación de Gunas que estaba latente y que 494 Libro IV sólo ahora se manifiesta. La Materia es como un órgano que tiene la potencialidad de producir una innumerable cantidad de sonidos o notas. Las propiedades manifestadas son las notas que se tocan y quedan su sonido específico; las propiedades inmanifestadas son las notas que están salientes, en reposo. Pero todas están allí, dispuestas a brotar en cualquier momento a desempeñar su papel en los fenómenos que están ocurriendo por doquier y a todo momento. 495 Libro IV 14. La manifestación de la forma objetiva se debe a la centralización de la causa que produce efectos (la unificación de las modificaciones de la sustancia mental o chitta). El impulso hacia la evolución, o apropiarse de una forma, es tan dominante y el resultado del pensamiento egoico está tan centralizado, que resulta inevitable la manifestación objetiva. La sustancia mental o chitta (en el gran proceso de apropiarse de una forma) está tan completamente unificada, y el deseo de experimentar por medio de contactos en el plano físico es tan dominante, que todas las modificaciones de la mente van dirigidas hacia el mismo objetivo. Cuando la condición se invierte y el hombre en el plano físico efectúa su propia liberación, lo hace por el mismo método, o sea la centralización y unificación. Ciertas frases relacionadas con el simbolismo de la estrella de cinco puntas, en El Antiguo Comentario, aclaran esto: "La sumersión es hacia abajo, hacia la materia. El punto desciende, precipitase a través de la esfera acuosa y penetra en lo inerte, inmóvil, oscuro, silencioso y remoto. El punto de fuego y de piedra se unen, alcanzándose la armonía y unión en el sendero descendente". "El vuelo es hacia arriba, al espíritu. El punto asciende, elevando a los dos que están detrás, y los tres y los cuatro se extienden hasta aquello que está detrás del velo. El agua no consigue apagar el punto de fuego; de esta manera el fuego se une al fuego y se fusionan. Se logra armonía y unión en el arco ascendente. Así el Sol se desplazará hacia el norte". Cualquiera que conozca algo sobre ciencia sabrá que todo objeto material puede descomponerse en sus componentes físicos, químicos, atómicas, etc. Y que éstos se resulten finalmente en diferentes clases de fuerzas y movimientos, no quedando nada ―material‖ en el sentido usual de la palabra. Todo es un juego de diferentes clases de fuerzas y movimientos donde las tres gunas se transforman incesantemente. 496 Libro IV La mente percibe objetos (IV.15-IV.17) 15. Ambas, conciencia y forma, son distintas y están separadas; aunque las formas sean similares, la conciencia puede funcionar en diferentes niveles del ser. Este aforismo no debe considerarse separado del posterior, el cual afirma que la Mente una o Vida una, es la potente causa de todas las mentes y vidas menores diferenciadas. Esto debe tenerse siempre en cuenta. En este aforismo van implícitas tres ideas principales. Primero, que hay dos líneas principales de evolución; una concierne a la materia y la forma, la otra al alma, el aspecto conciencia, el pensador en manifestación. Cada uno de estos senderos de progreso difieren, cada uno sigue su curso. Como ya se ha observado, durante un prolongado periodo de tiempo, el alma se identifica con el aspecto forma y trata de seguir el "Sendero de la Muerte", porque en efecto, para el pensador ese es el sendero oscuro. Más tarde, por medio de un gran esfuerzo, cesa esta identificación; el alma se hace consciente de sí misma y de su propio sendero o dharma; entonces sigue el camino de la luz y de la vida. Sin embargo, debe tenerse siempre en cuenta entre ambos aspectos, que el propio sendero de cada uno es el de la derecha, y que los impulsos ocultos en el vehículo físico o en el cuerpo astral, no son en sí malos. Son malos, desde cierto ángulo, cuando se tergiversa su correcto empleo. La comprensión de esto condujo a exclamar al discípulo, según el Libro de Job: "He pervertido lo que era correcto". Las dos líneas de desenvolvimiento son separadas y distintas. Ésta es una de las cosas que el aspirante debe aprender. Cuando el aspirante ha comprendido esto, trata de ayudar a la evolución de sus formas de dos maneras: primero, negándose a identificarse con ellas y, segundo, estimulándolas. Aplicando la fuerza espiritual también se dará cuenta de la etapa de evolución en que 497 Libro IV se encuentran sus hermanos, y no criticará lo que para él constituirían acciones erróneas y para ellos es la actividad natural de la forma, durante el ciclo en que forma y alma están identificadas y se consideran una misma cosa. La segunda línea principal de pensamiento, implicada en el aforismo 15, es más difícil de expresar. Proporciona color y veracidad a la controversia de muchos pensadores, de que las cosas existen y tienen forma y actividad sólo en la medida que la mente del pensador las formula. En otras palabras, mediante las modificaciones de nuestro principio pensante construimos nuestro propio mundo y creamos nuestro propio ambiente. La deducción, por lo tanto, es que (dada una sustancia básica espíritu-materia) la entretejemos en formas, por nuestros propios impulsos mentales. Otros perciben lo que nosotros vemos, porque algunas de las modificaciones de sus mentes son análogas a las nuestras y sus reacciones e impulsos, similares en cierto aspecto. Sin embargo, dos personas no ven un objeto exactamente de la misma manera. Las cosas o formas de materia existen realmente; han sido creadas o están en proceso de creación, y de ellas son responsables alguna mente o varias mentes. Entonces surge la cuestión de quién es responsable de las formas mentales que nos circundan. El comentario y la traducción de Dvivedi apoya más esta segunda línea de pensamiento que la paráfrasis de el Tibetano; sería de valor que la estudiáramos, porque cuando muchas mentes encaran un problema, permite apreciarlo en su magnitud, se evitan las superficialidades y vanas conclusiones y se hace posible el acercamiento a la verdad. El punto de vista sintético está más cerca de la verdad que el especializado. Dvivedi dice: "Aunque las cosas son similares, la causa de la mente y de las cosas es distinta debido a las diferencias de las mentes". "Las consideraciones precedentes establecen, de manera indirecta, la existencia de cosas como objetos externos a la mente. Los Vijnanavadi Budas, al sostener que las cosas sólo son reflejos de 498 Libro IV nuestro principio pensante, pondrían objeciones a ese punto de vista. La objeción no resistiría al análisis, porque la existencia de cosas separadas del principio pensante es real. Aunque existe, ciertamente, la similitud completa entre objetos del mismo tipo, aún así, el modo en que los objetos afectan a la mente y en que es afectada por ellos, es enteramente distinta. En consecuencia, los objetos existen fuera del principio pensante. Aunque los objetos son similares, no se presentan a mentes diferentes bajo la misma luz, lo cual demuestra que están separados de la mente. También muchas veces oímos decir a algunas personas que han visto un mismo objeto como lo han visto otras. Esto probaría que a pesar de que el objeto es uno solo, los conocedores son muchos. Esta circunstancia demuestra la diferencia entre el objeto y la mente. Asimismo, el vidente y lo visto, o sea la mente y el objeto, o el instrumento de conocimiento y el objeto de conocimiento, no pueden ser uno y el mismo, porque entonces todo conocimiento característico sería una imposibilidad, lo cual es absurdo. La tentativa de solucionar esta dificultad, diciendo que el eterno Vasana de la forma de los objetos externos es la causa de nuestro conocimiento característico, es inútil, pues lo que se ha debilitado por sí mismo no puede convertirse en causa. Por lo tanto la existencia objetiva debe aceptarse como independientemente del sujeto. Tampoco cabe imaginar cómo una sola sustancia, prakriti (la Materia), puede producir, en este caso, toda la multiplicidad de diferencias en nuestra experiencia, porque los tres gunas y sus diversas combinaciones, en diferentes grados, lo justifican suficientemente. En el caso de los yoguis adecuadamente iluminados, es natural que cuando el conocimiento ha producido en ellos el supremo Vairagya, no se preocupen de los gunas, los cuales también alcanzan un estado de equilibrio y no producen efecto". 499 Libro IV La tercera línea de pensamiento se refiere más específicamente al aspecto comprensión, o a la percepción del pensador inmanente, por lo tanto tiene un valor práctico inmediato para el estudiante de Raja Yoga, la cual implica ciertas preguntas que se pueden formular de la manera siguiente: 1. ¿En qué nivel del ser o de comprensión (porque la idea es idéntica para el estudiante ocultista) actuó? 2. ¿Me identifico con la forma o con el alma? 3. ¿Qué sendero sigo, el superior del alma o el inferior de la materia? 4. ¿Me encuentro en un período de transición, donde mi comprensión se está transfiriendo de la conciencia inferior a la superior? 5. Aunque esté en el cuerpo, ¿es éste meramente un instrumento y estoy despierto en otro plano de percepción? 500 Libro IV 16. Las numerosas modificaciones de la mente una, producen las diversas formas que, para subsistir, dependen de esos numerosos impulsos mentales. En estas palabras, todo el concepto pasa de la esfera particular al reino de lo universal. Nos pone frente a los impulsos cósmicos y solares y evidencia la insignificancia y pequeñez de nuestro problema individual. Toda forma en manifestación es el resultado del pensamiento de Dios; todo vehículo objetivo, por medio del cual fluyen los impulsos vitales del universo, es producido y mantenido en manifestación objetiva, por la constante afluencia de corrientes mentales que emanan de un solo y maravilloso pensador cósmico. Sus métodos misteriosos, su plan oculto y secreto, el gran propósito para el cual trabaja en este sistema solar, no son todavía evidentes para el hombre; sin embargo, cuando pueda pensar en términos más amplios, desarrollar el poder de visualizar el pasado como una totalidad y unificar su conocimiento acerca de la vida de Dios, expresándose en los reinos de la naturaleza, y cuando aumente su comprensión de la naturaleza de la conciencia, entonces le será evidente la voluntad de Dios basada en una actividad amorosa. La clave del cómo y el por qué, reside en la comprensión del hombre de sus propias actividades mentales. La apreciación de la gran forma mental de Dios, el sistema solar y su mantenimiento, se desarrolla en el hombre a medida que comprende sus propias formas mentales y la manera de construir y crear su propio medio ambiente y colorar su propia vida. El hombre construye sus propios mundos por el poder de sus procesos mentales o por las modificaciones de ese fragmento del principio mental universal del cual se ha apropiado para uso particular. Debe recordarse que el Logos solar, Dios, es la suma total de todos los estados de conciencia o percepción. El hombre (la humanidad en conjunto o la unidad individual) es parte de ese todo Las innu501 Libro IV merables mentes, desde la del átomo (reconocido por la ciencia) hasta la mente de Dios mismo, pasando por todos los grados de pensadores y etapas de percepción, son responsables de todas las formas que se hallan en nuestro sistema. A medida que trabajamos, desde lo infinitamente pequeño a lo infinitamente grande, desde el microcosmos al macrocosmos, se evidencia un estado de conciencia en gradual expansión y un constante crecimiento de la percepción. En esta escala de desarrollo, tenemos tres tipos predominantes de formas, resultados de la mente: 1. La forma del átomo, el verdadero microcosmos. 2. La forma del hombre, el macrocosmos para todos los reinos subhumanos. 3. La forma de Dios, un sistema solar, el macrocosmos para el hombre y para todas las etapas superhumanas. Todas estas formas y las formas intermedias, dependen de alguna vida, dotada de capacidad de pensar y también del impulso mental para modificar e influir la sustancia sensoria y construir con ella las formas. 502 Libro IV 17. Estas formas son conocidas o no, de acuerdo a las cualidades latentes en la conciencia perceptora. Este aforismo ha sido traducido por Charles Johnston con las siguientes palabras: "Un objeto es percibido o no, según que la mente esté o no matizada por el color del objeto". Vemos lo que somos y nos damos cuenta de ello debido a otras formas que se desarrollan en nosotros mismos. No vemos aspectos de la vida, porque todavía no hemos hecho contacto con lo divino y lo desconocemos en nosotros. El aspecto forma y sus limitaciones se desarrollan en nosotros, ocultando al alma de modo que sólo nos damos cuenta de la forma de nuestro hermano y no vemos su alma. En cuanto hacemos contacto con nuestra propia alma y vivimos en su luz, vemos el alma de nuestro hermano, nos damos cuenta de su luz, con lo cual cambia completamente nuestro acercamiento a él. Aquí tenemos el indicio de nuestras limitaciones, aquí reside la promesa de nuestro éxito. La facultad latente, una vez desarrollada, nos revelará un mundo nuevo; los poderes ocultos del alma una vez que hayan sido plenamente expresados, nos harán conscientes de un nuevo mundo y nos revelarán un plan de vida y un reino del ser que, hasta ahora, nos fue negado, porque no lo hemos visto. De ahí la necesidad de que todo investigador de los misterios de la existencia, aplique a su investigación todas las facultades; de ahí también la necesidad de que se lleve a cabo este proceso de desenvolvimiento del alma y se desarrollen las facultades potenciales si queremos comprender plenamente la verdad. 503 Libro IV Iluminación de la mente (IV.18-IV.21) 18. El Señor de la mente, el perceptor, es siempre consciente de la constante actividad de la sustancia mental, causa productora de efectos. Tenemos en este aforismo una afirmación que constituye la clave para la práctica efectiva y sin peligro de la meditación. Quien medita es el alma, el ego, y su trabajo es actividad positiva, no un estado o condición negativos. Gran parte del trabajo que se realiza como meditación es peligroso o inútil, porque quien trata de controlar es el hombre en el plano físico, cuyo esfuerzo está concentrado en lograr la quietud del cerebro. Trata de aquietar las células cerebrales y hacerlas negativas, pasivas y receptivas. Sin embargo, la verdadera meditación concierne al alma y a la mente; la receptividad del cerebro es la reacción automática a la condición superior. Por consiguiente, en el Raja Yoga el contacto con el verdadero hombre, el ego, y el poder de "aquietar las modificaciones del principio pensante", deben preceder a toda actividad y respuesta del cerebro. El Señor de la Mente está siempre despierto, pues se da cuenta de la tendencia de la mente a responder a las corrientes de fuerza, producidas por el pensamiento o el deseo. En consecuencia, vigila toda emanación de fuerza que surge de él, y controla todo pensamiento e impulso, de modo que únicamente se originen corrientes de energía e impulsos alineados constantemente con el propósito que tiene ante sí, y se pueda llevar a cabo el plan grupal. Nunca debe olvidarse que todos los egos trabajan en formación grupal, controlados directamente por esos pensadores que encarnan el divino pensamiento logoico. Por lo tanto, el trabajo que cada aspirante trata de realizar consiste en poner la conciencia del cerebro en línea con el pensamiento que le llega por conducto de su propia alma-conciencia, y en la consumación de esto el plan divino se va manifestando gradualmente en el plano físico. 504 Libro IV A medida que cada hijo de Dios conduce esa sustancia mental activa, de la cual es responsable, a una condición capaz de responder al pensamiento divino, entonces el plan de las edades será llevado a su fin. Nadie debe desesperarse por su aparente incompetencia o pequeñez, porque a cada uno se nos ha confiado una parte del plan, y debemos desempeñarla; sin nuestra colaboración se produce demora y confusión. A veces, cuando una ínfima parte de un gran mecanismo no funciona correctamente, provoca grandes dificultades. Con frecuencia, son necesarios muchos ajustes antes de que toda la máquina pueda marchar y realizar su trabajo con buen resultado, y en el reino de la colaboración humana se pueden presentar situaciones análogas. La sustancia mental constantemente activa puede responder a la vibración inferior que emana del triple hombre inferior, y a los más elevados impulsos que surgen del alma, como intermediaria entre espíritu y materia. El alma es siempre consciente de esta condición; el hombre en el plano físico está ciego a ella, o recién despierta a esta doble posibilidad. La tarea del que aspira a la unión consiste en transferir gradualmente y poner acrecentadamente la sustancia mental bajo los impulsos superiores, alejándola de la vibración inferior, hasta convertir en una condición estable la respuesta a lo superior y que la actividad vibratoria del hombre inferior se desvanezca y desaparezca. Tan pronto como un objeto colorea la mente, el Espíritu presencia la modificación, y esta presencia del Espíritu es lo que produce el conocimiento del objeto. La primera condición indispensable para que la mente ―conozca‖ cualquier objeto es que sea ―coloreada‖ por él y la segunda es que el Espíritu presencie la modificación producida en la mente. Investigaciones en psicología han demostrado que la mente es modificada frecuentemente por objetos externos aunque no se de cuenta de ello en el momento, la prueba de que han ocurrido esas modificaciones está en que se pueden recuperar esas impresiones hipnotizando a la persona más tarde, aunque él no les haya prestado atención directa. De suerte que el hecho de que el espíritu presencie 505 Libro IV las modificaciones producidas en la mente, es independientemente de la actitud consciente de la mente. Por eso el Sutra incluye la palabra sánscrita Sada que literalmente significa siempre. Lo que este sutra quiere comunicar es que él Purusa o espíritu se da cuenta, de un modo ininterrumpido, de todos los cambios que están ocurriendo en la mente, y que no es posible que ninguno pase inadvertido por él, porque el espíritu es Omnisciente. 506 Libro IV 19. Debido a que la mente puede ser vista o conocida, resulta evidente que no es la fuente de iluminación. Este aforismo y los dos siguientes nos dan un acercamiento típicamente oriental a un problema muy difícil, y este método de razonar no es fácil de ser captado par las mentes occidentales. En las seis escuelas de la filosofía hindú, todo el problema, relacionado con el origen de la creación y la naturaleza de la mente, es desmenuzado y discutido y tratado en forma tan completa, que prácticamente todas nuestras escuelas modernas se pueden considerar retoños o consecuencia lógica de las diversas conclusiones hindúes. La clave de la diversidad de opiniones sobre estos dos puntos quizás la encontremos en los seis tipos en que todos los seres humanos se clasifican, porque el séptimo sólo es la síntesis de todos ellos, siendo influyente y no excluyente. En los aforismos de la yoga, la mente queda relegada a la posición de instrumento, de intermediario, de placa sensible, que registra lo que afluye a ella desde arriba o lo que la afecta desde abajo. Carece de personalidad propia; no tiene vida o luz que le pertenezca, excepto la inherente a toda sustancia y, por lo tanto, existente en los átomos que constituyen la sustancia mental. Estos últimos, hallándose en la misma línea evolutiva que el resto de la naturaleza inferior, acrecienta la oleada de fuerzas materiales que tratan de mantener prisionera al alma y constituyen la gran ilusión. La mente, en consecuencia, puede ser conocida en dos sentidos: Primero, conocida, reconocida y vista por el pensador, el alma en su propio plano. Segundo, vista y conocida como vehículo del hombre en el plano físico. Durante largo tiempo, el hombre se ha convertido en aquello con lo cual se identifica, excluyendo al verdadero hombre espiritual, con el que es posible establecer contacto y a quien también se lo puede conocer y obedecer, una vez que la mente queda relegada al lugar que le corresponde como instrumento de conocimiento. El primer eslabón en esta cadena es que la mente no es luminosa por sí misma; es decir, que es incapaz de percibir por su propio poder, por507 Libro IV que ella mismo es perceptible. No es como el Sol que brilla por su propia luz, sino como la Luna que brilla por la luz de otro cuerpo celeste. El hecho que la mente es perceptible lo atestigua nuestra experiencia ordinaria.: podemos observar sus actividades y modificaciones cuando queremos hacerlo. Es cierto que cuando nuestra atención está dirigida hacia fuera no somos conscientes de los cambios que están ocurriendo en nuestras mentes. Pero podemos a cualquier momento dirigir nuestra atención hacia adentro y observar estos cambios. Una analogía del plano físico puede ayudarnos a comprender esto. El ojo es uno de nuestros principales órganos, por medio del cual adquirimos conocimiento, el medio por el cual vemos. Sin embargo, no cometemos el error de considerar al ojo como fuente de luz ni aquello que trae revelación. Lo conocemos como instrumento que responde a ciertas vibraciones de la luz, mediante lo cual transmite a nuestro cerebro, esa gran placa receptora del plano físico, cierta información acerca de este plano. Para el alma, la mente actúa también como el ojo, o como una ventana mediante la cual llega información, pero en sí misma no es la fuente de luz ni de iluminación. Resulta interesante observar aquí que cuando el cerebro y la mente se coordinaron (como ocurrió por primera vez en los días de Lemuria), simultáneamente se desarrolló el sentido de la vista A medida que la evolución avanza, tiene lugar una coordinación superior, pues el alma y la mente llegan a unificarse. Entonces el órgano de la visión sutil (el tercer ojo) empieza a actuar, y en vez de mente, cerebro y dos ojos, aparece otra triplicidad: alma, mente y tercer ojo. En consecuencia, el cerebro no es la fuente de iluminación, sino que llega a percibir la luz del alma y lo que ésta revela en su reino. Simultáneamente se desarrolla el tercer ojo, que revela a su poseedor los secretos de los reinos más sutiles de los tres mundos, de manera que el cerebro recibe iluminación, información y conocimiento desde dos direcciones: del alma, por conducto de la mente, y de los planos más sutiles de los tres mundos, por conducto del tercer ojo. Se ha de recordar aquí que el tercer ojo revela, principalmente, la luz que se encuentra en el corazón de todas las formas de manifestación divina. 508 Libro IV 20. Tampoco la mente puede conocer dos objetos simultáneamente, ella y lo que está fuera de ella. Ninguna de las envolturas, por medio de las cuales el alma actúa, posee conocimiento de sí misma; son únicamente canales, a través de los cuales se obtiene conocimiento, y pasan las experiencias de la vida. La mente no se conoce a sí misma, porque ello supondría ser consciente de sí misma; por lo tanto, careciendo de conciencia individual no puede decir: "Esto soy yo, yo misma, y esto es externo a mí; en consecuencia el no-yo". Es simplemente otro sentido, por medio del cual obtenemos información y se nos revela un nuevo campo de conocimiento. No es más que un instrumento, como se dijo antes, capaz de una doble función: registrar contactos de una de las dos direcciones y transmitir tal conocimiento al cerebro desde el alma, o al alma desde el hombre inferior. Esto merece una reflexión: la tendencia de nuestro esfuerzo es llevar ese instrumento a una condición donde puede ser utilizado con el mayor provecho posible. Los tres últimos métodos de yoga tratan de lograrlo. Como ya se ha considerado anteriormente, no es necesario que lo ampliemos. Le es imposible ser ambas cosas simultáneamente. En otras palabras, la consciencia no puede ser objeto de percepción por parte de la mente. Por eso no nos es posible conocer lo que es la consciencia mientras nosotros estemos dentro de los campos de la mente. En tanto que el aspecto cognitivo de la consciencia actúe por medio de la mente, estará dirigido hacia fuera percibiendo lo que esté en el campo de la mente. Tan sólo cuando se libera de su sujeción a la mente y se vuelve hacia adentro sobre sí misma, la consciencia puede conocerse a sí misma, como se explica en el aforismo IV-22. 509 Libro IV 21. Si el conocimiento de la mente (chitta) es postulado por otra mente lejana, se inferirá que existe un número infinito de conocedores, y las consecutivas reacciones de la memoria tenderán a confundir grandemente. Una de las explicaciones dadas respecto a las funciones de la mente se refiere a su capacidad de apartarse de sí misma y considerarse como algo separado, convirtiéndose así en confusas partes separadas, distanciadas unas de otras, que (cuando la idea es llevada a una conclusión lógica) conduce a una situación caótica. Todo esto proviene de la negativa de los pensadores ortodoxos, filósofos y mentalistas, a admitir la posible existencia de una entidad alejada y separada de la mente, que trata sólo de utilizarla como medio para adquirir conocimiento. El problema ha surgido, en gran parte, del hecho de que el pensador no puede ser conocido hasta que la mente se haya desarrollada; puede ser presentido y sentido por el místico y el devoto, pero no es posible su conocimiento (en el significado corriente del término) antes de que se desarrolle el instrumento del conocimiento, la mente. Aquí es donde el conocimiento oriental se introduce y aclara el trabajo tan maravillosamente realizado por la ciencia mental y la ciencia cristiana, que han hecho hincapié en la mente individual y en la universal, y nuestra deuda hacia ellos es grande. La naturaleza de la mente, su propósito, control, problemas y procesos son hoy temas de discusión general, lo cual no ocurría hace cien años. Pero, con todo ello, existe mucha confusión debido a nuestra tendencia moderna a deificar la mente y a considerarla único factor importante. La ciencia oriental viene en nuestra ayuda, y nos dice que detrás de la mente, está el pensador, detrás de la percepción, el perceptor, y detrás del objeto observado, el observador. Este pensador, perceptor y observador es el yo inmortal e imperecedero, el alma en contemplación. 510 Libro IV Buddhi y liberación (IV.22-IV.26) 22. Cuando la inteligencia espiritual, que permanece sola y libre de los objetos, se refleja en la sustancia mental, entonces se obtiene la percepción del yo. Conocemos a la inteligencia espiritual, el hombre real, el Hijo de Dios, eterno en los Cielos, por muchos y variados nombres, según la escuela de pensamiento. La lista de sinónimos dada a continuación es de utilidad para el estudiante, porque le da una visión más amplia y una comprensión incluyente, revelándole el hecho de que los Hijos de Dios, revelados o no, se encuentran en todas partes. La inteligencia espiritual ........ El Regente Interno ........ El Verbo hecho carne. El alma .................................... El segundo aspecto ....... El AUM. La entidad autoconsciente ..... La segunda Persona ...... El Pensador. El Cristo ................................... Dios encarnado ............. El Observador, el Perceptor. El Yo ........................................ El hijo de la mente ........ El Constructor de formas. El Yo superior .......................... El Manasaputra divino .. La fuerza. El Hijo de Dios ......................... El Agnishvattva .............. El Morador del cuerpo. Éstos y otros muchos términos están diseminados en todas las Escrituras y literaturas del mundo. Sin embargo, en ningún otro libro como en el Bhagavad Gita se representa tan maravillosamente la naturaleza del alma, tanto macrocósmica (el Cristo cósmico) como microcósmica (el Cristo individual). Los tres libros: El Bhagavad Gita, El Nuevo Testamento y Los Aforismos de la Yoga, contienen un cuadro completo del alma y su desenvolvimiento. Cuando en el estado de Samadhi la conciencia ha penetrado dentro del nivel más profundo de la Mente, y luego trasciende ese mismo nivel finalmente, queda libre por completo de la acción limitadora y oscurecedora de la mente, y sólo entonces es cuando realiza su verdadera naturaleza o ―se conoce así misma‖. En este estado el conocer, lo conocido y el conocimiento se funden todos en una Realidad auto-Iluminada. De suerte que la pregunta de ¿cómo conocer la consciencia misma? Es Buceando dentro de nuestra conciencia en Samadhi hasta que la mente en su forma más sutil quede trascendida. 511 Libro IV 23. Así la sustancia mental, reflejando al conocedor y lo conocible, deviene omnisciente. Este aforismo es una especie de resumen; hace resaltar el hecho de que la mente, estando aquietada y pasiva durante la práctica de la concentración y la meditación, se convierte en el reflector "de lo que está arriba y de lo que está abajo". Es el transmisor del conocimiento del yo al cerebro físico del hombre en encarnación, y además el transmisor de todo lo que el yo conoce y percibe. Ve y conoce el campo de conocimiento. El Conocedor es también percibido y la "percepción de todos los objetos" llega a ser posible. Por lo tanto, es literalmente verdad que para el yogui nada hay oculto o desconocido. Obtiene información sobre todos los temas, porque posee un instrumento que puede utilizar para cerciorarse de lo que el alma sabe respecto al reino de Dios, el reino de la verdad espiritual. Puede entrar en comunicación con el alma e impartirle lo que el hombre conoce en encarnación física, de manera que el conocedor, el campo del conocimiento y el conocimiento mismo, entran en conjunción, siendo la mente el medio para ello. Ésta es una gran etapa en el sendero de retorno; aunque a su debido tiempo la intuición reemplazará a la mente y la percepción espiritual directa tomará el lugar de la percepción mental, no obstante, esta etapa es avanzada e importante y abre la puerta para que la luz entre directamente. Nada debe ahora entorpecer el descenso de la fuerza y la sabiduría espiritual al cerebro, porque el entero triple hombre inferior ha sido purificado y dominado; los cuerpos físico, emocional y mental forman simplemente un canal para la luz divina y constituyen el vehículo por el cual la vida y el amor de Dios pueden manifestarse. La importancia de este poder omnisciente en que aquí la Mente no representa tan sólo el medio a través del cual se expresa el intelecto, sino que representa el medio omniabarcante a través del cual se perciben fenómenos de toda clase. Desde el plano físico al Átmico. La Mente es pues co-extensiva con la Materia, ambas son trascendidas simultáneamente cuando el Espíritu alcanza la Realización Directa. 512 Libro IV 24. La sustancia mental, reflejando como lo hace, una infinidad de impresiones de la mente, se convierte en instrumento del yo y actúa como agente unificador. Nada le queda por hacer al hombre espiritual en conexión con este yo inferior purificado, sino aprender a utilizar su instrumento, la mente, por medio de la cual los otros dos cuerpos son dirigidos, controlados y utilizados. Este instrumento ha sido descubierto, desarrollado y dominado, aplicando los ocho métodos de yoga, y ahora debe ser utilizado y aplicado en forma activa, de tres maneras: 1. Como vehículo para la vida del alma. 2. En servicio de la Jerarquía. 3. En colaboración con el plan de la evolución. En el Libro I, Af. 41, hallamos estas palabras: "Aquel que ha controlado totalmente sus vrittis (modificaciones de la sustancia mental) llega a un estado de identificación y similitud con lo que ha conocido. El conocedor, el conocimiento y el campo del conocimiento se convierten en uno, así como el cristal toma los colores de lo que refleja." Esto nos da una idea de lo que ocurre al hombre que ha dominado su instrumento. Registra en su cerebro, por conducto de la mente, lo que es verdadero y real. Llega a darse cuenta de la naturaleza del ideal, y dedica todo su poder en concretar tal ideal objetivamente; percibe la visión del reino de Dios, tal como será en el futuro, y entrega todo cuanto tiene y es, a fin de que tal visión sea percibida por todos; conoce el plan, porque le ha sido revelado en el "lugar secreto en el Monte de Dios", y colabora inteligentemente con el plan en el plano físico. Oye la Voz del Silencio y obedece sus mandatos, trabajando constantemente en la tarea de vivir espiritualmente en un mundo consagrado a cosas materiales. Todo es posible para el hombre que ha aquietado la versátil naturaleza síquica y ha dominado la soberana ciencia de Raja Yoga. En la literatura oculta de los adeptos, las siguientes estrofas com513 Libro IV pendian el estado del hombre que ha realizado; es amo no sirviente; conquistador, no esclavo: "El quinto ha penetrado en la paz, sin embargo deambula por nuestra esfera. Lo que es denso y oscuro brilla ahora con luz clara y pura, y el resplandor fluye de los siete lotos sagrados. Ilumina al mundo e irradia en los lugares más profundos con fuego divino". "Lo que ha matado y velado lo Real durante muchos y prolongados eones, es muerto y, con su muerte, termina la vida separada. Se ve al Uno. Se oye la Voz: Se conoce lo Real y se percibe la Visión. El fuego de Dios surge hacia arriba y se convierte en llama". "El lugar más oscuro recibe luz. Amanece en la tierra. La fuente del día vierte desde las alturas sus brillantes rayos sobre el infierno mismo, y todo es luz y vida". Entonces el yogui liberado, se halla ante una alternativa. Enfrenta un problema espiritual cuya naturaleza está descrita en el fragmento extraído de un antiguo catecismo esotérico: "¿Qué ves ¡oh! liberado? Veo muchos que sufren, lloran y claman ayuda, Maestra". "¿Qué harás, ¡oh! hombre de paz? Volveré al lugar de donde he venido". "¿De dónde vienes tú, Peregrino divino? De lo más profundo de la oscuridad, de allí ascenderé a la luz". "¿A dónde vas tú, ¡oh! Viajero en el camino ascendente? Vuelvo a las profundidades de la oscuridad, lejos de la luz del día". "¿Para qué das este paso, ¡oh! Hijo de Dios? Para levantar a los que tropiezan en la oscuridad e iluminar sus pasos en el sendero". "¿Cuándo termina el servicio, ¡oh! Salvador de hombres? Lo ignoro; sólo sé que mientras alguien sufra, me quedaré y serviré". 514 Libro IV 25. El estado de unidad aislada (absorbido en la verdadera naturaleza del Yo) es la recompensa del hambre capaz de discriminar entre la sustancia mental y el yo, u hombre espiritual. El estado de unidad aislada no debe ser considerada como una reacción separatista, sino resultado de un estado mental particular. Toda práctica de meditación, todo momento de reflexión, todo ejercicio de afirmación, toda hora de recogimiento de nuestra propia y verdadera naturaleza, son medios que empleamos para apartar la mente de las reacciones y tendencias inferiores y adquirir el hábito de reconocer constantemente la propia naturaleza divina. Una vez lograda esa comprensión, no son ya necesarios tales ejercicios y entramos en posesión de nuestra herencia. El aislamiento, a que se hace referencia, es la separación del yo del campo del conocimiento, e implica la negativa del yo a buscar experiencia sensoria externa, manteniéndose firme en el estado espiritual del ser. El hombre llega a ser consciente de sí mismo como conocedor; ya no se interesa principalmente en el campo del conocimiento, como en las primeras etapas de su desenvolvimiento; tampoco se ocupa del conocimiento mismo, como lo hizo durante la etapa de desenvolvimiento mental, ya sea como hombre evolucionado o como discípulo. Puede discernir entre los tres; en adelante ya no se identifica ni con el campo del conocimiento -la vida de los tres mundos por medio de sus tres vehículos y los cinco sentidos, además de la mente-, ni con el conocimiento obtenido, ni con la experiencia sufrida. Conoce al yo. Se identifica con el verdadero conocedor; así ve las cosas tal cual son, disociándose totalmente del mundo de la percepción sensoria. Sin embargo, hace esto mientras actúa en la tierra como ser humano. Participa de la experiencia terrena; se sumerge en las actividades humanas; camina entre los hombres; come, duerme, 515 Libro IV trabaja y vive. No obstante, todo el tiempo "está en el mundo, pero no es del mundo", de él se puede decir lo que se dijo del Cristo: "Quien siendo a imagen de Dios, no consideró usurpación ser igual a Dios". "Pero no creó reputación para sí, sino que asumió la forma de sirviente y fue hecho a semejanza de los hombres". "Y reducido a la condición de hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, hasta morir en la cruz". (Fil. 2: 6, 7 y 8) Se ha unificado con el alma de todos; pero separado y aislado de todo lo que concierne a la forma o naturaleza material. Los tres aforismos siguientes deben ser considerados como uno, pues proporcionan una imagen del crecimiento gradual de la naturaleza espiritual del hombre que ha alcanzado el estado de desapego discriminador y, por el total desapasionamiento, sabe lo que significa la "unidad aislada". 516 Libro IV 26. Entonces la mente tiende a la discriminación y al acrecentamiento de la iluminación, respecto a la verdadera naturaleza del Yo uno. Cuando el yogui se da cuenta que incluso la consciencia Átmica es ahora insuficiente, se resuelve a romper el último grillete renunciando a la gloria y saber del plano átmico. De ahí en adelante todos sus esfuerzos se dirigen hacia la obtención de Kaivalya (Liberación) por el constante ejercicio de aquel discernimiento intenso y penetrante que es el único capaz de perforar el último velo de la Ilusión. Este sutra y los tres siguientes arrojan alguna luz sobre esta lucha final del alma para libertarse completamente de la sujeción a la materia antes alcanzada Kaivalya. Se verá que aquí se menciona a la ―mente‖ como la que adelanta esta lucha. La mente está gravitando hacia Kaivalya. Pero ¿como puede esa Mente que estamos tratando de trascender, luchar para libertase de sí misma? Sería como si una persona tratara de levantarse abrochándose los cordones de sus zapatos. La resolución de esta paradoja está en que no es realmente la mente la que está luchando por libertar la conciencia de las limitaciones en que ha quedado envuelta. Detrás de la mente está el Espíritu que a lo largo del ciclo evolutivo es la verdadera fuerza propulsora de la lucha por alcanzar la Realización- Directa. Cuando las limaduras de hierro son atraídas por un imán, parecen moverse por sí mismas, pero en realidad la causa del movimiento es el imán que ha inducido un magnetismo en ellas. Las armas que se utilizaron en esta última etapa de la lucha por la liberación son el discernimiento y el desapego. Así como él yogui entro en el sagrado camino de la yoga por discernimiento y desapego, así también sale de este camino por el discernimiento y desapego. 517 Libro IV Interrupciones en la liberación (IV.27-IV.28) 27. Sin embargo, por la fuerza del hábito, la mente reflejará otras impresiones mentales y percibirá los objetos de percepción sensoria. ―En los intervalos surgen otros contenidos, por la fuerza de las impresiones‖. Este Sutra describe la oscilación de la consciencia en los límites que separan lo real de lo irreal. El Iniciado está tratando de mantener firmes sus pies en el mundo de la realidad, pero es arrastrado una y otra vez al campo de la ilusión, aunque Ilusión sea del tipo más sutil. No puede mantenerse bien firme en ese estado de consciencia de Discernimiento Cognitivo, y cada aflojamiento en el esfuerzo va seguido instantáneamente por la aparición de un contenido mental que caracteriza el funcionamiento de la consciencia por medio de la mente. ―Contenido‖ es, como ya hemos visto, una palabra que usamos generalmente para indicar lo que la mente contiene cuando la consciencia está funcionando normalmente por medio de un vehículo de cualquier grado de sutilidad. Solamente en el Samadhi más elevado no hay ningún contenido, pero ello se debe a que la consciencia está pasando por una fase crítica y está realmente en suspenso entre los vehículos. Incluso en el nivel más elevado de la Mente correspondiente al plano Átmico existe un contenido, aunque es imposible visualizar a que se parece. Cuando la consciencia retrocede a cualquier vehículo inferior, por haber relajación del discernimiento, el contenido del plano correspondiente emerge de inmediato en el campo de la consciencia. ¿Por qué retrocede la consciencia del Yogui a los vehículos que ha trascendido, y porque aparecen una y otra vez estos contenidos, en esta tapa del progreso hacia la Realización-Directa? Porque las impresiones que ha traído de su pasado están presentes todavía en sus vehículos en estado adormecido, y emergen en su consciencia tan 518 Libro IV pronto como hay una relajación en el esfuerzo o una temporaria interrupción del Discernimiento Cognitivo. Mientras estas ―semillas‖ subsistan adormecidas y no hayan sido ―quemadas‖ por el Samadhi más elevado, volverán a retoñar en la consciencia tan pronto como se presenten condiciones propicias. 519 Libro IV 28. Estos reflejos tienen el carácter de obstáculos, y el método para vencerlos es el mismo. Una vez establecida la correcta tendencia y ritmo, sólo es cuestión de una constante perseverancia, sentido común y resistencia. A no ser que se ejerza la máxima vigilancia, los antiguos hábitos mentales se reafirmarán muy fácilmente, y por lo tanto hasta la última iniciación el aspirante debe "vigilar y orar". Las reglas que rigen el triunfo, las prácticas que traen el éxito, son las mismas tanto para el luchador experto avanzado y el iniciado, como para el neófito más humilde. En el Libro Segundo se exponen detalladamente los métodos por los cuales se pueden vencer y neutralizar los inconvenientes y obstáculos. Estos métodos y modos de vida disciplinada deben aplicarse inflexiblemente desde el momento de entrar en el sendero de probación, hasta experimentar la última gran iniciación, y el hombre liberado surge a la plena luz del día. Esto implica paciencia, capacidad de continuar después del fracaso, de perseverar, aunque el éxito esté aún muy lejano. Esto lo sabía bien el gran iniciado Pablo, de allí su recomendación a los discípulos que trató de ayudar: "Manteneos firmes... y habiendo hecho todo, manteneos firmes". Santiago nos da la misma idea cuando dice: "Mirad, consideramos felices a quienes resisten". Seguir adelante cuando se ha llegado al agotamiento; dar otro paso, cuando toda la fuerza parece haberse perdido; mantenerse firme, cuando parece no haber más que derrota por delante; la decisión de resistir lo que venga, cuando la resistencia parece haber llegado a su límite, es lo que caracteriza a los discípulos de todos los grados. Para ellos es la clarinada de San Pablo: "Manteneos firmes; ceñid vuestros lomos con la verdad y vestíos con la coraza de la justicia". “Y calzad vuestros pies con la preparación del evangelio de la paz". "Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con el que podréis apagar todos los dardos de fuego de los malvados". "Y tomad el yelmo de la salvación y la palabra del espíritu, que es la palabra de Dios". (Ef. 6: 14, 15, 16 y 17) 520 Libro IV También resuena el igualmente claro mandato de Krishna a Arjuna: “Habiendo considerado tu deber, no vaciles, porque nada hay mejor para un guerrero que pelear por una causa justa. Y tal batalla ha venido a ti por su propia cuenta; la misma puerta del cielo se abrirá; felices los guerreros... que encuentran lucha como ésta... Por consiguiente, levántate decidido a pelear. Siendo iguales para ti la buena y la mala fortuna, la ganancia y la pérdida, la victoria y la derrota, disponte a combatir". (Gita, II: 31, 32, 37 y 38) El esfuerzo principal del Yogui, en esta etapa tan avanzada, de su lucha por alcanzar La Maestría, es pues por adquirir la capacidad de mantener brillante e ininterrumpido este alto y penetrante estado de Discernimiento que inhibe el poder de Avidya (ignorancia). De su capacidad para lograr esto depende su posibilidad de entrar en el Samadhi de Diáfana Virtud que quema las semillas de las impresiones y hace imposible que se reactiven 521 Libro IV Liberación perpetua (IV.29-IV.30) 29. El hombre que cultiva el desapego, hasta en su aspiración por iluminación y unidad aislada, oportunamente llega a ser consciente, mediante la práctica de la discriminación, de la influyente nube de conocimiento espiritual. Resulta difícil para el neófito ser impersonal, cuando se trata de su propio desenvolvimiento espiritual. Sin embargo, la misma ansiedad de su aspiración puede servir como obstáculo; una de las primeras cosas que debe aprender es seguir por el sendero, ajustándose a las reglas, haciendo las prácticas, empleando los medios y cumpliendo constantemente la ley, y al mismo tiempo ocuparse de la visión y del servicio y no de sí mismo. Es muy fácil ser víctima de elevados deseos y preocuparse tan intensamente de las reacciones y emociones, que las redes de la versátil naturaleza síquica vuelven rápidamente a atrapar al aspirante hombre inferior. Debe desprenderse de todo tipo de percepción sensoria superior e inferior. La mayoría de las personas que pasan del sendero del sentimiento y del acercamiento devocional del corazón (línea mística) al del control intelectual -el acercamiento por medio de la cabeza, el método ocultista- se quejan de que ya en la meditación no experimentan los momentos de gozo y beatitud anteriores. El sistema les parece árido, frío y poco satisfactorio. Pero el gozo y la paz son impresiones de la naturaleza emocional y de ninguna manera afectan a la realidad. No tiene importancia, desde el punto de vista del alma, que su reflejo, el hombre encarnado, sea feliz o no, sienta beatitud o tristeza, esté contento o angustiado. Sólo una cosa es importante: establecer contacto con el alma. alcanzar la unión (consciente e inteligente) con el UNO. Esta unión puede efectuarse en la conciencia del plano físico Y manifestarse como sentimiento de paz y gozo. Pero debe manifestarse en creciente capaci522 Libro IV dad para servir a la raza y servirla más eficazmente. Los sentimientos del discípulo son de poca importancia, lo que vale es su comprensión y utilidad como canal para la fuerza espiritual; Se debe recordar que en el sendero no cuentan las virtudes ni los vicios (excepto en la medida que evadimos los pares de opuestos). Lo único que cuenta es lo que nos impele a seguir adelante en ese sendero que "brilla cada vez más hasta que el día sea con nosotros". Cuando el hombre pueda apartar sus ojos de todo lo que concierne a lo físico, emocional y mental, y elevarlos y dirigirlos lejos de sí mismo, será consciente de "la influyente nube de conocimiento espiritual‖ o de la nube de cosas cognoscibles‖, según ha sido traducido. Esto, esotérica y simbólicamente, indica que ante el iniciado (avanzado como está) hay un progreso aún mayor y otro velo que penetrar. Ha llegado a la gran unificación, pues ha unificado alma y cuerpo. Se encuentra (con respecto a los tres mundos) en la etapa llamada "unidad aislada", pero es posible otra unión más, la del alma con el espíritu. El Maestro debe convertirse en Cristo; para ello debe alcanzar la nube de conocimiento espiritual, penetrarla y utilizarla. Resultará inútil tratar de considerar lo que está al otro lado del velo que oculta al Padre. Según El Nuevo Testamento, cuando el Padre se comunicó con Cristo, la voz procedió de una nube. (Véase Mt. 17). 523 Libro IV 30. Cuando se alcanza esta etapa, se superan los obstáculos y el karma. Los dos versículos que acabamos de estudiar han llevado al aspirante de la etapa del adepto (Maestro) a la del Cristo. Todo lo que ha entorpecido, ocultado o impedido la plena expresión de la Vida divina, ha sido superado, todas las barreras fueron derribadas y los obstáculos eliminados. La rueda de los renacimientos ha servido su finalidad, y la unidad espiritual, que entró en la forma, llevando consigo poderes potenciales y posibilidades latentes, los ha desarrollado en toda su plenitud, abriendo totalmente la flor del alma. La ley de causa y efecto, tal como actúa en los tres mundos, ya no rige al alma liberada; el karma individual se ha agotado; aunque puede estar aún sujeto al karma grupal (planetario o solar), nada tiene que agotar ni inicia nada que pueda servir para atarlo a los tres mundos con las cadenas del deseo. Su estado está resumido en el aforismo siguiente: 524 Libro IV Los objetos de conocimientos son pocos (IV.31) 31. Cuando se han eliminado los obstáculos y purificado las envolturas, se dispone de todo el conocimiento, entonces nada le queda al hombre por hacer. Se ha realizado el doble trabajo. Los obstáculos, resultantes de la ignorancia, de la ceguera, del medio ambiente y de la actividad, fueron eliminados. La tosquedad de las envolturas ha sido corregida y debido a ello, y mediante la aplicación de los métodos de yoga, todo conocimiento está disponible. El yogui se da cuenta ahora de su omnipresencia esencial y que su alma es una con todas las almas, por lo tanto forma parte de la unidad esencial, la vida omnipenetrante, del inmutable e ilimitado principio, la causa de toda manifestación. Es también omnisciente porque todo el conocimiento le pertenece y las avenidas del conocimiento están abiertas para él. Se ha liberado del campo del conocimiento, no obstante, puede actuar en él, utilizar los instrumentos del conocimiento y comprobar todo cuanto quiera conocer, pero él mismo está centrado en la conciencia del conocedor. Ni el espacio ni el tiempo lo pueden retener, ni la forma material puede aprisionarlo; llega para él la gran consumación, expresada por Patanjali en los tres aforismos finales. 525 Libro IV Los gunas después de la liberación (IV.32-IV.34) 32. Las modificaciones de la sustancia mental (o cualidades de la materia), mediante la naturaleza inherente a los tres gunas, llegan a su fin, pues han cumplido ya su propósito. Cumplido su objetivo, termina el proceso de transformación de las tres gunas. Terminado ese propósito con las destrucción total de avidya (ignorancia) y la Obtención de la Liberación Suprema, se disuelve naturalmente la asociación Espíritu-Materia, y con esta disolución finalizan automáticamente las transformaciones de la Gunas (propiedades de la materia). 526 Libro IV 33. El tiempo, secuencia de las modificaciones de la mente, también llega a su término, cediendo su lagar al Eterno Ahora. Llama Patanjali sucesión a los cambios relacionados con los momentos. Mientras pienso, transcurren, muchos momentos y a cada momento hay un cambio de idea; pero sólo se notan estos cambios al final de la serie. A esta serie se le llama sucesión; mas para la mente que ha realizado la omnipresencia no hay sucesión, pues todo lo tiene Presente y no existen para ella el pasado ni el futuro. Todo lo conoce fu1gurantemente. Esto del Tiempo es, quizás, una sutileza filosófica, recientemente insertada en enseñanza, en la acepción más amplia del término serie de transformaciones del último sutra. La idea, sin embargo, aparece clara. Como está completamente en armonía con el resto de la doctrina. Hay dos clases de eternidad, dice el comentario: la eternidad de la vida que pertenece al Espíritu, y la eternidad del cambio, inherente a la Naturaleza, a todo aquello donde el Espíritu no mora. Mientras nos mantengamos satisfechos de vivir en el universo, y por ello en el círculo de necesidad, Samara, nos condenaremos al cambio perpetuo. Lo que nace debe morir, y renacer lo que muere: mutación perenne, incesante serie de transformaciones. Pero el Hombre Espiritual entra en un nuevo orden: no está sujeto al cambio eterno, sino que disfruta del eterno existir, disfruta de la complacencia del Señor. El nacimiento espiritual, que lo constituye en heredero de lo Sempiterno, pone término al cambio: es la cima, la transformación última, del campo general de las transformaciones. 527 Libro IV 34. El estado de "unidad aislada" es posible cuando las tres cualidades de la materia (los tres gunas o potencias de la naturaleza) ya no aferran al yo. La conciencia espiritual pura se retrotrae en el Uno. Al llegar a este punto, ha cumplido la Naturaleza, nuestra tierna nodriza, la tarea que se impuso. Suavemente tomó de la mano al alma de sí misma olvidada y le mostró todas las experiencias que había de adquirir en el universo, todas las manifestaciones, llevándola de alto en alto en diversos cuerpos, hasta que recobrada su perdida gloria recordó su esencial naturaleza. Entonces la amorosa madre volvióse por el mismo camino por donde había venido para favorecer a otros que también se habían extraviado en el desierto sin ruta de la vida. Y así actúa sin principio ni fin. Así a través del placer y del dolor, del bien y del mal fluye el infinito río de las almas hacia el océano de perfección, del conocimiento de sí mismas. ¡Gloria a quienes reconocieron su propia naturaleza! ¡Que su bendición recaiga en todos nosotros! También tú, lector, que has seguido el pensamiento del sabio Patanjali y sus Enseñanzas que proceden los Maestros transhimaláyicos, acoge su consejo y advertencia. El sendero es para ti. En ti espera revelarse el Hombre Espiritual, en la inmortalidad iniciarte, colocándote entre los Hijos de la Luz. Resuélvete, pues, ya que tienes delante la verdad, ya que a tus oídos ha venido el sagrado mensaje. Al mensaje presta atención, aprende que sólo por su medio alcanzarás la vida, abandona las sombras de tu falso yo, entre en la luz, y escucha la resonante bienvenida que te aguarda… 528 LOS AFORISMOS DE LA YOGA DE PATANJALI LIBRO PRIMERO (Sólo los sutras) EL PROBLEMA DE LA UNIÓN 1. AUM. La siguiente instrucción concierne a la Ciencia de la Unión. 2. Esta Unión (o yoga) se alcanza mediante la subyugación de la naturaleza síquica y la sujeción de la mente (chitta). 3. Obtenido esto, el yogui se conoce a sí mismo, tal como es en realidad. 4. Hasta ahora el hombre interno se ha identificado con sus formas y con las modificaciones activas de éstas. 5. Los estados de la mente son cinco, están sujetos al placer o al dolor y son dolorosos o no. 6. Estas modificaciones (actividades) son: correcto conocimiento, incorrecto conocimiento, fantasía, pasividad (sueño) y memoria. 7. La base del conocimiento correcto es percepción correcta, deducción correcta y testimonio correcto (o evidencia exacta). 8. El conocimiento incorrecto se basa en la percepción de la forma y no en el estado del ser. 9. La fantasía descansa sobre imágenes que no tienen existencia real. 10. La pasividad (sueño) está basada en el estado pasivo de los "vrittis" (o en la no percepción de los sentidos). 11. La memoria es retención de lo conocido. 12. El control de estas modificaciones del órgano interno, la mente, se logra mediante incansable esfuerzo y desapego. 13. El esfuerzo incansable es empeño constante para restringir las modificaciones de la mente. 14. Cuando el objetivo a alcanzar es valorado suficientemente, y los esfuerzos para lograrlo continúan persistentemente y sin interrupción, se asegura la estabilidad de la mente (restricción de los vrittis). 15. Desapego es liberarse de la apetencia de los objetos deseados, ya sean terrenos o tradicionales, aquí o en el más allá. 16. La consumación de este desapego da por resultado el exacto conocimiento del hombre espiritual, liberado de las cualidades o gunas. 529 17. La conciencia de un objeto se obtiene concentrándose en su cuádruple naturaleza: la forma, por un examen de la misma; la cualidad (o guna), por participación discriminativa; el propósito, por inspiración (o beatitud), y el alma, por identificación. 18. Se alcanza otra etapa de samadhi, cuando, mediante el pensamiento enfocado en una sola dirección, se aquieta la actividad externa. En esta etapa la sustancia mental o chitta, responde únicamente a impresiones subjetivas. 19. El samadhi descrito no va más allá de los límites del mundo fenoménico; tampoco va más allá de los dioses ni de quienes se ocupan del mundo concreto. 20. Otros yoguis alcanzan samadhi y llegan a la discriminación del espíritu puro a través de la creencia, seguida de energía, memoria, meditación y correcta percepción. 21. Aquellos cuya voluntad está intensamente activa, alcanzan rápidamente la etapa de conciencia espiritual. 22. Quienes emplean la voluntad difieren también, porque su empleo puede ser intenso, moderado o suave. Respecto al logro de la verdadera conciencia espiritual existe todavía otro camino. 23. Por la intensa devoción a Ishvara se alcanza el conocimiento de Ishvara. 24. Ishvara es el alma, a ésta no la afectan las limitaciones y está libre del karma y del deseo. 25. En Ishvara, el Gurudeva, el germen de todo conocimiento, se expande al infinito. 26. Ishvara, el Gurudeva, como no está limitado por el factor tiempo, es el instructor de los Señores primitivos. 27. La palabra de Ishvara es AUM (u OM). Ésta es el Pranava. 28. Mediante la emisión de la Palabra y la reflexión sobre su significado, se descubre el Camino. 29. Por esto llega el conocimiento del yo (el alma) y la eliminación de todos los obstáculos. 30. Los obstáculos para el conocimiento del alma son: incapacidad corporal, inercia mental, duda, abandono, pereza, apasionamiento, percepción errónea, incapacidad para lograr la concentración, o imposibilidad para mantener la actitud meditativa una vez alcanzada. 31. Los resultados de los obstáculos sobre la naturaleza psíquica inferior son: dolor, desesperación, errónea actividad corporal y equívoca dirección o control, de las corrientes de vida. 530 32. Para superar los obstáculos y sus derivados, se requiere intensa aplicación de la voluntad a alguna verdad o principio. 33. La paz de la sustancia mental o chitta, se puede alcanzar practicando la simpatía, la ternura, la firmeza de propósito y el desapasionamiento, respecto al placer y al dolor, o a todas las formas del bien y del mal. 34. Además la paz de chitta se alcanza mediante la regulación del prana o aliento de la vida. 35. La estabilidad mental puede obtenerse mediante esas fórmulas de concentración, relacionadas con la percepción sensoria. 36. Meditando sobre la luz y el resplandor, se puede llegar al conocimiento del espíritu y alcanzar la paz. 37. La mente (chitta) se estabiliza y queda liberada de la ilusión, a medida que se purifica la naturaleza inferior y ya no se la satisface. 38. La paz (estabilización de la sustancia mental o chitta) puede lograrse meditando sobre el conocimiento que proporcionan los sueños. 39. La paz también se alcanza concentrándose en lo que el corazón más aprecia. 40. Así su comprensión se extiende desde lo infinitamente pequeño hasta lo infinitamente grande y su conocimiento se perfecciona desde annu (el átomo o partícula) hasta atma (o espíritu). 41. Aquel que ha controlado totalmente sus "vrittis" (modificaciones de la sustancia mental), llega a un estado de identificación y similitud con lo que ha conocido. El conocedor, el conocimiento y el campo del conocimiento se convierten en uno; así como el cristal toma los colores de lo que refleja. 42. Cuando el perceptor mezcla la palabra, la idea (el significado) y el objeto, esto es denominado estado mental de razonamiento sensato. 43. Se llega a la percepción sin un razonamiento sensato cuando la memoria ya no controla, entonces la palabra y el objeto son trascendidos y sólo la idea está presente. 44. Ambos procesos de concentración, con o sin la acción sensata de la mente, pueden ser aplicados también a cosas sutiles 45. Lo denso conduce a lo sutil; lo sutil lleva, por etapas sucesivas, al estado del ser espiritual puro llamado Pradhana. 46. Todo esto es meditación con simiente. 47. Cuando se ha alcanzado este estado supercontemplativo, el yogui adquiere la comprensión espiritual pura, por medio de la quietud equilibrada de la sustancia mental o chitta. 531 48. Su percepción es ahora infaliblemente exacta, o su mente revela únicamente la Verdad. 49. Esta percepción particular es excepcional y revela lo que la mente razonadora, mediante el testimonio, la inferencia y la deducción, no puede revelar. 50. Es hostil a las demás impresiones o las reemplaza. 51. Cuando este estado de percepción se ha refrenado o es reemplazado, se alcanza el estado puro de samadhi. 532 LOS AFORISMOS DE LA YOGA DE PATANJALI SEGUNDO SEGUNDO (Sólo los sutras) LOS PASOS HACIA LA UNION 1. La yoga de acción, que conduce a la unión con el alma, es aspiración ardiente, lectura espiritual y devoción a Ishvara. 2. La finalidad de aspiración ardiente, lectura espiritual y devoción a Ishvara, consiste en obtener la visión del alma y en eliminar los obstáculos. 3. Los obstáculos que traen dificultad son: avidya (ignorancia), el sentido de lo personal, deseo, odio y apego. 4. Avidya (ignorancia) es la causa de las demás obstrucciones, ya sean latentes, en proceso de eliminación, de superación o en plena actividad. 5. Avidya es la condición en que se confunde lo permanente, puro, bienaventurado y el yo, con lo transitorio, impuro, doloroso y el no-yo. 6. El sentido de lo personal se debe a que el conocedor se identifica con el instrumento del conocimiento. 7. El deseo es apego a los objetos de placer. 8. El odio es aversión a cualquier objeto de los sentidos. 9. El apego es intenso deseo por la existencia sensoria, inherente a toda forma; es la propia perpetuación, y es conocido hasta por los más sabios. 10. Cuando estos cinco obstáculos son sutilmente conocidos, pueden ser superados mediante la actitud mental opuesta. 11. Las actividades de los obstáculos deben cesar por el proceso de la meditación. 12. El karma tiene sus raíces en estos cinco obstáculos y debe fructificar en esta vida o en una posterior. 13. Mientras existan las raíces (o samskaras), fructificarán como nacimiento, vida y experiencias, y su resultado será placer o dolor. 14. Las simientes (o samskaras) traen placer y dolor, si sus causas originantes fueron el bien o el mal. 15. El hombre iluminado considera que toda existencia (en los tres mundos) es dolor, debido a las actividades de los gunas. Estas actividades son tres, produciendo consecuencias, ansiedades e impresiones sublimadas. 533 16. El dolor puede ser evitado antes de producirse. 17. La ilusión de que el Perceptor y lo percibido son una y la misma cosa, es la causa (de los efectos que producen dolor) que debe evitarse 18. Lo que se percibe tiene tres cualidades: sattva, rajas y tamas (ritmo, movimiento e inercia), y está compuesto de elementos y órganos sensorios. Su empleo produce experiencia y eventualmente liberación. 19. La división de los gunas (o cualidades de la materia) son cuatro: lo específico, lo no específico, lo insinuado y lo intocable. 20. El vidente es conocimiento puro (gnosis). Aunque puro, observa la idea presentada, valiéndose de la mente. 21. Todo lo que es, existe para bien del alma. 22. Para el hombre que ha alcanzado la yoga (unión), ya no existe el universo objetivo. No obstante, sigue existiendo para quienes aún no se han liberado. 23. La asociación del alma con la mente y con todo cuanto la mente percibe, produce la comprensión de la naturaleza de lo percibido y también la del Perceptor. 24. La causa de esta asociación es ignorancia o avidya, y esto debe superarse. 25. Cuando la ignorancia llega a su término, debido a la no asociación con las cosas percibidas, se obtiene la gran liberación. 26. El estado de esclavitud se supera manteniendo una perfecta discriminación. 27. El conocimiento (o iluminación) alcanzado es séptuple y se obtiene progresivamente. 28. Cuando los métodos de la yoga han sido practicados con constancia y se ha vencido la impureza, tiene lugar el esclarecimiento, que conduce a la plena iluminación. 29. Los ocho métodos de yoga son: los mandamientos o yama, las reglas o nijama, la postura o asana correcto control de la fuerza vital o pranayama, abstracción o pratyahara, atención o dharana, meditación o dhyana y contemplación o samadhi. 30. lnofensividad, veracidad, no hurtar, continencia, no ser avaro, constituyen yama o los cinco mandamientos. 31. Yama constituye el deber universal, sin tener en cuenta raza, lugar, tiempo o emergencia. 32. La purificación interna y externa, gozo, ardiente aspiración, lectura espiritual y devoción a Ishvara, constituyen nijama (o las cinco reglas). 534 33. Cuando se tienen pensamientos contrarios a la yoga, deben cultivarse los opuestos. 34. Los pensamientos contrarios a la yoga son: ofensividad, falsedad, hurto, incontinencia y avaricia, ya sean cometidos personalmente, obligando a otros a cometerlos o aprobarlos, o surgidos de la avaricia, la ira o el engaño (ignorancia), y pueden ser veniales, capitales o mortales. Dan siempre por resultado, excesivo dolor e ignorancia. Por esta razón deben cultivarse los pensamientos opuestos. 35. Frente a quien ha perfeccionado la inofensividad, cesa toda enemistad. 36. Quien se perfecciona en ser veraz, observa inmediatamente la eficacia de sus palabras y actos. 37. Cuando la abstención de hurtar es perfecta, el yogui puede tener cuanto desea. 38. Cuando se practica la continencia, se adquiere energía. 39. Cuando la abstención de la avaricia es perfecta, se llega a la comprensión de la ley de renacimiento. 40. La purificación interna y externa produce aversión a la forma, tanto a la propia como a las demás formas. 41. Por la purificación llega también la quietud del espíritu, la concentración, el dominio de los órganos y la capacidad de ver al yo. 42. El gozo trae por resultado la bienaventuranza. 43. Por la ardiente aspiración y la eliminación de toda impureza, se perfeccionan los poderes del cuerpo y de los sentidos. 44. La lectura espiritual trae como resultado el contacto con el alma o el divino Uno. 45. Por la devoción a Ishvara se alcanza la meta de la meditación o samadhi. 46. La postura adoptada debe ser estable y cómoda. 47. La estabilidad y la comodidad de la postura se deben lograr mediante un ligero y persistente esfuerzo y la concentración de la mente en lo infinito. 48. Cuando se ha realizado esto, los pares de opuesto ya no limitan. 49. Cuando se ha adoptado la correcta postura (asana), le sigue el correcto control del prana y la adecuada inhalación y exhalación del aliento. 50. El correcto control del prana (o de las corrientes de vida) es externo, interna o inmóvil; está sujeto a lugar, tiempo y número, siendo también prolongado o breve. 535 51. Hay una cuarta etapa que trasciende a las que conciernen a las fases interna y externa. 52. A través de esto, lo que oscurece la luz va desapareciendo gradualmente. 53. Y la mente está preparada para la meditación concentrada. 54. Abstracción o pratyahara, es la subyugación de los sentidos por el principio pensante, y su abstracción de lo que hasta ahora ha sido su objetivo. 55. Como resultado de estos métodos se obtiene la total subyugación de los órganos sensorios. 536 LOS AFORISMOS DE LA YOGA DE PATANJALI LIBRO TERCERO (Sólo los sutras) REALIZACIÓN DE LA UNIDAD Y SUS RESULTADOS 1. La concentración consiste en fijar la sustancia mental (chitta) en un objeto determinado. Esto es dharana 2. La concentración sostenida (dharana) es meditación (dhyana). 3. Cuando chitta es absorbida por la realidad (o idea incorporada en la forma) y ya no es consciente de la separatividad o del yo personal, esto es contemplación o samadhi. 4. Cuando concentración, meditación y contemplación, constituyen un acto consecutivo, se alcanza sanyama. 5. Como resultado de sanyama, llega el resplandor de la luz. 6. Esta iluminación es gradual; se desarrolla etapa tras etapa. 7. Estos tres últimos métodos de la yoga tienen un efecto subjetivo más íntimo que los anteriores. 8. Sin embargo, estos tres aún no corresponden a la verdadera meditación sin simiente (o samadhi), la cual no está basada en un objeto. Está libre de los efectos que produce la naturaleza discriminadora de la sustancia mental o chitta. 9. La secuencia de los estados mentales es la siguiente: la mente reacciona a lo que ve; luego llega el momento en que la mente es controlada. Sigue otro en que la sustancia mental o chitta responde a ambos factores. Finalmente desaparecen y rige totalmente la conciencia perceptora. 10. Cultivando este hábito mental se alcanzará la estabilidad de la percepción espiritual. 11. El establecimiento de este hábito y la sujeción de la mente para apartarla de la tendencia a crear formas mentales, traen como resultado, en su oportunidad, el poder constante de contemplación. 12. Cuando el control ejercido por la mente y el factor controlador están equilibrados, entonces se produce la concentración unilateral. 13. Mediante este proceso se conocen los aspectos de cada objeto; entonces sus características (o forma), su naturaleza simbólica y su uso específico en la condición de tiempo (etapa de desarrollo) son conocidos y comprendidos. 537 14. Las características de cada objeto se adquieren: están en manifestación o latentes. 15. La etapa de desenvolvimiento es responsable de las variadas modificaciones de la versátil naturaleza psíquica y del principio pensante. 16. La meditación concentrada en la triple naturaleza de cada forma, otorga la revelación de lo que ha sido y será. 17. El sonido (o palabra), lo que éste denota (el objeto) y la esencia espiritual corporificada (la idea), son confundidos generalmente por la mente del perceptor. Por la meditación concentrada en estos tres aspectos, se logra la comprensión (intuitiva) del sonido emitido por todas las formas de vida. 18. Cuando se adquiere el poder de ver las imágenes mentales se pueden conocer las encarnaciones anteriores. 19. Por la meditación concentrada se perciben las imágenes mentales en las mentes de otras personas. 20. Debido a que el objeto de tales pensamientos no se manifiesta al perceptor, éste sólo ve el pensamiento y no el objeto. Su meditación excluye lo tangible. 21. La meditación concentrada en la diferencia que existe entre la forma y el cuerpo, permite rechazar o retirar las propiedades del cuerpo que lo hacen visible al ojo humano, y el yogui puede hacerse invisible. 22. Karma o efecto, es de dos tipos: karma inmediato o karma futuro. La meditación perfectamente concentrada en éstos, permite al yogui conocer la duración de su experiencia en los tres mundos. Este conocimiento también lo adquiere por medio de signos. 23. La unión con los demás se obtiene por la meditación centralizada en tres estados del sentimiento compasión, ternura y desapasionamiento. 24. La meditación centralizada en el poder del elefante, despertará esa fuerza o luz. 25. La meditación perfectamente concentrada en la luz desarrollada, nos hará conscientes de lo sutil, oculto y remoto. 26. La meditación centralizada en el sol, traerá conciencia (o conocimiento) de los siete mundos. 27. La meditación centralizada en la Luna, otorga el conocimiento de todas las formas lunares. 28. La concentración en la Estrella Polar proporcionará el conocimiento de las órbitas de los planetas y de las estrellas. 538 29. Fijando la atención en el centro denominado plexo solar, se obtiene un conocimiento perfecto acerca de la condición del cuerpo. 30. Fijando la atención en el centro laríngeo, se aplaca el hambre y la sed. 31. Fijando la atención en el conducto o nervio situado debajo del centro laríngeo, se logra el equilibrio. 32. Enfocando la luz en la cabeza se puede ver a quienes han alcanzado el dominio de sí mismos y establecer contacto con ellos. Dicho poder se desarrolla por la meditación unilateral. 33. Enfocando la luz en la cabeza se puede ver a quienes han alcanzado el dominio de sí mismos y establecer contacto con ellos. Dicho poder se desarrolla por la meditación unilateral. 34. Por la meditación enfocada en el centro cardíaco, se alcanza la comprensión de la conciencia mental. 35. La experiencia (de los pares opuestos) se adquiere por la incapacidad del alma para distinguir entre el yo personal y purusha (espíritu). Las formas objetivas existen para uso (y experiencia) del hombre espiritual. Meditando sobre esto, surge la percepción intuitiva de la naturaleza espiritual. 36. Como resultado de esta experiencia y meditación, se desarrollan los sentidos superiores: oído, tacto, vista, gusto y olfato, que otorgan conocimiento intuitivo. 37. Estos poderes constituyen obstáculos para la comprensión espiritual superior, pero sirven como poderes mágicos en los mundos objetivos. 38. Al liberarnos de las causas de la esclavitud, mediante su debilitamiento y el conocimiento del método para transferirlas (retiro o entrada), la sustancia mental (o chitta) puede introducirse en otro cuerpo. 39. Subyugando la vida ascendente (udana), nos liberamos del agua, del sendero espinoso y de la ciénaga, y se obtiene el poder de ascensión. 40. Mediante la subyugación de samana, la chispa se convierte en llama. 41. La meditación concentrada en la relación existente entre el akasha y el sonido, desarrolla un órgano para oír espiritualmente. 42. La meditación concentrada en la relación existente entre el cuerpo y el akasha, otorga la ascensión fuera de la materia (de los tres mundos) y el poder de viajar en el espacio. 539 43. Cuando aquello que vela la luz desaparece, se alcanza ese estado de ser, llamado desencarnado (o incorpóreo), liberado de las modificaciones del principio pensante. Éste es el estado de iluminación. 44. La meditación concentrada en las cinco formas que adopta cada elemento, otorga el dominio sobre todos los elementos. Estas cinco formas son: la naturaleza grosera, la forma elemental, la cualidad, la penetrabilidad y el propósito básico. 45. Mediante este dominio se obtiene la máxima pequeñez y los otros siddhis (o poderes), así como la perfección corporal y la liberación de todos los entorpecimientos. 46. Simetría de forma, belleza de color, dureza y densidad del diamante, constituyen la perfección corporal. 47. El dominio sobre los sentidos se obtiene por la meditación concentrada en su naturaleza, atributos peculiares, egotismo, penetrabilidad y propósito útil. 48. Como resultado de esta perfección se obtiene rapidez de acción, como la de la mente, la percepción interdependiente de los órganos y el dominio sobre la sustancia raíz. 49. El hombre que puede discriminar entre alma y espíritu, alcanza la supremacía sobre todas las condiciones y llega ser omnisciente. 50. La desapasionada actitud hacia esta realización y todos los poderes del alma, hace que quien está libre de las semillas de la esclavitud, alcance el estado de unidad aislada. 51. Debe haber rechazo absoluto de las tentaciones de todas las formas, incluso la celestial, pues aún es posible la repetición de contactos malignos. 52. El conocimiento intuitivo se desarrolla por el empleo de la facultad discriminadora, cuando hay concentración enfocada en los instantes y su continua sucesión. 53. De este conocimiento intuitivo nace la capacidad de distinguir (entre todos los seres) y de conocer su especie, sus cualidades y el lugar que ocupan en el espacio. 54. Este conocimiento intuitivo, el gran liberador, es omnipresente y omnisciente y abarca el pasado, el presente y el futuro, en el Eterno Ahora. 55. Cuando las formas objetivas y el alma han logrado igual pureza, se alcanza la unificación, que trae como resultado la liberación. 540 LOS AFORISMOS DE LA YOGA DE PATANJALI LIBRO CUARTO (Sólo los sutras) LA ILUMINACIÓN 1. Los siddhis (o poderes) superiores e inferiores, se obtienen durante la encarnación; o por las drogas, las palabras de poder, el deseo intenso o la meditación. 2. La trasferencia de la conciencia, de un vehículo inferior a otro superior, es parte del gran proceso creador y evolutivo. 3. Las prácticas y métodos no son la verdadera causa de la trasferencia de la conciencia, sólo sirven para eliminar obstáculos, de manera similar a como el agricultor prepara la tierra para la siembra. 4. La conciencia del "yo soy" es responsable de la creación de los órganos mediante los cuales se disfruta del sentido de individualidad. 5. La conciencia es una, no obstante, produce las variadas formas de los muchos. 6. Entre las formas que la conciencia asume, sólo las que resultan de la meditación están libres de karma latente. 7. Las actividades del alma liberada están libres de los pares de opuestos. Las de otras personas son de tres tipos. 8. De estos tres tipos de karma emergen las formas necesarias para la fructificación de los efectos. 9. Existe idéntica relación entre la memoria y la causa productora de efectos, aún cuando estén separadas por la especie, el tiempo y el lugar. 10. Por ser eterno el deseo de vivir, las formas creadas por la mente carecen de principio conocido. 11. Estas formas las crea y las mantiene unidas el deseo, la causa básica; la personalidad, el resultado efectivo, la vitalidad mental o voluntad de vivir, y el apoyo de la vida u objetivo exteriorizado; cuando éstos cesan de atraer, entonces las formas dejan igualmente de existir. 12. El pasado y el presente existen en realidad. La forma asumida dentro del concepto de tiempo presente, es el resultado de características desarrolladas, conteniendo latentes las simientes de la cualidad futura. 541 13. Las características estén latentes o en potencia, participan de la naturaleza de los tres gunas (o cualidades de la materia). 14. La manifestación de la forma objetiva se debe a la centralización de la causa que produce efectos (la unificación de las modificaciones de la sustancia mental o chitta). 15. Ambas, conciencia y forma, son distintas y están separadas; aunque las formas sean similares, la conciencia puede funcionar en diferentes niveles del ser. 16. Las numerosas modificaciones de la mente una, producen las diversas formas que, para subsistir, dependen de esos numerosos impulsos mentales. 17. Estas formas son conocidas o no, de acuerdo a las cualidades latentes en la conciencia perceptora. 18. El Señor de la mente, el perceptor, es siempre consciente de la constante actividad de la sustancia mental, causa productora de efectos. 19. Debido a que la mente puede ser vista o conocida, resulta evidente que no es la fuente de iluminación. 20. Tampoco la mente puede conocer dos objetos simultáneamente, ella y lo que está fuera de ella. 21. Si el conocimiento de la mente (chitta) es postulado por otra mente lejana, se inferirá que, existe un número infinito de conocedores, y las consecutivas reacciones de la memoria tenderán a confundir grandemente. 22. Cuando la inteligencia espiritual, que permanece sola y libre de los objetos, se refleja en la sustancia mental, entonces se obtiene la percepción del yo. 23. Así la sustancia mental, reflejando al conocedor y lo conocible, deviene omnisciente. 24. La sustancia mental, reflejando como lo hace, una infinidad de impresiones de la mente, se convierte en instrumento del yo y actúa como agente unificador. 25. El estado de unidad aislada (absorbido en la verdadera naturaleza del yo) es la recompensa del hombre capaz de discriminar entre la sustancia mental y el yo, u hombre espiritual. 26. Entonces la mente tiende a la discriminación y al acrecentamiento de la iluminación, respecto a la verdadera naturaleza del yo uno. 27. Sin embargo, por la fuerza del hábito, la mente reflejará otras impresiones mentales y percibirá los objetos de percepción sensoria. 542 28. Estos reflejos tienen el carácter de obstáculos, y el método para vencerlos es el mismo. 29. El hombre que cultiva el desapego, hasta en su aspiración por iluminación y unidad aislada, oportunamente llega a ser consciente, mediante la práctica de la discriminación, de la influyente nube de conocimiento espiritual. 30. Cuando se alcanza esta etapa, se superan los obstáculos y el karma. 31. Cuando se han eliminado los obstáculos y purificado las envolturas, se dispone de todo el conocimiento, entonces nada le queda al hombre por hacer. 32. Las modificaciones de la sustancia mental (o cualidades de la materia), mediante la naturaleza inherente a los tres gunas, llegan a su fin, pues han cumplido ya su propósito. 33. El tiempo, secuencia de las modificaciones de la mente, también llega a su término, cediendo su lugar al Eterno Ahora. 34. El estado de "unidad aislada" es posible cuando las tres cualidades de la materia (los tres gunas o potencias de la naturaleza, A.A.B.) ya no aferran al yo. La conciencia espiritual pura se retrotrae en el Uno. 543 544 Contacto sobre el Curso de RAJA YOGA Este Tratado sobre los Yogas Sutras de Patanjali ha sido diseñado para el Curso avanzado sobre Raja-Yoga Esotérico y Síntesis Grupal. Es de carácter interno y fue elaborado por Francisco Redondo (Mithila). Este Libro forma parte de otros Tratados y materiales didácticos que en conjunto reúne una cuidadosa selección de elementos teóricos-prácticos que constituyen una excelente herramienta para el crecimiento y desarrollo personal y grupal. Si alguien estuviera interesado en recibir más información sobre el curso, lo pueden hacer a través del siguiente correo electrónico. [email protected] También recomendamos la lectura del libro “LA LUZ DIAMANTINA” -Un curso-esotérico-. El cual se puede pedir al mismo correo electrónico, o descargar gratuitamente en las siguientes direcciones Web. http://es.geocities.com/amaitreya/Descargas.htm http://www.uv.es/gonzalbo/betania/luzdiamantina.htm Om Shanthi, Shanthi, Shanthihi Que la paz sea con todos. 545
© Copyright 2025